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LAS FIESTAS DE SANFROILAN, EN LUGOMARTA RIVERA DE LA CRUZ
El nombre de Lugo proviene delcelta Lug. Latinizado por los romanos, el término acabó por transformarse en Lucus Augus ti, que traducido literalmente significa «Bosquesagrado de Augusto». Cuando, allápor el año 26 a.C. (algunos teóricos
. hablan del 19 a.C.) se produce laconquista militar romana, la ciudadde Lugo era un inmenso bosque quefascinó a las huestes de Roma. Allínació un asentamiento militar queterminó por convertirse en una ciudad rica y próspera, que llegó a sercapital del Convento Jurídico del Noroeste en los siglos 111 y IV.
Fue precisamente en el siglo 111
cuando se inició la construcción de lamuralla, monumento emblemático dela ciudad que circunda su casco antiguo en un perímetro de 2.140 metrosintegramente conservados despuésde casi diecisiete siglos de vicisitudes.
Son muchas las leyendas que rodean la ciudad tan estrechamentecomo su muralla. El pueblo gallegoes un experto a la hora de guardartradiciones. Y en esta ocasión dedicaremos estas líneas a una de lasmás queridas por todos los lucenses:la celebración de las fiestas de SanFroilán.
Es difícil precisar con exactitud lafecha en que las ferias y fiestas deSan Froilán empiezan a celebrarseen la ciudad de Lugo. En uno de susmuchos trabajos, el padre Sarmientocita, con fecha 3-111-1753, un acuerdodel ayuntamiento de Lugo, que solicita a Fernando VI la franquicia de derechos durante los días de las fiestasde San Froilán. A pesar de no disponer de fechas concretas, podemosafirmar que el origen de la celebración del San Froilán en Lugo se remonta al siglo XVII.
LA FESTIVIDAD RELIGIOSA
Al igual que pasó en otras ciudades de la época, las ferias y fiestasde San Froilán nacieron alrededor deuna conmemoración religiosa, eneste caso la de San Froilán, patronode Lugo junto con la Virgen de los
Ojos Grandes, que celebra su onomástica el día 5 de octubre.
Según cuentan las crónicas, elsanto Froilán nació en el 832 muycerca de la ciudad de Lugo y dedicósu vida por entero a la oración y lapredicación. La historia destaca porencima de todo el fervor y la humildad del santo que, aun habiendosido nombrado obispo de León por elRey Alfonso el Magno, trató de rechazar este título y viéndose obligado a aceptarlo continuó su vida contotal sencillez y austeridad.
Algunos consideran al patrón deLugo como precursor de San Francisco de Asís. En la abundante iconografía religiosa a él dedicada, SanFroilán aparece siempre representado junto a dos animales: la paloma yel lobo. Ambos tienen que ver directamente con dos de los muchos hechos milagrosos que rodearon lavida del santo. Se dice que una noche de invierno se hallaba orando elbuen Froilán, y como el frío era especialmente crudo y el santo iba abrigado de modo muy pobre, cuatro palomas entraron por su boca para colmar de calor su pecho. Y en cuantoal lobo, representa a la bestia que secomió a su borrico y, avergonzadopor los suaves reproches del santovarón, se ofreció para caminar a sulado de por vida, cargando las alforjas y cumpliendo así la misión del jumento devorado.
LAS FERIAS
Junto a la innegable importanciade la celebración religiosa, las transacciones comerciales fueron durante décadas parte fundamental de lasfiestas de San Froilán. Así, el 5 deoctubre, día consagrado a la festividad del patrono, la ciudad de LucusAugusti se convertía en un inmensomercado. La Plaza Mayor era ocupada por vendedores de mil productosdistintos: perdices, pollos, encajesde Camariñas, bisuteria... En la plazadel Campo Castillo, un sinfín de tenderetes exhibían cerámicas de Ramilo de Robra. Y a lo largo y ancho dela ciudad podían verse puestos de
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zuecas, de pan de centeno, de castañas, vendedoras de cintas y botones, charlatanes que pregonabanmercancías traídas de los cuatropuntos del globo, mercachifles depociones que todo lo curaban, buhoneros...
Importancia fundamental tenía laferia de ganado que se instalaba cerca de la llamada Puerta de /a Mosquera , justo donde hoy está ubicadala estación de autobuses. Esta feriade ganado fue, hasta que desapareció en la segunda mitad del presentesiglo, una de las más importantes deGalicia. Cada año, en ella se llevabantransacciones de ganado que, parala época, podían considerarse millonarias.
Como es lógico, con el correr delos años la importancia de las feriasha ido desapareciendo. Los intercambios comerciales se producenahora en marcos distintos de losmercados al aire libre. A pesar deello, perduran todavía en los sanfroilanes lucenses algunos vestigios delas ferias de antaño, y en el recintoferial pueden encontrarse, durante elSan Froilan, varios puestos de ventade artículos artesanos: zuecas demadera, enormes moas (piedras deafilar), aparejos de labranza, cacharros de barro, pan de centeno, quesos y miel casera... Y, a la hora depagar, sigue todavía vigente el usoancestral del regateo como formacomún de ajustar el precio de losmuchos artículos que se ponen a laventa.
LAS FIESTAS
El carácter lúdico de la celebracióndel San Froilán no puede ni debe obviarse. Dos han sido, desde siempre,los días grandes de las fiestas: el 5de octubre, consagrado al patrono, yel domingo inmediatamente posteriora tal fecha, popularmente llamado«domingo de las mozas». Según latradición, tal domingo de octubre eraelegido por las muchachas jóvenesde la provincia para acercarse a laciudad a pasar el día, libres por lo general de la tutela paterna. Son muchos los intelectuales que quierenver en la conmemoración de este«domingo de las mozas» un símbolode la emancipación de la mujer gallega, dado que comenzó a celebrarseen una época en que no era corrienteque las féminas dispusieran de tantalibertad.
Es el «domingo de las mozas» eldía elegido por las mujeres lucensespara lucir el traje regional gallego.Originariamente está compuesto devarias piezas: una enagua blanca rematada por una puntilla del mismocolor; una saia o falda roja con cintasnegras; la mante/a, mandil de terciopelo negro ricamente bordada enazabache. Del mismo material es eldengue que se coloca encima de lablusa blanca decorada con cintas rojas. En la cabeza, la mantilla blancasustituye al pañuelo rojo, reservadopara días menos señalados, aunquealgunas mujeres prefieren recogerseel pelo con una sencilla cinta de ter-
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Una estampa de principios de siglo. Las casetas de venta de pulpo se apoyaban en lamuralla romana que rodea totalmente la ciudad. (Foto: Arch ivo Municipal).
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Una estampa de San Froilán de los años 20. Damas y caballeros elegantemente vestidos pasean por la Plaza Mayor.
ciopelo. Las medias son blancas ylos pies se calzan con zapato negroy sobrio, más práctico que las zuecas de madera que conforman elconjunto original.
El traje regional gallego es de granbelleza y algunos son verdaderasobras de arte. En este sentido hayque destacar la labor del Taller deArtesanía de la Excma. Diputaciónde Lugo que, desde hace ya algunosaños, desarrolla una interesante labor con el objetivo de rescatar los diseños originales del traje gallego, eltrabajo del bordado en azabache y lapromoción de la indumentaria autóctona.
A pesar de que el primer día grande de las fiestas es el 5 de octubre,las celebraciones se inician con unpregón de fiestas pronunciado desdeel ayuntamiento. Intelectuales, escritores y artistas han pasado a lo largode los años por el balcón del consistorio para pregonar ante el pueblo deLugo sus fiestas más populares.
El final oficial de las fiestas se celebra el día 12 de octubre. A lo largode más de una semana tienen lugaren la ciudad diversos actos culturales, artísticos, deportivos y lúdicos,aunque bajo ningún concepto sedescuida el carácter popular de lasfiestas. Según sus organizadores,los miembros del Patronato de Cultura del ayuntamiento de Lugo, el éxitodel San Froilán radica sobre todo ensu marcado populismo. Son los lucenses y los visitantes llegados detodas las ciudades gallegas los verdaderos protagonistas de la fiesta.Por eso se considera importanteque, junto a compañías de teatro derenombre y cantantes pop de prime-
ra fila que celebran conciertos multitudinarios, los lucenses puedan disfrutar de represtaciones callejeras,verbenas populares, charangas y pasacalles y grupos folklóricos.
En la última edición de las fiestasse celebraron en Lugo más de trescientos actos diferentes . Pero conuna particularidad: no han costado niuna peseta al ayuntamiento de Lugo.Las fiestas de San Froilán se autofinancian. La mayor parte de los fondos que se manejan provienen de lasubasta de los terrenos en los quese instala el feria y el resto de subvenciones de entidades diversas.Los precios de las actuaciones sonpopulares (el concierto de un cantante de éxito costó trescientas pesetas, y quinientas asistir a una funciónde teatro) y muchas de ellas absolutamente gratuitas .
GASTRONOMIA TIPICA
En cuanto al buen comer y al buenbeber, pocos cambios ha habido delas costumbres de ayer a hoy. Durante el San Froilán, la estrella indiscutible de la mesa lucense siguesiendo el pulpo á feira (al estilo de laferia). Eso sí, es propio de estas fechas que los lugueses salgan a comer el pulpo fuera de casa, generalmente en las casetas que a tal efectoinstalan distintos restaurantes en elrecinto ferial.
El pulpo á feira, que en Lugo esmás sabroso que en cualquier otrolugar, tiene que cumplir una serie decondiciones para que su sabor seainsuperable. El pulpo debe cocerseen un caldero de cobre. Si no se dispone de semejante utensilio, un arreglo de urgencia es echar al agua decocción una moneda del mismo material. Durante la época de fiestas esrealmente característica la visión delas pulperas cocinando el sabrosomolusco al aire libre, utilizando enormes y brillantes ollas.
El pulpo debe cocinarse en aguapura, sin salar en absoluto. Una vezcocido (debe quedar recio, no muyduro pero mucho menos blando) secorta en caliente utilizando unas tijeras. También el corte tiene su secreto: debe ser levemente sesgado. Lossabrosos trozos van a caer en unplato de madera y son aderezadoscon sal gorda, pimentón picante yaceite de oliva. Se acompaña de patata cocida (los exquisitos cachelosgallegos) y no debe desperdiciarseen favor de la etiqueta la posibilidadde empapar un trozo de pan caseroen la salsa que queda en el plato.
El pulpo se riega con vino tinto(muchos le añaden gaseosa), y a los
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abstemios se les recomienda beberleche. Los expertos desaconsejanconsumir agua o cerveza cuando secome pulpo, al parecer tanto por razones gastronómicas como de buena digestión.
Aunque el pulpo es un plato suficientemente fuerte como para queun par de raciones contenten el estómago más que de sobra, hay quienes no están de acuerdo y se atreven con un segundo plato. Estosbuenos discípulos de Pantagruelsuelen recurrir al cocido gallego o alclásico lacón con grelos para no quedarse con hambre.
Curiosamente no hay ningún postre típico del San Froilán. Durante lasfiestas se consumen, sin embargo,delicias clásicas de la repostería lucense: roscón de Villalba, tarta deMondoñedo, filloas dulces (rellenasde azúcar, mielo crema) o cañas fritas.
En los últimos Sanfroilanes, «gourmets» reconocidos han empezado acantar las excelentes de dos postreslucenses de reciente creación: la tarta de castañas de O Caurel y la tartade queso de O Cebreiro, auténticasexquisitudes de cuidada elaboraciónque no tardarán en popularizarse.
TIPOS POPULARES
Como ya se ha dicho, la baza principal de las fiestas de San Froilán(que todos los años tiene lugar conun enemigo conocido, la adversa climatología del otoño gallego) está enla gente y su afán por participar en lafiesta. Son muchos los visitantes quese acercan a la ciudad para pasar unrato agradable en el ferial, escucharel sonido de las gaitas que tocan lascharangas y bailar un rato en la verbena. El genial escritor lucense JoséTrapero Pardo recrea durante el SanFroilán y desde las páginas del diariolocal a dos personajes que encarnana parte de esos «tipos populares»que cada año se acercan a Lugo a vivir el San Froilán. Se trata de Pelúdez y su esposa, Filomena. Esta entrañable pareja, como tantas otras,deja su aldea a principios de octubrey se acerca a la capital a disfrutar detodo lo que las fiestas pueden ofrecer.
Pelúdez es el prototipo del hombregallego rural. De gran corazón, sencillo, agudo, tranquilo y poseedor deese sentido del humor gallego típicoy tópico que llamamos retranca. Paravenir al San Froilán se pone su mejorchaqueta y, por si las moscas, no olvida nunca el paraguas. Filomena, sumujer, es una aldeana que no se re-
signa a serlo. Trata, sin demasiadoéxito, de vestir a la moda y le gustaría dejar el campo y venirse a la ciudad. Junto a Pelúdez y Filomena.Trapero Pardo ha introducido la figura de Peludeciño, el hijo de ambos,un muchacho moderno que vive conlos tiempos actuales, estudia y disfruta de la música pop, pero no pierde sus raíces culturales y siente,como sus padres, un amor desmedido por la tierra gallega.
Hablar de las fiestas de San Froilán es hablar de música de gaitas, defuegos artificiales, de pulpo y de vinonuevo. Es hablar de tradiciones hondas, de noches de verbena y de fiesta en la calle. Durante diez días deoctubre un pueblo próspero, la ciudad de Lucus Augusti (que dirían losgenerales romanos si pudiesen verahora ese impresionante campusuniversitar io que se mira en lasaguas del Miño) vive sus fiestas patronales con una alegría desbordantey sincera.
Las fiestas de San Froilán van amejor, y cada año se superan a símismas. Lugo también. La ciudad,su gente y sus fiestas siguen caminando hacia adelante. Si quieren unconsejo, el año que viene no se lopierdan. La cita, ya saben, a primeros de octubre.
Alvaro Cunqueiro , que estrenó su «Don Hanleb en un SanFroilán de los años 50, saluda desd e el escenario, junto alos primeros actores de la compañia.