Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    1/63

    1

    Universidad ARCISEscuela de Historia y Ciencias Sociales

    Programa de Investigacin:Movimientos Sociales: polticas del pacto, el disciplinamiento y laresistencia en el Chile del siglo XX y actual

    Proyecto: Los movimientos sociales populares y la izquierda chilena enla Unidad Popular y su respuesta frente al golpe de estado deseptiembre de 1973

    Perspectivas de anlisis de la Unidad Popular:Opciones y omisiones

    (Informe de Avance, octubre de 2004)

    Mario Garcs D

    Sebastin Leiva F.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    2/63

    2

    Perspectivas de anlisis de la Unidad Popular:

    Opciones y omisiones

    (Informe de avance, octubre de 2004)

    Mario Garcs D.1Sebastin Leiva F.

    En nuestra propuesta de trabajo para el ao 2004, definimos la

    realizacin de una revisin bibliogrfica sobre la Unidad Popular,conducente a reconocer "los modos, enfoques, perspectivas con loscuales se ha mirado y evaluado la Unidad Popular y en particular susrelaciones con los movimientos sociales populares". Para estos efectos,procedimos a revisar parte de la extensa produccin bibliogrficaexistente, considerando para este Informe de Avance, un total de 15estudios realizados por polticos, periodistas, socilogos, cientistaspolticos e historiadores. Nos propusimos tambin elaborar un conjuntode fichas bibliogrficas para cada texto revisado. Estas no slo indicanlas referencias editoriales, sino una breve sntesis de los principalescontenidos desarrollados en cada trabajo y se incluyen inmediatamentedespus de este informe.

    Los 15 trabajos consultados fueron los siguientes:

    - Clodomiro Almeyda. Pensando a Chile. (1986)- Jorge Arrate y Eduardo Rojas. Memoria de la izquierda chilena.

    Tomo II (1970 - 2000). (2003).- Susana Bruna. Chile: la legalidad vencida. (1976)- Hugo Cancino. Chile. La problemtica del poder popular en el

    proceso de la va chilena al socialismo 1970 1973. (1988)

    - Luis Corvaln Lepe. El gobierno de Salvador Allende. (2003)- Luis Corvaln Marquz. Los partidos polticos y el golpe del 11

    de septiembre. (2000)- Manuel Antonio Garretn y Toms Moulin. La Unidad Popular y

    el conflicto poltico en Chile. (1983)- Frank Gaudichaud. Poder Popular y Cordones Industriales.

    Testimonios sobre el movimiento popular urbano, 1970 1973.(2004)

    1 Mario Garcs, historiador. Director de ECO, Educacin y Comunicaciones.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    3/63

    3

    - Alfredo Jocelyn Holt. El Chile perplejo. Del avanzar sintransar al transar sin parar. (1998)

    - Fernando Mires. La rebelin permanente. Las revolucionessociales en Amrica Latina. (1988)

    - Toms Moulin. Conversacin interrumpida con Allende. (1998)- Gabriel Smirnow. La revolucin desarmada, Chile 1970 1973.

    (1977)- Jorge Timossi. Grandes alamedas. El combate del presidente

    Allende. (1974)- Arturo Valenzuela. El quiebre de la democracia en Chile. 1989.- Peter Winn. Tejedores de la revolucin. Los trabajadores de

    Yarur y la va chilena al socialismo. (2004)

    Los textos revisados dan cuenta de miradas provenientes dediversas disciplinas en el estudio del perodo de la Unidad Popular, locual nos hizo pensar que podramos encontrarnos frente a unadiversidad de actores, temas y campos de anlisis relativos a esteperodo de nuestra historia. Sin embargo, este presupuesto slo se vioparcialmente confirmado, ya que la tendencia de la mayora de losestudios ha sido, hasta ahora, constituir en objeto de anlisis casiexclusivamente a los actores polticos "formales", es decir, los partidospolticos, las temticas vinculadas a ellos (programas, tcticas, alianzas)y los mbitos donde estos concentraban su accionar (sobre todo losdiversos espacios del aparato estatal). De lo anterior se deduceprcticamente una mirada comn: la crisis de 1973 se explicarfundamentalmente a propsito del accionar de los partidos polticos, yasea por su actuar ilegtimo y desleal (Partido Nacional y Patria yLibertad); por no saber gobernar (la Unidad Popular); por ser incapacesde llegar a acuerdos (DC y UP); por eliminar el efecto moderador delsistema (nuevamente la DC); o, por anularse mutuamente (bloquehegemnico de la UP v/s "polo revolucionario"). La mayor parte de lasexplicaciones giran entonces a un mismo campo: las tensiones, opcionesu omisiones generadas en la superestructura ideolgica y de

    representacin poltica.

    Del conjunto de textos revisados, slo dos de ellos escapan a lamatriz dominante. Los trabajos de Frank Gaudichaud y de Peter Winn.El primero de ellos, no slo no se ocupa del espacio poltico institucionalcomo mbito de anlisis, sino que adems cuestiona algunas de las tesisque se han vertido sobre este, como aquella que hara prevalecer losfactores externos para explicar la derrota de la Unidad Popular(intervencin de Estados Unidos aliados con la derecha y las FFAA).Gaudichaud, adems, si bien valora aquellas explicaciones que han

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    4/63

    4

    llamado la atencin sobre los propios lmites de la izquierda as como losconflictos al interior del propio movimiento social, rechaza la tesis quesita esas diferencias como resultado de la constitucin y convivenciadurante la UP de un polo rupturista y uno gradualista, planteando que sedebe salir de "... la lgica que confunde la superestructura de Chile deeste perodo, sus debates institucionales y sus conflictos ideolgicos, conla realidad de la lucha de clases, en la base" (p. 16). As entonces,Gaudichaud trasladar la opcin de estudio desde los partidos polticosal "pueblo organizado", especficamente a los Cordones Industriales y, apropsito de ellos, a la problemtica del poder popular.

    Por su parte, Peter Winn realiza, casi dos dcadas antes, unacrtica similar a la de Gaudichaud, sealando: "La mayora de los

    estudiosos de la revolucin chilena la han visto en trminos de laspolticas partidistas, culpando a comunistas o democratacristianos,socialistas o nacionalistas, extrema izquierda o extrema derecha por sucurso cambiante y su conclusin trgica. Lo que estas interpretacionesdivergentes tienen en comn es su perspectiva: stas sonesencialmente visiones desde arriba, que asumen como hecho que losactores polticos nacionales eran los protagonistas principales en eldrama revolucionario, e ignoran la relativa autonoma de los actores ymovimientos locales (pp. 20 y 21). Con lo anterior, Winn no desconocela importancia de los "actores polticos nacionales", particularmenteaquellos que se encuentran desarrollando la "revolucin desde arriba",sino que pretende rescatar el protagonismo que adquieren losmovimientos sociales que impulsan la "revolucin desde abajo",particularmente el movimiento obrero y, de l, los trabajadores de laindustria textil Yarur, a quienes nombra como "tejedores de larevolucin".

    Ahora bien, Gaudichaud y Winn representarn una excepcin aaquella matriz que atraviesa al resto de los textos referidos, a saber, elprotagonismo asignado a los "actores polticos nacionales" a la hora deanalizar y explicar la Unidad Popular y la crisis de 1973.

    1.- La matriz dominante: La accin de los partidos y la crisis delsistema poltico

    El hecho de que se coloque el acento en el protagonismo de lospartidos polticos no implicar sin embargo un tratamiento uniforme de

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    5/63

    5

    ellos en cada uno de los textos de referencia, de ah que podamosidentificar dos vertientes principales2:

    a) Los que argumentan, con diversos matices, que la crisisinstitucional se desencadenara en el momento en que la DemocraciaCristiana, la principal fuerza poltica, deja de actuar como un centropoltico clsico, es decir, haciendo de equilibrio entre los extremos. Enesta posicin se encuentran Arturo Valenzuela, Toms Moulin y ManuelAntonio Garretn, Alfredo Jocelyn Holt y Luis Corvaln Marquz;

    b) Los que explican la derrota de la Unidad Popular a propsito delos propios errores, vacos y contradicciones de la izquierda. En estegrupo, tambin con matices y nfasis particulares, se encuentran

    Susana Bruna, Gabriel Smirnow, Toms Moulin, Hugo Cancino, LuisCorvaln Lepe, Fernando Mires y Clodomiro Almeyda.

    La primera vertiente: el vaciamiento del centro

    En la primera vertiente, sin dudas el ms importante es ArturoValenzuela, y esto porque ser el que plante por primera vez la tesisdel "vaciamiento del centro" como explicacin de la crisis institucional de1973. Segn Valenzuela, una de las caractersticas del sistema polticochileno era su polarizacin, reflejado aquello en la articulacin yparticipacin de "extremos" polticos (comunistas y socialistas a laizquierda, liberales y conservadores a la derecha), los cuales eran sinembargo moderados por la existencia de un centro poltico pragmticoque actuaba pendulrmente (los radicales), permitiendo as lanegociacin y conciliacin de las diferencias al interior del sistema, a lavez que la legitimidad del mismo. Este rasgo y conformacin del sistemapoltico comenzara a cambiar hacia los 60, cuando el viejo centropoltico es desplazado por la Democracia Cristiana, partido que adoptarauna perspectiva ms ideolgica que pragmtica, eliminando la polticade clientelismo y transaccin, lo cual terminara debilitando el frgil

    entendimiento de la poltica chilena y agravando la polarizacin que lacaracterizaba.

    Con sus respectivos matices, los planteamientos de Luis CorvalnMarquz, Toms Moulin y Manuel Antonio Garretn y Alfredo Jocelyn -Holt sern tributarios de la tesis de Valenzuela.

    2 Es necesario sealar que ningn autor "aisla" a algn actor o causa para explicar la crisis institucional en

    general o la derrota de la Unidad Popular en particular. En todos los casos, en mayor o menor grado, la

    explicacin es global, de ah que esta sntesis en dos vertientes solo pretende identificar tendencias generales.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    6/63

    6

    Variante 1 de la primera vertiente: Proyectos globales ypolarizacin

    Luis Corvaln M., por ejemplo, har una lectura menos lineal queValenzuela en la relacin "desaparicin del centropragmtico"/"polarizacin de las fuerzas polticas", sealando que lapolarizacin del sistema se inicia con el paulatino surgimiento, desdefines de los 50, de tres proyectos globales que se combatan entre si,adquiriendo en esa disputa particular importancia los partidos polticosrupturistas (PS, MIR, PN), los que habran eclipsado a los partidosgradualistas e institucionales (PR, PC, DC), polarizando al extremo elescenario poltico, agravado aquello por la inexistencia de un centro

    pragmtico que hubiese colaborado en el freno de aquella situacin. Deesta forma, Corvaln Marquz invierte en algn grado el planteamientode Valenzuela, an cuando coincide centralmente con l al sealar quela polarizacin extrema se alcanza al desaparecer la fuerza poltica deequilibrio, es decir, el "centro pragmtico".

    Variante 2 de la primera vertiente: La des institucionalizacin

    Para Manuel Antonio Garretn y Toms Moulin por su parte, lacrisis del rgimen poltico en el perodo de la Unidad Popular seexplicara a partir del desarrollo de procesos de polarizacin,desinstitucionalizacin y deslegitimacin, radicando el problema principalen la incapacidad del sistema poltico de soportar la destruccin delequilibrio que aportaba el centro. Aquello tendra su origen en laracionalidad de desinstitucionalizacin de la derecha quien, para anularo eliminar al gobierno, habra recurrido a la rigidizacin del sistema de

    elaboracin legal, a la movilizacin de masas y a la violencia poltica,con lo cual adems le quitara legitimidad al sistema. Por su parte, laizquierda, que buscaba desplegar el conjunto de su programa sin tenermayoras institucionales, tambin terminara ayudando en ladesinstitucionalizacin. Las opciones anteriores debilitaran las bases delsistema poltico, favoreciendo la polarizacin del centro al perder su roly espacio de negociador y rbitro, sumndose finalmente a la estrategiaque favoreca las acciones extra institucionales.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    7/63

    7

    Como se puede observar, Moulin y Garretn tambin sealan laincapacidad del sistema de soportar la destruccin del equilibrio queaportaba el centro, coincidiendo as con Valenzuela, pero aportando unmatiz diferenciador al adosar la responsabilidad de la polarizacin a lasfuerzas polticas extremas, las cuales, con su actuacin, habranfavorecido la polarizacin del centro, mientras que el citado Valenzuelasealaba que la "ideologizacin" del centro a partir de los 60 habagenerado las condiciones para la polarizacin de la izquierda y laderecha.

    Alfredo Jocelyn - Holt, ltimo representante de la vertiente hastaahora desarrollada, ser quien ms coincida con la tesis de Valenzuela.Segn Jocelyn Holt, hacia los 50 se haban dado en Chile una serie de

    transformaciones que tensaran al mximo al sistema poltico, lo cual sinembargo no haba implicado su ruptura, quedando s en una situacin de"frgil equilibrio". Este se habra quebrado hacia la dcada del 60,explicado aquello por la revolucin cubana, la cual habra instalado a larevolucin como la forma de llevar a cabo los cambios, por eldesprestigio de las fuerzas que haban sido relevantes hasta los 50 y,principalmente, por el "mesianismo" de la Democracia Cristiana, que enaquella situacin de "frgil equilibrio" habra convertido la reforma enrevolucin, y aquello porque, al dejar de actuar como un centropragmtico, eliminara la necesaria fuerza de balance del sistema. Asentonces, Jocelyn - Holt seala que ya desde fines del perodo de la DCexistir un escenario de agitacin, el cual se agudizara con la UP, de ahque plantee: "... es la DC la que durante su gobierno marcar la tnicaque luego la Unidad Popular profundizar. En otras palabras, no esposible concebir la UP sin el gobierno que la antecede, y por ende, no esposible entenderla si no dentro de un contexto mayor en el que laradicalizacin ya provena de un "centrismo" centrfugo, que tensionabams de la cuenta el clima poltico y social del pas. Un pas que, adems,vena de tumbo en tumbo" (p. 109).

    La segunda vertiente: El peso de los propios errores de la UnidadPopular

    En la segunda vertiente que sealbamos - explicacin de laderrota de la Unidad Popular a propsito de los propios errores, vacos ycontradicciones de la izquierda -, es posible identificar dos derivacionesprincipales, una que plantear que, siendo posible la "va institucional" o"va chilena", no se haban logrado generar las condiciones bsicas parasu desarrollo y defensa, y otra que sealar que, tal cual como sta se

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    8/63

    8

    haba formulado y/o intentado implementar, era prcticamenteimposible su proyeccin. En la primera vertiente se encuentran TomsMoulin, Luis Corvaln Lepe, Clodomiro Almeyda, Jorge Arrate yEduardo Rojas y Hugo Cancino, mientras que en la segunda es posiblesituar a Susana Bruna, Gabriel Smirnow y Fernando Mires

    Variante 1 de la segunda vertiente: La necesidad de un acuerdocon la DC

    Segn Toms Moulin en "Conversacin interrumpida conAllende", la "va chilena" requera de condiciones mnimas para sudesarrollo - acumulacin constante de fuerzas, realizacin progresiva de

    reformas, mayoras parlamentarias favorables a los cambios -, lo cualnecesariamente implicaba la negociacin con la Democracia Cristiana,cuestin que se habra echo imposible ante las modificaciones delprograma que exiga la DC y la respectiva negativa de la UP a llevarlas acabo. A su vez, lo anterior se habra agravado (y, en parte, posibilitado)por las tensiones que subsistan en la izquierda, particularmente en elseno de la propia UP, estructurndose desde su origen dos estrategias,la de aquellos que optaban por los caminos tradicionales - Allende, elPC, el PR y sectores del PS -, y los que intuan la necesidad de nuevasopciones - sectores del PS y MAPU y, desde fuera, el MIR -. Esta divisinprimigenia, que termin en un "empate catastrfico", inmoviliz aambos sectores, cuestin que se habra echo mas grave al ser incapaceslos "moderados" de conseguir negociaciones viables con la DemocraciaCristiana, mientras que los "revolucionarios" eran incapaces de proponersoluciones radicales verosmiles, derivndose as en una cuestincentral, en especial hacia fines del perodo: la ausencia de direccinpoltica. A partir de lo anterior es que Moulin concluye: "La granesperanza renovadora de la "va chilena" choc contra la ausencia desus prerrequisitos mnimos, consecuencia, en parte, de la forma deestructuracin del sistema poltico chileno, organizado para graduar loscambios. Tambin sucumbi ante la imposibilidad de realizar ni la

    poltica de los "moderados revolucionarios" que buscaban construir(aunque a destiempo) un "bloque por los cambios" o, en su defecto, unaalianza de contencin "golpista", ni la poltica de los "radicalesrevolucionarios" que pretendan "avanzar sin transar" hacia la resolucindel poder. Ese empate catastrfico en el desarrollo de un procesorevolucionario, gener las condiciones para la realizacin del Golpe".

    Los planteamientos de Luis Corvaln Lepe irn en la mismadireccin de Moulin. As, si bien seala otras variables - la intervencin,fundamental, de EEUU, la transgresin del programa por parte del MIR y

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    9/63

    9

    sectores del socialismo, la falta de una poltica militar que pudiesecolaborar en la defensa del gobierno, el no frenar la abierta sedicin dela derecha -, su conclusin incorporar centralmente el tema de launidad de la izquierda y el acercamiento a la DC. As, Corvaln Lepesealar: "En mi opinin, a tres dcadas de distancia del gobierno delpresidente Allende, se puede afirmar que entre los principales factoresque posibilitaron su derrocamiento y tras este los 17 aos de dictadurafascista, estuvo - salvo en los primeros meses de gobierno - la falta deuna direccin permanentemente nica y amplia de Unidad Popular y enel gobierno, capaz de concebir, programar y ampliar, con audacia y sinsectarismo, una poltica que permitiera agrupar a la mayora nacional enla lucha por transformaciones democrticas. Una tal direccin tena quehaberse orientado a lograr un gran acuerdo con la Democracia Cristiana

    e incluso a gobernar en conjunto, de manera de haber contado siemprecon una correlacin de fuerzas favorable a los cambios y, porconsiguiente, con el respaldo mayoritario de la ciudadana. Todo elprograma de la Unidad Popular no lo comparta la Democracia Cristianay, por esto, al menos podra haberse buscado y concertado acuerdosparciales. Esto haba que considerarlo. As se podra haber levantado undique a la consumacin de los planes de Washington y de la reaccinchilena" (p. 264).

    Clodomiro Almeyda no diferir en mayor grado con las propuestasanteriores, an cuando en uno de sus escritos abarcar centralmente eltema de la defensa material del proceso, es decir la cuestin militar.Segn Almeyda, la izquierda subvalor al adversario y sobre estimo susfuerzas, lo cual habra llevado a que tanto la estrategia como las tcticasde las "fuerzas promotoras de la transformacin" estuvieran "...fundadas en una apreciacin equivocada, infundadamente optimista, yhasta triunfalista de la correlacin de fuerzas en el pas, correlacin quese estimaba ampliamente favorable y suficiente para producir en Chilecambios revolucionarios (p. 14). A propsito de lo anterior es queAlmeyda seala algunas correcciones que se deban haber realizado,entre ellas el haber trabajado ms la legitimidad del gobierno y haber

    establecido alianzas con el sector avanzado de la DC, lo cual se habraintentado cuando ya era tarde. Respecto a las fuerzas de izquierda, elex ministro llama la atencin sobre la coexistencia de dos tendenciasopuestas dentro de la UP - una que acentuaba la viabilidad del proceso yque objetivamente minimizaba sus dificultades y otra que enfatizaba laeventualidad del enfrentamiento, pero que no planteaba una formaconcreta y realista para prevenirlo, controlarlo y vencerlo - y comoaquello habra contribuido a neutralizar la accin del gobierno,favoreciendo el inmovilismo en los momentos decisivos e impidi laformulacin de una gran estrategia defensiva de la Revolucin (p. 25).

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    10/63

    10

    Adems de los dos elementos anteriores, Almeyda incorpora la cuestinmilitar como un factor de relevancia en la derrota de la UP. As, sealaque dado el conflicto social abierto y el efecto que esto tendra dentro delas fuerzas armadas era previsible la ruptura del sistema poltico y lasubversin militar contrarrevolucionaria, por lo cual se haca necesariocontar con una poltica militar, no avanzndose sin embargo en ello,sealando al respecto: "Hay, desgraciadamente, que constatar laausencia, dentro del conjunto de grandes objetivos que se proponarealizar la Unidad Popular, de un gran proyecto de poltica militar (...)proyecto concebido y destinado a optimizar las condiciones favorablesexistentes para sustraer a las Fuerzas Armadas de su rol represivo,neutralizando al menos su capacidad poltica y militar de manera deevitar que los recursos de poder, total o parcialmente, se colocaran a

    disposicin de la contrarrevolucin, en el momento ms agudo de lacrisis" (pp. 81 - 85).

    Jorge Arrate y Eduardo Rojas, si bien menos analticos que losautores anteriores, al igual que ellos llamarn la atencin sobre elproblema de la alianza con el centro y el de la divisin en la izquierda,en particular hacia las postrimeras del perodo. A la vez,tangencialmente harn referencia al rol que jugara la cuestin militar enla definicin del proceso. As, sealarn: "La UP enfrenta su momentoms crtico, sin posibilidad de acuerdo con la oposicin DC y sincapacidad para una ruptura y aceleracin de los cambios. En agosto de1973, las dos lneas que coexisten en ella han "fracasado", no se logra"consolidar" el proceso ni "avanzar" hacia etapas superiores dedesarrollo. Dividido el movimiento popular, el gobierno de SalvadorAllende se mantiene bsicamente por el apoyo de las cpulasconstitucionalistas de los uniformados..." (pp. 140 - 141).

    Finalmente, Hugo Cancino, cuyo estudio se centra en el estudio delas diversas variantes del poder popular entre 1970 - 1973, seala laimposibilidad, dado el carcter del Estado y la sociedad chilena, delesquema revolucionario heredado de la tercera internacional (y que

    haba recogido el MIR y sectores del PS), de ah su afirmacin de que "Elproyecto de la va institucional al socialismo constituy la nicaestrategia viable que las fuerzas populares podan proponer de acuerdoal contexto histrico estructural chileno" (p. 431) y, dada la crisis quehabra desencadenado el proceso de reformas impulsado por el gobiernode Salvador Allende, el sealado proyecto solo podra sostenerseestablecindose un consenso entre la poltica de la UP y la poltica de laDemocracia Cristiana.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    11/63

    11

    Variante 2 de la segunda vertiente: el carcter clasista delEstado chileno.

    La segunda derivacin que sealbamos es bastante ms crticarespecto a las opciones reales de la UP, planteando centralmente que suderrota se habra originado en vacos y supuestos de su estrategia deva institucional, a la vez que en la forma en que se habra intentadoimplementar.

    Quien mejor refleja la posicin anterior es Susana Bruna. SegnBruna, quien realiza su anlisis desde la teora marxista del Estado, laUP no habra considerado los lmites objetivos y contradicciones con que

    se encontrara su tctica, sealando que si bien la flexibilidad del Estadopoda permitir el triunfo de las fuerzas populares, difcilmente aceptarala modificacin de su contenido, cuestin que necesariamenteimplicaban las reformas econmicas y polticas diseadas, las quealteraran las relaciones de produccin y la superestructura poltica y,con eso, el carcter del Estado. As, segn la autora, el error de la UPhabra radicado en no considerar el carcter clasista del Estado y de susinstituciones, pensndose errneamente que era factible su modificacindesde dentro a partir de su conquista progresiva. Lo anterior a su vez sebasaba en dos supuestos, los cuales deban ser las condiciones mnimaspara avanzar en dicha conquista: 1) que la burguesa poda cederrazonablemente frente a un ascenso legal - institucional de las fuerzaspopulares y; 2) que el movimiento popular se desarrollaraestrictamente dentro de las vas legales. Sin embargo, dado el carcterde las transformaciones que se planteaban, ni unos ni otros actuarancomo se esperaba, resistiendo la oposicin, a nombre de su legalidad, alaccionar de la UP, mientras que el movimiento popular actuar almargen y/o en contra de una legalidad que no era la suya. Abierto elconflicto, la salida era la "ruptura revolucionaria" o la "rupturacontrarrevolucionaria" y, al no haberse modificado sustancialmente elcarcter del Estado, la burguesa echaba a andar los mecanismos

    existentes para retomar nuevamente el control total sobre l.

    Los planteamientos de Gabriel Smirnow sern menos radicales quelos de Bruna, sealando que pese a algunas ambiguedades, el programade la UP diseaba los pasos necesarios para desarrollar una polticarevolucionaria, y si aquello se habra frustrado era porque al interior dela UP se habra terminado imponiendo el proyecto gradualista del PC,implementando ste una lnea no revolucionaria y en contradiccin conpuntos esenciales del programa comn, lnea que se mantendra hastael final, de ah el planteamiento de que las "tendencias revolucionarias"

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    12/63

    12

    no tuvieran responsabilidad en los tres aspectos principales que sellaranel fracaso del gobierno: 1) el proyecto de alianzas de clases - poltica deentendimiento con las clases medias, pequea y mediana burguesapropietaria y su referente poltico, la Democracia Cristiana, mientras queel programa descuidaba a los trabajadores vinculados a la pequea ymediana propiedad industrial y agraria -; 2) la poltica hacia las FFAA -mantencin hasta el final de la tesis de su profesionalismo y respeto a laconstitucin-, y; 3) la utilizacin del aparato institucional - lmitesobjetivos que este manifest para el desarrollo del programa eincapacidad para aprovechar las coyunturas favorables que se daban entorno a l -.

    Finalmente, si bien Fernando Mires incorporar una serie de

    factores para explicar la derrota de la UP - intervencin norteamericana,oposicin radical y efectiva de la derecha -, su orientacin centraltambin apuntar a los vacos y errores existentes en la propia polticade la Unidad Popular. As, plantea que si bien hubieron errores tcticosen la conduccin del proceso, habran otros que encontraran su origenen la propia naturaleza de la izquierda, los llamados "erroresestructurales" o "pecados originales" de la UP, identificados con su"fijacin al Estado" y el programa desarrollado. En el primer caso, Miresse refiere a la raigambre parlamentarista de los partidos de la UP y lastensiones que se generaran entre esa lgica y las opciones ideolgicasque se van desarrollando (caso especial del PS), a la vez que esa"fijacin al Estado" dificultara la relacin con un movimiento popularque no siempre actuaba en una dinmica dirigida y definida desde elEstado (el caso de la Asamblea Popular de Concepcin de 1972).Respecto al programa, Mires se refiere a sus limitaciones, en especial aaquellas de corte econmico, como la intencin de basar parte de laplanificacin en una alianza con una fraccin de "capitalistasnacionales", grupo que segn Mires no exista y que de a ver existido,dada la polarizacin poltico - social que se viva, habra apoyado a laderecha. Por su parte, respecto a los sectores sociales subalternos a losque se buscaba beneficiar, Mires plantea que los sectores obreros

    directa y rpidamente beneficiados fueron solo una fraccin pequea(aquellos vinculados al Area de Propiedad Social), y lo mismo ocurriracon los sectores campesinos. Ms grave sera incluso la situacin de lospobladores y desocupados agrarios, para los cuales no haba poltica, deah que Mires plantee que el programa de la UP era "excluyente ydiscriminatorio".

    Vaciamiento del centro, errores tcticos, estrategias truncas,anlisis insuficientes, radicalizacin de los extremos, programasestrechos, falta de unidad y flexibilidad, etc. En sntesis, tensiones,

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    13/63

    13

    omisiones y divisiones en el mbito formal e institucional de la poltica.Sin dudas un marco de referencia relevante para conocer la dinmica delos "actores polticos nacionales" que desarrollaban la revolucin ocontrarrevolucin "desde arriba", pero que entrega pocas luces de surelacin con los movimientos sociales populares que la impulsaban"desde abajo". Una carencia profunda que explica la todava difcilcomprensin del perodo y la existencia de preguntas con respuestasparciales. Una carencia que no nos permite saber cmo vivieron ysintieron esos tres aos aquellas fuerzas sociales que se desplegarondurante el.

    2.- Las grandes omisiones en los estudios de la Unidad Popular:la intervencin norteamericana y los movimientos socialespopulares.

    La revisin de trabajos realizada a la fecha, si bien nos permitenaventurar algunas hiptesis, es an incompleta. Queda todava porrevisar algunos trabajos, como el de Carlos Altamirano, Orlando Millas yJoan Garcs, en el campo de la reflexin poltica. Tambin sernecesario someter a anlisis crtico los trabajos relativos a lospobladores producidos por el CIDU y Ernesto Pastrana (Pan, techo ypoder) y consultar al menos algunos de los ms escasos trabajadosrelativos al mundo campesino.

    Sin embargo, an sin concluir nuestra revisin de trabajosrelativos a la Unidad Popular, las tendencias anotadas hasta aqu sondominantes. La ms relevante desde el punto de vista del conocimientosocial, se refiere sin lugar a dudas al dbil tratamiento que han recibidohasta ahora los sectores populares. Paradojalmente, por otra parte, unadimensin dbilmente trabajada, ya que se da por supuesta o sobredimensionada, es la intervencin norteamericana en la poltica chilena.

    Primera omisin: La intervencin norteamericana

    La cuestin de la intervencin norteamericana en Chile haenfrentado dos tipos de dificultades, por una parte, el ser sealadocomo un componente central de la denuncia poltica de la izquierdachilena, que terminaba por hacer del imperialismo el principalresponsable del golpe de estado de 1973, morigerando de este modotanto los factores internos como la propia responsabilidad de la

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    14/63

    14

    Izquierda en su derrota poltica (Ver ficha resumen de Almeyda). Ensegundo lugar, para efectos del debate en Chile, una segunda dificultadfue hasta fines de los noventa el no contar con evidencias y fuentesfidedignas que permitieran no slo probar sino proponer estudios quepermitieran dimensionar la magnitud de la intervencin as como susefectos en la poltica chilena. Esta ltima dificultad comenz asuperarse, a fines de los noventa, cuando se inicia la desclasificacin, enlos Estados Unidos, de documentos de la CIA, del Departamento deEstado y del Departamento de Defensa. Hasta 1999, se handesclasificado cerca de 5 mil documentos que suman ms de 20 milpginas.3

    El trabajo de Soto y Villegas, publicado en 1999, si bien es una

    primera seleccin de documentos, es bastante elocuente, al menos endos direcciones, por una parte recoge informes de la Estacin de la CIAen Santiago, que dan cuenta de la evolucin de la poltica chilena antesy despus del golpe, y por otra parte, incluye como anexo, una sntesisdel revelador Informe Church, que fue elaborado por una Comisininvestigadora del senado norteamericano y que cubre el perodo 1963-1973. Este documento es por cierto, muy importante para el estudio dela intervencin de los Estados Unidos en Chile, ya que cubre un largoperodo, anterior a la propia UP revelando los vnculos de la CIA y defuncionarios norteamericanos tanto con los polticos como con losmilitares chilenos. Se denomina sugerentemente Accin Encubierta enChile: 1963- 1973 y admite que sta fue amplia y continua, primeropara detener a Allende en su campaa presidencial y luego paraproducir el colapso de su gobierno. Se pregunta sobre los usos de losdineros que invirti la CIA en Chile reconociendo que con estos sefinanciaron actividades que cubrieron un espectro muy amplio, desde lasimple manipulacin propagandstica de la prensa hasta el apoyo engran escala a partidos polticos chilenos, de los sondeos de opininpblica a los intentos directos de fomentar un golpe militar.4.

    Evidentemente hay que concordar con Almeyda que el golpe de

    estado chileno no puede explicarse unilateralmente a partir de laintervencin norteamericana, sin embargo, tanto la accin encubiertade los aparatos de inteligencia norteamericanos, como los tratadosmilitares que vinculaban a las fuerzas armadas chilenas con los EstadosUnidos (como por ejemplo, la Escuela de las Amricas) as como lasmedidas econmicas encaminadas a producir el fracaso de la polticaeconmica de Allende (como la orden expresa del presidente Nixon en el

    3 Ver en: Hernn Soto y Sergio Villegas,Archivos secretos. Documentos desclasificados de la CIA.LOM Ediciones, Santiago, 19994 Soto y Villegas, op.cit. 169.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    15/63

    15

    Comit de los Cuarenta, de hacer chillar la economa chilena) sontodas razones suficientes para estudiar y reconocer la intervencin deUSA en Chile, como un actor desequilibrante y en algunos sentidosdeterminantes en el estudio de la Unidad Popular. En suma, no se puedesobredimensionar la intervencin pero tampoco se la puede ignorar, noslo porque es una dimensin fundamental de tener en cuenta en elcontexto de la Guerra Fra, sino porque tom una forma muy diversa,actuando tanto en los medios de comunicacin, en algunos casosfinancindolos directamente (caso de El Mercurio), como al sistema departidos (con apoyo econmico directo a sus campaas electorales) eincluso en el campo de los movimientos sociales (apoyo aorganizaciones paralelas a la CUT as como al estudio de los pobladores,durante el gobierno de Frei Montalva) as como tambin en su relacin

    directa con militares de alto grado en las Fuerzas Armadas.

    En suma, la intervencin norteamericana que se da por conocidaen los medios acadmicos y polticos no ha sido objeto de estudioshistricos sistemticos y permanece en consecuencia ms en el campode los debates polticos e ideolgicos que en el campo de los estudioshistricos, revelndose como un significativo vaco de anlisis de laUnidad Popular, a excepcin por cierto de las denuncias que se hicieranpblicas durante la propia Unidad Popular.

    Segunda omisin: Los movimientos sociales populares

    Tanto desde la sociologa como desde las ciencias polticas, lahistoria de la Unidad Popular es la historia del sistema poltico, lospartidos y el Estado. En la mayora de los trabajos consultados lossectores populares no constituyen actores sociales y polticos definidospor una historicidad propia. Son pocos los historiadores que hanindagado en este perodo sobre los movimientos sociales y cuando lohan hecho, han reproducido los enfoques dominantes sera el caso de

    Corvaln Mrquez -o slo han insinuado su densidad histrica es elcaso de Alfredo JocelynHolt- enfatizando en la dimensin movilizadoray festiva del pueblo. Sin embargo, como se ha indicadoprecedentemente, las excepciones son los trabajos de Winn y Cancino,aunque cada uno de ellos representa alcances y lmites con relacin alestudio de los movimientos sociales populares.

    Excepcin 1: Tejedores de la revolucin

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    16/63

    16

    En el caso de Tejedores de la revolucin, dePeter Winn, su mayormrito y sus mayores contribuciones tienen que ver con que se trata deun trabajo monogrfico elaborado y escrito a la manera que imaginabaAntonio Gramsci los estudios de esta naturaleza, cuando desde unaexperiencia concreta se logra dar cuenta tanto de lo particular como delo general. El estudio de Peter Winn se diferencia de los que participande la matriz poltico institucional, en que su punto de partida y objeto deestudio es la experiencia de los trabajadores en una de las empresasemblemticas en los aos sesenta, la industria textil Yarur. Unseguimiento sistemtico tanto de la empresa como de las iniciativas delos trabajadores en la vspera del triunfo de Allende, le permite a esteautor reconocer el dinamismo que alcanzaron los trabajadores paralograr no slo reorganizar su sindicato sino que poner a Yarur en la

    primera fila de las empresas que deban pasar al rea de PropiedadSocial, una de las medidas socialistas ms relevantes contemplada en elPrograma de gobierno de la Unidad Popular.

    Un cambio en el punto de vista le permite a Winn realizar otralectura de la Unidad Popular, sosteniendo que durante sta se puso enmovimiento una revolucin desde arriba, la programada por lospartidos y el liderazgo de poltico de la Unidad Popular, y los efectos queesta tuvo -cuando efectivamente triunfa la Unidad Popular en 1970-para desencadenar y potenciar una revolucin desde abajo. En efecto,Winn sostiene que el triunfo popular de Allende tuvo un significadodiferente para las bases que para los polticos y planificadores de laUnidad Popular. Para las bases, el triunfo de Allende era una seal paraque estas tomaran la revolucin en sus propias manos y conquistaranviejas aspiraciones histricas a travs de la accin directa desde abajo.La promesa de Allende de que nunca usara la fuerzas de seguridad delestado en contra del pueblo los liber del temor de la represingubernamental, y el compromiso de la Unidad Popular con los cambiosestructurales, la redistribucin de la riqueza y la satisfaccin de lasnecesidades bsicas de los pobres de Chile, persuadi a muchos de que,actuando por s mismos, estaban cumpliendo el Programa de la Unidad

    Popular y avanzando en el proceso revolucionario. Para ellos, elsignificado subyacente de la eleccin de Allende era que ahora eranlibres para cumplir sueos largamente postergados (Winn, p. 201).

    Sin embargo, este doble proceso revolucionario, la revolucindesde arriba y la desde abajo, si bien en una etapa se retroalimentaron,pronto se tensaron y divergieron. La tragedia chilena en cierto modose explica por esta divergencia y por la incapacidad de ambas de hacerfrente al un golpe militar cuando la guerra social ya estaba declarada.Desde el punto de vista del movimiento popular un momento

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    17/63

    17

    culminante en su desarrollo fue en la denominada crisis de octubre de1972, cuando los sectores populares expandieron sus capacidades parahacer frente al paro de los patrones. Sin embargo, conjurada la crisis,la decisin de Allende fue descansar en el poder pacificador del Ejrcito,en lugar del potencial revolucionario de la movilizada clase trabajadora,lo que se probara fatal para la revolucin chilena. En el proceso laizquierda perdi la oportunidad para unir a la clase trabajadora y (dar)un salto revolucionario que nunca volvera a ocurrir (Winn, p. 318).

    El retorno a la confrontacin electoral (noviembre de 1972 marzo de 1973) restaur en los trabajadores democratacristianos laprimaca de su identificacin poltica, los cordones fueron desmovilizadosy la izquierda nunca recuper su mpetu de octubre. En este contexto la

    revolucin desde arriba, con su creatividad poltica, su capacidadlegislativa y sus recursos econmicos agotados se mostr incapaz de darun efectivo liderazgo y una respuesta creativa en los meses siguientes,cuando se profundiz la crisis y renov la confrontacin (Winn, p. 318-319). La propia CUT, que debi haber servido de puente entre el arribay el abajo de la revolucin se mostr incapaz de superar la crisis de unliderazgo nacional, ya que vea con alarma y sospecha a los cordonesindustriales: Desde la vanguardia de la clase trabajadora indicaWinn- la CUT fue transformada en la supervisora nacional de laproductividad cuya funcin era mantener a los trabajadores bajo control.Como consecuencia, la clase trabajadora chilena estaba confundida,dividida y desmoralizada, incluso en una fbrica de vanguardia como exYarur (Winn, p. 319).

    En suma, el trabajo de Peter Winn, el ms original del conjunto detrabajos consultados por el lugar que ocupan las voces del pueblo, lostrabajadores de Yarur, que Winn recuper a travs de los mtodos de lahistoria oral, as como por su tesis interpretativa, de la convivencia dedos procesos revolucionarios, representa una contribucin relevantepara el estudio de los movimientos sociales populares, en particular delmovimiento obrero durante la Unidad Popular. Sin embargo, an

    representa un trabajo aislado que requiere ser contrastado con otrosestudios que acojan efectivamente la experiencia de los sujetos delpueblo.

    Excepcin 2: La problemtica del poder popular

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    18/63

    18

    El trabajo de Hugo Cancino, constituye tambin una excepcin enla tendencia dominante de matriz poltico institucional, pero ms por latemtica escogida que por su enfoque, que no escapa completamente ala tendencia dominante. En efecto, el trabajo de Cancino propone unalectura crtica de las experiencias del poder popular, describiendo yvalorando sus aportes como un producto de la dinmica de losmovimientos sociales tendientes a crear espacios de autonoma y deautogestin que desbordaron los canales tradicionales derepresentacin (Cancino, p. 15) Sin embargo, por otra parte, paraCancino, la izquierda chilena, particularmente la ms radical, herederade las tradiciones tericas y poltica de la III Internacional no podaelaborar estas experiencias sino en la clave de la dualidad de poderes,y en consecuencia en lgica revolucionaria clsica, distinta de la va

    institucional al socialismo surgida en Chile. Para Cancino, lasposibilidades del poder popular slo podan desarrollarse como unaforma de democracia directa que deban articularse con las formas de lademocracia representativa, predominantes en Chile. Desde estaperspectiva, a juicio de este autor, slo Allende fue capaz de visualizaresta alternativa al reconocer en el desarrollo del poder popular, unaforma de ampliacin de la democracia chilena.

    Si bien Cancino logra en algunos captulos describir experienciasde poder popular tanto en el mbito urbano como rural, su anlisisrepresenta dos limitaciones: por una parte, sus fuentes son bsicamentedocumentales no trabaja con entrevistas a protagonistas quesobrevivieron a estas experiencias- lo que limita la amplitud y riquezadel anlisis, y por otra parte, su mirada crtica a la izquierda radical tietodo su estudio, de tal modo que finalmente los actores principalesvuelven a ser los partidos y sus posturas ideolgicas o programticas.

    En suma, el trabajo de Cancino es complejo en el sentido que losactores no logran responder a su lgica de anlisis a favor de unaampliacin de la democracia. Sin embargo, por otra parte, es sugerenteen cuanto a proponer una mirada original, pero que requerira mayor

    investigacin ya no slo referida a los partidos polticos sino a lospropios movimientos sociales.

    3.- Preguntndonos en los por qu de las omisiones

    a) El peso de la historiografa tradicional o el peligrosodesconocimiento de la cara interna de la nacin

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    19/63

    19

    Parece evidente, a todas luces, que la tradicin historiogrficanacional, por lo menos hasta los aos setenta, no haba desarrolladoestudios suficientes de las clases populares en Chile que la habilitaranpara enfrentar en corto plazo el anlisis de la experiencia de la UnidadPopular. En efecto, hasta antes del desarrollo de la actual corriente de lahistoria social en Chile, los trabajos relativos a la clase popular sehaban ocupado especialmente del movimiento obrero y muy dbilmentede otros sectores populares, como los campesinos y los pobladores. Encierto modo, incluso, estos trabajos se iniciaron recin en los aos de laUnidad Popular o de manera muy prxima a ella, como es el caso de lospobladores que comenzaron a ser objeto de estudio de las CienciasSociales en los aos sesenta en DESAL, organismo dependiente de laIglesia Catlica y un poco ms tarde en el CIDU, de la Universidad

    Catlica.

    Salazar ha sostenido que los estudios sobre la clase popular han sidotardos y que un primer movimiento historiogrfico que se ocup de lopopular en el ciclo 1948-1973, puso el acento en la explotacineconmica y en los esfuerzos encaminados al cambio social, en la lgicade la clase, el sindicato, el partido y la conciencia. Estas construccionessufrieron un duro golpe con la ruptura histrica de 1973 que quebr laespina dorsal de varias tendencias histricas del movimiento popularchileno.5 Pero ms todava, las construcciones de raz estructuralista,predominantes en los aos 60 y que daban sustento terico a la UnidadPopular, segn Salazar, adolecan de un peligroso desconocimiento dela cara interna de la nacin6

    En suma, se haba estudiado poco a los grupos populares y losenfoques predominantes no lograban dar cuenta de la historicidad de losdiversos grupos que constituan la clase popular en Chile y enconsecuencia de sus diversas estrategias, identidades, aspiraciones,relaciones con el sistema poltico, etc. El predominio del marxismo,adems, que llamaba la atencin sobre la clase obrera, no alcanzaba adar cuenta y reconocer el protagonismo de otros grupos que hicieron su

    entrada en la escena poltica, justamente en los sesenta y con mayormpetu durante la Unidad Popular, como es el caso de los campesinos ylos pobladores.

    El recuento de los dficit de historia social seria incompleto si nose indicara adems, los escasos estudios sobre las clases medias queal igual que pobladores y campesinos alcanzaron un gran protagonismo

    5 Salazar, Gabriel, Labradores, peones y proletarios. Ediciones SUR, Santiago, 1985. p. 76 Salazar, Gabriel. Historiografa y dictadura en Chile (1973-1990). Bsqueda, identidad, dispersin.

    Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, septiembre 1990.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    20/63

    20

    durante la Unidad Popular, siendo la mayora de ellos ganados por laoposicin al gobierno de Salvador Allende.

    b) La funcionalidad de las construcciones politicistas con latransicin a la democracia

    No slo pesan los dficit de historia social para enfrentar el anlisisde los movimientos sociales durante la Unidad Popular, sino que elpredominio de una matriz poltico institucional cuenta con un doblerefuerzo en nuestro medio, por un parte, la tradicin estatal ha contadocon una fuerte presencia en la historiografa conservadora que hainfluido a las ciencias sociales7 y por otra, el predominio de una lgica

    interpretativa de nuestro pasado situada unilateralmente en el campopoltico-institucional, tiene una enorme funcionalidad con las formas quetom la recuperacin de la democracia en los aos noventa.

    En efecto, la lectura de nuestro pasado reciente como crisis en elEstado y el sistema poltico tiende a enfatizar en la recreacin delsistema poltico y del Estado como garanta de gobernabilidad,considerada en los medios polticos hoy en da, como la base de laestabilidad democrtica. Para estos sectores, la lectura de la UnidadPopular como crisis del Estado resulta no slo suficiente, sino querefuerza las nociones del consenso, la negociacin y la accin polticadebidamente des- socializada, es decir sin la amenaza de lamovilizacin popular.

    En el terreno de los medios de comunicacin, esta perspectivaanaltica ha contribuido a reforzar la difundida nocin de la historiachilena reciente como un empate histrico y moral, es decir, donde elnfasis est puesto en la polarizacin, la constitucin de posicionesintransigentes y en los lmites de la negociacin y el acuerdo poltico.Por cierto, estas miradas al pasado reciente, por una parte niegan elprotagonismo de los movimientos sociales durante la Unidad Popular y,

    por otra, morigeran la violacin de los Derechos Humanos y las prcticasde terrorismo de estado que se multiplicaron en los aos de ladictadura.

    c) El dbil involucramiento de los historiadores en la historia delChile reciente

    7 La tesis de Mario Gngora que sostiene la primaca del estado en la construccin de sociedad chilena es

    ampliamente aceptada por socilogos y cuentistas polticos de diversas corrientes en Chile. Mario Gngora.

    La nocin de Estado en Chile. Editorial Universitaria, Santiago, 1981.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    21/63

    21

    Finalmente, un tercer aspecto que ha influido en el dbiltratamiento de los movimientos sociales en los estudios de la UnidadPopular se relaciona con la poca atencin que ha prestado la nuevacorriente de historiadores a los temas y sujetos de nuestra historiareciente. En efecto, si bien hemos asistido a una verdadera explosin deestudios histricos, en los ltimos quince aos, que han puesto el acentoen una diversidad de actores populares, estos estudios tienden aconcentrarse en el siglo XIX o en las primeras dcadas del siglo XX.

    Dicho de otro modo, no slo carecemos de estudios de losmovimientos sociales durante la Unidad Popular, sino que adems lanueva corriente de historia social an se haya muy dbilmente vinculadaa estas temticas. Tal vez, la tendencia contraria es la que se percibe

    entre los estudiantes de grado y en algunos casos de postgrado que seinteresan por el estudio de los sujetos colectivos populares en el tiemporeciente.

    Un aspecto colindante con el dficit de investigacin histricasobre el tiempo reciente, es tambin el dbil papel que los historiadoreshan jugado en los debates sobre la memoria histrica reciente. Enefecto, si bien los historiadores opinan sobre el tiempo reciente cuandoson requeridos por los medios de comunicacin de manera bastanteocasional, por cierto- pocos de ellos cuentan con investigaciones propiasque les permitiran proponer lecturas nuevas sobre el pasado. Lapregunta que hay que formular, de todos modos, es si la historia tieneaportes originales que hacer a los debates que irrumpen una y otra vezen la sociedad chilena sobre su pasado reciente.

    Finalmente, los problemas relativos al estudio del pasado recienteno slo remiten a omisiones sobre la Unidad Popular, comoplanteamos en ese Informe, sino que tambin a los modos en que ladisciplina de la historia interviene en el presente, en el sentido que laomisiones sobre la UP son tambin omisiones del tiempo presente. Enefecto, as como los grupos populares y los movimientos sociales son

    dbilmente considerados en el anlisis del tiempo histrico reciente, enel presente, la tendencia es a invisibilizarlos como sujetos colectivos enla construccin del orden social y poltico democrtico.

    4.-- Lo que queda por hacer: la historia social de la UnidadPopular

    La historia social de la Unidad Popular es por cierto, una tareapendiente, que implica diversos desafos, por una parte, pacientes y

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    22/63

    22

    sistemticos procesos de indagacin emprica y por otra,paralelamente, debates interpretativos que den lugar a nuevosenfoques y miradas sobre la historia chilena reciente.

    Desde un punto de vista meramente descriptivo, no contamos conestudios locales dudamos, aunque sabemos de algunos publicados enel exterior- relativos al movimiento obrero, de pobladores, campesinos,de estudiantes y de las clases medias durante la Unidad Popular.Contamos con anlisis parciales, estudios fragmentarios, muchos deellos desarrollados durante la propia Unidad Popular, pero carecemos deestudios sistemticos, que describan estrategias, cambios en lasidentidades, relaciones con el sistema de partidos, modificaciones en larelacin con el Estado, cambios en las prcticas organizativas e incluso,

    las nociones del propio socialismo al que ellos aspiraban.

    En ausencia de este tipo de estudios, los debates acadmicos ypolticos se mueven en medio de grandes generalizaciones, comoaquellas que afirman que todo el sistema de representacin seestructuraba a travs del sistema de partidos, que las relaciones entrepartidos y organizaciones sociales eran predominantemente verticales ojerarquizadas, o que los partidos tendieron a clientelizarelectoralmente a las bases populares. Paradojalmente, muchos de losanlisis propuestos y que hemos reseando en este Informe, insinanperspectivas distintas, como la nocin de una revolucin desde abajo(Winn) o la idea del poder popular como resultado de largas tradicionesde lucha reivindicativa y social (Cancino). Pero, incluso aceptandoalgunas de las generalizaciones sobre el predominio de los partidos, sepueden formular preguntas relativamente sencillas a estasproposiciones: La Unidad Popular no represent cambios en ese tipo derelaciones? Por qu los campesinos y pobladores tendieron aidentificarse o dejarse conducir por representaciones polticas msradicales durante la Unidad Popular? La Unidad Popular favoreci elincremento de las movilizaciones populares, slo por razonesideolgicas? Y si fuera as, se podra sostener que la UP constituye

    bsicamente el efecto de una sobreproduccin ideolgica?

    Si nos situamos en una perspectiva histrica de larga duracin,la UP no representa acaso el punto de llegada de largas tradiciones delucha de los sectores populares y de la izquierda y tambin del centropoltico chileno? Y si se aceptara esta proposicin, la derrota de la UPno representa acaso una ruptura que interroga todas esas tradiciones, odicho de otro modo, no representa el fin de un modo de hacer polticaque se orient ms al Estado que a la propia sociedad?

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    23/63

    23

    Tal vez sea necesario insistir an, el debate interpretativo sobre laUP, que por cierto requiere de mayores soportes empricos, si atiende ala dinmica de los movimientos sociales puede dar lugar a nuevasmiradas de la historia chilena, ya que al menos como hiptesis se puedesostener que la UP no hizo sino exacerbar y radicalizar conflictos delarga data mientras que su tragedia consisti en no encontrar salidasdemocrticas y populares a esos conflictos.

    FICHAS BIBLIOGRAFICAS ESTUDIOSRELATIVOS A LA UNIDAD POPULAR

    Elaboradas por:Mario Garcs y Sebastin Leiva

    - Clodomiro Almeyda. Pensando a Chile. (1986)- Jorge Arrate y Eduardo Rojas. Memoria de la izquierda chilena.

    Tomo II (1970 - 2000). (2003).- Susana Bruna. Chile: la legalidad vencida. (1976)- Hugo Cancino. Chile. La problemtica del poder popular en el

    proceso de la va chilena al socialismo 1970 1973. (1988)- Luis Corvaln Lepe. El gobierno de Salvador Allende. (2003)- Luis Corvaln Marquz. Los partidos polticos y el golpe del 11

    de septiembre. (2000)- Manuel Antonio Garretn y Toms Moulin. La Unidad Popular y

    el conflicto poltico en Chile. (1983)- Frank Gaudichaud. Poder Popular y Cordones Industriales.

    Testimonios sobre el movimiento popular urbano, 1970 1973.(2004)

    - Alfredo Jocelyn Holt. El Chile perplejo. Del avanzar sintransar al transar sin parar. (1998)

    - Fernando Mires. La rebelin permanente. Las revolucionessociales en Amrica Latina. (1988)

    - Toms Moulin. Conversacin interrumpida con Allende. (1998)- Gabriel Smirnow. La revolucin desarmada, Chile 1970 1973.

    (1977)

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    24/63

    24

    - Jorge Timossi. Grandes alamedas. El combate del presidenteAllende. (1974)

    - Arturo Valenzuela. El quiebre de la democracia en Chile. 1989.- Peter Winn. Tejedores de la revolucin. Los trabajadores de

    Yarur y la va chilena al socialismo. (2004)

    Titulo: Pensando a ChileAutor: Clodomiro AlmeydaEdicin: Terranova EdicionesCiudad: Santiago de Chile, 1986

    Gnero: Ensayo

    Pensando a Chile, rene una serie de 12 artculos y conferenciasde Clodomiro Almeyda, quien fuera el ltimo Ministro de RelacionesExteriores del gobierno de Salvador Allende. Almeyda, fue un destacadoacadmico, un reconocido intelectual y un histrico dirigente del PartidoSocialista de Chile.

    Entre los trabajos que incluye esta compilacin dos de ellosrepresentan especial inters para los estudios de la Unidad Popular:Anlisis de la experiencia de la Unidad Popular en Chile, conferenciapronunciada en la Universidad de Guadalajara, Mxico, en octubre de1978; La dimensin militar en la experiencia de la Unidad Popular,

    intervencin en el Seminario sobre Seguridad Nacional , Casa Chile,Mxico, enero de 1978.

    En su Anlisis de la experiencia de la Unidad Popular en Chile,Almeyda llama la atencin sobre la dictadura chilena con rasgospredominantemente fascistas, sin parangn en el continente yabsolutamente imprevista e insospechada, incluso para los propioschilenos. Identifica luego, los factores externos e internos delpronunciamiento militar, enfatizando ms en los ltimos. Los externosson ms conocidos, la intervencin norteamericana mientras que los

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    25/63

    25

    internos resultan ms novedosos en su anlisis: la subvaloracin deladversario y la sobre estimacin de la fuerza propia. A este ltimorespecto, parte por indicar, la necesidad de identificar crticamente lapercepcin de la realidad chilena por parte del movimiento popular, yaque ella influir en las formas que elige el quehacer transformador, oms directamente en las estrategias que se privilegian para el procesorevolucionario. Afirma que tanto la estrategia como las tcticas de lasfuerzas promotoras de la transformacin estaban fundadas en unaapreciacin equivocada, infundadamente optimista, y hasta triunfalistade la correlacin de fuerzas en el pas, correlacin que se estimabaampliamente favorable y suficiente para producir en Chile cambiosrevolucionarios (p. 14). Esta percepcin influy negativamente encuanto se fundaba en una captacin subjetivista e irreal del podero

    relativo de las fuerzas sociales contendientes. Se pensaba que la viejaoligarqua se encontraba en plena retirada y aguda descomposicin,entre otros como producto de la reforma agraria; se insista en ladebilidad congnita de la burguesa industrial chilena; se pensaba quelas clases medias estaban destinadas a acompaar a la UP en suproyecto revolucionario; se supona que los ideales democrticos estabaprofundamente enraizados en la historia y la conciencia nacional; y, loms grave, se supona que las Fuerzas Armadas, tradicionalmenteajenas en Chile al quehacer poltico y dedicadas a sus laboresprofesionales, iban a mantener a toda prueba su lealtad al rgimenpoltico (p. 15). Luego de pasar revista a cada una de estaspercepciones equivocadas y referir al poder real de los enemigos de larevolucin, Almeyda plantea que se debi haber aprovechado deestablecer alianzas con el sector avanzado de la DC, lo que se intentcuando ya era tarde; se debi haber trabajado ms la legitimidad delgobierno popular, ms all de su origen constitucional, se debi haberconsiderado seriamente una reforma de la Constitucin, etc. Del mismomodo, el no haber aquilatado bien el poder de las clases propietarias ysu poder insurgente, no se elabor ni aplic una poltica de defensa delproceso. Finalmente, llama la atencin Almeyda sobre la coexistencia dedos tendencias opuestas dentro de la UP una que acentuaba la

    viabilidad del proceso y que minimizaba sus dificultades y otra queenfatizaba en la eventualidad del enfrentamiento, pero que noplanteaba una forma concreta y realista para prevenirlo, controlarlo yvencerlo- contribuy a neutralizar la accin del gobierno, favoreciendoel inmovilismo en los momentos decisivos e impidi la formulacin deuna gran estrategia defensiva de la Revolucin (p. 25). Deduce de loanterior la necesidad de la unidad de la fuerza dirigente, que necesitafortalecerse en la lucha en contra del fascismo y la dictadura chilena.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    26/63

    26

    En La dimensin militar en la experiencia de la Unidad PopularAlmeyda pasa revista a los supuestos tericos y constatacionesempricas de la cuestin militar en la UP; la forma en que se abord laexperiencia; las carencias e insuficiencias en el tratamiento de lacuestin militar; y el efecto de estas carencias e insuficiencias sobre eldesenlace de la UP.

    Con relacin a los supuestos y constataciones empricas plantea:1) que el proyecto de la UP no se inserta en una situacinrevolucionaria en los trminos del leninismo; 2) que la frustracin delproyecto reformista de la DC reflej la imposibilidad de superar elestancamiento econmico en los marcos del capitalismo y de lademocracia burguesa; 3) que lo que puso en marcha el proceso

    revolucionario fue un evento electoral; 4) el proyecto UP se pudodesarrollar gracias a la legitimidad del sistema poltico vigente, 5) lalegitimidad del sistema poltico fue la condicin formal que permiti lacaptura del gobierno, mientras que lo sustantivo fue la maduracin de launidad del movimiento popular bajo la hegemona de los partidosrevolucionarios; 6) la captura del gobierno no significada elapoderamiento del Estado ni la toma del poder; 7) la experienciarevolucionaria chilena era inslita, ya que fue la legitimidad del sistemapoltico burgus lo que permite el acceso al gobierno de la UP paraproponerse desde all la transformacin estructural de la economa dela cual ese sistema poltico era su expresin formal; 8) la fortaleza delsistema poltico que permite la reproduccin del sistema econmico semide por la capacidad de ese sistema de inducir la obediencia de lapoblacin (leyes, valores, etc.) y por su capacidad de controlar a lasfuerzas armadas. Pero, el sistema puede mantenerse perdiendolegitimidad y apoyo si mantiene una vinculacin orgnica con las fuerzasarmadas, la que mediante el uso de la fuerza o su amenaza puedeinducir la obediencia.

    En este contexto, para Almeyda, era necesario prever el momentoen que se agudizara el conflicto de lealtades de las fuerzas armadas,

    entre el sistema poltico y el gobierno, entre la UP y el sistema social delcual las fuerzas armadas eran sus guardianes y su sostn. Esteconflicto de lealtades apareca ya claramente como previsible en elmomento en que se iniciaba el proceso revolucionario en Chile (p.81)Pero, adems este inevitable conflicto de lealtades tenairremisiblemente que traducirse en la ruptura del sistema poltico y en lasubversin militar contrarrevolucionaria (p.82) La cuestin entonces,para Almeyda, es que si este conflicto era inevitable, haba que saber dequ modos enfrentarlo. Descarta de plano la constitucin de el ejrcitodel pueblo o un enfrentamiento entre el pueblo el ejrcito profesional.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    27/63

    27

    Descartada estas posibilidades, queda pendiente el asunto de que si lasublevacin era inevitable la UP era inviable. No obstante, Almeydasostiene que la situacin pudo ser distinta, pero a condicin de unapoltica militar de la UP que no existi. Indica Hay, desgraciadamente,que constatar la ausencia, dentro del conjunto de grandes objetivos quese propona realizar la Unidad Popular, de un gran proyecto de polticamilitar () proyecto concebido y destinado a optimizar las condicionesfavorables existentes para sustraer a las Fuerzas Armadas de su rolrepresivo, neutralizando al menos su capacidad poltica y militar demanera de evitar que los recursos de poder, total o parcialmente, secolocaran a disposicin de la contrarrevolucin, en el momento msagudo de la crisis (p. 81-85).

    El proyecto militar la UP que no fue, debi considerar al menoslos siguientes objetivos: 1) la modificacin de la composicin de loscuadros militares; 2) la creacin de una nueva legitimidadrevolucionaria; 3) la creacin de nexos y vnculos entre las fuerzasarmadas y las iniciativas del gobierno; 4) la dictacin de leyes yreglamentos que modificaran el rgimen legal y orgnico de las fuerzasarmadas; 5) la creacin de desarrollo paulatino de organizaciones decarcter paramilitar de las fuerzas populares; 6) la generacin dentrodel gobierno de la UP de un estado mayor que se ocupara del granproyecto militar (p. 85).

    Ttulo: Memoria de la Izquierda Chilena. Tomo II (1970 -2000)Autor: Jorge Arrate y Eduardo RojasEdicin: Ediciones B Chile, primera edicin, octubre 2003

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    28/63

    28

    Pas: Chile

    Gnero: Historia

    El captulo VI de este texto trata en especfico al gobierno de laUnidad Popular, realizando una panormica general sobre el desarrollode ste. As, el texto dar cuenta, en una lgica ms narrativa queanaltica, de las coyunturas centrales que se vivieron, las tensiones ycontradicciones que se manifestaron en el seno de la alianza y laspolticas que desplegaron sus crticos y opositores.

    Para los autores, ms all de los evidentes problemas con que

    llega al gobierno, la UP tendr la iniciativa hasta las eleccionesmunicipales de abril de 1971, y aquello tanto por el ascenso de lamovilizacin de masas como por la unidad de accin que an presentabala alianza de gobierno. Tras las sealadas elecciones y a propsito de losresultados de la misma, las diferentes fuerzas precisarn y adecuarnsus polticas: el Partido Nacional acentuar su presin sobre laDemocracia Cristiana, en especial sobre su sector ms crtico algobierno, sector que a su vez ira diferencindose ms de aquellastendencias proclives a negociar. Por su parte, los partidos de la UP y elMIR tambin definirn, "en lo medular", sus polticas, las cuales novariarn mayormente a lo largo del proceso: el Partido Socialista postulauna ocupacin plena y rpida del poder del Estado que permitiera unmejor posicionamiento de fuerzas ante un enfrentamiento que se creainevitable dada la poltica de sabotaje norteamericana y la actitudconspirativa de la derecha y algunos sectores militares. El PC definiruna lnea gradualista, orientada a acumular fuerzas y a mantener unarelacin positiva con la DC. El MIR por su parte, pese a reconocer elsignificado del triunfo de Allende, bregar por dar impulso a cambiosrevolucionarios.

    En el ao 72, las posiciones dentro de la Unidad Popular respecto

    al ritmo de avance del programa se acentuarn, establecindose unadiferenciacin clara entre aquellos que queran "avanzar" y aquellos queoptaban por "consolidar", imponindose estos ltimos, lo que llevara alMIR a radicalizar sus posiciones. Por su parte, la oposicin avanzaba ensus grados de coordinacin, lo que se reflejar en el desarrollo del paropatronal de octubre de ese ao, el cual no terminar por resolver laaguda lucha que se libraba a nivel institucional y social, plantendose uncomps de espera hasta las elecciones parlamentarias de marzo de1973. El resultado de estas no harn mas que confirmar la existencia dedos grandes polos poltico - sociales en igualdad de fuerzas. En ese

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    29/63

    29

    contexto, las tcticas de las fuerzas polticas terminarn por precisarse:el Partido Nacional apuesta a la aceleracin de la crisis, Allende y lossuyos a evitar la guerra civil, proponindose para aquello la reaperturade conversaciones con la DC. Esta a su vez, o por lo menos la mayorade ella, se orientar a la capitulacin de la UP. Sectores del PartidoSocialista, la Izquierda Cristiana, el MAPU y el MIR, con mayor o menorfuerza real, plantearn la constitucin del poder popular para enfrentara la oposicin, poder popular que, a decir de los autores, tender al"espontanesmo" ante lo que se interpretaba como vacilacin de susdirecciones, en especial sus direcciones "constitucionalistas", de ah quelos autores sealen que la fase final de la UP deber batirse entre estasdos tendencias. En el escenario anterior se llega a las postrimeras delperodo, sealando los autores: "La UP enfrenta su momento ms

    crtico, sin posibilidad de acuerdo con la oposicin DC y sin capacidadpara una ruptura y aceleracin de los cambios. En agosto de 1973, lasdos lneas que coexisten en ella han "fracasado", no se logra"consolidar" el proceso ni "avanzar" hacia etapas superiores dedesarrollo. Dividido el movimiento popular, el gobierno de SalvadorAllende se mantiene bsicamente por el apoyo de las cpulasconstitucionalistas de los uniformados..." (pp. 140 - 141). As entonces,desplazadas esas cpulas, el golpe era inminente, no alcanzando Allendea presentar su propuesta de plebiscito para evitar la crisis total. De ahen adelante, solo caba esperar el apoyo de algunos sectores militares obien su vacilacin, cosa que finalmente no se dio, sellndosedrsticamente la suerte del proceso.

    Finalmente, la sntesis anterior permitir identificar algunoselementos que explicarn el destino de la Unidad Popular: el sabotajepropiciado por los Estados Unidos, la oposicin radical de la derecha, lanegativa de la DC a encontrar acuerdos, la imposicin de los sectoresgolpistas dentro de las fuerzas armadas y, especialmente, la divisin,parlisis y fracaso de las fuerzas de izquierda ya antes del golpe.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    30/63

    30

    Ttulo: Chile: la legalidad vencidaAutor: Susana BrunaEdicin: Ediciones ERA, primera edicin 1976Pas: Mxico

    Gnero: Historia

    En este texto, Susana Bruna se abocar principalmente a analizarla poltica del "bloque hegemnico" de la UP, es decir, los opcionesadquiridas por Allende, el Partido Comunista y sectores del socialismo,haciendo referencias ms bien parciales de los otros sectores de laalianza de gobierno, de la izquierda extra institucional y, mucho menos,de la oposicin, radicando en esta opcin analtica la tesis queatravesar el texto: el fin de la UP ser consecuencia, principalmente,de sus propias opciones, acciones y omisiones.

    Para Bruna, la tctica hegemnica de la UP - copamientoprogresivo del Estado y utilizacin del poder ejecutivo para irdesarrollando los cambios desde su interior -, se basaba en unaconcepcin particular del Estado liberal chileno, determinada por: a) unainterpretacin del Estado como susceptible de ser utilizado sin que fueranecesario destruirlo, an cuando se pretendiera imponer un proyectosocialista; b) la teora de la separacin - equilibrio de poderes delEstado, segn la cual el acceso a uno de los poderes permitira uncontrol recproco de los otros poderes a medida que se modificaba lacorrelacin poltica de fuerzas.

    Segn la autora, que realiza su anlisis desde la teora marxistadel Estado, al sustentar esta concepcin, la Unidad Popular no dabacuenta del carcter de clase del Estado y de los consiguientes frenos quepondra la clase dominante para el despliegue del programa. Lo anterior,que se manifestara desde el inicio del gobierno, cobrara mayor fuerza apartir del momento en que se comienzan a llevar a cabo aquellaspolticas que debilitaban las posiciones de las clases dominantes(constitucin del Area de Propiedad Social, redistribucin del ingreso),agotndose rpidamente la flexibilidad de la cual haba dado cuenta el

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    31/63

    31

    Estado. En este sentido, Bruna plantea que si bien la flexibilidad delEstado poda permitir el triunfo de las fuerzas populares, difcilmenteaceptara la modificacin de su contenido, cuestin que necesariamenteimplicaban las reformas econmicas y polticas diseadas, las quealteraran las relaciones de produccin y la superestructura poltica y,con eso, el carcter del Estado. A propsito de esto es que la autoraplantea: "La estructura del Estado chileno - y la Constitucin que laexpresa - mostraba una flexibilidad que la condujo a unademocratizacin importante pero no suficiente para permitir a lasfuerzas proletarias transformar el "orden" capitalista: la razn es que elEstado capitalista garantiza al capital los lmites mximos en el interiorde los cuales puede actuar la fuerza popular y proletaria sin traducirseen una amenaza para el sistema. Dicho de otra manera, el Estado tiene

    una flexibilidad - variable de sociedad a sociedad - que permite ciertastransformaciones de s mismo hasta el ltimo lmite dentro del cual lospilares del capitalismo no son amenazados. Es decir que esta flexibilidadtolera cambios en el interior del sistema, pero no cambios del sistema"(p. 118).

    Por otra parte, la conceptualizacin que se hace del Estado, mscercana a la teora liberal burguesa que a la leninista, supona no solo lafactibilidad de su conquista y modificacin gradual, sino que adems laposibilidad de contar con dos condiciones que eran bsicas para lasustentabilidad de la tctica: 1) que la burguesa poda cederrazonablemente frente a un ascenso legal - institucional de las fuerzaspopulares y; 2) que el movimiento popular se desarrollaraestrictamente dentro de las vas legales. Sin embargo, dado el carcterde las transformaciones que se planteaban, ni unos ni otros actuarancomo se esperaba, resistiendo la oposicin, a nombre de su legalidad, alaccionar de la UP, mientras que el movimiento popular actuar almargen y/o en contra de una legalidad que no era la suya. Abierto elconflicto, la salida era la "ruptura revolucionaria" o la "rupturacontrarrevolucionaria" y, al no haberse modificado sustancialmente elcarcter del Estado, la burguesa echaba a andar los mecanismos

    existentes para retomar nuevamente el control total sobre l.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    32/63

    32

    Titulo: Chile. La problemtica del Poder Popular en el procesode la Va Chilena al Socialismo 1970-1973.

    Un estudio de la Emergencia de los Consejos Campesinos,Cordones Industriales y Comandos Comunales en relacin ala problemtica del Estado, la Democracia y el socialismo enChile

    Autor: Hugo Cancino TroncosoEdicin: Aarhus University Press, 1988.Ciudad: Dinamarca

    Gnero: Historia social y poltica

    El estudio, como indica su autor, se centra en las diversasvariantes del poder popular entre 1970-1973, su relacin con la

    problemtica del poder, la democracia y el socialismo. Para efectos desu anlisis considera dos niveles, por una parte, el discurso poltico eideolgico de los partidos y movimientos de izquierda con relacin alpoder popular; y, por otra, las prcticas emergentes del poder popular,su relacin con el gobierno, el Estado y las clases.

    Las hiptesis de trabajo del estudio son las siguientes: a)Controvertir la lectura bi polarizada de las divergencias existentes alinterior de la Unidad Popular, y en general acerca del poder y elsocialismo (reformismo PC vs. posturas revolucionarias PS, MAPU, MIR).

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    33/63

    33

    Esta visin no slo sera equvoca, sino que simplificara los complejosmatices que se manifestaron en la izquierda con relacin al poder, elgobierno y el sistema institucional. Dichas divergencias, no obstante,arrancaran de una matriz comn vinculada al marxismo de la IIIInternacional; b) Reivindicar el discurso ideolgico poltico de SalvadorAllende, como la expresin ms lograda de las tradiciones democrticasy nacional populares de la vertiente socialista chilena; c) Controvertircon el discurso de la revolucin (cuyo referente clsico era larevolucin rusa de octubre de 1917), que a juicio del autor no tenaninguna correspondencia o posibilidad de aplicacin eficaz en lascondiciones histrico estructurales de la formacin social chilena, dadoque el Estado nacional, junto con el establecimiento de un poderlegtimo surgen en Chile a mediados del siglo XIX El desarrollo de un

    sistema poltico conformado por instituciones parlamentarias, partidospolticos, gremios y sindicatos, en suma, diferentes canales deprocesamiento y representacin de las demandas sociales y dearticulacin de la sociedad civil con el Estado, que se diferencianprofundamente el sistema poltico chileno, que precedi a la UnidadPopular, con el Estado desptico zarista (p.15); d) la generacin deorganismos de democracia de base o de poder popular que surgen entre1970-1973, constituiran la creacin ms original del proceso chileno yuna tentativa de ampliacin de la democracia a su ms alto nivel derealizacin en la historia de Chile. Estas iniciativas no fueron unproducto coyuntural ni producto de la accin de los partidos, sinoproducto de la dinmica de los movimientos sociales tendientes a crearespacios de autonoma y de autogestin que desbordaron los canalestradicionales de representacin y que encuentra sus antecedentes enla tradicin poltica y organizativa del movimiento obrero y popular enChile (p.15). La Unidad Popular creo las condiciones para el proceso dedemocratizacin del poder desde la bases.

    Un aspecto terico relevante en el planteamiento de las hiptesis deCancino es la discusin con el paradigma consejista de la IIIInternacional, el que slo se habra modificado a partir de las

    contribuciones de Antonio Gramsci con relacin al estado y la teora dela hegemona. Gramsci habra roto con la tradicin comunistainternacional al ampliar su concepcin del estado, teniendo en cuenta lamayor complejidad de ste en Occidente, revalorizando el papel de lasociedad civil. Desde esta perspectiva, el eurocomunismo, en los aossetenta, transit hacia una perspectiva poltica nueva, que reconoci elvalor de las democracias representativas que bien podancomplementarse con formas de democracia directa. A partir de estossealamientos, Cancino plantea que slo Allende fue capaz devislumbrar una perspectiva semejante para Chile, en la medida que

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    34/63

    34

    concibi el desarrollo del poder popular como una forma de ampliacinde la democracia desde las bases que deba convivir con la democraciarepresentativa. No ocurri lo mismo con la mayora de la izquierdachilena, en particular la revolucionaria , que vio en el poder popularla dualidad de poderes constituida en teora revolucionaria porexcelencia, luego de la revolucin de octubre.

    La postura terica adoptada por Cancino recorre todo su estudiopesando ms la crtica terica a la izquierda chilena que el anlisis de lapropia experiencia social popular. Sus fuentes son especialmente losdocumentos y declaraciones partidarias, a partir de las cuales se criticay a veces caricaturiza- especialmente las posiciones del MIR y el PS.

    El estudio concluye afirmando que el El proyecto de la va institucionalal socialismo constituy la nica estrategia viable que las fuerzaspopulares podan proponer de acuerdo al contexto histrico estructuralchileno (p. 431) Es decir, no era viable una proposicin revolucionariaclsica y en medio de la crisis que desencaden el proceso de reformasimpulsado por el gobierno de Allende slo poda sostenerseestablecindose un consenso entre la poltica de la UP y la poltica de laDemocracia Cristiana.

    Si la va poltica institucional era la nica viable, el problema es si estapoda realizarse por organizaciones partidarias tributarias de lospostulados revolucionarios clsicos (va armada-insurreccional, dictaduradel proletariado), pregunta que el autor responde negativamente.

    Titulo: El gobierno de Salvador AllendeAutor: Luis Corvaln L.Edicin: LOM Ediciones

    Ciudad: Santiago de Chile, 2003

    Gnero: Ensayo, memorias

    Corvaln, ex secretario general del Partido Comunista chilenoescribe a treinta aos del golpe de estado, para refutar lastergiversaciones sobre la UP as como a los tergiversadores, todavaempeados en denostar la figura del Presidente Allende, en menoscabarsu obra y presentar, en cambio, como salvadores de la Patria y

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    35/63

    35

    dechados de virtudes al dictador y a quienes, junto a l, gobernaron 17aos, sembrando el terror y la muerte (p.7).

    Valora, por cierto, la experiencia de la Unidad Popular, situndolaen el contexto de los grandes movimientos transformadores de los aos60. Admite, sin embargo, al mismo tiempo que esta cometi diversoserrores, entre ellos, el sectarismo y la embriaguez de la victoria, queimpidi haber establecido una gran acuerdo con la Democracia Cristiana,que hubiese ampliado el campo de alianzas de las fuerzas progresistas.Otras de las debilidades de la Unidad Popular fue que el gobierno nosupo meter en cintura a sus ms frenticos enemigos, alentndo conello a quienes conspiraron en contra del gobierno, aunque el golpepropiamente tal fue montado desde los Estados Unidos en alianza con

    la reaccin chilena.

    El triunfo de la Unidad Popular, para Corvaln, represent unrelevo de clases en la direccin del pas. Tal relevo y lastransformaciones iniciadas por el gobierno y el movimiento popularconstituyeron una verdadera revolucin, parcial e inconclusa, perorevolucin a fin de cuentas (p. 11).

    La Unidad Popular fue, para Corvaln, un punto de llegada, elresultado de una larga y sostenida batalla de la clase obrera y delpueblo de Chile por desplazar del poder a la oligarqua y tomar en susmanos la direccin del pas (p. 12). Ello fue posible gracias a la accinde el sector ms esclarecido de la izquierda a favor de la unidad de laclase obrera, la unidad socialista comunista, la alianza con otrospartidos populares, la accin de amplios sectores democrticos y elaporte personal de Salvador Allende.

    En tanto asumi Allende, la clase obrera y el pueblo pusieron susfuerzas en tensin, desplegaron sus iniciativas y lucharonabnegadamente a favor del xito del gobierno y de la realizacin de suprograma (p. 12). Escribieron pginas heroicas en la creacin de un

    nuevo orden social, la batalla de la produccin, la lucha por ladistribucin cuando los productos escaseaban, etc. Se demostr ensuma, que la revolucin libera energas y que el pueblo es capaz de lasmayores proezas cuando vislumbra un porvenir mejor. Sin embargo, ajuicio de Corvaln, la revolucin lleva el peligro de la contrarrevolucin,y sta ltima avanza cuando se modifica negativamente para el pueblo,la correlacin de fuerzas. Este habra sido el fenmeno que ocurri enChile luego de una fase de ascenso del movimiento popular y de xitosdel gobierno, particularmente hacia fines de 1972, cuando subieron losproductos de importacin, bajaron los de exportacin y el gobierno

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    36/63

    36

    Nixon manipul el precio del cobre para hacer reventar la economachilena. Todos estos factores escapaban al control del gobierno ypesaron decisivamente. Por otra parte, la UP haba surgido de la unidadde distintas fuerzas, que ajuicio de Convaln deba basarse no slo enuna unidad programtica sino que tambin en una direccin polticacomn y acertada.

    A juicio de Corvaln, a medida que la revolucin entraba endificultades era ms necesaria la unidad, ero precisamente entonces sehicieron ms agudas las discrepancias. Ello habra afectado elcumplimiento del Programa y que se estableciera una pugna con lossectores medios, los que en la primera etapa del gobierno haba sidoganados o neutralizados. En la nueva etapa en cambio seran ganados

    por la reaccin, ello porque no todos comprendieron qe la fuerza delgobierno y de la Unidad Popular radicaba en su programa en la medidaque ste era el fundamento estratgico de la una direccin polticacorrecta, amplia y no estrecha (p. 13). Luego de seguir con la defensade la lnea del PC y de su contribucin a la UP, Corvaln, si admite queeste partido, en su Pleno de 1977, reconoci sus errores, entre loscuales destaca: a) que si bien el PC hizo una buena elaboracin de sulnea poltica para el perodo que condujo a la conquista del gobierno,esa elaboracin fue insuficiente en relacin al trnsito de una etapa aotra de la revolucin y ala conquista del todo el poder; y, b) que el PCcareci durante casi toda su vida de una poltica militar y que laderecha, en cambio, siempre la tuvo y actu al interior de las FuerzasArmadas (p. 16).

    Los captulos 1 y 2 estn dedicados a anlisis de las realizacionesdel gobierno; los captulos 3 al 6 a la historia de la Izquierda chilena, delPC y de Salvador Allende; los captulos 7 al 9 a algunos aspectosrelevantes de la UP (el abastecimientos y la batalla de la produccin,las reas de propiedad, el gobierno de Allende y la Fuerzas Armadas); yel captulo 9 y final a las fallas en la conduccin poltica.

    Los captulos 9 y 10 revisten mayor inters para los efectos delestudio de los errores de la UP y su trgico desenlace. En el capitulo 9Corvaln reproduce argumentos bastante difundidos: la creencia de lamayora de los chilenos sobre el carcter profesional de la FFAA, sutradicin de prescindencia de la poltica entre 1930 y 1970, etc.Reproduce, por otra parte, las evidencias contenidas en el InformeChurch sobre la intervencin norteamericana as como lasargumentaciones de Almeyda (Cfr. ficha bibliogrfica) sobre la ausenciaen la UP de un gran proyecto militar que hubiese contribuido a evitarel golpe.

    CEME - Centro de Estudios Miguel Enrquez - Archivo Chile

  • 7/31/2019 Leiva Movimientos Sociales y Respuesta a La Dictadura de Pinocho

    37/63

    37

    El captulo 10, Lecciones de la vida: Las fallas en a conduccin

    poltica contiene las principales apreciaciones del PC sobre losproblemas y errores de la UP. En trminos generales, la lnea deargumentacin de Corvaln atribuye los errores de la UP,particularmente a los socialistas y al MIR que propiciaban posturas quetrasgredan el programa y alejaban a las clases medias. El ultraizquierdismo habra alcanzado incluso al Partido Radical, que se declarmarxista, reforzando con ello la distancia con la pequea y medianaburguesa, a quienes deba representar. Una segunda lnea de errores severificaron en el campo de la libertad de prensa, al no poner coto a laaccin sediciosa de la derecha; una tercera lnea tiene que ver con lainsuficiente preparacin paramilitar de la izquierda y la ausencia de un

    plan para en