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DEL BLOG: NACER EN HONDURAS HTTP://WWW.NACERENHONDURAS.COM Muchos hondureños creen que la fecha de la Independencia de Honduras es el 15 de septiembre de 1821. De hecho, esta fecha se encuentra al pie del escudo nacional junto con la le- yenda: República de Honduras, Libre, So- berana e Independiente. Sin embargo, esto no es correcto. Otro grupo de hondureños más infor- mados nos dirán que el 15 de septiembre de 1821 es la fecha en que Centroamérica proclamó su independencia de España, pero esto tampoco es correcto. La Independencia de Honduras el 15 de Septiembre de 1821 El “Acta de Independencia” del 15 de septiembre de 1821 ni siquiera establece la Independencia de Centroamérica, sino que pospone la decisión sobre este asunto, delegándolo a un Congreso que se reuniría en marzo de 1822. En realidad, el acta del 15 de septiem- bre de 1821 solo era una maniobra de la aristocracia criolla para impedir que la Independencia tuviera alcances revolu- cionarios. Con el acta del 15 de septiem- bre se buscaba mantener el régimen co- lonial, con las mismas autoridades, que ahora no tendrían que rendir cuentas a España. Y la Independencia misma solo se tomó en consideración en base a un recurso desesperado para “prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase el mismo pueblo”, como lo dice la misma acta redactada —pero no firmada— por José Cecilio del Valle. Con esto se ve la falsedad de lo que afirma el himno nacional hondureño, cuya letra fue compuesta por Agusto C. Coello, que compara lo sucedido el 15 de septiembre de 1821 con la Revolu- ción Francesa. La verdad es que el 15 de septiem- bre de 1821 no es una fecha gloriosa de liberación nacional, sino una fecha en que las expectativas de los >> LaNetaNeta | septiembre 2011 9 Mitos de la Independencia de Centro América Interpretaciones Históricas Alternativas Imagen del artista visual Victor Cartagena, de su serie “los Mentirosos”, basada en la violencia política en su natal El Salvador. El volúmen de su trabajo como inmigrante en San Franciso California le han convertido en un referente de las expresiones artísticas sobre la violencia en Centro América y es actualmente sujeto de sendas tésis académicas. {Más sobre Victor Cartagena en el próximo numero}

Lanetaneta independencia

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Pull out from LaNetaNeta Magazine, a Spanish language magazine that focusses on Central and Mesoamerican artists, and other latino immigrants in the US.

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Page 1: Lanetaneta independencia

Del Blog: Nacer eN HoNDuras

Http://www.NacereNHoNDuras.com

Muchos hondureños creen que la fecha de la Independencia de Honduras es el 15 de septiembre de 1821.

De hecho, esta fecha se encuentra al pie del escudo nacional junto con la le-yenda: República de Honduras, Libre, So-berana e Independiente. Sin embargo, esto no es correcto.

Otro grupo de hondureños más infor-mados nos dirán que el 15 de septiembre de 1821 es la fecha en que Centroamérica proclamó su independencia de España, pero esto tampoco es correcto.

La Independencia de Honduras el 15 de Septiembre de 1821

El “Acta de Independencia” del 15 de septiembre de 1821 ni siquiera establece la Independencia de Centroamérica, sino que pospone la decisión sobre este asunto, delegándolo a un Congreso que se reuniría en marzo de 1822.

En realidad, el acta del 15 de septiem-bre de 1821 solo era una maniobra de la aristocracia criolla para impedir que la Independencia tuviera alcances revolu-cionarios. Con el acta del 15 de septiem-bre se buscaba mantener el régimen co-lonial, con las mismas autoridades, que ahora no tendrían que rendir cuentas a España.

Y la Independencia misma solo se tomó en consideración en base a un recurso desesperado para “prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase el mismo pueblo”, como lo dice la misma acta redactada —pero no firmada— por José Cecilio del Valle.

Con esto se ve la falsedad de lo que afirma el himno nacional hondureño, cuya letra fue compuesta por Agusto C. Coello, que compara lo sucedido el 15 de septiembre de 1821 con la Revolu-ción Francesa.

La verdad es que el 15 de septiem-bre de 1821 no es una fecha gloriosa de liberación nacional, sino una fecha en que las expectativas de los >>

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Mitos de la Independencia de Centro América

Interpretaciones Históricas AlternativasImagen del artista visual Victor Cartagena, de su serie “los Mentirosos”, basada en la violencia política en su natal El Salvador.

El volúmen de su trabajo como inmigrante en San Franciso California le han convertido en un referente de las expresiones

artísticas sobre la violencia en Centro América y es actualmente sujeto de sendas tésis académicas.

{Más sobre Victor Cartagena en el próximo numero}

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patriotas fueron traicionadas, y la de-mocracia pisoteada, porque inmediata-mente la aristocracia criolla maniobró para anexar Centroamérica al imperio mexicano de Iturbide, con el fin de man-tener sus privilegios amenazados por una revolución democrática y republi-cana, anexión que se proclamó oficial-mente el 5 de enero de 1822.

El acta de anexión a México fue re-dactada —y esta vez sí— firmada por José Cecilio del Valle, el cual es tenido por un gran prócer en Honduras. Y sin em-bargo, fue por la influencia de Valle en el Congreso mexicano que Centroamérica logró su independencia de México, inde-pendencia que se proclamó oficialmente el 1 de julio de 1823, por la Asamblea Constituyente Centroamericana.

Esta Asamblea Constituyente decidió que el sistema de gobierno de Cen-troamérica sería republicano y federal, con autonomía para cada uno de los cin-co estados que lo conformaban: Guate-mala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

En el marco de esta constitución política Manuel José Arce fue elegido como el primer presidente de Cen-troamérica el 5 de marzo de 1824, y el 16 de septiembre de 1824 resultó electo Dionisio de Herrera como primer Jefe de Estado de Honduras.

Pero la Unión Centroamericana no pudo consolidarse por la fuerte oposición de los conservadores, que querían preservar el opresivo sistema de privile-gios de la colonia española.

Al general Francisco Morazán le tocó combatir contra la reacción anti-democrática, que había encontrado un fuerte aliado en el oscurantismo católico, pero la proporción de fuerzas no le favo-reció, y a Morazán le tocó pagar con su

vida el haberse atrevido a soñar con una Patria Grande. Morazán murió fusilado el 15 de septiembre de 1842 en Costa Rica.

Una vez muerto Morazán, la reacción conservadora triunfó, y el sueño de la Federación Centroamericana se truncó. Pero ya Honduras se había declarado independiente de la Unión Centroameri-cana el 26 de octubre de 1838. Esta fecha tampoco fue de gloria para Honduras, ya que significó un retroceso histórico, al sumirse el gobierno hondureño en una fuerte reacción anti-morazánica de la mano del presidente Francisco Ferrera.

El ideal republicano y democrático apenas comenzó timidamente en 1876 en Honduras en la llamada “Reforma Liberal”, dirigida por el presidente Mar-co Aurelio Soto y su ministro y asesor Ramón Rosa.

Luego siguieron cincuenta años de guerras fratricidas, a las que puso fin la dictadura de 16 años de Tiburcio Carías

Andino. Carías gobernó desde 1933 hasta 1949.

Con Carías al fin se lograron controlar las guerras intestinas y los movimientos insurgentes, aunque con un alto costo social, por la brutal represión que se de-sató contra los enemigos del régimen.

Y es con esta represión del gobierno de Carías cuando al fin se logró consolidar el Estado hondureño, pero esta consoli-dación iba acompañada de la subordi-nación de los intereses de Honduras a los de las compañías bananeras norteame-ricanas. La influencia de Estados Unidos nunca dejó que el Estado de Honduras fuera realmente independiente.

Poco a poco el pueblo hondureño ha ido conquistando cada vez más espacios de libertad democrática, pero el cáncer de la corrupción interna y la dependencia de las ayudas del exterior todavía consti-tuyen una afrenta contra la dignidad na-cional. >>

Mapa de Centroamérica dibujado en 1829 después de la visita a Centroamérica, Chiapas y Tabasco, de George A.

Thompson, Cónsul inglés quien escribió la primera geografías económica de la región valiéndose de sus conocimientos

de cartografía. Obviamente la división política territorial de Centro América no siempre ha sido iguál.

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La Independencia de Honduras, por lo tanto, no es un evento épico que sucedió en el pasado, como lo enseña la edu-cación oficial, sino que es algo que se ha ido logrando penosamente, y es todavía un proyecto por realizar.

Los Tres Gritos de IndependenciaDel Blog: cuscatlÁN

Http://www.cuscatla.com/

cuzcatlaN8.Htm

Verdades hay muchas, pero la mentira es legión... De los tres “gritos de indepen-dencia” que la élite criolla independen-tista que ha dominado El Salvador nos ha impuesto vanagloriar y recordar, yo recuerdo que sólo el Primer Grito, el Cinco de Noviembre de 1811 y el Tercer Grito, al final, el 15 de Septiembre de 1821, se celebraban con pompa y platillo año tras año hasta Duarte llegó a la presidencia el 1 de junio de 1984.

¿Porqué se barajó el Segundo Grito del 24 de Enero 1814? Yo me he rebuscado entre varias “Historias de El Salvador” que encontré, pero ninguno se abre de par en par y claramente explica el desbalance en las celebraciones independentistas.

Especular se vale ya que no hay re-spuesta precisa y acuciosa, entonces yo sospecho que ese grito de libertad fue genuino levantamiento del pueblo, un movimiento encabezado por indios y mestizos, liderados por Pedro Pablo Cas-tillo, pero lastimosamente apaciguado y traicionado por la Familia de León…, y es por eso que ese grito no resalta cuan-do la élite decidió cuál festejar, puedo estar equivocado, quizás porque enero nunca ha sido mes de escuela, pero esta no es respuesta que llegue a la razón del porqué este “grito” no se celebra al nivel de los otros dos. Muy pocos connacio-nales se acuerdan que fecha fue el así llamado Segundo Grito.

Primer Grito. La versión oficial de la insurrección

del Cinco de Noviembre de 1811 dice que “José Matías Delgado, a las 4 de la mañana, lanzó el primer grito de liber-tad tocando a rebato las campanas de La Merced”. Pero, ¿Fue así de simple? Una familia sola por sí misma no hubiera hecho tanta historia. Se necesitaba el apoyo de las masas y golpes precedentes para iniciarla. Previo al 5 de Noviembre de 1811 ya había habido pequeños le-vantamientos de los mestizos e indios contra la dominación española en todo El Salvador. Levantamientos que fue-ron inmediatamente aplastados, pero mostraron el deseo y voluntad de luchar por los nuevos derechos a que aspiraban esas mayorías.

La versión de historiadores oficiales, narran que después que Delgado repicó las campanas de la Iglesia La merced, Manuel José Arce se trasladó cerca al Ayuntamiento y proclamó la Indepen-dencia ante “cientos de patriotas allí re-unidos”. Pero nada dicen acerca de que toda las ramas de la familia de León, descendientes y seguidores, se hallaban presentes vitoreando, escuchando...>>

En esta escena alegoría de la “firma de independencia de Centroamérica”, José Cecilio del Valle aparece redactando el

Acta de Independencia de Centro América, el 15 de septiembre de 1821. Lo que no sabe mucha gente es que el Acta de

Independencia de C.A. núnca se firmó, sino que se le derogó ese poder al Congreso que se reunirían en 1822. Los criollos

de C.A. tenína un plan B, anexarse a México. Lo chistoso de esta imágen es que se nota la súperimposición de otros

actores. Se ve un grupo atrás de la mesa

donde se redacta el Acta. Obviametne esto

se agregó mas tarde. Y segundo, llama la

atención el militar, de botas negras, panta-

lones (tights) blancos y casaca azul con acen-

tos dorados. Asumimos que es militar

porque porta una espada. Luego, atrás la

silla roja, en la parte superior derecha, se

nota alguien dando un discurso. ¿Ante quié-

nes habla?. ¿Y el pueblo, los “indios y mesti-

sos dónde están?, obviamente no en están en

esta escena. La única “verdadera foto” que

tenemos de la gesta independentísta, hay

que desenterrarla mediante las interpre-

taciónes históricas no tradicionales.

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y azuzando a las masas. Allí estaban los hermanos Nicolás, Vicente y Manuel Aguilar, Mariano y Domingo Antonio de Lara, José Simeón Cañas y Villacorta, Juan Vicente Villacorta, Bernardo Arce y de León (padre de Arce), los hermanos Juan Miguel y Francisco Delgado y de León (hermanos del cura líder Matías), Leandro Fagoaga (sobrino de doña An-tonia Fagoaga y Aguilar, madre del rico hacendado Manuel J. Arce) los herma-nos Arauzamendi; y entre sus seguidores también había mestizos e indígenas. Sin embargo, tampoco esto fue así de fácil. El tumulto aumentó y los gritos amenaza-dores contra los españoles también au-mentó. Esto puso en aprietos a los miem-bros de la familia de León, pues temían se les escapara de sus manos la planeada situación que ellos mismos crearon. En-tonces de agitadores pasaron a pacifica-dores e intervino José Matías Delgado y de León con su prestigio, su sotana, su superioridad, usando sus mejores esfuerzos logró calmar momentánea-mente a las masas. Se nombra a Manuel José Arce que represente a los alzados ante el Intendente Antonio Gutiérrez y Ulloa, pero las masas sorpresivamente, fuera ya de control, asaltan el Salón de Armas apoderándose de los fusiles, lo mismo asaltan la tesorería del estado y se apoderan del dinero; para empeorar, deponen a Gutiérrez y Ulloa y nombran sus propios alcaldes y gobernador. Las autoridades centrales civiles y religiosas en Guatemala declaran a los insurrectos “asesinos herejes”.

Ya imposible escapar de la situación, los Delgado, Arce, y otros, trataban, de-sesperadamente y públicamente, de en-causar el momento a su favor, por lo que ruegan y predican por calma a las masas en descontrol... Pero mientras, siniestra-

mente, intermedian otros planes con las autoridades españolas locales y de Cádiz.

La familia de León quería una in-dependencia pacífica, negociada y a-rreglada por acuerdos entre ellos y la junta gobernante española, (a la cual pedían concesiones a cambio de papel apaciguador) La junta gobernante de España batallaba ella misma contra Na-poleón, no deseaba otra fuente de des-gaste; por lo cual había convocado en los próximos meses del siguiente año una reunión en Cádiz con el objeto de crear

habían esparcido en toda Centroamérica, y cual peste para España, el mismo año 1811, estalla una rebelión en Nicaragua, y en enero de 1812 se rebela Honduras...

Las cosa en San Salvador quedó con el mismo estado de cosas. Los principales líderes encarcelados, gran parte de las masas ejecutadas, o internada en pri-siones, y José Matías Delgado y de León enviado a proceso en Guatemala, donde su defensa fue que él sólo cumplió mis-ión apaciguadora como cura que era. Se obligó a todo el pueblo a jurar la nueva Constitución española de 1812, aproba-da en Cádiz, y el cura Delgado de León da un sermón alabando dicha constitución.

La situación permaneció mas o menos igual, hasta que llegaron las elecciones para Alcaldes en 1813.

Segundo Grito. Después de tres elecciones, una tras otra nulificadas por el nuevo Intendente Cnel. José María Peynado, -que luchaba usando la nueva Constitución de Cádiz para evitar ga-naran líderes mestizos y la familia de León-, no pudo evitar que cuatro de la familia fueran elegidos, ellos fueron: Manuel de Arce y de León, Manuel Del-gado y de León, Santiago José Celis (cu-ñado de Cañas), y finalmente uno de los vencedores por la Alcaldía de barrio de San Salvador para Primer Alcalde: Juan Manuel Rodríguez (el medio hermano del cura Delgado de León),... ¡Pero un hombre del pueblo se escabulló con el voto popular como Segundo Alcalde: Pe-dro Pablo Castillo Casi en perfecto ritmo, las distintas versiones oficiales acuerdan que debido a la ebullición generada por los independientes, y a raíz de las elecciones que explotaron en mani-festaciones, mítines, pinta de paredes con eslogan independentistas, folletines

El 24 de enero de 1814, el movimiento inde-

pendentista estuvo a punto de transformarse

en una gran insurrección popular, gracias al

Alcalde “Mesitso” de San Salvador, Pedro

Pablo Castillo. Los “criollos” lo impidieron.

una nueva constitución, y también para buscar soluciones contra las rebeliones en sus colonias.

La insurrección de Noviembre con-tinuó hasta Enero en Cojutepeque, Usulután, Metapán, Sensuntepeque; pero colapsó con el aprisionamiento de varios líderes, muchos de ellos miem-bros del clan de León, el cual aceptó de buen grado, y hasta alivio, la llegada de tropas españolas llegadas expresamente de Guatemala para pacificar el país. Los movimientos independentistas ya se

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independistas, todo fue >> debido a que “los patriotas pedían la libertad del cura Manuel Aguilar”. El cura Aguilar, en 1813, aún permanecía preso por su papel agitador de 1811, pero no sólo él estaba preso, habían muchos patriotas que no eran ricos como el cura Aguilar, y más queridos por las masas pues eran de los suyos. Los cronistas como Monterrey dicen que Peynado no tuvo más recurso que dejar libre al reo Aguilar en 1813 debido a las protestas por su liberación, ¡mientras que el resto fue liberado hasta en 1818!.

Roque Dalton, en su Monografía, per-mite conocer la versión ideológicamente opuesta a la oficial... La versión “comu-nista”, como diría la Tandona, o el rotativo de propaganda “Diario de Hoy”.

“El movimiento del 24 de enero de 1814, en San Salvador... estuvo a punto de transformarse en una gran insurrec-ción popular organizada. Este grandioso movimiento popular fue dirigido por el valiente y radical Alcalde Segundo de San Salvador, Pedro Pablo Castillo. Bajo un plan concebido por él, milicias re-clutadas dentro de las masas y armadas con piedras, garrotes, machetes y otros instrumentos parecidos, fueron destaca-das en los puntos estratégicos de la ciu-dad. Peinado... había anulado dos veces las elecciones para la integración de las municipalidades, realizadas conforme a los preceptos de la Constitución de Cádiz (aprobada en 1812, por las Cortes). En esas elecciones habían salido victorio-sas las fuerzas anticolonialistas, aunque en ese momento estaban encabezadas por políticos vacilantes que aspiraban solamente a obtener concesiones del régimen español, sin romper completa-mente con él. La victoria de las fuerzas populares era lo que enojaba al inten-

dente y por ello anuló dos veces con-secutivas las elecciones.

En una tercera elección, Peinado con-siguió algunos “éxitos,” pero compren-diendo la falsedad de esas victorias y la existencia real de una fuerza popular re-belde, se orientó hacia el fortalecimiento de un cuerpo de Guardia Civil llamado Voluntarios Honrados de Fernando Vll... y, apoyándose en ellos, ordenó la cap-tura de todos los alcaldes de barrio que no eran partidarios suyos. Las masas de trabajadores indígenas y mestizos se pu-sieron en movimiento indignadas ante la agresión del intendente, y Pedro Pablo Castillo se puso a la cabeza de ellas para

en los lugares donde estaban listos >> los destacamentos populares en espera de las órdenes para entrar en acción. En esos lugares dieron principio a una labor de ablandamiento, argumentado a los rebeldes que con toda seguridad serían aplastados por el enemigo e instándolos a abandonar sus puestos de combate. El prestigio que Arce, Celis, Rodríguez y demás próceres, tenían entre las masas, les permitió convencer a la mayor parte de los hombres de Castillo, logrando así desmontar la insurrección, cuando estaba a punto de producirse... El in-tendente ordenó la carga de sus tropas sobre las desmoralizadas fuerzas popu-

exigir: la libertad de los presos políticos y el desarme de los voluntarios... Con el fin de adelantarse a la acción de las masas, (los criollos) integraron una “Comisión de Notables,” que se reunió con Peinado y lo convenció de que pusiera en libertad a los alcaldes presos, para evitar mayores consecuencias. Peinado cedió, más que por las súplicas de los “notables,” por la amenaza que para su autoridad sig-nificaba la vasta movilización popular dirigida por Pedro Pablo Castillo... Los “notables,” ante la firme actitud adop-tada por el alcalde segundo, se disper-saron por la ciudad y se distribuyeron

Palacio de Los Caballeros de Guatemala, edificio en el que se redactó el Acta de Independencia de Centro América.

Replica del Acta de Independencia. El original está en el

Archivo de Centro América, en Ciudad Gutemala.

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lares, agenciándose una fácil victoria que no se detuvo en dispersar a los rebeldes, sino que continuó con decenas de captu-ras entre las que se contaron por cierto, las de los mismos próceres que con sus vacilaciones, con sus apaciguamientos e inconsecuencias, habían contribuido tanto a la derrota del pueblo. Después, en los juicios instruidos contra ellos (los llamados ‘Juicios de infidencia”) confe-saron paladinamente su participación en el apaciguamiento y desmoralización de los insurgentes, acusando a Castillo de ser el responsable de los sucesos, y prometiendo fidelidad al rey de España”.

Pero de todos los próceres de la pri-mera familia oligarca de El Salvador, para 1821 sólo sobrevivían cuatro: José Matías Delgado y de León, Manuel José Arce de León y Fagoaga, José Simeón Cañas y Villacorta, y Juan Manuel Rodríguez de León. Todos los demás habían caído en su lucha por la Independencia de España, pero sin saborearla... La cual concluyeron sus primos con un Tercer Grito.

A 10 Años del BicentenarioDel Blog: tHe Black Box

Http://ca-Bi.com/BlackBox/?p=4174

por carlos a. meNDoza, caBi

En México y Sudamérica ya han empe-zado los eventos conmemorativos por los 200 años de Independencia. En México las celebraciones se hicieron en 2010 porque el Grito de Dolores” (16 de septiembre de 1810) como el inicio de la guerra inde-pendentista. En esa fecha el cura Miguel Hidalgo y Costilla hizo un llamado a la sublevación contra las autoridades de la Corona Española.

¿Por qué en Guatemala todavía no hacemos algo al respecto? Al menos, podríamos empezar por conocer nuestra historia, pero no la romántica e idealiza-

da que nos cuentan en la primaria, sino la revisada y reinterpretada por hechos históricos, que nos dan una mejor idea de los incentivos que los llamados pró-ceres enfrentaron para firmar el Acta de Independencia. No fue precisamente por celo patriótico, sino por intereses políti-cos y económicos que poco tenían en consideración el bienestar del pueblo. Al menos esa es la impresión que me queda después de leer el libro del historiador Horacio Cabezas, titulado Independencia Centroamericana, Gestión y Ocaso del “Plan Pacífico” (Editorial Universitaria, USAC, 2010).

Para empezar a romper mitos, Cabezas nos cuenta que la Independencia se dio en medio de grandes contradicciones. La élite comercial guatemalteca la concibió como un “Plan B” que incluía la Anexión a México para mantener su control sobre el monopolio comercial trasatlántico. El nombre era Plan Pacífico de Indepen-dencia y fue concebido por los Aycinena.

En realidad, varios de los que hoy lla-

mamos próceres de la Independencia, como el Presbítero José Matías Delgado, el Capitán General Gavino Gaínza, y el Auditor de Guerra José Cecilio del Valle, se habían opuesto previamente a los rebeldes que la proponían. Recordemos que en la mismísima Acta de Indepen-dencia se advierte que es mejor pro-clamarla antes “para prevenir las conse-cuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo”.

En Guatemala se conoce más sobre la llamada Conjura de Belén en 1813, cuyos protagonistas fueron condenados a la pena de muerte (por garrotazos unos, por la horca otros), pero sabemos poco de lo que pasó en El Salvador y Nicara-gua dos años antes, cuando las ideas y noticias de México se propagaron por la región. En San Salvador, la sublevación que empezó como una protesta ante la represión de la Iglesia Católica en contra de los curas salvadoreños que simpatiza-ban con las causas de Hidalgo y Costilla, se convirtió en una movilización que incluyó a ladinos, mulatos y algunos indígenas de varias regiones. Posterior-mente, en Granada, la sublevación fue más proactiva: abolición de la esclavitud negra, disminución del tributo, supresión de otros impuestos y del repartimiento de indios, y libertad de comercio, entre otras ordenanzas. Los líderes de este últi-mo movimiento, que luego fue apoyado por indígenas de Masaya y por ganade-ros y añileros de Rivas, fueron llevados a pie, encadenados por los tobillos, hasta la Ciudad de Guatemala para ser juzga-dos y castigados.

Estos y otros episodios interesantes son explicados y sustentados con docu-mentos históricos por Cabezas. Así que recomiendo esta lectura para apren-

Independencia Centroamericana, Gestión y Ocaso del

“Plan Pacífico”, del historiador Horacio Cabezas. (Editorial

Universitaria, USAC, 2010).

14 LaNetaNeta | septiembre 2011

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der y reflexionar sobre nuestra >> Independencia, especialmente el origen de nuestras instituciones políticas.Comentariopor el profesor gleNN DaviD cox

Si se trata de evitar romanticismo e idealización hay que empezar por no seguir la interpretación mexicana de la independencia. Son los mexicanos, no los guatemaltecos, los confundidos en cuanto al bicentenario, el cual debe de celebrarse en sept. del 2021. La celebración del Grito de Dolores no hace más que reconocer un baño de sangre perpetrado por un cura asolado por su lectura (a medias) de algunos libros de la Ilustración radical. Ese genocidio (miles de personas inocen-tes, entre criollos y peninsualres, despedazadas con arma blanca y lanza) decidió la alianza de los criollos y penisulares de México desde finales de 1810 hasta el Plan de Iguala de Iturbide 11 años después–el origen de la independencia tanto de México como de Centroamérica.De allí la espectacular diferencia entre las independencias de Sud América (republicanas) a la de México/Centroámerica (monárquica). La Independencia en ningún momento, en ninguna parte, se pensó como un mo-

vimiento social o en beneficio de “pueblos” porque traía a recuerdo el levantamiento de los esclavos de Haití (otro baño de sangre). Hidalgo es el mito que los mexicanos necesitan luego en la época de Juárez; el 16 de septiembre se consolida en la imagi-nación mexicana (y se celebra como Día de la Independencia) desde tiem-pos de Porfirio Díaz (1877-1911), fecha que coincidía con el cumpleaños del dictador. No hubo nación ni nacionalismo en la Independencia ni de México ni de Centroamérica. Seguir la pauta mexi-cana en el (equivocado) reconocimien-to del bicentenario sólo conducirá a los guatemaltecos a más romanticismo e idealización de su Independencia.

RespuestaDel autor carlos a. meNDoza,

Sí, estaba leyendo lo que pasó en Haití entre 1791-1804. Dicen que hubo más de 100 mil muertos y que esta inde-pendencia, que fue una masiva suble-vación de esclavos negros en las plan-taciones de azúcar francesas, asustó mucho a los del Sur de los EE.UU. Supongo que en América Latina tam-bién tenían miedo de lo que pasó en Francia durante el período de Terror revolucionario (1793 - 95). LaNetaNeta

(415) [email protected]

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LaNetaNeta | septiembre 2011 15

Actual división territorial de Centro

América. El cambio mas reciente

en este mapa ha sido la declaración

de autonomía del territorio belice-

ño. Habiéndo sido parte original

del territorio de Guatemala, la ex-

colonia británica aceptó el inició

platicas con el Gobierno de

Guatemala para resolver su disputa

territorial en marzo 2010, bajo los

auspicios de la Organización de

Estados Americanos (OEA).