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Por Margarita Peña
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dios g el diablo en el sertim
"El diablo en la calle, en medio del remolino" es la frase que a modo de epígrafe abre la novela de Guimadies Rosa. Repetida a lo largo del libro comorefrán que se convierte en leit-motiv(junto con otra igualmente significativa: "Vivir es peligroso"), girando ellamisma como un remolino, su vórtice,su sentido más justo y preciso quedadescubierto sólo hasta las últimas páginas. En vísperas del desenlace se no,ofrece la representación del demonio ensu encarnación terrena: el Hermógenes,uno de los personajes cardinales, librauna apocalíptica batalla justamente amitad de la calle principal de un pueblo abandonado contra Riobaldo, protagonista y narrador, encarnación torturada del bien. Pero el polvo que elremolino levanta y la variedad incalculable de objetos y de seres que va asimilando, con el diablo, perverso y chocarrero acechando en el centro no sonsino el mundo del sertón en su disimilitud, telúricamente regido por el mal.Este segundo significado se halla implícito en cuatrocientas cincuenta y trespáginas que constituyen la edición castellana de Gran sertón: veredas. nove~a
que hace de la lucha del bien c~ntra elmal su tema primero.
Manoel Cavalcanti Proenca se ocupade este aspecto en un ensayo titulado"Trilhas no Grande Sertao"l. proporcionando claves útiles para la comprensión de un tópico tan antiguo, como en esta obra, complicado. SeñalaCavalcanti el carácter polisémico de lospersonajes, que confiere al tema posibilidades alegóricas; la identidad simbólica de Diadorín como arcángel SanMiguel; la aspiración del héroe a una libertad y a una paz que de lograrseabsolutas corroborarían la derrota delmal; la apariencia, también polisémicadel sertón como forma concreta del demonio. Enuncia tres planos de la novela: subjetivo, colectivo y mítico sinseñalar, por lo demás, la interrelaciónevidentísima entre los tres, la cual lossintetiza en una visualización obviamente medieval: e! caballero que luchacontra el demonio en el amplio escenario de la naturaleza. Por otro lado,Cavalcanti no repara en dos "suBtemas" estrechamente ligados al del antagonism02 con el diablo: el de la
1 Manoel Cavalcanti Proenca, "Trilhas noGrande Sertao" en Augusto dos Anjos e Gutros Ensaios, pp. 155-161.
2 El estudio de Cavalcanti es útil, sobre todo porque esclarece la personalidad ambiguade un personaje fundamental: Diadorín. elamado, el amigo, el ángel y, de modo factibIé también,' el demonio.
soberbia y el del amor imposible. Desdeel punto de vista del antagonismo entre las fuerzas del bien y las fuerzas delmal, la novela posee una primera y unasegunda parte fácilmente apreciables.La primera, de la pura especulación sobre el demonio, se construiría sobre lasalusiones dispersas a éste, la recreaciónde consejas e historias alusivas y laenumeración desordenada de nombreso epítetos con los que se conoce al demonio en el sertón. Corresponden igualmente a esta primera parte el descubrimiento y la descripción de una personalidad demoniaca, Hermógenes, asícomo la primera batalla importante ganada por el bien durante el juicio deZé Bebelo. En este fragmento el salomónico jefe Joca Ramio y sus yagunzosrepiten al Cristo y a los apóstoles delas parábolas. La transición entre laprimera y la segunda parte estaría marcada por el momento del pacto entreRiobaldo y el Demonio, y la segunda,que ocupa las últimas ciento cincuentapáginas del libro, describe la lucha"cuerpo a cuerpo" de Riobaldo conel demonio en planos diversos de sucesivas tentaciones hasta concluir conla aniquilación definitiva del mal. Domina el conjunto la preocupación deGuimaraes Rosa por definir la naturaleza del demonio y, consecuentemente,de sus secuaces en la tierra: la del único "pactario" real, el Hermógenes; ladel "pactario" hipotético, Riobaldo, yla de la antítesis de ambos, el ángel,Diadorín. Entretejida con esta preocupación se hallaría la de narrar la actividad de Satanás en este mundo.
Por lo que respecta al primer punto,de acuerdo con los teólogos, caracteriza a la personalidad de Satanás unrasgo preponderante: haberse autode.terminado como e! adversario, e! ene·migo de Dios, del hombre, de todo lobueno. ¿Y qué es el Hermógenes sinotodas estas cosas? Adversario de! yagunzo bueno como Joca Ramiro, ZéBebelo, Diadorín y Riobaldo. Enemigode Dios porque traicionó y dio muerte al jefe --en la escala humana, elser supremo-- Joca Ramiro, del mismo modo que Satanás se rebeló contrasu Hacedor. ¿Es Hermógenes simplemente un poseído por el demonio (delos que hay varios ejemplos en Gransertón. .. ), o bien, la encarnación misma de éste? Más bien lo último. "Elenemigo es el Hermógenes" dice Diadorín. "¡ Que sí, de verdad! El enemigo es el Hermógenes..." remata Riobaldo. La afirmación se repite a lolargo del libro. Se le compara con el
demonio por su crueldad y su perver.sidad, manifiestas ,ya desde que gue.rrea en el bando de los buenos. Perola identificación con el demonio brotade modo espontáneo de la colectividadde yagunzos cuando asesina a Joca Ra-miro: " Quien él mató fue el Her-mógenes " "¡ Caras-de-perro! i El pe-rro cabronbrón! ¡Demonio! ¡Traición!"Se le aplican los mismos epítetos queusualmente se reservan al diablo.
Entre 'las características de una naturaleza demoniaca está la inmunidada las heridas, al dolor, a la enfermedad.Asimismo, el misterio del origen, pues·to que el demonio no ha nacido sinoque ha sido creado. De Hermógenesse dice que: "Su tierra, no se teníanoción de cuál era..." y que "no sufría ni se cansaba, nunca perdía ni en·fermaba; y, lo que quería, lo conse·guía todo". Y ello porque "el Cuyorebautizó su cabeza con determinadasangre: que fue la de un hombre sanoy justo, sangrado sin razón", porqueen el mrndo resbaloso y cambiante delsertón, "todo es pacto"3. Por lo demás, el pactario tiene una vida prestada, que el demonio puede reclamaren cualquier momento. Es por eso, quizás, que el Hermógenes, finalmente fa·lible, muere en el curso d~ un combateferoz. Y porque a semejanza del de·monio, si puede ganar, también puede perder.
El poder sobrenatural, aterrador deHermógenes guarda una clara relaci6ncon la falta de caridad y el exceso deodio, dos condiciones sine qua non dela naturaleza demoniaca: "Malo, peroentero, legítimo, con toda certeza, lamaldad pura" e¡; el Herm6genes. Elrencor, inherente a Luzbel y a los pactarios, también el Hermógenes 10 padecía, así como una carencia total depaz interior, una rabia violenta que lolleva a arrasar el sertón a la cabezade los Judas, su propia horda de á~
geles caídos. Por lo demás, aun participando de la vida, el Hermógenes,como Lucifer, se halla definitivamenteperdido en un vacío amargo porque:"para demás hasta el fin de este mundo y del juicio final se condenó, huecodel alma", un solitario en su omnipotencia: "Que el Hermógenes era grande destacado de aquel porte, igual alpico de la serranía del Itambé".
Novela en la que tanto Dios comoel Diablo responden a esencias más rea·les que sobrenaturales, más físicas quemetafísicas (el más allá, la salvación ola condenación eternas son nociones ca·si ausentes de la obra), en la que seles invoca como presencias reconociblesen este mundo, se transforman en oh-
3 En una conversación atribuida a Guimaraes Rosa éste afirma: "Todos mis perosonajes exist~n. Son criaturas de Mi~as Ce·rais: vaqueros, hacendados, pactanos. deDios y del Diablo ..." (O. Santos Pere1I1l,Guimaráes Rosa según tercerol'). Así, elpactario parece ser un elemento consustan·cial al sertón una figura familiar a sus habitantes, hast~ cierto punto desprovista detoda magnificación.
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subjetiva· del hombre; o bien, de su invisible presencia en determinados momentos. Emboscado en los mil recovecosdel sertón acecha el paso de Riobal·do para tentarlo con un acto peca·minoso que precipite a éste en el desorden, es decir, en el mal. El asesinatoes la tentación mayor, aunque el deseode la relación amorosa, aparenteim!nteantinatural, con Diadorín, es uná tentación constante. Como un San Antoniode las Veredas, Riobaldo vence la tentación de matar a aquel Constancio AIves, el cual, en virtud de una dialécticatramposa que inspira el demonio, leparece que "tenía mala conciencia ydinero en la caja ... " luego "merecíacastigos de muerte"; o al pobre que "tenía cara de hocico", que "no merecíadolor" o al perro de éste, o a su yegua.De cada tentación sale victorioso, aunque los antecedentes que proporcionaGuimaráes Rosa -la escena del presunto pacto en la encrucijada de las Veredas-Muertas, la posesión de la jefatura de yagunzos lograda por un acto deaudacia- podrían anunciar lo contrario. Riobaldo no adquiere la calidad depactario porque para serlo: a) deberíadetestar el bien; b) aspirar no a la pazsino a la violencia y, c) anhelar la mpremacía en el mal, tres premisas quese dan en Luzbel, en Hermógenes, perono en Riobaldo, héroe que finalmentees salvado por el autor, que al finalde la novela rumiará en tono místico.en uno de tantos párrafos que sonpura cavilación: "el existir del alma esel rezo... Cuando estoy rezando, estoyfuera de la suciedad, aparte de toda locura. ¿ O qué es lo que es el despertardel alma?"
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En todas las librerías o enAvándaro, S. A., Ayuntamiento 162·BTe!. 13-17·14
manifestando una osadía, una "hybris"que lo emparenta con el héroe clásico,su meta consiste en consumar la derrotaominosa del demonio en todos los planos: dando muerte al Herm6genes, encarnaóón del mal: "Aquel niño (Diadorín) y yo, j éramos los que estábamosdestinados a dar fin al Hijo del Demonio, al Pactario!"; borrando sus huellasal exterminar a los Judas; y en el plano ontológico, negando su existenciahasta el último momento. La novela secierra con una declaración definitiva:"Amable usted me ha oído, mi idea haconfirmado: que el Diablo no existe.¿ Pues no? Usted es un hombre soberano, circunspecto. Amigos somos. Nonada. j El diablo no hay! Es lo que yodigo, si hubiese... Lo que existe es elhombre humano. Travesía". Y además,afirmando la superioridad del hombre,que se funda en una existencia fuerade dudas.
Pero la "travesía" de Riobaldo no esdescansa¿a ni fácil. Guimaráes Rosa enfrenta a su personaje a la responsabilidad de decisiones menudas previas auna decisión mayor. Todo (que curiosamente, aquí equivale a nada comorealidad absoluta) es trampas, ambi··güedades y duda. El demonio en Gransertón: ... , por ejemplo, carece de lasrepresentaciones visuales acostumbradas.Aun cuando nombres o epítetos talescomo "el Murcielagón", "el Calvo", "elCabrón-Negro" o descripciones escasas:"se forma de a!gún bicho de pelo oscuro" remitan a imágenes concretas, suexistencia parece depender más bien dela fuerza del que lo invoca, de la intensidad del pensamiento individual,siendo más que nada, una invención
;eSiones -el Diablo más que Diosque rondan a los inermes h~bit~ntes delsertón. Riobaldo, yagunzo mtelIgente ysoberbio, ambicioso y noble, filósofo yguerrero, es otro pr;sunto pa~tario. Personaje mucho mas comphcado queHerm6genes, pues él no ejemplifica elconflicto resuelto sino la oscilación enlre el anhelo del bien y la tentacióndel mal, su papel es el de personajeprincipal, narrador y testigo. Contaminado desde un principio por el miedoal demonio que campea en el sertón:"Tengo miedo por todos ", "El ser-Ión tiene miedo de todo " opta pornegar la existencia del diablo comoúnica protección posible, como un "vade retro" eficaz: "Es preciso existir unoen Dios; más; y del diablo distraer auno con la suya ninguna existencia". Negar que el diablo existe se convierte enun juego irrisorio y desesperado, y almismo tiempo, en la única empresa realmente importante, aunque al acometerla el hombre arriesgue su cordura. Porsu sino de hombre de acción cuya constante es la "travesía", el movimiento,Riobaldo estaría a salvo de la cavilación que lleva al delirio. Pero la ambición y la soberbia; la necesidad d reilindicar un origen oscuro; la convicciónque se desarrolla lentamente, de ser algo más que un esclavo, un hacenderoo un yagunzo como tantos lo mueve aansiar el poder irreductible, la "jefatura" o "jefatura mayor". Tres rasgos queLuzbel quiso imitar de Dios son igualmente el objetivo de Riobaldo: omnisciencia, omnipotencia y autosuficiencia"
En el libro de Guimaraes Rosa sepuede distinguir el plano que Cava1canti Proenca ha llamado, simplificando alextremo, "subjetivo", de la lucha antagónica del bien y el mal en el interiordel alma humana5
• Tal antagonismo remite al concepto estudiado, exhaustivamente por los teólogos españoles del Renacimiento, del libre albedrío.El conflicto de Riobaldo, que reside precisamente en la dificultad de hacer unabuena elección guiado por su libre albedrío, elección que implicará militaren las filas del bien o en las del mal,lo sitúa en el nivel del propio Satanásantes de la caída, pues Dios concedetanto a los ángeles como a los hombresla facultad de una voluntad soberana,potencia importantísima del alma. Laelección, el acto de escoger estará teñido de humildad o de soberbia. Luzbel, Hermógenes harán suya la segunda, en tanto que Riobaldo, con unamalicia que descarta actitudes llanas,optará por una soberbia mucho mayorque la de éstos, con la exclusiva intención de vencerlos. El objetivo de Riobaldo no es igualar a Dios cayendo enlas garras del diablo, sino al contrario,
'Farrel, Walter, "The Dcvil HimseIf",en Satan, p. 5
5 M. Cavalcanti Proenca, "Trilhas ... ",p. 158
e
Sin embargo, durante todas las andanzas previas al desenlace y posteriores a la noche del pacto, es decir, enel curso de la trayectoria ascendente delpersonaje y de la acción hacia el clímax, Guimaráes prestó a Riobaldo rasgos que ya lo acercan, ya lo alejande una virtual naturaleza demoniaca. Deacuerdo con Santo Tomás, el pecado de Luzbel consistió en haber amadosu belleza, pedección y bondad, sinreconocer la pedección angelical de suCreador. Ello no sucede con Riobaldo,para quien Dios es algo tácito, fuera detoda discusión y de toda duda: "Dioses alegría y valor. .. ti es bondad." Larivalidad no es con Dios sino con el Diablo. Por otra parte, Riobaldo no va trasuna inasequible pedección sino que persigue fundamentalmente la afirmaciónde su propio ser humano. En esto sehalla lejos del patrón demoniaco. Pero al asumir el poder arrebatándolo aZé Bebelo, al igual que Lucifer cuandopecó de orgullo, Riobaldo se convierteen un solitario, aislado del resto de losyagunzos por su soberbia rampante. ALucifer lo confina el orgullo, aRiobaldo la soberbia. Se da a menospreciarlo que en su vida anterior le era querido, entre otras cosas, a Diadorín. Laantigua camaradería con los yagunzosse convierte en celosa vigilancia de lapropia autoridad. Se disuelve todo nexode amistad, se borra toda intimidad yno es sino momentos antes de la batalla decisiva cuando Riobaldo vuelve aacercarse a sus hombres, cuando ha derrotado al mal en lucha interior. Así seexplica que la vida de Riobaldo se reintegre a la armonía en una conclusiónque fácilmente puede parecer convencional. Anulada la soberbia, después deltriunfo sobre el Hern1ógenes de lamuerte de Diadorín, de la súbita enfermedad, Riobaldo restablece sus relaciones con sus semejantes, la comunicacióncon el mundo. Se cumple así el Génesis: aniquilado el Diablo, que es caosy desorden, se entroniza a Dios, que esarmonía, y con ello se instaura un estado beatífico, casi paradisiaco.
La identidad de Diadorín como personaje importante de Gran sertón: ... ,ha dado lugar a especulaciones sobreel tema de la mujer vestida de hombre. Sin embargo, al considerarlo unelemento del relato más bien simbólico,con una doble categoría de ser superiory de ser humano, de ángel y de hombre, como lo ha hecho Cavalcanti Proenca, cambia la impresión sobre el personaje y su papel en la trama. Tomandoal pie de la letra a Guimaraes Rosacuado narra que a la muerte de Diadorín se descubrió que era mujer,la novela da un viraje al terreno de laconcesión, como si el autor tuviera conun dato superpuesto la pintura del amorhomosexual. Pero la interpretación deDiadorín como ángel, de sexualidad ambigua, sí es congruente con el desenlacerevelador, que así se refuerza en vez
de debilitarse. Por lo demás, este "ángel" novelesco coincide en algunos puntos con los ángeles descritos por la teología tradicional. Dice Santo Tomás que"los ángeles no tienen cuerpos aunquese aparecen a los hombres en forma física, hablan con ellos y recorren conellos los caminos desempeñando lasagradables tareas de la compañía ... Noniegan, sin embargo, el carácter puramente espiritual de sus naturalezas".6
Diadorín es justamente el compañerofiel de Riobaldo en los caminos del 5ertón, y la esencia del amor contrariadoque se profesan recíprocamente corresponde a una naturaleza "puramenteespiritual". Continúa Santo Tomás:"Estos cuerpos aparentes de los ángeles no pueden actuar de modo vital ...Estos 'cuerpos' son instrumentos de losángeles, no una parte viviente de ellos." 7
Quizás a la luz de la concepcióntomista se explique el estatismo que caracteriza a Diadorín. Pocas veces Guimaraes Rosa le atribuye las actitudesviolentas del resto de los yogunzos yfrecuentemente lo coloca en posturasque traducen quietud, observación, retraimiento. Se le encuentra pensativojunto al fuego, o cavilando a la sombrade un árbol. Diadorín es el ángel de laguarda de Riobaldo, de hermoso rostro,ojos y pelo; el arcángel Miguel que damuerte al Hermógenes y en ese momento él también muere en Riobaldo(de esta muerte da cuenta una sola frase: "Diadorín había muerto -mil-veces-mente- para siempre de mí") porque ha cumplido con su misión en latierra. Que es una criatura sobrenatural se confirma con las palabras de Riobaldo: "Ella era. Tal que así se desencantaba, de un encanto tan terrible; levanté la mano para santiguarme, pero
G Santo Tomás, lbid., par. la., q. 53 cit.por W. Farrell, lbid., p. 7.
7 lbid., p. 8.
-E. Piotrowin
lo que con ella escondí fue un solloZo ... ".8
Con todo y que el amor de Riobaldopor Diadorín expresa la cercanía deaquél con el bien, no deja de pareceruna jugarreta en la que se adivina laintervención del demonio el que esteamor permanezca vedado a lo largo delrelato. El "verdadero" sexo de Diadorín pudo haberse conocido en algún momento de la narración, rompiéndose conello el "encantamiento". Existe una curiosa fusión del bien y el mal en la ideade este amor sustancialmente bueno ydesgraciado en sus efectos. Dualidad quepor lo demás se insinúa en detalles aislados, en otros terrenos: la representación, imaginada por Riobaldo a la horade pactar, del demonio entronizado encátedra (como suele representarse a Diosen la plástica romántica y gótica); obien, la alusión, perdida en el fárragode la historia, de que el diablo ejecutael castigo ordenado por Dios, es decir,está al servicio de Dios; o bien, llamarcon un mismo pronombre en mayúsculas -tl- tanto a Dios como al diablo.Ello conforma una noción básica: lanovela no propone un maniqueísmo estricto. En el mundo hay malos, haybuenos, hay, dice Guimaraes Rosa, "todo grado de persona". En consecuencia,si la bondad y la maldad se dan enuna poca maniquea asociación, resultanperfectamente explicables personajes como Seó Habán, Constancia Alves, lamujer de Hermógenes, seres mixtos, perfectamente humanos y verosímiles.
El amor que lleva la huella del demonio remite al tema de la actividadde Satanás en el mundo del Sertón. Permaneciendo en el dominio del amor hayque precisar que ni éste ni el erotismo,ni la relación sexual están, en opiniónde Guimaraes y contra lo que sería unaética puritana, contaminados por el demonio. Los tres tipos de amor válidosen Gran sertón:... espiritual (Diadorín), sexual (~oriñá, prostitutas di·versas) o la combinación de ambos(Otacilia) proporcionan a Riobaldo sentimientos de plenitud, son bellos y gratificantes. El mal invade otros terrenos:persecución de las almas, guerra, y sedeposita en otros objetos. Citados alazar, estos serían: viento, rayo, trueno,los Hermógenes o Judas, el mes de agosto, onzas, lobos, serpienets y cornejas(su "risa" nocturna es de mal agüero).El bien se encama en: el burití, los ríos,el cielo, el sol, el color verde, las duras arenas (por oposición a las tembladeras), algunas aves (araras, periquitos), el agua de lluvia que moja latierra, el mes de febrero. Igualmente,todo lo que no es natural es diabólico;el leproso, de quien Diadorín protege aRiobaldo, los niños y mujeres ende~o
niados, el Treciziano, que enloqueCIÓ yatacó al jefe Víbora-Blanca (sobrenombre de Riobaldo) ; los animales que pa-
8 El subrayado es mío.
! I
[Informaciones católicas internacionales, N9 327]
Por /ván Restrepo Fernández
y la producción agrícola tendrán que serincrementadas, sustancialmente, paraevitar graves problemas en el futuro.
29] El sector agrícola constituye la mayor fuente de ocupación de la economíatotal de América Latina al dedicarse ydepender de la agricultura casi el 50%de la población total. La contribucióndel sector a la producción nacional resulta superior al 30% en once países, esde lOa 30 en siete e inferior a lOenuna. En los países que participan de laAlianza para el Progreso, la agriculturaes la actividad fundamental y la quemás contribuye, por sí sola, al productointerno bruto; calculándose que dé untotal de 100 mil millones de dólares debienes y servicios generados por las economías de nuestros países la producciónagrícola bruta representó una quintaparte.
39] Las exportaciones agrícolas constituyen la principal fuente de divisasde la región, estimándose que el valoranual de las exportaciones de café, azúcar, banano, algodón y demás bienesprimarios, representan entre el 50% Yel70% del valor anual de las exportaciones; asegurándose, por otra parte, queAmérica Latina produce la totalidad de
el campo latillfHltnericallO
Horas después de que Thomas Merton había leído su conferencia sobre"Marxismo y perspectivas monásticas", en el primer congreso de superiores monásticos de extremo oriente, moría de un paro cardiaco. Ensu conferencia había anticipado lo que pudo ser un ensayo de mayoresalcances: la coincidencia, entre el marxismo y el pensamiento monástico, en su "actitud de crítica radical respecto de las estructuras de lasociedad contemporánea". .
Algunas de las últimas tareas intelectuales de Merton, han sido brevemente apuntadas por Gary MacEoin, quien le acompañó durante losúltimos días de su vida en Bangkok. Merton se rebeló contra la guerrade Vietnam, la conscripción selectiva y el asedio a quienes, apelandqpor sus derechos cívicos, juzgan a la guerra contraria a su conciencia.Participó en el movimiento católico "Pax", desde 1962. La religión,decía, tiene mucho que aprender del mundo. El error de los clérigoses pensar que "la teología es un depósito de verdades eternas e inmutables, intocables por cualquier cambio en el mundo, con la lógicaconclusión de que si el mundo quiere seguir en contacto con la verdadeterna, debe renunciar a cualquier idea de cambio". Merton estaba, portanto, comprometido con la refonna de la Iglesia. Una de sus últimasaventuras espirituales fue el descubrimiento feliz de lo obvio: "Si noapreciáis de ninguna manera lo que no sirve para nada, no podréiscomenzar a hablar de lo que es útil."
tlaomas mertotl
li.",.os
Por encargo del Banco Interamericanode Desarrollo -uno de los pilares dela Alianza para el Progreso- MontagueYudelman realizó un estudio en dondeexamina el panorama actual de la agricultura en la región, su función en elproceso de desarrollo y algunas de lascuestiones de política que dificultan lanecesaria contribución de la agrÍl"ulturaal crecimiento económico.
La sensación de fracaso de la Alianzapara el Progreso, aunque no expresadaclaramente por el autor, se hace patentedesde las primeras páginas del estudio.Los 19 países que forman parte de ellano han llegado a realizar el esfuerzorequerido en la agricultura de AméricaLatina para que pueda llegar a ser lafuerza motriz que impulse sus economías. A juicio de Yudelman:
19J En América Latina el fantasma deMalthus en realidad no debe asustar anadie todavía. La producción de alimentos se ha mantenido al nivel del creocimiento de la población aunque siguenprivando bajos niveles de consumo enla mayor parte de la población campesina y obrera. Si tenemos en cuentaque las proyecciones hablan de 400 millones de habitantes para el año dos mil,se hace evidente que la productividad
BIBLIOGRAFÍA :
recen lo que no son: becerros con carade can, canes con cara de gente.
En el sertón el demonio lleva a caboSUS tareas usuales. Es tentador, seductor, consejero pérfido, en resumen, elque inspira malas acciones. Vuelve lofalso verdadero y hace que lo malo seatomado por bueno. Ejerce una vigilancia constante y frecuente, torna el serIÓn en el infierno mismo. Es dual yuno: el que flota en la atmósfera inficionada del sertón y el que se adueñadel hombre.
A diferencia de las dos ciudades-"Una es de Dios, la otra del diablo"- que proponía San Agustín, elsertón es una sola, regida por las fuerzas del bien y del mal en trabazónestrecha. De aquí que el sertón se configure como un pequeño cosmos gobernado por lo que Michel Foucau!t, alrevisar el pensamiento occidental en elsiglo XVI, da como cuarta forma de semejanza, el juego de las simpatías. Porla simpatía sola, el bien o el mal rei-
, narían uno u otro de moclo exclusivounifonnando las cosas, mezclándolas integrándolas. "El mundo" dice Fouc~ult" red ., , ,se uClna a un punto a una masa
h ' ,omogenea, a la melancólica figura de
lo Mismo."lO Su contrapartida la figura compensatoria es la antipatía, porla cual las cosas se mantienen en aislamiento y se conjura el peligro de laasimilación. "La identidad de la cosael hecho de que puedan asemejarse ~otras .y aproximarse a ellas, pero sinengulltrlas y conservando su sin ularidad ~s el balance continuo de la simpatía y la antipatía que le arre pon-d "11 A l' de. pican o Foucault a la novela deGuimaraes ~osa descubrimos I gran pi\'Ote de la Vida en el sertón: la identidad del bien y la del mal, el he ha deque puedan asemejarse aproximar e. sindevorarse, conservando su sinO'u!aridades el balance de dos fuerzas ei~mentale~-:-Dios y el diablo- perpetuamente móviles, perpetuamente inestables.
tO Michel Foucault, Las palabras y lascoras, p. 32.
11 Ibid., p. 33.
G. - -mma.raes Rosa, Joao, Gran sertóll: veredas,Bibltoteca Formentor, Seix Barral, Barcelona, 1967, 464 pp., trad. de Ángel Crespo.
Cavalcanti Proenca, Manoel "Trilhas noGrande Sert~o", en Augusto dos Anjos eAutros Ensatos, José Olyrnpio Editora Riode Janeiro 1959, pp. 151-241. '
Farrell, Walter, "The devil Hirnself" en Satan, Sheed and Ward, New York 1952pp. .3-18. ' ,
FOUcault, Michel, Historia de la locura en laépoca clásica, Breviarios, Fondo de Cultura Económica, -México, 1967, pp. 273,trad. de ]. Utrillo.
Foucault Michel, Las palabras y las cosas~eoría y Critica, Siglo XXI Editores, Mé~XlCO, 1968, pp. 375, trad. de E. C. Frost.
Santos Pereira, Otoniel, "Guimaráes Rosasegún terceros" en "El gallo ilustrado" deEl Día, No. 125, México, 3 de noviembrede 1968, trad. de C. A. Colombani.