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E. Gabriel Bustamante Tupayachi
10/11/2010
2010:
Contenido e importancia
LIBRO X DEL CABILDO DE LIMA1:
Contenido e importancia
Resumen
Los libros de Cabildos son construcciones sociales que expresan la vida
social, cultural, política y económica de las ciudades, villas y pueblos del
virreinato del Perú; por tanto, es importante saber quiénes participan en su
elaboración, qué sucesos acontecieron y qué medidas se tomaron al respecto.
Así pues, lograremos conocer y comprender el proceso de nuestro país,
específicamente, nuestra Ciudad de los Reyes.
Para tal motivo, aquí se intentará exponer brevemente temas como: el
funcionamiento del Cabildo, el libro de cabildo (autores y actores), Lima a
finales del siglo XVI, entre otros.
1 Consejo Provincial de Lima. Libros de Cabildos de Lima. Libro X (1583-1588). Descifrado y anotado por Juan Bromley. Lima: Imprenta Torres-Aguirre, 1942.
Introducción
La Ciudad de los Reyes, nombre que expresa el fuerte contenido religioso
en Lima de la época colonial –ya que se designa por la bajada de los tres reyes
magos–, en el siglo XVI, exactamente los años 1556-1598, estaba dirigida por
el rey de España, Felipe II; éste tenía el dominio supremo sobre España y sus
colonias, una de sus funciones era nombrar virreyes para sus colonias, en el
caso del virreinato del Perú, en el transcurso de los años de 1581 hasta el
1589, se nombró a tres virreyes para que asumieran su cargo:
1581, Martín Enríquez de Almansa.
1584-85, Cristóbal Ramírez de Cartagena (Oidor decano de la Real
Audiencia de Lima).
1585-89, Fernando Torres y Portugal (Conde del Villar Dompardo).
El virrey, como representante del rey de España en las colonias, estaba a su
cargo impartir justicia, administrar el tesoro público y cuidar por la
evangelización de los indígenas.
La primera institución española que se implantó en las futuras colonias de
España fue el Cabildo. El Cabildo de Lima fue creado el 22 de enero de 1535,
esta institución tenía como función la administración del desarrollo de la
Ciudad de los Reyes –fundada por la confirmación de la Real Cédula del 7 de
diciembre del mismo año–, de villas y pueblos.
El Cabildo de Lima estaba compuesta, internamente, parafraseando el
informe que brinda la Guía del Archivo Histórico de la Municipalidad de Lima,
“por diferentes autoridades, entre ellas: en primer lugar; se encontraban los
dos alcaldes, los regidores –que podían llegar a ser integrado por 18 personas–
y el alférez real; después estaban los que asumían los cargos mayores, como el
de Fiel Ejecutor, Escribano, Alguacil Mayor, entre otros”.2 En general, el Cabildo
de Lima estaba integrada por distintas personas que desempeñaban, mediante
el cargo que asumían, coordinadamente, la administración del desarrollo de la
ciudad. Como expresión del desarrollo de la Ciudad de los Reyes, los Libros de
Cabildos contenían diversas actas de las sesiones en las que se registran los
debates y acuerdos tomados por el Cabildo.
Para este trabajo, contenido e importancia de la lectura del Libro X del
Cabildo de Lima, es necesario saber los nombres de los alcaldes que
expresaron su administración en estos libros3:
1583, Juan de Cahaldaso Salazar / Martín Alonso de Ampuero.
1584, Jerónimo de Guevara / Garci-Barba Cabeza de Baca.
1585, Juan Fernández / Domingo de Garro.
1586-1589, Francisco de Quiñones.
Por último, para el buen funcionamiento del Cabildo, ésta debía seguir, al
pie de la letra, cada norma establecida por la Legislación Indiana; caso
contrario, estaría atentando contra el sistema de virreinato implantado por la
«madre patria».
Contenido del Libro Décimo del Cabildo de Lima
En este libro, que abarca el mes de setiembre de 1583 hasta el 4 de
enero de 1588, contiene las diversas expresiones del funcionamiento del
ayuntamiento de Lima sustentado en las reuniones de Cabildo entre los
regidores precedida por el alcalde, para esto, se elegía al secretario para que
tomara notas de los acuerdos de la sesión. Por tanto, la exposición del
contenido de este libro lo haré siguiendo un eje temático de acuerdo a las
funciones de dicho Ayuntamiento como también las medidas que se tomaron al
respecto.
2 Municipalidad Metropolitana de Lima. Guía del Archivo Histórico de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Lima: MML –Edilibros–, 2005, pp. 18-19.3 Ibíd., p. 50.
Al inicio de cada año, particularmente los primeros días de enero, se
inicia con el nombramiento de los distintos cargos para la administración del
Ayuntamiento, como por ejemplo para los cargos de alcaldes4 –que se eligen,
normalmente, cada año–, regidores, alférez real, fieles ejecutores5; además, en
los distintos cargos, también se nombraban en diferentes meses del año a
distintos personas para que asumieran algunos cargos que se necesitaban en
ese momento. Por ejemplo, el nombramiento de comisario para cobrar la
entrada a los negros6, después se necesitaba nombrar el Alguacil de aguas7,
comisarios para las cuentas8; otro caso de nombramiento de cargos, es cuando
en la ciudad se necesitaba reparar con urgencia algunas de las obras públicas,
dos ejemplos demuestran lo dicho: la reparación del camino del Puente Trujillo9
y las veces que el río se desbordaba –quizás por las temporadas de lluvias,
entre otras causas–, dejando varios daños en las barrancas y laterales del río10;
para tales necesidades, se designaba a los señores fieles ejecutores se
encarguen de solucionar esos problemas contratando un alarife y supervisando
su desarrollo. Un suceso muy importante que afectó a la Ciudad de los Reyes –
como a otros lugares de la costa, por ejemplo el Callao– fue el terremoto que
se dio el 9 de julio de 1586; trajo consigo numerosos daños a la infraestructura
de la Ciudad, pero, felizmente, no hubo mucha mortandad. En ese año, un
hecho, poco común, fue la medida tomada por el virrey Fernando Torres y
Portugal, el cual suspendió el nombramiento de los dos alcaldes, con el fin de
reemplazar el vacío con un corregidor –Francisco de Quiñones11–Este suceso
fue muy criticado, ya que la ciudad no eligió a sus autoridades sino, más bien,
fue una imposición del virrey.
Como función del Cabildo, en el aspecto administrativo, era vigilar el
aseo de la Ciudad, como por ejemplo la reparación de fuentes y canales12,
también era la de organizar el recibimiento de autoridades, por ejemplo el 4 Consejo Provincial de Lima. Óp. Cit., Procurador, p. 276. En donde se elige a Sancho de Ribera para dicho cargo.5 Ibíd., Nombramiento de Fieles Ejecutores de Lorenzo de Aliaga y Simón Luis de Luzio, p. 6.6 Ibíd., Comisario para cobrar la entrada de los negros, p. 145.7 Ibíd., Alguacil de agua Miguel Tristán, p. 147.8 Ibíd., Comisarios para tomar las cuentas, p. 281.9 Ibíd., Puente del camino de Trujillo, p. 286.10 Ibíd., Sobre la obra y reparo del río, p. 303.11 Municipalidad Metropolitana de Lima. Óp. Cit., p. 50.12 Consejo Provincial de Lima. Óp. Cit., Sobre el desaguadero de la fuente, p. 223.
virrey, para este caso se hacían preparativos como la comida13, la elección de
porteros para que reciban de buena forma – o sea, bien vestidos con ropas de
estamenite14– al virrey, también debían organizar por dónde debía desplazarse
«su excelencia» estando en la Ciudad de los Reyes15, entre otros.
En cuanto a las causas judiciales, el Cabildo resolvía o impartía justica en
primera instancia, por ejemplo: ante las quejas de los indios de San Pedro
sobre el pago por la limpieza de la Ciudad16, el Cabildo resolvió aprobar el pago
a ellos. Como ese caso, hay más que trata sobre jornales de indios, y uno muy
«común» era sobre los libramientos, ejemplo de ello era el caso de Francisco
de Escalante, que pedía se le page por 40 carretadas de piedra que trajo de la
sierra, con motivo de arreglar el puente; como respuesta a su pedido, fue
aceptado el pago por su servicio17.
Y dentro de las funciones económicas estaban la fijación de precios de
los alimentos –se puede mencionar el caso de los capados18–, después está el
control del ingreso a la Ciudad de mercancías19, también el reparto de tierras y
solares entre los vecinos, un caso que exprese ello es la aprobación de dar un
solar al señor Joan de Saracho20, entre otros.
Se sabe que el Cabildo se reunía en diversas ocasiones del año para ver
la situación de la Ciudad, el número de reuniones dependía, más que todo, de
las necesidades del lugar; pero no sabíamos que sus regidores no asistían a
esas reuniones, ante ese problema, se tomó algunas medidas como: el acuerdo
para que asistan al Cabildo los lunes y viernes, sino asisten se pondrá una
multa por inasistencia21, esto está fechado un 12 de abril de 1585. Pero, a
pesar del acuerdo tomado, los regidores –no todos– seguían faltando, y este lo
podemos afirmar, ya que encontramos un acta fechada el 4 de setiembre de
13 Ibíd., Sobre la comida de su excelencia, p. 247.14 Ibíd., Porteros, p. 247.15 Ibíd., Por donde a de entrar su Excelencia, p. 248.16 Ibíd., Paga a los indios, p. 287.17 Ibíd., Libramiento a Francisco de Escalante por piedra, p. 230.18 Ibíd., Capados, p. 474.19 Ibíd., Pescadería, p. 496. Aquí trata sobre la pertinencia de comerciantes de pescado que desean proveer de este recurso a la Ciudad; pero el Cabildo no lo ve conveniente, así que no permite que se provea.20 Ibíd., Solar a Joan de Saracho, p. 442.21 Ibíd., Auto que asistan al cabildo los lunes y viernes, p. 327.
1587 expresando la constante inasistencias de aquellos, y por tal motivo
recurrente, se tomó como medida el cobro de 4 pesos por cada día.22
A veces la Ciudad de los Reyes sufría de abastecimiento de recursos
básicos –carnes, cereales, etc. –; por tal motivo, el Cabildo tomaba medidas
para solucionar esa carecía, por ejemplo, respecto a la falta de carnes, se
ordenó averiguar la cantidad y localización de ganados que hay en los
alrededores23. Otra medida al respecto era organizar una comisión para ir por
carneros que fueron ocultados por los rastreros.24 Otro recurso que carecía la
Ciudad, en 1587, era el maíz, para ello se acordó comprar ese recurso a los
indios de Jauja.25
Y respecto al ámbito religioso, encontramos distintos casos, como por
ejemplo la organización de: la fiesta por el casamiento de una de las hijas del
Virrey con el Duque de Saboya26, la fiesta de San Marcelo27. También se
organizó una procesión, sermón y otras actividades para hacer boto por el
terremoto del año de 1586.28
Por último, como un dato encontrado en este Libro, es la necesidad de
renovar el Libro de Cabildo, o sea, comprar un nuevo libro grande para recoger
toda la información de las actas del Cabildo.29
Comentario final
Uno logra comprender la gran importancia que tienen estas fuentes
cuando se logra conocer y aprovechar. Por ello, resulta obvio que el contenido
de este Libro permite saber un poco más sobre la forma de vida de aquellos
hombres del siglo XVI, que se expresa en lo social, cultural, político y
económico.22 Ibíd., Para que se hagan cabildo, pp. 479-480.23 Ibíd., Carnes, 218.24 Ibíd., Comisión al señor Simon de Luzio regidor para ir por carneros, p. 326.25 Ibíd., Maíz de Jauja, p. 458.26 Ibíd., Fiestas por casamiento, p. 230.27 Ibíd., Sobre la fiesta de San Marcelo, p. 287. En esta fiesta incluía para su celebración las actividades como la misa, sermón, procesión y los toros.28 Ibíd., Boto que se hizo este ayuntamiento cuando sucedió el terremoto año de 1586, pp. 365-366.29 Ibíd., Libro para cabildo, p. 516.
Un Libro de Cabildo es la expresión social del desarrollo de una ciudad y
sus lares. Sin embargo, no es suficiente la información que podemos extraer de
estas fuentes, ya que, si deseamos conocer más y más esa época, debemos,
necesariamente, acudir a otras fuentes como también a otras instituciones.
En fin, para valorar nuestro patrimonio histórico –en este caso, el Libro
de Cabildo–, es necesaria e importante su difusión; o sea, acercar a las
distintas personas el valor que tienen éstas. Y lograr, de esta forma, nuestra
tan anhelada Identidad Nacional sustentándose en nuestra Memoria Colectiva –
prefiero llamarlo «Memoria colectivas»–. Ese es el deber de un historiador.