7
Leemos hoy los cinco últimos versículos del evangelio de Marcos, tal y como los encontramos actualmente en nuestras biblias. Pero originariamente el evangelio terminaba en versículo 8, con el silencio desconcertante de las mujeres ante una tumba abierta y vacía. Un autor anónimo del siglo II, para llenar esta laguna, añadió los encuentros con el resucitado, el encargo de misionar y la ascensión de Jesús. Lo que se pone de relieve en este pasaje es que la Comunidad cristiana no se olvidó de su Maestro, no guardó en un álbum sus recuerdos ni se encerró a llorar su ausencia, sino que, a impulsos del Espíritu, impregnó de buenas noticias los lugares donde se encontraba. Jesús, el predicador del Reino de Dios, es ahora el predicado en todas partes. Esa tarea nos corresponde hoy a cada una y cada uno de nosotros, sin excepción. No hacen falta ministerios especiales, ni vocaciones específicas; no se necesitan títulos, graduados o doctorados. Quien ama y cree, anuncia. Quien sólo busca su propio interés y autocomplacencia, sólo palabrea. La ascensión de Jesús, más que recuerdo, es exigencia y llamada a la misión y al compromiso.

Leeliturgia

Embed Size (px)

DESCRIPTION

san marcos

Citation preview

Page 1: Leeliturgia

Leemos hoy los cinco últimos versículos del evangelio de Marcos, tal y como los encontramos actualmente en nuestras biblias. Pero originariamente el evangelio terminaba en versículo 8, con el silencio desconcertante de las mujeres ante una tumba abierta y vacía. Un autor anónimo del siglo II, para llenar esta laguna, añadió los encuentros con el resucitado, el encargo de misionar y la ascensión de Jesús.

Lo que se pone de relieve en este pasaje es que la Comunidad cristiana no se olvidó de su Maestro, no guardó en un álbum sus recuerdos ni se encerró a llorar su ausencia, sino que, a impulsos del Espíritu, impregnó de buenas noticias los lugares donde se encontraba.

Jesús, el predicador del Reino de Dios, es ahora el predicado en todas partes. Esa tarea nos corresponde hoy a cada una y cada uno de nosotros, sin excepción. No hacen falta ministerios especiales, ni vocaciones específicas; no se necesitan títulos, graduados o doctorados. Quien ama y cree, anuncia. Quien sólo busca su propio interés y autocomplacencia, sólo palabrea.

La ascensión de Jesús, más que recuerdo, es exigencia y llamada a la misión y al compromiso.

1.- Por quienes intentamos diariamente seguir a Jesús, para que no olvidemos su mandato de transmitir y transparentar la Buena

Page 2: Leeliturgia

Noticia a través de nuestras palabras y gestos. Oremos.

2.- Por las familias que, como ha dicho el Papa Francisco “son el primer lugar donde aprendemos a comunicar y a comunicarnos; donde entendemos la comunicación como capacidad de abrazarnos, sostenernos, acompañarnos, perdonarnos, interpretar las miradas y los silencios, la risa y el llorar juntos”. Oremos.

3.- Para que la clase política, muy ajetreada en tiempos de campaña, pueda darse cuenta de que la mentira a la ciudadanía, el insulto y la descalificación, ni les sirve ni nos sirve a la hora de confiar en sus propuestas, y para que les preocupe lo que realmente nos preocupa. Oremos.

4.- Hoy se celebra la Jornada mundial de los medios de comunicación social; pedimos por quienes trabajan en este mundo tan controvertido y tan competitivo, para que lleven a cabo su tarea con honestidad, transmitiendo la verdad, denunciando toda clase de abusos e injusticias. Oremos.

5.- Por nuestras hermanas y hermanos que sufren persecución, para que el Espíritu de Jesús les haga fuertes e ilumine el corazón y la mente de quienes siembran el horror y la muerte. Oremos.

6.- Pidamos por las familias más empobrecidas de nuestro pueblo, por la gente que vive experiencias de enfermedad, de soledad, de abandono, de maltrato y marginación. Oremos

¡Vengan! vamos a buscar, las mujeres siempre buscamos y si esta búsqueda la hacemos acompañadas sin duda será mejor… si, así; solidarias frente a un camino apenas alumbrado. Todavía está oscuro, el día no acaba de nacer, apenas el destello de esperanza rasga tenuemente el vientre de este cielo opaco, repleto de infamia, de prepotencia y de muerte.

Somos tres, igual que aquel amanecer de domingo en que las esperanzas se habían hecho añicos a los pies de la cruz. Junto con Jesús se habían muerto los sueños del Reino, un Reino al que los más pequeños, los que nadie tenía en cuenta, eran invitados especialmente.

Page 3: Leeliturgia

Hoy, al igual que aquella madrugada, no sabemos con qué nos vamos a encontrar, pero nos ponemos en camino… Los frascos de perfume están preparados: silencio, palabra, oración, acogida, solidaridad, denuncia, alegría y gratitud por la vida vivida y confianza en la que habremos de vivir.

Aunque la oscura noche no nos deja ver nuestros pies sobre el camino, el corazón corre veloz siguiendo la senda de lo vivido, la certeza de lo encontrado y no perdido; en la confianza de caminar juntas y animar a quienes quieran unirse a hacer el Camino.

¿Qué camino?… el único que lleva a la Verdad y a la Vida. Es largo y está oscuro, pero la compañía de otras mujeres nos da coraje. Nos tomamos de las manos para no perdernos y mientras caminamos vamos compartiendo nuestras penas y nuestros gozos. Hemos descubierto que no estamos solas, y aunque nuestras realidades son distintas tenemos un solo corazón. Sabemos que no va a ser fácil.

El paso siguiente será romper las piedras que nos encierran y aíslan: la ignorancia, el miedo, la comodidad, la impotencia… y la falta de autoestima. ¿Con nuestra sola fuerza? ¡No!, la fuerza de Dios abre caminos, abre las aguas… la piedra del sepulcro ya ha sido removida. No creeremos más la versión de “mujeres asustadas”.

¿Acaso no fueron las mujeres las que acompañaron a Jesús camino a la cruz, permaneciendo hasta el final en el Calvario? Y fueron ellas las primeras en volver al sepulcro, seguramente venciendo su propio miedo, no se quedaron en “casa con la puerta cerrada por miedo a los judíos” (Jn 20,19). Y fueron, también ellas, las primeras en ver al Resucitado y en reconocerle.

Quizás se preguntarían quién daría crédito a sus palabras por mucho que latieran sus corazones. ¿Quién podría comprender una experiencia tan inexplicable como real? El miedo paraliza y el encierro aísla… demasiadas expectativas frustradas. Pero el encuentro pascual todo lo transformó: saltó por los aires la ignorancia para convertirse en sabiduría, el miedo en confianza, la comodidad en empatía y solidaridad y la impotencia en fortaleza. Algo grande acababa de empezar, “impresionadas y llenas de alegría” (Mt 28, 8) reciben la misión de transmitir a los demás la gran noticia y de ponerse en camino.

Nosotras nos hemos encontrado en el camino, ya nos conocíamos en cierta forma, pero hemos unido nuestras voces en el tiempo de la Pascua. En nuestros corazones arde el deseo de anunciar que Jesús nos sigue invitando a proclamar la Buena Noticia a nuestros hermanos. Hoy también hay muchas expectativas frustradas y a veces parece que no tiene sentido anunciar el Reino en medio de tanta injusticia y de tanto dolor.

Pero cuando se escucha: “No tengáis miedo” (Mt 28,10)…“Alégrense” (Mt 28, 9) y ese susurro interior se percibe en plural, muchas cosas cambian. Se empieza a tener la certeza de que la experiencia vivida no termina en un final oscuro, sino en Vida Nueva que empieza a despuntar y que es para siempre. El temor desaparece y nos animamos a continuar como en la primera mañana de Pascua.

La misión que recibieron aquellas mujeres se convierte en la herencia que nos entregan de generación en generación, es el grito de la discípula

Haced discípulos y discípulas mías, no maestros;

Page 4: Leeliturgia

haced personas, no gente esclava;

haced caminantes, no gente asentada;

haced servidoras y servidores, no prepotentes.

Haced hermanas y hermanos.

 

Haced creyentes, no gente creída;

haced buscadores y buscadoras de verdad,

no amos de dogmáticas certezas;

haced creadores y creadoras, no plagistas;

haced ciudadanos y ciudadanas, no extraños.

Haced hermanas y hermanos.

 

Haced poetas, no gente amaestrada;

haced gente de sueños y de memoria,

no de títulos anunciados con bombo y platillo;

haced personas arriesgadas, no espectadoras.

Haced hermanas y hermanos.

 

Haced profetas, no gente de insulsa creencia;

Page 5: Leeliturgia

haced gente inquieta, no satisfecha;

haced personas libres, no legalistas;

haced gente evangélica, no agorera.

Haced hermanas y hermanos.

Haced sembradores, no coleccionistas de recuerdos;

haced artistas, no gente anestesiada;

haced testigos, no inquisidores;

haced amigos y amigas de camino, no enemigos.

Haced hermanas y hermanos.

 

Haced personas de encuentro,

con entrañas y ternura,

con promesas y esperanzas,

con presencia y paciencia,

con misión y envío.

Haced, en mi nombre, hermanas y hermanos.

Haced discípulas y discípulos míos

Y dadles todo lo que os he dado