Las Cuarenta

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  • Ed i toria l

    Las cuarenta

    Catlogo 2014Catlogo 2014Catlogo 2014Catlogo 2014Catlogo 2014Catlogo 2014

  • g

  • Coleccin MitmaDirector: Las cuarenta

    La parte malditaGeorges Bataille

    Traduccin: Julian FavaISBN: 978-987-23567-4-3

    La parte maldita puede leerse como clave para estructurar un proyecto mayor: dar cuenta por un lado de los procesos de formacin de la subjetividad humana (escindida entre la utili-dad y el gasto), revisar la situacin presente del hombre invo-lucrado en las operaciones de gastos tiles o intiles, serviles o soberanos; y postular una programtica: recuperar la sobera-na, no ya como prerrogativa de los estados, sino como la con-quista de todos aquellos que alguna vez poseyeron la magia de lo sagrado.

    Esttica y polticaWalter Benjamin

    Traduccin: Julian Fava y Toms BartolettiRevisin tcnica: Miguel VeddaISBN: 978-987-1501-11-3

    Esttica y poltica nos presenta cuatro piezas en las que se cifran las entonaciones fundamentales de la obra de Walter Benjamin. Desde las intenciones revolucionarias reveladas en las indagaciones entorno al estatuto de la violencia y del mito de Para una crtica de la violencia hasta las condensaciones me-tafsicas de Sobre el concepto de historia, pasando por La obra de arte en la poca de su reproductibilidad tcnica: una obra inelu-dible para comprender las transformaciones de la percepcin a lo largo del siglo XX y los lmites del arte en su ntima relacin con la poltica. Finalmente, Teoras del fascismo alemn es la puesta en acto de los presupuestos ontolgicos encarnados por una vida que asumi compromisos tan hondos como su propia filosofa.

  • Marxismo y literaturaRaymond Williams

    Traduccin: Guillermo DavidISBN: 978-987-1501-19-9

    Marxismo y literatura, uno de los libros autnticamente seeros de Raymond Williams, ha sobrevivido a su momen-to histrico y contina ejerciendo una poderosa fascinacin. Tpicamente idiosincrtico en su forma una serie de lumino-sas vietas sobre algunos tpicos vitales de la crtica materialis-ta es tan parejamente desafiante como original en su conte-nido. Williams fue un crtico prximo al marxismo y a la vez slidamente independiente que hizo su propia y singular tra-vesa intelectual. Es esta combinacin de simpata poltica con una perspectiva fuertemente distanciada lo que le permiti este profundo y sentido estudio mediante el cual al mismo tiempo que comenta su tema, de hecho, lo reinventa.

    La prudencia en AristtelesPierre Aubenque

    Traduccin: Lucia Ana Belloro e Ivana CostaISBN: 978-987-1501-21-2

    La prudencia fue vctima no tanto de la vida de las palabras como de las modificaciones de la filosofa y, de manera ms general, del espritu pblico. Quisiramos tratar de encontrar un lazo entre la exaltacin tica de la prudencia y la visin del mundo que ella supone en quien fuera su primer terico.

    El mundo hoy redescubre lo que los griegos sospechaban hace ms de dos mil aos: que los grandes nombres provocan grandes desgracias; que el hombre, esa cosa extraa entre todas las cosas, no es lo que debe ser superado sino preservado y, antes que nada, en contra de s mismo; que el superhombre es lo que ms se parece a lo ms inhumano; que el bien puede ser el enemigo de lo mejor; que lo racional no siempre es ra-zonable y que la tentacin de lo absoluto es la fuente siempre renaciente de la desgracia del hombre. Nosotros redescubrimos

  • hoy que el mundo es contingente y el futuro incierto, que la in-teligibilidad no es de este mundo y que, si adviniera, slo sera bajo la forma de sustitutos y a la medida de nuestros esfuerzos. La prudencia no es una virtud heroica si por esto entendemos una virtud sobrehumana; pero a veces se necesita coraje, aun-que no sea ms que el del buen juicio, para preferir el bien del hombre que es el objeto propio de la prudencia antes que aquello que nosotros creemos que es el Bien en s. Tal vez, por ltimo, esta virtud todava tenga su oportunidad en un tiempo que, agotado de prestigios contrarios pero cmplices del h-roe y del alma bella, busque un nuevo arte de vivir del que sean expulsadas todas las formas, incluso las ms sutiles, de la desmesura y del desprecio.

    Teora de la vanguardiaPeter Brger

    Traduccin: Toms BartolettiISBN: 978-987-1501-20-5

    Si se considera que la teora esttica slo es til en la medida en que refleja el desarrollo histrico de sus objetos, una teora de la vanguardia es hoy, entonces, un componente necesario para las reflexiones tericas sobre el arte. Este trabajo surge de mi libro sobre el Surrealismo. Aqu me remito de manera global a aquellos anlisis particulares y, con ello, podr renun-ciar, en adelante, a las referencias puntuales. Sin embargo, la dimensin de estas reflexiones es otra. No tienen la intencin de suplantar esos anlisis particulares, sino de ofrecer un mar-co categorial que los permita. Del mismo modo, los ejemplos de la literatura y de las artes plsticas no se deben entender slo como interpretaciones histricas y sociolgicas de obras concretas, sino como ilustraciones de una teora. Este libro conserva una potente actualidad y es material de estudio y consulta de todas las carreras de arte.

  • La invencin de la diferencia ontolgicaJean Greisch

    Traduccin: Julian FavaISBN: 978-987-1501-23-6

    La invencin de la diferencia ontolgica es el anexo de Ontologie et temporalit, la monumental interpretacin integral de Sein und Zeit realizada por Jean Greisch. La pertinencia de este escrito es fundamental para comprender buena parte de las tensiones que recorren Ser y tiempo: la relacin entre fenome-nologa y teologa, el pasaje de la intencionalidad husserliana a la trascendencia del Dasein (y del mundo) y, por ltimo, la dife-rencia ontolgica o el problema temporal del ser. Para empren-der estas elucidaciones Jean Greisch recupera, en primer lugar, la conferencia Fenomenologa y teologa pronunciada en mar-zo de 1927 en Tbingen y en febrero de 1928 en Marburgo. Y luego recorre los tres ltimos cursos del perodo marburgus de Heidegger del semestre de verano de 1928 que cierra el men-cionado perodo de Heidegger.

    HistoriaLas ltimas cosas antes de las ltimasSiegfried kracauer

    Traduccin: Guadalupe Marando y Agustn DAmbrosioISBN: 978-987-1501-29-8

    Redescubierto y rehabilitado en los ltimos aos, el estudio pstumo de Kracauer sobre la historia constituye, junto con la Teora del Cine, una de las producciones tardas ms impor-tantes del pensador alemn, a la vez que uno de los aportes fundamentales a la filosofa y la historiografa contemporneas. Kracauer propone aqu un recorrido a travs de las principa-les corrientes histricas modernas, destacando sus respectivos mritos y limitaciones, y desarrollando un exhaustivo ataque contra cualquier visin fatalista de la historia humana. Por esta obra en la que se busca construir una filosofa de la situacin

  • provisoria en la que nos encontramos desfila una amplia ga-lera de pensadores y escritores, exponiendo facetas esenciales y a menudo insospechadas: Hegel, Marx, Ranke, Burckhardt, Croce, Lwith, Benjamin, Adorno, entre otros.

    Las fronteras del discursoMijail Bajtn

    Traduccin: Luisa BorovskyISBN: 978-987-1501-33-5

    La lista es larga: la arqueologa del saber de Foucault, las for-maciones discursivas de Pcheux, los actos de habla de Austin, la lingstica crtica de Fairclough y el habitus de Bourdieu, en-tre otros. Todas esas teoras, todos esos conceptos, no podran haber existido sin los planteos reveladores de Mjail Bajtn. Recuperar mediante una nueva traduccin textos como El problema de los gneros discursivos y El hablante de la no-vela es una apuesta por volver (una y otra vez) a los planteos que hicieron de Bajtn un fundador de discursividad. Las fronteras del discurso viene a sealar que sin Bajtn, ciertos dis-cursos no hubieran sido posibles; o mejor, que a partir del tra-tamiento que el maestro ruso hace de los gneros discursivos, el enunciado y la palabra ajena se ha expandido en las ciencias humanas un universo insospechado de sentidos y discusiones.

    El problema de los gneros discursivos se toca con El hablante de la novela ya que en este ensayo, Bajtn intentar dar cuenta de la palabra ajena como objeto de transmisin, de interpretacin, de anlisis, de refutacin, de sustento y de pos-terior evolucin. Si las personas hablan de lo que hablan los dems y la mitad de las palabras que pronuncia el hablante son ajenas, el interrogante es cmo definir nuestra posicin ideo-lgica ante el mundo mediante la palabra del otro. Qu hacer con la palabra del otro en el discurso propio?

  • Fundamentacin de la metafsica de las costumbresImmanuel Kant

    Traduccin: Manuel Garcia MorenteCorreccin y edicin crtica: Silvia SchwarzbckISBN: 978-987-1501-39-7

    La Fundamentacin de la metafsica de las costumbres se pu-blica en 1785, cuatro aos despus de la primera edicin de la Crtica de la razn pura (1781). La novedad de la obra pro-viene de su ruptura con una larga tradicin metafsica que se remonta a Platn: la de conectar dentro de una misma teora la referencia al ser o al ser supremo con la referencia al buen obrar. El ejemplo ms paradigmtico de este tipo de proyecto sera el de la tica de Spinoza, que empieza por Dios y llega con la misma argumentacin a la buena vida de los hombres libres. La metafsica de las costumbres que proyecta Kant, en cambio, no contiene una teora ni del ser ni del ser supremo.De hecho, de acuerdo con el resultado del examen de la facul-tad cognoscitiva realizado en la Crtica de la razn pura, ni la doctrina de la inmortalidad del alma ni la de la existencia de Dios que se presentan all como postulados de la razn prc-tica pueden convertirse en objetos de conocimiento. Este giro metafsico hace que el proyecto kantiano de una metafsica de las costumbres se desarrolle dentro del terreno de la filosofa prctica. Se trata de una tica que se conduce de manera me-tafsica y no de una metafsica que tiene consecuencias ticas.

    Teologa y lenguajeDel poder de Dios al juego de los niosGiorgio Agamben

    Traduccin: Matias RaiaISBN: 978-987-1501-40-3

    Este libro recoge dos artculos y dos conferencias del fil-sofo italiano Giorgio Agamben. Los dos artculos, Por una filosofa de la infancia y Bataille y la paradoja de la soberana,

  • configuran una zona del pensamiento agambeniano: la zona de Infancia e historia y de La comunidad que viene, la zona de la infancia y la experiencia, la de la comunidad y la potencia (y los fantasmas de Bataille, Aristteles y Benjamin). Las dos conferencias, La liturgia y el Estado moderno y Qu es una orden?, en cambio, nos internan en otra zona de la obra de Agamben: la zona de El reino y la gloria y El sacramento del lenguaje, la de la liturgia y el acto de habla, la del poder y Dios (y los ecos de Foucault, San Agustn y Heidegger). Y sin embargo, en Teologa y poltica, del poder de Dios al juego de los nios, las zonas no quedan tan definidas, los l-mites se vuelven difusos y los textos se intercalan. Hay otro orden posible al presentado en el libro: se puede leer salteado, de adelante para atrs, de atrs para adelante. En todo caso, este no es un libro, es un recorrido por las ob-sesiones de Agamben, una entrada a su filosofa, una puerta abierta a la potencia del pensamiento.

    Ciencia de la LgicaGeorg Wilhelm Friedrich Hegel

    Traduccin: Augusta Algranati y Rodolfo Mondolfo ISBN: 978-987-1501-52-6

    As como la Fenomenolo ga ha mostrado que cada forma de la con ciencia, al reali zarse, se niega para resurgir ms rica en la negacin de la negacin, del mismo modo la Lgica debe mos-trar el mismo movimiento dialctico en el sistema, de las cate-goras del pensamiento puro, cuya cadena, no se des arrolla por deduc cin, analtica, que extrae de los eslabones antecedentes los sucesivos, sino en un proceso sinttico crea dor, engendrado por lo insatisfactorio inherente a cada es labn. La filosofa no hace otra Cosa que seguir al pensa miento en esta dialctica. As la Ciencia de la Lgica inicia su desenvolvimiento, en el cul se distinguen tres partes: la lgica del ser, la de la esen cia y la del concepto.

    El desarrollo dialctico que presenta la Ciencia de la L-gica resulta, para Hegel tambin de la historia de la filosofa,

  • de la que saca l muchas sugestiones. El empleo de la historia como ratificacin de la teora, vislumbrado primeramente por Aristteles, se ha organizado y sistematizado en Hegel por va de una honda conciencia histrica que atribuye a la filosofa la tarea de recorrer, en rpida sntesis, el camino que el esp ritu universal (Weltgeist) ha recorrido en un desenvolvimiento de centenares de siglos.

    Esttica (1958 / 59)Theodor Adorno

    Traduccin: Silvia SchwarzbckISBN: 978-987-1501-51-9

    Adorno planific durante largo tiempo un libro sobre Esttica; guardaba apuntes y anotaciones, con ese propsito, por lo menos desde 1956. En el proceso de gestacin de ese libro que se supona que iba a ser su obra capital- juegan un rol decisivo las clases tericas que l dicta sobre Esttica entre 1950 y 1968, seis veces en total.

    El presente curso (del semestre de invierno 1958/59) corres-ponde a la cuarta vez en que Adorno dicta Esttica. Al mismo tiempo, es el primer curso que est documentado de manera completa a travs de la transcripcin de grabaciones, que se realizaba por entonces en el Instituto de Investigacin Social de Frankfurt. Tal como muestran las huellas de la escritura ma-nual sobre el tipeado, Adorno volvi a trabajar con este texto tanto para la preparacin de los siguientes cursos como para la elaboracin de lo que iba a ser su Teora esttica (publicada finalmente de manera pstuma, en 1970). En este sentido, este libro de clases es tanto de un curso de Esttica desde la pers-pectiva adorniana como un curso preparatorio para la Teora esttica de Adorno.

  • Berlusconi o el 68 realizadoMario Perniola

    Traduccin: Susana AnfosiISBN: 978-987-1501-55-7

    Las races histricas del espritu del Sesenta y ocho residen, no en el leninismo, y menos aun en el marxismo, sino en otro filn del movimiento obrero y socialista que se expres con mxima claridad en los textos del anarquista polaco Jan Waclaw Machajski. A su entender, los intelectuales constituan un ene-migo de la clase obrera tan peligroso como el capitalismo. El odio en confrontacin con el saber ya se haba expresado du-rante la Revolucin francesa en la famosa frase: La Rpublique na pas besoin de savants [la Repblica no necesita sabios]. No piensa diferente Berlusconi cuando cree que cualquiera pue-de ejercer funciones de diputado, subsecretario y ministro y que solo depende decidirlo al interesado. Puede parecer sor-prendente y hasta incongruente considerar a Berlusconi como aquel que realiz lo que el Sesenta y ocho sostena. Y sin em-bargo para quien vivi desde adentro ese movimiento, no es di-fcil encontrar en l esa voluntad de potencia, ese triunfalismo disparatado, esa extrema determinacin de desestabilizar toda la sociedad invadida por el Sesenta y ocho. Final del trabajo y la familia, desescolarizacin, destruccin de la universidad, desregulacin de la sexualidad, contra-cultura, descrdito de las competencias mdicas y derrumbe de las estructuras sanita-rias, hostilidad contra las instituciones judiciales consideradas como represivas, vitalismo juvenil, triunfo de la comunicacin masiva, olvido de la historia y presente espontneo, todo eso, a esta altura, se hizo realidad. Con Berlusconi se cierra un perio-do histrico iniciado en los sesenta, cuyas bases lgicas la de pensar y la de actuar fueron sustituidas por un sentir colecti-vo manipulado y delirante, luntico y extravagante.

  • Conceptos de Walter BenjaminErdmut Wizisla y Michael Opitz

    Traduccin: Miguel VeddaISBN: 978-987-1501-60-1

    Los conceptos de Benjamin proceden de un edificio intelec-tual de carcter filosfico, pero se sustraen a una categorizacin filosfica severa. En contraposicin con todos los dems fil-sofos, escribe Theodor Adorno sobre su amigo, su pensamien-to no era uno que por paradjico que esto suene se despliega en el mbito de los conceptos. El pensamiento filosfico de Benjamin hurga en las zonas marginales de la cultura y la coti-dianidad, se dedica con intensidad a las anomalas, a cosas que se contraponen con lo que en general se considera. Sin fijacio-nes conceptuales resulta tambin impensable, por cierto, la fi-losofa de Benjamin, aunque su empleo de los conceptos puede ser comparado con el de una escuela filosfica. Benjamin se sir-ve con predileccin de formulaciones metafricas o alegricas. Sus conceptos tienden a la expresin figurada. Los conceptos escogidos son representativos de toda su obra escrita. Muestran las definiciones y los empleos relevantes, desde el punto de vista del contenido, realizados por Benjamin. En este sentido se aspir a la completitud; en ocasiones, la incorporacin de un pasaje fue tambin, sin embargo, materia de interpretacin. En primera lnea, a travs de las apariciones del concepto de-ba mostrarse cules textos se relacionan entre s a travs de los conceptos. En los registros fueron agregadas, por un lado, remisiones a pasajes en los que el concepto en s no aparece, pero el contexto sugiere la mencin; por otro, testimonios de conceptos afines en cuanto al contenido, cuya incorporacin las autoras y los autores consideraban necesaria.

  • tica a NicmacoAristteles

    Traduccin: Joaqun MeabeISBN: 978-987-1501-63-2

    Esta edicin de la tica a Nicmaco de Aristteles es una contribucin importante en lengua espaola para el estudio de la filosofa clsica y de la filosofa en general. Su mrito re-side principalmente en la recuperacin de la filosofa prctica aristotlica, parcializada y sesgada -y quiz por ello en parte incomprendida, o a menudo deficitariamente estudiada- por la influencia de las distintas tendencias interpretativas que han estado, y estn, adscritas a opiniones que merecen una revisin crtica que esta nueva traduccin hace posible.

    Los autores han realizado con xito la tarea de ofrecer una traduccin de inspiracin filosfica. Se han esforzado en todo momento en hacer prevalecer el contenido del pensamiento del autor, transmitiendo de forma fiel y precisa el pensamiento de Aristteles. Su traduccin cuenta con una extensa y slida apoyatura terica plasmada en las muchas y bien documen-tadas notas al pie de pgina que, en realidad, constituyen una monografa sobre Aristteles y podran constituir una obra aparte, pero sirven para ilustrar los aspectos ms oscuros y complicados del texto. ( Julio Iglesias de Ussel)

    MedeaLucio Anneo Sneca

    Edicin bilinge

    Estudio preliminar, traduccin y notas: Eleonora TolaISBN: 978-987-1501-47-2

    Creemos que la pervivencia de este mito en el imaginario colectivo occidental se vincula sobre todo con dos factores. Por un lado, se trata de una historia que sugiere simultneamente compasin y horror al confrontar a sus receptores o lectores con la constatacin de que, detrs del delicado orden que la cultura ha intentado imponerle al mundo, acecha un espacio

  • inefable en el que imperan las ambivalencias del caos; por otro lado, el desafo a dicho orden que representan los ncleos te-mticos de la leyenda instaura una trama de violencias sucesivas que provocan fascinacin y espanto a la vez: la incontrolable pasin por un extranjero enemigo, la traicin al padre y a la patria, el desmembramiento de un hermano y la aniquilacin de la propia descendencia.

    De un modo general, el mito de Medea plantea implcita-mente una reflexin sobre la relacin del hombre con la violen-cia y sobre la responsabilidad y libertad que suponen los actos de quienes actan bajo su dominio.

    Los jansenistas francesesfidelis usque ad mortemMarguerite Tollemache

    Estudio preliminar, traduccin y notas: Joaqun E. MeabeISBN: 978-987-1501-47-2

    Los jansenistas, surgidos en el siglo xvii, de la mano de Cornelius Jansen (1585-1638), obispo de Yprs y autor de Augustinus, se sitan en la polmica de carcter teolgico que mantenan agustinianos y molinistas sobre el modo de conci-liar la libertad y la gracia. El jansenismo defiende que la gracia es solo un don divino, y se enfrenta a los molinistas, entre los que se encuentran los jesuitas. Jansen consigue en Francia el apoyo de su amigo personal, el abad de Saint-Cyran, quien, a su vez, convierte al monasterio de monjas reformado de Port-Royal, del que era director espiritual, en el centro jansenista por excelencia.

    Cabe destacar que las ideas del nuevo movimiento entra-ban, de la misma manera, en el terreno eclesistico como en el poltico. Aunque los jansenistas insistan en la necesidad de la Iglesia, negaban a las autoridades eclesisticas la capacidad para representar la voluntad de Dios. Idntica incapacidad atri-buan a los monarcas, lo que los situ desde el principio entre los opositores al absolutismo. Este libro se propone destacar a los exponentes ms relevantes de este movimiento y a sus obras.

  • Coleccin KalpaDirector: Julin Fava

    Deleuze y la brujeraMatt Lee / Mark Fisher

    Traduccin: Juan Ignacio SalzanoISBN: 978-987-1501-15-1

    Lee y Fisher encarnan dos vas diferentes aunque aliadas en la lectura del Deleuze brujo, adems de ser los primeros en ex-plorar y valorar este aspecto de su obra. Mientras el primero lo vincula al arte y a la brujera de Austin Osman Spare (personaje olvidado de la aventura artstico-esotrica de la Inglaterra de principios del siglo XX), el segundo lo utiliza para la explo-racin de lo que llama materialismo gtico, una interesante fusin de ficcin terica, terror y ciberpunk.

    BalthusEntrevista por Jaunin FranoiseTraduccin: Constanza BauzISBN: 978-987-1501-22-9

    No puedo responderle. La pintura es un lenguaje en s mis-mo. Es el que yo utilizo y es intraducible. Todo lo que pode-mos recoger, al filo de una serie de conversaciones que se dieron fragmentariamente entre tasas de t y masas, son las oleadas de recuerdos de una larga vida de artista recientemente sumergi-da en el corazn de las capitales y de la vida cultural, y ms a menudo retirada en ermitas solitarias. Slo podemos consig-nar una serie de reflexiones y de aforismos, tan lacnicos como incisivos, que resumen su filosofa y su visin de la pintura; y retener algunas de las consideraciones sobre el estado de las artes plsticas en una poca de la cual, en verdad, jams se ha sentido parte.

  • Tratados y sermonesMaestro Eckhart

    Traduccin: Ilse M. de BruggerISBN: 978-987-1501-50-2

    Al desorden exterior corresponde un enorme anhelo de ha-llar la unidad ms all de la realidad cotidiana. Tambin en el orden social se produce un cambio en el dominio ejercido por las diferentes clases. La declinante y aun degenerada caballera cortesana va cediendo su lugar a la burguesa. El castillo pierde parte de su influencia a favor de la ciudad, centro ms apto para la evangelizacin y enseanza religiosa realizadas por las rde-nes mendicantes, los franciscanos y los dominicos, quienes as pueden reunir grupos ms numerosos de laicos para sus sermo-nes y homilas dictadas en alemn. Y el pblico que los escu-cha, por poco culto que sea, abraza con avidez sus prdicas o lo que de ellas entiende o cree comprender. Las luchas fratricidas, las muertes frecuentes, enfermedades y pestes, una inseguridad general, contribuyen a que se inicie una nueva etapa de piedad, caracterizada por una mayor acentuacin de lo individual en el trato del alma con Dios, por el anhelo de hallar una unin ms estrecha con lo trascendental y, por otra parte, de encontrar a Dios escondido en el fuero ntimo de cada cual.

  • Coleccin AntropografasDirector: Ricardo Abduca

    El sacrificioMarcel Mauss

    Traduccin: Ricardo AbducaISBN: 978-987-1501-30-4

    Este volumen rene dos importantes textos situados en el ncleo del origen de las ciencias sociales contemporneas, as como del debate actual. El Ensayo sobre el sacrificio, y su corolario, Introduccin al anlisis de ciertos fenmenos reli-giosos. Nuestra edicin se basa en una traduccin directa de los originales. En lo posible se han contrastado las numerosas referencias, cuidando las formas de transliteracin desde otras lenguas. Complementan a estos trabajos dos reseas de Mauss, una breve introduccin, y notas editoriales. Esta obra tiene un inters terico y metodolgico que excede con creces el campo de los estudios estrictamente religiosos. Es el primer texto es-crito por discpulos de Durkheim, que muestra el inicio de la consolidacin de la escuela sociolgica francesa. El texto de los jvenes Hubert y Mauss apareci en el clmax del caso Dreyfus con una introduccin de Durkheim, quien destacaba que el fenmeno religioso puede y debe ser estudiado con mtodo sociolgico, y no debe dejarse slo a los telogos, y se inscribe en aquellos debates, tan actuales como ahora, sobre laicismo e igualdad, racismo y ciudadana. La centralidad terica y po-ltica del problema del sacrificio se verifica en la presencia de la cuestin en desarrollos ulteriores contemporneos: desde Ttem y tab de Freud hasta teoras antropolgicas como las de Lvi-Strauss, Mary Douglas o Philippe Descola; en la narra-tiva de Roberto Calasso como en los ensayos de Ren Girard; en la lingstica histrica de Benveniste como en la filosofa po-ltica de Agamben.

  • Filosofa budistaTres aspectos de la VaciedadFernando Tola y Carmen Dragonetti

    ISBN: 978-987-1501-53-3

    Presentamos en este libro tres obras que se refieren a la Vaciedad, concepto central de la escuela Mdhyamika de Filosofa Budista, creada por el gran filsofo Ngrjuna en el siglo II de la Era Comn, y que constituye uno de los funda-mentos de todo el pensamiento budista, tal como ste se mani-fiesta en gran parte del inmenso mundo budista. Es imposible comprender el Budismo prescindiendo de esta nocin.

    Bsicamente debemos entender por Vaciedad la carencia de un ser propio, el no poseer una existencia en s y por s, de-bido a que para el Budismo todo sin excepcin es condicio-nado, dependiente de otro, formado por partes o elementos componentes. Eliminado aquello de lo cual dependen, elimi-nadas sus partes componentes, las cosas dejan de existir. En la Introduccin que precede a las tres obras presentadas en este libro hemos desarrollado estas ideas acerca de la Vaciedad, para que el lector acceda a la lectura de esas obras con un mnimo de conocimiento acerca de lo que se debe entender por Vaciedad.

    Himnos del Rig VedaSeleccin, traduccin y notas: Fernando TolaISBN: 978-987-1501-62-5

    La cultura de la India es tremendamente original, una cultu-ra que ha realizado el concepto de lo humano a su manera, fue-ra de los cnones a que nos ha habituado la cultura grecorroma-na. Todo es distinto aqu: los valores y su jerarqua, los ideales que se persiguen, la actitud arte la vida y ante la realidad; lo que se opina del amor y de la mujer; la manera como se entiende la poesa y el ideal esttico; la nocin de lo divino y la imagen de los dioses; la doctrina de la experiencia mstica; lo que se piensa del tiempo y del universo. Son otras posibilidades de lo huma-

  • no, que vemos realizadas aqu, otras facetas, insospechadas, de ese ser proteico que es el hombre.

    El Rig Veda merece ser estudiado por mltiples razones. Es el monumento lingstico indoeuropeo ms antiguo y comple-to que se posee. Es, adems, el punto de origen y el fundamento de todas las doctrinas de la India clsica. Constituye la princi-pal fuente de informacin para el conocimiento del Vedismo, o sea la forma ms antigua del Brahmanismo o Hinduismo, la religin ms importante de la India y una de las ms impor-tantes de la Humanidad, como ya dijimos. Es un invalorable documento para conocer una forma del espritu humano y de la sociedad humana, para enterarnos de las reacciones y actitu-des de los hombres en pocas remotas. En muchos pasajes de los himnos aparecen aquellas intuiciones de carcter mstico que hacen el inters de las Upanishads de poca ms reciente. Desde el punto de vista literario, la mayora de los himnos, es cierto, son meramente funcionales, con una finalidad religiosa o mgica, sin inters por lo esttico. Pero encontramos tam-bin himnos que constituyen composiciones de valor literario y expresiones, imgenes y comparaciones hermosas, eficaces o cargadas de sugerencias, aun en aquellas partes estrictamente funcionales.

    Ideologa o filosofaEl Nazismo, Erich Frawallner y Martin HeideggerFernando Tola y Carmen Dragonetti

    ISBN: 978-987-1501-64-9

    Qu posicin adoptar en casos como el de Erich Frauwallner y el de Martin Heidegger?

    Ambos son autores de una obra que muchos consideran intelectualmente valiosa, pero al mismo tiempo adhirieron, como gran nmero de intelectuales, cientficos, profesores, fi-lsofos, pensadores, msicos, etc. a una Ideologa nefasta, con un propsito criminal bien determinado, y que caus una gue-rra feroz de tremendas consecuencias negativas, coronada por un Genocidio y que tuvo por fin el fracaso de esa Ideologa, la

  • rendicin incondicional de la nacin que haba adherido a ella, y que dej millones de muertos, muchos de ellos asesinados fra y cruelmente.

    Ambos llevan sobre sus espaldas la responsabilidad, como profesores, por la difusin de sus ideas en las jvenes genera-ciones en las que influyeron. Ambos son culpables no slo de los delitos de lesa Humanidad, al haber adherido al Nazismo y haber sostenido aun despus de la caida, sino tambin de los de lesa Inteligencia y de lesa Cultura. Podemos decir que el entrenamiento mental y el desarrollo de su cultura no pudie-ron llevarlos a una justa y clara percepcin y apreciacin de los hechos en que participaron, sino que ambos privilegios que le otorg el destino no influyeron en ellos como si nunca hubie-ran participado de la Inteligencia y la Cultura?

    Qu posicin adoptar en casos como el de Erich Frauwallner y el de Martin Heidegger?

    Negar simplemente todo valor a la obra intelectual que ambos pueden haber realizado, por haber adherido a una Ideologa que nadie, dotado realmente de ideas y sentimientos civilizados, puede aceptar?

    O separar simplemente la obra cientfica, indolgica o filo-sfica, de la Ideologa?

    O minimizar o silenciar la ingerencia de la Ideologa reba-jando su importancia, como si los pasajes contaminados por la Ideologa carecieran de importancia o no fueran relevantes o no influyeran en el valor esencial de la obra ni tuvieran mayor participacin en ella?

  • Coleccin Pampa Aru

    tica convergenteI - Fenomenologa de la conflictividad II - Aportica de la conflictividadIII - Teora y prctica de la convergencia

    Ricardo Maliandi

    Esta obra es el resultado de una larga meditacin. La tica convergente se presenta como un despliegue de cuatro princi-pios bsicos: universalizacin, individualizacin, conservacin y realizacin, denominndose sincrnicos a los dos primeros y diacrnicos a los dos ltimos. La propuesta de esos cuatro principios se basa, a su vez, en una teora sobre la bidimensio-nalidad de la razn. El gran problema tico es que los principios contienen exigencias opuestas y, por lo tanto, conictivas cuando se trata de aplicarlos. La aplicacin conjunta, sin embargo, aun-que siempre difcil, no es imposible. Slo son incomposibles sus cumplimientos ptimos, en tanto que hay posibilidad de cum-plimientos parciales o graduales. Dicho de manera muy escueta, es esto lo que trata de probar la presente tica convergente. Pero ello no se reduce a un detalle tcnico de filosofa prctica: lo que est en juego es un intento de colaborar a hacer consciente y com-prensible el tremendo problema de la complejidad de los fenme-nos morales. La tica convergente es un intento de mostrar que la moralidad es ms compleja de lo que suele creerse, y que no es razonable optar por el cumplimiento ptimo de algn principio determinado, porque ello implica la transgresin de otro u otros. En tica convergente puede decirse, muy en serio: Cumplir es-trictamente con este principio; por lo tanto, transgredir los dems. Nicolai Hartmann vio muy bien que el principal problema tico no es el de la contraposicin entre lo bueno y lo malo, sino la que se da entre lo bueno y lo bueno, o entre lo malo y lo malo. Y Karl Otto Apel demostr que hay exigencias normativas necesaria-mente presupuestas en cada acto de argumentacin, pero tam-bin que ellas no pueden cumplirse siempre. La tica convergente tiene en cuenta y reelabora ambos aportes.

  • La negacin en el pensamiento popularRodolfo Kusch

    ISBN: 978-987-23567-2-9

    Kusch se propone la legitimacin del pensamiento popular en cotejo con la mentalidad reglada de occidente mediante la exgesis de los dichos del sabio puneo Anastasio Quiroga, atravesados de una suerte de pantesmo anclado en la metaf-sica del estar siendo. Tpico que, como es notorio para el fi-lsofo, caracteriza nuestra posicin propiamente americana, diferencial en relacin con el pensar del ser, de raz grecolatina.

    La idea de una negacin radical cercana a la epoj fenome-nolgica, insita en la estructura del pensamiento popular e in-dgena americano, gua el libro hacia los dilemas de la prxis poltica eminente. Como sus anteriores trabajos, del cual es prolongacin elocuente, La negacin en el pensamiento popu-lar asume su carcter de filosofa prctica en la medida en que Kusch reflexiona desde la experiencia misma del dilogo, del contacto con un pensar soberano indgena, matriz de una futu-ra antropologa situada, liberada de la mirada colonial.

    Hemos incluido como apndice cuatro artculos inditos en los que Kusch prolonga la modulacin del dilema americano, entre el extraamiento y la autoctona, entre lo popular y lo culto, entre la literatura y la vida colectiva, enigmtica, mons-truosa, liberadora y sagrada.

    Obra reunidangel Vassallo

    Tomo I, II y III

    Obra reunida recoge la totalidad de la obra publicada del filsofo argentino ngel Vasallo.

    Exgesis de la bsqueda de la verdad, su obra aborda los grandes mojones del pensamiento occidental, al tiempo que, lejos de ser una traduccin de las filosofas cannicas y consa-gradas Giordano Bruno, Platn y Bergson, son slo algunos de los nombres que le sirven de gua, reescribe los clsicos

  • problemas del pensamiento desde las fuerzas que nos tensaron (y nos tensan) en nuestro suelo y a lo largo de nuestra historia.

    En tanto existente que busca una verdad que no se puede objetivar, el filsofo no es ms que la expresin de una trascen-dencia explicitada como puesta en juego de lo real. Por eso, la filosofa, concebida y practicada como tal, es siempre sabidu-ra heroica. Muri en Buenos Aires el 23 de agosto de 1978. Su obra nos sigue interpelando y, por fortuna, hoy podemos acceder a ella y reanudar la conversacin de la caballera de la orden del conocimiento esencial.

    Para una poltica de la liberacinEnrique Dussel

    Co-edicin: GORLA - LAS CUARENTA

    ISBN: 978-987-1501-45-8

    Este libro se ofrece a los que deben comprender que el noble oficio de la poltica es una tarea patritica, comunitaria, apa-sionante. Es verdad que la actividad poltica se ha corrompido en gran medida, en particular entre los pases post-coloniales, porque nuestras elites polticas desde hace 500 aos han gober-nado para cumplir con los intereses de las metrpolis de turno (Espaa, Portugal, Francia, Inglaterra y hoy Estados Unidos). Considerar a los de abajo, a la comunidad poltica nacional, al pueblo de los pobres, oprimidos y excluidos, es tarea que cuen-ta con poca prensa y prestigio.

    El siglo XXI exige gran creatividad. Es la hora de los pueblos, de los originarios y los excluidos. La poltica consiste en tener cada maana un odo de discpulo, para que los que mandan manden obedeciendo. El ejercicio delegado del poder obeden-cial es una vocacin a la que se convoca a la juventud, sin clanes, sin corrientes que persiguen sus intereses corrompidos, y son corrompidos porque luchan por intereses de grupos y no del todo (sea el partido, sea el pueblo, sea la patria, sea Amrica Latina, sea la humanidad).

  • EditorialLas cuarenta

    Pasaje Gustavo Riccio 194 PB A, Flores,Ciudad Autnoma de Buenos Aires,

    Argentina.

    [email protected]://www.lascuarentalibros.com.ar

    telfono: +54 11 4632 1522

    Muecas rusasTres lecciones sobre la repblica, el pueblo y la necesaria falla de todas las cosasEduardo Rinesi

    ISBN: 978-987-1501-54-0

    Sera posible sostener que la historia de la filosofa poltica es la historia del intento de conjurar esa centralidad ineliminable del conflicto de la vida de los hombres, y tambin que la histo-ria de la prctica de la poltica es la historia del intento de evitar que esos conflictos que inexorablemente habitan el corazn de toda sociedad se resuelvan a travs de la destruccin de una de las partes en disputa o del campo mismo en que ellas pueden disputar. En cierto modo, la dignidad misma de la poltica como actividad consiste en su intento y en su capacidad para lograr que, como suele decirse, la sangre de los conflictos entre los hombres y entre los grupos no llegue al ro.

    La idea que trat de desarrollar en este libro es la que, dn-dole una vuelta de tuerca a la intuicin primera de la que haba-mos partido, sugiere que es en realidad el drama (ese gnero teatral que, sobre todo a partir de los aos del Renacimiento ingls y de la obra de Shakespeare en particular, mezcla o com-bina elementos de la tragedia y de la comedia) el gnero que nos ofrece elementos ms precisos y adecuados para pensar la vida poltica de las sociedades, que se desarrolla siempre entre los bordes extremos y externos que nos permitiran tematizar la tragedia y la comedia. La poltica tiene la ontologa de la tra-gedia (en el sentido de que se sostiene siempre sobre un fondo ltimo de indeterminacin e incertidumbre) pero la materiali-dad del drama, y es este gnero ms sucio o ms de cruce el que conviene investigar si insistimos en buscar en el mundo del teatro inspiracin terica para pensar los problemas y los desafos de la vida poltica real de las sociedades.

  • El Barroco jesutico-guaranEsttica y atavismoHoracio Bollini

    ISBN: 978-987-1501-57-1

    Cuerpos exhibidos en el primer plano de un escenario, Teodicea de Leibniz, retablos y drapeados de impulso gersmi-nal, inmanencia spinoziana: los campos de accin del Barroco construyen esa religin del infinito a la que alude Gebhardt. La Societas Iesu es parte esencial dentro del devenir barroco, de sus signos y presencias discursivas. Y en la construccin de un imaginario jesutico, las reducciones de Paraquaria emergen con la extraeza propia de lo perdido. Las imgenes, la urbans-tica, el ceremonial enhebrado por reas enigmticas del verbo: planos que se yuxtaponen para formar los estratos de smbolos que definen esas Teocracias. Las estticas all desarrolladas osci-lan entre lo icnico y lo barroco, bajo los alcances de atavismo y ritualidad; la semiologa de la imagen misional ofrece un cam-po mltiple de lecturas, a partir de la correspondencia entre la representatio y la trascendencia de la palabra en el guaran prehispnico.

    El Barroco Jesutico-Guaran propone una profunda mirada a esa migracin de lenguajes, a la vez que ensaya nuevas visiones para aquellos objetos esttico-rituales.

  • Novedades de marzo-abril 2015

    MetafsicaAristtelesTraduccin y edicin Hernan Zucci

    El peregrino querbicoAngelus SilesiusSeleccin, traduccin y edicin Horacio Bollini

    UpanishadsSeleccin, Traduccin y edicin de Fernando Tola

    Plemos PntonDerecho y justicia de ms fuerte en HomeroJoaqun E. Meabe

    Fenomenologa de la crisis moralSabidura de la experiencia de los pueblos

    Carlos Cullen

    Reflexiones desde AmricaCarlos Cullen

  • En preparacin

    Deleuze hermticoJoshua RameyIntroduccin, traduccin y edicin Juan Salzano

    TiresiasMario PerniolaTraduccin y edicin Axel Gasquet

    El joven Hegely los problemas de la sociedad capitalista

    Gyrgy Lukcs

    PolticaAristtelesTraduccin y edicin Joaqun E. Meabe

    Discurso sobre las pasiones del amorBlaise Pascal

    Fundamentos de la aritmtica // Tratactus Logico-philosphicusGottlob Frege // Ludwig Wittgenstein

    Lo estticoPercepcin y placerEdgardo Gutirrez

    la redencin del LeviatnGeorges Bataille y la filosofa polticaJulin Fava

  • gAgotadosLa religin surrealistaGeorges Bataille

    Un tan funesto deseoPierre Klossowski

    El RisorgimentoAntonio Gramsci

    Valores blasfemos. Entrevistas a Gadamer y HeideggerGraciela Fernndez y Ricardo MAliandi

    Discurso de la servidumbre voluntaria // Amistad: Rehusarse a servirtienne de la Botie // Marilena Chaui

    Introduccin a la narratologaMatas Martnez y Michael Scheffel

    Literatura y vida nacionalAntonio Gramsci

    Deleuze o el sistema de lo mltiplePhilippe Mengue

    Lo puro y lo impuroVladimir Janklvitch

    La moneda vivientePierre Klossowski

    Acerca del suicidioKarl Marx

    Filosofa de la India y filosofa occidentalFernando Tola y Carmen Dragonetti

    Tierra y figuraCarlos Astrada

    Confines de OccidenteBernardo Canal Feijo

    Las 40 / ExhortacionesEzequiel Martnez Estrada

    El indio deseadoGuillermo David

  • La conjura de los justosDiego Tatin

    Mstica y religinVicente Fatone

    Esttica operatoria en sus tres direcciones ILuis Juan Guerrero

    Lugar a dudasJos Fernndez Vega

    Borges y los senderos de la filosofaEdgardo Gutierrez

    Cine y percepcin de lo realEdgardo Gutirrez

    Materia y signoEnsayos sobre Filosofa del arteHoracio Bollini

    Materia y signoEnsayos sobre Filosofa del arteHoracio Bollini

    Utopas cisplatinasFrancisco Piria, cultura urbana e integracin rioplatenseGustavo Vallejo

    Las vetas del textoJorge Dotti

    La gramtica profunda del ethosJulio De Zan

  • Editorial Las cuarentaAvenida Asamblea 327Parque Chacabuco, Ciudad Autnoma de Buenos Aires, Argentina.tel. +54 11 4958 1779distribucion@lascuarentalibros.com.arwww.lascuarentalibros.com.ar