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Edición No. 073 AÑO DEL REINO DE DIOS MAYO 2011
“Aquí tienen otra figura del Reino de los
Cielos: un comerciante que busca perlas finas.
Si llega a sus manos una perla de gran valor,
se va, vende cuanto tiene, y la compra”
(Mateo 13, 45 - 46)
ACCIÓN SIGNIFICATIVA ABRIL - MAYO
LA PERLA FINA
(Mt 13,45-46) Este texto del evangelio de Mateo que hemos escogido
para éste bimestre, nos ayuda a precisar la reflexión sobre la
“acogida” del Reino de Dios. En efecto, aquel comerciante en perlas
finas, así como el comprador del campo donde estaba el tesoro
escondido, del texto precedente, deciden invertir todo lo que tienen,
con tal de conseguir lo más valioso que han encontrado en sus
correrías de negocios.
De esta manera Jesús nos quiere enseñar, que en la búsqueda
incesante que toda persona hace sobre el sentido de la vida y la
verdadera felicidad, encuentra en la oferta del Padre Dios, en su
propio Hijo, es decir, de su reinado entre nosotros, la respuesta
definitiva a esta incesante búsqueda que llena el corazón humano.
El Reino o reinado de Dios, es pues una oferta libre que el Señor hace
a la humanidad, a cada persona, a todos los pueblos. Quien lo
encuentra, lo acoge con alegría y lo convierte en el primer valor, hasta
el punto de subordinar todo, durante toda su vida, a la causa del
Reino. Algunos lo descubren porque conscientemente lo buscan, otros
llegan a él porque al fin y al cabo, Dios es quien sale primero al
encuentro de todos.
Si vemos en detalle el significado para cada uno de nosotros de estas
parábolas, podemos deducir que Jesús nos propone el mejor negocio
para la vida: se trata de hacer la mejor inversión, es decir, reunir todos
los valores, todas las capacidades, todos los talentos que Dios nos ha
dado para invertirlos en el seguimiento de Cristo, como discípulos y
misioneros, de modo definitivo. He aquí la clave de la verdadera
felicidad y del verdadero sentido de la vida.
Conviene que al final de esta reflexión pensemos en qué hemos
invertido nuestro tiempo, nuestras capacidades; a quien hemos
sacrificado nuestros ideales, cuál es el valor central que nos motiva a
trabajar, a compartir con los demás, a luchar e incluso, a sacrificarnos
para conseguir lo que buscamos. Ojalá nuestra respuesta sea: ¡por
Cristo y su Reino lo hemos hecho!
Con mi fraterno saludo de Pascua.
† ISMAEL RUEDA SIERRA
Arzobispo de Bucaramanga
LA PERLA FINA