Las Tres Hojas de La Serpiente Hermanos Grimm

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  • 8/18/2019 Las Tres Hojas de La Serpiente Hermanos Grimm

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      LAS TRES HOJAS DE LA SERPIENTE (HERMANOS GRIMM)

    Vivía una vez un hombre tan pobre, que pasaba apuros para alimentar a su único hijo. Díjole entonces éste:- Padre mío, estis mu! necesitado, ! so! una car"a para vos. #ejor ser que me marche a buscar el modo de"anarme el pan.Di$le el padre su bendici$n ! se despidi$ de él con honda tristeza.%ucedi$ que por aquellos días el &e! sostenía una "uerra con un imperio mu! poderoso. 'l joven se alist$ en suejército ! parti$ para la "uerra. (penas lle"ado al campo de batalla, se trab$ un combate. 'l peli"ro era "rande, !llovían muchas balas) el mozo veía caer a sus camaradas de todos lados, !, al sucumbir también el "eneral, los

    dems se dispusieron a emprender la *u"a. (delant$se él entonces, los anim$ diciendo:- +o vamos a permitir que se hunda nuestra patria%e"uido de los dems, lanz$se a la pelea ! derrot$ al enemi"o. (l saber el &e! que s$lo a él le debía la victoria,ascendi$lo por encima de todos, di$le "randes tesoros ! lo nombr$ el primero del reino. enía el monarca una hija hermosísima, pero mu! caprichosa. /abía hecho voto de no aceptar a nadie por marido !se0or, que no prometiese antes solemnemente que, en caso de morir ella, se haría enterrar vivo en su mismasepultura: 1%i de verdad me ama -decía la princesa-, 2para qué querr se"uir viviendo3.1 Por su parte, ella secomprometía a hacer lo mismo si moría antes el marido. /asta aquel momento, el sin"ularísimo voto habíaahu!entado a todos los pretendientes) pero su hermosura impresion$ en tal "rado al joven, que, sin pensarlo uninstante, la pidi$ a su padre.- 2%abes la promesa que has de hacer3 -le pre"unt$ el &e!.- 4ue debo bajar con ella a la tumba, si muere antes que !o -respondi$ el mozo-. an "rande es mi amor, que no mearredra este peli"ro.5onsinti$ entonces el &e!, ! se celebr$ la boda con "ran solemnidad ! esplendor. 6os recién casados vivieron unatemporada *elices ! contentos, hasta que, un día, la joven princesa contrajo una "rave en*ermedad, a la que nin"ún

    médico supo hallar remedio. 5uando hubo muerto, su esposo record$ la promesa que había hecho. /orrorizbale laidea de ser sepultado en vida) pero no había escapatoria posible. 'l &e! había mandado colocar centinelas en todaslas puertas, ! era inútil pensar en sustraerse al horrible destino. 6le"ado el día en que el cuerpo de la princesadebía ser bajado a la cripta real, el príncipe *ue conducido a ella, ! tras él se cerr$ la puerta a piedra ! lodo. 7unto al*éretro había una mesa, ! con ella cuatro velas, cuatro ho"azas de pan ! cuatro botellas de vino. 5uando hubieraconsumido aquellas vituallas, habría de morir de hambre ! sed. Dolorido ! triste, comía cada día s$lo un pedacitode pan ! bebía un sorbo de vino) pero bien veía que la muerte se iba acercando irremisiblemente. 8na vez quetenía la mirada 9ja en la pared, vio salir de uno de los rincones de la cripta una serpiente, que se deslizaba endirecci$n al cadver. Pensando que venía para devorarlo, sac$ la espada ! eclam$: 1+#ientras !o esté vivo, no latocars.1 ; la parti$ en tres pedazos. (l cabo de un rato sali$ del mismo rinc$n otra serpiente, que ense"uidaretrocedi$, al ver a su compa0era muerta ! despedazada. Pero re"res$ a los pocos momentos, llevando en la bocatres hojas verdes. 5o"i$ entonces los tres se"mentos de la serpiente muerta !, encajndolos debidamente, aplic$ acada herida una de las hojas. urdamelas con el ma!or cuidado ! llévalas siempre conti"o. +4uién sabe si al"ún día podemos necesitarías%in embar"o, habíase producido un cambio en la resucitada esposa. Parecía como si su coraz$n no sintiera !aa*ecto al"uno por su marido. ranscurrido al"ún tiempo, quiso él emprender un viaje por mar para ir a ver a su viejo

    padre, ! los dos esposos embarcaron. ;a en la nave, olvid$ ella el amor ! 9delidad que su esposo le mostraracuando le salv$ la vida, ! comenz$ a sentir una inclinaci$n culpable hacia el piloto que los conducía. ; un día, enque el joven príncipe se hallaba durmiendo, llam$ al piloto !, co"iendo ella a su marido por la cabeza ! el otro porlos pies, lo arrojaron al mar. 5ometido el crimen, dijo la princesa al marino:- &e"resemos ahora a casa) diremos que muri$ en ruta. ;o te alabaré ! encomiaré ante mi padre en términos tales,que me casar conti"o ! te har heredero del reino.Pero el 9el criado, que había asistido a la escena, baj$ al a"ua un botecito sin ser advertido de nadie, ! en él sediri"i$, a *uerza de remos, al lu"ar donde ca!era su se0or, dejando que los traidores si"uiesen su camino. %ac$ dela"ua el cuerpo del aho"ado, !, con a!uda de las tres hojas mila"rosas que llevaba consi"o ! que aplic$ en sus ojos! boca, lo restitu!$ *elizmente a la vida.6os dos se pusieron entonces a remar con todas sus *uerzas, de día ! de noche, ! con tal rapidez nave"aron en subarquita, que lle"aron a presencia del &e! antes que la "ran nave. (sombrado éste al verlos re"resar solos,pre"unt$les qué les había sucedido. (l conocer la perversidad de su hija, dijo:- o puedo creer que ha!a obrado tan criminalmente) mas pronto la verdad saldr a la luz del día- !, enviando a losdos a una cmara secreta, los retuvo en ella sin que nadie lo supiera.Poco después lle"$ el barco, ! la impía mujer se present$ ante su padre con semblante de tristeza. Pre"unt$le él:- 2Por qué re"resas sola3 2D$nde est tu marido3- +(!, padre querido -eclam$ la princesa-, ha ocurrido una "ran des"racia. Durante el viaje mi esposo en*erm$súbitamente ! muri$ !, de no haber sido por la a!uda que me prest$ el patr$n de la nave, !o también lo habríapasado mu! mal. 'stuvo presente en el acto de su muerte, ! puede controslo todo.Dijo el &e!:- Vo! a resucitar al di*unto -!, abriendo el aposento, mand$ salir a los dos hombres. (l ver la mujer a su marido,qued$ como herida de un ra!o !, ca!endo de rodillas, implor$ perd$n. Pero el &e! dijo: - o ha! perd$n. =l semostr$ dispuesto a morir conti"o ! te restitu!$ la vida) en cambio, tú le asesinaste mientras dormía, ! ahorarecibirs el pa"o que merece tu acci$n. ?ue embarcada junto con su c$mplice en un navío per*orado ! llevada a altamar, donde mu! pronto los dos *ueron tra"ados por las olas.