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Las Mil Noches y Una Noche Tomo 1

Las Mil Noches y Una Noche

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Más conocida como Las mil y una noches, esta edición se caracteriza por su traducción directa de las versiones árabes antiguas. Asistiremos a las mil noches y una más de relatos contados por Scherezade, sin las mutilaciones que normalmente encontramos en las versiones occidentales. Recorra las más de mil seiscientas páginas llenas de mágia y exotismo, un viaje inolvidable por el sueño del desierto dormido bajo la luna.

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Las Mil Noches y Una Noche

Tomo 1

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Las Mil Noches y Una Noche

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TOMO PRIMERO

TOMO TOMO TOMO TOMO TOMO

SEGUNDO TERCERO CUARTO QUINTO SEXTO

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Las Mil Noches y Una Noche

Tomo 1 papelito que mi paciente firm, pude convencer a la directora de la misma que el libro existente en esa biblioteca, era parte integrante de una coleccin que (ya) era de mi propiedad, y que fuera donado por engao dejando mi coleccin de seis tomos truncada, ya que ese era el Tomo I. Tuve que reponer en calidad de donacin seis libros de autores clsicos mucho ms fciles de conseguir. Ya el segundo rescate se realiz a 450 Km de distancia, y ms de un ao despus, gracias a mis relaciones en aquel momento con alguien que era el Sub Jefe de la Polcia de Mendoza, ya que el Tomo VI se encontraba en la Biblioteca de la Polica en el Cuerpo de Polica Montada, y aislado de su contexto, poco valor poda tener para nadie. Debo agradecer eternamente su buena voluntad. Posteriormente, hall el Tomo V ( el cuarto que lleg a mi poder), por intermedio del fallecido Monseor DelaValle, capelln del Instituto penal de las Fuerzas Armadas, quien lo rescat a mi pedido de una pila de libros que iban a ser incinerados en la crcel . Todos esos libros se fueron hallando a fuerza de yo viajar y molestar gente que en algn momento los fueron teniendo, y a su vez los fueron descartando. Finalmente, los tomos restantes, los haba tenido una persona que viva en la ciudad de Lans, y los haba vendido ya haca como un ao en las libreras de libros viejos en Pacfico, en Buenos Aires, que fue donde finalmente y despus de mucho investigar los hall, y los pagu, eso fue en 1980. En este momento esa edicin que creo que es nica, ya tiene cincuenta aos, y dadas las circunstancias de su encuentro, no est en las mejores condiciones que se puedan pedir para una joya de ese tipo. Por eso, y para que no se llegue a perder la belleza, para que pueda ser disfrutada por los que vienen despus, y porque ALAH, en su magnificencia, me permiti llegar a tener acceso a ella, es que a mis sesenta aos he comenzado a recopilar esta obra, gracias a la maravilla de la computadora. BrasilMayo de 2002 Dr. EDUARDO NATALIO GRONDONA

Recopilacin para que no se pierda la belleza del pensamiento Prlogo al prlogo

Cuando yo tena 8 aos, hall entre los libros de mi casa una edicin de las Mil y una Noches, edicin barata, de la Editorial (creo) Tor que contena los clsicos cuentos de la fantasa conocidos por todos, aunque no tena figuras por ser una edicin para adultos. Lo le, lo rele y lo rele mil veces con sus ms de ochocientas pginas, hasta que el tiempo, mi propio crecimiento y las contnuas mudanzas de quien no tuvo casa propia, contribuyeron a su desaparicin. Varios aos despus, en 1973, ya constitudo en un humilde dentista de un pequeo poblado del desierto en el sur de Mendoza, un paciente, del que no recuerdo su nombre, olvid en mi sala de espera un tomo antigo (ms de veinte aos de editado) bastante bien conservado de una coleccin :LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE tomo 4. Cuando lo encontr, qued sorprendido porque el tomo 4 era mayor que el que yo ya conoca, y al ojearlo descubr un montn de cosas que yo nunca haba visto en mi modesta y hasta ese momento completa, edicin de nio. Cuando el paciente volvi, le pregunt si me lo prestaba, y el paciente me contest que me lo regalaba, porque no le encontraba gracia. Ah le ped entonces los tres tomos anteriores, y el me dijo que en realidad eran seis tomos, y que ya haba regalado todos los otros en distintos lugares, que me fue detallando. As comenz una aventura que podra compararse con alguno de los cuentos de este libro excepcional, y que fue el rescate, a veces por medios maosos de los seis libros que forman la coleccin, que ya hace veintidos aos consegu completar, y que me llev casi siete aos de recorrer lugares y convencer personas para que me los cedieran. El primero de los rescates fue en la Biblioteca de la Municipalidad de Malarge, donde gracias a un

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Tomo 1

LA OBRA DE MARDRUS

He aqu Las MIL NOCHES Y UNA NOCHE, que ya no son aquellos buenos cuentos de nios, arreglados por Galland, en los cuales los visires llevaban cuellos de encaje a lo Luis XIV y las sultanas se arreglaban la cabellera cual Madame de Maintenon, sino otros cuentos ms serios, ms crueles y ms intensos, traducidos literalmente del rabe por el doctor Mardrus y puestos en castellano por uno de nuestros grandes escritores. "Vosotros los que no habis ledo sino el antiguo arreglo nos aseguran los entusiastas de la liberalidad no conocis estas mgicas historias". Pero los entusiastas de la tradicin clsica contestan: "En la versin nueva hay ms detalles, ms literatura, ms pecado y ms lujo, es cierto. Lo que no hay es ms poesa y ms prodigio. Por cantar ms, los rboles no cantan mejor, y por hablar con superior elocuencia, el agua no habla con mayor gracia. Todo lo estupendo que aqu vemos, las pedreras animadas, las rocas que oyen, los odres llenos de ladrones, los muros que se abren, los pjaros que dan consejos, las princesas que se transforman, los leones domsticos, los dolos que se hacen invisibles, todo lo ferique, en fin, estaba ya en el viejo e ingenuo libro. Lo nico que el doctor Mardrus ha aumentado es la parte humana; es, decir, la pasin, los refinamientos y el dolor. La nueva Schehrazada es ms artista. Tambin es ms psicloga. Con detalles infinitos, explica las sensaciones de los mercaderes sanguinarios durante las noches de rapto y las locuras de los sultanes en los das de orga. Pero no agrega un solo metro al salto del caballo de bronce, ni hace mayores las alas del guila Roc, ni da mejores talismanes a los prncipes amorosos, ni pone ms pinges riquezas en las cavernas de la montaa. Y esto es lo que nos interesa". Los que hablan as, se equivocan. Las "noches" de Galland eran obrillas para nios. Las "noches" de Mardrus son todo un mundo, son todo el Oriente, con sus fantasas exuberantes, con sus locuras luminosas, con sus orgas sanguinarias, con sus pompas inverosmiles ... Leyndolas he respirado el perfume de los jazmines de Persia y de las rosas de Babilonia, mezclado con el aroma de los besos morenos ... Leyndolas he visto el extrao desfile de califas y de mendigos, de verdugos, de cortesanos, de bandoleros, de santos, de jorobados, 5

de tuertos y de sultanes, que atraviesa las rutas asoleadas, entre trapos de mil colores, haciendo gestos inverosmiles. Y como si todo hubiera sido un sueo de opio, ahora me encuentro aturdido, sin poderme dar una cuenta exacta de lo que en mi mente es recuerdo de escenas admiradas en Ceyln, en Damasco, en El Cairo, en Aden, en Beyrouth y lo que slo he visto entre las pginas mardrusianas. Porque es tal la naturalidad, o, mejor dicho, la realidad de los relatos de Schehrazada, que verdaderamente puede asegurarse que no hay en la literatura del mundo entero una obra que as nos obsesione y nos sorprenda con su vida inesperada y extraordinaria. Y pensar que al abrir la obra de Mardrus figurme que iba sencillamente a encontrarme con Las mil y una noches, de Galland, que todos conocemos, un poco ms completa sin duda, pero siempre con su aejo saborcillo de discreta galantera extica! "Entre esta traduccin nueva y la traduccin clsica pens debe de haber la misma diferencia que entre la Biblia de San Jernimo y la del rabino Zadock Khan, o entre la Ilada de Hermosilla y la de Leconte de Lisle". Pero apenas hube terminado el primer captulo, comprend que acababa de penetrar en un jardn antes nunca visto. Al trasladar al francs los cuentos rabes, el escritor del siglo XVII no se content, como Racine, con poner casacones versallescos y pelucas cortesanas a los hroes del libro original. De lo que es la palpitacin formidable de la vida hizo unos cuantos aplogos morales. As puede decirse que quien no ha ledo la obra del doctor Mardrus no conoce ni vagamente las historias que hicieron olvidar durante tres aos al rey de la India sus crueles designios. El ttulo mismo no es idntico en las dos versiones. Y no hay que decir, como algunos crticos castizos, que al traducir literalmente LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE slo ha cometido Mardrus un pleonasmo indigno de nuestras lenguas latinas. Ajustndose desde la cubierta al original, y dejando al rtulo exterior su carcter extico, lo que de fijo se ha propuesto es demostrar que su respeto del texto es absoluto.' Qu eso os choca . . .? Pues abrid la obra y comenzad la lectura. Al cabo de unas cuantas pginas, el filtro oriental habr obrado en vuestras imaginaciones, y os figuraris que estis oyendo a la hija del visir en persona.

Las Mil Noches y Una Noche Ah, traductores, traductores, he ah el gran modelo, he aqu la pauta impecable de vuestro arte! Todos los detalles y todos los ritmos, todas las expresiones caractersticas y todas las violencias de lenguaje, todos los madrigales sutiles y todos los refranes populacheros estn ah. Ah estn los seres viviendo su propia vida en su propia atmsfera. Ah est el alma del rabe, en fin. En un prlogo dirigido a sus amigos, el doctor Mardrus explica poticamente su severo mtodo. "Yo ofrezco dice, desnudas, vrgenes, intactas y sencillas, para mis delicias y el placer de mis amigos, estas noches rabes, vividas, soadas y traducidas sobre su tierra natal y sobre el agua. Ellas me fueron dulces durante los ocios en remotos mares, bajo un cielo ahora lejano. Por eso las doy. Sencillas, sonrientes y llenas de ingenuidad, como la musulmana Schehrazada, su madre suculenta que las di a luz en el misterio; fermentando con emocin en los brazos de un prncipe sublime lbrico y feroz, bajo la mirada enternecida de Alah, clemente y misericordioso. Al venir al mundo fueron delicadamente mecidas por las manos de la lustral Doniazada, su buena ta, que grab sus nombres sobre hojas de oro coloreadas de hmedas pedreras y las cuid bajo el terciopelo de sus pupilas hasta la adolescencia dura, para esparcirlas despus, voluptuosas y libres, sobre el mundo oriental, eternizado por su sonrisa. Yo os las entrego tales como son, en su frescor de carne y de rosa. Slo existe un mtodo honrado y lgico de traduccin: "la literalidad", una literalidad impersonal, apenas atenuada por un leve parpadeo y una ligera sonrisa del traductor. Ella crea, sugestiva, la ms grande potencia literaria. Ella produce el placer de la evocacin. Ella es la garanta de la verdad. . : ' Ya lo os. Explicando su mtodo personal, el ilustre escritor rabe (porque Mardrus naci en Siria) viene a dar a Europa la ms admirable y la ms til enseanza. Pero lo malo es que, para seguir su ejemplo fecundo, no basta con saber muy bien la lengua de que se traduce y la lengua en que se traduce. Algo ms es necesario, y este algo es la maravillosa comprensin de la poesa extranjera en lo que tiene de ms peculiar y de ms fresco. Adems, es indispensable una libertad de lenguaje que no es frecuente. 6

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"Hay en los libros de los pases orientales cosas que nuestra decencia europea no admite y que es preciso velar", dicen los acadmicos. En realidad, nadie tiene derecho a escamotear una sola frase, por ruda que sea, a un autor extico. Que las palabras escabrosas os chocan? Que no os atrevis a llamar al pan pan y al sexo sexo... ? Pues cerrad el libro y dejad en paz su poesa. En este punto, el buen seor Galland debe de haber tenido sorpresas muy desagradables durante su larga labor de adaptador, porque si hay cuentos que contienen desvergenzas adorables y lozanas desvergenzas, son los de LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE al lado de los cuales el Decamern, de Bocacio, y el Heptomern, de la reina de Navarra, y hasta las Damas Galantes, de Brantome, resultan simples discreteos de seoritas libertinas. Interrogado por un reprter cuando publicaba los primeros captulos de su traduccin en las revistas, el doctor Mardrus explic con llaneza su manera de obrar y de pensar en tal particular. He aqu sus palabras: "Los pueblos primitivos llaman las cosas por su nombre, y no encuentran nunca condenable lo que es natural, ni licenciosa la expresin de lo natural. (Entiendo por pueblos primitivos todos aquellos que aun no tienen una mancha en la carne o en el espritu y que vinieron al mundo bajo la sonrisa de la Belleza... ) Adems, la literatura rabe ignora totalmente ese producto odioso de la vejez espiritual: la intencin pornogrfica. Los rabes ven todas las cosas bajo el aspecto hilarante. Su sentido ertico slo conduce a la alegra. Y ellos ren de todo corazn como nios, all donde un puritano gemira de escndalo". Oyendo esto, el reprter, que estaba enterado por los profesores de la escuela de lenguas orientales de la "imposibilidad" de decir en una literatura "culta" las enormidades que se encuentran en los textos rabes, murmur: Hay quienes apuestan que no se atrever usted a conservar su literalidad hasta el fin. Ya lo ver usted termin Mardrus sonriendo. Y, en efecto, hemos visto que, con su ingenua valenta, ha llegado a la ltima pgina maravillosa sin velar un solo cuadro libre, sin desteir una sola expresin atrevida, sin atenuar una sola situacin ertica.

Las Mil Noches y Una Noche As, la leyenda de que el libro que antes se consideraba como un entretenimiento de nios es una obra atrevida, comienza a formarse, y acabar, sin duda, por impedir que la gente timorata lo lea. Pero esto, lejos de apenarnos a los que consideramos LAs MIL NOCHES Y UNA NOCHE como la mayor maravilla del ingenio humano, debe regocijarnos ntimamente. Pues, en realidad, un poema como ste no es para todo el mundo. Desde luego, no es para la burguesa. Ni es tampoco para las seoritas educadas en los conventos. No es, en suma, sino el alma del rabe. Y sabis lo que es el rabe, vosotros que lo veis en las vietas de El ltimo Abencerraje? El divino Mardrus os lo dice en estas lneas: "El rabe, ante una msica compuesta de notas de caas y flautas, ante un lamento de kanoun, un canto de muezzin o de almea, un cuento subido de color, un poema de aliteraciones en cascadas, un perfume sutil de jazmn, una danza de flor movida por la brisa, un vuelo de pjaro o la desnudez de mbar y perla de una abultada cortesana de formas ondulosas y ojos de estrella, responde en sordina o a toda voz con un ah ah! ... largo, sabiamente modulado, exttico ,arquitectnico .Y esto se debe a que el rabe no es ms que un instintivo; pero afinado, exquisito. Ama la lnea pura y la adivina con su imaginacin cuando es irreal. Pero es parco en palabras y suea... suea". Ahora que ya sabis lo que vais en l a hallar, abrid el libro... E. GMEZ CARRILLO.

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monumental obra rabe y traducidos tmidamente para que puedan servir de libro de recreo a los nios, por sus relatos maravillosos. Novelas humanas, exuberantes de pasin, fueron convertidas por el siglo XVI en infantiles relatos. La grande obra imaginativa de los cuentistas semitas ha permanecido ignorada hasta nuestros das. Es el doctor Mardrus el que por primera vez la di a conocer al pblico de Europa con una traduccin completa y fiel de las ALF LAILAH OuA LAILAH (MIL NOCHES Y UNA NOCHE), que hoy damos al pblico en lengua espaola. El lector encontrar las famosas novelas palabra por palabra, tal como las crearon sus autores. El texto rabe ha cambiado simplemente de caracteres: su alma es la misma.

LOS EDITORES AL PBLICO

Ningn libro tan conocido y menos conocido que esta famosa coleccin de novelas, monumento literario del pueblo rabe. Con el ttulo de Las mil y una noches circula desde hace siglos un libro que todos aceptan como una obra completa, y nada menos cierto. Las mil y una noches publicadas hasta el presente, se componen de unos cuantos cuentos nada ms, entresacados de la 7

ORIGENES Y FECHAS LA MIL NOCHES Y UNA NOCHES es una coleccin de cuentos populares. Dos documentos, el uno del siglo IX y el otro a del siglo x, establecen que este monumento de la literatura imaginativa rabe ha tenido por modelo una coleccin persa titulada HAZAR AFSANAH. De este libro, hoy perdido, ha sido tomado el argumento de LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE, o sea el artificio de la sultana Schehrazada, as como una parte de sus historias. Los cuentistas populares que ejercitaron su inventiva y su facundia sobre estos temas, los fueron transformando a gusto de la.religin, las costumbres y el espritu rabes, as como a gusto de su fantasa. Otras leyendas que no eran de origen persa y otras puramente rabes se fueron incrustando con el tiempo en el repertorio de los cuentistas. El mundo musulmn sunnita todo entero, desde Damasco a El Cairo y de Bagdad a Marruecos, se reflej al fin en el espejo de LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE. Estamos, pues, en presencia, no de una obra consciente, de una obra de arte propiamente dicha, sino de una obra cuya formacin lenta se aprecia por conjeturas diversas y que se expanden en pleno folklore islamita. Obra puramente rabe, sin embargo, a pesar de su origen prsico, y que traducida en persa, turco e indostnico se esparci por todo el Oriente. Querer asignar a la forma definitiva de muchas de estas historias un origen, una fecha, fundndose en consideraciones lingsticas, es empresa difcil, pues se trata de un libro que no tiene autor conocido, y copiado

Las Mil Noches y Una Noche y recopiado por escribas dispuestos a hacer intervenir su dialecto natal en el dialecto de los manuscritos que les servan de originales, acab por ser un receptculo confuso de todas las formas del rabe. Por varias consideraciones sacadas principalmente de la historia comparada de la civilizacin, la crtica actual parece haber llegado a imponer cierta cronologa a esta masa de cuentos. He aqu lo que la crtica supone: Son tal vez en su mayor parte del siglo x los trece cuentos que se encuentran en casi todos los textos (en el sentido filolgico de la palabra de las ALF LAILAIi Ou LAILAH; a saber: Historias. I. Del rey Schahriar y de su hermano el rey Schahzaman que es la que sirve de Introduccin) ; II. Del mercader y el efrit; III. Del pescador y el genio; IV. Del mandadero y las tres doncellas; V. De la mujer despedazada, las tres manzanas y el negro Rihan; VI. Del visir Nureddin.. . ; VII. Del sastre, el jorobado, etc.; VIII. De Nar AlDin y Ans AlDjalis; IX. De Ghamin ben Ayoub; X. De Al ben Bakkar y Shams AlNahar; XI. De Kamar AlZaman; XII. Del caballo de bano; y XIII. De Djounar, hijo del mar. La historia de Sinbad el Marino y la del rey Djiliad son, segn dicha crtica, anteriores al siglo x. La gran masa de los cuentos restantes se sitan entre los siglos X y XVI. La historia de Kamar AlZaman y la de Maarouf son del XVI. MANUSCRITOS Y EDICIONES ARABES Existen como "textos" de las ALF LAILAH OuA LAiLAH varias ediciones impresas y manuscritos. Estos manuscritos concuerdan mal entre ellos. Unos son fragmentarios; otros ms completos, pero sin llegar a comprender la obra entera, y todos ellos difieren en cuanto a redaccin, extensin y unidad de la fbula. Antes del siglo XIX no haba aparecido ninguna edicin crtica ni en Europa ni en Oriente. Las principales ediciones que se han publicado a partir de 1814 son: 1 La edicin (inacabada) del cheikh El Yemeni, publicada en Calcuta: dos volmenes, 18141818; 2 La edicin HaHbicht, publicada en Breslau: doce volmenes, 18251843;

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3 La edicin Mac Noghten, publicada en Calcuta: cuatro volmenes, 18301842; 4 La edicin de Boulak, publicada en El Cairo: dos volmenes, 1835; 5 Las ediciones de Ezbkieh, publicadas en El Cairo; 6 La edicin de los Padres Jesuitas de Beyrouth, cuatro volmenes; 7 La edicin de Bombay; cuatro volmenes. Todas estas ediciones, aunque algunas de ellas son notables por su mrito, resultan incompletas, pues no contienen la totalidad de los cuentos rabes como en la obra de Mardrus. La edicin de los Jesuitas de Beyrouth merece especial mencin por las considerables amputaciones del texto, dislocado y expurgado para hacer desaparecer todas las licencias imaginativas, escenas escabrosas y libertades verbales de los cuentistas rabes.

LAS TRADUCCIONES EUROPEAS La ms antigua e importante fue la que hizo Galland y que se public en Pars (17041717). Este libro, con el ttulo de Las mil y una noches, es el nico que hasta nuestros das ha conocido el gran pblico. La obra de Galland es un ejemplo curioso de la deformacin que puede sufrir un texto pasando por el cerebro de un literato del siglo de Luis XIV. Esta adaptacin, hecha para uso de la corte, fu expurgada de todo atrevimiento y meticulosamente filtrada para que no quedase en ella ni una partcula de la sal original. Considerada simplemente como adaptacin, es escandalosamente incompleta, pues comprende apenas la cuarta parte de los cuentos originales. Los cuentos que forman las otras tres partes de "El libro de las mil noches y una noche" que ahora damos al pblico, no han sido hasta el presente conocidos. Adems, los deformes cuentos de la adaptacin de Galland fueron por ste amputados y expurgados de todos los versos, poemas y citas de poetas. Los sultanes y visires, as como las beldades de la Arabia y la India, se expresan lo mismo que los cortesanos y damas de peluca blanca en los palacios de Versalles y Marly. En una palabra: esta adaptacin incompleta y deforme que 8

Las Mil Noches y Una Noche durante dos siglos ha mantenido al pblico en una mentira digna de menos fortuna, nada tiene que ver con el verdadero texto de los cuentos rabes. De las ediciones posteriormente publicadas en Europa nada hemos de decir. Son reimpresiones de la obra de Galland, indigna de su notoriedad y traducida, sin embargo, a todos los idiomas.

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casado con la exquisita novelista francesa Luca. Delarue Mardrus. Para su trabajo le han servido de base las ediciones egipcias ms ricas en expresiones de rabe popular, pero las ha enriquecido considerablemente con nuevos cuentos y escenas, sacados de la tradicin oral y de los valiosos manuscritos adquiridos en sus viajes.

EL DOCTOR MARDRUS Y SU OBRA El doctor J. C. Mardrus es quien acometi hace algunos aos la empresa de dar a conocer al pblico europeo, con toda su frescura original, la magna obra del Oriente. Mardrus es rabe de nacimiento y francs de nacionalidad. Naci en Siria, hijo de una noble familia de musulmanes del Cucaso que por haberse opuesto a la dominacin rusa tuvieron que trasladarse a Egipto. Muchos de los cuentos que aos despus haba de fijar para siempre con su pluma de traductor artista, los escuch de nio en el regazo de las domsticas mahometanas o en las calles estrechas y sombreadas de El Cairo. Despus de haber estudiado la medicina y viajado mucho por los mares Prsico e Indico como mdico de navo, sinti el propsito de condensar para siempre la grande obra literaria de su raza, conocida slo en fragmentos y con irritantes amputaciones. A esta empresa enorme ha dedicado gran parte de su vida, escribiendo los relatos odos en las plazas de El Cairo, los cafs de Damasco y de Bagdad o los aduares de Yemen, joyas literarias, mantenidas nicamente por la tradicin oral y que podan perderse. Como los poemas de los rapsodas que despus figuraron bajo el nombre de Homero; como el Romancero del Cid y como todas las epopeyas populares, el gran poema rabe es de diversos autores, segn ya hemos dicho, y distintos pueblos han colaborado en l a travs de los siglos. Los cuentos sobrevivan sueltos, guardados por la memoria de los cuentistas populares y la pluma de los escribas pblicos. El doctor Mardrus tuvo que peregrinar por todo el Oriente (Egipto, Asia Menor, Persia, Indostn), anotando viejos relatos y adquiriendo manuscritos, hasta completar en sus menores detalles la clebre obra. La frescura original, la ingenuidad de los primeros autores, han sido respetadas por Mardrus, pero realzndolas y adornndolas con su maestra de artista moderno. El doctor Mardrus es un notable escritor y la celebridad literaria le acompaa doblemente en su hogar, pues est

AL PBLICO

Ahora slo nos resta desear al lector que experimente el mismo placer que el gran novelista Stendhal, el cual deseaba olvidar dos cosas: Don Quijote y los maravillosos relatos de Las mil noches y una noche, para experimentar todos los aos la voluptuosidad de leerlos por vez primera. Debemos hacer al pblico una leal declaracin.Este libro no es para nios y mujeres. La moral de los rabes es distinta de la nuestra: sus costumbres son otras. Su carcter primitivo les hace ver como cosas naturales lo que para otros pueblos es motivo de escndalo. El amor lo cubren de pocos velos y su vida social est basada en la poligamia. Adems, este libro es un libro antiguo y los escrpulos morales cambian con los siglos. Sirva de ejemplo nuestra propia literatura, en la que los ms grandes autores del Siglo de Oro aparecen usando con naturalidad palabras que hoy se consideran inmorales y nadie se atreve a repetir. Y empieza, lector, a recrearte en este incomparable poema novelesco, que unas veces hace rer y otras conmueve: armonioso conjunto de aventuras caballerescas, aventuras de amor y aventuras burlescas; escenas de erotismo, escenas de muerte, sublimes abnegaciones, vicios orientales, desordenadas fantasas y sutiles burlas del cuentista rabe para los seres celestes que intervienen en sus relatos deslumbradores.

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Las Mil Noches y Una Noche UNA PALABRA DEL TRADUCTOR A SUS AMIGOSYO OFREZCO DESNUDAS, VIRGENES, INTACTAS Y SENCILLAS, PARA MIS DELICIAS Y EL PLACER DE MIS AMIGOS, ESTAS NOCHES RABES VIVIDAS, SOADAS Y TRADUCIDAS SOBRE SU TIERRA NATAL Y SOBRE EL AGUA.

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por la asfixia de sus convencionalismos verbales, tal vez fingir susto y asombro al or el franco lenguaje gorjeo simple, sonoro y juvenil de estas muchachas sanas y morenas, nacidas en las tiendas del desierto, que ya no existen. Entienden poco de malicia las hures. Y los pueblos primitivos, dice el Sabio, llaman las cosas por su nombre y no encuentran nunca condenable lo que es natural, ni licenciosa la expresin de lo natural. (Entiendo por pueblos primitivos todos aquellos que an no tienen una mancha en la carne o en el espritu, y que vinieron al mundo bajo la sonrisa de la Belleza). Adems, la literatura rabe ignora totalmente ese producto odioso de la vejez espiritual: la intencin pornogrfica. Los rabes ven todas las cosas bajo el aspecto hilarante. Su sentido ertico slo conduce a la alegra. Y ren de todo corazn, como nios, all donde un puritano gemira de escndalo. Todo artista que ha vagabundeado por Oriente y cultivado con amor los bancos calados de los adorables cafs populares en las verdaderas ciudades musulmanas y rabes; el viejo Cairo con sus calles llenas de sombra, siempre frescas; los zocos de Damasco, Sana del Yemen, Mascata o Bagdad; todo aquel que ha dormido en la estera inmaculada del beduno de Palmira, que ha partido el pan y saboreado la sal fraternalmente en la soledad gloriosa del desierto, con Ibn Rachid, el suntuoso, tipo neto del rabe autntico, o que ha gustado la exquisitez de una charla de simplicidad antigua con el puro descendiente del Profeta, el cherif Hussein ben Ali ben Aoun, emir de la Meca santa, ha podido notar la expresin de las pintorescas fisonomas reunidas. Un sentimiento nico domina a toda la asistencia: una hilaridad loca. Ella flamea con vitales estallidos ante las palabras gruesas y libres del heroico cuentista pblico que en el centro del caf o de la plaza gesticula, mima, se pasea o brinca para dar mayor expresin a su relato en medio de los espectadores risueos... Y se apodera de vosotros la general embriaguez suscitada por las palabras y los sonidos imitativos, el humo del tabaco que hace soar, la esencia afrodisaca que parece flotante en el espacio, el subolor discreto del haschich, ltimo regalo de Alah a los hombres... Y os sents navegantes areos en la frescura de la noche. All nadie aplaude. Ese gesto brbaro, inarmnico y feroz, vestigio indiscutible de razas ancestrales y antropfagas que danzaban en torno del poste de colores 10

Ellas me fueron dulces durante los ocios en remotos mares, bajo un cielo ahora lejano. Por eso las doy. Sencillas, sonrientes y llenas de ingenuidad, como la musulmana Schehrazada, su madre suculenta que las di a luz en el misterio; fermentando con emocin en los brazos de un prncipe sublime lbrico y feroz, bajo la mirada enternecida de Alah, clemente y misericordioso. Al venir al mundo fueron delicadamente mecidas por las manos de la lustral Doniazada, su buena ta, que grab sus nombres sobre hojas de oro coloreadas de hmedas pedreras y las cuid bajo el terciopelo de sus pupilas hasta la adolescencia dura, para esparcirlas despus, voluptuosas y libres, sobre el mundo oriental, eternizado por su sonrisa. Yo os las entrego tales como son, en su frescor de carne y de rosa. Slo existe un mtodo honrado y lgico de traduccin: la LITERALIDAD, una literalidad impersonal, apenas atenuada por un leve parpadeo y una ligera sonrisa del traductor. Ella crea, sugestiva, la ms grande potencia literaria. Ella produce el placer de la evocacin. Ella es la garanta de la verdad. Ella es firme e inmutable, en su desnudez de piedra. Ella cautiva el aroma primitivo y lo cristaliza. Ella separa y desata... Ella fija. La literalidad encadena el espritu divagador y lo doma, al mismo tiempo que detiene la infernal facilidad de la pluma. Yo me felicito de que as sea; porque dnde encontrar un traductor de genio simple, annimo, libre de la necia mana de su renombre...? Las dificultades del idioma original, tan duras para el traductor acadmico, que ve en las obras la letra antes que el espritu, se convierten entre los dedos del amoroso balbuceo oriental en espirales tan bellas,que muchas veces no se atreve a desenlazarlas por miedo a que pierdan su originalidad. En cuanto a la acogida que tendrn estas joyas orientales... ! El Occidente, amanerado y empalidecido

Las Mil Noches y Una Noche de la vctima y del cual ha hecho Europa un signo de la horrible alegra burguesa amontonada bajo el gas o la electricidad de las salas pblicas, es completamente desconocido. El rabe, ante una msica compuesta de notas de caas y flautas, ante un lamento de kanoun, un canto de muezzin o de almea, un cuento subido de color, un poema de aliteraciones en cascadas, un perfume sutil de jazmn, una danza de flor movida por la brisa, un vuelo de pjaro o la desnudez de mbar y perla de una abultada cortesana de formas ondulosas y ojos de estrella, responde en sordina o a toda voz con un ah! ah!... largo, sabiamente modulado, exttico, arquitectnico. Y esto se debe a que el rabe no es ms que un instintivo; pero afinado, exquisito. Ama la lnea pura y la adivina con su imaginacin cuando es irreal. Pero es parco en palabras y suea... suea. Y ahora, amigos mos... Yo os prometo, sin miedo de mentir, que el teln va a levantarse sobre la ms asombrosa, la ms complicada y la ms esplndida visin que haya alumbrado jams sobre la nieve del papel el frgil til del cuentista. Doctor J. C. MARDRUS.

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Las Mil Noches y Una Noche

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HISTORIA DEL REY SCHAHRIAR Y SU HERMANO EL REY SCHAHZAMAN AQUELLO QUE QUIERA ALAH! Cuntase pero Alah es ms sabio, ms prudente ms poderoso y ms benfico que en lo que transcurri en la antigedad del tiempo y en lo pasado de la edad, hubo un rey entre los reyes de Sassan, en las islas de la India y de la China. (1) Era dueo de ejrcitos y seor de auxiliares, de servidores y de un squito' numeroso. Tena dos hijos, y ambos eran heroicos jinetes, pero el mayor vala ms an que el menor. El mayor rein en los pases, gobern con justicia entre los hombres y por eso le queran los habitantes del pas y del reino. Llambase el rey Schahriar.(2) Su hermano, llamado Schahzaman,(3) era el rey de Salamarcanda TIAjam. Siguiendo las cosas el mismo curso, residieron cada uno en su pas, y gobernaron con justicia a sus ovejas durante veinte aos. Y llegaron ambos hasta el lmite del desarrollo y el florecimiento. No dejaron de ser as, hasta que el mayor sinti vehementes deseos de ver a su hermano. Entonces orden a su visir que partiese y volviese con l. El visir contest: "Escucho y obedezco". Parti, pues, y lleg felizmente por la gracia de Alah; entr en casa de Schahzaman, le transmiti la paz, (4) le dijo que el rey Schahriar deseaba ardientemente verle, y que el objeto de su viaje era invitar a su hermano. El rey Schahzaman contest: "Escucho y obedezco". Dispuso los preparativos de la partida, mandando sacar sus tiendas, sus camellos y sus mulos, y que saliesen sus servidores y auxiliares. Nombr a su visir gobernador del reino y sali en demanda de las comarcas de su hermano. Pero a medianoche record una cosa que haba olvidado; volvi a su palacio apresuradamente, y encontr a su esposa tendida en el lecho abrazada con un negro, esclavo entre los esclavos. Al ver tal cosa, el mundo se oscureci ante sus ojos. Y se dijo: "Si ha sobrevenido tal aventura cuando apenas acabo de dejar la ciudad, cul sera la conducta de esta libertina si me ausentase algn tiempo para estar con mi hermano?" Desenvain inmediatamente su alfanje, y acometiendo a ambos, los dej muertos sobre los tapices del lecho. Volvi a salir sin perder una hora ni un instante, y orden la marcha de la comitiva. Y viaj de noche hasta avistar la ciudad de su hermano. 12

EN EL NOMBRE DE ALAH EL COMPASIVO, EL MISERICORDIOSO!

La alabanza a Alah, amo del Universo! Y la plegaria y la paz para el prncipe de los enviados, nuestro seor y soberano Mohamed! Y, para todos los tuyos, la plegaria y la paz siempre unidas esencialmente hasta el da de la recompensa. Y despus... ! que las leyendas de los antiguos sean una leccin para los modernos, a fin de que el hombre aprenda en los sucesos que ocurren a otros que no son l. Entonces respetar y comparar con atencin las palabras de los pueblos pasados y lo que a l le ocurra y se reprimir. Por esto gloria a quien guarda los relatos de los primeros como leccin dedicada a los ltimos!

De estas lecciones han sido entresacados los cuentos que se llaman Mil noches y una noche, y todo lo que hay en ellos de cosas extraordinarias y de mximas.

Las Mil Noches y Una Noche Entonces ste se alegr de su proximidad, sali a su encuentro, y al recibirlo, le dese la paz. Se regocij hasta los mayores lmites del contento, mand adornar en honor suyo la ciudad y se puso a hablarle lleno de efusin. Pero el rey Schahzaman recordaba la aventura de su esposa, y una nube de tristeza le velaba la faz. Su tez se haba puesto plida y su cuerpo se haba debilitado. Al verle de tal modo, el rey Schahriar crey en su alma que aquello se deba a haberse alejado de su reino y de su pas, y lo dejaba estar, sin preguntarle nada. Al fin, un da, le dijo: "Hermano, tu cuerpo enflaquece y tu cara amarillea". Y el otro respondi: "Ay, hermano, tengo en mi interior como una llaga en carne viva!" Pero no le revel lo que le haba ocurrido con su esposa. El rey Schahriar le dijo: "Quisiera que me acompaes a cazar a pie y a caballo, pues as tal vez se esparciera tu espritu". El rey Schahzaman no quiso aceptar, y su hermano se fu solo a la cacera. Haba en el palacio unas ventanas que daban al jardn, y habindose asomado a una de ellas, el rey Schahzaman vi cmo se abra una puerta para dar salida a veinte esclavas y veinte esclavos, entre los cuales avanzaba la mujer del rey Schahriar en todo el esplendor de subelleza. Llegados a un estanque, se desnudaron, y se mezclaron todos. Y sbitamente la mujer del rey grit: "Oh, Massaud!"Y en seguida acudi hacia ella un robusto esclavo negro, que la abraz. Ella se abraz tambin a l, y entonces el negro la ech al suelo, boca arriba, y la goz. . (1)La geografa es absolutamente vaga y admirable. Sera pues, intil profundizar. (2)Dueo de la ciudad. Palabra persa. (3) Dueo del siglo o del tiempo. Palabra persa. (4) "Que la paz (o la salvacin) sea contigo". Saludo usado entre los musulmanes. .A tal seal todos los dems esclavos hicieron lo mismo con las mujeres. Y as siguieron largo tiempo, sin acabar con sus besos, abrazos, copulaciones y cosas semejantes hasta cerca del amanecer Al ver aquello, pens el hermano del rey: "Por Alah! Ms ligera es mi calamidad que esta otra". Inmediatamente, dejando que se desvaneciese su afliccin, se dijo: "En verdad, esto es ms enorme que cuanto me ocurri a m!" Y desde aquel momento volvi a comer y beber cuanto pudo. 13

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A todo esto, el rey, su hermano, volvi de su excursin, y ambos se desearon la paz ntimamente. Luego el rey Schahriar observ que su hermano el rey Schahzaman acababa de recobrar el buen color, pues su semblante haba adquirido nueva vida, y advirti tambin que coma con toda su alma despus de haberse alimentado parcamente en los primeros das. Se asombr de ello, y dijo: "Hermano, poco ha te vea amarillo de tez y ahora has recuperado los colores. Cuntame qu te pasa". El rey le dijo: "Te contar la causa de mi anterior palidez, pero dispnsame de referirte el motivo de haber recobrado los colores". El rey replic: "Para entendernos, relata primeramente la causa de tu prdida de color y tu debilidad". Y se explic de este modo: "Sabrs, her, mano, que cuando enviaste tu visir para requerir mi presencia, hice mis preparativos de marcha, y sal de la ciudad. Pero despus me acord de la joya que te destinaba y que te di al llegar a tu palacio. Volv, pues, y encontr a mi mujer acostada con un esclavo negro, durmiendo en los tapices de mi cama. Los mat a los dos, y vine hacia ti, muy atormentado por el recuerdo de tal aventura. Este fu el motivo de mi primera palidez y de mi enflaquecimiento. En cuanto a la causa de haber recobrado mi buen color, dispnsame de mencionarla". Cuando su hermano oy estas palabras, le dijo: "Por Alah, te conjuro a que me cuentes la causa de haber recobrado tus colores". Entonces el rey Schahzaman le refiri cuanto haba visto. El rey Schahriar dijo: "Ante todo, es necesario que mis ojos vean semejante cosa". Su hermano le respondi: "Finge que vas de caza, pero escndete en mis aposentos y sers testigo del espectculo; tus ojos lo contemplarn". Inmediatamente, el rey mand que el pregonero divulgase la orden de marcha. Los soldados salieron con sus tiendas fuera de la ciudad. El rey march tambin, se ocult en su tienda y dijo a sus jvenes esclavos: "Que nadie entre!" Luego se disfraz, sali a hurtadillas y se dirigi al palacio. Lleg a los aposentos de su hermano, y se asom a la ventana que daba al jardn. Apenas haba pasado una hora, cuando salieron las esclavas, rodeando a su seora, y tras ellas los esclavos. E hicieron cuanto haba contado Schahzaman, pasando en tales juegos hasta el asr.(1) Cuando vi estas cosas el rey Schahriar, la razn se ausent de su cabeza, y dijo a su hermano: "Marchemos para saber cul es nuestro destino en el camino de Alah, porque nada de comn debemos tener

Las Mil Noches y Una Noche con la realeza hasta encontrar a alguien que haya sufrido una aventura semejante a la nuestra. Si no, la muerte sera preferible a nuestra vida". Su hermano le contest lo que era apropiado y ambos salieron por una puerta secreta del palacio. Y no cesaron de caminar da y noche, hasta que por fin llegaron a un rbol, en medio de una solitaria pradera, junto a la mar salada. En aquella pradera haba un manantial de agua dulce. Bebieron de ella y se sentaron a descansar. . Apenas haba transcurrido una hora del da, cuando el mar empez a agitarse. De pronto brot de l una negra columna de humo, que lleg hasta el cielo y se dirigi despus hacia la pradera. Los reyes, asustados, se subieron a la cima del rbol, que era muy alto, y se pusieron a mirar lo que tal cosa pudiera ser. Y he aqu que la columna de humo se convirti en un efrit (2) de elevada estatura, poderoso de hombros y robusto de pecho. Llevaba un arca sobre la cabeza. Puso el pie en el suelo, y se dirigi hacia el rbol y se sent debajo de l. Levant entonces la tapa del arca, sac de ella una caja, la abri, y apareci en seguida una encantadora joven, de esplndida hermosura, luminosa lo mismo que el sol, como dijo el poeta: Antorcha en las tinieblas, ella aparece y es el da! Ella aparece y con su luz se iluminan las auroras! Los soles irradian con su claridad y las lunas con las sonrisas de sus ojos ! Que los velos de su misterio se rasguen, e inmediatamente las criaturas se prosternan encantados a sus pies! Y ante los dulces relmpagos de su mirada, el roco de las lgrimas de pasin humedece todos los prpados!!

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Ella les dijo: "Por Alah sobre vosotros! Bajad en seguida si no queris que avise al efrit, que os dar la peor muerte". Entonces, asustados, bajaron hasta donde estaba ella, que se levant para decirles: "Traspasadme con vuestra lanza de un golpe duro y violento; si no, avisar al efrit". Schahriar, movido del espanto, dijo a Schahzaman: "Hermano, s el primero en hacer lo que sta manda". El otro repuso: "No lo har sin que antes me des el ejemplo t, que eres. mayor". Y ambos empezaron a invitarse mutuamente, hacindose con los ojos seas de copulacin. Pero ella les dijo: "Para qu tanto guiar los ojos? Si no vens y me obedecis, llamo inmediatamente al efrit". Entonces, por miedo al efrit hicieron con ella lo que les haba pedido. Cuando los hubo agotado, les dijo: "Qu expertos sois los dos!" Sac del bolsillo un saquito y del saquito un collar compuesto de quinientas setenta sortijas con sellos, y les pregunt: "Sabis lo que es esto?" Ellos contestaron: "No lo sabemos". Entonces les explic la joven: "Los dueos de estos anillos me han posedo todos junto a los cuernos insensibles de este efrit. De suerte que me vais a dar vuestros anillos". Lo hicieron as, sacndoselos de los dedos, y ella entonces les dijo: "Sabed que este efrit me rob la noche de mi boda; me encerr en esa caja, meti la caja en el arca, le ech siete candados y la arrastr al fondo del mar, all donde se combaten las olas. Pero no saba que cuando desea alguna cosa una mujer no hay quien la venza. Ya lo dijo el poeta: Amigo: no te fes de la mujer; rete de sus promesas! Su buen o mal humor depende de los caprichos de su vulva! Prodigan amor falso cuando la perfidia las llena y forma como la trama de sus vestidos! Recuerda respetuosamente las Palabras de Yusu f ! Y no olvides que Eblis hizo que expulsaran a Adn por causa de la Mujer! No te confes, amigo! Es intil! Maana, en aquella que creas ms segura, suceder al amor puro una pasin loca! Y no digas: "Si me enamoro, evitar las locuras de los enamorados!" No lo digas! Sera verdaderamente un prodigio nico ver sal. a un hombre sano y salvo de la seduccin de las mujeres!

(1)Asr: parte del da en que empieza a declinar el sol(2) Efrit: astuto, sinnimo de genio Despus que el efrit hubo contemplado a la hermosa joven, le dijo: "Oh soberana de las sederas! Oh t, a quien rapt el mismo da de tu boda! Quisiera dormir un poco". Y el efrit coloc la cabeza en las rodillas de la joven y se durmi. Entonces la joven levant la cabeza hacia la copa del rbol y vi ocultos en las ramas a los dos reyes. En seguida apart de sus rodillas la cabeza del efrit, la puso en el suelo, y les dijo por seas: "Bajad, y no tengis miedo de este efrit". Por seas, le respondieron: "Por Alah sobre ti! Dispnsanos de lance tan peligroso!" 14

Las Mil Noches y Una Noche Los dos hermanos, al or estas palabras, se maravillaron hasta ms no poder, y se dijeron uno a otro: "Si ste es un efrit, y a pesar de su podero le han ocurrido cosas ms enormes que a nosotros, esta aventura debe consolarnos". Inmediatamente se despidieron de la joven y regresaron cada uno a su ciudad. En cuanto el rey Schahriar entr en su palacio, mand degollar a su esposa, as como a los esclavos y esclavas. Despus orden a su visir que cada noche le llevase una joven que fuese virgen. Y cada noche arrebataba a una su virginidad. Y cuando la noche haba transcurrido mandaba que la matasen. As estuvo haciendo durante tres aos, y todo eran lamentos y voces de horror. Los hombres huan con las hijas que les quedaban. En la ciudad no haba ya ninguna doncella que pudiese servir para los asaltos de este cabalgador. En esta situacin el rey mand al visir que, como de costumbre, le trajese una joven. El visir, por ms que busc, no pudo encontrar ninguna, y regres muy triste a su casa, con el alma transida de miedo ante el furor del rey. Pero este visir tena dos hijas de gran hermosura, que posean todos los encantos, todas las perfecciones y eran de una delicadeza exquisita. La mayor se llamaba Schehrazada, y el nombre de la menor era Doniazada: (1)

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(musulmanes) y podr salvarlas de entre las manos del rey". Entonces el visir contest: "Por Alah sobre ti! No te expongas nunca a tal peligro". Pero Schehrazada repuso: "Es imprescindible que as lo haga". Entonces le dijo su padre: "Cuidado no te ocurra lo que les ocurri al asno y al buey con el labrador. Escucha su historia:

Fabulas del asno, el buey y el labrador.

(1) Schehrazada: "Hija de la ciudad". Doniazada: "Hija del mundo La mayor, Schehrazada, haba ledo los libros, los anales, las leyendas de los reyes antiguos y las historias de los pueblos pasados. Dicen que posea tambin mil libros de crnicas referentes a los pueblos de las edades remotas, a los reyes de la antigedad y sus poetas. Y era muy elocuente y daba gusto orla. Al ver a su padre, le habl as: "Por qu te veo tan cambiado, soportando un peso abrumador de pesadumbres y aflicciones... ? Sabe, padre, que el poeta dice: "Oh t, que te apenas, consulate! Nada es duradero, toda alegra se desvanece y todo pesar se olvida". Cuando oy estas palabras el visir, cont a su hija cuanto haba ocurrido, desde el principio al fin, concerniente al rey. Entonces le dijo Schehrazada: "Por Alah. padre, csame con el rey, porque si no me mata, ser la causa del rescate de las hijas de los muslemini 15

Has de saber, hija ma, que hubo un comerciante dueo de grandes riquezas y de mucho ganado. Estaba casado y con hijos. Alah, el Altsimo, le di igualmente el conocimiento de los lenguajes de los animales y el canto de los pjaros. Habitaba este comerciante en un pas frtil, a orillas de un ro. En su morada haba un asno y un buey. Cierto da lleg el buey al lugar ocupado por el asno y vi aquel sitio barrido y regado. En el pesebre haba cebada y paja bien cribadas, y el jumento estaba echado, descansando. Cuando el amo lo montaba, era slo para algn trayecto corto y por asunto urgente, y el asno volva pronto a descansar. Ese da el comerciante oy que el buey deca al pollino: "Come a gusto y que te sea sano, de provecho y 'de buena digestin. Yo estoy rendido y t descansado, despus de comer cebada . bien cribada! Si el amo te monta alguna que otra vez, pronto vuelve a traerte. En cambio, yo me reviento arando y con el trabajo del molino". El asno le aconsej: "Cuando salgas al campo y te echen el yugo, tmbate y no te menees aunque te den de palos. Y si te levantan, vulvete a echar otra vez. Y si entonces te vuelven al establo y te ponen habas, no las comas, fngete enfermo. Haz por no comer ni beber en unos das, y de ese modo descansars de la fatiga del trabajo". Pero el comerciante segua presente, oyendo todo lo que hablaban. Se acerc el mayoral al buey para darle forraje y le vi comer muy poca cosa. Por la maana, al llevarlo al trabajo, lo encontr enfermo. Entonces el amo dijo al mayoral: "Coge al asno y que are todo el da en lugar del buey". Y el hombre unci al asno en vez del buey y le hizo arar todo el da.

Las Mil Noches y Una Noche Al anochecer, cuando el asno regres al establo, el buey le di las gracias por sus bondades, que le haban proporcionado el descanso de todo el da; pero el asno no le contest. Estaba muy arrepentido. Al otro da el asno estuvo arando tambien durante toda la jornada y regres con el pescuezo desollado, rendido de fatiga. El buey, al verle en tal estado, le di las gracias de nuevo y lo colm de alabanzas. El asno le dijo: "Bien tranquilo estaba yo antes. Ya ves cmo me ha perjudicado el hacer beneficio a los dems". Y en seguida aadi: "Voy a darte un buen consejo de todos modos. He odo decir al amo que te entregarn al matarife si no te levantas, y harn una cubierta para la mesa con tu piel. Te lo digo para que te salves, pues sentira que te ocurriese algo". El buey, cuando oy estas palabras del asno, le di las gracias nuevamente, y le dijo: "Maana reanudar mi trabajo". Y se puso a comer, se trag todo el forraje y hasta lami el recipiente con su lengua. Pero el amo les haba odo hablar. En cuanto amaneci fu con su esposa hacia el establo de los bueyes y las vacas, y se sentaron a la puerta. Vino el mayoral y sac al buey, que en cuanto vi a su amo empez a menear la cola, a ventosear ruidosamente y a galopar en todas direcciones como si estuviese loco. Entonces le entr tal risa al comerciante, que se cay de espaldas. Su mujer le pregunt: "De qu te res?" Y l dijo: "De una cosa que he visto y odo; pero no la puedo descubrir porque me va en ello la vida". La mujer insisti: "Pues has de contrmela, aunque te cueste morir". Y l dijo: "Me callo, porque temo a la muerte". Ella repuso: "Entonces es que te res de m". Y desde aquel da no dej de hostigarle tenazmente, hasta que le puso en una gran perplejidad. Entonces el comerciante mand llamar a sus hijos, y as como al kad (1) y a unos testigos. Quiso hacer testamento antes de revelar el secreto a su mujer, pues amaba a su esposa entraablemente porque era la hija de su to paterno (2), madre de sus hijos y haba vivido con ella ciento veinte aos de su edad. Hizo llamar tambin a todos los parientes de su esposa y a los habitantes del barrio y refiri a todos lo ocurrido, diciendo que morira en cuanto revelase el secreto. Entonces toda la gente dijo a la mujer: "Por Alah sobre ti! No te ocupes ms del asunto; pues va a perecer tu marido, el padre de tus hijos". Pero ella replic: "Aunque le cueste la vida no le dejar en paz hasta que me haya dicho su secreto". Entonces ya no le 16

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rogaron ms. El comerciante se apart de ellos y se dirigi al estanque de la huerta para hacer sus abluciones y volver inmediatamente a revelar su secreto y morir. Pero haba un gallo lleno de vigor, capaz de dejar satisfechas a cincuenta gallinas, y junto a l hallbase un perro. Y el comerciante oy que el perro increpaba al gallo de este modo: "No te avergenza el estar tan alegre cuando va a morir nuestro amo?" Y el gallo pregunt: "Por qu causa va a morir?" Entonces el perro cont toda la historia, y el gallo repuso: "Por Alah! Poco talento tiene nuestro amo. Cincuenta esposas tengo yo y a todas s manejrmelas perfectamente, regaando a unas y contentando a otras. En cambio, l slo tiene una y no sabe entenderse con ella! El medio es bien sencillo: bastara con cortar unas cuantas varas de morera, entrar en el camarn de su esposa y darle hasta que sucumbiera o se arrepintiese. No volvera a importunarle con preguntas". As dijo el gallo, y cuando el comerciante oy sus palabras se ilumin su razn, y resolvi dar una paliza a su mujer. El visir interrumpi aqu su relato para decir a su hija Schehrazada: "Acaso el rey haga contigo lo que el comerciante con su mujer". Y Schehrazada pregunt: "Pero qu hizo?" Entonces el visir prosigui de este modo: Entr el comerciante llevando ocultas las varas de morera, que acababa de cortar, y llam aparte a su esposa: "Ven a nuestro gabinete para que te diga mi secreto". La mujer le sigui; el comerciante se encerr con ella y empez a sacudirla varazos hasta que ella acab por decir: "Me arrepiento, me arrepiento!" Y besaba las manos y los pies de su marido. Estaba arrepentida de veras. Salieron entonces, y la concurrencia se alegr muchsimo, regocijndose tambin los parientes. Y todos vivieron muy felices hasta la muerte. Dijo. Y cuando Schehrazada, hija del visir, hubo odo este relato, insisti nuevamente en su ruego: "Padre, de todos modos quiero que hagas lo que te he pedido". Entonces el visir, sin replicar nada, mand que preparasen el ajuar de su hija, y march a comunicar la nueva al rey Schahriar. Mientras tanto, Schehrazada deca a su hermana Doniazada: "Te mandar llamar cuando est en el palacio, y as que llegues y veas que el rey ha terminado su cosa conmigo, me dirs: "Hermana, cuenta alguna historia maravillosa que nos haga pasar la noche". Entonces yo narrar cuentos que, si quiere Alah, sern

Las Mil Noches y Una Noche la causa de la emancipacin de las hijas de los musulmanes". Fu a buscarla despus el visir, y se dirigi con ella hacia la morada del rey. El rey se alegr muchsimo al ver a Schehrazada, y pregunt a su padre: "Es sta lo que yo necesito?" Y el visir dijo respetuosamente: "S, lo es". Pero cuando el rey quiso acercarse a la joven, sta se ech a llorar. Y el rey le dijo: "Qu te pasa?" Y ella contest "Oh, rey poderoso, tengo una hermanita de la cual quisiera despedirme!" El rey mand buscar a la hermana, y apenas vino se abraz a Schehrazada, y acab por acomodarse cerca del lecho. Entonces el rey se levant, y cogiendo a Schehrazada, le arrebat la virginidad.Despus empezaron a conversar. Doniazada dijo entonces a Schehrazada: "Hermana, por Alah sobre ti!, cuntanos una historia que nos haga pasar la noche". Y Schehrazada contest: "De buena gana, y como un debido homenaje, si es que me lo permite este rey tan generoso, dotado de tan buenas maneras

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(1)El juez. ( 2) Su esposa El rey, al or estas palabras, como no tuviese ningn sueo, se prest de buen grado a escuchar la narracin de Schehrazada. Y Schehrazada, aquella primera noche, empez su relato con la historia que sigue:

PRIMERA NOCHE HISTORIA DEL MERCADER EFRIT

Y

EL

Schehrazada dijo: He llegado a saber, oh rey afortunado!, que hubo un mercader entre los mercaderes, dueo de numerosas riquezas y de negocios comerciales en todos los pases. 17

Un da mont a caballo y sali para ciertas comarcas a las cuales le llamaban sus negocios. Como el calor era sofocante, se sent debajo de un rbol, y echando mano al saco de provisiones, sac unos dtiles, y cuando los hubo comido tir a lo lejos los huesos. Pero de pronto se le apareci un efrit de enorme estatura que, blandiendo una espada, lleg hasta el mercader y le dijo: "Levntate, para que yo te mate como has matado a mi hijo". El mercader repuso: "Pero cmo he matado yo a tu hijo?" Y contest el efrit: "Al arrojar los huesos, dieron en el pecho a mi hijo y lo mataron". Entonces dijo el mercader: "Considera oh gran efrit! que no puedo mentir, siendo, como soy, un creyente. Tengo muchas riquezas, tengo hijos y esposa, y adems guardo en mi casa depsitos que me confiaron. Permteme volver para repartir lo de cada uno, y te vendr a buscar en cuanto lo haga. Tienes mi promesa y mi juramento de que volver en seguida a tu lado. Y t entonces hars de m lo que quieras. Alah es fiador de mis palabras". El efrit, teniendo confianza en l, dej partir al mercader. Y el mercader volvi a su tierra, arregl sus asuntos, y di a cada cual lo que le corresponda. Despus cont a su mujer y a sus hijos lo que le haba ocurrido, y se echaron todos a llorar: los parientes, las mujeres, los hijos. Despus el mercader hizo testamento y estuvo con su familia hasta el fin del ao. Al llegar este trmino se resolvi a partir, y tomando su sudario bajo el sobaco, dijo adis a sus parientes y vecinos y se fue muy contra su gusto. Los suyos se lamentaban, dando gritos de dolor. En cuanto al mercader, sigui su camino hasta que lleg al jardn en cuestin, y el da en que lleg era el primer da del ao nuevo. Y mientras estaba sentado, llorando su desgracia, he aqu que un jeique (1) se dirigi hacia l, llevando una gacela encadenada. Salud al mercader, le dese una vida prspera, y le dijo: "Por qu razn ests parado y solo en este lugar tan frecuentado por los efrits?" Entonces le cont el mercader lo que le haba ocurrido con el efrit y la causa de haberse detenido en aquel sitio. Y el jeique dueo de la gacela se asombr grandemente, y dijo: "Por Alah! oh hermano! tu fe es una gran fe, y tu historia es tan prodigiosa, que si se escribiera con una aguja en el ngulo interior de un ojo, sera motivo de reflexin para el que sabe reflexionar respetuosamente". Despus, sentndose a su lado, prosigui: "Por Alah! oh mi hermano! no te dejar hasta que veamos lo que te ocurre con el efrit". Y all se qued,

Las Mil Noches y Una Noche efectivamente, conversando con l, y hasta pudo ayudarle cuando se desmay de terror, presa de una afliccin muy honda y de crueles pensamientos. Segua all el dueo de la gacela, cuando lleg un segundo jeique, que se dirigi a ellos con dos lebreles negros. Se acerc, les dese la paz y les pregunt la causa de haberse parado en aquel lugar frecuentado por los efrits. Entonces ellos le refirieron la historia desde el principio hasta el fin. Y apenas se haba sentado, cuando un tercer jeique se dirigi hacia ellos, llevando una mula de color de estornino. Les dese la paz y les pregunt por qu estaban sentados en aquel sitio. Y los otros le contaron la historia desde el principio hasta el fin. Pero no es de ninguna utilidad el repetirla. A todo esto, se levant un violento torbellino de polvo en el centro de aquella pradera. Descarg una tormenta, se disip despus el polvo y apareci el efrit con un alfanje muy afilado en una mano y brotndole chispas de los ojos. (1) Un anciano respetable Se acerc al grupo, y dijo cogiendo al mercader: "Ven para que yo te mate como mataste a aquel hijo mo, que era el aliento de mi vida y el fuego de mi corazn". Entonces se ech a llorar el mercader, y los tres jeiques empezaron tambin a llorar, a gemir y a suspirar. Pero el primero de ellos, el dueo de la gacela, acab por tomar nimos, y besando la mano del efrit, le dijo: "Oh efrit, jefe de los efrits y de su corona! Si te cuento lo que me ocurri con esta gacela y te maravilla mi historia, me recompensars con el tercio de la sangre de este mercader?" Y el efrit dijo: "Verdaderamente que s, venerable jeique. Si me cuentas la historia y yo la encuentro extraordinaria, te conceder el tercio de esa sangre".

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Cuando esta mujer era todava joven, nos casamos y vivimos juntos cerca de treinta aos. Pero Alah no me concedi tener de ella ningn hijo. Por esto tom una concubina, que, gracias a Alah, me di un hijo varn, ms hermoso que la luna cuando sale. Tena unos ojos magnficos, sus cejas se juntaban y sus miembros eran perfectos. Creci poco a poco, hasta llegar a los quince aos. En aquella poca tuve que marchar a una poblacin lejana, donde reclamaba mi presencia un gran negocio de comercio. La hija de mi to, o sea esta gacela, estaba iniciada desde su infancia en la brujera y el arte de los encantamientos. Con la ciencia de su magia transform a mi hijo en ternerillo, y a su madre, la esclava, en una vaca, y los entreg al mayoral de nuestro ganado. Despus de bastante tiempo, regres del viaje; pregunt por mi hijo y por mi esclava, y la hija de mi to me dijo: "Tu esclava ha muerto, y tu hijo se escap y no sabemos de l". Entonces, durante un ao estuve bajo el peso de la afliccin de mi corazn y el llanto de mis ojos. Llegada la fiesta anual del da de los Sacrificios, orden al mayoral que me reservara una de las mejores vacas, y me trajo la ms gorda de todas, que era mi esclava, encantada por esta gacela. Remangado mi brazo, levant los faldones de la tnica, y ya me dispona al sacrificio, cuchillo en mano, cuando de pronto la vaca prorrumpi en lamentos y derramaba lgrimas abundantes. Entonces me detuve, y la entregu al mayoral para que la sacrificase; pero al desollarla no se le encontr ni carne ni grasa, pues slo tena los huesos y el pellejo. Me arrepent de haberla matado, pero de qu serva ya el arrepentimiento? Se la di al mayoral, y le dije: "Treme un becerro bien gordo". Y me trajo a mi hijo convertido en ternero. Cuando el ternero me vi, rompi la cuerda, se me acerc corriendo, y se revolc a mis pies, pero con qu lamentos! con qu lamentos! Entonces tuve piedad de l, y le dije al mayoral: "Treme otra vaca, y deja con vida a este ternero". En este punto de su narracin, vi Schehrazada que iba a amanecer, y se call discretamente, sin aprovecharse ms del permiso. Entonces su hermana Doniazada le dijo: "Oh hermana ma! Cun dulces y cun sabrosas son tus palabras llenas de delicia!" Schehrazada contest: "Pues nada son comparadas con lo que os podra contar la noche prxima, si vivo y el rey quiere conservarme". Y el rey dijo para s: "Por Alah! 18

CUENTO DEL PRIMER JEIQUE

El primer jeique dijo: Sabe, oh gran efrit! que esta gacela era la hija de mi to (1) carne de mi carne y sangre de mi sangre.

Las Mil Noches y Una Noche No la matar hasta que haya odo la continuacin de su historia". Despus, el rey y Schehrazada pasaron toda la noche abrazados. Luego march el rey a presidir su tribunal. Y vi llegar al visir, que llevaba debajo del brazo un sudario para Schehrazada, a la cual crea muerta. Pero nada le dijo de esto al rey, y sigui administrando justicia, designando a unos para los empleos, destituyendo a otros, hasta que acab el da. Y el visir se fu perplejo en el colmo del asombro, al saber que su hija viva.

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(1)Por eufemismo suelen llamar as los rabes a sus mujeres. No dicen suegro, sino to; de modo que la hija de mi to equivale a mi mujer. . Cuando hubo terminado el diwn (1)el rey Schahriar volvi a su palacio.

Y CUANDO LLEGO LA SEGUNDA NOCHE

Doniazada dijo a su hermana Schehrazada: "Oh hermana ma! Te ruego que acabes la historia del mercader y el efrit". Y Schehrazada respondi: "De todo corazn, y como debido homenaje, siempre que el rey me lo permita". Y el rey orden: "Puedes hablar". Ella dijo: He llegado a saber, oh rey afortunado, dotado de ideas justas y rectas! que cuando el mercader vi llorar al ternero, se enterneci su corazn, y dijo al mayoral: "Deja ese ternero con el ganado". Y a todo esto, el efrit se asombraba prodigiosamente de esta historia asombrosa. Y el jeique dueo de la gacela prosigui de este modo: Oh seor de los reyes de los efrits! todo esto aconteci. La hija de mi to, esta gacela, hallbase all mirando, y deca: "Debemos sacrificar ese ternero tan gordo". Pero yo, por lstima, no poda decidirme, y mand al mayoral que de nuevo se lo llevara, obedecindome l. 19

El segundo da, estaba yo sentado, cuando se me acerc el pastor y me dijo: "Oh amo mo! Voy a enterarte de algo que te alegrar. Esta buena nueva bien merece una gratificacin". Y yo le contest: "Cuenta con ella". Y me dijo: "Oh mercader ilustre! Mi hija es bruja,pues aprendi la brujera de una vieja que viva con nosotros. Ayer, cuando me diste el ternero, entr con l en la habitacin de mi hija, y ella, apenas lo vi, cubrise con el velo la cara, echndose a llorar, y despus a rer. Luego me dijo: "Padre, tan poco valgo para ti que dejas entrar hombres en mi aposento?" Yo repuse: "Pero dnde estn esos hombres? Y por qu lloras y res as?" Y ella me dijo: "El ternero que traes contigo es hijo de nuestro amo el mercader, pero est encantado. Y es su madrastra la que lo ha encantado, y a su madre con l. Me he redo al verle bajo esa forma de becerro. Y si he llorado es a causa de la madre del becerro, que fu sacrificada por el padre". Estas palabras de mi hija me sorprendieron mucho, y aguard con impaciencia que volviese la maana para venir a enterarte de todo". Cuando o oh poderoso efrit! prosigui el jeique lo que me deca el mayoral, sal con l a toda prisa, y sin haber bebido vino creame embriagado por el inmenso jbilo y por la gran felicidad que senta al recobrar a mi hijo. Cuando llegu a casa del mayoral, la joven me dese la paz y me bes la mano, y luego se me acerc el ternero, revolcndose a mis pies. Pregunt entonces a la hija del mayoral: "Es cierto lo que afirmas de este ternero?" Y ella dijo: "Cierto, sin duda alguna. Es tu hijo, la llama de tu corazn". Y le supliqu: "Oh gentil y caritativa joven! si desencantas a mi hijo, te dar cuantos ganados y fincas tengo al cuidado de tu padre". Sonri al or estas palabras, y me dijo: "Slo aceptar la riqueza con dos condiciones: la primera, que me casar con tu hijo, y la segunda, que me dejars encantar y aprisionar a quien yo desee. De lo contrario, no respondo de mi eficacia contra las perfidias de tu mujer". Cuando yo o, oh poderoso efrit! las palabras de la hija del mayoral, le dije: "Sea, y por aadidura tendrs las riquezas que tu padre me administra. En cuanto a la hija de mi to, te permito que dispongas de su sangre". Apenas escuch ella mis palabras, cogi una cacerola de cobre, llenndola de agua y pronunciando sus conjuros mgicos. Despus roci con el lquido al ternero, y le dijo: "Si Alah te cre ternero, sigue ternero, sin cambiar de forma; pero si ests encantado,

Las Mil Noches y Una Noche recobra tu figura primera con el permiso de Alah el Altsimo". Ella dijo: E inmediatamente el ternero empez a agitarse, y volvi a adquirir la forma humana. Entonces, arrojndose en sus brazos, le bes. Y luego le dije: "Por Alah sobre ti! Cuntame lo que la hija de mi to hizo contigo y con tu madre. Y me cont cuanto les haba ocurrido. Y yo dije entonces: "Ah hijo mo! Alah, dueo de los destinos, reservaba a alguien para salvarte y salvar tus derechos.

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(1) Diwan: Sesin de Justicia o sala de la misma Despues de esto, !oh buen efrit! Case a mi hijo con la hija del mayoral. Y ella, merced a su ciencia de brujera, encant a la hija de mi to, transformndola en esta gacela que t ves. Al pasar por aqu encontrme con estas buenas gentes, les pregunt qu hacan, y por ellos supe lo ocurrido a este mercader, y hube de sentarme para ver lo que pudiese sobrevenir. Y esta es mi historia". Entonces exclam el efrit: "Historia realmente muy asombrosa. Por eso te concedo como gracia el tercio de la sangre que pides".

En este momento se acerc el segundo jeique, el de los lebreles negros, y dijo:

CUENTO DEL SEGUNDO JEIQUE

Sabe, oh seor de los reyes de los efrits! que estos dos perros son mis hermanos mayores y yo soy el tercero. Al morir nuestro padre nos dej en herencia tres mil dinares.( Aprox. 30.000 pesetas) Yo, con mi parte, abr una tienda y me puse a vender y comprar. Uno de mis hermanos, comerciante tambin, se dedic a viajar con las caravanas, y estuvo ausente un ao. Cuando regres no le quedaba nada de

su herencia. Entonces le dije: "Oh hermano mo! no te haba aconsejado que no viajaras?" Y echndose a llorar, me contest: "Hermano, Alah, que es grande y poderoso, lo dispuso as. No pueden serme de provecho ya tus palabras, puesto que nada tengo ahora". Le llev conmigo a la tienda, lo acompa luego al hammam (bao publico) y le regal un magnfico traje de la mejor clase. Despus nos sentamos a comer, y le dije: "Hermano, voy a hacer la cuenta de lo que produce mi tienda en un ao, sin tocar al capital, y nos partiremos las ganancias". Y, efectivamente, hice la cuenta, y hall un beneficio anual de mil dinares. Entonces di gracias a Alah, que es poderoso y grande, y divid la ganancia luego entre mi hermano y yo. Y as vivimos juntos das y das. Pero de nuevo mis hermanos desearon marcharse y pretendan que yo les acompaase. No acept, y les dije: "Qu habis ganado con viajar, para que as pueda yo tentarme de imitaros?" Entonces empezaron a dirigirme reconvenciones, pero sin ningn fruto, pues no les hice caso, y seguimos comerciando en nuestras tiendas otro ao. Otra vez volvieron a proponerme el viaje, oponindome yo tambin, y as pasaron seis aos ms. Al fin acabaron por convencerme, y les dije: "Hermanos, contemos el dinero que tenemos". Contamos, y dimos con un total de seis mil dinares. Entonces les dije: "Enterremos la mitad para poder utilizar si nos ocurriese una desgracia, y tomemos mil dinares cada uno para comerciar al por menor". Y contestaron: "Alah favorezca la idea!" Cog el dinero y lo divid en dos partes iguales; enterr tres mil dinares y los otros tres mil los repart juiciosamente entre nosotros tres. Despus compramos varias mercaderas, fletamos un barco, llevamos a l todos nuestros efectos, y partimos. Dur un mes entero el viaje, y llegamos a una ciudad, donde vendimos las mercancas con una ganancia de diez dinares por dinar. Luego abandonamos la plaza. Al llegar a orillas del mar encontramos a una mujer pobremente vestida, con ropas viejas y radas. Se me acerc, me bes la mano, y me dijo: "Seor, me puedes socorrer? Quieres favorecerme? Yo, en cambio, sabr agradecer tus bondades". Y le dije: "Te socorrer; mas no te creas obligada a la gratitud". Y ella me respondi: "Seor, entonces csate conmigo, llvame a tu pas y te consagrar mi alma. Favorceme, que yo soy de las que saben el valor de un beneficio. No te avergences de mi humilde condicin". Al or estas 20

Las Mil Noches y Una Noche palabras, sent piedad hacia ella, pues nada hay que no se haga mediante la voluntad de Alah, que es grande y poderoso. Me la llev, la vest con ricos trajes, hice tender magnficas alfombras en el barco para ella y le dispens una hospitalaria acogida llena de cordialidad. Despus zarpamos. Mi corazn lleg a amarla con un gran amor, y no la abandon de da ni de noche. Y como de los tres hermanos era yo el nico que poda gozarla, estos hermanos mos sintieron celos, adems de envidiarme por mis riquezas y por la calidad de mis mercaderas. Dirigan vidas miradas sobre cuanto posea yo, y se concertaron para matarme y repartirse mi dinero, porque el Cheitan (Satans, el maligno) sin duda les hizo ver su mala accin con los ms bellos colores. Un da, cuando estaba yo durmiendo con mi esposa, llegaron hasta nosotros y nos cogieron, echndonos al mar. Mi esposa se despert en el agua, y de sbito cambi de forma, convirtindose en efrita. Me tom sobre sus hombros y me deposit sobre una isla. Despus desapareci durante toda la noche, regresando al amanecer, y me dijo: "No reconoces a tu esposa?" Te he salvado de la muerte con ayuda del Altsimo. Porque has de saber que soy una efrita (Genio femenino). Y desde el instante en que te vi, te am mi corazn, simplemente porque Alah lo ha querido, y yo soy una creyente en Alah y en su Profeta, al cual Alah bendiga y preserve. Cuando yo me he acercado a ti en la pobre condicin en que me hallaba, t te aviniste de todos modos a casarte conmigo. Y yo, en justa gratitud, he impedido que perezcas ahogado. En cuanto a tus hermanos, siento el mayor furor contra ellos y es preciso que los mate". Asombrado de sus palabras, le di las gracias por su accin, y le dije: "No puedo consentir la prdida de mis hermanos". Luego le cont todo lo ocurrido con ellos, desde el principio hasta el fin, y me dijo entonces: "Esta noche volar hacia la nave que los conduce, y la har zozobrar para que sucumban". Yo repliqu: "Por Alah sobre ti! No hagas eso, recuerda que el Maestro de los Proverbios dice:"Oh t, compasivo del delincuente! Piensa que para el criminal es bastante castigo su mismo crimen", y adems considera que son mis hermanos". Pero ella insisti: "Tengo que matarlos sin remedio". Y en vano implor su indulgencia. Despus se ech a volar llevndome en sus hombros y me dej en la azotea de mi casa.

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Abr entonces las puertas y saqu los tres mil dinares del escondrijo. Luego abr mi tienda, y despus de hacer las visitas necesarias y los saludos de costumbre, compr nuevos gneros. Llegada la noche, cerr la tienda, y al entrar en mis habitaciones encontr estos dos lebreles que estaban atados en un rincn. Al verme se levantaron, rompieron a llorar y se agarraron a mis ropas. Entonces acudi mi mujer y me dijo: "Son tus hermanos". Y yo le dije: "Quin los ha puesto en esta forma?" Y ella contest: "Yo misma. He rogado a mi hermana, ms versada que yo en artes de encantamiento, que los pusiera en ese estado. Diez aos permanecern as". Por eso, oh efrit poderoso! me ves aqu, pues voy en busca de mi cuada, a la que deseo suplicar los desencante, porque van ya transcurridos los diez aos. Al llegar me encontr con este buen hombre, y cuando supe su aventura, no quise marcharme hasta averiguar lo que sobreviniese entre t y l. Y este es mi cuento". El efrit dijo: "Es realmente un cuento asombroso, por lo que te concedo otro tercio de la sangre destinada a rescatar el crimen". Entonces se adelant el tercer jeique, dueo de la mula, y dijo al efrit: "Te contar una historia ms maravillosa que las de estos dos. Y t me recompensars con el resto de la sangre". El efrit contest: "Que as sea". Y el tercer jeique dijo:

CUENTO DEL TERCER JEIQUE

Oh sultn, jefe de los efrits! Esta mula que ves aqu era mi esposa. Una vez sal de viaje y estuve ausente todo un ao. Terminados mis negocios, volv de noche, y al entrar en el cuarto de mi mujer, la encontr acostada sobre los tapices de la cama con un esclavo negro. Estaban conversando y se besaban hacindose zalameras, riendo y excitndose con juegos. Al verme, ella se levant sbitamente y se abalanz a m con una vasija de agua en la mano; murmur algunas palabras luego, y me dijo arrojndome el agua: "Sal de 21

Las Mil Noches y Una Noche tu propia forma y reviste la de un perro!" Inmediatamente me convert en perro, y mi esposa me ech de casa. Anduve vagando hasta llegar a una carnicera, donde me puse a roer huesos. Al verme el carnicero, me cogi y me llev con l. Apenas penetramos en el cuarto de su hija, sta se cubri con el velo y recrimin a su padre: "Te parece bien lo que has hecho? Traes a un hombre y lo entras en mi habitacin". Y repuso el padre: "Pero dnde est ese hombre?" Ella contest: "Ese perro es un hombre. Lo ha encantado una mujer; pero yo soy capaz de desencantarlo". Y su padre le dijo: "Por Alah sobre ti! Devulvele su forma, hija ma". Ella cogi una vasija con agua, y despus de murmurar un conjuro, me ech unas gotas y dijo: "Sal de esa forma y recobra la primitiva!" Entonces volv a mi forma humana, bes la mano de la joven, y le dije: "Quisiera que encantases a mi mujer como ella me encant". Me di entonces un frasco con agua, y me dijo: "Si encuentras dormida a tu mujer, rocale con esta agua y se convertir en lo que quieras". Efectivamente, la encontr dormida, le ech el agua, y dije: "Sal de esa forma y toma la de una mula!" Y al instante se transform en una mula, y es la misma que aqu ves, sultn de reyes de los efrits". El efrit se volvi entonces hacia la mula, y le dijo: "Es verdad todo eso?" Y la mula movi la cabeza como afirmando: "S, s; todo es verdad". Esta historia consigui satisfacer al efrit, que, lleno de emocin y de placer, hizo gracia al anciano del ltimo tercio de la sangre. En aquel momento Schehrazada vi aparecer la maana, y discretamente dej de hablar, sin aprovecharse ms del permiso. Entonces su hermana Doniazada dijo: "Ah, hermana ma! Cun dulces, cun amables y cun deliciosas son en su frescura tus palabras!" Y Schehrazada contest: "Nada es eso comparado con lo que te contar la noche prxima, si vivo an y el rey quiere conservarme". Y el rey se dijo: "Por Alah! no la matar hasta que le haya odo la continuacin de su relato, que es asombroso". Despus el rey y Schehrazada pasaron enlazados la noche hasta por la maana. Entonces el rey march a la sala de justicia. Entraron el visir y los oficiales y se llen el diwn de gente. Y el rey juzg, nombr, destituy, despach sus asuntos y di rdenes hasta el fin del da. Luego se levant el diwn y el rey volvi a palacio.

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Y CUANDO LLEGO LA TERCERA NOCHE Doniazada dijo: "Hermana ma, suplico que termines tu relato". Y Schehrazada contest: "Con toda la generosidad y simpata de mi corazn". Y prosigui despus: He llegado a saber, oh rey afortunado! que cuando el tercer jeique cont al efrit el ms asombroso de los tres cuentos, el efrit se maravill mucho, y emocionado y placentero, dijo: "Concedo el resto de la sangre por que haba de redimirse el crimen, y dejo en libertad al mercader". Entonces el mercader, contentsimo, sali al encuentro de los jeiques y les di miles de gracias. Ellos, a su vez, le felicitaron por el indulto.Y cada cual regres a su pas. "Pero aadi Schehrazada es ms asombrosa la historia del pescador". Y el rey dijo a Schehrazada: "Qu historia del pescador es esa?" Y Schehrazada dijo:

HISTORIA DEL PESCADOR Y EL EFRIT

He llegado a saber, oh rey afortunado! que haba un pescador, hombre de edad avanzada, casado, con tres hijos y muy pobre. Tena por costumbre echar las redes slo cuatro veces al da y nada ms. Un da entre los das a las doce de la maana, fu a orillas del mar, dej en el suelo la cesta, ech la red, y estuvo esperando hasta que llegara al fondo. Entonces junt las cuerdas y not que la red pesaba mucho y no poda con ella. Llev el cabo a tierra y lo at a un poste. Despus se desnud y entr en el mar maniobrando en torno de la red, y no par hasta que la hubo sacado. Vistise entonces muy alegre, y acercndose a la red encontr un borrico muerto. Al verlo exclam desconsolado: "Todo el poder y la fuerza estn en Alah, el Altsimo y el Omnipotente!" Luego dijo: "En verdad que este donativo de Alah es asombroso". Y recit los siguientes versos: 22

Las Mil Noches y Una Noche

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Oh buzo, que giras ciegamente en las tinieblas de la noche y de la perdicin! Abandona esos penosos trabajos; la fortuna no gusta del movimiento! Sac la red, exprimindole el agua, y cuando hubo acabado de exprimirla, la tendi de nuevo. Despus, internndose en el agua, exclam: "En el nombre de Alah!" Y arroj la red de nuevo, aguardando que llegara al fondo. Quiso entonces sacarla, pero not que pesaba ms que antes y que estaba ms adherida, por lo cual la crey repleta de una buena pesca, y arrojndose otra vez al agua, la sac al fin con gran trabajo, llevndola a la orilla, y encontr una tinaja enorme, llena de arena y de barro. Al verla se lament mucho y recit estos versos: Cesad, vicisitudes de la suerte, y apiadaos de los hombres! Qu tristeza! Sobre la tierra ninguna recompensa es igual al mrito ni digna del esfuerzo realizado por alcanzarla! Salgo de casa a veces para buscar candorosamente la fortuna, y me enteran de que la fortuna hace mucho tiempo que muri! Es as ! oh fortuna ! como dejas a los Sabios en la sombra, para que los necios gobiernen el mundo?

Y luego, arrojando la tinaja lejos de l, pidi perdn a A lah por su momento de rebelda y lanz la red por vez tercera, y al sacarla la encontr llena de trozos de cacharros y vidrios. Al ver esto, recit todava unos versos de un poeta: Oh poeta! Nunca soplar hacia ti el viento de la fortuna! Ignoras, hombre ingenuo, que ni tu pluma de caa ni las lneas armoniosas de la escritura han de enriquecerte jams? Y alzando la frente al cielo, exclam: "Alah! T sabes que yo no echo la red ms que cuatro veces por 23

da, y ya van tres!" Despus invoc nuevamente el nombre de Alah y lanz la red, aguardando que tocase al fondo. Esta vez, a pesar de todos sus esfuerzos, tampoco consegua sacarla, pues a cada tirn se enganchaba ms en las rocas del fondo. Entonces dijo: "No hay fuerza ni poder ms que en Alah!" Se desnud, metindose en el agua y maniobrando alrededor de la red, hasta que la desprendi y la llev a tierra. Al abrirla encontr un enorme jarrn de cobre dorado, lleno e intacto. La boca estaba cerrada con un plomo que ostentaba el sello de nuestro seor Soleimn, hijo de Daud (Salomn hijo de David, considerado el Seor de los efrits). El pescador se puso muy alegre al verlo, y se dijo: "He aqu un objeto que vender en el zoco (Bazar) de los caldereros, porque bien vale sus diez dinares de oro". Intent mover el jarrn, pero hallndolo muy pesado, se dijo para s: "Tengo que abrirlo sin remedio; meter en el saco lo que contenga y luego lo vender en el zoco de los caldereros". Sac el cuchillo y empez a maniobrar, hasta que levant el plomo. Entonces sacudi el jarrn, queriendo inclinarlo para verter el contenido en el suelo. Pero nada sali del vaso, aparte de una humareda que subi hasta lo azul del cielo y se extendi por la superficie de la tierra. Y el pescador no volva de su asombro. Una vez que hubo salido todo el humo, comenz a condensarse en torbellinos, y al fin se convirti en un efrit cuya frente llegaba a las nubes, mientras sus pies se hundan en el polvo. La cabeza del efrit era como una cpula; sus manos semejaban rastrillos; sus piernas eran mstiles; su boca una caverna; sus dientes, piedras; su nariz, una alcarraza; sus ojos, dos antorchas,y su ,cabellera apareca revuelta y empolvada. Al ver a este efrit, el pescador qued mudo de espanto, temblndole las carnes, encajados los dientes, la boca seca, y los ojos se le cegaron a la luz. Cuando vi al pescador, el efrit dijo: "No' hay ms Dios que Alah, y Soleimn es el profeta de Alah!" Y dirigindose hacia el pescador, prosigui de este modo: "Oh t, gran Soleimn, profeta de Alah, no me mates; te obedecer siempre, y nunca me rebelar contra tus mandatos!" Entonces exclam el pescador: "Oh gigante audaz y rebelde, t te atreves a decir que Soleimn es el profeta de Alah! Soleimn muri hace mil ochocientos aos, y nosotros estamos al fin de los tiempos. Pero qu historia vienes a contarme? Cul es el motivo de que estuvieras en este jarrn?" Entonces el efrit dijo: "No hay ms Dios que Alah. Pero permite, oh pescador! que te anuncie una

Las Mil Noches y Una Noche buena noticia". Y el pescador repuso: "Qu noticia es esa?" Y contest el efrit: "Tu muerte. Vas a morir ahora mismo, y de la manera ms terrible". Y replic el pescador: "Oh jefe de los efrits! mereces por esa noticia que el cielo te retire su ayuda! Pueda l alejarte de nosotros! Pero por qu deseas mi muerte? qu hice para merecerla? Te he sacado de esa vasija, te he salvado de una larga permanencia en el mar, y te he trado a la tierra".Entonces el efrit dijo: "Piensa y elige la especie de muerte que prefieras; morirs del modo que gustes". Y el pescador dijo: "Cul es mi crimen para merecer tal castigo?" Y respondi el efrit: "Oye mi historia, pescador". Y el pescador dijo: "Habla y abrevia tu relato, porque de impaciente que se halla mi alma se me est saliendo por el pie". Y dijo el efrit: "Sabe que yo soy un efrit rebelde. Me rebel contra Soleimn, hijo de Daud. Mi nombre es Sakhr El Genni. Y Soleimn envi haciam a su visir Assef, hijo de Barkhia, que me cogi a pesar de mi resistencia, y me llev a manos de Soleimn. Y mi nariz en aquel momento se puso bien humilde. Al verme, Soleimn hizo su conjuro a Alah y me mand que abrazase su religin y me sometiese a su obediencia. Pero yo me negu. Entonces mand traer ese jarrn, me aprision en l y lo sell con plomo, imprimiendo el nombre del Altsimo. Despus orden a los efrits fieles que me llevaran en hombros y me arrojasen en medio del mar. Permanec cien aos en el fondo del agua, y deca de todo corazn: "Enriquecer eternamente al que logre libertarme". Pero pasaron los cien aos y nadie me libert. Durante los otros cien aos me deca: "Descubrir y dar los tesoros de la tierra a quien me liberte". Pero nadie me libr. Y pasaron cuatrocientos aos, y me dije: "Conceder tres cosas a quien me liberte". Y nadie me libr tampoco. Entonces, terriblemente encolerizado, dije con toda el alma: "Ahora matar a quien me libre, pero le dejar antes elegir, concedindole la clase de muerte que prefiera".Entonces t, oh pescador! viniste a librarme y por eso te permito que escojas la clase de muerte". El pescador, al or estas palabras del efrit, dijo: "Por Alah que la oportunidad es prodigiosa! Y haba de ser yo quien te libertase! Indltame, efrit, que Alah te recompensar! En cambio, si me matas, buscar quien te haga perecer". Entonces el efrit le dijo: "Pero si yo quiero matarte es precisamente porque me has libertado!" 24

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Y el pescador le contest: "Oh jeique de los efrits, as es como devuelves el mal por el bien! A fe que no miente el proverbio!" Y recit estos versos: Quieres probar la amargura e las cosas? ! S bueno y cervicial ! Los malvados desconocen la gratitud! _ Prubalo , si quieres y tu, suerte . ser la de la pobre Magir, madre de Amer!

Pero el efrit le dijo: "Ya hemos hablado bastante. Sabe que sin remedio te he de matar." Entonces pens el pescador: "Yo no soy ms que un hombre y l un efrit, pero Alah me ha dado una razn bien despierta. Acudir a una astucia para perderlo. Ver hasta dnde llega su malicia." Y entonces dijo al efrit: "Has decidido realmente mi muerte?" Y el efrit contest: "No lo dudes." Entonces dijo: "Por el nombre del Altsimo, que est grabado en sello de Soleimn, te conjuro a que respondas con verdad a mi pregunta." Cuando el efrit oy el nombre del Altsimo, respondi muy conmovido: "Pregunta, que yo contestar la verdad." Entonces dijo el pescador: "Cmo has podido entrar por entero en este jarrn donde apenas cabe tu pie o tu mano?" El efrit dijo: "Dudas acaso de ello?" El pescador respondi: "Efectivamente, no lo creer jams mientras no vea con mis propios ojos que te metes en l." En este momento de su narracin, Schehrazada vi aparecer la maana, y se call discretamente.

PERO CUANDO LLEGO LA CUARTA NOCHE Ella dijo: He llegado a saber, oh rey afortunado! que cuando el pescador dijo al efrit que no le creera como no lo viese con sus propios ojos, el efrit comenz a agitarse, convirtindose nuevamente en humareda que suba hasta el firmamento. Despus se condens, y empez a entrar enel jarrn poco a poco, hasta el fin. Entonces el pescador cogi rpidamente la tapadera de

Las Mil Noches y Una Noche plomo, con el sello de Soleimn, y obstruy la boca del jarrn. Despus, llamando al efrit, le dijo: "Elige y pesa la clase de muerte que ms te convenga; si no, te echar al mar, y me har una casa junto a la orilla, e impedir a todo el mundo que pesque, diciendo: "All hay un efrit, y si lo libran quiere matar a los que le libertan". Luego enumer todas las variedades de muertes para facilitar la eleccin. Al orle, el efrit intent salir, pero no pudo, y vi que estaba encarcelado y tena encima el sello de Soleimn, convencindose entonces de que el pescador le haba encerrado en un calabozo contra el cual no pueden prevalecer ni los ms dbiles ni los ms fuertes de los efrits. Y comprendiendo que el pescador le llevara hacia el mar, suplic: "No me lleves, no me lleves!" Y el pescador dijo: "No hay remedio". Entonces, dulcificando su lenguaje, exclam el efrit: "Ah pescador! Qu vas a hacer conmigo?" El otro dijo: "Echarte al mar, que si has estado en l mil ochocientos aos, no saldrs esta vez hasta el da del juicio. No te rogu yo que me dearas la vida para que Alah la conservase a ti y no me mataras para que Alah no te matase? Obrando infamemente rechazaste mi plegaria. Por eso Alah te ha puesto en mis manos, y no me remuerde el haberte engaado." Entonces, dijo el efrit: "Abreme el jarrn y te colmar de beneficios." El pescador respondi: "Mientes, oh maldito! Entre t y yo pasa exactamente lo que ocurri entre el visir del rey Yunn y el mdico Ruyn." Y el efrit dijo: "Quines eran el visir del rey Yunn y el mdico Ruyn?. .. Qu historia es sa?"

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HISTORIA DEL VISIR YUNAN Y EL MEDICO RUYAN

DEL

REY

dueo de fuerzas considerables y de aliados de todas las especies de hombres. Pero su cuerpo padeca una lepra que desesperaba a los mdicos y los sabios. Ni drogas, ni pldoras, ni pomadas le hacan efecto alguno, y ningn sabio pudo encontrar un eficaz remedio para la espantosa dolencia. Pero cierto da lleg a la capital del rey Yunn un mdico anciano de renombre, llamado Ruyn. Haba estudiado los libros griegos, persas, romanos, rabes y sirios, as como la medicina y la astronoma, cuyos principios y reglas no ignoraba, as como sus buenos y malos efectos. Conoca las virtudes de las plantas grasas y secas y tambin sus buenos y malos efectos. Por ltimo, haba profundizado la filosofa y todas las ciencias mdicas y otras muchas adems. Cuando este mdico lleg a la ciudad y permaneci en ella algunos das, supo la historia del rey y de la lepra que le martirizaba por la voluntad de Alah, enterndose del fracaso absoluto de todos los mdicos y sabios. Al tener de ello noticia, pas muy preocupado la noche. Pero no bien despert por la maana al brillar la luz del da y saludar el sol al mundo, magnfica decoracin del Optimo se puso su mejor traje y fue a ver al rey Yunn. Bes la tierra entre las manos del rey (1) e hizo votos por la duracin eterna de su podero y de las gracias de Alah y de todas las mejores cosas. Despus le enter de quin era, y le dijo: "He averiguado la enfermedad que atormenta tu cuerpo y he sabido que un gran nmero de mdicos no ha podido encontrar el medio de curarla. Voy, oh rey! a aplicarte mi tratamiento, sin hacerte beber medicinas ni untarte con pomadas." Al orlo, el rey Yunn se asombr mucho, y le dijo: "Por Alah! que si me curas te enriquecer hasta los hijos de tus hijos, te conceder todos tus deseos y sers mi compaero y mi amigo." En seguida le di un hermoso traje y otros presentes, y aadi :"Es cierto que me curars de esta enfermedad sin medicamentos ni pomadas?"

El pescador dijo: "Sabrs, oh, efrit! , que en la antigedad del tiempo y en lo pasado de la edad, hubo en la ciudad de Fars, en el pas de los rumn ( los romanos y los grigos de Bizancio. Por extensin los cristianos) un rey llamado Yunn. Era rico y poderoso, seor de ejrcitos, 25

1)Besar la tierra entre las manos del rey" equivale a decir que se inclin hasta el suelo y la bes delante del rey. (2) Plaza consagrada a los juegos Y respondi el otro: "S, ciertamente. Te curar sin fatiga ni pena para tu cuerpo". El rey le dijo, cada vez ms asombrado: "Oh gran mdico! Qu da y qu momento vern realizarse lo que acabas de prometer?

Las Mil Noches y Una Noche Apresrate a hacerlo, hijo mo." Y el mdico contest: "Escucho y obedezco." Entonces sali del palacio y alquil una casa, donde instal sus libros, sus remedios y sus plantas aromticas. Despus hizo extractos de sus medicamentos y de sus simples, y con estos extractos construy un mazo corto y encorvado, cuyo mango horad, y tambin hizo una pelota, todo esto lo mejor que pudo. Terminado completamente su trabajo, al segundo da fu a palacio, entr en la cmara del rey y bes la tierra entre sus manos. Despus le prescribi que fuera a caballo al meidn (2) y jugara con la bola y el mazo