LIBROS CRÍTICAS - RESEÑAS

GLORIAS DE SEVILLA AL V AREZ ARANDA, Vicente y Serafín Adame y Muñoz Sevilla. Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, 1986. l 72, 159 y 134 pp . .

He aquí una edición facsímil de una rara obra que por no ser vénal su edición sólo unos pocos lograrán conocer. Y ello es algo que, como en otros casos y a los que aludimos dentro de esta misma sección de reseñas, hemos de lamentar. El citado Colegio hace ya tres lustros que viene publicando a final de cada año una obra excepcional en la historiografía hispalense. Comenzaron (1973) con La Giralda de Aní­bal Gónzález, y siguieron con textos de Hazañas, Davillier, S. Montoto, Romero Murube, Callantes de Terán, Margado ... etc. Libros como Los Seises... o la Historia crítica de las arriadas... forman parte de esta colección gracias ar mecenazgQ del citado Colegio y a la voluntad de Joaquín Ruiz Romero y otros colegas, que, sin aspavientos, pero con re­gularidad nos regalan anualmente un título. Cosa que es de agradecer y así lo hacemos con estas líneas.

El de ahora -Glorias de Sevilla-, adornado ·de múltiples ilus­traciones, es una publicación tan clásica como las que le han precedido y

· fundamental para la historiografía del S. XIX. La obra, proyectada como fruto de una triple colaboración, resulta ser tres libros bajo un único for­mato, aunque con numeraciones independientes. El primero es obra de Alvarez Miranda y viene a ser una historia de la ciudad hasta 1800 sin ex­cesivo rigor científico y desproporcionada. De la segunda parte se respon­sabiliza José Velázquez y Sánchez hasta la página 33 pues, enfermo, fue sustituido por Adame. Los diez capítulos de esta parte rica en dibujos, sirven para describir el patrimonio artístico hispalense. Por último, la tercera parte está consagrada a las costumbres, caracteres, estilos, fiestas y espectáculos. Análisis que realiza Velázquez y Sánchez y, que desde

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nuestro gusto pcrsonát, es el mas atractivo por referirse a algo vivo, donde el autor habla como testigo presencial.

En la impresión de la obra queda claro en las portadillas que ante­ceden a cada parte que los autores de cada una son Alvarcz, Velázquez­Adame, y Velázquez, sin embargo en la cubierta y portada de entrada ha desaparecido el último autor. Hubiera sido útil aprovechar la ocasión para incorporarle a la obra un Indice que faltó ya en la edición primera de 1849. Observaciones estas sin mayor trascendencia, pues lo que real­mente nos anima al dar noticia de esta obra es agradecer al Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos esta apasionante aventura según calificación de Nicolás Salas, autor de la Presentación.

Francisco Morales Padrón

SEVILLA DURANTE LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA. LA UNIÓN PATRIÓTICA SEVILLANA (1923-1930) AL V AREZ REY, Leandro Publicacion de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla, 1987, 302 pp. .

Leandro Alvarez Rey es un joven L icenciado en Filosofía y Letras, prácticamente empezando su biografía. Sobre la base de su Tesis de Li­cenciatura, ha e laborado este libro, al que sin duda le seguirán otros -según anuncia en su Prólogo el Profesor Sánchez Mantero-, ya que tiene vocación, escuela y talento.

El volumen publicado es un estudio digno de la época de Primo de Rivera en Sevilla, de los años que van de 1929 a principios de 1930, es decir de «los fieles años veinte», en los que España alcanza un desarrollo cultural, económico y administrativo sin precedentes próximos.

El armazón argumental del libro obecede a un lógica rigurosa. Está estructurado en cuatro capítulos, los cuales, a su vez, se encuentran divi­didos en secciones que suelen corresponder a epígrafes diversos dentro de cada etapa. El primer capítulo aborda el estudio «La vieja política sevi­llana y El Golpe de Estado (1923-1924)»; en el capítulo segundo estudia

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«la formación de la Unión Patriótica»; en el tercer capítulo se enfrenta con «La crisis política sevillana»; versando el cuarto sobre «La agonía de la dictadura».

En el capítulo introductorio, Alvarez Rey nos ofrece una visión de la situación política de Sevilla en vísperas de la Dictadura. El espéc­taculo de la fragmentación y crisis de los partidos políticos, que se disputaban el poder, era desconsolador. Los había: Liberales, Albistas, Conservadores, Independientes, Romanonistas, Republicanos, Liga Cató­lica, Regionalistas-Andaluces, Socialistas y Organizaciones obreras .afi­liadas a la U.G.T. y la C.N.T.

Si este panorama constituía el espectro político, en el orden social, la oleada revolucionaria sacudía al campo andaluz. Sevilla capital , en el turbulento periodo de 1918-1920, es escenario de una guerra a base de pistoleros. En este periodo el autor -siguiendo al Profesor Macarro y a José Pemartín- contabiliza al menos 125 huelgas y 14 atentados sociales en Sevilla. Entre 1921 y Septiembre de 1923, los atentados fue­ron 59, entre ellos el asesinato del comerciante Enrique Barris Dalma, patrón de los cochotaponeros.

Ante esta situación, reflejo, atenuado de lo que sucedía en el resto de España, donde en el mismo periodo se registraron 3.280 huelgas y un sinnúmero de atracos y atentados, entre ellos el que costó Ja vida al Car­denal Arzobispo de Zaragoza, al Gerente de Altos Hornos de Bilbao, al Presidente del sindicato de Banco y Bolsa de Valencia y a un exgober­nador civil de León, se hizo necesario en Septiembre de 1923 que se implantara una Dictadura militar, con el proposito - como dijo Primo de Rivera en su manifiesto- de «restablecer el orden en las calles españolas, restaurar la autoridad escarnecida, terminar la Guerra de Marruecos, aca­bar con los abusos de la vieja política y sanear la Administración».

El pueblo, cansado de gobiernos ineficaces, acogió con entusiasmo el Golpe de Estado. Pruébalo como un periódico de tanto abolengo libe­ral como «El Sol», se mostraba esperanzado ante los acontecimientos, mientras los Comités Ejecutivos del P.S .O.E. y de la U.G.T., en una nota cautelosa publicada en El Socialista de 16 de Septiembre, acon­sejaba a sus afiliados una actitud pasiva.

En Sevilla, el Golpe de Estado -como se dice en el libro que nos ocupa-, en general, fue bien recibido. Las autoridades y las fuerzas vivas se apresuraron a prestar su adhesión al directorio, mientras que la prensa en su conjunto dio muestras de aprobación, La Liga Católica y los demo­cristianos, agrupados en tomo al recién nacido Partido Social Popular (PSP), los mauristas, algunos elementos procedentes de los partidos de

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tumo y las organizaciones patronales, en especial, La Unión Comercial, se identificaron «entonces», con el mayor entusiasmo con el nuevo régimen.

Sentado lo anterior, Alvarcz Rey, nos da cumplida información de la de la actuación del Gobernador civil nombrado a la sazón, el General Perales Vallejo; de la formación de la nueva Corporación municipal, basada en los miembros de las Juntas Municipales de Asociados, y de la labor llevada a cabo en los Ayuntamientos y se crean Delegados Guber­nativos de Distrito, con la principal misión de erradicar el caciquismo y acabar con la desaprensión, la itegabilidad y corruptela administrativa.

A continuación, con una gran seguridad crítica en el manejo de las fuentes y haciendo gala de un gran caudal de lecturas de fuertes resonan­cias periodísticas, entra en el tema de las vicisitudes por las que pasó la gestación de la Unión Patriótica en Sevilla, desde que en Diciembre de 1923, a instancia de «El Correo de Andalucía», se cetebró en el Ayunta­miento una reunión de diversos estamentos de la ciudad, de la que salió una Comisión Organizadora que -salvo en la rama juvenil- apenas dio muestra de su existencia.

En los pueblos -añade el autor-, la constitución de los Comités Lo­cales fue tarea primordial de los Delegados Gubernativos, mientras en la capital, en 1924 se intentó reconstruirla desde el Gobierno civil, nom­brándose para ello una Comisión gestora que ni siquiera llegó a reunirse. Fue preciso esperar a 1926, en que se nombró a D. José Cruz Conde, Gobernador Civil de Sevilla y Delegado Regio de la Exposición Ibero­americana, y quien, en menos de tres meses, dejó la Unión Patriótica definitivamente constituida. ·

Pero la estructura política de la U.P. sevillana -como dice Alvarez Rey-, fue de extrema fragilidad. Pruébalo la crisis que padeció a media­dos de 1927, como consecuencia del enfrentamiento entre el Gobernador y el Ayuntamiento por determinados problemas relativos a la coopera­ción económica de la .Corporación a las obras de Exposición. En esta disputa, que motiva la salida de unos 30 concejales, se vio envuelto el Presidente provincial de U.P., lo que determinó la reorganización de los órganos rectores de la política sevillana y, por supuesto, la de los Comi­tés Locales y Provinciales de U.P.

Pero apenas transcurrido un año, la Unión Patriótica se vio envuelta en otra crisis por diferencia de criterio entre el Jefe Provincial y el Comi­té Local, con las consiguientes dimisiones en el uno y en el otro.

Todas estas incidencias necesariamente tenían que debilitar a un orga­nismo de tan débil complexión. Pero -a mi entender- parece natural que

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así sucediera, porque como escribió Calvo Sotelo al propio General, «los partidos políticos cuando se organizan desde el Poder y por el Po­der, nacen condenados a la infecundidad por falta de savia».

En los dos extensos capítulos que Alvarez Rey, le dedica a la U.P., la juzga con severidad. Denuncia su completo fracaso; la vacuidad de los escritos y discursos de sus promotores; el carácter caciquil de «agencia de ventajas y colocaciones» que siempre le acompañó, las «espontáneas manifestaciones» de apoyo incondicional al régimen, que organizaba y manipulaba; la defensa del «sacrosanto orden público» frente a la agitación social; su desprecio generalizado hacia las viejas organizacio­nes políticas; el aglutinar sectores de aquellas agrupaciones que se autoti­tulaban sin rubor «auténticas derechas» ... Son puntos de vista muy personales, influidos quizás del carácter de las fu entes y estimulados por la posibil idad de ciertos acontencirnientos próximos.

Es también particularmente interesante el contenido del capítulo cuarto; en el que se ocupa de la sustitución de Cruz Conde en el Gobier­no Civil, de la inauguración de la Exposición Iberoamericana y de la dimisión de Primo de Rivera -consecuencia de su absurda consulta-, y del nombramiento para sustituirle del General Berenguer, que si bien contaba con una brillante carrera militar, no era político.

Toda la política de Berenguer -cuya gestión fue funesta- se centraba en la fórmula del «retorno a la normalidad», entendiendo por tal la vuelta a Ja situación política anterior al 13 de Septiembre de 1923.

El funcionamiento de la política local en esti:: periodo, es materia de las dos partes de este capítulo en el que AL V AREZ REY recoge el auto­matismo de la constitución del Ayuntamiento y de la Diputación, el nombramiento para Gobernador Civil de Fernando Sartorius, conde de San Luis, el manifiesto del Comité Organizador del «Bloque Responsa­bilista» que, de pronto, comenzó a llamarse «Bloque de Izquierda»; la progresiva concentración de grupos republicanos que conmemoran el aniversario de la Primera República y piden responsabilidades políticas y la revisión de la obra de la Dictadura; Ja reorganización del PSOE que funda la rama juvenil y celebra un ciclo de conferencias marxistas; la vuelta a la partitocracia y la división de los partidos en grupos y grupús­culos; los incidentes universitarios promovidos por la F.U.E. que prota­gonizó huelgas, manifestaciones y alborotos llegando a izar una bandera roja en los balcones de la Facultad de Derecho, las graves algaradas orga­nizadas por los anarquistas con ocasión de la vuelta del destierro de su dirigente el Doctor Vallina; la huelga general de finales de Junio, media­dos de Octubre y finales de Noviembre que paralizaron la ciudad ... Ese

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todo, fue efectivamente, a grandes rasgos, el precio que Sevilla, como España entera, hubo de pagar por «el error Berenguer>>.

Esta obra que -como dice en su prólogo el profesor Sánchez Mante­ro- esta llamada a convertirse en un libro de consulta indispensable, constituye un importante hito para el estudio de la Historia de Sevilla. Se trata de una obra exhaustivamente documentada en cuanto a fuentes impresas se refiere, en la que el autor se ha impuesto el ímprobo trabajo de ir recopilando sobre todo las noticias de prensa y las contenidas en li­bros, folletos y conferencias, referentes a este periodo. Más, como resulta obvio ante la densidad de acontecimientos tan decisivos y polé­micos, la unanimidad en su aprecianción será imposible.

En mi caso al menos, con algunas apreciaciones y puntos de vista mantengo diferencias de matices cuando no de fondo. Con otros estoy conforme, como, por ejemplo, con la afirmación de que «la Dictadura de Primo de Rivera representó un paréntesis», pero -a mi entender- un buen paréntesis un paréntesis de orden y desarrollo, aunque fuesen «mediocres» -a juicio del autor- , los hombres que lo implantaron.

José Acedo Castilla

LA MUERTE. ENSAYOS EN CLAVE ANDALUZA GARCÍA DÍAZ, Sebastián Sevilla, Colección de bolsillo número 86, Universidad de Sevilla, 1981, 139 páginas

Unos versos preliminares del poeta granadino Luis Rosales sirven no sólo de pórtico decorativo al ensayo La muerte de Sebastián García Díaz sino de anticipada síntesis del mismo: «La muerte no precisa llegar hasta nosotros viene de dentro, viene de la primera sombra reflejada en los ojos».

En estos versos se contiene, en efecto, el relámpago de su conte­nido, pero es -ya se dice- un relámpago lírico y, por ende, más que el exponente objetivo de una síntesis textual, el vago aunque certero dardo de una impresión poética. Quiero decir, que el breve ensayo con super­fecto prefacio explicativo y sus cinco estancias subsiguientes -una estan­cia previa y cuatro estancias más- es eso, si, pero también es mucho

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más. El poeta anticipa en el prólogo que la muerte no necesita llegar hasta nosotros porque habita en el ser, que la vida comporta en sí misma como algo intrínseco e inalienable su cualidad letal; pero hay, además, un proceso de la muerte y una consecuencia y es esto lo que el profesor García Díaz analiza, extrayendo de esta dinámica-paradójicamente, una dinámica de vida- una teoría de los trascendente, un corolario del dolor, una deducción sicológica de su miedo; en definitiva, un afrontamiento de todo aquello que, trance tan sobrecogedor e inapelable, produce en el hombre de hoy, que no es sino el hombre de siempre con el añadido del presente.

Y así, junto a una propuesta genérica del tema está la especifidad que le transmite al hecho un momento histórico determinado, cual es el que vivimos, surgiendo, de esta manera, Ja muerte como espéctaculo; como noticia especulativa, casi como mercadería de consumo; o como postri­mería, como propia e intrasferible postrimería personal; o la muerte desde los diferentes ciclos de la edad: desde la sensación del niño, sensa­ción que tiene precisamente la importancia de marcar la raya final de la niñez; la muerte desde la juventud, ciclo éste que exige, como en todos los aspectos de su vital comportamiento, una carga mayor de aportación estética; la muerte desde la madurez; la muerte desde la senectud ...

No es la muerte como concepto abstracto sino como hecho real -esa diferencia tan sutil desde el punto de vista semántico pero tan abismática desde el punto de vista de la realidad vital- lo que plenifica este ensayo. Diferencia que el autor concreta gráficamente en la distancia que existe entre el morir y el morirse.

Consecuencia de este planteamiento fáctico. de la muerte es el am­plio y variado registro de posibilidades temáticas: su reflexión desde la ascética; desde la serenidad espiritual y religiosa - precisamente la que más y mejor la contempla como tránsito-. Naturalmente que en plantea­miento tan abarcador no podía faltar el concepto de la muerte como casti­go, o como holocausto, o como liberación, o como acto de servicio o como premio e, incluso, como hecho sin sentido y, claro está que como acto desde la actitud del creyente.

Un breve libro que sin ser filosófico por pretensión es decir en cons­tituir una preocupación desde la filosofía extricta o por planteamiento obliga, en estos tiempos de frivolidad, a reflexionar sobre la posición convivencia! y metafísica del hombre; del hombre como ser que existe para la razón, para la vida ...

Juan de Dios Ruiz-Copete

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DISCURSOS FESTIVOS EN QUE SE PONE LA DESCRIPCIÓN DEL ORNATO E INVENCIONES QUE EN.LA FIESTA DEL SACRAMENTO LA PARROCHIA COLLEGIAL Y VEZINOS DE SANT SALVADOR HIZIERON MESSIAS DE LA CERDA, Reyes Introducción y transcripción de Vicente Lleó Cañal. Fundación Fondo de Cultura de Sevilla, 1985. 247 pp. Ilusts.

En 1972 la empresa Abengoa actitó el libro de Aguilar Piñal Te­mas Sevillanos. Desde entonces y gracias a tal patrocinio y mece­nazgo se han producido otras ediciones: Noticias artísticas... de González de León (1973); Iconografía de Sevilla ... de Sancho Corbacho (1975); La Naturaleza en Sevilla de Manuel Ferrand (1977); y Sevilla oculta de E. Valdivieso y A. Morales (1980). A partir de entonces ha sido FOCUS, fundación nacida en el seno de Abengoa quien ha lanzado El dia más grande, de J. M. Javierre (1984); Fiestas de la Santa Iglesia Metropolitana... de F. de la Torre Farfán (1984); y esta de ahora, que como la anterior, es una reproducción facsímil. Obras todas, las enumeradas, valiosas y un tanto raras en el circuito comercial por lo que no es raro que, incluso, escapen al conocimiento de los especialistas, y ello es una lástima. Los libros pueden servir para que una editorial haga un alarde tipográfico o para que una entidad de empresa practique un mecenazgo, pero su edición también puede servir pára cumplir una función social. Obras como esta, donde el mecenazgo y el alarde tipográfico son evidentes, deben estar en todas las bibliotecas públicas y en las privadas de las personas interesadas por la historia sevillana. El profesor Lleón, reconocido estudioso, se responsa­biliza de una densa y erudita Introducción. Gracias a ella queda claro lo que fue en el pasado la fiesta del Corpus en Sevilla y la trascendencia de este manuscrito, por el cual sabemos como se representaba práctica­mente el contenido teológico de los autos sacramentales. Los 81 dibujos que enriquecen el texto, dirigido al Asistente conde de Priego, permiten conocer como era la arquitectura efímera montada para las representacio­nes o invenciones, la mayoría de ellas debidas a los comerciantes portu­gueses de la calle Sierpes. La decoración callejera del Corpus de antaño, hasta ahora ignorada, nos es ya conocida gracias a estas ilustraciones. Probablemente el mismo Messía es el autor de los dibujos.

Francisco Morales Padrón

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ARCHIVO DE LA SANTA METROPOLITANA Y PATRIARCAL IGLESIA CATEDRAL DE SEVILLA. INVENTARIO GENERAL RUBIO MERINO, Pedro

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Prólogo de Francisco Morales Padrón. Preámbulo del Fondo Histórico General por Manuel González Jiménez. Madrid, 1987. 532 págs., 16 lá­minas.

Este libro, publicado bajo los auspicios de la Fundación Ramón Areces, lleva un prólogo de Francisco Morales Padrón, singular conoce­dor de la historia sevillana, y competentísimo historiador americanista.

El autor valora en la Introducción los fondos del Archivo Catedral de Sevilla y hace historia de la política archivística del Cabildo His­palense hasta el sigo XIX; estableciendo unas precisiones metodológi­cas; y dando a conocer la sistemática seguida para la clasificación y des­cripción de los fondos, sus inventarios y catálogos, y el análisis de las distintas secciones.

La obra se inicia en la Sección O (31-34) años 1420-1909 que hace referencia a los Medios de Información, recogiendo todo lo concerniente a inventarios, catálogos e índices de las secciones.

La Sección I (71-76), Secretaría, comprende todas las actividades propias de este cargo, tales como levantar actas, libros de Estatutos y Constituciones del Cabildo; expedientes de personal, con libros de en­tradas y salidas; pruebas de sangre; Ja correspondencia desde 1599 a 1835, recogiendo las cartas al Cabildo, provenientes de las Santas Igle­sias; cartas de personas eclesiásticas; agente en Madrid sobre las diputa­ciones de negocios y secreta, contaduría mayor, hacienda, etc. Y libros copiadores de Cartas del Cabildo a las personas antes mencionadas; así como las dirigidas a los canónigos, autoridades, y registro de autos eje­cutivos de la Cruzada.

La Sección II (77-115), de 1260 a 1850, corresponde a la Mesa Capitular, y recoge el estatuto y los libros, manuales, repartimientos y pliegos de gallinas, pan, maravedíes, cargo y descargo, Mayordamía del Cabildo, manuales de pan cebada, manuales y libros de pitancerías, procesiones y aniversarios del comunal, misadas, libros de fieldades, libros de trigo comunal; libros de valores de frutos y rentas del Arzo­bispado, rentas de los Diezmos; libro mayor del subsidio y excusado; asientos y tratados de Congregaciones; rentas de collaciones, conventos,

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hospitales y ermitas de Sevilla; Libros de Valores de las distintas vica­rías del Arzobispado; cuadernos, cajas y manuales y finiquito del Sub­sidio y excusado; libros de Bulas y Concordias; libros de salarios del Subsidio; libros de diezmos; libros de privilegios reales, heredades y posesiones, casas, arrendamientos, tributos, dotaciones, donadíos, fincas rústicas, etc. del Cabildo. En esta sección destacan por su interés los Li­bros Blancos, verdadera joya histórica y documental del Archivo.

La Sección III, referente a la Liturgia (117-120), de 1424 a 1967, comprende el Libro de Regla Vieja; libros del altar y coro; libros del maestro de ceremonias Villegas; y miscelánea de ceremonias y fiestas de la Catedral; cultos, obligaciones de sacristanes mayores, etc.

La Sección IV trata de la Fábrica (121-136), años 1363-1846. Se ocupa del cargo y data de los libros de Mayordomía concernientes a las posesiones, heredades, rentas y fábrica de la Catedral; adventicios; nómi­nas y salarios; libros mayores; capellanías, dotaciones y donaciones; etc. En el capítulo de varios, los libros de cuenta del solado del coro, y custodias de oro y plata; inventarios de ornamentos; bienes y joyas de la capilla de los Cálices; alhajas; capillas del Sagrario; cuadernos referentes a los órganos; y las memorias sepulcrales de Ja catedral con sus epita­fios, etc.

La Sección V (137-157), años 1404-1967, está dedicada a los Pa­tronatos. En ella se relacionan los libros referentes a las dotaciones de las capellanías; Hospital de Santa Marta; capilla de Scalas; Colegio de San Isidoro; títulos de propiedad del Arzobispo Don Cristóbal Bencomo, Racionero Don Bartolomé Segura, y otros; libros de Juntas y cuentas de administración de dichos Patronatos, con mención especial de algunos patronos y fundadores; Junta de Beneficencia; fondo general de misas, etc. Finalmente los expedientes de manuales y nóminas de pago de di­chos patronatos.

La Sección VI, Contaduría (159-163), años 1501-1944, hace men­ción de los protocolos y cuadernos de Contaduría; libros de misas; índi­ces de Libros de Caja y Mayores; gastos; veredas de las casas del Ca­bildo, etc.

La Sección VII, de Justicia (165-169), años 1323-1805, recoge todo lo referente a pleitos y diezmos; concordias del Cabildo, y con el Arzobispo; libros de entredichos; miscelánea de alegatos, Reales Pragmá­ticas, Bulas, Breves, Ordenanzas, Memoriales, etc. Lo referente al Obis­pado de Jerez que pretendía el antiguo Obispado Asidoniense; la Cartuja de las Cuevas; primacía de la Catedral de Sevilla sobre la de Toledo; cor­tijos; gastos de procuradores y solicitadores; diputación de negocios; etc.

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La Sección VIII de Varios (173-183) años 1520-1922, como su propio título indica, comprende lo referente a los capellanes del coro, títulos de casas, tributos, misas, etc.; libros cedularios de Pragmáticas y Reales Ordenes; procesos de beatificación y canonización de San Femando; proceso de beatificación de los Padres Femando Contreras, Ma­nuel Padial, Don Miguel Mañara, y Sor Francisca Dorotea; memorias y documentos históricos referentes a Sevilla y a su catedral; libros de bienes, joyas, fábrica, cuentas, misas y capellanía de las Parroquias del Sagrario y Santa Cruz; y de las ermitas de Sevilla y su Arzobispado; constituciones sinodales, y finalmente interesantes tratados eclesiásticos e impresos diversos.

La Sección IX referente al Fondo Histórico General (201-317), va precedida de una Introducción del propio autor, Dr. Rubio Merino, en Ja qúe se señala la metodología seguida, tabla de equivalencias y forma de empleo del índice general de materias.

Lleva, además, un preámbulo del competente Catedrático univer­sitario Dr. Manuel González Jiménez, sobre el Archivo de la Catedral y los estudios de Historia Medieval.

Esta Sección IX consta de 220 legajos, que comprenden los años 1250-1925, cuyo extraordinario interés puede verse en la lectura de su contenido, recogido con gran pormenor, y que permitirá llevar a cabo investigaciones sobre muy variados temas, y conocer la amplitud e importancia documental de este repositorio.

Finalmente un minucioso índice de materias es el complemento de esta obra, de singular utilidad para el conocimiento de la historia de Sevilla, su Cabildo Catedral, y la Archidiócesis Hispalense.

Por todo ello, merece su autor la mejor felicitación, pues deja constancia de su labor en el Archivo de la Catedral de Sevilla, que con tanto acierto y competencia dirige.

José Antonio Calderón Quijano

HISTORIA DE LA PINTURA SEVILLANA. SIGLOS XIII AL XX. V ALDIVIESO, Enrique Prólogo de A. Pérez Sánchez, director del Museo del Prado. Ed. Guadal­quivir. Sevilla, 1986, 509 pp., 483 láminas en color.

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Desde que August. L. Mayer publicó en 1911 se obra, Die Sevi­llaner Malerschuler, no se había realizado un trabajo de conjunto de tan importante parcela del arte universal.

Ahora, el Catedrático E. Valdivieso, que profesa en la Sección uni­versitaria de Arte desde 1977, ofrece a los estudiosos, eruditos y espe­cialistas, este importante libro, con metodología y criterios actuales, que aquel ilustre historiador germánico no pudo ni vislumbrar, por pertene­cer a otra generación muy distante en el tiempo.

Divide el autor su obra en varios capítulos: Gótico, Renaci­miento, Siglos XVII, XVIII, XIX y primera midad del XX y en cada uno de ellos, redacta monografías de los correspondientes pintores; y en el área decimonónica distingue el Neoclasicismo, Romanticismo, Histo­ricismo y Realismo.

Una completísima y exhausiva bibliografía, extenso y profundo aparato crítico, en cada uno de dichos capítulos, más los índices ono­másticos, toponímicos, e inconograficos, completan la tarea impuesta y lograda.

Aún con la relatividad de toda obra humana, se puede afirmar que el autor agota la materia, al situar al día los datos históricos, analizar las obras por directo conocimiento y obtener juiciosas conclusiones sobre la valoración singular y comparativo en cada caso concreto. Por supuesto está repleto de novedades y sugerencias, que marcaron huella en el que­hacer posterior.

La generosidad en el número de las ilustraciones y las excelentes calidades obtenidas en su policromía, constituyen valioso complemento, en una tarea donde la parte gráfica es fundamental. De ahí el éxito obte­nido por la Editorial Guadalquivir que viene dando muestras de su preocu­pación por el bien hacer.

La obra está dedicada al maestro Angulo Ifiíguez, sabio historiador de arte, recientemente fallecido, que iba a prologar la obra, haoiéndolo su discípulo Alfonso E. Pérez Sánchez.

Felicitémosnos por contar con un hito importantísimo en nuestra literatura artística, que por derecho propio pasa a ser obra indispensable de consulta y fuente de ideas y de gozo en el campo general de la cultura.

José Hernández Díaz

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NOTAS SOBRE JOSÉ YBARRA, PRIMER CONDE DE IBARRA YBARRA HIDALGO, Eduardo. Sevilla, 1984. 122 págs. NOTICIAS SEVILLANAS DE CINCO HERMANOS Sevilla, 1985. 140 págs. APUNTES SOBRE UNA FAMILIA SEVILLANA DURANTE LA DICTADURA, LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL. 1923 · 1939. Sevilla, 1987. 124 págs.

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Como muy bien dice el autor de estos tres libros muchos sabrán que José María Ybarra fue un vasco que fundó la feria de Abril de Sevilla, pero pocos - incluso sus- descendientes- conocerán como sus antepasados llegaron hasta Sevilla, quienes eran, como vivían y como se quedaron prendidos por la ciudad. Prendidos y prendados; añadimos nosotros. Para dar a conocer todo esto y para uso doméstico (y) evitar se pierdan estas noticias que podrán interesar al menos a algunos de los descendientes del matrimonio Ybarra-González, es por lo que Eduardo Ybarra Hidalgo nos da este delicioso libro inicio de una saga familiar a base de textos inéditos escritos por su padre y lo que él mismo ha cose­chado en sus investigaciones, sin olvidar lo que Guichot (1879) escribió sobre el personaje, ni lo que de él refiere Collantes de Terán en sus Memorias Históricas de los establecimientos de caridad (1884). Surge asi la biografía de aquel ciudadano inteligente, laborioso y previsor que fue José María Ybarra. Algo notable del libro son las ilustraciones, una de las cuales muestra al fundador de la dinastía sevillana de los Ybarra con sus cinco hijos. De ellos se expondrán en el segundo tomo sus acti­vidades económicas (agricultura, ganadería, naviera) y sus vinculaciones e intervenciones en una serie de instituciones, lugares y fastos de la ciudad. Los Ybarra están ya totalmente integrados y forman parte de la médula hispalense. Interesante el significado del primer Ybarra como Alcalde de la Ciudad, y de dos de los hijos.

Otros Ybarras se asoman en el tercer tomo, los del siglo XX, mas difíciles de seguir en su peripecia humana pues el árbol genealógico ha multiplicado frondosamente sus ramas. De aquí que el- autor, de entracra; ·· nos ofrece la descendencia de aquellos cinco hermanos que contemplába-

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mos en la foto de 1877. Han pasado ya cien años de un apell ido nu­triendo las urdimbres de Sevilla. El tercer tomo mantiene el m ismo. interés que los otros, porque sigue siendo la biografía de la ciudad a través de un apellido o la biografía de un apellido en la Historia de Sevilla. Pero esta tercera entrega, rica también en ilustraciones curiosas, nos ha dejado un sabor amargo. Es una apreciación subjetiva, claro:. hay en él cierta melancolía. Y no porque la prosa tenga tonos sepias o nos lo parezca a nosotros· al irnos enterando de unas vidas que fueron -y fueron importantes- y ya no lo son. No. Nos ha producido tristeza saber como un buen puñado de Ybarras, cayeron jóvenes en la Guerra Ci"'.il. Fue una sangría para la ciudad y para la patria toda perder a estos y a otros como ellos. Pero la vida sir:ue, como escribe el autor.

Francisco Morales Padrón

RELACIÓN DE LAS JUNTAS CELEBRADAS POR LA REAL ACADEMIA DE BUENAS LETRAS DURANTE EL CURSO 1986-87

P Se abrió el curso el día 1 O de Octubre de 1986 haciéndose cons­tar el pésame de la Corporación a los familiares de nuestro académico de Honor don Ramón Carande, acord;índose poner una lápida de recuerdo en su domicilio y otra en la del poeta sevillano José María Izquierdo.

En acto público y como inaguración del curso disertaron los Sres. Jiménez Martos (coITespondiente) y los numerarios Sres. Duque Gimeno y Burgos Belinchón que resaltaron la figura poética y sevillana de José María Izquierdo.

A continuación se procedió a conceder e l p remio VII de poesía "Flormti110 Pére:-E111bid» al que habían concurrido 40 trabajos, corres­pondiéndole al libro titulado «Derrota de una rcllexiún» del que era autora Doña María del Valle Rubio Monge.

2~ El 23 de Octubre. Se propusieron y consideraron una serie de nombres relacionados con la cultura sevillana para cubrir las vacantes de Académicos de Honor, dcsign;indose el Exmo. Sr. Don Manuel Halcón. Se dió cuenta de que el próximo año 1987 se celebrará el V Congreso de las Academias de Andalucía.

3ª El 7 de Noviembre se celebró en el Convento de San José de Madres Cannelitas la Misa en sufragio de los académicos fallecidos que ordena el artículo 32 de nuestra reglamento. Fue oficiada por Preeminen­te el Rvdo. don Francisco Alvarcz Seisdedos .

. p Junta del día 21 de Noviembre. Se comunicó la asamblea a celebrar en Osuna de las Academias de Andalucía, y d isertó sobre «El libro de las Grayas» su autor y académico don Joaquín Caro Romero.

s~ Junta Ordinaria del 5 de Diciembre, en la cual se aprobaron los siguientes asuntos: Dar pésame a la familia de Don Lorenzo Polaino Or­tega; y fel ic itar al Preeminente Sr. Hernández Díaz. por hahcr sido nom-

156 RELACIÓN DE JUNTAS CELEBRADAS

brado Presidente de Honor de las RR Academias Andaluzas y redacción del texto que llevará Ja placa en recuerdo a José Mª Izquierdo.

El Sr. Acedo Contilla, disertó sobre el tema «El ciclo de la g uerra carlista en las novelas de Valle lnclán».

6ª Junta Ordinaria del 19 de Enero 1987. Se acordó adherirse al homenaje que los antiguos alumnos de los PP. Jesuitas desean ofrecerle al fotógrafo de temas sevillanos Don Luís Arenas Ladislao.

El Sr. de la Vega Viguera, disertó sobre el tema «Vigil de Quiño­nes, médico militar, héroe en Balen>

73 Junta del 23 de Enero. Se informó sobre la positiva marcha del aula W. lrving y de los fondos que se van recibiendo para ella.

La intervención literaria corrió a cargo de nuestro director Sr. Morales Padrón, quién leyó varias estampas de su libro en elaboración «Guía sentime/lfal de Sevilla».

8ª Junta del día 3 de Febrero. La Academia agradece la invitación del arzobispado para asistir en Roma a la beatificación de Don Marcelo Spínola, y acuerda que sea el Arzobispo Monseñor Amigo Vallejo quien ostente la representación de la Corporación.

La disertación ocurrió a cargo de Don Aquilino Duque Gimeno so­bre el tema «Los Maclwdo en su sitio».

9ª Junta Ordinaria del 20 de Febrero C!1 la cual tuvo lugar un acto necrol6gico en honor de Don Lorenzo Polaino, con la intervención de los Sres. académicos Caro Romero y Gutiérrez Alviz-Anmrio.

10ª Junta del día 6 de Marzo. El Sr. director presentó a los acadé­micos el nuevo formato que se aplicará en nuestro boletín, que llevará como título genérico el del Minervae Baeticae. Así mísmo, se refi­ri6 a la sugerencia de celebrar sesiones en el domicilio de los Sres. acadé­micos imposibilitados ele asistir y anunció quedar abierto el plazo para la presentación de candidatos a la vacante del Sr. Polaino.

11ª Junta Ordinaria del día 16 de Marzo. El Sr. director saludó al Arzobispo y le agradeció en nombre de la Corporación su amable ofreci­miento de pronunciar la Plática de Pasión que en un viernes ordena nuestro Reglamento. Monseñor Amigo Vallejo comentó en su charla, como nunca ha sido fácil para el hombre, incluso para el hombre cris­tiano, comprender el misterio de la Pasión y muerte de Cristo.

12ª Junta Ordinaria del 3 de Abril. El electo Don Alberto Díaz Tejera leyó su discurso de ingreso ·titulado «El pensar simbólico y el fe­nómeno cultural».

Finalmente se acordó designar a don Jesús Aguirre, duque de Alba para que en nombre de la corporación le contestara.

RELACIÓN DE JUNTAS CELEBRADAS 157

13~ Junta del día 24 de Abril. Se procedió a Ja elección de numerario en la vacante del Sr. Polaino. La única propuesta presentada era la de Don José Romero Escassi. Puesta a votación fué aprobada siendo elegido numerario dicho señor.

14ª Junta Extraordinaria celebrada el 24 de Abril de 1987 en el aniversario de los 236 años de existencia de nuestra Academia, para elec­ción de nueva Junta de Gobierno al haber cumplido la actual el plazo de tres años que indican nuestro Reglamento. A propuesta de algunos acadé­micos, confirmada por la totalidad de los presentes, se acordó que dada Ja positiva labor de Ja Junta de Gobierno saliente continuaran al frente de la Corporación, quedando posteriormente libre, cualquier miembro de ella para dimitir.

Se tomó igualmente el acuerdo, dada las dificultades económicas existentes y en ~spe·ra de resolver dichos problemas con las autoridades sevillanas, que cada académico contribuyera con 3.000 pesetas men­suales.

15ª Junta del 8 de Mayo. El Sr. director dió cuenta de la visita realizada por la Junta de Gobierno al alcalde Don Manuel del Valle Arévalo con resultados muy satisfactorios. Seguidamente tomó la pala­bra el Sr. Aguirre, duque de Alba, para leer el discurso de contestación al electo Sr. Díaz Tejera.

16ª Junta Ordinaria del 22 de Mayo. Se hizo constar en acta el interés de la Corporación por la salud del Arzobispo Don Carlos Amigo y el agradecimiento al periódico ABC de Sevilla por la cuidada infor­mación que viene real izando de nuestros actos culturales y de nuestros problemas.

El Sr. director dió cuenta de Ja buena acogida dispensada a Ja Junta de Gobierno por el Consejero de Educación de la Junta de Andalucía Don Antonio Pascual y las gestiones que se vienen realizando cerca de la Real Maestranza de Caballería y Empresa Cruz del Campo.

·Posteriormente, se procedió a Ja elección de numerario en la vacan­te del Sr. Arzobispo por su pase Académico de Honor. Se habían presen­tado dos candidaturas y n inguna de las dos obtuvo los dos tercios de vo­tos que son necesarios estatutáriamente para ser elegido.

17ª Junta Extraordinaria del 22 de Mayo. A las ocho y media de la tarde se celebró la sección pública para inagurar el aula W. Irving. Dió comienzo el acto con la disertación de la Sra. Marta Hildelbrandt, académico correspondiente, que informó de la constitución del aula y los fondos literarios con los que cuenta en la actualidad. Le siguió en el uso de la palabra, el académico censor don José M~ de la Peña Cámara que

158 RELACIÓN DE JUNTAS CELEBRADAS

disertó sobre « W. lrving y Sevilla», cerrando el acto académico nuestro director Sr. Morales Padrón que habló de « W. Jrving y el descubrimiento de América».

18! Junta extraordinaria celebrada el 31 de Mayo de 1987 a las do­ce de la mañana para dar posesión de una plaza de Numerario al Excmo. Sr. Don · Alberto Díaz Tejara.

En sesión pública y solemne se celebró el acto bajo la presidencia de nuestro director. El recipiendario leyó su discurso de ingreso, que fue contestado por el Excmo. Señor duque de Alba en nombre de la Corpora­ción.

19ª Junta Ordinaria celebrada el 12 de Junio. Se dió cuenta de que la Real Maestranza de Caballería había subvencionado la edición del Bo­letín de 1986 y la Empresa Cruz del Campo está dispuesta a subven­cionar el ciclo de conferencias sobre Hospitales de Sevilla programado por nuestro vicedirector Sr. García Díaz.

Dentro del orden del día hizo uso de la palabra el Sr. Calderón Quijano que disertó sobre «La presencia de topónimos sevillanos en fa t;eografía americana".

20ª Junta Ordinaria del 26 de Junio. Se acordó celebrar en Otoño un acto necrológico en recuerdo del Sr. Collantes de Terán y comunicar a la familia el sentido pésame de la Corporación. El director presentó programa de las posibles actividades culturales a celebrar en Noviembre y Primavera.

El Secretario Primero Sr. de la Vega, de acuerdo con el artículo 38 de nuestro reglamento ·y por asuntos particulares incompatibles con el cargo, presentó la dimisión que le fue aceptada.

2P Acto poético celebrado a los 20'30 horas del día 26 de Junio, en el patio de la Academia como en años anteriores. El Sr. director Morales Padrón tuvo unas cadñosas palabras de recuerdo para el que fuera promotor de este acto, el recientemente fallecido académico Sr. Collantes de Terán .. Seguidamente el numerario duque de Alba dió lectura a su libro «Secreto a voces», de reciente edición.

REAL ACADEMIA DE BUENAS LETRAS CATÁLOGO DE PUBLICACIONES

MONOGRAFÍAS

María Teresa Carracedo: Disertaciones leídas en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras (1751 -1874), Sevilla, 1974, 192 páginas.

Francisco Morales Padrón:Visión de Sevilla, Sevilla, 1975, 152 p<t­ginas. Agotado.

Pablo Tornero Tinajero: La población de Triana en 1794, Sevilla, 1975, ll2 páginas.

José González Arteaga: Evolución de la propiedad agraria.de 1760 a 1900 en wz pueblo de la baja A11dal11cía: Puebld del Río. Sevilla, 1976, 228 páginas.

Juan de Dios Ruiz-Copete: Andalucía: carácter y sentido de una tradi­ción literaria , Sevilla, 1977, 152 páginas. Agotado.

Francisco Morales Padrón: Soñando caminos, Sevilla, 1977, 340 pá­ginas.

Florentino Pérez-Embid: Estudios de Historia Marítima, Sevilla, 1979, 304 páginas.

Juan de Dios Ruiz-Copete: La palabra en el tiempo, Sevilla, 1980, 208 páginas.

Francisco Morales Padrón: Los archivos parroquiGles de Sevilla, Se­villa 1982, 438 páginas.

José Guerrero Lovillo, Rafael Manzano Martos y Enrique de la Vega Viguera: Tres estudios sobre Sevilla, Sevilla 1984, 105 páginas.

Manuel Ferrand: Las campanas perdidas. Sevilla 1987, 269 páginas.

DISCURSOS ACADÉMICOS

Manuel Carrera Sanabria: Don Cayetano Fernández Cabello, acadé­mico de la Real Sevillana de Buenas Letras, 1949.

160 CATÁLOGO DE PUBLICACIONES

Antonio Olmedo Delgado: Defensa del periodismo, 1955. María de los Reyes Laffitte y Pérez del Pulgar (condesa de Campo

Alangc): Aquella y esta Sevilla, 1957. Manuel Beca Mateos: Alfonso XIII ante la historia: Tres decisiones

reales, 1958. Lorenzo Polaina Ortega: La delinrnencia en la picaresca, 1964. Francisco Aguilar Piñal: Manuel María de Mármol y la Restaura­

ción de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras en 1820, 1965. Sebastián García Díaz: Ciencia, verdad y espíritu en Alexixs Carrel,

1966. Joaquín Carlos López Lozano: Del siglo de los hombres al siglo de

las masas, 1968. Francisco Morales Padrón: Aspectos de la Sevilla insólita, 1971. Rufino Villalobos Bote: Valores religiosos y h11111a11os en la obra

poética de Gabriel y Galán, 1972. Juan de Collantes y Terán y Collantes de Terán: Don Miguel Ma1ía­

ra y la escética sevillana del barroco, 1973. Florentino Pérez-Embid: Castilla y Portugal en la Sierra de Ara­

cena, 1974. José María Javierre y Ortas: Las raíces estéticas de Sevilla, 1975. José Montoto y González de la Hoyuela: La aventura triunfal de

Don Quijote, 1975.

BOLETINES (Segunda época)

Vol. l. n~ím. 1, 1973, 120 páginas.

Juan Callantes de Terán: Don Miguel Maízara y la escética sevillana del Barroco. Francisco López Estrada: Discurso de contestación. Fran­cisco Aguilar Piñal: La enseñanza primaria en Sevilla durante el siglo · XVII. Carlos García Femández: Elogio y censura de Merimée en su cen­tenario. Faust!no Gutiérrez-Alviz y Armario: Evocación de don José Sebastián y Bandarán, académico de Bellas Artes. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el cu­rso 1972-1973. Académicos en el curso 1972-1973 de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Decreto concediendo el tratamiento de Exce­lencia a los Académicos de Número de la Real Academia Sevillan~ de Buenas Letras.

CATÁLOGO DE PUBLICACIONES 16 1

Vol. l/, núm. 2, 1974, 136 páginas.

Florentino Pérez-Embid: Castilla y Portugal en la Sierra de Aracena. Scbastíán García Díaz: Discurso de contestación. José F. Acedo Casti­lla: En torno a Maeztu. Salvador Cruz: La «Epístola Moral» y sus perso­najes en México. José María de Ja Peña y Cámara: Los dos restos de Cristóbal Colón. Carlos García Femández: Un centenario, una plaza, un edificio y un arquitecto. José Hemándcz Díaz: Santiago Montoro y el arte hispalense. Rufino Villalobos Bote: Poesías.

Vol. lll, núm. 3, 1975, 144 páginas.

José María Javicrre: Las raíces estéticas de Sevilla. Antonio Gon­zález Meneses y Meléndez: Discurso de contestación. José F. Acedo Cas­tilla: García Moreno, en el centenario de su muerte violenta. Sebastián García Díaz: Sociología del presente. José Montoco y Gonzfüez de la Hoyuela: La aventura triunfal de Don Quijote. Rafael Laffón: Cantar de la vida en las vendimias de Jerez. Rufino Villalobos Bote: ¡Salve, dulce Sevilla.' Faustino Gutiérrez-Alviz y Armmfo: Disertación necrológica. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso académico 1974-75.

Vol. IV, núm. 4, 1976, 76 páginas.

Juan de Dios Ruiz-Copetc: Andalucía y la nueva novela. Carlos Gar­cía Fcmándcz. Discurso de contestación. Antonio Gonzálcz-Mencses y Meléndez: Defensa del Cantón de Cádiz, 1873. Rufino Villalobos Bote: Poesías. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1975-1976.

Vol. V, núm. 5, 1977, 148 páginas.

Juan M. Martínez Moreno: La iconografía postal de las naves de Co­lón. Antonio González-Meneses y Meléndez: La Custodia de Cádiz y el ciudadano Antonio Meneses, 1873. Juan de Dios Ruii-Copete: Cuatro testimonios, o la nueva presencia poética de Sevilla.· Antonio González­Meneses y Meléndez: Un corsario gaditano. Carlos García Femández: luis Cernuda. Joaquín Carlos López Lozano: Adios a don José Monto/o y González de la Hoyuela. Fray Serafín de Ausejo, O.F.M. Cap.: San Pablo, misionero en España y particularmente en la Bética. José F.

162 CATÁLOGO DE PUBLICACIONES

Acedo Castilla: La política hidráulica en el valle del Guadalquivir. Ru­fino Villalobos Bote: Poesías. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1976-1977.

Vol.VI, núm. 6, 1978, 184 páginas.

Luis Toro Buiza: Algunas noticias sobre el Ejército Español y nues­tra bibliografía en nuestro Siglo de Oro. Sebastián García Díaz: Los sene tidos y el proceso creador. Antonio González-Meneses y Meléndez; Las azoteas de Cádiz. Joaquín Carlos López Lozano: Jerusalén no es la «Ciu­dad de la Paz». Faustino Gutiérrez-Alviz y Armario: Recuerdo de "un aca­démico. Francisco Morales Padrón: La Historia de Sevilla de Luis de Peraza. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1977-1978.

Vol. VII, núm. 7. 1979, 120 páginas.

José F. Acedo Castilla: El Rey , la Justicia y el Derecho en nuestra literatura de la Edad de Oro. Luis Toro Buiza: Juan Bautista Antonelli, El Mayor. Francisco Morales Padrón: La naturaleza en Sevilla. José Her­nández Díaz: In memoriam: Patricio Pei'íalver y Bachiller, cientifico y humanista (1889-1979). Carlos García Femández: Juan Ramón Jiménez. Rufino Villalobos Bote: Poesías. Relación de Juntas celebradas por l<> Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1978-1979.

Vol. VIII, núm. 8, 1980, 160 páginas.

José Hemández Díaz: Exégesis iconografía y desarrollo artístico del gran retablo de la Catedral de Sevilla. Manuel Ferrand Bonilla: El nove­lista Gustavo Adolfo Bécquer. Antonio González-Meneses y Meléndez: Discurso de contestación. José Antonio Calderón Quijano: noticias sobre Colima (México) en los siglos XVI y XVlII. José M. Cuenca Toribio: Unas memorias eclesiásticas de los tiempos de la Restauración: El diario del exjesuita P. Pereda. Lorenzo Polaino Ortega: Los Guadal­quivires. Aquilino Duque: Don Alberto Jiménez Fraud. Francisco Mora­les Padrón: Sobre la lengua española y el habla canaria. Relación de Jun­tas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1979-80.

CATÁLOGO DE PUBLICACIONES 163

Vol. IX, nlÍm. 9, 1981.

Joaquín Caro Romero: El legado y Grecia y Roma en la Historia de la poesía de Sevilla. Carlos García Femández: Discurso de contestación. Aquilino Duque Gimcno: Andalucía a examen de conciencia. Ignacio María de Lojcndio Irure: Discurso de contestación. Manuel Ferrand Boni­lla: Aproximación de Ortiz de Z1hiiga. Joaquín Carlos López Lozano: Ortiz de l1Í1íiga y su tiempo. Lorenzo Polaino Ortega: El saber jurídico de Mío Cid. Juan de Dios Ruiz Copete: Julio Mariscal a la voz de su tie­rra. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1980-81.

Vol. X, nlÍm. JO, 1982, 187 páginas.

Francisco Alvarez Scisdedos: Teresa de Jesús, santa y maestra. José M~ Ferreira, O.C.D.: Los desposorios místicos de Santa Teresa en un manuscrito inédito de fray Andrés de Jesús. Juan Infante-Galán: «Las Moradas» de Santa Teresa y la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. José María Javierre: La sangre judía de Santa Teresa. José F. Acedo Castilla: La eximia doctora Teresa de Jesús. Carlos García Femán­dcz: Recuerdos y semblanzas. Lorenzo Polaino Ortega: Antonio Macha­do en las tierras del Santo Reino. Enrique de la Vega Yiguera: Un manuscrito viajero. José Manuel Cuenca Toribio: Dos visitas ad límina de la archidiócesis hispalense, 1869-1878. POESÍA: Aquilino Duque: Sexta palabra. Joaqufn Caro Romero: Las Grayas. Relación de Juntas celebradas por Ja Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1981 -82.

Vol. XI. núm. 11 , 1983, 256 páginas.

José Guerrero Lovillo: La última Sevilla musulmana. Rafael Man­zano Martos: Poetas y vida literaria en los Reales Alcázares de la ciudad de Sevilla. Emique de la Vega Yiguera: La Sevilla del siglo XIX, capi­tal mundial en la concentración de industrias militares. Manuel Oliven­cia Ruiz: Letras y Letrados (Discurso sobre el lenguaje y los juristas). José A_ntonio Calderón Quijano: Fray Serafín de Ausejo: Su vida y su obra. Joaquín Carlos López-Lozano: Un problema reactivo. Sesión Necrológica en memoria del Preeminente Dr. Gabriel Sánchez de la Cuesta, celebrada el 10 de junio de 1983. José Gurrero Lovillo: El Excmo. Sr. D. Gabriel Sánchez de la Cuesta en la amistad, en el Sán-

164 CATÁLOGO DE PUBLICACIONES

chez de la Cuesta como universitario. Francisco Morales Padrón: El Dr. Sánchez de la Cuesta, como académico. Relación de las Juntas celebra­das por la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla, durante el curso 1982-83.

Vol. XII - XIII, núms. 12-13, 1984-1985, 272 páginas.

Carlos Amigo Vallejo: Contribución historiográfica a la visita del Papa a Sevilla. Francisco Morales Padrón: Discurso de contestación. Lo­renzo Polaino Ortega: Las Cortes de Cádiz y América. José de la Pena y Cámara: La obra jurídica de Alfonso El Sabio. Antonio Hermosilla Molina: Un día de un médico en la época de Alfonso X El Sabio. Antonio Herrera García: Ortices y Roelas (Estudio y catalogación de un

acopio documental de illferés para la historia sevillana [siglos XV y XVII]). Juan Collantes de Terán: Recuerdos para un Corpus pasado. (Apuntes sobre la devoción eucarís tica en Sevilla). José Hemández Díaz: in Menzoriam: El pintor Alfonso Grosso, docente y académico. Enrique de la Vega Viguera: Genealogía del apellido Grosso. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras durante el curso 1984-85 .

Vol. XIV. núm. 14, 1986, 121 páginas.

Rafael Manzano Martos: Luis Toro, el amigo. Enrique de la Vega Viguera: Luis Toro Buiza, el militar. José F. Acedo Castilla: Los dramas históricos de Lope de Vega. Juan Manuel Martínez Moreno: Reflexiones de un químico sobre el aceite de oliva. Enrique de la Vega Viguera: El primer militar que fue académico de Buenas Letras. Joaquín Carlos López Lozano: Memorias literarias de la Real Academia Sevilla­na de Buenas Letras. Antonio Herrera García: Precisiones sobre la forma­ción de Villamanrique y el origen del señorío de los Zúñiga. Relación de Juntas celebradas por la Real Academia Sevillana de B_uenas Letras du­rante el curso 1985-86.

Pedidos: A la Real Academia Sevillana de Buenas Letras (calle Abades, 14) o al Secretario de Publicaciones de la Universidad de Sevilla (calle San Fernando, 4).