Lectura 3

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Diplomado en Gestión de Proyectos Sociales para

organizaciones vinculadas al trabajo en VIH/SIDA

Diplomado en Gestión de Proyectos Sociales para organizaciones

vinculadas al trabajo en VIH/SIDA




Lectura 3.

R

RELACIÓN ENTRE PLANIFICACIÓN Y PROYECTO SOCIAL Consideraciones generales

La planificación es la posibilidad de intervenir, decidir y actuar sobre una realidad, un problema o una situación,

para producir un cambio hacia otra situación deseada.

En otras palabras, planificar es “un acto que nos permite superar obstáculos y transformar nuestros

deseos en alternativas de solución”.

La planificación no es un proceso estático, sino algo dinámico y permanente,

que implica pensar sobre la realidad que vivimos, observar lo que

querríamos cambiar, proponer alternativas y, luego de ponerlas en práctica,

revisarlas para poder volver a planificar.

Planificar es una buena idea porque:

a) Ayuda a construir procesos cooperativos con las comunidades que sufren los problemas a atacar.

b) Permite adelantarse y prepararse para el futuro.

c) Permite elegir entre diferentes opciones.

d) Contribuye a diseñar y formular un proceso coherente entre las necesidades y las soluciones.

e) Augura el logro de mejores resultados.

Considerando que un proyecto social es, según el profesor Sergio Martinic, “toda acción social, individual o

grupal, destinada a producir cambios en una determinada realidad que involucra y afecta a un

grupo social determinado”, su acertada planificación contribuirá a otorgarle coherencia a las actividades que

conducirán a producir el cambio deseado hacia una situación mejor.

De esta manera, los proyectos sociales aspiran a producir cambios significativos en la realidad económica, social y

cultural de los sectores involucrados y mejorar con ellos sus oportunidades y calidad de vida en la sociedad. Sin

embargo, el cambio que se persigue no es fácil de lograr y no siempre resulta ser permanente o sustentable

cuando se acaban las acciones del proyecto. Lo anterior se explica en gran medida porque se requiere de cambios

de tipo conductual en los sujetos involucrados, haciendo necesario intervenir en diferentes ámbitos de la vida del

ser humano y sus relaciones, con toda la complejidad y tiempo que ello significa.




Proyecto, programa y política social

Tal como se definió en las lecturas anteriores, los proyectos sociales producen y distribuyen bienes o servicios

para satisfacer las necesidades de aquellos grupos que no pueden solventarlas de manera autónoma, dentro de

una localización espacial y temporal determinada.

Un programa social es un conjunto de proyectos que persiguen los mismos

objetivos, que pueden diferenciarse por trabajar con poblaciones diferentes y utilizar

distintas estrategias de intervención.

Una política social es, por su parte, un conjunto de programas que pretenden alcanzar los mismos fines. La

política social da las orientaciones sobre cuáles problemas se deben priorizar y define las principales vías para su

intervención.

Los programas y proyectos sociales se enmarcan dentro de una política social, de la que constituyen su traducción

operacional, vía la asignación de recursos que permite su implementación.

Un ejemplo de lo antes descrito puede ser el siguiente:




Un proyecto social requiere ser planificado sobre la base de las respuestas a una serie de preguntas como las

detalladas en el cuadro siguiente:

Problema social

Un problema social se define como una carencia o déficit existente en un grupo poblacional determinado.

Constituye una brecha entre lo deseado (por la sociedad) y la realidad.

En toda comunidad se pueden identificar dos realidades:

a) La situación actual, normalmente insatisfactoria, por la existencia de necesidades no cubiertas o satisfechas y

que en general hacen referencia a carencias que afectan la calidad de vida (bajos ingresos, mala calidad de

vivienda, falta de servicios, desnutrición infantil, etc.), circunstancias que afectan la socialización y el aprendizaje

(nivel de analfabetismo, alta deserción escolar, falta de conocimiento de síntomas y prevención de

enfermedades, etc.) y falta de integración en la sociedad.

b) La situación futura o escenario deseado que resultaría una vez satisfecha la necesidad sentida de la

comunidad, como consecuencia del desarrollo, a corto o mediano plazo, de un proyecto o programa social.

La situación actual se caracteriza por circunstancias que pueden calificarse de problemas y que se hacen

evidentes por sus expresiones o manifestaciones externas y por la forma como afectan a la comunidad. Desde

este punto de vista, un problema se puede resumir por la carencia de algo bueno o por la existencia de algo malo

que se hace necesario enunciar.




Los valores que alcanzan los indicadores de la “variable problema” al momento de su identificación constituyen la

Línea Base del proyecto.

No se debe confundir un problema social con la ausencia

de cobertura o falta de entrega de un servicio específico.

Esta podría ser una causa importante en la generación de un problema social (que se refiere a la calidad de la

oferta), pero no es el problema en sí. Circunscribir el problema social a la gestión, calidad o cantidad de la oferta

existente limita el campo de intervención y la posibilidad de alcanzar los objetivos planificados.




COMO ENUNCIAR CORRECTAMENTE UN PROBLEMA

Para enunciar correctamente un problema se deben cumplir los siguientes requisitos:

1) Estar expresado como una condición negativa.

2) Tener especificada su ubicación (¿dónde ocurre?) Ejemplos de problemas son los siguientes:

a) Deterioro de las calles del sector Caujarito.

b) Deficiente prestación del servicio de aseo urbano en la comunidad de El Hatillo. c) Alto índice de delincuencia

en la comunidad de Mariches.

LAS FALLAS MÁS COMUNES EN LA IDENTIFICACIÓN DE PROBLEMAS

1) Confundir problemas con causas: por ejemplo, confundir el insuficiente abastecimiento de

agua en la comunidad (problema), con la rotura del tubo matriz que surte el agua a la comunidad (una de las

causas).

2) Confundir problemas con soluciones: por ejemplo, confundir la deficiente prestación del

servicio de aseo urbano (problema), con la necesidad de comprar más camiones recolectores de basura (una de

las soluciones).

La condición negativa que establece el problema podría ser una apreciación cuantitativa, cualitativa o

mixta, referida a carencias estructurales, de equipamiento, de recursos humanos, etc.

Por ejemplo, escribir agua es una manera inapropiada de formular el problema, por cuanto no refleja un

estado negativo. Deberá escribirse un estado negativo referido al nivel de satisfacción (déficit,

desabastecimiento, insuficiencia, calidad insatisfactoria, etc.), o al nivel de la calidad de la oferta del servicio




(inexistencia de la oferta o falta de algunos componentes de ella, fallas en la continuidad de la prestación del

servicio, etc.).

Tampoco deberán utilizarse las expresiones carencia de o falta de, por cuanto ellas por sí solas no expresan la

naturaleza del problema.

La ubicación geográfica del problema es importante para poder asociarlo con una comunidad determinada, a los

efectos de diferenciarlo o asociarlo con problemas que surjan en otras comunidades, en busca de soluciones

comunes.

Bibliografía:

Richard Varela. Planificación y evaluación de Proyectos. (Planificación y Evaluación Detallada de Proyectos)

Universidad Monteavila.

Cohén, Ernesto; Martínez, Rodrigo, “Formulación, Evaluación y Monitoreo de Proyectos Sociales”, Manual de

la CEPAL (versión en Internet no sometida a revisión editorial), Santiago de Chile, 2002.

Crespo, Marco A,: “Guía de diseño de proyectos sociales comunitarios bajo el enfoque del marco lógico”, Caracas,

marzo 2010.

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “Elaborando proyectos de comunicación para el

desarrollo”, Cuadernillo No. 2 de la Colección Comunicación, Desarrollo y Derechos, Buenos Aires, 2006.

Román, Marcela, “Guía práctica para el diseño de proyectos sociales”, extracto de la publicación en Internet

elaborada para la Corporación Internacional para el Desarrollo Educativo (CIDE), Argentina, sin fecha.




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