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Libro Estudio de Las Mentiras Verdaderas

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Libro Estudio de Las Mentiras VerdaderasLibro Estudio de Las Mentiras Verdaderas

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  • COM1SIr-.: NACIOJ\AL DE lOS DERECHOS HU1\M "lOS

    EL ESTUDIO DE LAS

    MENTIRAS VERDADERAS

    Resea "obre abuso ... con el polgrafo

    BENJAMN DOMNGUEZ TREJO

    FacullaLl de Psil.:ologa. UNAM. y CNDH

    MEXICO, 2004

  • CONTENIDO

    P RLOGO ....... ......... . . ..... ..... .. ......................... .. .. . ... . ........ 7

    PRESENTAC1N ... ..... .. ..... ................ ............ ...... ......... ...... 11

    lNTRoDuccrN ...... ............... ...................... ... ......... .. ..... . . 19

    HISTORlA MNIMA DE L\ SIMULAC16s ENTRt

    LOS HUMA 'lOS ............................ .. 27

    POR QU SE DESARROLL EL POLGRAFO SLO

    EN NORTE.'\MRICA ...... .......... .... ... ........ ....................... 3i

    E STUDlOS PIONEROS SOI3RI:: LAS EMOClO1'.hS .. ..... .. ... .. ...... .. 35

    G NERO y POLGRAFO ..................... .... .. ... ........ .... .... ... ... .. 43

    Primera edICin: noviembre. 2O.: EL ESTllDlO DC LOS CRI\1INALES AUTNTICOS ....... .. ... ...... .. . 47ISBt\ : 970-644-40-1-1

    Comisin Nacional EL USO GENERALIZADO DEL POGR \FO ........ .. ... .. ........... .. . 55

    de los DcredlOs Humanos Perifrico Sur 3469. esqui na Luis Cabrera, PROCEDIMIENTOS DEL rOLGRArO .. .................... .... ..... .... .. 59

    Col. San Jer6uimo Ldice, C. P 10200, Mx ico. D. F.

    LA EROSIN DE LA CONFIANZA MUTLA ............................. . 67 D iseo de pOltada: n a vio Lpe7 Alcocer

    l5) Impreso en Mxico

    http:EMOClO1'.hS

  • -

    LA \jVES I J(jACI.~ CIEN l fACO- P FUNDAMF.:-.r.\LES ........... .................. . 71

    ESrUDJOS DE Li\BOR ,\TORJO SOBRl:. LA DE I ECC!Oi':

    DE l.A SIMULACIN ............................................. . .... . . .. . 8

    ACEVJI\CIC)N SEI.ECn V ..\ DEL I'OLlURA I () ............................ 9=,

    CONCLL'S()'\I .... .. ..... ... .......................................... . .. . ..... .. {)l

    BJIJLlO()R \ F."1 ........ .... . . ......................... . ..... .... ........... .. ... . 103

    PRLOGO

    En la medida en que los seres humanos hemos recUITido a la mentira para engaar a oLras personas. la.., sociedades han tratado de contener esta tendencia desarrollando paralelamente tcnicas para la deteccin de la mentira y el descubrinuenlo de la verdad. La historia de estos ntemos todav "neutraler.,", en comparacin con la reaccin ante preguntas "comproml'tedoras" . La prem1sa -discutible y di'iculiJa- en la que se apoyan estas evaluaciones. desde 1900. es que las real:ciones ms mtensas son indicadores de que la pcr'iona esl: min tiendo, cuando en realidad dicha persona puede estar ms alterada emocionalmente por la prueba misma, la 'illuacin de rcnsJn que la acompaa,! el riesgo de perder el empleo o tic ser mCfIIllInado por un delito.

    Vivimos tiempos inciertos. con cambios inesperados. muchos de eUos inclinados hacia la tergiversacin y el doble sentido. cargados

    [71

  • 9 8 COMISIN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMAl\OS

    de expresiones falsarias y metforas manipuladoras. En este contexto social la oferta de) uso del polgrafo suena seductora a los odo~ de muchos ciudadanos. alannados por las runenazas potenciales a su seguridad: si no pueden depositar su confianza en otros ciudadanos (polticos, policas. vecinos, etctera) al menos podran hacerlo ien una mquina! Sin embargo, la historia reciente de l o~ acontecimientos en el campo profcsionaJ de la psicofi!-.iologa social de Estados Unidos de Amrica --como lo muestra minuciosa y hasta exhaustivamente el autor-o revela el proceso de molde.1miento gradual de un instrumento que puede prestarse no slo a U:-'05 perversos. sino a violentar derechos humanos bsicos por pane de autoridades.

    La obra que el lector tiene en sus manos busca, entonces. ilustrar la gnesis del discurso del polgrafo Lanlbin en el rengln lingstico. pues no se preocupa por distinguir entre medios y fines. y. a diferencia de la perversin clnica, confunde fantasa y realidad. Podra decirse que en esta resea pueden identiticarse 105 tres tipos clsicos de la falsedad : primero, como mecanismo abierto (mercenario) de manipulacin; segundo, como eufemismo, esto es. como expresIn dulcificada de la realidad, y. tercero, lo que se ha defin do como la "neolengua". procedimiento que ignora la realidad) suplanta el viejo sentido de las palabras por uno nuevo, adecuado a los fines ue la manipulacin.

    En ms de una ocasin los afectados por el polgrafo en Estauos Unidos de Amrica han pedido a la Nalional Academy of Science~ que evale y declare sobre la validez y confiabil1dad del aparato: dIcha academia ha concluido que la precisin de) mismo es insuficiente paraju:.tifcar su utilizacin, por ejemplo, en la seleccin de empleados en las agencIas federale!> (2002). Hasta ahora, que se sepa, nada parecido ha ocurrido en Mxico. Esta obra constituye, en este contexto, probablemente un primer paso que ayuda a ubicar los excesos y a defender los derechos de quienes se someten. de grado o por fuerza, o ese discutible procedimiento.

    Todo lo anterior no implica que la CNDH est. como institucin, en contra del uso del polgrafo en diversas reas de la \ ida social o de la procuracin y/o a administracin de justicia; senci-

    EL ESl VOIO DE l.AS MeNTIRAS VERDADERAS

    llamente. el planteamiento que se desprende del texto es la necesidad de reglamentar y acolar su uso, de modo de prevenir, con un espritu democrtico y humanitario, los posibles abusos y perver

    siones.

    Dr. Jos Luis Soberalles Femnde:. Presidente de la Comisin Nacional

    de los Derechos Humanos

  • PRESI:NTACIN

    "Ln 10U;~ partes o(urrida lo "li~1110. Era imposihk ~a ber cul de hh do~ bufune, menta, {) ~i pm ca~lIaliJud los dos tkcan la verdad . Pudiera ~er larnhiL!n que mintkr.m lb dos y que en todo ello no hubier l1l~ que una rl\ alidad ue ll1i,e ri.lhlt'~... Que U/re> resolviera e l prohlema".

    Marguerite Your,'l'nr Opll.\ 111;::;1'11111

    Trastocar, falsifica r. aulterar, simuhu, etctera, son muy variadas l a~ denominaciones que pueden asignarse. sin embargo. touas estas acciones humana!-. comparten un cOllln denominador: mentir. Hacerlo, como mucho~ 10 sabemos, es algo condenahle e inadecua do; en el contexto occldemal. la amenaza del castigo mus l:f'l.Iel y eremo est reservada principalmente rara Jo!-. memirosos, De acucrdo con Dante Alighieri, el octavo crculo de su infierno era el lugar destinado para 10'1 mentirosos, el cual compartan con los f:llsiGcadores, ubi cndolos en un escaln moral incluso ms abajo ql1l'. los delincuentes violentos (,En qu consista su pecado'! En pol:a" palabras. en recumr al engao eakulado y deliberado, urarenlemente una transgresin moralmente peor que lo~ crmenes c

  • 12 13 COMJS IN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

    uno de los conocidos casos clnicos de Frcud, un mdico visLaba a un paciente adjneraJo que sufra de una prolongada enfermedad; a pesar de su intenso, pero slo externo. inters en su paciente, el mdico manifest: "Espero que l/O se leva1/le pronto de su cama". desenmascarando con este error en su discurso su pensLImiento egosta de seguir tenindolo como paciente.

    Contar una historia falsa, por definicin. requiere describir eventos que no han ocurrido o actitudes que no existen; cabe mencIOnar el caso de Susan Smith, quien en ] 994 apareci en la televisl)n de Estados Unidos de Amrica, y en muchas partes del mundo, declanmdo que sus dos hijos pequeos haban sido secuestrados por un empistoJado. Pronto se descubri que ella los haba ahogado en un lago y haba fabricado la historia del secuestro para encubrir sus acciones: unos das antes de que la descubrieran dedar an te los periodistas: "Mis nios me queran, me necesitaban y ahora nll puedo ayudarlos" (Kastor. 1994). Normalmente. los parientes hablarn de un ser querido ausente en tiempo presente. Para a l gunll ~ agentes del FBl, este hecho les sugiri que ella realmente los hablil visto ya muertos (Adanls, 1996).

    De acuerdo con investigacione~ recientes dirigidas por el doctllr James W. Pennebaker (Newman, M . L.; Pennebaker. 1. W.; BelTy. D. S., Y Richards. J. M., 2003) de la Universidad de Texas en Am.tin , un procedimiento cientfico para discernir entre historias ve r daderas y faJsas es observar detenidamente el lenguaje que u ...an las personas cuando las Jicen (idealmente cuando recin las est

  • 14 COl\tlSI61' NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

    Son pocas las conductas humanas l/ue nos enfrentan tanto C0n situaciones paradjicas y desconcertantes como mentIr, Casi todas las mudLl1jdadc~ de educaCin occidental promueven y enSt~an a los mos, desde muy temprana edao, que es muy maJo mentir: sin embargo, 10', nios conviven con adultos que mienten todos los dlas en nomhre de la civilrdad, Continuamente condenamos a quien~s mienten los L1asificlmos como personas indignas de C011fian.l:l, y a los que mienten en menor proporcioll lo,> llamamos ingenuos y sin rnalici:l; aunque cada vel ms nos hemos :ll'ostumbrado J que lo... empresarios y lus polticos mientan. an as, los condenamos pblicU11entc cuando percibimos que han reb::rsaJo ciertos lilTIltel> de toleranCia estableCidos, que, por cierto, se moditican conunUJrnellte junto con las lran~formacioJles de la socledao.

    El eSLUtlio de este cOJ1lportalllienlu humanDo mentir. e1> uema~iadll complcJu e intere"wlle COI\lO para slo someterlo al examen moral, algunas mcnlJras pueden no ser tan araslOnante~ o reveladuras como los suell~. pero nos pueden uer mucho ms acerca de las caracterstica~ psicolgicas de sus propietarios y de las comu niJaJes lingsticas que reCU/Ten y toleran este comportanllentll hUlllano.

    Ha~ta estos da~ la IIlvcsLigacin cicnulka vinclIl:'H.la con el esludIO del cerebro I unmno ha dwificauo que el engao, la ..,imulacin y la mentira Ill) ~e presl'lltan Lnicamente entre los humanos, algunos e\penos han estuchado a chlmpance'\ \.IUC les hacen tnullpa .1 us vale.s; -"in embargu, para lIll'nlir realmente se requil'ren :.llgu

    IH 's e em\!ntos spl'ciaks yue hasla donde sabemos parecen s\!r rasgos distintivos de los humanos. a saher: pI).,ee una "teora de la mente' -, Para mentir de ulla manera .:ontunJente, el mentiroso ne~e s ia pu~eer una nocin de que la persona a qUien pretende engallar es p()~eednr de ulla rnente, y, por )0 lanto, ~la puede ser lrampeada.

    InvestigaCIOnes psicolgIcas reLientes ~obre el de~aIToll0 humano nos han revelado que ca~i todos los llIos sanos a la edad de ~uaro aos han adqumdo la habilidad de engaar a otros: en este senlido, han aprendido una habIlidad crLica para la ~obrevivencw social. Por ejemplo. cuando d un nio le ofrecemos Ull regalo ape-

    El. ESTUDIO DE lAS MENTIRAS VERDADERAS 1:;

    titoSO, corno una caja de gaUetas. pero lkna con lpices, desde esa edad es capaz de imaginar que otroS nios que no estn enterados del truco aceptarn la creenCIa cqulvoc:.lda de que la caja contiene gaJletas; en otras palabras, un nUlo normal oe cuatro aos ha aprendido que se puede engaar ti Otros promoviendo una creencia equIvocada. Algunas enrermedade., que afectan el funCionamiento del cerebro humano, como el auti.,mo, imerfieren, justamente, con la adquisiCIn de este upo de habilidades, Los niiios aUlistas SImplemente no pueden part\:ipar en este tipo de actividad; e.,to significa que tampoco podran involucrars~ en una actividad tan compleja como engaar a otros. El tipo de socializacin y las prctica~ de crianza y educaLivas que hemos reCIbido nos han [ranSfOm1ado. a la mayora de nosotros. en menl1ro~os expertos, y las mentiras como los secretos, son mucho menos tntere~antes L\u~ los factores psicolgicos que las sustentan. Una de mis paciente1> CUIl serins problemas de obeSidad se senta terriblemente avergonzada al revelanne que acostumbraba esconder radnnes de comida en la LOcina, lejos de la vi'sta de cualquiera de lo~ miembros de ~u familta, Esto era un secreto personal 4ue ella no haba comentado l:on nadie, porquL la haca sentirse egusta y ma)\ola. Pero este se.:reto esconda un hecho mucho ms Importante para ella, y:.l que haba crecido con una madre tan deprimida, qUL pocas veces alimellt

  • 16 17 COM ISiN NACIONAL DE LOS DERECHOS HLMANOS

    un fraude; sa era una sensacin de amenaza que ninguno de sm. logros podra compensar. Para l, mentir era un medio para sostener su frgil autoestima.

    Quiz los mentirosos ms interesantes son las personas que sufren desrdenes de personalidad antisocial. Las personas antisocialef. carecen de conciencia o la tienen muy poco desarrollada, lo que les permite involucrarse en todo tipo de trampas con poca o njnguna culpa; son superficialmente atraclivos y simpticos, pero con frecuencia carecen de empata y no tienen ninguna dificultad en mentir. robar o comportarse de manera violenta; mienten con frecuencia para apoderarse de alguna posesin materiaL o para escapar de un problema que han creado . Lo que la investigacin cientfica reciente ha revelado es que las personas antisociales parecen tener re!.puestas emocionales y biolgicas fundamentalmente diferentes cuando se les compara con otras personas. Se ha encontrado que las personas antisociales presentan una respuesta por abajo de lo normal ante las expresiones faciales de tristeza o miedo y que generalmente su respuesta al m iedo est disminuida. Esto puedt! explicar parcialmente por qu las persona') an tisociales manifiestan poco temor ante el castigo o no aprenden de las experiencias negalivaf> de su propio comportamiento. Cuando las comparamos con personas nonnales que sienten ansiedad cuando mienten. las personas antisociales pueden mentir sin perder la composLUra; debido a esta caracterstica, estas personas experimentan pocos cambios fisiolgicos, incluso. con frecuencia, como lo han documentado diferentes eSLUdjos cientficos. pueden engaar o alterar la prueba del polgrafo, que 10 que hace principalmente es detectar los signo~ perifricos de la ansiedad y el estrs como la tasa cardiaca acelerada. Por otra parte, las personas que se apegan a la verdad y se sienten ansiosas al hacerlo, pueden equivocarse fci lmente en cualquier evaluacin por la sencilla razn de que estn nerviosos, djstorsionando la interpretacin de los puntajes de la prueba del polgrafo y su vabdez. Conjuntamente con el grupo de investigacin del doctor Harald Traue de la Universidad de ULM. en Alemania. y nuestro gl1lpO en la UNAM, hemos adaptado clnicamente una prueba computarizada, conocida por sus sigl as en ingls como "FEEL

    f:L ESTl'DIO DE LAS MENTIRAS VERDADERAS

    TEST". que pernlite, de manera contiable y rpida. evaluar el ni -el de habilidad de cualquier persona adulta, para idemiJicar canl

    bios emocionales en la cara de diferentes interlocutores . En este sentido, este tipo de evaluaciones pueden ayudar a filtrar a la~ personas que son capaces y aquellas que no lo son en reconocer los estados emocionales faciales de "Olfos" antes de calificarlos como mentirosos u honesto:-..

    Recientemente algunos investigauores han intentado detectar la mentira apoynuose en las nueva ... y co.,tosa" tecnologas de la imagenologa cerebral (como, por ejemplo, la tomografa computarizada por emisin de positrones: PET que literalmenle permiten observar los canlbios que ocurren en el cerebro de una per!.l.>na mientras realiza diferente~ procesos mentales. En la UniversIdad de Pcnnsylvania. Estados Unidos, el doctor Langlebon utiliz imgenes ue resonancia magntica para estudiar la actjvidad cerebral de 18 adultos normales voluntarios, a quienes instruy para que dijeran una mentira o una verdad ante una computadora en relacin con s tenan en su poder una cierta carta de baraja. Esta investigacin enconlf que cU

  • 18 cm11SI"l l'.ACIONAL DE LOS DERECHOS JlUMAt'
  • 20 21 COMISI'J NACIONAL DE LOS DERECHuS HUMANO~

    Hace m[s de 80 aos Hugo Mnstcrberg (J 9(8) sug iri que 1" medicin de las reacciones emocionales, C0l110 lo~ cambios I!n la tusa canliaca, el volumen ~anguneo, la conductancia de la piel y I; respira~in tenuran que del polgrafo en Estados Unidos de Alllri -

    El E..sTU!)IO DE LAS MENTIRAS VERDADERAS

    I\nliguo alumno de Han ard, Willlum Marslon (al funJu indinado sohre la mquina) regi'ilril mjui I..!~ rea(;cione~ l'hll(gica~ d~ e~IUJiunl~~ d~ Clllumblll ULIl.II1 le una sesin de cine. DUIallte la guerra de l +191 X fue el prm~n I el1 LJld i/ar la presin anaial dunmle el I1llt'ITog,llOflO de rre~L1n1(1s espias (Mar~lon Fum!y Collecion l.

    ca; una partc de sus argumentos ha servido de base para abordar las implkacione~ del u'oo prematuro de informacin cienlfka en problemas sociales, en panicular en el campo de la prncuracin de la .u'Iticia en Mxico . Esta tendenCia ...e ha uesarrollado ms en Estado~ Unidos y ha sido tratada a prorulluidad por Jeffrey R. Botkin. William M . McMahon y Lcslie Pickering Francl~ en GeIleti(.".\ alld Crimin(/Iiry: TI/e POfemial MiSil \( ofSciC'l/Ific !nfrmafio/1 ill COUrT .

    En el Ilwicmo de 2000, poco antes de que uespiuicran al eJentfico nuclear Wen Ho Lee - emrleado dt: Lo~ laml)~, Nu~"o Mxico, en E~tados Cnidos de Amrica. acusado de vender los secretos de la bomba atmica al gobiemo chino-- se difunJi6 rhliCamente que agentes dd Departamento rederal de Inve~ligacin (FBI por sus siglas en ingls) le haban mCDlido a Lee cuando le

  • 22 23 COMISIN NACIONAL DE LOS IlERECHOS IIUt\lANOS

    dijeron que no haba pasado la prueba del polgrafo. I En el>ta resea documentamos cmo esta clase de manipulaciones se han convertido en un proceuimiento estandarLado en el uso del polgrafo, un dispositivo que slo mide cuatro parmetros fisiolgicos bsicos (presin sangunea, resistencia galvnica de la piel, frecuencia cardiaca y profundidad de la respiracin) mientras el individuo es cuestionado sobre sus actividadel>. Cuando Lec recuper su libel1ad -resull que mucho~ de su,> acusadores haban malinterpretado muchos otros dalos sobre los cargos levantados en su contra- miles de Clent{-icos norteamericanos de los laboratorios nacionaJes de aml:lS estaball siendo sometidos si:-.lemticamente a la prueba del polgrafo para la deteccin de rncntiras 2 No mucho tiempo de,,pus, con el advenimiento del caso de espionaje de Robert Hansse n. el FBI comenL a evaluar a sus agenles con el polgrafo, aunque aos de evaluaciones con el polgrafo no fueron suCLcientes para detectar al espa Aldrige Ames en la CIA.3 Desde 2001, las agcl1~ias que inlegran t!1 Departamento de Seguri dad Territorial han comenzado a llsar el polgrafo en persona... dcleniJa... relacionada" :on el terrorismo en Estados Unidos. A los norteamericanos, elll ~o de la pnteba del polgrafo, bajo estas circunstancias, no les pare(:~ s0'lm~ nd(:nle o censurable, ni nuevo. Lo que puede ser sorprenuentI;.' es la historia de L'6mo se ha llegado a este c .... wJo de COsas : por qu los norteamclicanos dependen de un detector de mentiras para oblener la verdad aun cuando hay evidencia abundante de que 1.1 mquina misma est apoyada en mentiras. Enrrc otros aspecto'. la elevada dependencia de Mxko con respecto a Estados Unidos 'ie ha reflejado tambin en los telTenos de la imparticin de justiCIa y 10l> derecho

  • 24 25 COMISIN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUM AI\OS

    grado al cual el poder transformante e invasivo de la tecnologa reside en lo que la ciencia mdica ha llamado despectivamente: "el efecto placebo", el potencial residual producido por la confianza social que la ciencia mdica inspira en los sujetos a los que les es aplicada y a los que la proveen (Sterano, Fricchione, Slingsby y Benson. 2001) . La maquinaria para detectar mt:nLirosos es. tambin, un iluminador ejemplo de la dependencia que la tecnolog.1 genera en la imaginacin de la sociedad.

    En real idad. como un instrumento diseado para evaluar la confianza que un ciudadano puede depositar en la, palabras de Olro, el de lector de menLJras ataca directamente el problema de la confianza y desconfianLa que gobierna la vida diaria de la I.,ociedad. Lo" "islemas de "confianza mutua" ~on un producto de la evolucin dL: los mamferos que en los primates ha alcanzado niveles muy elevados de complejidad y funcionamienlo. En pocas primitivas, el HOl/l1l10 Soppiens construa ambientes !->eguros depo~itando!)l1 confianza en uno o m~ de sus pares; la calidad y efectividaLl de la seguridad percibida radicaban primordialmente en la seleccin de aquellos en quiene:- depositaba su conlian/a para proteger. por ejem plo, su e~palda de ro~ible" ataques. En este sentido, escnger en quienes no confiaba no slo moldeaba !-.u conv i venciJ diaria. si no que uetemlinaha su sobrevivencia como individuo y como grupo. En la actuaJidad podcmo~ confiar en un mdico, en un lHx.ista (l en un polica para ponemos en sus manos, pero tambin podelllll" eqtlivocarno~ en nue"tru eleccin. La pregunta es qu tanto P(lLIemos -;u:.tituir esta habil idad evoluti V era una de la:. habihdades apreciadas en la ~ol:iedad victoriana que le~ pemta diferenciar el los estafadores de los comerciantes legti mos. En contraMe, los habitames de las grandes ciudades del siglo XX se encuentran operando con mayor frecuencia denLJ'o de enormes organizaciones jerrqu icas -tanto dcnlro del capiLalismo corporativo como de instituciones estatales-o cuya razn fundamen

    hl 1::5'1 UIJ IO DE LAS MI::NTIRJ\S VERDADERJ\S

    tal ba sido la sustitucin de la previSibilidad burocrtica por la~ costosas incertidumbres del mercado. Pero pueden los gerentes de estas nuevas Jerarquas burocrticas con liar ms en SU" subordinados de lo que confiaban los victorianos en los comerciantes viajeros? Discutimos aqu que el detector de mentiras fuc tina de las principales herramientas con las que In sociedad norteamericana del siglo XX trat de resolver el problema ele la confianza mutua. El polgrafo fue di~eado para tratar una delgada lnea entre el comportamiento legal e ilegal. para otorgarle prcvalencia al punLO de vista del experto sobre b evaluacin ci\ iI y para regular la vida dentro de inslilucione

  • HISTORIA MNIMA DELA SfMULACIN

    ENTRE LOS HUMANOS

    A pesar de los preceptos filosficos acerca de la falsedad. desde San Agustn ha~ta InllTwnuel Kant simular ha sido una prl'tica qUe se ha encontrado en todas las sociedades de todos In-, tiempos. Hay mentiras maquiavlicas que son diseminmJas por Jos ruertes, y mentiras defensivas diseminadas por los dbiles, Y, por supuesto. estn las mentiras que. oe manera colectiva o imJivldual, nm. decimos a nosotTos mismos - lo que uno podra llamar "mentiras piadosas" . Tal vez por esta razn es por la que puede establecerse un buen caso, como lo ha hecho Jo~cph Brodsky, quien dice que la conciencia no comienza sino hasta que uno ha dicho su primera mentira deliberada ..' ~ 5 Pero si decir mentira~ es universal entre lo, humanos, las medidas que se han lumauo para Jesalemarlas con~lituyen una larga historia . Cad u sociedad ha f0l111ado indiviuuos e in'\tituci ones en l a~ que su autoridad radicaba en la capacidad que stos tuvieran para dsenllla~ca rar cierto tipo de pc:qucas I'uhcdades --quiz slo para preservar mejor las de mayor lamao. Un abordaje venerable a este prohlcma (anterioI111l:nte ~ancionadn en la poca cJsiGl por la fisiognoma) ha sido "Jeer" la mora] de las personas a travs de la!\ apariencia:- : ojo, l!\'a~ i \'os o sonrojarse podran ser seales de cnga1o.(' Pero los estafadores pueden dominar sus gestos y la, mujere

  • 28 29 C0'v11SI6:-.. '1ACIONlIL DE I.m. DEKECJ-lOS IIUMANOS

    plstica. por lo que se han considerado necesanas pruebas mll milluciosas.7

    El sistema de justicia ha batallado con estas pruebas durante mucho tiempo, porqLle la actividad criminal. casi por dellnicin, se encubre en el lipa de falsedad que la :-.ociedad pretende dellcubrir. Pouemo:-. identificar (grue:-.amentc) tres etapas en el desarro llo de e~ta :-. pruebas en el contexto noneamericano. En los "J uicios de Dios" de la edad media. la inocencia uel criminal era cue+:.tionada por una prueba fs ica en la que Dios detenl1inaba el desenlace. En una dc esta~ pruebas, a los presuntos mentirosos se les peda que lamieran un atizador al "rojo vivo' . Si Dio:, aceplaba lIU honestidad, sus lenguas no se quemaran.~ Al re~peclO, la est:rilora Marguerile Yourcenar. en su novela Opus Ni[!, r/lm . relata lo siguiente:

    Toda~ la.... tena/a' d~1 mundo no le haran decir otra cosa. El nico que e,cap de la sentencia de muerle fu e el hermano Quirin. que luvo la constancia de fingirse loco ha,ta en medio tle los lOrme nto~ y. con~ecuen lemen lc. tue cncemldu como lal. L()~ otro., cinco conlIenado~ murieron piadosamente. COITlO Ide!ellc. Por mt:uio de ~u carcekro. quien estaba l(,:o~lumbratlo a ~\ta clase de ncgociac in. ann pag t l (l~ verdugll~ para que f'w:1ngu laran a los j\'cnes anle~ L1e que el fUt!go lo" tot:ara, pequeo :1co111odo muy al uso en la poca (1 56\)) Y que redondeaba oportunamente el L'scaso salario lIe Ill\ ejeculllres. La estratagema sali6 bien en el caso oc Cyprien. uc Francois. de Bure y Je uml e In, JlllV icills; lus q\lV(llk lo peor. aun CUJIHJO, como es natural, n0 pudo ahOlTarlcs .. 1 espan to que prt!viamente pallecicron. Pero el arreglo fraca~ en el t:I.~() Je Plorin y del (lln' nOvic io. pues el verdugo no Ikg a tiempo de pre XII emergi en el continente europeo una segunda fase: un sistema de justicia inquisitorio. En la h'queda d~

    t,par LaVHler, RX1e.\ /lh\'liollomique.l, ollllbsermlivl!S .ltI! 1l/ehllle.l lra il~ clI/Huri.l//IWI . La Ilayu , I ;O:( Subrt~ la hislOria de lil fj,ognomil, vase Phillip Progc:r. lIu'fmlioll os SI r01e8 1' in C/wrlc:s D/l/w in:1 TlIe E\I'I'I'Hion /Jf EFl/ol;ol/.\ ;11 .MCfIl lf/ld AI/ima/I , /I/ .\('ribill!j Sc il'''cc: Vciell1itic T('Xf\ (/Ild Ihe Malerialil)' (){'

    ommulliCafiolJ. Stanrord, Timolhy Lellllir, 1998, pp. 1'10-1 Rl . Para la tema ,obre la onura judicial en el antiguo rcg imen , I ;l\e Jollll 11.

    I,angbein. Turlure ami f/li! WII IIfPmoJE/lfrll'e l/1/l1 ElIglwul inlhe A /lCll'1lf Rgime.

    EL ESTlIDIO Dio LAS "lf'~-nRAS VcRDADfRAS

    UD ju icio con certeza, se autoriz a los magistrados a ordenar el uso de la tortura para obtener una confesin, entonces considerada como: "la reina de la evitlencia". El problema aqu era (como 10 entendan muy bien los juristas) que una confesin forzada podra ser poco confiable. por lo que los magistrados podan autorizar la tortura nicamente en casos de fuerte evidencia ci rcunstancial: los examinadores tenan prohibido hacer preguntas sugestivas; el confesor tena que proporcionar informacin corroborativa, y la confesin tena que ser repetitla una veL qu~ la lonura haba cesado. No obstante, los iurista~ reconocan la facilidad con la que se poda abusar del sistema. ya que sospechosos potencialmente inocentes sum an un dolor ms grande que cualquier sancin y aun as las confesionc~ reiteradas podan ser rabas. Aunque la campaa para acabar con la tortura triunfara finalmente bajo la bandera del humanismo ilustrado, sta ya estaba perd iendo popularidad en el siglo XVll ante una nueva valorac in probabilstica de la confianL3 que se le poda otorgar a un testimonio humano.

    Fue bajo esta bandera probabilstica que se configur la tercera fase, sobre todo en la Europa moderna temprana. Cada vez ll1~ . las declaraciones de los testigos eran evaluadas en interrogatorios cnlzados por abogados y jueces. con un juicio Final sobre su veracidad - y la culpa del acusado-- dependiendo de la conviCC In propia del magistrado (o en Inglaterra , d~ la "certeza moral"' del jurado). Al mismo tiempo. no obstante, una variedad de ex penos comenL a jugar un papel protagnl:o hablando de la evidencia circunstancial, evidencia que se encuentra ms all de la habilidad de la eva luacin de los legos (o del magistrado) y ms all del poder del acusado para ocultarla -y que por esto puede ser usada para corroborar (o no) el testimonio de la per:-ona . Este lipa de investigaciones. con sus principales permutaciones, son las que

    Chicago, J1)77 ; sobre su prclica en la Fruncia del siglo XVTll. vase Richard Mowery Andrcws. [.aw, Magislmcy ami Crimc in Olf Rer,: iJllf' Par" , 17 35-1 7~Y. Cambridge, 1994. Sobre el surgimienlo del penS;ll11 ienlo probahil~lit:o y ~u impacto en el n: l is i~ legal, va~e Jan Hack ing. Tile El/lergence OJ Prnhllhilily : A Philosophical Sludy vf Earl)' Ideas A/Joru Probabi/ily, JndllcTiolJ (I/UI SWII~lical lnfere/lce . Cambri dge, 1975. y Lorraine 1. Da~LOn. Classicul Probabt/i/) ill 1/1/.' Enlighl/lle/ll//el11 . Princeton, N. J .. 1988.

  • COMlSI6i'\ NACIONAL DE J OS DERECHOS HUMANOS 32

    estudio de la OTA fue considerado optimista por el reconocido psiclogo David Lykken. quien seal que en los estudio~ de campo real indos realmente en condiciones de "doble ciego" (una metodologa cientfica m~ rigurosa), el nmero de falsos positivos ~e elev a 47 % (esto es. que los inocentes resultaban veraces slo en 53 %).11

    En este punto pueden formularse, al menos, dos preguntas sohre el contexto social. vinculadas con el deLector de mentiras. para derivar bacia un cllestionamienLO de mayor magnitud sobre el papel y valor que se le atribuye a la confiann mutua en la vida pblica not1eamericana y, en su mecda. en los pases en desarrollo. La pri mera: por qu se desarroll el polgrafo en el lugar, en el tiempo y de la manera en que lo hizo'? y cmo fue que logr su xito? Aqu vale la pena tener en mente que en ningn otro pas. fuera de Estados Unidos de Amrica, se ha utilizado esta tcnica en las dimensiones hasta ahora docu mentadas.l~

    La segunda: por qu ha sido erradicada la prueba del polgrafo de la:-. Cortes de Estados Unidos? ya que. a pesar de la gran ambicin de los expertos con una orientacin refornli"ta de promover la veracidad en la justicia norteamericana, fracasaron varias veces al tratar de introducir evidencia obtenida a travs del detector de mentiras a los juicios. Desde el fallo de Frye en 1923 -un fa llo 4ue regul la aceptacin de cualquier forma de testi monio cientfico

    nmdulll W;lshingwn. D. c.. GPO 19M3. El respaldo J e este es tu dio de la OlA puede enC011lrar~e en Jack Bwoks, PoIJf{((/(lh Tesfing: T/PlIgh1.\ oJ il Ske(lficlIl Le~I\IIIf('r . y LcnnarJ Sa;..e, Denise D oughen y y TheOlhllt! Cro'iS, "T h.: Vali dil) DI rolygraph Te~tillg : Scil'nti fi c Analysis and Public Controvery", Amcrirnll Ps)'c1lOlogi.'II , 40 , 1985, pp. 348-366.

    " David T horeson Lyl-kcn, "Tbe Case Against Polygraph Te~ting" . en Poly graph Tc)t , 117. Vase tambin D. 111OTeson Lykken, A fremOI l/he Bluod: U.\l'\ (I/UI Ab,t5eS "[fhe Lie Defector . Nueva York, 198 1.

    14 Los pocos pases fuera de E~tad()s Un idos que hacen uso limitado de los ex menes de l polgrafo ti enen un nmero d~,proporcionadamente pequ;o de examinadores, tienen Ial.O~ ntimo~ de seguridad ~on E,tados Unidos y s lo se han interesado en la prueba en la lt ima dcada. Barland e,Lima que hay entre 1 JO) 120 e).aminadore~ en Canad: entre 90 Y' 120 en Japn; entr e 90 y 110 en Turqu a: entre 40 y 50 en Corea del Sur. y entre 40 y 45 en Israel. O ficia lmellle no existt"o rcnicos reconocidos en Mxico.

    EL Esn '1)/0 DE I ,AS MENTIRAS V':RDADERAS 33

    hasta los noventas- las Cortes norteamericanas han excluido la evidencia obtenida por medio del polgrafo, porque "sta no ha obtenido aceptacin general dentro del campo al que pertenece" . lo

    El uso del polgrafo en las Cortes ha sido considerado por lo~ socilogos un ejemplo ms de "mala ciencia", como lo fueron las normas eugensicas aprobada~ en algunos estados de Noncamrica en la dcada de los cuarenta~. Esta resea pretcm1e ilustrar que esta caracterizacin no slo es inexacta, sino imuficiente. l'nicamente en Id ltima dcada -desde el fallo de Dauben en 1993se ha generado un crikrio m-; amplio en Jo~ juicios para aceptar el testimonio cientfico, lJevando a algunas Cortes a recapaCItar acerca de la erradicacin del po1grafoY' Cuundo un

  • 34 CO~IISIN NACIONAL DE I OS DERECHOS IIUMANOS

    Una posible respuesta a esta pregunta es fundamentalmente hi-. lo que sent las bases de la conocdu y actual eonoma poltIca de la deteccin de mentira..... Con este fundamento cpistemol6g1co examinamos la canera del poligrafo, lo que nos re\'ela lu:-. camhios cultura les del papel de la con liunza mutua en Norteamrl.:a : la confianza en la ciencia. en la ' inslitLlciones sociales y en nuestros conCIUdadanos.

    Jo, 57 F. ~u 428 (5 th Cir. 1995); L' niteu Stah:s vs . Galbreth. 908 F Supp. '077 (D N.1\1 J(95). YUni tcd Slates \'s. Crulllby, 851.) F Supp. 1354 ,p. Ariz . 1995\ Sil embargo. utra~ jurisdicciones hall repudiau\) esla pr()rue~ta y hall alinnand() 'u exclu,in. Vase Unitt:u Statcs 1'.1 . Kwong. 69 F3d 336 (2d Cir t995).

    ESTUDIOS PIONEROS

    SOBRE LAS EMOCIONES

    La~ tcnicas ~ eljuiplls para e~luJiar los patrolle.... ,k camhio en la tasa cardiaca como un "marLador"' dI.? hI Jct i \ idad emocional eran muy e~l:asos allles del ~tglo XX. Durante l.ienlm. Je aos I~l~ /1h~dlcos anliguo'i detectaban lus sonidos del coraLn y sU:-. rilmOl-o (0cando f~l~ament(' a los pacientes: haLlendn c~to de manem rutInaria durante miles de aos, los mdicos chinos notaron rit/TIo~ de latido a latido. cambio'i asociado,; con el emejecimiento. con la enfermedad y WIl los e!'.wdos p:-.icolgicos. El eSludio de e!'.tus rilmos fue el componente central dc los ~islemas de diagnstico mdico en la antigua China. l Impacto de los a\ ances tecnolgiLOs transform profundamente este campo, ll1ulliplicundo sus dpli~aciones pplcnciales , a niveles que nadie Imagmo. con una pr('cl:-'16n y cU

  • 36 37

    CO'\iIlSION N.\t'IONAL PE I.OS DERECIIOS HUMANOS

    pulsos de prcl'in o ellllovimicnto de la ag.uJa del galvanmetro, lo que ~e registraba en un tamhor giratorio ahumado I~ En 1894 Mac Kl.!ll7Ie cre el pnlgrafo de tinta, y Eintmoven integr el galvanmetro con la fOlograra, obteniendo un t.razo exacto y cOlllinuo de la aclivluad clctncLl del corazn (Erschl~r, 19HR). Con el de"arrollo po"tt'rillf de la electrncardillgrafa Le po"ibk detectar la conduccin el~ctric pacientes experimentahan nu-.ea. rUH.los aguuo!-' y tensin. Mientra~ tanto, en Amrica. en 1870. el psin' logo Williull1 Jal1le~ utiliz tcnicas de introspec lin para detilllr la emocin. como cambios corporalc,> que ocurren ~n respuesta al pensamiento ue un "hecho" e,>Limulante . Pl.!ro .,1 James retract y redabor "U ucclarncin original aos espu,>. sU" sucesores fueron m... temermios .2

    "1 cr,cl1l

  • 39

    ~

    3H CClM ISI('1 "'AClONAL DF. LUS DERI::CHOS H l MANOS

    lder del Smdlcato Minero RadICal del Oeste . Haywood acus a Orchard de haber menudo. y el t:a~o de la conspiracin de Haywood rpIdamente se convirtI en un clebre caso poltico, enfrentando u los trabajadores organizados contra las corporaciones del ESlado. Al recibir la im,itacin para el enju!.:iamiento, Mn~terberg sometI a Orchan.l a pruebas psicolgicas y declar pblicamente que deda la verdad . Al pemlitr que su opinin fuera publicada antes de 4ue el Jurado thClara la sentencia enfurecl a Jos 4ue vean !o.U hahildau profesion,tl cumo un intenlO para u"urpar a lajLL~ticia.. Al ao siguiente, Mn!o.terberg, en su libro tilulado En el ('s'rado del !(' ,\/ig(J, acus al "istema de Justicia de despreCiar deliberadamente el anli,is cienll'ico de te'itll1wnio y. por lo tantn. de una omi"in dL las t~cnll.. s modernas para dlferl'ncmrentre la verdad y la mentira.:' l ~lin.,tcrberg se encontr con un rblico que Simpatizaba con !-.L1S puntos tle \ i..,(J . Una l:ulI.:in de J911 de Tl1e New York Tim('s proclam que "pronto no habr .1uraJo. ni horda de detecthes o testigo ..... ni cargos o ('onlraLargus. ru un abogado para la defensa. estos recursos de la Cone ser:in rnn~('esarios. El Estado .,implemente !-.ometena a los so"pecJl()!-.O'i tle UIl ('as\) a la... prueba:- con inslrLlIllCntl.. ti! ti/( ' \1"d"l/I . NlI

  • ~

    40 COMTS1N NACIONAL DE LOS DERECHOS HuMANOS EL ESTUD10 DE LAS ME.."ITIRAS VERDADERAS 41

    En 1922 Mar!>ton fue invitado a realizar la prueba del poligrafo en James Alphonse Frye, un afroamericano que haba confesado haber cometido un asesinato y despus se retract. La prueba demostr la inocencia de Frye, pero el juez neg insistentemente que se le pemlitiera a Mar!\ton LesLil1car este hecho en la Cone. a pesar de "us mltiples credenciales de experto como psiclogo. De acuerdo con el juez, el examen del polgrafo de Marston invada el terreno del Jurado. cuya prerrogativa era "medir" al acusado. Acept que el acusado haba renidola mala suerte de comparecer anle un .iueL. viejo. no dispuesto a desechar los mtodos lradicionales por la ciencIa innovadora, pero ..,e mantuvo al margen de su negativa hastu que "ste e.,tableci que el de~arroJJo de la ciencia ha alcanzado cierto grado como para convertirse en un asunto de conocimiento popular, al igual que sus re,>ulr..ldos". Aparentemente, la direccin de la COJ1e de apelaCIn estaba conformada por conservadores, porque la decisin del juez fue soslenida en el famoso Fallo de Frye en 11)23. la cual rechazaba el delector de mentiras yaconsejaba a los jueces, por lo tanto, admitir eltestlffionio cientfico, nicamente de aquellos cienrficos cuyo Juicio derivara de principios acordes con el comenso de la cOllllllldad cicllt([ica reconoClda.:(' Durante los sigUIentes 50 afios e:;te fallo dict la admisin de cualquier forma de: eVIdencia cientfica en lodas las Canes de Estados Unidos de Aml;ca.

    De acuerdo con un estudIO reciente realado por I Ioffrage, Ilertwig y Gigcrcnzer encontraron que, inclu

  • 42 COMISJN NACIONAL DE LOS DERECHOS IILMANOS

    cho de otro modo, la sellsibilidad era considerada igual a 100 %) Tambin condujeron a ulsLintos veredictos. Con la prcsL'nLaci6n en fonllu de probabilidades. 45 % de 10:-' profcsionaks y 55 (10 de los estudiantes consideraron al acusado culpablc. mientras que estos porcentajes bajaron a :n (1" y :13 ~ con la presentacin en forma de frecuencias absolutas . En todos c~lm e~tuuios los efectos benficos de recurrir al u-.o de las rreclIt'llcias ahsolutas en lugar del razonamiento estadstico se manifL.stawn sm que los paJ1icipantcs e-.tu\'icran particularmente en tr~l1aJtls .

    GNERO Y POLGRAFO

    Paradjicamente. la suspensin del polgrafo en las Cortes norteamericanas. por el rallo del caso Fryc. coinl.:lui L'on una vasta expansin en el uso del detector de mentira!-. . El de!-.nlace de esta resea cOl11iel17a con lal' ton era ~u coautora y colaboradora. Keeler L'Clnoci a la que poslenonnelllc fue "U esposa en el Laboratorio de Psicologa de la Uniwn.iduJ ue SLanfonJ cuanuo

    [431

  • 4 COM1S1r-. NAOONAL DE LOS DERECHOS IIl!MANOS

    Desarrollado por Jolm Larson en In l . eslc protulipo de uetector requera m{s de m~Jiu hora d~ inswlul"16n y cr.l de dilL'il n1

  • 46 COMISI6N NACIONAl . Dio LOS DEREC'!lOS I IUI-IA'I,OS

    mago que !:>e transformaba primero en B~nito MlIs~olini; de~pLls, anle los ojo,> de su pblico, en Gcorge Wa~ll1ngton. y, finalmente, para evadir a Id Mujer Manwilla. se transJ"onnaha en Sleve,

  • 48 49 COMISIN NACIONAL lJf WS OERECHOS HUMANOS

    entre policas y criminalesY El programa de profesionalizacin policiaca ue Vollmer abrigaba la aspiracin de "restaurar el orden y el respeto pblico a la ley" . partIendo de un movimiento re formista que, peridicamente tambin aparece en Mxico impulsado polticamente por 1:1 crecienle nl-egurdad de 1()~ ciudadanos, partIendo UI! accione ... concretas, corno logmr que los mismo:, policas clIlllpl ieran con ella.

    Dentro de ese programa d~ profesionalizacin polkiaca, Vol1mcI fue nombrado. en 192-1-, jefe de la Polica de Los ngeles, para "termmar'" con la corrupcin . Trat de implantar varia,', refomlas, instituy criterios para el reclutamiento de policas (incluyendo pruebas de coeficiente intelectual), ascensos basndose en exmenes (con proteccIn de servicios civiles para oficiale,, y especializacin de la,> tareas policiacas (incluyendo una importante unidad de c ieneJas forenses) . Pero estas refonnas crearon una resistencia apa:; ionada entre 1m policas de alto y bajo rango y !-.us patron~s polticos, u!> que Vol1mer no uur mucho tiempo en Los ngele'l . De regreso a la Uniwrsidad de Berh.eley continu pbli camente su campaa para la retomla policiaca.

    En el ncleo del llamado "viejo sistema" pol iciaco se practicaba un patrn uc interrogatorio brutal. A principios del siglo XX en Eswdos Unidos de Amrica los grupos policiacos en los centros urbanos se destacaban por su hruLalidad hacia los sospechosol- . Cuandll Larsun lleg a Chicago, a finales de 1920, le escribi a Yollmer, describindole que el mtodo local para "obtener evidencia es COI1 manguera de caucho. Censurar y patear, y yo personalmente he vis10 algunos ejemplos". En una conferencia para reclutas policiacos escll~h a un jefe de los detectives justificar que se gnlpeara a los sospechosos para cumpl ir con la ley.34 Yol lmer y sus colaboradores-refomwdores vean tales prcticas tanto poco efect ivas como propensas a generar la desconfianza dc la gente hacia el personal

    \ August Vollmer 'The Chicago Police", en John H

  • 50 COM ISiN NACIONAL DF. LOS DERECHOS HUMANOS

    fOl" Studies in Criminology and Law, de la Universidad de Florida) se basaron en una 'mala ciencia', pero estaban convencidos, en ese tiempo, de lo contrario. En 1931, 27 estados haban aprobado leyes que penniLan la esterilizacin obligatoria de personas con debilidad mental. enfermos y criminales habituales' .1h

    Estudios posteriores. ejecutados en 1960, cuando nuevamente se elev la tasa de eriminalidad en Estados Unidos, revelaron que muchos criminaks violentos presentaban un cromosoma extra y por lo tanto. un conjunto extra de genes "masculinos" . Xandra O. Breakeld. genetistu tlel Hospital General de Massachusetts, consider que se vivi un periodo tle oscurantismo cientfico cuando comenzaron a evaluar a Jos "recin nacidos" . Estudios posteriores han docwl1t~nrado que aunque los hombres XYY obtienen puntaJes ms b

  • 52 53 COMISl~ KAClO'lAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

    1933, Keeler someti al alcalde} al jefe ue la Polica de Evanston a pruebas con el detector de mentiras con base en cargos de corrupcin municipal. Los paralelos conocidos por el pblico en el contexto mexicano de la procuracin de la justicia nuevamente "00 evidentes.

    En ese periodo el detector de mentiras pas a formar parte de esa particular corriente del prO}CclO de Ilustracin que buscaba reemplazar discrecionalmt!nte al personal con medida~ obje ti vas) a la poltica con la ciencia No era un proyecto que apelara a polticos lluC uspiraran a fomentar nombramientos u ohciales de PohcJ bu~cando selecllvamentt: imponer su atILoriJad en las c~lIes; por el con trario. Vollmer. Lar"on y Keeler promovieron el uso generaliaJo uel polgrafo apnyndose en el senlmjel1lo pblico de que la Jusllcla depend:.l dc una bsqueda desapasionada de la verdad l:onuucida por reglas impersonales.

    Sll era la lgi l:a: ubicar el detector de mentiras directamente en el ncleo del moyimi~nto norteamericano Jc principios del si glo XX de las pruebas de inteligencia )- la administracin imlu'\lrial po:--terior a Taylor. tcnica:-- ofrecidas por la nue\ a disciplina emergente de psicJogns profesionales ansiosos de vender sen j cios a sus patrollc~ en la Gdministracin, tanto estatal como corpo rativa. Para in vocar primero el paralelo ames mencionado: el prl.'tendiJo atractivo democrtico de e..,ta.~ pruebas de inteligencia de opcin mltiple (desde coellclente intelectual basta MMPI) re..,ida en la manera en que ostensiblemente lrata!Jal! if?/wl a todos lo.; ~ujetos diferentes. 11 Para ellos la ... "diferencias individuales" eran

    l', Pum pnlebJ~ lit: intdigclK ii , aplkaf//II'IlCc.I nIIII" EWl/li/lcd / iti Bcrk~lt:y 199:\ ' .lohn Caf',OI1 .I\ml) Alpha. Almy Bra" ano Ihc Scar~h for .\ nlll JntdligeJ1l'e" , I.lis . M , IY~J.'\. pp. nH-30Y: Michael M. SokaJ. eJ.. P.\ychIJ/o!:/(I / Teslillli alld Amcl/('(1II Soc/c(V, /8f)() /930 . '\Iue\ a Brun~wick, /\,jo 1.. 1987: Nilnl,,. L~l1lllll TlII' 8ig Te.\ /: 7he Sec/'N Hi,'or\1 oJt!ze AIIlNilwl Meri/ncracy. NU\.] Yurk. 1999. El aLractl\'o democrtiCO de e'ta prueba no excluye la po~ihil idaJ J" que la prueba fa\ ore/cn :1 un lIpO VI'RDADERAS

    un obstclllo. El rorn1alo "aulomtico" para la calificacin de esta..., pruebas result particularmenle alraclivo en un pa~ como Estados Unidos de Amrica . que no confiaba en que SllS eliles hicieran distinciones entre "us ciuuadanos y, por lo lanto. insistan en juicios con crIterios pblicamente verificables y cuanliticables. aunque esLO signilicara que las pruebas quedaran a una considerabk di"tal1da de cualquier prueha funcional de capacidad real El faylorimlO tambin SIgui la misma lgica, en la que ... upuest:unente "una mejor forma" cienLficamente calculada exclua los juicios subjeti\os sobre el valor del trabajo, mienlras que. por ... upueslo, cstnndal;laba un mayor grado de rendimiento Esto revelJ y clarifica unll Je los principales alradivo... def detecLllr tlt: mentira~ en Estados Unidos: la farsa de que es la mqulI1H del puJgral'o )' no el examinador la que obtiene Ii.l \erdad ucl su~pechoso . Sin embargo, es Importante entender que ni d programa de prnfe~ionali/acin polil:iaca de VoJlmcr. ni el detector de menllras nCl:csariameJ1le restnngan la discrecionalidad de los examinadores.

    La ptincpalleccln que "c Jeriva Jc diferentes discipliJla~ CII::I1 -Lmcas agrupaJa" bajo el rubro genrico de ncuT

  • COMISIN NAUONAL DE lOS DCRITHOS HLMASS 54

    La idea. muy difuoJida. de que los genes son los niCOS determinantes de todos los comportamiento!> humanos. incluidos los de Lipa crimIl1al. ~e ve ahora confrontada por una serie de expcrimento~ (Gibhs. 1997). que han demostrado 411e induso el estrs sufndo en la primera inlm-:la puede modificar profundamente y para siemprc la expresIn oe lll~ gene~ implicaoos en el comportamiento. Esta~ constataciones y muchas otras han llevado a com:luir qUe tambin, independientemente JI.' la posible intluenl."ia del terreno gentico, los fen6menos que han acluauo al comienzo de b ... ida. lomo la privacin materna, el abu!>o fsico o ~exual la ~obrepoblacin . etclera. Slll1 capaL' es de provocar ""heridas biol6gicas ) psicolgicas" que elevan 1

  • 57 56 COMISI~ SACIONAI DI lOS DERECHOS HLMANOS

    mente expuesto por los mismos cientficos) de que el conocimien to clemfico es til. si no de inmediato. a largo pla70. Esto, por supue"to. genera otras dudas: a quin o de qu manera es til? La .. respuestas a estas preguntas ha llevado por mucho tiempo a qUl 101> cientJicos dirijan SlIS invc'iugaciones a rumbos que beneficien pltil.:a y econmicamente l su" patrocinadores. A e~to se le ha denominado el dilema "Iucrativo" del conocimiento ohjetivo.

    Por (ltro lado. la estnllegia para la propiedad del deslIrmlfo dd w/lndlllienlo park de cstl: "'lucro" social como su puma de de .. pegue. Aqu. el objetivo final declarado es extraer beneficios (o fuerza (;oactiva) del conocimiento al aplicarlu en productos o ser Vicios, lo que significa con:-ervar el conocimiento como "propiedad privada" para no diluir ~u valor de mercado. Una manera d~ logr;.r1o es mantener el conoci miento en secreto. como lo hicieron 10'\ primeros gremios modernos. por ejemplo: la CorporacIn Coca Cola () el Proyecto Manhatlan . Aqu el problema consiste en que el dueo del conocimiento privado sabe que no es fcil mantener un o.,ccreto. Y. a su veL a la sociedad le preocupa que los secrelos valiosos puedan morir con sus dueos y nunca ser utiliLados para generar conocimiento comercial adicional. Tomando en cuenla drgumentos de c!'.te tipo. l()~ F~..,tado.'" modemo1> han creado ..,islema, lk pal~nte para conocimientos tcnicos. Para el duei'io del conocimielllo privado se vuelve un dIlema decillIr qu tanto mullendr su infonnat:in en secreto, cundo la presentar para una patente (lo cual impltca. entre otros aspecto,,_ publicarla) y cunto confiar en la reglamentaun de otros expenos. Detr~ de e:-.te problema dc valorar el mome11lo ponuno se encuentra el problema n1

  • 58 C0\1 ISI6N NACIONAl.. DE I .oS [)ERf'HOS l IUMANC::

    presentar operarios del polgrafo en bloque, y aunque Keeler demostr ser un empresario deficiente, !,us socios ms jvenes. como John Reid , crecieron exitosamente basados en la fffilula de Keeler despus de que llluri repentinamente en 1951:5

    Durante ese periodo, Keeler LUVO mucho xito difundiendo sus servicios. Consigui inserciones en la revista Readers Digesl, rese l:asos de celebridades y aliment a la prensa con historias emocionantes acerca de la habilidad de la mquina para descubrir infiddidade.., maritales.JI>

    Por el contrario, Larson sigui la ruta de la ciencia abierta: publtc sus resultados en revistas de criminologa y psicologa; dcclur yue "lo yue impol1a es la ciencia" y se enorguUeca de s mismo por huber rechazado la ruta "poco tica" de patenlar ~u propia myuina. Le preocupaba que la poltica de Keeler, de vender mqui na~ y entrenar operadores de manera superficial. "arruinara las cosa~ . y que la rmma de Keeler por obtener publicidad diera a su nueva ciencia una "mala reputacin" . An as. Larson tambin ad miti que Keeler haba producido un polgrafo estndar. sin el cual investigadores como l no podran desarrollar una ciencia de la deleccin de menti ras. Por esto le escribi a Keeler en 1927. diciendo: "Quera que t manejara~ la parte material de e~to y obtener la compensaCin correspondiente. Entonces yo podra dedicar mi tlen 1po a la experimentacin cl nica".

    b te patrn de refuerzo IllULUO y animadver~in emer!:-ri de manera ms definida cuando ~e desarroll el procedimiento del interrogatorio.

    ., ! .

  • 60 OMISI" J\\CIO'\L DE l.OS Dfo/{KIfOS IlLMANOS

    po, real indo por Bersh (1969) contribuy pobremente a confimlUf la val idez de las porcione~ de la respuesta fisiolgica de la prueba. Desde 1974, Lykken lament el incremento en el uso de la pmeba de LO en la industria y declar su poca utilidad, tanto para detectar empIcados deshonestos como para detectm ladrones.

    El GKT fue clasificado desde entonces como una pmcba de informacin4b (Podlesny y Raskin, 1977) porque su u~o presuma que la infonnacin crtica de una persona poda producir respuestas fisiolgicas diferenciale!\ ante varias situaciones de pmeba. Las pruebas de informacin pueden distinguirse de las pruebas de engao. porque estn basadas en el supuesto (no totalmente comprobado) de que ocurren respuestas fisiolgicas diferenciales ante ciertas preguntas cuando la persona eWl mintiendo o est simulando. Estos patrones distinLivos de respuesta fisiolgica constluyen la base principal de la "Prueba de Preguntas Control" (CQT), que fue descrita por Podlesny y sus colaboradores en 1988: ellos criticaron la CQT con base en las significancias diferenciales entre las preguntas relevantes y las preguntas control: como un ejemplo citaron Wl caso relacionado con el abuso sexual infantil en el cual una de las preguntas relevantes era (lami usted la vagina de X?) la pregunta control, usada como una comparacin fue 'ha hecho usted algo de lo que se sienta avergonzado?" Con base en la respuesta de mayor magnitud fisiolgica a la pregunta relevante, el sospechoso, un guardia de 74 aos de edad. lue acu'\ado del crimen. Furedy y sus colaboradores argumentaron que, incluso para un examinado inoceme, el impacto de tal tipo de pregunta "relevante" podra superar fcilmente a la de la llamada pregunta "contrar', en una prueba en las que ambas se supone tienen igual significancia para una persona jnoceme. De esta manera, en esta clase de situacin, la CQT no est midiemJo el engao, sino la reaccin emocional a una pregUilla notablemente sesgada (vase cuadro en la pgina siguiente).

    ~'Mil, n:c ientemente . lo, ahogauos lahorales han retado 13 coerCIble e inl imi dante :Il111 ,1 era crenda pur la, prui!bw; del polh.'Tafo en el lugar de trabajo: r.dgar . June, lr., "American Indiviuual Rights anu an Abu,ive Tl..:hnology: The Ton~ or Polgraphing', en Po/vgm/)/ Te.\I , pp. 159- 187. Ha~ta qu.: la ley f;(.kral para la

    1.1. ESnIDIO DE Lr\S MEN'riRAS VrRDADERAS 6 1

    SERIE DE PREGLNTAS TPICAS UTLLlZADAS E1'o UNA

    "PR UEBA (CQT) DE PREGUNTAS CONTROL"

    Cmef(oras de preguntas Preguntas

    Introductoria Entiende que slo le har preguntas como las que antes discuumo:,?

    Introductoria En relacin con el robo de una moneda IIlUJ especia! conte!>tar todas las preguntas con la verdad?

    Neutral Vive en este pas? Control Durante los primeros 34 aos de su vida tom algo

    que no era de su propiedad? Relevante Se qued con la moneda especial? NcuLral Su primer nom bre es (J L1an)') Control Antes de 2003 le minti a alguien? RelevanLe Tom la mOlleda especial de un escritorio? Control Entre los 18 y 34 aos de edad hizo usted algo uc!>

    honesto, ilegal o inmoral? Rele\ante En relacin con la moneda especial reportada como

    robada, usted la tom?

    El impacto polenc ial de una pregunta muy provocativa en la respuesw fisio lgica es e l mismo punto que Mnsterberg antic ip de una manera pionera mu;ho, aos an tes.

    Al comparar las dos tcnicas de interrogatorio el GKT result superior al CQT: esto es as porque el GKT pudo estandarizarse como se hace con cualquier prueba psicolgica y el CQT no penniti ese procedimiento; adems, con el G KT pueden especificarse las tasas de error y es menos vulnerable a los trucOS. 49 La aceptacin ms

    proteccin del empleado en contra del pol grafo rue aceptada t!n 1988, 30 eSldo~ an penn itan el uso del polgrufo "voluntariamente" en establecim ientos de negocio& (selecc in uc empleados, inve~tigac i ones en cusos de delitos y como chequeos rut inarios).

    09 l.o~ j uri ~ ta~ han llevado j caho \"ario~ estuuios de psiclogos. En 1926 un abogado estudi a 88 miembros de la Asociacin American de P~ic()loga. seleccionadus por ~u aparente inter6 el1 e l campo de la deleccin ue mentiras, y enconln tue de los 38 4uc respondieron, 18 pensaban que el mtodo era 10 sufi

  • 62 3 COMISiN ~AC10!'lAl. DE LOS DERECHOS HUMANOS

    generalizada del enfoque del GKT entre los poligrafistas profesionales en Estados Unidos es ms probable (la mayor parte de los cuajes no son considerados como investigadores por los cientficos) , porque el CQT est entramplUO desde el punlo de vista de sus procedimientos, aunque el uso en medios gubernamentales mexicanos se ha inclinado paradjicamente por el CQT.

    Keeler us la prueba Rele\,({llfe-]rrelel'Gllle. Su objetivo era calibrar la mquina del polgrafo para cada cuerpo comparando una supuest:J respue~la honesta: "s, fum un cgarrillo esta maI1ana", contra una posible mentlra: "no, 110 comet el asesinato el jueves pasado" . Pero, por supu~to, la reaccin fisiolgica fuerte ue un sujeto ante la pregunta sobre un asesinato simplemente indicaba que este tema era ms eslJ'esante que el tema de los cigarrillos mawtinos, Una solucin parcIal fue calibrar la mquma obligando al sujeto a deCIr ulla mentira. Una de las maneras favoritas de Keeler de hacer esto era con "el truco de las cartas" . En esle truco, Keeler le peda al ~uieto monitoreado que escogiera una carta de la baraja y, sin nombrar la calta que era, negar que cada carta era la correcta mientras que el sujeto revisaba la baraja completa, carta por carta. incluyendo la correcta. Despus, al examinar el registro del polgrat y leer los trazos onuulados. Kceler idenllfieaba el que meda las reacciones del cuerpo del sujeto y 10caliLaba como "truco

    cit'l1h:mel1te e>-lIt'to panl garanLiDlI la consideracin uc juece, y jumuo'" (aunljue la mayora expre",aJ'on alguna, Jmitante~); 13 contestaron no, y stete diewn respuestas demasiauo confu:-.a~ para cJa,iticarlas. Prueba, llevadas a cabo para \1cCormi(.k por 1. F. Da~heill (Universiuad oe Carolina del ~orte), reportauas en C. T. MCCOnllick. "Pruebas decepcionantes y la Le" de la Evidencia", California,!fl\\ Rf'\'h'l1. 15, 19~6-19'l7. pp. 495-498 Fn 195~ cuando la L'ni~erslJaJ Jc Tcnne~scc reuni a I .682 crimmll1gos. poligrafist3s y p,ic0Iogos. uescubri que de Iw, 71!) respuestas, el doble de poligralistas OS 'Ic J, en comparacin con los psiclogo!> 06 %J crt'an 4ue la reaccin principa l u1 instnunento loe deba a 1

  • 65 64 COMISIN NACIONAL DE LOS DERECH'OS lILMANOS

    As que. a pesar de haber emitido una prohibicin formal sobre el uso del detector de mentiras en la Corte, la magistratura permiti a la Poi ica usar la tcnica para examinar a los sospechosos. determinar la aptitud para juicio y extraer confesiones. En este sentido, Keeler ide que el detector de mentiras operara de acuerdo con la misma lgica con la que operaba la tortura del rgimen judicial. August Vollmer llam cndidamente al detector de meDliras "un tercer grado humano. modificado y simplificado de tortura''.~2 y por eso la Polica acogi finalmente esa tcnica. Keeler no slo convirt i al detector de mentiras en un aparato que casi cualquiera pudiera operar -aun un oficial de la Polica con un entrenamienlo mnimo--. sino que. adems, por la forma en la que l concibi su operacin. ampli el poder discrecional del examinador. quien estaba menos interesado en el registro del polgrafo como tal que en usarlo para intimidar al sujelO para que confesara, que fue el nico tipo de evidencia del detector de mentiras aceptado en las Cortes durame ese periodo.

    sta es una de las razones por la que el equipo del polgrafo ha cambiado tan poco desde el desarrollo de la primera mqujna. por Keeler en 1930, a pesar del enorme progreso que ha habido en el conocimiento lisLolgico y psicolgico desde entonces. Dada la naturaleza del truco. el funcionamiento interno de la maquinaria (hardware) era casi irrelevante. ste es un ejemplo de que al abrir la caja negra de la tecnologa, la encontramos vaca. En este sentido, los cuestionamientos centrales siguen siendo quin, en qu contexto, con qu costos y con qu finalidad se usa una tecnologa.

    51 Por orden de la Society for Psychophys iology Rcsearch (SPR) la organizacin Gallup llev a cabo una votacin de los miembros e ll 1984 y encontT ljue Inuy poco~ deseaban ver los resultados del polgrafo u ti lizados en la Corte, aun cuando 62 % crcan que el polgrafo era una herramienta para facilitar el d iagnstico , Organizacin Ga llup, "Survey of the Membership of the Sociely fOI Psychological [sicJ Research", Polygraph , 1984, pp. 153-165. Un nuevo clle~lionario enviado en 1994 a los Jniembro~ del SPR por abogados partidarios del polgrafo descubri CjLle 6 J % dijo que el mtodo era "til para procesos legales", vase Susan Amalo y Charl e~ Honts, "What Do Psychophys iologists Tbink AbulIr Polygraph Tem? A S urvey of be Membership of SPR". Psychopysiology, 31, 1994. S22.

    EL ESTUDIO DE LAS MENTiRAS VERDADERAS

    De hecho, los interrogadores policiacos han llegado al extremo de obtener confesiones de sospechosos hacindolos colocar sus manos en una mquina fotocopiadora. la cual llenan con papel impreso con la palabra "mentiroso"; hasta e~tos das una gran innovacin tcnica que data de 1930 es la excepcin que hace la regla. En los aos noventas se desarrollaron nuevos algoritmos de computaoin que podan. de forma mecnica. amalgamar y evaluar las respuestas fisiolgicas del sujeto. y procesadores de infornlacin capaces de hacer precisamente esto, y que han ~ido incorporados a la generacin ms nueva de mquinas. Pero, cmo estos algoritmos pueden excluir que los operadores acusen a los sujetos de mentir. aunque la mquina indique si dicen la verdad o no?; los mejores examinadores del depart.amemo de Defensa del InstiUlto del Polgrafo declaran que usualmente apagan la computadora.53

    La persistencia de lo que Michael Foucault llam culture de l'aveu -la cultura de ]a confesin- demueslra hasta qu punto los sistemas de justicia siguen esclavizados a la resolucin social propuesta por el drama de la confesin. mucho despus de la desaparicin de] antiguo rgimen y la abolici6n de la tortura judicial. En parte, esto puede interpretarse como un ingrediente del bro modemo de la eficiencia: las confesiones, segn dicen los racionalistas de la ley y de la economa, le ahorran a la Polica, a los denunciantes y a las procuradw"a~ gastos y tiempo considerables. De hecho, cerca de 90 % de las convicciones criminales en Esta

    " E n vista de este problema, algunos han sugerido forzar a todos los operadores llevar a cabo UD riguroso p rol,'Tama de entrenamiento y cumpl ir con t:slrctos requerimientos para su licencia, Keeler mi smo estuvo en favor de rermisos esta tales para examinadores . aunque tambin crea que "nentras tanto, quedaba en e l ho nor la integridad de cada miembro de una profesin el mantener la misma, libre de la incompetencia y la deshonra" . Sobre los pocos y dbiles intentos de Jos oper;dore, de polgrafos de vigilarse a s mi~mo~, vase Charle~ R. Hont \ y Mary V. Perry, "Polygraph Admi.ssibi lity: C hanges and Chal lenges" , Law and Human Belll/ ' vior, 16, 1992, pp. 369-373 . Aclualmente, la Asociacin Americana de Polgrafo, acredita escuelas y. junto con la Asociacin Americana de Polfl,'Tafos Policiacos, pone las bases para el uso del polgral'o, Pero las ba ses son voluntarias y no existen mecanismos de refuerzo . Adem~. aproximadamente dos mil operadores no pertenecen a ninguna de estas organizaciones; Giannelli Tmwinkelried. Scientific Evidence, pp. 218-219.

    http:computadora.53

  • 66 COMISJN NACIONAL DE LOS DERECHOS HI IMAAOS

    dos Unidos no se establecen en un juicio fonual . sino con confesiones o negociaciones previas al juicio (negociaciones que son, casi por definicin, confesiones falsas suministradas por el acusado para aminorar los crmene.'i en el inters de la conveniencia mutua); el detector de mentiras juega un papeL clasificador crucial en lajusticia norteamericana, aunque haya sido prohibido su uso en la Corte. Apoyado en argumentos parecidos, la Corte Suprema Alemana ha recomendado el abandono del polgrafo, en particular el CQT, desde diciembre de 1998 (Fiedler, Schmid y Stahl, 2002). Al mismo tiempo, sin embargo, el hecho de que el polgrafo opera ms all de un escrulinio Legal estricto (y fuera de muchas de las protecciones constitucionales), le permite al sistema legal voluntariamente ignorar el contexto institucional y legal en el que estas confesiones se llevaron a cabo. Los sospechosos se enfrentan a una enorme presin para aceptar la prueba del polgrafo y tienen (como est ocurriendo en Mxico) muy poco control sobre quin administra la prueba o cmo es administrada. De hecho, esta ceguera voluntaria de las Cortes es parte de una tolerancia mayor que permite a los policas recurrir a la simulacin para obtener la verdad. 54

    ,., R. 1. Coase, 'The Nalure of lhe Finn", en The Firm, he Markel and th.: Law. 1937. Reimpre, n. Chicago, 1988 . Alfred Chandler, The Visible HU/Il/" The Managerial Revolution in American Bwiness. Cambridge, Mass. , 1977.

    LA EROSIN DE LA CONFIANZA MtITUA

    Keeler aplic sus mismos principios en las relaciones entre patrones y empleados. Duranle la Gran Depresin en Norteamrica. Keeler inaugm una nueva fase en el uso del polgrafo; vend i sus tcnica" de interrogatorio a adm.inistradores corporativos, cultivando por primera vez un nuevo y amplio mercado para evaluar el engao. En 193 1, el representante de la Compaa de Seguros L10yd en Chicago contact a Keeler con la esperanza de reducir la prdida anual de 337 millones que los negocios norteamericanos tenan debido al hurto de los empleados. El representante de L10yd ofreci disminuir lo~ costos de los seguros a aquellos bancos que permitieran a Keeler hacer exmenes rutinarios a sus empleados. Simulando un fraude bancario especfico, Keeler se lanz a una cacera que constantemente revelaba que entre 20 y 30 % de los cajeros bancarios haban tomado, en cierto momento de su carrera, pequeas sumas de dinero. Los gerentes uc los bancos queran despedir a estos empleados, criminalizando lo que en efecto haba sido una prctica comn. la de tomar ocasionalmente un billete de 20 dlares, pero Keeler les pidi que les pennitieran quedarse y se les examinara nuevamente cada ao. Les asegur a los gerentes que se convertman en los empleados ms confiables que el banco pudiera tener. Nuevamente, esto tambin le dio a Keeler la oportunidad de aplicar otra serie remunerativa de extimenes. S5

  • 69 6R COMJSI~ NACIONAL OE LOS DI:Il.ECHOS HL\I/\NOS

    El mayor esfuerzo de Keeler comenz en 1946, en las inslalariones nucleares de Oak Ridge, donde empez un programa que finalmente conducira a examinar en ronna rutinaria a aproximJdamentc 6,000 cientficos, ingenieros y trabajadores. todos ellos empleados de la Corporacin Carhon Carbide, subcontratista de la Comlsin de Energa Atmica (CEA) . Nuevamente, el objetivo no era principalmente descubrir casos especficos de fraude. sino re'orzar una nueva forma de comportamiento de los empleados. De

    los 690 exmenes que Keeler llev a cabo en febrero de 19-1-6, encontr que nueve personas (1 %) admieron haberse "'robado material de produccin".

    Aun cuando este programa de la CEA concluy en 1953, entre cargos de coacc in y pseudociencia. el mismo periodo de McCarthy vio una tremenda expansin en el uso del detector de mentira ... . Fue durante ese tiempo que el Departamento de Estado empez j utilizar la mquina para detectar a servidores civiles sospechosos de homosexualidad. De 76 casos investigados con el polgrafo a principios de 1950, 74 eran casos "morales", de los cuales casi la mitad confesaron. seguidos por rechazo o renuncia. Para mediados del siglo XX, el polgrafo se haba convertido en una parle rutinaria de la vida nOlteamerkana, definiendo una nueva normalidad nacional. La ubicuidad misma del polgrafo sugiere que debernos buscar una fuente ms sistemtica de este penetrante nuevo nfasis de vigilancia en la vida institucional norteamericana.

    La plimera milad del siglo XX ates tigu el surgimiento de la ... grandes nuevas burocracias en el capitalismo administrallvo y el estado de seguridad nacional Como lo ban comentado historiadores econmicos e i nsti tucionales, desde R. H. Coase y A lfred ClllIl/dl e r. -r e~las nueva., estructuras jerrquicas surgieron como sustituto de lo~ costos de infonnacin asociados con relaciones de mercado riesgosas. Pero podran los administradores confiar verdaderamente en ~us subordinados asalariados ms de lo que confiaban en sus ven

    '" Peter N. Stcams) Carol Z. Steams, "Emoti onology: Clarifying he Hiswry of Ernotions and Ernotional Standard," , Alller ican Hisloricul Revie ..., 90, 19R5, pp. 813-836. Vase tambin Christopher Lasch, "The Culture of Narci ssi~m' American Life in an Age of Dimin i ~h i ng Expectations". Nueva York, 1978.

    1'1. ESTIJDIO DE LAS MCI'IfTIR,\S VERDADERAS

    dedores en el mercado abierto? Aqu es donde entra el detector de mentiras. Los adminis lradores ya no necesitaron creer en el tipo de declaraciones senLimentaJes que pasaban como sJOceras en la era victoriana. Lm dos millone~ anuales de exmenes de polgrafo que se llevaron a cabo a mediados de siglo sugieren que los administradores esperaban que el detector de menLi.ras, o su sombra intimidatoria. asegurar la fiabilidad de esta nueva fuerza de t.rabajo de cuello blal/co.

    De hecho. el detector de mentiras fue mm anna en la nueva psicologa induslrial desarrollada por M!iterberg y sus seguidores. Msterberg se encontraba entre los progenitores de este intento explicito postaylorisla de prohibir desviaciones en el lugar de trabajo, especialmente conflictos sociale~ y manifestaciones pblicas de im . .57 Como pllitc de este ms amplio prObTI'llil1a, el detector de mentiras pertenece a un rgimen de represin emocional. presentada por Peter Stcarns como la nueva "Amrica serena". y retlejada a la perfeccin por el estereotipo de organizacin de la Norteamrica de mediados del siglo XX. capacitado en opacidad emocional y, sin embargo, ansioso de hacer gala de su "pensamiento positivo".

    El punto no era slo refol7ar la lealLad del empleado, sino la administracin de la propiedad dd conocimiento, El polgmfo de Keeler tuvo xito en el desarrollo de tcl1Jcas de privada y propiedad; demostr ser una herramienta valiusa para recordar a los trabajadores tcnicos que los conocimientos obtenidos por ellos eran propiedad de la corporacin o del estado. Como 10 reconocieron sus promotores. el valor principal del detector de mentiras era que "mantena la seguridad como cuestin prioritaria en la mente de la persona"' y actuaba como "un elemento p~icolgico disua~orio en La revelacin de informacin clasificada". Este "istema de conlidencialidad de los empleados fue el mi~mo rgimen de propiedad intelectual que delemln tanto la Revolucin industrial como el Proyecto Manhatlan.

    57 l nhn A. Larson yG . W. J-/aney. "('nrdi\)- Re~pira{ory Variatiol1' in Personali!) Studies', TI/(' lI/IIeriCl/1I Joumal oI PsyclU/lr..., 11, 193~, pp. 1035- 081 . [arson ya habl cooperado I:on el director dc:llmlltLlUl. Hermul1 Adler. vase Ilcrman .vr Adler y John A Llrson. "DecepLion ami Selr-Deception", jrillnwl (i(A/morllla[ P:;ychology, 22, I 92!) , pp. 364-371 .

  • LA INVESTIGACIN CIENTFICO-PSICOLGICA

    Y LA DEFENSA DE LOS DERECHOS

    FUNDAMENTALES

    La oposicin al detector de mentirru. se gener desde frentes muy diver'ios. Libertarios como Dwight MacDonald y el Sindicato de libertades Civi les Norteamericanas se expresaron en contra de los poderes coercitivos de la prueba, y el AFL-CIO y OU'OS sindicatos protestaron contra el derecho de los patrones de aplicar. cuando as lo desearan, el polgrafo a sus trabajadores. Pero dcadas de au diencias y quej as ante el Congreso no avanzaron, sino hasta fina les de 1980. cuando el presidente Reagan, furioso por las fugas ru tinarias de in formacin gubernamental a la prensa, trat de ampliar el uso sistemtico del detector de mentiras para que pudiera ser usado indiscriminadamente en todos los empleados del gobierno. Una reaccin violenta del Congreso tuvo como desenlace la Ley de Proteccin del Polgrafo para los empleados, en 1988. Esta ley contuvo el nmero de prueba~ realizadas en esos aos, aunque hubo excepciones significativas que permitieron examinar a sospechosos bajo custodia policiaca, a todos los empleados federales y a cualquier empleado corporativo sospechoso de una infraccin.

    A principios de los aos treintas. Larson haba reconocido que "todos los cientficos sospechan de la tcnica y del mtodo de in vestigacin (pol grafo) cuando presunan un 100 % al lidiar con factore~ como las emociones humanas". Esto no significaba, sin embargo, que Larson considerara al polgrafo inservible. Despus de todo, ninguna enfenuedad tiene un diagnstico definitivo, y aun as los mdicos tienen un profundo entendimiento de muchas en fermedades. A principios de los aos treintas, en el Inslituto Juvenil de Investigacin de Chicago, Larson inaugur un enfoque cJ

    [71 ]

  • 73 71 COMISiN NACIONAL DE LOS DFRFCHOS HI MANOS

    nico sin presiones para el uso del polgrafo, usando un equjpo que consista en un experto en el polgrafo, un psiclogo, un mdico y un abogado. En pruebas con del incuentes juveniles que haban siJo referidos de Olros institutos por retener. aparentemente, infonnacin, Larson not que sus pruebas de poligrafo basadas en un equipo haban aclarado 20 % de los casos y haban obtenido confesiones de 33 % de los adolescentes. Larson asegur a sus lectores que estas confesiones se obtuvieron sin acusar al sujeto de mentir o malinterpretar la eficacia del polfgrafo. En cuanto al 47 % de las pruebas restantes, Larson las rotul como "perturbados" y los mand de regreso a las Cortes juveniJes con un aviso de que la prueba del polgrafo no se usara como evidencia en esos casos. Larson persisti con este enfoque "c1nico-gnlpar en instituciones mentales y correccionales durante los aos cuarentas y cincuentas; insista en que el poligrafo se mantuviera como una herramienta para el diagnstico psiquitrico. Despus de todo, en muchas tradiciones psiquitricas una mentira no es menos reveladora que una declaracin verdadera, a tal punto que distinguir entre verdad y falsedad da igual en estos ca~os.

    En las invesugaciones contemporneas el debate acerca de las pruebas del polgrafo contina vigente.58 Fue Lykken (198 L) quien apuntal ms el esceptici~mo respecto de la industria y de la cornercialincin de los instrumentos de deteccin de mentiras y, al mismo tiempo, estimul el imers en la investigacin psicofisiolgica de la deteCCin de mentiras, con fines de complementar ]::s investigaciones en el terreno de la criminologa. Cada vez ms investigadores eSln de acuerdo59 en la necesidad de realizar ms

    " Veme Vv. Lyon. "Deceptioll Tests with JlIvenile Dclinqllcnts", Joumal o/ Gel/Ni" Psyc!%gy, 48, 1936, pp. 494-497 . Estudio5 anlcriore~ en el in~titultl ) ,1 haban exarninauo la mel1lira en los niiios "in espccillcar cmo podan saber ell u\ si lo, nios eSlaban o no mintiendo; Ackcrson, Childrell 's Belw1'ior Prohlel1l1: \ SWli.l/ical Srudy Bu.led l/pOIJ 5000 CIJildn:l/ Exal1lille~ Comecuril'ely al lIJe /I/i/lll \ !I/.\/il/llefol' Juvenile Re.lellrcll. 2 vols. Chicago, J 931. L 1: pp. 57, ) 751 77; 1. 2: pp. 357365.

    ,. Atlums. S. 11., "Stalemenl Analy~i s : What Do Suspec t~ Word~ Rcally Reveal'!", FE! Law EI((orcemenl BlIlletin, oCllIbrc, 1996, pp. 12-20.

    EL ESTUDIO DE L\S MhNTfRAS VERDADEII.,\S

    investigaciones psicofisiolgicas de campo en esta rea, debido a las implicaciones sociales, polticas y para la defensa de los derechos humanos de la industria de la deteccin de mentiras .

    La utilizacin en Mxico de tecnologas para medir las variaciones de la actividad psicofisiolgica han sido parte de las actividades de investigacin en el medio universitario desde J970, pero no as sus aplicaciones de tipo profesional, que se iniciaron en el ao 2000 con el estudio de vctimas de estrs postraumtico en la Comisin Nacional de los Derechos Humanos.

    Tanto la investigacin acadmica como los estudios clnicos sobre la modulacin del estrs postraumtico son nicos entre muchas de las modalidades de la investigacin psicolgica y social en el campo de la salud. ya que, para sus objetivos de investigacin, recurren a la utilizacin de mediciones objetivas de fenmenos, taJes como los sntomas de estrs postraumtico generados por diferentes experiencias traumticas, tanto contemporneas como antiguas, para documentar las caractersticas clnicas de recuperacin, as como el suji'ilniento subjetivo en estas poblaciones. Aunque este tipo de enfoque es indispensable, durante las denominadas modalidades preclnicas de investigacin, por raLones obvia!>, la informacin generada por este tipo de modalidades ele investigacin. inevitablemente, se encuentra restringida para orientarse hacia aspeclos multifacticos de los estudios nacionales sobre las violaciones a los derechos humanos. Este abismo inherente entre las modalidades dc investigacin bsica, que se realiza demro de las universidades, y clnica, que se ejecuta directamente con las vctimas en hospitales y comunidades, en el campo del estudio del estrs postraumlico puede profundizarse sin Imiles cuando las aplicaciones clnicas de la informacin acumulada se desvan del enfoque y de las limitaciones de la modalidad de investigacin precJnica. En la misma medida, los estudios bsicos de laboratorio pueden resullar poco tiles e informativos si ellipo de sufrimienlo experimental o el trauma que se estudia tiene poca relacin a la manera en que este mismo fenmeno se presenta a nivel humano y social (van~e grficas siguientes).

    http:vigente.58

  • 75

    '''"

    74 COMISIN NACIONAL DE LOS DERF.CHOS HUMANOS

    PERFIL PSICOHSIOLGICO DE ESTRS POSTRAUMTlCO

    114 ,--------------_______----,

    EVOCACIN RELAJA CiN

    A BIERTOS (SOA) CERRADOS (SOC ) SENTADO OJOS SENTADO OJOS

    NAT URAL (RN) TRA UMA (ET )

    104

    ~ ro E 94 ~ del estrs postraumtico estas variaciones son traladas como: "ruido" o variables irrelevantes y los investigadores se comportan ante estas variaciones minimizndolas lo ms que les es posible y, en algunos casos, buscando eliminarlas de sus resultados poblacionales, Sin embargo, en la actualidad existen suficientes estudios que avalan el planteamiento de que estas variaciones mnimas no deben ignorarse, sino, por el contrario, deben ser utilizadas para ganar posicionamiento en la fonnu lacin y evaluacin de teoras generales sobre cmo las ex perienc ia" traumticas afectan a individuos particulares , Desde

  • 77 76 COMISION NACIONAL DE LOS DERECllOS IIUMANOS

    lo~ aos setentas algunos especialistas en el estudio de la conduela humana argumentaron que "Ias diferencias individuales summis tran una oportunidad nica para someter a prueba un llillplio rango de teoras y fenmenos psicolgicos" . Este planteamiento se ha mantenido vigente y ha progresado hasta plantear que las diferencia". individuales que ocurren naturalmente pueden revelar la estructura ntima de las funciones psicolgicas (por ejemplo. el sufrimiento humano) y. de hecho. pueden suministrar conocimientos ms robustos que muchos mtodos basados nicamemc en encuestas de grupos (vanse foro y grfica siguientes).

    Evaluacin de ca&os de e~lfs postraumtico. Cereso naxcala . 2003.

    El ESTUDIO DE LAS \ill.NT1 RAS VERDADhRAS

    EVALUACIN PSICOFISlOLGICA DEL ~TRS POSTRALMTICO

    CON JNTERNOS DEL CERESO DF TLAXCALA y APIZACO QUf

    REPORTARON TORTURA ('26-27 de julio, 2002)

    RESULTADOS GENERALES

    32%

    44'/) No hay tNldent:1a

    de estls postraumahCtl

    24% ES=fes postJitUrMVCO moderado (agudo)

    CaractenstIC8s ae fa pobladfl examtnads" N=25

    20 hombres y 5 mUJe,es Edad promed,o 31 .~os

    DmInguez, Carranza y Cnu (:!003).

    La metodologa aplicada en el proyecto de servicio "Evaluacin y atencin psicolgica a farniares de desaparecidos durante el periodo de la Guerra sucia en SinaJoa" (CNDH-UAS). se propuso demostrar cmo las diferencias individuales en el cuadro de e,tr~ postraumtico pueden jugar un papel crucial en la comprensin de las concxiones entre los fenmenos propiamente psicolgicos, sus bases biolgicas y 'IUS desencadenado res sociales (familiares desaparecidos) (vanse grficas siguientes).

    Consideramos que Jos puentes entre las disciplinas psicolgicas, la biologa, las cienc ias juridkas. la medicina y la sociologa, entre otras. se facilitar si los investigadores tratan a cada pruticipante como un individuo nico y conciben las diferencias individuales dentro del marco de una caracterizacin general de la poblacin como un lodo. La clave para esta orientacin es relacionar

  • 79 78 COM ISiN NAClO"lAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

    TASA CARDIACA

    ~fi~t,:~j~ I Ir

    2 4

    Tiempo en segundos

    Nombre: Jv. Sexo: masculino.

    Edad: 22 aos. Dx: Sin evidencia de estrs postraumtlco.

    Originaria: Tlaxcala . Fecha: 26/0712002.

    TASA "ENCARRILAMIENTO"

    64%70%

    60%

    50%

    0%

    30%

    20% -,

    10%

    0% BAJO MEDIO ALTO

    TASA CARDIACA 76

    TASA CARDIACA

    bpm

    Tiempo en segundos

    Nombre: MJCB Sexo: femenino .

    Edad: 78 aos. Dx: Estrs postraumtico

    Originaria: Sinaloa Fecha 16/05/2002.

    EL ESTUDIO DE LAS MENTIRAS VERD ADERAS

    TASA ENCARRILAMIENTO"

    120%

    100%

    80%

    60%

    40%

    20%

    0%

    96%

    ro-

    1--

    +-

    f-

    1--

    BAJO

    4%

    - U%. MEDIO ALTO

    TASA CARDIACA 80

    las variaciones que ocurren naturalmente en una habilidad o caracterstica particular en funcin de las variaciones de mecanismos subyacentes, que caracterizan a las poblaciones en general. Aunque todos los miembros de una misma especie comparten los mismos mecanismos fundamentales para reacc ionar o convivir con amenazas de su propio entorno, los sistemas biolgicos producto de la evolucin son notoriamente redundantes y complejos, y cuentan con muchas modalidade~ diferentes para conquistar la misma meta. En este sentido, las personas, tanto las clnicamente sanas como las traumatizadas, pueden di ferir no solamente en la eficacia de algunos mecanismos especficos, sino tambin en la frecuencia con la cual reclutan ciertos mecanismos particulares (lo cual los har ms destacados que otros). Algunas personas tienden a apoyarse ms en una "estrategia" particular para enfrentar, por ejemplo, el sufrimiento, mientras que otras habitualmente se apoyan en estrategias diferentes, por ejemplo el abuso del alcohol. Slo acumular datos de ambos grupos puede resultar poco til, en el mejor de los caSOl>. y francamente desorientador en el peor. Los datos provenientes de grupos recolectados apropiadamente pueden sumini"trar un buen punto de partida. pero las diferencias individuales necesitan respetarse si el investigador pretende comprender la naturaleza de los mecanismos; stos pueden ser caracterizados en muchos niveles de anlisis, que van desde el procesamiento de la infon11acin (que

  • 81 COMISIN NACIONAL DE LOS IJERtCHOS HUMANOS80

    puede o no incluir aspectos de la experiencia fenomenolgica subjetiva del sufrimiento) hasta las estruClura~ neurales que funda mentan el procesamieIllo por parte de los sistemas neurofannacolgicos, hornlonal o inmunitario por el cuerpo y el cerebro.

    Los mtodos de investigacin utilizados en este programa se apoyan en la convergencia de diseos ex.perimentales y correlacionales. Este mtodo evita las peores crticas de los estudios correlacionales. a saber: que en ellos simplemente se describe una relacin entre variables y no se identifican o demuestran los mecanismos causales. Procedemos utililando una teora de los mecanismos generales del estrs postraumtico para generar reseas alternadas o explicaciones altema!oi y subsecuentemente examinamos las variables asociadas con estas explicaciones en su propio derecho. Es decir, en lugar de simplemente demostrar una correlacin entre las caractersticas psicolgicas o conductas y las variaciones en los mecanismos operativos autonmicos. inmunolgicos o psicolgicos. utilizamos las teoras para generar explicaciones alternativas de la correl acin que finalmente sometemos a comparacin y a revisin.

    Tradicionalmente, los grupos control han sido utilizados para eliminar las explicaciones alternativas en estudios de grupo, documentar los efectos (o la ausencia de eUos) de variables asociadas con explicaciones alternativas que pueden ser usados para estrechar el rango final de la interpretacin.

    En este programa utilizamos los resultados generados de la investigacin clnica na(uralstica de vctimas del estrs postraumLico para ilustrar cmo las diferencias individuales pueden opti mizarse para enfocar tres problemas: a) la naturaleza de los mecanismos psicolgicos y biolgicos que promueven tipos especficos de habilidades de sobrevivencia: b) el papel de los mediadores psicolgicos, biolgicos y sociales de los desafos, amenazas o traumas ambientales. y e) identificac in de procesos biolgicos o sociales en el afromarrUento, que no tienen efectos adi ti vos con las variables conductuales y fisiolgicas.

    En el estudio de las diferencias indiv iduales que modulan las respuestas cerebrales y corporales al estrs, como se ha descubierto y documentado ampliamente, el cortisol se eleva en respuesta al

    EL ESTUDIO DE LAS MfNTIRAS VERDt\f)ERAS

    estrs, preparando al cuerpo para involucrarse en una pelea o en la huida (Lovallo, 1997. Sapol

  • 83 COMISIN NACIONAL DE LOS DEKECHOS HUMANOS82

    bies confusiones , los investigadores ejecutaron anlisis auxiliare~ para asegurar que los "reactores" altos y bajos tuvieran tasas cardiacas basaJes similares, as como conductas saludables.

    Estos mismos individuos fueron reclutados para participar en un estudio de seguimiento. Los participantes se relajaron por cinco minutos (lnea base) y despus ejecutaron tareas mentales aritmticas durante 12 minutos (tarea estresora) . Durante los ltimo~ seis minutos de la tarea estresora los participantes escucharon un ruido de 100 decibeles, se les indic que se les presentaba "para hacer ms desafiante la tarea". Lo~ investigadores recolectaron las mediciones cardiovasculares y obtuvieron sangre antes y durante el seguimiento del estresor. Los anlisis preliminares confmuaron que las diferencias individuales en actividad cardiovascuJar se mantuvieron a lo largo de las dos sesiones de prueba y que los sujetos altos en tasa cardiaca en las sesiones de evaluacin tambin tuvieron aumentos en la ta!)a cardiaca ante el estresor aritmtico. Adems, los investigadores repitieron la investigacin anterior, mostrando que los estresores psicolgicos breves aumentaron el nivel de catecolarninas circulantes, pero no los niveles de cortiso l. Este hallazgo gui a otros a sugerir que los estresores psicolgicos breves activan el sistema adreno-medular-simptico, pero no el sistema adreno-c()l1icaJ-pituitario-hipotalmico.

    Para el programa CNDH-UAS el punto importante es que cuando a los sujetos altos y bajos en tasa cardiaca se les revisaron sus respuestas endocrinolgicas ante los estresores, se configur un patrn diferente. Especficamente la tarea de aritmtica mental elev los niveles de catecolaminas de manera comparable, tanto para lo~ bajos como para los altos en tasa cardiaca, mientras que los sujetos altos tuvieron niveles relacionados con el estrs elevado de cortisol en plasma que no tuvieron los sujetos bajos. En resumen, los efecTOS del estrs fueron modulados por los niveles de renctividad de los participantes. los cuales so/amente se hicieron evidentes cuaJldo se lomaron en cuenta las diferencias individuales. En otras palabras, los anlisis de grupo revelaron que los estresores psicolgicos y no psicolgicos produjeron activacin simptica y retiro vagal recproco comparable. En conjunto, hemos buscado combinar una

    n ESTUT>lO DE LAS \lENTIR,\S VFRDI\DERAS

    metodologa basada en grupo con una metodologa atenta a las diferencias individuales, porque lo consideramos un mtodo ms poderoso para vincular la investigacin psicolgica a la biologa ya otras disciplinas. En el enfoque ejecutado en este programa. a diferencia de la mayor parte de las investigaciones basadas en grupo, las diferencias indiVIduales no han sido tratadas como ruido o como informacin inelevante. Adems, a di ferencia de muchas investigaciones sobre diferencias individuales, las mediciones estn estrechamente vinculadas con los mecani:.mos que caracterizan al grupo como un todo. Los ejemplos mencionados sirven para subrayar las ventaja

  • ('OMISI'I NACIONAL DI:. LOS DERECIIOS HUI\V\NOS 84

    gico de estas personas, a saber: el sistema nervioso central, el ~isLema nervioso autnomo. el sistema neuroendcnno y el sistema neuroinmune.

    En primer lugar. y de manera m1'. 290.

  • 87 COMlSlON ~ACIO"iAL DE LOS DERECIlOS HuMANOS 86

    LeDoux cree que el miedo es un fenmeno biolgico cuyas races se hunden en la historia de la vida. Los circuitos y procesos neurales que subyacen al miedo se han conservado en una buena proporcin a travs de la evolucin; as, varios experimentos con ratas y otros animales han revelado muchos datos sobre los humanos. La amgdala. que se locali7a en la parte central interna del cerebro, es una parte del sistema Imbico y es crucial para la reaccin al miedo, se encuentra no slo en los humanos y los primates. sino tambin en las ratas.

    Los psiclogos crean que la sensacin subjetiva del miedo es el primer componente de la reaccin al miedo; que un mayor ritmo cardiaco, la aparicin de sudor y otros sntomas fisiolgicos eran producto secundario de las sensaciones subjetivas. Segn LeDoux, se trataba ms bien de lo contrario: que primero se producan los srntomas fisiolgicos y luego se iniciaban las sensaciones subjetivas . Ms an. en muchos casos era posible que la reaccin al miedo generara una sensacin consciente. Nuestros sentimientos conscientes y subjetivos "son maniobras de distraccin en el estudio cientfi co de las emociones", ha descrito LeDoux."'

    Al igual que GemId Fischbach, Torsten Wiesel y otros neurocientficos punteros. LeDoux reconoce de buen grado las limitciones de ~u di sciplina. En cierta ocasin dijo que: "No tenemos la menor idea de cmo nuestros cerebros hacen que seamos quienes somos. No existe an una neurociencia de la personalidad. Sabemos muy poco de la manera como el cerebro experimeIlla el arte y la historia. La manera como la vida mental se denite. se funde, en la psicosis sigue constituyendo un misterio"; en otTas palabra", que no ICnemos una teora capaz de unifi car todo esto, no tenemm todava a un Darwin, un Einstein o un Newton en el campo psicolgico. Entonces. pretender que el polgrafo tiene una base cientl1ca si 11 reconocer estas l i mi tantes en el estudio del ftmcionamiento emocional del cerebro, deja sin sustento una modalidad de evaluacin

    Id G . H. Barland y D. C. Ra~kin. "Detection of Dcceplion". en W. F Proka.~) y D. C. Ra~kin, cds., EleclmdermaLAclil'i/)' in Ps}chological Rcsearch. Nueva York. Acaclemic Prcss , 1973. pp. 4l7-477 .

    101.. ESTUDIO DE LAS MENTIRAS VERDADERAS

    de las personas. que si bien es popular sigue siendo poco sustenlada.

    Hasta e