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LECTIO DIVINA COMISIN DIOCESANA DE ANIMACIN BBLICA
29 de marzo de 2015
DOMINGO DE RAMOS
En la Dicesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser
casa y escuela de comunin
ORACIN AL ESPRITU SANTO
Seor t que por medio de la cruz nos has redimido y nos has dado la salvacin te pedimos que
nos enves t Espritu, para que podamos comprender y discernir t Palabra y a travs de ella nos
lleve a ensear con amor y alegra a nuestros hermanos. Todo esto te lo pedimos por Jesucristo
nuestro Seor. Amn.
1. LECTURA DEL TEXTO BBLICO (Mc 14, 1-15, 47)
Qu dice el texto?
Faltaban dos das para la fiesta de Pascua y de los panes zimos. Los sumos sacerdotes y los
escribas andaban buscando una manera de apresar a Jess a traicin y darle muerte, pero decan
"No durante las fiestas, porque el pueblo podra amotinarse".
Estando Jess sentado a la mesa, en casa de Simn el leproso, en Betania, lleg una mujer con
un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebr el frasco y derram el perfume en la
cabeza de Jess. Algunos comentaron indignados A qu viene este derroche de perfume? Poda
haberse vendido por ms de trescientos denarios para drselos a los pobres". Y criticaban a la
mujer; pero Jess replic: "Djenla. Por qu la molestan? Lo que ha hecho conmigo est bien,
porque a los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran; pero a
m no me tendrn siempre. Ella ha hecho lo que poda. Se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo
para la sepultura. Yo les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el
Evangelio, se recordar tambin en su honor lo que ella ha hecho conmigo".
Judas Iscariote, uno de los Doce, se present a los sumos sacerdotes para entregarlo a Jess. Al
orlo, se alegraron y le prometieron dinero; y l andaba buscando una buena ocasin para
entregarlo.
El primer da de la fiesta de los panes zimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le
preguntaron a Jess sus discpulos: "Dnde quieres que vayamos a prepararte la cena de
Pascua? l les dijo a dos de ellos: "Vayan a la ciudad. Encontrarn a un hombre que lleva un
cntaro de agua; sganlo y dganle al dueo de la casa en donde entre: 'El Maestro manda
preguntar: Dnde est la habitacin en que voy a comer la Pascua con mis discpulos?' l les
ensear una sala en el segundo piso, arreglada con divanes. Preprennos all la cena". Los
discpulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jess les haba dicho y prepararon la
cena de Pascua.
Al atardecer, lleg Jess con los Doce. Estando a la mesa, cenando, les dijo:
"Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que est comiendo conmigo, me va a entregar".
Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:" Soy yo? l respondi
"Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que yo. El Hijo del hombre va a
morir, como est escrito: pero ay del que va a entregar al Hijo del hombre! Ms le valiera no
haber nacido!".
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Mientras cenaban, Jess tom un pan, pronunci la bendicin, lo parti y se lo dio a sus
discpulos, diciendo: "Tomen: esto es mi cuerpo" Y tomando en sus manos una copa de vino,
pronunci la accin de gracias, se las dio, todos bebieron y les dijo: "Esta es mi sangre, sangre de
la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro que no volver a beber del fruto de la vid
hasta el da en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
Despus de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jess les dijo:
"Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como est escrito: 'Herir al pastor y se
dispersarn las ovejas'; pero cuando resucite, ir por delante de ustedes a Galilea".
Pedro replic: "Aunque todos se escandalicen, yo no". Jess le contest: "Yo te aseguro que hoy,
esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, t me negars tres". Pero l insista:
"Aunque tenga que morir contigo, no te negar". Y los dems decan lo mismo.
Fueron luego a un huerto, llamado Getseman, y Jess dijo a sus discpulos:
"Sintense aqu mientras hago oracin". Se llev a Pedro, a Santiago y a Juan; empez a sentir
terror y angustia, y les dijo: "Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Qudense aqu,
velando". Se adelant un poco, se postr en tierra y peda que, si era posible, se alejara de l
aquella hora. Deca: "Padre, t lo puedes todo: aparta de m este cliz. Pero que no se haga lo
que yo quiero, sino lo que t quieres".
Volvi a donde estaban los discpulos, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
"Simn, ests dormido? No has podido velar ni una hora? Velen y oren, para que no caigan en
la tentacin. El espritu est pronto, pero la carne es dbil". De nuevo se retir y se puso a orar,
repitiendo las mismas palabras. Volvi y otra vez los encontr dormidos, porque tenan los ojos
cargados de sueo, por eso no saban qu contestarle. l les dijo: "Ya pueden dormir y descansar.
Basta! Ha llegado la hora. Miren que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los
pecadores. Levntense! Vamos! Ya est cerca el traidor".
Todava estaba hablando, cuando se present Judas, uno de los Doce, y con l, gente con espadas
y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les haba dado una
contrasea, dicindoles: "Al que yo bese, se es. Detnganlo y llvenselo bien sujeto". Lleg, se
acerc y le dijo: "Maestro". Y lo bes. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los
presentes desenvain la espada y de un golpe le cort la oreja a un criado del sumo sacerdote.
Jess tom la palabra y les dijo: "Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se
tratara de un bandido? Todos los das he estado entre ustedes, enseando en el templo y no me
han apresado. Pero as tena que ser para que se cumplieran las Escrituras". Todos lo
abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada ms con una sbana y lo
detuvieron; pero l solt la sbana y se les escap desnudo.
Condujeron a Jess a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los pontfices, los escribas y
los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos hasta el interior del patio del sumo sacerdote y se
sent con los criados, cerca de la lumbre, para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el sanedrn en pleno buscaban una acusacin contra Jess para
condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues, aunque, muchos presentaban falsas acusaciones
contra l, los testimonios no concordaban. Hubo unos que se pusieron de pie y dijeron: "Nosotros
lo hemos odo decir: `Yo destruir este templo, edificado por hombres, y en tres das construir
otro, no edificado por hombres'. Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el sumo
sacerdote se puso de pie y le pregunt a Jess: "No tienes nada que responder a todas esas
acusaciones?". Pero l no le respondi nada. El sumo sacerdote le volvi a preguntar: "Eres t el
Mesas, el Hijo de Dios bendito?" Jess contest: "S lo soy. Y un da vern cmo el Hijo del
hombre est sentado a la derecha del Todopoderoso y cmo viene entre las nubes del cielo". El
sumo sacerdote se rasg las vestiduras exclamando: "Qu falta hacen ya ms testigos? Ustedes
mismos han odo la blasfemia. Qu les parece?" Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se
pusieron a escupirle, y tapndole la cara, lo abofeteaban y le decan: "Adivina quin fue", Y los
criados tambin le daban de bofetadas.
Mientras tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Lleg una criada del sumo sacerdote, y al ver a
Pedro calentndose, lo mir fijamente y le dijo: "T tambin andabas con Jess Nazareno". A l lo
neg, diciendo: "Ni s ni entiendo lo que quieres decir". Sali afuera hacia el zagun, y un gallo
cant. La criada, al verlo, se puso de nuevo a decir a los presentes: "se es uno de ellos". Pero l
lo volvi a negar. Al poco rato, tambin los presentes dijeron a Pedro: Claro que eres uno de ellos,
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pues eres galileo". Pero l se puso a echar maldiciones y a jurar: "No conozco a ese hombre del
que hablan". En seguida, cant el gallo por segunda vez. Pedro se acord entonces de las
palabras que le haba dicho Jess: "Antes de que el gallo cante dos veces, t me habrs negado
tres", y rompi a llorar.
Luego que amaneci, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el
sanedrn en pleno, para deliberar. Ataron a Jess, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato. ste le
pregunt: "Eres t el rey de los judos?" l respondi: "S lo soy". Los sumos sacerdotes lo
acusaban de muchas cosas. Pilato le pregunt de nuevo:"No contestas nada? Mira de cuntas
cosas te acusan". Jess ya no le contest nada, de modo que Pilato estaba muy extraado.
Durante la fiesta de Pascua, Pilato sola soltarle al preso que ellos pidieran. Estaba entonces en la
crcel un tal Barrabs, con los revoltosos que haban cometido un homicidio en un motn. Vino la
gente y empez a pedir el indulto de costumbre. Pilato les dijo: "Quieren que les suelte al rey de
los judos?" Porque saba que los sumos sacerdotes se lo haban entregado por envidia. Pero los
sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabs. Pilato les volvi a
preguntar:"Y qu voy a hacer con el que llaman rey de los judos?" Ellos gritaron: "Crucifcalo!"
Pilato les dijo: "Pues qu mal ha hecho?" Ellos gritaron ms fuerte: "Crucifcalo!" Pilato,
queriendo dar gusto a la multitud, les solt a Barrabs; y a Jess, despus de mandarlo azotar, lo
entreg para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batalln. Lo
vistieron con un manto de color prpura, le pusieron una corona de espinas, que haban trenzado,
y comenzaron a burlarse de l, dirigindole este saludo: "Viva el rey de los judos!". Le golpeaban
la cabeza con una caa, le escupan y, doblando las rodillas, se postraban ante l. Terminadas las
burlas, le quitaron aquel manto de color prpura, le pusieron su ropa y lo sacaron para
crucificarlo.
Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ah de regreso del campo, Simn
de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jess al Glgota (que quiere decir "lugar de
la Calavera"). Le ofrecieron vino con mirra, pero l no lo acept. Lo crucificaron y se repartieron
sus ropas, echando suertes para ver qu le tocaba a cada uno.
Era media maana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusacin estaba escrito: "El rey de
los judos". Crucificaron con l a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. As se
cumpli la Escritura que dice: Fue contado entre los malhechores.
Los que pasaban por ah, lo injuriaban meneando la cabeza y gritndole: "Anda! T, que
destruas el templo y lo reconstruas en tres das, slvate a ti mismo y baja de la cruz".
Los sumos sacerdotes se burlaban tambin de l y le decan: "Ha salvado a otros, pero a s mismo
no se puede salvar. Que el Mesas, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y
creamos". Hasta los que estaban crucificados con l tambin lo insultaban.
Al llegar el medioda, toda aquella tierra se qued en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a las
tres, Jess grit con voz potente: "Elo, Elo, lama sabactan?" (Que significa: Dios mo, Dios mo,
por qu me has abandonado?) Algunos de los presentes, al orlo, decan: "Miren, est llamando a
Elas". Uno corri a empapar una esponja en vinagre, la sujet a un carrizo y se la acerc para
que bebiera, diciendo: "Vamos a ver si viene Elas a bajarlo". Pero Jess, dando un fuerte grito,
expir.
Entonces el velo del templo se rasg en dos, de arriba a abajo. El oficial romano que estaba frente
a Jess, al ver cmo haba expirado, dijo: "De veras este hombre era Hijo de Dios". Haba
tambin ah unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre ellas, Mara Magdalena,
Mara (la madre de Santiago el menor y de Jos) y Salom, que cuando Jess estaba en Galilea,
lo seguan para atenderlo; y adems de ellas, otras muchas que haban venido con l a Jerusaln.
Al anochecer, como era el da de la preparacin, vspera del sbado, vino Jos de Arimatea,
miembro distinguido del sanedrn, que tambin esperaba el Reino de Dios. Se present con valor
ante Pilato y le pidi el cuerpo de Jess. Pilato se extra que ya hubiera muerto, y llamando al
oficial, le pregunt si haca mucho tiempo que haba muerto. Informado por el oficial, concedi el
cadver a Jos. ste compr una sbana, baj el cadver, lo envolvi en la sbana y lo puso en
un sepulcro excavado en una roca y tap con una piedra la entrada del sepulcro. Mara Magdalena
y Mara, la madre de Jos, se fijaron en dnde lo ponan. Palabra del Seor.
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Pistas de reflexin
Contexto bblico
Jess fue arrestado y llevado frente al concejo durante la noche (14:43-65). El sumo sacerdote
pregunt, Eres t el Cristo, el Hijo del Bendito? (14:61). Y Jess le dijo: "Yo soy; y vern al Hijo
del hombre sentado a la diestra de Dios, y viniendo en las nubes del cielo" (14:62) al or esto el
sumo sacerdote se rasg sus ropas y pidi al concejo que lo condenaran a muerte, lo que hicieron
con ganas.
Algunos eruditos anotan qu ley juda prohbe llevar a cabo durante la noche procedimientos que
podran acabar en una pena de muerte. Por eso el Sanedrn no actuara hasta las seis de la
maana para poder cumplir con la ley. No obstante, esta ley juda viene del Mishnah, la
codificacin de tradicin oral juda que no fue completada hasta dos siglos despus de morir
Jess. Muchas de sus provisiones fueron parte de la tradicin juda durante siglos, y por eso es
muy posible que la prohibicin contra procedimientos nocturnos en casos capitales estuviera en
efecto al ser juzgado Jess. Sin embargo, no podemos estar seguros.
Texto bblico
A) Eres t el Rey de los judos?
Y luego por la maana, habiendo tenido consejo los prncipes de los sacerdotes con los ancianos,
y con los escribas, y con todo el concilio (v. 1a). El concejo trabaj durante la noche, en parte
para no incitar a los seguidores de Jess y en parte porque oficiales romanos comienzan su
trabajo muy temprano por la maana. Como se anota arriba, llevar a cabo durante la noche un
juicio que podra terminar en una pena de muerte, puede considerarse una violacin de la ley
juda (el Mishnah). Si es as, es posible que los sumos sacerdotes y ancianos ratificaran sus
decisiones nocturnas por la maana y as esquivar la ley.
Si el concejo ha de hacer actuar a Pilato antes del sbado, necesitan entregarle a Jess temprano
por la maana, ya que el tiempo es corto. Primero, deben lograr que Pilato est de acuerdo con la
crucifixin. Entonces, la crucifixin se debe llevar a cabo. Finalmente, el cuerpo ha de ser bajado
de la cruz y enterrado antes del anochecer y el comienzo del sbado, y as cumplir los requisitos
de Deuteronomio 21:23.
llevaron a Jess atado, y lo entregaron (r paredokan) a Pilato (v. 1b). Esta
palabra paradidomi (entregado) tiene una cualidad siniestra. Primero es utilizada en este
Evangelio para hablar del arresto de Juan Bautista (1:14). Jess la utiliza para decirles a sus
discpulos que ser traicionado (9:31; 10:33). Entonces, la utiliza para advertir a sus discpulos
que sern entregados a concejos (13:9) Paradidomi se utiliza para hablar de la traicin de Judas,
y se traduce como traicionado (3:19), traicionar (14:10-11, 18), o traicionero (14:42, 44)
cuando se refiere a Judas. Se utiliza para hablar de los sumos sacerdotes entregando Jess a
Pilato (15:10) y Pilato entregando a Jess para ser crucificado (15:15). No obstante, aunque
Jess y los discpulos parecen vctimas de esta traicin o entrega, el poder de Dios est en funcin
aqu y el plan de la salvacin de Dios es implementado con esta entrega.
llevaron a Jess atado, y lo entregaron a Pilato (v. 1b). Judos estn bajo ley romana. Roma
ofrece a sus ciudadanos algunas medidas de auto-gobernacin, pero retiene autoridad sobre
cuestiones serias, incluyendo crmenes capitales. Pilato vive en Cesrea Martima, pero lleva un
contingente de soldados romanos a Jerusaln durante los festivales importantes para mantener el
orden. Durante su estancia en Jerusaln, lo ms probable es que resida en el palacio de Herodes o
en el Fuerte de Antonia seguramente en el palacio. Pilato ha servido de procurador romano desde
el ao 26 d.C. y servir en esa capacidad hasta el ao 36 d.C., cuando ser relevado a causa de
las quejas de sus sbditos. Es conocido por su desprecio hacia el pueblo judo y por su trato
insensible hacia ellos.
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Y Pilato le pregunt: Eres t el Rey de los Judos? (v. 2a). Marcos no incluye ninguna
documentacin de la conversacin entre el concejo y Pilato. La pregunta de Pilato a Jess deja
claro que el concejo ha acusado a Jess de intentar establecerse como rey, una traicin contra
Roma que requera la respuesta inmediata de Pilato. Desde la muerte de Herodes el Grande,
judos no han tenido rey ya que Roma rechaz el ttulo a los hijos de Herodes.
El cargo contra Jess no est completamente sin sustancia. Jess ha admitido ser el Mesas
(14:62), y el pueblo judo espera que el Mesas sea un rey como David, que establezca de nuevo
la grandeza de su nacin y eche a los romanos. No obstante, si el concejo verdaderamente
creyese que Jess es el Mesas, le apoyaran hasta el final. En vez, le consideran blasfemador y
una amenaza a su poder personal, y por eso desean su muerte. No tienen autoridad para imponer
la pena de muerte, consecuentemente, le llevan ante Pilato, que s la tiene. A Pilato no le
importara la blasfemia, por esa razn el concejo presenta sus cargos contra Jess de manera
que, segn la ley romana, garantice una razn de actuar es decir, la sedicin y la traicin.
La irona, claro, es que Jess s es el Mesas y Rey de los Judos. Marcos presenta la crucifixin de
Jess casi como si fuera una subida al trono: Jess ha sido aclamado por las multitudes al entrar
en Jerusaln (11:1-10), ungido (por una mujer! 14:3-9), identificado por el sumo sacerdote
(14:61), proclamado al pueblo por Pilato (15:9, 12). Pronto, ser subido al trono en la cruz, con
una inscripcin dicindole al mundo quien es, y con dos ladrones ocupando los lugares de honor a
su derecha y a su izquierda (10:37).
Y respondiendo l, le dijo: 'T lo dices' (v. 2b). Jess le da a Pilato una respuesta sin
compromiso. Admitir que es un rey sera dar una falsa impresin, establecindose como rival al
poder de Roma, lo cual no es verdad, pero negar que sea un rey sera igual de falso. Es cierto que
es el Rey de los judos, pero en el sentido espiritual en vez de poltico. No trama violencia contra
Roma, pero establece un reino espiritual que seguir an despus de caer Roma. Una irona es
que, pronto, Roma ya no ser conocida como capital del Imperio Romano, sino como capital de la
Iglesia del Mesas.
Y los prncipes de los sacerdotes lo acusaban mucho (v. 3). Marcos no da detalles de estos
cargos, pero nos podemos imaginar a los enemigos de Jess gritando todo tipo de acusaciones en
un intento de persuadir a Csar de que condene a Jess.
Y le pregunt otra vez Pilato, diciendo: No respondes algo? Mira de cuntas cosas te acusan.
Mas Jess ni aun con eso respondi; de modo que Pilato se maravillaba (vv. 4-5). Pilato no
puede imaginar que nadie se niegue a defenderse contra cargos capitales. Pilato tambin
presiente que le estn utilizando para implementar el plan del concejo judo, por eso quiere que
Jess le d una razn para perdonarlo. Jess, sin embargo, no le da nada. Ya les ha explicado a
sus discpulos que convena (gr. , dei es necesario una necesidad divina) que el Hijo del
hombre padeciese mucho, y ser reprobado de los ancianos, y de los prncipes de los sacerdotes, y
de los escribas, y ser muerto, y resucitar despus de tres das (8:31). Ahora que su hora ha
llegado (14:41), coopera, no con el concejo o con Pilato, sino con el plan divino.
Pilato sola soltarles al preso que ellos pidieran (v. 6). No se sabe mucho de la costumbre de
liberar un prisionero durante el festival, y algunos han cuestionado la autenticidad de la
prctica. No obstante, existe documentacin de una amnista similar concedida a Fibin unos aos
despus, apoyando el relato de Marcos. Si hay algo extrao de la historia de Barrabs, es el hecho
de que Pilato liberase a un fantico que traicion a Roma.
Y haba uno, que se llamaba Barrabs, preso con sus compaeros de motn que haban dado
muerte en una revuelta (v. 7). Barrabs es un nombre comn compuesto de dos
palabras bar (hijo) y Abba (padre). Esto nos presenta con an otra irona un Hijo inocente del
Padre (Jess) muere en lugar de un hombre culpable llamado hijo del padre (Barrabs) un
sacrificio que concuerda con la celebracin de la Pascua, cuando un cordero inocente es
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sacrificado para salvar a la gente. Es probable que Barrabs sea un fantico que haya tomado
parte en la insurreccin contra Roma. Esto le dara popularidad entre judos, y la multitud parece
estar dispuesta a pedir su libertad.
Y viniendo la multitud, comenz a pedir hiciese como siempre les haba hecho. Y Pilato les
respondi, diciendo: Queris que les suelte al Rey de los Judos? (vv. 8-9). La multitud exige la
libertad de un prisionero, y Pilato ofrece liberar a Jess, no a Barrabs. Su referencia a Jess
como el Rey de los Judos es sarcstica y resentida. Si Pilato de verdad quisiera influenciar esta
multitud, controlara su sarcasmo, el cual solo sirve para separar a la multitud. Pilato, sin
embargo, no est acostumbrado a integrarse con la plebe, y tiene pocas ganas de complacer a los
judos.
Porque conoca que por envidia le haban entregado los prncipes de los sacerdotes (v.
10). Pilato tiene sus lmites, pero no es tonto. Comprende que los prncipes de los sacerdotes no
le entregaran a nadie si no fuera con el propsito de cumplir su propio plan.
Ms los prncipes de los sacerdotes incitaron a la multitud, que les soltase antes a Barrabs (v.
11). Qu quieren que haga del que llaman Rey de los Judos? (v. 12). De nuevo, Pilato utiliza
el ttulo, Rey de los Judos, de manera sarcstica. Enfatiza el efecto negativo de su pregunta
refirindose a Jess como el que llaman Rey de los Judos. Y ellos volvieron a dar voces:
Crucifcalo. Mas Pilato les deca: Pues qu mal ha hecho? Y ellos daban ms voces:
Crucifcalo (vv. 13-14). En este momento Pilato y la multitud se encuentran en una relacin
adversaria, y no hay cupo para dialogo.
Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les solt a Barrabs (v. 15a). Flavio Josefo documenta
otros incidentes que revelan a Pilato como lder que, a pesar de ser obstinado, cedera bajo la
presin de una multitud. Sus acciones en este incidente, por lo tanto, estn completamente
dentro de su carcter. Pilato ha trado a Jerusaln un grupo de soldados romanos para mantener
la paz durante el festival, y no quiere que esta multitud pierda control en este momento. No
desea castigar judos, pero siente poca obligacin de proteger a alguien que no es ciudadano
romano en contra de su propia gente. Comprende que los prncipes de los sacerdotes actan por
envidia (v. 10), pero desea satisfacer al pueblo (v. 15). Puede simpatizar con Jess, pero
negocios son negocios. Le gustara actuar de manera correcta, pero solo al precio correcto. Nos
presenta con an ms irona un gobernador que pasa el poder de gobernar a los gobernados.
El juicio no ha concluido adecuadamente ni se le ha pronunciado a Jess culpable. La oferta de
Pilato para soltar a Jess sugiere que lo est tratando como si fuera culpable, pero tambin
demuestra sus dudas de que Jess sea una amenaza para Roma. Sea porque le atrae algo de
Jess, porque no quiera condenar a un hombre inocente, o simplemente porque le disguste ser un
pen en el juego del establecimiento judo, est claro que no quiere sentenciar a Jess.
y entreg a Jess, despus de azotarlo, para que fuese crucificado (v. 15b). Antes, en camino a
Jerusaln, Jess advirti a los discpulos que sera azotado (10:33-34). Esto tambin cumple la
profeca de Isaas, Mas l herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el
castigo de nuestra paz sobre l; y por su llaga fuimos nosotros curados (Is 53:5).
Costumbre romana es azotar a los acusados antes de crucificarles. Azotar es un castigo casi tan
malo como la crucifixin. Sus vctimas son azotadas con tiras de cuero que contienen pedacitos
de hueso o hierro y, a veces, mueren de los azotes. Los sobrevivientes que han sido debilitados
por los azotes mueren ms rpidamente en la cruz. Entonces Pilato entreg (gr. ,
paradoken) a Jess para ser crucificado.
B) Salve, Rey de los judos!
Entonces los soldados lo llevaron dentro de la sala, es a saber al Pretorio; y convocan toda la
cohorte (v. 16). Siendo un prisionero condenado, Jess no tiene derechos los soldados tienen la
libertad de hacer con l lo que quieran. Lo llevan al patio del palacio, seguramente el palacio de
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Herodes, y renen toda la cohorte (v. 16), unos 600 soldados. Estos hombres son fuertes y
brutos, y estn acostumbrados a usar su fuerza bruta. Burlarse de Jess es el entretenimiento del
da. Esta burla es la segunda de tres burlas que Jess experimentar la primera ante el concejo
judo (14:65) y la tercera en la crucifixin (vv. 26-32).
Lo vistieron con un manto de color prpura, le pusieron una corona de espinas que haban
trenzado, y comenzaron a burlarse de l, dirigindole un saludo: Viva el, Rey de los Judos! Y le
heran en la cabeza con una caa, y escupan en l, y le adoraban hincadas las rodillas (vv. 17-
18). En comparacin con los azotes que Jess acaba de recibir, estas burlas de los soldados no
son nada. Los azotes fueron para castigar, brutalizar pero el nico propsito de la burla es rerse
de l.
El color prpura es un color real, por eso los soldados lo visten a Jess de prpura. La corona de
espinas puede infligir dao, pero, realmente es una parodia para la corona redonda (una corona
de laurel que rodea la cabeza) utilizada por regidores y representada en monedas. El saludo,
Salve, Rey de los Judos! es una burla basada en el saludo, Salve, Csar! La caa con la que
pegan a Jess es demasiado floja para infligir dao, pero se refiere al cetro de un rey. Pegarle a
un rey con su propio cetro es utilizar un smbolo de su poder para mostrar su debilidad. Escupir
sera una parodia para un beso de homenaje. Los soldados se arrodillan ante Jess. El propsito
de cada una de estas acciones es burlarse de Jess por sus pretensiones de realeza. La irona,
claro, es que Jess s es un rey que merece honor. Esta burla contribuye a un tema bsico que se
menciona a lo largo de esta unidad que Jess va a su muerte como el ungido de Dios, el Rey de
los Judos.
Y cuando lo hubieron escarnecido, le desnudaron la prpura, y le vistieron sus propios vestidos, y
lo sacaron para crucificarlo (v. 20). El hombre condenado sera dirigido por un largo trayecto por
las calles por cuatro soldados, dos delante y dos detrs. Llevara el crucero la parte vertical ya
estara en su lugar, en el sitio de la crucifixin. Llevara una seal en la que se escribira la
naturaleza de su ofensa en este caso, Rey de los Judos. El propsito de la larga procesin por
las calles es impresionar a la multitud de su comportamiento criminal.
C) Y lo crucificaron
Y cargaron a uno que pasaba, Simn Cireneo, padre de Alejandro y de Rufo, que vena del
campo, para que llevase su cruz (v. 21). Cirenea es una colonia griega en el pas que ahora
conocemos como Libia. Tener que llevar una cruz para un criminal debe ser una enorme
decepcin para Simn, que vino a la Ciudad Sagrada haciendo una peregrinacin posiblemente la
nica peregrinacin de su vida. En lugar de encontrar exaltacin espiritual y hacer memorias
maravillosas, Simn se encuentra en medio de una fea situacin. Decir que este evento arruina su
fin de semana sera rebajar gravemente la situacin. No obstante, Marcos le identifica como el
padre de Alejandro y de Rufo, hacindonos pensar que estos dos hombres son bien conocidos en
la comunidad cristiana. Quiz Simn se hizo cristiano despus de caminar la va dolorosa con
Jess. Quiz sus hijos siguieron sus pasos, hacindose figuras conocidas en la Iglesia
temprana. Si Dios puede redimir el Viernes Santo para Jess, puede hacer lo mismo para Simn.
Antes Jess dijo, Cualquiera que quisiere venir en pos de m, niguese a s mismo, y tome su
cruz, y sgame (8:34). Ahora, sin haberlo elegido l, Simn se convierte en el primero en hacer
esto literalmente. Y lo llevan al lugar de Glgota, que declarado quiere decir: Lugar de la
Calavera (v. 22).
Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas l no lo tom (v. 23). Eruditos difieren en el
tema de si la mirra tiene un efecto narctico o si simplemente es para hacer lo vivido ms
tolerable. Esto parece aludir a Proverbios 31:6, Den la cerveza al desfallecido, y el vino a los de
amargo nimo, intentando aliviar el sufrimiento. Jess ha venido a tomar el pecado del mundo y
el sufrimiento sobre s mismo, y por eso lo rehsa.
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Y cuando lo hubieran crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes sobre ellos, qu
llevara cada uno (v. 24). Se ha escrito tanto de los horrores de la crucifixin que no elaborar
ms aqu y los Evangelios no suelen ponderar en nuestro inters por detalles srdidos. La
crucifixin es muerte por agotamiento, y sus vctimas generalmente viven varias horas o varios
das, segn su estado fsico al ser colgados en la cruz. Hombres generalmente son colgados
desnudos, pero los romanos a menudo respetan sentimientos judos, permitiendo que la vctima
est cubierta con una pampanilla. Generalmente, romanos dejan que el cuerpo se pudra en la
cruz para avisar a la plebe de las consecuencias del crimen. A veces, sin embargo, respetan
sentimientos judos en cuanto a la necesidad de un entierro inmediato segn Deuteronomio
21:23, que dice, No estar su cuerpo por la noche en el madero, mas sin falta lo enterrars el
mismo da, porque maldicin de Dios es el colgado: y no contaminars tu tierra, que Yahv tu
Dios te da por heredad.
D) Slvate a ti mismo!
Y era la hora de las tres (, trite, la tercera hora) cuando lo crucificaron (v. 25). La hora
temprana hace surgir dos cuestiones: Primero, si sera posible juzgar a Jess ante Pilato, azotarlo,
burlarse de l, y marcharlo al sitio de la crucifixin antes de esta hora tan temprana. Segundo, el
Evangelio de Juan todava sita a Jess con Pilato al medioda (la sexta hora). No hay respuestas
definitivas para estas cuestiones de la hora tan temprana de Marcos.
Y el ttulo escrito de su causa era: El Rey de los judos (v. 26). Segn los lderes judos, el
crimen de Jess es blasfemia, su declaracin de ser el Mesas. Segn los romanos, el crimen de
Jess es haberse situado como Rey de los Judos un rival para Csar. Segn Marcos, Jess es
ambos el mesas y el Rey de los Judos, y la cruz es su trono. En el Evangelio de Juan, la cruz de
Jess se presenta como parte de su glorificacin. Marcos no utiliza la palabra glorificacin, pero
as es como l piensa de la cruz.
Y crucificaron con l dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda (v. 27) una alusin
al Siervo que Sufre de Isaas 53:12, por cuanto derram su vida hasta la muerte, y fue contado
con los perversos, habiendo l llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores. Los
dos ladrones podran ser responsables de insurrecciones en vez de ser ladrones comunes.
Solo las mujeres estn presentes, mirando a distancia (v. 40). Pedro ha negado a Jess (14:66-
72), y todos los dems lo han abandonado. Los que se quedan (con excepcin de las mujeres)
estn all para crucificarlo o burlarse de l.
Y los que pasaban le denostaban, meneando sus cabezas, y diciendo: Ah! t que derribas el
templo de Dios, y en tres das lo edificas, slvate a ti mismo, y desciende de la cruz (vv. 29-
30). Transentes, sacerdotes, y ladrones se unen para la tercera y ltima burla de Jess. Lo retan
a que se salve a s mismo y que baje de la cruz (v. 30). Meneando sus cabezas es un gesto de
desprecio.
Y de esta manera tambin los prncipes de los sacerdotes escarneciendo, decan unos a otros,
con los escribas: A otros salv, a s mismo no se puede salvar (v. 31). De nuevo, estos
versculos estn llenos de irona. Jess no se puede salvar a s mismo ni puede bajar de la cruz sin
abortar su misin de salvar el mundo. Es verdad que no se puede salvar, pero no porque est
desamparado. Retan a Jess que baje de la cruz para poder creer (v. 32). Esto demuestra su falta
de fe, la fe verdadera no requiere esas cosas.
El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. Tambin los
que estaban crucificados con l lo denostaban (v. 32). An los ladrones se unen con sorna,
atormentando a Jess (v. 33) Marcos no incluye mencin del buen ladrn que toma el lado de
Jess, solo Lucas cuenta esa parte de la historia.
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E) Verdaderamente ste era el Hijo de Dios
Y cuando vino la hora de sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de
nona (v. 33). La oscuridad entre las doce y las 3 de la tarde es una alusin a Ams 8:9, Y
acaecer en aquel da, dice el Seor Yahv, que har se ponga el sol al medioda, y la tierra
cubrir de tinieblas en el da claro. Hace pensar de una de las plagas de Egipto, en la que Dios
hizo caer oscuridad sobre la tierra de Egipto, una oscuridad que se poda sentir (Ex 10:21). Es una
seal escatolgica, refirindose al juicio de Dios, no solo sobre Jerusaln o Israel, pero sobre todo
el mundo.
Y a las tres, exclam Jess a gran voz, diciendo: "Eloi, Eloi, lama sabachthani?" que declarado,
quiere decir: "Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado? (v. 34). Las palabras vienen de
Salmo 22:1, un salmo que es a la vez el lamento del que sufre y la esperanza confiada en la
vindicacin.
Jess, quien se ha vaciado de su gloria celestial (Fil 2:7) y ha tomado carne humana, ahora no
solo sufre el dolor de sus heridas pero tambin el dolor de la soledad espiritual. Salmo 22:1
expresa ese tipo de soledad dolorosa, pero tambin expresa gran esperanza en Dios
Salvador. Sus ltimos versculos tienen tono de celebracin. Los judos que presenciaron la
crucifixin y oyeron las palabras de Jess. Conoceran bien el Salmo 22 y entenderan que las
primeras palabras srdidas que Jess cit solo sirven para preparar el escenario para la salvacin
de Dios.
Y algunos de los presentes al or decan: Miren est llamando a Elas (v. 35). Jess ha tomado
sobre s mismo todo el pecado del mundo, acompaado por todo el dolor que viene con el pecado.
Ha rehusado el vino y la mirra para que pueda sentir el dolor en pleno. Experimenta toda la
alineacin que acompaa al pecado alineacin de las autoridades religiosas, transentes, ladrones
desercin de sus amigos separacin de Dios. Transentes confunden Eloi, Eloi, o deciden burlarse
de Jess una vez ms, de nuevo interpretando esas palabras como Elas, la persona supuesta a
ayudar aqullos en desesperacin. Pero, para Marcos Elas ya ha venido. No vino a rescatar a
Jess de la cruz, sino a preparar el camino que dirige a ella.
Uno corri a empapar una esponja en vinagre, y la sujet en un carrizo y se la acerc para que
bebiera diciendo: Vamos a ver si viene Elas a bajarlo (v. 36). Una esponja de vino vinagroso
puede ser un intento de aliviar el dolor de Jess o para atormentarle an ms. El comentario
sobre Elas, sin embargo, forma parte de la burla.
Ms Jess, dando una grande voz, espir (v. 37). La mayora de personas crucificadas se
debilitaban ms y ms hasta que, gradualmente, expiran en silencio. El relato de Marcos sugiere
que la muerte de Jess fue violenta y repentina, y que an se encontraba bastante fuerte en el
momento de su muerte, y que de manera voluntaria y deliberada muri con el grito de uno
victorioso (cf. Juan 19:30) (Brooks, 262).
Entonces el velo del templo se rasg en dos, de alto bajo (v. 38). Como la oscuridad, esta
seal es escatolgica, pero no estamos seguros de su significado. El templo tiene dos velos, uno
entre el Lugar Sagrado y el Sagrado de los Sagrados y el otro entre la Corte de Israel y la Corte
de las Mujeres. El primer velo tapa la entrada al Sagrado de los Sagrados donde reside Dios. El
sumo sacerdote es el nico que puede pasar por l, y solo en el Da de Expiacin. El segundo velo
separa a los fieles masculinos de los femeninos. Si el primer velo es rasgado, esto seala que la
muerte de Jess ha roto la barrera entre Dios y los humanos rompiendo la pared divisora (Ef
2:14) concediendo libre acceso a todos y sta es la interpretacin usual. Si el segundo velo es
rasgado, tiene el carcter de una seal pblica, comparable a la oscuridad que cubri la tierra.
El centurin romano, al ver a Jess morir, dice, Verdaderamente este hombre era el Hijo de
Dios (v. 39). Responde, no a seales como la oscuridad o el velo rasgado, sino a Jess mismo.
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Este centurin, capitn de la escuadra que vigila a Jess, ha visto gente morir, pero en la muerte
de Jess ve algo que no ha visto antes. Su comentario nos recuerda al comienzo del ministerio de
Jess, cuando los cielos se abrieron y la voz de Dios declar, T eres mi Hijo amado; en ti tomo
contentamiento (1:10-11) as, el ministerio de Jess comienza y termina con afirmaciones que l
es Hijo de Dios. No nos sorprende esta declaracin del centurin. Esta es la primera confesin de
fe en este Evangelio, y es un presagio de lo que se acerca la abertura del Evangelio a los gentiles.
F) Y algunas mujeres mirando
Y tambin estaban algunas mujeres mirando de lejos; entre las cuales estaba Mara Magdalena, y
Mara la madre de Santiago el menor y de Jos, y Salom (v. 40). Mientras Jess es crucificado,
sus discpulos, los doce, no estn por ninguna parte. A lo largo de este Evangelio, Marcos les ha
presentado como infieles y ciegos. Las mujeres demuestran un contraste notable. No
esperaramos que aparecieran porque sera tan difcil ver a Jess burlado y brutalizado pero
vienen y se quedan. Miran de lejos, y podemos estar seguros de que Jess sabe que estn ah. Su
presencia dice mucho de su amor. No pueden rescatar a Jess, pero pueden estar con l en su
momento ms oscuro. Todos los dems le han atormentado o abandonado, pero estas mujeres
permanecen fieles. El papel de mujeres como testigos es extraordinario. La ley juda no reconoce
el testimonio de ninguna mujer, pero ellas sern testigos de la crucifixin, el entierro (15:47) y la
resurreccin (16:4-6). Marcos nos da los nombres de estas tres mujeres: Mara Magdalena es una
mujer de la que Jess ha echado demonios (16:9; Lc 8:2).
Mara es la madre de Santiago y Jos. Marcos menciona los nombres de estos hombres como si
fueran bien conocidos en la iglesia. Antes, Marcos nos dijo que dos de los hermanos de Jess se
llaman Santiago y Jos (6:3), entonces, es posible que esta Mara sea la madre de Jess pero
sera ms probable que Marcos la hubiera identificado as. Sabemos por el Evangelio de Juan que
la madre de Jess estaba presente en la crucifixin, como tambin lo estaban Mara Magdalena y
Mara, la esposa de Cleofs (Juan 19:25). Salom podra ser la madre de Santiago y Juan (Mt
27:56). Marcos nos dice que estas mujeres estando an l en Galilea, lo haban seguido, y le
servan (v. 41). Limitadas por su gnero, haba mucho que estas mujeres no podan hacer, pero
encontraron mucho que s podan hacer. En silencio, se dispusieron a cumplir la obra de Jess.
Marcos dice que haba otras muchas que juntamente con l haban subido a Jerusaln. Esta es
la primera vez que omos de ellas.
G) Y lo puso en el sepulcro
Jess muri a las tres de la tarde (v. 34). Es viernes por la tarde, y el sbado comenzar al bajar
el sol, aproximadamente a las seis durante esta parte del ao. Una vez comenzado el sbado,
segn ley juda, ya no ser posible proceder con la preparacin del entierro del cuerpo de
Jess. Cualquiera que haya preparado el funeral de un ser querido comprender la dificultad de
bajar un cuerpo de una cruz, prepararlo, y enterrarlo en solo tres horas.
La costumbre general de Roma es dejar los cuerpos en la cruz como continuo aviso para quienes
se atrevieran a romper la ley. Ley juda, sin embargo, requiere enterrar antes del anochecer a
cualquier persona que haya sido colgada de un rbol. El propsito no es honrar el cuerpo, sino no
ensuciar la tierra, porque maldicin de Dios es el colgado (Dt 21:22-23). Si es pedido, Roma a
veces entrega el cuerpo a la familia para ser enterrado pero no si la persona fue condenada por
traicin. No obstante, Pilato est enterado de los sentimientos judos en cuanto al entierro y,
claramente, no est convencido de la culpabilidad de Jess.
Jos de Arimatea es un miembro del sanedrn (v. 43). Los cuatro Evangelios mencionan a Jos
de Arimatea. El concejo del cual es miembro es el Sanedrn, el cuerpo gubernamental de los
judos. Marcos nos dice que Jos va osadamente a Pilato para pedirle el cuerpo para el entierro
osadamente! No hay ninguna duda que ha sido elegido a servir en el Sanedrn por el respeto que
el pueblo tiene por su reputacin. No es fcil establecer una reputacin as, pero se necesita poco
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para comprometerla. Jos acepta un gran riesgo personal al ir a Pilato para exigir el entierro de
un hombre tan despiadado por sus compaeros del Sanedrn un hombre crucificado por su traicin
a los romanos. Un hombre ordinario encontrara difcil ganar acceso a Pilato, pero la posicin de
Jos como miembro del Sanedrn le da acceso.
Y Pilato se maravill que ya fuese muerto; y haciendo venir al centurin, le pregunt si ya haba
muerto. Y enterado del centurin, dio el cuerpo a Jos (vv. 44-45). No es raro que una persona
sufra dos o tres das en una cruz, pero Jess solo vivi seis horas. Pilato llama al centurin para
confirmar su muerte, presumiblemente el centurin que acaba de decir que Jess es el Hijo de
Dios. Habiendo confirmado la muerte de Jess, Pilato le concede el cuerpo a Jos. Este incidente
elimina cualquier duda de si Jess de verdad estaba muerto. El centurin certifica la muerte, y
Jos le entierra. Ninguno podra haber hecho lo que hizo si no estuvieran seguros de la muerte de
Jess.
El cual compr una sbana, y quitndole, le envolvi en la sbana, y le puso en un sepulcro que
estaba cavado en una pea, y revolvi una piedra a la puerta del sepulcro (v. 46). Dado el alto
estatus de Jos, la dificultad de tratar un cuerpo muerto, y el corto tiempo disponible, es probable
que Jos contratara sirvientes para bajar el cuerpo de Jess de la cruz y prepararlo para el
entierro. Marcos nos dice que envolvi el cuerpo en una sbana, significando un entierro de
honor. Pone el cuerpo en un sepulcro cavado de una pea, y revuelve una piedra frente la puerta
del sepulcro para proteger el cuerpo de animales o ladrones de tumbas.
Y Mara Magdalena, y Mara madre de Jos, miraban donde era puesto (v. 47). Dos de las
mujeres que Marcos mencion como testigos de la crucifixin en versculo 40 tambin presencian
el entierro.
Preguntas para la lectura
Qu andaban buscando los sumos sacerdotes y escribas?
Qu pas en casa de Simn el leproso?
Qu le dijo Jess a sus discpulos?
A quines llevo Jess hacer oracin?
Qu le pregunt Pilato a Jess?
Quin pidi el cuerpo de Jess?
2. MEDITACIN: (Qu me/nos dice la Palabra de Dios)
Reconozco a Jess como mi Seor y Salvador? Lo busco con un corazn sincero? Lo niego
como hicieron sus discpulos dejndolo solo? Al igual que lo hicieron las personas condenando a
Jess, condeno a mis hermanos sin razn ni necesidad? Tengo un amor incondicional hacia mis
hermanos?
3. ORACIN: (Qu le respondo al Seor, que le respondemos al Seor)
Gracias, por medio de tu muerte nos has dado la salvacin y nos has integrado para ser hijos de
los hijos de Dios, y por todas las ocasiones de gracias que nos regalas todos los das en comunin
con nuestros hermanos y familias, y por todas las bendiciones que nos das da a da. Por eso te
damos gracias. Gracias Seor, gracias Seor.
Perdn por no saber reconocerte como nuestro Salvador, y por no ser capaces de ver en los
hermanos las gracias que nos regalas y por todas las ocasiones que te hemos olvidado, y por no
amar a los dems como t nos mandas. Por eso te pedimos perdn. Perdn Seor, perdn Seor.
4. CONTEMPLACIN: Cmo interiorizo el mensaje? Cmo interiorizamos el mensaje?
A Jess celebrando las fiestas de pascua.
A los sumos sacerdotes y escribas tramando la maldad.
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A la mujer ungiendo a Jess.
A los discpulos que traicionan a su Maestro.
A ti mismo que contemplas la muerte del Seor.
5. ACCIN: A qu me comprometo?
La intencin general del apostolado de la oracin del Papa para el mes de Marzo es:
Universal: Cientficos.
Para que quienes se dedican a la investigacin cientfica se pongan al servicio del bien integral de
la persona humana.
A ver a Jess como mi Salvador, que dio la vida por m y lo sigue haciendo a travs de la historia
y del tiempo.
Por la evangelizacin: Por la contribucin de mujer.
Para que se reconozca cada vez ms la contribucin propia de la mujer a la vida de la Iglesia
Que en mis comunidades sea capaz de testimoniar que Jess me ha dado la salvacin y que esto
me haga cada da ms sensible a las necesidades de mis hermanos.