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Lenguaje y lucha social en «El zorro de arriba y el zorro de abajo», de José Maria Arguedas José Maria Arguedas parece ser uno de los pocos, si no el único, escritor capacitado y dispuesto a afrontar la tarea literaria, de re- flejar la realidad peruana de forma exigente. En varias ocasiones ha demostrado que cumple las condiciones necesarias para encarnar las visiones conflictivas del novelista hispanoamericano señaladas por Fuentes: la del «artista con aspiración universal>’ y la del «escritor nacional»’. La lucha estética, que no se desliga nunca de la lucha personal, se ve a lo largo de la obra arguediana. Desde los recuerdos de la infancia —cada vez más lejanos—, este autor se viene acercando al presente. Simultáneamente, su lenguaje narrativo se desarrolla y se amplia para llegar a ser mucho más que una genialidad lírica o una capacidad para trasladar estructuras quechuas a un castellano ajustado al propósito literario, como afirma Mario Vargas Llosa 2 En un simposio publicado con el titulo de Primer encuentro de narradores peruanos, Arguedas afirma que de hecho no existe una escisión entre la «realidad realidad» y la «realidad literaria» ~. Es decir, que definitivamente no se trata de que el escritor se deje llevar por una técnica creativa, con el fin de entretener al lector culto. Para Arguedas, la obra de arte no admite una desvinculación de la sociedad, no puede o por lo menos no debe de convertirse en una meta pura- mente estética. CARLOS FUENTES> La nueva novela hispanoamericana, México, Cuadernos de Joaquín Mortiz, 5y ed., 1976, p. 23. 2 MARIo VARGAS LLOSA> «José María Arguedas y el indio», Casa de las Amé- ricas, oct-nov. 1956, Pp. 139-147. JosÉ MARfA ARGUEDAS, en varios, Primer encuentro de narradores peruanos> Lima, Casa de la Cultura del Perú, 1969.

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Lenguaje y lucha social en«El zorro de arriba y el zorro de abajo»,

de José Maria Arguedas

José Maria Arguedas pareceser uno de los pocos, si no el único,escritor capacitadoy dispuestoa afrontar la tarea literaria, de re-flejar la realidad peruanade forma exigente. En varias ocasioneshademostradoque cumple las condicionesnecesariaspara encarnarlasvisiones conflictivas del novelista hispanoamericanoseñaladasporFuentes: la del «artista con aspiración universal>’ y la del «escritornacional»’. La lucha estética, que no se desliga nunca de la luchapersonal,se ve a lo largo de la obra arguediana.Desdelos recuerdosde la infancia —cada vez más lejanos—, esteautor se viene acercandoal presente.Simultáneamente,su lenguajenarrativo sedesarrollay seamplia para llegar a ser mucho más que una genialidad lírica o unacapacidadparatrasladarestructurasquechuasa un castellanoajustadoal propósito literario, como afirma Mario VargasLlosa 2

En un simposio publicado con el titulo de Primer encuentro denarradores peruanos, Arguedas afirma que de hecho no existe unaescisión entre la «realidad realidad» y la «realidad literaria» ~. Esdecir, que definitivamenteno se trata de que el escritor se deje llevarpor una técnicacreativa, con el fin de entreteneral lector culto. ParaArguedas,la obrade arteno admiteunadesvinculaciónde la sociedad,no puedeo por lo menos no debe de convertirse en una meta pura-mente estética.

CARLOS FUENTES> La nueva novela hispanoamericana,México, CuadernosdeJoaquínMortiz, 5y ed., 1976, p. 23.

2 MARIo VARGAS LLOSA> «José María Arguedas y el indio», Casa de las Amé-ricas, oct-nov. 1956, Pp. 139-147.

JosÉ MARfA ARGUEDAS, en varios, Primer encuentrode narradores peruanos>Lima, Casade la Cultura del Perú, 1969.

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Teniendo en cuenta este hecho, vemos en su novela póstuma,Elzorro de arriba y el zorro de abajo (1971), un estrechoenlaceentre laestructura narrativa y el estilo. Se nota ademásque los conflictossocialesestánpresentesdesdeel principio, incluso en el mismo títulode la novela. Bien se sabe que su autor no consiguió la síntesis tananheladaen su vida personal,comenzadaen un medio adverso insu-perable.Sin embargo,ello no impidió que Arguedashicieseun últimointento de resolver las circunstanciasantagónicas.

El propósito de esteensayoes observarel lenguajede varios perso-najes de El zorro de arriba y el zorro de abajo. Se verá claramenteque la expresiónlingúística (1) puedeservir para identificar el papelsocial de cadauno, y que (II) el lenguajerepresentatanto el resultadocomo la causade estos statussociales.O sea, que el lenguajees aquíun punto de contacto muy importante con la realidad extraliteraria.A continuación se verá en qué forma el autor utiliza una técnica narra-tira para aproximar al lector a esta«realidadrealidad» del texto. Lostemas que vienen comentándosea lo largo de los Diarios intercaladoscon los Hervores de la novela tienen su reflejo en la vida de lospersonajesy en los narradoresomniscientes.Si a veces el lector seolvida de que los verdaderosnarradoresson los zorros de milenariavida mítica, entoncesArguedas alcanza su ideal de universalidad,convirtiéndoseasí en un novelista que supera la creación_documentaly prejiildáidit la hué acabap¿rser simplementeuna protestaen baldecontra la burguesía.

De ahí que se justifique el uso de una estructura narrativa quealgunos críticos han tachado de inferior o caótica ‘. Sabiendolo quesignificabapara Arguedasel poderescribir —«si no escriboy publico,me pego un tiro», «o actor., o nada>’~—> no puedeaceptarseque elsupuesto‘caos> seagratuito. Más bien la novelaen su totalidad es unarepresentaciónde la realidad sumamenteeficaz.

Puedenseñalarseseis estilos lingiiísticos que configuran la manerade hablar de los personajesen El zorro de arriba y el zorro de abajo.Recordandoque ‘<el comportamientolingilistico es una parte de lacompleja trama de las interaccioneshumanas»6, presentamoslas seisdivisionesen el siguientecuadro:

¿1ro RFNS, «El suicidio de Arguedas»,en CuadernosAmericanos> núm. 4,1976, Pp. 79-127.

J05=MARIA ARGUEDAS, El zorro de arriba y el zorro de abajo, Buenos Aires,

Editorial Losada, 5. A.> 1971, Pp. 19 y 274-75.6 ALFRED G. SMITH, comp.,Comunicacióny cultura, vol. 1: La teoría de la co-

municaciónhumana,Buenos Aires, Nueva Visión> 1976, p. 14.

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---—Estilo —a—— Forma -——Funciónconnotativasocial

Vulgar Léxica Agresión, enfado

Defectuoso Fonética Conflictivo subjetivo (trastornospersonales)

Telegráfico Sintáctica Capacidadcomunicativa limitada

Caótico Semántica Locura, inestabilidad,falta de credulidad

Metalingiiístico Discursiva Judicativa

Bilingíle Léxica, fonética, sin- Falta de inteligenciatáctica, semántica

Da la casualidadde que cada estilo se manifiesta sobre todo enun nivel del lenguaje, y que sólo apareceen todos los niveles en elcaso del hablante bilingiie, cuyos conocimientos del idioma oficial>es decir, del castellanoopresor,son siempreinadecuados.Ahora bien,en la realidad extraliteraria, el vehículo de comunicación poseeunalto grado de redundancia,de desorden,que pueden o no ser signi-ficativos para el acto de habla. Sin embargo,al tratarse de una obrade arte, se suponeque cualquier fenómenoexistentedentro del cerconarrativo aporte datos pertinentes para la comprensión del lector,quien está obligado a conocer el mundo novelesco por medio deltexto. En El zorro de arriba y el zorro de abajo es una tareamuyfácil la de vincular el habla de los personajescon su especificostatussocionovelístico.

EL LÉXICO VULGAR

Al comienzode la novela, el caráctervulgar de la conversacióndelpescadorChaucatoda la sensaciónde agresividady potencia. Hastacierto punto el lector sienteque el personajeabusade él, a medidaqueagredecontra las circunstanciassocialesque lo rodean. Pero las pa-labrasengañan,la rebeliónno va más allá del ataqueverbal, armaquecuantomás se sostiene,tanto más hundey deja estancadoal que lablande. La repeticiónpronto demuestrauna actitud fatalista anteunmedio tan adverso como Chimbote; sólo los inválidos se conformancon semejantemiseria una vez que se dan cuenta de ella. Por otrolado, aunquese trata de un diálogo entre dos personas,lo que sedestacaes la subjetividad individualista de Chaucato>cuyas palabrascaben dentro de la función emotiva del lenguajey, por lo tanto> no

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exigen la colaboración de un oyente. Diálogo de sordos,el mensajequedatrunco, sin trascendencia.

Al mismo tiempo, el habla vulgar cumple otro papel. El lenguajeposeedos tipos de características:las que son derivadas del sistemalingtiístico («system-derivedcharacteristics”) y las que son derivadasdel contorno (‘<context-derived”)~. Estasúltimas sirven para suprimirlas ambigiledadesdel mensaje,a la vez que sirven para permitir máselasticidadde expresión.En el casodel diálogo de Chaucato,se esta-blece un estrecholazo entre los vocablosvulgaresy el contexto físico.Tales palabrasseñalandirectamenteel medio adverso,la madre natu-raleza vuelta madrastracruel, ajena a los interesesde sus hijos, y lamadrepatria que los peruanosoriginales apenasllegan a conocer.Sonhijos espúreos:a) por causade la invasión extranjera e imperialista,y b) por no pertenecera ella ni lingiiistica ni culturalmente.

El segundoes el caso de los indios que no comprendenel con-cepto abstracto del Estado: sólo conocen los colores de la banderay el duro trabajo obligatorio. (Habría que notar aquí, y también severá más abajo, que Arguedascritica al indio cuandoéstese aleja delo suyo: la sociedadserrana.) El castigo social es prolongado en elhabla, cuya referenciasexual denotauna perversidadgeneralizadaenla que un hombre—el empresarioBraschi— simbólicamente«da luz»a hijos, cada vez más degeneradossegún su número aumenta.Estepersonajeno aparecenunca en persona,pero estáen todas partes,enla conversaciónde varios individuos que viven en el puerto; así funcio-na como una traba al avancesocial. El mar («la>’ mar, segúnciertospersonajes)que hubierapodido crearsereshumanos,se ha convertidoen una «puta» (observaciónde Chaucato)cuyos únicos hijos son mise-rablesforasterosque terminan por hundirseen la arena(tanto literalcomo figurativamente). Los que mandantampoco comprendenla si-tuación. Véase el encuentro de don Angel con el forastero zorruno.Este trae un análisis y posible solución para el embrutecimientodela sociedadporteña, pero no es comprendido.

En resumen,entonces,las palabrasdesagradablesal oído destacanunaviolación —en términos económicos—de todo el Perú>empezandopor el punto de penetración que es el puerto de Chimbote:

«(Chaucato) Siguió hablando: “¿Cómo chucha...estos amosde fábrica hacenparir billetes a cada anchovetita,metiéndolescandelaa fierro violento? Nosotros, putamadre,les llevamos elmaterial... Yo hago parir a la mar.. ¡Listos, carajo! Ahí está la

PAUL 1. GÁRríN, «TheFunetional Propertiesof Language»,IJniversityof NewYork at Buffalo, mimeograph,s/f.

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mancha,sombreando.¡Me cagoen la ecosonda!¡Abajo la chalana,concha’esumadres!»

Aquí los trabajadoresentregansus fuerzasviriles/vitales a la em-presa que intenta conquistar al mar. Sólo logran terminar rendidos(es decir, pobres) en los prostíbulos establecidosprecisamentecon eípropósito de arrebatarlesel sueldo y devolverlo a la compañía.Tam-bién la presenciade la prostitución, que produce verdaderoshijosilegítimos, está representadaen el habla vulgar. El Mudo lo sabe,su«Yo soy hijo de puta’> no es meravulgaridad; su madretrabaja toda-vía en un burdel. Tampocoes afirmación gratuita la de la embarazada«chuchumaca’>PaulaMelehora cuandose dirige a un Tinoco ausentecon «Me judiste~, ¡ay, putazavida!». La palabraactualizada,entonces>cobra una fuerza doble en estos contextos, ejerce no sólo una fun-ción emotiva, sino también referencial.

EL HABLA DEFECTUOSA DEL TARTA

Aparentementeun personaje de poca trascendencia,el Tarta esobjeto de burla debido a su incapacidadde hablar sin tartamudear.Pero es él quien encuentrala explicación de las circunstanciasopre-sívas reinantesen el medio ambiente.Normalmentetropiezaal expre-sarse; por consiguiente,su corrección discursiva cuando se dirige adon Diego se destacaaún más, cobra importanciaen relación con elcontenido de este comentario:

«—Tú, tú eres un “zorro” —le dijo el Tarta sin atracarse—.¿Vienesde arriba de los cerroso del fondo del Totoral de la Cal-zada?¿O soy yo tú y por eso no tartamudeo?Nadie hacelo quehe hecho yo con sólo cinco mil soles en el puño. Nadie, amigoTarta, entreesasfieras y con la más desnaturalizadafiera. Esose hace cuandohay fuego en el corazón, fuego de vida, aunquerevuelta,como la de ese hongo maldito de humo rosadoque seeleva de Chimbote> que si es una chuchaen la que estoy metidohastael cuello, pero sin pudrirme. Vida entre cholos disparejos,criollos chaveterosy chimpancésinternacionaleschupadoresdetoda sangre,de mar, aire y tierra, amigo> amigo Tarta. CuidesedeAngel Rincón. Es el oído del oído de los chimpancés»~.

8 JosÉ MARfA ARGUEDAS, El zorro de arriba y el zorro de abajo, Buenos Aires,Editorial Losada,5. A., 1971, p. 35.

Idem, op. cit., ibid., pp. 14243.

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Lenguaje humanizador y deshumanizantea la vez el del Tarta:explica cómo la naturaleza corrompida se convierte en una entidadcarnívora, devastadora,al dejarsedomar por unas bestiashumanas.En ningún momentoel hablantepierde la capacidadexpresivaen estaocasión que es un encuentro significativo: el Tarta reconoce al donDiego y lo que representaeste personajepara Chimbote, cuandoengeneralla presenciadel forastero pasainapercibida en el puerto.

De paso nótese ademásque el hablar normalmente torpe delTarta, símbolo de algún trastornopersonalde él, no obstante,permiteapreciar que hay un trasfondo de importante implicación social:«Pa-pa-paralos se-se-serranosde tierra. La-la mar i-i-iguala, o-o-oyepa-pa-paseante”10 Aunque a primera vista carezcade sentido el len-guaje de este individuo, se comprenderá(eventualmente)que las apa-riencias engañany que los diálogos del Tarta son de considerabletrascendencia.

EL ESTILO TELEGRÁFICO

Inicialmente el lenguaje telegráfico de algunos personajespareceestar relacionadocon su aparición en forma de canto; es decir, quese permite una mayor libertad sintáctica porque el diálogo asumeforma de verso. Mas por medio de esta sintaxis escuetase retrata elpaís quees Perú.Faltan los verbos, portadoresde la acción> igual quefaltan el progresosocio-económicoy la lucha dinámicacontra la in-justicia. El motivo de la mezcolanzaléxica no parecemuy claro, perosí es claro el resultado. Cada palabra así se convierte en un micro-cosmos de los elementossociales superpuestosy revueltos hasta ladesesperación:la industria, que ya ha aparecidodescrita como unarealidad degradaday contaminadora>avasalla a la patria, estrangu-lándola y envenenándolacomo una gran serpiente; ahogaa la gentecon el apretón de sus anillos y despedazalo que pudiera tener designificación el país> indicado en forma difusa por el rojo y blanco dela banderaperuanaen los siguientesversos entonadospor la prosti-tiíta PaulaMelehora:

caminode bolicheraen la mar, culebra,Culebra Tinococulebra Chimboteculebra asfaltoculebra Zaralaculebra Braschicerro arenaculebrajuábricaharinaculebra

‘O Idem, op. cit., ibid., p. 45.

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challwa pejerrey,anchovita,culebra,carritera culebracaminode bolicheraenla mar, culebrafila alcatraz,fila huanayculebra.

Gentil gaviotaislas volandoculebra, culebra,cerro arriba> culebra,cerro abajo,culebra,banderaperuanaculebra.

Banderaperuanarojo blancoculebraculebraculebra.- - it.

Estas palabras no describen,encarnanla situación social> son elreflejo lingilístico de una realidad igualmente caótica. Es más: el en-cuadre tan escuetoles permite señalaral lector en forma más directalos malesque se han juntado. Igual que en el caso de la vulgaridad,el signo equivaleal conceptode explotacióny corrupción; el material,tanto lingilístico (los sustantivos)como social (los bienesanhelados),predomina sobre la dinámica (los verbos y la lucha de clases).

Posteriormente,don Angel ofrece una explicación de estos ele-mentos: la culebra de humo, las faccionespolíticas que bullen dentrode la nación> las tensionesdialécticas. Pero su visión tiene poco al-cance,y es significativo que este personajetermine por fijarse sola-mente en el burdel y en los numerososcostalesde harina de pescadoque bordean el puerto. El capital mal distribuido y el placer físicoprostituido son obstáculos para un mejoramiento de estascircuns-tancias.

Moncada, el zambo mulato «jalador» de pesca> sobre el cual sehablaráa continuación,también se expresaalguna vez en estilo tele-gráfico, y con economíaverbal va a retratar a su manera lo intrin-cadode la sordideznacional:

«Belaúnde,presidentede la República,Victor Raúl Haya de laTorre, padre-madrede presidentes,senador Kennedy muerto;pobrecito madre de Belaúnde, del General Doige, del AlmiranteZamoras,del PerúAmérica. jYo, yo, yo! ¿Seacuerdande la pestebubónica que salió de Talara-Tumbes?Yo soy esa pestilencia,aquí estoy sudandola bubónica de Talara-TumbesInternacional

12

Petrolium Company,Esso, Lobitos, libra esterlina, dólar» -

“Idem, op. cit., ibid., PP. 54-5512 Idem, op. ciÉ, ibid., p. 62.

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UN CASO DE HABLA CAÓTICA

Moncada demuestrael mayor grado de irracionalidad en su ma-nera de hablary actuar.Desvaríaen su conducta,lanza frasesenigmá-ticas haciaun público entretenidoy pasivo,a veceshastaausente,pararecibir el comentario: «Moncadaes conocido, nadie lo molesta.Hablala verdad que dicen los locos» ‘> No obstante>la supuestalocura delzambo, su falta de lógica semántica>no es más que un disfraz; otro,como los muchosqueseponecuandosalea predicar. Y su infantilismoes sólo superficial: Moncadase ve a sí mismo como un actor de variospapelesy el lector debe de reconocer que esto es precisamenteelcarácterpluriforme de la corrupción de la que estáinvadido el Perú.Recu¿rdeseque Moncadase ha identificado como la pesteocasionadapor la nueva corrupción industrial. Al mismo tiempo, y pese a sucarencia de lógica aparente,desenmascaralos males sociales, los en-cama y cargaconeitosr latru~ que lleva cuandoapar&ceen la notéiapor primera vez no es gratuita, ya que señalael papel de mártir queejerce.Una serie de citas servirá para demostrarla multiplicidad defunciones del «loco», que en realidad es un profeta cuyas profecíasson acertadas:

«Miren cómo toreo las perversidades,las pestilencias.Yo soylunar negroque adornala cara...;lunar de Dios en la tierra, antela humanidad.Ustedessabenque la policía me ha querido llevarpreso otras veces porque decía que era gato con uñas largazas,de ladrón. Yo no niego que soy gato, pero roba la amistad>elcorazón de Dios> así araño yo... Y no es la monedala que mehacedisvariar, sino mi estrella...»14

«PobreMoncada, loco Moncada,todos te calumnian...El go-bierno te calumnia, te hace sudar, flagelar, calafatear con can-dela te mete en los podridos del barro, del zancudo; Mohana elcandidatoa alcalde, te echala babita, te enamora,te dice “blan-quito> blanquiñosito>’,te mete alfiler al corazón.¡PobreMoncada,Moncadita,hijo! ¿No ves?Ahí mismo quehablo de ti, hastael solse esconde.Ya sabíaque era sol de nublado.Perocalcula y se vacuandohablamos de Moncada. ¡El sol sabequién soy yo, de miquedará memoria! Braschi me odia, él tiene quijada de monogrande>de monazogrande.Oigan: Braschi ha hecho crecerestepuerto; lo ha empreñadoa la mar, ustedesson hijos de Braschi,

l5ese Cain al revés,hermanos...» -

‘3 Idem,op. cit., ibid., p. 62.‘~ Idem, op. cii., ibid., p. 61.15 Idem,op. cii., ibid., p. 63.

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A suvez esta víctima de la economíay sociedadcorrompidasestácondenadaa perpetuar la desgracia>la perversión que sigue dandoluz a hijos no queridos y a relacioneshumanasdeshechas.Su farsa,efectuadapor medio de un embarazofingido con un gatito escondidodentro de una barriga postiza>no es menos ridícula que la farsa quese presentadiariamenteen Chimbote:

«Su padre lo niega. Se llama Anacleto Pérez Albertis, su en-gendrador,patrón de lancha. Pero en Chimbote, los obreros dela fundición Sogera, ¡único ellos reconocena sus espúreos!Jor-nal alto, regular, descontablepor ley; ellos viven en el barrio«Cuernavaca”>Buenazo>fiscal, elegante.Trabajan turnos de no-che y ahí fabrican cuernoslas señoras,mejor que mejor que lafundición hace varillas de acero.A mi ¡ay, aycito, ay! nadiesmequiere reconocercomo padre,Anacleto Pérez Albertis. En nom-bre del Padrey del Hijo y del Espíritu Santo, los otrosbarriosdelChimbote están pestilenciadosde gatos sin padre, como yo ¡hi-jito!»

Moncadaestásiempreconscientede su apariencialaocada,y hastaparecesugerir que una falta de cordura es necesariapara sobreviviren este ambiente.Pero sus palabrasson más certerasque las vulga-ridades de otros personajesy señalanel camino de la lucha en vezde expresaruna protestaendebley desviada:

«Aquí, en el Perú que decimos,despuésde San Martín, donJosé, no han habido sino forasteros,extranjerosque han man-dado. Nosotros no semos sino sirvientes de extranjeros... Losextranjerosson corno los facinerososengañadoresde muchachas.Le ofrecen de todo y despuésque la han aprovechado,palo yescupe.Peroahora las criaturas de las muchachasya estáncomopara retrucar el palo- ¡Que se vayan los extranjeros! Ahora heaprendido que la enfermedadviene de la inteligencia” ~

Si volvemos a una frase anterior («En nombre del Padrey delHijo y del Espíritu Santo>los otros barrios de Chimbote estánpesti-lenciadosde gatos sin padre’>) y a la última citada («Ahora he apren-dido que la enfermedadviene de la inteligencia»)se notará que unainterpretacióndoble es posible. Las posibilidadessemánticasson múl-tiples, comienzan a restarle locura a Moncada. A primera vista, ennombredel Padre y del Elijo y del Espiritu Santopodría entenderse

‘~ Idem, op. cit., ibid., p. 64.‘~ Idem,op. cit., ibid., pp. 64-65.

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como una mera exclamación introductoria a la frase que sigue. Sinembargo, las estructuraslingwsticas también admiten una relacióncausalentre las dos partesde la oración, o sea: que la tradición reli-giosa es otra fuerza opresorapara las masaspobres. Y como si loscuras nacionalesno bastaran,hanllegado otros de los EstadosUnidos,que ni siquiera se comunicanbien con el pueblo. Exclama Moncada:«¡Ah, ah! La vida, la muerte, la pestilenciade harina de pescado,defraile norteamericano,gentil caballeroque no pronunciael castellanocomo es debido” ‘~. En el segundocaso,la ambigliedadtambién enri-quecela función connotativa de la frase: Ahora he aprendido que laenfermedadviene de la inteligencia. ¿Es loco Moncada porque dis-tingue perfectamenteel origen del mal? ¿O ha penetradoel mal en elpaís por ardid de unos extranjerosastutos?Tal procesoy matizaciónde razonamientodifícilmente podría ser hechopor un «loco>’ (aunqueno olvidamos que es el autor quien pone estaspalabrasen su boca);de ahí que Moncadaparezcaocultarse tras el caparazónde la locuray desdeallí acusea los explotadores.

El loco Moncada,igual que el Tarta> se fija en la presenciay signi-ficación del forasterodon Diego> personajequellega de forma impre-vista y que se encuentraubicuamente,tan dinámico que a cada girodemuestraotra faz de su ser. Dice el zamboa su amigo don Estebande la Cruz: «Un hombrecomo usté y yo vemos’>, cuandoésteexplica:

«Hey visto a un enanorojo> compadre...Oyó huaynodel Cris-pín cerca del esquinade la plaza y bailó la fuga en la cima delmédanoCruz de Hueso. ¿Cómoentiendeostí?Un instantito pasótres, cuatrokilómetros pampatierra, arenabravo. Subió la cerromédano emposible, zigzagueando»‘9.

Bí. BILINGUISMO

Don Esteban,ancashinoenfermo de los pulmonespor haber traba-jado en una mina, no parececapazde captarla situaciónquelo rodea.Durante años se ha dejado arrastrar por la explotación y su únicaesperanzaes la de poder«botar»cinco onzasde carbónparano morirde la silicosis. Su castellanoes pésimo según la norma monolingiie:

«Salvaré escopiendohasta so final el carbón que hay taco-neadoen me pulmón. Entonces,papacitoEsaias>ya me bocanohablará sapo, culebra; no patiaré sin efecto> como ahorita queno hay fuerza,a me mojir; endenocheno le haré suciedadhastacayer como alcatraz moribondo al basuras.¡Caracho! Lindo sehabla, en selencio, con el pensamiento,como el Dios’> -

18 Idem, op. cit., ibid., p. 67.19 Idem, op. cit., ibid., p. 186.‘~ Idem,op. ciÉ, ibid., p. 151.

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Estebansabeque si se libera de los efectosde la opresióndisfru-tará de una vida mejor y dejará de hablar en forma tan ineficaz. Ellenguaje no deja de representaruna parte o de ser un símbolo delstatus social. Mas de momento el ex miúero sigue hablandopara susadentros,y a medida que cuenta sus experienciasen la mina Coca-lón, su españolse vuelve cadavez peor, probablementeporquela in-fluencia de su quechuanativo aumentacuandoEstebanse entusiasmacon un tema:

«Socavónabajo ¡caracho! mundo negro, lengua tierra negra,socavónabajo, al barranco; pa>arriba, aire-polvo negro flamas.Al hondo del quebrada..Si, pues aunquesanotoavía, entonces,cansababoscandopalabra castellanopara contar bien, claro> ame compadre.Ahora, tanto, tanto pujando pa’apriender caste-llano, mochachitoescapóChimbote,ahorano quierehablar qui-chua. Bien cocinero es, restaurante ‘Puerto Nuevo» grandazo.Lindo castillano habla; a so hermano, enjuermo, ambolantedemercado, despreciaya’> 2~

Se destacaaquí la importancia social del quechua en la novela.Igual que en otras partes de Sudamérica,la lengua indígena evocaprejuicios tanto racialescomo clasistas,abrebrechoshastaentreher-manos.Al indio que no puedeexpresarseen el idioma de los explota-dores sólo le quedael trabajo opresivo y la muerte consecuente:

«Hemosmirado paisanos,dispnés,en los foneral entierros,alas maripositas.Alzaban bastantes>mancha grande,del retamal.Viento fuerte arrastraba sus alita en el cañón barranco, ríopa>abajoarrastraba,en cañón secobarranco.Lo hacía llegar, enveces,al negro río del carbón; cayendocaían. En polvo, seguro,atoraban.Don Cristóbal Ayahuanco,de Yanama,alegrababastan-te cuandomariposallegabahastacementerio.‘So lágrima, mensa-jero del retamita es,seguro, decía.‘Por cristiano forastero,endiosolito en Cocalón muerte, mariposallorando llora, silencio’, con-testa fuerte» “.

Junto con el trabajo forzado se encuentraen la situación de donEsteban otro elemento opresor ya mencionado: la Iglesia. El pobreserranono sabrá expresarseoralmente,pero un religioso se ha encar-gado de enseñarlea leer el Evangelio. Desafortunadamente>el ex mi-nero sólo nota las contradiccionesdel lenguaje teológico, aunqueelconocimiento de las oposicionespodría ser característicodel campe-

“Idem, op. cit., ibid., p. 151.~‘ Idem,op. cit., ibid., p. 154.

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sino, cuya fuerza vital le lleva a luchar contra la destrucción,acciónpropia de la única clasesocial verdaderamenterevolucionaria:

«Don Estebanno habíasido aún completamenteconvertidoalevangelismoentonces.Había aprendidoa leer bien, con el Her-mano. Había asistido a muchas reunionesy escuchabacon in-terés y preocupaciónlos comentariosde la Biblia. Empezabaainquietarle el lenguaje“de eseEsalas».No le entendíabien, perola ira, la fuerza que teníaél, el mismo Esteban>contra la muerte,su juramento a vencerla,se alimentabamejor del tono, la “tinie-bla-lumbre”, como él decía, de las predicacionesdel profeta’> 23

Luchar contra la muerte en este caso significa luchar contra losopresoresque le han destrozadolos pulmones.El pobreno es del todoincapaz de combatir el daño que le inflije el explotador, aunque lafalta de recursos(conocimiento)puedellevarle a emplearunametodo-logia ineficaz, igual que Esteban,que seempeñaen superarsu enfer-medad,pero medianteun recursoque no sirve (el de pesary guardarel carbónbotado). Mas lo importante es que se trata de luchar> comole aconsejael verdaderoprofeta del pueblo: Moncada.

Si don Estebanfracasaen su lucha, para morir sumamenteempo-brecido> hay otros personajesque parecentener éxito, aunque sólosea temporalmente.Los serranosque consiguentrabajo en el puertocomo pescadoressuperancon el dinero la barrerade la comunicación,igual que el Tarta ha alcanzadosusueñoperverso«con sólo cinco milsoles en el puño». Así que el dinero es importante para que el pobrepuedalevantarse,aunqueno lo es todo. Otro pescador,don Hilario,tiene la respuesta:«El trabajovenceráalgún día al capital con el edu-cación» ~ Esta breve afirmación demuestrados cosas que queremosdestacar:1) que la actitud de don Hilario es propia de la teoría idea-lista reinante entre la pequeñaburguesía.Aunque es indio de la cul-tura, Hilario ha bajado a la costa,ha aprendidoa hablar y leer caste-llano a los treinta años, y se ha contaminado de las aspiracionesincorrectaso incompletas(de todasformaspoco revolucionarias)de lasociedadcosteña;y II) que la educaciónen estecaso no ha sido taneficaz, si este hablante aún no sabeuna cosa tan elementalcomo elmanejo de los artículos. Es otro ejemplo del desplazadoque se ha«desviado»al descender.

Asto es un quechuahablanteque cobra un sueldo respetabley mo-mentáneamentese siente más fuerte; el dinero habla, es un medio decomunicaciónmuy eficiente si se sabeutilizarlo:

~ Idem, op. cit., ibid., p. 158.24 Idem, op. cit., ibid., p. 125.

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«Asto salió del cuarto de la Argentina al callejón techado...No percibió las filas de clientes de la Argentina y de las otras.Se fue silbandoun huayno, cruzandolas otras filas de clientes.Zavala lo vio irse. “Pisa firme ahora—dijo—. Caminafirme> sil-ba firme ese indio. Desnudo> amarradoal muelle> días de días,aprendióa nadarparaobtenermatrículade pescador.No hablabacastellano.¿Cuál generosaputa lo habrá bautizado?Desde ma-ñanafregaráa sus paisanos>seráun cain, un judas”» ~.

Sintiéndosefuerte («Yu.. criollo, carajo; argentino>carajo.¿Quiénserrano,ahura?»),el indio piensaen lo que ha conseguidocon el di-nero. Pero Asto intenta coger un taxi, cuyo chófer termina enfadán-dosey acabaexpulsándolo.Por poco el serranose hundeen la fetidezde la playa donde cae, pero consiguevolver al prostíbulo de donderescataa su hermana.Camino del «barrio Aciro”, coge de nuevo untaxi. La escenaes la siguiente:

«A poco de arrancarel automóvil, el chófer oyó que el pasa-jero hablaba en quechua>fuerte, casi gritando ya. La mujer lecontestabaigual..- Parecíaun dúo alegre y desesperado.“¡Estosserranos! Nadie sabe> nunca”, dijo silabeando> despacio, elchófer>’ 26

Hay que analizarla afirmación del segundotaxista en comparacióncon los abusosverbalesdel primero. En contrastecon la experienciaanterior, estechófer tiene la oportunidad de observaral indio en supropio medio lingiiistico:

IdiomaVza~e en taXi utilizado Reacciones Desenlace Signo

final

solo español vulgaridad> recibe burlas no llegaagresividad, ¡fallos unguis- conflicto de

ASTO tiCOS comprensión

acompañado quechua fuerte, no recibe llega(hermana) alegre, burlas

desesperadono hay conflic-tu de comp-prensión

25 Idem,op. cit., ibid., p. 45.26 Idem, op. cit., ibi&, p. 49.

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El potencial del individuo se v~ realizado por medio de la solida-ridad con los demás (representadoaquí por la hermana);es una soli-daridada la vez espiritual y lingúística. El pueblo así unido exige quese le mire con respeto,mientras un hombre sólo tiene que sometersea las normas del grupo poderoso(el primer taxista). El idioma indí-gena sirve para caracterizaruna zona geográficay, por lo tanto, unestilo de vida propio de esta región. Se destacael conflicto campo-ciudad, proletariado-burguesíacon estos datos que en la novela sepresentanen forma lingúística. Asimismo, los hechos—tanto por faltade comprensión(el chófer) como por el bilingúismo (Asto)— sugierenunas circunstanciasmuy significativas. Con frecuencia el individuomonolingúe teme al que sabedos idiomas, por varios motivos. Dadoel contexto socio-económicoperuano,en el cual la explotaciónes lle-vadaa cabomedianteel aislamiento lingiiístico de un sectorque difí-cilmente puedeenterarsede cómo funciona la maquinariaopresora,a la burguesíano le conviene perderel control de las masasde hablaquechua.Al mismo tiempo no quiereaprenderla lenguade estosopri-midos, tan falta de prestigio. Esto significa que un armaparala luchade la población campesinapodría ser el idioma quechua; abando-narlo es ofrecerlemás fácil dominio al enemigo,y éste lo sabe. DonAngel Rincónlo atestigua:

«.. en estoslares de la sierra norte a veceses pior, en eso dezurrarseen los indios, que allí dondequedanarraigosdel tiempode los incas; en Cuzco, Apurimac, por ejemplo. Conozco. En lassierras del norte hablan castellano; en la mayor parte de lasprovidenciasya no sabenel quechua.Mejor. Así no hay secretos,¿comprende?Estána la vista> ¿comprende?Y se han convertidoen poca cosa, a mi parecer.En Cuzco, Apurimac> Huancavelica,Puno.., el indio te mira como de otra orilla. Extraño’>27

La función del lenguaje como arma opresora o defensivano seapreciaen autorescomo Ciro Alegría, que,aunquevivió entre los in-dios, sólo conoció a los que ya habían perdido este elemento tanimportantede sucultura. En cambio,JoséMaria Arguedasse crió entregentes que no se mostrabantan castellanizadas.La pérdida de lasraíceses criticada por Arguedas,como ya se notó, sobretodo cuandoel aprendizajede otro idioma trae consigo la aculturación.Asto nofracasaporquevuelve al burdel a sacara su hermana; pero hay perso-najes como el serrano Gregorio Bazalar e Hilario Caullama, indioaymara vuelto patrón de lancha, que son despreciadosporque unindividualismo nutrido por fines capitalistas ha hecho que den la

27 Idem, op. ciÉ, ibid., p. 102.

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espaldaal ambienteserrano.Su gradode éxito puedecalcularsesegúnla regla de habilidad lingiiística que se da en El zorro de arriba y elzorro de abajo. Mientras don Estebande la Cruz y Asto aparecencomovíctimas iííocentesde la explotación,con la lucidez de suspensamien-tos embotadapor el desnivel comunicativo, hay otro «cholo todavíaaturdido»~« que merecela atención y crítica del narrador. Don Gre-gorio es residente del barrio de San Pedro. Es un chancheroeficazque llega a ser delegado y, finalmente, presidente de este mundilloque demuestraun noventapor ciento de analfabetismo.Es un hombrerespetado,que «caritativamente’>mantienea dos mujeresy que sabe«hacerserespetarpor sus puercos» (segúnsu propia afirmación). Elnarradorexplicaademásque:

«En el resto de la vastísimaáreade la barriada Bazalareranotable,era ya verdaderamentenotable,porquesalía tempranoarecogerdesperdiciosde los restaurantesmás baratosdel puertoy siempre andabaimpecablementeafeitado>de camisa limpia ycon una chaquetaque llevaba con formalidad distinta que impre-sionabani bien ni mal, pero que ganabaparael chancherociertoespíritu como de respetabilidadenel vecindario.Debíacontribuira eso sucastellanoque,a pesarde los “motes’>, no dejabade im-ponerseporque lograba hacerseentendery respetar, y las pa-labras“aseñoradas”queusaba,las empleabacon petulanciacomolegítima’> ~.

El sarcásticoretrato de Bazalar descubrea un individuo que su-puestamenteabogapor su gente, pero que en realidad buscarealizarsus propias ambiciones: vencera Mancilla, comerciantedel mercadoModelo, que,ademásde ser capitalista, es dueñode los chanchosquecuida don Gregorio.La ropa e indumentariaverbal son pura ostenta-ción y no engañanmás al público que al que las utiliza:

‘<Bazalar se afianzaba>y tanto por las nochescomo mientrasrecorría las oficinas de la Comandanciade la Guardia Civil> dela Subprefecturay de la Municipalidad, alentabacon más lucidezy firmeza un proyecto grande, “magnánimo>’ que había “adevi-nadoparala felecidadgeneraldel barriaday so pedestalpersonalheroico>’. La lucha lo fortalecíae inspiraba,ampliaba“sos enstro-

- 30mentosverbalesejecotivos, y cada día más y mejor» -

>~ Idem, op. cit., ibicL, p. 76.2~ Idem, op. ciÉ, ibid., p. 235.30 Idem, op. cit., ibid., p. 235.

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El espectadorsólopuedereírsede estepersonaje.Hapuestomuchafe en el españoly ha logradocierto nivel expresivo(aunquede ningunamaneracorrecta), parapoder impresionary avanzartanto social comoeconómicamente.Mas su lenguajelo delata. Su nuevo disfraz lingtiís-tico pretendeser genuino> pero el pasadosigue estandopresente:

«No queríarecordar los tiempos de cuandofue niño casi sinropa y de cuandofue peón sin tierra y sin casaen el mundo dearriba. Pensócon regocijo en el acierto que tuvo al haberestu-diado, muy en serio, sólo tres añosy ya hombre, en una escuelanocturnade un barrio residencialde caballerosricachosserranosde Lima” 31

Este personajees objeto de burla por parte del narrador, ya quees un trepador social> pero con una «labilidad’> ascendenteque enrealidad tiene poco impulso. Ahora buscalas circunstanciaspolíticaspara levantarsecadavez más>pero hay que teneren cuentaun hechoclave para interpretar su «nuevo’> carácter.Lo que le ha permitido aGregorio el salto al mundocapitalistaha sido ía educación.El sencilloesquemaque se ofrecea continuación traza el trayecto social de estepersonaje:

PROGRESO

Geográfico Mundo de ArribaSocial (Sierra>

San Pedro

Lima

Moral Niño pobrepedn sin tierra

Hombre independientecon poco dinero, pero

con fines capitalistas

31 Idem, op. cit., ibid., p. 236.

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Lo que ha parecido un ascensoes en realidad un descensomoralcuandose contempladesdeel punto de vista narrativo. Hay una ten-sión entre el mundo de arriba y el de abajo que puede expresarsetanto en términos de valores humanoscomo en términos economícos.Es decir, cuandoestaba«arriba’>, Gregorioera un niño harapientoy un

- - desafortunadoexplotado por terratenientes,pero por lo menos eravíctima explotada y no explotador. Al bajar a la costa aprende aaprovecharsede las faccionespolíticas, de la Iglesia en cuantopoderrepresivo y de las mujeres. Aquí la pobrezatiene un valor positivocomparadocon el valor negativode la riquezamaterial que facilita elindividualismo egoísta.Nótese también que la escuelacontribuye almantenimientodel sistemaopresor,ganandomiembros para la socie-dad clasista (nuevos ‘caballeros ricachos’):

«Paraser eficaz, toda educación impuestapor las clasespo-seedorasdebecumplir estastres condicionesesenciales:destruirlos restos de algunatradición enemiga;consolidary ampliar supropia situación como clase dominante; prevenir los comienzosde una posible rebelión de las clasesdominadas’>32

En Bazalar se encuentraen forma simbólica la destrucción de unatradición, claramenteenemiga de los interesesde los blancos ricos.Ya no puedepensaren suidioma materno~ sino sólo segúnlas estruc-turas que le han enseñadolos burgueses.Al mismo tiempo, su conoci-miento inadecuadodel lenguaje —político y diario- le mantienesubyugadoa los interesesde estamisma burguesía.Una última afir-mación del chancheropone de manifiesto la trágica situación de unindividuo a caballo entre dos mundos, pero, sin embargo, capazdevislumbrar (aunque de modo incompleto) la explotación que hacede todo peruanoun extranjero en su propio país:

«Yo quizás —pensó; ya no podía pensaren quechua—puedeser capaz, en su existencia de mí, no seré ya forastero en estepaís tierra donde hemos nacido. Premera vez a premera per-sona colmina ese hazañadefícil en so vida exestencia”~

Con la niñez, don Gregorio ha dejadoatrás la comunidad,y la ma-durez sólo fomenta en él un individualismo solitario que caracterizaal capitalismo.El progresosocio-económicoestávisto como la contra-dicción negativa,la antítesisde un primitivismo comunalmás ingenuo,

32 ANíBAL PONCE, Educacióny lucha de clases, Madrid, Akal editor, 1978, p. 28.33 JosÉ MARIA ARGUEDAS, El zorro de arriba y el zorro de ahajo, BuenosAires,

Editorial Losada,D. A.> 1971,p. 237.~ Idem,op. cit., ibid., PP. 237-8.

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pero más loable. El hombre no está solo ante la opresión, insinúa elnarrador; pero si no se da cuenta de ello> seguirá sufriendo en si-lencio, sin luchar. Este descastadoes definitivamenteun ser trágicocuya condición anímica y social está perfectamentereflejada en suhabilidad lingúistica degradada.

Se podrían citar numerososcasos de personajesbilingúes (que-chua/castellano)a lo largo de la novela, señalandoasimismoel signi-ficado social que tiene el aprendizajeinadecuadodel segundoidioma,el de los opresores,ademásde las funciones qué mantienela lenguaindígena. En otras ocasiones,notablementeen Los ríos profundos,Arguedasmuestraclaramentecómo los religiososutilizan el quechuacon el fin de comunicarsemejor con la comunidadindia y humillaría,o sea,para evitar una posible rebelión, tal como lo explica Ponce.EnTodas las sangres,el capatazmestizo habla quechuapara dar órdenesa los mineros y paraenterarsede cualquiercomplot contrael poderdela clasedominante.De ahí que> en la obra deArguedas,la educaciónsepresentacomo un recurso del grupo explotadorpara oprimir al indioy mantenerlosubyugadolingiiística e ideológicamente.

En El zorro de arriba y el zorro de abajo hay otro grupo de opre-sores que son los curas norteamericanos.Estos traen una «nÉeva”tradición católica queya estáfuertementearraigadaen el Perú.¿A quévienen, entonces?Estos yanquis advenedizosconocen mal a los pe-ruanoshispanohablantesy peora los quehablanquechua.Representanuna nuevaconquista —de tipo lingúístico— porque llevan a cabosusplanes imperialistas en inglés, tras puértas cerradas.Pero hay unnorteamericanoque se opone a los interesescreadosde sus compa-triotas. Maxwell, anteriormentemiembro del Cuerpo de Paz, criticaabiertamenteal padre Cardozoy expresasu intención de quedarseenChimbote,entre la gentedel pueblo:

«... Tú andasnadandoen las cáscarasde esta nación. No lodigo con desprecio.En Paratíaaprendía usar bien las palabras.Estásen la cáscara,la envolturaque defiendey oprime...Me hashecho lían-larpor un enlacenorteamericano,yo he venido con un

35

enlaceperuano.Y voy a decirte todas las cosasclaras...’>

Si el «ex Cuerpode Paz»se ha acercadopolítica y espiritualmenteal Perú es porque ha conocido las raíces del pueblo, es decir, alindio de la sierra> su lenguay su música.Esta es la basede la culturanacional, cementodel país en su ámbito original, no despedazadoydesplazadoa la costapara satisfacerlos deseosdel explotador.Por lotanto, hay fuerza en la unidad> afirma Max:

35 Idem, op. cit., ibid., p. 241.

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«En puebloscomo ésos,de Capachicay Paratía,y todo el lago,el extranjero y> más el yanqui> no puede diluirse fácilmente y,mucho menos,si ha oído y entendido lo que yo, si ha aprendidolo que yo. Son pueblos compactosaún e íntegros en su primiti-vísmo más sutil que el Empire Statey más segurosde si mismosque tú y que yo, aunquese les mira como si estuvierandanzandodentro de una muralla o al bordede un abismo»~.

Max señalala fuerza del pueblo unido cuandono se le arrebatanviolentamente sus estructurassociales,entre las cuales se encuentrael idioma. Mas el padre Cardozono es capaz de comprenderestehecho y expresael deseo(sin darse cuenta de ello) de fomentar eldoble imperialismo lingtiístico:

«No entiendo bien. Tú estudiastea fondo el castellanoen tuuniversidady aquíhasaprendidomuchoel lenguajerefinado y elpopular; hastacambiasel tono de la voz en referenciasespecia-les que haces.Y también en las barriadas hay personas..quehablan el españolmejor que muchos criollos pescadores.Explí-cate o explícame.Y usa el inglés con más frectíencia,con perdón

37del señor Ramírez>’ -

Pero Max se niegaa utilizar esta segundaarma de conquistaquees el inglés, en parte porque el tercer miembro del grupo> Ramírez,no lo comprende.InsisteMax en la necesidadde acercarsea los perua-nos según la manera de ser de éstos> y de no imponerles estructu-ras ajenas:

«Oír la misa es entendera la genteen lo que tiene de particu-lar; oír y saberlo queellos oyen, sabeny obedeceno niegan.“Ca-var el corral’> es trabajar, por eseentendimiento,al modo y ma-nera de ellos, nativo” (38).

Y concluye:

- - seguramentenuestrasfinalidades, métodosy esperanzasson muy diferentes como el sitio y el modo en que vivimosaquí» (39).

Max simboliza una fuerza antiimperialista, una presenciaextran-jera en el Perú que querría y podría evitar ser dañinapara el país.

~ Idem, op. cit., ibid., p. 242.3~ Idem, op. cit., ibid., PP. 24344.~ Idem, op. cit., ibid., p. 244.~ Idem, op. cit., ibid.> Pp.244-45

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si aceptasedejar al pueblo en su sitio, respetándoloy comunicán-dose con él según el ‘modo nativo>. Ha entendido que la no-com-prensión del campesinadoha ocasionadosu ruina y no quiere parti-cipar en una nueva superposiciónde estructurascapitalistas.

El metallenguaje

El sexto y último uso del lenguaje que señalaremosen El zorrode arriza y el zorro de abajo es de tipo metaligual. El personajequemás a menudo se sirve de estafunción es el forastero Diego. Se veráque estepersonaje/zorro también tiene su reflejo en los dos zorros,el de arriba y el de abajo> que contemplanla escenanovelescaen elpuerto de Chimbote. Los comentariosde don Diego son breves,traenreminiscenciasde las alturas serranaspor el léxico y los temas,perosobre todo sirven para destacarlas fuerzas explotadoras,cómo hanalcanzadosus fines por medio de un calculado mantenimiento delpueblo en la ignorancia. Los serranosson arrancadosde su ambientenaturaly convertidosen desplazadosoprimidosporqueno sabencómoes la vida costeñani cómo escaparde la miseria en que se encuentranhundidos. Diego provoca la yuxtaposición temática de industria, ig-norancia y aprendizaje desarrolladopara llevar a cabo la meta ca-pitalista:

—Empecemos--porel principio —dijo don Angel—, esoscin-co ciclones los manejaun solo cholo.

—¿Sabeleer? —preguntóel visitante, mientras seguíaal jefe,en dirección del mar.

—No sabíacuándo llegó» (40).

También, por medio de inferenciasy sutiles connotacionesambi-guas, relaciona ‘la lengua> con la presenciamaléfica de la empresapesquera.La corrupción se yergue indominable y con expresión in-confundible:

«—Ese humoparecela lenguadel puerto,suverdaderalengua—dijo el visitante—; - - - le cuesta levantarse,pero parece quenadie, ni las manosde los diosesque existeny no existenpodríanatajarlo>’ (41).

Don Angel se ve forzado a seguir explicándole cómo funciona laempresa,quién es su mano de obra:

~ Idem, op. ciÉ, ibid., p. 125.41 Idem, op. cit., ibi&, p. 126.

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«Ningún indio tiene patria> ¿no?Me consta. No sabenpro-nunciar ni el nombre de su provincia... ¿Dóndeestá la patria,amigo?Ni en el corazón ni en la saliva. - - No sabenpronunciarel nombre de su provincia los unos; los otros maldicen a su pa-dre y a su madre; todos se emborrachancomo gusanos,pero,sin embargo,cuando se les enseñaa manejar máquinas..- estosbestiasaprenden...»(42).

En realidad, Diego ha hecho que don Angel le explique el meca-riismo de la explotación> eso es, el haber traído a unos individuosincultos> para enseñarlesa manejar máquinasque deterioran la eco-nomía y la ecología del país. No es una educación deseable,perofunciona bien para los que sólo llegan a segundo o quinto año dePrimaria (el caso de dos de los trabajadores);por lo menos estánempleadosy gananun sueldo. Cuando un obrero de la empresapes-quera se atreve a hacerlepreguntasal forastero, don Angel corta laconversación,debidamenteintranquilo:

«Me ha indignado un poco el modo con que Policarpo le hadirigido la última frase.

—Pero era correctae irreprochable.—Y usted no le da la misma importanciaa la forma que un

ejecutivo de Empresa.—Claro,don Angel; yo soyejecutor oyente,no ejecutivo>’ (43).

El forastero también viene a cuestionar los términos que suelenusarse para describir la maquinaria del sistema,o sea, el porqué dela escisión entre palabra y hecho. El nuevo lenguaje que proponecausa trastornospara el funcionamiento de la industria capitalista;es la terminología de uno ajenoa la obra> ni explotadoni explotador,y, por lo tanto, objetivo:

«—Están girando en vano,estángirando en el vacío. Es unademostración.No se preocupe,amigo. Mire: así, en cada curvahueca del tornillo, el gusano lleva la anchovetaa las rastrasde abastecimiento.Para los visitantes especiales,si hay algunaposadavacía,yo ordenoque se hagafuncionar el gusano.- -

—Me asustó,de veras,el gusano.Pareceque comieraaire enuna sepulturavacía.

—Usted llama sepulturaa una verdaderabocamina.Cómo seve que no entiende...

42 Idem, op. cit., ibid., p. 129.~ Idem,op. cit., ibid, PP. 132-33.

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—Amigo, no siempreentenderhalaga,más bien, otrasveces,asusta,un ratito» (44).

Y cuando,por fin, don Diego seextralimita con las preguntasacer-ca de las condicionesen el puerto,Angel le dice: «Oiga> amigo. Nadiesabe jalar la lengua tan alegre y jodidamentecomo usted.» A loque el visitante replica: «Es que yo no jalo. Yo entro» (45).

Lo importantees queel personajeno predica;no damacontra lascircunstanciasrepugnantes.Desde dentro del país, con posturas dearriba y de abajo, poneen tela de juicio la industriay sus intereses.Hace que don Angel revele la estructurade la explotación, su ver-dadero lenguaje, como cuando éste explica la práctica objetiva dela empresa.Luego Diego se deja ver por los explotados>poco a poco>y en varias formas. No representala rebelión en sí, pero es él quiencomienza a difundir las semillas del conocimientoque podría con-ducir al pueblo a una lucha contra la opresión.Con don Diego entranen primer plano tanto la forma como el contenido del vehículo decomunicación.El forastero se preocupade señalarun camino mejor>al indicar que hay otra realidad subyacentea la transmitida.

El enlace de los personajescon la estructurason los zorros dia-lécticos, que también aparecenen forma de seresliterarios/miticos.Creanun metatextosólo superadopor los diarios del mismo Argue-das, si es que es superado,porqueal final el propio autor se deses-perade mantenerlosrestringidosaun meroámbito novelescoy él mis-mo seconvierteen temade discusiónde ellos. Estoszorros ponenenduda la eficacia del lenguajehumanoen un mundo tan corrompido.Parecensugerir la posibilidad de que,despuésde identificar y poneren movimiento las fuerzasy tensionesde la Nautraleza,ese conoci-miento no seacomprendidoy aceptadopor los sereshumanos.La úni-ca posibilidad es la de incitar el procesode antítesis,paraalcanzarotra síntesissuperior:

EL Zonno DE ABAJO: ¿Entiendesbien lo que digo y cuento?EL ZonRo DE ABAJO: Confundesun poco las cosas.EL ZORRO DE ABAJO: Así es,la palabra,pues,tieneque desme-

nuzarel mundo. El canto de los patos negrosque andanen loslagos de altura,helados,dondese empozala nieve derretida>esecanto repercuteen los abismos de roca, se hundeen ellos; searrastra en las punas, hacebailar a las flores de las hierbasdurasque se escondenbajo el icl-zu, ¿no es cierto?

~ Idem, op. cit., ibid.> p. 133.~ Idem, op. cit., ibid.,p. 140.

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Li. ZORRO DE ARRIBA: Sí, el canto de esospatos es grueso,como de ave grande;el silencio y la sombrade las montañasloconvierteen música quese hundeen cuantohay.

Eí. ZORRO DE ABAJO: La palabraes másprecisay por esopue-de confundir. El canto del patode altura nos haceentendertodoel ánimo del mundo.- - (46).

KATHLFFN N - MARCHState University of

New York at Buffalo(EE. UU.)

Idem, op. cit., ibid., p. 56.