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LAS RELACIONES DE PAREJA COMO ESPACIO DE CRECIMIENTO Raquel García García

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  • LAS RELACIONES DE PAREJA

    COMO ESPACIO DE

    CRECIMIENTO

    Raquel Garca Garca

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    NDICE

    ndice.pgina 2 Agradecimientos....pgina 3 Introduccin....pgina 4 La importancia del amor a uno mismo....pginas 5 a 7 Historial de relaciones pasadas como va de descubrimiento de patrones y creencias inconscientes..pginas 8 a 10 Pasin Vs Amor.pginas 11 a 13 Del miedo al amor: practicando el desapego ..pginas 13 a 14 De la dependencia a la independenciapginas 14 a 18 El duelo como oportunidad de crecimiento..pginas 19 a 23 Algunos ejercicios prcticos para comprender la naturaleza del cambio y la importancia de tomar el desapego como actitud de vida...pgina 24 La prctica del perdnpginas 25 a 27 Practicando las relaciones conscientes con la pareja presente.pginas 27 a 33

    Conclusiones...pgina 34 Bibliografa...pgina 35

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    AGRADECIMIENTOS

    Son muchas las personas que han contribuido a mi desarrollo y a todas ellas me gustara agradecerles haber formado parte de mi vida y de mi crecimiento.

    Gracias, en primer lugar a mi marido Roberto, por cogerme de la mano y servirme siempre de apoyo en todo lo que me propongo.

    Gracias a todos los hombres que han pasado por mi vida porque, a pesar de haber pensado lo contrario durante mucho tiempo, ahora s que con cada relacin he crecido y madurado. Todo lo experimentado ha sido necesario para que yo llegase a la comprensin de lo que me ha llevado a escribir esta tesis.

    Gracias a mi familia y a mis amigos, por haberme regalado un camino plagado de experiencias que me han servido de lanzadera para profundizar en mis propias aguas.

    Gracias a mi Hay Teacher y gran amiga, Rosa Arauz y a su hija Vanesa por abrirme la puerta que me permiti vislumbrar la luz al final del tnel.

    Infinitas gracias a la Escuela Espaola de Desarrollo Transpersonal por darme la oportunidad de seguir caminando y avanzando en esta gran aventura y de dedicarme profesionalmente a lo que amo.

    Gracias a todos mis compaeros de la Escuela, especialmente a aquellos con los que cada semana he compartido mi sentir y a aquellos con los que cada da tengo la ocasin de aprender. Especial gratitud tambin a mis compaeras Carla y Gabi, que hicieron mi estancia en Kay Zen an ms especial si cabe y que siento ya como grandes amigas.

    Por ltimo, todo mi agradecimiento a mi tutora Thais, por su delicado y profesional acompaamiento durante todo este viaje. Has sido un gran apoyo.

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    INTRODUCCIN

    Le di muchas vueltas al tema de esta tesis y finalmente comprend que el tema haba de ser uno en el que pudiese expresar lo aprendido con mi propia experiencia. Creo profundamente en la utilidad del mundo de las relaciones de pareja como espacio de crecimiento. Las relaciones, tanto pasadas como presentes pueden arrojarnos un importante conocimiento sobre nosotros mismos, nuestros conflictos y nuestra propia sombra. La historia de las relaciones de una persona, nos revela el paisaje interno de su ser. A partir de esta historia, podemos deducir las creencias que tiene sobre la vida, el sexo opuesto, el amor y la sexualidad en general, el matrimonio y otras muchas cosas. He comprobado todo esto en mi propia piel. Yo he aprendido muchsimo de m misma observando mi historial de relaciones de pareja, el tipo de persona por el que me he sentido atrada en los distintos momentos de mi vida, las pautas en comn que estas personas tenan, mi manera de relacionarme, que me reflejaba patrones internos e inconscientes, cmo he afrontado el duelo por las rupturas en los distintos momentos de mi vida, etc. He llegado a un profundo autoconocimiento a travs de esto y por eso me gustara ofrecer una visin integradora y transpersonal de todo ello en un lenguaje sencillo, que pueda servir tambin a otras personas en su propio desarrollo y en su trabajo de bsqueda de relaciones de pareja ms conscientes.

    El mundo de la pareja puede ofrecernos magnficas oportunidades de evolucin personal si aprendemos a descifrar los mensajes que se nos envan a travs de las mismas. Nosotros somos co-creadores del estado actual de nuestras relaciones o de su ausencia. Nada es casual; no es algo que simplemente sucedi; no somos vctimas. Es evidente que no podemos controlar absolutamente todo lo que acontece en nuestras vidas porque hay factores que se escapan de nuestro actual nivel de consciencia y responden a leyes universales que a veces nuestra mente no acierta a entender, pero s que tenemos la mayor parte de responsabilidad sobre nuestras propias vidas, especialmente sobre la actitud que decidimos tomar ante los diferentes cambios y acontecimientos. Solemos pensar que todos los problemas que surgen en nuestras relaciones son provocados por causas externas o por culpa de la otra persona, pero no comenzaremos a crecer hasta que no aceptemos nuestra parte de responsabilidad.

    Todos tenemos un ser esencial y divino dentro, pero tambin tenemos un ego y, por tanto, una sombra y conocerla, acogerla y abrazarla es punto clave para poder posteriormente trascenderla. Muchos de los problemas dentro de las relaciones son provocados por sentimientos y pensamientos que se encuentran enterrados en el inconsciente y que suelen causar conflictos en la persona. Para poder mantener una buena y sana relacin de pareja, estos conflictos han de ser sacados a la luz porque si existe una especie de lucha dentro de ti, cmo puedes tener una relacin sana con alguien ms?, es ms, si no te amas a ti mismo, qu tipo de amor podrs ofrecer a esa otra persona?

    Si queremos hacer cambios para mejorar nuestra relacin de pareja o encontrar a la persona adecuada para acompaarnos en ese camino, es necesario encontrar la raz de nuestros propios conflictos internos. Cuando nos conozcamos y aceptemos, incluyendo a nuestra propia sombra, lograremos construir unos cimientos ms slidos.

    Nosotros tenemos el poder para crear una relacin positiva que funcione bien y contribuya a nuestro equilibrio y crecimiento.

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    LA IMPORTANCIA DEL AMOR A UNO MISMO

    En todo el universo, no hay otra persona exactamente igual que t. Yo soy yo, y todo lo que soy es nico. Soy responsable de m misma, tengo todo lo que me hace falta aqu y ahora para vivir plenamente. Puedo escoger manifestar lo mejor de m misma, puedo escoger amar, ser competente, encontrarle un sentido a la vida y un orden al universo, puedo escoger desarrollarme, crecer y vivir en armona conmigo misma, con el resto de las

    personas y con Dios. Soy digna de ser aceptada y amada exactamente como soy, aqu y ahora. Me amo y me acepto, decido vivir plenamente desde hoy.

    Declaracin de Autoestima, Virginia Satir

    Los tres grandes principios de la autoestima segn Rosa Argentina Rivas Lacayo en su libro Saber Crecer. Resiliencia y Espiritualidad, son: valorarse a uno mismo, respetarse a uno mismo, confiar en uno mismo, y aceptarse a uno mismo.

    El AMOR es la mayor fuerza de todo el Universo y nosotros necesitamos de l para SER. Amarse a uno mismo implica la aceptacin total e incondicional de todas nuestras partes, incluidas aquellas que no nos gustan; nuestra tan temida sombra a la que tanto nos esforzamos por rechazar y no mirar. No puede haber paz interna si no hay amor por uno mismo. Sin estar en contacto con l la vida se torna oscura, opaca; nos sentimos vacos y carentes de sentido o lo que es lo mismo: estamos DESCONECTADOS; sin contacto con nuestra esencia ms profunda; con ese AMOR que en realidad somos.

    No hay un obstculo mayor en una relacin que el miedo a no sentirse merecedor del amor y el pensar que estamos destinados a sufrir. Si no nos amamos a nosotros mismos difcilmente podremos establecer vnculos y relaciones sanas con otras personas. Nos sentiremos necesitados de ese amor y exigiremos que sean otros los que satisfagan nuestra necesidad de ser amados, probablemente incluso estaremos dispuestos a mendigarlo de alguna manera. Los dems se convertirn en una fuente de aprobacin o desaprobacin. Caeremos entonces en dependencias y codependencias emocionales y seremos carne de can para chantajes emocionales y manipulaciones varias ya sea por nuestra parte o por la de la otra persona. Simplemente, no podemos ofrecer a otros lo que nosotros mismos no somos capaces de darnos. En palabras de Enriqueta Olivari, autora del libro El Amor de tu Vida, Solamente amndonos a nosotros mismos, podemos manifestar relaciones armoniosas y que nos aporten plenitud y crecimiento. De lo contrario, crearemos relaciones destructivas.

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    Yo misma he tenido esta experiencia. Si me siento vaca, no puedo ofrecer a otra persona aquello que yo no tengo. En el pasado yo crea amar bien, pero no me daba cuenta de que mi necesidad de ser amada provena directamente de mi falta de amor propio. Es, como suele decirse, la pescadilla que se muerde la cola. Recuerdo un chico que me pidi una cita cuando yo tena unos 14 o 15 aos. Se trataba de alguien atractivo, amable, carioso y un buen amigo. En un principio le dije que s, pero luego corriendo rectifiqu al recordar que yo estaba prendada de otro que, claro est, no estaba disponible para m. Eso encajaba ms con mi papel de vctima y princesa destronada. Hace unos aos volv a encontrarme con el chico en cuestin y no acertaba a comprender por qu no haba accedido a salir con l. No poda encontrar ningn motivo para haberle rechazado de aquella manera.

    Durante muchos aos en mi adolescencia y mi juventud me sent muy desdichada y no terminaba de entender por qu tena tan mala suerte; por qu todos los chicos en los que me fijaba no me correspondan (ya fuese porque no se interesasen por m, porque s se interesaban pero no estaban abiertos a relaciones estables y solo queran contactos espordicos, porque no eran compatibles conmigo, porque ya tenan otra pareja y un largo etc.) y por qu aquellos por los que yo no me senta atrada o para los que yo no estaba disponible s que estaban interesados en mantener una relacin conmigo (en muchos casos como el comentado en el prrafo anterior, se trataba de personas agradables, seguras y dispuestas). Ahora comprendo que cada uno de nosotros proyecta en el exterior lo que lleva en el interior y que, de manera inconsciente, buscamos experiencias y personas que nos confirmen la idea de nosotros que llevamos dentro. Si yo no me amo, no puedo concebir que otra persona lo haga porque mi propio inconsciente me dice que no lo merezco, es ms, si otra persona se presenta dispuesta a amarme o corresponderme, algo malo tendr y ya me encargar yo (a travs de mi tendencia al autosabotaje) de que ocurra algo que me ratifique la creencia de que es imposible que pueda amarme tal y como soy.

    Esto que acabo de explicar lo expone muy claramente Nathaniel Branden en su libro Los Seis Pilares de la Autoestima: Tales temores dan pie a profecas que se cumplen por s mismas. Si disfruto de un sentimiento fundamental de eficacia y vala y me considero a m mismo digno de ser querido, entonces tendr fundamento para apreciar y querer a los dems. Si me falta el respeto por m mismo y no disfruto como soy me queda muy poco para dar excepto mis necesidades insatisfechas. Tender entonces a ver a los dems esencialmente como fuentes de aprobacin o desaprobacin Esa idea permanecer dentro de m inconscientemente, saboteando todas mis relaciones, por lo que acabar eligiendo a alguien que me rechazar o me acabar abandonando, o bien, si eligiera a alguien con quien la felicidad fuera posible, llegando a ser yo el responsable (a travs de la constante friccin, celos, haciendo grande lo pequeo, buscando el control a travs de la manipulacin (subordinacin y dominacin) o encontrando maneras de rechazar a mi pareja, antes de que sta pueda rechazarme a m (sabotear la relacin por solicitar muestras de una seguridad excesiva).

    As que cuando vibramos en una frecuencia tan baja, inconscientemente acabamos atrayendo a personas que nos van a corroborar lo que sentimos hacia nosotros mismos y por eso aquello de que el otro es como un espejo para nosotros. Tendemos a sentirnos ms cmodos con las personas cuyo nivel de autoestima se parece al nuestro. La otra persona siempre nos devuelve algo sobre nosotros mismos, es ms, es precisamente en aquello que ms nos molesta del otro donde probablemente se halle la perla de sabidura que el universo tiene que ofrecernos a travs de esa persona.

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    Por otro lado, a muchos de nosotros se nos ha transmitido la idea de que amarse a uno mismo es fruto del egosmo y del narcisismo y, debido a ello, llegamos incluso a sentirnos culpables ante la simple idea del auto-cuidado. No es difcil encontrar personas que se han dedicado por entero a su trabajo y sus familias sin dedicar un slo minuto a mimarse. Esta idea no es ms que una cuestin cultural y sin fundamento alguno. Es natural cuidar de uno mismo, de hecho, una persona adulta es la nica responsable de s misma. Nadie ha de cuidar de nosotros por nosotros. De aquello de ama al prjimo como a t mismo, se nos suele olvidar la segunda parte. Una persona narcisista, al contrario de lo que pueda creerse, es una persona con una autoestima profundamente deteriorada, que necesita grandes dosis de aprobacin y admiracin ajena para sentirse merecedor, por tanto, est de alguna manera bloqueado ante el amor; no puede ofrecerlo ni a otros ni a s mismo. Nada de esto tiene que ver con amarse y cuidarse a uno mismo, que es un rasgo de autoestima sana y equilibrio. Amar y amarse no han de ser trminos excluyentes y, de hecho, si esto ocurre, es que no hay lugar para el verdadero amor.

    Cuando una persona empieza a amarse, todas las capas de ego que han ido superponindose una encima de otra escondiendo al SER que verdaderamente es, empiezan a resquebrajarse; las mscaras comienzan a caer, los miedos huyen y la persona va aprendiendo a mostrarse tal cual es; sin disfraces ni etiquetas identificativas, desde el AMOR que ya es. Es entonces cuando la persona est preparada para permitirse amar y ser amada.

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    HISTORIAL DE RELACIONES PASADAS COMO VA DE DESCUBRIMIENTO DE PATRONES Y CREENCIAS INCONSCIENTES

    Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de sus vidas, fuerzan a la conciencia csmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario, para aprender lo que ensea el drama de lo sucedido. Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma.

    Carl Jung

    Uno de los puntos que me ha servido de ms ayuda para identificar mis propios patrones ha sido revisar mis relaciones pasadas y el tipo de persona que una y otra vez ha ido apareciendo en mi vida. Nada es casual; las personas no aparecen en nuestras vidas porque s, sino que lo hacen precisamente para que aprendamos algo y tampoco es casual que nos sintamos atrados por alguien.

    La mayora de las veces, no somos conscientes de las creencias limitadoras y los patrones que llevamos dentro. Podemos pasarnos la vida tropezando con la misma piedra o una similar sin comprender por qu tenemos siempre tan mala suerte hasta que aprendamos qu enseanza hay para nosotros detrs de esa leccin. Recuerdo que hace aos, cuando alguien me preguntaba qu era lo que mis ex-parejas o las personas de las que me haba enamorado tenan en comn, yo no era capaz de encontrar ninguna conexin. Si alguien me deca que quizs mis experiencias eran fruto del tipo de persona o ms bien, del tipo de ego por el que yo me senta atrada y que esto reflejaba algo de m, yo me echaba las manos a la cabeza y no entenda nada; Cmo iba a estar yo creando de alguna manera esas cosas desagradables que me pasaban?; Cmo es posible que alguien me estuviese diciendo que yo estaba crendome malas experiencias a mi misma?; en qu cabeza cabe eso? y claro, tras estas preguntas, de vuelta a la frustracin. A veces puede resultar difcil acceder a esta informacin, especialmente desde un plano mental y buscando relaciones obvias y evidentes, pero si lo respiramos, conectamos con nuestra esencia y nos lo preguntamos desde ah, seguro encontraremos alguna conexin, aunque sta sea sutil. En mi caso, yo descubr que me senta atrada por hombres con carcter, que aparentaban seguridad y a quienes les gustaba ser el centro de atencin. Yo les perciba como fuertes y capaces y eso, precisamente, era lo que yo crea que me faltaba a m. De alguna manera buscaba mi complementario, es decir, yo me senta incompleta y necesitaba que otra persona me diese la seguridad que a m me faltaba. Ahora comprendo, como he comentado anteriormente, que esas personas con perfil narcisista que necesitan estar siempre en el punto de mira no son ni mucho menos personas fuertes y seguras sino que estaban tan necesitadas de amor como yo crea estarlo. Una relacin entre estos dos perfiles, entrar inevitablemente en un vnculo de codependencia, porque ambas partes se complementan, es decir, ambos egos obtienen del otro lo que necesitan para seguir representando su papel. La necesitada de seguridad obtiene un/a compaero/a que a buen recaudo la seguir invitando a sentirse hambrienta de ella y ahora, adems, dependiente de la persona que le aporta esa seguridad que cree que le falta y el individuo supuestamente capaz y seguro, conseguir un puesto privilegiado dentro de la relacin sintindose indispensable para la otra persona y, por tanto, con el poder de manejarla, algo que en s le har sentir el centro de atencin de la relacin y seguir ejerciendo su rol. Pero esta persona no es consciente de

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    que en realidad necesita a la otra tanto como la otra la necesita a ella. Es un baile de mscaras perfectamente orquestado.

    Algo que puede ayudar mucho a detectar creencias inconscientes es considerar el trato que creemos hacer recibido por parte nuestras parejas pasadas y preguntarnos si se parece en algo a lo que opinamos de nosotros mismos. Es importante cuestionarse si lo que percibimos que los dems creen de nosotros coincide en algn sentido con lo que pensamos sobre nosotros. Desde el momento en el que adquirimos esa auto-percepcin de que no valemos y no somos merecedores de amor, nos comportamos de una manera que hace que la realidad se amolde a nuestro conocimiento, ya sea atrayendo relaciones en las que no nos sentiremos correspondidos o amados o saboteando de manera inconsciente la relacin. La cuestin es tener una experiencia que coincida con nuestra creencia y nos la valide. Por eso es tan importante pararse a considerar nuestro historial de relaciones, porque si llegamos a descubrir una situacin que se ha dado en varias ocasiones a lo largo de ella y que an se sigue repitiendo, estaremos ante el descubrimiento de un patrn y sabremos que detrs de l hay algo que no hemos aprendido.

    Fundamental ha sido para m tambin repasar mi forma de relacionarme en el pasado porque a raz de ah, dej de buscar culpables y comenc a asumir la parte de responsabilidad que me tocaba. Solemos echar balones y culpas fuera -que aunque muy doloroso, resulta ms fcil- pero buscar el aprendizaje tras lo sucedido no pasa por enjuiciar ni buscar responsables, sino que simplemente consiste en observar las causas subyacentes del modo ms objetivo y en darse cuenta. Considerando la subjetividad de nuestras percepciones mentales y que desde nuestro ego percibimos la realidad a travs de nuestros filtros mentales influidos por nuestras experiencias pasadas, nuestras creencias y los aprendizajes de la infancia, para poder llegar a ese darse cuenta habremos necesariamente de conectar con un nivel ms profundo; con nuestra sabia intuicin; con nuestra verdadera inteligencia divina y nuestro SER ms internos, con eso que realmente somos. En este punto, dir que hay maneras de conectar con nuestro inconsciente y con nuestro ser y que el ejercicio de la atencin plena y la meditacin son clave para ello. Cuando observamos desde ah, nos damos cuenta de los hechos, sin estar cegados por el deseo de huir de culpas y el querer llevar razn a toda costa. Seremos capaces de observar nuestros pensamientos, de posicionarnos en el nivel del observador y no necesitaremos protegernos detrs de ninguna mscara porque simplemente captaremos el mensaje y seguiremos adelante.

    Una pareja est formada por dos energas que interactan y, dado que cada uno es responsable de sus actitudes y decisiones, no podemos cargar slo al otro con todo el peso de la relacin. No se trata de justificar actitudes, sino de buscar aquello que me va ayudar a obtener el aprendizaje que contribuir a mi crecimiento personal y, por tanto, a que mis relaciones presentes y futuras sean ms conscientes. Por ejemplo, si me encuentro con que he permanecido largo tiempo en una relacin en la que me he sentido infravalorada de alguna manera, agarrarme a la rabia y el rencor por el trato recibido no me ayudar a aprender de lo sucedido. Lo que s lo har ser plantearme qu me ha hecho permanecer en una situacin en la que me senta tan infeliz y desdichada durante tanto tiempo; cules son esos miedos que me impedan tomar accin y seguir avanzando por otro camino.

    Observar cules son los conflictos y nudos que surgieron en anteriores relaciones, cmo se resolvieron o si no lo hicieron, cul fue el curso de la relacin y qu rol representaba cada uno de los miembros en la misma, quin llevaba el peso de la relacin, qu estereotipos se hicieron obvios en dichos vnculos, etc. te ayudar sin duda a descubrir patrones y creencias sobre ti mismo/a y tu manera de relacionarte y, resolver tus propios conflictos es, lo que en

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    definitiva, te ayudar a amarte ms y mejor y, por tanto, lo que te ayudar tambin a poder amar y permitirte ser amado/a por otros.

    Por ello propongo conectar con la propia esencia y desde ah dedicar un tiempo a escribir

    todo lo posible sobre las relaciones pasadas. Se trata de anotar todo aquello que pueda

    decirnos algo: estrategias que se hayan podido utilizar para sabotear las relaciones, los

    sentimientos experimentados en cada etapa de las mismas, el modo de relacionarse en

    ellas, qu te atrajo de cada una de esas personas, posibles cuestiones comunes en las

    personas de las que uno se ha enamorado a lo largo de su vida, situaciones que se han

    repetido en las distintas relaciones, roles adoptados en las mismas, etc. Pregntate tambin

    cules son tus creencias sobre el Amor y qu cualidades, valores o caractersticas te

    gustara que tuviese tu pareja. Todo esto es sumamente til para empezar a destapar

    creencias inconscientes o, al menos, esa es mi propia experiencia.

    Una vez que tenemos consciencia de esas creencias y que nos damos cuenta de por qu

    seguimos experimentando las mismas situaciones una y otra vez, es cuando realmente

    empieza a abrirse la puerta hacia el cambio.

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    PASIN Vs AMOR

    Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. O es el amor una sensacin placentera, cuya experiencia es una cuestin de azar, algo con lo que uno "tropieza" si tiene suerte?

    El Arte de Amar, Erich Fromm

    En cuanto al amor referido a aquel que se da entre una pareja, en la cultura occidental actual tenemos muy arraigado el ideal del amor romntico. Este tipo de experiencia sublime se nos muestra constantemente a travs de la msica, el cine y la literatura. De alguna manera hemos adquirido la idea de que hemos de encontrar a nuestra media naranja; a ese alma gemela que nos har sentir completos y felices el resto de nuestras vidas. Hemos hecho nuestro ese mito y lo hemos convertido en la panacea de la felicidad. Pareciera que encontrar a nuestro prncipe o princesa, es nuestra meta en este camino. Esta creencia nos abocar inevitablemente a relaciones dependientes, ya que sentiremos la necesidad de estar con otra persona para considerarnos seres completos y es importante comprender que donde hay necesidad y hambre de ser amado, no puede haber verdadero AMOR.

    Este ideal de romanticismo, nos ha llevado a confundir el amor con la experiencia explosiva de enamorarse; con esa pasin arrebatadora que parece apoderarse de nosotros cuando de repente conocemos a alguien por quien lo sentimos. Lo que no llegamos a ver es que esa experiencia apasionada es de duracin limitada mientras que el AMOR, es algo mucho ms grande y profundo y de mayor longevidad. El AMOR con maysculas, no es un sentimiento que procede de nuestra necesidad de amar o ser amados, sino de un lugar mucho ms trascendental y profundo. Amar de verdad conlleva dar sin expectativas y recibir sin exigencias. No hay lugar para el miedo donde reina el Amor; no necesitamos que nadie nos complete porque ya somos naranjas enteras. No necesitamos sentirnos necesitados ni protegidos porque sabemos que estamos a salvo con nosotros mismos, por lo que nuestra unin con otro ser nace expresamente de nuestro deseo de caminar junto a esa persona que hemos elegido conscientemente (y no slo arrastrados por la pasin o el erotismo), en un marco de respeto y libertad.

    Muchas personas, cuando la pasin desbordante del principio empieza a reducir su intensidad y dejan de estar embriagadas por la misma, comienzan a pensar que el amor est desapareciendo y su inters va sufriendo un paulatino decaimiento. Es entonces cuando su atencin se va enfocando en los defectos del otro y en sus incompatibilidades mutuas. Dejamos de idealizarla y esa persona ya no nos parece tan encantadora y perfecta para nosotros como antes o incluso empezamos a pensar que ha cambiado y ya no es la misma de antes. La desaparicin o decrecimiento del fervor romntico, no anuncia necesariamente el final del amor, sino que es precisamente en ese momento, cuando podemos iniciar un vnculo y un sentimiento mucho ms profundos. Es entonces cuando podemos comenzar realmente a vislumbrar a esa persona tal y como es y no cegados por nuestras expectativas romnticas, la atraccin y la pasin; cuando podemos empezar a conocerla y amarla en su totalidad sin necesidad de querer cambiarla o transformarla en lo que nosotros queremos que sea. Sucede que, para el ego, una buena relacin es aquella

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    en la que la otra persona hace exactamente lo queremos que haga y se comporta tal y como nosotros lo habamos soado. No permitimos que la otra persona se comporte como es porque, si se sale de nuestro ideal, es que no es el ser perfecto; el alma gemela que estbamos esperando, as que renunciamos a ello y volvemos a empezar o bien, si somos muy dependientes y nuestra autoestima est muy deteriorada, nos conformamos y permanecemos en esa relacin por miedo a no encontrar a otra persona y quedarnos solos. Como dice Marianne Williamson en su libro Volver al Amor: El narcisismo del ego nos mantiene esperando que aparezca la persona perfectaLa bsqueda de la perfeccin en los dems no es ms que una cortina de humo que oculta nuestra necesidad de cultivar la perfeccin en nosotros mismosDejemos de juzgar a los dems para relacionarnos con ellos. Antes que nada, reconozcamos que no nos relacionamos para concentrarnos en lo bien o lo mal que los dems aprenden sus lecciones, sino para aprender las nuestras.

    El enamoramiento es un estado anmico producto de un proceso mental que puede formar parte de la primera fase de un vnculo amoroso; suele ser parte del proceso, pero no es el todo; no es el AMOR ni tampoco es el vnculo en s. De hecho, la pasin decrecer en algn grado inevitablemente con el tiempo, pero no tiene por qu desaparecer siempre que bajo la misma se establezcan unos lazos de amor mucho ms profundos. Creo que si existe amor, es posible adems preservar el inters sexual y la pasin y, en definitiva, el enamoramiento, bajo la premisa de que los cultivemos, pero no al contrario, es decir, el hecho de que entre dos personas surja en un momento dado la atraccin sexual y, por ende, la pasin, no conlleva necesariamente que vaya a existir AMOR entre ellas. Para que esto llegue a darse, es necesario trabajar y esforzarse en mantener las condiciones precisas.

    Tampoco enamorarse de alguien y ser correspondido implica que tengamos que establecer una estructura social de pareja y una convivencia con la misma. Por mltiples razones (comentadas en su mayora en apartados anteriores de esta tesis), a veces nos enamoramos de personas con las que sabemos positivamente que no podramos convivir o que no nos convienen, es decir, que sabemos que establecer un vnculo o una relacin con ellas nos traera ms sinsabores que alegras (si es que tenemos la suficiente consciencia como para detectarlo), y de ninguna manera estamos obligados a permanecer junto a ellas. Suele suceder que, an intuyndolo, no hagamos caso a lo que nos dicen nuestras entraas por el simple hecho de considerar que el amor (entendido como el enamoramiento romntico), debe ser suficiente y justifica cualquier causa. Nos han enseado a que cuando esa pasin llama a nuestras puertas hemos de abrirla sin pensrnoslo antes. Lo cierto es que a m con algunas personas con las que he mantenido algn tipo de vnculo, slo me haca falta un cartel luminoso en rojo que dijese PELIGRO: SAL CORRIENDO, mensaje que, por cierto, me gritaba desesperada mi intuicin, pero que, claro est, mi mente, vida de experiencias que le confirmasen la pobre idea que tena de m, se esforzaba por acallar y evitar ver. Cierto es que finalmente ninguna experiencia es un fracaso porque todas te devuelven algo y, en este caso, yo tena que aprender a abrir la puerta al amor propio, al merecimiento y a otro tipo de relaciones en las que yo pudiese seguir creciendo.

    Desde una perspectiva mucho ms profunda y transpersonal he de decir que slo existe un tipo de AMOR y es precisamente ese AMOR UNIVERSAL; ese AMOR con maysculas que somos en esencia, pero en tanto a seres terrenales que somos aqu y ahora, tenemos distintos grados y formas de expresarlo mediante el contacto y las relaciones que establecemos con nuestro mundo y nuestros hermanos. Como bien dice Jos Mara Doria en su libro Inteligencia del Alma: El Amor, en sus mltiples grados de acercamiento al gran maysculo esencial, vive en una atmsfera de espiritualidad, abre el corazn y supone una bendicin que nos inunda de aventura y Gracia. El Amor a todos los seres es un estado de consciencia transpersonal que tambin puede brotar entre dos seres afinesTal

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    puenteo a dos habla de una sinergia y comunin que se expande hacia el todo mediante oleadas de lucidez y vitalidad serena. El Amor es unidad anhelada, un estado mental de ntima reunin y vuelta a casa. En realidad, el amor est dentro de cada cual y brota en la consciencia despierta.

    DEL MIEDO AL AMOR: PRACTICANDO EL DESAPEGO

    El mundo est lleno de sufrimientos;

    la raz del sufrimiento es el apego; la supresin del sufrimiento es la eliminacin

    del apego.

    Buda Para m, practicar el desapego es, en sntesis, elegir ser

    libre. El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de s misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar y que preocuparnos nos servir de poco. Adoptamos una postura de no meter las narices en las responsabilidades ajenas y, en lugar de ello, centrarnos en atender las propias. De este modo le damos a los dems la oportunidad de ser como son en realidad; la libertad de ser responsables de s mismos y de madurar. Vivir desapegado significa vivir en el momento presente, en el Aqu y Ahora. No tratamos de controlar todo lo que acontece en nuestras vidas exhaustivamente; somos capaces de aceptar y asumir los cambios y adaptarnos a ellos. Practicar el desapego nos ensea a mantener la paz y la calma cuando no podemos cambiar o controlar algo. No nos agarramos a situaciones pasadas ni dejamos nuestra felicidad y equilibrio en manos de un acontecimiento futuro que deseamos que ocurra y cuyas expectativas llegan a esclavizarnos.

    Es importante que comprendamos que desapego no significa abandono, egosmo o desatencin. No se trata de vivir aislados o de no tener ilusiones, metas o sentimientos por otras personas. Se puede aprender a amar en libertad, a decirle al otro te quiero pero con la puerta abierta; amar por el simple hecho de sentirlo as, sin esperar nada a cambio y ante todo, sin necesidad; entregar nuestro amor incondicionalmente sabiendo que esa persona o circunstancia puede decidir marcharse cuando desee y saber que tendremos que aceptarlo as, afrontar nuestro dolor y seguir con nuestras vidas, as como que nosotros mismos somos libres de decidir marcharnos tambin y esa otra persona tendr que aceptarlo de la misma manera. Ese es el verdadero amor incondicional. El apego, agarrarse a algo o a alguien con todas nuestras fuerzas, slo nos generar sufrimiento, porque no podemos controlar algo as. Las circunstancias mutarn inevitablemente porque la vida es cambio; es su ciclo natural por la transitoriedad o impermanencia de todas las cosas. Si hablamos de relaciones, resulta obvio que el hecho

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    de que yo trate de asirme a alguien con uas y dientes no implica que esa persona no vaya a querer marcharse algn da. Puede que se quede o que elija marcharse, pero ser su propia decisin y no la ma. Cada uno de nosotros hemos de decidir dnde y con quin queremos estar y nadie ms puede hacerse responsable de esa eleccin por nosotros. No podemos pasar nuestra existencia escondindonos detrs de personas, situaciones, hechos o incluso objetos para protegernos. Somos vlidos por nosotros mismos; somos individuos completos y, por tanto, todo lo que necesitamos lo llevamos dentro. Al practicar el desapego, renunciamos a ser vctimas y dejamos atrs la necesidad de juzgar y controlar a los dems. Esto a su vez, demuestra un amor ms grande y complejo.

    DE LA DEPENDENCIA A LA INDEPENDENCIA.

    La independencia es un requisito que el amor consciente requiere para expresarse y florecer.

    Jos Mara Doria, Inteligencia del Alma.

    La idea del amor romntico y de la media naranja colisiona directamente con el desapego ya que, como he comentado anteriormente, esta creencia nos har caer en la frustracin y en dependencias emocionales al sentir la imperiosa necesidad de dar con esa persona que nos complete y, podra decirse en cambio, que el desapego es lo opuesto a la dependencia.

    Otra cuestin que nos aboca a la dependencia y a sentir que necesitamos ser amados por otros es la ilusin de separatidad que nuestro ego nos ha hecho creer. Nosotros somos seres divinos que formamos parte de un todo que conforma la totalidad del universo y los seres que en l conviven. Somos parte de algo mucho ms grande que nuestra simple existencia terrenal. Formamos uno con el todo y, por ende, tambin llevamos parte de este todo en nuestro interior lo que nos convierte al mismo tiempo en seres completos e infinitos. Pero la identificacin de nuestra mente con nuestra forma terrenal nos ha llevado a tener la percepcin de que somos seres separados; sesgados del resto. Esa sensacin de soledad y separatidad; de no pertenencia, crea en nosotros una intensa angustia que nos hace desear la fusin con el otro a toda costa. Estar separado significa estar forzosamente aislados y esa idea nos provoca un tremendo pnico. La cuestin es que esa fusin terrenal con el otro, ya sea fsica o emocional, es tambin de duracin limitada y, una vez terminada, nos har sentirnos de nuevo desvalidos y abandonados. La nica manera de sentirnos integrados en ese todo del que realmente formamos parte es conectar con nuestro SER esencial e inmutable; con ese AMOR que todos llevamos dentro. Contactar con l, llegar a sentirlo y comprender que eso, es lo que verdaderamente somos es lo que har que entendamos que no necesitamos a nadie ms para Ser.

    He aprendido que donde hay necesidad no puede haber espacio para el amor. Me atrevera a decir que la dependencia es el mayor enemigo potencial de una relacin de pareja porque en ella, la persona dependiente experimenta un miedo tan intenso a la prdida y a la soledad que acaba contaminando el vnculo establecido. La presin ejercida sobre el otro

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    miembro de la pareja es tal que acaba siendo insoportable. Las relaciones de dependencia dan fruto a celos infundados, sumisiones enfermizas, represiones, manipulaciones soterradas y chantajes emocionales la mayora de las veces de manera inconsciente. Dice Jos Mara Doria en su libro Inteligencia del Alma: Toda imposicin manipuladora hacia otra persona, que brota desde la frustracin y la rabia, se convierte en una ineficaz y mediocre estrategia que no slo impide el fluir de la energa, sino que adems intoxica la convivenciaen las relaciones dependientes, cuando el otro parece hacer algo que se escapa a nuestro control, nos sentimos heridos, tal vez porque se emancipa de nuestra atadura con una mente liberada. En tales momentos, el hecho de manipular y de pretender cambiar a las personas, es pan para hoy, hambre para maana.

    Por eso es tan importante aprender a establecer lmites en las relaciones. Amar incondicionalmente o dar sin expectativas, no significa dejar de cuidar y mirar por nosotros mismos. Cuando se establece un vnculo entre dos personas, existe un acuerdo tcito; un compromiso cuyos trminos, sean cuales sean, se han de respetar si deseamos que nuestra relacin vaya viento en popa. Como ya coment, amar y amarse a uno mismo no son trminos excluyentes sino coexistentes y, en base a ello, deducimos que un amor que exija la castracin motivacional e intelectual del otro para que funcione, no es amor, sino esclavitud (Los Lmites del Amor, Walter Riso), es ms, un amor que exija que yo deje de ser yo misma en cualquier sentido, coarte mi libertad, anule mi individualidad o persiga mi transformacin sin que ese sea mi expreso deseo, no es AMOR y tampoco es, por tanto, un vnculo saludable.

    Cmo sabemos entonces si hemos de seguir trabajando en nuestra relacin o si, por el contrario, ha llegado el momento de dejar marchar? Considero que esto es una decisin muy personal de cada uno y que cada cual establece sus lmites y lo que est dispuesto a dar y lo que no, pero tal y como yo lo siento, existen varios momentos clave en los que mi amor por mi misma y por el otro y mi SER, me dicen que es hora de irse:

    1- El momento en el que uno o ambos miembros de la pareja no pueden seguir evolucionando o creciendo, es decir, el momento en el que permanecer dentro de ese vnculo impide el desarrollo personal de sus integrantes.

    2- El momento en que la tolerancia y el respeto dejan de ser parte de los cimientos de la relacin.

    3- El momento en el que mis derechos como persona sean vulnerados de alguna manera (malos tratos psicolgicos, fsicos, abusos, etc.)

    No puedo imaginar un vnculo sano de AMOR en el que se transgredan estos lmites. Obviamente si alguno de estos momentos llega, tambin habr de plantearme qu ha sucedido; qu ha conducido a que se produzca esta situacin y qu tengo yo que aprender de ello porque eso, ser lo que me ayude a descubrir qu patrn o creencia limitadora subyace y a evitar volver a tropezar con la misma piedra.

    Establecer lmites es para m un acto de amor a uno mismo, al igual que aprender a decir NO. De pequeos nos ensean a ser complacientes para ser aprobados y amados y esto es lo que provoca en gran medida que nos cueste tanto establecer lmites a los dems

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    y lo que nos conduce a sentirnos culpables y egostas cada vez que decimos NO a una peticin, pero es importante comprender que esto es un derecho de la persona.

    Decimos que sufrimos por amor porque buscamos y esperamos que los dems nos den el amor que en realidad ya llevamos dentro. Esto crea relaciones de dependencia y apego que inevitablemente nos conducen al sufrimiento, pero si uno se ama a s mismo, podr compartir Amor, y en ese compartir hay libertad, respeto y profundo crecimiento. Entonces si tenemos con quien compartirlo, lo disfrutamos y lo agradecemos, pero si no hay nadie, seguimos de todos modos felices con nosotros mismos, pues ya sabemos que el amor no depende de nadie ms, sino que es nuestra condicin natural, es nuestro estado de ser. (El Amor de tu Vida, Enriqueta Olivari).

    Amor no es posesin, pero sucede que cuando uno siente tanta necesidad de ser amado y de encontrar a alguien que le d el amor que no es capaz de darse a s mismo, se aferra a esa persona como si fuese algo suyo, como si le fuese la vida en conseguir que esa persona permanezca a su lado y a veces, incluso a tratarla como una posesin; como algo que ha de mantener junto a s a toda costa porque sin ello la persona se sentir angustiada y perdida y no podr vivir. A esto seguramente se le sumar la aterradora idea de la soledad, ya que su ego le gritar que nadie ms podr amarle y que se quedar solo/a el resto de su vida, por lo que podra hacer casi cualquier cosa para que se quedase. Obviamente, en estas circunstancias, no podr establecerse una relacin saludable.

    La pareja ha formarse en igualdad, en un marco en el que ambos miembros den y reciban en equilibrio, respetando siempre la individualidad del otro y exponiendo las propias necesidades. Mis experiencias me han demostrado que las nicas relaciones que realmente pueden llegar a funcionar son aquellas que se establecen entre iguales, es decir, aquellas en la que los dos integrantes parten en igualdad de condiciones y ninguno se posiciona por encima del otro; aquella en la que ambos miembros de la pareja adquieren la misma importancia. En el momento en el que una persona se considera poseedora de la razn y la verdad y se erige como maestro o conductor de la relacin y, por tanto, de la otra persona, y la otra adopta su correspondiente rol de persona sumisa, el vnculo deja de ser equilibrado y dar necesariamente lugar a un nexo desigual e insano donde, probablemente, se transgredirn los cimientos fundamentales de tolerancia y respeto y, por ende, no podr crecer el AMOR. El sumiso creer que haciendo todo lo que el otro le pida y comportndose de la manera en que a ste le gustara, permanecer a su lado y el otro, con su respectiva posicin de superioridad complementar el baile de egos a la perfeccin, dirigiendo la relacin y a la otra persona a su antojo, pero sin darse cuenta de que ambos, la supuesta vctima y el supuesto tirano, son igualmente dependientes el uno del otro y dependientes, en definitiva, de su necesidad de amor y aprobacin.

    En sntesis y desde mi experiencia, para empezar a ser independiente y considerarse una naranja completa, es fundamental:

    1- Deshacerse de esas ideas de amor ideal o romntico que nos mueven hacia la creencia de que formamos parte de un tndem indivisible y de que no seremos felices hasta encontrar a nuestra otra mitad.

    2- Comprender que somos seres individuales que formamos parte de un todo; que todos somos uno y que para desvincularnos de nuestra ilusin de separatidad creada

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    por el ego no es necesario establecer una unin de fusin fsica o romntica con otra persona, sino sentirnos uno con el todo y con todos los seres que habitan el Universo del que tambin somos parte integrante y que, por tanto, tambin vive en nosotros.

    3- Entender que no necesitamos a nadie ms para SER porque somos seres divinos y todo lo que necesitamos lo llevamos dentro.

    4- Conectar con nuestra esencia y sentir su grandeza (a travs de la atencin plena, la meditacin, el silencio, el contacto con la naturaleza, etc.).

    5- Aprender a amarse y respetarse a uno mismo como el ser divino que se es y considerarse digno y merecedor de todo lo bueno.

    6- Dejar de juzgar y juzgarse y de percibir el mundo en trminos absolutistas de todo o nada.

    7- Observar nuestros pensamientos para descubrir nuestro dilogo interno, patrones y creencias inconscientes y limitadoras.

    8- Practicar la rendicin al momento presente y la aceptacin.

    9- Practicar el desapego.

    10- Practicar el autocuidado.

    11- Aprender a establecer lmites y a decir que NO.

    12- Deshacerse de la idea de que a mayor sufrimiento mayor grado de amor.

    Con respecto al ltimo tem que acabo de nombrar, me gustara resaltar esa creencia que muchos de nosotros hemos tenido arraigada, que nos dice que el amor duele y que a mayor sufrimiento, mayor amor. A muchos de nosotros se nos ha transmitido esta idea, que bien podra provenir directamente del ideal de amor romntico, que nos dir que estar separados de ese ser que nos completa, necesariamente implica sufrimiento. Si, adems, nuestra experiencia propia y a travs de nuestros mayores ha estado plagada de experiencias que confirman esta idea y la misma se refleja tambin en multitud de pelculas, series de televisin y canciones que inundan nuestros sentidos da tras da, la frmula para que esto se convierta en una realidad para nosotros est completada. Pero no es el AMOR en s lo que nos hace sufrir, sino las experiencias basadas en dependencias, apegos, celos, etc. que nosotros identificamos con experiencias amorosas, nuestro bajo nivel de autonoma y nuestras pobres creencias sobre nosotros mismos. De hecho, cuando vibramos en la frecuencia del Amor, es cuando mejor nos sentimos. Y tambin me parece fundamental mencionar que no por sufrir ms amamos ms, es decir, que nuestro nivel de sufrimiento no es indicativo del grado de amor que sentimos. Solemos pensar que cuando una persona no logra salir de un duelo y se queda en ese proceso durante ms tiempo del que sera sano, es porque amaba muchsimo a la persona, pero esto no es ms que otra creencia de las que

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    tenemos con respecto al amor romntico. Yo misma he pasado por este tipo de situacin. De hecho, la simple idea de salir del dolor me haca sentir culpable; me pareca una falta de respeto y me planteaba si los dems iban a pensar que yo no haba querido lo suficiente a mi ex-pareja, por lo que me atormentaba rumiando recuerdos una y otra vez que me conducan de nuevo a mi estado inicial. Es esta idea del luto que podemos tambin extrapolar a la prdida por ruptura de pareja. En cambio, se puede haber amado intensamente a alguien y aceptar en un plazo de tiempo considerable, que esa persona ya no est a nuestro lado y que ha llegado el momento de rehacer nuestras vidas, aceptar el cambio y seguir adelante.

    En muchas de mis relaciones pasadas adopt el papel de sumisa debido al tremendo miedo ante la idea del abandono. Senta que algo incontrolable me impulsaba a mantener la relacin an cuando yo no terminaba de sentirme amada ni feliz en ella. Esto me generaba un enorme conflicto conmigo misma y con mis creencias, que me enseaban por un lado que el amor (entendido como amor romntico) era lo nico que se necesitaba para iniciar y mantener una relacin de pareja y, por tanto, si me enamoraba deba necesariamente lanzarme a ello de cabeza aunque supiese en el fondo que no era el tipo de relacin que podra aportarme equilibrio y bienestar (al fin y al cabo, quin era yo para contradecir a Cupido?) y, por otro, que haba que tener amor propio (tambin ste malentendido, en su vertiente de orgullo y no como amor y respeto hacia uno mismo), lucha interna que, claro est, haca decrecer ms y ms mi baja estima. Inici mi relacin ms larga (dur unos 10 aos) en un periodo en el que mi autoestima aparentaba (hasta yo llegu a crermelo) pasar por uno de sus mejores momentos hasta entonces (fruto de la aprobacin y la admiracin que obtena por parte de mis amigos y mis compaeros de facultad) y curiosamente, la relacin inici conmigo en el papel protagonista. Senta que era yo la que marcaba los tiempos y llevaba la batuta. En cambio, a medida que fueron pasando los aos, los papeles se fueron invirtiendo no sin gran frustracin, sufrimiento y grandes discusiones. De nuevo una experiencia que volvi a confirmarme la verdadera creencia sobre m misma que yo llevaba dentro, que no era merecedora de amor. No fue hasta que comprend mi falta de amor por mi misma (cosa que me cost muchsimo asumir), que comenc a considerarme merecedora de todo lo bueno y de establecer vnculos sanos de verdadero amor y respeto mutuo.

    No olvidemos que nacemos y morimos solos, lo que significa que en los dos momentos clave de nuestra vida, no necesitamos de nadie ms.

    Amar a un ser humano, es ayudarle a ser libre,

    Ramayat

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    EL DUELO COMO OPORTUNIDAD DE CRECIMIENTO

    Todos quieren felicidad sin dolor, pero no se puede tener un arco iris sin un poco de lluvia

    Annimo

    El duelo es el proceso de adaptacin emocional que sigue a cualquier prdida, ya sea la de un empleo, el fallecimiento de un ser querido, la ruptura de una relacin, etc. Toda prdida implica una despedida y eso suele provocarnos dolor. Para poder superar esta situacin y asumir el cambio que ha supuesto en nuestras vidas, es necesario sentir ese dolor y atravesar el duelo. No podemos huir o esconder nuestros sentimientos. Es algo natural y, aunque pueda parecer lo contrario, necesario. Todas las emociones tienen su funcin adaptativa y negarlas nos hace ir en contra de nuestra propia naturaleza. Si nos permitimos escucharlas; escucharnos, poco a poco se irn integrando y se convertirn en grandes aliadas en nuestra tarea de autoconocimiento. Tenemos derecho a sentir y expresar nuestras emociones. Es, en cambio, la negacin de las mismas lo que puede convertirlas en patolgicas porque o bien nos bloquearn o correremos el riesgo de quedarnos atrapados en ellas durante demasiado tiempo. Es entonces cuando una emocin empieza a transformarse en un estado de nimo (no es lo mismo estar triste o pasar una racha de afliccin que convertirse en un ser permanentemente melanclico y con un estilo pesimista). Solemos rechazar el dolor y tendemos a negarlo. De hecho, muchas personas que acuden a terapia tras una ruptura, acuden con la esperanza de que el terapeuta en una o dos sesiones haga desaparecer su dolor como si tuviese una varita mgica en su poder. Pero no hay hechizos que valgan; el dolor tambin hay que sentirlo y atravesarlo. No querer experimentarlo no har sino anestesiarnos y bloquearnos, lo que nos impedir avanzar. De hecho, tratar de evitarlo puede hacer que el proceso se alargue y se complique mucho ms.

    La elaboracin del duelo supone el transcurso del proceso desde que la prdida se produce hasta que se supera. Este periodo puede comenzar antes de la prdida, en el caso de que sta se pueda prever con cierta antelacin. Este proceso tiene varias fases que no siempre se dan de una forma lineal en el tiempo:

    1. Negacin y aislamiento: la negacin es un mecanismo de defensa; como un amortiguador para postergar, aunque sea durante un breve periodo de tiempo, el impacto de la agresin que la noticia implica para nosotros y poder as ir asimilndola.

    2. Ira: la negacin va disipndose y suele ir dando paso sentimientos de rabia y resentimiento.

    3. Pacto: el pacto es nuevamente un intento de negociacin con la realidad; una

    tentativa de posponer los hechos en la que la persona suele fijar un plazo de vencimiento para darse tiempo.

    4. Depresin: poco a poco la rabia va dejando paso a una intensa sensacin de prdida

    que causa gran dolor y tristeza.

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    5. Aceptacin: aqu es donde la persona comienza a aceptar su nueva realidad y, por

    tanto, supone el principio de su recuperacin. La vida es un viaje de encuentros y desencuentros; de idas y venidas, por eso es tan importante aprender a decir hola y adis. Las bienvenidas se nos suelen hacer ms llevaderas, pero aceptar las despedidas, suele costarnos mucho ms. A algunas personas asumir la marcha de otros les resulta tan doloroso que acaban por no querer decir un hola profundo nunca ms. Cuando alguien decide irse de nuestras vidas resulta doloroso y entonces tenemos que entrar en una fase de duelo, pero ese duelo, como ya se ha comentado, es sano y natural. Sentimos el dolor de la prdida y luego lo superamos para dejarlo marchar y seguir nuestro camino; un sendero en el que seguro habr nuevas y clidas bienvenidas. Si ese proceso no se atraviesa; no se vive; no se afronta, no podremos recibir a nadie ms, al menos no desde lo ms profundo de nuestro SER; no de una manera incondicional, porque ese duelo enquistado se habr convertido en un bloqueo de nuestro corazn y nuestra alma; en un miedo; en un lastre en nuestras vidas. No seremos capaces entonces de entregarnos de verdad, de dejarnos llevar, de entrar de lleno en las circunstancias de ese presente del que esa nueva llegada forma parte; viviremos con ese adis clavado en el alma, arrastrando esa carga del pasado.

    La vida es un continuo ciclo de muerte y nacimiento. Con cada cambio se produce una pequea muerte (un adis a algo que termina) y un pequeo nacimiento (un hola a una nueva situacin); por eso es tan importante que aprendamos a decir hola y adis y a tomar el desapego como una actitud de vida.

    Es cierto que nada es casual, que la mayora de las veces la buena suerte se crea y que nosotros somos los productores de nuestras circunstancias, pero interactuamos tambin en el camino con energas que provienen de otras vidas, de otras personas e incluso de la naturaleza y del Universo; eso hace que no podamos controlarlo absolutamente todo y que no todo salga como a nosotros nos hubiese gustado o como esperbamos. La vida no se puede planear al milmetro; est llena de cambios, de giros bruscos, de encrucijadas, que seguro han tenido que suceder as porque era eso precisamente lo que tena que pasar para que nosotros aprendisemos algo, pero que en ese momento sentimos que se escapa a nuestro control. Por eso tambin es importante dejarse llevar, asumir y aceptar; experimentar la confianza en el proceso de la vida y la rendicin al momento presente. Quizs en ese momento no puedas cambiar tu situacin de vida, pero lo que seguro puedes manejar es tu manera de afrontar las circunstancias y ah es donde entra nuestro papel de directores de nuestra propia pelcula. Por eso es importante comprender que a veces es necesario despedirse de alguna actitud, hecho, situacin o persona y dar la bienvenida a lo nuevo. Tendremos que hacerlo muchas veces a lo largo de nuestro camino. Sobre el desamor dice Fina Sanz en su libro Los vnculos amorosos: no sabemos estar disponibles para dejar que algo muera porque no tenemos en cuenta que cuando algo muere, algo nuevo puede nacer. Se vive intensamente la sensacin de soledad y muerte. Soledad porque se es consciente de que nadie nos puede ayudar a pasar la experiencia, nadie nos la puede evitar; en el mejor de los casos, la gente que nos rodea y nos quiere puede acompaarnos en el camino, pero el viaje tiene que hacerlo cada cual. Las ms de las veces, la vivencia que tenemos es muy dramtica: es la sensacin de impotencia, de no

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    poder cambiar las cosas por ms que queramos, de locura (no entender por qu ha ocurrido)es el deseo inconsciente de estar loco/a para no tener que enterarse de lo que no podemos soportarAlgo parece desgarrarse en nuestro interioro se siente un gran vaco interno. Me parece que este fragmento del libro de Fina Sanz describe de manera fiel cmo solemos sentirnos ante el desamor, al menos, esto ha sido as en mi experiencia pasada. De hecho, dira que cuando nos sentimos abandonados por alguien, durante un periodo de tiempo vivimos una especie de sndrome de abstinencia comparable en cierto sentido al que experimenta la persona adicta a cualquier sustancia o proceso y sentimos verdadera necesidad de contacto con esa persona. Es por ello que muchas parejas, despus de la ruptura siguen teniendo contactos espordicos durante un periodo de tiempo. Lo que ocurre en estos contactos es similar a obtener una dosis de eso que tanto necesitamos; se trata de una especie de chute emocional que por unos momentos y horas nos aporta un poco de serenidad, pero que luego vuelve a dejarnos vacos sumindonos de nuevo en una profunda tristeza. Experiment este tipo de situacin tras la ruptura de mi relacin ms larga, fruto de la codependencia que ambos sentamos y he de decir que, desde mi vivencia, una vez que la relacin est rota, este tipo de encuentro no hacen sino alargar el proceso de duelo, ya que cada contacto supone una vuelta a la fase de negacin y, por tanto, un retroceso. El tiempo que tarde una persona en atravesar su duelo depende de muchos factores. Centrndonos en las rupturas amorosas, la duracin del mismo estar directamente relacionada con nuestras creencias sobre nosotros mismos, sobre la pareja y el amor, con el estado de nuestra autoestima, con nuestro nivel de dependencia y apego a la persona amada y con nuestra manera de ver y percibir la vida, el mundo y nuestra propia posicin en l. Las personas dependientes, por ejemplo, vivirn las rupturas amorosas como un gran trauma y tendrn, probablemente, la necesidad irrefrenable de recuperar la relacin a toda costa o de buscar una nueva pareja; las pesimistas tendern de alguna manera a corroborar su propia visin del mundo lo que les sumir en una mayor afliccin, etc. Haciendo recuento, me doy cuenta de que los duelos ms duros que he vivido por ruptura han sido aquellos hechos por las personas a las que me senta ms apegada y de las que era ms dependiente; aquellas que yo pensaba que en determinados momentos de mi vida me aportaban algo sin lo que yo no quera vivir (lo que no implica necesariamente que lo aportado fuese positivo) porque senta que de alguna manera contribuan a mi identidad en ese instante (o ms bien a la mscara que mi ego portaba entonces). Por ejemplo, si nicamente es mi pareja quien me hace sentir segura, puede que mientras sta permanezca junto a m yo me muestre segura de cara al exterior, pero en el fondo pensar y temer que si esa persona desaparece, dejar de sentirme as y mi vida cambiar radicalmente. Esto ocurre cuando no comprendemos que no es fuera donde tenemos que buscar, sino dentro y que delegar nuestra responsabilidad en manos de otras personas slo nos har sentir vacos a la larga. Un duelo supone, necesariamente pasar por una etapa de dolor pero si hemos practicado el desapego y hemos asumido el ciclo natural de muerte y nacimiento, estaremos ms capacitados para elaborar un buen proceso y aprovechar el aprendizaje obtenido tras el mismo. Observar cmo hemos afrontado aquellos procesos de duelo que hemos atravesado en el pasado puede arrojarnos tambin mucha luz sobre nosotros mismos. Ver cmo hemos acogido la nueva circunstancia, cunto la hemos negado o nos hemos resistido a ella; cunto tiempo tardamos en comenzar de nuevo a caminar y observar lo que sentamos

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    entonces y aquellos pensamientos que cruzaron por nuestra mente durante esas etapas puede colaborar en gran medida al autoconocimiento. A travs de ello podremos darnos cuenta de lo que nos cuesta despedirnos e incluso de nuestro nivel de dependencia, apego o autonoma. A pesar de la inevitable dureza de la separacin, el duelo tambin puede suponer una fantstica oportunidad de crecimiento. Desde esta perspectiva, salimos ms fortalecidos de l y nuestra capacidad de adaptacin aumenta. Normalmente durante este proceso, nos metemos hacia adentro, es decir, que tendemos a la introspeccin, ya que sta es la funcin natural de la tristeza. Pasamos ms tiempo con nosotros mismos, lo que supone una gran ocasin para el autoconocimiento y el desarrollo de nuestra dimensin espiritual. Una vez ms, la meditacin y la prctica de la atencin plena pueden ser grandes aliadas que nos ayuden a aliviar la gran carga emocional y el incontrolable flujo de pensamientos negativos que suelen surgir en estas etapas de separacin a travs del entrenamiento de atencin al momento presente que ambas prcticas suponen. La rendicin al momento presente, es decir, la aceptacin de lo que ES, sin resistencias a lo que ocurre y comprendiendo que oponernos o luchar contra algo que en este momento ya es slo nos causar mayor sufrimiento, es tambin fundamental para poder avanzar hacia la fase de superacin. Como dijo Jung, lo que niegas te somete y lo que aceptas te transforma. No puede haber integracin sin aceptacin. Fluir, confiar en el proceso de la vida y en que lo que acontece lo hace por un motivo y para ensearnos algo, es como un blsamo para nuestras heridas. Lo nico real es el momento presente y si aprendemos a situarnos en l comenzaremos a relativizar y a considerar la verdadera dimensin del problema (aislado, en la medida de lo posible, de la influencia de nuestro dilogo interno y nuestro cuerpo emocional). Agarrarnos a una circunstancia del pasado o a la ilusin de una situacin futura negando la evidencia de lo que ocurre, no har ms que apartarnos de la vida; del momento presente; de lo nico que realmente tenemos aqu y ahora y, por tanto, aadir sufrimiento al dolor que ya sentimos y, como dijo Buda, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Personalmente, me he tenido que enfrentar a varios y diferentes tipos de duelo en los ltimos aos y esta prctica me ayud enormemente. Mi primer contacto con la misma en su da fue a travs del libro El Poder del Ahora, de Eckhart Tolle, que muchos de vosotros seguro ya conoceris y que recomiendo encarecidamente. Otro punto fundamental ha supuesto para m aprender a desidentificarme con la forma terrenal y posicionarme en el lugar que me corresponde; en el del observador-testigo. Para ello es fundamental que conectemos con nuestra esencia divina. Existe un ejercicio fantstico propuesto por la Escuela Espaola de Desarrollo Transpersonal para empezar a desidentificarse llamado El Testigo. Consiste en repetir y sentir maana y noche el siguiente texto:

    Tengo un cuerpo pero no soy mi cuerpo. Puedo ver y sentir y lo que se puede ver y sentir no es el autntico Ser que ve.

    Mi cuerpo puede estar cansado y excitado, enfermo o sano, sentirse ligero o pesado, pero eso no tiene nada que ver con mi yo interior.

    Tengo un cuerpo pero no soy mi cuerpo.

    Tengo deseos pero no soy mis deseos. Puedo conocer mis deseos y lo que se puede conocer no es el autntico Conocedor. Los deseos van y vienen, flotan en mi consciencia, pero no afectan a mi yo interior.

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    Tengo deseos pero no soy mis deseos.

    Tengo emociones pero no soy mis emociones. Puedo percibir y sentir mis emociones

    y lo que se puede percibir y sentir no es el autntico Perceptor. Las emociones pasan a travs de m ,pero no afectan a mi yo interior.

    Tengo emociones pero no soy mis emociones.

    Tengo pensamientos pero no soy mis pensamientos. Puedo conocer e intuir mis pensamientos

    y lo que puede ser conocido no es el autntico conocedor. Los pensamientos vienen a m y luego me abandonan, pero no afectan a mi yo interior.

    Tengo pensamientos pero no soy mis pensamientos.

    Soy lo que queda, un puro centro de percepcin consciente; un testigo inmvil de todos esos pensamientos, emociones, sentimientos y deseos.

    Sea como haya sido el pasado, hemos de entrenarnos en el arte de ser capaces de integrarlo, aprender de l lo que toque y seguir avanzando y, sobre todo, ser conscientes de que decir adis a una etapa, tambin abre la puerta a una nueva escena de nuestra vida. Rumiar las razones del por qu la otra persona ha decidido marcharse no nos servir sino para quedarnos atrapados en el dolor, la confusin y la rabia durante mucho ms tiempo del que seguro a un nivel ms consciente nos gustara. Si alguien ha tomado la decisin de romper ese vnculo simplemente habremos de respetar su eleccin, estemos de acuerdo con sus motivos o no y aceptar la realidad que en ese momento ya es.

    Ser personas autnomas y repletas de sano amor por nosotros mismos nos ayudar sin duda a no aadir al dolor de la prdida sufrimiento y miedos que ms tienen que ver con nuestra falta de autonoma y autoestima, que con el hecho de la separacin en s (como intenso miedo a la soledad, a que nadie ms vuelva a querernos, a no saber estar solos, a no poder vivir sin el otro, etc.). Comprender que somos seres completos y que no necesitamos de ninguna otra mitad para llevar una vida feliz y con sentido nos har crecer como personas y no quedarnos atrapados en un duelo mal elaborado.

    En resumidas cuentas, que una persona trabaje en su evolucin personal y su autoestima, aprenda a fluir con la vida, aproveche todos los momentos de introspeccin y crecimiento que la vida le va ofreciendo para su desarrollo espiritual y, en definitiva, conecte con el AMOR que realmente es y encuentre el sentido de su vida, le har tomar una dimensin de su camino en el que toda experiencia ser considerada como una oportunidad de aprendizaje.

    Nunca temas a la oscuridad. Es slo entonces que puedes ver las estrellas, y en la belleza de las estrellas encontramos nuestro camino

    Mary Kay Mueller.

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    ALGUNOS EJERCICIOS PRCTICOS PARA COMPRENDER LA NATURALEZA DEL CAMBIO Y LA IMPORTANCIA DEL DESAPEGO.

    Como he comentado antes, nos pasamos la vida despidindonos sin muchas veces ser conscientes de ello. Le decimos adis a nuestra etapa infantil cuando pasamos a la adolescencia, a sta cuando pasamos a ser adultos, a nuestro anterior estado de salud cuando caemos en la enfermedad, etc. Comprender esto y ser capaces de visualizarlo nos ayuda a entender el carcter naturalmente efmero de las circunstancias y a decirnos en cada momento esto tambin pasar. Para ello, hay un ejercicio que propone la Escuela Espaola de Desarrollo Transpersonal y que a m me result muy til y es dibujar una lnea del tiempo y disponer en ella todos los cambios que hemos tenido que afrontar a lo largo de nuestra vida (cambios de etapa, rupturas, enfermedades, cambios de domicilio, muertes, cambios de colegio, etc.)

    Para comprender la importancia de mantener el espacio personal y la expresin individual de cada uno de nosotros, existen algunos ejercicios muy esclarecedores que yo misma tuve el placer de experimentar en un taller grupal de desapego al que asist hace unos aos. Resultan tremendamente tiles tambin para identificar nuestro nivel de dependencia o independencia y para descubrir nuestro estilo a la hora de relacionarnos y nuestra propia necesidad de autonoma o apego:

    1- Por parejas, un miembro se abraza al otro. Se trata de quedarse ah durante un tiempo. El que se abraza, quiere mantenerse ah en esa unin a toda costa mientras que el otro, representa el rol de querer marcharse. Pasados unos minutos, el que quiere marcharse intentar deshacerse del abrazo pero el otro, intentar evitarlo a toda costa. Tras un tiempo prudencial se dar por concluida esta fase del ejercicio y se intercambiarn los papeles entre los miembros de la pareja para proceder de la misma manera. Al finalizar el ejercicio, cada uno podr plantearse en qu situacin se ha sentido ms cmodo, qu sensaciones y emociones ha tenido en cada rol, etc.

    2- Este ejercicio podra completar al anterior: un miembro de la pareja ha de cargar con el otro echado sobre su espalda y caminar por la habitacin durante un corto periodo de tiempo. Luego se intercambiarn los papeles. Aqu resulta muy interesante observar en qu rol se ha sentido ms cmodo cada uno, si al ser cargado te has dejado llevar o has opuesto resistencias, si te ha resultado fcil y llevadero cargar con el otro o al contrario, etc.

    3- Este podra ser una variante del anterior: se trata de que una persona haga de gua y la otra, con los ojos vendados haya de dejarse guiar confiando en cada momento.

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    LIBERARSE DE LA RABIA Y PRACTICAR EL PERDN.

    El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.

    Martin Luther King

    El perdn es una de las claves para la consecucin de la paz interior. No puede haber paz donde hay rencor. El perdn es la tcnica mediante la cual nuestros sentimientos se transforman pasando del miedo al amor.

    A la mayora de nosotros no se nos ha enseado el verdadero significado del perdn. Solemos pensar que perdonar significa liberar de culpa a alguien que sentimos que nos ha agraviado, pero lo que no comprendemos es que el que sale realmente beneficiado del acto de perdn es precisamente el que perdona. El perdn nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. El perdn se basa en la aceptacin de lo que pas. No significa que ests de acuerdo con lo que pas, ni que lo apruebes. No significa dejar de darle importancia a lo que sucedi, ni darle la razn a alguien que te lastim. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo (Annimo). En definitiva, perdonar nos hace libres. Agarrarnos a la rabia que sentimos por alguien nos ata de alguna manera a esa experiencia e incluso a esa persona que sentimos que nos da. No podremos avanzar hasta que perdonemos. El rencor es un sentimiento daino que nos corroe por dentro pero cuando perdonamos, damos paso al Amor que llevamos dentro. Perdonar a alguien no implica que tengamos que excusar su actitud ni aprobarla de manera alguna, de hecho, puedo perdonar a alguien y seguir sin estar de acuerdo con la actitud que tom en ese determinado momento o, en casos ms extremos en los que esa persona haya cometido un acto al margen de la Ley, puedo elegir denunciar y, aun as, perdonar. Tampoco significa que tengamos que decrselo a esa persona directamente. Lo importante es sentir ese sentimiento liberador dentro de nosotros y que seamos capaces de tomar distancia y observar lo sucedido y a la persona en cuestin sin sentir dolor ni rabia. Entonces sabremos que hemos perdonado y nos sentiremos en paz.

    En realidad, todos nacemos con la capacidad de perdonar, igual que todos nacemos con la capacidad de amar, pero a lo largo del camino aprendemos que el perdn es algo diferente a lo que en realidad es y nos desviamos.

    Elaborar y superar el duelo, pasa, por tanto, necesariamente por el perdn. Si no perdonamos a esa persona, no podremos pasar a la fase de aceptacin y superacin. Como ya he comentado, seguir sintiendo rabia o rencor contra algo o alguien, te hace permanecer de alguna forma vinculado con esa situacin o persona, e impide tu crecimiento. Odiando estamos yendo en contra de nuestra propia naturaleza, que es el Amor y por eso el rencor nos produce tanto dolor. Slo nosotros podemos elegir el lado del amor y decidir perdonar.

    A veces nos cuesta mucho, pero existen formas de conducirse hacia el perdn. La primera fase es, obligatoriamente expresar la rabia. Si no liberamos nuestra ira de alguna manera no podremos perdonar. A veces no resulta conveniente o posible dirigirse directamente a la

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    persona para poder expresar nuestra ira y nuestro dolor (siempre tratando de hacerlo desde la asertividad), pero podemos, por ejemplo, visualizar que tenemos a esa persona delante y expresarle todo lo que sentimos, permitiendo tambin que ella se exprese o escribir una carta basura en la que nos desahogaremos y que luego quemaremos como acto simblico de que dejamos marchar esos sentimientos. Podemos tambin hacer algn tipo de actividad fsica en la que liberemos esa energa o incluso golpear cojines si sentimos que as lo necesitamos. En ocasiones no basta con una sola vez, sino que tenemos que hacer varios ejercicios de liberacin de la rabia hasta que poco a poco nos vamos sintiendo ms en paz. Una vez liberada sta, estaremos listos para seguir avanzando hacia el perdn.

    Ocurre que, a menudo, la primera persona a la que necesitamos perdonar es a nosotros mismos y, lejos de reconocerlo, nos esforzamos en proyectar esa rabia hacia otros. Me ha ocurrido esto despus de terminar varias relaciones. Hace algunos aos mantuve una relacin que result ser muy dolorosa para m. Esa persona transgredi con creces los lmites del respeto e incluso experiment una gran manipulacin y malos tratos psicolgicos por su parte. Estuve enfadada durante mucho tiempo. No comprenda cmo esa persona poda hacerme aquello y tener esa actitud. Me senta frustrada y muy desgraciada. De lo que no me daba cuenta, es de que yo tena mi gran parte de responsabilidad en el asunto, porque estaba permitiendo todo aquello al no sentirme capaz de marcharme y permanecer junto a l. La dependencia y el miedo que senta ante la idea del abandono o de volver a quedarme y sentirme sola y vaca me impedan dar el paso. Fue el hecho de darme cuenta de esto lo que finalmente me hizo reaccionar y decidir que en el fondo, muy dentro de m, haba amor por mi misma y que mereca otro tipo de relacin. Me qued atrapada en mi propia culpa durante bastante tiempo, sintindome fatal por mi falta de amor propio y por haber permitido que todo aquello ocurriese, hasta que comenc a perdonarme y a comprender que yo haba actuado de la nica manera que haba podido con el grado de consciencia que tena en aquel momento.

    Por eso es tan importante asumir responsabilidades y hacer recuento. Elegir liberarnos de nuestra propia culpa y perdonarnos por encima de las circunstancias o los errores que consideramos haber cometido es, de nuevo, un acto de AMOR a nosotros mismos. Yo no soy mis supuestos errores y, por ende, tampoco soy mis aciertos y es fundamental comprender esto adems del hecho de que no existen los absolutos. Nada es bueno o malo en su totalidad; si nos empeamos en buscar la parte positiva de algo la encontraremos y, de la misma manera, si ponemos ahnco en buscar su parte negativa tambin la acabaremos hallando. Es una cuestin de percepciones y de dnde centremos nuestra atencin. sta es la explicacin al hecho de que una misma circunstancia pueda ser considerada como positiva para unos y negativa para otros.

    Para poder perdonar, tanto a otras personas como a nosotros mismos, es muy importante que desarrollemos nuestra capacidad de empata. Ponernos en la piel de la otra persona conseguir que podamos llegar a comprender mejor sus actitudes. Ocurre que nos cuesta mucho aceptar al otro tal y como es. No entendemos cmo otra persona puede actuar o decir algo que nos ofende y que nosotros pensamos que nunca diramos o haramos. Pero esa persona tiene una experiencia de vida y, al igual que t, una infancia en la que ha aprendido ciertos patrones y creencias sobre s misma. Esa persona tambin lleva un/a nio/a herido/a dentro que demanda amor y la mayora de las veces acta desde sus propias carencias. No estamos aqu para ser jueces de nadie, ni siquiera de nosotros mismos. Quizs no podamos entender la actitud del otro desde nuestra propia experiencia de vida, pero comprender que esa persona tiene la suya y acta movida por la misma y que,

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    desde su propio nivel de consciencia, no ha podido hacerlo de otra manera, nos ayudar a dejar de sentirnos rabiosos.

    Cuando nos sintamos ofendidos por otra persona, es conveniente revisar tambin con qu parte de nosotros est conectando. Ya he comentado anteriormente que los dems son como espejos que nos devuelven algo sobre nosotros mismos. Aquellas personas que ms nos hacen reaccionar suelen ser aquellas de las que ms podemos aprender porque de alguna manera nos proyectan partes de nuestra propia sombra. As que cuando nos sintamos agraviados, por ejemplo, ante un comentario o situacin, parmonos a preguntarnos: por qu me molesta tanto?; qu hay de m en esto?. Recordemos que slo aceptndonos en nuestra totalidad y abrazando a nuestra propia sombra, seremos capaces de amarnos incondicionalmente pero, para abrazar algo, primero hay que conocerlo, as que consideremos tambin estas circunstancias como una oportunidad de aprendizaje y autoconocimiento.

    Lograr ver lo positivo; la leccin aprendida detrs de lo ocurrido, har que dejemos de estar enfadados y aceptemos que esa circunstancia ha tenido que darse para que aprendisemos algo que tenamos pendiente para nuestra mayor evolucin y nos impulsar hacia el perdn.

    PRACTICANDO LAS RELACIONES CONSCIENTES CON LA PAREJA PRESENTE.

    Si quieres crecimiento y unin en tus relaciones, no trates de modificar a los dems. Modifica tu forma de ver las cosas.

    Bob Mandel

    Una relacin consciente, desde mi experiencia, se basa fundamentalmente en una premisa: dos individuos completos e independientes que deciden voluntariamente caminar juntos pero siempre respetando sus espacios e individualidades. Esto supone que las dos personas establecen un vnculo de amor y no de necesidad o codependencia. Se trata de un entorno seguro, libre de amenazas y represiones en el que cada uno de los miembros permanece de forma voluntaria y es libre de marcharse si ese llega a ser su deseo.

    Tendemos a apegarnos y obviamente cuando una relacin se rompe es natural que duela, pero si uno de los miembros de la pareja decide marcharse, su decisin ha de respetarse y hemos de acabar aceptando y asumiendo que as es. El Amor es un estado del Ser, lo que significa que todos lo llevamos dentro; que no est fuera ni depende de ningn factor externo. Todos somos uno con el Universo, pero como coment ms arriba, nuestro ego nos fuerza a sentirnos separados del resto y esa ilusin de separatidad nos provoca un gran sufrimiento porque hace que nos sintamos solos y aislados. Como dice Eckhart Tolle, nuestro ego est necesitado de conflictos que fortalezcan su sensacin de separacin de la que depende su identidad. Esto puede reflejarse de un modo especial en el mundo de las relaciones. A veces, en nuestro anhelo de eliminar esa

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    sensacin, perseguimos desesperadamente la unin con el otro. Suele pasar que durante la fase de enamoramiento las emociones vividas son tan intensas que consiguen de alguna forma anestesiarnos ante ese vaco y ese dolor que sentimos, pero cuando esa intensidad empieza a decrecer, si nuestro sentido de unidad slo se ha basado en la unin fsica o emocional con nuestra pareja, volveremos a sentir eso que sentamos antes, e incluso de una forma mucho ms violenta. Esto ocurre porque la respuesta a esa necesidad de unin que tenemos no est en el exterior, sino en la reconexin con nuestra esencia divina y es ste el verdadero sentido de nuestro camino espiritual. A m me ayuda mucho tomar contacto con la naturaleza para recordar quin soy. De hecho, las experiencias ms intensas de unidad las he tenido contemplando la misma. Centrar mi atencin en un rbol o una flor; poner todos mis sentidos y mi conciencia en ello; observar cmo se mecen sus hojas al son del viento y sentirme uno con l, sentir que soy parte del mismo y que tambin l es parte de mi porque ambos provenimos del mismo lugar, pero al mismo tiempo siendo consciente de dnde termino yo y dnde empieza l, es una experiencia de una profunda paz y de una belleza sublime. Desde esa sensacin de unidad con el Todo y sintindonos seres completos, estaremos preparados para hacer de nuestra relacin un espacio de crecimiento. El respeto y la tolerancia como base de toda relacin. Es importante establecer lmites para uno mismo y para los dems, de manera que las relaciones con las personas amadas no se vuelvan crceles hechas de expectativas y manipulacin. Como he comentado anteriormente, amar no ha de estar reido con el amor a uno mismo, por lo que un vnculo consciente nos permitir seguir creciendo como seres individuales adems de hacerlo tambin como pareja y eso implica, que tambin yo dejar que la otra persona pueda seguir evolucionando. En palabras de Erich Fromm: en el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos.

    El respeto y la tolerancia han de estar en los fundamentos de cada relacin y respetar a la otra persona pasa necesariamente por permitirle ser y expresarse como es y amarla y aceptarla de este modo, tal y como haramos con nosotros mismos, en lugar de desear transformarla en lo que nosotros desearamos que fuese. ste es el mayor catalizador del cambio en las relaciones. La aceptacin total trae consigo la ausencia de juicio y el fin de la codependencia. Amamos con pureza cuando permitimos a los dems que sean como son. Lo que nos suele hacer sufrir en una relacin es nuestra incapacidad de aceptar a los dems exactamente tal y como son. (Marianne Williamson, Volver al Amor).

    Tambin uno ha de poder mostrarse tal y como es y expresar aquello que siente en cada momento. No puede haber verdadero crecimiento sin autenticidad, porque la falta de la misma supone la existencia de algn tipo de represin y sta, a su vez, implica bloqueo y cerrazn. A veces, no nos aceptamos a nosotros mismos en nuestra totalidad; no llegamos a acoger esas partes nuestras; esas sombras que forman parte de nosotros al igual que nuestros espacios de luz y tampoco queremos mostrrselas a los dems (eso, en el mejor de los casos en el que al menos seamos conscientes de esa sombra aunque evitemos mirarla de frente, porque ocurre que, con frecuencia, debido probablemente a heridas del pasado, la hemos escondido tanto que ni siquiera nos damos cuenta de ella). Podra pasar por nuestra mente un pensamiento parecido a cmo me va a querer el otro si descubre como soy? Ese miedo har que nos ocultemos tras mltiples mscaras. Pero mostrarse en su totalidad y que el otro lo acoja de esta misma manera, es la nica forma de relacin

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    sincera. Escondernos detrs de disfraces y roles que en realidad no nos corresponden no har ms que hacernos sentir forzados e incmodos y faltos de amor por nosotros mismos.

    Tal y como yo lo siento, para poder expresar lo que sentimos sin miedo, es necesario crear un espacio seguro; una especie de acuerdo en el que no existan las amenazas del tipo pues entonces lo dejamos o como empieces as me voy, etc. Una relacin sana se basa en la libertad de cada uno de sus miembros, pero muchas personas utilizan el chantaje emocional soterrado para de este modo hacer sentir culpable o asustado al otro y conseguir frenar la discusin o que la otra persona tenga alguna actitud que no les gusta o exprese algo que no quieren or. A veces la persona que utiliza este tipo de conductas ni siquiera es consciente de ello. Simplemente es la nica forma de relacionarse que conoce (probablemente porque de pequeo lo haya aprendido as). Por eso es fundamental que practiquemos la atencin plena con nuestra pareja y estemos abiertos a identificar nuestros patrones automticos y creencias. Los aspectos de nuestra personalidad donde tendemos a apartarnos del amor suelen ser las heridas y carencias de ese nio interior que todos llevamos dentro.

    La pareja puede ser un espacio maravilloso para detectar y conocer nuestra sombra, especialmente los momentos de crisis que vivamos mientras estemos en ella. Hay crisis que conducirn al fin de la relacin, pero no en todos los casos ocurrir esto y son estas ltimas circunstancias las que potencialmente llevan implcita la oportunidad de reforzar el vnculo y conocernos ms a nosotros mismos y a la otra persona.

    Nuestra pareja siempre nos devolver algo de nosotros mismos. De alguna manera, solemos proyectar en los dems aquello que llevamos dentro y por ello, tal y como he comentado en apartados anteriores, se dice que el otro es como un espejo para nosotros. Cuando surge algn conflicto o detectamos una actitud que nos irrita en la otra persona, es fundamental preguntarse qu es lo que realmente nos est molestando tanto y por qu; qu parte de eso que nos provoca rechazo o frustracin podra estar conectando algo nuestro. Pero para poder llegar a algn tipo de comprensin en este sentido, es necesario que estemos concentrados y atentos al momento presente, que nos preguntemos desde el amor que somos y no desde nuestro ego y que vayamos con el corazn abierto. Es, como dira una gran amiga ma, algo similar a ponerse una gorra de exploradores y estar dispuestos a indagar en nuestras propias aguas dejando de lado el miedo a que no nos guste lo que encontremos.

    Creo que es natural que entre los miembros de la pareja surjan conflictos. Pensar que en una relacin consciente nunca habr lugar para una crisis o una discusin es, a mi modo de ver, una utopa. De hecho, el que entre los integrantes de una pareja no surjan nunca diferencias podra ser un indicio de que uno de los dos miembros ha adoptado un rol de sumisin dentro del vnculo y, por tanto, distara mucho de ser una relacin sana entre dos iguales (ya expres anteriormente la necesidad de la condicin igualitaria en una relacin para que pueda darse un vnculo saludable). Lo que siento que s cambia es el tratamiento que le damos a los mismos, ya que en lugar de tratar de culpar al otro y justificarnos a nosotros mismos por todos los medios, estaremos ms dispuestos a abrirnos, expresarnos y dejar espacio al otro para que haga lo mismo y, por tanto, estaremos ms abiertos al amor.

    Desde mi experiencia, es imprescindible que aprendamos a ser capaces de aceptar nuestra propia responsabilidad sobre las circunstancias en lugar de apresurarnos a culpar al otro y dirigir nuestros esfuerzos al ataque ajeno. Como ya dije, una pareja est formada por dos personas y cada uno ha de asumir su parte de responsabilidad. Concentrarnos en lo que pensamos que el otro ha hecho mal y rumiarlo, nos enviar directamente al papel de

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    vctima y adoptaremos una actitud defensiva de ataque. Haciendo esto no estaremos posicionndonos en el lado del Amor sino en el del ego y la energa del ataque, muy probablemente, vuelva en la direccin del propio atacante. Todo esto no significa que tengamos que justificar o aceptar como vlida cualquier actitud del otro, ni culpabilizarnos de todo lo ocurrido. Lo que significa es que elegimos centrar nuestra atencin en la parte que nos corresponde y que es realmente el espacio donde podemos aprender y crecer. La parte del otro ser su responsabilidad y, por tanto, su propio espacio de crecimiento y su leccin a aprender. Si me encuentro quejndome una y otra vez porque ninguno de los hombres con los que inicio un idilio est dispuesto o abierto a una relacin estable, probablemente obtendr ms beneficio de preguntarme por qu ocurre eso y si no habr alguna parte de m a la que en el fondo le da miedo o le provoca angustia la idea del compromiso, que de maldecir a los otros. Podra ser, por ejemplo, que elija de manera inconsciente personas inaccesibles porque en un vnculo de mayor profundidad la otra persona podra descubrir cmo soy realmente.

    Por mi parte dir que ser capaz de, ante algn conflicto, pararme antes de explotar o saltar, respirar, preguntarme qu parte de eso que est ocurriendo me est tocando tanto y por qu (cuestionarme qu hay de m en ello) y abrirme a una comunicacin asertiva, ha transformado por completo el tratamiento que le doy a este tipo de circunstancias y mi manera de afrontar e integrar el conflicto. Cada da trabajo en ello. En el pasado fui una persona muy reactiva. En cuanto detectaba algo que no me gustaba me pona a la defensiva. Tena una especie de instinto sobreprotector conmigo misma que actuaba guiado por mi miedo a no ser capaz de reafirmarme y hacerme respetar, as que, en cuanto me senta atacada, reaccionaba devolviendo la pelota. Lo ms curioso es que yo no era consciente de estar haciendo esto; yo simplemente me senta agredida y tena que defenderme y no es que me hiciese la vctima, sino que realmente me senta vctima y, por tanto, con el derecho de gritar y despotricar, puesto que yo llevaba la razn y lo justo era que mis razones fuesen atendidas. De hecho, senta una gran frustracin por no poder comprender cmo el otro poda actuar as. Si la otra persona por su parte, tiene un grado de consciencia similar, las fricciones pueden llegar a darse de forma casi continua y las discusiones sern desmedidas llegndose a transg