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01 LAMANZANAENLACABEZA LA NUEVA ODISEA L a historia de Cuba es la odisea de su pueblo fren- te a la naturaleza. Quiso el azar que las primeras líneas oficiales de su leyenda las escribiera Colón tras sortear un huracán. Pero no sería el único desastre en sus tomos, que ya recogen cómo los pueblos ori- ginarios se volcaron hacia un rudimentario estudio del clima y los ciclones, según algunas tesis moder- nas que interpretan como tal ciertos jeroglíficos ha- llados en cavernas. Había que adaptarse. Luego ocurrieron violentas “tempestades”, ya fuera en forma de sequías (atenuadas por torrenciales me- teoros), la deforestación indiscriminada para aupar la agricultura extensiva, la contaminación de las fuentes de agua, la industrialización con tecnologías dudosa- mente amistosas, o una cultura ciudadana marcada por el signo del desarrollismo voluntarista a expensas del medio ambiente. Súmese a eso una guerra econó- mica que tronchó el esplendor de casi todas las metas. Entonces lo urgente mataba lo importante. Impávido, el incremento de silenciosos cambios climáticos comenzó a herir –como puede en la piel lograr una insignificante hoja de papel– el sueño de un futuro sostenible, no ya del archipiélago, sino de toda la humanidad. Y los augurios dicen que todo será peor si no se toman medidas antes de la oscura medianoche. A tenor con este apremio, el Consejo de Ministros de la Isla aprobó recientemente el Plan de Estado para el enfrentamiento a este fenómeno, a fin de contrarrestar los daños que pudieran ocurrir a causa del cambio climático en los próximos años. El documento aprobado, conocido como Tarea Vida, tiene un alcance y jerarquía superiores a otros anteriormente elaborados sobre el tema, y entre sus particularidades destaca un programa de inver- siones progresivas que se irán ejecutando a corto (año 2020), mediano (2030), largo (2050) y muy largo (2100) plazos. En buena hora llega esta visión, pues a diferencia de los estudios precedentes, la Tarea Vida se piensa y aprueba cuando el país tiene mejores condiciones culturales y científicas, así como una mayor sensibi- lidad de la población y las autoridades para abordar el asunto. También una probable tendencia a la esta- bilidad y el aumento de los recursos necesarios para encarar el nuevo desafío. Existen amenazas cuyas acciones de mitigación y adaptabilidad se adueñarán de prioridad. Ciertas localidades costeras, por ejemplo, podrían quedar anegadas al sobreelevarse los niveles del mar, des- truyendo el patrimonio, la esencia y la mística de su gente. Como nave nodriza, la Tarea Vida desplegará 11 misiones, entre las cuales figuran asegurar la dispo- nibilidad y el uso eficiente del agua como parte del enfrentamiento a la sequía; dirigir la reforestación hacia la máxima protección de los suelos y las aguas; detener el deterioro de los arrecifes de coral, reha- bilitarlos y conservarlos; así como implementar otras medidas en programas, planes y proyectos vincula- dos a la energía renovable, la eficiencia energética, la seguridad alimentaria, la salud y el turismo. El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Am- biente será el encargado de implementar y controlar este Plan de Estado, que ha considerado decisiva la participación de la población a partir del aumento de su percepción del riesgo y conocimientos. He aquí entonces el desafío mayor: cómo involu- crar a las personas, individualmente o mediante sus múltiples formas de asociación, con un proyecto que rebasará los intereses estrictamente estatales, para convertirlos en protagonistas de semejante tarea. Volviendo al ejemplo: Los poblados amenazados con desaparecer bajo los mares elevados, tendrán que trasladarse antes hacia zonas altas y sus habitan- tes deberán comenzar una nueva vida. Si la historia nacional es la odisea de su pueblo frente a la naturaleza, vale escudriñar en ella. Sirva recordar, digamos, que Isabela de Sagua, en el nor- te de Villa Clara, fue prácticamente arrasada por un violento ciclón en la década de 1980. Entonces el Estado construyó un nuevo y fuerte poblado a 16 ki- lómetros de la costa, Nueva Isabela, pero pasado el tiempo sus pobladores comenzaron a retornar a sus viejas y destruidas casas de maderas junto al mar. Aun con buenas intenciones en el alma, nadie preguntó entonces si un pescador podría cambiar su idiosincrasia de un plumazo. Hoy no solo puede indagársele, sino que debe ser llamado para partici- par en los estudios y la toma de decisiones. No en balde han preferido llamarle Vida a la nueva odisea.

LAMANZANAENLACABEZA LA NUEVA ODISEA · naturales de poca frecuencia en el Caribe. Sin embargo, su ocurren - cia cerca de Cuba no es imposible y resulta necesario estar atentos a los

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LAMANZANAENLACABEZA

LA NUEVA ODISEALa historia de Cuba es la odisea de su pueblo fren-

te a la naturaleza. Quiso el azar que las primeras líneas oficiales de su leyenda las escribiera Colón tras sortear un huracán. Pero no sería el único desastre en sus tomos, que ya recogen cómo los pueblos ori-ginarios se volcaron hacia un rudimentario estudio del clima y los ciclones, según algunas tesis moder-nas que interpretan como tal ciertos jeroglíficos ha-llados en cavernas. Había que adaptarse.

Luego ocurrieron violentas “tempestades”, ya fuera en forma de sequías (atenuadas por torrenciales me-teoros), la deforestación indiscriminada para aupar la agricultura extensiva, la contaminación de las fuentes de agua, la industrialización con tecnologías dudosa-mente amistosas, o una cultura ciudadana marcada por el signo del desarrollismo voluntarista a expensas del medio ambiente. Súmese a eso una guerra econó-mica que tronchó el esplendor de casi todas las metas. Entonces lo urgente mataba lo importante.

Impávido, el incremento de silenciosos cambios climáticos comenzó a herir –como puede en la piel lograr una insignificante hoja de papel– el sueño de un futuro sostenible, no ya del archipiélago, sino de toda la humanidad. Y los augurios dicen que todo será peor si no se toman medidas antes de la oscura medianoche.

A tenor con este apremio, el Consejo de Ministros de la Isla aprobó recientemente el Plan de Estado para el enfrentamiento a este fenómeno, a fin de contrarrestar los daños que pudieran ocurrir a causa del cambio climático en los próximos años.

El documento aprobado, conocido como Tarea Vida, tiene un alcance y jerarquía superiores a otros anteriormente elaborados sobre el tema, y entre sus particularidades destaca un programa de inver-siones progresivas que se irán ejecutando a corto (año 2020), mediano (2030), largo (2050) y muy largo (2100) plazos.

En buena hora llega esta visión, pues a diferencia de los estudios precedentes, la Tarea Vida se piensa y aprueba cuando el país tiene mejores condiciones culturales y científicas, así como una mayor sensibi-lidad de la población y las autoridades para abordar el asunto. También una probable tendencia a la esta-bilidad y el aumento de los recursos necesarios para encarar el nuevo desafío.

Existen amenazas cuyas acciones de mitigación y adaptabilidad se adueñarán de prioridad. Ciertas localidades costeras, por ejemplo, podrían quedar anegadas al sobreelevarse los niveles del mar, des-truyendo el patrimonio, la esencia y la mística de su gente.

Como nave nodriza, la Tarea Vida desplegará 11 misiones, entre las cuales figuran asegurar la dispo-nibilidad y el uso eficiente del agua como parte del enfrentamiento a la sequía; dirigir la reforestación hacia la máxima protección de los suelos y las aguas; detener el deterioro de los arrecifes de coral, reha-bilitarlos y conservarlos; así como implementar otras medidas en programas, planes y proyectos vincula-dos a la energía renovable, la eficiencia energética, la seguridad alimentaria, la salud y el turismo.

El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Am-biente será el encargado de implementar y controlar este Plan de Estado, que ha considerado decisiva la participación de la población a partir del aumento de su percepción del riesgo y conocimientos.

He aquí entonces el desafío mayor: cómo involu-crar a las personas, individualmente o mediante sus múltiples formas de asociación, con un proyecto que rebasará los intereses estrictamente estatales, para convertirlos en protagonistas de semejante tarea.

Volviendo al ejemplo: Los poblados amenazados con desaparecer bajo los mares elevados, tendrán que trasladarse antes hacia zonas altas y sus habitan-tes deberán comenzar una nueva vida.

Si la historia nacional es la odisea de su pueblo frente a la naturaleza, vale escudriñar en ella. Sirva recordar, digamos, que Isabela de Sagua, en el nor-te de Villa Clara, fue prácticamente arrasada por un violento ciclón en la década de 1980. Entonces el Estado construyó un nuevo y fuerte poblado a 16 ki-lómetros de la costa, Nueva Isabela, pero pasado el tiempo sus pobladores comenzaron a retornar a sus viejas y destruidas casas de maderas junto al mar.

Aun con buenas intenciones en el alma, nadie preguntó entonces si un pescador podría cambiar su idiosincrasia de un plumazo. Hoy no solo puede indagársele, sino que debe ser llamado para partici-par en los estudios y la toma de decisiones.

No en balde han preferido llamarle Vida a la nueva odisea.

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397LAMANZANAENLACABEZA

> La nueva Odisea01

MAREMOTOS

> Vivir sin miedo04

QUEMADURAS

DILEMAS

ELECTRODOMÉSTICOS

CIENCIAFICCIÓN

LAENTREVISTA

MUNDOBIT

SUCESOS

DELOPRÁCTICO

TIEMPOPARAPENSAR

> El que juega con fuego...

> La nave de los gérmenes (II)

> Inverter: ¿una simple propaganda?

> Cápsula K33

> “Intento imaginar lo que sufren”

> Pienso, luego habito

> El virus que robó el nombre a un río

> Higrómetro casero46

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COLECTIVO EDITORIAL CONSEJO CIENTÍFICO-TÉCNICO ASESOR

DIRECTORA:Iramis Alonso Porro

JEFA DE REDACCIÓN:Flor de Paz

CORRECCIÓN:Raúl Ramírez Manzano

DISEÑO ORIGINAL: Alejandro Cervantes (MACH)

DISEÑO Y REALIZACIÓN:Elizabeth Piferrer Quintero

Roberto Javier Quintero GutiérrezWEB MÁSTER:

Irenia González CelaFOTOMECÁNICA:

DaVinci IMPRESIÓN:

Combinado Osvaldo Sánchez, La Habana

PORTADA 397Roberto Javier Quintero Gutiérrez

Secretaria: Lic. Iramis Alonso PorroPresidente Academia de Ciencias: Dr. Ismael Clark ArxerCITMA: Lic. América Santos RiveraACC: Prof. Rodolfo Alfonso CarrascoCosmos: Gral. Bda. Arnaldo Tamayo MéndezBTJ: Ing. Ricmar RodríguezHistoria de las Ciencias: Dr. Pedro M. Pruna Goodgall Industria azucarera: Dr. en C. Oscar Almazán del Olmo Botánica: Lic. Blanca E. Sorribes Amores Ciencia ficción: Lic. Víctor Bruno Henríquez Información, Ciencia y Técnica: Arq. Osvaldo Bebelagua Castillo Química farmacéutica: Dr. en C. Alberto Núñez Sellez OCPI: M. Sc. Eva Romeu LameiraGeofísica y Astronomía: Prof. Jorge Pérez DovalDr. Ramón Rodríguez TaboadaElectrónica: Ing. José Ramón LópezIng. Arnaldo Coro AntichOncología: Dr. Jorge L. Soriano Gineco-obstetricia: Dr. Nelson Rodríguez HidalgoDr. Miguel Lugones BotellPediatría: Dr. Erick Martínez Ortopedia: Dr. Rodrigo Álvarez Cambras Construcción naval, pesca y rama marítima:Dr. Amado Galiano Ortiz Espeleología: Ing. Leslie Molerio León Agricultura: Dr. Adolfo Rodríguez NodalDra. Arlene Rodríguez Manzano

REDACCIÓN: Prado 553 entre Teniente Rey y Dragones, La Habana Vieja, La Habana.

CP 10200TELÉFONOS: 7 862 5031-36

ext 131 y 132EMAIL: [email protected]

WEB: www.juventudtecnica.cuISSN: 0449-4555

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MAREMOTOS

Conocidos también con el nom-bre de tsunamis, son fenómenos naturales de poca frecuencia en el Caribe. Sin embargo, su ocurren-cia cerca de Cuba no es imposible y resulta necesario estar atentos a los comunicados de la Defensa Civil y buscar refugio en montañas u otras elevaciones del terreno.

Por Claudia Alemañy CastillaIlustración: Roberto Javier Quintero Gutiérrez

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Comenzaba a caer la noche. La suave brisa invernal era

casi insignificante en aquella zona del Oriente cubano. Los habitantes de la Villa

Primada sintieron los bruscos temblores a tempra-nas horas de la tarde. Luego, muchos regresaron a algunas de sus labores diarias, mientras otros perma-necieron expectantes a posibles réplicas.

De pronto, la cotidianidad fue interrumpida y la alarma se hizo tangible. Los vecinos de Baracoa es-cucharon las primeras voces de alerta desde un he-licóptero de la Defensa Civil que surcó el cielo de la ciudad: se acercaba un maremoto.

A las 4 y 53 minutos de la tarde del martes 12 de enero del 2010 un potente terremoto de 7,3 en la escala de Richter, se registró a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital haitiana. Poco después, el Centro de Prevención de Tsunamis del Pacífico notificó la posibilidad de ocurrencia de uno de esos

eventos marinos para los países que conforman La

Española y Cuba. Rafaela Ferreiro, una baracoen-

se testigo del suceso, recuerda con la mayor claridad que aquel anochecer

todo el mundo se subió a las lomas.“Nuestra ciudad está a baja altura con

respecto al nivel del mar y no podíamos que-darnos. Nos señalaron que subiéramos a los pun-

tos más altos en las montañitas y que nadie volviera a sus casas hasta próximos avisos.

“Yo creo que en menos de 30 minutos los mil y tantos habitantes de la ciudad ya estábamos eva-cuados. Todo el mundo cogió lo indispensable, agua, la leche para los niños. Nadie se quedó atrás, para las lomas fueron los ancianos, los enfermos, personas en sillas de ruedas…”

Rafaela, quien siguió las orientaciones de la Defensa Civil junto a su familia, todavía agradece la actitud de quienes viven en aquellas lomas, que abrieron sus puertas para dar un lugar seguro a los posibles damnificados en caso de la llegada del tsunami.

“Todos fueron muy hospitalarios y hubo alberga-dos hasta en el Hotel Castillo, que también se en-cuentra sobre una de nuestras alturas”.

Cerca de las nueve de la noche, rememora la ba-racoense, desde otro helicóptero se advirtió a todos que podían volver a sus casas; ya no había peligro.

“No pasó nada, pero aquella noche todo el mun-do durmió con un ojo abierto y el otro cerrado. Ha-bía mucho miedo a que de todos modos ´aquello´ viniera por la noche”.

A pesar de la angustiosa situación, los vecinos de la primera villa fundada en la Isla pudieron encontrar lo positivo. Ahora ellos están al tanto acerca de algo que muchos otros cubanos desconocen: Cuba no está exenta de la visita de los maremotos.

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De dónde vienen ¡y cómo van!Los maremotos son ondas largas, con una longi-

tud de diez a 200 kilómetros. Su apariencia es simi-lar a una elevada cortina de agua. Como promedio, alcanzan una altura de seis a siete metros, pero al-gunos consiguen 30 y hasta 40.

La velocidad media de las ondulaciones, cuando se origina el fenómeno, oscila entre los 600 y los 900 ki-lómetros por hora. Pero al arribar a las costas lo hace a unos 36 kilómetros por hora, rapidez similar a la de un corredor de cien metros planos tras cruzar la meta.

Huir de ellos es como tratar de vencer a Usain Bolt: ¿alguien lo ha conseguido en los últimos años? Por eso, uno de los factores más importantes para prevenir la pérdida de vidas humanas es conocer las causas y características de las enormes olas.

Uno de los signos inequívocos de su aparición es la rápida y espontánea retirada del mar. Al ocurrir esto es necesario alejarse rápidamente del agua y

buscar lugares elevados. Sucede lo mismo cuando se produce un terremoto cercano a las zonas cos-teras y es capaz de hacer caer un individuo al suelo.

El 26 de diciembre de 2004 el mundo fue testigo de la muerte de más de 280 mil personas, provocada por la sucesiva ocurrencia de tsunamis en la mayor parte de los países con costas al Océano Índico. El grupo de ma-remotos fue provocado por un terremoto submarino de magnitud 9,0, según la escala sismológica de Richter.

Las olas provocadas por el temblor se elevaron a más de 30 metros, en las zonas más próximas al epi-centro del fenómeno sísmico, cercano al norte de Sumatra. Por otro lado, las altas ondulaciones pro-vocaron el deceso de al menos ocho personas en las costas de Sudáfrica, completando un recorrido de más de ocho mil kilómetros.

Pero la ocurrencia de sismos, submarinos o terrestres, no es la única causa de los letales maremotos. En el área del Caribe, además de los

Ruptura en el fondo marino empuja el agua hacia arriba e inicia la ola

La ola llega a la costa y

destruye a su paso

A medida que se acerca a tierra firme su velocidad disminuye (45 km/h) pero aumenta su altura

Ilustració

n: Roberto Ja

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estremecimientos de la placa tectónica, existen otras dos fuentes principales para la posible producción de esas eventualidades oceanológicas.

Una de ellas son los desplazamientos o deslaves del terreno. Al caer una gran masa de tierra al mar se provoca un enorme desalojo de agua y se genera una onda de maremoto.

Las erupciones volcánicas constituyen otra fuente. Los volcanes marinos y los ubicados en las superfi-cies terrestres resultan igualmente peligrosos. Ambos son capaces de emitir grandes cantidades de flujos piroplásticos al ambiente marino, lo cual desplaza las aguas aceleradamente y pudiera generar las ondas necesarias para la aparición de un tsunami.

El maremoto más fuerte del que la historia tiene registros fue provocado por la erupción del volcán Krakatoa, en Sonda, una isla indonesia, en 1883. Se-gún distintos autores, la ola generada se elevó sobre los 35 y 42 metros de altura.

Marcelino Hernández González, jefe del Depar-tamento de Oceanografía del Instituto Cubano de Ciencias del Mar (ICIMAR), advierte que en la zona donde se encuentra nuestra Isla, cualquiera de esas tres causas potenciales es particularmente peligrosa.

“El Mar Caribe y el Golfo de México realmente son pe-queños. Si se produce alguno de estos fenómenos y da origen a un maremoto, este puede tardar solamente una o dos horas en llegar a nuestros litorales, quizás menos”.

Hernández González también enfatiza que aun cuan-do las olas de maremoto solo tengan unas decenas de centímetros de altura, no deben ser subestimadas.

Según el experto, “experiencias reales y ensayos de laboratorio demuestran la generación de fuertes corrientes capaces de inundar las partes bajas de la costa y hacer caer a niños o ancianos que pueden sufrir serios daños; incluso fallecer a causa de un golpe o asfixia”.

De 600 a 900 Km/h

Capaz de alcanzar Cuba en solo 7 horas aproxima-damente

Viaje de una onda de tsunami provocada por una erupción volcánica. Ilustra

ción: Roberto Javier Quintero Gutiérrez

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De cabo a rabo, caimán amenazadoCientíficos especializados en la sísmica marina

destacan la presencia de dos fallas transversales al sur de Cuba, las cuales se deslizan una encima de la otra. El jefe del Departamento de Oceanografía del ICIMAR corrobora que esto puede provocar movi-mientos verticales y dar lugar a una especie de efec-to de pistón donde se impulse al agua hacia arriba.

Los terremotos mayores de siete grados en la es-cala de Richter que ocurran en esa zona, así como al norte de La Española o de Puerto Rico, constituyen una amenaza de maremotos, principalmente para la mitad oriental de la Isla.

Pero lo cierto es que la mayoría de los modelos y escenarios matemáticos indican que todo el ar-chipiélago puede ser embestido por eventos de ese tipo, aun cuando la incidencia sea menor en la re-gión occidental. Tristemente, la mayoría de los estu-dios se ha centrado en buscar posibles causas en el Mar Caribe.

“No se han hecho muchas investigaciones acer-ca de qué pasaría si ocurrieran terremotos u otras

fuentes de tsunamis en el Golfo de México. Tampo-co es una zona tan precursora de esos fenómenos. Sin embargo, un día podrían generarse y sin dudas afectaría fundamentalmente al occidente del país”, puntualiza Hernández González.

El aumento de las poblaciones en los asentamien-tos costeros, el incremento de la presencia turísti-ca y las amargas experiencias de otras regiones del planeta, motivaron e impulsaron la vigilancia contra maremotos en Cuba.

En 2015, la nación se unió al Grupo de Coordi-nación del Sistema de Alertas de Tsunamis y otras Amenazas Costeras del Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La Defensa Civil de la Isla-ya tenía un trabajo previo desde hace varios años. Nuestra respuesta ante las alarmas provocadas por el terremoto de Haití da testimonio de ello.

Para perfeccionar las acciones de prevención ne-cesarias contra esos desastres, los investigadores cubanos se valen de los mencionados modelos ma-temáticos de pronóstico de propagación y amplitud

Fallasterrestres

Zonas de terremotos potenciales generadores de tsunamis

Ilustración: Roberto Javier Quintero Gutiérrez

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de ondas de maremoto, así como de las redes de ob-servación sísmica y mareográfica del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CNAIS) y el ICIMAR.

Los expertos nacionales también trabajan de con-junto en proyectos de investigación y colaboración que envuelven a la mayoría de los países con costas al Caribe, y otras organizaciones como la Adminis-tración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, entre otros.

Además, el CNAIS y el ICIMAR, con las estimacio-nes de las posibles embestidas y daños, coordinan sus resultados con la Red Mareográfica Nacional de la Agencia Topo-GEODESA del Grupo Empresarial Geocuba.

La mayoría de estos institutos tienen herramientas que funcionan en tiempo real para captar resulta-dos, y a su vez están en comunicación con el resto del mundo. Los equipos que todavía no cuentan con esa facilidad tienen la posibilidad de ser interconec-tados en el futuro. Mientras tanto, son empleados por los investigadores para recopilar datos.

Por otra parte, el Estado Mayor de la Defensa Civil es el encargado de organizar a las personas y movi-lizarlas en tiempos acelerados.

“Un maremoto no es un ciclón, donde hay fase informativa, de alerta y de alarma. En caso de tsuna-mis las dos primeras etapas se funden en una y se deben realizar las labores preventivas en escasos mi-nutos. La Defensa Civil no tiene tiempo de esperar por una estimación del recorrido del fenómeno. Se debe evacuar el mayor número de poblaciones cer-canas a las costas por donde podría venir el evento”, explica Hernández González.

La falta de percepción de riesgo es uno de los grandes problemas que padecemos todavía muchos cubanos respecto a los maremotos, una significativa debilidad a la hora de enfrentar una catástrofe de ese tipo, advierte el jefe del Departamento de Ocea-nografía del ICIMAR.

No se trata de vivir con miedo, solo saber que es importante, como bien lo saben los baracoenses, dormir con un ojo cerrado y el otro atento.

Marcelino Hernández González, jefe del Depar-tamento de Oceanografía del Instituto Cubano de Ciencias del Mar. (Foto: Rolando Padilla Hernández)

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El quejuegaconfuego...

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QUEMADURAS

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Por Claudia Rodríguez Colón

El corazón palpita agitado y el sudor resbala-dizo en las manos hace que tu madre tenga

que agarrarte con fuerza y prácticamente arras-trarte hacia delante. Ves la temida puerta y te detienes, recordando el dolor, hasta que sientes que te cargan en brazos, con cuidado para no lastimarte, y avanzan.

Con pocas zancadas traspasan el umbral y tus ojos recorren la habitación, muy blanca y muy limpia, llena de otros de más o menos tu edad, con el cuerpo cubierto de infinidad de vendas blancas, como tú.

Después de un tiempo que parece mucho, en el que te pones más y más nervioso, escuchas tu nombre y la puerta se abre. Das vueltas en el asiento, tratas de escaparte, pero te llevan carga-do hasta dentro.

Tres personas vestidas también de blanco in-tentan calmarte y se alejan hasta que tu mamá logra serenarte. Tú solo recuerdas el dolor lace-rante en la parte izquierda de tu pecho sobre la que cayó el jarro de agua hirviendo cuando cho-caste con tu abuela; el dolor que revives cada vez que entras al cuarto.

Una lesión de la cotidianidadAl encender un fósforo, al acercarse demasiado

al fogón, al sujetar la tapa hirviente de una olla… Las quemaduras son usuales en la vida cotidiana. Heridas que las personas han aprendido a tratarse con agua fría, hielo, e incluso con pasta dental.

Sin embargo, no todas esas lesiones son senci-llas. Las quemaduras, entendidas como el efecto grave sobre la piel que producen agentes exter-nos, ya sean físicos, químicos o biológicos, son una causa importante de muerte accidental, solo superadas por los accidentes de automóviles.

Un estudio realizado por doctores del Hospital Universitario General Calixto García, de La Haba-na, indicó que las quemaduras representan uno de los accidentes más graves e incapacitantes y constituyen una de las condiciones más devas-tadoras encontradas en la medicina. Afectan a todas las edades y se estima que alrededor de nueve millones de personas quedan dañadas en el mundo cada año por esta causa.

La doctora Rosa Pérez Aguilera, cirujana y jefa de la Sala de Quemados del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, de Marianao, explica que dichas alteraciones provocan shocks que pueden llevar al paciente a la muerte o dejar secuelas in-validantes, ya que algún miembro puede perder su función, y deformantes, pues las cicatrices al-teran el color y la forma de la piel.

Alrededor de nueve millones de personas

quedan dañadas en el mundo cada

año por esta causa. Constituyen una de

las condiciones más devastado-ras encontradas en la medicina.

Los niños son de los grupos

más afectados, en la mayoría

de los casos por acciden-

tes domésticos como el derrame

de líquidos calien-tes, el contacto con

corriente eléctrica y la aspiración de vapores

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Las quemaduras pueden clasificarse de acuer-do con su extensión y profundidad. Según la doctora Pérez, cuando un paciente se quema más del diez por ciento de su piel, se desenca-denan alteraciones en todo el organismo y el traumatismo altera su funcionamiento, lo que requiere medidas de reanimación, alivio del dolor y suministración de oxígeno.

Las quemaduras de primer y segundo grado son muy dolorosas y pueden dejar como secue-las, desde modificaciones del color y manchas hasta cicatrices y verdugones. Por su parte, las más graves, catalogadas como de tercer grado, no duelen porque los receptores del dolor de la piel quedan destruidos y forman escaras, tejidos muertos. Tampoco cicatrizan espontáneamente, razón por la cual requieren injertos de piel y pue-den dejar enormes cicatrices invalidantes.

La magnitud de la lesión no depende del lugar que se escalde, sino de la profundidad y exten-sión, pero existen lugares que al quemarse dejan mayores secuelas que otros; si es en los ojos, por ejemplo, el paciente puede quedar ciego.

Accidentes y negligenciasYordy Álvarez, de 12 años, permanece recos-

tado en la sala de quemados del Hospital Pediá-trico Juan Manuel Márquez. Seis días han pasado desde que intentó coger un papalote enredado en los cables de alta tensión que pasaban cerca de la placa de su casa.

Bárbara, la madre, cuenta la historia y trata de animar al niño en todo momento para que hable y sonría. La doctora a cargo del caso explica que el pequeño paciente tiene una quemadura de tercer grado en la cabeza; además, la corriente eléctrica salió por otras partes de su cuerpo, por lo que también tiene heridas en las piernas y en el pene.

Yordy requiere medicamentos intravenosos, sesiones de cura bajo anestesia y un injerto de piel en la cabeza, más tratamiento para el resto de las heridas de su cuerpo.

Las quemaduras en la población infantil po-seen un alto riesgo de mortalidad, presencia de lesiones invalidantes, funcionales y estéticas y son causa importante de muerte accidental en los niños.

Los pequeños, fundamentalmente de meses y hasta los cinco años, son uno de los grupos más afectados por quemaduras a nivel mundial, la mayoría ocasionadas por accidentes domés-ticos como el derrame de líquidos calientes, el contacto con corriente eléctrica y la aspiración de vapores.

Fragmentode Piel

1ergrado

2dogrado

CONSECUENCIAS EN LA PIEL:• Primer grado:

Dañan solamente la epidermis, capa exter-na de la piel. Causan dolor, enrojecimiento

e inflamación• Segundo grado:

Además de la epidermis, alcanzan la dermis. Provocan in flamación y ampollas

• Tercer grado:Llegan hasta la epidermis, destruyen todo el grosor de la piel y de los nervios, lo que produce insensibilidad. Estas pueden causar

pérdida de la función de algún órgano.

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...Epidermis

...Dermis

...Hipodermis

Datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) de Cuba, señalan que las quemaduras se presentan entre 30 y 40 por ciento en los niños menores de 15 años de edad, con una media que se sitúa en los tres años, y que representa entre el seis y el diez por ciento de los motivos de consulta en los servi-cios de urgencia.

En el país, las quemaduras se han mantenido entre las cinco primeras causas de muerte por accidentes, según el Anuario Estadístico cubano, a partir del primer año de vida y hasta la adultez.

La doctora Rosa Pérez Aguilera, quien lleva 28 años al frente de la Sala de Quemados del Pediá-trico Juan Manuel Márquez, explica que al hospi-tal, donde se atienden casos de las provincias de La Habana, Mayabeque, Artemisa, Matanzas y el municipio especial Isla de la Juventud, llegan casi todos los días niños afectados por accidentes en el hogar, o por negligencia de los padres, núme-ro que aumenta en los meses de vacaciones es-colares, julio y agosto, debido a que los infantes pasan mayor tiempo en la casa.

“Anualmente se ven entre mil 500 y dos mil ni-ños y adolescentes de consulta por quemaduras, la mayoría de primer y segundo grados; o sea, no tan graves”, explica.

Investigaciones realizadas por cirujanos de las salas de quemados de los hospitales Manuel Ascunce Domenech, de Camagüey; Juan Bruno Zayas Alfonso, de Santiago de Cuba, y Abel San-tamaría, de Pinar del Río, coinciden también en que las lesiones ocurren en su mayoría en niños menores de cinco años; el derrame de líquidos hirvientes y accidentes domésticos resultaron ser los primeros agentes causales.

Luisa Morales Álvarez, enfermera del salón de quemados del Hospital pediátrico Juan Manuel Márquez, refiere que entre los casos de negligen-cia también se incluye el maltrato infantil.

“No todo es accidental, porque no existe expli-cación racional para que un niño de un año esté quemado en el ojo con un cigarro”, dice.

La negligencia, según explica la enfermera con más de 20 años de práctica en la atención de niños quemados, existe fundamentalmente en madres jóvenes que llegan y no saben explicar cómo se quemó el niño o refieren causas que podían evitarse fácilmente como la olla de agua hirviendo y el niño al lado, el fogón encendido, entre otras.

Fuente: remediosdelatierra.com

...Quemaduras3ergrado

¿QUÉ CAUSAN LAS QUEMADURAS?• Líquidos:Baja densidad (Agua o leche hirviendo)Alta densidad (Atole, frijoles, aceite)• Flamazos:Comunes en el hogar por los calentadores de agua• Chispazos elétricos:Ráfagas de fuego provenientes de una fuente eléctrica• Ácidos:Sustancias químicas empleadas en centros de trabajo o el hogar• Arco voltaico o conducción eléctrica:Cierre del circuito eléctrico con el cuerpo• Combustión de hidrocarburos:Gasolina o alcohol expuesto en la piel• Deflagración:Combustión o explosión de pólvora o dinamita

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De curas y cicatricesNicel, de cuatro años, se halla sentado en una silla

al lado de su cama en la Sala de Quemados del Hos-pital Juan Manuel Márquez con sus piernas total-mente vendadas sobre las pomadas antibióticas. La mamá, Yamilé López, cuenta que se quemó cuando el tío estaba encendiendo un fogón con petróleo, que reventó por un desperfecto.

El niño tiene además quemaduras en la cara y en las manos, la mayoría de las cuales requieren de un injerto de piel y luego curas ambulatorias, con anes-tesia y medicamentos intravenosos.

La doctora Pérez refiere que los tratamientos ha-bituales para úlceras de primer grado son las curas ambulatorias con pomadas antibióticas como la sulfadiazina de plata; para las de segundo grado se emplea nitrofurazona con iodo, y pueden requerir anestesia.

Anaibis Mora Menéndez, enfermera asistente al paciente quemado del mismo centro hospitalario, indica que el trabajo con niños siempre es difícil, porque no solo hay que atenderlos a ellos, sino tam-bién a los padres.

“El médico valora el grado de quemaduras y noso-tros somos quienes llevamos a cabo las curas.”

Su colega, Luisa Morales, agrega que para las quemaduras profundas, que no evolucionan y no cierran, la opción es el autoinjerto, piel que se ex-trae al propio paciente, fundamentalmente de los glúteos, para ponerla en la zona quemada. Tanto en ese caso, como en las curas a quemaduras con es-caras, el abordaje es bajo anestesia, porque el dolor es muy fuerte.

“Los resultados de esas cirugías son satisfactorios porque siempre ´prende´ la piel y se le da el alta a los pacientes para seguirlos de manera ambulatoria”.

¿Quéhacer

ante una quemadura?

No aplicar cremas, pasta dental ni nada

que no haya indicado el

médico

No aplicar hielo

No despegar ropa o accesorios que hayan quedado

adheridos a la piel

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Fuente: pinping.comInfografía: Roberto Javier Quintero Gutiérrez

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Nunca reventar ampollas ya que

el líquido que tienen está esteril

y protege de infecciones

Lavar con abun-dante agua fresca

la zona (agua de la refrigerada

sin llegar a estar helada)

Tapar la zona con un paño limpio,

humedecido, para aislar del medio

ambiente

“Lo malo son las cicatrices que quedan”, expresa la doctora Pérez, quien explica que, aunque el trabajo sea satisfactorio siempre permanecen marcas, porque las erosiones son muy profundas; en el caso de los ni-ños los pueden acompañar durante toda su vida.

Las enfermeras coinciden en que, no obstante las cicatrices, cada año es posible salvar a casi todos los casos de quemados, y que la recuperación luego de la cirugía y el autoinjerto es bastante rápida, a pesar de ser tratamientos dolorosos e incómodos.

En estos casos, además del equipo de enfermeros y cirujanos, también psicólogos y pediatras partici-pan del seguimiento.

La psicóloga Sandra Soca Lozano, editora de la página web Adolescencia, de la Red Cubana de la Salud, expone que existen implicaciones psicoló-gicas en los casos de quemaduras, desde el temor que provoca el propio acto de quemarse, que deja una huella psicológica, hasta las implicaciones en la imagen corporal debido a las marcas y cicatrices posteriores.

Sayda Gonález Soto, psicóloga de la sala de que-mados del Hospital Juan Manuel Márquez refiere que su trabajo es asistir a los niños en el proceso de cicatrización, ellos requieren ayuda psicológica por-que están inmóviles, aislados, sin poder hacer nada por mucho tiempo.

Prevenir para disminuirUn artículo de la Revista Cubana de Medicina Ge-

neral Integral describe que las campañas de edu-cación para la prevención y la rehabilitación de los incapacitados por quemaduras siguen en aumento a nivel mundial.

La doctora Rosa Pérez manifiesta que si bien el número de pacientes quemados aún es alto, ha dis-minuido en los últimos diez años, debido a cambios tecnológicos como el aumento de la cocción de los alimentos con gas manufacturado o licuado, que permitió disminuir el almacenamiento de combusti-bles inflamables en las casas.“Cuando se dejaron de usar las cocinas de queroseno (luz brillante), dismi-nuyó el número de quemados”.

La merienda escolar fue otra de las transforma-ciones que ha logrado disminuir el número de niños abrasados, pues estos permanecen en la escuela y no tienen que cocinar si los padres están ausentes del hogar.

No obstante, las enfermeras de la sala de quema-dos del hospital Juan Manuel Márquez coinciden en que se hace necesaria una mayor difusión del tema de las quemaduras en general, pues las personas aún ignoran los verdaderos tratamientos que re-quieren estas lesiones, e innovan, y con ello pueden ocasionar un daño aún mayor.

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DILEMAS

HIGIENEHOSPITALARIA

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La recogida y los cuidados en torno a los desechos médicos peligrosos en centros hospitalarios es una responsabilidad de muchos y no de unos pocos. Sin embargo, existen diversos factores que potencian en el incumplimiento

de las medidas establecidas

LAS NAVESDE LOS

GÉRMENES (II)

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Por Claudia Alemañy Castilla

Ir al dentista es, para muchos, motivo de espanto. Hay quienes solo con pensar en la silla, devenida mesa de trabajo, se sienten desfallecer. Laura, por el contrario, nunca ha tenido miedo de los estomató-logos. Pero la joven paciente habanera confiesa que sí padece pánicos cuando su doctora le confiesa que lleva una semana con los mismos guantes de látex.

-No te preocupes, advierte siempre la especialista. Yo los hiervo en mi casa cada vez que me los pongo. Es que ahora mismo no hay medida para mis manos y todos me quedan muy grandes o extremadamente pequeños.

Laura deja a la galena hacer su trabajo sin comen-tarios. Se recuesta sobre el asiento y cumple al de-dillo las indicaciones. Aunque la muchacha nunca pregunta, siempre se queda con dudas: ¿Hervir las herramientas de trabajo es suficiente para que los pacientes no queden indefensos ante los gérmenes? ¿Es correcto usar un solo par de guantes al día sin importar el número de pacientes atendidos?

***“La blefaritis es causada por una infección de bac-

terias u hongos que frecuentemente se alojan en los parpados debido a prácticas higiénicas inadecuadas. Por ejemplo, si nos pintamos con el delineador de otra persona, estamos exponiendo nuestros ojos a los microrganismos de otros. Es como usar el peine o el cepillo de dientes de alguien más”.

El oftalmólogo escogía muy bien las palabras para explicar a Noemí y a su hija el funcionamiento de la enfermedad. Las dos comentaron que la adoles-cente estaba cursando el preuniversitario becada y las experiencias del médico indicaban que el pa-decimiento era común en esas edades por diversos motivos.

La jovencita tenía un ojo irritado y con muchas secreciones y el doctor comenzó a limpiarla mien-tras hacía énfasis en la higiene y el adecuado tra-tamiento.

“Es necesario que la paciente emplee una toalla solo para lavarse la cara y esta y las fundas de las almohadas donde duerme la niña deben lavarse a diario. También deberá ponerse fomentos de agua tibia y mantener los ojos siempre despejados de las incomodas costras. ¡Y nada de lentes cosméticos!”.

El oculista se aseguró con el microscopio de retirar todas las capas infecciosas con una torunda estéril. Al terminar, echó la gasa a la basura, junto a otros desperdicios: envoltorios de papel y las sobras de su almuerzo. Se sentó tras su escritorio y escribió una receta de antibióticos.

De repente llamaron a la puerta de la consulta y otro doctor atravesó el umbral. Los dos hombres se saludaron con alegría; al parecer hacía mucho tiem-po que no se veían. Mientras tanto Noemí, desde una esquina de la habitación, se preguntaba en qué momento el doctor se iba a lavar las manos.

Por desgracia, ni los pacientes ni el galeno pare-cían preocupados porque la torunda contaminada fuera desechada sin mayores cuidados.

***Yanara se convirtió en la sensación de todo sexto

grado cuando llegó aquel el lunes con un curioso pececito transparente colgado de uno de los bol-sillos de su mochila a modo de llavero. De pronto, todos sus compañeritos querían tener uno igual.

La niña de doce años, con una sonrisa de satisfac-ción, decía a sus amiguitos que pasaran por su casa pues su mamá los hacía y los vendía a cinco pesos cubanos.

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Manualidades con tubitos de sueros

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Una de las maestras también quedó prendada del curioso aditamento y pidió a la pionera echar un vistazo más detallado. Con sorpresa miró a la pe-queña y dijo: ¡Está hecho con los cables de sueros de hospital!

–¡Claro, profe! Mi tía es enfermera y le trae los tubitos viejos a mi mamá. En la casa yo la ayudo a lavarlos y a hacer esas bonitas artesanías.

***Estas curiosas anécdotas constituyen un vívido

ejemplo de cómo pacientes y trabajadores de la sa-lud olvidan los cuidados necesarios en torno a los desechos médicos hospitalarios. Los motivos son diversos.

Por lo general, la percepción del riesgo es baja y se desatienden los pasos básicos a seguir para la re-ducción final de los remanentes. Otra de las causas fundamentales es la falta de implementos indispen-sables para la apropiada recogida de los restos.

La doctora Raquel Junco Díaz, especialista de Se-guridad Ambiental del Instituto Nacional de Higie-ne, Epidemiología y Microbiología (INHEM), señaló a Juventud Técnica que muchas consultas y cuerpos de guardia carecen de implementos que ayuden a la adecuada segregación.

“En los cubículos nunca hay más de un cesto de basura, cuando deberían ser al menos dos para po-der diferenciar los desechos dañinos de los que no lo son. Aunque lo ideal sería contar, desde las áreas de atención primarias de los centros de salud, con envases para los restos biosanitarios, anatomo-pa-tológicos y los corto-punzantes”.

La especialista reconoció que esos recursos su-pondrían mayores gastos, pero también advirtió acerca de su valor para prevenir enfermedades.

“Lo más importante es realizar las primeras acciones del ciclo de manejo de los remanentes peligrosos desde el origen. La segregación, uno de los pasos más importantes, puede ser realizada por

los propios médicos. Los cirujanos no deben estar atentos a esas tareas mientras se encuentran en las labores del quirófano, y el cuidado de dichos “detalles” se convierte en responsabilidad de enfermeras u otros técnicos. Pero en las consultas externas, nuestros galenos con frecuencia no conceden la debida importancia a la correcta disposición de los desechos”.

En los hospitales del país, por lo general, se con-forman grupos de enfermeras, técnicos de limpieza y doctores, lo cuales se encargan de organizar las labores higiénicas relacionadas con los desperdicios resultantes de la actividad médica. Esos equipos son los responsables de realizar los diferentes procesos para la reducción de la basura.

Regla Bermúdez Pérez, especialista de segundo grado en Microbiología y coordinadora nacional del Programa de Desechos Sólidos y de Bioseguridad del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), puntuali-zó que también existe una estructura nacional para establecer las pautas de funcionamiento de esos equipos de trabajo.

“La máxima figura es el jefe del programa, que ra-dica aquí en el MINSAP, y además hay responsables por cada provincia y municipio. Hacemos reuniones anuales entre todos, así como entrenamientos”.

De acuerdo con Bermúdez Pérez, también existe un plan de capacitación, de carácter anual y siste-mático, que se imparte primero a nivel de país y luego es difundido en las diferentes regiones de la Isla. Lo establecido es que cuando el adiestramiento llegue a los equipos individuales de cada centro de salud, estos deben compartirlo con sus demás com-pañeros de trabajo.

“Dichos espacios son indispensables para divul-gar nuevos resultados e investigaciones. Por ejem-plo, años atrás, el papel donde vienen guardados los instrumentos estériles era considerado peligro-so y se botaba junto con las demás herramientas.

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Los médicos en el salón deben atender cuestiones exclusivamente quirúrgicas, por eso se necesita personal especializado que cuide de los desechos. (Foto: Roberto Suárez)

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Hay desigual rigor en exigir que se cumplan las medidas higiénicas que deben tener quienes manejan desechos peligrosos hospitalarios en el espacio laboral.

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Actualmente, se ha comprobado que esos envolto-rios no contienen ninguna contaminación y pueden ser reciclados”, especificó la doctora Junco Díaz.

La jefa del servicio de higiene de un hospital ca-pitalino advirtió a Juventud Técnica que en varias ocasiones ha convocado a los trabajadores de la ins-titución para celebrar conversatorios e incentivar las buenas prácticas entre todos. Sin embargo, en su caso particular, los encuentros no cuentan con mu-cha asistencia y tampoco con el apoyo incondicional de los directivos.

¿Vestirme bien… para la basura?La actividad de manejo de los remanentes peligro-

sos, además de la adecuada preparación de quienes realizan esas labores, requiere de una vestimenta y prácticas particulares relacionadas con la apariencia física. La protección propia y de otros seres huma-nos debe ser la prioridad.

“De manera elemental, se requiere de un unifor-me blanco, donde las manchas sean fácilmente per-ceptibles. También es muy importante el uso de un gorro que recoja todo el cabello, pues este puede alojar patógenos con facilidad si queda expuesto”, especificó la especialista del INHEM.

El Manual de manejo de desechos médicos, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en el año 2014, remarca que la ropa de quienes la-boran con los desechos médicos dañinos debe de cumplir pautas elementales.

Según el documento, las mangas de las camisas deben de ser de tres cuartos (hasta los codos apro-ximadamente) y los guantes deben cubrir desde los dedos hasta esa parte de los brazos, de forma tal que ninguna parte del cuerpo quede desprotegida. Los botones de la bata tienen que estar correcta-mente cerrados.

Cuando existan grandes amontonamientos de basura dentro de los espacios de almacenamiento, es necesario el empleo de nasobucos para evitar el contacto con los aerosoles que se generen en áreas reducidas.

El grosor de los guantes también es importante. Este debe variar en dependencia de la actividad de recolección que se realice. En caso de manipular los objetos corto-punzantes, las prendas de protección deben estar reforzadas en las puntas de los dedos y en las palmas de las manos para evitar que los reco-lectores se pinchen.

Por desgracia, en algunos centros hospitalarios nacionales esas medidas de protección no son cum-plidas con rigor y predominan los métodos alternati-vos y poco seguros para el manejo de los desechos. Por lo general, las prendas son “las que aparecen” y no las adecuadas.

También se trabaja con anillos, pulsos y otros adornos, a pesar de que lo único permitido es el empleo de un reloj de mano, en caso de ser indis-pensable para la labor.

Otra problemática sobre la cual se aprecian des-cuidos es en torno a la limpieza y el lavado de las ropas empleadas por los trabajadores de la salud.

¿Conoce de algún médico que no cuelgue sus batas en la misma tendera donde están sus ropas del diario? Es poco probable. Los investigadores del INHEM alertan frecuentemente sobre los potencia-les peligros relacionados con la higienización de la vestimenta de trabajo junto a las usadas en el hogar.

Sin embargo, la infracción prevalece. Incluso, Ju-ventud Técnica pudo conocer de casos particulares de cirujanos que lavan la ropa de toda la familia jun-to a la del quirófano para evitar las demoras del sis-tema de limpieza de esas prendas en sus hospitales.

Si bien algunas de las faltas de cuidados men-cionadas son responsabilidad de los trabajadores, existen otras medidas indispensables relacionadas con la vestimenta que dependen del centro hos-pitalario. Incluso, en muchas ocasiones, los tra-bajadores no cuentan con locales necesarios para cambiarse de ropa o tomar un baño al terminar la jornada laboral.

Regla Bermúdez, funcionaria del MINSAP, expli-có las formas de capacitación del personal de

salud respecto a los desechos hospitalarios

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La doctora Raquel Junco del INHEM destacó la necesidad de un sistema integral para declarar incidencias

Los encargados de velar por los desechos no cuentan con la vestimenta adecuada

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Buenas y malas prácticas de personal encargado de los desechos.

(lo que está establecido) (las contravenciones que ocurren)

Uniforme blanco donde se aprecien las manchas y con mangas tres cuartos.

Botones de batas del uniforme cerrados.

Se requieren guantes.

Cabello recogido y uso de gorro.

Uso de nasobucos en espacios con mucha con-centración de remanentes.

Manos limpias, sin aditamentos, solo un reloj en caso de ser necesario.

Equipos para la recogida interna y embalaje de los desechos ya descontaminados.

Se prohíben los alimentos y los objetos persona-les en las áreas donde se manejan los desechos.

No comer o fumar en áreas con riesgo de conta-minación.

Las personas no autorizadas no pueden acceder a las áreas donde hay riesgo d infección a partir

de los desechos peligrosos.

Uso de cualquier ropa, principalmente aquella que los técnicos traen de sus casas.

Bastas abiertas.

Manejo de los desechos sin guantes.

Trabajar con el cabello suelto y mal protegido.

No empleo del nasobuco.

Uso de anillos, pulseras y otros adornos durante el tratamiento de los desechos.

Equipos sin descontaminar.

Guardar alimentos, objetos de uso personal y otros enseres ajenos en las áreas de trabajo.

Comer, fumar, beber o aplicarse cosméticos en áreas de trabajo con riesgo biológico.

Permanencia de personas en áreas donde se pro-híbe estrictamente el acceso de personal ajeno.

Esquema de Norma cubana de

bioseguridad para

casos de exposición

Reportar a un

superior

Rellenar un

formulario de reporte

Evaluación de las causas

Monitoreo de las

reacciones físicas y

biológicas del personal

expuesto (una

especie de cuarentena

o aislamiento para

prevenir la propagación)

Prevenir las repeticiones

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De cortes y puntadasAlexis es laboratorista en un policlínico de la pro-

vincia de Granma. Cuenta con varias décadas de ex-periencia y es muy respetado por sus compañeros, pues rara vez ha de repetir un análisis u obtiene re-sultados erróneos.

Su trabajo, como bien él dice, consiste en estar ro-deado de placas Petri y tubos de ensayo. Sin embar-go, está consciente de que los accidentes pueden suceder, incluso a aquellos bien preparados.

Hace apenas un año, el especialista granmense se pinchó un dedo mientras manipulaba una aguja con la cual había extraído sangre a un paciente diagnos-ticado con Hepatitis B. Relata que por una fracción de segundo estuvo aterrado y a punto de gritar.

Sin embargo, prefirió permanecer callado. Había sido solo una leve perforación y casi no había marca alguna en la epidermis. Terminó con el paciente, se fue al laboratorio y organizó el trabajo pendiente. Al terminar, pidió el resto de la tarde a su superior y se fue a casa tranquilamente.

Durante una semana, Alexis se mantuvo a sí mismo bajo observación. Se tomaba la temperatura e incluso buscaba síntomas fáciles de reconocer que pudiera pre-sentar debido a un posible contagio. A los quince días se hizo un análisis para comprobar si estaba libre de la en-fermedad y dio negativo. Continuó repitiendo el estudio por más de seis meses sin decir nada a sus compañeros.

“No dije nada porque no quería causar pánico. Además, todavía hoy no tengo bien claro a quién tengo que informar cuando sucede algo como eso aquí en el policlínico”, comentó a Juventud Técnica el científico granmense.

El dilema de Alexis probablemente es el mismo de muchos otros especialistas cubanos que manejan de-sechos médicos peligrosos. La doctora Junco Díaz, del INHEM, afirma que una de las posibles razones de esas deficiencias es la ausencia en el país de un sistema in-tegral de reportes de accidentes, ya sea por punción, exposición a sangre o de cualquier otra índole.

“No aparecen prácticamente estadísticas de que esto acaece en Cuba. Creemos que al menos el 90 por ciento de los casos pasan de forma inadvertida. No es un fenómeno exclusivamente nuestro, puede suceder en cualquier otra parte del mundo, pero la mayoría de los países tienen formas de registrar las incidencias”.

La Norma Cubana de Bioseguridad establece los diferentes pasos a seguir para reportar los casos de exposición a enfermedades. Sin embargo, Junco Díaz advierte que con gran frecuencia las personas no declaran el contacto.

Pareciera que la mayoría de los responsables de manipular los desechos en los centros hospitalarios del país están de espaldas a otros datos difundidos internacionalmente. La OMS dice que un virus pue-de permanecer en una jeringuilla hasta ocho días después de esta ser utilizada.

Desde el año 2000, la organización publica esti-maciones anuales donde se plantea que el contacto con desechos médicos peligrosos provoca aproxi-madamente 20 millones de infecciones por Hepatitis B y, al menos, dos millones por la de tipo C. Además, las agujas contaminadas en instituciones de salud son las causantes de más de 260 mil casos de con-tagio del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

La especialista del INHEM advierte que puede haber diferentes métodos para contrarrestar la au-sencia de información acerca de estos percances en hospitales nacionales.

“En la mayoría de los centros de salud del país existe al menos una computadora y podríamos habi-litar un software que registre todos los accidentes”, expresó Junco Díaz.

La falta de rigor en la preparación de los trabaja-dores que manipulan los residuos, junto a los eleva-dos costos de los equipamientos y la convergencia de un variado número de instituciones responsables por el adecuado funcionamiento del proceso, re-quieren de análisis más exhaustivos. Es necesario ser más incisivos con el problema y priorizar la forma-ción del recurso humano.

De esa forma, los pacientes no tendrán que ser atendidos con guantes inadecuadamente higieniza-dos, las torundas contaminadas no quedarán mal segregadas y los niños no jugarán con llaveros he-chos de tubos de sueros reutilizados.

Residuos hospitalarios

peligrosos

Químicos

Infecciosos

Radioactivos

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TECNOPUNTA Inverter:¿una simple propaganda?El hogar es uno de los espacios de la vida cotidiana donde más aparatos electrónicos convergen. Por ello, la búsqueda de alternativas para redu-cir los gastos energéticos es una prio-ridad

Por Tomás A. Padró Alvarado

Muchas veces hemos escuchado que el rui-do del aire acondicionado favorece un

ambiente conciliador del sueño. Sin embargo, también hay personas a las cuales les molesta profundamente. Si estás entre quienes les desa-grada ese sonido, entonces necesitas conocer de la existencia de equipos del hogar capaces de no emitirlo y que, además, ahorran entre el 20 y el 25 por ciento del gasto energético habitual con respecto a otros aparatos convencionales.

Un dispositivo electrónico, denominado va-riador de frecuencia, es lo que se requiere para regular de forma más eficaz el voltaje, la co-rriente, la velocidad de giro y la frecuencia de alimentación de los aparatos eléctricos. Este avance es conocido mundialmente como tec-nología Inverter.

En la actualidad, no solo aires acondiciona-dos han sido acoplados con la mejora. También se aplica en lavadoras, microondas, refrigera-dores, entre otros electrodomésticos. Y aunque los equipos con variadores de frecuencia se han difundido mayormente en la última década, cuentan con más de 30 años de existencia.

Historia “invertada”A principios de los años 80 del pasado siglo

tuvo lugar una crisis energética. Los precios del petróleo se dispararon en todo el mundo y se hizo latente el carácter sistémico de dichos even-tos. De esa forma, surgieron nuevas investigacio-nes para desarrollar máquinas más eficientes.

Japón, uno de los países más golpeados por el déficit de crudo, sirvió de cuna para la apari-ción de muchas teorías y estudios. La empresa nipona Toshiba dio, sin dudas, los pasos más certeros. Pero el conglomerado tecnológico no estuvo exento de dificultades para lograr la in-novación.

Los primeros problemas fueron los típicos de cualquier otro implemento electrónico: técnicos y de diseño. Según los propios inventores, los compresores se rompían con facilidad, no se lograba la suficiente lubricación de aceite de la

Los equipos de climatización tipo Split son idóneos para analizar el correcto funcionamiento y las ventajas de uso de esas innovaciones tecnológicas.

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ELECTRODOMÉSTICOS

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Aire acondicionado, el producto más común del mercado

En la unidad exterior es donde está el motor o compresor, encargado de comprimir el gas refrige-rante. Cuando ocurre, el gas se convierte a estado líquido y su temperatura aumenta. A continua-ción, es impulsado hacia el condensador, que es el “radiador” presente en la máquina exterior.

Si tienes aire acondicionado podrás observar lo explicado, y cómo en su funcionamiento expulsa soplos calientes.

Luego de llegar al condensador se extrae el calor al refrigerante en estado líquido haciendo circular aire a temperatura ambiente a través del evaporador. Al salir de este, el refrigerante fluye en forma de mezcla líquida y gaseosa hasta la válvula de expansión.

En la válvula de expansión se produce un au-mento brusco del volumen del gas refrigerante, con lo cual disminuye la presión y la temperatura del gas. El gas a baja presión y temperatura llega al evaporador, que es la unidad interior de nues-tro aire acondicionado; allí se hace circular aire a través de él.

En este punto, el gas tiene una temperatura más baja que el aire en la habitación y el aire circulando a través del evaporador cede calor al gas refrige-rante. De esta forma se enfría el aire en el interior de la habitación, aumenta la temperatura del gas que circula hacia el compresor y comienza nueva-mente el ciclo de refrigeración.

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maquinaria a bajas velocidades, y en las altas el equipo sonaba como un avión despegando. Por no mencionar que el tamaño y el peso de los aparatos iniciales duplicaban a los conven-cionales.

Además, la compañía, como todo en el país asiático, se encontraba bajo un estricto sistema nacional de ahorro energético. Los equipos de refrigeración eran apagados para poder sumi-nistrar electricidad a la planta de desarrollo. Debido al asfixiante calor, algunos técnicos lle-garon a trabajar en ropa interior dentro de las fábricas.

Paradójicamente, el primer equipo al cual se introdujo Inverter fue el aire acondicionado. Las máquinas producidas a partir de entonces alcanzaban sus objetivos de climatización más rápido y los mantenían silenciosamente y sin grandes variaciones.

Con variadores de frecuencia adentroUn dispositivo electrónico con tecnología

Inverter transita por cuatro etapas fundamen-tales. La primera es la rectificadora, cuando se convierte la tensión alterna en continua me-diante rectificadores de diodos y tiristores, entre otros dispositivos

Durante la fase intermedia, varios filtros sua-vizan la tensión rectificada y reducen la emisión de armónicos –esos componentes de un sonido, definidos como las frecuencias secundarias que acompañan a una fundamental o generadora.

En un tercer momento, está el inversor. En-tonces se transforma la tensión continua en otra de tensión y frecuencia variable mediante la generación de pulsos. Actualmente se em-plean Transistores de Puertas Aisladas Bipolares (IGBT, por sus siglas en inglés) para generar los pulsos controlados de tensión.

Los equipos más modernos utilizan IGBT in-teligentes que incorporan un microprocesador con todas las protecciones por sobrecorrien-te, sobretensión, baja tensión, cortocircuitos, puesta a tierra del motor, sobre temperaturas y demás fallas.

El control constituye la etapa final. En ella se regulan los pulsos variables de tensión y fre-cuencia y los parámetros externos en general.

Los variadores más utilizados recurren a la Modulación de Ancho de Pulsos (PWM, en in-glés) y usan puentes de diodos en la etapa rec-tificadora. En la etapa intermedia se emplean condensadores y bobinas para disminuir las ar-mónicas y mejorar el factor de potencia.

VENTAJASAhorro energético: la velocidad del compresor

disminuye progresivamente conforme la temperatu-ra se acerca a la deseada. En función del equipo y de sus características, el ahorro oscila entre el 20-25 por ciento e incluso más del 50 en algunos casos. También se evitan los sobreconsumos durante los momentos de arranque del compresor.

Ahorro económico: Reducción del consumo, aun-que varía según la instalación o el modelo de equipo.

Confort térmico: Los sistemas Inverter proporcio-nan una temperatura más estable, sin cambios brus-cos y apenas perceptibles. Esto se traduce en una mayor y mejor sensación de confort para el usuario.

Mayor rendimiento energético: El rendimiento energético en los equipos de climatización es la re-lación que existe entre la capacidad de enfriamiento y el consumo eléctrico; mientras mayor sea este va-lor menor consumo tendrá el equipo por la misma capacidad de enfriamiento. El rendimiento a nivel energético de las unidades Inverter actuales suele ser hasta casi del doble de aquellas que no usan esta la tecnología.

Alargamiento de la vida útil del equipo: Al no tra-bajar en régimen de on-off, el compresor sufre me-nos tensiones en sus partes eléctricas y mecánicas, alargándose el período activo de funcionamiento del equipo.

Ref

rig

erac

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Cal

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Co

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rt

Flujo

Regula el acelerador y funciona de forma más económica

Alcanza zona de confort

rápidamente

Climatización tradicional

Climatización inverter

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Al conectar el equipo con tecnología conven-cional, el compresor arranca a las revoluciones nominales de trabajo y continúa funcionando hasta tanto no se sobrepase la ventana de tem-peratura establecida.

Cuando llega, el compresor se detiene y no arranca nuevamente hasta tanto no se alcance el valor de temperatura mínima. Este tipo de fun-cionamiento es conocido como Arranque-Parada o on-off.

Sin embargo, el funcionamiento de un equipo con tecnología Inverter implica que el compresor produce a una frecuencia superior a la nominal, y la sobrepasa alrededor de un 140 por ciento. Así se provoca una compresión del gas refrigerante mayor, y un incremento del flujo de gas.

Un mayor flujo de refrigerante a través del evaporador hace que la temperatura en la ha-bitación se alcance en menor tiempo que en un equipo convencional. Cuando sucede, el Inverter comienza a reducir el voltaje y la frecuencia apli-cada al compresor haciendo que decrezca el flujo de gas.

El compresor es mantenido en un mínimo de revoluciones que permiten conservar las fluc-tuaciones de temperatura en un rango mucho menor que en los equipos convencionales. Un sensor colocado en la entrada de aire al evapo-rador envía la señal al dispositivo de control del variador para regular la frecuencia con que se ali-mentará al compresor.

Para los hogares, el principal beneficio es el menor consumo energético porque el trabajo continuo del compresor evita los arranques y picos de corriente, y en algunos casos permite incluso un 50 por ciento de ahorro respecto a equipos que no cuentan con el adelanto técnico.

El auge de la aplicación de las tecnologías Inverter trae aparejado mejoras en los procesos de funcionamiento, que se hacen más eficaces, compactos, fáciles de instalar, mantener con medioambientalmente amistosos.

Algunos expertos aseguran que en aplicacio-nes relacionadas con los alimentos esta tecnolo-gía puede ser menos dañina. Tal es el caso de los microondas con variadores de frecuencia. Según un estudio del Departamento de Ciencias Nu-tricionales de la Universidad Cornell de Estados Unidos, el flujo ininterrumpido de potencia al co-cinar en los hornos Inverter evita la destrucción de nutrientes que se pierden con facilidad en los equipos convencionales.

DESVENTAJASAl ser una tecnología donde intervienen una ma-

yor cantidad de elementos electrónicos y cambios en la estructura de sus componentes electromecánicos, estos equipos no están exentos de inconvenientes:

•Las reparaciones de los aires acondicionados In-verter tienen un mayor costo que las unidades de velocidad fija. Esto es debido, fundamentalmente, a que las placas o tarjetas electrónicas encargadas de controlar el régimen de trabajo de compresores y ventiladores son bastante caras. Por otra parte, los compresores Inverter tienen mayor costo que los compresores fijos on-off.

•Las unidades Inverter tienen un mayor número de componentes que las unidades convencionales.

•El precio de venta del aire acondicionado Inverter es mayor que el de una máquina de velocidad fija.

Funciona a una velocidad fija por lo que necesi-ta más tiempo para alcanzar la zona de confort

El local se refresca o se calienta en exceso

Variaciones de temperatura

en on / off

Variaciones de temperatura

casi estables

El acelerador no se puede regular, por lo que ne-cesita más tiempo para llegar a su nivel óptimo, pero desciende de nivel rápidamente

Mantiene una temperatura agradable todo el tiempo

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Por: David Martínez BalsaIlustración: Yury Díaz Caballero

Efraím despierta, pero sus ojos se mantienen ce-rrados, su cuerpo inerte. Solo posee la conciencia

de que ha vuelto a la realidad. Lo embarga un frío inflexible, ese ladrón de meditaciones que no cede siquiera dos o tres segundos de alivio.

Al rato escucha un frágil zumbido y poco a poco, sus músculos reaparecen, víctimas de un soplo tibio que surge a cada lado de la cápsula y errante contra su piel. Trata de abrir los ojos; el primer intento le trae un fracaso, al segundo tiene éxito, aunque debe ce-rrarlos rápido y emitir varios parpadeos; la luz lacera su vista.

Una vez se disipa la inmovilidad, unos vio-lentos temblores sacuden su cuerpo. Sus ojos abiertos ya, vislumbran el techo blanco, prís-tino. Enseguida, un rostro de hombre aso-ma a su derecha; lo mira desde arriba un ins-tante, luego sonríe y ladea la cabeza hacia el exterior:

—¡Desactiven las ataduras! —exclama. Tras un pitido, Efraím siente ceder los brazaletes metálicos que mantienen sus muñecas y piernas atadas a la cápsula.

—Vamos —dice el hombre, que se inclina y lo coge por los brazos; viste un uniforme de guardia y tiene una varilla de electroshock en el cinto. Efraím, desnudo de pies a cabeza, no puede hacer nada, ex-cepto dejarse llevar. Su cuerpo ha vuelto a ser suyo, pero aún conserva una fragilidad extraordinaria; flá-cida y voluntariosa igual a un muñeco de trapo.

Cuando lo ponen de pie, unas náuseas repentinas amenazan con derrumbarlo; el agotamiento cierra sus ojos. El hombre lo sostiene. Efraím, inmerso en el umbral entre la realidad y la inocencia, capta el sonido de pasos acercándose.

—¿Necesita ayuda? —dice una voz.—Sí, agarra su otro brazo —dice el que lo sacó de

la cápsula—. Tenemos que llevarlo a Examinación.De súbito, Efraím siente algo caliente salpicarle el

muslo.—Mira eso, por Dios —se lamenta la segunda

voz—. Se ha orinado.

Cápsula K33—La incontinencia es común cuando salen de hi-

bernación —explica el otro—. Apura el paso y agra-dece que no te regalara otra cosa.

Lo arrastran, sus pies barren el suelo liso, sin irre-gularidades y tan frio como su piel. Cuando Efraím se atreve a abrir los ojos de nuevo, se halla en un pasillo, frente a una puerta gris, con una placa encima que tiene inscrita una sola palabra: EXAMINACIÓN. Uno de los guardias toca dos veces y enseguida abren, Del otro lado, un hombre en bata blanca los invita a entrar.

La habitación es pequeña, circular y de paredes blanquecinas. No tiene cuadros ni adornos, excepto una silla enorme y de metal en el centro. Allí los guardias sitúan a Efraím y le atan con correas. Él, un poco despejados su cuerpo y mente del sopor, empieza a sentir algo. Miedo. De repente, del techo brota un haz de luz verde que lo cubre por comple-to. Al mismo tiempo, una voz femenina notifica, en un tono muy sereno, que se está llevando a cabo un estudio de los signos vitales del paciente. Segundos después, dictamina que no lamenta ningún proble-ma de salud.

Entonces regresan a la habitación los guardias y el médico. Los dos primeros traen una muda de ropa color gris y el otro una toalla. Mientras el galeno va secando al hombre, ellos le visten. Pulóver blanco, una camisa encima, y pantalones. Cuando lo sacan otra vez al corredor, ya Efraím, en sus nuevos atuen-dos, ha recordado todo de sí mismo. El frío no dejaba espacio a su mente para resolverse en otro tópico, pero ahora, libre de semejante martirio, los recuerdos vuelven a velocidad supersónica.

Los dos guardias lo aferran por los brazos y él hace por resistirse. Lo hace porque ya sabe quién es. Uno de cien mira de reojo con saña.

—¿Hacemos esto a las malas? —Efraím resiste el peso de su mirada, aunque no responde—. A fin de cuentas, tu abogado no necesita que hables mucho.

Los guardias enfilan a una puerta a la izquierda. Al atravesarla, descubren otra habitación, mucho más espaciosa que la anterior, repleta de mesas rectan-

CIENCIAFICCIÓN 3er lugar

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gulares con dos sillas cada una. En una esquina, soli-tario y a la vez llamativo, aguarda un hombre, quien al verlos entrar, se incorpora de su asiento.

—Tienes media hora —susurra uno de los guar-dias a Efraím mientras lo esposa. Ambos custodios permanecen erguidos junto a la puerta y él comien-za a moverse en dirección al sitio donde espera el hombre.

—Siéntese.Tiene los cabellos brillosos peinados hacia atrás, y

una barba muy bien recortada, pero lo tenebroso de su rostro son esos ojos viperinos, que acechan detrás de los espejuelos.

—¿Quién es usted? —inquiere Efraím no más sen-tarse—. ¿Dónde está mi abogado?

—Yo ejerceré esa función de su interlocutor —insinúa con el regocijo que le trae pronunciar tales palabras—. La corte me asigno luego de que su abo-gado sufriera un leve percance.

—¿Cuál percance?—Han transcurrido diez años desde que lo saca-

ron de hibernación por última vez, señor Castillo —informa el hombre, sin que su expresión pierda ese diplomático aire de gusto—. Comprenderá que mu-chas cosas suceden en semejante lapso.

—¿Cómo cuáles?—Bueno, una de ellas es la compleja aniquilación

de la familia criminal que usted dirigía. Sin la cabeza, tarde o temprano, el cuerpo falla, ¿no? Y su aboga-do, como miembro de dicha familia criminal, ahora enfrenta serios cargos de fraude y obstrucción de justicia.

—¿Qué hay de mi esposa y de mi hija?—A cambio de protección para ella y su hija acce-

dió a testificar contra usted y sus asociados.Por debajo de la mesa, Efraín contrae los puños.

Mira de soslayo a los dos guardias, atentos a la puer-ta. Sabe que será en vano intentar lo que desea, así

que se limita a llenar de odio sus ojos y enfilarlos hacia el abogado para preguntarle:

—¿A qué vino aquí hoy? ¿Por qué les hizo sacar-me de allá dentro?

—El juez lo ordenó, en vista de que pronto se ce-lebrará un juicio y, basados en la nueva evidencia y el testimonio de su esposa, probablemente se aña-dan más cargos a los que ya tiene.

—¿Entonces vino a meter el dedo en la herida? ¿A decirme que recibiré otra cadena perpetua?

—Tal vez dos —el abogado ya ni se molesta en ocultar su goce; lo muestra desnudo, en todo su esplendor—. Además, mi visita debe traerle cierto consuelo; he oído que la hibernación no es tan pací-fica o neutral, como muchos suponen. Dicen que las pesadillas son muy vívidas, a veces más de lo que un hombre puede soportar. Unos momentos fuera de semejante calvario son bienvenidos, ¿cierto?

El abogado se incorpora y Efraím, a quien lo en-venena una mezcla de ira e impotencia, dice en un murmullo:

—Eres sádico.—No juguemos a las acusaciones, señor Castillo

—el abogado enfila sus pasos en dirección a la puer-ta, donde esperan los dos guardias—. Nunca juego si sé que no tengo chances de ganar.

Efraín lo sigue con la mirada hasta que se mar-cha. Luego, gira el cuerpo y clava la vista en la pared frente a él. Cierra los ojos y aprieta los puños al oír las botas de los guardias retumbar contra el suelo. Vienen hacia él, para llevarlo de regreso. No puede contenerse, tiembla de pies a cabeza al sentir aque-llas manos en sus hombros.

—Tu media hora terminó —dice un guardia.—Por favor —musita Efraín, sintiendo cómo su

orgullo se cae a pedazos; pero no le importa. Nada importa. Hará cualquier cosa con tal de no volver a ese sitio. Allí no.

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Cuando lo intentan forzar, se resiste. Ve a uno de los guardias sacar del cinto una varilla de electroshock; grita al sentir la corriente atravesar su piel y morderle las costillas. De inmediato, todo vigor que ha recuperado vuelve a escapársele. Solo conserva la vista y el oído; el resto de su cuerpo, otra vez el títere, queda a merced de los guardias, que lo transportan al cuarto de Examinación. Allí, lo desvisten. Siguen hacia el pasillo.

—No, no —dice Efraín, sus ojos fijos en la com-puerta al fondo del pasillo; por donde salió minutos atrás y hacia donde lo dirigen ahora. De un empu-jón, los guardias abren las compuertas que, com-placientes, ceden sin rechistar y les dan entrada a lo que él más teme en su vida.

Antes no lo vio porque estaba desorientado, pero ahora lo contempla en toda su magnificencia: es un salón gigantesco, de unos ocho pisos de altura. En todos los pisos hay filas de cápsulas, del tamaño de una persona promedio; casi gemelas la una de la otra, aunque ligeros detalles las diferencian: el nú-mero de serie inscrito en la cubierta, los rostros cris-talizados detrás y las sentencias que los encadenan a las mismas. Las filas se extienden a ambos extremos del salón, por kilómetros. Miles y miles de cápsulas apiñadas en aquel sitio que, visto de frente, semeja una inmensa biblioteca de paredes blancas, níveas.

—¡Abran la cápsula K33! —grita uno de los guar-dias.

Tras un sonoro pitido, una de las cápsulas del pri-mer piso se separa del resto y lentamente comienza a acercarse hacia ellos. Se detiene y segundos des-pués, la cubierta emite un cliqueo y asciende, reve-lando el interior de la cápsula, que luce muy similar a un lecho; inclusive promete comodidad a quien lo ocupe. Pero Efraím no cae en el engaño de las apariencias. Él conoce lo que espera ahí; un nuevo mundo, oculto tras sus ojos y que se desata tras la hibernación, aprisiona su cuerpo y lo libera a él en ese infierno sin fronteras que es su mente. Guarda las pocas energías de las que dispone y cuando lo acuestan y los brazaletes se cierran en torno a sus muñecas y tobillos, Efraím deja escapar un grito:

—¡No!La cubierta desciende, el frío surge a los costados

de la cápsula y ahoga la última palabra que él dirá en un largo tiempo.

En el exterior, mientras la cápsula retrocede ha-cia la fila donde las otras esperan, los dos guardias platican:

—¿Recuerdas cuando prometió salir en un mes?—Todos los que cumplen aquí condenas lo pro-

meten —replica el otro—. Después, el hielo les calla…

CONCURSOvence

31 de diciembre

Los cuentos se presentarán firmados con seudónimo ya sean impresos o en forma-to digital. En sobre o documento aparte: nombre del autor, número de carné de identidad, dirección y teléfono o correo electrónico.

Extensión máxima: 3 cuartillas mecano-grafiadas o tecleadas en word, en página A4, con letra Times New Roman a 12 puntos, e interlineado sencillo.

Los trabajos en formato impreso deben presentarse en original y dos copias, y no se devolverán.

El incumplimiento de las bases descalifica la obra. El ganador del primer premio NO podrá presentarse a la siguiente convocatoria.

Dirija su texto a Casa Editora Abril, Prado 553 e/ Dragones y Tte. Rey,

La Habana Vieja, La Habana.CP 10200

PREMIOS:PRIMERO $ 500.00 CUP

SEGUNDO $ 300.00 CUPTERCERO $ 200.00 CUP

Además, publicación de la obra enJT y diploma

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LAENTREVISTA

CRISTINAGONZÁLEZDEARMAS

Dedicada y afable, la jo-ven doctora de 28 años ahonda en el tratamiento de las adicciones desde su práctica médica en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, a través de ex-periencias humanas y profesionales recurren-tes en su formación

"Intento imaginar

lo que sufren"

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Por Flor de Paz(Fotos de la autora y cortesía de la entrevistada)

El olor a antisépticos y desinfectantes condicionó el olfato de Cristina González de Armas. Muchas

horas de sus juegos infantiles transcurrieron en con-sultas donde sus padres, médicos, daban asistencia, incluso en meses de vacaciones escolares.

Intranquila, traviesa, aplicada en la escuela, la hermana menor. Así se caracteriza en esa etapa. Y jugar, le gustaba mucho jugar, principalmente a los “médicos”, claro está, una profesión que desde la secundaria sintió como suya.

Cuenta y su sensibilidad es inocultable.—Me emociono fácilmente. Hay cosas que me lle-

gan más de lo debido. Cuando empecé a ejercer la psiquiatría me quedaba mucho tiempo pensando en las situaciones de los pacientes, en cómo ayudarlos, incluso cuando me iba a dormir.

“Una vez, en una psicoterapia, se presentaron si-tuaciones muy fuertes y se me salieron las lágrimas. Hay circunstancias que te movilizan más que otras y no puedes controlar la emoción. Y me es difícil ma-nejarlas. Aunque he aprendido a delimitar un poco los problemas profesionales del resto de mi vida, porque lo contrario no es saludable”.

***La cotidianidad de la doctora Cristina González

de Armas, especialista de la Sala Paredes, del Hospi-tal Psiquiátrico de La Habana, es tan intensa como

emocionante, según sus juicios. Ella camina a paso apurado de un sitio a otro de aquel espacio donde todas las camas pueden visualizarse sin dificultad y por donde los pacientes pululan como en casa. Atiende las demandas de un enfermo en crisis, la interrogante de otro que la detiene a medio andar, mientras intenta encontrar unos minutos de tranqui-lidad para empezar este diálogo.

—Para mí los días son muy agitados. En la Sala veo a los ingresados por adicción, atiendo su terapia indivi-dual, hago psicoterapia de grupo y en el matutino inte-ractúo con los psicólogos y con el resto del equipo. En esa misma jornada también puedo tratar a pacientes con otros trastornos psiquiátricos y a familiares.

“Me encanta lo que hago y es interesante porque siempre hay descubrimientos, búsquedas, satisfac-ciones. Estas últimas llegan, principalmente, cuando alguno de mis pacientes logra un mes de abstinen-cia u otro me dice que ya no escucha voces.

—¿Es tu voluntad trabajar en el Hospital Psi-quiátrico?

—Sí. Mi primer año de la residencia lo hice en el Galigarcía, pero en el segundo y tercero me tocó en el Hospital Psiquiátrico. No había venido antes, pero siempre pensé que este era el lugar para aprender. Cuando me gradué de especialista me ubicaron aquí y pedí quedarme en la sala de adicciones, donde ha-bía recibido gran parte de mi formación.

Junto a algunos de sus profesores de la especialidad, entre

ellos el doctor Ricardo González (el tercero de derecha a

izquierda), a quien recuerda por su sabiduría y cordialidad.

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“Trabajar en este hospital es difícil. Es muy gran-de, con numerosos pacientes, y la mayoría viven en sus instalaciones. Muchos tienen familia; algunas los vienen a ver, los sacan de pase, otras no. Y son po-cos los que se han reinsertado en la sociedad.

“Quizás por todo eso aquí se me ha despertado una sensibilidad enorme por los pacientes, que son muy cariñosos, te besan, te abrazan. Caraballo, por ejemplo, a cada rato me regala un cuadro. Pone su firma y debajo las siglas del hospital”.

—¿Por qué elegiste la Psiquiatría?—Desde que decidí estudiar Medicina dije que iba

a ser psiquiatra o cirujana. Creo que mi preferencia tuvo que ver con la apreciación de un fenómeno: lo que es capaz de hacer una persona que no conecta con la realidad que la mayoría percibimos. Y la verdad es que lo tuve bien claro en quinto año, incluso antes de que mi hermana se hiciera psiquiatra infanto-ju-venil, aunque durante casi toda la carrera había sido alumna ayudante de cirugía. Además, por suerte, ter-miné y, por vía directa, empecé la especialidad.

“Creo que el puntapié definitivo lo recibí en la pri-mera guardia que hice en mi rotación por psiquia-tría como estudiante de Medicina. Ese día llegó una paciente, en medio de tremendo alboroto, con un montón de papeles y un fuerte olor a alcohol. Decía que quería inmolarse, pero que se le habían olvida-do los fósforos. Aquello me impactó mucho. Des-pués estuve en el Centro de Higiene Mental, donde me evalué con el caso de una mujer adicta al alco-hol. Entonces pensé, quiero ayudar a las personas con estos problemas y a quienes padecen trastornos psiquiátricos, porque la mayoría son maltratadas y estigmatizadas.

“Entonces terminé mi vínculo con la cirugía. Y, en sexto año, opté por Psiquiatría y me la otorgaron. De lo contrario, hubiera estado dispuesta a hacer los dos años de Medicina General Integral y luego optar por esta especialidad. Ya no tenía dudas; como cuando terminé el preuniversitario, solo pedí Medicina”.

—¿Continuarás dedicándote al tratamiento de las adicciones?

—Ahora trabajo fundamentalmente en ese cam-po, pero la psiquiatría en general me fascina. Dis-fruto la atención a todo tipo de paciente, aunque las adicciones me interesan bastante. Para los afec-tados, la enfermedad es muy complicada. Y como médico, intento ponerme en su piel, en sus zapatos, acercarme a lo que ellos y sus familiares sufren. Hay quienes los tildan de descarados, antisociales, pero realmente les cuesta asumir que están enfermos y esa es la primera ayuda que necesitan.

“Muchos pacientes alcohólicos, por ejemplo, piensan que pueden salir de su situación y llegar a

Una familia de médicos. De derecha a izquierda,

Jesús, el padre, Liset, Cristina y Elisea.

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ser consumidores sociales. Sin embargo, no es posi-ble: su padecimiento es incurable. En la abstinencia total radica la rehabilitación.

“Actualmente me dedico, sobre todo, al trata-miento de los hombres. Aunque mi tesis de espe-cialista estuvo centrada en los trastornos depresivos y de ansiedad en mujeres adictas. Ellas son más es-tigmatizadas todavía. Muchas empiezan a consumir alguna pastilla o alcohol mientras hacen las tareas del hogar. A veces son capaces de reconocer el pro-blema con prontitud, pero les cuesta más trabajo recibir ayuda, por la discriminación que sufren de parte de las personas que las rodean. Además, la mayoría de los centros de atención a adictos están orientados a hombres”.

—En tu interacción con los pacientes y fami-liares, ¿qué entregas y qué recibes?

—Trato de entregarles todo lo que sé, con amor, de modo que consigan asumir el problema, sin imponér-selo. En el caso específico de la adicción, les trasmito la idea de que sí pueden lograr salir de la enfermedad.

“Además, intento imaginar lo que sienten y su-fren. Y nunca les digo: pon de tu parte. ¿Qué parte van a poner si están mal? Cuando una persona se siente deprimida, no puede satisfacer determinadas demandas sociales, no puede trabajar. De lo contra-rio, no va a pedir ayuda. Entonces hay que ser muy empáticos con ella. Dar amor para recibir amor.

“En la sala, tenemos una capacidad de 50 camas. A veces me voy a la consulta con tres disponibles y me encuentro con 30 pacientes necesitados de in-greso, que equivalen a 30 madres o 60 familiares. Es difícil que lo entiendan, pero mientras les ofre-cemos tratamiento ambulatorio mediante psico-terapias (fundamental para esta enfermedad). Las hacemos en la Sala y en el espacio de la consulta (martes y viernes), en el estadio, donde disponemos de un centro de atención a pacientes con cualquier dependencia. Después algunos no llegan a requerir ingreso, pero casi siempre la primera vez se presen-tan con la necesidad de alejarse del medio propio para lograr rehabilitarse.

“Los familiares expresan un agradecimiento enor-me cuando ven que su ser querido se ha restablecido o que empieza a recuperar la confianza. Y ver una madre llorar porque su hijo va saliendo de la crisis, da ganas de llorar con ella. Pero no lloro” (sonríe).

***Cristina González de Armas nació el 25 de octubre

de 1988 y nunca fue al círculo infantil. Cuidó de ella su abuelita Aurora, quien la dormía en las tardes y siempre la consintió mucho, además de contribuir a su educación. Sus padres, abuela y hermana son las personas que más han influido en su vida.

Con la abuela Aurora, ahora de 98 años de edad, de quien todavía la doctora Cristina recibe mimos y experiencias.

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“Mi mamá, muchísimo. Es mi patrón a seguir. Le tocó estar a cargo de las enseñanzas, de las reglas, de las responsabilidades de la vida. Cuando le dije que quería estudiar Medicina me apoyó, sin obviar la alerta de que esa carrera iba a demandar mucho esfuerzo de mi parte, desde su experiencia como especialista en Obstetricia y Ginecología. Con mi papá también he podido contar siempre. Es especialista en Medicina Interna. Ellos se se-pararon cuando yo era muy pequeña. Y mi hermana, cinco años mayor que yo, es otro de mis pilares. Recuer-do cuando empecé el prescolar; estábamos en la misma escuela y ella iba a verme al aula a cada rato, y todos los días me llevaba a casa. Yo seguí sus pasos. ¿Mi abuelita Aurora? Ay, mi abuelita… No lo puedo creer, ¿me voy a pasar la entrevista llorando? Es que nunca me habían hecho estas preguntas. Mis dos abuelos también han sido muy cercanos en los momentos importantes.

“¿Amigos? Tengo buenos amigos. Siempre han sido muy necesarios para mí. Y los he mantenido. Algunos desde la secundaria, el preuniversitario, la carrera, y ahora también. Son personas que aprecio por sus valores. Tengo una amiga desde el prescolar en la escuela Felipe Poey, ubicada en los límites de mi Centro Habana natal, que recientemente se fue a vivir a otro país, pero continuamos muy cercanas”.

***El promisorio futuro de esta joven médico de

28 años, especialista en Psiquiatría, es tan cierto como la ternura con la que trata a sus pacientes y el tiempo sin fin que les dedica. Pero en su em-peño por enriquecer el camino que ha elegido,

también se ha propuesto obtener la categoría do-cente y así hacer realidad otro de los roles predo-minantes en sus juegos infantiles: el de maestra.

“Quisiera dar clases, impartir los conocimien-tos que he adquirido en mi experiencia práctica y, quizás, despertar en otros jóvenes el interés por la Psiquiatría. A la vez, como alumna, deseo continuar el curso preparatorio del doctorado en Ciencias Médicas y mi estudio del inglés, sin abandonar el diplomado en Abordaje Integral de las Adicciones. También, tengo la categoría de aspirante a investi-gador, pero me propongo llegar a la de investigador con otros trabajos sobre adicción.

“¿Relación de pareja? Con Armando, desde hace un año. Es ingeniero eléctrico. Dos puntos de vista diferentes”.

Escuchar música, ir al cine, al teatro, a exposicio-nes de pintura, compartir con los amigos en cual-quier espacio, y con su familia en casa un fin de semana, está entre las preferencias de la doctora Cristina González de Armas.

“Y relacionarme con el colectivo de la Sala en otros ambientes. Porque el trabajo con las adicciones con-lleva un desgaste importante. La Psiquiatría, como tal, implica esfuerzo, pero con las adicciones es aún mayor. Los pacientes llegan carentes en lo material, pero sobre todo en el aspecto afectivo, y darles el apoyo que necesitan demanda mucho tiempo y ener-gías. A veces ya estoy lista para irme, con la cartera en la mano, y alguno de ellos me llama. Entonces viro, me siento y le pregunto: ¿qué sucede?”

Liset, su hermana, y el pequeño sobrino Samuel.

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La niña Cristina.

El día en que se graduó de médico. Le acom-

paña su madre y guía de siempre: la doctora

Elisea de Armas.

Cristina y Armando: la comple-mentariedad de las ciencias.

Entre sus amigas de mucho tiempo

Lisandra, a su izquierda.

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MUNDOBIT

CIUDADESINTELIGENTES

Pienso,

Si antes se creía que un fuerte componente tecnológico bastaba para garantizar la eficiencia de las urbes, hoy el reto además es cómo hacerlas soste-nibles económica-mente, potenciar su desarrollo y poner al ciu-dadano en el centroluego

habito

(Foto: (Getty Images)

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Por Toni Pradas

Haga memoria: a los ciudadanos del Metrópolis no se les escuchó jamás decir palabra alguna. Claro,

en 1926 el cine era silente. Pero de no saber que se trataba de una ficción, los artistas hubieran enmude-cido al ver tal futurista desarrollo tecnológico, como el que proponía el vienés Fritz Lanz para una megaló-polis del año 2026: Rascacielos que realmente rasca-ban el cielo, autopistas a diversos niveles, fuentes de energía casi sideral, controles automatizados y hasta una antropomórfica robot de cordiales curvas.

Lanz estaba profundamente emocionado por des-lumbrar con sus propuestas técnicas. Pero su esposa y guionista del filme, Thea von Harbou, prefería enfren-tar el marxismo y el concepto de la sociedad dividida en clases antagónicas, sonriéndole sutilmente a la emergente ideología del nacionalsocialismo, que uni-ría amistosamente a trabajadores y propietarios una vez venido “el redentor” (Lanz, ateo de origen judío, terminó separándose de su colaboradora y amante poco después de esta afiliarse al partido nazi).

Pero ninguno de los dos pudo imaginar que en esa utopía ulterior –tecnológica o política, según el ojo de cada quien– la sociedad podría contar con metrópolis no solo altamente industrializadas, sino

también hondamente eficientes, eso que hoy llama-mos “ciudad inteligente” o su equivalente inglés, smart city.

Digamos que la residencia de Mundobit no es una posibilidad reservada para un futuro lejano, ni está más cerca de la ciencia ficción que de la realidad. De hecho, muchas empresas están invirtiendo miles de millones de dólares para erigir un paradigma con servicios públicos más sofisticados y eficientes que los tradicionales, mediante la aplicación de las nue-vas tecnologías, mientras sus habitantes, al desper-tar con un bostezo mañanero, inhalan grandes dosis de bits que circulan invisibles ante sus ventanas.

El término ciudad inteligente todavía no parece estar listo como para tatuar. Es que a pesar de on-dear como un recurso de mercadotecnia, su puesta en marcha aún incita la evolución del concepto.

Con el auge de la Internet de las Cosas (IoT, acró-nimo inglés), prácticamente todos los asuntos, ele-vados o pedestres, tuvieron la posibilidad de intro-ducir sensores y chips en los objetos físicos de uso cotidiano. Estos se encargan de recopilar y trans-mitir información valiosa que ayuda a la mejora de los bienes y servicios que consumen día con día los lugareños.

La combinación de la eficiencia informática y de comunicación energética, de confort y otros, hace posible que el mundo sea más listo. (Infografía: Arqhys.com)

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La aplicación de estas tecnologías a gran escala, como es una ciudad, permite mejorar significativa-mente los servicios públicos al monitorear en tiem-po real información importante como tendencias de uso y fallos. Es, en principio, la urbe interconectada.

Las ciudades que con mayor rapidez comenzaron a involucrarse en esta transformación apostaron a un conjunto de beneficios como pueden ser pun-tos de recarga de energía para vehículos eléctricos y sitios de microgeneración solar y eólica, la instala-ción de lámparas de LED con zonas de luz teleges-tionadas, redes inalámbricas gratuitas de acceso a Internet, centros de recogida de basura reciclable, e incluso duchas eficientes en las playas.

El sistema nervioso de la ciudadDesde sus orígenes, teóricos y promotores de esta

política social han coincidido en que es preciso que exista una movilidad sostenible y eficaz. Para ello se deben crear líneas de autobuses más eficientes (en menor tiempo llegar a más sitios), con sensores de tráfico que ayuden a regular la circulación, o con sistemas de alquiler público a través de puestos es-tratégicos electrónicos ubicado en los centros, arra-bales y suburbios.

Asimismo debe sistematizarse el tejido adminis-trativo, desde los semáforos hasta la iluminación de las escuelas, desde los paneles solares hasta las puertas y ventanas del ayuntamiento.

La aplicación de las nuevas tecno-logías a gran escala permite mejo-rar significativamente los servicios públicos, al monitorear en tiempo real información importante. (In-fografía: Axedra.com)

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Primordial es el tema ambiental para hacer sos-tenible y eficiente la ciudad, mayor culpable de la emisión de CO

2 en el planeta. Los estrategas propo-

nen disminuir la dependencia del vehículo privado y que se promueva el uso de medios menos conta-minantes.

Las ciudades serán más sostenibles cuando se les realicen rehabilitaciones energéticas, se fomente el uso de energías renovables y se creen espacios natu-rales interconectados, entre otras medidas.

El conocimiento, dicen, debe fluir por todos los ac-tores de la ciudad con programas de sensibilización y concienciación de los ciudadanos, así como

El proyecto europeo SmartSantander ha puesto sensores en los parqueos para optimizar esta acti-vidad, al poder conocer si existen espacios dispo-nibles para autos. (Infografía: Proyecto SmartSan-tander / Urbanity.es)

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el desarrollo de la diversidad de usos y heteroge-neidad de espacios. Todo ello fomentará la creación y la innovación, claves para la transición hacia la ciudad inteligente.

Ciudades abiertas a la innovación, al desarrollo, a las nuevas formas de producción, de comunicación y conocimiento, permitirán flujos de información in-terurbanos y urbanos.

Hoy el rendimiento de la ciudad se mide por la dotación que posea su infraestructura física (capital físico). También, y cada vez más, por la disponibili-dad y calidad de la comunicación del conocimiento y de su infraestructura social (capital intelectual o social). Vamos: como mismo las personas, para do-tar a una ciudad de cerebro es preciso trenzar un binomio intelectual y físico.

La clave no está en la tecnologíaYa empiezan a surgir voces que niegan el compo-

nente digital como el centro de esta revolución. “La fiebre tecnológica roza el absurdo en algunos casos. A menudo los congresos de ciudades inteligentes son un mercado de tecnología precocinada”, espeta el arquitecto e investigador en el laboratorio Me-dia Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de Estados Unidos, Luis Alonso, quien asegura que cada ciudad es diferente y que para hacer inno-vación no siempre es necesaria la tecnología.

Es más: no le gustan las etiquetas inteligente, sostenible, digital o verde. “Son términos muy

quemados y limitados a una fracción de lo que debería ser la ciudad”. En su visión, propone el desarrollo de urbes “más humanas, habitables y sostenibles para las personas, que tengan un alto rendimiento y un entorno vibrante”.

Quienes veneran la corriente “humanista”, esgri-men que existen desafíos con los que una smart city debe lidiar a dentelladas, como el aumento de la po-blación y la concentración, la polución, la escasez de recursos, la gestión del agua o la eficiencia energéti-ca. Y deben sortear, de paso, el crecimiento econó-mico generador de desigualdades, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, los presu-puestos públicos disponibles y los diferentes modelos urbanos, de gobierno y tamaños de las urbes.

De manera que el reto es cómo hacerlas soste-nibles económicamente, potenciar su desarrollo y poner al ciudadano en el centro.

La escala humanaAlonso defiende la necesidad de devolver la es-

cala humana a las urbes, en términos de distancias, movilidad o diseño. Tal como expone, esa escala se perdió en el siglo XIX, cuando se estimuló la pro-ducción de automóviles en serie para hacerlos ac-cesibles a las masas. “Esto se convirtió en el sueño americano y la ciudad pasó a tener una escala de coche”, comenta malhumorado.

Para Pilar Conesa, fundadora de la consultora española Anteverti, especializada en el tema, es

La propagación de las áreas Wi-Fi permitirá que se desarrollen los embriones de barrios tecnológi-cos en Cuba. (Foto: Ladyrene Pérez / Cubadebate)

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El recorrido cubanoCuba, reconocida internacionalmente por la inte-

ligencia de su gente, ha iniciado modestamente su maratón para conformar las futuras ciudades inteli-gentes. “No somos tan pretensiosos. Por ahora les llamamos barrios tecnológicos”, afirmó a JT la doc-tora Ailyn Febles Estrada, presidenta de la Unión de Informáticos de Cuba (UIC), la más joven asociación profesional de la Isla.

La UIC desarrolla planes que buscan contribuir con la transformación de la vida de los ciudadanos. Según su presidenta, la idea es concebir proyectos que integren todos los factores del territorio, para cambiar desde un vecindario hasta un edificio.

Uno de esos es el barrio tecnológico del apaci-ble reparto Versalles, en Santiago de Cuba. Con la creación de una zona Wi-Fi, se busca brindar acceso a redes sociales, aplicaciones para móviles, informa-ciones de medios de prensa, centros de producción y servicios, cuentapropistas, o la realización de trá-mites en los 41 objetivos económicos presentes en ese barrio.

Otro proyecto, La ciudad mira a sus ríos, se ubica en Camagüey y concibe la protección de los afluentes Tínima y Hatibonico. Mediante un puente vehicular y peatonal busca enlazar el centro histórico con la zona político-administrativa de la villa. Y con la creación de una zona Wi-Fi, similar a la de Versalles, podrá apli-car el uso de las tecnologías a la vida cotidiana de la gente.

Así, con flema cartesiana podríamos decir: Pienso, luego habito.

preciso impulsar un cambio de cultura. Cree que también hay que mirar atrás y volver a integrar los sistemas urbanos que confluyen en la calle para una mejor planificación, pues la gestión ac-tual de las ciudades está dividida en departamen-tos: movilidad, gestión de residuos, mobiliario… “Necesitamos compartir la información de todos ellos para optimizar procesos”, defiende como su visión transversal.

Por su gestión de servicios de forma integrada y por facilitar la participación de los ciudadanos, Conesa cataloga la ciudad inteligente de Barcelo-na como “referente internacional”. Destaca, en-tre otros aspectos, una iniciativa de seguimiento de los residuos urbanos para decidir dónde en-viar camiones, según estén llenos o vacíos los contenedores, y para concienciar a los ciudada-nos del recorrido de su basura y la cantidad de toneladas que se genera.

Otras urbes aplaudidas por ella son las his-panas Santander y Sant Cugat del Vallès. Estas, dice, han puesto énfasis en redes de sensores para mejorar el transporte o sistemas de riego inteligente, y recogen datos para una mejor ges-tión. En Sant Cugat, resume, esto se ha traducido en ahorros de más de 30 por ciento en agua y energía.

Según el canal estadounidense de noticias eco-nómicas CNBC, en California, donde por años las sequías han sido su sambenito, se ha usado el IoT para recopilar información sobre el uso del agua e identificar fugas y otras fuentes de desperdicio. Con tal suerte se logró reducir el consumo del lí-quido en más de 20 por ciento.

La misma televisora dio a conocer que Singa-pur, la ciudad-estado que es quizás –vista en ese concepto– la más “inteligente”, colocó cámaras que monitorean la densidad de las multitudes y el tráfico en las calles. Estas podrían ayudar al gobierno a predecir cómo se comportaría la gen-te en caso de un ataque terrorista, o cómo se diseminaría una enfermedad infecciosa.

Por su parte, Cities in Motion advierte que las ciudades más inteligentes son Nueva York, Lon-dres, París, San Francisco y Boston. Entre las diez primeras se encuentran cuatro estadounidenses y cuatro europeas, y entre ellas levantan su testa Seúl y Sidney.

Sin embargo, no es adecuado hablar de si una ciudad es o no inteligente en términos absolu-tos. “No hay blancos y negros", concluye Cone-sa. "Es un proceso en construcción donde lo que importa, más que el destino, es cómo se recorre el camino”.

Como diademas de la ciudad, numerosos no-dos de comunicación inalámbrica se instalan en numerosas farolas para hacerla más inteligente. (Foto: Kevloral / Urbanitiy.es)

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SUCESOS

ÉBOLA

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Un pequeño termo azul dio cré-dito al primer capítulo escrito

sobre uno de los virus más letales de la historia contemporánea. Es-taba decorado con atributos que aludían a la cultura china y proba-blemente no tenía capacidad para contener más de un litro de cual-quier líquido. Nunca quedó claro si antes había sido utilizado para té, café o alguna infusión, pero en 1976, cuando llegó a manos de un equipo de microbiólogos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, solo alberga-ba dos muestras de sangre.

El fluido provenía de una mon-ja belga que había fallecido en Kinshasa, antigua capital de Zai-re, actual República Democrática del Congo. La misionera murió de una enfermedad misteriosa, inicialmente diagnosticada como fiebre amarilla.

La rapidez con que el padeci-miento se expandía alarmó a los médicos africanos quienes desea-ban analizar en profundidad la nueva patología. Así llegó el ter-mo con la sangre de la paciente a los expertos del Reino Unido.

Entre los hombres que abrieron el recipiente se encontraba el mé-

dico belga, novel investigador en microbiología, Peter Piot, quien, ante científicos del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), durante su más reciente visita a La Habana, evocó los pe-ligros que él y sus compañeros corrieron al abrir aquel frasco. En ese momento ninguno de ellos estaba consciente de la letalidad del virus al cual se enfrentaban. Y, con fortuna, salieron ilesos.

“Aproximadamente una sema-na después de comenzar los estu-dios pudimos ver en el electro-mi-croscopio algo que parecía un espagueti o un gusano. Hasta el momento nunca habíamos obser-vado un virus como ese. Mientras, la Organización Mundial de la Sa-lud (OMS) nos hizo llegar un tele-grama donde decía que debíamos terminar la investigación porque se había desatado una epidemia de fiebre hemorrágica fatal en África Central”, describió Piot.

Debido a la ausencia de me-jores recursos para continuar la investigación, los expertos envia-ron las muestras a un centro de microbiología en los Estados Uni-dos que contaba con tecnologías superiores.

EL V

IRU

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EL NOMBRE A UN RÍO

Peter Piot, Director Ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (ONUSIDA), compar-tió en La Habana con colegas del IPK sus recuerdos so-bre el primer brote de la enfermedad, ocurrido en 1976 en la actual República Democrática del Congo

Por Claudia Alemañy Castilla

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EL NOMBRE A UN RÍO

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El equipo norteamericano, encabezado por Carl Johnson, fue el encargado de confirmar que se tra-taba de un nuevo virus, nunca antes visto. “Pensa-mos entonces que, todo virus, como todas las per-sonas, necesita un nombre”, comentó.

Un río corre, enredado en la vegetación tropical, cerca de Yambuku, lugar donde aparecieron los pri-meros casos. Y la afección recibió el mismo nombre del afluente: Ébola.

Peter Piot todavía considera curioso que un nom-bre tan hermoso identifique a una enfermedad tan mortal. El microbiólogo afirmó a Juventud Técnica que en aquel entonces quedó muy impresionado.

“No tenía mucha experiencia, solo contaba 27 años; nunca había estado en África ni investigado una epidemia. Pero buscaban voluntarios y tuve la oportunidad de unirme a un buen equipo en Zaire”, expresó el científico.

El experto también explicó a sus colegas del IPK y a la prensa, algunos de los elementos más carac-terísticos de aquel primer brote en 1976, donde fue necesario investigar todas las vías de trasmisión de la patología, desarrollar estadísticas y cuidar de los enfermos.

Durante la epidemia murieron más de 300 perso-nas y era frecuente encontrar casos de contagio por vía directa mediante inyecciones, debido a la mala higiene en hospitales que reutilizaban agujas, entre otras causas.

Luego de ser contenido el contagio inicial, se pro-dujeron 26 a lo largo de cerca de cuarenta años. Sin embargo, en 2014 se desató la enfermedad de for-ma extensiva en África Occidental. El ébola, en esta oportunidad, se esparció en gran parte del oeste y el centro del continente, pero también llegó a Estados Unidos y a Europa. Luego de casi dos años de lucha, se registraron 11 mil 300 muertes.

Según el experto, aquella epidemia demostró las debilidades logísticas en muchos países —principal-mente los africanos— para enfrentar enfermedades. Por otra parte, desde el punto de vista científico, se logró comprobar que el ébola se trasmite por vía sexual, ya que el virus puede permanecer en el es-perma humano cerca de un año.

En 2016, para conmemorar los cuarenta años del brote inicial, Piot decidió viajar a Yambuku con su esposa. Visitó aquel hospital donde murieron los pri-meros pacientes y quedó desalentado.

De acuerdo con el microbiólogo, solo la imagen y la higiene del laboratorio del centro médico distan de ser la ideal para cualquier institución de ese tipo. Para el experto, ello constituye una prueba de todo el trabajo pendiente.

A pesar de la difícil realidad africana de la peque-ña clínica, de la que mostró imágenes en el IPK, los ojos de Piot parecieron ilusionados cuando también relató que el único trabajador del laboratorio es un sobreviviente del brote de 1976.

Piot enfatizó que considera al equipo compuesto por 265 médicos cubanos como la mayor contribución realizada por cualquier país a la contención del virus.

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DELOPRÁCTICO

Un cabello humano de una longitud de aproximadamente 30 cm.

Una chinche, tachuela o como la conoz-can según el país donde vivan.

Tijeras o cuchillo.

Pegamento instantáneo.

Un rectángulo de cartón grueso de unos 30 cm de largo por unos 15 cm de ancho.

Un pedazo de cartón más delgado.

HIGRÓMETRO caseroCon este dispositivo usted puede medir fácilmente la can-tidad de agua en el aire que nos rodea

Versión: Amanda Jara

MAT

ERIA

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PRO

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IMIE

NTO

1. En un extremo del cartón grueso realice dos cortes, aproximadamente a 1 y 2 cm de su lado izquierdo (Ver figura). Este cartón será el apoyo del higrómetro.

2. En el cartón más delgado, recorte un triángulo alargado de unos 10 cm que hará de flecha indicadora.

3. Haga dos cortes en uno de los laterales inferiores del triángulo indicador.

4. Luego enganche el triángulo indicador por su parte inferior al apoyo de cartón más grueso mediante una chincheta, como se muestra en la figura. Se debe asegurar de que el triángulo se pueda mover sin dificultad alrededor del eje de la chincheta.

5. Pegue la moneda de 10 centavos CUC cerca del extremo superior del triángulo para que haga de contrapeso.

6. Haga pasar cada extremo del cabello por los cortes realizados en el apoyo y en el triángulo indicador, respectivamente. El cabello debe quedar bien estirado cuando el triángulo indicador está en posición horizontal. Entonces fije cada extremo del cabello con pegamento instantáneo.

7. Para calibrar el higrómetro al cien por ciento de humedad, llévelo al lavabo cuando termine de tomar una ducha caliente. Realice una marca allí donde la flecha se para. En-tonces use un secador para conseguir un cero por ciento de humedad, y marque el punto que indica la flecha.

10 centavos CUC

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TIEMPOPARAPENSAR

EN NUESTRO PRÓXIMO NÚMERO:

MEDICAMENTOS BIOSIMILARES

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RES

PU

ESTA

CRUCIGRAMAHorizontales1- Historia de la vida de una persona.9- Substancia cáustica azul, que se cambia a tornazol

al contacto con ácidos.10- Parte líquida de la sangre, contiene las substan-

cias nutritivas de los tejidos. 11- Primer mes del año. 12- De Arabia (plural). 14- Negación (inv.). 15- Sexta nota de la escala musical. 16- Instrumento con que se labra la tierra. 19- Voz que indica multiplicación. 20- Segunda nota de la escala musical. 21- Afirmativo (inv.). 22- Moverse de un lugar hacia otro.23- Transmisión del pensamiento.27- Limpio, claro.29- Miembro de que las aves se sirven para volar.30- Molusco marino comestible que vive adherido a

las rocas.31- Máquina para tejer.32- Mamífero cérvido de astas ramosas, anchas y

Tomado de JT 1971

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B I O G R A F I A O M I S V A O A L C A L IP L A S M A E N E R OO A L A R A B E S CL O N N L AA R A D O E P P O RR E I S M A O R D P I R L O I T E L E P A T I A ON I T I D O I Z R IA L A O S T R A O T E L A R R E N O

palmeadas, vive en las regiones septentrionales, donde se usa como bestia de tiro para los trineos.

Verticales1- Que tiene dos polos.2- Tierra rodeada de agua.3- De figura de óvalo.4- Cualquier fluido aeriforme a la presión y temperatura

ordinarias.5- De Roma (plural).6- Erupción de la cara.7- Oscar Luis Ramos.8- Parte musculosa del corazón.13- Empobrecimiento de la sangre.17- Animal que se arrastra.18- Dividir una cosa en partes.24- Símbolo del litio.25- Acción de posar.26- Subir en el asta la bandera.27- Símbolo del sodio.28- Radical que da a las disoluciones el carácter de la con-

ductividad eléctrica.