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CARTA ENCICLICA LAUDATO SI

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CARTA ENCICLICALAUDATO SI

Leer:De la Biblia: Gnesis 2, 15

De la Regla de Vida: Art. n 18

De las Constituciones: Art. n: 18.4

De los Estatutos: Art. n 3.10

La Encclica toma su nombre de la invocacin de san Francisco, Laudato si, mi Signore, que en el Cntico de las creaturas recuerda que la tierra, nuestra casa comn, es tambin como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos . Nosotros mismos somos tierra (cfr Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo est formado por elementos del planeta, su aire nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.

El recorrido de la Encclica se desarrolla en seis captulos, de la siguiente manera:

Captulo 1 Lo que le est pasando a nuestra casaEl captulo asume los descubrimientos cientficos ms recientes en materia ambiental como manera de escuchar el clamor de la creacin, para convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y as reconocer cul es la contribucin que cada uno puede aportar. Se acometen as varios aspectos de la actual crisis ecolgica.

El cambio climtico: El cambio climtico es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, econmicas, distributivas y polticas, y plantea uno de los principales desafos actuales para la humanidad Si el clima es un bien comn, de todos y para todos, el impacto ms grave de su alteracin recae en los ms pobres, pero muchos de los que tienen ms recursos y poder econmico o poltico parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los sntomas: La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la prdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil.

La cuestin del agua: El Papa afirma sin ambages que el acceso al agua potable y segura es un derecho humano bsico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condicin para el ejercicio de los dems derechos humanos. Privar a los pobres del acceso al agua significa negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable.

La prdida de la biodiversidad: Cada ao desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrn ver, perdidas para siempre. No son slo eventuales recursos explotables, sino que tienen un valor en s mismos. En esta perspectiva son loables y a veces admirables los esfuerzos de cientficos y tcnicos que tratan de aportar soluciones a los problemas creados por el ser humano, pero esa intervencin humana, cuando se pone al servicio de las finanzas y el consumismo, hace que la tierra en que vivimos se vuelva menos rica y bella, cada vez ms limitada y gris .

La deuda ecolgica: en el marco de una tica de las relaciones internacionales, la Encclica indica que existe una autntica deuda ecolgica, sobre todo del Norte en relacin con el Sur del mundo. Frente al cambio climtico hay responsabilidades diversificadas, y son mayores las de los pases desarrollados.Conociendo las profundas divergencias que existen respecto a estas problemticas, el Papa Francisco se muestra profundamente impresionado por la debilidad de las reacciones frente a los dramas de tantas personas y poblaciones. Aunque no faltan ejemplos positivos, seala un cierto adormecimiento y una alegre irresponsabilidad. Faltan una cultura adecuada y la disposicin a cambiar de estilo de vida, produccin y consumo, a la vez que urge crear un sistema normativo que [...] asegure la proteccin de los ecosistemas.

Captulo segundo El Evangelio de la creacinPara afrontar la problemtica ilustrada en el captulo anterior, el Papa Francisco relee los relatos de la Biblia, ofrece una visin general que proviene de la tradicin judeo-cristiana y articula la tremenda responsabilidad del ser humano respecto a la creacin, el lazo ntimo que existe entre todas las creaturas, y el hecho de que el ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos.Es necesaria la conciencia de una comunin universal: creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, [...] que nos mueve a un respeto sagrado, carioso y humilde.

Captulo tercero La raz humana de la crisis ecolgicaEste captulo presenta un anlisis de la situacin actual de manera que no miremos slo los sntomas sino tambin las causas ms profundas, en un dilogo con la filosofa y las ciencias humanas.

Un primer fundamento del captulo son las reflexiones sobre la tecnologa: se le reconoce con gratitud su contribucin al mejoramiento de las condiciones de vida, aunque tambin da a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder econmico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero

En segundo lugar, los lmites del progreso cientfico, con clara referencia a los Objetivos Generales del Milenio, que son una cuestin ambiental de carcter complejo. Si bien en algunas regiones su utilizacin ha provocado un crecimiento econmico que ayud a resolver problemas, hay dificultades importantes que no deben ser relativizadas, por ejemplo una concentracin de tierras productivas en manos de pocos.

Captulo cuarto Una ecologa integralEl ncleo de la propuesta de la Encclica es una ecologa integral como nuevo paradigma de justicia, una ecologa que incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea. De hecho no podemos entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Esto vale para todo lo que vivimos en distintos campos: en la economa y en la poltica, en las distintas culturas, en especial las ms amenazadas, e incluso en todo momento de nuestra vida cotidiana.

La perspectiva integral incorpora tambin una ecologa de las instituciones. Si todo est relacionado, tambin la salud de las instituciones de una sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana: Cualquier menoscabo de la solidaridad y del civismo produce daos ambientales.

La ecologa integral implica tambin la vida cotidiana, a la cual la Encclica dedica una especial atencin, en particular en el ambiente urbano. El ser humano tiene una enorme capacidad de adaptacin y es admirable la creatividad y la generosidad de personas y grupos que son capaces de revertir los lmites del ambiente, [...] aprendiendo a orientar su vida en medio del desorden y la precariedad. Sin embargo, un desarrollo autntico presupone un mejoramiento integral en la calidad de la vida humana: espacios pblicos, vivienda, transportes, etc.

Tambin nuestro propio cuerpo nos sita en una relacin directa con el ambiente y con los dems seres vivientes.La aceptacin del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa comn; mientras una lgica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lgica a veces sutil de dominio.

Captulo quinto Algunas lneas orientativas y de accinEste captulo afronta la pregunta sobre qu podemos y debemos hacer. Los anlisis no bastan: se requieren propuestas de dilogo y de accin que involucren tanto a cada uno de nosotros como a la poltica internacional y que nos ayuden a salir de la espiral de autodestruccin en la que nos estamos sumergiendo. Para el Papa Francisco es imprescindible que la construccin de caminos concretos no se afronte de manera ideolgica, superficial o reduccionista. Para ello es indispensable el dilogo, trmino presente en el ttulo de cada seccin de este captulo: Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, donde es difcil alcanzar consensos. [...]la Iglesia no pretende definir las cuestiones cientficas ni sustituir a la poltica, pero [yo] invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologas no afecten al bien comn.

La llamada a los que detentan encargos polticos es particularmente incisiva, para que eviten la lgica eficientista e inmediatista que hoy predomina. Pero si se atreve a hacerlo, volver a reconocer la dignidad que Dios le ha dado como humano y dejar tras su paso por esta historia un testimonio de generosa responsabilidad.

Captulo sexto Educacin y espiritualidad ecolgicaEl captulo final va al ncleo de la conversin ecolgica a la que nos invita la Encclica. La raz de la crisis cultural es profunda y no es fcil redisear hbitos y comportamientos. La educacin y la formacin siguen siendo desafos bsicos: todo cambio necesita motivaciones y un camino educativo. Deben involucrarse los ambientes educativos, ante todo la escuela, la familia, los medios de comunicacin, la catequesis.

El punto de partida es apostar por otro estilo de vida, que abra la posibilidad de ejercer una sana presin sobre quienes detentan el poder poltico, econmico y social. Es lo que sucede cuando las opciones de los consumidores logran modificar el comportamiento de las empresas, forzndolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de produccin.

Alabado seas, mi Seor, con todas tus criaturas, especialmente el hermano sol, por quien nos das el da y nos iluminas. Y es bello y radiante con gran esplendor, de ti, Altsimo, lleva significacin. Alabado seas, mi Seor, por la hermana luna y las estrellas, en el cielo las formaste claras y preciosas, y bellas. Alabado seas, mi Seor, por el hermano vientoy por el aire, y la nube y el cielo sereno, y todo tiempo, por todos ellos a tus criaturas das sustento. Alabado seas, mi Seor, por la hermana agua, la cual es muy humilde, y preciosa y casta. Alabado seas, mi Seor, por el hermano fuego, por el cual iluminas la noche, y es bello, y alegre y vigoroso, y fuerte .

Papa Francisco