110
PRESENTACIÓN La historia de Sorda y Sonora, aunque aún muy joven, se remonta a marzo de 2010, cuando Roberto Bráñez y Stefanía Quintanilla asumieron la presidencia del Centro de Estudiantes de Lingüística de la PUCP. Necesitábamos de un espacio propio donde poder publicar nuestros trabajos y dar comienzo a nuestro camino como lingüistas. El primer intento, Sorda y Sonora, tuvo mucha acogida entre nuestra comunidad lingüística y, este año, decidimos dar un paso más. Manteniendo aquella convicción propuesta por las dos primeras entregas del boletín Sorda y Sonora, presentamos la revista del mismo nombre. La presente edición de la revista se encuentra a cargo de Luis Miguel Rojas Berscia y Joel Zavala Tovar, ambos estudiantes de Lingüística Hispánica de nuestra universidad. Intentamos dar apertura para temas de las diversas áreas de la lingüística, con el fin de contribuir a la investigación interdisciplinaria entre los alumnos de nuestra universidad. La presente edición contiene artículos que abordan el tema de las lenguas andinas. Agradecemos enormemente por tal razón a nuestro profesor de latín, mg. Pablo Carreño, quien voluntariamente abre esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros compañeros que actualmente cursa el segundo ciclo de lingüística, Gabriel Martínez, nos presenta su reseña sobre las lenguas del Ecuador. Por otro lado, Luis Miguel Rojas Berscia, cambiando un poco el rumbo de los temas, nos presenta su última investigación en relación a los polémicos trabajos de Daniel Everett sobre la lengua pirahã. Así abrimos el terreno de la gramática generativa y presentamos la última investigación de Joel Zavala sobre la modularidad del lenguaje, tema seguido por Piero Costa, quien dando aquel toque interdisciplinario, nos contará un poco sobre la identificación de criterios científicos de simplicidad en los principios de economía metodológica del Programa minimista de la corriente generativa chomskiana contemporánea. Pedimos disculpas de haberse escapado alguna imprecisión de edición. Esperamos, en todo caso, que nos hagan llegar sus comentarios para seguir mejorando la revista. Asimismo, nos agradaría invitar a todos los demás estudiantes de lingüística y profesores que quieran abrir los próximos números a publicar algún artículo en las siguientes ediciones de S&S, para así seguir dándole vida a este nuevo proyecto que no tiene fin alguno más que la propia difusión de nuestros trabajos y el diálogo académico. Luis Miguel Rojas Berscia Joel Armando Zavala Tovar Editores

LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

  • Upload
    lyliem

  • View
    251

  • Download
    1

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

PRESENTACIÓN

La historia de Sorda y Sonora, aunque aún muy joven, se remonta a marzo de 2010, cuando Roberto Bráñez y Stefanía Quintanilla asumieron la presidencia del Centro de Estudiantes de Lingüística de la PUCP. Necesitábamos de un espacio propio donde poder publicar nuestros trabajos y dar comienzo a nuestro camino como lingüistas. El primer intento, Sorda y Sonora, tuvo mucha acogida entre nuestra comunidad lingüística y, este año, decidimos dar un paso más. Manteniendo aquella convicción propuesta por las dos primeras entregas del boletín Sorda y Sonora, presentamos la revista del mismo nombre. La presente edición de la revista se encuentra a cargo de Luis Miguel Rojas Berscia y Joel Zavala Tovar, ambos estudiantes de Lingüística Hispánica de nuestra universidad. Intentamos dar apertura para temas de las diversas áreas de la lingüística, con el fin de contribuir a la investigación interdisciplinaria entre los alumnos de nuestra universidad. La presente edición contiene artículos que abordan el tema de las lenguas andinas. Agradecemos enormemente por tal razón a nuestro profesor de latín, mg. Pablo Carreño, quien voluntariamente abre esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros compañeros que actualmente cursa el segundo ciclo de lingüística, Gabriel Martínez, nos presenta su reseña sobre las lenguas del Ecuador. Por otro lado, Luis Miguel Rojas Berscia, cambiando un poco el rumbo de los temas, nos presenta su última investigación en relación a los polémicos trabajos de Daniel Everett sobre la lengua pirahã. Así abrimos el terreno de la gramática generativa y presentamos la última investigación de Joel Zavala sobre la modularidad del lenguaje, tema seguido por Piero Costa, quien dando aquel toque interdisciplinario, nos contará un poco sobre la identificación de criterios científicos de simplicidad en los principios de economía metodológica del Programa minimista de la corriente generativa chomskiana contemporánea. Pedimos disculpas de haberse escapado alguna imprecisión de edición. Esperamos, en todo caso, que nos hagan llegar sus comentarios para seguir mejorando la revista. Asimismo, nos agradaría invitar a todos los demás estudiantes de lingüística y profesores que quieran abrir los próximos números a publicar algún artículo en las siguientes ediciones de S&S, para así seguir dándole vida a este nuevo proyecto que no tiene fin alguno más que la propia difusión de nuestros trabajos y el diálogo académico.

Luis Miguel Rojas Berscia Joel Armando Zavala Tovar

Editores

Page 2: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

2

Colaboradores

Pablo H. Carreño (La Oroya, 1970) estudió la carrera de lingüística en la Pontificia Universidad Católica del Perú, casa donde también realizó sus estudios de maestría en el mismo campo. Aunque se ha desempeñado también como profesor de cursos de lengua y castellano, sus áreas principales de interés son tanto las lenguas indo-europeas antiguas (griego, latín y sánscrito) como las lenguas vernaculares del Perú, especialmente el quechua en sus distintas variedades. En ambas áreas, su interés está orientado tanto a la filología, la cultura y la traducción literaria; cuanto a los temas lingüísticos y gramaticales propiamente dichos. En el campo de las lenguas clásicas, se ha desempeñado por varios años como profesor de latín en su alma mater, así como también como profesor de sánscrito en su Centro de Estudios Orientales. Como resultado, en 2009 presentó Bhagavad-gita: la canción del Señor, primera traducción en versos castellanos medidos del famoso poema filosófico sánscrito, aparecida en la colección El manantial Oculto del rectorado de la PUCP. En el campo de las lenguas vernáculas, por otro lado, se ha desempeñado como docente y traductor de quechua en la misma Universidad Católica y en otros lugares. En esta misma línea, en 2010 presentó como tesis de maestría Quechua de Cajatambo: un esbozo gramatical, sobre la variedad quechua de la provincia de Cajatambo, en la región Lima, y obtuvo nota sobresaliente. En otros campos, tiene publicada una traducción del portugués de Primeras historias (Lima, 1999), libro de cuentos del escritor brasileño João Guimarães Rosa, así como diversos artículos en sus áreas de especialización.

Correo electrónico: [email protected]

Gabriel Antonio Martínez Vera (Guayaquil, 1986) vivió en Guayaquil hasta los 18 años, lugar donde estudió la educación primaria y secundaria. En 2005 ingresó a la Compañía de Jesús, orden religiosa a la que perteneció por tres años. Realizó, como jesuita, estudios de teología y Biblia. En 2008 llegó a Lima y, tras dos años y medio de estudio, obtuvo el título de Diploma de Humanidades en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Asimismo, obtuvo el Diploma de EFL Teachers del Centro de Idiomas de la Universidad del Pacífico (CIDUP).. En la actualidad, es estudiante de Lingüística en la Pontifica Universidad Católica del Perú. Además, trabaja como profesor de inglés en el CIDUP desde el segundo tercio del año en curso y, además, es profesor a tiempo parcial de Lenguaje de la Escuela Preuniversitaria de la Universidad del Pacífico. Correo electrónico: [email protected] Luis Miguel Rojas Berscia (Lima, 1991), políglota y esperantista, estudia el pregrado en lingüística hispánica de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente se desempeña como profesor de chino mandarín en el Instituto Confucio de la misma institución y es miembro del grupo Estudios de Gramática Generativa PUCP. Desde 2006 es delegado juvenil y general de la Asociación Universal de Esperanto en Lima y en 2010 asume también el cargo de delegado de lingüística de la misma organización. Sus áreas de interés son el estudio lingüístico-histórico de la familia indoeuropea de lenguas, la familia sino-tibetana y las lenguas del Perú, así como la gramática descriptiva y formal. En las primeras tres macro-áreas su interés también se enfoca hacia el análisis lingüístico, traducción literaria y enseñanza de segundas lenguas. Otros de sus intereses son la poesía, tanto clásica como moderna, la literatura experimental y la acuariofilia. Correo electrónico: [email protected]

Page 3: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

3

Joel Armando Zavala Tovar (Tarma, 1989). Estudiante de Lingüística de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es miembro del grupo de Estudios de Gramática Generativa PUCP y administrador del blog de lingüística generativa Linguistics Blog. Sus investigaciones giran en torno a la teoría sintáctica, lingüística teórica, biolingüística, análisis lingüístico, lingüística computacional y sintaxis del español. En estas áreas ha publicado diversos artículos en revistas de lingüística y ha brindado ponencias en algunas universidades del país, entre las que destacan: “La modularidad de la facultad del lenguaje: relación modular y arquitectura interna” (2010), “La perspectiva biolingüística” (2010), “La saturación temática y el grid theta” (2010), ”Biolingüística y minimismo” (2009), ”Hacia una clasificación de los nombres en función de las redes argumentales” (2009), “Análisis temático del quechua” (2008), “La Teoría Temática y el grid theta” (2008), “Consideraciones para las barreras” (2008), “La semántica en la gramática generativa” (2008), “Biolingüística” (2007). Actualmente se encuentra explorando su tema de tesis sobre la sintaxis de los dativos de interés en español e investigando algunos fenómenos del español desde una perspectiva minimista. Correo electrónico: [email protected] Piero Renato Costa León (Lima, 1991) es estudiante de Lingüística de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente, se encuentra cursando el segundo año de la carrera. Sus intereses en torno a la Lingüística giran principalmente alrededor de la metodología de investigación, el cambio de paradigmas en los programas de investigación y la Sociolingüística, especialmente el estudio de las actitudes lingüísticas. Esta es su primera participación en una publicación. Correo electrónico: [email protected]

Page 4: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

4

LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: CRONOLOGÍA DE TRES

CAMBIOS LINGÜÍSTICOS1

Pablo H. Carreño

Pontificia Universidad Católica del Perú

Resumen

Este artículo pretende clarificar la fecha de inicio de tres cambios

lingüísticos que afectaron a las consonantes africadas de las variedades

del quechua central. Para ello, en la primera sección se presenta la

situación actual del quechua central por medio de una revisión

bibliográfica, y se discute la probable cronología relativa de los

cambios. En la segunda sección se revisan siete textos que

documentan el quechua central colonial, para constatar si ofrecen

algún testimonio de la ocurrencia de los cambios en las africadas en el

momento en que fueron escritos. Finalmente, se extraen algunas

conclusiones, se discute una probable cronología absoluta de los

cambios, y se hipotetiza acerca de los desencadenantes del cambio.

0. Introducción

Mi objetivo en este trabajo es arrojar luz sobre la fecha de inicio de tres cambios lingüísticos que

afectaron a las consonantes africadas del quechua central2. El quechua central se considera, en términos

generales, la rama más antigua y diversificada de la vasta familia quechua en términos de subvariedades;

y suele considerarse también que las diferencias entre sus variedades se remontan a una fecha muy

temprana.

1 Esta es una versión actualizada de Carreño 2002, ponencia que fuera leída en el 3er Congreso de Investigaciones Lingüístico-Filológicas realizado en la Universidad de San Marcos. Esta versión incorpora datos de Quechua de Cajatambo: un esbozo gramatical (Carreño 2010), mi tesis de maestría en lingüística, y mejora las conclusiones a la luz de la nueva evidencia.

2 Entiendo el término quechua central aproximadamente en el sentido en que A. Torero entiende su término Quechua I (cf. Torero 1964) y G. Parker su término Quechua B (cf. Parker 1971). Sin embargo, a diferencia de dichos autores, considero dentro de su alcance a la variedad de Pacaraos, tenida por ellos por aislada.

Page 5: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

5

A modo de ilustración, véase el siguiente cuadro, donde se muestran la forma actual, en el quechua de

seis localidades de la Sierra Central del Perú, de las palabras protoquechuas */chaki/ ‘seco’ y */traki/

‘pie’3:

‘seco’ ‘pie’

Sihuas (Áncash) Chaki traki

Huaraz (Áncash) Tsaki chaki

Huánuco (Huánuco) Chaki chaki

Cajatambo (Lima) Saki chaki

Picoy (Lima) Tsaki traki

Pacaraos (Lima) Saki traki

Cuadro 1

El cuadro 1 ilustra los cambios que han afectado a las consonantes africadas, desde la variedad más

septentrional de Sihuas —que mantiene una situación conservadora, próxima a la de la protolengua—

hacia el sur4. (Ver el mapa en el apéndice final).

Sobre la probable cronología de los cambios que han configurado estos dialectos, en un trabajo

anterior, luego del análisis de los documentos provenientes de la zona de Cajatambo publicados en

Duviols 1986, afirmé lo siguiente:

“La primera diferencia saltante [entre el quechua central antiguo de los documentos y el

actual] son los cambios que afectan a las consonantes africadas [...]. Aunque los

documentos no los reflejan, es probable que en el siglo XVII [...] ya estuvieran presentes

en la zona e, incluso, que sean muy antiguos.” (Carreño 2000: 97).

Este trabajo representa una revisión de aquella hipótesis, que es, por otro lado, un lugar común en la

lingüística. A la luz de los datos que aquí presenta, ya no puedo estar de acuerdo con que los cambios

que afectan a las africadas del quechua central estuvieran ya presentes en el siglo XVI ni, mucho menos,

con que sean muy antiguos. En este trabajo intentaré fundamentar las razones de este cambio de

3 En general, utilizaré la ortografía común del quechua para los ejemplos, ya que sigue de cerca a la fonología. Así, /tr/

representa una consonante africada retrofleja sorda (AFI [tʂ]); /ts/ representa una consonante africada dorsoalveolar sorda

(AFI [ts]); y /ch/ una africada prepalatal sorda (AFI [tʃ]). Las vocales duplicadas (<aa>, <ee>, <ii>, <oo>, <uu>) son

largas. Por otro lado, / / indica una transcripción fonológica; [ ], una fonética; y < >, una ortográfica.

4 Vale recalcar que este trabajo se limitará al tema del quechua central. Los cambios similares que puedan haber afectado a otras ramas de la familia quechua no serán considerados.

Page 6: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

6

opinión y abogar, más bien, por la idea de que los cambios que afectan a las africadas del quechua

central se remontan, con gran probabilidad, recién al siglo XIX y a la primera mitad del s. XX.

En la primera parte del trabajo, esbozaré la situación de las africadas del quechua central en la

actualidad. En primer lugar, sobre la base de una revisión bibliográfica, daré cuenta de los cambios que

han afectado a las consonantes africadas y delimitaré su dispersión geográfica. En segundo lugar,

discutiré la posible cronología relativa de los cambios. En tercer lugar, esbozaré una sencilla

clasificación dialectal de las variedades centrales, sobre la base de los cambios de sus africadas.

En la segunda parte del trabajo, evaluaré críticamente algunas fuentes documentales para poder

establecer una cronología absoluta de los cambios que han afectado a las africadas del quechua central.

Asimismo, discutiré el valor de otro tipo de fuentes para reforzar el estudio de su cronología. Por

último, extraeré algunas conclusiones.

1. Las africadas del quechua central en la actualidad

Fue recién en la década de 1960 que se empezó a estudiar seriamente la dialectología de la familia

quechua. Este idioma, hablado en seis países sudamericanos por unos diez millones de personas (cf.

Cerrón Palomino 1987: 75-6 y Chirinos 1998, 2001), presenta un estado de gran fragmentación

dialectal, sobre todo en lo que respecta a las variedades de la sierra central del Perú. Trabajando sobre

un muestrario muy amplio de variedades quechuas, los trabajos pioneros de G. Parker (1963) y A.

Torero (1964) revelaron una compleja realidad dialectológica, ignorada por gramáticos y filólogos

durante más de cuatro siglos, concentrados por lo general en el quechua del Cuzco.

Se ha argumentado que el quechua central está tan fragmentado dialectalmente por ser la rama más

antigua de la familia quechua. Así pues, la cuna del quechua habría estado en la costa o la sierra del

centro del Perú. Según A. Torero, la primera expansión de la lengua data del inicio de nuestra era

(Torero 2003: 88) y su área de expansión fue “la misma que hoy ocupa el Q. I [el quechua central] más

la franja costera adyacente” (Torero 2003: 86). En efecto, las costas de Áncash y Lima hoy solo hablan

castellano, pero fueron zonas quechua-hablantes antes de la conquista española5.

5 En Carreño 2010: 29, trabajando sobre una hipótesis de A. Torero, decía lo siguiente sobre el origen y extensión del primitivo quechua central: “Sobre la antigüedad del quechua central, Alfredo Torero (2002: 41-3) ha apuntado la posibilidad de que los orígenes de estas variedades se remonten a los centros culturales del período Arcaico tardío (Pre-cerámico, hasta 2 000 a. C.), cuyos restos son abundantes en la zona; esta civilización original es muy anterior al famoso Chavín de Huántar (900 a. C.), que parece ser, más bien, una consecuencia de la misma. Entre otros, se puede mencionar La Galgada (sur de La Libertad, cuenca norte del río Santa; 2 900 a. C.); Huaricoto (Áncash, Callejón de Huaylas; 2 000 a. C.); Piruro (Huánuco, cuenca del Marañón; 2 400 a. C.); Las Haldas (costa de Áncash, valle del río Casma; 2 000 a. C.); Kótosh (Huánuco, cuenca del Huallaga; 2 000 a. C.); Áspero (costa de Áncash, valle del río Pativilca; 3 000 a. C.); Caral (costa de Áncash, valle del río Supe; 2 600 a. C.); Bandurria (Áncash, valle del río Huaura; 3 300 a. C.); y Río Seco (Lima, valle del antiguo río Chancay; 2 200 a. C.). Estos restos arqueológicos, afines entre sí, definen una zona cultural Norcentral, que se extiende desde el río Santa por el norte hasta el río Chillón por el sur; y que llega por el este hasta las cuencas de los grandes ríos Marañón, Huallaga y Mantaro”.

Page 7: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

7

1.1 Fuentes

Trabajaré básicamente con las variedades de Áncash, Huánuco, Cerro de Pasco y Lima, ya que son las

que presentan cambios en sus africadas. A continuación, una lista de las principales fuentes consultadas

para este trabajo.

En cuanto a las variedades de Áncash, la información que se encuentra en Torero 1964 y 1974 es

muy valiosa desde un punto de vista dialectológico. De una gran calidad y prolijidad son los trabajos

de G. Parker referidos al quechua de Áncash; se ha consultado especialmente Parker 1967, 1971,

1973, 1976, y Parker y Chávez 1976. Asimismo, se ha consultado la gramática de Escribens y Proulx

1970, referida a la provincia de Huailas. Las provincias de Bolognesi y Ocros, en la parte sur del

departamento, han sido estudiadas, desde el punto de vista dialectológico, por G. Solís 1976 (pero

cf. también Solís 1990 y 1998).

Para las variedades quechuas de la Región Lima, en principio, está mi esbozo gramatical del

quechua de Cajatambo (Carreño 2010), con abundantes datos frescos del quechua hablado en la

ciudad de Cajatambo, al norte de Lima. En segundo lugar, hay una descripción de la fonología del

quechua hablado en Picoy (Creider 1967). En tercer lugar, hay un estudio bastante completo de la

variedad hablada en Pacaraos (Adelaar 1982 y 1987). Por último, G. Taylor ha estudiado, desde el

punto de vista dialectológico, el quechua hablado en la provincia de Yauyos (1984, 1987, 1994 y

2000).

Las variedades del departamento de Huánuco han sido estudiadas por D. Solá (1967) —en la zona

de Huamalíes— y, últimamente, por D. Weber (1996 y 1998) —en la zona de Huánuco.

Finalmente, la fonología del quechua hablado en la zona de Yanacocha, en el departamento de

Cerro de Pasco, está estudiada en Escobar 1967.

La mayoría de los trabajos mencionados son descripciones principalmente sincrónicas de la realidad

dialectal o gramatical de las variedades quechuas centrales. No obstante, los trabajos de Parker y Torero

escapan a esta regla, ya que forman parte de sus respectivos intentos por reconstruir los procesos

histórico-lingüísticos que dieron origen a las diferentes ramas de la familia quechua. Que sepa, no hay

ningún trabajo que explore la posible cronología absoluta de los cambios que interesan a este trabajo.

1.2 Las africadas, los cambios que las afectan y su distribución geográfica

Según las reconstrucciones aceptadas hoy, el sistema fonológico consonántico del protoquechua era el

siguiente (cf. Parker 1969b: 123; Cerrón Palomino 1987: 128; y Torero 1974: 18 y 2003: 58):

Page 8: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

8

Bilabial Dental Palatal Retrofleja Velar Uvular Glotal

Oclusiva */p/ */t/ */k/ */q/

Africada */ch/ */tr/

Fricativa */s/ */sh/ */h/

Nasal */m/ */n/ */ñ/

Vibrante */r/

Lateral */ll/

Aproximante */w/ */y/

Cuadro 2

Como se puede apreciar en el cuadro 2, hay dos africadas en el protosistema reconstruido: la palatal

*/ch/ y la retrofleja */tr/. Muchos dialectos del quechua mantienen todavía este sistema primitivo,

sobre todo en la zona central del Perú y entre los dialectos del norte. Esta situación contrasta con la de

los dialectos del sur, más conocidos, donde la oposición entre ambos protofonemas se perdió6. Ahora

bien, en una amplia zona del quechua central, tres cambios han alterado la fisonomía del sistema de

oclusivas del protoquechua. Los cambios en cuestión son tres:

(1) Depalatalización: */ch/ > /ts/.

(2) Deafricación: /ts/ > /s/.

(3) Derretroflexión: */tr/ > /ch/.

Cada uno de estos cambios tiene su propia zona de dispersión. El mapa anexo al final de este trabajo,

elaborado sobre la base de la bibliografía antes mencionada, representa grosso modo el área de dispersión

de cada cambio.

1.2.1 El cambio de depalatalización

Por este cambio, se cambia el punto de articulación de la protoafricada */ch/, palatal, por un punto de

articulación alveolar, /ts/. En el mapa puede observarse que el área en que se ha dado este cambio es la

que ocupa el área mayor. Se extiende, más o menos, por las siguientes zonas:

6 En el dialecto de Ayachucho, por ejemplo, /chaki/ es tanto ‘seco’ como ‘pie’.

Page 9: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

9

La mayoría del departamento de Áncash quechua-hablante, excluyendo al extremo nororiente —

provincia de Sihuas— y a una pequeña zona al sur de la provincia de Ocros.

El oeste del departamento de Huánuco, excluyendo sin embargo la cuenca del Huallaga y la capital,

Huánuco.

La zona de Yanacocha, provincia de Daniel A. Carrión, al noroeste del departamento de Cerro de

Pasco.

Las provincias de Cajatambo, Chancay y Huaura, al noreste del departamento de Lima, más la zona

de Pacaraos —provincia de Huaral—, algo más al sur.

Las localidades de Huancaya y Vitis, al sur del departamento de Lima, ubicadas en la parte norte de

la provincia de Yauyos.

Es de notarse que el área de este cambio es continua salvo por la última zona, al sur del departamento

de Lima. Sin embargo, hay que recordar que el quechua ha desaparecido de la mayor parte del

departamento de Lima. Por ello, se puede manejar la hipótesis de que existió antes continuidad hacia el

sur, pero que esta ha quedado rota por el abandono del quechua por el castellano.

1.2.2 El cambio de deafricación

En principio, hay que notar que este cambio actúa sobre los resultados del anterior. Por este cambio, la

africada /ts/, producto del cambio de depalatalización, se convierte en fricativa, /s/7. Este cambio,

como puede observarse en el mapa, se ha dado en tres zonas no colindantes:

Una zona hacia el noroeste del departamento de Huánuco, la provincia de Huamalíes, que incluye a

las localidades de Arancay y Llata.

La zona del antiguo corregimiento de Cajatambo, es decir, la actual provincia de Bolognesi, al sur

del departamento de Áncash; la provincia de Cajatambo, en Lima; y parte de la provincia de

Chancay (distrito de Ambar). Sin embargo, queda excluida la zona sur del antiguo corregimiento, es

decir, parte de las actuales provincias de Oyón y Huaura, también en Lima.

El valle alto del río Chancay, donde se encuentra Pacaraos, en la provincia de Huaral, en Lima.

1.2.3 El cambio de derretroflexión

Este cambio afecta al protofonema africado retroflejo */tr/, que se convierte en una africada palatal,

/ch/. Este cambio, siempre según el mapa anexo, se ha dado en una zona bastante amplia y continua.

Dicha zona coincide gruesamente con la del cambio de depalatalización con las siguientes excepciones:

7 Hay que notar que este cambio no necesariamente implica la confusión de la nueva /s/ con los resultados del protofonema */s/, pues este, en la mayor parte de la zona central del quechua y desde antiguo, ha sido afectado por el cambio */s/ > /h/.

Page 10: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

10

La zona surcentral del departamento de Huánuco, que comprende a las provincias de Huánuco y

Ambo.

La zona al sur de Cajatambo, es decir, las provincias de Oyón, Huaura y Huaral.

La zona de la provincia de Daniel A. Carrión, en Cerro de Pasco.

Las localidades yauyinas de Vitis y Huancaya.

1.3 Cronología relativa de los cambios

El siguiente esquema plantea una hipótesis respecto de la secuencia de cambios que dio origen a los

dialectos del quechua central, a partir del estudio de los cambios en sus africadas. Las localidades

mencionadas en el esquema son ejemplo de cada dialecto.

Cuadro 3

Del cuadro 3 se desprenden varias conclusiones. En primer lugar, en el caso de Huánuco, el cambio de

derretroflexión (*/tr/ > /ch/) fue el primero y único en difundirse. Por ello, en dicha localidad

(provincias de Huánuco y Ambo), el quechua se habla con una única africada, /ch/, producto tanto de

*/tr/ como de */ch/8.

8 Esta situación coincide con la de las variedades quechuas del sur (véase la nota siguiente).

Cronología relativa de los cambios que afectan a las africadas Protoquechua Dialectos actuales

*chaki ‘seco’ chaki chaki Sihuas, Junín *traki ‘pie’ traki traki

*/tr/ > /ch/ chaki Huánuco */ch/ > /ts/ chaki

tsaki tsaki tsaki Picoy traki traki traki */tr/ > /ch/ tsaki Huaraz chaki /ts/ > /s/ saki saki Pacaraos traki traki */tr/ > /ch/ saki Cajatambo chaki

Page 11: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

11

En segundo lugar, se advierte que, en las otras zonas, el cambio de depalatalización (*/ch/ > /ts/) fue

previo al de derretroflexión (*/tr/ > /ch/), de modo que no condujo a una confusión entre los

resultados de */tr/ y */ch/.

En tercer lugar, como se dijo, se ve que el cambio de depalatalización es necesariamente anterior al de

deafricación, ya que este actúa sobre los efectos de aquel.

En cuarto lugar, adviértase que el esquema plantea una hipótesis respecto de la cronología relativa de

los cambios de derretroflexión y deafricación. El esquema asume que el cambio de deafricación (/ts/ >

/s/) fue anterior al de derretroflexión (*/tr/ > /ch/). Sin embargo, lo contrario (primero

derretroflexión y luego deafricación) también es posible, ya que el orden de los cambios no altera el

resultado final. La argumentación posterior demostrará la validez de esta hipótesis (cf. la conclusión F).

1.4 Clasificación de las variedades del quechua central

Según lo visto, las variedades del quechua central pueden clasificarse en seis dialectos, desde el punto de

vista de los cambios que han sufrido sus africadas en su evolución desde el protoquechua:

Dialectos A1 (Sihuas en Áncash) y A2 (Cerro de Pasco menos Yanacocha; Junín; Yauyos menos

Vitis y Huancaya): ningún cambio.

Dialecto B (cuenca del Huallaga en Huánuco): derretroflexión.

Dialectos C1 (Picoy en Lima; Yanacocha en Cerro de Pasco) y C2 (Vitis, Huancaya en Lima):

depalatalización.

Dialecto D (Pacaraos en Lima): depalatalización y deafricación.

Dialecto E (Callejones de Huailas y Conchucos en Áncash; oeste de Huánuco): depalatalización y

derretroflexión.

Dialectos F1 (antiguo corregimiento de Cajatambo) y F2 (Huamalíes en Huánuco): depalatalización,

deafricación y derretroflexión.

En el mapa anexo al final se muestran las zonas geográficas abarcadas por estos dialectos. En algunos

casos, la evolución histórica ha ocasionado que el dialecto tenga un área discontinua, pues su unidad fue

quebrada por algún factor externo. Es el caso de los dialectos A1 y A2, C1 y C2, y F1 y F2.

2. Hacia el establecimiento de una cronología absoluta

Por cronología absoluta entiendo la fechación de un evento o, al menos, la determinación de sus

posibles termini ante quos. Para poder realizar una fechación, es preciso relacionar el hecho lingüístico

con algún otro hecho cuya fecha se conoce. Para ello, he recurrido a documentos de diferentes épocas,

Page 12: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

12

que puedan atestiguar, positiva o negativamente, los cambios sobre las consonantes africadas del

quechua central.

2.1 Documentación antigua de los dialectos de la zona

2.1.1 Fuentes

La documentación antigua para el estudio de los dialectos quechuas centrales no es abundante. Las que

hemos empleado en este trabajo son las siguientes (ordenadas cronológicamente)9:

Las observaciones y anotaciones generales sobre los dialectos llamados genéricamente

“chinchaysuyos” que aparecen en dos obras coloniales relacionadas con el quechua. En primer

lugar, la primera gramática quechua, la Grammatica o arte de la lengua general de los indios de los reynos del

Peru, de Domingo de Santo Tomás, aparecida en 1560. En segundo lugar, la Doctrina christriana,

documento religioso elaborado por los especialistas del Tercer Concilio de Lima y publicado en

1584.

Los documentos conservados en el archivo arzobispal de Lima referentes a procesos de extirpación

de idolatrías y visitas de jesuitas que tuvieron lugar en el antiguo corregimiento de Cajatambo en el

siglo XVII. Los más sustanciales de dichos documentos, desde un punto de vista lingüístico, han

sido publicados en Duviols 1986. Adicionalmente, se ha publicado otros documentos referidos

específicamente a procesos de extirpación de idolatrías en García Cabrera 1994. Análisis lingüísticos

de los textos quechuas que allí aparecen, que complementan o superan a los que ya se ofrece en el

mismo Duviols 1986, son Solís 1990, Itier 1994, Szemiñski 1997 y Carreño 2000.

El “Vocabulario de la lengua Chinchaysuyo y de algunos modos más usados en ella”, del padre Juan

de Figueredo, que apareció junto con la tercera edición del Arte y vocabulario de la lengua quichua general

de los Indios del Perú de Diego de Torres Rubio en 1700. En la cuarta edición, en 1754, “un Padre

Misionero [...] que ha corrido todo el Arzobispado de Lima”, le hizo enmiendas y añadidos al

“Vocabulario” de Figueredo10.

La obra Die Keschua-Sprache, de Johann Jakob von Tschudi, aparecida en 1853. Aunque trata

principalmente del quechua del Cuzco, el autor incluyó unas “Bemerkungen über den

Chinchaysuyo Dialekt” [Anotaciones sobre el dialecto Chinchaysuyo] (Tschudi 1853, tomo I: 257-

262), donde se consignan algunos datos novedosos respecto de lo acopiado por Figueredo.

9 Agradezco a R. Cerrón-Palomino por haberme sugerido e incluso facilitado varios de los documentos mencionados a continuación.

10 Este trabajo es la primera documentación extensa de un dialecto central, mientras no aparezca la obra de Juan Caxica, Sermones para todos los evangelios de la Iglesia, Catecismos, Confesionarios, toda la Doctrina Christiana en diversos Idiomas i modos de entender..., que, según Rivet y Créqui-Montfort (1951, tomo I: 24), incluía textos en chinchaysuyo.

Page 13: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

13

El opúsculo “Dialecto Chinchaysuyo”, publicado originalmente por Sebastián Barranca en los N°

28 y 29 del periódico El siglo, en 1877 (cf. Rivet y Créqui-Montfort 1951, tomo II: 17-18); y luego

reproducido por Saturnino Vara Cadillo en 1920 como de autor anónimo en la Revista Histórica.

Finalmente, se ha consultado el Vocabulario políglota incaico (Colegios de Propaganda Fide del Perú

1998 [1905]), extensa recopilación de inicios del siglo XX de términos en los dialectos quechuas del

Cuzco, Ayacucho, Junín, Áncash y en aimara.

2.1.2 Posibilidades de aprovechamiento

Las fuentes disponibles solo pueden ser de utilidad en la medida en que dejen traslucir los fenómenos

lingüísticos que se pretende estudiar. Existen dos factores que determinan la posibilidad de que su uso

sea provechoso. El primero es el hecho de que los sonidos que se quiere estudiar existan en castellano o

que, cuando menos, sean análogos a otros que existen en castellano, ya que es el castellano el vehículo

en el que nos llegan las fuentes. El segundo factor es el hecho de que la ortografía del castellano

permita representar dichos sonidos.

Vistas así las cosas, el estudio del cambio de depalatalización se muestra prometedor. En efecto, el

resultado de dicho cambio, [ts], si bien no es un sonido utilizado en español, puede ser analizado en

dicha lengua como la combinación de /t/ + /s/. Por otro lado, existen en la tradición gramatical

occidental —e hispánica en particular— formas de representarlo. Este sonido, en principio, existe en el

hebreo bíblico —una lengua familiar para los religiosos que usualmente hacían de lingüistas—,

representado por la letra tsade (צ). Existe asimismo en varias lenguas europeas modernas, como el

italiano y el alemán —en ambas lenguas el sonido es representado actualmente con <z>. Incluso, el

sonido existe en varias lenguas de México y, por lo pronto, en las dos más conocidas: el náhuatl y el

maya —los nombres de Quetzalcóatl y de Chichen Itzá, respectivamente, así lo ilustran. Como se ve, la

grafía utilizada para representar el sonido es <tz>. Alonso de Molina, en su Arte de la lengua mexicana de

1571, nos dice respecto de este sonido: “esta lengua [el náhuatl] tiene una letra Hebrayca, que es: tsade,

la cual se ha de escribir con t y s o con t y z” (citado en González Casanova 1977: 11). Finalmente, el

sonido existe también en mochica, una de las “lenguas mayores” del Perú. Fernando de la Carrera, en

su Arte de la lengua yunga de 1644, dice respecto de las palabras que llevan este segmento —que él

representaba con <tzh>— que: “se pronuncian empezando por la t, e hiriendo en la z y en la vocal que

está después de la h, de manera que no diga ch, sino tzha” (citado en Cerrón Palomino 1995: 89).

Por su parte, el estudio del cambio de deafricación es aun menos problemático, ya que su resultado, [s],

puede identificarse con el fonema español /s/. Por ello, los resultados de dicho cambio deberían

quedar claramente atestiguados en los documentos por <c>, <ç>, <z>, <s>, grafías utilizadas para

representar este segmento.

Page 14: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

14

Por el contrario, el segmento africado retroflejo [tr] plantea un problema de principio. Dicho sonido ni

existe en español —en el estándar, cuando menos— ni en las lenguas del viejo mundo más conocidas,

antiguas o modernas. Como consecuencia, no hay tradición ortográfica para transcribir este sonido. Por

ello, cuando se lo representa, es común que se haga simplemente con el dígrafo <ch>, confundiéndolo

con el segmento [ch]11. Esta práctica ortográfica no deja saber si una variedad quechua maneja ambas

africadas, con valor distintivo, o solo una. Sin embargo, véase lo siguiente.

2.1.3 Análisis

2.1.3.1 De las anotaciones generales

Veamos lo que dice Fray Domingo de Santo Tomás (se cita sólo lo relevante al análisis fonético):

“es de notar que muchos términos los pronuncian los indios una provincia

distinctamente que los de otra. Exemplo: unos indios de una provincia dizen xámuy que

significa ‘venir’; otros en otra provincia dizen hámuy en la misma significación; unos en

una provincia dizen çara, que significa ‘trigo’; otros en otra dizen hara en la misma

significación; unos en una provincia dizen xúllull, que significa ‘en verdad’; en otra dizen

súllull, que significa lo mismo; unos dizen póri, que significa ‘andar’; y otros en otras

provincias dizen póli en la misma significación” (Santo Tomás 1995 [1560]: 18).

Por su parte, el Tercer Concilio de Lima dice (se cita sólo lo relevante al análisis fonético):

La imperfeccion o barbariedad, que ay en los que hablan corruptamente la lengua

Quichua, no esta tanto en la conexion de las dicciones, quanto en la variedad de los

vocablos, que son differentes de los que se vsan en el Cuzco, y algo toscos, tomados de

sus idiomas particulares, o del vso que comunmente rescibieron todos los que se llaman

Chinchaysuyos. Como son, tamyan por paran ‘llueve’; pachian por tocyan ‘rebienta’; chiquiac

por cómer ‘verde’; pistani por lluchuni ‘dessollar reses’; sitani por chocani ‘tirar’; chuscu por

tahua ‘cuatro’; quihua por cachu ‘yerua’; ocsa por ychu ‘heno’; vllcu por cari ‘varon’; chacuas

por paya ‘vieja’; cusma por vncu ‘camiseta’; anacu por acso ‘saya de india’; y otros vocablos

de este modo. Tambien esta en la pronunciacion, que cada prouincia la tiene particular y

diuersa de la del Cuzco, [...] o quitando letras o añadiendo o mudando, como hara por

çara ‘mayz’; hocta por çocta ‘seys’; coha por coça ‘marido’; quima por quimça; pani por pana

‘hermana’; turi por tora ‘hermano’; vllcu por vrcu ‘macho’; -pis por -pas [...]. (Tercer

11 Al parecer, la primera vez que se representó este sonido del quechua de manera clara, distinta y sistemática fue en la sección correspondiente a Junín del Vocabulario Políglota Incaico, con la grafía <t-r>.

Page 15: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

15

Concilio de Lima 1985 [1584]: 167-8; se han resuelto las abreviaturas y se ha

modernizado la puntuación).

Como se puede apreciar, ambos textos mencionan algunas de las principales isoglosas que tipifican al

quechua del centro. En cuanto a las isoglosas de tipo fonético, se encuentra mención de las siguientes:

(a) el cambio */s/ > /h/, ya mencionado en la nota 2; (b) el cambio /h/ > Ø, continuación del cambio

anterior; y (c) el cambio */ll/ > /l/. Sin embargo, sorprende que el cambio de depalatalización */ch/ >

/ts/ no sea mencionado en absoluto. Si dicho cambio tenía ya por entonces la enorme área de

dispersión que presenta en la actualidad, debería haber llamado la atención de los especialistas tanto

como los otros cambios fonéticos que se mencionan. Por otro lado, de manera consecuente, el cambio

de deafricación /ts/ > /s/ también brilla por su ausencia.

Pasando al análisis de los ejemplos, la Doctrina Christiana cita la palabra <chacuas> ‘vieja’, cuya forma

fonológica debió ser /chakwash/ (cf. Cerrón-Palomino 1976, s. v. chakwash; Adelaar 1982, s. v. sakwa).

El hecho de que se escriba la palabra con <ch> es nuevamente un indicio de que el segmento se

pronunciaba africado y palatal, es decir, de que no se había dado, en el tiempo y lugar en que se

tomaron los ejemplos, ni el cambio de depalatalización ni el de deafricación. En cuanto al cambio de

derretroflexión, en el texto del Tercer Concilio aparecen algunas palabras con el segmento /tr/

representado por <ch> (<chuscu> /trusku/ ‘cuatro’ y <pachian> /patryan/ ‘revienta’, por ejemplo).

Ahora bien, ya que los cambios de depalatalización y derretroflexión aún no parecen haberse dado, por

razones de cronología relativa ya explicadas, se puede asumir que este segmento tenía aún una

pronunciación retrofleja.

Es difícil afirmar de qué variedad central específica nos habla el texto, ya que se habla gruesamente de

quechua “chinchaysuyo”. Sea cual fuere la variedad (tal vez Huaraz), esta no parece haber

sufrido los cambios que nos ocupan.

2.1.3.2 De los documentos de Cajatambo

El análisis de estos textos se ha llevado a cabo sobre la base de la edición y análisis que se hace de los

mismos en Itier 1992, de modo que los números entre paréntesis remiten a las páginas de dicho texto.

Los textos analizados provienen de distintas localidades de todo el antiguo corregimiento de

Cajatambo.

En el texto el segmento /ch/ está siempre representado como <ch>: <kachuz> (1022) /kachun/ ‘sea’

(hoy en Cajatambo /kasun/); <churiyoc> (1037) /churiyuq/ ‘con hijos’ (hoy /suriyuq/); <quisiac-

/chic> (1035-6) /qishyanchik/ ‘nos enfermamos’ (hoy /qishyansi/); <uchanta pampa chapuy> (1027)

/huchanta panpachaapuy/ ‘perdónale sus faltas’ (hoy /huchanta panpasaapuy/); <camachi/surcaiqui>

Page 16: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

16

(1040) /kamachishurqayki/ ‘te mandó’ (hoy /kamasishurqayyi/)12; etc. Sin embargo, un ejemplo como

<pisca> (1045) ¿/pishqa/, /pisqa/? ‘cinco’ (< */pichqa/) podría estar reflejando el inicio de un cambio

de depalatalización y/o deafricación en posición implosiva.

El segmento /tr/, por su parte, también aparece regularmente representado por <ch>: <chasqui

pamay> (1027) /trashkipamay/ ‘recíbemelo’ (hoy /chaskipamay/); <punchao> (1028) /puntraw/ ‘día’

(hoy /punchaw/); <mamacochapita> (1044) /mama qutrapita/ ‘desde el mar’ (hoy /mama

quchapita/); <pachayqui> (1029-30) /patrayki/ ‘tu barriga’ (hoy /pachayyi/); etc. Dado que los

resultados de las protoafricadas */ch/ y */tr/ no se han confundido en el moderno cajatambino, hay

que asumir que su pronunciación aún era retrofleja cuando se recogieron los textos.

A partir de lo visto, queda claro que, en la época en que fueron recogidos los documentos, aún no

habían tenido lugar los cambios de depalatalización, deafricación ni derretroflexión. Ello es notable, ya

que el quechua que nos muestran los textos no ha aún sufrido la mayoría de los cambios que

hoy singularizan al cajatambino moderno, y este se muestra casi idéntico al quechua de Huaraz y

Huánuco (cf. Carreño 2010).

2.1.3.3 Del “Vocabulario” de Figueredo

En cuanto al texto de Figueredo, hay que notar que tanto él como la persona que corrigió y añadió a su

obra hicieron algunas observaciones respecto de las diferencias fonéticas entre la variedad que

describen y la lengua general del Cuzco. Así, en lo que respecta a la fonética, Figueredo nota, por

ejemplo, que “En lugar de la s vsan h, v. g. en lugar de huasi, huahi” (Figueredo 1754: folio 213 r). Su

comentador, por su parte, nota que “algunas voces que en la General se pronuncian con una tilde [...]

para pronunciar ñu, v. g. puñuchcanmi ‘está durmiendo’, en la Chichaysu-/yo se pronuncian llanamente,

punuycanmi.” (Figueredo 1754: ff. 214 r / 215 v). Sin embargo, ninguno hace mención de los cambios de

depalatalización, deafricación o derretroflexión. Por desgracia, no hay alusiones precisas a la ubicación

de la variedad que se describe. Probablemente se trata de la variedad de Huaraz (o la de Huailas), pero

no se puede saber con certeza.

Pasemos ahora a ver algunos ejemplos. La posible forma fonológica ha sido reconstruida a partir de la

comparación con las formas modernas de Áncash y Junín, según Parker y Chávez 1976 y Cerrón

Palomino 1976, respectivamente. Los números entre paréntesis remiten a los folios del texto. En

cuanto al cambio de depalatalización, no hay evidencia de que se haya dado en la variedad representada.

El segmento /ch/ aparece regularmente representado por <ch>: <chaihuampis> (213 r)

12 Como dato curioso, en este tipo de ejemplos he detectado la pronunciación ['kamatsʃuɾɢaj], donde el contexto fónico

sordo ensordece la vocal y favorece la retención de una pronunciación africada, inusual en el cajatambino moderno.

Page 17: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

17

/chaywanpish/ ‘y con eso’ (hoy en Huaraz /tseewanpish/); <vlluchini>13 (216 v) /ulluchii/ ‘yo meto’

(hoy /ullutsee/); <accha> (217 r) /aqcha/ ‘cabello’ (hoy /aqtsa/); <chari-> /chari-/ ‘coger’ (218 r)

(hoy /tsari-/); <lluychu> (220 v) /lluychu/ ‘venado’ (hoy /lliitsu/); <chacua> /chakwa/ ‘perdiz’ (218

r) (hoy /tsakwa/ y /chakwa/); <chacuas> /chakwash/ ‘vieja’ (218 r) (hoy /chakwas/ por la probable

influencia de otras variedades); etc.

Lo mismo, evidentemente, puede decirse del cambio de deafricación, que nunca se dio en Huaraz. Por

otro lado, en cuanto al cambio de derretroflexión, se puede asumir que no se había producido, ya que

en el quechua huaracino de hoy los resultados de */ch/ y */tr/ se mantienen distintos. El segmento

/tr/ aparece regularmente representado por <ch>: <maichau> /maytraw/ ‘dónde’ (213 r) (hoy en

Huaraz /meechoo/); <chuscu> (218 r) /trusku/ ‘cuatro’ (hoy /chusku/); <hacha> (216 r) /hatra/

‘árbol’ (hoy /hacha/); <machca> (220 r) /matrka/ ‘harina’ (hoy /machka/); <pacha> (221 r) /patra/

‘vientre’ (hoy /pacha/); <cuchi> (218 r) /kutri/ ‘pulga’ (hoy /kuchi/); etc.

Las conclusiones que pueden extraerse son similares a las del acápite anterior. No hay huellas de los

cambios de depalatalización y derretroflexión, lo cual nos deja con un quechua huaracino (si es que

es de Huaraz) que todavía no tiene uno de los rasgos que hoy más lo singulariza: la presencia

del fonema /ts/14.

2.1.3.4 De las “Bemerkungen” de Tschudi

Entre el texto de Figueredo y este media más o menos un siglo, ya que, como se dijo, estas anotaciones

fueron publicadas en 1853. Tschudi ubica al dialecto chinchaysuyo como hablado “in Mittelperu,

besonders auf dem Plateau zwischen der Küsten- und Binnencordillera, zwischen dem 11. und 13.° S.

B. und in einigen Küstenstrichen15” (Tschudi 1853, t. I: 17). La zona que delimitan esas coordenadas

corresponde, más o menos, a los departamentos actuales de Lima y de Junín. ¿Quiere decir esto que él

tomó sus datos en esta zona? Es difícil afirmarlo, ya que se trata de una zona muy amplia, en la

actualidad muy diferenciada lingüísticamente, y Tschudi no es explícito al respecto. Siguiendo sus

coordenadas, el quechua que nos presenta en sus ejemplos sería el huanca. Existe siempre la

posibilidad, sin embargo, de que sus coordenadas estén erradas y se trate una vez más del huaracino,

que parece haber sido tomado históricamente como el quechua central par excellence.

Pasando al tema de sus observaciones dialectológicas, Tschudi señala ciertas características que

diferencian al chinchaysuyo de la lengua general:

13 El sufijo -ni es una intromisión del quechua sureño (donde marca la 1ª persona singular) debida a la práctica colonial de nombrar los verbos en 1ª persona, como en latín. La marca de primera persona en el quechua central es el alargamiento de la última vocal del radical. 14 Puede observarse que tampoco hay huellas de la monoptongación de los diptongos /aw/, /ay/ y /uy/ en /ee/, /oo/ e /ii/, respectivamente, rasgo esencial del huaracino moderno.

15 “En el Perú central, principalmente en la altiplanicie entre la cordillera costera y la del interior, entre los 11 y los 13° de latitud sur, y en algunas líneas costeras”.

Page 18: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

18

“In der Aussprache finden einzelne Verschiedenhaiten statt, z. B. das gequetschte n (ñ)

der Kechua wird meistens im Chinchaysuyo als einfaches n ausgesprochen, das r als l,

das h bald als s (samu statt hamu), bald das s als h (huahi statt huasi), u. s. f.” (Tschudi

1853, t. I: 258)16.

Como puede verse, no hace ninguna mención de los cambios que aquí interesan. El hecho es

particularmente interesante ya que en alemán existe como fonema la consonante africada alveolar sorda

/ts/, representada ortográficamente con <z>. Es poco probable que Tschudi hubiera dejado de

mencionarlo si hubiera encontrado un sonido particular de su lengua natal en la variedad chinchaysuya

del quechua.

Algunos ejemplos de las palabras chinchaysuyas que consigna ratifican lo dicho (los números entre

paréntesis remiten a las páginas del texto). El segmento /ch/ aparece regularmente representado por

<ch17>: <achikiañau> (258) /¿achikyañaq?/ ‘había amanecido’ (hoy en Huaraz /atsikyanaq/); <accha>

(258) /aqcha/ ‘cabello’ (hoy /aqtsa/); <upichi> (259) /upichi-/ ‘apagar’ (hoy /upitsi­/); <chacha>

(260) /chacha/ ‘anciana’ (hoy /tsatsa/); <hichok> (260) /ichuq/ ‘izquierdo’ (hoy /itsuq/).

Asimismo, el segmento /tr/ también aparece regularmente representado por <ch>: <machca>

/matrka/ ‘harina’ (260) (hoy /machka/); <pacha> /patra/ ‘barriga’ (261) (hoy /pacha/); <raccha>

/raktra/ ‘sucio’ (261) (hoy /rakcha/).

Nuevamente nos encontramos con la situación de que esta variedad quechua, acaso el

huaracino, no había sufrido los cambios que nos interesan. Si se tratara del huanca, sin embargo,

el hecho sería más natural, ya que el huanca mantiene las africadas /ch/ y /tr/ claramente diferenciadas

y pronunciadas como en la protolengua.

2.1.3.5 Del opúsculo “Dialecto chinchaysuyo” de Barranca

Entre este trabajo, de 1877, y el analizado en el acápite anterior no media gran distancia temporal. Sin

embargo, como veremos, hay un cambio significativo. Barranca es más preciso que sus predecesores en

definir el área del quechua chinchaysuyo:

“Este dialecto hablado en un espacio considerable, en el N. del Perú, ocupa una zona

comprendida entre los 9 y 13 grados de latitud S., siendo su ancho variable. El río

Iscuchaca es el límite natural entre dialectos algo diferentes del cusqueño hacia el S. y el

16 “En la pronunciación tienen lugar algunas diferencias, p. ej. la n palatal (ñ) del quechua [general] se pronuncia en el chinchaysuyo como n simple, la r como l, ora la h como s (shamu- en lugar de hamu-), ora la s como h (huahi en lugar de huasi), etc.”.

17 El tachado de la <ch> trata de representar un diacrítico que Tschudi emplea para aclarar que el dígrafo tenía pronunciación palatal, y no velar como en su nativo alemán.

Page 19: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

19

de Huancayo hacia el N., que forman una especie de transición, entre aquél y los que se

usan en el departamento de Huancavalica [sic] y otros.” (Barranca 1920 [1877]: 8).

Es lamentable que Barranca no nos informe del lugar exacto en donde recogió sus datos. Sin embargo,

podemos asumir que se trata de Huaraz o sus alrededores, debido a las características del quechua que

describe. En efecto, al enumerar las peculiaridades fonéticas de este dialecto, Barranca es el primer

autor conocido que menciona explícitamente y documenta el cambio de depalatalización: “Tch [se

cambia] en ts: atsca, mucho; quichua atchca.” (Barranca 1920 [1877]: 13).

Pasando al análisis de los datos que proporciona Barranca, puede verse que el autor no es totalmente

sistemático a la hora de representar las africadas. En efecto, escribe algunas palabras con el segmento

/ch/ utilizando la grafía <ch>, como: <eche> /e:tsa/ ‘carne’; <apanchic> /apantsik/ ‘llevamos’. Sin

embargo, en otros casos, mucho más numerosos, el autor utiliza la grafía <ts>: <atsca> /atska/

‘bastante’; <akktsa> /aqtsa/ ‘cabello’; <apatsí> /apatsii/ ‘hago llevar’ (hoy en Huaraz /apatsee/);

<atshic> /atsik/ ‘luz’; <katsué> /qatswee/ ‘baile’; <patsa> /patsa/ ‘suelo’; <ratsac> /ratsak/ ‘sapo’;

<chetse> /tsiqtsi/ ‘murciélago’, etc. Estos ejemplos nos hacen ver, a pesar de la ortografía vacilante,

que el cambio de depalatalización ya había tenido lugar en la época y lugar en que se recogieron estas

palabras. La fonología reconstruida de estas palabras corresponde muy bien con la forma de las

palabras del quechua huaracino moderno. Asimismo, no hay huellas del cambio de deafricación, lo cual

es lo esperable si es que se trata del quechua huaracino, que nunca sufrió ese cambio.

En cuanto al cambio de derretroflexión, generalmente el protosegmento aparece representado con la

grafía <ch>. Teniendo en cuenta lo dicho en el párrafo anterior, este segmento debe haber conservado

su articulación retrofleja hasta después del cambio de depalatalización, ya que ambos segmentos no se

han confundido: <ccocha> /qutra/ ‘lago’ (hoy en Huaylas /qucha/); <maché> /matree/ ‘cueva’ (hoy

/machee/); <méchomi> /meetroomi/ ‘dónde’ (hoy /meechoomi/); <cucho> /kutru/ ‘rincón’ (hoy

/kuchu/); <puchccon> /putrqun/ ‘agrio’ (hoy /puchqun/). Hay un hecho que podría estar indicando

que la pronunciación de este segmento era todavía retrofleja cuando se escribió este texto. En

ocasiones, el autor representa el segmento /tr/ con la grafía <t>: <cutu> /kutru/ ‘rincón’ (hoy en

Huaraz /kuchu/); <tusto [sic]> /trusku/ ‘cuatro’ (hoy /chusku/); <tunca> /trunka/ ‘diez’ (hoy

/chunka/); <tutschpi> /trushpi/ ‘mosca’ (hoy /chushpi/). Esta manera de representar el sonido puede

ser un intento de representar las extrañas cualidades fonéticas del segmento y tal vez sea una prueba de

que la retrofleja /tr/ era tenida como distinta de la palatal /ch/. Sin embargo, cognados de algunas de

estas palabras existen en el quechua actual de Áncash con /t/: /kuta/ ‘rincón’; /tuspi/ ‘mosca’ (cf.

Parker y Chávez 1976: s. v.), acaso un antiguo sustrato aimara.

Page 20: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

20

2.1.3.6 Del Vocabulario políglota incaico

Dentro de las variedades que se encuentran representadas en esta obra, la única de interés para nosotros

es la de Áncash, pues solo allí han ocurrido los cambios examinados en este trabajo. En el prólogo del

trabajo se nos informa con precisión sobre la procedencia de la variedad consignada: “En [la sección]

de Ancash se ha de notar que se ha consignado según la manera de hablar en Huari” (Colegios de

Propaganda Fide del Perú 1998 [1905]: XXII).

A continuación, veamos algunos ejemplos representativos de la columna correspondiente a Áncash

(entre paréntesis se indica la voz bajo la que se consigna el término). El segmento /ch/ aparece

regularmente representado por <ch>: <Chacuas> (s. v. Vieja) /chakwash/ ‘vieja’ (hoy /chakwas/);

<Aycha> (s. v. Carne) /aycha/ ‘carne’ (hoy /aytsa/ ~ /eetsa/); <Chaki> (s. v. Seco) /chaki/ ‘seco’ (hoy

/tsaki/); <Huañuchí> (s. v. Matar) /wañuchii/ ‘yo mato’ (hoy /wanutsii/); <Achka> (s. v. Muy)

/achka/ ‘mucho(s)’ (hoy /atska/); <Pichga> (s. v. Cinco) /pichqa/ ‘cinco’ (hoy /pitsqa/).

El segmento /tr/, por su parte, también aparece regularmente representado por <ch>: <Chaki> (s. v.

Pie) /traki/ ‘pie’ (hoy /chaki/); <Chuscu> (s. v. Cuatro) /trusku/ ‘cuatro’ (hoy /chusku/); <Chamuy>

(s. v. Llegar) /traamuy/ ‘llegar’ (hoy /chaamuy/); <Manam caychucho> (s. v. No está aquí) /manam

kaytroochu/ ‘no está aquí’ (hoy /manam kaychootsu/); <Uchpa> (s. v. Ceniza) /utrpa/ ‘ceniza’ (hoy

/uchpa/).

La conclusión que puede extraerse es la de que los cambios de depalatalización, deafricación y

derretroflexión aún no se habían dado en la variedad descrita18. Esto podría parecer contradictorio

con lo visto en el acápite anterior, ya que el Vocabulario Políglota Incaico es posterior al estudio de

Barranca, pero la explicación puede radicar en que se trata de dos variedades diferentes. En efecto, la

localidad de Huari está situada en el sur del callejón de los Conchucos, en un lugar más bien periférico

de Áncash, que se caracteriza por su conservadurismo lingüístico. Por ejemplo, en Huari, a diferencia

del callejón de Huailas, el cambio de monoptongación es de aplicación variable y a veces se conservan

los diptongos del protoquechua: /aytsa/ ‘carne’ en Huari, versus /e:tsa/ en el callejón de Huailas.

2.2 Otras fuentes de evidencia

De manera más bien somera, quisiéramos repasar otros indicios que pueden reforzar las conclusiones

que se está extrayendo del análisis de los documentos. Una primera evidencia adicional la constituye la

existencia de préstamos del español en el quechua de Huailas como /kutsillu/ ‘cuchillo’ (< esp. cuchillo;

cf. Parker y Chávez 1976: s. v.). Como puede verse, la africada de este préstamo, palatal en español, ha

sufrido el cambio de depalatalización. Para que esto haya sido posible, es necesario que la palabra

18 El hecho de que en la sección relativa a Junín se haya utilizado una grafía especial <t-r> para el segmento retroflejo y que no se hiciera lo mismo en la sección Áncash no implica que dicho sonido no existiera en la variedad descrita para Áncash (Huari). Los autores de las secciones no son los mismos y sus convenciones ortográficas son también diferentes.

Page 21: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

21

entrara al idioma quechua cuando el cambio aún estaba en funcionamiento. En ese sentido, esta sería

una confirmación de que el cambio de depalatalización no puede haberse consumado en

época prehispánica.

Una segunda evidencia la constituyen los nombres propios, principalmente topónimos, de origen

quechua. La mayoría de esas palabras entró al español en los siglos XVI y XVII; la escritura del español,

por lo general, conserva su pronunciación antigua. En cambio, en el quechua, por ser una lengua

básicamente oral, los nombres propios generalmente sufren los mismos cambios que afectan a las

demás palabras. Un ejemplo claro lo constituye, por ejemplo, el topónimo Vichaycocha, recogido en la

zona de Pacaraos. Este topónimo, en el quechua de la zona tiene la forma /wisayqutra/ ‘el lago en el

declive’ (cf. Adelaar 1987: 12). Vemos pues que, cuando el topónimo pasó al español, no debía tener la

pronunciación actual (que es producto de los cambios de depalatalización y deafricación), sino que

debió pronunciarse como /wichayqutra/. Parecida evidencia nos dan los topónimos Chamas, Chilcas

(ambos de la zona de Cajatambo), Quichis y Pichis (de la zona de Áncash). Los cuatro están formados

con el sufijo toponímico /-sh/. La etimología de los cuatro podría ser, respectivamente: */chamash/

‘tierra de arbustos Chama’ (probablemente relacionado con el quechua de Huailas /chamana/ ‘un

arbusto’); */chillkash/ ‘tierra de arbustos Chilca’ (cf. el quechua de Huailas /chillka/ ‘un arbusto’);

*/kichish/ ‘tierra de arbustos Quichi’ (cf. el quechua de Huailas /kichi/ ‘un arbusto’); y */pichish/

¿‘tierra de perros’?, ¿‘tierra pequeña’? (si es que está relacionado con el quechua de Huailas /pichi/

‘perro pequeño’). El tema de la toponimia necesita de más investigación.

3. Conclusiones

A. Una primera conclusión, ya anunciada en la introducción y que se desprende del análisis realizado,

es que los tres cambios considerados —depalatalización, deafricación y derretroflexión—

tienen un origen relativamente reciente, desde mediados del siglo XIX hasta mediados del

s. XX.

B. Del cotejo de los cuatro grupos de documentos examinados, se desprende que el cambio de

depalatalización */ch/ > /ts/ debe haberse difundido desde mediados del siglo XIX.

Debió difundirse desde un centro innovador, que pienso que pudo ser Huaraz. En efecto, si se

examina el mapa anexo que muestra la dispersión actual del cambio, se verá que Huaraz ocupa un

lugar central en el área del cambio de depalatalización. Dado que, generalmente, los cambios se

propagan desde centros de prestigio, Huaraz, en su calidad de ciudad principal, es el centro

innovador por excelencia19.

19 No obstante, Parker (1976: 25) apunta que la ciudad de Huailas, al norte del Callejón, fue en el pasado una ciudad influyente y cuna de varias innovaciones. Es necesaria más investigación histórica sobre este punto.

Page 22: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

22

C. En cuanto al cambio de deafricación /ts/ > /s/, se sigue que debe ser haberse difundido

desde las postrimerías del siglo XIX, ya que es necesariamente posterior al de depalatalización.

Respecto de este cambio, pienso que el centro de innovación fue la ciudad de Cajatambo, antigua

capital del corregimiento de Cajatambo, cuyo territorio coincide de manera sorprendente con una

de las zonas de dispersión de este cambio (dialecto F1 en el mapa anexo). La ciudad de Cajatambo

ocupó un lugar de prestigio en la primera mitad del siglo XX, lo cual explicaría la difusión del

cambio de deafricación por su zona de influencia. Luego, la pérdida paulatina de sus territorios, el

trazado caprichoso de las carreteras, el decaimiento de su economía y otros factores minaron su

importancia.

D. En cuanto a la propagación del cambio de deafricación /ts/ > /s/ al dialecto F2 del mapa anexo —

la provincia de Huamalíes en Huánuco, cuya capital es la ciudad de Llata—, pienso que se debe

también a la influencia de Cajatambo. Durante mi trabajo de campo en Cajatambo, he recogido

tradiciones que hablan de la frecuente llegada a dicha ciudad, en tiempos pretéritos, de arrieros

huamalianos con el fin comerciar, atraídos por el prestigio de Cajatambo y sus conexiones con la

Costa. Estos arrieros pudieron llevar la deafricación de regreso a su provincia, movidos por el

prestigio del hablar cajatambino.

E. Asimismo, se puede postular que el prestigio de la ciudad de Cajatambo también jugó un papel

importante en la difusión de los cambios de depalatalización y deafricación hacia el centro y sur del

departamento de Lima y hacia el occidente del departamento de Cerro de Pasco. En efecto, como

se puede ver en el mapa anexo, el primero de estos cambios llegó hasta el sur del departamento, en

la provincia de Yauyos y, asimismo, alcanzó el extremo noroccidental del departamento de Cerro de

Pasco. Como ya dije, es probable que la desaparición del quechua de esa zona oculte la continuidad

de este cambio a lo largo de la sierra del departamento de Lima. En cuanto al cambio de

deafricación, su presencia en Pacaraos puede deberse también a la difusión desde el centro

innovador de Cajatambo.

F. En cuanto al cambio de derretroflexión */tr/ > /ch/, el cotejo de los documentos y la actual

situación de los dialectos permite afirmar que, en la mayor parte de las zonas donde se ha dado este

cambio, tuvo lugar después del de depalatalización */ch/ > /ts/ (se excluye de esta afirmación al

dialecto B —Huánuco— del mapa anexo). En efecto, como se desprende del cuadro de la página 8,

esto es requisito para que no se confundan los resultados de las dos africadas del protoquechua. En

consecuencia, estaríamos también hablando de una fecha posterior a mediados del siglo XIX.

Ahora bien, la evidencia en el último documento analizado —el anónimo “Dialecto

chinchaysuyo”— de la representación ocasional mediante <t> del segmento retroflejo parece

sugerir que, para entonces, el mencionado segmento conservaba aún su pronunciación retrofleja.

De ser cierto esto, el cambio de derretroflexión se habría difundido recién desde principios

Page 23: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

23

del s. XX. En cuanto al foco de la innovación, podrían ser varios. Dado que el sonido retroflejo

/tr/ puede considerarse un sonido “marcado”, la innovación puede haber surgido espontáneamente

a partir de varios focos y en momentos diferentes en cada zona (probablemente, desde las ciudades

más influyentes de la zona, como Huaraz, Huánuco y Cajatambo). El avance del castellano,

asimismo, puede haber sido un desencadenante de la desaparición del sonido, ya que dicha

lengua desconoce el segmento /tr/. En efecto, el cambio de deretroflexion parece haberse

difundido en la época en que el castellano empezó a permear todos los aspectos de la vida en las

serranías del Perú, y, de hecho, puede apuntarse que las variedades quechuas donde aún se utiliza el

sonido /tr/ son, hoy por hoy, las menos.

G. Lo dicho sobre la cronología se resume en el siguiente cuadro:

H. Queda por llevarse a cabo una investigación más minuciosa en las fuentes históricas de inicios de la

República, para descubrir qué hechos extra-lingüísticos podrían estar detrás de estos cambios

lingüísticos. Si los cambios empezaron alrededor de la segunda mitad del siglo XIX, podría pensarse

que estuvieron relacionados con las guerras de independencia del Perú (desde inicios del siglo XIX),

que significaron un gran impacto político y social para la sociedad peruana, en especial, la serrana.

En efecto, aparte de la gran cantidad de conflictos armados que precedieron y sucedieron a la

independencia (y que se pelearon por lo general en la sierra), esta tuvo como consecuencia la

desaparición de la República de Indios, la entidad colonial que velaba, mal que bien, por los

indígenas. Se ha repetido muchas veces que, bajo la nueva República criolla, la sociedad indígena

pasó a tener una condición más vulnerable que bajo el régimen colonial. Más adelante, a finales del

siglo XX tuvo lugar la Guerra del Pacífico (1979-1884), que tuvo también un severo impacto sobre

Hipotética cronología absoluta del inicio de los cambios sobre las africadas del quechua central

Siglo Cambio Foco

XIX Depalatalización Huaraz (¿Huaylas?) (*/ch/ > /ts/) Deafricación Cajatambo

XX (/ts/ > /s/) Derretroflexión Varios (¿influencia del español?) (*/tr/ > /ch/)

XXI

Page 24: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

24

el Perú y que, nuevamente, se peleó en gran parte en la sierra, en la llamada Campaña de la Breña20.

Finalmente, debe tenerse en mente el surgimiento y desarrollo de las grandes capitales serranas tales

como Huaraz, Huánuco y Huancayo, y el crecimiento masivo de la capital de la República, Lima,

muy cercana a la zona del quechua central, que ha modificado seriamente la geopolítica del centro

del Perú. Tal vez la recopilación de las tradiciones orales de las comunidades quechua-parlantes —

una tarea siempre necesaria— podría contribuir a una mejor comprensión de los procesos

históricos que han moldeado la lengua quechua en los siglos recientes, y nos dé una visión más

detallada del desarrollo pasado, presente y futuro del quechua central.

I. Solo resta por discutir una hipótesis alternativa para explicar los hechos aquí presentados: que los

documentos no ilustren los cambios aquí discutidos, no porque estos no se hubieran dado, sino por

las convenciones ortográficas y normalizadoras de la época y los autores en cuestión. De plano, esto

me parece harto improbable por varias razones. En primer lugar, la naturaleza de varios de los

textos presentados se decanta por buscar el “exotismo” en la diversidad del quechua, ya que son

apuntes sobre las variedades consideradas no-estándar. En ese sentido, nuestros autores buscan

documentar todos los fenómenos que no se dan en las variedades prestigiosas del sur, en

especial el quechua cuzqueño. Sería raro que no documentaran también los cambios sobre las

africadas, que aportarían más del exotismo deseado. En segundo lugar, precisamente por su

condición de variedades no-estándar, las variedades del centro carecían (como todavía carecen) de

una variedad “literaria” que se escribiera sin incorporar los “vicios” de la lengua hablada. Aún hoy

se puede decir que, cuando se escribe quechua central, se escribe tal como se pronuncia. En

tercer lugar, muchos de los autores mencionados estaban familiarizados con el sonido /ts/ por

formación u origen nacional, por lo que sería muy extraño que no lo mencionaran si lo hubieran

encontrado. Por estas razones, solo se puede concluir que si los cambios en las africadas no

aparecen en ningún texto antes de Barranca, es porque aún no se habían dado.

Bibliografía

Adelaar, Willem F. H.

1982 Léxico del quechua de Pacaraos. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos

(Centro de Investigación de Lingüística Aplicada).

1987 Morfología del quechua de Pacaraos. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Barranca, Sebastián

1920 [1877] “Estudios filológicos sobre el dialecto Chinchaysuyo”. Editado por Saturnino Vara

Cadillo. Tirada especial de la Revista Histórica. Lima: Sanmartí.

20 Debe recordarse, por ejemplo, que, luego de esta Guerra, en 1885, Áncash fue escenario de la gran rebelión de Pedro Pablo Atusparia contra el gobierno peruano, debido a promesas incumplidas durante la guerra. Se dice que más de 10,000 indígenas fueron masacrados por el ejército peruano como consecuencia.

Page 25: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

25

Bynon, Theodora

1993 Historical linguistics. Cambridge: Cambridge University Press.

Carreño, Pablo

1998 Reseña de Weber, David John; Ortografía: Lecciones del quechua (Lima: Ministerio de

Educación – Instituto Lingüístico de Verano, 1994). En Lexis XXII, 1: 98-107.

2000 “El quechua en Cajatambo”, en Favilla I, 1: 78-100.

2002 “Las africadas del quechua central: cronología de tres cambios lingüísticos”. Ponencia

en el 3er Congreso Investigaciones Lingüísticas y Filológicas. Lima: Universidad Nacional

Mayor de San Marcos.

2010 Quechua de Cajatambo: un esbozo gramatical. Tesis de maestría: Escuela de Graduados de

la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Cerrón Palomino, Rodolfo

1976 Diccionario quechua Junín-Huanca. Lima: Ministerio de Educación - Instituto de Estudios

Peruanos.

1987 Lingüística quechua. Cuzco: Bartolomé de las Casas.

1994 Quechua sureño: diccionario unificado. Lima: Biblioteca Nacional del Perú.

1995 La lengua de Naimlap (reconstrucción y obsolescencia del mochica). Lima: Pontificia

Universidad Católica del Perú.

2008 Quechumara. Estructuras paralelas de las lenguas quechua y aimara. 2ª ed. La Paz: Centro de

Investigación y Promoción del Campesinado.

Cerrón Palomino, Rodolfo, y Gustavo Solís (eds.)

1989 Temas de lingüística amerindia. Lima: CONCYTEC y GTZ.

Chirinos, Andrés

1998 “Las lenguas indígenas peruanas más allá del 2000”, en Revista Andina 16, 2: 453-79.

2001 Atlas lingüístico del Perú. Cuzco: Bartolomé de las Casas.

Colegios de Propaganda Fide del Perú

1998 [1905] Vocabulario políglota incaico. Comprende más de 12 000 voces castellanas y 100 000 de keshua

del Cuzco, Ayacucho, Junín, Ancash y Aymará. Reedición con versión normalizada. Lima:

Ministerio de Educación.

Creider, Chester

1967 “Fonología del quechua de Picoy”, en Escobar y otros (1967): 41-52.

Duviols, Pierre

1986 Cultura andina y represión: Procesos y visitas de idolatrías y hechicerías - Cajatambo, siglo XVII.

Cuzco: Bartolomé de las Casas.

Page 26: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

26

Escobar, Alberto

1967 “Fonología del quechua de Yanacocha”, en Escobar y otros (1967): 7-24.

Escobar, Alberto, y otros

1967 Cuatro fonologías quechuas. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Centro

de Investigación de Lingüística Aplicada).

Escribens, Augusto, y Paul Proulx

1970 Gramática del quechua de Huailas. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos

(Centro de Investigación de Lingüística Aplicada).

Figueredo, Juan de

1754 [1700] “Vocabulario de la lengua Chinchaysuyo y de algunos modos más usados en ella”, en

Torres Rubio 1754 [1619]: 213v-231v.

García Cabrera, Juan Carlos

1994 Ofensas a Dios, pleitos e injurias: Causas de idolatrías y hechicerías, Cajatambo, siglos XVII-

XIX. Cuzco: Bartolomé de las Casas.

González Casanova, Pablo

1977 Estudios de lingüística y filología nahuas. Edición de Ascensión H. de León-Portilla. México:

Universidad Nacional Autónoma de México.

Itier, César

1992 “La tradición oral quechua antigua en los procesos de idolatrías de Cajatambo”, en

Bulletin français d’études andines, 21, 3: 1009-51.

Martinet, André

1974 Economía de los cambios fonéticos. Tratado de fonología diacrónica. Madrid: Gredos.

Parker, Gary

1963 “La clasificación de los dialectos quechuas”, en Revista del Museo Nacional XXXII: 241-

52.

1967 “Fonología y morfofonémica del quechua de Caraz”, en Escobar y otros (1967): 25-

40.

1969a “Comparative Quechua Phonology and Grammar I: Classification”, en Working

Papers in Linguistics 1, 1: 65-87.

1969b “Comparative Quechua Phonology and Grammar II: Proto-Quechua Phonology and

Morphology”, en Working Papers in Linguistics 1, 2: 123-147.

1971 “Comparative Quechua Phonology and Grammar V: The Evolution of Quechua B”,

en Working Papers in Linguistics 3, 3: 45-109.

Page 27: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

27

1973 Derivación verbal en el quechua de Ancash. Documento de trabajo N° 25. Lima: Universidad

Nacional Mayor de San Marcos (Centro de Investigación de Lingüística Aplicada).

1976 Gramática del quechua Ancash-Huailas. Lima: Ministerio de Educación - Instituto de

Estudios Peruanos.

Parker, Gary, y Amancio Chávez

1976 Diccionario quechua Ancash-Huailas. Lima: Ministerio de Educación - Instituto de

Estudios Peruanos.

Pozzi-Escot, Inés

1998 El multilingüismo en el Perú. Cuzco: Bartolomé de las Casas y PROEIB.

Rivet, Paul, y Georges de Créqui-Montfort

1951-1956 Bibliographie des langues aymará et kic&ua. 4 tomos. París: Université de Paris, Institut d’

Ethnologie.

Santo Tomás, Domingo de

1995 [1560] Grammatica o arte de la lengua general de los indios de los reynos del Peru. Edición de Rodolfo

Cerrón-Palomino. Cuzco: Bartolomé de las Casas.

Solá, Donald F.

1967 Gramática del quechua de Huánuco. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos

(Centro de Investigación de Lingüística Aplicada).

Solís, Gustavo

1976 Zonificación (dia)lectal del quechua de la provincia de Bolognesi (Ancash). Tesis de Doctorado.

Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

1990 “El quechua de Cajatambo en los documentos de extirpación de idolatrías”, en

Cerrón-Palomino, Rodolfo, y Gustavo Solís (eds.) (1989): 107-119.

1998 “Quechua central. Quechua Alto-Pativilca”, en Pozzi-Escot 1998: 249-252.

Taylor, Gérald

1984 “Yauyos: un microcosmos dialectal quechua” en Revista Andina 2, 1: 121-46.

1987 “Algunos datos nuevos sobre el quechua de Yauyos (Vitis y Huancaya)” en Revista

Andina 5, 1: 253-65.

1994 Estudios de dialectología quechua (Chachapoyas, Ferreñafe, Yauyos). Lima: Universidad

Nacional de Educación.

2000 “Camac, camay y camasca” y otros ensayos sobre Huarochirí y Yauyos. Lima y Cuzco: Instituto

Francés de Estudios Andinos y Bartolomé de las Casas.

Page 28: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

28

Tercer Concilio de Lima

1985 [1584] Doctrina christiana y catecismo para instruccion de los Indios. Lima: Impreso por Antonio

Ricardo.

Torero, Alfredo

1964 “Los dialectos quechuas”, en Anales Científicos de la Universidad Agraria, 2: 446-78.

1974 El quechua y la historia social andina. Lima: Universidad Ricardo Palma.

2003 Idiomas de los Andes. Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos - Horizonte.

Torres Rubio, Diego de

1754 [1603] Arte y vocabulario de la lengua quichua general de los Indios del Perú. 4ª ed. Lima.

Tschudi, Johann Jakob von

1853 Die Kechua-Sprache. 3 tomos. Viena: Kaiserlich-Königlich Hof- und Staatdruckerei.

Weber, David John

1996 Una gramática del quechua del Huallaga. Lima: Ministerio de Educación - Instituto

Lingüístico de Verano.

1998 Rimaycuna. Quechua de Huánuco. Lima: Instituto Lingüístico de Verano.

Szemiñski, Jan

1997 Wira Quchan y sus obras. Lima: Instituto de Estudios Peruanos - Banco Central de

Reserva del Perú.

Page 29: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

29

Anexo

Page 30: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

30

LENGUAS ANTIGUAS DE LOS ANDES DEL ECUADOR

Gabriel Martínez Vera

Pontifica Universidad Católica del Perú

Resumen

En este documento, haremos un estudio de las lenguas antiguas de

los Andes del Ecuador. Nuestro objetivo consiste en reconstruir, a

partir de los datos disponibles, la realidad lingüística del Ecuador

antiguo, en concreto, en las regiones Costa y Sierra del país. A su vez,

presentaremos de manera general cada lengua, aunque

profundizaremos un poco más en aquellas de las que se tenga mayor

información. Las lenguas de la Costa son el cha’palaachi, el tsafiki y el

atacame, y las de la Sierra son el pasto, el kara, el kito, el puruguay, el

cañar, el palta, el malacato, el rabona, el bolona y el xiroa. Por último,

al final del documento, incluiremos una bibliografía detallada de cada

tema tratado.

Palabras clave: lenguas extintas, lenguas barbacoas, atacame, lenguas antiguas de la Sierra, toponimia.

En el presente documento, haremos un breve estudio de las lenguas antiguas de los Andes del

Ecuador. Nuestro objetivo consiste en reconstruir, a partir de los datos disponibles, la realidad

lingüística del Ecuador antiguo. Para rastrear este pasado, es necesario acercarse a los datos disponibles

en relación a las lenguas que se hablaron (y hablan) en las regiones Costa y Sierra del país, aunque estos

pueden ser muy variados (o no existir) según cada caso. A partir de la información disponible,

presentaremos de manera general cada lengua, aunque trataremos de profundizar un poco más en

aquellas de las que se tenga mayor información. Además, al final del documento, como una suerte de

apéndice, incluiremos una bibliografía detallada de las fuentes que permiten acercarse a este tema.

1. Lenguas antiguas de la Costa

Al abordar el tema de las lenguas antiguas de la Costa ecuatoriana y plantearnos la pregunta de una

posible reconstrucción lingüística en la zona, nos topamos con una realidad que podemos dividir en dos

Page 31: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

31

partes: por un lado, tenemos un conjunto de datos lingüísticos respecto a la parte norte, sobre todo en

relación a las lenguas pertenecientes a la familia barbacoa, que todavía son habladas en la zona, y a la

lengua atacame, que ya está extinta; mientras que, por otro lado, la reconstrucción de la realidad

lingüística prehispánica del centro-sur de la Costa del Ecuador resulta casi imposible.

1.1 Lenguas de la Costa norte

1.1.1 Lenguas barbacoas

En lo que se refiere a la Costa norte, encontramos, en primer lugar, a las dos lenguas de la subfamilia

sureña de la familia barbacoa: el cha’palaachi o cayapa, y el tsafiki o colorado. En realidad, estas dos

lenguas forman parte de un grupo conformado por cinco lenguas que todavía son habladas. Las tres

restantes (awa o cuaiquer, guambiano y totoró), que forman parte de la subfamilia norte de la familia

barbacoa, son habladas en la costa sur de Colombia. En segundo lugar, en cuanto a las fuentes

bibliográficas para obtener información sobre las dos lenguas que trabajamos, no se pueden dejar de

consultar las obras de Constenla Umaña (de las cuales solo pondremos una en la bibliografía, ya que

está directamente relacionada con nuestro tema), quien compara la familia barbacoa con la chibcha para

determinar sus semejanzas y diferencias, y de Jijón y Camaaño (1940-45)21. Ahora bien, en términos

generales, queda mucho por hacer para tener una descripción gramatical detallada de las lenguas

barbacoas. No obstante, en lo que respecta a las fuentes de las dos lenguas en las que nos centramos,

existen algunas obras que permiten una primera aproximación a sus gramáticas: estudios de tsafiki se

hallan en Moore (1966) y del cha’palaachi, en Lindskoog y Brend (1962), Lindskoog y Lindskoog (1964)

y Vittadello (1988). Además, para un primer acercamiento a temas de fonología y léxico de ambas

lenguas, se puede acudir a Moore (1962) y a Curnow y Liddicoat (1998). Por último, en cuanto a los

datos actuales de ambas lenguas, el cha’palaachi es hablado por alrededor de 4 000 hablantes que

pertenecen al grupo nativo cayapa (o chachi) en la provincia de Esmeraldas, cerca del río Cayapas. El

tsafiki, por su parte, es hablado por los colorados, cuyo número asciende a 2 000 personas, en las

ciudades de Santo Domingo de los Colorados (provincia de Pichincha) y Quevedo (provincia de Los

Ríos).

Tras haber abordado estos datos generales de ambas lenguas, acerquémonos ahora a algunos rasgos

gramaticales de ellas. Veamos, en primer lugar, las características principales de la fonética y la fonología

de ambas lenguas. En cuanto a las vocales, el cha’palaachi distingue /a/, /e/, /i/, /u/; mientras que el

21 Para tener una información detallada de las referencias bibliográficas de estos estudios y de los que serán mencionadas más adelante en lo referente a otras lenguas, remitimos al lector a la bibliografía. Pondremos como guía, junto al nombre de cada autor, el año de la publicación de la obra a la que nos referimos.

Page 32: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

32

tsafiki distingue /a/, /e/, /i/, /i/, /u/. En esta última, pueden encontrarse alófonos vocálicos

nasalizados cuando al final de palabra se sitúa una consonante nasal. Por otro lado, presentamos el

inventario de las consonantes de las dos lenguas:

Tabla 1. Consonantes del cha’palaachi

Bilabial Alveolar Palatal Velar Glotal

Oclusiva sorda p t ty k ʔ

Oclusiva sonora b d dy g

Africada c22 č23

Fricativa sorda f s š x

Fricativa sonora β

Nasal n ny ŋ

Lateral l ly

Semiconsonante w y

Tabla 2. Consonantes del tsafiki

Bilabial Alveolar Palatal Velar Glotal

Oclusiva sorda p t k ʔ

Oclusiva sonora b d

Africada c

Fricativa sorda s x

Nasal m n

Lateral l

Vibrante r

Semiconsonante w y

Con respecto al tsafiki, /c/ y /s/ tiene alófonos palatales [č] y [š], respectivamente, delante de vocales

altas. La vibrante /r/ se convierte en [dr] en inicio de palabra. Las oclusivas sonoras /b/ y /d/ se

preglotalizan en posición inicial. Además, las consonantes sordas suelen aspirarse al interior de palabra.

En cuanto a la morfosintaxis, conviene mencionar algunos datos importantes de ambas lenguas.

22 Esta consonante es representada en algunas de las fuentes de la bibliografía con los grafemas /ts/. 23 Esta consonante es representada en algunas de las fuentes de la bibliografía con los grafemas /t/.

Page 33: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

33

Desde un punto de vista tipológico, el cha’palaachi y el tsafiki, junto a las demás lenguas barbacoas,

pertenecen a la esfera andina central, mas no a la chibcha. El orden preferido en la oración es SOV. El

mecanismo morfológico principal es la sufijación, aunque ambas lenguas presentan un número limitado

de prefijos. En estas lenguas, el caso nominativo no tiene marca; mientras que el acusativo es marcado

con un sufijo (el cual tiene una función locativa), aunque este se limite a seres humanos y objetos

definidos. No obstante, este desarrollo es reciente y se cree que se debe al contacto con el quechua. Los

modificadores, ya sean adjetivos o adverbios, preceden a las categorías modificadas. En estas lenguas se

distingue entre hablante y no hablante. Al respecto, el tsafiki, para el primero, utiliza -yo- o -yu-, mientras

que el segundo carece de marca:

(1) anó i-yo-ʔé

plátano comer-hablante-declarativo

‘(Yo) comí.’

(2) anó i-Ø-ʔé

plátano comer-no hablante-declarativo

‘(Él) comió.’

En lo que respecta a la morfología nominal, encontramos que las referencias personales se marcan

por medio de pronombres libres y se diferencian la primera, segunda y tercera persona, así como el

número. Al respecto, tomemos los pronombres del cha’palaachi:

Tabla 3. Pronombres del cha’palaachi

Pronombres personales Pronombres posesivos

(adjetivos)

Pronombres posesivos

independientes

1 singular I in in-č

1 plural la-la la-la-ʔ la:-či

2 singular nyu nyu-ʔ nyu-či

2 plural nyu-lya nyu-lya-ʔ nyu-lya-či

3 singular Ya ya-ʔ ya-či

3 plural ya-la ya-la-ʔ ya-la-či

Podemos agregar que -ʔ y -či son las marcas del caso genitivo e indican también las relaciones

Page 34: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

34

existentes entre sustantivos. Por otra parte, en tsafiki se distingue el género en lo que respecta a los

pronombres de primera persona singular: -la (‘yo’) es utilizado por los varones y čihké por las mujeres.

Finalmente, en ambas lenguas hay un uso extensivo de nominalizaciones. Por ejemplo, en tsafiki, está

el agentivo -min, el infinitivo -no, el instrumental -nun y el participio estativo -ka.

En lo que respecta a la morfología verbal, en ambas lenguas es esta bastante rica. Cuentan con

diversos sufijos para expresar la subordinación verbal. Entre ellos, están los que distinguen oraciones

subordinadas con el mismo o con distinto sujeto. Por otra parte, la raíz verbal ki- (‘hacer’) es utilizada

para crear nuevos verbos a partir de sustantivos, adjetivos y préstamos del castellano. Por ejemplo, en

cha’palaachi, el verbo que significa ‘escupir’, iŋbi ke-un, se forma a partir del sustantivo iŋbi (‘escupitajo’).

En este caso, además, -un es la marca del infinitivo. Además, en esta lengua se construye un pasivo

morfológico. Finalmente, en ambas lenguas se encuentran prefijos verbales con varias funciones: por

ejemplo, en cha’palaachi, de- significa tanto ‘terminar de hacer algo’ y es un pluralizador nominal. A su

vez, ma(n)- (‘repetición’) se encuentra en ambas lenguas.

1.1.2 Atacame, tacame o esmeraldeño

El atacame, tacame o esmeraldeño fue una lengua hablada hasta fines del siglo XIX en la parte oeste

de la provincia de Esmeraldas, es decir, en los alrededores del río Esmeraldas y, particularmente, en la

zona llamada Chinto. No obstante, no se puede excluir la posibilidad de que la lengua haya sido hablada

en una región de mayor extensión en la costa del Pacífico. W. B. Stevenson, el secretario británico del

presidente en la Audiencia de Quito, visitó la zona a inicios del siglo XIX y reportó que el atacame era

hablado por una población negra. Junto a las dos lenguas barbacoas descritas anteriormente, el atacame

es una de las pocas lenguas antiguas (de la Costa) del Ecuador de la que tenemos ciertos datos24. No

obstante, es problemático calificarla como antigua en sentido estricto, puesto que el atacame fue la

lengua de una población indio-negra. Sin embargo, según cuenta la tradición local, la lengua nativa se

habría conservado. A este respecto, esta tradición incluye lo siguiente: un barco lleno de esclavos negros

arribó a la zona tras algunos problemas; estos mataron a los nativos y se quedaron con sus mujeres.

Gracias a estas últimas, la lengua local se habría mantenido. Consideramos, no obstante, que convendría

rastrear sus orígenes a partir de estas dos vertientes para tener mayor claridad sobre los elementos que

conforman esta lengua. Constenla Umaña señala que podría haber una relación con alguna lengua de

Mesoamérica debido a algunos rasgos tipológicos de la lengua (por ejemplo, se utiliza el orden VOS y

24 Adelaar y Muysken mencionan que solo se tiene información de dos lenguas de la Costa ecuatoriana: el atacame y el cha’palaachi. Consideramos que esta apreciación es errónea, puesto que del tsafiki se tiene información y es una lengua costeña, ya que está asociada a una población que está ubicada, como ellos mismos mencionan, en Santo Domingo de los Colorados, ciudad situada a 500 m.s.n.m. Considerarla como lengua serrana por estar en la provincia de Pichincha sería un error, ya que esta ciudad, precisamente, es la porción de esta provincia que pertenece a la Costa.

Page 35: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

35

los adjetivos pueden estar antes o después de su núcleo). No se puede dejar de considerar que el

atacame tuvo contacto también con el tsafiki, ya que comparten diversos elementos léxicos. Sin

embargo, parece que las raíces de la lengua hay que rastrearlas en alguna lengua africana y en la lengua

propia del lugar antes de la llegada de los esclavos. Por último, respecto a las fuentes que nos permiten

acceder a datos lingüísticos del atacame, los únicos datos directos que existen son aquellos recogidos

por Pallares en 1877. Estos fueron publicados primeramente por Wolf (1892). Años más tarde, estos

datos han sido publicados nuevamente y discutidos por Seler (1902) y Jijón y Caamaño (1941).

Constenla Umaña (1991) también los discute brevemente. En lo referente a información

extralingüística, se puede acudir a Stevenson (1825), a quien mencionamos anteriormente, y a Phelan

(1967), si el interés consiste en rastrear las relaciones históricas (desde el siglo XVI) entre las

poblaciones americanas y africanas.

Luego de haber abordado los datos generales del atacame, acerquémonos a sus principales rasgos

gramaticales. Aproximémonos, en primer lugar, a las características principales de la fonética y la

fonología. En cuanto a las vocales, a partir de los datos disponibles, parece que el atacame tuvo cinco:

/a/, /e/, /i/, /o/, /u/. Sin embargo, Jijón y Caamaño considera que son solo tres (/a/, /i/, /u/), pero

con un considerable grado de variación alofónica. Menciona también que la lengua pudo haber tenido

vocales nasalizadas y un sonido vocálico no identificado, el cual se transcribía como àà o áá en las

terminaciones del pasado participio. Seler indica, por otra parte, que el acento era de carácter

contrastivo. En cuanto a las consonantes, incluimos a continuación una tabla en la que incluimos el

inventario de estas:

Tabla 4. Consonantes del atacame

Bilabial Labio-

dental Alveolar Palatal Velar Glotal

Oclusiva

sorda p t K

Oclusiva

sonora b d G

Africada č

Fricativa

sorda f s š X (h)

Fricativa

sonora (v)

Nasal m n

Page 36: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

36

Percusiva ɾ

Vibrante r

Lateral l ly

Semi-

consonante w y

Este cuadro es solo una reconstrucción tentativa a partir de los datos disponibles. Adelaar y Muysken

señalan que la interpretación de algunos de los fonemas indicados permanece incierta. Por ejemplo,

parece que la letra v, en los datos disponibles, no es otro que el fonema /b/; [x] y [h] parecen, en

cambio, alófonos de un mismo fonema que están en distribución complementaria (el primero al interior

de palabra y el segundo en inicio de palabra).

En cuanto a rasgos generales y característicos de la morfosintaxis, el atacame es una lengua en la que

el verbo se coloca al final, el genitivo se sitúa después del núcleo, y los adjetivos pueden estar antes o

después del núcleo. Asimismo, se utilizan tanto prefijos como sufijos. La negación es marcada por

medio del prefijo ba- y el marco bal-…-ka indica que se carece de algo. El sufijo -le es utilizado con

adjetivos y verbos para indicar un estado particular:

(3) bal-di-ka

negación-mano-negación

‘Sin mano.’

(4) uba-le

morir-estativo

‘(Él) murió’, ‘muerto’.

Por otra parte, los sustantivos presentan frecuentemente prefijos clasificadores en relación a la forma.

Algunos de ellos son mu- (‘objeto abultado e indivisible’), ra- (‘elemento que sobresale’), ta- (‘objeto

largo’) y vi(l)- (‘piel’). Por ejemplo, las palabras que se refieren a partes del cuerpos están unidos en

muchas ocasiones al prefijo ra-, tal como ocurre en ra-rapo (‘cabello’). Para indicar los diversos casos,

tanto sufijos como preposiciones son utilizados: el sufijo -ra se refiere a la ubicación espacial y la

preposición tun es traducido como ‘frente a’. Los sufijos -s(a), -va y, -e o -é se refieren a la primera,

segunda y tercera persona, respectivamente. El atacame no tiene pronombres personales libres. En

algunas formas verbales, las marcas de sujeto y objeto pueden combinarse:

Page 37: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

37

(5) pisko-vá-s

vender-2da. sujeto-1ra. objeto

‘¡(Tú) véndemelo!’

Por último, el imperativo se señala a través de -ma para la segunda persona singular y de -aja para la

primera persona plural. Además, Jijón y Caamaño indica que el atacame utiliza formas verbales que

parecen impersonales, pero puede que esto parezca ser así por la falta de datos.

1.2 Lenguas de la Costa centro-sur

Respecto a las lenguas de la Costa centro-sur, el pasado lingüístico de la zona permanece oculto: ya

en 1600 tenemos noticias de que el castellano se estaba convirtiendo en la lengua de contacto

interregional en la costa ecuatoriana frente al progresivo retroceso de las lenguas nativas. Más aún, en la

actualidad, las lenguas de la zona están extintas. Ahora bien, con el fin de reconstruir el pasado

lingüístico, Jijón y Caamaño menciona que hubo un grupo lingüístico Manabí-Huancavilca-Puná, al que

posteriormente Paz y Miño calificó como el grupo atallán25. El primero considera que este grupo

constituye una sola lengua con algunos dialectos y Loukotka (1968) asume estos datos al hacer su

propio clasificación de las lenguas de los Andes. No obstante, asumir la existencia de este grupo es

problemático. En primer lugar, Adelaar y Muysken mencionan que no hay evidencia empírica suficiente

para sustentar su existencia y, por otra parte, parece que el espectro lingüístico de la zona no era tan

unitario; puesto que grupos como aquellos que habitan la Bahía de Caráquez (provincia de Manabí), los

chonos (provincia del Guayas), los campaces (cantón Daule) y los colima (ubicación indeterminada) no

estuvieron asociados a los huancavilcas, quienes constituyen el núcleo central del grupo lingüístico

mencionado líneas arriba. Más aún, ya un texto de 1605, Descripción de la Gobernación de Guayaquil (1973),

hace referencia a una realidad lingüística diversa a la de Guayaquil (provincia del Guayas) en la ciudad

de Portoviejo y sus alrededores (provincia de Manabí). Por último, esta realidad queda más oscurecida

debido a que no existe ningún registro lingüístico referente a la isla Puná (provincia del Guayas), la cual

era fundamental para entender las relaciones comerciales de la zona. Es más, Jijón y Caamaño asume el

intercambio comercial al postular el grupo Manabí-Huancavilca-Puná y, aunque sea verosímil concebir

estas relaciones comerciales, la ausencia de mayores datos impide ahondar en el conocimiento respecto

a las lenguas habladas en la zona. En consecuencia, nos encontramos ante el hecho de que es casi

imposible reconstruir el pasado lingüístico en el centro-sur de la Costa ecuatoriana: los datos

lingüísticos son muy escasos, motivo por el cual no podemos sino contar con hipótesis que de alguna

25 Aunque Adelaar y Muysken mencionan que no hay suficientes datos para darle sustento al grupo Manabí-Huancavilca-Puná, señalan que este grupo podría ser el mismo que el de las lenguas tallanas del norte del Perú, debido a que se hace una mención a ello en el Sínodo Diocesano de Quito del año 1593.

Page 38: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

38

manera nos permitan aproximarnos al pasado lingüístico de la zona.

2. Lenguas antiguas de la Sierra

Al abordar el tema de las lenguas antiguas de la Sierra del Ecuador, debido a la falta de datos

lingüísticos registrados, se hace necesario intentar hacer una reconstrucción lingüística (ligada,

naturalmente, a las regiones geográficas en las que se hablaban las lenguas). Para ello, es relevante

“combinar la fuente documental con la investigación toponímica, antroponímica y de nombres de

plantas y animales lugareños” y, cuando sea posible, “cotejar la información así obtenida con los

resultados de las investigaciones sobre las lenguas oriundas sobrevivientes de suroeste colombiano y el

noroeste ecuatoriano” (Torero 2002: 369). Por otra parte, es conveniente fijarse también en la presencia

de posibles sustratos de las lenguas desplazadas en el quechua (a la variedad ecuatoriana se la identifica

como quichua, quichwa o kichwa) o en el castellano, que fueron las lenguas que las sustituyeron. Con

respecto a los sustratos presentes en el quechua, Torero menciona que en esta última se evidencia la

presencia de rasgos fonológicos que dan cuenta de que las lenguas antiguas están presentes como

sustrato de los dialectos de quichua actuales. Entre ellos, están la presencia de la africada /c/ (que en la

provincia de Azuay se ha convertido en /s/), la aspiración de las oclusivas sordas (/ph/, /th/, /kh/) en

las provincias centrales del país, a saber, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Bolívar, principalmente,

y, en menor medida, en Cañar y Azuay. No obstante, este rasgo no está presente en el dialecto norteño

de la provincia de Imbabura, hablado en las cercanía de Otavalo (el dialecto quichua de Ilumán). En

lugar de /th/, se utiliza la fricativa /f/ (que puede ser bilabial) y en lugar de /ph/ y /kh/, se utilza la

fricativa /x/. A su vez, la aspiración de las oclusivas en el dialecto de Zámbiza es distinto: solo se aspira

/ph/ y /kh/ es convertido en /x/. Por último, en cuanto a las fuentes para reconstruir la realidad

lingüística prequechua y precastellana de los Andes ecuatorianos, está, en primer lugar, la Crónica del Perú

de Cieza de León (1984), en la cual el autor relata sus viajes por el Ecuador y Perú actuales. En lo que

respecta al Ecuador, Cieza de León indica qué lenguas se hablaban en las regiones por las que pasó

además del quechua. Están también las Relaciones Geográficas de Indias, que fueron recopiladas por Marco

Jiménez de la Espada (1965) y que ayudan a reconstruir el pasado lingüístico de los Andes ecuatorianos.

A su vez, están las obras ya citadas de Jijón y Caamaño (1941) y los artículos escritos por Paz y Miño

(1936-61). Los escritos de este último abordan a cada una de las lenguas de los Andes ecuatorianos por

separado y con cierto detalle, por lo que son una referencia importante en la tarea de reconstrucción

lingüística. No obstante, a pesar de su importancia, Adelaar y Muysken mencionan que las conclusiones

de estas investigaciones deben evaluarse a partir de métodos modernos. Finalmente, en relación a datos

toponímicos referentes al periodo inca en los Andes ecuatorianos, están Salomon (1986), y Salomon y

Grosboll (1986). Además, algunos datos relevantes para examinar la lengua palta están en Gnerre

Page 39: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

39

(1975) y en relación a la etnohistoria de los grupos que hablaban estas lenguas se puede acudir a

Caillavet (2000).

Acerquémonos, ahora, a una reconstrucción tentativa de la distribución de las lenguas antiguas de la

Sierra del Ecuador. De norte a sur, estas son: pasto, kara (o cara) o caranqui u otavalo, kito o panzaleo

(nombre tomado de un asentamiento inca), puruguay o puruhá, cañar, y un complejo lingüístico

conformado por las lenguas palta, malacato, rabona, bolona y xiroa. En primer lugar, la lengua pasto es

clasificada normalmente como una lengua barbacoa, junto al tsafiki y al cha’palaachi. El pasto se

extendía por la sección meridional del departamento de Pasto, en Colombia, y en la provincia del

Carchi, en Ecuador. Paz y Miño menciona que quedan cinco vocablos reconocibles en la actualidad:

iscual (‘lombrices’), quer (‘pueblo, tierra, lugar plano’), pas (‘estirpe, familia’), pue (‘redondo’) y tal

(‘piedra’). Algunos de los finales toponímicos de esta lengua son -aza, -puel, aín y -tar. Además, el pasto

tiene secuencias silábicas CVVC, tales como chues, fuel, kual y kuel. Esta lengua ha sido remplazada por

el castellano. En segundo lugar, la lengua kara se situaba en la provincia de Imbabura (en los valles del

Chota y Mira) y se extendía hasta la ciudad de Quito, al norte de la provincia de Pichincha. Los finales

de palabra más frecuentes ligados a esta lengua son -bi (‘agua’), como en Calapí y Chulxabí; -qui, como

en Pomasqui; -biro o -piro (‘laguna’), como en Pimampiro y Tumbabiro; y -buro (‘loma, monte’). Se ha

vinculado a esta lengua con la familia barbacoa debido a que se encuentran coincidencias fonéticas

entre el kara y el cha’palaachi, tales como /c/, /f/ y /x/. En tercer lugar, el kito se situaba en las

provincias de Tungurahua, Cotopaxi y en la sección meridional de Pichincha. Esta lengua fue

reemplazada por el quechua. Los segmentos finales toponímicos más frecuentes en estas zonas son –

(h)aló (‘río, agua’), como en Pilaló; -leo (‘arenal’), como en Tisaleo y Pelileo; y -(l)agua o -(r)ragua (‘monte,

loma’), como en Tungurahua. No parece que esta lengua esté emparentada con el páez. En cuarto lugar,

el puruguay se situaba en la provincia de Chimborazo, excepto en su parte sur (en los poblados actuales

de Alausí y Chincha), donde compartía el territorio con la lengua cañar. En la actualidad, en esta

provincia se habla quichua. Los segmentos finales -cela y -lema son típicos en los apellidos de la zona,

aunque también tienen resonancia histórica, como en Duchicela (que pertenecía a la panaka de

Atahualpa) o Daquilema (el rebelde del siglo XIX), respectivamente. En cuanto a las terminaciones

toponímicas, están –shi (Pilligshi), -tus, (Guasuntús) y –bug (Tulubug), así como las más complejas -

cahuan, -calpi y -tactu. En quinto lugar, el cañar se hablaba en la parte sur de Chimborazo, en las

provincias de Cañar y Azuay, e incluso en Saraguro (provincia de Loja). Algunas terminaciones

toponímicas características del cañar son -cay o -kay (‘río, agua’), como en Saucay y Yanuncay; -copte

(Chorocopte); -huiña (Catahuiña); -turo (Molleturo); -zhuma (Guagualzhuma); y –zol (Capzol). Aunque el

puruguay y el cañar han sido relacionados (por ejemplo, comparten el uso de consonantes oclusivas

sonoras a inicio de palabra), Adelaar y Muysken consideran que no están emparentadas, puesto que son

tratadas por separado en las fuentes coloniales. Además, sustentan su postura en la evidencia de que

Page 40: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

40

ambas lenguas muestran varios segmentos toponímicos diferentes (aunque otros sí sean compartidos,

como -pala, -pud, -bug y -shi). Torero, sin embargo, ante la misma evidencia, se inclina a pensar que sí

formaban un mismo grupo lingüístico y que, incluso, podrían estar relacionadas con el grupo de lenguas

cat. Finalmente, está el complejo lingüístico ligado a la provincia de Loja. Por un lado, la lengua palta se

extendía desde Loja hasta la región montañosa del Xoroca, no lejos de Jaén. En esta última zona se han

registrado cuatro palabras paltas: yumé (‘agua’), xeme (‘maíz’), capal (‘fuego’) y let (‘leña’). La tres primeras

son claramente jíbaras por lo que se relaciona al palta con esta lengua. Por otro lado, se tienen algunos

elementos léxicos de la lengua rabona. Torero sugiere que esta forma parte de la familia candoshi

debido al parecido entre elementos como chicxi (‘zapote’), del rabona, y čiči(ri), del candoshi. No

obstante, hay elementos que se parecen al aguaruna, por ejemplo, guapuxi (‘guayaba’), del rabona, y

wámpušik, del aguaruna. Adelaar y Muysken, por su parte, ante estos datos, prefieren dejar la filiación del

rabona irresuelta. Por último, por la falta de información, las lenguas bolona y malacato no pueden ser

clasificadas, y se cree que el xiroa es una forma alternativa de referirse al jíbaro.

3. Conclusión

Para concluir el presente documento, mencionemos brevemente cómo quedaría el mapa lingüístico

reconstruido de las lenguas antiguas del Ecuador. En la Costa norte, se encuentran las lenguas

barbacoas (cha’paalachi en Esmeraldas y tsafiki en Santo Domingo de los Colorados) y la ya extinta

atacame (también en Esmeraldas), que tiene raíces americanas y africanas. Con respecto a la Costa

centro-sur, no tenemos información para sustentar alguna hipótesis. Podría conjeturarse la existencia de

un grupo Manabí-Huancavilca-Puná o la existencia de dos grupos lingüísticos distintos: uno en la actual

provincia de Manabí, cerca de Portoviejo, y otro en la actual provincia del Guayas, cerca de Guayaquil y

Puná. En lo que respecta a la Sierra, todas las lenguas están extintas y son, de sur a norte, la lengua palta

(Carchi), que tiene filiación barbacoa; la kara (Imbabura y norte de Pichincha), que también está ligada a

la familia barbacoa; la kito (centro y sur de Pichincha, Tungurahua y Cotopaxi), que permanece

inclasificada; la puruguay (norte y centro de Chimborazo) y la cañar (sur de Chimborazo, Cañar y norte

de Loja), en las que permanece abierta la cuestión de si están emparentadas o no; y el complejo

lingüístico de Loja, que incluye las lenguas palta (extendida hasta Cajamarca y vinculada con la lengua

jíbara), malacato , rabona (de posible filiación candoshi), bolona y xiroa (que podría ser otro nombre de

la jíbaro).

Page 41: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

41

4. Bibliografía

Como se ha constatado a lo largo de este documento, se acude a fuentes muy variadas para hacer

una reconstrucción lo más precisa posible de las lenguas antiguas del Ecuador. En términos generales,

se tiene muy poca información de la mayoría de las lenguas, lo cual es una dificultad casi imposible de

salvar. A su vez, es necesaria también la crítica textual de los documentos que registran información

lingüística, puesto que los signos utilizados no son siempre fáciles de interpretar desde un punto de

vista fonético-fonológico, tal como sucede, por ejemplo, en el caso del atacame en relación a las

consonantes principalmente. Además, queda mucho por investigar en lo que se refiere a las lenguas que

sobreviven, especialmente, las lenguas barbacoas. Ahora bien, hemos decidido incluir una bibliografía

detallada de las fuentes que se utilizan para esta reconstrucción lingüística, puesto que puede orientar al

lector y al investigador interesados que deseen profundizar en el tema. Está dividida en las mismas

secciones que se han seguido en el documento, con el fin de que el lector no tenga dificultades para

relacionar lo dicho en las páginas anteriores con las referencias bibliográficas respectivas.

4.1 General

ADELAAR, Willem F. H. y Pieter C. MUYSKEN

2004 The Languages of the Andes. Cambridge: Cambridge University Press.

CAMPBELL, Lyle

1997 America Indian Languages. The Historical Linguistics of Native America. Nueva York: Oxford

University Press.

CIEZA DE LEÓN, Pedro

1984 Crónica del Perú: primera parte. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del

Perú.

JIJÓN Y CAMAAÑO, Jacinto

1998 El Ecuador interandino y occidental antes de la conquista castellana. Quito: Abya-Yala.

KAUFMAN, Terrence

Page 42: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

42

1990 “Language History in South America: What we know and how to know more”. En: David L.

PAYNE. Amazonian Linguistics. Austin: University of Texas Press.

LOUKOTKA, Česmir

1968 Classification of South American Indian Languages. Los Ángeles: Latin American Center, UCLA.

TORERO, Alfredo

2002 Idiomas de los Andes. Lingüística e historia. Lima: IFEA, Horizonte.

4.2 Lenguas antiguas de la Costa

4.2.1 Lenguas barbacoas

CONSTENLA UMAÑA, Adolfo

1991 Las lenguas del Área Intermedia: introducción a su estudio areal. San José: Editorial de la Universidad

de Costa Rica.

CURNOW, Timothy Jowan y Anthony J. LIDDICOAT

1998 “The Barbacoan languages of Colombia and Ecuador”. En: Antrophological Lingusitics 40, 3,

pp. 384-408.

LINDSKOOG, John N. y Ruth BREND

1962 “Cayapa Phonemics”. En: ELSON, Benjamin (editor). Studies in Ecuadorian Indian Languages,

vol. 1. Oklahoma: Summer Institute of Linguistics, pp. 31-44.

LINDSKOOG, John N. y Carrie A. LINDSKOOG

1964 Vocabulario cayapa. México: Instituto Lingüístico de Verano.

MOORE, Bruce

1966 Diccionario Castellano-Colorado Colorado-Castellano. Quito: Instituto Lingüístico de Verano.

1961 “A statistical morpho-syntactic typological study of Colorado (Chibcha)”. En: International

Journal of American Linguistics 27, 4, pp. 298-307.

VITADELLO, Alberto

Page 43: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

43

1988 Cha’palaachi: el idioma cayapa. Guayaquil: Pontificia Universidad Católica del Ecuador: Sede de

Esmeraldas. Museos del Banco Central del Ecuador.

4.2.2 Atacame, tacame o esmeraldeño

PHELAN, John Leddy

1967 The Kingdom of Quito in the Seventeenth Century. Madison, Milwaukee y Londres: University of

Wisconsin Press.

SEELER, Eduard

1902 Gesammelte Abhandlungen zur altamerikanischen Sprach- und Alterthumskunde, vol 1. Berlín: A.

Asher & Co.

STEVENSON, William Bennett

1825 A Historical and Descriptive Narrative of 20 Years Residence in South America. Londres: Hurst,

Robinson and Co.

WOLF, Teodoro

1892 Geografía y geología del Ecuador. Leipzig.

4.2.3 Lenguas de la Costa centro-sur

YCASA, Julio Estrada (editor)

1973 “Descripción de la Gobernación de Guayaquil”. En: Revista del Archivo Histórico del Guayas, pp.

55-93.

4.3 Lenguas antiguas de la Sierra

CAILLAVET, Chantal

2000 Etnias del norte. Etnohistoria e historia de Ecuador. Quito: Abya-Yala.

CERRÓN-PALOMINO, Rodolfo

1987 Lingüística quechua. Cuzco: Bartolomé de las Casas.

GNERRE, Maurizio

Page 44: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

44

1973 “Sources of Spanish Jívaro”. En: Romance Philology 27 (2). Berkeley: University of California

Press, pp. 203-204.

JIMÉNEZ DE LA ESPADA, Marcos (editor)

1965 Relaciones geográficas de Indias. Perú. Madrid: Atlas.

PAZ Y MIÑO, Luis T.26

1961a “Las agrupaciones y lenguas indígenas del Ecuador, en 1500 y 1959”. En: Boletín de la

Academia Nacional de Historia 43, 97, pp. 5-16.

1961b “Lenguas indígenas del Ecuador: la lengua kañar”. En: Boletín de la Academia Nacional de

Historia 43, pp. 193-229.

1946-52 “Lenguas indígenas del Ecuador. Diccionario toponímico.” En: Boletín de la Academia Nacional

de Historia 26-32, 67-80.

1942 “Lenguas indígenas del Ecuador. IV. La lengua puruguay”. En: Boletín de la Academia Nacional

de Historia 22, 59, pp. 42-74.

1941a “Lenguas indígenas del Ecuador. III. la lengua kara”. En: Boletín de la Academia Nacional de

Historia 21, 57, pp. 28-52.

1941b “Lenguas indígenas del Ecuador. II. La kito o panzaleo”. En: Boletín de la Academia Nacional de

Historia 21, 58, pp. 145-170.

1940 “Lenguas indígenas del Ecuador. I. La lengua pasto”. En: Boletín de la Academia Nacional de

Historia 20, 56, pp. 161-178.

1937 “Contribución al estudio de las lenguas indígenas del Ecuador”. En: Boletín de la Academia

Nacional de Historia 15, pp. 9-41.

1936 “Contribución al estudio de las lenguas indígenas del Ecuador”. En: Boletín de la Academia

Nacional de Historia 14, pp. 40-54.

SALOMON, Frank

1986 Native Lords of Quito in the Age of the Incas. New York: Cambridge University Press.

SALOMON, Frank y Sue GROSBOLL

1986 “Names and peoples in Incaic Quito: retrieving undocumented historic process through

anthroponomy and statistics”. En: American Anthropologist 88 (2), pp. 387-399.

26 Aunque este autor incluye en algunos de sus artículos información referente al resto del país, hemos agrupado sus escritos en esta sección debido a que la mayoría de ellos se refieren a las lenguas antiguas de la Sierra del Ecuador.

Page 45: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

45

LA AUSENCIA DE RECURSIVIDAD EN PIRAHÃ COMO RETO PARA LAS

TEORÍAS CHOMSKIANAS ACERCA DEL LENGUAJE: EVIDENCIAS Y

CONTRAEVIDENCIAS

Luis Miguel Rojas Berscia

Pontificia Universidad Católica del Perú

1. Resumen

En la presente investigación, se tomará como eje el trabajo del lingüista Daniel L. Everett acerca de la

lengua pirahã, la cual, según el autor, no presenta incrustación, representación en la lengua de la

recursividad chomskiana. Se discutirán, asimismo, las posturas de Andrew Nevins, David Pesetsky y

Cilene Rodrigues, lingüistas generativistas quienes son las principales voces contrarias a lo postulado

por Everett. Siguiendo esta línea de trabajo, se realizarán contraargumentos a los ejemplos de Nevins,

Pesetsky y Rodrigues, empleando los mismos ejemplos de ellos extraídos de Everett (1986-1987) y

postulando unos propios. Por supuesto, no podemos sumarnos al debate afirmando o negando la

existencia de recursividad, visto que carecemos de mucho trasfondo teórico y trabajo de campo. A lo

que apunta la presente investigación es a probar que el lado chomskiano, vale decir para este caso,

Nevins, Pesetsky y Rodrigues, no ha logrado aun dar una respuesta que contradiga satisfactoriamente

los argumentos del lingüista Everett. Por consiguiente, afirmar la incursión del Principio de Inmediatez

de la Experiencia postulado por Everett en pirahã no es nuestra labor. Asimismo, se brindará una

definición de recursividad y se agregarán argumentos, a modo de agregado propio y de especulación, a

favor de su carácter de simple herramienta formal del quehacer lingüístico, así como de su artif icialidad,

al ser de naturaleza escrita. Por supuesto, este intento de definición se realiza solo con el fin de

continuar la línea de trabajo propuesta desde un principio: los argumentos presentados por los

lingüistas del MIT, NPR, aún no son suficientes para contraargumentar lo postulado por Everett. Al

parecer, hasta el momento, quien lleva la ventaja es el lingüista de Bentley. De esta forma, no se afirma

que la recursividad no exista del todo en pirahã, sino que la evidencia hasta hoy no prueba lo contrario.

2. Introducción

El pirahã es una lengua de la familia Mura hablada por una pequeña comunidad en la Amazonía

brasileña en los márgenes del río Maici. La descripción de diversos aspectos de su gramática por el

lingüista Daniel L. Everett (2005) se presentó como un gran suceso para la Lingüística contemporánea y

las ciencias cognitivas, visto que, según sus indagaciones durante su trabajo de campo de más de

Page 46: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

46

veintiocho años, esta lengua poseería un sistema fonológico bastante simple, en comparación con otras

lenguas aledañas, un sistema de numeración muy escueto y, sobre todo, ausencia de recursividad

sintáctica (específica). Su planteamiento ha causado una revolución, puesto que la recursividad es

tomada por especialistas en Lingüística generativa como presente en toda lengua humana. La

confirmación de tal hallazgo haría tambalear el entramado teórico chomskiano y llevaría a lingüistas de

diversas partes del mundo a buscar una posible explicación.

Entonces, ¿cuál sería el reto que presenta el pirahã para las teorías generativistas chomskianas acerca del

lenguaje, según los argumentos de Everett, como base para un rechazo de la hipótesis del fenómeno de

recursividad como presente en toda lengua humana natural? La siguiente investigación intentará dar

respuesta a la pregunta analizando tanto el lado chomskiano (Nevins, Pesetsky y Rodrigues 2007) como

la contraparte everettista, la cual asume que el pirahã verdaderamente no presentaría recursividad

sintáctica (específica), dadas las evidencias del trabajo de campo y los poco eficientes contraargumentos

de sus detractores que nosotros también analizaremos; sin embargo, no afirmamos que tal postulado

sea en todo sentido verídico, puesto que hace falta aún mucha más investigación por parte de otros

especialistas. Para tal cometido, se someterá al pirahã a un análisis lingüístico, tomando como base el

corpus de Everett (2005) y los análisis de su contraparte (Nevins, Pesetsky y Rodrigues 2007) y se

presentarán los argumentos de ambos, dando un alcance de mano propia. No obstante, al parecer,

serían verdaderamente factores culturales los que restringen al pirahã a no necesitar una recursividad,

debido a aquella cosmovisión de inmediatez de referente de los pirahã presentado por Everett; sin

embargo, como ya mencionamos al principio, esto no lo podemos probar nosotros, sino los que están

estudiando la lengua en el campo ahora. No se dejará de lado tampoco un alcance propio sobre el

carácter escrito y de “propuesta formal” del mismo fenómeno de recursividad, a modo de especulación,

el cual sería resultado de una tradición escrita occidental y de la pretensión del quehacer lingüístico

actual por formalizar la disciplina. Por supuesto, todo el análisis será en continuo contraste con la

lengua estudiada, el pirahã.

El no poder realizar una salida de campo para conseguir corpus en lengua pirahã nos restringe a utilizar

solo los ejemplos empleados por Everett, bastante bien apreciados por su contraparte, y los de Sakel y

Stapert (2010), lingüistas que también han realizado un trabajo de campo en la zona y han obtenido

resultados parecidos a los de Everett. Por tal razón, la presente investigación solo se ha sometido a un

análisis de escritorio, por lo que se pide disculpas de antemano si existe alguna imprecisión a la hora de

explicar algunos fenómenos en pirahã, al no conocer del todo tal lengua.

El desarrollo de la presente investigación procederá mediante la siguiente organización. En primer lugar

se definirá lo que es la recursividad para la teoría generativista chomskiana, escindiéndola en lo que se

Page 47: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

47

conoce como recursión general y recursión específica. Posteriormente, se dará una breve explicación de

cada tipo de recursión específica presente, según la teoría, en todas las lenguas humanas. El desarrollo

de esta primera parte se basará sobre todo en el texto de Harry van der Hulst (2010), el cual da una

explicación detallada sobre el tema y, de la misma forma, nos será de gran ayuda a la hora de determinar

la naturaleza formalista de esta propuesta, así como característica de una cultura escribal.

En segundo lugar, se presentará la propuesta de Everett (2005) sobre las restricciones culturales que

determinan por qué el pirahã no presenta incrustaciones de tipo sintáctico. Además, se tocarán temas

como la ausencia de numerales en el pirahã, los cuales pueden servir como base aun más valiosa para

dar sustento al argumento de que el pirahã no tiene recursividad, vista esta como un fenómeno

proyectable a nivel matemático al existir esta como característica primordial de la facultad del lenguaje

(Wiese 2003).

En tercer lugar, se darán a conocer los análisis más relevantes y contundentes de Nevins, Pesetsky

Rodrigues (2007), los cuales probarían de alguna forma que el pirahã sí presenta recursión. Se hará

especial énfasis en su análisis de los supuestos procesos de incrustación en el pirahã, para así tener una

base sólida que sirva para el posterior análisis comparativo de esta propuesta con la anterior. Es

importante mencionar que también se hará hincapié en los argumentos teóricos que los tres autores

presentan, puesto que muchos son bastante complejos y sólidos, los cuales demuestran el gran avance

en los estudios generativos; sin embargo, vale la pena recalcar que muchos de estos análisis son errados,

pues se basan en lenguas muy poco parecidas al pirahã y desarrollan ejemplos que poco tienen que ver

con el fenómeno estudiado. En el apartado, se hará una descripción mucho más detallada.

En cuarto lugar, se procederá a la presentación de los contraargumentos a Nevins, Pesetsky y

Rodrigues, basados en el análisis mucho más profundo que desarrolla Everett en su respuesta de 2007,

y se agregará algunos ejemplos y análisis de propia mano, ayudados a su vez por el trabajo de Sakel y

Stapert presentado en 2010, quienes desarrollaron una abordaje similar al presentado en esta

investigación, pero, por supuesto, sustentado por su labor de campo, ausente en esta aproximación al

fenómeno. Por un lado, Everett estaría presentando un acercamiento de carácter mucho más

descriptivo, situándose en las tradiciones de la lingüística descriptiva americana de Franz Boas y

Edward Sapir, y del pragmatismo americano, representado por Peirce, James y Dewey, en constante

rechazo de postulados generativos, mientras que sus contrapartes se enfocarían más en encontrar

sustento a los postulados generativos tratando de hallar en el corpus indicios de una recursividad que

ellos llaman muy común y la cual se podría encontrar en lenguas como el alemán, quechua, etc.

Page 48: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

48

Finalmente, se enunciará las conclusiones del análisis propio y de lo deducido en los apartados previos.

Por supuesto, mucho trabajo de campo y de análisis en el pirahã es necesario para poder dilucidar

mejor este fenómeno de gran revuelta lingüística, el cual suscitará la aparición en diciembre de una

propuesta sobre el lenguaje del lingüista Daniel L. Everett. Como se mencionó desde un principio, este

trabajo seguirá su línea, la cual, a pesar de ser nueva, concilia dos puntos que se intentaron escindir en la

anterior escuela, lo cognitivo y lo vivencial; no obstante, es aún muy temprano para afirmar que la

recursividad no existe. Hay aun un gran camino por recorrer.

3. La recursión o recursividad

Desde el renombrado Panini hasta el famoso Willem von Humboldt, se ha tomado al lenguaje como un

número potencialmente infinito de enunciados que pueden ser producidos (Van der Hulst 2010: xvi)).

La lingüística generativa chomskiana de principios del XXI asume que existe cierta propiedad de la

facultad humana del lenguaje llamada recursión o recursividad, la cual sería de carácter universal y sería

su característica primordial (ver gráfico 1). Pero, ¿qué es recursividad? “Una regla recursiva [o

recursividad] es aquella que tiene la propiedad de auto-incrustación, eso es, en la cual el mismo tipo de

frase aparece en ambos lados de una regla de reescritura de una estructura de frase (la traducción del

español es mía)27” (Fitch 2010: 79). De esta afirmación, podemos deducir que en una frase subordinada

a otra habría información que nos permitiría saber que esta se subordinó a la anterior y, de la misma

forma, mientras incrustemos más frases. Esta deducción, por supuesto, se da a un nivel de oraciones

subordinadas, en sintaxis. En las lenguas naturales, hay normalmente dos tipos de representación de

esta recursividad: las oraciones incrustadas y las frases nominales complejas (Fitch 2010: 79). Este tipo

de recursividad sería la que no se presentaría en pirahã, puesto que, según Everett, esta lengua no

presentaría incrustación de ningún tipo. Vale la pena recalcar que una frase nominal compleja también

requiere incrustaciones, visto que ello es lo que la hace compleja.

(1)

27 “A recursive rule is one which has the property of self-embedding, that is, in which the same phrase type appears on both sides of a phrase structure rewrite rule” (Fitch 2010: 79).

Page 49: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

49

(Chomsky et ál. 2002: 2)

Como vemos en el gráfico, la recursión o recursividad estaría en el núcleo de la facultad del lenguaje.

Esta forma parte de la Faculty of language in a Narrow Sense, o bien de la facultad del lenguaje en sentido

estrecho. Así, el sistema computacional de recursión constituiría esencialmente esta FLN, por lo que

sería el único rasgo del lenguaje humano y ausente en los sistemas de comunicación animal, a diferencia

de FLB (Faculty of Language in a Broad Sense o Facultad del lenguaje en sentido amplio), cuyos

constituyentes sí podrían atestiguarse en animales (Van der Hulst 2010: xvii). Chomsky, Fitch y Hauser,

en su artículo de 2002 The Faculty of Language, hablan de este fenómeno sin llegar a una descripción

exhaustiva del mismo; sin embargo, sostienen lo siguiente:

a. La recursividad constituye esencialmente la facultad humana innata del lenguaje.

b. La recursividad es el único rasgo del lenguaje humano.

c. La recursividad es única a la facultad del lenguaje.

d. La recursividad es universal (o sea presente en todas las lenguas humanas).

e. La recursividad es única a la mente humana. (Van der Hulst 2010: xvi)

Sin embargo, “La recursión parece jugar un rol en otros sistemas cognitivos como el `módulo

matemático´, o la `inteligencia social´, los cuales van en contra de la pretensión de c (La traducción es

mía)28” (Van der Hulst 2010: xvii), lo cual se hace más explícito en el texto de Everett (2005) cuando se

toca el tema de los números y numerales en el pirahã. Por otro lado, vale la pena mencionar que se

representaría a la recursividad, según la teoría, en todas las lenguas humanas, de dos formas: una de

estas es la recursión general y otra, la recursión específica.

La recursión general o Merge hace posible que en las gramáticas, siendo finitas, se genere un infinito

número de expresiones lingüísticas. Estos mecanismos recursivos serían los responsables de aquella

infinitud de las lenguas naturales, las cuales, mientras se piensen como varios conjuntos de expresiones,

estos son de naturaleza infinita. Así, podría afirmarse que no hay un límite para la creación de

expresiones lingüísticas a nivel potencial. Es decir, cualquier hablante podría generar enunciados

“infinitos” empleando esta recursión general gracias a su competencia como hablante nativo de una

lengua particular. También se ha intentado proponer que sería una iteración la verdadera causante de

esta creación de infinitas expresiones con medios finitos; sin embargo, de ser una iteración y no una

recursión, esta no englobaría de manera adecuada la naturaleza recursiva de las estructuras semánticas

que los sintagmas presentarían. Así es como se toma el concepto de recursividad sintáctica como

solución, pues esta sería la que estaría en las mente-cerebro de los hablantes de las lenguas o, mejor

28 “Recursion seems to play a role in other cognitive systems such as the ‘mathematical module’, or ‘social intelligence’, which runs against claim c28” (Van der Hulst 2010: xvii).

Page 50: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

50

dicho, en sus respectivas gramáticas. Everett, según mi interpretación, no estaría contradiciendo a la

recursividad general, visto que “los hablantes de pirahã pueden construir y comunicar estructuras de

pensamiento recursivo como cualquier grupo humano, y, en consecuencia, ellos han de tener auto-

incrustación de construcciones conceptuales (la traducción es mía)29” (Fitch 2010: 89). Hasta ese punto

estamos de acuerdo con Fitch, visto que el mismo Everett ha dicho que es así en comunicación

personal con él. Nunca mencionó que los pirahã no pudiesen pensar recursivamente; no obstante, el

pirahã sí parece carecer de recursividad específica, o sea, la de incrustación, presente, por ejemplo en las

estructuras oracionales subordinadas.

Fitch intenta terminar de una vez el debate en relación a la recursividad dando su propia definición de

recursión lingüística; empero, no presenta el sesgo que hicimos entre recursión general y específica, lo

cual es importante sí se quiere saber verdaderamente a qué se está refiriendo Everett cuando afirma que

el pirahã no posee recursividad sintáctica.

3.1. Tipos de recursividad específica

3.1.1. Recursividad anidada

En este tipo de recursividad, hay constituyentes incrustados en otros constituyentes. Así se postula que

se pueden formar incrustaciones centrales como en los ejemplos presentados por Van der Hulst:

(1) “[The man [the boy [the girl kissed] hit] filed a complaint]” (Van der Hulst 2010: xxiv)

Hasta ahora no se ha encontrado lengua humana alguna que presente tal tipo de construcciones; no

obstante, según la Lingüística chomskiana, estas no se necesitarían presentar en el ambiente o de

manera externa, sino de manera interna. Así muchos lingüistas pensaron que este tipo de recursión no

se daría; empero, ejemplos de la misma se dan en inglés y en nuestra lengua con mucha frecuencia:

(2) “[The fact [that the teenager [who John dates] was pretty] annoyed Suzie]” (Van der Hulst 2010: xxv)

(3) [El saber [que el señor [que Juan atropelló anoche] estaba bien] alegró a su hermana]

29 Pirahã speakers can construct and communicate recursive thought structures like any other human group, and thus they must have self-embedding of conceptual constructions” (Fitch 2010: 89)

Page 51: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

51

Como vemos, esta distribución de cláusulas posee una jerarquía, lo cual hace notar que unas están

subordinadas a otras, por más que no sea el mismo tipo de subordinación en cada uno de los casos en

los que sucede. Este sería uno de los principios fundamentales de la recursividad sintáctica específica.

3.1.2. Recursividad de cola

A diferencia de la recursividad anidada, la recursividad de cola no implica relaciones a larga distancia,

sino, contiguas. Así, se postulan dos tipos de recursividad de cola, la de borde izquierdo y la de borde

derecho. Es importante ver cada uno de estos tipos, pues ninguno de estos puede suceder en pirahã

según la información brindada por Everett (2005). Veamos los siguientes ejemplos:

(1) Borde izquierdo: “[[[John’s] sister’s] dog’s] bone was found in the yard” (Van der Hulst 2010: xxvi)

(2) Borde derecho: “[This is the car [that hit the boy [who crossed the street]]]”

Otras lenguas presentarían ejemplos similares:

(3) BI: [[Peters] Vaters] Hund ist nicht hier. (trad. del alemán: El perro del padre de Pedro no está

aquí.)

(4) BD: [Asta e casa [pe care a cumpărat-o domnul [pe care am văzut alăltaieri]]]. (trad. del rumano:

Este es la casa que compró el señor que vi antes de ayer.)

Este tipo de recursividad tampoco se daría en pirahã y esto se hará más explícito en los próximos

apartados.

3.2. Algunas consideraciones empíricas

El saber cuáles son las propiedades precisas de las estructuras recursivas ha suscitado grandes debates.

Muchos lingüistas afirman que ejemplos como el presentado en el caso de la recursión anidada de

incrustación central nunca se dan en las lenguas naturales (ver ejemplo (1) de 3.1.1.), por lo que tendría

que someterse aquel principio de infinitud a un análisis riguroso. Como bien explica Van der Hulst,

Si la recursión es un rasgo definitorio del lenguaje humano, como se ha pretendido, esperaríamos encontrar evidencia en el habla cotidiana, la forma primaria de lenguaje. Chomsky aseguró famosamente que el lenguaje no fue diseñado para ser producido o analizado (entendido), o sea que el lenguaje no está diseñado para ser usado como un sistema de comunicación, sino es un sistema para facilitar el pensamiento […] Un factor que debe ser reconocido al evaluar el `conflicto´ entre la rareza de la recursión y su alegado rol central en el lenguaje es que estudios de la ocurrencia actual de la recursividad se enfocan en la recursividad específica, mientras que las propuestas chomskianas más

Page 52: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

52

recientes acerca de la centralidad de la recursividad parecen enfatizar en recursividad general, es decir, agrupamiento jerárquico (La traducción es mía)30. (Van der Hulst 2010: xxxiii)

Van der Hulst aquí ha sido de mucha ayuda, visto que nos permite entender mucho mejor el fenómeno.

Everett no ha dicho que no exista un agrupamiento jerárquico en pirahã, por lo que sí habría

recursividad general, sino, que no hay recursividad específica, es decir, incrustación en un nivel mayor a

dos para el caso las frases genitivas y de uno para los otros tipos de incrustación. El debate a suscitarse

podría tener que ver con el considerar actuación como el factor a estudiar. Aquí habría un conflicto de

teorías lingüísticas (funcionalismo y generativismo), lo cual, a manera de reflexión, nos podría hacer

pensar si es verdaderamente lo que se presenta en el habla cotidiana o una supuesta organización

cognitiva lo que constituye el lenguaje y lo que se debe estudiar.

Ya algunos lingüistas han empezado a indagar en el tema. Uno de ellos es Karlsson (2010), quien afirma

que muchos niveles de recursividad anidada (mayor a nivel tres) no existen en la lengua escrita, mientras

que oralmente, un nivel mayor uno de recursividad anidada es casi inexistente. Esta tesis se vería

reforzada por las propuestas de Laury y Ono (2010), lingüistas del finés y el japonés, quienes afirman

que, en el diálogo espontáneo de individuos que hablan estas lenguas, es casi imposible determinar si

una unidad clausal está o no incrustada en otra. Así llegan a la conclusión de que la recursividad es un

fenómeno limitado en el lenguaje oral y, por consiguiente, la recursión es irrelevante cuando se trata de

lo que los hablantes verdaderamente hacen.

Vale la pena mencionar que la recursión es una propuesta formal del entramado teórico generativista

chomskiano y, por consiguiente, puede ser una simple categoría de lingüistas, afirmado incluso por

Bickerton en su artículo de 2009, en donde propone, además, que lo único al lenguaje no sería

recursividad, al ser esta un artefacto de análisis, sino Merge. Sin duda alguna, la recursividad ayuda a

explicar el fenómeno de incrustación sintáctica en un gran número de lenguas en todo el mundo; no

obstante, como veremos más adelante, esto no parece darse así en el caso del pirahã. Los lingüistas,

aunque muchos no lo admitan, proceden de una tradición humanista escribal y, por ende, suelen

obtener muchas de sus conclusiones sobre la lengua de textos escritos o de ejemplos que desarrollan de

manera escrita. La recursión, desde esta perspectiva, podría ser un simple fruto de la tradición

académica escribal y no una característica fundamental de la facultad innata del lenguaje humano. Esto

se queda en mera especulación; empero, una afirmación de este tipo apoyaría la tesis de Everett acerca

30 If recursion is a defining feature of human language, as has been claimed, we would expect to find evidence of it in everyday talk, the primary form of language. Chomsky famously asserted that language was not designed to be produced or parsed (understood), meaning that language is not designed to be used as a communication system. Rather it is a system to facilitate thought […] A factor that must be recognized in evaluating the ‘clash’ between the rarity of recursion and its alleged central role in language is that studies of the actual occurrence of recursion focus on specific recursion while Chomsky’s more recent claims about the centrality of recursion seem to emphasize general recursion, i.e. hierarchical grouping.

Page 53: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

53

las restricciones en el lenguaje debido a culturas o prácticas sociales determinadas. Valdría la pena

empezar a realizar estudios en el pirahã y en otras lenguas, con el fin de poner a prueba esta hipótesis y,

finalmente, dilucidar un poco esta gran incógnita.

A continuación, se presentarán los argumentos de Everett acerca de la ausencia de recursividad en la

lengua pirahã, acompañados de algunos ejemplos extraídos de su artículo presentado en Current

Anthropology en octubre de 2005.

4. La propuesta everettista

El lingüista Daniel L. Everett, en su trabajo aparecido en la revista Current Anthropology, hace un análisis

del pirahã que presentaría un gran problema para las teorías de corte generativo chomskianas. Por un

lado, este afirma que el pirahã no presenta recursividad sintáctica en su gramática; sin embargo, esto no

se debería a una simple casualidad, sino, por el contrario, al hecho de que existe un principio, El

Principio de Inmediatez de la Experiencia, el cual actuaría sobre el pirahã. Sería la cultura que, según el

lingüista, condiciona a los hablantes de esta lengua a no necesitar de pasado, de términos de

cuantificación (incluidos los números) e incrustaciones de tipo sintáctico. Everett lo expresa de la

siguiente forma:

La lengua pirahã reta la aplicación simple de las universalmente aceptadas características de diseño del lenguaje humano de Hockett mostrando que algunas de estas características (intercambiabilidad, desplazamiento y productividad) pueden ser culturalmente restringidas. En particular, la cultura pirahã restringe la comunicación de sujetos no-abstractos, los cuales desaparecen en la experiencia inmediata de los interlocutores. Esta restricción explica un número sorprendente de características de la gramática y la cultura pirahã: la ausencia de número de cualquier tipo o de un concepto de cuenta y de cualquier término para la cuantificación, la ausencia de términos para colores, la ausencia de incrustación, el inventario de pronombres más simple conocido, la ausencia de “tiempos relativos”, el sistema de parentesco más simple hasta ahora documentado, la ausencia de mitos de creación y ficción, la ausencia de cualquier memoria individual o colectiva de más de dos generaciones en el pasado, la ausencia de dibujo u otro arte y una de las culturas de material más simple documentada, y el hecho de que los pirahã son monolingües después de más de doscientos años de contacto regular con brasileños y los Kawahiv, hablantes de Tupi-Guaraní (la traducción del inglés es mía)31. (Everett 2005: 621)

31 The Pirahã language challenges simplistic application of Hockett’s nearly universally accepted design features of human language by showing that some of these features (interchangeability, displacement, and productivity) may be culturally constrained. In particular, Pirahã culture constrains communication to nonabstract subjects which fall within the immediate experience of interlocutors. This constraint explains a number of very surprising features of Pirahã grammar and culture: the absence of numbers of any kind or a concept of counting and of any terms for quantification, the absence of color terms, the absence of embedding, the simplest pronoun inventory known, the absence of “relative tenses,” the simplest kinship system yet documented, the absence of creation myths and fiction, the absence of any individual or collective memory of more than two generations past, the absence of drawing or other art and one of the simplest material cultures documented, and the fact that the Pirahã are monolingual after more than 200 years of regular contact with Brazilians and the Tupi-Guarani-speaking Kawahiv. (Everett 2005: 621)

Page 54: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

54

Por supuesto, Everett de ninguna forma intenta demostrar que el pirahã es en algún sentido primitivo.

Vale la pena aclarar, una vez más, que él en ningún momento menciona que los pirahã no pueden

pensar recursivamente, sino que simplemente la recursividad no se hace presente sintácticamente a

nivel específico. En el presente apartado, se harán explícitos los puntos de Everett acerca del fenómeno

de incrustación ausente en el pirahã, así como sus argumentos acerca de la ausencia de cuantificadores,

numerales y números en pirahã, lo cual está en estrecha relación con el fenómeno de recursividad, visto

que, según Wiese (2003), el contar y los numerales, en relación con el lenguaje, necesitan de la

recursividad, la cual se tomaría prestada del lenguaje. El que no haya números en el pirahã, entonces,

daría un argumento más a la ausencia de recursividad en esta lengua.

4.1. Los números, numerales y cuantificadores

Según Everett, no hay números en pirahã ni cuantificadores, no pudiendo decir por ejemplos “tres

árboles” o “cuatro casas”. Aquí, por supuesto, no hablamos de número gramatical. Para el caso del

número gramatical, oraciones como las siguientes podrían tener varias interpretaciones. Veamos los

ejemplos:

(1) hiaitíihí hi kaoáíbogi bai -aagá Pirahã people he evil spirit fear -be Glosa castellana: Piraha él espíritu malo temor -ser “The Pirahã are afraid of evil spirits,” “A Pirahã is afraid of an evil spirit,” “The Pirahã are afraid of an evil spirit,” or “ a Pirahã is afraid of evil spirits.” (Everett 2005: 623) Traducción al castellano: “Los pirahã tienen miedo de espíritus malvados”. “Un pirahã tiene miedo de un espíritu malvado”. “Los pirahã tienen miedo de un espíritu malvado”. “Un pirahã tiene miedo de espíritus malvados.”

(2) báigipóhoaá ’i ’óooí kobai -baaí name:feminine she tarantula watch –intently GC: nombre:femenino ella tarantula mirar –atentamente “Ba´ igipo´ hoaa´ watched the tarantula[s] closely.” (This can refer to one woman named “Ba´ igipo´ hoaa´” or several.) (Everett 2005: 623) T: “Ba’ igipo’ miró a la tarántula de cerca”.

Pareciese, por el contrario, que hubiera conceptos de “todo”, “báaiso” y “parte”, “gíiái” en el pirahã; sin

embargo, solo debido a la traducción tendrían estos valores según el autor. Veamos los siguientes

ejemplos:

(3) tíobáhai hi bá -a -i -so kohoai -sóog -ab -agaí child he touch –causative -connective -nominalizer eat-desiderative -stay –thus GC: niño él tocar –causativo-conectivo -nominalizador comer-desiderativo-quedar-así “The child wanted/s to eat the whole thing.” (lit.“Child muchness/fullness eat is desiring.”) (Everett 2005: 624) T: “El niño quería comerlo completo.”

Page 55: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

55

(4) tíobáhai hi gíi -ái kohoai -sóog -ab -agaí child he that –there eat -desiderative -stay –thus GC: niño él eso-allá comer-desiderativo-quedar-así “The child wanted/s to eat a piece of the thing.”(lit. “Child that there eat is desiring.”) (Everett 2005: 624) T: “El niño quería comer un pedazo de la cosa.”

Como vemos en los ejemplos, estos no serían cuantificadores en sí, sino simples ensamblajes

morfológicos con otros valores semánticos. Otros usos de los mismos son como nombres o como

modificadores postnominales según el lingüista. Mirando el ejemplo siguiente pareciese que sí se tratara

de un cuantificador:

(5) tiobáhai hi poogaíhiaí báaiso kohoai -sóog -ab -agaí child he banana whole eat -desiderative -stay –thus GC: niño él plátano todo comer-desiderativo-quedar-así “The child wanted/s to eat the whole banana.”(lit. “Child banana muchness/fullness eat is desiring.”) (Everett 2005: 625) T: “El niño quería comer el plátano completo.”

Sin embargo, presenta otro ejemplo que hace dudar de la naturaleza cuantificadora de “báaiso” como

“todo”. Él cuenta el caso de un pirahã que mató una anaconda. Primero, el pirahã afirma que un

extranjero comprará “toda” la anaconda. Cuando el extranjero compra solo un pedazo de la misma, el

pirahã sigue utilizando “báaiso” para decir que la compró. Es decir, esta no tendría el valor de un

“todo”. Veamos los ejemplos presentados por Everett:

(6) ’áoói hi paóhoa’ai ’isoí báaiso ’oaboi -haí foreigner he anaconda skin “whole” buy -relative certainty GC: extranjero él anaconda piel “todo” comprar-certitud relativa “The foreigner will likely buy the entire anaconda skin.” (Everett 2005: 625) T: “Es probable que el extranjero compre la piel de anaconda completa.” (7) ’aió hi báaiso ’oaob -áhá hi ’ogió ’oaob -áhá affirmative he “whole” buy-complete certainty he bigness buy -complete certainty GC: afirmativo él “todo” comprar-certitud complete él grandeza comprar-certitud completa “Yes, he bought the whole thing.” (Everett 2005: 625) T: “Sí, la compró toda”.

Por supuesto, existen muchos más ejemplos en su artículo original. Aquí solo he seleccionado los más

interesantes a mi parecer, puesto que son los que enmarcan el argumento general. Valdría la pena seguir

estudiando este fenómeno con el fin de poder afirmar los resultados de este enfoque o, de lo contrario,

presentar buenos contraargumentos. Después se analizará los argumentos de NPR (2007) sobre el

tema.

Algo interesante que menciona Everett (2005: 625) sobre su experiencia en el campo es el hecho de

intentar enseñar a los pirahã los números en portugués. Como él menciona en su texto, muchos de

Page 56: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

56

hechos querían aprender estos números para poder comunicarse de una mejor manera con los

comerciantes que los proveen de víveres y alcohol; sin embargo, después de extenuantes pruebas, no

logró enseñarles prácticamente nada. Según el investigador, esto tendría que ver con el PIE (Principio

de Inmediatez de la Experiencia), por el cual la cultura pirahã está restringiendo la gente no emplear

numerales, ya que estos no son necesarios para su vida actual o inmediata. El aprender números de

otras lenguas sería, entonces, una tarea casi imposible, visto que esta gente no tendría este concepto de

cuantificación en sus mentes.

A continuación, presentaremos las pruebas de Everett acerca de la ausencia de incrustación en la

gramática pirahã.

4.2. Incrustación

Una de las características más inusuales de la lengua pirahã es la ausencia de incrustación en sus sintaxis.

Esto significaría que habría una ausencia de recursividad a nivel sintáctico según Daniel L. Everett. En

nuestra lengua, por ejemplo, a los verbos “decir”, “pensar” y “querer” les sigue un complemento

clausal, como en “Yo digo que el pirahã es raro” o “yo pienso que esto es difícil”. En pirahã, sin

embargo, los contenidos de tales verbos se expresarían sin incrustación. Así:

(8) ti gái-sai kó ’oí hi kaháp -ií I say -nominative name he leave –intention GC:Yo decir-nominativo nombre él marcharse-intención “I said that Kó ’oı´ intends to leave.” (lit. “My saying Kó’oí intend-leaves.”) (Everett 2005: 629) T: Yo digo que Ko’oi’ pretende marcharse.” (Resalto este prefijo “-sai”, puesto que aparecerá en diversas construcciones consideradas como recursivas por las contrapartes.)

El verbo gái en pirahã siempre es nominalizado, por lo que no ocurre una subordinación; no obstante,

esta nominalización no se da por el –sai. Ya se explicará con mayor profundidad después. La

traducción, por supuesto, al estar en nuestra lengua, ocurre empleando una construcción subordinada.

Una traducción que se ciña más al pirahã es la que aparece como literal. Por otro lado, en pirahã no

existe el verbo “pensar”, por lo que se emplea el verbo “decir” para expresar este contenido

intencional. Entonces, una frase como “Juan piensa que…” sería expresada en pirahã como “Lo dicho

de Juan…” o algo similar.

Por otro lado, otro tipo de cláusulas de complemento se realizan de forma parecida en pirahã,

empleando también este sufijo “-sai”.

(9) A. hi ob –áa’áí kahai kai -sai he see -attractive arrow make –nominative La estructura aquí es SVO. GC: él mirar-atractivo flecha hacer-nominativo

Page 57: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

57

B. kahaí kai -sai hi ob -áa’áí arrow make -nominative he see –attractive La estructura aquí es OSV.

C. ∗hi kahaí kai –sai ob -áa’áí he arrow make –nominative see attractive GC: él flecha hacer- nominative mirar atractivo “He knows how to make arrows well.” (lit. “He sees attractively arrow-making.”) (Everett 2005: 629) T: “Él sabe cómo hacer flechas bien.”

Hasta B, parecería que la incrustación es plausible en el pirahã; sin embargo, cuando intentamos

formular C, incrustando esta “cláusula” entre el sujeto y el verbo se genera una agramaticalidad. Según

Everett: “Además, aunque el orden de cláusulas de “complemento” y “matriz” pueden ser revertidos, la

cláusula “incrustada” nunca puede aparecer en posición del objeto directo (la traducción es mía)32”

(Everett 2005: 629). Por supuesto, en ninguno de los casos sucede una incrustación. Son cláusulas

simples.

Otra prueba de falta de incrustación según el lingüista son las evidencias que él encuentra en las formas

interrogativas. Veamos sus ejemplos:

(10) A. hi gó ’igí -ai kai -sai hi ’ ob -áa’áí he information question associate -do/be make -nominative he see –attractive GC: él pregunta de información asociar-jacer/ser hacer-nominativo él mirar-atractivo “What [thing/kind of] making [does he] know well?” (lit. “He what associated making sees well?”) T: “¿Qué sabe hacer bien?”

B. ∗hi go´ ’igi -ai ’ob -a´a’a´ ı´ kai -sai “What thing [does he] know well to make?” (lit. “What associated thing he knows well to make/making?”) (Everett 2005: 629) T: ¿Qué sabe hacer bien?

Como vemos, hay agramaticalidad en el caso de B, ya que el orden de las cláusulas debe ser el de A.

Según Everett, no hay incrustación, visto que la palabra interrogativa debe siempre tener una posición

inicial en las frases y la aparición de toda la cláusula al frente de la construcción significa que la pregunta

de la extracción no surge desde dentro de una incrustación u otra frase, sino dentro de la misma frase

(Everett 2005: 629).

Otros ejemplos muchos más claros de falta de incrustación y que tienen relación con el punto anterior

son los que presentaré a continuación:

(11) ti kobai -baí ’áoói hi ’íkao -ap -áp -iig -á I see -intensive foreigner he mouth -pull -up -continuative –declarative GC: Yo mirar-intensivo extranjero él boca –levantar-continuativo-declarativo “I really watch[ed] the foreigner fishing [with line and hook].” (lit. “I watch the foreigner intently. He was pulling [fish] out by [their] mouths.”) (Everett 2005: 629)

32 “Further, although the order of “complement” and “matrix” clauses can be reversed, the “embedded” clause can never appear in direct-object position” (Everett 2005: 629).

Page 58: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

58

T: “Yo miré realmente al extranjero pescando.” (12) *hi gó ’igí -ai hi ’íkaoapápiigá hi kobai -baí ’áoói he information question associate -do/be he fish he see -intensive foreigner GC: él pregunta de info. Asociar-hacer/ser él pez él mirar-intensivo extranjero “What did he pull out by the mouth you watched intently?” (Everett 2005: 629) T: “¿Qué sacó por la boca que tú mirabas atentamente?”. (13) hi gó ’igí -ai hi kobai -baí ’áoói he information question associate-do/be he see –intensive foreigner GC: él pregunta de info. Asociar-hacer/ ser él mirar-intensivo extranjero “What did he see the foreigner do?/Why did he watch the foreigner?” (Everett 2005: 629) T: “¿Qué vio hacer al extranjero?”.

Según Everett, el ejemplo de (12) es agramatical puesto que no hay una relación que pueda ser

entendida para obtener las dos cláusulas. Se estaría haciendo una pregunta que se respondería por una

cláusula y afirmando algo acerca de la otra. Esta, por consiguiente, no sería interpretada por los nativos.

Pareciese que hubiese una simple yuxtaposición de cláusulas, las cuales no están unidas mediante una

incrustación. En el punto 6, veremos análisis mucho más interesantes y contundentes acerca de estos

puntos y, sobre todo, en relación con “-sai”.

Todos estos ejemplos fueron dados para casos de recursividad anidada; no obstante, para el caso de

recursividad de cola, también hay bastantes ejemplos. El no poseer ambas demostraría que el pirahã no

poseyera recursividad específica como la hemos definido al principio.

Veamos este ejemplo, en el cual solo hay un nivel de posesión. Forzar un nivel dos de recursión de cola

causaría agramaticalidad:

(14) ’ísaabi kai gáihií ’íga kó ’oí hoagí ’aisigí -aí name daughter that true name son the same –be GC: nombre hija eso verdadero nombre hijo el mismo-ser “That is ’ísaabi ‘s daughter. Kó ’oí’s son being the same.” T: “Esta es la hija de ’ísaabi. Siendo igual hijo de Kó’oí.”.

Según el lingüista, esta frase daría a entender que ‘Ísaabi es hijo de Kó’oí. Algo así como “esa es la hija

del hijo de Kó’oí”. Al no poder expresar algo de ese tipo, se requiere oraciones contiguas de este tipo.

Gracias a este y a muchos ejemplos más, los cuales pueden ser revisados en el artículo original de

Everett mencionado en la bibliografía, Everett concluye que:

Aunque el pirahã con toda seguridad tiene los recursos comunicativos para expresar cláusulas que en otras lenguas están incrustadas, no hay evidencia convincente de que el pirahã, de hecho, tiene incrustación y, como hemos visto, postularlo complicaría nuestro entendimiento de la formación de preguntas. Esto se seguiría del principio de inmediatez de codificación de la información, que tomo

Page 59: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

59

como el principio icónico que restringe la conformidad de la gramática a la restricción cultural (la traducción es mía)33. (Everett 2005: 631)

Esta conclusión fue la que suscitó grandes polémicas en el mundo de la lingüística formal y por la cual,

lingüistas como Nevins, Pesetsky y Rodrigues presentaron un artículo a modo de respuesta en 2007. En

el siguiente apartado se presentará la interesante propuesta de los lingüistas del MIT acerca de la

recursividad en el pirahã y el caso de los numerales, obviamente, contradiciendo los puntos presentados

en este apartado. Por supuesto, Everett también se pronunció al respecto y ha brindado un corpus

mucho más rico y lleno de ejemplos. NPR, por su parte, han empleado el corpus presentado por

Everett en 1986 y 1987 en sus tesis para PhD acerca del pirahã. Vale la pena mencionar que ellos basan

toda su argumentación en esta tesis, dicho de otra forma, confrontan la opinión del Everett de hace

más de veinte años con la actual. A parecer propio, esto es una estrategia interesante pero poco

productiva, pues se asume que los lingüistas o los científicos en general no pueden o no deben cambiar

sus líneas de trabajo después de realizar análisis más detallados en su objeto de estudio. Por otro lado,

ellos agregan algunos ejemplos en otras lenguas, algunos errados, los cuales también serán discutidos en

el apartado 6, junto con los contraargumentos del mismo Everett y algunas propuestas de mano propia.

5. NPR: el otro lado

Nevins, Pesetsky y Rodrigues presentan su respuesta al artículo de Everett en 2007. Ellos, desde un

principio, se oponen a cada uno de los postulados de Everett, arguyendo que el pirahã no es en sí una

lengua muy diferente de las demás. Para estos, el pirahã sí presentará casos claros de recursividad

sintáctica y, para tal cometido, emprenden una labor de comparación entre lo postulado por el lingüista

en el Handbook of Amazonian Languages publicado en 1986, su tratado gramatical sobre el pirahã de 1987

y su artículo de 2005. Por supuesto, ellos toman como base de su trabajo los trabajos de Everett de

hace más de veinte años, pues ellos los consideran de mayor rigor científico; sin embargo, mi opinión es

contraria, como se puede notar en el apartado previo.

Para NPR, lo presentado por Everett en su más reciente artículo estaría basado en concepciones y

análisis incorrectos, los cuales serían fácilmente discutibles y puestos a prueba mediante comparaciones

con otras lenguas que presentan los mismos fenómenos; empero, estos nunca evidencian el hecho de

que sus argumentos solo se dan individualmente en algunas lenguas y no, en conjunto, como en pirahã,

por lo que esta sería de igual fascinación, a pesar de no contar con recursividad, de ser el caso.

33 “Although Pirahã most certainly has the communicative resources to express clauses that in other languages are embedded, there is no convincing evidence that Pirahã in fact has embedding, and, as we have seen, positing it would complicate our understanding of question formation. This would follow from the principle of immediacy of information encoding, which I take to be the iconic principle constraining the grammar’s conformity to cultural constraint” (Everett 2005: 631).

Page 60: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

60

Lo que afirman, en primer lugar, es que el Principio de inmediatez de la experiencia es irrelevante para

la gramática universal y, por consiguiente, fallaría al explicar estas peculiaridades en pirahã; sin embargo

aparentan cierta apertura con respecto al pirahã al afirmar lo siguiente:

En la práctica, un lingüista que investiga la gramática de la forma descrita arriba generalmente se embarca en la tarea con un “marco teórico” en mente—un conjunto de creencias acerca de aspectos de la gramática que son casi “no-negociables” y considerados no variables de lengua a lengua, junto con un grupo de expectativas acerca de las formas en que las lenguas varían. […] Lógicamente, por supuesto, es posible que creencias consideradas “no-negociables” resulten ser falsas y no es jamás bueno ser tan rígido acerca de las expectativas de uno que devenga en imposible a un nuevo descubrimiento ofrecer el elemento de sorpresa (la traducción es mía)34.” (NPR 2007: 4)

Por otro lado, ellos hacen explícito el hecho de que emprenden la investigación debido a todo el boom

que la prensa ha generado en torno a los hallazgos de Everett. Para ellos, por consiguiente, afirmar que

lo presentado por Everett es “el último clavo para la inmensamente influyente teoría acerca de la

gramática universal de Noam Chomsky (la traducción es mía)35” (The New Scientist, 18 de marzo de

2006), o que esto “es un golpe devastador para la teoría chomskiana36” (The Independent 6 de mayo de

2006), es una exageración y, por tanto, es de ellos el pronunciarse, visto que todo esto, desde su punto

de vista, es un sinsentido.

Dejando un poco atrás el pathos, vale la pena ingresar ahora a sus ejemplos y propuestas que de alguna

forma probarían que sí hay recursividad en el pirahã. En primer lugar, NPR afirman que Everett de

alguna forma estaría yendo en contra de la propiedad formal de “infinitud discreta”, la cual es central en

la facultad humana del lenguaje. Chomsky, Hauser y Fitch describen esta propiedad de la siguiente

manera:

La propiedad nuclear de la infinitud discreta es intuitivamente familiar para cada usuario de la lengua. Las oraciones se construyen de unidades discretas: Hay oraciones de seis palabras y de siete palabras, pero ninguna de 6.5 palabras. No hay oración más larga (cada oración candidata puede ser sometida a incrustación, por ejemplo, incrustación en “María piensa que…”), y no hay límite superior no-arbitrario para la longitud de las oraciones. En este sentido, el lenguaje es directamente análogo a los números naturales. Mínimamente, entonces, la FL incluye la capacidad de recursión. (La traducción es mía.)37 (CHF 2002: 1571)

34 As practical matter, a linguist investigating grammar in the manner described above generally embarks upon the task with a “theoretical framework” in mind—a set of beliefs about aspects of grammar that are almost “non-negotiable” and believed not to vary from language to language, coupled with a set of expectations about ways in which languages do vary. […] As a logical matter, of course, it is possible that beliefs considered “non-negotiable” will return out to be false, and it is never good to be so rigid about one’s expectations that it becomes impossible for a new discovery to offer the element of surprise (NPR 2007: 4). 35 “the final nail in the coffin for Noam Chomsky’s hugely influential theory of universal grammar” (The New Scientist, 18 de marzo de 2006). 36 “Strikes a devastating blow to Chomskian theory” (The Independent 6 de mayo de 2006). 37 The core property of discrete infinity is intuitively familiar to every language user. Sentences are built up of discrete units: There are 6-word sentences and 7-word sentences, but no 6.5-word sentences. There is no longest sentence (any candidate sentence can be trumped by, for example, embedding it in “Mary thinks that . . .”), and there is no nonarbitrary upper

Page 61: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

61

De esta forma, la propuesta de Everett también violaría la regla de Merge propuesta por Chomsky en

1995, según la cual se tomarían dos unidades discretas ofrecidas por el lenguaje humano, las cuales se

combinarían para formar una nueva unidad, la frase. Esto tendría que ver con el conocido dogma de la

binaridad (en Lingüística generativa) que no puede ser violado al hacer diagramas arbóreos en sintaxis.

De tratarse así, Everett estaría muy equivocado, pues dado su corpus, sí podríamos hacer diagramas

arbóreos y encontrar estructuras binarias; no obstante, este argumento le costará caro a NPR, puesto

que, como se afirmará en el apartado 6, Everett nunca mencionó esto en su artículo, pues nunca

discutió el hecho de la existencia o no de la infinitud discreta, sino tan solo el de la recursividad

sintáctica (caso concreto, incrustación).

5.1. Las restricciones de recursividad: el caso del alemán y el pirahã

Según NPR, “algunas instancias de Merge en las lenguas del mundo bloquean otras instancias de Merge de ocurrir (la

traducción es mía)38” (NPR 2007: 11). Así se podría argumentar que el genitivo en inglés es recursivo (alcanza un nivel

mayor a 2), mientras que el genitivo sajón, como en el caso del alemán, no.

(1) a. John's car (English) b. Hans-ens Auto (German) (NPR 2007: 11)

T: El carro de Juan.

(2) a. [John's car's] motor (English) b. *[Hans-ens Auto]-s Motor (German) (NPR 2007: 12)

T: El motor del carro de Juan.

El pirahã, con tal evidencia, se parecería mucho al alemán al no poderse formar un genitivo recursivo,

lo cual dejaría totalmente de lado aquella perspectiva que asume a la cultura como causante de esto.

Veamos los ejemplos en pirahã:

(3) a. Posesor prenominal no-recursivo xipoógi hoáoíi hi xaagá Xipoógi shotgun 3 be GC: Xipoógi escopeta 3 ser “That is Xipoógi's shotgun.” (Everett 1986: 205) T: “Esa es la escopeta de Xipoógi.” b. Recursión en posesor prenominal *kó'oí hoagí kai gáihií 'íga

bound to sentence length. In these respects, language is directly analogous to the natural numbers. At a minimum, then, FLN includes the capacity of recursion (CHF 2002:1571). 38 “certain instances of Merge in the languages of the world do block other instances of Merge from occurring” (NPR 2007: 11).

Page 62: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

62

name son daughter that true GC: nombre hijo hija eso cierto. "That is Kó'oí's son's daughter." (Everett 2005: 630) “Esa es la hija del hijo de Kó’oí.”

Como vemos, al igual que en alemán, en pirahã no se puede hacer recursión en el posesor prenominal,

lo cual probaría que lo mismo que impide la posibilidad de recursión para este caso en alemán también

lo hace en el pirahã. Para NPR esta sería la prueba de que el pirahã es tan común como otras lenguas en

el caso del genitivo. Antes de pasar al siguiente punto, es importante recalcar que este análisis por parte

de NPR es errado, lo cual se analizará en el apartado 6, agregando ejemplos de mano propia que

muestran que en alemán sí hay recursividad de cola de borde izquierdo mayor a un nivel dos en posesor

prenominal.

5.2. La incrustación de cláusulas

NPR asumen la posición de que el pirahã sí posee incrustación, posición claramente en contra de lo

postulado por Everett. Ellos, sobre todo, basan sus argumentos con ejemplos del uso del sufijo –sai, el

cual indicaría un topicalizador según Everett (2007), y nominalización, según NPR (2007), argumento

sacado del primer trabajo de Everett de 1986. Según las contrapartes, el análisis anterior era el correcto,

mientras que el análisis actual es incorrecto en lo que postula. Veamos los siguientes ejemplos:

(1) hi ob- áaxáí [kahaí kai- sai] 3 see/know-INTNS arrow make-NOMLZR GC: 3 mirar/saber-INTNS fleche hacer-NOMLZR 'He really knows how to make arrows.' (Everett 1986:263) T: “Él sabe realmente cómo hacer flechas.”

(2) xoogiái hi xob-áaxaí [xapaitíisi xohoai- sai] hiaitíihi xigiábi-koí Xoogiái 3 see-well Pirahã language speak- NOMLZR Pirahã people like- EMPH GC: Xoogiái 3 mirar-bien lengua Pirahã hablar-NOMLZR personas Pirahã como-ENF 'Xoogiái really knows how to speak Pirahã, like the Pirahã.' (Everett 1986:222) T: “Xoogiái sabe realmente cómo hablar Pirahã, como los Pirahã.”

(3) kóxoí soxóá xibíib-i- haí [tiobáhai biío kai-sai] Kóxoí already order-PROX-RELATIVE CERT child grass do-NOMLZR GC: Kóxoí ya odernar-PROX-CERT RELATIV niño pasto hacer-NOMLZR 'Kóxoí already ordered the child to cut the grass.' (Everett 1986:263) T: “ Kóxoí ya ordenó al niño cortar el pasto”.

(4) ko xoogiái gói tiobáhai xibíib-a- áti [xabo-óp-i- sai] VOC Xoogiái 2IMP child order-REMOTE- UNCERT turn- go-EP-NOMLZR GC: VOC Xoogiái 2IMP niño ordenar-REMOTO-INCERT voltear-ir-EP-NOMLZR 'Hey, Xoogiái! Make your child return!' (Everett 1986: 220)

T: “¡Ey, Xoogiái! ¡Haz que tu niño regrese!”

Page 63: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

63

Para NPR, estas cláusulas incrustadas por –sai tienen una apariencia nominal debido a una supresión de

aspecto a distinciones de concordancia que se dan en los verbos de la cláusula principal. De esta forma,

ellos afirman que el complemento de incrustación en pirahã es el sufijo que ya mencionamos antes y,

además, los argumentos de Everett no tendrían razón. A primera vista, parece que los lingüistas tienen

razón, puesto que su análisis es bastante bueno y bien pensado; no obstante, en el próximo apartado

veremos como NPR han confundido cómo funciona este sufijo.

La ausencia de flexión en las cláusulas con –sai sería un argumento a favor para la idea de que el sufijo

es el marcador de subordinación, pues se agregaría al verbo, impidiendo su flexión y así subordinando

la frase cuyo núcleo es aquel verbo flexionado a la frase principal. Como veremos más adelante, este

análisis también presenta algunos problemas de interpretación, entendibles pues NPR no conocen a

fondo el pirahã y solo se están basando en un corpus restringido al igual que nosotros; no obstante, no

se puede descartar que su análisis es bueno desde el punto de vista de carencia de corpus, pues muchos

lingüistas quizás deducirían lo mismo con tales datos.

5.3. Parataxis

En el ejemplo (11) del apartado cuatro, vimos lo que para nosotros en nuestras lenguas es recursividad,

expresado, sin embargo, mediante una yuxtaposición de ideas. Así, NPR presentan los siguientes

ejemplos:

(8) Conjunción paratáctica (Everett 1986: 223) a. xisaitoógií hi kapiigakagakai-baí xoogiái hi koíhi xabaxáígio Xisaitoógií 3 study- INTNSF Xoogiái 3 little only GC: Xisaitoógií 3 estudiar-INTNSF Xoogiái 3 solo poco 'Xisaitoógií studied a lot. Xoogiái (studies) very little.' T: “Xisaitoógií estudió mucho. Xoogiái (estudia) muy poco” b. batío paga póoko xoogiái hi mais paga bíi19 Martinho pay little Xoogiái 3 more pay well GC: Martinho paga poco Xoogiái 3 más pagar bien [lit. 'Martinho pays little. Xoogiái pays better. - authors] 'Xoogiái pays better than Martinho.' T: “Xoogiái paga mejor que Martinho.”

Como podemos notar, ninguno de los dos ejemplos presenta –sai, y no pueden ser analizados como

argumentos de un predicado dentro de otra; sin embargo, es claro que tanto una frase como la otra

están al mismo nivel. Según NPR, la parataxis puede ser usada en algunas lenguas para expresar lo que

otras lenguas expresarían mediante incrustación clausal; no obstante, no encuentran una explicación

clara para la ausencia de tiempo y aspecto en la morfología de los verbos con –sai, los cuales según ellos

sí serían núcleos de las cláusulas subordinadas, lo cual es muy común en pirahã.

Page 64: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

64

5.4. La ausencia de cuantificadores

NPR menciona estar en contra del enfoque de Everett, basándose en su antiguo estudio de 1986, y

afirma, al mismo tiempo, que este de mayor rigor científico. Esta opinión continúa para el tema de la

ausencia de cuantificadores en el pirahã. Para los lingüistas, la lista de cuantificadores presentada pro

Everett sería la siguiente, la cual fue extraída de su artículo de 1986:

Pirahã quantificational vocabulary (Everett 1987: 352) (traducción de NPR) xogió 'all' “todo xaibóai 'half' “medio” xaíbái / báagiso 'many' (count nouns) “muchos” hói 'one' “uno” xapagí 'much' (non-count nouns) “mucho” hoi 'two' “dos” xoíhi 'a little' “poco” xi ába 'nothing' “nada

Los ejemplos (6) y (7) del apartado 4.1, entonces habrían sido mal interpretados. NPR afirman que

quizás el haber interpretado báaiso como “todo” es errado; sin embargo, esto no significa que puedan

significar de manera diferente. Así, argumentan que se podría tratar de un tipo de cuantificación

distinta. Por otro lado, llegan a la conclusión que este báaiso podría siempre tener el valor de parte, algo

así como un cuantificador partitivo.

Así como en los otros casos, veremos que el análisis de NPR es algo impreciso y errado. Everett en su

respuesta presenta un análisis más detallado del fenómeno de los cuantificadores, los cuales,

aparentemente no existen en pirahã. Esto, por supuesto, será discutido en el siguiente apartado con

detalle, agregando algunos ejemplos hechos por mí. Hay muchos más argumentos de NPR y Everett

que no han sido tocados en todos los apartados previos por una simple cuestión metodológica y de

puntualidad. De querer profundizar en el tema, se recomienda seguir las citas y leer los trabajos

originales de los lingüistas.

6. Contraargumentación

A pesar de la gran publicidad que se realizó debido al trabajo de Everett y por el cual Nevins, Pesetsky y

Rodrigues emprendieron su artículo, la presente investigación no pudo encontrar evidencias

contundentes en los análisis de los últimos tres lingüistas que pudiesen, de alguna forma, contradecir o

falsear las ideas de Everett. Lamentablemente, muchos lingüistas solo basan sus trabajos en recursos

bibliográficos, olvidando u obviando el tan valioso trabajo de campo, en contacto con los hablantes

reales de una lengua. Sorprende verdaderamente cuan convencidos están NPR de que se necesita hacer

una mayor investigación en el campo de la Lingüística con relación al pirahã, puesto que ellos solo se

han basado en registros bibliográficos de hace más de veinte años, sin siquiera probar cara a cara a un

Page 65: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

65

hablante nativo. Sin duda alguna, nosotros hemos seguido la misma línea; no obstante, no hemos osado

en plantear hipótesis osadas acerca del pirahã, puesto que nos hemos enfocado simplemente en falsear

algunos argumentos errados. Por otro lado, NPR emplean ejemplos en otras lenguas que no conocen,

sin siquiera averiguar si existen otras posibilidades de ensamble frasal en dichas lenguas. Dicho de otro

modo, se basaron en ejemplos muy precisos y descuidaron las otras posibilidades. Sin duda alguna, no

podemos criticar el análisis completo por los simples ejemplos; sin embargo, NPR basan casi todo su

trabajo en contraejemplos, con el fin de probar que la hipótesis de Everett es errada, sin olvidar, por

supuesto, que muchas de sus interpretaciones se desprenden de sus propias traducciones al inglés.

Obviamente, el inglés es una lengua en la que sí existe recursividad sintáctica; no obstante, no podemos

afirmar que porque en la traducción sí se logra expresar recursividad sintáctica, en la lengua original se

tiene que dar de la misma forma.

Vale la pena recalcar que NPR afirman que Everett piensa que los pirahã no piensan recursivamente.

Esto, por supuesto, es una malinterpretación. Everett nunca afirmó que los pirahã no puedan pensar

recursivamente, sino, por el contrario, que sí lo hacen; sin embargo, su sintaxis no es recursiva a nivel

específico: no plasma el pensamiento de tal forma. Asimismo, Everett nunca ha dicho que no existe la

infinitud discreta. Esto ni siquiera ha sido mencionado por el lingüista. Quizás la ola periodística ha

sensacionalizado un poco esto y ha llevado a algunos lingüistas a exagerar en su cometido.

A mi parecer, el trabajo de campo es crucial a la hora de estudiar e interpretar córpora de una lengua

determinada, por lo que pido disculpas una vez más, al hacer este análisis desde el escritorio. Al igual

que NPR no conozco el pirahã y no lo sé pronunciar, por lo que puedo fallar en alguna interpretación

gramatical; empero, en cuanto a los contraejemplos para los ejemplos de NPR que presento en los

apartados siguientes, puedo decir que sí son de mano propia en constante interacción con hablantes

nativos de esas lenguas (caso concreto en alemán), lo cual me permitió percatarme de sus errores

cometidos, por lo que mi análisis es en parte de oficina y de campo.

A continuación, presentaré contraejemplos a los ejemplos de NPR, agregando algunos aspectos

teóricos importantes, lo cual será de suma importancia a la hora de determinar que los argumentos de

los tres lingüistas no son suficientes para afirmar que Everett está equivocado; por el contrario,

pareciese que le han otorgado más argumentos para darse cuenta que la hipótesis funciona.

6.1. Ausencia de posesores apilados en pirahã y alemán

Según Everett, la ausencia de recursividad en el pirahã predeciría la falta de muchos posesores, así como

la ausencia de numerales, de verbos auxiliares, de conjunciones y de disyunciones. Por falta de tiempo,

Page 66: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

66

no se podrá tratar cada uno de los puntos; no obstante, se intentará hacer hincapié en los más

importantes. NPR afirman que algo parecido al pirahã estaría sucediendo en alemán; sin embargo,

como se mencionó en los párrafos previos, esta interpretación es errada.

Si nos fijamos en el ejemplo (2) de 5.1., pareciese que no se puede hacer una recursión de cola al igual

que en pirahã, lo cual probaría que aquella característica es común en ciertas lenguas y no tendría por

qué ser consecuencia de un principio de inmediatez de la experiencia; empero, esto no es así.

Veamos los siguientes ejemplos:

(1) Peters Vaters Auto.

El carro del padre de Pedro.

(2) Peters Bruders Computer.

El computador del hermano de Pedro.

(3) Der Hund von den Eltern von meiner Frau./Der Hund von den Eltern meiner Frau.

El perro de los padres de mi esposa.

En (1) y (2) vemos que las conclusiones de NPR son erróneas, visto que construcciones genitivas de

más de dos posesores sí pueden construirse en alemán. El genitivo –s, sin embargo, no se comporta de

la misma forma que en inglés, visto que existe una restricción. Este tipo de genitivo solo se puede

utilizar con posesores que sean términos de parentesco. Por supuesto, el ejemplo (2) de 5.1. sí es

agramatical, ya que no hay un término de parentesco, por lo que se podría deducir que una restricción

cultural está funcionando también en alemán siguiendo lo propuesto por Everett (2005). De esta forma,

solo hay recursión de cola para el genitivo con –s en alemán mientras se trate de posesores que refieran

a términos de parentesco. Debido a esto, pareciese que NPR le han dado un argumento más a Everett

para que su hipótesis tenga sustento.

Por otro lado, en (3) vemos otro tipo de construcción recursiva de posesión en alemán, la cual emplea

la preposición von (en español “de”) al igual que en nuestra lengua. Esta recursión de cola sería la

misma que empleamos a diario en castellano y la cual es común en alemán, por lo que, una vez más, el

argumento de NPR no tiene sustento. Así, por medio de una simple comparación, vemos que en pirahã

ningún tipo de recursión específica es posible para ningún caso de posesión mayor a nivel dos, mientras

Page 67: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

67

que en alemán sí es posible en todos los casos (al emplear von) y el algunos casos, como para los

términos de parentesco.

6.2. La ausencia de subordinación: el caso de -sai

NPR se basaron en los análisis de Everet de 1986 y 1987 excluyendo la posibilidad de un mejor análisis

veinticinco años después. Es por ello que afirman que el sufijo –sai causaría una nominalización (como

en (4), (5), (6) y (7) de 5.2.) de la cláusula, la cual sería automáticamente subordinada a la cláusula

principal. Al descartar los nuevos análisis, NPR se cerraron ante la antigua propuesta y ni siquiera se

fijaron en lo propuesto por Everett recientemente. Este último, según sus últimos estudios, considera

que –sai es un marcador de información vieja y no es, de ninguna forma, un nominalizador. Así, este

podría usarse en un gran rango de contextos:

-sai on 'embedded' clauses/-sai en cláusulas “incrustadas”: (4) (hi) 'obáaxa'i' (hi) kahaí-kai-sai. he sees well (he) arrow-makes-old information GC: él mira bien (él) flecha-hace-información antigua 'He is really smart/very talented. (That is with respect to the fact that) he makes arrows well.' (Everett 2007: 10) T: “Él es realmente inteligente/muy talentoso. (Eso es en relación con el hecho de que) él hace flechas bien.”

no –sai in either clause/ ningún –sai en ninguna de las dos cláusulas: (5) (hi) 'obáaxa'i' (hi) kahaí-kai -bai he sees well (he) arrow-make –intensive GC: él mira bien (él) fleche-hacer-intensivo 'He makes arrows well.' (Everett 2007: 11) T: “Él hace flechas bien.” -sai on 'main' clause/-sai en la cláusula « principal » (6) hi 'obáaxáí -sai kahaí' -kai -koí he sees well –old information arrow -make –intensive GC: él mira bien –información pasada flecha-hacer-intensivo 'He makes arrows well.' (Everett 2007: 11) T: “Él hace flechas bien.” inflected verb 'to say' + inflected 'embedded verb' (no –sai)/verbo “decir” inflexionado +verbo “incrustado” inflexionado (sin –sai) (7) (hi) gaxagaxaiabaí (ti) kahápiisoogabagaí he say (I) want to go GC: él dice (yo) quiero ir "He says 'I want to go.'(Everett 2007: 11) T: “Él dice “Yo quiero ir”.” -sai on a morphologicall simple NOUN/-sai en un NOMBRE morfológicamente simple (8) kóxoí -sai (hi) kahápií name -old information he go GC: nombre –información Antigua él ir 'Ko'oi left.' (Everett 2007: 11)

Page 68: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

68

T: “Ko’oi se fue.”

Como menciona el mismo Everett, “es verdad que Everett (1986) analiza –sai como un nominalizador

(la traducción es mía)39” (Everett 2007: 11); sin embargo, un estudio profundo de los casos en los cuales

se utiliza este sufijo lo llevan a la conclusión de que este también se emplea en expresiones nuevas para

indicar que son nombres. Como él mismo menciona, sería absurdo que un nombre tenga de sufijo a un

nominalizador, por lo que este solo sería un marcador de información vieja. Así, –sai sufijaría a

nombres cuando estos expresan una acción pasada, como topicalizador de acción pasada.

Según Everett,

Cada construcción en cada lengua debería ser estudiada es sus propios contextos lingüístico y cultural antes de llegar a una conclusión acerca de esta. Esta es una razón por la cual estoy de acuerdo con un enunciado que escuché de un lingüista de campo hace algunos años , que ninguno debería estar permitido de escribir un artículo sobre una lengua antes de haber escrito la gramática entera de aquella lengua. Solo después de haber escrito una gramática de una lengua, puede uno contextualizar su entendimiento de cómo las estructuras, las construcciones y los significados funcionan en aquella lengua. NPR son “caseros” del método de intuición a primera vista y, como vemos directamente, esto los lleva no solo a sus vergonzosas especulaciones acerca del pirahã, sino a análisis erróneos e igualmente malinformados de lenguas bien conocidas como el alemán. (La traducción es mía.)40. (Everett 2007: 12)

En este sentido, dados los ejemplos, pareciese que hasta el momento Everett tiene razón (a pesar de

algunas fallas en sus propios ejemplos en alemán, no de gramaticalidad sintáctica, sino morfológica),

visto que NPR solo se han basado en lo que él escribió antes para sacar conclusiones y porque hasta el

momento no han presentado ningún argumento que contradiga lo postulado por Everett.

6.3. El pseudo-problema de la parataxis

En el ejemplo (8) de 5.3., vimos que existe, según NPR, unas estructuras que, en ausencia de –sai,

forman lo que se conoce como parataxis. Para los lingüistas, esta yuxtaposición sería indicio de un tipo

de recursividad. Como veremos, esto no se trata de ningún tipo de yuxtaposición, sino, por el contrario

de dos ideas completamente distintas. Los lingüistas, al no conocer el pirahã, tomaron los ejemplos de

la bibliografía de Everett de hace veinticinco años sin siquiera consultar o hacer un trabajo con los

hablantes, para así comprobar sus hipótesis.

39 “it is true that Everet (1986) analyses the –sai as a nominalizer” (Everett 2007:11). 40 “Each construction in each language should be studied in its appropriate linguistic and cultural contexts before drawing any conclusions about it. This is one reason I almost agree with a statement that I overheard from a field linguist a few years ago that no one should be allowed to write an article about a language before they have written an entire grammar of the language. Only after writing a grammar of a language can you contextualize your understanding of how structures and constructions and meanings work in that language. NPR is rife with the eyeballing methodology and, as we see directly, this leads them not only to their embarrassing speculations about Pirahã, but erroneous and equally misinformed analyses of languages as well-known as German”(Everett 2007: 12).

Page 69: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

69

-Sai, en aquellos casos no aparece en ninguna de las dos cláusulas; no obstante, podríamos poner –sai,

en cualquiera de las dos para dar a entender que una de las dos sucedió antes. Ni la primera está

subordinada a la segunda, ni las dos están yuxtapuestas, sino que ambas expresan conceptos distintos.

Como mencionaba antes, la traducción al inglés hace que ellos piensen que lo que no está en pirahã

está, pues sí aparece en su traducción. Veamos los siguientes ejemplos:

(9) hi xobáaxai -iigá hi kahaí kai -baí-sibiga he sees well -continuative he arrow make -intensive-deductive GC: él mira bien-continuativo él flecha hacer –intensivo-deductivo 'He is being really smart/knowing well. He really makes arrows.' T: “Él está siendo realmente inteligente/sabiendo bien?. Él realmente hace flechas.”

Moreover, -sai can appear on either clause, modulo the information structure of the discourse (Por otra parte, -sai puede aparecer en cualquiera de las dos cláusulas, por medio de la estructura de la información del discurso):

(10) a. hi xobáaxáí -sai hi kahaí kai -baí -sibiga he sees well -old information he arrow make -intensive –deductive GC: él mira bien –información antigua él flecha hacer –intensivo-deductivo

b. hi xobáaxai hi kahai kai -baí -sai he sees well he arrow make -intensive -old information GC: él mira bien él flecha hacer-intensivo- información antigua 'He is being really smart/knowing well. He really makes arrows.' (Everett 2007: 15 y16) T: “Él está siendo realmente inteligente/sabiendo bien. Él realmente hace flechas.”

Como observamos, aunque no habría parataxis o coordinación alguna. Se trataría de dos ideas

separadas, las cuales pueden o no tener relación entre sí en el discurso. El uso de –sai, como vemos, es

indistinto y depende de lo que queramos decir en pirahã.

6.4. La cuantificación

El que no existan cuantificadores en pirahã daría más indicios de la ausencia de recursividad en esa

lengua, visto que, como se mencionó en los primeros apartados, el contar requiere recursividad, la cual

es tomada prestada del lenguaje, como menciona Wiese (2003). Según Everett, no hay cuantificadores

en pirahã. Esto sería plausible, visto que de no existir recursividad sintáctica específica en la lengua, el

contar no se desarrollaría, pues no tendría de dónde tomar prestados los mecanismos recursivos.

Asimismo, “Experimentos recientes por Michael Frank, Dan Everett, Evelina Fedorenko y Ted Gibson

Page 70: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

70

confirman fuertemente la ausencia de cuantificación y numerales de cualquier tipo en pirahã (La

traducción es mía.)41” (Everett 2007: 20).

Como bien él afirma, antes él sí creía que aquellos términos presentados en 5.4. eran cuantificadores;

empero, cambió de opinión al aprender metodología de trabajo de campo en semántica, en un artículo

de Lisa Mathewson (2005), lo cual le permitió examinar las verdaderas condiciones de aquellas palabras.

Para Everett, estas serían las palabras con su respectiva traducción, con mayor ceñimiento a la

semántica original:

a. xogió 'that big' T: “eso grande” b. xaíbái 'be intensive' T: “ser intensive” c. báagiso 'cause to touch' (i.e. to pile things, or bring things together) T: “causa tocar” (es decir, apilar cosas o amontonar cosas) d. hói 'small' T: “pequeño” e. hoí 'slightly larger' T: “ligeramente más largo” (Everett 2007: 20)

El lingüista menciona que no intenta exotizar al pirahã, sino, por el contrario, tratar de presentárnosla

de una forma mucho más parecida a la realidad de la lengua, dejando de lado conceptos provenientes

de la traducción o de la primera vista. Así,

Estaría fallando en expresar la riqueza y la distinción del pirahã si me dispusiese a traducir a la fuerza con el fin de que la traducción se vea menos extraña para un grupo pequeño de lingüistas, quienes han concedido interés a encontrar estos cuantificadores en todas las lenguas. […] esto es metodología de primera vista, una vez más, no análisis, aunque tiene un largo pedigrí en algunos modelos de lingüística (la traducción es mía)42. (Everett 2007:20)

Estas palabras, siguiendo la línea propuesta por Everett, no manifestarían nunca las verdaderas

condiciones de cuantificadores y, por consiguiente, el análisis de NPR estaría también errado. A mi

parecer, un estudio mucho más profundo, y de campo, debe der realizado en relación a estos supuestos

cuantificadores en pirahã, con el fin de saber cuál enfoque es el más adecuado, a falta de más ejemplos

de uso de estos términos.

Habiendo llegado al final de esta pequeña investigación, quedan abiertas aún muchas dudas acerca de

esta lengua. Pareciese que Everett lleva mucha ventaja hasta ahora debido a la falta de rigurosidad de

41 “recent experiments by Michael Frank, Dan Everett, Evelina Fedorenko, and Ted Gibson strongly confirmed the absence of numerals and counting of any kind in Pirahã” (Everett 2007:20). 42 “I would be failing to express the richness and distinctness of Pirahã if I were to overtranslate just so that the free translation could look less strange to a small set of linguists who have a vested interest in finding these quantifiers in al l languages […] This is eyeballing, once again, not analysis, though it does have a long pedigree in some models of linguistics” (Everett 2007:20).

Page 71: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

71

NPR, los cuales cometieron errores que pudieron haber evitado, de realizar una búsqueda más

profunda(como el caso del alemán); no obstante, mayor investigación de campo es necesaria, para así

encontrar cuál es la mejor interpretación para hechos hoy por hoy tan cuestionados. Quizás este sí es

un reto para la teoría generativa chomskiana. Para mí, un remezón nunca está de más, ya que puede

tanto fortalecer o debilitar la teoría, cuanto aportar un nuevo enfoque a la ciencia del lenguaje en

general.

7. Conclusiones

(1) Everett nunca menciona que los pirahã no puedan pensar recursivamente, sino que esta no está

representada en su sintaxis, a modo de recursividad específica.

(2) Everett nunca afirmó que la infinitud discreta no exista en pirahã.

(3) El alemán no es equiparable al pirahã en cuanto a posesión; al contrario, presenta estructuras de

genitivo con preposición parecidas al español y, de no ser así, utiliza la marca genitiva –s para

términos de parentesco, lo cual parece ser resultado de una restricción cultural, mas no sintáctica.

(4) –sai no es un nominalizador, sino un simple sufijo marcador de información pasada o vieja, al no

presentarse ningún contraejemplo y al NPR haber errado en su interpretación, basándose solo en

documentación antigua.

(5) No hay yuxtaposición en pirahã en el caso de parataxis. Ambas frases son independientes según el

análisis de Everett, el cual presenta mayor evidencia que el de NPR.

(6) No hay argumentos para afirmar o negar la existencia de cuantificadores en pirahã. Everett parece

tener la razón; no obstante hace falta mayor análisis al respecto.

(7) NPR no presentan evidencias contundentes contra el modelo presentado por Everett.

(8) A falta de argumentos mayores, se puede afirmar que, con los datos obtenidos hasta el momento,

parece que no hubiese recursividad específica mayor a nivel dos, para el caso de la frase genitiva, y

mayor a uno, al no darse el caso de incrustaciones de cláusulas subordinadas, en pirahã según el

análisis de Everett. Esto probaría que en pirahã, a diferencia de otras lenguas, no hay incrustación.

(9) El trabajo de campo es necesario para analizar una lengua sin incurrir en inexactitudes.

(10) Mayor investigación gramatical sobre el pirahã precisa de ser realizada para obtener mejores

conclusiones.

(11) Este fenómeno sí es un reto para las teorías universalistas chomskianas; sin embargo, esto no

significa que estas sean automáticamente desprestigiadas; por el contrario, podría ser un gran aporte

para su fortalecimiento y mayor precisión científica.

Page 72: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

72

8. Bibliografía

BICKERTON, Derek

2009 “Recursion: Core of Complexity or Artifact of Analysis?”. En GIVÓN, T. y

Masayoshi SHIBATANI. Syntactic Complexity. Philadelphia: John Benjamins

Publishing Company, pp. 531-544.

CHOMSKY, Noam

1995 The Minimalist Program. Massachusetts: MIT Press.

1988 Language and Problems of Knowledge. 9ª edición. Massachusetts: MIT Press.

1975 Reflections on Language. Nueva York: Pantheon Books.

CHOMSKY, Noam, Mark HAUSER y W. Tecumseh FITCH

2002 “The faculty of language: What is it, Who has it, How did it evolve”. Science. Volumen

298, Pp. 1569-1579. Consulta: 15 de octubre de 2010.

<http://www.chomsky.info/articles/20021122.pdf>

COOK, V.J. y Mark NEWSON

2007 Chomsky’s Universal Grammar: an Introduction. 3ª edición. Singapur: Blackwell

Publishing.

DÉPREZ, Viviane, Richard K. Larson y Hiroko YAMAKIDO

2010 The Evolution of Human Language: Bioliguistic Perspectives. Nueva York: Cambridge University

Press.

EVERETT, Daniel L.

2010 The shrinking Chomskyan corner: A Final reply to Nevins, Pesetsky, and Rodrigues. Informe

professional. Illinois: Illinois State University. Consulta: 19 de setiembre de 2010.

<http://llc.illinoisstate.edu/dlevere/docs/Another%20reply%20to%20Nevins.pdf>

2009 “Piraha cultura and gramar: A response to some criticisms”. Language. Volumen 85,

número 2, pp. 405-442.

2007 Cultural Constraints on Grammar in Pirahã: A Reply to Nevins, Pesetsky, and Rodrigues.

Informe profesional. Illinios: Illinois State University, Linguistics, Anthropology and

Biological Sciences Faculty. Consulta: 19 de setiembre de 2010.

<http://faculty.virginia.edu/linganth/Docs/Everett.Reply-to-Nevins-etal.pdf>

Page 73: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

73

2005 “Cultural constraints on Grammar and Cognition in Pirahã”. Current Anthropology.

Chicago, 2005, volumen 46, número 4, pp. 621-643. Consulta: 19 de setiembre de

2010.

<http://www.icsi.berkeley.edu/~kay/Everett.CA.Piraha.pdf>

1988 “On metrical constituent structure in Pirahã phonology”. Natural Language and

Linguistic theory. Volumen 6, número 2, pp. 297-246.

1987a “Pirahã clitic doubling”. Natural language and Linguistic theory. Volumen 5, número 2,

pp. 246-276.

1987b A língua Pirahã e a teoria da sintaxe: Descrição , perspectivas e teoria. Campinas: Editora de

la Unicamp.

1986 “Pirahã”. En DERBYSHIRE, Desmond C. y Geoffrey K. PULLUM (editores).

Handbook of Amazonian languages. Berlin: De Gruyter Mouton, pp. 200-325.

FITCH, W. Tecumseh

2010 “Three meanings of “recursion”: key distinctions for biolinguistics”. En DÉPREZ,

Viviane, Richard K. LARSON y Hiroko YAMAKIDO. The Evolution of Human Language:

Biolinguistic Perspectives. Nueva York: Cambridge University Press, pp. 73-90.

JACKENDOFF, Ray

1977 The Architecture of the Language Faculty. Massachusetts: MIT Press.

KARLSSON, Fred

2010 “Recursion and iteration”. En VAN DER HULST, Harry. Recursion and Human Language.

Berlin: De Gruyter Mouton, pp. 43-68.

LAURY, Ritva y Tsuyoshi ONO

2010 “Recursion in conversation: What speakers of Finnish and Japanese know how to do”.

En VAN DER HULST, Harry. Recursion and Human Language. Berlin: De Gruyter

Mouton, pp. 69-92.

LORENZO GONZÁLEZ, Guillermo

2001 Comprender a Chomsky. Introducción y comentarios a la filosofía chomskiana sobre el lenguaje y la

mente. Madrid: A. Machado Libros.

MATTHEWSON, Lisa

Page 74: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

74

2004 “On the Methodology of Semantic Fieldwork”, International Journal of American Linguistics.

Volumen 70, número 4, pp.369-415.

MITHUN, Marianne

2010 “The fluidity of recursion and its implications”. En VAN DER HULST, Harry. Recursion

and Human Language. Berlin: De Gruyter Mouton, pp. 17-42.

NEVINS, Andrew, David PESETSKY y Cilene RODRIGUES

2009 “Evidence and argumentations: A reply to Everett (2009)”. Language. Volumen 85,

número 3, pp. 671-681.

2007 Pirahã Exceptionality: A Reassessment. Informe profesional. Consulta: 19 de

setiembre de 2010.

<http://ling.auf.net/lingBUZZ>

PIATELLI-PALMARINI, Massimo, Pello SALABURU y Juan URIAGEREKA (editores)

2009 Of Minds & Language: A Dialogue with Noam Chomsky in the Basque Country. Oxford:

Oxford University Press.

SAKEL, Jeanette y Eugenie Stapert

2010 “Pirahã-in need of recursive syntax?”. En VAN DER HULST, Harry. Recursion and

Human Language. Berlin: De Gruyter Mouton, pp. 3-16.

VAN DER HULST, Harry

2010 Recursion and Human Language. Berlin: De Gruyter Mouton.

WIESE, Heike

2003 Numbers, Language, and the Human Mind. Cambridge: Cambridge University Press.

Page 75: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

75

LA MODULARIDAD DE LA FACULTAD DEL LENGUAJE: RELACIÓN

MODULAR Y ARQUITECTURA INTERNA

Joel Armando Zavala Tovar

Pontificia Universidad Católica del Perú

Sumilla Hace veinte años, en su libro El conocimiento del lenguaje, Noam Chomsky propuso que el conocimiento

del lenguaje debe ser concebido «como un cierto estado de la mente/cerebro, un elemento

relativamente estable en los estados mentales transitorios, una vez que se alcanza; es más, como un

estado de una facultad diferenciable de la mente –la facultad lingüística– con sus propiedades,

estructura y organización específicas, un “módulo” de la mente» (1989: 28). Esta consideración de la

facultad del lenguaje es aquella que abordaremos en nuestra investigación. Sin embargo, resulta

conveniente mencionar que la noción de modularidad había sido planteada inicialmente en 1983 por

Jerry Fodor en su libro The Modularity of Mind en el que se refería al “módulo lingüístico” como un

sistema de entrada. La propuesta chomskyana considera que esta noción inicial propuesta por Fodor

para referirse al módulo lingüístico puede ser completada añadiendo un sistema de salida que está

conectado con el sistema de entrada (Chomsky 1989:28). El presente artículo tratará estos aspectos

conjuntamente con las relaciones que establece la facultad del lenguaje con los sistemas de actuación y

la arquitectura interna de la facultad del lenguaje.

1. Introducción

El presente artículo se ocupa de dos cuestiones fundamentales sobre la modularidad de la facultad del

lenguaje. La primera de ellas corresponde a la posición de la facultad del lenguaje en la arquitectura de la

mente y la segunda, a la arquitectura interna del módulo lingüístico. Consideramos que la facultad del

lenguaje es un módulo de la mente ya que presenta una organización y tarea específicas, además de estar

relacionada con otros módulos de la mente, fundamentalmente, con los sistemas de actuación a través

de los niveles de interfaz: la interfaz de Forma Fonética (FF) que se encuentra vinculada con el sistema

Articulatorio-Perceptual (A-P) y la interfaz de Forma Lógica (FL) que se relaciona con el sistema

Conceptual-Intencional (C-I). A su vez, la facultad del lenguaje presenta una arquitectura interna que

consta de módulos especializados que refleja el funcionamiento global de la mente. En este sentido,

este trabajo tiene como objetivo establecer las razones por las cuáles la facultad del lenguaje es un

módulo y cómo se relaciona esta facultad con otros módulos de la mente, además de determinar por

Page 76: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

76

qué la facultad del lenguaje se organiza modularmente y en qué consisten estos módulos. De esta

manera, una primera parte de nuestro artículo tratará sobre la relación que tiene el módulo de la

facultad del lenguaje con otros módulos de la mente. En este punto explicaremos por qué la facultad

del lenguaje constituye un módulo de la mente y cómo se relaciona con otros módulos, mientras que la

segunda parte estará relacionada con la modularidad de la facultad del lenguaje en sí misma, es decir,

determinaremos por qué esta se organiza modularmente y cómo son estos módulos. Finalmente,

estableceremos las semejanzas y diferencias entre la modularidad de la mente y la modularidad de la

facultad del lenguaje, además de establecer algunas conclusiones que se derivan de la presente

investigación.

2. La facultad del lenguaje como un módulo de la mente y su relación modular

Jerry Fodor en The Modularity of Mind (1983) plantea que la mente posee determinados procesos o

sistemas: los sistemas centrales y los sistemas de entrada. Los sistemas centrales son los responsables de

las actividades cognitivas mayores, como la resolución de problemas y la fijación de creencias, mientras

que los sistemas de entrada proveen información a los sistemas centrales y corresponden en primera

instancia a los sistemas sensoriales, pero también incluyen al lenguaje porque comparten una serie de

propiedades (Smith 2003: 87). Estos sistemas de entrada son considerados como módulos y se

caracterizan porque presentan las siguientes propiedades (Boeckx 2010: 127):

Especificidad de dominio (los módulos solo operan sobre ciertos tipos de entradas — son

especializados).

Encapsulamiento de la información (los módulos necesitan referirse a otros sistemas

psicológicos para poder operar).

Obligatoriedad (los módulos operan de forma obligatoria).

Rapidez de ejecución, debido probablemente a que ellos están encapsulados (de tal modo

que solo necesitan consultar un rango limitado de opciones) y son obligatorios (el tiempo no

necesita ser desperdiciado en determinar si el input es procesado o no).

Outputs superficiales: el output para los sistemas centrales es muy simple.

Modo característico de desarrollo (desarrollo periódico fijo).

Arquitectura neural fija y compacta (como sugieren las patologías específicas.

De acuerdo con Fodor el carácter modular de los sistemas de entrada dependen de la posesión de la

mayoría o no de las propiedades mencionadas. Si existen otros sistemas psicológicos que posean todas

o la mayoría de estas propiedades, estos deben ser considerados modulares (1986: 76). En este sentido,

Fodor considera que la facultad del lenguaje es un módulo, un sistema de entrada, ya que presenta las

características mencionadas anteriormente.

Page 77: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

77

A continuación veremos que esta consideración inicial, que denominaremos modelo fodoriano, se

diferencia de la propuesta chomskyana de la facultad del lenguaje como un módulo de la mente.

Además abordaremos la relación que tiene el módulo lingüístico con otros módulos de la mente.

2.1 La facultad del lenguaje como un módulo de la mente

Como vimos líneas arriba, Fodor considera que la facultad del lenguaje debe ser considerada como un

módulo, un sistema de entrada, que provee información a los sistemas centrales. De esta manera, el

modelo fodoriano sería esquematizado de la siguiente manera:

Modelo fodoriano de la modularidad (Smith 2003: 89).

Donde, como vemos, la facultad del lenguaje está al mismo nivel de los sistemas sensoriales que

alimentan al sistema central.

En El conocimiento del lenguaje, Noam Chomsky propone que el conocimiento del lenguaje debe ser

concebido «como un cierto estado de la mente/cerebro, un elemento relativamente estable en los

estados mentales transitorios, una vez que se alcanza; es más, como un estado de una facultad

diferenciable de la mente –la facultad lingüística– con sus propiedades, estructura y organización

específicas, un “módulo” de la mente» (1989: 28). Esta concepción de la facultad del lenguaje como un

módulo, que denominaremos modelo chomskyano, difiere en algunos aspectos del modelo fodoriano.

Chomsky considera que el módulo lingüístico no debe ser considerado solo como un sistema de

entrada, sino que habría que agregársele un sistema de salida que se encuentra conectado al sistema de

entrada43. Dos son las principales razones por las que Chomsky asume esta posición (Smith 2003: 88-

89)

43 Chomsky argumenta que la facultad del lenguaje debe ser considerada como un sistema de entrada al que se le agrega un sistema de salida, ya que no se espera que una persona hable solo inglés y comprenda solo japonés. Es decir, ambos sistemas deben tener acceso a un sistema fijado de conocimiento (Chomsky 1989: 28).

Page 78: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

78

(1) Primero, nosotros usamos el lenguaje para hablar y entender, y si Fodor es correcto

en identificar los módulos con los “sistemas de entrada”, entonces el lenguaje, que

es también un sistema de salida, no puede ser considerado como un módulo.

(2) Segundo, y más importante, la facultad del lenguaje debe en algunos aspectos ser

“central” para acomodar el hecho básico de que es un sistema de conocimiento. Por

otra parte, este conocimiento constituye un almacén común que es neutral en

cuanto al hablante y al oyente.

Lo que (1) y (2) plantean es que la facultad del lenguaje debe ser considerada como un sistema central

que se vería esquematizado de la siguiente manera.

Modelo chomskyano de la modularidad (Smith 2003: 89)44.

Esta concepción de la modularidad es la que asumiremos a lo largo de nuestra investigación. En la

siguiente sección abordaremos el tema de la facultad del lenguaje y su relación con otros módulos de la

mente.

2.2 La facultad del lenguaje y los sistemas de actuación

Chomsky considera que la facultad del lenguaje debe ser entendida como un módulo de la mente que

debe ser diferenciado de otros módulos de la mente, principalmente de los módulos encargados de la

articulación-percepción de sonidos y la formulación del pensamiento en términos conceptuales-

44 Los transducers o transductores que se muestran en la imagen tienen como función recibir la energía que incide en las superficies del organismo y traducirlo dentro de una forma representacional accesible por otros sistemas psicológicos (Appelbaum 1998: 626).

Page 79: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

79

intencionales (Lorenzo 2001: 119-120). Chomsky denomina a estos módulos sistemas de actuación

como externos a la facultad del lenguaje, sin embargo, esto no significa que la facultad del lenguaje no

se relacione con estos sistemas de actuación. La facultad del lenguaje provee representaciones abstractas

a estos sistemas a través de los niveles de interfaz. De esta manera, la interfaz de Forma Fonética (FF)

se vincula con el sistema Articulatorio-Perceptual (A-P) y la interfaz de Forma Lógica se encuentra

relacionada con el sistema Conceptual-Intencional (C-I) (Chomsky 1995: 1-2), pero esto no es todo, el

modo en que los niveles de interfaz se relacionan con los sistemas de actuación se realiza a través de las

condiciones de legibilidad. Estas condiciones son entendidas como requisitos que imponen los

sistemas de actuación a los niveles de interfaz, es decir, el sistema A-P exige a la interfaz de Forma

Fonética representaciones óptimas, convergentes, que pueden ser leídas por dicho sistema, del mismo

modo que el sistema C-I exige representaciones legibles de la interfaz de Forma Lógica (Chomsky 2000:

94-95).

Esta concepción de la facultad del lenguaje (arquitectura, modularidad y relaciones) plantea cuestiones

interesantes sobre la naturaleza del módulo del lenguaje, además que constituye una hipótesis de trabajo

en las investigaciones contemporáneas dentro de la gramática generativa, donde la cuestión sobre la

perfección del lenguaje se pone de relieve, lo que se ha venido a llamar tesis minimista fuerte que

postula que “el lenguaje es una solución óptima a las condiciones de legibilidad” (Chomsky 2000: 96-

97).

3. La facultad del lenguaje y su organización modular

En la parte 2 de nuestra investigación hemos abordado cuál es la posición del lenguaje dentro de la

arquitectura de la mente. En primer lugar, se ha caracterizado la facultad del lenguaje como un módulo

y en segundo lugar, se ha visto cómo este módulo establece relaciones con otros módulos de la mente.

Esto constituye un primer sentido de la modularidad de la facultad del lenguaje. En la presente sección

trataremos la modularidad lingüística en el sentido de arquitectura interna, es decir, determinaremos

por qué la facultad de lenguaje presenta una arquitectura modular y cuál es la naturaleza de cada uno de

estos módulos.

3.1 La modularidad de la facultad del lenguaje

La concepción modular de la facultad del lenguaje se pone de relieve en la llamada Teoría de Principios

y Parámetros que hace propio el planteamiento de que la mente presenta módulos o dominios mentales

independientes hasta cierto punto, pero no obstante interrelacionados entre sí. Esta idea es interpretada

en dos sentidos fundamentales:

Page 80: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

80

(1) Se asume que la facultad del lenguaje no es sino uno de más de los módulos en que se articula la

mente humana.

(2) Defiende la idea de que la propia facultad del lenguaje es, a su vez, modular en su organización.

(Lorenzo y Longa 1996: 25)

La idea que se plante en (2), como podemos notar, se justifica con lo planteado inicialmente en nuestro

trabajo de investigación (sección 2.1), donde consideramos que la facultad del lenguaje constituye un

módulo lingüístico, abordado en primer lugar desde la perspectiva fodoriana y posteriormente con las

precisiones planteada por Chomsky. Sin embargo, es conveniente mencionar que el modelo de

Principios y Parámetros asume la modularidad del lenguaje chomskyana y no la visión de Fodor45.

El sentido que se plantea en (2), por su parte, responde a que la Teoría de Principios y Parámetros

considera que, del mismo modo que la actividad global de la cognición surge de la proyección

simultánea de los diferentes subsistemas de la mente, la actividad lingüística se basa en la modularidad

de los componentes en que se articula la gramática (Lorenzo y Longa 1996: 25).

Finalmente, de acuerdo con Seuren (2004: 57-58), la noción de modularidad planteada por Chomsky

consiste en que la gramática contiene módulos (Teoría-θ, Teoría de la X-Barra, Teoría de Caso, Teoría

de Rección, Teoría de Ligamiento, Teoría de acotación, Teoría de rección, Teoría de control) donde

cada módulo tiene sus propias restricciones sobre reglas y estructuras, además de las restricciones

comunes a cada uno de estos módulos. Esta noción de modularidad es aquella que todavía se defiende

en Chomsky (1995: 27), pero que va siendo menos deseable y subestimada en el programa minimista

(Chomsky 1995: 229) como vimos en la sección 3.2, donde la investigación minimista se avoca a las

cuestiones sobre la perfección de la facultad del lenguaje en relación con los sistemas de actuación.

En la siguiente sección nos encargaremos de definir cada uno de los módulos pertenecientes a la

facultad del lenguaje de acuerdo a los planteamientos de la Teoría de Principios y Parámetros, pero sin

perder de vista las consideraciones fundamentales en las que se basa esta idea.

3.2 Los módulos de la facultad del lenguaje

La Teoría de Principios y Parámetros es altamente modular, es decir, consta de módulos, cada uno de

los cuales está asociado con principios y parámetros. Estos módulos son considerados como subteorías

que interactúan unas con otras para producir construcciones complejas (Boeckx 2006: 62-63). De

45 Cf. Eguren y Fernández (2004: 11)

Page 81: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

81

acuerdo con Van Riemsdijk y Williams (1990: 307) la consideración de que una teoría lingüística conste

de módulos o subteorías relativamente autónomas, caracterizado cada uno por un pequeño número de

principios simples y universales, pero parametrizados en algunos casos, se basa en el hecho de que

dentro de la gramática generativa se propuso que los mecanismos descriptivos de la parte

transformativa deberían reducirse al mínimo posible.

A continuación, presentamos cuáles son estos módulos pertenecientes a la Teoría de Principios y

Párametros:

(1) Teoría – θ (o Teoría Temática). Este módulo es el encargado de la relación que

mantienen los argumentos con los predicados, además de las especificaciones en que las frases

nominales pueden ser argumentos del verbo. El principio que hace posible la relación entre

argumentos y predicados es conocido como Criterio– θ (o Criterio Temático).

(2) Teoría X’ (o Teoría de X-Barra). Esta subteoría es la encargada de la formación de las

estructuras de frase en las lenguas. Se postula un esquema general de las estructuras de frase

llamado X-Barra que consta de los siguientes principios: binariedad, endocentricidad,

maximidad.

(3) Teoría del Caso. Regula las condiciones que se deben cumplir para que un elemento

sea visible en la sintaxis. El principio que hace posible esto se denomina Filtro de Caso

(Lorenzo y Longa 2006: 40).

(4) Teoría de la Acotación. Precisa el contenido de las relaciones estructurales implicadas

en la formulación de los diferentes principios (Lorenzo y Longa 2006: 40).

(5) Teoría de Rección. Se encarga de un tipo de relación estructural especial capaz de

explicar diversos fenómenos sintácticos.

(6) Teoría de Ligamiento. La teoría de ligamiento da cuenta de las relaciones entre

anáforas como himself, pronombre como him, las llamadas expresiones referenciales como Joe y

sus posibles antecedentes dentro de la frase (Smith 2001: 101). Los principios que regulan estas

relaciones son llamados Principio A, Principio B y Principio C, respectivamente.

(7) Teoría de Control. Se encarga de formalizar la capacidad referencial de las frases

nominales, es decir, determina las condiciones que determinan la correferencia de las FN

(Lorenzo y Longa 2006: 40).

Page 82: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

82

De acuerdo con Boeckx (2006: 75) la razón por la cual Teoría de Principios y Parámetros tuvo tanto

éxito en la captura de muchos hechos importantes de cientos de lenguas se debe en gran parte a la

estructura modular que acabamos de presentar. Los módulos permiten a los científicos aislar o analizar

los fenómenos de forma artificial y obtener más información sobre sus componentes.

Finalmente, presentamos algunas semejanzas y diferencias entre la modularidad de la mente y la

modularidad del lenguaje.

4. Semejanzas y diferencias entre la modularidad de la mente y la modularidad del lenguaje

En esta última sección presentaremos algunas semejanzas y diferencias entre la modularidad de la

mente propuesta por Fodor y la modularidad del lenguaje en el sentido propuesto por Chomsky,

teniendo en cuenta la visión que tienen ambas de la facultad del lenguaje. Como es de esperarse ambas

propuestas tienen más puntos de separación que de encuentro.

Una de las semejanzas entre la modularidad de la mente (propuesta por Fodor) y la modularidad del

lenguaje (propuesta por Chomsky) radica en que ambas coinciden en el hecho de caracterizar a la

facultad del lenguaje como un módulo de la mente. Sin embargo difieren en diversos aspectos, entre

ellos:

(1) La modularidad de la mente y la modularidad del lenguaje difieren en que la primera

considera a la facultad del lenguaje como un sistema de entrada, mientras que la segunda,

plantea que dicha facultad consta de un sistema de entrada y de salida.

(2) Fodor considera que la facultad del lenguaje es un sistema de entrada, mientras que

Chomsky lo ubica dentro de los sistemas centrales.

(3) La modularidad de la mente se refiere a la estructura mental, fundamentalmente, a los

sistemas de entrada, dando cuenta del uso lingüístico, mientras que la modularidad del lenguaje

se refiere a la estructura del conocimiento lingüístico.

5. Conclusiones

Page 83: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

83

Tras la presentación de las consideraciones fundamentales sobre la modularidad de la facultad del

lenguaje: relación modular y arquitectura interna, proponemos las siguientes conclusiones que se

derivan de nuestra investigación:

(12) La facultad del lenguaje es un módulo de la mente, ya que cumple con las características de los

sistemas de entrada, en la propuesta fodoriana, y una organización y tarea específicas, dentro de la

propuesta chomskyana.

(13) La facultad del lenguaje se relaciona con otros módulos de la mente, fundamentalmente, con los

sistemas de actuación, a través de las condiciones de legibilidad.

(14) La facultad del lenguaje se organiza modularmente, debido a que asume que la actividad lingüística

sigue los mecanismos de la actividad global de la cognición en la que los diferentes subsistemas de la

mente interactúan unos con otros.

(15) Los módulos de la facultad del lenguaje son los encargados del procesamiento lingüístico y se

caracterizan por estar asociados a un conjunto de principios y parámetros.

(16) Los módulos o subteoría de la facultad del lenguaje son: Teoría-θ, Teoría de la X-Barra, Teoría de

Caso, Teoría de Rección, Teoría de Ligamiento, Teoría de Acotación, Teoría de rección, Teoría de

control.

(17) La modularidad de la mente (propuesta por Fodor) y la modularidad del lenguaje (propuesta por

Chomsky) consideran a la facultad del lenguaje como un módulo de la mente.

(18) La modularidad de la mente considera a la facultad del lenguaje como un sistema de entrada,

mientras la modularidad de la facultad del lenguaje plantea que dicha facultad consta de un sistema de

entrada y de salida.

Page 84: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

84

6. Bibliografía preliminar

APPELBAUM, Irene

1998 “Modularity”. En BECHTEL, William y George GRAHAM (editores). A Companion

to Cognitive Science. Malden, MA: Blackwell, pp. 625-635.

BOECKX, Cedric

2010 Language in cognition. Uncovering Mental Structures and the Rules Behind Them. Malden,

Mass. & Oxford: Wiley-Blackwell.

2006 Linguistic minimalism. Origins, concepts, methods and aims. Oxford; New York: Oxford.

BOŠKOVIĆ, Željko y Howard LASNIK (editores)

2007 Minimalist Syntax. The Essential Readings. Malden, MA: Blackwell Publishing.

CALVIN, William y Derek BICKERTON

2001 Lingua ex machina. La conciliación de las teorías de Darwin y Chomsky sobre el cerebro humano.

Barcelona: Gedisa.

CARRUTHERS, Peter y Jill BOUCHER (editores)

1998 Language and thought. Interdisciplinary themes. Cambridge: Cambridge University Press.

CARRUTHERS, Peter y Andrew CHAMBERLAIN (editores)

2000 Evolution and the human Mind: modularity, language and meta-cognition. Cambridge:

Cambridge University Press.

CHOMSKY, Noam

2007 On nature and language. Cambridge: Cambridge University Press.

2002 New Horizons in the Study of Language and Mind. Cambridge: Cambridge University

Press.

2000 “Minimalist Inquiries: The Framework”. En MARTIN, Roger, David MICHAELS y

Juan URIAGEREKA (eds.). Step by step: Essays in Minimalist Syntax in Honor of Howard

Lasnik. Cambridge, MA: The MIT Press, pp. 89–155.

1998 “Nuestro Conocimiento del lenguaje humano: Perspectivas actuales.” Conferencia

magistral en la Universidad de Concepción de Chile. Santiago de Chile: Universidad

de Concepcion y Bravo y Allende.

1995 The Minimalist Program. Cambridge, MA: The MIT Press.

Page 85: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

85

1989 El conocimiento de lenguaje. Su naturaleza, origen y uso. Madrid: Alianza Editorial.

CHURCHLAND, Paul

1999 Materia y conciencia. Introducción contemporánea a la filosofía de la mente. Segunda edición.

Barcelona: Gedisa.

FODOR, Jerry

1986 La modularidad de la mente. Un ensayo sobre la psicología de las facultades. Madrid: Morata.

1985 “Précis of modularity of mind”. The Behavioral and Brain Sciences. USA, 1985, número

8, pp. 1-42.

FERNÁNDEZ, María y Alberto ANULA

1998 Sintaxis y cognición. Introducción al conocimiento, el procedimiento y los déficits sintácticos.

Primera edición. Madrid: Síntesis.

EGUREN, Luis y FERNÁNDEZ, Olga

2004 Introducción a una sintaxis minimista. Madrid: Gredos.

GARFIELD, Jay (editor)

1991 Modularity in Knowledge Representation and Natural-Language Understanding. Segunda

edición. Cambridge, MA: The MIT Press.

HERNÁNDEZ SAMPIERI, Roberto et ál.

2010 Metodología de la investigación. Quinta edición. México: McGraw-Hill.

HINZEN, Wolfram

2006 Mind design and minimal syntax. Oxford; New York: Oxford.

JACKENDOFF, Ray

2002 Foundations of language: brain, meaning, grammar, evolution. Oxford: Oxford University

Press.

1997 The architecture of the language faculty. Cambridge, MA: The MIT Press.

1992 Languages of the Mind. Essays on Mental Representation. Cambridge, MA: The MIT Press.

Page 86: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

86

JENKINS, Lyle

2002 Biolingüística. Madrid: Cambridge University Press.

LASNIK, Howard y Juan URIAGEREKA

2005 A Course in Minimalist Syntax: Foundations and Prospects. Malden, MA: Blackwell.

1988 A Course in GB Syntax: Lectures on Binding and Empty Categories. Cambridge, MA: The

MIT Press.

LORENZO, Guillermo

2001 Comprender a Chomsky. Introducción y comentarios a la filosofía chomskyana sobre el lenguaje y la

mente. Madrid: A. Machado Libros.

LORENZO, Guillermo y Victor LONGA

1996 Introducción a la sintaxis generativa. La teoría de Principios y Parámetros en evolución. Madrid:

Alianza Editorial.

PINKER, Steven

1997 How the mind works. New York: W.W Norton.

1994 The language instinct. New York: Harper Collins.

SEUREN, Pieter

2004 Chomsky’s Minimalism. Oxford: Oxford University Press.

SMITH, Neil

2003 “Dissociation and Modularity: Reflections on Language and Mind”. En BANICH,

Marie y Molly MACK (editores). Mind, Brain and Language Multidisciplinary Perspectives.

Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates, pp. 87-111.

2001 Chomsky: Ideas e ideales. Madrid: Cambridge University Press.

VAN RIEMSDIJK, Henk y Edwin WILLIAMS

1990 Introducción a la teoría gramatical. Madrid: Cátedra.

WALLIMAN, Nicholas

2001 Your research project: a step-by-step guide for the first-time researcher. Londres: SAGE.

Page 87: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

87

WILSON, Robert y Frank KEIL (editores)

1999 The MIT Encyclopedia of the Cognitive Sciences. Cambridge, MA: The MIT Press.

ZAVALA TOVAR, Joel Armando

2008 “Fundamentos de la gramática generativa. Recensión de Fundamentos de la teoría

gramatical de FERNÁNDEZ, María y Alberto ANULA (1998)”. Linguistics Blog.

Lima, 18 de mayo de 2008. Consulta: 4 de octubre de 2010.

<http://joelzavalatovar.blogspot.com/2008/05/fundamentos-de-la-gramtica-

generativa.html>

Page 88: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

88

IDENTIFICACIÓN DE LOS CRITERIOS CIENTÍFICOS DE SIMPLICIDAD

EN LOS PRINCIPIOS DE ECONOMÍA METODOLÓGICA DEL

PROGRAMA MINIMISTA

Piero Renato Costa León

Pontificia Universidad Católica del Perú

Resumen

El afán de esta investigación es explorar el sustento epistemológico que subyace a los Principios de

Economía Metodológica del Programa Minimista propuesto por Noam Chomsky, identificando los

cimientos metodológicos relevantes para desarrollar las nociones de simplicidad y reduccionismo

científicos, y delimitando cuáles se cumplen en la propuesta minimista. La investigación concluye que

los criterios presentes en los Principios de Economía Metodológica son, esencialmente, la exigencia de

un núcleo teórico elemental y sencillo que permita la posterior derivación de las hipótesis, la

eliminación de lo innecesario y la sistematicidad de las teorías. Se reconoce, en consecuencia, que el

Programa Minimista no debe olvidar su condición de programa de investigación científica, en tanto su

punto de partida es un núcleo teórico fuerte, para restarle carga conceptual al resto de su propuesta

teórica.

2. Introducción

Desde la presentación de una nueva propuesta de investigación en torno a la Gramática Generativa y

los estudios de la Facultad del Lenguaje, las consecuencias del Programa Minimista, el cual Noam

Chomsky empieza a proponer con claridad a inicios de la década de los noventa, han logrado un

impacto enormemente significativo en la Lingüística actual. Con este programa (en adelante, PM),

“estamos asistiendo (…) a una verdadera mudanza en el transfondo de presupuestos, en la perspectiva

de análisis y en algunas de las apuestas de carácter empírico de la teoría” (Lorenzo 2001: 10). Y, en ese

sentido, esta nueva perspectiva chomskiana nos lleva a replantear diversos aspectos de lo que constituye

nuestro conocimiento de la Lingüística.

Uno de los aspectos que es postulado con mayor claridad en el minimismo es la importancia expresa de

los Principios de Economía, entendidos como aquellos que procuran “obtener un resultado

computacional óptimo utilizando el menor número posible de recursos” (Eguren y Fernández Soriano

2004: 227). Estos principios se vuelven provechosos en la posterior elaboración de la teoría, pues “el

punto de partida del Programa Minimista es la decisión de establecer cuáles son las condiciones

Page 89: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

89

generales mínimas que la facultad del lenguaje (…) debe satisfacer” (Eguren y Fernández Soriano 2004:

210-211; la colocación en cursiva de la palabra proviene de la fuente), aspecto en el cual este diseño

óptimo se considera, naturalmente, crucial. Por tanto, se propone la coexistencia de dos tipos de

Principios de Economía, los cuales responden a necesidades diferentes y poseen “perfiles propios”

(Eguren y Fernández Soriano 2004: 212): los Principios de Economía Sustantiva (en adelante, PES) y

los Principios de Economía Metodológica (en adelante, PEM), cuyos propósitos se explicarán

posteriormente, en el desarrollo de la investigación.

A partir de esta división, el interés que asumo en este trabajo se centra en los PEM, ya que es esencial

explicar la propuesta chomskiana a partir de la motivación epistemológica que apoya a la investigación y

permite una clara delimitación metodológica, requisitos de los que parte cualquier propuesta científica,

ya sea expresa o tácitamente. En función de este interés, y con la intención de revisar la innovación

chomskiana sobre la base de los planteamientos epistemológicos de la ciencia, surge la necesidad de

preguntar qué principios científicos de simplicidad se reconocen en los PEM del PM. Ante esta

pregunta, la investigación propone, entonces, tres grandes principios bajo los cuales se asocian los

requisitos de la teoría de la ciencia y los puntos metodológicos de partida que el PM asume. Estos son:

la presencia de un núcleo teórico, en el cual se alojan los aspectos fundamentales del programa de

investigación y a partir del cual se propone las hipótesis más externas, que se extienden más allá del

núcleo, la eliminación de las teorías y reglas innecesarias, y la aplicación de la sistematicidad, principio

que proporciona una mayor regularidad y unidad a los elementos que componen el programa teórico en

cuestión.

Por tanto, reconozco como el objetivo general de este trabajo relacionar los PEM del PM con los

principios de simplicidad propuestos en las epistemologías científicas que sean especialmente relevantes

en la relación planteada y, en consecuencia, adecuar estor principios minimistas a una propuesta

científica de simplicidad. De esta forma, esta investigación pretende demostrar la tendencia de

continuidad que el PM toma con respecto a las epistemologías científicas antecedentes y a partir de las

cuales se genera, así como evidenciar la continuidad que toma el PM con respecto a las propuestas

chomskianas previas, dentro de una constante actitud de simplificación de los puntos teóricos de

partida. Finalmente, el paso por todos estos objetivos pretende llegar a una propuesta que plantee de

manera expresa los principios de simplicidad que albergan una teoría compartida para todos los marcos

epistemológicos y lingüísticos revisados en esta investigación. Los resultados de esta propuesta han sido

ya adelantados en la previa enunciación de la hipótesis.

Con la finalidad de satisfacer estos objetivos, la metodología a emplear consistirá en la revisión paralela

de propuestas de epistemología científica y de estudios de Gramática Generativa. Dentro de estos

Page 90: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

90

últimos, las fuentes bibliográficas se enfocan el marco epistemológico de la teoría chomskiana, en

especial, a partir de la propuesta minimista. En cada sección de la investigación, se tratará de explicar

los marcos epistemológicos y sus métodos de ejecución, a la vez que se buscará extender sus rasgos al

PM a través de las semejanzas que se encuentren. No obstante, también será pertinente la

problematización de algunos de los conceptos y relaciones hallados y expuestos, con lo que no solo se

confirmará las nociones introducidas, sino que, asimismo, se las refutará e, incluso, replanteará, en el

caso de que sean pertinentes estas tomas de postura. La bibliografía empleada, tomando en cuenta estos

dos grandes enfoques (por un lado, de la epistemología científica, y, por el otro, de teoría lingüística),

obedece también a esta división, según la naturaleza del tema que tratan. Por tanto, se tiene, de un lado,

textos que se centran en teoría de la ciencia y del conocimiento, y que abordan, en este sentido, estudios

de autores como Guillermo de Occam (Siglo XIV) e Imre Lakatos (1970). De otro lado, se cuenta con

bibliografía que desarrolla el marco metodológico de las propuestas de Noam Chomsky en torno a la

Lingüística y que, en algunos casos, se encarga de identificar la presencia de ciertos antecedentes

metodológicos que determinan la forma que la Gramática Generativa asume.

La organización de este trabajo contempla su división en un capítulo preliminar que define y aclara la

distinción entre los PES y PEM, y tres capítulos que revisan la composición epistemológica del PM y

sus PEM en función de distintas visiones filosóficas de cómo se debe construir la ciencia y las teorías

científicas. El primero de estos capítulos se enfocará en la noción de Programas de Investigación

Científica de Imre Lakatos y en la forma en que su dicotomía núcleo/periferia se aplica a la

investigación chomskiana de la Facultad del Lenguaje. El segundo capítulo se ceñirá en torno al aporte

de Guillermo de Occam a la exigencia de la aplicación de la simplicidad en las teorías científicas y de

supresión de todo aquello que aparezca como innecesario, criterio que también se maneja en la

Lingüística generativa. El tercer capítulo, finalmente, parte de la clasificación que el filósofo de la

ciencia argentino Mario Bunge (1975) hace de los tipos de simplicidad presentes en las teorías

científicas, así como de la tipología de los requisitos de la ciencia que se tornan especialmente relevantes

y aplicables a los PEM, para reconocer qué condiciones que interactúan con esta noción de simplicidad

ha de mantener el PM para permanecer dentro de los márgenes de una investigación científica.

Finalmente, la conclusión resumirá todos estos aspectos que resulten particularmente relevantes en la

introducción de la noción de simplicidad en los PEM en tres principios generales, ya previamente

expuestos en esta introducción y que agrupan los diversos criterios de simplicidad contemplados a lo

largo del trabajo.

Page 91: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

91

3. Definición y delimitación de los Principios de Economía Metodológica (PEM)

En primer lugar, considero conveniente empezar el desarrollo de la investigación definiendo y

delimitando el rango de alcance de los Principios de Economía, ya que, conociendo sus limitaciones

ontológicas, es más fácil poder trabajar estos límites y, posteriormente, replantearlos, tal como se verá

más adelante en el trabajo.

3.1. Caracterización de los PEM

Al hablar de los PEM estamos hablando de criterios de diseño teórico “extremadamente generales”

(Chomsky 2003: 82) que se han de aplicar a “la formulación de hipótesis” (Eguren y Fernández Soriano

2004: 32). Se comportan, en consecuencia, como un conjunto de criterios reguladores que velan por la

“eliminación de redundancias” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 224) al momento de elaborar el

aparato teórico, en general.

De esa manera, los PEM aluden en el PM a cuestiones de parsimonia y simplicidad en la propuesta, de

modo tal que, en la postulación de hipótesis y leyes generales, “más es peor, menos es mejor”

(Hornstein, Nunes y Grohmann 2005: 8; la traducción es mía). Por tanto, mientras no se ponga en

riesgo la validez de la teoría, “dos relaciones primitivas son peores que una, tres entidades teoréticas son

mejores que cuatro, cuatro módulos son mejores que cinco” (Hornstein, Nunes y Grohmann 2005: 7-8;

la traducción es mía). Entonces, un ejemplo de cómo participan los PEM en la propuesta minimista se

halla en la liberación de niveles internos de representación a lo largo de la derivación gramatical

(Lorenzo 2001: 143), ya que hay una evidente reducción de entidades en la Facultad del Lenguaje (FL)46.

3.2. Delimitación de los PEM frente a los Principios de Economía Sustantiva (PES)

En contraposición a los PEM, el PM también concibe los Principios de Economía Sustantiva, o, como

los llaman Luis Eguren y Olga Fernández Soriano, “Minimismo ontológico” (2004: 212). Este conjunto

de criterios se enfocan, más bien, en “la naturaleza del objeto de estudio” (Eguren y Fernández Soriano

2004: 212). Entonces, los PES se concentran en una simplicidad presente, exclusivamente, en la

derivación gramatical, debido a los requerimientos que los sistemas cerebrales externos a la FL parecen

exigir, y no se refieren a la formulación de la teoría en sí misma, sino a los referentes conceptuales a

los que esta teoría alude. “La prioridad está colocada en las nociones del menor esfuerzo en tanto

recursos naturales para los principios gramaticales” (Hornstein, Nunes y Grohmann 2005: 8; la

traducción es mía). Algunos ejemplos de cómo se hacen evidentes estos criterios de aplicación son el

Principio del Retraso, que prefiere, entre las derivaciones léxicas posibles, “la opción con movimiento

encubierto (esto es, la que no tiene repercusiones fonéticas), dado que es computacionalmente menos

4 Este ejemplo parece, sin embargo, asociarse a la vez con la aplicación de los PES, dada su innegable naturaleza de representación gramatical. Para ilustrar los PEM, nos serviremos solamente de la reducción de entidades que asume.

Page 92: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

92

costosa” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 222), y la Condición del Eslabón Mínimo, que

“compara dos derivaciones alternativas formadas con las mismas piezas léxicas y favorece aquella en la

que se produce el «movimiento más corto»” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 222-223).

Hay, por ende, una diferencia de enfoques entre los PEM y los PES. Así, mientras los primeros

apuntan hacia la reducción de reglas y entidades redundantes al interior del andamiaje teórico, los

segundos procuran la potenciación de las relaciones gramaticales, prestando atención a lo que el

entramado conceptual dice, y no a la organización teorética del mismo.

Por otra parte, los PEM han correspondido, además, históricamente, a una larga tradición de

preferencia por las generalidades. Así, “la adopción de una metodología minimista, con independencia

de cuál sea el objeto de estudio, es una de las características definitorias de la investigación naturalista y

del pensamiento racional en general” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 212-213). En función de estos

PEM, en el PM, de acuerdo con Adriana Belletti y Luigi Rizzi, son “comunes a la indagación racional

humana” estrategias como las de “minimizar el aparato, buscar la simetría y la elegancia” (Chomsky

2003: 85). Se puede rastrear, efectivamente, ciertos antecedentes de estos principios económicos en la

tradición científica legada por Galileo y Newton, ambos científicos del Siglo XVII, puesto que ambos

destacaron la importancia de la simplicidad y la economía en el estudio de la naturaleza. Como dijo

Newton, “la naturaleza no hace nada en vano, y cuanto sea más en vano, menos servirá” (Boeckx 2006:

113; traducción mía), pues se debe estudiar la naturaleza con simplicidad, dejando al margen las causas

superfluas (Boeckx 2006: 113) de los fenómenos estudiados en la naturaleza. En esa misma línea, por

tanto, “el minimismo puede verse como una investigación completa del principio de simplicidad,

interpretado de manera realista, esto es, dirigiéndose al objeto real, la facultad humana del lenguaje”

(Boeckx 2006: 114; traducción mía), facultad que se ha de entender como un muy probable punto de

partida para la investigación. Hay que tomar este concepto de simplicidad, además, como “simplicidad

de ideas, no simplicidad del tipo mecánico que puede ser medido a través del conteo de ecuaciones y

símbolos” (Boeckx 2006: 121; traducción mía), haciendo alusión, entonces, a procesos de economía

metodológica, en tanto consideremos estas “ideas” como otra forma de llamar a la formulación de

hipótesis.

No hay, solamente, por tanto, una diferencia en el enfoque que ambos tipos de principios toman, sino

que también entra en juego en su delimitación recíproca la presencia de los PEM en la historia de la

ciencia bajo la forma de un requisito de preferencia por las teorías más sencillas, normalmente bajo las

exigencias de que se eliminen las redundancias y se opte por las leyes generales (Eguren y Fernández

Soriano 2004: 213). “La vertiente sustantiva u ontológica del Minimismo no tiene, en cambio,

precedentes en el estudio del lenguaje” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 213). La diferencia radica,

Page 93: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

93

definitivamente, en el hecho de que, al tratar aspectos metodológicos, los cuales pueden compartirse, en

gran medida, con otras disciplinas, es comprensible la existencia previa de los PEM al mismo Programa

Minimista. En cambio, los PES surgen como una necesidad que el PM expresa, razón por la cual el

mismo Chomsky sostiene que “hay entonces un marco y una de sus consecuencias es la aparición de

nuevas cuestiones como la de la optimidad sustantiva, en lugar de plantearnos solo la optimidad

metodológica” (Chomsky 2003: 90). La labor del PM será, entonces, de ahora en adelante, aplicar este

conjunto de tareas reduccionistas al interior de la teoría gramatical, con el objetivo de postular el diseño

óptimo del lenguaje.

3.3. Convergencia entre los Principios de Economía

A pesar de las diferencias expuestas entre los dos tipos de Principios de Economía, ambos coinciden,

en realidad, en la intención de optar por el menor número posible de operaciones y entidades

intermedias. Es, en función de este objetivo, que cada uno de ellos parte de su respectiva preocupación,

más específica: los PEM se movilizan desde la importancia de reducir los marcos teóricos. En los PES,

en cambio, “la cuestión es determinar si la facultad del lenguaje es una solución adecuada para satisfacer

los requisitos externos impuestos por otros sistemas de la mente” (Eguren y Fernández Soriano 2004:

212), entendiendo, para esta caso, esta “solución adecuada” como máximamente productiva y

económica al interior del diseño de la FL.

La aplicación conjunta de los principios pretende un diseño óptimo de la Facultad del Lenguaje,

con “determinadas propiedades de los sistemas lingüísticos orientadas a aprovechar al máximo los

recursos computacionales disponibles” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 219), a optimizar, a partir

de las entidades y mecanismos mínimos, el aparato conceptual en torno al lenguaje. Es, entonces, en ese

sentido que las propuestas teóricas desarrolladas en el PM han de obedecer normas de economía y

parsimonia en todos sus niveles, tanto en su aspecto metodológico como en sus nociones substantivas.

Por eso, con una actitud generalizadora, “la intuición básica detrás de los principios de economía es que

cada uno pueda, por igual, minimizar el número de operaciones y símbolos necesarios en pos de la

convergencia” (Boeckx 2006: 100; traducción mía). La directriz bajo la cual se subsumen ambos

principios es, en consecuencia, la de “buscar la teoría más simple cuyas operaciones generen el menor

esfuerzo” (Hornstein, Nunes y Grohmann 2005: 8; la traducción es mía).

Finalmente, los PEM parecen ser los lineamientos que guían la proposición de cualquier hipótesis, en la

cual el contenido he de ceñirse a los principios de economía de recursos conceptuales,

correspondiendo así a los requisitos que los PES imponen. Con esto se entiende la relación entre

ambos de la siguiente manera: con respecto al marco conceptual, “el Minimismo ontológico marca (…)

la pauta, y el Minimismo metodológico nos sirve para construir la mejor teoría posible de un sistema

Page 94: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

94

cognitivo lingüístico que esté «bien diseñado»” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 213-214). Los PES,

entonces, valiéndose de la aplicación de los PEM sobre la elaboración del constructo teórico (con

preocupaciones como éstas: podemos mejorar nuestras teorías, eliminar redundancias, demostrar que

los principios son más generales de lo que creíamos, establecer teorías más explicativas (Chomsky 2003:

84)), se plantea preguntas como las siguientes: ¿es posible que el sistema lingüístico en sí tenga una

especie de diseño óptimo?, es decir, ¿es el lenguaje perfecto? (Chomsky 2003: 84).

4. Caracterización del Minimalismo como un Programa de Investigación Científica

Esta sección del trabajo partirá de la concepción de un programa de investigación científica que el

filósofo húngaro Imre Lakatos plantea hacia 1970 (Chalmers 2006: 123) para revisar, paralelamente, si

la estructuración del PM es, en efecto, correspondiente con estos programas de investigación. Esta

revisión, sin embargo, no sólo se efectuará al interior del Minimismo, sino que, hacia el final del

capítulo, también será posible entrever un posible hilo de continuidad entre este programa chomskiano

y sus teorías antecedentes en torno la Gramática Generativa.

4.1. Definición y estructuración de un Programa de Investigación Científica

Un programa de investigación científica es concebido en la propuesta de Lakatos como un modelo

de investigación (Boeckx 2006: 5), un proyecto de indagación científica con un marco general de

sucesión de teorías en áreas particulares de estudio (Lakatos 1998: 65-66), que toma como punto de

partida un presupuesto teórico cuya confirmación e implicaciones en la postulación de las hipótesis que

surgen como consecuencia suya han de ser desarrolladas a lo largo de la implementación de este

programa. Lakatos propone, de esta manera, una metodología de investigación científica (Boeckx 2006:

87), en la que algunos de sus elementos constituyentes, “algunas leyes o principios son más básicos que

otros” (Chalmers 2006: 124). “El programa consiste en reglas metodológicas” (Lakatos 1998: 65). Se

habla, entonces, de “una ciencia como el desarrollo programático de las implicaciones que tienen los

principios fundamentales” (Chalmers 2006: 124), como el desarrollo de hipótesis y planteamientos a

partir de lo que un núcleo central del programa determina para las derivaciones que le siguen.

Un programa de investigación científica no es, precisamente, el desarrollo de un tema particular, pues

es, más bien, un marco de averiguación que, en vez de tomar un área particular de estudios como punto

de partida, tiene como origen de su actividad indagadora una proposición cuya sustentación y desarrollo

son las directrices que guían el resto del trabajo científico de ese programa. En ese sentido, el interés

teórico se enfoca de manera específica en unas pocas preguntas centrales que guían al programa,

reduciendo así las amplias implicaciones que, en comparación, un tema de investigación puede llegar a

tener. Por otro lado, teniendo en cuenta que, en la ciencia, un “paradigma debe ser concebido como

una serie de valores compartidos, esto es, un conjunto de métodos, reglas y generalizaciones utilizadas

Page 95: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

95

conjuntamente por aquellos entrenados para realizar el trabajo científico de investigación” (Nosnik y

Elguea 1985; énfasis mío), es posible hacer notar que estos paradigmas se distancian de los programas

de investigación al introducir un conjunto de valores y parámetros comunes, con el fin de normar el

rumbo de la indagación científica. Los programas, en cambio, sólo han de proponer algún punto desde

el cual hay una mayor libertad para desarrollar la teoría probatoria para este punto inicial, “debemos

utilizar nuestra inteligencia para incorporar e incluso inventar hipótesis auxiliares” (Lakatos 1998: 66).

Teniendo en cuenta que un programa de investigación científica debe partir, necesariamente, de un

presupuesto teórico responsable del despliegue de las demás teorías concebidas al interior de este, se

puede ver que el PM es también, en consecuencia, un programa, ya que su directriz de indagación

parece ser la tesis minimista fuerte (the strongest minimalist thesis) de que “el lenguaje es la solución

óptima a las condiciones de legibilidad” (Chomsky 2000: 96; la traducción es mía). De esta forma, la

búsqueda que el PM emprende deberá responder, en líneas generales, a la pregunta de “¿hasta qué

punto es la facultad del lenguaje una solución adecuada para satisfacer las condiciones de legibilidad

exigidas por los sistemas de actuación en la mente?” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 215). Por

tanto, desde la dimensión teórica que esta tesis fuerte abre, el afán minimista de investigación será el

comprobar esta proposición; y, precisamente, de acuerdo con Noam Chomsky, este programa de

investigación parece ser exitoso en cuanto a este propósito. Por eso, respecto a la asunción de la FL

como un mecanismo perfecto en su interrelación con los sistemas externos de actuación, al interior del

cerebro, Chomsky dice: “detrás de la investigación siempre está la intuición, y quizá esta avanza en un

sentido equivocado, pero, a mi juicio, se ha demostrado lo suficiente para indicar que probablemente

no sea absurdo, y quizá sea muy aconsejable plantear en serio la pregunta de si el lenguaje tiene una

especie de diseño óptimo” (Chomsky 2003: 84).

Volviendo a la propuesta de programas de investigación científica de Imre Lakatos, hay que explicar la

distinción que se establece entre lo que constituye un núcleo firme de un programa y su cinturón

protector. El primero de estos dos términos hace referencia a los principios teóricos fundamentales

que guían y plantean rutas de interés en la investigación, como cuando se reconoce, por ejemplo, que

“el núcleo central de la astronomía copernicana lo constituían los supuestos de que la tierra y los

planetas giran alrededor de un Sol inmóvil y de que la Tierra gira sobre su eje una vez al día” (Chalmers

2006: 124). El segundo concepto, por su parte, en comparación con el núcleo, permanece en la periferia

teórica, pues, a través de sus hipótesis y suposiciones derivadas de este centro del programa, protege el

centro de las falsaciones47 que atenten contra la estructuración del programa48. “El cinturón protector

47 Una falsación es “una acción de rebatir una proposición” (Real Academia Española 2001). 48 De acuerdo con Alan Chalmers, la distinción señalada entre el núcleo y el cinturón protector es lo que hace que la propuesta de Lakatos supere las dificultades teóricas de Karl Popper con respecto a la localización de la falsación (Chalmers

Page 96: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

96

de hipótesis auxiliares debe recibir los impactos de las contrastaciones y para defender al núcleo firme,

será ajustado y reajustado e incluso completamente sustituido” (Lakatos 1998: 66). Como se puede

concluir de lo expuesto, “más que ninguna otra cosa, la característica definitoria de un programa es su

núcleo central. Toma la forma de unas hipótesis muy generales que son la base a partir de la cual se

desarrolla el programa” (Chalmers 2006: 124).

Siguiendo esa definición, cabe entender el minimismo como un programa de investigación, porque

contiene un núcleo a partir del cual parte la investigación, en este caso, la tesis minimista fuerte de la

facultad del lenguaje. Se trata, como ya hemos visto, la suposición de la perfección de las condiciones

de legibilidad, en un diseño óptimo de la FL, aunque “el término «diseño» es una metáfora” (Chomsky

2003: 90), pues se asume que el lenguaje no ha sido diseñado de manera premeditada. Por otra parte, el

cinturón protector del Programa Minimista sería toda la justificación que busca defender el postulado

de la perfección del lenguaje. “Esta es la dirección que sigue la investigación: intentar demostrar que las

aparentes imperfecciones tienen de hecho una función computacional, una función computacional

óptima” (Chomsky 2003: 99), es decir, demostrar la subyacente perfección del lenguaje. Es, entonces,

en esta dirección que toda la teoría gramatical desarrollada pretendería ser solamente un aparato

conceptual que contribuye a explicar y defender el ya mencionado núcleo teórico.

Asimismo, “hay varias formas de articular y defender un programa de investigación dado” (Boeckx

2006: 94; traducción mía). Y, en ese sentido, estas “diferentes hipótesis auxiliares, o [inclusive]

diferentes disposiciones de los elementos del núcleo de un programa, pueden conducir a preguntas,

problemas empíricos, soluciones, etc., radicalmente diferentes” (Boeckx 94- 95; la traducción es mía).

Por ende, el minimismo “permite a cada investigador actuar como un pionero, considerar y

reconsiderar la arquitectura entera de la facultad del lenguaje partiendo desde diferentes esquinas del

mapa” (Boeckx 2006: 95; la traducción es mía), de modo que su calidad de programa de investigación

también le confiere la posibilidad de partir hacia la postulación de distintas hipótesis desde el núcleo en

el que residen sus leyes irrefutables. Cedric Boeckx expone, por ejemplo, dos métodos para estudiar los

recursos óptimos de la FL. El primero de ellos consiste en partir de la menor cantidad posible de

propiedades léxicas y de combinación (merge) para terminar mostrando las derivaciones sintácticas

(Boeckx 2006: 95-96). Por otro lado, también es posible, según Boeckx, depurar progresivamente el

constructo conceptual de la teoría de Principios y Parámetros, antecedente chomskiano del PM, de

aquellos elementos superfluos y suprimibles, con tal de dar con la caracterización mínima del lenguaje

(Boeckx 2006: 96-97).

2006: 124), ya que el único lugar en el que esta falsación tendría lugar en un programa de investigación científica sería el cinturón protector.

Page 97: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

97

Esta capacidad de extensión desde la “nuclearidad” del PM hacia diversos rumbos y métodos de

producción se corresponde, asimismo, con la fecundidad que ha de caracterizar a un programa de

investigación científica aceptable. Por eso, “un programa de investigación (…) no puede distinguirse en

términos de correcto o equivocado. En cambio, los programas son fecundos o estériles” (Boeckx 2006:

89; la traducción es mía). Y, en ese sentido, el PM se presenta como un programa perfectamente

fecundo, ya que “plantea preguntas y sigue directrices lo suficientemente amplias para ser conducidas

en muchísimas direcciones Esta flexibilidad, este espacio para instancias alternativas del minimismo, es

lo que el término ‘programa’ enfatiza” (Boeckx 2006: 5; traducción mía). Ante la pregunta de cómo

demostrar que el lenguaje es una solución adecuada y económica para satisfacer las condiciones de

legibilidad de los sistemas externos de actuación, a saber, el Articulatorio-Perceptual (A-P), encargado

de la producción y recepción de las expresiones fónicas, y el Intencional-Conceptual (I-C), que asume la

interpretación semántica de las expresiones lingüísticas (Lorenzo 2001: 119-120), la distinta disposición

de los elementos conceptuales nucleares y el posterior desarrollo de hipótesis auxiliares determina que

la investigación minimista pueda asumir diferentes procedimientos en la indagación científica del

lenguaje, tal como ya se vio anteriormente. Además, la búsqueda de explicaciones con un número

mínimo de piezas que potencien de forma máxima la investigación resultante facilita la adopción de un

amplio repertorio de operaciones derivadas.

Por otro lado, el resto de las teorías que se plantea el PM cabría dentro de las leyes periféricas, pues “los

fundamentos de un programa necesitan ser ampliados con una serie de suposiciones suplementarias

con el fin de llenarlos de substancia, de modo que se puedan hacer predicciones definidas” (Chalmers

2006: 124). Entonces, mecanismos como la eliminación de niveles internos de representación en la

derivación gramatical (ver el acápite 3.1) aportan metodológicamente49 al fortalecimiento de las

condiciones óptimas de legibilidad, en tanto evitan transferir recursos evaluativos a niveles intermedios

en el momento de la derivación léxica. Esta condición (la eliminación de niveles intermedios de

representación y control gramatical durante la derivación) no se ubica, evidentemente, al interior del

núcleo teórico, pues no es la idea fundamental para el desarrollo del programa de investigación

minimista. No obstante, parece ser una herramienta bastante útil para hacer viable la suposición de que

las condiciones de legibilidad hacia los sistemas externos de actuación se logran de una forma bastante

económica y efectiva desde la FL. El Programa Minimista, entonces, “no sólo consta de hipótesis

explícitas y leyes que completan el núcleo central, sino además, de supuestos subyacentes a las

condiciones iniciales, que especifican situaciones particulares, y también teorías presupuestas en los

enunciados observacionales y en los resultados experimentales” (Chalmers 2006: 124-125), con un

margen natural de falibilidad que, como ya se dijo con anterioridad, sí podría refutar y reformular este

49 Se podría decir que se trata, esencialmente, de una ley substantiva, pero, con la finalidad de este trabajo de revisar los principios metodológicos del PM, estamos haciendo énfasis en su carácter de economía metodológica. Aun así, considero que este ejemplo es uno de los que aborda con mayor claridad la aplicación de los PEM.

Page 98: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

98

cinturón protector. Por tanto, si, ante la revisión de esta eliminación de niveles de representación

durante la derivación, ésta es juzgada errónea y/o insuficiente ante las situaciones en que se ha de

aplicar, esta condición habría de reemplazarse por otra que se adecúe mejor al resto del aparato teórico.

Así, “los científicos pueden tratar de resolver los problemas modificando los supuestos más periféricos de la

manera que crean conveniente” (Chalmers 2006: 124). Cada hipótesis auxiliar es falible y descartable, dada la

posibilidad de encontrar un “desajuste en la correspondencia entre un programa articulado y la observación”

(Chalmers 2006: 125).

4.2. Simplicidad a través del núcleo

Ya habiendo descrito la existencia de un núcleo en el programa de investigación que el minimismo

desarrolla (la tesis minimista fuerte), ahora es turno de atribuir a su estructura nuclear la búsqueda de

requisitos de simplicidad. Manteniendo la separación conceptual entre el núcleo y el cinturón periférico

del programa, lo que ya se ha explicado en el acápite 4.1, se puede ver que el PM constituye una

propuesta de parsimonia y unificación teórica que apunta hacia la simplicidad en la formulación del

marco teórico general. El hecho de que se considere a la FL como una solución óptima para satisfacer

las condiciones externas de legibilidad hace que, mediante la aplicación de criterios de economía, el

diseño de esta facultad asuma, en consecuencia, que “la FL proporciona una maquinaria no mayor de la

que se requiere para satisfacer los requisitos mínimos de legibilidad y que sus funciones son las

funciones más simple posibles” (Chomsky 2000: 113; traducción mía). Hay, por tanto, una utilización

máxima y, a la vez, simple de los recursos de los que la facultad del lenguaje dispone. Las condiciones

de legibilidad, por su parte, parecen seguir incidiendo en la necesidad de contar con un marco

unificado, en el cual, por ejemplo, las imperfecciones de legibilidad (imperfecciones del lenguaje)

concebidas como “la presencia en una expresión lingüística de cualquier elemento irrelevante en la

interpretación conceptual o intencional de esa expresión” (Lorenzo 2001: 128), se configuran solamente

como aparentes (Lorenzo 2001: 135). Esta suposición sería, en realidad, una consecuencia directa de la

propuesta programática nuclear, y, por ende, “subyacente a las condiciones iniciales” (Chalmers 2006:

152), pero permite entender la exigencia de unidad teórica a partir de lo que determina el mencionado

centro de la investigación. Permite comprender que “una explicación unificada (…) acabaría por

eliminar su carácter de imperfección” (Lorenzo 2001: 137)

Además, por otros motivos también se entiende que el núcleo, en relación con su cinturón protector,

conduce hacia la liberación de complejidades y complicaciones, ya que “las anomalías sólo deben

originar cambios en el cinturón «protector» de hipótesis auxiliares «observacionales» y en las

condiciones iniciales” (Lakatos 1998: 67). Por tanto, al situar las hipótesis derivadas en el cinturón, si

alguna o varias de ellas resultaran fallidas, el diagnóstico de lo fallido no tendría que afectar

necesariamente el núcleo. En cambio, si alguna hipótesis resulta fallida y, por la gran extensión y

Page 99: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

99

complejidad del núcleo, en un modelo menos económico (y, de repente, menos unificado), trasciende

de este cinturón protector para llevar la falsación hasta la región de las leyes centrales de la propuesta,

se sugeriría un replanteamiento absoluto del programa. De esta forma se demuestra que el núcleo del

programa de investigación científica debe ser asumido dentro los mayores márgenes de simplicidad

posible, entendiendo simplicidad en este caso como una secuencia productiva desde las teorías más

sencillas y generales hacia las especificaciones particulares, más alejadas de la propuesta inicial del

núcleo. Este, a fin de cuentas, ha de presentarse bastante básico en el desarrollo de los programas de

investigación.

Volviendo a la apariencia de las imperfecciones, se puede argumentar, entonces, que si se llegase a

considerar que estas son, en realidad, parte constitutiva del núcleo minimista, la simplicidad de

presupuestos teóricos del núcleo se vería, evidentemente, en riesgo, ya que habría otra condición

irrefutable. Además, si se llegase a afirmar que esta propuesta se encuentra errada, o es insuficiente,

habría que hacer, en consecuencia, un replanteamiento en torno al núcleo, con lo cual, precisamente, se

pondría en riesgo la continuidad del programa entero, al ser vulnerado su centro. La simplicidad prueba

ser, de esta manera, un constituyen bastante oportuno en la región nuclear del programa.

4.3. Favorecimiento de las condiciones de simplicidad en el cinturón protector

También es posible pensar que, al contar con esta noción separada de “nuclearidad”, de un lado, y de

periferia, por el otro, se va en contra de la simplicidad científica, puesto que el desarrollo de una teoría

implicaría el paso de los axiomas primordiales de una región del programa, al espacio más periférico,

proceso que podría ser visto como un mecanismo complejo. Sin embargo, esta acción se vuelve, en

realidad, menos compleja de lo que parece, ya que se parte de leyes bastante elementales como, “las

leyes del movimiento de Newton más su ley de la atracción gravitatoria” (Chalmers 2006: 124), en lo

que se refiere a su programa de investigación de la física, que son muy simples y se ven

complementadas por el resto de teorías.

Además, con la implementación del cinturón protector se formulan reglas metodológicas que

establecen “un programa que enumera una secuencia de modelos crecientemente complicados”

(Lakatos 1998: 69; la cursiva proviene del mismo texto pero el énfasis es mío). De este modo, se hace

evidente que se prefiere lo menos complejo en las primeras instancias de la postulación de hipótesis en

la construcción de cualquier programa de investigación, haciendo, entonces, admisible el afán de

simplicidad metodológica del minimismo, también, en el nivel del cinturón periférico, en el cual, al

menos, las primeras hipótesis auxiliares parecen seguir las prescripciones de economía. Esta preferencia

por modelos económicos, entonces, repercute en el PM en todos sus niveles. Se demuestra, así, que ir

Page 100: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

100

más allá del núcleo no solamente se torna necesario en un programa de investigación, sino también que

es un proceso sumamente sencillo.

5. La navaja de Occam

Luego de haber revisado los criterios de simplicidad a partir de los programas de investigación

científica, es ahora pertinente servirse de otro principio epistemológico cuyas implicaciones sobre el

estudio científico de la lingüística proporcionan un interesante aporte. Estamos hablando del concepto

de la navaja de Occam, propuesto por el filósofo y teólogo medieval Guillermo de Occam (S. XIV).

Su recomendación de no extenderse más allá de la necesidad se vuelve sumamente importante en este

punto del trabajo.

5.1. Objetivo de la navaja de Occam

En Introducción a una sintaxis minimista (Eguren y Fernández Soriano 2004), se concibe este instrumento

epistemológico como uno que explica que, “para explicar los fenómenos no se deben multiplicar las

entidades más allá de lo necesario”, de modo que “si dos hipótesis (o dos teorías) concuerdan con los

mismos datos y no difieren en otros aspectos que sean relevantes para su confirmación, entonces la más

simple se considerará como la más aceptable” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 31). Y, en ese

sentido, dentro de un marco general de los aportes chomskianos a la Lingüística, “uno de los grandes

ejes (…) es la búsqueda progresiva de una mayor simplicidad en la formulación de las hipótesis y en el

diseño del modelo de gramática” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 32), repercutiendo, tanto en los

PEM (formulación de hipótesis) como en los PES (diseño de un modelo gramatical). No obstante, la

presencia de la navaja de Occam en los PES no constituye el interés primordial de esta investigación, de

modo que en el resto del capítulo, e, incluso, del trabajo, el énfasis de observación de la navaja de

Occam estará en los PEM.

El principal valor de la exigencia epistemológica occamiana es el de exigir la simplicidad en la

formulación de las teorías, teniendo, evidentemente aplicación en las restricciones de los PEM sobre la

forma en que se plantea y organiza las hipótesis. Siguiendo un hilo de continuidad con el legado de

Lakatos, tal como ha sido presentado en este trabajo, en el capítulo anterior50, podría verse que ambas

fuentes metodológico-epistemológicas coinciden, de alguna manera, en la eliminación, cada vez que

sea posible, de los elementos innecesarios. No obstante, ambas propuestas epistemológicas difieren

50 La razón por la cual introduje primero la propuesta teórica de Lakatos, no fue, evidentemente, un criterio de orden temporal, ya que el filósofo húngaro desarrolló su obra en el siglo XX, mucho tiempo después que Occam, cuya “navaja” aparece en De los principios de teología, aparentemente escrita hacia 1328. El criterio empleado en esta investigación fue, más bien, la importancia que la exigencia de un núcleo le da a la lingüística chomskiana, frente a una profundización en cuestiones de simplicidad a partir de Occam, que, sin ser menos importantes, se pueden entender con mayor claridad luego de la explicación de las consecuencias del planteamiento de Lakatos.

Page 101: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

101

en la forma en que se exige la eliminación de las entidades superfluas. Por un lado, Lakatos, con los

programas de investigación científica, se centra en la distribución de las leyes observacionales en las

distintas partes que constituyen este programa en su conjunto, por lo que la exigencia de condiciones de

simplicidad y eliminación de lo innecesario reconocidas allí no son más que posteriores

interpretaciones, o, al menos, efectos indirectos de la propuesta, tal como se pudo ver, por ejemplo, en

los acápites 4.2 y 4.3, en donde la eliminación de lo prescindible no es la característica más resaltante de

la conformación de los programas, sino que es una condición que se reconoce recién después de una

larga reflexión sobre el tema. Por su parte, el interés de la navaja de Occam sí se localiza

específicamente en la eliminación de lo superfluo. Constituye, así, el interés primordial de la

propuesta51.

Revisando la aplicación de los principios de la navaja de Occam al PM, hay que hablar de una

“apropiación” de ésta en la visión chomskiana de la Lingüística, puesto que hay una reducción extrema,

que satura sus posibilidades, tanto en “las hipótesis concretas como la teoría en su conjunto” (Eguren y

Fernández Soriano 2004: 32), lo cual constituye, definitivamente, una novedad que el PM presenta con

respecto a sus antecedentes. El minimismo suprime elementos innecesarios en la estructuración de la

teoría, como sucede en la eliminación de niveles de representación internos al interior de la FL, al igual

que aplica estos cortes al interior del aparato gramatical (ver en el acápite 3.2 el principio de Retraso y la

condición del eslabón mínimo). Por tanto en el PM la eliminación de lo superfluo se manifiesta con

notoria claridad en que el conjunto en cuestión “no es realmente una teoría, es un enfoque, un marco

que ha acelerado la búsqueda de las redundancias que debían eliminarse y que ha proporcionado una

nueva plataforma desde la que avanzar con mucho más éxito” (Chomsky 2003: 84).

Si bien la estrategia “por la que se eliminan, por ejemplo, las redundancias y se prefieren los principios

generales a las aserciones particulares, ha sido una práctica habitual en la lingüística chomskiana desde

hace décadas” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 213), “lo que distingue, por tanto, al Programa

Minimista de sus predecesores, en su vertiente metodológica, es el hecho de que esta estrategia de

reducción de los mecanismos teóricos y descriptivos se lleva ahora hasta el límite” (Eguren y Fernández

Soriano 2004: 213) dado que promueve procesos de simplificación no exclusivos para las disposiciones

sustantivas, sino también para el diseño del aparato teórico. No se trata solamente del uso de “medidas

de simplicidad internas” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 32), tal como hay en el paso de la Teoría

Estándar a la Teoría de Principios y Parámetros, cuando, a comienzos de los 80, se “cambia

sustancialmente la manera de concebir cómo escoge el niño que aprende su lengua materna una

gramática a partir de su experiencia lingüística: el niño fija ahora los valores de un conjunto de

51 Esta diferencia tal vez se deba a que la navaja de Occam tiene un margen de aplicación mucho más restringido y menos ambicioso en sus objetivos, puesto que ese principio no pretende, por sí mismo, reformular la visión que se tiene del estudio científico.

Page 102: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

102

posibilidades abiertas por la GU (o «parámetros»)” (Eguren y Fernández Soriano 2004: 32), de modo tal

que, con los Principios y Parámetros, “hay simplemente principios extremadamente generales (…) bajo

condiciones fijas que estaban propuestas, y entonces hay opciones que tienen que fijarse, decisiones

paramétricas (…). En este marco de principios y opciones fijos que hay que seleccionar, las normas y

las construcciones desaparecen, se convierten en artificios” (Chomsky 2003: 82). El PM trae la

novedad, al interior de la obra chomskiana, de una mayor simplicidad expresada en el plano

metodológico, puesto que “determinados principios favorecen ahora, de entre dos o más derivaciones

posibles de una expresión lingüística, a aquella que sea más económica” (Eguren y Fernández Soriano

2004: 33), logrando, así, que la formulación de la hipótesis comprenda el menor número posible de

entidades constituyentes. De esta forma, “los principios de la Gramática Universal son menos costosos

que las reglas específicas de un lenguaje que son contingentes con las opciones paramétricas” (Chomsky

1997: 145; traducción mía).

Se hace, por tanto, más radical y evidente la preferencia por los procedimientos más económicos, como

se ve, precisamente, en la reducción minimista de los niveles internos de representación gramatical

durante la derivación léxica. La aplicación de economía metodológica se hace presente, por ejemplo, en

el paso de un existente y más amplio número de instancias de representación a la supresión definitiva de

estos módulos. Mientras en Principios y Parámetros estos módulos rastrean, entre otros, marcadores

de caso, roles-θ, configuraciones de ligamiento, estructuras de frase y relaciones de control, y les

confieren un lugar dentro de la derivación léxica (Hornstein, Nunes y Grohmann 2005: 24), estos

niveles, como ya se explicó anteriormente, se eliminan en la propuesta teórica, por tanto, mucho más

simplificada, del PM.

5.2. Rechazo de lo superfluo

La navaja de Occam, como ya se adelantó, rechaza las entidades superfluas en función de que no son

necesarias. “Decir que cierto tipo de entidades son “vanas” o “superfluas” es decir que no hay razón

suficiente para que existan. Por eso, no solamente no hay una base positiva para postularlas, sino que el

“principio de la razón suficiente” efectivamente las relega” (Spade 1999: 102; la traducción es mía, y la

cursiva proviene originalmente de la fuente). Y, siguiendo esa misma línea, la economía metodológica

propuesta en el PM también incide en la derivación menos costosa, dejando, entonces, de lado,

aquello que, tal como se manifiesta en los principios occamianos, no resulta necesario. Si entendemos

que el principio del menor esfuerzo (least effort) en la derivación de las piezas léxicas hacia la

conformación de la oración implica el uso de la derivación menos costosa (Chomsky 1997: 145), en ella

cabe, evidentemente, la eliminación de los módulos de revisión gramatical, con lo cual la insistencia en

la economía metodológica determina que se quite toda regla y principio teórico que resulte irrelevante.

Page 103: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

103

Parece confirmarse de esta manera, tal como se vio en el acápite 3.3, que en la trayectoria sustantiva que

la investigación minimista toma, la incorporación de una economía metodológica parece seguir la pauta

que los PES proponen, sirviéndoles de soporte en el momento de enunciar las teorías. Esta

cooperación entre ambos tipos de Principios de Economía también se aprecia de un modo particular en

la aplicación de la navaja de Occam, con la eliminación de entidades superfluas y, por ende,

innecesarias, evitando así una extensión mayor a la realmente esencial.

6. Clasificación de Mario Bunge de la simplicidad teórica

Luego de haber revisado estas propuestas y herramientas epistemológicas, se hace ahora necesario

dirigir los conceptos y relaciones vistos hacia una clasificación contemporánea de la teoría científica y,

en especial, hacia la ubicación y distribución que la simplicidad tiene dentro de ella. Por ende, este

capítulo del trabajo toma como punto de partida la concepción de Mario Bunge (1975) de lo que

constituye una teoría científica y de la importancia de seguir condiciones de simplicidad, para empezar a

reconocer qué exigencias de la teoría científica se cumplen en el programa chomskiano.

6.1. La teoría científica

M. Bunge, en el ensayo “La simplicidad en la evaluación de teorías”, de su libro Teoría y realidad (1975),

concibe una teoría de la siguiente manera: “entiendo por teoría un sistema de hipótesis precisas

susceptibles de contrastación” (Bunge 1975: 129; énfasis mío). Delimita, luego, la ubicación y el papel

que la simplicidad tiene dentro de la ciencia y contrasta su función con otras necesidades que los

sistemas que agrupan teorías deben cumplir con el fin de ser considerados, de manera correcta,

científicos. Es, entonces, en función de estos criterios, a los que el autor denomina “requisitos de la

teoría científica o síntomas de la verdad” (Bunge 1975: 145) y que establece en una cantidad de

veinte52, que delimita y recorta el campo de extensión de la simplicidad, que también se presenta entre

estos requisitos.

Por eso, “la simplicidad no es un rasgo aislado de otras propiedades de los sistemas científicos, y a

menudo compite con otras exigencias” (Bunge 1975: 130). Si bien la simplicidad constituye, entonces,

un requisito deseable en las teorías científicas, no es suficiente por sí misma, razón por la cual se

retroalimenta en el campo de las ciencias, ya que se ve obligada a regir las teorías científicas junto con

otros síntomas de la verdad. Una situación semejante ocurre en el PM, puesto que la simplicidad sólo ha de

52 Estos requisitos propuestos por Bunge son: Corrección sintáctica; Sistematicidad o unidad conceptual; Exactitud lingüística; Interpretabilidad empírica; Representatividad; Simplicidad semántica; Consistencia externa; Capacidad explicativa; Capacidad predictiva; Profundidad; Capacidad unificadora; Fecundidad; Originalidad; Escrutabilidad; Refutabilidad; Confirmabilidad; Simplicidad metodológica; Parsimonia de niveles; Solidez metacientífica; y Consistencia desde el punto de vista de la concepción del mundo (Bunge 1975: 146-162).

Page 104: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

104

ser aplicable cuando no vaya en perjuicio de la constitución integral del programa, tal como se explica

mejor en el tercer acápite de este capítulo, el cual desarrolla con más profundidad esta condición.

6.2. Clases de simplicidad

Además, Bunge propone, junto con los requisitos ya tratados, una tipología para las clases de

simplicidad que puede hallarse al interior de una teoría científica (Bunge 1975: 132). Cabe resaltar, para

fines de esta investigación, aquellas que se aplican en un grado bastante notorio en los PEM, aunque no

se niega que también puedan aparecer en los PES, dada la estrecha vinculación que ambos tipos de

Principios de Economía tienen, tal como se ha revisado en la sección 3.3 y, en cierta medida, además,

en 5.2:

-Simplicidad sintáctica, que el autor entiende como una “economía de formas”. También “es

deseable por ser un factor de coherencia”, lo cual también ocurriría, de alguna forma con la economía

de representación. Esta economía de formas es coherente con los PEM porque ellos apuntan, como ya

ha quedado claro, a la parsimonia en la formulación de las hipótesis a lo largo de todo el aparato

teórico.

-Con el requerimiento de economía minimista de evitar la aparición de símbolos superfluos en el sistema

computacional lingüístico, es posible hallar, además, un rezago de la simplicidad epistemológica, o

“economía de términos trascendentes” que opta por la frugalidad en la enunciación de las

proposiciones y en el número de éstas en relación con su máxima productividad al interior de la teoría.

Este criterio es, en consecuencia, correspondiente con la exigencia de la navaja de Occam de no

extenderse más allá de las entidades estrictamente esenciales.

-La simplicidad semántica, por su parte, al ser una “economía de presuposiciones”, es decir, una

medida para generar solamente un grupo bastante reducido de “predicados básicos” que logran “inicios

sencillos de desarrollos” y facilitan “a la vez la interpretación de los signos”, también parece manifestar

cierta correlación con el PM, dado que el núcleo de este último es, esencialmente, como ya se ha

aclarado con especial énfasis en el capítulo 4, la idea de que el lenguaje es una solución ideal para las

condiciones de legibilidad de impuestas por los sistemas externos de actuación. A partir de lo esencial

de esta proposición, se despliega la investigación en el PM.

-Por otro lado, la opción por procedimientos metodológicos más sencillos en el PM parece asociarse

más firmemente con los criterios de la simplicidad pragmática, que, como “economía de trabajo”,

cuenta, entre otras cosas con criterios de simplicidad algorítmica (“facilidad de cálculo”) y

experimental (“facilidad de preparación y de interpretación de pruebas empíricas”). En general, este

Page 105: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

105

tipo de simplicidad tiene, entre otros efectos en la Lingüística chomskiana, el poder de “eliminar la

posibilidad de la opcionalidad en la derivación” (Chomsky 1997: 146; traducción mía), cuando ésta

resulta innecesaria. Es, de esta forma, comprobable, por ejemplo, una aproximación a la exigencia de

una derivación menos costosa (Chomsky 1997: 145; traducción mía), sin niveles intermedios de

representación.

6.3. Limitación de la simplicidad en las teorías científicas y la rigurosidad científica

La consideración de la simplicidad en las teorías científicas no debe perjudicar su profundidad

epistemológica, su capacidad predictiva, explicativa o cualquier otra de las características de la ciencia

(Bunge 1975: 134). En ese sentido, la simplicidad solo ha de ser tomada en cuenta en tanto haga la

teoría “más manejable, más coherente o más contrastable” (Bunge 1975: 134). Con la introducción de

los principios de simplicidad en las teorías científicas, solamente se busca, por lo tanto, “una cauta

reducción de redundancias” (Bunge 1975: 135). Así, el PM adopta una actitud metodológica que vaya

en pos de “la búsqueda de simetría o la eliminación de redundancias” (Eguren y Fernández Soriano

2004: 224), procediendo a trabajar posteriormente sólo con aquellas propuestas teóricas que, luego de

haber pasado satisfactoriamente por las restricciones impuestas por los PEM, sean máximamente

productivas en su aporte a la explicación de cómo la FL es óptima.

Por otro lado, si bien la propuesta chomskiana no parece hacer un énfasis especialmente explícito en la

rigurosidad científica, no obstante, se podría argumentar, de repente, una mayor explicitación de la

teoría científica en los criterios de adecuación descriptiva de la investigación lingüística, al tratar

asuntos como la “sistematización de la competencia lingüística”, un “aparato conceptual con el

suficiente poder expresivo” y las “previsiones teóricas sobre la frontera entre lo gramatical y lo

agramatical” (Lorenzo 2001: 78-79; la cursiva proviene de la fuente, pero el énfasis es mío)53; sí es

posible extender para el PM el reconocimiento de condiciones de “nitidez lógica o formulación exacta

de los postulados”, al no ser “posible ninguna deducción definida a partir de supuestos básicos

construidos con vaguedad” (Bunge 1975: 135-136), sino que el requisito de especificidad es,

definitivamente, muy útil para guiar el desarrollo del programa. “Así que realmente hay dos cuestiones

separadas, similares pero separadas. La primera es: hagamos que nuestras teorías sean lo mejor posible,

independientemente del objeto (…). Y la otra cuestión es: ¿tiene sentido que el dispositivo sea óptimo?

¿Es la mejor solución posible al conjunto de condiciones que debe satisfacer?” (Chomsky 2003: 85), de

53 Se podría identificar, asimismo, un fundamento adicional de la teoría científica en el nivel de adecuación teórica, pues “la tarea del teórico no consiste en únicamente en describir experiencia del modo más económico, sino construir modelos teoréticos (…) con fragmentos de realidad” (Bunge 1975: 182; el énfasis viene de la fuente), al igual que en la visión que Noam Chomsky postula en Aspects of a Theory of Syntax, tal como lo traduce Guillermo Lorenzo: “una teoría lingüística [tiene] éxito en seleccionar una gramática descriptivamente adecuada a partir de datos lingüísticos primarios” (Lorenzo 2001: 80). De esta forma se cumple con la actitud científica de partir de los datos primarios para formular, posteriormente, ya sea inmediatamente después, o después de una serie de instancias, las teorías.

Page 106: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

106

modo que la simplicidad no debe llegar a perjudicar el marco descriptivo y explicativo de las respuestas

al núcleo del programa, es decir, las hipótesis auxiliares, sino que debe actuar a favor suyo, tanto al nivel

de los PEM, como se entiende al inicio de la cita de Chomsky, como de los PES.

6.4. Replanteando la noción de “núcleo”

Vale también la pena retomar en esta parte del trabajo la noción de núcleo de un programa de

investigación científica de Lakatos, ya que este conjunto central de “principios fundamentales”, “de

unas hipótesis muy generales” (Chalmers 2006: 124) parece cumplir con la necesidad de simplicidad

de la base predicativa, que Bunge define de la siguiente manera: “cuanto menor sea el número de

conceptos primitivos de la teoría, tanto mayor deberá ser el número de puentes entre ellos y los

conceptos derivados (definiciones y teoremas); como consecuencia, tanto mayor será la conectividad

conceptual y proposicional de la teoría” (Bunge 1975: 137). Vista la situación de esta manera, hay un

aporte complementario que se desprende de esta semejanza, pues se refuerza la interrelación conceptual

entre la propuesta de Lakatos y la delimitación científica de Mario Bunge a partir de las conexiones

generadas en las leyes que constituyen el núcleo primitivo del conocimiento científico.

En este sentido, el PM, dentro del marco trabajado por Lakatos para los programas de investigación,

confirma su condición de científico cuando cumple con que “lo que ha de ser evaluado como científico” sea

“una sucesión de teorías”, de modo que “las más importantes de tales series en el crecimiento de la ciencia

se caractericen por cierta continuidad que relaciona a sus miembros” (Lakatos 1998: 65; la cursiva

proviene del texto), es decir, la teoría54 que desarrollan. El minimismo, en consecuencia, opta, como ya

se vio en el acápite 3.3, por la construcción progresiva de modelos crecientemente complicados, en

donde habrá preferencia por las hipótesis más sencillas en una transición que tiene su punto de partida,

como ya se ha demostrado, en el núcleo. La simplicidad en la base predicativa permite colocar el resto

de propuestas teóricas en el cinturón protector, asegurando, así, que la defensa del núcleo cuente con

más elementos que si se hubiera colocado más presupuestos programáticos en el centro, lo cual lo

podría en riesgo de perder solidez y complejizaría la investigación que refuerza el postulado inicial. Los

puentes de los que Mario Bunge habla serían, entonces, más frágiles. Se demuestra, de este modo, por

ejemplo, la conveniencia de considerar la eliminación de niveles internos de representación gramatical

como una condición periférica, ya que, antes de ser un elemento de constitución cuestionable al interior

del núcleo, es, preferentemente, hasta el momento un mecanismo de sólida utilidad en el PM.

54 Retomo para esta sección el concepto de teoría como “hipótesis auxiliar o conjunto de hipótesis auxiliares” de los programas de investigación científica.

Page 107: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

107

6.5. Sistematicidad

La sistematicidad o unidad conceptual es la propiedad de todo sistema teórico por la cual “sus

conceptos han de «estar ligados entre sí»” (Bunge 1975: 146). Si transferimos este requisito a nuestra

concepción de los programas de investigación, podemos decir que el efecto de esta cohesión teórica es

el natural fortalecimiento del programa entero, dada la mayor integración y contribución mutua de sus

partes.

Hay, asimismo, en la propuesta minimista una evidente exigencia de la sistematicidad, la cual se puede

apreciar, por ejemplo, en la asunción de que las imperfecciones de legibilidad del lenguaje son solo

aparentes, ya que la visión de estos fenómenos como solo superficialmente retadores del presupuesto

nuclear contribuyen intensamente a la constitución del programa en su conjunto, al incidir en la idea de

sistematicidad. Esta noción de sistematicidad cumple un rol importantísimo dentro de las exigencias de

simplicidad, ya que “la simplicidad de la base predicativa es favorablemente significativa para la

contrastabilidad en la medida en que es propicia a la sistematicidad” (Bunge 1975: 140). La

sistematicidad, tomando cierta distancia respecto a la clasificación de Bunge, puede ser vista no

solamente como un efecto de la simplicidad, sino como una condición general de simplicidad.

Partiendo de la caracterización que el filósofo argentino hace de la sistematicidad, a la que coloca como

condición para un “sistema conceptual unificado” (Bunge 1975: 146), es posible entenderla en relación

y como uno de los espectros en que se han de derivar las condiciones generales de simplicidad. Por

tanto, si bien, no son, en última instancia, conceptos idénticos, la simplicidad y la sistematicidad

presentan una gran similitud que permiten que se pueda tomar al último como una forma de realización

funcional del primero. La simplicidad dirige la investigación hacia una sucesión más sencilla y directa de

las hipótesis, acrecentando así la conexión lógica entre estas últimas. Esta conexión lograda por la

simplicidad tiene un fuerte punto en común con la sistematicidad en tanto señala formas concretas en

que se da una secuencia de propuestas teóricas. Esta secuencia, sin ser la única forma de conexión

posible, por lo cual no resulta ser la simplicidad lo mismo que la sistematicidad, indica ya una forma

particular, y, en ese sentido, única, que aporta una sensación de sistematicidad.

7. Conclusiones

Con la intención de dar por finalizado este trabajo, resulta ahora pertinente presentar las conclusiones a

las que el desarrollo de la investigación permite llegar:

(8) El amplio número de condiciones de promoción de la simplicidad en la ciencia que se han

expuesto aquí parecen agruparse en tres criterios generales que distinguen al Programa

Page 108: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

108

Minimista en cuanto a su economía metodológica. Se deberá entender estos criterios como

abstracciones mayores que proporcionen un marco epistemológico para exigir la

simplicidad en los Principios de Economía Metodológica. Estos criterios se generan y

obedecen los lineamientos científicos que, de alguna manera, aparecen en las tres propuestas

analizadas en los capítulos centrales de este trabajo. No obstante, es necesario recordar que la

delimitación y la correspondencia de los tres criterios generales con las distintas condiciones

aquí expuestas no son exactas, ya que algunas de estas condiciones posiblemente habrán de

encontrarse distribuidas en más de uno de los criterios, situaciones ante las cuales se preferirá la

colocación de las condiciones de simplicidad en el criterio que más se identifique con cada una

de ellas, en el caso en que se deba hacer verbalmente expresa esta correspondencia. Estos tres

criterios generales, entonces, son:

-Un núcleo teóricamente elemental y metodológicamente sencillo. Este concepto surge a

partir de la revisión del núcleo central de los programas de investigación científica de Lakatos,

pero también se muestra compatible con la exigencia de simplicidad en las bases predicativas y, de

alguna forma, con la simplicidad semántica que Mario Bunge sugiere para las teorías científicas.

Este criterio, también se manifiesta, entonces, de manera indirecta, en el Programa Minimista.

-Preferencia por la eliminación de todos los elementos superfluos e innecesarios para el

programa de investigación. Es a este criterio al que se adhiere la figura de la navaja de Occam, y al

que también se refiere el minimismo con nociones como las de la derivación y la representación

menos costosas. Esta situación, no obstante, no avanza en detrimento de la conformación de la

teoría científica, puesto que no ha de traspasar los límites de lo que sí es necesario para la

elaboración de una teoría o de un programa satisfactorio.

-La sistematicidad de las teorías. Este criterio favorece a la búsqueda de teorías en las que la

unidad y regularidad reduzcan las redundancias. Toda investigación científica, por lo general,

cumple con este requerimiento, de modo que el Programa Minimista, en su calidad de programa de

investigación científica, cumple con esta condición fundamental.

Estos criterios no existen de manera separada, sino que se complementan entre los tres, de modo

que cada uno se fortalece a partir de la contribución del otro.

(9) Dado que el Programa Minimista surge expresamente como un programa de investigación

científica, es indispensable que mantenga esta condición a lo largo de su desarrollo siempre. Al

respetar su doble constitución núcleo-cinturón protector, garantiza su aceptabilidad en el

marco científico.

8. Bibliografía

Page 109: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

109

BOECKX, Cedric

2006 Linguistic Minimalism: origins, concepts, methods and aims. Oxford: Oxford University Press.

BUNGE, Mario

1975 Teoría y realidad. Traducción de J. L. García Molina y J. Semepere. Segunda edición.

Barcelona: Ariel.

CHALMERS, Alan F.

2006 ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Traducción de José A. Padilla Villate, Pilar López Máñez

y Eulalia Pérez Sedeño. Tercera edición. Madrid: Siglo XXI.

CHOMSKY, Noam

1997 The Minimalist Program. Cambridge: The MIT Press.

2000 “Minimalist Inquiries: The Framework”. En MARTIN, Roger, David MICHAELS y Juan

URIAGEREKA (editores). Step by step: Essays in Minimalist Syntax in Honor of Howard

Lasnik. Cambridge: The MIT Press, pp. 89-155.

2003 Sobre la naturaleza y el lenguaje. Adriana BELLETTI y Luigi RIZZI (editores).

Traducción de Cristina Piña Aldao. Madrid: Cambridge University Press.

EGUREN, Luis y Olga FERNÁNDEZ SORIANO

2004 Introducción a una sintaxis minimista. Madrid: Gredos.

HORNSTEIN, Norbert, Jairo NUNES y Kleanthes K. GROHMANN

2005 Understandig Minimalism. Cambridge: Cambridge University Press.

LAKATOS, Imre

1998 La metodología de los programas de investigación científica. Traducción de Juan Carlos

Zapatero y Pilar Castillo. Madrid: Alianza Editorial.

LORENZO GONZÁLEZ, Guillermo

2001 Comprender a Chomsky. Introducción y comentarios a la filosofía chomskyana sobre el lenguaje y la

mente. Madrid: A. Machado Libros.

Page 110: LAS AFRICADAS DEL QUECHUA CENTRAL: … · esta nuestra revista con uno de sus últimos estudios sobre las africadas en el quechua central. Continuando con la temática, uno de nuestros

SORDA Y SONORA. Vol. I. Nº1. 2011

110

NOSNIK, Abraham y Javier ELGUEA

1985 “Thomas Kuhn: La estructura de las revoluciones científicas” En NOSNIK,

Abraham y Javier ELGUEA. La discusión sobre el crecimiento del conocimiento científico en el

cuento de la filosofía de la ciencia. México, D.F.: Instituto Tecnológico Autónomo de

México. Consulta: 8 de diciembre de 2010.

<http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/estudio02/sec_11.html>

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

2001 Diccionario de la lengua española. Vigésima segunda edición. Madrid: Real Academia

Española. Consulta: 31 de octubre de 2010.

<http://www.rae.es/rae.html>

SPADE, Paul Vincent

1999 “Ockham´s Nominalist Metaphysics: Some Main Themes”. En SPADE, Paul Vincent

(editor). The Cambridge Companion to Ockham. Cambridge: Cambridge University Press.