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Las dos versiones de la democracia liberal Prnt.ippn BSNSTON (Universidad de Rennes 1) El siglo xx se acaba con este hecho sin precedentes en la época moderna: la guerra de los regímenes ha llegado, o casi, a su fin. La cuestión política por excelencia, la cuestión del régimen, aparece como un asunto resuelto. La de- mocracia liberal se ha convertido en el modelo predominante, hegemoníco a escala planetaria. Con general sorpresa, el gran Enemigo ha desaparecido del horizonte, como si fuera un espejismo o una imagen de pesadilla. Por una im- prevista astucia de la historia «la autodestrucción del socialismo» ha puesto fin al régimen que se consideraba como su vanguardia. El régimen soviético se ha hundido sin violencia, como un castillo de naipes que se viene abajo, y en el descrédito general. Durante la mayor parte dc este siglo había opuesto a la democracia occidental una presunta versión diferente de la democracia, «socialista>’. «real». «popular», que se consideraba la única legítima y que mu- chos en el Oeste habían tomado en serio. Pero el mito de la «democracia so- cialista» se ha hundido con el propio régimen. El lenguaje convenido califica- ba a Checoslovaquia, a Hungría... como «democracias populares del Este’>; era —señalaba Milan Kundera— decir en pocas palabras tres mentiras: esos regímenes no eran democráticos, no eran populares, y esos países no están en el Este. La mentira ha muerto. La democracia liberal no tiene, pues, verdadero rival. A partir de ahora «un solo y único modelo de poder democrático, la democracia representativa moderna, constitucional y laica, anclada firmemente en una economía esen- Revista de Jitosof¡¼, 3. época. ~oi. VtIl (l 995), n0m. l 3, págs. 12 l -128. Servicio de Publicaciones. LJniveí-sidad Complutense. Madrid, i 995

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Las dos versionesde la democracialiberal

Prnt.ippnBSNSTON(UniversidaddeRennes1)

El siglo xx seacabacon estehechosin precedentesen la épocamoderna:la guerrade los regímenesha llegado,o casi, a sufin. La cuestiónpolíticaporexcelencia,la cuestióndel régimen,aparececomo un asuntoresuelto.La de-mocracialiberal seha convertidoenel modelopredominante,hegemonícoaescalaplanetaria.Con generalsorpresa,el granEnemigoha desaparecidodelhorizonte,como si fueraun espejismoo unaimagende pesadilla.Porunaim-previstaastuciade la historia «la autodestruccióndel socialismo»ha puestofin al régimenquese considerabacomo suvanguardia.El régimensoviéticoseha hundido sin violencia,como un castillode naipesquesevieneabajo, yenel descréditogeneral.Durantela mayorpartedc estesiglo habíaopuestoala democraciaoccidental una presuntaversión diferentede la democracia,«socialista>’.«real».«popular»,que seconsiderabala única legítimay quemu-chosen el Oestehabíantomadoen serio.Pero el mito de la «democraciaso-cialista»sehahundidocon el propio régimen.El lenguajeconvenidocalifica-ba a Checoslovaquia,a Hungría...como «democraciaspopularesdel Este’>;era—señalabaMilan Kundera—deciren pocaspalabrastres mentiras: esosregímenesno eran democráticos,no eran populares,y esospaísesno estánen el Este.La mentirahamuerto.

La democracialiberal no tiene,pues,verdaderorival. A partir de ahora«un soloy único modelode poderdemocrático,la democraciarepresentativamoderna,constitucional y laica, ancladafirmementeen unaeconomíaesen-

Revista de Jitosof¡¼,3. época.~oi. VtIl (l 995), n0m. l 3, págs. 12 l -128. Servicio de Publicaciones.LJniveí-sidadComplutense.Madrid, i 995

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cialmentede mercado,domina la vida política del mundo moderno»i~ Loshombrescontinúandivididos, pero,segúnparece,estánde acuerdoen la ma-neradevivir encomúnsusdivisiones.

¿Hay que concluir de esto que la cuestión política estáverdaderamenteresuelta,que las grandesalternativaspolíticashan quedadoatrás,quela op-ción estáhecha,que seha acabadola historia?Seríaunavezmás dar un in-merecidocréditoa la necesidadhistórica(cuya nuevaversion seapoyaen elfracasode la precedente):el porvenirestáabiertoy «ningúnrégimenestáse-guro de durar por sugraciade estado»(RaymondAron). ¿Noestáhipoteca-do hoy el porvenirde la democracialiberalpor el ocasode la nación?Y seríatambiénolvidar queel presuntotriunfo de la democracialiberal no significael fin de las alternativas:la cuestiónpolítica seha estrechado,perosigue ata-ñendoa las alternativasfundamentales,y la elecciónestáabierta.El régimendemoliberales susceptiblede diferentesinterpretacionesy diferentesencar-naciones,cosaque explica,por suparte,por qué ciertospensadorescristia-nosvincularon la democraciaal cristianismo,mientrasqueotros teníanmu-chas reservasal respecto.En lo esencial,hay que elegir entredos versionesde la democracialiberal, como hay quehacerloentredosversionesde los de-rechosdel hombre.Esprecisodistinguir.

La distinción clave es, al parecer,la siguiente:hay unaversiónde la de-mocracialiberal queconcuerdaconel pensamientocristianoy hayotra veí-sión dc la democracialiberal queesextrañau hostil al cristianismo.La pri-mera es una version sustancialdel régimen demoliberal, fundada en elreconocimientopolítico de unadignidadpropiadel hombre,deunanatura-lezacomuna todos,quejustifica perotambiénordenala igualdady la liber-tad.La segundaesuna versiónprocedimental:la democracialiberal secon-funde con las reglas del juego, con procedimientosque debenpermitir ahombresdesprovistosde sustanciacomúny de fines naturalesperseguirsusobjetivos particulares. El hombre es pura autonomíay pura indetermi-nacion.

Estaversiónprocedimentales la quehoy estáencurso. Mas deello no sesiguequeel asuntoestéconcluido.

1. La igualdady sus dos versiones

El régimendemoliberalestáfundadoenun primer principio,queesel dela igualdadentrelos hombres.Es esteprincipio el quejustifica la organiza-ción democráticadel poder.El hechode serhombreconfieretodoslos atri-butosdela ciudadanía;nadietieneun derechonaturala mandaren otro. Enel ordenpolítico, loshombressonigualesy de ello sesiguequeel pueblo, la

John Dunn.“Démocratie:l’état deslieux’, La Penséepolitiqae1, mayodc 1993,p. 82.

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colectividadde losciudadanos,debe,si no desempeñarpor si mismoel poder(democraciadirecta), al menosescogera quieneslo desempeñan(democraciarepresentativa).Es estemismo principio de igualdadel que justifica la limita-ción liberal dcl poderLos hombres,en cuantohombres,sontitulares dedere-chosy libertades,sonigualesen derecho,y esosderechosuniversaleslimitan laacciónlegítimadel poderdemocrático.Dicho de otra manera:la decisiónpolí-tica ancladaen la igual participaciónde los ciudadanossólo es válida en el cír-culo delimitadopor la parejalibertad de los individuos o de las personas.Elprincipio universalde igualdadrige en dosdiferentessentidos,uno delos cua-les limita el alcancedel otro. El régimenescompuesto.De ello resultaque,enun régimendemoliberaly contrariamentea las desafortunadasformulacionesdel Derechoconstitucionalfrancés,el pueblo no es soberano:si lo fuera, losderechosdcl hombreestaríana merceddela voluntadmayoritaria,ya no esta-rían indisolublementevinculadosal hombreen cuantohombre.

1. Los hombresson, pues,iguales. ¿En nombrede qué?¿A título dequé?Hay dos manerasde entenderla igualdadentrelos hombresen virtudde lo quetienen en comun(la igualdadsustancial)o por no teneren comunmasquela libertadde no tenernadaen común(la igualdadformal). Origina-riamentela igualdadmodernaeraambigua,pero su versión contemporáneano planteaya apenasdificultades de interpretación:la igualdad tal y cornohoy seconcibeno tienenadaquever con la igualdadsustancial: es unaigual-dadformal o una igualdadpor defécto.

Estasdos versionesde la igualdadestánen las antípodasunade otra. Laprimeraestáfundadaen el reconocimientode lo que eshumano:la segunda.en el rechazode considerartal o cual actocomo específicamentehumano.Segúnla igualdadsustancial,el otro es igual queyo porquecompartimosalgoquenosdistingueen cuantosereshumanos;segúnla igualdadpor defecto,elotro es igual queyo porqueno puedesermás«humano»,esdecir, mejor queyo. En el primer caso,los hombressonigualesporquetal es la verdadde lanaturalezahumana;enel segundo,los hombresson igualesporquela natura-leza humanaes unaficción. De un lado, los hombresson semejantesporquelo que los hace semejantesprima sobrelo que los hacediferentes;del otro,sonsemejantesporquesonlibres de serdiferentesy porqueningunadiferen-cia vale másque otra: sonsemejantesporqueson diferentes.El pensamientomodernoquetanto predicalos derechoshumanosabocaa lo siguiente:esosderechoshan perdidotodo vínculo con la naturalezay no tienenmásjustifi-caciónquepor defecto;no el serdel hombre,sinosu falta de ser.Todo hom-bre disponede parejalibertad, cadacual hacede su vida lo quequiere,por-quevivir humanamenteno tienesentido.

La igualdadpor defectoes, pues,unaigualdadradical que prohíbetodajerarquíaen los modosde vivir o, en otros términos,todadesigualdadenelordendel ser. El hombreespura indeterminación,libertad sin vocación,vo-luntad sin brújula; todas las opcionesdan lo mismo. En cambio,la igualdad

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sustancialestáfundada,no enla negaciónde las desigualdadesdeser,sino enla superaciónde ellas. La igualdadprimera y fundamentalprima sobrelasdesigualdades,perono lasanula. Deello resultaqueloshombressona la vezfundamentalmenteiguales y secundariamentedesiguales.La gran dificultadesla desostenerlos dosextremosde la cadena.Y la cadenaes muy larga:porunaparte,lo queloshombrestienenencomun esesencial;por otra, la ampli-tudhumanaesconsiderable.

2. ¿Porqué,entonces,la igualdadpolítica?Esta sesigue,segúnla igual-dadpor defecto,de la igualdadde las opiniones,y la igualdadde lasopinio-nes se sigue,a suvez, dela ausenciade verdad.Cadacual tienesu«verdad»,nadiepuedeaspirara la Verdaden sí, el pluralismoesen sí mismo unavir-tud. El ciudadanono se halla investido, consecuentemente,de unadignidadpropia,de unaelevadamisión; poseesupapeletade voto por las mismasra-zonesque justifican la autonomíadel individuo, por razonesesencialmentenegativas.El ejerciciode los derechospolíticosquedapor ello simplificado:el ciudadanoesautónomopor naturaleza,sin quetenganecesidadalgunadeformarsepara serlo; su opción tiene el mismo valor si es obra de su razónque de sus pasiones;semejantedistinción no tiene,de hecho,sentidoy lasformas constitucionalesno han de tenerlaen cuenta;bastanunasmerasre-glas dcl juego.

En términossustancialesla igualdadpolítica respondea razonesmuy dis-tintas. La igualdadde los ciudadanosno es másqueunaconvención,peroesla convenciónmás acordecon la igualdadoriginariaentrelos hombresy ladignidad de cadaser humano.El principio democráticomarcael fin de untiempoen que el nacimientodiferenciabaa los hombres,da una voz a losmodestos,a los oscuros,a los no protegidos,y limita las pretensionesde losimportantes,el orgullo de los soberbios.Los hombresen el poder tienen latentaciónde considerarsecomo gentede otra especiey mirar por encimadelhombroa los hombrescorrientes.La igualdad democrática(siempreen suversión sustancial)contrariaestatendencianaturaly encarnaunasemejanzaesencialqueprima sobretodaslas grandezasy, en particular,sobrelas gran-dezasde posición.Correlativamente,reconoceen todos la cualidadde cria-turas racionales,capacesde elección y de preocupaciónpor el interésco-mún; al hacerlo,y éstaes su virtud fundamental,hacehonor a todos y, enprimerlugar, a lospequenos.

De esto se sigue que el voto ha de tenerla solemnidadque convienealejercicio de una magistraturay debeprepararsey disponersede modoqueprevalezcalo más posiblela razónsobrelas pasionesy el interés comunso-bre los interesesparticulares.El ciudadanoha de ser formadopara ejercersusderechos(la educacióncívica),y susderechosdebenejercerseen el mar-eo de formasprecisas(los plazos, la deliberación,etc.).La voluntaddel pue-blo no se confundecon el caprichode un momento,ni la democracialiberalcon merosprocedimientos.

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II. La democracia liberal, los procedimientos y la sustancia

1. El mundode la igualdadpor defecto es el de los fines particulares:cadacual es juez desubieny nadieseconfunde.De ello se siguequela polí-tica no tieneya nadaquever con las razonespara vivir ni con la maneradebien vivir. El régimendemoliberalse reducea reglasformalesquedebenper-mitir a los hombresperseguirpacíficamentesusobjetivospropios.Dicho deotro modo: la razón humanaes impotentepara fundar cualquierclasedeacuerdosustancialentrelos hombresy no tieneotro objeto que la búsquedade un acuerdoformal entreagentesque no tienen nadaen común.Los hom-bresdiscordeshan de ponersede acuerdosobrelas reglasdel juego quelespermite vivir en el desacuerdo.La razón política es puramenteprocedi-mental.

En estaóptica la democracialiberal no es más queun marcojurídico; sedefiney sedelinesólo por reglasdejuego fundamentales.La primeraes la re-gla liberal (versiónformal) quepretendeneutralizarlos desacuerdos,las dife-renciasde opinión respectoa la maneradevivir. Estase enunciacomo sigue:talescuestionesescapantotalmentea la esferapolítica y admitentan sóloop-cionessoberanasde los individuos. El Estadosepretendeneutro, agnósticofrentea los diferentes«valores’>y los diferentes«estilosde vida». y una fron-tera infranqueableseparalo público y lo privado. La política es laica en unsentidoradical y su indiferentismose extiendea las costumbres.Desdeestepuntode vista, la economíade mercadotienegrandesvirtudes,porquepres-cindedetodo acuerdoque no seasobrelas reglasdel juego y organizala coo-peracionsin ningunanecesidadde un consenso.La relaciónentreproducto-res y consumidores,entre comerciantesy compradores,es una relaciónimpersonal,indiferentea las conviccionesy la manerade vivir del otro. Elbuen funcionamientodel mercadono exigeningún acuerdosustancial;bastaun acuerdoformal.

La segundareglaseaplicaen la esferapolítica. Setrata,naturalmente,dela regla democrática,que institucionalizalos desacuerdose instituye un pro-cedimientode arbitraje:el sufragiouniversaly la ley de la mayoría.Desdeunpuntodevista formal, esteprocedimientosebastaasímismo.La democraciaesunamecanícaqueseponeen marchadesdeel momentoen quecadacualrespetalas reglasdel juego.Poco importan las cualidadesde los agentes;elsistemaseocupade todo.

La versión sustancialde la democracialiberal no recusaestasreglasdeljuego —el régimentienepor naturalezaunadimensiónprocedimental—,perolas interpreta diferentemente.El alcancede cadauna de estasdos reglasesmodificadopor ella, sobretodo el alcancede los procedimientosen sí mis-mos. El punto esenciales éste: las reglasde/juegono bastan.No bastanparaforjar unaverdaderasociedadpolítica,no bastanparahacerdel régimende-moliberal un buen régimen. Ningún sistema es providencial, los procedi-

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mientos no comprometenlas opciones,mucho dependede la conductadelos agentes.La política procedimentalfundadaenla igualdadpor defectotie-nc la fuerzade las ideassimples,pero achataal hombrey deshacela socie-dad, y borra numerosasdistincionesesenciales(o sustanciales):las que hayentreuna«sociedad»y una<‘comunidad»,un pueblocorrompidoy un pueblosano,un demagogoy un hombrede Estado,las pasionesy la razón,los pro-cedimientosy las formas...Vaciadasde sustancia,la política, la sociedad,lavida no puedenmásquedegradarse.

2. Esta oposiciónfundamentalse desarrollaen una seriede oposicio-nes secundariasque conciernena todos los aspectosdel régimen.Valgancomoprimerasilustracioneslassiguientes:

a) E/vínculosocia! La versión procedimentaltiendea reducir la socie-dada un conglomeradode individuosque sóloestánde acuerdoen el respe-to al reglamento.Pero ¿bastaun acuerdosobre reglasdel juego para haceruna sociedadfuerte?;¿quienarriesgaríasu vida paradefenderprocedimien-tos, seanlos del régimenpolítico o los del mercado?Y esteacuerdomismo

6puedesersólido entrehombresqueno tienennadaen común?A la inversa,la version sustancialconcibe la sociedadpolítica,no como una simple aso-cacíon, sino como una comunidadtejida por la historia, encarnadapor lanación enla épocamoderna.Desdeestepuntode vista la democracialiberaly la naciónno puedensepararsesinriesgo.

¿Porqué estevínculo?La razon esenciales ésta: la democracialiberal, adiferencia,por ejemplo,dela realeza,no creapor si mismavínculoscomuni-tarios, pero talesvínculos le son precisosparafuncionarbien; dicho de otramanera:los ciudadanoshande estarunidospor un fuertesentimientodeper-tenenciacomún,y esto en razón de los caracteresmismos del régimen.Lademocracialiberal da derechoa los desacuerdosy en la esferapolítica ms-taurael arbitrajedela voluntadmayoritaria.Parasoportarestainstitucionali-zación de los desacuerdoses precisoalgo más queun simple acuerdosobreprocedimientos.El régimensuponecostes,un precioquepagar—en particu-lar, la necesariaaceptaciónpor unapartedelos ciudadanosdela legitimidadde las decisionesadoptadaspor los representantesde susadversarios.Estecosteessoportabley soportadoen los regímenesoccidentalespor dos razo-nes: 12 Porqueesos regímenesdemocráticosson igualmente liberales(y lareglaliberal limita el alcancey el costede la reglademocrática);y 2» Merceda los vínculoscomunitariosforjadospor la unidad nacional.Cabecitar mu-chosejemplosa contraria Canadá,Bélgica,divididasen dos comunidadesyque ensayany van a tientas en buscade solucionesviables; numerososEstadosafricanosen quela ausenciade unaverdaderanacióny las rivalida-des entretribus constituyenun gran obstáculopara el establecimientoy elrespetode las reglasdemoliberales.Suiza¿noesunaexcepción?

Si esteanálisis esjusto,la democracialiberal requiereunasustanciaexte-rior a ella misma:unamemoriacomún,referenciascompartidas,la concien-

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cia de un común destino. En este sentido,pretendersuperarla nación y,como proponeJ. Habermas,forjar unaEuropapostnacionalsobrela basedeun <‘patriotismoconstitucional>’(dichode otro modo,procedimental)espre-conizarunaciudadaníadébil,una sociedadpolítica sin consistencia,y esasi-mismo correrel riesgo de socavaralgunosde los fundamentosde la demo-cracialiberal.

b) Las obligacionespolíticas.Cuando la democracialiberal esconside-rada como una mecánica,entoncesel respetode los procedimientospareceque bastay las obligacionesde los ciudadanosy los dirigentesdesaparecen—el sistemaseocupadetodo y puededispensarsede la virtud cívica de losagentes.Sin embargo,las reglasdel juego mismasno puedenfuncionaren au-sencia de todo sentimientode obligación cívica: el ciudadanoracional yegoístano iría nuncaa votar, puessabequesu voto no cambiaráel resultadofinal. Porotro lado,el respetode las reglasno garantizaen modoalgunounbuen gobierno:¿Esacasoindiferenteque el gobernanteseaun hombrerectoo un hombreindecente,un hombrede Estado o un demagogo...?La calidadde loshombresimporta.

e) La autoridad. La igualdadformalo por defectotiendeadisolver todaautoridady. por tanto, la autoridadpolítica. Como ha mostradoadmirable-mente loequeville,el espíritu modernode igualdadtransformala naturalezade las relacionesentrelos hombres.~Siguehabiendodesigualdades,pero estashan cambiadode naturaleza:estándesvinculadasde toda responsabilidadmoral y se hanconvertidoen puramentecontractualesy funcionales.Las au-toridadesmoralesdesaparecenen beneficio de fríasjerarquíasde competen-cia técnica.El Estadosc convierte en una«agencia»encargadade la gestióncíe interesesmaterialesy la idea de que debetirar de los individuos haciaarriba,de quetieneunamisión moral,aparececomoatentatoriadela sobera-nía individual. La relaciónpolítica sevacíadesustancia.

d) las Jórmas.Se puedendistinguir dos tipos de formas: las que sonportadorasde unasustanciay lasque no sonsino procedimientos.La versionprocedimentalignora la importanciade las «formassustanciales».No eraésteel casode los EoundingFathersamericanos,quese esforzaronmediantefor-masconstitucionalesen secundar,en servir a la razóndel puebloy a las virtu-des cívicasde los gobernantes,y esto instituyendoun sistemadedelegación,de incitacionesy de papeles.La Constituciónde 1787 no fue concebidasólocomo unamecánica;es tambiénuna forma (sustancial).Pero hoy la ideadeuna democraciareguladapor formasque tiendena elevara los hombreso aponeren juego la partemáselevadade ellosmismosestámuy difuminada.Elgobiernoescadavezmasconsideradocomo un mandatario,un simpleagen-te al serviciodelos deseosy los interesesde loselectores,másque como unórganoresponsablequedisponede un espaciopropio pon la deliberaciónyel juicio y que pretendeel consentimientoracional del poe ¿o.La represen-taciónconsideradacomo un medio de incrementarel papel de la razón está

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ya caducada.La versión procedimentalde la democraciadevalúala repre-sentación,la deliberación,y borra la distinción entrelas pasionesy la razón.La razónprocedimentalestáal servicio dela irracionalidad.Llevadohastaelextremo,esterelativismo impide justificar racionalmenteel régimendemoli-beral.Vaciadade su sustancia,la democracialiberal no estáhechamás quedeprejuicios.

(Traducción deJuan Miguel Palacios)