Por estos días todos los colombianos tenemos una

vela encendida a nuestro santo de predilección

para evitar que se nos venga un apagón. Nuestro

presidente nos ha puesto una meta de ahorro del

5%, y con esto contribuir a la recuperación de los

embalses que llegarán como máximo a un 70% en

abril.

Esta situación la vivimos en 1992 y,

posteriormente, estuvimos at portas de un nuevo

apagón en 1996, por las mismas razones de hoy,

porque seguimos haciendo nuestra apuesta por la

generación hidroeléctrica y, en menor medida, a

la termoeléctrica. Esto significa que no hemos

diversificado nuestra canasta energética, como lo

ha demandado el país que, por lo menos, cada 5 ó

6 años se verá afectado por las consecuencias del

fenómeno El Niño.

Los Biocombustibles producidos y consumidos hoy

en el sector transporte terrestre en Colombia son,

quizás, en el único ejemplo exitoso de

diversificación de la matriz energética. Hoy la

demanda de biodiésel de aceite de palma y de

etanol de caña de azúcar llega a 18.000 barriles

diarios, o visto de otra manera, son 18.000

barriles de combustibles fósiles que no

consumimos y/o que no importamos.

De acuerdo a los manifestado por el Dr. Amylkar

Acosta Medina, Director Ejecutivo de la

Federación Nacional de Departamentos, en la

pasada Conferencia Internacional de

Biocombustibles, Colombia no alcanza a tener

reservas de combustibles fósiles ni para 5 años y

predijo “en 5 años o menos, Colombia pasará de

ser un país exportador de crudo a ser un

importador” significándose que pasaremos de ser

un país autónomo en esta materia a uno

dependiente de la geopolítica.

Es por esto que cobran relevancia los

biocombustibles, Colombia tiene hoy sembrados

en cultivos destinados a la producción de

energéticos unas 220 mil hectáreas, y con eso

logramos sustituir casi el 10% de la demanda

nacional de combustibles líquidos. De acuerdo

con el análisis del ciclo de vida de los

biocombustibles realizado en el 2012 por el

consorcio CUE (Centro Nacional de Producción Más

Limpia, EMPA y Universidad Pontificia

Bolivariana), Colombia cuenta con más 1,5

millones de hectáreas altamente óptimas para la

siembra de caña de azúcar y otras 1,2 millones de

hectáreas para la siembra de palma de aceite, que

hacen parte de las más de 20 millones que no se

han sembrado, de acuerdo al último censo

agrícola. Quiere decir que si sembráramos estas

áreas para producir biocombustibles, que reducen

las emisiones de gases efecto invernadero en al

menos un 74%, y que, además, por cada 7

hectáreas sembradas se genera un empleo directo

y dos indirectos, clave en un escenario de paz, el

país podría ser autosuficiente energéticamente.

Fuente: Fedebiocombustibles.

A la falta de reglas claras, el cambio de las mismas y al control de precios de los biocombustibles por parte del Estado, atribuyen los líderes de este gremio el hecho de que las mezclas de los biocombustibles (etanol y biodiésel) con los fósiles no hayan aumentado y la incertidumbre que vive el sector, traducida en la falta de inversión en los últimos años.

Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de Fedepalma, gremio que agrupa a los productores de aceite de palma, que se utiliza en la mezcla con el ACPM, explica que el programa de biocombustibles se desarrolló en la primera década de este siglo, con la meta de la mezcla de 20 por ciento de biodiésel en el ACPM, lo cual llevó a grandes inversiones en muchas áreas del país.

“Pero la voluntad política va cambiando todos los días y debo decir con tristeza que veo demasiados anuncios y poco de lo que se anuncia. Me parece que el actual Gobierno tiene que ser más coherente”, afirma Mesa Dishington.

Es esa falta de estabilidad en las reglas de juego lo que ha llevado, de acuerdo a este líder, a que durante el 2015 solo haya aumentado en uno por ciento el área sembrada con palma en el país.

El presidente de Asocaña, Luis Fernando Londoño, dice que el problema con el etanol (que se mezcla con la gasolina) es que el Gobierno le pone un precio techo, el cual no puede superar el precio del galón de gasolina en Bogotá, por lo que muchas veces no es rentable para el productor de caña de azúcar (materia prima del etanol).

Y con la caída de los precios internacionales del petróleo y la baja en los costos de la gasolina en el país, el precio del biocombustible ha disminuido, lo que, según ellos, no corresponde a la ley de la oferta y la demanda.

Jorge Bendeck, presidente de la Federación Nacional de Biocobustibles, sostiene que es en estos momentos cuando el productor se pregunta por qué va a recibir menos plata por el etanol que por el azúcar. Están perdiendo el costo de oportunidad y esto hace mucho daño a la industria porque “el productor empieza a pensarlo dos veces antes de invertir para incrementar la producción”.

Los dirigentes gremiales explican que la industria está totalmente regulada por el Gobierno, que fija los precios de las materias primas, la transformación y la cantidad que se vende dentro del país, la que va para mezclas con la gasolina y el ACPM y la que se exporta, y aparte de eso exige bajar los precios.

La mezcla de aceite de palma en el ACPM arrancó en el país con cinco por ciento y está cerca del 10 por ciento, con la meta para el año 2020 de llegar al 20 por ciento, para lo cual están listos, según el gremio, y si hubiera “decisión política se podría llegar a 100 por ciento con todas las garantías para la movilización de los vehículos”.

El caso del etanol es un poco diferente, pues su mezcla con la gasolina está en ocho por ciento y podría aumentarse un punto si entra en funcionamiento la planta de Bioenergy en el Meta, pero la industria no está en capacidad de proveer más del 10 por ciento porque “la fórmula de precios para el etanol no ayuda a estimular nuevos proyectos o ampliación de las destilerías que ya hay en el país”, dice Londoño.

Mirando al futuro inmediato, el Presidente de Fedepalma argumenta que, por ejemplo, el Gobierno anuncia el plan Colombia Siembra, donde se dice que se quieren sembrar un millón de hectáreas, 150.000 hectáreas de ellas con palma, “¿quién siembra hoy palma con estas señales que acaba de dar este Gobierno, las cuáles son absolutamente contradictorias?”.

Los dirigentes gremiales aclaran que a los biocombustibles se les debe mirar de una manera integral por todos los aportes económicos, ambientales y sociales que le hacen al país, principalmente en zonas afectadas por el conflicto armado.

“Pero infortunadamente nos hemos ido encontrando, para el caso del aceite de palma, -argumenta Mesa Dishington- con funcionarios del Gobierno que se focalizan en el precio y se han quedado en que si no tiene el mismo valor del ACPM, el tema no puede evolucionar”.

Lo que califica como un absurdo económico porque cada proceso tiene su propia economía. “Parece que algunas personas dentro del Gobierno se olvidan que cuando las cosas dejan de tener viabilidad económica simplemente se dejan de hacer”, agrega.

El último cambio de esas reglas tiene que ver con la medida del Gobierno Nacional de reducir a cero, durante seis meses, los aranceles a la importación de aceites y grasas, lo que les va a costar a los productores de aceite de palma, la gran mayoría pequeños, unos 220.000 millones de pesos, finaliza Bendeck.

Fuente: Adaptado de www.portafolio.co – Pedro Vargas Nuñez, Subeditor Portafolio

Cartagena.

El pasado 09, 10 y 11 de marzo en Cartagena de Indias se llevó a cabo la segunda versión de la Conferencia Internacional de Biocombustibles.

Con una agenda que contó con una nutrida participación de académicos y expertos internacionales, este encuentro reafirmó una vez más la necesidad imperante del mundo por dirigir sus esfuerzos a la promoción en el uso de los Biocombustibles.

Durante tres días se reunieron en el Centro de Convenciones del Hotel Las Américas en Cartagena de Indias más de 300 expertos nacionales e internacionales para explorar el panorama de los biocombustibles. Los jefes de las carteras de Hacienda y Ambiente estuvieron presentes en este encuentro internacional que abordó temáticas fundamentales como los compromisos ambientales de Colombia, la capacidad productora del país y el incremento de mezclas. La Segunda Conferencia Internacional de Biocombustibles se convirtió en epicentro de un diálogo mundial en favor del desarrollo sostenible a partir del uso y experiencias exitosas de los biocombustibles.

El evento contó además con el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo López y con el Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría.

Frases destacadas del encuentro:

“El objetivo planteado en el Acuerdo de París de aumentar la capacidad de adaptación y promover la resiliencia al clima, se encuentra perfectamente alineado con los intereses y necesidades nacionales”.

Gabriel Vallejo Lopez, Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

“Los Biocombustibles son el mejor aliado para la soberanía energética del país”.

“Los biocombustibles son aditivos, no combustibles, no se pueden comparar en precios”.

Amylkar Acosta Medina, Director Ejecutivo Federación Nacional de Departamentos.

“Tenemos todo el interés de convertir en política de Estado el sector de los Biocombustibles”.

Arturo Yepes Alzate, Presidente de la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, Colombia.

“Esta bioagroindustria es fundamental para el país, en un escenario postconflicto”.

Alfredo Molina, Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, Colombia.

“La paz, la protección del ambiente y la seguridad energética, fueron las razones del por qué nacieron los biocombustibles”.

Jorge Bendeck Olivella, Presidente de la Federación Nacional de Biocombustibles.

“Es necesario contabilizar el débito económico de la contaminación y traducir ese costo en inversión para mitigar sus efectos, haciendo una transición hacia modelos verdes y limpios de producción, enfocando recursos, de todo tipo, para lograr que fuentes renovables de energía reemplacen aquellas que han causado la condición de riesgo en que vive el mundo actual”.

Mauricio Acuña Aguirre, Presidente de la Junta Directiva de la Federación Nacional de Biocombustibles.

Fuente: II Conferencia Internacional de Biocombustibles, Cartagena – Colombia.

El presidente de Asocaña, Luis Fernando Londoño, aseguró que el país debe cambiar su dependencia por la generación de energía con base en agua, pues este recurso va a ser cada vez más escaso.

Londoño aseguró que “el agua cada día va a ser más escasa y el consumo aumentará con la población y los grandes desarrollos agrícolas que

se den, tenemos que buscar energías alternativas y recuperar las cuencas”.

El presidente de Asocaña dijo además que “para la crisis que estamos viviendo por los problemas de los embalses, esta agroindustria ha sido un gran soporte porque estamos generando cada vez más energía, con una capacidad instalada de 300 megavatios”.

Londoño consideró que “la cogeneración de energía debe ser estimulada, que todas las limitaciones desde el punto de vista técnico que subsisten, sin afectar la calidad, eficiencia y eficacia del servicio, deben desaparecer”.

Fuente: www.rcnradio.com

La producción de Etanol para el mes de febrero comparado con el mismo mes del año anterior, tuvo un aumento, esto debido principalmente al crecimiento de la demanda de gasolina que ha experimentado el país durante el último año.

Fuente: www.fedebiocombustibles.com