Libro III LA MAGIA CEREMONIAL Capítulo 1 NECESIDAD ... · PDF fileLuego de celebrar el sacrificio pronunciando las palabras, él saca de la abertura del santuario ciertos libros que

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  • Libro III

    L A M A G I A C E R E M O N I A L

    Captulo 1 NECESIDAD, VIRTUD Y UTILIDAD DE LA RELIGION

    Es hr de ocuparnos de objetos ms elevados, y de fijar nuestro es-pritu en la parte de la Magia que nos ensea a investigar y conocer las leyes de las Religiones, y cmo debemos aprender l verdad a travs de la religin divina, y segh las ceremonias religiosas formar y ejercitar nuestro espritu y pensamiento, mediante el cual podemos nicamente comprender la verdad, pues todos los magos juzgan que si el espritu y el pensamiento no se hallan en buen estado, el cuerpo no puede existir all; que el hombre est verdaderamente sano cuando alma y cuerpo estn tan bien unidos y acordes que las fuerzas del espritu v del pensamiento no son inferiores a las del cuerpo. Segn la opinin de Hermes no podemos tener esa firmeza y vigor espirituales sino a travs de la pureza de vida, de la piedad y de la religin divina, pues la santidad de la religin purifica el pensamiento y lo diviniza. La religin llega incluso en auxilio de la naturaleza, fortifica sus fuerzas como la medicina fortalece la salud corporal, tal como el labrador aumenta la fertilidad de la tierra.

    Los demonios malignos engaan muy a menudo a quienes descuidan la religin y slo se apegan a la naturaleza; en el conocimiento de la reli-gn se halla menosprecio y remedio contra los vicios y proteccin contra los demonios del mal. En fin, nada es ms agradable ni mejor recibido ante Dios que el hombre perfectamente piadoso y religioso; est tan por encima de los dems hombres como los dioses inmortales lo estn por en-cima de l. Debemos, pues, despus de prepararnos bien mediante una buena vida, entregarnos a la piedad divina y a la religin, y en ese estado, en un aquietamiento de todos los sentidos y una tranquilidad de espritu,

    recibir esa divina ambrosa, ese nctar divino, nctar, digo, que el profeta Zacaras llama vino que hace germinar vrgenes, alabando y adorando al Baco elevado por sobre los cielos, el soberano de los dioses, el rey del

    sacerdocio, el autor de la regeneracin, celebrado por los antiguos poetas bajo el ttulo de nacido dos veces, de quien recibimos los influjos tan divi- nos en nuestros corazones.

  • Captulo 11 EL SILENCIO Y LA OCULTACIO DE LAS COSAS QUE SO MISTERIOS Y SECRETOS EN LA RELIGION

    Quienquiera desee entregarse a esta ciencia, deber guardar bajo reli-gioso silencio en el fondo del corazn, como Secreto de religin, doctrina tan sagrada, ocultndola con constancia inquebrantable, que impida hablar de ella. Pues como dice Mercurio, ello implica ofender la religin, al dar en confidencia al pensamiento irreligioso de l multitud un tema tan lleno de majestad divina; y el divino Platn prohibi publicar entre el pueblo el sacramento y los secretos de los misterios; Pitgoras, de modo parecido, y tambin Porfirio, obligaban a sus discpulos al secreto de religin; asimismo, Orfeo exiga, de aquellos a quienes iniciaba en las ceremonias de las cosas sagradas, el juramento del silencio, para impedir que los secretos de la religin llegasen a odos profanos; es por ello que, en su himno del verbo sagrado, canta:

    Amigos de la virtud, os' exhorto a escuchar tan slo mis palabras y

    esforzar vuestros esprtus; al contrario, quienes desdeis las leyes sagra- das, retiros de aqu prontamente; retiros lejos de aqu, desdichados; idos bien lejos, profanos! Vos, m querido Museo, que os apegis a la contemplacin de las cosas divinas, y que las custodiis en el fondo de vuestro corazn, recoged mis palabras, y observando con ojos sagrados, conservadlas en vuestra memoria. En tal sentido, no miris sino al gran autor del mundo, la nica alma inmortal que os enseamos tal como es en el presente sermn.

    Y tambin en Virgilio, al hablar de la Sibila, hallamos estas palabras,

    a la llegada de la diosa:

    Lejos de aqu, lejos de aqu, profanos, grita el augurio; salid de nuestro bosque sagrado!

    Es por ello que slo eran recibidos los iniciados en la celebracin de

    los misterios de Ceres Eleusina; estaba presente el heraldo que gritaba en alta voz que el vulgo profano se alejase del lugar de las ceremonias.

    En Esdras leemos la misma orden, respecto de los misterios cabals-ticos de los hebreos, expresado en estos trminos: "Dad estos libros a los sabios del pueblo, que sepis capaces de comprenderlos y conservar el secrete". Por ello los egipcios confeccionaban los libros religiosos relativos a los secretos de las ceremonias sobre un papiro hiertico, es decir, consagrado; en estos libros escriban las letras ocultas denominadas sagra-das. Macrobio, Marcelino y los dems historigrafos dicen que se los llamaba jeroglficos, para impedir que los profanos pudiesen conocer las escrituras de esa clase. Por ello Apuleyo se exresa en estos trminos:

  • Luego de celebrar el sacrificio pronunciando las palabras, l saca de la abertura del santuario ciertos libros que se distinguen por letras desconocidas que sugieren palabras abreviadas de un discurso formal, entremezclado en parte con figuras de anmales, y en parte con acentos anudados y entrelazados en forma de rueda, juntos como sarmientos, para impedir a los profanos curiosos a posibilidad de leerlos. Si guardamos silencio y ocultamos las cosas que son secretos religiosos, seremos dignos discpulos de esa ciencia; pues, como dice Tertuliano, hay obligacin de guardar la fe del silencio en las religiones, pues quienes obran de otro modo se hallan al borde del precipicio; de all deriva la precaucin de Apuleyo respecto de los misterios de las cosas sagradas: Os descubrira los misterios s me estuviese permitido decroslos, y os dara el conocimiento s estuvirais autorizados a escucharme, pero yo hablando y vosotros escuchando seramos igualmente castigados por nuestra temeraria curiosidad. Por falta parecida hallamos en la historia que Teodoto, poeta trgico, fue castigado con ceguera por querer aplicar a una fbula determinadas cosas de los misterios de la escritura de los judos. De modo similar, Teopompo, que haba empezado a traducir al griego unos versculos de la ley divina, fue confundido y perdi el espritu en un momento; esto sucedi porque luego de su desdicha se dirigi a Dios con grandes plegarias para conocer la causa del accidente, y a travs de un sueo le fue contestado que ello obedeca a que efectuaba un criminal trfico de cosas divinas, exponndolas a la profanacin del pblico. Asimismo, cierto personaje llamado Numero, curioso por las cosas ocultas, se convirti en criminal ante los dioses, por haber comunicado e interpretado al pblico los misterios sagrados de la diosa de Eleuss, pues vio en sueo a las diosas eleusianas ante la puerta abierta de un lupanar con ropas de prostitutas, y al observarlas asombrado en ese estado, ellas le comunicaron enfurecidas que l por fuerza las haba lesionado en su honor, prostituyndolas ante todos los transentes; a tra-vs de este reproche, Numerio aprend que no deba hacerse conocer al pblico las ceremonias practicadas en la religin de los dioses.

    Por ello los antiguos se preocuparon siempre por velar los sacramentos de Dios y de la naturaleza, cubrindolos con enigmas de diversas clases; esa prctica fue as conservada como ley entre los indios, brahmanes, etopes, persas y egipcios. En sujecin a esa ley, Mercurio, Orfeo y todos los antiguos adivinos, igual que los filsofos, Pitgoras, Scrates, Platn, Aristoxenes y Ammonio, conservaron inviolables el secreto. Cn este espritu, Plotino, Orgenes y los dems discpulos de Ammonio, segn lo expresa Porfro en su libro sobre la educacin y disciplina de Plotino, prestaron juramento de no revelar los dogmas del Maestro; y debido a que Plotino, quebrando el juramento del secreto prestado entre las manos de Ammonio, revel los misterios en pblico, lo devoraron horriblemente los pojos segn lo informan algunos historiadores. Tambin el Cristo, hallndose an sobre la tierra, habl sub conditione, de manera que sus

    discpulos ms secretos entendiesen el misterio del Verbo de Dios, y los de-ms selle el sentido de las palabras, prohibiendo arrojar carne sagrada a

  • los perros y perlas a los cerdos. Por ello el Profeta dice: "Ocult vuestras palabras en el secreto de m corazn, por temor a ofenderos". Es, pues, pecar contra la decencia profanar haciendo pblicos, mediante escritos, los secretos comunicados oralmente entre un reducido nmero de sabios. Por tanto, el lector deber disculparme s silencio muchos grandes miste-rios y sacramentos impotantsimos de la Magia ceremonial. Creo suficien-te haber expresado lo necesario que debe saberse, obteniendo de la lectura de estos libros algn conocimiento' de estos misterios. Pero deber recor-darse que estos son comunicados con la misma condicin con que Dionn-sio oblig a Timoteo, en el sentido de que quienes los entiendan no los den a conocer a los indignos, y que estos arcanos sagrados, retenidos entre una pequea cantidad de sabios, sean custodiados con l reverencia debida. Al comenzar est libro quiero advertir a los lectores sobre una cuestin importante: as como las divinidades detestan las cosas expuestas al pblico Y profanadas, y aman, por el contrario, los secretos, de igual manera toda experiencia de la Magia aborrece lo pblico, quiere estar oculta, se fortalece mediante silencio, pero se destruye mediante la declaracin, sin que se obtenga el efecto completo; pues se pierden todos sus beneficios al exponerlas a los incrdulos. Es preciso que, quien opere en la Magia y quiere sacar provecho, guarde el secreto, no comunique a nadie su obra, ni el lugar, ni el tiempo, n lo que desea, ni su voluntad, sino a su maestro, a su coadjutor o asociado que deber ser tambin fiel, creyente, reservado y digno de esa ciencia, mediante naturaleza o instruccin; pues tambin la excesiva garrulera de un asociado, su incredulidad y su indignidad impiden la operacin y hacen abortar el efecto.

    Captulo 111 LA DIGNIFICACION NECE