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HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD

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HISTORIA

DE LA UNIVERSIDAD

Con la llegada de Monseñor Alberto Uribe Urdaneta a Cali en 1960, quien manifestó su preocupación por la situación social de la ciudad. Cada vez surgían más barrios marginales donde los niños y jóvenes no tenían posibilidad de desarrollar sus potencialidades.

Hacia el año de 1994, Monseñor Isaías Duarte Cansino, veía cómo muchos de los estudiantes de último grado de los colegios parroquiales, unos 1500 jóvenes no tenían posibilidad de ingreso a estudios superiores. Esta preocupación, coincide con la iniciativa de la Arquidiócesis de Cali de construir una Institución que le diera fuerza a la labor social que se venía realizando la pastoral educativa.

Fue como en 1995 se define crear UNICATÓLICA y en Marzo 19 de 1996 se efectuó la inauguración.

MONSEÑORISAIAS DUARTE CANSINO

18 DE JUNIO 1988

URABA :

El 18 de junio  de 1988 fue nombrado como primer obispo de Diócesis de Apartadó, en el departamento de Antioquia .

En Urabá su servicio a la Iglesia lo transformaría para siempre pues Apartadó y toda esa zona del Urabá antioqueño era un territorio donde se libraba en esos momentos una lucha sin tregua entre diferentes grupos violentos para hacerse al dominio de las ricas y estratégicas tierras. En ese lugar conoció de primera mano la violencia cruel y despiadada del conflicto armado y entendió que en su servicio pastoral tenían que tener una importancia fundamental las víctimas inocentes de la violencia.

Allí aprendió en profundidad y en oración lo que significa ser Padre y Pastor; por eso, llevó a cabo un incontable número de obras en todos los campos y desarrolló lo que en boca de muchos fue una verdadera revolución educativa. Hasta su muerte estuvo convencido Mons. Isaías que educando al pueblo se evita la guerra y se fomenta la paz.

El contacto con violencia irracional, la violación de todos los derechos humanos y de una lucha sucia por hacerse al poder político y económico en la zona, hicieron que Monseñor Isaías asumiera en verdad y profundidad los rasgos de Jesús a través del amor por esa tierra y sus gentes. Anunció la verdad del Evangelio y denunció con valentía todo lo que no era cristiano, viniere de donde viniere, y luchó sin miedo ni fatiga por implantar la paz. Cuentan que se angustiaba y hasta sentía miedo por tanta violencia, pero no desistía de la búsqueda de la paz.

De esto dio fe: su trabajo insomne y perseverante, y la entrega total de su persona a la gente de Urabá, víctimas de la violencia más cruel y de las masacres más inhumanas. Su acción y entrega al servicio de la paz, la concordia y el respeto fueron tales que, trasladado a Cali, el entonces Gobernador del Departamento de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, pidió al Santo Papa que no se les privara en Urabá y en toda Antioquia de la gracia de retenerlo en la Diócesis de Apartadó.

19 DE AGOSTO DE 1995

VALLE DEL CAUCAEl 19 de agosto  de 1995 el Papa Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de la Arquidiócesis de Cali, en reemplazo de Monseñor Pedro Rubiano Sáenz. Tomó posesión el sábado 23 de septiembre.

El lema que escogió como Obispo caracterizó su presencia en la atormentada región de Urabá y su misión en Cali: Servir. No eligió, ser servido como amo y patrón, sino ser el servidor en la verdad y en el

amor, de que Dios confía a su cuidado de Pastor y de Padre, según el mandamiento y aquellos el ejemplo mismo de Cristo.

Significativo fue el saludo que uno de los periódicos de Cali le hizo en primera página y a tres columnas en negrilla el día de su entronización en Cali: “Hoy -anunciaba el periódico- llega el Apóstol de la paz”.

Por eso, al demostrar su condición de “Apóstol de la Paz” en distintas acciones y circunstancias, no se prescindió de él, de sus luces y de su orientación para la búsqueda de la paz. Lo anterior explica por qué se le dio la presidencia de la Comisión Facilitadora de paz en Antioquia.

Monseñor Duarte Cansino fue un fuerte crítico de las guerrillas colombianas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y de grupos de narcotraficantes y asociados, sobre todo tras el secuestro en la Iglesia La María perpetrado por el ELN, a los que públicamente excomulgó.

Fue asesinado el 16 de marzo de 2002 por dos hombres armados que le dispararon cuando salía de una ceremonia religiosa (matrimonio colectivo de más de cien parejas en la iglesia del Buen Pastor, distrito de Agua blanca) en Cali. El papa Juan Pablo II expresó su dolor por el asesinato del arzobispo de Cali y exhortó a los colombianos a proseguir por las vías del diálogo y a rechazar cualquier tipo de violencia, chantajes y secuestros de personas.