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1 PRÓLOGO Actualmente, la reformulación del Plan de estudios en Formación Docente contempla, tanto en el área Lengua como en las demás, la creación de espacios académicos. En ellos se reflexiona, investiga y produce en torno a diversos aspectos. La secuencialidad y profundidad de los contenidos a tratar en los cursos, la pertinencia de las propuestas metodológicas, la adecuación de la currícula en acuerdo a las demandas del alumnado, entre otros, son algunos de tópicos considerados. En esta oportunidad el Departamento de Lengua y Literatura dirige la mirada a determinadas dificultades que emergen como resultado de diagnósticos, tanto del análisis de prácticas docentes como de los efectos de la enseñanza de los conceptos básicos de Lengua, dentro del mismo Instituto. El propósito inicial es concensuar, dentro del área de lengua, aspectos terminológicos. Por esta razón se elabora este Glosario que pretende aportar información, así como generar espacios para la discusión académica, acerca de expresiones específicas del ámbito de la lengua que deben replantearse para evitar imprecisiones. Este trabajo, producto del análisis de situaciones concretas ya mencionadas, pretende ser un aporte en la formación que están recibiendo los jóvenes estudiantes, quienes, a muy corto plazo, serán los responsables directos de desarrollar en los escolares las competencias necesarias para vivir exitosamente, en una sociedad global cada vez más demandante y competitiva La formación de docentes innovadores debe contemplar necesariamente la reflexión y el análisis del lenguaje, su funcionalidad y valoración dentro del proceso educativo, objetivo pertinente para todo docente, ya que el lenguaje es el mediador privilegiado para la comunicación. Es importante precisar que durante la elaboración de este trabajo se analizaron, compararon y seleccionaron diversos enfoques teóricos y metodológicos que permitieron el estudio de las relaciones existentes entre lenguaje y educación, específicamente en su vinculación con las necesidades de formación del docente en el área referida. La funcionalidad lingüística en el proceso educativo admite diferentes miradas, nos centraremos en dos aspectos, pertinentes tanto por el contexto específico en el que se da (educación inicial y primaria) como con respecto al

Libro Giovanna

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Giovanna Piceda

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Page 1: Libro Giovanna

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PRÓLOGO

Actualmente, la reformulación del Plan de estudios en Formación Docente

contempla, tanto en el área Lengua como en las demás, la creación de espacios

académicos. En ellos se reflexiona, investiga y produce en torno a diversos

aspectos. La secuencialidad y profundidad de los contenidos a tratar en los

cursos, la pertinencia de las propuestas metodológicas, la adecuación de la

currícula en acuerdo a las demandas del alumnado, entre otros, son algunos de

tópicos considerados.

En esta oportunidad el Departamento de Lengua y Literatura dirige la

mirada a determinadas dificultades que emergen como resultado de diagnósticos,

tanto del análisis de prácticas docentes como de los efectos de la enseñanza de

los conceptos básicos de Lengua, dentro del mismo Instituto.

El propósito inicial es concensuar, dentro del área de lengua, aspectos

terminológicos. Por esta razón se elabora este Glosario que pretende aportar

información, así como generar espacios para la discusión académica, acerca de

expresiones específicas del ámbito de la lengua que deben replantearse para

evitar imprecisiones.

Este trabajo, producto del análisis de situaciones concretas ya

mencionadas, pretende ser un aporte en la formación que están recibiendo los

jóvenes estudiantes, quienes, a muy corto plazo, serán los responsables directos

de desarrollar en los escolares las competencias necesarias para vivir

exitosamente, en una sociedad global cada vez más demandante y competitiva

La formación de docentes innovadores debe contemplar necesariamente la

reflexión y el análisis del lenguaje, su funcionalidad y valoración dentro del

proceso educativo, objetivo pertinente para todo docente, ya que el lenguaje es el

mediador privilegiado para la comunicación.

Es importante precisar que durante la elaboración de este trabajo se

analizaron, compararon y seleccionaron diversos enfoques teóricos y

metodológicos que permitieron el estudio de las relaciones existentes entre

lenguaje y educación, específicamente en su vinculación con las necesidades de

formación del docente en el área referida.

La funcionalidad lingüística en el proceso educativo admite diferentes

miradas, nos centraremos en dos aspectos, pertinentes tanto por el contexto

específico en el que se da (educación inicial y primaria) como con respecto al

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proceso de formación docente: el uso y funcionalidad de las lenguas y el rol de la

oralidad y la escritura en la educación

Una vez definidos se tendrá mayor claridad para abordar el objeto de

estudio y embarcase en experiencias de formación innovadoras que atiendan

integralmente la socialización y el aprendizaje en la primera infancia. El propósito

es revisar la pertinencia de las prácticas educativas en el área de lengua,

atendiendo los programas de formación de maestros de primaria en las

instituciones que deberían constituirse en modelos de formación pedagógica en el

país.

Deseamos que estos procesos de autoevaluación e investigación

materializados en este producto, permitan abrir canales de diálogo entre los

diversos actores del sistema educativo y de esta manera iniciar procesos de

retroalimentación mutua, lo que, indudablemente, brindará beneficios

académicos a los futuros educadores y a los niños. Coincidimos en que el

maestro debe tener una fuerte formación en lengua, en virtud del alcance de una

adecuada intervención pedagógica para el desarrollo integral del escolar.

La transformación de los centros que preparan maestros y profesores

contribuye en esta suerte de superación constante, en tanto desde el área de

Lengua se realiza este humilde aporte con la intención de esclarecer elementos

conceptuales y analíticos que permitan comprender y analizar los fenómenos

lingüísticos presentes en el trabajo educativo, y reflexionar sobre nuevas

propuestas de formación docente en contextos diversos.

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Dentro de este grupo podemos incluir interjecciones tales como ¡Ah!,

aja, ay, bah, caramba, ea, oh, ojalà, ente otros.

Podemos también considerar interjecciones ciertas palabras

utilizadas aisladamente con entonación exclamativa entre las

cuales podemos incluir sustantivos, adjetivos, adverbios, se les

denomina interjecciones impropias. Ejemplo de este tipo particular

son palabras como Hombre “Hombre, no sea usted tan embustero”

otro ejemplo lo puede dar una grupo nominal como “mi madre”: “¡Mi

madre! Qué trompa. De campeonato”

3

ADJETIVO

El sustantivo a veces va acompañado de otra palabra y ambos forman un

grupo unitario, estas palabras que funcionan como adyacentes del sustantivo se

denominan adjetivos. Admiten, al igual que los sustantivos, morfemas de género

y numero en muchos de los casos, en otros, el masculino carece de

características propias y sólo se distingue del femenino porque éste sigue

acompañado por –a: francés – francesa. También se presentan casos donde se

suprime la -o cuando se anteponen al sustantivo: buen día

Se puede realizar también la sustantivación del adjetivo, en tal caso el

mismo va precedido de un artículo: De esos trajes prefiero el negro.

En cuanto a su posición en el grupo nominal, puede anteponerse o

posponerse, de acuerdo a su posición cambia su valor semántico.

El adjetivo antepuesto -considerado también epíteto- revela una intención

explicativa, descriptiva de la realidad sugerida por el sustantivo. Bosque lo llama

adjetivo con valor explicativo: La blanca nieve.

En el caso del adjetivo pospuesto señala una especificación que restringe

la referencia propia del sustantivo: la pared blanca – es la blanca, no otra.

Cuando el adjetivo aparece en esta ubicación Bosque lo llama adjetivo con valor

especificativo.

Alarcos por su parte clasifica a los adjetivos en calificativos y

determinativos, entre estos últimos comprende a los demostrativos, posesivos,

numerales, indefinidos y relativos a los que denomina en su conjunto adjetivos de

segundo tipo.

En cuanto a los demostrativos ellos muestran los objetos señalando su

situación respecto de determinada persona

Pueden ser:

este - esta estos - estas esto

ese - esa esos -esas eso

aquel - aquella aquellos -aquellas aquello

¡

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4

Salvo los neutros (esto, eso, aquello) todos los demás pueden funcionar

como adjetivos o sustantivos; se escriben con tilde, si se quiere evitar la

ambigüedad (ésta, éste)

El doble papel del demostrativo, según Alarcos, ha inducido a distinguir

entre adjetivos y pronombres demostrativos. Éstos presentan variación de

número.

En cuanto a los posesivos mi, tu, su, mis, tus, sus, cumplen la función

propia de los adjetivos: es un adyacente de un sustantivo.

En otro caso, al ser unidades autónomas, por si solas cumplen la función

de atributo de un núcleo verbal, éstos – a diferencia de los primeros - son tónicos

y dentro del grupo nominal pueden o no ir precedido del articulo: Este libro era

mío – Este era el mío.

Un tercer caso se da en posesivos que son adyacentes antepuestos al

sustantivo (poseen valor identificador) pero también pueden ir pospuestos

presentándose dos posibilidades: No es amigo nuestro (valor clasificador) - No es

el amigo nuestro (valor identificador, con artículo)

Pasando a los relativos que, quien, cuyo, como, donde, cuando, cuanto,

ellos son capaces de trasponer o degradar las oraciones a la función de adyacente

dentro de un grupo nominal unitario.

También dentro de los determinativos encontramos - siempre dentro de

la postura de Alarcos - que los considera como adjetivos a los indefinidos, este

término engloba una serie de palabras con función sustantiva o adjetiva cuyos

rasgos comunes son de índole semántica.

Mientras otras palabras identifican cada situación concreta, los

indefinidos no señalan con precisión las realidades referidas. Se agregan a los

indefinidos los numerales que si bien comportan un contenido más específico

tampoco contribuyen a identificar una realidad concreta: dos niños, pero ¿cuáles?

Ambos adjetivos se incluyen dentro de los cuantificadores. La mayoría de los

indefinidos actúan como los adjetivos es decir como adyacentes de un sustantivo

o atributos de un verbo: Unas ideas claras - Algún leve comentario.

Los ordinales, fraccionarios, multiplicativos son en realidad unidades

derivadas que no efectúan una cuantificación directa, y se comportan como los

adjetivos del primer tipo (calificativos) En tanto los cardinales son adjetivos de

segundo tipo – los cuantificadores para Alarcos - o determinativos que pueden

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INTERJECCIONES

Llamaremos interjección a una clase de palabras autónomas que a

diferencia de otras (sustantivos adjetivos, verbos y adverbios) no se

insertan funcionalmente dentro de la oración y constituyen por sí solas

enunciados independientes. Es por ello, que según Alarcos hay autores

que consideran que las mismas quedan fuera dela sintaxis.

No realizan, por lo tanto, ninguna función dentro de la oración ni

tampoco sirven de enlace entre sus elementos, por lo que podemos

deducir que su función en netamente pragmática.

Su principal característica, tanto en las interjecciones simples o como

puestas es el contorno de entonación exclamativo, lo cual concuerda con

la intención comunicativa general de aquellos, la expresión de las

actitudes, los sentimientos y las sensaciones del hablante como así la

apelación al oyente.

Alarcos, según la función comunicativa distingue las interjecciones

en tres clases:

Onomatopéyicas: son adaptaciones fonemáticas de ruidos o

acciones, su marginalidad no las excluye del sistema lingüístico. Su

repertorio es abierto aunque las mismas funcionan dentro de la

economía de la lengua

Ejemplo: El lechero llamó Rin...Rin...Rin...

Apelativas: son utilizadas para apelar al interlocutor ya sea

para capturar su atención como para esperar del mismo una

determinada reacción, en este grupo se deben incluir las

interjecciones utilizadas como formas de saludos tales como ¡Hola!

Buenas tardes. Son ejemplo expresiones como ¡Ey!, ea, ¿eh?

Sintomáticas: reflejan el estado de ánimo del hablante sobre lo

que comunica en determinada situación, su significación como se

aplica a diferentes experiencias depende del contexto en el cual se

de determinada situación.

Son recurrentes en textos donde predomina la función expresiva del

lenguaje.

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En otro orden de temas, es posible clasificar las perífrasis de acuerdo a su

morfología atendiendo a la forma no personal que funciona como verbo auxiliado

Reconocemos entonces:

Perífrasis en infinitivo “ puede venir a casa”

En este tipo de perífrasis los verbos poder y soler constituyen verdaderas

perífrasis en las cuales el infinitivo no es objeto directo del verbo personal

Suelen venir a menudo

Perífrasis en gerundio

Anda diciendo tonterías

Iba acabando la tarea.

Seguimos pensando lo mismo.

Perífrasis en participio

El castillo fue conquistado

5

funcionar como sustantivos. Pueden ir además, precedidos por demostrativos y

posesivos (estos cuatro perros) Admiten también la sustantivación.

En cambio los numerales simples (uno, dos, tres,) son sustantivos y se

construyen con adyacentes igual que los sustantivos colectivos.

Carmen Lepre señala con respecto a esta clasificación realizada por

Alarcos que a los adjetivos calificativos que expresan cualidades o propiedades de

los seres nombrados se los prefiere llamar sólo adjetivos mientras que a adjetivos

los determinativos (entre los que incluye pronombres demostrativos y posesivos,

indefinidos, numerales) se los prefiere llamar únicamente determinativos.

Page 6: Libro Giovanna

6

ADVERBIO

Es una clase de palabras que se caracteriza porque morfológicamente es

invariable, no admite morfemas flexivos, éste es el rasgo que caracteriza a todos

los adverbios sin excepción alguna y que permite diferenciarlos de otras clases de

palabras; en este aspecto todos los autores manejados presentan plena

coincidencia

Como clase de palabra puede cumplir por sí sola el papel de adyacente

circunstancial del verbo (Alarcos). También dentro de un grupo unitario nominal

puede ser adyacente de un adjetivo o de otro adverbio.

Según Ignacio Bosque una gran parte de los adverbios proceden de otro

tipo de palabras mediante diferentes mecanismos que él enumera:

Adverbios que se han formado por composición a partir

de preposiciones (atrás, abajo, enfrente, adentro)

Eliminando la variación de género y número, mecanismo

que Alarcos ha denominado adverbialización del adjetivo (habla claro,

tira fuerte)

Otro mecanismo resulta de componer una palabra

uniendo al adverbio el sufijo mente, los autores recalcan que se trata

de una composición y no de una derivación pues cada una de las

palabras mantiene su propio acento prosódico. Es muy usado en la

actualidad pues permite convertir en adverbios cualquier adjetivo

calificativo.

Carmen Lepre señala que los adverbios terminados en -mente sólo llevan

tilde en el caso que lo lleve el adjetivo del cual procede (fácilmente).

Bosque señala que existen adverbios cuyo significado permite su

gradación o cuantificación mediante procedimientos sintácticos o morfológicos,

algunos pueden recibir sufijos apreciativos.

Como ejemplo de gradación morfológica se puede realizar a través del

sufijo -ísimo (altísimo) o mediante sufijos apreciativos (cerquita, despacito) En

cuanto a la gradación sintáctica se realiza mediante modificadores adverbiales

(muy cerca, más lejos, bastante abajo)

Sin embargo, hay otra clase de adverbios que por su significado no

admiten estas modificaciones (aquí, hoy, ya, siempre, no)

En cuanto a la función del adverbio puede presentar las siguientes:

39

Esta distinción es reconocida tanto por Alarcos como por Bosque quien

destaca también el significado unitario de la perífrasis verbal; en ella el verbo

auxiliar, como se ha señalado, pierde o ve modificado su significado habitual y

pasa a tener un valor meramente gramatical, esta pérdida de significado permite

distinguir la perífrasis de otras construcciones en lasque el verbo conjugado tiene

valor pleno y la forma no personal funciona como complemento.

Veamos el ejemplo dado por Bosque:

Anda criticando a todos. Perífrasis verbal

Viene pensando en sus problemas. En este caso el verbo auxiliar no modifica

su significación léxica y el verbo no conjugado actúa como un adyacente del

verbo, en este caso adyacente circunstancial.

Bosque enumera algunas características sintácticas para reconocer una

perífrasis verbal:

En un perífrasis el sujeto y los complemento son seleccionados por

el verbo auxiliado y no por el auxiliar

Ejemplo: Esta casa viene amenazando con derrumbarse.

Esta casa amenaza con derrumbarse / Esta casa viene.

Al ser una construcción sintácticamente unitaria no es posible

sustituir la forma no personal por otros elementos equivalente tales

como pronombres átonos o tónicos, oraciones subordinadas con

verbo conjugado entre otros

Ejemplo: Tengo que comprarme un abrigo: no puedo sustituirlo

por la expresión “lo tengo”

Cuando se desea transformar una perífrasis verbal en una oración interrogativa

se necesario mantener la forma de dicha perífrasis

Juan se puso a limpiar la casa

¿Qué se puso a hacer Juan?

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PERÍFRASIS VERBAL

Es una construcción integrada por dos formas verbales: la primera es una

verbo auxiliar y la segunda es una forma no personal del verbo: entre ambas

puede aparece un nexo tal como de o a así como la conjunción que .

El verbo auxiliar es el portador de los morfemas de persona, número,

tiempo, aspecto y modo, mientras que la forma no personal es la portadora del

significado léxico y es la que impone qué rasgos semánticos han de tener el sujeto

y los componentes. Es entonces que la forma no conjugada es la que tiene el peso

semàntico dentro de la construcción por lo tanto será la que admita los

adyacentes.

La perífrasis verbal presenta una unidad funcional es decir toda la

estructura VERBO AUXILIAR + (NEXO)+ FORMA VERBAL NO PERSONAL

constituye el núcleo de un único sintagma verbal, en cambio no forman una

unidad léxica pues entre sus elementos se pueden intercalar otras palabras como

por ejemplo “se puso entonces a protestar”

Por otra parte Alarcos señala que, existen ,en algunos casos,

combinaciones de una forma verbal y un derivado que no pueden considerarse

como perífrasis pues no actúan como segmentos unitarios nucleares sino como

reunión de núcleo y adyacente. La frontera entre ambos casos se da por

particularidades semánticas: si el verbo auxiliar conserva su habitual referencia

de sentido allí no podemos hablar de perífrasis, sí lo podemos hacer cuando esa

referencia se modifica o se anula.

Por ejemplo en la expresión “Esperamos ganar” la secuencia está

formada por una forma verbal más un adyacente derivado que en este caso

actúa como un adyacente, más precisamente como objeto directo:

Lo esperamos

Esta sustitución resulta imposible de realizar en el caso de una perífrasis

verbal. Este criterio que permite diferenciar lo que es perífrasis verbal de lo que

no lo es no resulta siempre válida pues hay veces que el contexto o la situación

no son favorables y se produce indecisión o ambigüedad

7

Adyacente o complemento circunstancial del verbo dando

información de diferentes aspectos relativos a la acción verbal (Hemos comido

aquí)

Como modificadores de un adjetivo o de otro adverbio, sobre

todo los cuantificadores (bastante alta, demasiado pronto)

Como complementos oraciones, los adverbios pueden modificar

oraciones enteras (comentó que posiblemente vendría mañana) En este caso

el adverbio posiblemente forma parte de la oración subordinada y

complementa a la unidad formada por el sujeto.

Por otra parte y en cuanto a su significado los adverbios sirven para

designar circunstancias relativas a las acciones o estados expresados por el

verbo.

En tal caso podemos ejemplificar:

Tiempo: ayer, hoy, ahora, luego, antes

Lugar: aquí, allí, fuera, lejos, cerca, arriba

Modo: así, bien, mal, lentamente

Cantidad: muy, mucho, poco, menos

Negación: no, tampoco, nunca, nada

Duda: quizá, acaso, posiblemente

Aproximación: casi, apenas, aproximadamente

En algunos casos, los adverbios que expresan tiempo y lugar se presentan

a través de series binarias (antes/después; arriba/abajo; cerca/lejos)

Ignacio Bosque realiza la siguiente clasificación de los adverbios:

De base léxica adjetiva:

Adjetivos inmovilizados

Adjetivos compuestos con -mente

Prepositivos: se forman a partir de una preposición.

Pronominales:

Deícticos o demostrativos (aquí, allí, ahí, allá)

Cuantificadores (muy, mucho, poco, bastante, demasiado, menos, tan,

tanto)

Relativos (donde, cuando, como, cuanto)

Interrogativos – exclamativos (dónde, cuándo, cómo, cuánto)

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Es de destacar que este autor considera adverbios a los relativos tales

como donde, como, cuando, cuanto, que funcionan además como indicadores de

subordinación pues introducen una oración subordinada.

Por su parte Alarcos estudia la posición del adverbio como adyacente

circunstancial, éstos tienen con el núcleo verbal una relación más laxa que otros

por lo que su eliminación no varía la esencia del enunciado oración (Ayer hizo

buen día - Hizo buen día ayer)

En cambio otros tienen un vínculo más fuerte con el núcleo verbal y

modifican en parte, la referencia de éste a la realidad (Escribió bien la carta - Bien

escribió la carta)

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Hace calor

Es temprano

No hay nadie

Las oraciones con verbo unipersonal son consideradas por el Esbozo de la

Real Academia como oraciones unimembres.

Alarcos, por su parte, también las considera oraciones pero con verbo

unipersonal.

L.P Piccardo afirma que “Llueve”, “Truena” traducen una percepción

fenomenista, reflejan un hecho puro y simple sin referencia a un objeto sujeto.

En términos semejantes se ha manifestado C. Hernández con respecto a las

oraciones cuyo verbo por si solo significa un fenómeno meteorológico el hablante

centra toda su atención en el proceso, en el fenómeno, en el predicado verbal sin

preocuparse en absoluto del agente que lo provoque.

También son unipersonales para Alarcos :

La unidad àtona se reflexiva junto al verbo impide la presencia de

un sujeto explícito y da lugar a la llamada construcción impersonal:

Se espera al médico.

Se convino que se rezaría y se rezó.

Debemos considerar que no es lo mismo una omisión voluntaria del

sujeto explícito que la imposibilidad gramatical de algunos verbos de

poseer sujeto explícito.

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ORACIONES IMPERSONALES

Cuando el sujeto no se expresa ni se sobrentiende por el contexto o la

situación de los interlocutores, la oración se llama impersonal

Son ejemplos de oraciones impersonales:

Verbo siempre en 3° persona del plural aunque el que habla sepa

que el sujeto es una sola persona.

“Llaman a la puerta”

“Me han regalado un reloj”

“Dicen que han llegado tropas”

Verbo en voz pasiva

Se calla el agente o productor de la acción cuando es desconocido o no

interesan mencionarlo

La paz fue aceptada.

La paz se aceptó.

Se vende botellas

Es importante señalar que las oraciones impersonales para el Esbozo

de la Real Academia son consideradas bimembres con predicado verbal. Otros

autores, tales como Ignacio Bosque o Alarcos consideran que son oraciones con

omisión voluntaria de sujeto explícito o indeterminación del mismo. Dicha

omisión voluntaria no debe confundirse con la imposibilidad gramatical.

Reservamos la denominación de oración unipersonal para una modalidad

de las impersonales de las cuales se distinguen porque los verbos unipersonales

solo se usan en la 3° persona y en las formas no personales. El Esbozo las

considera oraciones unimembres.

Son ejemplos de oraciones unipersonales:

Verbos que expresan fenómenos meteorológicos:

Nevar, granizar, tronar, relampaguear, alborear, amanecer.

Uso impersonal de los verbos hacer, haber y ser.(quedan

inmovilizados en la 3ª persona del singular)

Hubo fiestas

9

COHERENCIA

Todo texto, para definirse como tal y concebirse como una estructura, debe

poseer tres propiedades que le son inherentes: adecuación (estructura

comunicativa), cohesión (estructura sintáctica) y coherencia (estructura

semántica).

La coherencia es por lo tanto, la propiedad fundamental de todo texto que

permite que pueda ser percibido como una unidad comunicativa y no como una

sucesión de enunciados inconexos. Se da en diferentes niveles del texto.

Debe señalarse que no resulta acertado enseñar, a nivel pedagógico, la

coherencia como un concepto. Su presencia es lo que caracteriza un texto y lo

diferencia de una sucesión de palabras o construcciones. Por lo tanto, debe

aparecer en el aula sólo como un concepto instrumental aplicable a la

comprensión lectora: cuando los alumnos no pueden encontrar la coherencia o

sentido global de un texto es útil que el docente interrogue cuál es el origen de

esa incomprensión.

Es llamada también con otros términos: “tópico del discurso”,

“superestructura temática”, MIG (marco de integración global). Este último lo

adopta Enrique Bernárdez y lo retoma de Ewald Lang, quien en su artículo

“Introducción a la lingüística textual” explica el concepto de MIG:

“Las operaciones realizadas mediante el significado operativo de las

conjunciones son operaciones sobre los significados de los conjuntos, con ayuda

de las cuales se ponen en mutua relación los significados de las oraciones, por

medio de la reflexión, con el resultado de que - a partir del significado de las

mismas - se constituye una unidad distinta a los significados de los conjuntos,

que llama marco de integración global”

Teun Van Dijk en su libro “Estructura y funciones del discurso” distingue

entre coherencia global - que puede entenderse como la posibilidad de caracterizar

a un texto como un todo - y la coherencia lineal, definida ésta en términos de las

relaciones semánticas entre oraciones individuales de la secuencia.

Dentro de la coherencia lineal, este autor distingue dos tipos de semántica:

Page 10: Libro Giovanna

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clásica que tiene que ver con lo que se llama significado de

expresiones verbales -llamadas intensiones- o también llamada semántica

intencional, que da cuenta de las relaciones de significados entre oraciones en

secuencias.

referencial no atribuye significado sino verdad a las oraciones de una

lengua. Por otra parte, la coherencia del texto depende también de las relaciones

entre los referentes de las expresiones de las oraciones respectivas.

Por su parte Ignacio Bosque en su libro “Lengua castellana” distingue tres

tipos de coherencia, siguiendo una estructura que va de los macro a lo micro:

global, lineal y local

Coherencia global: ya se ha señalado que una simple sucesión de

enunciados no constituye un texto, el mismo debe poseer un asunto, el lector al

interpretar un texto capta esa unidad de sentido a la que se subordinan los

distintos enunciados que lo integran. La coherencia global puede ser denominada

con otros términos ya mencionados, pero lo más importante es comprender que

cuando se rompe la coherencia global del texto, es decir cuando el conjunto de

los enunciados carece de “tema general” capaz de relacionar sus significados

parciales, el texto deja de ser comprensible, no se produce la comunicación y por

lo tanto el texto se convierte en un “no texto”.

Coherencia estructural o lineal: cuando un texto resulta demasiado

extenso, las secuencias de significado (o ideas) adquieren sentido en relación con

el significado general, sólo así el texto puede conformar una estructura. Dentro

de este tipo de coherencia, debemos considerar la progresión temática y la

selección de ideas.

Coherencia local se da entre los distintos enunciados como también

dentro de cada uno de ellos y de sus constituyentes sintácticos y lingüísticos que

establecen entre sí relaciones de significado.

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adjetivo se comporta como un circunstancial para el verbo y puede sustituirse

por –así- como un circunstancial de modo”.

Bosque opina que el “complemento predicativo” (como el lo llama) se

comporta con el verbo como cualquier otro adyacente, aportando una

modificación que precisa lo designado por el verbo, pero que a la vez se refiere a

un sintagma nominal, califica al sujeto. “Esta función la cumple comúnmente un

SAdj. Cuyo núcleo concuerda en género y número con el sustantivo al que se

refiere”. Por ejemplo: “La niña contestó muy nerviosa”/ “Las niñas contestaron

muy nerviosas”.

ATRIBUTIVOS DE OBJETO

Según Alarcos estos adyacentes se comportan como atributos, no del

sujeto léxico, sino del objeto directo y varían junto a este en número y género. Poe

ejemplo: “Llevaba manchada la chaqueta”.

Bosque también reconoce esta clase de adyacentes y agrega que no

forman parte del objeto directo y esto se puede comprobar cambiándolos de

lugar, por ejemplo en “Vi a los jugadores cansados”, se puede permutar y decir,

“vi cansados a los jugadores”. Además si el directo se elidiera tendríamos que

sustituir solamente a los jugadores y quedaría: “Los vi cansados” o “los vi así”.

Page 11: Libro Giovanna

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enunciado aunque no sean exigidos por el verbo y tampoco dejan en su lugar un

pronombre que los represente.

ATRIBUTO Atributo palabra empleada por Alarcos para designar a aquellos adyacentes

que “llenan”, completan la referencia de los verbos copulativos (ser, estar y

parecer). Esta función puede ser desempeñada tanto por un adjetivo, un

sustantivo u otros. En caso de ser elididos dejan junto al verbo un incremento

pronominal (lo). Su presencia es necesaria para agotar la significación del verbo.

Bosque recuerda que el atributo “n

o complementa al verbo, sino que es una parte del núcleo del predicado

nominal”. Lo explica así porque afirma que si en algún momento faltara, la

oración quedaría “agramatical”, por ejemplo: “Juan es estudiante”. Para que sea

semánticamente aceptable este adyacente es “el que selecciona los rasgos de

significado que ha de tener el sujeto”. Sintácticamente mantiene los rasgos de

otros adyacentes y al ser elidido deja el pronombre átono “lo” en su lugar. Ej.

“Juan es maestro” / “Juan lo es”.

Carmen Lepre utiliza la nominación de “predicación semántica” para esta

clase de adyacentes, refiriéndose de esta forma al segmento del enunciado que

posee información relevante a cargo del verbo, el adjetivo u otros como el

sustantivo, el adverbio, una forma no personal del verbo y también sintagmas

preposicionales.

ADYACENTES ATRIBUTIVOS DE SUJETO

Así los denomina Alarcos, haciendo referencia a aquellos adyacentes

atributivos que aparecen con otros verbos que no son copulativos. Por ejemplo:

“El abogado vivía tranquilo”. Esta es la única diferencia con el atributo porque

después se comporta de igual manera ya que “varía de número y género

concordando con el número del verbo y con el número y género del sujeto

explícito”. Es importante destacar que si se tuviesen que eludir en su lugar

dejaría “una unidad adverbial, típica de las funciones circunstanciales”, (“El

abogado vivía así”).

Carmen Lepre los llama también atributo de sujeto y alara que otros

gramáticos lo denominan atributivos circunstanciales porque “asumen que el

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COHESIÓN INTERFRÁSTICA

Estrella Montolío en su libro “Conectores de la legua escrita” señala que

en el mundo actual los verbos “conectar” y “conectarse” se han convertido en

verbos fetiches representantes de este nuevo milenio, son sinónimos de

adaptación a la nueva sociedad de la información y la comunicación. Los

conectores del discurso permiten la tan ansiada conexión entre las diferentes

partes de un texto o discurso. Los podemos llamar conectores, expresiones,

secuencias conectivas o marcadores del discurso.

La función que cumplen es señalar de manera explícita con qué sentido van

encadenándose los diferentes fragmentos oracionales; por ello, se los puede

comparar con las señales de tráfico pues permiten lo que podemos llamar

“balizamiento”

En cuanto al significado de los conectores, resulta difícil encontrarlo en un

diccionario porque las unidades conectivas no tienen un significado totalmente

conceptual. Ellos son como una especie de instrucción que se da al lector,

ejemplo “lo que sigue constituye la causa de lo que se dijo antes” Por lo tanto los

conectores instruyen al lector sobre cómo tiene que procesar la información que

se plantea en el texto.

Si bien la cohesión se asocia inmediatamente a la coherencia, como dos

propiedades inherentes a todo texto, a veces el logro de una propiedad no asegura

el logro de otra. Puede ocurrir que los conectores no resultan imprescindibles

para comprender un mensaje. Pensemos en un telegrama que diga:

“Llegaremos tarde. Perdimos ómnibus. Comiencen ustedes. Llevamos la

bebida.”

Puede ocurrir que el uso adecuado de conectores o la insistencia de ellos en

un texto escrito tampoco garanticen la comprensión.

Veamos el ejemplo:

“Su familia es de origen chino, y por tanto, es un torero excelente”

La oración está bien construida, los conectores correctamente utilizados

pero, sin embargo, nuestro conocimiento del mundo, tan importante para

decodificar la coherencia, nos permite reconocer que ser chino no implica ser por

lo tanto un buen torero, es así que la oración está bien cohesionada pero no es

coherente. Sí lo es un ejemplo, donde se utiliza el mismo conector:

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“Su familia es de la saga gitana de los Montoya, y por tanto, es un cantaor

excelente”.

Esta misma escritora realiza una clasificación de los conectores:

Los que van entre pausas (entiéndase signos de puntuación en la escritura)

los llama parentéticos. Gozan de cierta independencia y de la capacidad de

movilidad dentro de la oración. Ejemplos: sin embargo, por tanto, además, de

todas maneras, en ese caso.

Veamos un ejemplo de uso de un conector parentético:

“Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada, sin embargo, no

es así”

¿Dónde podríamos colocar el conector elegido?

“Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada, no es, sin

embargo, así”

“Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada, no es así, sin

embargo”

Otro grupo de conectores son lo que no van entre pausas. Presentan un

elemento subordinante en su formación (a pesar de que, para que, dado que) una

proposición (a pesar de, en vista de, a fin de, o proposición y conjunción

combinadas). A este grupo Montolío los llama conectores integrados a la oración.

El ejemplo permite ver cómo este tipo de conectores no gozan de movilidad:

“Aunque llueva mañana, saldré a pasear”

Podríamos dar otra definición de cohesión textual como la unión entre las

partes del texto realizada por medio de mecanismos lingüísticos. Es un fenómeno

superficial que se verifica en la superficie lingüística por medio de pronombres,

subordinantes y conectores.

Se podría realizar el siguiente esquema:

Conectores Conjunciones.

Organizadores textuales

Deícticos.

Sinónimos, antónimos, elipsis.

33

Si este complemento es consabido puede conmutarse por un pronombre

átono (me, te, nos, os, le, les); en algunas coincide con el OD, en caso de

confusión con él debe recurrirse a la conmutación por “le” o “les”. Al omitir los

dos a la vez, este último cambia por “se”. Por Ej. : “entregan el libro al niño”. Le

entregan el libro; se lo entregan

ADYACENTES CIRCUNSTANCIALES

Alarcos designa así a los adyacentes que “suelen agregar contenidos

marginales a los evocados por el núcleo verbal y sus objetos”. Estos, si se tienen

que elidir, no dejan un referente pronominal a diferencia de los otros adyacentes

que sí deben ser representados. Carmen Lepre opina que son “marginales o

satelitales porque no surgen en la oración motivados por la exigencias valencias

del verbo”. Pero agrega que “aportan al texto y al enunciado información que se

considera útil para entender las circunstancias, los detalles dentro de los

contenidos que se quieren comunicar”. Alarcos comparte esta postura y afirma

que “en el ejemplo: El tren efectuará su entrada dentro de dos minutos por la vía

segunda. Aquí los adyacentes circunstanciales dentro de dos minutos y por la vía

segunda, aportan detalles precisos de la experiencia comunicada pero no cambia

las relaciones significativas existentes en El tren efectuará su entrada. Bosque

también habla de la marginalidad y agrega que “no vienen exigidos o regidos por

el verbo. Es importante aclarar que son muy variados su función, es decir

heterogéneos tanto desde el punto de vista sintáctico como semántico. Ellos

pueden estar representados por “distintas clases de unidades” y significar

“tiempo, lugar, modo, causa, etc.” Se pueden ubicar en cualquier parte de la

oración, en su mayoría pueden omitirse y la oración a la que pertenece seguirá

teniendo sentido pero hay que tener en cuenta que algunos de ellos sí tienen una

presencia fundamental para el significado de la oración, este autor cita un claro

ejemplo: “En Inglaterra gobiernan los laboristas”.

Se puede concluir diciendo que todos los autores comparten la

marginalidad de estos adyacentes o complementos en acuerdo con las diferentes

postura, pero ninguno afirma que son innecesarios y es más comparten la

opinión de que cuando se omiten restan información importante al significado del

Page 13: Libro Giovanna

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Ignacio Bosque también hace referencia a este término pero lo denomina

Complemento de régimen. Afirma que la función que cumple dentro de la oración

es: “precisar la referencia léxica del núcleo verbal” y que “trasmita una

información básica para completar la significación del verbo”. Ejemplos: “Este

libro consta de treinta capítulos”, “Carece de lo necesario”. Aunque hay que

destacar que Bosque explica que hay ejemplos en los que no es necesario como

en: “Estuvieron hablando de ello toda la tarde”, claramente se puede suprimir y

expresar: “Estuvieron hablando toda la tarde”.

Además este autor afirma que la preposición marca su condición de

subordinada al verbo.

Este adyacente o complemento, denominación que variará según el autor

con quien se trabaje, al pronominalizarse debe mantener la preposición, por lo

que solo debe sustituirse por un pronombre tónico.

Ej. : “¿Este libro trata de Geografía? – Sí, trata de eso.

Según esta postura complemento directo y complemento de régimen no

son incompatibles, hay oportunidades en la que el verbo exige ambas presencias.

Ej. : Convirtió el agua en vino.

Alarcos está de acuerdo con esta afirmación pero él le llama a este objeto

preposicional indirecto (o suplemento indirecto) y cita como ejemplo. : “El

delegado dijo pestes del ministro”.

Este autor también reconoce que el objeto preposicional hay casos en que

puede ser sustituido por un adverbio, ej. : “Salid del despacho” (salid de ahí, salid

de él)

OBJETO INDIRECTOBosque también reconoce este adyacente pero lo llama complemento

indirecto (CI) igualmente que la RAE. Ambas posturas coinciden en que este “es el

complemento verbal que designa al ´destinatario`, ´beneficiario` o ´perjudicado` de

la acción o el proceso al que se refiere el verbo. La diferencia entre ellos radica en

que Bosque, igualmente a Alarcos, asegura que el CI es un sintagma

preposicional encabezado por la preposición “a”; mientras que la RAE agrega

además la preposición “para”.

Los dos primeros, a los complementos encabezados por esta preposición,

lo designan como “de régimen”, “preposicional”, y/o “adyacentes circunstanciales”

según el autor y la función que esté cumpliendo en ese momento.

13

Ignacio Bosque en su libro “Lengua castellana” define la cohesión textual

como la red de relaciones entre los distintos elementos y mecanismo formales que

manifiestan lingüísticamente la coherencia global y lineal de las ideas de un

texto.

Clasifica los conectores de la siguiente manera:

Adición: Los más frecuentes: además, también.

Intensificación: es más, más aún, encima.

Culminación: incluso, hasta, ni siquiera, para colmo.

Comparación: igualmente, de igual modo, del mismo modo.

Oposición: El más frecuente es “pero”.

Adversación: sin embargo, no obstante, ahora bien.

Concesividad: con todo, aún así, de todas formas.

Restricción: al menos, en cierta medida, en todo caso, salvo que, excepto.

Exclusión: al contrario, antes bien, muy al contrario.

Causalidad:

Causa: pues, porque, es que.

Consecuencia: por tanto, por consiguiente, entonces, es así.

Condición: en tal caso, en ese caso.

Reformulación:

Explicación: es decir, en otras palabras.

Corrección: mejor dicho, quiero decir, o sea.

Resumen: en resumen, en síntesis, en definitiva.

Ejemplificación: por ejemplo, como, concretamente.

Orden del discurso:

Presentación: para empezar, ante todo, bien, bueno.

Continuación: luego, después, así que.

Transición: en otro orden de cosas, por otra parte.

Digresión: a propósito.

Enumeración: en primer lugar, en segundo lugar, por otro lado.

Cierre: en fin, para finalizar, para acabar.

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COMPLEMENTOS ORACIONALESAsí los denomina Ignacio Bosque en su última gramática y por medio de

esta expresión hace referencia “a elementos que modifican, matizan y valoran al

núcleo oracional (sujeto+predicado). Son muy variados y se caracterizan por tener

cierta independencia fonética con respecto al núcleo de la oración: en el discurso

oral van separados por pausas y en la escritura suelen aparecer entre comas”.

Esta función la pueden cumplir distintos tipos de elementos: adverbios,

locuciones adverbiales, sintagmas preposicionales, entre otros.

“Las últimas lluvias, afortunadamente, no han causado inundaciones.”

“Estos complementos, independientemente de su forma, aportan a la oración

significados muy diversos”.

Alarcos a esta clase de adyacente los llama “adyacentes o modificadores

oracionales”.

31

VERBO

SUS ADYACENTES

Este es un término que utiliza Emilio Alarcos para designar a aquellas

expresiones que van junto al verbo en una oración y cumplen la función de

especificar y ampliar la información brindada por el verbo.

OBJETO DIRECTO

Así es llamado por Emilio Alarcos, quien sostiene que “mientras el sujeto

léxico sirve para especificar la referencia personal hecha por la terminación del

verbo, otros términos adyacentes puntualizan la alusión léxica de la raíz verbal.”

En el caso del objeto directo especifica que “es un término adyacente que designa

el objeto sobre el cual se desenvuelve la actividad aludida por la raíz verbal.”

Igualmente lo reconoce la Real Academia aunque lo nomina diferente:

“complemento directo”. Bosque coincide con ambas postura explica que este

complemento “precisa la referencia léxica del NV, designando el objeto de la

acción expresada por el verbo”. Este autor prefiere designarlo complemento

directo y no objeto porque recuerda que esta última nominación semántico y no

estrictamente sintáctico, como pretende ser su análisis. Esta clase de adyacente

está íntimamente ligado al NV se puede decir que está subordinado aunque “no

se utilice ninguna marca especial de subordinación; va unido directamente al

verbo.”

Cuando este complemento hace referencia a persona lleva la prep. “a”

OBJETO PREPOSICIONAL

Llamado así por Emilio Alarcos, éste lo empleó para distinguir a aquellos

adyacentes que presentan una función muy similar al objeto directo por su

íntima dependencia al núcleo de la oración pero a diferencia de éste va

encabezado por una preposición. Este autor lo define como aquel término por

medio del que “los verbos especifican la referencia real de su significado léxico”.

Cita como ejemplo: “Hablan de música”, “Confío en la suerte”.

Page 15: Libro Giovanna

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TEXTO

Etimológicamente proviene del latín “textus” que significa “tejido”, “trama”,

derivado de texère, “tejer”

Enunciado o conjunto de enunciados orales o escritos que el lingüista

somete a estudio.

Según Cesare Segrè en su libro “Principios de análisis de la obra literaria”

texto es una sucesión fija de significados gráficos. Estos significados gráficos son

a su vez portadores de significados semánticos. Desarrolla una metáfora en la

cual las palabras que constituyen una obra son vistas, dada la realización que las

une, como un tejido. De acuerdo a la definición de este autor, el significado de

texto se remite sólo a la forma escrita debido a la importancia de la conservación

exacta de significados.

La lingüística textual lo concibe como un gran enunciado oral o escrito.

Enrique Bernàrdez en su libro “Introducción a la lingüística del texto” lo

define como la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la

actividad verbal humana, que posee siempre carácter social; se caracteriza por su

cierre semántico y comunicativo , así como por su coherencia profunda y

superficial - debido a la intención (comunicativa) del hablante para crear un texto

íntegro - y a su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: propias del

nivel textual y del sistema de la lengua”

Producto lingüístico (desde uno solo y breve, hasta un número

ilimitado de enunciados) que surge en una determinada situación

comunicativa. Estos enunciados no forman meramente una cadena sino

que se construyen a partir de una organización semántica y sintáctica

15

CONTEXTO

Marta Marín llama así “al conjunto de circunstancias sociales, culturales,

psíquicas, emocionales que constituyen la situación comunicativa en cuyo

entorno se produce un texto”.

Por otra parte, para Halliday y Van Dijk, el contexto se relaciona con la

situación empírica de comunicación. El primero de ellos, señala que hay texto y

hay “otro texto” que lo acompaña: el texto que está “con”, es decir el contexto.

Esta noción de lo que está “con el texto” va más allá de lo que es dicho y escrito:

incluye otros hechos – no verbales – el entorno total en el cual un texto se

desarrolla. De este modo sirve de puente entre el texto y la situación en la cual

éste realmente ocurre.

Van Dijk amplía dicho concepto y afirma “el concepto de contexto se

caracteriza como la reconstrucción teórica de una serie de rasgos de una

situación comunicativa, “de aquellos rasgos” que son parte integrante de las

condiciones que hacen que los enunciados den resultados como acto de habla.

Así como el cotexto se encuentra dentro del texto, el contexto

constituye el conjunto de circunstancias externas -verbales y no verbales-

en cuales ocurre el texto. Este concepto es utilizado fundamentalmente

dentro del estudio pragmático de la lengua.

COTEXTOMarta Marín lo define como “el conjunto de los elementos lingüísticos

dentro del cual se encuentra un ítem o elemento lingüístico en particular”. Es

entonces el conjunto de elementos del texto en que una palabra polisémica

aparece enunciada, es lo que permite interpretar adecuadamente su significación

en ese texto y sortear, por lo tanto, las posibles ambigüedades.

Se entenderá entonces que el “cotexto” es la expresión o conjunto de

expresiones que constituyen un texto y que permiten otorgar el significado

correspondiente a un término. Por lo tanto cada unidad de análisis

encontrará en el cotexto (grupo de palabras que lo acompañan) su

significado adecuado.

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ENUNCIACIÓN

Emile Benveniste ha sido el primero en caracterizar la enunciación como

un acto individual de apropiación de la lengua por el cual ésta se transforma en

discurso.

El mismo autor en “Problemas de lingüística general” define la enunciación

como “la puesta en funcionamiento de la lengua en un acto individual de

utilización.”

Para María Isabel Filinich en su libro “Enunciación”, en todo enunciado, sea

éste de la naturaleza y la extensión que fuere – verbal o no verbal, una frase o un

relato - es posible siempre reconocer dos niveles: el nivel de lo expresado, la

información trasmitida, la historia contada; esto es , el nivel enuncivo o bien, lo

enunciado; y el nivel enunciativo o la enunciación, es decir, el proceso

subyacente por el cual lo expresado es atribuible a un yo que apela a un tú.

La situación de enunciación se nos presenta entonces como el componente

básico de una teoría del lenguaje inscripta en la dimensión dialógica e interactiva.

Situación en la cual en y desde el enunciado se instaura, se pone en escena una

serie de relaciones sociales y de tensiones entre esas relaciones que van a

determinar finalmente las formas de manifestación textual y discursiva que

tomará el enunciado.

Todo enunciado estará siempre enmarcado en una dimensión dialógica aún

en el caso de no reciprocidad cara a cara o de diálogo interior.

El término enunciación se debe instalar en un enfoque

comunicacional de la enseñanza de la lengua. Cuando un hablante se

comunica verbalmente, se enmarca en una situación de comunicación que

le implica una toma de decisión, una selección de elementos que lo

contextualizan y lo identifican. De esta forma el enunciador deja sus

propias huellas en el enunciado, en lo dicho. El uso de una palabra u otra

no es indiferente, sino determinante de la intención de quien habla y

pensadas para dejar una marca en el interlocutor (quien escucha) De tal

forma que si una persona emite un mensaje, éste nunca será igual o

equivalente al emitido por otro, pues cada uno tendrá su singularidad.

29

SUJETO

Dice Emilio Alarcos en la “Gramática de la lengua española”, que “el

núcleo de la oración, un verbo en forma personal, consta de dos signos, uno de

referencia léxica expresado por la raíz y otro del valor gramatical manifestado por

la terminación…El signo léxico del verbo(o sea, el significado de la raíz) es el

verdadero predicado de la oración y el signo gramatical o morfológico funciona

como auténtico sujeto.” Se puede observar entonces que su postura es diferente a

la gramática tradicional, podemos decir que reconoce dos sujetos dentro de la

oración; el gramatical mencionado, incluido en el núcleo oracional, y el sujeto

explícito (o léxico) que es uno de los términos adyacentes del verbo. Este autor

define este término diciendo que “es un adyacente que especifica la designación

de esa persona” o sea la persona incluida en el suj. Gramatical. Se emplea en los

casos en que se quiera o se necesite precisar la alusión real de ella. Igualmente

Ignacio Bosque, en “Lengua Castellana y Literatura” habla de la existencia de dos

sujetos y explica que; “el SV que funciona como predicado de la oración tiene

como núcleo un verbo en forma personal, ese verbo contiene en sí mismo

información relativa tanto al sujeto como al predicado”. Reconoce en el entonces

“la referencia gramatical al sujeto (es decir; el sujeto gramatical o sujeto flexivo)

expresada, en castellano, por el verbo en forma personal que se convierte así en el

elemento fundamental de la oración. Para que ésta exista, es suficiente la

presencia de ese sujeto gramatical contenida en la forma verbal”. “Cunado se

quiere precisar de modo inequívoco la referencia de ese sujeto gramatical, aparece

explícito un sujeto léxico, es decir, un elemento de carácter sustantivo (SN,

pronombre, oración subordinada sustantiva…) que realiza en el discurso la

función de sujeto y mantiene concordancia con el verbo de la oración”.

En cambio para el Esbozo, “en la oración se establece una relación lógica

entre dos términos o miembros: sujeto y predicado; el sujeto es la persona o cosa

de la cual decimos algo.” Así que a diferencia del primer autor reconoce un solo

sujeto, que es uno de los dos grandes miembros en lo que se puede dividir la

oración, se puede concluir que este coincide con el sujeto explícito tratado por

los otros dos autores.

Page 17: Libro Giovanna

28

PREPOSICIONES

Si citamos en primer lugar las palabras de Alarcos podemos decir que la

preposiciones son “unidades dependientes que incrementan a los sustantivos,

adjetivos o adverbios como índices explícitos de las funciones que tales palabras

cumplen bien en la oración, bien en un grupo unitario nominal”. La preposición

por si sola no cumple ninguna función dentro del enunciado.

Carmen Lepre menciona la siguiente lista: a, ante, bajo, con, contra, de,

desde, en, entre, excepto, hacia, hasta, incluso, para, por, según, sin, sobre,

tras, durante y mediante. Esta autora agrega que en algunos casos la

preposición traspone (cuando es sustantivo), cambia la categoría del sintagma a

adjetivo, en otros (adjetivos, verbos y adverbios) solo indica la función sintáctica

que posee. Por ejemplo:

“Ese es el coche de mi padre”

“Vivo lejos de la ciudad”

17

ENUNCIADO

El término es introducido por Emile Benveniste en el siglo XX, para

designar el proceso por el cual el hablante se apropia de la lengua y la transforma

en discurso.

Para Oswald Ducrot - en su libro “Esbozo de una teoría polifónica de la

enunciación”- decir que una serie lingüística producida por un locutor constituye

un enunciado, equivale a decir en primer lugar, que este locutor al producirla, se

ha presentado como asumiendo la responsabilidad de la misma.

Dicho autor enumera una serie de características que definen a un

enunciado:

Es la unidad real de comunicación.

Es una serie efectivamente realizada.

Pertenece a lo observable.

Es irrepetible.

Pertenece al habla (considerando a ésta como la manifestación

individual de la lengua)

Es una unidad de sentido (algo dado, un hecho que hay que explicar)

Sus límites los establece la responsabilidad del enunciador.

Emilio Alarcos en su “Gramática de la Lengua Española” sostiene que “un

enunciado es la secuencia de signos proferida por un hablante (manifestada por

una combinación do fonemas sucesivos) que queda delimitada entre el silencio

previo a la elocución y el que sigue a su cese, y va acompañada por un

determinado contorno melódico o curva de entonación. El signo (o conjunto de

signos) que emite el hablante, y ha de captar el oyente, consiste en un mensaje

con sentido cabal y concreto dentro de la situación en que se produce. Es una

unidad mínima de comunicación.”

Por su parte, Carmen Lepre en su libro “Gramática y ortografía” señala que

todo texto es producto de la responsabilidad de un enunciador. Para conformarlo,

cada enunciador selecciona estructuras y unidades de la lengua, según su

intención comunicativa y los efectos que pretende producir en el destinatario.

Cada mensaje generado por estos medios se llama enunciado.

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18

Como síntesis, se puede decir que desde el punto de vista de la

Gramática Funcional un enunciado es una unidad de comunicación y

pertenece al plano del habla. Es una serie lingüística producida por un

locutor, que se presenta adjudicando una determinada intención con

respecto a la misma.

También es conveniente aclarar que los enunciados se clasifican en

oracionales y no oracionales (también llamados “frases”)

La diferencia se establece debido a que los “enunciados oracionales”

poseen como núcleo de la estructura un verbo conjugado (que anuda a los

términos adyacentes), en tanto los enunciados “frases” carecen de núcleo

verbal, y sus constituyentes son de índole nominal (sustantivos, adjetivos,

entre otros que por transposición funcionen como tales)

Véase

(Enunciación – enunciador – enunciatario- oración)

27

(predicamos) del sujeto”. Además según la significación del verbo divide a los

predicados en dos. El verbal formado por un verbo conjugado (llamado verbo

predicativo) como núcleo del predicado y tal vez distintos complementos como el

directo, el indirecto, el circunstancial; y el predicado nominal donde el verbo

copulativo solo cumple una función secundaria, de nexo y él no está cargado de

toda la significación necesaria por lo tanto debe existir un complemento

predicativo que complete esa idea. Dentro de los verbos predicativos encontramos

a “ser y estar” (que también pueden ser predicativos), aunque también hay otros

que en distintas ocasiones pueden aparece cumpliendo esta función. En su

última gramática Bosque también habla de predicado presentándolo como el

sintagma verbal (SV). En este libro se afirma que: “El núcleo del SV ha de ser

siempre un verbo, que puede aparecer en forma no personal o en forma

conjugada”. Como ya se expresó en otra ocasiones (ver sujeto) éste aporta dos

tipos diferentes de información: gramatical y léxica; si consideramos esta última

“podemos distinguir dos tipos de predicados: el predicado nominal y el

predicado verbal”. “Las oraciones de predicado nominal (o atributivas) se

caracterizan por el hecho de que la información sobre el predicación aparece en

dos elementos bien diferenciados, uno verbal y otro nominal… el verbo se

comporta como un verbo auxiliar, puesto que carece de información léxica y solo

trasmite información gramatical; el contenido léxico de lo que se dice sobre el

sujeto aporta” el complemento denominado atributo (núcleo semántico). “En las

oraciones de predicado verbal (o predicativa), la información léxica del sintagma

la aporta un verbo con significado pleno.

Emilio Alarcos reconoce la existencia del predicado, en contradicción a lo

que muchos piensan, pero él lo ubica en el mismo verbo núcleo de la oración,

más concretamente especifica: “el signo léxico del verbo (o sea, el significado de la

raíz) es el verdadero predicado de la oración”.

Así que podemos concretar que según la nueva gramática el predicado lo

podemos encontrar en el verbo núcleo ya que a diferencia de otros gramáticos,

junto a éste, reconoce los términos adyacentes que especifican o amplían su

información brindada.

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Marta Marín aclara que cuando hablamos de los elementos que

acompañan a los textos nos estamos refiriendo al paratexto o elementos

paratextuales, textos subsidiarios, tanto icónicos como verbales, que constituyen

un dispositivo preparado para la recepción más eficaz del texto.

Estos componentes proporcionan información adicional (recuadros que

acompañan un artículo periodístico o las notas al pie de la página de un libro).

Así que podemos tener una gran lista de estos elementos, ellos pueden

ser: tapa, contratapa, solapas, índices, prólogos, títulos, subtítulos, notas,

indicaciones de fuentes, advertencias, epílogos, bibliografía, ilustraciones y

cuadros, epígrafes de textos, epígrafes de ilustraciones, uso de letra negrita,

bastardilla y subrayados. Estos son elementos propios de los libros; también

están los propios de las publicaciones periódicas: índice, títulos, subtítulos,

volanta, copete, notas, recuadros, epígrafes de ilustraciones, uso de letras y

bastardillas.

La lectura del paratexto permite que el lector, antes de leer el texto,

haga suposiciones acerca de su contenido; comienza a leer planteándose

hipótesis que guiarán o condicionarán su interpretación.

Tomas Austín, al igual que la autora ya nombrada, designa con el

término de paratexto al conjunto de los enunciados que rodean a un texto: el

título, subtítulos, prefacio, indicación de insertar, índice de materia, etc. El

paratexto está destinado a hacer presente el texto, asegurar su presencia en el

mundo, su “recepción” y consumo. Establece el marco en que se presenta el texto

como forma de comunicación.

Hay autores que dividen el paratexto en dos: el del autor (su nombre,

epígrafe, prefacio, nota al pie de página, etc.) y el de la editorial (tapa, catálogo,

copyright, etc.) además podemos encontrar el peritexto (parte inseparable del

texto: título, índice de materias) y el epitexto (circula fuera del texto: publicidades,

catálogos)

Gérard Genette define paratexto como lo que hace que el texto se

transforme en libro y se proponga como tal a sus lectores y al público en general.

PREDICADO

En las gramáticas tradicionales sostienes que la oración se establece, con

mucha frecuencia, una relación lógica entre dos términos o miembros: el sujeto y

predicado. En el Esbozo este último se define como: “todo lo que decimos

19

GÉNEROS DISCURSIVOS

El concepto de género discursivo como una abstracción generalizadora se

observa en cada lingüista que intenta describirlo. Pero este procedimiento no es

perfecto. Para Kerbrat-Orecchioni, “el término género denota un artificio, un

objeto construido por abstracción generalizadora a partir de esos objetos

empíricos que son los textos, que nunca son otra cosa más que representantes

impuros de tal o cual género: un determinado texto se caracteriza por un cierto

porcentaje de poeticidad, de polemicidad.”

Las distintas modalidades enunciativas, son las marcas lingüísticas que

permitirán que un texto, al poseer determinada intencionalidad y perseguir

determinados objetivos, pueda ser caracterizado como de determinado género o

clase. Pensando en el enunciador, intencionalidad, objetivos que se persiguen al

producir un texto, podemos llegar a considerarlo como perteneciente a un género

u otro.

Estas modalidades permitieron hasta ahora distinguir diferentes géneros

discursivos, según cada autor. Bajtín sostiene que la orientación específica del

enunciado será prioritaria para determinar la característica de los diferentes

géneros discursivos. Esto supone lo siguiente: todo enunciado, refleja la

intencionalidad del hablante, dado que es responsabilidad única de un individuo.

Sea el discurso oral o escrito, en cualquier esfera de la comunicación discursiva,

puede poseer lo que Bajtín denomina “un estilo” individual.

Para establecer una clasificación en géneros discursivos, hay que tener en

cuenta la naturaleza genérica de los estilos, las esferas de la praxis, la distinción

entre géneros primarios y secundarios. La cuestión no es tan sencilla pues, no

todos los géneros son igualmente susceptibles de ser una manifestación de la

individualidad del enunciador, cada género tiene su propio modo de expresar “lo

individual” de quien lo produce. Kerbrat-Orecchioni llama a esto “la subjetividad”

Los géneros discursivos, están íntimamente vinculados a funciones

discursivas específicas para cada esfera de la comunicación (científica, cotidiana,

periodística, técnica). Estas funciones son las que les dan origen, son tipos

temáticos composicionales y estilísticos, de organizaciones de enunciados

relativamente estables.

Page 20: Libro Giovanna

20

El estilo tiene que ver con tipos de estructuración de cada enunciado

particular y también responden a una organización genérica, es decir, están

reglados.

Carmen Lepre también ha hablado de géneros discursivos. Esta última

clasificación, sin desmerecer la de tipologías, parece ser más abarcadora y

realista, puesto que parte de la realidad que les da la esencia: la situación

comunicativa.

Ella nos permite observar el texto desde otra perspectiva; esto significa que

para clasificar un texto tendremos que observar su naturaleza: es un producto

discursivo, surgido como consecuencia del intercambio comunicativo.

En los procesos de comunicación discursiva real, los enunciados tienen

similitudes importantes, sobre todo aquellos que se producen en una misma

esfera de la actividad humana, por lo cual se inclinará a pensar que la

construcción que de ellos se hace no debe ser totalmente arbitraria ni libre.

Todos los usuarios de una lengua disponemos de una compilación

variada de géneros que le son dados de la misma manera que su lengua materna.

Se puede decir que los utilizamos permanentemente en la práctica cotidiana pero

probablemente nunca nos hemos detenido a analizarlos, ellos son los géneros

discursivos.

Esta noción, tal como la planteó Bajtin identifica una regularidad en el

uso del lenguaje: éste no es azaroso ni está librado a la voluntad del hablante y

por lo tanto no es imprevisible, sino que por el contrario está pautado por la

esfera de la actividad humana que éste esté desplegando.

Señala el autor estudiado: “La voluntad discursiva de un hablante se

plasma siempre en un género, el cual es producto de una praxis social

específica.”

“Los géneros son infinitos e históricos: existen, se transforman o dejan de

existir de acuerdo a las transformaciones de la práctica en que se sustentan.”

Géneros primarios o simples

Se comunican con la realidad en forma directa, se constatan en la

comunicación discursiva inmediata.

Ejemplos:

Diálogos.

Cartas

25

nudo sustantival anudado al verbo como cualquiera de los otros

constituyentes de una oración.

La oración, como todo enunciado, es una unidad de sentido, donde se

trasmite la intención del enunciador. La misma posee como núcleo un

verbo en forma personal (conjugado) donde se establece la relación

predicativa, a diferencia de la frase que es un enunciado que carece de

núcleo verbal.

PARATEXTO

Del latín para “al lado de”, y textum “texto”

Page 21: Libro Giovanna

24

¿Por qué en la oración se habla de núcleo y adyacentes y no de sujeto y predicado?

El enunciado oración es una estructura nucleada en torno a un verbo

conjugado. Éste representa un nudo que es el centro de unión de los términos

adyacentes que pueda tener una oración. Siempre se debe tener presente que

una oración puede solo estar representada por el verbo conjugado. Emilio Alarcos

en su “Gramática de la Lengua Española” deja bien claro que para que exista una

oración debe haber “una forma verbal donde se cumpla la relación predicativa:

el sujeto y el predicado. Los demás componentes que en la oración pueden

aparecer en torno del núcleo son términos adyacentes, cuya presencia no es

indispensable para que exista oración.”

¿Pero por qué hablar, según este autor, de verbo núcleo y términos

adyacente?

Un grupo de autores- Pedretti, Lepre, Bertolotti, Hipogroso – en su obra

“Español I, Manual de apoyo”, explican esta postura.

Un verbo y sus adyacentes forman un núcleo sintáctico verbal. Estamos

frente a un GSV en la siguiente estructura:

“El niño juega contento”

Si analizamos detalladamente se pueden suprimir todos los componentes

que acompañan al núcleo y la oración sigue persistiendo, pues aún se mantiene

los requisitos necesarios para poder serlo.

“El niño juega,” “él juega,” “juega.” Así que el verbo se presenta

jerárquicamente superior a los otros constituyentes.

Junto al verbo puede haber otros elementos menores nucleados a un

sustantivo (grupo sintáctico nominal) o a un adjetivo (GSN de menor jerarquía

porque el adjetivo es un adyacente del sustantivo). Ellos pueden constituir

términos adyacentes, por ejemplo:

“La plaza del centro posee hermosos jardines.”

GSN GSN

GSV

Así que concluimos qué se optó por una nueva terminología en esta

nueva postura y se habla de verbo núcleo y términos adyacentes y no de

sujeto y predicado. Los autores anteriormente nombrados explican que las

gramáticas tradicionales le dan al sujeto un peso que no tiene. Éste es un

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Géneros discursivos secundarios o complejos.

Surgen en condiciones de la comunicación más compleja, relativamente

más desarrollada y organizada, principalmente escrita.

Generalmente éstos absorben a los primeros y los reelaboran en su

discurso

Ejemplo:

Una novela que incluye cartas o diálogos.

Page 22: Libro Giovanna

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HABLA

Es la recreación del modelo lingüístico que conoce toda la comunidad. Es

un acto singular, por el cual una persona, de forma individual y voluntaria, cifra

un mensaje concreto, eligiendo para ello el código, los signos y las reglas que

necesita. Dicho de otra manera, es el acto por el cual el hablante, ya sea a través

de la fonación (emisión de sonidos) o de la escritura, utiliza la lengua para

establecer un acto de comunicación.

LENGUA

Sistema de signos que los hablantes aprenden y retienen en su memoria.

Es un código, un código que conoce cada hablante, y que utiliza cada vez que lo

necesita (que suele ser muy a menudo). Este código es muy importante para el

normal desarrollo de la comunicación entre las personas, pues el hecho de que

todos los hablantes de una lengua lo conozcan es lo que hace que se puedan

comunicar entre sí.

LENGUAJE

Capacidad de poder establecer comunicación mediante signos, ya sean

orales o escritos. De esta manera, el lenguaje presenta muchísimas

manifestaciones distintas en las diversas comunidades que existen en nuestro

planeta. Estas manifestaciones son lo que conocemos por lenguas o idiomas,

como el español, el inglés, el francés o el alemán. No sería correcto hablar, por

tanto, de “lenguaje español” o de “lenguaje francés”. Es importante saber emplear

los términos con la precisión que merecen.

En el caso específico del LENGUAJE VERBAL HUMANO, nos encontramos

frente a una facultad biológica y psicológica exclusiva del homo sapiens; el

sistema simbólico más poderoso de cuantos se conocen y que ha hecho posible la

tradición, la historia y la cultura. Este lenguaje es una dimensión esencial de lo

humano, un hecho distintivo y propio de la condición humana.

Los seres humanos vivimos inmersos en signos; somos animales

simbólicos capaces de convertir en signo todo lo que tocamos.

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ORACIÓN

Las obras clásicas daban por supuesto que la frontera superior de la

gramática era la oración y que el discurso respondía a pautas organizativas

diferentes, de índole semántica o retórica, y apenas sintáctica.

El “Esbozo de la Real Academia Española” maneja dos definiciones de

oración, que se ajustan a dos criterios diferentes: semántico y formal

respectivamente. De acuerdo con estas definiciones habría que reconocer que

existen oraciones “por el contenido” y oraciones “por la forma”

Con esta postura se reconocerían dos unidades diferentes que se ubican en

distintos ámbitos: enunciados (oración por el contenido) y oración (por la forma)

En esta obra se afirma que la intención del hablante divide la elocución en

unidades de sentido completo en sí mismas llamadas oraciones. Tener sentido

completo en sí misma quiere decir que contiene una enunciación (afirmativa o

negativa), una pregunta, un deseo o un mandato. Así que podemos concluir que

la oración es la unidad más pequeña de sentido completo en sí misma en que se

divide el habla real. Además se hace referencia a signos exteriores que transmiten

esa intención y que son comunes tanto para el hablante como para el oyente. Se

puede tratar de una palabra como de un grupo de ellas o una frase.

Así como Ducrot, en la obra antes mencionada, señalaba las características

que definían un enunciado, aquí se plantean las correspondientes a oración:

Es una entidad abstracta.

No pertenece a lo observable.

Puede haber dos o más oraciones iguales.

Pertenece a la lengua.

Es una unidad de significación (un instrumento explicativo

del sentido del enunciado)

Es una estructura léxica y sintáctica.

La gramática funcional que plantea Alarcos señala que la oración es un tipo

especial de enunciado. Uno de sus componentes, la palabra que se llama verbo,

contiene dos unidades significativas entre las cuales se establece la relación

predicativa: sujeto y predicado. Esta forma verbal es el núcleo de la oración,

siendo los demás componentes términos adyacentes.