LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES DE DESARROLLO EN EL PERÚ

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  • 8/2/2019 LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES DE DESARROLLO EN EL PER

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    LAS ORGANIZACIONES NOGUBERNAMENT ALES DEDESARROLLO EN EL PERUMario Padr6n (Editor) - Ruben Cesar FernandesVictoria Guzman - Henry Pease - German TorreJuan Sanchez - Vicente Santuc

    PREAL Programa de Relaciones Europa-America LatinaDEfICO Centro de Estudios y Promoci6n del Desarrollo. 1988

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    Caratula: Elena Gonzalez DESCOCentro de Estudios y Prornocion del DesarrolloLeon de la Fuente 110. Lima 17. Telf. 617309ii Octubrc de 1988

    CONTENIDOPresentaci6n 9Los centros de promocion y Ia cooperacion internacional aldesarrol lo en America Latina. EI caso peruanoMario Padron 23De un program a coyuntural a una inst itucion cstructural : El CIPCAVicellte Santuc 89EI desaffo del proximo quinquenioJuan Sa nchez 109Sisternatizacion de la experiencia y perspectivas del trabajo de lCentro de Estudios Sociales "Solidaridad"G e mu in T or re 125Desde laespecificidad del Flora Tristan: Centro de laMujer PeruanaVirginia Guzman 163Experiencias de democracia local y ONGDH e nr y P ea se G a rd a 1 7 1Las ONGD: una nueva realidad ins ti tucional en America LatinaR u be n C es ar Fernandes 185

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    EXPERIENCIAS DE DEMOCRACIALOCAL YONGD

    Henry Pease Garcia

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    I. INTRODUCCIONPrcscntamos nucstra reflexion sobrc las Organizaciones no Gubcrna-mentales y su rol en varia s expericncias de dcrnocracia local en e l Peru,ubicandonos primero en un lema mas amplio que se trata desde var ias pers-pectivas en estc scrninar io: el papel de las ONGD en la democracia inesta-

    ble de nuestros pa fscs. Haccmos re fe rcnc ia a los proceso de apcrtura de-mocrat ica, tras las dictaduras de los sctcnta, pcro enfat izamos cl aporte da-do par las ONGD a procesosde democrat izacion mas profundos que lapro-pia "aperture dcrnocratica" y que las dcmocracias rcprcsentativas constitu-donal mente instal adas, en tanto conllevan experiencias de protagonismo po-pular y esfucrzos sostenidos de transforrnacion que van formando un tejidosocial alternative alorden precedente, Nos situaremos pues, par un momen-ta, mas en la sociedad civi l que en el Estado, sin ignorar ni par ello dejar devalorar los carnbios y las aperturas dadas en este, inseparables por otra par-te del proceso global de democrat izacion del que damos cuenta.

    Queremos subrayar la importancia cstratcgica de la dcmocracia localen los procesos de dcmocrat izacion, Desde cualquicr perspectiva que no seencicrre en los Iimitcs de 1..1emocracia liberal, cuya inestabilidad en Amcri-ca Latina t iene adcmas explicaciones estructurales, la afirmacion de la de-mocracia loca l es una de las formas de enl rcntar el central ismo a lavcz quese democratiza un ambito que entrccruza con mas Ilexibilidad la relaci6n 50-cicdad civil-Estado.

    Pero tarnbicn, al menos en nuestra cxper iencia, afirmar la importan-cia estrategica de la dernocracia local es ubicarsc en una de las dimensionessignificativas de la polftica entendida como camino para la transformad6nestructural de nuestras sociedades. Lo esno s610por laprofundidad del cen-

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    tralismo y la forma en que reproduce arca icas formas de dominaci6n sinopor el hecho de que estas experiencias vienen "desde abajo", dcsde la logi-ca de las organizacioncs populares que empujan tal proceso.No entcndemos ladernocracia local 5610como la existencia de gobier-

    nos locales dernocrat icarnente elegidos. Estos pueden reproducir la misma16gicavertical y burocratica que el resto del Estado, autolimitando entoncessus efectos part icipatorios. Expcriencias de esc tipo las hay, y muchas. Encambio, afirmamos lademocracia local como art iculacion de gobierno localyorganizacion popular. Supone eldesarrollo de forrnas par ticipatorias a ni-vel vecinal e incluso espacios de democracia dirccta. Obviamcnte laelecciondernocratica es una pre-condicion, como 10es la existcncia de organizacio-nes populares autonomas del Estado. Y cierta rnente, al da rse, estas expe-r icncias trascienden el ambito de las competencias locales municipales, de-mocratizando la politica y la sociedad.

    2. LAS ONGD EN LOS PROCESOS DE DEMOCRA TlZA CIONCiertamente nuestra reflexion parte de la expericncia peru ana yaSIde-

    be entenderse, Aunque ubicados gruesarncnte entre las aperturas de-mocraticas del Cone Sur de America Latina , tenernos que recordar que haydiferencias import antes que posiblemcnte expliquen a su vez difcrencias enlas experiencias de [as ONGD. En resumen queremos recordar que no he-mas vivido exper iencias dictaroriales similares a las de Videla, Pinochet 0los m ili ta re s u ru gu ay o s, S Ibien l a d ic ta d ur a m i li ta r en su segunda fase, canel Ora l. Morales Bermudez a la cabeza, entre 1975 y 1980, profundizo losrasgos dictator iales hasta extremes que invitan a esa comparaci6n. Antes ,Velasco produjo carnbios importantes en el Estado, la sociedad y la eco-nornia que venian desplegandose en un proccso de transforrnacion estruc-rura l quc se remonta a la decada de los cincuenta. Los mil itares enarbola-ron las bander as reformistas propuestas por todos los par tidos progresistasdesde entonces, las radica lizaron y aplicaron dentro de un orden pol iticovertical y burocratico, que ciertamente Iue dictatorial pero muy diferente encontenido, metodos y alcances al de las dictaduras del Cono Sur. Si recor-damos, adem as, que antes del 68 toda dernocracia representat iva, par tidose instituciones incluidas, fue debil y esporadica, teniendo siempre el Estadogran capacidad de desarticular 10 que se organizara desde el campo popu-lar y si la represi6n resulta siempre funci6n de aquel lo que pre tende des-rnontar 0destruir, nos podremos explicar, entre otras cosas, que en los do-ce afios de dictadura militar los partidos politicos no fueron ilegalizados sim-plemente perdie ron su espacio natura l parlamentario y electoral y s610 en17 4

    forma esporadica y por poco tiempo sus dir igentes Iueron deport ados a de-ienidos.

    La apertura dernocrati ca en el Peru es el proccsn por e l cual sal irnosde la dictadura rnili tar hacia un gobierno constitucional , t ras el I racaso delreformisrno ycan unsignificative protagonismo en las organizaciones popu-lares en los paras nacionales del 77 Y78 . EI proceso de dcmocrat izac ion delque hablamos es mas amplio e incluye elperfodo rnili tar, con elefccto de re-formas como la agrar ia y el resultado de las luchas de diversas organizucio-nes popula res contra el Estado mili tar.

    2.1 La esencial en cl proceso de democratizaci6n cs la construccion delprotagonisrno popular, es cI esfuerzo que va constituyendo un tcj ido socialalternative tanto alordcn liberal como ala dictadura. Este fem6meno atra-viesa, antecede yva mas 'alia en tiempo yen prolundidad respecto al mornen-to que llamamos apertura democratica.

    Si recordamos la debil inst itucionalidad de la sociedad civil desde elHamado Estado oligarquico precedente yla desarticulacion de obreros, cam-pesinos, subempleados y sectorcs medics, asf como su diversidad estructu-ral y cultural, este proceso results clave para el cambia social y la posibi li -dad democratica.

    Eltejido social alternative que se va construyendo incluye, en primertermino, las propias organizaciones populates que se mult iplicaran en cali-dad y en cantidad durante la decada de los se tenta. Sindica tos, con sus fe-deraciones y Centrales, Comunidades Industriales, cooperativas y sindica-tos campesinos, organizaciones de barrios populares 0Pueblos J ovenes queluchan por un lugar para vivir y por servicios; es dccir organizaciones direc-tas , desde la base de! pueblo, a las que se agregan organizaciones de super"vivencia que crecen desde que la crisis se agudiza en 1975 tales como come-dores populares, asociaciones de tebecianos (Tuberculosos), etc.

    Junto a esas organizaciones del pueblo, que en la dinamica desatadaen la segunda mitad de los setenta denominamos Movimicnto Popular .seubican las ONOO de desarrollo asf como mul tiples proyectos, asesorfas yprogramas de educaci6n popular realizados por diversas ONOO. Es laepo-ca que Mario Padron, en su trabajo presentado a este seminario llama el"boom de los Centres". Esas ONGO son par te del tej ido social alternat ivecomo tambien 10son yaen los ochenta los espacios estatales que a nivel mu-nicipal y hasta regional logran ser penetrados por la 16gica democratizante

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    de la organizncion popula r, no en tanto apropiaci6n del espacio y cambioi ns ti tu c iona l s ino , al menos, en t an to cambio politico, que i nc lu so a los par-lidos impuso nuevas moldcs y cucstiono viejos esquernas vanguardistas.if

    2.2. Las ONG D han jugado aSI un rol importante en cl proceso de consti-tuc ion del Movimienlo Popular, que abre en pcrspcctiva un proceso de de-mocrat izacion mas amplio, cscncial en una socicdad cuyo orden exclusivo yexcluycnte, ascntado no s610 en la economfa s ino en la dominacion culturaly etnica, desarrolla una crisis profunda que atruviesa lodo cl perfodo men-cionado. Sin olvidar la importancia de carnbios estructurales dados yen pro-ccso, nihacer rcduccionismo alguno, resaltamos el ral que ticnen las ONGDen la promocion y el apoyo de una amplia gama de organizaciones popula-res. Fueron voz de organizacioncs nacicntes s in suplantarlas ni en mornen-tos cruicos. Brindaron asistencia tccnica y contr ibuyeron a formular alter -nativas de desarrol lo que en manns de los dir igentes populates impulsaronsu dcmanda mas a li a del simple cconomicismo ala vez que con st it uy e ro n e s-pacios democrat icos , centres de educacion popular, apoyo a las iniciat ivasde supervivcncia c incluso contribuciones a laintcgracion entre organizacio-nes populaces supcrando el proyecto aislado.

    En esta pcrspcctiva las ONGD no se plantearon en cl Peru como ins-t ituciones trunsi tor ias, Muchos optarnos por trabnjar desdc all ien vcz de ha-cer lo dcsdc cl Estado 0 dcsde otros esccnar ios. Las ONGD no se constitu-yen ante el cicrrc de los Centres Univcrsitarios 0de grandes Centres de In-ves tigacion desde antes afincados, como ocurr i6 en el Cono Sur. En el Peruni las universidades ni el Estado los promovieron desde antes en forma sig-nif icat iva y los Centres que sc formaron, vinculados a no a proycctos de de-sarrollo fueron y son propiamente ONGD consti tuidos con aspiracion a laestabilidad, SUproduccion ast como lade los Centres especializados en pro-ycctos de desarrollo y educaci6n popular, explican mucho de 1 0 avanzado enestos campos yes hoy par te signif icat iva dcl tcj ido social alternative al viejoorden que t ra ta rnos de t ran sfo rrnar .

    No han sido tampoco las ONGD cntidadcs subs idiarias de actores irn-pcdidos de actuar en otros escenarios por razoncs polfticas aunque hay ca-sas en los que cl cspacio de las ONGD se origina en nucleos que abandonanelEstado, launivers idad a se alejan de los par tidos. Por 10general las ONGDno han estado ais ladas de otros escenar ios, ni sus miembros tampoco, ann-que es obvio que lacapacidad creat iva era muylirnitada ypor mementos inc-xistcnte en tales escenarios,17 6

    No podemos dccir, f inalrnente, que todo 1 0 que es y s ignifica cl rnovi-rniento popular de los sctcnta esta vinculado a las ONGD y sus ~edcs. H , a . yvastossect ores que sedesarrollaron al impulso directo de los partidos politi-cos y hasta del Estado, aunque en elproccso cuest ionaron los moldcs de am-bos en muchos casos, Pero incluso nos atrevernos a scfialar que tras las Of-ganizaciones que mas han avanzado en terrninos cualitativos, esdecir las queno rcdujeron su practica al s610 impulse rcivindicativo, por 10 general en-conlramos eI acornpafiamiento y e l apoyo de una 0varias ONGD.

    2.3. Al ubicarnos en el proccso de dcrnocratizacion nos rcfcrimos mas acambios en lasociedad que en el Estado, pero afirrnarnos esto sin pensar enestancos y realidades paralclas pues scrfa incomprcnsible 1 0 y~vivido sin ~acancclacion del llamado Estado oligarquico y sus form as arcaicas de domi-nacion. Lo que quercmos resalta r es que el proceso asi vi sto conll eva tam-bien carnbios en las concepciones prc-cxistcntes. Va afirmandosc entre no-sotros una idea alternativa de Estado, vis to dcsde abajo, que lira por t ierramites y modelos, incluyendo laidea del Estado que 10soluciona t~do dcsdesus aparatos y ministcrios, idea que se cuestiona desde un angulo ciertamcn-tc difcrcnte al liberal.

    Aquf tambien hay que s ituarnos en otra diferencia con elCono Sur. Eldiagnosti co neolibcral no vine con lad ictadura en cl Peru, sino dcnt ro de laapertura dernocratica. Profundiz6 la cri~is ccon6~ic~ y soc.jal basta los e~-trernos actuales. No lagro que el Estado mtcrvenciomsta dejado por los nu -l itares quedara desrnantelado pero complic6, aun mas, laviabilidad de pro-pues tas pollt icas como la que hoy predomina en cl gobierno, cuya apuestapr incipal esta en el aparato estatal y dcsdc allf miran a la sociedad.

    En los sesenta y en los setenta Lodos comcnzarnos pensando cambiarla socicdad dcsdc cl Estado.

    Para unos la revolucion signif icaba tamar el Estado, des truirlo, cam-biar su dircccionalidad y desde ail i cambiar la socicdad. Las guerr il las del60 y los movimicntos que luego "bajaban a las rnasas" para a cumu la r f ue r-zas y alf inal "asal tar el palacio de invierno" no se alejaban de esta pcrspec-tiva,Para otros las rcformas estructurales se hacian tambicn "desde arr i-

    ban. Fueran civiles 0mili tares lIegaron a identif icar el cambio social con le-yes que dieron comienzo y cauce a las reformas, Vert ical y burocrati co el17 7

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    proyecto velasquista fue bautizado como "Revoluci6n desde arriba", tenien-do en su encierro estatalista uno de sus lfmites fundamentalcs,Ciertamente las derechas, y los populismos que tan bien l e s i rven , i gua l -

    mente parten del Estado, no tanto para cambiar l a soc iedad sino para man-tener mucho de 1 0 esencial al orden existente. Pero tambien'allt, aun con dis-curso l iberal y antie stat ist a, se ha dado una tradicion empresaria l que 5610opera can subs idio real del Estado alt iernpo que no acepta otro protagonis -mo que el de sus estrechos cfrculos de poder mientras que el campo popu-lar 1 0 aprecian con temor y rechazo,

    Finalmente, hayotros que hoy, en nornbre de una ideologfa de lamuer-te, van a 1a c aza de ese Estado al que quieren destruir en nombre de una"nueva democracia", tal como han destruido a muchas organizaciones po-pulares.Todas estas visiones que reducen el cambio social al Estado han fra-casado ya, salvo la senderista que avanza sin pretensiones ni posibi lidadesen elhorizonte del cor to y median a plazo. No doy cuenta de fracases polft i-

    cos simplemente, sino de la inviabilidad de una idea de Estado v de carnbiosocial que al no construirse dernocrat icamerue no tiene la Iuerza para cam-bia.r , n i la energfa para integrar una sociedad mult iforme y muy compleja.Existe ademas, en una economfa expoliada qlle par don de se la mire no puc-de evitar producir la imagen de un esfuerzo colosal necesar io para larecons-trucci6n sobre nuevas bases econ6micas y sociales.

    En esta perspectiva, con la tradicion popular que enfat iza el esfuerzocolectivo y el trabajo cornunitario, con las exper iencias acumuladas en esteproceso, reforzando esfuerzos de autogestion y autoconstrucci6n, 1 0 que vaacc~t~andose como alternativa parte de la desconfianza en las propuestastradicionales desde un Estado centralista al cual se dirigen casi sindicalmen-t~ tad as las dernandas, Y aunque eso s iga operando, impulsado desde elpro-PIO Estado, Ia demarida popular incluye hoy un enfasis en el aurogobierno,en soluciones propias a escala de sus organizaciones desde la base ycon cla-ra defensa de la autonomfa de estas frente al Estado.

    Ciertamente no es aquf ellugar donde este debate haya de desarrollar-se. La que pretendemos sefialar es simplernente su existencia y su validez, 10que obviarnente no excluye la preocupaci6n por los roles esenciales del Es-lado ni par los procesos de transformacion en sfmismos, con sus entrarnpa-mientos y contradicciones propios. Lo relevante para nues tro caso es laim-portancia que este proceso tiene como democrat izacion de la sociedad, que1 78

    se resume en los avances tanto elector ales como inst itucionales, estos t il ti -mos en el campo popular de lasociedad civil antes poco cstructurado y tam-bien en los procesos propiamente ideologicos como los aqui mencionados.

    Es en este contexte y en este proceso que se dan las experiencias dedemocracia local de las que daremos cuenta. Cornienzan cuando dirigentespopulares politicos vinculados a este proceso de dernocratizacion, accedena los gobiernos rnunicipales en 1980.

    3. EXPERIENCIAS DE DEMOCRACIA LOC4L CON APOYO DEONGDDesde 1980, ha y elecciones democraticas en el Peru. Si bien el movi-miento popular no cuajo como fuerza poI it ica a f ines de los '7 0 ni tuvo unadireccion centralizada, 1 0 que facilit6 el triunfo de la derecha liberal, alcanzo

    un tcrcio de los asicnros de In Asarnblea Constituyente de 1978 a t raves devaries, pequefios y contrapuestos partidos de izquierda que Ilegaron dividi-dos a las elecciones presidenciales de 1980. Sin embargo, su peso en lapro-pia apertura democrat ica se ref leja , entre otras casas, en Ia eliminacion delas exclusiones, al haber sido considerados,

    Tras las elecciones presidenciales y can una Constituci6n descentra-l is ta se abre el espacio para las elccciones municipales. Es ali i donde acce-den muchos dir igentes populares a los municipios, potenciados por lacrea-ci6n de laal ianza Izquierda Unida. Tarnbien en elPar tido Aprista, que atra-vesaba una profunda crisis interna, lograron expresarse aetores de este pro-ceso de democrat izacion, pero en forma limi tada par e l peso de grupos depoder local que en el viejo partido tienen antigun data. La era del pactaoligarquico habfa terrninado para el APRA, pero no habra surgido aun sunuevo lfder, Lo cierto es que este pa rt ido tuvo un rol ambivalente que no Iepermitio enriquecerse con las experiencias populares de los 7 0 , 1 0 que inclu-so se proyecta en sus propuestas posteriores y en sn vision del Estado., Los primeros Ires afios de gobiernos locales democrat icarncnte elegi-dos dan pie a exper iencias concretas, a(1Opor evaluar , que hacen avanzar en

    nuevas formas de democracia local. Asambleas Populates y Cabildos Abier-L O s abren en varios distri tos de Lima espacios a la par ticipacion popular . Lasorganizaciones populares de barrios (Pueblos Jovenes] presionan por sustuulos de propiedad. La Incha por el agua en Lima aparece como una de-manda encabezadas por Alcades y Regidores distritales, En provincias delinterior, a la par que crece la conciencia de que todo municipio ca rece de

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    rccursos econornicos, los Alcaldes comienzan a representar a sus puebloscon mas cotidaneidad y eficacia que 105diputados. En marchas, en frentesde defensa, en gest ioncs ante el gobierno, las autor idades locales ocupan uncspacio que antes no fiercconocla a las Municipalidades.

    Se forma la asociacion nac iona l de Munic ipalidades presidida por elAlcalde de Lima, un llder del partido gobernante que sin embargo no puc-de dejar de exprcsar la protesta municipal frcnte a la fal ta de recursos y elabandono de los pueblos . Un decreto legis lative impues to en 1982 par el Po-der Ejccutivo como nueva Ley de Municipalidades, de cor te bas iante auto-ritario, unifico a todos y motive a la propia mayorfa del gobicrno en el Con-greso a clabora r una nueva Ley Organica, aprobada par conscnso en 1984.

    Las elecc iones municipales de 1983 marcaron el inicio de Ia derrotadel par tido gobcrnantc y dieron c I triunfo a los par l idos de oposicion, EIAPRA gan6 In mayorla de m un ic ip io s e l zq ui er da U nid a gan6 cl de Lima yvarias capitales del departamento.

    Las expcricncias dadas entre 1984y 1985incluyen una cnorme amplia-cion de competencies y recursos, Sin la objetividad del observador externopero con el conocimiento de un protagoni sta mas, puedo se fialar que porprimera vez la alimcntacion popular fue lema municipa l; tarnbien por pri-rnera vcz un prcstamo del Banco Mundial, gcs tion iniciada por elalcalde an-terior, pcrmitio realizar obras mlly significativas de vialidad y transporte, asfcomo el iniciar importantes cmpresas de servicios municipalcs.

    Y tarnbien por primera vez cinco marchas populares por cl cenlro deLima hacia el Parlarnento lograron, junto con la habilidad negociadora delAlcalde, que por unanirnidad se dieran 23 modi fi caciones de leyes que in-crementaron sustantivarnente no s610 las rentas municipales de Lima (don-de de 1984 a 1985 se multiplico por 11 el fondo de inversion en su aporteprovcniente de cstas leyes) sino de provincias del interior pues por unanimedecis ion par lamcntar ia se cre6 el impucs to de promoci6n municipal.

    Describimos este contexte para ubicar primcro las polfticas municipa-les que se apoyan en ONGD e incentivan la par ticipacion popular y para de-sarrollar luego, como breve referencia, otras experiencias de participacionque ponen de reli eve la importancia de la demoeracia local.

    3 .1. Para cumplir lapromesa de combatir Iadesnutrici6n infanti l entrcgan-do diariarnente un mill6n de vasos de leche a nif ios de 0 a 6 afios , podr iamos18 0

    haber scguido el camino de otras cxper iencias asistenciales y asistencialis-las . Pero ciertamcnte ni con mil ernplcados 1 0 hubieramos hecho y el costaburocratico hubiera superado toda posibilidad cstatal, nos610municipal. Lohicieron 100,000 madrcs de familia, organizadas en mas de 7,500 comites devaso de lcche, que aportaron su esfucrzo, SlI car if io , su capacidad de luchay que no s610 gestionaron 10 ma s complejo del programa sino con su mult i-tudinar ia presencia en la Plaza del Congrcso, a fines de 1984, obtuvicron laley que hoy financia el vasa de lcehe en todo el pais. Hasta 1984 nos basa-mos en la coopcracion intcrnacional y no tuvimos sin 29crnplcados rcmunc-rados Cll cstc programa.

    No invcntarnos esta organizacion popular. Multiples expericncias delpueblo indicaron cl camino. Por eso estc programa se complement6 conotros, con el mismo punto de pan ida: los comedo res populares y las acc io-nes de salud primaria. Una ONGD especializada en polfticas de supcrviven-cia popular fue brazo de apoyo junto con la organizacion distri tal y provin-cial municipal. Hay que scnalar que aquf sc resume, ademas, mucho del apo-yo de pcqueiias ONGD de antes y de ahora, no s610porque esto tarnbien esfruto de esfucrzos sumados sino porque, ciertamente, en muchos dis tr itosta l apoyo fue clave y porquc much as iniciat ivas confluyeron. Recordamos elapoyo de un programa de radio de una ONGD de mujeres, 0 cl apoyo deotras a nivcl distrital 0 el reciente cornunicado donde la mayor parte de lasONGD que trabajan promoviendo a la mujcr sal ieron en defensa de las Srasdel Vasa de Lcchc, cuando el nuevo alcalde les creaba problema.

    3.2. Si en el caso anterior l ao rganizacion popular Iue 1 0 mas rclevante, enareas que oxigen mayor competencia tecnica el proccso resultaba ma s lentopero pudo enrumbarse en la misrna direcci6n. Nos refcrimos a las Iuncionesde desarrol lo urbano que incluyen laIormulacion del plan director de la ciu-dad que es en este caso la provincia, asl como a todo el proceso de controlurbano y a los programas dirigidos tanto alsaneamicnto ffsico ylegal de Pue-blos Jovenes ya existentes como a los nuevos asentamientos humanos.

    En este caso el equipo tccnico cont ra tado por la Munic ipaiidad tuvoel apoyo de diversos Centres , ONGD que can sus estudios prcvios y su con-curso en varios proyectos apoyaron parte del trabajo a reali zar. EI plan di-rector de laciudad hasta 1996 se formuJ6 cambiando metodologia y normascan el fin de incorporar la par ticipacion popular . Se cons ti tuyeron las jun-las distrital es de planearniento en los conos Norte, Sur y Este de la ciudadcan par ticipacion de dir igentes vecinales y autor idades locales. Se delega-ron Iuncioncs e incluso decis iones de cor to plaza como laselcccion de vias

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    colectoras a cons truir en 1986se tomaron ali i can part icipaci6n de la pobla-cion, En este caso, en los distri tos donde hubo el apoyo de ONGDaI li loca-l izadas, Ia exper iencia avanz6 mucho. Ciertarnente fue un proceso que re-quer ia un mayor t iernpo yque lamentablemente las actuales autoridades haninterrumpido, Pero tanto desde las organizaciones vecinales como desde losmunicipios distritales, ho y existe mayor conciencia de sus derechos a part i-cipar en la gesti6n de su ciudad. Al ii e sta Ia perspectiva de nuevas inicia ti-vas.

    Tambien en los program as de vivienda, instalando nuevos asentamien-tos hurnanos, hay import antes exper iencias de gest ion con Ia organizacionpopular como las hubo en la cornpleja ges tion de sanearniento de antiguosasentamientos humanos que culmino call la entrega de mas de 100,000 tftu-los de propiedad. Lo avanzado en democracia local se da as! en varies pia-nos y se haec posible par Ia dina mica de la organizacion popular y par elapoyo de los Centres y ONGD existentes.

    No dudarnos de la irnportancia de la pollti ca municipal en sf misma;en tanto gobierno de origen democra tico y en tanto gestion procure reali-zarse ampliando los espacios democraticos y posibilitando la participacionpopular. Pero nos parece que la clave de la democracia local eSla en la art i-culacion de estasvar ias dimensiones . Los ejernplos mencionados explicanuna polf tica basad a en el impulso de laorganizacion popular autonoma delMunicipio y en las ONGD que se prestaron a apoyar tal tarea,

    33. Otras exper iencias de par ticipacion vecinal pueden aportar importa-nes referencias para completar una vis ion del conjunto, Vil la EISalvador eslamas conocida Iuera del Peru yacaba de obteuer el prernio Principe de As-tur ias, S iendo par te del proceso anterior , por ser uno de los municipios dis -tri tales que gobernamos en Lima, t iene rasgos particulates que preceden almunicipio y que han dado un mayor nivel de profundidad a la expcriencia.

    Alida organizacion autoges tionar ia fue irnpulsada tanto desdc orga-nismos del Estado velasquista a pr incipios de los setent a como desde impor-(antes ONGD. Pero fue clave el hecho de que en todo memento hubie ra unasola organizacion vecinal y que su unidad se mantuviera desde entonces.Desde 1984esa organizacion actua mana a mana con el Municipio.

    Hubo experiencias par ticipator ias importantes, como Ia creacion decinco agencias municipales, con mas de 300 comites de vecinos constituidos,que no contaron con apoyo de ONGD, y un signif icat ive primer encuentro18 2

    metropolitano de organizaciones populates que involucre en su organiza-cion a mas de 800 organizaciones vecinales de los 41 dis tr itos de Lima. Laspotencialidades de este trabajo merecen estudiarse por su capacidad parafortalecer y enrumbar los gobiernos locales, enfrentandolos con las necesi-dades populares reales,

    4. COMENTARIOS FINALESCier tamenle las exper icncias que relatarnos no han nacido de una ges-tion municipal ni de las ONGD. Son parte de un proccso mas complejo quehemos procurado tarnbien presentar . Pero sin duda las exper iencias de de-

    mocracia local han impulsado a suvez lacontinuidad de este proceso de de-rnocratizacion, que aunque no se agora ni puede agotarse en el nivel local ,t iene en los municipios s ise conciben abier tos a la part icipacion real un ca-nal de institucionalidad positive ..Lo mismo ocurre en el caso de las ONGD. No las vemos como el pro-tagonis ta del cambio pero cumplen un rol muy importante en el tej ido social

    alternat ivo que se vaconformando para haeer posible, entre otras cosas, quela politica y e l poder no sean monopolio de unos pocos, cuestion medularpara hablar de democracia en sociedades con una conformaci6n histor icacomo la peru ana.

    Ni las ONGD pueden v e rs e c om o a lt em a ti va 0 c a be z as d e o p os ic io n[rente al Estado, ni este tejido (del que varias veces hablamos) que no esotra cosa que las organizaciones que el pueblo se da a si mismo, reemplazana los par tidos. Su efecto sf aparece en la democratizacion de esos espaciospor cfecto de la propia lueha popular yde 1 0 que significa laexpericncia de-mocratica acumulada desde abajo. Cuando ya en los setenta se cuest ionabael "vanguardismo" de los partidos de la izquierda 0el sectarismo y el clien-teisrno de casi todas las experiencias partidarias, 1 0 que venia ocurriendo, enbuena medida, es que elpueblo organizado ya no se dejaba tratar s imple-mente como masa de maniobra y exigfa ser trarado como sujeto, Estc es elpunto de part ida de lapart icipacion pohtica.

    Las ONGD vienen contr ibuyendo asi a organizar ydemocratizar laso-ciedad, ciertarnentc con errores, con avances y re trocesos. Su aporte en laformulaci6n de alternativas de desarrollo y de educacion popular no ha si -do suficienternente evaluado. La importante, cualquiera que sea la dirnen-si6n de la ONGD, es adquirir una vision mas amplia que el nuevo proyecto,

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  • 8/2/2019 LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES DE DESARROLLO EN EL PER

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    vis i6n que en muchos casos se logra informalrnente a traves de las var iadasredes de ONGD que existcn, . ...Una ref lexion f inal . En muchas reuniones y reflexioncs sobre nuestra

    economfa y nuestra sociedad nos vernos s in salida. A mediano ylargo plazo,no s610sornos pafses pobres y endeudados, sornetidos y sin proyecto nacio-nal al ternative, sino que scguimos pensando en patrones de crecirniento ydesarrol lo econ6mico absolutamente agotados en el plano internacional ydesplazados his toricamente. Recordamos que Bolivia tenia mas de 30,000mineros en la central obrera yahora son 7,000, porque ya no va le el estafioen el mercado mundial, Y no sabemos s ien la proxima decada ccrraranlasminas 0 intentaremos comer nuestro cobre, ya que pos iblernente no 1 0 com-praran ni siquiera por el poco prccio par cl que hoy 10 compran. Lo ciertoes quesi Ja region lat inoamericana, part icularrnente los parses medianos ypequefios, no parte de mirar hacia dcntro y cambia ; si no se cnti ende quecualquiera que proponga la abundancia para la proxima generaci6n es unmentiroso; seguiremos profundizando la descomposicion de nuestras socie-dades , con su dos is de violencia y derrotisrno.

    Justamente pensando en esta realidad y sus multiples retos me pregun-to s i de las exper iencias de democracia local mericionadas, asf como d e lalarga tradici6n peruana de trabajo colectivo popular, no surgen elementospara replantear la cos tosa e ineficaz acciondel Estado en saludeducacion,vivienda, alimentacion, etc, Si en vez de inver tir en enorrnes burocracias nosbasararnos en la organizacion popular, respetando su autonomfa, y asignara-mos aIHcantidades significativasde recursos, aun cerrando servicios actua-les que no lIegan a muchos, de alga podremos estar seguros: la salud prima-ria que es la que mas se afecta en nuestros pa fses, Ia educac i6n elementa l ylavivienda popular estanan mucho mejor que hoy.

    Pero, adernas , podcrnos estar scguros de que esas organizaciones po-pularcs crccertan mucho mas en terrninos cualitativos, en poder, en capaci-dad de ges tion, y en autogobierno, que en ult ima ins tancia corresponde de-mocraticamente con la vida cotidiana y las neces idades bas icasdc lapobla-ci6n ..

    Es que sin pretender que estas reflexiones enfoquen la compleja pro-blematica del cambia social y cconornico en nuestros pafses, partiendo ape-nas de exper iencias que si tu amos en procesos concretes, estamos seguros deque hoy en America Latina revolucionar es democrat izar y se dernocrat izacuando so Ior talece el poder y la capacidad de iniciativa de las organizacio-nos que e l pueblo se da sf mismo.18 4