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Lo que el viento no se llevó Gracias al internet, la piratería y algunos puestos ambulantes con prodigiosos catálogos en DVD, como el que custodia la puerta trasera de la Cineteca Nacional, si se quiere conocer las grandes obras de la cinematografía ya no es necesario visitar un cineclub para iniciados y amantes de la incomodidad y los malos proyectores. Ahora es posible programar un maratón de neorrealismo italiano sin salir del cuarto y hacer una revisión completa de la filmografía de cualquier director desde la comodidad de una cama. ¿Para qué entonces pagar un boleto para ver una película vieja, que ya nos sabemos de memoria y por la cual antes desembolsamos una fortuna en una caja de Blu- Ray? El tamaño de la pantalla y la calidad del sonido sin duda son un factor, pero más allá de las particularidades técnicas de una sala THX, ir al cine es primordialmente una cuestión ritual, una experiencia mística junto a un montón de desconocidos a quienes nunca dirigimos la palabra y sin embargo nos une la misma locura. Como diría Canetti, cuando la masa se apelmaza y va a un mismo lado todos somos iguales. El medio es el mensaje, respondería Mcluhan. Hace algunas décadas en la Ciudad de México se podían repasar los clásicos en varios espacios comerciales dedicados a la exhibición de películas antiguas, buenas y malas, proyectadas en 35 mm: el Bella Época (hoy librería

Lo que el viento no se llevó

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Crítica de cine publicada en Metrópoli Ficción

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Lo que el viento no se llev

Gracias al internet, la piratera y algunos puestos ambulantes con prodigiosos catlogos en DVD, como el que custodia la puerta trasera de la Cineteca Nacional, si se quiere conocer las grandes obras de la cinematografa ya no es necesario visitar un cineclub para iniciados y amantes de la incomodidad y los malos proyectores. Ahora es posible programar un maratn de neorrealismo italiano sin salir del cuarto y hacer una revisin completa de la filmografa de cualquier director desde la comodidad de una cama. Para qu entonces pagar un boleto para ver una pelcula vieja, que ya nos sabemos de memoria y por la cual antes desembolsamos una fortuna en una caja de Blu-Ray? El tamao de la pantalla y la calidad del sonido sin duda son un factor, pero ms all de las particularidades tcnicas de una sala THX, ir al cine es primordialmente una cuestin ritual, una experiencia mstica junto a un montn de desconocidos a quienes nunca dirigimos la palabra y sin embargo nos une la misma locura. Como dira Canetti, cuando la masa se apelmaza y va a un mismo lado todos somos iguales. El medio es el mensaje, respondera Mcluhan.

Hace algunas dcadas en la Ciudad de Mxico se podan repasar los clsicos en varios espacios comerciales dedicados a la exhibicin de pelculas antiguas, buenas y malas, proyectadas en 35 mm: el Bella poca (hoy librera Rosario Castellanos), el Elektra (hoy Cinemex Reforma) y una de las dos salas con que contaba PECIME (hoy un edificio en ruinas), Periodistas Cinematogrficos de Mxico, organizacin encargada del manejo de los espacios, la programacin y la difusin de los ciclos. Su director, Guillermo Vzquez Villalobos, comandaba tambin la seccin de Espectculos del por fortuna extinto Heraldo de Mxico (diario de derechas que hara parecer hoy al Reforma un peridico anarco), donde trabajaba tambin un cementerio de buenos crticos que fueron junto a don Memo esenciales en mi educacin sentimental: los cuatrocientos golpes los di a una vieja mquina de escribir en aquella sala de redaccin. Sin embargo, para desgracia del pblico, un periodicazo mal calculado le cost a Vzquez Villalobos la operacin de las salas, que tuvo que dejar a regaadientes en manos del gobierno mexicano, capaz de estropear cualquier buen proyecto, y no volvi a pararse en un cine hasta que el alcohol y el volante le quitaron la vida. El sueo de contar con lugares especficos para presenciar pelculas antiguas, como en Pars y Nueva York, se enfrent de pronto a la triste realidad mexicana.

A finales de los aos noventa la entonces empresa lder de la industria, Cinemex, revivi la idea en un stano de Polanco, guarida de snobs que de vez en cuando abarrotaban las salas para ver El padrino o Vrtigo en versiones restauradas. El xito anim a la Cineteca Nacional a programar en cada una de las Muestras el reestreno de algn clsico, tradicin que dur ms de una dcada y donde los Welles y Buueles convivieron con sus herederos creativos, a veces ganndoles en vanguardismo y actualidad: Sombras del mal cuenta mejor la temtica de la frontera que cualquier otra pelcula mexicana de los ltimos tiempos. Aunque algunas de las revisiones ahuyentaron al pblico, otras han sido muy bien recibidas por los jvenes, interesados cada vez ms en el cine como medio de comunicacin y no como un simpe escaparate de las producciones de Hollywood.

Desde hace algn tiempo las salas de ambas cadenas han diversificado su oferta: partidos de futbol americano, soccer, conciertos de rock, transmisiones de pera, el captulo final de una serie de televisin y recientemente clsicos de la cinematografa. El cine ha dejado de ser cine nada ms. La ltima vez que pis el Diana la escalinata principal era escoltada por ocho carteles, de los cuales seis no correspondan a cintas de estreno. Meses atrs la exhibicin simultnea de Cinema Paradiso en varios complejos result un gran xito (boletos agotados con das de antelacin), lo cual persuadi a los exhibidores de que el buen cine, sin importar cundo fue hecho, poda ser buen negocio. La lista de pelculas incluye algunas recientes como La vida es bella o Pulp fiction, obras esenciales del gnero de terror (Halloween, El resplandor) o los clsicos de los clsicos que nacieron as desde su primer da de filmacin, incluyendo el mayor de todos: Lo que el viento se llev, que celebr 75 aos y prob su eficacia melodramtica en las nuevas generaciones, pues fui testigo de cmo un grupo de adolescentes corra literalmente al bao en el intermedio para no perderse ni un minuto de la historia, y al final terminaron entre ayes y exclamaciones de emocin como el resto de nosotros, llorando a raudales como si furamos Scarlett OHara recin abandonada por Clark Gable.

Podra intentar exponer en las siguientes lneas la diferencia que hay entre exhibir un clsico en 35 mm o en un proyector digital, y las virtudes y defectos que conlleva, sin embargo no puedo extenderme ni un minuto ms y debo apresurar el punto final. Corro el riesgo de llegar tarde. Casablanca me espera.

Julin Robles