4
LO QUE DEBE INCLUIR UN CHEQUEO GENERAL Fernando González G. Lejos de lo que debería ser una sana costumbre, la revisión de nuestro estado físico y mental se realiza cuando no hay otra salida, es decir, si hay dolor constante o si aparece alguna señal de que algo anda mal: mareos, desvanecimiento, aumento de la presión arterial o una "bolita" que nos asusta. La cultura del autocuidado está muy lejos de ser parte de nuestra idiosincrasia, ya que generalmente evitamos asistir a consulta médica si no nos duele nada, hecho que a la larga nos causa mayores complicaciones, pues un problema que se pudo haber evitado generará gastos, incomodidades, estudios especiales y, tal vez, convivir con una enfermedad crónica por el resto de nuestra vida. Así pues, conviene creer en la prevención que nos ofrece un chequeo general, el cual nos puede salvar la vida al detectar males antes de que se conviertan en graves, sobre todo si existen factores de riesgo como estrés, tabaquismo, alcoholismo o antecedentes familiares peligrosos que pudieran generar enfermedades como ciertos tipos de cáncer (colon, pulmón, piel, mama o próstata), así como afecciones cardiacas, problemas de hipertensión arterial o diabetes, entre otros. Aunque la edad para practicarse una prueba completa puede ser variable, los especialistas recomiendan que las personas que tienen entre 20 y 30 años de edad deben realizarse un estudio físico completo cada cinco años; de 30 a 40, cada tres; de 40 a 50 cada dos años y medio, y una vez por año cuando se rebasan los 50. Elección del médico Si ha decidido realizarse un estudio físico completo debe cerciorarse que el médico de su elección le brinde toda su atención y se interese por sus problemas, y no fiarse tan sólo del título profesional que cuelga de su pared, es decir, buscar a alguien que le explique con sencillez el origen de sus molestias y le brinde la calidez necesaria para que usted participe activamente en el tratamiento. Tenga en cuenta, si es la primera vez que asiste a consulta, que el especialista debe establecer una charla cordial, no sólo para conocerlo, sino para ganarse su confianza. Es muy importante que lo vea a los ojos mientras habla y evite recibir llamadas telefónicas, lo que significa que no está distraído. Asimismo, cuide que le brinde el tiempo necesario y no lo apresure, así como que sea capaz de describir con sencillez las características de la enfermedad o malestar que le aqueja pues, recuerde, el paciente no tiene la obligación de entender los términos científicos que acostumbran utilizar los médicos. Abra la boca y diga aaaaa… Lo primero que hará el especialista es una inspección general del paciente para saber si tiene alteraciones visibles como tics, uso de prótesis o problemas para respirar con normalidad, sin olvidar que será básico conocer su peso y talla. Luego de este primer vistazo hará una auscultación completa que empieza por la cabeza, revisando el cráneo y palpando que éste tenga la forma correcta, ya que puede haber huellas de traumatismos añejos que sean el origen de alteraciones en el presente. A continuación, se revisarán los ojos y los reflejos de la pupila, además de los oídos (con un otoscopio) para comprobar su integridad y descartar que estén alojados en ellos diminutos cuerpos extraños que pudieran provocar infecciones, o

Lo Que Debe Incluir Un Chequeo General

Embed Size (px)

DESCRIPTION

chequeo general de una persona

Citation preview

Page 1: Lo Que Debe Incluir Un Chequeo General

LO QUE DEBE INCLUIR UN CHEQUEO GENERAL

Fernando González G.

Lejos de lo que debería ser una sana costumbre, la revisión de nuestro estado físico y mental se realiza cuando no hay otra salida, es decir, si hay dolor constante o si aparece alguna señal de que algo anda mal: mareos, desvanecimiento, aumento de la presión arterial o una "bolita" que nos asusta.

La cultura del autocuidado está muy lejos de ser parte de nuestra idiosincrasia, ya que generalmente evitamos asistir a consulta médica si no nos duele nada, hecho que a la larga nos causa mayores complicaciones, pues un problema que se pudo haber evitado generará gastos, incomodidades, estudios especiales y, tal vez, convivir con una enfermedad crónica por el resto de nuestra vida.

Así pues, conviene creer en la prevención que nos ofrece un chequeo general, el cual nos puede salvar la vida al detectar males antes de que se conviertan en graves, sobre todo si existen factores de riesgo como estrés, tabaquismo, alcoholismo o antecedentes familiares peligrosos que pudieran generar enfermedades como ciertos tipos de cáncer (colon, pulmón, piel, mama o próstata), así como afecciones cardiacas, problemas de hipertensión arterial o diabetes, entre otros.

Aunque la edad para practicarse una prueba completa puede ser variable, los especialistas recomiendan que las personas que tienen entre 20 y 30 años de edad deben realizarse un estudio físico completo cada cinco años; de 30 a 40, cada tres; de 40 a 50 cada dos años y medio, y una vez por año cuando se rebasan los 50.

Elección del médico Si ha decidido realizarse un estudio físico completo debe cerciorarse que el médico de su elección le brinde toda su atención y se interese por sus problemas, y no fiarse tan sólo del título profesional que cuelga de su pared, es decir, buscar a alguien que le explique con sencillez el origen de sus molestias y le brinde la calidez necesaria para que usted participe activamente en el tratamiento.

Tenga en cuenta, si es la primera vez que asiste a consulta, que el especialista debe establecer una charla cordial, no sólo para conocerlo, sino para ganarse su confianza. Es muy importante que lo vea a los ojos mientras habla y evite recibir llamadas telefónicas, lo que significa que no está distraído. Asimismo, cuide que le brinde el tiempo necesario y no lo apresure, así como que sea capaz de describir con sencillez las características de la enfermedad o malestar que le aqueja pues, recuerde, el paciente no tiene la obligación de entender los términos científicos que acostumbran utilizar los médicos.

Abra la boca y diga aaaaa…Lo primero que hará el especialista es una inspección general del paciente para saber si tiene alteraciones visibles como tics, uso de prótesis o problemas para respirar con normalidad, sin olvidar que será básico conocer su peso y talla. Luego de este primer vistazo hará una auscultación completa que empieza por la cabeza, revisando el cráneo y palpando que éste tenga la forma correcta, ya que puede haber huellas de traumatismos añejos que sean el origen de alteraciones en el presente.

A continuación, se revisarán los ojos y los reflejos de la pupila, además de los oídos (con un otoscopio) para comprobar su integridad y descartar que estén alojados en ellos diminutos cuerpos extraños que pudieran provocar infecciones, o bien, que haya excesiva acumulación de cerumen que obstruya las paredes del conducto auditivo externo.

Es también importante revisar minuciosamente las fosas nasales para saber si están suficientemente hidratadas, si hay exceso de moco o si los cornetes (estructuras que se encargan de humectar y calentar el aire que respiramos) están irritados.

El siguiente paso será verificar boca y garganta, para lo cual se utiliza lámpara y abatelenguas, herramientas con las que se verificará la salud de las amígdalas, y si hay moco, irritación o alguna infección; simultáneamente, verificará la posición de las piezas dentales, la falta de éstas o el desplazamiento de alguno de los dientes, así como la existencia de caries o sarro; del mismo modo, deberá concentrarse en el aspecto general de la lengua, su coloración y si existe sebo debido a mala higiene, lo que es potencial foco de infección.

Para terminar con esta parte debe revisarse el cuello y los ganglios del mismo, para identificar posibles tumoraciones o contracturas y, eventualmente, el crecimiento de la glándula tiroides (bocio).

Page 2: Lo Que Debe Incluir Un Chequeo General

Parte mediaSe revisan los órganos alojados a la altura del tórax: el corazón por supuesto, para investigar si hay arritmias, soplos o "chasquidos", señales que indican la necesidad de estudios complementarios (electrocardiograma y prueba de esfuerzo) para comprobar o descartar alguna lesión de gravedad.

Algo similar ocurre con los pulmones. Para conocer la capacidad respiratoria de la persona en cuestión se utiliza el estetoscopio y, complementariamente, se realiza sencilla prueba: el médico coloca una mano en el pecho y la otra en la espalda, a la misma altura, y le pide al paciente que inhale y exhale para saber si su tórax tiene la capacidad mínima para expandirse, lo cual se comprueba si las manos del especialista se separan sin dificultad de la zona descrita al menos 3 centímetros.

Recuerde que es de suma importancia, asimismo, que su médico realice la exploración de las mamas (sea hombre o mujer) para descartar la presencia de inflamación o tumoraciones que pudieran corresponder a las primeras etapas de cáncer.

El abdomen no puede escapar al estudio, y para ello se requiere de una palpación cuyo objetivo es constatar la consistencia de los órganos que se localizan en esa zona y algún posible crecimiento de los mismos (por ejemplo, hígado, que supondría posible caso de hepatitis).

Últimos pasosAunque la revisión de los genitales requiere la participación de un especialista (urólogo para hombres y ginecólogo en el caso de las mujeres), al practicarse un chequeo general el médico deberá preguntar sobre la salud de estos órganos y realizar breve exploración para, de existir alguna posible anomalía, canalizar al paciente a un experto que corrobore o descarte alguna sospecha inicial.

Finalmente, el facultativo deberá revisar el estado general de las articulaciones (tobillos, rodillas, codos y muñecas), comprobar su capacidad para rotar sin dificultad y que no haya dolor al manipularlas, para culminar con un reconocimiento de las palmas de las manos y las plantas de los pies, lo cual está indicado para verificar si existe la sensibilidad nerviosa adecuada.

Así, la historia clínica se completará cuando el médico interrogue al paciente sobre sus hábitos alimenticios, tipo de dieta, tiempo que dedica a la práctica deportiva y las labores que desempeña a lo largo del día. Será igualmente importante que pregunte sobre su actitud mental, las horas que duerme diariamente y si padece estados de estrés, nerviosismo, depresión o ansiedad, información de suma importancia para sugerir la visita a un psiquiatra o psicólogo.

Estudios complementariosUna vez que se hayan cumplido cada uno de los pasos descritos, el médico podrá determinar el estado general de salud y recomendará la práctica de estudios complementarios si encontró alguna alteración, o bien, si la causa de algún malestar es idiopática, es decir, si el origen del padecimiento es desconocido. Los principales son los siguientes:

Perfil de lípidos. Identifica la presencia de las grasas contenidas en el cuerpo, incluyendo colesterol y triglicéridos. Este estudio previene el riesgo de enfermedades cardiacas y es recomendable practicarlo a partir de los 20 años, y si los resultados son normales repetir cada cinco.

Biometría hemática completa. Determina anemia y tipo de sangre, y los especialistas sugieren que se haga anualmente a partir de los 20 años.

Química sanguínea. Mide el nivel de glucosa en sangre, y es recomendable que se practique cada año (sobre todo si se padece obesidad) a partir de la segunda década de vida.

Ojos. Lo ideal es practicarse una exploración oftalmológica cada año, desde temprana edad, necesaria para definir la calidad de visión e identificar si existe miopía, astigmatismo e hipermetropía, además de posibles lesiones en retina (que puede indicar diabetes) y otros padecimientos, como cataratas, enfermedad que aparece como consecuencia de la degeneración natural que paulatinamente se produce en los tejidos de una parte del ojo llamada cristalino, que hace que la visión sea borrosa, ocasionando aturdimiento, deslumbramiento fácil con la luz y problemas de visión nocturna.

De igual forma, este estudio permite identificar si hay glaucoma, enfermedad que se produce por el aumento de la presión intraocular cuando se acumula fino fluido llamado humor acuoso, o degeneración macular relacionada con la edad (padecimiento que afecta a la macula o parte interna de la retina) que provoca desajuste en la zona central del campo visual y la pérdida de la capacidad para poder ver los detalles pequeños y finos de una imagen.

Page 3: Lo Que Debe Incluir Un Chequeo General

Presión sanguínea. Prueba que sirve para detectar tempranamente problemas relacionados con la presión arterial, sea ésta alta o baja. Es conveniente que su médico la verifique cada vez que acuda a consulta; recuerde que el rango normal oscila entre 120-80 para los hombres y 110-70 (milímetros de mercurio) en el caso de mujeres.

Tomografía y resonancia magnética. Sirven para detectar posibles tumores, coágulos u obstrucción en vasos sanguíneos, lo que puede ser el antecedente de infarto cerebrovascular, aunque este tipo de estudio se lleva a cabo solamente cuando el especialista lo juzga conveniente.

Perfil tiroideo. Sirve para medir el posible desequilibrio en las hormonas de la glándula tiroides, la cual determina la manera como los nutrientes son aprovechados por el organismo y que la mayoría de los órganos cumplan su función adecuadamente. Lo más común es que el médico lo ordene si tiene alguna sospecha fundada sobre alguna alteración, como crecimiento glandular o formación de nódulos (tumoración).

Perfil hormonal. Medición de las principales hormonas, como la insulina y la de crecimiento, así como las relacionadas con la actividad sexual (testosterona y progesterona) información que resulta fundamental sobre todo cuando las mujeres se encuentran en la etapa reproductiva y sufren cambios en su ovulación y, por consiguiente, problemas de infertilidad. De suma importancia resulta también para conocer los cambios ocurridos durante el periodo de la menopausia (que aparece, en promedio, a los 50 años de edad), el cual se caracteriza por la terminación de la menstruación y la presencia de molestos síntomas como bochornos (oleadas de calor), depresión, dolores de cabeza y resequedad vaginal, así como pérdida del apetito sexual.

En el caso de los hombres, el perfil hormonal ayuda a explicar una posible disminución en la calidad de los espermatozoides, problemas de esterilidad y la pérdida de deseo sexual, elementos que tienden a incrementarse a partir de los 60 años de edad (andropausia).

Mastografía. Análisis de los senos femeninos para detectar a tiempo una lesión cancerígena; es necesario cumplir con esta prueba una vez al año al rebasar los 45.

Es una realidad que las expectativas de vida para los mexicanos se han incrementado en los últimos tiempos, pero también lo es que cada vez con más frecuencia aumenta el número de personas que padecen enfermedades crónicodegenerativas (diabetes, obesidad, artritis, entre otras), lo cual se debe, en gran parte, a la falta de cultura preventiva. Ayude a que estas cifras se reduzcan, es sencillo, preocúpese por la salud de su cuerpo.