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D esde mediados de 2001 y los primeros meses de 2002, CCAE des- arrolló los trabajos de elaboración de un Libro Blanco de Coopera- tivismo Agrario, coincidiendo con el proceso de reflexión general sobre el futuro de la agricultura y el desarrollo rural iniciado por el MAPA. El trabajo de CCAE consistió en la celebración de cinco seminarios monográficos de reflexión sobre el cooperativismo desde diferentes enfo- ques (producción, transformación, comercialización, multifuncionalidad y organización), la recopilación de abundante documentación sobre la mate- ria y la obtención de opiniones de líderes cooperativos y personalidades relevantes del sector agroalimentario. Todo este material sirvió de base para la redacción de un documento de conclusiones sobre el Libro Blanco del Cooperativismo Agrario. Este documento, que se reproduce a continuación, ha sido presentado por CCAE ante instituciones y foros relacionados con el sector. Merece la pena resaltar su presentación los representantes políticos de los principales partidos. Así, el día 16 de abril fue presentado al Secretario General del PSOE y el día 17 de abril, a los miembros de la Comisión de Agricultura del Grupo Parlamentario Popular. CCAE expuso públicamente las conclusiones de su proceso interno de reflexión por medio de la presentación en Madrid, el día 18 de abril, del documento “Capítulo sobre Cooperativismo dentro del Libro Blanco de la Agricultura del MAPYA”, en el marco del 2º Seminario Temático “Empresa agraria y cooperativismo” convocado por el MAPA. La presentación de estas conclusiones corrió a cargo del Sr. Eduardo Baamonde Noche, Director General de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE) 55 Libro Blanco del Cooperativismo Libro Blanco del Cooperativismo Agrario Libro Blanco del Cooperativismo Agrario

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Desde mediados de 2001 y los primeros meses de 2002, CCAE des-arrolló los trabajos de elaboración de un Libro Blanco de Coopera-tivismo Agrario, coincidiendo con el proceso de reflexión general

sobre el futuro de la agricultura y el desarrollo rural iniciado por el MAPA.

El trabajo de CCAE consistió en la celebración de cinco seminariosmonográficos de reflexión sobre el cooperativismo desde diferentes enfo-ques (producción, transformación, comercialización, multifuncionalidad yorganización), la recopilación de abundante documentación sobre la mate-ria y la obtención de opiniones de líderes cooperativos y personalidadesrelevantes del sector agroalimentario. Todo este material sirvió de base parala redacción de un documento de conclusiones sobre el Libro Blanco delCooperativismo Agrario.

Este documento, que se reproduce a continuación, ha sido presentadopor CCAE ante instituciones y foros relacionados con el sector. Merece lapena resaltar su presentación los representantes políticos de los principalespartidos. Así, el día 16 de abril fue presentado al Secretario General delPSOE y el día 17 de abril, a los miembros de la Comisión de Agricultura delGrupo Parlamentario Popular.

CCAE expuso públicamente las conclusiones de su proceso interno dereflexión por medio de la presentación en Madrid, el día 18 de abril, deldocumento “Capítulo sobre Cooperativismo dentro del Libro Blanco de laAgricultura del MAPYA”, en el marco del 2º Seminario Temático “Empresaagraria y cooperativismo” convocado por el MAPA. La presentación de estasconclusiones corrió a cargo del Sr. Eduardo Baamonde Noche, DirectorGeneral de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE)

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La Jornada fue inaugurada por el Ministro de Agricultura, Sr. AriasCañete, quien destacó el papel que juega el cooperativismo en la agricultu-ra española, su proyección en el futuro, su participación en la innovacióntecnológica, en la orientación al mercado de las producciones, la mejora dela calidad, o la aportación del cooperativismo desarrollo rural, como ele-mento de cohesión social y territorial.

El conjunto de ponentes invitados ofrecieron una visión práctica de lasexperiencias cooperativas desde diversos puntos de vista. El Sr. Pimentel, ex-ministro y persona directamente vinculado al cooperativismo agrario pre-sentó su ponencia “Presente y futuro del cooperativismo: una visión gene-ral”. D. Juan Francisco Juliá, Catedrático del Departamento de Economía yCiencias Sociales de Universidad Politécnica de Valencia realizó un análisiscomparativo de las características del cooperativismo europeo. La Sesión secompletó con la presentación de tres exposiciones a cargo de profesionalesmuy vinculados a la CCAE, y basadas en “casos prácticos”. El Sr. D. DanielFerreiro Otero, Técnico de la Asociación Gallega de Cooperativas Agrarias(AGACA), se concentró en la integración cooperativa en el sector ganaderogallego, mientras que el Sr. Juan José Damiá Gerente de INTERCOOP, ofre-ció la experiencia de esta cooperativa en la combinación de los elementos“Cooperativismo, Multifuncionalidad y Desarrollo Rural”. Cerraron el turnode intervenciones el Sr. D. Rafael Sánchez Olea Gerente de la CooperativaBajo Duero (COBADU) con su comunicación “Servicios de las Cooperativasa las Explotaciones Agrarias. Innovación Tecnológica”, y el Sr. D. Jesús Sara-sa, Director de Agropecuaria de Navarra, que ofreció su visión sobre “Coo-perativismo, Mercado y Calidad”.

APORTACION DE CCAE AL CAPITULO SOBRE COOPERATIVISMO DENTRO

DEL LIBRO BLANCO DE LA AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL DEL MAPA

En el momento de su concepción, la Política Agraria Común fija comoobjetivos que justifican su carácter proteccionista la garantía del autoabas-tecimiento, y la protección de las rentas de los agricultores. Ambos propó-sitos fueron alcanzados pero dejaron en herencia al sector agrario europeouna serie de desequilibrios e inercias (carestía de la PAC, excedentes, per-turbación del comercio mundial, etc.). Posteriormente, y para paliar estosdesajustes, se introdujeron políticas destinadas al control de excedentes, y ala extensificación y especialización de la producción, que a su vez conlle-varon algunos efectos negativos sobre el medio ambiente y la expulsión depoblación rural, especialmente en las regiones con una agricultura másintensiva. Las sucesivas reformas de 1992 y la Agenda 2000 debieron afron-

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Marco de referenciaMarco de referencia

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tar estos defectos, y se cerraron con “rea-justes” más o menos profundos de las polí-ticas de mercados y estructurales clásicas.

La cuestión que hoy se plantea, a lavista de los cambios acaecidos en los últi-mos años es si, a partir de ahora, el diseñode las políticas de futuro destinadas a laagricultura y al medio rural europeosrequieren una reflexión de mayor enverga-dura, que podría profundizar sobre la pér-dida de protagonismo de las tradicionalesy cada vez más cuestionadas medidas desostenimiento de precios y ligadas a la pro-ducción, y la dotación de mayores mediospara aquellas dirigidas a las nuevas preo-cupaciones de la sociedad que apuntanhacia la calidad y la seguridad alimentaria,y la conservación del medio ambiente ydel medio rural.

Por otra parte, los compromisos de la OMC de reducción de ayudasinternas, de disminución de barreras arancelarias y restituciones a la expor-tación han obligado a reformar las políticas sectoriales de la UE, y ponen encuestión globalmente algunas de ellas. Otros acuerdos internacionales libe-ralizadores del comercio, o la propia adhesión de los PECOS agudizan lapresión sobre los mercados agrarios comunitarios, si bien, en este últimocaso, la oportunidad será recíproca y abrirá también para los actuales sociosuna nueva oportunidad de mercado hacia una población con nivel adquisi-tivo creciente.

También como consecuencia de las nuevas preocupaciones sociales yadministrativas ya mencionadas, toda una serie de nuevas y crecientes res-tricciones se imponen a la actividad productiva, implicando en el cortoplazo, limitaciones que afectan a la rentabilidad económica de las empre-sas agrarias. El agricultor encuentra dificultades para estar informado y abor-dar individualmente estos condicionantes, que la cooperativa en principiopuede asumir en mejores condiciones. Sin embargo, debido a la estructurade las cooperativas, los controles sobre las mismas de cumplimiento dedichos condicionantes son mucho más estrictos, lo cual llega a provocarsituaciones de agravio comparativo o de competencia desleal por el resto deoperadores del mercado, y dificulta la fidelización de la relación socio-coo-perativa.

Los desajustes estructurales que caracterizan una parte de la agriculturaespañola redundan en el incremento de los costes de producción y por lotanto reducen su capacidad competitiva. Estos desajustes se deben tanto acondicionantes externos como a la propia organización de los sistemas pro-ductivos españoles, muy particularmente debilitadas por la rigidez del mer-cado de la tierra. Estas deficiencias dificultan la adaptación de las explota-ciones al nuevo marco político, económico y social, y en buena medida

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están infundiendo la demanda de nuevas funciones de las cooperativas -enapoyo a la actividad productiva de la Explotación Agraria, tradicionalmentededicadas a la concentración de la oferta y la comercialización en común,y al abastecimiento de inputs.

El objetivo básico de las cooperativas de conseguir mejores precios paralos productos de sus socios y los mayores márgenes de beneficio para susexplotaciones no se puede cumplir sólo a través del apoyo a la actividadproductiva de las explotaciones y la concentración de la producción, sinoque debe complementarse con el acompañamiento del producto hasta lasfases de transformación y comercialización y la recuperación del valor aña-dido incorporado al producto final.

Actualmente el sistema agroalimentario está compuesto por complejosflujos que interrelacionan a productores, industria transformadora, comer-cializadores y consumidores finales. Las posibilidades de confrontarse conéxito a este entramado crecen para los productores organizados en un pro-yecto colectivo.

Los cambios tecnológicos y socioeconómicos que han modificado pro-fundamente las pautas generales de compra y de consumo en las socieda-des “desarrolladas”, marcan especialmente las características del consumoalimentario en España y en el resto de la Unión Europea, que son los mer-cados naturales del sector agroalimentario español. El consumidor deman-da cada vez más productos con valores y servicios añadidos, y por lo tantodistantes de los que salen de las explotaciones. Consecuentemente la parteproporcional del precio al consumo de los alimentos que corresponde a lamateria prima es cada vez menor. Destaca, como característica más notable-por trascendente- del comportamiento del consumidor, su preocupaciónpor la salud y su creciente demanda de información en lo que se refiere alorigen y a la seguridad y sanidad alimentaria de los productos adquiridos.Por ello, tres mandatos -el del control, el de la información al consumidor yel de la trazabilidad- se han convertido en el emblema de cualquier proce-so de producción, industrialización y comercialización, debido tanto a lasmencionadas exigencias del consumidor, como a los requerimientos cadavez más cautelosos de la normativa europea.

Sistemas de producción como la producción ecológica o la producciónintegrada, que utilizan técnicas respetuosas con el medio ambiente estánconsiguiendo un apoyo creciente. La producción integrada -en sus diversasformas y denominaciones (producción integrada oficial, producción contro-lada, protocolo naturane, etc.)- es, actualmente, una realidad en la fase deproducción. La participación y liderazgo de las cooperativas en esta fórmu-la ha sido determinante. Existen otros mercados que reconocen otro tipo decalidades específicas no tanto ligadas a cualidades nutricionales omedioambientales sino singularidades debidas a la cultura, a la tradición, alas costumbres gastronómicas, a la localización. Estas cualidades no estánreguladas pero sí podrían incluirse dentro del concepto de “calidad euro-pea” (acuñado por el “Documento de El Escorial”), y cabría preguntarsehasta qué punto podrían ser exploradas y explotadas por las cooperativas, através de la promoción del concepto de “producto cooperativo”.

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La actividad de la industria agroalimentariaespañola contrasta con la actividad agraria por sudinamismo y su competitividad. Estos, junto con elalto riesgo de las inversiones, son los principalesretos que deben afrontar las cooperativas al encararsu incursión en el eslabón de la transformación dela cadena alimentaria. Las sucesivas operacionesde compraventa y acuerdos de fusión de compañí-as del sector de la industria agroalimentaria espa-ñola y los transvases de capitales extranjeros en losúltimos años, han convertido a la transformaciónde productos agrarios en una actividad altamenteconcentrada e internacionalizada. La mayor partede los mercados de alimentación se estarían enca-minando –como el resto de sectores económicos- ala reducción del número de operadores.

La intervención de las cooperativas en los pro-cesos de transformación de las materias primasagrarias es frecuentemente limitada, y su cuota departicipación es mucho mayor en las primeras fasesde la transformación que en las sucesivas. El tímidoconcurso de algunas cooperativas españolas en laindustria alimentaria contrasta sin embargo con lasituación privilegiada en la que se encuentran éstaspara introducirse en los procesos de transformaciónde materias primas. Su potencia radicaría en la pre-sencia en las fases de producción: las posibilidadesque esta presencia les ofrece para planificar, coor-dinar y adaptar la oferta a la demanda. Por otraparte, las crecientes exigencias de trazabilidad, seguridad y sanidad alimen-taria más arriba descritas, impuestas tanto por parte del consumidor comopor las administraciones públicas, no deberían suponer para las cooperati-vas una amenaza sino por el contrario una oportunidad: una ventaja com-parativa con respecto al resto de la industria alimentaria desvinculada de laproducción agraria.

El ámbito en el que se relaciona la agricultura con el comercio ha sufri-do profundas transformaciones, y ha revolucionado las formas de comprar yvender, condicionadas por la apertura de mercados, el progreso de nuevastecnologías, la internacionalización y concentración de las empresas agroa-limentarias y de distribución, la saturación de la demanda. El modelo de lagran distribución, en particular, ha revolucionado el comercio alimentariode nuestros mercados.

El acelerado proceso de concentración que ha experimentado la estruc-tura de la comercialización alimentaria, se refleja en un menor número decompañías que operan y en el incremento de sus cifras de facturación y dela superficie de los establecimientos. En la medida en que unas cadenascompran a otras, se fusionan, o llegan a acuerdos de colaboración, desapa-

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recen compradores del mercado, y los que quedan incrementan su poder,volumen y nivel de exigencia, reduciendo de forma proporcional la de losproveedores. Así los grandes grupos se mantienen en una posición domi-nante casi de oligopolio en la negociación con industriales y proveedores,con quienes se relacionan cada vez más directamente en los mercados deorigen, y con escasa competencia. Esta concentración contrasta con la ato-mización de la oferta de productos agrarios que las cooperativas no siemprealcanzan a corregir. La falta de estrategias para adaptarse a las “nuevasreglas de juego” podría relegar a los agricultores y sus cooperativas al pues-to de meros suministradores de materias primas de la cadena. Quedando asíno sólo privados del beneficio de los valores añadidos generados en lassucesivas fases que llevan el producto hasta el consumidor, sino obligados amayores exigencias y a la asunción de funciones y responsabilidades adi-cionales (almacenamiento, transporte, etc.) que complican su papel tradi-cional de suministrador, y elevan su nivel de riesgo.

La cooperativa desempeña un papel preponderante en la comercializa-ción en origen, que permite garantizar la salida del producto de sus sociosy da estabilidad a los precios que perciben. Sin embargo su capacidad deinfluencia en el mercado se diluye a medida que se avanza en la cadenaagroalimentaria. Numerosos ejemplos exitosos de comercialización porcooperativas demuestran la posibilidad de salvar las dificultades intrínsecasa éstas y de adaptarse a las condiciones impuestas por la distribución paraocupar una posición de fuerza en el mercado interior y de exportación. Perola comercialización en común de los productos de sus socios sigue siendofrecuentemente la “gran asignatura pendiente”: cuando las cooperativasactúan como meros centros de recogida. Esta debilidad es tanto más gravepor cuanto que la fidelización de la participación del socio en la cooperati-va depende muy directamente de la eficacia de su labor comercial, que el

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socio mide por el precio percibido. Ciertas deficiencias en el control por laadministración pública del cumplimiento de las obligaciones fiscales colo-can frecuentemente a la cooperativa en situaciones de agravio comparativoo de competencia desleal con respecto al resto de operadores del mercado,y siembran de obstáculos los esfuerzos de fidelización de la relación comer-cial del socio-cooperativa.

A finales de 1997, el Consejo de Ministros de Agricultura primero, y des-pués el Consejo Europeo de Luxemburgo se pronunciaron formalmente afavor de “una agricultura europea multifuncional y que cubra el conjuntodel territorio de la Unión”. Sobre esa base, la Unión Europea presentó en laAgenda 2000 “la multifuncionalidad” como un objetivo de su política agra-ria común. La UE introducía así las “preocupaciones no comerciales” endefensa del modelo agrícola europeo, caracterizado por una utilizacióndiferente de los medios de producción (superficie, recursos naturales, manode obra empleada), dando lugar a formas de producción y ocupación delterritorio particulares y muy ligadas al modelo social y cultural europeo, quesustenta el proyecto de la integración comunitaria.

De momento la profesión por la UE de la “multifuncionalidad” se haquedado en una declaración de intenciones, a la vista de las previsionespresupuestarias de la Agenda 2000, que da prioridad a las políticas secto-riales (a unas más que a otras) y no refuerza los fondos orientados al des-arrollo rural. A pesar de ello, el discurso de la “multifuncionalidad” ganaimportancia dentro de la UE como argumento para el mantenimiento de unapolítica agraria común, frente a los detractores de ésta y partidarios de sudesmantelamiento, y está en consonancia con las nuevas tendencias de opi-nión de la sociedad europea, cada vez más preocupada por el medioambiente.

Si es cierto el carácter “multifuncional” de la agricultura que actúa apor-tando un beneficio que la sociedad reconoce, la orientación de la políticadeberá adaptarse a esa situación. Habrá que permanecer atentos a los frutosque dé la redacción por parte del MAPA del “Libro Blanco sobre Agricultu-ra y Desarrollo Rural” y su posterior desarrollo normativo. Por parte de CCAEse pone en evidencia el papel que debe jugar el cooperativismo en la esce-na de la “multifuncionalidad”. El mantenimiento de muchos espacios rura-les está supeditado al mantenimiento de la actividad agraria. Las cooperati-vas, en la medida en que participan en mejorar la estructura de las explota-ciones y el desarrollo de su actividad agraria, están contribuyendo a hacerrealidad que estas explotaciones cumplan con “la multifuncionalidad”. Enmuchos casos, la mejora de la rentabilidad de las explotaciones se deberábuscar no sólo a través de la competitividad comercial de la actividad agra-ria, sino también a través de la valorización de todos los servicios y bienesque el agricultor presta o puede prestar a la sociedad y fomentando las nue-vas actividades económicas alternativas o complementarias a la agraria. Los“principios básicos” del desarrollo del medio rural (participación, procesosde decisión de abajo a arriba, subsidiariedad, compromiso de los beneficia-rios, territorialidad, desarrollo integral, innovación, efecto demostrativo,continuidad, etc.) así como las herramientas de que precisa (apoyo técnico,

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formación, comunicación, etc.) se encuentran concentrados en la coopera-tiva, cuya actividad suele ser de ámbito comarcal, lo cual conviene tambiéna las políticas de desarrollo rural. Por otra parte, la asunción de la multifun-cionalidad y del desarrollo rural como objetivos de las explotaciones impli-cará en muchos casos que los socios se hagan cargo adicionalmente de tare-as diferentes de las que normalmente realizan: la cooperativa puede facili-tar que los agricultores asuman esta forma de “reconversión”, y cubrir nece-sidades de formación que ésta requiere.

La Confederación de Cooperativas Agrarias Españolas entiende que enel ámbito de la evolución del marco político, económico y social las coo-perativas están llamadas a jugar un papel preponderante para responder alos nuevos retos, atendiendo tanto a las aspiraciones de mejorar la renta delos agricultores, como a las nuevas exigencias de la sociedad.

El cooperativismo agrario debe seguir sirviendo para mejorar la rentabi-lidad de la actividad de sus socios, que cada vez más pasará no sólo por lamejora de las rentas agrarias, sino de la capacidad de captar valores añadi-dos en actividades relacionadas con la actividad productiva: Transforma-ción, Comercialización, y Desarrollo Rural.

Como se expone a continuación, las cooperativas agrarias se caracteri-zan por una serie de singularidades que les asignan un peso social y eco-nómico propio y las convierten en herramienta imprescindible para el des-arrollo de cualquier política agraria: tanto para la concepción y el desarro-llo de las tendencias ya esbozadas en la A-2000 como para el diseño depolíticas agrarias del futuro. Todo ello justifica que las administracionespúblicas dediquen una consideración especial a esta forma asociativa.

• La Cooperativa es una empresa ligada “incondicionalmente” y deforma estable al medio rural, al agricultor y al ganadero, por lo queejerce liderazgo en la economía local y en la fijación de población,contribuyendo así al equilibrio y la ordenación del territorio.

• Las cooperativas –frecuentemente– actúan en regiones desfavorecidasdonde nunca llegarían otras empresas, y por ello deben superar espe-ciales condiciones desfavorables e importantes limitaciones.

• La “Red de Cooperativas” constituye la principal estructura organiza-da, profesionalizada y estable implantada en todo el territorio, encontacto con el medio rural y el agricultor o ganadero, con capaci-dad de comunicación e influencia sobre éstos, por lo cual puedejugar un papel fundamental para la ordenación de la actividad.

• La cooperativa ejerce una función social: debido a la condición desus socios y a su naturaleza jurídica, las decisiones de las cooperati-vas promueven la participación democrática y tienen en cuenta con-sideraciones que no se derivan sólo de argumentos empresariales sinotambién sociales o culturales.

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I. “Considerandos”I. “Considerandos”

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• Las cooperativas mantienen una posición estratégica dentro de lacadena agroalimentaria: actuando como puente entre la produccióny la industria y el comercio, y permitiendo que el agricultor y gana-dero participe en las fases de transformación y comercialización.

• Las cooperativas son operadores del mercado especialmente bienposicionados para realizar un seguimiento total a los productos, ycumplir con la exigencia de trazabilidad y de seguridad alimentaria.

• La Cooperativa ofrece la posibilidad de aglutinar los intereses de losproductores, y mejorar su posición negociadora.

• La cooperativa contribuye a dar estabilidad a los mercados agrarios.

• La implantación real y experiencia de esta forma de asociación y sucapacidad para asimilar las particularidades de los agricultores yganaderos, demuestran su efectividad y capacidad de adaptación.

En el marco de la redacción del “Capítulo sobre Cooperativismo dentrodel Libro Blanco de la Agricultura del MAPA”, la Confederación de Coope-rativas Agrarias de España establece los siguientes objetivos de actuación:

1º.- Mejorar la dimensión económica y social para reforzar la viabilidadde la cooperativa en el entorno competitivo actual.

2º.- Adaptación de la producción a las nuevas demandas del mercado.

3º.- Apoyar la actividad productiva de los socios a través del suministrode inputs y de la prestación de servicios encomún o del funcionamiento de las sec-ciones de cultivo.

4º.- Adaptación de la actividad pro-ductiva de los socios a un marco normati-vo complejo y cambiante.

5º.- Mejorar la capacidad de negocia-ción de la cooperativa frente a clientes yproveedores para contribuir a hacer másequitativo el aumento del valor de los ali-mentos entre los agentes de las sucesivasfases de la cadena (agricultores y ganade-ros, transformadores, comercializadores).

6º.- Contribuir a la estabilidad, la regu-laridad y la homogeneidad de los merca-dos agrarios.

7º.- Diversificación “vertical”: mayorparticipación en la “industrialización” y en

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Objetivos planteados por las CooperativasObjetivos planteados por las Cooperativas

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la comercialización, para capturar el valor añadido generado a lo largo dela cadena agroalimentaria.

8º.- Intervención de la cooperativa como gestora del medio.

9º.- La adaptación de las organizaciones representativas del cooperati-vismo para que puedan contribuir en las mejores condiciones a los objeti-vos anteriores.

Teniendo en cuenta las particularidades de las cooperativas descritas enapartados anteriores y para posibilitar el alcance de los objetivos que éstasplantean como prioritarios, el apoyo de la administración debería contem-plar las siguientes medidas:

A. MEDIDAS DIRIGIDAS AL FOMENTO DEL ASOCIACIONISMO Y A LAAMPLIACIÓN DE SU PARTICIPACIÓN EN LA POLÍTICA AGRARIA:

1. FOMENTO DEL ASOCIACIONISMO Y DE LA INCORPORACIÓN DESOCIOS ESPECIALMENTE JÓVENES Y MUJERES.

A través del establecimiento de líneas de discriminación positiva parasocios de cooperativas, y socios jóvenes o mujeres en el acceso a las ayu-das, o en los procesos de reparto y gestión de cuotas y derechos de pro-ducción.

2. FOMENTO DE LOS PROCESOS DE CONCENTRACIÓN: COLABORA-CIÓN INTERCOOPERATIVA – INTEGRACIÓN – FUSIÓN.

La medida debe perseguir alcanzar un tamaño suficiente que permitacompetir y generar recursos con los que afrontar y rentabilizar inversionesnecesarias, participar mejor en el mercado: concentración horizontal/vertical.

– Fomento de procesos de colaboración intercooperativa – integración– fusión.

– Compatibilización de las legislaciones de cooperativas autonómica /estatal.

3. FOMENTO DE LA PROFESIONALIZACIÓN DE LAS COOPERATIVAS.

Las medidas de fomento de la profesionalización deben diversificarse,no limitarse ya a la formación de socios, y ser más especializadas y aplica-das (asistencia técnica).

– Financiación de “Asistencia Técnica”: Financiación de contrataciónde profesionales especializados al servicio directo de la cooperativa ydel socio.

– Apoyo a la creación de nuevas secciones, “Secciones de Cultivo”.

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Medidas para alcanzar los objetivos fijadosMedidas para alcanzar los objetivos fijados

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– Fomento de la contratación colectiva de profesionales especializados(por Ej. comerciales para cooperativas de 2º grado…).

– Profesionalización de la gestión y formación de cuadros directivos(Rectores).

– Acceso a nuevas tecnologías (información, comunicación).

– Mejorar los programas de formación de los socios: mayor coherenciay continuidad de la formación impartida por diferentes agentes delsector; impulso de la formación reglada y continua; homogeneizaciónde la titulación, identificación de principales lagunas formativas,complementariedad de programas, etc.

4. SISTEMATIZAR Y MEJORAR LOS PROCESOS CONSULTIVOS, DE COLA-BORACIÓN, DE INTERLOCUCIÓN Y DE INFORMACIÓN ENTRE LASORGANIZACIONES REPRESENTATIVAS DEL COOPERATIVISMO Y LASADMINISTRACIONES.

La sistematización de los procesos consultivos y de información entrelas organizaciones representativas de las cooperativas y las administracionesdeben referirse a cada una de las facetas de la cadena agroalimentaria (pro-ducción, transformación, comercialización) y tener en cuenta las siguientespremisas:

– No limitar los contactos a las situaciones de crisis sino diseñar unaprogramación a largo y medio plazo; efectuar seguimiento y balancede medidas emprendidas.

– Otras instancias y no sólo el MAPA deberían incluir a las cooperati-vas como organizaciones a consultar: Ministerio de Trabajo, Ministe-rio de Economía, Ministerio de Sanidad, Ministerio de Hacienda,Ministerio de Medio Ambiente, etc.

– Mejorar la canalización recíproca de la información entre el MAPA yla CCAE: en especial información sobre mercados (previsiones decosecha interior/exterior, estadísticas sobre precios, volúmenes, trans-acciones, evolución del consumo, localización de nuevos nichos demercado, mercados exteriores...), y sobre legislación.

– Potenciar la colaboración sector-administraciones en la realizaciónde estudios: estudios de mercado, costes de producción, viabilidad deproyectos, etc.

– Institucionalizar procesos consultivos e informativos ante y post lasnegociaciones en Bruselas.

5. APOYAR LA PROGRAMACIÓN DEL DESARROLLO RURAL SOBRE LASCOOPERATIVAS Y SUS ORGANIZACIONES.

– Potenciar la participación de agentes privados y, entre ellos, de lascooperativas agrarias en la gestión de los programas de desarrollo

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rural, que se encuentran demasiado capitalizada por las administra-ciones locales y corporaciones.

– Promover la participación y la gestión colectiva de las medidas agro-ambientales, apoyándola en la cooperativa.

– Potenciar la participación de las cooperativas como beneficiarias ycomo gestoras de programas, aprovechando sus ventajas comparati-vas (como parte del “colectivo agrario”, sector de la sociedad que tra-dicionalmente ha dinamizado el medio rural) sobre las administra-ciones locales.

– Diversificación de la actividad de la cooperativa: ampliar las posibili-dades de la cooperativa para fomentar o liderar actividades económi-cas alternativas y / o complementarias a la agraria, como fuente deingresos y de empleo.

– Fomento de la creación de secciones específicas y de personal espe-cializado (financiación de asistencia técnica) dentro de las cooperati-vas o sus federaciones.

– Desarrollo del “Contrato colectivo de explotación” como fórmulapara regular la gestión integral del territorio por la cooperativa, y reco-nocer y remunerar los servicios prestados a la sociedad.

6. DOTARLE DE MEDIOS Y RECURSOS SUFICIENTES Y CONTAR CON LACOOPERATIVA, PARA LA APLICACIÓN Y EL CONTROL DEL CUMPLI-MIENTO DE LA NORMATIVA: SOBRE SEGURIDAD ALIMENTARIA, RES-PETO AL MEDIO AMBIENTE, BIENESTAR ANIMAL, ETC.

El cooperativismo y la administracióndeben llegar a un acuerdo sobre la fórmu-la de reparto de funciones y responsabili-dades entre socio-agricultor, cooperativa yadministración, y el procedimiento pararemunerar los servicios prestados por unosy otros. El reparto de funciones en materiade cumplimiento de normativa medioam-biental, sanitaria, etc. entre la administra-ción y las cooperativas es desequilibrado.La cooperativa ha asumido espontánea ytácitamente toda una serie de funcionesque tradicionalmente desempeñaba laadministración (divulgación, transmisiónde la información y asistencia técnica enel cumplimiento de la normativa), sin con-traprestación suficiente.

– Participación de la administraciónen la financiación de la AsistenciaTécnica: para divulgación y aplica-ción de normas.

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Page 13: Libro Blanco del Cooperativismo Agrario

– La tendencia a la privatización detoda una serie de servicios relacio-nados con este cumplimiento debe-ría ir acompañada de un marco jurí-dico adecuado para que las coope-rativas puedan asumir la prestaciónde los mismos. Por ejemplo: modifi-cación de la normativa sobre ADS yADV que permita a las cooperativasactuar como tales con la misma per-sonalidad jurídica.

– Contar con las cooperativas para laredacción del diseño y coordina-ción de las normas o de los de pro-tocolos de actuación en materia desanidad vegetal y animal (preven-ción, control, lucha, erradicación,etc).

– Fomento del “cumplimiento colecti-vo” de la normativa: Colaboración de la administración y las coope-rativas en el diseño y puesta en marcha de un sistema de seguimien-to y control colectivo de las explotaciones, que garantice la trazabili-dad de los productos agrarios y ganaderos: información pormenori-zada de cada proceso, inspección y verificación del cumplimiento dela normativa, certificación, etiquetado. El sistema debería apoyarse enla capacidad de la “Red de Cooperativas” para acoger los mediosnecesarios, para prestar el servicio técnico y de gestión, y contactarautomáticamente con las explotaciones de los socios, y para interve-nir en las fases sucesivas de la producción.

– Propiciar la participación de la cooperativa en la aplicación de con-troles de calidad, y controles de origen de la producción.

7. REORIENTACIÓN DE LA POLÍTICA INTERPROFESIONAL/REFORZA-MIENTO DE LA POLÍTICA CONTRACTUAL.

– Definición y delimitación de las funciones de las interprofesionales,de acuerdo con la legislación vigente. La administración no deberíacontar con las OOIIAA como organización representativa de los inte-reses políticos del sector –lo cual colisionaría con la propia actividadrepresentativa de las organizaciones que las integran sino como herra-mienta para la ordenación de éste: participando en acuerdos sobrecriterios de calidad, programación de campañas, adaptación cualita-tiva y cuantitativa de la oferta al mercado, promoción, etc.

– Definición de su sistema de financiación: ésta no puede conllevarcuotas periódicas de las organizaciones miembro, que en el caso delas cooperativas supone una “doble contribución” multiplicada porun número de OOIIAA creciente.

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– Fomento de las relaciones comer-ciales intercooperativas.

– Fomento de la contratación directacooperativa-distribución.

– Fomento de “contratos tipo”.

B. MEDIDAS DIRIGIDAS A MEJORAR LAPOSICIÓN DE LAS COOPERATIVAS EN EL MERCADO:

8. COFINANCIACIÓN DE LAS INVERSIO-NES EN ESTRUCTURAS DE TRANS-FORMACIÓN Y COMERCIALIZACIÓNPOR LAS COOPERATIVAS.

Se debe maximizar la racionalidad enla utilización de los recursos públicos:establecer prioridades, garantizar la viabi-lidad de las inversiones, el dimensiona-

miento adecuado de las instalaciones, primando los proyectos de transfor-mación ligados a comercialización.

– Dar prioridad en las líneas de ayuda a los proyectos cooperativos eintercooperativos;

– Supeditación de las ayudas a las explotaciones a la existencia de unproyecto de comercialización viable, y entre ellos los proyectos coo-perativos.

• Inversiones en mejora de recepción, almacenamiento, acondicio-namiento, manejo, envasado / embotellado, presentación.

• Inversiones en clasificación de calidades.• Líneas de transformación, diversificación innovación en gama de

productos, de presentaciones.• Comunicación y Logística.• Apoyo a los proyectos de comercialización con “marca propia”.

– Apoyo a la participación de la cooperativa en proyectos empresaria-les con sociedades de distinta naturaleza jurídica (mercantiles, socie-dades civiles / SAT, etc.).

9. FOMENTO DE LOS SEGUROS AGRARIOS COMO POLÍTICA DE REN-TAS.

– Impulso de la universalización del seguro a través de las pólizas coo-perativas/ asociativas.

– Gestión colectiva de los riesgos del socio y de la propia cooperativa(costes fijos).

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– Incorporación de los seguros agrarios en la PAC (integrándolos en elReglamento 1257/99).

– Análisis de los seguros agrarios en las modalidades de seguros de ries-gos, explotación y garantía de precios.

10. COMBATIR LA “COMPETENCIA DESLEAL” POR EL RESTO DE OPERA-DORES DEL SECTOR, QUE DESINCENTIVA EL ASOCIACIONISMO.

Dar fin al agravio comparativo que sufren los socios de cooperativasdebido a que los controles administrativos se focalizan en estas sociedades(quienes concentran información sobre un elevado número de agricultores,son muy transparentes y por lo tanto son “más fácilmente fiscalizadas”) y noen otro tipo de operadores que incumplen “impunemente” la regulaciónvigente.

– “Perseguir irregularidades fiscales”.

– Homogeneizar las exigencias (condiciones y sistemas de control de laproducción) para todos los operadores del sector, incluidos los impor-tadores.

– Homogeneizar los controles administrativos.

11. PARTICIPACIÓN DE LAS COOPERATIVAS EN LA GESTIÓN Y LACOORDINACIÓN DE LA CONTRATACIÓN DE MANO DE OBRA TEM-PORAL Y/O INMIGRANTE.

La participación de las cooperativas se entiende útil y necesaria, porcuanto se trata de organizaciones que pueden concentrar y coordinardemandas, y facilitar la “rotación” de tra-bajadores, que sirva para superar los pro-blemas de disponibilidad de mano de obraa que se enfrenta el sector.

12. MEJORAR LA INFORMACIÓN Y LAFORMACIÓN AL CONSUMIDOR,APOYAR LA MISMA EN EL SECTORAGROALIMENTARIO, EN LAS COO-PERATIVAS.

– La administración debe emprenderuna labor de sensibilización de lasociedad sobre la importancia de laconservación del medio rural, depromoción de: “función social de laactividad agraria” (reconocimientodel carácter “multifuncional” de laagricultura por la sociedad), y porende, de legitimación de la PAC yde las ayudas públicas.

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– Valorizar el “proceso productivo cooperativo”: colaboración de laadministración en la comunicación al consumidor de las utilidadesdiferenciadoras del “proceso cooperativo” (vinculación al mediorural, método tradicional, “procesos ética/socialmente responsables”,etc.).

– Información desde la administración sobre seguridad alimentaria ensituaciones de crisis que contrarresten los mensajes equívocos y alar-mistas de algunos medios de comunicación.

– Campaña de información sobre la definición / designación de calida-des y procesos: aclaración de conceptos como “producción ecológi-ca”, “integrada”, “controlada”, “trazabilidad”; aclaración sobre signi-ficado de los calificativos de uso en la designación de los “escalafo-nes de calidades” de ciertos productos: aceite, vino, embutidos, etc.

– Garantizar el cumplimiento de la normativa sobre denominación yetiquetado (evitar publicidad engañosa).

13. INTENSIFICAR LA POLÍTICA DE PROMOCIÓN.

– Promoción de calidades específicas: producción integrada, ecológi-ca, DDOO, etc.

– Promoción genérica: a favor del reconocimiento internacional ycomunitario de la “Calidad Española”, la “Dieta Mediterránea”.

– Promoción del consumo de productos cuya demanda es decreciente.

– Promoción en el exterior: interlocución de ICEX y otros organismosde fomento del comercio con la CCAE.

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14. HOMOGENEIZACIÓN DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN CON-TROLADA / CERTIFICADA Y DE LA DESIGNACIÓN DE CALIDADES.

Homogeneización de los sistemas de producción: protocolos de pro-ducción privados/“oficiales”; normativa de unas y otras CCAA…

– Simplificar, clarificar y unificar las condiciones que regulan la “pro-ducción integrada”, en las diferentes CCAA, en los diferentes Estadosmiembro.

– Coordinación de competencias entre CCAA.

– Sistemas “oficiales” de estandarización de calidad: avanzar hacia laestandarización de calidades en el ámbito comunitario.

15. REORIENTACIÓN DE LA POLÍTICA DE INVESTIGACIÓN AGRARIA.

– Garantizar que los organismos investigadores públicos orientan sustrabajos hacia las necesidades del sector y las demandas del merca-do, y prevén las necesidades que se derivarán de la reglamentaciónvenidera (mayor participación del sector en la programación).

– Garantizar la coherencia de los distintos organismos investigadores(coordinación de diferentes administraciones).

– Coordinación de los programas de investigación con los programasde formación.

– Mayor difusión y transferencia de los resul-tados de la investigación pública, mayorcomunicación para detectar necesidades:apoyar la comunicación y la difusión enlas estructuras de la cooperativa.

– Establecimiento de convenios de colabora-ción de los organismos investigadores conlas cooperativas.

– Incrementar y optimizar la utilización delos fondos públicos dedicados al desarro-llo, la experimentación y la investigaciónaplicada.

– Ampliar el campo de actuación de lainvestigación: investigación dirigida a lafase de transformación comercialización:previsiones de cosecha interior / exterior,estadísticas sobre precios, volúmenes,transacciones, evolución del consumo,localización de nuevos nichos de merca-do, mercados exteriores, estructura de lacadena agroalimentaria, nuevas salidascomerciales, etc.

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