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Libro de los Viajes o de las Presencias —Capítulos I, II, III, IV y V— Soñé despierto con esos papeles, y veía ya en mis manos el primer ejemplar del librito empastado en rojo oscuro, casi negro, y que cabía en el bolsillo de la chaqueta. Todo libro debería caber en el bolsillo; hay que llevarlo, tiene que ser manual, para leerlo al pie de los árboles, al lado de las fuentes, en donde nos coja el deseo. Un libro bueno tiene que ser manoseado, vivir con uno, pasear con uno. En fin, este amor ilegal por los libros se apoderó de mí y no me dejó dormir, como una muchacha que hubo en casa, cuando yo era joven... Primera parte CAPÍTULO I Ambiente del libro. Al regresar a mi tierra y gente me sentí como en casa y me di nuevamente a callejear, caminar por la carretera, sentarme en las barrancas y en los cafés de las aceras, para atisbar agonías, entierros y mujeres, que son mi vocación. Primero son las agonías; segundo, los entierros; tercero, las muchachas y, como si en ellos estuviesen estos temas, los tipos como idos, que se quedan por ahí parados, mirando sin ver y de quienes la gente se aparta desde lejos y dicen que vinieron no se sabe de dónde y les atribuyen todo lo que les asusta y presienten. Son agonizantes. En realidad, las cuatro son una sola vocación. Comienza la presencia del viajero. Lo vi un lunes, alelado, de pies en la acera de la tienda de Fabricio, el que apostaba a si llovería o no. Toda la noche y la mañana había lloviznado. Miraba los charcos, pero sin verlos, viendo su mundo en ellos. Eso que llaman mirar para adentro.

Libro de Los Viajes o de Las Presencias

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Libro filosófico de F. Gonzalez

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Libro de los Viajes o de las Presencias

Captulos I, II, III, IV y V

So despierto con esos papeles, y vea ya en mis manos el primer ejemplar del librito empastado en rojo oscuro, casi negro, y que caba en el bolsillo de la chaqueta. Todo libro debera caber en el bolsillo; hay que llevarlo, tiene que ser manual, para leerlo al pie de los rboles, al lado de las fuentes, en donde nos coja el deseo. Un libro bueno tiene que ser manoseado, vivir con uno, pasear con uno. En fin, este amor ilegal por los libros se apoder de m y no me dej dormir, como una muchacha que hubo en casa, cuando yo era joven...Primera parteCAPTULO IAmbiente del libro.Al regresar a mi tierra y gente me sent como en casa y me di nuevamente a callejear, caminar por la carretera, sentarme en las barrancas y en los cafs de las aceras, para atisbar agonas, entierros y mujeres, que son mi vocacin. Primero son las agonas; segundo, los entierros; tercero, las muchachas y, como si en ellos estuviesen estos temas, los tipos como idos, que se quedan por ah parados, mirando sin ver y de quienes la gente se aparta desde lejos y dicen que vinieron no se sabe de dnde y les atribuyen todo lo que les asusta y presienten. Son agonizantes. En realidad, las cuatro son una sola vocacin.

Comienza la presencia del viajero.Lo vi un lunes, alelado, de pies en la acera de la tienda de Fabricio, el que apostaba a si llovera o no. Toda la noche y la maana haba lloviznado. Miraba los charcos, pero sin verlos, viendo su mundo en ellos. Eso que llaman mirar para adentro.

Yo conozco este tipo!.... Y me sent a atisbarlo desde el caf de la esquina en donde estuvo la tienda de Pacho Dez. Supe que lo concoca, pero me cans mucho localizndolo: el mundo en que habamos convivido no me llegaba en imgenes... Dejemos que resucite! Por orden! A todos los despacho! Lo que ha de ser mo nadie puede quitrmelo! Y se me quit la angustia de bregar.

Por la llovizna, haba poco trajn en la plaza. Dos mujeres y un perro entraron en la iglesia...

Buscar al Seor.Al rato vi que Isaac Lotero, caminando lenta y espernancadamente, como los prostticos, muy cegato ya, entraba tambin, tenindose del muro...

Intu el cadver. Isaac, pens, agoniza. Ya busca al Seor. Cuando uno agoniza (y la agona y el tufillo de la cadaverina principian muchos aos antes del certificado de defuncin), busca al Seor. Este es el centro de gravedad del agonizante. No es que tenga miedo. Todos tenemos miedo de algo: de caer, de los perros, de los asesinos, de los rayos, de los terremotos, de los sapos, de los gusanos. Cada uno tiene su miedo. Sentir miedo de algo. Eso no es grave sino natural. El que busca al Seor es porque est agonizando y el agonizante no tiene miedo de algo definible, sino que es como estar cayendo sin que haya donde caer, algo parecido a no tener centro de gravedad, es decir, tiene miedo de s mismo, nada ni nadie puede acompaarlo. Est cayendo irremediablemente solo y jadea en busca del Seor. Est cayendo? No. Es cada.

El Seor es... la nada positiva del que cae, del que es cada. El hombre es udo, pleito enredado, un sucedindose, y al comenzar la agona se hace consciente de ello, pero sin saber nada, y por eso la agona es el horror inefable... Ser por eso por lo que lo nico vaco es un cadver?

El negocio y los negocios.Ah! Pero como ese pleito que somos es el nico negocio serio que uno maneja, y uno lo sabe desde que nace, aunque no lo quiera saber y logre el no saberlo (por ejemplo, los gerentes, los gobernantes, los usureros, los sacerdotes y las putas y seoras lo saben muy bien, aunque no sepan que lo saben, y no quieran saberlo y juren y crean que su negocio es el otro, el que ejercen encarnizadamente), resulta que todos somos agonizantes, por lo menos larvados. En la plenitud fisiolgica, en las bodas y aun en los bautismos, los machuchos percibimos la cadaverina, los cadveres, las heridas boquiabiertas y omos a los demonios.

Desaparece la presencia del viajero.Y como yo agonizo desde que mi madre me pari cabezn e infiel y me dediqu a eso, la entrada de Isaac en la iglesia, as, tanteando, incierto y palpando temblonamente sus anteojos negros, separ durante mucho rato mi atencin del hombre que yo conoca indudablemente y cuando mir se haba marchado...

Y ese es un gran agonizante! En dnde diablos agonic con l?....

El aparecido.Entr a documentarme al almacn de lsabelita; me dijeron que era EL APARECIDO; que no saban de dnde vino; que lo nico positivo era que estaba loco ensimismado, muy turulato y que viva al frente de las Hermanas, en la vieja casa de don Bon, al frente de la difunta ceiba.

Este es mi tiro!, pens. Esto me huele a venero de Universidad, y entr en la iglesia para agradecer que me hubieran trado de nuevo a Envigado, a atisbar lo que estaba haciendo Isaac en el asunto suyo. Cuando part, Isaac bregaba y bregaba por creer que su negocio era fabricar zapatos, dinero en mutuo y hacer hijos. Porque mientras la cosa no apura, cada uno agoniza en disfraces; simula varios negocios y pasan semanas, meses y hasta aos en que llega hasta creer que su asunto son esas sus mscaras. Una que otra vez, generalmente de noche, cuando muere la madre, o el hijo, o la maceba tambin, el tipo queda desarmado por un momento o por varios y suelta alguna frase que en apariencia es trivial, en que se ve que est viviendo su agona.

La agona.Resumiendo: cada uno tiene el negocio suyo, el enredo que vino a desenredar, que es lo que desarrolla y representa realmente en este mundo; lo que digiere en sus varias representaciones que cree que son sus asuntos. Y casi todos creen que es con los dems, y que son varias actividades, pero se trata ntimamente de un negocio personal, con uno mismo, digiriendo su persona para encontrar su originalidad. Y, como apenas apura la agona, el pleito se va haciendo dolorosamente consciente, salta entonces la originalidad, y por eso es por lo que sostengo que la mejor profesin es la ma, atisbador de eso. El agonizante cada vez huele ms a s mismo, camina, orina, y hace todo como slo l puede hacerlo, en fin, va siendo l mismo.

NOTATodos y otro, normalidad y anormalidad. La masa y el individuo.Y durante la normalidad, camina como todos o como otro; huele a todos o a otro y es todos u otro. Qu asco todos y otro!

Pero mucho cuidado con ir a creer en normalidad: siempre es una apariencia, por falta de penetrante observacin; hay gentes de hasta cien aos en quienes apenas por los muy duchos se percibe la agona, pero siempre se percibe. Todos, la masa es casi el ciento por ciento... Pero, por otra parte, para los de mi profesin, que somos muy pocos, no hay masa, todos, sino individuos. Tantas agonas como seres. La apariencia forma la masa. El universo es de asombrosa originalidad y el nihil novum sub sole de Salomn es frase esotrica que hay que revelar, pero no aqu.

CAPTULO IIRecordar. Viaje elemental.Yo conozco ese tipo!... Y siento como agona; un mbito como amplio y menos pesado... Libertad, vuelo alto, en crculos ascendentes y concntricos... Quin es?

As pas la noche, sin lograr la entrada a su universo; comenc a entrar, pero la conciencia no reciba las imgenes. Quin? El hombre? Los lugares y las formas de los sucesos? Amanec cansado, enervado, seguro de que yo haba caminado, o viajado con ese hombre, pero no logr imgenes de lugares, personas, modos...; lo nico, un como pregusto del vuelo en serena y amplia espiral que tienen los gallinazos.

He practicado mucho en esto de pasarme a vivir en estados de mi existencia, y anoche rele un paseo que hice hace muchos aos, y que dice:

Ensayo sobre viajar por mundos viejos, o recordar.Tranva a Envigado (hace 28 aos). Quin ser este seor? (Uno que estaba tres asientos delante del mo). Yo lo conozco! Yo lo conozco! Por esa nuca y esa cabeza veo sus ojos verdes y cmo camina. Lo veo entrar muy solemne al estanco... Cmo se llama? Su mujer, una muy seora. Muchos hijos... Los qu? Haba en su casa una sobrina de la seora y yo la amaba...; llor por ella; emperrado llorando sobre mi cama, al frente de la casa del sordo Salazar, porque se haba ido..., y hace un ao la vi, y me avengoc de haber llorado por ella... Pero, cmo se llama este seor?... Su casa estaba haciendo esquina con la tienda de Toto Arango..., por la salida para la Minita y para el Cementerio. La veo y veo a Toto, el arrume de lea..., el mostrador, el racimo de bananos, las botellas, y ah est mi aguardiente doble... Huele, huele a 20 aos no ms... Cmo se llama? Villegas! S, s, el apellido, pero el nombre? Don... don... don Belisario! Vuelvo del viaje y el tranva se pas de mi casa y estoy en la plaza del pueblo.

Este es un ejemplo de un viaje elemental, facilsimo, por el mundo emocional, que es el ms cercano, algo as como ltag respecto de Envigado, que son limtrofes, pero an ms prximos aquellos mundos, porque los linderos son imprecisos, se entreveran, y los habitantes casi, casi tienen cuerpos como el nuestro... Los espantos proceden de ese mundo. Son los que se quedaron ah por no haber agonizado absolutamente, o sea, por no haber digerido su vanidad, la apariencia, bien digerida, con agona perfecta...

Lo del tipo se que vi el lunes ser en otra parte, porque s muy bien que se trata de un agonizante excepcional... Os hablo de esto, queridos lectores, si los tuviere, para iros preparando... Como lo podis observar en el paseo que transcrib, el camino fue de imgenes a mundo emocional... En el caso del viejo que encontr el lunes, es diferente: primero se entra en el mundo mental, y luego llegan las imgenes... En todos ellos hay lgica real, con dialctica cerrada... Para cualquiera de estos viajes, el secreto est en la vibracin, el ritmo de la vibracin: ponerse al unsono con la vibracin de... ese mundo y de... esas gentes. Gentes? S, s, ya lo veris!

O an estis en ese estado de los que nada saben sino sus cositas y a todo lo cerrado para ellos lo llaman irrealidades? Por eso, el que tenga ojos, lea.

CAPTULO IIIPresencia del viajero. Cmo va naciendo la presencia. De cmo el presente de cada hombre es su medida. El Hijo del hombre. Simn Bolvar, demonio telrico. La vida de los muertos. En dnde habitan los muertos y en dnde el Libertador! Muertos longevos. Espantos. Manoseadores de lo sagrado. Se va la presencia.Bao, movimientos rtmicos y salida para la carretera. Me entr a la capilla de las monjas vecinas. Un perro negro y entelerido, rabudo, ola impertinentemente a las asistentes y tambin los zapatos de los hombres.

Por qu no arrojarlo a bastonazos?

Porque eso no est en m, eso no soy yo: reacciono apenas interiormente. Conozco a muchos que habran hecho un escandalito y, por consiguiente, habran cambiado el ambiente, hecho historia: todos los asistentes habran quedado con sus imgenes grabadas en ellos.

Yo soy un maldito ingerido.

Me fui, haciendo profundas inspiraciones y sacando el pecho, mirando para la cordillera de Las Palmas, de ancha presencia... Csar, Bolvar.., habran hecho el escandalito... Y, cuando pasaba por frente a la quinta de Marulanda, me encontr con una muchacha cuyos ojos sonredos me dieron la impresin de lo ya visto; cre que sera alguna campesina atisbada ya por m, y que por eso me sonrea y me par a mirarla: era la hija de don Roque!

Luego me encontr con Felipe Angel, arrugadito, que tiene ganado vacuno que pasta en la carretera, calles y solares. Casi le compro una novillona adelantada, en mi entusiasmo vital.

Y entonces mi idea fue: Que al enfermar para morir, el alma es la idea de un cuerpo doloroso, que no funciona, y que entonces se puede desear la muerte, pero que no es la muerte lo que se desea, sino que se niega ese cuerpo ya destruido en su sinergia; el que desea la muerte y el suicida lo que hacen es buscar la vida...

Y ahora, sentado en este caf de Tamayito, mirado por todos, estoy intranquilo. Y sigo mi camino!...

Iba as, con paso mecido y rtmico, mirada altanera, acaparando vida, y al llegar casi a la tienda y caf de Jorge Gonzlez, en ese barrio nuevo que construyeron en La Magnolia, vi all sentado a mi hombre, a uno cuya presencia me conmovi, pero sin caer en la cuenta de por qu ni de quin era. Apenas iba acercndome, aumentaba mi alegra y sobresalto. Estaba ah sentado, fumando y anotando en una libreta de sas de carnicero, con ese aire de por encima de joven y de viejo, ensimismado, por encima de sano y de enfermo, y me detuve instantneamente y me sali esto:

Pero si es Lucas de Ochoa que se haba ido hace tiempos, y tiene ah su pocillo de caf tinto, y fuma y est apuntando en su libreta!

Yo tambin comenz al extenderme la mano yo tambin vivo lo que te pasa: cuando vena por enfrente de la casa del difunto Palillo, yo tambin sent un amago de conocimiento... Y tu frase exclamacin al tener conciencia de lo que venas viviendo es equivalente a lo que dice la mujer preada cuando siente que el hijo se mueve en sus entraas: Pero si es mi hijo! Ella tambin vena viviendo o sabiendo a su hijo en cuantos, y un cuanto ms, y sabe! Yo tambin te fui reconociendo, Fernando Gonzlez; y a lo que aadiste, has de saber que uno no se va, sino que se gesta a s mismo; se concienza.

Pidi otro caf, y luego contest a mis preguntas apresuradas de dnde estuvo, qu ha sido de usted y de todos los suyos, de esta manera:

Que la fragmentacin de la vida en sucesos y lugares se explica cuando no tenemos conciencia sino de las protuberancias de ella, cuando no vemos con los otros ojos, pero que as como yo dije que lo reconoc apenas estuve en la esquina del caf, pero bien saba yo que lo estaba reconociendo desde muy lejos, desde el lunes...; y que si mi conciencia fuera ms grande, sabra que no nos habamos separado..., ni que l se haba ido..., ni que hay aqu y all..., en fin, que el vivir es para concienzarse; que el presente en la mayora es apenas un parpadeo del pasado y del futuro, y que va aumentando ms y ms a expensas del pasado y del futuro, hasta que concebimos la Conciencia en que todo es presente... No ves, por ventura, que el presente es lo que se hace presente, y lo que se hace presente ah estaba, y lo que se hace pasado ah est? El presente de cada hombre es la medida con que hay que medirlo, y en todos es mensurable, pero hay un presente que es la totalidad de la existencia.

En resumen, el hombre le da a El (inefable su nombre!) las cualidades de presente, pasado y futuro, y posee ese poder dialctico de concienzarse, porque es hijo de El y est en camino... Pero cuidado con dualismos y monismos: tendrs tanta conciencia en cuanto lo conozcas, y conciencia de todo, sin dejar de ser conocedor...: no desparecers en El, porque es Unico y Vivo, pero participars de Eternidad, vivirs sub specie aeternitatis... con el Hijo de Dios y con el Hijo del Hombre. Para ello tendrs que llegar a la perfecta comunin.

En la euforia del encuentro y de estas palabras suyas, comet un disparate garrafal, y fue el tocarle la cicatriz de la herida con que lo haba alejado de m durante veintisiete aos: le pregunt por Bolvar, por el Libertador... Sus ojos se pusieron verdes, verde gatuno, cuando el felino caza o est en celo. Mirme largamente y...

Sigue tu misma alma de publicista? Eres el mismo Gonzlez de hace 27 aos! Y en ti hay madera, porque tienes remordimientos! O perdiste ya este bendito acicate? Te has hundido en la pu-bli-ci-dad? Qu importa el Libertador? Para m fue hermosa posada en mi viaje. Todo es smbolo para el alma trashumante. Fue la conciencia americana... Vive y vivir aos y quizs centurias en el mundo de los demonios que se ocupan de estos jaleos... Cunto vive un muerto? En dnde vive un muerto? Cada muerto en dnde vive? Cundo y cmo mueren los muertos? Qu enfermedades padecen los muertos en sus mansiones?

Ah tienes a Hitler: es muerto inquieto; vive en la mansin de los espantos, y por eso se lee diariamente la noticia de que no ha muerto; lo vieron en la Patagonia; lo vieron en las islas del Ocano; yo lo v en las islas Juan Fernndez...

Don Simn Bolvar fue y es amasijo amorfo, a ratos preado de futuros y a ratos seco como tero de mula; este amasijo que es Amrica. Era y sigue siendo la conciencia de este enredo, as como la araa es la conciencia de su tela, y sabe todo lo que all sucede y se desea, se arnaga y se presiente.

Batista, Trujillo, Rojas, los presidentes, diputados y curas son su tela, y l tiene que digerirlos, y los sueos nobles tiene que digerirlos tambin.

La conciencia poltica continental y nada ms... y con eso basta... No has puesto tu curiosidad, tu olfato de la vida de los muertos en los gritos doloridos de Bolvar en los momentos agnicos de su vida terrenal? MI GLORIA!... Qu han hecho de mi gloria?.

Y as muri; agoniz su gloria nada ms... Y as muri sin agonizar LAS OTRAS APARIENCIAS Y ANGUSTIAS y vive y vivir por aos y aos en el infierno, hasta que se geste una humanidad soportable en este continente negroide... O t, publicista, te burlas de los purgatorios y de los cielos? All vive el Libertador y padece torturas, padece a Batista, que est en l; padece a Trujillo, padece a los colombianos, te padece a ti, y padece a los argentinos y paraguayos, y no morir como muerto, como demonio, hasta que toda la agona que es l se haya cumplido... Fue mucho para m! Pero qu importan los seres y las cosas que nos han servido como barcas o como andaderas para ir a LA INTIMIDAD? No sabes que hace muchos siglos se dijo: Slo amars al Dios vivo y a los seres y cosas en EL. T abusaste de mi confianza; cogiste mis apuntes sangrantes para pu-bli-car-te... Bolvar! Eligen un negroide vanidoso en Quito para presidente y dice: Bolvar y yo. El ms infrahumano fue el de aqu, que dijo: Cristo, Bolvar y yo y las Fuerzas Armadas. Pobre desgraciado hideputa! Un partido poltico llama al Libertador su fundador, y el otro tambin. Y as como todo eso es verdad, porque fue encarnacin de este continente, es un muerto en un purgatorio cruelsimo. Era la conciencia del pasado y futuro de Amrica con sus adehalas de bailes, amores y brillo (Mi gloria); all es un gran dios, el dios de los demonios telricos. Y t, publicista..., algn da, para que te publiques, te dar mis apuntes sobre La Vida de los Muertos.

Call, dirigi los ojos a la carretera, y se ensimism. Lo haba ofendido. En verdad, publiqu Ml SIMN BOLVAR sin consultarle, y usando sus libretas, y con la conciencia de traicin, pues no me atrev a enviarle siquiera un ejemplar.

Qu hacer para que no se me aleje definitivamente? Este viejo con esta agona tan movida no se me puede ir! Y lo siento tan cerca, como si fuera yo mismo!

Entonces murmur humildemente:

Tiene razn! Tiene razn! Todos somos aqui publicistas: poesa, filosofa, pintura, escultura, santidad pu-bli-ci-ta-ria. Todos somos poetas-periodistas y putas periodistas.

Entonces sonri y se abland algo.

Nadie, dijo, ha vivido la vida de los muertos... Ni siquiera la sospechan... Ven espantos, nada ms... Mundo sublunar... Ni siquiera conviven con ninfas, driadas, gnomos, cfiros, mundos amables y benficos, seres amigos del hombre, inocentes y juguetones... En la cuenca del Mediterrneo convivieron los hombres con los algeros... En Egipto, Grecia... El nico vestigio que nos qued fue el apego a las yerbas virtuosas, algo del antiguo culto y comunin, con el hombre de herboristera...

En Florencia, casi es un culto como el antiguo... Hace cinco mil aos saban mucho de la vida de los muertos y de la muerte de los vivos... En Egipto hay fragmentos, editados en piedra, como diran hoy; pero tenan la conciencia de lo corruptor de la publicidad y todo est en smbolos, velado.

Porque has de saber que quien a deshora y en lugar impropio manose lo sagrado, cegar. Scrates llamaba Iogofobia a tal ceguera... y aquel santo de la Imitacin de Cristo nos pone en guardia contra la familiaridad. T eres, Gonzlez, un manoseador de lo sagrado!

Y se fue.

CAPTULO IVSentarse sosegado sobre su destino. Envigado: Paraso.Por parte alguna hallo al Lucas de Ochoa! Paciencia! No estn bien los afanes al parir ni al buscar a este hombre. Aqu me siento sosegado sobre mi destino, en esta bendita plaza: lo mo nadie podr quitrmelo y lo ajeno no ser mo. Envigado, paraso!

Lo mejor del Valle del ro Aburr, para el alma pasional, la mente y el espritu, es Envigado, porque es un descanso que va formando suavemente la cordillera de ancha presencia de Las Palmas, al descender hasta el mirador sobre el valle del ro, al Oeste, en donde estn las Hermanas y las fincas y casonas de los Boteros y de los Jaramillos. Sabaneta, su fraccin, queda ya en donde el valle se cierra mucho, y es hmeda.

Medelln est donde es ms ancho el valle, pero sus cordilleras al Este y al Oeste no tienen ni el color, ni la humana presencia, ni el jugueteo pasional y la verde rinconada de Las Palmas.

ltag, al otro lado del ro, est en arenales, pedregales y huecos, y ms al sur, las cordilleras se van juntando, estrechando al ro, para formar El Ancn, y es hmedo y llovido, fertilsimos y altos los rboles, pero de verde oscuro, y los hombres son forzudos, altos, pero las mentes son pesadas, como entre nieblas y brumas; los algeros, la ninfa, el stiro, los gnomos, todo ese universo de los ritmos movidos..., es en Envigado, lugar predestinado para grande epifana. Vi a Grecia y vi a Florencia y me volv para Envigado, a la Huerta del Alemn, que ahora se llama Otraparte.

En esta capital de Colombia hay originalidad humana, ah, a dos pasos... Salid y est en la puerta un pordiosero que es igual o mejor que las figuras de Leonardo. En dnde hallar, sino en este lugar sagrado, un Libardo Uribe, el que alquila bestias para ir a pasear y que tiene su tienda y su universidad en la esquina noreste de la plaza, bajo la ceiba que sembr Rengifo?

En dnde un Isaac Lotero, y en dnde un almacn de lsabelita? Y Emilio, el que presta plata, la conciencia de la plata? Y ese hombre que estaba hoy en la misa, arrodillado, arrodillado no, anonadado a los pies de la Virgen, al lado de su costal de pordiosero, entregado absolutamente, con la humildad de quien llama a su intimidad, es decir, sin vergenza, desfachatadamente...: no existe nadie, no hay grandes ni pequeos, ni hay sino T, Intimidad, madre ma!

Ese viejo, de cabeza mejor que la de los apstoles de Leonardo, barba mejor tambin, actitudes ms transparentes, era la absoluta libertad de la nada personal, consumida en la Intimidad: era el hijo de Dios. Y vive aqu!

Y los dos bustos de la plaza, y el cementerio, que es la idea desnuda de cementerio?... Porque Envigado es la patria de los grandes agonizantes.

CAPTULO VDescripcin de Lucas de Ochoa. Brega para obtener su presencia. Los ojos.A los varios das encontr a mi hombre en el mismo caf de Jorge Gonzlez, en La Magnolia. Mucho ojo, poned mucho ojo al modo como me las arregl para entrar al mundo cerrado que es Lucas de Ochoa... Yo no forc la cosa; me sent a su lado y ped tambin un caf, encend mi cigarrillo y lo acompa en su silencio. El miraba, pero sin ver, a los buses y a los que pasaban; jugueteaba inconscientemente con el cayado de su bastn viejo, sin contera, acaricindolo; o bien, sobaba de para arriba sus cejas peludas, estirando luego los pelos ms largos, y despus las sobaba de para afuera, hacia las sienes, arreglndolas. Grandes rbitas oculares salientes; enormes senos frontales, sin duda. Los ojos encuevados all, eran entonces inexpresivos. Tiene ojos muy cambiantes en color. Son como esos cielos mugrosos de los das lloviznados, en que hay mucho vapor de agua, el cielo est lechoso en todo su mbito y nubes no densas cubren toda la montaa. As eran entonces.

Y cuando su universo interior se conmova, empezaba el cambio de expresin y de color, hasta el verde gatuno, en la pugnacidad. Era como si todo lo que pensaba se asomase; como esos balcones de las casas de los pueblos, en las plazas, en donde a cada momento se asoman, y nos parecen bellos, feos, alegres, tristes, segn los asomados. Las cejas peludas eran como sobradillos de balcn tambin.

Este hombre, me dije, est como desnudo. Es hermtico. lsabelita dice que nadie sabe nada de l. No habla, pero est desnudo. Sabe uno quin es, qu piensa y siente, si le mira los ojos. Ahora est desocupado, est ido. Si le hablo, se ir.

Debo permanecer aqu al unsono con l. Si logro acompaarlo en estar ido, su no estar en ninguna parte, no sentir desagrado y se ir habituando a m.

Entonces me dediqu a pensar en eso de los ojos y en las grandes venas, como lazos retorcidos, de sus sienes, y a observar discreta pero atentamente los queratomas, la seca y en parte muerta piel de su cara. Sobre todo en las orejas, que son grandes como tejos, haba manchas muertas. Respecto a sus ojos, resum mis meditaciones en una frase que me gust: el valor de los ojos es el de los que se vayan asomando a ellos, porque son balcones. La definicin es: aquellos rganos por donde se asoman los de la casa.

En estas iba, cuando se levant, y yo me apresur a hacer lo que tena proyectado: pagar yo. Y cuando me dijo: adis Gonzlez, le respond: adis maestro, y no me abandone, porque tengo necesidad de usted. Not que se fue con menos disgusto. Lo de maestro, se lo dije porque siempre he sabido que uno se ama infinitamente a s mismo. Y lo otro, se lo dije porque s que nada me comunicar mientras crea que yo le busco para publicar libros, pues cuando Ml SIMN BOL VAR, me dijo:

Eres t eso? Ya te veo como pavo real al or las preguntas: Qu libro prepara ahora? T eres de la ralea de los que viven de la curiosidad de los seoritos, seoritas, dactilgrafas. Perteneces a la industria floreciente en yanquilandia, cuentos, escndalos, manjares spidos para paladares pervertidos. Qu tiene que ver eso conmigo? Yo anoto o converso para conocer, y cre que tenas la angustia del espritu y que te sera til.

Por eso le dije que tena necesidad de l.