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Antecedentes Parlamentarios Ley 23.928 Ley de convertibilidad

Ley 23.928. Antecedentes Parlamentarios. Argentina

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Ley de Convertibilidad. Compilado por Wenceslao Wernicke

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Antecedentes Parlamentarios

Ley 23.928

Ley de convertibilidad

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Índice cronológico A continuación se presenta un cuadro donde se detalla el tratamiento cronológico de la ley 23.928 en el Congreso de la Nación, indicando su respectivo documento.

Cámara de Origen

Cámara Revisora

Promulgación y

Publicación

CAMARA DE SENADORES

Proyecto Original Expediente: 344-PE-90 Autores: Poder Ejecutivo (Carlos Menem – Domingo Cavallo)

Sesión Debate: 22 y 23/03/1991

Sanción Sanción: 23/03/1991

CAMARA DE DIPUTADOS

Ingreso de sanción

Fecha de entrada: 24/03/1991 Expediente: 206-S-90

Comisiones Finanzas - Legislación General Dictamen: 26/03/1991

Sesión Debate: 26 y 27/03/1991

Sanción definitiva Sanción: 27/03/1991

Promulgación

Decreto: 524/91 Boletín Oficial: 28/03/1991

Publicación Boletín Oficial: 28/03/1991

NOTA:

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Cámara de Senadores

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REPUBLICA ARGENTINA

DIARIO DE SESIONES CAMARA DE SENADORES DE LA NACION

54ª REUNIÓN - 14ª SESION EXTRAORDINARIA. (Especial)

22/23 DE MARZO DE 1991

Presidencia del señor presidente provisional del Honorable Senado, doctor EDUARDO MENEM,

del señor vicepresidente 1º del Honorable Senado,

don HÉCTOR J. VELÁSQUEZ

y del señor vicepresidente 2º del Honorable Senado, doctor JORGE D. SOLANA

Secretarios: señores, HUGO RAÚL FLOMBAUM y ÁNGEL LEÓNIDAS ABASTO Prosecretarios: señores MARIO DÉLFOR FASSI y DONALDO ANTONIO DIB.

PRESENTES: AGUIRRE LANARI, Juan R. BENÍTEZ, Alfredo. L. BITTEL, Deolindo F. BRASESCO, Luis A. J. BRAVO, Leopoldo BRAVO HERRERA, Horacio F. BRITOS, Oraldo N. CONCHEZ, Pedro A. COSTANZO, Remo J. FIGUEROA, José O. GASS, Adolfo GROSSO, Eduardo R. GURDULICH de CORREA, Liliana I. JIMÉNEZ MONTILLA, Arturo I. LAFFERRIERE, Ricardo E. LEÓN, Luis A. LOSADA, Mario A. LUDUENA, Felipe MAC KARTHY, César MAZZUCCO, Faustino M. MENEM, Eduardo MOLINA, Pedro E. NIEVES, Rogelio J. OTERO, Edison

POSLEMAN; Eduardo. A. RIVAS, Olijela del Valle RODRIGUEZ SAÁ, Alberto J. ROMERO, Juan C. ROMERO FERIS, José A. RUBEO, Luis SAADI de DENTONE, Alicia A. SÁNCHEZ, Libardo N. SNOPEK, Carlos SOLANA, Jorge D. TRILLA, Juan VACA, Eduardo P. VELÁZQUEZ, Héctor J.

AUSENTES, CON AVISO:

AMOEDO, Julio A. GENOUD, José JUÁREZ, Carlos A. MALHARRO de TORRES, Margarita MARIN, Rubén H. SAPAG, Elías STORANI, Conrado H. SOLARI YRIGOYEN, Hipólito

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SUMARIO

1. A moción del señor senador Rodríguez Saá se considera sobre tablas y se aprueba con modificaciones el proyecto de ley del Poder Ejecutivo sobre convertibilidad del austral (P.E.-S44/90). (Pág. 5806 ) 2. Apéndice:

Sanción del. Honorable Senado. (Pág. 5856.)

--Buenos Aires, a las 19 y 10 del viernes 22 de marzo de 1991.

1 CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL Sr. Presidente (Menem).--Queda abierta la sesión especial convocada a los efectos de considerar el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo nacional sobre convertibilidad del austral, conforme al decreto y las notas que obran en Secretaría. Sr. Rodríguez Saá. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Menem). – Tiene la palabra el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá.— Solicito que este proyecto se trate sobre tablas. Sr. Presidente (Menem).— En consideración la moción de tratamiento sobre tablas formulada por el señor senador por San Luis.. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

--La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente (Menem). — En consideración en general. Tiene la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero.— Señor presidente: corresponde el tratamiento en general de este proyecto denominado de convertibilidad del austral, que además dispone el sistema de nominalismo monetario, estableciendo en su segunda parte los mecanismos de desindexación de nuestra economía. Por último, confiere un nuevo trato a las obligaciones contraídas en moneda extranjera. La sola enumeración de tan variados fines nos indica la importancia institucional de este proyecto que constituye un paso audaz, sin duda alguna, para superar una crisis prolongada durante muchos años, que amenaza con abatir y voltear la capacidad de sacrificio de la mayoría de los argentinos. El proyecto de ley en consideración dispone en

su Título I un régimen de convertibilidad monetaria vinculado al dólar estadounidense, determinando que la relación será de diez mil australes por cada dólar. Es sabido que toda moneda cumple tres grandes funciones: instrumento o medio común de cambios, denominador común de valor y patrón de pagos diferidos. Para que esas funciones puedan cumplirse es necesario que los operadores de la economía estén convencidos de que la moneda en cuestión se encontrará siempre en aptitud de alcanzar tales objetivos. Uno de los elementos para que la moneda sea estable es que su capacidad adquisitiva varíe lentamente en el tiempo, permitiendo así que ella aporte elementos de fijeza en el mundo económico. En el provecto en cuestión ese elemento de fijeza o estabilidad está dado, a través de una ley; por el tipo de cambio que se fija entre el austral y el dólar estadounidense, y a través de este con el resto de las monedas del mundo. Se parte de la base de la razonable estabilidad del dólar y se declara la obligatoriedad que asume el Estado argentino de vender a cualquier tenedor de australes la cantidad de dólares que éste requiera, al precio de diez mil australes por cada dólar. De esta manera configuramos la nota de la convertibilidad del austral en dólares estadounidenses a un tipo de cambio determinado. Aprobado el proyecto de ley del Poder Ejecutivo, se habrá incorporado a la calidad del tenedor de un austral el derecho a ser considerado acreedor de una obligación de conversión. Esta característica de convertibilidad no es nueva en el derecho monetario argentino. En efecto, el 4 de noviembre de 1899 fue promulgada la ley 3.871, en cuya virtud se dispuso que un peso moneda nacional de curso legal. podía ser convertido en cuarenta y cuatro centavos de pesos moneda nacional oro sellado y que tal operación de conversión estaría a cargo de la caja de conversión creada por ley 2.741, promulgada el 7 de octubre de 1890. Esto sucedió durante la presidencia del doctor Carlos Pellegrini. Es sabido que la crisis de 1890 continúa aún hoy siendo objeto de estudio para nuestros especialistas. Merecen ser rescatados los aportes del doctor Roberto Cortés Conde al respecto,

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quien expresó: "...Sea corno fuere, a partir de 1885 el gobierno nacional había impulsado una política fuertemente expansiva; se había incrementado grandemente el endeudamiento externo; la recesión europea había provocado baja de precios de nuestros productos exportables y se habían sucedido malas cosechas. El sistema de bancos garantidos había entrado en crisis, y por último los sucesos del Parque provocan el alejamiento del presidente Juárez Celman y su reemplazo por el doctor Pellegrini...". Este último, para conjurar la crisis, adoptó medidas tributarias, como ser la percepción de impuestos a la importación y exportación. Se liquida el banco nacional y el sistema de bancos garantidos y se crea la caja de conversión y se funda el Banco de la Nación Argentina. Pero la plena convertibilidad de la moneda, de papel en oro se alcanzó en 1899, como lo he recordado, a través de la ley 3.871. Quiero recordar aquí que la convertibilidad de la moneda y el sistema de reservas al circulante fue una presencia al menos en los textos legales bajo gobiernos de distinto tipo durante nuestra historia. La convertibilidad de la moneda como principio de derecho monetario recorre toda la historia argentina hasta llegar incluso a la primera presidencia del general Juan Domingo Perón. En cuanto a la convertibilidad en la ley de creación del Banco Central, a través de la ley 12.155, promulgada el 28 de marzo de 1935, se crea el Banco Central, disponiendo en su artículo 41 que el Banco Central estará obligado a cambiar a la vista sus billetes en cantidades no menores al valor en moneda nacional de una barra típica de oro de kilogramos 12,441-400 onzas troy por oro o a opción del banco por divisas o cambio extranjero. La tasa que regirá para el canje de billetes por cambio extranjero o viceversa no podrá variar en más del 2 por ciento arriba o abajo de la par. Pero el artículo 58 de la misma ley establecía que hasta tanto no se dispusiera por ley especial no entrarían en vigor las prescripciones del artículo 41. En 1946, con el gobierno del general Perón se incluye una muy importante modificación en el sistema bancario y monetario; comienza a producirse con el decreto 14.957 del 24 de mayo de 1946. El artículo 29 del decreto reproduce textualmente las disposiciones del artículo 41 de

la ley 12.155 en tanto que el artículo 58 de la nueva normativa del Banco Central dispone que el funcionamiento de la convertibilidad dependerá de la sanción de una ley especial. Expresa textualmente en la primera reforma a la carta orgánica efectuada durante el gobierno justicialista que el banco mantendrá en todo momento una reserva suficiente para asegurar el valor del peso, ya sea en oro, divisas o cambio extranjero.

-Varios señores senadores hablan entre sí Sr. Romero. — Sé que este tema no es de los más divertidos, pero si no prestamos atención no se podrá comprender la importancia que tiene. Sr. Presidente (Menem). — Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Salta. Sr. Velázquez. — No lo tomamos en forma jocosa... Sr. Romero. -- De ninguna manera. Veo que las múltiples ocupaciones entretienen a los señores senadores, a quienes les pido que por favor presten atención. Sr. Presidente (Menem).— La Presidencia ruega al señor senador que continúe en el uso de la palabra. Sr. Romero. — Decía que el artículo 27 de la carta orgánica reformada en el primer gobierno de Perón estableció que el banco mantendrá en todo momento una reserva suficiente para asegurar el valor del peso, ya sea en oro, divisas o cambio extranjero equivalente al 25 por ciento corno mínimo de sus billetes en circulación y obligaciones a la vista. La reforma de 1949, por ley 13.571 nuevamente modifica la carta orgánica del Banco Central, pero esta reforma no altera el artículo 29 del decreto 14.957, de 1946. Con ello quiero afirmar que tanto la conside- ración debido a las reservas del circulante cuanto a la conversión del papel moneda en oro o en divisas fue admitida y mantenida al menos como principio por el Banco Central creado durante la presidencia del general Justo... Sr. Velázquez. — ¿Me concede una interrupción, señor senador? Sr. Romero.-- Sí, señor senador. Sr. Velásquez. — Nuestra demora obedece a que obviamente estábamos con nuestro equipo de técnicos y asesores, razón por la cual recién nos incorporamos a la sesión cuando el senador

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está dando —según entiendo— un informe del proyecto de ley en cuestión. En primer término, deseo saber cuál fue el procedimiento utilizado en el inicio de la sesión, porque entiendo que tendría que haberse leído —si así ocurrió, quisiera que por Secretaría se me informara— el decreto de convocatoria y producido los pasos sucesivos para que se esté en este momento tratando en general el proyecto. Sr. Presidente (Menem). — La Presidencia le informa, en primer término, que si quiere tener detalles puede remitirse a. la versión taquigráfica, que está a su disposición. En segundo lugar, le expreso al señor senador, tal como se dijo al principio, que tanto el decreto de convocato- ria corno el pedido de citación a sesión especial están a disposición de los señores senadores. Sr. Rodríguez Saá. — Pido la palabra. Sr. Gáss. — Le pido, señor presidente... Sr. Rodríguez Saá.— Le pido que respete el uso de la palabra. Sr. Gass.— No sabía que había pedido la palabra. Sr. Rodríguez Saá. — Sí, la había pedido. Lo que quiero decir es que se empezó a sesionar de la misma manera en que comienzan todas las sesiones, es decir con quórum reglamentario. Hubo una moción de orden y se la votó. No hay ningún inconveniente en que se lea la versión taquigráfica y que oportunamente los señores senadores puedan constatar lo ocurrido. En segundo término, quiero hacer una alegoría: la película no la dan en un cine continuado donde la película empieza cuando uno llega. Sr. Gass.-- Señor presidente: no voy a entrar en el juego a que ayer hizo mención el señor senador respecto de la actitud que toma un opositor. No voy a entrar en ese juego. Lo que corresponde cuando hay una citación a sesión especial es que el presidente diga que se va a leer el pedido de los señores senadores que han solicitado dicha sesión. Como no estuve presente, no sé qué pasó. Me basta la palabra del señor presidente. Sin embargo, lo que me comunican, tanto el presidente del cuerpo como el de la bancada justicialista, es que podemos leer la versión taquigráfica. La vamos a leer cuando tengamos tiempo. Lo que queremos es que nos diga si se ha cumplido

estrictamente con el reglamento, como es norma. Sr. Presidente (Menem). — Se ha cumplido estrictamente con el reglamento. Luego de informado el motivo de la sesión especial y que se encontraban en Secretaría el decreto y el correspondiente pedido, el señor senador por San Luis solicitó la palabra para formular una moción. de orden, la que se puso a consideración del cuerpo y fue votada, razón por la cual, aprobado el tratamiento sobre tablas, se puso en consideración el proyecto en general. A raíz de esa circunstancia es que está haciendo el informe el señor senador por Salta. Estos han sido los pasos que se han seguido; de acuerdo: con la interpretación de esta Presidencia son estrictamente reglamentarios. Sr. Gass---Usted, señor presidente, me va a permitir que ésta sea una de las pocas veces en que yo no coincida con la Presidencia. Creo que que se trata de una cuestión personal, pera no coincido. Sr. Lafferriére. — Con la venia del señor miem- bro informante, quiero pedir una aclaración. Sr. Romero. — Le cedo la palabra. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos. Sr. Lafferriére. -- Señor presidente: como no se trata de una sesión de tablas —la Presidencia ha dicho que es una sesión especial, convocada por un pedido formulado por algunos señores senadores; no sé cuantos-, me interesa saber de qué manera se citó a los señores senadores para esta sesión. Digo esto porque yo vine al recinto, al escuchar por el parlante que se estaba sesionando. Quiero saber si se ha realizado adecuadamente la citación, ya sea por telegrama o telefónicamente, a los efectos de conocer si todos los señores senadores tenían noticia de que había sesión. Sr. Presidente (Menem)..- Por Secretaría se me informa que la citación fue hecha por memo- rándum a los despachos de todos los señores senadores. Sr. Rodríguez Saá.- Que es el domicilio legal constituido. Sr. Gass.— En adelante, que me manden todo al domicilio constituido. (Risas.) Sr. Presidente (Menem). — Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero. — Decía que la consideración debida a la reserva de circulante y a la

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conversión, de papel moneda- fue por lo menos admitida y mantenida en nuestra historia independientemen-te de la ideología de los partidos políticos que nos gobernaron. El hecho de que la conversión no haya tenido efectiva aplicación durante un largo período histórico no le quita importancia a esta coinci- dencia entre la concepción del Banco Central de 1935 y la de los años 1946 o 1949. Durante el primer gobierno del doctor Yrigoyen se mantiene el cierre de la Caja de Conversión que se había producido en 1914 como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. El presidente Alvear restablece la conversión hasta 1929, año en que se inicia la crisis de esa década. Con esto quiero significar que de la concepción según la cual el patrón moneda es representativo del oro y las divisas que existen en reservas han participado en nuestro país las distintas agrupaciones políticas que han goberna-

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do. Me refiero al Partido Autonomista Nacional, con Pellegrini y el presidente Roca a la cabeza; los sucesivos gobiernos hasta el advenimiento del radicalismo con Hipólito Yrigoyen primero y con el doctor Alvear después, quien —según apunté recién— dispone la reapertura de la Caja de Conversión en 1927, que se mantuvo hasta 1929. No sería válido, pues, adjudicar la concepción de la convertibilidad de la moneda a ningún partido político en especial, ni a las ideas liberales, ni a las intervencionistas, ni a las conservadoras, ni a las que sustentan las otras fuerzas políticas que han gobernado en distintas épocas. Por el contrario, se trata de un instrumento compartido por todos aquellos que han tenido la responsabilidad del gobierno en nuestro país desde hace un siglo y que por distintas razones no pudieron poner en funcionamiento en la época en que les tocó el ejercicio del poder. En cuanto a los aspectos constitucionales de este proyecto de ley, destaco que se recupera para el Congreso de la Nación una facultad perdida hace mucho tiempo. Me refiero a la que dispone el artículo 67, inciso 10, según la cual corresponde al Congreso de la Nación hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras. Esto debe ser apreciado en toda su dimensión, por cuanto le toca a este Congreso, por primera vez en muchos años, debatir una ley monetaria, crear en los hechos una nueva moneda y fijar el valor de la moneda nacional con relación a las extranjeras. En lo que se refiere a la paridad de 10 mil australes por cada dólar, cabe acotar que dicha relación tampoco es caprichosa; por el contrario, está impuesta por la precisa cuantificación, tanto del monto total de las reservas de libre disponibilidad existentes en este momento como de la base monetaria, que está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el Banco Central de la República. Argentina, en cuenta corriente o cuentas especiales. Yendo al análisis del articulado, el artículo 1º fija la conversión de la que estamos hablando, de 10.000 australes por cada dólar para la venta de esta divisa en las condiciones que establece el proyecto en los siguientes artículos. Por el artículo 2º se obliga al Banco Central de la República Argentina a vender todas las divisas

que le sean requeridas para operaciones de conversión. Esta situación queda reflejada a través de la cuenta "Divisas" del activo del Banco Central y de la cuenta "Circulación monetaria" del pasivo de dicho banco. El artículo 3º dispone que el Banco Central de la República Argentina podrá comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del gobierno nacional, o emitiendo los australes necesarios para tal fin. Con respecto al artículo 49, ya hemos visto al analizar someramente los antecedentes his- tóricos de este proyecto de ley que anteriores cartas orgánicas del Banco Central previeron la necesidad de la existencia de reservas que respaldaran la circulación de papel moneda. En un régimen de libre convertibilidad como el que estamos disponiendo a través de este proyecto, las reservas deben ser equivalentes a por lo menos el ciento por ciento de la base monetaria. Ello es así por cuanto el Estado nacional asume la obligación de convertir en dólares todos los australes en circulación. Por lo tanto, es necesario que dichos dólares o el oro equivalente existan en algún lugar: ésa es la función de las reservas en un régimen de convertibilidad. Por otra parte, las reservas juegan un papel importante al constituir el techo o límite superior de la emisión monetaria, por cuanto se da una suerte de equilibrio entre el nivel de reservas y la base monetaria. Hemos advertido que algunos medios de difusión han señalado que, en virtud de este artículo, las reservas podrían colocarse en Bonos Externos de la República Argentina. Este señalamiento podría inducir a suponer que en la inteligencia de la ley no existe límite a tal posibilidad. De tal manera, podría llegarse a la aberrante situación de que todas las reservas estén constituidas por los citados títulos del Estado. Esta posibilidad queda anulada a través del propio texto del proyecto, por cuanto se propone que el cómputo de tales títulos se efectúe siempre a valores de mercado y no a valores nominales; y aquí juega correlativamente la primera parte del artículo por el que se obliga al Banco Central a mantener un nivel de reservas equivalente, por lo menos, al ciento por ciento de la base monetaria. Si se tiene en cuenta que las reservas de libre disponibilidad están constituidas por oro y divisas extranjeras, es menester prever la

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colocación de dichas divisas en centros mundiales de reconocida solidez y prestigio, que pagarían intereses por dichas colocaciones. Tales intereses constituyen lo que se ha dado en denominar el "señoriaje", propio de las reservas. Y es menester aclarar a la Honorable Cámara que tal señoriaje pertenecerá exclusivamente al Banco Central de la República Argentina, no constituyendo reservas computables a los efectos de la ley. Está claro que cuando se solicite la conversión de australes en dólares, quien así lo requiera tendrá derecho a recibir exclusivamente los dólares en función de la cotización fija, no pudiendo pretender suma alguna correspondiente a esa renta denominada “señoriaje". El artículo 5º del proyecto tiene por objeto el cumplimiento del principio de claridad en la información, que forma parte de los estados contables del Banco Central. Deberán establecerse modificaciones a los mecanismos de análisis de estos balances para que reflejen el monto y la composición de la base monetaria y la cantidad de la reserva de libre disponibilidad. El artículo 6º del proyecto comprende dos aspectos de muchísima importancia. A través del primero se propone crear lo que en términos de derecho privado podríamos denominar patrimonio de afectación, toda vez que el oro y las divisas de libre disponibilidad —esto es, las reservas- están afectados al cumplimiento de la ley, presentándose al mundo como patrimonio del Estado nacional argentino. Y en relación a ello el Estado despliega su inmunidad soberana. Por tal. motivo, el oro y las divisas de libre disponibilidad se declaran inembargables. El mismo artículo 6º contiene también una definición muy importante a los fines de la mecánica general del proyecto, en función de la cual se expresa que la base monetaria equivale a la circulación monetaria más los depósitos a la vista en cuenta corriente y cuentas especiales. En cuanto a este punto, con el que termina el título I, corresponde hacer una reflexión con respecto a los efectos estabilizantes del proyecto y sobre todo a los aspectos que hemos enumerado con relación a los primeros seis artículos. La desaparición de la expectativa inflacionaria, que se espera suceda con el anclaje del cambio en un tipo fijo, introducirá en el sistema, en

breve plazo, una recuperación del crédito, tanto del destinado al consumo como a la inversión, lo cual incidirá positivamente en el nivel de actividad económica, mejorando los ingresos de las personas; esta circunstancia permitirá efectuar compras a plazo de bienes y servicios, cosa que actualmente es imposible hacer. Tal situación también influirá favorablemente en la recaudación impositiva, y si a esto le sumamos el propósito decidido del Poder Ejecutivo de establecer un equilibrio fiscal, se reforzará la estabilidad que todos deseamos. Ello implicará la existencia de un circuito que retroalimentará lo que tanto anhelamos, que es la recuperación de la economía. A través del título II del proyecto de ley consideración, se trata de desmontar y desactivar un mecanismo perverso que arrastra a nuestra economía porque consiste en la indexación. Sr. Velázquez. — ¿Me permite? . Sr. Presidente (Menem). ¿Le permite la interrupción, señor senador? Sr. Romero. — Sí, señor presidente. Sr. Velázquez.— Señor presidente: si bien es cierto que, a juzgar por el poco énfasis que pone el señor miembro informante, no parece estar muy convencido de este proyecto (risas) quiero que me informe de qué manera y qué parte del título I —los seis primeros artículos- va a obrar para despejar las expectativas inflacionarias, como termina de manifestarlo. Sr. Romero. --Cómo no, señor senador. Sr. Sánchez. --Tendrá que hablar más alto. Sr. Romero - No por mucho gritar voy a convencer al señor senador. Como venía diciendo, en el artículo. 1º establecemos por ley un tipo de cambio. Esto va a promover una mayor creencia en el austral, va a valorizarlo como moneda; le va a dar un valor cierto, porque lo estamos fijando por ley. El Plan Austral establecía un tipo de cambio por decreto, anclando una variable. Estamos fijando un tipo de cambio con el dólar estadounidense de 10.000 australes por unidad de esa moneda. Estamos convencidos de que esto va a traer, y hay que poner énfasis aquí, una disminución en las expectativas inflacionarias. Al haber una referencia futura cierta para el valor de la mo- neda no va a existir la tendencia al incremento de los precios. Al contrario, se va a comenzar, a hacer transacciones a largo plazo. Va a nacer la posibilidad de que alguien dé un plazo sin el

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riesgo de ver disminuido su ingreso en el momento del efectivo pago. Sr. Losada.-- ¿Me permite una interrupción? Sr. Romero. — Cómo no. Sr. Losada. — Me queda duda, señor senador, porque usted señala que el austral surgió por decreto y que ahora la garantía, más que un decreto, es el dólar. ¿Es decir que usted confía más en el dólar que en un decreto del gobierno argentino? Sr. Sánchez.— Ustedes inventaron el austral, y así nos fue.

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Sr. Losada. — Quiero saber si la alusión del señor senador implica que es mucho más confiable que el propio gobierno argentino. Por lo menos, es la interpretación que le di. Sr. Rubeo. — Es capciosa. Sr. Presidente (Menem).- Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero.- Me parece muy atinada la pregunta del señor senador por Misiones porque me da la oportunidad de aclarar que no es así. No es que seamos nosotros los que estamos convencidos de que el dólar tiene más valor que el austral. ¿Qué mejor demostración que cuando salió el Plan Austral, en que un austral equivalía a un dólar, y ahora, 10.000 australes equivalen a un dólar? Sr. Sánchez.- Al lanzarse el Plan Austral, un austral equivalía a 80 centavos de dólar. Sr. Romero.— Correcto; admitimos que equivalía a 80 centavos de dólar. Entonces, al principio un austral valía casi un dólar, y ahora 10.000 australes hacen un dólar. ¿Qué mayor castigo se le pudo haber infligido a nuestra moneda – y no entro a buscar culpables— que una continua práctica de emisión espuria, que hizo que no existiera un valor referencial? Por eso estamos fijando un tipo de cambio. Estamos obligando a hacer algo que el gobierno no estuvo haciendo, que es no emitir sin respaldo. Luego de la Segunda Guerra Mundial el patrón oro fue desplazado en el mundo —no sólo en la Argentina— por el patrón dólar. Esto no responde a nuestras decisiones. La convertibilidad cambiaria establecida en el siglo pasado estaba basada en el patrón oro o plata, porque eran la referencia mundial del valor. Ahora es ésta la referencia mundial; no depende de nosotros. Tal vez habríamos provocado confusión si hubiéramos tomado otra moneda. Pero sabemos que esta es la moneda que se utiliza como reserva en el mundo. No está en nosotros optar. Confiamos en el austral. No estamos dolarizando la economía. Estamos diciendo que el austral va a tener un valor cierto, referenciado al dólar y a las demás monedas del mundo. Sr. Brasesco. — ¿Me permite una interrupción, con la venia de la Presidencia? Sr. Romero. — Sí, señor senador. Sr. Brasesco. — Sobre lo que ha estado exponiendo el señor miembro informante tengo algunos interrogantes que me surgen de una

concepción político-económica no monetarista. Porque soy empírico y he llegado a la conclusión de que todas las medidas ortodoxas -inclusive científicamente perfectas— que hemos aplicado en el campo económico desde 1970, tanto en los gobiernos de facto como en los constitucionales —sean radicales o justicialistas, como en este momento—, no han resuelto nuestros grandes problemas nacionales. La intangibilidad que se observa en el artículo 1º se relaciona con que se consagra por ley la paridad de nuestra moneda con el dólar: éste será equivalente a diez mil australes. Frente al derecho que rige en este momento, tal paridad corre peligro de que pueda ser modificada por decreto. Fundamentaré mi opinión, no para plantear una discusión, sino para esclarecer entre todos este interrogante. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha considerado constitucionales los decretos de emergencia. Por esta circunstancia se han prorrogado la vigencia de la Ley de Emergencia Económica y los términos para no ejecutar al Estado en los juicios con sentencia firme. Esta validez constitucional de los decretos de emergencia permite que en un momento determinado el Poder Ejecutivo, haciendo uso de la citada jurisprudencia del alto tribunal, pueda a través de un decreto de emergencia variar la paridad del dólar, y a través de la Ley de Entidades Financieras y las circulares del Banco Central de la República Argentina, manejar el espectro financiero del país. Quiero dejar planteada esta incógnita porque fue una de las que evaluábamos con relación a que esta reunión no se llevara a cabo hoy y pudiéramos conversar y profundizar sobre estos temas. Incluso si el ministro hubiese podido hacerse presente contaríamos con más elementos para clarificar las dudas. Sr. Presidente (Menem). — La Presidencia ruega a los señores senadores que solicitan inte-rrupciones que se ajusten a lo que ellas significan. En caso contrario, deberán anotarse en la lista de oradores para hacer uso de la palabra en el momento oportuno. De esta manera se evita interrumpir la exposición del orador que hace uso de la palabra. Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero. - Señor presidente: creo que todos los señores senadores tendrán oportunidad de

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exponer sus ideas. Las manifestaciones que se han llevado a cabo —que valoro porque son útiles para el esclarecimiento del tema— deben ser realizadas en el momento oportuno. Con respecto a lo señalado por el señor senador por Entre Ríos, creo que no es como lo plantea porque es firme voluntad del gobierno que el Congreso participe y sea protagonista con relación a estas importantes medidas. No existe nada que nos haga sospechar una simulación como la descrita por el señor senador preopinante acerca de que hoy aprobemos una ley y mañana se cambien sus términos a través de un decreto. Eso no sucederá. El Congreso está cumpliendo con su deber y el Poder Ejecutivo cumplirá con el suyo, ajustándose a la promesa de no emitir de una manera espuria y no modificar la paridad cambiarla que estamos estableciendo. Quiero referirme al título II del proyecto de ley. En él se elimina un mecanismo perverso de indexación de la economía, que es una práctica que potencia la inflación. Esto está en relación con el traslado al mes siguiente de la suba de los precios del mes anterior de manera exagerada y automática. Es así como se potencia el fenómeno de la inflación, que nos castiga desde hace tanto tiempo. La verdadera unidad monetaria es el austral más un índice de corrección, mecanismo que ya ha comenzado a operar en la economía y constituye, como dije, una base potenciadora de la inflación. Los salarios, por ejemplo, que en muchos casos constituyen la única subsistencia de los trabajadores, están expuestos al fenómeno inflacionario. Pierden valor en razón de que es prácticamente imposible, dentro de la economía indexada, mantener el equilibrio entre precios relativos, ya que siempre los mecanismos indexatorios operan en forma desacompasada, produciendo un incremento de precios. Luego, los salarios tratan de alcanzar esa suba, siendo siempre derrotados en el intento. Lo mismo sucede a los propietarios de explotaciones agrícolas o industriales, quienes inmersos en la crisis económica, que no sólo es nacional sino en algunos casos también mundial, observan cómo tales bienes productivos se deprecian; luego de que venden sus cosechas los precios siguen indexándose, y ellos no tienen la posibilidad de contar con los medios para la inversión en la próxima cosecha.

Esto también ha traído la depreciación del valor de la propiedad inmueble y de los campos. Sin embargo, eso no ocurre con los créditos indexados. El valor de la tierra y de los productos primarios va decayendo, no así el de las deudas, que han seguido un mecanismo indexatorio que se ha transformado en confiscatorio del valor de la propiedad. Quien antes compraba un elemento agrícola y una deuda bancaria, se encontraba luego con que la deuda superaba en dos o tres veces el valor del bien, el cual se había ido depreciando. Por un lado los valores caen, y por el otro las deudas suben. Eso es algo que advertimos porque constituye un elemento distorsionante que vemos todos los días. También tenemos los servicios, las prestaciones médicas, los alquileres y los contratos educativos que continúan manejándose con esta suerte de inercia indexatoria. Dichos elementos se trasladan al resto de la economía y hacen muy difícil —casi imposible— dominar esta inflación denominada inercial. Por eso el título II de este proyecto contiene un conjunto de disposiciones tendientes a quebrar esta inflación inercial, impedir su difusión por el resto de la economía y equiparar los bienes no transables con el tratamiento de los bienes transables a partir de la apertura de la economía, estableciéndose como fecha inicial para el nuevo esquema arancelario el próximo 1º de abril. De allí que el artículo 7º del proyecto establece el principio del nominalismo en el derecho monetario argentino, que se encontraba ya en el artículo 619 del Código Civil y es mantenido y reforzado en este proyecto de ley. De acuerdo con este principio, el deudor de una suma de dinero cumple con su obligación pagando la cantidad a que se había obligado al contraer la deuda. Es decir que si se obligó por la suma de mil australes el 1º de enero de 1990, cumple con su obligación entregando esa suma, haciendo abstracción de la capacidad adquisitiva de la misma. Este principio fue derogado por la inflación y por su consecuencia inmediata que es la indexación o el ajuste de las obligaciones de dar sumas de dinero. El nominalismo es un principio aceptable mientras la capacidad adquisitiva de la moneda se mantiene razonablemente estable. Pero cuando la inflación comienza a deteriorar la

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capacidad adquisitiva, el principio se torna totalmente injusto en perjuicio del acreedor de una suma de dinero, quien observa que, con el transcurso del tiempo y a raíz de la inflación, su crédito queda reducido a la nada. Eso sucedió y sucede en nuestro país, y en un proceso iniciado en la década del 60 se apeló al mecanismo de indexación o de ajuste monetario y se comenzó a aplicar este mecanismo de reajuste monetario. Así se comenzaron a pactar en los contratos cláusulas de reajuste, y en los casos en que no se había previsto este mecanismo los tribunales empezaron a reconocerlo, primero en las llamadas obligaciones de valor, y luego en todas las obligaciones en virtud de cuales deberían ser pagadas. sumas de dinero Se concluyó así estableciendo una relativa autonomía de los mecanismos de indexación. con relación al resto de la economía. Por otra parte, no todos pueden competir respecto de los bienes y servicios que se indexan o no. Así, el gran objetivo del artículo 7º es la prohibición para el futuro y a partir del 1º de abril de 1991 de toda actualización monetaria, indexación por índices de precios, variación de. costos o repotenciación de deudas, tanto de origen legal, como contractual o convencional. Pero como es obvio, el tiempo futuro constituye un elemento de singular importancia en los contratos; en toda actividad económica destinada a desplegarse en el tiempo se debe recurrir a un arbitrio que absorba las vicisitudes de las variables económicas a lo largo del tiempo. Es así que se vuelve a restablecer algo perdido: el tipo de interés. Con una moneda estable, con un sistema de precios razonablemente estabilizado, las proyecciones de los empresarios y operadores económicos tendrán que canalizarse a través de tasas de interés o expectativas respecto de ellas, que estamos seguros se van a reducir, acercándose a parámetros razonables y compatibles con la economía de los países estables. Así es como funcionó la economía argentina antes de la indexación; y así es como pretendemos los argentinos que vuelva a funcionar a partir de esta realidad estabilizadora. La comprensión del artículo 8º del proyecto de ley requiere una breve disgresión hasta el artículo 12 del proyecto de ley, que en su primer párrafo determina —debemos poner énfasis en esto—

que en verdad y en realidad el austral convertible es una nueva moneda. Para evitar confusiones no se cambió la denominación ni se eliminaron los ceros que sobran. Pero el austral convertible es una nueva moneda con respecto al austral no convertible. En cuanto al artículo 8º, si bien existió la preocupación de que la ley -avanzaba sobre el principio de la intangibilidad de la cosa juzgada -este es un reclamo que muchos señores senadores nos hicieron llegar-, debemos decir que no existe tal avance. Lo que ocurre es que las sentencias judiciales se han pronunciado con arreglo a una moneda, y es menester regular lo que acontece cuando dicha moneda cambia. Un teórico de la importancia de Arthur Nusbaum, en. obra Teoría jurídica del dinero señala: "El paso al nuevo sistema de las deudas antiguas, es decir, de las expresadas en la moneda sustituida, se regula por las disposiciones transitorias (normas de reducción) que el legislador establezca. Pero no es indispensable que esa disposición se determine en todo caso de una nueva manera expresa, sino que puede deducirse tácitamente. Así, con ocasión de la caída de la monarquía austro-húngara, la norma para la reducción de la antigua corona a la corona de los nuevos Estados resultantes de la disgregación, se presentaba evidentemente en la proporción uno a uno, puesto que las nuevas coronas habían sido creadas precisamente para sustituir a la antigua". Así concluye la cita. Vale decir, Honorable Cámara, que el artículo 8º tiende a regular la conversión de las deudas antiguas declaradas judicialmente en la nueva moneda creada por este proyecto de ley. El artículo 9º constituye la aplicación de los mecanismos desindexatorios previstos en los artículos anteriores. La técnica normativa elegida en primer lugar parte del concepto amplio de las relaciones jurídicas, acotándolo seguidamente con la exigencia de que las relaciones jurídicas sometidas a desindexación retroactiva involucren prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes. Ello implica excluir ab initío aquellas obligaciones en las que una sola de las partes tenga prestaciones a cumplir. En razón de esta norma quedan fuera del ámbito de aplicación de esta cláusula, por ejemplo., los contratos de mutuo. En segundo término, el artículo incluye en dichos mecanismos desindexatorios a las

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obligaciones de ejecución continuada con prestaciones y contraprestaciones periódicas. En estos casos, como lo mencioné anteriormente, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, obra, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en más de un 12 por ciento anual al que surja de la evolución de la cotización del austral en dólares estadounidenses, entre el origen de la obligación o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 1º del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación. Esto significa incluir en las previsiones desindexatorias a contratos tales como los de medicina prepaga, servicios educativos, ahorro para fines determinados. Corresponde interpretar que el salario está excluido de esta desindexación en razón de que no debe entenderse incluido en la enumeración contenida en la norma, la que se refiere únicamente a precio, cuota o alquiler. Sr. Velázquez.— ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Presidente (Menem). — ¿La concede, señor senador? Sr. Romero. --- Sí, señor presidente. Sr. Velázquez. — Señor presidente: como se está haciendo referencia al tema de los alquileres, quiero que se me informe cuál va a ser la manera en que se piensa desindexar los montos relacionados con las propiedades del Banco Hipotecario Nacional., que en muchos casos fueron indexados en forma deliberada en un ciento por ciento o en un 200 por ciento, según las circunstancias. Además, el valor de las cuotas -no estoy diciendo ninguna novedad-, excede con creces el 20 por ciento de los ingresos del núcleo familiar. En consecuencia, deseo que se brinde una información más precisa sobre este tema puesto que resulta indispensable llevar tranquilidad a un vasto sector de nuestra comunidad que está atento a la forma en que va a operar esta ley en la materia indicada. Sr. Romero.— Continúo, señor presidente. Es muy atinada la observación del señor senador. Debo decir que no hay ninguna exclusión en el caso de las obligaciones que debe cumplir el Banco Hipotecario; no hay ninguna

norma que señale que dicha institución bancaria no deba efectuar ese mecanismo de reducción. Se trata de calcular la cuota entre el mes de mayo del año pasado y el mes de abril de este año, a valor dólar. Todo lo que exceda el valor del momento base deberá ser reducido; solamente se podrá ajustar esa cifra inicial como dijimos recién, en un 12 por ciento anual, a valor dólar. Si la variación fuera inferior al 12 por ciento anual en dólares, obviamente hasta ese límite podrá llegar el ajuste. Sr. Velázquez. — Me voy a permitir hablar en plural porque, en esta .inquietud, también estoy reflejando la opinión del señor vicepresidente de la Comisión de Vivienda, senador Rubeo. Se está haciendo referencia a la indexación ocurrida sesenta o noventa días antes, pero lo cierto es que tales ajustes se produjeron con mucha mayor anticipación. En consecuencia, nuestra preocupación fundamental pasa ser algo que distintos funcionarios del Poder Ejecutivo nacional señalaron públicamente: que se estaba estudiando la posibilidad de transferir la cartera de créditos del Banco Hipotecario a la banca privada. Entonces, si previamente no se hace una corrección justa y necesaria, lamentablemente vamos a estar dejando atados de pies y manos a los hoy supuestos beneficiarios del Banco Hipotecario Nacional. Sr. Rodríguez- Pido la palabra. Sr. Presidente (Menem).— Tiene la palabra el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá. -- Quiero compartir la preocupación del señor senador Velázquez pues es sumamente justa. Entiendo que la relación de los propietarios y titulares de créditos con el Banco Hipotecario es atípica, yo diría anómala, con algunas irregularidades, especialmente en los precios que tienen las viviendas actuales y en las cuotas que se están pagando. Es decir, algunos valores están sobrevaluados y otros están subvaluados. En tal sentido, este proyecto de ley no agrega ni quita nada. No empeora la situación ni tampoco la mejora. Lo que tenemos que hacer es tener presente esta inquietud, y en algún momento tratar de lograr un perfecto equilibrio en cuanto a las interpretaciones entre los titulares de los créditos y el Banco Hipotecario. Sr. Romero.— Para dejar en claro este tema quiero manifestar que la inquietud que se plantea

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está contemplada en el artículo 9º. En él se establece que las cuotas deben calcularse, no a partir de los tres últimos meses sino desde mayo de 1990. Es un período que se ha establecido --esta fecha no es caprichosa—, y se ha determinado que luego de un período de inestabilidad de precios y de moneda en el año anterior, mayo es un mes que se puede tomar como estable comparado con anteriores períodos de inestabilidad de la moneda. Por lo tanto, creernos que si se toma como dólar base el de mayo, no será un dólar bajo ni alto sino un promedio histórico. De allí, se debe trasladar la deuda hasta el momento en dólares, más el 12 por ciento anual por tal período. Y si la deuda en australes está por encima de esta cifra, la misma debe ser reducida. Esto que hemos planteado en la reunión de comisión ante las autoridades económicas ha sido expresado por el mismo ministro Cavallo al decir que existe la intención de que esta ley sea puesta en vigencia lo más pronto posible. La reglamentación ya se está elaborando; hemos conocido algunos aspectos y podemos decir que se contemplan todos los casos y situaciones especiales en la reglamentación. Sr. Rodríguez Saá- Sería conveniente que de este debate surgiera la preocupación del Senado, tal como lo planteara el senador Velázquez. Sr. Rubeo.— Pido la palabra, si me permite una interrupción. Sr. Romero. — Sí, señor senador. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Santa Fe. Sr. Rubeo-- Quiero que queden claras algunas cuestiones muy puntuales sobre este tema, siguiendo la línea de pensamiento planteada por el señor senador Velázquez. En primer lugar, en cuanto a la preocupación que se ha manifestado en reiteradas oportunidades a través de distintos proyectos, quiero manifestar a mis colegas que el Poder Ejecutivo ha hecho suyo un proyecto de ley del señor senador Molina, que está en estudio en las comisiones de Vivienda y .de Economía. Precisamente apunta a elaborar un mecanismo que implique solucionar esta tremenda dificultad por la que atraviesan aquellos que han recibido créditos del Banco Hipotecario Nacional. También ha dicho el ministro Cavallo, cuando nos informó ayer, que es preocupación del Poder Ejecutivo que inmediatamente demos

sanción al proyecto de ley del senador Molina. En ese orden estamos trabajando en la Comisión de Vivienda; con el senador Velázquez para incorporar a los beneficiarios, a aquellos que han recibido créditos por parte del Banco Hipotecario a través de sistemas de ahorro y préstamo y que en el proyecto original habían quedado excluidos. Abusando de la benevolencia del miembro informante, ya que estamos hablando del artículo 9º, creo que tiene que quedar perfectamente establecido como elemento de jurisprudencia que por aplicación de ese artículo se elimina todo sistema indexatorio o de ajuste en el precio de los alquileres. Nos vamos a encontrar con una situación que repara absolutamente la cuestión desde cl punto de vista de los inquilinos, porque vamos a impedir que el mecanismo perverso de la indexación, que se ha venido realizando mensual o bimensualmente sobre el costo de la locación, pueda violentar lo que se ha pactado voluntariamente al inicio del contrato. A valores constantes de moneda dólar resulta que nos encontrábamos con lo que voy a comentar a través de la siguiente figura. Si en mayo de 1990 se pagaban 500 mil australes de alquiler —esto equivalía a cien dólares—, en abril de 1991 se deberán pagar cien dólares más el 12 por ciento, que serán 1.120.000 australes. Si siguiéramos con el proceso indexatorio que hasta ahora se ha venido aplicando, esta cifra sería de 1.800.000 australes. O sea, que por vía de este mecanismo vamos a lograr una reducción sustancial, que en algunos casos puede llegar al 30 por ciento del precio de la locación. Pero quiero que tengamos en cuenta —para que no aparezca una maniobra de acción psicológica-- que no se está afectando el interés del propietario al congelar o planchar la cotización del dólar. De esta manera se establece una renta genuina del 12 por ciento, y le estamos dando una clara rentabilidad al capital que los propietarios colocan en el mercado de locación haciendo que esta renta del uno por ciento mensual supere lo que de otra manera se lograría a través de una inversión financiera en dólares, donde nunca el porcentual podría superar el 0,75. Hay que establecer una difusión muy clara al respecto, para que los propietarios puedan tener la tranquilidad de que estamos sincerando el

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mercado, y que a partir de este momento van a tener reglas de juego claras. Van a lograr una renta genuina limpia del 12 por ciento, que hace que esto sea una inversión interesante. Esta nueva propuesta no hace más que recoger el anhelo del sector de los propietarios, que solicitaban una renta del uno por ciento mensual. Convengamos que ésta es una renta absolutamente líquida, porque el inquilino tiene que hacerse cargo de los gastos centrales. de las expensas, los servicios centrales, que implican el contrato de locación. Le agradezco que me haya permitido la interrupción, señor senador. Sr. Lafferriére. —Señor senador: corno se vincula con el mismo tema... Sr. Presidente (Menem). Les pido mesura a los señores senadores, ya que las interrupciones se terminan convirtiendo en verdaderas exposiciones. De esta forma no dejan concluir su discurso al señor miembro informante. Por eso, les solicito a los señores senadores que quieran hacer observaciones, que se anoten en la lista de oradores, para que puedan exponer con amplitud de la manera que se ha procedido hasta ahora, el señor miembro informante no ha podido informar adecuadamente Sr. Romero. — Pido disculpas...

- Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Romero. Me resulta chocante negarme, señor presidente. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos. Sr. Lafferrière. — Señor presidente: mi inquietud está referida al artículo 9º, que según mi entender implica uno de los nudos del proyecto de ley, porque justamente afecta contratos en curso de ejecución. Esta preocupación, que oportunamente volcaré y desarrollaré en el tratamiento en particular del proyecto, se refiere a conocer si la posición de la Comisión es inflexible en cuanto a este artículo o podría aceptar algunas modificaciones que permitirían dar salida a algunas injusticias que podrían producirse en cierto tipo de contratos, como los de obras públicas, locaciones y otros. Personalmente creo que si la actitud es la de cerrarse o si existe una decisión política de esta naturaleza, obviamente, se podrían producir

graves situaciones de injusticia en las relaciones entre particulares. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor señador por Salta. Sr. Romero.— Señor presidente: considero que no sería razonable manifestar una negativa antes de conocer de qué se trata. Obviamente, durante el tratamiento del proyecto podemos analizar lo que se proponga, a los efectos de saber si la Comisión está en condiciones de aceptar una propuesta. Para concluir, señor presidente, así como dijimos que por el artículo 9º se establece la eliminación de la indexación derivada de las relaciones convencionales, por el artículo 10 se derogan las normas legales o reglamentarias que permitían esa indexación incluso en lo que se refiere a las convenciones colectivas de trabajo, no sólo en cuanto a lo que se refiere al salario en sí, sino a otros aspectos de esa relación contractual, que como forma de resguardar los intereses de los trabajadores se había previsto que fueran indexadas. Por supuesto, aclaro que esto no implica que se esté pensando en el congelamiento salarial. El incremento salarial se puede producir tantas veces como las partes lo convengan, pero no por vía de la indexación, sino mediante acuerdos, los que tienen relación con el incremento de la productividad, con el aumento de la actividad económica, que es lo que estamos buscando. De ninguna manera puede interpretarse esto como un congelamiento. Por el contrario, se trata de eliminar el mecanismo arbitrario de la indexación para pasar a otro mecanismo que tenga que ver con la realidad del incremento de la productividad. La modificación de los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil que se dispone por el artículo 11 del proyecto de ley en consideración, permite la adecuación de nuestra legislación civil a la nueva estructura monetaria que este cuerpo legal trata. Así, se incorpora a nuestro ordenamiento legal la posibilidad de pagar deudas contraídas en moneda extranjera entregando la misma especie, lo que hasta ahora estaba impedido por los artículos 617 y 619 del Código Civil. De esta manera estamos sincerando una costumbre ya incorporada en el momento de la actualización de las deudas a pesar de la prohibición de la cancelación de las mismas en moneda extranjera.

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A partir de las modificaciones apuntadas se permiten en nuestro país las hipotecas y prendas en dólares, en forma complementaria a la eliminación de los sistemas de actualización monetaria o de indexación. A través de la modificación del artículo 623 del Código Civil se permite la capitalización de intereses, de modo que cuando se devenguen se sumen al capital, produciendo nuevos intereses si así las partes lo convienen. Con respecto al artículo 12, no cabe sino señalar, como se dijo anteriormente, que el proyecto crea una nueva moneda, siendo una cuestión secundaria y casi de fórmula su denominación y expresión numérica. Por esta razón no se advierte obstáculo para la delegación en el Poder Ejecutivo de la facultad de denominar y expresar en números la realidad monetaria creada por esta ley, que es la verdadera función parlamentaria, como ya lo dijimos al comienzo. El artículo 13 señala una afirmación obvia en el sentido de que el texto legal es de orden público no sólo económico sino también constitucional de la República, de modo que nadie puede alegar derechos adquiridos en contra de la ley. Por lo demás, debe tenerse presente que la jurisprudencia de la Corte ha sido unánime en cuanto a que nadie tiene derecho al mantenimiento del derecho objetivo o a que el orden jurídico no cambie. Es decir que nadie tiene derecho a que el orden jurídico no sea modificado por otra ley. Como decía Hegel, toda ley es una propuesta del legislador dirigida a la sociedad. De esta manera, señor presidente, la sociedad argentina va a recibir —de sancionarse este proyecto— el esfuerzo estabilizador y el interés del ordenamiento económico, en los que están empeñados tanto el Poder Ejecutivo corno el Congreso de la Nación. Con la sanción de esta ley no sólo se produce la recuperación del Congreso de su facultad de legislar sobre esta materia, atribución por tantos años olvidada, sino también el inicio de la estabilidad deseada por todos y del crecimiento del crédito. Se va a volver a los préstamos a plazo, hábito que no recuerdo que exista desde que yo era chico. Esto será en beneficio de los asalariados, de los inquilinos y de aquellos que prestan servicios y no pueden fijar un precio. En fin, será un beneficio para la familia argentina.

Por estas razones propongo que se apruebe este proyecto de acuerdo con el texto del dictamen que obra en Secretaría. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por San Juan. Sr. Bravo. — (Lee) "Señor presidente, señores senadores: no obstante la premura con que el Poder Ejecutivo solicita al Congreso el tratamiento de un proyecto de ley invocando una situación de emergencia, nuestro bloque ha analizado, en el escaso tiempo que hemos tenido para hacerlo, la propuesta de convertibilidad de nuestra moneda teniendo presente la angustiosa realidad económica y social del país y la necesidad de concurrir rápidamente con medidas que ataquen decididamente las causas que la provocan. Refiriéndome ahora al fondo de la cuestión debo decir que la propuesta que nos ha enviado el Poder Ejecutivo no ha tenido la virtud de sorprenderme. Estoy convencido de que, de no haber apelado a alguna solución reactivadora del aparato productivo, la gestión del flamante ministro de Economía se hubiera visto condenada al fracaso y el país a un nuevo período de desolación. A mi criterio se abre una rendija para la esperanza, y creo que .las eludas que albergamos muchos de los que hemos vivido otros intentos parecidos no son suficientes como para que nos opongamos al proyecto en cuestión. Por el contrario, estimo que es el poder administrador el que, con la convertibilidad, asume el peso del esfuerzo. No es de los particulares que dependerá en definitiva el éxito o el fracaso del plan. Creo que, de cumplirse con las premisas de las que parte el Ministerio de .Economía, el plan será reactivante, sin dejar de reconocer que para algunos sectores puede llegar a ser motivo de nuevos y dolorosos ajustes. Me temo también que una parte importante de lo que han recibido las provincias por obra de la reforma tributaria reciente, les sea arrebatada ahora en un proceso que afectará también a la banca provincial. Pero en términos generales no existe ahora, en las actuales condiciones políticas, otra alternativa para frenar la inflación y alcanzar una estabilidad que, aunque precaria en el inicio, puede llegar a extenderse. Al mismo tiempo, este proyecto contempla la puesta en marcha del aparato productivo.

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Tampoco he escuchado críticas vitales al proyecto de convertibilidad, que provengan de los partidos políticos o de los sectores económicos. Más aún, creo que la principal crítica surge de las dudas que despierta el cumplimiento de las férreas pautas que en materia fiscal se ha fijado el Poder Ejecutivo. Vale decir, que si estas metas se alcanzasen, las críticas desaparecerían ante el éxito global del programa. En otras palabras, más que de una cuestión técnica -que no parece demasiado objetable-, la opinión que pueda tenerse respecto del proyecto depende de la confianza o desconfianza que se deposite en la seriedad de la actual política económica. Por eso importa señalar que el resultado final no va a estar dado por la mayor o menor rigidez de la ley que declare la convertibilidad de un dólar por 10 mil australes. No hay ley en el mundo que pueda contradecir la realidad. Por lo tanto, el austral mantendrá su paridad legal en tanto y en cuanto se mantengan las pautas económicas establecidas y no por la sola virtud de una ley. Se ha dicho que el equipo económico quemó las naves al querer establecer esta convertibilidad por ley. Pero no es la ley sino el cumplimiento estricto de lo anunciado lo que constituye el verdadero dique para futuros desbordes. Si la autoridad política no reduce el gasto público inoficioso, si no sabe decir que no cuando hay que decirlo, si no se terminan los favoritismos, si no está dispuesta a imponerse ante los desbordes sindicales y económicos, si está con la mira puesta en mayor medida en las elecciones que en la recuperación global del país, entonces inútiles serán todas las leyes que podamos dictar fijando utópicas paridades. Será algo así como el delirio de incorporar a la nueva Constitución del Brasil el tope de la tasa de interés. Señor presidente: creo también que este formidable esfuerzo que inicia una vez más la comunidad argentina tiene que ser debidamente evaluado en el concierto de las naciones. El mundo se ha empequeñecido, y los problemas de un país no pueden resultar ajenos para los otros, por poderosos que puedan ser. Si la Argentina avanza en el terreno de su recuperación, deberá ser escuchada con mayor comprensión por aquellos que reclaman el incremento del pago de la deuda externa. No puede ser que el enorme sacrificio que realice el

pueblo se vuelque en su totalidad en el pago de la deuda, sin revertirse en actividades productivas. Si los Estados Unidos han tenido un gesto de acercamiento a Polonia al condonar el 70 por ciento de su deuda, creo que los argentinos tenemos derecho a reclamar una consideración especial por parte de nuestro principal acreedor externo. Sea por la incorporación en el Plan Brady, sea por un mecanismo más directo, la deuda externa debe dejar de ser un fantasma que pesa sobre el futuro del desarrollo argentino. Con estos propósitos, constructivos y sobre todo esperanzados, los senadores del bloquismo sanjuanino hemos de dar nuestro voto favorable al proyecto de ley de libre convertibilidad que ha sometido a nuestra consideración el Poder Ejecutivo." Sr. Presidente (Menem). -- Tiene la palabra el señor senador por Corrientes, del bloque liberal. Sr. Aguirre Lanari. — (Lee) "Señor presidente: al iniciar mi exposición en este debate deseo expresar mi homenaje al doctor Carlos Pellegrini y mi adhesión a los conceptos insertados al final del mensaje del Poder Ejecutivo, que manifiesta: Que este proyecto sea un augurio que nos permita repetir su obra y superar la crisis de 1990, como su generación supo superar la que se produjo hace 100 años. Al rendir este homenaje no puedo dejar de señalar que considero loable pero insuficiente lo que manifiesta el Poder Ejecutivo en el sentido de que en 1890, con la adopción de la convertibilidad del peso moneda nacional se inauguró el período más prolongado de estabilidad monetaria, y paradójicamente de mayor esplendor económico de la República. Y si así lo digo no es para retacear la obra del gran estadista, quien con medidas audaces y rápidas como las que ahora se programan pudo solucionar los graves problemas financieros que heredó como consecuencia del gran período de euforia y especulación que determinó la Revolución del 90 y posteriormente la caída del presidente Juárez Celman. Para citar algún índice demostrativo, allí tenemos el Banco de la Nación Argentina, y hasta 1931 la Caja de Conversión, creada en 1891. Lo menciono porque considero que la convertibilidad del austral que ahora vamos a decidir, a un valor fijo con relación al dólar, también puede ser insuficiente, como en aquel

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momento lo fue la convertibilidad del peso moneda nacional para constituirse en determinante de un largo período de estabilidad y crecimiento que ahora esperamos y deseamos. No debe olvidarse que en forma coherente, y complementaria con la convertibilidad del peso con relación al oro, debemos citar todo aquello que se atribuye históricamente a la obra de la llamada generación del 80, en la cual está inmerso el doctor Carlos Pellegrini: la conquista del desierto, la inmigración, la colonización de inmensas regiones, la construcción de ferrocarriles y frigoríficos, el trazado de la red vial y muchas otras realizaciones que pudieron concretarse al calor de un flujo de capital externo y de una vigorosa corriente comercial. Ahora como entonces consideramos que la convertibilidad de la moneda nacional con relación al dólar estadounidense —en ese entonces con el oro— necesitará ser complementada con otras realizaciones, y sobre todo con un gran esfuerzo de los argentinos. Por esta razón contribuiremos en este momento con nuestro apoyo, fundado en una gran esperanza, a sancionar el proyecto que -nos ha enviado el Poder Ejecutivo. Ya lo hicimos en el primer acto de este plan o programa económico cuando se nos urgió la sanción en pocas horas del proyecto de reforma impositiva, oportunidad en que nos asaltó la preocupación —que entiendo comparte el señor ministro de Economía— sobre la posibilidad de eliminar el déficit fiscal, con menores gastos y mayor recaudación. El déficit fiscal es el gran impulsor de la inflación por la vía de la creación de dinero a través del Banco Central y tendría una consecuencia inevitable: el atraso del tipo de cambio que obligaría a levantar – ya con intervención del Congreso— el techo de diez mil australes por dólar, lo que agregaría una nueva presión inflacionaria por el lado de los costos, como siempre resulta de toda devaluación de la moneda. A esa preocupación que entonces nos asalte y que aún perdura conviene en este momento agregar otra que surge de la redacción de los artículos 9º y 10 del proyecto que ahora consideramos. Aun cuando hemos tenido escaso tiempo para detectar el efecto que la desindexación tendrá sobre cada uno de los sectores –-industrial, asalariados, propietarios, inquilinos, etcétera—, es evidente que si se

alcanza la estabilidad se producirán transferencias de ingresos de unos sectores a otros, cosa que también se produce en períodos inflacionarios pero que está disimulada, sobre todo para los asalariados, por el conocido efecto de la llamada ilusión monetaria. Mientras no se produzca un aumento de la producción se originarán tensiones sociales que ya se están visualizando y que sólo podrán superarse mediante el sentido común de asalariados, empresarios y gobernantes. Al referirme al antecedente de 1899, que ha sido merituado con gran énfasis en el mensaje del Poder Ejecutivo y por el señor ministro de Economía en este recinto, debo recordar que ante una pregunta que le formulé me contestó el doctor Cavallo que las medidas y los resultados de la política económica deben evaluarse en el contexto de las circunstancias en que se dictaron. En ese sentido, deseo decir que además del proyecto que hoy consideramos —y que en alguna medida podría soslayarse teniendo en cuenta que en contados países del mundo existe una relación estricta entre reservas y base monetaria— deberán ponderarse como muy importantes las decisiones complementarias que se adopten de aquí en más. Las razones invocadas en el proyecto de convertibilidad, aun cuando susciten interrogantes en cuanto a su implementación y la urgencia de resolver el problema estructural de la moneda argentina, me llevan al convencimiento de que las medidas propugnadas pueden ayudar el restablecimiento del crédito, como consecuencia de la estabilización de la moneda. La realidad nos ha demostrado con creces que en la Argentina, desde 1975 a la fecha, con tres procesos inflacionarios a cuestas, han desaparecido tanto el sistema financiero como el productivo y se ha erosionado la moneda, por cuanto los sucesivos gobiernos de turno abusaron del mecanismo de la emisión, a punto tal que durante los últimos quince años el 82,6 por ciento del déficit fiscal se financió por este medio. Desde 1985 a la fecha, los sucesivos planes de ajuste no han dado resultado porque no hemos logrado la anhelada estabilidad, aun renunciando implícitamente a toda posibilidad de crecimiento. La falta de moneda estable durante los últimos cincuenta años —con pocas y honrosas excepciones en que nuestro peso nacional fue

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considerado entre las monedas estables- trajo inexorablemente la inseguridad en el mundo de las relaciones económicas y ello debió trasladarse inevitablemente al campo jurídico. El abuso de la emisión sin la contrapartida de un genuino crecimiento de la producción, nos ha llevado a las recurrentes crisis hiperinflacionarias que son hijas de la falta de inversión, la fuga de capitales y la inseguridad económica y jurídica, que ahuyentan toda expectativa de inversión en la Argentina. Soy mucho más escéptico en el tema de la indexación, que evidentemente fue respetada por nuestros tribunales nacionales tras el fenómeno del Rodrigazo para compensar el notorio envilecimiento del signo monetario, conforme lo sostuvieron los plenarios de las cámaras Civil y Comercial de la Capital Federal en las causas ‘Vieytez de Fernández’ y ‘La Amistad c/Iriarte’, respectivamente. Admito como cierto que la generalización del sistema, que debió concebirse como de emergencia, retroalimenta el sistema y el concepto de aumento de las expectativas inflacionarias; pero en definitiva la indexación es efecto y no causa de la crisis. Tal vez la realidad nos demuestra que la automaticidad con la que se aplicó el mecanismo conduce a soluciones jurídicas disvaliosas; pero en definitiva la modificación que propone el proyecto de ley, reformulando el artículo 623 del Código Civil, brinda un medio de resarcimiento adecuado, sustituyendo capitalización de intereses por indexación; pero deberá aplicarse la fórmula con precaución por cuanto el remedio podría resultar peor que la enfermedad. En otro orden de ideas, como signo positivo cabe consignar que con este proyecto se reivindica al Congreso Nacional, que constitucionalmente es el encargado de fijar el valor del papel moneda. Señor presidente: es evidente que el proyecto sometido a la decisión de este cuerpo excede con creces un enfoque técnico, tanto desde el punto de vista económico como del jurídico."

—Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 2º del Honorable Senado, senador Jorge D. Solana.

Sr. Aguirre Lanari-"Desde luego, estos aspectos jurídicos y económicos deben merecer un análisis más profundo y detenido. Así lo pedimos en la reunión de presidentes de bloque,

habiéndosenos expresado una negativa fundada en razones de urgencia, que según el bloque Justicialista están entroncadas con altos intereses de la Nación que podrían verse perjudicados por una dilación en el tratamiento legislativo, habida cuenta del conocimiento público del proyecto y de las repercusiones que el mismo genera desde ya en los mercados. Por ello, debo declarar, para el juzgamiento que pueda efectuarse de la falta argumental exhaustiva de mi exposición que desmenuce muchas dudas suscitadas en un análisis inicial y que están aflorando en la opinión pública, que por mi parte no ignoro que cualquier explicitación de las mismas resultaría insuficiente en este momento, dadas las circunstancias que estamos protagonizando por la urgencia en el tratamiento del tema. Quiero dejar solamente señaladas en este aspecto las dudas que despierta el manejo de la situación fiscal por parte del Poder Ejecutivo y su voluntarismo hasta ahora infructuoso, que me hace sospechar lamentablemente que este nuevo intento de programa salvador concluirá quizás en un nuevo sacrificio inútil y su consiguiente frustración. También quiero dejar sentado que desde el punto de vista jurídico la situación no se presenta más sólida. La intromisión del Estado en las relaciones contractuales aplicando un nuevo desagio, y las dudas que se generan sobre la seguridad y eficacia de las relaciones jurídicas presentes y futuras no ayudan a tranquilizar mi ánimo. Por ello mi primera intención fue votar por el rechazo del proyecto. Sin embargo, tengo conciencia de que la economía de nuestro país continúa irremisiblemente cuesta abajo y de que es hora de probar remedios heroicos. También creo que la aprobación de este proyecto significará un compromiso inusual para el Poder Ejecutivo, pues su posible fracaso no admitirá tibios replanteos que disimulen la derrota. Las autoridades cumplen esta vez con eficacia su programa o fracasan sin alternativa. Creo que muchas de las dudas que puede sus- citar el programa, y en particular ciertas cláusulas donde puede comprometerse la seguridad jurídica, pueden disiparse favorablemente con un positivo efecto de confianza, según, la actitud que adopten las autoridades económicas. El estado de derecho exige buena fe en la aplicación

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de las normas, no la contemplación unilateral y exclusiva de los intereses del Estado. Y deben ser los jueces, sin presiones y con la majestad de su gestión, los encargados de disipar las dudas y dar a cada uno lo suyo. Reconozco en el ministro de Economía una gran audacia, un gran coraje político para sostener las bases de su plan económico. En este contexto -y esto lo habrán de sentir todos los señores senadores representantes de las provincias— queda una asignatura fundamental pendiente: resolver la situación de las provincias que soportarán muy duramente el peso de estos ajustes estructurales que agravan aún más la situación de estancamiento de sus economías. Nuevamente de cara frente a la crisis, me siento como legislador en la obligación de dar un voto de confianza, que en realidad es de esperanza a este plan económico, y con él a este proyecto de convertibilidad. Anhelo fervientemente que sirva para reconstruir el crédito como instrumento del crecimiento del sector privado, que es el que tiene que protagonizar la recuperación nacional." Con estas palabras -que me sentí en la obligación de explicitar muy incompletamente, pues hay dudas e interrogantes, aunque también es cierto que en la situación en que nos encontramos todos debemos tener este valor para encarar circunstancias especiales en nuestra vida política- quiero adelantar mi apoyo en general al proyecto de ley que estamos considerando, sin perjuicio de mi discordancia en ciertos aspectos particulares. Sr. Presidente (Solana). — Tiene la palabra el señor senador por Corrientes, bloque Autonomista, Sr. Romero Feris. — (Lee) “Señor presidente, señores senadores: con respecto a este proyecto de ley, he de señalar que me halaga profundamente, en mi carácter de presidente del Partido. Autonomista y de senador por Corrientes, que él se inspire en la ley 2.741, promulgada el 7 de octubre de 1890, cuando presidía el país el doctor Carlos Pellegrini, siendo ministro del Interior don julio Argentino Roca y ministro de Hacienda don Vicente Fidel López. Sin embargo, más propiamente este proyecto se asemeja al sancionado por la ley 3.871, del 31 de octubre de 1899, cuando el país era presidido por segunda vez por don Julio Argentino Roca, siendo ministro de Hacienda el doctor José María Rosa. Si bien es posible hallar esta especie

de paralelismo entre ambas situaciones históricas —la de 1890 y la del presente— existen a su vez notables diferencias, en virtud de las cuales pretender aplicar similar tratamiento en ambos casos puede no resultar tan útil como se prevé. Esto puede resultar contrario a los fines que se pretende alcanzar. Es verdad que hacia 1890 existía una situación en materia de deuda externa de difícil solución, pero ella era renegociable. Poco tiempo después se logró renegociar, pues la Argentina no tenía el carácter de deudor moroso que posee en la actualidad, cuando adeuda intereses desde hace varios años. En aquel momento se produce el clásico período de depresión que sigue al de prosperidad y progreso habido entre 1880 y 1885, durante la primera presidencia de Julio A. Roca, cuando hubo capitales en abundancia, se multiplicaron las obras públicas, existía una inmigración creciente que suministró mano de obra en cantidad y el crédito abastecía suficientemente la expansión de las empresas. Cabe precisar entonces que las funciones que la ley 2.741 asignaba a la Caja de Conversión de hecho están adjudicadas al Banco Central de la República Argentina, aun cuando éste no tuviera explícitamente el fondo de conversión a que alude el artículo 5º de la citada ley. Por tal motivo, señor presidente, si analizamos esto en detalle, vemos que en realidad es el artículo 1º de la ley 3.871 el que dispone la conversión de toda la emisión fiduciaria existente en billetes de curso legal en moneda nacional de oro, lo que se asemeja al artículo 2º del proyecto que estamos considerando. Sin embargo, existe una diferencia sustancial: la Caja de Conversión constituía un fondo en oro metálico en tanto que la actual propuesta lo hace respecto de la divisa de los Estados Unidos de América, lo cual significa sin duda atar la moneda argentina a las contingencias de otro país soberano. En este sentido se debe dar por sobreentendido que la ley ha buscado una forma de simplificación en la resolución de la convertibilidad; pero ello a su vez no deja de entrañar un riesgo adicional al que encierra la propuesta, si nos atenemos a las variaciones que a su tiempo ha registrado el dólar norteamericano frente, a una canasta de monedas de otros países, máxime cuando nuestro comercio internacional con los Estados

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Unidos de América es sólo un porcentual minoritario. El nudo central de la propuesta es el compromiso de adquirir todas las divisas que le sean ofrecidas al Banco Central a precio de mercado, ya sea con recursos propios o emitiendo moneda a tal fin, así como también vender las que le sean requeridas a un tipo de cambio fijo que se establece en la cantidad de 10 mil australes por dólar estadounidense. Por el artículo 4º del proyecto el Banco Central se compromete a mantener corno mínimo el equivalente del ciento por ciento de la base monetaria en reservas de libre disponibilidad y oro, autolimitándose el cómputo del valor de las inversiones que se realicen con ellas al valor de mercado, lo que constituye —sin duda— una prudente medida. Por un lado señalo que la ley en estos aspectos está cumplimentando las disposiciones de la Constitución Nacional, que señala en su artículo 67, incisos 5 y 10, que es facultad del Congreso: ‘Establecer . . . un Banco . . . con facultad de emitir billetes’, función que obviamente cumple el Banco Central de la República Argentina, que por ley tiene el citado monopolio, y que le corresponde asimismo la facultad de hacer sellar moneda . . .’ —equivalente a emitirla— y ‘. . .fijar su valor. . .’, que en los términos actuales es fijar el tipo de cambio. Pero en este sentido es obvio que para que el sistema tenga consistencia deben darse dos condiciones que debieron tratarse conjuntamente y que en este proyecto no son mencionadas, salvo como complemento de otras medidas que el Congreso desconoce."

—Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 1º del Honorable Senado senador Héctor J. Velásquez.

Sr. Romero Feris.- La primera se refiere al equilibrio fiscal; la segunda a la cuantía de las reservas líquidas y al oro afectados a este sistema de convertibilidad. En el primer punto, señor presidente, señalemos que está a consideración de este Congreso de la Nación un proyecto de presupuesto para el corriente año que incluye una necesidad de financiación calculada aproximadamente en más del 2 por ciento del producto bruto interno, que naturalmente no se compadece con esta propuesta.

Por otra parte, el déficit fiscal ha sido una constante durante los últimos treinta años, llegando a un pico del 31 por ciento del producto bruto interno en 1982 y superando para el conjunto de tales treinta años a dos veces el producto, o sea en el orden de los 140 mil millones de dólares. Ahora, si confrontamos el valor de nuestra moneda con dicho déficit fiscal observaremos que la devaluación existente entre fines de 1960 y el presente es de 122 mil millones, o lo que es lo mismo, un austral actual es solamente una ocho billonésima parte de la moneda de aquel entonces. Es cierto que esta ley únicamente está referida a los aspectos monetarios, pero no por ello este Honorable Congreso debe carecer de la información y darle a su vez la misma entidad legal que permita dar consistencia al conjunto y no sancionar un mero enunciado de buenos propósitos. Lejos está de mí adjudicarle un carácter preelectoralista, pero tampoco he olvidado que desde la más alta tribuna del país se prometió que ningún austral sería emitido sin contar con la financiación externa suficiente. Y lamentablemente para el país la sola mención de que un austral hoy –a menos de seis años de su creación— vale menos del diez milésimo original es suficiente. El segundo aspecto señalado es la no cuantificación, en la ley o en sus fundamentos, de la ratio entre la base monetaria y las reservas líquidas más el oro. Tomando los valores que publican los medios especializados, el valor fijado se aproxima razonablemente a la cifra de diez mil australes por dólar que, como dije, entiendo que busca una simplificación para la futura conversión de la moneda, pero el total de agregados monetarios es 28 billones superior y una corrida -cuya posibilidad es siempre existente aunque no la creamos factible y no lo deseemos- provocaría la inconvertibilidad de hecho hasta tanto se sancionara la. modificación del tipo de cambio, con lo cual volveríamos a una situación declarativa. Por otra parte, salvo que la aplicación del artículo 9º, cuya afectación de derechos adquiridos deberá convalidarse por los más altos tribunales de justicia de la Nación; obtenga la deflación por el consentimiento de los particulares a aceptar esa normativa y no violarla

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con subterfugios, el tipo de cambio no resulta lo suficientemente alto para promover efectivamente una exportación industrial agresiva, como lo fue en los casos de Brasil, Chile y Corea del Sur, cuyo crecimiento espectacular en la materia tuvo por sostén necesario y principal un tipo de cambio elevado. Debo señalar que en su oportunidad planteé. . ." Sr. Presidente (Velázquez).— ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Romero Feris.-Sí, señor presidente. Sr. Presidente (Velázquez). —La Presidencia solicita al señor presidente del bloque de la mayoría que haga comparecer al señor miembro informante porque estimo que es pertinente que así sea. Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Corrientes. Sr. Romero Feris – “. . . la necesidad de que fuera el Congreso quien fijara el tipo de cambio con ajuste a las normas constitucionales, pero entendiendo que dicho tipo de cambio se debía calcular sobre la base de parámetros de incidencia cierta en el desarrollo de los actividades económicas, de modo que se determinaría un tipo de cambio sobre términos fijos, en vez de un cambio fijo sobre términos variables; pero debo reconocer que la propuesta no se conformó plenamente. Comparto las disposiciones previstas en el título II, a excepción de la normativa del artículo 9º, por el inmediato efecto de detener lo que bien llama el proyecto la inflación inercial. . .” Sr. Rodríguez Saá.— ¿:Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Romero Feris. — Sí, señor senador. Sr. Rodríguez Saá. -- Es para aclarar que ya se encuentra presente el joven senador presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Sr. Romero Feris. — ¿Cuántos años tiene el joven senador? (Risas.) Sr. Rodríguez Saá. — ¡Muchísimos! (Risas.) Sr. Romero Feris. -- "Sin embargo, ésta ha tenido siempre como sustento la existencia de una inflación permanente derivada precisamente del déficit fiscal, y de anularse éste, aquella fuerza inercial a poco se habría eliminado por completo. El artículo 9º plantea, sin embargo, una serie de interrogantes mayúsculos. Por lo pronto, a mi juicio, no es válida la afirmación del señor ministro de Economía realizada en la sesión de

ayer, jueves, en cuanto a que un austral convertible vale más que un austral puesto que aquél tiene su convertibilidad asegurada. Creo que un austral vale igual en su capacidad de compra, existiendo un mercado libre de cambios con banda de flotación acotada por el propio Banco Central, que lo que denominaríamos en el futuro austral convertible. El austral convertible va a existir y va a valer en la medida en que las autoridades cumplan la ley. En el primer desvío, en la primera financiación espuria, cualquiera sea el motivo por el cual se emita moneda sin respaldo. . .", Sr. Rodríguez Saá. — ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Romero Feris.- ". . .el austral convertible perderá la paridad que fija la ley". Sr. Rodríguez Saá. - una interrupción, Sr. Romero Feris. - "Por eso creemos, señor presidente, que este proyecto debió contener también un artículo por el cual se sancione a quienes estén en la conducción de los negocios de la República y al propio directorio del Banco Central en el supuesto -quiero dejar esto bien aclarado.— de que no se dé cabal cunrplimiento al articulado". Sr. Rodríguez Saá.— ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Romero Feris.-- "La redacción del artículo 9º del proyecto en consideración involucra, dentro de sus conceptos la relación salarial, las tasas retributivas de servicios que cobran los municipios. . .” Sr. Rodríguez Saá. -- Solicito una interrupción, señor presidente. Sr. Romero Feris.— ". . .los aranceles escolares, los servicios de obras sociales o medicina prepagos, las obras en ejecución: viviendas, trabajos sobre bienes de terceros y una infinita cantidad de situaciones, la mayoría de las cuales tienen alto componente de costo laboral, sea asalariado o profesional. No se trata, pues, solamente de alquileres, cuya reducción se pretendería justificar con la sobrevaloración que tuvo el austral el año anterior, sino —como digo- de tal pluralidad de situaciones que la norma no resuelve que volverán a atestar los tribunales —como ocurriera con el desagio del Plan Austral— de infinidad de juicios. El argumento dado por el señor ministro en cuanto a que cubriría razonablemente la

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inflación vinculada con el dólar se debilita por las razones expresadas relativas a la incidencia de los costos internos, en especial los salariales. En cifras redondas, el ajuste —en el sentido de la reducción— de los contratos hasta ahora indexados por el índice de precios al consumidor sería del orden del 40 por ciento, mientras que los corregidos por el índice de precios mayoristas alcanzaría a un 18 por ciento". Sr. Rodríguez Saá. — Señor senador: le solicito una interrupción. Sr.. Romero Feris.— Ya me había dicho antes de que hablara, que me iba a interrumpir muchas veces. Le concedo por última vez una interrupción al señor senador Rodríguez Saá. Sr. Presidente (Velázquez).— Tiene la palabra el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá.- Quiero aclararle que no me ha concedido ninguna. Solamente hice una aclaración acerca de la presencia del señor senador. Todavía no he pedido ninguna interrupción concreta sobre el discurso brillante que está haciendo el señor senador. Sr. Romero Feris.--- Muchas gracias. Sr. Rodríguez Saá.— Lo que infiero de la crítica que hace el señor senador a la posición sustentada por el señor ministro de Economía en el recinto es que el señor senador Romero Feris está defendiendo el statu quo: que las cosas sigan tal cual están. Sr. Romero Feris.-- De ninguna manera, señor senador. Sr. Presidente (Velázquez).— Ruego a los señores senadores que no dialoguen. Sr. Rodríguez Saá. — Le ruego que se exprese bien el señor senador para ver cuál es la diferencia, porque todavía no la alcanzamos a apreciar. Sr. Presidente (Velázquez).- Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Corrientes. Sr. Romero Feris. - Como he sido interrumpido por el señor senador presidente del bloque de la mayoría, quiero decir que parece que él escuchó parcialmente lo que estoy expresando. Lo que él acaba de preguntar surge de mis propias manifestaciones, de modo que no le concedo más interrupciones. Le ruego que me disculpe mi querido amigo el señor presidente del bloque oficialista. Sr. Rodríguez Saá. -- Entonces, tengo razón. Sr. Romero Feris. — "Con respecto a la modificación de los artículos del Código que

plantea el artículo 11, no tengo objeciones que plantear, puntualizando simplemente que la modificación del artículo 617 del Código Civil ya había sido puesta de relieve por mi parte en ocasión de la sanción de la ley que restableció los depósitos en moneda extranjera. Señor presidente: entiendo que el gobierno nacional acuerda una importancia fundamental a este proyecto. Considero que tiene aspectos positivos como por ejemplo, regresar al Congreso de la Nación sus facultades en materia de emisión de moneda y de fijación de su valor. Creo que el proyecto también debió contener las restricciones en materia crediticia enunciadas en él inciso 6º del artículo 67, relativas a la financiación de cualquier necesidad sobreviniente. Además, entiendo que debió hacerse referencia explícita a lo previsto por el inciso 8º del citado artículo o que ambos temas debieron haber sido tratados conjuntamente". Sr. Rodríguez Saá. -- Señor presidente... Sr. Romero Feris. — Me refiero, señor presidente...

—Suena la campanilla.

Sr. Rodríguez Saá.— ¿Me permite. . .? Sr. Romero Feris.— ¿Qué ocurre, señor presilente? Sr. Presidente (Velázquez). —Le estaba indicando al señor senador Rodríguez Saá que el señor miembro informante se ha ausentado del recinto con anuencia de esta Presidencia, haciendo saber que el presidente del bloque se haría cargo del informe de la mayoría, razón por la cual lo estaba conminando. . . Sr. Sánchez. — El bloque justicialista se hace cargo, señor presidente.

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Romero Feris. — ¡Solicito que se me respete en el uso de la palabra! Sr. Rodríguez Saá. --¡He sido aludido! Sr. Romero Feris. -- "Me refiero a una cuestión fundamental que ha sido olvidada. Me refiero a las necesidades de las provincias, cuyas rentas no son suficientes como para cubrir sus presupuestos de gastos ordinarios. En el pasado mes de febrero, por medio de emisión, el Tesoro nacional ha cubierto todos sus atrasos acordándose simultáneamente fuertes

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incrementos salariales a sus empleados —lo cual me parece perfecto—, obrándose de la misma manera con los de las empresas públicas. Ello crea una demanda similar en las provincias, que me parece razonable. Estoy totalmente convencido de que esto debió ser solucionado con anterioridad o en forma simultánea a la confección de este proyecto. Todas las diferencias que he planteado y que rechazaré en el tratamiento en particular no obstan para que preste mi voto favorable en general, por cuanto el conjunto de la normativa propuesta resultará a mi juicio positivo para la economía nacional en su aplicación global. Quiero que quede en claro que el gobierno nacional asume un compromiso de relevancia, y le acuerdo el voto de confianza de que dará estricto cumplimiento al mismo. En caso contrario, se defraudará nuevamente al pueblo de la República, lo que constituirá el mayor cielito que se puede cometer. Señor presidente: para terminar celebro que el gobierno nacional y el Partido Justicialista se inspiren en las soluciones que el autonomismo brindó a la Nación en otros momentos de crisis. Pero si el gobierno actual no llegara a tener la firmeza, la inteligencia y el coraje del doctor Carlos Pellegrini, les digo a mis compatriotas que no desesperen, ya que el autonomismo volverá a constituir la mayoría que devolverá la esperanza." Sr.. Rodríguez Saá. —Pido la palabra para una aclaración, ya que ha sido aludido mi bloque.

—Varios señores senadores hablan a la vez. —Suena la campanilla de orden

. Sr. Presidente (Velázquez). — Para una aclaración tiene la palabra el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá. — Nos alegramos por el reconocimiento y la alegría del señor senador. ¡Qué bueno que el Partido Justicialista se haya inspirado en un gran estadista, como fue Carlos, Pellegrini! Y si perteneció al autonomismo, es bueno y es loable reconocerlo. Lo que lamentamos es que el Partido Autonomista nunca se haya inspirado en las cosas buenas que hizo el Partido Justicialista. Finalmente —creo que esto va a ser lamentable para el Partido Autonomista—, por muchos años vamos a tener un gobierno justicialista, de

modo que va a tener que esperar mucho el señor senador. Sr. Romero Feris. --- ¿Me permite una aclaración, señor presidente? Sr. Presidente (Velázquez). Corresponde que haga uso de la palabra el señor senador por la Capital, Juan Trilla. Sr. Romero Feris. — Creo que me corresponde el derecho. . . Sr. Rodríguez Saá. — No. Cuando ustedes aludieron a nosotros no me dejaron hablar. La ley tiene que ser pareja, señor senador. Que se siga con la lista de oradores. Sr. Romero Feris.- A pesar de su pesimismo. . . Sr. Rodríguez Saá. — Pesimismo, no. Optimismo.

-Suena la campanilla de orden.

Sr. Romero Feris.— . . . está totalmente equivocado y confundido en cuanto a la apreciación que ha hecho sobre el futuro político del país. Sr. Presidente (Velázquez). — Tiene la palabra el señor senador por la Capital. Sr. Brasesco. — ¡Vuelve el orden! Sr. León. — ¡Pobre Pellegrinil (Risas. ) Sr. Trilla. — Señor presidente: en primer lugar, quiero expresar el deseo de la bancada radical de que este programa tenga éxito para sacar a la República de la profunda crisis en que está inmersa. Pero nosotros tenemos una actitud crítica con respecto a este proyecto de ley. Cuando estuvo en la interpelación el señor ministro, doctor Cavallo, comenzó diciendo que él continuaba el programa económico de su antecesor. Y le contesté que estaba asustado de que así fuera, porque durante ese año de vigencia del programa hubo ciertamente un deterioro evidente en la economía argentina, que este ministro tiende a revertir. Ahora sí hay un nuevo programa económico. Por un lado se modifica totalmente el mecanismo de los aranceles, lo que a nuestro criterio va a deteriorar toda la industria argentina. Es un proyecto que conspira contra la necesidad de crecimiento de la industria en la Argentina. El sistema arancelario que entrará en vigor el 1º de abril nos va a colocar en una situación demasiado incómoda. Brasil disminuyó algo sus aranceles, e incluso ha trazado un programa de cinco años para hacer efectiva esta pequeña

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disminución. Es decir que procura un paulatino acomodamiento de la actividad económica a los nuevos aranceles. No obstante, mantiene aranceles elevadísimos, de prácticamente alrededor del 40 por ciento. Chile ha dispuesto aranceles algo menores. Quiere decir que este programa económico ha comenzado por colocarnos en una posición desventajosa, fundamentalmente en relación con los países vecinos. Por otro lado, tenemos el caso de la industria asiática, de los llamados "cuatro tigres", que vendían por enormes sumas a los Estados Unidos. En razón de sus grandes déficit comerciales, este país ha tratado de disminuir las importaciones de esos países asiáticos. Y en verdad, en comparación con nuestros costos internos, los productos importados de Asia tienen precios demasiado bajos, que podrían ser modificados con los aranceles que existían y los derechos específicos. Esto nos coloca en una posición de desamparo, fundamentalmente en la industria textil. Esta sufrió un deterioro durante el proceso, cuyo ministro era Martínez de Hoz, porque aquella apertura económica hizo que muchas industrias quebraran. ¿Qué hicieron los empresarios ante la disminución de sus ventas internas? Se dedicaron a importar los mismos productos que se fabricaban en los lugares en que había precios relativos inferiores a los que teníamos nosotros como consecuencia de los aranceles. Por este proyecto de ley se tiende a modificar la verdadera columna vertebral de la economía: la política monetaria. En primer lugar, entendemos que este tema ha sido tratado con mucha rapidez y bastante superficialidad. En el proyecto existen errores muy importantes que nos llevan a realizar las reflexiones del caso, señalándolas en este recinto. También fue muy rápida la forma en que esta iniciativa ingresó en el Senado: tuvo sus desvíos respecto de la normativa común. Tanto es así que no hemos recibido siquiera una comunicación oficial del Ministerio de Economía, que es el organismo cabeza en este asunto. Sólo contamos con una copia que el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda me enviara en mi calidad de vicepresidente de dicha comisión. Creo que asimismo será rápida la sanción que seguramente daremos hoy.

También debido a esta rapidez ninguno de los sectores académicos o profesionales que sin duda tienen que participar en las discusiones previas han tenido oportunidad de comentarlo. Este proyecto se inserta dentro de una infinidad de sectores de la economía argentina que hoy se enteraron a través de lo publicado en los diarios del contenido del articulado que incide en sus procesos de financiación y en su gestión comercial. Son varios los sectores que han expuesto en la Comisión de Economía la forma en que se sienten afectados, fundamentalmente por los cambios entre la indexación común conocida y la del dólar más el 12 por ciento. Creo que debemos tener cuidado, ya que es necesario respetar los intereses individuales pero los intereses generales deben ser sostenidos más allá de todas las circunstancias propias que conforman el universo de la economía. Este proyecto económico tiene, según nuestro criterio, dos anclajes fundamentales sobre los cuales se realiza la construcción de la operativa financiera para mejorar la economía. Deseamos que exista superávit operativo del Tesoro nacional. Hace una semana el déficit calculado a partir de diciembre y hasta marzo era de 140 millones de dólares por mes; hoy, se proyecta en 200 millones de dólares mensuales. El déficit total —a partir de diciembre del año pasado— suma algo así como 900 millones de dólares, y fue solventado con emisión monetaria, según lo manifestó aquí el señor ministro de Economía en su intervención de la semana pasada. Resulta ser, señor presidente, considerando la compleja situación de la economía y de las finanzas del país, que a partir de abril y en los meses sucesivos, tiene que haber un superávit cercano a los 200 millones de dólares, para que puedan equilibrarse los compromisos externos asumidos por el país ante el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial; compromisos que por cierto no pueden eludirse. Por su parte, con la banca privada nos hemos comprometido a abonar —comenzando con 40 millones de dólares el año pasado y 60 ahora un total de 720 millones de dólares en el año, encontrándonos desde luego muy lejos de cubrir la totalidad de los intereses. Estimamos que posiblemente en abril haya superávit, y pasemos de 200 millones de déficit a

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100 millones de superávit. Es decir, que para lograr un equilibrio se necesitarían 300 millones de dólares, que son casualmente los que ingresarán por la venta de las áreas petroleras. Sin embargo, esto se dará circunstancialmente en este mes de abril, pero luego es posible que existan déficit lógicos. Tanto es así, que en el presupuesto de la República correspondiente al año 1991, enviado por este mismo equipo, se ha evaluado que entre los ingresos y los egresos existe un déficit de 2,27 puntos. Resulta ser que los ingresos —tal como lo atestigua la documentación enviada al Parlamento y que ahora se encuentra en la Cámara de Diputados— se consideran como recursos totales, desde luego, en los cuadros que integran el presupuesto. Se habla de los recursos tributarios y de los: recursos de capital. En estos últimos se prevé un aumento, con respecto al año pasado, de 1,14 puntos del producto bruto interno a 1,84, lo cual significa una diferencia de 0,70. Pero en esos recursos de capital se ha incorporado el ingreso de dinero por la venta de áreas petroleras centrales y secundarias de YPF, por un monto de 1450 millones de dólares. También se indica lo que entró por ENTEL, aunque esto será estudiado oportunamente. Esta diferencia enorme de prácticamente 1.000 millones de dólares, que están calculados como ingresos al Tesoro nacional, hace que este presupuesto, sin entrar en un mayor análisis, tenga un déficit de 3,10 puntos en lugar de 2,27. Y sigue una reflexión mayor: en este déficit no se han tenido en cuenta otras circunstancias que pueden darse durante el curso de todo el año, que son propias de una economía como la nuestra, en la que se tiene que estar constantemente atento para poder intervenir a los efectos de atender situaciones difíciles, como ser el problema de las provincias, la educación, la sanidad, que no sabemos si están totalmente cubiertos en el presupuesto. Tendremos que estudiarlo. Por lo pronto, puede detectarse con absoluta claridad, en razón del mensaje del Poder Ejecutivo, que existe un 1,30 por ciento más, con lo cual aumenta el presupuesto nacional. El déficit presupuestario, cuyos ingresos y egresos pasan por el Tesoro nacional, hace presumir que también existirá déficit operativo del Tesoro. Porque lógicamente debe existir una

simetría entre lo calculado que entra, y lo que sale en números indicados en el presupuesto y la realidad de los ingresos y egresos del Tesoro. Como lo expresé cuando estuvo el presidente del Banco Central para informarnos con claridad respecto de toda la política monetaria, el superávit del Tesoro pasa a ser la piedra mayor, la piedra angular de todo el programa económico de la República. Lamentablemente nos encontramos con estas situaciones difíciles de entender. El otro factor de mantenimiento de un proyecto económico es que exista cierta relación normal en los precios relativos internos. El Plan Austral fracasó, luego de un año y medio de puesto en marcha, por razones que no eran las técnicas expuestas en él. Seguramente ocurrirá exactamente lo mismo con este proyecto —en el que han intervenido economistas, académicos muy inteligentes y con gran capacidad profesional— por otras circunstancias existentes en la República y que fatalmente alterarán el ritmo de este proceso. El simple análisis de los precios relativos internos nos obliga a decir que las tarifas están atrasadas con respecto al 30 de diciembre del año pasado. Fíjense los índices de inflación de enero, febrero -27 por ciento- y marzo. Fatalmente las empresas tendrán que regularizar sus entradas a través de las tarifas. De lo contrario, sufrirán un déficit que deberá ser solventado por el presupuesto nacional a través del Tesoro, y como consecuencia disminuirá el superávit previsto. Existe un tema que incursiona desde luego en el ámbito social: los sueldos y las jubilaciones quedan atrasados con respecto a diciembre pasado, en términos reales, entre un 20 y un 25 por ciento por la misma situación. Los ingresos fijos del personal del Estado y de los jubilados -esto realmente constituye un problema muy serio- quedan congelados en sus valores reales. Todo: queda en una nueva situación. Sr. Romero.-- ¿Me permite una interrupción, señor senador, con anuencia de la Presidencia? Sr. Trilla. — Sí, señor senador. Sr. Romero. — Quiero recordarle, señor senador, que el texto legal en ningún momento habla de congelamiento de las jubilaciones y los salarios. Los del sector público, más que de nuestra voluntad, dependerán de la capacidad de poder pagarlos. Se apuesta a que con una

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inflación baja aumentarán los ingresos del Estado y así podrán incrementarse los salarios. No creo que convenga dar la sensación de ¿que desindexación de la economía significa un congelamiento de los salarios ni algo parecido. No hay nada que impida que por una mayor productividad, incremento de demanda o mayor ocupación se aumenten los salarios. Creo que eso es lo que va a suceder, además efecto beneficioso que va a provocar en los ingresos la baja de los precios. A su vez, la disminución del costo financiero va a significar una mejora en los ingresos empresarios. Sr. Presidente (Velázquez).— Continúa en el uso de la palabra el señor senador por la Capital. Sr. Trilla. -- No digo que no haya un aumento nominal porque, lógicamente, esto puede llegar a suceder. Pero lo que aparentemente no puede ser cubierto es el déficit real de los salarios; por lo pronto, los de los empleados públicos y jubilados en comparación con los niveles que tenían en diciembre pasado. De cualquier manera, como señala el señor presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, es posible que los precios de merca-do puedan disminuir, fundamentalmente los de la alimentación, vestimenta, alquileres y vivienda. No sé si se trata de una campaña deteriorante hacia este nuevo programa, pero durante todo el día de hoy hemos escuchado en la radio y en otros medios de comunicación la novedad de que hay un reacomodamiento de precios , hacia arriba y no hacia abajo; es decir, se estaria produciendo una remarcación, un aumento de los precios. Seguramente, esto puede ser el resultado de las primeras inquietudes que se tienen antes estas transformaciones tan profundas. de cualquier modo, es un tema que debemos señalar. Ahora bien, si aumentara c salario en términos reales, evidentemente aumentarían las salidas y esto tergiversaría la proyección de superávit que se hace hacia el futuro. El artículo .1º del proyecto en consideración es el que establece la convertibilidad del austral y encorseta su valor con respecto al dólar: cada diez mil australes, un dólar. Pero resulta ser que el dólar estadounidense es una de las monedas existentes más erráticas. En efecto, antes de la crisis del Golfo la paridad era de 1,36 francos suizos por dólar. Cuando se

inició la crisis y existía cierta ambigüedad. respecto de lo que podía suceder con ese trágico episodio, la: paridad bajó a 1,24francos suizos por dólar. Al concluir la embestida militar por la que triunfan las fuerzas aliadas, el dólar estadounidense vuelve a cotizarse a 1,36 francos suizos, He señalado que de acuerdo con lo indicado en el proyecto de ley, el valor intrínseco de nuestra moneda está pegado al valor del dólar, está encorsetado. Más allá de la potencia imperialista que es Estados Unidos —o, por lo menos, más allá de su sentido imperial—, su economía pasa por momentos angustiantes, a causa del gran déficit de su balanza comercial y de su presupuesto. Seguramente allá acomodarán sus cosas con: el tiempo y podrán superarlas en razón de su vigencia universal. Pero lo que no podemos: so- lucionar nosotros es la modalidad del comercio internacional puesto que nuestras importaciones y exportaciones, tomadas en conjunto —como lo ha dicho el señor senador por Corrientes—, se manejan a través de una canasta de monedas que ingresan y egresan en función de nuestro intercambio internacional. En efecto, el 50 por ciento de nuestra. operatoria comercial exterior se hace en dólares; un 15 por ciento en marcos alemanes; un 15 por ciento en cruzados; un 10 por ciento en yenes; un 5 por ciento en francos franceses y un 5 por ciento en liras italianas. Entonces, la operatoria que hacemos con las distintas monedas que no son el dólar puede provocar que ganemos si el dólar disminuye su valor con respecto a ellas o perdamos si por el contrario se revaloriza. De cualquier modo, lo importante no es que ganemos o perdamos con ese mecanismo sino que nuestra moneda va a quedar sujeta totalmente a los vaivenes del dólar. Por eso, hacemos la reflexión cierta de que pensemos quo no puede Ser de esta manera, porque la moneda es un símbolo de la soberanía; no cabe la menor duda. Aparte, señor presidente, al quedar totalmente ajustada la paridad cambiarla en uno a uno —prácticamente de 10 mil a uno—, tiene la dificultad de que si siguiera habiendo déficit o si hubiera alguna alteración en nuestros pagos internacionales de reservas, intrínsecamente iría disminuyendo el valor del austral. Al mantener

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por ley la paridad a un dólar es evidente que todos querrán manejar su economía y sus negocios a través del dólar. En consecuencia vamos a tener los reflejos de lo que se llama la ley de Gresham: todo el inundo escapa de las monedas débiles. Tiene otro inconveniente legal, y esto sí me preocupa por la oportunidad en que pueda ocurrir. Si es necesario modificar esa paridad, en razón del presupuesto nacional y teniendo en cuenta los giros que hace la Tesorería por nuestros pagos al exterior, ello debe hacerse a través de una ley. Decía muy bien el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda que es como si se le pusiera un cepo al austral, que no se puede -mover más allá de esta combinación del austral eón el dólar y que tiene que ser movilizado por el Congreso de la Nación. Ahora quiero que cada uno de ustedes piense qué pasará —ojalá no pase— si es necesario recurrir a una desvalorización del austral y deba darse intervensión al Congreso. Es lógico que pasen varios días, por más apurado que esté el oficialismo en cuanto al pase del proyecto por Senado y la Cámara de Diputados. En consecuencia, estaría enterado todo el roer- cado de la cuota de desvalorización del austral. ¿Qué sucedería? Los sectores más fuertes acomodarían sus cuentas con mayor comodidad que los débiles. Por eso es que el austral cambió así; esta situación se produjo de un día para otro, para , evitar esas transferencias de ingreses entre los sectores. Sr. Romero.— ¿Me permite una interrupción, con la anuencia de la Presidencia? Sr. Trilla. -- Sí, señor. senador. Sr. Romero. — Creo que va a suceder todo lo contrario, señor senador. Lo que aquí estamos revalorizando es el austral, estamos dándole valor, y advierto en usted una visión fatalista; ha mencionado la palabra fatalidad muchas veces. No quiero creer que el país sea un ente inviable de solución o que no haya ninguna vía de salvación para la crisis nacional. En cuanto a lo que el senador dice que no habría ninguna posibilidad, quiero dar como ejemplo el marco alemán. Después de la guerra mundial se decide estabilizar y recuperar esa moneda. La paridad estaba en cuarenta marcos cl dólar y en la actualidad es de dos marcos el dólar. Es decir -que no sólo no necesitaron devaluar sino que revalorizaron su moneda; esto 00 quiere decir

que suceda como en Alemania; ojalá fuera así; ojalá tuviéramos una conducta un crecimiento y una estabilidad como Alemania. Sí podemos acercarnos a los parámetros de los países con cierta estabilidad, o sea, que no veo que haya una visión fatalista ce nuestra historia y nuestro destino. Sr. Trilla. — Quiero contestar en forma directa al señor senador diciéndole que inicié mis palabras con el deseo absoluto de que este proyecto tuviera éxito. Las reflexiones que estoy haciendo giran alrededor de circunstancias propias que se plantean puntualmente en el proyecto. Yo que critico es que se plantee como un copo la posible desvalorización del austral. En el caso de que suceda —ojalá que no, pues no soy fatalista, pero tengo la obligación de advertirlo—estimo que habría un inconveniente muy difícil de salvar. En definitiva, con una ley como ésta o sin ella, el equipo económico podría igualmente haber conseguido esta paridad y no tener esa ligazón que puede producir tantos problemas. Repito que no soy fatalista; sino optimista; quiero que todo salga bien, sea quien fuere el que esté en el gobierno, porque esa situación será una . ventaja para el pueblo de la República. Sr.. León. — ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Trilla.-- Sí, señor Senador. Sr. León. .-- Hace unos minutos el señor senador Trilla se estaba refiriendo al dólar: justamente escuché al señor ministro de Economía hacer la comparación de que el dólar de hoy es el respaldo oro de antes, y lo mismo dijo el señor miembro informante. Al respecto quiero recordar, porque los señores senadores lo saben, que después de los acuer dos de Bretton Woods se estableció el dólar como moneda internacional más :importante, la que tenía respaldo oro. Pero en 1971 el señor Nixon le sacó unilateralmente el respaldo oro al dólar. O sea que nos estamos pegando a una moneda que en este momento no tiene res paldo oro, como hubiera sido la situación que durante mucho tiempo estuvo vigente a partir de los tiempos Pellegrini. -En aquel entonces era el respaldo oro el que regía la Caja de Conversión. Pienso que tal vez el problema sea que nos atamos a una moneda muy importante pero que es la del país que más debe en el mundo.

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Sr. Presidente (Velázquez). — Continúa en el uso de la palabra el señor senador por la Capital. Sr. Trilla. — Otro aspecto que también está relacionado con la paridad de diez mil a uno, y que tiene relación con lo que dijo el señor, senador por el Chaco, y que yo también tenía anotado en el informe relativo a la banca,, es que la carta del Fondo Monetario- Internacional,: redactada en San Francisco —más tarde se realis zó la reunión de Breton Woods— indica en uno, de sus artículos que no debe haber paridad fija Tanto es así que hoy no hay prácticamente ningún país en el mundo que aplique una convertibilidad fija, sino que ésta es flexible. La flexibilidad la habían adoptado en ese entonces prácticamente todos los países centrales. Le faltaba hacerlo a los Estados Unidos, que la aplicó al tiempo a que hizo referencia 1 señor senador por el Chaco. Pasaré a otro tema. La explicación artículo por artículo evidentemente fue muy bien hecha por el señor miembro .informante de la mayoría, pero quiero hacer hincapié en la cuestión relacionada con el bimonetarismo,, es decir cuando se da la aprobación para efectuar contratos con obligaciones de dar en la misma moneda pactada. Este asunto de alguna manera refleja la realidad que vivimos, con la gran cantidad de inconvenientes que se produjeron y. los acostumbramientos perversos en razón de las circunstancias por las que hemos pasado en una inflación pero exige una exposición de ideas y una forma de trabajar, intensamente alrededor de este tema que determina que de alguna forma se tergiverse el pensamiento político, de muchos hombres argentinos. Es evidente que la :moneda —lo dije al comienzo-- es .uno de los signos de la Soberanía nacional.. Por lo tanto, el tratamiento de este tema requería más diálogo, en lugar de introducirse de rondón, porque el proyecto en consideración atañe a la politica monetaria. Algo positivo que hay que rescatar en este proyecto es la claridad con que se pretende reflejar el balance del. Banco Central. Bien .sabemos que los balances del ente emisor no exhiben las cifras con claridad, ni siquiera las de su capital real. Según información publicada a fines del año pasado, de autoría del actual presidente de dicha institución, se habría observado una pérdida de

67 mil millones de dólares en los últimos -diez años, cifra que una comisión investigadora constituida por funcionarios del gobierno ajenos ese Banco elevó a 105 mil Millones de dólares. Entonces, es lógico que le que el Banco Central necesita es la presentación de balances caros, para cómprensión de toda la población. Otro punto al que me quiero referir es el de que los contratos —siempre de acuerdo con la norma que hoy seguramente vamos a sancionar— tendrán que ser cumplidos exclusivamente en australes convertibles. Así, todas las operaciones tendrán que estar expresadas en australes convertibles. De esa manera habrá una comprensión mayor, se producirá un equilibrio y se evitará, la indexación, que por otra parte es eliminada en uno de los artículos por ser un factor distorsionante de la economía. Quiero en este momento hacer una reflexión marginal acerca del comportamiento de la sociedad. En muchos casos, sin pensar en que produzca alguna fatalidad sino circunstancias -propias de este programa, puede ocurrir que disminuya el valor del austral convertible. Entonces, para qué esta ley se cumpla, las dos partes de-un contrato incorporarán a les precios originales el factor indexación. Señor presidente: sé que mis compañeros de bancada van r expresar sus propias reflexiones apuntando a. las distintas áreas en las que pueden enfocar este problema teniendo en cuenta sus propias disciplinas Pero quiero agregar qué me parece, que he expresado, con claridad que el hecho de que nosotros votemos en contra de este proyecto no es porque nos opongamos a una ley porque pueda ser perversa en sus intenciones. De ninguna ,manera es. Si votamos en contra es porque-. entendemos que su inflexibilidad en prácticamente todos sus: artículos nos hace temer que no pueda cumplirse al pie de la letra. Además, necesitábamos más tiempo para estudiar esta Sr. Presidente (Velázquez).-- Tiene la palabra el señor Senador por Entre Ríos. Sr. Lafferriére. --Señor presidente: debo decir, para comenzar, que me hubiera gustado poder votar afirmativamente este proyecto. Quizá cometa una infidencia al decir que cuando discutíamos este tema en la reunión de presidentes de, bloque de ayer, :era uno .de los

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que abogaba por abrir un diálogo que nos permitiera que este proyecto fuera sancionado con el respaldo del conjunto. En la consulta que hice con economistas confianza —y que seguramente todos habremos hecho— llegamos después de horas de :conversación a la misma conclusión. Mire senador, me decían, esto tiene :tales posibilidades de andar y tales otras de no andar. Si pasa esto anda, y si asa esto otro, no. En mi fuero íntimo llegué a la sabia convicción, de que la ley va a anclar si anda y no va a anclar si no anda,: cosa que en muy poco nos ayuda para poder .definir una posicion gente frente a un proyecto de tanta importanda. No se trata de un proyecto. de ley menor. Es. una iniciativa trascendente. Prácticamente cambiaríamos de moneda, tal como dijo el .señor, miembro informante. Se reformarían artículos de un código de fondo. Estaríamos alterando aspectos sustanciales del derecho de las obligaciones, nada menos qué una de las materias fundamentales de la carrera de Derecho. Estaríamos alterando contratos en curso de ejecución, atando nuestro signo monetario a uno extranjero. Se trata de decisiones de política con mayúscula. Y por eso decía —lo dije ayer en el bloque-- que sentía esa contradicción que muchas veces tenemos y que en algunas oportunidades expuse respetuosamente en este recinto, acerca de que por un lado existen las ganas de que las cosas funcionen, y por el otro subyace este instinto opositor que siempre tenernos unos y otros mando nos toca no estar en el gobierno y cumplir este rol. Por eso me hubiera gustado otro trámite para esta sesión. Y lo digo con la transparencia con la que siempre hablé en este recinto, La importancia de este proyecto de ley queda desmerecida por la forma en que se organizó esta sesión. .Y lo digo sentando, una protesta ante quien alguna vez lea el Diario de Sesiones. He recibido la citación —lo verifiqué hace un rato en mi despacho— alrededor de las 15, para Una sesión que comenzaría a las 18. ¿Qué hubiera pasado si ayer. me hubiera ido a mi provincia porque hoy no había sesión de tablas? ¿Y si hubiera decidido no concurrir al Senado en la tarde de hoy y por lo. tanto, al no tornar el ascensor, no hubiera escuchado que se hablaba de que hoy habría sesión?

Creo que este reclamo, que formulo con todo respecto pero con total firmeza, está dirigido al sentido común de nuestros queridos esta altura— compañeros de banca, y no sólo de bancada, en este recinto. Este no es el Senado de la provincia de Buenos Aires, sino dé la Nación Argentina, y nuestra, obligación es respetarlo como tal. No quiero que alguna vez, por abrir curso a procedimientos de tal grado de celeridad, tengamos que estar durmiendo nerviosos los sábados o domingos por no saber si se citará a las 3 de la ,mañana para una sesión a la 6. Sé .que eso no ocurrirá, pero quiero estar prevenido para que de suceda. Fíjense qué mal me siento en lo personal, después de haber estado abogando para que mi bancada pudiera abrir espacios y apoyos para este proyecto, encontrándome frente a la circunstancia de hablar de esta iniciativa sin estar debidamente preparado. El ministro de Economía es uno de los más brillantes economistas de nuestro país, y se ha preparado durante años para entender cómo funciona la economía argentina. Seguramente habrá analizado bastante .los fundamentos que avalan el proyecto para el correspondiente estudio, lo cual le habrá requerido. más de varias horas, días y semanas. Y yo soy simplemente un senador, un ciudadano de esta República. No soy técnico en economía y no poseo el brillo intelectual del señor ministro. Entonces, puedo pretender contar con algunas horas para analizar este proyecto en profundidad, que en mi con- vencimiento íntimo estoy seguro de que andará si somos capaces de ponerle la mística de la Nación entera detrás. Este tendría que ser un proyecto que por su trascendencia motivara el, entusiasmo de los peronistas, los radicales, los conservadores, de modo que acordáramos una ley base para impulsar a la Argentina en un despegue y un crecimiento que todos queremos. Ya llevamos muchos años de estar juntos y de haber visto, algunos con más años que yo, cómo anda este país. Hemos visto desfilar frente a nosotros en estos años innumerable cantidad de equipos ministeriales, de ministros de Economía, de presidentes del Banco Central, Todos ellos, los nuestros y los no nuestros, gaban aquí con la convicción de que la :historia empezaba cuando el ministro de turno se hacia cargo. Y ese ministro de turno que se hacía cargo tenía la posibilidad de cambiar la histeria, y nos pedía

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que hipotecáramos nuestra decisión para apoyar los conjuntos de medidas de los ajustes sucesivos. Cuando ante cada uno de esos ajustes preguntábamos en diálogos íntimos o, no tan íntimos: "¿Esta vez va?", nos contestaban: "Esta vez va, porque tiene. esta particularidad que lo hace distinto de los otros". Cada uno era distinto del anterior; y ahora tenemos esta Argentina después de, tantos ajustes. No tengo dudas de que existe ahora la misma intención de que esta vez la cosa ande, Pero también tengo derecho a decirle a la Cámara, señor presidente, que me parece que a esta altura lo que más debemos custodiar los argentinos, lo más valioso que tenemos que tratar de rescatar y que tiene que ser cuidado con coraza de acero, es la credibilidad y. la ilusión que podemos despertar en nuestro- pueblo, credibilidad e ilusión a las que hemos ido zamarreando todas los días, al punto de que hoy nuestro pueblo descree de su espacio político. No cree en los políticos, en la política ni en el Estado. Quiere que lo dejen en paz, porque cuando le damos noticias, éstas son malas, o si son buenas y hermosas las cosas andan bien por un tiempo pues se termina en frustraciones, como pasó con cl. Plan Austral, el Plan Primavera, Rapanelli, Erman; y no quiero que nos pase esto con Cavallo. A esta altura mi mayor ilusión como senador de la Nación sería darle buenas noticias a nuestro pueblo, cualquiera sea el que esté gobernando. La economía ayuda a no perder elecciones, pero no es lo que hace qué uno las gane o las pierda. De manera que creo que alguna vez tendremos que dejar la economía a un costado cuando hay elecciones, no discutiendo sobre ella; tenemos que "divertirnos" con la innumerable santidad de cosas para la polémica que aparecen, sin necesidad de utilizar la economía, que es la base de una Nación, como eje de nuestras disputas. Decía que me hubiera gustado apoyar este proyecto de ley, porque creo que es una iniciativa que tendría que estar planteando la oposición más que el oficialismo. Decía el otro día en mi bloque, cuando cambiábamos ideas quizás superficiales sobre este tema, que si viniera el gobierno a anunciarnos un tipo de cambio fijado en 10.000 australes por decreto para varios meses, tendríamos que contestarle: "Pónganlo en una ley, a ver si se animan". Del

mismo modo, si viniera el gobierno a asegurarnos quo no va a haber emisión monetaria para financiar el déficit fiscal operativo, le contestaríamos como oposición: Pónganlo en una ley, a ver si se animan". Estamos viendo que el gobierno está incluyendo en un proyecto de ley estas cosas que tendrían que ser reclamadas por la oposición. Pero como dice el refrán que todos conocemos: Cuando la limosna es grande hasta el santo desonfía". Después de tantas experiencias que hemos tenido, nosotros y otros, de equipos que nos deslumbraron —afortunadamente tenemos gente que nos deslumbra en todos los partidos, no solamente en los dos mayoritarios--, yo tengo algunas prevenciones. Si hipoteco mi decisión política, que es lo único que tengo —la capacidad de levantar la mano o no levantarla cuando se vota un proyecto—, me gustaría estar seguro de que lo que estoy haciendo no es despertar nuevamente en la gente una ilusión que en algunos meses puede volverse en contra. Este proyecto tiene tantas posibilidades de andar como de no andar. Puede no andar si no se cumple con algunos recaudos fundamentales que han sido enunciados con precisión por el señor senador por la Capital y por el señor senador por Corrientes. Me refiero especifica-mente al doctor Romero Feris. Existen muchas dudas en cuanto a si será posible mantener el equilibrio de las cuentas públicas, que vienen dando tumbos, al punto de tener 200 millones de dólares mensuales de desequilibrio en los últimos meses. También existen muchas dudas acerca de si la reactivación del crédito que puede implicar la estabilidad económica nos va a beneficiar realmente —si se hace en australes— o si simplemente significará que los dólares que se vuelquen en el circuito económico amplíen la importación, y por lo tanto. no se reactive nuestra economía sino que se dinamice la de quienes nos venden a nosotros. Asimismo, en lo personal considero que . existe una serie de dudas con relación a la posibilidad de que podamos acompañar este proyecto de ley con un presupuesto equilibrado. Estaría en condiciones de apoyar esta iniciativa si ya hubiéramos aprobado el presupuesto equilibrado de 1991. Es fundamental que antes de atarnos a un compromiso de esta naturaleza los legisladores decidamos a quiénes cobramos

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impuestos y hacia dónde dirigimos los fondos. Debemos hacernos responsables de los recortes presupuestarios que sea necesario realizar. Porque estamos hablando de equilibrio fiscal y tenemos en la Cámara de Diputados un presupuesto para 1991 que prevé un desequilibrio fiscal de más de tres puntos del producto. Y si tenemos en cuenta las diferencias en los precios de las áreas centrales de petróleo —se estimaba que iban a venderse en 1.300 millones de dólares y apenas se llegó a aproximadamente 400 Millones de dólares—, aquí nomás vemos un punto de desequilibrio. Hay quienes dicen que el presupuesto para 1991 será otro, pero el gobierno no ha dicho que retirará el que se encuentra en la Cámara de Diputados y que su posición será otra. ¿Cómo podemos hablar de mantener las cuentas públicas equilibradas y de respetar al Parlamento si paralelamente no sancionamos una ley de presupuesto equilibrada? Estaría aprobando este proyecto de ley si hubiera una comisión parlamentaria de seguimiento de la ejecución Presupuestaria, no por desconfianza sino para que exista mayor seguridad, que es lo que queremos y lo que busca proyectar esta iniciativa hacia los operadores económicos. Por otra parte, esta comisión bicameral daría la seguridad de que el Parlamento está cuidando, como en las democracias desarrolladas, la ejecución del presupuesto. Podría estar aprobando esta iniciativa si el gobierno profundizara esta línea —que también se observa en los senadores justicialistas—, que ha comenzado a trazar en el sentido de restituir al Parlamento la facultad de fijar aranceles El año -pasado hemos aprobado por unanimidad en este recinto un proyecto de ley, en el que trabajaron las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Presupuesto y Hacienda, que le otorga al Parlamento la facultad permanente de mantener y fijar los aranceles de los productos de exportación de las economías regionales. Este proyecto se encuentra parado en la Cámara de Diputados. Si hubiéramos trabajado piar lograr el consenso que nos llevara a un punto de confluencia, la gente podría tener la buena nueva de que su sociedad política le está dando un horizonte de prosperidad y crecimiento.. Esto no ha podido ser. Todas estas consideraciones no significan que miremos el proyecto con ganas de que no ancle,

como bien decía hace instantes el señor senador por la. Capital. Nos hubiera gustado participar en esta iniciativa. El oficialismo tiene derecho —y lo reconocemos— a decir que el proyecto es suyo. De manera que lo tendremos que acompañar con nuestra simpatía y nuestras ganas de que las cosas vayan bien. Pero haremos algunas objeciones, no como protagonistas sino como espectadores y pasajeros del mismo barco. Esta iniciativa nos trae algunas inquietudes, que no son simbólicas sino profundas, sobre ciertos puntos del articulado. Quiero mencionar algunos artículos para analizar la posibilidad de su modificación en la discusión en particular. El artículo 1º establece la convertibilidad, que tiene un valor simbólico. Quiere decir que de ahora en adelante el Banco Central dará la divisa fuerte a aquellos tenedores de australes que digan: "No quiero más australes; quiero divisa fuerte". Este es el enunciado básico del primer título del proyecto de ley. Mi propuesta es que en lugar de declarar la convertibilidad atándonos a la moneda de un país soberano, lo hagamos estableciendo una equivalencia exactamente igual, en derechos especiales de giro. La equivalencia actual, en este caso, sería de 0,73 derechos especiales de giro, que correspondería a diez mil australes o a un dólar. Esto es a los efectos de evitar la distorsión que implicaría el hecho de atarse a la moneda de uno de los países que comercia con la Argentina, y que podría provocarse en nuestro comercio internacional cuando hubiera variaciones en el valor relativo del dólar respecto de otras monedas. Desde el punto de vista de la lógica del proyecto, yo no encuentro contradicción a este hecho. Por otra parte, se cubriría un recaudo que no es formal ni simbólico --lo expreso con total honestidad– y que me provoca un gran cargo de conciencia. Hemos votado leyes de delegación de facultades desde que los hombres del peronismo se hicieron cargo del gobierno, en virtud de un compromiso anteriormente asumido, Así pues, dimos quórum y facilitamos la aprobación de leyes que implicaban, como dije, delegación de facultades. Pero siempre entre nosotros: lo facultamos al presidente de la República, que no es nuestro correligionario, pero. que es tan argentino como nosotros. El tema es que con la redacción de este artículo 1º tal como está nosotros estamos delegando en

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la autoridad Monetaria de los Estados Unidos la fijación de nuestro propio signo monetario. Y si bien alguna vez podemos cambiar por ley este artículo, al atarnos exclusivamente al dólar será la Reserva Federal de loa Estados Unidos la que determinará cuál es el valor de nuestra moneda frente a las demás. Sin embargo, si adoptamos una equivalencia internacional aceptada por todos los países desarrollados, estaremos actuando sin hipotecar la bandera de la convertibilidad, ajustándonos a un foro internacional, a una canasta de monedas que representa mejor el equilibrio monetario internacional. En el artículo 4º observé un giro que ha sido mencionado por algunos medios de prensa y que yo quiero rescatar porque considero que podría ser la ventana por la que se cuele la falta de credibilidad de este proyecto ante la sociedad. Se trata de la mención de los títulos públicos nacionales o extranjeros al hablarse de cuáles son las reservas que garantizan la Convertibilidad del austral. En. ese caso, creo que los títulos públicos nacionales no pueden formar parte de las reservas de la propia moneda nacional porque entraríamos en el contrasentido de que nuestras propias deudas están garantizando nuestra moneda, lo cual se presta a un juego contable y le quita seriedad a la convertibilidad si queremos transformarla en una herramienta. que tenga una duración, si no eterna, por lo menos perdurable en un horizonte económico mensurable. De manera que la frase debería ser: ...en títulos públicos extranjeros, pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses...", continuando tal como sigue el artículo. Insisto en que esto le daría mayor seriedad. En el artículo 9º hay un aspecto que deberíamos analizar cuidadosamente. Así como el ara título 1º constituye la palanca de la convertibilidad, el 9º es la palanca de la desindexación. Y si bien esto puede prestarse a un discurso preelectoral respecto del tema de los alquileres, lo cierto es que puedo provocar injusticias flagrantes y de dudosa constitucionalidad en la ejecución de los contratos. En esto aspecto; y sin perjuicio de los mecanismos previstos en el proyecto, nosotros tenemos que hacer un agregado que permita —en los casos en que se generen desequilibrios de magnitud en la ejecución de las prestaciones—

que las partes puedan decidir la resolución de los contratos sin culpa de una o de otra. Pongo como ejemplo los contratos de obras públicas. Respecto de estos contratos con actualización de precios —que están fijados por fórmulas polinómicas que incluyen el valor de la mano de obra, los insumos e impuestos—, comenzados en mayo del año pasado, sus costos están en este momento en un determinado nivel que ha ido acompañando el índice de precios. Si nosotros le ponemos como precio este desagio dolarizado, podemos encontrarnos con varias empresas de obras públicas fine tienen un costo real muy superior ---hasta un 30 o 40 por ciento al precio que la aplicación de este indice forzado puede darle a este tipo de. contratos de obra pública, hecho que puede llevar a la quiebra o a la paralización de las Obras públicas en ejecución. Propongo en consecuencia que fijemos un plazo de sesenta días para que en el caso de que no exista equivalencia entre las prestaciones los empresarios de las obras públicas puedan desistir de las mismas- si prueban que resultan perjudicados por la aplicación de este proyecto de ley-- sin que exista culpa en- ninguna de las partes. En el caso de los alquileres es exactamente igual. Con el brillo argumental que lo caracteriza, el señor senador por Santa Fe dijo que nosotros le garantizamos a los locadores una rentabilidad igual o mayor a la que pueden tener los acreedores en los mutuos realizados en moneda extranjera, porque le garantizamos el :uno por ciento Mensual en moneda fuerte. Está bien; pero se lo garantizamos porque nosotros queremos. y no porque ellos lo deseen, ya que estamos disponiendo de una propiedad que les pertenece. Entonces no digo que tenemos que legislar para equiparar contraprestaciones recíprocas... Sr. Rubeo. --¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Lafferriére.— En seguida termino el concepto y le concedo la interrupción, señor. Senador. Si nosotros forzamos una conversión del precio del contrato sin dejar escapatoria, estamos incidiendo en un contrato en curso de ejecución y afectando, con nuestra decisión, el derecho de propiedad de una persona. Está bien que se diga que es mejor proteger al inquilino que al dueño,

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que es mejor proteger a quien tiene más necesidad, pero todos sabemos los efectos psicológicos que puede causar el hecho de que nos metamos en un contrato y la posibilidad de que a partir ,de la vigencia de este proyecto de ley los dueños comiencen a incorporar un sobreprecio por el riesgo legal. Este no existió durante nuestro gobierno ni tampoco durante el gobierno justicialista, por el respeto y los consejos que le hemos dado a las partes .a través de la reglamentación de los alquileres, .lo que hizo que se volcaran en el mercado miles de unidades marginadas en épocas anteriores. Le permito la interrupción, señor senador por Santa Fe. Sr. Presidente (Velázquez). — Con anuencia de la Presidencia, tiene el uso de la palabra el señor senador por Santa Fe. Sr. Rubeo. — Abuso de la amabilidad - del señor .senador por Entre Rios. Sin ánimo de pronunciar Un discurso quiero manifestar que la aplicación de un interés genuino del 1 % mensual surge de un antiguo reclamo formulado por los centros de propietarios;. tenemos la documentación pertinente que acredita :esta cuestión. No se trata de mi hecho caprichoso; sino que surge de mi reclamo proveniente de la organización gremial que nuclea a los propietarios. Reitere que no es un elemento introducido caprichosamente. Les ruego que tengan en cuenta que tanto el partido que ustedes representan como el nuestro consideran que la propiedad cumple una función social y que no puede ser un bien de excesiva especulación. Tendríamos que preocuparnos enormemente por esta situación que está atravesando el mercado de las locaciones desde el ámbito de los inquilinos. Con esto no me refiero solamente a los sectores de bajos ingresos, sino también a los ,comerciantes y profesionales que han sufrido las consecuencias del vertiginoso desarrollo de la hiperinflación, que hizo que en algunos casos el austral pegara una estampida mayor que la evolución del dólar que a valor :constante se había pactado en mayo de 1990, por ejemplo. Esto produjo en el mercado de las locaciones; fundamentalmente en el último mes con reajuste que debe hacerse en marzo, teniendo en cuenta la inflación de dos dígitos de febrero, y cl que se va a hacer en abril, una situación muy violenta

que seguramente va a generar una ola de juicios de desalojo, con el consiguiente daño que; se le produce a los propietarios por el cumplimiento en ,el pago. No se trata de un hecho caprichoso sino de la imposibilidad de pagar en razón de la mengua salarial, Muchas veces producida por despidos, suspensiones, por bajas en las ventas de los comerciantes y en el ingreso de 105 profesionales. Quiero pedirle al señor senador, y apelo a su sensibilidad, que descuento, que contemplo esta situación porque es la de centenares de miles de ciudadanos de nuestro país que padecen estos problemas. No me refiero a la circunstancia que usted señala; que es hipotética, en que pueda darse una retracción en el mercado de locación. Es posible que esto suceda pero, en general, este argumento ha servido para manipular la cuestión en el mareo de la acción ,psicológica desarrollada por quienes pretenden pOlier determinados criterios, muchas voces nreseutados por entidades intermedias de la inmobiliaria que han movido a su gusto el de la oferta y •demanda de inmuebles. Usted convendrá conmigo .que es muy difícil que .pueda hablarse de un precio justo en el juego de la oferta y la demanda cuando el déficit habitacional supera en nuestro .país las tres millones. de _unidades; además, cuando se habla de Mercancía de locación, en la Capital Federal la oferta nunca supera las 14 o 15 mil unidades. Quería hacer este aporte con relación a lo que usted señalaba al comienzo de su discurso fundado y profundo, en el que hizo mención a antecedentes históricos en esta materia, que seguramente van a quedar registrados en el Diano de Sesiones. Quise realizar estas manifestaciones para que sus ponderadas iniciativas y las mías puedan quedar a consideración de quienes juzguen nuestras posiciones sobre este tema que tanto preocupa a todos los argentinos. Sr. Presidente (Velázquez), -- Señor senador Lafferriere: el senador Rodríguez Saá le solicita una interrupción. Sr. Lafferriére. -- Sí, cómo no. :Sr. Presidente (Velázquez). — Tiene la palabra . el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá.-- Al referirse a los contrates de locación, interpreté que el señor senador

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Lafferriére dijo que este proyecto de ley iba a afectar la libertad de los contratos. Yo creo que no es así; por el contrario, se respeta absolutamente el precio de los contratos pactados libremente entre las partes, El proyecto de ley está brindando un mecanismo de. cálculo para determinar la equivalencia entre las monedas, a partir de este nuevo sistema. En efecto, para hacer esa equivalencia se tema el valor del dólar al mes de mayo de 1990 puesto que se considera que en ese momento te.. nía un valor promedio correcto. Los precios de aquel momento se convierten al valor de ese dólar estable para determinar la cantidad de australes actuales en función del nuevo tipo de cambio de conversión y a eso se le agrega el 12 por ciento anual, que es la tasa de interés internacional que en promedio dan todas las monedas. En consecuencia, este mecanismo no afecta para nada los intereses de las partes, puesto. que se mantiene absolutamente la libertad de los contratos. Sr. Presidente (Velázquez). — Continúa en el: usó de la. palabra el señor senador por Entre Ríos, Sr. Lafferriére. — Agradezco ambas intervenciones: la del. senador por Santa Fe —quien ha. explicitado claramente su idea— y la del senador por San Luis —quien ha ,reiterado lo quo.dice el proyecto—, que yo he comprendido. Pero ninguno de ellos tiene que convencerme a mí. Lo que ellos tienen que ver es cómo va a entender esto la sociedad argentina. Quiero que recordemos un concepto que yo respetuosamente transmití en su momento al contador Erman González cuando vino a informarnos acerca de los efectos del "Plan Bonex". Ese mismo concepto lo reiteró cl otro día cuando vino al recinto el actual ministro de Economía. En concreto, la gente ve al escenario público con mucha desconfianza, y cuando uno conversa con los compatriotas que "la están yugando" trabajando, algunos ,:invirtiendo, otros poniendo su fuerza de trabajo o su capacidad de organización, nos piden que los dejemos tranquilos, que el Estado no se meta, que los dejemos trabajar y producir. Esto, tal vez, puede no tener una lógica interna... Sr. Rodríguez Saá. — También nos piden créditos. Sr. Presidente (Velázquez). — Señor senador: si solicita una interrupción, diríjase a la Pre,

sidencia. Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Entre Ríos. Sr. Rodríguez Saá. —Era un agregado, una reflexión marginal. De todas maneras fue una. incorrección; disculpe, señor presidente. Sr. Lafferriére.— En consecuencia quiero destacar este hecho. La gente mira con mucha desconfianza y Molestia lo que le llega de lo público, cualquiera sea su procedencia. Si bien -tenemos el afán patriótico, justiciero y solidario de nivelar, creemos que existe un desequilibrio.

Pero en economía hay algo que n.o se puede evitar nunca, que son las consecuencias. Yo digo que esto traerá consecuencias. Quienes impulsan la norma creen que se "bancan" las con- secuencias; perfecto. No hago más que anunciar un elemento que será distorsionante del merca, de de las Ideaciones, si no buscamos una redacción que de alguna manera permita algún e-cape para que la gente no se sienta "breteada" —valga el vulgarismo— por el poder político en su capacidad de decisión o en su relación contractual. Debo pedir disculpas porque me siento un tanto "achicado" al proponer que se estudie más el tema de de la modificación . del, Código Civil. Confieso que me siento Mal teniendo que hablar de las modificaciones del Código Civil, sin haber tenido ni siquiera la posibilidad de leerlas. Hay algunos aspectos, por ejemplo, respecto del artículo 11 que: habla , de la. modificación del artículo 617, que me traen algún recelo por- que creo que :puede dar lugar a un sembradero :de pleitos. Dice si por el acto por el que se ha consituido la obligación se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal ,en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero. Cuando el Código Civil establece las obliga- clones de dar sumas de dinero, se refiere al de curso legal en la República, lo ..que tiene una serie de efectos prácticos, no solamente en cuanto al tema de la soberanía monetaria, sino incluso hasta el de. la prueba; qué es una moneda, qué significa, cuál es su equivalencia, a qué tasa debe cambiarse tina por otra. ¿Es moneda un "krugerrand"?, ¿es moneda un mejicano de oro?, ¿es moneda un derecho especial de giro? Hay monedas que son internacionales, Otras .que son entre Estados;

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algunas tienen un poder resolutorio en algunas clases de cosas. Creo que tener que modificar el Código Civil sin tener mayor precisión nos puede traer consecuencias ,en las relaciones entre particulares que pueden tener gravedad. Si esto no es así, quizá los juristas, que saben más que yo, me lo puedan explicar y. -sacarme de la duda. Sr. Rodríguez Saá.— ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Lafferriére.— Sí, señor senador. Sr. Rodríguez Saá. — Se modifica el Código Civil en lo siguiente. Se mantiene la moneda de curso legal, que es cl austral y se incorpora una moneda de curso posible que es la moneda extranjera. Si ambas partes lo acuerdan, se considerará la moneda extranjera. Si hubiera alguna dificultad para determinar algo de lo que usted plantea —creo que no la hay—, como toda norma jurídica es susceptible de ser, valorada por el juez. Sr. Britos.— Evidentemente con esto uno va aprendiendo. Recuerdo quo cuando crearon el austral ,no nos dijeron nada; vino por decreto y ahora con toda esta aclaración me estoy dando cuenta del valor de nuestra moneda. Sr. Gass. — Repetidamente... Sr. Lafferriére. — No he permitido la interrupción al presidente de mi bancada. (Risas.)

—Suena la campanilla de orden.

Sr. Gass. -- Los errores que cometimos nosotros no los cometan ustedes. No nos tiren coa la misma piedra. Sr. Presidente (Velázquez). --Ruego a los señores, senadores no interrumpir al senador que está, en cl uso de la palabra. Sr. Gass.- A este orador se lo puede interrumpir porque tiene; una base muy firme en sus. conocimientos y no lo van a sacar de la cuestión.. Sr. Lafferriére.— La- intervención del senador por San Luis .es dirigente gremial, ni laboral, aunque si deportivo— confirma mis palabras, es decir, lo que va a sembrar esta Modificación al Código Civil en las -relaciones entre particulares en materia de derechos y obligaciones. Por supuesto que no hay nada que sea irresoluble. Si es necesario modificar algo para dar claridad a esta norma, lo ,haremos. Nada es irreversible; irrevocable. Simplemente marco una duda que, como lo acabo de escuchar, es

valedera porque se ha dicho que estas situaciones tendrían que resolverlas los jueces. Señor presidente: termino mi intervención —que se ha extendido más de lo que hubiera sido mi gusto— reiterando que desde la profundidad de nuestro corazón queremos que esto salga bien y funcione. Deseamos que la gente se entusiasme, que esta suba de la Bolsa que ha :habido ayer no sea una, maniobra de especuladores que no pudieron hacer una mayor diferencia con la tasa y cl dólar, y entonces hayan ido a hacer subir las acciones, y que el lunes o el martes se produzca c-l derrumbe. Queremos que haya reactivación y crecimiento y que todo salga bien. Cuentc-n con nosotros para que así sea. Los señores senadores del oficialismo son conscientes de quo han tenido respaldos críticos pero no obstrucción. Por otra parle, creemos quo esta celeridad en el tratamiento del proyecto, decidida por razones de Estado que a la bancada justicialista lo toca evaluar, ha significado una mengua en la contundencia de este proyecto, quo hubiera podido ser ofrecido a la sociedad como un verdadero punto de partida de una nueva aventura nacional, c-n lugar de una que ha decidido llevar adelante un equipo ministerial, un gobierno o un presidente. : . Sr. Rodríguez Saá.— ¿Me permite una interrupción? Sr. Lafferriére.—...--por supuesto, me refiero a aventura el buen sentido de a palabra, en el sentido ético—, que vamos a acompañar con la simpatía, con el respaldo... Sr. Rodríguez Saá.— ¿Me permite una interpelen antes de que concluya, señor senador? Sr. Lafferriére. — ...el aplauso y la crítica cuando creamos que sea necesario. (Aplausos.) Sr. Presidente (Velázquez).— Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos. Sr. Rodríguez Saá.— ¿Me permito una interrupción, señor senador Brasesco? Sr. Brasesco. — Recién el presidente mo acaba de conceder el uso de la palabra; si él no tiene inconveniente se la puedo ceder. Sr. Rodríguez Saá.— ¿Señor presidente, me permite hacer uso de la palabra? Sr. Presidente (Velázquez). — Tiene la palabra el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá. — Le pido al señor presidente que no se moleste por la necesidad

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que tengo de hablar en este momento o interrumpir al orador. Le había pedido la interrupción al señor senador Lafferriére antes de que terminara, porque lo que voy a decir está relacionado con sus palabras al comienzo de su discurso. No sé si expreso correctamente lo que dijo. Lo ruego que me corrija si me equivoco. El señor senador manifestó que habíamos actuado incorrectamente, o no del todo bien, porque habían tomado conocimiento de la sesión algunos señores senadores unos minutos antes. Sr. Lafferriére. —No me refería a los demás señores senadores sino a mí. Sr. Rodríguez Saá.— Me alegra .que haga esta aclaración, és decir que el comentario se refería a él. Pero en aras de la buena fe y de la convivencia en este Senado de la Nación debo decir es- to. Ayer se realizó una reunión de presidentes del bloque en la quo fue muy discutido esto tema. En eso momento se sostuvieron tres posiciones: la de la bancada justicialista, de sesionar hoy a las 18, la de la Unión Cívica Radical, de hacerlo el martes ¿le la semana próxima —siempre en sesión especial para tratar este tema— y la del bloque .de los señores senadores por Corrientes, que pensaban que había que tomarse un tiempo y querían hacerlo el sábado el lunes. Estábamos bastante apasionados sosteniendo nuestras posiciones y de alguna manera influenciados por la presencia .del señor ministro.. Además de la cuestión de la interpelación teníamos, un gran cúmulo de trabajo y sufríamos "shock" que significa introducir en la sociedad una ley tan importante como la que estamos considerando. En esa reunión, por prudencia -que en política es una virtud y no significa cobardía o temor a algo-- acordamos pasar el asunto a la reunión de presidentes de bloque de hóy al mediodía, en la que íbamos a decidir cuál de las tres posiciones aceptábamos o si encontrábamos una salida conciliada. Se hizo la reunión, se repitieron las posiciones y se llegó a un acuerdo. Hoy hubo un acuerdo. El acuerdo era que nosotros íbamos a insistir en la reunión de hoy a las 18, que el bloque radical iba a insistir en la reunión para el día lunes y que si nosotros no triunfábamos hoy con los dos tercios de votos —en definitiva triunfamos, y-por eso estamos tratando ahora el toma—,

íbamos a aceptar: tratarlo el lunes. Y hubo, una suerte de resignación de lbs bloques proviciales porque: no fue aceptado el día que ellos propusieron. A nosotros nos pareció interesante y valiente el acuerdo. Quiero aclarar esto porque luego, c-n el corto lapso que hubo durante el cual se firmó un acta en la que todos estuvimos de acuerdo y cada presidente de bloque iba a comunicar a les demás integrantes la resolución adoptada, se procedió a firmar el pedido de sesión secreta... Sr. Losada. — De sesión especial, señor senador Sr. Rodríguez Saá.— De sesión especial —fue un lapsus, señor senador— tal cual corresponde de acuerdo con el Reglamento. Luego de hacerse el pedido de sesión especial fue comunicado de la única manera que puede comunicarse esto: por memorándum dirigido al domicilio legal del señor senador, que es su público despacho ubicado en. la Casa, en Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos. Así se hizo la notificación, que fue correcta en todo sentido. Por otra parte, esta convocatoria la conocían todos los medios de comunicación. Todo el país sabía de esta puja. De manera que yo le pido al señor senador que lo exprese. Está bien que el señor senador diga lo que tiene que decir, porque forma parte de la pasión de este debate. Pero quiera que quede bien claro que acá no hubo mala fe. Fue fruto de las relaciones parlamentarias el hecho de que hoy nos tocase sesionar. Incluso existía la posibilidad de que hoy no pudiéramos hacerlo y tuviéramos que convocar para el lunes o martes-. Creo que esto no ha roto las reglas de convivencia. Estas son las formas: como nosotros nos, manejamos en el Parlamento. Pero: quiero reiterar la buena fe con que hemos actuado: Sr. Presidente:(Velázquez),.— Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos. Sr. Brasesco.— Señor presidente, señores senadores: debo confesar que, tengo una concepción que en su filosofía tal vez no coincida con la de los ministros de Economía que se han sucedido desde 1981 hasta la fecha.. Mi experiencia me ha hecho comprender con claridad —el -debate de hoy es una expresión de ello— que la desvalorización de la moneda, el déficit fiscal, la falta de capacidad de com pra del

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salario, la disminución del, producto bruto interno, el deterioro permanente y progresivo de las economías regionales y del proceso industrial, la recesión y Cl desempleo constituyen problemas que no han sido resueltos en, nuestro país. Bien se dijo hace pocos instantes que todos. los ministros---y por qué no, si está dentro de su vocación de servicio que así sea, porque nadie puede decir algo de lo que no está convencido— han expuesto con capacidad y con fe sus planes y sus. propósitos teniendo en cuenta una• concepción eeonomicista y monetarista, con distintas variantes y con diferentes expresiones particulares: Pero también es cierto —digo esto en homenaje a esos Ministros— que todas sus ortodoxias: económicas fueron torcidas por decisiones políticas de los gobiernos de turno. Si dentro de esa concepción monetarista y economicista que se ha venido sucediendo en el país se hubiera cumplido ortodoxamente con les planes económicos, no sé si no tendríamos que juzgarlos de otra forma. Pero lo- cierto es que hubo decisiones políticas que fueron modificando la ortodoxia de esos planes. ¿Y por qué hubo decisiones políticas que fueron modificando la ortodoxia de esos planes?. Porque el país no es una sociedad anónima. En él viven los ricos, los pobres, los honestos y los deshonestos, los que producen, los que especulan, los que viven del desorden; en fin, conviven los distintos intereses, Viven los que producen; viven el trabajador, el comerciante y el banquero. Es decir, el país es algo dinámico que no solamente se maneja dentro de las reglas económicas sino, también, dentro de las expresiones anímicas de la sociedad en momentos determinados. Y todas esas cosas influyen, señor presidente y señores senadores, en los distintos enfoques económicos. Creo, señor presidente, que hasta que los argentinos no, hagamos —dentro de todos los sectores, no solamente políticos sino también de la producción, del trabajo y de las sociedades intermedias— la gran concertación del proyecto de país que queremos, y h gran conmcertación económico-social, creando los grandes ,convenios- mareo que necesita cualquier sociedad, tendremos éxitos parciales -y derrotas cíclicas como nos ha ocurrido hasta ahora. Hemos progresado mucho, pero todavía tenemos muchas lecciones pendientes.

Es muy difícil,. señor presidente, hacer cambios cuando no se tiene un espectro social tranquilo, en cualquier gobierno de que se trate, ya sea republicano, monárquico, socialista o capitalista.

—Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente .2º del Honorable Senado.,. senador Jorge D. Solana.

Sr. Brasesco.— Hace pocos días este Senado aprobó por, unanimidad, con gran comprensión, proyectos de comunicación relativos ..a los, despidos masivos en el área de la industria del Gran Rosario. Hemos votado por unanimidad otros —y hasta concertado en lo referido a las frases, con gran preocupación— tendientes a la resolución del problema de Acindar. Con gran vocación de servicio aprobamos y concertamos planteos sobre el conflicto ferroviario, que tiene paralizado ese transporte hace más de un mes. En la oportunidad solicitábamos la reincorporación de cesantes, apuntando a la recomposición salarial y al. encauzamiento del conflicto dentro de la mecánica de la negociación colectiva y de las relaciones de trabajo. Hoy podemos leer en los diarios que se inicia la recomposición o reestructuración de las empresas del Estado; al mismo tiempo se informa acerca de la cantidad de bajas o cesantías que habrá en el sector de las empresas del Estado. Todo eso, señor presidente y señores senadores, va unido a otro mensaje: el cambio de la política arancelaria, que significa lisa y llanamente entrar a la libertad de mercado, compitiendo los productos nacionales con los extranjeros. Vamos a poner las cosas en su lugar. Nosotros somos aperturistas. Hemos venido luchando por la integración latinoamericana y los mercados comunes. He peleado desde mis años más jóvenes contra la idiosincrasia de creer que Brasil era una hipótesis de conflicto, cuando nosotros, que conocíamos a los brasileños y a los uruguayos porque hasta jugábamos al fútbol con ellos, sabíamos que era una falsedad, más allá de las grandes realidades geopolíticas que deben tener en cuenta los distintos gobiernos. Pero sabemos también que no se puede salir de golpe, señor presidente, de una situación histórica de fronteras cenadas y de proteccionismo abriendo las compuertas, como cuando se rompen las de un dique y se producen destrozos e inundaciones

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hasta que las aguas vuelven a encauzarse normalmente. Había que hacerlo gradualmente, y Juan. Trilla lo explicó bien cuando habló de la gradualidad brasileña en la política arancelaria. Desgraciadamente, cuando se trata la política arancelaria todos hablarnos con una mentalidad centralista. Vemos los grandes cinturones industriales, las grandes concentraciones de industrias, quizás por la deformación federal que hemos tenido históricamente, y no nos fijarnos en las economías regionales, que han ido trabajando permanentemente para lograr su crecimiento, con muchos inconvenientes, más allá de haber recibido beneficios en algunas oportunidades, corno las leyes de promoción industrial —algunas de las cuales estuvieron bien manejadas y otras no—, que trajeron de alguna forma un soplo de aliento y de progreso. Planteadas así traumáticamente, restas medidas van a producir desempleo; señor presidente. El otro día escuchábamos lo que se dijo nada menos que en el Consejo Económico y Social de la Provincia de Córdoba, donde hubo hombres representativos muy importantes, inclusivo de a Fundación Mediterránea. Hablaban de la necesidad de la gradualidad y defendían la libertad de mercados y la integración económica. Inclusive planteaban la necesidad de realizar estudios comparativos de los derechos del trabajo en distintos países, como Brasil, Uruguay Paraguay, Argentina y Chile, a los efectos de analizar las desventajas competitivas que pueden. sufrir algunos productores como consecuencia. de los desniveles en las cargas salariales de unos y otros. Sin lugar a dudas esto produce desempleo. Somos partidarios de una política arancelaria de puertas abiertas, pero estos efectos se plantean en la situación actual. El gobierno lanza su plan frente a estas circunstancias sociales; con un afán que nadie discute. Lo hemos conversado con el señor ministro de Economía, quien lo ha publicitado. Lo aceptamos y creernos: lo hace porque no quiere más desempleo; sino producción y desarrollo. Pero existen el inmediato, el mediano y el lejano plazo. Por eso; el gradualismo en todas estas cosas es fundamental para que no se per: turbe la ortodoxia de los planes que se ponen en ejecución por decisiones políticas necesarias en un momento determinado.

Es cierto que puede haber una especie de provisoria contención del deterioro del salario con esta convertibilidad, del dólar a diez mil australes, con el dcsagio, con la modificación de los alquileres y con algunas paralizaciones de precios que pueden reflejarse en ciertos artículos. Pero no sabemos qué puede ocurrir dentro de sesenta días. Junto a esto se hace un planteo que es .lógico, Se deja ¿le lado lo que llamarnos actualización monetaria o indexación incluso -en los convenios colectivos de trabajo y toda cláusula de automaticidad tanto en el reajuste salarial como en otros aspectos, queda. derogada ,por este proyecto de ley. Es decir que se trata de un elemento que sin .lugar a dudas, con una moneda estable, con el dólar con una paridad permanente. en diez Mil australes, puede ser adecuada. para las negociaciones colectivas y las relaciones de trabajo. Existe otra cosa que ano preocupa. A veces, cuando, se habla, de déficit se hace ama distinción la responsabilidad que le cabe al gobierno nacional y la irresponsabilidad ¿le las provincias, Aquí hay que tener en cuenta, además de -todos los cálculos de tipo técnico que puedan determinarse por vía de recursos genuinos de coparticipación; de gastos, de presupuestos, equilibrados: o no, que también hubo, tanto en las prosvincias como en la Nación errores que han coadyuvado al déficit. Meses atrás discutimos las privatizaciones. No sé. si las críticas o advertencias que se hicieron en ese momento fueron exactas. Pero con el mismo entusiasmo y la misma capacidad con que se habla acerca de este tema se defendió el: peaje. Con muy buen criterio el ministro de Economía, teniendo en cuenta hechos político-Sociales que se produjeron en la calle y no disensiones académicas realizadas en claustros universitarios, fundaciones o en el Congreso, decidió suspender provisoriamente el peaje y efectuar un. reestudio del tema del peaje. Y sea cual fuere la neociación que se tenga que hacer respecto de los contratos de peaje, indudablemente el Estado nacional tendrá que hacer algunas operaciones para ver cuántos pesos puede perder o no en esa negociación, porque otorgó las concesiones correspondientes después de la ,licitación. Pero al preparar esto el gobierno hizo algo que el ministro explicó muy bien días atrás: resolvió un

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déficit a través de emisión monetaria y luego dio las explicaciones técnicas de cuántas reservas tenía el Banco Central, Sin embargo, las provincias que tienen déficit, al igual que las restantes, no están autorizadas por la Constitución Nacional -a emitir dinero. Así, mientras la Nación preparó él- plafón necesario para iniciar esta pelea, las provincias continúan con su déficit, algunas incluso en su calidad de acree doras, tal como ocurre en el caso de las que son titulares de los créditos por regalías, mientras consideran al mismo tiempo lo que puede pasar con la coparticipación. Se sabe que la variable de ajuste es el empleo público. Esto se está demostrando y también se ha manifestado. Tendrá que hacerse un ajuste de la plaza de trabajo, y entonces nos encontramos con provincias que tienen déficit y no cuentan con los elementos necesarios para superarlo. Además, se encuentran con la problemática de que tendrán que estudiar cuáles son y a cuánto ascienden sus créditos contra la Nación. Por otro lado, esas provincias se hallan ante un peligro relativo a sus economías regionales, .pues las políticas arancelarias les pueden producir una caída de sus rentas impositivas genuinas, además del problema social de la disminución de la producción y de las cesantías y suspensiones. Todo eso se da en un mismo proceso-y. torna el cuadro muy complicado y difícil. Asimismo, hace racionalmente aceptables los interrogantes que se formulan, ya que en esto no podemos fracasar, señor presidente. Se ha hablado del Plan Austral; y más de una vez también de la gestión radical, de Sourrouille,, de Grinspun, de Roig, del plan. "B.B." de Rapanelli, de González, Pero si ellos se tuvieron que ir o fracasaron, seamos lo suficientemente racionales como para estudiar los motivos de esos fracasos. Porque cada uno de esos hombres a los -cuales respeto y valoro en su calidad intelectual y en su vocación de servicio, no pudieron tener éxito en su gestión, y el ministro Cavallo, como dicen los gauchos, "ha tirado toda la carne al asador". Cuando meditamos sobre estos detalles, lo hacemos para -recapacitar respecto a este problema.. Se ha hablado de Carlos Pellegrini; nadie .puede ignorar su obra, porque hemos estudiado seriamente la historia y tenemos abuelos que conocieron la política de la Generación del 80.

Y por algo tuvo que aparecer un Yrigoyen en el escenario político, allá por el año 1900. Por algún .motivo surgió el Partido Socialista en la ciudad de Bonos Aires; por alguna razón se plantearon las eclosiones populares de- un proletariado naciente, de una clase media que necesitaba dinero, de comerciantes que necesitaban educar a sus hijos. No se contempló el problema social sino las cuentas, los negocios -y a hacienda del- Estado y el hecho de que tuviéramos una moneda fuerte. A Perón no lo hicieron por decreto. ,Cuando llegó existía una moneda fuerte. y además nuestro país se encontraba frente al mundo con una situación económica inmejorable. Pero, ¿qué vino a resolver Perón? ¿Cuál fue su bandera? Levantar una bandera de problemas que ya .están resueltos no es bandera; es una fotografía histórica, una postal, una. estampa. Perón vino a hablar del salario, de la seguridad social, del convenio colectivo, de la necesidad de vivienda, de la necesidad de salud; vino a resolver-los problemas de la pobreza, del hambre, de la miseria, las situaciones -sociales que no habían resuelto la estabilidad monetaria ni las barras de oro existentes en el Banco Central. Digo esto no -para desmerecer en -absoluto, la necesidad de tener una moneda fuerte y poderosa,. como se :la tuvo. Recuerdo siendo niño un debate que no podemos traer de rondón. Fue por el año 1947, 1948 o 1949 recuerdo bien—, en que se dijo que el respaldo oro de la .moneda iba a ser reemplazado por el. respaldo de la producción nacional. Y se cambió la ley monetaria. Brillantes discursos pronunciaron unos y otros. Señor -presidente: la moneda fuerte sirve para resolver los problemas sociales, pero no. los resuelve por sí. -Por eso .apareció Yrigoyen, el socialismo, la legislación :social, Perón. Por ese. surgen -todas esas realidades en la calle, que se cristalizan en los partidos políticos, en el ejercicio del Poder. Existieron errores y aciertos, pero también hechos claros y concretos,. Frente a éstas circunstancias, pareciera que este proyecto de ley resolverá todo éste abanicó de temas. Y lo digo con respeto. Por ejemplo, aquí se señaló que el. artículo 1° de dicho proyecto consagra la paridad entre un dólar y 10.000 australes, Esto saldrá por ley. También se hecho referencia a las decisiones políticas que más de

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una vez fueron necesarias y que desvirtuaron o modificaron las ortodoxias de los planes. Nos guste o no a los legisladores y a los homores de derecho, señor presidente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dado validez .constitiaciorial a los decretos de emergencia- que modificaron textos legales, prorrogando términos o vigencias -de leyes. Se dictaron decretos de emergencia prorrogando la ley de emergencia económica, modificando normativas de convenios colectivos de trabajo o ampliando los términos para suspender el derecho a ejecutar al Estado en juicios con sentencia -firmes La. Corte Suprema de justicia ha hecho una interpretación jurídica de estas situaciones y ha dicho que tales decretos de emergencia son válidos. No estoy haciendo una crítica, en este momento; simplemente, me estoy refiriendo a algo que debemos tener presente y saber que puede ocurrir; no estoy legislando para el doctor Carlos Menem; lo estoy haciendo para todos los presidentes de la República que vengan en el futuro. Las personas me pueden Merecer el más alto de los conceptos, y sin embargo puede darse el caso del Poder Ejecutivo más respetuoso de la ley y más honorable, que debe tomar una decisión política en forma rápida e inmediata frente a determinados - problemas que puede padecer a causa dé variables económicas que se le escapan de la mano. Entonces, dentro del derecho positivo, se encuentra con la _jurisprudencia de la Corte Suprema, que señaa que tales decretos de einergencia son constitucionales. En concreto, podría llegar a dictarse un decreto que modifique la paridad cambiaria, y en función de lo que acabo de indicar, se. trataría de :mitra norma válida, ¿Por qué sería así? Porque la Corte Supreinava a convalidarla ya que hay lárispiudencia en tal sentido. Si a esto le agregamos la vigencia de la ley de instituciones financieras y la que regula las actividades del Banco Central —aunque haya otros proyectos en estudio en el Congreso—, con decretos de emergencia y circulares del Banco Central se puedo hacer un manejo rápido e inlinediato del mercado financiero. ¿Por qué digo todo ésto? Porque este :tema va a ser estudiado por los que están -en el mundo financiero, • los que Manejan ,el. dólar, los que están en el comercio exterior, los que juegan en

la Bolsa. Todos ellos. no son pingüinos de las playas del sur; son seres humanos que estudian la situación y ven cuál es la viabilidad de sus operatorias frente a estos cambios y cuáles son los peligros potenciales que pueden tener en sus negocios. Entonces, inmediatamente, la capacidad creadora del latino empieza a maquinar los antídotos y preventivos correspohdientes que deben aplicarse en un momento dado. Por eso, debemos dar estos mensajes porque es posible que en la Cámara de Diputados, con la presencia del ministro de Economía, se digal que todo esto que yo señalo no puede ocurrir porque va a suceder otra cosa, o bien se advierta la necesidad de introducir alguna modificación. Señor presidente: existe otro tema que no me asusta pero que igualmente ticne importancia. Aquí se dice que no se dolariza la economía. No entro a discutir términos técnicos; pero cuando veo que aumentó la nafta no juego con las tablas del dólar eri el merbado externo, simplemente saco los australes que me paga el Congreso de la. Nación, y cuando tengo cine abonar la nafta, veo que no me. alcanzan. Además, ahora puede haber contratos en moneda extranjera y hacerse operaciones en, esa moneda, Generalmente cuando hablamos de moneda extranjera, en nuestro mundo común y coa nente estamos Hablando del dólar, aunque es posible que en otras especulaciones comerciales se utilicen marcos o yenes. De cualquier modo, en un contrato de locación —no me refiero ahora a contratos importantes, sino a un mero Alquiler— o cuando alguien quiere comprar un sillón en una mueblería, van a decir que la oikn7ación se puede hacer en dólares y vamos a iirmar la documentación en dólares y habrá eine pagar en dólares. Le estoy hablando de la economía doméstica, del hombroi común que camina por la calle, pero que all-1 menta el mercado interno. Estoy hablando del que no compra él auto sino la heladera p la estufa y del que tiene que pagar las expensas; que puede hacerlo en dólares. Y ese dinero, hablando con voluntarismo, va a quedar acá. Pero en forma real y concreta, los que hablamos con la gente sabemos que esto no termina ácá. Puede ser que el dinero se lo reembolsen dentro de un año y entonces se podrá ver si la experiencia fue fructífera. Eso demuestra

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también que hay una cierta cantidad de dinero que puede salir de circulación. Expreso todo esto, señor presidente porque indudablemente hay muchas cosas que se han dicho con el mismo grado de razonabilidad con que se defendió la ley. Se ha hablado --y se lo sigue haciendo- del déficit fiscal del plan, que requiere financiamiento para que haya un equilibrio. He traído estas estampas —que Son ciertas—porque la moneda fuerte por ,sí sola no resuelve los problemas sociales. La Argentina tiene recesión; en este momento se encuentra en total estado de indefensión en el marco internacional. Hacemos la apertura económica cuando la Comunidad Económica Europea cierra sus fronteras como comunidad hacia afuera y las agiliza dentro y cuando los grandes países tienen barreras proteccionistas. Nos tendremos que convencer alguna vez en la historia de que no vamos a poder hacer nada en el GATT de que no vamos a poder sacar las protecciones que. otros países tienen de .su producción agropecuaria y. que algún día tendremos que exportar las mate :;as primas agropecuarias industrializadas de que hay desempleo de que a política arancelaria, sin haberse hecho dentro de la tesis del gradualismo, va a producir desempleo y merma en la producción y de que las provincias se eneuentran en una situación deficitaria muy grande y no han podido contar con la defensa que tuvo la Nación de planificar el enjuague de su déficit fiscal a través de una emisión. Todos estos, detalles, señor presidente, nos han abierto un gran interrogante. Al mismo tiempo lo hemos traído aquí para la reflexión, no para que csta Cámara modifique quizá la decisión que pueda tener en este momento la mayoría sino para que en el intervalo que haya hasta que el proyecto sea tratado por la Cámara de Diputados esa reflexión pueda ser a base de alguna "instrumentación político-económica complementaria que permita incluso rectificar algunas medidas que se han adoptado. Esto lo hacemos porque queremos un país poderoso y fuerte y para que salga de donde está. Y lo hacemos con la responsabilidad que ponemos en estas cosas. Por eso es nuestro voto en contra y por eso también es nuestra vocación para no entorpecer

el funcionamiento de a Cámara ni entorpecer el procedimiento en el desarrollo de este tema. Por otra parte, señor presidente, sería interesante no hablar de comisiones de seguimiento sino estudiar cómo funciona la Comisión de Presupuesto del Senado de los Estados Unidos de América, que tiene competencia de intervención y contralor en la administración central del presupuesto nacional. Todo esto que estamos tratando, señor presidente, está vinculado con el presupuesto nacional. Este presupuesto para el año 1991, que se encuentra a estudio de la Cámara de Diputados, -sin lugar a dudas va a tener que ser modificado por el gobierno, porque será necesario- adaptarlo a las nuevas pautas que se disponen por este proyecto. Es .decir, que el. proyecto que se había c-laborado lo dejamos "tirado" como una contribución donde la razonabilidad debe imperar para elaborar normas mejores. Ese presupuesto tiene que estar muy bien equilibrado, porque tiene que ser compatible con este proyecto que estamos considerando, con esta intención, con esta voluntad del señor ministro de Economía. Para terminar, señor presidente, espero ser derrotado por los acontecimientos y que esto pueda tener éxito sin una concertación social. Considero -que en la República Argentina es. esencial alcanzar una concertación social, económica y política „para que proyectos de esta naturaleza puedan ser llevados adelante. Ojalá que dentro de 60 o 90 días no tengamos que observar el rostro de otro ministro de Economía que no, venga sólo a rectificar los errores sino a dar una interpretación distinta, traducida en modificaciones de instrumentos. Ojalá que empecemos a caminar, pero ojalá también que todo lo que hemos dicho hoy no sea tomado como una actitud política negativa y opositora a ultranza sino como una contribución clara y efectiva, para que este mecanismo de formación y sanción de leyes tenga en cuenta y se revise lo que la razonabilidad determine, luego de haber profundizado las críticas y los interrogantes. Si así trabajamos tengo la plena seguridad de que el cúmulo de errores va a ser mucho menor. Que las experiencias que hemos tenido antes, desde el rodrigazo hasta ahora, pasando por todos los gobiernos, no nos sirvan para

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encantarnos en polémica y enrostrarnos los errores que cometimos unos y otros; por el contrario, que nos sirvan para redactar el catálogo de lo que no tenemos que hacer más y para ver cuáles fueron los motivos de los fra- casos. Inclusive que nos sirva para ver si fracasaron los ministros o fracasamos, los políticos cuando les hicimos torcer el brazo en algunas decisiones. Con estas pocas y sencillas palabras, señor presidente, en nombre de quienes creen en la planificación democrática de la economía y de los que comparten los éxitos y fracasos de todos los argentinos en las calles de la República, délo expresados los fundamentos en virtud de los cuales los integrantes de la bancada de la Unión Cívica Radical votaremos por la negativa en general este proyecto de ley, reservándonos los derechos que nos asis.- ten para plantear todo lo qué consideremos necesario en la discusión en particular. Sr. Presidente (Solana). — Tiene la palabra el senior senador por Córdoba. Sr. Grosso.-- Señor presidente, Honorable Cámara: (Lee) "Somos legos en economía política, pero recordamos que con, cierta simplificación se nos ha enseñado que la. masa de dinero. circulante en un país representa el valor del conjunto de bienes y servicios que existen en esa. comunidad,. incluyendo: los. artículos de uso, y; consumo y los bienes de capital. También de manera. ,simplificada se ha insistido en que si la, masa de circulante varía sin que cambie correlativamente ,en la misma Proporción el conjunto de bienes que posee esa sociedad, se producirán de inmediato alteraciones en el valor del dinero provocando procesos inflacionarios o deflacionarios, según sea el caso. Por eso, la emisión continua de moneda para enjugar los déficit fiscales provoca cómo consecuencia inmediata la inflación, pues multiplica el circulante sin atender para nada a la evolución de la existencia de bienes representados por esa moneda. : , Lamentablemente, señor -presidente,. durante un período muy prolongado ha resultado cómodo reemplazar los ingresos genuinos —que resultan odiosos a quien tiene que pagarlos— por emisiones monetarias .que forzosamente

provocan inflación y reciben con razón la denominación de impuesto inflacionario. El proyecto de. ley que estamos consideran-, do, y que tiende a establecer lo que se da en denominar austral convertible, no contiene un mecanismo. que a mi criterio ponga coto a la emisión de Moneda sino que, con una especie de pase mágico, vincula la cantidad de circulante, adinisible con las reservas de oro y divisas que pretendidamente pesca cl Banco Central, Y acá, aparece nli primera duda. ¿Cómo podemos sostener que el Banco Central camita con una cantidad de divisas equivalente al ciento por ciento del circulante actual, tomando como base la paridad de un dólar, cada 10 mil australes; si al mismo tiempo -y nadie lo ignora-- el país adeuda una cifra muchas veces superior a esta suma? Estas pretendidas reservas son simplemente el fruto tal vez de no pagar la amortización de la deuda externa o no pagar sus intereses. Bastará por lo tanto que el país incremente su deuda externa, desatendiendo los pagos O consiguiendo nuevos créditos para que en los balances del Banco Ccntral figure mayor existencia de divisas, lo cual autorizaría a emitir más australes con el pretendido respaldo de esos fondos; que existen sólo imaginariamente. Pero aunque aceptásenlos que esas divisas constituyen una reserva real; que el país no las debe y que puedo incrementarlas sin endeudarse más, aparece de inmediato la segunda duda respecto del proyecto. De acuerdo con su articulado, ello bastará para que el Banco Central pueda emitir más australes incrementando el- circulante paralelamente al aumento de la reserva de divisas. Píen-. se que eso- va a generar —no lo dudo— efectos inflacionarios, circunstancia que los autores proyecto no deben desconocer; ello no se si sustituye con normas jurídicas que prohíban Lis indexaciones o las actualizaciones. Por otra parte, esto no es necesario si no existe inflación. Desde él punto de vista meramente económico, creo que estamos frente a un proyecta que permite maniobrar al Banco. Central, de modo tal de mantener c-l impuesto inflacionario con el solo recurso de aumentar nominalmente la existencia de divisas. Esto permitirá imprimir australes.

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Pero también, en cuanto al proyecto, se pueden plantear objeciones jurídicas que considero de fondo y que. señalaré brevemente. De acuerdo con su importancia,. voy a comenzar por la última parte del dispositivo legal, que es el artículo la Este artículo, luego de calificar al proyecto como de orden público, afirma enfáticamente que ninguna persona pue, de alegar en su contra derechos irrevocable, mente adquiridos. Se trata, señor presidente, de, una expresión declamatoria carente de contenido jurídico. Ninguna ley puede c-star por encima de la Constitución Nacional, y los .derechos que ella consagra y protege como adquiridos no pueden ser. alterados retroactivamente por las leyes. Así lo reconoce el artículo 3º del Código Civil, según la redacción de la ley 17.711, que expresa que las leyes no tienen efecto retroactivo, sean de orden público o no, y que la retroactividad- establecida .por la ley en ningún caso podrá afectar los •derechos amparados .por, las garantías constitucionales.. En consecuencia, el artículo 13 no tiene sentido. Si je damos sanción favorable, .los tribunales de. justicia de la Nación tendrán que declarar- su inconstitucionalidad."

-- Ocupa la Presidencia el señor presidente Provisional del Honorable, .Senado, senador Eduardo -Menem.

Sr. Grosso. -- "Siempre a mi .criterio, reviste también suma gravedad lo previsto en el artículo 8º del proyecto, por cuanto pretende afectar los mecanismos de actualización establecidos por sentencias judiciales, disponiendo que no se devenguen nuevos ajustes a partir del. :1º de abril próximo: No obstante, durante el presente debate he escuchado que se trata de una adecuación a la nueva moneda, El proyecto, a mi criterio, atenta directamente Contra el valor de la cosa juzgada y pretende, modificar por ley sentencias judiciales. Pocas veces. a través de una ley ;se ha pretendido instrumentar: dispositivos tan claramente violatorios de todo -nuestro . sistema y ordenamiento .institucionales. Estimamos que ej. Poder Judicial, que mantiene independencia frente a los otros poderes del Estado, difícilmente va a aceptar la validez de una cláusula de este tipo si llegamos a cometer el error de aprobarla.

Los jueces que tienen en sus manos el control de la constitucionalidad de las leyes, sin duda declararán la inconstitucionalidad de un pro cepto de este -tipo. El artículo 7º del proyecto, al pretendc-r implantar a rajatablas el nominalismo monetario dentro de una realidad económica que es inflacionaria, constituye un absurdo. A través de distintas -integraciones, la Corte Suprema de Justicia •de -la -Nación ha expresado reiteradamente que la actualización monetaria se impone para respetar la garantía constitucional del derecho de .propiedad, y no significa de manera alguna pagar más, .sino solamente entregar el valor debido expresado - en una cifra numeral distinta.. Mientras Subsista, la -inflación, esas expresiones del más alto tribunal del país, acogidas por los restantes tribunales, conservarán plena validez, porque la Constitución .se, encuentra por encima de cualquiera de las leyes, que solamente pueden reglamentarla. Corren aquí parejos el voluntarismo que autoconvence autor del proyecto de que la inclusión de una norma legal es suficiente para cambiar la realidad con la idea de - que la sanción de normas doesto tipo basta para detener la inflación y tales normas pueden prevalecer por sobre lo que dis pone la Constitución. En el mismo camino se inscriben los artículos -9º y 10, que coartan la libertad de .contratación llegan a afectar derechos adquiridos cuando pretenden alterar correcciones en los valores intercambiados que ya han quedado firmes, retrotrayendo los cálculos, al 1º de mayo del ario pasada .y aplicando una nueva pauta actualiza-dora, vinculada con una moneda extranjera, a la que pretende dársele curso. legal. Si se pretende disminuir ,en abril el monto de los alquileres que se han venido actualizando y fijar por esta ley un monto inferior al que ya se alcanzó por el convenio de partes que había sido válidamente contraído, se estará legislando de manera retroactiva en contra de claros preceptos legales (artículo 3º del. Código Civil) y constitucionales (garantía del derecho de propiedad). La sanción de una norma de este tipo, señor presidente, provocará un semillero de pleitos que sólo beneficiará a los abogados, en cuanto significará para ellos una fuente de trabajo, pero que ha de perjudicar por igual a propietarios e inquilinos,

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perturbando gravemente y sin necesidad el Mercado de las locaciones. Por último, y de manera muy breve, me he de referir a las modificaciones que se proyecta introducir a las artículos 617, 619 y 623 del Código Civil. Con respecto al primero de ellos, al decir que las obligaciones estipuladas en monedas que no tienen curso legal en el país serán tratadas como obligaciones de dar sumas de dinero en lugar de obligaciones de dar cantidades de cosas, de una manera elíptica se está dando curso legal a las monedas extranjeras, y en especial al dólar, que es prácticamente la única que solemos emplear en nuestros contratos. Este propósito se completa con la modificación que se introduce en el artículo 619, en cuanto obliga a entregar la especie designada, de manera tal que si se han pactado dólares, aunque -no tienen curso legal, por el artículo 617 estarc-mos frente a una obligación de dar sumas de dinero, y por el artículo 619 -tendremos que ..entregar dólares, con lo cual se ratifica lo que expresamos antes; que se ha -dado curso legal por vía indirecta al dólar. Creo que hubiera sido más sincero decir explícitamente que el dólar tiene curso legal en el País." Sr. Rodríguez--¡No! ¿Me permite? Sr. Presidente (Menem). — El señor senador solicita una interrupción. Sr. Grosso.— Con mucho gusto. Sr. Rodríguez Saá. —.No es así. En la Argentina los australes son los que tienen curso legal. En los Estados. Unidos el curso legal corresponde al dólar. Lo que tienen ahora el dólar y otras monedas extranjeras, como sucede en todos los países del mundo, es el curso posible, la aceptación de las monedas extranjeras en las transanciones, entre particulares. (iMuy bien!) Sr. Presidente (Menem). — Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Córdoba. Sr. Grosso. — Insisto en mi apreciación, No hago la disquisición del curso posible_ Sr. Rodríguez Saá. — Ahora tienc- que hacerla. Sr. Grosso. — Hubiera sido más sincero poner directamente en el proyecto que el dólar tiene curso legal en el país. Sr. Rodríguez Saá. --No es curso legal. Sr. Presidente (Menem).— Se ruega no dialogar.

Sr. Rodríguez Saá.—Permítame, porque es un concepto muy importante. Sr. Presidente (Menem). — ¿Le permite la interrupción, señor ,senadores Sr. Grosso.-- Lo .ruego que me lo aclare. Sr. Rodríguez Saá. --Para, que una moneda tenga curso legal, tiene que ser creada por una ley: se le pene una, denominación, se .fijan sus equivalencias, se emite, etcétera. La moneda extranjera se llama "moneda extranjera". Como ahora, se entenderá que se trata de deudas de sumas de dinero —no como .antes, que se con..., sideraban como deudas de cosas—, se pagará en una moneda, cómo sucede en todos los países del mundo. Pero no es curso legal porque no hemos legalizado el dólar ni lo hemos creado. Es curso posible si los particulares Convienen en utilizar esa Moneda para sus transacciones. El dólar, _--reitero--= es así una moneda de curso posible mientras que el austral es una moneda de curso legal. Sr. Grosso. —.Espero que la interpretación del señor senador por San Luis sirva para el futuro. Sr. Rodríguez Saá.-- No se trata de un estudio, señor senador.. Sr. Presidente (Menem). — Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Córdoba.. Sr. Grosso. — Señor presidente: a mi criterio, el proyecto presenta graves falencias, tanto desde el punto de vista puramente económico —ya que no ataca realmente las causas de la inflación y continúa permitiendo la emisión- de moneda— cuanto desde el punto de vista jurídico, pues muchas de sus normas son francamente violatorias de preceptos constitucionales y han de obligar a la justicia a descalificarlas. Su aprobación contribuirá, tal vez, a crear una falsa ilusión de estabilidad por la vía de inducir a error al hombre común, quien en el primer momento podrá creer que la supresión de la indexación ha puesto fin a la inflación. Pero muy pronto todos padeceremos las consecuencias este engaño, que ha de provocar graves inconvenientes al país. Señor presidente: con la sinceridad que orienla todos los actos de mi vida ojalá me equivoque, no obstante nuestras prevenciones, y consigamos la estabilidad anhelada para bien del pueblo argentino, especialmente para aquello s que menos tienen y más sufren. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Buenos Aires.

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Sr. Gass. — Señor presidente: quiero rescatar, aun pecando de falta de humildad, las distintas intervenciones de los señores senadores de mi bancada porque a pesar del poco- tiempo que han tenido para estudiar este proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo se han desc-mpeñado con una: eficacia y una capacidad que —insisto, aun pecando de falta de humildad— como presidentc- de bloque, me hacen sentir orgulloso de ellos. Nuevamente -esta bancada concurre hoy a este recinto citada de urgencia para considerar un terna de tan significativa importancia económica. El presidente de la bancada justicialista ha relatado cómo llegamos a esta sesión. Hemos tenido pocas horas para estudiar este terna.. Con lealtad debo decir que no ha expuesto más que la verdad. Pero se olvidó de comentar -que sorpresiva-Mente ayer concurrió a este Senado el señor secretario general de Gobierno, que hasta donde sé, e igual .que yo, no , es economista; en consecuencia, no podía aclararnos temas económicos. Cuando el señor presidente del bloque justicialista pidió autorización para que el señor secretario concurriera:: a la reunión de presidentes de bloque, no nos negamos porque hubiera sido una falta de gentileza, respeto y cordialidad hacia un hombre de gobierno. Venía a comunicarnos la urgencia que tenía el Poder Ejecutivo para que este proyecto de ley fuera aprobado con rapidez. Cuando se envió al Senado el paquete de leyes impositivas tuvo algunos inconvenientes en mi bloque. Decídimos abocarnos rápida- mente. ---insistí en tal sentido— al tratamiento de dicha iniciativa, teniendo también en, aquel momento poco tiempo para estudiarla. Lo hicimos así porque creímos que debíamos darle la posibilidad al Poder Ejecutivo de la Nación de tener en sus manos las leyes que consideraba importantes para una mejor marcha económica. de .la República. Mis compañeros de bloque me solicitaron la promesa de que ésta sea la última vez que en una reunión de presidentes de bloque yo .acepte este tipo de sugerencias. Por estas sencillas razones, ayer -y sobre todo hoy— insistí en que dejáramos esta sesión para el lunes, con el compromiso no sólo de concurrir masivamente, sino de dar los dos tercios necesariós para que la

bancada justicialista tuviera el número suficiente o no. Evidentemente no se siguió este temperamento. Se adoptó el otro: el de insistir en que la .sesión se haga hoy, con argumentos que no .me parecen válidos porque, de cualquier modo, el hecho de hacerla hoy o. el lunes no afecta demasiado por cuanto la Cámara de Diputados no se reunirá hasta el martes o miércoles de la semana -que viene. Más aún: les había dicho que les daba la absoluta seguridad de que, aun . en el caso de que nos reuniéramos él lunes y tratáramos este tema, nuestra bancada- de diputados nacionales se comprometía a realizar el tratamiento antes de finalizar el martes. Es decir que quedaba satisfecha la preocupación que tenía el Poder Ejecutivo, y sobre todo el señor ministro de Economía; quien la planteó ayer al concurrir a la reunión de presidentes de bloque. De todas. formas, las cosas se han dado así, y hoy estamos aquí presentes. Usted sabe, señor presidente, el respeto especial que me merece. Lo digo sinceramente. Pero insisto en lo expresado anteriormente. No tengo dudas acerca de su seriedad y sé que usted nunca trae algo escondido, pero debo decir esto porque hace a nuestras futuras relaciones: la forma como se inició la sesión de hoy no ,es reglamentaria. La norma en este Senado —siempre se ha hecho así— es que cuando un grupo de senadores —tres o más— pide una sesión especial, se elabora un decreto y se envía la. comunicación con suficiente antelación a todos los , señores legisladores. A este .respecto, por cierto, el señor senador por Entre Ríos ha manifestado su queja. Cuando se inicia la sesión especial lo primero que se hace es leer el decreto de convocatoria correspondiente y la nota que lleva la firma de los señores legisladores que han solicitado dicha reunión. Hoy no se ha procedido de esa manera. Sin embargo, ante la importancia de este proyecto de ley, lo. dicho es secundario. No obstante quiero dejarlo sentado para que no vuelva a ocurrir porque, como dice la vieja frase, no es suficiente que la mujer del César sea honrada sino que debe parecerlo. Si algún reglamentarista.-yo no lo ,soy— alguna vez lee el Diario de Sesiones, se encontrará con

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que este procedimiento ha tenido algún defecto digo vicio—, señor presidente....• Sr. Presidente (Menem). — El señor senador por San Luis le está pidiendo uha interrupción. ¿Se a concede? Sr. .Gass.— Prefiero no concedérsela porque es costumbre ,del señor senador pedir. interrupciones. Por lo tanto, sugiero que se anote, como lo hacemos todos. Sr. Rodríguez Saá. — No estaba pidiendo una interrupción, señor presidente. Sr. Gass.— No le permito la interrupción porque tengo respeto por su capacidad intelectual "y sé que puede hacer un buen discurso ahora o luego., Hoy se me _ ocurre. rescatar algo que ha manifestado el. señor Ministro de Economía y quo fuera publicado en algunos periódicos.: No recuerdo con exactitud qué día fue, pero; el señor ministro manifestó su queja porque consideraba que había sido, víctima de un golpe económico. Esto me .trae a la memoria difíciles. situaciones que también tuvo que afrontar nuestro gobierno, originadas por un enemigo común. Los que- quisieron- dar el golpe económico al señor ministro de Economía son los mismos que permanentemente- nos dieron golpes económicos a nosotros. La única diferencia estriba en que el ministro Cavallo pudo salir más rápidamente de la situación, o quizá contó. con una medicina más rápida que la. que tuvimos nosotros en nuestra época. Estos intereses pueden encontrar aliados circunstanciales en el ámbito internacional que generen obstáculos en las negociaciones mediante advertencias temerarias. Quiero afirmar en este recinto, señor presidente, como lo han hecho mis compañeros de bancada y como también lo dijo el presidente de mi partido, que la Unión Cívica Radical estará junto al gobierno para enfrentar esos intereses. Y sus legisladores van a luchar permanentementc- contra todo intento de golpe de Estado económico. Es más; tenga la certeza de que ninguno de nuestros hombres irá al exterior a crear desconfianza ni a contribuir. en tal sentido. Somos conscientes de, que sólo una fuerte, red política y social podrá servir de contención a esos intereses. Y si c-l rumbo económico es acertado, si opta pór .el Camino nacional y de la

producción, podrá contar permanentemente Con nosotros. En suma, nuestro gobierno debió asumir los costos de la crisis a Ja par que condujo hada el camino de retorno, al pleno período de la democracia. Y en ese camino, en. la reconstitución de la democracia y de las libertades públicas, debo confesar y decir con lealtad que nos sentimos acompañados por todos los bloques, por casi todos los políticos. Quienes no son políticos tienen. otras ideas, y por supuesto no nos acompañaron. Pero no puedo decir que hayamos tenido esa compañía frente a la crisis económica. ¿Qué plan económico nos propone, el proyecto, que, hoy debatimos? Se refiere a una caja de conversión. Ya el ministro de Economía nos habló mucho de la vieja caja de Conversión que se hizo en la época de Carlos Pellegrini, ¿Cuáles son las dudas y los .problemas que nos plantea esta propuesta? En primer lugar tenemos dudas fundadas respecto de la composición de las reservas .del Banco Central, , dado que podrán arbitrarse mecanismos que poarían desnaturalizar el esquema propuesto. De este tema. ya han hablado algunos señores senadores. En segundo término, tenemos dudas fundadas con relación al superávit fiscal porque sabemos que el gasto, al que atacó con significativo resultado nuestro gobierno, constituye una variable como lo ha admitido el señor ministro de Economía, es cada vez más difícil de modificar rápidamente, porque cada paso que se da va imponiendo una reforma estructural cada vez Más profunda. En tercer lugar, el tema de los ingresos nos indica una conducta evasiva y una administración tributada deficiente: esto es estructural y lleva tiempo Modificarlo. También sabernos —lo hemos aprendido que los ingresos constituyen una función de la producción y su incremento será quimera dentro de un esquema recesivo. Aún así, con nuestra crítica, y nuestro voto negativo, sepa el gobierno que lo acompañamos, como lo señalaron otros señores senadores, y le deseamos el mayor de los éxitos, porque el éxito del gobierno es el de nuestro país. Nuestro partido, próximo a cumplir cien años de existencia, y sus miembros, deseamos para. el bien de la República que este plan- tenga éxito.

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Pero insisto: ¿qué no nos propone este, plan económico? No nos propone un pacto fiscal donde todos los. sectores puedan discutir la carga tributaria que va a asumir y los subsidios quo van a ceder con la seguridad de que dicha carga tributaria no estará trasladada a los sectores más castigados de nuestra sociedad. Tengo que referirme a un tema ya esbozado; con amplitud y sapiencia por el señor senador .por Entre Ríos. No soy economista, pero no veo incluido en este proyecto ningún párrafo o artículo para que la gente más humilde, la gente trabajadora, piense en una esperanza. El señor ministro de Economía dijo que se van a congelar los precios y los salarios; :lo dijo repetidas veces por radio y televisión. Es posible que se congelen los precios, pero nuevamente vemos que a variable de ajuste es el salario de los obreros y empleados, quienes pc-rciben sueldos miserables que no les permiten tener una calidad de vida por lo menos digna:.. Sr. Romero. — ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Presidente (Menem). El señor senador ya ha dicho que no Concederá: interrupciones. Continúa en el uso de la palabra. Sr. Gass.— Ellos ven que van a estar apartados de un posible cambio favorable y no van a . tener posibilidades de mejorar su situación económica. Creo, que el Poder Ejecutivo-, antes de pro-poner este proyecto de ley o junto con él, debería haber hecho un esfuerzo para dar una señal positiva, una esperanza, tratando de pacificar al pueblo; digo esto en el mejor sentido, es decir, promoviendo- la paz social. Por ejcmplo, podría haber hecho algún esfuerzo para resolver el problema de los ,.:obreros ferroviarios. Estoy convencido - de que quienes hacen una huelga no son malditos o perversos. Lo hacen porque no tienen otro camino. Por eso, nosotros, gracias a nuestro líder nunca bien recordado —Crisólogo Larralde--; introdujimos el artículo 14 bis en la Constitución Nacional. Un Obrero, un empleado, no tiene otra forma de protesta más que la huelga. Ni el Poder Ejecutivo ni cl ministro de Eco-„ nomía tuvieron la idea, que podría haber. sido. muy útil, de resolver primero el problema de la huelga ferroviaria. No entro a discutir ahora; si se trata de una huelga justa o si había que

levantarla antes o después. Lo cierto- es que. hay algunos intereses que preservar y las formas no tienen demasiada importancia. Otra acción positiva hubiera sido proponer - un pacto social entre todos los partidos políticos, invitando a todos .a hacerlo de la. mejor manera pósible Si se hubiera procedido así -tal vez hoy estaríamos más esperanzados acerca del éxito de este nuevo .programa. Se .nos pregunta por qué no hicimos esto nosotros en su momento. Nos equivocamos. "Algunos decían que éramos soberbios; entonces, hicimos el "Plan Austral", hubo una gran euforia y ya sea por eso o porque estábamos Manejando bien los derechos y garantías de la ,República y porque habíamos tenido la valentía de llevar a los estrados judiciales a los asesinos conocidos, ganamos ampliamente las elecciones en 1985. Nos faltaron otras ideas y otras propuestas y no se nos ocurrió .---asumo lo ,bueno y malo de nuestro gobierno–, sentamos a tina mesa, todos juntos, para ver cuál debía ser el plan económico definitivo que nos sacara de la mala situación. Por eso. me he enojado amablemente con señor senador Britos, porque vuelve a hablar de los errores que nosotros cometimos. No, hace falta que nos .señalen a cada rato -que por de. creto sacamos el "Plan Austral". Fue un error; estuvo mal. Ahora bien, si se reconoce que eso fue mal hecho, ¿por qué .insisten en recordar.- lo?..::.¿No les parece que ustedes también han -.sacado decretos . sin necesidad de tener en cuenta.... Sr. Britos. — Diríjase a la Presidencia, señor senador. (Risas.) Sr. Gass. — ...nuestros propios errores? Lo que hay que rescatar es que el Poder Ejecutivo envía sus -proyectos al Parlamento , y que nosotros los tratamos adecuadamente, en Jugar de recordar que el gobierno radical lanzó por decreto el "Plan Austral". Por suerte, algunos políticos —no todos-- ya se han olvidado de eso. Lamentablemente, todavía quedan algunos que siguen diciendo por radio que les tiramos encima el gobierno y que prácticamentc- los incendiamos Y no recuerdan algunas conversaciones que hubieron en alguna provineia de mis afectos para que ese traspaso se hiciera en paz... Sr. Rodríguez Saá. — Aclare, aclare. Sr. Gass. — ...En fin, estas cosas es bueno que las recordemos porque vamos a ver que este

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nuevo plan no nos permite discutir a losrepresentantes del pueblo cómo asignamos, cómo redistribuimos los gastos para concretar el objetivo dei superávit fiscal necesario. Lo que el plan tampoco nos propone es la política de redistribución del ingreso ni una .política de empleo„ ni tampoco -una política industrial con arreglo a nuestro nivel de desarrollo económico y cultural, ingresando en un aperturismo desmedido que alguna vez -dejó profundas huellas negativas en nuestra estructura productiva e incrementó significativamente la deuda externa.. Pero lo más grave, señor presidente, es que .aunque no tuviéramos dudas, como nos ,plantean nuestros técnicos admitiendo, la bondad :monetarista de la propuesta, aun creyendo que la meta. del superávit fiscal es posible,–hay una gran ausencia. Insisto en lo que dijo anteriormente: esta gran ausencia es la carencia de políticas sociales . compensatorias. Los técnicos con quienes hemos consultado en el poco tiempo qué hemos tenido para analizar este tema nos dicen que esta política es recesiva, que no va a dar ocupación ni salario. El trabajo, señor presidente, es un bien muy preciado, no sólo porque da derecho a un sueldo que debiera permitir vivir con dignidad, sino también porque constituye la vía de inserción social del hombre. Como médico podría aconsejar que es la mejor receta para la higiene social. Sin embargo, me encuentro con una estadística que me dice- que la tasa de desempleo -continúa incrementándose. También veo que el salario real, según dicen nuestros técnicos, ha descendido significativa mente. Entonces, si cada vez tenemos menos puestos de trabajo que son cada vez peor retribuidos, ¿qué significa profundizar la política económica? ¿Más de lo mismo? También frente a este cuadro me pregunto por algún sustituto válido del Programa Alimentario Nacional. ¿Por qué no se pensó en eso y sólo fue reemplazado por críticas? No dijeron "esto es malo; vamos a dar uno mejor". En vez de parecer oficialistas parecían oposi-, toros porque siempre achacaban todo a la oposición, lo que significa no dar alternativas. Pero los sectores marginados por estas políticas de exclusión no asimilan críticas políticas. Esos hombres y mujeres asimilan proteínas. Y esto es lo que necesitan.

Asimismo, dentro de estas políticas sociales compensadoras que lucen •ausentes de las académicas exposiciones de economistas está la salud, las necesidades básicas insatisfechas, y si se quieren, las consecuencias de la decadencia argentina, que no dudo que sólo con profundas reformas y con grandes sacrificios podemos transformar en una Argentina pujante, capaz de dar a cada uno de sus hijos lo que necesita. Pero en tanto ese proceso se realiza, hay muchos argentinos que no pueden esperar; y para esos argentinos, señor presidente, esta propuesta económica pareciera que no tiene respuesta. Más de una vez los ministros, el Podc-r Ejecutivo o algunos políticos oficialistas nos dicen que hay que dar tiempo. Es cierto que no se fuc--den resolver todos los Problemas del país en seis meses o en un año. El problema es cuánto es cl tiempo que puede esperar quien no tiene. para comer. Sé -que es muy burdo en tan Alto recinto recordarlo, pero quiero citar aquella frase de que "cuando el burro aprendió a. no comer se murió . Tengo temor, si estos beneficios no llegan a tiempo, acerca de cómo va- a reaccionar la gen t.; desesperada.. Los que actuamos durante cincuenta años en. las - zonas marginales del. conurbano sabemos -de la desesperación de esa gente. Y. esto no afecta sólo. al Poder Ejecutivo o .al partido oficialista; nos afecta a todos. Es sobre la basé de estas consideraciones como ya-lo han- dicho mis compañeros de bancada, aunque no somos, optimistas por todo lo que "nos. dicen los economis- t —que tampoco son perversos sino que se manejan con argumentaciones técnicas--- deseamos que esta vez las cosas salgan bien. Digo esto porque he observado que todos los ministros de Economía son optimistas. Tienen que serlo. Vienen con un plan que parece una .panacea, creen que han encontrado la forma de resolver lodos los problemas. En ese sentido, tengo casi grabadas las declaraciones del ministro, sobre todo. las de estos días en que ha concurrido a este recinto, Me ha llamado la atención la seguridad con que él afirma todas estas Y a ello respondo con una vieja frase: "Los sabios dudan, los necios aseguran". Entonces digo cuidado". Tengan siempre un po de duda, porque la duda los va aconsejar bien. Sr. Presidente (Menem.) — Tiene la palabra el señor senador por el Neuquén.

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Sr. Solana. — Señor presidente: iba .a realizar mi exposición a efectos de sustentar el voto afirmativo del bloque del Movimiento Popular Neuquino. Pero comprendo que a estas horas de la noche, y teniendo en cuenta los discursos que hemos tenido ocasión de escuchar, .no haría más que acentuar la fatiga de los señores senadores y tal vez la mía propia. Si los señores senadores lo autorizan, pido que a continuación de estas pocas palabras se inserten en el Diario de Sesiones las expresiones que tc-ngo anotadas para sustentar el voto afirmativo del bloque que en este momento represento. Sr. Presidente (Menem), --La Presidencia le pide. al señor senador que haga llegar a Secretaría su mensaje. Al final de la sesión votaremos en forma conjunta todos los pedidos de inserción que se soliciten.

-- El texto de la inserción es el siguiente:

Señor presidente: No caben dudas - respecto de.. las buenas intenciones-que se persiguen a través del proyecto de ley que hoy nos ocupa. En efecto, lograr la estabilidad monetaria; y como consecuencia de ello- un genuino desarrollo económico, es la finalidad que se viene anhelando desde., hace ya varios años, sin resultados satisfactorios. Tampoco caben &das en cuanto a que con el Proyectó de ley sobre convertiblidad del austral se procura alcanzar un grado de confianza tal que permita desvirtuar las expectativas inflacionarias. En este sentido, buscar la convertibilidad anstral dólar con respaldo del. Banco Central en un ciento por ciento importa asimismo crear la sólida convicción en cuanto a la, eliminación de emisión monetaria sin respaldo. Asimismo, asumir este compromiso por ley parece a la luz -de las experiencias vividas un elogiable y criterioso método, ya que toda desviación a la conducta comprometida importará necesariamente la violación ¿le una obligación legal. Es por las simples pero elementales consideraciones vertidas anteriormente que el proyecto: de ley en análisis .no puede menos. que considerarse elogiable.

No obstante todo lo expuesto, subsisten dudas en cuanto a la forma en que el Estado podrá evitar y combatir el déficit .fiscal, y aquí estará el éxito y el fracaso del proyecto en comentario. Entre las dudas mencionadas, caben destacar las referidas a la forma en que el Estado podrá afrontar sin inconvenientes los efectos de las tasas de interés, que seguramente serán altamente positivas, lo que a su vez implicará un alto -rendimiento financiero, que puede resultar contraproducente al no volcarse los depósitos existentes al sector productivo. También quedan dudas respecto de las consecuencias que el proyecto de ley ocasionará sobre el mercado inmobiliario, concretamente sobre los alquileres. Ello es en razón de que puede producirse una retracción en la oferta, como ya ha sucedido en reiteradas oportunidades, con las consecuencias perjudiciales que todos. conocemos. Sin embargo, estas circunstancias se irán disipando con el tiempo y tendrán efectos positivos o negativos según el comportamiento que sigan tanto los particulares. como el Estado. En la medida en que el Estado no emita más moneda sin respaldo, es decir, sin violar el proyecto de ley, las perspectivas de estabilidad monetaria, desarrollo económico y confianza pública se irán acrecentando. En -lo que al articulado .del proyecto expresa, sólo me detendré sucintamente en el análisis de algunos de los artículos tratados en el título lI ya que los anteriores no hacen sino legislar sobre lo hasta aquí señalado. Cabe sin embargo agregar respecto al título I en particular y al proyecto en general, que la finalidad perseguida en conjunto es una sola: lograr la estabilidad económica y crear las condiciones legales mínimas para lograr un desarrollo económico sin sobresaltos. En efecto, de la simple lectura de los artículos 79 a 10 se desprenden sin lugar a dudas la intención y la necesidad de concluir definitivamente con regímenes de actualización e indexatorios, que sólo han logrado desviar las fuerzas de la producción hacia especulaciones financieras cuyas consecuencias hoy padece país. Así, eliminar toda posibilidad de actualización monetaria, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, con posterioridad al 19 del mes de abril de 1991, tal como lo establecen los artículos 7º, 8º y 9º del proyecto de ley, creará necesariamente con este

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marco normativo las condiciones necesarias para dejar sin efecto las consecuencias que tales situaciones ocasionan. En este sentido, el artículo 10 del proyecto es terminante en cuanto deroga a partir del 19 del mes :de abril de 1991 todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes o servicios. Ea suma, la normativa en análisis no hace sino receptar la necesidad de una nueva conducta social, cual es la de crear reglas sanas en las relaciones jurídicas y contractuales, tanto entre particulares como respecto del Estado. Será este último el que deberá cumplir sin un mínimo resquemor el compromiso que por esta ley asume, ya que si no lo hace caerá toda posibilidad de éxito. De hacerlo, la comunidad responderá confiada y logrará aportar la cuota parte que le corresponde para lograr los fines que se propugnan. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Santiago del Estero. Sr. Figueroa. — Señor presidente: cuando asumimos el gobierno, el presidente de los argentinos, Carlos Saúl Menem, manifestó que la crisis económica era tan grande que se necesitaba hablar de cirugía mayor sin anestesia. El pueblo argentino interpretó y supo acompañar el esfuerzo que pedía el presidente. Así es que al cabo de veinte meses de gestión, gobierno y pueblo argentino han hecho los esfuerzos ylos sacrificios necesarios para llcgar hoy a la situación de reservas que tiene el Banco Central, con cifras que se pueden expresar ,porque ya han sido hechas públicas, Cuando recibirnos el gobierno había 60 millones de dólares en el Banco Central. Hoy Central. Hoy reserva permite llegar a tener una ley de convertibilidad, una norma transparente para- el n-de la economía, para que todos los sectores de la vida económica ,argentina Sepan cómo portarse y manejarse. Cuando votamos la ley de impuesto a los activos, también tuvimos los mismos problemas a raíz de la urgencia que nos expresaba en aquel entonces el señor ministro de Economía Así, Pos decía que si no la aprobábamos íbamos a cine-dar al borde de una hiperinflación. Quiere decir que ese sábado en que votamos aquella ley hemos

salvado de una crisis muy importante a la República. Y los resultados fiscales de marzo están a la vista. Por eso, en forma muy especial, corno senador de la Nación y como ciudadano argentino; quiero agradecer al señor ministro de Economía y a su equipo por el trabajo que están desarrollando, por la interpretación que tienen de las urgencias y necesidades del pueblo argentino. y por qué, así como sucedió con la ley cuyo tratamiento nos pidió con urgencia, la norma que hoy consideramos va a transformar la vida económica del país. Por eso, señor presidente, vaya una vez más mi reconocimiento por el esfuerzo y el trabajo del equipo económico. Sr.. Presidente (Menem).-- Tiene la palabra el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá. —:Señor presidente: quiero , hacer unas breves aclaraciones y, además, fundamentar mi voto. Agradezco al señor senador Gass que hayamos dejado perfectamente aclarado el procedimiento de las bancadas para llegar a este debate. En otra oportunidad en que tengamos que tratar un proyecto de esta naturaleza, voy a: insistir para que los miembros del Poder Ejecutivo concurran a es-te recinto; participen de las reuniones de comisiones y sean invitados a las reuniones de presidentes de bloque, para que también puedan tomar decisiones parlamentarias. Al gobierno federal lo integramos todos: los poderes Ejecutivo, Legislatiyo y Judicial. Todos integramos el gobierno en el Estado. argentino. Pero las razones de Estado que determinan la urgencia en la sanción de una ley las conoce . quien tuvo la iniciativa parlamentaria; en este caso es el Poder Ejecutivo, encargado de aplicar una política económica, el que está en mejores codiciones para explicarnos las razones de la necesidad y urgencia de sancionar el proyecto en consideración. Por eso motivo me pareció muy importante que participaran de la reunión de presidentes de bloque el señor secretario general de-la Presidencia de a Nación y el señor ministro de Economía. Es cierto que yo pedí que participaran y también es verdad que el radicalismo tuvo la gentileza de aceptar dicha participación. No me arrepiento de ello y me parece positivo: Cuando estemos en una

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situación similar, si es viable voy a pedir nuevamente que vengan al recinto los funcionarios del Poder Ejecutivo para explicarnos las razones de necesidad y urgencia. En el caso de hoy no se trató de una presión al Parlamento porque fue una cordial invitación. Este es el razonamiento adecuado para justificar la presencia de ellos. Por otra parte, debemos recordar un pequeño detalle de nuestra labor parlamentaria, porque nos va a ayudar a la convivencia entre nosotros. El bloque Justicialista tenía una tremenda duda al pedir unilateralmente la realización de la sesión: de hoy, porque debemos reconocer que había tres posiciones: la de la Unión Cívica Radical, la de algunos integrantes de los bloques provinciales y la del justicialismo, que era compartida por los bloques de San Juan y del Neuquén. No queríamos forzar unilateralmente una sesión, porque nunca lo hicimos y muy pocas veces se hizo durante la gestión de la Unión Cívica Radical, si es que se hizo. Entonces, quiero recordar que formulamos una pregunta al, presidente del bloque radical o a quien estaba en ese momento representando a la Unión Cívica Radical. La pregunta era la siguiente: "¿Se enojarían ustedes si nosotros, con nuestro propio quórum, intentamos sesionar?". Dijeron que no. Estas son las reglas de juego del Parlamento. Así quedamos en la concerta. Sr. Gass. — Y eso lo repetimos.

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Rodríguez Saá.— Eso hicimos esta noche: una sesión de altísimo nivel. Y le voy a decir algo, señor senador Sr. Presidente (Menean). — Señor senador... Sr. Rodríguez Saá. — Hemos escuchado todos los discursos, señor senador presidente de este honorable cuerpo. ¿Observa que me estoy refiriendo a usted diciéndole señor senador presidente? (Risas.) Sr. Gass. — El inconsciente lo traiciona permanentemente. (Risas.) Sr. Romero Feris-- Que haya seriedad, sc-ñor presidente.

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Rodríguez Saá.--- Teníamos razón en forzar esta discusión. Ustedes mismos han podido explicar en esta sesión de hoy, con altísimo nivel, los argumentos por los cuales se formaron opinión. Hemos escuchado un debate de simo nivel. Tenían conocimientos profundos. Discúlpennos. -que los hayamos apresurado a estudiar este proyecto, pero me doy cuenta de que lo comprendieron y pudieron estar en el debate. En el fondo, tuvimos razón en forzarlos. Hoy tuvimos un debate de nivel., Quiero hacer una aclaración de tipo reglamentartio. El bloque, radical, se han sentido agraviado —lo manifestó en primer lugar su presidente y creo. que también luego lo hizo el senador Lafferriére— porque al iniciar la sesión no se había leído el decreto de convocatoria a Sesión. especial. Si no es así, solicito que ,me corrijan., No quiero ser estrictamente reglamentarista o hacer de las formas el fondo de la cuestión: Pero Me tomé el trabajo de leer el reglamento y allí no se indica que se deba efectuar- la lectura de dicho decreto. Seguramente me van a decir que la costumbre indica que debemos leerlo; y puede ser que lo diga la costumbre. Tampoco queda establecido en qué momento debe leerse, Entonces, seamos bondadosos con las formas. Nos vamos a allanar, señor presidente. Solicito que antes de votar sea leído el decreto de convocatoria, de manera de quedar todos satisfechos, inclusive las expectativas del bloque radical.

—Varios señores senadores hablan a la vez

Sr. Rodríguez Saá. — Señor presidente: -estoy en el uso de la palabra. Sr. Presidente (Menem). — Continúa en el uso de la palabra el señor .senador por San Luis.

—Varios señores- senadores hablan a la vez

Sr. Britos.— Solicito una interrupción. Sr.- Rodríguez Saá.-- De acuerdo, señor senador.

—.Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Britos. --- Tampoco se tienen que leer los discursos, y esta noche he aguantado varios, (Risas.)

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Sr. Rodríguez Saá.-- Permítanme que utilice yaautoridad de presidente de bloque. Quiero decir que nuestro bloque ha aceptado la flexibilidad de formas en esta sesión. Ahora me referiré a la argumentación de por qué me siento orgulloso de votar este proyecto. No he tenido la misma satisfacción respecto de otras iniciativas que hube de votar en este Senado. En otras oportunidades, con grandísimas dudas, voté con un poco de rabia; en otras Ocasiones voté c-n silencio. Pero quiero aclarar que los señores senadores se han equivocado al adjudicar a este proyecto el carácter de plan ;económico, porque no lo es. Ocurre que un plan económico debe ser un plan completo, que comprenda y lance una política completa de las estructuras económicas. Nos tendría que hablar de las finanzas del Estado, de la política de los bancos, de la moneda; pero también tendría que hablar del agro, de la orientación de las riquezas marinas, del petróleo, de la reactivación industrial, de las exportaciones y de todo lo relacionado con las estructuras económicas. Eso sería un plan económico. Y hace mucho tiempo que no escucho a alguien hablar de un plan económico en serio. Creo que éste no es un plan económico. Se trata solamente de medidas jurídicas que tienen un determinado sentido. Por eso, también me duele que algunos senadores digan que aquí no se soluciona el problema de los trabajadores, el de la salud, etcétera, etcétera. se trata de valores que respetamos y compartimos. Esta no es una ley de empleo, de paritarias o de aumentos de salarios. A través de este proyecto se pretende lograr estabilidad y a reconstrucción del fenómeno del crédito en el sistema financiero argentino. Entonces, se han tomado dos instituciones para la estabilidad, la convertibilidad de la moneda en donde el Estado se autolimita y establece que debo haber una relación entre la reserva y la masa monetaria. Es la primera vez en muchos años que esto sucede en la Argentina. Por eso me parece importante y correcto el sentido del proyecto, y quiero votar por su aprobación. Sr. Trilla. — Votemos pronto, y nos vamos a dormir. Sr. Rodríguez Saá. — Voy a ser breve. ¡Qué malo que está hoy Trilla! (Risas.)

Sr. Presidente (Menem). — Le ruego al señor senador que se dirija a la Presidencia. Sr. Rodríguez Saá. — El segundo sentido es desindexar la economía para poder reconstituir el crédito, para que un trabajador sepa cuánto gana y para qué lo alcanza, para que el comercio pueda dar un crédito a diez o veinte meses. Esto es muy sencillo, pero muy importante en la Argentina. Además, el productor agropecuario podrá pedir créditos a un banco sin tener miedo y sabiendo cuánto debe pagar. Por estos dos sentidos, que ,son sumamente positivos y buenos, quiero votar, favorablemente estas normas jurídicas. Señor presidente: agradezco a mi bancada su presencia en esta sesión, agradezco el esfuerzo que se ha hecho para compartir nuestra posición con la de otros bloques, a los quo los agradezco se presencia, y que se hayan respetado las reglas parlamentarias. Aunque nos enojamos y apasionamos en las formas, agradezco también que podamos convivir en este Senado de la Na., ción. Sr. Presidente (Menem). Puesto que se ha agotado la lista de oradores, vamos a proceder a votar en primer término la inserción solicitada por el señor senador por el Neuquén.

--La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). — Se procederá en consecuencia. Vamos a proceder a la votación en general del proyecto.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). — Corresponde votar el proyecto en particular. Se va a votar el artículo 10. Se han hecho llegar a Secretaría algunas modificaciones que se proponen. Sr. Romero. — La comisión no acepta reformas al artículo 1º.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem).-- Aprobado. Sr. Velázquez. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Misiones. Sr. Velázquez. — Yo solicitó la palabra antes de que se votara el artículo 10 porque entendía que el señor miembro informante estaba ensayando una suerte de respuesta respectó de si

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aceptaba o no modificaciones propuestas a este artículo. Pero lamentablemente... Sr. Presidente (Menem).— Ha expresado que no acepta ninguna modificación, señor senador. Por eso se ha votado de esta forma. Sr. Rodríguez Saá.— Como el supuesto dic.; tamen no reúne las firmas, téngase como dicta-, men el que no reúne las firmas y que tiene presente Secretaria. Está clarito, ¿no? (Risas.) Sr. Presidente (Menem).— Obra en Secretaría un proyecto de dictamen, que al no tener las firmas suficientes, no puede ser considerado como tal.

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Presidente (Menem). — Procedemos a votar el artículo 20. Sr. Gass. — ¿Del proyecto del Poder Ejecutivo? Sra. Saadi de Dentone. — No, del dictamen de comisión. Sr. Gass.-- Dicen que no hay dictamen por-, que no hay &mas. Yo le hago caso al presidente. Sra. Saadi de Dentone. — Que se lea por Secretaría. Sr. Presidente (Menem). — Se va a leer el artículo 2º conforme a las modificaciones pro puestas por una parte de la comisión. Sr. Brasesco. — Exacto. Sr. Secretario (Flombaum), — (Lee) "El Banco Central de la República Argentina venderá las divisas que le sean requeridas para operadones de conversión a la relación establecida en el artículo anterior, debiendo retirar de circulación los australes recibidos en cambio." Sr. Presidente (Menem)-- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). --Se va a leer el: artículo 3º. Sr. Secretario (Flombaum). (Lee) "El Banco Central de la República Argentina podrá comprar divisas .a precios de mc-rcado, con sus. propios recursos, por cuenta y orden del gobierno nacional, o emitiendo los australes necesarios para tal fin." Sr. Presidente (Menem).— Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). —Por Secretaría se dará lectura al artículo 4º del dictamen de comisión. Sr. Secretario (Flombaum)..-- (Lee) "Artículo 4º: En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central. de la República Argentina en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo Menos el ciento- por ciento (100%) de la base monetaria. cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado." Sr. Presidente (Menem). — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirma.

Sr. Presidente (Menem). — Por Secretaria se dará lectura al artículo 59. Sr. Secretario (Flombaum). (Lee) "Artículo 50: El Banco Central de la República Argentina deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados contables para reflejar el monto, composición e inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por el otro." Sr. Presidente (Menem). — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). — Por Secretaría se dará lectura al articulo 69. Sr. Secretario (Flombaum).— (Lee) Artículo 6º: Los, bienes que integran las reservas mencio. nadas en e/ artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden, aplicarse exclusivamente a los fines previstos, en la presente ley. La base monetaria está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades, financieras en el Banco Central de la República Argentina, en cuenta corriente o cuentas especiales." Sr. Presidente (Menem). — Si no se hace uso de la palabra, se va, a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). — Por Secretaría se dará lectura al artículo 7º.

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Sr. Secretario (Flombaum). (Lee) "Artículo 7º: El deudor de una obligación de dar una suma determinada de australes, cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se; admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con posterioridad al P del mes de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del austral. Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto." Sr. Presidente (Menem). — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

--La votación resulta afirmativa

Sr. Romero. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero.— Es para proponer la reconsidc-ración del artículo 69. Después del primer punto seguido es correcto agregar a continuación de "La base monetaria..." las palabras "en australes".. De este modo, quedaría: -La base monetaria en australes...". Sr. Rodríguez Saá. — Se agregan los términos "en australes". Sr. Presidente (Menem).— En primer término, corresponde la reconsideración del .artículo 6º. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem), — Eu consideración el artículo 6º con ol agregado propuesto por el señor senador por Salta.

--La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). — Por Secretaría se dará lectura al artículo 8º. Sr. Secretario (Flombaum). — (Lee): "Artículo 8º: Los mecanismos de actualización monetaria o repotenciación de créditos dispuestos en sentencias, judiciales respecto a sumas expresadas en australes no convertibles se aplicarán exclusivamente hasta el día 1º del mes de abril. de 1991, no devengándose nuevos ajustes por tales va conceptos con posterioridad a ese momento.

Sr. Presidente (Menem).-- Si no se hace uso de la .palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem).-- Por Secretaría se dará lectura al artículo 9º. Sr. Secretario (Flombaum). (Lee) "Artículo 9º: En todas las relaciones jurídicas nacidas con anterioridad a la convertibilidad del austral., en las que existan prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes, o en aquellas de ejecución continuada con prestaciones y contra- prestaciones periódicas, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, obra, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en mas de un doce por ciento (12 %) anual al que surja de la evolución de la cotización del austral en dólares estadounidenses entro su origen o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 19 del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación. En este último caso la obligación de quien debo pagar la suma de dinero, se cancelará con la cantidad de australes que corresponda a la actualización por la evolución del dólar estadounidense por el período indicado, con más-un doce por ciento (12 %) anual siéndole inopinables las estipulaciones o condiciones originales." Sr. Romero.— Pido la palabra. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el .señor senador por Salta. Sr. Romero.--Señor presidente: sobre este artículo se me ha hecho llegar la inquietud referida al. posible beneficio que pidieran obtener aquellos deudores que no hubieran pagado en término sus obligaciones de la seguridad Social. A los efectos de una buena interpretación, quiero aclarar (pe si bien esto artículo habla de las relaciones jurídicas en general y de las prestaciones- pendientes de cumplimiento por ambas partes; usa la terminología típica de las relaciones contractuales. El caso de la seguridad social, así como el de las indemnizaciones por daños; no contractuales —accidentes o delitos— quedan excluidos de esta norma, y al igual que las multas, no se ven beneficiados por ningún tipo de diferenciación en el monto a pagar.

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Sr. Presidente (Menem) – Se va a votar el artículo 9º.

--La votación resulta afirmativa

Sr. Presidente (Menem). — Por Secretaría se dará lectura al artículo 10. Sr. Secretario (Flombaum). — (Lee) "Artículo 30: Deróganse, con efecto a partir del 1º del mes de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación, de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos ele las relaciones y situaciones, jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo-- de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de australes que corresponda pagar, sino hasta el día 1º de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del austral." Sr. Presidente (Menem).— Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Velázquez. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Misiones. Sr. Velázquez. -- Señor presidente: no puedo precisar cuáles fueron los integrantes del bloque- mayoritario con los que habíamos convenido la inclusión de un artículo que estableciera el acuerdo expreso del Senado de la Nación con. respecto a la designación del presidente del Banco Central. Interrumpo en este momento porque, no sé en que parte del. articulado convendría introducir esta cuestión. Sr. Presidente (Menem).— Tiene- la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero. — Señor presidente, señores senadores: lo que plantea el señor senador por Misiones es correcto. Se ha analizado en comisión, pero se trata de un tema atípico relacionado con la. Carta. Orgánica del. Banco Central, que tenemos . en estudio, pues hay un proyecto del que soy. autor presentado hace dos años y otro del Poder Ejecutivo junto con una comisión creada por la ley de emergencia económica; que también está siendo estudiado.

Hemos propuesto en la comisión que nos aboquemos lo más pronto posible al análisis de la Carta Orgánica del. Banco Central, donde se establecerá toda la mecánica referida a la limitación de la emisión, a la forma de elección de las autoridades y a la participación que el Congreso tendrá en la política monetaria, a través del Banco Central. Por ello no se ha incluido aquí ninguna cláusula de ese tipo. Sr. Presidente (Menem). -- Tiene la palabra el señor senador por Corrientes. Sr. Aguirre Lanari. -- Me parece excelente, señor presidente, que el Congreso tenga participación en esto. Pero los bloques provinciales también desearíamos intervenir en los acuerdos que se producen entre los bloques mayoritarios, de los cuales ahora nos enteramos. Rodriguez Saá. --No es ningún acuerdo. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la . palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero.— No hay ningún .acuerdo. Prueba de ello es que no se ha reflejado en ninguna parte. Solamente, fueron conversaciones- en las, cuales surgió la inquietud de dar cierto control a la política monetaria, por parte del Congreso,-cosa que todos los, señores senadores deseamos y que se verá reflejada en las modificaciones á la Carta Orgánica del Banco Central, que estudiará en las comisiones. Reitero que esto fue simplemente una conversación en comisión y que no existió ningún acuerdo. Sr. Presidente (Menem). -- Tiene la palabra el señor senador por Corrientes. Sr. Aguirre Lanari. — No lo llamemos acuerdo; entonces; llamémosle conversación. Nosotros siempre queremos tomar parte en las- conversaciones. Sr. Rodríguez Saá. -- La están tornando. Sr. Presidente (Menem). — La Presidencia ruega a los señores senadores que no dialoguen. Tiene la palabra- el señor senador por Misiones. Sr. Velázquez. — Quiero dejar expresa constancia de que uno de los condicionamientos que puso el presidente de nuestro -bloque fue justamente que de esta conversación participaran los bloques provinciales. (Risas y aplausos.) Sr. Presidente (Menem). — Vamos a continuar con la consideración en. particular. Por Secretaría se dará lectura al artículo 11

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Sr. Secretario (Flombaum). -- (Lee) "Artículo 11: Modifícanse- los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil, que quedarán redactados como sigue: Artículo 61.7: Si por el acto por el que se ha, constituido la obligación se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en. la República, la. obligación debo considerarse co me de de - sumas de dinero. Artículo 619: Si la obligación. del deudor fue-, se de entregar una suma de determinada es; pecie o calidad de moneda, cumple -la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento. Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención expresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que acuerden las partes; o cuando liquidada la. deuda judicialmente con los intereses, el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo, Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses -que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza." Sr. Presidente (Menem). — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.

--La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Menem). -- Por Secretaría se dará lectura al artículo 12. Sr. Secretario (Flombaum). (Lee) «Artículo 12: Dado el diferente régimen jurídico aplicable al austral, antes y después de su convertibilidad, considéraselo a todos sus efectos como una nueva •oneda. Para- facilitar dicha diferenciación facúltase al Poder Ejecutivo nacional para reemplazar en el futuro la- denominación y expresión, numérica del austral., respetando la relación de conversión que surge del artículo 19, Sr. Presidente (Menem). --Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. -

-La votaciónresulta afirmativa.

·Sr. Presidente (Menem). --Por Secretaría sé dará lectura al artículo 13. Sr. Secretario (Flombaum). — (Lee) (.Artículo 13: La, presente ley es de orden público. Ninguna persona puede .alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se. oponga a lo en ella dispuesto. La vigencia se fija a partir del día siguiente de su publicación oficial."

Sr. Presidente (Menem). -- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar,

--La votación resulta afirmativa. -- El artículo 14 es de forma.

Sr. Rodríguez Saá. — Como, el artículo I4 es el único que no fue cuestionado por el señor senador por la Capital, perteneciente al bloque radical, le solícito que nos acompañe aunque sea en su redacción... Sr. Brasesco. -- Voy a solicitar que se agregue un nuevo artículo. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por San Juan. Sr. Poselman --Solicito que se reconsidere el artículo 1º. Cuando .se lo sometió a votación no advertí que, no se tuvo en cuenta una sugerencia que hice llegar a la comisión, El artículo contieneun error que resalta de la inadecuada denominación del país cuya moneda adoptarnos: Estados Unidos de América. Esta es la. denominación oficial. En cambio, en el texto del provecto figura "Estados Unidos de Norteamérica". Por lo expuesto, solicito la reconsideración del artículo y el cambio de denominación. Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero. — La comisión, señor presidente, como advirtió la sugerencia formulada por el señor senador por San Juan, elevó una redacción que la incluía. Quiero que por Secretaría se informe si es correcto lo que digo. Sr. Presidente (Menem). — Corresponde someter a -votación la reconsideración del artículo 1º. Si. no se hace uso de la palabra, se va a votar.

--La votación resulta afirmativa

Sr. Presidente (Menem). — Tiene la palabra señor senador por Misiones. Sr. Velázquez.— En nombre y representación del bloque de la Unión Cívica Radical debo manifestar que lamentablemente no vamos a acompañar esta moción; porque fuimos obviados o marginados ele la conversación entre los bloques provinciales y el bloque mayoritario. Sr. Presidente (Menem). —Por Secretaría se dará lectura al- artículo 1º. Sr. Secretario (Flombaum).-- (Lee) "Artículo 19: Declárase la convertibilidad del austral el dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º

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de abril de 1991, a una relación de diez mil australes (Á 10.000) por cada dólar, para la venta, en las condiciones establecidas por la. presente ley." Sr. Presidente (Menem). — En consideración. Si no hace uso de la palabra, se va a votar.

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Brasesco. --Pido la palabra Sr. Secretario (Flombaun). — El artículo 14 es de forma. Sr. Presidente (Menem).— Queda sancionado el proyecto de ley 1. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. (Aplausos.) Como no hay más asuntos que tratar, queda levantada la sesión.

—Es la O y 32 del sábado 23 de marzo de 1991.

Mario A. Ballester. Director del Cuerpo de Taquígrafos.

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2

APÉNDICE

SANCION DEL HONORABLE SENADO

Ley de Convertibilidad del Austral

—El texto del proyecto de ley le aprobado es el siguiente:

El Senado y Cámara de Diputados, etc.

Título 1 De la convertibilidad del austral

Artículo 1º- Declárase la convertibilidad del austral con el dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º de abril de 1991, a una relación de diez mil australes (A 10.000) por cada dólar, para la venta, en las condiciones establecidas por la presente ley. Art. 2º— El Banco Central de la República Argentina venderá las divisas que le sean requeridas para operaciones de conversión a la relación establecida en el artículo anterior, debiendo retirar de circulación los australes recibidos en cambio. Art. 3º— El Banco Central de la República Argentina podrá comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del gobierno nacional, o emitiendo los australes necesarios para tal fin. Art. 4º— En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el ciento por ciento (100 %) de la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado. Art. 5º— El Banco Central de la República Argentina deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados contables para reflejar el monto, composición o inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por el otro. Art. 6º -- Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en australes está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el Banco Central de la República Argentina, en cuenta corriente o cuentas especiales.

Título II

De la ley de circulación del austral convertible Art. 7º — El deudor de una obligación de dar una suma determinada de australes, cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o,

repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con posterioridad al 1º del mes de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del austral. Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto. Art. 8º—Los mecanismos de actualización monetaria o repotenciación de créditos dispuestos en sentencias judiciales respecto a sumas expresadas en australes no convertibles, se aplicarán exclusivamente hasta el día 1º del mes de abril de 1991, no devengándose nuevos ajustes por tales conceptos con posterioridad a ese momento. Art. .9º --En todas las relaciones jurídicas nacidas con anterioridad a la convertibilidad del austral, en las que existan prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes, o en aquellas de ejecución continuada con prestaciones y contraprestaciones periódicas, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, obra, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en más de un doce por ciento (12 % ) anual al que surja de la evolución de la cotización del austral en dólares estadounidenses entre su origen o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 1º del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación. En este último caso la obligación de quien debe pagar la suma de dinero, se cancelará con la cantidad de australes que corresponda a la actualización por la evolución del dólar estadounidense por el período indicado, con más de un doce por ciento (12 % ) anual, siéndole inoponibles las estipulaciones o condiciones originales. Art. 10. — Deróganse, con efecto a partir del 1º del mes de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios, Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional —inclusive convenios colectivos de trabajo— de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de australes que corresponda pagar, sino hasta el día 1º de abril de 1.991, en que entra en vigencia la convertibilidad del austral. Art. 11. — Modifícanse los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil, que quedarán redactados como sigue:

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Artículo 617: Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero. Artículo 619: Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento. Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención expresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que acuerden las partes; o cuanto liquidada la deuda judicialmente con los intereses, cl juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza.

Art. 12 — Dado el diferente régimen jurídico aplicable al austral, antes y después de su convertibilidad, considéraselo a todos sus efectos como una nueva moneda. Para facilitar dicha diferenciación, facúltase al Poder Ejecutivo nacional para reemplazar: en el futuro la denominación y expresión numérica del austral, respetando la relación de conversión que surge del artículo 1º. Art. 13. — La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se oponga a lo en ella dispuesto. La vigencia se fija a partir del día siguiente de su publicación oficial. Art. 14. —Comuníquese al Poder Ejecutivo.

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Cámara de Diputados

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I Dictamen de mayoría

Honorable Cámara: Las comisiones de Finanzas y de Legislación General han considerado el proyecto de ley en revisión por el que se declara la convertibilidad del austral en relación con el dólar estadounidense, se establecen normas para su circulación y se modifican los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil; y, por las razones expuestas en el informe que se acompaña y las que dará el miembro informante, aconsejan su sanción.

Sala de las comisiones, 26 de marzo de 1991. Oscar S. Lamberto, Marcelo E, López Arias. — Miguel A. Ballestrini, María C. Guzmán. — Oscar A, Blanco, — Rodolfo M. Vargas Aignasse. Guillermo A. Ball Lima. —Ovidio A. Calleja. — David J. Casas. — Jorge M. R. Domínguez. — Roberto R. Domínguez, — Eduardo A. Endeiza. — Rafael H. Flores. — Antonio C. Libonati. — Jorge R. Matzkin. Eubaldo Merino. — Eugenio I. Morales. — José Motta.--- Humberto J. Roggero.

En disidencia parcial:

Jorge H. Gentile. En disidencia total:

Rodolfo M. Parente. — Heralio A. Argañarás — Noel E. Breard.---Osvaldo Alvarez Guerrero. — Alberto Aramouni. — Raúl E. Baglini.--Antonio T. Berhongaray. — Luis M. González. — Gabriela M. González Gass.-- Gerardo P. Profili. —LuisZamora.

Buenos Aires, 23 de marzo de 1991,

Al señor presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Tengo el honor de dirigirme al señor presidente, a fin de comunicarle que el Honorable Senado, en la fecha, ha sancionado el siguiente proyecto de ley que paso en revisión a esa Honorable Cámara: El Senado y Cámara de Diputados, etc.

Título I

De la convertibilidad del austral Artículo 1º— Declárase la convertibilidad del austral con el dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º de abril de 1991, a una relación de diez mil australes (A 10.000) por

cada dólar, para la venta, en las condiciones establecidas por la presente ley. Art. 2º — El Banco Central de la República Argentina venderá las divisas que le sean requeridas para operaciones de conversión a la relación establecida en el artículo anterior, debiendo retirar de circulación los australes recibidos en cambio. Art. 3º— El Banco Central de la República Argentina podrá comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del gobierno nacional, o emitiendo los australes necesarios para tal fin. Art. 4º— En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes, a por lo menos el ciento por ciento (100 %) de la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado. Art. 5º—El Banco Central de la República Argentina deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados, contables para reflejar el monto, composición e inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por el otro, .Art. 6º— Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en australes está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el Banco Central de la República Argentina, en cuenta corriente o cuentas especiales.

Título II De la ley de. circulación del austral convertible Art. 7º—El deudor de una obligación de dar una suma determinada de australes, cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con posterioridad al 1º del mes de abril de 1991 en

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que entra en vigencia la convertibilidad del austral. Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto. Art. 8º Los mecanismos de actualización monetaria o repotenciación de créditos dispuestos en sentencias judiciales respecto a sumas expresadas en australes no convertibles, se aplicarán exclusivamente hasta el día 1º del mes de abril de 1991, no devengándose nuevos ajustes por tales conceptos con posterioridad a ese momento. Art. 9º --En todas las relaciones jurídicas nacidas con anterioridad a la convertibilidad del austral, en las que existan prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes, o en aquellas de ejecución continuada con prestaciones y contraprestaciones periódicas, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, obra, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en más de un doce por ciento (12 %) anual al que surja de la evolución de la cotización del austral en dólares estadounidenses entre su origen o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 1º del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación. En este último caso la obligación de quien debe pagar la suma de dinero, se cancelará con la cantidad de australes que corresponda a la actualización por la evolución del dólar estadounidense por el período indicado, con más un doce por ciento (12 %) anual, siéndole inoponibles las estipulaciones o condiciones originales. Art. 10º. --Derógase, con efecto a partir del 1º del mes de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios ó tarifas de los bienes, obras o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional —inclusive convenios colectivos de trabajo— de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de australes que corresponda pagar, sino hasta el día 1º de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del austral.

Art. 11. –Modifícanse los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil que quedarán redactados como sigue:

Artículo 617: Si por el acto por el que se ha constituido la obligación se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero. .Artículo 619: Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie, o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento. Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención expresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que acuerden las partes; o cuando liquidada la deuda judicialmente con los intereses, el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza.

Art. 12. — Dado el diferente régimen jurídico aplicable al austral, antes y después de su convertibilidad, considéraselo a todos sus efectos como una nueva moneda. Para facilitar dicha diferenciación, facúltase al Poder Ejecutivo nacional para reemplazar en el futuro la denominación y expresión numérica del austral, respetando la relación de conversión que surge del artículo 1º, Art. 13. --La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se oponga a lo en ella dispuesto. La vigencia se fija a partir del día siguiente de su publicación oficial, Art. 14. — Comuníquese al Poder Ejecutivo. Saludo a usted muy atentamente.

EDUARDO MENEM. Hugo Flombaum.

INFORME

Honorable Cámara: Las comisiones de Finanzas y Legislación General, al considerar el mensaje del Poder Ejecutivo enviado por el Honorable Senado en revisión, han coincidido totalmente en sus fundamentos y creen innecesario abundar en mayores detalles que los expuestos en los

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citados fundamentos, por lo que los hacen suyos y así lo expresan.

Oscar S. Lamberto. Disidencia total del, señor diputado Alberto Aramouni al proyecto de ley de libre convertibilidad Señor presidente: El denominado proyecto de ley de "Libre convertibilidad y circulación del austral" o "Plan Cavallo", merece una introducción: el actual ministro de Economía es también exponente de una larga tradición de pensamiento económico, en continuidad con las políticas implementadas por Krieger Vasena, Alsogaray, Alemann, Martínez de Hoz y otros que, durante los últimos 35 años, tuvieron una participación decisiva, durante la mayor parte del período tanto en gobiernos dictatoriales como en gobiernos electos. Cavallo es el continuador de las políticas económicas que sacrificaron sistemática- mente a los sectores populares y sus derechos, que enfrentaron metódicamente el proceso de industrialización, que socavaron el poder regulador del Estado, que subordinaron los derechos humanos, la democracia y la justicia distributiva a los intereses de los grandes propietarios y a la lógica darwinista del mercado. Más que ningún otro sector social los exponentes de la derecha conservadora y liberal pudieron controlar los ministerios de Economía, apoyándose para ello no en la voluntad electoral del pueblo sino en base al respaldo de los poderes de facto. Un medio periodístico destacó en título de tapa que "Cavallo quemó las naves". Nosotros decimos: el ministro Cavallo y el presidente de Ja Nación no tienen derecho a quemar el país. El proyecto de ley sobre convertibilidad no es un plan, técnicamente es un programa de tipo de cambio fijo. Hubiera sido preferible hacer un plan consensuado con todas las fuerzas sociales y políticas del país. Pero lamentablemente en lugar de consensuar un verdadero plan económico se pretende ingenuamente concertar con las multinacionales la baja de los precios y tal vez se logre con la industria automotriz pero a costa de la anulación de impuestos internos, del impuesto a las autopistas y de las obras de mantenimiento, ¿será para justificar ahora el restablecimiento del peaje? Tal vez se logre también alguna rebaja en los productos derivados del agro, pero a costa de no cobrar las retenciones.

El ministro Cavallo ha señalado que "el país se propone reducir el saldo de la balanza comercial, de siete mil a tres mil millones por la fuerte presión importadora"; con lo que se perjudicará la industria nacional, pues con un austral sobrevaluado se alentarán las importaciones además de verse favorecidas por las rebajas arancelarias, que posibilitarán a los demás países es a volcar sus exportaciones en nuestro país. Es decir que con estas medidas no se apunta a la reactivación del aparato productivo, sino que por el contrario generará mayor recesión y mayor desocupación, pues las importaciones masivas afectarán a todas las industrias. Por otra parte el sector exportador que incorpora valor agregado considera bajo el tipo de cambio en 10.000 australes y las industrias de la indumentaria, la siderúrgica y otras señalan una disminución de sus ventas al exterior. Las medidas del ministro Cavallo no tienden, entonces, a revertir la situación antiproductiva y antiinversora que se acentuó en los últimos tiempos. Es necesario garantizar una demanda interna en expansión, que permita a las empresas lanzarse a la plena utilización. de la capacidad instalada y eventualmente ampliar el parque industrial: así como el Estado garantiza la convertibilidad del dólar a 10.000 australes, debe tomar el compromiso de fijar el piso al poder de compra de la población. Este piso estaría dado por al actual nivel salarial más las mejoras que se obtengan en las próximas negociaciones salariales. Bajo ningún punto de vista este piso podría descender. Para ello el Estado debería garantizar que los bienes que componen la canasta familiar no podrían aumentar sus precios salvo aumentos previos en los salarios. Pero este poder adquisitivo garantizado no debe provocar una eventual reducción del empleo. El Estado debe establecer un sistema de premios y castigos favoreciendo el empleo productivo. El compromiso de garantizar determinada cotización del dólar por ley parece exagerado, que vuelve ridícula una especificación de ese tipo. La suerte del austral queda ligarla a la del dólar. Esto no sería tan grave si la Argentina sólo comerciara con los Estados: Unidos de América. Pero el comercio exterior argentino abarca una gran cantidad de países, cuyas monedas van variando se cotización en relación a la moneda estadounidense. Si el

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dólar sufriera un proceso de fortalecimiento frente a las restantes divisas, nuestras exportaciones se encarecerían paralelamente a la evolución de aquél. Es decir, la Argentina podría verse eventualmente descolocada en el comercio mundial por factores exógenos, de los cuales no podría desprenderse por el rígido mecanismo de la convertibilidad y el tipo de cambio fijo. Además, si la relación entre la cantidad de australes existentes en la economía y la cantidad de reservas da 10.000 en el presente nada impide que circunstancias internacionales diversas obliguen a modificar ésta relación. Por ejemplo: las reservas incluyen una cantidad de oro que está sujeta a una cotización internacional fluctuante, ¿qué pasa si el precio del oro cae a nivel mundial? Las reservas del Banco Central caerían, y se rompería la frágil proporción 1-10.000. Cavallo ha introducido, dentro de la definición de “reservas" que respaldan al austral, a los títulos públicos (por ejemplo Bónex) que tenga en su poder el Banco Central. Esto deja abierta la posibilidad de que el gobierno cubra en situaciones de emergencia pagos externos utilizando reservas, y entregando a cambio al Banco Central dichos títulos públicos. También, en caso de desfasajes, el gobierno .podría tomar fondos a interés del sector privado, asumiendo el costo de los intereses para resolver provisoriamente una situación de iliquidez. Es decir, que esta ley no impide la emisión de Moneda con el pretendido respaldo de la emisión de bonos con lo cual aumenta el endeudamiento público y termina por convertir a la ley en una falacia, respecto a que no emitirá sin respaldo oro o divisas desde el momento que los bonos serán emitidos en dólares (debido a la Ley de Convertibilidad). El ministro sabe que el equilibrio es difícil y el fiscal es más complicado. Cuando no lo consiga saldrá a solicitar créditos endeudando más al Estado para mantener un criterio personal. ¿Por qué la política arancelaria se fijó por el Poder Ejecutivo nacional y se omitió al Parlamento y ahora se pretende fijar el tipo de cambio por ley? Antes de analizar la ley (proyecto) es necesario definir qué se entiende por algunos conceptos económicos: Circulación monetaria: billetes. y monedas de particulares, más billetes y monedas en las

entidades financieras (con exclusión del Banco Central). Base monetaria: circulación monetaria, más depósitos de entidades financieras en el Banco Central. M0: Billetes y depósitos en poder del público. M1: M0 más depósitos en cuenta corriente. M2 : M1 más depósitos en caja de ahorros y a

plazo fijo. M3: M2 más aceptaciones y depósitos .

oficiales. M4:: M3 más títulos públicos. La ley debería definir en un glosario los conceptos a que se refiere al decir base monetaria y para definir base monetaria se debe definir la "circulación monetaria". Tal como lo define el proyecto es la base monetaria restringida; o sea la base monetaria no remunerada del Banco Central, es decir, circulante, más depósitos a la vista. El artículo 4º debería aclarar que las reservas de libre disponibilidad equivalentes a la base monetaria abarcan los conceptos siguientes: ... (de lo contrario es un problema exclusivo de economistas y no del país en general), Con este esquema se puede emitir diariamente cancelarlo por la noche. Emite de día y cancela de noche. De todas maneras podría emitir sobre los depósitos remunerados del Banco Central (base monetaria amplia). Es bastante incierto el futuro de la inflación. Hay varios factores que así lo determinan. En principio el gobierno está embarcado en una campaña de reducción de los precies en dólares. Se busca una deflación, que permita generar un estímulo a la demanda y mejorar el nivel del tipo de cambio real. El logro de algo tan inusual en el .comportamiento empresario es sumamente improbable. El éxito obtenido en el caso del sector automotriz se produjo a costa de concesiones gubernamentales en materia impositiva, lo que vuelve más endeble el logro del equilibrio fiscal. Pero no son únicamente los precios industriales los que deberían retroceder, gracias al sistema de premios y castigos establecido por el gobierno y la amenaza de la producción externa. Los llamados servicios, que por sus características no están sujetos a la competencia externa no tienen ningún tipo de control gubernamental, y podrían perjudicar seriamente la estabilidad. El Estado debe evitar que los desbordes de precios en los servicios provoquen la caída del poder adquisitivo de la población y el atraso del tipo de cambio. Para ello se deben

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establecer mecanismos de control y regulación entre Estado, sindicatos y consumidores para presionar sobre los sectores que se benefician de situaciones semimonopólicas. Es indudable que era imprescindible terminar con la incertidumbre a que estaba sometida la economía y dotar de un horizonte de estabilidad y de crecimiento a las fuerzas productivas. La voluntad de reducir la inflación a niveles civilizados, "anclar" los precios relativos, terminar con mecanismos indexatorios que realimentaban la inflación, son compartidas desde una visión progresista de la economía. La regeneración del crédito y la mejora del salario son metas que consideramos prioritarias. Pero este proyecto de ley de convertibilidad no apunta ni a la reactivación de la producción, ni del mercado interno, ni a mejorar el poder adquisitivo del salario. Las medidas que se pretende implementar no escapan al tiempo preelectoral que se vive. Responden a las urgencias que reclaman el mantenimiento del poder político, por ello la "dolarización" que se impone es producto de las necesidades electorales, como lo fueron en su momento el "Plan Austral" y el "Plan Primavera", cuyos resultados padecimos. Ni siquiera se acompañan del congelamiento de precios, sino del congelamiento de salarios, jubilaciones y pensiones y entonces en estos días, desde el anuncio de las medidas hasta la aprobación de la ley se sucedieron y se sucederán las remarcaciones de precios, superando en algunos artículos de la canasta familiar, el 50 % sin. Cortapisas. A ello añadimos el aumento de las tarifas antes de la vigencia de la ley, en una proporción tal que se les adicionará un fuerte colchón con relación a su congelamiento, mientras los salarios, jubilaciones y pensiones congelados sin aumentos tendrán menor poder adquisitivo. A esta situación se agrega el debilitamiento del Estado y de su poder de regulación que se profundiza con la desocupación, la desigualdad, la informalidad, la pérdida del salario y el deterioro de los servicios básicos. Debido a lo expuesto cabe entonces señalar, que ante la posibilidad cierta de no poder cubrir plenamente los gastos derivados de su función social, el Estado debe establecer una serie de prioridades políticas para asignar los escasos recursos. El Congreso debe exigir que en esta escala tengan un lucrar primordial los gastos sociales y de mantenimientos de la

infraestructura productiva básica. Las deudas externa e interna, dada la gravedad de la emergencia económica y la urgencia por retomar el crecimiento productivo, podrían ser consolidadas a mediano plazo; de esta manera se volverían más creíbles las metas fiscales planteadas. Estas razones motivan para que en nombre de mi. bloque del Partido Democracia Popular, rechace el proyecto de ley sobre convertibilidad del austral por disidencia total, aunque rescatamos las modificaciones introducidas en el título II, a los artículos 617 y 619 del Código Civil. Por ello corresponde también hacer un análisis del título II - "De la ley de circulación del austral convertible". En lo que hace al título II, artículos 7º, 8º, 9º y 10, suspenden y anulan todos los mecanismos de ajuste o indexación —quedarían prohibidos por imperio legal- en lo que hace a las relaciones jurídica, celebradas con anterioridad a esta ley en la medida que superen el interés del 12 % anual de las obligaciones calculadas en dólares estadounidenses al momento de la constitución de la obligación o el mes de mayo de 1990, el que fuere posterior. Y ése será el valor de la prestación al 31 de marzo de 1991. Un ejemplo práctico explica que si se celebró un contrato de locación el 1º de enero de 1990, deberá calcularse qué alquiler pagaba en mayo de 1990, se convierte en dólares de aquella fecha y se le agrega el 10 %: la suma de ambas cantidades se multiplican por 10.000 y ése será el valor en australes que habrá de abonar el 31 de marzo de 1991. En lo que hace a las prestaciones a cumplir a partir del mes de abril de 1.991, quedarán estrictamente vinculadas a la variación dólar-austral. En cuyo caso si la. relación permanece igual 1 = 10.000 durante los meses de abril, mayo y junio, lo percibido en australes será exacta- mente la. misma cantidad. Solamente variará en australes cuando la relación se modifique: 1 - 12.000 o 1 15.000. Idéntico criterio se aplicará a los contratos que nazcan después del primero de abril, en el supuesto que se sancione la ley. Las obligaciones pactadas en australes solamente podrán modificarse por las variaciones que la autoridad monetaria fije a la paridad dólar-austral, partiendo de la hipótesis de la libre conversión. Es decir, en la filosofía del proyecto no se admite que exista una cotización de dólar paralelo, negro o con otra denominación, dado que tanto al tomador como al dador de moneda nacional o

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extranjera le cabría la posibilidad de convertir sus tenencias en el Banco Central. Debo reconocer que la redacción del artículo 12 no peca de claridad y se remite a una futura reglamentación, pero creo que ésa es la interpretación de la ley. Más allá del énfasis de su artículo 13, merece dudas la constitucionalidad de las disposiciones del artículo 9º, porque por un lado afecta derechos adquiridos. Y de otra parte, genera toda una nueva legislación que invade el campo de lo patrimonial personal y vincula la suerte de la contratación privada —como en pocas legislaciones anteriores se ha visto— a la suerte de un plan de gobierno que lo menos que podemos decir de él es que contiene un alto riesgo de incumplimiento. Es loable pretende salir de una economía de inflación y descontrol del gasto público a otra de moneda estable d inflación mínima, pero entre las opciones posibles, el Ejecutivo ha elegido la vía del shock, como única salida. Unió inexorablemente las variables de la economía interna a la relación dólar-austral,

con un sistema de conversión tan rígido que si no se cumplen todas y cada una de las metas que se ha fijado el gobierno, el plan puede salirse de cauce, con consecuencias imprevisibles. El artículo 10 del proyecto, vinculado con el artículo 13 deroga a partir del 1º de abril de 1991 todas las disposiciones legales, normas reglamentarias y toda otra que establezcan o autoricen la indexación o actualización monetaria, y por ser de orden público no existen contra ella derechos irrevocablemente adquiridos (salvo que la justicia, por vía de la inconstitucionalidad no diga lo contrario). Este artículo también debe ser analizado por los economistas y especialistas en relaciones laborales, para dictaminar la influencia que tendrá en la evolución del salario real. El artículo 11 modifica los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil. En lo que hace a los dos primeros, forma parte de la filosofía del proyecto en estudio y es congruente con la política monetaria adoptada.

Conviene comparar el texto vigente con el proyectado, para su mejor comprensión:

TEXTO VIGENTE 617, Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar cantidades de cosas. 619. Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda corriente nacional, cumple la obligación dando la especie designada u otra especie de moneda nacional al cambio que corra en el lugar el día del vencimiento de la obligación..

TEXTO PROYECTADO 617. Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero. 619. Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento.

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Aquí nos encontramos con el estatuto legal para la celebración de contratos en moneda extranjera, que ha sido motivo de arduos debates tanto en la doctrina como en la jurisprudencia y que se había agudizado en los últimos años, en la, medida que el deterioro de nuestro signo monetario se acentuaba y la moneda dejaba de cumplir con su nulidad esencial de ser patrón de medida o equivalencia. Aunque toda simplificación es imperfecta, el austral es al valor de las transacciones lo que el metro a las medidas de longitud o el kilogramo al peso de las cosas. Cuando esa relación se pierde, cuando el kilogramo un día equivale a 900 gramos y a la semana a 500, pierde su valor y la gente lo desecha; pesará por arrobas o quintales. Si bien existen precedentes de países que han soportado períodos de inflación e inclusive de hiperinflación, el caso argentino tal vez no tenga antecedentes en lo que hace a la antigüedad y su persistencia. Frente a este hecho, que no es del caso analizar en esta circunstancia, dada su complejidad, tanto los particulares como el propio Estado han incorporado la moneda extranjera en general y el dólar estadounidense en particular en el curso de sus contrataciones. A pesar de las cláusulas de indexación permitidas y reguladas por el propio Estado, los contratantes prefieren optar por las cláusulas en dólares, no como pauta de estabilización del austral, sino como verdadera moneda de pago. Creo que recordar la vigencia de nuestros distintos signos monetarios desde principios de este siglo a la fecha explicará su debilidad como unidad de medida: 1.) El peso moneda nacional rigió hasta el 31 de diciembre de 1969. A partir del 1º de enero de 1970 hasta el 31 de mayo de 1983 rigió el peso ley 18.188, que suprimió dos unidades al m/n El peso argentino rigió desde el 1º de junio de 1983 hasta el 14 de junio de 1985. Suprimió cuatro unidades al signo anterior. Finalmente, desde el 15 de junio de 1985 rige el austral, que parece llegar a su fin, el que suprimió tres unidades al peso argentino. Ya los decretos 4.776/63 y 5.965/63 autorizaban librar cheques o letras de cambio o pagarés en moneda extranjera. También se pactan en moneda extranjera los contratos de importación, los fletes, los seguros, los pasajes, los préstamos contratados en el extranjero. El Estado ha emitido títulos de la deuda pública, los bonos externos, en dólares, títulos que se Cotizan en el país y en el extranjero y cuyas amortizaciones o intereses se pagan en dólares. Los bancos locales reciben depósitos en dólares y pagan sus intereses o devuelven su capital en dicha moneda. Se publican la venta de inmuebles, automóviles y otra suerte de mercaderías en dólares y en esa moneda se realizan las operaciones a despecho de que los do- cumentos que las formalicen se redacten en australes, generando una suerte de. inseguridad jurídica a las transacciones. Ni hablar de la suerte de las hipotecas pactadas en dólares, que en los registros de la propiedad de algunas jurisdicciones se anotan en australes, que a poco tiempo se transforman en valores

históricos e irrosorios. Esta realidad negocial mereció la atención tanto de los autores como de la jurisprudencia, que de poco se ha abierto paso en el sentido de aceptar los contratos en moneda extranjera, venciendo resistencias muy atendibles que veían en los artículos en estudio una valla insalvable para pactar las obligaciones en moneda extranjera, como medio de pago y no como cláusula de estabilización. Pero los estudios de Alterini, Boggiano, López Cabanna, por citar unos pocos, y fallos de las cámaras civiles como en los autos "Santamarina M. M. A.", J. A., 5-10-88, o el fallo de la Cámara Nacional Civil. Sala C en autos. "Vignola c/Colombo Marchi" del 26-11-85 han venido receptando esta realidad y constituyen los antecedentes válidos en que sin duda se ha basado el Ejecutivo para propiciar esta reforma. Párrafo aparte merece la modificación proyectada al artículo 623: "Articuló 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención expresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que acuerden las partes, o cuando liquidada la deuda judicialmente con los intereses, el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza". Escriche en su Diccionario define al anatocismo como "la usura doble que consiste en llevar interés de interés, o bien la acumulación y reunión de los intereses con la suma principal, para formar de aquéllos y éstas un capital que produzca interés". Si bien los romanos condenaban al anatocismo como una suerte de usura, el rigor de este principio se fue atemperando con el tiempo y nuestro legislador en el artículo 623 mantuvo el principio romanista ("No se deben intereses de los intereses") pero le introdujo dos excepciones que atenuaban sus efectos: 1) Que una convención posterior, convenida entre deudor y acreedor, lo autorizara. Pienso que el hecho de la convención. posterior impedía que el deudor, ya superada su urgencia, aceptara sin más dicha cláusula. 2) Que ante una liquidación judicial, el deudor fuera moroso en cumplir su obligación. El texto propuesto a este artículo 623 trae una modificación y un agregado. La modificación consiste en que la convención expresa forme parte del contrato de préstamo, por lo cual la autonomía de la voluntad del deudor queda, debilitada por el estado de necesidad. Será una cláusula predispuesta más. El agregado establece: "Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen .en la evolución periódica de la tasa de intereses de plaza", Nos consta que bancos y entidades financieras aplican estos mecanismos para la fijación de las plazas activas y pasivas, gracias a los avances de la cibernética en general y la computación en particular. Pero nos parece harto peligroso y conflictivo trasladar esta operatoria bancaria a la legislación general, pues aplicada entre particulares llevaría al deudor lego a una incertidumbre sobre los intereses debidos, salvo que consultara a un operador

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bancario experto. Y eso por no decir que ambas modificaciones admiten un ancho campo operativo a las actividades usurarias. Y una última inquietud, ¿en qué medida la modificación de este artículo 623 va a influir en la suerte de este proyecto de ley que pretende sanear la economía argentina?, ¿cuáles fueron pues las razones para incorporarlo?, habida cuenta que se nos exige que analicemos en términos perentorios un proyecto de ley de tal trascendencia. Como no lo consideramos vinculado al proyecto general en estudio, porque no es un tema pacífico y requeriría mejor análisis y porque, finalmente, tenemos la impresión que su inclusión responde a intereses secundarios, proponemos que se excluya la modificación del artículo 623 de este proyecto de ley. Como un elemento más de juicio a este controvertido artículo, señalo que el régimen de unificación de las obligaciones civiles y .comerciales que fuera aprobado por esta Cámara en el año 1987 y que desde entonces espera su tratamiento en el Senado, también impulsaba la modificación de este artículo, pero no avanzaba más allá de los dos primeros párrafos. Así decía: "Artículo 623: Se deben intereses sobre intereses si: 1. Se ha convenido la acumulación de los intereses al capital, 2. Se ha demandado judicialmente el cobro del capital. La acumulación de los intereses al capital ocurrirá en la fecha de interposición de la demanda. 3. En los demás casos previstos por este Código". El análisis del título II nos permitió valorar las reformas a los artículos 617 y 619 del Código Civil y rechazar terminantemente la modificación al artículo 623 del citado código. Pero como las reformas a los artículos 617 y 619 deberían llevarse a cabo fuera del contexto de este proyecto de ley reitero la disidencia total.

Alberto Aramouni.

II

Dictamen de minoría Honorable Cámara: Las comisiones de Finanzas y de Legislación General han considerado el proyecto de ley en revisión por el que se declara la convertibilidad del austral en relación con el dólar estadounidense; se establecen normas para su circulación y se modifican los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil; y, por las razones expuestas en el informe que se acompaña y las que dará el miembro informante, aconseja la sanción del siguiente

PROYECTO DE LEY El Senado .y Cámara de Diputados, etc.

TITULO I De la convertibilidad del austral

Artículo 1º— Declárese la convertibilidad del austral con el dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º de abril de 1991, a una relación de diez mil (10.000) australes por cada

dólar, para la venta, en las condiciones establecidas por la presente ley. 2º- El Banco Central de la República .Argentina venderá las divisas que le sean requeridas para operaciones de conversión a la relación establecida en el artículo anterior debiendo retirar de circulación los australes recibidos en cambio. Art. 3º -- El Banco Central de la República Argentina podrá comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del gobierno nacional, o emitiendo los australes necesarios para tal fin. Art. 4º—En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina en oro y divisas extranjeras serán equivalentes a por lo menos el ciento por ciento (100 %) de la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado. La inversión en títulos públicos nacionales sólo podrá efectuarse en aquellos cuya emisión sea anterior al 31 de diciembre de 1990, y no podrá exceder del 5 % del total de las reservas de libre disponibilidad. Art.. 5º — El Banco Central de la República Argentina deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados contables para reflejar el monto, composición e inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base Monetaria, por el otro. La información resultante de esta nueva metodología contable será hecha pública por el Banco Central semanalmente. Una comisión compuesta por 6 legisladores, efectuará la auditoría legislativa del cumplimiento de las obligaciones establecidas en el artículo anterior y el presente, a cargo del Banco Central de la República Argentina. Art. 6º — Los bienes que integran las reservas mencionadas en el. artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, san inembargables, y pueden aplicarse exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el Banco Central de la República Argentina, en cuenta corriente o cuentas

TITULO II De la ley de circulación del austral convertible

Art. 7º--- El deudor de una obligación de dar una suma determinada de australes cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con posterioridad al día 1º del mes de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del austral. Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las

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disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto. Art. 8º. — Los mecanismos de actualización monetaria o repotenciación de créditos dispuestos en sentencias judiciales, consentidas o no, respecto a sumas expresadas en australes no convertibles, se aplicarán exclusivamente hasta el 1º de abril de 1991. En los juicios en trámite, pendientes de sentencia, ésta determinará, si así correspondiere, la repotenciación debida hasta la fecha indicada precedentemente. No se devengarán nuevos ajustes por tales conceptos con posterioridad a ese momento. Art. 9º— En todas las relaciones jurídicas nacidas con anterioridad a la convertibilidad del austral, en las que existan prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes, o en aquellas de ejecución continuada con prestaciones y contraprestaciones periódicas, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en más de un doce por ciento (12 %) anual al que surja de la evolución de la cotización del austral. en dólares estadounidenses entre el origen de la obligación o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 1º del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación.. En este último caso la obligación de quien debe pagar la suma de dinero, se cancelará con la cantidad de australes que corresponda a la actualización por la evolución del dólar estadounidense por el período indicado, con más un doce por ciento (12 % ) anual, siéndole inoponibles las estipulaciones o condiciones originales. El acreedor, cuando considere que los importes a percibir por aplicación de lo dispuesto en el presente artículo por el precio, cuota o alquiler a pagar por el deudor por el bien, servicio o período, fuere inferior a su expectativa contractual, podrá tener por resuelto el contrato, previo aviso al deudor dentro del plazo de 60 días, quien pedirá evitar la resolución de la relación jurídica que los une, ofreciendo mejorar equitativamente los efectos resultantes. Art. 10. — Deróganse, con efecto a partir del 1º del mes de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas; impuestos, precios o tarifas de los bienes o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional —inclusive -convenios colectivos de trabajo— de fecha anterior, como causa de ajuste en. las sumas de australes que corresponda pagar, sino hasta el día de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del austral.

Art. 11. — Modifícanse los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil, que quedarán redactados como sigue:

Artículo 617: Si .por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere. estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero. Artículo 619: Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada el día de su vencimiento.

Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención expresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que acuerden las partes; o cuando liquidada la deuda judicialmente con los intereses el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de. plaza.

Art. 12. Dado el. diferente régimen jurídico aplicable al austral, antes y después de su convertibilidad, considéraselo a todos sus efectos como una nueva moneda. Para facilitar dicha diferenciación, facúltase al Poder Ejecutivo nacional para reemplazar en el futuro la denominación y expresión numérica del austral, respetando la relación de conversión que surge del artículo 1º. Art. 13. — La presente ley es de orden público. Ninguna persona. puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se oponga a lo en ella dispuesto. Art. 14. --Comuníquese al Poder Ejecutivo. Sala de las comisiones, 26 de marzo de 1991.

Rafael Martínez Raymonda..— Jorge O. Folloni — Carlos L. Tomasella Cima.

INFORME Honorable Cámara: Damos, por razones reglamentarias, carácter formal de dictamen en minoría a nuestra posición, sin que importe expresar una disidencia total con el proyecto de ley sobre convertibilidad del austral. Quede claro, entonces, nuestra coincidencia con la idea central del mismo. Fundamenta nuestros agregados a los artículos 4º, 5º, 8º y 9º una idea conceptual que, para los dos primeros, se basa en confiar en la ley como garantía del inexorable cumplimiento del compromiso asumido y no dejarla solamente librada a la. prudencia de los funcionarios, y por ello por un lado se acota la posibilidad de mantener entre las reservas títulos públicos nacionales y, por el otro, al debido contralor público y parlamentario de la gestión del Banco Central de la República Argentina. La modificación del artículo 8º tiene por objeto dar claridad a las distintas situaciones judiciales existentes, tanto en los juicios en trámite como en aquellos en que no haya sentencia firme. De

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esta manera se eliminará la posibilidad de soluciones contradictorias. Y, finalmente, el agregado al artículo 9º tiene por objeto facilitar las relaciones entre las partes en los contratos afectados y evitar los conflictos que pudieran resultar de su aplicación. Ello se hace necesario para afirmar la plena vigencia de las normas en la materia, que podrían ser afectaras por una interpretación tal vez estricta de las disposiciones del proyecto.

Rafael Martínez Raymonda -- Jorge O. Folloni -- Carlos E. Tomasella Cima.

III

Dictamen de minoría Honorable Cámara: Las comisiones de Finanzas y de Legislación General han considerado el proyecto de ley en revisión por el cual se declara la convertibilidad del austral en relación al dólar estadounidense, se establecen normas para su circulación y se modifican los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil: y, por las razones expuestas en el informe que se acompaña y las que dará el miembro informante, aconsejan la aprobación del siguiente.

PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados, etc.. Artículo 1º— El Banco Central de la República Argentina estará obligado a convertir a la vista toda la emisión de billetes y monedas de curso legal en dólares de los Estados Unidos de América de curso legal al cambio que establezca el Poder Ejecutivo nacional al momento de la promulgación de la presente ley. Esta obligación no regirá para cantidades inferiores al valor en moneda nacional de un dólar de los Estados Unidos de América de curso legal. La ley 1.130, en sus partes, no reformadas y que no contradigan la presente ley, seguirá en vigencia y las obligaciones que aún puedan existir basadas en ella no sufrirán alteración alguna. La convertibilidad del peso argentino oro se realizará a valor de mercado. Art. 2º— El Poder Ejecutivo procederá a formar un fondo de reserva en oro y divisas que se denominará Fondo de Conversión y se destinará a servir de garantía a la conversión de la moreda nacional de curso legal de acuerdo a lo establecido en el artículo 1º. Este fondo no podrá ser en ningún momento inferior al porte equivalente al 100 % de la cantidad de billetes y monedas en circulación al tipo de cambio que se establezca conforme a lo dispuesto en el artículo 1º. Art. 3º — El oro y las divisas que reciba el Banco Central en cambio de billetes y monedas de curso legal no podrán ser destinadas en ningún caso, ni bajo orden alguna, a otro objeto que el de convertir billetes al tipo de cambio que se establezca conforme a lo dispuesto en el artículo 1º, bajo responsabilidad personal de los miembros del directorio del Banco Central de la República Argentina, funcionarios del Poder Ejecutivo nacional o empleados que consintieran la entrega. El funcionario público que incumpla o consienta

el incumplimiento de lo dispuesto en el párrafo anterior, así como el que ordene, autorice o consienta la emisión de australes por sobre la garantía de las reservas, de tal modo que el 100 % de la base monetaria no pueda ser convertida al tipo de cambio que se establezca conforme a lo dispuesto en el artículo 1º, será pasible a las penas establecidas en el artículo 287 del Código Penal. Art., 4º — El Banco Central de la República Argentina llevará una cuenta especial del Fondo de Conversión, donde se detallarán los billetes y monedas que se emitan en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo anterior, y del oro y las divisas que reciba en cambio. Cuando el Banco Central de la República Argentina , cambie oro o divisas por billetes o monedas de curso legal al tipo de cambio que se establezca conforme a lo dispuesto en el artículo 1º, deberá retirar de circulación los billetes y monedas de curso legal recibidos en cambio. El incumplimiento de lo dispuesto en el párrafo anterior hará pasible al funcionario que lo ordene, autorice o consienta, de las penas establecidas en el artículo 287 del Código Penal. Art. 5º— Sustitúyense los artículos 617; 619 .y 623 del Código Civil por los siguientes:

Artículo 617: Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero.

Artículo 619: Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada el día de su vencimiento.

Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención expresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que acuerden las partes; o cuando liquidada la deuda judicialmente con los intereses, el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza.

Art. 6º — Sustitúyense los artículos 20, segundo párrafo, y 131 de la ley 19.551 por los siguientes:

Artículo 20 (segundo párrafo ): Deudas no dinerarias. Las deudas no dinerarias son convertidas, a todos los fines del concurso, a su valor en moneda de curso legal al tipo del día de la presentación o al del vencimiento, si fuere anterior a la opción del acreedor. Las deudas en moneda extranjera se calculan en la moneda en que se hallan expresadas, a la fecha de la presentación del informe del síndico, al efecto del cómputo del pasivo Y de la votación. Artículo 131: Prestaciones no dinerarias y prestaciones en moneda extranjera. Los acreedores de prestaciones no dinerarias o aquellas cuyo crédito en dinero deba

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calcularse en relación a otros bienes, concurren quiebra. por el valor de sus créditos en. moneda de curso legal en la República, calculado a la fecha de la declaración o, a opción del acreedor, a la del vencimiento si éste fuera anterior. Los acreedores de prestaciones en moneda extranjera concurren a la quiebra por el valor de sus créditos en la moneda en que se hallen expresados, calculado a la fecha de la declaración o, a opción del acreedor, a la del vencimiento si éste fuera anterior.

Art. 7º— Sustitúyense el artículo 1º y el inciso a) del artículo 5º de la ley 12.962 por los siguientes:

Artículo 10: En caso de asegurarse, por medio de prenda con registro, el cumplimiento de una obligación en moneda extranjera el monto hasta el cual es eficaz la garantía prendaria será el monto de la obligación en moneda extranjera. Inciso a): El Estado, sus reparticiones autárquicas, los bancos y demás entidades financieras autorizadas por el Banco Central de la República Argentina, y las instituciones bancarias o financieras

del exterior. Art. 8º— Sustitúyese el apartado 5, inciso d), del artículo 10 de la ley 2.3.758, por el siguiente:

Apartado 5: Colocaciones transitorias en corresponsales en el exterior de las entidades financieras autorizadas.

Art. 9º--Sustitúyese el inciso d) del artículo 19 de la ley 20.539 por el siguiente:

Inciso d) : Conceder adelantos sin garantía u otorgar créditos en descubierto.

Art. 10. — Deróganse los artículos 29 y 51 y el siso i) del artículo 18 de la ley 20.539. Art. 11. — Derógase el artículo 8º de la ley 1.130. Art. 12. — Derógase el segundo párrafo del artículo 1º de la ley 23.091. Art. 13. — Deróganse las leyes 19.359 y 22.338, y el decreto 1.265 de 1982, por las cuales se estableció el régimen penal cambiado. Art. 14. — Deróganse las leyes 21.391 y 21.392. Art. 15. — Derógase el decreto 2.581 de 1964 por el cual se estableció la obligación de liquidar ante el Banco Central de la República Argentina las divisas provenientes de las exportaciones. Art. 16.--Deróganse los artículos 30 a 39 de la ley 23.549; 19 a 30 de la ley 23.760 y 2º de la ley 23.905, mediante los cuales se estableció el impuesto a los débitos bancarios. Art. 17.--Deróganse las leyes 18.526, 23.663. y el artículo 2º de la ley 23.905, por las cuales se estableció el impuesto a la transferencia de divisas. Art. 18. — Deróganse las leyes 22.916, 23.497 y el artículo 10 de la ley 23.760 por los cuales se estableció el impuesto sobre los intereses de los plazos fijos. Art. 19. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Sala de las comisiones, 26 de marzo de 1091.

José M. lbarbia.

INFORME

Honorable Cámara: En mayo de 1989 presenté un proyecto de ley proponiendo una reforma monetaria, cambiarla y bancaria. En los fundamentos de dicha iniciativa, que lleva él número de expediente 278-D.-89 y que es la única propuesta de reforma monetaria presentada en esta Cámara, me explayo con detenimiento acerca de la necesidad de liberalizar el sistema monetario aboliendo las condiciones que permitieron convertir los últimos cincuenta años en "la era de la inflación" en nuestro país. Por razones de brevedad, a dichos fundamentos me remito. Lamentablemente el dictamen de la mayoría, receptando la media sanción del Senado, no ha solucionado los graves problemas contenidos en el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo. En este dictamen en minoría no se cuestiona el concepto de la convertibilidad pero se limita definitivamente el poder del Banco Central para expandir la moneda y el crédito o erosionar las reservas, cosa que no ocurre en el proyecto impulsado por la mayoría. Sobre las cuestiones filosóficas y técnicas por las cuales me opongo a puntos centrales del proyecto en cuestión, me extenderé al fundar este dictamen en el debate en general.

José lbarbia..

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REPUBLICA ARGENTINA

DIARIO DE SESIONES CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION

63 º REUNION — 10ª SESION EXTRAORDINARIA (ESPECIAL) — MARZO 26 Y 27 DE 1991

Presidencia de los señores diputados Alberto Reinaldo Pierri, Augusto José María Alasino, Jorge Raúl Yoma,

Rodolfo Miguel Parente y Carlos Guido Freytes

Secretarios: doctores Esther H Pereyra Arandía de Pérez Pardo Alberto Edgardo Balestrini y Ariel Puebla

Prosecretarios: doctores Juan Estrada y Enrique Horacio Picado y señor Juan Carlos Stavale

.

DIPUTADOS PRESENTES: ABDALA, Germán Darío ADAIME,. Felipe Teófilo ADAMO, Carlos AGUADO, Jorge Rubén ALASINO, Augusto José María. ALBAMONTE, Alberto Gustavo ALENDE, Oscar Eduardo ALESSANDRO, Julio Darío ALSOGARAY, Alvaro Carlos ALTERAM Miguel Angel ALVAREZ, Carlos Alberto ALVAREZ, Héctor Claudio ALVAREZ ECCHAGUE, Raúl Angel ALVAREZ GUERRERO, Osvaldo ANTELO, José María ARAMOUNI, Alberto ARANDA, Saturnino Dantti ARCIENAGA, Normando ARGAÑARÁS, Heralio Andrés ARMAGNAGUE, Juan Fernando AVELIN, Alfredo AVILA, Mario Efraín AVILA GALLO, Ezequiel José B. AYALA, Juan Carlos BADRÁN, Julio BAGLINI, Raúl Eduardo BALESTRINI, Miguel Alberto BALL LIMA, Guillermo Alberto BARBEITO, Juan Carlos BASSANI, Ángel Marcelo BAYLAC, Juan Pablo BELTRÁN, Carlos Roberto BERHONGARAY, Antonio Tomás BERICUA, Jorge BISCIOTTI, Victorio Osvaldo BLANCO, Oscar Alberto BORDA, Osvaldo BORDÍN CAROSIO, Hugo Antonio BREARD, Noel Eugenio BREST, Diego Francisco BROOK, Mario Carlos

BRUNATI, Luis Pedro CAMERA, Roberto Hugo CABRERA, Gerardo CAFIERO, Juan Pablo CALLEJA, Ovidio Amílcar CAMAÑO, Dante Alberto CAMAÑO, Graciela CANATA, José Domingo CANTOR, Rubén CAPUTO, Dante Mario CARDO, Manuel CARRERAS, Porfirio Mario CARRIZO, Raúl Alfonso Corpus CARRIZO, Víctor Eduardo CASARI de ALARCIA, María Leonor CASAS, David Jorge CASSIA, Antonio CASTILLO, José Luis CASTILLO, Oscar Aníbal CAVIGLIA, Franco Agustín CLÉRICI, Federico CORCHUELO BLASCO, José Manuel COSSOS PEREZ, Juan Nicolás CORTESE, Lorenzo Juan CRUCHAGA, Melchor René CRUZ, Roberto Aníbal CRUZ, Wáshington Jesús CURI, Oscar Horacio CURTO, Hugo Omar DALESIO de VIOLA, Adelina Inés DALMAU, Héctor Horacio D`AMBROSIO, Angel Mario DE MARTINO, Víctor Amador DÍAZ LOZANO, Julio César DI CAPRIO, Marcos Antonio DOMÍNGUEZ, Jorge Manuel R. DOMÍNGUEZ, Roberto Rubén DUMÓN, José Gabriel DURAÑONA y VEDIA, Francisco de DUSSOL, Ramón Adolfo ECHEVARRÍA, Luis María ELÍAS, Ángel Mario ENDEIZA, Eduardo Aníbal

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ESPECHE, Alberto Luis. ESTÉVEZ BOERO, Guillermo Emilio FELGUERAS, Ricardo Ernesto FERNÁNDEZ, Aníbal FERNÁNDEZ, Roberto Enrique FERREYRA, Benito Orlando FESCINA, Andrés Julián FIGUERAS, Ernesto Juan FIGUEROA, Pedro Octavio FLORES, Rafael Horacio FOLLONI, Jorge Oscar FONTELA, Moisés Eduardo FORMOSA, Salvador Cayetano FREYTES, Carlos Guido FURQUE, José Alberto GARAY, Nicolás Alfredo GARCÍA, Pedro Alberto GARCÍA, Roberto Juan GARCÍA CUERVA, Ignacio Santiago GATTI, Hector Angel GENTILE, Jorge Horacio GERMANÓ, Alberto Raúl GÓMEZ, Roque Julio César GÓMEZ MIRANDA, María Florentina GONZÁLEZ, Alberto Ignacio GONZÁLEZ, Eduardo Aquiles GONZÁLEZ, Luis Mario GONZÁLEZ, Oscar Félix GONZÁLEZ GASS, Gabriela Marta GUERRERO, Antonio Isaac GUZMÁN, María Cristina HERNÁNDEZ, Santos Abel HERRERA, Bernardo Eligio HERRERA., Luis Fernando IBARBIA, José María IGLESIAS, Evaristo Constantino IRIBARNE, Alberto Juan Bautista JALIL, Luis Julián JAROSLAVSKY, César KOHAN, Eduardo Marcelo LAMBERTO, Oscar Santiago LARRABURU, Dámaso LAZARÁ, Simón Alberto LENCINA, Luis Ascensión LIB0NATI, Antonio César LÓPEZ, Jorge Antonio LÓPEZ, José Remigio LÓPEZ ARIAS, Marcelo Eduardo LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando Justo MACHADO, Oscar Alfredo MACHICOTE, Jorge Raúl MAGGI, Juan Alberto MANRIQUE, Luis Alberto MANZANO, José Luis MARCÓ, Jorge Raúl MARELLI, Mabel G. de MARTÍNEZ, Gabriel Adolfo MARTÍNEZ, Luis Alberto MARTÍNEZ GARBINO, Jaime Gustavo MARTÍNEZ MÁRQUEZ, Miguel José MARTÍNEZ RAYMONDA, Rafael MATZKIN, Jorge Rubén MÉNDEZ DOYLE de BARRIO, María Luisa MERINO, Eubaldo MONTEVERDE, Carlos Roberto MORALES, Eugenio Isidro MOSCA, Carlos Miguel Ángel MOTTA; José Carlos MOURE, Juan Manuel MUGNOLO, Francisco Miguel NACUL, Miguel Camel NATALE, Alberto Adolfo NERI, Aldo Carlos ORIETA, Gaspar Baltazar ORTIZ PELLEGRINI, Miguel Ángel PACCE, Daniel Victorio PAMPURO, José Juan Bautista PARENTE, Rodolfo Miguel

PARRA, Luis Ambrosio PARRILLI, Oscar Isidro José PASCUAL, Rafael Manuel PAZ, Fernando Enrique PEPE, Lorenzo Antonio PETELL, Juan Carlos PIERRI, Alberto Reinaldo POLO, Miguel Ángel PROFILI Gerardo Pedro PRONE, Alberto Josué PUERTA, Federico Ramón PUGLIESE, Juan Carlos PURICELLI, Arturo Antonio QUARRACINO, Matilde QUEZADA, Rodolfo Héctor RAIMUNDI, Carlos Alberto RAMOS, Daniel Omar RAMOS, José Carlos RAUBER, Cleto REINALDO, Aníbal REQUEIJO, Roberto Vicente RIUTORT, Olga Elena RODRÍGUEZ, Jesús RODRÍGUEZ, Jorge Alberto RODRÍGUEZ, Raúl Eduardo ROGGERO, Humberto Jesús ROMERO, Carlos Alberto ROMERO, Julio ROMERO, Roberto ROSALES, Carlos Eduardo ROSSO, Carlos José ROY, Irma RUIZ, Ángel Rafael SAADI, Luis Alberto. SABIO, Juan Carlos SACKS, Rubén Rodolfo SALDUNA, Bernardo Ignacio Ramón SALUSSO, Horacio Ramón SALVADOR, Daniel Marcelo SAMID, Manuel Julio SEGUÍ, Héctor Miguel SILVA, Roberto Pascual SIRACUSANO, Héctor SOCCHI, Hugo Alberto SORIA, Carlos Ernesto SORIA ARCH, José María STORANI, Conrado Hugo SUÁREZ, Juan Carlos SUREDA, Angela Gerónima TACTA de ROMERO, Emma Andrea TAPARELLI, Juan Carlos TAVANO, Juan Bruno TELLO ROSAS, Guillermo Enrique TOMA, Miguel Ángel TOMASELLA CIMA, Carlos Lorenzo ULLOA, Roberto Augusto URIONDO, Luis Enrique Ramón VALERGA, Carlos María VALLEJOS, Enrique Horacio VANOSSI, Jorge Reinaldo VARELA CID, Eduardo VARGAS AIGNASSE, Rodolfo Marco VEGA ACIAR, José Omar VENESIA, Gualberto Edgardo YOMA, Jorge Raúl YOUNG, Jorge Eduardo ZAMBIANCHI, Carlos ZAMORA, Federico ZAMORA, Luis Fernando ZARACHO, Evelio Argentino ZAVALEY, Jorge Hernán

AUSENTE, CON LICENCIA:

SODERO NIEVAS, Víctor Hugo AUSENTES CON SOLICITUD DE LICENCIA PENDIENTE DE APROBACION DE LA HONORABLE CÁMARA: BRITOS, Rolando Roque

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FERREYRA, Eduardo Mario KRAEMER, Bernhard LUQUE, Ángel Arturo MONJARDIN de MASCI, Ruth. ORGAZ, Alfredo OSOVNIKAR, Luis Eduardo RODRIGO, Osvaldo

AUSENTES, CON AVISO: AGÚNDEZ, Jorge Alfredo. BALANDA, Mariano Pedro BOTELLA, Orosia Inés BUDIÑO, Eduardo Horacio CAPPELLERI, Pascual

CAVALLARI, Juan José CRAMARO, Hugo Arnaldo FERNANDEZ, Roberto Carlos LIZURUME, José Luís MARTIN de DE NARDO, Marta STORANI, Federico Teobaldo VILLEGAS, Juan Orlando

Nota: (...)

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SUMARIO

1.- Izamiento de la bandera nacional. (Pág.5277.) 2.- Convocación a sesión especial. Lectura de la documentación relacionada con la citación a sesión especial y pronunciamiento de la Honorable Cámara mediante el que resuelve considerar el asunto mencionado en la convocatoria. (Pág. 5278.) 3- Consideración de los dictámenes de las comisiones de Finanzas y de Legislación General en el proyecto de ley en revisión por el que se declara la convertibilidad del austral con el dólar estadounidense, se establecen normas para su circulación y se modifican los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil (206-S.-90). (Pág. 5278.) 4- Moción de orden del señor diputado Matzkin de que la Honorable Cámara se aparte de las prescripciones del reglamento a efectos de formular proposiciones para el tratamiento del proyecto de resolución del que es coautor por el que se dispone que al sancionarse la ley de presupuesto para el ejercicio 1991 se incorpore una norma de carácter permanente sobre inversión en títulos públicos nacionales a emitirse con posterioridad al 1º de abril de 1991 (5.952-D-90). Se aprueba. (Página 5378.) 5- Mociones del señor diputado Matzkin de que se de entrada al proyecto de resolución al que se refiere el número 4 de este sumario y de que se trate sobre tablas dicho proyecto. Se aprueban ambas proposiciones, (Pág. 5378.) 6- Consideración del proyecto de resolución al que se refieren los números 4 y 5 de este sumario. Se sanciona. (Pág. 5379.) 7- Continúa la consideración del asunto al que se refiere el número 3 de este sumario. Se sanciona definitivamente (ley. 23.928). (Pág. 5380.) 8.- Apéndice: A. Sanciones de la Honorable Cámara.

(Pág. 5393.) B. Asuntos entrados:

I. Comunicaciones del Honorable Senado. (Página 5395.)

II. Despachos de comisiones. (Pág. 5395)

III. Proyectos de resolución. (Pág. 5395.)

C. Inserciones. (Pág. 5395.) _______

-En Buenos Aires; a los veintiséis días del mes de marzo de 1991, a la hora 20 y 14:

1 IZAMIENTO DE LA BANDERA NACIONAL

Sr. Presidente (Pierri). - Con -la presencia de 144 señores diputados queda abierta la sesión especial convocada conforme al requerimiento efectuado por varios señores diputados en número reglamentario. Invito al señor diputado por el distrito electoral de Buenos Aires don Carlos Alberto Raimundi a izar la bandera nacional en el mástil del recinto.

—Puestos de pie los señores diputados y el público asistente a las galerías, el señor diputado don Carlos Alberto Raimundi procede a izar la bandera nacional en el mástil del recinto, ( Aplausos )

Sr. Presidente (Pierri). --Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Abdala. — Señor presidente: muchas veces pedimos la palabra para polemizar o plantear nuestras posiciones, pero hoy me permito distraer la atención de la Cámara porque me reintegro a la tarea parlamentaria y quiero hacer público mi agradecimiento a todos los legisladores, al personal de la casa, a los periodistas y a todos quienes con una actitud solidaria y activa posibilitaron que afrontara mi enfermedad. Más allá de nuestras divergencias políticas y de las situaciones que nos llevan a confrontar quiero dejar este testimonio de agradecimiento por haber tenido una oportunidad más. (Aplausos prolongados. Varios seriares diputados rodean y felicitan al orador.)

2 CONVOCACION A SESION ESPECIAL Sr. Presidente (Pierri). — Por Secretaría se procederá a dar lectura de la nota presentada por varios señores diputados, en número reglamentario, por la que se solicita se cite a la Honorable Cámara a sesión especial. Sra. Secretaria (Pérez Pardo). — Dice así:

Buenos Aires, 21 de marzo de 1991.

Al señor presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, don Alberto R. Pierri.

S/D De nuestra mayor consideración: Por la presente nos dirigimos a usted para solicitarle, en los términos del articulo 35 del Reglamento de esta Honorable Cámara, la convocatoria a sesión especial para el próximo martes 26 de marzo, a las 15 horas, a efectos de tratar el expediente P.E.-344/90, que cuenta con sanción del Honorable Senado, referido a la convertibilidad del austral.

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Sin otro particular, saludamos a usted muy atenta mente.

José L. Manzano. — Rafael Martínez Raymonda, — Carlos. L. Tomasella Cima. — Federico Clérici. — Roberto A. Ulloa.

Sr. Presidente (Pierri). — Por Secretaría se dará lectura de la resolución dictada por esta Presidencia por la que se convoca a sesión especial. Sra. Secretaría (Pérez Pardo). — Dice así:

Buenos Aires, 22 de marzo de 1991.

Visto la presentación efectuada por el señor diputado José Luis Manzano y otros señores diputados, en el sentido de que se convoque a la realización de una sesión especial para el próximo día 20 de marzo, con el objeto de considerar el proyecto de convertibilidad del austral, y CONSIDERA N DO: Los artículos 35 y 36 del reglamento de la Honorable Cámara. El presidente de la Cámara de Diputados

RESUELVE: Artículo 1º — Citar a los señores diputados a la realización de una sesión especial para el día 26 de marzo de 1991, a las 15 horas, con el objeto de considerar el proyecto registrado bajo el número de expediente 206-S.-90, referido a la convertibilidad del austral. Art. 2º —Comuníquese y archívese.

Alberto R. Pierri.

Se han cursado las correspondientes citaciones a los señores diputados. Sr. Presidente (Pierri). -- Corresponde que la Honorable Cámara decida si habrá de considerar el asunto mencionado en el pedido de sesión especial. Se va a votar, en el entendimiento de que el pronunciamiento favorable importará la correspondiente autorización para dar entrada en esta sesión a la respectiva comunicación del Honorable Senado y al dictamen correspondiente. Se requieren los dos tercios de los votos que se emitan.

—Resulta afirmativa. 3

REGIMEN DE CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL CON EL DOLAR ESTADOUNIDENSE

Sr. Presidente (Pierri). — En consideración en general los dictámenes de las comisiones de Finanzas y de Legislación General recaídos en el proyecto de ley en revisión sobre convertibilidad del austral (expediente 206-S.-90).

ORDEN DEL DIA

Sr. Balestrini. – Pido la palabra. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba. Sr. Balestrini.— Señor presidente: solicito un breve cuarto intermedio en las bancas a efectos de coordinar las exposiciones de los señores diputados. .

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Balestrini. — Teniendo en cuenta que muchos señores diputados no están de acuerdo con mi moción y a fin de evitar dilaciones, retiro mi solicitud de pasar a cuarto intermedio. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe. Sr. Lamberto. — Señor presidente: esta noche estamos reunidos en el Congreso de la Nación para tratar un proyecto de ley trascendente. Son trascendentes las iniciativas que afectan la vida de los ciudadanos, los proyectos de ley cuya aprobación afecta la vida cotidiana de los argentinos. Esta es una de esas normas legales. De ello derivan esa trascendencia y la responsabilidad que cada uno de nosotros asumirá en su votación. En algún momento de los últimos años de la vida de nuestro país se agotó un modelo de acumulación que sirvió durante mucho tiempo y permitió que millones de niños llegaran a la escuela, que la juventud alcanzase la universidad, que tuviera trabajo y que el fruto de su inteligencia se pusiera al servicio de la Nación. Ese modelo de acumulación se agotó en algún momento. Ni siquiera es significativo buscar cuándo se produce la inflexión, pero sin duda ocurrió en los últimos 15 años, cuando la cantidad de bienes y servicios que generaba la economía argentina comenzó a ser insuficiente para atender a la población que iba en aumento. Ese modelo se agotó y hoy estamos pagando las consecuencias. Actualmente hay millones de personas que no están invitadas a la mesa; nuestro país prácticamente no ha crecido en los últimos 15 años y hoy tiene 10 millones más de comensales que viven mal y padecen todo tipo de angustias. Hay una pléyade de niños que no tienen destino, jóvenes que no tienen trabajo y ancianos que vienen a golpear las puertas de este Congreso, a quienes parecería que no tuviéramos respuesta para darles

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agotamiento de ese modelo no fue atendido en el momento en que se produjo: la dirigencia del país prefirió tirar la pelota hacia adelante; no percibió que había que cambiar; que el modo de producción ya no servía y que a partir de allí sólo habría problemas para los argentinos. Los problemas no se afrontaron y se dejaron para resolver en el futuro. Esto ocurrió en plena crisis del petróleo, cuando bancos tenían fondos excedentes, y alguien pensó que la solución podría ser endeudarse. Allí estaban los banqueros —corresponsables de lo que le sucede a la Argentina y al mundo desarrollado— prestos a utilizar su liquidez sobrante proveniente del petróleo para seguir financiando los modelos que no crecían. Fue así que esto se convirtió en un drama, se financió la construcción de represas en ríos que no tenían agua, se levantaron aeropuertos donde no había pasajeros y se transfirió al Estado desde el sector privado cuanta empresa deficitaria y obsoleta había en la Argentina, lo cual generó más déficit y provocó la crisis de la deuda. Corno resultado de ello nos convertimos en más pobres y débiles, y con un fuerte condicionante externo que afectaba fundamentalmente nuestro propio poder de decisión. Frente a esta situación tampoco se tomó conciencia de que había que afrontar los problemas y no postergarlos. Se diseñó un nuevo modelo para tratar de financiar esta nueva etapa y se apeló a los bonos con encajes remunerados. Todo el sistema financiero se transformó en una oficina de rentas que succionaba el dinero que producían los argentinos para financiar un aparato que iba alejando cada vez a mayor cantidad de gente de la posibilidad de alcanzar una vida digna. La cuestión radicaba en postergar la solución de los problemas. Pero un día la hiperinflación se instaló entra nosotros y nos dimos cuenta de que se habían agotado los plazos y los créditos, de que no nos fiaban de afuera ni de adentro y de que la gente huía del dinero, que no es otra cosa que el fiado que el ciudadano da al gobierno. El Estado se había quedado sin fuentes de crédito. Como el proceso hiperinflacionario no es muy común —pocos países lo han padecido—, recurrimos a los viejos libros, que dicen que sólo hay una cosa peor que la hiperinflación: la guerra. Lamentablemente, la hiperinflación -se instaló entre nosotros y nos dimos cuenta

de que debíamos cambiar porque ya no había posibilidad de seguir dilatando la cosa hacia adelante. Fue así que nuestro gobierno, que debió asumir antes de tiempo, tuvo que adoptar decisiones que generaron fuertes contradicciones entre nuestros pensamientos y sentimientos y la realidad. En ese momento se agotaron todos los manuales y hubo que afrontar la realidad de un Estado quebrado y sin financiamiento. Allí hubo que hacer lo que hacen todos los que se funden: achicar y ordenar el plan de los gastos de acuerdo con los ingresos y empezar a vivir partir del reconocimiento de que se es más pobre y es necesario comenzar a cambiar el modelo de sociedad heredado. Bajo estas condiciones, ¿qué le queda a un gobierno para financiarse? Virtualmente sólo puede acudir a dos elementos: las tarifas y los impuestos, y como contrapartida, reducir gastos. Esto fue justamente lo que estuvimos haciendo durante este tiempo. Hemos reducido los gastos a un límite tal que se pone en peligro el funcionamiento del propio Estado. No es bueno reducir los gastos cuando los maestros y los policías están mal pagos y los servicios no se prestan. Además, los gastos se resisten a bajar, y si han declinado es porque ha disminuido la calidad de los servicios. Un país no puede funcionar achicándose siempre; algún día debe ponerse de pie y comenzar a agrandarse. También llevamos a cabo reformas fiscales que gradualmente van teniendo algún éxito. No se trata de un éxito espectacular porque partimos de organismos de recaudación desmantelados que se van ordenando paulatinamente, y de un país que por largo tiempo tuvo dos costumbres -fundamentalmente los sectores más importantes-: no abonar impuestos y no pagar créditos. Ahora se ha empezado a ver que es necesario cobrar las cuentas y recaudar los impuestos; de lo contrario, no hay sistema político que funcione. Con la aprobación por parte de este Congreso de dos importantes leyes se comenzaron a sacar las piedras del derrumbe. Por supuesto, se cometieron muchísimos errores. ¿Cómo no íbamos a cometer errores si hasta a nosotros nos costó acostumbrarnos a la idea de que había que cambiar? ¿Cómo no íbamos a cometer errores si permanentemente estábamos caminando sobre la cornisa, con la posibilidad de retornar a la hiperinflación? En dos oportunidades

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pasamos por esa situación; ello fue suficiente para que los argentinos entendieran que no se podía volver a vivir algo similar. El pueblo argentino se merece que le rindamos un homenaje porque gracias a la comprensión que puso de manifiesto pudimos soportar esta terrible etapa que nos tocó vivir. Los países que han sufrido hiperinflación salieron de ella con ayuda externa; pero nuestro país no sólo no contó con este tipo de colaboración sino que además registró una transferencia negativa, porque pagamos más de lo que recibimos. El pueblo argentino brindó su sacrificio y apoyo porque espera que en algún momento la historia cambie; nosotros tenemos la responsabilidad de encontrar el camino que concrete esas esperanzas. Aquellos que pertenecemos a partidos de origen popular tenemos conciencia de cuánto nos cuesta tomar algunas medidas, porque siempre tenemos en claro cuál es nuestra responsabilidad para con la gente. Provenimos de un partido arraigado en el pueblo y hoy sentimos que estamos en deuda con una sociedad que demanda cosas a un Estado que no le responde, y pese a los esfuerzos que realizamos sentimos que cada vez estamos más lejos de satisfacer esos requerimientos. El sacrificio que hemos realizado a lo largo del último año no ha sido en vano, porque desde aquel momento en que teníamos la caja en rojo hemos vivido distintas alternativas hasta llegar, después de un año y medio de gobierno, a lograr un aumento en las reservas del Banco Central. Si bien ese incremento no fue espectacular, por lo menos nos permite sentarnos a mirar el mundo desde otra óptica. Es muy distinto observar el mundo con los bolsillos rotos y sin un peso que contar con reservas suficientes para introducir cambios en la política nacional; éste es un logro del pueblo argentino, que aportó su sacrificio durante un año y medio. Tenemos que hacer una inflexión en la historia del país para que el ajuste termine de una buena vez y la economía comience a brindar bienes, servicios y trabajo, para que el joven argentino miré a su patria como el lugar en el que va a vivir y no desde el que debe partir. Hoy el Banco Central cuenta con más de 6.000 millones de dólares de reservas que respaldan adecuadamente y en exceso toda la base monetaria. Estas son las condiciones objetivas que permiten ahora fijar un tipo de cambio.

Existen dos sistemas en materia de régimen monetario cambiario: el de tipo de cambio fijo y el flotante. La experiencia de los países que derrotaron a la hiperinflación indica la conveniencia de adoptar un tipo de cambio fijo. La diferencia entre ambos sistemas reside en que en el flotante el precio de la divisa lo fija el mercado y la cantidad de australes la determina el Banco Central, mientras que en el fijo es el Banco Central quien determina el precio de la divisa y el público, mediante la compra y venta de esas divisas con moneda local, define la cantidad de australes. La convertibilidad, que es el régimen adoptado en el proyecto del Poder Ejecutivo, es la variante extrema del tipo de cambio fijo, también llamado régimen de dinero patrón. Existe en él un compromiso fijado por ley del Congreso de mantener una relación entre la base monetaria en australes —que comprende el circulante más los depósitos a la vista— y las reservas en oro y divisas. De esta manera, el Poder Legislativo retorna la facultad constitucional del artículo 67 de fijar, el valor del signo monetario. La convertibilidad no es nueva en nuestra legislación. Fue incorporada a ella por la ley 3.871 del año 1899, que estableció que la Nación convertía toda la emisión fiduciaria de billetes de curso legal en moneda nacional de oro al cambio de un peso moneda nacional por 44 centavos de peso moneda nacional de oro sellado. El régimen, con algunas suspensiones, duró hasta 1931 y nació de una decisión adoptada como consecuencia de la grave crisis que vivía el país hacia más de cien años. El austral convertible es una nueva moneda diferente del austral inconvertible. Se pasa de un régimen de inconvertibilidad a un régimen de dinero patrón. Este cambio es mucho más que la tradicional cosmética de sacar ceros o cambiar el color o la forma al billete. Como el austral convertible es una nueva moneda con poder cancelatorio por su valor escrito, es necesaria la adecuación de los contratos pactados en la vieja moneda inconvertible, esta vieja moneda es el austral más la indexación. Señalamos anteriormente que el dinero no es otra cosa que el crédito que los particulares otorgan al gobierno. Todo crédito se basa en la confianza, y cuando la confianza se pierde aparecen las garantías. Esto es así de sencillo en cualquier obligación y sucede lo mismo con la moneda.

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Lo que sucedió en la Argentina permitió que tuviéramos más confianza en una moneda extranjera, que le diéramos a otro gobierno la confianza que debía merecer nuestra propia moneda. En este sentido, la convertibilidad es una garantía que asegura al tenedor de la moneda nacional que el valor de esa moneda está garantizado con las reservas del Banco Central. Al fijar por ley una suma de diez mil australes por cada dólar, el Estado está diciendo al público que tenga tranquilidad con relación a su moneda, ya que ella tendrá un valor inalterable este mes, el mes que viene y así sucesivamente, de tal forma que con este sistema no se adopta una moneda extranjera, sino que la moneda nacional pasa a tener respaldo total. Con la actual relación entre la base monetaria y las reservas, dicho respaldo es superior al ciento por ciento —aproximadamente del 120 por ciento—, y esto es necesario porque existe un régimen de garantía de los depósitos y porque además los bancos pueden tener problemas de iliquidez transitoria que obliguen a recurrir a su salvataje. Para que haya un adecuado funcionamiento de un régimen de moneda convertible debe asegurarse que el Banco Central no podrá financiar al Tesoro nacional mediante el recurso de la emisión monetaria. El equilibrio fiscal y la intervención transitoria en el mercado de capitales serán las fuentes de financiamiento con las que contará el Estado. Pero no nos conformamos solamente con tener una moneda estable, que no es poco ante el desquicio que hemos vivido los argentinos; no es poco contar con una unidad de medida que permita referir los cambios. No es poco volver a ser un país civilizado. Sin embargo, hay que corregir otras cosas que la inflación fue provocando a lo largo de los años. Cuando las tasas de inflación comenzaron a ser muy superiores a los promedios mundiales y se producían distorsiones entre los patrimonios de las personas, entre el que compraba y el que vendía, alguien comenzó a pensar que había que hacer algún tipo de ajuste que permitiese corregir estas iniquidades. Toda la doctrina de la época comenzó a hablar de indexar la economía. Era la solución mágica que iba a arreglar los problemas. Todo esto se explicaba con un ejemplo sencillo. Si una persona —se decía— iba a comprar un paquete de manteca, tenía

que devolver un paquete de manteca. Esto parecía razonable; era razonable. Si yo recibía un bien, tenía que devolver algo equivalente. Pero por el camino de la indexación se montó un mecanismo infernal que aceleró la transferencia de riqueza entre sectores y en virtud del cual normalmente los más pobres fueron tributarios de los más ricos. Se trataba de un verdadero mecanismo de transferencia de riqueza que se aceleraba y potenciaba. Hay recuerdos famosos, como la circular 1.050, los créditos del Banco Hipotecario Nacional y los círculos de ahorro. Se trataba de algo que la gente sabía cómo empezaba pero no cómo terminaba, y generalmente finalizaba pobre y perdiendo los bienes que poseía. Todo este mecanismo no solamente ha formado parte de la economía, sino que se ha internalizado en la mente de los argentinos por lo que es necesario —yo diría que es la tarea más importante que debe cumplir este Congreso de la Nación-- desindexar la economía, ya que ese proceso se fue introduciendo en todas las normas legales: en las del trabajo, en las impositivas y en los contratos con el Estado. Detrás de cada disposición existió siempre una palabra mágica que significaba pagar más, generalmente en beneficio de quien fijaba los índices; se ofrecían planes en los cuales quien vendía el producto fijaba las cuotas y el público siempre pagaba de más. Por eso es necesario poner fin a este mecanismo. Es una decisión política trascendente poder cortar este elemento, que se ha incorporado casi en forma consuetudinaria a la vida de los argentinos. El proyecto del Poder Ejecutivo restablece el poder cancelatorio del valor nominal o escrito del dinero. Se vuelve al régimen del Código Civil y se prohíben las indexaciones. Esto sin duda también va a producir modificaciones en los contratos y en las relaciones comerciales. Queremos comenzar a transitar una nueva etapa con algunas reglas viejas pero claras y que den lugar a una relación absolutamente distinta entre los ciudadanos. En el proyecto se toma como base para la desindexación el mes de mayo de 1990, porque había en él un tipo de cambio fijado por un mercado único y libre, el índice de precios de ese mes tenía ya incorporados todos los desajustes que había provocado el proceso inflacionario de diciembre de 1989 y existía una

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relación de valor absolutamente racional entre el austral y el dólar. Esta base será el elemento para desindexar determinadas relaciones contractuales. ¿Qué se espera de estas normas? El objetivo fundamental es contar con una moneda que sea unidad de medida, que tenga poder cancelatorio y que cuente con el respaldo y la garantía del Banco Central, de manera que el hombre común no tenga que desprenderse de sus australes porque ellos van a valer lo mismo durante mucho tiempo; vendría a ser algo así como que los argentinos volveremos a tener moneda. Todo esto, sin duda, tiene que venir de la mano de otras cosas, como por ejemplo la baja de la tasa de interés. En la Argentina no había posibilidad alguna de producir bienes y servicios, bajo ninguna condición, con tasas usurarias que eran la forma habitual en que las entidades financieras regían la plaza y el mercado. ¿Qué significa un país que tenga un horizonte de estabilidad y tasas de interés racionales? Significa que vuelve el gran desaparecido de la economía argentina: el crédito; el crédito comercial el de mediano y largo plazo. Con él vuelve la actividad y con ella retorna, el empleo y se revalorizan las propiedades. Por supuesto que con la mencionada revalorización debe comenzar a construirse, porque nadie construye cuando el bien terminado vale la mitad de lo que cuesta hacerle. Un proceso de revalorización de las propiedades necesariamente tiene que poner en marcha a la más reactivante de las industrias. El gobierno ha tomado medidas que, comienzan a dar frutos concretos. Con la eliminación de impuestos y la celebración de acuerdos con algunas empresas se está consiguiendo una mayor demanda de automotores, pero esto no significa que se privilegie al automotor por sobre la comida. Las fábricas de automotores son empresas que originan actividad económica, generan trabajo, demandan insumos y mueven a otras industrias. Desde hace mucho tiempo en la Argentina no se hablaba de producción; tampoco pensábamos desde hace mucho tiempo en generar modelos de acumulación y también es justo decir que todo esto vendrá acompañado de un cambio en la política arancelaria. Es necesario abaratar los insumos y las máquinas. Es necesario que se reconvierta la industria, que sea competitiva Y tecnológicamente avanzada y que brinde

al ciudadano bienes y servicios en condiciones similares a las vigentes en otros países. Los argentinos somos capaces de hacer las cosas en igualdad de condiciones con el resto del mundo; no tenemos que sentir miedo por la competencia. No somos más que nadie, pero tampoco somos menos. ¿Qué venimos a proponer a la sociedad argentina? Ante todo, es importante notar que esa sociedad ya había aceptado el plan antes de que los legisladores conociéramos el texto del proyecto de ley. La cuota de confianza que el pueblo argentino ha dado a este plan es mucho mayor que las expectativas que ciframos en él los que estamos todos los días haciende leyes. Y los pueblos suelen ser mucho más sabios que los especialistas porque perciben que por fin está presente la haz de una Argentina que puede ser distinta, de una Argentina que tenemos que construir entre todos. Ya no hay tiempo para un partido o para el otro, para un sector o para el otro. En la Argentina se agotaron todos los plazos y se terminaron todos los créditos. O hacemos la Argentina entre todos a partir de este nuevo crédito que la sociedad da a su clase dirigente o realmente el apocalipsis caerá sobre este país, y ésta será nuestra responsabilidad de clase dirigente. Estamos jugando nuestras convicciones a que vamos a tener éxito. Sabemos que no hay ninguna empresa difícil cuando hay voluntad de cambiar. Sabemos que la voluntad común vence a la adversidad, y la voluntad común tenemos que empeñarla todos. No podemos pedir más paciencia a la gente: es hora de darle respuestas. Entendemos que con esta norma comenzamos a aportar esas respuestas. Teóricamente el plan cierra; cierran las cuentas fiscales; la recaudación prevista --base del equilibrio-- no es una quimera; el gasto público está muy bajo; es posible mantener las cuentas públicas. No estamos haciendo prestidigitación o magia. Estamos actuando merced a cambios cualitativos que nos permitan una Argentina mejor. Sabernos que muchos sienten dudas acerca de si apoyar o no estas medidas. A lo largo de la; historia argentina una serie de proyectos de ley cómo éste fueron sometidos a la consideración de los distintos partidos. La convertibilidad fue hija de la Revolución del Parque. Sin embargo, durante todos estos años, en el gobierno o en el llano, nos tocó vivir una condición casi eterna de crisis, salvo

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algunos períodos en los que el pueblo gozó de la plenitud de sus derechos. Todo esto nos tiene que servir de enseñanza a los argentinos. Quizás sea ésta la hora en la que tenemos que jugar todas nuestras cartas. Pedimos entonces a las distintas bancadas que, en un acto extraordinario de grandeza que tiene que ver con poner a la Argentina en marcha para todos, nos acompañen en esta nueva patriada. (Aplausos.) Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Martínez Raymonda. --- Señor presidente: con los señores diputados Tomasella Cima y Folloni hemos suscrito un dictamen de minoría, ello en función de la interpretación del reglamento según la cual para formular una disidencia parcial es menester presentar un dictamen global alternativo, so pena de quedar tal disidencia como una mera observación. Señalamos en el informe que acompaña a nuestro dictamen de minoría una clara posición conceptual: que él no importa un disenso con el contenido del proyecto de ley de convertibilidad del austral y, finalmente, que esto no significa que no compartamos la idea central que motiva el tema en tratamiento. No obstante, creemos que la importancia que tienen las propuestas que formulamos les da una característica particular por lo que merecen, por lo menos, la forma de dictamen de minoría. El país asiste en esta época a un planteo tipo legislativo bastante extraño a las prácticas parlamentarias —digo extraño con dolor y no como queja--, esto es, que el Congreso tomó, por primera vez en sus manos, en mucho tiempo, la determinación de fijar el valor de la moneda, que es una de sus facultades constitucionales. La Constitución quiso dotar a este cuerpo —y obviamente al Senado— del contralor de instrumentos muy delicados, como la moneda y el crédito. Sr. Tello Rosas. — ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia, a efectos de formular un planteo que hace al trabajo legislativo? Sr. Martínez Raymonda. --Sí, señor diputado. Sr. Presidente (Pierri). — Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Tello Rosas. -- Señor presidente: el señor diputado Martínez Raymonda acaba de manifestar que suscribió un dictamen de minoría. Como no lo tenemos en nuestras bancas, y tampoco el de mayoría,

para un mejor desarrollo de nuestro trabajo creo oportuno que la Presidencia nos haga llegar copia de ellas. Sr. Presidente (Pierri).—Así se hará, señor diputado. Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Martínez Raymonda.— El Congreso de la Nación, al no haber cumplido durante décadas con esa facultad constitucional, dejó que el Poder Ejecutivo y el Banco Central de la República Argentina fueran los que dictaran las políticas monetarias y crediticias. Y así ocurrió que desde su fundación en 1935 el Banco Central nació con el pecado original de un exceso de potestades que permitieron que a lo largo del tiempo se fuera deteriorando el valor de la moneda, tantas veces señalada cómo símbolo de la soberanía nacional. En aquel año se produjo un famoso debate donde Lisandro de la Torre señaló que el proyecto del Poder Ejecutivo implicaba poner un barril de pólvora con una mecha para que el primer inconsciente que en el futuro apareciera en la conducción económica argentina la encendiera e hiciera volar el país en pedazos.

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Lamentablemente, no fue uno sino cientos de inconscientes quienes por cualquier circunstancia terminaron creando una maraña de argumentaciones, disposiciones reglamentarias y circulares —al final llegaron a ser hasta telefónicas— que alteraron el valor de nuestra moneda, y ésta, más allá de aquella afirmación principista, constituye un elemento fundamental en las relaciones económicas de los pueblos. Nuestra divisa fue la víctima propiciatoria de los errores de todos los tiempos, de todos los gobiernos y todas las circunstancias, y pagó su precio perdiendo nueve ceros de su valor original. Así fue deteriorándose su presencia en la economía argentina como valor de referencia, como punto a partir del cual poder establecer las decisiones económicas. No hubo contrato que valiera ni relación jurídica o económica que pudiera sobrevivir porque la decadencia, el deterioro y la erosión de la moneda lo hacían impracticable. A partir de la Caja de Conversión mencionada en el mensaje del Poder Ejecutivo y de la ley 3.871 de 1899, la Argentina vivió desde fines del siglo pasado y aproximadamente hasta 1946 un largo período de estabilidad. Diría que se trata de uno de los records mundiales en materia de estabilidad de la moneda. Luego, desde ese momento hasta el presente asistimos a otro record mundial: el del deterioro de la moneda. A nivel internacional hay casos de hiperinflación más agudos que el nuestro, como el de Alemania de 1923, o incluso el de Grecia, pero, ninguno como el nuestro, tan prolongado, sostenido y crónico. El proceso de deterioro de nuestra moneda fue tremendamente destructivo y arrastró consigo la economía del país, la suerte de nuestro desarrollo y nuestras posibilidades como Nación. Cuando tuvimos una moneda estable, en vísperas y aun después de la guerra de 1914 a 1918, la Argentina se ubicó en la posición de largada para que transcurriera su devenir histórico entre los países más serios y sólidos del mundo. Al respecto, hay miles de ejemplos que hemos citado, tanto nosotros como otros señores diputados y teóricos del derecho y la economía. Lo cierto es que hoy no existe aquella situación de privilegio debido al continuo deterioro sufrido por nuestra economía. Por ello es que nos vemos precisados a

adoptar —es lo que se propone en el proyecto de ley, enviado por el Poder Ejecutivo— medidas que signifiquen un freno para detener la hemorragia que afecta a la moneda argentina. Hace pocos días, en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, el presidente del Banco Central señalaba, con referencia al proceso de monetización de nuestra economía, que la base monetaria ampliamente definida, incluyendo los depósitos en dólares, apenas supera los 7.000 millones de dólares, cuando hace 20 o 30 años el equivalente de nuestra base monetaria y las reservas en conjunto llegaban a más de 30.000 millones de dólares; y de aquellos dólares, que eran incluso superiores a los actuales, deteriorados en su valor intrínseco. Todo ello se debió a que la. Argentina no encontró políticas que respaldaran su moneda como base fundamental para su desarrollo. Por otra parte, el Banco Central —más allá de las malas intenciones, que no es el momento ni el lugar de analizar— careció de instrumentos regulatorios que impidieran el ataque a la estabilidad de nuestro signo monetario, y ello dio lugar a lo ocurrido en los últimos tiempos. El actual presidente del Banco Central, en referencia a las pérdidas sufridas por el país, señaló —cuando esa director de dicha institución— una cifra de 67.000 millones de dólares. Por su parte, una comisión designada por el Poder Ejecutivo para investigar el tema llegó a determinar más de 100.000 millones de dólares. Es decir que, según esas estimaciones, el país perdió el equivalente a toda su deuda externa y al total de su producto bruto interno de un año. Se trata de una cifra impresionante que sólo un país; con la potencialidad, y la capacidad de resistencia, de la Argentina pudo sobrellevar, sobresiviendo aún para aspirar a mejores condiciones de vida, desarrollo y progreso para sus habitantes. Es necesario encontrar un camino para poner freno a esta situación, ya que la economía argentina no puede continuar en un proceso de degradación permanente. Hubo intentos generosos y auténticos; algunos imaginativos y otros con posibilidades. Todos estuvieron impregnados de la mejor voluntad de los gobiernos que los impulsaron, pero como lamentablemente en ninguno de ellos se logró conjurar el permanente y constante deterioro del valor de nuestra moneda no

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tuvieron la posibilidad de sobrevivir hasta alcanzar el logro de la remodelación de la economía argentina y del proceso general de desarrollo de nuestro país. El Estado, deformado de modo creciente a lo largo de décadas, también fue un factor que incidió para producir este deterioro. La Nación conformó una estructura burocrática, representada por el Estado nacional, que también se trasladó con igual espíritu deformado y excesivo a las provincias y los municipios. Cada día fue absorbiendo en mayor medida los recursos y la riqueza de los sectores productivos de la República para tirarlos al barril sin fondo de los déficit presupuestarios originados en el deterioro constante del funcionamiento de nuestro sistema financiero. Resultaba lógico que ello ocurriese. Si el Estado gastaba más de lo que recaudaba, el faltante lo tenía que tomar de alguna parte. Podía hacerlo mediante el impuesto inflacionario, quitándole poder adquisitivo al dinero de todos los ciudadanos. Podía acudir a los empréstitos; lo hizo por medio del sector externo, hasta que agotó la posibilidad de conseguirlos en ese ámbito: después recurrió al sector interno, hasta que este mecanismo tampoco aguantó más. Así se saturó la posibilidad de recolección de fondos por vía de préstamos para el Estado nacional. Finalmente quedaba y se usaba siempre como extremo la máquina de fabricar papel falso; es decir, moneda pero falsa, porque no tenía el respaldo de una riqueza generada por un desarrollo fecundo en la Nación. La máquina, como algunas enfermedades, provocaba al principio que los problemas apareciesen períodos de tranquilidad cada vez más cortos. Durante una época la emisión incontrolada provocaba efectos a mediano plazo. Luego se fue acortando la aparición de esos efectos y terminaba la situación en forma explosiva, porque el sistema entraba en cortocircuito apenas se le escapaba de las manos al Banco Central el manejo de la emisión monetaria. En los últimos tres años, para no ir más lejos, se repitió varias veces la misma situación y apareció la hiperinflación. En este sentido, junto con mis compañeros de bloque he suscrito un proyecto de resolución por el que solicito información al Banco Central sobre quiénes fueron los sectores, los grupos, las personas o las empresas que actuaron tomo factores determinantes de las

explosiones cambiarlas que generaron golpes inflacionarios o hiperinflacionarios, los que provocaron la renuncia de los equipos económicos de turno. Existe una línea de continuidad que hace sospechar una urdimbre o una conjuración. Aquel español del cuento dijo que no creía en las brujas, pero que las hay, las hay. Este manejo que les permitió golpear sobre el aparato productivo y sobre el sistema cambiario en forma detonante lo pudieron concretar porque los gobiernos de turno --por razones que escapan al análisis de hoy— habían recurrido a la emisión. Queríamos saber quiénes habían comprado dólares en forma sistemática durante esos períodos, a fin de que el país conociese el cuadro de honor correspondiente. En realidad, es un cuadro de honor entre comillas, porque los dólares fueron adquiridos legítimamente; incluso los vendía el Banco Central. Si el informe que solicitamos repitiera los mismos nombres en todos los episodios, ello nos mostraría hacia dónde debe apuntar la sociedad argentina en su conjunto para conjurar los efectos futuros que podrían surgir si volviéramos a las andadas. Los períodos abarcados son: desde el 27 de enero de 1989 hasta el 6 de febrero de 1989, cuando el entonces ministro Sourrouille y el presidente del Banco Central, Machinea, tuvieron que renunciar porque les habían absorbido una masa inmensa de reservas; desde el 30 de octubre de 1989 hasta el 8 de noviembre del mismo año, cuando Rapanelli lanzó el plan Bónex, que le estalló en las manos, yéndose también el ministro; desde el 28 de diciembre de 1989 hasta el 28 de febrero de 1990, cuando el entonces ministro Erman González hizo la punción a los plazos fijos y se produjo —no sé si porqué esto motivó una reacción de los sectores que manejaban los mercados cambiarios-- una explosión que triplicó el valor de la divisa norteamericana, que pasó de los 1.800 australes que valía en diciembre a 5.400 en febrero; desde el 15 de enero de 1991 hasta el 31 de enero del mismo año, en que tuvo lugar la caída del ministro González y el acceso a la conducción económica del actual ministro Cavallo; y, por último un período que duró sólo un día: el 1º de marzo de 1991, cuando se compraron al Banco Central 251 millones de dólares —todo un récord para un día—, lo cual llevó al ministro a subir los

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encajes, es decir, a absorber la liquidez generada por los medios de pago excesivos que había en plaza para quitarles la manera de seguir golpeando sobre el mercado cambiario. Pido a la Honorable Cámara que observe un detalle importante para el análisis de nuestra futura política económica, cambiaria y financiera: la sola elevación del encaje en cinco puntos —que produjo una astringencia de la liquidez de la plaza— provocó que de un viernes a un lunes el Banco Central pudiera comprar en 700 australes menos por unidad muchos de los dólares que tuvo que vender en febrero hasta de marzo. El Banco Central no podía encontrar los mecanismos para consolidar la moneda y no existía contralor alguno de este Congreso. En reiteradas oportunidades me empeñó en reclamar la creación del control parlamentario sobre el Banco Central, pero no para que nosotros determinemos las políticas a seguir —que tienen la natural dinámica y reserva que puede brindar un ente financiero como es el Banco Central de la República Argentina.— sino a efectos de que tengamos nuestra mirada atenta para evitar las desviaciones que en el transcurso del tiempo generaron notables defraudaciones al Tesoro y al interés de la economía nacional y motivaron esos 67.000 o 100.000 millones de dólares de quebrantos que debió asumir el Banco Central. Con esto no quiero decir que hubo delitos sino simplemente que al existir políticas no controladas se generó la creación de medios de pago excesivos que fueron deteriorando todo el proceso económico nacional. Para no extenderme más en la historia que todos conocemos y cuya apreciación podemos compartir o no, ya que depende del ángulo desde el cual miremos los hechos, de puntos de vista personales o de posiciones de actuación pública, digo que lo cierto es que nadie puede ignorar que todos hemos sido protagonistas de un país que hubiera podido ser más pero no lo logró debido a que le faltó coherencia, cohesión y solidaridad en la acción común tendiente a buscar soluciones concertadas que intentaran consolidar y sostener nuestro proceso económico a partir justamente de la consolidación de nuestro sistema financiero y monetario. Ahora aparece este proyecto del Poder Ejecutivo, al que se denomina de convertibilidad del austral. Antes de entrar en su análisis me formulo una pregunta: ¿este proyecto aparece así, en

marzo de 1991, como un artilugio, como una creación imaginativa y fecunda de un inspirado redactor o de un conjunto de hombres especializados en materia económica y de administración del Estado? ¿Por qué no apareció antes? ¿Acaso no había argentinos que tuvieran la idea de que sería viable facilitar o buscar caminos de esta naturaleza? Me resisto a creer que esto sea así. Lo que ocurre es que ahora se han dado las circunstancias para que ello se pueda intentar. Son muchas las razones que posibilitan esto; ninguna es atribuible a nadie, sea a favor o en contra. La Argentina está frente a una realidad concreta que va más allá de los deseos, gustos o repudios de quienes la analizamos desde cualquier ángulo. Hay una Argentina que ya no puede recurrir a la deuda externa, ni a la deuda interna ni a la emisión; sólo puede recurrir a un financiamiento genuino, y esto se puede concretar de dos maneras, que en realidad son sólo una observada desde dos lados: el achicamiento del aparato que por su dimensión exagerada provocó todo el deterioro que sufrió la economía argentina, y el aumento de los recursos genuinos. Es imprescindible entender que el Estado debe financiarse por los caminos que corresponden, que son los del sistema impositivo de la República. Poco tiempo atrás consideramos normas impositivas; a pesar de que no nos satisfacían, les brindamos nuestro apoyo porque las tomamos como una contribución a la búsqueda del financiamiento genuino del Estado. Asimismo este Congreso aprobó por primera vez la ley penal tributaria. Todavía no satisface a muchos la forma en que se está aplicando esa norma, pero lo cierto es que contamos con un instrumento que antes no teníamos. Al respecto se han visto algunos avisos, que por supuesto habrá que dimensionarlos de acuerdo con la realidad, pero que aparecen como un comienzo de aplicación de la ley. También comienza la reforma del Estado, y con relación a esto no formulo juicios de valor favorables ni negativos. Personalmente tengo la convicción de que la necesidad de reformar el Estado no constituye ni una buena ni una mala política: es la única posible más allá de las ideologías de cada uno. El achicamiento de un aparato que ya no era soportable por el cuerpo social y económico argentino es un inexorable

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mandato de nuestra realidad. Sin embargo, de ahí a compartir, aceptar y convalidar toda la metodología utilizada para alcanzar ese objetivo hay una gran distancia. Nosotros fuimos los más celosos custodios --compartimos esa actitud con otros, porque no fue una posición excluyente ni exclusiva- de la forma en que se fueron desarrollando muchos de los actos necesarios para concretar esta reforma del Estado. Cabe señalar en este sentido la acción de los diputados del bloque Demócrata Progresista, la de quien nos representa en la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, el doctor Natale, y nuestras actitudes y explicaciones públicas en todos los ámbitos reclamando transparencia, claridad y respeto de las normas administrativas que brindan la seguridad y la certeza de que las cosas deben hacerse bien. Más allá de que a nuestro juicio esto no fue lo suficientemente dinámico; transparente y claro, lo cierto es que hay un inicio de la tarea de reforma del Estado, y eso permite ahora tener un déficit menor si lo relacionamos con el producto bruto que tenemos. Pero para ello se ha debido pagar un precio caro: la inmensa mayoría de los ciudadanos argentinos ha pagado con una contracción de su capacidad adquisitiva, y se ha pagado también con la disminución de la rentabilidad de sectores importantes de la producción nacional -el agropecuario y el de las pequeñas y medianas empresas e industrias- que hoy sufren una parálisis notable en su capacidad instalada. Todo esto es cierto y verdadero, pero también lo es que para reaccionar y arrancar desde ese origen debemos encontrar la estabilidad, que es la base de todo plan de gobierno en lo económico, aquí y en cualquier latitud de la Tierra. No es posible alcanzar ese objetivo sobre una base de inflación, porque así nada se puede prever ni siquiera imaginar como perspectiva en la evaluación que deben hacer el empresario para sus inversiones, el comerciante para su actividad y el obrero para su subsistencia mensual. Esto significa que necesitábamos y seguimos necesitando imperiosamente del logro de la estabilidad. También puede plantearse una propuesta como la que está implícita en la iniciativa que estamos considerando porque las divisas que el país tiene como consecuencia del saldo de la balanza comercial del año pasado más las que

ingresaron provenientes del exterior han generado una capacidad de reservas liquidas que permite realizar esta jugada de la posibilidad de convertir el austral al dólar con una relación de diez mil a uno para la totalidad de la base monetaria, dadas las reservas del Banco Central. En 1899 el ministro del área económica de entonces, al hablar en esta Cámara sobre la ley de conversión decía que lo esencial no es convertir sino dar estabilidad a la moneda. El valor que para nosotros tiene el hecho de establecer esta relación de diez mil a uno en forma permanente no deriva de fijar un tipo de cambio rígido e inamovible sino de dar respuesta a la preocupación, la angustia y la incertidumbre permanentes que frente a la inestabilidad de nuestra economía y de nuestro signo monetario han tenido los operadores nacionales y sobre todo los extranjeros. Ahora el trabajador tendrá la certeza de que su salario conservará su valor del 1º al 30 de cada mes, ya que aun cuando antes se utilizaba el mecanismo de la indexación para producir un reajuste salarial le resultaba imposible mantener su poder adquisitivo, en razón de que al iniciarse el mes siguiente perdía un 4 por ciento en la primera semana, un 5 en la segunda y un 8 por ciento en la tercera hasta verlo deteriorado por completo. Esto traerá corno consecuencia la posibilidad de realizar un cálculo en forma permanente. El proyecto que ahora se propone cuenta con dos elementos que consideramos importantes. El primero de ellos es que por primera vez –y esto, además de remarcado, lo exigimos— se fija una limitación a la emisión monetaria. Esta posibilidad siempre fue expresada como una voluntad política de muchos gobiernos no sólo del pasado sino también del actual, pero nunca contamos con el marco referencial de una norma limitativa. Podrá decirse que las leyes se han violado muchas veces, pero ahora contaremos con una norma que nos permitirá exigir su cumplimiento; y cuando alguien cometa alguna irregularidad podremos acusarlo de violación de deberes de funcionario público porque al emitir en contra de una ley que lo prohíbe estaría incumpliendo en forma delictual con sus funciones de administrador de las finanzas y la moneda del país. El segundo elemento que consideramos importante es la desindexación de la

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economía, lo que nos brinda la posibilidad de encarar con cierta expectativa favorable el desarrollo futuro de las actividades económicas. La base de la economía de nuestro país establecida por el Código Civil es la nominalidad. Así funcionó durante mucho tiempo hasta que nuestros tribunales comenzaron a distinguir las deudas de valor de las de dinero y a ajustar la resultante de las deudas de valor para mantener la equivalencia de la relación económica que tenían el actor y el demandado al inicio de la acción judicial con la relación económica que los había vinculado. Pero las deudas de dinero siguieron rigiéndose por el concepto de la nominalidad, hasta que en el primer golpe inflacionario ocurrido en 1975 la Corte y los tribunales inferiores admitieron su corrección. La indexación pareció entonces una forma de solucionar la injusticia derivada de la inflación. Porque la inflación no sólo es mala sino siempre injusta, pues castiga a quien no tiene bienes ni deudas --que se siguen pagando al valor nominal--, que es el caso del trabajador, del pequeño empresario y de quien cuenta con ingresos fijos. Además, otro efecto perjudicial es que genera una demanda adicional basada en las ventajas del deterioro de la moneda, al pagar a plazo. Antes, cuando se ponía en venta un campo o una casa el comprador tradicionalmente no preguntaba cuánto valía, sino en cuántas cuotas se podía pagar, porque la tasa de interés que en aquel entonces era del 8, 9 o 10 por ciento anual, era notoriamente superada por la tasa de inflación del 20 o 30 por ciento anual de aquellos tiempos, que si se quiere era auspiciosa teniendo en cuenta los elevados índices que se han verificado después. Evidentemente, así lograba una enorme ventaja en detrimento del resto de la sociedad, porque aquí sí que se daba realmente la aplicación de la ley de Lavoisier —que he citado en un discurso anterior— pues nada se perdía ni se creaba, todo se transformaba; es decir, quien tenía grandes deudas se capitalizaba y quien tenía créditos se ahogaba cobrando valores nominales que no le alcanzaban para reponer ni medianamente el bien del cual se había desprendido. Mientras tanto, el trabajador veía que su salario se deterioraba todos los meses. Pero la indexación conlleva otro peligro al que yo estaba intentando ponerle coto por medio de un proyecto de ley precisamente en la semana en que el

Poder Ejecutivo envió al Parlamento la iniciativa que hoy nos ocupa. Ese peligro reside en que los mecanismos indexatorios son notoriamente irregulares y deformantes de lo que ocurre en la realidad económica. Esta Cámara trató hace poco tiempo el juicio político incoado contra un juez por razones de colusión dolosa entre abogados de las empresas públicas demandadas y las partes actoras, donde el juez que designaba a los peritos llegó a dictar sentencias por sumas fabulosas contra Ferrocarriles Argentinos y otras empresas del Estado. Pero sucede que además de la corrupción, la deslealtad, la deshonestidad y la delincuencia de los funcionarios y abogados intervinientes, jugaron a su favor los mecanismos de indexación, porque cuando se actualiza el monto de la condena por el costo de vida, el índice de precios mayoristas, el del precio de la construcción o por un mix o cualquier otro sistema de indexación, el cálculo matemático es inexorable y el monto sube y se acumula, es decir, se realimenta permanentemente; pero los bienes a los que están referidas esas indexaciones no siempre suben de precio en la misma proporción porque el mercado ha producido mesetas, por obra de depresiones, por controles de precios o por cualquier otra causa. Entonces, quien demandó por el cobro de un par de zapatos terminó cobrando el valor de tres pares y el que había sufrido un daño en un guardabarro de su automóvil terminó cobrando el importo de un auto entero. Fue así que los miembros de la Comisión de Juicio Político tuvieron oportunidad de comprobar la existencia de cifras exorbitantes, producto de la corrupción por un lado, pero también de estos mecanismos de indexación que avanzan y absorben toda riqueza, siendo que los profesionales intervinientes fomentan incluso el pleito largo, prolongado en el tiempo, pues de ese modo también se indexan los honorarios de los abogados y peritos que participan en tales actuaciones judiciales. Esto se intenta cortar y realmente es uno de los desafíos más importantes de este proyecto. No sólo se hacen equivaler los australes a los dólares, oro y reservas de libre disponibilidad del Banco Central, sino que también se elimina ese mecanismo alimentador de la inflación. Ahora los precios, el interés y las relaciones económicas se regularán por las verdaderas posibilidades que brinda el sistema, y no serán producto de una

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indexación matemática que se adelanta a los acontecimientos y que lleva a esta verdadera deformación que son las remarcaciones, que ante el menor efecto de inestabilidad existente en el país funcionaron a velocidad increíble, con un índice de productividad —entre comillas— entre los funcionarios y empleados de las empresas remarcadoras que ojalá se hubiera verificado en la producción de bienes y servicios, ya que así habríamos obtenido mucho más en beneficio del conjunto. Es decir entonces que tenemos dos mecanismos. Al poner al austral convertible con el dólar, cada ciudadano que tenga diez mil australes podrá comprar un dólar, y el que tenga un dólar podrá conseguir lo que marca el mercado entre 9.700 y 9.800 australes. Pareciera que se crea una moneda nueva de curso legal, pero no es así. Esto es importante afirmarlo como concepto de nuestra propia concepción de país soberano. Nuestra moneda de curso legal es el austral. El dólar es una moneda alternativa que voluntariamente las partes pueden pactar. Al reformarse los artículos 617 y 619 del Código Civil se podrán efectuar los pagos en la misma moneda en que se concertaron, pero esta exigibilidad no será viable si la voluntad de las partes no la acordaron de ese modo. Vale decir que la moneda de curso legal es el austral; y la otra es una moneda que puede ser pactada por las partes en sus estipulaciones y tendrá efecto cancelatorio como si fuera dinero corriente, pero no es una moneda de curso legal obligatorio en la República. Este primer concepto es importante destacarlo para evitar que haya malas interpretaciones de aquellos que piensan que estamos abjurando del reconocimiento de nuestra propia moneda. Dentro del titulo I del proyecto de ley figura el artículo 4º, que para nosotros es fundamental. El Poder Ejecutivo, a través del Banco Central, asume la responsabilidad y la obligación —diríamos que es una autolimitación de sus propias facultades— de no emitir papel moneda. El artículo 4º dice lo siguiente: "En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el ciento por ciento de la baso monetaria. Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a

interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado". Para nosotros éste es el artículo clave del proyecto de ley, porque si no cierra totalmente dentro de los márgenes que el Congreso de la Nación determina y estipula —además debemos tener en cuenta que el artículo 3º autoriza al Banco Central a emitir para comprar dólares, o sea, para mantener la relación de diez mil australes por cada dólar—, estaría en peligro todo el esqueleto de la futura ley. Tenemos mucha aprensión por el hecho de que las reservas de libre disponibilidad puedan estar representadas por títulos públicos nacionales. De esta forma se abriría una brecha que permitiría generar una emisión no querida, incluso me atrevo a decir convincentemente negada por quienes apoyan el proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo; pero puede darse el caso de que no existan la firmeza o el límite necesarios cuando los hechos cotidianos —desgraciadamente tan comunes en la Argentina— puedan forzar a usar ese mecanismo para evadir el principio fundamental de no emisión al que nos sujetamos. Se podrá decir, como se sostuvo hace veinticinco años en este mismo recinto por parte de uno de los hombres que ocupara el Ministerio de Economía con más dignidad y prestigio en mi concepto -el doctor Eugenio Blanco-, que la prudencia del ministro era la garantía para la contención del uso de los mecanismos financieros. Y en aquella oportunidad me tocó decir que sí, que la prudencia del señor ministro me merecía el mayor de los respetos -lo respetaba como uno de los ciudadanos más honorables de la República-, pero que lamentablemente no teníamos posibilidad de asegurar su perdurabilidad en el Ministerio de Economía; por ello la prudencia tenía que estar en la ley, porque era la única que nos garantizaba que estuviese acotado el manejo dispendioso de la emisión. Los artículos 27 y 49 de la Carta Orgánica del Banco Central, cuya reforma se debatía en esa ocasión, hablaban de que su misión era la de facilitar el financiamiento del Estado, en momentos en que no existían mecanismos como los de ahora: los Bónex, los Ticon y los Tidol. El ministro aceptó que la prudencia debía estar en la ley, y por ello pusimos un tope

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en el monto y un límite de tiempo, ya que el Poder Ejecutivo tenía que devolver en determinado plazo los adelantos transitorios para poder renovarlos. Esta es la forma en que el Congreso cumplía su función de regulador de la moneda y del crédito, cuidando el valor de aquélla. Si esta Cámara sancionara el proyecto de ley de convertibilidad del austral, debe cuidar que el artículo 4º cierre la puerta abierta. Y la cierre por dos motivos: por la persistencia de la propia ley y por la perdurabilidad de su eficacia. Aunque al Poder Ejecutivo le parezca que le queremos maniatar una de sus facultades, creo que le estamos prestando el mejor de los servicios, corno es el de darle una cobertura legal para poder detener las presiones que puede recibir de distintos sectores que no acomodaron su gestión a las necesidades de equilibrio financiero reclamadas por el país. Creo que éste es un punto crucial; por eso en nuestro dictamen de minoría, al final del artículo 4º, agregamos el siguiente párrafo: "La inversión en títulos públicos nacionales sólo podrá efectuarse en aquellos cuya emisión sea anterior al 31 de diciembre de 1990, y no podrá exceder del 5 por ciento del total de las reservas de libre disponibilidad." Es decir que si se produce una brecha hará falta dejar un pequeño resquicio, el aire posible para poder moverse en una circunstancia dramática —esperemos que nunca pase— dentro de lo que llamaríamos el nivel de seguridad. Así como los reactores atómicos pueden en algún momento salir un poco de su cauce normal --habiendo una zona de alerta amarillo y otra de alerta rojo, más allá de la cual estamos al borde de la explosión—, en este caso queremos poner el alerta amarillo; ni siquiera hablamos del rojo. Queremos acotar esa posibilidad en el tiempo para que la ley sea exitosa y para reforzar la voluntad del funcionario que quiera cumplirla. El artículo 5º sigue con este mismo pensamiento y con esta misma línea establecida en el proyecto del Poder Ejecutivo en cuanto al control que el Banco Central se autofija. En ese sentido, dice: "El Banco Central de la República Argentina deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados contables para reflejar el monto, composición e inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por el otro". Nosotros agregamos en nuestro dictamen que la

información resultante de esta nueva metodología contable será hecha por el Banco Central semanalmente, práctica que era tradicional en dicha entidad y que se perdió en los últimos años, por lo cual no contamos con ese informe que nos mantenía al tanto de cómo escapaban la cuenta de Regulación Monetaria y los pasivos. Esos datos servían como información tanto para los señores legisladores como para los operadores económicos; pero hoy, por razones técnicas que desconocemos, han desaparecido. Insistiendo en lo que yo diría que es un tradicional pensamiento -tal como lo señalé hace un rato-, agregamos a nuestro dictamen el tema de la auditoria legislativa por medio de una comisión compuesta por seis legisladores, que estarán velando para que realmente se mantengan las equivalencias, que no se exceda la emisión, que no se escape ninguna de las variables y que efectivamente la ley cumpla el objetivo buscado. El segundo título de la iniciativa se refiere a las relaciones del austral con la actividad económica privada. Me parece bien que dejemos sin efecto la indexación a partir del 1º de abril, suponiendo que la ley sea sancionada antes de esa fecha. Establecemos que todas las obligaciones pendientes se ajusten hasta ese día por el mecanismo fijado en cada caso. Pero en el artículo 8º, coincidiendo con el pensamiento del mensaje del Poder Ejecutivo; hemos querido ampliar para clarificar su contenido. En el caso de juicios en trámite, pendientes de sentencia, ésta determinará —si correspondiere— la repotenciación debida hasta el lº de abril; pero no se devengarán nuevos ajustes por tales conceptos a partir de dicha fecha. Llegamos finalmente a otra disposición crucial, que es el artículo 9º. Este artículo es fundamental por muchas razones. Si nos ponemos a analizarlo desde el punto de vista del contexto general de la ley, pareciera —y lo dicen algunos informantes del mensaje del Poder Ejecutivo—que allí están los servicios, que en los distintos procesos de ajuste que se intentaron en el pasado fueron el factor que provocó la distorsión, la escapada del contralor de los precios, y que reactivó el proceso inflacionario. Aunque eso fuera así --para evitar la discusión, puedo admitir que ese fue el motivo de la presencia de este artículo en el proyecto de ley-- me preocupa que

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vaya a alterar las relaciones económicas privadas más allá de lo razonablemente tolerable y que pueda gestar una serie de problemas de profunda gravitación en la economía general del país. Es cierto, y lo digo anticipándome a una observación, que en el texto hay una frase que a lo mejor permite -si se sanciona este proyecto- corregir inmediatamente los peligros del desfase. Me refiero a la frase "en las condiciones que determine la reglamentación". No estamos ante relaciones económicas y jurídicas homogéneas; no es lo mismo un contrato de alquiler que un contrato de seguros; no es lo mismo un contrato de medicina prepaga con una de las organizaciones de primer nivel que el caso de un sanatorio que cobra una cuota barrial como abono de los vecinos para prestarles atención médica. Me voy a concentrar en el tema del seguro por la gran importancia cuantitativa de este sector en la economía argentina. Todos sabernos que el sector del seguro está en crisis. Encima este mecanismo del artículo 9º va a desindexar, desagiar o deflacionar en cierto porcentaje las primas que cobrarán las compañías aseguradoras, por ser la relación entre la compañía aseguradora y el asegurado un contrato de prestaciones recíprocas, y de ejecución continuada. Por ende, los ingresos de las compañías de seguros estarán afectados por este proceso de deflación que aplica el artículo 9º. Pero los gastos de tales compañías, constituidos en su enorme proporción por los pagos de los siniestros derivados de la responsabilidad civil —que cubren más del 70 por ciento de la siniestralidad del sector asegurador—, no tendrán ningún desagio porque no se trata de contratos de ejecución continuada. De esta manera se produce una gran desigualdad jurídica en perjuicio de un sector cual no me une ninguna relación, salvo la de ser un asegurado que se va a beneficiar. Pero la realidad es que esto no puede entrar en el marco general que establece el artículo 9º. También señalé el caso de las pequeñas obras de medicina sanatorial barrial, comparado con el de los servicios de medicina prepaga de mayor capacidad. Hay otros casos. Esta mañana les preguntamos a los funcionarios si la luz y el gas también entraban en el mecanismo del artículo 9º por ser servicios de prestación continua. Se nos contestó que no son contratos sino reglamentaciones, puesto que el servicio lo presta el Estado.

Claro, será difícil explicarle al usuario que la luz y el gas no se desindexan porque no se prestan mediante contratos. Costará hacerle entender esto al ama de casa, a quien le aplican una variable porque el monto de las tarifas está atrasado. Esto provocará un gran malestar social. Los servicios telefónicos sí tendrán que ajustarse de acuerdo con el mecanismo de la ley, según nuestro concepto y según lo entendieron algunos de los funcionarios presentes. Es decir que el artículo 9º presenta notorios problemas y, además, generará, un cúmulo de acciones júdiciales que disminuirán su efectividad. Esto se puede entender mejor en el caso particular del contrato de locación. El propietario que alquiló su inmueble en el mes de mayo de 1990 sufrirá una baja del 30 o 40 por ciento en los cobros y se quedará con la sangre en el ojo. Esperará al vencimiento del contrato y después verá si vuelve a alquilar el bien, o a cuánto. Proyectamos entonces una disposición que atienda a una posibilidad que, aunque está contemplada en el artículo 1198 del Código Civil en el marco de la teoría de la imprevisión, no está mal que la estructuremos en forma práctica, avisándole a la gente que puede resolver sus problemas llegando a un acuerdo con el cocontratante. Así, proponemos que al final del artículo 9º se agregue lo siguiente: "El acreedor; cuando considere que los importes a percibir por aplicación de lo dispuesto en el presente artículo por el precio, cuota o alquiler a pagar por el deudor por el bien, servicio o período, fuere inferior a su expectativa contractual, podrá tener por resuelto el contrato, previo aviso al deudor dentro del plazo de sesenta días, quien podrá evitar la resolución de la relación jurídica que los une ofreciendo mejorar equitativamente les efectos resultantes." Los abogados sabemos que esto está en el artículo 1198 del Código Civil, y sabemos que para recurrir a él hay que ir a la vía judicial. Aquí tratamos de mostrar el camino del acuerdo. Pero además —y en esto sí pongo énfasis--, ante la redacción que tiene el artículo 13 del proyecto de ley —que vuelve a replantear la vigencia del artículo 5º del Código Civil, derogado por la ley 17.711—, cuando dice que "ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos", puede ocurrir que algún juez —admito que es un razonamiento forzado— interprete que aquel derecho de la teoría

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de la imprevisión también es un derecho que no puede invocarse por más irrevocablemente adquirido que lo tenga frente a esta ley de orden público. Para evitar la discusión buscamos caminos que faciliten el avenimiento entre las partes, lo que contribuye a la paz y a la convivencia social. Finalmente, quiero referirme a los tres artículos que se reforman del Código Civil. Me parece bien que intentemos movilizar a través del crédito la masa de dólares existente en los bancos, aumentando la capacidad prestable del famélico sistema financiero argentino. Si le damos a la divisa norteamericana el carácter no de moneda de curso forzoso, pero sí de moneda adicional o voluntariamente pactada entre partes —u otra, porque el artículo no menciona una moneda en especial—, podrán entonces aparecer créditos hipotecarios o prendarios que permitirán pasar del cortísimo plazo a la inversión para la puesta en marcha del aparato productivo argentino. En cuanto al artículo 623 del Código Civil, creemos que éste debe modificarse, estableciéndose un límite para los ajustes de acumulación de por lo menos tres o seis meses, evitándose así una nueva transformación en intereses que terminarán superando las tasas reales de mercado. Reitero que coincidimos con la idea central del proyecto de convertibilidad del austral, pero pensamos que es necesario introducirle modificaciones, tal cual reza el dictamen de minoría que he suscrito junto con los señores diputados la Folloni y Tomasella Cima. A partir de nuestra propuesta podrá existir una mayor certidumbre, equidad y firmeza. Vuelvo a una remanida frase de hoy y de siempre: la prudencia debe estar en la ley. Concluyo mi intervención con palabras de Mariano Moreno: "Sin embargo, el pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien. El debe aspirar a que nunca puedan obrar mal; que sus pasiones tengan un dique más firme que el de su propia voluntad, y que jalonando el camino de sus operaciones por reglas que no esté en sus manos trastornar, se derive la bondad del gobierno, no de las personas que lo ejercen, sino de una constitución firme que obligue a los sucesores a ser igualmente buenos que los primeros, sin que en ningún caso dejo a éstos la libertad de hacerse malos impunemente." (Aplausos.) Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la

palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Ibarbia. --Señor presidente: desde hace más de dos años estoy reclamando este debate en la Cámara y en el país todo. Lo he reclamado por la necesidad y la urgencia de encarar una reforma monetaria. Desde julio de 1989, y aun antes, he afirmado en todas las tribunas políticas que el austral había muerto y que resultaban pretenciosos o ilusorios los propósitos del gobierno nacional, de los funcionarios del Banco Central y de los hombres del Ministerio de Economía de intentar hacer política monetaria con una moneda que había sido repudiada por el público. ¿Cómo no expresar mi satisfacción por haberse abordado este tema? Esta cuestión es importante no sólo para el Estado sino también —y de manera muy especial— para los habitantes de la República, porque con esta moneda se nominan sus salarios y se establecen los precios. Finalmente la Cámara de Diputados decide discutir este terna. Quedan atrás —espero— algunos planteos de funcionarios del gobierno que sostenían que era mejor el impuesto inflacionario que establecer patrones o límites precisos a la capacidad del Estado de expandir la base monetaria. En un artículo publicado en el diario "Ámbito Financiero" el 10 de octubre de 1990, el actual presidente del Banco Central —entonces vicepresidente—, señalaba: "La convertibilidad es hoy peor que el impuesto inflacionario." Y daba las razones por las cuales convenía mantener dicho impuesto inflacionario en lugar de sustituirlo por lo que consideraba un corsé demasiado rígido, tal como conceptuaba la convertibilidad de la moneda. No se trata de un artículo casual escrito por este funcionario, ya que luego afirma: "Si el Estado no se ordena no hay convertibilidad que lo salve". Además, en ese mismo medio, últimamente publicó: "Convertibilidad: simplismo sin un valor práctico". Han sido todas expresiones del presidente del Banco Central de la República Argentina, quien en otras dos notas periodísticas sostuvo: ".... he criticado las propuestas de convertibilidad que se han venido formulando recientemente. En primer lugar, argumenté que la convertibilidad no contribuye a dar seguridad jurídica en una economía que no ha completado una reforma del Estado que asegure su saneamiento fiscal

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permanente. Esto es, sin saneamiento fiscal la convertibilidad elimina el riesgo cambiario a costa de aumentar riesgos de otro tipo (confiscaciones, nacionalización de depósitos o impuestos extraordinarios). "En segundo lugar —dice el actual presidente del Banco Central— argumenté que una economía con su moneda convertible no es necesariamente preferible a una economía con impuesto inflacionario. La convertibilidad de la moneda sin solucionar los problemas de fondo que genera la inflación es puro voluntarismo o simpleza analítica. Es ingenuo pretender que con el fácil dictado de un decreto o el envío de una ley al Congreso se solucionen espontáneamente los males endémicos de la economía argentina. No es razonable esperar que con la convertibilidad los problemas de fondo del sector público se arreglen por sí mismos. Nuestros problemas actuales en parte se deben al esquema legislativo, pero en su mayor parle son problemas de administración y management en el sector público." Tengo que suponer que cuando el Poder Ejecutivo decide plasmar la iniciativa en este preciso momento es porque los problemas que se presentaban como insolubles han sido resueltos. Lamento no haber escuchado este argumento en boca del señor miembro informante del dictamen de mayoría, porque de esa forma le habría podido contestar, desde mi posición sustentada en el dictamen de minoría, que tales problemas no han sido resueltos en la Argentina. Este proyecto de convertibilidad, presentado de un modo particular, no pasa de ser el establecimiento de un tipo de cambio fijo, ya que subsisten el resto de las condiciones y la estructura. monetaria de la República Argentina que se creó en marzo de 1935, lo que permite suponer que este modelo de convertibilidad será absolutamente indefendible en el corto plazo. ¿Que ha pasado en la República Argentina? ¿Cuál es el sistema monetario en el que vivimos? Cuando el Banco Central se crea en marzo de 1935, triunfa la tesis sostenida por la corriente bancaria, que señalaba que un modelo de convertibilidad estricto y rígido, que impiden al Estado expandir o contraer la cantidad de moneda de acuerdo con las necesidades del comercio; de la industria y del sector público, era un sistema monetario demasiado inconveniente. Se decía que era preciso dar al poder público la capacidad de actuar con políticas

cíclicas que permitieran expandir la moneda y el crédito en el caso de una crisis económica y contraer ambos conceptos ante una exagerada expansión de la actividad económica. Como consecuencia lógica de esta política surgen determinadas explicaciones del fenómeno inflacionario: la inflación de demanda, la inflación de costos y la inflación generada externamente. ¿Cómo puede ser que no esté satisfecho, cuando observo que con esta propuesta de convertibilidad caerían por tierra todas estas explicaciones del fenómeno inflacionario? ¿Realmente se comprende que la depreciación del valor de nuestra moneda es una consecuencia directa de la expansión ilimitada de los medios de pago por parte del Banco Central? Hace poco tiempo decía en una conferencia que no iba a caer en el simplismo de creer que con una reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y del sistema monetario quedarían resueltos todos los problemas argentinos. En aquella oportunidad insistía en que era indispensable resolver el desequilibrio fundamental de la economía argentina, que consiste en la participación del sector público vis-á-vis con el sector privado. Se trata de que el nivel del gasto es imposible de pagar. Ello lo presiente el propio ministro de Economía actual, quien en su libro Volver a crecer señaló que en la década del 70 el gasto creció aproximadamente un 50 por ciento en moneda dura, ascendiendo aún más en la década siguiente. Ese nivel de erogaciones fue imposible de pagar por medio de los impuestos. Tampoco se lo pudo seguir financiando mediante el endeudamiento externo, que se agotó a principios de la década del 80, cuando el gobierno no pudo acceder más a los mercados de créditos voluntarios. Finalmente, sobrevinieron las hiperinflaciones de 1989 y principios de 1990. Hasta que no se prostituyó completamente el austral, el gobierno ganaba con la inflación. Entonces, había un interesado directo en mantener la inflación en el país. Lo que ocurre es que el gobierno gana con la inflación, pero no con la hiperinflación en la medida en que se contrae la base imponible del impuesto inflacionario. En la medida en que el impuesto inflacionario rinde menos que la recaudación tributaria al funcionar el efecto Olivera-Tanzi sobre la recaudación tributaria, el gobierno no gana con la

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hiperinflación ni con las altas inflaciones. Por esto pienso que esta propuesta de convertibilidad es como el caso del borracho o del drogadicto qué ven de cerca la muerte y quieren encontrar a último momento el camino de una solución a su crítica situación, a ese abismo al que se acaban de asomar. En este sentido, me preocupan las explicaciones del señor diputado Lamberto cuando expresa que no adopta esta reforma monetaria porque realmente crea que nos hace falta contar con una moneda estable, previsible y confiable, que sea medio de pago y sirva como patrón para pagos diferidos o como estándar de valor y como depósito de valor, cumpliendo así con todas las funciones que le corresponden a un medio de cambio en la economía. Por el contrario, dice que adopta tal reforma porque ya no es posible vivir con los altísimos niveles de inflación que enfrentamos y porque el Estado ya no cuenta con otra forma de financiamiento. Entonces, in extremis se adopta este camino duro que en una situación diferente tal vez no se hubiera seguido. ¿Qué pasó en estos años en la Argentina en materia monetaria? Corno consecuencia del largo proceso inflacionario vívido en el país, los activos líquidos de los argentinos en moneda nacional de curso legal fueron transformados en activos nominados en una moneda diferente. Fueron cambiados por activos líquidos mantenidos en dólares, marcos o yens, o se transformaron en títulos dolarizados, títulos en oro o en alguna otra moneda extranjera; pero, en todos los casos, dejaron de ser base imponible del impuesto inflacionario. Ricardo Arriazu demuestra en su obra Mercados informales de crédito que en la década de 1940 los depósitos representaban el 50 por ciento del producto bruto interno, situación comparable a la de la mayoría de los países industrializados. Además existía por ese entonces una inversión privada en obligaciones hipotecarias del orden del 15 por ciento del producto bruto interno. En 1940 el crédito al sector privado alcanzaba casi al 40 por ciento del producto bruto. Las obligaciones hipotecarias desaparecen a partir de la segunda mitad la década del 40 y los depósitos a plazo y a la vista decrecen sensiblemente en las dos décadas siguientes. ¿Es esto casualidad? ¿Esto obra de los maleficios de los tenedores de

esos depósitos, de los ahorristas argentinos? Esta es la consecuencia de una sentencia que se proclamó desde los más altos estratos del Poder Ejecutivo y del Congreso de la Nación. Se proclamó la eutanasia del rentista y se dijo que había que terminar con aquellos que ahorraban en el país porque era indispensable fomentar el gasto, la demanda, a fin de generar mayores puestos de trabajo y aumentar de un modo sostenido niveles de ingreso de nuestra población La eutanasia del rentista provocó que no hubiera créditos disponibles, como no los hay para financiar las actividades económicas, tal como dijo el señor miembro informante del despacho de mayoría. ¿ Esta mentalidad ha cambiado en el país? ¿Existe ahora predisposición para reconocer al titular de un ahorro lo que legítimamente le corresponde por haber pospuesto un consumo presente a fin de llevarlo a cabo en el futuro? ¿Existe la predisposición, a través de las tasas de interés que rijan en el mercado, a reconocer esta remuneración al ahorrista? Si observamos qué más ha ocurrido en estos años veremos que a partir de la pérdida de posibilidades de financiamiento por otros caminos del sector público de la economía, éste se ha instalado como único demandante del crédito, desplazando al sector privado. Este fenómeno del crowding out ha dejado al sector público prácticamente como el único absorbente de crédito, a punto tal que cuando la oferta monetaria se venía expandiendo por efecto de las necesidades de crédito de los gobiernos de provincia —tomadores de crédito en los bancos provinciales— y se hacía peligrar el tipo de cambio que el gobierno quería mantener hacia fines del mes de febrero próximo pasado, el gobierno decide aumentar los niveles de encaje del sistema financiero. Decide aumentar así la base imponible del impuesto inflacionario, restando crédito para el sector privado y garantizando que el crédito al sector público se mantenga incólume. Estas son las cosas que nos hacen pensar si realmente en el país se está creando una nueva moneda, un nuevo sistema monetario, o si estamos dentro de una renovada especie amañada del viejo sistema monetario, imposible de sostener y de emparchar, que está representada por el Banco Central de la República Argentina. Me refiero al Banco Central como el sistema que permite al gobierno expandir o contraer la cantidad de

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moneda de acuerdo con las necesidades del comercio, la industria y el sector público. Pienso que no estamos frente a un modelo clásico de convertibilidad sino más bien ante el establecimiento de un tipo de cambio fijo. Aclaro que no creo que tal cosa sea un pecado ni contrario a la libertad de los mercados. La doctrina ha discutido estérilmente si el liberalismo económico es compatible con un tipo de cambio fijo. Cuando se ha instaurado un sistema de patrón oro siempre ha habido un tipo de cambio fijo. Jamás a nadie se le ocurrió pensar que podía haber un sistema de patrón oro con tipo de cambio flotante. Si los tipos de cambio flotante se imponen en la economía contemporánea es consecuencia del abandono de los patrones monetarios rígidos, lo que ya comienza con los acuerdos de Génova y Bruselas, de 1922. Tales convenios fueron criticados por el pensamiento liberal y por hombres de la talla de Jacques Rueff, quien señalaba que los gobiernos que garantizaban la convertibilidad del resto de las monedas del mundo podían soportar déficit fiscales "sin lágrimas", porque la moneda emitida por ellos jamás volvería a reclamar su convertibilidad pues sería sostenida como moneda de reserva por los otros países integrantes del sistema monetario establecido en Génova y Bruselas en 1922. El mismo sistema monetario se restableció en el mundo luego de la Segunda Guerra Mundial aun cuando había demostrado su fracaso cuando Inglaterra y Estados Unidos abandonaron la obligación de convertibilidad en 1931 y 1933, respectivamente. Ese sistema monetario de patrón de cambio contra una moneda se restableció en Bretton Woods, donde se fijó el dólar como moneda de respaldo del resto de las monedas del sistema monetario internacional. El dólar se definió en términos de oro a razón de 35 dólares por una onza de oro. Esta paridad subvaluaba un poco el dólar en el primer momento, pero rápidamente se cumplió lo que denunciaban hombres como Mises, Hayek y Rueff. Todo esto permitió al gobierno de los Estados Unidos sostener déficit fiscales sin ningún término ni limitación y sin lágrimas, como se dijo en ese momento. En los períodos de paz un gobierno nunca había podido sostener en los países industrializados déficit fiscales crónicos como los que existieron luego de que se estableció el sistema de Bretton Woods.

Finalmente, luego de los déficit fiscales de la década comprendida entre los años 1960 y 1970, en marzo de 1973 termina la convertibilidad del dólar al oro.

—Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Comisión de Legislación General doctor Rodolfo Miguel Parente.

Sr. lbarbia.— Los economistas y los analistas políticos hablaron de esto no como la defraudación del gobierno norteamericano al compromiso asumido en Bretton Woods, sino de un modo simple, sencillo e inofensivo: el cierre de la ventanilla oro. Fue el cierre de la convertibilidad, el abandono de un patrón de cambio dólar convertible al oro y la adopción de un modelo de tipo de cambio flotante. Desde ese momento las finanzas, el comercio y la industria están tratando en el mundo entero de resolver esta dificultad que significan los tipos de cambio flotantes, que surgen como consecuencia de políticas monetarias y fiscales a veces coincidentes —las dos inflacionistas— y otras contradictorias —una contractiva y la otra expansiva—, que provocan la elevación de las tasas de interés a niveles jamás vistos, desplazando al sector privado del mercado de capitales y generando crisis, desasosiego, desempleo y dificultades en la inversión, que es la situación en la que se han desenvuelto las distintas economías a lo largo de estas dos décadas. En este período el mundo ha operado con tipos de cambio flotantes con mecanismos de mercado: los mercados de futuro para los tipos de cambio y las tasas, de interés como forma de conjurar esta falta de previsibilidad en el valor de la moneda en la que están operando los agentes económicos. Esta es la situación en la que está el mundo: los tipos de cambio flotantes son el remedio que adopta el mercado contra las políticas fiscales nefastas y las políticas monetarias contrarias a la estabilidad y al progreso económico y material de los pueblos. Los tipos de cambio flotantes no son consecuencia de un dogmatismo filosófico y nada tienen que ver con el liberalismo económico. No se vincula la existencia de la libertad de mercados con tipos de cambio flotantes o fijos. Sí es contrario al mercado el control del acceso al mercado de cambios. Lo que sí se relaciona con la estabilidad de una moneda es que las políticas monetaria y fiscal sean compatibles con un sistema de convertibilidad, porque las tasas de interés, el crédito, el flujo de capital y la

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inversión dependen de la confianza que exista entre los agentes económicos en el sentido de que cuando se establece un tipo de cambio no se ha sobrevaluado la moneda nacional y de que se lo mantendrá en el tiempo. Poco interesa si este patrón se garantiza a través de un decreto, de una circular del Banco Central o de una ley. En 1873 la moneda que circulaba en la provincia de Buenos Aires era convertible a oro, y en aquel tiempo la Constitución de esa provincia —no estoy hablando de cualquier ley— establecía en su artículo 34: "La Legislatura no podrá dictar ley alguna que autorice directa o indirectamente la suspensión de pagos en metálico por ninguna asociación o establecimiento de banco, sea público o privado, ni la circulación de sus billetes como moneda corriente, ni autorizar nuevas emisiones de papel moneda....". Sin embarro, en 1876 se decreta la inconvertibilidad de los billetes en circulación en provincia. Tampoco fueron suficientes los convenios de Bretton Woods —compromiso contraído entre los países civilizados de la Tierra— para impedir que se declarara la inconvertibilidad de la moneda que sirvió de respaldo al sistema monetario internacional. Si antes se violó una disposición constitucional, de nada servirá ahora la norma que se propone al Congreso si no se cambian las causas profundas que llevan a que diariamente se deprecie la moneda nacional y a que los tipos de cambio se eleven constantemente. Si ello no ocurre, resultará imposible anticipar cuál será en diciembre de este año la paridad del dólar en relación con el austral o, peor aún, cuáles serán las tasas de interés que van a prevalecer en los mercados. Deben atacarse las causas, debe irse al fondo de la cuestión, sin quedarse en meros cambios cosméticos. No creo en los cambios cosméticos aunque vengan acompañados del aparato publicitario del gobierno, aunque sean ayudados por una ley, si no están absolutamente destruidas todas las naves que permiten al. Estado volver a la emisión de papel moneda sin ningún respaldo. Pero estas posibilidades se mantienen vigentes. Cada vez que hablo de esta cuestión se me dice que estamos discutiendo un proyecto de convertibilidad de la moneda, que estamos debatiendo un proyecto de reforma monetaria y que traigo a colación la Carta Orgánica del Banco Central. Se me dice que son dos cosas completamente

diferentes, que el Banco Central es Caperucita Roja, es decir, no tiene nada que ver en este asunto, porque aquí estamos hablando de la moneda. Pero el Banco Central no es Caperucita Roja, sino que como institución es el responsable de haber destruido y prostituido completamente la moneda. Estábamos conversando el viernes pasado con el señor ministro de Economía y le decía: creo en la virtud de la República, creo en el cinturón de castidad que usted pretende ponerle a la República, pero también sé que hay cinco o seis llaves que están distribuidas por ahí, y quiero saber dónde están, quiénes y cómo las usarán antes de saber si conviene o no votar este proyecto de convertibilidad tal como fue remitido por el Poder Ejecutivo al Parlamento. (Aplausos.) Decía que subsisten instrumentos que van a permitir una expansión de la cantidad de moneda y que éste no es un proyecto de convertibilidad como la ha conocido el país. Se ha traído a nuestra memoria la convertibilidad establecida en 1899 durante el gobierno del presidente Roca, presentada en el Senado por el senador Carlos Pellegriní. Con error se le atribuye a este último el restablecimiento de la convertibilidad de la moneda de curso legal. Durante su gestión presidencial, Carlos Pellegrini realizó los ajustes necesarios, profundos dolorosos que permitieron el equilibrio fiscal. Dejó sentadas las bases para que se fuera creando una caja de conversión, pero no cometió el error suicida de fijar una paridad entre la moneda corriente y la de respaldo, la moneda de oro que era la que en definitiva se tomó para hacerla convertible en 1899. No estaban dadas las condiciones para ello. Ni en 1890, ni en 1891, ni en 1892, ni en 1895 estaban dadas las condiciones para que pudiera establecerse esa paridad. Nosotros pensamos lo mismo: en este momento no están dadas las condiciones para que pueda establecerse una paridad y hacer convertible la moneda nacional a paridad fija respecto de cualquier tipo de divisa. Por eso dijimos en sucesivas oportunidades y por medio de proyectos diferentes que presentamos que no patrocinamos el establecimiento de un sistema de convertibilidad, sino de patrones monetarios paralelos. El periodismo, la opinión pública, bautizó nuestra propuesta como dolarización, Tenemos muy mala capacidad de

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marketing y no tenemos más remedio que aceptar este concepto que la opinión pública le atribuyo a nuestra propuesta. Pero bajo la idea de la dolarización se han elaborado en la Argentina durante los últimos meses por lo menos cuatro proyectos diferentes. Un primer proyecto es el que establece que el dólar circule como moneda exclusiva en el país, como medio de cambio con poder cancelatorio, como puede ocurrir en los Estados Unidos o en Puerto Rico. Un segundo concepto, de dolarización consiste en que la circulación monetaria —billetes y moneda— esté conformada únicamente por la moneda legal, mientras que la oferta monetaria deducido el M1 sea respaldada en un ciento por ciento por dólares estadounidenses a un tipo de cambio fijo, al que se llegaría después de una fuerte devaluación con un aumento igualmente fuerte de las retenciones. Este es el programa que en diciembre de 1989 impulsó el doctor Curia. El tercero consiste en adoptar un esquema semejante al de la Caja de Conversión, donde se emitiría moneda sólo contra el ingreso de divisas, naturalmente a un tipo de cambio fijo. Difiere del anterior porque se le da respaldo a la circulación monetaria y no se habla de aumentar los derechos de exportación. Alguien puede pensar que este proyecto se aproxima a eso, pero ya veremos por qué no. Finalmente, nuestra propuesta consiste en que se elimine el curso forzoso de la moneda local, o bien que junto al austral se les otorgue curso legal a otras monedas como el dólar, el marco y el yen, para que sea el público quien en definitiva decida en qué moneda desea realizar sus transacciones o cobrar sus sueldos u honorarios. ¿Por qué es así nuestra propuesta? Porque acá está el verdadero límite a la posibilidad de que el gobierno pueda expandir la cantidad de moneda; existe el limite a la posibilidad de que el gobierno pueda contraer la cantidad de moneda; y también está el límite a la posibilidad de que el gobierno trate de deflacionar los precios internos. Vamos a analizar más adelante cada una de estas cuestiones. Se ha hablado de que corresponde al Congreso de la Nación establecer el valor de la moneda, y que entonces es una atribución nuestra definir cuál ha de ser ese valor. Como consecuencia de esto se ha dicho que nosotros podemos adoptar una tesis puramente nominalista como la que figura en el artículo 9º del proyecto

de ley. Lamento decir que está muy lejos de los hombres del Congreso, que está muy lejos de los hombres de Estado, definir el valor de la moneda. La costumbre de ver en los billetes la efigie de reyes o emperadores, sellos y firmas oficiales, hizo creer a muchos que el gobierno tenía en materia monetaria un poder que de ningún modo poseía. Decía Juan B. Justo en su Ensayo sobre la moneda, que el gobierno en materia monetaria tiene un poder enorme para destruir y limitadísimo para crear. Juan. B. Justo, con notable sabiduría económica --que no tienen sus seguidores en la expresión política moderna—, señalaba que en su doble carácter fundamental de medida de los valores e instrumento de los cambios, la moneda nace y se desarrolla con independencia del Estado, cuya intervención en la materia sólo es ventajosa y necesaria cuando respeta las limitaciones que le imponen las leyes económicas elementales que, quiéranlo o no los gobiernos, rigen los fenómenos del cambio. El poder del gobierno es limitadísimo para crear y enorme para destruir. Este concepto lo reitera Juan B. Justo en un discurso pronunciado en la Casa Suiza. Sr. Lázara.— ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Ibarbia.— No, señor diputado. Quiero completar lo que estoy manifestando con respecto al pensamiento de Juan B. Justo. Son pocos los que entienden que cuando la Argentina tuvo una moneda estable no sólo fue porque se estableció un modelo rígido de convertibilidad ni porque existía un patrón oro, sino que ello se dio porque las fuerzas políticas de nuestro país, desde el conservadorismo hasta la izquierda socialista, entendieron que en materia monetaria cuanto más ignorante fuera el pueblo trabajador, más degradada era la moneda con la que se le pagaba, y que el gobierno era el único agente capaz de depreciarla para pagar en moneda devaluada lo que había recibido en moneda sana. Por ello hubo una moneda estable en ese período brillante de la historia argentina. En el mensaje del Poder Ejecutivo —que no cree en lo que he manifestado— se dice: "...con la adopción de la convertibilidad del peso moneda nacional, se inauguró el período más prolongado de estabilidad monetaria, y paradójicamente de mayor esplendor económico de la República.” No se trataba de una

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paradoja, sino de la consecuencia de una concepción económica, de un sistema económico y rentístico que estaba en vigencia en ese momento, que deseamos que se restaure en la Argentina, y que apoyarnos con convicción liberal.. (Aplausos.) Estaba explicando si el gobierno tiene o no facultades para fijar el valor de la moneda. Repasemos la historia monetaria argentina. ¿Qué hace en 1873 el gobierno?. La disposición constitucional del inciso 10 del artículo 67 dice: hacer sellar moneda. Evidentemente no está hablando de billetes de banco, de papel moneda como el que nosotros conocemos, sino de moneda metálica. En aquel tiempo en que existía el preciosismo de las palabras y donde a cada verbo se le daba su verdadero valor, se hablaba de hacer sellar moneda, es decir que, se distinguía entre el emisionismo, y el hacer sellar moneda. En la ley de 1873, cuando por primera vez se define una unidad monetaria para la República Argentina, el Congreso de la Nación determina que es unidad monetaria de la República Argentina una moneda de oro, con peso de un gramo y dos tercios y ley de 900 milésimos de fino, que se llama peso fuerte. Quiere decir que con aquello de "hacer sellar moneda” se establece el tamaño, el valor, el contenido, la pureza y de qué peso habrá de ser esa moneda nacional. La moneda nacional puede pesar 50 onzas, 3 arrobas, o tantos gramos o contener tantos milésimos de fino. Eso es lo que se determina a través de la ley de 1873, y en esa misma ley se fija su valor y su relación con el de las extranjeras. No se está fijando un tipo de cambio. Obsérvese cómo se interpreta la facultad del Congreso a pocos años de sancionada la Constitución. El artículo 39 de esa norma legal de 1873 dice que el Poder Ejecutivo fijará el valor de todas las monedas extranjeras que tengan circulación en la República Argentina con arreglo a la unidad monetaria creada por la ley y teniendo únicamente en cuenta la cantidad de oro y plata fina que contengan dichas monedas. Es decir que la paridad de cambio en la relación de la moneda nacional con las extranjeras sería determinada según el contenido metálico de aquélla respecto del resto de las monedas. Así, si el peso argentino tenía la mitad de contenido metálico que la libra, la relación de cambio sería dos a uno; si era tres veces, seria de tres a uno, y así

sucesivamente. No es que el gobierno pueda fijar valor a la moneda como se pretende con las tesis nominalistas. La moneda tiene su valor atribuido por el mercado, porque hay una mercancía, un bien, que está cumpliendo con su función de medio de cambio y que tiene una ventaja comparativa sobre el resto de los bienes, facilitando las transacciones indirectas. Eso es lo que el gobierno puede definir como moneda, respetando el precepto constitucional de hacerla sellar y darle un valor. Así debe interpretarse el inciso 10 del artículo 67 de nuestra Constitución. Se me podrá decir que he omitido referirme al inciso 5º del mencionado articulo 67, donde se permite al gobierno crear un banco nacional con facultad de emisión. En el debate de la Convención Constituyente de 1853 se preguntó al miembro informante si el inciso 5º, que permite al Congreso establecer y reglamentar un banco nacional con facultad de emitir billetes, significaba que tal facultad autorizaría a disponer que los billetes que emitiera ese banco nacional tuvieran curso forzoso. Con una respuesta sencilla y contundente, Gorostiaga contestó: la cláusula constitucional respectiva no significa que el banco emitirá billetes de circulación forzosa. Eso fue todo: ese banco no emitiría billetes de circulación forzosa. Era un banco de emisión, muy criticado por Alberdi en su Sistema económico y rentistico y en Estudios económicos, donde dice que la única reforma posible de un banco con facultad de emisión era su liquidación. ¡Con qué dureza Alberdi comprendía que en un banco con facultad de emisión estaba la ruina de la fortuna de los particulares; estaba la causa del despoblamiento de estos territorios y la imposibilidad de la República de incorporarse a las naciones civilizadas y progresistas de la Tierra! Pero la cláusula constitucional a la que me he referido no establece un banco con facultades de emisión de moneda de curso forzoso. Actualmente tenemos en el Banco Central un banco con facultades de emisión de moneda de curso forzoso, a diferencia de lo que ocurría con la ley de convertibilidad de 1899, sancionada bajo la presidencia de Roca y defendida por Carlos Pellegrini en el Senado. El artículo 8º de la ley de 1899 decía: "El oro que reciba la Caja de Conversión en cambio de billetes no podrá ser destinado, en ningún caso, ni bajo orden alguna, a otro

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objeto que el de convertir billetes al tipo fijado, bajo la responsabilidad personal de los miembros de la Caja de Conversión o empleados que consintieran la entrega". Es decir que se establecía la responsabilidad personal :de los miembros de la Caja de Conversión si las reservas eran empleadas para un destino diferente del de convertir moneda. ¿Qué dice el proyecto de ley de convertibilidad del Poder Ejecutivo? Permite que las reservas puedan ser empleadas, entre otras cosas, para comprar títulos públicos emitidos por el gobierno nacional. El artículo 49 del proyecto es en este sentido más flojo que la Carta Orgánica del Banco Central, en la versión del gobierno peronista de 1973 a 1976, del cual no vamos a decir que comulgara con la filosofía o las ideas que de algún modo impulsa el presidente Menem. El artículo 23 de esa carta hoy vigente dice: "El banco podrá mantener una parte prudencial de sus activos externos en depósitos u otras operaciones a interés, en instituciones bancarias del exterior o en papeles de reconocida solvencia y liquidez pagaderos en Oro o en moneda extranjera". Cuando el gobierno está recomprando sus títulos al 17, 18 o 30 por ciento, cuando se sabe que los bonos externos de la serie 89 están en el 59 o el 60 por ciento, no puede decirse que los títulos nacionales sean títulos de reconocida solvencia y liquidez. Pero el artículo 49 de este proyecto dice que el gobierno nacional puede comprar títulos públicos nacionales como modo de inversión de las reservas. Por eso le hemos dicho al oficialismo qúe queremos que esta disposición sea modificada. Queremos que se vaya al sistema auténtico de convertibilidad que estaba en la ley de 1899, y así lo hemos expresado en nuestro dictamen de minoría. ¿Do qué otra forma puede el gobierno defraudar la convertibilidad o la seudoconvertibilidad que está prevista en este proyecto? La Carta Orgánica del Banco Central —que traigo a colación cada vez que se discute la situación de la moneda o la necesidad de la reforma monetaria— le permite a esa institución comprar y vender en el mercado valores públicos, incluso como suscriptor primario. También le permite conceder fondos adelantados sin garantía y otorgar créditos en descubierto en el caso de créditos concertados con bancos centrales de otros países. Este último es el caso de los famosos créditos de auxilio a

Nicaragua, Cuba, a esos "países amigos", que tanto le han costado a la República Argentina porque de ellos no se habrá de recuperar ni un dólar. El artículo 29 de la Carta Orgánica le permite al Banco Central otorgar adelantos transitorios a la Tesorería "hasta una cantidad que no ex-ceda del 30 por ciento de los recursos en efectivo que éste haya obtenido en los doce últimos meses". Se roe dirá que se establecen limites, que los adelantos deben ser devueltos dentro del año de efectuados. A esto contesto que en la historia argentina estos adelantos transitorios año tras año se consolidan en un bono de deuda pública a noventa y nueve años de plazo con el 9 por ciento de interés anual. Bien se lo puede llamar "pagariola" al compromiso del gobierno nacional de pagarle al Banco Central —para que quede limpia la limitación establecida en el artículo 29—. Así burlada la limitación legal, queda abierta la posibilidad de" expandir el crédito sin límite. También se me puede decir que a través del decreto ómnibus 435 del año pasado el gobierno se autolimitó al establecer que el Banco Central no otorgaría más adelantos -transitorios. Pero qué sorpresa que los que traen una ley diciendo que el gobierno se va a limitar, los que hablan del cinturón de castidad que se pone a la autoridad monetaria, no determinen en el articulado del proyecto la derogación de esta disposición suspendida por el decreto 435. ¿Tengo o no el derecho de creer que tarde o temprano podrán derogar ese artículo del .decreto 435, permitiéndose que el gobierno vuelva a sus andadas con los adelantos transitorios? El articulo 51 de su Carta Orgánica permite al Banco Central tener en cartera bonos por valores equivalentes al 35 poi ciento del total de depósitos del sistema financiero. Y aquí está la clave: el gobierno cree que por este camino volverá al sistema financiero una enorme cantidad de depósitos. Supongamos que tenga éxito —Dios lo quiera—; pongámosle que el Mal de depósitos alcance a 10 mil millones de dólares. Esto significa que podrán emitir títulos hasta _3.500 millones de la misma moneda. Y es más, si aumenta la confianza en la moneda de curso legal, se podrá expandir un poco la oferta monetaria sin que el público advierta que se ha perdido la convertibilidad. Entonces, tal vez puedan cobrar un impuesto inflacionario equivalente a mil millones de dólares. De esta forma llegamos a los 4.500 millones

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de esa moneda, y aquí está el déficit fiscal del presupuesto que nos han enviado al. Congreso, porque no conocemos otro, Esta es la única forma de cerrarlo, lo cual constituye otro argumento para votar negativamente esta iniciativa, Dejo de lado el régimen de garantía de los depósitos bancarios, que es otra fuente de expansión de billetes y monedas. No se cierran todas las canillas; no se queman todas las naves; no se destruyen todas las llaves del cinturón de castidad que se supone se está poniendo al Banco Central para que éste no termine con la moneda que los argentinos usa-caos como medio de cambio. Se ha dicho que este proyecto constituye la creación de una nueva moneda, porque a partir de su sanción el austral habrá de ser convertible. Me pregunto si no era convertible la moneda nacional de acuerdo con el artículo 8º, del Convenio de Creación del Fondo Monetario Internacional. Este artículo 8º fue aceptado por la Argentina no al momento de incorporarse al sistema del Fondo sino en el año 1967. ¿No era convertible la moneda nacional no ya para saldos tenidos en el exterior, sino para saldos que tuvieran los argentinos en el país, desde que el gobierno destruye el sistema de control de cambios en diciembre de 1989? ¿No podíamos acaso cambiar libremente nuestros saldos en moneda extranjera o nacional para un lado o para l otro?

—Ocupa la Presidencia el senior presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, doctor Jorge Raúl Yoma.

Sr. Ibarbia--. Cuando se habla de convertibilidad se quiere traer la imagen de que la moneda nacional será convertible a una moneda que la respalda, como ocurría con el sistema de 1899. Veamos qué dice el proyecto en consideración sobre el particular. En su artículo 4º establece: "En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el ciento por ciento de la base monetaria". ¡Extraordinaria garantía! Este análisis no lo admite ni un niño de tercer. grado que conozca algo de la regla de tres simple. El equivalente al ciento por ciento de la base monetaria depende de un tipo de cambio al que el gobierno debe comprometerse. De acuerdo con este artículo, se pueden mantener reservas de oro y divisas equivalentes al ciento por ciento de la base monetaria con tener un gramo de oro

y un dólar a un cambio de cuatro trillones de australes. De esa forma se podrá respaldar la totalidad de los billetes y monedas en circulación. No hay ninguna vinculación entre lo que fija este artículo 49 y la convertibilidad establecida en el 1º. ¡Oh, sorpresa! En el artículo 1º no se establece, como en las leyes clásicas de convertibilidad, que un dólar equivale a 10 mil australes. Se hace referencia al tipo de cambio vendedor. En el otro artículo se dice que el gobierno va a comprar a un tipo diferente. Esto se parece más a los decretos de octubre de 1931, cuandoso establece el control de cambios y se crea un fondo de diferencia de cambio, que al sistema de convertibilidad plena establecido en 1899. Y Me convenzo de esto cuando veo que el gobierno no quiere derogar el impuesto a la transferencia de divisas; y más aún, cuando aumenta su alícuota. Parecería que por medio de este fondo de diferencia, de cambio quisiera obtener recursos para financiar el déficit del Tesoro, Sr. Puricelli.-- ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la autorización de la Presidencia? Sr. Ibarbia. — Lo lamento, pero no dispongo de mucho tiempo para exponer mi posición. Sr. Puricelli. – Lo que se pretende evitar es que las divisas se fuguen al exterior. Sr. Ibarbia. — Se cree que con el impuesto a la transferencia de divisas se evitará que éstas salgan del país. Es una confirmación de la mentalidad dominante, que pretende aislar el mercado de capitales de la República Argentina del mercado de capitales mundial.

—Varios señores diputados hablan a la vez,

Sr. Ibarbia.-- Lógicamente, la ley de convertibilidad no debería gravar la formidable afluencia de divisas que habrá de producirse como consecuencia de su sanción. Pero parece que el gobierno no lo considera muy conveniente y quiere-poner un umbral a esas divisas que habrán de ingresar. Se mantiene la concepción del control de cambios que acaba de esbozar en su comentario el señor diputado Puricelli. Se continúa con la idea de manejar el tipo de cambio, tal como se hizo en octubre de 1931. Sr. Puricelli.— Reitero mi pedido de interrupción. He sido aludido, señor presidente. Sr. Presidente (Yoma). — El señor

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diputado Puricelli ha sido aludido, y tal como establece el reglamento, debo concederle el uso de la palabra.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Ibarbia. --Le sugiero que, en su carácter de presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, estudie el reglamento. Sr. Presidente (Yoma). — No insista en sus sugerencias, señor diputado. Si alude al señor diputado Puricelli, tenga la gentileza de concederle la interrupción. De lo contrario, no lo mencione. Sr. Ibarbia. --Señor presidente: hemos repasado rápidamente cómo este proyecto está lejos de ser un modelo de convertibilidad. Más bien es una presentación cosmética de un sistema de tipo de cambio fijo, donde el gobierno se compromete a mantener la paridad. Si la gente confía y no interpreta la situación como yo lo hago en este momento, el gobierno tendrá éxito. En el título Il se incluye una serie de reformas sustantivas de la legislación civil. En primer lugar, se habla del fin de la indexación. ¿Cómo no voy a estar de acuerdo con esta medida, si hace tiempo que vengo sosteniendo que una reforma monetaria permitiría acabar con la Indexación? Me pregunto quién es el primero que debe terminar con la indexación a fin de que el resto lo imite; el primero que estableció la indexación y fue imitado por el resto. El propio gobierno creyó que se podía convivir con la inflación. Se pensaba que la inflación sólo engordaba el tamaño de- las billeteras o aumentaba el número de ceros que figuraban en los billetes que se imprimían y no se alteraban los precios relativos. Para evitar ese problema, los distintos precios se actualizaban por un índice. La realidad estuvo lejos de mostrar que esta situación se evitaba. Los precios subían por el ascensor y los salarios por la escalera. Las cuotas de los créditos hipotecarios otorgados en virtud de la circular 1.050 seguían un camino distinto al de los salarios, y así sucesivamente. La inflación altera los precios relativos. La indexación no puede resolver este problema. La culpa no la tiene la indexación. Ello sería como echarle la culpa a la -regla de tres simple. La culpa radica en la inflación, que destruye la moneda, El gobierno buscó el camino equivocado de conjurar la inflación por vía de la indexación. Así se llegó al colmo cuando el decreto 435/90 estableció la indexación

de las deudas impositivas devengadas y no vencidas. El gobierno era el único capaz de proveer la moneda en que debían pagarse esas obligaciones, pero dispuso que el IVA se indexase del 1 al 20 de cada mes en función de un índice que también publicaba. El gobierno introdujo la indexación. Por ello también estoy de acuerdo con que el mismo gobierno la elimine. Sin embargo, no comparto que prohiba a los particulares tener un reaseguro para el caso de que la convertibilidad no funcione. Me preocupa que el gobierno diga que aquellas deudas que contrajo hace un año, ,un mes o una semana, se Vagarán en moneda devaluada, lo que tiene que aceptarse porque esta iniciativa es de orden público. Esta tesis violenta los principios de justicia y equidad, Por eso nuestro partido está en contra de estas disposiciones, aunque comparte la idea de eliminar la indexación. En este sentido, el gobierno debe apostar fuerte y eliminar la indexación de sus propias cuentas. No debe actuar como el gobierno de la provincia de Buenos Aires, que aumentó la segunda cuota del impuesto inmobiliario en un 60 por ciento. Ustedes pensarán que- la cuota anterior se pagó hace seis meses, pero ello ocurrió el mes pasado. Me pregunto si las cuotas de los impuestos están incluidas en el contrato fiscal que el gobierno pretendió presentar como un nuevo modelo de la organización tributaria del país. Si hubiera un contrato fiscal, se aplicaría el artículo 9º del proyecto, por lo que habría que con� siderar los valores de mayo del año pasado e indexarlos en función de la variación del dólar más un 12 por ciento anual. Entonces, ¿cuál debería ser la cuota del impuesto inmobiliario de la provincia de Buenos Aires y de los demás gravámenes? Lamentablemente, hoy, nos hemos enterado en la Comisión de Finanzas de que el gobierno, entiende que los servicios de gas, energía eléctrica, obras sanitarias y los impuestos no entran dentro de la cláusula del artículo 99. Lo que ocurre es que se quiere colocar un corsé al sector privado y el gobierno de ningún modo piensa limitarse por este tipo de disposiciones. Nosotros nos oponemos al nominalismo y por eso hemos presentado un proyecto alternativo. Nuestro proyecto introduce un concepto

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importante que hace pasibles de aplicación de las, penas previstas en el artículo 287 del Códigc Penal a los funcionarios públicos que consientas la expansión de la cantidad de billetes y monedas o que sean responsables de la disminución de las reservas, de modo tal que se haga peligrar h convertibilidad establecida en el proyecto en consideración. Estas penas oscilan entre uno y seis años de prisión. Sr. Martínez (L. A.). — A los evasores también... Sr. Ibarbia. — De ese modo ningún funcionario querría poner la firma a una orden para que la Casa de Moneda mande algún camioncito transportador de caudales con billetes a la Tesorería, porque si lo hace daría lugar a una sentencia que lo condene a seis años de prisión. Hemos votado afirmativamente el proyecto de ley penal tributaria, de manera que en este sentido tenemos autoridad moral. Pero también pedimos la pena para .aquellos funcionarios del Poder Ejecutivo que consientan este tipo de maniobras que prostituyen la Moneda... Sr. Martínez (L. A.). — ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con el permiso de la Presidencia? Sr. Ibarbia. — No, señor diputado; ya concluyo mi exposición. Sr. Martínez (L.. A.) — Me reservo entonces, señor presidente, el derecho de hacer uso de la palabra luego, por haber sido aludido. Sr. Ibarbia. — Señor presidente: nuestra iniciativa establece controles estrictos a la facultad del Banco Central de expandir la cantidad de billetes y monedas y hace desaparecer la posibilidad de que se empleen las reservas con una finalidad diferente al respaldo del dinero en circulación. Además, liberaliza ;el sistema monetario, derogando la disposición de la ley 1,130 que impide la circulación legal de toda moneda extranjera. Esta es la norma que hoy prohibe que puedan circular con valor legal monedas diferentes a la nacional, y en esto existe compatibilidad con lo que establece el inciso 5º del artículo 67 de la Constitución y con la interpretación que se le dio en la Convención Constituyente de 1853. No hay en nuestro proyecto moneda nacional de curso legal; la moneda nacional circula y compite con otras monedas. Así se modifica, en consecuencia, el régimen de quiebras y el de prenda; y esto se hace igual a lo que

propone el Poder Ejecutivo en un proyecto que está radicado en el Senado y que parece haber olvidado al presentar ahora esta iniciativa. Nuestro proyecto deroga las disposiciones por las cuales se establecieron los impuestos a la transferencia de divisas y a los débitos bancarios, lo que es comprensible. Sin inflación, el impuesto a los débitos bancarios resulta decididamente contrario al sistema financiero y a lo que persigue el gobierno, es decir, que vuelvan recursos al sistema financiero institucionalizado. Del mismo, modo, nuestro proyecto elimina el impuesto a los intereses de, plazos fijos, que podían dar algún rédito al gobierno con intereses del 30 por ciento mensual, pero si serán del 1,75 por ciento mensual —como dicen algunos funcionarios del Banco Central o el ministro de Economía—, este impuesto dará muy poco, así que pierde muy poco el gobierno derogando esa norma, aunque logra mayor orden en el sistema tributario. La iniciativa que suscribimos deroga el decreto 2.581/64, que estableció el men de g control de cambios. No creemos que las divisas capaz por sí sola de revolucionar el funciona- miento económico del país. se vayan del país. Hacemos una apuesta fuerte; creemos que el nuestro es un auténtico sistema de convertibilidad y que habrá una afinen-da de capitales a la Argentina. Por el infeliz decreto 2.581 se convirtieron los saldos en moneda extranjera a moneda de curso legal en Argentina, y esto genera desconfianza en los capitales que queremos atraer. Nuestro proyecto deroga las leyes 19.359 y 22.338, de régimen penal cambiario, porque la: ley penal cambiara es compatible con un criterio de control de cambios pero decididamente incompatible con uno de libre movilidad de capitales como el que la Argentina quiere y debe adoptar para que esds capitales se inviertan en la Argentina. La mayor seguridad que puede haber para que se invierta es que el capital pueda ser llevado al exterior por su titular cuando así lo desee. No es mi propósito abundar en mayores detalles, pero quiero aclarar que nos sigue preocupando una última cuestión del proyecto remitido por el Poder Ejecutivo. Sr. Presidente (Yoma). — La Presidencia mera al señor diputado que finalice su exposición, pues ya ha excedido en diez minutos el término que

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le corresponde; de lo contrario, se verá obligada a solicitar el asentimiento de la Honorable Cámara para que el señor diputado pueda continuar. Sr. Ibarbia.-- Ya finalizo mi intervención, señor presidente. Nos preocupa que ninguna persona pueda: alegar en contra de esta ley derechos irrevocablemente adquiridos. Esto no se condice en absoluto con el espíritu y la letra de nuestra Constitución Nacional —en especial los artículos 14 y 17—, ni con la tradición histórica de la República Argentina. De este modo se ataca la seguridad jurídica, condición indispensable para que las tasas de interés bajen, como lo espera el miembro informante del dictamen de mayoría, y para que se produzca inversión, aumento del empleo y crecimiento de la economía argentina. Todas éstas son las razones que fundan el dictamen de minoría que hemos presentado. (Aplausos.) Sr. Presidente (Yoma). --Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Baglini.-- Señor presidente: a pesar del trámite acelerado, estamos tratando una iniciativa que ha sido presentada por el gobierno una vez más como una medida trascendente, Capaz por si sola de revolucionar el funcionamiento económico del país. Para un observador no avisado parecería que un sistema legal que pretende garantizar la certidumbre cambiaría, asegurar un equilibrio fiscal duradero, limitar la generación espuria de dinero luego de una economía azotada por tres hiperinflaciones, recuperar el valor de la moneda, regenerar el crédito, y fundamentalmente reactivar la economía del país desterrando para siempre la inflación, tendría que ser aprobado por todas las bancadas de esta Cámara levantando las dos manos en la votación. Y mucho más si en los últimos tiempos hemos presenciado un cambio de la teología liberal que tan efusivamente hemos escuchado defender al diputado preopinante, casi con fervor místico, ese fervor místico que invade a los 11- berales cuando hablan de la moneda, como si monseñor Lefévbre se refiriera a la misa en latín para solucionar los problemas teológicos. (.Risas.) Un observador no avisado que viera que esta teología liberal está cambiando no advertiría que aparentemente ella sirve cuando se está en la oposición y no cuando se está en el gobierno. En su medulosísima intervención el señor

diputado Ibarbia expresó que no alcanza el cinturón de castidad de la no emisión si las llaves están desperdigadas. Alrededor de ocho meses atrás, en esa búsqueda arqueológica que no sólo hacen los liberales —el ingeniero Alsogaray se refiere siempre a tres mil años de controles y el señor diputado. Ibarbia nos trae interesantísimas conclusiones de épocas en las que no existía un sistema monetario mundial— releía las declaraciones de Diego Estévez —que hasta ahora no es justicialista ni tampoco afiliado radical—, quien decía, refiriéndose a la promesa de no emitir para financiar al Estado: los curas hacen votos de castidad pero no están obligados a la castración. Este es un liberal en el gobierno; pero ahora los liberales en la oposición quieren perder la llave del cinturón de castidad porque no se animan a proponer la castración. Desde el 8 de marzo del año pasado y a través de un documento dado por el comité nacional de nuestro partido se viene proponiendo un cambio de filosofía cuando dijimos que tal vez había que cometer el pecado capital sideral de intervenir en el sensible mercado cambiado —uno de los mercados económicos más importantes— para estabilizar el valor del tipo de cambio. El documento al que hago alusión fue titulado "La hiperinflación es la economía de la violencia; acabarla es asegurar la paz social". Y vemos que ahora se está haciendo una revisión de los principios liberales que se han venido exponiendo desde el comienzo del gobierno. Permítaseme utilizar algunas figuras que de ninguna manera pueden prestarse al tono joco. se ni menoscabar la seriedad del tema que estamos tratando. Después de que dos seleccionados liberales completos de funcionarios y algunos suplentes se han desgastado practicando distintos juegos, estamos asistiendo a una revisión de los conceptos impartidos por el director técnico. Podríamos formar un seleccionado titular que estaría integrado por el ingeniero Alsogaray al arco; María Julia, Rapanelli, González Fraga y Ricardo Zinn en la línea de cuatro; Folcini, Estévez y Rossi en el medio campo, Roque Fernández, Szewach y Pereyra de Olazábal en la delantera. Pero no se agotan aquí los funcionarios liberales del gobierno; podríamos forman un seleccionado suplente con el doctor Tac-chi —permítaseme que por su agilidad lo coloque en el arco—, Cossio,

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Ferreres, Cuello .y Ducler en la línea de cuatro, y para cambiar el estilo de juego podríamos poner a Ianella y Dei Villar en el medio campo y a, Ochoa, Challú, García Martínez y Juan Dumas integrando una linea de cuatro en la delantera. El preparador físico podría ser Krieger Vasena, quinesiólogo Gasparré y el utilero Pedro Pou. Tenemos un número 9 que es una estrella internacional pero no jugó por desconfianza hacia el director técnico; me refiero al doctor Roberto. Alemann. Además, hay dos jugadores que podrían estar a préstamo porque juegan con la camiseta de sus amores: Guido Di Tella y Erman González. Como presidente de la AFA lo designaríamos, al doctor Eduardo Amadeo, quien dijo en una declaración .que los peronistas no tienen estómago para estabilizar y que esa tarea la tienen que hacer los liberales. Estos dos seleccionados —y aún quedan varios jugadores de nivel como para incorporar-- con distintos estilos de juego nos dijeron que resolverían el problema de este campeonatd que la Argentina tiene para recomponer su situación económica.

—Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, clon Alberto Reinaldo Pierri.

Sr. Baglini. — El primer equipo practicó un estilo de juego y dijo que la Argentina necesitaba tiempo para hacer reformas estructurales y que los planes de estabilización anteriores fracasaron porque montaron mecanismos ingeniosos con los cuales se logró estabilización transitoria pero no se avanzó en Fa reforma de fondo. El primer shock que sufrimos fue el del plan BE, mediante el que se produjo un tarifazo fenomenal que en algunos casos superó el 560 por ciento de aumento. Además se procedió a. fijar el tipo de cambio y se confió, en que las paulas de precios y algunas indicaciones que se daban permitirían morigerar la inflación residual, pero no hubo estabilidad duradera. Luego sé produjo un cambio en el juego, adaptándolo sucesivamente en los ocho partidos que jugó el team, Erman Ganzález, quien dijo: "Las cosas así no van, vamos a hacer las reformas estructurales primero, y luego los mercados y la recesión; o sea la mano mágica, irán acomodando esto para que tengamos estabilidad." ¿Qué tenemos hoy? Dos hiperinflaciones y media o dos hiperinflaciones y un cuarto, por que el día previo a la asunción del ministro Cavallo se produce quizás el

comienzo de la película de la hiperinflación, sin estabilidad y sin que todavía, por más esfuerzos que se hagan para presentarlo de otro modo, las reformas estructurales hayan sido más que el reacondicionamiento del hall de entrada de la casa; ni si quiera estamos hablando de cómo redistribuir el dormitorio y mucho menos el living- o el comedor. Después de estos fracasos aparecen preocupaciones que nosotros veníamos señalando desde hace tiempo: que no van a ser la "mano mágica" o la recesión las que resuelvan la estabilidad; que hacen falta las reformas estructurales, pero en serio, y se descubre una cosa que se llama inflación inercia, que intenta ser corregida con algunos mecanismos que comienzan a surgir en este proyecto de ley y aflora también algo que se llama política de ingresos, pues ahora se piensa que los precios solos no tienden a converger hacia la inflación cero y que dudosamente una Argentina de empresas oligopólicas, productora privilegiada de alimentos, detenga con el solo mecanismo de una apertura económica apresurada el movimiento de esos precios que al ama de casa le hacen decir todos los días si anda fantástico o no el pian de estabilización del ministro de Economía. Entonces, ¿por que vamos a votar en contra? Porque aunque comienza tímidamente esta revisión de principios, todavía hay mucho de este sistema económico que está impregnado de una dirección que nosotros no compartimos; porque se está pretendiendo montar algo con una medida a la que se le atribuyen propiedades casi mágicas, pero desde una plataforma de lanzamiento débil, desde una situación fiscal no consolidada, desde un atraso cambiado que amenaza» la competitividad de la industria argentina; medida que puede ser sí "un salto sin paracaídas" como aquel al que una vez se refirió el presidente de la Nación. Esta es una plataforma de lanzamiento sin credibilidad, deteriorada, que significa correr un fenomenal riesgo que nosotros no deseamos asumir y que no deberíamos tolerar que se asuma, porque no queremos el fracaso del gobierno y porque todos los días pensamos que estamos todos en el mismo barco y que. nuestros hijos quieren ver otra Argentina. Esta es una posición que adoptamos con seriedad, pensando que no hay información completa, que el proceso de gestación de esta norma nació de apuro: comenzó en el Senado con la discusión en

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una comisión que a los diez minutos de entrado. el proyecto ya advertía que no, había posibilidad de introducir modificaciones; con un episodio reiterado hoy en las comisiones especializadas de esta. Cámara, sin la información suficiente más allá de los mensajes televisivos del ministro Cavallo, que debo reconocer que quiere dar otro papel al Congreso, pero (pie no nos parece que asuma la postura de un bioquímico que quiera venir a trabajar en conjunto con un equipo de laboratorio para descubrir entre todos cuáles son las bacterias y cuál es la terapéutica que hay que aplicar para resolver el problema, sino que viene todas las semanas, cada dos o tres días, como un visitador médico, para vendernos un nuevo producto farmacéutico que extingue la enfermedad. Nosotros no podemos asumir esta apuesta, porque si sale mal tiene dos finales: la dolarización total y desordenada, donde va a haber ,que preguntar a los bancos extranjeros si mantendrán el nivel de encaje que les exige la Reserva Federal de los. Estados Unidos o el del Banco Central de la República Argentina; o la otra alternativa, consistente en el consabido feriado cambiario del día lunes, tal vez con un decreto de emergencia que derogue esta ley- y con severo peligro de hiperinflación. Este plan no puede fracasar, y entonces hablamos de los riesgos a asumir. Un mínimo sentido de reconocimiento de la realidad nos tiene que decir que suenan hasta excesivos los parangones que se hacen en él mensaje de este proyecto de ley al hablarse de un fenómeno político del siglo pasado cuyo protagonista principal aparece en los billetes de diez mil australes —me refiero a Carlos Pellegrini—, quien fue un hombre que gozó de prestigio como para constituirse en una figura de referencia nacional, más allá de las críticas que tengamos sobre su actuación, ya que el suyo fue un gobierno con fuerza suficiente como para imponer la credibilidad necesaria. Pero en la actualidad hay un deterioro de la credibilidad en el gobierno; además no existe un acuerdo político sustancial que permita construir la plataforma de lanzamiento de una jugada de este nivel y envergadura. Tampoco se produjo —aunque se busque puntualmente, como en el caso de los automotores— un acuerdo con los empresarios que vaya más allá de una charla sobre cómo van a ser los precios dentro de un sistema de premios y

castigos, donde los castigos consisten en no darles los premios que legalmente les corresponden. Un acuerdo que nos lleve a preocuparnos por otros problemas como, por ejemplo, cuánto se va a invertir, cómo se puede canalizar la inversión y cómo se puede garantizar que nuestros capitales vuelvan al circuito productivo argentino. No existe en el marco social deteriorado de una Argentina acosada por los paros una auténtica transformación en el nivel de relaciones con las fuerzas del trabajo para posibilitar un acuerdo plausible que sirva de sustentación de todo esto. No se disipó la atmósfera enrarecida que han provocado ciertos episodios políticos conectados con la corrupción o con las internas del gobierno. No existe un apoyo externo ostensible. Más allá de las declaraciones cariñosas que podamos hacernos recíprocamente con otras potencias del mundo, la Argentina tiene un stand by caído, desde abril de 1988 viene acumulando atrasos externos, y no tenemos una estrategia absolutamente clara de negociación de la deuda externa para tratar de manipular con los acreedores la capitalización de la deuda más allá de la discusión -centavos más o centavos menos- de las cuotas mensuales de pagos. Esto también tiene que ver con la situación fiscal, que hace a la viabilidad del esquema de convertibilidad. No se ha mantenido en el pasado una conducta en el gobierno —ni en lo jurídico ni en lo económico— que dé un margen de certidumbre y de credibilidad a este ajuste. ¿Por qué un gobierno que fue capaz de violar la Constitución estableciendo impuestos por decreto se va a poner de rodillas ante una norma de menor jerarquía como es el caso de una ley? Fíjense una curiosidad: la credibilidad también se pierde por las frases que por ahí le hacen decir al presidente, como la de que todos los planes económicos son de Menem. Se le dijo que afirmara que no era el "plan Bunge y Born", sino el "plan Menem"; que no fue el Rapanelli II" sino el "plan Menem"; que no fue el “Erman González" sino el "plan Menem". Y éste no es el plan de Cavallo sino el de Menem. Pero cualquiera de los argentinos sabe que hay diferencias entre cada uno de estos planes. ¿Cómo pueden ser todos de Menem? Adviértase que los ministros pueden proceder por tanteo, pero se deteriora la credibilidad política del señor presidente cuando es él quien opera al tanteo en

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materia económica. Quiero hacer una pequeña revisión de frases célebres; y podré, agotarla porque no hay tiempo para ello. Por ahí, apreté un botón de la computadora y apareció una lista, que en realidad son las contradicciones básicas del gobierno en materia económica. No las voy .a leer todas, por- que como ustedes observan llevaría toda una sesión; pero, sin perjuicio de solicitar la inserción de este material en el Diario de Sesiones, quiero rememorar algunas cosas que se dijeron, que también hacen que hoy el ministro Cavallo tenga que remontar el Everest cuando intenta dar credibilidad al plan económico. Decía el doctor Menem el 18 de julio de 1989: "Los evasores irán a la. cárcel". ¡Cuántas veces liemos escuchado luego esta frase en boca de funcionarios de otras jerarquías! El 21 de julio de 1989 señalaba. Menem: "La remarcación de precios hace ya a una especie de delincuentes que estamos tratando de controlar. Detectemos esas maniobras y ahí seremos durísimos en las sanciones." El 10 de agosto de ese mismo año sostenía el señor presidente: "En agosto la inflación va a bajar sensiblemente; en septiembre será de, un dígito y en todo el año próximo no superará el 15 por ciento." Como ustedes observan, hay un dato que quedó cargado en la computadora desde la época de Ferreres se habla siempre de una inflación del 15 por ciento anual. Ese 15 por ciento, del que siempre habla Menem, también lo señaló hace poco el señor Llach en una declaración. El 28 de julio de 1989 decía el doctor Menem: "Si las remarcaciones de precios continúan, el gobierno publicará tres o. cuatro nombres de esos malos argentinos." El 1º de octubre de 1989 el presidente anuncia que viajará a los Estados Unidos en treinta o en cuarenta días, declarando que "tendremos la posibilidad bastante segura de recibir inversiones de por lo menos 15 mil millones de dólares en el área de explotación petrolífera." El 1º de diciembre de 1989 -diez días antes de un fenómeno explosivo- sostenía el presidente Menem: "No habrá devaluación del austral." El día 11, en el marco del último plan económico de la serie Rapanelli, el dólar oficial sube de 650 a 1.000 australes: una devaluación del 54 por ciento. El 19 de diciembre de 1989 decía

Menem: "En este vuelo nos embarcamos todos y no hay paracaídas. El que quiera tirarse se tira solo y sabe las graves consecuencias que le acarreará. Si esta política no tiene éxito, a los argentinos les espera el abismo." El 4 de febrero de 1990 sostenía el :señor presidente que la de ese momento era la última crisis económica seria que padecería el país. El 15 dé junio de 1989 decía Triaca: "Los salarios se pagarán semanalmente mientras dure la crisis económica." El 10 de julio de 1989 el ingeniero Roig, en el marco del lanzamiento del nuevo plan eco- nómico, decía: "Los precios se retrotraen al 3 de julio y a partir de allí existirá un congelamiento." Este es otro dato que quedó cargado para siempre en la computadora: la deflación, pero nunca se produjo. El 10 de julio de 1989 decía Ferreres: "El actual tipo de cambio tiene que durar por lo menos 2 o 3 años... Si no trabajara con esos plazos, no habría aceptado el cargo; yo no acepté para hacer payasadas." El 19 de julio de ese mismo año sostenía Ferreres: "A partir de septiembre próximo la Tesorería nacional obtendrá un superávit operativo equivalente a 3 o 4 por ciento del PM. En agosto las cuentas fiscales van a cerrar y de septiembre en adelante habrá superávit de Tesorería, tal como lo piden los organismos internacionales." El 5 de septiembre de 1989 sostenía Ferreres: "Hasta marzo del año que viene no se modificará el precio de las tarifas ni se elevará el actual tipo de cambio." Duhalde, 18 de julio de 1989: "Cuando termino la primavera la Argentina verá un horizonte más claro que el de hoy." Rapanelli, 17 de julio de 1989: "La fijación de precios no es una función esencial del Estado; sólo la emergencia económica nos lleva a este acuerdo de estabilidad de precios, que incluye la contribución empresaria de reducir..." —de nuevo la deflación— "...un 20 por ciento del precio final, absorbiendo los alimentos salariales y otros costos del mes de julio." En ese mismo discurso dirigido a un grupo de empresarios en ocasión de la firma del acuerdo de Precios, el entonces ministro de Economía dice: ...el cumplimiento del presento convenio está garantizado por la estrictísima conducta que el gobierno observará en materia monetaria y fiscal. Sabemos que el mejor modo de defenderel poder adquisitivo es asegurando la estabilidad de precios, es decir, defendiendo el valor

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de la moneda." 20 de julio de 1989: "Las empresas que ne cumplan..." Sr. Corehuelo Blasco. — ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Baglini. — Sí, señor diputado. Sr. Presidente (Pierri). —Para una interrupción tiene la palabra el- señor diputado por Chubut. Sr. Corchuelo Blasco. — Quiero decir que olvidé en Chubut mi carpeta de recortes del 83 al 89. Sr. Di Caprio. — Podemos traer la carpeta del 73 al 75. Sr. Corchuelo Blasco. — Tampoco traje el discurso completo del presidente Alfonsín en Parque Norte, que sería muy ilustrativo a la luz de la documentación que cita el señor diputado Sr. Presidente (Pierri). — Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Baglini. -- De todas maneras, el discurso-- del presidente Alfonsín al que ha hecho referencia señor diputado Corchuelo Blasco figura en el Diario de Sesiones, porque pedimos su inserción cuando tratarnos la ley de reforma del Estado. El 20 de julio de 1989 Rapanelli decía: "Las empresas que no cumplan con- el acuerdo de precios serán denunciadas y se dispondrá la importación de sus productos." El 17 de agosto de 1989 Rapanelli manifestaba: "Estamos convencidos de que el tipo de cambio actual..." —otro presagio de episodios que sucederían varias veces— "...satisface adecuadamente nuestro comercio exterior y lo garantizamos por el equilibrio fiscal que hemos inducido y que decididamente nos encaminamos a consolidar." En el discurso pronunciado en el. Palacio Matarazzo, durante la visita del presidente Menem a. Brasil, el 24 de agosto de 1989, decía: "...se eliminará el financiamiento monetario sin respaldo del Banco Central...- El 5 de septiembre de 1989 Rapanelli manifestaba: "El presupuesto nacional y el programa monetario serán presentados al Congreso para su consideración en tiempo y forma, para informar oportunamente al país sobre los desvíos producidos si los hubiere.- En un escrito que Rapanelli hiciera llegar al presidente de la Nación en el momento de crisis que provocó su salida del gobierno, proponía las siguientes medidas de emergencia: declarar la convertibilidad

del austral —para lo cual se requiere el apoyo externo—; no emitir; cancelar deuda externa e interna con superávit fiscal o con producto de venta de activos. Hay montones de declaraciones. Algunas son premonitorias, como la de Barrionuevo en los primeros tiempos del gobierno: "Me cago en la burocracia del Tribunal de Cuentas ..." Otras declaraciones hicieron historia, como la de Rossi el 20 de diciembre de 1989: "No va a haber inflación porque no habrá emisión? Esta declaración fue hecha tres días antes de explicar por qué se emitió un billón y algo de australes. Erman González, el 2 de enero de 1990, dice que se compromete solemnemente a no emitir. El 5 de marzo de 1990 Erman González afirma que se prohibe al Banco Central financiar el déficit del Tesoro. Hay toda una historia de contradicciones, incluso en los propios decretos del Poder Ejecutivo. El 4 de marzo de 1990 sé dicta el decreto 435, conocido como Plan Erman. III. Este plan fue presentado al Fondo Monetario Internacional como el programa más importante de reforma estatal, seriamente estudiado para producir en seis meses las transformaciones económicas fundamentales de la Nación. El decreto constaba de 70 artículos. El 2 de abril, antes de que se cumpliera un mes de la puesta en ejecución del plan, se modifican 22 de los 70 artículos mediante el decreto 612. ¿Para qué hablar del Instituto Movilizador de Activos creado por el decreto 731/90? El plan contenido en el decreto 435/90, que muchos analistas consideraron el alma de los ocho planes Erman, tuvo en nueve meses modificaciones, sustituciones parciales y derogaciones a través de veintidós decretos y resoluciones posteriores, Entonces, vamos a entrar, a propósito de lo dicho, en un tema que me parece trascedental. La primera regla que pretende asegurar este proyecto de convertibilidad es la de no emisión. Lo más absurdo que nosotros podríamos pensar es que la credibilidad de la promesa de no emisión se mide por el tamaño del Evangenio sobre el cual la juramos, porque esto es lo que está haciendo el gobierno desde hace tiempo. El primer tamaño —el Evangelio en la versión de niños— está dado por el discurso inicial del ministro Roig cuando dijo: "no vamos a emitir", Luego aumenta el tamaño del libro con la carta de Rapanelli al Fondo Monetario

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Internacional,donde dice que no emitiremos. El nuevo aumento, viene con la ley de emergencia económica. El capítulo II, donde se plasman las, instrucciones del Congreso al Poder Ejecutivo para la creación de una comisión encargada de reformar la carta orgánica del Banco Central, dice que "el Banco Central no financiará ni directa ni indirectamente al gobierno nacional, ni a las provincias, más allá de los límites de la carta orgánica". Luego crece más y entonces se transforma en un Evangelio grande sobre el cual se jura en un acto formal. Esto ocurre con la sanción del decreto 435/90, que en su artículo 1º establece que: "El Banco Central de la República Argentina no podrá, directa ni indirectamente, financiar el de ficit operativo del Tesoro nacional a partir de la entrada en vigencia del presente decreto." Y sigue así hasta que se convierte en el proyecto de ley que ingresó el 30 de julio de 1990, por el cual se modifica la carta orgánica del Banco Central. Pero ahora la promesa adquiere el tamaño de ley. No obstante esto, la fuerza de la promesa no se mide por el tamaño del Evangelio sobre el cual se jura, sino por la convicción y la fe con que esa promesa va a ser cumplida por el promitente. Esto nos lleva a la plataforma de lanzamiento del plan: la situación fiscal. Tenemos una situación fiscal extremadamente débil. Los números del discurso pronunciado. por el ministro Cavallo el 8 de marzo de 1991 no son coincidentes con los que manejan otros economistas. El ministro calculó el déficit para marzo —donde no estaban incluidas las empresas públicas ni las provincias— en 144 millones de dólares. Creo que si hoy le vamos a preguntar sobre el particular, este cálculo estaría excediendo los 200 millones de esa moneda. Dentro de esto no " sólo influye el gasto, sino también la recaudación. Esta es una situación fiscal donde, para que los números de 1991 cierren, en el discurso del ministro se presenta un Estado que hace ingre. sar casi 2.000 millones de dólares por la venta de activos. En el presupuesto de este año están previstas las licitaciones de áreas petroleras, que no alcanzan a juntar en los valores actuales ni el 50 por ciento de lo proyectado, esto es, 1.200 millones de dólares, Estamos en realidad por los 300, y quizá podamos llegar a 500 millones. El ministro necesita un milagro en materia de recaudación para mantener la

situación fiscal prometida. De 1.300 millones de dólares de recaudación en febrero tiene que pasar a 1.800 en abril. Si los señores diputados leen los diarios podrán observar que impuestos importantes, los que concentran la capacidad de pago de las empresas que no se puede creer que pasarán inadvertidas si evaden, ya que dudosamente encuentren nichos para eludir un impuesto como el de activos, están dando un rendimiento del 50 por ciento de lo esperado. Para que, desde el punto de vista fiscal, los números cierren tal como pretende el señor ministro, hay que juntar cerca de 1.200 millones de dólares en concepto de venta de activos, Se puedo decir que se venderán inmuebles, pero recordemos que ello se está diciendo desde que se consideró la ley de emergencia económica, en agosto de 1989. Hay muchas cosas a recordar sobre este particular, como por ejemplo la comisión que esa ley crecía que iba a crearse en 60 días; el Instituto Movilizador de Activos, que luego se derogó; el descubrimiento de los inmuebles que no son del Banco Central, sino de liquidaciones y quiebras de entidades financieras que no terminan, y tantas otras cuestiones conexas. Tienen que ingresar de aquí a fin de año 1.200 millones de dólares en concepto de venta de activos —virtualmente un milagro—, y además debe aumentar la recaudación. Para decirlo en términos que resulten comprensibles, el aumento requerido es prácticamente el ciento por ciento de la recaudación en concepto de impuestos coparticipados que existía al momento de pronunciarse el discurso del 8 de marzo. Se persigue que al aumento de la recaudación se sumen 1.200 millones de dólares por venta de activos. .pera bien, si hay deflación, ¿se va a recaudar lo mismo? ¿O se espera un monumental aumento del volumen de las ventas para reunir tales ingresos con precios deflacionados? Todos los días hay dudas sobre el particular, porque nadie puede negar que por el lado de los gastos las reformas estatales comenzaron privatizando las empresas relacionadas con la eficiencia del funcionamiento de la economía y no tanto aquellas que inciden más directamente en el déficit fiscal. El esquema de privatización de estas últimas se encuentra atrasado. Por otra parte, tenemos la deuda de ENTEL y las dificultades para cobrar el precio establecido para Aerolíneas.

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En muchos casos el fisco, después de la privatización, queda en peor situación porque tiene que afrontar los pasivos y carece de recursos suficientes para cancelarlos. Por el lado de los ingresos, todos los días se agregan interrogantes. Al abrir los diarios encontramos que baja el gas-oil y se dice que se sacrificará el componente impositivo; bajan las retenciones y se sacrifican 50 millones de dólares; se eliminan los impuestos internos en el caso de los automotores y el Fondo de Autopistas; se reforma el esquema arancelario y se bajan los derechos de importación. Además, hace 45 días que, :no se ajusta el impuesto a los combustibles, al margen de otra serie de negociaciones que pueden significar cambiar la esperanza de deflación por la modificación de la apertura económica. El equilibrio fiscal se enfrenta así a la renuncia pasada a la captación de determinadas rentas —esto lo hemos explicado con motivo del debate de la última reforma impositiva— que el Estado debería recaudar, Por el lado de los gastos también aparecen dudas. En los diarios de hoy se anuncia que los militares cobrarán un aumento. Uno de ellos, que no es precisamente opositor, señala que según las estimaciones que se hacen en el Ministerio de Defensa el aumento oscilaría entre un mínimo del. 18 y un máximo ,del 27 por ciento. No sabemos en qué terminará, pero lo cierto es Que un 10 por ciento de aumento en los sueldos de los militares equivale a 20 millones de dólares mensuales como egreso de la Tesorería. Según surge" del discurso del ministro del 8 de marzo, no habrá más transferencias del Tesoro a las empresas públicas, El déficit de 40 o 50 millones de dólares de los últimos dos meses desaparecerá o bien se logrará un autofinanciamiento merced a incómodas medidas adoptadas dentro de un plan de estabilización con salarios que no se muevan, como "módicos aumentos de tarifas", tal como se ha anunciado. Para que la situación fiscal cierre se presupone también el autofinanciamiento del sistema de seguridad, lo que significa seguir no cumpliendo con los haberes del 75 y el 82 por ciento de la ley provisional, postergando el reconocimiento de deudas para los jubilados y apostando a que el impacto del primer aumento de la nómina salarial sostenga nivelada la situación de las cajas. No fue así en el pasado, y :recordemos que también se renunció a

impuestos destinados a la seguridad social, como los aplicados a los teléfonos y a los combustibles. Afortunadamente, en poco tiempo vendrá el señor Ruckauf, quien seguramente será electo diputado en las próximas elecciones, para explicarnos qué se debe hacer para dar cumplimiento a lo que él nos obligaba a cumplir y hoy no se puede cumplir. Según el discurso del ministro del 8 de marzo, las transferencias a las provincias quedaban limitadas a 200.000 millones de australes en ese mes. Hasta el 15 de marzo las transferencias fueron de aproximadamente 700.000 millones de australes, o sea que ya no estamos cumpliendo con esta pauta. Por ,supuesto que aquí se reflejan la angustia, la preocupación y —por qué no decirlo— las presiones que se producen desde los gobiernos provinciales con respecto a las eventuales consecuencias de esta iniciativa en lo que atafie a las provincias. ¿Pagarán las provincias el aguinaldo de junio en estas condiciones? Este es el primer cumulas nimbas que enfrenta el programa de estabilización desde el punto de vista de los gastos. Se presupone que no vamos a salva,. un solo banco de provincia; tampoco salvaremos bancos del sector privado, salvo que exista un fenomenal colchón de reservas. Se presupone que se van a congelar los salarios del sector público hasta fin de año y que lo mismo ocurrirá Con las jubilaciones. Aquí deben considerarse las dificultades para la venta acelerada de activos y- para el ingreso en tiempo de los fondos crediticios, que las conducciones económicas siempre esperan que se produzca antes de lo que señala la realidad: cada vez que se habla del ingreso de préstamos internacionales, desde el Ministerio de Economía se calcula alegremente un tiempo que por lo menos es cuatro veces inferior al que resultará en realidad. Nos podemos preguntar desde cuándo las provincias esperaban un préstamo de 200 millones de dólares del Banco Mundial. En septiembre de 1989, en la asamblea del FMI, González Fraga informó que se obtendría entre noviembre de 19-89 y marzo de 1990. El desembolso se produjo un año después del momento en que se lo esperaba. Esta es una explicación sucinta de Ja situación fiscal. Continuaré con los precios relativos. El dólar está atrasado o los precios están tan adelantados que tiene que existir deflación. El dólar de fines de

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marzo se eleva sólo en un 19 por ciento con respecto al de diciembre de 1990. .Para FIEL el dólar está atrasado un 55 por ciento si se considera el promedio del período 11985-1987 y un 45 por ciento si la comparación se realiza con julio de 1985. Según el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal el atraso es del 69 por ciento si se toma como base agosto de 1984. Para la Fundación Mediterránea, cuyo carácter opositor no se puede sospechar, en enero de 1991 el dólar vale un 64 por ciento de lo que valía en diciembre de 1976; ello sin considerar el 27 por ciento de inflación de febrero ni el porcentaje correspondiente a marzo de 1991. No.. sabemos cuál, es el dólar de equilibrio —si el del plan Austral, el del plan Primavera, etcétera , pero cualquiera de los parámetros que se tome nos indica que c1 dólar está sensiblemente atrasado. Esto requiere deflación, Por ello el ministro de Economía comienza su apuesta con la resolución 71 de la Subsecretaría de Industria y Comercio, que establece un sistema de premios y castigos a fin de que los precios se retrotraigan a sus valores en dólares correspondientes, al trimestre,que se extiende desde abril a junio del año pasado Esto significa que la deflación tiene que ser importante. En promedio, los precios agropecuarios deben bajar un 15 por ciento; los precios industriales, un 25 por ciento; los precios mayoristas, un 20 por ciento real, es decir que se trata de una disminución en dólares; los servicios públicos que estén incluidos dentro del índice de precios al consumidor deben bajar un 27 por ciento¡ los servicios privados, un 42 por ciento. Incluso se puede hacer una clasificación por rubros. Por ejemplo, tienen que bajar: las hortalizas y legumbres, el 9 por cielito; las frutas, el 20 por ciento; el carbón, el 33 por ciento; los alimentos, bebidas y tabaco —rubro global— el 22,8 por ciento; el pescado, el 34 por ciento; los aceites, el 16 por ciento; los productos de pan y fideos, el 27 por ciento; los vinícolas, el 37 por ciento; servicios, el 41 por ciento; bebidas gaseosas no alcohólicas, el 50 por ciento; tabaco, el 24 por ciento; prendas de vestir, el 27 por ciento; calzado, el 31 por ciento; químicos y petroquímicos, el 21 por ciento); pinturas, el 35 por ciento; productos farmacéuticos, el 29 por ciento; cubiertas, el 33 por ciento; plásticos, el 32 por ciento; maquinaria agrícola, el 26 por ciento; y los electrodomésticos, el 24 por

ciento. Solicito la inserción en el Diario de Sesiones del listado completo. Pero ¿qué es lo que va a bajar aquí? Nos referimos, por ejemplo, a la dificultad para que bajen los servicios privados, que son el fantasma de los planes de estabilización. Estos servicios incluyen las cuotas de los colegios, la medicina propaga, los gastos de garaje o de los servicios de computación, además de todos los ítem que se nos ocurra agregar. Estos conceptos tienen un componente salarial del orden del 80 por ciento; entonces, ¿qué es lo que va a bajar? Si lo que se pretende es que los precios bajen por deflación de los sueldos, el salario industrial tendría que bajar un 32 por ciento, en tanto que las tarifas deberían reducirse el 40 por ciento. ¿O la apuesta que hace el ministro es a la reducción del margen de ganancias de los empresarios en esos niveles, por el efecto combinado de la apertura económica, los premios y castigos, la baja de las tasas de interés y la menor incertidumbre cambiaria? Esta apuesta parece altamente excesiva. Al leer los diarios de hoy no sabemos si existe deflación. Evidentemente, hay productos cuyos precios bajan, como es el caso de los automotores; pero la gente no vive consumiendo automotores todos los días. Por otra parte, aumentan los precios de los lácteos en un 30 por ciento, el agua mineral un 20 por ciento, los cigarrillos un 17 por ciento, etcétera; y no sabemos cuáles son las alzas "muy moderadas" de las tarifas de electricidad y de Obras Sanitarias de la Nación que ha anunciado el señor ministro. Incluso estas alzas en los servicios incluirán a los ferrocarriles, que no funcionan pero que implican gastos adicionales. Aquí es donde vuelve a nacer una historia trágica de aumentos de todos los planes de estabilización: los alimentos frescos y los servicios. Esta es una experiencia que vivimos durante el plan austral: los precios industriales aumentaron en 8 meses el 4,5 por ciento; el tomate, el 130 por ciento; la lechuga, el 80 por ciento, y la papa era el fantasma de la conducción económica. Con estos parámetros del almacén y la verdulería la gente juzga si el plan de estabilización funciona; y si no ve que exista deflación saca la misma conclusión a laque hoy arribaría cualquier argentino: si los precios no bajan, el dólar se quedó atrasado, y en este caso, a la corta o a la larga habrá caída de las exportaciones y

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dentro del marco de una apertura importadora no suficientemente discutida, se producirá un crecimiento de las importaciones, con lo que agregamos "igual a desempleo". Estos son los términos de la ecuación. Con la tablita cambiaria legal que se establece en el artículo 1º del proyecto de ley de convertibilidad se traslada hacia adelante la inflación en el mareo de la apertura económica, acercándonos a la época de Martínez de Hoz debido a los efectos que con ella se producen. Nosotros no queremos esto y no podemos consentirlo. Este análisis del dólar atrasado se ha hecho con prescindencia de la inflación futura. Hago de cuenta que a partir de ahora se cumplirá el pronóstico oficial del 15 por ciento anual. A la vez, prescindo de que desde aquí en adelante haya aumentos de costos salariales a consecuencia de las negociaciones del sector privado que no respondan a incrementos abruptos de la productividad. Asimismo confío en que el aumento de las tarifas no tendrá realmente impacto por-pe será muy moderado. Entonces, abordemos otro de los problemas fundamentales referidos a esta norma: bajemos a lo que ella nos promete. Luego de la exposición del señor diputado Ibarbia y de algunos conceptos vertidos por el señor diputado Martínez Raymonda, sostenemos que esta relación entre la base monetaria y las reservas es por lo menos dudosa. Sin ir más lejos, recurriendo a las informaciones periodísticas, un diario de la, fecha sostiene que las reservas son de 4.170 millones de dólares; otro, de 5.000 millones de dólares, y el señor diputado Lamberto dijo recién que son de 6.000 millones de dólares, con lo cual la paridad cambiarla acaba de bajar a 7.000 australes por dólar. Evidentemente, estamos asistiendo a una nueva inflación. No entiendo muy bien el lenguaje arquitécnico de los economistas,-pero hablan de inflación de costos, inflación inercial, y ahora se ha inventado la inflación de reservas, con la cual seguramente se cubrirán en el futuro próximo algunos manejos con redescuentos, alguna situación de auxilio provincial o algún otro mecanismo que no parece emisión, pero que en definitiva sí lo es. Dentro de las reservas se habla del oro, y no todo el oro es de buena entrega; se dice que se lo está transformando en oro de buena entrega, pero no sabemos cómo

es. También se habla de los Bonex y se dice por ahí que hay 380 millones de dólares de reservas en Bonex. De este modo la deuda del Estado se constituye en su propia reserva, cuando nadie cree que ese endeudamiento vaya a ser atendido, sobre todo tratándose de un Estado especialista en generar "pateos hacia adelante". Esto ha ocurrido no en los últimos meses sino en los últimos años, y "patear para adelante" significa no pagar, imposibilidad de cumplimiento, refinanciación, reestructuración, reescalonamiento, cualquier tipo de bicicleta, 7.000 millones de dólares en pleitos pendientes; etcétera. Por el otro lado, en la base monetaria se dan curiosidades no suficientemente discutidas. Los pases no forman parte de la definición, de base monetaria. Quizás baje la tasa de interés luego de que esta norma entro en vigencia, si es sancionada. El Banco Central sale entonces a colocar pases y milagrosamente se reduce la base monetaria con tornas de esa entidad, que deben. ser remuneradas y que no están definidas en este texto. En la iniciativa tampoco están contemplados los depósitos en moneda extranjera por cuenta del Banco Central, que en algunos casos tienen encaje; pero si figuran los depósitos en australes. El tema de la relación entre la base monetaria y las reservas no se soluciona con propuestas como las que hoy se escucharon sobre comisiones de seguimiento. Nosotros les hacemos el cuento hasta a los expertos del Fondo Monetario Internacional, que dicen que son bastante expertos en saber cuánto • tenemos de base monetaria, reservas, etcétera, La relación entre la base monetaria y las reservas, la calidad de estas últimas y la composición no tanto de la base —que se publica casi por semana—, pero fundamentalmente de las reservas, diría que son como las patas de gallo de nuestra artista preferida: si uno no está muy cerca de ella piensa que sigue teniendo veinticinco años y está en el mejor estado, pero la realidad puede ser totalmente distinta. Esta norma no garantiza un esquema cerrado de convertibilidad. Tal como lo expresó el señor diputado Ibarbia, no es un plan cerrado de convertibilidad. En realidad, éste es un esquema de cambio, fijo con un nivel importante de reservas. El proyecto de ley que estarnos considerando no garantiza la no emisión

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ni la eliminación del déficit cuasifiscal, así corno tampoco la inflación cero, pero introduce una rigidez institucional fenomenal. En varias oportunidades hemos discutido este tema, tanto cuando éramos oficialismo. como ahora que somos oposición, al tratar el problema de la negociación de la deuda externa. Hay temas que requieren una determinada flexibilidad en su manejo, por lo cual es imposible que mecanismos de funcionamiento y operatividad de ambas Cámaras permitan atenderlos. Hay varios economistas que se preguntan qué ocurriría si el Congreso tuviera que disponer una devaluación y los diputados y senadores se negaran a dar quórum a la espera de algún redescuento para sus provincias, mientras las reservas del Banco Central desaparecen. Similar situación podría producirse ante un receso parlamentario, tras el. período de sesiones ordinarias. El Congreso debe preservar su dignidad y la jerarquía de los instrumentos que dicta, y no puede atender los mercados con la flexibilidad que estos requieren, que se muda en horas. El proyecto que se encuentra a consideración de la Honorable Cámara cuenta con un Capítulo al que se van a referir otros miembros de mi bancada pero al que no puedo dejar de aludir, aunque sea en forma breve: el esquema de desindexación Nadie puede dudar de ,que la desindexación va a contribuir a eliminar un factor que retoralimenta la inflación. Pero es distinta la situación si se considera que para eliminar la inflación hay que -matar" el huevo y no la gallina. El capítulo que he mencionado establece que los mecanismos de indexación que vienen rigiendo se aplicarán sólo hasta el 1º de abril e imposibilita crear otros en el futuro. Pero lo que hay que tener en cuenta es que la inflación es la causa y la indexación el efecto, por lo que la jurisprudencia de la Corte Suprema de justicia ha creado la indexación para preservar el derecho de propiedad —artículo 17 de la Constitución Nacional— y la justicia, no permitiendo el despojo que se produce cuando hay inflación y no se reconoce la actualización de los valores nominales. Este capítulo de la ley incurre franca y frontalmente en problemas de inconstitucionalidad. Por medio de esta iniciativa. se modifican tácitamente normas del Código Civil como las que establecen la reparación

integral del daño, lo que nunca se cumplirá si persiste la inflación —aunque sea mínima— luego de que se dicte la convertibilidad y no se reconoce la indexación. Por otra parte, el artículo del provecto produce una deflación forzada a través de una regla que no es común y homogénea y que no respeta el mecanismo económico de cada contrato, lo cual producirá efectos confiscatorios, .por ejemplo, en seguros, alquileres, servicios públicos, sistemas de capitalización y ahorro, medicina propaga, colegios, obras públicas, suministros, títulos públicos .ajustables, tasas municipales y no sabemos cuántos rubros más Si hubiéramos teñido oportunidad de consultar a juristas de primera línea, Seguramente la. lista sería interminable. Para explicar .qué ocurrirá con este tema voy a dar cuatro ejemplos que luego serán ampliados por otros, señores diputados de mi sector. Aquí no se trata de una situación similar a la del "desagio" del plan austral, en que un índice generado en un periodo de alta inflación no se, aplicó a un período de baja inflación. Por el contrario, ahora se trata de forzar hacia. atrás un índice en un período en el que la inflación Ea sido alta y que de ninguna manera guarda relación. con la esencia económica del contrato. Todo se calcula para atrás aplicando una tasa del 12 por ciento por sobre los valores en dólares. Estamos transportando la presunta esta!. Militad que habrá a partir del 1º de abril, a una época donde la hubo. Aquí se dan varias curiosidades. Por. ejemplo, como no se trata de contratos con prestaciones mutuas pendientes, los préstamos del sistema financiero no entran. Para dar una idea a los señores diputados, si esto se aplicara a los préstamos del sector financiero, uno realizado a una empresa de primera línea con un índice de ajuste financiero más el dos por ciento mensual tendría en el período comprendido entre mayo de 1990 y la actualidad una deflación tal que debería pagar la mitad de lo que hubiera correspondido. Si esto se aplica al sistema del Banco Hipotecario Nacional, resulta una cuota casi tres veces menor en términos reales. Lo cierto es que ninguno de estos sistemas entra, porque tratándose del mutuo financiero el banco ya prestó el dinero o sea que completó su prestación, por lo que queda pendiente la de una sola de las partes; vale decir que no se da la situación que prevé el proyecto, que habla de que ambas partes deben tener

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prestaciones por cumplir. ¿Qué pasará con la cuota alimentaria fijada en un divorcio? Este es un tema que seguramente dará que hablar, porque si una sentencia judicial ha fijado una cuota alimentaria, significa que el marido tiene que pasar a la mujer alimentos mensualmente de acuerdo con el ajuste que fije el índice de precios al consumidor, y de aquí en más se producirá un desagio del 40 por ciento en la cuota del mes de abril respecto de la del mes de marzo, corriente. El alquiler de las viviendas presenta una situación variable: en algunos casos el desagio sería del 40 por ciento; y en otros, si el contrato se realizó más cerca del 1º de abril, no habrá dcsagio sino que resultaría más caro. En el caso de un proveedor de pan de un hospital de Cañuelas —como en el de fideos del programa alimentario de la provincia de Buenos Aires, que puede ser el doctor Bauza—, que se ha ,comprometido a entregar 100 kilos de pan todos los días, ajustable su valor por la variación del precio de. la harina —no según el índice de la construcción—, tendrá que entregarlos a partir del 1º de abril a un precio un 27 por ciento menor que aquel al que lo venía haciendo; no sé si con eso cubrirá los costos. Si alguien piensa en el ejemplo de los fideos, es exactamente igual: según el mismo índice tendría que ajustarse en un 27 por ciento hacia abajo. Entonces esto significa que nos estamos metiendo en un terreno donde habrá paralización de obras y de entregas, pleitos, incumplimientos; en fin, situaciones que darán lugar a un semillero de conflictos. Falta hacer una última acotación. Dentro de este capítulo se advierte una vuelta a la era de Martínez de Hoz, porque es absurdo pretender eliminar los mecanismos de indexación para el futuro y que se deje la posibilidad de capitalizar intereses por medio de una redacción del artículo sobre anatocismo que realmente podría haber sido mucho mejor si se hubiera tomado en cuenta el proyecto de unificación en materia civil y comercial que se encuentra en revisión en el Senado. Pero lo importante es que renace ahora la circular 1.050, otro legado de la época de Martínez de Hoz y ahora de la era Cavallo, porque se va a calcular una tasa de interés con efecto acumulativo diario y el efecto de repotenciación de esa tasa de interés significa el resurgimiento del anatocismo: en consecuencia, el mecanismo de la circular BCRA 1.050.

Entonces, volvemos a una situación que ya ocurrió en el país, porque antes de que naciera la indexación la Corte reconoció tasas de interés en fallos judiciales de hasta el 120 por ciento anual. La indexación se va a transformar, vía anatocismo, en la referida circular 1.050. Señor presidente:• la reserva de valor que le queda a la Argentina después de esta ley no va a ser el austral, sino el dólar. No hay más me canismos de indexación que puedan nacer-ni que subsistan del pasado. La reserva de valor pasa a ser el dólar y eso significa que lo que estamos haciendo es delegar en la autoridad monetaria de un Estado extranjero nuestra relación de cambio con las demás monedas. Después de la guerra del Golfo, viento en popa con los Estados Unidos. Puede ser un viaje fantástico en los próximos seis meses, pero puede también que luego —como ha ocurrido en el pasado— el dólar se caiga un 15 o un 20 por ciento y entonces acusemos aquí ese impacto. Sr. Presidente (Pierri). — La Presidencia hace saber al señor diputado que ha concluido el tiempo de que disponía para hacer uso de la palabra. Sr. Baglini. — Solicito una prórroga de pocos minutos para concluir mi exposición. Sr. Presidente (Pierri). — Si hubiera asentimiento, así se hará.

—Asentimiento.

Sr. Presidente (Pierri). — Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Baglini. — Curiosamente estamos pasando por un efecto calidoscópico de la historia argentina, de aquella frase de Perón: "¿Quién de ustedes ha visto un dólar?", a "no podemos vivir sin un dólar". Y ésta es una de las preocupaciones que tenemos, pero no la central de una economía de dos monedas que de hecho se vienen usando hace años. El plan que se instrumenta por medio de es- fe proyecto de ley no resuelve la situación, pero sí puede agravar el nivel salarial del sector I público y de los jubilados, cuyos haberes serán I congelados. No resuelve tampoco la ausencia de políticas sociales, la regresividad del sistema impositivo, el desempleo, la carencia de política industrial y los defectos de nuestras Ido liticas previsionales, no mejora e incluso puede llegar a agravar la situación de las provincias. Se va a agregar una presión insostenible sobre una reforma del Estado —que no se

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caracterizó por ser prolija.-- para que los procedimientos de privatización vengan a sustituir lo que la recaudación impositiva no da o los créditos internacionales no agregan. ¿Cómo llegamos a la convertibilidad? Esta convertibilidad —en realidad, fijación de tipo de cambio con sustancial nivel de reservas— no es el broche de oro de una sucesión de éxitos económicos conseguidos aunque sea trabajosamente. No es la culminación de una serie de aciertos por aproximación. Más bien aparece como la consecuencia de una serio sucesiva de naufragios. Parece algo así como el intento desesperado de obtener tiempo para desplegar políticas de fondo. Es ahí donde aparece el primer problema. Estamos casi deslumbrados por los fulgurantes exitos financieros —recalco: financieros— que se producen en los primeros días de este plan. Pero son los mismos fulgurantes éxitos iniciales del pian BB, del plan Bónex, del Erman III. El conjunto de los argentinos desea ver que los fulgurantes éxitos se propaguen y los tengamos por todos lados, y que persistan hasta llegar a mejores sueldos y más trabajo. En la discusión que mantuvimos en nuestro bloque dijimos que en materia económica los argentinos somos algo así como transeúntes por el desierto. En un primer momento, luego de transitar los primeros kilómetros por el desierto económico, empezábamos con nuestros conflictos y cuando nos decían que había un oasis en el cual solucionaríamos nuestros problemas, decíamos que parecía un espejismo. En cambio ahora, después de recorrer cinco mil kilómetros por el desierto, calcinados por el sol, estamos desesperados por ver aunque sea un espejismo —y lo imaginamos con agua, palmeras, mujeres divinas y con música—, e incluso es probable que matemos al guía si resulta que el oasis que nos señala resulta ser una piedra caliente. La convertibilidad —usando una expresión de un compañero de bancada, el señor diputado Luis González— no es la crotoxina económica. No es un talismán; no sustituye la serie interminable de panaceas económicas con las que nos hornos otorgado en la Argentina. Los panaceas económicas son las tablitas cambiarlas, los congelamientos, los cambios de moneda, los aumentos de tarifas por única vez, las concertaciones por ley, los desagios, los merca- dos únicos y libres, los mercados

dobles, triples y subdivididos, los crawling peg, la flotación limpia o sucia, las pautas de precios, la flexibilización de las pautas, el dólar electoral, pudiéndose agregar muchísimos ejemplos más a esta nómina. Debemos dejar de endiosar 103 instrumentos de política económica, que no son nada más que eso: instrumentos. De lo contrario estamos definitivamente liquidados. La convertibilidad no puedo transformar lo que son las nietas del poder administrador, los objetivos a conseguir, como la estabilidad, las reglas del equilibrio fiscal, la deflación, en normas inviolables, por un mero hecho mágico, En plena época del avance atropellador de la economía, que se infiltra en todos los nichos del derecho, nosotros descubrimos de repente que mediante una norma se puede neutralizar la ley de Gresham, y que con un esquema bimonetario se encuentra un mecanismo para que la moneda débil no desplace a moneda buena. Encontramos una solución. para la inflación. y el equilibrio fiscal; en una: palabra) matamos la inflación por decreto d mejor dicho por ley, que es lo mismo. Eso no va a ocurrir, porque las cosas no acontecen de esa forma. Las metas del poder administrador son las mismas, pero no pueden ser la regla inviolable de la ley. Aquí se da una paradoja y comienzo a preocuparme al haber leído hoy de parte de calificados periodistas de algunos medios que el Congreso empieza a complicarse con la gobernabilidad del sistema, no ya en términos políticos sino con la administración diaria ejecutiva. Ahora se pretende que en un sistema presidencialista el Congreso no sólo sea el órgano de control sino que virtualmente gobierne. Nosotros debemos corregir los defectos del poder administrador, proponer las políticas, sustituirlas, concretarlas y plasmarlas y además controlarlas. Eso no puede ser porque tenemos un. poder administrador, curiosamente, con un inmenso margen de discrecionalidad. Basta citar las leyes de emergencia económica o de reforma del Estado para advertir el poder que se le confiere al Ejecutivo. Aquí quiere devolverse al Congreso una mínima parcela de lo que tiene que ser la -facultad... más dinámica que debe re servarse el poder administrador: el manejo del mercado cambiario. Al Congreso le quieren transferir.."el muerto" de la devaluación. Quieren que nos hagamos cargo de la. última

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consecuencia de las medidas de política económica que adopta exclusivamente el poder administrador. ¿Por qué no nos devuelven integralmente las potestades de la reforma del Estado? ¿Por qué no nos devuelven la apertura económica para fine nosotros decidamos aquí? Sí nos devuelven la fijación del tipo de cambio. Y aquí viene a cuento aquella imagen del ministro que gentilmente viene al Congreso, pero lo hace como el visitador médico, no a descubrir con-nosotros la fórmula de un nuevo remedio sino a traer la pastilla o el jarabe ya elaborado. Este poder administrador, de hecho sin control, con mayoría en el Senado, con una Corte modificada„ con, un. Tribunal de Cuentas tomado por asalto, quiere colocar al Congreso frente a la responsabilidad última de resolver la devaluación, la medida final. Pero no resolvemos las precedentes. Por ejemplo,. ¿por qué tenemos que resolver esto, cuando el régimen. de combustibles; que significa el segundo impuesto de envergadura del país y e una ley convenio, se resuelve por decreto? ¿Por que tenemos que resolver esto de la devaluación mientras que el plan Bonex le resolvió por decreto? ¿Por qué tenemos que resolver esto, si de la estrategia de negociación de la deuda externa que piensa ,sostened el Po. t r Ejecutivo no nos dice nada? ¿O ninguna de estas tres cosas tiene incidencia sobre la situación fiscal, que es la que va determinar la suerte de la convertíbilidad? Entonces, no nos contendamos, porque vamos a tener la, moneda de tos Estados Unidos pero no tendremos el Congreso de ese país. Y si lo tuviéramos, de nada serviría que aquí hubiera una ley Cramn:Rudman-Hollings de reducción del déficit, porque se, acuartela la policia de Catamarca y se terminé la ley COM0 lo reconoció González Fraga en .ocasión de la discusión.- de la ley de emergencia económica. Nosotros vamos a trabajar y aportaremos soluciones. -Si fuera .posible, sería positivo que los periodistas mostraran las tareas de las comisiones y no la ropa que luce uno u otro diputado. No podemos perder tiempo en ver si hace falta pagar para ir a un almerzo algún Otro programa de televisión. El Poder Ejecutivo debe renunciar a manipular decretos, sometiendo al Congreso. cuestiones que :vayan más- allá.: de las medidas formales que hacen al mercado cambiario,.

Nosotros no podemos encadenar la Nación —no el gobierno— a los. requerimientos del mercado poniendo las reservas. cómo garantía. Precisamente toda garantía sólo sirve si a nadie se. le. ocurre ejecutarla. Puesto que la garantía es susceptible de ejecución y no hay forma de evitarla porque no hay segundo paracaídas después de que nos quedemos sin un dólar, nosotros no podemos asumir este compromiso. ¿Por qué razón -un argentino des meses antes de las próximas elecciones no va a querer ejecutar la garantía, arriesgando solo un 4 por ciento en dólares porque no habrá inflación? ¿Por qué no va a querer los billetes dólar, por si acaso, por si las encuestas, porque cambiará la política económica o simplemente porque le piace? ¿Y entonces terminaremos en otro feriado cambiarlo un día lunes? No, señor presidente; no vamos a votar el proyecto. Procederemos así con el corazón puesto en que el plan no fracase. Lo vamos a hacer como una oposición responsable. Esta es una oposición que no hará marcha de gobernadores, que no va a alentar paros de la CGT, que no le va a decir al señor John Reed que no hay que financiar la campaña del Partido Justicialista... (Aplausos.) . . ., que no va a decir "emitamos, muchachos", que ya propuso un pacto fiscal y que silenciosamente tratará de construir. A esos que nos dicen que hay que proponer alternativas desde el Congreso, les replicamos que todos los días estamos proponiendo desde aquí alternativas que constituyen la política de fondo para que no necesitemos apelar a subterfugios financieros a fin de ganar tiempo. Aquí han nacido proyectos como los de promoción industrial, como los de comunicaciones, como el del marco regulatorio para las empresas privatizadas —por ejemplo, ENTEI,—, como el de la Carta Orgánica del Banco Central --mucho antes de que el Poder Ejecutivo lo mandara—, como el de entidades financieros, como el de 10 ley penal tributaria, como el del señor diputado Roggero sobre la fijación de un esquema de aranceles para evitar que lo haga .el Peder Ejecutivo con la apertura, corno el de defensa del consumidor y como otros cientos de iniciativas que tienden a consolidar la situación de ingresos del fisco. Hemos presentado numerosos proyectos de ley de _impuestos desde la oposición. En el Senado estamos sosteniendo que, hay que buscar una ley de coparticipación

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federal diferente, que contemple un sistema de premios y castigos para distinguir a aquellas provincias que se sometan a un sacrificio acorde con el sacrificio de la Nación. Nosotros mismos estarnos diciendo al gobierno: "Vaya y cobre esos dos mil millones de dólares en avales que tiene censados y listos para ejecutar, que podrían permitir solucionar la situación fiscal". Nosotros mismos le decimos: "Vaya y busque las licitaciones de las carteras morosas de los bancos oficiales", cosa que prometió Erman González el 3 de enero y que volvió a prometer Cavallo. ¿Y sabe qué, señor presidente? Hay bancos oficiales que después de anunciarse y no hacerse la licitación de las carteras morosas están arreglando con los deudores la entrega de Bonex a valor nominal con la, deuda congelada a mayo del año pasado, cuando hay otros mil millones de dólares de créditos no cobrados que podrían permitir superar la situación fiscal. Le decimos: "Vaya y cobre los diferimientos impositivos de las empresas papeleras que se beneficiaron con ellos". ¿Quién les va, a reclamar la actualización de estos diferimientos por préstamos especiales? Aquí le hemos presentado al Poder Ejecutivo mecanismos que permiten corregir situaciones de corrupción en transacciones que generaron episodios que conmovieron a la opinión pública. De aquí salieron proyectos para restringir el mecanismo de capitalización de deuda externa en las empresas privatizadas y asignar mejor los fondos obtenidos. Está el caso del proyecto del señor diputado Iribarne y otros —que se transformó en ley—, con el objeto de financiar a las ;pequeñas y medianas empresas. También se proyectó en esta Cámara la unificación de la legislación civil y comercial, que bueno hubiese sido leerla para la redacción de esta iniciativa, porque obviamente hubiera mejorado el capítulo pertinente del proyecto en discusión. De aquí salieron por lo menos nueve proyiee tos de reforma del régimen provisional antes de que apareciera el del Poder Ejecutivo. También se proyectó reformar los códigos de procedimientos con el objeto de efectivizar la justicia y combatir la corrupción. A esto podemos sumar el fondo de financiamiento educativo y muchos otros proyectos que demuestran que el Congreso está tratando de cumplir, a pesar de sus defectos. Esta noche votaremos el dictamen en discusión por la negativa porque no

creemos que una propuesta con esta endeblez de medios, con la inconstitucionalidad que acarrea su normativa y con la debilidad de su plataforma de lanzamiento, sca una apuesta que pueda comprometer y encadenar a la Nación. No obstante, a todos les aseguramos que -detrás de este voto negativo o estaremos, a los diez segundos, trabajando nuevamente para seguir calafateando este banco o en el que todos estamos. (Aplausos. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador.) Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Alsogaray. — Señor presidente: comienzo por pedir disculpas a la Cámara por tener que emplear unos breves minutos en una digresión motivada por la excelente y humorística exposición del señor diputado preopinante. La parte más jocosa de su discurso fue aquella en la que describió los teams de, fútbol integrados por liberales. El problema del liberalismo es que para entenderlo hay que hacer un pequeño esfuerzo intelectual, y no todos están en condiciones de hacerlo. La breve experiencia liberal que tuvo lugar entre mediados de 1959 y 1961 produjo el resultado de controlar totalmente la inflación sin ninguna clase de controles. Esta bajó cid 113 por ciento al O por ciento, y repito: sin ninguna clase de controles. Las reservas monetarias internacionales pasaron —en un mercado completamente libre— de 250 millones de dólares a 750 millones de la misma moneda, lo que hoy equivaldría a decir de, 2,500 millones a 7.500 millones, siempre en dólares. El humilde peso nacional se cotizaba a 83 pesos por dólar, cotización que se mantuvo durante tres años, aun después de los dieciocho primeros meses sin controles de ninguna naturaleza. Por eso, en el año .1960 la nuestra fue declarada la mejor moneda del mundo, de acuerdo con el Comité Lombard de Londres, lo cual se publicó el 6 de enero de 1961. Además, se produjo una importante afluencia de capitales de inversión. Gran parte de la industria argentina se desarrolló en ese momento. La fruición con que el diputado Baglini explicó los males actuales conlleva una falta de pudor, porque tales males se deben en gran parte a la gestión desarrollada por el partido al cual pertenece. Fueron cinco años tremendos que culminaron con la experiencia hiperinflacionaria, fenómeno desconocido hasta entonces en la Argentina. También

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se produjo un hecho inédito, cual fue la huida del gobierno. Todo ello debería impedirle pontificar acerca de los males actuales, que no son producto de la política de hoy, ya que este gobierno ha debido abocarse a la dificilísima tarea, de reparar los daños de la herencia recibida. No tienen autoridad moral para hacer una exposición de esta naturaleza.

—Varios sefiores diputados hablan a la vez,

Sr. Jaroslavsky. — ¡Que no insulte! Sr. Presidente (Pierri). — Señor diputado Alsogaray: la Presidencia le solicita que retire los conceptos vertidos en último término. Sr. Alsogaray. — Todo depende de lo que interpreten los señores diputados por moral. De todas formas, si se sienten ofendidos, retiro lo dicho, Completaré esta pequeña digresión con dos o tres citas. No dispongo de una larga lista como la que exhibió el señor diputado Baglini. No vine preparado para hacer una radiografía de esa naturaleza. El 11 de junio de 1985 el gobierno del doctor Alfonsín devaluó la moneda en un 18 por ciento. Dos días después —el 13 de junio— expandió la base monetaria en un 20 por ciento, pasando de 175 millones de australes a 222 millones de la misma moneda. El 14 de junio el gobierno anunció el plan austral y dispuso por decreto la intervención de todos los contratos al imponer la aplicación de una tabla de desagio. ¿Dónde quedaba entonces el respeto por las relaciones jurídicas? Y como complemento se establecieron dos ahorros forzosos que significaron una exacción al sector privado.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Alsogaray. — No sean inelegantes, señores diputados. Usen la modalidad del señor diputado Baglini, con quien nos hemos reído todos. Se fijó un cambio de 80 centavos de austral por dólar, con lo cual supuestamente volvíamos a tener la moneda más fuerte del mundo. ¡Con se centavos de austral comprábamos un dólar! Mi propósito no es hacer ahora la radiografía de ese gobierno —algún día lo haremos—; como es mi costumbre, me ceñiré al proyecto en consideración. El lunes 18 de marzo el señor ministro de Economía hizo conocer al país un proyecto de ley del Poder Ejecutivo denominado genéricamente "ley de

convertibilidad del austral", que incluye otros temas conexos y que contiene importantes definiciones referidas al sistema monetario argentino. El 22 de este mes el Senado aprobó el proyecto y hoy esta Cámara trata de darle sanción definitiva. Es de suma trascendencia el análisis de esta iniciativa, (re sale de la rutina y constituye una novedad espectacular dentro de los acontecimientos económicos que estamos viviendo. Como todos sabemos, el proyecto consta de dos títulos. El primero de ellos trata sobre la ley de convertibilidad y el segundo acerca dé cómo se comportará el austral después de dicha convertibilidad. Hay tres puntos que quisiera abarcar en esta exposición: la filosofía y las razones que impulsaron la iniciativa, ciertas particularidades que presenta y que pueden llegar a invalidar la propuesta y, por último, algunas previsiones acerca de los efectos que producirá este plan y de las consecuencias que derivarán de dichos efectos Desde el punto de vista de la filosofía que inspira el plan, podemos mencionar tres objetivos interrelacionados. El primero de ellos busca restaurar la confianza en la moneda argentina y, más aún, en la gestión de gobierno que se está realizando actualmente. Esa restauración es esencial para el restablecimiento general de la confianza; recíprocamente, ese restablecimiento de la confianza es esencial para el afianzamiento de la moneda. Para ello el gobierno se obliga por ley a no recurrir a procedimientos inflacionarios para financiar sus erogaciones. Más precisamente, se obliga a no emitir moneda espuria. Fijados así los límites, trata de forzar a todos tos sectores de la comunidad, y principalmente a todos los organismos del Estado, a comportarse de un modo determinado. Es como si se, colocara un chaleco de fuerza a la actividad económica: del que sólo se puede escapar mediante el saneamiento de la economía y las finanzas. De todos modos, esto no es tan así, ya que el Estado se reserva algunas válvulas de escape que pueden poner en peligro el funcionamiento de la iniciativa, En líneas generales el plan se ajusta a la gran reforma económica que se está intentando en la Argentina, que consiste en cambiar el sistema estatista, intervencionista e inflacionario que rigió durante 40 años en el país por un sistema de economía de mercado con estabilidad

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monetaria, Si se completa esta reforma extraordinariamente importante, cambiará el curso de 40 años de historia argentina. Este plan no contempla la totalidad de esta reforma ni mucho menos, pero encuadra en el rumbo fijado por ella. En consecuencia, quienes estamos en favor de esa transformación, observamos esta iniciativo como un paso positivo, a pesar de que no abarca todos los problemas, ni siquiera los principales. Lo negativo de este proyecto es que vuelve a repetir intervenciones de la categoría que llamamos no conformes con el mercado, es decir, contrarias al funcionamiento del mercado, y que en este caso afectan derechos de propiedad y las relaciones jurídicas. Es un avance más en un sentido que nunca debió seguirse en la Argentina. En segundo lugar, quiero señalar algunas particularidades del plan que pueden llegar a desvirtuarlo. Su clave está en la no emisión de moneda espuria. Ello es esencial para la restauración de la confianza y para el control de la inflación, pero hay un mecanismo habilidoso que permite que este aspecto no sea tan así. Hay un mecanismo de ingeniería financiera que trataré de explicar muy sintéticamente. Los señores diputados lo conocen y se basa en la secuencia siguiente. El gobierno, el Banco Central o las autoridades económicas, aplicando el enfoque monetario del balance de pagos, pueden regular la tasa de interés a un nivel, por ejemplo, del 25 por ciento anual, que se compondría de un 10 por ciento de inflación internacional y un 15 por ciento de riesgo país. una tasa de interés del 25 por ciento con riesgo cambiario nulo constituiría un gran atractivo para el ingreso de capitales, que buscarían la diferencia entre esa tasa de interés doméstica y la internacional. Es cierto que ese 25 por ciento parecerá un interés muy menguado frente a lo que se ha pagado en la Argentina durante muchos meses, pero sería suficiente para que siga la especulación financiera. Ese ingreso de divisas se sumaría a los excedentes de divisas que provendrían del saldo positivo de la balanza comercial. Ambos factores producirían un excedente de divisas en el sector privado. El sector público estaría entonces en condiciones de comprar esos excedentes para sus necesidades externas con emisión de moneda. Al emitir moneda se estaría expandiendo la base monetaria y poniendo en plaza un excedente de australes que no encontrará mayor

ubicación. Ese excedente de australes en el sistema financiero produciría una baja en las tasas de interés. En ese momento es cuando el gobierno podría colocar en el mercado bonos a un interés aceptable, recibiendo los australes que necesita. Con estos australes compraría dólares del Banco Central, con los cuales cerraría el circuito de la expansión y absorción monetaria, proveyéndose de los recursos necesarios para atender sus obligaciones en el exterior. Esta ingeniería financiera de ninguna manera: resuelve el problema; sólo abre una válvula de escape ante el freno aparente que presentan las cláusulas rigurosas de la primera parte del proyecto. Este sistema va a funcionar siempre y cuando no se interrumpa el flujo de capitales del exterior, lo cual depende en gran parte de la existencia de confianza. Si el flujo de capitales se detiene —aun con cierta elevación de las tasas de interés—, obviamente se corta la fuente que provee estos recursos, en cuyo caso, de acuerdo con la iniciativa, el gobierno puede colocar Bonex en la reserva y obtener dólares del Banco Central; es decir que va a un lugar donde hay dólares buenos, le coloca un vale no a la vista y retira esa moneda extranjera. No sé con qué intención se ha establecido este mecanismo. Reitero que creo que se trata de una válvula de seguridad o de escape y es algo que abre muchos interrogantes sobre la viabilidad del plan. El proyecto prevé la existencia de registros contables públicos actualizados. En caso de cumplirse la mencionada exigencia, se podría seguir: paso a paso la marcha de este proceso. Una de las razones por las cuales se puede: apoyar moderadamente el proyecto de ley en consideración es que contiene mecanismos de control inmediatos. Si este proyecto presenta una serie de imperfecciones -qué han sido denunciadas aquí muy ampliamente, principalmente por el señor diputado Ibarbia—, contempla en cambio mecanismos mediante los cuales es posible controlar la marcha diaria del proceso. Como el gobierno queda así comprometido: por este proyecto, cualquier desvío será rápida. mente detectado por la opinión pública, que procurará su corrección. En consecuencia, si bien el proyecto suscita dudas, hay que contemplar a su favor esa posibilidad de ejercer un verdadero control, que no hubo oportunidad de hacer, hasta ahora.

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Otro punto importante es que la paridad caimbiaria ha sido fijada por ley al nivel de 10.000 australes por dólar. Esta paridad es arbitraria.

-Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Comisión de Educación, don Carlos Cuido Freytes.

Sr. Alsogaray. —Nadie sabe cuál es el valor del dólar por la sencilla razón de que no ha estado funcionando un verdadero mercado libre de cambios, sino un mercado distorsionado por el Banco Central a través de una tasa de interés extravagantemente alta, que provocaba el ingreso de divisas y mantenía el dólar más o menos estabilizado a un nivel comparativamente bajo. Y este es el nivel que se ha elegido corno referencia en el proyecto de ley. Así se corre el riesgo —que ha sido mencionado por expositores anteriores— de un nuevo retraso cambiario, que se produciría por estar fijado este valor mientras subsiste una inflación inercial que todavía no ha terminado, con aumentos de precios e incrementos de costos que aún no han concluido. Este proceso terminaría por producir los efectos de todo retraso cambiario: recesión, mayor desocupación y, sobre todo, el mantenimiento de una verdadera inflación reprimida que en algún momento terminaría por explotar, como ya ha sido señalado. Esta es una experiencia que tiene sus antecedentes en otros países y que ha suscitado debates teóricos muy interesantes. La inflación produce como efecto principal lo que se llama desequilibrio de los precios relativos. Si los precios subieran de manera homogénea no notaríamos la inflación, ya que ésta se manifiesta a través de la citada variación de los precios relativos. ¿A qué precios nos referimos? Por un lado a los salarios, por otro a los precios de los bienes y servicios, y por último al valor de la moneda. Estos tres precios deben estar en un razonable equilibrio. No importa el nivel —alto, bajo o regular—, sino que estén en equilibrio. Cuando esto no se logra, aparecen los fenómenos que mencioné anteriormente. Tenemos un ejemplo histórico. Luego de la finalización de la Primera Guerra Mundial, en Gran Bretaña comenzaron a bajar los precios de los bienes y servicios que habían subido hasta un 326 por ciento durante el conflicto. También disminuyeron los salarios, pero sólo hasta el nivel de la garantía de desempleo que existía. En ese momento

se cometió el error de revaluar la libra pensando que con ello se lograría recuperar el prestigio de Gran. Bretaña en el mundo y mantener a Londres como centro financiero. Sin embargo, lo que se consiguió fue la mayor desocupación europea, que duró hasta 1931, cuando finalmente se devaluó la libra. Cuando los precios relativos están desequilibrados como lo están en la República Argentina, o. bajan los salarios nominales y los precios de los bienes y servicios al nivel de 10 mil australes por dólar, o el nivel de 10 mil australes no se puede mantener y se produce su elevación al nivel de los precios y salarios. Esto es el interrogante que tenemos por delante y que evidentemente no corrige esta norma pues, por el contrario, al fijar el tipo de cambio de este modo, se corre el riesgo de caer en la mencionada situación. El tercer punto que quería abordar es el de los efectos y las consecuencias del plan. En un primer momento la ley creará una esperanza de estabilidad que será bien recibida por la opinión pública. Esta última asocia la palabra convertibilidad con estabilidad, y como está tan ansiosa de estabilidad cree que de esta manera la conseguirá. Naturalmente esto está sugerido por la terminología utilizada en el proyecto. Cualquiera que lea el texto y piense un poco en él tiene la sensación de que a partir de su entrada en vigencia el dólar estará definitivamente fijo al igual que los precios y los salarios. De eso modo la sensación de estabilidad cundirá en la opinión pública. Ahora bien: puede afirmarse en forma absoluta que esta esperanza se verá realizada v el plan funcionará y tendrá éxito sólo si se cumplen dos premisas: controlar el déficit y no emitir moneda espuria. Es evidente que con esto no estoy diciendo nada nuevo; es algo que afortunadamente se está haciendo carne en la opinión pública argentina después de muchos años de aplicación de una política dispendiosa y de despilfarro en la que no se prestaba atención a estos fenómenos. Reitero que sólo si se cumplen estas dos premisas se puede asegurar el funcionamiento de esta norma y evitar el fracaso del plan. De lo contrario, fallaría todo lo que se ha programado. Corresponde analizar las probabilidades de éxito del plan. Me limitaré a enunciar los puntos principales que ofrecen dudas porque son conocidos por todos. Un resumen rápido nos ubicará frente a las

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dificultades que experimentará esta iniciativa. El ministro de Economía parte de dos supuestos. Uno de ellos es que con la reforma tributaria sancionada por el Congreso hace pocos días se soluciona. el problema de la recaudación, y el otro, que con la acción que está encarando en relación con los gastos se arregla el problema del presupuesto. Estas dos presunciones deben ser comprobadas en la práctica, lo cual se verá a breve plazo. Resultará difícil que la recaudación crezca en la forma prevista en esa presunción. Por otra parte, la reducción de los gastos será también difícil frente a las demandas salariales en el sector estatal apoyadas por movimientos de fuerza y otros reclamos. Estamos en presencia de una huelga ferroviaria, de reclamos de los jubilados: militares y maestros y de otras muchas solicitudes de esa naturaleza. De manera que la posición del gobierno de no acceder a ninguno de estos reclamos choca con la posibilidad práctica de hacerlo. Lo que ahora se propone nos explica algo que no comprendíamos bien hace pocos días cuando se anunciaron aumentos de salarios en el sector estatal que van del 40 al 90 por ciento. Este incremento se otorgó con vistas al proyecto que ahora estamos debatiendo, pensando que era un último esfuerzo y dejando en claro que a partir de la vigencia de esta norma no se otorgarán otros aumentos. De igual manera, se procedió con respecto a la expansión monetaria. En los últimos días hemos tenido una fuerte expansión a efectos de poner las cuentas al día, con la intención de no volver a hacerlo. Pero es difícil que estos propósitos se cumplan. No podemos dejar de tener cuenta las demandas .de las provincias, muchas de las cuales soportan situaciones apremiantes. El propio ministro del Interior ha señalado que casi todas están quebradas. Tampoco podemos dejar de considerar el permanente reclamo de los jubilados y los juicios -contra el Estado, que transitoriamente están . detenidos, pero que dentro de pocas semanas se van a precipitar. Lo mismo ocurrirá con los atrases en los pagos a contratistas y proveedores del Estado y con el atraso en el pago de los intereses de la deuda externa, que tanto preocupa al señor diputado quien se olvida que la suspensión de esos pagos se inició el 14 de abril de 1988, bajo el gobierno de su partido. El tema de la deuda externa de ninguna

manera está resuelto. Como es sabido dicha deuda puede ser dividida en dos partes: la deuda que podríamos llamar institucional --Fondo Monetario, Banco Mundial, Eximbank, etcétera— que suma 24 mil millones de -dólares, o sea, 2.400 millones de dólares de intereses anuales, y la deuda con los bancos privados, que asciende a 40 mil millones de dólares, aunque ahora esa cifra es un poco menor gracias a la capitalización de ENTEL, deuda que significa una carga de intereses de aproximadamente 4 mil millones de dólares al año, que no figuran en este proyecto ni por ahora en los planes del señor ministro. Se pasa por encima este problema pidiéndoles a. los acreedores que sigan esperando. Desde nuestro punto de vista ésta es una posición cómoda, pero no sabemos si se podrá seguir actuando de esta manera, porque —como he dicho— desde el 14 de abril de 188 no pagamos intereses y es muy difícil conseguir créditos internacionales, solace todo si no se atiende como corresponde a quienes deben otorgarlos y se manifiesta qué no se pagarán ni siquiera los intereses. Mi insistencia en la deuda externa no es un capricho. Se trata de una cuestión que debe ser considerada en todos los cálculos, porque de no 1 ser así no estaremos viendo la realidad. Por lo taxi entiendo que hay un "agujero" en los cálculos del orden de los 4 mil millones de dólares de intereses y otros atrasos que no se toman en cuenta. La deuda interna también es importante y no está adecuadamente considerada, porque se afirma que se pagará con la venta de bienes del Estado. Esto es muy plausible si efectivamente se pudiera realizar; pero para vender los bienes del Estado hay que encontrar los compradores, hay que arreglar los infinitos pleitos que existen, y eso llevaría un tiempo tan extenso que no tiene nada que ver con la apremiante situación actual. El proyecto permite de una manera indirecta la existencia de otras monedas, especialmente el dólar, de modo que aumentará la cantidad de dinero a disposición del público. Esto es positivo porque se producirá un aumento del crédito interno, y si es aprovechado por las empresas podría haber alguna reactivación después del período de recesión por el que estamos atravesando y que —como dije antes— podría agravarse en lo inmediato debido al retraso cambiarlo.

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Desde ya, conseguir que el austral vuelva a ser una verdadera moneda en la Argentina tendría todas las incomparables ventajas que esto significa, y es un objetivo por el cual hay que luchar. Si hay algo positivo en la atención de esta iniciativa es el propósito de caminar en ese sentido, _a pesar de las observaciones y las críticas que liemos anotado. Si hay excedente en australes y en dólares es probable que una parte de ellos se traslade también a la compra de bienes, de modo que puede haber un aumento del valor de éstos, tanto en australes como en dólares. Pero esta reactivación necesita ser consolidada, y no tenemos elementos suficientes para pensar que tal consolidación está de alguna manera asegurada. Para concluir mi exposición formularé una apreciación global sobre el tema en discusión. El proyecto contiene elementos positivos, como las limitaciones que se fija el gobierno por su obligación de no utilizar mecanismos emisionistas inflacionarios, la -posibilidad de que existan otras monedas con curso legal., las reformas que se introducen en el Código Civil y el esfuerzo por crear credibilidad en la opinión pública. Como elemento negativo he señalado que la fijación del tipo de cambio es arbitraria y que el Estado afecta las relaciones jurídicas y también el derecho de propiedad. En realidad, todo de pende de que se suprima el déficit fiscal y la emisión monetaria espuria, tarea .sumamente difícil y ardua, que requerirá un seguimiento muy estrecho por parte del Congreso. También cabe otra observación que implícitamente ya ha sido expuesta: se ha puesto "la carreta a tirar de los bueyes" en lugar de ponerse ,"los bueyes a tirar de la carreta". El saneamiento y el ordenamiento de la economía debieron haber sido previos, y la convertibilidad debió producirse en la etapa final. La referencia hecha a Carlos Pellegrini en el mensaje que acompaña al proyecto de ley es errónea, porque como lo señaló el señor diputado íbarbia hubo más de ocho o nueve años entre la tarea de saneamiento y la convertibilidad. Fue esa tarea de saneamiento la que permitió el período de gran prosperidad que siguió con posterioridad a esa reforma. En los fundamentos del proyecto se dice que con la estabilidad se. produjo "paradójicamente" una gran etapa de crecimiento. Debió decirse "lógicamente"

y no "paradójicamente". Fue una traición del subconsciente del redactor del mensaje, que evidentemente no cree que la estabilidad favorezca el progreso. El tipo de cambio fijo y la inflación inercial pueden producir —como señalé anteriormente un retraso cambiarlo con los inconvenientes que esto crea y con el peligro de que vivamos otro período de inflación reprimida —en sus efectos, no en sus causas—, lo que termina, siempre en un estallido. Puede haber una reactivación económica inicial, pero si no está consolidada no tendrá penetración suficiente. Sin embargo, por algunos meses puede ser vista como una verdadera recuperación por parte de la opinión pública. También ha sido formulada aquí una advertencia que quisiera repetir. Hay que jugar al éxito de este programa porque, de lo contrario, si éste fracasa, difícilmente la comunidad argentina va a aceptar pasivamente una nueva frustración. Ya experimentó la del periodo Rapanelli y la del ministro González. Un tercer fracaso sería grave y no se limitaría al ámbito econó mico. Tendría derivaciones sociales y políticas y requeriría medidas drásticas. Cuando votarnos las reformas impositivas dijimos que las aprobábamos a pesar de que estábamos en contra de los impuestos allí establecidos. Pero era necesario darle al gobierno el tiempo que requería para arreglar la caja de febrero y marzo, y. proponer en un plazo no mayor de 60 a 90 días las soluciones globales y definitivas para el país. Insistimos en nuestra propuesta de siempre:- para una transformación económica como la que se está intentando, consistente en cambiar el; sistema económico, se requiere un plan global con aplicación simultánea de todas las medidas:: No se puede hacer por vía gradualista. Las me; elidas deben adoptarse de una sola vez para que todos los agentes económicos puedan conocer el escenario en el cual se van a desenvolver. De lo contrario, no invierten, no crean puestos de trabajo, no aumentan la producción y se mantienen a la expectativa. La principal recomendación formulada al doctor Alfonsín por el señor Okita —artífice de la reconstrucción japonesa— fue precisamente la siguiente: lo que se precisa es que cada uno de los agentes económicos —todos lo somos— sepa cuál es el escenario en el que se va a desenvolver en los próximos diez o

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quince años. Sin embargo, aquí pensamos en diez o quince días, y ya nos parece un plazo lejano. Finalmente, quiero plantear un dilema. Este proyecto de ley contiene elementos positivos si los juzgamos a la luz del rumbo que tendrán las medidas. También posee elementos negativos en los términos citados anteriormente. Es difícil, por lo tanto, decir sí o no, porque se mezclan cosas que uno quiere apoyar con otras que no podernos aceptar. Es un dilema personal para cada diputado, que deberá resolverlo en el momento de la votación. Hay un intento de avanzar por el buen camino, y por otro lado existen insuficiencias, errores y avances sobre la propiedad privada y las relaciones jurídicas, que complican la decisión que tenemos que adoptar. Deberemos definir con nuestro voto qué vamos a hacer con este proyecto de ley, en el cual el gobierno ha depositado muchas esperanzas. ¡Ojalá el plan tenga éxito! Debo repetir que según nuestro punto de vista el proyecto contiene elementos que a posteriori nos posibilitarán una vigilancia permanente que evite la propagación o consolidación de los errores cometidos. Sr. Breard. — Pido la palabra para una aclaración. Sr. Presidente (Freytes). Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado por Corrientes. Sr. Breard. — Señor presidente; normalmente, cuando habla un orador, los demás diputados tenemos derecho a saber cuál es su posición final y nos gustaría entonces que el señor diputado Alsogaray nos explique si son más las cosas positivas que las negativas del proyecto y cuál es el sentido de su voto., Porque habló en general y necesitamos que nos dé una explicación. Sr. Presidente (Freytes). — La Presidencia solicita al señor diputado Breard que respete el desarrollo de la sesión. El señor diputado no ha sido aludido; el señor diputado preopinante coneuyó su discurso y ahora corresponde que hable el señor diputado que continúa en la lista de oradores. Tiene la Palabra el señor diputado por Córdoba. Sr. Balestrini.-- Señor presidente: he tomado debida nota de las exposiciones de los señores diputados que me antecedieron en el uso de la palabra, particularmente del señor diputado Baglini por la Unión Cívica Radical, y del

señor diputado Alsogaray, por la UCEDE, y trataré de ordenar mi exposición para responder las dudas e inquietudes que dejaron planteadas. Voy a iniciar mi exposición reiterando un concepto que en esta Cámara ya he señalado, yo diría que hasta el cansancio. Pero deseo repetirlo porque considero que es una síntesis para explicar por qué los argentinos estamos en la situación que hemos tenido que padecer, fundamentalmente en los últimos años. Además sirve también para explicar esto de que unas son las causas o las enfermedades que tiene la economía y la sociedad argentina, y otras sus consecuencias. Así como en el cuerpo humano unas son las enfermedades y otras las consecuencias de ellas —la fiebre y el dolor son consecuencias de las enfermedades—, ocurre que en la historia última de los argentinos unos han provocado las enfermedades y nos toca a nosotros hacernos cargo del dolor. La falta de salarios dignos, el desempleo, el magro haber que perciben los jubilados y pensionados —que también es un salario— constituyen el dolor, la fiebre; en fin, son las consecuencias de las enfermedades. Esto es lo que quiero explicar y lo que venimos reiterando permanentemente cada vez que los justicialistas tocamos los temas económicos, en especial en estos últimos tiempos. Todo esto se generó fundamentalmente a partir de la irresponsabilidad de quienes manejaron el Estado, que gastaban más de lo que percibían; y cuando se genera esta situación, que se llama déficit fiscal, hay que buscar financiarla de alguna manera. Durante el régimen militar que precedió a la democracia, esta irresponsabilidad se financió p. d éndoles dinero a los de afuera. Corno lo hemos dicho tantas veces, nos dejaron 60 o 70mil millones de dólares de ciencia. Ese es un impuesto que se les cobra a nuestros hijos y nietos. Este es el verdadero efecto ulterior de la utilización de tales mecanismos. Después vino la democracia y, en vez de asumir la cura de la enfermedad, siguieron gastando más de lo que recaudaban, y como ya no se podía pedir plata afuera empezó eso que denominamos el festival de bonos, es decir, pedirles plata a los de adentro. También esto constituyó una forma de cobrar impuestos a nuestros hijos y nietos, porque alguien tendrá que pagar el despilfarro y la irresponsabilidad. Tanto en uno como en otro. período se

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utilizó también otro mecanismo, el impuesto inflacionario, que produjo la degradación de nuestra moneda y la total y absoluta falta de crédito en el Estado. Esta fue la causa fundamental de la tremenda incertidumbre que llevó a la hiperinflación que padecimos los argentinos. De muchos años de historia reciente rescato simplemente esta síntesis. ¿Por qué? Porque he aprendido —y recomiendo esta enseñanza al señor diputado Baglini— que una buena manera de preservar el estado de salud del hígado y de la conciencia es olvidarse de las cosas malas, de anécdotas que no sirven. Hemos escuchado da señor diputado Baglini una larga lisia de anécdotas a las que él asigna sentido negativo, como si hubiera algún apuntador trabajando para meter dentro de la memoria las cosas que considera negativas.. Yo-no hago eso debido a la preservación de la que hablaba. Sólo trato de guardar en la memoria las cosas positivas para mí y para los argentinos. Por eso, de la larga lista de cosas que hicieron los radicales, recuerdo que en la primera semana de julio de 1989 enunció el doctor Alfonsín. En realidad, fue una cesa buena y por eso yo la guardo en mi memoria.; quizá fue la mejor. Este proyecto de ley constituye un punto de partida, pero también es el fruto de un esfuerzo realizado con errores y dificultades, pero con una gran vocación transformadora. Nadie puede negar que es el resultado de una cosecha —quizá la primera importante después de dieciocho meses de espera— encaminada a buscar las soluciones a las enfermedades y a los problemas graves que tenemos. Si no hubiéramos hecho ese esfuerzo, no habría sido posible discutir este proyecto de ley que significa anunciar a los argentinos y al mundo entero que nuestra moneda, el austral, vuelve a ser creíble. ¡Qué anuncio importante y trascendente! Significa decirles a los argentinos que terminó ese saqueo con forma de devaluación que afectaba fundamentalmente a los trabajadores, a los más humildes, porque nunca tuvieron los mecanismos de ajuste, los antídotos --por llamarlos así— para preservar sus salarios. Pero para llegar a esto fue necesario trabajar con responsabilidad en la eliminación del déficit cuasifiscal que heredamos. Para llegar a esto fue necesario trabajar para arreglar las cuentas fiscales, reduciendo sustancialmente las brechas de ese déficit

operativo del Estado. Para poder llegar a esto fue necesario también establecer normas claras, precisas y equilibradas de una apertura de la economía que impida que a los argentinos se les siga cobrando ese impuesto implícito que deviene de una economía cerrada, porque los elevados aranceles y las altas protecciones no son más que eso. Para el público consumidor son un impuesto que no cobra el Estado sino las empresas, que al ver protegida en magnitudes indebidas su actividad no miden los precios en función de los costos; lo hacen en toda caso en función de la protección que tienen., creando monopolios y oligopolios. Hubiese sido imposible avanzar en este sentido sin antes eliminar- el déficit cuasifiscal y el déficit fiscal, reformar el Estado, redefinir sus funciones, abrir nuestra economía e impulsar la integración total con Brasil, Chile y Uruguay, refinanciar las deudas del Estado con los contratistas. Y fue necesario también pasar por decisiones lamentables y difíciles, como el pian Bonex. Es obvio que hubiese sido imposible tratar, esta ley sin antes reunir los 6.000 millones de. dólares que le dan respaldo a nuestra moneda. Cuánto tendríamos que decir sobre el esfuerzo necesario para reunir este verdadero ahorro nacional que hoy nos abre las puertas al futuro! Esta es la cosecha de un esfuerzo va realizado por nuestro pueblo y un punto de partida para que los argentinos iniciemos una etapa distinta. La generación a la que yo pertenezco nunca ha vivido tiempos de estabilidad y crecimiento. Apenas hemos tenido paréntesis en los procesos inflacionarios. Los argentinos nos proponernos vivir en un tiempo absolutamente distinto, que estará caracterizado por la estabilidad, condición elemental para poder tener un pais ordenado y única forma de dar trabajo a los tres millones de desocupados que heredamos, de tener mejores salarios y jubilaciones y de lograr el crecimiento. Estamos corriendo el velo que ocultaba y disfrazaba la realidad. Luego de hacerlo veremos a la Argentina real., con sus monopolios y oligopolios, con todas sus problemas estructurales, y vamos a poder ponemos a trabajar en seriopara resolver los problemas estructurales y para terminar con la incertidumbre que esa historia que tan brevemente be relatado puso en el alma de los argentinos. Esta iniciativa termina de cuajo con la

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incerti-dumbre y hay una prueba palpable de que ello es así: las tasas de interés cayeron abrup tamente., después de haberse anunciado al país la convertibilidad del austral. ¿Por qué ocurrió esto? Ello se debe a que la tasa de interés tiene tres componentes. Uno de ellos es la tasa de retribución del capital, valor que en el mundo —y en la Argentina— debería rondar entre 12 y el. 14 por ciento anual. El segundo componente es la tasa de riesgo empresario. Esto quiere decir que a una empresa muy solvente se le cobra menos interés que a otra poco solvente, porque en este último casa aumenta el riesgo empresario. El tercer componente de la tasa de interés es la inflación esperada, también denominada taso de riesgo cambiario. En un país racional, equilibrado y con estabilidad, el primer componente no puede superar el 14 o 15 por ciento anual; el segundo se ubica entre el 2 y el 6 por ciento por año, Ultimamente hemos tenido, tasas del orden del 500, 600 y basta del 1.000 por ciento anual, justa mente como resultado del tercer elemento. Sr. Breare. Hemos tenido inflación en dé. lares. Sr. Balestrini. — El tercer componente, la incertidumbre .cambiarla o la tasa de inflación esperada, alcanzó cifras espeluznantes en late- pública Argentina, y fue lo que precisamente se eliminó cuando el ministro de Economía, Cordobés —lo que • me enorgullece— y amigo personal —lo cual también me llena de orgullo— anunció la decisión de que el Estado argentino nunca más iba a estafar a la gente cobrándole el impuesto inflacionario. Por eso cayó la tasa de interés, porque se eliminó de cuajo el tercer componente, o sea la incertidumbre.- La tasa de interés es un precio de la economía, y ésta tiene otros precios, como el. de los productos transables, que también. se encuentran afectados por el problema de la incertidumbre. Por ello se producirá el efecto de la desindexación. Cuando. un empresario calcula el valor de su propiedad. —esto explica lo que el diputado Baglini hizo que constara en el- Diario de Sesiones— tiene en cuenta la que se de nomine el circuito, dinero-mercadería-dinero En luna palabra, . primero invierte . y compra la mercadería para fabricar productos que luego vende. Los costos de fabricación significan erogaciones y en ese circuito

está incluida, como pasa con la tasa de interés, la tasa de riesgo, O sea el riesgo que el empresario corre hasta que el dinero que invirtió vuelve a través de la cobranza del producto vendido. De esta forma se inflan los famosos colchones de precios. Explicaré al señor diputado Baglini -la formación de los denominados colchones aun cuando el dólar se mantiene quieto. Ello permite entender la inflación en dólares a la que acaba de referirse un diputado radical, interrumpiéndome. Esta inflación en dólares es el colchón que produce la incertidumbre. Si el dólar está fijo y la incertidumbre se mantiene, también habrá colchón. ¿Por qué hay disparidad en el tamaño dé estos colchones? Ella surge de la disparidad temporal del circuito dinero-mercadería-dinero. Se trata del tiempo en que el empresario recupera el capital que ha invertido. A mayor tiempo, mayor riesgo. Por eso existen esas diferencias. En la Argentina era imprescindible eliminar la incertidumbre. Había que tomar una medida extrema para que la gente incrédula volviera a creer. Tendremos estabilidad porque apostamós a que los problemas estructurales dejarán de exolotar por la válvula de la devaluación y del impuesto inflacionario. Ya vamos a analizar los problemas estructurales. No les queda otro camino al gobierno y a los argentinos. Ya no hay escapismos. La devaluación era la forma de postergar la resolución de los problemas de la, economía real, a la que quiero referirme para responderle al señor diputado Alsogaray. Vamos a tener un crecimiento rápido e inmediato, ya que así como la hiperinflación y la alta inflación producen un pico de recesión, la estabilidad genera un pico de reactivación en su primer efecto. Esto es así porque la población ahora tendrá crédito. La escasa o mucha capacidad de ahorro de nuestra gente se potencia liza con el crédito. En épocas de hiperinflación, si un trabajador puede ahorrar cien mil australes por mes, sólo puede gastar esa suma, porque no hay crédito y la industria produce ese valor en bienes o servicios. Cuando exista estabilidad y expansión monetaria el crédito permitirá al trabajador comprar bienes en cuotas por uno, dos o cuatro millones de australes, incrementándose el denominado índice de consumos anticipados, que en la Argentina —como consecuencia de la hiperinflación— es casi menor que 1,

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mientras que en un país con estabilidad supera a 10. Entonces con el mismo nivel de ingresos se puede comprar más, y habiendo capacidad productiva ociosa la industria se va a reactivar. Tendremos un importante proceso de crecimiento, que desde ya tiene que acoplarse al proceso de inversión para que el crecimiento y la reactivación se sostengan en el tiempo. A partir de ahora se va a invertir en la actividad productiva porque hemos eliminado los esquemas monetaristas, las políticas monetaristas que se mantuvieron en el país por décadas. Ello nos condujo al desquicio de la actividad productiva y, en consecuencia, del empleo. Una vez eliminados estos problemas, tendremos inversión, que es el motor fundamental del crecimiento. Apoyo la propuesta formulada, por los señores diputados de la bancada radical en el sentido de ponernos a trabajar juntos sobre este tema luego de votar ellos en forma negativa este proyecto de ley. Quisiera explicar ahora un efecto importante —quizás el más trascendente— que será consecuencia de la puesta en marcha de este proceso. La economía se compone de dos partes: la monetaria y la real. Esa economía monetaria qué se vincula fundamentalmente con el buen funcionamiento de la moneda y de los capitales en el marco de una economía equilibrada debe servir para lubricar el sistema, es decir que debe scrvir a la economía real. Como producto de los desequilibrios sufridos en nuestro pais, esta economía monetaria desquiciada —con una. gran inflación y altas tasas de interés— en lugar de servir a la coordinación de los factores de la producción que componen una economía real, desde hace mucho tiempo comenzó a generar su propia economía. Esto es lo que desde tantas tribunas hemos definido como un plan monetarista. Pero, ¿qué es concretamente un plan mondarista? ¿Cuántas veces le hablamos a la gente de esto? Un plan monetarista es el que sigue generando las condiciones para que la moneda, el capital líquido, produzca por sí misma —y no al servicio de los factores de la producción—beneficios y utilidades. Por esta deformación la gente cambió la composición de sus patrimonios: se desprendió de las herramientas para producir y acumuló herramientas para especular; se desprendió del tractor y

compró dólares; se desprendió del torno y compró bonos; se desprendió de todo aquello que los hombres utilizan para trabajar y pro,. ducir y acumuló en su patrimonio una extraordinaria masa de bienes para especular. ¿Cuáles son las consecuencias de todo esto? Tanto desde el punto de vista de la microeconomía, que trata la coordinación de los factores productivos en una empresa, como desde el de la macroeconomía, esto tapaba los problemas reales de eficiencia, competencia y coordinación de los factores de la producción. Podemos citar, a modo de ejemplo, el caso de un mal empresario del interior que en lugar de atender su empresa se pasaba todo el tiempo en la Capital hacicndo lobbies; si tenía un buen agente financiero ocultaba sus pérdidas por ineficiencia con sus ganancias por especulación, mientras que un buen empresario que se que, daba en su campo cuidando su empresa sin contar con agente financiero y haciendo las cosas bien, cada seis u ocho meses recibía un garrotazo y sus balances arrojaban pérdida. Esto es lo que ha llevado desaliento a la producción y al trabajo argentino. Hoy se terminó: eliminados los problemas y la telaraña de la economía monetarista tanto a nivel empresarial como del país, se podrá ver. con claridad dónde están los oligopolios y los monopolios. Ciertamente no es posible tener resueltos todos los problemas porque esto no se logra con la magia sino con él trabajo. Sin embargo, es necesario impedir que se oculte la ineficiencia porque es la única manera de solucionar los inconvenientes. Tomo la palabra al bloque radical para que en las arduas horas de trabajo conjunto que nos esperan analicemos los problemas reales de la economía, que ahora surgirán con claridad, y les busquemos soluciones. Ese es el único modo de despejar las legítimas incógnitas que hoy se plantearon en este recinto. ¿Cómo no va a haber incógnitas? ,,,Quién puede imaginar que por medio de una ley se puede resolver el problema de los argentinos? Las dificultades son muchas, pero a partir de ahora hay un aliciente: cada hora de trabajo, cada solución, significarán mi problema menos para hoy y para siempre porque se habrán resuelto cuestiones estructurales. Esta es en síntesis mi opinión respecto de la norma en consideración, pero además deseo brindar mi aporte a algunos temas que traen dudas con relación a los efectos

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de este programa. Aquí se dijo que todos los bancos van a quebrar porque necesitan un diferencial, un ,spread, una ganancia bruta para hablar en criollo, de casi el 24 por ciento anual para poder subsistir en la República Argentina. Eso es cierto, pero a la Vez es un mal enfoque del asunto porque es algo así como decir: no terminemoscon la epidemia porque se quedan sin trabajo los enfermeros. Aquí es necesario terminar con la epidemia del cortoplacismo y de los bancos abriendo sucursales en cada cuadra. Ahora debemos ponernos a trabajar para ana- linar cómo solucionar el problema de esos bancos que se sobredimensionaron para responder a una economía monetarista que llevaba a que se trabajara más en el banco que en la fábrica o en el campo. Pero esto no podemos plantearlo como un efecto no deseado porque, como señalaba anteriormente, equivaldría a decir que no hay que curar la epidemia a fin de que los enfermeros no se queden sin trabajo. desindexación es una consecuencia imprescindible para que no se produzcan injusticias graves. Hace unos instantes señalábamos que en las tasas de interés y en los precios se incluía un componente derivado de la incertidumbre. Pero cuando queda congelada esa cuota de incertidumbre porque hay una reglamentación que -así lo establece hasta la finalización del contrato, también dejamos congelado para el futuro un plus que hoy ya no existe porque no hay riesgos. Así como la tasa dé interés bajó y muchos _precios también deberán hacerlo porque ya no existen riesgos, en los contratos reglados debe buscarse una fórmula que acompañe este proceso. Es cierto que este tipo de fórmulas siempre generan inconvenientes particulares; pero a quienes plantean esta cuestión yo les pregunto si la indexación constituye una medida de un conjunto de variables que se aplica sólo a una de ellas, En la historia argentina la indexación ha generado injusticias graves. Por ejemplo, mande el índice de precios subía porque se ineremen, taba el valor de la carne también se ajustaban los precios de los artículos de la construcción que nada tenía que ver aquélla. Siempre que se utilizan mecanismos como los que ahora pro. ponemos se producen situaciones de injusticia transitorias, pero mucho más injusto es continuar con los mecanismos que se vinieron utilizando basta el presente. (Aplausos.) Sr. Presidente (Frevtes), — Tiene la

palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. González (E. A.). — Señor presidente:... Sr, Breara,— ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. González (E. A.)— Sí, señor diputado, Sr. Presidente (Freytes). —Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por Corrientes Sr. Breard.— Señor presidente: quiero aclarar al señor diputado Balestrini que ha incurrido un un error conceptual al decir que el sistema de estabilización necesita un spread del 2 por ciento mensual porque con ello se va a sincerar la. situación financiera del país y de los bancos. Las provincias no cuentan con instrumentos de política económica, salvo los bancos provinciales, porque han sido absorbidos por la Nación. Señalábamos que uno de los efectos no deseados es la fundición de la banca provincial en este nuevo esquema de sinceramiento... consideramos que si efectivamente hay un sinceramiento tendría que establecerse una cláusula de reaseguro hasta que se produzca el acomodamiento de un sistema inflacionario a. uno supuestamente estabilizado —tal como lo ha expresado el señor diputado preopinante—, porque las bancas provinciales, en especial el Banco de la Provincia de Corrientes, necesitan cubrir sus gastos. Esta -entidad requiere 2.800« dólares para- su mantenimiento; 50 por ciento para sueldos y el otro 50 para gastos operativos. Por eso digo que si no se prevé algún mecanismo de seguro para las bancas provinciales, en esta transición de un sistema inflacionario a otro de estabilidad como el que el señor diputado pretende, no habrá tiempo para salvar este instrumento de política económica. Esta es una denuncia y una reflexión ara los señores diputados del interior, que somos mayoría; después no nos quejemos- del centralismo porteño y de la. visión portuaria del pais y digamos que nos funden nuestras economías, ya que nosotros somos los verdugos de nuestras economías regionales. (Aplausos.) Sr. Presidente (Freytes).— Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. González .(E. A.) --Señor presidente: voy a exponer la postura de la mayoría del bloque demócrata cristiano, porque

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dentro de la disciplina de mi partido no existe el concepto -de verticalidad ni de stalinismo. Por lo tanto, ante la opinión diferente del señor diputado- Gentile, lo hemos dejado en libertad, para que se pronuncie de modo distinto a la mayoría de nuestro bloque. Cuando los supuestos líderes y custodios de la modernidad nos vienen acusando desde hace tiempo a muchos de nosotros de habernos quedado en el pasado, en la década del, sesenta o del setenta, y en algún caso de haber retrocedido al 45, comprobamos de manera sorpresiva que hay quien nos gana en esa rápida marcha hacia el pasado al pretender entrar en el siglo XXI con las estrategias del siglo XIX. Así sereivindican los fundamentos de este proyecto de ley para justificar el supuesto crecimiento de la República Argentina, como si quienes impulsaran esto fueran discípulos directos de Tucididies —que entendía que la historia era u círculo que se repetía periódicamente— por lo que pensaron que avanzar hacia adelante significaba retroceder un siglo. Lo que no se nos dice es que eso que tanto se ensalza de la política de fines del siglo pasado pudo darse en un contexto político, jurídico y social diferente, que determinó una manifiesta inestabilidad social y política —si bien dicen que con estabilidad económica---, que dio lugar al nacimiento del Estado benefactor, del Estado intervencionista, que tuvo forzosamente que producirse para paliar las graves injusticias que creó ese sistema de principios de siglo. Debemos comprender que la rueda de la historia —si se la quiere considerar así— tiene ahora otra aceleración absolutamente distinta y si queremos volver rápidamente a aquel punto de partida tendremos que retornar a ese Estado protector e intervencionista. Nadie duda de que el proyecto en consideración no constituye un plan económico. Se confiere al Parlamento la facultad de fijar el tipo de cambio, pero no se debaten otros aspectos fundamentales de la política económica. Se le escamotea al Congreso la posibilidad de discutir la política de endeudamiento, la política arancelaria e incluso estamos muy en mora respecto a la consideración de la política presupuestaria, Por medio de este proyecto de ley se fija uno de los precios de la economía. Los restantes precios quedan liberados a la política de mercado.

Este proyecto se nos plantea en un esquema de urgencia. No hay tiempo de consultar con los especialistas ni con los verdaderos actores de la economía argentina. -Se está poniendo a los legisladores entre la espada y la pared Si ante esta propuesta del Poder Ejecutivo los legisladores decirnos "no", y estamos definiendo por la negativa una variable sin ningún otro instrumento de política económica, evidentemente estaremos cayendo en una falencia muy grande. Si por otro lado decimos que sí a esto proyecto, si decimos, por ejemplo, que es lógico y sensato este tipo de cambio establecido quizás mágicamente en diez mil australes por dólar, estaremos en última instancia avalando la audacia o los errores del ministro de Economía. Si todo esto fracasa tendremos una grave responsabilidad, porque será el Congreso el que deba volver a reunirse de urgencia para modificar esta ley o para producir una devaluación; pero además entraremos en una incertidumbre que ya no es del mercado, sino la incertidumbre parlamentaria. Por haberse fijado este tipo de cambio por medio de una ley, puede ser modificado por otra ley. Cualquier legislador puede tener la iniciativa y presentarla de esa manera, juntando los votos necesarios para modificar el tipo de cambio, Incluso quizás mañana, por ejemplo, los productores de soja digan que el verdadero tipo de cambio debe ser de veinte mil australes por dólar. Entonces será cuestión de que obtengan los votos necesarios en. el Parlamento para llegar a la paridad deseada. Con este sistema sin duda vamos a instaurar. la incertidumbre parlamentaria con respecto a la política cambiaria. Estamos prontos a sancionar esta fijación del tipo de cambio sin ningún otro elemento de política económica nacional, lo que constituye una verdadera trampa legislativa. ¿Cuál es el efecto de este proyecto que hoy consideramos? No hay duda de que el Estado renuncia a su autonomía monetaria y se subordina a la moneda patrón de los Estados Unidos. Resulta que Estados Unidos probablemente sea el país con mayor déficit fiscal y con una voluminosa deuda externa. Si dicho país decide financiar su cuantioso déficit fiscal con emisión, nos encontraríamos ante el grave problema de que la inflación en la Argentina ya no estará determinada por una orden dada en Buenos Aires para activar la maquinita emisora de australes,

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sino por una orden dada en Washington para activar la maquinita emisora de dólares, Estamos ligando el destino de nuestra moneda a un país que tiene graves problemas en cuanto a su déficit presupuestario.. Desde el punto de vista político este proyecto de ley implica, sin lugar a dudas, que el Estado renuncia a una moneda autónoma. Desde el punto de vista monetario genera una política. de dinero pasiva, es decir, sé suprime la política monetaria como instrumento de reactivación, Este _Estado —nuestro Estado nacional—, al perder el control efectivo de la moneda, se municipaliza, queda reducido a la condición de un Estado municipal. Y este Estado nacional municipalizado tiene un objetivo prioritario: la estabilidad de precios, es decir reducir la in. ilación en australes, tender a cero la inflación interna en dólares y mantener una relación fija entre dólares y australes. Para eso se nos proponen aquí tres tipos de instrumentos. Por un lado, la desindexación y eldesagio. Por el otro, limitar la expansión monetaria y, por fin, fijar un tipo de cambio único convertible. Hasta aquí se consagra la relación actual de precios y salarios. Se baja la tasa nominal de interés, pero se mantiene su tasa real y la estructura de los precios relativos en dólares. En estas condiciones, ¿qué hace falta para que funcione el esquema y se pueda lograr la estabilidad? En primer lugar, que no haya déficit fiscal, pero que no lo haya en las provincias, en los municipios, en las empresas públicas ni en la administración central. Además tiene que haber un superávit suficiente como para cumplir con los compromisos de la deuda que se han asumido, También es imprescindible que bajen los precios en dólares, de suerte que la paridad se reduzca realmente a los diez mil australes por dólar. Si todo esto ocurre, entonces el Estado no tendrá necesidad de emitir; tampoco tendrá necesidad de pedir prestado, el tipo de cambio será el de la paridad legal y la economía será estable en términos de precios. Pero, ¿qué sucede? Que el producto bruto interno es lo que es; el gasto público social también es lo que es. La infraestructura, la educación, el nivel de pobreza, el desempleo, son lo que son, La Argentina no cambia ni habrá cambiado.

Para lograr los objetivos de este plan hay dos subobjetivos básicos. En cuanto al equilibrio fiscal hay dos opciones: aumentar la recaudación o bajar los gastos. En cuanto a la política de estabilidad de precios hay dos posibilidades: fomentar la importación o realizar una política de ingresos en base a acuerdos de precios, empleos y salarios. Se abren aquí dos grandes vías que son las que probablemente dividan las aguas en este momento. Por un lado, la vía reaccionaria, regresiva y antiindustrial, que consistiría en bajar. el gasto social y abrir la importación destructora de nuestra industria. Si se hace eso habrá estabilidad monetaria con deflación, con desempleo, como en el alzo 30, y estarán dadas las condiciones para recrear ese estado de bienestar del que hablábamos. Habremos atrasado 60 años el reloj de la historia. Existe otra vía, que es la vía democrática, progresista y de crecimiento, con un aumento de la recaudación cobrable a los ricos y con incremento del gasto social, con bajos precios y suba del salario y la ocupación mediante acuerdos sectoriales de precios, de ocupación y de ingresos; lo que " partido llamó en 1983 la economía de la reconciliación y que creemos que aún está vigente como proyecto. Para esto, por supuesto, habría que dejar de endiosar a la economía libre de mercado, que es lo que ha hecho que lleguemos a esta catástrofe. Esta vía va a ser la única posible e imprescindible, la del control, la concertación y la regulación para salir de este terremoto, de esta verdadera tormenta del desierto económica, de este bombardeo contra un pueblo indefenso. Si el ministro Cavallo es audaz pero responsable, si quema las naves no para entregarnos al enemigo sino para conquistar el progreso y la justicia, entonces la convertibilidad, el desagio y la desindexación son elementos secundarios, casi prescindibles. Lo único importante es bajar los Precios con pleno emplea mediante una gran concertación nacional y poner impuestos a los ricos aumentando efectivamente el gasto social. En este caso el. gobierno estaría definiendo otra :filosofía y otra alianza política que no es la del mercado libre para unos pocos, que no es la del "si" a los acreedores ni la del remate alegre de los bienes del Estado, sino que es la política. Seria de un presupuesto sano; de

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una moneda sana, de un equilibrio sano de precios y salarios. Si el gobierno elige ese camino, nos encontrará a su lado. No somos ni opositores ni oficialistas de nadie. Solamente somos colaboradores en una `manera de entender la realidad nacional. Si el gobierno opta por esta forma de comprender la realidad nacional, nos verá junto a él. Para que este nuevo esquema regulador que hoy introduce el equipo económico sea de equilibrio real hacen falta un acuerdo político, un acuerdo económico y un acuerdo social. El nuevo acuerdo político significaría un acuerdo con la historia y con el testimonio de los partidos del campo nacional y popular; significaría, en suma, un acuerdo con los partidos de la democracia. El acuerdo económico debe involucrar a la industria; al agro y al trabajo, en una concertación de precios, salarios y ocupación para evitar la quiebra fiscal, la fuga de capitales y el despojo ocasionado por las tasas de interés usurarias. Finalmente, es necesario un nuevo acuerdo social para erradicar la miseria que nos anega. No es ésta una manifestación demagógica. Todos somos conscientes del gravísimo problema social que afecta a nuestro país y del hecho de. que estamos barranca abajo porque las políticas que se instrumentan están produciendo un número cada vez mayor de desocupados y engrosando crecientemente el número de carenciados. Decía que este proyecto de ley, con la fijación del tipo de cambio, el desagio y la de indexación, es casi prescindible, un elemento, prácticamente neutro. Lo fundamental es la política económica a la cual servirá esta ley, y desgraciadamente tenemos a la vista tal pollea económica. El anuncio de despidos masivos, el congelamiento de salarios para el sector público y el congelamiento de los haberes jubilatorios —que condena a muchísimas personas al hambre sin esperanzados están indicando cuál es el rumbo de esta política económica. Por lo tanto, de ninguna manera podemos avalar un instrumento para esta política. antipopular. (Aplausos.) Sr. Presidente (Freytes). — Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos. Sr. Ramos (J. C.).--Señor presidente: los integrantes, del bloque "Movimiento Peronista" hemos escuchado decir esta noche que somos nostálgicos y que nos quedamos en 1945. También se nos dijo que alguien nos gana. Pero hoy nos ganó

el señor diputado que se quedó mucho antes de 1945. Queremos recuperar el pensamiento del general Perón. Queremos recuperar una historia muy cercana que algunos quieren alejar, junto con el pensamiento del general Perón, que los liberales llaman vetusto, arcaico y pasado de moda. Esto es lo que sostienen justamente quienes nos quieren retrotraer a una sociedad preperonista, donde muy pocos eran dueños de la vida. y hacienda de los argentinos. Nosotros queremos recuperar el pensamiento de Perón porque sus ideas no quedaron sólo en los libros para solaz, y esparcimiento de los intelectuales. El pensamiento de Perón se hizo verdad y realidad. Hubo un pueblo que vivió la felicidad junto a su líder; vivió años de prosperidad y participó de la distribución equitativa de las riquezas. Nunca el asalariado argentino llegó a participar de la "torta" como lo hizo con Perón. Llegó a participar del 53 por ciento del ingreso nacional. Por supuesto que esto no, nos lo perdonaron los liberales y tampoco los, "gorilas", quienes dijeron que Perón había ciado "demasiadas alas a los negros". Así es como no perdonaron a un pueblo indefenso al que bombardearon en la Plaza de Mayo durante la revolución de junio de 1955. Buscaban quebrantar la unidad de un pueblo junto a Perón, que estaba forjando el destino cierto de un país que quería crecer y vivir en armonía. Se ensañaron con un pueblo que no sólo había participado en la distribución del ingreso, sino en el hecho político de gobernar junto al general Perón. No nos perdonaron o inmediatamente empezaron a trabajar seriamente para ver cómo hacían para quitar al pueblo lo que Perón le había dado, porque la participación en el reparto del ingreso nacional era demasiada para los trabajadores. Fue así como lo .proscribieron políticamente, lo castigaron socialmente y comenzaron a hostigarlo con una política de entrega. Nuestro pueblo sintió en carne propia la imposibilidad de tener una expresión política en 1957; tampoco al año siguiente tuvo la posibilidad de elegir su propio presidente. En 1961, 10.000 trabajadores fueron presos a causa del plan Conintes. El señor diputado Alsogaray acaba de referirse a la forma en qué en 1960 lo felicitaban desde Inglaterra porque, había logrado una moneda sana, y yo me acuerdo cómo la maestra de al lado de mi casa y el almacenero de la esquina

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puteaban por el empréstito 9 de Julio.(Aplausos.) Recuerdo también que ese pueblo siguió siendo castigado por una política económica perversa. No puedo olvidar, asimismo, los vaivenes y las situaciones difíciles a que se vieron sometidos los pequeños y medianos empresarios argentinos. En una forma puntual —como no se ha hecho esta noche— quiero traer a la memoria de los legisladores la manera en que los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad han sido continuamente perjudicados. Lo hemos comprobado después de Frondizi, en los años 1965, 1966 y 1967, sobre todo con la revolución de Onganía ---mal llamada revolución. Fue un golpe de Estado dirigido a quebrantar la unidad de un pueblo en torno de un líder exiliado, Hemos visto cómo invierno tras invierno se continuó ajustando los cinturones de los trabajadores y de los sectores más marginados de nuestra sociedad. Así llegamos al gobierno peronista y junto a. Perón el pueblo volvió a vivir como lo había hecho muchos años atrás. El general Perón no sólo recuperó la credibilidad sino que aprovechó el voto de 1.973 para encaramarse en el aparato burocrático del Estado y no defraudar ese voto. Se comprometió hasta la muerte con la voluntad del pueblo; fue fiel hasta la muerte. Algunos peronistas han olvidado los sacrificios de Perón y de. Evita. Algunos peronistas, cuando prometen desde los estrados electorales, a veces se olvidan de que el pueblo es el que está esperando esa palabra. Es así que nuestro pueblo fue reiteradamente estafado. En 1976 tuvo que soportar un golpe trágico, con muertes, persecusiones, y tortura. Pero el pueblo no descansó, sino que presentó resistencia. El pueblo ha luchado contra quienes se ensañaron con él y de esa lucha quiero rescatar a la CGT, que ha sido la expresión más elevada del enfrentamiento al régimen militar que azotó, mató, persiguió y encarceló, además de vaciar al Estado y trabar las posibilidades de desarrollo de sus empresas. Nombró funcionarios extranjeros en dichas empresas para vaciarlas y así fundamentar lo que está ocurriendo hoy: el regalo del patrimonio nacional. Desde hace mucho tiempo se está trabajando para liquidar nuestras empresas y para que creamos que ya no sirven más, generándose el caldo de

cultivo necesario para decir que debemos desprendernos de ellas. Martínez de Hoz incorporó muchos gerentes en áreas estratégicas de YPF. Lo hizo para vaciar la empresa y para que ocurriera lo que los argentinos hemos presenciado con estupor la semana pasada. El delincuente José "Pepe" Estenssoro está regalando el patrimonio nacional. Se versea al pueblo cuando se le dice que se van a recaudar 1.200 millones de dólares; luego la cifra disminuye y pasa a mil, 800 y 600; finalmente, sólo se recibirán 309 millones de dólares, excluyéndose un área que se ha retirado de la licitación. Esta es la recaudación que se obtiene por el regalo del patrimonio nacional. José Estenssoro fue asesor de Martínez de Hoz y es asesor para el vaciamiento. El 15 de enero de este año obtuvo el beneficio de una resolución ministerial por la que se entregaran las áreas petroleras de El Mosquito y Vinalar a la empresa E.P.P. Sociedad Anónima. Esa sociedad se constituyó el año pasado, siendo su presidente José Estenssoro, a la sazón presidente de YPF, y su vicepresidente Neil León, también vicepresidente de YPF. Es así como a partir de esta idea del regalo comienzan a ser castigados los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad. Los trabajadores siguen siendo la variable de ajuste para que sean despedidos o para que ganen poco. Justamente, hoy nos preocupa la situación de los trabajadores. La semana pasada hemos asistido a la decisión de recuperar la doctrina justicialista. Una semana después nos encontramos con este plan. Perón nos decía que la economía siempre es dirigida. Si no planifica el Estado, lo hacen los monopolios, En el primer caso, las riquezas se distribuyen entre todos, mientras que cuando planifican los monopolios la riqueza se distribuye entre los pocos monopolios que hegemonizan la política económica de un país. La iniciativa que estamos considerando es sustento de un plan económico y de un ajuste más. Los diputados de la Nación estamos convalidando la continuidad de la política de ajustes que se suceden unos tras otros, como si fueran un fin en sí mismos. Hoy estamos recuperando la posibilidad de ejercer nuestro rol, pero lo hacemos para convalidar el ajuste. Hemos transferido mediante dos leyes anteriores todas las facultades al Poder Ejecutivo. Por ello es, que somos corresponsables de este proceso de privatización que hemos

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sufrido todos los argentinos. Algunos hoy serán corresponsables levantando la mano en la votación y otros lo serán prestando quórum para el tratamiento de un tema que implica la profundización de un plan perverso de ajuste que no contempla la posibilidad de una distribución equitativa, sino que se maneja con pautas de tipo regresivo. Se ha afirmado en forma taxativa que no se otorgarán aumentos a los empleados estatales ni a los jubilados hasta fin de año. Además, como consecuencia del plan de ajuste serán echados 88.000 agentes del Estado quienes sufrirán el congelamiento de sus haberes e incluso desagios, ya que tras congelarse sus salarios deberán afrontar la inflación del mes de marzo. Esta es la situación que estamos viviendo hoy. Pero para los empresarios, los proveedores y los bancos no habrá desagio; éste se producirá sobre los sueldos de los trabajadores. Esta situación se parece bastante al equilibrio fiscal definido como la panacea por Martinez de Hoz cuando nos decía que era necesario conseguir el equilibrio de las cuentas públicas a fin de que inversores extranjeros vinieran al país a realizar colocaciones de riesgo. Sin embargo, hay un dato que llama la atención: a partir de la época de Perón la inversión extranjera en nuestro país ha decrecido, pero últimamente esos inversores han venido en masa con sus papeles, para adueñarse del patrimonio nacional. El equilibrio fiscal significa nada más ni nada menos que una mayor imposición, una mayor presión impositiva en términos reales y concretos, ya no en teoría. Pero para lograr el tan ansiado equilibrio fiscal perseguido por nuestros economistas se requiere también que se rematen rápidamente los activos públicos, tal como ocurrió días pasados con las áreas centrales petrolíferas. El pueblo no resiste más esta posibilidad que ahora se avecina de que se haga un remate compulsivo de los bienes nacionales. Este proyecto compromete al Congreso con el ajuste. En las dos oportunidades anteriores hemos transferido facultades al Poder Ejecutivo, pero ahora estamos asistiendo a la convalidación parlamentaria de la profundización del ajuste, y esto ya es responsabilidad de todos nosotros y tiene mucho que ver con nuestra conciencia. Este plan supone resignar la soberanía monetaria; sin duda, está marcando a

fuego el momento histórico que estamos viviendo los argentinos. Algunos señores diputados preopinantes hablaron de las bondades —entre comillas— de este proyecto; otros no se pronunciaron a favor y presentaron algunas objeciones. A nuestro juicio, este proyecto nada tiene que ver con los intereses de nuestro país, y como peronistas sostenemos que tampoco guarda relación alguna con el peronismo ni con el pensamiento de Perón, y mucho menos con los intereses del pueblo y de los sectores más castigados. Por lo expuesto, luego de haber fijado su posición, nuestro bloque se retirará del recinto, para no ser cómplice de un ajuste que tiene un seguro destinatario: el lomo y los bolsillos ya exiguos de nuestros trabajadores, Sr. Fontela.— ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Ramos (J. C.). – Sí, señor diputado. Sr. Presidente (Freytes)..— Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Fontela.— Señor presidente: en coincidencia con las manifestaciones de mi compañero de bancada y a efectos de complementarlas, deseo plantear las dudas que tenemos sobre este proyecto de ley —proyecto de ley de apuro— que yo no denominaría de convertibilidad o de dolarización sino de cristalización. Esto significa la cristalización de la injusticia, de las situaciones creadas, del reparto de la renta y de las vicisitudes que padecen los trabajadores y los jubilados. Sr. Presidente. — (Freytes). — La Presidencia ruega al señor diputado que no efectúe un discurso y que exponga los motivos por los cuales solicitó la interrupción. Sr. Fontela. — Esta norma habla de la desindexación, que en realidad empieza por los salarios y las jubilaciones. Además, aparentemente consigue algunas rebajas en los precios de los automóviles, que seguramente han de ser mucha utilidad para los jubilados. Hoy se ha dicho que el objetivo de este proyecto de ley es alcanzar la estabilidad, pero como dije, la estabilidad en la injusticia y "mishiadura. En esta norma se habla con falsedad de la estabilidad porque con tensiones sociales... Sr. Presidente (Freytes). -- La Presidencia reitera al señor diputado Fontela que le ha concedido el uso de la

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palabra para una interrupción y no para efectuar, un discurso diferente... Sr. Fontela.— Complementario, señor presidente.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Fontela.— Señor presidente: pregunte al señor diputado liarnos si el tiempo que estoy utilizando se considera o no dentro del término que le correspondía... Sr. Presidente (Freytes). — Ciertamente el señor diputado Ramos no utilizó los 60 minutos que le corresponden, pero ya había terminado de hacer uso de la palabra. Sr. Fontela.— No es así, señor presidente, y puede consultarlo con el señor diputado Ramos. Sr. Presidente (Freytes).. — La Presidencia advierte al señor diputado por Buenos Aires que si no se circunscribe a la interrupción solicitada e insiste en pronunciar un discurso complementario del formulado por el señor diputado por Entre Píos, le retirará el uso de la palabra. Sr. Fontela. — La interrupción que solicité estaba relacionada con las dudas que plantea el tema de la estabilidad. Aquí se ha dicho que queda eliminada la incertidumbre, que habrá crecimiento e inversiones, que se terminó la especulación y que llegan a- su fin los oligopolios y la ineficiencia del Estado. Las propuestas que el proyecto incluye son insólitas y originales.

—Ocupa la Presidencia el señor presidente de la. Comisión de Legislación General, doctor Rodolfo Miguel Parente.

Sr. Presidente (Parente). La Presidencia advierte al señor diputado que la lista de oradores debe ser respetada por un principio elemental de lealtad parlamentaria y a fin de no afectar derechos de otros señores diputados. Sr. Fontela. ¿El derecho de quién estoy afectando? Sr. Presidente (Parente), -- La Presidencia aclara al señor diputado que se encuentra anotado en la lista de oradores y, si tiene paciencia, podrá hacer uso de la palabra oportunamente. Sr. Fontela. - Señor presidente: en ese caso haré uso de la palabra en el momento en que me corresponda según la lista de oradores oportunamente confeccionada. Sr. Presidente (Parente). — Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Rodríguez (J,) — Señor presidente: se ha; señalado, y creo que se ajusta a la verdad, que esta noche estarnos tratando

una norma de singular trascendencia por las consecuencias que de ella derivan. Cuando esta norma entre en vigencia —en caso de ser aprobada—, pocas cosas seguirán siendo iguales en la economía argentina, y esto. es indistinto según sea el resultado que este esquema de política económica pueda obtener. Cuando en la sesión anterior se discutió el aspecto impositivo del undécimo programa de política económica, el señor diputado Baglini hizo referencia a los diez planes que lo precedieron en el período que media entre el 9 de julio de 1989 y el presente, lo que arrojaba un promedio de un programa de política económica de corto plazo cada 40 días. Hoy estamos frente a una reducción de ese promedio, porque entre aquel episodio y este momento han transcurrido menos de 40 días. Si los resultados que se obtienen son los qué el gobierno espera, deberíamos asumir que la economía argentina comienza a recorrer un sendero absoluta y diametralmente opuesto al que hemos conocido El futuro no será igual al presente, pero también habrá cambios sustantivos y de fondo en caso de que el programa económico 130 tenga éxito. Aquí ya no vamos a discutir como pudimos haberlo hecho en el verano del año pasado —aunque, en realidad, en esos tiempos había pocas oportunidades de discutir porque era la época de la decretomanía—, cuando se perdió un instrumento de política económica relacionado con la capacidad de endeudamiento del sector público por vía de la captación de créditos otorgados voluntariamente por los argentinos. Si este programa no funciona estaremos hablando de un país en el cual las disponibilidades de instrumentos de política económica en manos del Estado prácticamente no existirán. Lo dijo el señor diputado Baglini; hoy estamos encadenando el futuro a la imposibilidad de desarrollar una política monetaria, y si esto no funciona nos hallaremos en medio de una dolarización de la economía, de un caos que involucrará al aparato productivo y al sistema financiero. Tampoco las cosas van a ser iguales que hoy, en día si al programa le vas medianamente bien: Suponiendo que le haya bien, eso significará que la inflación de abril será cero. Supongamos que le va mal y que la inflación de abril es alta, del 9 o 10 por ciento.

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¿Qué significa que le vaya razonablemente bien? ¿Cuáles son las experiencias internacionales en este sentido? Las más exitosas son las de México e Israel, éxitos rotundos y modelos paradigmáticos de estrategias de estabilización en economías con altas tasas de inflación. Aclaremos que esos paises exitosos registraron una tasa de inflación anual del 20 por ciento. Una inflación del 20 por ciento en el año tiene como conclusión inmediata el interrogante acerca de si este tipo de cambio de diez mil australes por dólar puede mantenerse, como algún funcionario del equipo económico anunció, casi hasta el fin de los días gracias a esta mágica solución de todos los problemas de la economía argentina. Para la Argentina, ese razonable resultado, que sería óptimo en relación con cualquier otra comparación internacional, es en sí mismo la partida de defunción de la estrategia antiinfiacionaria del gobierno. Nuestro bloque realizó muchas reuniones pava discutir este asunto. Un colega de nuestra bancada dijo hoy por la tarde, al reflexionar acerca de las consecuencias del estilo que les imprime el Poder Ejecutivo a las cuestiones que remite al Congreso, que la práctica del Poder Ejecutivo reside en indicar al Legislativo que si no aprueba en diez minutos lo que nos manda, nos encontramos en el Apocalipsis. Una y otra vez, la aprobación o el abismo. Eso ocurrió con el paquete impositivo, con la ley de reforma del Estado, con la ley penal tributaria y con tantas otras iniciativas de las pocas de orden legislativo que fueron enviadas por el Poder Ejecutivo. Nuestro colega también sostenía que se pretende que esta Cámara de Diputados y también la de Senadores obren en la práctica copo sucedáneos perfectos del doctor Granillo Ocampo —que funcionaba a través del decreto—y que en la discusión parlamentaria es imposible introducir una modificación .o discutir a fondo un tema y también lo es que comparezca el ministro respectivo para dar la mínima información indispensable. Esto se traduce en un tómenlo o déjenlo. Entonces, lo que estamos haciendo nosotros --desgraciadamente no es la primera vez— es una suerte de validación de naturaleza formal de decisiones sustantivas tomadas unilateralmente por el Poder Ejecutivo, que conmina- al Poder Legislativo a una situación que lo coloca frente a la sociedad en los términos de si

aprueba o rechaza. Si rechaza, es cómplice de los perjuicios y calamidades que puedan sobrevenir; si aprueba, tiene una cuota de complicidad por la incertidumbre sobre la validez de estas propuestas. Se repite el estilo de utilización política del Poder Legislativo en función de los deseos y voluntades del Poder Ejecutivo. Hoy estamos ante la voluntad del Poder Ejecutivo, expresada a través del doctor Domingo Cavallo, ministro de Economía, quien en la práctica se comporta —sin que haya existido una reforma constitucional— corno un primer ministro, como el jefe del gobierno o como quien conduce no los destinos de la economía, sino los del país. Múltiples conferencias de prensa, anuncios, opiniones, decisiones y definiciones en todas las áreas dela vida argentina. Hoy consideramos este proyecto de ley, que se nos ha remitido. Se trata de un proyecto que sintéticamente podría ser clasificado en tres partes: la primera consiste en la fijación de un tipo de cambio de convertibilidad por ley; la segunda se relaciona Con aspectos vinculados con la desindexación; finalmente, se da la posibilidad de realizar transacciones en dólares y que éstas tengan vigencia o validez legal. Pasaré a formular una serie de comentarios complementarios a los que efectuó el señor. diputado Baglini, que serán previos a los que realizarán otros legisladores de mi bancada durante la discusión en general de este proyecto de ley. En primer lugar, una reafirmación de nuestra convicción. ¿Cuáles son los supuestos implícitos en el proyecto de ley? ¿Cuáles son los prerrequisitos que deben cumplirse para que dentro de la lógica interna del esquema formulado por el gobierno este proyecto o. esta aproximación los problemas económicos tenga éxito? Desde varios bloques se mencionó en primera instancia la deflación. Esto significa caída nominal del precio de los productos: lo que ayer valía cien, gracias a los méritos de este programa a partir de mañana va a valer menos. El señor diputado Baglini ha dado porcentajes: entre el 20 y el 40 por ciento de caída en el valor nominal de los precios. Esto es lo que debe esperarse para que dentro de la lógica el programa tenga posibilidades de éxito. En realidad, la teoría económica ha dicho mucho. Desde lord Keynes para acá la

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rigidez de los precios a la baja es una contribución a la teoría económica que ni antes ni después ha sido refutada. Pero además de la teoría está la práctica. Se ha hablado de la reducción del precio de los automotores,, pero hay que decir las cosas como son: esto, básicamente, es el resultado de la detracción de impuestos, que gravan la producción y venta- de automóviles cero_ kilómetro, No se conoce un solo ejemplo de un producto, transable o no internacionalmente, de una mercancía o de un Servicio que entre_ el miércoles de la semana anterior y hoy haya verificado una disminución en su precio. Al contrario; lo que se observa —ha salido publicado en los diarios y lo ha manifestado hoy el señor diputado Baglini— es un incremento en los precios, poniendo por delante la cuestión de las estacionalidades de determinados productos sobre los que no hay una sola posibilidad de encontrar reducción o morigeración de tal incremento. El segundo supuesto, que no es menor, se refiere al congelamiento del gasto, que alcanza a las remuneraciones, de todo el personal del sector público. Y cuando digo esto hago referencia a docentes, médicos, enfermeros y personal de la administración central, que incluye a las fuerzas armadas y de seguridad. Entre paréntesis debe recordarse que esto implica el desconocimiento de las reiteradas de declaraciones periodísticas y afirmaciones publicas del señor ministro Erman González, quien a poco de sentarse en el sillón del Ministerio de Defensa dijo por todos los medios del país —gráficos, radiales y televisivos— que el compromiso del gobierno con relación a la política salarial hacia las fuerzas armadas se mantiene firme. Ese compromiso del gobierno, según lo dicho por González, significaba ajustar sus salarios por la inflación del mes pasado más un 50 por ciento. Quiere decir que con una inflación del 28 por ciento en febrero el incremento salarial en marzo era del 42 por ciento. Y si la inflación de marzo es del 11 por ciento, el incremento salarial de abril es del 16,5 por ciento. Estamos hablando de que el requisito para el cumplimiento del programa incluye el congelamiento de todos los salarios y ese congelamiento alcanza a las fuerzas armadas y de seguridad. Por supuesto, el congelamiento involucra jubilaciones y pensiones y, al mismo tiempo, significa no más transferencias a las provincias.

Aquí habría que saber si en el día de hoy no habrá habido, por alguna razón de naturaleza política o de índole legislativa, alguna atención urgente a alguna provincia o banco provincial a través de un redescuento o de un adelanto de fondos de coparticipación. Pero supongamos que no sucedió; entonces existe una pregunta obvia, que cada uno de nosotros se puede formular. La provincia de Formosa financia su gasto público con recursos propios en un 8 por ciento; el resto son transferencias de la. Nación-, ¿Tiene Formosa alguna chance o alguien se imagina que puede atender les requerimientos del aguinaldo de junio o la mayor erogación varia del incremento salarial dispuesto por el ministro Cavallo a poco de asumir, sin recurrir a la asistencia del Tesoro? La provincia de Jujuy tiene, como gastos de salarios y pasividades solamente, casi una vez y media lo que recauda por impuestos propios y lo que recibe- de la Nación por. transferencias. Sra. Guzmán. — ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con el permiso de la Presidencia? Sr. Rodríguez (J.). — Sí, señora diputada. Sr. Presidente. (Parente). — Para una interrupción tiene la palabra la señora diputada por Jujuy. Sra. Guzmán. — Señor presidente: efectivamente, en el caso de Jujuy esto es lo que sucedía; en el mes de enero recibimos de, coparticipación 95 mil millones de australes; había una recaudación de 10 mil millones y teníamos sueldos por 120 mil millones de: australes. En el presente mes, simplemente para información, debo señalar que con los fondos de coparticipación unidos a los de la ley de desequilibrio, vamos a contar aproximadamente con 180 mil millones de australes. A los 120 mil millones de sueldos y salarios que mencioné anteriormente tenemos que sumarles un 30 por ciento. Quería dejar sentada que se ha mejorado con la última ley. Sr. Presidente (Parente). — Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Capital. Sr. Rodríguez (J.).-- El problema es que, como la señora diputada sabe, el fondo de desequilibrio transitorio para las provincias vence el 31 de mayo, y hablamos del aguinaldo de junio y de los sueldos de ahí en adelante.

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Estamos también frente a otro supuesto. En la jerga económica se conoce a un supuesto de difícil cumplimiento como un supuesto heroico. Y es un supuesto heroico, de difícil verificación, el de un incremento en la recaudación de casi el 40 por ciento. En febrero se recaudaron 1.306 millones de dólares. El ministro espera y anuncia una recaudación de 1.800 millones de dólares para el mes de abril. Esto implica un incremento para el Tesoro del ciento por ciento en los recursos coparticipados. Todos sabemos que la estructura impositiva de la Argentina está fundada en impuestos al consumo, los cuales, además de su carácter, regresivo; tienen otro aspecto negativo: si el nivel de actividad económica cae, la recaudación sigue el mismo camino. Luego tenemos el tema del dólar a diez mil australes. Este tipo de cambio significa, en nuestro análisis de la realidad, que las industrias nacionales o las radicadas en la Argentina —sin importar el origen de su capital difícilmente continúen en condiciones de exportar. Si al atraso del tipo de cambio se le agrega la reducción unilateral de los aranceles, estamos nuevamente frente a un fenómeno que la economía argentina conoce. Un gran pensador dijo que la historia se repite dos veces: la primera es un drama; la segunda es una tragedia. La Argentina conoce la mezcla explosiva que para la salud del patrimonio industrial y para la seguridad del empleo de millones de argentinos componen el tipo de cambio atrasado y la reducción arancelaria. Esto significa volver a la historia de Martínez de Hoz. El señor presidente de la Honorable Cámara, que ahora no está ocupando la Presidencia, lo ha dicho con todas las letras, así que espero que ningún diputado trate de interpretar en nuestras palabras una suerte de utilización partidaria de un razonamiento de esta naturaleza. Sr. Manzano. --¿El señor diputado Pierri dijo eso? Sr. Rodríguez (J.). — Señor presidente: no concedo interrupciones en aras de la ilación de la argumentación. El señor diputado Ibarbia hizo un interesante y muy minucioso racconto de la historia del patrón oro en el mundo y de cómo la convertibilidad funcionó durante largo tiempo en muchos países. En este sentido me gustaría decir que la historia debe brindarnos también otra enseñanza. Desgraciadamente —porque la esperanza de todos es que esto

funcione—, la historia económica es implacable y cruel. No existe un ejemplo en ningún país del mundo en el cual coexistan la caída en el valor nominal del precio de un producto —la deflación— y la reactivación económica. Es lo mismo que pensar en la posibilidad de una caída en el nivel de la actividad económica acompañada de un incremento de los precios. Si la economía funciona con algún criterio competitivo, es razonable pensar que esos dos fenómenos no pueden darse simultáneamente. Lo cierto es que es imposible imaginar reactivación económica al tiempo que caída en el nivel nominal de los precios de los productos. ¿Qué se propone en esencia el gobierno? Una mezcla que tampoco es aconsejable. Esa que dice precios libres, salarios. congelados. Esto es en la filosofía última del programa lo que está proponiéndonos este proyecto de ley que, viene a materializar un esquema de política económica diseñado por el Poder Ejecutivo. Esta historia del arancel reducido y del tipo de cambio atrasado tiene muchas similitudes con el pasado; similitudes que empiezan por los funcionarios. ¿Alguien ha reparado en que los tres funcionarios del área de Hacienda que hoy acompañan al presidente Menem y al ministro Cavallo son exactamente los mismos que acompañaron al presidente Videla, al ministro Martínez de Hoz y al secretario Alemann? Me refiero al titular de la Dirección General Impositiva, al administrador nacional de Aduanas y al subsecretario de Política Tributaria. ¿Saben qué es lo que nos falta para que la película sea exactamente igual? Que, veamos por televisión aquello de "no suban el techo, bajen el piso", slogan del que y la televisión del año1980, donde unos muñequitos muy simpático decían que había que bajar los precios debido a la convergencia entre los precios internacionales y los domésticos. Alguien me recordaba que en esa época, cuan, de aparecían esos avisos en el cine, comenzaban los silbidos a la dictadura militar que llevaba cuatro años en el poder. Este esquema que se nos propone tiene dos diferencias respecto del pasado. En primer lugar, no es la misma la visión que del Estado: tiene hoy el presidente Menem en este undécimo programa económico que la que tuvo en los diez anteriores. Se acabó esta cantinela del mercado sacrosanto e idolatrado que sólo

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por su funcionamiento resuelve los problemas de la economía argentina. Me pregunto: ¿este cambio, el de la aproximación o abordaje a la solución de los problemas económicos y el reconocimiento parcial de la vigencia del Congreso es auténtico, o por el contrario, es el resultado de la necesidad? Yo digo que es el resultado de la necesidad. En primer lugar, porque se llega desde el Estado a esta valoración de la necesidad de que haya política económica impulsada por el poder político —entendiendo al Estado como la representación de la voluntad social—, como consecuencia de un fracaso previo y recurrente. Al mismo tiempo, el paso por el Parlamento es el resultado de una urgencia. Lo cierto es que queda absolutamente claro para todos que la debilidad del poder político hace imposible que pocas semanas o días después de lo que pasó con el "Swiftgate", con la Ferrari y con las peleas entre funcionarios de los tres gabinetes, pueda adoptarse una medida trascendente unilateralmente y por medio de un decreto, No utilizo la palabra "moral" porque ha sido manoseada. Sobre este particular deseo señalar que quienes se han caracterizado CT su biografía por participar de gobiernos que han matado gente no tienen autoridad para referirse a la moral. Falta autoridad política en términos de ser capaces de imponer una condición para asegurar la disciplina de los sectores económicos y ello hace que se busque desesperadamente el protagonismo del Congreso. Esta aclaración vale para todo el gobierno, pero particularmente para quien hoy ejerce la titularidad del Ministerio de Economía. Hace aproximadamente 90 días esa persona, ocupando otro cargo, ignoró preceptos constitucionales cuando se decidió la participación argentina en una guerra. La decisión de pasar por el Congreso no es el resultado de un. sentir democrático que despertó una mañana en el doctor Cavado. A las dudas explicitadas por el señor diputado Baglini quisiera agregar otra vinculada con el tema de la deuda externa. No es mi intención instalar un tema que no se vincule con esta discusión ni pretendo introducir de rondón una cuestión ajena al debate que estamos sosteniendo. Ya hemos dicho —y hoy lo repetimos— que se esta cerrando el círculo de la deuda externa en los países endeudados de

América latina, y especialmente en la Argentina. Creo que hay que reconocer —tal como lo sostuvo el señor diputado Lamberto---: la existencia de un primer eslabón. Me refiero a la crisis del petróleo en la década del 70, y el excedente de dólares en los países petroleros, con la consecuente aparición de los petrodólares y la necesidad de colocar esa liquidez en el sistema financiero internacional. Sr. Presidente, (Parente). — Ha concluido su término, señor diputado. Sr. Rodríguez (J.). — Solicito que sea prorrogado, tal como ha sucedido en el caso de otros oradores. Sr. Presidente (Parente). — La Cámara debe expresar si presta su asentimiento acerca de la prórroga solicitada por el señor diputado por la Capital.

—Asentimiento. —Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Rodríguez (J.). — Al hablar de Granillo Ocampo tenía razón, señor presidente. Si es necesario que esto se vote, pasemos a votación. Pe esa forma caerá la sesión por falta de quórum y el tratamiento de este tema se postergará basta la semana próxima. Sr. Manzano. — Si me permite señor presidente, lo expresado por el señor diputado Rodríguez no condice con la ampliación del término que concedió la Cámara. Creo que debería retirar la expresión referida a que la sesión caería y deberíamos continuar considerando este tema la semana próxima debido a la falta de quórum. Si hubiera que votar para dar el asentimiento habría que llamar a tal efecto y, en todo caso, el presidente es quien tiene la facultad de levantar la sesión. Lo manifestado por el señor diputado Rodríguez no se compadece con la ampliación del término... Sr. Jaroslavsky. — ¡Pero si se compadece con la agresión que significa el intento de quitarle el uso de la palabra! Sr. Presidente (Parente), — Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Rodríguez (J.). — Con, el objeto de analizar con seriedad el tema en consideración es que incorporé a este debate la cuestión de la deuda externa. El primer episodio del endeudamiento forzado al que se vieron sometidos los países de América latina —en nuestro país, incluso el tema fue recogido en una película llamada Plata dulce— consistió en que muchas empresas públicas se endeudaron en los balances pero nunca

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vieron un dólar. Ese endeudamiento millonario fue el que motivó el procesamiento —por su paso por la presidencia de YPF— del general Suárez Mason, luego indultado por el presidente Menem. Ese primer round de la deuda tuvo un segundo: se produjo debido a la crisis de endeudamiento —en primer lugar, tuvo su origen en México— y consistió en el cese del pago de un país de sus obligaciones con el exterior. En la Argentina este hecho significó que la bicicleta que hacía funcionar el endeudamiento creciente se detuviera.. Esto trajo como consecuencia el incremento real del tipo de cambio. Fue la famosa "tablita" de Martínez de Hoz que, como dijo un dirigente industrial en estos días, ahora la estamos transformando en un "tablón". Aquella "tablita" hizo que muchas empresas privadas acrecentaran sustantivamente su endeudamiento con el exterior, a tal punto que comprometieron su existencia como empresas. Luego apareció como presidente del Banco Central el actual ministro de Economía, quien produjo —como tantas veces ha expresado este bloque— el primer episodio de socialización de la historia argentina. La deuda, que era privada, pasó a manos del Estado. El 50 por ciento del total del endeudamiento correspondía al sector privado, mientras que el restante 50 por ciento pertenecía al sector público. Gracias a la gestión del doctor Cavallo, más del 90 por ciento del endeudamiento externo hoy corresponde al Estado nacional. Esto significa que para atender los servicios de intereses y amortización de esa deuda hacen falta australes, que la Tesorería debe generar para estar en condiciones de comprar los dólares correspondientes al Banco Central. Por eso el tema de la deuda entra en esta cuestión. Sr. Kohan. — ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con permiso de la Presidencia? Sr. Rodríguez (J.). — No, señor diputado. He dicho que no concederé interrupciones. Entonces, cuando se analizan las cuentas fiscales, no sólo deben computarse las erogaciones en materia de sueldos, jubilaciones, transferencias, atención de servicios esenciales, etcétera, sino que también deben considerarse los devengamientos de intereses de la deuda. Así nos introducimos en el tema de la

política de negociación de la deuda externa. Desde el 1º de julio de 1989 hasta la actualidad --ofrezco como testimonio el archivo selecto del señor diputado Baglini— no hay ningún funcionario que haya planteado el tema de la deuda como una cuestión de naturaleza política; es decir que a su natural implicancia económico financiera debe agregarse el problema de naturaleza política. Esto es importante por lo siguiente: hace quince días todos los argentinos nos hemos enterado por los diarios de mi episodio que se produjo en Europa, consistente en que los paises acreedores habían concedido a Polonia una quita del 60 por ciento en su deuda externa. Los mismos acreedores que tiene la Argentina tuvieron una actitud distinta con Polonia que con nuestro país. Vale la pena aclarar que Polonia no integra el Primer Mundo, no envió buques al Golfo Pérsico, no indultó a responsables de episodios de violencia durante el gobierno comunista, etcétera. La Argentina siguió una política caracterizada por la capitalización de la deuda externa. El ingeniero Alsogaray, cuando venía circunstancialmente a la Cámara en su época de asesor, nos hablaba de las bondades de haber reducido en 7 mil millones la deuda externa, lo que significaba ahorrar servicios de capital y de intereses; nos hablaba también sobre lo fantástica que era la política de la deuda externa, respecto de la cual casualmente ejercía esas funciones de asesor. Decisiones de esta naturaleza hacen que la Argentina -al igual que el resto de Latinoamérica- no esté en condiciones de discutir en términos de un planteo político una cuestión de esta naturaleza con los países acreedores y organismos internacionales. La lógica del gobierno merece un comentario con relación a la desindexación. El gobierno plantea que para determinar el precio de un producto o de un servicio se deberá seguir el siguiente procedimiento: el valor que tenia en el mes de mayo de 1990, expresado en dólares, se incrementa en un 12 por ciento; se obtendrá así el valor del producto o del servicio a valor dólar de hoy, y esta cifra se multiplica por 10.000 —que es el tipo de cambio de convertibilidad—, obteniéndose así el precio actual en australes. Si el gobierno se manejara en forma coherente y el planteo realizado en relación con los

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alquileres se hiciera extensivo a otros servicios, sería esperable que el ministro Cavallo -en vez, de hacerse el Robin Hood en programas televisivos- nos dijera que obligará a Telecom y a Telefónica de Argentina a que rebajen las tarifas en un 40 por ciento. Digo esto porque gracias al acuerdo de precios firmado por nuestra ex colega -hoy liberada- María Julia Alsogaray, acompañada por Dromi y Menem, la indexación implica que en la actualidad nuestras tarifas sean un 40 por ciento más caras que las de cualquier país del mundo. Y en este punto no hay ninguna modificación, cosa que no ocurre con los contratos privados ni con los precios de los alquileres, que son rebajados. Se producirán las situaciones dramáticas que mencionaba el señor diputado Baglini, pero hubiera sido muy saludable que mañana pudiéramos enteramos de que la tarifa del servicio telefónico será reducida en un 40 por ciento. Nos encontramos frente a una apuesta decisiva del gobierno, que de alguna manera busca que el Poder Legislativo se involucre --como ha dicho el señor diputado Baglini— en la definición de algo que me parece obvio. ¿Hay algún diputado que esté en condiciones de decirnos en qué país del mundo se fija por ley el tipo de cambio? ¿Alguien recuerda o nos puede decir en qué país del Primer Mundo, del Segundo o del Tercero —antes o después de la caída del muro de Berlín— se fija por ley el tipo de cambio? Seguramente no. Como dirían los abogados, ésta sería una ley de cumplimiento imposible; ellos se expresan de esta manera al hablar de delitos de comisión imposible y el típico ejemplo que se cita es matar a un muerto. En tal sentido, éste sería un proyecto de ley de cumplimiento imposible. Si todos los argentinos hoy estuvieran dispuestos a ejercer el derecho que les confiere la ley de convertir australes en dólares, no podrían, porque acá se hace la cuenta en la relación de la base monetaria con las reservas, aun tomando como ciertas las cuentas del señor diputado Lamberto que arrojan el resultado de la existencia de 6.000 millones de dólares de reserva. En sentido estricto, habría que incorporar los depósitos a plazo, que no están comprendidos en la definición de la relación. Por otra parte, la norma también será de cumplimiento imposible cuando deba hacerse operativa, tal como lo decía el señor diputado Baglini. Podemos vernos a

nosotros mismos convocados para tratar una iniciativa sobre devaluación, monetaria. ¿Se imagina cada uno de nosotros los intereses cruzados que habría pidiendo cada cual el tipo de cambio que le conviene? ¿Cuánto se tardaría en formar quórum? ¿Qué pasaría mientras se reúne el número, se lee el orden del día de la Cámara o se iza la bandera? No quedaría una sola divisa. La norma está presentada sobre la base de la búsqueda de la certidumbre, y lo que está asegurando es el no cumplimiento de la futura ley. Se trata de una iniciativa que pretende dar certeza a las cuestiones económicas, y todos tenemos la absoluta seguridad de que esta ley no podrá cumplirse porque estamos de acuerdo con que este tipo de cambio no durará hasta el fin de los días y en algún momento tendrá que ser modificado. No soy apocalíptico y no digo cuándo, si antes o después, de las elecciones. El día que se adopte esa decisión será por medio de un decreto, porque las devaluaciones no se discuten —se efectúan, se deciden—, y mucho menos de manera pública y abierta como supone el proceso de formación de las leyes en la República Argentina. En realidad, más que buscar credibilidad esta norma está impregnada de espectacularidad. Nos encontramos frente a una situación en la que con el corazón quisiéramos votar favorablemente esta norma, pero con la razón es imposible acompañarla. Hasta ahora todos los comentarios de este debate se vincularon con razones de naturaleza estrictamente económica. Personalmente quiero ser muy franco. Por más que en la República Argentina desembarquen todos los premios Nobel —no sólo los vivos sino también los ya fallecidos— y los sentemos en el sillón que ocupa el ministro Cavallo, no alcanzaría la solvencia técnica de ese equipo ni sus buenas intenciones. Si se ignoran las implicancias de los asuntos de naturaleza política sobre las variables económicas, no se puede entender lo que le pasó y lo que le está ocurriendo a la República Argentina,

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Presidente (Parente). — El señor diputado Jesús Rodríguez ha manifestado que no concederá interrupciones, de manera que la Presidencia ruega a los señores diputados que respeten al orador. Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por la Capital.

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Sr. Rodríguez (J.). — Señor presidente: para que una política económica tenga éxito debe reunir varios requisitos. Primero, debo tratarse de una política de indudable solvencia técnica; y segundo, que tenga credibilidad. Hasta el momento yo conocía tres maneras de brindar credibilidad política a un programa económico. La primera consiste en que la política económica sea el resultado de un mandato electoral. Queda claro que éste no es el caso que nos ocupa, porque este plan nada tiene que ver con los pronunciamientos preelectórales del doctor Menem. La segunda era un esquema de política económica fundado en el poder de la fuerza de un gobierno autoritario. Tampoco es éste el caso porque sin duda alguna el actual presidente de la República fue elegido en comicios absolutamente libres, limpios y sin ningún tipo de condicionamiento. La tercera forma de dar sustento a una política económica estaba dada por la posibilidad de construir un consenso de base parlamentaria, discutido y vertebrado con los sectores productivos, que sea capaz de generar entusiasmo social en relación con un proyecto, un programa y las metas a alcanzar. Pero queda claro que éste no es el caso de la norma que hoy ocupa nuestra atención. La cuarta forma es la que propone el ministro Cavallo, quien cuando los periodistas lo interrogan —nosotros no hemos tenido oportunidad de hacerlo— acerca de si van a bajar los precios, él responde que efectivamente van a bajar. Cuando le señalan que hay dudas acerca de cómo evolucionará la recaudación impositiva, el ministro asegura que habrá recaudación suficiente. Cuando se le plantea que las empresas están amenazadas por la reducción arancelaria, el señor ministro manifiesta que no habrá desocupación. Y si los periodistas le plantean dudas con respecto a. la contención del gasto público, él responde que el gobierno será inflexible. El señor ministro plantea algo que se viene discutiendo desde el inicio de la vida en comunidad, cual es creer en el misterio de la fe o tratar de indagar en la evidencia empírica. Ese espíritu casi obsesivo del voluntarismo místico del señor ministro Cavallo hace difícil que podamos encontrar algún dato concreto. En este proyecto no se refleja ni un solo número, no sabemos de qué reservas se habla, cuánto recaudamos, cuánto estamos gastando, qué prioridad se asigna

a los gastos públicos; tampoco conocemos la situación de las provincias, ni la de los bancos provinciales, ni lo que pasa con la negociación de la deuda externa. ¿Qué quieren ve hagamos? ¿Que confiemos con la misma fe del ministro? La fe la dejamos para la liturgia, porque las cuestiones económicas requieren de una evidencia empírica. Me gustaría creer, quisiera confiar y votar con el corazón, pero la razón hace imposible que apoyemos esta norma. A pesar de las cosas que pasaron; estamos aquí tratando de ejercer la responsabilidad que tenemos por ser el principal partido de oposición; lo hacemos con la mayor lealtad y honestidad, tratando de no agregar más sufrimientos y pesares al pueblo argentino. Voy a finalizar mi exposición haciendo alusión a un pensamiento que —no estoy seguro-creo que pertenece a Oscar Wilde, quien dijo que la diferencia entre lo sublime y lo ridículo es un paso. Yo sostengo que la diferencia entre lo audaz y lo temerario e irresponsable es también un paso; por ello no votaremos afirmativamente el provecto en consideración, (Aplausos.) Sr. Presidente (Parente). - Tiene la palabra el Señor diputado por Mendoza.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Avila Gallo. — Señor presidente: solicito que por Secretaría se dé lectura de la lista de oradores. Sr. Presidente (Parente). La Presidencia hace saber al señor diputado por Tucumán que hará uso de la palabra cuando le corresponda, por lo que no se justifica su pedido. Está en el uso de la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Manzano. — Señor presidente: en este mismo recinto y en circunstancias parecidas a las actuales, cuando comenzaba su gestión el ministro de Economía Domingo Cavallo y tratábamos el paquete impositivo, requeríamos como ahora el apoyo, la comprensión, el quórum, las mayorías especiales, el acompañamiento, la presencia y la aprobación de las otras fuerzas políticas a fin de respaldar y hacer posible una decisión del gobierno nacional. Aunque no sea de buen gusto citar las propias palabras, en este caso lo haré. Dije en aquel Momento que lo que había que aumentar era la masa imponible y el nivel de actividad. No se puede hacer política económica si no se tiene en cuenta cuál será el producto bruto final

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del año, porque aunque el plan sea muy bueno, si el producto bruto disminuye quiere decir que no lo era tanto. El objetivo de todo plan político y económico es el hombre. Debemos encontrar un medio que permita que al final del año haya más bienes y servicios para la misma cantidad de gente, y si hay más gente debe haber más bienes y servicios. Estamos haciendo eso. Hemos salido dé la lógica de que la única manera de hacer política antiinflacionaria es con recesión. Eso deja desacomodados a los actores. Los que siempre estuvieron en contra de la emisión se ponen ahora: en contra de la ley y los que siempre dijeron estar en contra de las políticas monetaristas hacen críticas monetaristas. La desorientación política es muy grande. ¿Por qué? Porque era muy fácil reclamar reactivación desde la oposición y disciplina fiscal desde la derecha, y cuando venimos a capitalizar la experiencia de h historia económica argentina diciendo que hemos aprendido del austral y que hemos aprendido de Gelbard manifiestan: no puede ser que éstos hayan aprendido, agregando: no están tirando la llave del cinturón de castidad. Pareciera ser que la propuesta no es la castidad sino el celibato. Hay que ponerse el cinturón de castidad y tirar la llave, nos señalan. Y la otra cosa que no me extraña en algunas voces, pero que me suena muy raro en otras es la preocupación sobre qué vamos a hacer con la deuda externa. En esto voy a repetir el viejo apotegma peronista: es un problema más grande para los acreedores que para los deudores. ¿En nombre de quién se habla? Dijimos que aquel paquete de impuestos que sancionamos en febrero era el auxilio que le pedíamos al Congreso para alejar la amenaza hiperinflacionaria, para poder hacer política económica de otro sentido. En este aspecto también me voy a- permitir una cita personal. Como jefe de la bancada oficialista hacía autocrítica de los efectos de los enfoques absolutamente monetarios de la pelea contra la inflación a la que nos había sometido la conducción del Banco Central de nuestro propio gobierno. Decía que estábamos pidiendo ayuda para un tránsito que nos permitiera hacer política económica reactivando la economía, pensando que lo que no habían sabido hacer los tecnócratas con sus fórmulas mágicas quizás si lo supieron hacer los argentinos con su trabajo y su esfuerzo.

Es audaz pero no es temerario creer que los empresarios argentinos puedan tomar crédito para ocupar trabajadores, que los trabajadores argentinos puedan emplearse para ganar salarios dignos que la economía argentina puede generar. Es audaz pero es peronista creer que las soluciones para estas cosas las consigue la gente con su esfuerzo, mucho más que nosotros como dirigentes políticos o que los economistas haciendo alquimia en el Banco Central.. La época de la alquimia se terminó; con esto casi les terminamos de prohibir todo. Pocas cosas les quedan. Quizás si les hubiéramos prohibido todo, sería- mejor todavía. Pero no podemos prohibirles todo porque hay que cubrir cosas anteriores, de arrastre. Todos saben cómo vamos a proceder con las provincias; qué va a pasar con los bancos provinciales; qué va a ocurrir cuándo el doctor Porto nos traiga el reclamo de los ministros de acción social de las provincias. ¿Qué va a pasar con la política salarial? Todos saben q le lo único que vamos a hacer es no cubrirla con emisión, con la, maquinita. Pero de alguna manera la vamos a cubrir. ¿O vamos a renunciar al principio básico de existencia de la sociedad que tiende a la búsqueda de la armonía entre sus miembros? Ninguna norma está por encima de la armonía. Alguien decía que ahora las provincias van a quedar desprotegidas. Pero va a haber que protegerlas. ¿O alguien podría ser tan ingenuo de creer que vamos a promover el caos? Donde haya riesgo social, el gobierno concurrirá, porque hace al propio sentido común. No se preocupen, salvo que se esté buscando algún rédito. Hubo una larga discusión con respecto al tipo de cambio. Nosotros habíamos planteado a la conducción económica que existía un atraso cambiario. Desde los primeros días de enero a marzo hubo una variación en el tipo de cambio del ciento por ciento. ¿Hasta cuándo vamos a seguir hablando de atraso cambiario? ¿Qué quieren? ¿Qué quieren que quede del salario? En el mismo discurso no se puede pedir salario justo y devaluación. Hay que ser más honestos con la gente: la devaluación sale de los bolsillos de los que ganan australes. No se puede hacer el discurso del club de exportadores y el del sindicato La Fraternidad. La devaluación la pagan los pobres. ¿O creen que el ministro Cavallo no sabía perfectamente que iba a estar más cómodo con un dólar a doce mil

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australes en lugar de diez mil? Era mucho más sólida y predecible la marcha del programa, ya que ponía a un año de distancia el riesgo de devaluación. ¡Era bárbaro! Están los gurúes de la city que hablan de un atraso cambiario del 20 por ciento. Pero los precios en dólares desde mayo del año pasado subieron un 20 por ciento, lo que significó algo así como meterles la mano en el bolsillo a los que viven del. salario. Iban a estar más seguros los exportadores y tenedores de dólares que los que viven de ingresos fijos. Nosotros no formamos un colchón. Por ahí se dijo: se están arriesgando demasiado, ¡formen, un colchón!. Pero formar un colchón es meterle, la mano en el bolsillo a la gente; hay. que decir la verdad.. hacemos ollas populares con La Fraternidad, defensa de los aranceles con el club de exportadores, y pedido de devaluación en el mismo día. ¿Cómo es esto? Para algunos no cierra, salvo, que se esté proponiendo una reforma impositiva muchas veces puesta en práctica, que es la única que no se vota en el Congreso: se trata del restablecimiento del impuesto inflacionario; son los pactos sociales implícitos que incluyen al Citibank. Es cuánto de inflación hace falta para que les demos a todos lo que se les ocurra, y ahí sí puedo contestar a todas las preguntas. Le podemos dar a La Fraternidad lo que pide, al club de exportadores el tipo de cambio que solicita, a los contratistas seguir tal cual están, los redescuentos a los bancos de provincia seguir en pie, las ayudas y anticipos del Tesoro a provincias también y que los bancos acreedores cobren. En fin, cobran todos. Durante los cinco primeros años del gobierno del doctor Alfonsín cobraban todos 4.200 millones de dólares por año. ¡Tanto que habla el señor diputado Jesús Rodríguez de la deuda, pero no dijo que se pagaba con el impuesto inflacionario! (Aplausos.) Sr Breard. — ¿Me permite una interrupción, señor diputado? Sr. Manzano. — No voy a conceder interrupciones. Decía que ésta es la manera para que todos cobren, pero es con el impuesto inflacionario. ¿Saben cuál es el problema del impuesto inflacionario? Que las cosas se acumulan de tal manera que un día se produce una explosión,

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de manera que los que tenían dólares son los beneficiados, mientras que los que tenían australes resultan los grandes perjudicados. El día en que la situación económica explota es aquel en que el dólar salta de 17 a 40; los que tienen dólares se dan cuenta que tienen el doble que antes, y los que tienen australes se dan cuenta que ahora tienen la mitad. Quienes tienen australes no han podido opinar, pero sí lo han hecho los que tienen dólares, porque son los que presionan, demandando aún más dólares para generar la estampida. Los que tienen dólares son los difíciles, pero son los que obtienen australes más fácilmente para demandar más dólares. Aquí cabe aquel dicho popular de que la plata busca la plata. Entonces, ¿cuál es la pro-Tuesta alternativa? Una puede ser la del impuesto inflacionario. En ese caso cobran los bancos acreedores, las provincias, los maestros, los jubilados, la policía, los militares, los contratistas, es decir, cobran todos. Pero, ¿quién paga? Los más pobres; así de simple. Nosotros venimos con una propuesta que estamos construyendo, a veces con planificación y otras —hay que asumirlo con sentido auto-crítico— con el método ensayo-error. Es el peor de los métodos. Debemos admitir —por qué vamos a negarlo —que buscarnos el esquema de la convertibilidad desde hace más de un año, desde el fracaso de Rapanelli, durante toda la gestión de Ermán González, pero recién lo podernos instrumentar ahora. No podíamos instaurar la convertibilidad sobro una fuerte devaluación. No podíamos hacer pagar a los que viven de su trabajo y operan en australes un requerimiento que es mucho más del mercado que de los consumidores, que viven de los ingresos fijos. Hacerlo en cualquier momento era hacérselo pagar a los más pobres. Hacerlo ahora genera discusiones, pero seamos sinceros: la calle se ha descomprimido. En nuestro bloque sobran hoy los voceros que quieren defender la política del gobierno. Esto también desorienta y obliga a una gimnasia opositora. A veces no se sabe cuál es el porqué de la oposición, pareciendo ser que primero hay que oponerse y después buscar el porqué. He escuchado que este régimen no va a cerrar por el atraso cambiario y por el problema fiscal, que los niveles de recaudación que se pretenden requieren un milagro y que el modelo en sí es

recesivo e idéntico al de Martínez de Hoz. Voy a tratar de contestar cada una de estas cosas. Lo primero es capitalizar la experiencia. ¿Por qué fracasó Gelbard y por qué fracasó el plan austral? Brevemente, en ambos casos se menospreciaron cuestiones que hoy dejaron de formar parte del patrimonio de una escuela económica y que integran lo que yo llamaría un mecanismo de análisis común. No basta generar mucho nivel de actividad económica; no basta generar un plan de estabilización ad hoc. No se puede resignar el valor protagónico del equilibrio fiscal en cualquier programa de estabilización, y no se puede pensar en equilibrio fiscal genuino si no se obtienen recursos por la vía del incremento de la masa imponible. La resolución del conflicto entre nivel de actividad, equilibrio fiscal y estabilidad económica encuentra una sola respuesta, que es la mayor creación de bienes y servicios. Esa es la lógica del programa. Ese es el giro que ha habido en la política del gobierno. No es si abandonó o no ciertos elementos de la economía de mercado o si “peronizó”- o no cierto programa. La realidad ha cerrado el debate acerca de cómo se resuelve esto: sólo con más bienes y servicios. La puja afloja si. hay más bienes y servicios; el problema fiscal sólo cierra con más bienes y servicios. Hoy parece una ironía hablar de revolución productiva. ¿Pero cuánto se habría ganado si no se hubiera empujado al gobierno a plantear la contradicción irresoluble entre estabilidad y crecimiento, entre estabilidad y reactivación? No hay tal reactivación sin aumento de la masa imponible, sin equilibrio fiscal y sin un mayor nivel de actividad. ¿Qué tendría que hacer un productor agropecuario? Tendría que pagar retenciones, IVA, el impuesto a las ganancias, al patrimonio neto, el impuesto inmobiliario y derechos específicos de importación. ¿Qué más? ¿Que deje a la esposa? No puede producir en esas condiciones. ¿Qué tendría que hacer un industrial? ¿Pagar la luz el triple que en Brasil y a eso agregarle todos los impuestos? No puede, no da más. Ya está pelada la gallina; sigue viva por casualidad. Hay que generar más gallinas para sacarle menos plumas a cada gallina. Esa es la lógica, el giro, el misterio de esta política. ¿Y cuál es la herramienta elegida? ¿Por qué se confunden los que

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comparan este plan con el de Martínez de Hoz? Martínez de Hoz fue el creador de la competencia tasa-dólar. La tablita y la apertura importadora de Martínez de Hoz eran lo más visible; pero lomás notorio, donde estaba la ganancia, era en la competencia tasa-dólar y en la fuerte positividad de la tasa a lo largo de toda la gestión de Martínez de Hoz. Así se generó la cultura de que era mejor ganar la plata especulando que trabajando. Esto está pensado al revés. Busca quebrar la competencia tasa-dólar. Baja precipitadamente las tasas, da certidumbre sobre el nivel del dólar y entonces procura permitir el restablecimiento del crédito; que la plata sin ser prestada queme en manos de los bancos para empujar así los préstamos al sector productivo. Es una lógica absolutamente inversa a la lógica recesiva. Apunta a restablecer al gran desaparecido de la economía argentina, que es el crédito, para poder generar niveles de actividad. Con el plan austral pasó algo semejante, pero nosotros capitalizamos la experiencia ajena. En aquella oportunidad se confiaba tanto en el mecanismo de estabilidad ad hoc que se terminó despreciando el componente fiscal. Hasta ahora, nuestra política económica estuvo basada en el componente fiscal, pero no generaba certidumbre para lograr el crecimiento. Asimismo, se regeneró la competencia tasa-dólar. El austral llegó a tener el ciento por ciento anual de rendimiento en dólares, comparado con la tasa de interés, ¿Cuál es la diferencia con este caso? Está en que si se comparan los valores locales con los internacionales, sumando el riesgo país y la diferencia de previsibilidad de las cobranzas, se puede tomar crédito en el circuito financiero para producir bienes y generar empleo. Si los precios internos permanecen estables, la deuda se podrá cuantificar en bienes, con lo que aparecerá en la economía la idea del mediano plazo. Habremos pasado de la semana a los meses, y luego a los años. Los que venimos de economías regionales sabemos cómo han sobrevivido algunos créditos a los sacudones hiperinflacionarios: se fijaron en productos para que fueran devueltos en esa especie, anclados a algo. Este proyecto busca -anclar el conjunto de la economía para que la gente se anime a salir de los dólares y a ponerse en -cosas, hasta en australes. Grave confusión han

hecho los analistas económicos y algunos periodistas... Sr. Berhongaray. — ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Manzano. — No voy a conceder interrupciones, señor diputado. Decía que. se cometió el error de confundir convertibilidad con dolarización. La dolarización es la desaparición de la moneda local para que todas las transacciones se realicen en dólares. Ello significaría renunciar a la capacidad de emisión por parte del Estado nacional y resignar la soberanía en un estado extranjero. Esto es al revés. Significa decir que nuestra moneda vale porque tiene una prenda sobre una divisa que vale en todo el mundo, y que por tener esa prenda no hace falta sacársela de encima; hay que retenerla. Puede usársela, pero vamos a emitir en la medida en que ganemos en la pelea contra todos los, déficit estructurales que tenemos. Lo que tengamos de aumento de recaudación podremos incorporarlo. Lo que consigamos de financiamiento externo también podremos incorporarlo. Lo propio haremos con los intereses provenientes de nuestras reservas. Existe una diferencia sustancial entre desaparecer como país soberano para tener moneda y fortalecer nuestra moneda con las reservas que hemos sido capaces de juntar.

—Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 1º de la Honorable Cámara, doctor Augusto José María Alasino.

Sr. Manzano. - Aquí sólo se puede confundir con mala fe. ¿A qué ritmo crecerá la monetización de la economía argentina? Al ritmo que crezca la disciplina del Estado, la capacidad de obtener financiamiento externo y el rendimiento de los intereses de nuestras reservas. Además, crecerá al ritmo que crezca la producción de bienes. Mucho se habla del atraso cambiario y no se confía ni siquiera un poco en la capacidad de los argentinos de aumentar la productividad y los rendimientos. Hemos creído los discursos de años y años de Martínez de Hoz acerca de la ineficiencia de la estructura industrial argentina. No somos capaces de creer que los industriales y trabajadores, si tienen certidumbre cambiaria, normas estables y reglas permanentes, podrán asegurar productividad, obtener mayores rendimientos y generar bienes y servicios

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y, sobre esa base, comenzar la reconstrucción. Sabemos que no es lo mismo fabricar caramelos que acero, pero sabemos asimismo que para fabricar acero no es necesario pagar cinco veces su valor. ¿Cómo vamos a concertar en materia de política arancelaria? Hay que ejercer la responsabilidad de cogobernar. Además hay que analiza el plan en su totalidad. No se puede hablar una semana de impuestos, otra de aranceles y la siguiente de la moneda. El plan no debe ser considerado en forma parcial. Además, el atraso cambiado no es tal si se observa el restablecimiento del crédito y se lo analiza en conjunto con la política arancelaria, Los bienes que no se producen en el país tienen arancel cero; asimismo, desaparecen las trabas paraarancelarias. Los insumos tienen 11 por ciento de arancel y los productos terminados el 22 por ciento. Es un incentivo a la producción de bienes con alto valor agregado y elevada utilización de mano da obra. Este sistema significa —y lo admitimos— una dificultad para grandes industrias con capital intensivo. ¿Ello quiere decir que van a cerrar? No; nadie renunciará a hacer política microeconómica. No se ha dicho que si hay un reclamo genuino y transparente, quizá del propio Congreso, de un gobernador de provincia, de legisladores de la oposición o de los sindicatos, el gobierno no concurrirá a desarrollar una política industrial en casos con nombre y apellido para permitirles afrontar la transición. Podemos hacerlo si asumimos responsabilidades políticas y si eliminamos el fantasma de la corrupción y la prebenda. Podernos llevar a cabo esa política industrial pero, por pensar en esos casos, no podemos dejar de hacer lo que debernos para comprobar si es cierto que la inflexibilidad de los precios es real, o si bajando la estructura arancelaria algunos precios no mejoran en la forma debida. El ejemplo del panadero citado por el señor diputado Baglini no es del todo feliz. Se trata de un panadero que no sabe que paga la harina dos veces el precio del trigo. Debe ser que los granos hay que abrirlos de a uno y molerlos a mano. Posiblemente con el arancel cero mejore el precio, ya que el insumo más importante es la harina. No analicemos la situación estática sino el conjunto de herramientas que está desplegando el gobierno. Luego sí podremos oponernos o apoyar la

iniciativa; lo importante es analizar el plan en su conjunto. En cuanto al tema de la recaudación milagrosa, debo decir que no es tal. Querernos que sea un poco superior a la de enero, que alcance niveles equivalentes a los buenos meses del austral; eso no es un milagro sino cobrar lo que simplemente se debe cobrar. La cuestión vinculada con las empresas creo que es una apuesta. No sé si funcionará o no, pero sobre el particular puedo adelantar algunas noticias a la Cámara: serán castigadas dos empresas lácteas. El Ministerio de Economía decidió anoche excluir a las empresas La Serenísima y Sancor de los beneficios acordados por las resoluciones 71 a 75; no les otorgará ni re novará ninguna línea crediticia con la banca oficial. (Aplausos.) La noticia expresa: "La dura réplica del gobierno se debe a los incrementos efectuados por La Serenísima (entre 8 y 9 por ciento) y Sancor (de 20 y 40 por ciento) en toda su línea de productos lácteos, un día después de conocerse el nuevo plan económico. "Si bien se mantiene la libertad de precios, la señal emitida por el Ministerio de Economía es que existen instrumentos para desalentar (y castigar) a las empresas que aumenten en forma injustificada los valores de los productos. Concretamente esta exclusión elimina la posibilidad de la compañía de la familia Mastellone y de la cooperativa Sancor de acceder a reembolsos, Bocrex, regímenes antidúmping efectivos, desgravaciones impositivas, descuen- tos de las tarifas energéticas y financiamiento por parte de la banca publica." ¿Acaso alguien cree que vamos a fijar el tipo de cambio por ley y que luego vamos a dejar jugar la suerte de un gobierno democrático al festín de siete u ocho irresponsables? Se han señalado algunas cuestiones que las tornamos como propias. Compartimos que la tasa del impuesto a los débitos bancarios es excesiva. Tomarnos el compromiso de que en poco tiempo eliminaremos dicho gravamen. Convocarnos a la Cámara para pensar en conjunto cómo solucionar el problema fiscal. Debe analizarse con qué se va a reemplazar dicho gravamen, ya que lo vamos a eliminar por ser un impuesto pésimo. También son pésimas las retenciones a los productos agropecuarios. Resulta fácil cobrarlas, pero son malas para el productor.

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¡Hasta dónde ha llegado la distorsión que hubo que firmar un pacto con el agro para que se comprometan a cumplir con la ley! Más vale que cumplan y que el ministro nos pueda mostrar las cifras de recaudación del IVA agropecuario, porque si los resultados no aparecen, volveremos a aplicarle las retenciones. En esta Cámara dijimos que no podíamos mantenernos impasibles frente a la posibilidad de que en el país no se iniciasen las clases. Nos reunimos y junto con el Poder Ejecutivo y todas las fuerzas políticas hemos sancionado una norma más o menos suficiente. Así las clases se iniciaron en marzo en todo el país. Ello no ha sido noticia para los comunicadores sociales. Quizás lo hubiera sido en mayor medida la huelga docente, pero ella se logró evitar merced a un esfuerzo conjunto del Poder Ejecutivo y del Parlamento. En este tema la iniciativa surgió de la oposición. Estos aspectos tenemos que discutirlos en conjunto, sin quedar a la espera del fracaso. Voy a terminar mi exposición refiriéndome a la deuda externa. No se va a recurrir al impuesto inflacionario. El que más se preocupa por ello es quien más se benefició con él. En este caso, el que más se benefició es el acreedor externo. En los últimos seis años percibió aproximadamente 14 mil millones de dólares y contabilizó otra suma igual como incremento de la deuda. Se llevó 14 mil millones de dólares en billetes, respecto de los que tanto discutimos en la actualidad en relación a si disponemos de 4 mil o de 6 mil millones. No hay plata a emitir para el acreedor externo. No hay estrategias coherentes en el país con respecto a la deuda externa. El planteo del ingeniero Alsogaray se vincula Con la realización de activos. Nuestro partido, junto con la COPAL, armó un modelo que incluye la reducción de la deuda, su recompra, la realización de activos y el planteo de insuficiencia del plan Brady. No conozco la propuesta del radicalismo. No sé si ella contempla los 4.500 millones de dólares abonados durante los primeros cinco años de su gobierno o la moratoria unilateral del último año. Por eso decimos que vamos a discutir la política de la deuda externa, que también va a venir al. Congreso y figurará en el presupuesto nacional., y esto será así porque si no se puede emitir para la deuda ¿de dónde saldrá el dinero? Evidentemente, esto tiene que estar incluido en el proyecto de ley de

presupuesto. De todas maneras, hay que decir cuánto se quiere pagar; debemos ponerle la cara a John Reed pero aclarando que tenemos equis cantidad de dinero y no más que eso; no podemos manejarnos de otra forma. Debemos ser sinceros, y los especialistas en el tema saben que lo que digo es cierto. Veo sonrisas en los rostros de algunos señores diputados —que seguramente no son los especialistas— pero a ellos les recuerdo que durante todo el gobierno de Alfonsín se pagaron 350 millones de- dólares frescos a la banca acreedora por impuestos. Se emitía para la banca extranjera.

—Varios señores diputados hablan a la vez

Sr. Jaroslavsky. — El señor diputado Breard ha sido aludido, de manera que luego hará uso de la palabra. Sr. Manzano. — No he aludido a nadie. Hablé Alfonsín; si viniera, podría hacer uso de la palabra.

--Varios diputados hablan a la vez. Sr. Manzano. — Aquí hay agradecimiento sin compromisos. Hay agradecimiento porque solos" no tendríamos el respaldo de una ley, que no significa el apoyo de los demás partidos a esta: política, La responsabilidad principal es del gobierno. Nadie debe preocuparse por si quedó más o menos pegado a esta decisión. El país sabe que los riesgos corren- por cuenta del gobierno y que lo que hacen los demás es facilitar que se gobierne y no poner más dificultades en un momento dificil. Reconocemos y agradecemos esta actitud de todas las fuerza políticas, desde las que más se oponen hasta aquellas que nos acompañan. No queremos pegar a nadie en nuestras decisiones; no venimos al Congreso pegar a nadie sino a construir certidumbre, algo a lo que hizo alusión el señor diputado Jesús Rodríguez. Ya no se cree en las promesas porque no bastan; hasta las leyes generan dudas. Venimos aquí a anclar una referencia, a ponerle un corsé a la capacidad del Estado de emitir moneda, imponerle la obligación de recaudar fondos, someter a la estructura productiva a la disciplina de la competencia externa y generar normas que faciliten la inversión, Dentro de algunas semanas vendremos a tratar de simplificar la estructura tributaria. Este es el programa; no tiene misterios, no hay conejos dentro de la galera, Largarnos de esta manera es temerario o audaz; temerario, si pensamos que no es

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,suficiente la capacidad del ministro Cavallo, y audaz si advertimos que estamos apostando a las ganas dé. trabajar y producir de los argentinos. (Aplausos) Sr.. Baglini.-- Pido la palabra para una aclaración. Sr. Presidente (Alasino). — Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Baglini. — Señor presidente: no voy a incursionar en el tema de las veces en que el señor diputado Manzano nos ha llamado a reconocer: en los once planes sucesivos el extraordinario olfato del señor presidente, en quien había que confiar para dejarlo conducir el destino de la República. Pero esta es la séptima vez que lo escucho en esta Cámara aplicando un mecanismo que distinguía a los jefes de las tribus antiguas, que consistía en blandir un artefacto llamado macana, y con pretendían presidir la organización tribal. Y este macaneo tiene alguna correlación con temas que hemos discutido más de una vez en esta Cámara. Invito al señor diputado Manzano a que busque y traiga la cifra oficial de lo que pagábamos realmente y a que compare los números del. pago efectivo con el discurso del señor ministro

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Cavallo de dos semanas atrás en la Cámara de Senadores, cuando explicó lo que es un flujo neto de recursos y cuánto se saca en realidad del bolsillo. El señor diputado Manzano se encontrará con la sorpresa de que durante un lapso que es exactamente tres veces mayor que el que lleva la actual gestión, es decir, en 65 meses, nosotros pagamos una cifra que oscila entre los 11.400 y los 12 mil millones de dólares. Por otro lado si él sumara los miles de millones de dólares de la capitalización de la deuda externa —supongamos 7 mil millones, para tomar números redondos, y teniendo en cuenta las dos empresas públicas privatizadas—, los 3 mil millones de dólares de capitalización de la deuda que se han ido en otros procedimientos de distinta naturaleza —que no son inversión directa sino cancelación de créditos de bancos oficiales—, los 2 mil millones de dólares de pagos a razón de 40 y 60 millones de dólares mensuales, y no sé si me olvido de algo más, llegaría a la conclusión de que este gobierno ha pagado en forma efectiva en 22 meses más que nosotros en 65 meses de gestión. Además, descubrirá el señor diputado Manzano, después de haber torturado durante años nuestros oídos diciendo que era necesario imprimir un nuevo ritmo al Consenso de Cartagena y acordar una negociación global entre todos los países deudores, que el presidente Menem inició su gestión en materia de deuda externa yendo a decir en los foros internacionales que este no es un problema político y que lo que nosotros necesitamos es que nos dejen vender. El señor diputado Manzano también se enterará de que la República Argentina hoy goza de la posibilidad de mantener parte de su crédito internacional por una renegociación de la deuda que refinanció el capital a dieciocho años, cuestión que no consiguió este gobierno sino el anterior. Asimismo, el señor diputado Manzano sabrá que desde la reunión que se celebrara en 1984 en Punta del Este se delinearon mecanismos corno la constitución de fondos especiales, que ahora comienzan a gestarse por parte de los organismos multilaterales internacionales para que sean los propios países deudores los que intenten re-comprar parte de su deuda externa, y no los acreedores los que capten la diferencia de un título que dice que vale cien, pero que en el mercado secundario llegó a valer 12.

Todo este tipo de cosas se tienen que hacer con algún rigor porque en este tema no se puede seguir macaneando. Sabemos que el señor diputado Alsogaray tiene una propuesta, y que la están aplicando a rajatabla. Esto significa no pagar con billetes en efectivo sino con empresas como si los billetes que se pusieron durante generaciones en las empresas públicas fueran de un color diferente al de aquéllos con los que nosotros pagábamos, Realmente quisiéramos que alguien viniera a explicarnos qué es lo que se quiere hacer, y que se cumpliera la promesa formulada allá en el fondo de la historia —en octubre de 1989— por el ex ministro Rapanelli, quien expresó que inmediatamente que estuviera definida la estrategia de negociación de la deuda externa se consulta- ría al Congreso de la Nación. Alguna vez quisiéramos saber —sea en una sesión pública o en una secreta— qué es lo que ha hecho con esta estrategia la comisión creada por decreto, que integran los presidentes de los dos bloques oficialistas de las cámaras de Senadores y de Diputados y algunos miembros del Poder Ejecutivo. Aquí lo importante es adoptar una posición en serio porque en realidad no se trata de disfrazar las cifras de lo que pagaron unos y lo que pagan otros, sino de encontrar algo en común, para lo cual poco ha de servir el macaneo. (Aplausos) Sr. Manzano.— Pido la palabra en razón de que he sido aludido por el señor diputado Baglini. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Manzano. — Señor presidente: no es mi intención polemizar con el señor diputado Baglini, pero no me parece feliz el ejemplo que brindó con respecto a la utilización de la macana. Voy a reiterar cifras que ya se han brindado a fin de que el tema quede definitivamente en claro; 13 mil sobre los flujos y 13 mil de incremento de capital. Lo que se ha hecho en nuestro gobierno es pagar 40 millones de dólares mensuales durante el período que comprende desde la finalización del primer semestre hasta el mes catorce; después se abonan 60 millones mensuales sobre los flujos. Además se han tomado papeles que exteriorizan capital e intereses que siguen acumulándose a valor de mercado contra activos que producían déficit. Esto es lo que se ha hecho hasta ahora. Se redujo el stock de deuda —en lugar de incrementarse— con la totalidad de los

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papeles que se han recibido, y el servicio de la deuda se ha limitado a las cantidades mencionadas anteriormente. Sin embargo, durante el gobierno del doctor Alfonsín se registró una cifra de 4.500 millones de dólares anuales, entre organismos y bancos, de los cuales 350 millones se llevaban los bancos hasta que pasamos a la moratoria unilateral. Goles son amores, y como al señor diputado Baglini le gustan tanto las cifras, cuando desee podemos seguir discutiendo el tema. Sr. Breard. — Pido la palabra para una aclaración. Sr. Presidente (Alasino). — Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado por Corrientes. Sr. Breard. — Señor presidente: en varias oportunidades hemos debido aceptar estoicamente las acusaciones formuladas por el señor diputado Manzano, quien por el ejercicio de la mayoría circunstancial que posee su bloque en la Honorable Cámara como consecuencia del resultado de las elecciones de 1989 siempre hace uso de la palabra en último término, sin que nos quede derecho a réplica, Esta es la razón por la cual no contestamos sus acusaciones. Me da la impresión de que al señor diputado Manzano le ocurre lo mismo que le sucedió a Perciavalle como consecuencia del accidente que sufrió en el Uruguay: se olvidó de su pasado; es el mismo, pero con otras actitudes. El señor diputado no tiene derecho a agraviar permanentemente al bloque de la Unión. Radical...

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Breard. — ...que también hace esfuerzos por sostener el sistema democrático. El señor diputado Baglini ha señalado muy bien que con ENTEL hemos pagado un negocio financiero y se han perdido 300 millones de dólares en concepto de impuestos que se destinaban al pago de jubilaciones. Esto trajo como consecuencia la renuncia del doctor Santiago de Estrada debido a la carencia de financiación para los jubilados derivada de este proceso de privatización que —como bien lo señalaba el ex ministro Terragno— se convirtió en una tortura para los obreros y colocó a los usuarios en un estado de indefensión. El ministro Cavallo ha señalado en el Senado de la Nación que este año se han pagado 1.400 millones de dólares a la

banca exterior, Se miente cuando se dice que se pagan 60 millones de dólares, porque si bien a la banca acreedora privada se le abona esa cifra, al Club de París y a los organismos multilaterales se les pagan 3.000 millones de dólares anuales y por amortización de los Bonex se están abonando 1.500 millones de dólares anuales.

--Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Breard. — No se puede señalar que se ha recibido dinero por la privatización de Aerolíneas Argentinas porque esa licitación está caída por inmoral. Han pasado siete meses y Congreso sigue solicitando información, mientras el Poder Ejecutivo no da por caída esa licitación por incumplimiento, a pesar de que no se ha puesto un peso hasta la fecha; ni siquiera nos dieron esos papeles muertos que se dice que son títulos de la deuda externa. Esta es la verdad de lo que ocurre en esto que ellos llaman la reforma del Estado, el proceso de privatización en la Argentina. Nos hablan de un paquete impositivo que viene a producir una revolución cuando, en realidad, sigue siendo regresivo. Estarnos entre los tres países del mundo que menos cobran de impuesto a las ganancias, y no nos animamos a cobrarles a las dos mil empresas más importantes; pero sí nos atrevemos a cobrar al pueblo argentino el impuesto al consumo. Y ahora nos quieren venir a impresionar diciendo que a las fábricas de lácteos las van a cerrar. Yo le digo al señor diputado Manzano que se acuerde también de Grosso. ¿Qué hizo Grosso? Hoy aumentó el 25 por ciento la tarifa de los taxis. ¿Esto no significa romper la promesa desde el mismo oficialismo? Se cobran cuatro veces más los impuestos inmobiliarios después de la General Paz, que desde allí para acá. Aumentó el sueldo a los maestros municipales, que cobran más que los nacionales...

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Breard.-- Señor presidente: creo que a que no tiene razón sólo le quedan los gritos. Lo veo al amigo Curto y me da lástima, porque es un hombre que proviene de las filas obreras y está apoyando un plan para los ricos. ¡Estoy cansado de los conversos!

—Varios señores diputados hablan a la vez.

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Sr. Presidente (Alasino).--Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Aramouni.-- Señor presidente: este proyecto denominado de libro convertibilidad y libra circulación del austral, concebido en el cenáculo restringido y tecnocrático de la Fundación Mediterránea, de la que forma parte el señor ministro de Economía, es la -última propuesta de estabilidad que sigue después de quince años y algunos meses al primer intento --tal vez—de estabilidad que fue el de Celestino Rodrigo. Si bien desde el punto de vista técnico puede haber variantes entre las distintas propuestas do estabilidad, es importante señalar que no ha habido diferencias en cuanto a quienes han tenido soportar el ajuste. Este último siempre cayó sobre la clase asalariada, los jubilados, los desocupados, la pequeña y mediana empresa. De este ajuste no se salvará ninguno de estos sectores. También entiendo que el análisis de este proyecto de ley bien merece como introducción manifestar que el ministro Cavallo integra la larga lista de representantes de una concepción eco- nómica que ha venido conduciendo la política económica argentina prácticamente durante .los -últimos 35 años. Es evidente que el ministro Cavallo se enrola también en la concepción económica de hombres como Krieger Vasena, como Alemana, como el señor diputado Alsogaray o como Martínez de Hoz. Sabemos muy bien lo que ha significado siempre ese pensamiento económico para la República Argentina y particularmente para esos sectores en quienes siempre recayó la política de ajuste. Los representantes de dicho pensamiento fueron los que enfrontaron la industrialización y todo tipo de reclamos sociales, los que hicieron pagar al pueblo el costo social de las políticas de ajuste. Actuaron principalmente con gobiernos militares; también lo hicieron en gobiernes elegidos por el pueblo, pero éste jamás. imaginó que luego del triunfo electoral del 14, de mayo esos mismos hombres iban a retornar al Ministerio de Economía para llevar a cabo una política de ajuste en virtud de la cual la clase trabajadora sufre las peores consecuencias. Fueron también esos señores quienes en definitiva, valiéndose de los gobiernos militares, violaron los derechos humanos

y restringieron el ejercicio del derecho de huelga. Hoy, un ministro que también pertenece a la concepción mencionada ha ideado estas medidas de estabilización que no son un plan sino que apenas constituyen la determinación de un tipo de cambio fijo. Qué importante hubiera sido que esta Cámara debatiera un verdadero plan económico, consensuado entre todos los sectores sociales y políticos del pais! Sin embargo, estamos tratando en pocas horas el proyecto de ley que debió haber sido analizado con más profundidad en las comisiones. Quienes participamos en horas de la mafia-13a del día de ayer en la reunión conjunta de las comisiones de Legislación General y de Finanzas, advertimos cómo dos funcionarios del Banco Central —el vicepresidente y un asesor letrado— no tenían ideas claras para dar respuestas a las preguntas que surgen del texto del proyecto de ley e incluso se contradecían. ¡Qué no decir si analizamos las respuestas que publicó el diario "Clarín" del día domingo a raiz de un reportaje al señor ministro de Economía! Cuando me toque analizar el problema de las tarifas voy a hacer referencia expresa a esas palabras del ministro, a lo que se dijo en la comisión, a lo que podría surgir del texto de este proyecto de ley y a lo que va a dar lugar con seguridad a cuestionamientos de carácter judicial. Mientras el señor ministro de Economía manifestaba al citado diario que las tarifas de Obras Sanitarias de la Nación estaban considerablemente atrasadas, una tabla publicada por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas en su re vista número 96, de febrero del corriente año, referida a. los precios y tarifas de las empresas públicas, tomando una base 100 para el año 1986 demuestra que precisamente Agua y Energía fue la que obtuvo, al mes de noviembre del año pasado, el más alto incremento: 139,5 por ciento. El señor ministro de. Economía señala ante una pregunta del periodista que las tarifas ese congelarán a partir de abril. Sostiene que puede haber pequeños ajustes en las que estuviesen atrasadas, y da como ejemplos las de Obras Sanitarias de la Nación, Ferrocarriles y electricidad... No sé a lo que llama el señor ministro de Economía tarifas atrasadas. Entonces, -me pregunto si el señor ministro, a pesar de lo que puedan decir los señores diputados de la bancada

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Justicialista, no estará pretendiendo que antes de la entrada en vigencia de esta ley se lleve a cabo un reajuste de tarifas que supere considerablemente el índice del costo de vida, de manera tal que a partir del 19 de abril tengan un "colchón" favorable superior a lo que la propia ley determina. En cuanto a las tarifas a las que ha hecho mención el señor ministro o a las que se refirieron ayer los- dos funcionarios del Banco Central que señalaron casi al unísono que ellas también estarán comprendidas dentro de lo dispuesto por el artículo 9º, me pregunto, y también se lo preguntará el pueblo, cuál será la situación final. Lo mismo podríamos decir respecto de las tarifas de ENTEL. Apelando a la mencionada tabla de comparación del precio del pulso y tomando en cuenta el índice de precios al consumidor nivel general, observamos que la variación entre enero de 1989 y febrero de 1991 significó que el pulso, que estaba en 6,54 —según el indice de precios al consumidor el costo del pulso debió llegar a 129,15— pasó a costar 340,158. Esta cifra corresponde a la lectura del servicio telefónico abonado del 26 de noviembre de 1990 al 26 de enero de este año. Desde el momento en que las dos empresas adjudicatarias de ENTEL se hicieron cargo del servicio, elevaron el valor del pulso en forma considerable, por encima del nivel de precios al consumidor, nivel general. Siguiendo dicho índice debieron haber_ cobrado 205,7314 australes por pulso, y en cambio cobraron 340,158 australes, lo que significa que el pulso se está cobrando a una suma considerablemente superior a la que indican los índices de precios al consumidor nivel general. El costo del pulso en noviembre de 1990, con un valor del dólar de 5.258,40 australes, era de 0,025 dólares. Ahora que el dólar se eleva a 10 mil australes, un valor del .pulso en la factura vencida el 11 de marzo del corriente año de 340,158 australes, nos ciaría un pulso igual a 0,034 dólares. Esto significa que entre noviembre de 1990 y marzo de 1991, con la lectura al 26 de enero del corriente año, aumentó la tarifa un 36 por ciento. ¿A cuánto aumentará para la lectura comprendida entre el 27 de enero y el 27 de marzo le 1991? Esto es lo que nos tenemos que preguntar para saber si se va a observar o no lo dispuesto en la ley de convertibilidad: si se mantendrá el actual régimen hasta el

31 de marzo y si a partir del 1º de abril se habrá de aplicar el sistema que la propia norma determina. Esto es lo que no supieron contestar los funcionarios del Banco Central en la reunión conjunta de las comisiones de Legislación General y de Finanzas celebrada el día de ayer, como tampoco lo supo contestar el propio ministro de Economía quien, en el reportaje de "Clarín" del domingo pasado, ante la pregunta de qué iban a hacer —porque los usuarios trinan— ya que las tarifas telefónicas son un escándalo porque están al doble del valor de los Estados Unidos, contestó que el usuario tiene que reclamar en la Comisión Nacional de Telecomunicaciones. Para no seguir dando lectura a la respuesta del ministro, quiero decir que no fue suficientemente analizado este proyecto de ley preparado en el cenáculo restringido y tecnocrático de la Fundación Mediterránea a la que pertenece el señor ministro de Economía. Más bien es un producto de la improvisación. De la lectura de cada uno de los artículos surge la improvisación, la contradicción con el ordenamiento jurídico vigente y las dificultades que tendrán los tribunales para solucionar las cuestiones que se susciten. No basta con que el artículo 13 determine que la ley es de orden público, como si las leyes de orden público no estuvieran sometidas al contralor judicial. Pero me voy a referir al proyecto siguiendo el orden de los títulos. De acuerdo con las expresiones de los diputados justicialistas y del propio señor ministro de Economía, del análisis del título 1 surge que las medidas que se toman no tienden a revertir la situación antiproductiva y antiinversora. Es evidente que la estabilidad no se logrará por ley. Hay una coincidencia entre este proyecto y, otras medidas de estabilización que se tomaron en otras épocas: quiérase o no, por coincidencia o por casualidad, siempre fueron sancionadas en épocas preelectorales. La idea de fijar el valor del dólar por ello de una ley y de esta manera legitimar la dolarización tiene por finalidad lograr una aparente estabilidad para que el gobierno pueda llegar con aguas más tranquilas a la fecha electoral del 8 de septiembre, como también lo buscaron otras decisiones, de las que ni siquiera se salvó el propio Martínez de Hoz durante la época militar, porque él tenía por finalidad lograr la continuidad del régimen militar.

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Por esta ley se congelan los salarios y los haberes jubilatorios, pero no los precios. El señor ministro de Economía hace un llamado a, la solidaridad de las empresas multinacionales oligopólicas, como si alguna vez tales empresas hubieran realizado gestos de solidaridad o hubieran manifestado sensibilidad por la clase trabajadora, como si alguna vez estos llamados ingenuos a que se reduzcan los precios hubieran tenido éxito. El llamado es a que las empresas no trasladen a los precios el "colchón" que previeron para hacer frente a lo que vendrá a raíz de la ley de convertibilidad. Hasta ahora, los únicos que han cumplido son los del sector automotor, del que no viven casi en su totalidad los trabajadores argentinos, salvo aquellos que trabajan en las empresas de la industria automotriz, pero que no se pueden dar el lujo de tener un coche ni aun de pagar el combustible y el seguro. Entonces, nos preguntamos cuál es realmente el tan anunciado y promocionado objetivo de haber logrado que se redujera el precio de los automotores. Esto se logró al costo de haber eliminado impuestos internos y el aporte al Fondo Nacional de Autopistas. Es probable que se obtenga algún otro favor del sector agropecuario, porque se van a eliminar las retenciones. Entonces, de qué manera van a cerrar los cálculos para afrontar esta convertibilidad si por un lado se reducen impuestos y por el otro ocurre lo propio con las barreras arancelarias, para provocar una gran apertura importadora, como lo señaló el propio ministro Cavallo, cuando dijo: "El país se propone reducir el saldo de la balanza comercial de 7 mil a 3 mil millones de dólares por la fuerte presión importadora". Es indudable que con este anunciado propósito se terminará perjudicando todo el sector industrial de nuestro país. ¿De qué manera podrán hacer frente a la pretensión de conservar la mano de obra para no generar mayor desocupación? Se nos va a venir encima —tal como ocurrió en la época de Martínez de Hoz— el aniquilamiento de gran parte, del aparato productivo. Lo mismo ocurrirá con los restos de ese aparato productivo si se concreta realmente esta fuerte presión importadora a la que hizo referencia el señor ministro de Economía. También quiero hacer una referencia al valor del dólar en cuanto a lo que esta moneda significa hoy en los Estados Unidos. Sabemos que está en crisis.

Conocemos el déficit fiscal que existe en ese país, así como las consecuencias que se derivarán de la guerra del Golfo. Pero sabemos que el dólar permanentemente pierde valor respecto de las monedas de los países de Europa occidental y del Japón. Entonces, ¿de qué forma nos vamos a salvar para que la relación austral-dólar no esté sujeta a los vaivenes del valor real de esta divisa estadounidense, fundamentalmente cuando viene perdiendo potencia financiera y económica respecto de esas otras divisas? Lo que nos tiene que preocupar es el hecho de que nos quieran integrar en un mercado común, por la simple y sencilla razón de que tienen grandes excedentes no sólo de materias primas sino también de productos elaborados. Se busca que seamos receptores de todos sus excedentes. Por eso se habla ahora de una apertura y de una fuerte corriente de importación que permitirá a los Estados Unidos inundar nuestra plaza con sus productos a un precio notablemente inferior por el subsidio brindado por los norteamericanos a los productos que ellos exportan. De manera que nos aplican la operación tenaza: por un lado nos imponen intereses usuarios y nos exigen en forma permanente el pago de la deuda externa, además de provocar en nuestras economías cada vez mayor recesión, y por otro nos impiden la exportación de productos que puedan generar ingresos para comprar a precios competitivos productos que exportan otros países deudores. Desde una visión progresista de la economía se pretende reducir la inflación a niveles civilizados para anclar los precios y terminar con los mecanismos indexatorios que realimentan dicha inflación. Todos anhelamos la regeneración del crédito y la mejora del salario porqué son medidas prioritarias, pero esta iniciativa no apunta a reactivar la producción, a dinamitar el mercado interno ni a mejorar el poder adquisitivo de los salarios. Tampoco asegura que el Estado cubrirá los gastos derivados de la función social. ¿O acaso en esta política de ajuste el Estado también va a dejar de cumplir su rol de gestor y promotor del bien común? No olvidemos que la función social es prioritaria y está por encima de cualquier plan de ajuste. Aquí es donde cobra fuerza el concepto de que el Estado debe fijar una política de prioridades para asignar los escasos

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recursos de que puede disponer. Por ello es fundamental que, a fin de reactivar el crecimiento productivo, las deudas interna y externa puedan ser consolidadas y diferidas a mediano plazo. Esta salvedad es fundamental para que lo que pueda resultar de este proyecto de convertibilidad se destine al aparato productivo y a generar fuentes de trabajo, que son las únicas que pueden crear fondos genuinos y riqueza. El título II del proyecto ha merecido el análisis exhaustivo de algunos señores diputados. Pero no puedo dejar de señalar, que aun cuando pudiera compartir el criterio sustentado en torno a la modificación de los artículos 617 y. 619 del Código Civil, con lo que se pone fin a muchas de, las discusiones sobre obligaciones generadas en moneda extranjera y a una jurisprudencia disímil sobre la fijación del reajuste o la indexación, considero que estas modificaciones deberían haberse propuesto por separado, fuera de este contexto. En cambio, no puedo menos que reprobar, condenar y rechazar la modificación al artículo 623 del Código Civil por cuanto su redacción no hace más que legitimar la aplicación de intereses usurarios sobre intereses usurarios; es decir, la usura de la usura. Me gustaría saber si ésta no es la moneda corriente con que se le paga tanto a la banca acreedora externa como a la interna para que, de esa manera, no tengan inconvenientes ni escrúpulos en que los deudores de los créditos bancarios se vean compelidos a pagar interés sobre interés. Sin lugar a dudas, será una manera más de aniquilar lo que queda de la industria nacional y del empresariado argentino. Me refiero concretamente a la pequeña y mediana empresa. El artículo 13 se refiere al orden público. Ninguno de los señores diputados justicialistas, ni tampoco los funcionarios del Banco Central que estuvieron presentes en la reunión conjunta de las comisiones de Legislación General y de Finanzas, definieron el concepto de orden público, aunque debemos interpretarlo como una norma imperativa. Ciertamente podría decirse que este concepto de orden público constituye un civismo contractual —como señala Carbonnier con terminología expresiva—, en cuanto a la necesidad de que el hecho jurídico se ajuste a las exigencias sociales en lo económico y en lo moral; también podría decirse que se trata de un orden

público económico, de protección o de dirección. Estamos más acostumbrados al concepto de orden público en cuanto a protección, tal como rige para los contratos de trabajo o de locación. En cambio, no tenemos tantos ejemplos en cuanto, al concepto de orden público de dirección. En este caso se trata de las normas que imponen una determinada dirección a los contratos privados para que su masa forme una orientación común de la economía nacional dirigida por el poder. Parecería que este, es el orden público al que hace referencia el artículo 13 del proyecto de ley, pero esto no ha sido definido. En consecuencia, este aspecto necesita ser aclarado, porque el solo hecho de que esta iniciativa se proclame como orden público no es suficiente para que se la interprete de esa manera. No estará exenta del contralor judicial y menos aún de otros cuestionamientos que se van a suscitar. Se mencionaron los ejemplos de los seguros y de las cuotas alimentarias. Nos queda el tema de las cuotas de ahorro previo. ¿Qué pasará con las cuotas de los círculos de ahorro cerrados? ¿Serán ajustadas de acuerdo con lo que establece el proyecto de ley o serán indexadas? Esto es grave porque en estas cuotas se estableció un tipo de indexación que probablemente ocasione que ellas se consideren fijas y no indexadas. Así, la cuota surge de un porcentaje del valor del automóvil con que trabaja la compañía financiera del círculo cerrado. Los precios de los vehículos son fijados por las distintas empresas sin tener en cuenta directivas por parte del gobierno. Surgían de una decisión —justificada o no— de las fábricas de automóviles. Entonces, no es lo mismo el 2 por ciento sobre 20 millones que el 2 por ciento sobre 25 millones. ¿Cómo interpretarán los tribunales este criterio por el que las compañías de automotores van a considerar que se trata de una cuota fija y no indexada? ¿Quién podrá entender que la cuota: que pagan mensualmente quienes están inscritos en un sistema de ahorro previo no está indexada? No es una cuota indexada si se fija mi valor numerario en dinero, pero está indexada si se refiere a un porcentaje con relación al precio de un automotor o de un artículo para el hogar. Pero esta canasta de círculos cerrados no está integrada solamente por ese tipo de artículos sino que también se involucra a la vivienda., ¿Qué ocurrirá en este rubro?

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Luego también podremos hacer el planteo no sólo en cuanto a la vivienda o a la vieja circular 1.050 del Banco Central; también podríamos hablar del sistema vigente, aunque ahora se quieran corregir esos índices por una ley posterior. Del mismo modo podríamos preguntarnos qué sucederá con los planes de vivienda de los gobiernos provinciales, con los círculos privado, las cooperativas de vivienda y las mutuales., ¿Cómo se interpretará la indexación y la desindexación? Este proyecto de ley debió ser ampliamente debatido; hasta hubiera sido preferible entrar en la casuística a fin de no olvidar ninguno de los detalles que podrían ser relevantes para determinar si se aplica la ley de convertibilidad del austral y. qué sucederá con el orden público y las cuotas relacionadas con el valor de costo de los artículos, de los productos o de la vivienda. Esto pone en evidencia la improvisación con que se ha trabajado. Este proyecto no se puede tratar tal como se está haciendo. No debió ser sancionado por el Senado en pocas horas y no se puede pretender que también se lo apruebe rápidamente por la Cámara de Diputados. Una gran parte de la interpretación se deja Librada a la reglamentación de la ley. Aquí rige el principio constitucional de que una ley no puede reglamentarse interpretarse más allá de lo que ha sido su espíritu e intención: Me pregunto entonces si aquí no hay una delegación de facultades en el Poder Ejecutivo y. si no debe tenerse en cuenta la prohibición del artículo 29 de la Constitución Nacional. Si esta determinación de delegar en el Poder Ejecutivo la reglamentación e interpretación de las normas es una facultad extraordinaria que excede su propio poder; ¿no será entonces, conforme con el articulo 29 de nuestra Carta Magna, una ley nula de nulidad absoluta por haberse otorgado precisamente esas facultades al Ejecutivo? Este modo de tratar el proyecto de ley en consideración también persigue como finalidad —se reconozca o no— que el Parlamento pase a tener parte de responsabilidad en la adopción de estas medidas ni sancionar la presento iniciativa. Pero lo cierto es que no se puede ser -parte ni responsable cuando no se tiene derecho a modificar el proyecto, cuando nos lo imponen para que el Congreso se muestre sumiso sancionándolo tal como lo envió el Poder Ejecutivo en lugar de asumir su rol de

poder independiente y cumplir con el principio de racionalidad que establece el artículo de la Constitución Nacional. No se lo puede modificar ni se aceptan sugerencias; ni siquiera hay manera de consensuar una mejor redacción. Esto equivale a atar el Poder Legislativo al Ejecutivo; implica acatar firmemente la voluntad de este último sin poder asumir el rol de poder independiente. No nos queremos hacer responsables de esto; en consecuencia, en nombre del bloque del partido Democracia Popular rechazo terminantemente este proyecto de ley y señalo nuestra disidencia total. Votaremos por la negativa en general y en todos y cada uno de los artículos. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Fescina.— Señor presidente: hemos escuchado con atención las distintas exposiciones en favor y en contra de la propuesta del Poder Ejecutivo nacional.. Anticipo desde ya que el bloque del Partido Federal votará por la afirmativa el proyecto en consideración. En principio, diría que lo apoyamos porque constituye el compromiso asumido por el poder, pero también debo reconocer que adoptamos esta actitud por la necesidad de creer. Hace falta restaurar la esperanza para no caer en la resignación de que en la Argentina nada es posible. El país está queriendo cambiar. A partir de 1983, con la vigencia efectiva de la democracia y la libertad, los argentinos hemos asumido como forma esencial de nuestro sistema de vida la convivencia democrática. Como testimonio y resultado del esfuerzo de todos estos años creo que hoy podemos decir que en conjunto hemos bajado definitivamente el telón de la decadencia política. Por, supuesto, hubiéramos deseado que al mismo tiempo cayera el telón de la decadencia económica y social. Fracasamos en los intentos --uno tras otro—, aunque no importa examinar en esta instancia las causas ni las responsabilidades, porque tenemos capacidad de extraer aspectos positivos de estos fracasos. Si la democracia no se hubiera instalado en la República Argentina de manera férrea y consolidada habría sido muy dificil que estos fracasos --algunos estruendosos, y todos dolorosos-- hubieran podido superar la instancia democrática. A pesar de estas circunstancias, entiendo que esto ha servido como una coraza inexpugnable. Hoy hacemos un nuevo intento a partir de todas las frustraciones, y reconozco que

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quienes se preguntan si ésta no será una frustración más tienen derecho a hacerlo. ¿A cuántas propuestas de ajuste hemos asistido? ¿Cuántas constituyeron un despojo a los bolsillos privados, y a los de los trabajadores, los jubilados, la clase media, en favor del bolsillo sin fondos del Estado o de los gobiernos dé turno? Si alguna vez se hiciera, aunque más no sea como un mero ejercicio intelectual, el cálculo de cuánta riqueza se transfirió de los bolsillos privados al Estado en la República Argentina, seguramente el resultado sería mucho mayor que el de esto último cálculo que se realizó con respecto a las divisas perdidas por el Banco Central. La propuesta, que realiza el gobierno mediante el proyecto de ley que estamos considerando difiere de los anteriores planes, cuyo común denominador era que el ajuste lo pagaba la gente —particularmente los débiles— y al contado, porque no tenía posibilidad de diferir la carga resultante. Otro elemento en común que reflejaban los sucesivos planes de ajuste era que el destinatario del sacrificio siempre ha sido el Estado. Sin embargo, ahora el ajuste lo promete y lo compromete exclusivamente el gobierno; no hay transferencia de responsabilidades. El Poder Ejecutivo cree que con los instrumentos que el Parlamento le ha otorgado —os decir, la ley de reforma del Estado, la reforma impositiva y el régimen penal tributario— estará en condiciones de hacer la tarea sucia del ajuste. Por otra parte, hay un compromiso esencial de no emitir, y un solo comprometido a ello: el gobierno. A partir de ahora el gobierno será un equilibrista que decide llegar a destino abandonando la red de seguridad. No habrá nuevos impuestos, ni tarifazos ni emisión; sólo sacrificios por parte del propio gobierno, quien no podrá imputar a nadie el fracaso de este nuevo plan que se propone para lograr la estabilidad. Finalmente, el gobierno decidió colocarse en el banco de pruebas; era hora de que lo hiciera y ha llegado el momento de cumplir con el compromiso asumido. Este proyecto de ley cuenta con tres elementos que deseo destacar, dos de ellos positivos y uno negativo. Creemos que con la reducción drástica de las tasas de interés la Argentina podrá iniciar una etapa de crecimiento económico porque se reinstalará el crédito y el circuito financiero será. el aliado de la producción y no su opresor —como ha

ocurrido hasta ahora—; además, existe la posibilidad cierta de que ese crecimiento económico produzca una mayor demanda de mano de obra. Pero esto sólo será realidad si se cumple con el compromiso de no emitir. Así como destacamos los aspectos positivos de este: proyecto, también queremos dejar categóricamente expresado nuestro total rechazo a la política arancelaria que se va a instrumentar. Nadie puede estar en contra de la apertura económica, pero resulta evidente que si en el país no ha habido crédito, inversión reglas de juego permanentes y estables para la exportación, en este momento contamos con una industria exhausta y tambaleante ante la que se abren las puertas de la importación. Generalmente las políticas arancelarias como la que va a imponer el gobierno próximamente han sido reacciones espasmódicas de los ministros de Economía de turno para que no les suba el termómetro de la inflación. También a las empresas hay que darles chance y posibilidad de reequipamiento, de que se instalen realmente y con carácter de permanencia, posibilidad de producción y de que se ensanche el mercado interno para, a partir de allí, aplicar una política de apertura económica. y no un sablazo, como significan a veces las políticas arancelarias. Otro aspecto que queremos destacar y que creo que se vincula con una concepción ética se refiere a la posibilidad de volver al nominalismo del Código Civil., terminando con la indexación, elemento éste que ha prostituido las mentes argentinas y que de hecho ha derogado el derecho contractual del. Código Civil a partir de una decisión del ministro de Economía del gobierno justicialista anterior, Celestino Rodrigo. Creo que desde ahora es posible que Vélez Sarsfield vuelva a presidir, el Palacio de Justicia. Hasta ahora estuvo ensombrecido por la imagen del rodrigazo. No había fallo judicial que no computara a Celestino Rodrigo como el instaurador de toda una doctrina jurisprudencial que fue generadora de la inestabilidad jurídica. Cualquiera que haya actuado y actúe en la vida activa nacional como productor o como profesional puede decir que sólo conoce cómo inicia una relación contractual, pero no puede asegurar como termina. Y ello porque no depende de la

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voluntad o de la buena fe de los celebrantes terminar bien esa relación contractual, sino de la realidad económica ajena al contrato, lo que ha empalidecido la realidad jurídica nacional y prostituido la palabra y la firma, Espero que. este refresco de la, concepción ética del derecho se reinstale en la Argentina. La posibilidad del nominalismo en el orden contractual va a depender del gran comprometido que es el gobierno, si realmente está dispuesto a imaginar el futuro a través del esfuerzo y el sacrificio que en esta instancia le corresponde hacer. Ciertamente, desechamos como una figura altamente peligrosa y riesgosa respecto a -la estabilidad que se -pretende, la perturbación de relaciones jurídicas que incorpora el artículo 9º del proyecto en estudio. No es útil, no es bueno, no es saludable, no ejerce docencia, no tiene fundamento ético. La inalterabilidad de las relaciones jurídicas está por encima de las coyunturas económicas si es que queremos restablecer estabilidad como instrumento válido; en la vida nacional tanto económica como jurídicamente expresada. El gobierno ha ejercido su derecho de comprometerse. Queremos creerle, pero también quisiéramos más garantías y en este aspecto hemos propuesto una reforma al artículo 50 del proyecto. La garantía debe estribar en que real.mente no se produzca emisión. Con esta reforma que propiciaremos en el. artículo 50 pretendemos que se designe un síndico en el Banco Central, propuesto por la primera oposición, con; derecho a veto de toda emisión que signifique clandestinidad en la relación base monetaria-reservas. Así dormiremos tranquilos. Quiero terminar mi exposición leyendo una nota publicada en el diario "La Nación", el 27 de diciembre, de 1990. Esto lo hago como mi aporte positivo a fin de prevenir al oficialismo. Dice así: "La situación financiera que atraviesa el país es en extremo critica y ella ha determinado la convocatoria del Congreso en sesiones extraordinarias para determinar los medios de modificarla. El déficit que arroja el estado de las entradas del Tesoro y -el de sus salidas es considerable y sólo puede ser salvado con nuevos sacrificios impuestos al contribuyente. El ministro de hacienda ha remitido ya al Congreso los proyectos de ley, estableciendo nuevos impuestos con

los cuales se cree el Tesoro podrá hacer frente a las necesidades de la administración en el orden interno, mientras que para el servicio de la deuda exterior se cuenta con la realización del empréstito que se está negociando con los banqueros europeos. Los errores, los despilfarros, el desorden administrativo y la inmoralidad, son causa inmediata de la ruina en que se encuentran las finanzas del país y de la imperiosa necesidad y de la grave necesidad en que se halla el gobierno de afectar la fortuna privada con nuevos impuestos. El sacrificio se impone a todos como un hecho fatal, como un castigo de la infracción de las leyes morales y económicas que rigen la marcha y desarrollo de los pueblos. Los desastres del presente deben servir de saludable lección para el futuro, puesto que ellos demuestran que no impunemente se tolera la permanencia en el poder de malos gobernantes...". Lo que acabo de leer —publicado el 27 de diciembre de 1990— es un editorial del mencionado diario, del 27 de diciembre de 1890. Sr. Freytes.— Pido la palabra para formular una indicación. Sr. Alende.— Señor presidente: espero que no se coarte el derecho que tengo de hacer uso de la palabra. He tenido suficiente paciencia esperando la oportunidad de exponer mi pensamiento. Sr. Lázara.-- Señor presidente: si se llegara a formular alguna moción de cierre del debate, me retiraré del recinto. Sr. Presidente (Alasino). --Tiene la palabra el señor diputado por Chubut. Sr. Freytes. — Señor presidente: simplemente sugiero a los oradores que restan hacer uso de la palabra que lo hagan en un lapso reducido, a fin de que podamos concluir con este debate, que ha sido suficientemente extenso. Sr. Presidente (Alasino). --La Presidencia transmite, a los señores diputados la sugerencia efectuada por el señor diputado por Chubut. Tiene al palabra el señor diputado por Entre Ríos. Sr. Jaroslavsky. — Señor presidente: desisto de hacer uso de la palabra, porque lo que quería manifestar al señor diputado Manzano ya fue contestado por el señor diputado Baglini como correspondía. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes. Sr. Tomasella Cima.— Señor presidente: teniendo en cuenta que son las 5 y 10 de la madrugada y existiendo una larga lista de oradores pendientes, voy a

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tratar, por indicármelo el sentido común, de ser lo más sintético posible. Pero en realidad hay que señalar que se llega a esta situación en la que los representantes de los bloques minoritarios nos vemos constreñidos a hablar a las disparadas por la reiteración de los abusos que cometen los representantes de las dos primeras minorías. Esta situación es injusta y a mi entender debe ser corregida en el futuro. Si no hubiesen hablado dos o tres oradores de ambos bloques, hubiésemos ahorrado unas tres horas de discursos reiterativos, Creo que no es la primera vez que estamos llegando al final de un camino, el cual, equivocado por cierto, es el que ha conducido a la quiebra del país. No podemos decir que un país jurídicamente esté en quiebra, pero sí podemos decir, con toda razón, que financiera y técnicamente lo está. Nuestra Argentina, lamentablemente, está en quiebra. Y si llegamos a esta penosa situación con todas las consecuencias sociales que ello implica y que vivimos diariamente, es debido pura y exclusivamente a que se han venido acabando paulatinamente los mecanismos que el Estado tenía para seguir financiando el dispendio: el crédito externo, el crédito interno, la consumición del activo fijo por falta de mantenimiento, el uso y abuso del sistema impositivo y, por último, la destrucción de nuestro signo monetario con la emisión espuria de moneda, eliminando hasta ese indicador esencial para los distintos operadores económicos, como es la moneda, que nos señala cuándo debemos comprar, cuándo vender o cuándo ahorrar. Me voy a eximir de hacer comentarios acerca del punto de arranque de este error, porque creo que otros señores diputados ya lo han hecho durante el transcurso de esta sesión. Debo en cambio reconocer la difícil situación —la recordamos todos— en la que el presidente Menem asumió su mandato. Prácticamente, la cadena de precios estaba quebrada, había desabastecimiento de productos y servicios esenciales, se anunciaban despidos y suspensiones laborales, etcétera; es decir que se vivía una situación verdaderamente crítica. Cuando en su discurso el presidente Menem nos propuso un cambio, nosotros alentamos la esperanza --y aún hoy la tenernos— de que se tratara del cambio verdaderamente estructural que nuestro país estaba necesitando y no meramente de los planes coyunturales a los que estábamos

acostumbrados y que, lógicamente, duraban lo que duraba la coyuntura. Así, el señor presidente envió una serie de proyectos esenciales para dar cumplimiento a 10 expuesto en su mensaje inaugural ante la Asamblea Legislativa, tales como los que dieron origen a las leyes de reforma del Estado y de emergencia económica, que contienen quizás delegaciones de facultades más allá de lo razonable. En otras circunstancias muchos de nosotros no las hubiésemos votado, pero lo hicimos dando un principio de confianza y porque la situación era verdaderamente critica. Por eso tratamos de colaborar —como muchos otros sectores— con la acción de este gobierno, pensando que esos cambios se iban a producir. En algún momento se obtuvo cierta estabilidad, pero debo reconocer ahora que ella se logró más debido a la ansiedad y a la expectativa de la gente en creer en ese cambio que a medidas efectivamente apropiadas. El señor diputado Baglini mencionó que se dieron instrucciones al Poder Ejecutivo sobre las funciones del Banco Central que deberían incluirse en un proyecto de ley, pero dicho provecto nunca fue enviado por el Poder Ejecutivo. Es decir que los cambios estructurales no fueron más que enunciaciones. Creo que el gobierno no ha hecho lo suficiente para poner en caja el déficit fiscal o para concretar una verdadera reforma impositiva. Tenemos un sistema impositivo regresivo y complicado. Todos los planes intentados por las recientes administraciones en el Ministerio de Economía han fracasado porque, a pesar de los anuncios y de los instrumentos disponibles, el gobierno no ha actuado con firmeza. Nos encontramos nuevamente ante la alternativa de votar este proyecto o de enfrentarnos al abismo. Queremos seguir creyendo y apoyaremos esta iniciativa en términos generales. Algunas de las observaciones que tenemos serán introducidas mediante interpretaciones auténticas en virtud de un acuerdo logrado con el oficialismo. Tal es el caso del artículo 8º, que abarca todas las sentencias, estén firmes o no, e incluso los pleitos judiciales sin sentencia, que deberán aplicar la actualización según la forma prescrita hasta el 31 de marzo de 1991. También habrá un pronunciamiento asumiendo un compromiso relacionado con los artículos 49 y 59 a fin de establecer la periodicidad de la

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información qué deberá dar el Banco Central. Lo que quiero dejar expresamente establecido es que a pesar de nuestra buena voluntad en tratar de colaborar, no daremos nuestro voto al artículo 99, porque lo creemos injusto y contrario a normas constitucionales. Este artículo viola una ley que hace no más de ocho meses sancionó este Congreso y que también es de orden público. Todos los sectores nos habíamos comprometido a que ésa sería la última vez que se iban a revisar los contratos en forma retroactiva. Ahora lo hacemos nuevamente y eso no nos parece razonable ni necesario para el esquema financiero que se pretende alcanzar. Hago votos para que el gobierno se esfuerce por contener el gasto, a fin de que este, nuevo y osado intento tenga éxito en bien de todo el pueblo argentino. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Alende. — Señor presidente: dada la hora y el estado ambiental del recinto, voy a limitarme a decir que no comparto lo que ha dicho el señor diputado Jesús Rodríguez en el sentido de que este proyecto es de cumplimiento imposible, como tampoco estoy con la idea de que con un simple discurso se pueda resolver la grave situación por la que atraviesa la República, cuando precisamente dentro de instantes vamos a dolarizar la economía, solución que el señor diputado Martínez Raymonda ha caracterizado como la adopción de una moneda alternativa. Esto quiere decir que de acuerdo con el artículo 67 inciso 10 de nuestra Constitución vamos a legalizar una moneda alternativa cuya dimensión y tránsito se resuelven en el Congreso de los Estados- Unidos y no en el territorio argentino. Por otra parte, a propósito de la mención de la figura de Pellegrini, quiero aclarar que me preocupa tremendamente la circunstancia que vive nuestro país. No puedo dejar de señalar la grave circunstancia, que le tocó vivir, porque Pellegrini fue vicepresidente de la República en la presidencia de Juárez Celman. En este sentido, destaco el telegrama enviado entonces por el ministro de los Estados Unidos en la Argentina refiriendo cómo los capitales británicos y alemanes serían pagados a un preció demasiado alto para la creación del Banco de la Nación Argentina. Allí se señala que Pellegrini está dispuesto a actuar con los capitales norteamericanos.

Y lo que es grave —como se señala en el libro de Me Gana— es que Pellegrini y el gobierno pagaron este telegrama del ministro de los Estados Unidos. No quiero que estas situaciones se repitan. El momento es grave. La inflación de febrero ha sido del 27 por ciento en los precios al consumidor y del 37 por ciento de acuerdo con los: índices de precios mayoristas, mientras que el dólar, que en mayo de 1990 estaba en 5 mil australes, ahora alcanza los 10 mil. Sr. Presidente (Alasino).— Tiene la palabra el señor diputado por Jujuy. Sr. Figueroa. — Señor presidente: si a esta altura de la madrugada continuamos el debate es seguramente porque todavía no se han agotado todos los argumentos. Por otra parte, tenemos que reconocer que estamos frente a un plan o proyecto que evidentemente nos lleva a cuestiones muy profundas que van desde medidas económicas propiamente dichas hasta la formulación de modificaciones parciales de artículos de uno de nuestros códigos de fondo. Venimos de fracaso en fracaso. No obstante, hoy llega al Congreso por primera vez en mucho tiempo un tema que nos permite discutir un plan económico, al contrario de lo ocurrido en otras oportunidades. Por lo tanto, debemos celebrar esta circunstancia, a pesar de las falencias y del apuro. Hace un rato decía un orador que esto coloca a cada legislador frente a un problema de conciencia, a lo que hay que agregar el conocimiento de la realidad que nos circunda minuto a minuto. En ese orden, desde el Movimiento Popular jujeño, un partido de provincia, nacido en una región castigada por la irresponsabildad de los gobiernos justicialistas allí instalados, tenemos que mirar también con la óptica, de nuestra realidad. Por ello es qué nos hicimos la pregunta acerca de qué sucedería si aprobábamos el proyecto y cuáles serían las consecuencias en caso de rechazarlo. Tuvimos en cuenta el bien común por encima del partidismo y aun del veneno del internismo. Así es que advertimos que con nuestro, voto afirmativo estábamos dando una chance más, y con nuestra negativa el país iba a continuar en esta decadencia absoluta. Ante esa opción de hierro el partido, por mi intermedio, dice sí a esta nueva chance, Cabe señalar que nuestro si no es absoluto. Nos parece bien que por la vía de la no emisión se ponga freno a la

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irresponsabilidad de muchos gobiernos provinciales, pero también hay que considerar el pasado inmediato, es decir, el enorme endeudamiento de muchas provincias; y en ese sentido reclamamos la instrumentación de los mecanismos necesarios para que el fuego que nos abrasa no sea cada vez mayor. También se ha dicho, y lo compartimos, que está bien tratado el tema de la desindexación, pero con las reservas especialmente establecidas en el artículo 9º. Toda una generación de argentinos tiene instalado en su mente el sistema de indexación, Se ha dicho que se trata de una simple recomposición numérica, pero en definitiva ha sido un cáncer para nuestra economía, Por estas simples razones, desde el Movimiento Popular Jujeño apoyamos esta iniciativa. Sr. Presidente (Alasino).— Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán. Sr. López de Zavalía. —Señor presidente: voy a dividir mi exposición en dos partes. En la primera de ellas me hago eco de la exhortación de ser breve y suprimo toda la fundamentación que tenía proyectada, anticipando que el bloque de Fuerza Republicana votará afirmativamente el proyecto bajo examen. La segunda parte de mi exposición la destino a exigir reciprocidad. Cortésmente exijo que cuando lleguemos a la discusión en particular se escuche a este bloque, que tiene fundadas observaciones que formular a los artículos 7º, 9º y 11, por el último de los cuales se introducen modificaciones al Código Civil. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Lázara. — Señor presidente: creo que. a esta altura de los acontecimientos es prácticamente inútil pretender que la Cámara escuche con algún detenimiento planteos sólidos, serios y extensos que puedan hacerse sobre este tema. Por tal motivo solicito la inserción en el Diario de Sesiones de la exposición más extensa que pensaba desarrollar sobre esta cuestión. Sin perjuicio de ello, formularé algunos comentarios que considero absolutamente imprescindibles para fundar nuestro voto. He tratado de examinar este proyecto con mi mente totalmente abierta, sin preconceptos ni prejuicios, sin pensar si proviene de un gobierno del cual discrepo y sin entrar a considerar si es producto de funcionarios del área económica cuyos antecedentes no son garantía de credibilidad. Ni siquiera evalué la posibilidad de que la iniciativa estuviera

inserta en algún proyecto que no conocemos. Este no es un plan nacido de un repollo, sino que es producto de una situación dada en la Argentina, que parte de un vasto proyecto que se ha venido ejecutando en este país con diversa suerte en el curso de este último tiempo. En esencia, es la expresión más acabada de un modelo económico y social que ha sido puesto en marcha con el primer plan de Bunge y Born y que culmina en esta iniciativa, que sin duda no será la última que aparecerá sobre esta cuestión. Cuando se planteó el problema de la crisis que afrontaba la Argentina en julio de 1989. se nos presentaron las leyes de reforma del Estado y de emergencia económica. Sentimos que éstas eran leyes que parecían fundamentales y dirigidas a construir un modelo de solución a los problemas del país. Como la de hoy, ésas eran iniciativas que iban a posibilitar la estabilidad, la supresión del gasto público como presión sobre la economía y una política de crecimiento en el mediano plazo. En ese momento tuve las mismas preocupaciones y dudas que tengo hoy: El tiempo transcurrido ha confirmado como un dato de la realidad que se trataba de la instalación de un modelo segmentario y excluyente en la circunstancia económica y social del país, frontalmente conflictivo en lo social y gravemente distorsionante de las posibilidades de crecimiento del país. Por lo tanto, no plantearé una crítica monetarista hacia este modelo y hacia esta iniciativa. Si argumento en el sentido de que las cuentas de este modelo no cierran lo hago simplemente para señalar que, aun ,de la misma. lógica con que está planteado, tiene profundas deficiencias. Usaré una figura para ejemplificar lo que digo. En el instituto Smolny de Leningrado, donde se proclamó el Soviet de Petrogrado y la revolución bolchevique, hubo durante muchos años una foto con un agujero en su centro. La ausencia correspondía a quien había sido presidente del Soviet Supremo, León Trotzky, con quien simpatiza algún integrante de esta Cámara. Durante mucho tiempo los gobiernos de la Unión Soviética eliminaron la figura de Trotzky de ese cuadro, suponiendo que esa eliminación por decreto de la realidad bastaría para suprimir o modificar la historia. Como explica George Orwell en su libro 1984, la historia puede reescribirse con cierta facilidad.

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Este modelo tiene el mismo defecto. La realidad se encargó luego de corregirlo. Se trata de que pretende solucionar los problemas planteados en la sociedad argentina a partir de congelar la realidad como una foto, expresándose que ella se va a mantener inalterable en el tiempo, en sus marcos, en sus instrumentos y en las formas prácticas que adopte. Por eso las afirmaciones sobre los problemas, las heridas y las grietas que pueden existir no son otra cosa que los defectos que produce el congelamiento de la realidad por decreto. La iniciativa presupone que es posible congelar por decreto la lucha por el ingreso en la Argentina. También supone que no habrá conflicto social o, si lo hay, no será respondido, porque habrá un congelamiento explícito de salarios en el sector público. En el mediano plazo las modificaciones a la actual composición - de la distribución del ingreso se habrán de resolver por la vía del crecimiento de la productividad. Este argumento es bastante viejo y, además, ha demostrado ser ineficiente para contener la natural aspiración de cualquier persona a vivir en mejores condiciones. Se pretende también congelar las propias dificultades que tiene la sociedad argentina hacia afuera —en su sector externo— y hacia adentro —en lo que atañe al déficit fiscal. Estos defectos tan complejos producen los agujeros en esta foto, que Se terminan convirtiendo en agujeros negros que pueden arrastrar al proyecto en consideración. Objetivamente, la iniciativa tiene dos posibilidades. Si el proyecto tiene éxito, este congelamiento de la realidad significará congelar el modelo hacia el futuro. Se trata de un modelo que en Bolivia, México y otros países ha producido una fuerte segmentación en la sociedad, una expulsión de los beneficios económico-sociales de muy vastos sector es y una apropiación del excedente de la riqueza social, empeorando sensiblemente las condiciones de vida de los trabajadores y de los asalariados e incluso de los sectores medios. Si este modelo no tiene éxito la consecuencia es aun más grave, porque nos conducirá con rapidez —y probablemente sin escala intermedia— rumbo a un infierno del que será difícil salir en el futuro. De ninguna manera se podría suponer que deseo que esto no tenga éxito; lo que ocurre es que estoy convencido de que no lo tendrá. Si cupiera en mí la menor duda al respecto, votaría favorablemente. Si

pensara que estamos frente a un modelo económico-social y de instrumentación que pudiera servir para algo, creería seriamente en él y lo apoyaría con mi voto, aunque pensara que algunos puntos no son tan buenos; pero este proyecto ni siquiera permito la posibilidad de que dude, pues no se trata de un problema de instrumentos sino de objetivos. Finalmente, señor presidente, creo que es conveniente decir que ni en la Argentina del: pasado ni en la de hoy nadie podría apostar a sostener públicamente que va a favorecer la inflación o que está a favor de una moneda débil y, consecuentemente, de acentuar la condición de deterioro en que se encuentran los asalariados. Al comienzo de este debato —probablemente muchos legisladores no lo tengan presente— un señor diputado hizo alusión a un texto de Juan B. Justo. Se trataba de una conferencia sobre la moneda en la que Justo defendía explícita y profundamente la necesidad de una moneda sana, un valor firme para el pago de los salarios a los trabajadores, cuya posición consideraba depreciada por su envilecimiento. El legislador que citó ese párrafo fuera de contexto olvidó decir que estaba dirigido a se-talar la debilidad del Estado precisamente su condición como expresión de los sectores poseedores y de las oligarquías que dominaban el país en ese momento. Aquí su La mencionado el proyecto de Pellegrini y el antecedente de la Caja de Conversión, pero es necesario aclarar que el modelo económico-social que se instauró después en la Argentina como expresión de la corrección que pereció el proyecto de 1880 fue profundamente liberal en lo económico, pero también profundamente autoritario en lo político. Combatido a su turno por socialistas y radicales, pudo ser impuesto definitivamente por la vía de una de las Más feroces represiones que se recuerdan: cuando la policía privada de Ramón Falcón, a tres cuadras de acá, en la Plaza Lorca, teñía las calles - de Buenos Aires con la sangre de los obreros que reclamaban mejores condiciones salariales. De manera que si algo hay que aprender de la historia es precisamente que no todas las convertibilidades son automáticamente buenas: dependen del contexto económico-social en que se plantean y del proyecto propuesto. Estoy firmemente convencido de que, en este momento de la Argentina, para algunos sectores que formulan la presente

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propuesta no existe gran diferencia con lo que era aquel proyecto del pasado. Ambos conducen inevitablemente a la concentración de la riqueza y a la exclusión de los sectores populares de los beneficios de la economía. Sr. Presidente (Alasino).— Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe. Sr. Estévez Boero. — Señor presidente: en esta intervención adelantaré el sentido de nuestro voto y desde ya solicito la inserción en el Diario de Sesiones del análisis, que efectuamos respecto del proyecto que está en consideración de la Cámara. El bloque de la Unidad Socialista se encuentra. presente porque no ha querido dejar de prestar su colaboración para que. la Cámara reuniera los dos tercios requeridos a fin de poder tratar hoy el proyecto del Poder Ejecutivo y para que la- mayoría pueda cumplir con sus responsabilidades institucionales; pero no creemos que los argumentos de la emergencia y la crisis justifiquen que este gravísimo problema pueda ser tratado desde las 21 y 35 del 20 de marzo del corriente año —hora y día de entrada del proyecto— para que tenga vigencia desde el 1º de abril. Aquí se intenta nuevamente una de las tantas alquimias que se han ensayado en la democracia desde 1983 a la fecha. Evidentemente sufrimos crisis con diversas facetas, pero hay una de ellas que es fatal para la economía: la crisis de con- fianza, que hoy se quiere subsanar en base u la confianza que tiene el público en el dólar. Se pretende transferir la confianza que la gente tiene en el dólar al equipo económico y a las medidas de gobierno. Sin embargo, esta transferencia es absolutamente imposible porque no se puede reconstruir la confianza por medio de un decreto o una ley. Nuevamente nos hallamos en un período preelectoral y todavía no hemos, aprendido que todos los ensayos que se han hecho basta el presente para esquivar la realidad han conducido invariablemente al fracaso. Estamos frente a una serie de inventos, como por ejemplo la ley de lemas, que intenta esquivar la realidad, que no puede ser esquivada. Espero que esta sea la última vez que la Cámara trate este tipo de medidas, ya sea porque ellas tengan éxito y, resuelvan los, problemas —lo deseo sentimentalmente, aunque desde el punto de vista racional no lo creo posible—, o porque fracasen. Es necesario comprender que desde 1983

a la fecha hay algo que ha fracasado: la creencia de que con las ideas supuestamente geniales de un grupo de personas se puede salir de una crisis como la que transitamos, que sólo tiene un camino de salida la concertación en democracia, el diálogo en libertad. De esta crisis no se sale si no es por medio de la concertación. El socialismo ha trabajado con humildad por la concertación. Hemos elaborado un proyecto de consejo económico y social, y propiciado la creación de comisiones mixtas para determinar las condiciones de trabajo en las empresas. Esta última cuestión hoy se resuelve mediante el brutal chantaje de las grandes empresas del país que producen innumerables despidos, para los que esta norma no brinda solución alguna. Asimismo hemos presentado un proyecto para reestructurar el Banco Central y tener una moneda independiente y sana, no una-moneda dependiente, porque lo que no hay que confundir con respecto al maestro Juan. B. Justo es que él reclamaba una moneda sana, que no es equivalente a una moneda dependiente, como la que se está creando con esta convertibilidad, que terminará inexorablemente en la dolarización. En ese sentido, la única manera de atajar la inflación en el marco de la dolarización será abrir la economía y atarla como un barrilete a la economía internacional que nosotros no manejamos, renunciando a un proyecto propio de país. Por los motivos expuestos votaremos por la negativa el proyecto en consideración. Deseamos insertarnos en el Primer Mundo, pero Harlem y las calles rojas también pertenecen a cse mundo, y a esos niveles no queremos la inserción. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán. Sr. Avila Gallo.-- Señor presidente: he escuchado con atención las exposiciones de los señores diputados pertenecientes a los bloques del radicalismo, del justicialismo y de la UCEDE y da la impresión de que todos actuaron correctamente y que nada ha ocurrido en este país. El señor diputado Alsogaray manifestó que era aplaudido por Inglaterra, nuestro enemigo, pero se olvida del invierno al que nos sometió y del que nos costó varios años salir. Asimismo, el señor diputado Jesús Rodríguez se ha expresado como si el radicalismo hubiera actuado acertadamente, pero se olvida de la hiperinflación que debimos soportar

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durante su gestión y tampoco tiene en cuenta que tuvieron que entregar el gobierno en forma anticipada. El señor diputado Manzano ha -manifestado que el gobierno justicialista está llevando a cabo una gran epopeya, pero no tiene en cuenta que tanto el ex ministro Rapanelli como Erman González y Cavallo son extrapartidarios. También se olvida de que en 1949 Perón cambia el respaldo en oro por el respaldo en producción. Actualmente no hay producción ni se está haciendo absolutamente nada al respecto. Resulta vergonzoso que nuestro país no cuente con una moneda sana y tenga que recurrirse al respaldo en dólares para responder a los requerimientos de los amos del Norte, especialmente al amigo del presidente de la Nación, este sheriff del mundo que es Bush. No podernos aceptar que se nos obligue á considerar este proyecto de ley sin contar con el tiempo necesario para realizar los estudios correspondientes. Se dice que este proyecto solucionará definitivamente el problema de la inflación, pero cuando el señor diputado Manzano nos invitó a participar de una reunión con el ministro de Economía en la Sala de Situación de la Casa de Gobierno a fin de que fuéramos informados en profundidad sobre esta iniciativa, el señor ministro se limitó a brindarnos una breve explicación y a repartirnos copias del proyecto. Recuerdo que un señor diputado efectuó una observación mediante la cual quedaron demostradas las falencias de este proyecto. El señor ministro respondió que seria corregido y que nos enviarían el nuevo texto. Pero recién hoy conozco los dictámenes de minoría y el de mayoría. ¿Cómo se cree que estos graves, problemas pueden ser estudiados en el propio recinto donde se los está debatiendo? Debemos tratar estas cosas con seriedad y no con apuros. Acuérdense los señores diputados que ocupábamos una banca cuando Cavallo era diputado, que él también hacía planteos rápidos, urgentes y volvía a salir apurado en la misma forma en que había entrado. Pero no se puede proceder así; tiene que haber un respeto hacia los graves problemas. Además, en este caso creo que se han cometido. gran cantidad de errores y hay uno - que es fundamental, que es utilizar el dólar como patrón igual que el oro.. Eso no lo podemos aceptar jamás porque significa la dependencia y atentar contra

la soberanía del país. Como argentino no puedo aceptar esa situación. También digo que fui el único diputado que se opuso a los impuestos que se querían sancionar porque se estaba atentando contra el federalismo impositivo y las provincias se empobrecían cada día más al no poder usar sus propios recursos. Lo que más me ha llevado a oponerme a este proyecto son las declaraciones dadas en el día de hoy por el señor ministro de Economía de la intervención federal de Tucumán, quien dijo que Por aplicación del plan Cavallo esa provincia no recibirá más ayuda nacional. Como tucumano eso me preocupa, ya que desde el mes de septiembre los jubilados, los empleados públicos, el personal de seguridad, los judiciales, no han recibido un solo aumento, mientras que ya se están sufriendo aumentos a espaldas de este plan, porque hay incrementos de precios de medicamentos, etcétera. ¿Dónde vamos a ir a parar? Vamos a empobrecer a la gente, al pueblo, a los jubilados, quienes precisamente nos, gritaban corruptos el otro día cada vez que ingresábamos al Palacio. Y tenían razón porque nosotros no estamos solucionando sus problemas. Yo invité a todos los legisladores nacionales cuando estuve sentado 25 horas en una banca No para que trabajemos juntos en la búsqueda de la solución de todos estos problemas de los jubilados, pero, nadie vino. Sin embargo, nos llaman a todos inmediatamente para considerar este proyecto que debemos sancionar en 24 horas. Ante estos argumentos votaré en contra de este proyecto, tanto en general corno en particular, agregando que no acepto darle facultades al Poder Ejecutivo según surge del artículo 12 de esta iniciativa, por el cual podría reemplazar en el futuro la denominación y expresión numérica del austral. No permitamos esta delegación al Ejecutivo. Esa es una facultad de este Congreso de acuerdo con la Constitución. Por ese insisto en que votaré en contra de este proyecto tanto en general como en particular Sr. Presidente (Alasino.). — Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Zamora (L. F.).. — Señor presidente: en primer lugar quiero hacer mención a la metodología antidemocrática que vuelve a imperar en un debate de esta Cámara. Diputados que estaban anotados al final de la lista de oradores, de repente

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aparecen ascendiendo vertiginosamente y ocupan los primeros lugares; diputados que no estaban -anotados, luego aparecen hablando antes que los que sí lo estaban; diputados de un mismo bloque hablan antes de que lo hagan los de otras bancadas que no han hecho uso de la palabra. Esta metodología antidemocrática...

--Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F.). — Creo que esta metodología antidemocrática es para que nos preocupemos y no para que hagamos chistes. Hoy han sido beneficiados por esta metodología los bloques radical, justicialista y de la UCEDE. Pero debo mencionar una situación grotesca y antidemocrática que se ha producido en este recinto: una vez que terminó de hablar el presidente del bloque oficialista se apagaron los reflectores que posibilitaban la transmisión televisiva. Sin duda, se empleó una metodología, antidemocrática del canal oficial que el gobierno dirige.

--Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora .(L. F.). — Acabamos de escuchar a los representantes del bloque cuestionar —en esta oportunidad como en otras— aspectos parciales de la política económica en curso. Me hacían acordar a Calibán, quien se enojaba cuando veía su. rostro en el espejo. Sr. Manzano. — ¿Me permite una, interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Zamora (L. F.). Cuando termine:, señor diputado. Parece exagerado que encima se me pretenda interrumpir cuando estoy haciendo uso de la palabra a las 6 de la mañana. Los representantes del bloque liberal criticaron las medidas económicas y critican los libretos, pero tendrían que reconocer la marca registrada que figura al pie. Estas marcas registradas, como en todos los productos, dicen: "Hecho en tal lugar", pero para qua figure en un idioma muy caro a ellos, debería decir: "Made by UCEDE". Llama la atención que se enojen..

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F). — ...cuando se trata de un libreto escrito por ellos mismos. Puedo molestarles que al ser tipiado el proyecto aparezca algún error, pero eso en todo caso tiene que ver con quien lo tipió, que ha hecho un curso un poco

acelerado o de último momento; pero no pueden efectuarle ninguna recriminación porque los profesores han sido ellos- mismos,. empezando por su principal exponente,

-- Varios señores diputados hablan a la .vez.

Sr. Garay. --¿A qué bloque liberal se refiere, señor diputado? Sr. Zamora (L.F.)-- Ya lo dije: al de la UCEDE. Sr. Badrán.-- ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Zamora (L. F). — No, señor diputado. Me llamó la atención la intervención de algunos señores diputados del bloque radical. He escuchado una larga intervención de más de una hora, criticando esta medida de la convertibilidad con expresiones tales como que no se puedo consentir esta medida, que va a traer graves perjuicios al país y al pueblo argentino. Consentir significa permitir y por ende no consentir es no permitir. Quien así hablaba pertenece a un bloque que -está consintiendo y permitiendo el tratamiento de este proyecto en el recinto...

--Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F.). — Uno de los señores diputados - del bloque oficialista, defendiendo el proyecto, nos convocó con un tono de agitación a que miremos el plan. entero, que no hablemos en especial de este punto de la convertibilidad sino que observáramos todo el plan; que no le tuviéramos miedo a discutir todo el paquete. Sería largo referirnos a todo el plan; tampoco voy a responder a esa invitación, máxime cuando es, conocida nuestra posición. Pero yo me pregunto si con esa invitación nos están llevando a que hablemos de los salarios congelados que acompañan a la convertibilidad o de los precios libres en contradicción con esos salarios congelados. Aquí se sigue, con respecto al pago de la deuda externa, con ese cinismo que tiene el gobierno para decir que no paga sino 60 millones de dólares mensuales; hasta hace poco eran 40 y ahora son 60 millones de dólares por mes. Pero todos sabemos que está pagando alrededor de 3 mil millones de dólares al FMI, al Club de París, al Banco Mundial,...

—Varios señores diputados hablan a la

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vez.

Sr. Zamora (L. F.). ...y alrededor de 100 millones mensuales en Bónex. Eso significa cerca de 300 o 350 millones de dólares mensuales de pago de intereses de deuda externa. El mismo ministro Cavallo, cuando mandó el paquete impositivo, dijo que iba- a esperar su aprobación y que con lo que se recaudara recién iba a cumplir los compromisos internacionales de febrero. ¿De qué vamos a hablar? ¿Del golpe inflacionario del 60 por ciento en el primer trimestre del año, a posteriori del cual se dicta este plan de estabilización? No lo tengo contabilizado, pero éste debe ser el décimo, undécimo o duo décimo-plan de ajuste del gobierno, contabilizando los "BB", los "Erman", los "Cavallo". Algunos economistas piensan que estos planes son la continuación de aquel del ministro Sourrouille, durante el gobierno del. doctor Alfonsin.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora .(L. F..).-- Por lo pronto, el cuento de la estabilidad es el mismo verso que hizo el presidente Alfonsín al pueblo argentino con el plan austral.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F.). — El mismo cuento, la misma presentación...

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F.). — Sabemos cómo -termina este cuento de la estabilidad. Los trabajadores y el pueblo argentino tienen presente cómo terminó el cuento en su versión anterior. Ahora se repite y con las mismas palabras. Es muy probable que hasta baje la inflación por unos meses. Pero con precios libres esa baja de inflación irá hundiendo cada vez más al pueblo argentino y la inflación reaparecerá con más fuerza. El único dato que pueden mostrar es que bajó el precio de los autos. ¿Cómo? Porque se redujeron los impuestos a los automotores; las concesionarias disminuyeron sus comisiones y los dirigentes sindicales de la UOM y del SMATA. se comprometieron a no reclamar la recomposición del salario de los trabajadores y hasta han aceptado que una terminal no garantice que no va a despedir personal hasta fin de año. Ni siquiera se garantiza la ocupación hasta

fin de año. Pregúntenles a los trabajadores de la Ford qué opinan de esté proyecto y del plan entero, que ni siquiera les asegura la estabilidad hasta fin de año. Podríamos hablar de la flexibilización laboral, es decir, de arrancarles a los trabajadores las conquistas de la estabilidad, laboral. Podríamos hablar de la apertura económica, de la desaparición de las pequeñas y medianas empresas, de la desocupación masiva que está viviendo el pueblo.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F.).--Esto es parte de la metodología antidemocrática de hacer callar con el número y el abucheo a quien expresa su opinión, a pesar de que he escuchado respetuosamente las voces de quienes me precedieron. ¿De qué otras medidas podemos hablar? Del remate de las empresas públicas, del compromiso de avanzar en el desmantelamiento del patrimonio nacional. Podríamos hablar del plan en tero; no encuentro al diputado que hizo la convocatoria, pero podríamos hacerlo. Así. van a obtener el superávit fiscal con impuestos y remates del patrimonio nacional, para asegurar el pago de intereses de la deuda externa. Los 300 millones de dólares ya no saldrán de la emisión sino de los bolsillos del pueblo argentino y del patrimonio nacional, que no lo hizo este gobierno sino varias generaciones de argentinos. Lo mismo que está haciendo Gorbachov en la Unión Soviética lo hace aquí Menem. Un millón de desocupados en Polonia por planes parecidos a los de Menem. y 600 mil desocupados en Alemania Oriental por planes parecidos a los de Menem.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F.). — Y si quieren, hablamos de la desocupación que dejó Margaret Thatcher después de once años de hacer lo mismo que está haciendo Menem en la Argentina. Podemos hablar del congelamiento de los salarios: el salario de los trabajadores estatales, la miseria que ganan, será congelado hasta fin de año. Ya ha dicho el gobierno que, en cuanto al sector privado, espera que las patronales no aflojen más de lo que él ha dado. Espera un congelamiento en el sector privado. Y Cavallo dijo que si los trabajadores privados van al conflicto, dictarán la conciliación obligatoria, "y si no la acatan

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vamos a declarar ilegal el paro". Esto está cn el diario "Clarín" del 25 de marzo de 1991. ¿Esta es la felicidad que le prometen al pueblo argentino? Escuché al miembro informante decir que éste es un esfuerzo que el pueblo acompaña. ¿Qué quiere decir esto? ¿El pueblo está empujando la conciliación obligatoria? Son tan ridículos y superficiales los argumentos que esbozan que han hecho muy bien en suprimir la televisión. Escúchense ustedes mismos. (Risas.) Se anuncian 88 mil despidos en el sector estatal, pactados directamente con el Banco Mundial. Esto está reconocido por el ministro Cavallo. ¿Quién los va a absorber? La industria está despidiendo. ¿Lo va a hacer la Ford, que ni siquiera garantiza el mantenimiento de su personal? También podemos hablar de los colapsos provinciales, que acompañan a estas medidas. ¿Qué les dice el gobierno a las provincias, especialmente a la de La Rioja, que todavía no cumplió con el pago de los sueldos de febrero?

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L. F.). -- No me llama la atención que estas situaciones dramáticas se tomen como chistes. No me llamó la atención que un diputado del bloque de la Unión del Centro Democrático haya dicho que se divierte mucho con estas intervenciones. Tampoco me llama la atención este eco humorístico. Estoy seguro de que si los empleados de la Rioja estuviesen aquí repudiarían esta actitud. La dictadura les pasó a las provincias las escuelas primarias y también las secundarias. Lo mismo hizo con el sistema de salud. Ahora les dicen que se arreglen. ¿Qué solución les da el ministro Cavallo? Que vendan activos. Habrá que seguir el consejo liberal y poner una tranquera en las plazas para cobrarles a los chicos el uso del tobogán. ¿Qué va a vender Formosa? Las provincias que tenían petróleo ya no lo tienen más. Se los robó el capital multinacional, o dicho de otra forma, el gobierno de Menem se lo regaló a ese capital. La convertibilidad está acompañada por el colapso de las provincias, por el colapso de la salud y por el colapso de la educación, aunque también se puede hablar de otros servicios públicos esenciales. En este sentido, todos hemos

leído lo que dijo el señor interventor de Obras Sanitarias de la Nación. Salió publicado esta mañana: harían falta mil millones de dólares de inversión en el área porque existen 11 millones de argentinos que no tienen agua. En un programa de televisión preguntaron a una señora si hervía el agua, tal como recomendaban las autoridades, y la señora contestó que no podía hacerlo porque no tenía agua potable.. Hay 11 millones de personas en estas condiciones y 17 millones de argentinos que no tienen desagües cloacales. Quieren ser eficientes; se llenan la boca hablando de eficiencia. La eficiencia consiste en dar agua y parar el cólera.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Zamora (L.F.) —La solución que propone el gobierno es privatizar Obras Sanitarias. De esa forma al usuario le ocurrirá lo mismo que le pasó con los teléfonos; no podrá pagar las tarifas. Así es como se aleja la posibilidad de tener cloacas, agua potable y teléfono; son las víctimas de las privatizaciones. Un diputado ha dicho que este plan prácticamente va en contra de las exigencias de la banca acreedora. Parece una afirmación surrealista, pero se dijo en este recinto. Hace poco estuvo en nuestro país William Rhocles, el "capo" del Citibank y, además, representante del comité de bancos acreedores de la República Argentina. ¡Y aplaudió el plan! (Risas y aplausos.) Por supuesto, no conforme con haberse quedado con la mitad de ENTEL, con el hotel Llao Llao o Celulosa —todavía tiene esperanzas con otras empresas— recordó que se deben 7.500 millones de dólares a la banca acreedora y que hay que tratar de regularizar los atrasos, aunque sin mayores exigencias. La exigencia de hoy es distinta a la del gobierno de Alfonsín, cuando el dólar era alto y había que exportar y pagar. Hoy el dólar está bajo y hay que importar todo lo que se pueda, La Iniciativa para las Américas de Bush propicia un dólar bajo en Brasil, Chile y la Argentina y la capitalización de la deuda. Por eso el ingeniero Alsogaray se llena la boca con los casos de ENTEL y Aerolíneas. Cuando Bush vino a la Argentina habló ce la Iniciativa para las Américas y de importar e importar, porque Estados Unidos está atravesando un período de recesión.

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La estabilidad se vincula a un plan global. Estabilidad es congelamiento de salarios y despidos, y es también colapso de las economías provinciales y del sistema de salud. En cuanto a la convertibilidad, no puede existir sin apertura económica y tampoco sin flexibilidad laboral. Para ello también es necesaria una reforma financiera y, tal como el mismo presidente Menem lo señaló por televisión, y como también lo hizo Cavallo, reforma financiera es sinónimo de corrupción. Para reducir el gasto público en la banca oficial es necesario rever el-sistema otorgamiento de créditos a las grandes empresas. Algunas de estas empresas consiguen préstamos a través de comisiones. Ya ha pasado un mes y medio y no hay un solo detenido, ni ,entre los directivos de las empresas ni entre los funcionarios coimeados, porque no se trata de personajes de tercera categoría. Se trata de Una corrupción. apañada por este gobierno. El Disipó gobierno lo ha reconocido. En el programa de Neustadt se dijo que eso era corrupción. Esa corrupción se apaña y se estimula, porque ahora se pretende licitar esas deudas. Los mismos deudores insolventes comprarán sus deudas con una quita. Así que encima tendrán un premio por haber coimeado y conseguido préstamos. Aquí están en juego personas de carne y hueso. El diario "Clarín" reconoce que las cesantías afectarían a 12 mil ferroviarios, 2.500 trabajadores de ELMA, otros 1.300 de AFNE y 500 de los astilleros Domeq García. Todos estos obreros saldrán a partir de mañana con el dario "Clarín" bajo el brazo. Disponen de la indemnización, pero comenzarán a contar cómo se les va reduciendo día a día. A la noche la patrona les preguntará si consiguieron trabajo. Ellos responderán que no, porque esta es la realidad argentina. Estos son los dramas de carne y hueso del país, que ustedes toman tan a la ligera. Ya están anunciados los despidos de 80 mil agentes más de SEGBA, Gas del Estado, YPF y SO-MISA. Eso será así si el pueblo argentino lo permite. De acuerdo con fuentes ofíciales el Banco Mundial había solicitado que se comience con estos despidos el 1º de abril. El diario -Clarín, que brinda todas estas informaciones —que no han sido desmentidas por el gobierno—, agrega: "Las medidas han sido aconsejadas y financiadas por el Banco Mundial y un grupo de cien grandes empresas privadas

nacionales y extranjeras". Más claro, imposible. Son los «yanquis y los monopolios quienes están decidiendo la suerte de ese deambular de miles de argentinos que transitan por las puertas de las fábricas buscando trabajo. Este es el futuro de la Argentina. No voy a referirme extensamente a los jubilados, pues aquí ya se ha hablado de ese tema. Hoy estuvieron en la puerta del Parlamento 300 o 400 jubilados para expresar lo que pensaban de este Congreso. No habrían cambiado de opinión luego de escuchar este debate. A las cajas de jubilaciones se les han quitado 300 millones de dólares que antes, ingresaban por el impuesto incluido en las tarifas telefónicas. El gobierno de Menem se los quitó. Lo mismo ocurrió con los 350 millones de dólares incluidos en el precio de los combustibles. Así que podría no cumplirse con el millón doscientos mil australes que se prometió a los jubilados, cifra que se congeló hasta fin de año. Si llegan a faltar fondos, el gobierno dirá que quiere ayudar a los jubilados, pero que no podrá usar la "maquinita" porque ello requeriría la aprobación de una ley del Congreso. Además, a los jubilados se les anuncia el “remediazo”. Los norteamericanos obtuvieron un gran triunfo: el pago de las patentes de los medicamentos. La Cámara de Laboratorios Medicinales dice que los precios de los medicamentos se duplicarán cuando se apruebe la ley correspondiente. Este es el tema que hoy preocupa a los jubilados que se acercaron al Congreso. Es decir que el verso de la estabilidad lo sufre el pueblo argentino desde hace muchos años. Cada vez que un gobierno hace un ajuste, habla de estabilidad. Perón decía que cuando los ricos hablaban de democracia, los pobres se tenían que agarrar los bolsillos. Cada vez que se habla de estabilidad se produce un ajusto que provoca tarifazos, desocupación o robo de salarios. Parecería que hay gobernantes enfermos de "estatitis", mientras que otros lo están de "antiestatitis-, Todo parecería ser una locura, donde a unos se les ocurre que el Estado debe ser grande y a otros, chico, Ni el Estado grande ni el chico surgen porque a alguien se le ocurrió de la noche a. la mañana, ni porque tuvo una premonición o un sueño. El Estado grande respondió a un país de grandes empresas que producían para el mercado interno, que tenían ciertas reticencias a que el imperialismo usurpara ese

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mercado. Intentaba defenderlo y para ello necesitaban un Estado fuerte, vías férreas; caminos, hospitales, chicos que estudiaran, porque justamente querían un mercado que consumiera. No eran grandes idealistas. Este fue el fenómeno que se dio en la Argentina, y como ahora todo el proyecto de las grandes empresas consiste en aflojar cada vez más frente a las exigencias imperialistas y ubicarse donde indican los Estados Unidos, no se necesita un Estado grande. Por otra parte, las colonias nunca lo fueron; sólo contaban con un grupo de poder que les decía lo que debían hacer. Esta es la razón de la “estatitis” de antes y de la “antiestatitis” de ahora. Todo eso es una fabulosa mentira que lo único que tiene de positivo es que el pueblo cada vez la cree menos. Deseo leer el último párrafo del mensaje enviado por el Poder Ejecutivo, que dice lo siguiente: "Que la feliz coincidencia que ubicó a Carlos Pellegrini en el billete de 10 mil australes, base de la conversión, sea un augurio que nos permita superar la crisis de 1990, como su generación superara la de hace cien años". Carlos Pellegini, que se encaramó en el alzamiento del 90 después de anular algunas de las concesiones más escandalosas de la época a cambio de cuantiosas indemnizaciones —no lo hizo gratuitamente—, nos dejó el país que seguidamente describiré. El capital inglés consiguió aumentar la deuda pública del Estado, que era de 115 millones de pesos oro en 1887, a 425 millones en 1893. Los títulos correspondían casi exclusivamente a Inglaterra. Los de la deuda externa, por aceptación directa; los de la ciencia interna, obtenidos en pago de cauciones. Consiguió además la posesión de 4.045 kilómetros de vías férreas que habían sido construidas por el gobierno nacional o las provincias en las zonas más fértiles y valiosas del país. Además obtuvo el capital inglés la posesión de todas las cédulas hipotecarias a oro; la hipoteca de casi todas las tierras de pan llevar, cedidas en garantía de préstamos, y extensiones inconmensurables de tierras, adquiridas muchas veces a 20 centavos la hectárea. El capital ferroviario inglés pasó de 93 millones de oro en 1887 a 473 millones en 1893. En poder del Estado quedaron las vías que cruzaban eriales. Era ministro de Pellegrini Roca el doctor Vicente Fidel López, a quien Cavallo pretende emular. Creo que, efectivamente, lo señalado era un muy buen augurio, pero no para el país

sino para los planes del gobierno y del imperialismo. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por San Juan. Sr. Avelín. -- Señor presidente: trataré de ser breve habida cuenta de la hora y también, por supuesto, por respeto al Honorable Congreso. El bloque al que represento adelanta su respaldo en general al proyecto en consideración y, consecuentemente, su voto afirmativo a la iniciativa del Poder Ejecutivo nacional que se ha dado en llamar por algunos sectores proyecto de ley de convertibilidad. Aunque planteemos desde ya nuestras reservas con relación al tratamiento en particular, las iremos formulando a medida que avance esa consideración. Adoptaremos esta actitud con el ánimo de no trabar la facultad que asiste al gobierno nacional de fijar las pautas y lineamientos generales de su política económica. Este conjunto de medidas contenidas en el proyecto que estamos tratando, cuya autoría pertenece al señor ministro de Economía, doctor Domingo Cavallo, reedita planes de ajuste que con algunas diferencias se vienen aplicando en la Argentina desde hace tiempo. Todos persiguieron la estabilización, algunos lograron efímeros resultados que se esfumaron a poco andar y otros directamente no lograron su objetivo. Sólo pusieron énfasis en el ajuste fiscal, dejando de lado el más importante objetivo para lograr la estabilización: la generación de nuevas riquezas y el crecimiento para salir del estancamiento, para encontrar el caminó de la grandeza nacional, para la revolución productiva que le hace falta al país en su unidad potencial y en su responsabilidad económica. De esa forma, con un desarrollo armónico en toda la República, es posible lograr la actividad cotidiana que espera y reclama el pueblo argentino. Este nuevo ajuste no parece ser la excepción, salvo en lo inédito que es fijar por ley del Congreso de la Nación la paridad entre el austral y el dólar. Aunque esto entusiasma y nos promete una mayor estabilidad con tina especie de garantía cambiarla, las tensiones inflacionarias no desaparecerán por ley sino cuando se generen aumentos en la producción de bienes y servicios. Reclamamos urgentemente el desarrollo que el país necesita, y con ese fin las economías regionales deben ser ordenadas y reordenadas para que el potencial económico de la República

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tenga una integración total en su actividad. En este proyecto del Poder Ejecutivo se advierten aspectos más positivos que en los otros ajustes, que podemos sintetizar del siguiente modo. El respaldo de los billetes en circulación por medio de la convertibilidad evita las constantes corridas hacia el dólar por desconfianza en el público y también con fines especulativos. Asimismo elimina la indexación, con lo cual se corrigen algunos de los efectos de la inflación, aunque no suprime sus causas. Se corrige también el efecto alcista sobre las tasas de interés —que llegaban a niveles intolerables— mediante la certidumbre cambiarla y con el objeto de calmar el dólar, cuando por supuesto todo lo que sea especulativo va en desmedro de la actividad productiva y el desarrollo del país. Junto a estos aspectos positivos conviven otros que ofrecen serios reparos. Por ejemplo, se expone demasiado el éxito del programa a la eliminación del déficit fiscal, lo que no se logra con tanta facilidad cuando existe tan aguda recesión en la actividad privada. De hecho hay una grave dificultad para que ingresen más impuestos a las arcas fiscales, y por cierto ya no se resisten más tarifazos ni impuestazos porque la actividad productiva ha disminuido en su potencial económico. No era necesario ponemos por completo en la órbita del dólar y exponernos a los vaivenes de esa moneda internacional cada vez más fluctuante, además de imposibilitar la adopción de una política monetaria y cambiaria independiente de terceros países. Si hay algún descontrol en las tasas de interés —este peligro existe en la medida en que el gobierno podría acudir al mercado del dinero al no poder emitir un solo austral—, se estaría garantizando a los especuladores una espectacular ganancia en dólares, con el correlativo impacto en la actividad productiva por el aumento en el caso del dinero. Además, se fija oficialmente un valor del dólar que no es atractivo para la exportación, y por el contrario estimula la importación, lo que en ambos casos conspira gravemente contra la actividad productiva interna. Los efectos de la baja arancelaria y la desaparición de los derechos específicos son medidas graves de desprotección para nuestra industria, que agregará a la capacidad ociosa existente fuertes reducciones de personal,

y en algunos casos cierres definitivos, Esto debemos tenerlo muy en cuenta para proteger a la industria nacional y evitar importaciones innecesarias de elementos que son producidos en el país. De esa manera también estaremos evitando el despido masivo ¿e obreros y el cierre de pequeñas y medianas empresas. Creemos que el plan será positivo en la medida que sirva como baso para lograr la estabilidad como punto de partida de una firme política de crecimiento que nos permita salir de la recesión y que garantice los fines esenciales de toda economía moderna, que son: desarrollo económico, justicia social y equilibrio coyuntural. Se debe buscar la estabilidad y el crecimiento con hondo equilibrio social y no para aumentar o convalidar las grandes diferencias ya existentes. Esperemos que como consecuencia de la aplicación efectiva del proyecto que estamos tratando no se vuelva a caer en el esquema de despidos masivos y de estrangulamiento a las provincias. No vaya a ser que sean las provincias las variables de ajuste de este nuevo programa económico. Por ello abogamos para que se incorpore una cláusula de emergencia o transitoria —que propondremos en la consideración en particular— a fin de que las provincias argentinas cuenten con el apoyo efectivo de la Nación siempre y cuando exista una necesidad imperiosa y más allá de la coparticipación federal. No debemos estancarnos con la coparticipación, porque de ser así no se brindará ayuda a las pro viudas que la necesitan para reactivar su economía y proceder a la industrialización de sus materias primas. Este llamado lo hacemos en nombre del federalismo y de las provincias que no consiguen una propia y positiva reactivación económica. Los legisladores del interior conocen este problema acuciante, por lo que creemos que será aceptada la propuesta que oportuna mente realizaremos. Sin reactivar la economía y sin aumentar los ingresos fijos para un mercado interno vigoroso y evitando justificadas demandas sociales, recesión y la desocupación seguirán en aumento y un país con desocupados entra en el tobogán de la miseria y de la destrucción social. Nadie duda acerca de que la presión tributaria paraliza la producción, porque cuanto más impuestos haya menos inversiones se realizarán y se crearán pocas fuentes de trabajo. Pero si no hay emisión monetaria, si se contiene el.

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déficit fiscal y se mantiene en alto de. nivel de las reservas del Tesoro, es posible da un primer paso que es la estabilidad; pero insistimos en que inmediatamente debe producirse la reactivación económica para evitar reclamos sociales que, en definitiva, representan el punto más débil que en líneas generales exhibe este programa. Esperemos que se logre la revolución productiva que se ha prometido a fin de que el país dé un primer paso hacia su camino de grandeza. Por todo lo expuesto, el bloque Cruzada Renovadora brindará su voto afirmativo en general y en la consideración en particular propondrá las modificaciones que considera indispensable introducir en la iniciativa en tratamiento. Sr. Presidente (Alasino). --Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Sabio. — Señor presidente: en atención al tiempo que llevamos reunidos en este recinto, solicito qué se inserte en el Diario de Sesiones el texto del discurso que pensaba pronunciar. No obstante ello, quiero aclarar la intención de mi voto. Nuestra preocupación no reside en el proyecto en sí sino en expresiones vertidas por el señor ministro de Economía al adelantar que serían congelados los salarios de la administración pública y los haberes previsionales. En este mismo recinto hemos consultado señor presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda cuando se eliminó una -partida dé 120 millones de dólares provenientes del gravamen sobre la compraventa de moneda extranjera, y se nos señaló que en su momento, cuando se tratara el proyecto de presupuesto para 1991, se recurriría al producido del impuesto a los combustibles para recomponer los ingresos de los jubilados, que ascenderían aproximadamente entre un 45 y un 49 por ciento. En ese momento nos dimos, por satisfechos, pero es evidente que nos preocupa la amenaza de que los haberes previsionales puedan ser congelados, cuando apenas alcanzan al 20 por ciento de lo que se estima necesario para cubrir la canasta familiar. Por esta razón, durante el tratamiento en particular de esta iniciativa solicitaremos que se nos explique si la derogación de las leyes que se opongan a la presente alcanza a las que establecen los mecanismos de corrección de los haberes previsionales.

No obstante, señalamos nuestro apoyo en general a la norma en discusión y oportunamente durante la discusión en particular, formularé el requerimiento que acabo de plantear. Sr. Presidente (Alasíno). — Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. López (J. A.). — Señor presidente: a efectos de fundar nuestro apoyo al despacho de mayoría recaído en el proyecto que se halla en tratamiento, solicito sé inserte en el Diario de Sesiones el texto del discurso que he preparado para esta oportunidad. Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por San Juan. Sr. Seguí.— Señor presidente: mi exposición será muy breve. Hace aproximadamente una semana, con motivo del tratamiento del proyecto de reforma a la ley de ministerios, dijimos que Si esa iniciativa no hubiese tenido el curso heterodoxo que se le dio tal -vez habríamos logrado una muy buena ley para la Nación. Ahora nos hallamos nuevamente constreñidos a un trámite de urgencia. Aceleradamente el Poder Ejecutivo reclama esta sanción, que ya contiene hasta la fecha en que comenzará a regir. Pero aquí estamos otra vez los radicales acompañando la. labor legislativa. No sé si esto sucede porque los hombres que integramos esta bancada hemos interpretado la palabra dicha públicamente por el presidente de nuestro partido, el doctor Alfonsín, cuando dijo que no quería para este gobierno la obstrucción que recibió en el suyo,. o tal vez, ello ocurra por lo que escuchamos decir al presidente de nuestro bloque cuando, esforzándose, trata. De decirnos que él es adversario del gobierno, pero no del país, o tal -vez se deba simplemente a la vocación democrática y republicana que tienen los hombres de este viejo partido que nos hace sentir que nuestra responsabilidad está aquí, en este recinto, en el lugar donde se sancionan las leyes, para discutir, para discrepar, para opinar. Creo que cualesquiera fueran las razones, aquí estamos los radicales apuntalando el.-quórum para el ajuste económico número 11 que se realiza en dieciocho o diecinueve meses de gobierno, un ajuste que como todos, los que se realizan en el país -tiene ganadores y perdedores. Los ganadores son los de siempre. Cuando se afirma que hace cuarenta años que el país tiene una política errática, se dice que es errática para los trabajadores, para los vendedores de servicios, para los que

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viven a sueldo. Pero no es errática para aquellos ganadores de siempre, los que hace cuarenta años tenían dos empresas y ahora poseen un holding de treinta y. dos ernpresas. Están también los que vinieron al país luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial ahora tienen un conjunto impresionante, de empresas; los que con gobiernos militares o civiles —peronistas, radicares, estatistas o liberales—armaron fortunas, construyeron Punta del Este, abarrotaron los muelles con sus barcos y todavía nos dicen que hay-que seguir con una política- de acumulación porque tarde o temprano habrá justicia para todos. Del otro lado están los que siempre pierden, quienes no tuvieron la suerte de que alguien les estatizara su deuda en dólares para que la pagáramos todos los argentinos. A mi provincia le toca soportar una proporción equivalente a 1.100 millones de dólares, y he detectado, por información del Banco Central, que en San Juan solamente se ha estatizado un millón de dólares de deuda. En una provincia con no más de 600 kilómetros de vías sufrimos un déficit ferroviario que nos hace pagar entre dos y dos millones y medio de dólares. Estos son los que siempre pierden: los que no tienen la suerte de que se los llame por teléfono para avisarles que habrá una devaluación a fin de que cambien de posición; son aquéllos a los que nunca les licuaron deudas, porque no las tienen, porque cada día pagan al contado lo que compran en los almacenes o supermercados. Son los perdedores de siempre. Por ello quería hacer un llamado desde este partido de gran connotación social hacia aquel otro partido —el justicialista— que lleva inserto en su seno gran parte del movimiento obrero argentino, para que a lo mejor nos pongamos de acuerdo y digamos que estas empresas, que van a ganar tanto dinero en la explotación de los servicios públicos, paguen el impuesto a las ganancias, que parece que nadie paga. Hay que llegar a un acuerdo porque los obreros también deben tener participación en las ganancias. Nosotros, los de la Unión Cívica Radical, los del partido de Leandro Alega, cuando tuvimos que optar entre pobres o ricos optamos por los pobres. Por eso en el año de nuestro centenario asumimos el compromiso de elaborar un proyecto de ley para ser discutido en este recinto, dando participación a los obreros en las

utilidades de las empresas, tal como ocurrió cuando hace más de treinta años se incorporó a la Constitución el artículo 14 bis. Esperamos que los compañeros obreros de la otra bancada mayoritaria nos acompañen para que en el próximo ajuste haya algo en favor de los que pierden siempre. (Aplausos.) Sr. Presidente (Alasino). — Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Durañona y Vedia. — Señor presidente: tengo que empezar coincidiendo con el señor diputado Zamora, don, Luis, porque en esta Cámara existe una práctica —no sé si antidemocrática— que por lo menos resulta poco republicana. Es costumbre que cualquier proyecto que tratarnos no se pueda modificar; no se pueda incorporar una sola coma; no se puedan corregir ni siquiera errores materiales que contenga el texto del proyecto que podamos tratar o cualquier otro; no se pueda enriquecer con la experiencia y con el conocimiento de los señores diputados una sola disposición. Quiere decir que nosotros, que somos tan: afectos a las cuestiones de privilegio, tendríamos que plantear una porque se afecta a esta Cámara como revisora en el sistema institucional de un proyecto de ley que ha tenido origen en el Honorable Senado. Me gustaría que no aconteciera más que a cualquier propuesta se conteste que no se puede, y no sólo porque el tratamiento del asunto podría durar uno o dos días más sino porque parece que el Honorable Senado tiene parálisis y nunca es posible reunirlo, lo que por cierto, no acontece con esta Cámara. Voy a cumplir con el compromiso asumido, hablando sólo un minuto, aunque me parece que referirse a la convertibilidad a las 7 menos 10 de la mañana es algo fascinante y tal vez llegue a ocupar un minuto y medio. Voy a votar favorablemente el proyecto en general. He escuchado a quienes intervinieron en el debate, entre otros el señor diputado Manzano y los representantes de la Unión Cívica Radical, en especial el señor diputado Baglini. Me parece que el voto en general expresa una confianza en el compromiso que en este proyecto aparece, como lo definía muy bien un señor diputado. No hay que entusiasmarse demasiado con. esto: nadie vaya a creer que estamos en presencia de un magnífico equilibrio. Nadie vaya a pensar seriamente que se

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van a dar todas esas bellezas que describieron algunos señores diputados con motivo de la sanción de este proyecto de ley. Es simplemente un instrumento y casi diría que una muleta, porque el señor ministro de Economía, quien tiene alguna experiencia en el manejo de la cosa pública, sabe que si no ata en un compromiso al poder político va a ser muy difícil intentar cualquier periodo de estabilidad para la República Argentina. No creo que tengan algo que ver con esto el señor Carlos Pellegrini ni tampoco la Ley de Convertibilidad del general Roca de 1899. Me parece que en esto hay cierto abuso de remembranza histórica. Aquélla era una ley de convertibilidad entre dos monedas nacionales, que obedecía además a razones distintas y que evidentemente iba a tener un efecto muy distinto a éste. Hay que dejar tranquilos a los hombres que actuaron en su época. Cuando se estableció el plan austral se inició la costumbre de insertar en los billetes que iban a emitirse los rostros de los presidente argentinos. Recuerdo que en 1985 publiqué una nota periodística titulada "Los presidentes argentinos en la línea del austral", donde decía que si realmente llegaba a ocurrir lo que yo pensaba, la Unión Cívica Radical, entonces en el gobierno, iba a tener que emitir el billete con el rostro del mismísimo Miguel Juárez Celman, a quien los radicales imputan la razón de ,su existencia. Recuerdo además que me dijeron que era un exagerado, que hasta era malicioso al decir eso, y observo que realmente me quedé corto. Ya en 1989 apareció el billete con Juárez Celman, un año antes del centenario de la revolución, y así ocurrió que en cinco años se cubrieron en los billetes cincuenta años de gobiernos del siglo pasado. Por eso creo que no hay que mezclar las cosas. Reitero que en general estoy de acuerdo con éste proyecto, pero no lo estoy en tres puntos. No estoy: de acuerdo que con las reservas del Banco Central se puedan adquirir títulos nacionales, por las razones que se explicaron. Tengo dudas sobre la fecha del 19 de abril, porque creo que debió haber sido el 31 de marzo, aunque esto no fue explicado acabadamente por el señor miembro informante. Voy a votar en contra del artículo 99 porque contiene la misma raíz intervencionista en las convenciones particulares que tuvo el decreto del presidente Alfonsín sobre desagio, aun sin

llegar al extremo que ha mencionado el señor diputado Baglini, porque entiendo que el ejemplo de la cuota alimentaria que él presentó no se ajusta al texto del proyecto. Tengo por último una objeción al artículo 13 porque allí se dice que nadie tiene derechos irrevocablemente adquiridos respecto de esta ley que es de orden público, y hay una larga doctrina y una larga jurisprudencia del alto tribunal sobre derechos adquiridos, que llevó luce 23 años a derogar una norma parecida que figuraba en el artículo 59 del Código Civil. le parece que con esto nos retrotraemos 23 años porque la ley se inmiscuye en una doctrina que viene siendo aplicada pacíficamente. Deseo éxito a esta ley, que es una muleta para acompañar la estabilidad. Será difícil. Acompaño con vehemencia este sentimiento porque si no al equipo económico no le van a alcanzar los pies del gobierno anterior para irse apresuradamente, y esto no será bueno como tampoco lo fue aquello. Sr. Breard. -- Quisiera que el bloque de la UCEDE me aclare si cuando el señor diputado Ibarbia dijo esta mañana en la Comisión Finanzas que el bloque votaría en contra de este proyecto hablaba en nombre de todo el bloque. Y si es así, ¿usted, señor diputado Durañona y Vedia, en nombre de quién está hablando? Sr. Durañona y Vedia. — Pregunto si es inspector de bloques el señor diputado Breard. (Risas.)

--Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, don Alberto Reinaldo Pierri.

Sr. Matzkin. — Señor presidente: hago moción de que se cierre la lista de oradores. Sr. Presidente (Pierri). — Está cerrada, señor diputado. Tiene la palabra el señor diputado por Río Negro. Sr. Breard. --¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Alvarez Guerrero. — Sí, señor diputado. Sr. Presidente (Pierri). — Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por Corrientes. Sr. Breard. — Me parece que al señor diputado Durañona y Vedia le interesa más la disciplina monetaria que la disciplina partidaria. Sr. Durañona y Vedia. — Escuchemos al señor diputado Alvarez Guerrero, que

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seguramente va a decir algo más interesante. Sr. Presidente (Pierri).--Está en el uso de la palabra el señor diputado por Río Negro.. Sr. Alvarez Guerrero. — Señor presidente: el debate en torno a este proyecto de ley se ha planteado en un marco de confusiones, de contradicciones, de omisiones y de ambigüedades terminológicas en un país que tiene muchos conflictos, algunos de ellos expresados pero seguramente muchos más latentes y potencialmente destructivos. ¿Qué es lo que hoy estamos discutiendo? ¿Es una ley, es un plan, es un plan nuevo, es un plan que está en vigencia desde hace muchos meses? ¿Es un proyecto, un proyecto político, un proyecto económico? ¿Es quizás una salida desesperada y circunstancial improvisada para "seguir tirando"? ¿Es una simple ley de convertibilidad de la moneda? ¿Es la fijación por ley del tipo de cambio? ¿Es un desagio parcial? Lo cierto es que el proyecto de ley que estamos discutiendo se inserta en un mar de contradicciones, de dudas y de múltiples facetas de una compleja realidad argentina. Lo que hace falta es ir encontrando el hilo conductor de los sucesivos debates que se han producido últimamente en este recinto en torno de cuestiones económico-financieras. Si no encontramos ese hilo conductor se puede estar hablando de cualquier cosa; se pueden estar utilizando conceptos y términos con acepciones contradictorias. Uno de ellos es, por ejemplo, el término éxito. Prácticamente todos los diputados han estado refiriéndose esta noche a la eventualidad de un éxito o fracaso de este proyecto económico. Pero el término éxito tiene distintas acepciones según los valores "que introduzcamos en la consideración de la realidad nacional y de su futuro. Para -los conservadores liberales el éxito consiste posiblemente en la conformación de un nuevo desorden establecido, porque en virtud de él es como a través de la historia argentina las oligarquías se han fortalecido en el control del poder. A través del desorden establecido han ido creciendo las concentraciones económicas y las desigualdades sociales. Según esa concepción, ese éxito será el de una determinada concepción de país; un país para 8 o 10 millones de habitantes que tiene capacidad de consumo y de

bienestar propia de países semidesarrollados, con una pequeña minoría de poderosos que tiene una capacidad de consumo superior a las minorías de los países desarrollados. El resto, 25 millones de habitantes, estarán desposeídos, marginados y desesperanzados. Eso no es éxito para nosotros, pero desde luego lo es para una concepción que juzga la evolución de las realidades económicas y sociales con la ley de la selva; una concepción darwiniana en la que el más fuerte se impone al más débil, donde los más fuertes son los menos- y los más débiles son los más. Se ha dicho aquí que se han producido muchos y reiterados ajustes. Creo que también término ajuste merece alguna corrección. Lo que se ha producido no son ajustes, sino verdaderas agresiones económicas a las mayorías populares argentinas. Creo que el término ajuste es excesivamente ambiguo y no tiene significación, a no ser que le demos una interpretación apropiada: se ajusta a los más débiles. y esto significa una agresión de carácter económico, social y político. Estas agresiones, que han sido denominadas con distintos nombres, correspondientes a estaciones del año y a ministros —con el aditamento de números romanos—, más allá de que hayan tenido mayor o menor "éxito" conforme a la concepción conservadora, en la práctica han ido consolidando, agravando y fortaleciendo el modelo de país desigual y darwiniano al que hemos hecho referencia. La Argentina era un país complejo y aún hoy sigue siéndolo, con sectores medios que le otorgan flexibilidad social, capacidad de progre se y una cultura que lo peculiarizaba entre los" países de América latina. Ésta Argentina compleja, heterogénea en sus, culturas, con ese latido vital que permite que los pueblos tengan capacidad para construir su futuro, está desapareciendo porqué no se ajusta a un nuevo desorden establecido como el que rigió dura mucho tiempo y que se ha tratado de imponer desde 1930, con los lapsos - de reacción democrática que tuvieron lugar en estos últimos sesenta años. Lo que hay. que juzgar es si este instrumento es eficaz y viable para cambiar radicalmente ese modelo económico desde una perspectiva de economía real, de valorización de los

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auténticos anhelos, y proyectos populares para una nación más libre, más justa y más igualitaria. Lo que hay que analizar es si se rcsolverán los problemas de una sociedad cada vez más desigual y más herméticamente rígida en sus estructuras de poder, incompatible en última instancia con un auténtico proyecto social que es el que ha consolidado las grandes democracias europeas y el aplicado en los países más desarrollados de la Tierra. Sin duda hubo apresuramiento en la realización de esta sesión. Hubiéramos, querido mayor información en cifras, estimaciones y orientaciones de las que ha carecido esta Cámara. Lamentablemente se empleó un procedimiento acelerado para discutir este importantísimo proyecto de ley que tiene repercusiones en los campos político, económico y social. He buscado algunos libros en la magnífica Biblioteca del Congreso de al Nación, a la que muchos señores diputados del oficialismo —que se están poniendo redondos de tanto darse vuelta— deberían concurrir para no seguir con in-coherencias y contradicciones. Si leyeran la historia, que se repite a través de los siglos, podrían ser más coherentes en sus discursos. He descubierto en esta. Biblioteca del Congreso un curioso libro, cuyo autor fue presidente de la Caja de Conversión en 1907. Se trata de José María Rosa, quien fue ministro del presidente Roca. Es un liberal y algunas de sus expresiones, aun fuera del contexto en que fueron escritas, parecerían ser perfectamente aplicables a lo que tendríamos que haber discutido en esta sesión. Dice José María Rosa: "Otra cuestión que es preciso examinar atentamente: ¿Está el país en estado de hacer la conversión?, ¿En esta pendiente de gastos y despilfarros públicos y privados en que marchamos, se puede emprender la solución de tal problema? Será necesario hacer un minucioso balance de nuestras relacionas internacionales de comercio y, nuestra situación interior. ¿Cuál es el estado financiero de la Nación y de cada una de, las provincias? ¿Cuáles son nuestros empeños con el extranjero? ¿Cuál es el importe de nuestras importaciones? ¿A cuánto ascienden los servicios de todos los empréstitos públicos extranjeros, nacionales, provinciales y municipales y de los empréstitos particulares, créditos e hipotecas, que van al extranjero?. ¿Cuál es la suma que sale del país anualmente

para pago de dividendos de sociedades extranjeras, ferrocarriles, bancos, risillas, fábricas y cuanta empresa extranjera existe en el país? ¿Cuál es el importe de los consumos nacionales residentes en el extranjero? ¿Cuál es el importe de los servicios de títulos internos, cédulas, etcétera, pertenecientes a extranjeros residentes en sus respectivos países? ¿Cuál es el importe de los fletes que pagamos buques extranjeros y el importe de los seguros a compañías extranjeras? ¿A qué suma alcanzan las remesas de extranjeros domiciliados en el país al exterior? ¿Cuál es el importe que los artistas teatrales y otros llevan del país todos los años?. ¿Cuál es el importe de nuestras exportaciones?" Será necesario investigar mucho para tratar un proyecto de la naturaleza del que estamos debatiendo. Ninguna de estas informaciones o respuestas han podido llegar a esta Cámara de Diputados. Yo no soy partidario de insertar discursos o documentos en el Diario de Sesiones. El día en que se elimine el rito de conversar entre nosotros —aunque ello sólo sea una ficción formal—, este Parlamento no tendrá más razón para existir. También incluyo en este concepto las afirmaciones del señor diputado Durañona y Vedia en el sentido de que estarnos discutiendo proyectos donde no se admite ni el Cambio de una coma. El Parlamento tiene sentido en la medida en que sigamos manteniendo la esperanza —quizás irracional— de que cuando cada uno de nosotros habla tiene la posibilidad de convencer al adversario o de influir en las decisiones que toma cada uno de los bloques. De todos modos, debo admitir que en base a estas referencias del doctor José María Rosa habíamos elaborado un profundo y extenso cuestionario, al que no voy a dar lectura y cura inserción solicito en el Diario de Sesiones. No tiene sentido exponerlo verbalmente en esto momento, pero hubiera sido responsable que este proyecto se discutiera contando con esta información. Ello habría sido demostrativo de que este no es un Parlamento que está dispuesto a seguir desprestigiándose y convirtiéndose en algo así como el nuevo "Granillo Ocampo" en la formulación de las leyes, como decía esta tarde un diputado dc mi bloque. Es imprescindible que el Parlamento sea la caja de resonancia seria, profunda y sensata en la que las informaciones a la opinión pública posibiliten la eliminación

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de dudas e ignorancia en momentos tan difíciles como los que estamos viviendo. Pero aparentemente esto no es así, ya que leyes de gran trascendencia se tratan en una noche casi con ocultamientos y prácticamente sin debate entre los representantes del conjunto de la sociedad. Yo me pregunto por qué todo esto se ha manejado a través de una ley y por qué se envió al Congreso un conjunto de disposiciones que normalmente podrían haber sido de competencia y atribución del poder administrador. En este sentido, en realidad se intenta encorsetar al país en un esquema rígido que será muy difícil de revertir; para ello se necesita el consenso —aunque sea implícito— del Parlamento Nacional a fin de que sea aun más irreversible y para que tenga la configuración exterior de que ha sido producto del juego democrático de las instituciones republicanas. Esta tarde escuché por radio declaraciones efectuadas al periodismo en este Congreso por el embajador de los Estados Unidos de América. No sé si esos dichos serán reproducidos por los diarios de la mañana. El embajador del país más poderoso dé la Tierra, que es nuestro principal acreedor y que claramente domina las relaciones entre el Norte y el Sur, afirmó lo siguiente: "Para los Estados Unidos es fundamental, importantísimo, que un plan de esta naturaleza no sea la consecuencia simplemente de una decisión del Poder Ejecutivo; necesitamos además el compromiso del Parlamento, el compromiso de la parte legislativa", según la expresión un poco "gringa" en español utilizada por el embajador norteamericano. En última instancia se intenta consolidar o conformar este proyecto siguiendo el modelo conservador dependiente. Por ello es que no nos deben extrañar las distintas etapas que hemos vivido últimamente. Primero nos humillamos ante el imperio británico renunciando a la discusión permanente de nuestra soberanía sobre las Malvinas y fundamentalmente sobre nuestros inmensos recursos marítimos que se están depredando en el Atlántico Sur. Después enviamos tropas al Golfo Pérsico, que estaba en guerra, según las instrucciones del país más poderoso de la Tierra. Luego —hace pocos días— traicionamos la tradición argentina- de solidaridad para con los países latinoamericanos al votar juntamente con los Estados Unidos y en contra de aquéllos, como una forma de agredir y

acelerar la eventual caída dcl régimen de Fidel Castro en. Cuba, siguiendo obviamente los intereses de la seguridad nacional norteamericana. Y ahora estamos dolarizando la economía, iniciando el trámite de la pérdida de la expresión económica del país y dcl símbolo más claro de una soberanía nacional que es tener nuestra propia. moneda. Esta noche en ningún. momento nos pregunta-nos por qué cada nación tiene su moneda ni por qué sólo da curso legal a su propia moneda. ¿Por qué las naciones más ricas del mundo no autorizan la cancelación de deudas en moneda. extranjera? Porque la moneda es el instrumento de la política monetaria, 3; ésta cs siempre a su vez una herramienta para adecuar a las condiciones internacionales los intereses propios de una nación, que no necesariamente deben coincidir, y en general-no coinciden, con los de los países más poderosos de la Tierra. Más allá de los cambios de ministros y de las sucesivas agresiones económicas, éste es un modelo cada vez más irreversible. Esto provocará pie cuando cambie el proyecto y las fuerzas populares accedan a la conducción del poder político se verán cada vez más restringidas en la posibilidad de quebrar este corsé que a partir de hoy contará también con el consenso del Parlamento. Ello será dificilísimo de concretar, tanto como las dificultades con las que se enfrentó la democracia en 1983 ante decisiones que el actual ministro Cavallo adoptó cuando estatizó la deuda privada y cuando exigió que fuera el bolsillo de todos los argentinos el que pagara las rentabilidades extraordinarias de las empresas que se habían endeudado con créditos fáciles. Ante este conjunto de disfraces y caretas que muestra realidades que no son fácilmente comprensibles y provoca dudas e ignorancias, lo cierto es que independientemente de las promesas y las esperanzas lo que está ocurriendo en la República Argentina es la agudización de la recesión...

—Varios señores diputados hablan a la vez

Sr. Alvarez Guerrero.--Solicito a la Presidencia que me haga respetar en el uso de la palabra Sr. Presidente (Pierri). — La Presidencia ruega al señor diputado Alvarez Guerrero que redondee su exposición. Sr. Alvarez Guerrero. — En lugar de pedirme que redondee mi exposición la

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Presidencia debería ordenar a los señores diputados que res; petera al orador, tal como yo lo hice con todos los que me precedieron en el uso de la palabra. Sr. Presidente (Pierri). --La Presidencia advierte a los señores diputados que no tolerará que se falte el respeto al orador. Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Río Negro. Sr. Alvarez Guerrero. — Señor prcsidente: la recesión es simplemente desempleo, hambre, Miseria, angustia y desigualdad. Estas son las consecuencias inmediatas que hoy ya vivimos, más allá de las esperanzas que se puedan despertar. Hay algo que nos está indicando cuáles son las razones por las que el pueblo argentino se ve imposibilitado de lograr que su queja, que realmente existe, sea más operativa y tenga incidencia en los cambios que deben producirse- en el rumbo de este modelo. Esto deriva de una situación psicológico-social que es consecuencia de la recesión. La recesión origina depresión anímica y un exceso de individualidad. En una recesión del grado de la que estamos viviendo el individuo no es solidario, no se queja públicamente, se encierra en sí mismo, es más esclavo de sus angustias, tiene sustancialmente miedo a perder su empleo y baja los brazos. Por ello es-que no existe el peligro de que se produzcan estallidos sociales, pues el grado de depresión individual provocado por la recesión económica no permite que la queja sea operativa y que incida en los cambios; pero se produce otro; efecto, que viene siendo explicitado por los comunicadores sociales —entre comillas— de la, oligarquía: cada uno de nosotros considera que el fracaso lo provoca uno mismo, que nos va mal no por culpa del sistema, sino por nuestra: propia incapacidad. El pueblo no entiende, entonces cuáles son las maneras concretas y Operativas de producir cambios. Es así como se niega a ver la realidad o, a lo mejor, la ve pero se siente impotente para modificarla, y entonces-, comienza a hablar de fe y esperanza que, planteadas en estos términos, constituyen una ficción y un autoengaño. Una recesión. como la que estamos viviendo provoca en los individuos parálisis, impotencia e incapacidad para actuar colectivamente, es decir, para ejercer actividades políticas que modifiquen el sistema. Las dudas subsisten y creo que la más hermosa, importante y operativa de todas

las dudas es la que tienen los desposeídos, que a veces levan la cabeza, observan la realidad y dudan sobre la verdadera fuerza de los poderosos. Tengo el convencimiento racional —no la, esperanza. ilusoria— de que los argentinos sabrán encontrar la renovación y la creación imaginativa para buscar nuevos rumbos que les permitan recuperar su libertad y dignidad. Encontrarán nuevas formas de actuar colectivamente e. influir en las decisiones públicas que son propias de una democracia. Si ello ocurre, no será Por obra de una generación sino que englobará la tarea de varias generaciones; recién entonces los argentinos podrán sentirse satisfechos por ter una patria que los cobija a todos. Sr. Presidente (Pierri).--Corresponde pasar a votar en general. Sr. Aramouni. — Solicito que la votación se haga en forma nominal, Sr. Presidente (Pierri). — La Presidencia desea saber si el pedido de votación nominal formulado por el señor diputado por Buenos Aires está suficientemente apoyado,

--Resulta suficientemente apoyado.

Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Siracusano.--Señor presidente: había solicitado el uso de la palabra no sólo para anticipar mi voto negativo al proyecto en consideración sino también para pedir que la votación se realice en forma nominal, pero esta solicitud ya ha sido acordada, Sr. Presidente (Pierri), — Se va a votar en forma nominal el proyecto de ley contenido en el dictamen de mayoría.

—Se practica la votación nominal.

Sra. Secretaria (Pérez Pardo). -- Sobre 180 señores diputados presentes en el recinto, han votado 115 por la afirmativa. y 64 por la negativa.

--Votan por la afirmativa los señores diputados Adamo, Alasino, Alsogaray; Alterach, Alvarez (H. C.), Alvarez. Echagüe, Antelo, Aranda,. Arcienaga, Avelín, Ayala, Balestrini, Ball Lima; Barbeito Beltrán, Blanco, Borda, Bonn.. Carosio Cabrera, Calleja, Camaño (D. A, ), Camaño (G.), Camera, Cardo, Carrizo ( V. E. ),. Casari de Alareia, Casas, Cassia, Castillo (J. L. ) Corchuelo Blasco, Cruz (W.) Curto, Dalmau, Díaz Lozano, Domínguez (J. M. R. ), Domínguez -(R. R.), Durañona y Vedia, Echevarría, Endeiza, Fernández (R. E. ), Fescina, Figueroa, Flores, Folloni, Formosa, Freytes, Garay, García (R. J.), García Cuerva. Gentile, Germanó, Gómez, González (O, F.) , Guerrero, Guzmán, Hernández, Herrera (E, E.), Herrera (L. F.), Iribarne, Kohan, Lamberto, Larraburu, Libonati, López ( J. A.), López ( J. R.), López Arias, López de Zavalía, Machicote, Maggi, Manrique, Manzano, Martínez (L. A.), Martínez Garbino, Martínez Raymonda, Matzkin, Monteverde, Morales, Motta, Nacul, Natale, Orieta, Pacce, Pampuro, Parra, Parrilli, Paz, Puerta, Puricelli, Requeijo, Riutort, Rodríguez ( J. A.), Roggero, Romero ( C. A.), Romero ( J. ), Romero (R.).

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Rosales, Hoy, Ruiz, Saadi, Sabio, Sacks, Salusso, Soria, Suárez, Tacta de Romero, Taparelli, Tavano, Ulloa, Uriondo, Vallejos, Varela Cid, Vargas Aignasse, Venesia, Yoma y Zaracho.

—Votan por la negativa los señores diputados Aguado, Albamonte, Alende, Alvarez Guerrero, Aramouni, Argañarás, Avila Gallo, Baglini, Bassani, Baylac, Berhongaray, Breara, Brest, Culata, Cantor, Caputo, Castillo (0.A. ), Clérici, Cortese, Cossos Pérez, Cruchaga, DAmbrosio, De Martino, Di Caprio, Dumón, Elías, Espeche, Estévez Boero, Felgueras, Figueras, García (P. A), Gatti, González Gass, González (E. A.), González (L. M.), Ibarbia, Iglesias, Jaroslavsky, Lázara, Marcó, Martínez (C. A.), Martínez Márquez, Merino, Neri, Ortíz. Pellegrini, Parente, Pascual, Quarracino, Polo, Profili, Raimundi, Reinaldo, Rodríguez ( J. ), Salduna, Salvador, Seguí, Siracusano, Soria Arch, Valerla, Vega Aciar, Zambianchi, Zamora (F.), Zamora (L. F.) y Zavaley.

Sr. Presidente (Pierri). — Queda aprobado en general el proyecto de ley contenido en el dictamen de mayoría, Sr. Maggi. — Pido la palabra, Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Maggi — Señor presidente: quiero dejar constancia de que no ha funcionado la llave que permite registrar mi voto por el sistema electrónico, que fue por la afirmativa. Sr. Presidente (Pierri). — Se tomará debida nota, señor diputado. En consideración en particular el artículo 1º Se va a votar.

---Resulta afirma —Sin, observaciones, se votan y aprueban los artículos 2º y 3º.

Sr. Matzkin.— Pido la palabra. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por La Pampa. Sr. Matzkin. — Señor presidente: anuncio que con posterioridad a la votación del articulo propondremos el apartamiento del reglamento —por lo cual se produciría una breve interrupción en el tratamiento de esta iniciativa— con el objeto de dar entrada y considerar sobre tablas un proyecto de resolución que se ha acordado entre algunas bancadas y que procura una mayor precisión con respecto a las posibilidades de inversión de las reservas en títulos públicos, cuya lectura se hará por Secretaría en el momento de formularse la moción respectiva. Sr. Presidente (Pierri). — En consideración el artículo 4º. Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires..

Sr. Ibarbia. — Señor presidente: es a los efectos de proponer una modificación al artículo 4º. Sr. Matzkin. — La comisión no va a aceptar modificaciones. Sr. Ibarbia.— Señor presidente: creo que tengo el derecho de proponer la modificación. La comisión manifestará si la acepta. o- no luego de conocerla; pero no se puede actuar con carácter omnisciente, presumiendo por anticipado lo que voy a propiciar. Mi propuesta consiste en lo siguiente. A continuación del primer párrafo, que dice: "En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el ciento por ciento (100 %) de la base monetaria", deberá agregarse la expresión: "al tipo de cambio establecido en el artículo 1º. Luego, cuando en este artículo se dice: "Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos,..." hay que suprimir la expresión nacionales o", de modo que la redacción que quede sea "...o en títulos públicos extranjeros pagaderos en oro,...". Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado poro La Pampa. Sr. Matzkin.— Señor presidente: quería que la Cámara supiera que la comisión no va a aceptar modificaciones al proyecto de ley aprobado general. Solamente con respecto a los artículos 5º, 8º y 9º el señor diputado Lamberto formulará brevísimas apreciaciones, sin que ello implique modificación alguna del texto votado. Sr. Presidente (Pierri). — Se va a votar el artículo 4º.

—Resulta afirmativa.

7 REGIMEN DE CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL. CON EL DOLAR ESTADOUNIDENSE

(Continuación) Sr. Presidente (Pierri). — Corresponde continuar la consideración en particular del proyecto de ley por el que se declara la convertibilidad del austral en relación con el dólar estadounidense. En consideración el artículo 5º. Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe. Sr. Lamberto.— La comisión entiende que la información resultante de la nueva metodología contable que debe introducir el Banco Central tiene que ser proporcionada semanalmente, con-

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forme ha sido el trámite usual en dicha institución. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Fescina.— Señor presidente, deseo proponer un agregado al artículo 59, cuya lectura por Secretaría desde ya solicito. Sr. Presidente (Pierri). --Por Secretaría se dará lectura a la propuesta del señor diputado por la Capital. Sra. Secretaria (Pérez Pardo). ---Dice así: "Con acuerdo del Honorable Senado de la Nación, el Poder Ejecutivo designará, a propuesta de la primera oposición que se registre en la Honorable Cámara de Diputados, un síndico del Barreó Central. Este sólo podrá ser removido por el mismo procedimiento instituido para- su designación. El precitado funcionario tendrá derecho de veto respecto de toda decisión del Banco Central de la República Argentina que comporte, a su juicio, emisión monetaria que altere la relación entre las reservas de libre disponibilidad y cl monto y composición de la base monetaria, registradas al día 1° de abril de 1991." Sr. Presidente (Pierri). — ¿Acepta la comisión el agregado al artículo 5° propuesto por el señor diputado por la Capital? Sr. Matzkin. --La comisión no acepta, señor. presidente. Sr. Presidente (Pierri) — Se va a votar articulo 5º.

—Resulta afirmativa

Sr. Presidente (Pierri). — En consideración el artículo 6°. Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Durañona y Vedia. --Señor presidente: me parece que la referencia de esta disposición al artículo anterior es equivocada, aunque no lo acepte la comisión. A mi juicio, esta norma debería referirse a los bienes Mencionados en el artículo 4º Digo esto porque mañana va a haber diversas interpretaciones y creo que se trata de un error material. Como el Senado no puede reunirse, tampoco podemos modificar este error: Sr. Presidente (Pierri). -- Se va a votar el articulo 6º.

--Resulta afirmativa

Sr. Presidente (Pierri). — En consideración el artículo 7º: Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba. Sr. Gentile. — Señor presidente he votado afirmativamente todos los

artículos que se han aprobado hasta el momento en la inteligencia de que con este instrumento de la convertibilidad se puede terminar con el círculo vicioso del ajuste y así reactivarse la economía. Sin embargo, con respecto al artículo 7º —correlativo con el 10— debo hacer una serie de observaciones que fundamentarán mi voto negativo y que servirán tal vez para una posible interpretación para el caso de que sea votado: afirmativamente. El señor diputado Martínez Raymonda afirmó que la razón de ser de la supresión de la indexación está en que ella alimenta a la misma inflación y que muchas veces, en el cumplimiento de obligaciones que fueron indexadas, se dieron resultados superiores á los valores que originariamente tenían dichos compromisos. Esto es una verdad a medias, porque general, mente la aplicación de los índices inflacionarios ha dado exactamente resultados, inversos con lo cual las obligaciones terminaren depreciadas respecto del acuerdo original. Por eso, el mecanismo indexatorio es imprescindible en caso de que: continúe la inflación, y este Congreso no tiene .competencia- para. suprimirlo: En 1973 la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el caso "Valdez c/Estado nacional” fundamentó la aplicación de la indexación en principios constitucionales ye no en una interpretación del Código El Preámbulo de la Constitución habla de afianzar la justicia, y están la garantía de la propiedad en les artículos 14 y 17 y el principio de la justa compensación, que abarca la antigua cláusula del inciso 1º del artículo 67, cuando decía que las contribuciones nacionales podrían ser pagadas con las monedas de las respectivas provincias, de acuerdo con su justo equivalente. Con este criterio, entendiendo que este artículo no puede afectar cláusulas constitucionales, consideramos que la indexación podrá seguir, aplicándose. La interpretación contraria podrá significar que los intereses compensatorios -que seguramente reflejarán la inflación— sean tildados de injustos y contrarios a esta cláusula de la Constitución. Por último, quiero destacar que por esta norma no se derogan las leyes provinciales ni municipales, así corno tampoco las convenciones colectivas de trabajo que tengan cláusulas de carácter indexatorio, porque nosotros como Congreso de la Nación, no somos

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competentes ello de acuerdo con una vieja jurisprudencia de la Corte en el caso "Soenga, Héctor c/Empresa Ferrocarriles Argentinos" —del 7 de agosto de 1989— y en el caso "Nordensthol" (Fallos, 193639). Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán. Sr. López de Zavalía. — Señor presidente: la fecha clave del 1º de abril se nos aproxima implacablemente. Ello me convence de que el bloque oficialista no aceptará ninguna modificación y cuenta con número suficiente como para mantener ese criterio. Si hablo ahora formulando ciertas observaciones es en la confianza de que la hidalguía de los señores legisladores hará —si resultan convencidos de mis argumentos— que por lo menos las conserven para tener en cuenta en una futura ley modificatoria. Son cuatro las inquietudes que voy a plantear en torno al artículo en consideración. La primera de ellas ha surgido luego de un análisis con el derecho comparado. En todos los países en los que rige el principio nominalista —con una excepción que luego mencionaré— se admite que la autonomía privada pueda establecer en los contratos cláusulas previendo una actualización. La excepción a la que me refería —posiblemente haya otras, pera ésta es la única que recuerdo-- surge de la ordenanza francesa del 4 de febrero de 1959, en la que se estableció el nuevo franco. Aparecía en ella una cláusula similar a ésta que recoge el proyecto bajo examen; aunque preveía una excepción digna de interés, ya que ha sido reiteradamente mencionada desde distintos enfoques; en el curso del debate en general. Me refiero a los créditos por prestaciones alimentarias, expresamente excluidos de la prohibición de actualización en esa ordenanza francesa. La segunda inquietud, que por lo menos algo de tranquilidad podrá... Sr. Presidente (Pierri), -- Señor diputado: la Presidencia apela a su amabilidad y, teniendo en cuenta lo avanzado de la hora y que varios legisladores se han anotado para formular observaciones sobre este artículo --quedan varios más aún por considerar—, se permite sugerirle ale que enuncie directamente las modificaciones que propone. Sr. López de Zavalía. — Quisiera retribuir su pedido teniendo en cuenta sobre todo la forma cortés en que ha sido

expuesto, así como también lo avanzado de la hora, pero: ocurre que estaba anotado para participar del debate en general en un orden del que luego. fui desplazada. Es así que prácticamente no pude hablar, cuan de la mayor parte de los legisladores que hicieron uso de la palabra emplearon aproxima lamente una hora. Se nos pidió que fuéramos brevísimos y saldrán de testigos los señores diputados en cuanto a que respondí a tal exhortación; no creo haber insumido más de dos minutos hablando, aunque solicité reciprocidad para poder explayarme en estos artículos. Desde luego que si por mayoría la Cámara decide privarme del use de la palabra u obligarme a ser breve, tendré que acatar la decisión.- De tal manera, si el señor presidente desea someter a votación ésa propuesta, no me opongo: Sr. Presidente (Pierri). — La Presidencia no desea ejercer ningún tipo de presión. para cercenarle el uso de la palabra al señor diputado. Simplemente le- ha sugerido la posibilidad de que se limitara a enunciar las modificaciones que ha pensado proponer para este artículo. Sr. López de Zavalía. — Trataré de ser breve, señor presidente, aunque creo que lo estoy siendo. La segunda observación que deseo plantear que podría ser objeto de una simple aclaración por parte del miembro informante—, consiste en que, no obstante los: enfáticos términos de la frase ."cualquiera fuere su causa" contenida en el artículo 70, por lo menos debe sobreentenderse qué no abarca las hipótesis contempladas por los párrafos segundo a quinto del artículo 1.198 del Código Civil, que consagra la teoría de la excesiva onerosidad sobreviniente en la prestación. La tercera observación es de mayor envergadura. Se trata de un aspecto que me parece realmente escandaloso dentro de la estructura del proyecto de ley. De acuerdo con la modificación que se propone al artículo 617 del Código Civil, sin lugar a dudas se prohibiría la actualización para las deudas en australes, pero no para las deudas en dólares o en otras monedas extranjeras, que resultarían privilegiadas con respecto a las deudas en moneda nacional. Finalmente, atendiendo a la brevedad, Me limito a citar los artículos del Código Civil números 3.477 y 3.602, que los señores diputados conocen de memoria.

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Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por La Pampa. Sr. Berhongaray.-- Señor presidente: cuando el señor diputado Manzano expuso en general sobre este proyecto, reivindicó con buen criterio la existencia de los créditos ligados ál valor de productos específicos, que en gran parte.son el fundamento del desarrollo de muchas economías regionales. Cualquier provincia conoce las ventajas de este tipo de créditos. En el valle del Río Negro se ajustan por el valor de las manzanas; en Cuyo, por las uvas; en el centro, por la grasa butirosa, las carnes o las oleaginosas; y en el norte, por productos regionales típicos. Creo que la adecuada hermenéutica de este artículo excluye de la prohibición a estos créditos, porque no, están vinculados con la indexación. Quisiera que esta reivindicación que hizo el señor diputado Manzano se tome como una interpretación fidedigna a los efectos de que sea tenida en cuenta cuando se reglamente la ley. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Cruchaga. — Señor presidente: parte de mis argumentos ya fueron expuestos por los señores diputados Gentile y López de Zavalía. Si bien vamos a votar por la negativa, corno estaba previsto, efectuaré una advertencia. Esta iniciativa podría haber evitado un enorme daño jurídico en nuestro país si no contara con los artículos 7°, 89, 9° y 10. Si a partir de esta norma legal no hay más desvalorización monetaria y se mantiene la estabilidad de nuestra moneda, no habría hecho ningún daño el mantenimiento de todo un sistema legal que hubiera corregido toda distorsión eventual que se produjera en el futuro. Se intenta eliminar todo un cuerpo normativo que se ha ido formando durante más de 40 años y que está plasmado en la jurisprudencia, la doctrina y las leyes específicas, cuya inserción solicito en el Diario de Sesiones. Sólo mencionaré en este momento a la que considero más importante dentro del listado de dichas leyes. Esta iniciativa deroga las cláusulas que permiten la adecuación de las eventuales indemnizaciones que podrían surgir de los contratos de trabajo regidos por la ley 20.744. ¿Qué sucederá cuando exista una alteración de nuestro signo monetario en el futuro? Coincido con el señor diputado Gentile en que nuestra justicia no

permitirá que se provoque un daño patrimonial, porque existe amparo constitucional. Esta es una rápida reflexión; pero si nos tomáramos el tiempo _ necesario y razonable y analizáramos el sistema legal —que en definitiva fue elaborado durante muchos años por la doctrina, la jurisprudencia y el mismo. Congreso, nos daríamos cuenta del enorme daño jurídico y del vacío que se producirá en nuestro _mundo jurídico en caso de aplicarse estricta y formalmente los artículos que acabo de mencionar, tal como desea la mayoría que sean sancionados. Quisiera hacer un par de reflexiones rápidas. Existe una infinidad de contratos provenientes de negociaciones internacionales y en muchos casos hay convenios que la Nación ha firmado. Yo me pregunto qué autoridad tiene este Congreso para modificar en forma unilateral cláusulas contractuales que determinan la forma de adecuación de las distintas prestaciones de los créditos tornados al Banco Interamericano de Desarrollo, etcétera. Creo que decisiones de este tipo afectan normas jurídicas —por ejemplo, los tratados antes mencionados-- y crean un precedente realmente nefasto en nuestras relaciones internacionales. En el artículo 7º del proyecto se mencionan conceptos que a mi criterio no tienen vinculación alguna con la cuestión del valor de la moneda. Aquí se mezcla un tema de variación de costos que está contemplado en la ley 12.910, que nada tiene que ver con las fórmulas de actualización monetaria establecidas en nuestro derecho administrativo y contractual. Se trata de cuestiones que responden a otros principios y conceptos. Es este un tema que se puso, de rondón y que generará también un enorme, daño a las relaciones patrimoniales que tienen los particulares entre sí y especialmente con el Estado. Siguiendo esta misma línea de razonamiento y adelantando nuestro -voto negativo, decimos con toda conciencia que si a esta ley le quitaran los cuatro artículos que mencionamos, no se produciría ninguno de los efectos que rápidamente estamos señalando en esta Cámara y lograríamos dar a aquellos que sólo reciben las consecuencias económicas de una imprevista desvalorización un resguardo legal para el futuro, respaldo que ha sido elaborado durante muchos años en nuestro país.

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Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos. Sr. Parente. — Señor presidente: sin perjuicio de las razones expuestas por el señor diputado preopinante, haré referencia a la totalidad del título II del proyecto de ley que estamos considerando. En tal sentido debo decir —y esto abona el voto negativo que daremos a esta iniciativa— que este proyecto tendrá una serie de efectos no queridos, los que según nuestro criterio, y conforme fue señalado explícitamente en esta sesión, redundarán en una mayor recesión y en desprotección a los usuarios de los servicios públicos y afectarán el principio de autonomía colectiva, como bien se dijo aquí. Así.- mismo, en el tema de las convenciones colectivas esto repugna a la jurisprudencia uniforme de la Corte Suprema de Justicia y afecta los intereses de los beneficiarios del sistema de seguridad En la redacción de esta norma existe una oscuridad injustificada que no ha sido salvada .en la sanción del Senado y menos aún en el estudio que oportunamente hicieran !as comisiones respectivas ni este plenario de la Cámara de Diputados. Para mayores detalles me remito a lo que establece la primera parte del artículo 79 del proyecto en consideración. Según nuestro criterio, existe una excesiva dependencia respecto de la reglamentación que al efecto se dicte, con el riesgo de que no se encuadre en los principios generales de la ley, en violación de los artículos 86 —inciso 2º— y 28 de la Constitución Nacional. Afecta derechos adquiridos —concretamente, el artículo .17 de nuestra Carta Magna— aplica nociones de orden público excluidas- del Código Civil, y. Se ampara en la doctrina de emergencia permanente que se patentizó en ésta Cámara con sanciones de las leyes, 23.696 y 23.697, la reglamentación del ejercicio del derecho de huelga por medio de un decreto inconstitucional del Poder Ejecutivo -el número 2.184-, la manifiesta emergencia judicial declarada por el Poder Ejecutivo y hasta la emergencia moral. Esta emergencia permanente es un estado de supralegalidad absolutamente irregular e inconstitucional. Existe además una sobreabundancia de normas referidas a diversos aspectos del Código Civil y un presagio de numerosos conflictos que, se plantearán en sede judicial con un destino incierto para los intereses del erario.

Estas son algunas de las consideraciones que deseábamos realizar, y brevitatis causa; las finalizamos en este momento, sin perjuicio de solicitar la inserción en el Diario de Sesiones de un texto con mayor abundamiento de los conceptos vertidos precedentemente. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes. Sr. Garay. – Señor presidente: deseo .realizar una brevísima reflexión sobre repotenciación o la actualización de los créditos que destacaran los señores diputados Gentile, López de Zavalía y otros que me precedieron en el uso de la palabra. Ellos hubieran tenido absoluta razón y esto hubiera sido inconstitucional y atentatorio contra los principios de igualdad y de propiedad si en el paralelismo que dispone la ley entre el dólar y el austral el Estado nacional no se obligara a vender dólares a una paridad cambiaria determinada en forma permanente. Aquí se ha sustituido el mecanismo en virtud del cual en las obligaciones bilaterales un individuo se obligaba a satisfacer la contraprestación con actualización. En este caso el que se obliga es el Estado a mantener está relación ea forma permanente. Si hay inflación y el plan se desequilibra, el individuo no resulta perjudicado. El que sí se ve perjudicado es el Estado, que se obliga a pagar: de modo permanente en una moneda estable. Además, se establece un interés del 12 por ciento anual para algunos casos. Quiere decir que con esto no se afecta ni la igualdad, ni la ley ni la propiedad privada. En todo caso es el Estado el que asume el grave riesgo de tener que pagar, si se desprecia nuestra moneda, igual cantidad de dólares por la misma cantidad de australes, como dispone la norma. A los efectos de abreviar y para no solicitar más el uso de la palabra, adelanto voto negativo para el articulo 9º, vinculado con el desagio, al igual que para el artículo 11, referido a la modificación del artículo 623 del Código Civil, que establece el anatocismo en momentos en que precisamente se fija una modalidad de moneda estable perdurable que torna mas grave aún este efecto indexatorio de actualizar con interés sobre intereses, para colino sin establecer períodos. Por ejemplo, al. constituirse en forma mensual este anatocismo, el interés sobre una moneda estable resultará muy gravoso y se podrá configurar el paraíso de la usura si se piensa en la relación can

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los bancos o con quienes otorguen préstamos de dinero. Sr. Presidente (Pierri). -- Se va a votar el artículo 7º del proyecto aprobado en general.

—Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Pierri).-- En consideración el artículo 8º. Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe Sr. Lamberto.-- Señor presidente: al igual que en el artículo 5º, la comisión deja establecido como interpretación del espíritu del artículo en consideración que ésto comprende las situaciones judiciales con sentencia firme o no y los jui cios en trámite pendientes de sentencia. En todos los casos la actualización monetaria, cuando correspondiere, se aplicará exclusivamente hasta el: 19 de abril de 1991. Sr. Presidente. (Pierri). Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba Sr. Gentile. — Señor presidente: el gobierno nacional, a través de los decretos 34, 53 y 383 de 1991, suspendió los juicios en los que es parte el Estado nacional. Estos decretos han sido declarados inconstitucionales por varios tribunales y han originado la presentación de un proyecto de ley del cual soy autor por el que se propone su abrogación. Entendemos que de acuerdo con el artículo 95 de la Constitución Nacional el Poder Ejecutivo no puede invadir la competencia del Poder Judicial. Al Poder Legislativo también le cabe la misma prohibición en razón de que sus atribuciones están perfectamente establecidas en el artículo 67 y no puede inmiscuirse en lo establecido en el artículo 100 de la Constitución, donde se fija la competencia del Poder Judicial. La medida que se ha adoptado no es justificable ni aun por razones de emergencia, porque ni siquiera se suprimen todas las sentencias sino una parte de ellas. Hay tribunales federales, como los de Córdoba, que cuando indexan las obligaciones establecen en algunos casos un 5 por ciento de interés anual, y en otros un 6 u 8 por ciento. Sí, como se anuncia, a partir de este plan la inflación será del 1 o. el 2 por ciento mensual, los intereses compensatorios tendrán que ser del 12 por ciento -como se establece en el articulado del proyecto— o del 24 por ciento; respectivamente. La supresión parcial de la sentencia por parte de una norma inconstitucional

dictada por el Congreso va a traer no sólo una afectación a la Constitución Nacional sino también a la propia sentencia, porque no se podría —en el caso de acatarse esta ley inconstitucional—, modificar la tasa de interés que está preestablecida en la sentencia. Anticipo mi voto negativo al artículo en tratamiento por considerarlo inconstitucional. Sr. Presidente (Pierri). — Se va a votar el artículo 8º.

—Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Pierri). — En consideración el artículo 9º. Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe. Sr. Lamberto. — Señor presidente: al igual que en los artículos 59 y 89, y al solo efecto de que quede constancia en el Diario de Sesiones, la comisión estima que ninguna disposición contenida en el proyecto de ley que estamos considerando puede obstar a la utilización de la teoría de la imprevisión qué legisla el artículo 1198 del Código Civil por parte de quienes es timen afectados sus derechos por aplicación del artículo 9º. Asimismo se sugiero que la reglamentación que debe dictarse explicite públicamente el ejercicio de este derecho. Dejamos constancia también de que, a nuestro criterio, la aplicación de esto artículo no alcanza a los, créditos laborales ni a los del sistema de seguridad social. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán. . Sr. López de Zavalía. — Señor presidente: el apremio lleva a ser breve, pero la brevedad de la observación sobre el artículo 79 ha conducido a que no se interprete lo relativo a la actualización de australes, que nada tiene que ver con la equivalencia de 10.000 a 1. Sin embargo, trataré de seguir siendo breve, puesto que, advierto que por lo avanzado de h hora hay una suerte de prisa indecorosa cuando se están tratando textos de suma gravedad y se pretende salvarlos con aclaraciones que no tienen ningún valor, porque cuando se, discuten en juicios los derechos, lo que interesa es el texto de la ley. En cuanto a la opinión de, los legisladores, Alf Ross, dijo —palabra más, palabra menos— que nada hay de,, mayor importancia que-la opinión de los legisladores; cuando nos clan la razón la invocamos, cuando nos la niegan, la callamos, y como en un pleito siempre hay dos partes, habrá también

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dos voces y quien decide es el juez sobre la base de la ley. (Aplausos.) Con relación al artículo 9º diría que puedo ser juzgado utilizando las palabras de Bibiloni: "patente desmentido a las promesas de la Constitución". Si hay una norma que debiera ser tomada con seriedad por los legisladores es la que emana de la Constitución. Quiero recordar que los créditos son propiedad en el sentido constitucional. Aún más; hay un problema particular derivado de una promesa específica del legislador que está contenida en el artículo 6º de la ley 21.342, que no ha sido derogado por la ley 23.091 y qué expresamente dice: “El Estado garantiza la libertad de contratación y el ejercicio regular de los derechos de los contratantes en las locaciones iniciadas o que se inicien a partir del 1º de enero de 1974. Las condiciones pactadas entre Tocadores y locatarios no serán alteradas por el poder público ni éste aplicará medidas en relación con las locaciones urbanas que deban ser cumplidas a expensas de una sola de las partes." Aclaro que ese escrúpulo constitucional podría ser salvado teniendo en cuenta que la idea general es que mediaría un cambio de moneda, Vale decir, una medida de carácter general que no incide directamente sobre un tipo de contrato determinado, sino que es una consecuencia indirecta de las leyes económicas. Pero lamentablemente ese escrúpulo constitucional no puede: ser salvado porque hay un método distinto de determinación de la deuda según se trate del artículo 9º o del 10. Cuando se trata de créditos de particulares entra a jugar como límite la variación del dólar. estadounidense cuando se trata de impuestos o de créditos del fisco ya no funciona esta relación con el dólar, lo que significa que no estamos realmente ante un: texto que pueda, fundarse constitucionalmente en la variación de una moneda que existe respecto a todas. Sr. Presidente (Pierri). ---- Tiene la palabra el señor diputado. por Córdoba. Sr. Gentile.-- Señor presidente:. por las razones que se han expuesto en esta Cámara, vamos a votar negativamente artículo 9º, porque pensamos que va producir una fábrica de pleitos. Sin embargo, deseo preguntar a la colisión sobre una serie; de criterios de interpretación que pueden ser utiles para cuando se aplique la. Norma, por que su vaguedad es sorprendente:

Se habla de relaciones jurídicas no, se habla concretamente de contrato. Se ha planteado duda de si las tarifas telefónicas o eléctricas entran dentro de esta norma. Las tarifas son contratos de "adhesión y, en consecuencia, están sometidas al régimen de este artículo. En segundo lugar, se habla del, nacimiento de las obligaciones. Esto va a traer graves dudas porque hay contratos que se renuevan, como los de alquiler o los aranceles que se pagan en colegios y universidades, donde un alumno ingresa en primer ;año y luego de cinco años permanece en el mismo establecimiento.- Puedo, mencionar que el año pasado la Universidad Católica de Córdoba cobraba 80 dólares mensuales y-este año, a partir de marzo, hay que abonar 200 dólares. Mí interpretación consiste en que debe tomarse el comienzo del. último contrato y no momento ,en que el alumno ingresó en la universidad o en el colegio. En tercer lugar, cuando se habla de la cotización del dólar estadounidense del mes de mayo de 1990 no se tiene en cuenta que el mes de mayo tiene 31 días, ni que la cotización del dólar era libre y se podía considerar en diversas instituciones y en distintos momentos: a la apertura, durante la rueda o al cierre de las operaciones. Es insalvable reformar este artículo porque ha habido variaciones de unos cuantos puntos en la cotización del dólar durante ese mes. En el caso de que no se proceda a efectuar esta modificación imprescindible, podríamos decir que trata de la cotización al cierre del último día hábil del mes de mayo de 1990, en el Banco de la. Nación Argentina tipo comprador: Sr.Matzkin.-- Se trata de un promedio. Sr. Gentile — Entonces, solicito que la comisión me aclare cómo debe interpretarse todo esto. Otra cuestión que merece una interpretación es el supuesto que puse como ejemplo en el caso del- arancel universitario. La dolarización es algo que existe desde antes que se sancione este proyecto de ley. Hay contratos pactados en dólares y aquí no se habla de cómo se van a aplicar o no con respecto a la evolución del dólar. Si se va a mantener, como en el ejemplo que de la relación de 80 dólares o si los 200 dólares se van a pasar a Australes. Creo que merecemos una explicación —la sociedad también la merece-- para aplicar correctamente este artículo.

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De todas maneras, esto no debería ser motivo de una recomendación porque no podemos, frente a ésta que, es una norma reglamentaria, permitir que autoridades del Poder Ejecutivo o incluso administrativas: dicten con demora en el tiempo reglamentaciones que pueden ir cambiando, ocasionando un grave desconcierto en la aplicación de los contratos. Por estos motivos, adelanto mi voto negativo con respecto, al artículo 9º y solicito a la comisión una respuesta a la interpretación realizada, en caso de que se lo apruebe. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por La Pampa. Sr. Berhongaray.--Señor presidente: teniendo en cuenta la afirmación del señor miembro informante en el sentido de que no se aceptarán modificaciones, sólo queremos solicitar algunas aclaraciones a los efectos hermenéuticos e interpretativos del artículo. El señor diputado Lamberto señaló en su reciente intervención que quedaban excluidas del artículo las operaciones vinculadas a actividades laborales y provisionales. No mencionó las operaciones financieras, por lo que es razonable pensar que éstas también se ajustan por el procedimiento. señalado del índice dólar más un 12 por ciento, Además de desprenderse del texto del artículo, pareciera que esta interpretación obedece a elementales razones de justicia. Aquí hay dos países; el país que estaba dolarizado, el de los grandes centros, yo diría el del microcentro. Esos no tienen problemas porque ya estaban en dólares. Y para ellos el interés es muy sencillo, ya que es el interés internacional en dólares. Pero también estaba el otro país, el del interior, ese que no sabía de créditos sino de des cubiertos, el que estuvo pagando estos dos últimos meses tasas del orden del 1,5 por ciento diario, algo así como el 70 por ciento en dos meses. Pareciera que esta desigualdad, esta transferencia masiva de ingresos que hubo de todas las pequeñas y medianas empresas, comerciantes y productores del interior hacia los grandes centros, debe tener algún medio de equilibrio, de manera que la cuestión sea, lo más justa posible. Por eso pensamos que también el índice de ajuste financiero más el 12 por ciento, que es el que se aplica mensualmente a los créditos en descubierto, debe ser ajustado por el mecanismo .que establece este artículo 9º. Una sana hermenéutica,

una adecuada interpretación y elementales razones de justicia lo hacen aconsejable. Sr. Manzano.--- Pido la palabra para una aclaración. Sr. Presidente (Pierri). — Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Manzano. — Señor presidente: sobre las dudas planteadas por el señor diputado Gentile, el objetivo de la norma es preservar el valor económico de las relaciones jurídicas y los contratos. Esta es la equidad de la transacción al llevarla a los valores de mayo del año pasado. Sería el principio enunciado por el señor diputado Lamberto de un pan de manteca por otro pan de manteca, y la reglamentación es el camino para que en cada relación jurídica se apunte a eso. En cada caso planteado, la norma —y lo mismo debe suceder con la reglamentación—apunta a mantener neutra desde el punto de vista del contenido económico la relación contractual o jurídica —aunque fuera un contrato implícito-- con referencia al mes de mayo del año pasado. ¿Qué quiere decir lo señalado en el ejemplo educativo? Aunque no haya un contrato explícito, habrá que retrotraerse y si no ocurre eso, el Estado buscará el mecanismo para que se retrotraiga, por ejemplo por el sistema de premios y castigos que significa el subsidio a la enseñanza privada. En cuanto a lo planteado por el señor diputado Berhongaray, ese objetivo que no interviene la norma en la situación de deudores y acreedores en el sistema financiero, y a mi modo de ver esto generaría una situación de fotografía en la cual quedan beneficiados los bancos corno acreedores frente a los deudores por el efecto de tasas altamente positivas en los últimos meses. Ha sido la voluntad del Poder Ejecutivo no intervenir en las relaciones entre deudores y acreedores por el carácter controvertido que esto tendría y porque ha sido. una relación tantas veces afectada. Si es voluntad del bloque de la Unión Cívica Radical que se intervenga -en esta relación, nosotros comprometernos el trámite de cualquier iniciativa en ese sentido, así como la habilitación del tema en sesiones extraordinarias. Pero el Poder Ejecutivo no ha querido promover la licuación de los pasivos empresarios. Las tarifas eléctricas no han registrarlo indexación por sobre la. evolución cambiaria, aunque sí ha habido una deformación: de la matriz tarifaría. Es

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voluntad del Poder Ejecutivo .corregir esa deformación recuperando los atrasos en la tarifa eléctrica y reduciéndola en los casos en. que ponga a nuestras empresas en situación de menor competitividad con respecto al mercado internacional, fundamentalmente aquella vigente para la provisión, de .energía eléctrica al agro y para la provisión eléctrica y gasífera a la industria. Habrá entonces una política activa de transformación de precios. En el caso de la, tarifa telefónica ha habido una indexación por razones de fórmula muy superior a los incrementos de costos reales, por lo que sería un supuesto típico que debo retrotraerse a la situación anterior. Sr. Presidente (Pierri).-- Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.. Sr. Siracusano. — Señor presidente: la disparidad de criterios en nuestro bloque con respecto a este conflictivo artículo 99 fue precisamente el motivo por el cual seis diputados votamos en contra del proyecto en tratamiento. Por lo tanto, creo conveniente y de particular importancia solicitar la anulación lisa y llana de este artículo. Primero, porque en materia contractual atenta directamente contra el principio de la autonomía de la volutad. Segundo, porque es decididamente antiliberal. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Aramouni. — Señor presidente: la lectura que hizo el señor miembro informante de la Comisión de Finanzas ha puesto en evidencia que las aclaraciones carecen .de relevancia cuando pretenden decir lo que la ley no dice. Al mismo tiempo, ha puesto en evidencia —y hubiera sido preferible no hacer la aclaración—el carácter controvertido de este artículo, así como su propia inconstitucionalidad. Hubiera sido mejor callar ese aspecto. Pero quiero recordar que sigue teniendo vigencia el articulo 28 de la Constitución Nacional, que dice: "Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercida" Sr. Borda. — ¿Qué pasaría si fueran dos? Sr. Aramouni.— Al diputado Borda le digo que somos dos, pero con toda seguridad representamos a la mayoría del pueblo. El creo que no va a representar ni a su hijo. Lo van a condonar a por los siglos de los siglos.

—Varios señores diputados hablan a la vez

Sr. Aramouni.— Los intentos de interrupción sólo ponen en evidencia la inconsistencia de este proyecto, su inconstitucionalidad y los perjuicios que traerá aparejados en toda la comunidad nacional: No cabe la menor duda de que pretenden Votar y sancionar esta ley para ver si el 8 de septiembre próximo el resultado electoral les es favorable. Creo que esto no les va á alcanzar. Van a perder, y lo más grave es que van a dejar en la sociedad un saldo tal vez irreconciliable. Sr. Presidente: (Pierri). --- Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Baglini.-- Señor presidente: luego de escuchar al señor miembro informante, tal vez lo mejor sea incluir la revisión de todo este capítulo en forma inmediata en el período extraordinario de sesiones. La desigualdad ante la ley ve crea el artículo 9º es insalvable. Aquí no hay regla homogénea y común para situaciones iguales. No es verdad que esta norma no afecte los contrates. Produce una deflación forzada más allá de la ecuación económica básica del contrato. Voy a terminar mi exposición dejando sentada en el Diario de Sesiones una anécdota que no puede pasar inadvertida a los señores diputados, recomendando a quien redactó este título que vuelva a la Facultad de Derecho urgentemente. En este sentido; recuerdo a los señores diputados que la semana pasada el ministro Cavallo reunió en la Casa de Gobierno a los presidentes de bloques de esta Cámara y del Senado, así como a otros integrantes de ambos cuerpos legislativos. Nos repartió ejemplares del proyecto de ley, que quedaron en nuestro poder. El artículo 79 contenía una enormidad tal como la de declarar nulas de nulidad absoluta las disposiciones legales y reglamentarias que se opongan a él. Quien redactó esta barbaridad no lograría aprobar Introducción al Derecho, primera materia en la Facultad de Derecho. Por suerte, minutos antes de la presentación en el Senado esto fue corregido. El artículo 99 es insalvable, a menos que: busquemos que la Comisión de Juicio Político multiplique su tarea por cien mil, porque si hay lugar para fabricar juicios "truchos", este articulo 99 supera todo el tema de ferrocarriles-y cualquier otra cosa que alguien pudiera suponer, Realmente, si no queremos multiplicar la magnitud de los procesos pendientes, lo mejor que se puede hacer es introducir este tema: en el

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período extraordinario de sesiones para reformar la ley que se sancione. Sr. Presidente (Pierri).--Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Aramouni.— Señor presidente: quiero consultar al señor diputado Baglini si no piensa que éste artículo podría estar incurso en la nulidad que establece el artículo 29 de la Constitución Nacional, y si no cree además que los que lo voten favorablemente estarán alcanzados por el delito de infames traidores a la patria.

—Varios señores diputados hablan a la. voz.

Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Manzano.— Señor presidente: nosotros no queremos revisar el artículo. Para nosotros está muy bien. Si el señor diputado Berhongaray y el bloque de la Unión Cívica Radical desean proponer una licuación de pasivos, tienen que presentar un proyecto en tal sentido y nosotros lo habilitaremos, No estamos de acuerdo con la revisión de este artículo porque consideramos que está muy bien redactado. No hay duda sobre su eficacia jurídica ni sobre su capacidad reparadora. Reitero que si se desea promover una licuación de pasivos es necesario presentar un proyecto específico que —anticipo— habilitaremos. Sr. Baglini. — Pido la palabra por haber sido aludido. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Baglini.-- Señor presidente, el ministro no puede ser infractor de su conducta precedente; ama la licuación de pasivos. Sr. Manzano.— Fueron amores juveniles. Sr. Baglini. — Los sigue manteniendo de grande. Esto artículo significa una licuación de pasivos. Cuando se habla de recomponer hacia atrás sobre la base de la evolución del dólar más un 12 por ciento de interés anual todos los precios por bienes u obras, así como también las cuotas por servicios, hasta los alquileres, quedan comprendidas dentro de este artículo las obligaciones .del Estado. La licuación de pasivos que se produce es fenomenal. ¿De qué licuación de pasivos en particular vamos hablar con relación al sector financiero Si no conocemos toda la gama de posibles relaciones múltiples de bancos con el Central y del Central con los bancos y cada una de las situaciones

colaterales, tales como las tarjetas des crédito y los seguros de retiro? Dentro de esta enumeración chirle la licuación de pasivos puede ser infinita. Tanto el señor diputado Cruchaga como otros legisladores se han referido a licuaciones en el caso de con tratos de suministros de obras públicas; .y señalado, incluso, la que puede producirse con un simple panadero proveedor , de un hospital municipal. Sr. Presidente (Pierri).--Tiene la palabra elseñor diputado por la Capital. Sr. Siracusano. — Señor presidente: sin perjuicio de compartir lo expresado por, señor diputado Baglini y a efectos de informar al señor, diputado Manzano, deseo recordar que las leyes deben ser normas generales de conducta, y tienen que cumplir con: determinados atributos esenciales. Fundamentalmente, deben ser perspectivas, y no retroactivas, y éste no es el caso del artículo 99. Sr. Presidente. (Perrii). — Se va a votar en forma nominal el artículo 9º.

—Se practica la votación nominal.

Sra. Secretaria (Pérez Pardo). Sobre 150 señores diputados. presentes en el recinto, han votado 91 por la afirmativa y 58 por la negativa

—Votan por la afirmativa los señores diputados Adamo, Alasino, Alterach, Alvarez (II. C.), Alvarez Echague, Aranda, Arcienaga, Ayala, Balestrini, Ball Lima, Barbeito, Beltrán, Borda, Bordin Carosio, Cabrera, Calleja, Camaáño (D. A.), Camaño (G. ), Cardo, Carrizo (V. E.),. Casai. de Alarcia, Casas, Cassia, Castillo (J. L.) Corchuelo Blaseo, Cruz (W. J.) Curto, Dalmau, Díaz. Lozano, Domínguez (J.M. R..), Domínguez (R. R.), Echevarría, Endeiza, Fernández (R. E.), Flores, Folloni, Freytes, García (R. J.), Gómez, González (O. F.), Guzmán, Hernandez, Herrera (B. E. )S Whatne, Kohan, Lamberto, "Larraburu, Libonati, pez (J. A.), López (J. ), Machicote, Manrique, Manzano, Martínez (L. A.) Martínez Garbino, Matzkin, Merino, Monteverde, Molla, Orieta, Pacee, Pampuro, Parra, Paz, Puertas Puricelli, Requeijo, Riutort, Rodríguez (J. A.), Roggero, Romero (C. A.), Romero (J.), Romero (R.), Rosales, Roy, Saadi, Sabio, Sacks, Salusso, Soria; Suárez, Tac-ta de Romero, Taparelli, Uriondo, Vallejos, Venesia, Yoma y Zaracho.

—Votan por la negativa los señores diputados Albamonte, Antelo, Aramouni, Baylac, Berhongaray, Breard, Brest, Canata, Cantor, Caputo, Castillo (O. A.), Clérici, Cossos Pérez, Cruchaga, De Martino, Di Caprio, Dumón; Durañona y Vedia, Elías, .Espeche, Estévez Boero, Felgueras, Fernández (A.); Ferreyra (B.O.), Fescina, Figueras, Caray, García Cuerva, Gatti, Gentile, González Gass, Jaroslavsky, ,Lázara, Lencina, López de Zavalia, Machado, Marcó, Martínez (G. A.), Martínez Márquez, Natale, Neri, Ortiz Pellegrini, Parente, Pascual, Quarracino, Raimundi, Rodríguez (J.), Salvador, Seguí, Siracusano, Soria Arch, Valerga, Vega Miar, Young, Zambianchi; Zamora (F.) y Zavaley.

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Sr. Presidente (Pierri). En consideración el articulo 10. Se va a votar.

-Resulta afirmativa

Sr. Presidente. (Pierri). — En consideración el artículo 11. Tiene la :palabra el señor diputado por Tucumán.

-- Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. López de Zavalía.-- Señor presidente: pierdo la esperanza de que en el bloque oficialista se manifieste por lo menos la cortesía, si no puede hacerlo la cordura. Antes de entrar en el análisis de este texto, que pretende reformar tres artículos del Código Civil, debo hacerme, cargo de una imagen, que ha sido utilizada en forma reiterada. Quiero aclarar que me resulta violento referirme a ella. Está muy lejos de mí pretender molestar —aun indirectamente— al señor legislador que la ha empleado. No hay ningún ánimo de molestar, sino simplemente de precisar cuáles son los verdaderos conceptos jurídicos. Reiteradamente se ha dicho que esto es muy, simple y con un-ejemplo que puede servir para la publicidad periodística se ha hablado del cambio de manteca por manteca. El ejemplo tendría que haberse formulado de la siguiente manera: restitución de manteca fresca por manteca rancia. Este es el problema. El primero de los artículos del Código Civil que se intenta modificar es el 617, que dice: "Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse: corno de dar cantidades de cosas." En el texto que se proyecta se dice que se aplicará el régimen de las obligaciones dinerarias. Sr. Presidente (Pierri). — Señor diputado López de Zavalía: el señor diputado Matzkin le solicita una interrupción. Sr. López de Zavalía.— La Presidencia no ha solicitado que sea breve y no quiero ser yo causante de la prolongación de este debate. Si el señor diputado quisiera hacer uso de la palabra, puede solicitarla oportunamente. Sr. Matzkin. — Insisto, señor diputado, en que me conceda la interrupción. Sr. López de Zavalía.-- Solicito a los señores diputados que no reiteren sus

pedidos de interrupciones cuando han sido denegados. La modificación que se propone es excesiva, declamatoria e injusta. Lamentablemente, para demostrar que es excesiva tengo que referirme a. la historia de la disputa que existe dentro de la familia civilista. En el derecho civil se distingue entre los derechos personales creditorios y los derechos reales. Para los derechos Personales jamás ha habido una disposición dentro del Código Civil que prohíba la contratación. en moneda extranjera. Acá se plantea otro problema. Dentro de los derechos reales, el artículo 3.108, del Código Civil define, el derecho de hipoteca en garantía de obligaciones en dinero, pero ocurre que ese tipo de hipotecas no puedo existir cuando se trata de obligaciones _de dar moneda extranjera. Es decir que en vez de modificar el artículo 3.108 han modificado el artículo -617 del Código Civil. Creo que la reacción que se ha producido es realmente excesiva, ya que por más que se les dé el mismo rótulo nunca tendrán el mismo carácter las obligaciones en moneda extranjera y-las establecidas en moneda de curso legal. No es embotellando un vino malo con un rótulo bueno como se va a cambiar su sabor. Los redactores del artículo en examen parecerían haber olvidado que el problema no está dentro del Código. Civil sino fuera de él, por el ingenio de los señores legisladores que prohibieron mediante la ley 23.091 la contratación de locaciones en moneda extranjera, con lo cual. todo lo que se está diciendo acá en el sentido de que será posible efectuar ese tipo de contrataciones constituirá una fábula. Esta modificación, salvo por el problema que. presenta el artículo 3.103 del Código Civil, que podía haber sido adecuado directamente si así lo hubieran querido, es declamatoria. Sr. Presidente (Pierri), — Ruego al señor diputado que se limite a formular su propuesta concreta habida cuenta de que son. las 9 de la mañana y aún falta considerar otros artículos. Sr. López de Zavalía. — Comprendo lo que dice, señor presidente, pero a los demás legisladores les permitió explayarse. Ahora estamos tratando tres artículos concentrados en uno. No es mi culpa que el debate se organice dé este modo. Con ese criterio, el día de mañana podrían considerarse 50 artículos del Código Civil contenidos en una sola

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norma con la pretensión de que no se debata ni se informe sobre el particular. Los legisladores que no son peritos en la materia, la prensa y el público, en general dirían, con toda razón, que se está cometiendo una atrocidad con una de las leyes fundamentales de la República. Por lo expuesto, ruego al señor presidente —que no ha asistido al resto de este largo debate— que tenga un poco de paciencia y me permita proseguir. Decía que el texto es declamatorio porque tal como está ubicado en el Código Civil no va a modificar el resto de las normas que no se encuentran contenidas en ese cuerpo legal. Entonces, por más que se lo declare dinero, habrá un régimen distinto en el procedimiento concursal, porque el artículo 131 de la Ley de Quiebras distingue claramente las obligaciones. dinerarias, las de dar cosas y las de entregar. moneda extranjera. Igualmente habrá un- régimen distinto para los aportes societarios --artículos 51, 53 y 187 de la ley que regula la: materia—, así como se establece un régimen especial en el artículo 44 de la ley cambiarla, Pueden los señores diputados recorrer toda la legislación y observarán que esto es puramente declamatorio; y lo que es peor —perdonen que lo diga—, para satisfacer el afán de algunos juristas...

—Varios señores diputados hablan a la vez

Sr. Presidente (Pierri). — Ha finalizado su término, señor diputado López de Zavalía.

--Varios señores diputados- hablan a la vez. Sr. Aramouni.— Nada tengo que ver con el partido al que representa el señor diputado López de Zavalía, pero él es tina autoridad en materia de derecho, y yo lo quiero escuchar.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Presidente (Pierri) — La Presidencia no pretende coartar el uso de la palabra al señor diputado López de Zavalía, pero le ruega que redondee su discurso porque hay varios orado res anotados para referirse a este artículo. Además, con este desorden corremos el riesgo de quedarnos sin quórum. Sr. López de Zavalía. — No creo que nos quedemos sin quórum en estas circunstancias, señor presidente.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. Matzkin.-- Pido la palabra para una interrupción.

Sr. Presidente (Pierri). – El señor diputado López de Zavalía ya ha dicho que no concede interrupciones. Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Tucumán. Sr. López de Zavalía.— Señor presidente: afirmo que este texto es injusto por las consecuencias que acarrean las cláusulas de actualización; que serán válidas para los dólares pero no, para los australes. Sólo deseo formular breves comentarios sobre el artículo 619 del Código que pareciera ser una consecuencia del 617. Se olvida que hoy tenemos todavía antes de la sanción, de esta norma---- dos monedas, porque conservamos la moneda oro de la ley 1.130 que figura en algunas normas y en especial en el Código Aeronáutico. Por otra parte, la redacción del actual articulo 619 del Código Civil permite dar una respuesta al cambio entre ambas monedas.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. López de Zavalía. — Ya concluyo mi exposición, pues no quiero ser causa de privación del uso de la palabra para otros señores diputados que reciben mejor trato por parte de la Presidencia.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. López de Zavalía. — Señor presidente: en épocas en que la República tenía en alto su honor y reinaba la honestidad, el articulo 623 del Código Civil era aplaudido por toda la doctrina. Incluso colmo calificó de inmoral el anatocis.mo, fuera de esta prohibición relativa que establece el Código Civil. Yo quisiera saber de dónde han sacado este texto. Por la sorpresa y el apuro de este procedimiento no he tenido mucho tiempo para estudiar el asunto, pero debo advertir que la vieja regla del artículo 1154 del Código de Napoleón subsiste, y que en este siglo el Código Civil alemán de 1900 prohíbe el anatocismo en su artículo 248, del mismo modo que el Código Suizo de las Obligaciones de 1911, artículo 314; el Código.del Líbano de 1932,-artículo -786; el código italiano de 1942, en su artículo 1283; el código portugués de 1966, en el artículo 560 y, recientemente, el Código del Perú de 1984, en el artículo 1249.

—Varios señores diputados hablan a la vez.

Sr. López de Zavalía. — Señor presidente: si los señores diputados no

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quieren escuchar y están resueltos a votar Cualquier texto que se les presente, será cosa de ellos, pero yo quiero dejar a salvo mi responsabilidad. . El texto que ahora se propone es mucho más grave que el que sancionará la Cámara al considerar el proyecto de unificación civil y comercial que, por lo menos, tenía una excusa porque unía ambas legislaciones y adoptaba una regla que podía parecer cómoda para el derecho comercial, que también se imponía al derecho civil como consecuencia de la unificación que se producía. Pero en el texto que ahora estamos considerando ocurre exactamente lo contrario, porque.se modifica la legislación civil admitiendo el anatocismo, mientras que en el derecho comercial subsisten normas que lo limitan al caso de las cuentas corrientes. Les recuerdo a los integrantes de la bancada oficialista —por si lo han olvidado— que el bloque Fuerza Republicana votó en general afirmativamente el proyecto en consideración sin especulación electoral alguna; lo hizo porque: creyó que debía entregar su cuota de confianza, a la conducción económica. Creo que entre nosotros también debe regir el principio de que nobleza obliga. Por ello confiaba en que en la consideración en particular se aceptara, alguna de las modificaciones propuestas. Comprendo la situación por la que atraviesa el bloque justicialista, pero en la medida en que puedan escuchar alguna palabra sensata les ruego que recapaciten a fin de que en el futuro se corrijan las desprolijidades que contiene el proyecto que se va a sancionar. (Aplausos.) Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por San Juan. Sr. Seguí. — Señor presidente: lamento que no hayamos escuchado con serenidad las palabras vertidas por el doctor López de Zavalía, que es un prestigioso profesor de la Universidad de Tucumán cuyos trabajos han sido material de consulta de muchos abogados. A los señores diputados les advierto que no hay motivo para apurarse, porque Juncadella viene recién a las 10. (Risas.) Me hago cargo del apuro que tiene la bancada Justicialista por sancionar este proyecto a fin de que mañana sea publicado en el Boletín Oficial y comience a regir a partir del 1º de abril, pero debe quedar en claro que queda pendiente la modificación del artículo 623 del Código Civil, porque es cierto lo que

señala el señor diputado López de Zavalía. Pero a lo referido cabe agregar que se vuelve a sancionar la indexación que se pretende erradicar definitivamente, porque los futuros contratos en dólares o en australes contendrán una cláusula que permitirá la capitalización diaria de los intereses, lo que producirá un efecto más grave., aún que él de la indexación. Sr. Presidente. (Pierri).— Se va a votar el artículo, 11.

--Resulta afirmativa. —Sin observaciones; se vota y aprueba. el: artículo 12.

Sr. Presidente (Pierri). --En consideración el articulo 13. Tiene la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Albamonte. — Señor presidente: si bien conozco cuál habrá de ser el resultado de la votación vinculada a esto artículo —motivado no por la convicción de muchos señores legisladores de que la norma en debate no merece reparos ni modificaciones—, voy a solicitar que se elimine un párrafo. Es lamentable que nos encontremos entre la espada y la pared, obligados una vez más a votar por sí o por no, con lo cual estamos de algún modo desprestigiando la labor parlamentaria, que exige un debate amplio —tal vez tedioso para algunos— que permita el conocimiento de cada una de las expresiones políticas e ideológicas que el pueblo ha instalado en esta Honorable Cámara, para que puedan hacer oír su voz e influir en las normas que se dicten. Pero esto no lo podemos hacer porque los señores senadores se han ido de vacaciones; ésta es la triste realidad. Mientras que nosotros hace más de doce horas que estamos debatiendo este proyecto en el recinto, ellos hace muchas más horas que han viajado. Sr. Puricelli. — ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con el permiso de la Presidencia?, Sr. Albamonte. — Sí, señor diputado. Sr. Presidente (Pierri). — Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por Santa Cruz. Sr. Puricelli. — Señor presidente: agradezco la deferencia del, señor diputado Albamonte —que no sabemos si pertenece a la provincia-de Buenos Aires o a la Capital Federal— al concederme esta interrupción. Debo decir que como representante de una provincia que tiene dos senadores en el otro cuerpo que integra este Honorable Congreso no puedo permitir que se haga

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esta acusación gratuita sin ninguna posibilidad de defensa por parte de .aquéllos. Me vienen a la memoria ciertas declaraciones del señor diputado Albamonte realizadas en Mar del Plata durante este verano. Las escuché en mi distrito y dije. que prefería estar con algunos. veraneantes antes que con diputados corruptos a su lado. Eso me trajo a colación que a veces se hacen imputaciones gratuitas que no son necesarias ni convenientes para la vida en democracia ni para el respeto que nos debemos tener entre nosotros. Hay quienes, pueden decir estas cosas— livianamente, pero nosotros respetuosamente —quien habla, a título personal— optamos por reconvenir al señor diputado Albamonte para que retire esa afirmación o, de lo contrario, pruebe sus dichos. (Aplausos.) Sr. Presidente (Pierri). — Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por la Capital. Sr. Albamonte. --Señor presidente: con respecto a mis supuestas declaraciones en Mar del Plata, soy yo quien le dice al señor diputado Puricelli que las pruebe. Y con relación a que los senadores no pueden defenderse, eso es cierto, porque no están en Buenos Aires. Voy a solicitar la supresión del párrafo que dice lo siguiente: "Ninguna persona puede alegar en su contra .derechos irrevocablemente adquiridos". Observando cuál ha sido durante todos estos años nuestra tradición en materia legislativa, no podemos admitir, este párrafo. Espero que este proyecto ,de ley pueda ser revisado y mejorado. Sr. Presidente (Pierri)..— ¿Acepta la comisión? Sr. Lamberto. — No, señor presidente. Sr. Presidente (Pierri). — Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba. Sr. Gentile. — Señor presidente: en este artículo se dice lo siguiente: "Ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos". Seguramente, la expresión "en su contra" quiere decir en contra de la ley. Es la interpretación lógica de este artículo, ya que no va a ser modificado. Sr. Presidente (Pierri). — Se va a votar el artículo 13 del proyecto de ley, aprobado en general.

—Resulta afirmativa. —El articulo 14 es de forma.

Sr. Presidente (Pierri). Queda definitivamente sancionado el proyecto de ley1 Se comunicará al Poder Ejecutivo y se dará aviso al Honorable Senado. Se va a votar si se efectúan en el. Diario de Sesiones las inserciones solicitadas por los señores diputados durante el curso del debate.

—Resulta afirmativa. Sr. Presidente (Pierri). — Se harán las inserciones solicitadas2. Habiéndose cumplido con el objeto de la convocatoria, queda levantada la sesión especial.

—Es la hora 9 y 16 del día 27.

LORENZO D. CEDROLA. Director del Cuerpo de

Taquígrafos.

1 1 Véase el texto de la sanción en el Apéndice. (Página 5393.) 2 Véase el texto de las inserciones en el Apéndice.I. (Pág. 5395)

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Publicación en el

Boletín Oficial

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Publicación de la ley 23.928

Boletín Oficial del día 28 de marzo de 1991

CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL

Ley Nº 23.928

Sancionada: Marzo 27 de 1991

Promulgada: Marzo 27 de 1991

TITULO I

DE LA CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL

ARTICULO 1º — Declárase la convertibilidad del Austral con el Dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º de abril de 1991, a una relación de DIEZ MIL AUSTRALES (A 10.000) por cada DOLAR, para la venta, en las condiciones establecidas por la presente ley.

ARTICULO 2º — El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA venderá las divisas que le sean requeridas para operaciones de conversión a la relación establecida en el artículo anterior, debiendo retirar de circulación los Australes recibidos en cambio.

ARTICULO 3º — El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA podrá comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del GOBIERNO NACIONAL, o emitiendo los Australes necesarios para tal fin.

ARTICULO 4º — En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el CIENTO POR CIENTO (100 %) de la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado.

ARTICULO 5º — El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados contables para reflejar el monto, composición e inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por el otro.

ARTICULO 6º — Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en australes está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, en cuenta corriente o cuentas especiales.

TITULO II

DE LA LEY DE CIRCULACION DEL AUSTRAL CONVERTIBLE

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ARTICULO 7º — El deudor de una obligación de dar una suma determinada de Australes, cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con posterioridad al 1º del mes de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del Austral.

Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto.

ARTICULO 8º — Los mecanismos de actualización monetaria o repotenciación de créditos dispuestos en sentencias judiciales respecto a sumas expresadas en Australes no convertibles, se aplicarán exclusivamente hasta el día 1º del mes de abril de 1991, no devengándose nuevos ajustes por tales conceptos con posterioridad a ese momento.

ARTICULO 9º — En todas las relaciones jurídicas nacidas con anterioridad a la convertibilidad del Austral, en las que existan prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes, o en aquellas de ejecución continuada con prestaciones y contraprestaciones periódicas, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, obra, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en más de un DOCE POR CIENTO (12 %) anual al que surja de la evolución de la cotización del Austral en Dólares estadounidenses entre su origen o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 1º del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación. En este último caso la obligación de quien debe pagar la suma de dinero, se cancelará con la cantidad de Australes que corresponda a la actualización por la evolución del Dólar estadounidense por el período indicado, con más un DOCE POR CIENTO (12 %) anual, siéndole inoponibles las estipulaciones o condiciones originales.

ARTICULO 10. — Deróganse, con efecto a partir del 1º del mes de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo- de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de Australes que corresponda pagar, sino hasta el día 1º de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del Austral.

ARTICULO 11. — Modifícanse los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil, que quedarán redactados como sigue:

"Artículo 617: Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero."

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"Artículo 619: Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento."

"Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención expresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que acuerden las partes; o cuando liquidada la deuda judicialmente con los intereses, el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza."

ARTICULO 12. — Dado el diferente régimen jurídico aplicable al Austral, antes y después de su convertibilidad, considéraselo a todos sus efectos como una nueva moneda. Para facilitar dicha diferenciación, facúltase al PODER EJECUTIVO NACIONAL para reemplazar en el futuro la denominación y expresión numérica del Austral, respetando la relación de conversión que surge del artículo 1º.

ARTICULO 13. — La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se oponga a lo en ella dispuesto. La vigencia se fija a partir del día siguiente de su publicación oficial.

ARTICULO 14. — Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional. — ALBERTO R. PIERRI. — EDUARDO A. DUHALDE. — Esther H. Pereyra Arandía de Pérez Pardo. — Hugo R. Flombaum.

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ANEXO

Insersiones de

discursos de Diputados

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