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27 ANÁLISIS Las comunidades chinas de Mozambique, 1858-1975 A l contrario de lo que ocurre con la comunidad india de Mozambique, cu- ya presencia económica competía con los intereses portugueses en la época colonial y su implantación en las actividades económicas poscolo- niales dio origen a una extensa producción bibliográfica, la comunidad china y de origen chino de aquella colonia se ha mantenido prácticamente invisible (Almeida, 1964; Baptista, 2006; Costa, 1998; Dias, 1956, 1958; Medeiros, 1998, 2005, 2006; Oliveira, 2000; Ramos, 1999; Zamparoni, 2000). El objeto de mi artículo son las comunidades sino-asiáticas y sino-africanas de Mozambique durante el periodo colonial comprendido entre 1858 y 1975, con un enfoque particular para la comunidad china de Beira entre 1887 y 1975. Intentaré mostrar el proceso de formación y las etapas de desarrollo de esta última comuni- dad, así como los procesos híbridos de integración en la sociedad colonial del tiempo de la Compañía (británica) de Mozambique, entre 1892 y 1942, y portugue- sa, a continuación, y sus relaciones con la población negra. Añadiré algunas notas sobre los recorridos de la diáspora a partir de 1974-1975. Los primeros chinos que en la época moderna llegaron Mozambique en 1858 eran cules (coolies) y fueron contratados en China por el Estado imperial. Más tar- de, en el último cuarto del siglo XIX, fueron contratados, por empresas coloniales, más cules para Beira y Lourenço Marques. El interés por esta mano de obra se de- bió a la reconocida habilidad y dedicación al trabajo de los chinos y por costar me- nos que los obreros y artesanos del mismo oficio contratados en Europa. La emigración libre de chinos para Beira y Lourenço Marques que siguió a la de los contratados cules se registró al mismo tiempo que el desarrollo de estas dos ciu- dades, sobre todo con la construcción de los puertos y de los ferrocarriles, así como de la implementación del monocultivo de la caña de azúcar en Marromeu y Búzi, en el centro de la colonia, y de los intentos de explotación minera en Manica. Por razones que intentaré explicar, la mayoría de los artesanos de la primera ola de llegadas se convirtió en horticultores y comerciantes, cuyo número fue aumen- EDUARDO MEDEIROS Eduardo Medeiros, Núcleo de Estudos sobre África, del Centro Indisciplinar de História, Cultura e Sociedades (CIDEHUS) de la Universidade de Évora.

Las comunidades chinas de Mozambique, 1858-1975 Anovaafrica.net/documentos/archivo_NA20/02NA20.Medeiros27-58.pdf · Añadiré algunas notas sobre los recorridos de la diáspora

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ANÁLISIS

Las comunidades chinas de Mozambique, 1858-1975

A l contrario de lo que ocurre con la comunidad india de Mozambique, cu-ya presencia económica competía con los intereses portugueses en laépoca colonial y su implantación en las actividades económicas poscolo-

niales dio origen a una extensa producción bibliográfica, la comunidad china y deorigen chino de aquella colonia se ha mantenido prácticamente invisible (Almeida,1964; Baptista, 2006; Costa, 1998; Dias, 1956, 1958; Medeiros, 1998, 2005, 2006;Oliveira, 2000; Ramos, 1999; Zamparoni, 2000).

El objeto de mi artículo son las comunidades sino-asiáticas y sino-africanas deMozambique durante el periodo colonial comprendido entre 1858 y 1975, con unenfoque particular para la comunidad china de Beira entre 1887 y 1975. Intentarémostrar el proceso de formación y las etapas de desarrollo de esta última comuni-dad, así como los procesos híbridos de integración en la sociedad colonial deltiempo de la Compañía (británica) de Mozambique, entre 1892 y 1942, y portugue-sa, a continuación, y sus relaciones con la población negra. Añadiré algunas notassobre los recorridos de la diáspora a partir de 1974-1975.

Los primeros chinos que en la época moderna llegaron Mozambique en 1858eran cules (coolies) y fueron contratados en China por el Estado imperial. Más tar-de, en el último cuarto del siglo XIX, fueron contratados, por empresas coloniales,más cules para Beira y Lourenço Marques. El interés por esta mano de obra se de-bió a la reconocida habilidad y dedicación al trabajo de los chinos y por costar me-nos que los obreros y artesanos del mismo oficio contratados en Europa.

La emigración libre de chinos para Beira y Lourenço Marques que siguió a la delos contratados cules se registró al mismo tiempo que el desarrollo de estas dos ciu-dades, sobre todo con la construcción de los puertos y de los ferrocarriles, así comode la implementación del monocultivo de la caña de azúcar en Marromeu y Búzi,en el centro de la colonia, y de los intentos de explotación minera en Manica.

Por razones que intentaré explicar, la mayoría de los artesanos de la primera olade llegadas se convirtió en horticultores y comerciantes, cuyo número fue aumen-

EDUARDO MEDEIROS

Eduardo Medeiros, Núcleo de Estudos sobre África, del Centro Indisciplinar de História,Cultura e Sociedades (CIDEHUS) de la Universidade de Évora.

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tando con los nuevos inmigrantes. El comercio chino en Beira y en Lourenço Mar-ques se orientó, sobre todo, durante la época colonial moderna al comercio con elindígena. Y fue el negocio de la «comida» y de «la bebida para el negro» lo quepermitió la acumulación necesaria para el comercio destinado a colonos y turistas apartir de los años 50 del siglo XX. A su vez, la riqueza adquirida con el desarrollodel primitivo negocio y con este último comercio les permitió la instalación de pe-queñas unidades industriales, negocios inmobiliarios en los años 60 y 70 y negociosfuera de Mozambique.

Las notas que propondré para el estudio de la formación y desarrollo de las doscomunidades mozambiqueñas tendrán en cuenta el punto de vista social y econó-mico, los orígenes de los inmigrantes, los sucesivos contextos socio-políticos enChina del Sur y en África Oriental, la estructura clánica y familiar, las creencias yprácticas religiosas y también el asociacionismo chino en Mozambique.

Todos estos inmigrantes y sus descendientes locales pasaron a estar presentes enlas relaciones que se fueron tejiendo entre los diferentes grupos étnicos y raciales decada una de las regiones de la colonia donde se instalaron, lugares que fueron deencuentro (y desencuentro) de culturas y de procesos complejos de mestizaje.

En esos encuentros y desencuentros, se vivieron casi siempre las diferencias decolor y de cultura a causa de los prejuicios raciales y étnicos, expresados con fre-cuencia en las propias leyes coloniales. A pesar de esto, las diferencias fueron tam-bién matizadas por un multiculturalismo vivido, sin la celebración, pero, de una so-ciedad multicolor. En el caso particular de Beira, la sociedad local se caracterizabapor un desarrollo separado de las culturas bajo el dominio de la Compañía de Mo-zambique (1892-1942) y del subsiguiente Estado portugués.

En semejante cuadro político e ideológico, los mestizos «no tenían bandera», co-mo decía la vox populi de la población negra. Eran la «raza de tal vez», según el es-critor angoleño Pepetela. Aún así, ese non-lieu de la época no impidió varios e im-portantes fenómenos de mestizaje que ocurrieron a lo largo de la historia colonialmoderna. Y no hablemos de los procesos mestizos entre las poblaciones negras enperiodos anteriores a la colonización y durante el siglo XX, de las cuales, en el casomozambiqueño, se ha escrito muy poco.

Mostraré unas notas sobre las transformaciones culturales ocurridas y los crucesmestizos, tomando a la comunidad china de la ciudad de Beira como estudio de ca-so, pero comparándola con la de Lourenço Marques siempre que sea pertinente. Deeste modo, buscaré que se comprenda la evolución de su inserción sociocultural enel contexto de explotación colonial, en la cual fueron objeto y sujeto, y su existen-cia como comunidad receptora y proveedora de inputs multiculturales. Y, obvia-

mente, mostraré los respectivos recorridos identitarios. No sólo la cuestión de lasnacionalidades, sino también la cuestión (¿mestiza? ¿criolla?) de las identidades cul-turales. En un recorrido que puedo trazar así: del aldeano comunitario del sur deChina al chino de la Revolución de Sun Yat Sen; de los chinos sino-asiáticos y sino-africanos nacidos en Mozambique a los sino-portugueses; de los sino-portugueses alos sino-mozambiqueños; de los sino-mozambiqueños a los sino-portugueses enPortugal y Macao a los sino-luso-brasileños, en Curitiba, a los sino-luso-americanos,en los States, a los sino-luso-canadienses, a los sino-luso-australianos y, finalmente,de nuevo, a los sino-chinos de la Nación de la Diáspora (o del Ultramar chino).

� Reclutamiento de «coolies» para la isla de Mozambique

La llegada a la isla de Mozambique, en aquel momento capital de las posesionesportuguesas del África Oriental, del primer grupo de 30 chinos de la época moder-na contratado por el gobernador general João Tavares d’Almeida1 está fechada en el18 de febrero de 1858. Eran hombres de diversos oficios que el Gobierno de la me-trópoli «deseoso de promover el mejoramiento y adelanto de esta importante pose-sión mandó contratar en Macao, para introducir [en la isla] trabajadores laboriosos,y sobrios, que podrán con su ejemplo, y con su trabajo útilmente aprovechado ser-vir de gran ventaja a esta Provincia» (B. O. n.º 9, 27.02.1858).

La iniciativa del gobernador general no sirvió de nada. Formaba parte, por mime-tismo, del dinámico contexto de la contratación de coolies indios y chinos por partede Inglaterra y Francia para las plantaciones de las islas del Océano Índico occiden-tal. 2 El gobernador portugués pretendería, seguramente, conservar y mejorar su ciu-dad capital, pero lo que estaba en el orden del día en aquella época era el tráficoclandestino de esclavos en los puertos del norte de Mozambique y la venta de li-bres «alistados» (libres engagés) para esas mismas islas del Índico (Alpers, 1975,1998; Capela, 1982, 1993, 2002; Medeiros, 1988).

Aunque el nuevo giro comercial de oleaginosas, «caucho» y otros productos dela tierra ya se dejara sentir en el norte de Mozambique bajo el impulso de capitalesfranceses e ingleses a través de casas «comerciales» locales, lo que dominó, y conti-nuó siendo importante más allá de la conquista colonial efectiva, en 1902, fue elcomercio ilegal de esclavos o el comercio legalizado bajo la forma de «libres alista-dos».

A causa de esto, la implantación de una economía de plantación, necesitada demano de obra especializada y abundante, sólo llegaría después de 1881 en el valledel Zambeze. (Caldas Xavier, al igual que los farmers sudafricanos, ¿habrá pedidocoolies para su Compañía del Opio? No sabemos). Claro que las obras de expan-

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sión y de mantenimiento de la ciudad en la isla de Mozambique eran importantes,pero la experiencia ya demostrada de los artesanos locales macua y suahili no justi-ficaban su sustitución por artesanos chinos.

La iniciativa del gobernador se enmarcó, por tanto, en el contexto de la contrata-ción de coolies que hacían sus pares franceses e ingleses en las islas del Océano Ín-dico Occidental, 3 Sudáfrica, otros territorios coloniales bajo dominio del capital bri-tánico y francés en las Américas y los Estados Unidos. El negocio de los coolies fuepróspero entre 1849 y 1854. 4 En 1851 comenzó la emigración china desde HongKong, contratada en Macao. Pero también salían por aquel puerto cules contratadosen otras ciudades y puertos del sur de China donde ingleses y franceses tenían inte-reses. En 1852, Hong Kong se ocupaba de la emigración de sus propios contrata-dos. El 12 de septiembre de 1853, el Gobierno de Macao emite el primer documen-to sobre la emigración de cules (decreto de 12/09/1853), que trata de regular la acti-vidad y evitar los abusos de los contratistas. En 1855, unos empresarios franceses deEl Havre obtuvieron autorización para introducir 900 cules en Guadalupe y Martini-ca. También ese año, según Gilberto Freire, en Sobrados y Mucam-bos, llegaron aBrasil 300 cules para trabajar en la agricultura, todos contratados por el negocianteManuel de Almeida Cardoso. Pero China prohibió el tráfico de cules con destino alas islas Chincha por la Passenger’s Act. (1855 es la fecha de la abolición de la es-clavitud en el Perú).

En 1856 fue publicada en el Boletín Oficial de Macao (BO, 07/VI/1856) la «Nor-mativa sobre la Emigración de los Cules» para frenar la actividad de los agentes. Pe-ro los resultados parecen haber sido mínimos puesto que el 6 de noviembre de1858 fue publicado en el BO nº 2 la «Normativa para tres Compañías de Cules Chi-nas» (chinos, chinas, o chinos eran las designaciones corrientes en el siglo XIX enMacao). Entre otros aspectos, se acordaba que «cada cule llevaría una gorra o unsombrero de bambú con su número, y de color diferente del de otra compañía, paraque sea conocido por el público». Se trataba de cargadores, o cules de transporte,que deberían agruparse, por obligación, en la plaza del Senado cuando se anuncia-ra un incendio, para que prestasen servicio en las bombas de agua, por lo que lastres compañías, en compensación por este servicio de utilidad pública, estabanexentas del pago del tributo.

En 1859, China volvió a prohibir la emigración contratada, pero los propios chi-nos no obedecieron. En 1860, después de la segunda guerra del opio con Inglaterra,el Gobierno imperial manchú decidió autorizar por primera vez la emigración librede chinos, que ya existía clandestinamente desde el inicio del siglo, destinada sobretodo a servir en los grandes trabajos en las colonias europeas en Asia del sudeste, eislas y tierras continentales del Índico. Los coolies chinos estaban de moda en aquelmomento, y todos los administradores europeos pensaban haber encontrado la so-

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lución para sus problemas de mano de obra. Pero la experiencia no fue siempre unéxito. Y en algunos países esa inmigración fue el punto de partida para la formaciónde las comunidades chinas locales.

La situación política y económica en China, en particular en las provincias delsur, sobre todo en la de Cantón, provocó diásporas, varias y continuadas. La forma-ción de la comunidad china de Mozambique estuvo relacionada, como mostrare-mos, con este movimiento migratorio. El 30 de abril de 1860 fue publicada en Ma-cao una normativa sobre la emigración de los cules, al ser creada la superintenden-cia «de la Emigración China». Los portugueses tenían prohibido ir a China a enrolara gente y ningún navío portugués podía transportar cules para Macao o para otropuerto chino. Esta normativa fue ampliada en una publicación de 12 de octubre delmismo año. Hasta 1873 fueron para Perú cerca de 100.000 cules, que no llevabanfamilia.

Sabemos poco del destino que tuvieron esos 30 hombres conducidos hacia la islade Mozambique. Si tuviéramos fe en la memoria local, se habrían quedado en la is-la unos cuantos y otros fueron a las Tierras Firmes del Continente, en particular paraCabaceira Grande, «donde se dedicaron a la horticultura y más tarde a la colecta yexportación de holoturias». 5 Los pocos que se quedaron en la Isla de Mozambiquetambién se habrían dedicado a la horticultura en una zona que aún hoy se llamaCalle de las Huertas, y donde hay una casa de tipo colonial que se dice que habíasido un Templo Chino» (Lopes, 1982). Los hijos de estos hombres con mujeres afri-canas de la región, que los hubo ciertamente, fueron «absorbidos» por la dinámicade linajes matrilineal, y no consta que hayan contribuido a renovar el grupo origi-nario de sus padres.

� La contratación de «coolies» por el capital colonial

La búsqueda de coolies chinos e indios fue frecuente en África Oriental y del Sura partir de 1881, ya en un contexto de implantación del capitalismo imperial. Lafundación de las dos principales ciudades de Mozambique, Beira y Lourenço Mar-ques, con la construcción de los respectivos puertos y el ferrocarril, las plantacionesde caña de azúcar en el Bajo Zambeze (Sena Sugar States), en el valle del río Búzi(Compañía del Búzi), así como otras iniciativas coloniales modernas, carecían deartesanos más o menos hábiles y a bajo precio que la mano de obra especializadaprocedente de Europa no satisfacía por su elevado coste (Costa, 1902). Por eso, el20 de agosto de 1881, el gobernador general, vizconde de Paço d’Arcos, envió unoficio al gobernador de Macao, J. A. A. Carlos Real, que fue recibido en la secreta-ría de aquel gobierno el 17 de noviembre (A. H. U., 1881), en el que solicitabacontratados chinos para Mozambique. El vizconde argumentaba que los negros de

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Mozambique no eran aptos para el trabajo y, por eso, pretendía recurrir a los chi-nos, pues conocía su índole trabajadora y activa, y su ingenio para la industria,agricultura y artes, y sabía también de la contratación de coolies en diferentes colo-nias del Océano Índico y de las Américas. 6

El gobernador explicaba que necesitaba «carpinteros (de barco y de hacha) oebanistas; algunos albañiles, canteros, estucadores u otros que puedan ser utiliza-dos en las obras públicas; cargadores para las compañías de brazos de las aduanas(hombres habituados al servicio de embalaje y de almacenaje); hombres para el ser-vicio de policía, como los que había en Macao, con buenas notas y habituados enel manejo de las armas. El pago sería hecho en Mozambique por la Dirección de lasObras Públicas, de acuerdo con los méritos de cada uno y la naturaleza de su traba-jo. De acuerdo con lo que ya se practicaba con trabajadores indios se pagaban 800reales diarios (mínimo) y 1.500 reales (máximo). Podían venir con familia» (A. H.U., 1881). Veremos que Mozambique nunca llegó a ser propiamente una tierra decontratados chinos a gran escala. No obstante, con el reclutamiento de los cooliesllegaron emigrantes libres. Veremos igualmente que, a pesar del permiso que teníanlos contratados para llevar a su familia, esto no ocurrió durante los tres primeros de-cenios de la emigración. Tan sólo a partir de los años treinta del siglo XX, las muje-res chinas, esposas o simplemente familiares, comenzaron, en número significativo,pedir para ir a Mozambique. 7

La petición del gobernador tuvo una respuesta satisfactoria, pues, seis años des-pués, en 1887, llegaron a la región de Lourenço Marques los primeros obreros veni-dos de Cantón para la construcción del ferrocarril de Lourenço Marques a Sudáfri-ca, iniciativa que se efectúo entre 1887 y 1889. 8 Para el territorio de Manica y Sofa-la, en el centro de la colonia, que se quedó por la Carta Mayestática bajo laadministración de la Compañía de Mozambique a partir de 1892, también fueroncontratados coolies chinos para la construcción del puerto y del ferrocarril en 1892-1898, que conectó Beira con Umtali, en Rhodesia. 9 Los que se quedaron en Beira yLourenço Marques después de las obras en los puertos y el ferrocarril contribuyeronde forma valiosa al crecimiento de los dos burgos, ayudando en la construcción deedificios públicos y de casas particulares.

El comando militar del Aruângwa, creado por el decreto provincial de 22 de ju-lio, fue instalado el 20 de agosto de 1887 y tenía unas instalaciones provisionalesen el margen izquierdo del brazo de mar llamado Chiveve que constaban de unaamplia barraca de caña con cubierta de paja. Alrededor del recinto fue abierta unazanja profunda, con una plancha sobre el foso que era retirada al anochecer a cau-sa de los eventuales ataques de los guerreros Gaza-Nguni que aún actuaban en lastierras de Sofala. Así nació Beira: en terrenos pantanosos, al lado del mar, por impe-rativos de un puerto oceánico donde llegarían los ferrocarriles y carreteras que ser-

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vían el hinterland de la Federación de las Rhodesias y Nyasaland e incluso de Ka-tanga. La ciudad fue «capital» de los territorios de la compañía mayestática gober-nada por grupos financieros internacionales. La influencia británica de la Federa-ción y la administración de la compañía y sus obreros dieron un cuño particular alas relaciones sociales en el burgo hasta 1949, año en que el ferrocarril fue adquiri-do por los portugueses.

Sin espacio para tratar de esta cuestión en este artículo, diré, en síntesis, que has-ta los años 40 del siglo XX la existencia de la comunidad china de Beira se enmarcóen un contexto de la diáspora china en los territorios británicos del océano Indico.Al contrario de la comunidad laurentina, que vivía en una ciudad capital de la co-lonia, más portuguesa si se puede decir,10 aunque su puerto y ferrocarril para elTransvaal también transmitiesen, obviamente, muchas influencias británicas y suda-fricanas. En Beira, los sino-asiáticos estuvieron hasta al fin de la segunda guerramundial más relacionados con los ingleses, sobre todo en lo que respeta a los títu-los de viaje y pasaportes, los documentos de residencia y las relaciones con las tie-rras de origen a través de Singapur y Hong Kong, territorios del imperio británico. Ytambién por los negocios que pasaron a hacer con Asia.

Pero para además de esto, la formación y desarrollo de Beira se caracterizó en losprimeros decenios por la llegada al burgo de inmigrantes europeos y americanos delas más variadas procedencias, 11 en un espejismo del eldorado de Manica, y tam-bién por la presencia de muchos trabajadores negros de diferentes orígenes, que vi-vían en compounds en la periferia del núcleo urbano, que se iba formando, y enbarrios de caña que fueron naciendo.

� Origen de los inmigrantes chinos

Todos los chinos contratados o inmigrantes libres que llegaron a Mozambique deChina procedían de los distritos de Shunde (en cantonés se lee Sontak o Sun Tack),Toishan (o Toi San) y de Zhongshan (o Zhong Shan), que es el más próximo a Ma-cao. Estos distritos pertenecen a la provincia de Guandong (Guan Dong, KuangTong o Kwantung), cuya capital es Cantón. 12

En estas regiones el idioma principal es el cantonés, que posee varios dialectos.De modo que la lengua dominante de las dos comunidades en Mozambique era elcantonés, a pesar de que en la Escuela china de Lourenço Marques y de Beira la en-señanza se hacía en mandarín a partir de los años 60. Pero, como mostraré, losmestizos sino-africanos hablaban esencialmente el portugués y rudimentos de can-tonés y de alguna lengua bantú, mientras que los asimilados sino-mozambiqueñoshablaban el portugués y el cantonés, con algunos rudimentos de mandarín.

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Dichas regiones de la provincia de Kuang Tong, así como de las provincias veci-nas de Fuquiem (capital, Fucheu), Quinancin (capital, Nanxao) y Hunan (capital,Chao Yang), sufrieron sequías cíclicas y hambrunas en el momento de la formaciónde las comunidades chinas en Mozambique. A causa de esto, mucha gente emigrópor los puertos de Kang Hola, Hong Kong y Macao.

Los aspectos fundamentales de la cultura de las comunidades también eran can-toneses: la religión, la cocina, la constitución familiar y, de extrema importancia, elmovimiento asociativo, que tuvo dos grandes momentos y algunos sobresaltos en laúltima fase del colonialismo. El primer gran periodo estuvo relacionado con lascuestiones políticas internas de China y, en particular, del sudeste del país, con lalucha de los campesinos contra la corte imperial. 13 El segundo tuvo que ver con laorganización del tráfico de personas e influencias tras la toma del poder en Pekínpor el Ejército Rojo y la subsiguiente formación del Estado nacionalista en Formosa,que provocó una fractura en el seno de las dos comunidades mozambiqueñas entrelos partidarios de Chiang kai Chek y los continuadores del Kuomintang (Guomin-dang) de Sun Yat-sen.

Pero su inserción creciente y rápida durante los diferentes momentos históricoscoloniales de Mozambique y, desde luego, su instalación bajo una perspectiva amedio y largo plazo, llevaron a la comunidad a buscar nuevas oportunidades eco-nómicas. Al comienzo, los artesanos contratados y reconocidos socialmente inte-graron a sus familiares en la horticultura y, a continuación, en el comercio de «be-bida y comida para el negro» 14 y el comercio de holoturias para Asia. Sólo más tar-de, durante la Segunda Guerra, se desarrolló el comercio chino para los colonosblancos. Volveré a esto.

Toda esta trayectoria histórica nos lleva a reflexionar sobre los sistemas culturalesen presencia y la respectiva visión del otro, 15 y también sobre las clasificaciones co-loniales de los grupos mencionados y sobre los recorridos identitários de los sino-asiáticos y los sino-africanos.

En las dos principales ciudades de Mozambique nunca hubo propiamente unaChinatown. A lo largo de la historia de estas urbes y de sus suburbios, los sino-asiá-ticos y los sino-africanos fueron ocupando espacios creados e impuestos por la de-marcación colonial y, dentro de estos, la ocupación se fue haciendo de acuerdocon las estrategias de las actividades económicas de los sino-asiáticos y de los sino-africanos, sobre todo del comercio con «el indígena». El factor ecológico del con-tacto cultural fue esencialmente el del medio del suburbio con las culturas africa-nas, en el caso de los primeros inmigrantes chinos, y del medio urbano europeo pa-ra parte significativa de las generaciones nacidas en la colonia.

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Así, y desde su origen, estuvieron presentes varios sistemas culturales, cuyas dife-rencias significativas se fueron alterando a medida que las dos urbes crecían y seforjaban nuevas relaciones sociales y culturas «mestizadas». Decimos en plural cul-turas y no cultura mestiza, porque esta, de hecho, nunca llegó a tener lugar en laciudad de Beira por razones históricas precisas que tienen que ver con el gran flujomigratorio europeo en los últimos quince años de la presencia colonial, y con lainstalación en la zona de miles de soldados venidos de la metrópoli colonizadora.

� De artesanos y horticultores a comerciantes: el caso de Beira

Los primeros chinos llegados a Beira eran o se transformaron localmente en gentede oficio. Digo «eran» o se «transformaron localmente» porque, en verdad, muchosde ellos se adaptaban de inmediato a las necesidades locales del trabajo. Todas lasentrevistas que hice acentúan esta norma. Y los números también: en 1890, de los93 chinos (registrados) 16 en los territorios de Manica y Sofala, 6 eran carpinteros y82 trabajadores del ferrocarril (BCM, nº 91, 01.06.1897: 212). Cerca de cinco añosdespués, a mediados de 1898, de los 105 chinos, 100 eran carpinteros y 4, cocine-ros (BCM, n.º 119, 01.08.1898: 422-23). No es creíble que hubiera habido un mo-vimiento migratorio de entrada y de salida de trabajadores chinos de modo que elnúmero de carpinteros creciera de esta manera. De cualquier modo, los primerosllegados a Beira se presentaron como carpinteros, ebanistas, albañiles, cavadores,picadores de piedra, herreros, orfebres y cocineros, seguidos después por carbone-ros, lavanderos y sastres. Y a medida que se fue avanzando en el tiempo colonial,surgieron mecánicos, fotógrafos, diseñadores, topógrafos, ingenieros, médicos, etc.Estos últimos ya habían nacido en la colonia.

El oficio de carpintero fue el más destacado durante la primera y la segunda olasmigratorias chinas hacia Beira y su región. Puedo afirmar que entre 1892 y 1942 fueel periodo por excelencia de los carpinteros y ebanistas. Después, muchos de ellosdejaron de trabajar en tales oficios, porque dejaron de ser necesarios o pasaron a te-ner actividades económicas más interesantes, como el comercio, la construcción ci-vil, etc. Recuerdo que esa época fue la de las casas de barro y caña, de madera cu-biertas de zinc, y de la construcción de los diques para la defensa del mar, de losmuelles, y de baluartes para la defensa de los ataques de los guerreros del Estado deGaza. Los primeros chinos se hicieron, por tanto, o ya lo eran, como dije, carpinte-ros, ebanistas, albañiles, picadores de piedra, etc., y pasaron a trabajar en las obrasmencionadas, así como en las de las compañías comerciales y también en la cons-trucción de residencias de colonos blancos.

Pero también fue el periodo de los carpinteros, por su influencia social y política.De tal modo se hizo importante su presencia social que fundaron la Asociación Lui

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Padre Hong, Asociación de los Maestros Carpinteros, la primera organización aso-ciativa conocida entre los chinos de la ciudad de Beira. Esta asociación construyópara sus miembros, para los recién llegados y los desempleados un conjunto de pe-queñas casas de madera y zinc sobre estacas en una zona de la orilla izquierda delChiveve, en terrenos de matope que se inundaban cada subida de la marea poraquel brazo de mar o río de mareas, donde más tarde se construyó el Club Chino ydespués la Escuela China, hoy Escuela Secundaria Agostinho Neto.

La horticultura, la pesca y el comercio, que también trataré, fueron actividadesimportantes desde el inicio de la presencia sino-asiática en tierras africanas, perofueron realizadas por trabajadores que anteriormente no practicaban dicho oficio.Todos los chinos que llegaron a Mozambique procedían del mundo campesino. Talvez algunos, pocos, eran pescadores en su origen, pero la gran mayoría de los quepasaron a dedicarse a la pesca en el litoral de Sofala no lo eran, ni se hicieron pes-cadores, sino que se insertaron en las prácticas locales de la pesca, convirtiéndolaen comercial, como explicaré después.

Diferenciamos los cultivos agrícolas tradicionales africanos de la región basadosen el arroz, el maíz pequeño y la judía, de la horticultura que los chinos practica-ron. Los primeros eran cultivos de secano, dependientes de la lluvia, bien por la au-sencia de ella, bien, la mayoría de las veces en Beira, por su exceso, y dependientestambién de la fertilidad de los terrenos que se inundaban, de hecho, con frecuen-cia. La horticultura, como el nombre sugiere, tiene que ver con los productos de lahuerta: cebolla, tomate, pepino, calabaza, legumbres y, en particular, la famosa colchina, que pasó a ser muy consumida en Beira.

Según los documentos de la época, el cultivo tradicional no alcanzaba para elsostén de las poblaciones locales a causa de la poca producción y de las rapiñasque hacían los gaza-nguni. 17 Por eso, fue implantado por los colonos el cultivo delmaíz grueso para «mejorar un poco el desgraciadísimo estado del negro» (Inácio,cit por Lobato, 1981: 37) y para las necesidades de la población del burgo. No obs-tante, nunca se resolvió el problema alimentario. Fue en este contexto que comen-zó la pequeña producción hortícola para consumo propio por personas que llega-ron de Sofala y Chiloane, entre ellas algunos chinos, que ya practicaban este tipode agricultura (Liesegang,1989). Los chinos comenzaron a abrir pequeñas macham-bas (huertos) donde aplicaban su saber en este dominio, fruto de una milenaria civi-lización agrícola.

Las machambas chinas más importantes, y tal vez las primeras, surgieron en lamisma zona, en las dos orillas del río Pungué, a unas 40 millas de Beira, cerca dellugar donde la línea férrea Beira-Umtali comenzó a ser construida en 1892. Dicholugar pasó a llamarse Fontesvilla, cerca de donde se construyó un poco más tarde el

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puente de hierro para el tren (Strack, s/f). El transporte entre el puerto y esa estaciónferroviaria se realizaba mediante lanchas de pequeño calado y de quilla chata,pues, en esos inicios, no había carreteras ni puentes con excepción de la zona ur-bana. Para Fontesvila y la construcción del puente se desplazaron trabajadores chi-nos, que aprovecharon la circunstancia para abrir machambas y producir arroz,productos de la huerta y fruta. Los productos de estas machambas, más los que ad-quirían a los indígenas para la venta, eran transportados por el río para el burgo,donde eran vendidos puerta a puerta antes de la construcción del Mercado Munici-pal de los productos frescos. En esas machambas trabajaban familiares, desemplea-dos y clandestinos chinos, a las órdenes de un capataz al mando de los propietariosque continuaban en sus lugares de trabajo. Muchas relaciones eran clientelares, deuna subordinación establecida en China, como trataré en otro texto. Y en esas ma-chambas comenzó a ser utilizada por los chinos la fuerza de trabajo indígena.

La producción en el Pungué fue de poca monta, pues la actividad agrícola su-plantó rápidamente el comercio para el indígena. Sólo unos cuantos machambeirospermanecieron en la zona, en particular en Muda. Sin embargo, gracias a la expe-riencia del Pungué creció el interés por este tipo de actividad económica. En algu-nos casos fue la única salida para otros chinos de la ciudad, quienes se lanzaron ahacer huertos en los terrenos más próximos del burgo, los más apropiados y menospantanosos en una zona que en los años 40 y 50 sería la de los barrios deEsturro/Matacuane, Munhava, y también Chota.

En 1905 fueron registrados 19 agricultores chinos en Beira, y 14 en 1906. Sin em-bargo, aunque la horticultura tuviera en la urbe un mercado asegurado, los terrenospantanosos de Esturro, Munhava y Chota, vecinos de la ciudad levantada en el es-tuario del Chiveve, y el tipo de cultivos y tecnologías usados no permitieron, comoen los alrededores de Lourenço Marques, en el sur, el desarrollo de un prósperosector agrícola chino. Quizás porque todos los terrenos eran concesión de la Com-pañía de Mozambique y sus subconcesionarias, que practicaban rentas exorbitadasy, por eso, insostenibles para aquella producción agrícola. 18 Y también porque es-tos horticultores no tenían capacidad económica y política para el reclutamiento deabundante mano de obra africana. Aún así, y hasta al final de la Segunda Guerra,algunas familias pobres se dedicaron por cuenta propia o ajena, sus compatriotas, ala horticultura en estas machambas, y fueron los principales proveedores de pro-ductos de la huerta y del pomar consumidos en la ciudad. Fueron, pues, muy im-portantes para el abastecimiento en legumbres y hortalizas del burgo, antes de quela agricultura producida por los colonos blancos en las tierras altas y fértiles de Chi-moio y de Angónia comenzara a abastecer los mercados de la ciudad a partir de1940/50. 19 En aquel momento, las machambas de Esturro, Munhava y Chota ya es-taban desapareciendo a causa del avance del caserío colono y de los barrios indíge-nas. Todos estos machambeiros tenían un puesto en el mercado de productos fres-

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cos, que era gestionado por él mismo o sus familiares, y continuaron a tenerlo, peroahora vendiendo los productos producidos por otras familias y procedentes de máslejos.

Más tarde, en los años 50 y 60, en las zonas verdes de Manga Loforte, Savane, In-hamízua y zonas vecinas, otros chinos que habían hecho alguna acumulación en elcomercio con el indígena se dedicaron a una agricultura más consistente y prove-chosa, asociando, de hecho, esa actividad al comercio y al trabajo asalariado de fa-miliares en la función pública o en el sector privado. «Según su estructura interna,las zonas verdes podían ser subdivididas en quintas, machambas y huertas. Lasquintas eran propiedades rurales con una o varias construcciones sólidas e instala-ciones agropecuarias diversas. Había, predominantemente, en los plateaux de Man-ga e Inhamízua y en las laderas y la parte baja de la llanura fluviomarina. En estasquintas, pertenecientes a luso-europeos y luso-chinos, se cultivaban hortalizas, fru-ta, maíz grueso y arroz. Las áreas de cultivo eran irrigadas, abonadas y, en muchoscasos, drenadas. El agua para el riego provenía de pozos, aunque algunas quintastenían agua canalizada. El uso de mano de obra negra era indispensable» (Muchan-gos, 1989: 296). De acuerdo con las entrevistas efectuadas, los chinos de estasquintas hicieron uso de ella.

Pescadores. Destacamos más arriba que algunos inmigrantes chinos, familiares ono de la gente de oficio que tenía trabajo más o menos asegurado, pasaron a ocu-parse de la pesca para el consumo doméstico y la venta a la comunidad local. Lapesca constituyó pronto, en la zona del litoral que va de la desembocadura del ríoBúzi a Vilanculos, englobando el archipiélago del Bazaruto, 20 una importante acti-vidad de las comunidades costeras. A partir de los años 30 del siglo XX se convirtióen una industria 21 y, después de la Segunda Guerra Mundial, en un deporte para loscolonos y los turistas. El consumo de la carne, en aquel momento, era escaso, sobretodo la de cerdo, tan deseada por los chinos. Por eso, el pescado estuvo siemprepresente en la dieta alimenticia de los sino-asiáticos de Beira.

Con el desarrollo del comercio para el indígena, en Beira y la región circundante,el secado del pescado para fines comerciales se convirtió en una actividad muyapetecible y lucrativa. En Inhassoro, Mambone y Vilanculos, casi todos se dedica-ban al arte de la pesca. 22 Todo el pescado de esta zona era sometido, debido a lasdificultades de transporte del producto fresco, a un proceso de secado al Sol y des-pués embalado para el envío y venta en Beira.

Decenios más tarde, a finales de los años 40 y comienzo de los años 50, cuandolas vías de comunicación mejoraron, los transportes se hicieron mucho más rápidosy surgieron los aéreos, los pescadores chinos de la Machamga, Mambone, NuevaMambone y Inhassoro se convirtieron en proveedores de pescado fresco para la ciu-

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dad colonial. A partir de 1948, SETA (Sociedad Explotadora de Trabajos Aéreos),TAM (Transportes Aéreos de Mozambique) y SAB (Servicios Aéreos de Beira) co-menzaron a transportar por vía aérea pescado para su venta en Beira, por lo que so-lamente se secaba el pescado cuando había un excedente de pescado fresco. Sinembargo, como había demanda de pescado seco, el secado y la pesca continuaronsiendo unas actividades interesantes en la propia zona de Beira, sobre todo enNhangau y en la playa del Régulo Luís, pero también en las playas situadas entre laPlaza de la India, hoy Plaza de la Independencia, y el faro del Macúti, donde otroschinos de la ciudad se dedicaron a la pesca industrial. Esta pesca se hacía con bar-cos de remo, con la fuerza de trabajo, naturalmente, de pescadores negros.

Hasta 1892, e incluso más tarde, había en la zona un comercio mixto formadopor el antiguo capital mercantil indio y el nuevo capital comercial europeo, ambosanteriores a la ocupación colonial propiamente dicha y al comienzo de las relacio-nes de explotación colonial-capitalista. Escribió, a la manera antigua, el fundadorde Beira, el teniente Luís Inácio, en octubre de 1887, que el comercio «da esperan-zas de ser bueno y mucho se desarrollará una vez que encuentre el apoyo y seguri-dad necesarios para florecer. Hay en el prazo 23 caucho, cera y pieles en abundan-cia pero pocos de estos artículos aparecen a la venta, a consecuencia de las exigen-cias de los vátuas (de los gaza-nguni) que obligan a los pobres habitantes a darles lamayor parte de lo que obtienen por su trabajo». 24

Este comercio, sin desdeñarlo, no fue, sin embargo, el que los sino-asiáticospracticaron entre ellos, 25 los otros colonos y el indígena. El comercio que practica-ban, cuyo tipo y forma fueron variando y evolucionando durante el tiempo colo-nial, fue realizado en las zonas suburbanas y urbanas del poblado. Al comienzo,estuvo vinculado a la producción agrícola, la pesca y la producción de leña y car-bón vegetal, la quincalla del «comercio del monhé» y la propia agua. 26 Pero la zo-na suburbana se fue llenando de trabajadores del puerto, el ferrocarril, y otros ser-vicios en la urbe. Entonces los chinos comenzaron a practicar un comercio generalpara el indígena. Pero rápidamente pasaron al negocio de la comida y de la bebi-da. Sólo después de la acumulación de capital, se lanzaron al negocio más diversi-ficado, dirigido a los colonos y turistas, y a un comercio más general para indíge-nas y no indígenas.

El negocio de los productos de la huerta y del pomar. Hablé antes de la horticul-tura y de los pomares. La mayoría de estos productores asiáticos tenía un puesto enel mercado de la ciudad, un puesto que era gestionado por ellos mismos o por susfamiliares. No tengo conocimiento de que los negros gestionaran estos puestos. Lostrabajadores negros que tenían eran cargadores y «ayudantes en las machambas» delos patrones. Pero había, eso sí, vendedores chinos de legumbres y frutas en el mer-cado que no eran agricultores.

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Negocio de leña y carbón. Los combustibles leñosos eran, obviamente, la princi-pal, y quizás la única, fuente de energía doméstica en Beira durante los primeros de-cenios. El uso del petróleo para la cocina y el sector industrial (y también la refrigera-ción doméstica) era cosa rara, y la electricidad era un lujo en 1909. En 1916 la ener-gía eléctrica era producida en una central a vapor, con dos viejísimas máquinas queconsumían mucha leña (Sopa, 1989: 104) que llegaba mediante lanchas por el Pun-gué y Chiveve hasta al local donde se situaba el bazar del pescado, leña y carbón.

En 1908 ya había dos locales chinos de fabricación y venta de carbón vegetal enla calle Correa de Brito (Anuario de Mozambique, 1908: 633). Sabemos hoy, porlos testimonios orales, que hubo otros locales de venta de leña y carbón en Maqui-nino, y más tarde también en Esturro. En los años cincuenta, había otros chinos quetenían cantinas y negocios de leña y carbón en Munhava, cerca de los depósitos deagua que aprovisionaban la ciudad. Y en los años 60, algunos chinos mozambique-ños adquirieron pequeñas concesiones para la explotación forestal.

Negocio de pescado fresco. En el Mercado del pescado, marisco y gallinas situa-do en la orilla izquierda de Chiveve, a un centenar de metros del Mercado munici-pal de los productos frescos, y que fue trasladado en los años 60 para Maquinino,en la orilla derecha, había puestos de chinos. Sin embargo, había menos puestos dechinos que en el mercado de los productos frescos, puesto que en la zona de Beiralos chinos pescaban menos que en las localidades referidas al sur del río Búzi. Deestas no llegaba pescado fresco antes de los años 50, como destaqué.

Del comercio general para el ‘indígena’. La cantina china era muy diferente de lacantina india, sea por los productos que allí se vendían sea por los olores. Era unpequeño establecimiento, generalmente localizado en los barrios indígenas o en loscaminos de acceso a estos, o en cualquier lugar estratégico para el negocio. De mo-do general, en los inicios, su construcción era precaria, generalmente de palo a pi-que cubierta de césped, y raramente de zinc. Pero en los periodos más recientes delcolonialismo, las cantinas pasaron a ser de madera y zinc, y después de mamposte-ría, con tienda y almacén, y en la parte de atrás, la residencia del comerciante y dela familia.

Allí se vendía pescado seco, aceite para cocinar, harina de maíz, azadas y cata-nas, semillas, azúcar, sal, remedios más corrientes, en particular quinina, bicicletasy sus piezas, fonógrafos y discos de música africana grabados en Sudáfrica, radios ypilas, y todo lo que fuera susceptible de ser vendido y comprado por los indígenas.Y en el fondo de las tiendas, comida y bebida. El trueque fue, al comienzo, la formacorriente de negociar. El cantinero adquiría maíz, mapira (sorgo), algodón, pieles,cuerno de rinoceronte y dientes de elefante a cambio de quincalla, jabón, aceitepara cocinar, etc.

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En el periodo de entreguerras, pero particularmente en 1929 y 1930, la gran de-presión determinó la orientación política de 1930: giro autárquico de las economíasnacionales; acaban los imperios coloniales; se reservan las colonias para las metró-polis. João Bello y después Salazar concibieron políticas para estabilizar el escudo ylas monedas coloniales, sólo convertibles en escudos de Portugal. Además, centrali-zaron la moneda fuerte en Lisboa, redujeron las importaciones de países extranjerosy dinamizaron el comercio con la metrópoli, etc. Pese a que en los territorios de laMayestática estas medidas fueron menos visibles, los efectos de la depresión se no-taron, y obligaron a muchos artesanos sino-asiáticos a buscar su supervivencia en lahorticultura y en el comercio.

Del comercio general al negocio de la comida y bebida para el ‘indígena’. Conel aumento progresivo de trabajadores negros que llegaban a la ciudad –2.714, en1897, 15.848, en 1930; 18.206, en 1940; 31.210, 1950; 38.712, en 1960 (Censos,Figueiredo, 1931:6, Rodrigues, 1968:81) –, sobre todo a trabajar en el puerto y elferrocarril, los chinos comprendieron rápidamente que la especialización del co-mercio de comida y bebida para el indígena era una mina fabulosa, el eldorado quetanto anhelaban. Los trabajadores negros pasaban a vivir en compounds y en losbarrios indígenas que iban surgiendo. (En su fabulación mitológica, las tierras deloro, verdaderas o falsas, siempre estuvieron en el punto de mira de las diásporaschinas de África Oriental y del Sur. Beira era la puerta de la mítica Manica y Mas-honalândia, y Lourenço Marques lo era del Transvaal). La especialización del nego-cio de la comida y de la bebida comenzó en la parte trasera de las propias cantinas,pero rápidamente dio lugar a las casas propias de pasto y los locales de té y bizco-cho 27 y, clandestinamente, de bebidas alcohólicas, en particular de vino «para elnegro» y de «bebidas para el cafre». Podemos afirmar, sin mucho margen de error,que esta actividad permitió la acumulación de capital que posibilitó, después de laSegunda Guerra Mundial, la diversificación de las actividades económicas de mu-chos sino-asiáticos y su mayor implicación en la economía y sociedad coloniales.

Fue, por tanto, en la ruta desde los compounds al puerto y el ferrocarril y en losbarrios indígenas que los sino-asiáticos y los sino-africanos se instalaron para el co-mercio de comida y de bebida para la población negra. A lo largo de la historia co-lonial de la ciudad, la localización de los compounds fue cambiada y nacieronnuevos barrios (Muchangos, 1989). En los primeros años de la historia de Beira, loscampamentos indígenas se situaban en la proximidad del puerto y del ferrocarril, yMaquinino y Chaimite eran por excelencia los barrios de los asiáticos (chinos, in-dios), de los colonos más pobres y de los mestizos. Después fueron surgiendo losbarrios de Munhava (donde se situaba un campamento de Beira Boating), Chipan-gara, Esturro (donde se situó otro compound de Beira Boating), Matacuane (con elcompound The Beira Stevedoring & Contractors, Lda), Manga y Macúti. Una partede este último, antes de ser el barrio noble de los colonos. La sociología histórica

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de estos barrios está por hacer. En otros estudios míos sobre los chinos y sino-africa-nos de Beira tejeré algunas consideraciones sobre los espacios urbanos que fueronocupados y sobre la importancia de la territorialidad para las cuestiones económi-cas, familiares, culturales y identitarias de esta gente.

La distinción que a la que aludí más arriba entre casas de pasto y bebida y loca-les de té, refrescos y bizcochos puede ser designada por estas dos expresiones mássugestivas: locales de pussa hamba y locales de mata hambre.

Pussa hamba. Esta fue la expresión popularizada por los sino-asiáticos y adapta-da por los consumidores negros para designar los locales de comida y bebida. Enuna traducción libre y para cada circunstancia, significa: «Come deprisa y mar-cha.» O sea: deja con rapidez el lugar para otro. O también: «bebe y desaparece»,que puede aparecer el fiscal. Y el fiscal aparecía, a veces, y podía imponer unamulta porque no se podía vender «vino» sin licencias especiales. Por ello, los co-merciantes chinos querían que sus clientes marcharan rápidamente. Me dijeron misentrevistados que las inspecciones de las delegaciones de salud, finanzas, etc., eranfrecuentes. Sin embargo, no consta que hayan surgido grandes litigios con la poli-cía, la administración y los tribunales. La solución estaba en el saguate, 28 una prác-tica habitual, y no sólo entre los chinos. El vino para el negro era una mezcla, fa-bricada por los negociantes metropolitanos, de vino de mala calidad, agua y aguar-diente barato. Se buscaba que la mezcla tuviera una graduación próxima a los 19º,si no más. 29

Mata hambre. Esta era la expresión que designaba el local, es decir, las casas depasto y de comida para el indígena, aunque entre mis entrevistados haya quienesdistingan las casas de té de las casas de mata hambre. Sea como sea, unas y otrasdieron lugar a la apertura de panaderías especializadas en Esturro y Manga, comoPimpão e Imperio, de Manga. En las casas de té, como el nombre indica, deberíaservirse té, té likungo, de la Alta Zambézia. ¡Pero era todo menos eso! Tal vez en elprimer té del día hubiera algunos pedacitos de las famosas hojas trituradas. Perocon la permanente renovación del agua en el samovar el brebaje era todo menos té,lo que levantaba las protestas de los consumidores, obviamente. Llegó hasta noso-tros el eco de esas protestas. En una carta enviada a la Voz Africana, F. S. Dias, de25 años, conductor, natural de Tete y residente en Beira, protestaba contra la mayo-ría de los cafés (es decir: casas de té, nota mía) y casas de pasto para indígenas «pa-trocinados» (¡sic!) por los chinos. «Estos (chinos) en vez de servir a sus clientes co-mo los cafés europeos hacen, le sirven cafés o té preparados con mezcla de tabacoy saco quemados, lo que muchas veces por «descuido» de los preparadores afectala salud de los clientes...» (Capela, 1974). Había en Maquinino media docena deesas casas de pasto y de té para los estibadores y trabajadores del ferrocarril, perotambién para los trabajadores de las tiendas y servicios de la zona. Más tarde, en

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1949, 1950 y en adelante, también abrieron casas en Munhava, en la ruta de loscompounds, y en los barrios de Esturro, Matacuane, Chipangara y, después, enManga. El menú del té estaba constituido por una taza de plástico con té likungo,azúcar y una rebanada de pan o un bizcocho, un pan que era expresamente fabri-cado para el efecto, como destaqué. A comienzos de los años sesenta, una taza deté y una rebanada de pan costaba 1$00 (un escudo mozambiqueño). Algunas de es-tas casas de té vendían también el chimbokoboro, que era una infusión de hojas deuna planta con pretendidos poderes afrodisíacos. 30

A finales de los años cuarenta se inició la llamada fase industrial de la historia deBeira, que se intensificó en las décadas de los cincuenta y sesenta, dando nuevasoportunidades al comercio y otras actividades económicas. «Entre 1953 y 1962, elgobierno colonial se enfrascó en una serie de planes de desarrollo de seis años queincluían proyectos de construcción e inversión y el incremento del comercio. Almismo tiempo, las compañías de seguros, instituciones de ahorro y bancos que ha-bían conseguido acumular capitales en los primeros veinte años del Estado Novocomenzaron a prestar capital para la inversión inmobiliaria, construcción comercialy la industria del turismo. En este periodo se desarrollaron también algunas indus-trias secundarias» (Penvenne, 1981: 23). En la década de los sesenta y los primerosaños de la siguiente se registraron más transformaciones, efectuadas ahora bajo lapresión de la lucha de liberación nacional.

Adelino Torres escribió: «Las revueltas en las diversas colonias introdujeron final-mente una ruptura en el paradigma mercantilista dominante. Se asistió entonces alintento de recuperar el tiempo perdido e implementar un sistema económico mo-derno digno del nombre de capitalismo» (Torres, 2000). El desarrollo industrial quese registró alteró considerablemente el perfil físico y económico de la ciudad quehasta entonces había estado angostamente conectada con la actividad del puerto yel ferrocarril (Muchangos, 1989: 256). Este proceso comprendió el desarrollo de va-rias empresas a lo largo de la franja de Munhava, entre el puerto y Manga, y com-prendió también, en cierta medida, el desarrollo de Dondo y Mafambisse, pobla-ción situada de más de 40 kilómetros del centro de la ciudad. La primera zona in-dustrial se situaba en una franja comprendida entre el ferrocarril y la EN nº 6 hastaMunhava. La zona presentaba una gran homogeneidad, con empresas conectadasal puerto y las industrias metalúrgicas, textiles, de alimentos (cajú, aceite, bebidas),reparaciones mecánicas, etc. Pero el gran impulso industrial privilegió a partir de1965 la zona de Manga, y el nuevo perfil que se diseñaba buscaba servir el merca-do interno y la exportación. Hasta los años cincuenta la industria estaba caracteri-zada por la predominancia de la transformación de productos agrícolas, un bajoporcentaje de obreros, un mercado interno muy pequeño y el predominio de pe-queñas y medianas empresas.

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La zona de Manga, más reciente y mayor, era más heterogénea que la de Munha-va en el momento de la independencia. Estaba caracterizada por las pequeñas ymedianas empresas, que tenían el suelo cubierto de cemento y con precarias insta-laciones. Aquí se establecieron empresas de producción de aceite de cocina, jabo-nes, aserradores, ebanistas de mobiliario, carpinterías de parquet y contraplacado ypequeñas fábricas de sacos, conductores eléctricos, cervezas y refrigerantes. El granimpulso industrial verificado a partir de 1965 privilegió esta área, y el nuevo perfilindustrial que se diseñaba buscaba servir el mercado interno y la exportación (Mu-changos, 1989: 278 y 279).

Un buen número de chinos se incorporó a esta nueva dinámica económica. Laacumulación realizada en el comercio con el indígena posibilitó su implicación enla construcción civil y actividades afines, como la de talleres de carpintería, perotambién en la apertura de pequeñas fabriquetas de confección, los transportes y enun comercio más especializado para colonos y turistas, incluyendo la apertura decasas de importación y exportación.

Del comercio para los colonos y los turistas. Con el desarrollo industrial de laciudad, la población creció de forma notable debido, en especial, a la inmigraciónblanca atraída por el florecimiento económico. Y se registró, también, una mayormovilidad interracial y étnica. En este contexto, surgieron nuevas oportunidades pa-ra el comercio y otras actividades para los sino-asiáticos y para los sino-africanos.

Muy pronto abrieron cantinas chinas para los europeos y otros colonos con pro-ductos de alimentación, de uso doméstico, y ya con alguna quincalla oriental. Perofue después de la Segunda Guerra Mundial, y en particular desde el final de losaños 40, cuando algunos chinos comenzaron a abrir colmados y tiendas de espe-cialidades para los colonos y los turistas, que habían comenzado a ir a las playas ylas reservas de caza de la región. Y algunos chinos abrieron casas de importación yexportación para el comercio internacional.

Estas nuevas casas comerciales se situaron en la zona comercial de la ciudad, si-tuada en la orilla izquierda del Chiveve, pero también en los barrios nobles de PuntaGêa y Macúti. Abrieron otras en Esturro, Matacuane y Manga, o transformaron lasantiguas de Maquinino y Munhava. Surgieron también, a partir de esta fecha, bares yrestaurantes chinos para los colonos. Curiosamente, el traspaso de un registro fami-liar (por herencia patrilineal del dueño) para otro registro de propiedad es cosa nue-va, de los años 60, y muestra la implicación y la integración, cada vez mayor, en laeconomía local. Eran casas de artículos gentilicios para colonos y turistas, tiendas deropa y confecciones varias, tiendas de productos fotográficos, casas de comercio ge-neral y colmados, casas de importación y exportación, bares y restaurantes.

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� Características sociológicas de la comunidad china de Beira, 1942-1975

Con el paso del territorio de Manica y Sofala para la administración directa portu-guesa en 1942, del puerto, en 1946, y del ferrocarril en 1949, la comunidad que sehabía formado en Beira y territorios vecinos desde el inicio del siglo se encontró an-te un nuevo contexto económico y administrativo. Pero este cambio de régimen co-lonial se enmarca también, para los chinos, desde 1937, en un nuevo contexto his-tórico en sus tierras de origen que va a durar hasta los años cincuenta. En 1937 co-menzó la guerra sino-japonesa, que se prolonga hasta el fin de la Segunda GuerraMundial. Esta guerra provocó en la provincia de Guandong, de donde provenía laemigración china para Mozambique, hambres, miseria y nuevos flujos migratorios.La guerra sino-japonesa fue vivida de manera dramática entre las comunidades chi-nas ultramarinas y suscitó un nuevo e intenso sentimiento nacionalista que se mani-festó en la formación de múltiples asociaciones patrióticas.

Terminada la guerra, de nuevo fue posible viajar a China. Algunos miembros dela comunidad beirense quisieron regresar a su tierra natal, para que la conocieransus hijos nacidos en África. Otros, sólo deseaban visitar a los familiares que se habí-an quedado, enviar a sus hijos para que se instruyeran en la cultura de origen o via-jar para casarse. Pero los viajes decepcionaron: la situación económica y políticaera catastrófica, agravada por el avance del ejército de Mao Tse Tung que, en 1949,tomó Pekín. Los relatos de los regresados o de los nuevos inmigrantes impresiona-ron a los miembros de la comunidad.

El regreso a Mozambique de quienes habían ido de visita y la llegada de nuevosrefugiados imbuidos de sentimientos nacionalistas y religiosos dieron lugar a unnuevo asociacionismo, a partir de 1946. Con el fin de la guerra, entraron en declivelas asociaciones tradicionales. Podemos decir que, a partir de esta fecha, se estable-cieron de nuevo chinos en Beira. Tanto más que las generaciones nacidas en la co-lonia ya representaban un número significativo. Y los fenómenos de mestizaje eranevidentes.

Todo lo anterior está relacionado con las transformaciones económicas de losaños 50 y 60 en la colonia, como destaqué más arriba. Pero a partir de 1951, des-pués de la formación del Gobierno nacionalista en Taipei, en Formosa, y tambiéndebido a la influencia de los negocios con Hong Kong y Singapur, la comunidad sedinamizó a causa de las relaciones con las otras comunidades chinas de África aus-tral y los viajes al extranjero.

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� Identidades aldeanas chinas en el siglo XIX

A su llegada a tierras africanas, los hombres chinos establecen relaciones matri-moniales con mujeres negras de las regiones donde se instalan. De estas unionesnacieron hijos, y muchos. 31 Y esto sucedió hasta los años 60 del siglo XX, pero deuna forma más intensa hasta los años 40. Conviene destacar que las estadísticas dela población de origen chino elaboradas a lo largo de los años por la administra-ción portuguesa y por la Compañía de Mozambique pecan por defecto. Para lacuestión del mestizaje biológico, del que me ocupo ahora, las estadísticas no regis-traron el número total de chinos que estuvieron en la colonia en un determinadoperiodo de tiempo, a veces corto, es cierto, o porque regresaron a las tierras de ori-gen poco después de que hubieran llegado, o porque la mayoría de las veces falle-cieron en esta diáspora. 32 O sea: una población flotante que, de hecho, transitó porcada una de las dos principales regiones mozambiqueñas en un determinado espa-cio de tiempo y fue superior al número de «amarillos» en cada registro estadístico.Sabemos hoy por las genealogías que he elaborado que muchos de esos hombresdejaron progenitura en tierras africanas.

Comenzó, por tanto, a constituirse desde el inicio de la inmigración y en las zo-nas de implantación de los chinos, una comunidad de mestizos sino-africanos. Asípasaré a designar a estos mixtos de padre chino y madre africana, y más adelanteharé una distinción entre sino-africanos y afro-asiáticos. El conjunto de la poblaciónde estas dos categorías fue creciendo debido a nuevos nacimientos mixtos y, añosdespués, a bodas entre miembros de la propia comunidad sino-africana. Bodas quepasaron a celebrarse entre mestizos, entre mestizos y africanos, entre varones mesti-zos chinos que fueron insertados en la comunidad sino-asiática y mujeres chinas, yentre sino-asiáticos y mujeres mestizas, dando origen a mestizajes biológicos de se-gundo y tercer grado. La dificultad de obtener esposa en China durante las dosgrandes guerras, pero sobre todo a partir de 1949, y la imposición de bodas exogá-micas, dificultó la posibilidad de bodas en el interior de las comunidades de los si-no-asiáticos de Beira y Lourenço Marques, y de estos con mujeres de las tierras deorigen. En la mayoría de los casos, en una familia local constituida por un hombrechino y una mujer africana o mestiza, cuando llegaba la mujer proveniente de Chi-na, ya con uno o más hijos, se formaba un verdadera familia poligínica. 33

La poligamia no se había convertido en una cuestión local, ya era un hecho cul-tural en el origen, donde la familia no se formaba sólo por vía de descendencia deuna unión conyugal. La familia se ensanchaba por vía de la descendencia del pa-triarca, y englobaba de forma inclusiva a miembros del mismo apodo aunque deparentesco relativamente distante, o sea de primos hasta al cuarto grado, y a veceshasta de extraños asociados al linaje por pactos de fraternidad o de subordinación y

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por compra, por ejemplo. 34 Predominaba el conjunto de la filiación paterna. Y poreso, las reglas que determinaban la transmisión de los antropónimos en el seno deuna familia o con ocasión del pasaje de una familia a otra por boda, adopción, etc.,se encontraban más allá de la relación matrimonial.

Es conveniente señalar que los factores que intervinieron en la composición yevolución de los grupos familiares chinos en Beira y Lourenço Marques estuvieronrelacionados fundamentalmente con las tradiciones campesinas, cuyos orígenes seencuentran en un pasado remoto en el sur y sudeste de China y que estructurabanla familia ampliada según un sistema de parentesco patrilineal y patriarcal y una es-tructura económica en la cual el patrimonio constituía la base del grupo. Esta es-tructura patrimonial se enfrentó con la situación económica y política de cada fasede la histórica colonial, lo que implicaba una mayor o menor (in)seguridad y, poreso, el refuerzo o debilitamiento del parentesco, pero también de la propia divisiónde la comunidad en grupos sociales económicamente diferenciados. La cohesiónfamiliar, especialmente en periodos de crisis, surgía como una forma de combate,utilizada bien por las familias más poderosas para garantizar y ampliar sus privile-gios, bien por las categorías sociales amenazadas para organizar su supervivencia ysu resistencia en un contexto colonial europeo.

Conviene decir que el sustrato patrilineal, patrilocal y poligínico de las socieda-des africanas de la región de Beira y de Lourenço Marques facilitó la formación degrupos familiares de descendencia sino-africana distintos del linaje materno, lo queno sucedió en el norte de Mozambique, matrilineal y uxorilocal. En el caso de Beiray su región, aquellos que fueron clasificados étnicamente como senas, machangas,chuabos, manhambanenses, que formaban de hecho la población negra de Beira,eran fruto de mestizajes anteriores a la llegada de los chinos, como ya mostré enotros textos (Medeiros, 1996, 1997).

El punto crucial de la historia de las familias de la comunidad china beirense sesituó entre las dos guerras mundiales. Las luchas desatadas por la conquista de losprimeros frutos del crecimiento económico en el seno de la comunidad reforzaronlas redes de parentesco y varias subordinaciones clientelares. El fenómeno estuvocaracterizado por un rápido aumento de los sistemas de indivisibilidad de las heren-cias, por la multiplicación de las hermandades y la aparición de una auténtica con-ciencia de linaje en la que estaba patente la concertación entre parientes, inclusolos apartados, en relación a cualquier acontecimiento importante. El culto del ante-pasado clánico era el elemento religioso que aglutinaba el grupo familiar.

Con base a las genealogías de las familias de origen chino de Beira y de LourençoMarques que he establecido desde hace quince años, podemos concluir que la po-blación sino-africana era casi tres veces superior a la población clasificada como

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amarilla en las estadísticas coloniales. De 1928 a 1960, la evolución de los tipossomáticos en la ciudad de Beira, según las fuentes coloniales, fue la siguiente:

Tipos somáticos Años1928 1940 1950 1960

Amarillos 403 593 665 968Blancos 2.153 3.276 6.574 13.498Indios 1.126 1.346 2.236 2.736Negros a) 18.206 31.210 38.712Mestizos 614 1.321 1.854 2.321Total 4.296 24.742 42.539 58.235

FUENTE: Rui Rodrigues, «A cidade da Beira, ensaio de geografia urbana» en Geographica, revista da

Sociedade de Geografia de Lisboa, nº 14, año IV, abril de 1968, p. 83.

a). En 1928 no hubo censo de la población negra.

El número de mestizos presentados en este cuadro no recoge los diferentes oríge-nes somáticos que dieron origen a las mezclas biológicas, ni son números significa-tivos puesto que muchos de los mestizos chinos, sobre todo las mujeres, eran regis-trados como indígenas, o sea, en la categoría de negros. A estos últimos les llamoafro-chinos, y veremos que su trayectoria nacional e identitária desembocará en lacomunidad luso-mozambiqueña, y después mozambiqueña. Se fue constituyendoasí, a lo largo de la historia colonial del último siglo, una población mezclada deorigen chino, cuyas trayectorias del mestizaje cultural y de las estrategias identitá-rias, fueron muy complejas.

Algunos de los mestizos sino-asiáticos fueron integrados de inmediato, como yadestaqué, en la comunidad sino-asiática y, por eso, fueron considerados comomiembros de pleno derecho. Otros, sin embargo, continuaron siendo registradospor la administración colonial y considerados por las otras etnias como mestizos(afro-chinos) hasta al censo de 1950. A causa de esta «mezcla» entre sino-asiáticosy sino-africanos, algunos de los amarillos ya eran acastañados y otros lo fueron du-rante el periodo que media entre 1950 y la independencia. Esta asimilación era, na-turalmente, aceptada por razones de la cultura ancestral de los chinos, particular-mente religiosas, que les llevaban a asimilar a los hijos varones de esas relacionescon africanas o mestizas, unos hijos que llegaron a ser enviados a China para quefueran educados según la tradición local, conocieran la familia del padre y se en-contraran con la esposa que les había sido atribuida. El mestizaje biológico de losamarillos alcanzó su punto álgido en los años 50 y 60 por la falta de compañerosnupciales chinos. Fue la época en que se celebraron bodas entre muchachas chi-nas, que no se podían casar en la comunidad a causa de la exogamia clánica, conmuchachos mixtos (afro-chinos, afro-europeos, afro-indios), con europeos o descen-

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dientes (lusos, luso-mozambiqueños, griegos, italianos) y con asiáticos extraños a lacomunidad (macaenses, japoneses, etc.). También, se registraron bodas de mucha-chos chinos con chicas de origen europeo, africano y asiático.

De modo que, de las dos categorías, sino-asiáticos y sino-africanos, un grupo dehombres de esta última fue transferido para la de los sino-asiáticos sin perder, en elcontexto africano, aspectos fundamentales de la cultura local, como la lengua ban-tú de la región. Y los otros, afro-chinos, la mayoría, al margen de la comunidad chi-na, tuvieron el recorrido común de las clasificaciones raciales portuguesas en la co-lonia. Hasta 1928 formaron parte de la categoría de los no civilizados, después, delos mestizos tout court, y sólo mucho más tarde, con el fin del indigenato 35 y poste-riormente con la Ley de la ciudadanía, pasaron a ser sino-luso-mozambiqueños denacionalidad portuguesa. En el declive del imperio, la mayoría de los sino-asiáticosera portugués en términos de nacionalidad y, en términos de identidad social y deidentidad cultural, tanto unos como otros se inscribían en las estrategias identitariasen curso en la colonia.

El sentimiento identitario y de pertenencia de los primeros chinos radicados enMozambique estaba relacionado con su origen en la provincia de Kuangdong(Kuang-Tong, Cantón), en el sur y sudeste de China, y más particularmente con suorigen en una misma aldea o conjunto de aldeas vecinas, así como con la pertenen-cia a un mismo grupo familiar y clánico y a una misma hermandad. Pero sólo unoscuantos inmigrantes en Mozambique se encontraban inmersos en el proyecto repu-blicano chino que progresaba en el último cuarto del siglo XIX.

La familia del linaje, el clan local, los vecinos y los compañeros de la hermandadconstituían los principales grupos de referencia. Los hábitos alimentarios, el juego ylos locales de encuentro servían para reproducir ese sentimiento de pertenencia al-deana en la diáspora en Mozambique. La afirmación de esa identidad se hacía nosólo a nivel de las apariencias sino también a nivel del consumo y el uso del tiem-po, a través de mecanismos de distinción y diferenciación social que imponían unajerarquía en las preferencias de los consumos sociales y de las relaciones con elotro, negros y colonos.

Al contrario de lo que se pueda pensar, tanto en la comunidad china de Beira co-mo en la de Lourenço Marques, las fracturas sociales eran enormes, pero no pareceque fueran visibles para los colonos. 36 Un equipo del antropólogo Jorge Dias, en suinforme confidencial para el Gobierno portugués sobre los chinos de Mozambique,no se dio cuenta de eso (Dias, 1956, 1958). Para dar una idea de esas fracturas ano-temos que mediante el reclutamiento de contratados llegaban individuos que huíande las persecuciones políticas del sur y el sudeste de China durante el último cuartodel siglo XIX y toda la primera mitad del siglo XX. Era gente de militancia republica-

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na, de cofradías políticas. Pero llegaron también esclavos e hijos comprados, man-dados por sus señores o huidos de estos, controlados en la diáspora por las tríadas,que también seguían a los contratados, emigrantes libres que se dedicaban al co-mercio o la artesanía. En este contexto migratorio, los jefes clánicos locales y de lastríadas querían mantener el estatus de unas fracturas que sólo se pudieron modificarcon los sucesivos contextos coloniales.

Esos contextos permitieron la construcción de nuevas redes y proximidades iden-titárias compartidas con personas de la familia ampliada, personas de la comunidadde residencia en los barrios donde convivían, personas de las escuelas portuguesas,los clubes deportivos donde jugaban, los creyentes de la misma iglesia, compañerosde trabajo, compañeros de armas37 y nuevas relaciones de parentesco resultantes dematrimonios interétnicos.

El análisis del modo cómo los sino-mozambiqueños fueron construyendo su ima-gen identitária individual y colectiva debe ser entendida a la luz de la articulaciónde las representaciones que de ellos tenían los otros (blancos, indios, mestizos y ne-gros), de la gestión de la identidad nacional portuguesa en los trópicos por el poderpolítico y de la inserción sino-mozambiqueña en la economía colonial.

Como la identidad y la alteridad son construcciones sociales relacionadas con lascuestiones del poder y del control social, la gestión de la imagen nacional portu-guesa y de sus alteraciones en la ideología colonial también participó en la cons-trucción de la identidad de los sino-mozambiqueños.

Los grupos en presencia estaban dotados por la ideología colonial dominante deuna identidad que correspondía a su definición social. En lo que concierne a los si-no-asiáticos y a los sino-africanos, era una identidad social al mismo tiempo de in-clusión y de exclusión, que distinguía cada grupo de acuerdo con la percepción dela raza, y de una categorización cultural cuya conceptualización estaba exclusiva-mente dictada por la visión del otro de acuerdo con los propios parámetros y prejui-cios culturales.

La identidad cultural así construida y concebida por el otro remitía a un grupooriginal de pertenencia generalmente desconocido, que sería el fundamento de laidentidad de cada uno y de manera imitable.

En los años 60 y primeros de la década siguiente, los que quedaban de las viejasgeneraciones llegadas de China mantenían una identidad cultural propia pero ya di-ferente del origen, sostenida por la lengua cantonesa, prácticamente el único idio-ma hablado por ellos, y algunas costumbres ancestrales. Pero incluso estas dudabanentre ser cantonés o chino, entre ser asiático o africano. Los mestizos chinos de la

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primera y siguientes generaciones y los sino-asiáticos nacidos en Mozambique, que,sin embargo, frecuentaron la enseñanza en portugués, participaban en actividadessociales, como, por ejemplo, los concursos de belleza de miss Beira, miss Mozam-bique, miss Joven Mozambique, miss Portugal, en que se distinguieron algunas si-no-mozambiqueñas. También participaban en pruebas deportivas, y muchos seconvirtieron al cristianismo. Consideraron que pertenecían a una identidad mozam-biqueña en formación, con ocupaciones y actividades mucho más diferenciadas delas que habían tenido sus padres y abuelos.

Las diferencias que se diseñaron en función de las fracturas socio-económicas,generacionales, de género y de estilos de vida, se hicieron más importantes y conuna mayor capacidad explicativa que aquellas que remitían a la etnicidad.

El ascenso social de una pequeña élite china en el contexto colonial beirense semanifestó mediante la representación de los papeles y lugares en la sociedad, losjuegos de capitalización y de valorización en el seno de las relaciones sociales.Desde luego, dentro de la propia comunidad. Pero también en el seno del grupocolonial (de los blancos, indios y mestizos). La base de este ascenso radicó en laacumulación de la riqueza material, pero se manifestó enseguida en la diversifica-ción de las actividades económicas de los hijos, la doble escolarización, el deporte,las nuevas actividades y profesiones, las bodas. La mayoría de los hijos sino-asiáti-cos y sino-chinos escolarizados pasó a trabajar en la función pública, en las ofici-nas de profesionales liberales: arquitectos, ingenieros, médicos, etc. Algunos llega-ron a profesores, ingenieros y médicos.

Con la revolución del 25 de abril de 1974 en Portugal y la independencia mo-zambiqueña en 1975, el desarrollo (mestizo) de la comunidad china de Beira fueinterrumpido por el desmoronamiento de la sociedad y economía coloniales dandoorigen a las diferentes diásporas que, desde el punto de vista identitário, desembo-caron esquemáticamente en lo siguiente:

. los que fueron a Portugal, se mantuvieron o se hicieron sino-mozambiqueño-portugueses;

. los que fueron a Brasil, sobre todo al eje São Paulo–Curitiba, formaron allí unanueva comunidad, pero mantuvieron sus identidades originarias sino-mozam-biqueñas, ahora con contribuciones brasileñas, siendo sus descendientes loca-les sino-luso-brasileños;

. los que fueron a Canadá y a Estados Unidos, se mantuvieron sino-luso (mozam-biqueños) y conservan sus conexiones con la restante diáspora mozambiqueñay lusitana. Algunos de los hijos nacidos en esta diáspora tienen conexiones conla comunidad sino-canadiense y sino-americana;

. los que fueron desde el inicio, o posteriormente, a Macao en busca de sus orí-genes chinos, en un intento de redescubrir China, fueron despreciados por los

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chinos de Macao y de las propias aldeas de origen, por lo que volvieron a Por-tugal, con añoranza de Mozambique. Sin embargo, algunos pasaron a sentirsemacaenses.

Algunos miembros de todas estas categorías regresaron a Mozambique para reins-talarse en la novísima sociedad mozambiqueña retomando o no sus antiguos quehaberes. Este retorno estará también relacionado con «la ofensiva» económica y po-lítica de China en Mozambique y la reciente inmigración de muchos chinos.

En su mayoría, los sino-africanos de la segunda y siguientes generaciones perma-necieron en Mozambique y se consideran mozambiqueños. Pocos sino-asiáticospermanecieron en el país después de la independencia.

Traducción del portugués: María Puy

1. Antes de esta época llegaron a Mozambique algunos chinos, chinas y mestizos chinos, que dieron ori-

gen a hijos mestizos, como el famoso Nicolau Pascoal de la Cruz, del Massangana (1767) en Zambezia,

militar sino-tailandés o luso-siamés, y sus célebres descendientes António José de la Cruz, Joaquim José

de la Cruz (el Nhaude = telaraña, terror), y António Vicente de la Cruz (el Bonga = gato bravo). Pero

esos chinos y mestizos chinos no dieron origen a la comunidades sino-mozambiqueñas.

2. En 1829 unos colonos británicos importaron, a título experimental para las plantaciones de caña de

azúcar de Mauricio, cuarenta trabajadores chinos. Le siguieron otros para las plantaciones de caña de

azúcar en Sudáfrica y otros territorios coloniales bajo dominio británico y francés. A partir de los años

60 del siglo XIX, miles de coolies indios fueron reclutados para las plantaciones de caña de azúcar en la

provincia de Natal, en Sudáfrica. Después, llegaron coolies e inmigrantes libres chinos. La inmigración li-

bre estuvo relacionada con toda la problemática y política del sudeste asiático.

3. Antes de 1858 y después de esta fecha, muchos esclavos negros salidos del continente africano habían

seguido para el mismo destino. Ver Capilla & Medeiros, 1987.

4. Entre 1849 y 1854 fueron embarcados de Cantón para Perú 7.356 chinos y murieron 549 en el viaje.

En 1850, son expedidos para La Habana, en Cuba, los primeros cules por intermedio de la firma inglesa

Tait & Company.

5. Género de equinodermos de tegumento coriáceo y cilíndrico. También designados en la terminología

local por «pepinos de mar» o «macajojos».

6. Carlos Eugénio Correia da Silva, vizconde de Paço d’Arcos, fue ministro plenipotenciario en las cortes

de China, Japón y Siam, y gobernador de Macao.

7. A mediados de 1898 fue registrada la primera mujer china en Manica y Sofala entre 104 hombres; en

1928, de los 475 chinos, 64 eran mujeres; en 1935, fueron registrados 391 hombres y 80 mujeres; en

1940, 536 hombres y 200 mujeres, en 1950, 479 hombres y 281 mujeres, y en 1970, 702 hombres y

668 mujeres sino-asiáticas.

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8. Hay también una vaga referencia a trabajadores chinos en la construcción de la línea férrea que conectó

Lourenço Marques con Komatipoort, publicada en La Colonia Portuguesa de Mozambique, 1929: 24.

9. La línea férrea Beira-Umtali comenzó a ser construida en 1892 en un punto situado a 40 millas de la

desembocadura del río Pungué, en una zona que pasó a ser llamada Fontesvila, y donde los chinos de la

línea comenzaron a abrir sus primeras machambas. El transporte entre el puerto y esa estación ferroviaria

era hecho por lanchas de pequeño calado. La línea férrea entre Beira y Fontesvila y entre Chimoio y

Umtali fueron construida más tarde, cuando la fama de oro en Manica corrió por el mundo. La línea de

vía ancha entre Umtali y Salisbury se concluyó en mayo de 1899.

10. En 1913, fue publicado el Reglamento para la policía y fiscalización de entrada de asiáticos y equipa-

rados en los territorios de la provincia de Mozambique bajo la directa administración del Estado. 29 oc-

tubre de 1913, BO nº 44, de 1 de noviembre de 1913. Sobre la historia social de la ciudad de Lourenço

Marques existe bastante literatura; recuerdo aquí a Lobato, 1970 (I- parte antigua), y Rocha, 2002.

11. Censo de 1897

Grupos Humanos Nº de personas Grupos Humanos Nº de personas

Portugueses 540 Suizos 14

Ingleses 216 Suecos 11

Alemanes 46 Americanos 10

Franceses 43 Indo-Ingleses 165

Griegos 40 Indo-Portugueses 110

Españoles 20 Chinos 85

Holandeses 11 Árabes 5

Italianos 11 Africanos 2.714

TOTAL 4.041

Fuente: Rodrigues, 1968: 81.

12. En las tumbas de los chinos sepultados en los cementerios Reina Santa Isabel, en Beira, y San Fran-

cisco Xavier, en Lourenço Marques, están señalados nombres de aldeas de estos distritos de Kuang

Tong.

13. En 1890 fue fundada en Hong Kong la Hermandad Chung Wo Tong para recaudar fondos destina-

dos a los republicanos que combatían la dinastía manchú. Sun Yat-sen fue miembro dirigente de esta co-

fradía, y también de la Sociedad Kwok On Wui en Honolulú y Chicago, durante su exilio. A medida que

localmente la inmigración china aumentaba, también se incrementaba la influencia de las cofradías para

incrementar objetivos de solidaridad y políticos con el objetivo de minar la dinastía manchú. Dondequiera

que hubiera una comunidad china había también una hermandad. Así sucedió en Beira y Lourenço Mar-

ques, pero después de la caída de los manchúes. Muchas de las tiendas secretas de Ultramar estaban bajo la

supervisión de la Hermandad Mung Mun con sede en Cantón. La Chee Kung Tong sería una rama de

aquella cofradía. Fue precisamente la Chee Kung Tong la que se instaló en Beira y Lourenço Marques.

14. Sobre el «vino para el negro» ver Alpoim, 1931 y Capela, 1973. Sobre las bebidas africanas de fabri-

cación casera usadas en el comercio, véase Medeiros, 1988.

15. Esta cuestión de la visión del otro ha merecido la atención de Nicole Khouri (MALD/París I) y de

Joana Pereira Leite (CESA/ISEG) para el caso de los indios de Mozambique.

16. El registro se utilizaba con aquellos que trabajaban en ese momento para la Mayestática. Por eso, el

número total es otro.

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17. Para aquellos que no están familiarizados con la historia precolonial, el Imperio del Estado de Gaza

extendía su territorio hasta las tierras de Sofala delimitadas por el Pungué. Más allá, en dirección al río

Zambeze, se extendía su influencia.

18. A propósito del uso de las tierras en la región suburbana de Beira recuerdo la extraordinaria querella

publicada en el periódico Diario de Mozambique afectó entre otros el Dr. Palhinha a propósito de las

rentas exigidas a los cultivadores indígenas de arroz durante los años 50, disputa que se arrastró en los

tribunales hasta casi la independencia.

19. No fue hasta 1952 que viajó el lunes, martes, miércoles y jueves un vagón del CFB, con salida a las

11:25 de Machipanda y llegada a Beira a las 5:00 de la mañana del día siguiente para el transporte de le-

gumbres y hortalizas. Notícias de Beira, nº 3.852, de 2 de agosto de 1952. Recuérdese que en aquel mo-

mento aún no estaba asfaltada la carretera Beira-Rhodesia, ni había un puente vial sobre el río Pungué;

se pasaba mediante una barcaza.

20. El archipiélago de Bazaruto está formado por cuatro islas: Bazaruto, Benguera, Magaruque y Santa

Carolina, y se sitúa entre los paralelos de Vilanculos e Inhassoro.

21. En 1928 estaban censados en los territorios de Manica y Sofala 1.935 pescadores, 44 embarcaciones

y 436 aparejos de pesca. Ver Nieves, 2001: 497.

22. Una de los artes de pesca en estas playas era las trampas, con redes, donde los peces quedaban atrapa-

dos en la marea baja.

23. Territorio que era una concesión de la corona portuguesa. Relativo aos Prazos da Zambézia.

24. Teniente Luís Inácio, Comercio, en Periódico del Bângoè, Año I, nº 2, octubre de 1887, citado por

Lobato, 1981: 32.

25. Desde el comienzo, hubo un comercio de opio en el interior de la comunidad y, después de los años

sesenta, dirigido al exterior de la comunidad. Sobre esto, al que las entrevistas aluden, no encontramos

documentos de la policía ni de aduanas. Este comercio ilegal era monopolio de las tríadas mafiosas del

ultramar chino. En 1950, Chou En-Lai prohibió el cultivo de la amapola y el consumo del opio en Chi-

na comunista, pasando para Tailandia la producción. Otro negocio muy difundido en la comunidad de

Beira y también ilegal era el juego de azar, que destruyó la vida económica y social de bastantes sino-mo-

zambiqueños.

26. Unos colonos viejos entrevistados por mí se acuerdan aún de chinos que les vendían agua para beber

cuando iban camino del local de trabajo.

27. La designación «bizcocho» no tiene nada que ver con la pastelería: se trataba de un pequeño pan re-

dondeado de harina (y sémola) para el indígena. A veces llevaba azúcar.

28. Saguate es un término utilizado en Mozambique para designar la propina y recompensa. Lo uso aquí

en el sentido de soborno.

29. Sobre el vino para el negro y bebidas tradicionales mozambiqueñas ver nota 14.

30. A propósito de esto, destaco que había en Maquinino una tienda de «remedios» chinos para el uso

de la comunidad. Sería interesante estudiar la relación de la medicina tradicional china (en Beira) con la

medicina tradicional africana.

31. Para cada genealogía establecida de uniones mixtas de los primeros chinos de Beira, encontramos un

número de hijos en un intervalo de 7 a 11.

32. «Pocos chinos tienen aquí su familia constituida legítimamente, relativamente grande es la mortali-

dad que los diezma (36 por mil) y casi no viene de China refuerzo para la colonia china que aquí vive»

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(Colonia (A), 1929: 22 , 24 y 26).

33. Registré casos de hombres con una mujer oficial china y con una o dos concubinas chinas.

34. Mai Tjoi significa hijo comprado [traducción literal: comprado + hijo]. Tanto en la comunidad de

Beira como en la de Lourenço Marques había miembros de la comunidad que habían sido «hijos com-

prados».

35. Con la abolición del Estatuto del Indigenato en 1961 (Decreto 43.893, de 6 de septiembre de 1961,

Boletín Oficial nº 36 (Suplemento), I, de 14 de septiembre de 1961, p. 1097) deja de tener sentido la

realización de los censos de la población no indígena, que es considerada civilizada desde el censo de

1950. Por eso, sólo en 1970 tiene lugar un nuevo padrón general, el último realizado por las autoridades

coloniales en Mozambique.

36. Cuando hablamos de los chinos de Mozambique, los ex residentes blancos se sorprenden. Sí, saben

que había, hasta conocían a alguno, pero poco más.

37. Más de tres decenas de hombres sino-asiáticos y casi todos los sino-africanos válidos fueron enrola-

dos como militares en la guerra colonial, un hecho que, injustamente, no fue reconocido en algunos ca-

sos en Portugal después de la descolonización. Un trato que les obligó a pedir de nuevo la naturaliza-

ción.

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