Las competencias emocionales en los docentes de primera

Las competencias emocionales en los docentes de primera infancia y su incidencia en el

acompañamiento a los niños en su dimensión socioafectiva

Ana María Rendón Bueno, [email protected]

Isabel Dávila Ramírez, [email protected]

Milady Hamidi Pinzón, [email protected]

Trabajo de Grado presentado Para optar al título de Licenciado en Educación Preescolar

Asesor: Diana María Serna Hernández, Magíster (MSc) en Educación con énfasis en

lectura y escritura

Universidad de San Buenaventura

Facultad de Educación (Medellín)

Licenciatura en Educación Preescolar

Armenia, Colombia

2021

Citar/How to cite

(Rendón Bueno, Dávila Ramírez, & Hamidi Pinzón, 2021) ... (Rendón Bueno et al.,

2021)

Referencia/Reference

Estilo/Style:

APA 6th ed. (2010)

González Mejía, E., Home Collazos, M. C., & Lozano Valderrama, H. A. (2020). Las

competencias emocionales en los docentes de primera infancia y su incidencia

en el acompañamiento a los niños en su dimensión socioafectiva. (Trabajo de

grado Licenciatura en Educación Preescolar). Universidad de San

Buenaventura, Facultad de Psicología, Armenia.

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https://co.creativecommons.org/?page_id=13

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Dedicatoria

El camino de la universidad se encuentra sujeto a grandes restos, por esta razón, nuestra tesis de

grado la dedicamos con mucho cariño primeramente a Dios quien supo brindarnos mucha

sabiduría y fuerza para no desistir en momentos de angustia o estrés, pues fue el motor que nos

impulsó a seguir.

A nuestros seres queridos, aquellas personas que han estado durante todo el proceso y que con su

sacrificio y esfuerzo nos brindaron la posibilidad de sacar la carrera adelante, por ser fuente de

motivación e inspiración. Dedicamos este logro en especial a:

Samy, Edison, Bethy, Mohsen, Olga, Amando y Rafa

Agradecimientos

Agradecemos de ante mano, a todas aquellas personas (familia, docentes) que nos han forjado en

el camino. Nuestra gratitud a quienes brindaron un apoyo incondicional ante las dificultades e

inconvenientes presentados; la confianza para crecer como personas autónomas y finalmente el

transmitirnos la energía y alegría para hacer todo con esfuerzo, compromiso y sentido de

pertenencia. Pues muchas de estas personas, nos enseñaron diversas formas de ver y disfrutar la

vida. No fue un proceso sencillo, pero gracias al acompañamiento constante hemos logrado

grandes objetivos y propósitos para obtener nuestro título profesional.

Queremos agradecer en especial a nuestras asesoras Yuri Andrea Berrio Ruiz y Diana María Serna

Hernández por sus constantes palabras de aliento y por el acompañamiento académico y formativo

que nos forjaron desde el inicio hasta el final de la tesis.

Tabla de contenido

Dedicatoria .................................................................................................................................. 3

Resumen...................................................................................................................................... 8

Abstract ....................................................................................................................................... 9

Introducción .............................................................................................................................. 10

1 Planteamiento del problema .................................................................................................... 13

Descripción del problema ...................................................................................................... 13

2 Justificación............................................................................................................................ 16

3 Objetivos ................................................................................................................................ 19

3.1 Objetivo general .............................................................................................................. 19

3.2 Objetivos específicos ....................................................................................................... 19

4 Marco teórico ......................................................................................................................... 20

4.1 Estado del arte ................................................................................................................. 20

4.2 Internacional .................................................................................................................... 20

4.3 Nacionales ....................................................................................................................... 41

4.4 Marco conceptual ............................................................................................................. 46

4.4.1 Concepto de competencia .......................................................................................... 47

4.4.1.1 Competencias emocionales ................................................................................. 50

4.4.1.2 Emociones .......................................................................................................... 52

4.4.2 Educación emocional ................................................................................................. 54

4.4.3 Inteligencia emocional ............................................................................................... 56

4.4.4 Perfil docente ............................................................................................................. 59

4.4.5 Dimensión socioafectiva ............................................................................................ 63

5.1 Enfoque de investigación: Cualitativo .............................................................................. 67

5.2 Tipo de Investigación: Documental .................................................................................. 68

5.3 Instrumentos .................................................................................................................... 68

5.4 Muestra ............................................................................................................................ 69

Referencias ................................................................................................................................ 76

Lista de tablas

Tabla 1. Cita paráfrasis o no textual, fuera de paréntesis .............¡Error! Marcador no definido.

Tabla 2. Cita paráfrasis o no textual, dentro de paréntesis ...........¡Error! Marcador no definido.

Lista de figuras

Figura 1. Portada Normas APA sexta edición (2010), edición en inglés ...... ¡Error! Marcador no

definido.

Figura 2. Logo Biblioteca Digital (Repositorio) Universidad de San Buenaventura............ ¡Error!

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LAS COMPETENCIAS EMOCIONALES EN LOS DOCENTES DE PRIMERA INFANCIA... 8

Resumen

La investigación Las competencias emocionales en los docentes de primera infancia y su incidencia

en el acompañamiento a los niños en su dimensión socioafectiva, fundamentada bajo la Revisión

Documental desde un enfoque cualitativo tuvo el propósito de desarrollar un estado del arte acerca

de las características de las competencias emocionales que debe tener el maestro de educación

infantil en su práctica pedagógica para el acompañamiento a los niños en su dimensión

socioafectiva. La misma implicó la revisión de 30 trabajos de investigación de la última década

(2010-2020). Dentro de esta se encuentran grandes aportes teóricos frente al concepto de

competencias emocionales, lo que conlleva a ampliar la visión que se tiene frente al desempeño

decente y su influencia dentro de la dimensión socioafectiva, que hace parte de la educación y

formación de los niños

En síntesis, se busca contribuir a la reflexión y concientización del trabajo emocional dentro del

contexto educativo inicial, lo cual refiere que, los docentes encargados de la formación deben

adquirir las bases necesarias para desarrollar las competencias emocionales desde la educación

preescolar. De la misma manera, se pretende generar un aporte significativo que comprenda

aspectos relacionados al coeficiente emocional dentro del rol docente y su influencia dentro del

proceso educativo y formativo de los infantes.

Palabras clave: Competencias, Competencias Emocionales, Rol Docente, Dimensión

Socioafectiva, Inteligencia Emocional


Abstract

The research on Emotional competencies in early childhood teachers and their incidence in the

accompaniment of children in their socio-affective dimension, based on the desk review from a

qualitative approach, had the purpose of developing the state of the art about the characteristics of

the emotional competences that the early childhood education teacher must have in his pedagogical

practice to accompany the children in their socio-affective dimension. It involved the review of 30

research papers from the last decade (2010-2020). Within this there are great theoretical

contributions to the concept of emotional competences, which leads to broadening the vision that

is had regarding teacher’s performance and its influence within the socio-affective dimension,

which is part of the education and training of children.

In synthesis, it seeks to contribute to the reflection and awareness of emotional work within the

initial educational context, which refers that the teachers in charge of education must acquire the

necessary bases to develop emotional competencies from preschool education. In the same way, it

is intended to generate a significant contribution that includes aspects related to the emotional

coefficient within the teaching role and its influence within the educational and training process of

infants.

Keywords: Competences, Emotional Competencies, Teaching role, Socio-affective Dimension,

Emotional Intelligence.


Introducción

En el presente trabajo de investigación denominado “Las competencias emocionales en los

docentes de primera infancia y su incidencia en el acompañamiento a los niños en su dimensión

socioafectiva” se realiza una revisión teórica desde diversos autores e investigaciones que proponen

las teorías, opiniones, conceptualizaciones frente a las competencias emocionales dentro del rol

docente y su incidencia en el ámbito educativo desde la dimensión socioafectiva.

En la actualidad, las características de las competencias emocionales que debe tener el

maestro de educación infantil en su práctica pedagógica para el acompañamiento a los niños en su

dimensión socioafectiva, es un campo poco explorado, pues si bien, se evidencian investigaciones

referentes a las competencias, al rol docente, a las emociones, pero que integre dichas temáticas

dentro de un mismo estudio, es poco inusual.

En síntesis, se busca contribuir a la reflexión y concientización del trabajo emocional dentro

del contexto educativo inicial, lo cual refiere que, los docentes encargados de la formación deben

adquirir las bases necesarias para desarrollar las competencias emocionales de los infantes. De la

misma manera, se pretende generar un aporte significativo que comprenda aspectos relacionados

al coeficiente emocional dentro del rol docente y su influencia dentro de su proceso educativo y

formativo.

La presente tesis se encuentra dividida en 7 capítulos donde se ubica el planteamiento del

problema y su delimitación, derivado de este enfoque de problema planteamos tanto los objetivos

como la justificación de la presente tesis. Luego se desarrollan tanto el marco teórico como el

diseño metodológico que dan lugar a los resultados, conclusiones y recomendaciones de esta

investigación.

En el capítulo 1 se presentan las cuestiones teóricas que sustentan el planteamiento del

problema. Este se centra en las falencias que se presentan en las instituciones y universidades

encargadas de la formación de docentes de primera infancia frente a la instrucción de competencias

emocionales dentro del contexto educativo. Dicho reto se justifica en el capítulo 2 según el cual,

en la educación infantil, no se puede concebir la idea de trabajar de manera desligada el coeficiente

intelectual del coeficiente emocional, ya que ambos hacen parte de la formación integral de cada

individuo; de allí la importancia de que los docentes del Siglo XXI adquieran capacidades para


influenciar en el proceso emocional y social de los niños en primera infancia a través de los

procesos prácticos.

El capítulo 3 presenta los objetivos de trabajo, resumidos en el desarrollo de un estado del

arte acerca de las características de las competencias emocionales que debe tener el maestro de

educación infantil en su práctica pedagógica para el acompañamiento a los niños en su dimensión

socioafectiva teniendo en cuenta referencias desde el año 2010 hasta la fecha. Dicho objetivo nos

da un espacio conceptual en el cual desarrollar el marco teórico presentado en el capítulo 4. La

metodología desarrollada para esta investigación, capítulo 5, basada en fuentes secundarias permite

explorar siete conceptos claves en torno a la definición de competencias y en especial las

competencias emocionales; las emociones; los procesos de educación emocional y el desarrollo de

inteligencia emocional que permitan anclar en el perfil del docente la dimensión socioafectiva de

manera adecuada para lograr dicho objetivo.

Los capítulos 6 y 7 cierran estas investigaciones, exponiendo tanto resultados como

conclusiones y recomendaciones. Dentro de estas se desatacan el reconocimiento de profesores de

educación preescolar como entes fundamentales dentro del proceso educativo, puesto que

favorecen la adquisición de habilidades sociales; así como el estado actual de que ellos no están

altamente capacitadas en procesos de competencias emocionales, puesto que, desconocen

estrategias y métodos de trabajo que se enfoque en la educación emocional; por esta razón cabe

señalar que estos deben contar con capacidades emocionales y una alta inteligencia emocional

arraigada desde la empatía a cada uno de los estudiantes, desde cada necesidad que surja.

Es así que una de las conclusiones que arroja el presente ejercicio investigativo es que el

alto nivel de competencias emocionales que posea un docente de primera infancia, repercute de

manera positiva frente a la formación integral de los niños, y desde el ámbito formativo se requiere

invertir más en la formación a nivel de competencias emocionales. Los docentes deben estar

emocionalmente sanos para influir de forma positiva en las relaciones interpersonales que se

presentan dentro del ámbito escolar, y es por eso que el fortalecimiento de la dimensión

socioafectiva, influye de manera estrecha en el afianzamiento de la personalidad del niño y su

relación con el entorno.

Finalmente, el papel de las competencias emocionales ha tomado mayor relevancia para el

siglo XXI dentro del rol docente. Por ello, esta investigación quiere hacer énfasis en la importancia


de tener en cuenta que los docentes deben estar en constante formación emocional para alcanzar

los altos niveles requeridos dentro de contexto educativo.


1 Planteamiento del problema

Descripción del problema

En el proceso de formación del docente de educación inicial se debe arraigar de manera

significativa la inteligencia emocional y desde allí la importancia de desarrollar de manera

adecuada las competencias emocionales, teniendo como base que estas son vistas como las

habilidades y destrezas que poseen los seres humanos para controlar sus propias emociones, pues

bien, los docentes son caracterizados como influenciadores directos en la formación de niños en el

transcurso de su vida. Por esta razón, cabe resaltar el impacto que puede causar en la etapa infantil

de los mismos, siendo esta de manera positiva o negativa.

Es necesario considerar también, que el docente juega un papel fundamental en los procesos

de autorregulación y crecimiento personal de los niños, los cuales se pueden ver afectados por la

falta de acompañamiento de los padres o cuidadores frente a los procesos emocionales, que, de

alguna manera, infieren en los propósitos cognitivos, sociales y emocionales que el docente

pretende fortalecer en ellos: por ende, de acuerdo a las observaciones que se han realizado durante

el proceso en la formación universitaria como en los centros de práctica, se han logrado evidenciar

falencias debido a que los docentes se dejan permear de las emociones perturbadoras en diversos

contextos, los cuales pueden incidir de forma negativa en la obtención de la comunicación asertiva

entre docente y estudiante; al mismo tiempo, el poco interés frente a la estructuración de

competencias emocionales de docentes en primera infancia.

Teniendo en cuenta la importancia de lo mencionado anteriormente se ha evidenciado la

falta de trabajos investigativos y la poca frecuencia con la que se ha investigado sobre este tema.

Por esta razón, se considera que dentro de la labor docente se requiere mayor atención e importancia

al momento de formar desde las competencias emocionales, puesto que de nada sirve la formación

en conocimientos sino se cuenta con las habilidades y características necesarias desde todos los

ámbitos, pues bien la educación con una mirada tradicionalista ve la enseñanza relacionada al

proceso cognitivo, dejando de lado que la pedagogía de hoy requiere de docentes con características

humanas bien desarrolladas.


Conviene subrayar que, un elemento importante a tener en cuenta subyace sobre la falta de

investigaciones y estudios orientados hacia la importancia que tiene el trabajo emocional dentro

del contexto educativo, sobre todo a nivel local y regional, pues bien, las pocas investigaciones que

se encuentran en las fuentes primarias son a nivel internacional y de forma menos usual a nivel

nacional. De la misma manera, otro elemento a tener en cuenta de modo relevante, es la falta de

preparación frente a las competencias emocionales que se requieren para que un docente de

primaria infancia pueda cumplir con las exigencias que se presentan en la educación del siglo XXI.

Pues bien, si se encuentran docentes preocupados por su constante formación y aprendizaje en

diversas áreas, se podrán fortalecer los procesos formativos desde la dimensión socio-afectiva; pero

también, podemos encontrar aquellos docentes que ven irrelevante dichas actualizaciones y les

asignan menos valor a los procesos emocionales, ubicando en primer lugar la estructuración

cognitiva, lo cual puede afectar el coeficiente emocional dentro del proceso educativo.

Desde otra mirada, se logran ubicar las falencias que se presentan en las instituciones y

universidades encargadas de la formación de docentes de primera infancia frente a la instrucción

de competencias emocionales dentro del contexto educativo, ya que tienen un enfoque con mayor

orientación hacia el coeficiente intelectual, dejando así en una posición secundaria el coeficiente

emocional.

En conclusión, es de suma importancia que el docente sea capaz de razonar y equilibrar la

expresión propia de sus emociones y de allí poder ser un agente activo dentro de la práctica para

lograr dar un uso consciente de sus habilidades emocionales dentro y fuera del aula de clase desde

el conocer, el saber hacer y el saber ser. Además, dentro del estudio realizado se puede encontrar

que si bien los docentes de primera infancia contemplan la idea de formar a los estudiantes

integrando la dimensión socio-afectiva, se encuentra que muchos de ellos no cuentan con esas bases

necesarias para adentrarse en el mundo de las emociones y sus implicaciones frente a las

competencias, lo cual enfoca esta investigación en un aporte teórico y reflexivo de la profesión

docente.


1.2 Delimitación del problema

1.2.1 Pregunta de investigación

¿Cuál es el estado actual de las investigaciones desarrolladas sobre las competencias

emocionales en los docentes de primera infancia y su incidencia en el acompañamiento a los niños

en su dimensión socioafectiva teniendo en cuenta referencias desde 2010 hasta la fecha?

Otras peguntas orientadoras para el presente ejercicio investigativo son:

¿Cuáles son las características de las competencias emocionales que debe tener el maestro

de educación infantil en su práctica pedagógica?

¿Qué son las competencias emocionales?

¿Qué importancia tienen las competencias emocionales del profesor de educación infantil

en el acompañamiento socioafectivo que le hace a los niños?

¿Qué competencias debe desarrollar un docente de primera infancia para acompañar

socioafectivamente a los niños?

¿Qué beneficios tiene formar a un niño desde su dimensión socioafectiva? (desde el ser)


2 Justificación

La presente investigación se encuentra dirigida a una revisión teórica frente a las

competencias emocionales que debe tener el docente de primera infancia y su incidencia en el

proceso educativo desde el ámbito socio-afectivo dado que la primera infancia es un ciclo vital en

el desarrollo cognitivo y afectivo de los seres humanos, por ende, desde allí se debe brindar un

acompañamiento adecuado desde el coeficiente emocional; lo cual implica que el educador tenga

las bases necesarias frente a esas competencias emocionales que deben hacer parte de su ser, pero

además, de su hacer cuando acompaña en la construcción de conocimientos y experiencia

significativas.

En línea con lo anterior, se hace importante tener en cuenta que dentro de la educación

infantil no se puede concebir la idea de trabajar de manera desligada el coeficiente intelectual del

coeficiente emocional, ya que ambos hacen parte de la formación integral de cada individuo.

Dentro de la sociedad educativa se evidencia la importancia de que los docentes del Siglo XXI

adquieran capacidades para influenciar en el proceso emocional y social de los niños en primera

infancia a través de los procesos prácticos. Los docentes como modelo de rol, son entonces los

promotores en el proceso de enseñanza y aprendizaje, por ende, es propicio mencionar que se

requiere de un alto nivel de capacidades emocionales para ejecutar procesos enriquecedores en el

aula de clase, desde las diversas áreas del conocimiento en la primera infancia, ya que esta etapa

es considerada fundamental para la estructura cognitiva, social y emocional de cada ser humano.

Por consiguiente, la investigación brinda un aporte significativo desde la parte personal y

profesional docente, puesto que ayuda a comprender ciertas competencias que como educadores y,

especialmente, seres humanos se deben adquirir para vivir armónicamente en sociedad. Es decir,

que si se está preparado emocionalmente desde esas competencias se puede lograr sobrellevar las

situaciones perturbadoras que pueden afectar su práctica pedagógica puesto que, si no hay un

control sobre lo que se siente y existe un poco dominio emocional, puede reflejar conductas o

comportamientos inadecuados frente a los niños. Entonces, con ello se busca dar una visión más

amplia de la importancia que tienen las competencias emocionales dentro de la formación docente

y, por tanto, de su práctica pedagógica.


Cabe señalar además que, como segundo motivo de la presente investigación se busca

atribuir y valorar la importancia que tiene el docente dentro del ámbito educativo, ya que se

evidencian muchas investigaciones y estudios que se orientan a los procesos de enseñanza-

aprendizaje en los estudiantes y sobre las emociones dentro de los mismos, pero no se demuestra a

profundidad el rol que juega desde las competencias emocionales. Además, es importante no dejar

de lado el rol crucial que tiene en la formación de niños ya que al ser una figura de ejemplo se debe

tener presente que debe estar altamente calificado en diversas competencias y sobre todo desde un

estado emocional sano y preparado para no transmitir conductas o comportamientos negativos de

su diario vivir frente en su contexto pedagógico. En otras palabras, el docente debe tener total

dominio de sus emociones, autocontrol y una gran capacidad de empatía para trabajar con los niños.

Desde un tercer ámbito es importante manifestar que las investigaciones que se realizan

desde la parte emocional están inmersas dentro de la rama de la psicología, puesto que dentro de

esta se realizan estudios encaminados a los estados emocionales; por ello, se considera que desde

la pedagogía también se debe tener en cuenta esa parte del coeficiente emocional, por ejemplo, las

emociones hacen parte del ser individual, lo cual requiere de atención por parte de la psicología,

pero, esto no quiere decir que desde la parte educativa y formativa no se pueda acoger esta temática

tan importante, dentro de la dimensión socio-afectiva; para ello, entonces, se requiere de

conocimientos previos que faciliten la práctica docente.

Por lo anterior, dicha investigación busca, además, contribuir desde nuevos conocimientos

frente a las competencias emocionales dentro de los contextos educativos, lo cual enriquece de

forma gradual, la formación docente, esto indica poseer conocimientos y habilidades no solo a

nivel cognitivo sino también emocional; es decir, entre más preparado esté un docente, tiene mayor

posibilidad de hacer su práctica y su ejercicio profesional una labor más afectiva. Por consiguiente,

está bien que se tengan unas buenas bases a nivel pedagógico, pero, además, estaría mucho más

completa la labor docente si se tiene conciencia y comprensión frente a los sentimientos y

emociones emitidos por los estudiantes y que al mismo tiempo el educador pueda reflejar esas

competencias frente a su ejercicio educativo.

En esta misma línea, se hace importante tener en cuenta que dentro de la educación infantil

no se puede concebir la idea de trabajar de manera desligada el coeficiente intelectual del

coeficiente emocional, ya que ambos hacen parte de la formación integral de cada individuo.

Dentro de la sociedad educativa se evidencia la importancia de que los docentes del Siglo XXI


adquieran capacidades para influenciar en el proceso emocional y social de los niños en primera

infancia a través de los procesos prácticos. Los docentes como modelo de rol, son entonces los

impulsores en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes, por ende, es propicio

mencionar que se requiere de un alto nivel de capacidades emocionales para ejecutar procesos

enriquecedores en el aula de clase, desde las diversas áreas del conocimiento en la primera infancia,

ya que esta etapa es considerada fundamental para la estructura cognitiva, social y emocional en el

proceso de formación de los niños que acompaña.

Lo dicho hasta aquí supone que, la compresión de las competencias emocionales ayuda a

abarcar de una manera más amplia los diferentes roles que tiene un docente, ya que se puede

entender que el educador no solo es quien trasmite conocimientos, sino quien abarca características

de diferentes profesiones y comprende que su ejercicio educativo integra diversas áreas del

conocimiento. Del mismo modo, favorece algunos conocimientos previos que se tienen y, además,

este estudio favorece en gran medida a la comprensión y adquisición de nuevas teorías frente a las

competencias emocionales, la dimensión socio-afectiva, el rol del docente, la inteligencia

emocional, entre otros; lo que refiere estar más preparados y comprometidos con la labor educativa.

Es necesario considerar también, que si los docentes pueden forman niños emocionalmente

sanos, en futuras generaciones podremos encontrar una sociedad con más cultura, compresión y

conciencia, debido a que estarán siendo preparados para manejar asertivamente las relaciones

interpersonales e intrapersonales. Esto quiere decir, que el docente es un ente orientador en los

procesos educativos desde dos miradas bastante amplias, enfocadas en ese coeficiente intelectual

y emocional, de esta forma se puede balancear un poco más esa contextualización que se le asigna

a la educación del siglo XXI.

Finalmente, cabe resaltar la importancia e innovación del presente ejercicio investigativo,

puesto que a través del rastreo bibliográfico se logra observar la poca frecuencia con la que se

realizan trabajos e investigaciones a nivel regional, frente al tema de las competencias emocionales

en docentes de primera infancia. De esta manera, se busca generar un aporte significativo que logre

crear conciencia sobre la necesidad de integrar las competencias emocionales a las demás

dimensiones del desarrollo del infante.


3 Objetivos

3.1 Objetivo general

Desarrollar un estado del arte acerca de las características de las competencias emocionales

que debe tener el maestro de educación infantil en su práctica pedagógica para el acompañamiento

a los niños en su dimensión socioafectiva teniendo en cuenta referencias desde el año 2010 hasta

la fecha.

3.2 Objetivos específicos

• Identificar la información relacionada con las competencias emocionales en los docentes

de primera infancia y su incidencia en el acompañamiento a los niños en su dimensión

socioafectiva.

• Organizar la documentación en las fichas como instrumento de análisis para realizar la

lectura crítica de la información.

• Realizar el análisis cualitativo de las categorías y subcategorías identificadas mediante el

instrumento de análisis de información.

• Analizar e interpretar la información obtenida.

• Elaborar el informe final de la investigación.


4 Marco teórico

4.1 Estado del arte

El presente proyecto basa su carácter investigativo en tres factores bien definidos los cuales

son: las competencias emocionales, la dimensión socio afectiva y el rol docente, los elementos

relacionados con cada uno de estos factores brindan un entendimiento base que permite preparar

posteriormente un marco teórico sólido y bien fundamentado. Así mismo, la evolución del

entendimiento pedagógico de cada componente posibilita fundamentar las acciones del presente

ejercicio investigativo, pudiendo soportarlo, así como la adquisición de los resultados que se

pretenden obtener.

4.2 Internacional

En línea con lo anterior, se da inicio con los antecedentes de orden internacional, donde se

trae a contexto la investigación realizada por Caiceo et al., (2020) titulada “Rol de la educadora de

párvulos en el desarrollo de la autorregulación emocional en niños y niñas de nivel transición II”,

puesto que, presenta como objetivo general “Analizar el rol profesional de la educadora de párvulos

en el desarrollo de la autorregulación de niños y niñas de nivel transición II” Caiceo et al, (2020,

p. 12). En el análisis e indagación realizados por Caiceo et al., (2020) se ofrece un aporte

significativo al presente trabajo investigativo, puesto que, se exponen temáticas relacionadas a las

emociones y su autorregulación; de esta manera, se refleja la importancia del rol que atañe la

docente dentro de las mismas. Por consiguiente, dentro de este trabajo se profundiza la mirada

hacia la docente encargada de impartir pautas y estrategias que promuevan la autorregulación

emocional de los estudiantes y, además, cuál ha sido su percepción frente a esta temática poco

reflejada en el aula de clase. De esta manera, este estudio nos brinda unas bases sólidas frente a las

competencias que debe tener un docente para que su práctica profesional pueda favorecer en gran

medida los procesos educativos y formativos de los estudiantes.

Dentro de los resultados que se arrojan en la investigación se reflejan las respuestas de las

docentes de grado transición II frente a la entrevista realizada, donde expresan algunas ideas y


opiniones que según los autores revelan “que las Educadoras de Párvulos no manejan

adecuadamente en profundidad los conceptos relacionados a la autorregulación emocional, si bien,

identifican y manejan el rol profesional y cómo se desenvuelve este en el desarrollo de la

autorregulación emocional, no logran llevar a cabo las acciones necesarias para favorecer o

potenciar el desarrollo de las distintas competencias emocionales” (Caiceo et al,.2020, p. 103), lo

que quiere decir, que las docentes no están altamente calificadas en procesos de coeficiente

emocional, por ende, desconocen estrategias y métodos de trabajo que se enfoquen en la

autorregulación emocional. Es necesario considerar también que dentro de los resultados arrojados

por (Caiceo et al., 2020), se encontró que usar métodos de comunicación asertivos y compromisos

éticos, promueve el respeto y disminuye los niveles de frustración por parte del adulto, pues de allí

parte el proceso mediador del docente dentro de su ámbito educativo.

Es decir, que por medio del docente se pueden reflejar conductas y actitudes asertivas frente

a las emociones perturbadoras de los estudiantes; lo que requiere que la labor docente se logre

visualizar como un proceso orientado y focalizado entre las emociones y su autorregulación.

En síntesis, la investigación realizada por Caiceo, Guzmán, Merino, y Guevara (2020)

brinda diversas teorías y métodos de trabajo para el fortalecimiento de la autorregulación

emocional dentro de la práctica pedagógica del docente. Por esta razón, se atribuye lo mencionado

por los autores donde exponen que este concepto “es importante desarrollarlo en los niños y niñas

desde temprana edad, para que de este modo puedan tener un control de sus emociones y de manera

progresiva lograr contribuir al desarrollo integral de los niños y niñas” (Caiceo et al., p. 5). En

conclusión, poder trabajar las emociones dentro del contexto educativo puede facilitar en gran

medida los procesos académicos de los estudiantes; lo que influye asertivamente en los vínculos y

relaciones entre docente y estudiante. Con este estudio logramos evidenciar las habilidades que

debe tener una docente frente a su ejercicio práctico-educativo, lo cual genera una visión más

amplia y consiente del valor que tiene el coeficiente intelectual dentro de la educación inicial.

De esta manera, se toma como segundo referente la investigación realizada por Gálvez,

Gutiérrez y Rodríguez (2020) titulada “Inteligencia emocional y burnout en docentes de educación

inicial de Ayacucho”, donde se tiene como objetivo principal: “Relacionar la inteligencia

emocional y el burnout en docentes de educación inicial estatal de Ayacucho” (Gálvez et al., 2020,

p. 30). Este estudio realizado por Gálvez, Gutiérrez y Rodríguez (2020) ofrece un aporte

significativo al presente trabajo investigativo, dado que, integra factores que influyen de forma


positiva y negativa en el ámbito educativo y en este caso desde la labor docente. Por consiguiente,

se muestran las relaciones negativas que existen entre las emociones y el burnout, lo que genera

que sea un estudio muy unificado y novedoso frente a estas dos temáticas mencionadas. Es decir,

dentro de este estudio se pueden analizar diversas teóricas y estudios en los cuales se profundiza

acerca de la inteligencia emocional y los componentes de la misma.

De acuerdo a la revisión bibliográfica realizada de la anterior investigación, se evidencian

como resultado “que existe relación negativa entre las dimensiones uso, regulación y valoración de

las propias emociones de la inteligencia emocional y las dimensiones núcleo del burnout y falta de

realización del burnout” (Gálvez et al., 2020, p.40). En otras palabras, las docentes que mejor

manejan sus estados emocionales, tienen mayor desempeño laboral, ya que, según los autores,

existen diversas situaciones que se presentan en el rol decente y pueden disminuir su desempeño

laboral; por esta razón, trabajar la inteligencia emocional en los docentes pueda brindar mejoras

significativas a nivel social, emocional y educativo.

En resumen, esta investigación brinda bases sólidas y concretas frente a la relación de la

inteligencia emocional y el burnout dentro del rol docente, lo que contribuye en gran medida a

visión formativa que debe tener un docente de educación inicial, no solo desde sus competencias

intelectuales sino también desde las emocionales. Esto muestra la importancia de vincular procesos

no solo académicos frente al rol docente, sino que como lo mencionan los autores es recomendable

realizar planes de intervención que contribuyan al desarrollo formativo de los niños y a su vez se

generen estrategias de acompañamiento emocional (Gálvez et al., 2020). Por lo tanto, es

considerable enfatizar una nueva visión hacia el desempeño docente frente a su labor educativa,

brindado una mirada más amplia y profunda desde el ser de cada individuo, ya que somos seres

únicos y diversos ante las situaciones que se presentan diariamente en un aula de clase o factores

que pueden influir negativamente al educador.

Por otra parte, Muñoz, (2019), dentro de su investigación titula el “Perfil docente, bienestar

y competencias emocionales para la mejora, calidad e innovación de la escuela”, dio una mirada al

proceso de “Evaluar la competencia emocional, bienestar personal y el estilo educativo” (p. 136).

El estudio realizado por Muñoz (2019) ofrece un aporte significativo al presente trabajo

investigativo, ya que integra aspectos relacionados a las competencias emocionales de los docentes

y cómo estas influyen de forma gradual al desempeño educativo que se brinda en las instituciones

tanto públicas como privadas. Es necesario considerar también, que la autora presenta en su estudio


diversos aportes teóricos que exponen la importancia del trabajo emocional en los docentes y su

quehacer personal y profesional; de cierta manera la investigación muestra claramente la relación

entre temáticas como: la competencia emocional, bienestar y estilo educativo. Puesto que, son

factores esenciales en la labor docente, pues para Muñoz, (2019) los docentes emocionalmente

calificados pueden presentar niveles de regulación y comprensión ante las diversidades educativas,

emitiendo una educación íntegra y afectiva; de esta manera, se evidencia la relevancia de estos

factores dentro de un contexto educativo.

Dentro de los resultados encontrados en la presente investigación se encuentra que algunos

docentes comunican que mientras los niveles de competencias emocionales sean mayores, podrán

aceptar y relacionarse de forma positiva con las demás personas, puesto que, si tienen la capacidad

de entender y comprender al otro, seguramente podrán comprenderse a sí mismos. (Muñoz, 2019),

es decir, que las competencias emocionales pueden aumentar el desempeño profesional de los

docentes en las instituciones educativas; lo cual influye en gran medida al desarrollo educativo de

los estudiantes. Es necesario considerar también, que los docentes emocionalmente competentes

pueden tener mejores relaciones con los estudiantes, adquiriendo a su vez una comunicación

asertiva y positiva con los mismos.

Resumiendo, la anterior investigación comprende la importancia de las competencias

emocionales en el profesorado, por ende, se concluye que los docentes pueden transmitir no solo

conocimientos y saberes previos, sino que, además, pueden exponer ejemplos de conductas y

actitudes frente a situaciones cotidianas que se presentan en el día a día; Además, el individuo que

adquiere unas competencias emocionales puede alcanzar un mayor bienestar personal y social

(Muñoz, 2019). Para terminar, es importante atribuir que dentro de los procesos educativos

deberían estar presentes las competencias emocionales, ya que, al ser un componente institucional,

podría generar en los docentes mayor conciencia y mayor acercamiento hacia las emociones y sus

competencias; lo cual generaría mejoras comunicativas y colectivas dentro de la sociedad.

Ahora bien, la cuarta investigación en el plano internacional es la realizada por Ibáñez y

Romero (2019) titula “Promoviendo la competencia socio-emocional en infancia temprana,

Estudio de casos”, esta tuvo como objetivo principal analizar cómo el profesorado de la etapa de

educación infantil ha planificado y desarrollado programas para el fomento de la competencia

socioemocional dirigido a escolares en edad preescolar. La importancia de evidenciar como el

profesor planifica o diseña sus programas con el fin de desarrollar grandes habilidades en la primera


infancia. En el periodo de preescolar se presenta una oportunidad grande para impulsar el desarrollo

de la parte social y emocional, en las edades de 2 a 7 años. Es allí cuando la capacidad de regular

y poder expresar las emociones exhiben las habilidades sociales para afrontar las propias

emociones y a si mismo las ajenas. El dominio en las competencias emocionales en estas edades

es de gran relevancia, el docente es un gran apoyo para poder promover entornos que permitan un

aprendizaje de calidad, contribuyendo a desarrollar una adecuada percepción de sí mismos y de los

demás. La capacidad de entablar relaciones positivas con sus iguales y los adultos, el uso de las

habilidades socio-emocional para afrontar las emociones propias o ajenas son dimensiones

educables que no han desdeñarse en la educación de primera infancia, la educación emocional

proporciona una buena parte de estos aprendizajes. El profesor como encargado de aula siempre

será visto como ejemplo a seguir y los estudiantes siempre obtendrán beneficios ya que a futuro

podrán dar uso adecuado a sus emociones y relacionarse con los demás.

La primera infancia es la etapa en la que el niño aprende todo lo que observa y analiza a su

alrededor, el tema de las competencias emocionales permite evidenciar gran importancia para la

vida de ser humano desde el inicio de su vida hasta la etapa adulta, de esta manera se va expresando

lo que siente y está o no de acuerdo con ello. Como profesionales en formación es de gran

importancia el poder conocer conceptos, ideas e investigaciones de los otros en la cual hablan sobre

las competencias emocionales y la gran importancia que es implementar como docentes en los

niños y niñas.

De esta manera, también se trae a contexto la presente investigación realizada por Cubillos,

(2019) titula “El significado de las competencias emocionales para educadoras de párvulos” donde

se plantea como objetivo: “Comprender el significado que adquieren las competencias

emociona8les en las educadoras de párvulos en el ejercicio de su profesión’’ (Cubillos 2019, p.

28). Es importante considerar que la apertura al mundo emocional significa valorar la

emocionalidad como una de las dimensiones de constitución humana, tanto la mental como la

corporal. Esta apertura implica, además, estar dispuesto a explorar el propio mundo emocional. El

reconocimiento de esta carencia académica y práctica es coherente con lo planteado por

(Barrientos, 2016; & Pegalajar, 2015), para quienes los docentes tienen conciencia de la necesidad

de trabajar la educación emocional con los niños, sin embargo, no siempre perciben que tienen

ellos mismos desarrolladas dichas competencias. Es así como las educadoras, en sus discursos,

proyectan visiones y experiencias alusivas a cinco de las siete competencias propuestas por


Casassus. Se concluye que hay conocimiento sobre la temática y, aunque algunas educadoras

presentan más reflexiones sobre el tema, estas, en general son embrionarias. Además, las

entrevistadas coinciden en que carecen de herramientas relativas a la educación emocional;

advierten que se trata de un tema ausente en la formación de profesores, específicamente de

educadores de párvulos. Si bien las entrevistadas consideran relevante estar atentas reconocer y

nombrar las emociones, no profundizan sobre cómo y dónde las sienten; no relacionan lo que pasa

en el cuerpo a través de la percepción por los sentidos.

La investigación aporta gran variedad de información al presente ejercicio investigativo que

puede evidenciarse en los resultados arrojados, en donde las docentes afirman que en las

instituciones educativas existe la carencia frente a comprender el significado de competencias

emocionales y de qué manera se pueden implementar en el caso de la primera infancia.

Un sexto trabajo tomado en cuenta por sus grandes aportes corresponde a Castro, Vásquez

y Mendoza, (2019) quienes titulan su investigación “El desarrollo de las habilidades

socioemocionales en la formación inicial docente” y basan su objetivo en “analizar el papel que

juegan las habilidades socioemocionales en la educación y su impacto en el desarrollo integral de

los futuros docentes” ( p. 63-68) Por lo tanto, es importante atribuir que el papel de la educación

en el desarrollo de la sociedad es innegable. Desde tiempos remotos, se han venido estableciendo

diversas instituciones cuyos propósitos son distintos, no solo en cuanto al sector poblacional al que

se dirigen, sino también a los fines formativos que se persiguen. Conforme las sociedades se han

transformado, la educación ha ampliado sus horizontes y se han realizado grandes aportaciones a

lo largo de su desarrollo como espacio de crecimiento, y la incorporación de las habilidades

socioemocionales cuenta como una de ellas. Por ende, es importante señalar que para García y

Luna (2018, citados en Castro et al., 2019) desde este enfoque humanista, la educación tiene como

finalidad desarrollar las facultades de todas las personas; para que puedan contribuir de forma

asertiva a la sociedad. No es posible lograr una convivencia realmente cordial y profunda sin antes

profundizar en el conocimiento de sí mismo.

Para finalizar la presente revista ofrece un enfoque muy claro frente a la importancia y

relevancia en el tema de las habilidades socioemocionales, siendo primordiales en el papel docente,

este documento es de gran fundamento aporta valiosos conocimientos a nuestro proyecto desde la

docencia, ya que se aportará a la primera infancia y desde la parte personal como docentes con los

grandes retos que trae esta labor.


Del mismo modo se tomó como referente la investigación realizada por De la Cueva y

Montero (2018) titulada “El papel de las Competencias Emocionales en la Educación Infantil: Las

relaciones en la Comunidad Educativa”, ya que tuvo como objetivo “recopilar las voces de (…)

profesoras de educación infantil en torno a sus ideas y vivencias sobre el papel de las competencias

emocionales en su actividad profesional” (p. 31). Dentro de este estudio se ofrece un aporte

significativo a la presente investigación, dado que, integran aspectos relacionados con las

competencias emocionales, la educación preescolar y una perspectiva socio-cultural, que relaciona

a la comunidad educativa desde docentes, padres de familia y estudiantes que hacen parte de la

misma; por ende, permite visualizar las vivencias y experiencias frente a las competencias

emocionales dentro del rol docente y su quehacer diario. Por esta razón, se toma como referencia

esta investigación, donde se arrojan algunos resultados importantes y concernientes que evocan a

las emociones de los docentes en su quehacer diariamente.

Dentro de los resultados que se plantean en el anterior estudio, es relevante traer a contexto

que los autores mencionan la influencia tanto positiva como negativa de las emociones en la

práctica docente. En otras palabras, las emociones pueden incidir en el proceso educativo que un

docente les pueda brindar a sus estudiantes, entendiendo que, las conductas y comportamientos

emitidos hacen parte de la formación y acompañamiento educativo (De la Cueva & Montero,

2018). Por esta razón, como lo mencionan los autores, las competencias emocionales hacen parte

de la cotidianidad profesional del profesorado en educación infantil. No obstante, cabe mencionar

que estas competencias no son adquiridas con facilidad, ya que, al tratarse del sentir individual,

integra conductas, reacciones y sentimientos diversos de cada ser; estas emisiones de carácter

personal generan impacto desde lo intrapersonal e interpersonal. En conclusión, este estudio brinda

unas bases y visiones frente a la importancia que juega el papel de las competencias emocionales

dentro del rol docente, lo que conlleva al análisis y estructuración de la temática abordada.

Las relaciones entre docente y estudiante son vitales en el proceso educativo y formativo

de los mismos, por ende, en la anterior investigación los autores plantean que en algunos casos los

docentes, exponen la importancia de las relaciones entre los niños y por ende, buscan la manera de

llevar a la práctica espacios que puedan contribuir con los procesos educativos y formativos (De la

Cueva & Montero 2018) lo cual permite dar una mirada más profunda hacia la importancia de las

competencias emocionales en los docentes de educación inicial.


Agregando a lo anterior, es importante tener en cuenta la presente investigación realizada

por Muchiut, (2018) titulada “Educación emocional, una deuda pendiente en nuestros salones de

preescolar” ya que tuvo como objetivo principal “reflexionar sobre la necesidad de contar con una

alfabetización emocional en el sistema educativo, en especial en la educación inicial, mostrando la

interrelación que se da entre las distintas dimensiones del aprendizaje: el desarrollo cognitivo (…);

el desarrollo conductual (…) y el desarrollo emocional (…)” (p. 140). El estudio realizado por el

autor ofrece un aporte significativo al presente trabajo investigativo, dado que dentro del mismo se

exponen diversas investigaciones donde se expone el valor de integrar las emociones en los

procesos educativos. Esta investigación arroja una mirada más profunda, en cuanto a las emociones

que se presentan en los jardines y como son manejadas esas relaciones y habilidades sociales; lo

que quiere decir que, mediante este estudio, se logra tener una visión más clara de las prácticas

educativas y lo que implica ejercer la profesión docente con mayor compromiso e innovación.

Por consiguiente, es importante traer a contexto que dentro de los resultados que se arrojan

en el anterior estudio, se exponen algunos factores que afectan el desarrollo emocional y social de

los niños, lo que quiere decir, que estos pueden disminuir la regulación y control de las emociones

perturbadoras en su proceso formativo y educativo. Para Muchiut, (2018) el papel del docente, es

de vital importancia para los primeros años de vida de los niños, pues el desarrollo de habilidades

sociales se debe propiciar durante la educación inicial, fomentando una educación para la vida; en

otras palabras, los docentes son los encargados de propiciar un ambiente y contexto

emocionalmente sano, asegurándose del manejo y control de sus propias emociones y habilidades

sociales para ser impartidas a sus estudiantes. En conclusión, la anterior investigación presenta

resultados concernientes de las habilidades sociales en la educación inicial de los niños, lo que

refiere que: “La educación emocional es una innovación educativa que responde a necesidades

sociales (…) y su implementación implica diseñar programas fundamentados con un marco teórico

sólido que, para llevar a la práctica se debe preparar a los docentes para ello”. (Muchiut, 2018, p.

150).

Por esta razón, es importante que los docentes adquieran competencias emocionales, para

que su quehacer profesional no esté regido a procesos académicos, sino que se brinde una visión

más amplia y globalizada desde el saber y el ser. “De esta manera la enseñanza de las habilidades

sociales quedaría sujeta a una decisión por parte del docente de incorporarla a sus contenidos o no,

como así también de darle continuidad y profundización” (Muchiut, 2018, p. 146). De manera


breve, es conveniente que los docentes tengan presentes técnicas educativas, pero a su vez

formativas, que se integre no solo el coeficiente intelectual sino también el coeficiente emocional,

donde se enmarcan aspectos relacionados al sentir de casa persona.

Enseguida, se toma como referencia la siguiente investigación realizada por los autores

Pérez, Filella, Alegría y Bisquerra (2018) titulada “Desarrollo de la competencia emocional de

maestros y alumnos en contextos escolares”, la cual tiene como objetivo principal investigar la

eficacia de un programa de educación emocional que se basa en un modelo teórico sólido, se dirige

a un grupo amplio de competencias emocionales, y utiliza un grupo de control como medio para

evaluar los resultados. Esta es realizada en España para evaluar qué tan eficaces son los programas

de formación dirigidos a una población de 92 maestros y 423 niños con edades entre 6y 12 años

que se encuentran vinculados a diversos centros de educación primaria. Aplicaron diferentes

instrumentos para poder dar medición a la evolución de las competencias emocionales y de sus

dimensiones. Esta investigación ha demostrado una mejora significativa de las competencias

emocionales de las personas que participaron en el proceso y muestra cómo mejoró el clima de las

relaciones sociales.

Por consiguiente, es de suma importancia ver cómo a través de los estudios y pruebas que

realizan los investigadores se logran evidenciar de manera positiva los cambios en las poblaciones

donde se trabajó a través de la formación de capacidades emocionales, por ello, es fundamental

esta investigación ya que deja ver un impacto positivo que se da tanto en docentes como en

estudiantes de la comunidad y aunque no se puede generalizar sí deja ver que el educarse, desde lo

emocional, es vital para un mejor desarrollo y formación humana. Desde allí el rol del docente

como un mediador directo en los procesos de formación de los niños y cómo influyen de manera

positiva o negativa para la estructuración de competencias y la interacción social.

Al mismo tiempo se toman aportes y posturas abordadas en el presente trabajo que

corresponde a Cueva (2017), quien titula su investigación: “Las competencias emocionales de las

profesoras y el desarrollo socio-afectivo en la educación infantil. Una perspectiva émica y socio-

cultural, mediante la cual plantea como objetivo “Ver cómo desde la escuela se puede contribuir a

las competencias emocionales de los niños, que ahora están tan en boca de todos con la difusión

de las ideas entorno a la inteligencia emocional” (p.18). De acuerdo a la revisión teórica realizada

del anterior estudio, es importante traer a contexto los aportes brindados frente a la importancia de

trabajar las emociones dentro de las competencias de la labor docente, ya que esto implica no solo


conocer del tema, sino, además, entrar en práctica, profundizar dichos conocimientos y adquirir

una postura individual que fortalezca el quehacer del docente. Por esta razón, se toma como

referente la investigación realizada por Cueva (2017), puesto que, integra diversas miradas frente

a las competencias emocionales que debe tener un docente en su práctica pedagógica y como se

desenvuelve ante las circunstancias y acontecimientos que se presentan en la cotidianidad; lo que

implica que la autora del estudio brinde un enfoque más claro y explícito de temas tales como: las

competencias emocionales y su importancia en la educación, la autorregulación emocional,

enfoque sociocultural, papel de los docentes, formación emocional de docentes, entre otros.

Es necesario considerar también, los resultados arrojados dentro de este estudio, el cual

refiere su atención en la mejora continua de la labor de las docentes en cuanto a su puesta en marcha

de las competencias emocionales, por ende, se trae a colación lo mencionado por la autora donde

expone que las docentes fueron portadoras de pautas y conductas asertivas para los estudiantes,

dado que, esto generaba en los niños, aprendizajes y adaptaciones a sus actitudes y conductas

emocionales en su proceso formativo. En otras palabras, la autora expresa que: “Para adaptarse a

las capacidades y necesidades cambiantes de los grupos las maestras ajustan la organización del

aula. En general los espacios se mantienen (…) y las actividades siguen en la misma línea adaptadas

a nuevas capacidades e intereses (Cueva, 2017, p.374).

En suma, este estudio buscó transmitir conductas, comportamientos y reacciones adecuadas

a los sucesos que se presentan diariamente en un aula de clase o en una institución educativa. De

esta manera, se puede concluir que las competencias emocionales juegan un papel fundamental en

el ejercicio docente, además contribuyen de manera gradual a las conductas y comportamientos

negativos de los estudiantes frente a las circunstancias que se viven diariamente. Con el anterior

estudio, se logra evidenciar que los docentes son los encargados de propiciar hábitos y mejoras en

cuando a los comportamientos de los estudiantes, siendo entes ejemplares desde su labor práctica

y educativa; integrando, además, su lado sensible y expresivo, para que pueda reflejar el sentir y

actuar de una persona “normal”. Para terminar, es relevante mencionar que si bien, los docentes

son entes transmisores de conocimientos, también lo pueden ser, desde su parte emocional e

individual, subyace aquí, la importancia de que los docentes del siglo XXI puedan estar altamente

calificados desde las competencias emocionales para que su labor pueda tenga una visión más

amplia y flexible ante las adversidades.


No obstante, cabe mencionar que dentro de la investigación realizada por Molinari, (2017)

titulada “Las habilidades socioemocionales en docentes en un colegio privado de la ciudad de

Quito”, se expone como objetivo: “Indagar sobre cómo están las habilidades blandas o socio

emocionales en docentes que trabajan con niños de edad preescolar” (p. 44), dentro de la misma,

se presentan algunas deficiencias que giran alrededor de este tema, puesto que en la actualidad se

siguen creando y moldeando generaciones con poca destreza y conocimiento sobre habilidades

blandas e inteligencia emocional.

Es el preescolar un lugar que se asemeja al ambiente laboral y a la vida real, según varios

expertos educativos es necesario enseñar estas habilidades emocionales y blandas desde esa edad

(Deming, 2017). Si estas cualidades no son fortalecidas o son ignorados el destino de la humanidad

y de los niños está en peligro. Los docentes están dejando que los niños sean transformados en

máquinas que solo siguen instrucciones rutinas y no están conscientes de sus sentimientos,

cualidades y valores humanos. Dentro de este estudio se trabajaron las siguientes habilidades:

autoconciencia emocional, expresión emocional, capacidad de reconocer y respetar la conciencia

emocional de otros, descontento constructivo, compasión, integridad; todas parte fundamental en

el ser docente, ya que a diario podrá a partir de su experiencia dar un manejo coherente dentro del

aula e implementarlas mediante estrategias para fortalecer las competencias socioemocionales, este

trabajo aporta grandes ideas conocimientos desde los antecedentes para el presente ejercicio

investigativo.

Para continuar con los aportes internacionales se toma en cuenta otra investigación

realizada por Ramos, (2017):“Programa de habilidades socio afectivas para desarrollar

competencias emocionales en los niños y niñas nivel inicial 05 años de la Institución Educativa”

puesto que su objetivo estuvo enfocado a “Favorecer habilidades socio afectivo para desarrollar

competencias emocionales en los niños y niñas nivel inicial 05 años de la Institución Educativa” (

p.37).Con base en la revisión teórica es importante mencionar que en las instituciones educativas

se acentúa la parte cognitiva, pero aprender a sentir es algo que parece totalmente relegado, es algo

que cada uno debe aprender a hacer solo, que la vida te enseña a lo largo de la experiencia individual

de cada uno. Este es uno de los problemas de la educación actual, ya que se olvida que el objetivo

principal de la educación es favorecer el desarrollo integral de los niños y por lo tanto tendrá que

contemplar todas las dimensiones de la persona: cognitiva, afectiva, volitiva. Como propone el

informe Delors (UNESCO, 1996) “La educación para el siglo XXI tiene que estructurarse en torno


a cuatro pilares básicos: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a

ser” (p.69). A estos dos últimos aprendizajes todavía no se prestan suficiente atención y, sin

embargo, son la base del desarrollo personal y la vida en sociedad. Aprender a ser uno mismo y a

convivir es más fácil si se desarrollan desde las instituciones educativas las competencias propias

de la inteligencia emocional. Los estados emocionales tienen una relación directa con los

aprendizajes y la falta de habilidad para regular las emociones puede suponer graves trastornos

personales, interpersonales y/o académicos, sobre todo con respecto a las emociones perturbadoras

El presente proyecto aporta en la parte de las competencias emocionales, una problemática

principal la cual gira entorno a la falta en las instituciones educativas en la implementación de las

competencias emocionales. Es así como la formación de los docentes es primordial para con ello,

es primordial capacitarse con las competencias básicas emocionales para poder aportar al desarrollo

constantemente, dejando a un lado lo interpersonal. En las manos de los docentes está el futuro de

los niños, como se expresan como enfrentar miedos entre otras situaciones de su vida cotidiana. Es

de gran importancia los aportes dados por todos los autores.

Escollar, Cruz, Palmero y García (2017) realizan una investigación titulada: “Educación

emocional en los profesores de educación infantil: aspecto clave en el desarrollo docente” y

presentan como objetivo analizar la oferta formativa sobre la ecuación emocional, puesto que es la

clave para el desarrollo del alumnado en esta etapa y que el maestro es el principal trasmisor de

estas competencias en el aula.

Dicha investigación fue realizada en Burgos (España) en diferentes centros educativos que

pertenecen al ámbito de actuación del CFIE. En esta se llevaron a cabo análisis sobre los cursos

que están relacionados con la parte de educación emocional sobre todo en docentes de las etapas

infantiles. La misma arroja resultados como que la formación en competencias emocionales en los

profesores de educación infantil es un aspecto clave que redunda en el desarrollo integral de los

estudiantes.

Por esta razón se considera que la investigación antes mencionada aporta de manera

relevante a este trabajo y aunque no fue realizada en el mismo contexto formativo ya que en cada

país y territorio es diferente, pero aun así los aportes de la investigación ayudan a tener una idea

más clara de la importancia que tiene el trabajar con los docentes desde la formación emocional y

las capacidades que estas aportan, debido a que es muy difícil tratar de trasmitir conocimientos,

habilidades o capacidades si previamente no se está formado en ellas. Esto obliga a los docentes a


exigirse mucho más desde su formación integral pues bien cada día se enfrentan a nuevas

exigencias que implican lo humano y lo social. Teniendo como características principales la

importancia que tienen los docentes sobre todo en los primeros años de vida de los niños quienes

van absorbiendo todo a su alrededor, por ello se requiere que el personal docente esté altamente

capacitado para todas las exigencias que ello implica.

Para dar continuidad al estado del arte de la cuestión que convoca este trabajo investigativo

se retoma la tesis: “La educación emocional en la infancia: una estrategia inclusiva” realizada por

Serrano, Sevilla y Fernández (2017) la cual tuvo como finalidad “Comprobar la eficacia del

Programa Emocional de educación emocional, valorando su impacto en niños de 4 a 5 años con

necesidades específicas de apoyo educativo”. (p. 73) la cual fue realizada con una población de 22

alumnos de educación infantil con necesidades específicas, esta fue tomada de una muestra de 123

alumnos que se encontraban registrados en un colegio ordinario preferente en limitaciones físicas

de España. Después de realizar las pruebas obtienen como resultados que los alumnos que hicieron

parte del programa educativo incrementaron de una manera significativa las competencias

emocionales, lo que ha revelado una mejora evidente en cada una de las dimensiones que se han

evaluado. Por ende, el programa favorece al desarrollo de las competencias de los estudiantes que

presentan o no dificultades educativas.

Cabe destacar que esta investigación aporta de manera significativa sobre la importancia

que tiene la formación de competencias emocionales desde la infancia, y resalta lo fundamental

de la inclusión educativa, para ello se toma la base teórica que permite abrir un poco los modelos

de educación y evidenciar las exigencias que tiene y desde allí las pretensiones que se requieren

para un docente en educación infantil, quien debe contar con capacidades emocionales y una

inteligencia emocional elevada y arraigada desde la empatía. Pues bien, un docente debe de estar

capacitado para trabajar y brindar el mejor acompañamiento a todos los estudiantes desde cada

necesidad educativa que surja.

De esta manera, se integran teóricas y conceptos a tener en cuenta, planteados en la

siguiente investigación realizada por Barraza (2017) titulada “Las competencias emocionales del

docente y su desempeño profesional”, la cual tiene como objetivo: “recabar información que

permita analizar los problemas que se presentan debido a la falta de un buen desarrollo personal de

los maestros” (p, 80).


Para el logro del propósito la autora implementó varias técnicas de recopilación de

información en donde por medio de un cuestionario que se les practicaba a 30 docentes en distintos

niveles educativos, bajo un proceso de observación a través de una clase dada por cada uno de los

docentes y a la vez se le aplicó un test de autoestima, en México, obtuvo como resultado que se

necesita concientizar a cada profesor, para que en cada uno surja el interés de instruirse en las

estrategias pertinentes para lograr el desarrollo adecuado a nivel individual. Para esto se requiere

hacer una reflexión sobre si se está comprometidos en lo que concierne a la formación de sus

estudiantes y en el bienestar de ellos y el propio.

De esta manera, teniendo en cuenta la labor de los docentes como algo más profundo que

solo trasmitir información y conocimientos, según lo que requiera, los currículos educativos desde

cada ministerio de educación a nivel mundial, se tiene claro que los comportamientos de los

docentes repercuten seriamente en la formación de los estudiantes y por ello se debe exigir una

formación integral al profesorado. Quizás aún no se tomen tan enserio como se debería estas

competencias emocionales, pero se debe reconocer que a través del tiempo se han ido postulando

a tener más participación y protagonismo al paso que la educación se va transformando a una

educación más desde el ser que desde el saber, pues bien los docentes deben saber “trasmitir”

conocimientos que son necesarios para la formación desde la enseñanza, pero no es lo mismo un

maestro que enseña a uno que educa y hoy en día hay que apostarle a la educación de seres

integrales. Para ello, un docente debe estar en las mejores condiciones emocionales para lograr

trasmitirlo y así generar impactos positivos, pues bien, así como en esta investigación se pudo

obtener como una de las conclusiones que la mayoría de docentes creen que necesitan mejorar sus

capacidades emocionales, pero no hacen nada para lograrlo. Por eso es importante esta

investigación ya que ayuda a afianzar la idea de que se debe invertir mucho más en capacitar de

manera verídica a los docentes desde la formación y la práctica del día a día.

Ciertamente, es necesario considerar los diversos puntos de vista, por ello, se toma la

presente investigación realizada por Cejudo y López, (2017) la cual titularon “Importancia de la

inteligencia Emocional en la Práctica docente: un estudio con maestros” puesto que, se centra en

indagar sobre las opiniones de los docentes frente a la importancia de las dimensiones que

componen la inteligencia emocional (Cejudo y López, 2017). Para lograr dar respuesta al objetivo

los autores implementaron una prueba en 196 docentes que se encontraban en ejercicio los cuales

pertenecían a 29 centros públicos, de estos 88 ejercen en la etapa de educación infantil y 108 ejercen


en la educación primaria; la prueba fue examinada dependiendo el sexo de los docentes en donde

149 eran mujeres y 47 hombres.

De lo anterior tuvieron como resultado que los docentes de educación infantil manifestaron

mayor valoración sobre la importancia de la Inteligencia Emocional con relación a los docentes de

educación primaria. Cabe resaltar que los docentes con alta IE mostraron más importancia y

reconocimiento de las dimensiones que constituyen el dominio muestra de la IE para lograr ser un

docente altamente competente a diferencia de sus colegas con niveles más bajos.

Por consiguiente, se puede concluir que esta investigación aporta de manera significativa

ya que cómo hablar de competencias emocionales sin tener en cuenta la inteligencia emocional en

los docentes, pues bien sería imposible trabajar desde las competencias sino se adquiere un alto

nivel de inteligencia emocional, de empatía y de entendimiento sobre uno como individuo, pero

sobre todo de la relación con el otro. Por eso es fundamental la opinión de los docentes sobre estas

competencias y que mejor que de la mano de un estudio en donde se puede evidenciar que para los

docentes es muy importante la adquisición de las mismas, también puede evidenciarse que hay

diferentes miradas y todo es dependiendo del tiempo que se lleve laborando en la docencia, esto

ayuda a tener más apropiación de lo que se requiere partiendo de las observaciones diarias en la

labor.

En otro sentido, se trae a contexto la presente investigación realizada por Burrola, Burrola

y Viramontes (2016) titulada “Inteligencia emocional e integración grupal en el aula: dos

consideraciones en la formación docente”, donde los autores presentan como objetivo de estudio

“Favorecer la unión del docente con su grupo por medio de estrategias emocionales” (p. 167).

Dicho estudio ofrece aportes significativos a la presente investigación, puesto que integra la

influencia y el valor que pueden generar las emociones dentro del contexto educativo y como es el

desempeño profesional del docente frente a las mismas. Por esta razón, se toma como referente el

anterior estudio, donde se establecen estrategias y métodos de trabajo en el aula de clase para

fortalecer las relaciones entre docente y estudiante; a su vez fortaleciendo la comunicación entre

los pares e integrando experiencias valiosas para una vida en sociedad.

De acuerdo a la revisión teórica realizada del anterior estudio, se hace importante mencionar

que según los resultados de los autores: “Se tuvo un avance significativo en cuanto a la confianza

de los alumnos hacia el maestro, ellos se sentían seguros de acercarse a platicar sobre diversos


temas que les afectaban o para pedir algún consejo para resolver situaciones difíciles” (Burrola,

Burrola & Viramontes, 2016, p. 174).

De esta manera, se lograron obtener nuevas relaciones y vínculos afectivos entre estudiantes

y docente. Lo cual enriquece de cierta manera el núcleo educativo y formativo. Por esta razón, es

importante que el docente pueda crear lazos afectivos dentro del aula de clase, para que la

educación no esté orientada solo a temas intelectuales, sino también desde el ser de cada individuo

que implica el estado emocional de los niños.

En conclusión, el estudio al cual se hace referencia brinda una mirada muy amplia sobre las

implicaciones que puede tener el docente en el desempeño académico y emocional de los niños, ya

que como lo mencionan los autores el docente no debe ser visto como un ente que transmite

conocimientos, sino que puede contribuir de forma asertiva a los procesos educativos de sus

alumnos, pues no se puede enseñar algo que no se entiende (Burrola et al., 2016). Es decir, para

que exista una buena educación a nivel emocional, el docente debe adquirir primero unas

competencias emocionales que puedan sustentar la enseñanza y orientación de las mismas, lo cual

favorece no solo sus habilidades sociales y personales, sino también sus capacidades profesionales.

Para terminar, es relevante atribuir que la educación emocional es un elemento esencial en el

desarrollo educativo y formativo, por ende, se debería tomar en cuenta el valor que pueden emerger

dentro de la educación inicial tanto en docentes como en estudiantes.

Es necesario considerar también, la presente investigación realizada por Lorente, Ramos y

Pérez (2016): “Las prácticas docentes y el desarrollo de las competencias emocionales en

estudiantes de educación primaria”, dentro de la misma, se plantea como objetivo identificar si las

prácticas educativas que propician los docentes centran su mirada en el desarrollo de las

competencias emocionales de los estudiantes.

Dentro del contexto educativo es importante señalar que la pesquisa por la educación

emocional, basada en la búsqueda de estrategias educativas para dar mejora a los procesos de

adaptación en los estudiantes en el contexto que les rodea, es bastante escasa comparada con

factores que integran el ambiente educativo y el rendimiento académico de los estudiantes (Ramos

& Pérez, 2010)

Para Mayer y Salovey, (1997) las competencias emocionales permitían que los estudiantes

regularan sus estados de ánimo y resolvieran conflictos de la cotidianidad. Además, señalaban que

las distintas emociones que se experimentan, pueden presentar una mayor influencia en el


desarrollo vital. Por todo ello, es importante señalar que, si desde los centros escolares se atendiera

curricularmente al desarrollo de esta inteligencia y a estas competencias, el progreso madurativo

del alumnado estaría orientado en mayor medida al logro de su estado de bienestar global (personal,

social y académico) Gottman, (1997). Pero, para todo ello, los docentes deben estar capacitados en

cuanto a las competencias necesarias para elegir y gestionar los métodos de enseñanza-aprendizaje

convenientes que permitan de forma directa y transversal, desarrollar en su alumnado las

competencias emocionales Bisquerra, (2003), Pérez, y Gonçalves, (2013).

La presente investigación aporta grandes conocimientos a este ejercicio de indagación ya

que trata claramente el tema de competencias emocionales, la importancia y la influencia en la

primera infancia, cómo desde la docencia se puede hacer un gran aporte a los niños en su

desarrollo social en el contexto que se encuentren, los docentes al estar en una institución educativa;

de acá se deriva un interrogante ¿cuánto conocimiento o preparación tiene el docente frente al

tema de competencias emocionales para hacer frente y tener buenos resultados en una labor

profesional?

Por tal razón, se trae a contexto la investigación realizada por Leonardi (2015) titulada

"Educación emocional en la primera infancia: análisis de un programa de conocimiento emocional,

en niñas y niños de cinco años en un Jardín de Infantes Público de Montevideo”, Leonardi (2015).

De esta manera, cabe señalar que, desde un enfoque de derechos, pretende incentivar el estudio de

una dimensión poco integrada en la educación de los niños, contextualizando las emociones. Dicha

investigación presenta como tema principal la educación emocional en la primera infancia y plantea

como objetivo el análisis de un programa de conocimiento emocional, en niñas y niños de cinco

años, en un Jardín de Infantes Público de Montevideo, basado en el modelo de inteligencia

emocional (IE) de Mayer y Salovey 1997. Es por ello que en el desarrollo de los niños de cinco

años se producen importantes procesos psicológicos, conciencia del yo, autoconocimiento,

consideración del grupo de pares, entre otros, por lo cual, se entiende que una intervención oportuna

mediante un programa de educación emocional, favorece el despliegue de competencias

emocionales y sociales durante estos primeros años de vida.

Para dichos autores las habilidades emocionales, son vistas como habilidades básicas en el

ámbito educativo. Pues, en la actualidad los distintos combates sobre el constructo IE y educación

emocional, encuentran un punto en común, el cual es la importancia del desarrollo de competencias

emocionales y sociales en el ámbito educativo. Desde este punto en común, el estudio concibe la


IE, educación emocional y competencia emocional y social, en articulación permanente en cuanto

apuntan al bienestar y la salud de los niños durante la primera infancia. Por lo cual, el tercer

apartado aborda sobre competencia emocional y competencia social, desde donde se fundamenta

la educación emocional en la primera infancia.

Desde el anterior trabajo investigativo se evidencia una definición muy puntual frente a las

competencias emocionales y la gran dimensión que tiene en los docentes, el aula de clase se

convierte así en un factor primordial para el desarrollo de estas y es el docente mediante sus actos

y comportamientos el ejemplo a seguir de los niños en desarrollo. Este trabajo hace un aporte

significativo siendo un articulador importante con los autores que a lo largo de los años han

aportado a las diferentes investigaciones, permite nutrir nuestra investigación desde la primera

infancia y la parte emocional que es tan fundamental en la vida del ser humano y como estas

competencias aportan al bienestar y salud mental y social del niño.

De acuerdo con lo anterior, se hace significativo tener en cuenta la importancia de atender

a los procesos formativos de los docentes sobre todo en educación inicial debido a la importancia

que tiene esta etapa en la vida del ser humano, es por esta razón que se toma como referente la

investigación realizada por Pegalajar y López (2015) denominada “Competencias emocionales en

el proceso de formación del docente de educación infantil”, la cual pretendió “evaluar el nivel de

autorrealización y crecimiento personal de alumnado del grado de Educación Infantil de la

Universidad Católica de Murcia” ( p. 95); para lograrlo se utilizó una metodología descriptiva en

donde la recolección de datos se dio por medio de la técnica de encuesta.

De esta manera la población en la cual se llevó a cabo el estudio de esta investigación fueron

los alumnos de primer, segundo y tercer grado en educación infantil pertenecientes a la Universidad

Católica de Murcia (España) en donde la muestra fueron alumnos universitarios quienes

participaron de manera voluntaria y cumplieron con la solución del cuestionario. Los resultados de

esta investigación se dan gracias a la implementación de la prueba de Tukey en los docentes que

se están en formación para ejercer en educación infantil en donde se evidencia la importancia de

formarse en capacidades emocionales para mejorar la práctica desde 3 percepciones, las cuales son:

percepciones sobre nivel de autorrealización y crecimiento personal, diferencias en las

percepciones sobre crecimiento personal según la variable de género, diferencias en las

percepciones sobre crecimiento personal según la variable “motivo de acceso al grado”.


De la misma forma con esta investigación y gracias a la prueba realizada ayudan a

especificar un poco más la importancia que tiene en el docente, y sobre todo en la formación de

aquellos docentes quienes enseñarán en primera infancia, un balance adecuando entre lo cognitivo

y lo emocional. De la misma manera aporta a la presente investigación de manera significativa ya

que se evidencia como el buen manejo y formación en competencias emocionales de los docentes

ayudan a que los procesos en el aula y en el trabajo sean satisfactorios, pues bien, si un docente

logra autorregularse y auto conocer sus emociones esto ayudará a facilitar mucho el trabajo

empático con los niños al comprender sus emociones ya que una persona educada emocionalmente

es capaz de entender los diferentes contextos a los que se enfrentará.

De lo anterior se pueden entender, también, los resultados positivos o negativos de si el

trabajo del maestro es por vocación o simplemente por reconocimiento. Pues bien, cuando el

trabajo se realiza por vocación se quiere formar al ser de manera correcta para trabajar con otros

seres humanos mientras que, si se trabaja por reconocimiento o bien por incentivos económicos los

resultados en el aula no van a funcionar de la misma manera.

De esta forma, se vincula la presente investigación realizada por Calderón, González,

Salazar y Washburn (2014) titulada “El papel docente ante las emociones de niñas y niños de tercer

grado” y tiene como objetivo general “analizar el papel del personal docente ante las emociones

que manifiestan en el aula las niñas y los niños de tercer grado de dos escuelas urbanas de la

provincia de San José” (p. 1). El estudio realizado ofrece un aporte significativo al presente trabajo

investigativo, puesto que en el mismo se presentan aportes teóricos que proponen diversas

opiniones y concepciones frente a las competencias, emocionales; de esta manera, se integran

temáticas relacionadas a la conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional,

competencia social y habilidades de vida. Dentro de esta investigación se logran analizar las

habilidades, conocimientos y estrategias que utilizan los docentes frente a los diversos estados

emocionales de sus estudiantes, lo cual favorece en gran medida el significado y rol que debe

cumplir el educador frente a las mismas.

Dentro de los resultados que se arrojan en la anterior investigación, es importante traer a

contexto lo que menciona el autor frente a la importancia de la educación emocional ya que:

En su mayoría, el personal docente manifiesta que ha recibido sus conocimientos

de la formación universitaria. Sin embargo, mencionan que es insuficiente y que no


tienen todos los conocimientos necesarios. De igual forma, recalcan la importancia

de una constante actualización o formación continua (Calderón, González, Salazar

&Washburn, 2014, p. 21).

En otras palabras, desde los procesos educativos universitarios se debería tomar en cuenta

el valor que juegan las competencias emocionales dentro del rol docente; lo que quiere decir, que,

desde allí, se deben brindar unas bases consistentes y concretas que se puedan poner en práctica

desde la profesión docente. Por otra parte, dentro de este estudio se arroja que los docentes utilizan

diversas estrategias para hacer posible una relación y comunicación entre educador-estudiante, sin

tener muchos conocimientos, pero si motivación e innovación; en diversos momentos los docentes

sienten temor de mostrar sus propias emociones frente a los niños debido al cambio actitudinal que

puede generar en los mismos, por esta razón, tratan de expresar conductas positivas para obtener

mejor respuesta.

Para terminar, es importante atribuir que, dentro de la investigación realizada por Calderón,

et al, (2014) se brindaron algunas estrategias al personal docente mediante un manual que puede

ser utilizado en el momento en que se considere necesario, aplacando de esta forma las emociones

perturbadoras del docente o sus estudiantes. Del mismo modo, es importante que tener en cuenta

lo que mencionan los autores frente a la actualización y formación continua de la labor docente;

puesto que, ser educador implica no solo adquirir conocimientos, sino que, además, compromete

valores, competencias, habilidades y estrategias que hagan factible una educación integral y de

calidad integrando el coeficiente emocional desde su quehacer personal y profesional. Se considera

necesario, entonces, atender a las necesidades académicas, pero a su vez emocionales de los

estudiantes y aún más del docente, quien imparte estos conocimientos y experiencias para la vida.

De esta forma, se trae a contexto la tesis realizada por Pérez Escoda et al., (2013), la cual

titularon “Evaluación de un programa de educación emocional para profesorado de primaria”.

Puesto que tuvo dos objetivos los cuales consistían en “Desarrollar competencias emocionales

(personales y profesionales) a la comunidad educativa para que puedan hacer frente a la

conflictividad de forma más efectiva. (Pérez, et al, 2013, p. 239). Para la realización del estudio de

contó con una muestra de 92 profesores los cuales son parte de centros públicos de educación

primaria (Barcelona y Lleida). A través del análisis de los resultados del estudio que practicaron

los autores concluyeron que el programa de educación emocional para profesorado de primaria


ayuda de manera significativa en el desarrollo de la competencia emocional en quienes lo han

practicado. De la misma manera cabe resaltar que la intervención no hace desarrollo de todas las

dimensiones de las competencias emocionales de la misma manera. En los resultados destacan los

procesos que fueron experimentados por los profesores en las dimensiones de regulación emocional

y las competencias sociales.

Se consideran oportunos los aportes que este trabajo de investigación dada la importancia

que tiene una sana estabilidad emocional en el trabajo y más para un docente, esta investigación

habla sobre la educación emocional que deben tener los docentes y sobre la urgencia de cuidarse,

tanto física como emocionalmente, para no llevar a un gran desgaste emocional y no llegar a causar

algo llamado el síndrome de Burnout, el cual se caracteriza por el desgaste emocional, el bajo

rendimiento en el trabajo y despersonalización del mismo. Como docentes en formación y con una

mirada más consciente de los nuevos requerimientos en la educación debe entenderse que para

lograr buenos beneficios en los niños primero debe trabajarse en el proceso de formación sobre

todo a nivel de las capacidades emocionales que quizás son las que se han dejado a un lado, pero

que a través del tiempo están mostrando que son las mejores aliadas de la educación y de la

sociedad.

Para finalizar el rastreo a nivel internacional se presenta el trabajo investigativo de

Santamaría, J. S. (2010) el cual tituló “La competencia emocional en la escuela: una propuesta de

organización dimensional y criterial” la misma que ofrece un aporte llamativo porque fue realizada

con dos grandes propósitos que se refieren a: generar conciencia en la comunidad educativa, sobre

la importancia de las competencias emocionales y el trabajo sobre las emociones en diversas etapas

educativas del sistema regional (Sánchez, 2011).

Así mismo, en este artículo se realiza una propuesta de desarrollo curricular de la

competencia emocional que requiere un docente en la educación inicial y en la educación primaria.

En esta se obtiene como resultado que las competencias emocionales poco a poco se han convertido

en uno de los elementos principales en el proceso de enseñanza‐aprendizaje en las escuelas, pues

de esta manera se exige que todo el alumnado debe desarrollar su competencia de acuerdo a los

niveles denominados por la normativa. Esto conlleva a exigir mejor desempeño en los procesos

evaluativos ya que los docentes deben enseñar, no solo contenidos, sino también, competencias.

Al mismo tiempo, el trabajo que se referencia hace una propuesta de desarrollo curricular

que aporta de manera reveladora a este ejercicio de investigación sobre todo desde los teóricos, y


con las diferentes posiciones frente al profesorado y las formaciones sociales, ya que, hace gran

énfasis en que los docentes deben tener una formación específica y bien estructurada frente a la

educación emocional para lograr generar impactos en la educación. En esta investigación realiza

un estudio detallado sobre las competencias que debe tener un joven al finalizar su etapa educativa

y la calidad que tiene la formación en gran parte de los docentes de primaria y educación inicial

para garantizar que se dé un aprendizaje significativo y con perdurabilidad a través de los años.

4.3 Nacionales

Una vez terminado la exploración de las investigaciones en el plano internacional se da

cabida a las de orden nacional.

Para iniciar se referencia el artículo realizado por Chacón y Sabogal (2020): “Percepción

emocional del docente-tutor en el proceso de aprendizaje” el cual tuvo como objetivo “realizar una

aproximación a la descripción e interpretación de la percepción emocional del docente - tutor y su

intervención en procesos de aprendizajes de estudiantes de modalidad a distancia” (p. 56). El

estudio ofrece un aporte significativo al presente trabajo investigativo, puesto que, dentro del

mismo se vinculan temáticas importantes a tener en cuenta como la gestión emocional dentro del

rol docente, las emociones y la relación con la vida y, por último, y no menos importante, las

emociones dentro de la enseñanza; esto indica que las emociones dentro del perfil docente no solo

se encaminan al sentir, sino también al conocer, experimentar y aprender nuevas cosas. Esto

muestra, que existen diversas características y procesos relacionados tanto al coeficiente emocional

como intelectual, que integran de manera global el desempeño docente, dentro de sus labores

educativas.

De la misma manera, dentro de esta investigación se arrojaron resultados importantes a

tener en cuenta desde la mirada profesional de un docente ya que esto involucra el conocimiento

del educador y tutor para llevar a cabo “ nuevas experiencias de aprendizaje enriquecedoras en el

panorama educativo desde los ambientes y los procesos de interacción permitiendo a los

estudiantes reconocer y adquirir nuevos aprendizajes para reconocer la complejidad de las

emociones involucradas” (Chacón & Sabogal, 2020, p. 50). Esto quiere decir, que para hacer

posible un proceso educativo y formativo a nivel emocional, es necesario que, como factor inicial,

los docentes tengan los conocimientos previos y precisos sobre el coeficiente emocional; para que


sea posible impartir dichos conocimientos generando experiencias pedagógicas significativas en

los estudiantes.

A manera de recomendación, se hace necesario que se tengan presente las competencias

emocionales que debe poseer un profesor de educación inicial lo que implica tener unas bases

sólidas sobre el coeficiente emocional, para que su proceso de enseñanza sea mucho más

enriquecedor al momento de transmitir conocimientos, ya que como lo mencionan los autores, esto

implica adquirir conciencia sobre las emociones propias de los docentes y los estudiantes para

lograr identificar lo que siente en sí mismo y moderar las conductas y comportamientos de las

mismas, de esta manera buscando generar un aprendizaje más significativo a nivel formativo

(Chacón y Sabogal, 2020).

Lo que quiere decir, que, si el docente está altamente calificado frente a las competencias

emocionales o la inteligencia emocional, su desempaño puede ser mucho más valioso, además,

puede ser más flexible y comprensible al momento de educar y formar los estudiantes.

Seguidamente, se refiere la investigación realizada por Quintero y Sánchez, (2019)

nominada la “Importancia del aprendizaje cooperativo en el desarrollo de las competencias

emocionales de los estudiantes de 2 y 3 de la básica primaria Instituto José Celestino Mutis” y tuvo

como objetivo determinar si el aprendizaje cooperativo puede ser una estrategia asertiva en el

desarrollo de las competencias emocionales de los niños (Quintero & Sánchez, 2019). No obstante,

cabe mencionar que los docentes tienen el propósito de buscar transformaciones significativas en

los estudiantes, partiendo de un proceso de orientación y construcción de diversas estrategias de

enseñanza que puedan estar encaminadas al cambio y que articulen los procesos académicos y

emocionales, de tal forma que la formación integral de niños y jóvenes, se encuentre basada en

competencias dentro de las instituciones educativas. Es por ello que, el desarrollo de competencias

sociales, partiendo del manejo de las emociones es una de las arduas labores que los profesores

deben desarrollar en sus estudiantes, ya que de esto parte la formación de seres humanos capaces

de convivir en comunidad en busca de lograr objetivos comunes que les permitan encontrar una

mejor calidad de vida y la preservación del planeta a través del cuidado del medio donde se

desarrollan.

Las teorías de algunos psicólogos como Decroly quien rechaza la educación tradicional, ya

que él piensa que la escuela debe preparar al niño para la vida moderna desarrollando sus actitudes

y aptitudes para un buen desempeño en la sociedad; el objeto de la educación es favorecer la


adaptación del niño a la vida social, por lo que se deben tomar en cuenta las necesidades

emocionales del momento y las condiciones locales.

Para dar conclusión a lo anterior es trascendental el aporte dado desde la opinión de que los

docentes tienen en gran reto de contribuir a la formación integral en la primera infancia siendo

seres transformadores, implementando diferentes estrategias en el aula de clase para que las

competencias emocionales sean un tema de importancia el cual aporte de manera positiva en el

transcurso de su vida, es un reto constante desde la labor docente el ser capaz de prepararse para sí

mismo y poder ayudar a la construcción del conocimiento a los infantes.

De la misma manera, la investigación “El docente como actor en la construcción de la

dimensión socioafectiva de los niños y las niñas de transición a través de su relación con ellos”

realizada por Rodríguez y Cárdenas (2016) “dentro de la misma se plantea como objetivo general

“Visibilizar cómo se configuran las relaciones entre docentes y niños de transición y la dimensión

socio afectiva en las interacciones cotidianas en su contexto educativo” (p. 33).

La investigación realizada por los autores ya mencionados presenta diversos argumentos

frente a temáticas como: las emociones del docente dentro del proceso formativo y del estudiante

frente a su proceso educativo y socio afectivo. Por esta razón, luego de realizar una revisión teórica

se evidencian temas sustanciales a tener en cuenta dentro de la tesis de grado que se está ejecutando;

dentro de los cuales es pertinente destacar el interés del estudio de estos autores por visualizar las

relaciones entre docente y estudiante que pueden influenciar de forma positiva o negativa en el

proceso educativo de los niños. Por consiguiente, es necesario considerar el concepto sobre el

desempeño docente dentro de la dimensión socio-afectiva, que integra su parte educativa y

formativa.

La anterior pesquisa plantea resultados claros y coherentes dentro del estudio realizado con

docentes y estudiantes, en la cual se arrojaron datos importantes sobre la entrevista realizada a

docentes en el marco socio afectivo de su quehacer profesional y personal. Dentro de esos

resultados se encuentra, que el docente es un ser que tiene derecho a expresar lo que siente, pero

de una manera tranquila; esto asegura que los estudiantes puedan ver el reflejo de las actitudes y

comportamientos al momento de sentir una emoción o un sentimiento perturbador. Además, las

docentes mencionaban en las entrevistas realizadas que el poder expresar lo que se siente favorece

en gran medida el estado socio afectivo de las personas y su salud mental puede mejorar con solo

reducir eso que se siente. (Rodríguez & Cárdenas 2016).


En síntesis, la anterior investigación conduce a una mirada un poco más amplia y profunda

sobre la influencia del trabajo socioafectivo dentro de las instituciones educativas y más aún en la

educación inicial, por ende, “Es importante construir la dimensión socio afectiva a través de

relaciones de influencia que posibiliten o potencien habilidades intersubjetivas de los niños (…),

lo cual lleva a que conozcan, comprendan sus emociones y las autorregulen” (Rodríguez &

Cárdenas, 2016, p.7). Es relevante traer a contexto que las relaciones socioafectivas del docente

con los estudiantes pueden favorecer en gran medida los procesos de aprendizaje y además

contribuye a que ambos sujetos puedan expresar sus estados emocionales y sean comprendidos de

la mejor manera, entendiendo que todos los seres humanos, son seres sintientes y cambiantes ante

las adversidades y situaciones cotidianas de la vida; esto conduce a una existencia plena y más

tranquila que además, le brinda un sentido más amplio a la labor educativa de un docente.

Por otra parte, es pertinente integrar a esta búsqueda la investigación realizada por Patiño

y Oneida (2016),“Desarrollo de las habilidades sociales en la primera infancia, mediante una

propuesta pedagógica que permita fortalecer la inteligencia emocional de los niños de 3 a 4 años,

en el jardín infantil Mis Amigos y Yo, de la ciudad de San Juan de Pasto”, dentro de esta se propone

como objetivo desarrollar las habilidades sociales mediante una propuesta pedagógica en los niños

de 3 a 4 años del Jardín Infantil: “Mis Amigos Y Yo” de la ciudad de San Juan de Pasto” (Patiño

& Oneida, 2016). Seguido de eso se evidencia que dentro del estudio habilidades sociales y

emocionales en la primera infancia, son competencias que permiten el desarrollo de habilidades

intrapersonales e interpersonales en los niños, cabe resaltar, que estas aptitudes son aprendidas en

el medio donde se desarrolla el infante, como bien lo señala Bandura (1974). Por ende, cabe

mencionar un gran autor la cual es el principal en la inteligencia emocional en el desarrollo del ser

humano y se hace referencia a Goleman (1993), quien da a conocer que las habilidades sociales

hacen parte de la inteligencia emocional y estas, son de suma importancia dentro de la primera

infancia, por ende, se debe reforzar estas competencias desde la educación inicial.

Es así como por parte de Collel (2003) citado en López (2008), el desarrollo de habilidades

sociales en la época escolar contribuye a disminuir situaciones problemáticas presentes en las aulas:

dificultades de relación, aislamiento, falta de solidaridad, agresividad, entre otras; que a su vez

generan desmotivación, señalada frecuentemente como una de las causas del fracaso escolar. Por

ello, la relevancia de llevar a cabo una propuesta pedagógica que permita desarrollar ciertas

habilidades sociales y emocionales desde el aula, ello radica en que estas influyen positivamente


en los aprendizajes académicos e incrementan la motivación en los procesos cognitivos y meta

cognitivos; de igual manera garantizan relaciones positivas y favorecen la autoestima, solo por

mencionar algunos aspectos.

El presente trabajo de grado aporta grandes conocimientos ya que da la posibilidad de

conocer percepciones claras desde varios autores analizando cómo la inteligencia emocional y sus

competencias dan gran apoyo al aula de clase, convirtiéndose en un tema que día a día se debe

fortalecer en la primera infancia, para esos niños que están en momento de adquisición de saberes

y como desde la docencia puede aportarse a las dimensiones de su desarrollo en todos los ámbitos

con estrategias útiles.

Para terminar, se tiene en cuenta la investigación desarrollada por los autores Triana y

Velásquez (2014) titulada “Comunicación asertiva de los docentes y clima emocional del aula en

preescolar” esta contó con el objetivo de responder a la pregunta “¿Cómo se relacionan las

comunicaciones asertivas y no asertivas del docente con un clima emocional del aula positivo,

específicamente en lo que se refiere a las relaciones que se establecen en el salón de clases entre

los estudiantes?” (p. 26). Este estudio fue realizado en el colegio Gimnasio Fontana el cual tiene

en su pensum académico la educación básica, primaria y media. La institución es de tipo mixto y

su población está en un rango socioeconómico 4, 5,6. Cabe resaltar que la institución es bilingüe

desde el preescolar enseñan inglés y como tercera lengua el francés. El estudio se implementó en

el nivel preescolar en donde los grupos están conformados por 12 a 20 estudiantes y se tomó un

grado pre kínder al azar entre los grupos disponibles.

Los resultados que los autores logran a través de la investigación es describir las conductas

asertivas y no asertivas de la docente y cómo estas influyen en el clima del aula; normalmente la

docente implementó la comunicación asertiva, así mismo, se logró observar una conducta no

asertiva y fue la conducta pasiva en la que opta por ignorar la respuesta del estudiante y así también

la impositiva más frecuente fue en la que esta tiende a imponer su autoridad utilizando cierto tono

de voz y postura corporal. Todas estas actitudes influyen de manera determinante en el clima del

aula de clase.

Por consiguiente, este trabajo de investigación aporta datos y posturas significativas al papel

que juegan las competencias emocionales y sociales en los docentes de preescolar, ya que, el

docente es un modelo de ejemplo a la vez que juega como modelador de las emociones y conductas

de los estudiantes. Desde allí se logra evidenciar cómo los comportamientos de los docentes


influyen de manera positiva o negativa en los procesos sociales de los niños. Por esto, se pretende

que a través de la formación de competencias emocionales en los docentes se contribuya a la

calidad de las relaciones profesor- estudiante y actúe como puente de socialización entre pares,

pues bien, un docente debe- autorregularse de manera correcta para ayudar a los procesos de

autorregulación y autocontrol de sus estudiantes.

Desde lo anterior, se puede observar que en esta investigación las conductas asertivas y no

asertivas que se suelen presentar en los diferentes docentes y que ayuda a tener una perspectiva

mucho más amplia de las acciones y comportamientos que desde el profesorado se deben

implementar para crear en la institución educativa un ambiente adecuado en donde permita crear

lazos de comunicación asertiva y de respeto entre la comunidad educativa; desde allí es

fundamental las bases que los docentes se han forjado a través de los años en sus competencias

emocionales.

De esta manera para finalizar y gracias al recorrido que se ha realizado a través de diferentes

puntos de vista y posturas de todos los autores desde sus experiencias tanto a nivel nacional,

regional e internacional se logra evidenciar la importancia que tienen las competencias emocionales

en los docentes, pero con gran énfasis en aquellos que su labor está basada en la primera infancia,

ya que la mayoría de autores concluyen que esta etapa es primordial debido a que en esta se forjan

y se estructuran personalidades para toda la vida y que las vivencias que se tienen durante este

tiempo influyen de manera positiva o negativa; es por esto que los docentes deben estar altamente

calificados y preparados tanto en la parte cognitiva, pero sobre todo en ese perfil humano y

emocional en donde se reconozcan a sí mismos como seres capaces de autocontrolarse y

autorregularse emocionalmente.

4.4 Marco conceptual

El presente proyecto se encuentra dirigido a desarrollar un estado del arte acerca de las

características de las competencias emocionales que debe tener el maestro de educación infantil en

su práctica pedagógica para el acompañamiento a los niños en su dimensión socio-afectiva; por

esta razón, para hacer posible el propósito y objetivo de la investigación se proponen temas tales

como: las competencias, las competencias emocionales, las emociones, la educación emocional, la


inteligencia emocional, el rol del docente y la dimensión socio-afectiva. Desde este rastreo

bibliográfico se toma como principal autor a Daniel Goleman, quien brinda grandes aportes

teóricos frente al constructo de inteligencia emocional, teniendo en cuenta las posturas y conceptos

de otros autores que aportan al proceso investigativo.

Para dar inicio al presente marco conceptual se aborda el concepto de competencias.

4.4.1 Concepto de competencia

Es importante mencionar que, la conceptualización de “competencia” se ha venido

modificando a través de los años, entiendo que ha pasado por diversas teorías y supuestos que

evocan a un ejercicio diverso en cuanto al constructo especifico de las diferentes categorías

existentes de competencias. Por esta razón, cabe resaltar la importancia que ha tenido para diversos

autores el aclarar y abreviar de forma unificada dicho concepto, entendiendo que se trata de una

habilidad, que implica el saber, saber hacer, saber ser y saber estar, emitiendo además diversas

categorías dentro del mismo; pues bien, se habla de las siguientes competencias: socio-personales,

entendidas como el conjunto de habilidades que integran la parte intrapersonal e interpersonal de

las personas, incluyendo de esta forma el subconjunto de competencias emocionales. Al mismo

tiempo, es necesario mencionar las competencias técnico-profesionales, interpretadas como

procedimientos y conocimientos que se relacionan al ámbito profesional de las personas, desde su

mundo laboral.

Por ende, para iniciar es importante aclarar el concepto de competencia, pues de allí

depende la comprensión de lo que busca la presente investigación; por esta razón, se trae a contexto

lo mencionado por Lozada (2003) citado en Castrillón (2005) en donde menciona que las

competencias son el saber hacer según el contexto en el que se encuentran y según los procesos

cognitivos y conceptuales que cada ser humano, puesto que, pone a prueba la resolución de

problemas y la reacción ante las mismas. Con base en lo anterior, se debe resaltar que las

competencias son vistas como aquellas habilidades o destrezas con las que se facilita dar solución

a las problemáticas que se presentan día a día o si no, por el contrario, llegar a tener un equilibrio

entre las competencias básicas.

Además, se debe agregar que, las competencias se han interpretado de diversas maneras

según las épocas y contextos vividos; ello quiere decir que, este concepto desde una interpretación


conductista es considerado como un proceso de formación y entrenamiento que integraba diversos

mecanismos educativos que refieren a los comportamientos y conductas de los individuos. Pues

con ello, se pueden traer a contexto diversos constructos teóricos como lo es el caso de Bogoya,

(1999) citado en Castrillón (2005) quien precisa que las competencias emocionales deben ser vistas

como una potencialidad, capacidad o habilidad para poner en contexto una problematización y

darle solución a la misma. El autor refiere las competencias como una capacidad de realizar alguna

tarea como efectuar operaciones, comparar textos o construir algo. Igualmente, cabe señalar la

definición brindada por Lozada (2003) citado en Castrillón (2005) en donde alude que las

competencias son el saber hacer según el contexto en el que se encuentran y según los procesos

cognitivos y conceptuales que cada ser humano pone a prueba en la resolución de problemas o de

alguna aplicación determinada.

Con lo mencionado hasta aquí, es importante recordar que las competencias hacen parte del

proceso educativo y formativo de las instituciones, con ello, se atribuye la necesidad de atender las

diversas particularidades de cada entidad, siendo un proceso flexible, comprensible y globalizado

ante los diversos cambios y modificaciones que se pueden generar a lo largo de la vida. Por esta

razón, es necesario recalcar que, según Pérez, (2007) las competencias hacen alusión a:

La capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de

forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos,

motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de

comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz. (p.

10).

De esta manera, se entiende que las competencias hacen parte de un proceso de construcción

y formación permanente, que, además, centran su mirada en la contribución plena de áreas

específicas del conocimiento; así mismo, es importante tener en cuenta que las transformaciones

educativas se abordan desde las diferentes experiencias, ya que como lo manifiesta Carr (2004) en

Pérez (2007):


[ Los procesos del] aprendizaje se encuentran distribuidos a lo largo y ancho de un

abanico amplio que incluye los artefactos, las herramientas culturales, los

intercambios, cara a cara o virtuales, con los demás seres humanos, cercanos o

lejanos, los recursos propios previamente aprendidos. (p.14).

De la misma manera, cabe señalar que las diferentes investigadores abordan la importancia

que tienen las competencias socio-afectivas para el desarrollo de las competencias básicas de los

seres humanos y cómo para los docentes es fundamental que se adopten el desarrollo de

competencias y competencias emocionales para la labor docente, pues bien, los docentes están en

constante socialización con los niños, puesto que, ayudan a forjar las personalidades de cada uno

y construyen los conocimientos, comportamientos y aptitudes de los mismos. Acorde con lo

anterior, es importante atribuir que las competencias juegan un papel fundamental en el desarrollo

educativo y formativo de los individuos, dado que, integra una parte global del ser y su contexto

formativo. De esta manera, se entiende que la educación actual integra una serie de competencias

fundamentales para la evolución de la construcción del conocimiento, entendiendo que, desde allí,

se abarcan los procesos sociales, emocionales, académicos, entre otros, que hacen posible una

transformación educativa.

Dicho lo anterior, las competencias integran una parte esencial desde la formación

emocional de los niños, por lo tanto, profundizar en dichos factores favorece en gran medida a los

procesos educativos; entendiendo la educación no solo como una dimensión lineal y planificada,

sino también, como una transformación del ser, donde el docente pueda ser el promotor de dichas

miradas y enfoques, siendo un ente constructor del conocimiento. Además, el tener presente las

competencias dentro de la educación amplia la visión que se tiene del componente educativo, ya

que integra diversas áreas del conocimiento y a su vez el coeficiente emocional, dentro de una

dimensión socioafectiva.

Para terminar, con la conceptualización de las competencias, es importante mencionar que

de acuerdo a los diversos autores que interpretan dicha temática, se puede aludir que se trata de una

adquisición de habilidades y capacidades que hacen parte de la vida de los seres humanos. Ahora,

es preciso mencionar la importancia de vincular las competencias dentro del ámbito académico,

pues es de vital importancia, ya que representa la capacidad de atender a los procesos educativos y


formativos. Pues, el adquirir una competencia, no solo favorece las relaciones intrapersonales, sino

también las interpersonales, brindando un estado de relaciones positivas dentro de la sociedad; si

las personas adquieren buen dominio emocional, conductual, actitudinal, entre otras, ayudan a la

creación de un ambiente educativo adecuado gracias a las buenas relaciones interpersonales.

Igualmente, cabe señalar que las competencias se adquieren desde diversos ámbitos labores,

profesionales, académicos, educativos; pues se trata de una serie de componentes que hacen

factible y flexible la labor desempeñada dentro de un cargo o trabajo. Para ello, es importante

exponer el ámbito educativo, que, en este caso, juega un papel trascendental dentro de la sociedad,

pues de allí se construyen las bases necesarias para la actividad social, entendiendo que, si se tiene

a consideración dichas interpretaciones, se sustentará una actividad educativa de calidad.

En línea con lo anterior, es importante atribuir que las competencias hacen parte de la labor

profesional de los seres humanos, por consiguiente, es necesario contextualizar la parte de las

competencias emocionales, pues estas, están dirigidas al ser y sentir de cada persona; por ello, se

tienen en cuenta diversas teóricas y conceptualizaciones que se presentan a continuación.

4.4.1.1 Competencias emocionales

Inicialmente, es importante mencionar que a través del tiempo se ha venido presentando

una enorme confusión entre los siguientes conceptos: inteligencia emocional, competencia

emocional y educación emocional, pues dichas concepciones están ligadas de cierta manera a un

estado de emoción, pero al mismo tiempo se encuentran dirigidas a un fin determinado que los

diferencia desde sus componentes y categorías. Por consiguiente, al hablar de competencias

emocionales, se está entendiendo que, desde una vida laboral y social, se hacen necesarias para que

pueda existir un ambiente y contexto adecuado dentro de una actividad profesional o comunitaria.

A lo largo del tiempo el concepto de competencias ha ido cambiando y se han ido categorizando

las competencias técnicas, profesionales, socio-emocionales entre otras.

Hecha esta salvedad, es importante contextualizar el concepto de las competencias

emocionales que integra una variedad de constructos y teorías que trascienden a la división de

aptitudes, comportamientos, sentimientos y emociones. Esto quiere decir que, si bien las

competencias emocionales se refieren a un acto y capacidad de la persona, es necesario considerar

su división y conceptualización, trayendo a colación la competencia personal que se trata de la


conciencia de uno mismo y la autogestión de las emociones; del mismo modo se presentan las

competencias sociales, emitiendo un estado de conciencia social y gestión de las relaciones.

En este sentido, se trae a colación lo mencionado por Bunk (1994), citado en Bisquerra y

Pérez, (2007, p. 6) donde expresa que una competencia se refiere al “conjunto de conocimientos,

destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una profesión, resolver problemas profesionales de

forma autónoma y flexible y ser capaz de colaborar con el entorno profesional y en la organización

del trabajo”, ello quiere decir que, si se tiene un alto nivel de competencias, se puede dirigir un

proceso más factible y positivo desde el ámbito laboral y social. Igualmente, es importante señalar

que si bien las competencias son necesarias dentro del ámbito profesional y social, las

competencias emocionales también lo son, pues para Saarni (2000) citado en Bisquerra y Pérez,

(2007), dicha concepción está relacionada con la atribución de eficacia en el momento de expresar

y experimentar emociones dentro de las transacciones sociales, es por esta razón que, los autores

plantean que “la competencia emocional madura debería reflejar una sabiduría que conlleva los

valores éticos significativos de la propia cultura (p. 6). Dicho brevemente las competencias

emocionales juegan un papel fundamental y transitorio en la vida de los seres humanos, pues de

acuerdo con lo anterior, se menciona que se requiere de diversas capacidades y habilidades tanto

personales como sociales, que integran la parte laboral y social de cada individuo para cumplir con

unos fines y objetivos determinados.

Es por ello que, hablar de competencias emocionales implica una revisión amplia y

profunda desde la adquisición de conocimientos y puesta en marcha de los mismos; dicho

brevemente, se trata de una serie de componentes esenciales para facilitar las relaciones

interpersonales e intrapersonales de cada sujeto. Se debe agregar que, dichas competencias deben

ser incluidas de forma transversal dentro de la educación emocional, entendiendo que de allí

dependen los comportamientos y conductas futuras de cada persona. Por ende, cabe mencionar que

autores como Salovey y Sluyter (1997) citados en Bisquerra y Pérez, (2007) identifican cinco

dimensiones básicas en las competencias emocionales, tales como la cooperación, el asertividad,

la responsabilidad, la empatía y el autocontrol. Es así como estas dimensiones se solapan con el

concepto de la inteligencia emocional, como lo plantea Goleman (1995), quien divide la

inteligencia emocional en cinco dominios: autoconciencia, emocional, manejo, de las emociones,

automotivación, empatía y habilidades sociales que a su vez incluían la existencia de veinticinco

competencias.


Dicho lo anterior es importante señalar que, según los autores anteriormente citados el éxito

de una vida social, personal y laboral reposa sobre las competencias emocionales, pues bien, si se

habla de una capacidad y habilidad de ser, pensar, actuar, sentir, entre otras; se estará hablando de

una adquisición de competencias a nivel emocional que pueden resaltar y sobresalir a nivel

profesional y colectivo. Además, el estar emocionalmente sano refiere una vida socialmente pasiva

y adaptable, que cumple con objetivos y metas propuestas desde la integridad y ética de cada

persona en su desempeño y labor profesional. Es por ello que, las competencias emocionales se

comprenden como un conjunto de conocimientos, habilidades, comportamientos, conductas

emitidas para expresar y comunicar de forma regulada los fenómenos emocionales (Alzina, 2003).

En esta misma línea, es importante atribuir que las competencias emocionales están

inmersas dentro del ámbito profesional docente, entendiendo que estas se enfocan en las

habilidades sociales y personales que posee una persona para entender y comprender no solo lo

que siente a nivel intrapersonal, sino que además basa su mirada en la comprensión emocional de

carácter interpersonal. Es por ello que, desde la parte educativa se debe tener en cuenta que el

docente no solo debe ser visto como un ente constructor del conocimiento, sino también como una

figura de acompañamiento basada en la formación y orientación de comportamientos y conductas

asociadas a los sentimientos y emociones de los estudiantes.

Lo dicho hasta aquí supone que, las competencias emocionales deben ser entendidas como

habilidades y capacidades que se van adquiriendo con el tiempo; pero conviene subrayar que dentro

de dicha concepción se integra la parte emocional del ser humano. Por esta razón, es importante

aclarar qué son las “emociones” y según las diversas teorías de qué se trata dicho concepto, pues

existen diferentes constructos que aportan a la construcción del significado.

4.4.1.2 Emociones

Por ende conviene subrayar que, la vida de todo ser humano, está rodeada por una serie de

emociones y sentimientos que promueven las formas de pensar y actuar de las personas, por ello

una emoción es como una reacción ante una situación emergente en diversas circunstancias de la

vida, existen emociones positivas como negativas que pueden impulsar los actos, antes de pasar

por un pensamiento previo y reflexión ante ello; Lawler (1999) citado en Bericat, (2012, p. 2)

define las emociones como “estados evaluativos, sean positivos o negativos, relativamente breves,


que tienen elementos fisiológicos, neurológicos y cognitivos”. De esta manera, se entiende que las

emociones pueden presentarse de forma positiva o negativa de acuerdo a las situaciones y

acontecimientos presentes en la vida de los seres humanos. Pues, Como lo menciona Bericat, (2012,

p.1) “La emoción es una conciencia corporal que señala y marca esta relevancia, regulando así las

relaciones que un sujeto concreto mantiene con el mundo”, por esta razón trabajar las emociones a

temprana edad es revelador, ya que como se menciona anteriormente si se fomenta una buena

orientación emocional desde allí, se promueven las relaciones interpersonales con el mundo que

rodea al ser humano.

Es por ello que, durante algunos años se han venido diversificando los estados emocionales

de los seres humanos, desde situaciones que evocan un sentir e interpretación personal y social,

pues hablar de las emociones es comprender que son sistemas alicientes con

Componentes fisiológicos, conductuales, experienciales y cognitivos, que tienen

una valencia positiva o negativa (sentirse bien o mal), que varían en intensidad, y

que suelen estar provocadas por situaciones interpersonales o hechos que merecen

nuestra atención porque afectan a nuestro bienestar. (Brody, 1999 citado en Bericat,

2012, p. 2).

Considerando las diversas concepciones e interpretaciones sobre las emociones, se trae a

contexto que estas hacen parte esencial en la vida de los seres humanos, pues de ellas dependen las

conductas, expresiones, comportamientos y acciones emitidas de acuerdo al sentir y percibir de

cada individuo.

Por consiguiente, es importante señalar que dentro del contexto educativo se integra la parte

emocional, como un proceso constante de formación, que además es visto como un eje transversal

dentro del ámbito académico; entendiendo que la educación emocional puede influir positivamente

dentro del ejercicio profesional docente. Hecha esta salvedad, se trae a colación las diversas

interpretaciones teóricas que se tienen frente a la Educación Emocional, dado que hace parte del

proceso formativo y practico dentro de la labor educativa y profesional del docente.


4.4.2 Educación emocional

Para iniciar es importante atribuir que, a lo largo de la historia, se han venido presentando

algunas modificaciones dentro del proceso educativo y formativo de los seres humanos,

entendiendo que no se trata de un factor netamente académico, sino que implica diversos elementos

que forman parte del sentir emocional de cada individuo, por ello se entiende que: “La educación

emocional es una innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales. La finalidad es

el desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a un mejor bienestar personal y social”

(Alzina, 2003, p. 8). Esto quiere decir que, la educación emocional es un proceso que integra

diversos componentes que hacen posible una educación de calidad, entendiendo que, dentro de

esta, se deben incluir las competencias emocionales, que sustentan la parte conductual de cada

persona.

Dicho lo anterior cabe señalar que, dentro de las competencias emocionales se desarrollan

una serie de factores esenciales para alcanzar dicho proceso, por consiguiente, estas se deben

estructurar a través de una educación a nivel emocional, que a su vez pueda corroborar en el proceso

y evolución de la personalidad, integrando estrategias a nivel emocional que puedan contribuir con

las respuestas emitidas por las personas, trayendo a contexto la tolerancia, el respeto, la coherencia,

entre otras (Álvarez, 2001, citado en Santamaría, 2010). Es por ello que, se resaltan dos rasgos de

la diversidad de personalidades de las personas, como el auto concepto y autoestima, presentando

así, una adquisición de potestad en cuanto a las habilidades de la expresión y comunicación a nivel

emocional, pues a partir de los cuatro años de edad, se logra evidenciar las primeras

manifestaciones de conciencia desde la parte emocional y sentimental (Santamaría 2010).

Por esta razón, se debe tener en cuenta que para alcanzar un nivel alto de buenas relaciones

a nivel personal y social se requiere de una educación de calidad frente a ese proceso emocional de

cada ser humano, entendiendo que este es un factor que puede facilitar tanto los procesos

académicos como formativos de los estudiantes. Es por ello que, dichos procesos abordados desde

el ámbito educativo, integran la parte emocional del ser humano, entendiendo que la educación

emocional se refiere a “un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el

desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo

ambos, cognitivo y emocional, los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral”

Bisquerra (2000) citado en Santamaría (2010, p. 83). Con respecto a ello es importante señalar que


desde la parte educativa se deben trabajar todas las áreas del conocimiento, pero, además, las

dimensiones que hacen parte esencial en la vida de los seres humanos, por ende, traer a contexto la

parte emocional, es sin duda un factor determinante.

Otro rasgo a tener en cuenta, es que la educación emocional se encuentra dirigida a que el

estudiante obtenga conocimientos y experiencias sobre las emociones y que pueda desarrollar sus

propios comportamientos orientados de forma adecuada por el docente, fomentando de esta forma

la regulación emocional (Santamaría, 2010).

Esto quiere decir que, la labor educativa desde la parte emocional, integra, además, la parte

cognitiva, pues hablar de estos dos factores, involucra de cierta manera, la unión de ambos para

alcanzar los objetivos educativos. Hay que mencionar además que, la competencia emocional a

diferencia de la educación emocional, se ha concebido como “un conjunto de conocimientos,

capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto

nivel de calidad y eficacia” (Bisquerra y Pérez, 2007) citados en Santamaría (2010 p. 83). Por esta

razón es importante atribuir lo mencionado por el autor, donde expresa que: “La finalidad de esta

competencia es que los procesos de enseñanza‐aprendizaje acompañen al alumno en su desarrollo

positivo y crítico del autoconcepto, autoestima y autonomía personal” (p. 89).

Es por ello que entender y comprender la importancia de incluir la parte del ser y sentir

dentro del proceso educativo, le brinda una nueva mirada al contexto educativo, pues hablar de las

emociones implica fomentar los conocimientos y competencias a nivel personal y social. Pues bien,

Alzina, (2003) menciona que la educación a nivel emocional presenta como propósito alcanzar un

conjunto de habilidades que puedan dar respuesta asertiva a las diversas situaciones cotidianas del

alumnado, pues las personas necesitan estar en constante evolución y ello implica tener en cuenta

la importancia de trabajar las competencias emocionales.

En la misma línea, se debe considerar que la educación emocional es un factor esencial en

la vida de los seres humanos, pues, si desde la educación inicial se concibe la parte emocional como

un requerimiento necesario, el dominio de las mismas, estaría mucho más fundamentado hacia un

objetivo común, que busca el bienestar, no solo a nivel personal; por ende trabajar las competencias

emocionales a temprana edad, puede facilitar los procesos formativos en la educación superior,

pues bien se trata de la adquisición de una serie de conocimientos y aprendizajes para una vida en

sociedad, pues como lo mencionan Bisquerra y Pérez (2007), la educación a nivel emocional

integra de cierta forma las capacidades emocionales que propician y atienden a las necesidades del


ser de cada individuo, con ello se trata de equilibrar un estado más pleno y placentero para la

existencia humana.

Todo esto parece confirmar que la educación emocional hace parte de la formación que se

debe brindar a los niños desde edades tempranas, pues hablar de emociones genera mayor

conciencia y flexibilidad ante los diversos cambios conductuales o actitudinales que se presentan

dentro del aula de clases. Por ello, cabe señalar que dentro de los aspectos a tener en cuenta para la

educación emocional se debe revisar un poco el concepto de inteligencia emocional, pues se trata

de una teoría bastante amplia, integrada por diversos constructos teóricos que evocan a su

contextualización.

4.4.3 Inteligencia emocional

Por ende, cabe atribuir que el concepto de inteligencia emocional (IE) ha tenido diversas

miradas por diferentes autores como Wayne Payne, Howard Gardner, Thorndike, entre otros;

quienes aportaron de alguna manera a la construcción conceptual de dicha temática, no obstante,

cabe mencionar que, la IE se refiere a un proceso personal y social que involucra el sentir emocional

de cada individuo. Es necesario recalcar que, uno de los principales autores que, además, dio un

giro al concepto de IE fue el psicólogo Daniel Goleman (1995) quien ha sido el principal exponente

mundial de la teoría de una Inteligencia Emocional, enfocando su mirada más allá del ámbito

educativo; de esta manera, es importante mencionar que las diversas interpretaciones de los

anteriores autores reformaron y esclarecieron el concepto de la IE desde los diferentes enfoques.

Hay que mencionar además que, la inteligencia emocional es conocida como un proceso

por el cual atraviesan diversas personas para llegar al autoconocimiento y autocontrol de las

emociones tanto positivas como negativas a nivel personal y social. Por esta razón como lo

menciona Goleman (1995) la inteligencia emocional permite tomar conciencia de las emociones,

comprendiendo los sentimientos propios y de los demás, adoptando una aptitud empática y social,

que permite tener mayor posibilidad de desarrollo personal. Entendiendo que la inteligencia

emocional puede regular las emociones perturbadoras que se presentan en la vida de todo ser

humano y que en diversas ocasiones evocan a perder el control sobre sí mismo. Por lo tanto, como

lo indica el autor en mención, Goleman, la inteligencia emocional hace parte de un proceso


concurrente en el que se adquieren las habilidades para entender las propias emociones y las de los

demás, comprendiendo los sentimientos en la existencia de todo ser humano.

Todo esto parece confirmar que, el término de Inteligencia Emocional se relaciona con la

capacidad de reconocer los propios sentimientos, igualmente de los demás, con la finalidad de

utilizarlos como guía del pensamiento y de la acción. Además, esta determina el modo como cada

persona se relaciona y entiende el mundo; teniendo en cuenta las actitudes y los sentimientos;

engloba habilidades como el control de los impulsos, la autoconciencia, la canalización de las

emociones, la confianza, el entusiasmo, la empatía, la persistencia frente a las frustraciones; la

práctica de la gratificación prolongada; el motivar a otros ayudándolos a que se desarrollen

aprovechando los propios talentos y consiguiendo su compromiso con respecto a los objetivos e

intereses comunes. Se debe agregar que, la Inteligencia Emocional comprende una serie de

habilidades que el Dr. Goleman (1995) caracteriza como “interdependientes, jerárquicas y

genéricas” (p.119). En otras palabras, cada factor anteriormente mencionado necesita del otro para

su plenitud, se sirven de base unas a otras; pues son necesarias en distintos grados según los tipos

de trabajo y las tareas que se cumplan.

Por otro lado, es importante mencionar que la Inteligencia Emocional (IE) tenía una

interpretación muy cercana al constructo del Coeficiente Intelectual (CI), pues bien, estos dos

conceptos se efectuaban desde los test aplicables a los individuos, por consiguiente, no median con

claridad ni puntualidad lo que se deseaba conocer. Igualmente, se entendía que los test no eran

totalmente confiables, puesto que, no contaban con una utilización adecuada y validada lo cual

denigraba de alguna manera estos procedimientos. Todo esto parece confirmar que, la IE es un

factor que está inmerso en el ámbito educativo y social, pues bien, desde el hogar se construyen las

bases iniciales frente a las emociones y sentimientos de las personas, trasladando ese sentir y

conocimiento del ser a la escuela donde se deberían educar los sentimientos, pues es un aspecto

muy importante para la reforma educativa.

Conviene subrayar que, en la actualidad se han presentado diversas teorías que brindan

diversas visiones frente a la IE, por ello, cabe señalar que desde la teoría de Salovey y Mayer

(1990), citado en Inteligencia emocional, (2011) este concepto es visto como un proceso de

construcción desde la parte personal y social, de igual manera, señalan 4 etapas las cuales hacen

alusión a: Percepción e identificación emocional, el pensamiento, razonamiento sobre emociones

y regulación de las emociones. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el modelo de las


competencias emocionales de Daniel Goleman (1995), quien señala que la IE se basa en el

reconocimiento y manejo de las emociones mismas, teniendo en cuenta habilidades como la

conciencia, autorregulación, control, regulación, empatía, entre otros, que integran esa

construcción plena de la inteligencia emocional. Es necesario considerar, además, el modelo de

BarOn (1997) citado en inteligencia emocional, (2011) quien menciona en su conceptualización

que la IE se basa en el dominio y comprensión de las emociones, de esta forma postula 5

competencias que indican los siguientes componentes: interpersonal, intrapersonal, manejo de

estrés, estado de ánimo y adaptabilidad. Igualmente, cabe señalar la teoría de las inteligencias

múltiples abordada por Gardner (1995) citado en Inteligencia emocional (2011), quien indica que

los seres humanos tienen 9 tipos de inteligencia en las cuales se presentan la lingüística, lógico

matemática, cinestésica, musical, espacial, interpersonal, intrapersonal, naturalista y existencial.

Lo dicho hasta aquí supone que, la inteligencia emocional es un factor que se ha venido

profundizando y que además de acuerdo a esta terminología se han propuesto diversas miradas por

diferentes autores, entre ellos cabe resaltar lo mencionado por Salovey y Mayer (1990) citado en

Inteligencia emocional (2011, p. 4) donde exponen que este concepto se refiere a: “La capacidad

para identificar y traducir correctamente los signos y eventos emocionales personales y de los otros,

elaborándolos y produciendo procesos de dirección emocional, pensamiento y comportamiento de

manera efectiva y adecuada a las metas personales y el ambiente”. Igualmente se tiene en cuenta

que existen diversas teorías que fundamentan dicho concepto, entre ellas encontramos a Goleman

(2001) citado en Inteligencia emocional, (2011, p. 5) quien señala que la IE se es vista “como la

capacidad para reconocer y manejar nuestros propios sentimientos, motivarnos y monitorear

nuestras relaciones”, ello implica que se tengan en cuenta las competencias emocionales que hacen

parte esencial en la vida de los seres humanos, pues de allí parten las relaciones positivas y asertivas

en el mundo social y personal de cada individuo.

Desde las diversas interpretaciones teóricas que se han presentado a lo largo del tiempo

frente a la conceptualización de la Inteligencia Emocional (IE), es importante atribuir que dentro

del ámbito educativo se debería tener mayor conciencia sobre este factor. Finalmente, cabe

mencionar que desde los diversos modelos que se tienen de las emociones todos concluyen con la

interpretación de un estado natural del ser humano, que varía según las condiciones y circunstancias

de la vida; por ende, la IE se trata de una construcción personal que integra métodos y estrategias

que facilitan las relaciones con las demás personas, emitiendo un cambio positivo a nivel


interpersonal e intrapersonal de los individuos. En pocas palabras, la IE puede conseguir una visión

más positiva y asertiva de un modelo educativo que considere el sentir de los estudiantes como un

factor elemental en la construcción del saber.

4.4.4 Perfil docente

Seguido del recorrido realizado por las competencias emocionales se puede, entonces, dar

paso a profundizar sobre el perfil docente y las características que lo definen; pues bien, se debe

entender que un docente es aquel individuo que se dedica a enseñar o realiza acciones referentes a

la enseñanza. La docencia, entendida como enseñanza, es una actividad realizada a través de la

interacción de tres elementos: el docente, sus alumnos y el objeto de conocimiento.

Por tanto, en la vida escolar se dan simultáneamente dos relaciones alrededor del docente:

docente- conocimiento a través del acto educativo y la relación docente- alumno a través de la

interacción interpersonal. Cada docente tiene un perfil de interacción entre conocimiento y

relaciones interpersonales, esto es conocido como su perfil docente. Dicho concepto, se orienta a

una serie de características personales que integran la labor del docente, pues de allí se rescatan las

particularidades de cada persona, entendiendo que somos diversos, pero se debe comprender las

conductas y comportamientos de la sociedad. (Sánchez, 2010).

De la misma manera, según Nickel:

La conducta del profesor se interrelaciona con el mundo de la vida escolar del

estudiante y redimensiona la manera como interaccionan los dos (2) principales

actores del acto educativo, proponiendo un modelo transaccional (…) en donde

variables externas o socioculturales y variables internas o intrapersonales de uno y

otro influyen en sus respectivas conductas. (1981 citado en Saavedra & Rubén,

2019, p. 2019)

Asimismo, Vasco (1993) piensa que si la disposición y las maneras de interacción con el

mundo del conocimiento están siendo perturbadas por el docente y el estudiante no se podrá llevar

a cabo un ejercicio educativo de calidad. (citado en Saavedra & Rubén, 2019, p. 27). Es por ello

que el papel del docente como mediador en las instituciones educativas es fundamental para la


educación del alumno, pero es aún más importante desde las competencias emocionales el uso que

le dé a sus emociones, habilidades y conocimientos. Las competencias emocionales se hacen

necesarias dentro de la labor educativa del docente, pues como lo menciona Manen (2004) citado

en Barraza, (2017, p. 83): “El maestro debe tener un conocimiento que surja tanto de la cabeza

como del corazón, haciendo referencia a la necesidad de complementar la acción educativa con las

situaciones y ambientes de aprendizaje significativo, sensible y humano”.

Lo anterior permite asegurar que una adecuada educación emocional y un desarrollo de

competencias emocionales sólidas en los docentes obliga a comprender a cabalidad dichos

términos. Como lo menciona Bisquerra (2005) citado en Escolar, De la Torre, Gracia y Palomero.

(2017) la educación emocional debe ser comprendida como un proceso a nivel educativo que

permite desarrollar un alto nivel de competencias emocionales dentro del alumnado. A su vez,

según Ibarrola (2010) citado en Barraza, (2017) las competencias emocionales son las habilidades

que acceden a la interacción con los demás y consigo mismo, pues se trata de contribuir de forma

plena e integra con las relaciones inter e intrapersonales en el contexto social y educativo

Desde lo anterior, en la revisión teórica elaborada se pueden encontrar diversos enfoques

realizados por teóricos que han dedicado su vida a la investigación de la importancia que tiene la

educación emocional en el ser humano y en la formación docente para guiar a los futuros adultos,

pero también, niños a adquirir diversas competencias y capacidades sociales y emocionales; por

consiguiente, se toma a Bisquerra (2007) citado en Rueda y Filella, (2016, p. 213) quien define la

educación como “una forma de prevención primaria inespecífica, consistente en intentar minimizar

la vulnerabilidad a las disfunciones o prevenir su ocurrencia”.

Por otro lado, se encuentra a Mayer y Salovey, (1997) citados en Rueda y Filella, (2016)

quienes señalan que se puede evidenciar una competencia a nivel emocional cuando se encuentra

la autorregulación y rendimientos de las habilidades emocionales permitiendo, entonces, crear

diversas competencias que contribuyan a fortalecer el perfil docente. De acuerdo a esto, según

Rueda y Filella (2016) las competencias pueden contribuir de forma asertiva a la organiacion y

dirección de la vida de cada persona, pues de allí parten las experiencias y adquisición de estrategias

para una vida en sociedad. De la misma manera, Rueda y Filella (2016) definen la competencia

social como la habilidad de relacionarse con la humanidad, pues ello requiere vencer las conductas

y comportamientos perturbadores que puedan afectar dichas relaciones. Teniendo esto como

referencia de lo que se necesita para la adquisición de diversas capacidades para el siglo XXI se


puede dar paso a un punto más específico y relevante para el presente proyecto y son las

competencias emocionales en los docentes en donde se logra ubicar a Sutton y Wheatly (2003)

citados en Rueda y Filella, (2016, p.214) quienes resaltan que:

La competencia emocional de los docentes es necesaria para su propio bienestar

personal y para la efectividad y calidad a la hora de llevar a cabo los procesos de

enseñanza-aprendizaje del aula, en general, y el desarrollo socio-emocionales los

alumnos, en particular.

En esta misma línea, durante los procesos de formación docente se dan diferentes ámbitos

a desarrollar los cuales son fundamentales, como lo es la parte de formación estructural y teórica,

pero, sobre todo, desde esa formación emocional. Así pues, todo proceso de formación inicial en

el docente plantea el desarrollo de las competencias emocionales, ya que son fundamentales para

la calidad de vida de la enseñanza del sistema educativo. Se reconoce como de suma importancia

dicha formación ya que como lo manifiestan Barbera y Fuentes, (2012); Cassullo y García (2015)

citados en Escolar, De la Torre, Gracia y Palomero, (2017, p.115): “En este contexto, la mayoría

de los docentes consideran primordial el desarrollo de habilidades emocionales para lograr el

desarrollo integral de sus alumnos” ya que es fundamental tener las bases sólidas y las

competencias necesarias desde el rol docente para poder trasmitirlo.

Asimismo, dichas competencias emocionales hacen parte del desempeño profesional de una

persona, en este caso, el docente es un sujeto constructor que además de adquirir aprendizajes a

nivel pedagógico también los debe tener a nivel emocional, ya que como lo menciona Quino (1932)

citado en Barraza (2017, p. 82): “Educar es más difícil que enseñar, porque para enseñar usted

precisa saber, pero para educar se precisa ser”. Es por esto que, algunos autores señalan la

importancia de capacitar a los docentes del siglo XXI frente a las competencias emocionales, dada

su importancia dentro del contexto académico, pues bien, si un docente “se siente realizado, feliz

y le encuentra sentido y significado a lo que hace, logrará un equilibrio entre sus competencias

emocionales y la profesionalización exigida, será consciente de quién es él y quiénes son los

alumnos a su cargo”( Barraza, 2017, p. 85)

Además, es importante resaltar que si bien se habla de un ámbito laboral, se trae a colación

el papel docente, puesto que, es un sujeto constructor del conocimiento que al mismo tiempo


integra la parte formativa; es necesario considerar y tener presente que si cuenta con las bases

necesarias frente a las competencias emocionales, puede facilitar y contribuir en gran medida al

proceso educativo de los estudiantes; pues el entender y comprender no solo lo que se siente sino

lo que sienten los demás, genera que su actividad sea mucho más enriquecedora y trascendente

dentro de los procesos educativos.

Dicho lo anterior se hace necesario considerar que desde los procesos educativos se deben

tener en cuenta tanto el coeficiente intelectual (CI) como el coeficiente emocional (CE), pues hablar

de una educación trascendental requiere de un perfil docente altamente calificado, que integre las

ciencias fundamentales que rigen su labor profesional, desde la parte pedagógica, psicológica,

filosófica, entre otras. Por ende, es importante tener en cuenta lo dicho anteriormente para el

enriquecimiento práctico del docente, “pero existe un elemento que se constituye en el eje rector

de una buena práctica: el desarrollo personal del educador, su salud mental y autorrealización le

brindará bases sólidas para llevar a cabo su labor con éxito”. (Barraza, 2017, p. 91). Por

consiguiente, tener en cuenta dichos elementos puede contribuir de forma gradual a la labor

profesional docente. El Coeficiente Emocional (CE) docente incluye en factores de gran relevancia

como lo son empatía, realización social y satisfacción en la relación con los otros mediante temas

como la preocupación de la comunicación hacia el otro Domínguez (2001) citado en Palomino y

Hernández (2015). Estudios diversos permiten caracterizar el perfil docente desde la satisfacción

personal, la valoración física, la capacidad intelectual y el estado de ánimo frente a las interacciones

sociales; hasta la capacidad de enfrentamiento con la realidad analizando de qué forma se adapta a

su vida.

Cabe mencionar, entonces, algunos aspectos muy significativos sobre el bienestar

emocional social de los docentes en la mayoría de las instituciones educativas y la importancia que

tiene en las condiciones laborales de trabajo. Es así como algunos autores resaltan la importancia

de la atención en la parte emocional del profesor haciendo énfasis en que todos aquellos

profesionales de la educación que actualmente cumplen un rol social y debido a estos cambios

están expuestos de manera considerable al estrés docente, por lo tanto, se hablará de las razones

que estos tienen en su relación con el trabajo académico y en la salud integral del profesor.

Finalmente, la contribución teórica expresada en este capítulo aporta temas importantes al

presente proceso investigativo desde el rol que juega la buena formación en el docente antes de

llegar al aula de clase y al entrar en interacción con los estudiantes. Con ello se quiere expresar que


es ingente que su formación sea constante y que se debe estar nutriendo y fortaleciendo día a día

para que cuando lleguen a intervenir a la niñez sean profesionales integrales, pero sobre todo seres

humanos altamente empáticos y dispuestos a dar lo mejor de sí para la formación de seres humanos

emocionalmente sanos, y dicha formación se da precisamente en los primeros años de vida. Desde

esta perspectiva, no se puede dejar de lado al docente como esa figura de ejemplo, apoyo y

sostenibilidad.

Desde lo anterior se puede, entonces, decir con bases sólidas que es importante educar

emocionalmente ya que esta, la emoción, es la encargada de ajustar esas competencias básicas que

todo ser humano debe desarrollar en el transcurso de su vida para lograr el adecuado

acomodamiento tanto social, personal, académico y profesional para lograr tener un equilibrio

satisfactorio en la vida. De igual manera, cabe resaltar la importancia que tienen los institutos o

entidades formadoras de docentes como agencias fortalecedoras de capacidades y habilidades en

el profesorado.

Una vez definido el rol docente es importante pasar a lo que es la dimensión socioafectiva.

Es significativo resaltar que la etapa infantil se considera como una faceta del desarrollo humano

trascendental para todo niño, pues es allí donde se generan mayores cambios evolutivos. Por ende,

dicho proceso, se lleva a cabo desde las diversas experiencias y vivencias de los mismos,

entendiendo que dentro del contexto educativo se integran unos lineamientos curriculares, que

hacen parte de una reforma educativa a nivel preescolar; así mismo, cabe mencionar que dentro de

estos se integran las dimensiones del desarrollo, en este caso se toma como referencia la dimensión

socioafectiva, dado que integra la parte social, emocional, conductual, entre otras.

4.4.5 Dimensión socioafectiva

Hecha esta salvedad, se da paso al constructo de la dimensión socioafectiva, dado que

integra una parte fundamental dentro del contexto educativo; puesto que, dentro la educación

preescolar está inmersos unos lineamientos curriculares presentados por el Ministerio de Educación

Nacional que hacen parte del currículo educativo. Por ende, es importante traer a contexto que

dentro de esos lineamientos curriculares se encuentran las 7 dimensiones de desarrollo, estipuladas

para el grado preescolar: la dimensión socioafectiva, corporal, cognitiva, comunicativa, estética,

espiritual y ética.


Conviene subrayar que dentro de la presente investigación se está trabajando desde la parte

emocional, por ende, se trae a contexto la dimensión socioafectiva que según el Ministerio de

Educación Nacional (s.f, p.17) se refiere a “la importancia que tiene la socialización y la afectividad

en el desarrollo armónico e integral en los primeros años de vida incluyendo el periodo de tres a

cinco años”. Por esto, es importante que se tenga en cuenta dicha dimensión, pues integra el ser y

sentir de cada individuo, integrando la parte educativa que juega un papel fundamental, pues de

allí dependen los comportamientos y conductas futuras de los niños.

En línea con lo anterior, es necesario recalcar que dentro de la dimensión socioafectiva se

encuentra la parte emocional que integra un papel fundamental dentro del proceso formativo de los

niños, pues, es importante que se tengan bases sólidas frente a lo que refiere el sentir y expresar de

las emociones, dado que al momento de educar es necesario entender y comprender de que se trata

una emoción. Habría que mencionar además que, las emociones perturbadoras pueden generar en

el niño reacciones impulsivas, pues:

El control sobre sus emociones es débil, no pone distancia entre él y sus sentimientos

y difícilmente llega a criticarlos, juzgarlos o corregirlos; es impulsivo y vive con

profundidad sus penas y alegrías, haciendo a veces que sus temores sean intensos.

(MEN, s.f, p. 17).

Por consiguiente, es necesario que el docente esté al tanto de las situaciones y vivencias por

las que atraviesan los alumnos, de esta forma se puede contribuir al proceso educativo y formativo,

integrando la dimensión socioafectiva.

Hay que mencionar además que, dentro del proceso socioafectivo que hace parte de la

educación preescolar se integra el sentido del coeficiente emocional y coeficiente intelectual, pues

hablar de conocimientos y emociones, integra la parte afectiva del ser humano y fortalece las

relaciones inter e intrapersonales de cada individuo. Es por ello que se trae a contexto lo

mencionado por el MEN (s.f,), donde se señala que construir un desarrollo a nivel socio-afectivo

en los niños, involucra facilitar los procesos emocionales en los mismos, pues el comprender las

diversas emociones en los niños incrementa la facilidad de atender a las mismas. De allí parte la

autonomía del estudiante, dado que desde sus propios sentimientos y emociones puede tomar


conciencia entre lo que está bien y lo que está mal, pues el niño es quien siente emociones fuertes

que pueden afectar su vida personal o social y el docente debe guiar ese proceso de la mejor manera.

A todo esto, es importante señalar que la dimensión socioafectiva hace parte del proceso

educativo, puesto que está inmersa dentro de unos lineamientos curriculares, que se orientan desde

el Ministerio de Educación Nacional, para brindar una educación integral y de calidad desde los

primeros años de vida de los niños hasta antes de los 7 años. Por ende, es de gran importancia

resaltar el papel trascendental que juega esta dimensión dentro del desarrollo pleno de los niños,

pues, se trata de un componente que integra sentimientos y emociones, desde la parte del ser y

sentir.

De modo idéntico, cabe señalar que la educación a nivel socioafectivo es fundamental

dentro del desarrollo pleno de los niños, pues a través de la experiencia personal, se vincula la parte

intrapersonal, por ende, es importante que se estén proponiendo actividades que impliquen

vivencias afectivas, que se llevarán a cabo en un contexto grupal. Por ejemplo, lo vivido, lo sentido

y lo sucedido en la experiencia se comenta y reflexiona en grupo. “Es lo que se denomina método

socioafectivo, muy empleado en contextos de educación en valores, educación para la paz y

educación para la convivencia” Jares (1999), Fernández Herrería y López (2007) citados en

Domínguez, Pescador y Melero (2009, p. 47)

Además, es sustancial atribuir que, al momento de incluir la parte socio-afectiva en el

proceso educativo de los niños es necesario crear un ambiente escolar que influya de manera

positiva en los procesos de socialización de los mismos, teniendo en cuenta que se deben generar

espacios donde prime el respeto, la aceptación y la escucha entre todos. Por ende, es importante

tener en cuenta lo expresado por Domínguez, Pescador y Melero (2009) donde menciona que: “Es

fundamental que los miembros del grupo se comprometan con unas normas básicas (…); y tener

libertad para hablar y participar solamente en aquello que se desea”. (p. 47)

Hay que considerar también, que el trabajo que tienen los docentes en contribuir a los

procesos socioafectivos es fundamental para el desarrollo pleno e integral de cada niño, pues

abordar dichos procesos sigue siendo un reto tanto personal como profesional debido a que día a

día se va adquiriendo más potencia sobre la idea de incluir las habilidades emocionales dentro del

contexto educativo y el papel tan relevante que juegan los docentes dentro de dicho proceso

educativo que integra la parte emocional desde una formación integral. (Extremera & Fernández

Berrocal, 2002 citados en Domínguez, Pescador & Melero, 2009). Pues, al hablar de educación


socioafectiva hace referencia tanto al proceso de enseñar como a los modos por los que se adquiere

dicha educación.

Asimismo, cabe resaltar que desde el proceso de enseñanza y aprendizaje se deben destacar

las dimensiones socioafectivas o emocionales como ejes fundamentales del proceso, integrándolas

en la escuela como el marco de la ética, desde allí es fundamental en el proceso de la formación

docente para fortalecer las competencias emocionales en el ámbito de la educación; teniendo como

base que esta debe ser dada desde dos ejes básicos como los son: desde la formación teórica y la

formación personal que se da a través de las vivencias. Por esta razón, es importante señalar que la

formación personal es relevante para que los docentes eduquen de una manera acorde a los

estudiantes. Teniendo en cuenta que los docentes deben desarrollar de manera adecuada la

dimensión socioafectiva para poder trabajar de buena manera en la formación de otros seres

humanos.

Finalmente, conviene subrayar la importancia que tienen los anteriores conceptos desde las

competencias, competencias emocionales, emociones, inteligencia emocional entre otros; y

constructos teóricos dentro de la presente investigación, pues, amplían los conocimientos previos

que se tienen frente a dichas concepciones. Al mismo tiempo, cabe señalar que los diversos autores

allí presentados exponen sus teorías desde puntos de vista diversos, lo cual favorece gradualmente

a la revisión y análisis de la misma. Hay que considerar también, que, dentro de los procesos

educativos y formativos del rol docente, se integran una variedad de elementos y características

que forman el sentido del ser profesional, por ende, se deben tener en cuenta los anteriores

componentes que hacen parte de la educación inicial. Igualmente, cabe señalar que desde las

diversas interpretaciones se evidencia la importancia de traer a contexto el rol del docente frente a

su formación y construcción constante del conocimiento, pues no se trata solo de la adquisición

plena de los mismos, sino de saber llevarlos a la práctica; de allí depende el éxito de la educación

a nivel emocional que integra la parte socioafectiva en el proceso inicial de los niños.


5 Diseño metodológico

La tipología de este proceso investigativo está fundamentada bajo la denominada Revisión

Documental, desde un enfoque o perspectiva cualitativa.

5.1 Enfoque de investigación: Cualitativo

El presente ejercicio investigativo se inscribe en el campo de la investigación cualitativa

dado que es el enfoque más adecuado para la búsqueda que se realizó sobre las competencias

emocionales en los docentes de primera infancia y su incidencia en el acompañamiento a los niños

en su dimensión socioafectiva. Como lo expresan Cadena, Rendón, Aguilar, Salinas, De la Cruz y

Sangerman: “Los métodos (…) cualitativos dan como resultado información o descripciones de

situaciones, eventos, gentes, acciones recíprocas y comportamientos observados, citas directas de

la gente y extractos o pasajes enteros de documentos, correspondencia, registros y estudios de casos

prácticos” (2017, p.1606). Y añade Córdoba: “Se basa en la interpretación de los datos, es decir

que se interesa por entender el significado del fenómeno estudiado”. (2017, p.22).

Se escogió esta metodología porque de acuerdo a la perspectiva de los diferentes autores

consultados lo cualitativo favorece la construcción del conocimiento sobre la realidad, para

comprenderla e interpretarla, en este caso referida a desarrollar un estado del arte acerca de las

características de las competencias emocionales que debe tener el maestro de educación infantil en

su práctica pedagógica teniendo en cuenta referencias desde el año 2010 hasta la fecha.

Es importante añadir que la metodología cualitativa permite el conocimiento incognoscible

de la realidad, en este caso la inmersa en el contexto educativo en el que se inscribe el problema

objeto de estudio y está encaminada al descubrimiento y no a la comprobación. (Portilla, Rojas

&Hernández, 2014).


5.2 Tipo de Investigación: Documental

Como su nombre lo indica, la investigación documental se refiere fundamentalmente a la

información que se recoge o consulta de otros documentos que promueven nuevas miradas frente

a diversas conceptualizaciones, entendiéndose este término, en sentido amplio, como todo material

de índole permanente, es decir, al que se puede acudir como fuente o referencia en cualquier

momento o lugar, sin que se altere su naturaleza o sentido, para que aporte información o rinda

cuentas de una realidad o acontecimiento. (Cázares, Christen, Jaramillo, Villaseñor & Zamudio,

1990).

El tipo de investigación seleccionado para el presente ejercicio investigativo es crucial dado

que permite a las investigadoras utilizar tesis de investigación relacionadas con el objeto de estudio

líneas arriba ya mencionado. Se accede a trabajos de grado e informes de investigación dada la

rigurosidad de los mismos y porque, además, la información, por su procedencia, revistas

indexadas, eran bastante confiables.

Por otra parte, según Diaz, y Sime (2009):

El método de investigación documental se utiliza principalmente en los estudios

cualitativos. Implica un acercamiento indirecto a la realidad, basado en fuentes secundarias. Por

ello, se accede a datos disponibles en fuentes escritas o visuales que han sido generados por

personas, investigadores o instituciones para diversos propósitos. (2009, p.8).

5.3 Instrumentos

Los instrumentos utilizados para el acopio de la información fueron las fichas bibliográficas

que según Robledo (2006) tienen entre otras las siguientes funciones:

Facilita el registro de información

Facilita la organización y la clasificación de la información de manera eficiente a través de

los ficheros.

Permite el procesamiento de la información.

Es un medio adecuado para el registro técnico de las fuentes de información, la elaboración

de la bibliografía y las citas de pie de página.


Sirve para registrar la información destinada a la construcción del marco teórico, para la

fundamentación de la hipótesis y también para redactar el informe o reporte final de la

investigación (p. 63-64)

Las fichas elaboradas constaron de los siguientes elementos que posibilitaron el análisis

posterior de la información: El formato de las fichas es el siguiente el cual fue tomado del Manual

de para la presentación de informes de práctica profesional y trabajos de grado Universidad

Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología (UMECIT, 2019, p.47).

Autor, año de la presentación, título de la investigación, objetivo general, indicar los aportes

que cada antecedente ofrece a su estudio (Quien investigó, cuándo, qué investigó, con quiénes,

dónde y qué encontró) y, principalmente, cuál es la conclusión o recomendación a la cual llegó que

fundamenta el estudio que se está realizando.

Y a la estructura se agregó un elemento importante: ¿Qué aporta la tesis consultada a su ejercicio

investigativo?

5.4 Muestra

Se determinó que los documentos que se tendrían en cuenta y aplicarían para la revisión

teórica serían monografías, trabajos de grado aprobados, tesis y artículos de investigación en el

contexto nacional e internacional que pudieran ser claves en la realización del estado del arte o

estado de la cuestión.

La muestra estuvo compuesta por 30 tesis de investigación y/o informes de investigación

de revistas científicas publicados entre la década del 2010 al 2020. La búsqueda se realizó en

diversas bases de datos (Redalyc, Dialnet, Scielo, Google Académico, entre otras) y en revistas

especializadas tales como: Latinoamericana de Educación, Educación XXI, Iberoamericana sobre

calidad, eficacia y cambio en Educación; Actualidades investigativas en Educación, Contextos

Educativos, Interamericana de formación, Alternativas en Psicología, Universitaria de

investigación, por enumerar solo algunas.

Se revisaron las bases de datos de las universidades: Andrés Bello, Universidad de Sevilla

(España), Universidad de las Américas, Universidad de Jaén (Sevilla, España), Universidad de

Castilla-La Mancha, Universidad pedagógica Nacional, Universidad Nacional de Arequipa,


Universidad Oparín, Universidad de Leida, etc. Por otra parte, cabe destacar que la información se

encontró en los países de España, México, Colombia, Perú y Montevideo.

5.5 Procedimiento

Fase I: Recolección de información: revisión de tesis, trabajos, artículos de investigación

tanto en el contexto nacional como internacional utilizando diferentes bases de datos desde el año

2010 hasta la fecha (2020). Se utilizaron los siguientes términos de búsqueda, en castellano:

Educación inicial, competencias emocionales: emociones, desarrollo socioemocional, inteligencia

emocional, dimensión socioemocional, dimensión socioafectiva y niños de educación inicial.

Fase II: Construcción y validación de la ficha: a partir de los artículos seleccionados se

procedió a la elaboración de una ficha que permitiera tener una claridad y organización de la

información recolectada. La misma retomada de la Universidad Metropolitana de Educación,

Ciencia y Tecnología de la ciudad de Panamá en el documento “Manual para la presentación de

informes de práctica profesional y trabajos de grado”.

Fase III: Organización de la información en la ficha: se procedió a la lectura minuciosa de

cada uno de los artículos seleccionados, identificando y registrando en la ficha cada uno de los

indicadores ya descritos (año de publicación, revista, autor/es, país, base de datos, palabras claves,

objetivo del estudio, tipo de estudio, diseño, muestra, resultados del estudio y conclusiones del

estudio).

Fase IV: Identificación de categorías: se procede a realizar una lectura minuciosa del

material recolectado y sistematizado en las fichas para determinar las categorías y subcategorías

que emergen.

Fase V: Análisis e interpretación de la información: una vez obtenidos los resultados y

categorizados acordes a los requerimientos propuestos, se procede al análisis y a la interpretación

de la información.

Fase VI: Elaboración del informe: se escriben los resultados y las conclusiones para dar

respuesta a los interrogantes planteados inicialmente.

La siguiente gráfica da cuenta de lo explicado:


Figura 1. Fases del proceso investigativo

Inicialmente serealizó un análisisfrente a algunasfalencias en la laboreducativa deldocente.

Seguidamente se diopaso a la elección dela temática aabordar.

Se realizó el planteamiento del problema y la pregunta

problematizadora.

Luego se dio paso al planteamiento de los objetivos.

Posteriormente, se elaboró el estado del arte .

De la misma manera, se construyó el marco teórico.

Seguido a esto, se formuló la metodología implementada durante la investigación.

Estructuración a los resultados de la investigación.

Finalmente, se elaboraron las conclusiones y

recomendaciones.


6 Resultados

Una vez analizada la información se obtiene que:

Dentro de las instituciones educativas no se manejan “a profundidad” los conceptos

relacionados con la autorregulación emocional; si bien, identifican y manejan el rol profesional y

cómo se desenvuelve este en el desarrollo de la autorregulación emocional, están en proceso de

llevar a cabo las acciones necesarias para favorecer o potenciar el desarrollo de las distintas

competencias emocionales.

Igualmente, es importante manifestar que los docentes no están altamente capacitados en

procesos de competencias emocionales, puesto que, desconocen estrategias y métodos de trabajo

que se enfoquen en la educación emocional; por esta razón cabe señalar que los docentes de

educación infantil deben contar con capacidades emocionales y una alta inteligencia emocional

arraigada desde la empatía.

Algunos docentes evaluados en diversos estudios arrojan que si se posee un alto nivel de

competencia emocional es posible que se presente un proceso de autoaceptación, autonomía,

crecimiento personal, relaciones interpersonales e intrapersonales.

En otras palabras, las emociones pueden incidir en el proceso educativo que un docente les

pueda brindar a sus estudiantes, entendiendo que, las conductas y comportamientos emitidos hacen

parte de la formación y acompañamiento educativo.

-En una serie de investigaciones propias, se evidenció que en el proceso de enseñanza y de

aprendizaje, el educar en la afectividad enriquece la enseñanza también desde la parte cognitiva y

social.

En este sentido, los profesores de educación preescolar son entes fundamentales dentro del

proceso educativo, puesto que favorecen la adquisición de habilidades sociales siendo promotores

de estrategias que contribuyan a la formación integral de sus estudiantes, pues la formación en

competencias emocionales es un aspecto clave que redunda en el desarrollo integral de los mismos.

Dentro de los resultados emitidos por diversas investigaciones, se presenta que los

conocimientos a nivel emocional son transmitidos dentro de la formación universitaria, pero ello

no es suficiente para obtener una alta competencia a nivel emocional.


La falta de conocimiento y razón de algunos docentes frente a los procesos emocionales y

formativos puede influir de forma negativa dentro del ámbito académico de los mismos; dado que,

como docentes, es muy difícil tratar de trasmitir capacidades o habilidades si no se está previamente

formado en ellas.

Es importante construir la dimensión socioafectiva a través de relaciones que posibiliten o

potencien habilidades intersubjetivas de los niños, lo cual lleva a que conozcan y comprendan sus

emociones y, además, las autorregulen.

El ambiente laboral de los docentes de educación infantil es la base esencial para fortalecer

la enseñanza de habilidades emocionales, dado que dentro de su ejercicio se encuentra el futuro del

niño en este ámbito, pues la mayoría de ellos consideran que deben mejorar sus capacidades

emocionales.

El docente debe involucrar las competencias en medio de su labor para obtener resultados

en la educación infantil, puesto que, un docente emocionalmente competente presentará un

mayor bienestar personal y optará por un estilo educativo asertivo.

Los comportamientos de los docentes repercuten seriamente en la formación de los

estudiantes y por esto es necesario exigir una formación integral y de calidad al profesorado, pues,

hoy en día hay que apostar a la formación de seres integrales y para esto ellos deben de estar en las

mejores condiciones emocionales.

Las competencias emocionales poco a poco se han convertido en uno de los elementos

principales en el proceso de enseñanza y aprendizaje en las escuelas, dado que diversas

investigaciones presentan que las conductas y comportamientos influyen dentro del clima y

ambiente del aula.

Se encuentran pocas o escasas referencias a la relación maestro (competencias emocionales)

y la dimensión socioafectiva del infante, en la educación inicial.


7 Conclusiones

El alto nivel de competencias emocionales que posea un docente de primera infancia

repercute de manera positiva frente a la formación integral de los infantes.

Desde el ámbito de la formación docente se requiere invertir más en la formación a nivel

de competencias emocionales

Los docentes deben estar emocionalmente sanos para influir de forma positiva en las

relaciones interpersonales que se presentan dentro del ámbito escolar.

El fortalecimiento de la dimensión socioafectiva influye de manera estrecha en el

afianzamiento de la personalidad del niño y su relación con el entorno.

El papel de las competencias emocionales ha tomado mayor relevancia para el siglo XXI

dentro del rol docente.

Dentro de las exigencias para la educación del siglo XXI el papel de las competencias

emocionales en la formación del maestro cobra gran relevancia dado que se necesita de una

educación más humanizante.


8 Recomendaciones

A manera de recomendación, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

Los docentes deben estar en constante formación emocional para alcanzar los altos niveles

requeridos dentro de contexto educativo.

Se debe estar formado desde la empatía para entender los contextos de los estudiantes, desde

la dimensión socio afectiva.

Se considera necesario que dentro de las instituciones educativas se integre la parte

emocional como un eje fundamental en el currículo.

Los docentes deben estar capacitados para atender cualquier necesidad que se presenta

dentro del aula de clases o la institución educativa, integrando la formación en competencias

emocionales.

Es necesario que los docentes de educación inicial tengan las bases necesarias frente a la

labor educativa desde una dimensión socioafectiva, que vincule no solo la parte académica, sino,

además, la formativa.

Se considera necesario seguir profundizando la relación entre competencias emocionales

del docente, y su relación con la parte socioafectiva del infante desde nuevos ejercicios

investigativos.


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Sánchez, S. J. (2010). Entre perfiles y docentes. Obtenido de https://bit.ly/3g89ZQk

Santamaría, J. S. (2010). La competencia emocional en la escuela: una propuesta de organización

dimensional y criterial. Ensayos: Revista de la Facultad de Educación de Albacete, (25),

79-96. Consultada en fecha (18‐08‐2020) Recuperado desde https://bit.ly/33CEfxJ

Serrano, A. C., Sevilla, D. H., &Hawrylak, M. F. (2017). La educación emocional en la infancia:

una estrategia inclusiva. Aula abierta, 46, 73-82. Recuperado de: https://n9.cl/zl9x

Triana Quijano, A. F., & Velásquez Niño, A. M. (2014). Comunicación asertiva de los docentes y

clima emocional del aula en preescolar. Voces y silencios. Revista Latinoamericana de

Educación, 5(1), 23-41. Recuperado de: https://n9.cl/kzcm

Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología (UMECIT). (11 de septiembre

2019). Manual para la presentación de informes de práctica profesional y trabajos de grado.

Recuperado desde https://n9.cl/nwli

https://n9.cl/ah7s

https://n9.cl/vg6m3

https://n9.cl/ne3f

https://n9.cl/p35y

https://n9.cl/zl9x

https://n9.cl/kzcm

https://n9.cl/nwli


Anexos

FICHAS DE ANTECEDENTES:

REFERENCIA: Según las NORMAS APA FICHA NÚMERO: 04

Ávila Muñoz, A. M. (2019). Perfil docente, bienestar y competencias emocionales para la mejora,

calidad e innovación de la escuela. Revista Boletín Redipe, 8(5), 131-144. Recuperado de

https://bit.ly/3mGHZ9g

OBJETIVO GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN:

La presente investigación realizada por Ávila, (2019), se titula como el “Perfil docente, bienestar y

competencias emocionales para la mejora, calidad e innovación de la escuela”, por consiguiente, el

autor plantea como objetivo “Evaluar la competencia emocional, bienestar personal y el estilo

educativo” (p. 136).

APORTES QUE OFRECE EL ESTUDIO:

El estudio realizado por Ávila, 2019 ofrece un aporte significativo al presente trabajo investigativo,

ya que integra aspectos relacionados a las competencias emocionales de los docentes y cómo estas

influyen de forma gradual al desempeño educativo que se brinda en las instituciones tanto públicas

como privadas. Es necesario considerar también, que la autora presenta en su estudio diversos

aportes teóricos de autores que exponen la importancia del trabajo emocional en los docentes y su

quehacer personal y profesional; de cierta manera la investigación muestra claramente la relación

entre temáticas como: la competencia emocional, bienestar y estilo educativo. Puesto que, son

factores esenciales en la labor docente, “Ya que un profesor emocionalmente competente

presentará un mayor bienestar personal y optará por un estilo educativo asertivo” (Ávila, 2019, p.

131), de esta manera, se logra evidenciar la relevancia de estos tres factores dentro de un contexto

educativo y formativo.

Quién (Autor o autores): Ana María Ávila Muñoz

Cuándo (fecha): 21 de Marzo de 2019

Qué investigó (tema): Perfil docente, bienestar y competencias emocionales

Con quiénes (población): El estudio realizado en la posterior investigación, fue ejecutado con 230

docentes.

Dónde (lugar, país, región): Madrid, España.

Qué encontró (hallazgos):

Dentro de los resultados encontrados en la presente investigación se encuentra que “Los docentes

evaluados en este estudio muestran que una mayor competencia emocional conlleva más auto

aceptación, relaciones positivas, autonomía, dominio del entorno, propósito de vida y

crecimiento personal” (Ávila, 2019, p139) es decir, que las competencias emocionales pueden

aumentar el desempeño profesional de los docentes en las instituciones educativas; lo cual influye

en gran medida al desarrollo educativo de los estudiantes. Es necesario considerar también, que los

docentes emocionalmente competentes, pueden poseer mejores relaciones con los estudiantes,

adquiriendo a su vez una comunicación asertiva y positiva con los mismos.


Conclusión o recomendación a la cual llegó que fundamenta el estudio que está realizando (su

investigación)

Resumiendo, la anterior investigación comprende la importancia de las competencias emocionales

en el profesorado, por ende, se concluye que los docentes pueden transmitir no solo conocimientos

y saberes previos, sino que, además, pueden exponer ejemplos de conductas y actitudes frente a

situaciones cotidianas que se presentan en el día a día; Además, el individuo que adquiere unas

competencias emocionales puede alcanzar un mayor bienestar personal y social (Ávila, 2019, p.

140). Para terminar, es importante atribuir que dentro de los procesos educativos deberían estar

presentes las competencias emocionales, ya que, al ser un componente institucional, podría generar

en los docentes mayor conciencia y mayor acercamiento hacia las emociones y sus competencias;

lo cual generaría mejoras comunicativas y colectivas dentro de la sociedad.


Calderón Rodríguez, M., González Mora, G., Salazar Segnini, P., & Washburn Madrigal, S. (2014).

El papel docente ante las emociones de niñas y niños de tercer grado. Actualidades Investigativas

en Educación, 14(1), 157-179. Recuperado desde https://bit.ly/2JGuLdR


La presente investigación realizada por Calderón, González, Salazar & Washburn (2014) tiene como

objetivo general “analizar el papel del personal docente ante las emociones que manifiestan en el

aula las niñas y los niños de tercer grado de dos escuelas urbanas de la provincia de San José”

(Calderón, González, Salazar & Washburn, 2014, p. 1)


El estudio realizado por Calderón et al., (2014) ofrece un aporte significativo al presente trabajo

investigativo, puesto que en el mismo se presentan aportes teóricos que proponen diversas opiniones

y concepciones frente a las competencias, emocionales; de esta manera, se integran temáticas

relacionadas a la conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencia

social y habilidades de vida. Dentro de esta investigación se logran analizar las habilidades,

conocimientos y estrategias que utilizan los docentes frente a los diversos estados emocionales de

sus estudiantes, lo cual favorece en gran medida el significado y rol que debe cumplir el educador

frente a las mismas.

Quién (Autor o autores): Calderón Rodríguez, M., González Mora, G., Salazar Segnini, P., &

Washburn Madrigal, S.

Cuándo (fecha): 2014

Qué investigó (tema): El papel docente frente a las emociones de los estudiantes

Con quiénes (población): 12 docentes y 72 niños y niñas


Dónde (lugar, país, región): Costa Rica

Qué encontró(hallazgos):

Dentro de los resultados que se arrojan en la anterior investigación, es importante traer a contexto lo

que menciona el autor frente a la importancia de la educación emocional ya que “En su mayoría, el

personal docente manifiesta que ha recibido sus conocimientos de la formación universitaria. Sin

embargo, mencionan que es insuficiente y que no tienen todos los conocimientos necesarios. De

igual forma, recalcan la importancia de una constante actualización o formación continua” (Calderón

et al., 2014, p. 21). En otras palabras, desde los procesos educativos universitarios se debería tomar

en cuenta el valor que juegan las competencias emocionales dentro del rol docente; lo que quiere

decir, que, desde allí, se deben brindar unas bases sólidas y concretas que se puedan poner en práctica

desde la profesión docente. Por otra parte, dentro de este estudio se arroja que los docentes utilizan

diversas estrategias para hacer posible una relación y comunicación entre educador-estudiante, sin

tener muchos conocimientos, pero si motivación e innovación educativa; en diversos momentos los

docentes sienten temor de mostrar sus propias emociones frente a los niños, debido al cambio

actitudinal que puede generar en los mismos, por esta razón, tratan de expresar conductas positivas

para obtener mejor respuesta.


investigación):

Para terminar, es importante atribuir que, dentro de la investigación realizada por Calderón et al.,

(2014) se brindaron algunas estrategias al personal docente mediante un manual que puede ser

utilizado en el momento que se considere necesario, aplacando de esta forma las emociones

perturbadoras del docente o sus estudiantes. Del mismo modo, es importante que tengamos en cuenta

lo que mencionan los autores frente a la actualización y formación continua de la labor docente;

puesto que, ser educador implica no solo adquirir conocimientos, sino que, además, compromete

valores, competencias, habilidades y estrategias que hagan factible una educación integral y de

calidad integrando el coeficiente emocional desde su quehacer personal y profesional. Para concluir,

se considera necesario atender a las necesidades académicas, pero a su vez emocionales de los

estudiantes y aún más del docente, quien imparte estos conocimientos y experiencias para la vida.


Gálvez, C. A., Gutiérrez, L. R., & Rodríguez, T. C. (2020). Inteligencia emocional y burnout en

docentes de educación inicial de Ayacucho. Apuntes Universitarios, 10(2), 30-45. Recuperado desde

https://bit.ly/2Vxz91p


La investigación realizada por Gálvez, Gutiérrez & Rodríguez, (2020) se titula como “Inteligencia

emocional y burnout en docentes de educación inicial de Ayacucho”, por ende, presenta como


objetivo principal “relacionar la inteligencia emocional y el burnout en docentes de educación inicial

estatal de Ayacucho.


El estudio realizado por Gálvez, et al., (2020) ofrece un aporte significativo al presente trabajo

investigativo, dado que, integra factores que influyen de forma positiva y negativa frente al ámbito

educativo y en este caso desde la labor docente. Por consiguiente, se muestran las relaciones

negativas que existen entre las emociones y el burnout, lo que genera que sea un estudio muy

unificado y novedoso frente a estas dos temáticas mencionadas. Es decir, dentro de este estudio se

pueden analizar diversas teóricas y estudios en los cuales se profundiza acerca de la inteligencia

emocional y los componentes de la misma.

Quién (Autor o autores): Gálvez, Gutiérrez & Rodríguez

Cuándo(fecha): junio 2020

Qué investigó (tema): Inteligencia emocional en docentes

Con quiénes (población): El estudio se realizó con 5 docentes de educación inicial

Dónde (lugar, país, región): Lima, Perú.

Qué encontró(hallazgos):

De acuerdo a la revisión bibliográfica realizada de la anterior investigación, se evidencian como

resultado “que existe relación negativa entre las dimensiones uso, regulación y valoración de las

propias emociones de la inteligencia emocional y las dimensiones núcleo del burnout y falta de

realización del burnout” (Gálvez et al., 2020, p.40). En otras palabras, las docentes que mejor

manejan sus estados emocionales, tienen mayor desempeño laboral, ya que, según los autores,

existen diversas situaciones que se presentan en el rol decente y pueden disminuir su desempeño

laboral; por esta razón, trabajar la inteligencia emocional en los docentes pueda brindar mejoras

significativas a nivel social, emocional y educativo.


investigación)

En resumen, esta investigación brinda bases sólidas y concretas frente a la relación de la inteligencia

emocional y el burnout dentro del rol docente, lo que contribuye en gran medida a visión formativa

que debe tener un docente de educación inicial, no solo desde sus competencias intelectuales sino

también desde las emocionales. Esto muestra, la importancia de vincular procesos no solo

académicos frente al rol docente, sino que como lo mencionan los autores “se debería ejecutar

programas de intervención que continúen fortaleciendo la inteligencia emocional de las docentes y

técnicas del manejo de estrés para evitar la aparición del burnout” (Gálvez et al., 2020, p.40). Por lo

tanto, es considerable enfatizar una nueva visión hacia el desempeño docente frente a su labor

educativa, brindado una mirada más amplia y profunda desde el ser de cada individuo, ya que somos

seres únicos y diversos ante las situaciones que se presentan diariamente en un aula de clase o

factores que pueden influir negativamente al educador.


FICHAS TEÓRICAS:

TÍTULO: La naturaleza de las

competencias básicas y sus

aplicaciones pedagógicas.

REFERENCIA (APA):

Pérez, A. (2007). La naturaleza de las competencias

básicas y sus implicaciones pedagógicas.

Cantabria. Editorial Consejería de Educación.

Recuperado de https://bit.ly/33DRIWa

País, ciudad y lugar de consulta

Cantabria, España.

RESUMEN DEL TEXTO: PARAFRASEO:

En la actualidad se ha venido trabajando la educación desde unas competencias básicas que,

de alguna manera, le dan un sentido más amplio y global al proceso académico y formativo

de los estudiantes. Pero antes de ello, es importante atribuir que desde tiempos remotos dichas

competencias no eran tan relevantes y valoradas por la educación, dado que se daba una

mirada más profunda a esa labor tradicionalista y lineal que interfería en el desempeño de las

competencias.

Se debe agregar que, las competencias se han interpretado de diversas maneras según las

épocas y contextos vividos; ello quiere decir que, este concepto desde una interpretación

conductista es considerado como un proceso de formación y entrenamiento que integraba

diversos mecanismos educativos que refieren a los comportamientos y conductas de los

individuos.

Por otra parte, DeSeCo (Definición y selección de competencias) brinda un enfoque más

amplio de la conceptualización frente a las competencias, que refiere las competencias como

un proceso integrador, social, emocional, formativo entre otras; que busca integrar la parte

educativa y formativa, no solo viéndose desde un ámbito académico, sino que radica en una

construcción permanente para la vida, compuesto de habilidades, capacidades y diversidades

de cada ser.

En cuanto al enfoque holístico las competencias son consideradas como un proceso de

transferir un conocimiento, saber, experiencia; integrando de esta manera, la cotidianidad de

las personas. Con lo mencionado hasta aquí, es importante recordar que las competencias


hacen parte del proceso educativo y formativo de las instituciones, con ello, se atribuye la

necesidad de atender las diversas particularidades de cada entidad, siendo un proceso

flexible, comprensible y globalizado ante los diversos cambios y modificaciones que se

pueden generar a lo largo de la vida.

Es por ello que, de acuerdo a las diversas interpretaciones frente al constructo de

competencia, cabe resaltar a nivel general, la importancia de tener en cuenta este factor como,

un proceso no solo dirigido a una labor netamente académica, sino que a su vez integra la

parte formativa, desde un sentir emocional, conductual y social. Por consiguiente, las

competencias están dirigidas a unos principios básicos que radican en la pedagogía y en las

necesidades educativas; esto implica la integración de aspectos como: el entorno, el

ambiente, actividades culturales, intercambio de ideas, entre otras.

Finalmente, es relevante contextualizar el concepto de competencias desde los procesos

educativos, entendiendo esta, como una herramienta y un factor que integra la vida social,

cultural, emocional, familiar y académica de cada individuo; focalizando su mirada desde un

camino más global ante los diversos cambios y actualizaciones a nivel nacional.

CITAS TEXTUALES:

Es necesario recalcar que, según Pérez, (2007) las competencias hacen alusión a

“la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de

forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos,

motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de

comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz”, (p.

10).

De esta manera, se entiende que las competencias hacen parte de un proceso de construcción

y formación permanente, que además, centran su mirada en la contribución plena de áreas

específicas del conocimiento, así mismo, es importante tener en cuenta que las

transformaciones educativas se abordan desde las, ya que, los procesos del “aprendizaje se

encuentran distribuidos a lo largo y ancho de un abanico amplio que incluye los artefactos,


las herramientas culturales, los intercambios, cara a cara o virtuales, con los demás seres

humanos, cercanos o lejanos, los recursos propios previamente aprendidos” (Carr, 2004,

citado en Pérez, 2007).

IDEAS CENTRALES:

-Conceptualización de competencia.

-Características de las competencias básicas.

-Principios pedagógicos basados en las competencias.

-Selección de competencias fundamentales.

PALABRAS CLAVES: Competencias, competencias básicas, Conocimiento, principios

pedagógicos.

OBERVACIONES PERSONALES E INTERPRETACIÓN:

Acorde con lo anterior, es importante atribuir que las competencias juegan un papel

fundamental en el desarrollo educativo y formativo de los individuos, dado que, integra una

parte global del ser y su contexto formativo. De esta manera, se entiende que la educación

actual integra una serie de competencias fundamentales para la evolución de la construcción

del conocimiento, entendiendo que, desde allí, se abarcan los procesos sociales, emocionales,

académicos, entre otros, que hacen posible una transformación educativa.

Dicho lo anterior, las competencias integran una parte esencial desde la formación emocional

de los niños, por lo tanto, profundizar en dichos factores favorece en gran medida a los

procesos educativos; entendiendo la educación no solo como una dimensión lineal y

planificada, sino también, como una transformación del ser, donde el docente pueda ser el

promotor de dichas miradas y enfoques, siendo un ente constructor del conocimiento.

Además, el tener presente las competencias dentro de la educación amplia la visión que se

tiene del componente educativo, ya que integra diversas áreas del conocimiento y a su vez el

coeficiente emocional, dentro de una dimensión socio-afectiva.


FICHA DE LECTURA

Título (subtítulo):

Fundamentos de la investigación documental

y la monografía

Datos bibliográficos

Morales, O. (2003). Fundamentos de la

investigación documental y la monografía. Manual

para la elaboración y presentación de la

monografía. Mérida, Venezuela: Universidad de

Los Andes. Recuperado de https://bit.ly/3g47Ghr

País, ciudad y lugar de consulta

Mérida, Venezuela

RESUMEN DEL TEXTO:

La investigación se refiere a un proceso de indagación, recolección de datos, análisis, entre

otros, que hacen parte de un constructo teórico que busca esclarecer o interpretar un factor temático

que conduce a la construcción y codificación de los conocimientos. Se debe agregar que, existen

diversos tipos de investigaciones entre ellas la documental, que en este caso es la que se desea

caracterizar; no obstante, cabe señalar que la investigación documental se trata de un rastreo

bibliográfico que además integra la parte teórica y conceptual de un estudio analítico. Por

consiguiente, dicho proceso integra la monografía que hace alusión al documento que trata un tema

en específico y además, integra diversas miradas de autores que le dan significado a dicha temática;

cabe resaltar que, la monografía se compone de una portada, introducción, unidades temáticas,

conclusiones, referencias y anexos que hacen posible el ejercicio de estudio.

Otro punto importante dentro de la investigación documental es la lectura y la escritura;

pues, dichos factores le dan significado al proceso analítico y conceptual, que a su vez integra la

parte de interpretación que se le brinda a los diversos textos, documentos o juicios emitidos por

diversos autores. De esta manera, se entiende que la lectura debe generarse como un procedimiento

riguroso, sustancial y deductivo que conlleve a la práctica textual de la escritura; señalando esta,

como un proceso elemental y trascendental en su representación escrita.

Teniendo en cuenta que, la investigación es un proceso de construcción permanente se debe

tener presente que tiene unas pautas que orientan su ejecución; dicho esto, referimos que, como

primer punto se da una elección de la temática a abordar, seguidamente se debe almacenar la

información recopilada, como tercer punto se da paso a la elaboración del guion, de esta manera

se pasa por un proceso de análisis e interpretación y finalmente, se genera la redacción del texto

que integra su parte estructural del mismo.


CITAS TEXTUALES:

Dicho lo anterior, se trae a contexto que la investigación documental “es un procedimiento

científico, un proceso sistemático de indagación, recolección, organización, análisis e

interpretación de información o datos en torno a un determinado tema. Al igual que otros tipos de

investigación, éste es conducente a la construcción de conocimientos” Alfonso (1995, citado en

Morales, 2003). Por consiguiente, el trabajo documental busca esclarecer diversas temáticas e

interrogantes que se tienen frente algunos factores educativos, sociales, emocionales, entre otros.

Hay que mencionar, además que “los textos monográficos no necesariamente deben realizarse

sobre la base de sólo consultas bibliográficas; se puede recurrir a otras fuentes como, por ejemplo,

el testimonio de los protagonistas de los hechos, de testigos calificados, o de especialistas en el

tema” Kaufman y Rodríguez (1993 citado en Morales, 2003). En contexto con lo anterior, cabe

mencionar que los dentro de las consultas y rastreos bibliográficos se tienen en cuenta diversas

posturas y criterios expuestos por autores, investigadores y demás personas que integran dichos

estudios.

IDEAS CENTRALES:

-Concepto de investigación.

-Conceptualización de investigación documental.

-Concepto de monografía.

-Componentes de la investigación documental.

PALABRAS CLAVES: Investigación documental, monografía, lectura, escritura.


De acuerdo con lo anterior, es importante atribuir la importancia que tienen las investigaciones

dentro del proceso formativo en la labor docente, lo cual quiere decir que, las investigaciones

documentales hacen parte de una construcción de saberes y conocimientos que a su vez integran

las posturas e interpretaciones de diversos autores. Por otra parte, cabe mencionar que de acuerdo

al trabajo documental se pueden generar nuevas miradas y visiones frente algunos factores

educativos, formativos, sociales, emocionales, entre otros; puesto que, desde un proceso lector se


descubren nuevas conceptualizaciones y teorías que retroalimentan los conocimientos o que, en

otro sentido, pueden generar contradicciones y puntos de vista diversos. Es por eso que, la

investigación documental no solo es vista como una actividad lectora, sino que además conlleva a

una edificación teórica, empírica, personal y flexible que hace posible la construcción de una

temática o interrogante a resolver.

FICHA DE LECTURA

Datos bibliográficos

Alzina, R. B. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Revista de

investigación educativa, 21(1), 7-43. Recuperado desde https://bit.ly/3qfA0lD

CITAS TEXTUALES:

A lo largo de la historia, se han venido presentando algunos cambios y modificaciones

dentro del proceso educativo y formativo de los seres humanos, entendiendo que no se trata de un

factor netamente académico, sino que implica diversos elementos que forman parte del sentir

emocional de cada individuo, por ello se entiende que “La educación emocional es una innovación

educativa que se justifica en las necesidades sociales. La finalidad es el desarrollo de competencias

emocionales que contribuyan a un mejor bienestar personal y social” (Alzina, 2003, p. 8). Esto

quiere decir que, la educación emocional es un proceso que integra diversos componentes que

hacen posible una educación de calidad, entendiendo que, dentro de esta, se deben incluir las

competencias emocionales, que sustentan la parte conductual de cada persona.

Es por ello que entender y comprender la importancia de incluir la parte del ser y sentir

dentro del proceso educativo, le brinda una nueva mirada al contexto educativo, pues hablar de las

emociones implica fomentar los conocimientos y competencias a nivel personal y social. Pues

bien, Alzina, (2003) afirma:

https://bit.ly/3qfA0lD


La educación emocional pretende dar respuesta a un conjunto de necesidades sociales que

no quedan suficientemente atendidas en la educación formal. Existen múltiples argumentos

para justificarla. Así, por ejemplo, un sector creciente de la juventud se implica en

comportamientos de riesgo, que en el fondo suponen un desequilibrio emocional, lo cual

requiere la adquisición de competencias básicas para la vida de cara a la prevención. (p. 9)

En relación con lo anterior, se debe considerar que la educación emocional es un factor esencial

en la vida de los seres humanos, pues, si desde la educación inicial se concibe la parte emocional

como un requerimiento necesario, el dominio de las mismas, estaría mucho más fundamentado

hacia un objetivo común, que busca el bienestar común, no solo a nivel personal, por ende trabajar

las competencias emocionales a temprana edad, puede facilitar los procesos formativos en la

educación superior, pues “Se puede entender la competencia emocional como el conjunto de

conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y

regular de forma apropiada los fenómenos emocionales” (Alzina, 2003, p. 22)


Hablar de competencias emocionales implica una revisión amplia y profunda desde la adquisición

de conocimientos y puesta en marcha de los mismos; dicho brevemente, se trata de una serie de

componentes esenciales para facilitar las relaciones interpersonales e intrapersonales de cada

sujeto. Es por ello que, dichas competencias deben ser incluidas de forma transversal dentro de la

educación emocional, entendiendo que de allí dependen los comportamientos y conductas futuras

de cada persona. Entonces, se debe tener en cuenta que, para alcanzar un nivel alto de buenas

relaciones a nivel personal y social, se requiere de una educación de calidad frente a ese proceso

emocional de cada ser humano, entiendo que este es un factor que puede facilitar tanto los procesos

académicos como formativos de los estudiantes. Por esta razón, es importante atribuir que el

docente debe tener las bases necesarias frente a las competencias emocionales para hacer posible

el proceso educativo a nivel emocional.

Documents

Las competencias emocionales en los docentes de primera