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XV Jornadas de Investigación y Cuarto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2008. LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LA CLÍNICA DE LA MIRADA. Farías, Florencia Elisa y Mattera, Susana. Cita: Farías, Florencia Elisa y Mattera, Susana (2008). LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LA CLÍNICA DE LA MIRADA. XV Jornadas de Investigación y Cuarto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Dirección estable: http://www.aacademica.com/000-032/544 Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite: http://www.aacademica.com.

Lo Esencial Es Invisible a Laclínica de La Mirada

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  • XV Jornadas de Investigacin y Cuarto Encuentro de Investigadores en Psicologadel Mercosur. Facultad de Psicologa - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires,2008.

    LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LACLNICA DE LA MIRADA.Faras, Florencia Elisa y Mattera, Susana.

    Cita: Faras, Florencia Elisa y Mattera, Susana (2008). LO ESENCIAL ESINVISIBLE A LA CLNICA DE LA MIRADA. XV Jornadas de Investigacin yCuarto Encuentro de Investigadores en Psicologa del Mercosur.Facultad de Psicologa - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

    Direccin estable: http://www.aacademica.com/000-032/544

    Acta Acadmica es un proyecto acadmico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de accesoabierto. Acta Acadmica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir suproduccin acadmica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite:http://www.aacademica.com.

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    LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LA CLNICA DE LA MIRADA

    Faras, Florencia Elisa; Mattera, Susana

    Universidad de Buenos Aires, UBACyT

    RESUMENEl psicoanlisis es una prctica que se desprende de una tica.

    Esto se reconoce en el origen mismo del descubrimiento freu-

    diano y su apuesta es a la existencia de un saber, sobre el pa-

    decimiento del sujeto, del cual el propio paciente era portador

    an sin saberlo. Por lo tanto inconciente. Como as tambin su

    eicacia a nivel del sntoma. De all que la participacin del suje-to en el procedimiento de la cura sea decisiva. El diagnstico

    reconoce iguales coordenadas: el sujeto padeciente es quien

    tiene la palabra. Es por ello que el concepto de diagnstico en

    psicoanlisis se aparta de cualquier sistema de clasiicacin exterioridad para decidir el sntoma. No es la palabra del Otro

    del saber supuesto la que se hace oir, sino que el saber supues-

    to se vale de este artiicio, efecto de la transferencia, para poner en juego la palabra capturada, coagulada del sujeto y por su

    intermedio la dimensin de la causa, siempre singular aunque

    no se aparte de la particularidad del sntoma o del universal de

    la estructura. Ciertamente se trata de un proceso - que forma

    parte de la cura misma - donde el paciente al tomar la palabra

    se constituye en su primer clnico.

    Palabras clave

    Depresin Clasiicacin Diagnstico EscuchaABSTRACTTHE ESSENCIAL IS INVISIBLE TO THE CLINIC OF THE LOOK

    Psycohanalysis is a practice that emerges from an ethic. This is

    recognized in origin of the freudian discovery and its bet is the

    existence of a knowledge about the suffering of the subject which

    the patient was carrying without knowing it, therefore unconcious.

    Like thus also its effectiveness at level of the symptom. The

    participation of the subject in the procedure of the cure is

    decisive. The diagnosis recognizes equal coordinates: the

    suffering subject is the one who has the word. It is for that reason

    that the concept of diagnosis in psychoanalysis is separated

    from any system of classiication to decide the symptom. It is not the word of the Other of the knowledge supposed the one that

    makes itself listened but that the supposed knowledge is used

    this artiice, effect of the transference, to put into play the word captured, coagulated of the subject and by its interval the

    dimension of the cause, always singular although not aside from

    the particularitity of the symptom or the universal one of the

    structure. It is certainly a process - that forms part of the cure -

    where the patient by taking the word constitutes himself in his

    irst clinicalKey words

    Depression Classiication Diagnosis Listens

    INTRODUCCINEl psicoanlisis es una prctica que se desprende de una tica.

    Esto se reconoce en el origen mismo del descubrimiento freu-

    diano y su apuesta es a la existencia de un saber, sobre el pa-

    decimiento del sujeto, del cual el propio paciente era portador

    an sin saberlo. Por lo tanto inconciente. Como as tambin su

    eicacia a nivel del sntoma.De all que la participacin del sujeto en el procedimiento de la

    cura sea decisiva.

    El diagnstico reconoce iguales coordenadas: el sujeto pade-

    ciente es quien tiene la palabra. Es por ello que el concepto de

    diagnstico en psicoanlisis se aparta de cualquier sistema de

    clasiicacin exterioridad para decidir el sntoma. No es la pa-labra del Otro del saber supuesto la que se hace oir, sino que el

    saber supuesto se vale de este artiicio, efecto de la transferen-cia, para poner en juego la palabra capturada, coagulada del

    sujeto y por su intermedio la dimensin de la causa, siempre

    singular aunque no se aparte de la particularidad del sntoma o

    del universal de la estructura.

    Ciertamente se trata de un proceso - que forma parte de la cura

    misma - donde el paciente al tomar la palabra se constituye en

    su primer clnico.

    UN SABER ExTERIOR qUE NO ALCANZAEl 25 de febrero del corriente ao fue publicado un artculo en el

    diario Clarn bajo la rbrica Crecen los diagnsticos de depre-

    sin cuando en realidad es solo tristeza (Sociedad, pgina 28).

    La referencia es a la investigacin realizada por la Universidad

    de New South Wales de Australia. All hallaron que a un nmero

    importante de pacientes (el 75%) se les diagnostic depresin cuando solo atravesaban un proceso de emociones negati-vas normales (el subrayado es del autor del artculo) o sea tris-teza, segn los autores.

    El director de la misma adjudica el error de evaluacin al estado

    difuso de la descripcin de las enfermedades (el surrayado es nuestro).

    Sobre esta base -dice el artculo- el medico suele diagnosticar

    un cuadro depresivo inexistente [.] Esto deriva a menudo en

    situaciones de tratamiento no adecuadas . - por supuesto

    con administracin de psicofrmacos-

    En palabras del Dr. Ricardo Rubinstein -mdico psiquiatra argen-

    tino- La primera cuestin que encontramos hoy en da, cuando

    se atiende a un paciente sin tomarse el tiempo necesario, es que

    se dan casos donde el diagnstico no es correcto.La psiquiatra clsica al adscribir al proyecto de las neurocien-

    cias ha quedado sumida en el desconcierto. Bajo la standardiza-

    cin y medicalizacin de su prctica hoy vuelve la mirada y

    con que se encuentra? Con que se encontraron en la citada

    investigacin?

    En el intento desesperado por obtener la clasiicacin bajo el juego de las diferencias no han retrocedido en valerse de las

    categoras de ms (+) menos (-) para diagnosticar un cuadro

    clnico u otro o lo que es an ms serio para decidirse por las

    categoras de normalidad anormalidad. Tambin se lee en sus

    lneas la aplicacin de la categora motivo suiciente - quin sanciona? - para decidir tristeza o depresin.

    Algo fall en el tan mentado espritu de transparencia que go-

    bern y gobierna las lneas de los manuales de clasiicacin y de las promesas de solucin rpida y eicaz. Verdaderos orcu-los entronizados en el lugar del saber todo acerca de los cuer-

    pos, de las personas, de lo mental.

    A la esperanza histrica de organicidad que atraves a la psi-

    quiatra se agrega otra esperanza: la del todo saber. Ambicioso

    proyecto!

    La psiquiatra hoy es una psiquiatra que se pretende cientica, se acopla al programa de las neurociencias propiciado por el

    hueco que abrieron estas ltimas.

    Por este medio aspira a lograr la esperada reinvidicacin en el

    campo mdico, lo que logra por medio de una verdadera medi-

    calizacin de su prctica.

    Es el criterio dominante en los manuales de clasiicacin como es el caso del C.I.E. y su derivado americano el DSM. Ambos

    contienen en su totalidad lo que puede afectar a un cuerpo hu-

    mano incluido lo mental, a condicin de excluir la causa, ocu-

    pndose del fenmeno, no en la perspectiva estructural. Es una

    respuesta de lo general que deja por fuera lo propio y nico de

    cada cual. El resultado es el aplanamiento de las diferencias y

    de lo singular. Ideal de una prctica que aspira a ser cuantitati-

    va, estadstica, biolgica. Riesgos de las prcticas del compor-

    tamiento que se fundan en la prescripcin de mensurar, norma-

    tivizar, excluyendo un derecho bsico, fundamental de cada

    sujeto de hablar y ser escuchado.

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    Podemos decir que la idea moralizante teraputica que subyace

    se podra expresar en estos trminos:

    La salud sera un bien alcanzable El cerebro se promociona como sede de la enfermedad men- tal, garantizando de este modo su fundamento orgnico con

    un funcionamiento desviado.

    Tal disfuncionamiento es como tal rectiicable Por tanto implica una reivindicacin de la teraputica capaz de devolver al ser al grado cero patolgico

    Intenta hace de su objeto un sujeto enteramente observable,

    transparente, calculable.

    Este totalitarismo de la tcnica no deja espacio para el diagns-

    tico ino del padecimiento subjetivo, singular, por el contrario ha apartado de su programa la distincin del diagnstico por es-

    tructuras psicopatolgicas.

    Ciertamente si esta escalada avanz hasta aqu es porque la

    fascinacin por la promesa del bien y la garanta contable tiene

    sus adeptos.

    Nos encontramos con nuevos nombres para viejos peligros?

    A qUE SE LLAMA DEPRESIN?Depresin es una palabra que se ha tornado sumamente abar-

    cativa, proveniente de la psiquiatra, ha entrado en el discurso

    comn, y con ella se designa todo tipo de cosas, perdiendo su

    especiicidad.La concepcin que se tenga sobre el sujeto determina que se

    entiende por depresin.

    Desde el discurso mdico y psiquitrico, en el que opera cada

    vez ms la forclusin del sujeto, se diagnostica como depresin

    una tan amplia y variada gama de cuadros clnicos, que casi

    todos los cuadros clnicos pueden ser diagnosticados como de-

    presivos, estn basados en una fenomenologa y sin tener en

    cuenta los dichos del paciente acerca de su padecimiento.

    Incluso es comn que se promocione que se encuentra su solu-

    cin en un frmaco que corregira un supuesto dicit qumico.Cmo pensar entonces este concepto dentro del psicoanli-

    sis?

    Es un hecho que cada vez ms los sujetos se nos presentan a

    la consulta quejndose de su depresin. Aparece como una

    constatacin clnica, que se maniiesta en diferentes estructuras de personalidad.

    Si embargo, no es una entidad clnica, toda estructura (neurosis,

    psicosis e incluso perversin) puede manifestar la emergencia

    de este afecto. Pero sabemos que los afectos son engaosos.

    Tampoco es un sntoma, no posee ni su estructura ni su consis-

    tencia en tanto formacin del inconciente, sino un efecto

    La depresin en singular no existe. Sin duda existen estados

    depresivos, pero sus variaciones desafan la uniicacin del con-cepto.

    El problema sigue siendo el saber, en cada caso, a qu estruc-

    tura o a que causa se reiere.SNTOMA DEL MALESTAR EN LA CULTURAEs indudable que la depresin es un signo de la poca. Es un

    afecto que delata el sufrimiento del sujeto y tambin el creciente

    malestar de nuestro siglo, la depresin es uno de los nombres

    actuales de malestar en la cultura.

    Lacan plantea que los tipos clnicos, aunque sean anteriores al

    discurso analtico, no por eso dejan de depender de la estructu-

    ra. Puede constatarse, que los sntomas cambian, toma los ro-

    pajes de la poca, son como dice Lacan mediante un neologis-

    mo calculado hystricos. Histricos en sus manifestaciones,

    ya que son funcin de la lengua y del discurso de la poca, pero

    trans-histricos en su estructura

    Se puede ligar con la incidencia del capitalismo, en el que impe-

    ra un empuje al no saber.

    El deprimido con su desgano atenta contra el imperativo de pro-

    duccin y rendimiento que sostiene el sistema que todo mar-

    che.

    Nos encontramos con la paradoja que el discurso actual no quiere

    a la depresin, aunque tanto hable de ella. Se la considera como

    una falla en relacin a la salud, como un dicit. Una cierta forma

    de no hacer frente, no luchar provocando rechazo.

    LO qUE EL PSICOANLISIS TIENE PARA DECIREs necesario diferenciarla de otras entidades con las que com-

    parte sntomas comunes.

    Es Freud quien en su texto Duelo y Melancola (1915), remar-ca que a ambas las une la nocin de prdida.

    Mientras el duelo es la reaccin frente a la prdida de una per-

    sona amada o de una abstraccin que haga sus veces, como un

    ideal. Se caracteriza por la prdida del inters del mundo exte-

    rior, de la capacidad de amar, de inhibicin. Sntomas que com-

    parte con el estado depresivo. Este angostamiento del yo es por

    un trabajo de quite de la libido de sus enlaces con el objeto per-

    dido, que le insume un gasto de tiempo y energa, y entre tanto

    la existencia del objeto perdido contina en lo psquico. Una vez

    cumplido el trabajo del duelo el yo se vuelve otra vez libre y

    deshinibido.

    La diferencia que encuentra en la melancola, es que la prdida

    no puede situarse con precisin y muestra un rasgo ausente en

    el duelo: la rebaja en el sentimiento de s que se exterioriza en

    autorreproches y necesidad de castigo.

    En el duelo el mundo se ha hecho pobre y vaco, en la melanco-

    la eso le ocurre al yo mismo. Este delirio de indignidad predomi-

    nantemente moral se completa con el insomnio, la repulsa de

    alimento y el desfallecimiento de la pulsin de vida. Freud con-

    cluye que la prdida del objeto amado hubo de mudarse en una

    prdida del yo.

    La libido libre no se desplaz a otro objeto, sino que se retir

    sobre el yo y de ah una identiicacin del yo con el objeto resig-nado la sombra del objeto ha cado sobre el yo

    Se remarca entonces que la regresin de la libido al yo, es nico

    y privativo de la melancola, la cual es catalogada dentro de la

    psicosis.

    Tambin hay que hacer la distincin entre los estados depre-sivos, que ceden rpidamente, de aquella posicin del sujeto

    depresivo no como un momento, sino como una instalacin p-

    trea. Son los sujetos ms resistentes al dispositivo analtico. Hay

    un cierre al saber, rechazo al inconciente. No hay llamado al

    Otro como saber supuesto, no hay bsqueda de sentido, pues

    no hay enigma. Se quedan aferrados a un goce mortfero.

    Qu gusto encuentra el sujeto en mantenerse aferrado a esta inercia mortfera que lo aplasta cada vez ms? Hacen de su

    tristeza sufriente una constante. Lo que se esconde es la volun-

    tad de ser sin saber de la falta, sin pasar por la castracin que

    agujerea al Otro y que est inscripta en el saber del inconciente.

    No consienten entrar en el tiempo del saber en el que el incon-

    ciente ofrece el cauce del deseo.

    No todo sujeto triste es un deprimido. Existe una tristeza gen-rica, es decir virtualmente inevitable, pues es algo propio del

    estatuto del hablanteser. As es como Freud la sita, como el

    resultado normal de ciertos avatares de la libido, aunque puede

    hablarse de ciertas formas patolgicas. De hecho, en la airma-cin de depresin es algo ms que la tristeza, la que el sujeto

    muestra, que repercute a nivel de sus proyectos, en efectos de

    inercia, que inciden sobre el inters y la accin.

    LO ESENCIAL qUE SE HACE AUDIBLE A LA ESCUCHALos estados depresivos, por variados y luctuantes que sean, pueden reunirse sin embargo en una inhibicin generalizada, y

    en el suspenso de la causa del deseo. Es tambin exacto decir

    que es un modo de goce, pero solo nos sirve al anlisis, si se

    llega, en cada caso, a encontrar sus coordenadas singulares.

    La depresin se sita por entero en la falla del bien decir. Por lo

    tanto es en la falta de palabras donde la depresin encuentra su

    existencia. Se trata de una suspensin de la causa del deseo.

    La tica del psicoanlisis es una tica del bien decir, se trata de

    decir aquello en que el sujeto est concernido en ese punto de

    impasse que causa lo que lo alige. Por lo tanto, el psicoanlisis es la buena oportunidad para que ese proceso se ponga en

    marcha sostenido por la escucha analtica.

    Frente al nada para decir , introduce un ah hay algo que decir,

    que concierne al sujeto en su particularidad, algo que debe ser

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    dicho en su relacin al goce y al deseo, que si bien presenta un

    costado que escapa a la palabra, slo a partir de sta puede

    situarse.

    No implica volver a un estado anterior, sino intentar un estado

    indito en el sujeto, producir algo que lo lleve a enfrentar la fuen-

    te de su sufrimiento, de otra manera ms digna. Hace falta que

    el sujeto consienta a ceder algo de su goce, a confrontarse con

    la castracin, a atreverse a saber lo que el inconciente cifra.

    Es decir invitar al sujeto al coraje de la verdad, a enfrentar el

    dolor, al valor de recuperar su deseo.

    PALABRAS FINALESPensar como alojar el acto analtico en esta tendencia a la cosi-

    icacin a la que queda reducido el ser hablante con el avance de la ciencia y su uso, incluye como responder frente a los im-

    passes crecientes de nuestra civilizacin, retomando las ense-

    anzas de Freud y de Lacan. Pero tambin como intervenir en

    esas creencias colectivas que consumen lo que esos discursos

    les proponen - prometen, cuando nosotros justamente lo nico

    que prometemos es que en ningn caso se podr volver a lo que

    se era.

    Nuestro esfuerzo atae a los resultados teraputicos obtenidos,

    a la tica que los sostiene, a los dispositivos de evaluacin co-

    herentes con dicha tica que dan lugar a la singularidad sinto-

    mtica en su diversidad.

    En este contexto decimos que el diagnstico en Psicoanlisis

    resulta de un proceso muy distinto al de una simple ubicacin de

    los sntomas en una grilla y no se reduce a una operacin de

    saber exterior al sujeto padeciente. Por el contrario se trata de

    un proceso en el que cuenta fundamentalmente, la autoclnica,

    es decir, lo que el paciente tiene para decir.

    BIBLIOGRAFA

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    mentales (DSM IV), Barcelona, Masson, Captulos: Introduccin - Empleo

    de este manual - Esquizofrenia y otros trastornos psicticos - Trastornos

    del humor - Trastornos ansiosos - Trastornos somatoformes - Trastornos

    de la alimentacin.

    FREUD, S. (1919). Nuevos caminos de la terapia analtica.

    FREUD, S. (1915) Duelo y Melancola.Tomo XIV Obras Completas. Amorrortu

    E.

    GALLANO, C. Qu se esconde en las delicias de la depresin? En La depresin y el reverso de la psiquiatra Eolia Paids.

    LACAN, J. (1967). Breve discurso a los psiquiatras en el Hospital Sainte-

    Anne.

    LACAN, J. (1967). Intervencin sobre la transferencia. Escritos I. pg. 206

    LAURENT Eric. Psicoanlisis y salud mental, Ediciones Tres Haches

    LOMBARDI, G. y colaboradores. Proyecto P043 de la Programacin 2004-2007

    de UBACyT: La causalidad subjetiva en una situacin de urgencia social. El

    proceso diagnstico y los efectos teraputicos del psicoanlisis.

    SOLER C. (1996). El diagnstico.

    SOLER C. (1996) Un plus de melancola. Hojas Clnicas V. Publicacin Ctedra

    de Clinica de Adultos I UBA

    SOLER, C. Afecto y saber en Finales de anlisis . Editorial Manantial.

    ALGUNAS PUNTUALIZACIONES SOBRE LAS CONSECUENCIAS PSQUICAS DEL CAMBIO CATASTRFICO INHERENTE AL PERODO DEL CLIMATERIO

    Flores, Graciela Elena; Campo, Claudia Ins; Marchisio,

    Silvina Alejandra; Campo, Zunilda Gledys

    Universidad Nacional de San Luis. Argentina

    RESUMENEste trabajo constituye un recorte de un Proyecto de Investiga-

    cin perteneciente a la Secretara de Ciencia y Tcnica de la

    Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de

    San Luis. Este estudia los procesos de simbolizacin de las ex-

    periencias emocionales y la incidencia de sus perturbaciones en

    el crecimiento mental. El marco terico est constituido por las

    conceptualizaciones de Wilfred R. Bion y Donald Meltzer quie-

    nes postulan que la funcin del pensamiento es transformar la

    experiencia emocional en una forma simblica que pueda ser

    utilizada para pensar, soar, decidir y realizar acciones con sen-

    tido. El objetivo general de este artculo es indagar el estado de

    las funciones mentales como juicio, memoria, atencin, pensa-

    miento y diferenciacin entre realidad interna y externa, entre

    otras, en mujeres menopasicas. Se parte de la hiptesis que

    dicha etapa constituye un momento de cambio catastrico por las profundas transformaciones y por las turbulentas emociones

    implicadas en ella. El grupo en estudio qued constituido por

    doce mujeres cuyas edades se encuentran comprendidas entre

    los 39 y 55 aos. En este trabajo se analiza el material obtenido

    a travs de entrevistas clnicas semiestructuradas.

    Palabras clave

    Psicoanlisis Menopausia Emociones Simbolizacin

    ABSTRACTPSYCHIC CONSEQUENCES OF CATASTROPHIC CHANGEThis work is part of a Research Project funded by the Ofice of Science and Technology of the Faculty of Human Sciences,

    National University of San Luis which studies the symbolization

    processes of emotional experiences and the incidence of their

    disturbances in mental growth. The theoretical framework is

    based on the conceptualizations by Wilfred R. Bion and Donald

    Meltzer who postulate that the function of thinking is to transform

    the emotional experience into a symbolic form so as to be used

    for thinking, dreaming, making decisions and carrying out

    meaningful actions. The general objective of this work is to

    inquire into the state of mental functions such as judgment,

    memory, attention, thought and the differentiation between outer

    and inner reality, among others, in menopausal women. It is

    assumed that in the climacteric period, there is a catastrophic

    change due to the profound transformations and high emotional

    turmoils taking place. The sample is made up of 12 women aged

    between 39 and 55 years. The material analyzed was obtained

    by clinical semi-structured interviews.

    Key words

    Psychoanalysis Menopause Emotions Symbolization