LAS PRESIDENCIAS DE JUÁREZ CELMAN Y CARLOS PELLEGRINI · 2019. 7. 22. · vilizador, y la ley monetaria de 18 81, sancionando un bimetalismo que en la práctica sería un monometalismo

DEL "BOOM" A LA CRISIS

LAS PRESIDENCIAS DE JUÁREZ CELMAN Y CARLOS PELLEGRINI

En la década del 80, el mercado financiero británico, que du rante el siglo XIX fue el mayor abastecedor de capitales del mundo entero, se vio en la necesidad de hallar nuevos mercados, porque sus principales importadores de capitales, en especial los Estados Unidos, "se habían enriquecido lo suficiente para obtener donde quiera y en especial en el interior de su territorio, todo el capital necesario, sin ofrecer tasas de interés tan altas como pedían los inversionistas británicos" .1

Nuevos capitales como los franceses, alemanes o estadounidenses comenzaban a disputarle su condición de árbitro absoluto en lo con cerniente a servicios internacionales, financieros, comerciales, en el transporte marítimo y en la rama del seguro, la competencia, que luego fue aceptada con naturalidad, era en esos momentos agresiva como algunas comunicaciones consulares nos muestran, y, al decir de un estudioso, se creía que "la ventaja estaba en tener la propiedad exclusiva de mercados particulares"."

Argentina, bajo el lema de "Paz y Administración" del presi dente Julio A. Roca, llega a ser un lugar sumamente atractivo para la radicación de capitales; en el plano político se habían aquie tado las luchas intestinas y Buenos Aires era definitivamente la

1 \Y/. ASHWORTH, Breie historia de la Economía Internacional, 1850-1950, Fondo de Cultura Económica, México, 1958, p. 193.

2 \~.H.B. CouRT, British Economic History, 1870-1914, Commentary and Documents, Cambridge, 1965, p. 423.

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Capital Federal; la extinción del peligro indígena había procurado leguas y leguas de tierras aptas para el brazo fecundo y el riel ci vilizador, y la ley monetaria de 18 81, sancionando un bimetalismo que en la práctica sería un monometalismo oro, había tratado de erradicar la anarquía de la circulación monetaria. Dadas estas con diciones, los capitales comenzaron a llegar, el total de ellos para cl período 18 81-8 5 se ha calculado en 149 millones de pesos oro, de los que 44 eran inversiones privadas y 1 O 5, empréstitos públicos; de estos últimos, 5 3 millones correspondían a ferrocarriles, 27 a bancos y moneda, 21 a la construcción de la ciudad de la Plata, nueva capital de la Provincia de Buenos Aires, y el resto corres pondía a la parte colocada en el exterior de algunos empréstitos internos."

Llega al poder Miguel Juárez Celman, cuyo prestigio de liberal y progresista se había confirmado durante el gobierno de su pro vincia natal, Córdoba, impuesto por la voluntad de Roca, su con cuñado, sin calor popular, luego de los habituales remedos elec torales que los opositores señalaban como escándalos y que él no vaciló en calificar como realizadas Heon no menos libertad ni me nos garantías que en las administraciones de los ilustres argentinos que me han precedido en el gobierno". Fue esa una época de le, targo de la vida federal; las provincias unidas por la Liga de Go bernadores respondían ciegamente al Unico, y Buenos Aires, go bernada por provincianos, se enseñoreaba del país todo; desde ella se trazaban los ferrocarriles provinciales, se repartían sus tierras, se derrocaban sus gobiernos. Si alguna voz se levantaba airada contra tantos atropellos y arbitrariedades, en medio del marasmo de los partidos políticos, las tropas nacionales se movilizaban para aca llarla; si las provincias se pauperizaban, allí estaba Buenos Aires, bella y esplendente, cada día enriquecida con nuevas avenidas, pa lacios, parques, teatros, hipódromos, frontones, y las magníficas re sidencias particulares, donde no faltaba la extravagancia, el boato y la esplendidez del moblaje, del vestido y la mesa.

La generación del 80, la del verbo elegante, las creencias here-

:i JOHN H. WILLIAMS, Argentine International Trade under Inconvertible Paper Money, 1880-1900, Harvard University Press, London, 1920, p. 41, 43.


rodoxas, el pragmatismo filosófico, trazaba nuevos caminos a la política, la educación, la literatura, las ciencias y las artes, y a esa generación tan brillante como inauténtica, Juárez Celman repre sentó como cabal prototipo.' Con su conducción el auge se acentúa, ya sin control; algunas llamadas de atención se habían tenido en 18 84, cuando los bancos estatales veían diezmadas sus reservas, y la conversión sancionada en 18 8 3 hubo de abandonarse, establecién dose el curso legal de los billetes en enero de 18 8 5 ; el balance de pagos había mostrado su primer déficit en el período ( 14 millones de pesos oro), producido por una disminución de los ingresos co rrespondientes al rubro inversiones y un crecimiento de los egresos por importaciones y servicio de ia deuda.

Que el período de conversión hubiera durado un año y medio apenas demuestra que no se había establecido sobre bases legítimas y se habían confirmado algunas graves advertencias hechas al go bierno en la ocasión. 5

4 Era un representante de la generación del 8 O, miraba a Europa y en especial a Francia como a su modelo, y quería aplicar ese molde a un país al que en lo profundo desconocía; adoptaba una economía liberal sin elaborar planes cohe rentes, aumentaba la deuda pública descontando la futura opulencia, miraba con desdén al gringo pero le confiaba los futuros cambios étnicos y culturales de la población. Entusiasta partidario del progreso técnico y científico, defensor in condicional de la explotación privada de los servicios públicos, se declaraba de mócrata pero juzgaba innatas las prerrogativas de su clase. Una sentencia suya lo pinta de cuerpo entero: "prefiero ser engañado a desconfiar", frase rayana en la santidad o en la sandez, y una temeridad sin duda pronunciada por el primer responsable de la marcha de la República. Y el país necesitaba en ese entonces de un patriota avispado y cauteloso, que no se dejara envolver por una Europa a la conquista de nuevos mercados, que administrara la Nación para su grandeza y no para sus in.tereses de grupo, que no se engañara ante las mentiras del corro áulico o los financistas de galeras mágicas, que hiciera administrar los. bancos estatales para favorecer la producción y no las fortunas particulares, que elaborara planes para la colonización del vasto territorio desértico aun a cambio de perjudicar los grandes latifundios improductivos, que inspirara por la rec titud de su conducta y la eficacia de su acción esa confianza tan necesaria para el éxito. Fueron sus ministros, dos ex-colaboradores de Roca, Eduardo Wilde en Interior y Wenceslao Pacheco en Hacienda, además de Quimo Costa en Relaciones Exteriores, Filemón Pesse en J usticia, Culto e Instrucción Públio y Eduardo Racedo en Guerra y Marina. Este último fue reemplazado momentá neamente por Nicolás Levalle, hasta que pudo tomar posesión del cargo en 1887, al terminar su mandato como gobernador de Entre Ríos.

5 El presidente del Directorio del Banco de la .Pr~vincia se h~bía d~rigido al Ministro de Hacienda provincial, con fecha 20 de junio de 1883, informándole


La falta de confianza en la estabilidad de la moneda produjo el atesoramiento de oro por parte de bancos y particulares, y comenzó a actuar la especulación, además, aun cuando las exportaciones cre cieron en esos años, las importaciones ascendieron más aún, por lo que el balance comercial era adverso;" producida la inconversión, aparece una nueva paridad para el oro, en otras palabras, surge la prima o premio del oro, y los dos sistemas monetarios: el interno del país y el del comercio internacional; el primero es de moneda papel inconvertible, moneda que todo el país maneja y prefiere en sus transacciones, y que tiene una larga tradición de depreciación en su haber, con escasos y breves momentos en los que se mantuvo su convertibilidad; y un oro que no circula y se usa exclusivamente en el intercambio internacional.

que la institución estaba pronta para iniciar la conversión, y esta nota resultó en suma un frondoso alegato en favor del curso forzoso, señalando que no era prudente abrir la conversión a pesar de tener los billetes premio sobre el oro, pre cisando la precaución que debe emplearse en esta clase de operaciones; se refiere a la limitación del crédito que sobrevendrá a dicha medida, a la disminución de protección a las industrias, y asevera: ... "la conversión actual pudiera anun ciarnos una inconversión futura peor que la sufrida durante siete años" ... . . . "Pero abierta la conversión forzosa, un pánico cualquiera, una mala cosecha, un movimiento político ardiente, producirían contracciones violentas en nuestro orden monetario, que perturbarían profundamente todas las ramas de nuestra producción, dando por resultado una crisis, tanto más peligrosa cuanto mayor sea el estado de desarrollo industrial en que nos encontremos". Banco de la Pro vinda de Buenos Aires. Archivo Histórico, Libro de Actas, 001-1-22 Del 3 de enero al 31 de diciembre de 18 8 3, f920. La Cámara de Comercio envió un memorandum al Congreso en el que puntua liza largamente los inconvenientes de la conversión en esos momentos y acota que: ... "reputa prematura esa medida y de fatales consecuencias en la actualidad para el orden económico de todo el país" "Declarar la conversión es muy fácil, lo difícil es mantener la oficina de cambio abierta" ... "Desearía mos equivocarnos cuando creemos que año más o año menos el curso forzoso ha de volver" ... En J. J. LANUSSE, Un error económico. La conversión del papel en 1883, Imprenta del Porvenir, Buenos Aires, 1885, p. 5, 16 y 38.

0 Las exportaciones habían pasado de 69.8 millones oro en 1886 a 123 mi llones en 18 89 ( esta última cifra es corregida del Extracto Estadístico por no coincidir con la suma de sus parciales) en base al aumento del volumen físico de los cereales que pasa de 232 mil ton. de maíz en 1886 a 433 mil en 1889, y de 38 mil ton. de trigo en 1886 a 396 mil en 1891, y al aumento del precio de nuestros exportables en el mercado internacional hasta 1889, cayendo a partir de 1890, como el caso de la tonelada de lana que del precio excepcio nalmente bajo de 1886, 233 pesos oro, pasa a 399 en 1889 para caer en 1890 a 301 y en 1891 a 259, agravando así los efectos de la crisis. Extracto Estadís tico de fa, República Argentina, cortespondiente al año 1915, Buenos Aires, 1916.


La depreciación de la moneda papel aumentaba con las emi siones, expediente al que históricamente el país había recurrido para costear las luchas de la independencia, los déficits presupues tarios, las obras públicas, las revoluciones intestinas, las guerras del Brasil y del Paraguay. Podemos decir que las emisiones fueron el empréstito interno de carácter forzoso predilecto de los gobernan tes argentinos; pero el premio del oro se movía también estimulado por los saldos del balance de pagos internacional. Este balance, luego del saldo adverso de 18 84, registró siempre superávit hasta 1890, en que vuelve a notarse un fuerte saldo negativo de 5 6 millones de pesos oro; en los años anteriores el saldo favorable no se debió a las exportaciones que crecieron en sus valores, sino al enorme flujo de los préstamos extranjeros.

Los altos precios internacionales favorecieron el auge y fueron un incentivo para el exportador, pero el alto premio del oro cons tituyó una prima mucho mayor, puesto que le permitía obtener mayor cantidad de pesos papel por sus exportaciones, mientras sus costos ( salarios, deudas hipotecarias) estaban fijos en pesos papel o no aumentaban "pari passu" con aquél. Además de las exportacio nes, los ingresos del balance de pagos estaban representados por las inversiones, que al radicar oro en el país, hacían que se elevaran los precios, no los de exportación que estaban fijos por el mercado internacional al cual Argentina contribuía con una escasa propor ción, sino de los precios internos, de los inmuebles y de la tierra, desatando la expansión durante la cual aumenta el ingreso nacional y por consiguiente el consumo de bienes no exportables y la impor tación.

Las inversiones en Argentina se canalizaron al sector público y al privado; el entusiasmo por el crecimiento sin límites de la Na ción, parecía haberse contagiado al inversor británico, tan ducho en la colocación segura de sus capitales, a tal punto, que, año a año, aumentaba su radicación en todo tipo de empresas sin un estudio detenido de las mismas; 7 un cronista dirá al respecto: "Pareceria

7 Las quejas de la clase inversora se manifestaban en reproches como éste: "Las casas de 'banca sabían o no las dificultades de la plaza; si lo sabían, mal hicieron en prestar su dinero para fomentar las extravagancias del gobierno, y


haberse invertido el orden natural, primero se prestaba el dinero, luego se examinaban los valores"." Sin duda la ventajosa colocación de capital que los estudiosos británicos reconocen llevaban implí citas las inversiones en Argentina, fueron uno de los grandes incen tivos, como el Encargado de negocios de Francia lo reconoce al decir:

"Los ingleses están en primer lugar, pero los franceses que vinieron a aportar su contingente a la obra de prosperidad del país, encontraron ven tajas excepcionales y desconocidas en el viejo mundo"."

Las inversiones tenían un interés fijo, pagadero en oro o en esterlinas, a excepción de las cédulas, cuyo interés era abonado ge neralmente en pesos moneda nacional, además muchas de las inver siones no se hacían en acciones sino en debentures de las compañías,. los que por su carácter fijo pesaban más sobre la producción y no acompañaban la caída de los negocios en épocas de crisis, y por úl timo, gran parte de los capitales se invertían en empresas que con taban con garantía del Estado. Volviendo al balance de pagos, los. egresos del mismo estaban configurados por las importaciones y el servicio de la deuda; dentro de las primeras podemos considerar la importación de bienes de consumo y la de bienes de inversión o bie nes de capital; mientras la primera variaba en relación directa con el ingreso, la segunda lo hacía respecto a la inversión. Era lógico que un aumento del ingreso originara mayor demanda de importacio nes, y en Argentina no tenían la facilidad de ser sustituidas por artículos de manufactura nacional, por cuanto la industria todavía no se había expandido lo suficiente, pero el aumento de la prima del oro hacía que los trabajadores se vieran forzados a disminuir su con sumo de mercaderías importadas, mientras que los exportadores, con

si no lo sabían, es evidente que no poseen medios especiales de adquirir informa ción y no merecen, la reputación de habilidad financiera que acreditan. Ellos, sin duda, declinan su responsabilidad respecto a los intereses de los tenedores de valores argentinos". The Eco110111ist, London, August 2nd, 1890, p. 983.

8 THOMAS TURNER, Argentina and the Argentines. Notes and impressions of a five years' sejour in the Argentine Republic, 1885-1890, London, 1892.

9 Archives des Aff aires Et1'angères, Paris, Fonds Argentine de CorresPonde11ce Commerciale, Fol. 97, 21 de junio de 1890. Gentileza del Profesor Ricardo; Cailler-Bois.


un mayor ingreso en pesos papel, podrían aumentarlos. Respecto al servicio de la deuda, al tratarse de préstamos que en su mayoría de bían devolverse rápidamente, su cifra se eleva a medida que trans curre el período, y en él figuran los servicios de la deuda pública, los dividendos por acciones o deben lures de compañías, las remesas de los inmigrantes giradas al exterior, los gastos argentinos en el extran jero, etc. Pero el esquema aquí trazado no es tan simplista; los eco nomistas hablan de continuo de la falta de simultaneidad en al gunas de las fases del proceso, por ejemplo, las exportaciones y los préstamos extranjeros originan un ingreso que en un segundo pe ríodo es ahorrado o se gasta, o sea la suma que se gasta en bienes de inversión o de consumo está dada por el ingreso del período pre cedente; en cuanto al servicio de la deuda externa, se considera que su peso gravita sobre el ingreso del período precedente, mientras que los bienes de inversión producirán un aumento de la exporta ción en un período posterior.

La falta de planes de desarrollo bien concebidos, y de una buena aplicación de las inversiones, el no considerar que la deuda con traída hoy grava de antemano los ingresos y disminuye su poder adquisitivo, y que un ferrocarril sólo logrará en el futuro un au mento sustancial de las exportaciones, hizo que la producción no llegara a compensar los planes de inversión y los egresos de una deuda contraída sin previsión 1º. La afluencia de capitales no sólo

10 Si el balance de pagos muestra en esos años un superávit, se debe a que los ingresos superaron a los egresos y dentro de aquéllos las inversiones fueron ma yores que las exportaciones; tan es así que si tomamos como referencia los años 1886 y 1889, veremos que las exportaciones registran para el primero un mínimo de 70 millones de pesos oro y para el segundo un máximo de 123 millones, o sea un aumento de este último respecto al primero de 75.7%, mientras que si tomamos el año 18 86, el de menores inversiones del período, veremos que éstas ascendían a 66 millones y en 18 8 8 alcanzan su máximo con 248 millones, o sea un aumento respecto al año 1886 del 275 ,7%. Como entre los egresos tenemos que las importaciones pasaban de 95 millones en 1886 a 165 en 1889, aume~to de 73.6%, y el interés de la deuda, de 27 a 60 millones con un aumento relat'.vo del 122.2j{,, concluimos que los saldos favorables del balance de pagos se debían en primer término a la afluencia de los préstamos extranjer?s. Duran:c el año 1890, éstos disminuyen, representan apenas el 30% de la c1f~a ~el ~?º prece: dente, y sólo el 4 5 % de las exportaciones de ese año; ~s.ta disminución a~ecto el premio del oro mucho más profundamente que las emisiones, y es a partir de 1890 que comienza su rápido ascenso, con un promedio de 151% en 1891 Y 287% en 1892.


afecta la prima del oro, sino también las importaciones; muchas inversiones entraban como importaciones de bienes de capital; ellas disminuyen posteriormente, como vimos, y su cifra menor corres pondió a 1891. El servicio de la deuda en 1890 sobrepasará a los préstamos y su posterior disminución se debe a la moratoria obte nida para su pago; y a despecho de todo, las exportaciones siguen creciendo, aunque no al ritmo necesario para equilibrar el balance de pagos pero como para hacer que, junto con la notoria disminu ción de las importaciones, el balance comercial comience a mostrar a partir de 1891 su primer superávit luego de diez años de déficits continuados.

Sintetizando, no hay duda de que Argentina estaba atravesando en esos años una etapa de auge, inducido por las fuertes inversiones del exterior, especialmente de Gran Bretaña, el mercado financiero mayor para fondos a largo o a corto plazo, el principal mercado de oro y el más importante de frutos, y una de las características del auge británico era el aumento de las. inversiones al exterior durante la etapa ascendente de su ciclo económico, como sucedió en 1881- 82, 1886-90, 1905-7 y 1911-13. Si se invertía en un país, éste ha bría de incrementar sus importaciones de procedencia británica, por ejemplo, si se lo colocaba en ferrocarriles, se adquirirían rieles, locomotoras, vagones británicos, y el auge que la inversión habría de desatar aumentaría la colocación de sus manufacturas, compen sándose los egresos de oro con el aumento de exportaciones y las sumas recibidas por intereses y servicio de la deuda."

También coincide en considerar inducido el ciclo de países como la Argentina que no tienen estabilidad de los factores ni modo de

11 El Banco de Inglaterra operaba con escasas reservas, lo cual vino a tomar estado público en ocasión de la crisis de Baring, cuando su presidente pidió al Ministro Goschen la mayor discreción, para evitar poner en peligro "nuestras muy inadecuadas reservas bancarias", y podía revertir el proceso de las inver siones en el exterior con el simple expediente de aumentar la tasa de interés, o solicitando, como entonces hizo, la ayuda del Banco de Francia o el de Rusia. SIR ALBERT FEAVERYEAR, The Pound Sterling, A history of Engli:w Money, Oxford, 1963, p. 328. Ford en su trabajo sobre el patrón oro en G. Bretaña y Argentina, país con el que ejemplifica los "espacios abiertos", de interés para aquél con economía industrial, concluye que si bien el sistema a corto plazo podía afectar la economía argentina, a largo plazo beneficiaba a ambos. A. G. Fono, El patrón oro: Inglaterra y Argentina, 18 8 0-1914, Buenos Aires, 1966.


evitar el choque, el economista argentino doctor Raúl Prebisch, quien ha afirmado categóricamente:

"No he observado en los ciclos que he visto de cerca ni en los que he podido estudiar en nuestra historia, la existencia de elementos internos con fuerza suficiente para promover nuestro movimiento ondulatorio"."

El total de inversiones inglesas es calculado por el más presti gioso periódico británico en 150 millones de libras, aun cuando ex presa que hay quienes hacen ascender ese cálculo a 200 millones, pero él se inclina por la cifra menor, dejando la más alta para re presentar el total de la deuda argentina en Europa.13 Pellegrini al asumir la presidencia las evalúa en 2 5 O millones de libras; pero esta cifra es considerada en general exagerada. Considerando las inver siones públicas y privadas, estas últimas comprendían en especial transportes: ferrocarriles, tranvías; inversiones en tierras: cédulas, compañías de colonización y explotaciones agrícolo-ganaderas; ban cos, compañías de seguros, empresas comerciales e industriales, etc.; nos referiremos brevemente a los adelantos en los más importantes de los rubros citados.

Los ferrocarriles habrían de transformar al agro, aun cuando su trazado no obedeciera a una racionalización orgánica, faltara fis calización en las tarifas, fuera notoria la pobreza del material fe rroviario, las concesiones fueran excesivas al igual que las garantías, y existiera una verdadera anarquía en lo relativo a las trochas, pues to que en 1891 existían 7,680 kilómetros de vías de trocha ancha (1.676 metros), 1,043 km. de trocha media (1.475 metros), 4,453 km. de trocha angosta ( 1 metro) y aún existieran 26.2 km. de vías de 0.60 metros del ferrocarril de Córdoba a Malagueño." Los rieles crecían año a año, y es así que de 5,836 km. en 18 8 6 pasaron a 9,432 en 1890, para seguir extendiéndose en los duros años de la liquidación, 12,475 km. en 1891 y 13,708 en 1892.15 De este úl-

12 RAÚL PREBISCH, La 111011ed,i y los ciclos económicos en la Argentina, Buenos Aires, 1944, p. 88.

13 The Times, London, May 22nd, 1890. 14 Ators E. F11Ess, La producción agrícola, y ganadera de la República Ar-

gentin« t1n 1891, Buenos Aires, 1892, p. 123. , . , 15 ERNESTO ToRNQUIST & CÍA. LTDA., El ddatrollo economico de la RePu:-

blic« Argentina en los ûlthnos cincuenta años, Buenos Aires, 1920, p. 111.


timo año, en que existían estadísticas más completas, diremos que las compañías ferroviarias eran 30 con un capital total de 459.4 millones de pesos oro, de las cuales 5 eran nacionales, con 1,026 km. de vías, 1 O garantidas con 3,737.6 km., 7 eran particulares bajo ju risdicción nacional, con 5,994.4 km., y 8 eran particulares bajo jurisdicción provincial, con 2,9 5 O. 5 km. de rieles. Los ferrocarriles particulares de jurisdicción nacional daban una ganancia anual de 3.04% sobre un capital de 239.3 millones de pesos oro, mientras los de jurisdicción provincial sólo ganaban 0.64% sobre su capital de 65.2 millones, y los garantidos, 0.42% sobre 112.8 millones de capital; los nacionales eran los únicos que daban una pérdida de 0.05 % sobre los 42 millones invertidos, que no alcanzaban a repre sen tar el I O% de la inversión total en ferrocarriles."

Los tranvías habían comenzado a circular en 18 69; el pueblo de Buenos Aires, luego de vencer las primeras reticencias, los adoptó con gran entusiasmo, y resultaban un gran negocio por las facili dades de la caballada; es así que los beneficios resultaban suculentos; un autor señala que la compañía Ciudad de Buenos Aires en 188 5 obtuvo una ganancia de £ 49,000, equivalente a un 30% de su ca pital." El número de compañías llegó a su máximo en 1890 con 9, con una caballada de 6,506 animales y 396 coches. En 1892 la ex tensión de vías llegó a 287 kilómetros y los pasajeros transportados fueron 67.2 millones."

Gran parte de las inversiones en tierras se canalizó en las cédulas emitidas por los Bancos Hipotecario Nacional y Provincial de Bue nos Aires." Fueron desde un principio de carácter especulativoy el

ir. D11rncc1ÓN GENERAL DE FERROCARRILES, Estadística de los Ferrocarriles en Exj>lotación correspondiente al año 1892, Buenos Aires, 1893, p. 72.

17 FRANCISCO LATZINA, Geografía de la Rej)Jtblica Argentin,a, Buenos Aires, 1888, p. 190.

rn Anuario Estadístico de la Chufad de Buenos Aires, Año II, 1892, p. XVIII. iii El sistema de las cédulas no era malo como iniciativa, pues conectaba a

los prestamistas de capital con el poseedor de la tierra, lo qu_e permitía a éste realizar las construcciones necesarias y comprar las maquinarias adecuadas para mejorar sus campos; antes de ellas eran muy pocos quienes se arriesgaban a hacer préstamos sobre campos por las dificultades del negocio, y si lo hacían, era a interés muy alto y a corto plazo. Para obtener cédulas se procedía del modo siguiente: el propietario de un solar solicitaba un préstamo al banco con garantía del mismo, obligándose a res-


público les brindó gran acogida, por estar representadas por la tierra, y aunque la renta se pagaba en pesos curso legal, su interés de 7 ú 8 % era sumamente atractivo y se colocaron en su mayor parte en el exterior. Las cédulas a oro comenzaron a emitirse por el Banco Hipotecario Nacional y el Provincial en 18 8 8; las emisiones totales de ambos bancos sumaban en 1890, 46 5 millones de pesos curso legal, de las cuales correspondían 3 7 5 millones al Hipotecario Provincial y 90 al Nacional, mientras las cédulas a oro eran de 5 y 20 millones respectivamente; Williams calcula la inversión extranjera en cédu las en 171 millones de pesos oro para el período 1887-90; pero la inversión en tierras comprendía también las explotaciones agrope cuarias y las compañías de colonización, que contaron con el aporte inmigratorio.

El año cumbre de la inmigración sería el de 18 89 con un saldo de 220,0QO inmigrantes, la mayoría procedente del sudoeste de Europa, con neto predominio de los italianos, pues sobre 620,000 individuos en el período 1886-90 representaban 329,000, un 5 3 % del total; seguidos por 141,000 españoles (22.7%); 76,000 france ses (12.3%); y el resto de 15,000 belgas, 14,000 ingleses, 12,000 austríacos, 9,000 alemanes, 8,000 suizos, 4,000 rusos y 7,000 de otras nacionalidades." Si consideramos el período 18 81-90, de los 842,000 individuos que entraron al país, el 59% eran italianos, el 19 % españoles, el 11 % franceses, el 1 % suizos y el 2 % británicos, austro-húngaros, alemanes, belgas y de otras nacionalidades. El ín dice emigración-inmigración indica que emigran el 26% de los italianos, el 15 % de los españoles, el 26% de los franceses, el 31 % de los británicos, el 30% de los austro-húngaros y de los alemanes,

tituirlo más los intereses, en diversos pagos anuales; concedida la operación y ta sada la propiedad, se acordaba el préstamo que no debía exceder de la mitad de dicha tasación, entregándose al propietario, no dinero sino cédulas, especie de certificados que él negociaba en la Bolsa. El inversor obtenía la devolución de su capital e intereses por medio de cupones que el Banco Hipotecario se com prometía a pagar puntualmente, al portador.

Como eran de fácil transferencia, alto interés, estaban garantizados por un banco estatal y representaban un bien inmueble, fueron objeto de una extraordinaria especulación.

~0 JuAN Acosríx ALSINA, La inmigración euroiea en la repúblini Argen tina, 3a. edición, Buenos Aires, 1898, p. 115.


el 2 5 de los suizos, el 19 %, de los belgas y el 3 5 % de otras nacio nalidades." 1 Esta masa de inmigrantes se distribuía de la siguiente manera: el 34% en la provincia de Buenos Aires, el 33% en la Ca pital Federal, el 14% en Santa Fe, el 6.5 % en Córdoba, el 3.1 % en Entre Ríos y el 9.4% restante en las demás provincias y te rritorios."

Entre las principales características de esta inmigración pode mos señalar que no fue calificada, prevaleciendo el agricultor y el jornalero. El índice de radicación total fue muy elevado; 8 5 % para 1886, 89% para 1887 y 1888, 85S'.~1 para 1889, 27% para 1890 y sólo 1891 registra un índice de radicación negativo del 5 8 j'~, Esta inmigración, al no obedecer a planes preconcebidos, distorsionó en un primer momento la economía por aumento de importaciones antes de compensarlo con un aumento en la producción de expor tables; debe señalarse también que fue escaso y difícil para ella el acceso a la posesión de la tierra, por lo que la mayor parte de los inmigrantes resultaron arrendatarios o peones en el agro y obreros o servidores públicos o domésticos en las ciudades, contribuyendo a crear el proletariado rural y urbano."

La colonización era el complemento indispensable de la inmi gración. Las primeras colonias databan de 18 5 3, pero a pesar de algunas iniciativas ambiciosas como la llamada ley Avellaneda en 18 7 6, poco se había avanzado en la ma teria; ni la Nación ni las provincias habían hallado el procedimiento adecuado para promover con éxito las colonias en el vasto territorio semi-desértico, y ni las concesiones de tierras a compañías colonizadoras, a veces a lo largo

21 Esto destruye la secular afirmación acerca del gran porcentaje de retorno de la inmigración italiana, considerado generalmente como e! mayor, puesto que en el período estudiado, ese porcentaje es igualado por los franceses y superado por los británicos, austro-húngaros, alemanes e individuos de otras nacionalidades, correspondiendo el porcentaje más bajo a los españoles,

22 MINISTERIO DE AGRICULTURA, DIRECCIÓN GENERAL DE INMIGRACIÓN, Re s11111e11 Estadístico del Movimiento Migratorio de l,r RejJública Argentina, Buenos Aires, 1925, p. 24-25. ,

~3 A esa masa de inmigrantes se deben los primeros atisbos de agremiación en el país; los que lograron tierras en el agro o instalaron talleres en las urbes, fueron pioneros de importantes industrias como la vinicultura en Cuyo o las in dustrias metalúrgicas o textiles, amasaron grandes fortunas y en una etapa posterior lograron escalar posiciones sociales y políticas.


de las vías férreas, ni la división del territorio en secciones, ni el re parto gratis de tierras a los primeros colonos, ni la venta de lotes a precios reducidos, ni la entrega de solares como premios al ejército, pudieron evitar el fracaso, puesto que las compañías colonizadoras no cumplían sus compromisos y a veces sólo esperaban especular con el alza de la tierra; o faltaban las medidas adecuadas, o la ex - ploración del terreno, previa a las concesiones, o un trámite ágil para otorgar la parcela o un inmediato otorgamiento del título de propiedad, sujetándolo al cumplimiento de ciertas condiciones du rante un plazo prolongado, desanimando al inmigrante que temía que leyes o contingencias futuras pudieran hacerle perder su po sesión luego de grandes sacrificios. Durante el gobierno de Juárez abundaron las concesiones de tierras en el· sur patagónico por leyes especiales, a tal punto que 19 personas llegaron a totalizar 400,000 hectáreas, pudiéndose citar el caso de Juan Ternperley que en 1887 logró la concesión de 500,000 hectáreas en Chubut."

El intento colonizador en Argentina se frustró no tanto por falta de una legislación adecuada, como por no existir una adecuada organización en los entes encargados de hacer cumplir las disposi ciones legales, no ejercer una enérgica represión de los delitos y abu sos, y, sobre todo, por el favoritismo de las autoridades y en especial, por carecer éstas de un auténtico deseo de reformar la injusta tra dición del país respecto a la posesión de la tierra. Latzina señala que en 1890 existían 5 60 colonias agrícolas con una extensión de 5 .115 ,000 hectáreas, de las que correspondían 215 a Santa Fe, con 2.441,000 hectáreas; 15 O a Buenos Aires con 1.32 5,300; 117 a En tre Ríos con 590,800 hectáreas; 70 a Córdoba con 568,000 hectá reas y 8 colonias en los territorios nacionales con una extensión de 189,100 hectáreas." Sobre 175,000 pobladores rurales que existían en la Provincia de Buenos Aires en 1888, 24,240 eran propietarios, o sea un 13.8 % del total, y la cantidad de tierra por propietario era

~4 MIGUEL ÁNGEL CÁRCANO, Ernlución histórica del régimen de la tierra jníblica, 1810-1916, Buenos Aires, La Facultad, 1925, p. 397.

~" FRANCISCO LATZINA, L'Agriculture et /'Elevage dans la· RéPubilique Ar gentine, d'après le recensement de la première quinzaine d'octobre de H. 8 8 fait sous les auspices de Li Commission Chargée des Travaux de la Section Argentine à l'Expositicn de Paris, 1889, p. 373 y 393.


en 1891 de 8 3 5 hectáreas, contra 3 8 8 de Santa Fe, 5 73 de Entre Ríos, 777 de Córdoba, 259 de Tucumán y 1,158 de San Luis."

Toda esa población, gran parte de la cual se emplea en labores agrícolas, hace que el cultivo de cereales comience a realizarse en gran escala; la producción agrícola aumenta de continuo y de 929,000 hectáreas cultivadas en 1883 se pasa a 2.971,000 en 1890, de las que corresponden 1.368,000 a la provincia de Buenos Aires, 588,000 a la de Santa Fe, 243,000 a Entre Ríos y 236,000 a Cór doba." Datos de 1891 consignan un total de 2.997 ,000 hectáreas de las que 1.202,000 corresponden al trigo, 825,000 al maíz, 602,000 a la alfalfa, 103,000 a la cebada, centeno, nabo y lino, 29,000 a vides y 25,000 a caña de azúcar.28

Así como la inmigración transformó rápidamente la producción de cereales, en cuanto al ganado el cambio se realizó mucho más lentamente; primero se mestizaron los ovinos, comenzó la desme rinización de los mismos y la adaptación de los animales pertenecien tes a la raza Lincoln, no sólo productora de lana sino también de carne. Este ganado de características muy rústicas se adaptó a las nuevas regiones patagónicas y su lana tosca, de mechas largas, apta para los hilados, se acomodaba a las exigencias del exterior; en la provincia de Buenos Aires, donde la mestización era mayor, exis tían en 18 8 8 51.7 millones de cabezas de ovinos, de las que 12 millones, el 23%, eran comunes; 38 millones, el 75%, eran mestizos, y sólo el 2 % eran puros. Los bovinos criollos no eran aptos para la exportación, pero el frigorífico vino a transformarlos, mestizan doselos con ejemplares Shorthorn, Hereford o Aberdeen Angus; de los 8.3 millones de vacunos existentes en la provincia de Buenos Aires en 1888, 5.3 millones, el 63%, era criollo, 3 millones, el 36%, eran mestizos; y apenas 39,700, menos del 1 %, eran animales puros."

Respecto al número de cabezas, Argentina ocupaba el 3er. lugar

ë•: AL01s E. FLIESS, ob. cit., p. 41. ë7 M. G. AND E. T. MuLHALL, Handbook. of tbe Bluer Plate, comprising che

Argentine Republic, Uruguay and Paraguay, Buenos Aires, 1892. ·.:, Ar.ors E. FLIEss, ob. cit., p. 294. 29 "Censo Agrícolo-pecuario de la Provincia de Buenos Aires, en el mes de

octubre de 1888", en Anales de la Sociedad Rural Argentina, Vol. 23, Buenos Aires, 1889.


en el mundo con 22 millones de bovinos, a continuación de los Es tados Unidos, con 46 millones, y Rusia Europea, con 24; entre los ovinos ocupaba el ler. lugar en el mundo con 67 millones de cabezas, seguida por Australia con 5 8, Estados Unidos con 48 y Rusia Euro pea con 47 millones de cabezas." Según los datos registrados en 1891, de los 107 millones de pesos oro, valor de la producción, co rrespondían a carne de vaca, cordero y cerdo 42 millones, o sea el 39.3%, mientras que la lana sumaba 36.6 millones, o sea un 34.2\~.; el 84.8 % de la carne producida se consumía en el país y el 15.2 % se exportaba, mientras que el 9 5 .9 % de la lana producida se expor taba y el resto se utilizaba en el pais." Estas cifras muestran bien a las claras la industrialización incipiente.

La carne del ganado criollo alimentaba la principal industria que era el saladero, pues por su calidad de magra y fibrosa se adap taba perfectamente para la absorción de la sal, para lo cual era api lada en cueros gruesos característicos del ganado criollo, expuesta al sol y comprimida alternativamente para que desbordaran las gra sas, siendo luego transportada a los centros de consumo. El saladero producía además de tasajo y charque, cueros, grasas, sebo, crines, lenguas saladas, quijadas, huesos. En la década del 80 el bovino co menzó a alimentar una industria de grandes perspectivas, la frigo rífica, que había comenzado en 18 8 2 con el establecimiento de Eugenio Terrason, antiguo saladero, y continuado con The River Plate Fresh Meat Co. Ltd., fundado por Alfredo Drabble en Cam pana; el de los hermanos Sansinena, denominado "La Negra" en Avellaneda y "Las Palmas Produce Co." de Jaime y Hugo Nelson;

:;o Ibidem, Vol. 24, p. 423. Tuvo mucho que ver en el progreso de nuestras carnes y en todo el desarrollo del agro la creación de la Sociedad Rural Argen tina, en el año 1866, institución que a partir de 1875 celebró sus famosas Expo siciones Ganaderas, la primera de las cuales se realizó en el Jardín Florida y en la que fueron expuestos 168 animales; en 1885 se celebró la primera Exposición Internacional en Palermo, compitiendo los animales del país con lo, mejores ejemplares de las cabañas extranjeras, muchos de los cuales quedarían en el país para mejorar el propio ganado. En la Exposición realizada en 1890 se ex pusieron 3 70 bovinos, 417 ovinos, 2 84 equinos, además de porcinos, caninos y aves; las ventas sumaron 106,199 pesos, según: La Agricultura y la Ganadería Argentinas: Su origen, su desarrollo, su progreso, las industrias derivadas ... , Bue nos Aires, s/fecha (1915?), p. 206.

31 Ar.ors E. Ft.rrss, ob. cit., p. 349.


la Sociedad Rural fundó la Congeladora Argentina, que no pudo mantenerse en pie; y el frigorífico de T errason dejó de faenar en 1898 y fue arrendado, y clausurado luego, por Sansinena y Nelson.

La industria lechera abastecía el mercado interno; en 1891 se introduce la primera maquinaria para pasteurización, fabricación de quesos, manteca y caseína; en 1896 ya se exportan los primeros productos y en 1898 ya existían, solamente en la provincia de Bue nos Aires, 246 lecherías, 204 queserías y 4 3 2 tambos con un capital de $ 6.328,838.32

Otras industrias derivadas del agro eran la harinera, que progre saba a ojos vistas, a tal punto que la misma casa Dreyfus había es tablecido una sucursal en Buenos Aires, para la provisión de harina, y en 1887, sobre 118 millones de kilogramos de trigo molido, se habían obtenido 78 millones de kilogramos de harina, producidos por 173 molinos a vapor y 345 molinos hidráulicos, los que dan un total de 518.33 La industria azucarera había progresado grandemente bajo la protección estatal, no sólo en forma de defensa aduanera por recargos sobre el azúcar importado, sino también porque obtuvo la garantía del gobierno. 34 Además de la Refinería Argentina de Tornquist en Rosario, existía el Ingenio Santa Ana del Sr. Hileret, el ingenio La Esperanza, la Azucarera Argentina y otros menores, llegando en 1892 a 50 ingenios, 35 de ellos en Tucumán, los que ocupaban 25,000 obreros para industrializar 11 millones de tonela das de caña, producidas por 20,000 hectáreas de cultivos; los plan-

32 FRANCISCO SEGUÍ, [n1Vestigación Parlament'aria sobre agricwlturJ, gar.ade ría, industrias derivadas y cclonizeciôn, ordenada por la Honorable dámara de Diputados en resolución del 19 de junio de 1896, Anexo B. Pcia. Buenos Aires, Buenos Aires, 1898, p. 243'-244.

33 "Trigos y harinas, La industria molinera en la República Argentina", en Anales de la Sociedad Rural Argentina, Vol. 24, Buenos Aires, 1890, p. 272.

34 La ley nacional NP. 1911, del 24/Noviembre de 1886, concedía a Ernesto Tornquist y Cía, la construcción y explotación de una refinería de azúcar, "ga rantiéndoles por el término de quince años a contar desde el día en que empiece a funcionar la fábrica, el 7% de interés sobre el capital efectivo que se emplee, quedando 'éste definitivamente fijado en la suma de 80·0,000 pesos oro para los efectos de la garantía" ... "Pueden introducirse libremente los materiales, deben emplear la maquinaria más adelantada, deben refinar por lo menos 15 millones de kg. de azúcar y el gobierno debe aprobar las tarifas mientras dure la garantía." AUGUSTO DA ROCHA, Coiecciôm completa de Leyes Nacionales, 1884-86, Tomo VI, Buenos Aires, 1918, p. 524.


tíos representaban un capital de 30 millones de pesos, otro tanto los ingenios, mientras que la producción de 50,000 toneladas de azúcar podía calcularse en 25 millones, y 100,000 hectólitros de aguardien te, en 4 millones, todo lo cual daba un total de 89 millones de pesos, según las estimaciones de una revista especializada."

Las industrias de la fruta y del vino se radicaron en la región de Cuyo, y en los años anteriores a la crisis comenzaron a llegar al mercado de Buenos Aires los vinos comunes; eran inferiores en esos primeros momentos pero suplieron la merma de importaciones, lue go de 1890. Al resto de las industrias podemos referirnos según los datos del censo levantado por la Unión Industrial Argentina en 1889 en la ciudad de Buenos Aires; se censaron más de 400 esta blecimientos, que empleaban 11,000 obreros, con un capital supe rior a los 1 O millones de pesos, sobresaliendo entre éstos la industria de la madera ( aserraderos, carpinterías, fábricas de muebles), los metales (talleres mecánicos y metalúrgicos) y el cuero (curtiem bres, fábricas de calzados, etc.) .

Las características del desarrollo agropecuario y de la involu ción industrial, se reflejan en el comercio exterior; la lana constituía'. el primer rubro de las exportaciones; Argentina debió luchar contra la barrera impuesta a sus lanas por el mercado estadounidense, ce rrado para ellas desde 18 67; como la entrada de cueros era libre, en ciertas épocas era frecuente que se mataran las ovejas para exportar, lo cual vino a obrar en favor del mejoramiento del ganado ovino, por cuanto siempre se mataban los animales de inferior calidad. Aun los diplomáticos estadounidenses luchaban contra esa discrimina ción que sentían inicua; como el caso del Sr. John Pitkin, quien defiende la posición argentina con ardor de verdadero americanista, al decir en una nota al ministro Blaine:

"¿Por qué no colocar a la República Argentina en un mismo pie de igual dad que Australia, Nueva Zelandia y otros países? ¿Quién puede querer seguir con una discriminación tan palpable e injusta contra una nación hermana de nuestro propio continente que lucha contra esos obstáculos para seguir las huellas de los Estados Unidos y proceder en favor de

35 DOMINGO LAMAS, Revista Económica del Río de la Plata, 2da. Epoca, Buenos Aires, 1892, p. 40.


países distantes como Nueva Zelandia y Australia, firmes colonias de In glaterra, cl más poderoso imperio comercial del mundo?".36

Pero estas consideraciones no fueron tomadas en cuenta, y la ley aduanera o ley Mc Kinley aumentaba el arancel sobre la lana sucia argentina o lana para alfombras que ese país no producía." A pesar de las dificultades de exportación, las lanas se vieron favorecidas por los precios en alza como vimos; cuando en 1890 el precio bajó, sien do el 75 % de 1889, el productor prefirió almacenarla hasta que mejorara su comercialización como sucedió en 1892. Con respecto a la lana, el productor tenía la facilidad de regular la oferta de acuerdo con la demanda.

No ocurría lo mismo con los agricultores, que dependían de la rápida colocación de su cosecha, debido a la falta de medios de almacenamiento, o sea que se hallaban a merced de las inclemencias del clima por una parte y de la demanda exterior por otra, puesto que, en ocasiones, siendo el precio mundial altamente remunerativo, debían contemplar la pérdida de su cosecha por la sequía o las pes tes, y otras veces, en que la cosecha era buena y se disponía de grandes existencias, debían colocarla a precios mezquinos, debido a una gran producción mundial o a una alza en los fletes marítimos o terrestres. La exportación de productos agrícolas (maíz, trigo, lino, harina de trigo) se acreció sensiblemente a partir de 1886, de 8 .7 millones de pesos oro en ese año ( 12 % del producto total de las exportaciones) a 21.4 en 1887 (25%), 16.8 en 1888 (17%), 17.5 en 1889 (14%), 26.2 en 1890 (26%) y 27.1 en 1891 (26%),38

El tasajo se exportaba con preferencia al Brasil, por constituir

3G Consuiar Reports of the United States of America, Roll 22, N9 93, 19 de noviembre de 18 87.

i; Recién en 1894 la ley estadounidense libera a las lanas argentinas, pero en 1897 el arancel Dingley la imponía con tarifas más altas y, por primera vez en 2 5 años, gravaba la entrada de cueros. Concluye el historiador Mc Gann en su valioso estudio: "En los Estados Unidos no volvieron a mencionarse los cueros libres de derechos hasta 190 9 y las lanas libres de derechos hasta 1915 ", En THOMAS Mc GANN, Argentina, Estados Unidos y el Sistema Interamericano, 18 8 0-1914, Editorial Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1960, p. 13 5 ·

,:, Calculado en base a las cifras parciales registradas en el Extracto Estadls tico de la República Argentina, citado, p. 54 a 73.


la base de la alimentación de los esclavos, y también a Antillas, Inglaterra, Uruguay, Cuba y Puerto Rico. Con la liberación de esclavos en Cuba en 1887 y en Brasil en 1888, disminuye la expor tación de tasajo, pero luego vuelve a incrementarse ante la impo sibilidad de hallar un alimento que lo sustituyera con ventaja, y así siguió hasta fines de siglo," La exportación de carnes congeladas aumentaba año a año, en base a su cada vez mejor adaptación a las exigencias del mercado consumidor y a lo económico de su precio, pero sus ingresos en el período estudiado son de muy poca consi deración; la exportación recibió en 1888 el impulso de una ley de primas que destinaba la suma de 550,000 pesos anuales, por tres años, a partir del 1 ° de enero de 18 8 8 para fomentar la exportación de ganado vacuno en pie y carnes de vaca y de carnero conservadas por el sistema frigorífico, en latas u otras preparaciones y para sub sidios y premios a exposiciones y ferias rurales.

Las importaciones producían las más importantes fuentes de in greso del gobierno argentino, que dependía casi por completo de su producto; el impuesto de Aduana era "ad valorem" o sea sobre el valor de la unidad y se lo aplicaba según un tanto por ciento de la "tarifa de avalúas", más una sobretasa que podía imponerse o quitarse según la situación del erario. Las estadísticas aduaneras son tenidas por bastante fidedignas por la mayoría de los autores tanto argentinos como extranjeros que trataron el tema, aun cuan do algunos disientan, como el caso de Mulhall, quien sostiene que las importaciones se han valuado en un 5 O% y las exportaciones en un 20% sobre su valor real. Las importaciones en 1887 aumentaron

::n Brasil protegía la industria saladeril de Rio Grande do Sul, oponiéndose al ingreso de nuestro tasajo con el pretexto de las epidemias de cólera; el minis tro del país hermano, Barón de Cotegipe, campeón del proteccionismo, había manifestado al representante argentino en ese país Enrique B. Moreno:

" .. estaré resuelto a ir a la guerra antes que recibir el cólera" ... , Y Moreno le comenta al ministro de Relaciones Exteriores argentino, Sr. Quir- no Costa:

" ... o to'eramos lo que hace el Gobierno Brasileño o hacemos de la cuestión "carnes" la cuestión del té de los yankees en el siglo pasado", añadiendo:

" ... Creo como tú, que no ha llegado aún el caso de arreglar nuestras dife rencias con el Imperio a cañonazos". Archivo General de la Nación, Archivo Enrique B. Moreno, Correspondencia. Enero 1887 a junio 1889, Sala 7, 12-2-3, Enero 21 y febrero 8 de 18 87.


casi 22 millones respecto al año anterior, 3 millones de alimentos, 4.8 de bebidas, 2.4 de hilados y tejidos, 1. 5 de ropas y confecciones, 1.9 de maderas, 2.1 de hierro y sus manufacturas y 2.5 de combustibles, o sea que el aumento fue especialmente en bienes de consumo. En 18 8 8 el aumento fue de 11 millones, pero el hierro sólo aumentó 3 millones y los materiales de construcción 1 O, mientras que los artículos de consumo disminuyeron casi 5 millones. En 1889 au mentan las importaciones de bienes de consumo, maderas, hierro, materiales de construcción, metales y combustibles, registrándose en ese año cumbre de importaciones, un aumento de 3 6 millones respecto a 18 8 8 ; en 18 9 O ese valor se deprime en 24 millones, a pesar de que los materiales de construcción solamente aumentaron 12 millones, junto con los animales en pie y tabaco, pero disminu yen los demás rubros. En 1891 hubo una disminución de 75 millo nes en el total, las bebidas bajaron 75 %, los tabacos 80% y la cerveza casi no se importó, siendo todos estos sustituidos por los pro ductos nacionales."

La expansión económica que hemos resumido se había desarro llado, como vimos, a partir de la asunción del mando presidencial por Miguel Juárez Celman, y creemos importante reseñar en forma breve y casi periodística los hechos que jalonan su trayectoria. En 1887, cuando inaugura el período de sesiones del Congreso, enuncia su propósito de entregar todos los servicios públicos a la empresa privada, afirmando que como los ferrocarriles son en cierto modo un monopolio, el del Estado es "no sólo ilegítimo sino mucho menos tolerable que el monopolio particular, por el hecho de no haber re curso para él" ;41 conforme con ello, comienza a dar concesiones que de realizarse en su totalidad darían un gasto anual de 15 mi llones de pesos oro como garantía. En ese año se dispone la venta del Ferrocarril Andino; la expansión de los negocios es muy grande, 27 bancos con un capital de 200 millones de pesos servían al comer cio y a la industria, la especulación sobre tierras aumenta de con-

40 Calculado sobre las cifras de la Estadística del Comercio y la Navegación de la R{!publica Argentina correspondiente a los años 1886 a 1891.

41 HERACLIO MABRAGAÑA, Los Mensajes. Historia del desenvolvimiento de la Nación Argentina, redactada cronológicamente por sus gobernantes ( 1810-191 O) Buenos Aires, 1910, T. IV, p. 182.


Enero-Junio de 1971 Del "Boom" a la crisis

tinuo, el agro sufría las consecuencias de una sequía severa, llegaron 120,000 inmigrantes al país, y como se esperaba recibir grandes contingentes en el futuro, se había dispuesto la construcción de 11 hoteles de inmigrantes, 1 en la capital y dos en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, y Corrientes. Se comenzaron a trazar los límites con la República de Brasil y las conversaciones preliminares con Chile para el mismo fin, se firma ron convenios sanitarios con Brasil y Uruguay, de extradición con Italia, Bélgica, Suiza, Estados Unidos y Países Bajos, enviándose representantes al Congreso de Higiene y Demografía de Viena.

En Tucumán se habían producido graves hechos que culmina ron con el derrocamiento del gobernador Juan Posse; intervenida la provincia y realizadas nuevas elecciones, es electo el jefe de los sediciosos.

En ese año se habían emprendido grandes obras públicas, la reconstrucción de la Casa de Gobierno, la terminación del Edifi cio de la Policía, el Hospital Militar, la Escuela de Medicina; en los últimos cinco años se habían habilitado 1 O hospitales y asilos, el Cementerio de la Chacarita, 18 avenidas, se habían pavimentado 81 O cuadras y abierto o prolongado otras seiscientas; el balance co mercial daba un déficit, sin embargo, de 3 3 millones y el presu puesto otro de 13.6 millones. El presidente realiza un viaje por las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, la ciudadanía se muestra cautelosa, ni agresiva ni entusiasta; en sus discursos Juárez habla de lo floreciente de las finanzas haciendo notar que las reservas del Tesoro y de los bancos estatales eran sufi cientes para hacer frente a los compromisos futuros; en ese año se había sancionado la ley de Bancos Garantidos basada en una si milar norteamericana y con el antecedente de la que Vélez Sársfield tratara de imponer en 1863.42 Por ella, todo banco con un capital

4~ Al discutirse el proyecto en la Cámara de Diputados, el señor Colombres manifestó: "Es esto lo que veo patente que se producirá como consecuencia de convertirse en ley el proyecto que discutimos: el empobrecimiento crónico de las provincias, el empapelamiento completo de esta plaza, el oro en las nubes, y, por consiguiente, el curso forzoso eternizado en la República. Diario de Se siones de la Cámara de Diputados, Año 1887, tomo II, p. 503-504, Sesión del 26 de octubre de 1887.

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realizado de por lo menos 250,000 m.n. podrá emitir billetes por el 90 % del mismo, adquiriendo en oro fondos públicos de 4 Yz % de renta y 1 % de amortización, aforados al 8:5 % de su valor, los que serán depositados en la Oficina Inspectora como garantía de la emisión. Se da a los bancos un plazo de 7 años para canjear su circulación anterior. Las sumas procedentes de la venta de los fon dos públicos se depositarían a interés en el Banco Nacional, desti nándose luego al rescate de la deuda externa, prefiriendo la más gravosa." Terry dirá acerca del año 1887, que "señala el período más notable en la historia de la crisis. En él se decidió definitiva mente de los destinos económicos y financieros del país y del go bierno. "44

Al comenzar el año 18 8 8 se abre la licitación para adjudicar el Ferrocarril Central Norte, lo que provoca un vergonzoso escán dalo; se otorga a los señores Hume Hnos., de Londres por 16 mi llones de pesos oro, y fue impugnado por la firma N. Bower por presuntas irregularidades. Los obreros que habían comenzado a agremiarse fundan La Fraternidad; 1888 se inaugurará con huelgas, la de cocheros y servidores domésticos; la de panaderos, cocineros y mozos de hotel, la de los estafe teros del Ferrocarril Central Norte y del Central Argentino; los trabajadores protestan por la conti nua carestía de la vida, el oro sube y con él las mercaderías impor tadas y los rumores comienzan a correr, sobre diversos negociados, sobre irregularidades en los bancos, sobre déficits crecientes, y el agio y la especulación se enseñorean en la Bolsa donde se produce el llamado "crac" de junio, motivado por la baja de las acciones del Banco Constructor de la Plata, cuyas acciones disminuyeron de

·13 Los Bancos que se adhirieron de inmediato a la ley fueron siete: Nacional, y de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Salta, por un total de 100 millones de pesos con una emisión de 88 millones Y una reserva metálica de 3 5; a éstos les siguieron muy pronto otros nueve, mu chos de los cuales no cumplieron las ciáusulas de la ley por cuanto en pago de los fondos públicos entregaron pagarés o cheques con fecha adelantada, pagán dolos luego en forma irregular o no pagándolos. Un matutino dirá: "Los bancos no necesitan capital efectivo: les basta emitir letras, sobre las cuales el gobierno emitirá fondos públicos, a fin de que los bancos a su turno emitan el papel; sin que un átomo de oro o plata se mezcle en este interminable círculo vicioso de emisiones y papeles". La Nación, Buenos Aires, 19 de febrero de 1888.

41 JosÉ A. ÎERRY, Finanzas, Buenos Aires, 1927, p. 512.


$ 23 5 a $ 160 en su cotización con una pérdida total de 22 millones de pesos. Se produjo así la incapacidad de varios corredores para cumplir sus compromisos, pero un empréstito levantado entre los mismos, y la acción del Banco Nacional que prestó a los corredores en dificultades dos millones de pesos, pusieron fin a la crisis, que en suma ocasionó la baja de muchas otras acciones y una pérdida de 13 millones de pesos, oscilando la cotización del oro entre los 14 5 y 15 5 en el año.

En febrero se habían realizado elecciones que resultaron una parodia, y desde los órganos de prensa se insistía en la reforma de la ley, estableciendo circunscripciones electorales. La apatía del país era evidente; de allí que Juárez dijera en el Congreso: "No existen en todo el país oposiciones organizadas, partidos constitui dos o círculos políticos, que se consideren excluidos de la cosa pú blica o que con su actitud dificulten la marcha de la administra ción"." En tanto, al leer su mensaje el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Máximo Paz, deja entrever el estado poco flore ciente del erario y su propósito de vender el Ferrocarril Oeste, la empresa pionera del riel argentino y orgullo nacional. En agosto se inaugura en Montevideo el Congreso de Derecho Internacional Pri vado, en noviembre se dicta la ley 2393, llamada de Matrimonio Ci vil, y en Asunción del Paraguay fallece Domingo Faustino Sarmien to, vivo opositor a la política de Juárez, del que dijera: "No será más que el instrumento de las fuerzas ciegas que están transfor mando a la República"."

Dos hechos para meditar se producen en el año, por un lado el Encargado de Negocios británico Mr. Jenner envía un informe so bre la situación argentina. puntualizando los adelantos, pero cues tionando la política del gobierno; el presidente argentino considera hostil su actitud y lo declara persona no grata. Por otra parte, en la provincia de Córdoba el gobernador Olmos es suspendido en su cargo por la Cámara de Diputados que exige para él juicio político, y toma el mando el vicegobernador Echenique. Olmos, del que se

4·; H. MABRAC.AÑA, Los Me11sajfs, T. IV. p. 258. 46 AGUSTÍN RIVERO AsTENGO, J11iÍrf::: Cel man, 1844-1909, Buenos Aires, 1944,

o. 191'.


dice no obedece ciegamente las imposiciones del Unicato, pide la intervención, y el presidente se la niega; acusando aquél al subin tendente de Policía Marcos Juárez de querer sucederle en el mando. La consecuencia de la deposición de Olmos es el entronizamiento del oficialismo en todas las provincias.

Mientras tanto Buenos Aires crecía a pasos acelerados; había incorporado los partidos de San José de Flores y Belgrano; por su puerto habían entrado 13 O mil inmigrantes, los cultivos y la gana dería habían rendido muy bien gracias a las favorables condiciones meteorológicas; la demanda en Europa, por la pérdida de su co secha, era favorable para las exportaciones y se trataba de instalar el correo neumático y un cable subterráneo para comunicaciones; las Cámaras habían estado muy activas, se habían sancionado 184 leyes, la mayoría concesiones, donaciones de tierras, gastos especia les, créditos suplementarios; los depósitos del Banco Nacional y Provincia habían aumentado, el primero había adquirido el emprés tito Municipal y los de las provincias de Santiago del Estero, La Rioja, y Salta, y el segundo negociaba los fondos públicos que el Gobierno Nacional le había entregado a la Provincia para pagar su deuda y que ella había entregado al Banco para saldar la suya; el Banco Hipotecario Nacional había emitido 20 millones de cé dulas a oro y el Hipotecario Provincial seguía emitiendo las suyas hasta superar los 200 millones de pesos curso legal.

El año 18 89 se abre con dos hechos que conmocionan a la opi nión pública, por un lado se pide la autorización legislativa para vender el Ferrocarril Oeste, y por otro, el panorama político se conmueve ante los sucesos acaecidos en la provincia de Mendoza, donde el gobernador Tiburcio Benegas es depuesto por una revo lución al mando del coronel Rufino Ortega, entusiasta partidario de Juárez Celman. El vice-presidente Pellegrini en ausencia del pre sidente decide enviar la intervención, cosa que disgusta a Juárez Y produce el distanciamiento entre ambos y la renuncia del Ministro del Interior Eduardo Wilde.47 La cuestión se resuelve al fin, re-

47 El círculo que rodea a Juárez trama sus insidias y Julio A. Roca, fiel a su apodo de "el Zorro", deja actuar, se mantiene informado y conectado con el interior y espera pacientemente; aunque la renuncia de Wilde, según el jua-


puesto Benegas, quien hace las paces con Ortega, llegando a abra zarse públicamente y citándose a Juárez como el vehículo del apa ciguamiento. Al renunciar Wilde a la cartera del Interior se des tina a ella al ministro de Hacienda W. Pacheco, y el lugar de este último es ocupado por don Rufino Varela, a quien un contempo ráneo describiera como "el más novedoso y elocuente señalador de errores y preconizador de las panaceas fáciles: hombre probo y ver sado en negocios pero con más fantasía y verbalismo de lo que conviene a un financista". 48

Pacheco elabora un plan que podemos resumir así: 1) Supresión de la compra-venta de oro en la Bolsa; 2) Fundación del Tesoro Nacional para atesorar allí el oro del gobierno y el de los particu lares que quisieran depositarlo; 3) Movilización de los fondos que garanten la emisión monetaria, depositados en el Banco Nacional; 4) Emisión de bonos hipotecarios a oro; 5) Impuestos a los bancos particulares que no estén adheridos a la Ley de Bancos Nacionales Garantidos.

En la maraña de proyectos) algunos inconexos, se puede rescatar alguna iniciativa francamente temeraria como la movilización de los fondos que daban base a la circulación, que el ministro decide volcar a la plaza a razón de 200,000 pesos por día y que son absor bidos rápidamente. Se dice que los barcos parten a Europa, Brasil y Uruguay llevando metálico, puesto que los especuladores ven lo que el ministro debiera haber visto, que, agotadas las reservas, quedarían a merced de los agiotistas, y la moneda papel iría perdiendo posi ciones y sería arrastrada a una suba tremenda. Mientras Varela pe lea en el Congreso por sus planes y pide se sancionen esos u otros que llenen igual propósito porque si no «se verá como resultado inevitable una crisis que nuestra indolencia dejará formar y cuya magnitud no podremos prever"," el vice-presidente inaugura la

rismo nada tiene que ver con esos sucesos, éste en carta a Adolfo Saldias le dice que s~ ha separado del oficialismo: " ... con motivo de mi actitud en la cues tión Benegas, gobernador derrocado violentamente i mi condiscípulo i amigo". Archivo General de la Nación. Archivo del Dr. Adolfo Saldías, Sala 7, 3-6-3, No. 38, 16 de febrero de 1889.

48 JUAN BALESTRA, El Noventa, 3a. Edición, Buenos Aires, 1959, p. 24. 49 El Ministro Varela. Su plan financiero, Imprenta Sudamericana, Buenos

Aires, 1889.


primera sección del puerto Madero con gran pompa, y al regreso de Juárez de sus vacaciones, parte a Europa donde habría de par ticipar en gestiones financieras, en París y Londres; en la primera de estas ciudades habrá de inaugurar el pabellón argentino en la Exposición Internacional, donde le cupo el primer puesto entre los pabellones sudamericanos, siendo considerado el mejor expositor en lana y en maderas, obteniendo 689 premios, 12 diplomas de honor, 77 medallas de oro y 165 de plata. Cuando se inauguran las sesiones del Congreso el presidente señala:

"En nuestra actualidad argentina no existe otro partido que aquel a que pertenecen las mayorías parlamentarias y todos los gobiernos de la nación y sus estados". sn

A mediados de 1889 es elegido gobernador de Córdoba, Marcos Juárez, hermano del presidente, y se recibe en Buenos Aires con grandes señales de regocijo la visita del general Tajes, presidente del Uruguay, que viene a devolver la visita que el primer mandatario argentino le hiciera en ocasión de la clausura del Congreso de De recho Internacional Privado; también se reciben con un grande y emocionado homenaje los restos mortales de Juan Bautista Alberdi, fallecido en París en 1884. Como la situación del país empeoraba a ojos vistas, comenzaron a moverse los opositores al oficialismo, se reunieron en casa de patriotas eminentes como M. Gorostiaga, Aris tóbulo del Valle, Pedro Goyena y otros, a cuyas reuniones se unió pronto la figura patricia de Bartolomé Mitre; mientras tanto los jóvenes universitarios comenzaban a nuclearse en torno a la figura de Leandro Alem. El ambiente se agita ante rumores que hablan de la sucesión presidencial, citándose los nombres de Mitre, Roca o el candidato de Juárez, el joven abogado cordobés Ramón J. Cár cano; las huelgas se suceden, la de los obreros de la rada de Buenos Aires, los cavadores de Puerto Madero y los peones y empleados encargados de la carga y descarga de los navíos; se producen dis turbios en la Boca, populosa barriada italiana, en cuyos conventillos se refugiaban, hacinados, cientos de inmigrantes ocupados en tareas

~.o H. MABRAGAÑA, Los Mensajes, T. IV, 1881-1890, p. 338.


portuarias; hasta hay algún muerto en los incidentes. El gobierno acusa a la prédica socialista, pero lo cierto es que "el gran socialista perturbador es el oro a 175 ".'-'1

Algunos inmigrantes ante las difíciles perspectivas deciden em prender el camino del retorno a sus lares de origen y los comercian tes comienzan a restringir sus compras al exterior, puesto que al variar el precio del oro día a día podían sufrir pérdidas conside rables. Como los planes de V arela se reconocen fracasados, éste re nuncia, repudiado por todos, y vuelve Pacheco al Ministerio de Hacienda, Quimo Costa pasa al Interior y en Relaciones Exteriores y Culto se nombra a Estanislao S. Zeballos. Como los periódicos to dos, algunos con mesura como los de mayor prestigio, La Prensa y La Nación, y otros con saña como El Nacional o El Diario critican a Juárez, los partidarios del régimen deciden desagraviar a su adalid y se reúnen en un banquete que se llamó de los Incondicionales, donde menudearon los discursos apologéticos y las manifestaciones de apoyo. Pero la misma mañana del banquete se publica un ar tículo titulado "Tu quoque juventud't=-Œn tropel al éxito"," del joven Francisco Barroetaveña, en que con inflamado patriotismo se hacía un llamado a la juventud y a sus ideales cívicos. De inme diato se nuclearon junto a él los universitarios opositores al gobier no, iniciándose la llamada Unión Cívica de la Juventud, la que celebra un mitín el l 9 de septiembre de 18 89 en el Jardín Florida, con gran éxito popular. Barroetaveña dirá lo siguiente de la Unión Cívica:

"No dezemos perder de vista que la Unión Cívica no se ha formado para elegir presidente, sino para salvar al país del abismo en que lo hundieron los últimos gobiernos personales, para establecer las instituciones y orga- nizar el régimen municipal en todas las ciudades, para garantir la li bertad civil, castigar los delitos contra la libertad de sufragio y contra el tesoro público, hacer respetar las autonomías provinciales, provocar el despertamiento de la vida cívica en toda la república y salvar la juventud y el honor de nuestro pueblo, mancillados sin pudor.'?"

,-,i El Diario, Buenos Aires, 4 y 5 de agosto de 18 8 9. 52 La Nación, Buenos Aires, 2 O de Agosto de 18 8 9. ''3 Ibidem, 13 de octubre de 18 8 9.


Mientras tanto Pacheco decide restablecer las operaciones a oro en la Bolsa, reducir la circulación fiduciaria y mejorar el déficit presupuestario que para ese año sería de 34 millones de pesos oro. El malestar se acentúa, los periódicos informan sobre el precio fa buloso a que han llegado los artículos de primera necesidad y los alquileres, y calculan que en los últimos tiempos han cerrado más de cuatrocientos almacenes al menudeo en la ciudad de Buenos Aires. La nueva ley de Aduana levanta agudas protestas, por los recargos a las importaciones, pero el gobierno se encuentra agobiado y esos son sus principales ingresos, La Unión Cívica se extiende a las parroquias y al interior del país y nuevas huelgas aumentan el desasosiego, la de ebanistas y carpinteros, la de albañiles y demás de la construcción y aun la del personal bancario; todos solicitan au mentos de salarios acordes con los del premio del oro. En el pano rama americano hay dos noticias que merecen destacarse: en octubre de 1889 se inaugura en Washington la primera Conferencia Pan americana, con asistencia de Roque Sáenz Peña y Manuel Quintana; y en Brasil, cae don Pedro I y se proclama la república. A fines de noviembre regresa el vice-presidente y el país entero espera traiga en sus valijas el acuerdo salvador; pero el mercado de capitales in gleses comenzaba a cerrarse para los valores argentinos y no pudo conseguirse un empréstito en las condiciones previstas; es el de rrumbe, las casas importadoras deciden suspender sus pedidos, los comerciantes al menudeo aumentan en un 60 u 80% sus pro ductos, las ventas de tierras están paralizadas y el gobierno echa mano a la venta de 24,000 leguas de tierras fiscales, en el extran jero, para procurarse el metálico necesario. La medida es acremente combatida por todos los sectores," y la venta no llega a materiali zarse, pues luego de la revolución la disposición es anulada. Los bancos estatales seguían ofreciendo descuentos en condiciones muy superiores a las de plaza y comprometiendo más y más sus finan zas, con total despreocupación; en los bancos particulares la situa-

G4 La Prensa en un valiente editorial forma una lista de naciones que inte gran Dinamarca, Holanda, Bélgica, Suiza, Grecia, Servia, Bulgaria, Baviera, Sa jonia y Baden, cuya extensión conjunta suma 497,554 kilómetros cuadrados y comenta: "Dentro de las 24,000 leguas caben, pues, diez Naciones o Estados in dependientes europeos y aún sobra espacio."


ción se ve clara. El Banco Nacional moviliza su reserva metálica, como vimos, por decreto del 2 O de marzo de 18 8 9, y en los con siderandos del mismo se dice claramente que la medida se toma, pues:

"No deben permanecer inmovilizados por cuanto no prestan así los ser vicios que están llamados a prestar en el mercado monetario".

Ei Banco de Londres y Río de la Plata, poco después, solicita a la Head Office le envíe metálico para reforzar las existencias de las sucursales de Buenos Aires y Montevideo; el 3 de octubre su prin cipal en Argentina comunica a sus superiores:

"Los señores Baring y Hale es preferible que procedan como nosotros; desde la pérdida de la cosecha de trigo, deben poner en orden sus negocios y prepararse para una crisis"."

Publicadas las estadísticas municipales vemos que en 18 89 la población de Buenos Aires creció en 61,000 almas, que en la Bolsa se cotizaron acciones por 1,000 millones de pesos, que las cédulas que se decían atacadas del mal de San Vito o Cores, pasaban de ma no en mano y sus transacciones llegaron a 230 millones correspon dientes a 27 establecimientos, que 8 5 millones correspondían a fon dos y títulos públicos y el resto a títulos diversos, otorgándose co tización a 37 nuevos valores. El pueblo centraba su descontento en el repudio por la persona de Juárez; en ocasión de hallarse enfermo a fines de año, un periódico dirá con sorna:

'' Juárez en cama con enterocolitis financiera ante la falta de oro en las arcas del Banco Nacional."56

Iniciado el año 1890, se firma un tratado preliminar con Brasil sobre los límites en Misiones, y la capital se aquieta transitoriamente para recibir al gestor del acuerdo, el Ministro de Relaciones Exte riores del Brasil, Quintino Bocayuba; en febrero se realizan eleccio nes de diputados y, ante la abstención de la oposición, concurre so-

55 DAVID JosLIN, A century of banking in Latin America, to commemorate the centenary in 1862 of the Bank of London & South America Limited, Lon don, Oxford University Press, 1963, p. 123.

56 El Diario, Buenos Aires, 8 de diciembre de 1889.


lo el partido oficial, se inicia la huelga de panaderos, que priva a la ciudad de su principal alimento, y el oro llega a 272 ;í~ . Las emisio nes de capital en Londres habían disminuído para la Argentina de 13 a 5 millones de libras, y luego del fracaso del empréstito de la Water Supply and Drainage Company, la crisis se acentúa, la emi sión llega a ser nula en 1890 y la contracción se transmite rápida mente al mercado argentino."

La crisis que desatóse en Argentina en 1890-91 tuvo carácter mundial, a tal punto que W. L. Thorp al estudiar las actividades económicas de diecisiete países, nota que coincide notablemente en los tramos de depresión, y afirma que diez de ellos tuvieron receso en 1890-91.58

En Argentina, mientras tanto, vuelto en el mes de marzo de 1890 el presidente de su retiro cordobés, se suceden las reuniones de gabinete para elaborar proyectos que mejoren su situación; se inaugura en esos días el puerto de Ensenada, y Juárez en su discur so .dice:

"En un día de crisis economica y comercial, Buenos Aires inaugura el gran puerto de La Plata. Un país que produce estos acontecimientos en medio de las dificultades es un pueblo viril, rico, fuerte, poderoso"."

En esos días se produce la renuncia del Presidente de la Oficina Inspectora de Bancos Garantidos, Marcos Sastre, y se dice que se debe a los abusos de las emisiones de los Bancos Nacional y de la Provincia de Córdoba, y el malestar y los rumores crecen. El pe riódico del gobierno comienza a publicar reportajes de los principa les economistas del momento, Leroy Beaulieu y Leon Say y de al-

,., El economista Gottfried Haberler dirá: ... "durante la fase descendente del ciclo económico, cuando se quebranta la confianza de los inversionistas, se elude hacer préstamos al extranjero, porque se consideran más peligrosos que los prés tamos nacionales. Resulta de aquí que son los países prestatarios quienes soportan cl peso de la depresión, mientras que los habitualmente exportadores de capitales se encuentran aliviados en cierto modo, por la mejora que experimenta su balanza de pagos". GOTTFRIED VON HABERLER, ProsPrridad y Depresion, Fondo de Cultura Económica, México, 1942, p. 406.

,,s Citado por W. AsHORTH, Breve Historia de la Economía lntemackmal, 1850-1950, Fondo de Cultura Económica, México, 1958, p. 193.

"9 S!id America, Buenos Aires, 31 de marzo de 1890.


gunos banqueros relacionados con las finanzas argentinas como el Marqués de Santúzar de la casa Murrieta y Cía. o Lord Revelstock de Baring Bros., quien manifiesta al cronista Héctor Quesada:

"Nuestros intereses son los de ustedes y nuestro propósito es servir siempre sin reservas y con nuestra mejor voluntad las finanzas de la República que se encuentran hoy contrariadas, más que por sus propios males, por Ja mala situación de este mercado.Y'"

El 13 de abril la oposición al gobierno realiza un gran mitín en el frontón Buenos Aires, con asistencia de las mayores personalida des políticas y de 10,000 personas; mientras tanto en el seno del gobierno se planteó una crisis de gabinete y se nombran a los nue vos ministros: Salustiano Zavalía en Interior, Amancio Alcorta en Justicia e Instrucción Pública, Nicolás Lev alle en Guerra y Marina; Roque Sáenz Peña en Relaciones Exteriores y Francisco U riburu en Hacienda; este último nombramiento fue muy bien recibido por la plaza y su consecuencia fue la baja del oro de 315 a 25 3. Pero la oposición se organizaba, de la juventud había pasado a las parro quias y luego al ejército y a la marina, interviniendo en el movi miento generales prestigiosos como Manuel Campos, Domingo Vie jobueno, los coroneles Espina y Figueroa, el mayor Day, y en la ma rina el mayor Lira, el teniente de navío O'Connor y otros.

Mayo se inicia con un cambio de autoridades en la provincia de Buenos Aires, el gobernador M. Paz hace entrega del mando a su sucesor Julio Costa; y Juárez, al inaugurar las sesiones del Congreso, se refiere a la gravedad de la cisis con estas palabras:

;,Las dificultades financieras que se iniciaban al clausurar el período pre cedente, han aumentado en intensidad, asumiendo los caracteres de una crisis económica y comercial, que ha afectado los valores, ha restringido el uso del crédito, ha encarecido los consumos, llegando hasta despertar alarmas y desconfianzas en los espíritus."61

En el movimiento político opositor se siente una sensible baja, el general Mitre parte para Europa, con ánimo sin duda de sustraer-

60 Ibidem. 61 H. MABRAGAÑA, Los Mensajes, T. IV, p. 343.


se a la contienda civil que ya se siente inminente. El 29 de mayo se produce en el Senado la denuncia de Aristóbulo del Valle acerca de las emisiones clandestinas y su interpelación al ministro Uriburu, quien primero habla de emisiones antiguas que por diversas causas no han podido ser retiradas, pero que luego admite existen también otras nuevas que dice aprobar como ciudadano honrado por ser "una medida salvadora, indispensable", a lo que del Valle contesta:

"La emisión clandestina es una falsificación de la moneda y no hay razón alguna que obligue al hombre honrado a sancionar la falsificación del sello nacional". 62

Se nombra una comisión investigadora, pero su acción se paraliza cuando sorpresivamente se envía a las Cámaras un proyecto sobre creación de fondos públicos por $ 3 5 .116,000, para legalizar los prés tamos hechos a los Bancos Provincia de Buenos Aires por $ 8.798,000 y Nacional por $ 26.318,000, de los que 12 millones son de circu lación nueva y 14 de la circulación anterior;" se sanciona como ley 2700 del 18 de julio de 1890. Uriburu presenta su renuncia y es reemplazado por Juan Agustín García, que presenta un proyec to sobre emisión de bonos hipotecarios por la suma de 100 millones de pesos que se recibirían en pago de contribuciones, excepto el 50% de las importaciones que debería hacerse a oro; Pellegrini de fiende la medida en las Cámaras al decir que: "representa un valor equivalente al de la tierra que lo garante". Aprobado como ley 2701, nunca se puso en vigor.

Julio se inicia con rumores de revolución, se acuartela la po licía y los bomberos y también los batallones de línea, y comienza a publicarse El Argentino, órgano de la Unión Cívica. El 26 de julio se produce el estallido revolucionario del que el gobierno tu-

62 Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, Período de 1890, Buenos Aires, 1891, p. 38 a 42.

63 Hemos aclarado el alcance de la ley 2700, puesto que en el reciente trabajo del historiador JOHN E. HoDGE, "Carlos Pellegrini and the financial crisis of 1890", en The HisPcmic An~ITican Historical Review, August, 1970, Vol. 1, No. 3,, p. 51 O, se deja sentado que Juárez Ce1man autorizó una ayuda de 12 mi llones de nueva emisión al Banco Nacional, cuando el auxilio, en verdad, llegó, como vimos, a 2 6 millones.


vo datos ciertos por la delación del mayor Palma; el movimiento se precipita ante la prisión de su jefe militar Manuel Campos, que, liberado, puede ponerse al frente de las tropas en el Parque de Ar tillería; la conducción civil estuvo a cargo de Leandro Alem. His toriar, aun someramente, la revolución de julio excedería en mu cho los estrechos límites de este artículo, por lo que nos limitare mos a señalar que el plan primitivo de apresar a las autoridades y tomar los principales edificios públicos no se cumplió y sin duda las intrigas de Roca ( que supo explotar la falta de afinidad de los grupos que constituían el movimiento), la desconfianza de Cam pos por Alem, y acaso la promesa de que Juárez sería eliminado definitivamente, hicieron que el levantamiento abortara, luego de una lucha sangrienta en la que el oficialismo llevó la peor parte, no habiendo los complotados en ningún momento iniciado una ofensiva orgánica, encerrándose desatinadamente en el Parque, es terilizando así los beneficios de la sorpresa y abandonando la lucha ante las manifestaciones de Campos de la carencia de metralla. Alem y sus partidarios se reconocen traicionados; el gobierno dicta una amnistía general y Juárez trata infructuosamente de formar un nuevo gabinete. Finalmente presenta su renuncia, que es acepta da con general alivio, y con estimable decoro personal· se retira de la vida política, con reserva y sin def end erse ni de los más viles ataques. El vicepresidente Pellegrini asume el mando, en medio del alborozo popular, mientras la multitud coreando el estribillo de "ya se fue, ya se fue, el burrito cordobés", destruía los faroles de la ciudad, convertidos en símbolos del juarismo. Tras los balcones del Comité Central de la Unión Cívica, un hombre de luengas barbas blancas se aprestaba para la lucha; Alem no se engañaba, quedaban en pie el "régimen" y sus hombres; la caída de Juárez y el fracaso revolucionario significarían el entronizamiento del ro quismo, que habría de dominar por largos años el panorama polí-

• ' 64 neo argentmo.

61 El diario juarista en una Carta Abierta a Pellegrini, calcula con singular visión profética la duración de la gestión de Roca:

"lo. Gobierno 1880-86 6 años 20. Gobierno 1886-90 4 años


Acerca de la conexión que los sucesos políticos argentinos pu dieran tener con el exterior, el historiador Ferns, quien pudo ma nejar la rica documentación británica, afirma:

"En ese momento la Argentina podía tomar dos direcciones. La de Juárez Celman era una dirección de repudio y aumento de la inflación; la de Pellegrini era la de la conciliación con los banqueros y suscriptores de Londres y París. Como resultado del levantamiento del 26 de julio, Pelle grini ganó terreno y quedó abierto el camino para un arreglo",65

Carlos Pellegrini ocupaba la primera magistratura a los 44 años de edad, en horas harto difíciles. De alta estatura física y porte sajón, apuesto y simpático, mundano y de arrolladora vitalidad, más ejecutivo que cerebral, más inteligente que erudito, sin el li rismo propio de muchos de sus contemporáneos, compensaba con ventaja la limitación de sus conocimientos con su agudo sentido práctico y su acabado criterio, y, benevolente con los errores pro pios y ajenos, sin dobleces, valiente hasta la temeridad, franco has ta la ingenuidad, amante de los placeres y del bienestar material, se consagró a solucionar las dificultades de la hacienda pública, que eran las más apremiantes, tomando entre sus firmes manos el timón de una nave que las tormentas de fuera y de dentro amena zaban con abismar.66

El gobierno de Pellegrini se desarrolló en medio del período más

3o. Regencia Pellegrini 1890-92 2 años 4o. Su fantoche 1892-98 6 años 5o. El 1898-1904 6 años

1880-1904 24 años El Dr. Alem tuvo razón. Las banderas han debido permanecer a media asta y

mudas las campanas y agraviados los pueblos, porque esta no es reacción sino re caída". S11d América. Buenos Aires, 16 de setiembre de 1890.

Gõ H. S. FERNS, Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX, Solar-Hachette, Buenos Aires, 1966, p. 4 5 3-5 4. 66 Forma su ministerio con Vicente Fidel López en Hacienda, Eduardo Costa

en Relaciones Exteriores, Nicolás Levalle en Guerra y Marina, Julio A. Roca en Interior y José María Gutiérrez en Justicia, Culto e Instrucción Pública. Costa Y Gutiérrez eran mitristas, el primero jurista de renombre y el segundo esclarecido literato y periodista; López, hombre probo e incorruptible, era devoto de la Unión Cívica; el General Levalle era el hombre fuerte del ejército argentino, y finalmente Julio A. Roca era el más hábil de los políticos de su país. Todos ellos fueron luego reemplazados, a excepción de Levalle.


agudo de la crisis, su liquidación. Como "se había recibido de un montón de escombros en todas las ramas de la administración", se gún manifestara en su carta a Miguel Cané, sus preocupaciones más perentorias eran proveerse de dinero para solucionar los dé ficits -el presupuestario fue ese año de 5 4 millones de pesos oro-, y arreglar el problema de la circulación monetaria, de la deuda pú blica y de los bancos garantidos. Analizaremos brevemente su acción en este sentido.

Para lo primero se dispuso:

... "la revision de las leyes de impuestos con el fin de aumentar el pro· dueto fiscal, restableciendo los derechos sobre la exportación, cobrando en oro los derechos de Aduana, creando impuestos internos sobre alcoholes, cervezas y fósforos, imponiendo a las empresas comerciales radicadas en el país un tanto sobre sus utilidades, creando Tribunales para juzgar los casos de contrabando y declarando caducas las concesiones de garantías cuyos concesionarios estuvieran en mora.'?"

La ley de Aduana para 1891 hacía ascender al 60% el derecho sobre ropas, confecciones, calzados, sombreros, carruajes, arneses, muebles, conservas, quesos, manteca, quedando así con igual grava men que los cigarros y objetos de arte; elevaba los derechos dife renciales sobre harinas, fideos, galletitas, vinos, licores, alcoholes, kerosene, cognac, aguardientes, naipes, y liberaba la importación de azogue, azufre, ladrillos refractarios, pasta de papel, algodón en rama, hilado de algodón, lúpulo, nitrato de soda, máquinas indus triales, etc. Además la ley 2772 expresaba que los mismos serían pagados en oro, y creaba derechos adicionales sobre vinos, cigarros, cigarrillos, tabaco, naipes, fósforos, etc. con destino a aumentar los fondos de la Caja de Conversión; la ley 2773 del 29 de enero de 1891 sancionaba un impuesto del 4% "ad valorem" sobre la exportación de aceites, animales, astas, carne, tasajo, ceniza, hueso, cerda, cueros y pieles. Estas leyes de protección aduanera a las in dustrias incipientes, y una contribución aplicada a los exportado res agropecuarios que obtenían grandes beneficios con el alza del premio del oro, fueron, de las disposiciones tomadas por este go-

67 Memorias de Hacienda, Año 1890, Buenos Aires, 1891, p. XLIV.


bierno, las más beneficiosas. Además se aplicaron por primera vez en el ámbito nacional impuestos internos a los alcoholes, cervezas y fósforos; algunos de los artículos de esta ley produjeron gran al boroto, como el que gravaba las utilidades y dividendos de los ban cos particulares en un 1 O% y en un 7 % las de las sociedades anó nimas de capital limitado, cuya dirección y capital inscripto no estuvieran radicados en el país, con excepción de los frigoríficos y ferrocarriles, o el que establecía que las compañías de seguros cu ya dirección y capital suscripto no estuvieran radicados en el país, deberían pagar un impuesto de 7% sobre las primas de las póli zas que expidieran.

Las disposiciones sobre imposición a las utilidades y dividendos de los bancos particulares, sumadas a las de la ley del 21 de enero de 1891, No. 2768, de Papel Sellado, que imponía también con un 2 % anual los depósitos de los Bancos que no se hallaran incorpora dos a la ley de Bancos Nacionales garantidos, trajeron gran in dignación en las colectividades extranjeras; en la opinión pública las medidas no fueron criticadas; estaban muy frescas en el ánimo de todos las acusaciones que contra ellos pronunciara el ministro LópeZ.68

Respecto a los gravámenes a las compañías de seguros extran jeras, la ley 2775 sobre patentes disponía que las compañías de se guros que no tuvieran radicado en el país por lo menos el 50% de su capital realizado y un directorio con residencia en la República y

68 En la Cámara de Senadores se refirió a los bancos ingleses, en especial al Banco Anglo Argentino, fundado en 1889 con un capital en Londres de£ 280,000; no trajo a Buenos Aires un solo chelín, según lo manifestó su presidente, dijo, y el primer año pagó ya 5 % de dividendo y pasó a reserva £ 20,000; el Banco Inglés aumentó sus dividendos de 5 a 6, 7, 12 y 20%; su capital en Londres era£ 750,000 en 1889, con un beneficio de £75,000, £30,000 en suspenso, a balance nuevo £39,000, y a fondo de reserva £75,000, o sea un total de £219,000, "extraídas de nuestro fondo de recursos y de nuestra plaza, año por año y en progresión". Y añadía: "Ahora, señor, el fondo de reserva para el año 1891 se elevó a 500,000 libras y según declaración del presidente está todo empleado en fondos del Estado británico (South American Journal del 13 de diciembre de 1890, p. 716)". Del Banco de Londres y Río de la Plata dice que en su 29 informe declara que sus utilidades, descontadas las cuentas dudosas o nulas y los quebrantos, ascienden a £ 395,570. Pese a estas declaraciones, el impuesto a los bancos particulares fue derogado. Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, Período I 890-9 I, Período extraordinario. Sesión del 17 de enero de 1891, p. 99.


que operaran en un solo riesgo, pagarían patente anual de $ I 0,000, $ 7,000 y $ 5,000 respectivamente, según fueran de la., 2a. y 3a. categoría, constituyendo un fondo de garantía de $100,000, $ 70,000 y $ 50,000 moneda nacional, el cual podría hacerse en tí tulos de la deuda pública a depositarse en la Caja de Conversión. Los alcances de estas leyes sobre impuestos a Compañías de Seguros y Sociedades Anónimas fueron reglamentados por sendos decretos del 24 de febrero y del 30 de enero respectivamente, que aclara ron algunas dificultades de interpretación. Las potencias extranje ras trataron de mover a sus respectivas legaciones en defensa de los intereses de las compañías, por ejemplo el Secretario de la Le gación de los Estados Unidos, Mr. Fishback, en ausencia de su ti tular, eleva formal protesta, a pedido del Secretario de Estado Mr. Blaine "acerca de la sanción de una tarifa excepcionalmente alta" contra las compañías de seguros en Argentina. Cuando llega Mr. Pitkin, eleva nueva protesta, por una nota fechada el 3 O de enero de 1891 y dirigida al Sr. Eduardo Costa, en la cual en tono mesu rado enumera diversos artículos constitucionales y del Tratado de Comercio del 27 de Julio de 18 5 3, que dice amparan a dichas sociedades.69 El largo alegato en defensa de las empresas "The Equi table and The New York Life Insurance Companies", expresa en tre sus considerandos que si bien el 2 % a los depósitos de los ban cos particulares se explicaba por el deseo de hacer volver a los Ban cos Nacional y Provincia de Buenos Aires el capital nacional:

"La misma discriminación tomada contra las compañías de seguros de mi país, representada por sus filiales aquí, estoy persuadido que significan querer terminar con sus negocios en esta nación".

Habla de las excesivas tarifas, puesto que por la categoría de las empresas no duda se aplicaría la máxima patente de 10,000 pesos:

... "suma no sólo excesiva en sí misma sino también sin ninguna equidad,

69 Ver U. S. Legaûon, Argentina, DiPlomatic Despatches, Vol. 29, Roll 23, 10 enero de 1891 y sus apéndices. Los artículos constitucionales son cl 20, en el que se asegura igualdad de derechos civiles y se exime a los extranjeros de "contri buciones forzosas extraordinarias" y el 4, en el que se habla de "contribuciones equitativas y proporcionales". En cuanto al artículo 9 del Tratado de Comercio del 27 de julio de 18 5 3, Costa se refiere a él en su respuesta, que figura anexa.

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no sólo porque no se aplica a Lis cornpaûias del país, sino porque se añade un 7<¡;) sobre sus primas, ganancias y reservas, y están también las provincias, que en cualquier momento pueden imponer las primas".

Termina haciendo una ardiente defensa de las empresas, que em plean muchos agentes y tienen grandes oficinas en todo el territo rio, montadas con grandes gastos y que han favorecido a los ciu dadanos argentinos que en gran número han sido tomadores de sus pólizas y a las que se las inhibe de contribuir al crecimiento del país con el que los Estados U nidos desean estrechar lazos de amis tad. El informe que acompaña la copia de su nota, señala a su su perior que las oficinas de las citadas compañías han debido cerrar sus puertas. La respuesta del ministro Costa que figura como apén dice a dichos informes, luego de reseñar brevemente las bases de la protesta, añade con dignidad y altivez:

"Ha de permitirme el Señor Ministro que no entre a discutir con Su Ex celencia si las leyes del Congreso están o no ajustadas a los principios cons titucionales que el mismo ha consignado en su carta orgánica, ni menos, si los impuestos que ha juzgado oportuno establecer son justos o injustos. Es un principio inconcuso que toda Nación es el único y exclusivo intér prete de sus leyes internas, y al establecer impuestos sobre la propiedad existente en su territorio, cl Congreso no ha hecho otra cosa que usar del derecho inherente a la soberanía del Estado y ninguna más que el Congreso Norteamericano ha dado pruebas irrecusables de la amplitud de este derecho estableciendo impuestos que han venido a perturbar industrias seculares. La protesta del Señor Ministro sólo podría ser admitida y discutida bajo el punto de vista de los Tratados existentes. Por fortuna empero nuestra constitución a imitación de Lt de los Estados Unidos aleja sabiamente esta discusión de l.t esfera de los Poderes Públi(os. Li Corte Suprema Federal entre nosotros como en la Unión Americana cs la encargada de resolver si una Icy cs contraria a los Tratados existentes como a la Constitución o a Lis leves del Congreso. Si pues los impuestos, a los que el señor Ministro se refiere contrarian, ya sea las declaraciones y promesas de Lt Constitución y:1 Lis estipulaciones del Tratado, las com pañias Americanas de seguros deben ocurrir a Lt corte Suprema Federal convencidas que en este alto tribunal, encontrH~n la justicia a que tengan derecho. Mientras este alto y supremo Tribunal no haya pronunciado su resolución definitiva lu de permitirme \'.E. que le observe que toda dis cusión cs ineficaz e innecesaria".



Al adjuntar esta nota a sus superiores, Pitkin les informa que:

"El Sr. T. T. Watson, gerente de la Equitable Life Insurance, me avisó que ha sido invitado por el Ministro de Hacienda a presentar una solicitud para ser admitido en un mismo pie de igualdad que las compañías del país, cuando se inviertan $ 100,000 en la República y constituyan un Directorio local. Esta propuesta me ha sido exhibida, fue redactada por la gerencia de la Equitable, a la espera de un pronto y favorable decreto del gobierno. El recurso de apelación ante la Corte Suprema sería así totalmente inne cesario para que las compañías puedan reabrir sus puertas. El gerente de la Equitable expresó gran satisfacción por los resultados que atribuye en gran parte a la protesta presentada".

Los directivos de la citada compañía de seguros, deseaban llegar a un acuerdo, sin tener que recurrir a la apelación ante el más al to tribunal de justicia de la República, de cuya resolución favora ble dudaban. Es así que se avienen a allegarse en parte a los propó sitos del gobierno argentino que estaba, en especial por parte de Pellegrini, dispuesto a transar con las compañías de seguros ame ricanas, pues en esos momentos cortejaba gentilmente a los Estados Unidos, pensando conseguir un empréstito de ese origen para fun dar su Banco. De allí que el 2 de mayo de 1891, una resolución del Poder Ejecutivo dispuso lo siguiente:

"La Sociedad de Seguros sobre la vida 'La Equitativa' podrá continuar sus operaciones en las condiciones de las compañías nacionales, siempre que acreditase haber radicado en el país por lo menos el cincuenta por ciento de su capital realizado y hal::er nombrado un directorio con residencia en la República"."

El arreglo de la deuda externa fue una de las mayores preocu paciones del gobierno de Pellegrini; cuando a fines de 1890 Baring

70 El historiador Ferns, al referirse a las quejas de las compañías inglesas, que llegan a pedir la intervención, hace notar que la opinión del Foreign Office era de que: "no hay nada en nuestro tratado con la República Argentina del 2 de fe brero de 18 2 5 ... que se refiera expresamente a compañías por acciones, compañías de seguros u otras compañías". Y además señala que tanto Grecia como Francia habían aplicado las mismas sanciones que Argentina a las compañías británicas y Gran Bretaña nunca había protestado, pero si los Estados Unidos obtenían satis facciones en sus reclamos, ellos podían solicitar lo mismo en virtud de la cláusula de nación más favorecida del Tratado de 1825. Ver H. S. FERNS, ob. cit., p. 464.

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Brothers le declara que se encuentra insolvente, decide nombrar agente financiero en Londres al Dr. Victoria de la Plaza, salteño de humilde origen, colaborador de Dalmacio Vélez Sarsfield en la redacción del Código Civil Argentino, y ministro de Hacienda de Nicolás Avellaneda y Julio A. Roca, quien luego de arduas gestio nes consigue consolidar la deuda pública y rescindir el contrato de las Obras de Salubridad. Estas últimas, siguiendo la política del gobierno de entregar a la explotación privada los servicios públicos, fueron arrendadas a una empresa extranjera, la Water Supply and Drainage Company por 21 millones de pesos oro a pagarse en tres cuotas de 7 millones cada una, habiéndose emitido un empréstito por 2 5 millones de pesos oro que no pudo colocarse en el mercado de valores de Londres." El contrato de rescisión será firmado final mente, constituyéndose un empréstito tomado al 80c;/o de su valor, por el que se pagará a la Compañía 25 .500,000 pesos oro de los que 14 millones serán a cuenta de lo arrendado, y 8.500,000' por las obras adicionales, además de 2 millones por intereses de las sumas entrega das al gobierno y 1 millón por gastos de máquinas, bombas y otros materiales, aplicándose el resto a la terminación de algunas obras complementarias. Este contrato no fue bien recibido en el país y el mismo Plaza refiriéndose a él dijo:

"Ha tomádorne cerca de seis meses y causádorne más contrariedades y malos ratos que ningún otro en mi vida".72

El Empréstito de Consolidación aprobado por ley 2770 del 23 de enero de 18 91, sancionaba una emisión de bonos por 7 5 millones

'1 La desgraciada operación que en Buenos Aires fue tildada de "negotiurn", involucraba a personas importantes corno Juárez Wilde; volvió a tomar estado pú blico a raíz de ciertas versiones aparecidas en el South A,merícan Journal, por lo cual el ex ministro del Interior solicita a Plaza inicie a su nombre formal demanda a los responsables. Plaza le contesta negativamente, pues en esos momentos era agente oficial argentino, y termina haciéndole notar severamente:

... "y aún cuando por mi parte no deba dar crédito a la imputación lanzada ni suponer por un momento que el juicio pudiera tener un resultado desfa vorable no me explico como sería atinado ver a dos altos funcionarios de mi país sometidos a la jurisdicción de una corte extranjera". A. Victorino de la Plaza, 6-2-26, No. 171, 17-9-1891.

72 Ibidem, No. 409, 4 de julio de 1892.

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de pesos oro o sea 15 millones de libras, al 6 % de interés, cuyo pro ducido se destinará por tres años al pago del interés de los emprésti tos nacionales y de las garantías acordadas por la Nación o que to me a su cargo según la ley 27 6 5, relativa a las deudas de las provin cias de las que la Nación se hacía cargo. Este empréstito tenía como garantía la parte necesaria de los derechos de importación, siendo sus cupones recibidos en pago de los mismos, además la amortiza ción debía iniciarse al cabo de los tres años y completarse en un pla zo de treinta años.

Este acuerdo firmado con Lord Rothschild y el sector británico de acreedores argentinos, produjo el retiro del seno de la comisión, de los banqueros alemanes y franceses. Quizá quisieron evitar con el empréstito la caída estrepitosa de los valores argentinos, comprome tiendo aún más la situación de Baring Brothers.73 En la República Argentina, quienes conocían profundamente las dificultades finan cieras del gobierno juzgaron el empréstito Morgan como una medi da transitoria que sólo aplazaba para más adelante el momento de pedir una moratoria al exterior. Tal la opinión del Sr. Ricardo Pi llado, contador de diversas empresas oficiales argentinas, primer ge rente de la Caja de Conversión, con un cargo similar en el Banco Nacional en Liquidación, autor de numerosas obras sobre temas eco nómicos, redactor financiero del diario "La Prensa" de Buenos Aires, jubilado en 1916 luego de 52 años de servicios continuados a la República, académico de Ciencias Económicas y hombre de vasta experiencia a la par que íntimo y fiel amigo de Plaza, al que no vacila en expresarle:

"De este asunto conozco lo que el público conoce de los documentos publi cados por el Gob •.• y tengo qe. juzgarlo por ellos. De su ejecución, se que es buena por qe V d. la ha suscrito y nada mas. Pienso sin embargo qe como acto de Gob? ella es mala por qe si bien

73 Baring's pudo superar la crisis mediante la ayuda del Banco de InglaterP que so.icitó al Gobierno aumentara sus saldos en el Banco y asumiera la mitad de la pérdida que pudiera surgir del redescuento de su cartera. Además suscribió la alta banca un fondo de garantía por 17 millones de libras, dándose a Baring un plazo de tres años para su liquidación, el que fue renovado, llegándose al final del proceso un año y dos meses después del plazo original. Ver: JOHN CLAPHAN, The Bank of England, Cambridge, 1944, vol. II.

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nos salva de ser llamados def au/fers hoy y durante tres años, no es sincera pues no evitará qe se nos de ese nombre en los años qe llegarán demasiado pronto. La operación qe un Gob" consciente debió hacer es la qe le he manifestado hace tiempo, aclarar la verdad y pedir una reducción de servicios, con arre glo a ntras. fuerzas y no gravar el erario con 7 5 millones qe unidos a los 3 5 de las Obras de Salubridad llevaran nuestra deuda unida a las pro vinciales arriba de 400 millones.": 1

Cuando Plaza recibe esta carta contesta con una larga misiva en la que defiende sus puntos de vista con ardor y convicción. Co mienza por reconvenir a Pillado a quien considera una especie de intérprete suyo, quejándose amargamente de que no lo haya en tendido y echa las culpas a:

"La maldita influencia que se ha levantado allí, que ha trastornado y per vertido todo, que no tiene otra bandera que la del deshonor, la de no pagar, la de renunciar á todo espíritu de energía, de virilidad, de grandeza; que no mide la trascendencia de la mancha, que tal hecho dejaría para siempre en la historia de nuestro país, es la que los domina y extravía hasta no dejarles ver el recto sendero que un pueblo, con un gran porvenir por de lante, debe seguir.?"

Se nota en este alegato hecho con profundo y conmovedor convencimiento de que esa era la única salida honorable para el país, que se siente herido por la incomprensión de sus conciudada nos, y él, consustanciado con la política económica de Avellaneda, vuelve sobre su frase y añade:

"Su desesperación de que no podremos pagar es infundada. A su tiempo todo ha de allanarse y sus ideas impracticables hoy ó antes podrán tener cabida, pero ningún argentino debe olvidar que la bandera de su país es: economizar sobre el hambre y la sed para salvar cl crédito y el boner",

No eran sin embargo tan infundados los temores puesto que

71 Archivo V. de la Plaza, 5-2-3, 463, 23 de octubre de 1891. El gobierno Nacional se hizo cargo sucesivamente de las emisiones garantidas

por 189 millones de pesos, con fondos públicos o garantías de los Bancos Na cional, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Salta, Santiago, La Rioja, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis, Corrientes, San Juan, Mendoza, Catamarca y Tucumán.

75 Ibidem, 6-2-26, 20 de noviembre de 1891, No. 246, 251 y 252.

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Jas dificultades de la deuda externa argentina se arreglaron me diante la firma del arreglo Romero en 1893, por el que se estipu laba el pago por 5 años de un interés reducido en un 30% aproxi madamente, interrumpiéndose el pago de la amortización; luego de ese lapso, en 1898, se comprometía a reanudar el pago íntegro de los intereses hasta llegar al pago de la amortización en 19 O l.

Para solucionar el problema de la circulación monetaria el go bierno de Pellegrini por ley 2741 del 6 de octubre de 1890, dis ponía la creación de la Caja de Conversión para atender a la con versión, impresión, habilitación, emisión y amortización gradual de la moneda de curso legal; quedaba incorporada a ella la Oficina Nacional de Bancos Garantidos y se disponía la creación de un fondo de conversión integrado por las reservas metálicas dispues tas por la ley de Bancos Garantidos, las sumas adeudadas por éstos, los fondos públicos emitidos para garantizar el circulante y otros recursos especiales. También por ley 27 46 del 9 de octubre fijába se un plazo de diez años para los Bancos Garantidos, dentro del cual deberán volver a la Conversión de sus billetes al portador y a la vista por moneda metálica, disponiéndose además que la Nación se haría cargo del retiro de las emisiones de los bancos que abando naran la Ley de Bancos Garantidos. La situación de los bancos es tatales era difícil y Pellegrini decide prestar su ayuda a los más com prometidos; finalmente el Congreso sanciona la ley 2715 del 5 de setiembre de 1890 para auxiliar a los Bancos Nacional e Hipote cario Nacional, con 25 millones cada uno y 10 millones a la Mu nicipalidad, por un total de 60 millones, que al producirse la caída de Baring son enviados en remesas y giros al exterior. El Banco Nacional al sufrir la corrida de principios de 1891 se hallaba sin reservas, el propio presidente en su mensaje a las Cámaras habla de sus obligaciones que suman 7.4 millones y sus existencias de 450,000 pesos oro y plata y 411,000 en billetes de curso legal."

,G Al publicarse en 1891 la Memoria del Banco Nacional, correspondiente a 1890, en la que se acusa a las anteriores administraciones del otorgamiento de préstamos a los gobiernos provinciales, de la compra de empréstitos caucio nados con enormes pérdidas, de manejos políticos en sus finanzas, desquicio en su administración, reparto de los recursos entre unos pocos privilegiados, publica ción de balances falsos, repartición de dividendos inexistentes, y otras graví-

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El Banco de la Provincia de Buenos Aires en tanto, había te nido un drenaje de 22 a 24 millones de pesos durante la corrida; se presentó, al igual que el Nacional, ante el Poder Ejecutivo para informarle que sus recursos estaban agotados; ante el receso de las Cámaras, Pellegrini decide tomar las medidas más urgentes y con secuencia de ello es el decreto del 5 de marzo declarando la feria de los días 6 y 7 del mismo mes "para resolver con madurez la ac ción de los poderes públicos en la difícil situación de la plaza" y el que emitía un empréstito interno por 100 millones de pesos, llamado también Empréstito Patriótico, suscripto como corolario de una reunión de notables que tuvo lugar en la Casa de Gobierno el día 6 de marzo a las dos de la tarde y prolongóse por tres horas; al final de la misma los ciudadanos pertenecientes al comercio, la

simas falta-, se produce el unarume repudio del país. Los datos de la memoria no son muy ilustrativos; pero se complementan con los de la Comisión Exami nadora de Cuentas que hace un exhaustivo análisis de los distintos rubros. De la composición del Activo del Balance de 1890 se deduce que los Préstamos que en 18 86 representaban el 8 5 % del mismo, en 1890 eran del 44%, debido a que se había producido el traspaso de las sumas destinadas a préstamos para la ad quisición de títulos, que sumaban un 3'0% del activo; respecto a los valores en oro los préstamos representaban un 18 .3 y los tí tul os un 7 5. 5 % del mismo. Los Deudores en Gestión, según el balance al 31 de diciembre de 1890, sumaban 18 millones curso legal y 425,000 oro, y las pérdidas ese año se remontaban a los 12.3 millones curso legal y 2 millones oro. En cuanto al encaje había sido de 26% en 1886, 18% en 1887, 77% en 1888 (cifra elevada, producto del dinero entregado por los bancos garantidos y que el Nacional incluyó en su giro), 23'/t-, en 1889 y apenas 7% en 1890 (calculado en base a los balances de la Mi' moria del Banco Nacional, Año 1890, Buenos Aires, 1891.)

Las operaciones con títulos incluían la adquisición de 14.8 millones de em préstitos provinciales, 6.2 de cédulas hipotecarias y 13. millones del Bono Lucas González, contratista para la prolongación del Ferrocarril Central Norte, el que en una operación incalificable se había caucionado a Cahen d'Anvers y Cía. por £ 1.5 00,000 con opción de compra al 81 %, Recordemos que el valor no minal del Bono Lucas González era de 15 millones de pesos oro y había sido adquirido al 87% poco antes, por el Banco Nacional.

La comisión examinadora de Cuentas informa que de los préstamos en curso legal, el 21 % correspondía a los oficiales y de éstos la mitad a los Gobiernos provinciales; en oro los préstamos oficiales cran del 30.9% del total y el 80% de los mismos correspondía a los bancos provinciales, en especial a los de Tu cumán y Santa Fe; en cuanto a los particulares existían 208 deudores con prés tamos de 100,000 pesos en adelante, que habían recibido una suma superior a los 50 millones que constituían cl capital del Banco. Comisión Examinadora de Cuentas presentada a la Asamblea de Accionistas del Banco Nacional, Ejercicio 1890. Buenos Aires, Imprenta de la Universidad, MDCCCLXXXXI.

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banca y propietarios de la capital aconsejaron la emisión de los fon dos públicos del 6% de renta por la Caja de Conversión. Pero pronto se vio que el auxilio era insuficiente, y la Caja pronto ma nifestó que el empréstito no bastaría a detener el retiro de los de pósitos; se había suscripto por un total de 43 millones nominales y sus recursos se agotaron el 6 de abril, luego de haber entregado al Banco Nacional 10.9 millones y al Provincial 15 .4 por redescuen to de su cartera. El gerente de la Caja, Ricardo Pillado, comenta a su amigo Plaza la situación de ambos bancos con estas palabras:

"Su situación es completamente insostenible. Hemos tomado la cartera de ambos bancos por valor de cuarenta millones hasta hoy y les hemos repartido los 24 que ha producido el empréstito eligiendo siempre lo mejor de lo qe tenían y hoy qe no hay dinero qe darles, espero el fracaso de un momento a otro. Doloroso es decir qe este alivio es de poca consecuencia y podía preverse pues el Banco de la Prova. solo tiene 1 O O millones de depositos qe. se retiran pausada po. fir memente en la proporción de un millón a 500,000 $ al dia po. sin cesar. Han habido dias en esta semana, qe, un encaje de 2 'á 400,,000 $ era lo qe quedaba en las arcas de esos bancos al cerrar sus puertas y antiyer entre los dos no reunian los 200,000 $. Asi eran los apuros y las demandas de dinero qe nos veiamos obligados a entregar de noche y sin contar pa qe abriesen sus puertas al siguiente día".77

Como consecuencia de ese estado de cosas vino el decreto del 7 de abril autorizando la suspensión del pago de los depósitos de ambos bancos, hasta el lo. de junio, declarándose el 30 de abril ce rrada la suscripción del empréstito interno. Las medidas tomadas por el Ejecutivo son puestas a aprobación de las Cámaras al abrir se el Congreso y la Cámara de Senadores por medio de su Comisión de Hacienda, critica los actos del Ejecutivo."

77 A. Victorino de la Plaza, 5-2-3, Nº 2P.7, 4 de abril de 1891. 78 La Comisión de Hacienda del Senado tuvo expresiones duras para el Pre

sidente, como las siguientes: "Que su responsabilidad ante el país no queda a cubierto declinándola en el consejo de los ciudadanos notables que la propusieron" ó "Lo que aquellos hombres eminentes no habían valorado, pudo y debió valorarlo el Poder Ejecutivo antes de adoptar la medida indicada, la cual si aparece fundada en un sano patriotismo, no resulta aconsejada por un criterio fundado en las exi gencias reales de la situación a la que debía proveer". Finalmente aprueban los actos pero establecen su disconformidad contra el Empréstito Patriótico, puesto que

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Por la ley 27 66 se suspende el pago de depósitos en los bancos es tatales Nacional y Provincia, por la 2780 se dispone que no entren en la anterior categoría los depósitos judiciales y oficiales y por la 2781 se prorrogan las obligaciones comerciales por 90 días.

Producida la moratoria para ambos bancos, comienza a agitar se el proyecto del nuevo banco que se dió en llamar «la liebre" del presidente, porque se le escapaba de las manos, y Pellegrini co mienza la denodada búsqueda del dinero necesario para ese fin, ini ciando avanzadas gestiones ante los diplomáticos estadounidenses para formar un banco con base de plata metálica. Según informa el Sr. Pitkin a sus superiores "los capitalistas europeos y especial mente los ingleses están listos para ayudarlos pero el Presidente pre fiere tratar con nuestros banqueros y emplear plata". Se muestra realmente entusiasmado, «es una ocasión incomparable para esta blecernos aquí firmemente" acota, y aconseja proceder con rapi dez pues el Congreso está favorablemente preparado pero entrará en receso en setiembre, añadiendo: use trata de las finanzas de toda la República Argentina".79 Pero estas gestiones no se vieron coronadas por el éxito así como fracasaron las realizadas para el mismo fin por V. de la Plaza en Londres; de las cuales tenemos no ticias por los telegramas enviados acerca de la marcha de las nego ciaciones, pidiendo aclaración de las condiciones, etc; en el prime ro de ellos del 1 O de abril se dice:

"Tanto aquí como en Alemania han querido intervenir en nuestras fi nanzas solamente cedieron ante ciertas declaraciones que esta ocasión no les vaya a servir para ello". 80

no sirvió para evitar la catástrofe y contra la garantía del gobierno a los depó sitos de los Bancos oficiales (incluida en el decreto del 7 de abril), la que fue eliminada, así como la cláusula que hablaba de la refundición de los dos bancos en uno nuevo. Diario de Sesiones del Senado. Período de 18 91, p. 5 8-5 9.

79 U. S. Despatches, Vol. 29, Roll 24, N9 132 with inclosures. so A principios de 1892 surge nuevamente el clamor de los inversores por

una intervención de las potencias europeas en la República Argentina. El mi nistro de Relaciones Exteriores, Estanislao S. Zeballos, según puede leerse en las comunicaciones diplomáticas americanas, informa a Pitkin que las potencias europeas se oponen a todo convenio con esa nación, exhibiéndole correspondencia confidencial y diciéndole: "Inglaterra y Alemania propusieron a Francia inter venir para apropiarse de las rentas de aduana argentinas". Zeballos promete ayuda a Estados Unidos en su disputa con Chile ( debido al ataque de que revolucionarios

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En cl segundo del 28 de abril añade:

"Encuentro buena disposición para nuevo Banco y habrá mejor tan pronto como arregladas deuuas las Provincias" ... '1

Pero a pesar de la afirmación nada pudo concretarse; y el Banco de la Nación Argentina se fundaría por ley del 16 de octubre de 1891, que disponía la liquidación del Banco Nacional; tendría un capital de 5 O millones de pesos obtenidos por pública suscripción, la cual podría hacerse con títulos del empréstito patriótico, pero la suscripción fracasó, no pudo colocarse la primera serie de 1 O millones de pesos, y finalmente comenzó sus actividades con di nero que le facilitó la Caja de Conversión. Nadie creía en el país que la institución pudiera resultar próspera, el mismo Plaza en carta al señor Emilio Hansen entonces subsecretario y luego minis tro de Hacienda le dice al respecto:

"Veo por la suya que el punto culminante que los preocupa por el momento es la creación de un nuevo Banco cerno medio para aliviar la situación. La cuestión principal en este, como en todos los casos es no incurrir en ilusiones que más tarde dejarán un desengaño. El primer punto á consi derar es el de la oportunidad y me parece que en las actuales circunstan cias es la peor para llegar a un resultado satisfactorio. No tanto por falta de capitales sinó porque predomina la más absoluta desconfianza y de allí que surgen tantas pretensiones sobre las ventajas que á tal Banco se debe acordar. En. fin ya tendrian Vds. ocasion de imponerse de todo ello. Por mi parte hago cuanto puedo por ayudar al gobierno. La creación del Banco de Estado que V. insinua sería, en mi modo de ver completamente funesta

chilenos habían hecho objeto a la tripulación del navío Baltimore) , dándole informes detallados sobre los pertrechos de artillería chilenos y aun proponién dole aprovisionamiento desde el norte argentino sobre Antofagasta. Para com prender la actitud argentina pensemos que estas proposiciones de Zeballos se lanzan en momentos en que, iniciada la labor demarcatoria de los límites con Chile, el perito chileno Barros Arana exige el divorcio de aguas como línea de marcatoria y dificulta en todo lo posible el peritaje. (Al respecto ver RICARDO ,CAILLET-Bors, Cuestiones Internacionales (1852-1966), Eudeba, Buenos Aires, 1970, p. 79.) Esto y la presión intervencionista europea motivaron que Argen tina tratara de acercarse a los Estados Unidos, y tanto preocuparon a los ingle ses, que según Ferns, el Encargado de Negocios Británico envió al Foreign Office el telegrama más extenso de la historia de la Legación británica. Ver H. S. FERNS, oh. cit., p. 466.

81 A. V. de la Plaza, 6-2-21. Government Telegrams, N9 2, p. 145.

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para la buena marcha del país. Su duracion seria efímera, nada adelantarían sinó endeudarse más, trayendo al fin mayores complicaciones. La experiencia de los Bancos caídos enseña lo que podríamos esperar de semejante insti tución". 82

El Banco de la Nación fundado con tan malos auspicios, ten drá por largos años una situación precaria, como lo reconoce la misma institución, que nos informa que en los primeros 14 años de su creación tanto sus depósitos como sus descuentos eran redu cidos comparados con la gran transformación económica que se estaba operando en el país, y recién a partir de la ley 4 5 O 5 del 3 O de setiembre de 1904 que lo convierte definitivamente en banco oficial, pudo consolidarse su situación. 83

El Banco Nacional se transforma en Banco Nacional en Li quidación y por ley del 9 de setiembre de 1907 se dispone que el Banco de la Nación habrá de continuar con su liquidación. La ley de Moratorias del Banco de la Provincia de Buenos Aires que dis ponía que éste entregara a la Caja de Conversión pagarés de su car tera hasta el monto de dicha deuda, proveniente del empréstito in terno, entregando la garantía de la Provincia en vez de un exceso de valores, como se hacía hasta el momento, produjo la renuncia en masa del Directorio de la Caja. La ley 2789 del 7 de agosto de 1891, aprobada por la provincial 243 5 del 17 de octubre, otorgaba 5 años de plazo al Banco para pago de capitales e intereses, toman do el gobierno a su cargo la emisión de 57.9 millones de pesos a cambio de 3 3 millones de pesos oro en fondos públicos, cuya ne gociación el gobierno deja para una oportunidad futura. La me moria del Banco de los años 1890-92 señala que si se hubiera podido proveer a la venta al 75% de plaza, hubieran producido 100 mi llones con los que el Banco hubiera podido atender a las pérdidas, de su cartera.84 El más prestigioso de los bancos argentinos, fun-

82 A. Victoriano de la Plaza, 6-2-26, N9 143, 24 de julio de 1891. 83 El Banco de la Nación Argentina en su 75" Aniversario, 1891-1966, Bue-

nos Aires, abril de 1970, p. 109 y sgtes. 84 Según los datos de las memorias, luego de la corrida los depósitos del

Banco de la Provincia habían llegado de 13 8 millones a 69 millones, y de ésos, 23 millones correspondían a depósitos a premio, similares a los de Caja de Ahorro. El establecimiento era el predilecto de los inmigrantes, que solían colocar en él sas.

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dado en 1822, verdadero coloso de las finanzas del país, bastión de los gobiernos nacionales y provinciales, había caído barrido por el ciclón de una crisis tremenda y por la mala administración de sus finanzas, y puede recién en 190 5 reorganizarse como banco mixto, fusionándose con el Banco de Comercio Hispano Argentino.

Respecto a los bancos hipotecarios, del Hipotecario Nacional podemos decir que, aunque recientemente fundado, no pudo sus traerse a las dificultades de la crisis y sus negocios se vieron com plicados por la especulación de la tierra, la esterilidad de los remates, las Anualidades a Cobrar cuyo monto crecía día a día, todo ello complicado por las condonaciones otorgadas a los deudores y el no poder disponer de los 2 5 millones votados por el Congreso en su ayuda. Pero, fundado en 1886, su situación no era tan comprome tida y pudo mantenerse en pie con el auxilio del gobierno, materia lizado en un anticipo de 5 millones, procurado por la Caja de Con versión, y la autorización para convertir los 20 millones de cédulas a oro en cédulas de curso legal, suspendiendo su servicio por dos años y abonando los intereses en Fondos públicos nacionales del 5 % de interés; emitidos hasta la suma de 2 millones de pesos (Ley 2842 del 29 de octubre de 1891). En tanto el Hipotecario Provincial, exis tente desde 1872, presentaba notorias y públicas irregularidades en su funcionamiento, pero esos vicios se vieron acrecentados durante el gobierno de Juárez y en especial desde la sanción de la ley de Eji dos o Centros Agrícolas. Era común que se exageraran los gastos y tasaciones, se hicieran falsos remates, se produjera la transferencia, sustitución, distribución, reducción o liberación lisa y llana de las hipotecas. De la parte administrativa poco o nada podía rescatarse; tal era el atraso y falsedad de los registros contables, como lo ates tiguan las investigaciones practicadas con posterioridad. A partir del 18 de abril de 1891, según la ley 240 2 de la provincia, se dispone que el Banco haría el servicio de las cédulas en proporción a lo recaudado por sus deudores, entregando por el saldo bonos sin in-

economías. Los Deudores en Gestión de 14 millones en 1889 habían pasado a 56 en 1892, con un aumento del 228.6%, lo que demuestra la mala adjudicación de los mismos y su falta de garantías; si a ello le agregamos los deudores a oro el total supera los 70 millones, cifra que iguala casi a los 72.7 millones del capital y reservas, o sea que el dinero del banco se había colocado entre firmas insolventes.

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terés, amortizables con entradas determinadas del Banco; por una ley posterior del 14 de julio se dispuso que en cuanto a las cédulas a oro, se amortizarían de la misma manera, parte en oro, parte en bonos; de éstos los que no fueran amortizados en 1 O años serían consolidados. Finalmente la ley nacional 3214 del 8 de enero de 189 5 otorga al Banco moratorias por 5 años, y luego de diversas tratativas con el Sr. Otto Bemberg, representante de la Corpora ción de Foreign Bondholders y el Comité de Tenedores de Cédulas, el Gobierno de la Provincia decide tomar a su cargo la deuda del Banco Hipotecario y emitir títulos de la deuda pública por 117 millones de pesos moneda nacional ( Ley de la Provincia N9 3 O 18 de 1906).

Como vemos por esta somerísima reseña las dificultades de los bancos estatales no se solucionaron hasta entrado el siglo xx. Res pecto a las medidas moralizadoras, el gobierno de Pellegrini no cum plió con ellas; se anula la venta de las 24,000 leguas de tierras pú blicas, se reglamenta la Oficina de Tierras, se decide investigar los derechos de sus poseedores y poco después 3.500,000 hectáreas se vuelven a entregar a la especulación." Se ordena la intervención a los Bancos de Santa Fe, Córdoba y Salta, a poco de iniciada su gestión y el 12 de noviembre se retiran por decreto todas las inter venciones a los bancos provinciales. Estas medidas, así como otras, producto de innúmeras presiones, no tardaban en ser revocadas, como el impuesto a los bancos particulares, luego suprimido por decreto; la prohibición de operaciones de cambio en monedas ex tranjeras, luego revocada porque molestaba la sanción del Emprés tito Morgan a emitirse en libras esterlinas, marcos o francos; los millones votados para ayudar a los bancos y girados al exterior; el Empréstito Patriótico para el mismo fin, días antes de su caída definitiva, demuestran que en muchos casos se procedió con pre cipitación, sin un estudio meduloso de los problemas. El esquema general del gobierno de Pellegrini, no difiere demasiado del de su antecesor, no intentó una enérgica depuración de los cargos públi cos y de la corrompida administración juarísta. La falta de un sin-

85 MIGUEL ÁNGEL CÁRCANO, La presidencia de Carlos Pellegrini,. Editorial Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1968, p. 60.

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cero propósito de saneamiento, que pudiese comprometer a los ami gos políticos, complicado con la idea de evitar el desprestigio en el exterior, hizo que se ocultaran las lacras, provocando agudas re acciones en el aspecto político.

Pero debemos convenir en que eran momentos de extrema des orientación y peligros, la intervención desde el exterior y la revo lución en lo interno; y en medio de las dificultades fue muy di fícil para las autoridades hallar la luz de la buena senda a seguir. El gobierno de Pellegrini logró conservar la soberanía nacional y la paz interior en medio de la conmoción política, tomando las me didas más urgentes para aliviar la postración de la que se saldría en un futuro próximo, porque las fuerzas productivas y morales del país habían quedado intactas.

La crisis económica de 1890 fue una manifestación parcial de una crisis mayor que se extendió al plano político, ideológico, ins titucional, social, religioso, moral; crisis tí pica de una época de honda efervescencia y cambios tumultuosos, durante la cual se quiso construir una nación moderna y pujante; el intento fallido, las an gustias de la liquidación, no habrían de debilitar, sin embargo, la profunda fe del hombre argentino en el futuro brillante de su patria.

Susana I. RATO DE SAMBUCCETTI
