Lacroix_Introducción a Bachelard

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    COLECC\OI. EL HOSIBREY SU $UNDO,',:-ffifi-{ffi '.*,u",u,u,,.*.

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    COLECCION ' HOMBRE Y SU MUNDOdirigida perOscw del BarcoDiagramacinOscar DazTraduccinJos Szasbon

    @ by ediciones CALDEN 1973Buenos Aires - ArgentinaPrinted in AryentinaImpren en ArgentbuHecho el depsito que previene Ia ley I 1723Impreso en EdiSmf Dclgado 834,Buetps Alres, Febrmt de 1973

    Jean Lacroix f Georges CanguilhemJean Hippolite lMichel AmbacherRoger Martin f Anne-Marie Denis

    Introduccin a Bachelard

    edlcionesCaldn

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    INDICE

    PresentacinJean LacroixGaston Bachelard: el hombre y la obraGeorges CanguilhemSobre una epistemologa concordatoriaJean HippoliteGaston Bachelard o el romanticismo de la inteligenciaMichcl Ambat'harLa filosofa de las ciencias de Gaston BachelardRoger MartinDialctica y espritu cientfico en Gaston BachelardAnne-Marie DenisEl Psicoanlisis de la raz6n de Gaston Bachelard

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    PRESENTACION

    Esf Introduccin a Bacbelard que se presenta al lector dehabla catellana es, creemos, la prmera en su gnero. En efecto, laobra fecunda y pofuctica de Bachelmd no tuvo en nuestros pa-ses la suerte de integrr las nminas bbliogrficas de las especfuli-dades epistemolgicas que se ensean en los institutos universita-rios, ni tampoco -salvo en los ltimos aos- ese otro destinomarginal de slido ataigo que pudieron y pueden logror las producciones de algunos autores de orientacin marxista o fteudiana.Es que la epstemologa misma -su problemtica, sus instrumen-tos, su operatividad* sigue monopolizada, en un caso, por las co-rrientes empiristas, positivistas o analticas, y en el otro, y por esemismo motivo, es desechoda yfo ignorada por estudiosos o militan-tes preocupados por afirmar y ilesarrollar una teora (y una prc-tica) crtica de Ia sociedad y del conocimiento.Fue, por coniguiente, una nueva situacin, una modificacinen la manera de abordar algunos asryctos claves de la construccinde teora lo que, indirectamente, favoreci y permiti que se ocre-centara el inters por la obra de un epistemlogo que en v propiopas, Francia, nuncu haba logrado mds audiencia que la estricta-mente universitaris. Esa nueva situacin puede ser sintetizada deeste modo: desde que Lacan en psicoanlisis, Althusser en el mate-rialisma histrico, Foucault en h "arqueolaga" del vber, cuestio-noron severamente los supuestos fueros de ln conciencia, de lasubjetividad y del historicismo, commz s disearse un espaciolwsta entonces inadvertido en la historia de lo produccin dec

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    uttlrltl | ,1, nt, n, tttn,tlt,li,tl t, \u \u\ltlt tt"t lhtt fu rtltcUpACinlt ttrl tt 'l ,lt, t ttilt t t'il1t.:tutr, tt'il. \ tl( \t.illttlrt tt(t ll(,ltt(rgn7us etttt!:iili \tti. tt, t til,ltt t,ltt,tl ,, v', ttl ) ltu,rt, t'r, t)!t()s t,.li't,lt)s, el dettit,tlttl l ttlt ttt ttttt ltttt t!! uiltt tlt, lt.t l)t.t't ut,\tr,5 l, (s( an(ryuett ttt,t.hlt,t tl lt tt ,ttt.\ (,l,ts!t'nt()k)gittts, Ba:helhrd, cuyu exfensat'ltttr, I,t.!t lt(ttnk'ttlt' tlts

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    habra que abandonar la ciudad natal. Pero Dijon estaba todavaen los alrededores de Bar. Y tena aquello sin 1o cual no se puedeser feliz, o sea una casa. Una casa, explic Bachelard por televisindespus de recibir el Gran Premio de las Letras, es un departamen-to con un granero arriba y un stano abajo. All se aprenden lascosas ms esenciales de la existencia, por ejemplo que la escaleradel granero es una escalera que nunca se baja, que siempre se sube,mientras que la del stano es una escalera que nunca se sube y quesiempre se baja. El que ignora esto -y muchas otras cosas delmismo gnero- ignorar tambin lo que es la ensoacin, sin lacual no podra haber da humana. Pero una nueva delegacin, estavez presidida por Brunschvicg, le hace abandonar D{on y a partirde 1940 ensea en la Sorbona hasta su retiro, mientras yive en unpequef,o departamento, sin stano ni granero, en la rue de latr/[onta-gne-Sainte-Genevive, cerca de la plaza Maubert.En un sentido, Bachelard era un autodidacta. Su estilo esten la confluencia de dos culturas: la cientfica y la literaria, perol descubri a una y otra a su manera. Por ejemplo, aprendi ellatn solo, lcyendo traducciones yuxtalineales. Su amigo y colegacr lr lrrcrrltad dc l)ijon, Gaston Roupnel, deca que habituado arrr:rrr

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    ILqs dos vertientes de la obra bachelardiana

    Para explicar a Bachelard, me gustara partir de una obra, dela que se hace poca mencin, que l dedic en 1932 a La noubelleSilo, de Gaston Roupnel; y que se tilula La intuicin del instante.Lo que seduce a Bachelard en esta Silo, lo que est igualmente enel origen de su libro La dialectique de la darde, gs l4jdea:lg-gpgslo tiene una realidad: la del instante. Bergson no des-sustancia, slo la TiffiSpriSlCon 1, el devenirse convierte en el ser, que es la verdadera sustancia. En todo casola duracin humana es continuidad: en cada instante sornos lacondensacin de la historia que hemos vivido. No hay olvido abso-luto, no hay ruptura en nuestra vida: el presente est lleno depasado y grvido de futuio. Si no siempre tenernos presentesnuestros recuerdos, por lo rnenos todos se conservan. Por supuesto,no en alguna parte, en el cuerpo o en el cerebro, sino en lasituacin presente del ser total que somos. Segn Bachelard, el;p instante es algo muy distinto. Es trgico, porque slo puede rena-cer a condicin de morir. Descartes lo vio muy bien. Por eso apela Dios, a la creacin continua para volver a etlazar la disconti-nuidad de los instantes del tiempo. Pero para quien se atiene a lapsicologa humana, el tiempo es aquello que no puede transportarsu ser de un instante a otro para hacer de l una duracin. Elinstante es ya la soledad. Y una soledad que nos asla no slo delos dems sino tambin de nosotros mismos, pues rompe con nues-to pasado ms querido. El instante, a la yez donante y expoliador,es siempre un .instante solitario. El tiempo es conciencia de una'soledad.As se explica ese punto de partida a menudo ignorado: hayque tener coraje, cs decir luchar contra la soledad, tener acceso alos hcimbres y las cosas. Para ello tcnemos dos medios. Por unlado, la ciencia y la tcnica sc csfuerz.ult por voncer la soledad, porcrear una continuidad, una socicdatl. l)or otro, la poesa y la ima:ginacin nos liberan de las sorvidrurrblcs tlc ll lristoria y de lasreferencias de la memoria para descubril lrortbrtx y cosas. El hom;bg_e__a la vez yazon_s imaginacirin- llabr:i as dos lilosofas er1r:r fjlosol'a dc la,.i-fn*ginlc!.q. As como la conciencia del f il(rsofb se hace completa-l2

    mente cientfica con los sabios, del mismo modo es por enterop"iti.u con los poetas. N9 h1v :t1"tti"l:Tl: :1"-Y"1i:3:::: 1:;;iit"t" asctico', adversario de toda mezcla: los-pensamientos r9r. i*ugitt*, las imgenes no se piensan'-9u1tui9o t-?",t,-tili:"".i", .*piiru, la iagen por aumulacin.de ideas y la idea con"r"pi"'de imgenes, ,-, unu verdadera deshonestidad intelectual'iun'rstrrr"tiva-de la poes;a como de la ciencia' Hastael fin d9 su"i", l" potique -de ta rverie, encontramos esa advertencia yesa tonfesin: "o ser yo quien trate-de debilitar Telianle 1f1-;;;.i";;r confusas tu n.tu pJhritlad del intelecto y la imaginacin'Antes escrib un libro p*u t*ottlrar las imgenes "que pretenden";;'";;-;"1iura cientfica, engendrar y sostener los conceptos"'@n. Aqu los polos opuestos no se;;;;t; t; iechazan. Hav que amar lai potencias psquicas ":* q::

    it,;;" t lo preguntabu, t*tiba de Bachelard esta clara tt:!"::11:

    amores diferentes, si se aman los conieptos y las imgenes' losio't* inur"utino y femenino de la Psiquis' 'Yo lo comprend dema-i't"d" ffi;:';;;.;i"d. tarde conoci la buena conciencia en elt.uUu" alternado de las imgenes-y los conceptos"'- -- 'No se trata solamente" de descripciones y explicaciones, sinotambin de actitudes e intenciones. como muchos pensadores. en losliit""r siglos -Montaigne, Rabelais, Frrelon' Rousseauo Schopen';;; ;;; i.;;rrhe _, B ach"elaid ., u n educador.. si se qu isiera l.^r^.lr_y I.G-ibi.i"o todo su sentido, habra que decir que el lue-esenctat',".",. ". ptdagogo. En 1938, terminaba I'a formacin del espritt't',iriritr" un Jrtt lneas profeticas, que dan la razn profunda dei,, .i,'i,'rl"v te llama la edcacin permanente: r'Una cultura dete-,,i,i ." un perodo escolar es cabal negacin- de la culturacicrrtl'ioa. N nay ciencia sino mediante una escuela permanente'[,sta escuela es la que ha de fundar la ciencia' Entonces los in'lcreses sociales se invertirn definitivamente: la Sociedad se har;;;;;-1. nt.ttr. y no la Escuela patala.Sociedad"' Por eso la obrattc lirrchelard es una doble pe^dagoga: pedagoga de- la raz6nrctlugoga de la imaginacin. El.primer principio que las rige es.l,i;'';; ;t qu. "onfu-nOirlas: est el hombre diurno de la cienciay cl hombre nocturno de la poesa' Pero si no mezclarlas es sinil,,tla separarlas, esto no significa excluir.a una,en i*tt t :tl::

    conceotos se forman en esos polos qpuesTfficin y la raztL Juega entre

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    -Euy bien, interrosue al_hqmglg_g:l_{g.y, al hombre_de lanaqb.:J T.T"J"fi, :':m un 6" cGrt fcu'f.i si to un a ex posicin,l3n""lf,u9"l: jff::1"j' g' gy: "u'u -r,""* ""'ilil;f;:1"'ii:ebo obtigar ar bintor. ri;;;;,;"";::t'j,Ir razonamrento. Node cicnio. ^..^-,,-_^r.-ll,artista a adoptar los valores ;i;;;e ciencia; pero usted t ssvr'a w vrurcs qel nombreto.ec lqc nno*.:r:J-j^^ ,_e oa cugnja de que la humanidad ,rul irn"::*: H j: ::o'.1',9: 1::' q" ; ;;;;;,'; ililili:'J'ffi "":'# Jfi:eras. Siempre dije qur-r.u .o;u;;i;;"i,,o'f"'""' uE vars ma'sus oios en ,ne "*^^",^',?l^u.

    conyeniente,que e-l que piensa aleg.arai;."J'3l.i,l,,l:' jl"o3::':::l:" 'il;, = l;";;ffi; fi"'*ffii: ""0""' i:*^ g:_ ! r, urtiri"r 1" .r"iriii # # ";:::1, jlTJ::lfn X " j"^.* g::" 11 * 1 " i, ;;; ;;; #:,H" ;'"""i;;l:T.r,',:"il j:T::?yp";;;;;;;;d;:;#lI';THff ",liH.";retener ante todo

    accln, es eficacia:

    se debeespritu noG;;.frf,i cs,. en snfesic ^^_ .^-ll._.,1n crticas, perpetuas, cn--pofl:icas, en sntesis, .on ugrrriui;, l, "ru^n"itrJJi ;.lrl"ti;erdad. No hay verdades prime.as, ,no ,ot*rnte errores prirneros.l atomismo moderno n es la ontinuu.in ms o menos meio_ada de tas antiguas teoras "t;ri;;;-r'i;;r;';;.. :';rticas que se le han dirigido. p..l"firr.r.res, el conocimientotodava era, al meno, n3cij1ne.nt., i; ;r[,e;;cut.; para Ia cienciaft:ff H;..', T1 :::::.::: req; l'.; i;' i nr,urcrn_d^e! -o.rietoesaparece. La ciencia ..o" fi.ffir uuutullQ^e!"-o-QJgto+iffi;,ffiffi +f#.{#h,p},Hr"q;ll$:sJr_ffrg.Dtrffi lr-ldq 'Ts9q.' r,gI 9:sc_d!t. J"'uldii\6*#*l,li*:murmdt=lltrEe{9 n. T(, r li c r rn r :,.,' r,*'1 Gt T X T.*#;;3mlnaclon se basartll siclurrrr: ,,,, ,,1 ,,,;,,],,^ __.r hnhe r,a .r,r-r- ..ll.ttrlrt: clr cl .lllisno principio: para*,11::r l1ba. que. q re rr' r u. r* r;r rt. ri:r.,,,, "ii"l,J, jtTf:";"l"illampara elctrica, hay una vcr.dlrrlcr:l ,cv.,lr, ..urrnnar h ay q i ' i , i, r, t:,, *:: ; ;, ;,:,,,r",, . I lr"i * ;,t]:, J:hf ff :o contiene sino un o:rs ircrlc.'1,.,n, l,;rr,r 'qr* ,uaau posible esertificio tcnico, llaca" f':rltrr ,,,, ,.,,,,,,.i',,,'i.,rl, centfico del fen_eno de la combusririn. l,)l rr.r1ircs., .l;; l';;';;."cias est hecho deiif::r*,1l jl1"^,r:fr:trr' citi,'rr ir;,,,,,.",,i,,rc ar espritu cien-fico tanto como el .'rp,-rii.,;;;;;,';;.;, ,,, ,,,l,,ilii,"l.,,.,ll;'il".;:*,evolucin, sino revoluc,irn"r. fll,,y',r,..,,,,i',,,,,,f,,,1 "r,(lc Naturalezrv Cultura. La cie lllll]|9-lU-li.l-Je cs rrrra r:rcaiii',-e la neeeffi:::-:silrx-JJv*-Ul-U!!|lelgaplglt-14

    trrcrl:ur

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    gen". Esta, por consiguiente, no puede recordar los antiguos arque-ra imager_-le..S-lrgadOa: es una mlen

    en su expresinesenta na

    Y la oposicin del sueo psicolgico que slo expresa la superficiede nosotros mismos y de la ensoacin ontolgiia, que se arraigaen el universo superndolo siempre, adquiere as toda su signif!De un

    fevlvc cn su cls( lmcl rnayor clca

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    "glpirily. La inadaptacin a lo real puede hacerse hacia abajo o,liCia arriba, segn exista impotencia para llegar a l o por elcontaio se lo supere. Segn Bachelard, la funcin de lo irreal notiene el fin de privar al hombre de la funcin de lo real, sino deestablecer un equilibrio fecundo, destrudo por la primaca quehabitualmente se le concede, y sealar que ese equilibrio es indis-pensable para dar a la imaginacin su impulso y a la existenciahumana su plenitud. Husserl defina la fenomenologa como unretorno a las cosas. En este sentido, Bachelard es el mayor fenome-nlogo. La filosofa no nace de su pasado, de otra filosofa, sino,de una mirada nueva sobre el mundo, de una nueva manera dacceder a las cosas. La filosofa de Bachelard despierta al mundmismo.En el prefacio del libro de Martin Buber loy /, Bachelardescribe que vivimos en un mundo sooliento y que debemos des-pertar gracias al dirlogo con otras personas, a ese "encuentro" quel defina como una "sntesis del acontecimiento y la eternidad".Y 1, que haba perdido a su mujer tan joven, escriba en esemismo prefacio estas lneas conmovedoras: "Qu me importan lasflores y los rboles, y el fuego y la piedra, si no tengo amor nihogar. Es preciso ser dos -o por lo menos, ay! haber sido dos-para comprender un cielo azul, para nombrar una aurora". Des-pertar el mundo es el coraje de la existencia. Y ese coraje es el deltrabajo, la investigacin y la invencin. Lo esencial es tener siem-pre apetito.En La potica dc la enscaci(tn,se pinta a s mismo alrevelar su nica plegaria: "Dadnos cada da nuestra hambre coti-diana". Esta hambre es la de lrs cosas y los seres, es la de laensoacin tal como l la entenda. Pues soar, en este sentido, esser en el mundo- El nos lo dice en una de las raras confidenciasque hizo sobre s misrt

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    reconstruye. Todo devenir de pensamiento, todo futuro de pensa-miento est en una reconstruccin del espritu. Pero tengo antiempo de encontrar al trabajador que conozco bien, incor.porrndolo a mi cuadro? ".lrri;rliiIi1i

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    GEORGES CANGUILHEMSOBRE I.JNA EPISTEMOLOGIA CONCORDATORIA

    La personalidad y el pensamiento filosficos de GastonBachelard no han dejado de manifestarse, si bien han logrado pre-servar el secreto del equilibrio entre las dos predilecciones quefrecuentan. Este equilibrio es slo el ndice y no la razn de lacoherencia del pensamiento y sera muy equivocado, cremos, pre-tender sustituir la bsqueda de su fundamento an oculto por unadxplicacin demasiadq cmoda de orden caracterolgico. Acasono es cierto que si leyramos, sin conocer su autor, por un lado elIissai sur la connaisvnce approche o Le nouvel esprit scientifique,y por otro L'eau et les rves o L'qir et les songes, se nos excusaratal vez el no adivinar de primer intento que se trata del mismolrombre, el no percibir, sin un poco de reflexin, que la precisincn la utilizacin de una cultura fisicomatemtica de primera manoy la delicadeza en la interpretacin de las ms libres creaciones dela imaginacin humana conviven muy bien bajo la misma frente,lguzan la misma mirada, animan el mismo paso? Quien no loadvirtiera, tendra grandes dificultades en sospechar que este apa-sionado lector de obras de alquimia, de fogosa cabeza de alqui-rrrista, ha enseado qumica y fsica, que este exegeta de bestiarioslrrrtsticos ha enseado historia natural, que este Doctor en Sue-Ilos, como lo llaman algunos amigos poetas, ha conservado la ma-lrt'iou presencia de espritu de un atero de la Champagne, que

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    ifl'iieste detractor del sentido comn tiene bastante como para regalara sus apologistas, que este terico de la ciencia polmica es uno delos hombres ms pacficos.Si por discrecin Bachelard no se ha referido hasta ahora a lagnesiS y las orientaciones de su obra, hay por lo menos un escritosyo -tra formacin del espritu cientfico- que, a falta de unfoco central que nos ilumine, puede suministrarnos un enlace entrelos dos aspectos de la obra, puede ofrecernos un puente que debe-mos atravesar por nuestra cuenta y riesgo. Arriesgumonos, en-tonces.En La dialectique de la dure, Bachelard declara que aceptacasi todo el bergsonismo, menos la continuidadl. Creemos que estaprofesin de fe es ms sincera en lo que niega que en lo queafirma. Resueltamente hostil a la idea de continuidad, pero mode-radamente bergsoniano, Bachelard no admite que la percepcin yla ciencia sean funciones pragmticas en connuidad. Pero lo queaqu le disgusta es ms la continuidad que el pragmatismo, puestampoco adrnite, con Emile Meyerson, que percepcin y cienciasean funciones especulativas en continuidad de esfuerzo para laidentificacin de lo diverso2. Seguramente est ms cerca de unaposicin a la que cabra llarnar, con precaucin, cartesiana -pen-sando en la distincin entre entendimiento e imaginacin-, posi-cin comn, en cierto sentido, a Alain y a Len Brunschvicg,segn la cual la ciencia se constituye en ruptura con la percepciny como crtica de sta. Pero ms cerca de Brunschvicg que deAlain al inclinarse a aceptar y celebrar, como el primero, la subtrr-dinacin de la razn a la ciencia, la instruccin de la razn por laciencia3. Bachelard, sin embargo, se aparta de aqul al acentuar laforma polrnica, el aspecto dialctico de la superacin constitutivadel saber, en el que Len Brunschvicg vea ms bien el efecto deun progreso continuo, de correccin sin duda, pero que, bien con-siderado, slo requiere de la inteligencia una toma cle concienciade su norma propia, una "capacidad de transformarse por la aten-cin que se presta a s misma"a " Con precocidad, es decir concontinuidad, Bachelartl ha enseado la discontinuidad del saber ensu materia y en slr forma, la discontinuidad de sus etapas, ya queai conrienzo de su cbra, en su tesis de doctoraclo de 1927, intro- 'dujo en su yocabulario episternolgico un trrninc que ha man-tenido, enriqueciarJoi* de sentido: la diaictica.Fero situar la postura epistemolgica de Bachelard por su22

    relacin con algunas otras no nos debe desviar de lo esencial, quees hacer comprender a quienes no vivieron el acontecimiento, pre'cisamente qu acontecimiento fue, en 1927, la aparicin, en laesfera de la filosofa francesa, de un estilo inslito *por no ser enabsoluto mundano-, de un estilo a la vez denso, recio y sutil,madurado en el trabajo sotario, alejado de las modas y los mode'los universitarios o acadmicos, de un estilo filosfico rural. Ahorabien, el primer imperativo de este estilo es enunciar las cosas comose las ve o como se las conoce, sin preocuparse por lograr laaprobacin mediante el empleo de la atenuacin, de la concesn,del "si se quiere" o 'oen rigor...". Con el "en rigor..." se sacrificamuy pronto todo rigor y es esto lo que Bachelard no quiere sacri'ficar. Por eso, al afirmar que "la ciencia no es el pleonasmo de laexperiencia"s, qile aqulla se hace contra la experiencia, contra lapercepcin, contra toda actividad tcnica usual, Bachelard, cons'ciente de que de esta manera pone a la ciencia en extraa situa'cin, se preocupa muy poco por saber si los hbitos intelectualesde sus contemporneos les permitiri{n avenirse a sus tesis. La cien'

    encra es un

    9r3-P3.t3 Ai9llM-olg3gin-9$]9c=Jl-9.1q19.tle--rsslgqf +4t"-sltclss9uniiitoril, pero no orgenes. Es la Gnesis-de lq Rg4*Pgg-p9,jgoodra relatar su prooia enesis. Puede ser descrita como re-co-"'i. n ro, - iic Aft a ffi ;n su- Tilllieg., ; e s I a fiffi . i,itiene sentidol una prehistoria de la ciencia es un absurdo.:i::-J'*-.;;;'Jil'L':#.-"*'No para simplificar, esta epistemologa, sino para experi-mentar mejor su coherencia, quisiramos extraer de ella un cuerpode axiomas, cuya duplicacin en cdigo de normas intelectualesnos revela que su ndole no es la de evidencias inmediatamenteclaras, sino ms bien la de instrucciones laboriosamente recogidasy experimentadas. En la primera obra de Gaston Bachelard, elEssai sur la connaiswnce approche. podemos ver que figuran to'dos estos axiomas y sus versiones normativas, ms o menos expl-citamente esbozados. No obstante, por fidelidad al valor, tandcfendido por 1, de la rectificacin de pensamiento, los busca-rcmos en los escritos ulteriores, en los que su reasuncin temticalcs confiere la firmeza de un segundo esbozo.| | El primer axioma se refiere al Primadq terico del eryory.-"|=axerdud,.s-eh:ieni-*de*e jsg[***-*U[Wiilu.'-l 'u^. ou-',,''vemlci'ilpasd-l?tit pitagrico y cartesiano de la forma

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    f"'{f[l,igramacal. Verdad primera est en singular, errores prirneros enplural. El mismo axicma $e enuncia, ms lapidariamente, asf: "Unaverdad sobre un fondo de error, tal es la forma del pensamientociefufico"7.SJEI segundo axionra se refiere a la W4S-WnUiM. "tail$luerenes -iall*-mtvrililet;-sffeemrtuis.g!rl.l;[fu"o. Este axioma se convierte en norma de confirmacinsegn dos frmrlas. "'En !g-dg- _las g-igcgslaq_qgq,-_lS _.1$4dmf9;4*s"-qgel.$rE3-r .g lo..clnsftutrto"o. "1o{o dato debe ser reencon'I#rF*omCus. ici ultadp "' o(il U tercer axionra se refiere al Plonteo dgl -ctj_jgo Aqrn-?. pgry-pe_ctry:!^^/_e_Ps ideast'. "C1ped-pn_o_c.1_o___r-q3|-e-g_lq-ql!g*:gg$5!een que la necesidrrd lo organiza. . . lnluestro nensamiento va hacia|..E.**.@*r*:-^";.-l-jdsd' n"a-P413 $s-5[e"'2 'Conviene insistir en el alcarce de estos tres axicmas. Enprimer lugar, en un sentido, es una trialidad decir que la cienciaexpulsa al error, que reernplaza a la ignorancia. No obstante, fuemuy frecuente que fiisofos o sabios vieran al error como unaccidente lamentable, una torpeza que un poco rnenos de precipitacin o de prevencin nos habra evitado, y a la ignorancia comouna privacin del saber correspondiente. Todava nadie habatlicho con la insistente conviccin de Bachelard que el espritu esarrte todo por s mismo puro po

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    su dialctica y jams triunfante sin vicisitudes. Si se lo llama mate-rialista cuandb-penetra en el laboratorio del qumico, responde:Materialismo racional, es decir instrudo y no ingenuo, operante yno aif; en una palabra, materialismo que no recibe su materiasino que la establece, que "piensa y trabaja a partir de un mundoiecomenzado"2s.--:E; que la realidad del mundo debe retomarse siempre cuandoest baJoia responsabilidad de la raz6n' Y la razn nunca terminaJt ,., "d"ouronubl. para tratar de ser cada vez ms racional' Si larazn slo fuera raznable, terminara un da por satisfacerse consus logros, por decir s a su activo' Pero es siempre no Y 19'CO.J .*pii.urr" este poder- de negacin permanentemente dis-ii"t""t Bn o* admirbk frmula, Bachelard diio un da que"Ll;;;;"t el poder de despertar a las fuentes"2e ' Ahora bien' en elcorazln del ombre hay una fuente que no se agota nunca' y a lacual, por tanto, nunca hay que despertar; es la fuente misma de""*JUi, a lo que la filosofa iindi o-"naje desde antiguo -en-elffi;; d; tu.ipo y del espritu, la fuente,de los sueos' di lasir"?g.ntt, de las ilusion"t. La per*unencia de ese poder originario'ilter"tnerrte potico, obliga a li razn a su- esfuerzo permanente de;;;, de'crtica, de ieduccin. La dialctica, racional' la ingra'titid esencial de la razn para con sus logros sucesivos no hacen;";-q;;- ;tic"ar la presencia, e1 l-a conciencia, de una fuerzai"i.tittf" de"diversin de lo real, de una fuerza que acompaa;p; al pensamiento cientfico' pero no-como una sombra' sino"* un, contra-luz. Pero, despus de todo, se pod-ra compren-;t;; ;; fuera as, que una cascada inintenumpida de negacionesno 'tl.u. finalmente, de reseccin en reseccin, y,de residuo eniesiduo, al vaco y a la nada? Si el espritu cientfico slo puedetonttititt sobre las ruinas del espritu no cientfico' 1calo n:debemos admitir que este espritu no cientfico' que s1o puedellamarse as por su relacin con la ciencia cuando sta 1o ha ne'nao. at algo ms que un engreimiento entrevisto en el momentoirir*o en que se esfuma? Es necesario que sea' a su manera y portulu", unioder autntico,aunque fues de juego' que *t1qt " l1raz6n decidirse y a definirse a s misma como poder de llevaflela contra. As como la materialidad y la ciencia de la materia sloii.n*n, para Bergson, alguna positivid* por su relacin con eli.pril"'"it del'que son-la inversin del sentido, del mismo modoia racionalizacin agresiva de lo real y la violencia del saber sio26

    residen, para Bachelard, en el proceso dialctico de negacin queinvierte el sentido de una especie de impulso imaginante. Sin 1ocual, al no nutrirse, tambin ella, en ld fuente de donde emana lacorriente que contrara, la razn se agotara. Pues "la trumanidadimaginante es un ms all de la naturaleza naturante"s. En estafrmula se encuentra la justificacin de la expresin con la queJean Hyppolite designa a la filosofa de Bachelard: un roman-ticisma de la inteligencio. El sueo ya no es aqu, como en elbergsonismo, la distensin y la cada de un impulso. Toda imagende cada procede, en cambio, de una enfermedad de la imaginacin3l , pues la imaginacin es facultad de sobrehumanidadz sinla cual el hombre no sera el hombre. Normalmente "todo creceen el reino de la imagen"tt. Si, en la filosofa bergsoniana, soares perder el sentido de 1o real y bordear la alienacin, en la filoso-fa de Bachelard, en cambio, el neurtico es el hombre privado de.la funcin de la irrealidads. Aqu, de lo que se trata, ante todo,fles de soar bien. "La imaginacin inventa algo ms que cosas y Idramas; inventa una vida nueva; inventa un espritu nuevo; abre los tojos para nuevos tipos de vin"3sEs preciso, pues, que el espritu sea visin para que la nz6nsea revisin, que el espritu sea potico para que la razn seaanaltica en su tcnica, y el racionalismo psicoanaltico en su in-tencin. A veces llam la atencin que se denominara psicoanlisisa un proyecto filosfico aparentemente tan conforme a la actitudconstante del racionalismo. Pero es porque se trata de algo muydistinto a la vocacin optimista de la filosofa de las luces o delpositivismo. No se trata de creerse o de llamarse racionalista."Racionalista? , dice Bachelard, tratemos de llegar a serlo"36. Yse explica as: "Pudo sorprender que un filsofo racionalista otor-gue tanta atencin a ilusiones y a errores, y que a cada pasonecesite representar los valores racionales y las imgenes clarascomo rectificaciones de datos falsos"3?. Pero es que, contraria-nrente a lo que pudieron creer los racionalistas de los siglos XVIIIy XIX, el error no es una debilidad sino una fverza,la ensoacinno es un humo sino un fuego. Como el fuego, se renueva sin cesar."Consagraremos una parte de nuestros esfuerzos a mostrar que lat:nsoacin readopta sin cesar los temas primitivos y trabaja con-tirruamente como un alma primitiva, a despecho de los logros delrcnsamiento elaborado, contra la propia instruccin de las expe-r ir:ncias cientficas"s.

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    iii{

    Slo se pudo confiar en una reduccin definitiva de ias im-genes sensibles efectuada por la razn insensible, mientras no sesospech hasta qu punto la imaginacin sensualista puede tener lavivacidad profunda y renaciente de ia sensualidad. Fero tsachelardha ledo a Mallarrn y ha comprendido por qu un fauno, inquie-tndose de la ilusin que se escapa de los ojos azules, se preguntaa s misrno. . .si les femmes dont tu glosesFigurent un souhait de tes sens fabuleux![. . .si las mujeres a que aludesRepresentan un anhelo de tus sentidos fabulososlLos sentidos, en todos los sentidos de la palabra, fabulan.R^elase a este respecto, y a propsito de las primeras inves-tigaciones sobre la electricidad, las reflexiones de nuestro filsofosobre el carcter sensual del conocimiento concretutu y su con-clusin s:bre la inmutabilidad de los valores inconscientes4. Por

    tanto, ser racionalista no es tan sencillo corno io creyeron loshornbres de la Aufkltintrg. El racionalismo es una filosofa costosa,una filosofa que no concluye, ya que se trata de "una filosofaque no ha tenido comienzo"4lAl describir las sutilezas dialcticas de la razn corno rplicaa la abundancia abundante de los obsl"crlos epistemolgicos,tsacheiard ha logrado lo que tantos otros episternlogos no con-siguieron: comprender la anti-ciencia. Emile Meyerson, en suma,eluda con poco riesgo las dificrltades que plurteaba a la inteligencia filosfica la resistencia rue la experiencia calificada, que eluniverso de la vida oponcn al esfuerzo racional por la identidad delo real. l,lamando "irracional" a ese ncleo rebelde, Meyerson tra-taba de despreciarlo; pero al justificar que la razn lo "sacrificara",le reconoca, implcitarrrentc, cierto valor que no dudaba en llarnartarnbin realidad. Pcro ya es demasiaclo dos realidades! De hechola epistemologa nrcyersoniana se rnantena a base de mani'quesmo, incapaT de distinguir entre 1o negativo y la nada" Tal esel destino inevitable dc toda episternologa que importa a la filo'sofa los valores quc slo son propios de la ciencia y que consideraabsolutarnente descalificada a la anti-ciencia por estar descalificadapor y paru la ciencia. tsachelard; por su parte, aunque tan ligado-pero diferentemente a la ciencia como a la poesa, a la razn28i ll,l,i

    (romo a la imaginacin, no tiene nada de rnaniqueo. Se ha decididolu rsumir el papel y el riesgo de un "filsofo ccrncordatado"42.(luando pone de manifiesto los arquetipos latentes de la ima-ginacin imaginante, fornentando para la razn, es decir contratdla, los obstculos a la ciencia que son los objetos de la ciencia,las objeciones a la ciencia, Bacheiard no se constituye en abogadodel diablo; se sabe cmplice del Creador. Con 1, .nuevarnente"despus de Bergson, la creacin continua cambia de sentido. NosIo su epistemologa es no cartesianaa3 n sino tambin, y antetodo, su ontologa. La creacin continua no es la garanta de laidentidad det Ser o de su hbito, sino de su ingenuidad, de surenovacin. "Los instantes son tlistintos porque son fecundos"4.Desde luego que no sabemos si el propio ltachelard nos en-tregar el secreto.de su ontologa. Pero podemos prever que esaontologa no se encerrara iniciahnente en la identidad del Ser. Sislo hay un conocimiento aproximado, por la iucha incesantecontra la hidra de los obstculos, epistemolgiccs, es preciso que elSer no sea slo el Ser. Tal Ser excluira el sueo. .A,hora bien, segnBachelard no hay certidumbre ms profunda que la del suer:. ElCogito es w Cogito onrico; en ese Cogito tambin el infinitoviene primero, pero es el infinito de lo posible. L,a posibilidad esaqu una nocin ontopotica ms an que ontolgica, y, con msrazn, rns an que lgica" Por eso la finitud de todas las cosas nocs asuflto de conocirniento sino asunto de decisin. "Segn nuestrocoraje o nuestro cansancio, diremos que el mundo ha comenzado oque est inconcluso"4s .

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    , i#.ftNOTAS

    SOBRE T,'NA EPISTEMOLOGIA CONCORDATARIA

    'lI,i1,ir

    l. Ps.16.2. Le rationalisme qpliqu, pp. 176-171 .3, La philosophe du non, p. 144.4. Les ges de ttintetligence, p. 147.5. Le rationalisme appliqu, p. 38.6. "Idalisme discursif', en Recherches philosophiques, 1934-35,p.22.7. Le rationolisme appliqu, p. 4g.8. La philosophie du non, p. 139.9. Ibid., p. 144.LO. Le nuterialisme rationnel, p. 5?.11. E-sfl expresin se encuentra en el Essi sr la cowwissnce appro-. che,p.246.12. La valeur inductive de Ia relotivit pp. 24G241.13. La philosophie du wn, p. g; L- formation de l,esprit scien-tifique,p. 15.l!. la fomatin de lbsprit scientiftque p. 250.15. La psyclunalyse t feu, p. 9.16. Les intuitbns atomistiques, p. 16O.

    17. Lo philosophie du non, p. 119.18. Ibid.19. Ibd., p. 140.20, Les intuitions atomstiques, p.lS3.21. l,! fornation de I'esprit scientifique, p. 13.22. "Idaliime discursiP', en op. cit.' ' -23. La voleur inductive de la rehtivit, p. 2O3.24. Ibid., p. 208.25 Cap. II: "La rectification des concepts".26. La valeur inductive de Ia rehtivit,p. ZtO.27. Ibid., p, 245.28. Le rruterialisme ratiannel, p, 22.

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    29. Essai sur h confiaissance approche,p.290.30. L'eau et les rves, p. 14.31. L'air et /es songes, p. 1tr.l32. l,'eau et les veves, p.23.33. L'a ef Jes songes, p. 111.34" Ibid., p. t4.35. L'eau et les rQves, p. 2,1 .36. Ibid., p. to"37. Ibid., p. 9.38. tr a psychanalyse du feu, p" "!.4.39. Le rationalisme app!qw, p. '141.4O. Ibid., nota.4\" Le ratiorwltstne app$qu, p. 123..42. L'activit rationaliste de ia physique contetnporaine, p' 56.43. Le ntuvel esprit scientifique, p. 135.44. L'itttuitfun de l'instant, p" L'tr'Z.45. Paysages d'Albert Flocon, p. 6tr.

    JEAN HYPPOLTTEGASTON BACHELARDO EI, ROMANTICISMO DE LA INTELIGENCIA

    La inteligencia es creacin. La inteligibilidad se gana contraun obstculo, una resistencia al saber que nunca est aislada, sinoirnplicada en el contexto de un procedimiento de apertura, derrnpliacin del horizonte del ser. No hay dos polos netamentescparados, la identidad y la realidad, sino la existencia especulativa(lue es el devenir de la inteligibilidad. Por eso el conocimiento esro este romant este

    rcchaza toda clausura, toda negacin que aprisione al pensamiento,'rr un recinto cerrado -o incluso en un sistema* no se opone alrcionalismo y todo lo que este trmino implica: solidez terrestrey :rrn recelo a la vez malicioso y generoso respecto a los posibles.rrrclfss del misticismo.!-pS-g-b-.-eq.n*Lfg-qi$l-e-,s-"49*Seghglgd:gt,ttitnalisme appliqu, L'activit rationuliste dt, ]o ptr:W-. :".-."".--+":"-id *, , rrl,'t t-i-, , 'r rsricu-o_,. ?gig.q*J$np*g.le".Slp-+-ei3".-c-g-3-t-qgp9Ige Por eso la, ',rcsin imaginacin creadora que antes empleamos es ambigua yt,r,'lr|:mtica. El poder de la inteligencia "que construye su propia32 33

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    -*

    sorpresa y queda envuelta en el juego de sus preguntas,,, que in-venta nuevos fenmenos y trasciende siempre los primeros horizon-tes de nuestras imgenes limitadas, slo es imaginacin si se generl-liza el uso del trmino, as como la relatividad generalizi,i:, norense a generalizar. Conservaremos, pues, la expresin, pol.-ir.l j rBachelard la,inteligibilidad se dirige siempre del futuro al ,;a:ao.lo ;,la imaginacin creadora es propiamente la frncin absoluta .l;ilfuturo, el a prior de la creacin. Esta iqegllg-qgj"tl--Illgqg**!glslp--L'-l--S"{.et-eirte-per- :e -t$gis"-G:e.*js}"es.mp -e:ll?ffi

    La fsica contempornea es una verdadera filosofa. Integra ala experiencia rnisma las condiciones de la experiencia, y alejernplo singular la gama de las probabilidades" Se trata de unaverdadera posibilizacin del ente, no de una posible lgica, ni tam-poclr de esa posibilidad de la experiencia que era para Kant elfi,rndamento trascendental de la naturaleza, pero que haba des-plazado a una subjetidad distinta de la experiencia misma en unacategora de modalidad que era reflexiva sin ser constituyente-constituda en el corazn mismo de la experiencia.Creo que Bachelard, al estudiar la relatividad y la mecni-ca ondulatoria -una y otra en su estructura, en su gnesis y en suemergencia histrica tanto como en sr-r intencin realizante- pe-miti entrever ese carcter altamente filosfico de la ciencia con-tempornea que tal yez no resalta siernpre. l centro del problemaes ciertamente el papel fecunddnte del operador matemtico: "Conel infinito cornienza la verdadera matemtica", escribi Jean Cavai-I' lls. Las matemticas son a la Fsica lo que la Poesa es a latt

    -ll Imaeinacin cle los elementos. La matemtica es para la cienciatt@terffipropio a piori,la vida, como lo ltace, en nuestra opinin, GeorgesCanguilhem, quien se mantiene en la atmsfera ontolgica de loque habra que llamar el a priori vital), el 1gggg_-uglqgdj-d.J

    , que- . igrnt{p* -"piTsion;rt-' dl "- ro;- ir" 6sin te l iut,;:ro _1e -$!or_dj& t- pil 9s9- dii.tii-banis tiiuna iiii,,friii, i ,1,i. ----:..T-.,.---:4

    -+'..t''-''T

    nunca es onto

    Bachelard ha elaborado Ltna fiiosofa de ll g5rividadhumana, de la voluntad del Logos dador de sentido..,,',,iir rl

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    I

    i,

    mismo plao que el acontecimiento sensible. Se ve as todas lasinsuficiencias de la teora clsica de la abstraccin, tal como ladesanoll J. Laporte en su obra. Hay una abstraccin total que,como la reflexin total, no deja pasar nada. Y es tan esencial ysimple como rica y fecunda; integra a la esencia la cuestin crea-dora que ha hecho surgir la esencia.I Lu relatividad -restringida y generalizada- nos ofrece elI ejemplo ms tpico de ese avance de la inteligencia que inventa suI racionalidad, que arriesga sin garantas expresas la hiptesis msI general, no para rectifica a Newton en una aproximacin dife-\ rente, sino para desbordarlo y englobarlo en una nueva inte-\igibilidad de la naturaleza.' La pregunta es filosfica, aunque se formule matemtica-mente: cmo excluir todo lo que puede perjudicar a la libertadde indiferencia en la eleccin de los medios de deteccin de lossistemas de referencia? Cmo hacer un cuerpo matemtico deesta especie de simetra epistemolgica? Todos los sistemas dereferencia son equivalentes. Slo nos detenemos -deca ya Des-cartes- por un decreto arbitrario del pensamiento. Ningn sistematiene un derecho particular al Eter; las leyes de la naturaleza debenser invariantes. A la matemtica le corresponde plantear el pro-blema en su generalidad y escribir las frmulas de esta transfor-macin, las que mantienen la invariante del Universo en el paso deun sistema a otro. Lo real, que es siempre -mientras est ingenua-mente sustancializado, como por ejemplo la fuerza o el fludoelctrico- una suerte de privilegio, debe ceder ante la feerencia.En el fondo, la inteligibilidad de lo real es su referencia. La rna-teria no se dilata como el calor dilata ante nosotros los cuerpos, yel tiempo en s no se estira, pues ese en-s sera un privilegiosustanciazado; la longitud y el tiempo son lo que son cuandoestn referidos. As puede entonces escribir Bachelard: "No esmenos cierto que sistemas de geometra cada vez ms complejostendran un alcance filosfico considerable, ya que justificaran,reglndola, la total sustitucin de la realidad por la referencia".

    abstraccin sensible, la nica que considera el sentido comn. Estedistingue demasiado fcilmente un sensible esencial y un sensible36

    inesencial, cada uno de ellos un ser-ah sensible. Pero la esencia-si todava se puede ulizar este trmino orientndolo hacia la

    mascaradas, en su cornplejo funcional. De este modo, el proce'dimiento matemtico de la teora fsica es una esencializacinautntica del dato primero (y primero siempre relativamente), susuperacin por comprensin, por construccin de racionalidad.Bachelard nos hace comprender esta generalizacin, que ins-tituye "la,.existenci+rrlugarie-Ja-ruslatc-ia", hacindonos asistir ala generalizacin matemtica. En matemtica$, lo simple no es losimplificado sino lo 'oclaramente sinttico", lo "evidentementefecundo". Se podra pensar que la esfera es ms simple que elelipsoide.. pero no es as' pues la igualdad de los radios en la esferaEncubre funciones de la superficie. No hay que encubrir nada, hayque abrir todas las posibilidades. La posibilizacin es un remon-tarse favorecido por el caso excepcional, por la aproximacin.

    cortano o ms bien cuando sus puntos de interseccin han pasado aserimaginarios.*L3,-gwlelgg_cJq4-gajsttfiams-l9"94lvqls4lgg-.*creto -el enlace dialctico de lo universal y lo particular-; es, enreto -el enlace dialctico de lo universal y lo particular-; es, ensu existencia, una deintuicincreacin. "La difibultad, en el manejo de lo imaginario -as comoen el manejo de la cuarta dimensin- consiste en mantener en lamente el ejemplo real, como el objeto dp tres dimensiones, y luegopensar al mismo tiempo la extensin de las propiedades consi-deradas, que esa xtensin aborda un mundo irnaginario o bienuna dimensin suplementaria, juego difcil y delicioso qe capta enbordar el- ejemplo; pide a la experiencia misma, esa compaera delhbito, una leccin de disponibilidad de espritu".-pgega manera

    nocin ms adecuada de sentido- noextenuacin de lo ese comn denomgeryUu. La esencia es la funcin que--lb sensible en la toialidad de sus relaciones desen'

    Ele-pensplrriiJlllo de lg rgllgregg"iaa -la mediacin pura* es una !Ugy*q. oEsta extensin, que eniiilueTE , sustituye a la

    ente5t

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    :ihecho por lo permanente de dqtecho. permite agregar 1o posibie ala realidad sin correr el riesgo de dejarse engaar por la extensindada a los conceptos, ya que designa siempre con un signo dis-ntivo el motivo del agregado. En resumen, lo imaginarjojs_u!ve r d a de r o o p gr Ld or_ _d g&nr_aa cin . E n c un;;TffiG;m;matemticos de la mecnica ondulatoria, sirven para sustituir elcaso dado por todos los probables. n'Lo que el algebrisrno prece-dente haba formplado, mantenindose lo ms cerci posible de larealidad, debe ser transformado aqu en una estimacin de laposibilidad. El mtodo pretende, a partir de un fenmeno parti-cular, delinear el plan de la posibilidad del fenmeno, afectandotodos los casos posibles con su coeficiente de probabilidad".La racionglidad constituda progresivamente en esta fsicamatemtica no est fundada inicialrnente -esto es esencial para elracionalismo ap@!a a s misrua, apela as-u q ndaqle lt o ge${e",e] fu tu ro hagi L e:Jts, 4p.5 l fu tu*@rundamento, que acta retrospectivamente. Este movimiento es el-Iunoamento, que acta retrospectivamente. Este movimiento es el-.__qe la raclonahdad creadora y la iustificacin retrosoectiva- orre esY, a {aL;rYnlqag _gry{ga y rls"slglgcfJ] Iggspgg f yg*gg-gs"ro conano ce una ltuslon retrospectiva. til tiempo psiColgico es. Bachelad es brillantecuado confronta sin cesar el psicologismo de la historia ccncretade la ciencia y el logicismo de la reconstruccin retrospectiva. ynecesita esta confrontacin, pues para l la ciencia viviente noabandona su propia pedagoga, en la que el error denunciado, com-prenoiclo, es un momento indispensable. La base de la ciencia noest tras ella, como lo estn las ideas caitesianas o las evidenciasprimeras. Siempre se adelanta a s misma. Es el futuro la dimen-sin temporal de la inteligibilidad. "No se trata de una remi-niscencia, sino de una presciencia, no de ver sino de prever,'. Elfundamento est en lo alto, no es la plataforma sino ia clave debveda del edificio, o ms bien de los diversos edificios. ,.La edadde oro est ante nosotros"-BachelardJp&igalgs."M Lantra4ic_gr.93j_-99-1 9ro_es lg 4g!qlrga qiSma. pd;6acaso la matemtica es ?f'g*m*omiT*1ilas Condic-iones

    tluiz, a lo que pensaba Cavaills no puede ser aislada del mismornodo que tampoco depende estrechamente de su contexto fsico.Siempre estamos en la mediacin y no salimos de ella, no podemossalir" como creyeron Descartes y Husserl en sus meditaciones sobreun fundamento absoluto, un primer comienzo. El racionalismo nocomienza, contina, nunca es puro (hay un psicoanlisis del cono-cimiento objetivo), se purifica, recomienza, se articula en camposque el empirismo no permite prever, en regiones de ser. que secielimitan porque son organizaciones de razones, de las inversionesde lo asertrico en lo apodctico. "El valor apodctico se revelams bien en la extensin que en la reduccin; la multiplicidad delas relaciones duplica de algn modo la evidencia porque esa mul-tiplicidad es la evidencia desde distintos puntos de vista. En suma,creemos que construyendo, fundamos". Se ve as surgir una multiplicidad de campos en los que la racionalidad, la tcnica se han coils-tituido con su propia originalidad, campos en los que no se penetrade golpe, sin instruccin previa. Todo ingenuo es, en este caso, inme-diatamente un alienado. Esta multiplicidad, que conduce a especiali-zaciones en profundidad, no es una rnultiplicidad pura, sino dialc-tica. Esto significa que se establecen relaciones, pero no relacionesunvocas que puedan fijarse de una vez para siempre. LA*lSIffino es una idea, sino una dialctica. "El racionalismo integral slo-.+.+.*#-#'ryryr@'Y:^poilrT*ser una do-riiiin de las dilerentes axiomticas de base. Ydesignar al racionalisrro como una actividad dialctica, ya que lasdiversas axiomticas se articularn entre s dialcticamente".Cada uno de esos campos es hoy un campo armado; es soli-drio de una tcnica generadora de los fenmenos. Bachelardopone a la fenomenologa, que descubre los fenmenos, la fenome-notecnia, que los instaura. Cmo estudiar hoy da la mecnicaondulatoria, el enlace fundamental de la partcula y la onda, sin eloperador matemlico o sin la armadura tchica que hacer surgir alfenmeno mismo? Uno y otro inventan. La fenomenotec4ia es tan-inyentiva ,"orno la tegf.A. Es una ..prrr*ntffique ve en la intencin realizante y la realizacin efectiva una simpleaplicacin infecunda, no menos simplista que la representacin queve en la ciencia nicamente la tcnica realizanle y en la matem-tica un lenguaje econmico. I-as ltimas obras de Bachelard sobrecl racionslismo aplicado manifiestan este enlace irreductible deilaboratorio y la matemtica. "Es preciso incnrporar las condiciones"

    II\matemticas indican el Ser, porque ellas mismas son parte del Ser,o ms bien se puede decir que el Ser est hecho de sus contra-dicciones y de su riqueza", pero la matemtica -contrariamente,38

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    de aplicacin del concepto en el sentido mismo del concepto... Laciencia realiza sus objetos sin encontrarlos nunca ya hechos. Laciencia no coryegpon4e. -u{r, mundo por. e-sgubrir. jsitlg _,e-ggi sungg po:-cpnslzuirli.Por ltimo, esta-ersci.l que'es la ciencia *una esttica dela inteligencia- se'desarrolla en un elemento de intersubjetividad.Bachelard insiste particularmente en el peso muerto del racio-nalismo enseado, y en el aporte verdaderamente nuevo que sig-nifica, para cada aonciencia singular, el rucionalismo educador.Hayuna ciudad de la ciencia,'una escuela en devenir, y Bachelard noest lejos de creer que "la cscuela as entendida no est hecha parala sociedad, sino la sociedad para la escuela". Y nos invita a unameditacin sobre la intersubjetividad trascendental a nivel de laciencia. Una verdadera autoconciencia objetiva surge de esas rela-ciones entre las conciencias, pero Bachelard, en esta pedagogaviviente, erigida en dimensin humana, insiste siempre en la nove-dad del aporte de una conciencia a otra. No hav'Una rcminis;cencia- como en Platn- un desoertar de lo oue va era virtual-

    - -J.,-ry--_a-.%m4ten Einstein, en la soledad, rompe la nocin comn de simulta-neidad; es la emergencia de un punto de vista esencialmente nuevo,y no obstante otros sabios lo comprenden. La prueba se instituyeentre una conciencia y otra, la soledad de la primera rupturadesaparece. Una conciencia podra dar a otra lo que esa otra con-ciencia an no tiene, como si -pero slo como si- la racionalidadnuev ya estuviera all antes de estar all. Tendramos razn enhablar de imaginacin trascendental, para mantener siempre ante lamirada ese futuro absoluto, esa apertura fundamental.Frente a esta epistemologa, a esta filosofia de la ciencia que

    S nos inicia en el racionalismo conqr.ristador, ampliando el horizontede la comprensin mucho ms all de la imaginacin propiamentehumana -gracias a esa otra imaginacin que es la de la abstraccin matemtica o la relacin comprensiva.*, frente a esa obra ya {nag-I nfica, Bachelard nos presenta otra obra paralela, simtrica de lat primera. un estudio de la imasinacin humana de la materia-o-ds /@I los elementos que prolonga los -sre-os de-lg;elSgiJg1*a$-Jtjcft"cubi l fuente misma de toda literatura. Esta obra es ya con-TAe6F. reAe rafffiTf p sffiff s friffiaolo a las cosas mism as :"!,XPqrl4!l-is 4?t"fu:ffi-Sigue nuestras ensoaciones sobre el agua"El agta y los sueos; nos acerca la extrema pureza de lo ima-40

    ginario areo con el ms pertinente anlisis de las imsenes deNietzsche expresando el gusto por las cumbres: El aire y [o\ sueos.Finalmente, en una ltima serie de obras, sigue a la imaginacin hu,rnana hasta el fondo de la materialidad, en su lucha con el elementoresistente, o en su necesidad de perderse en la intimidad de esamateria para encontrar en ella el reposo de la sustancia; establecela relacin entre el onirismo y la voluntad humana.Este estudio de la imaginacin, del sueo y de la ensoacinhumana es de una poderosa originalidad, y quiz permita renovarcompletamente toda la crtica literaria. Ya Jean-Paul Sartre, en E/ser y lu nada, ha utilizado ese psicoanlisis de las cosas para edifi-car su propio psicoanlisis existencial. Un psicoanlisis de los.elementos, de las cualidades sensibles, como el de GastonBachelard, le permite comprender cmo nos hacemos anunciar 1oque somos, nuestra manera de ser-en-el-mundo, por las cualidadessensibles que develamos al surgir a la existencia. Fero la "Metaf-sica de la imaginacin", objetivo declarado de Bacfil6iillEfT6-i-

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    -oroen muv olstrnto que el Dsrcoanalsrs exlstenclal ce Jartre o elp$coanallsls lreudrano" Mas bren se uncula a la "Fantasia trascen-

    '---# 1---- r-.oental-' de Novalls. esa rma$nacron de los romantrcos alemanes.' =ftu-Tr -+"*F'a: rara elros ra narurareza era una r{acron oe la lmagrnaclon -quel sostiene y precede, por su carcter verdaderamente creador, a la per-I cepcin y la funcin de lo real.

    slo se descubre- quede lasmatemticas. Tal es la funcin hombre. Esta fi 'es-.Esed$s; 9l

    funcin no enuncia sino una presencia banal -en el mundo,*1.'i.ri.a-social annimo. Hay que soar bien antes que ver bien, o mejoi *r"r' Idicho slo vemos verdaderamente si experimentamos profun- :";,.,.r,t $damente. "El ser humano que abandona a los hombres hasta en'.el ..,.*,..,fondo de sus ensoaciones, ve finalmente las cosas". Bachelard4l

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    i ii,ll'iI'i

    dice que la funcin de lo real, tan frecuentemente evocada por lospsiclogos, cancteriza la adaptacin de una mente a una realidadmarcada por los valores sociales. A menudo recordamos el surrealis-mo ms que el psicoanlisis existencial. Pero esta funcin de ausenciano es sin embargo una evasin, originada en un desgarramiento delo real; por el contrario, casi siempre la potencia onrica nutre lasenergas de la vigilia. Hay un rechazo effir--J.chelard, quien tiene, en cambio, una gran predileccin por la sin-ceridad filosfica; por eso slo podemos, por el momento, esbozarlas grandes lneas rectoras de esta metafsica de la imaginacin.

    existencia humana".Pero he aqu el contraste original, la arrttesis de este pen-samiento ggg$ilgl; esta evasin subyace a la percepcin coflcreta,,esel sujeto el'objeto. Sartre utiliza otro lenguaje, pero ve en lascualidades fsicas sentidas tanto el develamiento del en's como el

    ter primitivo, el carcter psquicamente fundamental de la imagi-nacin creadora". No obstante, slo fundndonos en el elemento,lo molizamos, lo vemos devenir. Nuestra historia es as la historiade las cosas que nos contamos. Solamente en esta fusin riginariacon el elemento es que la imaginacin trascendental se libera ple-nmente. Su adherencia es su liberacin; se comprende entonces elinters dj gn1 "linfhlung" especializada, el beneficio que,obte-nemos fundindnoffiuna materia particular' y no disper-sndonos en un universo diferenciado. A los objetos, a las dife'rentes materias, a los elementos les pediremos a la vez su espe-cfica densidad de ser y su exacta energa de devenir. A los fen.menos les pediremos consejos de cambios" Se ve as cmo esta42

    imaginacin subtiende a la vez el elemento percibido y se evade de1, o ms bien lo deja desarrollarse en estado ondulante, movi-lizarse libremente, para vivir ms all del horizonte limitado de unafuncin de lo real. Como la imaginacin fluctuante de Fichte, estaimaginacin es a la vez libre y reglada. o'Somos arrastrados en labsqueda imaginaria por rnaterias fundamentales, por elementosimaginarios que tienen leyes ideales tan convincentes como lasleyes experimentales". Est cargada de materia y ebria de ausencia,de una ausencia que significa la superacin de la imagen imaginada.ilii.li ir'i

    'il:lj'i,.f:',,:,'li, i jol^cffiHlsrda, urc- qna rnanqgl-4g leh.egI$j9llgt9t:!!4iir;- dp eodelgs. Hay que aprender a soflar . y, si se soara mal,

    iilili

    bloqueados por un pasado, por una cristalizacin en un deseoinsatisfecho, habra que soar de otro modo. "El psicoanrlisis cl-sico analiza las perturbaciones en la formacin primitiva de la per-sonalidad. Debe reducir aquello que, en el pasado, se ha cris"talizado en torno a un deseo insatisfecho". "La psicosntesis(Bachelard se refiere en este caso a Desoille) trata sobre todo dedeterminar las condiciones de sntesis para una nueva formacin dela personalidad. La novedad sentimental que se agrega a la perso-nalidad, novedad que es, en nuestra opinin, la funcin propia dela imaginacin, rectificar a menudo por s misrna un pasado nral,hecho". En surna, bajo la imagen, el psicoaniisis busca la realidadly olvida la bsqueda inversa: en la realidad, buscar la fositividadlde la imagen. Es en esta blsqpeda donde se discierne esa energade imagen que constituye la marca misma del psiquismo activo. Lapsicosntesis tal como la concibe Bachelard orolonsa. oero tamTil-

    - rectifica, el_BsicS4[i{1isis. clsico. La cura psicoanlitica, al develar#el-omplejo, corre el riesgo de dejar al paciente ante la sequedadde un pasado muerto, de una verdad que no puede ser sino unano"verdad, porque ha perdido toda perspectiva; hay que darlenuevos sueos, orientarlc para que suee de otro modo.Es oportuno que un filsofo elogie el sueo y el poder din-mico de la imaginacin onrica, despus qpe se ha insistido tantoen el peligro de los sreos, despus que Bergson viera en I,:porlo menos con gran frecuencia* solo una distensin del impulso

    Funcin propiamente creadora, la imaginacin no reproduce,se evade, buscd el sentido absolutamente nuevo: "El voq4blo ful-la imasinacin es esen el psiquismo humano, es la expe-rrencra mlsma pe-rtra, la experiencia misma de la novedad...Como proclama Blake, la imaginacin no s un esiado, es la misma

    nlisis, se puede hablar aqu de sublimacin, perono en el mNmo sennuestros podegg El

    de nuestra manera de ser-en-el-mundo. Laaventura--de la percepcin. Todavia d9

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    oreador, y Freud un medio simblico de resolver idealmente losconflictos que no hemos podido resolver en la realidad.Esta Fantasa trascendental- cue se absorbe en los elemenfos ri.-

    especficamente humana a la que se podra llamar la voluntad delLogos... Antes de toda accin, el hombre necesita decirse a smismo en el silencio de su ser qu quiere llegar a ser. Necesitaprobarse y cantarse su propio devenir. Esta es la funcin voluntariade la poesa. La poesa voluntaria debe ser nculada con la tena-cidad y la valenta del ser silencioso". As Scrates filsofo deca,

    nalidad de la tesis de Bachelard es el enlace que vincula el dina-mismo humano, la voluntad y e.l sueo, enlace -bastante paradjicben la psicolog contempornea. "Como siempre se considera a laensoacin bajo el aspecto de una distensin, se ignoran esossueos de accin precisa a los que llamaremos ensoaciones de lavoluntad". Pero, de ua manera general, la funcin de lo real espara Bachelard como una funcin de repeticin y de conformismo.Hay que abrir este mundo cerrado para recuperar su impulso. Poreso la funcin de lo irreal es la funcin que dinamiza el psiquismo,mientras que la funcin de lo real es una funcin de detencin, deinhibicin. La voluntad suea, y al soar da un futuro a su accin.J En ninguna parte ms oue en la imasinacin de la materia-d{o dq-ro y.lp il1ndg, de la resistencia de !qs_pqsrs,_{e los solido_i6ien lnstffii

    oue oresiente. que prev la resistencia de la naturaleza. Pero tam'bin nos conduce a las ensoaciones de la intimidad -nuestraintimidad, que se confunde con la de las cosas-, la imaginacindel "Dentro", frente a la imaginacin del 'oContra". Bajo la se-duccin de ese reposo'ntimo e intenso, "ciertas almas definen alser por el reposo, por la sustancia, contraponindose al esfuerzoque hiciramos en una obra anterior para definir al ser humanocomo emergencia y dinamismo".' Este estudio del proyecto integral de la imaginacin, pro-yecto que envuelve aqu la percepcin sensible y la desborda portodas partes para significarla autnticamente como la cifra poticade lo humano en lo elemental, llega hasta el fondo de las ensoa-ciones de los alquimistas, e incluso quiz de los metafsicos y los ms-

    proyecto imaginativo que es un proyecto de apertura integral. Porun lado, lo imaginario matemtico permite una generalizacincomprensiva y ofrece el operador fecundo que define el universode la ciencia, una ciencia creadora; por otro, la imaginacin pg-tica, que se deja llevar por los elementos e instituye nuevos sen-dos. La poesa enlaza lo oue la ciencia no enlaza: instaura unsenuoo "ncE no es"n--fftA^ el mundo, si se entiende por esencia una especie de abstrac-cin empobrecida de lo real, sino que desprende y libera abriendo lasperspectivas del sentido. En el primer caso el sentido era la ma-tematizacin del Universo, en el otro la poesa del Universo. Lasque denuncia la imd-

    ciencia, el saber45

    ticos.;.Qu hav detrs de larelacin entre

    de los elementos.. Advertimos bien que esos dos temasfu.rli..+#.*.