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Lenguaje Simbólico y Escatológico Siendo que los escritores del Antiguo Testamento usaban un tipo de lenguaje altamente simbólico para hablar de las acciones de Dios, no nos debe sorprender que también los escritores del Nuevo Testamento usaran la misma manera de expresarse. En particular, Jesús usó este lenguaje simbólico y escatológico para describir la destrucción de Jerusalén y su venida. Muchas veces el problema que tenemos es que nos es difícil leer del oscurecimiento del sol y las estrellas cayendo etc., sin interpretar estas expresiones literalmente. Pero para el judío del primer siglo estos símbolos no eran nada nuevo. Cuando fueron destituidos los gobernantes de la nación ellos decían que el sol fue obscurecido y que las estrellas habían caído. Un estudio que nos puede ayudar sería el de Gén. 37:9. Podemos ver muchos símbolos cuando entramos en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, fueron usados primero por los escritores del Antiguo Testamento. No nos debe sorprender que Juan, un judío, usara símbolos que ya eran bien conocidos entre sus co-nacionales. Por ejemplo cuando José platicó a sus hermanos de su sueño dijo: "He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí" (Gén.37:9). Su padre le preguntó si el sueño indicaba que él y los hermanos de José debían inclinarse ante José (9:10). Así podemos ver que interpretaba la referencia al sol y las estrellas como un símbolo del Padre de José y de los hermano de José y no literalmente a los cuerpos celestiales. Pedro usó en II Pedro 3 un tipo de lenguaje que se encuentra en numerosos pasajes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en el capítulo 4 de Jeremías. Aquí Dios habla de Judá y de Jerusalén (Jer.4:5), de la destrucción que sobrevendrá sobre ellos desde el norte (Jer.4:6). El lenguaje usado para describir los resultados de esta visitación se encuentra en los versículos 23-28: "Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos,

Lenguaje Simbólico y Escatológico

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Lenguaje Simbólico y Escatológico

Siendo que los escritores del Antiguo Testamento usaban un tipo de lenguaje altamente simbólico para hablar de las acciones de Dios, no nos debe sorprender que también los escritores del Nuevo Testamento usaran la misma manera de expresarse. En particular, Jesús usó este lenguaje simbólico y escatológico para describir la destrucción de Jerusalén y su venida.

Muchas veces el problema que tenemos es que nos es difícil leer del oscurecimiento del sol y las estrellas cayendo etc., sin interpretar estas expresiones literalmente. Pero para el judío del primer siglo estos símbolos no eran nada nuevo. Cuando fueron destituidos los gobernantes de la nación ellos decían que el sol fue obscurecido y que las estrellas habían caído. Un estudio que nos puede ayudar sería el de Gén. 37:9. Podemos ver muchos símbolos cuando entramos en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, fueron usados primero por los escritores del Antiguo Testamento. No nos debe sorprender que Juan, un judío, usara símbolos que ya eran bien conocidos entre sus co-nacionales.

Por ejemplo cuando José platicó a sus hermanos de su sueño dijo: "He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí" (Gén.37:9). Su padre le preguntó si el sueño indicaba que él y los hermanos de José debían inclinarse ante José (9:10). Así podemos ver que interpretaba la referencia al sol y las estrellas como un símbolo del Padre de José y de los hermano de José y no literalmente a los cuerpos celestiales.

Pedro usó en II Pedro 3 un tipo de lenguaje que se encuentra en numerosos pasajes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en el capítulo 4 de Jeremías. Aquí Dios habla de Judá y de Jerusalén (Jer.4:5), de la destrucción que sobrevendrá sobre ellos desde el norte (Jer.4:6). El lenguaje usado para describir los resultados de esta visitación se encuentra en los versículos 23-28: "Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. 24Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. 25Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. 26Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehová, delante del ardor de su ira. 27Porque así dijo Jehová: Toda la tierra será asolada; pero no la destruiré del todo. 28Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, lo pensé, y no me arrepentí, ni desistiré de ello."

Esta cita usa un lenguaje que describe la desolación de Judá por las fuerzas invasoras. Las palabras cósmicas simplemente quieren decir que la presencia de Jehová fue revelada en el juicio del pueblo. Hablar de la "presencia" del Señor (Jer. 4:6) es hablar negativamente en contra de alguien o de algo. Esta "presencia" en el Nuevo Testamento es la palabra griega "Parusía" y es traducida en nuestras Biblias con la palabra española "venida". Esta palabra es usada frecuentemente en los pasajes que tienen que ver con el juicio. Pero antes, en el Antiguo Testamento, Miqueas usó la idea de "venida" cuando escribe de la destrucción de Samaria y de Jerusalén: "Porque he aquí, Jehová sale de su lugar, y descenderá y hollará las alturas de la tierra. 4Y se derretirán los montes debajo de él, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren por un precipicio" (Miq.1:3-4). Luego después de mencionar que

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todos esto se debe a los pecados de Jacob, Israel, Samaria y Jerusalén (vs.5), agrega: "Haré, pues, de Samaria montones de ruinas, y tierra para plantar viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus cimientos" (vs.6)

Así que la destrucción de estos lugares son descritos como el Señor "viniendo" (vs.3) aunque sabemos que él usó seres humanos para realizar esta devastación. En una manera similar, en II Ped. 3, la caída y la destrucción de la nación de Israel, de la ciudad de Jerusalén y del Templo ocurre en la "venida" de Cristo, y el evento es descrito en lenguaje apocalíptico de "los cielos y de la tierra".

Cuando hace la mención de "cielos" y de la "tierra" volviéndose viejos como un trapo en Sal.102:26 el salmista habla del pueblo que iba a ser destruido. En el siguiente capítulo Dios habla de la desaparición de los cielos y de la tierra. En Isaías 51:6 dice: "Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá."

También tenemos expresiones tales como "los cimientos de la tierra". En Isaías 51:6 los cielos es una clara referencia a la nación de Israel. Así que Pedro, acostumbrado como era a esta manera de expresarse, profetiza la destrucción de Jerusalén y de la nación Judía con todo su sistema religioso en II Pedro 3.

Así podemos comprender mejor la profecía del Nuevo Testamento si estamos primero familiarizados con el lenguaje usado en el Antiguo Testamento.

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J.Hendrix-Weidner