Leyendas Norte y Sur

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LEYENDAS DE NORTE Y SUR DE CHILE

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El Trauco

Se cuenta que el Trauco es un hombrecito que mide alrededor de 80 centmetros, tiene un rostro varonil y feo, sin embargo posee una mirada muy dulce y sensual. No tiene pies, sus piernas terminan en simples muones. Dicen que viste traje y sombrero de Quilineja, planta trepadora tambin conocida como coralito, usada para hacer canastos o escobas. En su mano derecha lleva un hacha de piedra, que remplaza por un bastn, llamado Pahueldn, cuando se encuentra frente a una muchacha soltera que ha ingresado al bosque.Los que han visto al Trauco dicen que se cuelga de la rama de un Tique, rbol de gran altura, tambin conocido como Olivillo. Desde aqu espera a sus vctimas. Suele habitar cerca de las casas de los chilotes para as poder vigilar a las doncellas que le interesan. Se mete a las casas, cocinas y a todos los lugares imaginables slo para ubicar a una nueva "conquista". Los habitantes de Chilo, conociendo las maas de este pequeo individuo, tratan de no descuidar a sus hijas.Para esto toman precauciones tales como evitar que vayan solas a buscar lea o a arriar los animales. Son en esas oportunidades donde el Trauco aprovecha de utilizar su magia. A pesar de su afn por perseguir doncellas, el Trauco jams acta frente a testigos, es decir, nunca atacar a una muchacha si esta va acompaada de alguien. Cuando divisa a una nia desciende rpidamente del rbol. Luego da tres hachazos al Tique, con los que parece derribarlos todos. La muchacha luego de recuperarse del susto, se encuentra con el Trauco a su lado, quien sopla suavemente su bastn. La nia sin poder resistir el encanto del trauco cae en un profundo sueo de amor.La muchacha, al despertar del embrujo, regresa a su casa sin saber claramente lo sucedido. Nueve meses despus, tras haber experimentado cambios en su cuerpo por la posecin del Trauco, nace el hijo de este misterioso ser.

El Caleuche

No era un pueblo, no poda serlo, se trataba slo de un pequeo nmero de casas agrupadas a la orilla del mar, como si quisieran protegerse del clima tormentoso, de la lluvia constante, de las acechanzas que pudieran venir de la tierra o del mar. En la pieza grande de la casa de don Pedro se haban reunido casi todos lo hombres del casero.El tema de su charla era la prxima faena. Saldran a pescar de anochecida y sera una tarea larga y de riesgo; pensaban llegar lejos, quiz hasta la isla Chulin, en busca de jurel, rbalo y corvina. Deseaban salir porque la pesca sera buena. Durante la noche anterior estaban seguros de haber visto a la bella Pincoya que, saliendo de las aguas con su maravilloso traje de algas, haba bailado frenticamente en la playa mirando hacia el mar. Todo esto presagiaba una pesca abundante y los hombres estaban contentos. No todos saldran, porque, como siempre, don Segundo, el hombre mayor, se quedara en tierra. Uno de los jvenes le pregunt: "Usted, don Segundo, por qu no se embarca?. Usted conoce ms que cualquiera las variaciones del tiempo, el ritmo de las mareas, los cambios del viento y, sin embargo, permanece siempre en tierra sin adentrarse en el mar". Se hizo un silencio, todos miraron al joven, extraados de su insolencia, y el mismo joven abismado de su osada, inclin silencioso la cabeza sin explicarse por qu se haba atrevido a preguntar. Don Segundo, sin embargo, pareca perdido en un ensueo y contest automticamente: "Porque yo he visto el Caleuche". Dicho esto pareci salir de su ensueo y, ante la mirada interrogante de todos exclam: "Algn da les contestar". Meses despus estaban todos reunido en la misma pieza. Era de noche, y nadie haba podido salir a pescar, llova en forma feroz, como si toda el agua del mundo cayera sobre aquella casa, el viento huracanado pareca arrancar las tejuelas del techo y las paredes y el mar no eran un ruido lejano y armonioso, sino un bramido sordo y amenazador. Don Segundo habl de improviso y dijo: "Ahora les contar...". Su relato contenido durante muchos aos cobr una realidad mgica para los que le escuchaban curiosos y atemorizados. Hace mucho tiempo haba salido navegando desde Ancud con el propsito de llegar hasta Quelln. No se trataba de una embarcacin pequea, sino de una lancha grande de alto bordo y sin embargo fcil de conducir, con dos velas que permitan aprovechar al mximo un viento favorable. Era una lancha buena para el mar y que haba desafiado con xito muchas tempestades. La tripulaban cinco hombres, adems de don Segundo, y el capitn era un chilote recio, bajo y musculoso, que conoca todas las islas y canales del archipilago, y de quien se deca que haba navegado hasta los estrechos del sur y haba cruzado el Paso del Indio y el Canal Messier. La segunda noche de navegacin se desat la tempestad. "Peor que la de ahora", dijo don Segundo. Era una noche negra en que el cielo y el mar se confundan, en que el viento huracanado levantaba el mar y en que los marineros aterrorizados usaban los remos para tratar de dirigir la lancha y embestir de frente a las olas enfurecidas. Haban perdido la nocin del tiempo y empapados y rendidos encomendaban su alma, seguros de morir. No obstante, la tormenta pareci calmarse y divisaron a lo lejos una luz que avanzaba sobre las aguas. Fue acercndose y la luz se transform en un barco, un hermoso y gran velero, curiosamente iluminado, del que salan cantos y voces. Irradiaba una extraa luminosidad en medio de la noche, lo que permita que se destacaran su casco y velas oscuras. Si no fuera su velamen, si no fuera por los cantos, habrase dicho un inmenso monstruo marino. Al verlo acercarse los marinos gritaron alborozados, pues, no obstante lo irreal de su presencia, pareca un refugio tangible frente a la cierta y constante amenaza del mar.El capitn no particip de esa alegra. Lo vieron santiaguarse y mortalmente plido exclam: "No es la salvacin, es el Caleuche!!. Nuestros huesos, como los de todos los que lo han visto, estarn esta noche en el fondo del mar". El Caleuche ya estaba casi encima de la lancha cuando repentinamente desapareci. Se fue la luz y volvi la densa sombra en que se confundan el cielo y el agua. Al mismo tiempo, volvi la tempestad, tal vez con ms fuerza, y la fatiga de los hombre les impidi dirigir la lancha en el embravecido mar, hasta que una ola gigantesca la volc. Algo debi golpearlo, porque su ltimo recuerdo fue la gran ola negra en la oscuridad de la noche. Despert arrojado en una playa en que gentes bondadosas y extraas trataban de reanimarlo. Dijo que haba naufragado y cont todo respecto del viaje y la tempestad, menos las circunstancias del naufragio y la visin del Caleuche. De sus compaeros no se supo ms, y esta es la primera vez en que la totalidad de la historia sala de sus labios. "Por eso que no salgo a navegar. El Caleuche no perdonar haber perdido su presa, que exista un hombre vivo que lo haya visto. Si me interno en el mar, ver aparecer un hermoso y oscuro velero iluminado del que saldrn alegres voces, pero que me har morir". Todos quedaron silenciosos y pareci que entre el ruido de la lluvia y el viento se escuchaba ms intenso el bramido de las olas. No obstante la creencia de don Segundo de que la visin del Caleuche significa una muerte segura, hay personas en la Isla Grande que afirman que han visto o conocido a alguien que vio el Caleuche. Tal vez lo hicieron desde la costa y no navegando. En todo caso, los que navegan entre las islas del archipilago durante la noche lo hacen con un profundo temor de divisar el hermoso y negro barco iluminado. Este puede aparecer en cualquier momento, pues navega en la superficie o bajo el agua, de l surgen msica y canciones. Entonces la muerte estar cerca y el naufragio ser inevitable. Los que no perezcan pasarn a formar parte de la tripulacin del barco fantasma, del Caleuche. Crditos segunda imagen:Edgardo Contreras de la Cruz

La Pincoya

Al regresar la Huenchula, a casa de sus padres, en donde dejara bajo sus cuidados a su tierna hija, durmiendo en una lapa; comprob que debido a la curiosidad de sus mayores, la nia se haba transformado en agua cristalina. Invadida por el llanto y la desesperacin, cogi la vasija y corri desesperada hacia la playa, a vaciar suavemente su contenido en las aguas del mar. Y avanzando hacia el interior, se perdi en las profundidades del ocano, en busca de su esposo el Millalobo.Entre sollozos y llantos, le relat lo acontecido. Apenas hubo de terminado de pronunciar la ltima frase de su historia, vio acercarse hacia ella, una delicada barca semejante a una lapa, llevando en su interior a su desaparecida hija; convertida ahora, en una hermosa joven, a quien dio el nombre de Pincoya.Las mltiples variedades de peces y mariscos, que el Millalobo, ofrece generoso al pueblo chilote, las siembras, en mares y playas, por intermedio de las maravillosas y fecundas manos de su hija predilecta, la Pincoya. Adolescente muy hermosa, de larga cabellera dorada, de encanto y dulzura incomparables. Sale desde las profundidades del mar, semi vestida con un traje de algas, a danzar a las playas. Cuando realiza su delicado baile mirando hacia el mar, significa que en esas playas y mares abundarn los peces y mariscos; en cambio si lo hace con el rostro vuelto hacia la tierra, indica a los pobladores que para la temporada venidera, los mencionados productos escasearn y por tal motivo, ser menester salir en su bsqueda a playas y mares lejanos.No obstante, cuando la escasez, en ciertas regiones se prolonga por largo tiempo, por ausencia de la Pincoya, es posible hacerla volver, y con ella, la abundancia, por intermedio de una ceremonia especial. Cuando los chilotes, eternos vagabundos del mar, naufragan, siempre encuentran junto a ellos a la candorosa Pincoya, que acude pronto a su auxilio. Si por razones superiores, no logra su propsito de salvarlos, ayudada por sus hermanos La Sirena y el Pincoy, transporta con ternura los cuerpos de los chilotes muertos hasta el Caleuche, en donde ellos revivirn como tripulantes del barco fantasma y a una nueva existencia de eterna felicidad. Seguramente, por esta razn, los chilotes jams temen al mar embravecido, a pesar que la mayora de ellos no sabe nadar. El espritu de la Pincoya, creado por su imaginacin, al velar siempre por ellos, les infunde plena confianza, durante sus arriesgadas faenas por los ocanos del mundo. Las tres pascualases unaleyendachilenade la ciudad deConcepcin,Regin del Biobo.Existen dos versiones de esta leyenda, ambas enmarcadas a finales delsiglo XVIII, y teniendo como protagonista a tres hermanaspenquistasque solan lavar juntas la ropa en una laguna cercana a su casa.La primera versin dice que una tarde encontraron sus cadveres flotando en el agua. Las tres se habran suicidado, ahogadas en la laguna, producto de un desamor provocado por un mismo hombre que las engatus y luego abandon. Entonces las aguas de la laguna se habran desborado producto de un gran remolino, volviendo a la normalidad para transformar la forma de la laguna por la de unalunaencuarto menguante.La segunda versin dice que un forastero, que haba llegado a hospedarse a la casa donde vivan las tres con su padre, se habra enamorado de ellas, y cada una le habra correspondido su amor en secreto. En la duda de no saber a cual elegir, el forastero las habra citado a la laguna en laNoche de San Juan. Desde un bote, al ver el reflejo de una de ellas, le habra gritado Pascuala! Pascuala! Pascuala!, y cada una, al creer que se trataba de ella, habra acudido a su llamado, ahogndose en las aguas. Desde entonces, cada Noche de San Juan se dice que aparece un bote desde el cual se escucha una voz angustiada llamando a las hermanas.En ambos casos, los lugareos llamaran a partir de entonces a la laguna comoLaguna Las Tres Pascualas, nombre con el que se conoce hasta ahora.

ZONA NORTELA VIRGEN DE ANDACOLLOLa leyenda de la Virgen de Andacollo se remonta a los aos de la conquista de Chile, y est respaldada por hechos que hasta la actualidad suceden en Andacollo como es el caso de la aparicin de los primeros Bailes Religiosos alrededor del ao 1585. Los datos histricos que acontecen durante este perodo se inician en el ao con la fundacin de la ciudad de La Serena por Don Juan Bohn. La historia narra que en el ao 1549 esta segunda ciudad de Chile fue devastada y destruida por un incendio causado por una rebelin de los nativos de Copiap (ese mismo ao es nuevamente levantada la ciudad por el conquistador Pedro de Valdivia). De este acontecimiento nace la leyenda de la imagen de la Virgen de Andacollo. Se cuenta que tras la destruccin de la ciudad los espaoles huyen rumbo al sur buscando refugio. Suben la montaa y se encuentran con un pequeo asentamiento indgena de origen Molle, con influencia incaica. Su asombro fue grande al ver las quebradas llenas de oro de lavadero, de modo que deciden ocultar all la pequea imagen y siguen su rumbo al sur. Y es as que un indio de la zona llamado Collo, encuentra a la imagen de la Virgen. Segn la leyenda el indio habra escuchado una voz celestial que le deca Anda, Collo, invita a tu pueblo a conocerme y a conocer el verdadero Dios. El indio tom la imagen y la llev a su casita para rendirle culto asocindola a la Pacha Mama (Madre Tierra), desde entonces los lugareos comenzaron a ofrecerle sus danzas muy similares a las de los indgenas de Per y Bolivia.LA TIRANAEl origen se remonta al otoo de 1535, cuando segn la leyenda, Diego de Almagro en su recorrido hacia la invasin del actual Chile desde Cuzco llevaba en su comitiva a un prncipe inca cautivo llamado Huillac Huma y que era el ltimo sacerdote del culto a Inti. Junto a l, iba su bella hija llamada usta Huillac.Cuando el ejrcito se encontraba cerca del actual pueblo de Pica, muchos de los prisioneros incas huyeron hacia la pampa del Tamarugal, entre ellos, usta Huillac y su padre. Refugiados en los bosques de tamarugos, usta Huillac organiz una rebelin para restablecer el poder de su nacin, llegando a ser temida tanto por sus enemigos que la nombraron como la 'Tirana del Tamarugal'. Un da lleg un apuesto joven expedicionario portugus llamado Vasco de Almeida que haba perdido su ruta hacia la mtica 'Mina del Sol'. La princesa conden a muerte al portugus por su fe en el catolicismo, pero cuando lo conoci qued perdidamente enamorada de l e invent la forma de demorar su muerte para liberarlo de tal destino. Los enamorados vivan juntos en plena Pampa del Tamarugal pero al ser descubierta su relacin, ambos fueron condenados a muerte. Almeida, como una forma de que su amor sea eterno, convence a usta Huillac para que se bautice y as tras la muerte, renaceran en el ms all y viviran unidos para siempre. La conversin de la 'Tirana' al cristianismo no agrad para nada a sus sbditos, quienes, sintindose traicionados, los asesinaron a ambos bajo una lluvia de flechas. En el lugar de la tragedia qued una cruz que simbolizaba la muerte de los enamorados bajo la religin cristiana. En 1540, pasaba por el pueblo de 'La Tirana' el misionero mercedario Antonio Rendn, encontrando entre las ramas de tamarugos una tosca cruz de madera. Enterado de lo sucedido, orden construir una iglesia dedicada a 'Nuestra Seora del Carmen de La Tirana' en honor a la historia de amor que haba protagonizado la bella pareja.Desde la creacin del templo, el pueblo comenz a impregnarse de religiosidad y las ms diversas expresiones artsticas que tienen por finalidad homenajear a la 'Chinita', apodo con el que se le conoce a la Virgen del Carmen en la zona.LOS PAYACHATASLa leyenda de los payachatas es una leyenda que cuenta que en pocas Incas dos familias, enemistadas por un profundo odio entre ambas, a causa del dominio de tierras, el prncipe y la princesa de cada una de las tribus correpondientes encaminados por el destino se conocen y nace entre ellos un profundo amor, puro y sincero. Pero el odio entre ambas tribus hizo irracionable este sentimiento y con el afn de separar a los jvenes, estos son aconsejados de alejarse, al encontrarse las familias ante una negacin de ambos, recurren a la magia, la cual se ve imposibilitada ante tanto amor, quedando sin efecto. La propia naturaleza al verlos acongojados sufre. La luna y las nubes lloran, los lobos aullan y torrenciales tormentas azotan en advertencia a las tribus, por parte de los dioses ante tal error. Las familias al no percatarse de la furia de la naturaleza, con la cual las tierras son invadidas. Recurren a toda clase de artilurgios para poder romper con ese amor. Pero todo intento era en vano. Ante tales fallas los sacerdotes toman la decisin de sacrificar a los prncipes, para que nunca llegaran a estar juntos. Una noche sin luna y en total ocuridad los jvenes son asesinados.Los dioses y la naturaleza vuelcan toda su furia con intensas lluvias y truenos, que azotaron la regin. Las tribus no subsistieron y producto de las inundaciondes desaparecieron. En su lugar aparecieron dos hermosos lagos, donde se dice que se ve pasar a los jvenes prncipes en canoa, por fin juntos. Los lagos creados fueron el Chungar y el Cota-Cotani. En honor a los prncipes la naturaleza les regala dos tumbas, los volcanes El parinacota y el Pomerame.LA AAUCALa Aauca es una flor tpica de la zona norte de nuestro pas, que crece especficamente entre Copiap y el valle de Quilimar, en la regin de Coquimbo. Pocos saben que su nombre proviene de una triste historia de amor... Cuenta la leyenda, que en tiempos previos a la Independencia, la Aauca era una flor joven de carne y hueso que viva en un pueblo nortino. Un da, un minero que andaba en busca de la mina que le traera fortuna, se detuvo en el pueblo y conoci a la joven. Ambos se enamoraron y el apuesto minero decidi relegar sus planes y quedarse a vivir junto a ella. Eran muy felices, hasta que una noche, el minero tuvo un sueo que le revel el lugar en dnde se encontraba la mina que por tanto tiempo busc... Al da siguiente en la maana tom la decisin: partira en busca de la mina. La joven desolada, esper y esper, pero el minero nunca lleg. Se dice de l que se lo trag el espejismo de la pampa. La hermosa joven producto de la gran pena muri y fue enterrada en un da lluvioso en pleno valle. Al da siguiente sali el sol y el valle se cubri de flores rojas que recibieron el nombre de la infeliz mujer.