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Las otras marchas Después del “golpe de estado” y durante el periodo del “gobierno de facto”, se hicieron famosas las “marchas de las camisetas blancas” promovidas por los sectores conservadores del país que apoyaban a Roberto Micheletti. Hoy, en cambio, son los sectores religiosos evangélicos del país quienes están anunciando una serie de marchas para el 4 de abril y que se realizarán simultáneamente en los diez y ocho departamentos de la nación. También serán de blanco, no tanto por razones políticas como señalan sus dirigentes, sino porque el color blanco simboliza la paz. Los líderes religiosos planean una intensa jornada de oración con la que esperan “hacer temblar a la nación” y llamar la atención de las autoridades para que busquen de una vez por todas soluciones efectivas contra la impunidad y la criminalidad. Queremos mostrar en las calles nuestra indignidad y que la delincuencia retroceda. La meta de los pastores es que Dios escuche las súplicas y ayude al país a salir adelante. Los hondureños debemos hacerle frente al problema y decirle a los malos que estamos de pie, que cambiaremos a Honduras con la ayuda de Dios. En definitiva, buscan quebrantar la impunidad de la nación y que los crímenes no queden en la obscuridad y en el olvido. Según el pronunciamiento de los pastores evangélicos son la oración, el ayuno, los pronunciamientos y las marchas los medios idóneos para acabar con la criminalidad, la impunidad y la violencia generalizada en todo el país. Como creyentes que somos no desdeñamos ni dejamos a un lado estos medios que ocupan un lugar importante en la vida de los cristianos y de las Iglesias. Más bien se trata de replantear el problema socio-religioso con otros parámetros. Nos dicen los sociólogos que “en América Latina predomina una visión “providencialista” de Dios que se expresa en el auge del cristianismo pentecostal y carismático y que ha generado una cultura política que tolera la desigualdad y la injusticia como mandatos divinos”. El “providencialismo” expresa una visión de la historia, de los individuos y de las sociedades como procesos gobernados por Dios; es una fuerza que controla el destino del individuo y de la sociedad. Y eso significa que se buscan las soluciones de los problemas fuera del espacio político real, en un espacio más allá de la historia y donde todo depende de los “designios insondables de la divinidad”. Lo que se hace necesario es una nueva visión de la relación entre Dios, la historia y la humanidad. Una visión donde la humanidad tenga el derecho y la obligación de participar en la construcción de su propia historia; y donde sea co-partícipe de la creación del mundo. En fin, ver la historia, no tanto como un proceso gobernado por Dios si no por la voluntad política de la sociedad y donde Dios no interfiere en la orientación del destino de la humanidad. Si es necesario hacer marchas para ser escuchados por las autoridades, también es necesario hacer “otro tipo de marchas” que busquen mediaciones sociales y políticas para la solución de nuestros problemas y una superación del “providencialismo” que deja todo en manos de Dios y nos libera de todo tipo de responsabilidad histórica. Nuestra Palabra | 25 febrero 2011

Las otras marchas

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Las otras marchas

Después del “golpe de estado” y durante el periodo del “gobierno de facto”, se hicieron famosas las “marchas de las camisetas blancas” promovidas por los sectores conservadores del país que apoyaban a Roberto Micheletti. Hoy, en cambio, son los sectores religiosos evangélicos del país quienes están anunciando una serie de marchas para el 4 de abril y que se realizarán simultáneamente en los diez y ocho departamentos de la nación. También serán de blanco, no tanto por razones políticas como señalan sus dirigentes, sino porque el color blanco simboliza la paz.

Los líderes religiosos planean una intensa jornada de oración con la que esperan “hacer temblar a la nación” y llamar la atención de las autoridades para que busquen de una vez por todas soluciones efectivas contra la impunidad y la criminalidad. Queremos mostrar en las calles nuestra indignidad y que la delincuencia retroceda. La meta de los pastores es que Dios escuche las súplicas y ayude al país a salir adelante. Los hondureños debemos hacerle frente al problema y decirle a los malos que estamos de pie, que cambiaremos a Honduras con la ayuda de Dios. En definitiva, buscan quebrantar la impunidad de la nación y que los crímenes no queden en la obscuridad y en el olvido.

Según el pronunciamiento de los pastores evangélicos son la oración, el ayuno, los pronunciamientos y las marchas los medios idóneos para acabar con la criminalidad, la impunidad y la violencia generalizada en todo el país. Como creyentes que somos no desdeñamos ni dejamos a un lado estos medios que ocupan un lugar importante en la vida de los cristianos y de las Iglesias. Más bien se trata de replantear el problema socio-religioso con otros parámetros.

Nos dicen los sociólogos que “en América Latina predomina una visión “providencialista” de Dios que se expresa en el auge del cristianismo pentecostal y carismático y que ha generado una cultura política que tolera la desigualdad y la injusticia como mandatos divinos”. El “providencialismo” expresa una visión de la historia, de los individuos y de las sociedades como procesos gobernados por Dios; es una fuerza que controla el destino del individuo y de la sociedad. Y eso significa que se buscan las soluciones de los problemas fuera del espacio político real, en un espacio más allá de la historia y donde todo depende de los “designios insondables de la divinidad”.

Lo que se hace necesario es una nueva visión de la relación entre Dios, la historia y la humanidad. Una visión donde la humanidad tenga el derecho y la obligación de participar en la construcción de su propia historia; y donde sea co-partícipe de la creación del mundo. En fin, ver la historia, no tanto como un proceso gobernado por Dios si no por la voluntad política de la sociedad y donde Dios no interfiere en la orientación del destino de la humanidad.

Si es necesario hacer marchas para ser escuchados por las autoridades, también es necesario hacer “otro tipo de marchas” que busquen mediaciones sociales y políticas para la solución de nuestros problemas y una superación del “providencialismo” que deja todo en manos de Dios y nos libera de todo tipo de responsabilidad histórica.

Nuestra Palabra | 25 febrero 2011 febrero 2011