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Lo que habita dentro

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Loquehabitadentro

MalenkaRamos

Page 3: Lo que habita dentro

1.ªedición:julio,2017©2017byMalenkaRamos©EdicionesB,S.A.,2017ConselldeCent,425-427-08009Barcelona(España)

ISBNDIGITAL:978-84-9069-043-7

Graciasporcompraresteebook.Visitawww.edicionesb.comparaestarinformadodenovedades,noticiasdestacadasypróximoslanzamientos.Síguenosennuestrasredessociales

Maquetaciónebook:[email protected]

Todoslosderechosreservados.Bajolassancionesestablecidasenelordenamientojurídico,quedarigurosamenteprohibida,sinautorizaciónescritadelostitularesdelcopyright,lareproduccióntotaloparcialdeestaobraporcualquiermediooprocedimiento,comprendidoslareprografíayeltratamientoinformático,asícomoladistribucióndeejemplaresmediantealquileropréstamopúblicos.

Page 4: Lo que habita dentro

Elconejonoestáaquí,sehamarchadoestamañana,alatardevolverá.¡Huy!,yaestáaquí,haciendoreverencia.Túbesarásaquientegustemás.

(Canciónpopular)

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Contenido

PortadillaCréditosCita

PRIMERAPARTE.BUNNYELCRUEL12345678910111213141516171819202122

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23242526

SEGUNDAPARTE.HOGAR,DULCEHOGAR2728293031323334353637383940414243

TERCERAPARTE.LAMADRIGUERA44454647484950

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5152535455565758

Agradecimientos

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PRIMERAPARTE

BUNNYELCRUEL

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10deoctubrede2016Madrid

—Teníamiedo—afirmóLisa—.Peronoeraunmiedoracional,siesqueunosniñosdeonceydoceañospodíancontrolaresetipodesensaciones.Eraunterrorqueibamuchomásalláycuandoentramosenlacasaseacentuó.Lasensacióndequealgonosvigilabaeracadavezmásintensa.Creoque,aunquenadiedijonadaporque lamayoría eranchicos, todos teníamos lamismapercepción.A findecuentaséramosniños,¿sabe?Losniñossientenyvencosasquelosadultosnopuedenniimaginar.

EldoctorDelRíolaobservódesdeelsillóndecueroydesvióligeramentesusgafashaciaabajoparaescribiralgo.Unasuaveaureoladepelocanoamododecoronaparecíabrillarporlaluzqueentrabaporlaventana.Lascortinasvenecianastintineabandetrásdeél.Laclaridadquesefiltrabagolpeabasunuca.Todaslasarrugasqueseformabanensurostroadquiríanunaprofundidaddecicatrices.

—Pero volvieron esas pesadillas, esos sueños recurrentes de tu infancia—dijo—. ¿Cuándo fue laprimeravezquevinisteaverme?

Lisapareciómeditarunossegundosantesdecontestar.—Creoquehacecatorceaños.—Yenesemismomomentovolvíasasoñarcontodoloquetesucedióhaceveinticinco.Tenías las

mismaspesadillas,Lisa.Mezclarlarealidadconlafantasíaenunaetapadetuvidatandelicadacomolapropiainfanciaesmáscomúndeloquepensamos.Escomolosniñosseprotegendelaverdado,deotromodo, como ven ellos la realidad solapada con una imagen distorsionada de lo que fue toda aquellacatástrofe.

«No,doctor,esoesloquesusestudiosdicen,loquenosenseñanenlasfacultadescuandosetratadeniñoscon traumasen la infancia;pero todos lovimos, todosvivimosesanochedelmismomodoyélestabaallí.BunnyelCruel seapareciódelantedenuestrasnaricesy fuecuando todosedesató.Y fueculpanuestra,doctor.Fueúnicayexclusivamenteculpanuestraporentrarallí.»

Eldoctorlamiróconlosojosentornadosparaluegoasentir.—Hace tiempo te expliqué que esas pesadillas se producen durante la fase REM. Cuando uno se

despierta lo recuerda todo.Nosolopasacon losniños,Lisa,esos terrorespuedenarrastrarsehasta lamadurez.Seproducentrastornospordepresión,ansiedadacompañadaderecuerdostraumáticosvividosoinclusotemidos,ytúahoravuelvesarecordarlo.Omásbientucerebro,lapartenoconsciente,telorecuerdaatravésdeesaspesadillas.Perovolvamosaesedía—dijoacomodándose—.Volvamosalaraízdetodo.Asuinicio.Hacecatorceañosvinisteconlosmismossíntomasyhablardelasuntocalmóesosterrores.Empezaremosporelprincipio.

Lisasuspiró.Lacamisaquellevabaleapretabaterriblemente lospechosynoestabacómodasobreaqueldivánconunafaldatancorta.Secolocódeunmodomenos«lamentable»ypensóqueeldoctorera

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demasiado viejo para fijarse en aquellas tonterías que a ella le pasaban por la cabeza. Se manteníaconcentrado en supapel, anotando comoun loco cadapalabraque salía de suboca.Con lo fácil quehubiesesidoencenderunagrabadora...

—Nos llamábamos los Supersónicos, por la serie de dibujos animados. Tener dos canales detelevisión era algo normal, no como ahora, que tenemos doscientos y no damos con algo interesante.Antestodoerainteresanteporqueeranuevo.PodíamosverdibujostaninfumablescomoLosososGummioLas tortugas Ninja, que era una serie que les gustaba mucho a mis amigos; también estaban LosTransformersytodasesascosasdechicosyquebásicamenteyodisfrutabaigualaunquefueraunadelaspocas chicas de los Supersónicos. Los adultos, por otro lado, dormían la sobremesa con algunatelenovela,veíanHombrerico,hombrepobreoFalconCrest.ACedricleencantabaSpenser,detectiveprivado (lorecuerdomuybienporqueCedricresultababastantecargantecuandoalgoleobsesionaba),StarmanoinclusoBallesta.

Lisasoltóunarisalentayperezosa.ViolaimagendesumadreapurándoseparalacenaydeesemodopoderverSábadonocheyEltiempoesoro.

—Yo siempre llegaba del colegio sobre las cincode la tarde.Mimadreme tenía preparadas unasrebanadasdepanconNocillaysolíasentarmesolaoconEnma,mimejoramiga,cuandomeacompañabaacasa,paraverBarrioSésamo.Eraunritualdespuésdelcolegio.Perohastaesoloperdimosdespuésdeloquesucedió.

Sí.HabíanentradoenlacasaCamelle,lamansiónmásantiguayfantasmagóricadeSanPetri,quenisiquieraelayuntamientodeseabacomobibliotecapúblicao lugarde recreo,yhabíansubidodesdeelsótanohastaelpisosuperior,observandocadadetalledeaquellugarenfilaindia.EncabezaibaClaudiodeMateo,luegosuhermano,Dani,ella,Enma,CedricyBruno.

—EraelSamhain.UnafiestamuysimilaraHalloween.NotodoslospueblosdelacostadelaMuertesolían celebrar ya esa festividad heredada de los celtas, pero en San Petri las antiguas costumbresseguíanestablecidasenlapoblación.Éramosunpueblodeinterior,aunqueapocoskilómetrosestabanlascostas,yconellastodaslasleyendasquenuestrospadresyabuelosnoscontarondesdequetengousode razón. Supongo que, como pueblo sin playa y sin una leyenda que narrar, nuestra «comunidad»manteníalanochedebrujascomoalgosuyo,algoquenopodíanarrebatarles.

—¿Terefieresalastragediasdelosbarcoshundidos?Lisaafirmómuydespacio.—Creoquesí.Loquequierodeciresquecadapueblodelacostateníasushistorias.EnCorcubiónse

hundieronveinticincobarcosdelaArmadaespañolaenelsigloXVIymurieronmásdemilsetecientosmarinerosbajounatormentadevastadoraquelostumbó.ElSerpentnaufragóenCamariñas.Mipadremecontóqueeraunbuqueinglésinmenso,conseiscañonesytrestuboslanzatorpedos,yquesinembargoesamodernidadenaqueltiemponolesirviódenada.Muriócasitodalatripulación,aexcepcióndetresmarinerosquesesalvaronporlospelos.EnelpueblomáscercanoaSanPetri,Camelle,naufragóelCityofAgraenelaño1897,ycasitreintaañosdespués,elNil,uncarguerofrancés.Despuésuncarbonerogriegoyen1955elOlympe...Loquetratodedecirleesquemequedaríacortahablandodenaufragios,

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porque todavía existen muchos más. Nosotros crecimos con todas aquellas historias de marinerosinglesesflotandoenaguasgallegas;loshermanosmayoresasustabanalospequeñoscontodoaquello,yaunquelopasábamosrealmentemal,enelfondo,erapartedenuestrainfancia.Construirunacabañaenun árbol y hablar de fantasmas en las costas próximas nos divertía, y mucho. Aunque nosotros noteníamos costa ni fantasmas, o eso creíamos.Así que la noche de brujas se celebraba casi con ciertalocura,nosdisfrazábamoscadaañodeloquenosdieralaganayrecorríamoslascallesdeSanPetriconcubitos de plástico pidiendo caramelos. Al final la granmayoría de los disfraces eran demarinerosmutiladosconcangrejosenloshombrosenvezdeloros.

—Ylacasaerapartedeesaspocascosasquevuestropuebloposeíacomopropias—alegóeldoctor.—Asíes.HabíamosescuchadoantiguashistoriasdelacasaCamelle.Habíasidoconstruidaporuno

de los pocos supervivientes de uno de los naufragios, aunque nadie sabía muy bien de cuál. UnoscontabanqueaquelmarinerosecasóconunamujerdeSanPetriyquedespuésdetenermuchosnietoslosmató a todos cuando se volvió loco. Nadie encontró los cuerpos, o al menos eso decían los que sellamaban a símismos «cronistas» del pueblo.Hablaban de que la casa se había construido sobre unantiguopozotanprofundoquemuchosdecíanquellegabaalmar.Lacasasequedótotalmentevacíayaporlosañoscuarenta,yen1987,queeracuandonosotrosentramosporprimeravez,estabaapuntodederrumbarse.Erabastantetétrica.Estaballenadecucarachasyratas,algoquecomprobamosnadamásbajaraaquelsótano.Porsupuestohabíaunpozo,peronolovimoshastaquesalíamosdeallí.

—Despuésderecorrerlacasa—dijoeldoctorDelRío,releyendosuantiguoinforme—,subisteisalpisosuperioryosasomasteisalaventana.

—Ysaludamosa los chicosdelSanGregorio,queaúnesperabanabajo casi tanmuertosdemiedocomonosotros.Esosmuchachosnoshabíanvistodiscutiren lacalleporqueunodemisamigosqueríaentrareinspeccionarlacasa;nosvieronconnuestrasbicicletasy,comosiempre,fueronconlaintenciónde buscar pelea, de quitarnos nuestros caramelos y reírse de nosotros. Eran cosas normales.No eranmaloschicos,peroseconsiderabandemasiadoadultosynoloeran...

Lisacontrajoelrostroenunamuecadedoloryduda.Teníaelpelorecogidoenunacoletabaja,perolollevabademasiadolargoyaveceslemolestaba.Seacariciólosmechonesconlasuñasysediocuentadequetemblaba.

—Loschicosalosqueasesinaroneranlosqueesperabanfuera,¿noesasí?—Entraron cuandonos oyerongritar...Creyeronquenos habíamos caídoo queparte del sótano se

habíavenidoabajo,sabeDios,peroentraron...Hizounapequeñapausayseinclinóeneldivánparabajarselafaldaybeberunpocodeaguaqueel

doctorDelRíosiempredejabaenunamesitaauxiliar.Sentíalagargantasecaylepicabanlosojos.Nodeseabarecordar.

—Subimosalpisodearribacomoprometimos—prosiguió—.Recorrimoscadahabitación;algunasnoteníanmásqueunsomierdestartaladoounarmarioviejodemadera.Lacocinaestabainfectadadecucarachasytodavíahabíaplatosconrestosdecomidacasimomificadaenelfregadero.Yluegoestabaaquelsalón,repletodemueblesviejoscubiertosdesábanasyconunpianodecola.Vimosunpequeñojoyero sobre la chimenea.Creímos que sería una buena prueba de que habíamos estado allí y nos lo

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llevamos.Daniloguardóensubolsillodelpantalón.Aquelloabultabamucho,peroledioigual.Dentrohabía variasmonedas de lo que parecía oro. Quizás eranmonedas de los naufragios, o eso creímos.Luegovolvimosalsótanoparasalirdelacasayfuecuandovimoselpozo.

Cerró losojosyevocóaquelmomento.Elpozoestabasituadoenunrincóndeaquelsótano.Habíaestanterías repletas de tarros de cristal con lo que parecían conservas, cajas demadera apiladas pordoquierencadaunodelosextremosy,alfondo,elpozo.Seelevabaunostreintacentímetrosdelsueloyestaba cerrado con una tapa circular demetal. Claudio quería abrirlo, peroCedric estaba demasiadoasustado.Enmallorabaporlosnervios,yDaniyBruno,elchicodelSanGregorio,nisiquierasemovían.

—Abristeiselpozo—oyódeciraldoctor.—Sí. Claudio yBruno eran losmás fuertes. La curiosidad con doce y quince años era demasiado

intensacomoparasalirdelacasasinverloquehabíadentro.Habíaunabombillacolgandodeltechoy,paranuestrasorpresa,funcionaba.CuandoDanilaencendiócreoquenosasustamosaúnmás,porquenosvimoslascarasdepánico.Yahabíasidobastanteterriblerecorrerlacasayenaquelmomentoestábamosdelantedeaquelpozoynosimaginábamoscasicualquiercosa.

Eldoctorpasóvariaspáginasysequedóduranteunosinstantespensativo.Luegoledirigióunamiradaperezosa.

—Perohacecatorceañosmencionastequeenunadelashabitacioneshabíaisencontradojuguetes.Lisaasintió.—Juguetes.Sí.Escierto.Estabandesperdigadosporelsuelodeunadelashabitaciones:untiovivode

metal con varios caballitos de latón, algunamuñeca de trapo (con los ojos de botones cosidos de unmodotorpeoacelerado)ycanicas.Luego,enotradelashabitaciones,encontramosuntractordePayá,cochesdehojalata,unanoriayuncarricochedelomáshorrible.

«Se movieron. Las canicas rodaron por las tablas de madera; el tiovivo empezó a girar comoempujadoporunamanofantasmal,yelcarricocherodóhastalapuerta.»—¿Yquéfueloqueosasustó?—Supongoquetodoengeneral—mintió—.Cuandounniñotienemiedocontagiaatodoslosdemás.

Enmachillócomounaratadecampo,empujóaCedric,queyadeporsíestabamuertodemiedo,yalfinal todos salimos corriendo escaleras abajo para volver al sótano y salir pitando de aquel lugar.SupongoquecuandogritamosloschicosdelSanGregorioseasustaronbastanteyentraronparaversisuamigoestababien.

«Yluegoestabaelpozo,yaquelmagnetismotanintensoquenoshizofrenarensecoysituarnosasualrededor.ElpozoCamelleiluminadoporlaluzamarillentayvacilantedeunabombillaquenodeberíahaber funcionado. El chasquido de la tapa de metal cuando Dani y Bruno desplazaron con bastanteesfuerzoaquelpesohaciaun ladoyelgolpedeairequenosembistióa todosynosdejópetrificadosduranteunossegundos.»

—Continúa.—Creo que por un momento no nos movimos y nadie dijo nada. Solo podíamos oír el sonido

aceleradodelaventanamientraselhermanodeBrunoylosotrosdoschicosasomabanlascabezas,algoasustados, para ver por qué habíamos gritado y hecho tanto ruido cuando bajamos como caballos de

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carreraselsegundopiso.Elpozoestabamuyoscuro.FueDavid,elhermanodeBruno,elquecogióunpequeñoguijarrodelsueloy lo lanzódentrocon la intencióndeaveriguarsuprofundidad—murmuró.Soltó un jadeo ahogado y deseó con todas sus fuerzas haber podido encender un cigarro antes decontinuar—.Nooímosnada.Niunsoloruidoogolpe,yesoqueesperamos.Esperamosmuchotiempo,peronosonó.EntoncesDavidgritóinclinándosesobreelpozoalgocomo«¡Eh!,¿hayalguien?».Oalgoasí.Cedricsusurróconapenasunhilodevozqueelpozoparecíaquesíllegabaalmar,algoqueprovocólarisadeBruno;yluegoestabaDani,conlavistaclavadaenelagujero,lascejasarrugadasenungestodeconcentraciónyaquellamanerademoverlosojosdederechaaizquierdacuandopensaba...

Lisa hizo una pausa y sopesó sus propios recuerdos. El sonido del aleteo todavía resonaba conintensidadensucabeza.Elpozoteníaunospequeñospeldañosmetálicosquedescendíanhastaelmismoinfierno. Eso era lo que Dani miraba con tanta curiosidad, aquellas barras metálicas clavadas en lapropiapiedradelinteriordelfosoquelerecordabanalasescalerillasdelaspiscinasoalosanclajesmetálicosdelospostesdeluz.

«Sepodíabajar,perotambiénsubir.»—Osfuisteiscorriendodeallíyluegocomenzótodo—afirmóeldoctor.Ella lomiródesde lomásprofundode sus pensamientos y afirmómuydespacio, porqueno estaba

dispuestaacontarloquerealmentehabíapasado.Noeranecesario.Éljamáslacreería,comotampocolohicieronsuspadresoelpolicíaquelesinterrogódíasdespués.

«Alfinal losniñosolvidantodo,oesocreen.Duranteuntiempo.Luegounocreceysehaceadulto.Uno recuerdamuchas cosas, pero también pierde recuerdos que en sumomento fueron importantes.Aveces,soloaveces,unofingequenoseacuerda,peroviveatormentadodurante todasuvida.Ysigueabriendo el armario antes de acostarse,mira debajo de la camao escucha detrás de una puerta.Eresadulto,sí,condemasiadaspreocupacionesentuvidaquetehacenolvidartedeloqueundíafuiste,perolosterroressiguenahí,martilleándotelacabezacadavezqueapagaslaluz.Perotúsiguesencendiendouna lamparitademesaparanodormir totalmenteaoscuras,comprasunacasasinsótano,mirasporelretrovisorinstintivamentecreyendoqueverásaalguiensentadoenelasientodeatrás...Eresadulto,sí,perotusmiedos,también.»

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31deoctubrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Comenzódeunmodoaccidental,delmismomodoqueempiezaunatormentadeverano,oinclusodelamismamanera que elmar—hasta entonces en calma— se retrae para volver y devorarlo todo enabsolutosilencio.Nohaynadayluegoestá.Despuésesmuchomásdifícildeshacersedeello.Lomismopasaconlosterroresnocturnos,laspesadillasqueserepitenunayotravezenbucle.Siempredebajodelacamaoenelarmario.Siempreeneserincónoscurodondeseapilalaropaoseguardanlascajasdejuguetes.Unovealgooquizáno,quiénsabe...Peroestá.Siempreestá.

Ellosestabanenel lugaridóneoyenelmomentomásoportuno.CedricConrad,vestidodecubodeRubik, porque su madre había metido el traje de momia en la lavadora y se había desteñido hastaalcanzaruntonorosa.Sinduda,paraCedric,irdemomiarosaeraunapesadilla,lomásparecidoaunsuplicio.Pornadadelmundosehabríapuestoaqueldisfrazdescolorido,noqueríaarriesgarseaquelosniñosdelSanGregoriolepillaranenmitaddelpuebloylelanzaranpiedrasdesdesusbicicletas.Cedricerapequeñoydesgarbado,aunquesumadresolíadecirlequeyacrecería,queaúnteníaonceañosyelestirón llegaba después. Su padre, un ingeniero norteamericano trasladado por su empresa para elproyectodelosnuevosdiquesqueseproyectabanparavariospuebloscosteros,nosolíaestarencasa,asíquenovioasuhijosuplicandoderodillasasumadrequenolepusieraaqueltrajerosa.

EnaquelmomentoestabadelantedelacasaCamellejuntoasusamigos:DanideMateoconuntrajedevampiroysuhermanoClaudio,unañomayorqueél,demafioso;luegoestabanLisaBarral,vestidadebrujaconungorroenpuntaquebienpodríahaberlessacadounojocadavezqueseagachaba,yEnmaLago,deniñadelacurva,oesodecía.Ibaconuncamisónblancohastalostobillosyunaszapatillasdelmismocolorquesolíausarparagimnasia.Sehabíapintadounasterroríficasojerasgrisesbajolosojosysolo conmirarla a uno se le erizaban los pelos de todo el cuerpo.Cedric era bastantemiedoso, todohabía que decirlo, y en ese instante,mientras sujetaba la bicicleta y observaba aDani con expresióncircunspecta,analizandolosampliosventanalesdelafachadanortedelacasa,sintiómiedo.

—Nome gusta nada esta casa—dijoLisa con aire desenfadado,mientras se acoplaba la nariz deplásticosujetacondosgomasasucabeza—.Mimadredicequellevaañoscerradaacalycanto,queeradeunmarineroinglés,unodelosquesobrevivieronalSerpentyquesevolvióloco.

Cedriclamiróconlosojosmuyabiertosyseajustólasmediasnegras,queempezabanaresbalarleporelcalor.

—¿Cómoloco?—preguntóCedricdejandocaerlabicisobreunmontóndearbustos.—Puesloco.Tarado.Chiflado.—Hizoungestoconeldedoíndicegirándolojuntoalaorejaysacóla

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lengua.Danicomenzóareírsolapadamente.Seapartólacapadevampiro,bajódelabicicletayseaproximó

alaverjaoxidadadelacasa.Elmetalestaballenodetelarañasyeljardíninterioreraunzarzalentodaregla. Los robles impedían ver la totalidad del edificio, pero se podía observar parte de la fachadadesconchada, lapuertaprincipaldemaderay lasventanasdelpiso inferiorselladasconmaderosparaimpedirseguramentequenadieentraseenlapropiedad.

—¡Venga,Dani!—gritó su hermano—.Ya es tarde y aún no hemos conseguido todos losmalditoscaramelos.—Balanceóelcubodeplásticoverdequellevabaenelmanillarypusolosojosenblanco.

Daniseguíaabsortoenlafachadadepiedrayazulejossatinados,lasseisventanassuperioresconlosmarcos blancos y la piedra (enmohecida amodo decorativo).A través de la verja contempló la granpuertadedoblehojapintadadeblanco,losventanucosrectangularesydiminutosdelossótanos(tambiéntapiadoscontablonesdemaderacarcomidos)yelpisoinferior.Contódosplantasyelsótano.Pudoverqueunade lasventanassuperiores tenía lospostigos ligeramenteabiertos.Seveíanlaagrietadapareddelinterioryunenormecrucifijodemaderaquecolgabatorpemente,algotorcido.Avanzóunpocomáshacialaentradaconlabicienunamanoytanteólaverja,peroestabacerradaconunacadenagruesaydoscandados.

—Noteacerques tanto, rubito—oyódeciraLisaconciertasorna—.Si tocasesaverjacogeráseltétanosoalgopeor.

Lisa siempre le llamaba«rubito»deunmodoafectuoso, porqueDani,muy lejosdeparecerse a suhermano,poseíaunamatadepelorizadayrubiaquelecubríatodalacabeza.Claudio,encambio,eralaantítesisdesuhermano:eramoreno,conlosrasgosmuymarcadosyaparasusdoceaños,yteníaunosprofundosojos castaños casinegrosquecuando temiraban fijamente te intimidaban.Encambio,Danisupurabadulzura,nosoloenlaformadeexpresarse,quesiempreeracautaysuave,sinoensusgestos,laformademoverseoinclusodepensar,puessolíaevadirsemuyamenudocuandoestabantodosjuntos.AvecesLisasepreguntabaenquéestaríapensando,quécosaspasaríanporsucabezaoinclusocuálerasuopiniónde todosellos.Pero lociertoesqueamboshermanoseranaltosydelgados,detallequeponíamás en evidencia la baja estatura de Cedric, que no les llegaba ni a la nariz. ADani le apasionabadibujar,encambio,Claudiosolíapasarhorasescuchandoasuabuelo,deorigenitaliano,ysusaventurasmedio inventadas.Y no es que su abuelo fueramentiroso, solo estabamuymayor y a veces tendía aexagerarsobrela importanciadelos italianosenlaSegundaGuerraMundial, lasmafiasy todoloquerodeaba su juventud, casi olvidada. Pero a los chicos les gustaba escucharlo, se sentaban con unalimonada cuandono teníanotra cosamejor quehacer.Lisa siempreobservaba aDani con su bloc dedibujoylacabezaenotromundo,elrostroconcentradodeClaudiomirandofijamenteasuabueloconciertavehemenciaoinclusoCedricconlabocaabiertayaquellacostumbrequesehabíaconvertidoenunaespeciedeticcuandoarrugabalanarizycerrabaligeramentelosojos.

—¿Lacasadeunmarineroinglés?LavozdeClaudio,graveycasideadolescente,devolvióalarealidadaLisa,quemiróasusamigos.—Noesposible—respondióEnma—.Esacasaseconstruyóen1930.Loponeenlaplaquitadela

verja.ElSerpentsehundiómuchosañosantes.Miabuelanisiquierahabíanacidocuandoaesebuquese

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lotragóelagua.—Entonces preguntaremos amimadre cuando volvamos—alegóCedric—. Toda su familia es de

aquí,algorecordará.—Pero¿porquéestáabandonadaytodoelmundodicequeestáembrujada?TodosmiraronaLisa,quepermanecíaimpávidajuntoaDaniconaquelfaldónnegroylacarapintada

deverde,moviendoelcubitodeplásticoconcarameloscomosifueraunbalancín.—Puesporquetodaslascasasconesapintaloestán—dijoCedriccasiindignado—.Poresonadiela

compra.—¿Quéhabrádentro?Danivolvióaapoyar lasmanosen laverjaherrumbrosay lamovióhastaqueseabrió levementey

comprobóquehabíasuficienteespacioentreambaspuertasyelcandadoparapasar.—Noestarápensandoenentrarahí,¿verdad?—preguntóEnmacongestodeasombro—.Hoyes la

nochedebrujas,elSamhain.Tenemosquepedircaramelosantesdelasdoceytodavíanotenemosloscubosniporlamitad.Siahídentrohayfantasmas,estanocheestoyseguradequeestaránencantadosdesaludarnos,Dani.

—Solo comprobaba una cosa... —respondió él—; además, tú estás protegida con ese collar decastañasquetuabuelatehapuestoenelcuello.Ningúnmonstruoteatacarásilollevaspuesto.

TodosrieronalmismotiempoyEnmapusocaradecircunstancia.—Eresidiota,Dani.Estecollarahuyentaalosmalosespíritus.—¿Llevastutirachinas?—preguntóDaniasuhermano.EsteafirmóyDanisonrió—.Entoncessila

cosaseponefeasiemprepodemosusartuscastañascomoproyectiles.OtroaullidoderisasemergiódeloschicosmientrasEnmamirabaalcieloysecruzabadebrazos.—Novoyaentrarenesacasa.Medamiedo—sentenció.Lisapusolosbrazosenjarras,seapartólamelenanegradelacarayvolvióacolocarselanarizde

brujaconsumocuidado.—Yosímeatrevo,siemprequevayaenmedio—apostilló.—¡No!—exclamóCedric—.Sonmásdelassiete.Sinollegoatiempoacasamequedarémañanasin

verStarman.Vamosarecogerloscaramelosquenosquedanyvolvamos.Esteestúpidodisfrazdecubomeestáahogandoytengoqueestarencasaalasdiezymediacomomuytarde.¡Aúnnosquedalamitaddelpueblo!

Claudio le lanzó una mirada inquisitiva y luego bufó algo entre dientes, mientras se colocaba elsombreroyalisabalosplieguesdesuchaquetaderayasazul.

—Soloserándiezminutos,Cedric.Entramos,miramosloquehaydentroysalimos.Mientrasloscuatrodiscutíansientraronoenlacasa,elsonidodeunasbicicletasporelcaminode

piedras les distrajo unos segundos. Se encontraron repentinamente con cuatro de los alumnos del SanGregoriofrenteaellos.Ningunoibadisfrazado,perollevabanloscubosdeplásticoy,porsuinterior,leshabíaidomejorqueaellos.EntreellosestabaBrunoBarroso,suhermanomenor,yotrosdoschicosalosquenoconocíanmásquedevista,peroloscualesteníanelmismogestodemacarrasquesolíantener

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losadolescentesdequinceañosdeuncolegiocatólicocomoelSanGregorio.—¡Eh,trozosdemierda!—gritóBruno—.¿Visitandoalafamilia?Elchico,quedebíamediryacasimetroochenta,sebajódesubicicletaydandolargaszancadasse

dirigióhaciaellos.RepentinamentesepercatódeltrajedeCedric,levantóambascejasycomenzóareírcomoundemente.

—¿Eseestudisfraz?¿Esamierdaestudisfraz?—Yoalmenosllevouno—murmurótemblorosoCedric,casientredientes.Brunolomiróconlasmejillasencendidas.Loempujóylehizotrastabillarhaciaatrás.—¡Noletoques!—gritóLisa.ClaudiosesituódelantedeellaymiróaBrunoconsusojosdegato.Esteapretóloslabiosformando

unalínearectay luegodesvió lavistaal restode losmuchachos,quesehabíansituadoenfila,unoalladodelotro.

—Cállatetú,piernasdealambre.—Déjalaenpaz—susurróDani.Brunosonriódeunmododesconcertantemientrassusamigosseguíanalotroladodelacalleriendo

comohienas.VolviólavistahaciaDani.—Ytútambién,maricademierda.EnesemomentoClaudiolediounpuñetazoenelestómagoyBrunocayóhaciaatrás,altiempoquesus

amigostirabanlasbicisalcaminoycorríanensuayuda.—Noinsultesamihermano,bocademierda.EnunamilésimadesegundoLisapensóque,siaquelchicoselevantabayatacabaaClaudio,estarían

perdidos,porqueeramuchomásaltoy fuertequeél.Para sorpresadeBrunose incorporó, apretó lasmandíbulasconfuerzaymirólacasa.

—Estábien,gallinas—dijo.EmpujóaClaudioconfuerza,haciéndolecaeralsuelo,yavanzóhastalaverjasacudiéndoselospantalonesvaqueros,llenosdetierra—.Trucootrato.Sientráisquinceminutosenesacasayosasomáisporlasventanasdearriba,osdaremosnuestroscaramelosynohabrápelea;sinolohacéis,osmoleremosapalosynosllevaremoslosvuestros.

—¡Esonoesjusto!—gritóEnma.Letemblabanloslabiosysusmanossudabancopiosamente.—Cierraelpico.¡David!—gritóasuhermano.Yestecorrióhaciaelloscomosilellevaraeldiablo

—.Cogesuscubosdecaramelos.Esperaremosaquí.—Sientramososiréisconnuestroscubos—dijoClaudio.—Ysinoentráisosdaremosunapalizaynosiremosigualconellos,idiota.Todossemiraronconciertorecelo.Losotrosdoschicos,ambosrubios,queestabanjustodetrásde

BrunoyDavid,semanteníanalertaconsuscamisetasderayasysuspantalonesdesteñidos.—Estábien—dijoentoncesDani—.Perotúentrarásconnosotrosparaasegurarnosdequenoosvais.

Eslojusto,amenosqueseasuncobardeytedémiedo.EnelrostrodeLisasedibujóundestellodemaliciayalegría.Brunolosmiróconciertadudayluego

segiróhaciasusamigos.

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—David,cogesuscubosyesperadaquí—dijoalcabodeunossegundos—.¿Alguientienereloj?SuhermanomoviólacabezaafirmativamenteseñalandosuCasio.—¿Quéhoraes?—Lassiete.—Entoncescalculaquinceoveinteminutos.Sialgunodeestossaleantes,pierden.Davidasintióycomenzóadaralosbotoncitosdesureloj.Teníaelpelopeinadoconrayayparecía

unmonaguillo.Lisacalculóquetodosdebíandetenerunosquinceaños,aunqueeltalDavidparecíamáspequeño,peroeraigualdealtoyteníaelpelocobrizocomosuhermano.

—Malditozanahorio—bufóClaudio,peroBrunonolooyó.Yaestabacolándoseporelhuecodelasdospuertasmetálicas.Lacadenatintineabamientrasapretabatodoelpesodelcuerpocontraelmetal.

Cuandoestuvierontodoseneljardín,lacasadabaaúnmásmiedo.Laszarzashabíancrecidoyloqueparecíanrosalessehabíansecado.Habíadosroblesacadaladodelcaminoyunaespeciedeenredaderaseerguíasobrelafachada,trepandoporellahastalaprimeraventanadelaplantabaja.

—Entraremos por el sótano—dijoDani tras comprobar que la puerta principal estaba cerrada—.Desdefueraviunadelasventanassintapiar.

—Yonocaboporesehueco.—Cedric,porfavor.Esetrajeesdegomaespuma—susurróLisa—.Yes«Yonoquepo».Seaplastará

yvolveráasuposición.Mira.Loapretujóentresuslargosydelgadosbrazos,yeltrajedecubosequedócasiplano.Conun«plop»

volvióasuforma.Cedricsehinchómientras intentabaquitarseunmechóndepelo lacioysudadoqueteníapegadoalafrente.

—¿Ves?—¡Vamos,perdedores!—gritóBrunoaltiempoqueempujabalaventanaconambasmanosconayuda

deDanihastaqueestacedióyseabrió.—Seguroquecogemosalgunaenfermedadpulmonarahídentro—sollozóEnma,quecaminabadetrás

deellos—.Elpolvomedaalergia,ypuedehaberclavosoxidadosyvigasrotas.¡Yratas!—Yoirédelante—afirmóClaudio—.Luegoosayudaréabajaralosdemás.—Un cortocircuito puede quemar la casa—prosiguió la niña—. Las escaleras están rotas, pueden

ceder.¡Oeltecho!Las...—Enma,portumadresanta—imploróClaudio,quesediolavuelta—.Nonosvaapasarnada.Es

solounamalditacasavieja.Iremosconcuidadoytodosaldrábien.Ydejadedeciresascosasporquemeestásponiendonervioso.

Pero ella no lo tenía tan claro. Miró en todas direcciones y luego a Claudio, que la observabafijamentemientras losdemás llegabana la fachadaprincipal.Abrió labocacon la intencióndedeciralgo,peroéllainterrumpió.

—No...nosva...apasar...nada...Vamos.Dicho y hecho, Claudio se quitó la chaqueta de mafioso y la colgó de uno de los zarzales. Se

arremangólacamisahastaelcodo,metióambaspiernasporelhuecodelaventanaysedescolgómuy

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despacio,hastaqueseleperdiódevista.Seoyóungolpesecoysehizoelsilencio.Todossequedaroninmóviles, hasta que unamano les hizo saltar del susto y vieron aClaudio asomarse de nuevo por laventanasobreunacajademaderaenorme.

—Vamos—dijo—.Estoestállenodecajas.Ahorapodréisbajarmejor.Vamos,Enma,túprimeroyluegoLisa.Sehacemuydenocheyenpocotiemponoveremosnadaaquídentro.

—¡Tengomiedo!—Noseastonta,Enma—ledijoDani—.Essolounacasavieja.Subiremosalpisodearribayluego

volveremosasalirporelsótano.Losfantasmasnoexisten.—Ynosllevaremosvuestroscaramelos—añadióLisamirandofijamentealchicodelSanGregorio,

queledirigióunasonrisasagazquelaruborizó.Luegosaltóporelhuecodelaventanacomosifueraunacontorsionistadecirco—.Idiota...

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10deoctubrede2016Madrid

—Megustaría hacer un pequeño inciso—prosiguióLisa—.SanPetri era un pueblo que por aquelentonces tenía unos ochomil habitantes.Hágase una idea de lo que podía llegar a ser una oleada deasesinatosydesaparicionesdeniños.Lagentenoestabaacostumbrada.Eratododemasiadofamiliar,nosconocíamos,enmayoromenormedida.Habíadosiglesias,unayuntamiento,unabibliotecapública,uncentrodesalud...Noeraunaciudad.Enunagranurbelascosasmalassevenlejanas.Puedesucederalgorealmenteterribleenlacalledealladoquetújamástesentirásenpeligro,porqueesamismaciudadteampara.Siunasesino,unlocoounpederastaandasueltoporlaciudad,tieneslaconviccióndequeseperderáporesascalles,quetucasaformapartedemilesdecasasydifícilmentelaelegiráalazar.Nosésimeentiende,peroenunpueblocomoSanPetriesaseguridadnoexistía.

Eldoctorlamiróconlosojosmuyabiertosyasintió.—Eraisunosniñosyostocómuydecerca.Supongoqueyanoessoloelhechodequevivieraistodos

enunpueblo,sinodeltraumaqueosocasionóexperimentarenprimerapersonaloquelamayoríadelagentesoloconoceporlatelevisiónolaspelículas—dijo.Dejólalibretasobresuregazoysecruzódebrazos—.Dimeunacosa,Lisa:¿tuspesadillassonigualesquelasquetuvisteporaquelentonces?

Ellanegóconlacabeza.—Sonmuchomásintensas.Silesoysincera,nocreoqueestavezmeresultetanfácildesprenderme

deellas.—Háblamede tusamigos.¿Hasvueltoasaberdeellos?¿Les llegasteacontar loque tepasóhace

catorceaños,loquetesucedeahora?—No.Todosnosfuimosdeallímásprontoquetarde.Creoquedeunmodoindirectoningunoquería

recordar loquepasóenSanPetri,yvernossignificabasentartedelantedeunjodidotelevisorconunaseriedenuestrasvidasporcapítulos.

Eseeraelproblema.Lisahabríadado loquefueraporvolveraveracualquieradeellosenalgúnmomentodeaquellosveintinueveaños,perosiemprehabíaunaexcusa,unarazónparano llamar.Eransusojos;verdes,azules,marrones,noimportabasucolor,sinoloqueletransmitiríansivolvíaatenerlosdelante.Loqueviodurantelosmesesquesiguieronyloquenodeseabavolveraverentodasuvida.

—En tu informe, me indicaste que todos recibisteis apoyo psicológico, que participasteis tantoindividualmentecomoengrupoyseosmantuvodespuésdemudaros.

«Sí,doctor.Peroesoserviríaparalasvíctimasdeunasesinoenserieoquizádeunaccidenteaéreoounsecuestro.NadanospodíalibrardeBunny,nilospsicólogosinfantilesniunalegióndepsiquiatras.NisiquieraDios.»

—Asífue—respondió.Sacudiólacabezayvolvióasentirlanecesidaddeencenderuncigarrillo—.

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¿Puedofumar?—Sabesqueno,Lisa.—El colegio SanGregorio era un colegio católico de curas situado a las afueras de San Petri—

continuó con cierto nerviosismo—. Estos detalles no creo que salgan en ese informe. Fui muy pococoncisalaprimeravezquevineaquí.Mipandillaibaalcolegiopúblico,queestabaenelpueblo,perolosotroscuatrochicosestudiabanallíy,bueno,creoquetambiéneraunatradiciónllevarsemalconloschicosdelSanGregorio.Éramoscomodosequiposdefútbolenfrentadosenlaliga.Desdequeteníamosusoderazón,yanuestrospadressetomabanarisaesaenemistad.Ellostambiénhabíansidojóvenesysehabían llevado mal con los alumnos del San Gregorio. Así que no era extraño que los mayoresprovocaran a los más pequeños, les quitaran sus golosinas o sus bocadillos, y a veces incluso seformabanverdaderaspeleas.Nosotrossiemprefuimosungrupomuytranquilo.Íbamosanuestroaireeintentábamos no meternos en problemas con esos chicos. Ardua tarea, porque resultaba muy difícilesconderse de ellos las veinticuatro horas del día. Así que construimos una cabaña o,más bien, unacasetabastantecutredetrásdelacasadeloshermanosDeMateo;suviviendaeralamásalejadaalnortedelpuebloyelbosqueseabríaaunosmetrosdesupatiodeatrás.Pasamosmuchashorasenesacasucha,eranuestrorefugio,nuestrocentrodeoperaciones.

Lisa recordóenaquelmomento lomuchoquehabían trabajadoporadecentaraquellascuatro tablasque el padre de Cedric les había conseguido. Lo bien que lo había pasado usando el martillo y losclavos, y lo felices que se sintieron el día que el padre de Dani y Claudio apareció con una puertadestartalada para que pudieran terminar su caseta. Estaba situada entre dos enormes árboles y variosarbustos, así que de ese modo nadie podía verla desde ningún ángulo. Cedric había llevado variospósteresdeMofli, elúltimokoala para decorar las paredesy todoshabían estallado enun ataquederisasincontrolablebajolamiradaofendidadeCedric,quenoentendíaporquésusamigossereíandesusmaravillosospósteres.AsíquealdíasiguienteaparecióconunpósterdeMacGyveryotrodeSpenser,eldetectiveprivado;ClaudiollevóotrodeSylvesterStallone,vestidodeRambo,conunacintaenlafrenteylacarasudada;yellayEnmaconsiguieronunaradioydosbanquetasparahacerdemesas,yDaniunoscojines.Días después entre todos habían llevado tebeos y cuentos con los quematar el tiempo y unaenormecajademaderaquesituaronenunrincónparaguardartodossustesoros.

—LosSupersónicos—murmuróeldoctorconunalevesonrisa.—Asíes.Dealgúnmodonuestrorefugionosayudóasuperarciertasetapasdenuestrasvidas.Allíno

existíaelmundoadulto,nadienosdecíaquenosteníamosquelavarlasmanosantesdecomerocómocomportarnos.Además,desde lacasetapodíamosver lasventanas,avariosmetrosdedistancia,de lacasadelosDeMateo;dealgúnmodotambiénnosdabaseguridad,yaquehaciaelotrolado,haciaelsur,todo era bosque. Pero nos costó volver a la caseta de los Supersónicos después de lo que pasó.Losruidos del bosque se convirtieron en monstruos de cuentos, animales malvados escondidos entre elboscajeylosaltosárboles.Fuedifícil,peroregresamos.

Eldoctoranotóalgoenunadelashojasdelalibretaygolpeósuavementeelpapelconelbolígrafo.—¿Fueenesacasa,lacasaCamelle,dondedesaparecióelotromuchachomuerto?—Asíes.

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«Elpozoteníaquecomer.Bunnyteníaquecomer.»Eldoctorarrugóelceñoyduranteunosminutossequedóensilencioreleyendoel informequeLisa

habíadictadohacíaaños.Ella,mientrastanto,semordíalasuñasybebíalapocaaguaquequedaba.Porprimeravezdesdequehabíallegadoalaconsulta,nodeseabaseguirhablando.

—Hayalgoquenomecuadraentodoesteasunto—dijoélentoncesconunlevealeteodesusfosasnasales—.Laprimeravezquevinisteaquímencionasteaunhombre,alquehabíaisvistoenlacasa,peroahoranolohashecho.Meresultadifícilcomprenderquéhacíanunosniñosporsegundavez,entrandoenunacasaquelesprovocabaunpánicoatroz,sobretodoteniendoencuentaloquepasasteis.Creoquenomeestáscontandotodalaverdad.

Lisaloobservóconlosojosdesorbitados.Eldoctorseinclinóhaciadelanteacomodandosubarrigaporencimadelcinturóndesupantalón.

—Lisa,siquieresterminarconesaspesadillastienesquecontarmelahistoriacompleta.Sino,notepodréayudar.

—Yalohizounavez—escupiócasisinpensar—,asíquenocreoque...Eldoctorlevantólamanoapelandoasusilencioysonriófraternalmente.—¿Dequétienesmiedo?«DequemeencierreenunpsiquiátricosilehablodeBunnyelCruel.»Le lanzóuna intensamirada llenadedudasyduranteunossegundosnodijonada.Alcabodeunos

instantes,selevantó,secolocólafaldayseaproximóalaventana.—¿Creeenlosmonstruos,doctor?—Creoenelhombrecomomonstruo.¿Porqué?—Haceunosdías,buscandoenlasredessocialesunrastrodemisamigos,meencontréconundibujo

hechoporunniñoquesecompartíaentrelosusuarios.Erapreciosoyalavezescalofriante.Salíantresmonstruospintadosendiferentescolores:unorojo,otroverdeyotroazul.Asuladohabíaunniñoconuna espadaydebajodecía: «Yomatarémonstruospor ti.»Me recordó terriblemente amis amigos.ADanideMateo,parasermásexactos.Poraquelentonces,élmedijoalgoasícuandotodosedesató.Medijo:«Tranquila,Lisa.Yomataréaesemonstruopor ti.»Lodijo, sí...Yesomehizosentirmesegura.¿Sabe?Notieneniideadelafuerzadelaspalabrasenunosniños.Losadultosnocreemosennada,notenemos fe en casi nadie porque vivimos en un bucle de despropósitos, envidias y traiciones quesuperamos,perocuandoeresniñotodoesonoexiste...Solotusamigos,tuspadresylaimaginación.

—Elmonstruoeraelasesino—afirmóeldoctor.—Porsupuesto,doctor.Peronoeraunasesinonormal,almenosnoelquedetuvieronysalióenlos

mediosdecomunicación.Esehombresoloestabalocoyenelsitiomenosindicado,peronofueél...Eldoctorsegiróconciertacuriosidady laobservódeespaldasa laventana.Lisanotabasusojos

clavadosenlanucaylaformasonoraydesagradablederespirarquetenía.—Bien, Lisa.Vamos a partir de esa visita a la casa, al piso superior, y vuestro encuentro con los

juguetesyesepozo.Quieroquemecuentestodoloquepasó.Sineliminarningúndato.Ellaserio.

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—Estábien—murmuró.Ycomenzóahablar.

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31deoctubrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

—Sonjuguetes—jadeóEnmaconunavozcasimortecina—.Juguetesdeniños.Puedequeseandeloshijosdelmarineroasesino.

EneseinstanteBrunoyahabíaentradoenlahabitaciónytanteabacondedostemblorosos,peroconciertoaplomoenlamirada,aquellosobjetosdiseminadosporelsuelodeunmododesordenado.EmpujóhaciaClaudioelmáspróximoaél,unadelascanicasdecolores,querodóporlamaderahaciendounruidosecoyrasposo.LacanicasedesplazóhastalospiesdeClaudioyfrenólentamentehastagolpearsuzapato.

—Vámonosdeaquí—suplicóCedric.—Calla,cagón.Solosonjuguetesviejos.Aquínohayfantasmas—leespetóBruno.Enmajadeaba,contodoaquelpelorubiodiseminadoporloshombroscomosifueralavivaimagende

unavirgenmaquilladacomounzombi,yaferróinconscientementeaClaudioporelbrazo,detallequelopusoligeramentecolorado.Carraspeóymiróasuhermano,queseguíaenelpasillojuntoaCedric.Estesudaba como un cerdo de los nervios. El pelo se le había vuelto a pegar a la frente y tenía los ojosvidriosos.

—¿Habéisoídoeso?—inquirióBrunoacercándosealapuerta.—Notienegracia,tontodelcoño—bramóLisa.Elchicolamiróconhumorysacudiólacabeza.—¿«Tontodelcoño»?¿Quétipodeinsultoesese,patasdealambre?Ellaloempujóantesdesalirdelahabitaciónysediocuentadequelaestanciadeal ladotambién

estaballenadejuguetes.—Elquemedalagana—respondió—.Mirad,aquíhayuntiovivoyuncarricoche.Debíandeserlas

habitacionesdelosniños.Apenas tuvo tiempo de terminar la frase cuando oyeron aquel soniquete rasposo, solo que en esa

ocasiónlascanicasrodarontodasalavez.Eltiovivocomenzóamoverse,haciendosonarunamusiquitaespeluznantequelesdejósinaliento.Estabanenelpasillocasiformandountumultodepiernasymanos.Unmonocondosplatilloscomenzóatamborilearenlapenumbra.Lapocaluzqueentrabaporlaventanacreabaunjuegodelucesysombrasaterrador.Elcarricocherodóhacialapuertaylospequeñoscochesdelatónsedesplazaronporelsueloendirecciónaellos.ElmonosaliódelahabitaciónyavanzóporelpasillohastacasirozarelpiedeEnma,quelanzóunchillidoalaireyprovocólaestampidadetodosloschicosescalerasabajo.Todopasóaunavelocidaddevértigo.CedricseatascóentreClaudioyDani,queintentaronentrarporlapuertadelsótanocasialmismotiempo,yEnma,queibalaúltima,empujóatodoshaciendoqueBrunoyLisacayeranescalerasabajo.Peroapenasles importó.Cuandoaterrizaronenel

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suelodelsótano,elsonidodelosjugueteshabíacesadoyDanicontemplabaelpozo,mientrasloschicosdelSanGregorioasomabanlacabezaporlaventana.

—¿Quéhasidotodoeseruido?—gritóDavidconuntonoagudo,enloquecido—.¿Soisidiotas?Nosvanaoír.

—Elpozo...—¿Quépozo,imbécil?Brunolegolpeóelhombromientrasavanzabahaciaaquelbultodepiedraqueemergíadelsueloyse

quedócontemplandolatapademetalconciertacuriosidad.—Losjuguetessemovieron.Semovieroncuandoestábamosarriba.Enmahablabaatropelladamenteaunodeloschicosqueacababadesaltaralinteriordelsótanoylo

aferrabaconfuerzaporunbrazo.—¿Estásloca?¿Quéjuguetes?Mirabanelpozoyelpozolosmirabaaellos.Danigolpeólacubiertayempujóunpoco,peroaquello

pesabademasiado.—¿Quéhaces?—preguntóCedriccasicondesesperación.—Abrámoslo y nos vamos—dijo él. Se palpó el abultado bolsillo del pantalón y recordó, no sin

miedo,queeljoyeroquehabíanrobadodelsalón,antesdesubiralpisodearriba,aúnseguíaallíconlasmoneditasdeoroensuinterior.

—Aquíhayunabombilla—dijoClaudiotanteandouninterruptorconformadeperaquecolgabaenelaire. Apretó el botoncito y la bombilla se encendió dejándoles medio ciegos por unos instantes—.¡Funciona!

—Acabamosdever cómounosmalditos juguetes semovíanahí arriba.—Enmaestaba asustada—.Deberíamossalirdeaquí.Yatenemosunrecuerdo,Danitieneeljoyero...

Peroelpozoparecíacasiatrayente.SegiróhaciasuderechaycontemplóasusamigosyalchicodelSanGregorio,entornoaél.Enmahabíasoltadoelbrazodelotromuchachoyseaproximabaconsugestodemujer doliente a ellos. Los otros chicos permanecían unos sobre la caja demadera que hacía deescalerayotroscolgandodelaventana,perosinatreverseabajardeltodo,mirandohaciaelfondodelsótano. Claudio se inclinó sobre la tapa y con ayuda de Bruno empujaron aquel metal, que fuedesplazándoselentamentehastacaerconunsonidoagudoaunlado.Unabrisalesgolpeólacara.Olíaamar.Enunextremodel fosohabíaunaspequeñas escaleritasdemetal ancladas a lapiedra.David, elhermanomenordeBruno,saltódelacajaquehacíadeescalerayseacercóalhuecooscuro.Lanzóunapiedraquecogiódelsueloarenoso,peronooyeronnada.Parecíanotenerfondo.

—¡Hola!—gritó,inclinadohacialaoscuridad—.¿Hayalguienahííííí!Losotrosdoschicosserieron,peroelrestosemanteníainmóvilcontemplandolaprofundalobreguez.—¡Hola,hola,caracola!—Seguroquellegaalmar.Sonvarioskilómetros—murmuróCedric.—Noseasgilipollas—lerespondióBruno.—¡Hola,hola,caracol!—gritóDavid.

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—Hueleasalitre—dijoDani—.Pero¿porquéhayescaleras?—Supongoqueparalimpiarlo—respondiósuhermano.Estabapálidoyhabíaperdidoelsombrerode

mafiosoensudescenso,aunquenoparecíaimportarle.—Peronoparecequehayaagua.Lospozostienenagua.UnodeloschicosdelSanGregoriosaltódelacajaysucompañerolosiguió.Amboseranrubiosy

parecíanvestidoscomodosmellizos.—¿Desdecuándotodoslospozostienenagua,Cedric?Sehabrásecado.Parecestonto.Algoaleteóenelfondodelpozoytodosdieronunpasohaciaatrásporinercia.—¿Lohabéisoído?—preguntóDani.Enmacomenzóallorar.—¡Vámonosdeaquí!¡Quieroirmeacasa!«Clic,clac.»«Clic,clac.»—¿Quéeseso?¿Loves?Dani hubiese juradoque algo se habíamovido en el fondodel agujero, pero la luz de la bombilla

apenasiluminabamediometrodelfosoynoteníaningunaintencióndebajar.Estabaaterrado.—¿Quésuena?—¡Algosube!—gritósuhermano.—¡Latapa!—chillóEnma.Peronohabíatiempo.Loschicosvieronloqueparecíalapuntadealgoblanco.Elgolpeteometálico

sonaba con más intensidad y se aproximaba a la superficie. Todo se precipitó de un modo casiesperpéntico.Cedriccorríahacialacajaydeunsaltoseencaramóalaventana,seguidodeEnmayLisa.NisiquieraleimportóquelamitaddesudisfrazdecubodeRubiksedestrozaraconunclavooxidadoquesalíadelapared.LoschicosdelSanGregoriolanzabanpiedrasdentrodelpozo,peroaquel«clic,clac»nodejabadesonarycadavezestabamáspróximo,másencimadeellos.

—¿Esunanimal?—preguntócasihistéricounodeloschicos.—¡Corred,imbéciles!Saltaron de forma atropellada por la ventana.Ningunopodía ver nada, porque todos se apilaban a

mododetorresobrelamaderaqueestabaapuntodeceder.AlguiengritócasienelmismoinstanteenqueClaudiotirabadelbrazodelúltimochicoquequedabaporsalirarrastrándoleporelsuelodetierramientrasDaniyBrunogolpeaban laventanaparaquecedierayvolviera a cerrarse.Pero labombillaseguía encendida y parpadeaba sobre el pozo, que aún estaba abierto. Apiñados contra los cristales,vierondosorejasblancasqueasomaronporelhueco,unacabezadeconejoyunasmanosconformadegarraseapoyaronenelbordedepiedraytreparonhacialasuperficie.

—¡Diosmío!—exclamóBruno—.¿Quécoñoeseso?—¡Esunhombreconunamáscaradeconejo!Daniseguíapegadoalcristalyelconejolomirabadesdeelpozo.Suhermanotiródeélyloarrastró

haciaatrás,mientraslosdemáscorríanentrelaszarzashaciaelexteriordelafinca.—¡Esunmonstruo!—gritóCedriclevantandolasmanoscasihistérico.

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—Vamos,Dani,tenemosqueirnosdeaquí.¡Corre!—Noesunhombre.Tienegarras.—¡Corre,malditasea!—Claudio,noesunhombre.Hemosdejadolatapaabiertayesacosahasalido...Su hermano lomiró con desesperación. Sujetaba la bicicleta con los ojos anegados en lágrimas y

estabaapuntodeperderlosnervios.Cogióloscubosdecaramelosylomirótrastornado.—Subealajodidabici,Dani.Noséquécoñoeseso,peronoparecequeseamuysimpático.¡Subea

lajodidabicicleta!Los demás ya habían desaparecido calle abajo como cohetes. Lisa era la única que semantenía a

cierta distancia, esperando a los dos hermanos, que pedaleaban casi hasta la extenuación. Cuando laalcanzaron,giraronpor laprimeracallequevieronamanoderechaysedirigieronhastaelcentrodelpueblocasiatropellandoadecenasdeniñosque,consusdisfracesysuscubos,llamabanalaspuertasdelascasaspidiendocaramelos.Suspropioscubosestabansujetosalmanillardesusbicisyloscaramelossaltaban con cadabrincodebicicleta o curvaquedaban.Cuando llegaron al parque, vieron aCedricjuntoalosotroscuatrochicosdelSanGregorioyaEnma.Laniñaestabainclinadasobreunafuentedepiedraybebíaaguamientrassusmanitastemblabanyseapoyabanenelenormegrifodemetal.

—¿Quéeraeso?—sollozóCedric.Parecíaasmático.Elaireapenas leentrabaen lospulmones,sehabía quitado el traje de cubo de Rubik y en ese momento semejaba un bailarín en mallas, pero noparecíarepararenlaspintasquetenía.

—Unhombreconejo—dijounodeloschicosrubios.—¿Estas de guasa, Billy? —Bruno intentaba recuperar el aliento—. Tenía garras, joder. Y esa

máscara...—No sabemos adónde da ese pozo—dijo entonces Lisa—. Quizá sean cloacas, o alguna galería

subterránea,yloquehemosvistoesunmalditovecinodisfrazadoqueoyóqueabríamoslapuerta.—Ynosqueríaasustar—continuóClaudio—.Sí,esotienesentido.Todoelmundoestádisfrazadoen

SanPetri.Lagentemayorsaleaestahora,soncasilasnuevedelanoche.Esepozotieneescalerasybienpodíacomunicarconcualquiercasaocalle,inclusoconunbardelpueblo.Alomejornosoyeron.

Todosloschicospresentabanunaspectocasilamentable:Danisehabíallenadoeldisfrazdetierra,igualquesuhermano;Enmateníaelcamisónplagadodemanchasmarronesysucaraparecíaunmosaico;Lisahabíaperdidoelsombrerodepicoylanarizdebruja,yCedricerauncasoaparte.Teníaelpelochorreandoporelsudor,sucaraestabaatravesadaporungestodemiedoycrispación,ynoparabademorderse las uñas mientras enterraba sus zapatillas de deporte en la tierra del parque dando levespataditasporlosnervios.Loscuatrochicosmayoresapenassemovían,parecíannoentenderquéhabíapasadoyloqueacababandever.Ellosteníanyaquinceañosysolopretendíanasustaraaquellosniñosyllevarsesuscaramelos;sinembargo,enaquelinstante,todosestabanigualdeaterradosypensativos.Sehabíaformadounaespeciedeunióninvisibleyningunoestabadispuestoairseasucasayolvidarsedelasunto.

—Volveremosmañana de día—dijo entonces el otro chico rubiomayor. Tenía unos enormes ojosazulesbrillantesytambiénsehabíamanchadolasmejillasdetierra.

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—Estásloco,Luis.¿Paraquéquieresregresarallí?—¿En serio?—preguntó indignado.Aunqueno era una pregunta, eramás bien una exclamaciónde

espanto—.¿Deverasqueningunotienecuriosidadporsaberquéeraesooquiénera,másbien?Sereirándenosotros,Bruno.Seguroqueahoramismohayvarioschicosmayoresquenosotrospartiéndoseelculoporelsustoquenoshandado.Estáclaroqueeramayor,medíamuchomásquenosotros,ysuropaeranormal,llevabaunpantalónyunsacooalgoasí.¡Eraundisfraz!

—¡Noentraréniloca!—chillóEnma—.Mevoyamicasa.Además,mañanatengoquecuidardemihermanitocuandovuelvadelcolegio.

—Yopaso—dijoCedricsubiéndoseasubici—.Nomeimportaquiénnoshagastadoesabroma.LoschicosdelSanGregoriomiraronalresto.NingunoparecíadesearregresaralacasaCamelle.—Bebéscobardes—gruñóBruno—.Cagonesdemierda.Claudioseapartóelpelodelacara.Enesemismomomentosediocuentadequehabíaolvidadola

chaquetademafiosoeneljardíndelacasa.—Mierda.Medejélachaquetaallí.SuhermanoDani,quehastaesemomentosehabíamantenidoalejadodelgrupoconLisaapoyadaen

subicicleta,lomiróconungestodedesaprobaciónynegóconlacabeza.—Daigual.Olvídatedelachaqueta,Claudio.Nadielavaarobar.Yalarecogeremos.Noimporta.Brunosoltóunarisanerviosa.—Mecagaréenellacuandomañanavuelvaalacasa,cobarde.—Alucinaspepinillos—soltóCedric—.Mevoyacasa.Mimadremevaamatar.Herotoeldisfraz.—Yotambiéntemataríasituvieraesaspintas,enano.Brunoparecíanocansarse.—Nosoyenano;mimadredicequeaúnnohepegadoelestirón.Yasísefueconsudignidad,pedaleandocomosillevaradossacosdecementoencadapiernaylas

mallasdelicrapegadasasupequeñocuerpocomosifueranunasegundapielporelefectodelsudor.Losdemáslovierondesaparecertraslaesquinadeledificiodelabibliotecapúblicaaltiempoqueungrupodeniños, quepasógritando como locos, les hizo saltar del susto.Enotromomento todos sehubieranreídodeaquellasituación.Enotromomento...

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10deoctubrede2016Barcelona

ClaudiodeMateoexperimentóaquellamañanaloquebienpodríaconsiderarseunposibleamagodeinfartosisedejaballevarporlassensaciones,aunqueunahoradespuésestabaconvencidodequehabíasidounataquedeansiedadentodaregla.Sumujer,Debra,estabasentadaalamesadelacocinaconunatazadecaféenlamanoderechayelCosmopolitanenlaizquierda.Latelevisiónestabaencendida.Eranlasochode lamañanadeundíagris repletodenubarronesque flotabanenelcielo.Elaire,enaquelprecisomomento,parecíamásdenso,casiextrañamentecargado,aunque laventanaestaba ligeramenteabierta.Oteóeljardínmientrassepreparabaunatazadecaféparaescucharlasnoticiasdelcanalcuatro.Aesahora,enlaprimeracadenahabíaunaperiodistaquelesacabadequicio;odiabaaquellastertuliascaóticasquenuncadecíannadaserio.Cuandonoponíaelveinticuatrohoraseibacortodetiempo,solíadejarelcanalcuatroylosdebatesdesquiciantesqueemergíanenépocadeelecciones.

EnelfondoClaudiotampocosoportabaelgallinerogeneralizadoqueflotabacomoondasexpansivascuando el gobierno estaba a punto de cambiar. Durante toda su vida se había dedicado única yexclusivamenteasacaradelantesuempresadeaerogeneradores,hastaconseguir,casidiezañosdespués,serelfabricantedeparqueseólicosmásimportantedelpaís.Nosoloporqueellosmismosdiseñabanlaspalas y las raíces y ensamblaban los aerogeneradores sin ayuda externa, sino porque además habíafundado otras pequeñas empresas que se ocupaban del diseño y fabricación de todos los demáscomponentes.Noteníaquecomprarlosalextranjeroyeso,siempreparasubeneficio,lehacíacontrolartodoelprocesodefabricación,lacalidaddelosmolinosyloscostes.

—¿Yasabesaquiénvasavotar,querido?La pregunta de Debra le sacó de su ensoñación de molinos de viento quijotescos girando

aleatoriamenteenunenormecampodecultivoylamiróconaquellosojososcurostanintimidatoriosquehastaasuesposasolíanponerlanerviosa.Sesentóasu ladotras tantearelmandoadistanciaygruñóalgoentredientesmientrasDebra lemiraba,cubiertaderizoscobresypecasdiseminadaspor todosurostro,yesperabaquesuesposovolvieraensí.

—Aesepartidoanimalistaquesepresentaesteaño—murmuróconunavozcavernosa.Diounlargosorboasucaféyleguiñóelojo.

—¿Metomaselpelo,Claudio?Noerasuintención.Nisiquieraselohabíaplanteado,perocadavezteníamásclaroque,pormuchos

grupospolíticosqueaparecieranconnuevasyrenovadaspromesas,lascosasnoibanamejorar,porqueenelfondotodoseraniguales.

—Puesno.Nocreoqueganenlaselecciones,Debra.Sinembargo,nosoportolascorridasdetorosytodoeseespectáculosanguinarioentornoaciertasconductasdelMedievo.Dosotresdiputadosdeese

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grupocambiaríanmásquetodosesosprofetasdelnuevomundo.Debradejóescaparunasonrisaperspicazylomiróconamor.Llevabacasadaconélmásdediezaños

y seguía considerando a su marido un hombre de principios, aunque demasiado obsesionado con sutrabajoy,cómono...,consuhermano.

—«El mundo cambia con pequeños movimientos»—recitó ella, escupiendo aquel recuerdo de suetapauniversitaria—.Esomedecías losúltimosañosdecarrera.Penséqueerapoesíadeunsoñador,pero,válgameDios,lohasllevadoarajatabla.¡Eresunodelosempresariosmásimportantesdetupaísyvasavotaraunpartidoanimalista!

Vistoasí,noteníamuchosentido,peroClaudioleveíaelmayorsentidodelmundocuandosuesposalodijoenalto,comosirecitaraunaletanía.

—Asíes,amor.Soyasídechulo.Debrasoltóunacarcajadayseapartólostirabuzonesdelacara.Hacíamuchotiempoqueyadabapor

perdido el convencer a sumarido de algo y tenía claro queClaudio saldría el día de las votacionesdirectoa laurnaanimalistaymetería sudiminutapapeletasinpensarlodosvecesconaquella sonrisaarrebatadora de actor de telenovela, el pelo peinado hacia atrás y su traje deArmani a juego con eltapizadodesucoche.

—Tengoqueirmealaredacción,cariño.Hoynocomeréencasa,tengomuchotrabajoatrasadoconmisartículosdeestemes.Mellevarélaensaladerayunpardepiezasdefrutaquecompraréen...

Debrasepercatódequesumaridosehabíaquedadopetrificado,mirandoel televisorcon losojosmuyabiertosylabocatensadaenunalínearecta.

—¿Claudio?Claudionorespondió.Ellamiróhaciaeltelevisor.Habíaunaespeciedehombrebailandocasicomo

sisufrieraespasmos,conunamáscaradeconejomientrasunacancioncitaentonadaporniñosseoíadefondo amodo de coro celestial. Estaba sobre un escenario casi circense, con un telón color burdeosdetrásdeél.Unmontóndepequeñasbombillassediseminabanporelperímetrodelfrontaldelaplatea,mientras losniñosmovían las cabezasbajo aquel altilloydabanpalmas extasiadospor aquel conejo.Llevabaunaespeciedeesmoquinazulcelesteconunapajaritadelunaresdelomáshortera.Elconejoseinclinóhaciendounareverenciaycomenzóabrincardeunladoaotrodelescenarioalcompásde lasvocesdelosniños.

BunnyelCruelsepusoenpie.Cuandonoloves,élpodrávolver.Salta,conejito,buscaatusamigos.BunnyelCruelvuelveotravez.

—¿HaresucitadoGloriaFuertes?¿Quécanalhaspuesto?—Lacua...Lacua...Lacuatro—balbucióClaudio.—¿Tehadadouninfarto?EslaFox.Parecesunpato,cariño.¿Quétepasa?—Nopuedeser.

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SúbitamentelacabezadeClaudiocomenzóalatirdeunmododesalentador.Nopodíaapartarlavistadeaquelmalditocontorsionistacon formadeconejoquesaltabadeun ladoaotrohaciendocabriolasmientraslascarcajadasdelosniñoserancadavezmásintensas.¿Quédemonioseraaquello?¡BunnyelCruel!¿Eraunabroma?¿Unamalditabroma?Sepusopálidocomolaleche.Debralomirabaconciertapreocupaciónsinentenderelcambiodecolordesumaridoyaquellaformacasienfermizademirarlapantalla de la televisión. Cuando comenzó a respirar como si le faltara el aire y las gotas de sudorempezarona correrpor su frente fue cuando se asustódeverdad.Se levantócomounmisil, lanzandoestocadascon losvolantesdesufaldacontra todos losmueblesde lacocinay leacercóunabolsadepapelqueleencajóenlabocaylanarizparaquerespirara.

—Claudio,porDios.Respiraaquídentroconcalma.Esunataquedeansiedad.¿Meescuchas?Claudio estaba muy lejos. Tan lejos como en 1987. La cocina desapareció y contempló la casa

Camelleentodosuesplendor.Conlosojosmuyabiertosylaspupilasdilatadasenunosojosnegroscasisobrenaturales,miróhacialaventanadelsegundopisoyvioaBunnydetrásdelsuciocristal.Movíalacabeza hacia la derecha, inclinándola de un modo grotesco, y les saludaba. Todos sus amigos de lainfanciaestabanenaquellavisión,enaquelrecuerdo.Enlamismaposturayconlamismaropaqueporaquelentonces.Formabanuna línearecta frentea lacasay,por laspintasque llevabany lascarasdesusto,todavíanoteníanmuyclaroloqueibanahacer,perosíquealgoteníanquehacer:Lisa,consusvaquerosdesgastadosysucamisadealgodónconbotonesdorados;Enma,conelpelorubioatadoenunatrenzaquelecabalgabalaespalda,susojosazulesbrillantesyasustados,yaquelpichiplisadoconunacamisademangasabombadasdebajo;suhermanoDani,susrizosdorados,susojosazules(regalodesumadre)mirandohacialoaltoconaquellanarizrespingonaycasifemenina,yCedric,elpequeñogenio,enpantalonescortosdealgodóngrises,mediashastalarodillaylachaquetitamarineraquesumadre—unafanáticadelordenylapulcritud—lehabíaobligadoaponerseaqueldomingoparairamisa.

PercibióelolordelcabellonegrodeLisa,sucoloniadeniña,yrecordóqueaquellamañana,despuésdesalirdemisa,todoshabíancaminadocomounaprocesióndeSemanaSantahastalaentradadelacasa.Elpueblosehabíaenvueltoenunlutocautoytemeroso,conrazón.Unchicohabíaaparecidomuertoyotroestabadesaparecido.Ellossabíanlarazón.Nadiemás.

—Hueleasalitre—murmuróLisa,ensurecuerdo—.Yahorayanoviveenelpozo,estáenlacasaynoseirá.

¿PorquélohabíanllamadoBunnyelCruel?Aquelrecuerdosehabíaperdidoenlomásprofundodesusubconsciente.Larespuestano tardóen llegar,comoempujadaporunmontóndepequeñosduendesqueseprecipitabanenfilaindiaporelbordedesucabezadeniño.Éllohabíaescritoenelespejodesubaño.Aquellatarde,mientrassuhermanoDaniseestabaduchando,Claudionecesitabaentrarenelaseopararecogerelsecadordepelo.Alabrirlapuertasintióaquelpánicoirracionalqueleparalizó.Vioelespejocubiertodeunligerovahoporelcalordelaguadeladucha.Suhermanocantabaalgoylacortinadefloresverdessemovíaalcompásdesubaile,peroestabaahí,enelespejoovalado,conletrasrojasdeunpintalabiosoquizásangre.

BUNNYELCRUELOSSALUDA

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Yahíestabaél,consolodoceañosyuncarácteravecessosegadoyavecesimpulsivoqueestabaapuntodedesaparecerporcompletoparavolverletotalmenteloco.Danihabíasacadolamanoporunladodeladuchaparaalcanzarlatoallaycuandoapartólacortinasequedóigualdeinmóvilqueél.

—Yaviene,Dani...—Fueloúnicoquelogrósacarsugarganta—.Yaviene.

—¡Claudio!La voz deDebra le devolvió al tiempo real. Estaba con la bolsa encajada en la cara y su esposa

sujetabasucabezamientrastratabaderespirarconnormalidad.Sequeríamoriryaquelmalditoconejonocesabaensubailedemencial.

—Apagaeso...—Claudio,meestásasustando.Nopuedesseguirasí.Eltrabajotematará.Comosieltrabajofueralarazóndesurepentino«parraque»emocional.Lassacudidasdesucorazón

comenzaronaestabilizarseenelmismomomentoenqueDebraapagóeltelevisoryseprecipitódenuevoa su ladopara sujetar labolsadepapel.Claudioeracomounciriode la iglesia.Habíaadquiridouncolor cerúleo, casi amarillento, y estaba empapado de los pies a la cabeza. Tenía escalofríos, y lacorbata le estrangulaba. Debra se la aflojó como si acabara de leerle la mente y le desabrochó losbotonesdelacamisa.

—Creoquehoynovasa ira lamalditaoficina,Claudio.Llamaréa tu ingeniero jefey lediréqueestáscongripe.Nocreoquetuimperiosederrumbesifaltasunmalditodía.¿Meestásescuchando?

«Sí,señora.»Pestañeóvariasvecesyseinclinósobrelaencimera,empujadoporelagotamientoyelimpactoque

habíasufrido.Solocuandofueconscientedeloquehabíasucedido,conlacalmaylaestabilidadqueleconferíansucuerpoysumentecasirecuperados,pensóensuhermano.

—Debra,hazmeunfavor.AntesdeirtellamatambiénaDani.—¿ADani?¿NoteníaunaexposiciónhoyenelPicasso?—Llamaamihermanoalmóvilydilequeloveréenlagalería.Debra frunció el ceñoy solo accedió a supeticióndespuésdeobligarle aprometerdosvecesque

hastalatardenoiríayseacostaríaadormirelrestodelamañana.—Perollámale,porfavor.Dilequeesmuyurgentequelovea.Quemeespereantesdecerrar.Alas

ocho.

Despuésdedesnudarasumaridoyasegurarsedequedormíaprofundamente,Debrahizolasllamadaspertinentes y salió en dirección a la oficina. Claudio durmió durante tres largas horas, plagadas deterriblespesadillasysueñosdesuinfancia.EnellosvolvíaarecrearlanocheenqueabrieronelpozodelacasaCamelleyelpánicoqueseapoderódetodoscuandoaquelhombreconejohabíasalidodelfoso.Porunmomentotodohabíaadquiridouncolordiferente,másbrillante,despuésdequesopesaranenelparque,horasdespués,laposibilidaddequealgunodelosjóvenesdeSanPetrileshubiesedadounsustodemuerte en aquella noche de brujas. Soñó con la imagen distorsionada de su hermanometido en la

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habitación,casiapuntodesufrirunataquedepánico,cuandodosdíasmástardeunpescadordeLagehabía encontrado a un muchacho de unos quince años flotando en el mar muy cerca de la costa. Elhombre,untalDámasoCaldeira,deunossesentaycincoaños,vestidoconunimpermeableverdebotellayungorritodelana,habíadeclaradoalosmedioslocalesqueelmuchachosehabíaenganchadoensusredescuandocomenzabasupescadebajuraenlaría;jurabayperjurabaporsupatrona,laVirgendelaAtalaya, que lo había confundido con un enorme atún cuando descubrió que era un niño y que habíatardadodosminutosenllamaralapolicíaynohabíatocadoelcadáverdelchico,queestabahinchadoylefaltabaunamano.

CuandoClaudio despertó todavía tenía la imagen nítida y clara del pobre pescador tartamudeandofrentea lacámarade televisión,diciendoquealniño le faltabaunamano. ¡Unamano!ElchicohabíaresultadoserBillyGoyanes,estudiantedequinceañosdelcolegiocatólicoSanGregorio.Claudioysuhermanooyerondías despuésque al chico le habían sacadode la bocavarias piedras y que sumanohabía aparecido en la playa bajo un acalorado grupo de gaviotas famélicas, y que se cerraba condesesperaciónentornoaotroguijarro.MaríaVargassehabíallevadolasmanosalacabezafrentealamesadelacocinaconsuespososentadoasuladoyamboshermanoslahabíanoídolamentarsedeaquelsuceso.

—¿Unapiedraenlamano,Marco?—gritóasumarido—.Eseniñoqueríadefenderse.Yluegotodasesaspiedrasenlaboca.¿Quétipodeenfermomentallehaceesoaunniñodequinceaños?

«Unconejo.»«Unconejoquepreviamentehasidoapedreadoensupozo-casa.»«BunnyelCruel.»—No lo sé, cariño.Ya has visto la cantidad de casos que ahora empiezan a suceder por culpa de

degenerados.Estepaísestávolviéndoseloco.—¡LAMAFIA!—gritósuabuelo,haciendosaltarasuspadresyaellosdos,agazapadosdetrásdela

puerta.—¡Por el amor de Dios, Lucca! ¿Quieres matarnos de un susto? ¿La mafia? Llevas veinte años

viviendoenestepaísyenEspañanohaymafia.Almenosnocomotúlaconociste.Su abuelo arrugó el entrecejo bajo aquellas gafas sin montura, de bibliotecario, y soltó una risita

demencial.—Ya...Lamafiaestáportodoslados.—Portodoslossantos,Marco.Dileatupadrequesecalle.Aquellaconversaciónhabíaduradohastaaltashorasdelamadrugada.ElgolpeparaSanPetrihabía

sidoduroydejabaatodalapoblacióncomotoposenmitaddeundíasoleado.

Claudio se recostó en la camaypermaneciómirandoal techodurantemucho tiempo,hastaque losrecuerdossefueronalejandopocoapocodesumenteyvolvióadormirseligeramente.LavozdeCedricveintinueve años atrás retumbó en las vigas del falso techo de su casa como un eco monocorde yuniforme.

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—¡Fueronalacasa,poresoestámuerto!—gritóconsuvozdeniño.

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6

2denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Cedric los miraba sentado en el columpio del recreo mientras balanceaba sus piernas de atrásadelanteycontemplabalaarenadelsueloconexpresióniracundayojerosa.

—Elloslodijeron.Queibanavolverallí.Yahoraeseniñoestámuerto.¡Fueronalacasa,poresoestámuerto!

—Quizádeberíamoshablarconlapolicía,connuestrospadres,ycontarlesloquevimosenlacasayqueBillyhabíatiradopiedrasalpozo—sopesóEnmaconsueternotalanteinfantil.

—Esoesunatontería.Sereirándenosotrosonostomaránporlocos—respondióDani.Claudio,quehabíasalidounpocomástardedadoqueestabaenuncursosuperior,sereunióconellos

enloscolumpiosysemantuvoensegundoplano,mientraselrestoseguíadiscutiendoquéhacer.—¿Ysieseconejoesunasesinodisfrazado?—preguntóLisa—.Sinodecimosnada,estaremosen

peligro,porquenosvioatodos.¡Ounlocoquehaescapadodeunmanicomioporesasgaleríasoloquehayaenelpozo!

—Iremosalabibliotecadelpuebloybuscaremosinformaciónsobrelacasayloquehaydebajo—dijoentoncesClaudio,loquehizoquesegiraranhaciaélconciertasorpresa—.SiBillyestámuerto,yeso pensando que es por ese conejo, fue porque regresaron a la casa. Si no nos acercamos a ella nocorreremospeligro.

—¿Ysisale?—Claro,Enma.Esmuynormaldespuésdeestetipodedesgraciasverauntipoconunamáscarade

conejoygarraspaseandoporSanPetriyquetodoelmundolesaludeconafecto.Cedricestallóenunacarcajadayalinstantetodosserieron.—¡Eh,agente!¡Míreme!¡Soyunperturbado!Claroestá,enaquelmomentoClaudioaúnnohabíaentradoenelaseodesucasamientrassuhermano

seduchabay tampocohabía leídoaquella frasediabólicaenelespejoovalado.TampocoEnmahabíallegadoa lahorademerendary los imanesdesuneverahabían formadoaquellamismafrase,niLisahabíavistolomismosobrelarevistademodadesumadre,enunahojadesulibreta,oCedric,queensusopadeletrasdelacenadejabaparaelfinalaquelmensajequelehizohorasdespuésromperallorardesconsoladamentemientrassebalanceabacasiapuntodeldesmayoyconfesabaasumadretodoloquehabíapasado.

—Entoncesquedaremosalascincoaquíeiremosalabiblioteca.—Peroyonopuedoir.—Enmalosmiróconlosojosllorososyseapartóelpelodelacara—.Mis

padrestienenquesalirymetengoqueocupardemihermanopequeño.Tengoquellegarprontoacasa.Sino,mecastigarán.

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—No te preocupes —dijo Lisa. Enma era una niña con tendencia a la hipocondría que solíapreocuparseenexcesoporcomplaceralosdemás,ynotabasuangustiaylomalqueloestabapasando—.Iremosnosotrosyluegotecontaremosquéaveriguamos.

Elpatioestabaabarrotado.Losgritosdelosniñosyloslatigazosdelascuerdasdesaltarlesponíanen alerta como pequeños cervatillos en plena batida de caza. Había niños y niñas, distribuidosestratégicamente por losmuretes de ladrillo que conformaban el perímetro del patio, porque aquellosúltimosmesessehabíapuestodemodamontar«tiendas».Ellosestabanenelrincónmásalejadodelazonadecolumpios,perolagranmayoríadeloschicossesituabanfrentealosmuretes,colocabansobreunos trapitos pequeños juguetes que ya no usaban de sus casas y los compañeros «compraban» conpapelesdecaramelo—loqueveníasiendodineroparaellos—loquemás lesgustaba.Habíacromoscon purpurina y formas variopintas, llaveros, chapas de ciclistas e incluso algún que otro jugueteinteresante,comocochecitos,peonzasy tirachinas.Todo loqueunonoquería lovendíaen las tiendasescolares. Incluso había quien fabricaba sobres sorpresa con el papel de una hoja de libreta ymetíadentrounjuguetemientrasescribíaconrotuladoryletrasgrandes:

SOBRESORPRESA.PRECIO4PAPELES

Paralosprofesoresinicialmenteaquellonolesresultóunabuenaidea,peroconelpasodelosdíasloacabaronviendocomounmerointercambioentrelosalumnosyterminaronporaceptarlo.Habíaalumnosque hacían comprar a sus padres enormes bolsas de Sugus con la única intención de quedarse con elpapeldecoloresydeesemodotenerun«billete»más.Alfinalelfruterodecasaterminabasiendoeldepósito particular deSugus sin chupar, aún forrados con el papel transparente que tenían debajo deloriginal,ylavisitadelasabuelasysuscaramelosdementanoparecíatanaterradoraytristecomoenotrostiempos.

Todos llevaban a primera hora de la mañana sus carteras o monederos repletos de papeles decaramelosparalahoradelrecreo.InclusoDani,pocodadoaltumultodelastiendas,sehabíahecho,porelpreciodesietepapeles,conuntirachinasdemaderaforradoconcintaplásticanegrayunabolsitadebolasdeaceroporelmódicopreciode trespapelesmás.Enunprincipio,nopretendíahacerusodeltirachinas,ymenosenelcolegio;habíapensadoensaliralpatiotraserodesucasayentrenarsupocapunteríaconunpardelatasdelegumbresotomate.UnaprofesoradeoctavodeEGBquelehabíavistocomprar el tirachinas se había acercado aquellamañana, lo habíamiradode soslayoy luego le habíadichoconsuvozdepito:

—Dani, sabes que esas bolas hacen mucho daño y no están permitidas en el colegio. Lo sabes,¿verdad?

Danihabíamovidolacabezaafirmativamente.—Sí,señorita.Lovoyausarencasaconlatas.—Nisiquieracongarbanzos—leinsistióconciertoreceloenlamirada—.Losabes,¿verdad?Danivolvióasacudirlacabeza.¡Jamáslohubierapensado!¡Garbanzos!—Loque tratodedecirte,hijo—prosiguióella—,esqueesoscachivachesnopuedenusarseenel

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patioporquepodríasherirgravementeauncompañero.—Sí,señorita.Nolotraeré.—Nianimales,Dani.LosanimalessonhijosdeDios.Élamabaalosanimales.Noseríacapazdelanzarunaboladeacerooungarbanzoaningúnanimal.—No,señorita.Yonohagoesascosas.Megustanlosanimales.Enaquelmomento,aquellamañanadenoviembre,mientras todossemanteníanenunestadocaside

letargoagazapadosfrentealoscolumpios,bajoelroblemásespesoquehabíaenelpatio,Danipensóeneltirachinas,lasbolasdeaceroyunconejo.Sepreguntósirealmenteencontraríanalgoenlabibliotecaquemerecieralapenay,enelcasocontrario,quésucedería,sillegadoelmomentoaqueltirachinasquedormía en el último cajón de su escritorio le salvaría la vida o dejaría herido a aquel individuo tanextraño.

—¿Qué habrá pasado? —oyó preguntar a Lisa—. Tendríamos que hablar con los niños del SanGregorio.

—No,Lisa—aullóCedric—,loquetenemosquehaceresolvidarnosdetodaesamierdaynovolverapasarporesacasa.HayunlocosueltoenSanPetriytengomiedo.

—Mipadredicequehayun sanatoriopara enfermosmentales a cincuentakilómetrosdeaquí.Estáapartado,comolascárceles.Alagentenolegustaveraesaspersonascercadesucasa—murmuróEnma—,poresoloshacenenlugaresremotos.Mipadredicequepuedequeunosehayaescapado.Hicieronelrecuento laotranocheyfaltabaunpaciente. Igualesesehombrede lamáscaradeconejo.Tambiénlodijolatelevisión.

—Entoncestenemosquehablarconnuestrospadresydecirlesloquevimos—respondióCedric.—YquenoscastiguenporentrarenlacasaCamelle.—Claudioempezabaaenfadarse—.Iremosala

bibliotecayluegobuscaremosalosniñosdelSanGregorio.Estamosdandoporhechoquefueesetipodelamáscaraynisiquierasabemossifueronalacasa.Quizánotenganadaquever.

—Claudiotienerazón—respondióLisa—,aunqueyonotengoniideadecómobuscarinformaciónenlabiblioteca.

Todossemiraronconciertaduda.—Niyo—dijoClaudio.—Yotampoco—respondiósuhermano.—Esquenotenemosquebuscarnada—alegóCedric—.¿CuántosañostieneRonyMelony?RonyMelonyeraelbibliotecario.Suapodoveníadealgotansimplecomosuenormefísico,quecasi

rozabalaobesidadmórbida.Ronyporqueparecíarodarcuandocaminaba,Melonyporquesucabezaeracomounmelónsinpeloysubarrigasebamboleabadeunladoaotro.

—¿Treinta?—Puesentonces—continuóCedricmirandoaEnma—,si tieneesaedadpodemospreguntarleaél.

NocreoqueleimportelomásmínimoporquélehacemosesaspreguntassobrelacasaCamelle,ysilohicierapodemosdecirlequeesparauntrabajodeclase.Esetipoescomounenormeratóndebiblioteca,suelesaberdetodoynoesquetengamuchosamigos.Seguroquelegustaquelehagamospreguntas.

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—¡Eresungenio,Cedric!—exclamóLisaabrazándole.Cedricsepusorojocomounaamapolayluegoseapartómediomareado.—Esunpequeñogenio—canturreóDani,conaquellosojosazulesabiertoscomoplatos—,ungenio

delalámpara.Undíatedibujarésaliendodeunchorritodehumoyunalámpara.Todosestallaronenrisas.—¡Eh!Esoseríadivertido,manito—ledijoClaudio—.Hacernosundibujoatodos.¿Loharías?—Sí,Dani.¿Loharías?Enmahabíacomenzadoadarpequeñossaltitosconlasmanosentrelazadasbajolabarbilla.Lisa,por

suparte,lohabíarodeadoconlosbrazosysebalanceabacomosibailaramientrascantaba:—Daniii,Daniii,haznosundibuuujooo...—Ah,quépesados,vale—bramóconciertaincomodidad.TeneraLisatancercasiempreleresultaba

incómodo.Sucuerpoexperimentabaunaespeciedesobrecargapocohabitualantelaespontaneidaddelaquesiemprehacíagala.

—Iremosalabibliotecayluegoacasa.¿Osdejarániralacabañadespuésdelosdeberes?TodossemiraronyluegodirigieronlavistaaClaudio.Nosehabíanacordadoenningúnmomentode

laposibilidaddequesuspadres,aterradosporloacontecido,lesimpidieraniralcuartelgeneraldelosSupersónicos.

—Lotenemosqueintentar—murmuróélconciertatristeza—,tenemosquedarconlosniñosdelSanGregorio.¿Cedric?

Cedricyaveíaasumadre,avozengrito,diciéndolequeestabaloco.—Podemoshacerunacosa—dijodespuésdesopesar lasituaciónunossegundos—,podemosdecir

quetenemosquehaceresetrabajoyquevamosairalabiblioteca.Nocreoquenosimpidaniralcentrodelpueblo.Perotenemosquedecirtodoslomismo.Seguroquemimadrellamaalatuya,Claudio.Yasabeslodesconfiadaquees.

—Ydespués iremos a buscar a los del SanGregorio—alegóDani—.Yo sé dónde vivenBrunoyDavid.Ellossalenmástardequenosotros,perosédóndeestásucasa.

—¿Yquévamosadecirles?—preguntóindignadaLisa—.Nosharánpapillasinosven.Suamigoestámuertoynosculparánporentrarenesacasa.Siemprepasalomismo.

Danicerrólosojosunmomentoymurmuró:—Lisa,noimporta.Tenemosquesaberquépasóysivieronaesehombreconlamáscara.Alomejor

nohandichonadaasuspadresytienenmiedo.Yotendríamiedo.Entramosenunacasayhabíaalguienallí.Ellosvolvieron...Oalomejornovolvieron.Nolosabemos.

Ylociertoesqueelsucesoencuestiónfuebastantecomentadoduranteelrestodelasclases.Cuandoregresarona lasaulasdespuésdel recreo, reunierona todos losalumnosenelaulade teatro,queera,despuésdelpolideportivo,lasalamásamplia,yquedisponíadeunasgradascurvadas.Eldirector,unhombredeunoscuarentaañosperoconelpelomásblancoquejamáshabíanvisto,elseñorEscobar,lesexplicóconuntonodevozmeditativoyalgodesoladoloquehastaciertopuntoyasabían.Unchicodel

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colegioSanGregoriohabíaaparecidomuertoenelmaravarioskilómetrosdelpuebloysuprimo,LuisGoyanes,habíadesaparecido.Nadiesabíadóndeestabaelchicoynoalbergabanmuchasesperanzasdequeelmuchachoestuvierabien.Lapolicíahabíadesplegadovariosoperativosencarreterasyseestabanrastreandotodaslaszonasboscosasylaplayadondehabíaaparecidoflotandosuprimo(detallequenohabíamencionadodeesemodo,porsupuesto);sinembargo,nadiesabíanadadelniñoyeldirectorpedíacolaboracióny,sobretodo,prudencia.

—Regresad a casa y no salgáis del pueblo solos bajo ningún concepto —dijo con cierto aireautoritario—.Esmuy importantequesiempreestéisacompañadosy, siveisalgooalguien fuerade lonormal,decídseloavuestrospadres.Notengáismiedo.Todopuedeayudar,hijos.

Enma,quenohacíamásquegolpetearelsueloentarimadoconelpie,manteníalosojosmuyabiertosylasmanosenlabocacomosifueraagritarencualquiermomento.

—¿Veis?Tenemosquecontárseloanuestrospadres.Siyalosabíayo.Lisalamiródereojoysellevóelíndicealoslabiosparaquebajaralavoz.Eldirectorcontinuóconsusermón.—No pretendemos asustaros, solo que seáis prudentes.Ha podido ser un desafortunado accidente.

Muycercade la costadondeestaba el chicohayunacantiladoypudo resbalary caer.Repitoquenosabemosmuchodeloquehapasado,perosíesimportantequeosmantengáistodossiemprejuntos,dedosodetresentres,siesposible.Noentabléisconversaciónconnadiequenoseaconocidoymuchomenossubáisenvehículos.SanPetriesunlugarpequeñoytodosenmayoromenosmedidaconocéisavuestrosvecinos.Sialguienospreguntaalgo,respondedconeducaciónperodesdeladistancia.Nodeisdatos de dónde vivís o cualquier información que sea demasiado personal. Por aquí vienen muchosturistas que están de paso, muchas personas que pueden preguntar por una dirección o un lugar. Sedprudentes,lorepito,ydesconfiados.

EnaquelmomentoaDanileentraronunasterriblesganasdepreguntaraldirectorsielhechodecaerporunterrapléndecabezahacíaquetecomieraslaspiedrasdelcaminoyteamputarasunamano,peroobviamentenolohizo.

—Sedcautosyresponsables,niños—continuó—.Hacedcasoavuestrospadresytomadlasmedidasquelosadultososindiquenparaquenohayasustosofalsasdenuncias.Elcolegio,comosabéis,disponede un psicólogo para todo aquel que quiera hablar de lo que considere importante, pero sin serextremistas, por favor, no vayáis con nadie que no conozcáis, diga lo que diga, os ofrezca lo que osofrezca.¿Estamosdeacuerdo?

Todoscontestaronalunísonoquesí.Todosaexcepcióndeellos.

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7

10deoctubrede2016Londres.EdificiodeingenieraIBI

Cedricdejóatráselcaminodepiedraquedabaa laprimerapuertadeledificiocuandosintióalgoraroysegiró,convencidodequeleseguían.Noestabamuysegurodesihabíasidounsonidodepasos,labrisamatutinaqueazotaba lasramasde losárbolesosu imaginación,pero lociertoesque llevabatodalamañana,desdequehabíasalidoporlapuertadesucasa,conlaextrañasensacióndequealguienleobservaba.Esaidealeacompañótambiénenlacafetería,mientrasdesayunaba,yenaquelmomento,justocuandoestabaapuntodeentrarensudespacho,maletaenmano,vestidocontrajeycorbata,yconaquel revoltijodepelo castaño revueltopor el aire.Sequedó inmóvil apenasunos segundos antesdegirarhacialaderechaparaplantarseenlaesquina.Seinclinóligeramenteyoteóconreceloasomandolacabezahaciaelotrolado,segurodequeveríaaalgúntrabajadordirigiéndosehaciaél,peroestabasolo.Noquisopararseapensarenlapintaquetendríayenquépensaríansusalumnossiveíanaunodesusprofesores agazapado en la esquinadel edificioobservandomedio escondido con la frentey los ojoscomoúnicapartedesuanatomíaasomandoporelotroladodelafachada.Perobásicamenteeraloqueestabahaciendoy,aunsintiéndosepatéticoycomounadolescente,seguíaconunaintensasensacióndeservigiladoquenolegustabanada.

Seenderezó,carraspeóligeramente,searreglóelpeloylacorbata,ydioungirográcilparavolversobresuspasoshacia lapuertagiratoria,con laque tuvoun levecontratiempo,paranovariar.VariosalumnossubíanporlasescalerascuandoélsesituódelantedelmostradordeCatalina,unamujerrobustademiradaviperinaypelopajizoque loobservóconciertacuriosidadpara luegoregalarleunadesussonrisas«Bésameelculo»,comoélsolíallamarlas,antesdeentregarlesucorreoydarlelosbuenosdías«asumanera».

—Maldía,maldía,profesor—dijocontonograve—.TieneelauladeIngenieríaAeronáuticahastalasentrañas.

Cedricsonrióconparsimonia.—Entonces es bueno, Catalina. Todos esos chicos con ganas de aprender. El graderío abarrotado,

llenodementesinquietasyjuveniles.¡Elfuturo!Ellalomirabaconlosojosentrecerradosyasentíalentamente,comosiseburlaradeél.—Yaseestáviniendoustedarriba...Elfuturo...¿Mehabladelacrisis?¿Delainmigración?¿Delos

atentadosterroristas?—Oh,vengaya...¿Nuncaesunpoquitopositiva?Ahíestabaotravezsusonrisa«Bésameelculo».—Usted es demasiado positivo, profesor Conrad. Pero no le culpo. ¡Hay que intentar cambiar el

mundo!

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—Hayquecambiaranuestrosjóvenes,Catalina.Porahíseempieza.—Meconformaríaporelmomentoconcambiaranuestrospolíticos...deplaneta.Aquellamujer era lo que para Cedric podía llamarse «un ser gris». Alguien que nunca veía nada

positivo en la vida y que siempre tenía algo que decir. Se irguió en la silla con elegancia y entornóaquellosojosfríosycalculadoresparaluegotraquetearconlosdedoslaencimeradelmostrador.Élnoestabadispuestoadarlelarazón,asíquecerróelpuñodeunmodomelodramáticoymirandoel techosuspirócomosifueraasoltarungritodeguerra.

—Yahísevuelveairarribaentres...dos...uno...—¡Elmundoesmaravillosoynuestrosjóveneselfuturo!—casigraznóCedric.Dichoesto, sedirigióa lasescalerasycincominutosdespuésestabadelantedemásdedoscientos

alumnosquelomirabanfijamenteyenabsolutosilencio,altiempoqueéllesrecordabalaimportanciadelcentro,laenormeinversiónqueelConsejodeInvestigacióndelReinoUnidohacíaalaescuelayelgranfuturoquelesesperabasiaprovechabanaquellaoportunidadyestudiabanconintensidadesenuevoaño lectivo. Tras aquella perorata, indicó a uno de los estudiantes de atrás que apagara las luces.Entonces, con elmando a distancia encendió la pantalla de proyección, que empezó a descender. Seacomodó a su escritorio, sobre la tarima de madera, y dejó que el vídeo de presentación de IBIenvolvieraatodosaquellosojosinteligentesquemirabanconsumaatenciónalfrente.Fueenesemismoinstante cuando oyó un leve traqueteo en el fondo del aula y alzó la vista hacia las gradasmás altas,intentando detectar de dónde procedía aquel ruidito.Cedric sintió que la sangre se le agolpaba en unpunto de la cabeza y susmejillas comenzaron a hervir enmilésimas de segundo. En lomás alto delhemiciclo,detectóunelementopococomúnquedesentonabacontodasaquellaspersonasdenomásdeveinteaños,vestidasconvaquerosycamisetas,faldasovestidosdecoloresyflores.

«Dosorejasblancas.Dospuntasafiladas.»Sintióqueselesecabalagargantayloslabiosselepegabandepuroterror.Aguzólavista,consciente

de que lo que estaba viendo tenía que ser producto de su imaginación o una broma, pero resultabademasiado real y familiar.Muy despacio, descendió discretamente por un lado de la tarima y avanzógradaarribaendirecciónalaspuntasblancasqueasomabantrasunodelosalumnos.Cuandoestabaapuntode llegar, lasdosorejas seperdierondetrásdel cuerpovoluminosodeunmuchachomulato.Alaproximarseunpocomás,vioqueel asiento estabavacío.El chico loobservóconcierta curiosidad.Cedric tenía lacaracontraídaenunamuecadeestuporysorpresay,aldarsecuentade la imagenquedebíadeproyectar, tomóaire,descendiódenuevohacia sumesay sedejócaeren la silla sudandoytemblandoporaquellaalucinacióninnegableydesoladora.

—Hubierajurado...—susurró.Quehabíavistounconejo.«Un,dos,tres.Osatraparé.»Mirólahoraycalculóquequedaríanmásdecuarentaminutosdepelícula.Sumentevolóduranteun

breveespaciodetiempoentrelascabezaspensantesyconcentradasdetodossusalumnos;luegodecidiórelajarseynopensarennada.

«Esunmaldía.Sientoyoigocosasquenoexisten,perocuandoregreseacasa,cuandomesienteen

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misofádelantedeltelevisoryveaunadeesaspelículas,todoloquemeestápasandohoynosignificaránada.»

Porquenosoloestabaelpresentimientoconelquesehabíalevantadoaquellamañana.Durantegranpartedelanoche,habíatenidoextrañaspesadillasdelascualesnorecordabanada,niunlevedetalle,siseponíaarecapacitar.Eranlasensacióndequeseahogabayelsudorfríoconelquesehabíadespertadovarias veces en mitad de la noche, el entumecimiento de todos los músculos de su cuerpo y aquelhormigueoenlasmanosque,enotromomento,lehubierallevadodirectamentealasaladeurgenciasdelhospitalmáspróximo,sinofuerapor...

«Porquevialgoenmissueñosquesí recuerdo,aunquemimente lúcidamehaganegarlounayotravez.VilacasaCamelleymiviejabicicleta...»

Mientras todosaquellospensamientosseamontonabanensucabeza,volvióaalzar lavistahacia lagradaycontempló losrostrosavispadose ingeniososdesusalumnos.Sepreguntósiellossentiríanelpasodeltiempoconlamismavelocidadquelohabíasentidoél,sisuvidaseríafácilysiesacarrera,que lesprecipitabaaun futuro trabajodemasiado sacrificadocomopara formaruna familia, lesharíafelicesllegadoelmomentodelaverdad.

Cuandosonóeltimbrequeindicabaelfinaldelaclase,seencendieronlaslucesylapelículafinalizó,Cedric seguía inmerso en sumundo interior, ajeno al ajetreo que se había formado cuando los chicoscomenzaron a abandonar el aula para trasladarse a la planta de los laboratorios. El tumulto de pasossobrelamaderaledevolvióaunarealidadqueseleantojaba,aqueldía,lentaypeliaguda.Violaspuntasblancasentreloschicosquesemovíandeunladoaotro.Doschicasseacercaronaélparahablarledealgoque teníaqueverconel trabajode la semanasiguiente,peroapenas lasescuchó.Cedric tenía lavistaclavadaenelfondodelaula,enlasdosafiladasorejasblancasquesemanteníanestáticasytiesascomodosvelasdetrásdevariosjóvenes,yenaquelcuerpoinerte.Selevantóbruscamentedejandoalaschicas con la palabra en la boca y se situó en el centro de la tarima para poder distinguir conmásclaridadquéeraaquello.

—Nomejodas...Cedricnuncaensuvidadecíapalabrasmalsonantes,peroeneseestadoyanteaquellaalucinación,era

capazdegritarenmitaddelcampuscualquierbarbaridadquelepasaraporlacabeza.Era real. Al menos él lo veía tan real como los demás. Entre todos aquellos muchachos que

atravesabandespaciolasgradasconsusbolsoscruzadosporelpechoysuslibrosenlasmanos,habíaalguienconunamáscaradeconejo,yloestabamirando.

—Estotienequeserunabromademalgusto.—¿Profesor?—Unmomento.Lajovenmiróhaciadondeteníalosojosclavadossuprofesor,peroellanovionada.—¿Prefierequevengamosenotromomento,profesor?Cedricasintiósinmirarla.Eltipodelamáscarapermanecíasentadoconlosbrazosextendidossobre

elpupitreylosdedosentrelazadosconairesosegado.Unalumnopasópordelantedeély,cuandoCedricvolvióatenerloensuángulodevisión,eltipodelamáscaraladeólacabeza,doblóunaorejahaciala

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derechaysubocasecurvóenunasonrisaespeluznante.Levantóunbrazoymoviólosdedos,cubiertosporunosguantesblancos,saludándole.Cedricsentíaelcorazónadosmilrevolucionesporminutoyyanosudaba,parecíaunaspersor.

«¿Desdecuándosonríenlasmáscaras?»,habíapensadoCedricaltiempoquesacabaunpañuelodesubolsillodelpantalónysesecabalafrente.

Elterrorseapoderódeélenelmismomomentoquelapuertadelaulariosecerróyseencontrósoloconaquellaaparición,bromaoparanoia.Élsobrelatarimaenunextremodelaulay...¿Bunny?sentadoenelpupitremásalejado.Yesoeramuchomásdantescoyespeluznante.

—Por Dios bendito, esto ya lo había superado... —murmuró—. ¡Si esto es una broma, chico, lerecomiendo que abandone el aula y deje de hacer el idiota! —exclamó. Pero el conejo volvió a...¿sonreír?,seencogiódehombrosygolpeólamesaconambasmanos.

Cedricseibaadesmayar.Vacilóunossegundosy,deunsalto,bajólatarimayavanzóhastalaprimerafiladepupitresporlasescaleraslaterales.Duranteunafraccióndesegundo,pensóenelcolegio,ensusamigosdelainfanciaylosdosprimosdelSanGregorio.RecordóeldolorcuandoEnmaleaferrabaelbrazo,clavándolelasuñasantelaventanadelacasaCamelle,ytodoloquesucediódespués.

—Nuncaseirá—sollozabaella—.Tardeotempranotambiénnosatraparáanosotrosynopodremoshacernadaparadetenerlo.

Muchosañosdespués, se sentía tan impotentee indefensocomoenaquel entonces.Soloquemedíaunos cuantos centímetros más, tenía una profesión, una casa, un gato y su madre ya no estaba paraatormentarlocadadíaconsusmodelitosdeniñopijoysuobsesiónporelordencasienfermizo.

—Leestoydiciendoquelaclasehaterminadoyesaindumentarianotieneningunagracia,caballero—afirmóconciertoaplomo—.Lepidoqueselevante,sevayaymeditesiconsideraestabromadelniveldenuestrosalumnos.

El conejomeneó la cabeza de un lado a otro y sus orejas volaron como calcetines colgados en untendalconventolera.

Cedrictartamudeócuandoabriólabocaparadecirloquejamáscreíaquerepetiría.—¿Bu...Bunny?Elconejopalmoteóemocionadocuandooyóelnombreymeneó lacabezaafirmativamenteantesde

golpear la mesa con el puño, lo que hizo que Cedric diera dos pasos atrás, tropezara con el últimoescalónycayeradeculosobrelatarima.

Yahívenía.Conunpantalónajado,unaespeciedesacogrismetálico—elcolordelospensamientosdeCedricenaquelinstante—ysumáscaradegomaoloquedemoniosfueraaquello.Bajólospeldañosconbrusquedadperodespacio.Cedricreculóhastaquesuespaldachocóconlatarima.Entonceselevólosbrazospordetrásdesucuerpo,sepropulsóhaciaarribaysequedósentadocomosiaquellofueraunbotesalvavidasyunaoladeproporcionesespeluznantesestuvieraapuntodedevorarleporcompleto.

—Nopuedeser.Bunnymoviólacabezaenungestoafirmativo.

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—Túnoeresreal.Nopuedesserreal...EstonoesSanPetri.Teníaelconejoadospalmosysusmanosenguantadashabíanempezadoacambiarparaformaruna

curvaturagrotescadededosagarrotadoseinformesbajolatela,corroídaysucia.—¡Noeresreal!—gritó.Dehecho,habíacerrado losojosyavanzabaarrastrandoel traseropor la

tarima—.¡Cerramoselpozo!¡Malditohijodeputa,cerramoselpozo!¡Cerramos...!—¿Cedric?LavozdePaulAuven,profesordesegundodeRobótica,lehizoabrirlosojosymirarhacialapuerta

conlacaradesencajada.Elhombreestabadepie,enelvano,conlasmanosenlosbolsillosdelpantalóndevestir,yparecíaasustadoysorprendido.

—Cedric,pero¿quécoñohacesahísentadohablandosolo?Cedricmiróhacialasgradas.Bunnyhabíadesaparecido.—¡Cedric!—Mecaí—dijo.Erainútilintentarsalirdeaquellasituacióncomounhombrecabal.Selevantócon

laagilidaddeunbailarín,sesacudiólospantalones,serecolocólacorbataysepeinóelpeloconlosdedos—.Mecaí,Paul.Estabarecordandoatodosmisfamiliaresfallecidos.

Sucolegalomiró,nosinunaleveexpresióndedudaeironía,yseacercóaél.—Noheentendidoquédecías,Cedric,peroparecíastrastornado—dijo—.¿Hasidounabuenacaída

ounresbalóndeanciano?Cedric ledirigióunamirada ladinay luegoentrecerró losojos.Todavía le temblaban laspiernasy

teníaelpulsodisparado.—Medicontra la tarimadeespaldas.Caídeculoyestaba soltando la letaníamásgrotescaque te

puedasimaginar.Siquiereshacerteunaidea,pisaunjuguetedetushijosogolpéateeldedopequeñodelpiecontralapatadelacama.Másomenosesaeramiactitudcuandohasentrado.Maldecirelmundo.

Paul soltó una estridente carcajada que retumbó en el aula. Se llevó lamano al pecho y abrió susenormesojosverdescomosifueraasufrirundesmayo.Almenoshabíacolado,pensóCedric.

—Deacuerdo.Mealegrodequeteencuentresbien,soloveníaaavisartedequealasoncetenemosreunióndelprofesoradoenelauladoce.

Dichoesto,ambossalieronalpasillo.TrasunratodeconversaciónqueCedricnisiquierasemolestóen seguir, se dirigió a su despacho y cerró con llave. La mesa estaba abarrotada de expedientesacadémicosyelfaxteníaesalucecitadesagradablede«faltadepapel»,porquesiempreseleolvidabacargarlo.Sedejócaerenlasilla,depositóelmaletínenelsueloyrebuscóelpaquetedefoliosenmediode aquel caos. El sonido monocorde de los rodillos haciendo un esfuerzo sobrehumano comenzó arechinarmientrasencendíaelordenadoryabríaelcorreoelectrónico.Viounmensajeque levolvióaprovocarlamismataquicardiaquehabíasufridominutosantesenelauladeproyecciones.

LISABARRALTEHAENVIADOUNASOLICITUDDEAMISTAD

—¿Lisa?

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Todoaquellonopodíasercasualidad.Elfaxdejódesonaryunfoliocayóalsuelobocaabajo.Seinclinó con dedos temblorosos y, con la imagen infantil deLisa en lomás profundo de su cabeza, locogió.Nopudocontenerungritodepavorcuandodiolavueltaalahoja.Enellaalguienhabíaescaneadounafotografíamuyantigua.Eranellos.Lisa,Claudio,Dani,Enmayélposandoenlanochedebrujasconsusdisfraces.Estabandelantedesucasa.Recordabaperfectamentequeaquellaimagenlahabíatomadosumadreantesdesaliraporcaramelosenaquellamalditanochenefastaqueleshabíacambiadolavidaparasiempre.

—Peroquédemonios...Debajodelafotografíaenblancoynegrohabíaunafrase:

1,2,3...OSATRAPARÉ

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2denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

RonyMelony,elbibliotecario,estabasentadoalamesadeconsultascuandollegaronloschicos,unpoco antes de la cinco de la tarde. Su imagen era la del típico solterón que vivía con su madre:pantalonesvaqueros(conraya),jerseydepicoycamisaestranguladoraconelúltimobotónabrochadoenuncuellogordoyblandoqueamenazabaconreventarencualquiermomento,dejandoalaluzunapapadadepavoqueendeterminadosmomentosdabarepelús.RonyenrealidadsellamabaRoberto,aunquesololaseñoritaVera,unamujerjovialquetrabajabaenelayuntamiento,lollamabaporsunombreysolíaseramableconRonyy,hastaciertopunto,muyconsideradaporeltrabajoquedesempeñabaallí.YVeraeraguapa,altayconunasonrisadeángel.

—¡Hola,chicos!—exclamóRonyconenergíaforzada.Miróelrelojsobrelaescaleradecaracolqueascendíaalapartesuperiordelabibliotecaysonriómientrasseempujabalasgafasconeldedoíndiceeintentaba,nosinesfuerzo,ponersedepie—.Lascincodelatardeytodosenlabiblioteca.¿Québichooshapicado?

—Necesitamosinformaciónparauntrabajo—contestóCedricantesdequelosdemáspudierannitansiquieraabrir laboca—.Declase.Túsabesde todoyestamosunpocoperdidos,porquenosabemosbuscar.¿Nosayudas?

Ronyechóunaojeadaaloschicosy,alcabodeunossegundos,sonriócasisatisfechoydijo:—Claro.¿Porquéno?¿Yquétipodetrabajoesese?—SobrelacasaCamelle—respondióLisa.—¿La casa Camelle? —Soltó una risa sosegada, que hizo que le temblara la papada como una

gelatina,ycaminóhacialapartecentralseguidodeloschicos—.¿Quéprofesorospideeso?—MiróaClaudiocongestosombrío—.Túeresmayor.

—Vengo a acompañar a mi manito—respondió Claudio con humor—. Además, siempre suelepedirmeayudacuandoandaapurado...

—Yonuncatepido...ClaudiolofulminóconlamiradayDanisetragósusúltimaspalabras.—Sílohaces...,manito.—Noesqueunprofesorpidaesoexactamente—dijoentoncesLisacondecisión—.Noshanmandado

haceruntrabajoengruposobrealgunaleyendadelpueblo.Yasabesqueenlospueblosdealladotodostienenesashistoriasdenaufragios,peronosotrosnotenemosplayacercaypensamosenlacasaCamelle.

RonyMelony afirmómuy despaciomientrasmeditaba y al poco pareció convencido y les hizo ungestoparaquelesiguieranescalerasabajo.

—Está bien. Me gusta que vengáis a verme con este tipo de cosas. Tengo muchos artículos de

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investigaciónenmidespachodelsótanoysuelopasarmehorasindagando.Venidconmigo.Verallegarádentrodeunahoraynotengomuchotiempo,serérápido.Venid.

Descendieronlasescalerasquedabanalazonadearchivo.Ronybajabalospeldañosconcautelaydelado,dadoquesusmuslosrozabanpeligrosamenteunoconotro,ymásdeunavezloschicospensaronquecaería rodandohasta el descansillopor la formadebambolearseque tenía.Por suerte todos ibandetrásdeély,siesohubiesepasado,nocorríanpeligrodeseraplastadosporaquellascarnes.Cuandotraspasaronlaprimerapuertadelpasilloprincipal,seencontraronenundespachorepletodepapelesyrecortesdeperiódicoclavadosconchinchetasaunadecenadepanelesdecorchoancladosalapared.Ronylesdijoquesesentaran;habíaunamesadetrabajoconunasillayotramesapolivalenteconcuatrosillasconmáscarpetasydocumentacióndelabibliotecaporarchivar.Todosmirabanconcuriosidadlosrecortesquependíandelasparedes.

—¿Quéestodoesto?—preguntóClaudio.—Quiero escribir un libro. Analizo los diez últimos años y busco información sobre sucesos

relacionadosconlateoríadelaconspiración.Lisaarrugólanariz.Noentendíanada.—Sí, conspiración—repitióRony—. Sucesos, atentados o accidentes que ocultan algo. Complot...

¡Bah!Esigual.Aquíestá.Se acercó a uno de los tableros de corcho y desprendió unas hojas de periódico gastadas. Luego

volviójuntoaloschicos,cogiólasilladelescritorioylahizorodarhacialamesapolivalente.—Mirad.EldiecinuevedefebrerodelochentaycincounBoeing727seestrellóenVizcayacontra

unaantenadeEuskalTelebista.Enelaccidentemurieroncientocuarentayochopersonas.Unaccidenteun tanto extraño, si nos paramos a pensar. Como en el ochenta con Félix Rodríguez de la Fuente; elcatorcedemarzoparaserexactos.

—¡Félix!—exclamóDani—.Yoveosusdocumentales.Megustanmucho.—Pues su avioneta se estrelló en Alaska, misteriosamente. Iba a rodar un capítulo de la serieEl

hombreylatierra,loquetúves.Félixllevabaunalibretacontodassusanotacionesyestadesapareció.¿Noesextraño?Guardotodoloqueesextraño.Loagrupoporfechasyaños,ysigoconcienzudamentetodaslasnoticiasdelosperiódicosnacionalesylocales.

—¡Vaya!ErescomoeldetectiveSpenser—exclamóCedric.—Algo así—respondióRonyMelony condignidad—,pero haymás desgracias. Fijaos en esta: el

veintedeoctubredelochentaydoslapresadeTous,enValencia,serompe.Losperiódicoshablandeuna concatenación de fallos humanos, pero, vaya, siempre se acaba uno escapando de susresponsabilidades. Lo cierto es que esa presa provocó lamayor inundación hasta ahora conocida enEspaña.EsteotrorecorteesdelatentadoqueseprodujoenelrestauranteElDescanso,enMadrid.Fueeldocedeabrildelochentaycinco.Murierondieciochopersonas,porungrupoislámico.Oesodicen...

—¿Quéesunaconcatenación?—Unacadenadecasualidades,Cedric.—Entoncestúguardastodaslascosasmalasyrarasquepasanennuestropaís—afirmóClaudio—.

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¿Paraqué?—Yaoslohedicho.Algúndíaescribiréunlibro.Unlibrollenodecasosanormalesysucesossinuna

buenaexplicación.QuizálotituleLateoríadelaconspiraciónoalgoasí,perollevasutiempo.—¿YquépuedesdecirnosdelacasaCamelle?Claudio miraba a Rony, que parecía reflexionar mientras acariciaba el papel amarillento de los

recortesconlosdedos.—Tienesuhistoria,peroesmuyantigua.Lagentedelpuebloapenas recuerdaesascosase inventa

todotipodetonterías;sinembargo,miabuelosiempremehablódeesacasa.SeconstruyóenlosañostreintaytodoslosviejosdelpueblocoincidieronsiempreenquelahizounmarinerodeFinisterreparasufamilia.EltiposevolviólocodespuésdelhundimientodelBonifazenelsesentaycuatro.Creoqueenaquella épocaelhombre tendría setenta años,quizás algomenos.No sé si vuestrosprofesoresoshanhabladodelnaufragiodelBonifaz,quechocócontraotropetrolerollamadoFabiola; tenían tanquesdegasytodoaquelloestallóenmitaddelmar.Lagentedelpueblosacócincocadáveres,perosediopordesaparecidos a todos los miembros de la tripulación, que eran como veinte. La cuestión es que elmarineroquehizolacasaCamellefueunodelosquerescataronaseisgallegosquemurieronayudandoenlastareasderecuperación.Miabuelomecontóquecuandoregresóacasa...¡Claus!—gritó,haciendoque loschicosdieranunbrinco—.Eseera sunombre.Ahora lo recuerdo.Bien,puesClaus regresóacasaconlasmanosy lacaramanchadasdesangre,barroypetróleo.Sushijosyanovivíanconél,yaeran mayores, pero tenía a varios nietos a su cuidado porque era julio y los pequeños estaban devacacionesenSanPetriconsusabuelos.Dicenquesubióalpisodearriba,semetióenelbañoyallíestuvohastaquesumujerlollamóparacenarvariasveces.Cuandosaliósesentóenlacabeceradelamesaconlamismaporqueríaadheridaasucuerpo.Nosehabíaaseado,nisiquierasehabíalavadolasmanos,elmuycochino.Comióenabsolutosilencioyluegoselevantóysefuealacama.Demadrugadamatóasumujeryasusnietosconunarpónylostiróalpozo.

—¿Elpozo?—Lisatemblaba.—Sí,unpozoquehabíaenlafincaantesdequeconstruyeranlacasa.Yonosédóndeestáelpozo,

peroallílostiró.Luegoseencerróenunadelashabitacionesdesusnietosyselevantólatapadelossesosconunaescopetadecaza.Findelmisterio.

—¿Yporesonadiequierevivirenesacasadesdeentonces?—Claro,Dani.Enunpueblonoesagradablevivirenunacasadondesecometieronvariosasesinatos.

Aquí son todos muy supersticiosos. Si fuera una gran ciudad, todo se olvida, se arregla la casa, selimpianlasparedesysecambiaelmobiliario.Todocambiadealgúnmodo,perolacasaCamellenuncacambió.Además, tenemosquesumarqueClausdejóunanotaun tanto tétricaamododepintadaen lapareddelahabitacióndelosniños.Deahíquelapolicíadieraporlocoaesetipo.

—¿Quénota?—preguntóClaudio.Ronylomiróconungestomisteriosoalgofingidoydijo:—Elconejomepersigue.—Yseechóareír—.Esoescribió.Ylohizoconunrotuladordesunieto

máspequeño,quedebíadetenerunosdiezaños.Puraslocuras...Peroestonoveníadeltraumaportenerque sacar avarios amigosdelmarmuertoso loquepudover cuando sehundióelBonifaz. Segúnmi

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abuelo,Clausyadelirabaenelbardelpueblomuchosañosantescuandobebíamásdelacuenta.—¿Sobreelconejo?—¿Quéconejo?Danisoltóunjadeodesesperante.—Hasdichoqueescribióqueun...—¡Ah!Nosé.Delirabasobrevocesqueoía,ruidosenlacasa...Perosiemprequedecíaesoestaba

borracho,asíquetampocotienemuchacredibilidad.LacuestiónesqueClausnoestababiendesdehacíamuchotiempo,quizáporlaedad,yeldetonantefueelhundimientodelBonifaz;todosesosmuertosysusvecinosflotandoenelmarleacabarondechiflarycometióunalocura.

—¡Esterrible!—exclamóCedric.—Sí, fueunepisodiohorrible.Elúnico, realmente,hasta...bueno...Hastaestosdías.¿Conocíaisal

chicoqueapareciómuerto?Todossemiraronunosaotros.—Unpoco—alegóDani—.Bueno,devista.—Rony...—Lisanoestabaseguradesiaesehombreleagradabaquelellamaranasíositeníalamás

remotaideadeporquélosniñosusabanesenombre,perocuandosegiróhaciaelladeunmodonaturalcomprendióqueeralaformahabitualdellamarle—...sushijos...¿Quépasócuandoseenterarondeloquehabíasucedido?

Elbibliotecariosequedóunossegundospensativoyluego,congranesfuerzo,seencaminóalaparedyclavódenuevolosrecortesenunodeloscorchos.

—Veamos,enelsesentaycuatro,quefuecuandoseprodujoelnaufragio,creoqueloshijosdeClaustendrían unos cuarenta y pico años. Lógicamente ninguno se hizo cargo del funeral de su padre; lorepudiaban,yconrazón.Pusieronlacasaenventaytodasesascosas,perohastahoynadielacompró.Sefuerondelpuebloparasiempre,nuncavolvieron,ytienesulógica.¿Quiénquerríaquedarseaquídespuésdeaquellatragedia?

Cedricarrugólanarizymovióloslabios.—Ahoratendránsesentaysieteosesentaynueveaños...Másomenos.—Chicolisto—dijoRony—.Nolleganalossetenta,sinosehanmuertoya,claro...Untrabajodelo

másgrotesco,elvuestro.—«Elconejomepersigue...»—repitióClaudioconciertoairesolemne.—Esoescribió.AquíenSanPetrielmayordeloshijosdeClausteníaunbuenamigo.Parabaporel

bardelpuebloysiemprecontabaamododehistoriaparanodormirque,cuandoeranpequeños,elhijode Claus solía decirle en el colegio que su padre hablaba con el pozo. Tonterías que no dieronimportanciahastaqueañosdespuéssucediólatragedia.SupongoquecuandounoestálocotienemuchasfasesoestadosylodeClausfue...creciendo,amedidaquepasaronlosaños.

—¿Yelconejo?—insistióClaudio.—Delirios—contestóRony—.Elhombredel saco, el coco...Yoqué sé.Unniñoolvida las cosas

extrañasquevede suspadres,yesosdoshermanoscrecieron, secasarony luego se fueron.Válgame

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Diossiesperabanquesupadreacabaradeesamanerallevándoseasuesposayasuspropiosnietosporelcamino.

RonyMelony se giró entonces como si hubiese percibido que aquella conversación era demasiadointensaparalosniños.

—Esperoquenoosdépesadillasestahistoria.Vosotrosmehabéispreguntado,queconsteenacta.Ellosasintieronvelozmente.Ronysedirigióalapuertayleshizounaseñalparaquelesiguieran.—¿Ya?—Daniqueríasabermásdetodoaquello.—¿Yquémásqueréissaber?Oshecontadotodoloquemiabuelomedijoysé.Vamos,subamos.Si

vuelveVeraantesdequeestemosenlabibliotecapensaráquemegustaestarconniños,ynocreoquelehagamuchagraciaquecompartaconvosotrosmisrecortesescabrosos.

Al salir de la biblioteca, todos estaban demasiado conmocionados con la historia que les habíacontadoRony.Suscabecitaseranunamarañadeoscurospensamientosdondeunconejoquesalíadeunpozoyanoeraunposiblevecinovestidoconundisfraz,puestoquecincuentaañosatrásunmarinerolocollamadoClaustambiénlohabíavisto.¿Quésentidoteníatodoaquello?

Enfilaroncalleabajo,atravesandolacalleRealhastaelpaseodelArrabal,queeralacallemásanchadel pueblo y comunicaba directamente con la plaza central. Durante unos minutos, contemplaron lasventanasacristaladasdelacomisaríadepolicía.Después,sinintercambiarunasolapalabra,volvieronaponerseenmarchacomosiunapequeñalucecitarojasehubieseencendidoensusmentesyleshubieradicho:«Avanzad.»Lisaibatocándoseelpeloconlosdedos,jugueteandoconunpequeñomechónquesemetía en la boca por la punta; los hermanos DeMateo, con la cabeza gacha y los ojos fijos en lasbaldosasdelaacera,seguíanlaprocesión,conCedricencabeza,concentradoennopisarlaslíneasentrelasbaldosas,dandosaltitosconlasmanosmetidasenlosbolsillosdelpantalónylospelosenlacara,comoeracostumbreenél.AlllegaralfinaldelArrabal,saltaronlaverjadelacasadeClaudioyDani,ybordearonelpatiodeatrásendirecciónalacasetadelosSupersónicos.NovieronaMaríaVargas,comoerahabitual,porquehabíasalidoalmédicoconsusuegro.Lacasaestabacerradayensilenciocuandosaltaronelmuretedeatrásyseinternaronentrelosárboleshastallegarasulugarsecreto.

—Esunmonstruo—dijoCedricalfin,cuandosesentóenunodeloscojinesyapoyólaespaldaenlapareddetablonesdemadera—.Losmonstruossoninmortales,poresolovioClaus.

Claudio,quehabíacogidountebeodeSuperlópez,semanteníaenmutismo—algoimpropiodeél—,mientras pasaba las páginas sin excesivo interés. Su hermano, Dani, lo observaba con ciertapreocupación.Teníalosojosbrillantes,unniñoque,sibienpodíasercautoymuytranquilo,podíallegarapasardelacalmamásabsolutaaunestadodepánicototal.PorqueDanirecordabaelepisodiodelaNavidadanterior,encasadesustíosenMadrid,cuandoClaudioyélhabíansalidoalporche,sehabíansentadoenelbalancínyungrupodechicoshabía lanzadohuevoscontra lasventanasdevariascasas,estrellándoleaélunoensujerseynuevo,regalodePapáNoel.Claudiosehabíalevantadodelbalancínconparsimoniayloschicos,unpardeañosmayoresqueellos,porloquerecordabaDani,sequedaronensusbicicletasriendocomohienasmientrassuhermanomayorseaproximabaaelloslentamente.Sinprisas.Quizásesaactitudfueloquehizoqueloschicosnosemovieranysiguieranriendo,lamismaque

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lesmantuvodelantedesuhermanomientraseste,con losojosclavadosenellosy lacabeza inclinadahacia su hombro derecho, seguía sin decir una sola palabra. Los restos de huevo caían al suelo y sediseminaban por el algodón azul sobre chorretones amarillos y transparentes. Eran tres chicos. Suhermano,uno.LosiguientequeDanirecordabafueverasuhermanoquitarseeljerseyconmeticulosidadyabalanzarsesobreelchicomáscercano,queeraunpelirrojollenodepecasqueabriólabocaantesdecaerdelabicicletachillandocomounratóndecampobajounapala.Claudiolemetióeljerseyporlapartesuciaenlabocayledijoquelochupara,yentoncesfuecuandoDanicorriómásmientraslosotrosbajaban de sus bicis y se tiraban a por Claudio, sinmucho éxito, todo había que decirlo, porque suhermano,muylejosdeamilanarseorecibirunatandadepuñetazos,segiróconunamanoenalto,cerrólosdedosformandounpuñoyfrenóalsegundochicodándoleconlosnudillosenlaboca.CuandoDanillegóasualtura,elniñopelirrojoteníamediojerseyenlabocayllorabacomounamagdalena;elotro,conlosdientesrotos,corríacalleabajo,mientraseltercero,depie,inmóvilyconlacaradesencajadaporelmiedo,intentabaaplacaraunchicoque,terroríficamentetranquilo,lomirabasinpestañear.DanicogióaClaudioporunbrazoylesuplicóquevolvieraconél.Suhermanosegiró.Porsucaracruzabaunaexpresióndepazquerozabaelautismo.Daniestabaconvencidodequenisiquieraeraconscientedequehabíaperdido«asumodo»elcontroly,sinolealejabadeallí,cometeríaunalocura.

Perologróllevárseloy,depaso, logrósacarel jerseydelabocadelpelirrojoantesdequeestesevomitara encima. Su hermano se había vuelto a sentar en el balancín como si aquello jamás hubiesepasado,yDani,muertodemiedo,loacompañóconsujerseyenlamanosindecirunasolapalabra,hastaqueClaudiotuvosuprimerataquedeansiedad.

—Claudio,estásbien,¿verdad?Claudioafirmósinapartarlavistadeltebeo.Esoeraloquerealmentelepreocupabaenaquelmomento,loquesumadrelehabíadichoasupadre

eldíaqueClaudiosecayóenmediodelsalón,comounasmáticoquesuplicaraunadosisdevaporizadorconlasmanosapoyadasenelpecho.

—Es ansiedad, Marco —sollozaba su madre al tiempo que corría hacia la cocina—. Hay quelevantarlo,darleunapastillayquerespireenunabolsadepapel.

—¿Seguroqueestásbien?—Lisasesentóasuladoylepasóelbrazoporloshombrosenungestodecariño.EllasiempreeraasíytodosconocíanlascrisisdeClaudio.Todoshabíanvividosuscrisisdeunmodouotro.

—Sí...Solointento...canalizarlascosas.Esodicemimédico.Que...quenoexpresomisproblemasyqueesoquedadentro.Dentro...—repitió.

—Puesexpresaloquetengasenlacabeza—leinvitóLisa—.Todosestamoscagadosdemiedo.Notienesquefingirquelascosasnoteafectan.

AnteaquellaspalabrasylamiradaamabledeLisa,Danisediocuentadelomuchoquelaquería.SuhermanogirólacabezahaciaellayLisaapoyósufrenteenladeélmientrasloapretujabacontraella.

—Vamos,mafiosillo,dimequeestáscagado.

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—Noestoycagado.Nisiquierasécómoestoy.Soloestoydesconcertado.Notienesentido.Unhombrenovivetantosañosy,siesonoesunhombre,¿quéesyquéquiere...?

La cara de Claudio se transformó y por un instante todos creyeron que le iba a dar uno de sus«parraques»,comoélsolíadecirconciertohumor.Respiróprofundamente—buenaseñal—frenteaunposibleataquedepánico.LuegoseseparódeLisaylanzóeltebeojuntoalresto.

—TenemosqueencontraralosotroschicosdelSanGregorio—dijoentonces—.Yotengoquesaberqué pasó. Tenemos que ir, ¿no lo entendéis? Si ese conejo ha matado a uno de los chicos, el otroposiblementehayadesaparecidoporqueestáconél.Ynosvioatodos.Inclusotú,Dani,tienesesacajitaconmonedasdelacasa.Podría...Podría...

—Estábien.Vamosacalmarnos...Iremoshastasucasa...DaninohabíaterminadolafrasecuandolapuertadelacasetaseabrióbruscamenteygolpeóaCedric

enunbrazo.Enmaestabadepiedelantedeellosconsueternopichigrisyaquelloscalcetinesdecanaléblancos a juego con la camisa.Tenía los zapatitos de charolmanchados de polvo y hierbajos. Por laformaderespirar,habíaidocorriendo.

—¡Hanencontradoalotrochico!—exclamócasienungemido—.EntrelaiglesiadelaConcepciónylosmurosdelcementerio.

Cedricselevantó,sefrotóelhombroylamiróasustado.—¿Cómo?—Estaba con mi hermano cuando llegaron mis padres. Venían hablando de ello, pero cuando me

vieronsefueronalacocina,aunqueyolooítodo.Loencontróelcura.¡Eshorrible!—gritóysesentójuntoaLisa,pegandolasrodillasasupecho—.Mimadredijoquesehabíaahogado.Teníatodalaropamojada y la boca llena de algas y agua. ¡Se ahogó en elmar! Así... así que lo llevaron almar y loahogaron, y luego lo volvieron a traer al pueblo. Mi padre le dijo a mi madre que era la únicaexplicación,porquemipadreesamigodeunpolicíayesepolicíaledijoqueeralaúnicaexplicacióncoherente.Hastaquellegóeljuezparalevantarelcadáver.Dijomipadrequehubomuchosdelpuebloquelovieronyerahorrible.Teníalasmanosllenasdepiedras.¡Comoelotroniño!—exclamóyrompióallorar.

—Cálmate,Enma.—¡Noquiero,Lisa!Tenemosquehablarconnuestrospadres.ContarleloqueRonyMelonyleshabíadichohacíaunratohabríasidocomoabrirlacajadePandora.

Ningunomencionónada,dadalasituación.Noenaquelmomento.—Haremosunacosa—dijoDaniconaspereza—.IremosprimeroaveraBrunoyaDavid,ydespués

locontaremostodo.Peroantestenemosquehablarconellosysaberquéhapasado.Luego,conloquenos digan, tomaremos una decisión.No... Puede... puede que sea alguien que conoce esa historia delconejoyporalgunarazónestéhaciendoesto.Unloco...Unlococonesamáscaradeconejo.

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10deoctubrede2016Madrid

Lisavolvióasentarseeneldivánmientrasmirabadereojoelgestoinflexivodeldoctor,quetomabanotasatropelladamente.

—Entiendoque le resulte ridículo loque le acabode contar, doctor.Creoque, inclusoparamí, elhechodedecirloenaltodespuésdemásdeveinteañosesdesconcertante.Perosaliódelpozo.

NohuboningúncambioenlaexpresióndeldoctorcuandoLisaterminósupequeñorelatoysesentó.La contempló con una tranquilidad imperturbable y dejó de escribir solo para mirarla fijamente sinresultarextrañado,asustadoo,quiénsabe,decepcionadoportodaaquellahistoriasinsentido.

—Permítemequerepaseloqueacabasdedecirme—dijoelhombre—.EntrasteisenlacasaCamelle,inspeccionasteis el piso superior, donde los juguetes semovieron solos, y luego de aquel pozo, que,segúntú,osatraía,salióunhombreconunamáscaradeconejo.Despuéshuisteisy,unosdíasmástarde,unodelosniñosdelotrocolegioapareciómuerto.

—Asíes—dijocontristeza—.Séquepuederesultarunalocura,peroesofueloquevimostodos,loquepasóallíyloqueprovocólosacontecimientosqueluegosefueronsucediendoenSanPetri.

El doctor se repantigó en su sillón. Deslizó los dedos regordetes por debajo de su cinturón paraaflojarlolevemente,ydejólacarpetillayelbolígrafosobrelamesitasupletoria.

—¿Creesqueesa intrusiónprovocó lasmuertesde losniños?—preguntóeldoctorconcautela; sinembargo, antes de que ella pudiera contestar, se adelantó meditativo—. Erais unos críos. Aunquehubierais desenterrado un cementerio indio entero, no podríais culparos de algo así. El estréspostraumático,sobretodocuandosetratadepersonasqueejercenunactoviolentosobreuno,yaseaunaviolación,unaagresiónoinclusounsecuestro,ymásaesasedades,provocamuchosmásproblemasquecuandosetratadeunaccidenteounasimplemuertedeunfamiliarcercano.Lisa,detuvieronaunlocoportodoaquello,unenfermomentalquereconociótodoloquehizo,quefueencerradoenunainstituciónmental. Las pesadillas y los malos pensamientos, la negación hacia el entorno que te rodea y elsentimientodehabercambiadoparasiempresondetallesquetúmismahasconsideradoyqueencajanalaperfecciónconelestréspostraumático.Avecesunonisiquieralosupera,Lisa.

—Nofueél—dijolacónicamente—.Soloestabaenellugarequivocadoenelmomentoequivocado.—Unmonstruo—afirmóeldoctorsinapenasmodulaciónenlavoz—.Lovisteiscomounmonstruo,

comoalgoquenoeradeestemundo.¿Ysabesporqué?Porqueaesaedadesimposibleasimilarqueunapersonahumanaseacapazdealgoasí.Teníaisquedefenderosdelmundodeesemodo,Lisa,creandounpersonaje antagónico, un villano sin corazón, para no reconocer en vuestras mentes infantiles que elhombreescapazdematar.

Lisanodeseóresponderaesaspalabras.Eraconscientedequecontarleloquerealmentehabíanvisto

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todoslallevaríadenuevoalpuntodepartida.PensóquequizátrataraBunnycomounhombreconunaperturbación tambiénpodríasacarladeaquelbuclede terroresnocturnosquevolvíana invadirlacadanochecuandoapagabalaluz.Peroaquelpensamientoseborrórápidamentedesumente.ViolaimagendeBunny,en loaltode la fachada,apoyadoen la repisade laventana,con lacabeza ladeadayaquellasgarrasafiladasapuntándoles.

—El problema no fue solo ese—prosiguió ella—. Primero apareció uno de los primos del SanGregorio (por suexpedienteya sabrá losdetallesmásescabrosos),ydíasdespuésencontraronaLuisGoyanestiradocomountítereentrelaiglesiayelcementerio.

—Sí,leíesapartedelinformeanocheysepuededecirquelaprensanofuemuycensuradoraconlosdetallesmásdolorosos.Sigue,porfavor.

—Nosotros novimosnada.Lógicamente no iban a dejar a unos niños tanpequeños contemplar losrestosdeotrochicoenaquella situación,peronoscuidamosmuybiendeponer laorejadetrásde lasparedesypuertasadecuadas.Teníamosquecontarloquehabíamosvisto,peroantesdecidimosbuscaralosotrosdosniñosparahablarconellos.Loquesupedelcrimen lodescubríconmásdetallecuandoempezaronotravezmispesadillashacecatorceaños,pocoantesdevenir,dadoqueporaquelentoncesnadienos llegóadecirqueLuisGoyaneshabía sido ahogadoen agua saladay trasladadoadonde loencontraron ya muerto, o que sus manos estaban llenas de piedras como las de su primo cuando lomataron. Eso lo averiguamos nosotros escuchando a nuestros padres. Buscando información en losperiódicoslocalesyotrosquetratabanmáslostemasdelaEspañanegra,diconciertosdetallesquemehelaron la sangre. Por supuesto, si en aquel momento alguien nos lo hubiese dicho, habríamosenloquecido.

—¿Aquéterefieres?Lisaserevolvióeneldiványvolvióapalparelpaquetedetabacomedioabiertoquellevabaensu

bolso.—Estábien.Dejaréqueteenciendasuno.Perounosolo.Dejaqueabralaventana.Sobre una cómodademadera lacada en blanco, había un bonito jarrónde cristal convarias flores

artificiales.Lisamiró los ribetes de la alfombra y luego tanteó el paquete de tabaco, casi rozando ladesesperación por una calada. Aquello era como abrir la caja de Pandora. En algúnmomento de suinfancia,aquella frasehabía sidopartede suspensamientos,perono recordabanicuándoni la razón.Pensó que quizás el doctorDelRío no fuera tan pragmático como creía. Cuando el hombre volvió asentarse en subutacóndepiel, ella encendió su cigarro, tomóunpequeñoceniceroque él le tendióycontinuó.

—Losniñosnoteníanlaspiedrasenlamanoparadefendersedeloquelesquitólavida,comotodoelmundopensóinicialmente.Suasesino,Bunny,lesobligóaqueselastragaranantesdematarlos.PrimerolohizoconBilly.Laautopsia(quedejódeserprivadadespuésdeuntiempo)decíaqueelniñollegóaconsumirseispiedrasantesdemorir,fueloqueleencontraronenelestómago;suprimo,LuisGoyanes,teníacinco.CreoquelasúltimasfueelmismoBunn...asesinoquienleobligóaqueselastragara.Teníatres dientes partidos y una de las piedras encajada en la garganta. Lo terrible del asunto fue que esaúltimapiedralaintrodujerondespuésdemuerto.LosrellenócomounpavodeNavidad,porDios...Fue

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terrible,doctor.Terrible.Diounaprofundacaladayserecostóconlosojoscerrados,yelcabello,quecaíadesucoleta,por

delantedelpecho.Porunmomentosesintiómalconfesandotodosaquellosdetallesque,enotrotiempo,nohabíarelatadoalmédico,preocupadaporloquepodríallegarapensardeella.Enesemomentoeraunamujeradultadecasicuarentaaños,nolajovenuniversitariaasustadaqueentróporprimeravezallí.Suactitudfrentealavidaeramuchomásanalíticaymetódicaqueporaquelentonces.Habíarotodeunmodocasiviolentoconsuantiguapareja,laúnicaquetuvodespuésde...Dani.

DesviólavistaaladerechaysiguiófumandodeunmodocasiapáticomientrasrememorabaaAbel,estudiantedeDerecho,alto,atléticoyconuncarácterdominante,quecomenzóaescupircomovenenosolocuandosemudaronaviviraunpequeñoapartamentoalasafuerasdelaciudad.Sintióunaprofundanostalgia,peronoporél,sinoporDani.

«Túmehubierassalvadotambiéndeesemonstruo»,pensó.Eldoctordijoalgo,peroLisanoloentendió.Ensumentesolopodíaveraaquelchiquilloderostro

infantil,rizosdoradosynarizrespingona,quelarodeabatodoelcuerpoconaquellosbracitosgrácilesdeniñomientraslesusurrabaaloído:«Notengasmiedo.Nonoscogerá,yocuidarédeti,Lisa.»Mientrastratabadeprofundizarenaquellosrecuerdosmásnítidos,conla intencióndenoborrardesumenteunsolodetalledeDani,eldoctorvolvióahablaryellasesobresaltó.

—¿Perdone?—Tedecíaquecontinuaras.Lisaasintióyapagóelcigarrillo.—Decidimos iraveraunbibliotecarioquenoscontó lahistoriade lacasaCamelle;creoqueesa

partesaleensusinformes.—Sí.Peroluegofuisteisenbuscadelosotrosniños.—EncuantonosenteramosdequeLuisGoyaneshabíaaparecidomuerto.FueEnmalaquenoslodijo.

¿Quierequeselovuelvaarelatar?Eldoctorafirmó.Elladioporhechoqueestabaconvencidodeque, tambiénenaquellaparte,había

ocultadoinformación.—LacasadelosBarrosoeraunamansióncomparadaconnuestraspequeñascasas.YesoqueCedric,

conunpadreingeniero,noibadeltodomal.Eraunniñoacomodado,perosucasanoeratanostentosa,quizáporqueelpadredeCedriceraunhombrehumildeynoqueríaaparentardemasiadasuperioridadeconómicaantesusvecinos.Noeradeesos,yameentiende,aunquefueraungraningeniero.LomismopasabaconlosDeMateo.ElpadredeDaniyClaudio,MarcodeMateo,eraelpropietariodeunnegocioderestauración.Norecuerdomuybien,perocreoque,ademásdelrestauranteenelpueblo,tambiénteníaotroenFisterrayunomásenCorcubióncondosde sushermanos.Enverano, el turismoerabastanteabundanteen lacosta, asíquedurante losmesesde junio, julioyagosto, inclusopartede septiembre,también sumadre trabajabaenalgunode los restaurantes,yhacíanmuchodinero.Locierto esqueenveranocasidesaparecíandeSanPetri,dejandoaDaniyaClaudioconsuabuelogranpartedeltiempo.Los tíos deDani yClaudio también trabajaban en los negocios familiares, los que vivían enGalicia,porqueteníanmásaquíenMadrid,esosílorecuerdoconclaridad,yaquehabíaNavidadesquepasaban

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enlacapital.LuegoestabaEnma.SuspadreseranmaestrosenlosdoscolegiospúblicosdeSanPetriylesibabien.

—Ytú—interrumpióeldoctor.—Yo...bueno...Mipadrehabíamuertodeuninfartocuandoyoteníacincoañosymimadrehacíalo

quepodíatrabajandoencasasycuidandoniños.Nolohacíamal,eraunabuenamujer,peroapenaslaveía.Esosí,trabajócomounamulaparaprocurarmeunaeducaciónylologró.Sepasócasitodasuvidalimpiando culos y escaleras hasta la extenuación, haciendo horas y horas, guardando hasta la últimapesetaenunalibretadeahorrosparamí...Enfin,medistraigo.Comoledecía, lacasadelosBarrosoparecíalamansióndeFalconCrest,peroyasabíamosquelosniñoscondineroibanalSanGregorioylosmenosafortunadosestudiábamosenlaescuelapública,menoslosniñoscomoCedric,conpadresqueconsiderabanquelamejoreducaciónsedabaenloscolegiospúblicospormuchodineroquetuvieran,olosDeMateo.ElpadredeDaniyClaudioeraunhombremuyamableyeducado,peroqueríaquesushijosseformaranenuncolegionoreligioso,comolospadresdeEnma.LamadredeEnmadabaclaseennuestrocolegio,peroenuncursosuperior.EsaeralarazónporlaqueEnmaestabaaltantodetodoloquepasaba,sinolvidarnosdequesupadreteníaunabuenaamistadconunodelospolicíasquellevabaelcasoy,bueno,Enmaparecíatonta,perotambiénescuchabadetrásdelaspuertascuandonoteníaquecuidardesuhermanopequeño.

Lisamiróelpaquetedetabacoyluegoaldoctor.—Elúltimo,Lisa.Ellasonrió.—CuandollegamosalacasadelosBarroso,estábamosmuertosdemiedo.Nosoloíbamosacasade

nuestrosenemigosporexcelencia,sinoqueademásnoteníamosniideadecómonosibanarecibiroelestadoenelqueestarían.GraciasaDios,notuvimosqueentrarenaquellafincatanintimidatoria,porqueDavidBarroso,elmáspequeño,estabajuntoalacasetadeherramientasquehabíacasienlaentradaynosviollegar.PorsuerteélteníauncaráctermássosegadoquesuhermanoBruno;nuncanosinsultabayjamásnoshabíatiradopiedras.Era,pordecirlodealgúnmodo,elbuenodelosdoshermanos.Asíque,cuandonosvioporelcamino,corrióhacialaverja,salióysereunióconnosotros.

Lisahizounapausa.VeíacontotalclaridadelpelocobrizodeDavidBarrosoazotadoporelaireyaquellosojosgrandesyvidriosos,asustados,queparecíansuplicar.Jamásensucortavidaunaexpresióndeterrorlehabíainfundidotantomiedo,tantainseguridad.Ynofuesololoquelesdijoelniño,quelesprovocódurantemuchosdíasunasterriblespesadillas,avecesdormidos,yotras,inclusodespiertos;fueloquesucediócuandoregresaronasuscasas:lanotasobrelamesaescritaporBunny,elmensajequedejóaquelhombreconejoacadaunodeellosdeunmododiferenteyperturbador.

Lo mismo que hacía unos días había encontrado en la mesa de su cocina y lo mismo que habíaprovocadoquebuscaseatodossusviejosamigoshastalaextenuaciónovolviesealmalditopsiquiatraantesdetomarseunbotedepastillasynodespertarjamás.Otranota.Otromensaje.

1,2,3...OSATRAPARÉ

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2denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Se quedaron delante de la verja metálica contemplando la figura enjuta de David Barroso, quedescendíaporelcaminodecemento.Enmahabía regresadoacasacon lamismaceleridadcon laquehabíallegadoalacabañadelosSupersónicos.Suspadresvolvíanairseyellateníaquedarlameriendaasuhermano,leshabíaexplicado,aunqueenelfondotodospensabanqueeraunaburdaexcusaporelmiedo,cosaqueningunohabíadichoenalto.Tampocohabíanpensadoenellomientrassedirigíanalacasa de los hermanosBarroso.La forma en que les recibirían era lo que realmente les preocupaba atodos, pero nada más lejos de la realidad. David, que se encontraba en una pequeña caseta deherramientasmuycercanaalaverja,enelladonortedelacasa,nadamásverlespareciósonreír,siaquelgesto con los labios podía llamarse sonreír. El niño tenía los ojos brillantes, casi llorosos, y llevabapuestounjerseydelanaconcuellodecisneyunpantalónvaquero.Cuandollegóasualtura,loscuatroniñosguardaronsilencioduranteunossegundos,hastaqueDavidabrió laverjaysalióalcamino.Susojosnosoloestabanhúmedos,sinoquetambiénlosteníaalgoenrojecidos,comosihubiesepilladouncatarro.

—Hola,David.¿Cómoestás?FueLisalaquesacóatodoelgrupodelmutismoquesehabíaimpuesto.Sonriódeunmodotímido

cuando David desvió la vista hacia ella y se balanceó con las puntas de los pies para disimular sunerviosismo.

—Bien.Haceunratoquesehaidolapolicía.Cedric abrió la boca con la intención de decir algo, pero fueDani el que rompió la atmósfera de

cordialidad.—David,¿fuisteisalacasa?Tienesquedecirnosquéhapasado,porfavor...ADavidletemblóellabioinferioryparecióotearelentornoconciertotemor.Claudio,queestaba

justoentreLisaysuhermano,seaproximóunpocohaciaél,peroelniñoreculó.—No... No quise entrar. Mi hermano se quedó conmigo fuera. Oye, siento lo de tu chaqueta. Mi

hermano...—Olvídatedelachaquetaydinosquépasó.ClaudiotemíaqueencualquiermomentoDavidecharáacorrercomounaliebreo,loqueespeor,que

su hermano bajara con un palo, piedras o lo que demonios pillara por el camino. PeroDavid estabademasiadoasustado.

—David,porfavor.Nosotrostambiéntenemosmiedo—dijoDani—.Sihemosvenidohastatucasaesparasaberquéhapasado.Nosabemossihablarconnuestrospadres.

—Entraron en la casa por la ventana del otro día—dijo entonces—y los vimos lanzar piedras al

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pozo.Billy se reía y decía: «¡Míralo! ¡Es un cobarde! ¡Lanzamás piedras,Luis!»Pero la ventana secerródegolpeyalgocogióporunbrazoaBilly.Mihermanointentóabrirlaventanaparaquepudieransalir, pero no conseguimos nada. Fue un golpemuy fuerte, como cuando hay corriente.Y luego gritóBilly.Sehabíalogradosoltardeloquetirabadeélyestabajuntoalcristal,chillandoqueabriéramoslaventana,peronopodíamos.¡Eraimposible!

—¿Eraelhombredelamáscara?—preguntóCedric,peroselequebrólavoz.—Sí.Yolevilasorejas.YtiródeBillyhaciaatrás.¡Tirótanfuertequecayódelacajayloarrastró

alpozo!David lesdescribió,deunmodoatropellado,cómoLuishabía intentadosujetara suprimopor los

brazosmientrasaquelhombre,oloquefuera,lorevolcabaporelsuelocomosifueraunfardo,hastaquechocócontralapiedradelpozo.

—Primeroletiródelbrazoycasilemetemediocuerpodentrodelpozo—continuó—,perocuandoseliberódeaquelloycorrierona laventana,algo loarrancódelcristal;eramuyfuerte,¿sabéis?Porqueprimero estaba delante del cristal y de golpe ya no. Y Luis miró hacia atrás mientras nosotrosgolpeábamos la ventana para abrirla, pero no se abría. Y... Y entonces sonó algo horrible. Sonó uncrujidoyLuisgritó.

Davidrompióallorar.Sesorbíalosmocosaltiempoquesepasabalamangadeljerseydelanaporlanarizehipaba.

—Tranquilo,David—murmuróLisa.—SellevóaBilly.SaltóalpozosujetandoaBillyporuntobilloy loarrastróconél.Habíamucha

sangre,porquesegolpeó lacabezacontraelpozoantesdecaery...Suprimovolvióhacia laventana,peronosotrosnopodíamosabrirlaytambiénloatrapó.

—¿VolviódelpozoaporLuis?—inquirióClaudio.—Sí.Tambiénloarrastró,perolohizodelospelos.¡Fuehorrible!—¿Delospelos?—Cedrictemblaba.—Lecogiópor el pelode arriba—dijo tocándose la coronilla—.Así, como si fuera a cortarle la

cabeza, como un indio. ¡Y se lo llevó al pozo! Cuando saltó dentro, Luis se golpeó la cara con laspiedras.¡Diosmío!¿Cómopodíasertanfuerte?¿Cómo...?

—Ylapolicíaquédice.—Nada—respondió,secándose losojoscon lamano—.Lescontamos lomismo.Creenqueesese

locoqueseescapódeunsanatorio.Peroteníamuchafuerza.Esimposiblequeunlocotengaesafuerza.—Segiróhacialacasaydiodospasosatrás—.Metengoqueir.Mispadresseenfadarán.Noquierenquesalgamosdecasa.

—Perovosotrosnoentrasteis—afirmóDaniansioso—.Quierodecir...;notirasteispiedrasalpozoyporesonoosatrapó.Quizálehicierondañoconlaspiedrasyporesoselosllevó.

LisagirólacabezahaciaDaniconelceñofruncido.—¿Creesquenovendráapornosotrosporeso?Aquellahipótesisnoeradeltododescabellada.

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—¡Sí,nosotrostampocotiramospiedrasasupozo!—exclamóCedric.Dani movió los ojos de un lado a otro, apuntando con la cabeza hacia el suelo, y se quedó unos

segundospensativo.—¿Ysieselespíritudeesemarineroloco?—¿Quémarineroloco?—preguntóaterradoDavid—.¿Dequéhablas?Dani le relató muy rápidamente lo que le había contado Rony Melony, el bibliotecario. Por la

expresión demudada de David, aquello era demasiado para su joven y frágil cuerpo. Empezaron atemblarlelasmanosyabriólosojoscomosiacabasedeveraunmuerto.

—Dejayadementir.Soloquieresasustarme.—Noesverdad—dijoClaudio—.Nos locontóRony.Quizá fueesemarineroelque lesmetió las

piedrasenlabocaylecortólamanoaBilly.Perootromarinero,porqueelquevivióenlacasatambiénvioalconejo.Recordadlo.

—¿Qué?Alinstantesedieroncuentadequeelpobrechiconoteníaniideadeloqueelloshabíanescuchadode

suspadres.Davidempalidecióaúnmásytrastabillóhacialaverja,chocóconellayprovocóunruidomuyfuertequelesasustó.

—¡Mientes!—David,noqueríamos...Creímosquesabíasque...—¡Idos de aquí! Sois unos mentirosos. Mi padre dijo que se habían ahogado. ¡Eso es una sucia

mentira!—David—suplicóLisa,peroDavidestaba fuerade sí.Palpaba laverja a todaprisa,buscando la

formadeabrirla,comosielmismodiablolopersiguiera.—Estábien,yanosvamos—dijoClaudio.Unaesbeltafigurafemeninasedibujóenloaltodelcaminoy,alargandounbrazoamododevisera

sobresucabeza,lollamó.—¿David?Tehedichoquenosalgasdelafinca.¿Quiénessonesosniños,David?—¡Nadie,mamá!—exclamóélmientrassealejabadelaverja.Segiróhaciaellosylosmiró—.No

volváisoselodiréamihermano.Cedricsegiróhaciasusamigosyseencogiódehombros.—Seráidiota...—farfullóClaudio—.Comosituviéramosnosotroslaculpadeloquepasa.Quellame

asuhermano.Ledaréunapatadaenelculo.Tras aquel momento incómodo, la casa de los Barroso resultaba menos intimidatoria que cuando

habían llegado.Sequedaronobservandoa lamujeraltadepelocobrizo.Era joven,oesoparecía,nocomolasmadresqueunoestabaacostumbradoaver.Yllevabaunbonitovestidoqueflotabaporlabrisayledejabaalairelasrodillas.

—¿Yahoraqué?—preguntóLisaponiendolosbrazosenjarra.—Ahoranosvamosacasa,Lisa—repusoCedric,casiordenándolo—.Estoyagotadoytengomiedo.

Quieroirmeamicasay...

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Enaquel instante,mientraslassiluetasdelosBarrosodesaparecíanmásalládelapuertaprincipal,frentealossetos,DaniobservóelrostromeditabundodeLisa,susmejillassonrosadas,subocadeniña,conloslabiosapretadosconfuerzayaquellaposturadesoldado,lasmanosalacinturapropiadeella.Porunmomentodeseótocarla,peronoseatrevió.Lisarepresentabalafuerzaylaenterezadelasqueellos carecían. Siempre arrastraba consigo la garra, la determinación y el genio que habría poseídocualquier niñomayor. A veces Dani en su habitación, cuando pensaba en Lisa, creía que todo aquelcarácterfrentealavidasedebíabásicamentealaausenciadeunpadre.Suamigapasabalamayorpartedeltiemposolaencasa,haciendolaslaboresdelasquesumadre,quetrabajaba,nopodíaencargarse.Yaveceslaveíacuandopaseabacercadesucasa,atravésdeloscristalesdelafachadaprincipal,deacáparaallá,ocupada,comounapequeñamujerafanadaporterminardehacerlascosashabitualesdeldíaadíadespuésdeclase.

—Volvamosacasa—dijoClaudio,sacandoasuhermanodesuensoñación.—¿Yquévamosahacer?—preguntóCedric—.Habíamosdichoquehablaríamosconellosantesde

decidirsicontaranuestrospadresloquepasó.Claudiolomiróconladesesperaciónmásabsolutareflejadaenelrostroyseencogiódehombros.—Hazloquequieras,Cedric—lerespondió.Lisa seguía en la misma posición, como si la hubiesen congelado, y Dani la miraba fijamente,

esperando una reacción por su parte. Tenía esa mueca que solo ella sabía poner, cuando algo no lecuadrabaotramabaunplan.

—¿Lisa?¿Estásbien?LasuavevozdeDanihizoqueladearalacabezahacialaderechaysonrieralevemente.—Vamosacasa—dijo.—Pero,Lisa,túestássolahastalanoche.¿Noseríamejorque...?—Notengomiedo,Dani—leinterrumpió—.Nodelmodoquepensáis.Nocreoqueese«hombre»se

atreva a atravesar el pueblo en pleno día, y mi casa está muy cerca del centro y tiene varias casasalrededor.Puedosacarlacabezaporlaventanayestornudar,quemeoiríancuatroocincovecinoscomopoco.Unotienequeafrontarlascosas...

—¿Y si no es un hombre, Lisa? —insistió Cedric, con sus pequeños mechones castañosdesparramadosporlafrente—.¿Ysiesunmonstruo,unodeesosquesemetenenelarmarioodebajodelacama?

—Cedric,porfavor—imploróClaudio—.Nocompliquesmáslascosas.YahemosoídoaDavid.Fueaporlosprimosquelanzaronpiedras.

—Abrimos la tapa—susurróDani—.Ydeberíamoscerrarla.Quizáseaeso loque le impidehacercosasmalas.

—¿EntrarenlacasaCamelle?¿Estásloco,idiota?—No,Claudio.Solodigoquefuimosnosotrosquienesabrimoselpozo.Hastaquequitamoslatapa,

nohabíasucedidonadaenelpueblo;posiblementeesloquelemantieneencerradoylohemosdejadosuelto.

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—¿Quieresdecirquetambiénvendráapornosotros?—Nolosé,Cedric—respondióenunlamento—,peroesnuestraresponsabilidad.Oesocreo...

Mientrasregresabanasusrespectivascasas,cadaunodeellospermaneciósumidoenunasucesióndepensamientos.Lisasentíaunaausenciadepánico,perosíuntemorinconfesablealoquepodríaocurrirsiaquello seguía haciendo cosas malas. Dani podía visualizar el pozo con exactitud. Repasaba cadaparticularidaddeaquella tardeyvolvíaunayotraveza losdetallesmáspequeñoshastaque lograronescapardeallí.Claudioregulabasurespiracióncontandodelunoaltresparasoltarelairemuydespacioyvolverainiciarelprocesoquelelibraría,oesoesperaba,deunposibleataquedeansiedad.Cedrichacíarecuentoensucabezadelaslámparasdemesaqueteníaencasaycalculabalaformadeiluminarlahabitación,abrirelarmarioyvaciardeporqueríadebajodelacama,parapoderdormircomounniñonormalaquellanoche.

HabíanquedadoconRonyMelonyalascincodelatarde,peroyaeranlasseisymediayaúnnohabíaregresadoacasaamerendar,asíquecadaunotomórumboasucasa.Ningunopodíaimaginarseloqueleesperabaalregresar.ComotampocoteníannilamásremotaideadequeenaquelprecisomomentoEnmaestabagritandocomounaposesaenmitaddelacocina,traslavarlosplatosdelameriendayacostarasuhermanito para que descansara un poco. Era cierto que sus padres habían vuelto a sus respectivoscolegiosparaalgoqueteníaqueverconlasreunionesdelprofesoradoysehabíaquedadosolaconNico.Habíasentidounaespeciedesoniqueterasposojustodetrásdeella,juntoalfrigorífico,ysehabíagiradoviolentamentecon la extraña sensacióndequehabía alguienmásen la cocina. InicialmentepensóqueNicosehabíasalidodelparquecito—asuscincoaños,eracomounterremotoapilas—yhabíavueltoalacocinaapormáschocolate, sinembargo loqueviono fuea suhermano.Los imanesde letrasquecoleccionabasumadreconlospacksdeyoguresseestabanmoviendoparaformarunafraseespeluznanteyaterradora:

BUNNYELCRUELTIENEUNAPIEDRA

Enmasetapólabocaconambasmanosycomenzóatemblardeunmodoviolento.Ibaadesmayarse.LaúltimaletradelapalabraPIEDRAestabaligeramentetorcidahaciafuerayparecíadescolgarsedelasdemás.Noobstante,laletravolvióamoverseconlentitudhastasituarsejuntoalaR.Fuedemasiadoparaaquellaniña.Sequitó lasmanosde labocay lanzóunchillidogutural, seguidodeotros tresocuatroalaridosqueacabarondedespertar aNico, el cual sepusoaberrear escandalosamente,haciendoqueEnmarecobraraelpocosentidoquelequedabaycorrieraensuayuda.

Fuecasilamismareacción,aunqueestamáscontenida,quelaquesufrióLisatrasordenarelsalónysentarsealamesadelacocina,conloslibrosdelcolegioyunbocadillodejamónyquesoquesehabíapreparadonadamásllegaracasa.Ellatambiénteníaimanesenlaneveraquesujetabanlosteléfonosdeurgencias,deltrabajodesumadreylosvecinosmáscercanosporsiteníaalgúnproblema,peronoeranletras,sinoanimalesdecoloresfosforescentes,desperdigadossinningúnordenlógico.Seentretuvoun

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ratoconvariasrevistasdemodaquesumadresiempredejabaportodoslosrinconesdelacasamientrasseterminabaelbocadilloyseolvidabahastaciertopuntodeloquehabíasucedido.Esaeralavirtuddeunniño,queaveces,duranteunosminutos,hastapodíaolvidarcualquiertragedia.

Ladeóunpoco lacabezaalcomprobarquehabíaunahojade libretasobreunade las revistasyseinclinóparacogerlaconsuslargosdedos.Lisasequedóparalizada,atónita.

1,2,3...OSATRAPARÉ

Lahojaestabaarrugadayenelbordeinferioralguienhabíaescritoenunaletraunpocomáspequeña:

Bunnytienepiedras.Bunnytienepiedras.Bunnytienepiedras.PIEDRAS.PIEDRAS.

Cincocallesmásabajo,pasandoelpaseodelArrabalylacuestadelCerro,muycercadelaiglesiadeSanta Catalina, se alzaba la urbanización Los Rosales, un lugar de casitas idénticas con tejados deladrillovistoypequeñosjardinesdelimitadosconvallasdecolorsepia.Cedricsehabíaquedadomediodormido delante del televisor. Su madre había invitado a una amiga a tomar café y en ese precisomomentodiscutía con ella sobre lomuchoque echabademenos aLittle Joe, el de la serieBonanza.Cedricsesentíaseguroencasajuntoasumadre,peroseaburríaterriblementecuandoestacomenzabaahablar deMichael Landon, Bonanza o todas esas cosas que le sucedían a la familia Ingalls en PlumCreek,cuandoponíanLacasadelapraderaysepasabanmediahoradivagando.

—YoprefieroDallas—dijoSuzanne.Eralaesposadeuncompañerodetrabajodesupadre,tambiénamericana,aunquellevabaquinceañosenEspaña,ypesabaunatonelada.

—¡Ah,vengaya!—exclamóElviraConrad, apartando su largamelenade color chocolate—. ¿QuétieneJ.R.EwingquenoposeaAngelaChanning?

—EsperversoensupapelenDallas.LaChanningsoloesambiciosa.

Cedric nohacíamásquedar vueltas a su pequeña cabezaunay otra vez. ¿Y si se lo contaba a sumadre?¿Oquizáseramejoresperarasupadre?Alomejorpodíadormirconellosaunquesolofueraesanoche,habíapensado,sibienluegodescartólaidea,puesyateníaonceañosysumadrenoibaapermitirqueaesaedaddurmieraenlacamadesuspadres.Oquizásí.

CuandoSuzannesefueysumadrecomenzóahacerlacena,estabatannerviosoquemásdeunavezestuvoapuntodeiralacocinayconfesarletodoasumadre,peronolohizo.Ensufuerointerno,habíaunapequeñaalarmaenformadebotónrojoqueparpadeabacadavezqueselepasabaaquellaideaporlacabeza. Tenía mucho que ver con el carácter casi histérico de su madre ante posibles catástrofesinfantilesylaformadesolucionarlas.Sumadreeragallega,quédudacabía,perollevabamuchosañoscasada con un americano, y gran parte de su juventud la había pasado en el extranjero. Odiaba las

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ciudades, sobre todo después de ver con su padre una película que se titulaba Colegas. Por aquelentonces, Cedric era mucho más pequeño, debía de tener tres o cuatro años menos, aunque no lorecordabaconexactitud.Perohabíaescuchadoasumadredecirleasupadreque laciudaderaasídepeligrosa,queunlugarcomoSanPetrieraelmejorsitioparacriaraunhijoalejadodelasdrogas,lasanfetaminas, los porros y el caballo. Cedric se había preguntado aquella tarde por qué un animal tanbonitoyelegantecomoelcaballopodíadarletantomiedoasumadre.Ellahabíadicho«elcaballo»,asíqueCedricsupusoquehabíauncaballoperversoenlaciudadquematabaajóvenescuandosalíanporlanoche,por loquenoquisopreguntarlenada.Aquellanoche supadre loarropóyél ledijoqueno sepreocupara,queélnunca,nunca,nuncaseacercaríaaningúncaballo.Anteesaafirmación,supadresehabíareídohasta laextenuación,algoqueCedric tampocoentendió.Perosupadreeraunhombremuycariñosoyalegre.Cedricsesentíaprotegidocuandoélestabaencasa,ysurisaleagradabaylehacíasentirbien.

—Notienesquepreocupartedeeso,cielo—lehabíadichoantesdebesarleyapagarlaluz.Supadreeraalto,guapoeinteligente,ysumadre,también,almenoséllosveíaasí.CuandoCedricle

preguntabaalgoaella,solíamirarleconojosdeáguilayledecía:—Hijo, túaléjatede losconflictos,¿meoyes?Haygentemuymalaenestemundoquequierehacer

dañoaniñoscomotú.Pervertidosysectas.Deesoestállenoelmundo.—Sí,mami.—Ysitehacendañotevuelvesunhombremalo—murmuróellaconlosojosmuyabiertos—.Ahora

eresfrágil,estásexpuestoamuchospeligrosenlavida,perositealejasdeellos,nuncatepasaránada,Cedric.¿Loentiendes,hijomío?

—Loentiendo,mami.¿Entenderíaella loqueleestabapasandosise locontaba?¿Comprenderíaqueeranunosniñosque

habíanentradoenunacasaabandonadayqueunhombreconunamáscaradeconejolesperseguíaoesopensaba?Opeoraún.

—Mami,hemosliberadoaunloco,elmismoquehamatadoadosniños,eigualvieneapornosotros.Hasidosinquerer.

Yaveíalosojosdeáguiladesumadre,contodoaquelpelollenoderizosmarronesporlacarayunaexpresiónentrelacólerayelpánico.

Y lociertoesqueno lo ibaahacer.Noalmenossinoeradelantedesupadre (loqueensucasaequivalíaahablardelantedesuabogado).No,noloibaahacerhastaquesumadrelesirviólasopaylasúltimasletrasquequedaronflotandoenelcaldoamarillonadarontodasalavezenelplatodeporcelanaylomiraron.

1,2,3...OSATRAPARÉBUNNYELCRUEL

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10deoctubrede2016Barcelona

Danisedetuvodelantedeloscuadroscolgadosenlapareddelagaleríaycontemplóduranteunratolosdetallesdelostrazos.Laluzqueiluminabacadaunadesusobrasnoesquefueralamásadecuada,almenosparaél.Noobstante,eraconscientedeque laspersonasque ibanavisitar su trabajono teníanmucha idea de las técnicas de luminiscencia para realzar determinados detalles de una pintura. Porejemplo,siechabaunaojeadaasualrededor,veíatodotipodesujetos,algunosdelomásvariopintos:madresconsushijospequeñosdelamano;adolescentesdenegroconlasuñaspintadasyunagranluchaexistencialquelesrodeabaadondefueran;hombresdenegociosconsustrajesimpecablesysuscorbatasdeseda,yturistasensandalias.Unpocodetodo,vaya...Poresarazónnoleimportóqueesavezlaluznofueralaqueélhubieseescogido,comotampocolesuponíaunproblema—nuncalehabíaimportado—que nadie en la galería reconociera al autor de esas obras tan conocidas e igual de criticadas queensalzadas.Era difícil comprender sus dibujos, sus cómics o incluso sumanera de utilizar la técnica.Cuando uno observaba a alguno de sus «niños», como Dani solía llamarlos, veía la paranoia máspsicodélicaypicassianaquejamáshubiesetenidodelante;peroeralainfinidaddedetallesloqueatraíaaesepúblico.Danidibujabaparaunarevistanacionaldecómicsdeterrorparaadultosy,porunaextrañacasualidad de la vida, las pesadillas y losmonstruos que aterraban a lamayor parte de la poblacióninfantileransufuerte.Aveceshacíaalgunaexposición,dadoquesusseguidoresinsistíanatravésdelasredessociales.Danisabíaquelagentequecomprabasushistoriasoláminasmandabaensucarrera.

Poresoestabaallíaquellatarde,depie,conlosbrazoscruzadosylanarizrespingonaarrugadaconunaleveexpresióndeasco.Lapinturaquecontemplabaera ladeunahabitaciónenpenumbraconunacamaenunrincón,dondeunniño,denomásdedoceaños,dirigíasusojillosasustadosaunarmarioqueseabríaligeramenteydelcualsalíaunamanomonstruosallenadevenasygarras.Debajodelacama,entre sombras y claroscuros, unos ojos diabólicos brillaban entre pelotas, coches y otros juguetes.Lapuertadelahabitaciónestabaligeramenteabierta,formandounángulomuertoconlapared,yjustoallíhabíaunasombrasiniestra.Unasombraperfilada,alta,conlasextremidadesmuertasaambosladosdelcuerpoyunasorejaspuntiagudas.

—¿Sabeloquemásmegustadeestosdibujos?—dijoconunavozchirrianteunjovengóticoquesehabíasituadoasulado.

Danisevolvióhaciaelchico.Llevabaunpendienteenlanarizyenellabioinferior,yparecíaquesehabíapintadolarayadelojoparaaparentarunaprofundidaddelaquecarecía.

—Todoslosdetallesocultosqueelartistaintentaesconder.Nosésimeentiende.Esquenocreoqueseanlaspesadillasmásclarasloquepretendeplasmar,másbientodoslosdetallesqueesconde.

Aquella confesión dejó aDani perplejo y no porque fuera un chico de quince años el quemás se

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acercabaalarealidaddeloqueélpretendíaenseñar,sinoporlaformacasipoética,tanpocoacordeconsufisionomía,conlaquehablaba.

—Interesante.¿Esocrees?El chico asintió sin mirarle. Observaba el cuadro con incuestionable concentración y seguía

estudiandoloqueveía.Deprontolevantólamanoyseñalólasombradelapuerta.—Porejemplo,eso.Todosvemoslaamenazaenlamanoquesaledelarmario,eltípicomonstruoque

seescondedondeenrealidadnocabeniunatoalla.Estáahío,almenosdeniños,esopensamos.Pero,enelfondo,loquerealmenteamenazaalniñoeslasombradelasorejasdezorro.

—Esunconejo.—¡Da igual! Lo que sea. Se trata de lo que el niño no ve y, por lo tanto, de lo que no se puede

defender,¿nocree?—Esunabuenavisión.Creoqueestoydeacuerdocontigo.Danicaminóhaciasuderechayelchicolosiguiósindejardemirarlasláminas.—¿Quémedicesdeeste?—leinvitóDani.Siacertaba,esechicosemerecíaunacoleccióncompleta

delosCuentosdelamorgue,lojurabaporsuvida—.¿Quévestúenesedibujo?El chico se cruzó de brazos e inclinó hacia un lado la cabeza. Era como un pequeño vampiro de

aquellasseriesparaadolescentesenversiónespañola:pantalónnegro,camisetadelicranegra,pelolacioporlafrente...Quizá,pensóDani,esaeralaestéticaquedeberíallevarél,dadalatemáticadesusobras,pero en aquel momento, más que un dibujante de terror, parecía un hermano de la caridad, con susvaqueros impolutos, un polo de lo más simple y su eterna aureola de rizos dorados coronándole elcogote.

—Bueno,veamos.Lachicacorreconuncamisónblanco,desgarrado,elpelonegro.Esmuybonitay,aunqueestáasustada,esvaliente,asíquesupongoquenoesdelamanoquesaledelbosqueyqueintentaatraparladeloquehuye.Losojosquelehapintadoelautortienenfuerza.Escomosicorriera,peronoparahuir,sinoparaenfrentarsealoquetienedelanteynosotrosnovemos.Otravezesasombra.Lacasadeatrás,fantasmagórica,conlaventanadearribailuminada...Esachicapuederepresentarloqueelautoramó.

Danigirólacabezacomounamarionetaylevantólascejas.—¿Quétehacepensareso?Eladolescentesonriódeunmododesconcertante.—Bueno, en las historias deLa casa fantasma sale varias veces. Tengo buenamemoria. Sí, es la

misma chica. Es que adoro esos dibujos —afirmó—. Es como si escarbaran en nuestras cabezasenfermizas,en todoaquelloquenonosatrevemosaconfesar.Elmiedonoes loque losmonstruosdesiemprenosprovocan,estodoloquecallamospormiedoaparecerunosdesequilibrados.

Definitivamente aquel chico era oro puro paraDani. Se preguntó si le interesaría trabajar para él.Hacíamuchoque las redes socialesy todo loque teníaquever con las críticasy comentariosde suswebsleresultabauntrabajotediosoynodisponíadetiempo.

—¿Cuántosañostienes?—lepreguntó.

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—Diecisiete,señor.—¿Estudias?¿Trabajasenalgodeesto?Elchicopareció sentirsemuyhalagadoporaquelcomentariocuando lomirócasiporprimeravez.

Teníalosojosenormesyredondos,deuncolorverdeintenso.—Oh,no...Enrealidad...Enrealidadnohagomucho...«Unalmaperdida.»—¿Cómotellamas?Hizoungestodecuriosidad.Porlaexpresióndesurostro,Danisediocuentadequeelchicoeraun

genioalahoradeinterpretarpinturas;ahorabien,lecostabahablardesímismo.—Pues...mellamoMikel.¿Porqué?Noseráustedunpervertido,¿verdad?—¿Uh?—Yameentiende,unodeesostiposalosquelesgustanlosjovencitosylascosasraras.Aquellainterpretacióndelasituaciónlehizoabrirtantolosojosquecreyóqueselessaldríandela

cara.Soltóunarisareparadoraymiróalchico,quenoacababadetenermuyclaroquéeraloquetantagracialehacía,porlamuecadesucara.Enelfondonopodíaculparledequenoloreconociera,dadoquenuncaponíaunaimagensuyaenningunodesuscómicsoentrevistas.Alosumoalgunacontada,peronisiquieraéllorecordaba.

—Madremía. ¡No!Solomepreguntabasiestarías interesadoen llevarunaweb,consuforo,yunapáginaenlaquesupongoquedeberíasescribir loquemehasdicho...Sí,debajodelasláminas.Seríamuycompleto.

—¿Yo?¿Quétipodeláminas?—Estas.ElchicomiróloscuadrosyluegovolvióamiraraDani.Lehizounrápidorepasodearribaabajoyse

quedómásdesconcertadodeloqueestabaya.—¿Esustedelrepresentantedelautor?—Noexactamente.Másbiensoyelautor.—¿Usted?Otrorepasoasuconjunto:«chicobueno».Mikelsacudiólacabeza.—Vaya...No...nome lo imaginabaasí.Esunhonorque...usted,amí...Nosésimeexplico.Sería

increíble.—Tepagaríabien.Unsueldo.Tendríasuncontratoytodoeso...Dani divisó entre los últimos visitantes a su hermano Claudio y se desconcentró totalmente de la

conversaciónqueestabateniendo.—Claro.¡Claro!—Bien.Tedarémiteléfonoymañanamellamas,Mikel.Ahoratengoquedejarte—dijo.Sacódesu

bolsillodelpantalónlacarterayleentregóunatarjetaconsumóvilescritopordetrásconbolígrafo—.Llámameo,siloprefieres,déjameunmensajecontuteléfonoyyomismotellamaré.Quedaremos.

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—¡Por supuesto!—exclamó casi eufórico. Le brillaban los ojos de pirata y sonreía—. Una cosa,señorDeMateo.—Danisevolvió—.¿Quiéneslachica?Yasabe,lachicadeLacasafantasmaydeesecuadro.

—Yalodijistetú:unviejoamor.

Sealejódelchico,quepermanecíaconlatarjetaenlamanoyunaexpresióndenocreerseloquelehabíapasado,yavanzólentamentehaciaClaudio,queestabadelantedelapuertadelagaleríaconciertatensióncontenida.Dani reconocíabien susexpresiones,por loque sedabacuentadequealgono ibabien.Pasójuntoaunaláminadondeunhombreconunamáscaradeconejolomirabadesdeunbosquellenoderoblesyencinas,ygirólacabezahaciaél.PorunmomentosintiólahorriblesensacióndequeBunnylesonreíadesdeelcuadro.Habíaunamujercontemplandola imagen,elhombreconejoconlaspiedrasen lamanoyunsacocolgandodesuespaldaqueparecíamoverse, llenodebultitos, llenodeniños.Bunnyestabaahí,entodassuspinturas.Enaquelmomentoeracomosiaquellaimagenposeyeravidapropiaylereclamaratodasuatención.Frenóensecodetrásdelamujermientrassentíalaspisadasdecididasyfirmesdesuhermanoavanzandohaciaél,peronopodíaapartarlavistadelhombreconejo.

«Teencerramosenelpozo»,pensó.ElconejoasintiódesdeelcuadroyaDaniseledisparóelcorazón.—Dani...«Ydevolvítusmonedas.Lohiceconlaclaraconviccióndequetodoterminaríaconello.Nopuedes

volver.»—Dani.El conejo contrajo el rostro en una mueca sardónica y sus ojos se volvieron más profundos y

perversos.—Nopuedeser.—Dani,tenemosquehablar—dijosuhermanoaferrándoledelbrazo.PeroDaninopodíaapartarlamiradadelcuadroydelamujerquecontemplabalaescena.—Nopuedeser...—repitió.LamujersegirómuydespacioyDanisesobresaltóalreconocerelrostrodeLisa.—Lisa.—Dani.—LavozdeClaudiosonólejana.Eracomounecoremotoenelfondodeunacueva.¿Podía ser ella? No estaba seguro. En realidad, era imposible. El pelo de la mujer flotaba como

culebras en movimiento sobre sus hombros. Sintió un calor impropio por la cara y la necesidadinconsciente de apartarla de aquella lámina, que empezaba a cobrar vida. Pero cuando se disponía aalargarlosbrazoshaciaella,surostrocambió.Lamujerlomiróconciertacuriosidadyrubor,ysealejóhacia la salida.Fueenesemomentocuandosuhermano lezarandeó.Su imagen impoluta, conelpeloengominadohaciaatrásylacamisaazulbajountrajehechoamedida,ledevolvióalarealidaddeunosojosdurosynegros,peroalmismotiempocompasivos.

—Dani,porelamordeDios,¿quétepasa?

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—Havuelto,¿verdad?SuhermanoClaudioseapartóligeramenteyasintió.—Lohevisto,Dani.Estamañana,enunprogramadeniñosquenisiquierahabíasintonizado,cantando

unajodidacancióndeBunnyelCruel—replicóClaudio.Daniseapartólosrizosrubiosdelacarayseencogiódehombrosconaquellaexpresióninfantilque

habíatenidoolvidadadurantemásdeveinticincoaños.—¿Porqué...?—susurróDaniconapenasunhilodevoz—.¿Porquéahora...?Dime,Claudio,porque,

siesasí,tenemosquehablarconlosdemás.Sabersi...sabersiellos...Claudio apoyó lasmanos en los hombros de su hermano pequeño y deseó abrazarlo con todas sus

fuerzas,peronoseatrevió.—Eraloquenoentendía,peroyasélarazón,Dani.Loheaveriguadounashorasantesdeveniraquí.

HanvendidolacasaCamelle.Yestáenobras.

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2denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

—¿Quehabéisentradodónde?—ElrostrodelamadredeCedric,ElviraConrad,volvíaasereldeunavederapiñaqueobservaraunaardilladesdelaramadeunárbol.LlevabaconorgulloelapellidodelhombreconelquesehabíacasadoenEstadosUnidos—. ¡PorelamordeDios,Cedric!¿Cómoseosocurriósemejantetontería?¿Noosdaiscuentadequeesacasaestáapuntodederrumbarse?

Cedricbajólamiradahaciaelmanteldefloresdelamesadelacocinaytoqueteólosbordesconsuspequeñosdedos.Supadreestabasentadoalotroladodelamesa,peronosehabíapronunciado.

—¡Paul,dilealgoatuhijo!—graznóElvira—.Yencimasetopanconunloco.¡Coneldementequeesposiblequehayahechoesoalosniños!¡Oh,Diosmío!¿Enquéestabaspensando,CedricConrad?

Elviraalzólasmanosenaltoconaquellosojosdeáguilaclavadoseneltechoysoltóungritoahogadoque heló la sangre de Cedric. Puso los ojos en blanco, detalle al que solía recurrir cuando algo lemolestabamucho,yluegovolvióamirarasuhijo.

—Fue... fuesolounaapuesta,mami.Entramosunosminutosyluegosalimos,pero...elpozo...yeseseñor con lamáscara de conejo... y ahora... ahora nosmandamensajes.Mi sopa de letras...mi sopadecía...

—Hijo—PaulConradalargólamanohaciasuhijoconuntonodevozsosegadoyjuicioso—,aver.Entrarenesacasahasidounatemeridad,peroyalosabéisycomprendoqueestésasustado,porqueesehombredebíadeesconderseallíyvosotrosdescubristeissuparadero.Séqueestásasustado,hijo,peronopuedespermitirqueestotesupere.Lodelasopadeletras...

—¡Tejuroquenomiento,papi!—gritó—.Antesestabanordenadasydecíancosas.Eseconejonoesunhombre.

—¡Cedric,porfavor!—bramóElvira—.¡Basta!—Será mejor que te acuestes, hijo —intervino Paul Conrad—. Mañana verás las cosas de otra

manera.Hablaréconlapolicíaparaquesepasenporesacasa.Todovaasalirbien.La idea de que su padremandara a la policía a la casa Camelle calmó levemente los nervios de

Cedric. Pensó que quizá, con todos esos agentes de la ley allí, ese conejo no volvería a asustarles.Aunque, pensándolomejor, tampoco veíamuy claro que los adultos pudieran ver aBunny. Porque sellamaba Bunny y era cruel. Él lo había dicho. Y Bunny no tenía por qué enfrentarse a los adultos,personasconarmasymuchomásvalientesqueunosniñosdeonceydoceaños.

Despuésdebesarasumadreyasupadre,sedirigióalbañoconlaintencióndelavarselosdientes,ponerseelpijamayacostarse.Enelpisodeabajoaúnoíaelmurmullodesupadreylosgemiditosdeagonía de su madre, mientras seguían sentados hablando de lo que hacer. Al menos no lo habíancastigado,sedijoconciertaesperanza.Elespectáculoyelalaridoquehabíasoltadoenmitaddelacena

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cuandoviolasletrasyelmensajedeBunnyhabíanasustadomuchoasuspadres,peroluego,trashablarcon ellos y confesar su pecado, parecía como si entendieran que estaba muerto de miedo y que losúltimosdías habíadormidomal.Laspiezas empezaban a encajar.Quizá se sintieran culpablespor nopoderprotegerledesuspropiosmiedosodeloshombresmalos,comosolíadecirsumadre;inclusode«esecaballo»delaciudadquematabaajóvenes.

Semetióenlacamaysearropóconlamanta.Dejólaluzdelamesitaencendidaysequedóinmóvilcontemplandolalámparaconformadeavionetaquelehabíahechosupadreensuúltimocumpleaños.Deun modo gradual, le fue invadiendo el sueño. No supo con exactitud cuánto tiempo llevaba dormidocuandoledespertóunsonidoenelotroextremodelahabitación.LaprimeravisiónquetuvoCedricfuela del escritorio de madera a su derecha, maquetas de aviones colocadas pulcramente encima de laestantería, llenadecuentos,yalotro lado,elarmario.Lasdospuertasestabanabiertasy todasuropapendíadelasperchasenunordencasimatemático,elquelesimponíaElvira:lospantalonesporordende largo, luego lascamisas,después lascamisetasyacontinuación laschaquetas, tambiéndemayoramenor.Ypobredeaquelquecambiaralaformadeorganizardesumadreymezclaralaropa.

Otro sonsonete débil y lejano le acabó de despertar. Se olvidó de la ropa al darse cuenta de quecuandosehabíaacostadoelarmarioestabacerrado.¿Habríaentradosumadreaguardaralgunaprenda?,pensó.Peroeraestúpido.Sumadrejamásdejaríaelarmarioabiertodeparenpar.Cedricseincorporóyescudriñó toda la habitación con el corazón acelerado. Sujetaba la manta de lana como si fuera unescudo,manteniéndolaalaalturadesubarbilla,conlasrodillasflexionadasylosojosfijosalfrente.Elsonidolellegódesdeelladodelarmario.Habríajuradoquemásbienprocedíadedentro.Pero¿quéera?«Unacarraca», sedijo.Eracomoaquellos instrumentosdemaderaqueusabanenclasedemúsica losmiércolesasegundahora,algoparecido,oalmenosalgoquesonabaigualperomáslento.

—Mamá...—Quisogritar;sinembargo,loquesaliódelagargantafueunlevegemiditoagudoqueseperdióenelaire,casiensupropiaboca.Estabaaterrado.

Setapólacaraconlamantayluego,muydespacio,fuedejandolosojoslibresmientrasintentabanoperderdevistalaimagendelarmarioylapuerta.Lacarracasonómuylejana.Entodasucortavidanosehabíadadocuentadeloterriblequeresultabaverunsimplearmarioabiertoenunahabitación.Entonceslasperchasempezaronatintinearenlabarradesujeción.Todasuropacomenzóatemblarcomosiunenormealtavozsonaradebajodeellaylasondasseextendieransobrelasprendas.Lacarracavolvióaentonarsumarchafúnebreylascamisassedesplazaronhaciaunlado,dejandounhuecoquelepermitíaverlatraserademadera.TodoestallóenunossegundoscuandoCedricsedisponíaasaltardelacamacomounrelámpagoparaalcanzarlapuertayhuirdeallí.Unbrazoroñoso,conunatelacorroídayllenade lamparones, se desplazó por la parte inferior del armario y tanteó con unas garras horribles laalfombra del suelo. Cedric se quedó paralizado mientras el brazo se arrastraba hacia el exteriorpropulsadoporunsegundobrazo,quefuetirandodeuncuerpodelarmario.¡Desuarmario!Dosorejasen punta asomaron entre los zapatosmeticulosamente colocados por colores, y a los pocos segundoshabíaunhombreconejoarrastrándoseporlaalfombraendirecciónasucama.Cedricseibaamorir.

—Mamá...mamá...mamá...—repetíaahogadamenteentresusurrosyjadeosdesesperados.Elbultosedesplazóunpocomás.Estabacasienlamitaddesurecorridoydejabaunrastrodeaguay

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algas.—¡Mamá!—logrógritar.Comosisupropiavozlehubiesedespertadodeaquellaparálisismentalque

tenía, Cedric comenzó a chillar como un loco, al tiempo que la luz de la lámpara parpadeaba hastaapagarseyelbulto-conejosedesplazabaaúnmásrápidohaciaél.

—¿Cedric?—Lavozdesumadrealotroladodelapuertalellenódeesperanzas.—¡Mamá!¡Estáaquí!¡Socorro!¡Mamá!—Cedric,lapuertaestáatascada.Notienegracia.—¡Mamá!—sollozó—.¡Mamá!ElúltimogritodebiódeasustaraElvira.«Nobajesde la cama.Si lohacesBunny te atrapará con susgarrasy te arrastrará al armario,que

seguramentecomunicaconelpozo.»Palpólamesitaconmanostemblorosas,intentandoencenderlaluz.Buscóelinterruptorenlapared,

peronofuncionaba.Cedricnohacíamásquellorar.Alotroladodelapuertayaoíaasupadre.Decíaalgo,peroélsolopodíaotearelsueloyelbultodeforme,cadavezmáscerca.¡Lomiraba!

—¡Mamá!—gritóconfuerza.—Ceeedric.Elhombreconejocanturreósunombreconunavozguturalyáspera.—Tengopiedras,Ceeedric.Sintióelpesodelagarraapoyadaenelbordedelacama.Cedricreculóhaciaelcabeceromientrasla

sombra de lamáscara se elevaba por encima del colchón. ¿Se reía? ¡Y esos ojos! Sus padres habíanmontadounpequeñoalborotoenelpasillointentandoabrirlapuerta.Oíapasos,losgemidosdesumadreyungolpeteometálicoenlacerradura;sinembargo,enaquelmomentoestabademasiadohorrorizadoconla imagen de la silueta de Bunny frente a la cama intentando levantarse como si fuera un muñecoarticulado.Eragrotesco.

—Ceeedric—gruñó—.¿Quieresjugarconmispiedras?—¡Fueradeaquí!—Tengomuuuchas.—¡Cedric,hijo!—gritósupadre—.Yaabrimos,tranquilo.—Vete.Noexistes—jadeóCedric.La descomunal figura había logrado incorporarse y se mantenía inmóvil delante de su cama,

ligeramenteencorvada.—Miraquédepiedras,Ceeedric.Elconejoseabriólaropaalaalturadelvientreymetióunagarraenelestómago,comosifueraun

osodepelucherellenodeespuma.ElsonidoqueprodujoaquelchapoteoendondedeberíanhaberestadosusintestinoshizoqueCedricsintieraunaarcada,perosecontuvo.Bunnysesacólagarradelestómagoyleenseñótrespiedras,altiempoquelabocadesumáscarasearqueabaysonreía.

—¿Quieresqueteenseñeestetruco?—No...no...

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—Tengomás.¡Ytúlastendrás!—exclamó.Justocuandoelconejosedisponíaasaltarsobreél,Cedricsaliódelacama,tropezóconlamantay

cayódebrucescontraelsuelo.Suspadreshablabanalotroladodelapuerta,yélsolodeseabacorrerhaciaellayalejarsedeaquellaapariciónoloquefuera.SintiólagarradeBunnyenel tobillocuandointentó levantarse y gritó despavoridomientras tanteaba con los dedos en la penumbra, el final de laalfombra,lasilla,lamesa.Seaferróaellaypataleó.

—¿Adóndevas,Ceeedric?Dejaqueteenseñemitruco.—¡Suéltame!—Un,dos,tres...¡Yateatrapé!Después de varios golpes y empujones, la puerta se abrió y provocó un estallido de luz, gritos y

pisadas nerviosas.Cedric estaba en el suelo, boca abajo, con lamano aferrada a la pata de lamesa.Teníaelpantalóndelpijamaligeramentedesgarradoporunladoy,todohayquedecirlo,elculoalaire.

—¡Cedric,santocielo!—exclamóPaulConrad—.Tranquilo,hijo.Hasidounapesadilla.Yaestamosaquí.Tranquilo.

—No...Estáahí.Detrás...Lefaltabaelaireybuscabadesesperadamentealconejo.—Nohaynadie,hijo.Esunapesadilla.Elarmarioestabacerradoylahabitacióntotalmentevacía,conlaluzdelalámparaencendida.Cedric

nocomprendíanada.Hacíaunossegundos...—¿Quédemonioshaceesapiedraenlaalfombra?—Esde...—Calma,hijo,vamosalacama.Laspesadillasavecesparecenmuyrealesytúestásmuynervioso.—Estabaaquí,papá.Tejuroqueestabaaquí.Saliódelarmarioy...Supadreleabrazóconfuerza.Cedrictemblabacomounahojadepapely...sehabíahechopis.—Elvira,estámojado.Serámejorquelobañesyduermaconnosotros.Elviraseinclinóhaciasuhijoylepasólamanoporlafrenteconcariño.—Mamá,losiento...—Tranquilo,miamor.Yapasó.Peronohabíapasado.Dehecho,nohabíahechomásqueempezar.

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10deoctubrede2016Madrid

—Lanochedeeselunes(yrecuerdoqueeralunesporqueeraelprimerdíadeclasedespuésdelfindesemanaqueentramosenlacasaCamelle)pasamosunaespeciedeinfiernoparticular.Todossufrimosunaspesadillasterribles.PrimerofueronlasnotasyelmensajeenelespejoencasadeDaniyClaudio,yluego,cuandonosfuimosadormir,ese...ser...

Lisaseremovióeneldiványmirólaalfombra.—Tuvisteispesadillasrecurrentes—alegóeldoctor.—Llámelocomoquiera.Erareal.—Oesopensabais.Enciertomodoaellaledabaigualsieldoctorpensabaqueeranalucinaciones.Deunmodouotro,lo

habíanvividoellos.Eraalgoirrefutable.BunnyelCruelsabíadóndevivíanylodejóclaroesamismanoche.Lisadecidiónoobsesionarsemásconlaideadeconvenceraldoctordequetodoloquehabíansufridoaquelañonoeransueños.Sudesahogoeraigualsipensabaunacosauotra.Afindecuentas,élera médico, jamás aceptaría la parte paranormal de todo aquel asunto y siempre encontraría unaexplicacióncientíficaracional.¿Quéimportaba?

—Trasuntraumasueledesarrollarseloquecomúnmentellamamosmalossueñoso«parasomnias».Esahídondeentranlosterroresnocturnos,laspesadillasoinclusolaposibilidaddeorinarseencimaporelmiedoqueestas ejercenenel cuerpoy lamente.Esmás,unopuede tenerun sueñoypensarqueestádespierto,puedever alucinaciones tan realesqueparecequeestá conscientedel todo,peronoes así,Lisa.

—Lacuestiónesquenonossirviódemuchovisitaralosdoshermanosqueestuvieronconlosniñosasesinados.Cuandoregresamosanuestrascasasyleímoslasnotas,todoaquellosenoshizodemasiadogrande.Eracomosiesehombrenosavisaradealgo,nosdijera:«Eh,estoyaquíyvoyairporvosotros.»Ycréame,doctor,paraesonotieneningunaexplicación.

EldoctorDelRíoledirigióunamiradaastutaysonrió.—No,conrespectoalasnotasquerecibisteistodosesatarde,nopuedodarunaexplicación.Podría

pensarque fueunabroma,oqueelpropioasesinoentróen lascasasy lasescribió...,peronopuedo,Lisa.Asíquelodejaremosenelaire,demomento.Seacomosea,quieroquemecuentesquéfueloquetepasóesanoche,quésoñasteo,segúntú,visteencasa.

Lisasuspiróprofundamente,mientrassusojoscastañosestudiabanlaspequeñasmotasdel techo.Alcabodeunossegundosseconcentróenlosdetallesdoradosdesufalda,deformaquesusojoscasisecerraronypareciódormir.Cuandohabló,lohizodeunmodolento.Envariasocasiones,desdequehabíallegado a la consulta, había temido ese momento. Recordar aquella noche no solo le provocaba un

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sentimiento de pánico, sino que también le hacía rememorar la sensación de abandono y soledad quesiemprehabíaentornoasuinfancia.

—Estabamerendando—dijo—.Habíamosllegadotarde.Mimadre,comosiempre,seguíahaciendohoraseneltrabajo.Cuandomesentéenlacocinaencontréaquellanotaenunahojademilibreta,encimadelasrevistasquemimadresolíaleer.Eradelhombredelamáscara.Nohabíamododequenadiemehubiesegastadounabromaymisamigosjamássehubieranatrevidoahaceralgoasí.Elloshabíanestadoconmigohastaeseprecisomomentoytambiénsufrieronunepisodiocomoelmío.Asíque,despuésdelsusto,nisiquierameterminémicomidaniencendíeltelevisor.Mequedéallísentada,mirandohacialapuerta,haciaelsalón,tratandodecomprenderquéestabapasandoconmimentedeniña.Cuandoesdedía,almenosdesdeelpuntodevistadeunniñodeonceaños,larealidadesmenosaterradora,porquepuedesvisualizarlosobjetos,elentorno,yesemiedotácitoyparalizanteestásolapadoporlaseguridaddelaluz.Nosésimecomprende.Mesentíahastaciertopuntoprotegidaporqueaúnnoeradenoche.Mimenteinfantilmedecíaquenopodíacorrerningúnpeligro.

Eldoctorasintióyseprodujounalargapausadurantelacualningunodelosdoshizounmovimiento,nisiquieraungesto.

—Mepasévariashorasasí—prosiguióLisa—,hastaquellegómimadreyfingíqueibaahacerlacena,pueseranmásdelasochoymediay,aesahora,todoempezabaaoscurecer.Siemprefuiunaniñafuerteydecidida,¿sabe?Nuncaprecisélaayudadenadie.Cuandoesperabaamimadre,solorezabaporquenollegaramuytarde;porsuerteparamí,asífueesedía.Creoqueeranlasonceolasdocecuandomimadreseencerróenelaseoparatomarunbañodeespuma.Eraunadelaspocascosasconlasqueelladisfrutabacuandoacababasujornadadetrabajo.Yosiempreintentabaayudarlaenloquepodíaparaquenotuvieraquetrabajarmás.Enfin—suspiró—,mefuiamicuartoymepuseahacerlosdeberes,quenohabíapodidoniempezarporlatarde,yalospocosminutosoícomosialguienrasparaalgo.Nosabríaexplicarlomejor,algoarañabamiarmario.SantoDios...Esesonido...Notieneni lamenor ideade lohorriblequeeraesesonido.Elruidodeunasuñassobrelamadera,nocomolasdeunanimal,quesonrápidas, esto era lento. Se movían despacio y a un ritmo regular. Y luego esa voz... «Lisaaa, tengopiedras.Lisaaa,abrelapuertaytelasenseñaré.»

Lisase incorporócon labocasecayvolvióadarun tragoasuvasodeagua.Eldoctor se inclinóhacialajarrayconsumocuidadollenóelvasootravez.

—¿Quieresdescansarunpoco?Ellanegóconlacabezaycontinuó:—Cuandodecíaminombre,suvozerahorribleyarrastrabalassilabas.Parecíacomosiseahogara.

Eraespantoso.Yomequedéparalizadaenmisilla,mirandoalarmario.Repetíalafraseunayotravez.Luego oí otra voz, una voz que no reconocí hasta que dijo su nombre, aunque yo sabía que era él.Intentabaconfundirme:«Lisaaa,soyBilly.Abrelapuerta,Lisaaa.Necesitoquemeayudes.Noencuentromimano,Lisaaa.»Cuandooí aquello salté de la silla, corrí hacia la puerta y salí despavorida demihabitaciónhastaelcuartodebaño.Creoque tenía lacaradesencajada,porquemimadre realmenteseasustóperobien.Le juréyperjuréquehabíaalguienenmihabitaciónyella larevisódos, tresveces.Cuandoabrióelarmariocreíquemeibaadesmayar,peroallínohabíanadie.Nohabíanada.Dormícon

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ella, temblando, muerta de miedo, incapaz de contarle que habíamos ido a la casa Camelle y quesabíamos quién había hecho daño a aquellos dos niños; aunque tampoco fue necesario, porque al díasiguienteselocontólamadredeCedric.

—Todostuvieronlasmismaspesadillas—afirmóeldoctorsindejardemirarla.—No.Enabsoluto.Yonolleguéavernada.Miexperienciasequedóenaquellasvocesterriblesque

salíandelarmario;encambio,lodeCedricfuemuchopeor,porqueélsí tuvolamalasuertedeveralhombrede lamáscara,comonos relatóaldíasiguiente.O lodeEnma,que,despuésdeser testigodecómosusimanesdelaneverasemovíansolosparaformarunafrasecomolamíaomuysimilar,nosjuróque había visto a LuisGoyanes enmitad de su habitación y que este tenía la boca llena de piedras,gesticulabaconlasmanos,casiahogándose,ycadavezqueintentabahablar,escupíaunapiedraoalgunaalgaverde.¡DiosSanto!MipobreEnma.Eralamásdébildetodos;noquieroimaginar,ahoraquetengounamentemásanalítica,loquedebiódepasaraquellanoche.

—¿Ylosdoshermanos?—intervinoeldoctor.—Igual. Ellos tenían el mensaje en el espejo del baño. Cuando se acostaron (dormían en una

habitacióncompartida),oyeronasuabuelo,unancianobastantesenilya,enlahabitaciónanexa,diciendoqueelconejitonoerabueno.«Elconejitonoesbueno.Haperdidosuscosas.Nadieloveía»oalgoasí.Luego,conelsustometidoenelcuerpo,comocomprenderá,dormirlesresultócasiimposible.Aelloslesdespertóelgolpesecoenelcristaldelaventanay,cuandoencendieronlaluz,ahíestabaél,consumáscara,susorejasdepuntayaquellosagujerosnegrosporojosqueparecíandoscuevassinvida.

El doctor se levantó de su butacón y caviló con paso lento hasta que volvió hacia Lisa y, con lasmanosalaespalda,sebalanceóligeramente.Suenormecuerpoeracomounbarcomecidoporelagua.

—¿Hasoídohablardelasalucinacionescolectivas?Lisapusolosojosenblancoanteaquellapregunta.Eldoctorserio.—Telodigoenserio,Lisa.Alucinacionesprovocadasporlasugestión.Lasqueconocemossuelenser

religiosas;esmuyhabitual,porelfervordelafe,quedespuésdeunashorasmirandolaestatuadeunavirgen se tengan visiones. Sin embargo, hay muchos más casos de alucinaciones colectivas y tienenmuchoqueverconunasituaciónvividaencomúnqueafectadeformaprofundaalinconscientecolectivo.

Lisadetectóenesemismoinstantequeeldoctorparecíadudardeloqueacababadedecir,locualerabastantepocohabitual,siendoélunreputadopsiquiatrayellaunaposibletaradaconunacrisisdespuésde una infancia penosa. Sin embargo, ella sabía perfectamente que no se trataba de alucinaciones,paranoias o trastornos postraumáticos, comoya había dicho el doctor.Bunny era tan real como ellos,comoelpozoocomolacasaCamelle.Aquelañohabíaaparecidoporqueunosniñoshabíanabiertosupozo para luego lanzarle piedras hasta cabrearlo, y mucho. Y no solo eso, se habían llevado aquelpequeñojoyeroconsustesoros,habíansubidoalpisodearribaytocadosuscosaso,másbien,loqueélconsiderabasuscosas.Esoeraloquehabíasucedidooalmenoseraloqueelloscreíanquehabíasidolacausadetodoaqueldesastre.Mataradosniñosyatormentarhastalalocuraaotrostantoseraunplanqueencajababienensuaburridavidadeconejopsicópata.Aveces,pensóLisa,sereíancomocualquierniñodeonceañosfrenteaunabromaounasituacióncómica,aunquetuvieranelmismoinfiernobajolospies,peroeranniños,quédemonios.Niñosqueolvidabanpormomentos todas las catástrofesquepudieran

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acontecerolasespantosasnochesqueaúndebíanpasar.Niñosqueenalgúnmomentodesuinfancia,antetantasdesgraciasyterroresnocturnos,dijeron«basta»yseenfrentaronaBunny.

—Ylohicimossolos—murmuróLisa.Lohabíadichoenaltoynisiquierasehabíadadocuenta.—¿Qué?—Quenosocupamosdeélsolos.Nadienosibaacreerynoíbamosapasarnoslavidadurmiendocon

nuestrospadres,viendoaBillyoasuprimohuyendodeesehombre.¿Sabealgo?—EldoctornegóconlacabezayLisasonrió—.CuandonuestrospadressupieronquehabíamosestadoenlacasaCamelleyvimosalhombrequematóalosprimosdelSanGregorio,noscreímosseguros,protegidos.¿Quépodíapasarnos?Nuestrospadresnosibanaprotegerdetodo.Yesahídondeempiezaelverdaderotemorenunniño,cuandosedacuentadequesuspadresnosonlossuperhéroesquesiemprehacreídoqueson,quelosmonstruossonrealesyellosnopuedenverlos.Esaes lahistoria,elverdaderodilema.Yentoncessolocabendossoluciones:oteocupastúdelmonstruooelmonstruoseocupadeti.

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2denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

LasbonitastrenzasdeEnmaeranuncarameloparasuhermanoNicocadavezquelocogíaenbrazos.Nohabíaformadequeaquelmocosonosecolgaradeellasy,aunqueloqueríaconlocura,siemprequesusregordetasmanitassecerrabanensupelo,leapetecíaregalarloalasHermanasdelaCaridad.Contodo,Enmaeraunaniñaresponsable,buenaestudianteyconunafamiliaunida;sinembargo,conlosañoshabíadesarrolladouncarácteraprensivoyasustadizo.Temíacualquieraccidentemásquelaenfermedad.Estaparticularidad teníamuchoquever conel afánde suhermanodecincoañospormeter cualquierobjetodentrodelosenchufes,detallequehacíadosañoshabíaprovocadounsustoterriblealafamilia.Entonces Nico, que tenía tres años, había introducido las puntas de una tijera en uno y había salidodespedidohaciaatrás.Porsuerteparalafamilia,nosufrióningunaquemaduragrave.AEnma,queestabaa cargo de su hermano en aquelmomento,mientras sumadre hacía la colada, le costómucho tiemposuperarlasensacióndeculpabilidad.Desdeentonces,eracapazderevisarlosplásticosdeseguridaddetodos los enchufes enmenos de dosminutos, cerraba puertas y ventanas, comprobaba que la barrerainfantil de las escaleras estaba correctamente colocada y que la puerta del sótano permanecía bajocandado.Perosufobianoterminabaahí.Enmaentrabacadahoraenlosaseosysecerciorabadequelosgrifosestuvierancerrados.Lasbotellasdelejía,amoniacoytodoloquepudierabeberseNicoestabanbajollaveenelarmarioinferiordelfregadero,peroellarevisabalapuertaconlamismaasiduidad,noimportabaquesuhermanoestuvierametidoenelparqueynotuvieraformadeescapar.

SuspadresnoteníannilamenorideadequeEnmaseguíaeseritualcadavezquesequedabaconsuhermano.Teníaonceaños,perosabíaquesidescubríansusmaníasnodudaríanniunsegundoenllevarlaa un psicólogo infantil. De hecho, era justamente aquel pensamiento el que cabalgaba en su cabezamientrassepreparabaunbocadilloenlacocinaalregresardelacabañadelosSupersónicos.SumadrehabíatenidoquesalirahacerunosrecadosyNicoestabaprofundamentedormidoentrecojinesyjuguetesdentrodelparque,con la televisiónencendidayunbiberóndeColaCaoentre losdientes,drogaparadormirquesumadreutilizabasiemprequequeríamenguarlahiperactividaddesuhijopequeño.AunquenoestabapensandoenlacasaCamelle,nisiquieraenlosdosniñosyloquehabíapasadoenelpueblo,losimanesdecolorespegadosalaneveracomenzaronamoverse.Probablementenisiquieralohubieseoídodado loabstraídaqueestaba,porquesuhermanodormíaprofundamenteyel sonidodel televisorestaba más bien bajo. Pero ahí estaban, desplazándose de un modo torpe y lento por encima de lasuperficieblanca.MientrasEnma,conlosojosdesorbitados,nopodíanimoverse.Sintió lanecesidadimperiosadegritar,desalirdespavoridadeallí,peroaquellaemociónprimaria loúnicoquehizo fueponerlaenalerta,tensacomounavaradebambú,conlacaracontraídaenunamuecadeespanto,incapazdearticularunsolosonidoquelaliberasedeaquellaespiraldesensaciones.

Sepusopálidaysucorazónadquirióunritmodesenfrenado.Enaqueltrance,mientraslosimaneseran

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desplazadosporunamanoinvisible,nosupoeltiempoquepermaneciócomounpostedelaluz,peroloqueteníaclaroeraquehabíadossentimientosinnatosquesehacíanmáspresentes:elmiedo,sinlugaradudas, y la preocupación por su hermano. Fue en ese preciso instante, cuando fue consciente de queaquellosolopodíavenirdeBunny,cuandosoltóungritodesgarradorquehizoquesuhermanopequeñorompiera a llorar en el salón. Su llanto ayudó un poco. Enma salió disparada de la cocina, cogió enbrazosasuhermanoyseencerróenlahabitacióndeabajo,quesupadreusabaparacorregirexámenes.YallísequedóhastaquellegaronSilviaAraujoyOliverLagounamediahoradespués.Enma,aligualqueCedric,nopudocontenerlanecesidaddecontarloquehabíasucedido,adóndehabíanidoydeloquehabíansidotodostestigos.Sumadre,amedidaqueEnmaavanzabaenelrelato,ibamodificandolaexpresióndesurostro:primeroconcentrada;luegoextrañada;despuésrealmenteasustada,yalllegaralasuntodelosimanes,confundida,conuncomponenteclarodecompasiónporella.

—Osjuroquenomiento.Losimanessemovieron.—Hija,¿nosestásdiciendoquevisteisaunhombreconunamáscaradeconejoenesacasa?¿Eldía

antesdequedesaparecieranlosdoscríos?SupadrenodabacréditoaloqueEnmarelataba,pero,aunasí,teníauntemperamentomástranquilo

quesuesposa.—Oliver,tenemosquehablarconlapolicía—soltóSilviaapuntodeperderlosnervios—.Nuestra

hijatienealucinacionesyesosedebealshock...—¡Notengoningunaalucinación,mamá!—protestóEnma,indignada—.Tedigoloquehevisto.Las

letrasdelaneveraformaronunafrase:«BunnyelCrueltieneunapiedra.»—HasidounaterribletonteríaentrarenlacasaCamelle.Enma,prométemequenovolverásallípor

nadadelmundo.—Papá,novoyairaningúnlado.Perotejuroque...Oliver no dejó que su hija terminara de hablar: se levantó del sofá, que era donde toda la familia

permanecíasentadafrenteaEnma,yfuedirectoalacocinaparamirarlosimanesdelanevera.Alcabodeunossegundos,asomóporlapuertayalargóelbrazohacialanevera.

—Nohaynada,hija.Losimanesestáncomosiempre.Revueltos.—Mañanallamaréaldoctor—sentencióSilvia.—¡Mamá!Perosussúplicasnosirvierondemucho.CuandoSilviaAraujotomabaunadecisión,lacosapintaba

mal y no había vuelta atrás. Enma se levantó, se dirigió a la cocina y oteó los imanes. Tenía razón,estabancomosiempre.¿Seestaríavolviendoloca?¿Acasotodoloqueestabapasandoenelpuebloleafectabahastaesepunto?

—Hija, tienes que descansar—dijoOliver—.Cena algo. Tienes lamerienda sin tocar y necesitascomer.Mañanadaremospartea lapolicíay seráotrodía.Seguroque loverás todode formadistintacuandodescanses.

—EncontraránaeseperturbadodelsanatorioOriol,Oliver.Olivermiróasuesposaconcariñoyluegopasólamanoporloshombrosdesuhija.

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Enma sabía que durante los últimos días el telediario había dadomuchos datos de aquel enfermomentalquesehabíaescapadodíasantesdequeellosentraranenlacasaCamelle.Habíaoídoqueeraunhombredeunoscuarentaaños,deunmetrosetentaycincodealtura,complexiónmedia,esquizofrénicoyconuncaráctermuyviolentosino tomaba lamedicación.Porsupuesto,aquellonoconcordabaconelhombrede lamáscara.No cuando los chicos delSanGregoriomedían casi unmetro ochenta y aquelhombrelessuperabaenaltura,ynocuandosuformadecomportarsenoeraladeunesquizofrénico,sinmencionarquesucomplexióndistabamuchodelamedia.Eragrandeyfuerte.Todosaquellosdetallesnoeranalgoenloqueunaniñadeonceañossehubiesefijadoparaluegocompararloconloquesabía,queno eramucho. PeroEnma eramuy inteligente, aunque sus padres apenas se habían percatado de ello,porquesiempreestabandemasiadoocupadosconsusalumnos,suhermanopequeñoysusconferencias.Lacuestióneralasiguiente:EnmajamáshabíadadounproblemaencasadeAraujoyOliverLago,porloque sus padres, ante una niña con notas excelentes y un comportamiento intachable, habían tomado ladeterminación de que era una pequeña adulta suficientemente preparada para todo. Quizás hasta paraesto.

CuandoEnmaseacostóeranmásde lasoncede lanoche.Sumadreseacercóa lahabitaciónparaarroparla.

—Cariño—dijocondulzura—,nodebestenermiedo.EsehombreposiblementesehaidoyadeSanPetriynotardaránendarconél.Mañanairemosaveralmédicoyluegoalapolicía.

OyeronelteléfonoalotroladodelpasilloyEnmadiograciasaDiosporqueaquellaconversaciónnosealargaramás.Alcabodeunrato,sumadrehablabaconlamadredeCedricyEnmadioporsentadoquesuamigohabíaconfesadolomismoqueella.Luegoseadormeció.

Enmanoteníalámparademesitayelinterruptordelaluzestabademasiadoalejadodelacamacomoparasaltarenmitaddelanocheparailuminarsucuarto.Poreso,cuandooyóaquelchapoteo,deslizólamanoenelprimercajóndelamesitaytomóunalinterna,convencida,paranovariar,dequeibaasufriruninfartoporsegundaoterceravez.Loprimeroqueviofueronlosdetallesdecoloresdesuscuadrosenlapareddelfondo,sumesa,sucasademuñecasyunamecedorademadera,regalodesudifuntaabuela,que semovía.Las pequeñasBarriguitas, colocadas en unade las estanterías, lamiraban con aquellosdiminutosojuelospintadossobreelplásticodesuscaras.Percibióotravezelchapoteoylovio.Elrayodeluzdelalinternatemblabamientrasenfocabalacarablanda,húmedaylechosadeLuisGoyanes,depiefrentealarmario,conlasmanostemblequeándoleaambosladosdelcuerpo,lospantalonesvaquerosdesgarradosymanchadosdemotasverdes,yaquellosojososcurosynegroscontemplándola.

—Enma—farfulló,comosiestuvieraapuntodevomitar—,tengofrío.Enmaestabaparalizada,soloqueenestecasosumanotemblabadeunaformatanviolentaquenoera

capazdeenfocarlacaradeLuisGoyanessindispararreflejoshaciaelrestodelahabitación.—¡Diosmío!—gimió.—Enma—repitió.Entonces abrió labocay soltóunaespeciede arcada.Unapiedradeun tamaño

considerableseleescurriódelabocaycayóentrebabasysangreenlaalfombradelahabitación—.Mepasaalgo,Enma.Tienesqueayudarme.

—¡Noteacerques!

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Luis dio varios pasos al frente y le sobrevino otra arcada, con lo que soltó dos piedrasmás queregurgitó silenciosamente pero de unmodo lamentable. Aún llevaba la camiseta de rayas. Se inclinóhaciadelante,apoyólasmanosenlacamadeEnmaycayóderodillasalsuelo.¿Sereía?

—Ay, Enma... Tengo muchas piedras —gorjeó. Su cuello empezó a hincharse mientras algo sedesplazaba en su interior.Almomento abrió la bocayotra piedra, estamásgrande aún, sedesplomósobrelacolchadehilo.

Aesasalturas,Enmanosujetabaunalinterna,movíaunamaraca.—¡Ayúdame,Enma!—Noexistes.Noexistes...Nopuedeserreal.—Tengomuchaspiedras.¿Quierespiedras?¡Oh,Dios!¡Tengotantaspie...!Seoyóun«buargh»y sumanosedeslizóhacia labarbillaparacapturarotrapiedraque salíamuy

despaciodeentresuslabiosmorados.Aesadistanciayconlalinternavibrandoapocoscentímetrosdeaquellacarafantasmal,hinchadayconlabocababeante,Enmacomenzóagritaryllorar.Lalinternaseleresbalódelosdedos,cayóconungolpesecoenlatarimademaderayrodóbajolacama,dejándolaencompletaoscuridad.

Yelgolpedeotrapiedra.—Enma...,tengopiedras...—¡Mamá!¡Mamá!—Muchas...muchaspiedras.—¡Mamá!Lospasosdesuspadresporelpasilloyelsonidodelapuertaalabrirseladevolvieronaunarealidad

llenadeluz,denormalidad.Silviaseabalanzósobreella.Enmaestabasentadaenlacamaconlacaratapadaconambasmanosysufríaunataquedehisteriaentodaregla.

—¡Hija!¡Esunapesadilla!Supadresesentóenelbordedelacamaydivisóunapiedrasobrelacolcha.Lacogióylaobservó

duranteunbuenratoconciertacuriosidad.—¿Dedóndehasalidoesto,Silvia?Nohuborespuesta.Silviaabrazabaasuhija,quenodejabadellorarehipar.Sudabatantoqueparecía

unsurtidor.Losmechonesrubiosselepegabanalafrenteylasmejillas.Estabaaterradaynopodíanirespirar.

—Tenemosquehaceralgo,Oliver—insistióSilvia—.EstomismolehasucedidoaCedricynopuedesercasualidad.Nuestroshijosnecesitanayuda.Necesitanayudadeinmediato.

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10deoctubrede2016SantiagodeCompostela

Enma llevaba más de dos horas delante del ordenador fumando como un carretero, mientras sucompañeradetrabajo,Kim,toqueteabalafiguritadeporcelanaquelehabíaenviadosutíainglesaporcorreocertificadoaquellamañana.Nisiquieraprestóatencióna laperorataemocionadadeKimen laqueledescribíalaimportanciaqueparasutíateníanaquellosobjetosdemercadillobaratoquesiemprelemandabapor sucumpleaños juntoconunapostal.Enma teníacosasmás importantesenquepensar.PrimeroenlasolicituddeamistadquehabíarecibidodeLisaBarral,delacualnosabíaabsolutamentenadadesdeque...Enfin,desdequesehabíaidodeSanPetri.Porotrolado,susproblemasnodejabandeaumentar: para empezar, volvía a tener aquellas horribles pesadillas de su infancia queno le dejabanconciliar el sueño ni una hora seguida; por otro lado, su hija, de ocho años, estaba en casa con unafaringitisdecaballoalcuidadodelaniñera,yfinalmenteFran,suesposo,nodejabadeinsistirenaquelmalditoviajequetanpocoleapetecía.

—¡Enma! —había exclamado Fran mientras se ajustaba la corbata—. Sabes que me hace muchailusióniraItalia.Nohevueltodesdequeeraunniñoytampocoesunviajeexcesivamentelargo.

—Noquieromontarenavión,Fran—selamentabaella—.Sabesquetengopánicoavolar.Además,enestosmomentosnomeapetecepasarmeeldíacaminandoentremonumentosmedioderruidos.

Franlahabíamiradoconaquellosojosdecorderitodegolladoquesiempreponíacuandoalgonosalíacomoéldeseaba.

—Nena,soloseránunosdías.Porfavor.Escucha,sinoquierescogerunavióniremosencoche.Noimporta. Llevomuchosmeses preparando este viaje. He pedido unos días libres en la consulta parapoderpasarlasNavidadeslostresallí.

En el fondo, Enma sabía que no podía negarse y que acabaría cediendo a los deseos de Fran. Élsiempresehabíaportadomuybienconella.Durantemuchotiempo,cuandoEnmateníaaquelpánicoaquelesucedieraalgoasuhija,Fransehabíacomportadodeunmodoconciliador,aceptandosusmaníasdecomprobarpuertasyventanas,enchufesycables;levantándosealastresdelamañanaparaasegurarsedequelaniñadormíaensucuna,respirabayestabaviva.Ytodoasí...

—Estábien,Fran.Déjamepensarlounpocomás.Sumaridolebesuqueabalasmejillas.—Dimequesí...—Noseaspesado.Enma ya estaba cansada de aquella conversación. Tenía muy poco tiempo para prepararse y Fran

empezabaaresultarunpococarganteconelmonotemadetodaslasmañanasdesdehacíatressemanas.—Lohablaremosenlacena.Tengoqueirmeatrabajar.

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—¡Nena!—exclamóélconhumor.—Enlacena—sentencióantesdesalirdelahabitación.Durante el trayecto a la oficina y antes de que Kim la sorprendiera blandiendo la figurita del

pastorcillocomosifueralaantorchadelosjuegosolímpicos,meditólasdosmilrazones—ysequedabacorta—paraaceptarlaexcursiónculturalqueFranllevabaorganizandodesdetiemposlejanos.Franeraunhombreque,sinserunabellezadecalendario,poseíaciertasfaccionesquelehacíanirresistible;peroesono era lo que la había enamorado, sino supositividad, su formablancaypuradever la vida, susentidodelhumorysudificultadparadiscutir.Franeracapazdeseguirlaportodalacasacomprobandocomoellatodasaquellascosaspeligrosasquepodíanquitarleelsueño.Noleimportabansusarranquesde negatividad, sus manías o sus cuatro..., bueno, cinco kilos de más. Su marido se cuidaba en elgimnasio;Enmahacíaañosquehabíadejadodecuidarse,ynoesquefueraunabellezavikinga,comocuandoteníaonceaños,nadamáslejosdelarealidad.Yaeratodaunamujer,contodoloqueimplicabaaquelconcepto.Ensuspiernasempezabanadibujarseaquellasvenitastediosas,suspechosyanoestabantanelevadoscomocuandoteníaveinteañosysubonitocabellorubiodeniñaDisneyeramáspajizo,mássecooquizámásadulto,comoella.PeroFransiemprelamirabadelmismomodo,conelmismoamorensusojosyaquellasonrisaqueleocupabatodalacarayquedecía:«Estoytotalmenteenamoradodeti.»

Franeradentistayella trabajabaeneldepartamentodecontabilidaddeun fabricantedeproductosquímicos. Lo hacía a media jornada, porque así podía ocuparse de Beatriz y porque tampoco lonecesitaban. Así que tuvo mucho tiempo. Mucho tiempo para indagar y navegar por la red. Cuandoempezaronlaspesadillas,encontróatodossusamigos.Habíanperdidoelcontactoymuchasveceshabíadeseado poder reunirse una vez más con ellos y contarles todo lo que sabía, todo lo que habíadescubierto durante aquellos años. Y sí, ella había estado en San Petri, después de lamuerte de suspadresenaquelaccidente,yno,nohabíavistoaBunny.

—Irásaeseviaje,¿verdad?—lepreguntóKim,sacándoladesuscavilaciones.Ellalamirócomosinoacabaradecomprenderlapreguntayasintió.—Creoquesí.Nopuedonegarme,Kim.—Esungranhombre,yelpobreestátanilusionadoconeseviaje...Enma apartó a un lado de la mesa los albaranes y las facturas que debía organizar y entró en el

FacebookdeLisaBarral.Duranteunamilésimadesegundo,sucabezacavilóolvidarsedetodoysuperaraquellas noches, otra vez. Sin embargo, aquella solicitud tenía que significar algo después de tantotiempo.Ellahabíapasadoporlasmismaspesadillasañosatrás,quizáshacíatreceocatorceaños,peroestavezeradiferente,oalmenosparaella.Eramuydiferenteporqueparecíanmásreales,máslargasyaveceslecostabadespertarse.Encendióotrocigarrillo(poralgunaextrañarazónelsupervisorlesdejabafumar)yabriólaventanitademensajesprivados.Fuebreveperodirecta.

«Hola,Lisa.Mealegramucho recibir tu solicitud.Necesitohablarcontigo, saberde ti.Tedejomiteléfonomóvil.Unbeso.»

Yyaestá.

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De repente unas voces se alzaron por encima de lasmesas del departamento de contabilidad y ungrupodeinformáticosentróentropelendirecciónaldespachodeldirector.Erancuatroocincochicosdenomásdeveinteañosquesolíantrabajarenlasegundaplanta.Porsuscarashabíapasadoalgoconalgúnservidoryeljefenoestabamuycontento.

—¿Quéhabráocurrido?—inquirióKimconaquelairedolientetanpropiodeella.—Notengoniidea.Voyaporunpardecafésalamáquina.—Esperoquenotengaqueverconlosarchivosdefacturación—oyódeciraKimmientrassealejaba

porelpasillo—.¡Nostocaráarreglarlo!Enmaclavósuprofundamiradaenlospuestosdetrabajoyloscallcentersquesedistribuíanalotro

ladodelpasillo.Lagentehacíacorrillosyobservabaconciertaanimaciónlaspantallasdelordenador.Unaseriederisascontenidasseelevaronporencimadelosbiombosseparadoresqueestabanapocosmetrosdelasmáquinasexpendedoras.Sacódoscafésconlecheyvolviósobresuspasoshaciasumesa.

—Hanpirateadoelsistema—anuncióKimcolocándosesupeloazabachepordetrásdelasorejas—.Melohadichounodelosinformáticos,quehasalidounmomento.

—¿Cómo?¿Quiénibaapiratearunaempresadeproductosquímicos?Kimpusolosojosenblancoynegóconlacabeza.—Hija,puescualquieraquetengaconocimientosyestéafavordelasaluddelplanetaTierra.Somos

unaempresadeproductosquímicos,Enma,túlohasdicho.—Peroenestedepartamentonohapasado.—Posiblemente porque no trabajamos con elmismo sistema operativo y no estamos en red con el

resto.¡Yoquésé!—Esunconejo—gruñóalguienporencimadelasmamparasseparadoras.UnimpulsodelomásrepentinohizoqueEnmaselevantaradelamesaysedirigieraatodavelocidad

haciaungrupodecompañerosdemarketing queestabaen la zonamáscercanaa los ascensores.Losrostros que rodeaban la pantalla de unode los ordenadores reflejaban cierto humory perplejidad.Sequedóallí,delantede lasveintemesas,que formabangruposdecuatro, todasconaquellamusiquitayaquel hombre vestido con unamáscara de conejo saltando sobre un escenario de color rojo y con unmontón de niños cantando y aplaudiendo frente a él. La imagen de Krusty el payaso de la serieLosSimpsonyaquelmonoenbicicletalevinodegolpealacabeza.Eltiempojustoparanomarearseyserconscientedeloqueestabaviendo.Eraél.

BunnyelCruelsepusoenpie.Cuandonoloves,élpodrávolver.Salta,conejito,buscaatusamigos.BunnyelCruelvuelveotravez.

Sequeríamorir.Toda la oficina comenzó a dar vueltas en torno a ella. Escuchó unas risas solapadas,murmullos y

expresiones socarronas sobre la pajarita que llevaba aquel individuo. A ella la pajarita le traía sin

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cuidado.Bunnyestabaenmásdecincuentaordenadores,vestidodeazul,enunescenariodeterciopelo,yaquello no podía sermás que una terrible pesadilla de la que no se había despertado. Se pellizcó lamejillahastahacersedaño,seapartóelpelo,queempezabaapegárselealafrenteporelsudorfríoquele recorría todoelcuerpo,y luegoseagarróaunasillaparanocaer.Cuandounode losordenadoresapagadosaescasoscentímetrosdeellaseencendióderepenteyvioaBunnytancerca,seleescapóungrito de espanto y trastabilló hacia atrás. Alguien le preguntó si se encontraba bien, a lo que ellarespondióquesí,sinprestaratenciónanadamásqueaBunny,quehacíaunareverenciaconsumáscaradeconejoysutrajepasadodemoda.Losniños,sentadosenlaparteinferior,dabanpalmasycantabanunayotravezaquelladiabólicaestrofa.¿Seríacasualidad?Pero¿porquésellamabaBunnyelCruel?¿Una trasmisión de un canal privado extranjero? No, cantaban en castellano... Todos aquellospensamientosestúpidosseacumularonensucabezaformandoespiralesdepreguntassinrespuesta.Teníaquesalirdeallí.Teníaquevolveracasa,porque,sinolohacía,ibaavolverseloca.

—¿Enma?LavozestentóreadeAlonso,el jefedeldepartamento, lasacódeunestadocasicatatónico.Ella le

miróconlosojosllorosos.Ibaadesmayarse.—Enma,estásmuypálida.¿Estásenferma?—Laverdadesquenomeencuentromuybien.—Veteacasa.DileaKimqueseocupe.Tienesmuymalapinta,querida.Además,vamosaapagarlos

ordenadores de tu departamento hasta que solucionemos lo del virus que nos hanmetido.Así que lomejorquepuedeshaceresmarcharte.

Enmaasintió,todoseguíadándolevueltas.LacararegordetaycerúleadeAlonsosedifuminóconelentorno.Sintióquesumanoasíaladeellaparaayudarleacaminar.

—Tellamaréuntaxi—ledijo—.Nopuedesconducirasí,pareceunaintoxicaciónalimenticia.Tieneslacarayelcuellollenosdemanchasrojas.

—¿Enserio?—Teloaseguro.Oyólavozdesujefeporencimadelaalgarabíadeinformáticosquepasabaaltrote,lavozdeKim,el

murmulloensuoído:«Tengomuchaspiedras.Muchaspiedras,Enma.»Unamanocálidaseapoyóensufrentesegundosantesdequeperdieraelconocimiento.

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3denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Lapolicíanoconsideróadecuadoqueloschicossedesplazaranasusoficinas.Eranniños,menoresdeedad,yresultabamenosviolentoparaellosqueunagentesetrasladaraacadaunadelascasasparahablarconellos.AtravésdeOliverLago,elpadredeEnma,todoresultómásrápidodelohabitual.ElhombrequecomenzósurecorridoporlacasadelosConraderaunjovendenomásdetreintaaños,conunligeroticnerviosoenunojo,pielblanca,cremosa,pelonegroyunosojostangrandesqueaCedriclerecordaronaCandyCandycuandolotuvodelante.ElhombredeojosgrandessellamabaRubensAcostayeraamable.

Era martes, pero ninguno de ellos asistió al colegio aquel día; por supuesto, con la autorizaciónpertinenteylasaclaracionesadecuadas.FueMarcodeMateo,despuésdeconversarduranteunahoraconsuesposa,elquellamóaldirectordelcolegioyleexplicóloquehabíasucedido.Lepidiódiscreciónparaqueaquellainformaciónnoseextendieraaprofesoresyalumnos,almenoshastaquetodoterminara.Se generó una conexión de hilos telefónicos entre todas las familias. María Vargas llamó a PatriciaArandapocoantesdeque esta salieradisparada a trabajar.LamadredeLisa, por supuesto, no sabíanada.Suexpresión,másquedemiedo,fuedesorpresa.PorprimeravezenmásdediezañosleresultóextremadamentedifícildejaraLisasolaencasa,aunqueMaríaVargasleprometióquepasaríaenmenosdediezminutosarecogerlaysequedaríaconelloshastaqueellaregresara.PatricialediolasgraciasporaquelgestodegenerosidadyaLisaseledisparóelcorazóncuandosupoquepasaríatodoeldíaconDaniyClaudio.Posiblementeconoceríasuhabitaciónyquizás,habíapensado,Danilepintaríaundibujobonito.

CuandoporfinseterminólarondadevisitasyelagenteRubenssedespidiódelafamiliaDeMateo,faltabaunahoraparacomer.ClaudioyDanipidieronpermisoparairsealacabañadelosSupersónicosconLisa.Saltaronlaverjadelpatiodeatrás.Alcabodeunosminutos,lostressehabíanencerradoensupequeñoúterodeprotecciónyLisalescontóloquelehabíasucedidoaquellanoche.

—Nosotros también oímos las voces en el armario —murmuró Claudio—. Eran varias y decíannuestrosnombres.Yopenséqueestabasoñando,perocuandoviamihermanoincorporadoenlacamaconlalinternaenlamano,medicuentadequeéltambiénloestabaescuchando.

—¿Yloabristeis?—¡Qué tontería!—Claudio miró a Dani, que permanecía totalmente mudo apoyado en una de las

paredes demadera de la caseta, con las rodillas contra el pecho—.Luego las camas temblaron y lasvoces empezaron aoírsedebajode la cama.Creímosque saldría esemaldito conejodedebajo, perollamamosanuestrospadresytodoparó.

—Comoyo...

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—Estabaenlaventana—dijoDaniconvozqueda—,arañandoelcristalconlamano.Yolovi.Lovicomoteveoahoraati,Lisa.

—¿Quéoshapreguntadoelpolicíacuandonoshaseparado?Danisuspiróconunsuavejadeo.—Supongoquenoshahecholasmismaspreguntasatodos:quecuándoentramosenlacasa,eltiempo

que estuvimos, qué pasó, si vimos después a los chicos del SanGregorio, cómo era el tipo que nosasustó...MimadrenoshadichopocoantesdeirabuscartequepasaronporcasadeCedricydeEnma.Creoquesunochehasidopeoraúnquelasnuestras.

—Yo no creo que ese policía pueda hacer mucho. Están buscando a la persona equivocada. Esehombreconlamáscaradeconejonoesellocoqueseescapó.

—Unloconotraefantasmas.Nosemeteenlosarmarios...Es...esunacosa.—Tengomiedo—balbuceóLisa—.Noquieroquevengadenocheamicasa,noquieroveresootra

vez.Danigateóhastaelrincóndondeellaestaba.Sesentóasuladoylerodeóloshombrosconelbrazo.—Notengasmiedo.Yomataréesemonstruoporti—lesusurró.Lisasonrió.Porunmomentoseolvidódetodoaquelmiedoysucálidoabrazolareconfortó.Miróa

Claudio, que estaba totalmente abstraído en suspensamientosyni siquieraprestaba atención a loqueacababadedecirsuhermanopequeño.Duranteunafraccióndesegundo,Lisapensóenlomuchoquesediferenciabanlosdoshermanos:Claudio,consurostroduro,susojososcurosysupelonegro,unchicofuerte, decidido y con un mundo interior tan grande que a veces le pasaba factura; en cambio, Danirepresentaba la dulzura, la calma y la delicadeza. Él siempre tenía una sonrisa frente a cualquiercatástrofeoproblemay,alcontrarioquesuhermano,notemíademostrarsussentimientos,elmiedo,eldolor o incluso la alegríamás absoluta.No importaba, porque su rostro siempre era el reflejo de supropiaalma.

Enaquelmomento,Lisadeseódecirle aDani cuánto lehabía tranquilizadoaquellabreve frase.Lehubiesedicho:«¿Sabes,Dani?Nadiesehapreocupadonuncapormícomotúlohaces.Nisiquieramimadre,pormuchoquelapobreseesfuerce.»

—Tenemosquevolver.LavozférreaycompactadeClaudiolessobresaltóaambos.Enesemomentosílosmiraba,yparecía

unloco,conlosojostanabiertosyaquellatensiónenlasmejillas.—¿Volver?—Sí,Dani.Tenemosquehacerlo.Nosotrosabrimosesepozoyliberamosaesacosa,ytútellevaste

esa cajita con monedas. Tenemos que volver y corregir lo que hicimos, eso es lo que hacen en laspelículasdeterror.Unotienequedejarlascosascomoestaban.

—Esunalocura.Nosatraparácomoalosprimos.—Nolohará,Lisa,porqueloharemosdedía.Esascosassuelensalirdenoche.Yaveisquenosvisita

cuandonosvamosalacama.Ytenemosqueirtodos,incluidosloschicosdelSanGregorio.Todoslosqueentramos,todoslosquelemolestamos.

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Danimirabaasuhermanoconunamezclademiedoysorpresa.—Pero,Claudio,BrunoyDavidnovendrán,losabes.Nuncareconoceránqueselesaparecealgo,si

es loque lessucede,yyahasvistocómonos recibiósuhermanodespuésdeque ledijéramos loquesabíamos.

—Pues les obligaremos. Estoy convencido de que, si ellos no van, acabarán como los otros doschicos.Esolesdiremosyvendrán.

DerepenteelsonidodelapuertaleshizodarunbrincoyunacabezasinpelosehizovisibleenmitaddelacasetadelosSupersónicos.LuccadeMateoencorvósuviejocuerpounpocomásy,deunmodotorpeylento,logróentrarenlacasita,aunqueapuntoestuvodecaerdebrucescontrasunietomayor,sinohubierasidoporsubastóndemadera,elcualapoyóconfirmezaenelsueloparaluegoarrastrarlospiescomosifueraunespectro.Lostressequedaronmudoscuandoelviejoseinclinóhaciaunadelassillas diminutas e hizo una serie de contorsiones para sentarse sin romperse ningún hueso.Abrió suspiernashuesudas,situóelbastónenelcentro,apoyóambasmanossobrelaempuñadurayseirguió.

—Bonita perrera —bramó, arrugando el ceño de un modo grotesco. Su nariz ganchuda apuntódirectamenteaLisayaDani,quepermanecíanmedioabrazados.Aldarsecuenta,DaniquitóelbrazodeLisaytragósaliva—.¿Sabéisunacosa?MevinedeCalabriacuandoteníatreintaaños.Muchotiempo...

—Abuelo,porfavor,ahorano—imploróClaudio.—Calla,Claudio,ydejaquetermine.—Lelanzóunamiradadebuitre,sereclinóenlasillaygolpeó

conelbastónlastablasdemadera.»Tengoochentaytresaños.Llevocincuentaañosaquí.Lleguéeneltreintayseis.Esemismoaño,creo

que por diciembre, un submarino español desapareció en plenaGuerraCivil.Aquí al lado, cerca delcaboVilán.Eneltreintayochohubovariosaccidentesmásenlascostas.Quécosastienelavida,cuandonoembarrancabaunpesquero,sehundíaunvapormercante,unpatrulleroounachalanadepesca,dabaigual.Nohabíaañoquenosucedieraunadesgracia.Sinirmáslejos,enelcuarentayuno,vuestraabuelapor aquel entonces ayudaba en la iglesia y estaba más viva que una paloma, un pesquero llamadoTurquesa se hundiónadamás salir deACoruñaydejó catorce cadáveres flotando en elmar.Un añodespués,unbuquemercante fuebombardeadoporunaviónalemánenFisterra;otropróximoaOnssehundióporcausasquenadiehasabidoexplicarydejómásdeveintemuertos.Todosespañoles,yaospodéisimaginarlasituación.AsetentamillasdeVigo,elEgret,unbarcodeguerramenorfuehundidoporvarios aviones alemanes; creoque fueron alrededordedoscientosmuertos.Y todo esto en el añocuarentaytres.

LuccadeMateocarraspeó,sesacóunpequeñopañueloblancodelbolsillodelpantalónyselimpiólaboca.

—Pero,abuelo,muchosdeesosbarcossehundieronporculpadelasguerras—dijoClaudio.—Asíes.Perohubomuchísimosmásquedesaparecieronosehundieroncuandolasguerrasnohabían

ni empezado o ya habían terminado. Podría deciros que hasta el año cincuenta pudo haber hasta cienhundimientos,ylagranmayoríaconvíctimas,ymuchas.

—NuestroprofesornoshablódelBonifaz—afirmóDani.—Bueno,esepetroleronofueloquesediceelqueprovocómásmuertes,aunquecreoquetambién

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dejovíctimas.Peropuedocontarosalgograciosodentrodetantacatástrofe,ydeesosíquemeacuerdomuybienporquelahistoriacorriócomolapólvora.Enelcuarentaycincounanavedecabotaje...

—¿Quéescabotaje?—preguntóLisacontimidez.Elancianolamiróconlacabezainclinadahaciaelhombroderechoycarraspeó.—Barcos que llevan personas omercancías de un puerto a otro, jovencita. La nave, como os iba

diciendo,soltóamarrasyduranteunashorassebalanceódeunladoaotroenlaríadeBergantiños,hastaque encalló. Nada brusco, como una pequeña barquita que hace plof contra un montón de arena. Lograciosodeesteasuntoesquecuandoloslugareñosentraronenelbarcosoloencontraronungato.¡Ungato!Nadiemás.

—¿Ungato?—Claudiosoltóunarisaahogada.—Sí, hijo. En el barco solo iba un gato.Nadie, absolutamente nadie, pudo explicar qué demonios

hacíaungatocapitaneandounanavedecabotaje.—Pero,abuelo,¿porquénoscuentasestoahora?El anciano soltó una risa gutural hasta que un arranque de tos le frenó en seco. Entonces volvió a

limpiarselasbabasconelpañuelo.—En el treinta y seis, Dani, yo tenía treinta años, era joven, y durante las décadas siguientes

continuaba siendo joven.No siemprehe sidoelviejoqueconocéisy, aunque tengomismomentos,osaseguroquemimemoriaesbuena.Habéiscontadoencasaaeseestiradodelapolicíaquevisteisauntipoconunamáscaradeconejo,¿noesasí?

Lostresasintieron.—Yluegoestálodelamanodeesechico.Elniñoalqueencontraronsinlamano.¿Cómosellamaba?

Malditasea,loescuchéenlasnoticias,peronologroacordarmede...—Billy.—¡Exacto!—exclamó—.PuesBillynoeselúnicoqueaparecióenestascostasdeesaguisa.Muchos

marinerosmuertosporhundimientos aparecieronen lasplayas conmanosydedosamputados,ynadiepudoexplicarjamásloquelesocurrió.Tambiénesciertoquefuehacecienaños,yyoloquesémelocontarondejoven,pero...

—¿Yquétienequeverelconejo?—¿Quéconejo?Danisedesesperó.Suabuelodebíadetenerlamisma«carajamental»queRonyMelony.—Abuelo,noshaspreguntadoporelhombredelamáscaradeconejo.—¡Ah!Muy sencillo, hijo. Desde que llegué a estas costas, y desde que los barcos empezaron o,

mejordicho,continuaronhundiéndoseseaporlacausaquesea,siemprehabíaalguienquejurabahabervistoauntipoconunamáscaradeconejo.Pocoantesdequeelbarcosehundiera,opocodespués,dabaigual,perosiempreloveían.Enlaplaya,enlasrocasoenelmismofarodeFisterra,losmuchachosdela cantina juraban y perjuraban que estaba allí, observando el humo de los depósitos de carbón,contemplando un mar forrado de cuerpos; alguno llegó a decir que lo había visto sentado sobre elfuselajedeunaviónamericanocaídoenelmaracincomillasdeCorrubedo.

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Los chicos lomiraban sin salir de su asombro. ¿Realmente era cierto lo que acababa de decir elabueloLucca?¡Nopodíancreerlo!Bunny,vistopormáspersonas.

—Abuelo—dijoClaudioconunlevetonodepreocupación—,¿cómoesposible?¿Nadiedijonada?—¿Decir?Michico,losmuchachosquevieronesosiemprelocontabanenlacantina,entrelitrosde

cerveza,medioborrachos.Seacabacreandounaleyendacuandosucedenestetipodecosas.Lociertoesqueningúnhombresobrioolúcidologróverlonunca,loqueprovocóqueaquellahistoriaseextendieracomoun cuento de pescadores para narrar después de un barril o dos. Por esome sorprendió lo quedijisteisalestiradilloconojosdebúho;merecordó loqueescuchabadechavaleteenelbar.Aunque,paraserossincero,nadieibaacreeraunchicodeveinteaños,borracho,quejurabahabervistoauntipocon cabezade conejo sentado sobreun aviónderribadodel ejército americano.Por el amordeDios,tendríamássentidocreerensirenas.

—¿UstedconocióaClaus,elmarinerolocodelacasaCamelle?—preguntóLisaconciertaansiedad.Nopodíacreerqueaquelanciano,queavecesseolvidabahastadeiralaseo,leshubieracontadotantascosasimportantessobreelhombredelamáscara.

—Cómonoibaaconocerlo.ClausdiMayo.Elviejoloco—murmuróelanciano.Entrecerrólosojosysequedóensilencioduranteunrato—.Pobreschiquillos,fueterribleloquehizoesechiflado.Peroseveíavenir.Estabacomounamaracaencarnavales.Hastasuesposapreferíaquepasaramástiempoenlacantinaconlosmarinerosqueencasa.¿Quiénoshacontadoesahistoria?

—Pero¿porquénuestrospadresnonoscuentannada?LuccadeMateorioconlabocacerrada.Yaselehabíaolvidadolapreguntaqueleshabíahecho.—Dani,enmiépocalaspersonascreíanycuidabanasusmuertos.Lagenterespetabalosdomingosde

misa, lasprocesiones, laSemanaSantaytodaslasfiestasreligiosas;sellevabanarajatablaporquesecreía enDios y, por lo tanto, se temía almismodiablo. Pero demi época quedan cuatro, hijos.Y lageneracióndevuestrospadreshaperdidolafe,asíquenoquieroimaginarmelavuestracuandotengáisveinteañosmás.Cuandopasabaalgoraro,loshabitantesdeunpueblolocuchicheabanenlaspuertasdelascasas,enlosbares.Ahoranadiecreeennadaytodasesasleyendasmágicassehanperdido.

—Eso es verdad.Cuando vivía la abuelaCloe, siempreme contaba que si decía una palabrota depequeñasabíaqueeldiablorondabacercayselallevaría.Y,sinoseconfesabaunavezalasemana,noiríaalcielo—dijoDani.

—¡Quétonterías!—exclamóLisa.—Aesome refiero—intervinoLucca—.Nadie cree en nada, pero la nada existe.No sé quién ha

hechotalbarbaridadconloschicos,quizáseseloco,nuncasepuedeestarsegurodenada,peroloquesíesciertoesquenoeslaprimeravezqueoigomencionaraeseindividuodelamáscara.

—Abuelo,creesenlosfantasmas.ElabueloLuccaentornólosojoshacialapuertayarrugólanarizformandounnidodearrugas.—CreoenDios,Claudio,ysiunocreeenDios,seríaestúpidonegarquenocreeenelmalyentoda

sujerarquíainfernal.

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10deoctubrede2016Madrid

El doctor la contempló con cierto airemelancólico, conunamirada que, sin ser del todopaternal,parecía compadecerse de ella. Lisa se preguntó qué pensaría de ella, una mujer adulta, demasiadodelgadaparasualtura,sinvidafamiliar,sinunapersonaquelaesperaraalllegaracasa,nisiquieraunamascota,nada...Sediocuentadequeaquellosúltimosdíasapenashabíacuidadosuapariencia.Nolabonitaropaquesiempresepreocupabaporllevarocómosepeinabaelcabello,másbienteníaqueverconsurostroyloquereflejabaalavistadecualquieraquelacontemplara.Supielsiemprehabíasidodemasiadopálidaparanomaquillarseconunpocodecolor;susojos,excesivamentesimples,nuncalehabíanpreocupadoenexceso.Ahorabien,¿quépodíapensaralguienquenolaconociera?Seguramenteque estaba loca.Lisa poseía un aspectodelicado, casi quebradizo, cuando la observabanpor primeravez,unaaparienciarománticaalaquelospoetascomoEdgarAllanPoequizáshubierandedicadovariaspáginasdesusobras,sindudaalguna.Eralasuyaunabellezavampírica,pocoexpresivaycauta.Noeraexcesivamenteguapa,enabsolutofea,perosíllamativaymisteriosa.Unaclasedemujerquepodíadartemiedooatraertedeunmodocasienfermizo,nohabíauntérminomedio.Lisalohabíaexperimentadoconsuúltimarelaciónyhabíasalidovivademilagrodeaquellaexperiencia.

—¿Quieresdescansar?Lisasonrióconpereza.Ledolíanlaspiernas.Laposturadeldivánresultabaagotadorapasadasunas

horas.—Creequeestoyloca,¿verdad?Unhombreconunamáscara,unahistoriadehacemásdeveinticinco

añosytodaestamierda.—Existe una explicación científica a muchas de las situaciones que las personas consideran

paranormales, Lisa. Sobre todo tras una experiencia traumática—apostilló—. Es como si el cerebrocodificaralainformaciónquerecibetratandodedarunaexplicaciónsensataenmitaddeuninfierno.Nosésimeexplico.

—Seadirecto.Eldoctorsonrió.—Fenómenosneurológicos, ilusionesópticasquepuedenengañarauncerebrototalmentesano.Hay

muchasexplicacionessincaerenlalocura,Lisa.Heconocidoapsiquiatrasreputadosquehanpasadosuvida estudiando los fenómenos paranormales, tratando de dar una explicación racional a todas esasexperiencias que la gente menciona, que se repiten por todo el mundo: la epilepsia, regiones delhemisferiocerebraldañadas...Podríamencionartemuchascausasynegártelastodas.

—¿Yquépasacuandounescánercerebralnodicenada,doctor, cuandovariaspersonasadultasnosuperanesainfanciaysiguencreyendocontotalclaridadqueloquesucediófuerealyexiste?

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—Perotúnosabesloqueopinantusantiguosamigos—dijoél—.Hacemuchotiempoquenoosveis.—Prontolosabré.Eldoctorasintió.—Seríaunabuenaformadepasarpágina:contactarcontodoslosquesufrieronaquelepisodio,hablar

conellosdeltemaysaberquépiensanahora.Quizáfueselamejorterapia.«Oelmayorerror.»Lisaseincorporó.Tratódecogerelbolso,peroalgolafrenó.Unpensamiento.—Cuandovinelaprimeravezfueporqueunaamigadelauniversidadmehablódeusted.—Siempreme ha interesado la fenomenología paranormal, Lisa.No soy unmédico que niegue las

cosas sin una razón demostrada.De niño yo también tuve una de esas experiencias paranormales quenuncalogréexplicarme;conmititulación,añosdespués,sigosinpoderdarunaexplicaciónracional,ysuelotrataramuchagentequecreeoestáseguradequehavistoalgo,aunque,entodosestosaños,todosmispacientesmehandemostradoqueno existe eseotro lado si no es enun cerebrodañadoo,mejordicho,engañado.

—Conlasexperienciasdelosdemás,buscadarunaexplicaciónasupropiavivencia...Eldoctordejóescaparunasonoracarcajada.—Serías una buena psicóloga, Lisa. Escucha, es muy simple. Tengo colegas que creen en lo

paranormal y otros que lo ven como una deformación de la realidad. Yo, como médico, busco unaexplicacióncientífica,perodesdeelpuntodevistacrítico,sincaerenelescepticismo.Lapsiquehumanaessorprendenteymeinteresa.

—¿Ysinolograraexplicaralgo,situvieradelante,porejemplo,elfantasmadesuabuelaynopudieraculparasucerebro,alestrésoatodasesaspautasqueusa?

Eldoctorsequedóunossegundospensativoyluegolamiró.—Bueno,Lisa, tengosesentaycincoañosyllevoenestaprofesióncasi todamivida.Supongoque

romperíaconmiscreencias,volveríaamisalosdomingosypensaríaquenosomostanpocoimportantescomoparaacabarsiendopolvo.Quizátemeríamenoslamuerte.Ycerraríaconllavemiarmario.

Trasaquellaafirmaciónambosrieron.—Hanpasadodoshoras.Quizádeberíamosdejarloaquí.Te recetaréunansiolítico suaveparaque

duermasmejor.Lasemanaqueviene,alamismahora,nosvolveremosaver.El doctor se incorporó, estiró las piernas, haciendo crujir todas sus articulaciones, y depositó la

carpetaenlamesa.—Gracias,doctor.Élletendióelpapeltrashacerungarabatoimposiblededescifrarylepasólamanoporelhombroen

señaldeafecto.—¿Quéfueloquelepasódeniño?¿Cuálfuelaexperiencia?—No vi a mi abuela—respondió con humor—, pero casi. Una tía falleció cuando yo pasaba las

vacacionesenunpueblecitodeCastilladondemifamiliateníaunacasadealdeabastantemodesta.Yodebíadetenerochoonueveañosyestuveconellahablandodecosasdelafamiliacuandosesuponía,

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segúnmi familia, que había fallecido a tres kilómetros de distancia. Era un chiquillo y puede que nocontrolaraeltiempoylodeformase,nuncalopudeexplicar.Asíque,cuandomegraduéylogrémontarlaconsulta,nuncameneguéa tratar apersonas coneste tipode experiencias.Siemprehe leído sobre eltemayesalgoque...,digamos,considerounaespinitaenmilargavida.

Lisasevolvióantesdesalirylesonrió.—Graciasporcontármelo.Leverélasemanaqueviene.

CuandosaliódeledificiodondeestabasituadalaconsultadeldoctorDelRío,sedirigiósinpensarhacia laentradadelmetromáscercana.Seabrochó losbotonesdelabrigoyse levantóelcuelloparaprotegerse del frío. No deseaba pasear, porque eso significaría dar vueltas en su cabeza a todos losrecuerdosdelosquequeríadeshacerse,almenosduranteunashoras,unosdías, ledabaigual.Avanzómuydespacioentre el tumultodegenteque ibayveníadeun ladoaotro, se aferróa subolsoy, traspermanecerunossegundosmirandoelletrerodelmetro,decidiópararprimeroenunadelascafeteríasmáscercanasydesayunaralgo,dadoqueyaeranlasoncedelamañanaysuestómagoempezabaasoltaraquellosgemidoslastimeros.Sinembargo,recapacitaba,ibarecordando.Detallesypequeñosfragmentosque hasta esemismomomento ni siquiera había vuelto a rememorar. Los dos hermanosBarroso y supropia tragedia,que fuemucha.Aquellanoche,pensóLisa,debíadehaber sido lamásespantosaqueaquellosdoschicospasaronentodasuvida,perotodoquedóasí,porqueestavezBunnynoparecíatenernadaquever.Esoeraalmenosloquetodoshabíanpensado;todosmenosellos,loscincodePetri.LosSupersónicos.

Despuésdeelegirunamesalobastantecercadeloscristalesypediruncaféconunpardetostadasbienhechas, cogióel teléfonomóvildel fondode subolsoy llamóa su trabajo.Triana fue rápidaenresponder,porloqueintuyóquelaconsultaveterinariaestabarelativamentetranquila;latardeseríamáscaóticacontodaprobabilidad.Lepreguntóasucompañerasipodríaocuparseunosdíasde laclínica,puesteníaqueresolverunosasuntosfamiliaresyestaríaausente.Loprimeroquelepreguntófuesihabíafallecidoalguien;Lisanegótalduda,perosídijoalgoquenoeradeltodomentira.Posiblementeteníaquevolveralpueblodondehabíanacido;lacasadesumadrehabíarecibidovariasofertasdecomprayqueríazanjar eseasunto loantesposible.Ynomentía, aunquehabía retrasadoaquelmomentomuchasveces.Tantascomolehabíasidoposible.Unamaneradeaplazarloinevitable.Peroquizáyanoestaríasolaensuvuelta,yeso,en lomásprofundodesucorazón, laaterrabaen lamismaproporciónque lacalmaba.

NisiquieralehabíanservidoaúnlastostadascuandodetectóelmensajeprivadodeEnmaLagoyseleaceleróelcorazón.Cedric,porsuparte,habíaaceptadosusolicituddeamistad;nosoloeso,Enmahabíadejadounteléfonoylepedíaquelallamase,queteníanquehablar.Notardónidosminutosenmarcaraquelnúmero.Cuandoelsonido,alotroladodelalínea,comenzóatenervida,Lisasintióqueflotabasobreunaespeciedenubederecuerdos,derostrosinfantilesytrenzasrubias.Seoyóunchasquidoyunavozfemeninarespondió:

—Sí,dígame.Sequedóunossegundosensilencio,conscientedequecolgareraunadelasopcionesmásrazonables

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enaquelmomento,peronolohizo.—Hola,soyLisa.—¡Lisa,santoDios,cuántotiempo!¿Quétalestás?¿Quéhasidodetuvida?—¡Enma,cuántosaños!Notienesniideadelomuchoquemealegraoírtuvoz,saberdeti.Hevistotu

Facebook,tienesunaniñapreciosa.Yaveoquetecasasteyquetevanbienlascosas.—Sí.Seoyóunsuspiroalotroladodelalínea.Detectóciertamelancolía.—Enma—dijoalfin—,tengounaspesadillasterribles.Lastuvehacecatorceañosyahorahanvuelto

de un modo más violento. Y perdona si te molesto con estas estupideces de hace tantos años, peronecesitabasabersivosotrosestáisbien,si...

—¿Hasdichocatorceaños?—preguntósuamiga.—Sí,catorce.—Vaya.Creoque fuepor2002cuandoyo también tuveuna seriedenochesdesagradables, aunque

ahoramismonopodríadarteunafechaexacta,peroporahíanda.—Loveo,Enma.Loveounayotravez.Pensarásquemehevuelto locaoqueno superé toda esa

mierda,pero...—Escúchame,Lisa.Prestaatenciónaloquetevoyadecir.Yotambiénestoypasandoporlomismo;

esmás,hoyestoyencasa,ayertuveunaexperienciadelomáshorribleenmioficina.Alguienintrodujounvirusen losordenadores:habíaunputo individuoconunamáscaradeconejobailandoentodas laspantallasdelaempresa.

—¿Separecíaa...Bunny?—No,noseparecíaaBunny,eraél.Habíaveinteniñossentadosbajounescenariogrotescocantando

unacanción;BunnyelCruelsepusoenpieynoséquécoñomás.—¿Quéestápasando?—Nolosé,pero logréhablarconClaudiodeMateo,¿sabes?Anochemismo.Todosestánpasando

poralgosimilar,todoslovenotravez.—Claudio—murmuró.AlpronunciarsunombrelaimagendeDaniseformócomounanebulosaensu

cerebro—.¿QuéesdeClaudioydeDani?—Viven en Barcelona. Claudio tiene una empresa y Dani trabaja para una galería, pero creo que

dibujaparavariasrevistasdecómics.Santocielo,yasabescómoeraDani.Teníaundonparadibujaryparecequelevamuybien.¿ConocesHistoriasdelamorgue,lacoleccióndecómics?Comomínimohastenidoqueverlosporahí.Puessondeél.Deberíascompraralguno.Hazmecaso.

AquellasugerenciallenóaLisadecuriosidad.¿Porquéjamássehabíainteresadoportodosellos?—Nonoshemosllamadoniunasolavez,nihemosquerido.Bueno,porloqueamírespecta,nohe

pasadoniundíasinpensarenvosotros,Enma.Enmasollozó.Parecíaafectadaporaquellaspalabras.—Calla, patas de alambre —jadeó con humor. Ante aquella frase Lisa no pudo sino reír—.

Escúchame,Lisa.La casaCamelle se havendidoy está enobras, es lo únicoquehapodidodecirme

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Claudio.TampocosabemosdóndeestáCedric.Tieneunaredsocialenlaquecompartecuatrofotosdenavesespaciales,peropocomás.LoquesívoyadecirteesqueClaudioyDanivanairaSanPetri,yyotambién.Nosésisabesquemispadresfallecieronyquepuselacasaenventahacemuypoco.Quierodesprenderme de ella a la primera oportunidad. El pueblo sigue siendo un lugar estupendo para losturistasquenoquierenelbulliciodelacosta,perosísuproximidad.

—Sientomucholodetuspadres,Enma.Noteníaniidea.¿Tequedarásenunhotel?—No.Mequedaréenella.Lacasaesmuygrandeyallínovivenadie.LospadresdeDaniyClaudio

vendieron la casa después de jubilarse y volvieron a Calabria, de donde era el abuelo Lucca. ¿Teacuerdasdeél?

—Claroquemeacuerdo.—Pues regresaron allí, donde nació su padre, Marco de Mateo, creo recordar. Claudio está

convencidodequelaactividadenlacasaylaposibilidaddequehayanvueltoaabrirelpozotienenqueverconnuestraspesadillasovisiones.Yyoheinvestigado,¿sabes?,sobrelosnaufragios,estosúltimosaños.Melotomécomounhobby,perocréemecuandotedigoquevaisasorprenderoscuandoosenseñetodoloqueheaveriguado.Porquetúvendrás,¿verdad?

—Lo cierto es que pensaba en ello antes de llamarte, ni siquiera había visto tumensaje.Mi casatambiénestáenventadesdehacemuchosaños,peronuncaheido,yalfinalperdíoportunidadesbastantebuenas.Haceunmesrecibíotraofertaycreoqueeselmomento.Tambiénmicasaestádisponibleporsi...

—Deningunamanera—sentencióEnma, tajantemente—.Estaremostodosjuntos.Enelmismositio.HacecasitreintaañosintentaronconvencernosdequeBunnynoexistía,dequeaquellocotuvolaculpade todo, porque cuando lo cogieron se terminaron las desgracias, pero no fue eso lo que paró eseinfierno,fuimosnosotros.

LisadetectóenladeterminacióndeEnmayenladurezadesuspalabrasqueyanoquedabanadadelaniñatímidayapocadaquehabíaconocido.

—Estábien.Tienesrazón—dijoLisa—.Saldrémañanasinfalta.Sehizounlevesilencioentreambasamigas.Unsilencioque,sibienpodríahabersidoincómodopara

lagranmayoríadelosmortales,paraellasfuecomoacunarseenunamecedorabajoelcalordelhogar.—VuelvenlosSupersónicos—apostillóEnma.Unhalodenostalgiaatravesólashondastelefónicasy

penetróenelcerebrodeLisa,casicomounaconexióntelepática.—Vuelven.—Osheechadomuchodemenos,Lis.—Yyoavosotros.Notehacesunaidea.—¿Meharásunfavorantesdecogereseavión?Lisaapartólastostadas,quenohabíatocadoaún,yentrecerrólosojosconcuriosidad.—Claro,Enma.¿Quénecesitas?—EntraenlaprimeralibreríaquetengasdelanteycompraesoscómicsdeHistoriasde lamorgue,

quehanhechotanfamosoanuestroricitosdeoro.Hazlo,enserio.

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—Claro...Loharéahoramismo.Noentendíaquéimportanciateníaaquello,peroquizásEnmanoconocíatanbiencomoellaeltalento

deDaniylapasiónqueponíaensusdibujos.—Entonces,hastamañana,Lis.Notienesniideadeloquesientodiciéndote«hastamañana».—Hastamañana,amiga.Yellasintiólomismo.Amor,unaprofundaamistad,lanecesidadcasidolorosadereencontrarsecon

todossusamigosysí...unmiedoatroz.

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4denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Apesarde lapresenciadelpolicía,DavidBarroso sentíamiedo.Durantemásdedoshoras, aquelhombreleshabíaestadointerrogandosobreloquehabíapasadoenlacasaCamelle.Davidapenashabló;eraBruno,suhermanomayor,elqueintentabaexplicardeunmodocoherenteloquehabíasucedido.Peronohabíanadacoherenteenloquelosdoshermanosdescribían.Nadateníasentidodentrodesuscabezas.Era caótico o, más bien, espeluznante. Para el hombre de los ojos grandes y la gabardina barata, lahistoriaadquiríaunatexturadiferente.Unhombreconunamáscaradeconejohabíasalidodelpozodelacasayloshabíaatacado.SellevóaBilly,lotiróalpozoyelchicodesapareció.EsefueelresumenqueaquelindividuohabíarecitadoleyendosusanotacionesdelantedelospadresdeDavidyBruno,nadaqueverconloqueelloshabíanintentadoexplicarunayotravez.Enaquelmomento,Davidpensóqueoeltipo aquel era retrasadomental o su hermano no había sabido contar de unmodo claro lo que habíaacontecido.Alfinal,larealidaderalaqueunadultotraducíadeaquellahistoria.Elloscontaronloqueefectivamentehabíapasado.Billyhabíasido«absorbido»conunafuerzabrutal,poralgoqueloarrastróhaciaelpozo,ycuandoaquelserloatrapó,relatóBruno,segolpeólacabezaconlaoquedad,pocoantesderebotarcontralaspiedrasycaeralfondo.Paraelpolicía,lode«serabsorbidoconunafuerzabrutal»setradujoenqueelhombretiródelniñocuandoestabajuntoalaventanaytratabadeescapar.PormásqueBrunoseesforzóenmencionarlaformagrotescadeBillygolpeándoseconlasaristasdelaspiedras,sus gritos agudos y aquellamano diabólica arrastrándole del tobillo como si fuera un pelele vacío yligero,no logróhacerleentender loespantosode lasituación.Nohabíanadanormalensu testimonio,perodesdeelpuntodevistadeunosniñosdetreceyquinceaños,lahistoriasetransformabasegúnsuimaginaciónymiedoincontrolable.Davideraunniño,sí,peronotonto,ysabíamuybienloquepensabael policía y lo que sus padres opinaban de todo aquello.Y lomás importante: todo elmundo estabaconvencidodequeelasesinoeraunloco,unhombredecarneyhueso,peronoeracierto.

Entonces el policía se fue.Suspadres le acompañaron a lapuertaprincipaly losdoshermanos sequedaronsolosenelsalónsindirigirseunasolapalabra,peromirándosefijamentecomodosestatuas.Volveríalanocheytendríanquedormir.Otravezestaríanexpuestosalatemibleoscuridad.Alashorasen vela tratando de no hacer caso a los sonidos de su habitación. Las voces del armario, los jadeosahogadosylosarañazos.

Nadadeloquelesdijeransuspadresyaquelestúpidopolicíalesconvenceríadequelascosasibanamejorar.¿Yquépodíanhacer?LohabíanvistometerenelpozoaBillyporunapiernacomosilossetentakilosquedebíadepesarsuamigonosignificarannadayluegohabíavueltoaporLuis.Jamáspodríanolvidar sus ojos desencajados por el terror y el dolor cuando el hombre con lamáscara se lo habíallevadoalpozoarrastrándoleporlospelos.¡Porlospelos!

Yluegolosotrosniños...

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¿LosSupersónicos?ADavidno lecausabanningunamolestia.Jamássehabríaplanteadometerseconellosdenohaber

sidoporlamalditamaníadesuhermanoBrunodeserelmatóndelbarrio,pero¿quéimportabaya?¿Quéera todoaquelmiedoensusojos?¿Porquéhabían idoasucasa?¿Acasoellos tambiénoíanaquellasvoces enmitadde la noche? ¿Sentirían los arañazosy aquellas palabrasygorgoteosque salíande suarmario?

«David...Tengopiedras,David.Muchaspiedras.¿Quieresvermispiedras?»«¡Oh,Diosmío!¡Noencuentromimano!»

—Bruno...Suhermanoseguíaconlosojosfijosenélmientrastratabadeoírlossonidosahogadosylejanosde

suspadresalotroladodelpasillo,conelpolicía.Ibaadecirlealgo,peroélseleadelantó.—Nadienoscreerá.Nostomaránporlocosynosencerrarán.Sereirándenosotrosporquepensarán

quehemosperdidolacabeza.—Peroloquevimosescierto.—¿Yqué importaeso?—lepreguntósuhermano—.Ya lohasvisto.Esepolicíaha interpretado lo

quehemosdichocomohaquerido.¡Noeraunloco!Contrajoelrostroenunamuecadecontenciónysusojosclarossehumedecieronyvibraronalaluz

delsalón.Davidnoseatrevióadecirleasuhermanoqueoíavocesenelarmariocadavezqueapagabalaluzytratabadedormir.

—Yvendrá,David.Vendrápornosotrosynosllevaráasujodidopozo.—¡Nodigaseso!—Vendráconesamalditamáscarademierda.Nosotrosfuimosallí,abrimoselpozo,ledejamossalir

yahoraquierellevarnosconélmientrasnos...Davidnolosoportómás,selevantódelsofáylediounafuertebofetadaasuhermanosinpararsea

pensar siquiera que, días antes, aquel gesto le habría condenado al peor de los tormentos, por nomencionarquenuncasehabríaatrevido.Brunosellevólamanoalamejillayabriólabocaenseñaldesorpresa,peronosemovió.

—¡Cállate! ¡Deja de decir eso!—gritó. Luego se dejó caer sobre el sillón favorito de su padre ysusurró—:Estamosencasa.Conmamáypapá.Nopuedesalirdeesacasa,nopuedemerodearpor lafincayentraraquípormuchafuerzaquetenga.Estamosencasa...encasa...

Larisaqueprecedióalamiradatrastornadadesuhermanoleasustótantocomoledesconcertó.Brunocomenzóareír,primerodeunmodoahogadoycontenido.Luegoestallóencarcajadasenloquecidashastaquelesorprendióunataquedetosycesó.

—¿Creesqueesoleparará?¿Locreesdeverdad,imbécil?¡Eresidiiiotaaa!—Lomataré.Brunodejóescaparunsuavesiseoentreloslabiosysacudiólacabeza.Elgestodesucaraserelajó

comosisehubieratomadovariascajasdepastillasysuspirómirandoaunpuntofijodelaalfombra.

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—Tienepiedras...—¿Qué?—inquirióDavid,sorprendido.—Noimporta.Necesitodormir.Llevodíassindormir.SelevantódelsofáantesdequeDavidpudieradecirlenadaysaliódelsalónconpasotorpe.Poco

tiempodespués,sumadreregresóasulado.Davidestabaacurrucadosobrevarioscojines,apuntodequedarsedormido,cuandosumadreletendiólamanoyseacomodójuntoaél.Intentabaanalizarconsusojos vivarachos y audaces lo que su hijo no decía. Ella era sumadre, conocía las expresiones de surostro.Oyóasupadrehablarconalguieneneldespacho.Losbrazoslargosydelgadosdesumadrelemecían y le tranquilizaban en lamisma proporción. Llevaba dos días sin pegar ojo y el calor de sucuerpoleamodorró.

—Todosesolucionará,cariñomío—dijoconsudulcevoz—.Teprotegeremos.Atiyatuhermano.Notienesdequépreocuparte.Estásasalvo,miamor.Nadieninadaosharádaño.

Elmantocaobaqueformabasulargamelenasedesparramósobreloscojinescuandosetumbójuntoaélylorodeóenunabrazo.Sumadreapoyóloslabiossobresufrenteylomeció.

—Tengomiedo,mamá.—Notepreocupes,miamor.Notepasaránada.Papácontrataráaunaspersonasquecuidarándela

casamientrasdormimos.Nadieteharádaño.

Aquellamismanoche,despuésdecenarconsuspadresypasarunpardehorasviendolatelevisión,Davidseacostóenlacamaconlapuertadelahabitaciónabierta.Suhermanosehabíaidomuyprontoalacamayparecíadormircomounbebé.Lashabitacionesestabanpegadas.Lasparedesaveceserandepapelypodíasentirlosmovimientostranquilos,elchirridodelosmuellesdelcolchónyalgúngolpecitodelcabecerodemaderacontraelempapelado.Antesde taparsecon lamanta, sediocuentadequeelarmarioseguíacon laspuertascerradas.Deunsalto,bajóde lacamay lasabriócon rapidez.Apartótodalaropaqueteníacolgadadelasperchas,sacóloszapatos,lascazadoras,losabrigosylasbufandas.Conmuchocuidadocolocótodoslospantalonesencimadelamesadeescritorioyluegohizolomismoconelrestodelaropahastaqueformóunapequeñamontañaenlasillaylacómoda.Volvióamirarelarmarioporúltimavezantesdeacostarseysesintiómejor.Mientrassemetíaenlacama,contemplandolastraserasdiáfanasdemadera,laspuertasbatientesabiertasylostiradoresdorados,tratódeanalizarlasituación.Alomejorelpolicíateníarazónynadadeloquehabíavistoenaquellacasaseajustabaalarealidad.Quizásaquelhombreconmáscaranopretendíahacerlesdaño.EllosnolehabíantiradopiedrascomoBillyyLuis,comomuchounpequeñoguijarroeldíaqueentraronporprimeravez,yélnoestabadebajopararecibirelgolpe.Jamástratarondehacerledañoosercruelesconél.Afindecuentas,enunprimermomento lohabíanconfundidoconunanimal,¿ono?Susamigos,omásbien losamigosdesuhermano,sehabíancomportadodeunmodomezquinomuchoantesdeconocerlanaturalezadeaquelserextraño.Lo habían apedreado, por el amor deDios. ¿Qué pretendían, que saliera del pozo y con unasonrisalesinvitaraatomarté?

Davidnohabíarezadoentodasuvida,peroesanochelohizo.Juntólaspalmasdelasmanos,comocuando de pequeño acompañaba a sumadre a la iglesia, y le pidió aDios que le protegiera, que no

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permitiera quenada le hiciera daño, y le aseguróque se arrepentíamuchode todo lomaloquehabíahechoensucortavida.

A las tres de la madrugada, la luz de los farolillos diseminados por la finca lanzaba hacesluminiscentesdentrodesuhabitación.Daviddespertórepentinamenteempapadoensudorycontempló,nosinmiedo, lospequeñosrecovecosocultosdesucuarto.Volvióamirarelarmario,quepermanecíacomoéllohabíadejado,abierto,desnudo,totalmentevacío.Algopeorqueelmiedoseapoderódeélenmilésimasdesegundocuandosusojosseadaptaronalaoscuridadyobservóenelrincónmáspróximoala ventana un pequeño bulto acuclillado. Sintió el calor despiadado de sus mejillas, el latido de sucorazónbombeandolitrosdesangre,elestómagoretorciéndoseledeunmodoviolento.Todoaquelpavorconcentradoenunpuntoexactodesucerebro.

—Escuchalosbarcos...—dijounavozinfantilenapenasunmurmullo.Davidseincorporódegolpeyapoyótodosucuerpocontraelcabecerodelacama.Elbultosemecía

conloqueparecíanunosbrazosdelgadoseinfantilesentornoaunaspiernasconpantalonesyplayerasblancas.

—¿Losoyes?Sonvoces...Susgritossonmuymolestos.Nomedejanenpaz,David...—¿Billy?—farfulló.Elbultoalzólacabeza,quehastaesemomentodescansabaentresusrodillas,ylomiró,oalmenos

esafuelasensaciónquetuvo.Apenaspodíadiferenciarsusrasgos,lasdosoquedadesnegrasporojos,suboca,arqueadaenunacurvaquebienpodíaserunasonrisaounaamenaza.Estabamojado.Cuandosemovióligeramenteysusmanosseapoyaronenlaalfombra,percibióelchapoteodesuspantalonescontraelcuerpo,elsonidoacuosodesuszapatillasyaquellatos...

—Nosabesloquehaydentrodeeselugar...—continuósollozando—.Tearrastrasobreelfango,tegolpeasconlosrestosdelosqueyanolloran...Ytodasesaspiedras...

—Billy...—¡Tienesqueayudarme!¡Nosédóndeestoy!David reculó un pocomás al sentir el grito gutural de lo que había sido su amigo y, cuando este

comenzóagatearporlaalfombrahaciasucama,seleescapóunchillidoysegolpeólacabezaconlapared.

—Noteacerques...—suplicó.—Sonlaspiedras...Nomedejanavanzar,pesan,meoprimen.¡Duele!Levantólamano,blanca,hinchadayblanda,sobrelacolchadesucama,yDaviddetectóelcolorde

lamuerteensusdedos,arrugadosymojados.Billyteníaunaheridaabiertaenlacabeza,yunchorrodesangresecalepintarrajeabalafrenteypartedelamejillaylasien.Suamigointentólevantarse,perolefallólapiernaderechayquedóenelsueloconlacabezaalzadaporencimadelacamaylosojos,negrosygrandes, fijos enDavid.Sonrió.Le faltabanvariosdientes.Aquelloeramásde loqueDavidpodíasoportar.

—Sivienesconmigo,teloenseñaré.—¡No!—gritóantesdesaltardelacama.

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Corrióhacialapuertaysaliódespavoridoporelpasillo.Nisiquierallamóalapuertadesuhermano.LaabriócontantabrusquedadquesesorprendiódenohaberlodespertadocuandocerródegolpetrasdesíysequedódepiemirandosucamayaBrunoinerteyarropado.

—Bruno...Suhermanoparecíaenvueltoenunsueñoplácidoytranquilo.—¡Bruno! Bruno, despierta—repitió mientras se aproximaba a él, se sentaba sobre su cama y lo

zarandeaba—.Bruno,estáenmihabitación.Billyestáenmicuarto.Algorodóporlaalfombrahaciaellos.Sonabacomounapequeñamaraca.LlegóhastaDavidychocó

contrasupie.Elcorazónselevolvióadispararcuandocontemplólamismaimagenqueminutosanteshabía visto en su cuarto: el bulto del niño acurrucado en un rincón de la habitación, con las manosentrelazadas sobre las rodillas y la cabeza inclinada, en este caso, hacia un hombro de un modoantinatural,parecíacasidesencajada,dobladamásdelacuenta.Davidseinclinóhaciadelanteycogióelfrasco.Losdedosletemblabandetalmaneraquepensóqueselecaíadelasmanos.Eraunbotenaranjatransparenteconunaetiquetablancapegadaenlaque,escritoamano,seleía:Bupropión.

—¿Qué...?Eranlaspastillasquesumadrehabíaconseguidoatravésdeunmédicoamericanomuyamigodela

familia.Algorelativamentenuevo,habíadichoella.«Lohanquitadodelmercadounañodespuésdevenderloenfarmacias,peroPauldicequelasguarde,

queunanomeharádañosilapreciso»,oyóensucabeza.—¡Bruno,despierta!—gritóagarrándoleporloshombrosconfuerza—.¡Despierta,malditasea!Pero su hermano no reaccionaba. Un hilo de babilla le resbalaba por la comisura de la boca. Su

cuerpoestabarígido,comenzabaaenfriarse.—¡Mamá!—gritó—.¡Papá!—David...—dijoelniñodelrincón—,eslomismoquetenerpiedras,peroduelemenos—yrompióa

reír.—No...—¡Es lo mismo!—gritó, mientras su risa se volvía bronca y desagradable—. ¡Lomismo, David!

¿Quieresprobarlas?¿Quieresvenirconnosotros?¡Jugaremosalospiratas!Sintiócómolatoslellenabalagargantadealgolíquido.Billycayóhaciadelanteconlasmanossobre

el sueloyuna arcadadejó escaparuna tiraverdede algaquequedócolgandode suboca.Susdedostirarondelliquen,quesedesenganchódelniñoconmuchadificultadycayóconunchofalaalfombra.

David,apuntodeperderelconocimiento,saliódelahabitaciónycorriócomonuncaensuvida,haciala planta de arriba, donde dormían sus padres. Lloraba y gritaba. Hablaba atropelladamente y sebalanceabadeunladoaotrohastaquesuvozsefueapagandoysusojossevolvieronvidriosos,grandesylejanos,ynovolvióadecirnada.

—¿Quésucede,hijo?—Sumadrenodabacréditoalestadodesuhijopequeño—.David,porelamordeDios,meestásasustando.

Elpadre,unhombrecorpulentodemirada serena, se incorporócon lamismaurgencia,mientras su

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hijosequedabainmóviljuntoalospiesdelacama.—Brunoestá...muerto.Fueronsusúltimaspalabras.Lasúltimasquediríahasta...

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10deoctubrede2016Londres

Los robles del jardín agitaban las ramas contra las ventanas. Cedric permanecía sentado en suescritorio; detrás de él se extendía una amplia biblioteca llena de volúmenes pesados y pulcramentecolocados.Asuderechahabíadejadolafotografíaquehabíasalidodelfaxminutosantes.Nisiquierasedecidióamirarlaunavezmás,nolodeseaba,noquería.Noestabapreparadoparavolveraenfrentarseatodoaquellodespuésdetantotiempo.

En lasparedeshabíaviejos retratosde la familia, imágenesantiguasdesuspadres, sucasaenSanPetriyéldepequeño.Todoaquelloloconservabacomounrecuerdodesuvidaenotrostiempos,cuandonoeramásqueunniñoasustadizoydiminuto.Unniñoquenotemíadormir,quelohacíaconlamayorplacidezdelmundo,bocaarriba,conlosbrazosylaspiernasrelajados,ysinunamantaqueleprotegieradeningúnterrornocturno.¿Hacíacuántosañosnohabíalogradodormirdeltirón?Apenaslorecordabaya.

LavidadeCedricerasolitaria,excesivamentevolcadaensutrabajo,enlasclases,entodasaquellasconferencias que le hacían recorrer el mundo metido en un tubo de metal a miles de kilómetros dedistancia.Notemíavolar,porqueélhabíadiseñadomuchosdeaquellosavionesquesurcabanelcieloyconocíalaspocasprobabilidadesqueexistíandequeunaparatodeesosdejaradefuncionarycayeraalmar.Eltipodecosasquelagentesolíadarporhecho,peroquenocomprendía.

Aveces,soloaveces,añorabadeunmodomelancóliconoteneraalguienasuladoconelquehablar,unapersonaquelocomprendiera,querespetaralashorasdetrabajo,losviajesrepentinosylassemanasdeausencia,porqueunavezsíseenamorócomounadolescente,ensuprimerañodeinstituto,perolerompieronelcorazón.Sentadofrenteatodosaquellosrecuerdos,rememoróvagamenteloquesiempreledecíasumadre,loqueconeltiempollegóadetestarhastaimpedirlevisitarla,aundespuésdelamuertede su padre: «Nadie te querrá comoyo,Cedric.Lasmujeres te harándaño.Eres un chicodemasiadobueno.Notemerecen.»

Unarelaciónaltamentenocivaqueduróhastasuprimerañodecarrera,cuandodijobastaysefue.Seocupódeque,traselinfartodesupadre,sumadresemudaraavivirconunadesushermanasaSevilla.Pidióeltrasladoaunauniversidadlomásalejadaposibleydejódetenertiempoparaella,paraamar,inclusoparasímismo.Pero,enelfondo,eralomejorparasímismo.Lasnochesaveceserandemasiadoterribles y había épocas en que se despertaba gritando, incluso llorando desconsoladamente. ¿Quiénsoportaría a alguien así? Ese era el pensamiento que Cedric había cargado sobre su espalda durantetodosaquellosaños,eltenerqueexplicaralgúndíaquesuvidanohabíasidolavidanormaldeunniñodeonceañosconunainfanciaplagadademomentosfelices,quetemíalanocheconlamismaintensidadqueunotemeuncallejónplagadodesombrasyquehubountiempoenelquesehabíavueltototalmente

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loco...Mientraspensabaentodoaquello,nisiquierasediocuentadequehabíaanochecido.Elrecuerdode

sumadresehizomásnítido.Levinoalamemoriaquehacíaunasemanaquenolatelefoneabaparasabercómoestaba.Lellamaríamalhijo,comosolíahacerlosúltimosaños.AellanoleimportabaqueCedricfueraungraningeniero,ledabaiguallobienqueleibaenel trabajoosihabíaconocidoaunabonitamujer;jamáslepreguntósiyaeraabuelaosisehabíadecididoatenerunperrooquizásungato.NuncasealegróporlaindependenciaqueCedricadquirióconelpasodelosaños;inclusoenalgunaocasión,detectólarabiacontenidadesumadrecuandolecontabalomuchoquehabíaprosperado,lobienquesesentíaylacantidaddecosasquehacía.

«Yanotenecesito,mamá.Tienesquedejarmevivirmivida.»AquellafrasefuecomounapuñaladaenelestómagoparaElviraConrad.CedrichabíaconseguidounabecaparaestudiarenLondresy,cuandoselodijo,ellanodejódellorarentodalanoche.

—¡Contodoloquehehechoporti!¿Cómopuedesirteasí?—repetíaunayotravez—.NosmudamosdeSanPetri,nosvinimosaEstadosUnidosportiyahoraquetupadrehafallecidomeabandonas.¡Meabandonas!

—Por todos los santos,mamá.Nopuedopasarme lavidacontigo.¿Esqueno tedascuentadequetengoveinteaños,delaoportunidadquemeestánofreciendo?

—¡Estudiaaquí!¡Conmigo!EstamosenSanFrancisco,haydecenasdeuniversidadesaquí.¿Porquéallí?¿Porquétanlejos?

«Porquenoquierodespertarmemañanayverquetengocuarentaañosysigoviviendoconmimadre.»SediocuentadequeelrecuerdodesumadresolapabarelativamentelospensamientosdeBunny.«VolveraSanPetri»,pensó.Encendióelordenador,tecleósucontraseñayentródirectamenteensucuentadeFacebook.Elicono

demensajebrillabaenrojo.Letemblólamanosobreelratónydudóunossegundos,hastaquesepusosobreélyloabrió:

No tenía una imagen de ti desde hace veinticinco años, pero soy una chica lista, hay muchosartículosenInternetytehevisto.Nosabeslailusiónquemehahechosaberdetuvida,verenloque te has convertido, todo lo que has logrado tú solito. Siempre fuiste nuestro pequeño genio,Cedric.Yahoraeresalto.(Risa.)He hablado hace media hora con Enma. Los Supersónicos se van a reunir. Las pesadillas hanvuelto.TodosvemosaBunny.Megustaríacontartetodoloquesé,peronoquierohacerloporaquí.Mañanasalimostodosdeviaje,volvemosaSanPetri.Cedric,desearíacontodamialmaqueestésallí.Estaremosencasa.Enmacreeque tenemosqueestar juntos, lacasaCamelleestáenobras,alguien lahacomprado.No tengootromododeponermeencontactocontigoyséporEnmaquenadiehalogradolocalizarte.Sientohacerloasí.Esperoverte.Tedejomiteléfono.

Lisa

Loquelehizollorarnofueelmensaje,nisiquieralosterriblesrecuerdosqueseapoderarondeélen

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milésimas de segundo y el descontrol total que sintió, no. Fue aquella frase, las palabras que habíaesperadodesumadredurantetodosaquellosañosyqueleyóenunmensajedesuantiguaamiga.

Nosabeslailusiónquemehahechosaberdetuvida,verenloquetehasconvertido,entodoloquehaslogradotúsolito.Siemprefuistenuestropequeñogenio,Cedric.

Se encogiódehombros, apagó el ordenador y se quedó en silenciomirando al vacío, pensando enLisa,enDaniyenClaudio,enladelicadaEnma.Porunmomentoestuvotentadodelevantarlaimagenimpresaenel folio.Deseaba recordar sus caras tal como las conservabaen sumemoria.Lisa, con subonito pelo negro, lacio y sus mejillas pálidas, sus ojos profundos, misteriosos. Enma, con aquellasensualidad y dulzura, la pequeña vikinga de trenzas saltarinas. Dani y su ambigüedad. Era graciosorememorarloquehabíapasadoDanienelcolegioyunosañosdespués,también,enelinstituto.Cedricrecordabaqueconél semetíanpor serpequeñoydébil, peroaDani todoelmundo le envidiabaporaquella belleza lampiña, su nariz femenina y los rizos dorados, que le hacían parecer un ángel de unmural. Siempre delicado en sus formas, sin un atisbo de arrogancia o presunción. Un niño lleno dedulzura y serenidad, la misma que poseía su hermano Claudio, pero al que le duraba poco. Se riorecordandoaquellosataquesdeansiedaddeClaudio,suformamasculinaydurademirarconlacabezainclinadahaciaelpecho,susojosfijos,casiviolentosyamenazadores, lanecesidaddecontrolarcadapaso de su hermano pequeño. Claudio amaba a su hermano por encima de todas las cosas. Era biensabido queDani era el preferido de sumadre,mientras queClaudio era el favorito de su padre y suabuelo,ynosoloporelaspectovirilquesupurabacontansolodoceotreceaños,sinoporlaformadeser.Vigilaba,eraprudenteycallado,todoloquesucedíaasualrededoreracontroladoconsumacautelay,cuandoalgosedescontrolaba,Claudiosaltabacomountigre.

—¿Quéhasidodetodosvosotros?¿Quéaspectotendréis?—murmuróparasí.LabellezadeDanilehabíallevadoapasarunajuventuduntantotormentosa.Quesemetieranconél,

porlobajitoqueeraololentoquecorríaenlasclasesdeGimnasia,eraalgosuperableybásicamentenormal; sin embargo, con Dani todo era más violento. Las niñas adoraban su compañía porque noimplicaba en ella una amenaza sexual. Los chicos solían llamarlo «marica», algo bastante ridículo,teniendo en cuenta queDani estabaperdidamente enamoradodeLisa, y esoCedric lo sabía.Pero laspeleasfueroncreciendo,sobretodocuandoClaudioterminóelinstitutounañoantesydejódecontrolarycuidarasuhermano.Laproteccióndelhermanomayor—queDani,todohabíaquedecirlo,jamáshabíasolicitado—hizoquelasclasesfueranunabatalladiferentecadadía.PeroDanierasorprendentey,lomásimportantequizás,impredecible.CedricfuetestigodequerealmentenoconocíaloqueDaniteníaenlomásprofundodesucabeza,lamañanaquedejódesoportartodoaquelacosoysujovencuerpodijobasta. ¡Yvaya si lo recordaba!Con todo lujodedetalles.Hacíados añosque los sucesosde la casaCamellehabíanterminadoparatodos;LisayEnmasehabíanidodelpuebloyCedricsentíalasoledadenlosojosdeDani, la tristezapor la ausenciade lasniñas, el amorancladoenuncorazóndolido,peroendurecidoportodoloquehabíanpasado,ytodoaquelsufrimiento...Ylasituaciónhabíasidoasí:Daniy él estaban sentados frente a los pupitres del aula de Literatura cuando tres chicos del último cursoentraronen la clasey comenzaronaburlarsedeDani.Primeroempezaronpor los insultoshabituales:

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«Marica»,«Princesa»,«¿Nosabeshablar?»,«¿Dóndeestá tuhermanoparadefenderte?»,«Lanenanotienequienleayude».

Cedricrecordabaperfectamenteloqueocurrió.Estabasentadoasulado.Nodejabaderepetirlesaloschicosquelodejaranenpaz,hastaqueunolesoltóunbofetónconlamanoabiertaquelotiródelasillasinnisiquieradarletiempoareaccionar.DesdeelsueloviolamiradadeDanidirigirseprimeroaél. No había ningún tipo de expresión en sus ojos y sus mejillas no estaban contraídas. No parecíaenfadado,solopensativo.ACedriclepitabaeloídoporelgolpe.Aquellabofetadalehabíallegadoalaoreja,yleardíalamejilla.Vioasuamigolevantarlacabezadesulibretallenadegarabatosmientrasloschicosnodejabandeescupirinsultosydereírse.EltimbredelcomienzodelaclaseempezóasonarysemezclóconelchirridodesagradablequeCedricsentíaallítiradoenelsuelocomounpelele.

—Marica.Nisiquierateatrevesadefenderte—lehabíadichounodeloschicos.Danipermanecíasujetoasulápiz.Losdemásalumnoscomenzabanaentrarenelaulayelmurmullo

desusvocesaplastabaenciertamaneralosgritosmezquinosdelostresmuchachos.Peroderepentetodosevolviómás rápido,másviolentoy sorpresivo.Dani se levantóde su silla, alargó lamanohaciaelchicoqueteníadelantedesupupitreconunmovimientorápidoycertero,yagarrándoleporelcuelloleestampó la cara contra lamesa. Sujeto por el cuello con una únicamano, el chico continuó lanzandoinsultosentrebabasmientrasDanimanteníalamiradafijaensusotrosdosamigos,queparecíanavesderapiñaapuntodesaltarsobresupresa.Fuecuandosujetóellápizconlapuntahaciaabajoyloapoyóenlamejilladelchico.

—Es muy sencillo —dijo con su voz dulce—. Podéis intentar partirme la cara, con la claraposibilidaddequeel lápiz lehagaavuestroamigounagujerohastaelpaladar,osalirdeaquíconunpocodedignidad.

ElchicopataleabamedioestranguladoporDani,queseguíaapresandosugargantaconfirmeza.Cadavezqueintentabalevantarlacabeza,selaestampabaconmásfuerzacontraelpupitre.

La realidad se transformó en una escena de una película de vaqueros. Todos los compañeros deCedricyDaniestabanensilencioobservandoconincredulidadaunDaniirreconocible;esosí,igualdetranquiloyamable.Apoyólapuntadellápizenlamejilladesuvíctimayapretóligeramentehastaqueelchicogritódedolor.

—Vale,vale...—dijosuamigo,elmásgordoypequeño—.Estábien.Nosvamos.Suéltale.En aquel momento, Cedric, que seguía espatarrado en el suelo, recordó el infierno secretamente

guardadoporelquehabíanpasadoysupoqueningunodeellosvolveríaaser igual.Parabienoparamal,suenfrentamientoconBunnyleshabíacambiado.

—¡Vale!—gritólapresabajolapuntadellápiz—.Putoloco,dejadeapretarconelmalditolápiz.Tepidodisculpasymelargo.

Dani hizo rodar sus ojos por los tres chicos como si pretendiera adivinar sus pensamientos y secercioraradequedecíanlaverdad,peroeraobvioque,másqueestarsorprendidos—queloestaban—,teníanmiedo.Trasunossegundosinterminables,secolocóellápizdetrásdelaorejaysoltóalchico,quecayóhaciaatrás,conlosojosmuyabiertos,lacararojacomountomatemaduroytodaaquellarabiayhumillacióncontenidas.

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EntoncesDanilediolamanoaCedricyleayudóaponerseenpie.Nisiquieraleimportabadarlaespaldaalostresmatonesmayores.Tiródelcuerpodesuamigo,secercioródequenoteníanadaserioyluegovolvióasentarseasumesa,conellápizenlamano,ysiguiódibujando.

Cedricserio.Selevantódelasillayseaproximóalaventana.Teníaqueir.Debíaterminarcontodosaquellosañosdemiedoysoledad,reencontrarsecontodossusamigosyquizá,soloquizá,novolverasepararse nunca de ellos. ¿Sería posible?No estaba seguro. Peromientras pensaba en todas aquellascosas,entodaslashoraspasadasenlacasetadelosSupersónicos,enlosprimerosbesosdeamoryenlacasaCamelle,sediocuentadequeaundespuésdetantosaños...,jamáshabíadejadodeamarlos.

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5denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Lamañanadelcincodenoviembrede1987,SanPetridespertóconotratrágicanoticiaquenadateníaquever con los asesinatosde los dosniños, almenosnodeunmododirecto,BrunoBarroso, el hijomayordeAlanBarrosoysuesposa,Liseth,sehabíasuicidadotomándoseunboteenterodepastillasparadormir.Inicialmenteesefueelcomentarioqueseextendióportodoelpueblo,aunquelasmalaslenguasfueronacalladasporloscomentariosconunaversióndelosucedidomuydiferente.Elchicosoloqueríadormirysehabíaextralimitadoconladosis,desconocidaparaél,dadoquehabíarobadolaspastillascuandosumadredormía.

Qué triste había resultado todo. Ese padre con los ojos vidriosos, terriblemente enajenados por eldolor,yunamadrejovenydestrozada,gritandodesesperadamentealoshombresdelaambulanciaquenose llevarana supequeño,quenopodíaestarmuerto,que teníanquedespertarlo.Eso fue loquehabíacontadoeljardinerodelafamiliaenlacantinadelpueblounayotravez.Perolaverdadesquenopodíaasegurarconrotundoconvencimientosielchicosehabíaquitadolavidaosi,comobiensecreía,nofuecapaz de controlar la dosis. Pero de una cosa sí estaba seguro: los niños llevaban muchos días sinconciliar el sueño; por lo que había oído comentar entre el servicio de la casa, tenían continuaspesadillasysolíandespertargritando.Y lopeorde todo:David,elpequeñode losdoshermanosquehabíasidoquienhabíaencontradoelcuerpodesuhermano,desdeesamismanochenohabíavueltoadecirunasolapalabra.Estabamudo,traumatizado.Enresumen,«sehabíaido».

—Nosotros estuvimos conDavid—dijoLisa—.Estuvimos allí, hablamos con él.Mimadremehacontadoqueeneltrabajosedicequenohablanigesticula.

Los chicos acababan de salir de clase y habían pasado un rato por la caseta de los Supersónicosdespuésdeiracasaadejarloslibros.

—Lo encontró él—dijoDani—.Fue a su cuarto de noche y subió gritando a la habitación de suspadres.Mispadrestambiénestabanhablandodeestocuandollegamosnosotros.LaseñoraDora,suamadellaves,locontóenlapanadería.Subiótrastornado,dijoqueBrunoestabamuertoydespuésdeesoyanovolvióahablar.

—Lohan llevadoalhospitaly lehanhechopruebas—añadióClaudio—.Yocreoquesehavueltoloco.

Cedric y Enma permanecían sentados contra la puerta, casi abrazados. Eran como dos figuritas deporcelanaquedecoraranelportaldeBelén.Apenassemovían.

—Tampocopodíandormir.Seguroqueesemalditobicholosvisitócomoanosotros.—Yonovialconejo,eraBilly.YEnmavioaLuis,Claudio—lerespondióLisa.—No,Lisa.Noosdaiscuenta.¿CreesqueBillyyLuisvanavenirdelmásalláaasustarnosatodos?

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Esesebicho.Sedisfrazaotransformaparaprovocarnosmásmiedo.Danitienecómicsdeesetipo.Erande nuestro padre. Monstruos que cambian de apariencia para dar más miedo o pasar por humanos.Visitantesnocturnos,sellaman.

—Estáslocodeatar—respondióCedric—.Noquierooírmáscosasdeesemonstruo.¡Noestamosenuncómic!Estoeslarealidadyalgonospersigue.Nopuedodormir,tengoquetenerelarmarioabiertoylapuertadelahabitaciónconluzenelpasillo.Mispadresestánpensandoenllevarmeaunpsicólogoytengomiedo.¡Muchomiedo!

—Todostenemosmiedo,Cedric—lerespondióLisaconamabilidad—.Loquenopodemoshaceresperderlacabeza.TenemosquecerraresepozoydevolverlasmonedasquesellevóDani.Eslaúnicaformade...

—¿Ysinofunciona?—Enmaseincorporóysesentójuntoaella—.¿Quépasasivamosalacasa,hacemostodoesoyesehombresigueapareciendodenoche?¿Ysiquierellevarnosconélcomoalosotrosniños?

Cedricsetapólosoídosysacudiólacabezacomosipretendieraquitarseaquellaideahorribledelamente.Estabaapuntoderomperallorar,perosudignidadtodavíaseloimpedía.

—Puestendremosquearriesgarnos—afirmóDani—,porquequedarnosasínoesunabuenaidea.Sinohacemos loquediceLisa,nospasaremos lavida igual,preguntándonos si actuamoscorrectamente.Tenemosqueintentarlo.Iremosdedíayserárápido.

—¡Yonoquierohacerlo!¡Noquieroentrarahí!¡Tengomiedo!—gritóEnma.Dani le cogió el brazo con firmeza. Tiró de ella hacia sí y la tomó de lasmanos. Estaban frías y

húmedasporlosnervios.—Enma..., no sé cuál es la solución, pero si entramos todos, todos tenemos que volver. No me

preguntes por qué lo sé, porque no podría responderte. He leído muchas historietas de miedo, dedemoniosyespíritus,esloúnicoquemeayuda,ydeloqueestoyseguroesdeque,sinovamostodos,sinoentramostodosenesacasayenmendamosloquehicimos,esehombreconejonoseirá.

—¡Nuncasehaido!¡Tuabuelodijoquelovieronantesdequenaciéramos!—Peronomataba,Enma.Nosellevabaaniños.Ahoraestápasandoylaculpaesnuestra.¿Noloves?—Pero¿quéesesacosa?¿Quéquieredenosotros?—preguntóEnmaconlágrimasenlosojos.Danimiróasuhermanoysuspiróantesdevolverelrostrohaciaella.—Puedequeseaunmarinerodeunodeesosnaufragios,nolosé.Ounlocoalquellevabanenalgún

barco,puede...PuedequeinclusoseaunhabitantedeSanPetri,alguienquemurióaquíyquierevengarseporalgo.Quizáloenterraronenesepozohacemuchísimotiempoyahora...ahorasalió.Notengoniidea.¡Nopuedosaberlo!EnloscómicsdeCreepyexistenhistoriasmuydiferentes,seresquevienendelotroladoparahacerpagaralagenteporsuserrores,osimplementesonmalosydisfrutancausandoelcaos.Aunqueesesernuncamatóniños,nadienoshadichoeso,perotampocopodemossaberlo.¡Solopodemosintentarlo!

—Tengoqueirmeacasa—sollozóEnmaconapenasunlevehilodevoz—.Tengoquecuidardemihermano.

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Tenía todo el pelo por la cara, formando ramilletes de mechones rubios desordenados. Estabaagotada,peroseguíaentera.

—Teacompaño—dijoCedric—.Yotambiéntengoquevolver.Mitíavienedevisitaymimadreestáinsoportable, para no variar. Quiere cortarme el pelo y que me ponga el traje de los domingos. Esinsufrible...

ClaudionopudocontenerunarisitaalescucharaCedric.—Yotengohambre—dijo—.Notardéis,Dani.Mamáestáalgonerviosa.Lediréqueestásaquícon

Lisa.Dani hizo un gesto afirmativo a su hermano y observó cómo los demás se iban y cerraban la

destartaladapuertadelacaseta.Sequedópensativo,sentadocomounindio,conunodesuslápicesentrelosdedos,jugueteandoconélmientrasparecíasopesartodoloquehabíadicho.

—¿Creesquefuncionará?—Lisaseaproximóaélysesentóasulado.Apoyólaespaldacontralastablasdemaderaylomiróconciertanostalgia.

—Nolosé,Lis.Estoyintentandobuscarunasoluciónaalgoquenoentiendo.Yotambiéntengomiedo,peronopuedodejarquemevenza,estaríamosperdidos.Escomosialgomedijeraque,sinoluchamos,si no nos enfrentamos a él, podrá hacer lo que quiera.Como... como simenguaran nuestras fuerzas atravésdelmiedo,nosésimeexplico...No...—Selecortólavozydejócaerlacabeza.

El lápiz rodó por el suelo hacia lamitad de la caseta y luego volvió hacia élmuy despacio. Lisadescubrió justoentoncesqueDani laatraía tantocomolecausabaadmiración.Se inclinóhaciaély lebesóenlamejilla,conscientedequesurostrosevolveríadeuncolorrosadoyquetodasufrialdadydurezadesapareceríanenelmismoinstanteenqueéllamirara.Porqueloharía.Yasífue:Danisintiósussuaveslabiosdeniñayladeólacaraparafijarsusojosazulesenella.Sonrióporuninstante,aunquesuspensamientosestabanmuylejos.

—Yo confío en ti —le dijo. Estaba nerviosa. Dani podía resultar muy intimidante cuando seconcentrabaenalgo,yenesemomentoellaeraesealgo—.Seguroquepodemosconesehombre.

Élsonrióunpocomásysúbitamentelabesóenloslabioscondulzura.—¡Mehasbesado!—exclamóconlabocaabierta.—Túlohashechoprimero.—¡Peroyotebeséenlamejilla!Porprimeravezentodasuinfancia,oyólasuavecarcajadadeDani,tansonorayatrayentequecreyó

morirdeamor.Suamigoseencogiódehombrosconlosojosmuyabiertos,fingiendosorpresa,ylevantólascejas.

—¡Yyotebeséenlaboca!—exclamóimitandoeltonodesorpresadeLisa.—Mehasbesado—repitióLisa,tratandodecomprenderquésignificabaaquelgestoparaél.Dani la miró con los ojos brillantes, parecía dispuesto a expresarse; sin embargo, tras abrir

ligeramentelaboca,volvióacerrarlaybajólacabezahaciaelsuelo.—Tengoalgoparati,Lis.—¿Algoparamí?¿Unregalo?

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Lisasefrotólasmanos.EstabanerviosamientrasDaniparecíarebuscaralgoenelbolsillotraserodesupantalónvaquero.Sacóunpapeldobladoporlamitadyseloentregó.

—Esundibujo...tuyo...Ellaloabrióyobservósorprendidasupropiaimagenhechaconunrotuladornegromuyfino.Danila

había dibujado de pie, frente al bosque, con un bonito vestido largo de tirantes, una cinta de flores amodo de diadema y todo el pelo, negro, coloreado con el mismo rotulador con perfectos trazos,moviéndoseaunvientoimaginario.

—Es...esmuybonito,Dani.Nuncamehabíanhechoundibujo.Lohacestanbien...EstabacontemplandotanconcentradaeldibujoquenosediocuentadequeDanilamiraba.Volvióla

cabezahaciaélysusojosdeniñosseencontraron.Ellaestabaagradecida,emocionadaporaqueldetalle;élsimplementesehabíaenamoradodeellacomounadulto,aunqueaúnnolosabía.DanitampocosabíaqueLisasiemprelehabíaquerido.Extendióelbrazoyseñalóladiademadeflores.

—Tú tienes unamuy parecida—le dijo. Lisa sonrió—.A veces te la pones. Es una diademamuybonita.Cuandovamosa la iglesia losdomingos, sueloverladesdeatrás; resaltaporque tieneselpelomuynegro.Elotrodíapudecopiarlamientraselcurarezabaelpadrenuestro.

Volvió a bajar la cabeza con timidez. Hacía unos segundos, parecía un niño seguro de sí mismo,bromeandoconaquelbeso;noobstante,casialinstantesehabíaretraídoyvolvíaaperderseensumundointerior,tanextensocomounallanurayavecestaninsondablequehastaaellalecostabacomprenderlo.

—Esprecioso,deverdad.Dibujasmuybien,Dani.¿Esoesloqueharásdemayor?¿Serásdibujante?—Puedeser.Megustamuchodibujar.—¿Hashechoretratosdelosdemás?Enmaesmuyguapayrubia,seguroquetienesretratossuyosy

de...—Sí,esguapa.Tengouncuadernocontodosnosotros.Perolamayoríasontuyos.—¿Míos?¿Porqué?Dani parecía no saber qué decir. Arrugó su pequeña nariz, como si intentara buscar una respuesta

correcta,yluegosuspiróyseencogiódehombros.—Porqueerestú.Nolosé.Supongoquemeinspiras...Derepentesedetuvo,comosisehubieradadocuentadequesuspalabrascomenzabanaadquirirun

visodelicado,casi romántico.Ella locontemplabanerviosa,casiansiosa.Enesemomento fueella laqueseinclinóhaciadelanteylebesóenloslabios;élnoseapartó.Semantuvoduranteunossegundoscon la boca pegada a la de Dani, los ojos ligeramente entornados. Sus primeros besos. ¡Estaba tannerviosayfeliz!

Elsonidolejanodeunapuertaalcerrarseleshizovolveralarealidad.Lisasealejódeélysesentóde nuevo contra las tablas de la pared.Dani tenía la vista clavada en la puerta; sus ojos estaban tanabiertosqueasustaban.

—¿Quépasa?—lepreguntó.—Unbesoporundibujo.Creoquevoyaregalartetodoslosquetengo.Y al instante rompió a reír como solo él sabía hacerlo. Con suavidad, sin ser excesivamente

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impulsivo.Lisasesonrojóytodasuseguridadsedesvaneció.Inclinólacabezayelcalordesusmejillasbullócomounaollasobreelfuego.

—¡Dani!—seoyóenelexterior.Unavoz femeninagritabadesdeelpatio trasero.Erasumadre—.¡Lisa!¡Vamos,chicos!¡Tengogalletasreciénhechas!

Danigateóhacialapuerta.Lisaapenaspodíamoversecuandoélsegiróhaciaella.—Lis...—¿Qué?Sonreíacomosiestuvieraeufórico.—Tú siempre serás la más guapa —dijo—. No sabría explicártelo, no encuentro las palabras

adecuadaspormuchoquepiense,peropuedodibujarlo,puedodartemuchasrazones.Aunquetúnotelocreas.Loeres.Ereslamásguapa,almenosparamí.

—¿Esoeraloquepensabasantes,cuandoestabascallado?Daniasintió.—Mecuestaexpresarme,peronomedavergüenza.—Ereselmejor,Dani.Tequieromuchísimo.—¡Venga,chicos!¡Lasgalletasseenfrían!Daniabriólapuerta.Lasiluetadesumadreavariosmetros,asomadasobrelavallaconlamanoen

alto,serecortóalolejos.—Yyotequieroati,Lis.Trasdeciresto,sediolavueltaysalióalbosque.Lisasentíaelcorazónenlaboca.Cuandoreaccionó

ysaliódelacaseta,letemblabanlaspiernasyelcalordelacaranocesaba.Daniestabadelantedeellaconlasmanosenlacintura,mirandolafiguraenjutadesumadre,quecaminóhacialacasaconelvestidodevolantesaleteandocontrasuspiernas,mientrassubíalasescalerasquedabanalapuertatrasera.

Lisasesituóasuladoycontemplólosárboles,losarbustosytodoelbosquejoquelesrodeaba.Sintiósumanosobrelasuya.Apretóconfirmezacasihastahacerledaño.Luego,conuntonosedoso,dijo:

—Nodejaréquetehagadaño,Lis.Nipermitiréquetelleveconél.Lojuro.Lisalomiróytragósaliva.Estabaapuntodellorar.—Yotampocodejaréquetehagadañoytampocopermitiréquetelleve.Lojurotambién.

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21

10deoctubrede2016Madrid

«Nodejaréquetehagadaño,Lis.Nipermitiréquetelleveconél.Lojuro.»Lisa rememoró las palabras de Dani mientras caminaba por la calle en dirección al metro para

regresar a casa. Observó su propio reflejo cuando encontró una bonita librería que aún mantenía laesenciaclásicaqueaellatantolegustabaenlosestablecimientos.¿Quépasaríacuandovolvieraaverlo?¿Pensaríaaún,despuésdetantosaños,queellaeralamásguapa?¿Yél?¿Enquésehabríaconvertidoél?¿Estaríacasado?¿Tendríaunacasaeleganteyunmontóndeniñosdecabellorubioyrizado?

Seleencogióelcorazónalpensarentodasaquellascosasquelepasabanporlacabeza.Enelfondosentíapánicoantelaposibilidaddeunreencuentro.Llegaríaacasayreservaríalosbilletesdeavión.¿Yluegoqué?EllanoeralaniñaalaqueDanihabíaconocido.Noeralaguerreradepelolacio,dispuestaasaltarporunbarranco,mancharseelvestidodeldomingoymascarchiclecomounchico.Ella...eratannormal...

—Temaldigo...—murmurópensando enAbel, su antiguapareja—.Temaldigopor destrozarme lavida,porquitarmemiseguridad,lasganasdevivirymiamorpropio...

Porquehubiesepreferido,duranteaquellaconvivencia,queéllahubieseabofeteadoenlugardehacerloquehizo.Eldolordeunahumillación,laformadehacerlatanpequeñaeinsignificante,noseiba.¡Noseiba!Yteníaqueregresarallugardondesecrio,dondeeraunaniñaseguradesímismaque,aunqueavecesodiabamirarseenelespejo,disimulabasuscomplejosysusmiedosporqueDanilaveíaperfecta.Lapintabatanhermosaqueellahastacreía,enalgúnmomento,queeraasí.

«Yloeres...—oyóensucabeza.Erasuvoz—.¡Miralosdibujos,Lis!¡Túeresasí!¡Eresigual!»—No.Túmevesasí,peronosoytanguapa.¿Y qué importancia tenía que no fuera así? Dani veía la belleza que los demás quizá no podían

encontrarenella.Oquizásí,nuncalosupoconseguridad.Deloúnicodeloqueestabaseguraeradequejuntoaél,enaquellos tiempos,sesentía laniñamásafortunadadelmundo,queningunacatástrofepormuyseriaquefuerateníasentidosiéllatomabadelamanoyapretabaconfuerzacomoaquellaprimeravez.Quejamáscaeríaenningúnpozoprofundo,quesuamorpropioeracomounmurodecementocuandoDanilamirabaconaquellosojossagacesllenosdeesperanza,historiasymilsueños.Yentodosellos...siempreella...

—¿Deseaalgo?Una vozmasculina, vieja y ronca, la sorprendió cuando abrió la puerta de la tienda y la diminuta

campanillaquependíadelcristal tintineó.Elhombrede lachaquetade lanay lospantalonesdepana,detrásdelmostrador,lamirabatrasunasgafasdemonturanegrayunasonrisaagradable.

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—¿Loscómics?—preguntó,aúnentresuinfanciayelmundoreal.—Oh,tenemosmuchos,señorita.¿Quécómicbuscaexactamente?¿Algunatemáticaenconcreto?—Creo...CreoquesellamaHistoriasdelamorgueoalgoasí.Esdeunautor...unilustradorllamado

Dani...,perdón,DanieldeMateo.Sí.Elhombretecleóconrapidezyalospocossegundosyaenfilabaunodelospasillosdelatienda.Lisa

lo siguió con cierta torpeza. Se encontró delante de varios ejemplares. Todos firmados porDani.Noconocía ninguno y se sintió perversa y desnaturalizada.Tomó el que tenía el hombre en lamano y lesonrió.

—Aquítiene.ComparoaestechicoconLuisRoyo.Tieneunatécnicaperfectaymuyrealista—dijo—.Son cómics para adultos, tengo que tener bastante cuidado con los críos que vienen. Les gusta elterror,peroluegonosoncapacesdepegarojo,yestehombreesunartistaendarmiedo.

—Gracias.—Hasidounplacer—tercióelanciano,volviendohaciaelmostrador.

Cuandosaliódela tiendatraspagarelejemplar,sedirigióalmetroyesperósentadaenunodelosbancosdemaderaquehabíacontralaparedenelandén.SacódelabolsaelcómicdeDaniyloabrióporlaprimerapáginaque se leocurrió.Sequedóhelada al darse cuentadeporquéhabía insistido tantoEnmaenquecompraraaquelcómic.Elpersonajefemeninoquesalíaenlahistoriaera idénticoaella.Abriósubolsoydeslizólamanotemblorosahastaelbilletero,losacó,abriólacremalleradeunodelosbolsitos interiores y localizó a través del tacto la hoja de papel arrugada y vieja. Su primer dibujo.Siemprelollevabaconella.Suimagenenelbosque.Elrotuladorsehabíagastadoligeramente,peroseveía perfectamente, aunque el papel ya no mantenía el color blanco de antaño, más bien tiraba a unamarillopajizo,casisucio.Loapoyósobreeltebeoylocomparó.Lajovenquecorríaentrelastumbasdel camposanto llevaba aquel vestido largo con tirantes, la diadema de flores y el cabello negro.Unextraño ser informe se escondía tras las lápidas; lamuchacha, un pocomás adulta que en su dibujo,portabauncuchilloyteníalosojosinyectadosenrabia.Eravaliente,decidida.Variaspáginasmásallá,seenfrentabaalmonstruoylomataba.Elvestidosehabíadesgarradoconlasramasylossalientesdelcementerio;suspiernas,largasydelgadas,seveíanbientorneadas,yteníapecho,unosbonitossenosqueseapretabancontralateladelvestidoylahacíanexuberanteperosencillaalavez.

¿Así era como la imaginaba? Semiró el escote y soltó un hondo suspiro de resignación. Tantos ytantosaños,yaúndibujabaasuamiga,asuprimeramor.Conpechosgrandes...

Oyóeltraqueteodelmetroyguardóeltebeoenlabolsa.Durantetodoeltrayecto,nodejódedarlevueltas a la situación.No era el viaje, ni siquiera el hecho de reencontrarse con sus viejos amigos oenfrentarseaunserconunamáscaradeconejoqueveníadelmundoqueDanipintabaunayotravez.Eransusinseguridades,lasmismasquelahabíanllevadoaunarelaciónenfermizayaunbuclededolor.EnrealidadnoleimportabaenexcesoquéaspectopodíatenerantelosdemásosiDaniseguiríausándolacomomusacuandosedieracuentadequenoeralachicaperfectaconlaquehabíasoñadotodosaquellosaños.Todohabíadespertadodeunmodogradualcuandovolvieronlaspesadillas,elmiedoaBunny,elamorquesentíaporaquelniñodecabellorizadoyojosazules,elcariñoqueprofesabaasusamigos,la

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ausenciadesumadretrasaquelcáncerquelafueconsumiendo,lasoledadenlaquenavegóduranteaños.VolveraSanPetri.Volveralpuebloquelaviocrecer.VolveraBunny,alamordesuinfancia,alcariñodesusamigosyalacasadondesumadrelameciódurantetantosytantosaños.Erareencontrarsecontodoyconnada.Porquelotuvotodoyluegosequedósinnada...

—Señorita...—Unavozsuaveladespertó.Sehabíaquedadodormida,aferradaalbolsoyalarevista.Diounbrincoyseincorporóbruscamente.

Miróporlaventana;porsuertesucasaestabaalfinaldelrecorrido.Nosehabíapasadolaparadademilagro. Si hubiera sido así habría tenido que caminar dos kilómetros comomínimo y no le apetecíanada.Elchicoque lahabíadespertado lamirabaconcuriosidad.Ledio lasgraciasysaliódisparadahacialaspuertas.Veinteminutosmástarde,estabaencasa,delantedelordenadorconlosbilletesdesuvueloimprimiéndose,yteníaunasterriblesganasdellorar.Recordóquenohabíapasadoporlafarmaciapara comprar las pastillas para dormir y lo anotó en la agenda del teléfono. Al día siguiente lascompraría sin falta, antes de tomar el avión; no creía que dormir fuera fácil en San Petri. Ojeó suFacebook y comprobó que no tenía respuesta de Cedric, aunque había leído su mensaje. Luego lacuriosidadcomenzóahacermellaenella.TecleóprimeroelnombredeClaudiodeMateo.Noestabaseguradesiencontraríaalgo,peroparasusorpresaapareciólaimagendesuantiguoamigo,oalmenosseparecíamuchoalquerecordaba.Latristezasedesvanecióydiopasoaunsentimientodenostalgiayfelicidad. Claudio estaba maravilloso. Enma tenía razón. Salía como propietario de una empresaimportante,enunaimagendeunacenaenalgúnlugardeBarcelona,acompañadodeunamujerpreciosaderizoscobresypecas.Lisase llevólasmanosa labocaysoltóunarisacontenida.Claudioteníaelmismoaspectoquesupadre,unhombreguapo,decabellonegroyfaccionesmarcadas.Susonrisa,queseguía siendo preciosa, como ella la recordaba, y el color oliva de la piel le conferían un aspectofrívolo,peroalmismotiempocordial.Contrastabaconlapalidezdelamujerqueseagarrabaasubrazo.Quéguapaera...yquéguapoestabaél.

—Ay,Claudio...Tehasconvertidoentodounhombre.Cuántosaños...Internetnodejabanadaalaimaginación,sindudaalguna.Volvióasonreírconciertatimidez,comosi

estuvieraespiandoporalgúnagujeritosecretoaltiempoquetecleabaelnombredeDanieldeMateo.Elcorazón le tamborileaba como si fuera una adolescente en su primera cita.Cogió el tebeoy le dio lavuelta.Nohabíaningunaimagen.Comolabúsquedatardaba,toqueteóelmódemconlosdedosyesperó.UnenlacehaciaunagaleríallamadaPicassoypocomás.Hizodobleclicydenuevoaesperar.Empezabaaimpacientarse.Seleescapóunarisaflojacuandodetectóunaimagendearchivoconunosrizosrubiosmuyfamiliares.Parasudesgracia,laimageneratandiminutaqueeraincapazdeverle,asíquepasóalsegundoplan.Diomarchaatrás,buscóelnombreylosapellidosdelaesposadeClaudioylocalizósuFacebook.¡Ybingo!

La señoritaDebraLanda sí tenía una hermosa galería de imágenes.Claudio y su sonrisa Profidentocupaban el setenta por ciento de su colección, pero había varias fotos donde volvían a aparecer losrizosdorados.Se ledisparóelpulsocuandoaumentó la imagen.Lisase llevó lamanoa labocaysequedóquietacontemplandoalosdoshermanos.

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—Dani...Lafotografíaeradehacíaunosmesesylosdosestabandelantedeaquellagalería.Claudioibavestido

conuntrajegrisperla,elpeloengominadoysueternasonrisa.Asulado,elinconfundibleDani:susrizosrubios;aquellosenormesojosazuleléctricosqueseabríancomodosfocoscuandoalgo le llamaba laatenciónorequeríaciertaconcentración;lanarizrespingonaeraigualdegraciosayunaslevesarrugasdeexpresiónsurcabansufrente,peroseguíatanniñocomohacíaveinticincoaños.Conlamismasonrisa,lamismaexpresióndesenfadadaytodaaquellahumanidad.

—Madremía...Nohabéiscambiadonada...La réplica en tamaño adulto de Dani llevaba un pantalón vaquero y una camisa blanca sencilla.

Contrastabaconlaimagenelegantedesuhermano,queparecíaunmafiosodespistado.Lisavolvióareíryfuereparador.Serecostóenelrespaldodelasillaypasólargoratoconlasmanosenlabocaylosojosfijos en aquella imagen.Luego siguió ojeando fotos.Había cuatro imágenesmás conDani, peropocomás.Siempre con aquel estilobohemio.Hastahabíauna fotodonde salíanClaudioy sumujer enunaespeciedesalón.Unpocomásallá,podíaveraDanirecostadosobreunsofádeestiloisabelino,consueternodespiste.Ensumundo interior,habíapensadoLisa.Siempreensumundo.Meditabundo,con lamanoapoyadaenlabarbillaylosojosperdidosmásalládetodaaquelladecoraciónclásica.

—¿Tieneshijos?—preguntómientraspasabafotosyfotos—.¿Mujer?¿Porquéhaytanpocodeti?«Porquenuncapertenecistealmundoyestaeslamaneradeformarpartedeél.»Lisaapoyólosbrazossobrelamesaypasólayemadeldedoporsurostro.—Ojaláseasfeliz...—murmuró.

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8denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

La mañana del domingo, antes de que el reloj marcara las doce del mediodía, todos se habíancongregadoentornoalaiglesiacatólicadeSantaCatalina.Frentealapuertadedoblehojahabíadosroblesquecubríancasitodalafachadafrontalconlafrondosidaddesusramas.Lagenteseapiñabaengruposreducidosyhablabandetodoloacontecidoconciertoestuporenlasmiradas.LasvocessefuerontransformandoensusurroscuandovieronllegaraAlanBarrosoyasuesposa,Liseth.Cogidodelamanode sumadre iba suhijomenor,David,unniñoque, sin ser extremadamentepálido, enaquelmomentoexhibíaunatezmacilentaconunasprofundasojerasbajolosojosporlafaltadesueño.Alverlosllegar,Lisa se sintió impresionada por la belleza de Liseth y la profunda melancolía en los ojos de DavidBarroso.Dani, que se había adelantado prudentemente, se situó junto a Lisa.Ambos observaron a lafamiliadirigirseconpasocasiperezosohacialapuertadelaiglesia.PorlaformainanimadadecaminardeDavid,másqueunniñoparecíauntíteresinalmaysinvoluntad.

—Pobremuchacho—seoyódeciraElviraConradpordetrásdelhombrodeLisa,casienunsuspiro.Dani lamiró de reojo y luego trató de dejar espacio a Cedric, que avanzaba entre lamultitud de

vecinosycuriososhastalaprimerafila.Frenteaellos,enelotroladodelcaminoquesehabíaformadotras la llegada de la familia Barroso, estaba Enma con su pichi y sus mangas abombadas, los ojosextremadamenteabiertosysusdelgadosbracitosen jarras.TeníaaClaudioamediometro,peronosehabíanvisto.Fueeneseinstantecuandotodoscomenzaronacobrarvida,cuandoDanihizoungestoasuhermanoconlacabezayestesedirigióvelozhaciaEnma.

—¿Quépasa?—preguntóLisa,alverquesuamigacambiabalaexpresióndelacaramientrasClaudioledecíaalgoaloído.

—Iremosdespuésdemisa—afirmóDani.—¿Qué?—Cedric lohabíaoídoperfectamente,pero suvoz temblabacomosi lehubiesendadoun

sustodemuerte.—Eselmejormomento—prosiguióDani—.Lascallesestáncasidesiertas,nonosveránentrar.Si

esperamos más, corremos el peligro de que nos vean, nos llamarían la atención y sería mucho máscomplicado.Además,nocreoqueningunoquierapasarunanochemáscomolasúltimas.

Lisaasintióconfirmeza,peseasudelicadoaspectoylavozsuave,aunqueCedrichabíafruncidoelceñoymovíalacabezacomosilaideafueralamásdescabelladadelmundo.

—Cedric, no podemos pasar más días así. Ese maldito ser nos está persiguiendo casi todas lasnoches.¿Nolohacecontigo?

—Sí,Dani.Tengomiedo.—Yotambién.Todostenemosmiedo,perosinolointentamosnosvamosavolverlocoscomoDavid

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opeoraún...—Nosigas...LavozsedosadeLisalehizovolversehaciasuamigaysuspirar.—AnocheabrílosojosyteníalacaradeBillyGoyanesaunpalmodelamía—continuóCedric—.

Os parecerá una tontería, pero tener unos ojos a un centímetro de ti cuando te despiertas es horrible.¡Horrible!

—Pero...pero¿quéhizo?—Nada,Lisa...Solomemiraba.Nosemovía,nisiquierasésiestabaflotandosobremíodepieenla

alfombra, inclinado, porque sumaldita cara lo ocupaba todo,Casime rozaba con su asquerosa nariz.Comounloco,unperturbado.

—Ydespués,¿quépasó?—Gritéycerrélosojos,ycuando...cuandovolvíaabrirlosnohabíanadie.Yanoestaba.¡Noestaba!—Diosmío...¿Quéquiere?Dani,porsuparte,bajólavistaalsueloysequedóensilencioduranteunossegundos,hastaquealzó

lacabezapobladaderizosylosmiró.—Quiereasustarnosparaquenosvolvamoslocosonosmatemos.LohizoconBruno.—YonoveoaBruno—alegóCedric—.Quierodecir...Noloveocomoalosotros,nosemeaparece.

Ysilosdemássíaparecen,sieseserlosusaparaasustarnos,¿porquénolohaceconBruno?—QuizáporqueBrunosetomóesaspastillasynofueeseserquienlomató.LisamiróaDanicomosiacabaradehacerunagranrevelaciónyabriólabocaparadeciralgo,pero

Claudiolainterrumpió.—Brunosoloqueríadormir—dijoelchicoconairedíscolo—.Nosetomótodoelbotedepastillas,

quedabaalguna,pormuchoquedigan.Selooídeciramipadreestamañanacuandoestabadesayunandocon el abuelo y mi madre. Si alguien quiere suicidarse, se toma el bote entero, no deja dos o trespastillas,joder.

—Entonces...—hablóLisa—.Entoncesporesonoseaparece.Brunomurióelmiércolesporlanoche.Estamosadomingoyamítampocosemehaaparecido.

SegiróhaciaEnma.Esta,quietayensilenciojuntoaClaudio,negóconlacabeza.—Yonolohevisto—dijoconuntonodemujerdoliente.—Nadie lo ha visto—continuóClaudio—. Solo vemos a los quemata ese bicho. Tiene razónmi

hermano,yotambiénestoyconvencidodequepretendehacerquenoscaguemosdemiedoynostiremosporlaventana.

—¿Porqué,Claudio?Nosotrosnolehemoshechonada.—Enmasollozó—.Soloentramosenlacasa,noletiramospiedras,nisiquieraleinsultamos.

—Cálmate, Enma—suplicó Cedric—. El cura está en la puerta con mis padres y nos van a oír.Tenemosqueentrar.

Claudio se situó más cerca de Enma, formando casi un círculo perfecto. Sus cabezas estabaninclinadashaciadelante,comosisedispusieranarezar.

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—Porque abrimos el pozo, o al menos eso pensamos mi hermano y yo. O por el joyero que nosllevamos.Aunquenocreoqueesoleimportemucho.Abrimosesepozoyloqueseaesacosaseliberó.Yotampocosésiservirádealgovolveralacasaycerrarelpozo,porqueesemonstruo...

—Perotuabuelodijoqueduranteañoslagenteveíaaesehombreconlamáscara—interrumpióLisaenvozbaja—.Dijoquemuchosmarinerosvieronalgoparecido,ynosabemossielpozoestabaabiertoono,y...

—Poresomismo—interrumpióDani—.Nolosabremosnunca.Sinolohacemos,contodaseguridadnonosvaadejarenpaz.

—¿Ysicerramoselpozoyseguimosviéndolos?—preguntóCedric.Danilevantólacabezaylomirófijamentealosojos.Lamayoríadelosvecinosyahabíanentradoen

la iglesia, había cuatro o cinco personas en la puerta comomucho, y sus padres ya hacía tiempo quehabíandesaparecidotraslaspuertas.SololamadredeCedricpermanecíacomounpostedeluzdelantedeunodelosroblesconelcigarrilloenloslabios,mientraselsacerdote,elpadreCésar,ledecíaalgoenvozbajayellaasentíaunayotravez.

—Escuchad—dijoDani—.Cuandosalgamosdemisaynuestrospadres semarchenacasa, iremostodosalacasaCamelle.Escuandomenosgentehayporlascalles,justocuandotermina.Nadieviveenesacalleynadienosverásisomosrápidos.

Sepalpóelbolsillodelpantalónyluegoelpecho.Parecíaquetemblabaligeramente.—Cuandotodossalgandelaiglesia.Tenemosqueserrápidos—coincidióClaudio.—Llevoel tirachinasy lasbolasdeaceroenelbolsillo interiordelabrigo—continuóDani—.No

creoquesirvademucho,peroalgopuedeayudar.Tambiénhetraídoel joyero.Lodejaréenunsitioyluegocerraremosesepozo.

—¿Pretendesmataraunfantasmaconunasbolasdeacero,Dani?—No,Enma.Pretendo ganar tiempo en el caso de que lo necesitemos.No tengo ni idea de lo que

vamosahacer,loúnicoqueséesquedebemoshacerlo.LaformadehablardeDanihizoqueLisasintieraunaleveesperanza.Sinembargo,fueconscientede

quesehabíaruborizadocuandoDanilamiróbuscandosuaprobaciónysusojosdeniñobrillarondeunmodosobrenatural.MientrasCedricdabapuntapiésa la tierraconsuszapatosde losdomingos,EnmaparecíaestarapuntodedesmayarseyClaudiotanteabaalamadredeCedricyalcura,LisapensóqueDani representaba toda la fuerza que necesitaba para seguir adelante. En milésimas de segundo, porencimadetodoelmiedoyladuda,sepreguntócómoseríademayor,quéseríadetodosellosyquéeraloque lesesperabadespuésde todaaquella locura,peronoencontróuna respuesta,nohallóuna imagenentretodasaquellasdiapositivasdefantasíasqueavecesrepresentabasumente.

—Tenemosqueentrar—murmuróCedric.ElviraConradlosmirabadesdelapuertaymovíalamanocomosisedespidieradealguien.Alcabo

de unos segundos, sacó de su bolso demano un pañuelo blanco y se limpió la nariz con cierto airepedante.

Ya sentados en sus respectivos sitios, las niñas y lasmujeres en la parte dedelante y los hombres

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atrás,Lisaojeóasualrededor.LamadredeBrunopermanecíaimpávidaenlasegundafila,juntoaunadesusprofesorasdelcolegioydosvecinas;elcabellorojolecaíaporlaespalda,ysuestrechacintura,decoradaconuncinturónplateado,parecíamásdelgadadeloqueyaera.Sintiólástimaporellayportodasufamilia.Suaspectosiemprehabíasidoeldeunamujerelegantedebuenaposición,yaunenaqueltrance,enaquellosmomentostandolorosos,nosoloseguíasiendohermosa,sinoqueeldolorhacíaquelofueraaúnmás...MiróasuderechaysonrióaEnma,queapenasmoviólacabeza.Luegosevolviómuydespaciohaciaatrás.Danisehabíasituadoenelprimerbancodelazonamásaltadelasegundamitaddela iglesia y la estaba mirando. Observaba su cabello, quizá la diadema que llevaba o los diminutosprendedoresdeflorecillasblancasquesumadresolíacolocarleenelpeloyquecontrastabantantoconelcolorazabache.Nolosabía,peroapenasleimportabaloquefueraquemiraracontantaatención,tansolopensóenaquelbeso.Luegosuspensamientosvolvieron...alacasaCamelle.

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11deoctubrede2016Barcelona

AlasnuevedelamañanaeljeepdeClaudioyaestabaaparcadodelantedeledificiodondeDaniteníasuvivienda.Lohabíaescogidoporqueestabaalasafuerasyeraantiguo,estabarestauradopulcramenteyaún mantenía el estilo clásico de techos altos y abovedados, puertas de madera y aquellos detallesrománticos que siempre le habían apasionado. Dani mandó derribar los tabiques de dos de lashabitacionesparacrearuninmensosalóncondoscolumnasestilogriegoenmedio.Luegopidióquelehicieranunadoblealturaparacolocarallísuhabitación,detalmodoque,atravésdelabarandilla,podíaobservar suspinturas cuandoestabaacostado, contemplar la ampliaventanaacristaladaquedabaa lacalle,laluzdelosfarolillosyaveceslaluna.Teníatodalaplantabajarepletadecaballetes,lienzosypinceles.Al otro lado del salón había dispuesto unos sofás en alcántara, unamesa baja de centro demaderadecedroyuninmensotelevisorqueapenasencendía.Enaquelmomentoestabadepiedelantedeél, con la bolsa de viaje junto a su pie derecho, inmóvil, estático, observando cada detalle,despidiéndosedesuhogar,quizáporalgúntiempo...

Cuandobajóa la calleyvio aClaudio, todoel temorquehabía ignoradodurante aquellosdías seconcentró en un punto de su estómago y dudó si subir al coche o salir corriendo de allí. Se quedópetrificadodelantedelapuertadelcopiloto,conlamanoaferrandolabolsa,hastaqueClaudiobajólaventanillaylevantóunacejaconciertaironíaycuriosidad.

—¿Vasaquedartemuchomástiempoahíparado?Lodigoporquenosquedandiezhorasdeviaje.Daniseinclinóhacialaventanillaysonriódeunmododespectivo.—Sinotuvierastantopánicoalosaviones,queridohermano,notendríaquepasarmecasitodoeldía

entuflamantecoche.Llegaríamosenunperiqueteytú...—Mi coche tiene todas las comodidades que nos puede dar un avión—alegóClaudio, se pasó la

manoporelpeloengominadoysoltóunodelosbotonesdesucamisa—.Además,sitedigolaverdad,meresultamuydifícil tomarteenserioconesapashminaenelcuello.¿Porqué losartistas tenéisesaformaexcéntricadevestir?Eresextravagante.Vaqueros,camisayunpañuelo.VálgameDios.

Daniabriólapuertadeatrásparameterlamaleta.Luegoentróenelcocheymiróasuhermano.—Aunqueno te locreas,existeunmundomuyextensoahí fuera,Claudio.Másalládelpaísde los

trajesgrisesylascorbatasdeejecutivo...¡hayunmundo!Dichoesto,abriólosbrazoscomosisedispusieraaentonarunaplegariaysonrió.—Notieneniputagracia.Ninguna.—Claroquesí.—Además,nomegustaesaformadereírtequetienes,comosifuerasunperturbadomental—continuó

Claudio.

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—¿Quéforma?—Esa.Justoesa—respondióapuntándoleconeldedo—.Abres...abreslosmalditosojosysonríes

comounpsicópata.¿Estássegurodequetantashorasdándolealpincelnotehanvueltoloco,Dani?—¿Quélehasdichoatumujer?Claudiopusoelcocheenmarchaycolocóelespejoretrovisor.—Quevoyatrabajarunosdíasfuera.¿Quécoñoquieresquelediga,quemevoyconmihermanoa

cazarunfantasmaconmáscaradeconejodemiinfancia?—Nolosé.Estuesposa,nolamía.Suhermanoledirigióunamiradadesoslayoygruñóalgoentredientes.—Unamujeresloquenecesitasparasalirdeesemutismo,Dani.—Yaempezamos...—Unamujerquetehagasalirdeesebucleartísticoenelquetehasmetido.PorDios,Dani...Danidejócaerlacabeza.OtravezelmismotemaylaangustiosamaníadeClaudiodellevarlotodoa

sufaltaderelacionesysusoledad.Mirópor laventanillaydejóescaparunhondoy largosuspiroderesignación.

—...ytambiénLisa.—¿Cómo?Nohabíaescuchadonadadeloquesuhermanoledecíahastaqueoyósunombre.—Tedecíaquevantodos.Enmamellamóalasochodelamañanaymeconfirmóque,aexcepciónde

Cedric,delcualnosabemosnada,iremostodos.TambiénLisa.ClaudioseincorporóalaautopistayvolvióamirardereojoaDani.—Mealegrodepoderverladespuésdetantosaños—murmuróélsinapartarlavistadelacarretera.Peroenelfondoesanoeralaverdad.Hacíacosadeunaño,habíatenidounaexposiciónenMadrid.

Lasfiestasnoleinteresabanydespuésdeleventohabíavueltoalhotel,habíaencendidoelordenadorylahabía localizadodeunmodosecretoyalgoperverso.Lisa trabajabaenunaclínicaveterinariamuycercadeGranVía,dondeélestabaalojado.Aldíasiguientesehabíasentadoenunodelosbancosdeunpequeñoparquedesdedondeveíaconclaridadlapuertadelaclínicaylaviollegar.Todavíallevabalalarga melena azabache, aunque estaba muy delgada y pálida, pero seguía siendo la niña de miradaindescifrable,rasgosdurosydesconfiados, llenadefuerzayamor.Yporunmomentoseconvenciódequeteníaquelevantarseeirasaludarla,aunquenoseatrevió.¿Porqué?Nolosabíaconexactitud,peroteníaunaleveideayuntemorcasipalpableanosuperarsusonrisacasitreintaañosdespués.Sobretodoporqueeraélquienseguíadibujandoa laniñaqueconocióenSanPetricomolaheroínade todassushistoriasdemiedo;él,queseguíaenfrentándoseaépocasdepesadillasyavisosveladosdequeaquellamañanadenoviembreveintinueveañosatrásnohabíanlogradoloquebuscaban.Ynoqueríaasustarlasisuvidaeraplena,siteníaunafamilia,aunhombrequelaesperabaencasa.¿Quéibaadecirle?Noteníanilamásremotaideay,porlotanto,noloibaacomprobaraquellamañana...

—¿Cuáleselplan,Claudio?Suhermanodesviólaatencióndelacarreteraybajóelvolumendelaradio.

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—No lo sé, Dani. Supongo que llegar a San Petri, ponernos al día de todo lo que nos ha estadopasandoestosañosyluego...luegosupongoquevolverallí.

—AlacasaCamelle.—Miintenciónesreunirmeconelnuevopropietarioeintentarcompraresacasa—confesóClaudio.

Danilomirócasiconpavor—.¿Qué?Nopiensomudarmeallí.Silogroquemelavenda,laquemaréconesejodidopozo.Leecharécalvivasiesnecesario.

—Sabesperfectamentequeesoseríaunalocura.Ambossabemosloquehayallíabajo.Eneseprecisomomento,eraClaudioelquelomirabaconpavor.Apretólasmandíbulasconfuerzay

susfosasnasalessedilataron,dándolesunairedeasesinoasusrasgos,yadeporsíduros.—Llegadoelcaso,medaráigual.—Mientes...yBunnylosabe.Siemprelosupo.—Dejemos este tema para cuando estemos todos reunidos y tomemos una decisión. De momento,

quienhayacompradoesacasahaabiertoelpozo,notieneotraexplicación.Daninegóconlacabezaantesderesponderasuhermano.—Noesasí.Nocreoqueesepozoseaelcausantedenuestraspesadillas.¡Vamos,Claudio!Ahorahan

vueltoaempezar,perohaceunosaños tambiénnospasó.Visionesen la jodidacalle,unniñodedoceañosenlaaceradeenfrentellenodealgasyconlasmanosrepletasdepiedras.Túmismomelocontasteyyotambiénlovi.YnocreoqueenSanPetrilesdéporabrirycerrarelpozomessí,mesno.Tienequehaberotraexplicación,ysivoyaesemalditopuebloesparaencontrarlarazón.

—Lacasahaestadocerradatodosestosaños.Loúnicoquesemeocurreesqueotroscríosabrieranelpozocomohicimosnosotrosy...

—¿Cuántasveces?¿Hanmatadoaalguien?—No.—Entoncesnoes lomismo.—Dani segiró, tanteó subolsa, abrió lacremalleray sacóuna libreta

cerradaconunagomitanegra—.Yosí lo tengoanotado—dijoabriendoelcuaderno—.Elveranodelochentaynueve,cuatromesesdespués,tuvemáspesadillas;endiciembredelañonoventa,igual;variosmesesdelañonoventayuno;elañonoventaytres,yenelnoventaycuatro,notuvenada,loanotéenrojoparapoderdiferenciarlo,perotodosigueasí,Claudio.

Claudionosalíadesusorpresa.Estabadesconcertado.—¿Hasmarcadoañoporañocuándoteníaspesadillasrelacionadasconnuestrainfancia,Dani?¡Dios!—Sí,lotengotodoaquí.Añoporaño.Igualtúnorecuerdastuspesadillas.Sabemosquecadapersona

es diferente, es como recordar los sueños.Hay personas que pueden vivir esos sueños ya despiertos,aunque luego los olvidan; otros los recuerdan siempre, y en otros casos, uno se despierta y no esconscientedequéhasoñado.

Claudioasintiósindejardemiraralfrenteyluegoapagólaradio.—Dani...,notenemosmuchotiempoparahablary...—¡Oh,noempieces!¿Mevasavolveraatormentarconmisencierros?Porquenomeapetecetener

esaconversación,Claudio.Soydibujante.Mitiempoesmitrabajo.

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—Peronopuedespasartelassemanas,losmeses,encerradoencasa.Joder...,vasaperderlacabeza.Tengoamigosescritoresquesedividenel tiempo.Hacen lomismoque tú:creanhistorias,pasandíasencerradosencasa,avecessemanas,perosonconscientesdeque,sinosalenalacalle,sinovivenfuerade ese santuario que todos os creáis en torno a vuestro trabajo, acaban perdiendo la cabeza. ¿Desdecuándonoechasunpolvo?

Suhermanoabriólosojosylevantólascejas.—¡Vengaya!—exclamó—.¿Enserio?¿Deverasmevasahacerpasarporestoporquenotengoforma

dehuir?—Exacto.Aunque,conociéndotecomoteconozco,erescapazdesaltaracientotreintakilómetrospor

hora...Peronohascontestadoamipregunta.¿Desdecuándonoechasunpolvo,hermanito?¿DesdeelPleistoceno?

—Joder,Claudio...,yo...yoquésé...—¡Aesome refiero!Ni siquiera te acuerdas. ¿Tienes algún problema? ¿Tienes algún tipo de..., no

sé..., algunacosaextrañaque tegusteyquenopuedashacer,que te impide teneruna relaciónnormalcon...?

Danilointerrumpióconunalevecolleja.—Yaestábien,Claudio.Queparatiseaimprescindiblenosignificaquelagentenopuedavivirsin

contactofísico.—Follar,Romeo.Sedicefollar.Yelproblemanoesese.Eselcontacto,elcariño,joder.Elabrazarse

aalgoquenoseaunpincelounbotededisolvente,Dani.Tehaceestarenestejodidomundo,volveralarealidad.

—¿VamosallegaraZaragozahablandodeesto?Claudio bufó entre dientes y se puso las gafas de sol. Dani vio a su padre reflejado en todos los

detallesdesuhermano:suformadegesticular,supelonegroytodoloqueenmarcabasurostro.—ComeremosenVitoria,yluegoseguiremoshastaLeón,ydeahíaOurense.Quierohacerunaparada

enunatiendaquehayallíparacomprarlealgoaDebra.Tendremosque llamaraEnmaparasaberpordóndeestá.No te lohedichoyes lamejorpartede lahistoria—añadióconhumor—:nosquedamostodosensucasa.

Danimoviólacabezacomosiestuvieraarticuladaypestañeó.—Todos—repitióriendosuhermano.

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8denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

—Jamásviviréenunacasacuandoseamayor.Nunca tendréun sótanoninadaporel estilo.No losoportaría—susurróEnmafrentealafachadadelacasaCamelle.

Todoscontemplabanlaverja,lasenredaderasdesordenadascubiertasdetelarañasylaformagrotescaydesabridadeunaarañaquecolgabadeunfinohilotransparentejuntoalacerradura.

—Yotampoco.Viviréenunpisoconmuchaspuertasyvecinos—dijoCedric—,ymuyalto,asínadiepodrásubirpormiventana.

—Vamos—conminóDani—,siseguimosmuchotiempoaquínospuedenver.Entremosdeunavez.Sepalpóelbolsillodelpantalónparaasegurarsedequeaúnguardabael tirachinasy lasbolitasde

aceroensubolsadeplásticoysaltólaverjaconfacilidad.Losiguieronlosdemás.Enmaseenganchóconelpichiaunsalientemetálicoyapuntoestuvodequedarmediodesnudafrentealacasa;porsuerte,Claudioerafuerteylogrósoltarleeldobladillosincausarmuchodestrozo.

Antesdeintentarsiquieraentrarporlaventanaoscilantedelaparteinferior,oyeronunruidoenloaltoy alzaron las cabezas. El corazón se les disparó cuando divisaron la silueta algo distorsionada deaquellasorejasblancas,lamáscaratrasloscristales.Lavisióndurómuypoco,perolosuficienteparaponerlesatodosenalertayprovocarunataquedepánicoaEnma,quecomenzóallorarmientrasseguíaalresto.

—Tranquila...—lesusurróLisa,sujetándolafirmementeporelbrazo.—Vamos,esporaquí.¡Rápido!Danimovió lamano inclinadosobreel espacioabiertode laventanay saltóal interior seguidode

CedricyClaudio.Lasdosniñassequedaronparalizadasdelantedelcristal.CuandoelbrazodeClaudio,subidoaloaltodeunascajasdemadera,tanteósusmanos,seprecipitarondentro.Elpozoseguíaallí.Latapa demetal se apoyaba sobre un lateral y la abertura, amenazante y oscura, emergía entre claros yoscuros.Todoseguíaigualquelanochefatídica.Lasvitrinasylasestanteríasestabanplagadasdetarrosde conservas o algo que se parecíamucho. Había una gran cantidad de cajas demadera vacíasmuysimilaresa lasqueseusabanpara transportar frutayverdura,peromásprofundas.Enmasepegóa laespaldadeClaudiocomosifueraunapequeñalapayCedricsiguiómuydecercaaDani,quetanteabalaparedendirecciónalasescalerasquellevabanalpisosuperior.Erancomohormigas,semanteníanenfilaindiaprecedidosporDani,quesubíalasescalerassindejardemirarelpozoenningúnmomento.

—Dani,elhombreestáarriba...—Yalosé,Cedric,perotenemosqueiralsalón.Allífuedondecogíeljoyero.—Nomesueltesdelamano—suplicóconapenasunsusurroEnmaaClaudio.Elchico lamiróconunamezcladecariñoymiedo,yapretósusdelgadosdeditosconfirmeza.Era

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comosipretendieradecirle:«Estoyaquí.Te sujetoy teprotejo», aunqueEnmano teníamuyclaro si,llegado el momento, saldrían todos disparados escaleras abajo, como la otra vez, y toda aquellaprotecciónsedesvaneceríaporunúnicoyeludibleinstintodesupervivencia.

Pero,entretodosaquellospensamientos,volvióaoírseunsoniqueteenlapartesuperiordelacasa.Pasoslentosysuavesquedenotabanlapresenciadealguien.Eraunsonidomuyleve,casiimperceptible,pero las tablasdemaderacrujíanconmás fuerza.Elpolvilloquehabíaentreellasparecíacaercomopolvodehadascuandoalcanzaronlaplantasuperioryaquelruidolesparalizóenlaviejacocina.

—Quedaosaquí.Iréyo—dijoDani.—No...—murmuróLisaconrabia.—Lis, si voy yo solo, tardarémenos y harémenos ruido. Es allí.—Apuntó con el dedo hacia el

pasilloylapuertaabierta,quedejabaalavistaunaviejachimeneadecolorblanco,descascarilladaypolvorienta—.Meveréis.

Movió los labios al tiempoque se soltabadeCedric.Lo cierto esqueLisa, al ver a su amigo tanseguro, experimentóunavezmásaquella sensacióndequenadamalopodríapasar si él estabacerca.Atravesóelpasilloconsigilo,losbrazoslevementelevantadosaloscostadosylacabezainclinadahaciadelante. Cuando llegó al salón, cruzó la estancia poblada de muebles tapados con sábanas viejas yamarillentas,sesacóeljoyerodelbolsilloylodejócuidadosamentesobrelarepisademármol.Estabaapunto de girarse para volver hacia ellos cuando los pasos sonaron otra vez en el piso de arriba ycomenzaron a descender muy despacio por las escaleras que había a un lado del pasillo, justo a suderecha. Y la situación se complicó. Por un lado estaba Dani, que, desde el otro lado, se manteníainmóvilmirando hacia ellos. Claudio reaccionó y se precipitó debajo de unamesa cubierta con otrasábanamientrasleshacíaseñalesparaquelosiguieran.Desdeallíabajo,levantólevementelasábanayobservóasuhermano.Sehabíametidoenelhuecodelachimeneayapenasseleveía.

—Diosmío...—Chisss...Vienehaciaaquí.Noosmováis.—Nosvioabajo.Nosbuscaynos...—intentódecirEnma,peroClaudiole tapólabocajustoenel

preciso instante en que unas botas con remaches atravesaban el umbral de la puerta y entraban en lacocina.

«Porfavor—pensóLisa—,quenonoscoja.»El aire se había transformado en algo sólido e irrespirable. Los latidos del corazón de Cedric

contrastaban con el sonido sibilante de la respiración de Enma. Parecían dos instrumentos de vientotocandolamarchafúnebreentreClaudioyLisa,quesemirabanfijamenteconsuscarascasirozándose.LisapercibióelperfumedeadultoquellevabaClaudioycerrólosojosmientraselsonidodelasbotasavanzabahaciaellos,intentandoimaginarquenoestabaallí,quenuncahabíanentradoenaquellacasayquejamáshabíasucedidonadadeloqueestabapasandoenSanPetri.Parasulevetranquilidad,elseravanzóunpocomás,separóenmediodelacocinayalinstanteprosiguióhaciaelsótanoydescendiólasescaleras,hastaquedejarondeoírlo.Danivolvióalacocinaysemetiódebajodelamesa.

—Dani...—Estáabajo,enelpozo.Tenemosqueir.Sinoentra,loempujaremos.

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—¡Estásloco!—¿Seteocurrealgomejor,Cedric?El chicomovió compulsivamente la cabeza negando cualquier explicación.Tras comprobar que no

habíanadiealfinaldelaescalera,salieronunoaunoysedispusieronabajar.Erauninfierno.—Quiero irmea casa—lloriqueóEnma,mientras se agarrabadesesperadamente a la camisade su

amiga—,quierovolverconmispadres...DaniyClaudiosehabíanadelantadoyhabíandescendidodosotrespeldañosparamirarconcuidado

desdearriba.La luzde labombillaquependía sobreelpozoestabaencendida,peronodetectaronalhombredelamáscara.

—Hatenidoquebajar...—dijoDanienvozbaja—.Noloveo.—Vamos—ordenóconciertadurezaClaudio—,rápido.Loschicosbajaronalgalopelasescaleras.Enmanisiquierasabíaadóndedemoniosiba.Sesujetabaa

Lisa,queseguíaalosotrostresconlosojosextremadamenteabiertos,casifueradesí.FueDanielquese inclinó con desesperación sobre la tapametálica. Su hermano lo ayudó a levantarle y, justo en elinstanteenqueestabanapuntodeapoyarelextremodemetalsobreelhuecodelpozo,algoseprecipitódesdeelinterior,agarróporelcuelloaDaniyselotragóconunafuerzabestial,llevándoseloalinteriorcomosifueraunsimplemuñecodetrapo.

LisagritóyEnmasepusoachillar.—¡No!Dani...¡Dani!ElpesodelatapahizocaerhaciaatrásaClaudio,quequedósepultadolevementeporelmetal.Lisa

selanzóhaciaélyempujólatapaconlaayudadeCedric.Oyeronunextrañochapoteo.CuandoCedricreaccionó,lovio.Depie,enelrincónmásoscurodelsótano.Unniñoconlacabezainclinadahaciaunladoy,trasél,algogateandomuydespacioentrelassombras.

—Elconejonoestáaquí...Sehamarchadoestamañana...Ala tardevolverá...—canturreóunavozinfantilyalinstanterompióareír.

—¡Nolopermitiré!—chillóClaudioysaltóhaciaelagujero.Resbalóalponerelpieenlosescalonesmetálicos,aunqueseagarróconfuerzaylogrómantenerlacalma.

—¡Enma!—gritóLisa—.¡Vamos!—Novoyabajar.No...No...Noquiero...Noquiero.—¡Vamos,malditasea,Enma!Nopuedesquedarteaquíconeso.Lacosa,oloquefueraquegateaba,avanzóunpocomás.Cedricsoltóunalaridodeultratumba,saltó

sobreelpozoycasicayóencimadeClaudio,queyallevabalamitaddelasescalerasbajadas.Alversesolas,lasdosniñascorrieronhaciaelpozoynolopensarondosveces.Seolvidarondelmiedoporunosinstantes. Se olvidaron de los niños que asomaban la cabeza por el hueco iluminado y sonreían sindientesmientrasreíandeunmodoguturalyáspero.Claudiofueelprimeroensaltarensuelofirme.Elsonidodelchapoteo leanuncióque la superficieestaba llenadeaguaybarro.Miróhaciaarribaparaasegurarse de que iban todos, pero los nervios por su hermano le impidieron esperar. Se encontró enmediodeun túnel conolor a cloacacuyasparedesdepiedra estaban llenasde ramasy raícesque se

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retorcíanfantasmagóricamente,comoserpientesrabiosas,hastadondealcanzabalavista.—¡Dani!—gritóClaudio,peroloúnicoqueoyófueelsonidolejanodeloqueparecíaunriachueloy

asusamigosrespirandoaceleradamenteasuespalda—.Tenemosqueencontrarle...¡Novoyapermitirquelepasenada!

—Vamos—dijoLisa,queavanzóysecolocódelante—.Estotienequellevaraalgúnlugar.Tienenqueestarmuycerca.Estoysegura.Estoysegura...

Enma lamiró temerosa y avanzó tras los demás. Claudio estaba fuera de sí y el túnel parecía noterminarnunca.Alcabodeunossegundostodoquedóenabsolutosilencioyoscuridad.Teníanquepalparlas paredes con los dedos. Había restos pegajosos. Cuando Claudio sacó unmechero y lo encendió,Cedricvolvióagritaryelrestoimitósugraznido.Teníanlasmanosllenasdesangre;esooalguienhabíapintadolasparedesdeunrojointensoquecomenzabaaderretirsecomounpolo.

—¿Qué es esto? —chilló Enma. Era una pregunta, pero el alarido la había transformado en unaafirmacióndesesperada—.¡Sangre!

—Calla—murmuróClaudio—.Oigoalgo.—¿Porquéllevasunmechero?ClaudiomiróaLisacomosilehubieseinsultado.—Joder,Lis,¿quéimportaesoahora?Aveceslerobocigarrosamipadre.—Damelamano—suplicóEnmamirándole.Élselacogióconfirmezayvolvióalevantarlacabezaconatención.—¿Looís?—No...—Esmihermano.HeoídoaDani.LisamiróaClaudio.Susojosparecíanaúnmásnegros.Teníalasmandíbulasmuytensasyaparentaba

serunadulto,conaquellaexpresióndeenfadoytemor.—Otravez...¡Chisss!¡Escuchad!SeoyóunarisalejanayClaudiosaliódisparado,tirandodeEnmacomosifueraunpelele.—¡Vamos!Alcabodevariosminutoscorriendoaoscuras,eltúnelseabrióendosgaleríasyClaudiovolvióa

parar; sin embargo, parecía saber con seguridad de dónde provenía la voz. Giró a la izquierdaencendiendoelmecherocontorpezaycontinuócorriendocomoalmaquellevaeldiabloseguidodelosdemás.Elaguaempezabaasubirdenivel;ya les llegabapor los tobillosyapenaspodíanavanzarsinchapotearcomopatosocaersehacialoslados.Unolorasalitrecomenzóaenvolverlesymásalládelagaleríapercibieronunapequeñaluz.

—¡No!LavozdeDaniparecíadesesperada.CuandoClaudio logró llegaral focode luz,sequedó inmóvil

delantedeotragaleríaysellevólasmanosalaboca.—¡Oh,Diosmío!—susurróconestupor.

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11deoctubrede2016Barcelona-Galicia

Dani observó a su hermanomientras hablaba por teléfono conEnma.Estaba sentado en una de lassillasdelrestauranteconlacartaenlamano.Poruninstante,sepreguntóquéaspectotendríasuantiguaamiga.Jamásselehabíapasadoporlacabezaindagarensuvida,buscaralgoporlasredessocialesotansiquierallamarporteléfonoparasaberdeella.Claroqueapenashabíapensadoentodosellos.Noqueríahacerlo.Sehabíaobligadoanopensarenellos,básicamente.MenosenLisa...Laimagendesuspropiosdibujosconformadeniñarebeldeydecididacobróformaensucabezaysepusonervioso.«Quéestupidez»,sedijoasímismo. Intentóserenarse,comportarsecomoeladultoqueera,perodesdequehabíasubidoalmalditococheparecíahaberretrocedidoveintinueveaños.CadakilómetroqueavanzabanhaciaSanPetrieraunmesmenosdevida,quizádos.Noerabuenoconlasmatemáticas,perosedabacuentadequesutemplanzadesaparecía.Noestabasegurodesi larazóneratenerqueenfrentarseotravezaBunnyosieraLisaloqueleponíarealmentenervioso.Suhermanolesorprendióabstraídoensuspensamientos.Cuandolecolocólamanoenelhombro,Danipegóunbrincoyestuvoapuntodechillar.Claudioenarcóunacejaconhumorysesentódelantedeél.

—Yaestáallí—dijo—.Estáorganizandounpocolacasayhacompradounmontóndecomidaparacenar.DicequeLisanotardaráenllegaryqueelpueblonohacambiadomucho,queestátodocomolodejamos,algunacasamenosypocomás.

—¿Cómoes?—¿Enma? ¿Nohas cotilleado suFacebook?—Claudiomiró a su hermanoy se rio—. Joder,Dani.

Vengaya...Enfin.Nosé.Siguesiendorubia,guapa,perohasidomadre,ytieneunascaderasqueamípersonalmenteme resultan estimulantes, aunque a todas lasmujeres les parezcan un castigo divino.Ytienecarácter.

—¿Enserio?—Oh,sí.Mucho.Noquedanadadelaniñaalaqueconociste.Nohellegadoaverlaenpersona,yalo

sabes,pero lopocoquehemoshabladomedejaclaroquehadesarrolladounapersonalidaddura.Megusta.

—PerosiguesiendoEnma.Todossomoslosmismos...Claudioasintióycogiólacarta.Miróelreloj.Habíanconducidocincolargashorasyteníalaspiernas

entumecidas. Le dolía un poco la cabeza y su trasero parecía haberse independizado del resto de suanatomía,pornohablardesuspelotas,queeranuncasoaparte.Estirótodosucuerpo,haciendocrujirelcuellomientraslomovíadeunladoaotro,yresolló.

—Claroquetodosseguimossiendolosmismos.Enelfondo,claro...¿Porquéestástanmelancólico?Dani dejó la carpetilla de cuero sobre elmantel de hilo blanco y suspiró. Se quitó el pañuelo del

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cuelloy luegoseaflojó lacamisasoltandounode losbotonessuperiores.Lamismacostumbrequesuhermano,supadre,suabueloyasabercuántosparientesmás.

—Llevo todosestos años intentandoborrardemimemoria esa infancia,Claudio,perodeunmodoselectivo.Quieroolvidarmede loquepasamosen lacasaCamelle,pero,cadavezquememiroenelespejo, mi propio cuerpo me recuerda lo que nos sucedió. Es una lucha existencial continua. Añorémuchos años aLisa, aEnmay aCedric.Mivida,mi trabajoy todo lo quehagogiran en torno a esemundodepesadillasyniñosdesmembrados.Yahoravolvemosallí.¿Quéquieresquetediga?

Unabonitacamareraconelpelorubiorecogidoenunmoñoaparecióporunextremodel localyseaproximó bamboleando las caderas para tomarles nota. La joven, que con presteza había esperado almenosunasonrisaporpartedeaquellosdosclientes,seencontróenmediodedosfigurasdemármolquesemiraban comodos enamorados sin prestarle lamásmínima atención.Carraspeó tras unos instantesparahacersenotaryapuntóelpedidogarabateandoconpocasganas.Almomentoregresóalabarra,soloque esta vez bamboleaba las caderas conmenos entusiasmo para regresar conmenos ahínco aun a lamesaydejarunabotelladevinotinto.Claudiosesirvióunpocodevinoyobservóellíquidoborgoñamientraszarandeabalacopa.

—Nuncatehepreguntadoquétehizo—dijoalfinmirandoaDani—,quierodecirquenuncahesidocapazdepreguntarteloquepasóantesdequellegáramos.Yasabes,enelpozo,cuandoteteníaapresado.Sitedijoalgoo...

Daninegóconlacabezaysebebiódeuntragolacopa.—Vamos,hermano,háblame.Siempreherespetadoesemutismopormiedoaquesetevayalacabeza.

Estamosenmitaddelanada,atravesandoEspañaparavolveralpuntocero.Dimequépasó.Porfavor.—Yasabesquemeestabadesangrando—murmurópalpándoseinconscientementeelcentrodelpecho.—Nomerefieroaeso.Hablodeantes,cuandotecogióenelsótano.Teoíhablar.Sabía que para Dani aquello era más de lo que podría haber soportado en otromomento, porque

recordabasuadolescencia,sucomplejo,sumiedoy,sobretodo,eldolor.—Recuerdo...—comenzóadecir,pero laspalabrasse leatascaronen lagargantay tragósaliva—.

Cuandomecogió,séquemegolpeélacabezaconelsuelo,peronofuemuydoloroso,porquemecomímás barro que suelo, si te digo la verdad.Me arrastraba por una pierna, por el tobillo. A vecesmeahogaba,porqueteníalabocaenterradaenel lodo.Cuandollegamos...alfinal,meardíatodo,asíquesupongo...Creoquemegolpeéconramasyrestos,porqueteníaelcuerpomagullado,túmismoloviste.—Hizounapausaparallenarselacopaysonrió—.Vimuchascosas,Claudio.Cuandoesehombre,conesamáscara,mecogiólacara,pocoantesdecortarmeconlasgarras,meenseñóimágenesterribles...:niños,muchosniñosgritando,cubiertosdeharapos, llenosdeheridasyporquería.Estabanenun lugaroscuro, como una habitación grande con ventanas rectangulares alargadas o algo así. Todos conmáscaras,conlacaratapadadealgúnmodo;haycosasquenologrorecordar,perosialgomeacompañadesdeesedía,sonsusgritosytodoesedoloryesemiedo.Creíaquemeibaavolverloco.Antesdequetúentraras,dequeLisa...Deseémorirmeallí,quelaheridaquemeestabaabriendoterminaraconmigoparanooíresosgritosniverlesmás.

—¿Niños?

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—Noeranlasimágenes—dijo—,noeraeltemorasuaspectooelmiedoquepodíainfundirmeloquemeaterrorizó.Sentílomismoqueellos,loqueesavisiónmeenseñó.

Hacía muchos años que Claudio intentaba mantener aquella conversación con su hermano. Habíapasado horas dando vueltas a la forma de llegar a la profundidad de una inevitable explicación a sutemor. Posiblemente esa confesión jamás hubiera existido en otromomento, incluso horas antes, si separaba a recapacitar. Dani había ocultado lo que le había ocurrido en el pozo y durante toda suadolescenciasehabíaencerradoensímismo,jamássequitabalacamisetacuandoibanalapiscinaoalaplaya.Lamarcade aquelmomentoquepasaronbajo la casaCamelleno le abandonó, peronopor lamismarazónquealosdemás.

—Yonotemíaeseser,Claudio—confesó—.Nisiquieraletemoahora.Cuandoerauncríonosabíaexplicar todo esto, no encontré jamás las palabras para describir lo que me pasó por la cabeza, ytampocomehubiesecreídonadie.

—¡Yosí!Malditasea...—No...Túyateníassuficienteconsuperarlotuyo...—murmuródesgarradoramente—.Yyonopodía

sentarmedelantedeunmalditoloquerocomoqueríannuestrospadres.Nopodíadecirles:«Oh,vaya.Sí,doctor,estuvoapuntodeasfixiarmeunserqueteníapocodehumanoyquesaliódeunpozo.Fuecomoexperimentarloquesienteungrupodepersonasenuncampodeexterminio.Peronopasanada.Tengoonce años, lo superaré. ¿Esto?»—Siguió sonriendomientras señalaba su pecho—. «Esmimarca deguerra.Esnormalqueaunniñoleintentenabrirencanal.QueríarellenarmecomounpavodeNavidad,doctor.»

—¿Yporquésiemprerechazastemiapoyo?¿Porquéhastahoycadavezqueheintentadoacercarmeatiysaberquétehacíaserasímeapartabas?

Lacamarerallegóconlacomidayladepositóconsumocuidadoentrelosdoshombres.—Pruebaa sentir el dolor físicodeuna tortura,Claudio,y el pánico frente aun edificiodeveinte

pisosdealturaconlospiesalbordedeeseabismo.Yonoquierorecordarlo,nohequeridonunca.Esofueloquemehizoyteaseguroquelesupliquéquemesoltara.SentícadapequeñodetallequeleshizoalosniñosdelSanGregorioyatodosesoscríosquenisiquieraafechadehoyséquiénesdemonioseran.—Danisonrióconperezaytomóunodeloscubiertos—.Notemoaesemonstruo,nisiquierameimportala marca que me dejó, jamás me ha importado, pero tengo pánico a volver a vivir todos aquellossentimientos,ycadavezquemetocaalguien...—Apoyólamanoenelpechoycarraspeó—.Come...

Danisedetuvoperplejoaloírsuspropiospensamientosenaltoporprimeravez.Toqueteólevementelacomidaconeltenedorsinllevarsenadaalaboca.Luegovolvióadejarelcubiertosobreelmantelycurvóloslabiosparaaparentarunaserenidadqueempezabaaabandonarle.Suhermanolecontemplabacasiconcompasión.Eracomosi intentaranodemostrar lástima,detallequenopasabadesapercibido,aunqueaDaninolemolestó.

—¿Tratasdedecirmequemientrasestabasconesehombre,coneseserrepulsivo,porelsimplehechode tocarte, te traspasó todoeldoloryel sufrimientodesusvíctimas?¿Esesocon loquehascargadotodosestosaños,loqueteprovocalarepulsióncuandoalguienintentatocarte?

—Laspesadillashanalimentadomiparte creativa.Loqueavosotrososdamiedo,paramí esuna

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fuentedeideasencascadaqueplasmoenmiscuadrosehistorias.Yolosacofuerademí,locompartoconelmundo.Aquellamañana,Bunnyintentómatarme,quisohacerconmigoloquehabíahechoconlosniños delSanGregorio, abrirme en canal y llenarmede piedras, y casi lo consigue, peromedejó deregalounacicatriz.Ycadavezqueme tocan,Claudio...Cadavezquealgomeroza,meprovocaesasmalditasvisionesy...nopuedosoportarlo.

Dani nunca le confesó a su hermano que hacía nueve años había conocido a una chica preciosallamadaMargot, que tocaba el violín en una orquestamuy importante deBerlín y estaba de paso porBarcelona.Margotteníaelcabellonegroylargo,pordebajodeloshombros,conunosrizosgraciososque saltaban como tirabuzones, lasmejillas arreboladas y unos labios gruesos y sonrosados.Aquellanoche,despuésdeescucharelconciertoypasaratomarunascopasporellocalqueorganizabalafiesta,unodesusclientesmáshabitualeslepresentóalabellaMargotylaatracciónfueinmediataentreambos.Noobstante,durópoco,lojustoparaqueella, llevadaporlapasión, leabrieralacamisadesedaunanochedeveranoconmásdetreintagradosydeslizaraeldedoíndiceporlamarca,casiimperceptiblealosojosdespistados.Danisintióquecaíaenunpozomuyprofundo.Tanoscuroyespeluznantecomoelpozo de la casaCamelle cuando el ser lo arrastró estrangulándole con sus inmensas garras deformes.Otra vez aquellos gritos en lomás profundo de su cabeza, de sus oídos. Los chirridos demetal, losalaridosylosjadeosahogadosycansadosdeloscuerposlacerantes,llenosdellagasyheridas.Creyóque la cabeza le iba a estallar y que la cicatriz le ardía como unamecha prendida. Y reculó con larespiraciónentrecortada,sudandocomonuncalohabíahechoensuvida,yconlosojosvivarachosdeMargot,quenoentendíanada,mirándoleconpreocupación.Gritosylamentos.Uncalvariotanprofundocomoaquelpozo.Yeldolorlacerante...,punzantey,hastaciertopunto,mordaz.AsíqueMargotpasóalahistoria, comoMary en su primer año de instituto o Clara, la bailarina de ballet que conoció a losveintiochoañosenunadesusexposiciones.PoresosiemprevolvíaaLisa,asusbesosrobadosbajolastablas carcomidas de la caseta de los Supersónicos y a todas esas hermosas sensaciones que habíaexperimentado junto a ella, y queBunny le había arrebatado tiempo después. Su recuerdo alimentabatodosesossentimientosdelosqueyacarecía:deseo,inocencia,perosobretodoamor.

—Eseeselgranmisteriodemiaislamiento,hermano—dijoysemetióuntrozodepanenlaboca—,larazónporlacualnosoycapazdeestrecharlazosconunamujer.Meheacostumbradoaesevacíoenmividaynocreoquememate.

—Estoyconsternado—afirmóClaudio.—Yyo,maldito,yquizásestasealaúltimaoportunidaddequitarmeestamierdadeencima.Nolosé.

Megustaríacreerquesí.Megustaríapensarquepuedovolveramisañosdeniño,justoantesdequemetiraradentrodelpozo,ylucharcomounpequeñosoldado,peroenelfondodemicorazón,Claudio,tengoquesersinceroconmigomismoyreconocerque,graciasaesedemonio,soyloquesoy.Suspesadillasmeenriquecen,menutrenymehacencobrarchequesque,deotromodo,nohabríavistoenmivida,pero¿aquéprecio?—Seseñalóelpechoypasómuydespaciolasyemasdelosdedosporlateladelacamisa—.Aeste.

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8denoviembrede1987SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Claudio se había quedado paralizado delante de la galería. Lisa, Cedric y Enma chapoteabanmuycercaycuandollegaronasualturacontemplaronlaespeluznanteescenaduranteunossegundosantesdequesucuerporeaccionara.Daniestabasobreunmontóndeescombros.Elserconlamáscaradeconejoestabaencimadeél,teníalaroparasgadaalaalturadelacintura,elpechodescubiertoyunadelasuñas,largas,amarillasycurvadas,abríalentamenteunaheridagrotescapordebajodelcuellohastaelvientrede Dani. Pero Dani no gritaba. Tenía la otra garra sobre la frente y los ojos abiertos de un mododesmesurado y atroz. No se movía, solo respiraba a gran velocidad. Su pecho subía y bajabavertiginosamente;sinembargo,eseeraelúnicomovimientoquehacíamientrasloshilosdesangrequebrotabandelaheridaabiertacomenzabanacaerporsuscostados.

—Dani...—balbuceóClaudio,intentandoasimilarloqueveíaconsumentedeniño.Fue Lisa la primera que advirtió que no estaban solos. A través de aquella profunda oscuridad,

desdibujada únicamente por dos antorchas a lo lejos, percibió muchos bultos que gateaban por lasparedesdepiedraybarro,muycercadeellos,alacecho.Nosabía loqueeran,perodabanunpánicoimposiblededisimular.Aunque,cuandoquisodecírseloalosdemás,Claudioyacorríafueradesíhaciasuhermano,seestrellabaconunaembestidacontraelhombredelamáscara.Este,casidivertidamente,caíapatasarribasobrelosescombrosyliberabaaDani,queseguíacomoentrance,conmediocuerpoabierto y toda aquella sangre chorreando por él. Los brazos le colgaban inertes sobre los escombroscomo si fuera una representación religiosa del Cristo en la cruz, y tenía la boca abierta ymovía loslabios.

—¡Dani!—gritóClaudio.AntesdequeaquelsercayeraporelimpactodeClaudio,Lisacontempló,unavezmás,elbalanceo

vertical de los bultos que reptaban por las paredes. Tuvo la sensación de que en cualquiermomentosaltaríandeellasylosatraparían.Mientrasempujabaasusamigosparaquelosvieranysemantuvieranalerta,corrióhaciaDani,tiródeélparasacarlodeaquellamontañadeporqueríayrestosmetálicos,yloarrastrócomopudohacialasalida.EntoncesviolosojosdeDani,viosumanopalpandoelbultodesupantalónyleayudóasacareltirachinasylasbolasdeaceroqueaúnllevabaguardadas.

—Yalotengo—sollozó—,peronotemueras,¿vale?Daninodijonada.Susojos azuleshabíanadquiridoun tonomásblanco, casi trasparente, y seguía

balbuceandocosassinsentido.—Niños...Sonniños...Nopuedenhacereso.Nopuedenllevarlesallí...Besólafrentedesuamigoyloarrastróconlasúltimasfuerzasquelequedabanhacialasalida,para

sacarle al túnel y apartarle de la vista del ser informe.Este se había levantadoymiraba aClaudio a

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travésdelamáscarablanca.—¡Malditohijodeputa,noteacerquesamihermano!BunnyladeólacabezaenelprecisoinstanteenqueLisaalzabaeltirachinasconfirmezaycolocaba

unade lasbolasmásgrandesentre las tiraselásticas.Algo lehizogirar lacara.EnmaestabasujetaaCedricyunadelascriaturassedeslizabaporlaparedfrenteaellos.¡Estabaapuntodesaltar!

—¡Enma!¡Detrásdevosotros!Ydescargólaprimeraboladeacero.El proyectil salió disparado a gran velocidad contra la cosa que descendía. Le dio de lleno y le

arrancó un grito gutural que les heló la sangre. Enma chilló y corrió con Cedric hacia Lisa, que yacargabaelsiguienteproyectileneltirachinasydirigíalabolahaciaelser,queibadirectoaClaudio.Laprimerabolafalló.PasójuntoaBunnysiseandocomounacondenadayluegogolpeólaparedyquedóallíincrustada.BunnyladeóelrostrohacialaniñaygolpeóconeldorsodelagarraaClaudio,quesaliódespedidohacialosescombrosysehundióentremetal,cablesybarro.

—Lisaaa...—rugióelser,avanzando—.Dejaquetevea,niña.—¡Noteacerques!—leinstó.—¡Dispara,Lisa!—gritóCedric,altiempoquegirabasobresímismoagarradoaEnma,sinperderde

vista los otros bultos que descendían por las paredes.Mientras, el que había caído se retorcía en unrincónoscurocomounmurciélagollenodepolvoyconunolorrancio.

—Tengo piedras.Muchas piedras, Lisaaa. Para ti, para tumadre... Y sobre todo para tu novio, eltullido.¿Quieresverloqueleheenseñado,Lisaaa?

Cuandodijosunombre,arrastró lassílabascongestodeburla.Lisa levantóel tirachinasysoltó labolademetal,queacabóenlacabezadeBunny.Elsergritóyrio,trastabillóhaciaatrásyluegosoltóunalaridoderabiatanfuertequeLisacreyóqueseibaadesmayar.Yateníavariosfrentesabiertos.NoveíaaClaudioporningúnlado,sehabíahundidoenlamontañadeporqueríaysusotrosdosamigos teníancuatroocincobultosmuycerca.Miróhaciaatrás,nerviosa,yseledisparóelcorazón.Daninoestabadondelohabíadejado.¡Sequeríamorir!

—Lisss...¡Hijadeputa!¡Fium!Otroproyectil directo al seryunade susorejasquedóperforadapor laboladiabólicade aceroy

chocócontralapared.—¡Hijadelagranputa!—gritóelser—.Voyadestriparte.Primeroati,luegoaesazorrarubiaquese

estámeandoencimaydespuésmecomeréatuotroamigo.¡Meloscomeréatodosmientrastúmiras!—Suvoz,guturalypastosa,cesórepentinamente,ysegiróhaciaelmontóndeporquería.

Claudiogateabapordetrásdeellahacia lapared.Teníaunaespeciedemetalenpuntaen lamano.Lisa no podía permitir queBunny lo viera.Cargó el tirachinas deDani y lanzóotro proyectil, que legolpeóelvientre,sehundiódentrodelatelaraídaydesaparecióentrechapoteosyvísceras.Bunnysedoblóyechóaandarhaciaella.

—¡No!—gritóCedric,alotroladodelaestancia—.¡Suéltame,bicho!

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Lisaintentabacargareltirachinas,perolagarradelserlagolpeócontantafuerzaquelatiróalsuelo.Eltirachinassaliódespedidoavariosmetros.Notólosdedosylasuñasensucuellocuandoelmonstruola levantó en el aireydesgarró conunmovimiento la camisadeldomingoparadescubrir partede suestómago.

—Putaingrata.—Suéltame—logródecirella.Seahogaba.Lamáscarasecontrajoenunamuecagrotesca.Bunnyteníalamanolevantada.Leestabapasandola

uñaporelombligoy,cuandoestabaapuntodeclavarlelagarraenelvientre,algoledetuvo.Abriólosojosyprofirióungruñido.

—Niños...—dijo.Ysemiróelvientre.Deélsalíaunabarrametálica,oxidada.ClaudiolehabíaasestadounapuñaladadesdeatrásyCedric

corríacomosi trataradeespantarseunmontóndemurciélagosdelacabeza,perseguidopor losbultosdeformes, que trotaban en grupos de cinco detrás de él y de Enma.De una patada, Lisa le acercó eltirachinas.SacólabolsitadebolasyselastiróaEnma,quecontorpezaempezóapasárselasaCedricparaquedisparara.

Todoestallóentornoaellos.BunnytiródelabarrametálicaysevolvióhaciaClaudio.Legolpeóunavezmásyledejóinconscientesobreelbarro.

—Hassidomala,Lisaaa.Miraloquetengoquehacer.—¿Quiéneres?—gritó,altiempoquecaminabahaciaatrás,alejándosedeél.Bunnyladeólacabezaconunasonrisaensu«máscara»ymeneólacabezamoviendolasorejas.—Soylaignominia...Lisaaa.Lainfamia,lamaldad...¡Unresultado!—¡Noteacerques!—Voyadestripartecomounpequeñopez.Loharécontunovioyluegocontusamigos.Serádivertido

vertelacara.Tedejaréparaelfinal.¡Porputa!¡Fium!EnlaoscuridadseoyóelsonidodeotroproyectilyBunnyse llevólamanoalcuello.Labolaque

Cedrichabíadisparadoseincrustóensugarganta,quecomenzóasoltarchorretonesdesangrenegra.—¡Tenemosquesalirdeaquí!—chillóCedricconunavozcasifemenina.Pero¿cómoibanahacerlo?EllanopodíaconelpesodeClaudio.Elserestabaderodillas,tosíay

maldecía,peroestabaseguradequenotardaríaenlevantarse.Enmacorrióhaciaella.LapobreEnma,conunclaroataquedepánico,ni siquierasabía loquehacía.Lisa tiródeellayambashuyeronhaciaClaudio.

—¡Despierta!—gritóEnmamientrasLisaleabofeteaba—.¡Vamos,malditasea!¡Despierta!Claudio,portumadre.¡Claudio!

Claudio abrió los ojos como si acabara de despabilarse de una siesta reparadora y, antes de quepudieranreaccionar,selevantóysellevólamanoalacara.

—¡Joder!—exclamó. Se secó la sangre de lamejilla abierta y corrió con ellas hacia la puerta—.¿Dóndeestámihermano?¿DóndeestáDani?

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—Nolosé.—¿Cómoquenolosabes?¡Estabaaquítirado!—Estoyaquí.Suvozsonóenelotroladodelagalería,justodetrásdeBunny,quepugnabaporlevantarsemientras

seguía supurando ríos de sangre del cuello. Parecía que se estaba ahogando. De pie, con las manossujetándoseelpecho,Daniavanzóhaciaél,seinclinósobrelamontañadeescombrosycogióunabarrametálica sin tan siquiera pensar lo que hacía. Sus ojos eran aúnmás transparentes.Las antorchas quebrillabanenunodelosextremosdelasalailuminabansutilmentesurostro,pálidoydemacrado.

—Noteatreverás—legruñóelser.PeroDaninovaciló:casiatrompiconesleasestódosgolpesenlacabezayunoenlaespalda.Bunny

cayóhaciadelantecomounsacollenodepiedrasyempezóabramarunasartadeinsultoseimproperios.Almismotiempoalargóunbrazo,apresóaEnmaylaarrastróhaciasí.Laniña,mientras,gritaba:

—¡No!¡Suéltame!Clavólasuñasenlapielblancadesupierna,porencimadelcalcetíndecanalé,ylaniñagritó.Lanzó

varias patadas al aire con la otra pierna y una le dio de lleno en la cara aBunny, lo que le permitióliberarsedeélycorrer.CasialmismotiempoycuandoelserregresabaendirecciónaLisa,Danivolvióagolpearleconlabarrayloderribó.

Aqueleraelmomento.Teníanquehacerlo.Salieron todospor lagalería.Teníanclaro ladirecciónquedebíanseguir.Nuncahaciaelsonidodelagua,siempreensentidocontrario.Losbultosquehabíancaído por las bolas de Cedric se retorcían en el suelo; era imposible vermuchomás que unos ojososcuros y mandíbulas deformadas llenas de dientes afilados. Algunos habían logrado escapar de losproyectilesylosseguíanporeltúnel.

—¡Vamos,corred!Cuando estaban a punto de alcanzar la entrada del conducto que llevaba al sótano, oyeron el grito

broncodelseralolejosyseapuraronatreparporlospeldañosmetálicos,sinapenasprestaratenciónalosextrañosbichosquegateabancomoarañasen sudirección.Laprimeraque llegóarriba fueEnma,seguida deLisa,Cedric yDani.CuandoClaudio saltó sobre el suelo del sótano, una de las criaturassubíalospeldañosjustopordetrásdeél.Claudioseasióconfirmezaalatapademetalcirculary,conlaayudadelosdemás,lacolocósobreelagujeroysellólaentrada.

—Eracomounsaco...—murmuróEnma,palpándoselapiernaherida—,conpantalonesraídos.Susmanoserangarras.Susmanoserangarras...¡Garras!

Yseechóallorar.Lisa gateó hacia Dani, que permanecía sentado contra la pared. Tenía la cara muy pálida y se le

cerrabanlosojos.Unaheridaverticaldesdeelpechohastaelestómagodesdibujabalaperfeccióndesujovenynacaradapiel.Sintiódeseosdellorar,peronolohizo.Debíaserfuerte.Sequitólacamisa,queestabahecha jirones, rompiócondecisiónuna tira largay se la atóaDani.Lepresionóel corteparaluego taparleconsupropia ropa.Porsuerte llevabaunacamiseta interior.Aunque tampoco lehubieseimportado salir desnudade aquel infierno.Observóal resto:Claudio se limpiaba la cara, cubiertadesangreybarro,yCedric,conel tirachinasaferradoconfirmezacomosifueraunaespada,semantenía

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calladojuntoaEnma.—Dani,¿estásbien?Daninocontestó.Selimitóaalzarlacabezaysonreírdeunmodovelado.—Tenemosqueirnos.Ya—ordenóClaudio,saltandoaunadelascajas.Nomiraronatrás.Nisiquieracuandoelsonidodelosarañazosyalaridosbajola tapademetal les

encogióelcorazón.Salieronunodetrásdeotro.Heridos,magulladosyllenosdemoretonesygolpes.Ysealejarondelacasa,convencidosdequeseríaparanovolver.

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SEGUNDAPARTE

HOGAR,DULCEHOGAR

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Enmapermanecíaensilencio, sumidaensuspensamientos,mirandopor laventanade lacocinasinsaber quémáspodía hacer paramatar el tiempo.Había organizado todas las habitacionesde la casa.Cuatroentotal.Ladobleseríaparaellasylasotrastres,paraloshombres.Habíacambiadolasantiguassábanasy luegocolocó lascolchasmásbonitasquehabíaencontradoen loscajonesdel aparadordelpasillo.Los baños estaban recién aseados y preparados para sus amigos.Comobuena ama de casa ymadre, que era la expresión que su primaLinda usaba de forma irónica, hizo una compra lo bastantegrandecomoparapasarunmesenSanPetri.Yaunqueenelfondodeseabanotenerqueestarallímuchosdías,debíareconocerqueañorabaaquelreencuentrodesdehacíaaños.Juntarsetodos,volveraverasusamigosy,¿quiénsabe?,disfrutaralmenosunpocodetodassushistorias.

Nadieenelpueblosesorprendióalverlacasallenadevidaotravez.Fueronpocaslaspersonasquelareconocieron.¡Ymenosmal!AEnmanoleapetecíamuchocontarlahistoriadesuvida,inventarseunasituaciónquenoexistíaporlosposiblescotilleos,asíquediograciasaDiosporhabercambiadotantoyporqueelpueblo,comoellaesperaba,semantuvieraajenoasullegada.

Unavidaentera,habíapensado.Lejosdeeselugar,cadaunodeellosconsuspropiasfamiliasysusvidas.Unavidaenteraplagadadepesadillas,sueñosamedias,enalgunoscasosolvidados,peroafindecuentaserancasitreintaañossinapenasundescanso.

Evocó, no sin cierta nostalgia, los años que disfrutó al lado de todos ellos, los recreos y losbocadillos deNocilla, las tardes en la caseta de los Supersónicos y las bromas deClaudio. Pero depronto levinounpensamientooscuroy turbio, algoen loquenohabía recapacitado,no se acordaba:DavidBarroso.¿Quéhabríasidodeaquelniñomudo,asustadoyllenodetemoresocultos?Unmuchachoquehabíavistomorirasuhermanoyqueexperimentólomismoqueellos,casiensolitario,sinunamigoconelquelloraroconelqueprotegersedeBunny.

Atravésde losgeranios, lasrosasqueaúnpugnabanporcrecery lospequeñosangelitosdepiedradiseminados por el porche, el balancín y las enredaderas, lo vio como lo recordaba: el pelo cobrizocomoeldesumadre,perosiempredespeinado,losojosrisueñosylapalidezdesusmejillas.Siemprebienvestidoyconbuenaropa;suspadresteníandineroysenotaba,peroDaviderahumildeyunbuenchico.JamáslesinsultóysemanteníaalmargendetodaslaspeleasconlosniñosdelSanGregorio.

«Pobrechico—habíacomentadosumadreeldíaqueperdiólavozyenterraronasuhermanomayor—.Elmédicoleshadichoquenohayrazónfísicaparasumudez.Elmiedoyeltraumalehanpasadofactura.Puedequehayaperdidoeljuicio,elpobremuchacho.Eratanamableytanbueno...»

Dosmesesdespuésdeaquello,Davidfueenviadoauncentroprivado,unlugarque,afindecuentas,eraunsanatoriomentalparahijosdericos.Enmaseenteróporsumadre,quesinquerer,paravariar,en

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unaconversacióndecaféypastasfrentealtelevisor,selocontóaunadesusamigas.—Lisethestádestrozada—habíamurmuradoconlabocallena—,porqueelniñonodiceunapalabra.

Nopuedeasistiralcolegioycadavezseencierramásensímismo.¡Yeseloco!¿TúvisteaDani?¿Vistelo que le hizo ami hija en la pierna?Doy gracias aDios por que lo hayan cogido, que por fin estéencerradoeneselugarynovuelvaasalirnunca.

Enmaextendió lamanoyacarició la finacortinillade laventana.Sehabíavestidoconunpantalónvaquero,elmejorquetenía,yunbonitojerseyconcuellodecisneverde.Lacalefaccióncomenzabaahacer efectoy la casa adquiríauna calidezque le recordabamás a su infancia.Eseolor.Encendió lacafeterayvolvióatrásenel tiempo,cuandosalieronde lacasaCamelle, todoshechosunaporquería,Dani sin fuerzas, con las manos en el pecho, y ella con aquel corte tan profundo que quemaba, sinolvidarse de Claudio, que tenía la cara como un mosaico. El pobre Cedric era como un espectroambulante,unodeesosseresquesalíanenlapelículajaponesaElviajedeChihiro; losojoshundidos,las manos flotando a ambos lados del cuerpo... Todo un cuadro. Los cinco de San Petri, heridos demuerte...

¿Ycómoibanaexplicaraquello?Conungolpedesuerte.Elpolicíadelagabardinacorroídaycarademazapánestabamásperdidoqueunaperdizenuncampodetrigo.Peroelhombrequeseescapódelsanatorio salió aquella tardedel bosque.Yahí estaban ellos.Enmano sabríadecir despuésde tantosañosquiéndabamásmiedo,sielpobrechifladoqueacabópagandopor todooellos.Solo recordabahabergritadoporladesesperaciónylaangustiaquehabíanpasado;elhombre,haraposo,vestidoconunabatadehospitalconunlazoalacinturayelculoalaire,gritótambién,ysedesatólalocura.Danicayóalsuelo,incapazdeseguir,ylosvecinoscomenzaronadespertardeaquelletargo.YanoestabanenlacalledelacasaCamelle,habíanlogradollegaralaavenidadelaGuardia,casiaquinientosmetrosdelacalleReal, y allí sí había casas.Así que el loco se abalanzó sobre ella para hacer que callara,DaniperdióelconocimientoyLisaselanzósobresuespalda.¡SupobreLisa!Eratanvaliente...¿Lodemás?Vinosolo.Ellocodebarbaypelopegajosocayóderodillasconsuamigacolgandodelcuelloynotardóenteneracuatrovecinosencimaydoscochespatrullaconunaambulanciaquinceminutosdespués.Findelahistoria.

—Findelahistoria—murmuróEnmaparasí.Seincorporó.Porunmomentoleparecióhabervistoaalguiencercadelacancela,aunquenoestaba

segura. Caminó con los dedos apoyados en la encimera demármol y ojeó por la otra ventana de lacocina,peronovionada.Elsonidodelaguafiltrándoseporlosconductosdelacafeterayeloloracafédesviaronsuatención.¿Seestabavolviendolocaoloqueoíaeranpasos?Todossussentidossepusieronenalerta.Conunmovimientomecánicoavanzóhaciaelumbraldelapuertayatravesóelsalónmirandoaltecho.Sí,eranpasos,leves,casiimperceptibles,peroaquellahabíasidosucasadurantemuchosañosysabía reconoceraunapersonaenelpisosuperioraunqueanduvieradepuntillas.Sepusoa temblar,pero no se acobardó como hubiese hecho siendo niña. Subiómuy despacio la escalera demadera; laalfombraamortiguabasuspisadas,lashacíainapreciables.Llevabalamanoapoyadaenlabarandilla;susdedos resbalabansobreelmetal.Unpaso, luegootro,yaquelsonidominúsculoseguíasonando.Otro,unomás.Enmasequedóquietaenloaltodelabalaustradayexaminóelpasillo,laspuertascerradasde

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lashabitacionesy laventanacircularquedabaalexterior.Loscristales,de tonosverdesyvioláceos,reflejabansombras,salpicabancoloresenlapared.Afinóeloídoysuinstintoladirigióautomáticamentea la habitación doble, la segunda puerta de la derecha. Giró el pomo muy despacio y el clic de lacerraduralaasustó.Laspisadasdejarondesonarenelmismoinstanteenqueempujólapuertasincruzarel umbral, quedando inmóvil frente a la habitación. Sumaleta, las dos camas con las colchas de hilobordado, el armario de dos puertas, un aparador, dos sillones.Nada.Definitivamente se iba a volverloca.Segirócon laclaraconviccióndeque todoeraproductode su fantasíayungolpebruscoen laplantadeabajolahizogritardemiedo.«¡SantoDios!»,pensó.Peroseechóareíralcomprobarqueeralapuertadelaentradayque,sinoseapuraba,quienquieraquelaestuvieraaporreandoibaatirarlaabajoenmenosdeloquecantabaungallo.Asíquesinmiramientosdescendiódedosendoslospeldañosysedirigióalaentrada.

Sucorazón se aceleró enelmomentoenqueabrió lapuertayvio a aquelhombredepelo castañorevuelto,ojosalmendradosyunasuavesonrisa,quehabríareconocidoaunquevivieradiezvidaslejosdeél.

—¡Cedric!—exclamó,lanzándoseasusbrazoscomounaadolescente.—Oh,Enma,Enma...Nosabeslomuchoquemealegrodeverte—susurróCedric,estrujándolacontra

supecho—.Estáspreciosa.Cedric se apartó, le cogió lasmanos y la examinó de arriba abajo, lo que provocó el rubor de su

amiga.—Todaunamujer.Yesepelorubio...Nohascambiadonada.—¡Idiota! Tú has crecidomucho—bromeó—. No sabía si vendrías. Lisa estaba preocupada. ¡No

sabíamosnadadeti!CedricvolvióasonreírypasóelbrazoporloshombrosdeEnma.—Noibaavenir,Enma.Hastaelúltimomomentonoteníaclarosiqueríahacerlo,perolasganasde

verossuperabanmirechazohaciaestelugar.Enserio,estáspreciosa.—¡Eresunzalamero!Peropasa,porfavor.Dime,¿enquéhasvenidodesdeelaeropuerto?CedrictomósumaletayentrótrasEnma.Sequedóabstraídoobservandocadadetalledelacasa.—En autobús. Me apetecía ver todo el paisaje a un ritmo menos estrepitoso que en un taxi. El

conductormeaseguróqueatravesabaelpuebloparatomarlacarreterasecundariaynolopensé.Nohacambiadonadaestelugar.Alosumocincooseisedificiosnuevosyalgúncomercio,perohastanuestroparqueestácomolorecordaba,aunqueahoraenvezdegravillaloscríostienenunsueloacolchadoenformadedominó.Almenosnovanatenerquetragartantatierraypiedrascomonosotros—dijoriendo.

—Diosmío.Esincreíble.Eresunaréplicaexactadetupadre,Cedric.¿Tehascasado?¿Tieneshijos?Perdona,estoymuynerviosayemocionada.Dejaahílamaleta,voyaponerteuncaféenlacocinayluegoteenseñarétuhabitación.Ereselprimeroenllegarycreoqueteestoyavasallando.

Cedricdejóescaparunasonrisaarrebatadora.—Noseastonta.Ven,dameotrobeso—dijoabrazándola—.Nomepuedocreerqueestemosaquí.Y

yaséquetienesunahijapreciosa,unesposo,unperiquitoyunacasasinsótano.

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Enmasoltóunaestrepitosacarcajadayapuntoestuvodellorar.—¿Teacuerdasdeeso?—¿Quiénno?Tepasasteunañorepitiéndolo,querida.—¡Oh,vaya!Son...sontantosrecuerdos...,tantasemocionesencontradas...Suamigosealejódeellayobservólacocina.—Dimedóndeestánlastazas.—No,yomeocupo.Siéntate,porfavor,Cedric.Cedriclamirócondulzura.—Vamosasermuchos.Noquieroqueestéspendientedetodos.Vamos,Enma,relájateydimedónde

están.—En...Justoahí,enelarmarioquetienesdetrásdelacabeza.MientrasCedricrevolvíaloscajonesbuscandounascucharitas,Enmasirvióelcaféyunaspastasque

habíacomprado.NopodíacreersequeporfinvolvieseaveraCedric,elpequeñoCedric,convertidoenunhombredespuésdetantosaños.

—No me casé —dijo, interrumpiendo sus pensamientos—, y vivo por y para mi trabajo en unaorganización que trabaja para el gobierno en Londres y que forma parte de un departamento bastanteimportantedelauniversidad.DoyclasesdeIngeniería.Erapredecible,¿verdad?

—Vaya,lociertoesquesiemprequisisteseringeniero.Erasunchicomuylisto.—Cuandofalleciómipadre,mealejétodoloquepudedemimadre.¿Teacuerdasdeella?Fuepeor

despuésdemudarnos.Estabasiempreencimademí.—Lo recuerdo.Unamujermuy intensa—dijo—, pero hacía lasmejores galletas de chocolate del

pueblo.¡Oh,Señor!Nomeacordabadeaquellasgalletasytumadregritando:«¡Cedric,dejalosJuegosReunidos!», «¡Te vas a manchar el pantalón de algodón de los domingos!», «¡Cedric, súbete loscalcetines!»,«¡Cedric,siteponesbizcoysoplaelvientotequedanlosojosvirolos!»,«¡TevaacastigarDios!».

Ambosrompieronareír.—Oh, Señor..., sí que era intensa...—afirmóCedric apartándose el pelo de los ojos—.Dime que

vendrántodos.¿Esasí?—Sí. Claudio y Dani vienen en coche. Son muchos kilómetros, pero ya sabes cómo fue siempre

Claudio de paranoico.Medijo por teléfono que no cogería un vuelo amenos que fuera estrictamentenecesario,sinmencionarqueirenautobúsesintolerableparaunhombredeéxitocomoél...—dijoEnmacontonosocarrón—.YyasabescómoeraDani,supongoqueaélledatodoigual.

—¿YquéfuedetuhermanoNico?—ViveenAlemania.Secasóallíytienedosniñospreciosos.Noesqueloveamucho,perosiempre

estamoselunopendientedelotro.Unbuenhombre,Cedric.Mesientomuyorgullosadeél,aunquebiensabesqueacabóconmipacienciamásdeunavez—dijoriendo—.¿HasvistoloscuentosdeDani?

—Sigosutrabajo.—¿Deveras?Yotambién.

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—Sí.Suscuentos,susdibujosytodosloscómicsdemiedo.Esunretratobastanteexactodemuchasdemispesadillas.Almenosdelasquemeacuerdo.

CedricdejólatazadeporcelanaenlamesaymiróaEnmafijamente.—¿Nohaynadaquetellamelaatenciónentodosutrabajo?Lapreguntahizoqueolvidaraduranteunosinstanteslaansiedadporveratodos,losañosperdidos,

lasnochesenvela.—Lisa—añadióélsinpensarlo—,peronocreoqueseaporqueestéenamoradodeelladespuésde

tanto tiempo. Sería ridículo pensar eso. Me inclino a pensar que es el elemento que le une a lanormalidad.

—Noacabodeentenderte.—Verás,antesdeabrirelpozo,nuestravidaeranormal.Lisarepresentabaalachicaquelegustaba,

lanormalidad,lavidadeunniñopequeñocoqueteandoconlascosasdeadultos,todasesassensaciones.Luego crecimos de golpe, nos arrancaron la infancia y nos convirtieron en adolescentes temerosos,introvertidos,sobretodomezquinosconnosotrosmismos.¿Meequivoco?

Enmatragósalivayasintió.—Esoesverdad.—Puesahí tienes la razóndequeLisaseasumusaen todo loconcernienteaunaheroínaquemata

monstruosyespectros.Ellaes«elantes»ytodolodemás,«eldespués».—¿Sabesunacosa?Cedric la miró con cierta curiosidad. Ni siquiera se había quitado la chaqueta que llevaba, y

empezabaamolestarleelcalordelacasa.Seincorporóligeramenteysedesprendiódeella.—Antesdeempezaratrabajar,pasémuchotiemposola,ejerciendodeamadecasa.—Aldeciresto,

Enma puso los ojos en blanco y enarcó las cejas—. Era una tarea ardua que me provocaba levesdepresiones,yameentiendes...Asíquemedediquéainvestigarsobreloquenospasó,estepuebloytodolo que pudiera tener algo que ver con ese bicho infernal. Estoy ansiosa por que estemos todos,descansemos,nospongamosaldía,yporenseñarostodoloquetraigoenlamaleta.

—¿Hashecholosdeberes,Enma?—inquiriósuamigoconunavehemenciafingida.—Idiota.Puessí.Igualnosirvedemuchooparecealgodescabellado,porqueteaseguroqueloque

averigüémedejóigualdeconfundidaqueperdida.Cedricdesviólamiradalentamenteporencimadesushombros,másalládelaencimeraylaventana,

yfijólavistaenunpuntodeljardín.—Yotambiéntengoalgo,pero,adiferenciadeti,lainformaciónqueposeomehadejadoaterrado—

sentenció.

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11deoctubrede2016SantiagodeCompostela(Galicia)Estacióndetren

HabíatardadoseishorasymediaenllegaralaestacióndeSantiagodeCompostela.Lisadebíacogerunautobús,peronoteníaprisa.Erancasilascuatrodelatardeysuestómagoempezabaasuplicarleunpocodecompasión,porloquedecidiódescansarunratoenunodelosrestaurantesmenosabarrotadosycomeralgoantesdeponerseenmarchahaciaSanPetri.

Unadelasrazonesmásimportanteseraprepararseparaelgranmomento.Sesentíacomounaniñaensuprimeracita.Entraríaenunodelosaseos,serefrescaríaunpocoyporprimeravezenmuchosañossemaquillaría para presentar un aspecto más humano, menos mortecino. Pero primero tenía que comer,cogerfuerzasyreflexionarduranteuntiempo,ordenartodaslasideasquelepasabanporlacabeza.

Sedirigióhacia lazonadeconsignasparadejar lamaletaabuenrecaudoduranteunahoraoquizádos.No quería llevarse un susto en el últimomomento y que le robaran sus cosas.Además, tenía elneceser,eldineroytodolonecesarioenelbolsodemano,asíqueatravesólasalacentral,atestadadegentequeibayveníasinningúntipodecontrol.Trasdepositarlamaletadentrodelataquilla,sealejóendirecciónalprimerrestauranteque localizóyseacomodójuntoa lacristalera.Queríaverel trajíndegente,sentirseacompañadadealgunamaneraypensar...

Cuandosedisponíaa leerelmenúenunode losbancoscorridos tapizadosenpiel,vioalhombre.InicialmenteLisanolehubieseprestadoatención,peroenesecasoelindividuoleresultabaciertamentecurioso.Estabadepie,juntoaunbanco,vestidoconunpantalónvaquerodecolornegroyunachaquetaverde de corte militar con el cuello elevado. El pelo lo llevaba engominado hacia atrás y desde suposiciónnopodíadecirsieracastañooquizápelirrojo(losproductosparaelpelooscurecíanelcolornatural y hacían casi imposible distinguir a una persona rubia de una con el cabello avellana). Sinembargo,nofuesuaspectoosuposturaestáticayerguidaloquelellamólaatención.Laestabamirando.Entre el hombrey ella había unpasillo de variosmetros, una cristalera y, a la derecha, unkioscodeprensa.Aunasí,elhombrenosemovíaniapartabalavistadeellao—miróhaciaatrás—dealgoqueestuvieracercadeella.Sintiólavibracióndesuteléfonomóvil.CuandolocogióyleyóelmensajedeEnma, laemociónhizoqueellaseolvidaraunosmomentosdelhombreysuchaquetadecortemilitar.Cedricestabaencasayesoeramásdeloqueesperaba.Sesentíapletóricaporprimeravezenmuchotiempo.Alzólacabezayvolvióamiraralindividuo.Metroochenta,pensó.Nocreíaquetuvieramuchosmásañosqueella.Sipasabadeloscuarenta,lodisimulabamuybien.

Mientrascomía,apenasprestóatenciónalhombre,convencidadequeestesecansaríadeesperaraquienfuerayselargaría.Locomprobócuandopidióelpostreyvolvióaotearalotroladodelasaladeesperaydelpasillo,lobuscóentrelosbancosdemetalquehabíadetrásdelkiosco,peronoloencontró.

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Minutosdespuésselevantó,pagólacuentaysefuedirectahacialosaseos,que,paravariar,estabanenelotroextremodelaestación.

Pensóencómoafrontaríaelgranencuentro.Palpócon losdedosel interiordelbolsoyacaricióelcómicdeDani,dondeunaLisadepechosexuberantescorríaentrelápidasparamatarfantasmasyseresde ultratumba. Cuando llegó al aseo, se miró los senos y volvió a emitir un suspiro que terminó engruñido. ¿Por qué le importaba tanto qué impresión iba a darle aDani? ¡EraDani, la personamenossuperficial,mástrascendentalysensataquejamáshubieraconocido!¡Aunquefuerasolounniño!Algoteníaquequedardeaquelamigo...Algo...Sí.Elmundomasculinogirabaalrededordeunoscánonesdebellezadepechosgrandesyturgentes,caderasprominentesycuerposcurvilíneos.Ysolounamujercomoella,delgadacomounsuspiroyconmuypocosatributos,comprendíaesemundoquelasniñasintentabandisfrazarabasededietassuicidasycuerpossinalma,sinvida.¡Estabantanequivocadas!¡Labellezaeratandiferentedeloquecreíansusmentes!

Entróenelaseoconlacabezafuncionandocomounalocomotoraydepositósubolsoenlaencimerapara mirarse en el espejo. Casi chocó con una mujer que salía de uno de los baños, separados pormamparasfenólicas.Setocólamejillayluegoseapresuróasacartodassuspinturasparaponersemanosalaobra.Primeroselavólosdientesysesoltóelcabelloy,trasmojarselacarayvolveralaimagenquereflejabaelespejo,sonrió.Fueronlosveinteminutosmáslargosdetodasuvida.Perfilarselosojosseconvirtióenunatareademanualidades.Comotuvoquerepetirlovariasveces,alfinalleescocíanlospárpadosylellorabanlosojosdetantolimpiarse.

—Porfin...—murmurómirándose.Yapodíadecirsequeparecíaunamujersinproblemasmentales,pensó.Yserio—.Horadeirse,Lis.

Oyólapuerta,peronosediolavuelta.Seatusóelpeloysearreglóelcuellodelacamisaylafalda.Algirarse,setopódefrenteconelhombrealquehabíavistodesdelacafetería.Sucorazónsedisparóviolentamente.

—Disculpe,esteeselbañodemujeres.Duranteunossegundossesintiótentadadegritar.Lisajamássehabíaenfrentadoaunasituaciónasí.

Elhombrenosemovía,ocupabatodoelestrechopasoquedabaalasalidaynoparecíatenerintencióndeirse.

—Señor,salgadeaquí.Apenas le dio tiempo a reaccionar. El individuo avanzó dando largas zancadas hacia ella. Lisa se

asustó tanto que, en vez de recular, como habría hecho cualquiermujer en su situación, hizo todo locontrario: alzó lamanoconelbolsoenaltoy le asestóungolpeen la cabeza.Elhombre levantó losbrazos para protegerse, se inclinó hacia un ladoy chocó contra una de lasmamparas divisorias.Lisasaltóyseestrellóconunsecadordemanos.Seescurrióporelespacioquequedabay,cuandoestabaapuntodecogerlapuerta,suvozlaparóenseco.

—Novayas.Segirósorprendidaylomiró.—¿Dequévas,gilipollas?—Teníaelpulsodisparado,peroporalgunarazónno lecabía lamenor

dudadequeseríacapazdeapuñalarlesivolvíaahaceralgúnmovimientorarohacíaella.

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—No...Novuelvasallí.El hombre se levantó, se colocó pulcramente la chaqueta y la miró con los ojos entornados. No

parecíaserunagresor,comohabíapensadosegundosantes,perosihabíaalguienmáslocoqueellaenesaestación,loteníadelante,eraimpredecibleyademáseraguapo.

—¿Quiéncoñoeresyadóndesesuponequenodeboir?Lisaabriólapuertayungrupodeadolescentesconlospelosdemilcoloresentróenestampida.Las

chicassequedaronsorprendidasalveraunhombreallídentro; luegomiraronaLisacomosi fuera larameradeBabiloniaysoltaronunasrisitasmaliciosas.Lisasintióquelehervíalacabezayempujóconbrusquedadlapuerta.

—¡Espera!—exclamóelhombre.—Aléjatedemí—dijosinmirarle.Caminabacomounhombreconelbolsotamborileándolelacadera.Noprestólamenoratenciónalos

pasosaceleradosquelaseguían.Giróasuderechayfuedirectaalasconsignas.—Noloentiendes—oyóalolejos—.NodebesiralacasaCamelle.—¿Qué?Sevolviócomounafiera,perohabíademasiadagenteyeltiporaroparecíahaberseevaporado.—Pero...¿quécoño...?Miró en todas las direcciones, pero no logró dar con él. ¿Quién era ese hombre? ¿Cómo podía

saber...?Sintióvértigoycerró losojosparacontener la siniestra sensaciónqueempezabaa invadir todosu

cuerpo. Los golpecitos de la gente que pasaba con urgencia no hicieron que semoviera. Permanecióquietaenmediodelaestación,aferrandoelbolsocontrasupecho.

—Recupérate,Lis—sedijo—.Vamos,notebloquees.Nisiquierahasllegado.—Señorita...¿Lehablabanaella?«Tengopiedras.Muchaspiedras,putaingrata.»—Señorita.Lisaabriólosojosysediocuentadequeunamujerdeavanzadaedadlamirabaconexpresióndulcey

sosegadasosteniendounarevista.—Señorita. Se le cayó hace unos minutos, pero corría tanto que no fui capaz de alcanzarla. ¿Se

encuentrabien?LisatomóelcómicdeDaniyseloguardóenelbolsointentandosonreíralaanciana,perolacarale

temblódelatensión.—Esmuyamable.Sí,gracias.Soloestoyunpocomareada.Lamujerasintióysealejódespacioendireccióncontraria.Lisasequedóunpocomásplantadaallí

enmedioy luego se fuedirecta a por sumaleta.Le temblaban las piernas, pero en aquelmomento, ymuchomásquenunca,sabíaquedebíavolveracasa.

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11deoctubrede2016SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Kevinsesentóenelbordedelaaceramientrasobservabaalosotrosniñostreparporlostoboganes.Sacósumóvildeúltimageneraciónytanteóelparque.Seguroqueallípodíacazaralgúnpokemon.Alprincipioeljuegolehabíaresultadotedioso,algoaburridoyagotador,peroalfinalaquellonoestabadeltodomal.Caminabamuchomásqueantesy,enlasdosúltimassemanas,habíaperdidounpardekilosyyano seveía tangordocomodecíaAnita cuando semetía conél enel comedory le llamaba«gordoseboso».Adorabaasuabuelaporelsimplehechodehaberleregaladoaquelmóviltanmoderno,aunquesumadreconsiderabaqueunchicodetreceañosnodebíateneresetipodedispositivostanpronto.Solíadecirquelasnuevasgeneracionesestabanabducidasporordenadoresyteléfonos,queloschicosyanosabían hablar ni expresarse, y que en una década todos estarían ciegos o tontos del culo. Con esaspalabras.

Sinembargo,Kevinnoloveíaasí.Sumadrenohabíadichonadamásdelasunto,quizáporquesalíamásycomíamenos.SinolvidarqueenlosúltimosdíashabíalogradohacerunpardeamigoscazandoPokémones.Quedabanenelparqueoenlaplazadelaiglesiaysepasabanhoraspersiguiendobichos,riendo, gritando. A veces incluso paraban a merendar en la heladería, aunque Kevin intentaba nomostrarseansiosopormuchahambrequetuviera.Susnuevosamigoslecaíanbienynoqueríaperderlos,comosolíapasarle.

Quizás esa tarde estuviera de suerte. Igual encontraba aArticuno o a Zapdos. Los chicos de clasedecíanqueeramuydifícildarconesosPokémones,peroélnoperdíalafe.Yateníasesentaytresensuteléfonoynoibaapararhastadarcontodos.Porquesirealmenteeraelprimeroenconseguirlos...¿Seríafamoso?¿Lograríaentrarenelgrupodeloschicosimportantes?Kevinfantaseóconaquellaideadurantemuchotiempo.Nisiquieralasvocesylasrisasdelosniñosenloscolumpioslehicierondisiparaquellaideatanmaravillosa.Alcabodeunosminutosnavegandoensumundointerior,seabrochólacazadorayselevantódelbordilloparaseguirsucacería.Conunpocodesuerte,llegaríaparalahoradecenarcondosPokémonesmás.

—¿Juegas tú también a ese juego tan famoso?—le preguntó un chico muy alto con una gorra debéisbol.

Kevinsegiróhacialavozmasculinaysonrió.—Sí.Yatengocasisetenta—respondióconorgullo.El chico se adelantó un poco hacia él y Kevin pudo ver su sonrisa por debajo de la sombra que

ocultabasurostro.Parecíamayor,perovestíamuyguay,convaquerosyunachaquetadecuerodemotero.AKevinlecayóbiennadamásverloysepreguntósicuandofueramayorseríacomoelchicodelagorra.

—Molatuchaqueta.¿Tienesmoto?

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—¡Claro!¿Tegustanlasmotos?—¡Porsupuesto!Songuais.Elchicosonrióotravez,peronolevantólacabeza.Kevinnopodíaverlelosojos,aunqueteníauna

dentaduraperfecta.Esosíloveía.—Laaparcosiempredetrásdelbanco.Nomegustaquesevea,yasabes.Aquíhaymuchosniñosy

puedensubirseaella.Noesquemepreocupequemelatiren,peropuedenhacersedaño.Pesamucho.Esunagranmoto.

—Yotendréunacuandoseamayor.—¿Quieresverla?Kevinsesintióhalagado.Echóunaúltimaojeadaalteléfonoyseloguardóenelbolsillodelpantalón.—¡Claro!¿Podríasubir?—Porsupuesto.¿Cómotellamas?—Kevin.KevinCosta.—Puessígueme,Kevin.Vasaalucinarcuandoteenseñeelmonstruoquetengoaquídetrás.

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Cedric no podía creer lo que Lisa les estaba contando en el salón. Enma le había preguntado sireconocíaaquel rostroosi lesonabadealgo,peroLisahabíanegado taxativamente.No teníaningunaexplicaciónracionalparaaquelencuentrotanextraño.Noteníasentido.

—¿Quiénvaasaberqueveníamos?—preguntóEnmaindignada—.¿Ylahora,oinclusoelsitio?Esunalocura.

—Puede ser una casualidad, querida. Algún vecino que la reconoció entre lamuchedumbre, quiénsabe...

—Nosé,Cedric,peromediomiedo.Luegomearrepentídehaberledadoconelbolsoenlacabeza.Elhombrenoteníapintadeasesinoenserieoviolador.Nosé.Actuéporimpulso.

Enmaarrugóelceñoysacudiólacabeza.—Deesonada.Hicistebien.Haychifladosyvioladoresconpintadesantos.Nuncasesabe.Además,

nocreoquelovuelvasaver,asíquetampocodeberíassentirtemalpordefendertedeunintrusoenunbañodemujeres.

—¿HashabladoconClaudioyDani?—Sí,ylescontéloquetepasó.Claudiosoltóunadeesasrisasdeperturbadoqueteníadecrío.Santo

Dios,habremosenvejecido,perocuandounopasatantotiempolejosdelosamigosdelainfanciasedacuentadelomuchoquearrastramosdeella.

—Seguimossiendoniños,querida—canturreóCedric.Lisasonrió.—Conarrugas.—Deexpresión—lacorrigióEnma.Lisamiróel reloj.Eran lasochode la tardeyelcielosehabíacubiertodeunaoscuridadabismal.

Agradecióelcalordelacasa.Elfríoenelexteriorerainsoportableenaquellaépocadelañoycasinorecordabalasnochesglaciales,lahumedaddelambienteylafaltadeestrellas.

—¡Escuchad!—exclamóEnma dando un salto circensemientras se aproximaba a la puerta—. ¡Yaestánaquí!

La sensación de pánico volvió a apoderarse de Lisa enmilésimas de segundo. Si no hubiera sidoporque se encontraba en un salón amplio rodeada de paredes y puertas, habría salido corriendodespavorida.Dani había llegado.El niño que durantemuchos años había representado todo sumundoestabaallíy...

Sesentíapequeña.Muypequeñaeinsignificante.

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«Porfavor,Señor—pensó—,devuélvemelafirmeza.Nodejesquepercibalopequeñaquemesiento.Nodejesquesecompadezcademí.»

Yahíestaban.ClaudiodeMateo,conaquellaexpresiónde«lo tengotodocontrolado»quesiemprellevabaensucaradeadulto,convertidoenunhombreinmenso,tantopordentrocomoporfuera.Unchico«malo» con gran desparpajo, envolviendo a Enma con aquellos brazos fuertes y decididos, y dandopalmaditasen laespaldadeCedric,queapuntoestuvodechocarconelpercherode laentrada.Daniestabaunpocomásatrásymirabahaciaelcochecomosinodudaradehaberlocerrado,elceñofruncidoenunamuecadecuriosidadysueternodespistedeartista.Nisiquierasehabíapercatadodequeellaestabaallí,detrásdetodoaqueltumultodemanosyrisas.Susgraciososrizosdoradosyaquellosojosgrandes,redondosyazules,brillandosobreunrostroadultoperoalaveztanniño.

Estabatancansadaynerviosaqueapenaspodíamantenerlasonrisa.AgradecióenelalmaelabrazoafectuosoqueledioClaudio.Cuandosesintióapresadaporaquellasmanosysuslabiosseapoyaronensufrente,deseólloraryquedarseallí,protegida,aferradaaél.

—ClaudiodeMateo—dijoconfirmeza—,sisiguesapretándomeasí,meahogarás.—Lis,erescomounamuñequita.¡Siguesigual!—Mentiroso—gruñóEnma.Estaba junto aDani con lasmanos apoyadas en las caderas y sonreía

maliciosamente.De pronto,Dani se adelantó.Había dejado lamaleta junto a la puerta y la observaba. Enma salió

corriendoendirecciónalacocina,gritandoqueseleibaaquemarelasadoenelhornoyquesepusieranalgodebeber,quehabíabotellasenelsalónyunamesitarepletadeaceitunasy«mierdas»,queeracomoEnmasolíallamaralosaperitivos.

—Hola,Lis.Teveobien.DaniavanzóhaciaellayLisanotóqueletemblabanlaspiernasyseleaflojabanlasrodillas.¡Sería

estúpida!—Dani,cuántosaños.—Muchos.Perosiguestanguapacomoterecuerdo.«Túsiempreserásguapa.»Latomódelamanoybesólapartesuperiorconelegancia.Luegotiródeellaylaestrechóentresus

brazos,casideunmodofraternal.Lisasequeríamorir.Oíaellatidodesucorazónyunsuaveperfumeafloreslaenvolvió.Danieramuchomásaltoqueella;podíaapoyarlabarbillaensucabezamientraslaabrazaba, cosaquehizo.Duranteunos instantes se sintiómecidapor él.Recordó conmás claridad lacasetadelosSupersónicos,lashorasmuertasylospaseosenbicicleta.OyólavozdeEnma,peroapenaslaescuchó.Risaslejanasyelsonidodeunavajilla.Duranteaquellossegundos,seolvidódelasrazonespor las que estaba allí, de sumiedo y de todas aquellas inseguridades. Ya no era pequeña, eramuygrande.Eraella.

—Deja que te vea —le susurró Lisa intentando liberarse de aquel abrazo. Se estaba poniendocoloradaynopodríasoportaruncomentariojocosodesusamigossilaveíanasí—.Siguesigual.¡Miratusrizos!

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Daniserio.—Teníalaesperanzadeencontrartecalvoyconbarriga.—Vaya,quéagradable,Lis.Yodeseabacosasmejoresparati.Lisasonrióycomenzóasentirseunpocomejor.Menos...ridícula,eralapalabra.—¿Tevabien?Quierodecir...—¿Simehecasado?¿Sitengohijos?—Esonoesirtebien,Dani—gruñósuhermanodesdeelsalón—.Esoesestarcondenado.—Oh,cállateyayayúdameconesto—tercióEnmaasomandolacabezaporelhuecodelapuerta.Danivolvióafijarsusojosenellayseencogiódehombros.—Puesno.Laverdadesqueno.—Mi hermano está demasiado ocupado con sus libros de colorear, Lisa. Vive en una especie de

torreónsinascensor,rodeadodeacuarelas.Claudioestabarepantingadoenunsillónindividualylesmirabadivertidoconciertoairepetulante;

juntoaélCedricsepeleabaconunabolsadepatatas.—Claudio...—murmuróDanientrandoenelsalón—,noesnecesarioquelaespantes.Puedohacerlo

solo.—Yotengotuscómics—dijoEnma.PasójuntoaLisa,quepretendíasentarseenelsofá,ylamiróde

reojo—,ycreoquemeresultamuyfamiliarlachicadelashistoriasdelamorgue,¿eh?—¿Hum?—Danipusolosojosenblanco.—Bueno,sí,separeceunpocoamí,peroesbastantemásexuberante.Tengounoenmibolso,enla

habitación. Quizá podrías firmármelo. En la librería donde lo compré el propietario conocía bien tutrabajo.Dicequeeresmuybueno...

Se quedó callada. Dani se había sentado a su lado y la observaba con un brazo apoyado en elreposabrazosylamanoenlaboca.

—No se parece a ti. Eres tú—añadió—. Fuiste mi primer amor, Lis. Nunca podría olvidar a miprimeramor.

—Miratú.¡Quéromántico!—Calla,Enma—gruñóLisa.Sehabíapuesto roja,peroesoera loqueparecíaqueDaniquería; la

observabaconmuchaatención,entredivertidoypicotero—.Eresmuygracioso,Dani;sinembargo,tengoquedecirquelospechosdetupersonajefemeninosonbastante...«abundantes».

—Llevatudiadema—insistióDanihaciéndoseelofendido.—Esoesverdad.Nisiquierayomeacordabadeaquelladiademaquemeponíalosdomingoshasta

quelavientusdibujos.—¿Notesientesorgullosa?—preguntóCedric—.Hayundichoquediceque,siunartistateama,te

haráeterna.Yaseaatravésdesuspoemas,desusnovelasosuspinturas.Susobrasnossobrevivirán.Claudioalzólascejasymiróasuamigo.—Vaya,quéprofundo.QuizáDanideberíahacerundibujocolectivodetodos, túconaquel trajede

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RubiktanhorteraquetepusisteencarnavaloconaquellospantalonesdelaPrimeraGuerraMundialconlosquesolíanvestirnoslosdomingos.¿Túquéopinas,Enma?

Enmasoltóunaestrepitosacarcajada.—Buenaidea.—Porfavor...Mimadreestropeómidisfrazdemomia.Hacedmemoria.Lometióenlalavadoracon

unadeesaschaquetasdepuntorojasquetantolegustabanymelotiñóderosa.Hubierasidounsuicidiosalirasíporelpueblo.¡Oh,vaya!Casisemeolvidaba.

Cedricselevantóderepenteysubiólasescalerasdedosendos.Trasunosminutos,volvióabajarconloqueparecíauntuboenlamano.Sesituóenmedioconairesolemneydesenrollóelpapel.

—¡PorDios!—exclamósorprendidaEnma—.¿Eseloriginal?—Elmismoqueteníamosenlacaseta.¿Osacordáis?—ElpósterdeRambo.—Enmariodivertida—.Hastraídoelpósterqueteníamosenlacaseta.¡Lo

hasconservado!—Algodescoloridoyroto,peroloheguardadoconmuchocuidadodesdequenosfuimosdeaquí.Lisarecordóeldibujoquellevabaenlacarterayestuvotentadadesubirporellaparaenseñarloal

resto,perosearrepintió.ObservódeunmodofurtivoaDani,sumaneradesonreírcuandoalgolehacíagraciay sudiscreción, lamismade siempre, laquesupurabaen las fotografíasde sucuñaday laqueposeíadeniño.Nadahabíacambiadoenél,nisusgestosnisucalma.Nada.

—¿...enlaclínica?LisamiróaClaudio.Laobservaba.Lehabíapreguntadoalgo.—Perdona.¿Qué?—Tepreguntabaporcómoteibaenlaclínicaysitehascasado.—Laclínica...Bien.Megustamuchomi trabajo.Yno, nomehe casado.Tuve... tuveuna relación

estable,duranteuntiempo,perolacosanosalióbien—contestó.TomólacopaqueleofrecíaClaudiocon un poco de vino y carraspeó—; de hecho, salió de pena—confesó—. Era... Erami novio de launiversidad,perometratóunpocomal.

—¿Tepegaba?—preguntóDaniconciertoalarmismo.—Oh,no.Jamáspermitiríaeso.Eramásbienelcontrolqueintentaballevarsobremividayalgunas

formas.Nofueagradable.—Vaya, querida. Lo lamento mucho —dijo Cedric sentándose. Enrolló el póster y lo dejó en la

alfombra—. Bueno, supongo que no todos hemos tenido tanta suerte como aquí Claudio y Enma. Yotampocoesquetengaunavidamuyactivaencuantoaltemapersonal.Vivoenfrascadoenmitrabajoy,siossoysincero,avecesechodemenosunpocodecompañía.Mealegromuchodevolveraverosatodos.

—Gracias—contestóDani,miródesoslayoaLisayestalesonrió.—Tenemosmuchascosasde lasquehablar.—Enmase incorporóymiró lamesadelcomedorcon

ciertoairemelancólico—.YalecomentéaCedricquetengociertainformacióninteresante;éltambién.Creoque lo correcto sería quehoynospusiéramos al día de todo, descansar, tener unanoche amena,recordarviejostiempos.Nosé.Nisiquieraestoyseguradeaquéhemosvenido.Loúnicoquetengoclaro

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esquedebíamosveniryenesoestamostodosdeacuerdo.Todosasintieron.Enmacontinuó.—Y no quiero que os sintáis como extraños en esta casa—alegó con recelo—. Sobra decir que

podéisabrirpuertasycajones,comerycantardesnudosenelsalónsiosapetece.Hacemuchosañosquenonosvemos,peromentiríasiosdijeraquemeolvidédevosotrosunsolodía.EstaesnuestranuevacasetadelosSupersónicos,nuestrocentrodeoperacionesespeciales.

CedricyClaudiorompieronareíralescucharaquellaafirmación.—YotampocoquierohablarhoydeBunny—murmuróLisa—.Ytampocoquierosaberquévamosa

hacermañanahastaquepaseestanoche.Notengoningunaprisa.Daniledirigióunasonrisadegratitudyafecto.—Estoydeacuerdo—respondió—.Creoquesihemospasadomásdeveinticincoañossinhablarde

élpodemosaguantarundíamás.—¡Oh,mierda!—exclamóEnmadandounsaltoyponiéndosedepie—.Semevaaquemarelasado.—¡Yoteayudo!—gritóCedricyseapuróparaalcanzarlaantesdequeentraraenlacocina.—Por el amor deDios, ¿dónde está la tímida y apocada Enma?—bromeó Claudio—. ¿Y la niña

vergonzosaycalladaquesiemprellorabaysesorbíalosmocos?¿Dóndequedó?—Murióconlaprimeracontraccióndelparto—respondióEnmaasomandolacabezaporlapuerta—.

El día que tuve a mi hija. Justo ahí. Deberías pasar por eso, Claudio. Te aseguro que es muy pocoseductoryseteolvidanlasformas.Pretendíanoenseñarmisvergüenzasamenosquefueraestrictamentenecesario,peroalfinalacabéconlaspiernasabiertasdelantedelparitorio,amenazandoalmédicoyamimaridoconmatarles.Fuetodaunaexperiencia.Creoqueahínacídenuevo.

Aquelloprovocóunacadenaderisas.—Madremía,Enma.Amí creo que seme ha pasado el arroz, pero con esa explicación acabo de

perderlaspocasganasquemequedabandesermadre.—Mejor.Yahora,simedisculpáis,voyasacarlacenaantesdequesemecarbonice.

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12deoctubrede2016SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Danisesentóenlacamayobservóa travésdelascortinaslacalleyelbrillodelosfarolillosdeljardíndeatrás.Eranmásdelasdosdelamadrugada.Lanochehabíasidounasobredosisderecuerdosyseencontrabaenunextrañoestadodesopor,extenuado.Sucabezahabíasidocomouncajóncerradobajollavedurantemuchosaños.Enaquelpuebloquelehabíavistocrecercontodossusamigosdelainfancia,lallaveempezabaagirar,ytemíaloquepodíasalirdeél.

Durante la cena, Dani había tenido tiempo de observar a cada uno de ellos. Era una costumbrearraigadaydelacualnopodíadesprenderse.Noporquefueranellos,másbienporqueeraunaactitudmecánicaenél.Poresopercibiódetallesquedeotromodojamáshubiesedetectado.Porejemplo,Enmanodejabadehablar.Su alegríay sunerviosismo lehacían suponerque su amiga,muy lejosdehaberdejado atrás a la niña frágil de su infancia, la ocultaba bajo una apariencia dura. Enma revestía esafragilidad con charlas y bromas.Necesitaba sentirse ocupaday atenderles se había convertido en unanecesidad fisiológica, vital para ella. Por otra parte, Cedric no podía decirse que hubiera cambiadomucho. Dani experimentó una profunda sensación de compasión ante él, no solo por su forma deexpresarse,idénticaaladesujuventud,sinoporalgoqueélvalorabaporencimadetodo:sunobleza.YluegoestabaLisa,quizálamáscomplicada,porqueellanosupurabaesafrialdadsilenciosaqueemanabadetodoslosporosdesupielporsutemperamentocáustico.Lisaseprotegíadelmundoporquelehabíanrotoelcorazón.LavalentíayladurezadecarácterqueposeíancuandoDanilaamabacomounadultonohabían desaparecido, estaban ocultas tras aquel velo de dolor falsificado con cierta fragilidad yprudencia.

Aquellanochesesintiócomosifueraotravezunniño.ElarmarioqueEnmateníaenelladoderechodelahabitaciónleprovocóelmismotemorquetiempoatrásyabriólaspuertasantesdemeterseenlacama.Peronodurmió.SesentíademasiadoavasalladoporlapresenciadeLisaydelosdemás.Selimitóalevantarlavistaaltecho,preguntándosequéhacíanallí,quépodíanarreglarellossi,comopensaban,Bunnyleshabíallamadoatravésdeaquellaspesadillasquecadavezsehacíanmáspenetrantesyreales.

1,2,3...TEATRAPARÉ

Nopermaneciómucho tiempoacostadoen la cama.Se levantó, cerró el armario, salió al pasilloyechóaandarhaciaelaseo.Sehabíallevadounpantalónlargodealgodónyunacamisetaparadormir.Noesquefueraalgohabitualensudíaadía,puessolíadormircomosumadre lehabía traídoalmundo;perotratándosedelacasadeEnmaycontodosallídentro,creyóconvenienteunpocomásdedecoro.

Encendió la luzysequedódelantedelespejounossegundoshastaquesequitó lacamiseta,nosinantesasegurarsedecerrarlapuertapordentro.Lacicatrizdescendíadesdeelcentrodelpechohastacasi

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elombligoy,aunquenoeramuygruesayeltiempolahabíadisminuidoconsiderablementehastahacerdeellaunlevefilamento,seveía.Levantólamanoconintencióndetocarla,perosecontuvo.Sentíaunalevepicazón,unavibraciónentodasuextensión.Eraextraño.Respiróhondo,apoyólentamentelosdedosenella y exhaló todo el aire. La imagen le vino como un estallido frente a los ojos. Desaparecieron elespejo,lasbaldosasblancasconpequeñasmariposasyellavabo.Delantesolohabíaoscuridad.Estabaen lagaleríadel túnelbajoelpozo.Erauncrío.Al final,muycercadeuna luz fantasmal,pudoveracuatroniñosvestidosdeharapos,conbotasdecordonesybolsasdepapelmarrónenlacabeza,pintadasconojos,bocasinformesysonrisasdiabólicas.

—Otravezno...—murmuró.Suvozsonótanagudaeinfantilquecomenzóatemblardemiedo.Tropezóconalgoysecayó.Cuandodesviólavistahaciaelbultoqueteníaasuizquierda,comprobó

conestuporqueeraotroniño,muerto,conlosojosabiertos.Teníalabolsadepapelenunadesusmanosinertesylaropaensangrentada.

—¡Dijoqueseibaacurar!—gritóunodelosdiminutosmuchachosoculto.Losotrossegiraronyecharonacorrer.Danipalpabael suelo.Apenaspodíaveryelpequeñocuerpoestabamuycerca.Temía tocarlo,no

debía. ¡No podía! Pero lo hizo sin querer. Las yemas de sus dedos rozaron la tela de un mandilóncorroído,yundolorafiladoycasiinsoportablecomenzóasubiralolargodelacicatriz.Unsentimientodedesesperaciónyespantoledejóparalizado.

—Despierta,despierta,despierta...—repetíaunayotravez.Empezóanublársele lavista, las tenues luminiscencias al final del túnelvacilarony comenzarona

difuminarse como serpentinas.Cerró los ojos y cuando los abrió estaba de nuevo en el aseo. Sudabacopiosamenteyclavabalosdedosenelbordedellavabocomositemieracaerseotravez.

—Oh,Señor...Rápidamenteselavólacarayelpecho,conmuchocuidadodenovolveratocarselacicatriz.Sepuso

lacamisetatrassecarseconunatoallaysaliódelbañoendirecciónalacocina.Cuandoestabaapuntodebajarlasescaleras,oyóungruñidotanprofundoqueseasustó,aunqueluegotuvoganasdereír.EraEnma o quizá Lisa, porque sabía que dormían en esa primera habitación, pero quienquiera que fueraroncabacomounalcohólicodesesentaaños.

—Joder...—dijoparasíriendoconlamanoenelpecho.Bajólasescaleras,enfilóelpasillohastaelsalón,loatravesóaoscurasy,enlacocina,sesirvióun

vasodeaguafríaylabebiódeuntrago.Aldarselavueltaparavolverasuhabitación,detectóaalguienenelsofá.Estabacubiertoconunamantayparecíadormirprofundamente.Seextrañó.Seaproximóyseinclinósobreél.EraLisa.

—¿Lisa?Ellaabriólosojosperezosamenteyalverloseincorporócontorpezaybostezó.—Hola,Dani.—¿Quéhacesaquí?—Enma ronca.Mucho.Nome deja dormir.—Se frotó los ojos, se pasó el pelo por detrás de las

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orejas y se acurrucópara dejarle sitio a su lado—.Yhabla.No tiene ni idea de lomuchoquehabladormida.Penséquememoríadelarisa.Esimposibledormirconella.

—Laheoído.Salíadelaseoymediounsustodemuerte.Danicontemplólosmueblesdemaderadelsalónylasbonitasfigurasquereposabanenlarepisadela

chimenea,iluminadaporlapocaluzqueentrabaporlaventana.Lisaencendióunapequeñalamparita,secubrióconlamanta,quesepasóporencimadeloshombros,ysonrió.

—Dani,¿puedoenseñartealgo?Élasintió.Suvozsonabatandulceyafectuosacomohorasantes,durantelacena.Ellalemirabacomo

siintentaradescifrarlaexpresióndesusojos;élsolodeseabaquedarseallí,cobijadosporaquellacasa,rodeados de sombras inofensivas y sin tener un propósito que combatir cuando saliera el sol. Sinembargo, lascosasnosiempresalencomounodesea,habíapensadoél.Todoelmundocargaconunamochilaalaespaldallenadeesperanzas,proyectoseilusiones,perosoloavecesalgunosloconsiguen.Ellosllevabanunadeesasmochilas,perollenasdemierda,yavecesprovocabanpesadillas.Loquemásañorabaerapoderdesprendersedeella,quejamáshubiesesucedidonadayquetodostuvieranunavidanormal, con sus noches normales y sus sueños reconfortantes y apacibles. Pero toda aquella situaciónesperpéntica formaba parte de ellos como una condena pendiente de cumplir o una deuda sin saldar.Debíanhaceralgo.

—Claro,Lis.Dormirmeresultaunatareacomplicada.Unratodecharlamevendríabien,sitedigolaverdad.

Lisaseincorporó.Llevabaunfinocamisónderasohastalasrodillas.Unaprendaque,sinpretendersersexy,aDanileparecíamuyfemeninayelegante.Volvióconunahojadepapelentrelosdedos,selaentregóysesentódenuevoasulado.Daniabriólahojadescoloridayalgoamarillenta,ysequedómudocuandovioeldibujoquelehabíahechocuandoeranunosniños.

—Hasguardadoeldibujo todosestosaños...—dijosinacabardecreérselo.Pasó losdedosporelpapelysuspiró—.Vaya,Lis,sitesoysinceronomeesperabaesto.

—Lollevosiempreconmigo.Escomounamuletodelasuerte.Unavezloperdí,cuandomerobaronlacarteraenuncentrocomercialdeMadrid,perotuvelasuertederecuperarlo,porquesacarontodoeldineroque llevabay tiraron lacarteraaunapapelerade la terceraplanta.Losotrosquemediste lostengoencasa,enunacarpeta;peroesteesespecial,fueelprimero.

Daninocontestó,estabaembobadoconaqueldibujo.Apenasrecordabaeldíaquelohabíadibujadoparaella,perosícuándoselodio.

—¿Tienesmuchaspesadillas?—continuóLisa—.Yasabes...—Sí...Peronomeimportan,notemosoñar.Usoesas...llamémoslasvisiones,parapintarmiscuadros

ymishistorias.Tambiénsonmásclarasestosúltimosmeses.Casipodríapensarquesonrealescuandomedespiertooveoalgoraro.Yameentiendes,Lis:ruidos,susurros...Visionesqueenotromomentomehubiesenespantado;peroahoralollevobien,yanosoyunniño.

Se inclinó hacia delante y Lisa pudo ver el comienzo de su cicatriz cuando la camiseta se abrióligeramente.

—Aúnlatienes...—dijo.YalinstanteDanisetapóyseencogiódehombros—.¿Teavergüenza?

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—No,essoloque...No,enabsoluto.—¿Puedoverla?Danipusocaradecircunstancias,perofueincapazdeexplicarleaLisaelmartirioporelquepasaba.

Sequitólacamisetaybajólavistarezandoparaquenoletocara.«Nolohagas,Lis,porquenosoportaríadecirtequeteapartesdemí.»Sonóun chasquidodetrásde ellosy comenzóa rugir el termostatode la calefacción.CuandoDani

quiso darse cuenta, Lisa tenía la palma de la mano apoyada en la marca y fruncía el ceño mientrasdescendíaconlasyemasportodoelcontorno.Estuvoapuntodegritarcomounloco,todosucuerposepusotenso.Algoestabasucediendo,algoquenopodíaentender,nitansiquieraasimilar.Noveíanada.Noescuchabalosgritosdevastadoresdelosniñosoellamentoahogadodeunavozfemeninapidiendoperdón.Nohabíadolor,niveíalasllagassupurando.Nada.

—Vaya,esincreíble.Apenasseve,perosigueenti.Esmuyfina,fíjate—murmuróconatención—.Escomounhilo,unahebrarecta.Conuncolorunpocomásclaroquetupiel,perorecta.Recuerdolomuchoquetesangraba.Lagarratehabíaabiertolaheridamásgrandequehabíavistoenmivida,peroescomosisehubiesenjuntadolasdospartesysoloquedaraesaunióncomorecuerdo.

Daninodijounasolapalabra.Estabaapuntodesufrirunderramecerebraldetodalatensiónqueseleestabaacumulandoenelcentrodelacabeza.CuandoLisadejódepalparleelpechoylomiró,éldebíadetenerlacaracomosihubiesechupadounlimón,porquecomenzóareíranimadamente.

—¿Buscabasunpretextoparametermemano?Aquellapreguntalaescupióconla intencióndedisimularsubloqueoemocional.Ellaabriólaboca

comosisesintieralamujermásofendidadelmundoyluegoentrecerrólosojos.—Puesclaro—respondió—.Eslomínimo.Soylaheroínadetuscuentos.Tengoplenoderecho.Danisacudió lacabezaysevolvióavestir.Estabaconsternado.Porprimeravezen todosaquellos

años,alguien,hombreomujer,noleimportaba,tocabasucicatrizynoveíanada.¡Nada!—No puedes quedarte aquí. Mañana te dolerán todos los huesos. Escucha. Mi cama es doble.

Podemossepararlasyduermesallí.Amínomeimportasiatitampoco.—Nome importa. ¿Porquédebería?No somosadolescentesy, sinceramente, a estas alturasdemi

vida,medaigualloquepuedanpensarlosdemás.Danisonrióyellaselevantóparairdetrásdeél.Cuandoentraronenlahabitaciónyélsedisponíaa

separarlascamas,Lisaledijoquenoeranecesario.—Además,nocreoquetemetasenmicama.Elproblemadelascamasdoblesesquesitesitúasenel

centroacabasenelsuelo.Escomouna«camatrampa».—¿«Camatrampa»?—Sí.Comoenloshoteles.Pidesunacamadematrimonioparadormircomounareinatúsolita—dijo

abriendolacolcha—yteencuentrascondoscamasunidas.Sitesitúasenmedio,nopuedestapartebien,resbalanlossomieresyacabasencajadaenmedio.«Camastrampa.»

ADanilehizograciaaquellaobservacióntanjusta.Élhabíaexperimentadomásdeunavezesodela«camatrampa».Semetióenlasuyay,trasapagarlaluz,miróaLisaysecolocódelado.

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—¿Sabesunacosa,Lis?Lisasesituótambiénmirandohaciaél,conlasmanosjuntasylacaraencima.—¿Qué?—Mealegramuchohabervenido.Notengonilamásremotaideadeloquevamosahacer.Cuando

éramos pequeños teníamos el don de la imaginación sin límites, pero ahora somos adultos, tenemoscientosderecursosanuestradisposiciónyparadójicamentemefaltanlasideas.

—Notenemosuntirachinasconbolasdemetalparadefendernos,¿eh?Danirioahogadamente.—No. Pero podemos comprar armas. Son más sencillas y letales... Pero no, Lis. No tenemos

tirachinas.—Esinútilpreocuparseantesdesaberalgo.Hancompradolacasaytenemosquesabersiseabrióel

pozootravez.LuegoestáEnmaytodaesainformaciónquedicequehaconseguido.Nolosé.Supongoquemañanaveremoslascosasdeotromodo.

LosojosdeLisabrillabanenlaoscuridad.Danideseóbesarla,rodearlaconsusbrazosyprotegerladetodoaquello.Laveíatanfrágil...Peroluegoestabaesaformademirarquesiempreteníacuandoalgoestabaapuntodesuceder:ladeaquellaniñadecididayconaplomoquesaltabasobrelocosconbatasyelculoalaire,olaquecorríadetrásdeunmonstruolanzandobolasdemetal,defendiéndolesatodosdecualquiercatástrofe.Eraambigüedad.Peroseguíasiendoella.

—Fuimosmuy valientes aquel día. Por el amor deDios, no teníamos ni doce años,Dani. ¿Te dascuenta?Ytodasaquellaspesadillasynochesenvela.Todavíanopuedocreermequenoacabásemosmaldelacabezaoconalgúntrauma.¿Tehacesunaideadeloquepasamos?¿Losmédicosquenosvierondespuésdeaquelloylamentiraquecreamosconaquelpobrechifladoquepagóportodo?Yosí.Voyaunpsiquiatradevezencuando,¿sabes?—Lisasuspiró—.Mimédicocreequeusometáforas,queBunnyesunaproyeccióndelculpable,aunqueenmiúltimacitanopudoexplicarciertascosas.Sipudieraverloquevimosnosotros,loquevivimos...

Danisegiróysecolocóbocaarriba.Sequedómirandoaltechoconlosojosmuyabiertos.—¿Yqué íbamos a decir,Lis? ¿Qué crees tú quenoshabríanhecho si hubiéramos contadonuestra

verdad?NoshabríanencerradoenuncentrocomolepasóaDavidBarroso.Nopodíamosconfesar loquepasamosallíabajo,ymuchomenosreconocerqueaquelhombrenonoshabíaatacado.Sabestanbiencomoyoquelapolicíadeseabatenerunculpableydeotromodojamáslohubiesenconseguido.Todosesospadres...Sushijosmuertos...Queríanunculpableynosotrosselodimos.

—Peronoloera.—Esehombreyahabíamatado,Lis.Habíaasesinado,sabíaloqueera.¿Quéimportanciatuvo?¿Que

noerajusto?Porsupuestoqueno.Pero¿quéíbamosahacer?Recordóasuspadreshablandoenlacocinayasumadrecontándoleasupadreconvozatribuladaque

aquelhombrelohabíareconocidotodo.¡Quéestupidez!Aquelchifladohabríareconocidohastalaquemade brujas en la Inquisición. No sabía ni dónde estaba, todo aquello le daba igual. En cambio, ellosnecesitabansobrevivir,olvidaralmenoshastaciertopuntoaquelloaloquehabíansidosometidosyno

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buscarningunaexplicaciónmás,porquenoexistíaparaellos,noporaquelentoncesynoconsusaños.—Quizás huimos demasiado rápido, Dani. No buscamos una razón, cogimos nuestras cosas y nos

fuimosparasiempredeaquí.—No, Lis. No lo hicimos porque no podíamos—le corrigió él—. Éramos niños. ¿Qué íbamos a

hacer?Nuestrospadresdecidíanpornosotros,noposeíamoslosadelantosqueexistenahorapararecabarinformación,Internet,libros...Vamos...¡Sisoloteníamosaunbibliotecarioadictoalasgominolasyalosdónutsqueolíaasudoryalcanfor!

—¿Cómosellamaba?—RonyMelony.Lisario.—¡Diosdemivida!¡RonyMelony!Tienesunamemoriaprodigiosa—opinó—.Mira,esoesverdad,

tienestodalarazón,pero...Nosé...LisasequedópensativayDanivolvióacolocarsedeladoconelcodosobrelaalmohadaylacabeza

reposandosobresumano.—Yosílosé,porquehepasadomuchotiemposoloysuelopensarenello.Estoesunpueblo,Lis.Un

pueblodiminutoqueperdióaunoscríosenelañoochentaysiete.Unpuebloquesevolviólocoenelochenta y uno cuando Tejero gritó: «¡Quieto todo el mundo!» ¿Cómo explicarles lo que nos pasó?Hubiesesidounaabsoluta locura.Aunqueese ser sehubierapresentadoenmitadde la iglesiaconuncuchillodecocina,jamáslohabríancomprendido,ymenos,aceptado.Eranobtusos,cerrados,ynosotroséramosniños.

—Perolologramossolos—insistióLisa—.Losmédicos,nuestrospadresytodaaquellaayudaeranunaburdamentiraquenonecesitábamos,fuimoslosúnicosresponsablesdelograrsalirdetodaaquellamierda.¿Nocreesquepodríamoshaberhechoalgomás?

—¿Elqué,Lis?Losniños superan los traumasenfrentándoseaellos, con laayudade losadultosydejandoquesusemocionessalganalaluz,ynosotroslohicimos,peroanuestramanera.¿Noloves?Lohicimosjuntos.Losuperamosygestionamostodosjuntos.

Aquella explicación pareció medio convencer a Lisa, que se revolvió acurrucándose máscómodamentebajolacolchay,parasusorpresa,extendióelbrazoyapoyólamanosobresusrizos.

—Rubito.Tellamabasiempreasí.¿Lorecuerdas?Daniasintió.¿Cómoibaaolvidaraquello?Veíaelpasadoynopodíaevitarpensarentodasaquellas

historiasysituacionesquehabíaexperimentadojuntoaellacuandoeranniños.Ibaadecirlealgo,perorepentinamenteoyeronel televisor enelpisodeabajoy losdos se sorprendieron.SemiraronyDanitanteóel interruptorde la luzymiró lahora.Eran las tresymediade lamañana.¿Quiéndemoniossehabíadespertadoyhabíaencendidoeltelevisor?

—¿Esoeslatelevisión?—preguntóellaincorporándose.—Esoparece.SelevantódelacamayLisasemarchódeprisadetrásdeél.Parecíandosniñosahurtadillas.Antes

de abrir la puerta de la habitación,Dani apagó la luz.A lomejorEnma se había despertado por sus

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propios ronquidos. Pensó en aquel momento, y podían verlo desde las escaleras sin necesidad demolestarlaoinquietarla.Abriólapuertaysedeslizó,seguidodeLisa,hastaelcomienzodelaescalera.Descendieron tres peldaños y se agacharon pegados a la barandilla; desde su posición percibían elrespaldo de uno de los sofás, la luz del televisor y las vocesmetálicas que salían de él.Había algoextrañoyperturbadorenaquelsonido,peronosabíamuybienloqueera.

—QuizásEnmasedespertóyalnovermebajópara...—Chisss...¿Looyes?Esimposible.Lisa no entendía a qué se refería. Dani se incorporó, bajó varios peldañosmás y cuando llegó al

pasillo hizo un gesto con la mano para que le siguiera. Ambos se quedaron petrificados delante deltelevisor.Estabantransmitiendounosdibujosanimadosqueellosconocíandemasiadobien.

«LosSupersónicos.Hoy presentamos: “El novio de robotina.”Con el papá, Super Sónico; el hijo,CometínSónico;lahija,LuceroSónico,ylamamá,UltraSónico.»

—Dani—logródecirLisa.Loteníasujetoporelbrazoynopodíaapartarlavistadeaquellosdibujosysusvocecitaselectrónicas—.Sabequeestamosaquí.

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CuandoLeosedespertó,erademadrugadayestabacasisegurodequehabíaoídoalgo.Lahabitaciónseencontrabatotalmenteaoscuras.Sumadreteníael turnodenocheynollegaríahastalassietedelamañana,peromientrasaguzabaeloídoempezóa tenermucha sed.Sequedóun ratoen la cama,bocaarriba,intentandovolveradormirseopensarenotracosacontaldenotenerquebajaralacocina;ledabamuchaperezayluegoleibaacostarconciliarelsueñootravez.Además,aunqueyateníacatorceaños,ledabamiedoquedarsesolo.Nuncaselohabíaconfesadoasumadre,creíaquenoerajustoparaella. Sobre todo después del divorcio, cuando su madre tuvo que conseguir un trabajo mediocre enaquella fábrica, llegaba agotada y con lasmanos llenas de heridas, y ya no se arreglaba como antes.Dormíagranpartedelamañanaydelmediodía.Aveceshastateníaqueprepararseéllacomidaparanomolestarla.

Mirólahoraenelpequeñodespertadorqueteníaenlamesita:lastresymediadelamadrugada.Teníaque levantarse a las sieteymedia si noquería llegar tardeal colegio.Pereza.Fue loúnicoque se leocurrió.Seincorporómediodormido,sepusolaszapatillasysalióalpasillo.Porsuertesucasateníalasventanasmuygrandes.Sumadresiempredejabalaspersianassubidasylosvisilloseranfinos,poresopodíaver.Elmiedoeraalgoqueconel tiempopodíacontrolar.Encendió la luzde laescaleraybajóarrastrando las zapatillas por lamoqueta hasta que volvió a oír algo en el piso de abajo y se quedóparalizado.¿Quéhabíasidoeso?Habríajuradoquehabíaalguienenelsalón.Conlospuñosapretadospor losnerviosyelcorazóndisparado,caminóhaciael lugardedondeproveníaelsoniqueteyvio lapuertadelsaloncitoentreabierta.Eranvocecitas.Agudas,chirriantes,comosiunamanadadeteleñecossehubiesecoladoensucasayestuvieracelebrandounafiestaenelsalón.AquellonoteníasentidoparaLeo. Mientras abría la puerta, empujándola con los nudillos, temeroso de avanzar un poco más yatravesarelumbral,violapantalladeltelevisorencendidayunosextrañosdibujosanimadosenella.

Pero¿quiéndemoniossehabíadejadoaquelloencendido?«Recuerda,Cometín.TúyLucero,pórtensebienconlaabuelitahastaqueregresemos.Hagantodolo

queellalesdiga.»«Sí,ma.Loharemoscongusto.»«Oh,sí.Esunaviejecitamuylinda,perosusmenússoninfames.»«Sí.Ytambiénsucomida.»«¡Niños,niños!Súper,¿vasapermitirquelosniñoshablendemimamádeesaforma?»«¿Qué?Oh,no,claroqueno.Cometín,Lucero,nodebendeciresascosasdelacomidadelaabuelita.

Noespeorquelademamá.»Leoavanzóvariospasosysequedóhipnotizadoporaquellosextrañosdibujosanimados.Parecíauna

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especiedefamiliadelfuturo,aunqueeldoblajedejabamuchoquedesearyseveíanantiguos.Descendíanporunostubostransparentesenunaespeciedesillasvoladorasyluegosemontabanenloqueparecíaunanaveespacial.¿Quécoñoeraaquello?¿Yporquéestabaeltelevisorencendidoaesashorasdelamadrugada?¿Habríavueltosumadreantesporalgunarazónysehabríaacostado?

Cogióelmandoypresionólosbotonesdelatelevisiónporcable,peronorespondía.Quizásenalgúnmomento de la noche había habido tormenta y no se enteró, pensó. Un cortocircuito o un fallo en elservidor.Sinmás,fuedirectohaciaelaparatoyseagachóparadesconectarelcabledelacorriente.Algolehizofrenarenseco.

«Creoqueesonoseríaunabuenaidea,Leo.¿Verdad,Súper?»«No.Creoqueesoseríaunamuymalaidea,miquerida.»«¿Verdad,Leo?»Aquelloibamásalládeloquesumentedeniñopodíasoportar.Leodirigiólavistahaciaeltelevisor

yvioquelosdibujosobservabanatravésdelapantalla.¡Lomirabanaél!—Pero...¿qué...?«Cometín,dileaLeoloquelespasaalosniñosquenoobedecenalosadultos.»«Claro,ma.Queelmonstruoseloscome.¿Noescierto,Lucero?»«Asíes,hermanito.»Leonolosoportómás.Chillóaltiempoquearrancabaelcableysealejabahacialapuertasinapartar

la vista de la pantalla. La sed había desaparecido y le dolía el estómago delmiedo.Corrió hacia lacocina,tomóelteléfono,encuyabasesumadreteníapegadoslosnúmerosmásimportantes,ydescolgó.Peroparasusorpresanohabíalínea.¡Quéibaahacer!Estabaparalizado,pegadoalapareddelacocinayconlavistaclavadaenlapuerta.«Elmonstruo.Elmonstruotecomesinoobedecesalosadultos»,eratodoloquerepetíaunayotravezensucabeza.Peropasóeltiempoysumentecomenzóadespejarse.Lacasaestabatotalmenteensilencioaexcepcióndeltictacdelrelojdelpasillo.Leosedijoasímismoquedebíateneragallas.Debíasubirlasescalerastodolorápidoquepudierayencerrarseensuhabitaciónhastaquellegasesumadre.Peroentoncesseacordódesuteléfonomóvil.¡Quéestúpidoera!Aunquelosniñosdecatorceañosenunmomentodepánicopodíanserlo,ymucho.Tomóairey seaproximóa lapuertadelacocina,asomólacabeza,ojeóelpasilloy,trascomprobarquenohabíaningúnmonstruoquesecomieraalosniños,saliódisparado,subiólospeldañosdedosendosyseencerróenlahabitación.Colocóelaparadordelantedelapuerta,sesentóenlacama,encendiólalamparitadelamesita,luegoselevantó y cogió sumochila. Estabamuy nervioso, pero por fin tenía elmóvil y llamaría a sumadre.Cuandomarcóelnúmeroycomenzóadarlostonos,soltóunprofundosuspiroysepusoarezar.

—Porfavor...Dios,quelocoja...Tejuroquemeportarébien,peroquelocoja.Porfavor...Unchasquidoalotroladodelalíneayluegounaespeciedesuspiro.—¿Mamá?Mamá,tienesqueveniracasa,estápasandoalgo.¡Tengomiedo!«Oh,Leo.Eresunniñomuydesobediente.Nodebisteportarteasí.Ahorairáaporti.Ytedestripará.

¡Tedestripará!»Lavozagudade lamujerpelirrojade losdibujosanimadosvolvióa retumbarensuoídoy lehizo

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gritar de estupor. Leo lanzó el móvil contra la pared de la habitación y se sentó en la cama, con laespaldacontraelcabeceroylasrodillasencogidasyrodeadasporlosbrazos.Estabaaterrado,apuntodedesmayarse,ylociertoesquenuncahabíaperdidoelconocimientoymientraslopensaba,mientrastratabadeordenarsusideasybuscarunasolución,oyóaquelsonidotraslapuerta.Habíaalguienenlacasay, lopeorde todo, subía lospeldañoshaciendocrujir lamadera. «¡Oh,Dios, ayúdame!», pensó,fuera de sí.Miró al vacío, la puerta seguía bloqueada con el aparador de cuatro cajones. Tenía queesconderseenalgúnlugar,tratardehuirdeallí,quizásaltandoporlaventana,perocuandosedisponíaaactivarlosmúsculosparalizadosdesucuerpoelaparadorcomenzóaresbalarmuylentamentehacialaizquierdaylapuerta,¡lapuerta!,comenzóaabrirsesola.

Unavoz.¿Quéeraloquedecía?Semovióintentandoquesucuerpolerespondiera,bajódelacama,cayóacuatropatasygateóhaciaelarmario,queestabaenelotroextremodelahabitación.Allíestaríaseguro, era el único sitio donde podía esconderse. Cerró las puertas, empujó la ropa hacia atrás ycontuvoelalientomientrasespiabaatravésdelasrendijasdiminutaslasombraoscuraqueavanzaba,lafiguraaltayproporcionadaqueseaproximabahaciasucama.

«Esunhombre.Noesningúnmonstruo.Esunmalditoladrónquequiererobarnosencasaycuandonomeveaseirá.¡Seirá!»

Elterrorsetransformóenmiedo.Noesquesediferenciaranmucho,peroeraunasensaciónmásreal,másliberadoraquizá.Sí,eraunhombre,unextrañoconpantalonesvaquerosybotasdecordones,ysehabíaquedado inmóvildelantedesucama.Nisiquieraestababuscandonadaenparticularynopodíaverlebienlacara.Llevabaalgoenlacabeza.Parecíaunagorraounsombrero,Leonoestabaseguroytampocoleimportabalomásmínimo,peroelhombresegiróyLeosintióquevolvíaadisparárseleelcorazón.Rezóporquenopudieraoírle,rezóporqueelhombrenodetectarasupresenciaysemarchase,peroparasudesgraciaseguíaallí.Suspensamientoserancomounnidodeavispas,hacíaunossegundoselaparadorsehabíadesplazadosoloporlahabitación.Yluegoaquelhombre.¿Yesoseguroqueeraunhombre?

«Sí. Tiene que serlo. Debiste “creer” que semovía solo, pero quizás al empujar la puerta con sufuerzadesplazóelmueble.»

—Mamá...—susurróparasí—.Diosmío...Diosmío...Cerrólosojospordesesperación.Cuandovolvióaabrirlossediocuentadequeelindividuosehabía

esfumado,perono semovió.Temía salir, temíaqueel extraño sehubieradirigidoaotrahabitaciónyoyerasusmovimientos,lapuertadelarmarioosabíaDios...Súbitamenteelmiedovolvióadesfigurarse,estavez enun sentimientodepánico.Había alguienmás en suhabitación, algopequeñoenun rincón,juntoalapuertaabierta.Algoqueparecíagatearoarrastrarsehaciaelcentrodelcuarto,quemovíalacabezaoloquedemoniostuvieradeunladoaotro.Primeroaladerecha,luegoalaizquierda.Comounpequeñoanimalacuatropatas.Peroteníabrazosydospiernasyllevabapantalonesyunacamisetaderayas.¿Quéeraaquello?¿Quiénera?

—Un,dos,tres.Un,dos,tres...¿Porquécontaba?¿Eraunniño?Parecíamurmuraryseaproximabadirectohaciaelarmario.

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—No,Dios...Nodejesquemecoja.Nodejesquemevea.Nolopermitas.Nolopermitas...Leosepegóunpocomásal fondodelarmario,apartándosede lasrendijas,queentoncesquedaban

parcialmentecubiertasporelterribleniño.Surostroestabatancercadelapuertaqueparecíaolfatearlamadera.Eraespantoso.AbriólabocayLeovioquelefaltabandientesyqueteníaalgunopartidoporlamitad.

—Un,dos,tres.Un,dos,tres.«¿Porquécuenta?»—Un,dos,tres...Un,dos,tres.Ibaaperderelconocimiento.Suvozeracadavezmásgutural,másinhumana,monstruosayferoz.—Un,dos,tres—repetíariendodesdefuera.Setapólabocaconlamano.Rompióallorarensilencioyfuecuandosintióqueletocabanelhombro.

Del susto su cuerpo cayóhacia atrásy se enredó conun abrigo, unospantalonesque estaban colgadossobresucabeza.Algoqueestabadentro,casiasulado,seprecipitósobreélantesdequepudieratansiquierachillar.

—Un,dos,tres—chilló«lacosa»defuera.—¡Yoteatraparé!—chilló«lacosa»dedentro.

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Enmasehabíaquedadopetrificada,conlacafeteraenlamanoylosojosfijosenDaniyLisa.—¿Meestáistomandoelpelo?—preguntóalfin—.¿LosSupersónicosenlatelevisióndemadrugada?

¿MeestáisdiciendoqueeltelevisorseencendióalastresdelamañanayestabandandolosdibujosdelosSupersónicos?

Eracomosipensaraqueelordendelaspalabrasenunamismapreguntafueraacambiarlarespuesta.Daniasintió.

—Sí.Creímosqueerastú.Quehabíasbajadoabeberoalgoasí.Enmamudóelgestodesorpresa,alzólascejasydepositólatazadecafédelantedeDani.—YporesoLisaacabódurmiendoentuhabitación.—¡Enma!—exclamó Lisa—. Roncas como un orangután. Yo ya estaba en la habitación con Dani

cuandooímoselsonido.—Yonoronco,respirofuerte.¿Quieresmásleche?—Eso...Esoesloquesiempresedice,Enma.—Daniestabaapuntoderomperareír—.No,mevale

así.Gracias.—Puesrespirascomounorangután—repitióLisaconungestosolemne.—Esunacamadoble,Enma.Ysomospersonasadultas—apostillóél.Enmasesentófrenteaellosybalanceólacabeza.—Díseloatuhermano,quesefuealasochodelamañanahaciaelayuntamientoparaverquiénhabía

comprado la casa Camelle y, cuando entró a despertarte, salió disparado. Fuemuy gracioso, ¿sabes,Dani? Hizo una especie de cabriola—alegómoviendo lamano—.Yo estaba saliendo del aseo, queconste.Abriólapuertaconsuairepetulante,entrócomounaexhalación,hizoungirodecientoochentagradosyenfilóhacialasescalerasconungestomuycómico.Fuegracioso.Sí.Muygracioso.

—VálgameDios.Cualquieraloaguantaahora.—¿Alayuntamiento?—inquirióLisa.BebióunpocodecaféymiróaEnma.—Sí,hastahaceunosdíasestabandeobrasenlacasaCamelle.Ayermeencontréconalgúnvecinoy

fuetodoloquepudesacardeltema.Perollevandosdíassintrabajar.Hanparadohacemuypoco.Unodelos muchachos de la gasolinera me dijo que debían de haber tomado un descanso, porque llevabansemanas sin hacerlo de lunes a domingo. Su compañero, en cambio, cree que igual les faltaba algúnpermiso.Nolosabenconexactitud.—MiróaDaniysonrió—.AsíqueClaudiohatiradoporelcaminomásrápido.Ibaadespertarteparaqueloacompañaras,peroclaro...

Lisasonrió.AlgoquenohabíaplaneadoerahabersedespertadotanpegadaaDanienaquella«cama

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trampa».Unhechoque teníamuchoquever con la costumbrede dormir sola enuna camademásdemetrocincuentayque,muyposiblemente,habíahechoquerodarahaciaelcentro,sortearalaseparaciónde loscolchonescon lapartesuperiordesucuerpoydespertaramuchotiempodespuéscon lacabezaapoyadaenelhombrodeDaniysunarizafiladarozándolelospelosdelcogotecomodosenamorados.El cuerpo deDani era una bonita silueta que se recortaba contra la oscuridad de la noche y la teníaapresadaporelpesodesubrazo.Yhabíaintentadosalirdeallí,másbienpoco,sinmuchainsistencia,perolohabíaintentado,tareaquesetornódefinitivamenteimposiblecuandoDanisegiróhaciaella,pasóelotrobrazoporencimadesucinturayseapretujóaúnmás.Inconscientemente,porsupuesto.

—Eresperversa,Enma.Porcierto,¿dóndeestáCedric?¿Siguedurmiendo?Enmalamiróconciertaincredulidad.Tomóunatostadadelplatoylediounmordisco.—SalióconClaudio,peroibaaotrolado—respondió,conlabocallena—.Creoquetienealgoque

verconlainformaciónquehatraído.Estoyansiosadequeregresenynospongamosaldía.—Yocreoqueaúnnosoyconscientededóndenosestamosmetiendo—dijoLisa.Danilamirabade

reojo—. Estoy contenta de veros, eufórica, pero no dejo de pensar que tenemos algo peligroso entremanos,quevamosavolveraesacasayque...

—...tenemosqueveraBunny.—Danicompletólafraseyluegobebiódesucafé.Sucabezaledecíaquehabíamuchamásinformaciónenaquellostúneles,quedebíanbajar,recorrertodasaquellasgaleríasyaveriguarquéhabíaallírealmente—.¿Recordáislasgaleríasdelsótano?

EnmayLisaasintieronalavez.—Allíabajohabíaunentramadodepasillosyrestosmetálicos.Norecuerdomuybien,perocogimos

barras,comosialguienhubieratroceadomaquinariaoalgoasí.¿Noosacordáis?Inclusocreoquelleguéaverunaruedametálicadeesasquellevanlassillasparainválidos.Hapasadotantotiempoqueyanoestoyseguradeloqueviallíabajo.

—Patas—susurróEnma—.Eranpatas de sillas o restosde estructuras, yo sí lo recuerdo.Estabanpartidasy agrupadasdonde te atacó a ti,Dani.Habíamás cosas, pero las heolvidado.Fue todomuyrápidoyhapasadomuchotiempo.

Lostressequedaronunosinstantesensilencio,cadaunoconsuspensamientosysusrecuerdos.—Creíqueíbamosasellaresetúnelparasiempre—dijoentoncesLisaconunlamento.Danilamirócomosiacabaradeverlaporprimeravez.Teníatodoelcabelloporlafrenteyparecía

unodeaquellosángelesquepintabanenloscuadrosdelasiglesias.Ellalesonriócontimidez,perosumiradaeramisteriosa:teníalosojosperfiladosconunlápiznegroyeracomomiraraungato.

—Yotambién,Lis—lerespondió—,perodesdequelleguétengounaextrañasensación.Nosécómoexplicarlo.Tenemoscuarentaañosyllevamostodalavidacargandoconunaspesadillasquehanidoamásdependiendodelaño.¿Meequivoco?Porqueesomepasaamí.

—Esoescierto—confirmóEnma.—Puedequesellaresepozoacabecontodosnuestrosproblemas.Puedollegarapensarqueescomo

unapuerta,unaccesodealgomalignoanuestrasvidasyquedealgúnmodoBunnyllegóhastanosotrosatravésdeesepozo,que...Nosé.Queloquemiabuelonoscontó,cuandonosdijoquehabíamarineros

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borrachosqueconfesabanhabervistoaunhombreconunamáscara,fueracierto,claroquesí.Nuncalohedudado,perohastaqueabrimoselpozo,enSanPetri,esesernuncasehabíamanifestado,ymuchomenoshabíamatado,almenosesoesloquenosotrossupimos.

—Quieressaberquéhayallíabajo—afirmóLisavolviéndosehaciaél—.Saberquéesoquiénes.Enmafruncióelceño,pensativa.Entornólosojos,dejólatazaencimadelamesayselevantópara

situarsejuntoalaventana,deespaldasaellos.—Seríaunalocuraylosabes,Dani.Podríamossalirheridosoinclusomorir.—Nopudoconnosotros cuando teníamosonce años,Enma.Ahora somos adultosy... ymeniego a

enterraresemalditomisteriobajounmontóndeescombros.Nosdebenuestrainfanciaynuestrajuventud.—PuedequeDanitengarazón,Enma—dijoLisa.—Estáislocos—susurróella.Danidejóescaparunjadeoahogadoyapartóelplatodetostadashaciaunladodelamesa.Enmase

giróylomirófijamente.—Haréloquehagáisyosseguiréadondevayáis—respondió—,peroospidoquenoosolvidéisde

quesoymadreyquequierovolveracasaconmifamilia.—Enma...Lisaselevantóylaestrechóentresusbrazos.—Nonosvaapasarnada.Todosvolveremosacasa—lerespondióellaafectuosamente.

El ruido de unmotor les anunció queClaudio había regresado.CuandoLisa yEnma se separaron,vieronaCedricdescenderdelasientodelcopilotodel jeepconunacarpetillaen lamanoyaClaudiodelantedeéljuntoalaverja.Eracomoverasuspadrestreintaañosatrás,comoretrocedereneltiempo.

—Dani, tú eres igual que tumadre—dijo Enma al tiempo que se enjugaba con una servilleta laslágrimas—,perotuhermanoesunaréplicadetupadre.SantoDios...yCedric.Todavíarecuerdoeldíaquenostrajeronlapuertadelacabaña.Tupadresiemprefuetodouncaballeroytumadreerapreciosa.¿Estánbien?

—Sí,siguenigual,conunascuantasarrugasmás,perohannacidoelunoparaelotro.Hemossidomuyafortunadoseneseaspecto.

Seoyeronlapuertadelaentradaylaspisadassobrelamadera.CuandoClaudioentróenlacocina,sequitólasgafasdesolymiróasuhermano.Lediounapalmaditaenlaespalda,luegobesóenlamejillaaEnmayacontinuaciónhizolomismoconLisa.

—Buenosdías,familia.—Antes de que hagas una broma con el asunto—añadióLisa—, diré enmi defensa que no podía

dormirporqueEnma«respirafuerte».Tuhermano,muyeducadamente,merescatódelsofáymecediólacamadeallado.

Cedric,quenosehabíaenteradodenada,sacudiólacabezayfruncióelceño.—¿Enmaronca?—Respirofuerte,Claudio.

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—Yhabla—alegóDaniconrotundidad.Enmasoltóungruñido.—¿Yquémás?Solomefaltacaminardormidaporelpasillocomoaquellaviejalocadelapelícula

Lavisita.—Joder,hevistoesapelícula—respondióClaudio—.Ladelosniñosquevanacasadesusabuelos

y, cuando dan las diez, la abuela se pasea a gatas por la casa o corre por los pasillos como un putodemonio.Debrapasódosdíassoñandoconeso.

—¿Laquecorríaconlasmanosenlaespaldayarañabalasparedes?—Esamisma—ledijoClaudioaCedric—.Pareceunatonteríadepelícula,perocoño,acojona.LuegovolvióamiraraLisaysonrió.—¿Sí?—Harébromas...—afirmóconironía—.Teloaseguro...Peroenotromomento.Creoqueahorame

tomaréuncaféyunadeesastostadas.SequitólachaquetadeltrajeyluegosesentóenlasillamáspróximaaLisa.Cedricdejólacarpetay

unperiódicoencimadelamesa,ytambiénsesirvióunpocodecafé.Ambosparecíaneldíaylanoche,ClaudioconsuaspectodeejecutivoagresivoyCedricconsuspantalonesvaquerosyunjerseydecisnenegroajuegoconunachaquetadepana,latípicaprendadeprofesoruniversitarioescritor.Dosestilosmuydispares.Aunqueningunodeloscincoteníamuchoencomúnencuantoamodaserefería.

—Lacasahasidocompradaporunaconstructora—anuncióClaudiountandounadelastostadasconmantequilla—,FergoS.A.Elconcejaldeurbanismoesun tipoun tantoestiradilloynoqueríadarmemuchosdatosmás.Ledijequeeraunparticular, queestaba interesadoenesa finca.Lehubieradichoquiénerayquenacíaquí,peroelindividuonoesdeSanPetri,nomesonabadenada,asíquemelimitéaexplicarlequequeríacomprarlacasaymediolosdatosdelaconstructora.Hellamadodesdeelcocheynovaisacreerdequiénes.

TodoslemiraronaexcepcióndeCedric.—¿Dequién?—¿OssuenadealgoAlanBarroso?—¿Han comprado la casa los padres deBruno yDavidBarroso?—preguntóEnma sin salir de su

asombro.—Exacto.—Pero¿paraqué?—Notengonilamásremotaidea—añadióClaudio.Semetióuntrozodetostadaenlabocayluego

diountragoasucafé.Estabahambriento.—Quizáquierandemolerlacasa.Puronegocio.Hacermásviviendas.Nosemeocurreunarazón—

dijoDani.—¿Justoahora?—Puedesercausalidad,Lisa—respondióEnma.—Si los obreros han abierto el pozo, esa puede ser la causa de que todos estemos pasando por

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pesadillasmásagresivasdelonormal.Lisanegóconlacabeza.MiróaDaniycontóenunosminutosloquehabíanvistoaquellamadrugada

frentealtelevisor.ClaudiosetragólatostadacondificultadyCedric,queestabaojeandoelperiódicoconunasgafasapoyadasenlapuntadelanariz,sequedóblanco.

—¿QuéfuedeDavidBarroso?—preguntóCedric.—Tengoentendidoquelointernaronenunpsiquiátrico.Habíadejadodehablar,¿lorecordáis?Luego

nosfuimosynovolvíasabernadadelasunto.

CedricmiróaDaniydespuésasuhermano.FueDanielqueadvirtiólacuriosidadrabiosaenlosojosdesuamigo,algolepasabaporlacabeza.Suexpresividadnohabíavariado.Cedricpodíadecirlotodoconlosgestosdelacarasintansiquieraabrirlaboca.

—Creo que lo primero que tendríamos que averiguar es por qué han comprado la casaCamelle ydóndeestáenlaactualidadDavidBarroso—continuóCedric—.¿Notenéiscuriosidadporsaberquéfuedeélycómohapasadoestosaños,sihaexperimentadolomismoquenosotros?

ClaudiohizoungestoafirmativoyluegosedirigióaEnma.—Vale,Enma.Túteníasalgoquedecirnos.Descubristealgoycreoqueeselmomentodequetodos

nospongamosaldía.—Claro,porsupuesto.Voyaporello.SeprodujounapausahastaqueEnmaregresó.Traíaunacarpetadeplásticoazul,delaqueempezóa

sacarunagrancantidaddepapelesllenosdefechas.—Veamos.Unodeesosdíasociososquetenía,recordéloquevuestroabuelooscontóenlacabaña,

aquellodequeese serhabía sidovistopordistintaspersonas cuando seproducíauna tragedia en losañostreinta,ynomentía.BusquéporInternetyluegoenlabibliotecatodalainformaciónquehabíasobrelos naufragios en estas costas yme quedé sorprendida. ¡Empiezan antes del año 1400!Han sidomuypocoslosinvestigadoresquesehanpreocupadoporesteasunto.Porsupuesto,cuandonosotrosteníamosonceañosapenasexistíanadaalrespecto,peroahorasí.Mirad.

Enmaapartóvariashojasytodospudieronconsultarunalistaconfechas,nombresdebarcos,tipodemercancíaque llevabanypasajerosque sobrevivieronenordencronológico.Enalgunosno sehabíanproducido víctimas, solo pérdidas materiales cuantiosas, pero en otros era aterradora la cantidad depersonasfallecidas.

—Es increíble —dijo Lisa—. Empieza en el año 585 con el hundimiento del Flota Rei FrancoGontran;esimposiblequesesepaconseguridadsialguienfalleció.

Claudiocogió losdocumentosy losestudióconconcentración.Apoyóeldedo índiceenelpapelydijo:

—Mirad, aquí pone que en el año 844 una flota de doce barcos normandos desapareció sin dejarrastro,yluegopasaalaño1345,todoshundidosenelcaboFisterra.

Enmalevantólamanopidiendounpocodeatencióny,pasandopáginas,prosiguió:—Esperad.Todosestoshundimientos,quesoncientos,nosonloquerealmentemellamólaatención,

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aunquenoesnormal.Sino recuerdomal,ycorregidmesimeequivoco,vuestroabuelomencionóqueempezaronaveraBunnyenlosañostreinta,loquecasualmentecoincideconlaconstruccióndelacasaCamelle,peronuncalovieronenSanPetri.¿Esasí?

—Asíes—respondióDani—.Élsiempremencionólascostas,nounpueblodeinterior.Enmaafirmó:—Exacto,perocuandoelBonifaz sehundeenelsesentaycuatroescuandoClaus,elmarineroque

construyó lacasaCamelle,sevuelve locoyabreelpozo.VosotrosmecontasteisqueClausdecíaquehablabaconél,esoesloqueoscontóvuestroabueloenvida,yenelmismoorden:unanochevuelveacasa,mataatodasufamiliaylostiraalpozo.

Dani,queestabapensativoynoapartabalavistadelashojasdenaufragios,miróaEnmayseencogiódehombros.

—¿Estásdiciendoqueexisteunapauta?—Esoesjustoloquepienso.Clausabrióelpozo,hizolomismoquenosotros,ypocodespués,del

modoquefuera,muerencuatroniñosyunamujer.LoquevivióovioClaus,oquienlosmató,realmente,sololosabeClausyjamáspudodecirlo;sinembargo, tenemosconstanciadequehablabaconelpozodesdehacíamucho.¿PorquénopudoserBunny?Loescribióenlapareddelahabitacióndeunodelosnietos,recordadlo:«Elconejomepersigue.»

—Perohay algoque senos escapa—afirmóDani—.Para empezar, ese ser actuaba, que sepamos,desde los años treinta, como una especie deMothman.Ya sabéis, aquellos seres altos con forma dehombres polilla que se aparecían en distintos condados de Estados Unidos, justo antes de una grancatástrofe.Aunque,enesecaso,nolohacíaantes;miabuelonoscontóquelohacíadespués,cuandoyasehabíahundidoelbarcooeraderribadounavión.Recuerdoqueunadelascosasquenosdijoesquelohabíanvistosentadosobreelfuselajedeunodeesosbichos,enmercantes,algúnbarcodevapor,yenlagranmayoríahabíavíctimashumanas.

—Dani, tú escribiste enuna libreta los añosde tuspesadillas. ¿Porquéno la traes?—le invitó suhermano.Todosestabanazorados.

Alcabodeunossegundos,Daniregresóconellaenlamano.Laabrióydijo:—Enma,voyadarteunasfechas.Averquédicenesospapeles,¿vale?—Deacuerdo.—Vamosallá.Elveranodelochentaynueve.Enmaojeólaspáginas.—Enelochentaynueve...Aver.EnjuniodelochentaynuevesehundióelmercanteLadyRhodaenel

caboSilleiroymurieronseispersonas.—Veamos,cuatromesesdespuéstuvemáspesadillas,endiciembredelnoventa.—Añonoventa,añonoventa...¡Aquíestá!UnbuquepesquerollamadoSHAK.Eloncedediciembre,

parasermásexactos.SehundiófrenteaFisterraymurieronochopersonas.Daniempezabaaponersenervioso.MiróasuhermanoyluegoaLisayaCedric,quenosemovían.

Prosiguió:

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—Mira otros meses del noventa y uno. No tengo anotados cuáles, pero indiqué: «Varios mesesseguidos.»

—Sí,tienesrazón.¡Oh,Diosmío!Porejemplo,enabrilsehundióunpesqueroenPedradeBoiyhubonuevemuertos y un desaparecido. Y esemismomes, el veinticinco de abril, un buque llamadoDiesColome fueabordadoporotroynohubosupervivientes.Señor,elcincodeoctubreotropesqueroconnueve fallecidos,y tresdíasdespuéscincomuertosmás,enotropesquero,unarrastrerodeveintisietemetrosdeeslora.

Seprodujootrosilencio,mientrastodosmirabanaEnma.Estabaclaroqueestabanimpresionadosporloqueacababandedescubrir.

—Enma,durantealgunosmesesdelnoventayuno,elnoventaytresyelnoventaycuatronosoñénada,loanotéenrojoparapoderdiferenciarlo.Compruebaquépasóenesasfechas.¿Nohubohundimientos?

—No,Dani—contestóEnma—.Síhubohundimientos.—Pero ¿entonces?—preguntó Lisa con la voz apagada.Miró a su amiga con tristeza y después a

Claudio,quepermanecíaensilencio.Enmaseencogiódehombrosydejóunahojasobrelamesaparaquetodoslavieran.—Hubomuchosmás.Sinembargo,enesoshundimientosnohubovíctimas.—Sepasólamanoporel

pelo,quellevabarecogidoenunacolaalta,yrespiróprofundamente—.Peromiraelnoventaydos,Dani.Esenolohasmencionado.

—Porquesehundióotropesquero—dijoDani.Mirabaelpapelyseguíacadalínea impresaconeldedo—.Yhubodosmuertos...

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Habían transcurrido unos minutos desde que Carlota Costa llegara fuera de sí a la comisaría depolicíadeSanPetri.Unamadrecon losojosprofundamentehundidos, lanarizroja,comosiestuvieraresfriada,yelpelorevueltoysujetodecualquiermaneracondospinzas.Estuvosentada,conelbolsoentrelasmanos,sobrelasrodillas,yalcabodemuypocoselevantó,apuntodeperderlosnervios,ycomenzóagritarquenopodíaesperarmás,quesuhijohabíadesaparecido,quenosabíannadadeéldesdelahoradelacenayquemuchosvecinoslohabíanestadobuscandodurantetodalanoche.Quelaayudaranosecortaríalasvenasallímismo.Anteaquellaamenaza,AnabelCoset,unadelasagentesmásjóvenes,secompadeciódeellayacompañóalamujerasumesa.

CarlotaCostallevabaunvestidoverdeconunasmediasdelanaajuegoquelahacíanparecermuchomayor.Quizáfueraelcolor,Anabelnoestabasegura,peroloquesíteníaclaroesqueaquellamujer,quenosuperabaelmetrosesenta,estabadesesperada,recelosa,sobretododestrozada.Temióquesufrieraunataquedenervios,asíquesacóunpaquetedecigarrillos,leofrecióunoyesta,aunsabiendoqueaquellohacía tiempoqueno estabapermitido, lo aceptó, lo encendióy se secó lasmejillas y la nariz conunpañuelo.

—HaindicadoamicompañeroqueelniñosellamaKevinCosta.Esustedmadresolteraynoavisóantesalapolicíaporquesuhijoalgunavezhasufridobullyingenelcolegioysueleescondersedurantehoras.

Lamujerasintió,rompióallorarensilencioy,trasunalevepausa,serecompuso.—Hace unosmeses,mi hijo tuvo una fuerte pelea en el colegio.Es un niño grueso, se esfuerza en

gustaralosdemás...ElcasoesqueKevin...sufrióalasalidadelabiblioteca...Yaeratarde...¡Disculpe!¡Noséniloquedigo!

—¿Quiereunvasodeagua?—Porfavor—respondió,altiempoqueapagabaelcigarrillo.Anabel se aproximó al dispensador de agua, cogió un vaso de plástico, lo llenó y se lo entregó.

Carlota bebió con avidez.Comenzaba a relajarse dentro de su tragedia.Miró a la agente de policía ycontinuó.

—Eratarde,lasnueve.Avecessequedaaestudiarenlabiblioteca,porquenuestrosvecinostienendosniños pequeñosy gritanmucho.Esedía semetieron con él yKevin se escondió en la iglesia.Sequedódormidoycuandodespertóeranlastresdelamañana.Poresonolesavisé.Creíquemipobrehijohabríasufridootroataquecrueldesuscompañerosyme limitéabuscarle. ¡PorelamordeDios,estepuebloesmuypequeñoytodosnosconocemos!¿Quiénseloibaallevar?

—¿Tieneideadelahoraalaquepudodesaparecer?

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—Laúltimavezquelovieronseríanlasochodelatarde,enelparque.Llevabaunmóvil,unteléfonoque le regalósuabuelapor sucumpleaños,peronoheconseguidoqueme locoja;a lahoradecenarestabaencendido,perocuandovolvíainsistiryanodabalínea.¡Lohabíaapagado!

—¿Tieneunafotodelniñoquepodamosquedarnos?Lamujerasintió,metiólamanoensubolsoy,trasabrirlacartera,sacóunaimagendeKevinysela

entregó.—Elniñotienetreceaños,nosdijo.Notienepadre,¿verdad?,ninadiequepudierareclamarlooque

quierallevárselo...—¡No,porDios!—Tranquila, señora Costa. Son preguntas habituales, las hacemos siempre. Intento descartar a

personasdelentorno,trabajarconmásrapidezysolucionarestoloantesposible.CarlotaCostasoltóunhondosuspiro.—Notenemosparientescercanos.MihermanaviveenBarcelonaylaabueladeKevin,mimadre,es

unapersonamayoryestáamicargo,viveconnosotros.Tampocotieneamigos,esunniñoresponsable,peromuymiedoso.¡Porfavor,tienequeencontrarle!

Anabelsacóunalibretadeunodeloscajonesdelescritorio,arrancóunahojayladejóencimadelamesa.

—Haremosunacosa,señoraCosta.Quieroquemeapunteenestahojadepapel losnombresdeloschicosdelcolegioquehanacosadoasuhijo,empezaremosporahí.Sitieneamistadconalguienmás,daigualqueseaunadultoounniño,tambiénesimportante,ylossitiosalosquesueleir.Yquieroquesevayaacasa.Sisuhijoregresaynolaencuentra,seasustará.Pasaréaverlaencuantotengaalgoyestarécontinuamenteencontactoconustedporteléfono.

—Deacuerdo—jadeó.Anotóvariosnombresenlahojayselaentregó.—Llámemesirecuerdaalgomásositienecualquierduda.CarlotaCosta se quedómirando a la policía y por unmomentoAnabel creyóque iba a perder los

nervios.—¿Yparaquésirvoencasa?—Señora, no podemos descartar nada. Dudo de que hayan secuestrado a su hijo... —dijo con

suavidad.Cuandolamadredelniñomudóelgesto,Anabeltomósumano—.Tranquila,nodigoqueseaasí, pero si lo fuera, llamarán a casa y la abuela del pequeño no creo que esté en condiciones deresponder.¿Mecomprende?

—¡Sí!—Sollozó.Leentregóunatarjetaconsunúmerodemóvilenlapartedeatrásyeldelacomisaríadelante.—Lallamaré,seloaseguro.Lamujerselevantó,sesecóotravezlosojosconeldorsodelamanoysecolgóelbolsodelhombro

y lo aferró con ambas manos contra su cadera. Anabel sintió una profunda lástima por ella, pero lesonrió.

—Vayaacasa.Ledoymipalabradequeencontraremosasuhijo.

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Lavio alejarsepor el pasilloque atravesaba lasoficinas, deslizándose comounespectro entre lasmesasdesuscompañeros.Esperóelascensorhastaqueseabrióydesapareciótraslaspuertasdemetal.Anabelsequedóobservandoduranteunosminutoselinformedelniñoysufotografía.JamássehubieseesperadounasituaciónasíenunlugarcomoSanPetri.AunqueposiblementetodoquedarareducidoaunapequeñaescapadayKevinCostaestaríadevueltaencasaesamismanoche,nopudosinopensarenalgoquerecordabavagamente,decuandoibaalcolegiodeprimariadeSanPetri.Tendríaunosochoonueveaños.Lahistoriaeradifusa,porqueeramuypequeñaysuspadresnohablabannuncadeciertascosasdelante de ella, pero lo recordaba, almenos algo.Dos alumnos asesinados por un loco que se habíaescapadodelsanatoriomental,amuchoskilómetrosdeallí,peroelhombrehabíavagadoporelbosquedurantedías.¿Habíaatacadoaotroschicos?Noestabasegura.

Dejólafotografíadelniñoenlacarpetayselevantódesusilla.Cogióelbolso,elarmareglamentariaylaplaca,ysedirigióalasalida.HaríaunavisitaaloschiquillosqueCarlotaCostahabíaanotadoenelfolio.«Pequeñostiranos—pensó—.Siempreexistieronysiempreexistirán.»

Cuandoestabaapuntodecogerelascensor,sujefelallamódesdeeldespachoehizoungestoconlamanoparaqueseacercara.

—Anabel,¿estástúconeseniño?—Teníaelbigotecanomalpeinadoyunolorarancioporaquellamaníaabsurdadefumarpurosencerradoentreaquellascuatroparedessinapenasventilación.

—Sí,señor.Ibaahoramismoaveraloschicosquelehanestadomolestando.Daréunavueltaporelbarrioparaverquésecueceypasaréporelparquedondelovieronporúltimavez.

—Hay otro niño que no está donde debería —dijo dándole otra subcarpeta marrón—. Mira elcontenidodelinformeypasaaverasufamilia.

—¿Otro?—Sí.Acuatrocallesdeaquí.Sumadretrabajadenoche.Lodenuncióalassieteosieteymediadela

mañana,nadamásllegaracasa.Lapuertaestabaforzadaylahabitacióndelpequeñoteníaunaparadorcambiadodelugarylaspuertasdelarmariorotas.Todopareceindicarquesetratadeunsecuestro.ElniñosellamaLeoValverde.

Anabeltomólacarpetayojeóelcontenido.—Madredivorciada...—susurró—.Elotrochicotampocotienepadre.Estábien,meocupodeello.El comisario asintió, se dio la vuelta y se encerró en el despacho. Anabel se quedó delante del

ascensor sin apretar el botón, leyendo lo poco que tenían de Leo Valverde y preguntándose si seríacasualidadquedesaparecierandosniñoscasialmismotiempo.Luegometiólacarpetaconlaotraenelbolso,llamóalascensorysefue.

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DanimirabadereojoaLisa.Aquellamañanalaveíamuchomáshermosaquelanocheanterior,ynoeraporqueaquelpantalónnegroyladelicadablusablancalahicieranmásjoventodavía.Erasumirada,algoperversa,y la formadeentornar losojoscuando se ruborizaba,pornomencionarque teníaunasmanospreciosasyunasonrisaarrebatadora.Noobstante,élsabíaqueellanoveíatodosesosdetalles.Noera laclasedeféminaqueexplotarasusencantos,másbien losocultabadeunmodo inconsciente,involuntario.Sepreguntósieseeraelprecioquedebíapagarunamujercuandounhombrenolavalorabacomo se merecía, si habría pasado mucho tiempo a su lado, soportando sus insultos o cuántasbarbaridadesmásquenocontaba.

—Essorprendente—murmuróLisaaltiempoquecogíalalibretadeDani—.Lotienestodoaquí.Yorecuerdo pesadillas, algunas visiones, si puedo llamarlas así, y que hace catorce años me asusté deverdadporculpadeellas.Fuecuandoempecéairaunpsiquiatra.

—¿Hacecatorceaños?—preguntóEnma—.Hablamosdelaño2002.—Comenzóapasarpáginasygolpeó el papel con el dedo—. Este me lo sé de memoria, porque pasé por lo mismo. Fijaos. ElPanchito,unpesquerogallegoquedejócincomuertos;el trecedeabril sehundióElMeloxeiraenACoruña,tambiéndenacionalidadespañolacomoelanterior,ydejócuatromuertos.¡ElFervenza!SantoDios,¿noloveis?Todocoincide.Otropesqueroquedejódosmuertosflotandoenelmar,sincontarconelPrestige,quenodejómuertos,perorematóelañodeunmodoterrible,frenteaFisterra.

—Estáclaroquehashechountrabajoimpresionante,Enma—apostillóCedric—.Nuestrosepisodiosnocturnostienenmuchoqueverconcatástrofesconvíctimas,ysupongo,porlógica,queBunnysedejóver,onoseescondió,silopreferís,cuandosucedierontodasesasdesgracias.

Claudio,quenosehabíamanifestadoencasitodalaconversación,seinclinóhaciadelanteydijo:—Peroesonoexplicanada.Nonosdicequiéncoñoes,niporquénospasanestascosasoporqué

decidiómatar.Estamoscomoalprincipio.—Cedric,túdijistequehabíasaveriguadoalgoaterrador—añadióEnma—.¿Aquétereferías?—Escierto.Perdonad.IntentabahilartodoslosdatosqueestabadandoEnmaconloqueyoconseguí

averiguar.Perolasfechasnoencajan.Déjameesospapeles,Enma,quierocomprobaralgo.Sequedóunossegundospensativo,sepusolasgafasyluegomiróasusamigos.—Cedric,porDios,¿aquéterefieres?—Perdona,Lis.Noeslaprimeravezqueaparecenniñosmuertos—afirmótajantemente—.Ocurrió

en1921,fechaquenomecuadra,dadoquelacasaCamelleseconstruyóeneltreinta.SegúnlospapelesdeEnmahubootronaufragioquepuedecoincidir,eldelSantaIsabel,dondemurieron,segúnponeahí,doscientas trece personas. Pero fue enSálvora, casualmentemuy cerca del lugar donde se encontró a

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cuatro niñosmutilados y asesinados. Eran los años veinte, así que no he podido dar conmuchamásinformación.Solocomprobabasihabíahabidoalgúnnaufragio,porqueesedatonolotenía,yveoquesí.

—¿QuieresdecirquelodeloschicosdelSanGregorionofueuncasoaislado?Claudionosalíadesuestupor.—Espera.Hayalgomás.EnelveintitréspasóalgoparecidoenVigo.Tambiéndesaparecieronvarios

niños.Enestecasonoselesencontróonoselesbuscócondemasiadoahínco,nolosé.Loquemeaterraesqueerancuatro,comoenelotrocaso.

—Enelveintitréshubootronaufragio,Cedric—afirmóDani—.Enelmismolugar,conseismuertos.Mira.

—VálgameDios.¡Noentiendonada!—exclamóEnma.—Vale.Vamosaaclararnos.—Danicogiósulibretaysesacóunbolígrafodelbolsillodelacamisa

—.Tenemosclaroquenuestraspesadillas,desdequeseabrióelpozoenelochentaysiete,tienenquever con un naufragio con víctimas. Cada vez que hay uno, sufrimos un cuadro de terrores nocturnos.¿Estamosdeacuerdo?

—Asíes.MiróaEnmayasintió.—Vale.YsabemosquelacasaCamelleseconstruyóeneltreinta,perotambiénqueesepozollevaba

mástiempoallí.Esonosdijeron.Asíque,siCedrichadadoconmásdesaparicionesenelveintiuno,paraalgoseusóesepozo.NadieconstruyeunmalditopozoparadecoraruncampoyenlosañosveintenocreoqueSanPetrifueratangrande.Sesuponequeestaríaalasafuerasyallítuvoquehaberalgo.

—Ono—lecorrigióClaudio—.Podríaserunsimplecampodecultivo,depastoosabeDios.—¿Congalerías?¿Metomaselpelo,hermano?—Danitienerazón.Perotodoestosiguesinexplicarquiéneseseserconlamáscarayporquérazón

apareceenlascatástrofes.Podríaentenderquefueunavíctimadeunnaufragio,unajodidaalmaenpena,pero¿ylasmuertes?¡Ysonsiempreniños!—Lisaselevantóymiróporlaventana—.Noloentiendo.

—EstamosdandoporhechoqueBunnymatóaesoschiquillosenlosañosveinte.Ysifueraasí,porcadanaufragioconvíctimas,tendríamosmáscuerposdeadolescentesocríos,ynoheencontradomuchomás.Yademás,cuandoClaussevolvióloco,matóasuscuatronietos,perotambiénasuesposa.

—Encontrarlos no significa que no los hayamatado,Cedric—dijoDani—. En los años veinte noexistíanlosadelantosquetenemosahorayhabíamuchapobreza,familiasenlugaresremotosalolargode toda esta maldita costa, y eso por no mencionar la Guerra Civil. Hubo miles de muertos: niños,adultos...YcuandopasólodeClaus,nosotrosnohabíamosnacido.Quizásumujerviodemasiado...,nosé.Esinevitable.

Cuandodijoaquellaspalabras todos lemiraronconciertacuriosidad.TodosmenosLisa,quesabíaperfectamentequétratabadedecirDani.

—¿Quéesinevitable?—preguntóEnma.—Bajaralasgalerías—respondióLisa—.Esoesinevitable,¿verdad?Bajaryverquédemoniosse

escondeallíoquéeseselugar.

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DaniasintióyacontinuaciónexplicócontodolujodedetallesloqueleocurríadesdequeBunnylehabíaabiertoaquellaheridaenelpecho.Leshablódesusvisiones,delosniñosconlasbolsasdepapelpintadas de colores en la cabeza, con ojos grandes y sonrisas. Lo que experimentó cuando sufrió elataqueytodoloquearrastródurantesuadolescencia,susexperienciasnefastasporeltemoralcontactoysuvidaensoledad.

—Anoche,cuandomepreguntastesipodíastocarlacicatriz—ledijoaLisa—,creíquemeibaadaruninfarto,sinembargo,cuandolohicistenovinada.Contigonomepasayestoycasisegurodeque,silohicierais tú, Cedric o Enma tampoco vería nada. No me preguntéis por qué, es una de mis malditasintuiciones.Otradelasmuchascosasquesésinrazónaparente.

Dichoyhecho,seabriólacamisaymiróasuamigo.Cedricalargólamanoytocó,nosintemor,lafinacicatriz,sinqueocurrieranada.Enmaimitóelgestoyluegoseapartóconlamanoenloslabiosyelrostrodemudado.

—Dani,enesasvisionestambiénaparecenniños—tercióClaudio—.Tienequehaberunaexplicaciónatodoeselío.Todoocurreporunmotivo.¡Malditasea!

—Ycreoquelaexplicaciónestuvomuycercadenosotroseldíaquedescendimosalpozo.Enesasgalerías, en algún lugar de ese sitio, está la respuesta que buscamos, y posiblemente la solución—prosiguióDani—.CreíquenoshabíamosequivocadocuandoentramosenlacasaCamelle,quetendríanque haber venido David y Bruno Barroso con nosotros, que de eso se trataba, de volver todos losinvolucrados,peronoeseso...

—Bajaraesasgaleríasimplicaunriesgoquetodosdebemosasumirconscientemente—afirmóCedricconrotundidad—.Yanohablamosdetapiarelpozo,Dani,sinodeenfrentarnosaunapresencia,aunserconsuproledebultosdeformesquenoestánrodeadosdeunaaureolacelestial,precisamente.Sonreales.Comotúycomoyo,comotodosnosotros.Ynosonbuenos.

—Losé...,yjamásospediría...—Peroloharé—leinterrumpió—.Nosemeocurreotraformadesolucionaresto,ytampocotengo

claroquecerrandoelpozonoslibremosdeesacriatura.HanpasadomásdeveinticincoañosyClaudiolohavistoeneltelevisor,ytepuedoasegurarqueenmicasoestabasentadoenunagradademiaula,rodeadodealumnosquenolepercibían.Nosésilohemosvueltoaverporquequierealgodenosotrosoporelúnicomotivodequequedamosconectadosa él eldíaqueentramosaesacasa.No lo sé,peroquieroaveriguarlo.

DerepenteLisaseinclinósobrelaencimerademármol:algohabíallamadolaatenciónenelexterior.Cedricseguíahablando,peroellanoleescuchó.Habíaunamujerdeunostreintaypocosañosdelantedelapuertadeljardín.Vestíauntrajesobriodecolornegro.Teníaelpelo,rubio,cortadopordebajodelasorejas,yllevabagafasdesol.

—Enma,hayunamujerdelantedelaverja.¿Esperasaalguien?—Anadie—respondióella—.Déjamever.Seaproximóalaventanayambasobservaroncómolamujeravanzabaporelcaminodepiedrahasta

elporche.Notardóenllamaralapuerta.Enmaseapresuróaabrir.Desdelacocinaseoíaperfectamentelavoztimbradadelamujersaludandoamablemente.Todosguardaronsilencio.

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—Buenosdías.SoylaagentedepolicíaAnabelCoset.—SequitólasgafasdesolyguardósilenciounosinstantesmientrasEnmalaobservabaconcuriosidad—.¿EresEnma,EnmaLago?

—¿AnabelCoset?—susurróCedricalosdemás—.¿Dequémesuenaamíesenombre?—Sí.Disculpe.¿Nosconocemos?Lamujerdejóescaparunasonrisaencantadora.—¡Claroquenosconocemos!Fuimosalmismocolegio,aunqueyoeradosotresañosmáspequeña

quetú.¡Diosmío!Creíquelacasasehabíavendido.NomeesperabaverteaquíenSanPetri.Enmahurgóensumente,peronoacababadeubicaralamujerqueteníadelante.—Veamos—prosiguiólaagenteconresignación—.Mimadredabaclasesconla tuyayalgunavez,

muypocas,coincidimosenelparque;avecescomíamoslossábadosconnuestrospadres,perotúerasmayoryteníastupandilla,asíquenollegamosasermuyamigasporaquelentonces.

Enmapegóunbrincoysoltóunaexclamación.—¡Madremía!¡EreslahijadeIsabel!—¡Lamisma!Ambasseabrazaron.Enmadabaligerossaltitosdeemoción.—¡Santocielo,cómopasaeltiempo!¡Conlomenudaqueerasymírate,ahoratodaunaagentedela

ley!Perodime,perdona,¿quétetraeporaquí?Anabelmetiólamanoensubolsoysacódosfotografías.—Nadabueno,Enma.Ayerdesaparecierondosniños.Unoviveunacallemásabajoyestoyvisitando

alosvecinosporsihanvistoalgofueradelocomún.EnlacocinatodossequedaronpetrificadosyEnmaempalideció.—¿Dosniños?—preguntó.Lehabíacambiadoelcolordelacaraenmilésimasdesegundo.—Sí. Lo cierto es que no tienen nada en común; bueno, que son hijos de madres divorciadas o

solteras,peronocreoquetengamuchoquever.Además,unodelosniñoscreemosquefuesecuestrado.El armario de su habitación tenía las puertas rotas, como si se hubiera escondido, aunque para sertesinceraydespuésdevisitarasumadre,hayalgoquenomecuadra.Serompierondesdedentro.Enma,¿teocurrealgo?Tehasquedadopálida.

—Virgensanta.LavozmasculinaquesaliódealgúnlugarhizoqueAnabelfruncieraelceño.Seinclinóhaciadelante,

al tiempo queEnma se apartaba de la puerta y quedaba totalmente descolocada enmitad del pasillo,delantedelacocina.

—¿CedricConrad?Pero...—Analizótodoslosrostros,segiróhaciaEnmayluegovolvióamiraralgrupodepersonassentadasentornoalamesa—.¡Nomelopuedocreer!YloshermanosDeMateo.¡YLisa...!Pero¿quéhacéistodosaquí?

ClaudiosellevólamanoalafrentecomounsoldadoyLisasonriódeunmodosiniestro.Lamujernodabacrédito.Estabasorprendidaycontentaenlamismaproporción.

—¿CómoesqueestáistodosenSanPetri?¡SantoDios!Hacíamuchísimosañosquenosabíanadadevosotros.

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—¿Quieresuncafé,Anabel?—preguntóEnmaentrandodetrásdeella.Dani lanzó una mirada de complicidad al resto, mientras Anabel parecía asimilar la cantidad de

rostrosfamiliaresqueteníadelante.Cedricapartóunasillaconeducaciónylainvitóasentarsejuntoaél.

—Claro...Gracias,Enma.Notengomuchotiempo,perocreoqueestemomentomerecealmenosunosminutos.

—NuestraqueridaEnmahadecididovender esta casa—anuncióClaudio—yLisaquierehacer lomismoconlasuya.Asíque...,bueno,nosparecióunmomentomaravillosoparapasarnosporelpuebloporúltimavez.

Anabelasintió,miródereojolospapelesquehabíaordenadospulcramenteenunapilaencimadelamesaysonrió.

—¿Habéisestadotodosestosañosencontacto?—lespreguntó.—Por supuesto—mintióCedric.Miróde refilón lospapelesque acababadeordenar antesdeque

entraralaagenteysequitólasgafas—.Porcierto,yoestoyescribiendounlibrosobrelosnaufragiosenestascostas,asíquenomelopensécuandomisamigosmepropusieronvenirapasarunosdíasalpuebloquenosviocrecer.¿Notepareceunaideaencantadora?

ALisaseleescapólarisa.NopodíadisimularlograciosoqueleresultabalaformaeleganteycasiaristócratadehablardeCedric.Aunque,silopensababien,lohacíacuandoseponíanervioso.Enesosmomentostamborileabasuavementeconlaspuntasdelosdedosenlamesa,mientraslosdoshermanossemirabandiscretamente.

—Es increíble veros aquí. Es una pena que vuestra llegada coincida con este asunto, aunque si lopiensocreoquetodoquedaráenunsusto.

—Perohasdichoqueunodeloscríosteníalaspuertasdelarmariorotasdesdedentro—dijoDani—.Esoesbastantesiniestro.

Anabelasintióysetomóelcafé.—Tengoquevolver a casadelniño, el equipoestaba recogiendopruebas en lahabitación.Salí un

momentoapreguntaralosvecinos.¿Sabéis?,ospareceráunasoberanatontería,peromerecordóaquelepisodioquehuboenelpuebloconlosprimosaquellos.¿Lorecordáis?Yoeratanpequeñaquecasinomeacuerdo.

—Ligeramente—respondióLisa.—Enfin—dijo,levantándose—,nosabéislailusiónquemehaceverosporaquí.Sisabéisdealgo,

porfavor,llamadme.Osdejounatarjetaconminúmerodemóvilyavisadcuandoosvayáis.Encualquiercaso, me gustaría mucho tomarme una cerveza con vosotros antes de que desaparezcáis. ¿Me loprometéis?

LanzóaCedricotradesussonrisasencantadorasyestesequedóatontadomirandoparaellasindecirnada.FueDanielquelediounapataditapordebajodelamesaparaquereaccionase.

—Oh,porsupuesto.¡Claro!—exclamó.TomólatarjetaqueAnabelletendíayselevantó—.Hasidounplacerverte,Anabel.Y,porsupuesto,teavisaremoscuandosalgamosadarunavueltaporSanPetri,

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antesdeirnos.Dichoesto,lamujersedespidió,cogiósubolsoylasdosfotografías,ysalióporlapuertahaciael

jardín.—¿«Ha sido un placer verte»? ¿«Idea encantadora»?—Claudio soltó una estrepitosa carcajada y

empujóconcariñoaCedric.—¿Qué?Sabíaquemesonabaesenombre.Esamujersubíaaltrepadordelparquecomosifuerauna

araña.Recuerdomássusbraguitasdealgodónconnubesquesucara.—¡CedricConrad!—gritóEnma—.¿Dóndehaquedadotugalantería?—Tenéis que reconocer que ha sido unmomento bastante tenso—alegóDani—.Y ahora, si no os

importa,decidmequelodelosdosniñosesunacoincidencia.Lisasoltóunsuspirodeimpacienciaysecruzódebrazos,apoyándosecontralaencimerademármol.—Solo nos faltaba tener a una policía pendiente de lo que hacemos. Creo que deberíamos darnos

prisa.Yo tengoquepasarpormi antiguacasaparaquedar conelposible comprador.Luegopodemossacarelequipodeespeleología—dijoconsorna—.Buscaréentrelostrastosviejosdemimadrealgoquemesirva:linternas,mochilaytodoloquepuedanecesitar.Traeréloquepueda.

—Yotengoqueteneralgoporalgúnlugardelacasa—dijoEnma.—EntoncesseráconvenientequecompremosloquenosfalteenalgunatiendafueradeSanPetri—

anuncióClaudio—.Cuantomenossenosvea,mejor.Cogeréelcocheeiréalpueblodeallado.—Iré contigo—dijo Cedric. Miró a Enma y esperó que esta reaccionase. No pretendía hacer de

celestinaymuchomenosdejarsolaaaquellamujerenlacasa—.¿Enma?—Claro, sí. Yo también voy con vosotros. No sería bueno que ninguno se quedara solo. Dani, tú

puedesirconLisa.Danienaquelmomentoestabacontemplandoelcieloatravésdelaventana.Pensabaenaquellosdos

niños,ensusmadresyentodoloquedeberíadeestarpasando.Lahistoriaserepetía.NoprestóatenciónhastaqueLisaapoyólamanoensuhombroyledevolvióalarealidad.

—Vamos,rubito.Creoquenoshanemparejado—ledijoconironía.—¿Qué?—Cogedmicoche,Lis—añadióEnma—.Tenéis las llavesenelaparadorde laentrada, juntoa la

puerta.Claudiosedetuvoenelpasillo,miróelrelojyluegocogiósuchaqueta.—Sonlasoncedelamañana,creoqueseríaprudentequeestemostodosaquíantesdelasdos.—Anosotrosnosvaasobrar tiempo—murmuróLisa,muycercadeloídodeDani,que todavíano

teníaclaroadóndesedirigíanilosplanesquetenían—.Dani,vamosamicasaaporunascosasyaveralcomprador.Tardaremosunahora.

—Nosfaltatiempo,entonces—ledijo,saliendoporlapuerta—.Semeocurreunsitiodondeirantesderegresaracasa.

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Las experiencias traumáticas les habían cambiado cuando apenas cumplieron los doce años.Aquelpueblo representaba el desgarro de su infancia, muy pocas veces acompañada, porque para Lisa sujuventudnofuemuydiferenteaestarsola,pormuchobullicioquetuvieraasualrededoropormuchosamigos con los que disfrutara de copas a las dos de la mañana. Con ellos no podía sincerarse. Seinventabaunavidaquenohabíalogradotenercuandoeraniñayjamáshablabadeloquelesucedió,amenosquefueraaunmédico,comoenlosúltimosaños.

Mientrasavanzabanporlacarreteraendirecciónasucasa,sesintiótentadadellamaraldoctorDelRío.Lediría:«¿Sabe,doctor?Heseguidosuconsejo.Estoyconmisantiguosamigos(enelfondonuncahandejadodeserlo),muycercademimetafóricoasesinoconorejasdeconejoyvoyabajar.Sí,doctor.Bajaréporesepozoparaenfrentarmealosfantasmasdemipasado.Elamordemiinfanciaestájuntoamí.Y ya sabe, élmatará a losmonstruos pormí. Pero lo haremos, nos enfrentaremos a él y quizá lepreguntemos qué es lo que quiere de nosotros, por qué nos persigue.» Lisa sabíamuy bien lo que lehabríadichoeldoctor:«Esimportanteenfrentarteatusmiedos,descenderaesepozo,quenoesmásquetupropiosubconsciente,yenfrentarteatuasesino,almonstruodelarmario,ydecirlequeeresmásfuertequeél.»

MiróaDani,queconducíaconcalma.Despuésdeescucharsuhistoria,sehabíadadocuenta,muyasupesar,dequetodoloquevivieronallíleshabíaafectadodeunmododistintoacadaunodeellos.Quizá,pensó, ella eramás fuerte.Aunque aquel pensamiento se transformó rápidamente enun sentimientodeculpabilidad,porqueDanilohabíapasadomuchopeorqueella.Lacriaturasehabíacebadoconélparadespuéstrastocarsufuturoendíasrepletosdepesadillasynochesdesoledadenvela.

—No te compadezcas de mí, Lis—murmuró él como si fuera capaz de leerle el pensamiento—.Aunquenotelocreas,sigueshaciendolosmismosgestosconlacaraylosrecuerdomuybien.

—Solopensabaenloquetepasó.Todoesoquehascontadoenlacocinaesterrible.Lisarespiróhondo,miróporlaventanaysesintiómásserena,másseguradesímisma.—Laspesadillasmehandadounavidacómodaymuchostriunfosenmitrabajo.Novoyadecirque

disfrute con todo lo que nos ha pasado, pero te mentiría si te dijera que sufro por ello o que vivoatormentado.

—Perohasestadosolo,Dani—dijoLisa—.Siempre.—¿Acasotúno?Lapreguntaladejófría,porqueteníarazón.Todalarazón.Danigiróaladerechayaparcódelantede

suantiguacasa,apagóelmotordelVolvoysegiróenelasientoparaverlamejor.—Enelfondotodoshemosestadosolos,Lis.Sitengoquesertesincero,creoquenuestrasituaciónse

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asemejaapactarconelmismodiablo.Nosdejóvivosacambiodenuestrajuventud.Yavecespiensoqueestamosesclavizadosporeste lugar,quesinohacemosalgoseguiremosviniendoaquí,unayotravez,porelmismomotivo,conlosmismostemoresylasmismasnochesrobadas.

—Puedequetodoestoseaunatrampa,unatretaparavolveratenernosasumercedyterminarloqueempezóhaceveintinueveaños.

Daniarrugólanarizdeunmodoinfantilysusojosazulesbrillaroncomosiacabaradeproponerlelamayoraventura.

—Puedeser,peronolosabremoshastaquebajemosallí.Nada más decir esto, Dani hizo un gesto con la cabeza hacia la casa. Había un hombre de edad

avanzadadelantedelapuerta,untipoqueparecíaunvendedordeaspiradorasadomicilio.—Debedeserelhombrequequierecomprarlacasa—dijoLisa.—Ve.Yoaprovecharéparallamaraltrabajo.Hecontratadoaunchicoparaquellevemipáginaweby

algunaqueotracosamás,ycreoquesealegrarádeoírmivoz.Lisaobservóuninstantelaverjademetalylossetosenmarañadosquecubríanlapartedelanteradel

jardín.Saliódelcoche.Elhombresehabíapercatadodesupresencia.Sonreíaenloaltodelaescalerayparecíaansioso,conlafrenteperladadesudor.Veinteminutosmástarde,yalehabíaenseñadotodalacasa, habían recorrido cada planta y habían subido al desván.AllíLisa aprovechó y cogió un par delinternasdemango largo,unamochilaqueencontróenunacajadecartónabiertaycuatropaquetesdepilas.Dudabamuchoquelaspilasfuncionarantodavía,perolociertoesqueestabanensusenvoltorioscorrespondientesynoparecíanhaberseusadonunca.Loguardótodoen lamochilaybajóa lacocina,dondesedespidiódelhombre—cuyonombreeraRoberto—,elcuallecomunicóqueestabaenperfectascondiciones,queelprecioeramásque razonableyque la llamaría.Nadamásperderlodevistacalleabajo, volvió a entrar. Fue directa a la cocina y abrió el cajón superior junto al fregadero, donde sumadre guardaba los cubiertos y los cuchillos de cocina. Estabameditando si llevarse el más grandecuandooyóunsonidoqueladistrajoyvioaDanijuntoalamesa.

—¡Santocielo!Casimematasdeuninfarto—dijo—.Síqueeressigiloso.—¿Pretendesapuñalaraesacriatura?—Pretendosobrevivir—lerespondió.Abrióotrocajónyrevolvióensuinterior.Daniasintiócomosievaluaralasituaciónyluegoexaminólacocinaylapequeñasalitaqueseveía

desdesuposición.—¡Ajá!Mira lo que he encontrado.Gas pimienta. Sabía que tenía uno de esos botes por aquí.Mi

madremelocomprócuandomeibaairalauniversidad.Pensabaque,simeintentabanviolar,tendríaconquédefenderme.

—Tumadresíqueeradeideaspositivas—dijoriendo—.Lamíametióunacajadepreservativosenlamaletaymeamenazócondesheredarmesidejabaembarazadaaalgunademiscompañeras.

—Vaya—lerespondióellariendo—.Esoesserprecavida.¿Yahora?Ningunotenéishijos.¿Noosamenazasinotienenietos?

Danisequitólacazadoradecueroquellevabapuesta,ladejósobrelamesadelacocina,seapoyóal

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bordedeestaycruzólosbrazos.—Amihermano.Nuncamehadichonada,asíqueseguroquepiensaquesoyhomosexual.Yotambién

lopensaríasifueraella.Yavesquévidallevo...Se miraron el uno al otro y rompieron a reír. Lisa recordó que en el fondo Dani siempre había

despertadounadudarazonableencuantoasusexualidadse refería,quizápor los rasgossuavesdesurostro,lamanerafelinademoversequeteníacuandoeraniñoy,porsupuesto,todosuaspecto:elpelorubio,lanarizrespingona,laboca...

—¿Lisa?Volvióalarealidadyoyóunruidoenelpisodearriba.Sehabíaquedadotanensimismadaconsus

recuerdosquenosehabíapercatadodequeDanihabíadejadodereír,teníalacabezalevementealzadahaciaeltechoylamanolevantada.

—¿Oyeseso?Era como si rodara algo por el suelo, sobre la tarima de madera, y parecía que el soniquete se

aproximabaaellos.Lisasaliódelacocinaysequedóquietadelantedelaescalera,conDaniasulado.Elsonidocesóycomenzóaoírseungolpeteosecointermitente.

—¿Estábajandoporlaescalera?—preguntóella.Nuncahabíasidomiedosa,peroenaquelmomentosentíaelestómagoapuntodeestallar.Aquelloeraaterrador.

—Esoparece.Escomo...Una bola. Ambos la vieron en lo alto del segundo tramo de escaleras. Rodaba por el pequeño

descansilloy,deunmodofantasmal,giróyvolvióacaerpeldañoapeldaño,hastaquechocócontraunade las botas de Dani y se quedó quieta. Este se agachó y la cogió entre los dedos. Tenía la bocaligeramenteabiertaporelimpactodelavisiónyparecíarealmentesorprendido.

—¿Esloquecreoquees,Dani?—Lasbolasdeltirachinas...Esunadeellas.Unadelasbolasdeacerodemitirachinas.Elqueusaste

eneltúnel.Lisa se tapó labocaconambasmanos; las tenía frías.Todavía sentía los latidosdel corazónen la

garganta.—Lis,¿quéhicisteconél?Yoestabaheridoyluegoperdíelconocimientocuandoeselocosaliódel

bosque¿Telollevastecontigo?¿Lodejasteeneltúnel?—Diosmío.No,noestoysegura.Nolorecuerdo.RepentinamenteDanicogiósumanoytiródeellamientrassedirigíaalpisodearriba.Notardóen

encontrarlaquehabíasidosuhabitación.Habíaestadoallídeniñomuchasvecesytodavíalorecordabaconexactitud;aunqueelcuartodejabamuchoquedesear,yanoteníaaquellasbonitascortinasvioletasconmariposas,nilacolchadecoloresestridentesylalamparitaconformadehada.Lacamamanteníaelsomierdesnudoyelarmarioestabaabiertoconvariascajasdecartónesparcidasporelsuelo,llenasdelibrosyrevistasviejas.

—Peronodeberíaestaraquí.Mimadreusóestahabitacióncomocuartodecosturacuandome fui.Apenasquedancosasmías,mellevécasitodoaMadridcuandomemudéylorevisé...

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Daninolaescuchaba.Estabainclinadosobrelascajasyrevolvíaelcontenido.Luegosegiró,miróasualrededorysesentóenlacama.

—¿Quéhaces?—Pensar.Sifuerasunaniña,¿dóndeguardaríastuscosas?Lisaestabaapuntoderesponderquenoteníaniideacuandovolvióaoírseaquelchasquidometálico,

estavezprocedentededebajodelacama.OtraboladeacerosecolóentrelaspiernasdeDaniyrodóendirecciónalapuerta,juntoaLisa.Danipegóunbrincoyseapartódelacamacomosiquemara.Miróasuamigayseagachómuydespacio.

—Dani..., ten cuidado.—Se aproximó a él. Se arrodilló a cierta distancia y bajó la cabeza con lasensacióndequealgoterriblesehabíaescondidoallíabajo—.Dani...

—Tranquila—murmuróél.Alargóelbrazo,pególacabezacontraelsueloysacóunacajadecartónconlassolapasabiertasymediocarcomidas.

—Creíquehabríaalguienahíabajo.—Yotambién.Yahíestaba.Metidoentreovillosdelana,cintasdevídeobetaconpelículasantiguasyvarioslibros.

EltirachinasconlabolsadebolasdeaceroqueDanihabíacompradohacíaañosenelpatiodelcolegio,elmismoquehabíausadoLisacontraaquelserenlasgalerías.Unahorquillaconunmangogruesodemaderadenogalforradoconunacintanegra,lasgomaselásticasylatiradecuero.Estabaintacto.

—Dani...,¿porquéibaatraernoshastaeltirachinas?¿Quésentidotiene?Lamiróconelceñofruncidoy,encogiéndosedehombros,negóconlacabeza.—Nolosé,Lis.Notengonilamásremotaidea.

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—¿Nocreesquetehaspasadounpoco,Claudio?Enmatoqueteabatodoslosutensiliosquehabíanlogradollevarhastaelmostradordelaferretería,un

pequeñonegocioconunaseccióndedeportes,algodesfasadaperoconlosobjetosque,segúnClaudio,necesitaría para bajar al pozo.Habían cogido cincomochilas estancas, unas linternas de esas que seponían en la frente y otras tantas demano (con elmango largo y grueso), un botiquín impermeable ybrújulas.Esosincontarconcincosilbatos(que,porloquehabíadichoCedric,serviríanenelcasodeque se separasen), varias navajas suizas y unos sencillos chubasqueros. «Lo básico», había pensadoEnma en aquel momento. Luego le entró la risa floja cuando recordó las condiciones en que habíanbajadosiendounossimplesniños.

—Poraquelentoncessolollevábamosuntirachinas.¿Lorecordáis?—preguntóCedric.Claudio le miró de soslayo y enarcó las cejas como si pretendiera decir algo, pero llegó el

dependienteycomenzóapasartodoelmaterialporcaja.—Nosondeporaquí,¿verdad?—preguntóelhombremientrasmetíalascosasendiferentesbolsas

deplástico.—No,venimosdeturismo.El hombre sonrió sin perder de vista las bolsas. Las fue llenando y colocando en un extremo del

mostradorbajolaatentamiradadeCedric,quenopodíaapartarlosojosdeaqueltipejotanextrañoconaquella nariz tan grande y ganchuda. Llegó a pensar que, si en aquel momento se hundiera el suelo,quedaríacolgandodesunarizalládondehubieraunatablaounsimplegancho.Eradignodeadmirar,ynosoloporaqueldetalledesuanatomía;susojoseranpequeñosymaliciosos,ylascejasgrisesparecíanhabersidocardadas,erancomodosdiminutosbigotesalrevés.Sumeditaciónfueinterrumpidaporunospasos acuciantes que venían de un extremo de la tienda. Un joven, que sin duda era hijo del tipejoextraño,consoloverlelanariz,atravesóunacortinillapolvorientaylessaludóconamabilidad.

—Vanbienequipadossivanahaceralgunarutadesenderismo.¿Necesitanunatiendadecampañaoalgoasí?—preguntóconvozatiplada.

—No,muyamable—respondióClaudio—.¿Tienetirachinas?AldecirestoaEnmaseleescapólarisayCedricpusocaradecircunstancias,loquebásicamentese

reducía a abrir la boca ymirar a su amigo como si dijera: «¿Estás de broma?», pero no lo hizo. Acontinuaciónnegóconlacabeza.Eldependienteysuhijosemiraron.

—¿Tirachinas?Elmuchachoalzó lacabezaymiróaClaudiocomosi tuvieradelanteaunperturbadomental,negó

taxativamenteyluegolespreguntósideseabanalgomás.

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—Sí,unpardecuchillosdemontaña.—Tendránque serdeun filoyconmenosdeoncecentímetrosde largo, señor.Nonospermiten la

ventadeotrotipodearmablanca.—Estábien—contestóClaudio—.Creoquenosservirá.—¿Yquées loquesiempredigoyo?—lepreguntómelodramáticamentesupadremientraselchico

buscabaenunaestantería.—Uncuchillonunca traenadabueno.Uno se lopuedeclavar enel culo si caepor la laderade la

montaña.Elhombreasintióconvehemenciayelchico regresó juntoa supadrecon loscuchillosmetidosen

unasdiscretasfundas.—Creoquenuestromenorproblemaseríameternosuncuchilloporelculo—susurróEnma.Tras pagar todo el material, subieron al coche y tomaron rumbo a San Petri. Dado que se habían

alejado bastantes kilómetros, aún tenían más de media hora de viaje y, según los cálculos de Enma,llegaríanalpueblosobrelauna.

—Haremos una parada en casa de losBarroso—anuncióClaudio—.Quizás aún esté a tiempo decomprar esamaldita casa,opor lomenos averiguarporquéhadecididocomprarlay arreglarlaAlanBarroso, si es que eso es lo que está intentando hacer.De camino pasaremos por delante de la casaCamelle.

Nadamásllegaralpueblo,alatravesarlacalleprincipalygirarendirecciónalacasaCamelle, laatmósferacambióenelcoche.Lasrisas,laconversacióntrivialylasanécdotasdeaquellosúltimosañosde unos y otros cesaron de golpe y se hizo un silencio casi palpable.La casa se alzaba enmedio deaquella«nada»que siempre lahabía rodeado, soloqueenesemomento laverjademetalpermanecíaabierta.Habíaunahormigoneraeneljardíndelantero,bloquesdecementoyladrillosrotosapiladosenunlateraldelacasa.Lasventanasoscilantesdelsótanosehabíanretirado,abriendoungranboquetedelcualemergíauna inmensa rampametálicaqueparecíadescenderhastael sótano.Unpardecarretillasmetálicasdescansabanaunladodelaentrada.Lasventanasdelospisossuperioresseguíanselladas,conlospostigoscerrados,yhabíaunpardepintadassubversivasjuntoalapuertaprincipal:«Alpuebloloqueesdelpueblo»,«Políticoscorruptos»ylafirmadealgúngrafiteroencoloreschillones.

Alverlainactividadenlacasa,Claudioparóelcochedelantedelaverjayexaminaronlafachada.—Han abierto el sótano y han puesto una rampa. Supongo que están sacando aquellas estanterías

llenas de tarros. Pero también haymucho ladrillo y cemento—dijo.Abrió la puerta del coche, peroEnmaloaferródelbrazoclavándolelasuñas.

—¿Adóndecreesquevas?¿Estásloco?—Solovoyaecharunvistazo.Desdeeseboquetepodréversielpozoestáabierto.—Entoncesiremoslostres—afirmóCedric,quebajódelvehículoysequedódelantedelaverja.Cuandolosdemásllegaronasualtura,entraronenlafincaycaminaronapasoligerohastaelhueco

abierto.Soloteníanqueinclinarseunpocoparavertodoelsótano.Laaberturaeratanampliayaltaque,sinlugaradudas,losobrerospodíandescendersinproblemaporlarampadepieconlascarretillas,y

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porsupuestoseveíaelpozo,alfondo.Parasusorpresalatapaestabacerradaylabombillaquetiempoatráshabíaconstituidoelúnicopuntodeluzhabíadesaparecido.

—Noentiendonada.Estácerrado—dijoEnma.—Puedequeloabrierancuandoempezólaobrayahoraestéselladoprovisionalmente.Mirad,hayuna

hormigoneraallí.Estánarreglandolasparedes,poresohaytantoladrilloybloquesdecementofuera.Cedricasintió.—Quizásesténrestaurandolacasa,fijandobienlospilaresdelsótano.—Vámonosdeaquí,porfavor—suplicóEnma.Claudiohizoungestodeconformidadylostresvolvieronalaentrada,traspasaronlaverjaysubieron

al coche. Cuando se disponían a arrancar, oyeron un sonido de un coche que se aproximaba por elcamino.Claudioencendióelmotorycongranrapidezsealejóprudentementedelacalle.Alfinaldeestaparó justo en la intersección.Diomarcha atrás, paraocultar el jeep con los árboles del camino, y seapeó.Inclinado,conlacabezaasomadaentrelasplantasylosarbustos,distinguióunvehículograndedecolorburdeosaparcadodelantedelacasa.Deéldescendióunamujerconelpelocobrizomuylargo.Nofuecapazdeverleelrostro,nisiquieralaropaquellevaba.Entróenlafincayalospocosminutossalió.Sesubióalvehículo,diomarchaatrásyvolviópordondehabíavenido.

—Eraunamujer—dijo,devueltaenelcoche—,pelirroja.Nopudevermuchomás,estababastantelejos.Entróysalió.Nadamás.

—QuizáseaLiseth,lamadredeDavidyBruno—alegóEnma—.Erapelirroja,muydelgadaybonita.¿Lorecordáis?

—Sí,claroquesí.—¿Cuántosañostendráahora?—preguntóCedric.—Era más joven que nuestras madres. Cuando Bruno tenía quince años, ella debía de tener unos

treintaycinco—contestóEnma—.Asíquerondarálossesentaycinco.—¿YDavid?—Eracomonosotros—dijoella—.Treintaynueve.Eraunañoypicomáspequeñoquetú,Claudio.

Cuarenta,quizá,noséenquémescumplía.—Vale.Vamosasucasa—dijodeprontoClaudio,encendiendoelmotor—.Sinosdamosprisa, la

pillaremosenlaentrada.

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12deoctubrede2016SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)CasadelosValverde

Anabelrecorriólahabitaciónmientrasdosdesuscompañerosfotografiabaneintroducíanenbolsitastransparentes,correctamenteselladasyetiquetadas,todoloqueibanencontrando.Loquemáslellamólaatenciónfueunadelasbolsasconrestosdeloqueparecíatierra;quienquieraquehubieseentradohabíadejadounahuellaparcial enel sueloy restos suficientesparaanalizarlos.Luegoestabaeldetalledelarmario.Elniñosehabíatenidoqueesconderenéldespuésdecolocarelaparadordelantedelapuerta.Habíaarañazosdearrastreenlatarima.Lapuertaseabríadesdefuerahacialaderecha,asíquequienselo llevóteníasuficientefuerzaparaempujar lapuerta,meterelbrazoyapartarelmueble lonecesariopara entrar. Sin embargo, en el borde de la puerta no habían encontrado huellas, ni tampoco en elaparador ni en las puertas del armario.Lodesconcertante era el asuntode ese armario.Anabel habíadescubierto, laprimeravezqueentró,unaenormemanchadehumedadenelsuelo interior, juntoa losabrigos y los pantalones. Aunque inicialmente pensó que el pequeño se había orinado, lo descartórápidamentealaproximarseynopercibirelhedorcaracterístico.

—Tenemosqueanalizarellíquidoquehaydentrodelarmarioloantesposible—indicóaunodeloschicos, que estabametiendo enunamaleta lasbolsasy el frasquito con los restosdel fluido—,y esatierra.

—Tardaránunosdías.Yasabescómovanestascosas,Anabel.—No.Nohaytiempo.Ocúpatetú.Llévaloallaboratoriocuantoantesyharéunallamada.Dicho esto, se dirigió al armario poniéndose unos guantes. Semetió dentro y cerró las puertas. Se

acuclilló con mucho cuidado de no tocar la zona húmeda y recapacitó. Leo Valverde había estadosentado,posiblementeenelmismositio,ypodíaverelexterioratravésdelasdiminutasrendijas.Pero...se escondía de alguien. Si estaba viendo a su raptor desde sumisma posición, ¿por qué estaban laspuertasrotasdesdedentro?

Anabelapartólaropadeloslados,tocólatraserayloslateralesdelarmario,yluegohizoaunladolascajasdeplásticoconjuguetes.Nohabíanada.Soloaquellamanchahúmedaaladerecha,detrásdeunabrigo.

—¿Quépasóparaqueempujaras laspuertascon tanta fuerzaque las rompiste,aunsabiendoqueelmaloestabaesperándotefuera...?—susurró.

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12deoctubrede2016SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

Labibliotecapúblicaquerecordabanno teníanadaqueverconelespléndidoedificioenelqueseencontraban.Lohabían ampliado con nuevas alas que daban acceso a salas de lectura.Dos inmensospasillosseuníanenunaulacentralllenadeestanteríassobreraílestelescópicos.Enlaplantasuperiorestaba la sala infantil, con un mobiliario que no tenía nada que envidiar al antiguo, y la sección dereprografíayaudiovisuales.Habíaunamujermayordelantedeunenormemostradorcirculardemadera,con detalles verdes que formaban una especie de damero. Lisa le preguntó por Roberto, el antiguobibliotecario.Lamujer,quellevabaunenormemoñoblancoenloaltodelacabeza,tantensoqueparecíaalisarletodaslasarrugasdelacara,lamiróporencimadelasgafasysonrió.

—Hijademivida.Murióhacecuatroañosdeuninfarto.¿Loconocían?—Vaya,esunalástima.NosotroscrecimosaquíyRony...Bueno,Ronyeraunbuenamigo.Lamujerlesestudióminuciosamenteyseinclinóporencimadelmostrador.—Sí, era un hombremuy entregado a su trabajo, pero vivía solo desde que sumadremurió, y ya

sabéislopocoquesecuidaba.Estabagordo,demasiado,yjamásibaalmédicoparahacerseunchequeo,porquedecíaquesiibaleencontraríandetodo.Quéestupidez,¿verdad?Peroasíeraél.

—Sí.Seveíavenir—respondióDani—.Díganosunacosa,señora...—Eugenia.Pero,porfavor,llamadmeEugeneytutéame.Nomehagáissentirmemásviejadeloque

soy.—Estupendo,Eugene.Verás, necesitamos informacióndeSanPetri a partir del año1921.Vamos a

vendernuestracasadentrodemuypocoynocreoquevolvamosporaquí.Anuestrospadres lesharíamuchailusión.Habíamospensadoenhacerlesunaespeciedelibritoconartículos,fotografíasoimágenesdelpueblocuandoeranjóvenesoenlaépocadesusabuelos.

—¡Hmm...!UnaespeciedediariodeSanPetri.—Sí,algoasí—dijoLisa—.Queríamosconseguirlamayorinformaciónposible.Eugenearrastró lospies,calzadosconunosbotinesverdesdecordones,ysaliódelmostradorpara

situarse juntoaellosyvolvióa lanzarlesunamiradadesconfiada.Seabrochólachaquetade lanaquellevabasobreelvestidoydijo:

—Veréis, en el sótano tenemos el fondo antiguo, donde guardamos algún que otro incunable,manuscritosydocumentosdesiglospasados,yluegoestálasecciónbibliográfica.Laprimeranopuedefotocopiarsedadaladelicadezadelosdocumentos,perocreoqueeslasegundalaqueestáisbuscando.LallamamoslabibliotecaPetriyallíguardamostodalainformacióndelaprovinciaylaspublicacionesperiodísticasdesde1850.Hayvariosordenadoresdeconsultayquizásencontréisalgoqueossirva.Estátodoinformatizado.

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—Nosabeslomuchoqueteloagradecemos—dijoLisa.—Bueno,esunbonitodetalle.Eldíademañanaseguroquevuestroshijostambiénquerránsaberde

dóndevienensuspadres.¿Quéhabíadicho?DanimiróaLisasindejardesonreíryluegoalaanciana.—¡Claro!Cariño,¿cómonosenoshabíaocurrido?—soltóLisarodeandoaDaniconelbrazoenun

gestodeafectoycomplicidad—.Podemoshacerparalosniñosotroálbumconlasfotosdelpueblohaceaños,queveancómoera lavida,cómolavabanlaropalasmujeresenloscañosdeagua, losantiguoscomercios...Asívaloraránmuchomásloquetienenahora,¿nocrees?

Eugenesonrió,enseñandosudentadurapostiza,yleshizoungestoparaquelasiguieran.DanimiródesoslayoaLisayellalebesóenlamejilla.

—¿Noesemocionante,cariñito?—Sí...Muyemocionante,florecilla.

Aldescenderalsótano,tantoDanicomoLisarecordaronaRonyMelonybamboleandosubarrigaporaquellasmismas escaleras y aquel despacho inmundo en el que guardaba todos sus tesoros. Con unarápidaojeada,vieronquelasalaestabatotalmentecambiada.Enlugardefotosyteoríasconspiratorias,había un enorme archivo rodante soportado por unos inmensos rieles de hierro repleto de carpetascolgantes y cajas de archivo definitivo. En la puerta había un rótulo que decía: «Archivo-Documentación»

Continuaronpor elpasilloygirarona laderecha,dondehabíaunahabitaciónunpocomásgrande.Eugeneabriólapuertaylesinvitóapasar.

—Aquíes.Allíhayun teléfono.Simarcáis laextensióndoce,yomismaosatenderé.Los librosdeconsultaestánenesasestanteríasenladerecha,enordenalfabético,yenesosdosordenadorespodréisleer la prensa digitalizada. Es más rápido consultar fechas a través de las bases de datos que irdirectamentealosperiódicos.

Acontinuación,sedirigióalasalidaconpasolentoylosdejósolos.Lapuertasecerróconunsonidosecoyeltaconeodesusbotinesfuedesapareciendohastaquesehizoelsilencio.

—¿«Florecilla»?—ALisalehabíaresultadomuygraciosoaquelapelativo,pornomencionareltonoconelquelohabíahecho.

Danisearremangódelantedelordenadorycomenzóateclearcomounposeso.—¿«Cariñito»?Nosécuáldelosdosfuemáshortera.Perosiesonoshaservidoparaquenosdejen

solosaquí,bienvenidosea.—Nobusqueselaño1921,Dani.Buscacuatroocincoañosatrás,inclusomás.Danitardóunosminutosenlocalizaralgodeinterés.—AquíhayunperiódicoquesellamaLaGacetilla.Sonpublicacionesdeentre1900y1960.Tiene

quehaberalgo.Lisasesentóenunasillaasuladoyojeólaimagendelapantalla.—Mira. Tiene un sumario. Noticias locales hasta 1930. —Señaló una línea—. Fíjate en esto:

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«FortísimatempestadsobreGalicia:eltemporalcausacercademediocentenardemuertos.»Entraenlasnoticiashastaeltreinta.

Danipulsóelenlaceylapáginalesdirigióaunaseriedenoticiasporordencronológico.—Haymuchadocumentación—dijo—.Nospasaríamoshorasbuscando.—Espera.Vealacasilladebuscaryescribe:«1900,SanPetri»—pidióLisa—.Sihayalgoen1920,

1921omásatrás,loencontraráigual.Esunabúsquedaparcial.Inténtalo.Efectivamente el ordenador buscó durante unos segundos y en la pantalla de pronto apareció un

resultado.

1917.PREVENTORIOSANPETRI

—¿Quédemoniossignifica«preventorio»?Señor,meestoyponiendomuynerviosa.Leeloqueponeenelenlace.

—«Elsanatorioparatuberculososcomenzóaconstruirseen1915,perofuedosañosdespuéscuandoiniciósuactividad.Contabacontrescientascamasycuarentaycincoempleados.Enlaplantasuperiorsesituabanlosenfermosmásgraves,ylasinferioreseranparalosmenosafectadosyaquellosenfermosquepodíansaliralexteriorynofueranunfocodecontagioparaelrestodelaspersonasdeledificio.Situadoenunazonaboscosa,alairelibre,ellugarfueelegidoporsucercaníaalbosqueylalejaníadelaszonasurbanas más aglomeradas y carreteras de comunicación para mantener aislados a los pacientes másinfecciosos. La ubicación era muy importante como herramienta terapéutica contra estas afeccionesrespiratorias,queenmuypocoscasoserancuradas.Elpreventoriofuedestruidoparcialmenteen1925porunincendioocasionadoporuncortocircuitoenunodelospabellonesdelprimerpiso.Sinvíctimasquelamentar.Sinembargo,estehechodramáticopusoenentredicholaprofesionalidaddelcentro,puesse descubrieron los restos de maquinaria utilizada para lobotomías, tratamientos de electrochoque,radioterapia e instrumental para la diatermia cerebral lateral. Los restos del preventorio fueronderribadosenmarzode1926.»

—No...Noentiendonada—dijoLisa.Danisemanteníapensativo,conelpuñoapoyadoenlaboca,yparecíaleereltextounayotravez.—Dani,voya tomarunafotografíadel textoconelmóvilparaenviárselaa losdemás.Notengoni

ideadequétienequeverestocontodoloquenosestápasando,peroentretodospodremosdarlealgúnsignificado.

—Elpozo era parte del preventorio...—Danimiraba al suelo ymovía los ojos de un lado a otro,buscandorespuestas.

—Sí,esoparece.Perovolvemosalapreguntadelmillón:¿quétieneesoqueverconBunny,losniñosylosmalditosnaufragios?

Danitecleóenelordenadory,trasunalargabúsqueda,leseñalóalgoenlapantallaaLisa.—Ayersenospasóporalto lomás importante.Estábamos tan impactadospor todo loquenos leía

Enmaquenovimoslomássignificativo,Lis.CuandoelBonifazsehundió,dejóveinticincomuertos;eso

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yalosabíamos.MiabuelonoscontóqueClaussevolviólocoviendotantocadáverflotandoenelmar.Hastaahíbien,peromiraesto.¿Quépasóenelochentay siete? ¡Cuandonospasó todo!Enmayo,unpesquerodejódosmuertos, y endiciembre, unbuquemercante,másdeveinte.Bunnymata cuando seunen ambos sucesos, el naufragio y que alguien abra el pozo, por esonohay tantasmuertes infantilescomohundimientos.Esohabíasidounexterminioen todaregla.Eselpozoelque lepermitematar, laconexiónquetieneconelmundodelosvivos.¿Noloves?

—Perosifueraasí...—Seleveíaenlascostas,sobrerestosdebarcosyaviones,peronuncainteractuóconesteplano.En

1921yaexistíaelsanatorioy,comodijoCedric,empezaronadesaparecerymorirniños.Esepozoyesasgaleríasseconstruyeronparaalgorelacionadoconelpreventorio.Algotuvoquepasarallí.

—¿Yquétienenqueverlosnaufragios?—Nolosé.—¿Ylosniños?¿Porquélosniños,Dani?—Tampocolosé.Daniselevantódelasillaysepusoacaminarencírculoconlosbrazoscruzados.Deprontomiróa

Lisacomosiacabaradeverunfantasma.—Enelochentaysietematóadosniños,Lis.Brunosesuicidóoseintoxicó.Trasreflexionarunosinstantes,Lisasusurró:—No...Esosniños...—Sí,Lis.Lefaltarondos.Sonsiemprecuatro,ynosotrosimpedimosquefueranmás.Notengoniidea

deporquémataaniños,quiénesyporquéestárelacionadoconlosnaufragios,peroloquesísabemosesqueesosdosniñosestánahípornuestraculpa.Ahoramásquenuncatenemosquebajaraesasmalditasgalerías.

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Liseth seguía tanestilizadaygrácil comocuando lahabíanconocido, aunque, comohabía indicadoEnma,pasabadelossesentaycincoaños.Llevabaelpelosuelto,muylargoyalgoajadoporlosaños,pero sutilmente arreglado. En otramujer de su edad, aquel cabello abundante y ondulado no hubieraquedado tanbien comoen ella, peroLiseth eramuyaltay tambiénmuydelgada.Vestía con lamismaeleganciadeantañoyseguíasonriendoconlamismadulzura.

—Nosabéislaalegríaquemedaverosaquí,chicos.Cómohapasadoeltiempo.Ymírate,Enma,tanadulta,tanbonitaytodaunamadreya...

—Noqueríamosmolestar—dijoClaudio—.EstábamosencasadeEnmaysenosocurriópasaraveraDavid.Novolvimosasaberdeélyesteviajenoshaservidopararecordarviejasheridas.

—Claro—murmuróellaconnostalgia—.Permitidmeinvitarosauncaféountéencasa.Simeseguísconelcoche,podéisaparcardelantedelaentrada,enlaescalinata.

Lisethsesubióalcocheylaverjametálicacomenzóadeslizarsesilenciosamentehaciaunlado.Lacaseta de las herramientas, antaño un lugar muy familiar donde David guardaba sus cosas, habíadesaparecidoyunaenormerocallarepletadefloresvioletasyamarillasdecorabaelentorno.

—¿Habéisvisto el trajede chaquetaypantalónque llevaba?—preguntóEnma—. ¡Señor!Debedecostarporlomenosdosmileuros,yesosincontarloszapatosylasjoyas.

—Ah,Enma—canturreóCedric—,túnonecesitasesascosasparaensalzartubellezavikinga.—Ya.Peroinsisto,nomeimportaríaensalzarlaunpoco.Claudioserio,giróelvehículosiguiendolatrayectoriadelcaminoy,comolehabíaindicadoLiseth,

aparcódelantedelaescalinataytodosseapearon.Lacasanodejabanadaalaimaginación.Enlapuertalesrecibióunamujerrechonchaconundelantalblancoimpoluto.Lisethhabíallevadoelcochealapartedeatrásynotardaríaenllegar.Asíquelaancianaencantadorademejillasarreboladaslesguioporelamplio vestíbulo repleto de alfombras persas, cuadros enmarcados en oro y figuras de porcelana ymármol.Elsalónnoeramenos:habíavariossofásdepielmarrónenalgunosrincones,unbillaryunabarradebartapizadaencuerorojo.

—Michaletesunacabañadepajacomparadoconestesitio—dijoClaudio—.Cuántaopulencia...Cedric se inclinó para echar un vistazo a unas figuras de los guerreros deXian que había en una

pequeña vitrina.Cuando se disponía a decir algo,Liseth apareció por una de las puertas laterales dedoblehojadelsalónysesentóenelsofá.

—¿Osimportaquefume?—Enabsoluto.Faltaríamás—respondióClaudio,quetambiéntomóasiento.—Amimarido siempre le apasionaron las antigüedades—dijomirandoaCedric—.Tengo toda la

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casa repleta de cosas como esas, compradas en subastas de todo el mundo. Lo cierto es que acabéacostumbrándomeaellas.Cuandoerajovensiemprerompíaalgo,loqueprovocabalacorrespondientebroncadeAlan.Sentaos,porfavor.Poneoscómodos.

Lamujerdelservicioaparecióconunaenormebandejadeplatallenadetazasyplatillos.Depositódos jarras en la mesa de centro y luego colocó con elegancia el resto de la vajilla y un pequeñoazucarero.Alcabodeunminuto,regresóconunaspastas.

Lisethdiounaprofundacaladaasucigarrilloylosmiró.—Bien.¿Hastacuándoosquedáis?—Nolotenemosmuyclaroaún.Unosdías—respondióEnma—.Tengoquedejarlaventadelacasa

organizada;luegoyaseverá.PoresoqueríamossaberalgodeDavidantesdeirnos,hablarconél,pasaralgodetiempo...

—Mihijopasóunosañosterriblescuandosucediótodoaquello—comenzóadecirLiseth—.Primerolodesusdosamigosydespuéssuhermano...Fuemuyduroparaél,erademasiadopequeñoparasoportartantodolor.Se encerró en símismo,dejódehablaryno tuvimosmás remedioque llevarle aun sitiodondepudieranayudarle.Loquemenosdeseábamossupadreyyoeraqueesemutismoseenquistara,quese volviera loco para el resto de su vida. Creímos que un centro especial, con personas de nuestramáximaconfianza, loayudaría.«Séquemeaborrecerás», fue loúnicoque ledijecuando lo llevamosallí.Pero¿quéotracosapodíamoshacerparaayudarle?

—¿Cuántotiempoestuvosinhablar?—preguntóCedric.—Quinceaños.—¡SantoDios!—exclamóEnma—.Esoesmuchísimotiempo.Lisethasintió.Sehabíasoltadolosbotonesdelachaquetayteníalaspiernascruzadasyelbrazoenel

respaldodelsofá.MirarlaeracomocontemplaraunaactrizdeHollywood.Inclusosusojosreflejabanelagotamientomoralalquesehabíavistosometidaduranteañosolosexcesosdepastillasylasoledad.

—Disculpa.¿Ytodoesetiempolopasóenelcentro?—inquirióCedric.—Losprimerosmesesnodejaronqueloviéramos,yosaseguroquelopasémuymal.Nodejabade

reprocharmequemihijomayorhubieraencontradolaspastillasquelomataron,quenopudieraayudaralpequeño,y encimamepedíaneso...Pero lohicimos, convencidosdeque lograrían sacarledeaquellamudezen laquesehabíarefugiado.Davidsepasaba lashorassentadodelantede laventanaoenunasillaenelpatiodelcentro.Y,porfavor,nopenséisqueestabaenunpsiquiátrico.Nadamáslejosdelarealidad. Era como un hotel, tenía todo lo que podía necesitar, pero estaba vigilado y tratado pordoctoresespecializadosenaqueltipodeconductas.Eldineronoeraelproblemaylohabríaquemadotodosiconellohubieserecuperadoamipobrehijo.

Lisethapretólosdientesysusmandíbulassetensaron,resaltandosuspómulosylasfaccionesdesurostro.Enaquelmomentosuexpresióneraimplacable,peroconellamismaysusremordimientos.

—Fueenelaño2002ylorecuerdobienporqueenaquellaépocaocurriólodelPrestige.Enmamiróasusdoscompañerosyestos,asuvez,intercambiaronvariosgestosdecomplicidad.—Davidpasabavariosdíasenelcentroyelfindesemana,desdeeljuevesoinclusoantes,veníaa

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casaconnosotros.Peroseguíaigual,mudo,absortoensupropiomundo,aunquecomíacomounapersonanormalyhacíatodoloqueunhombrenormalharíaensusituación.Siponíamoslatelevisión,bajabadesuhabitaciónysesentabaconnosotrosenelsalón,sebañaba,seaseaba...Salíaaljardínapasear.Eraunchiconormal,peronohablaba.

Lisethsequedóensilencioyadoptóunaexpresiónmássosegada,distendida.Eracomosiestuvierainmersaensupropiahistoria.Sonreíaligeramentemientrasfumaba.

—¿Ydeprontohabló?¿Sinmás?¿Deundíaparaotro?—preguntóClaudio.—Asíes.Cuandollevabatresañosenterapia,comenzóacomportarsecomounniñonormalysemudó

denuevoacasa.Teníadieciséisaños.Despuésfuetodounamonotoníacontinua.Aunquemeocupédeélpersonalmente,pormuchotiempoquepasabaasuladoypormuchascosasqueintentabahacerconél,hasta que cumplió los veintisiete años nodijo una sola palabra. ¡Nada!Acabamos acostumbrándonos,¿sabéis?Yundía,selevantóporlamañana,bajóalsalón,dondesupadreyyoestábamosdesayunandojuntoalaventana,ynosdijo:«Creoquetengoquesalirunmomento.»Alzólasmanosconlaspalmashaciaarribayseencogiódehombros.Asídesimple.Ysalió.

Ninguno de los tres daba crédito a la historia de Liseth. Hasta el último momento albergaban laesperanzadequeDavidhubieseestadountiemposinhablar,peronotanto.Jamássehubiesenimaginadoaquello.

—Liseth,¿Davidvolvióatenerpesadillas?—preguntóCedric.—Silasteníanuncalodijo.Mipobrehijo...—Suspiró,apagóelcigarrilloenuncenicerodoradoque

había en lamesa y se bebió el té—.Regresó de noche y creedme si os digo que yo estaba aterrada.Pensabaqueaquellafrasequehabíasalidodelabocademihijohabíasidounaestúpidafantasía.Alannodejabademirarporlaventana,preocupadoporél.¿Cómonoíbamosaestarlo?Llevabatantotiempoen casa y en silencio que no estábamos preparados para todo aquello. Así que, cuando llegó, nosquedamosenmitaddelhallcomodosestatuasdecera.Davidnosmirócomosinohubiesepasadoeltiempoydijo:«Hola.Perdónporlahora.Fuiadarunpaseo.»Yorompíallorarymeabracéaél.Supadre le preguntaba insistentemente por qué no había hablado durante tanto tiempo, qué era lo que lehabía pasado, por qué... ¡Teníamos tantas preguntas! ¿Y qué respondió?No quería hacerlo porque noteníanadaquedecir...

—Señor...Quéterriblefuetodo...—susurróEnmaconairecircunspecto.Lisethencendióotrocigarrilloyserepantingóenelsofá.—Nosjuramos,tantomimaridocomoyo,novolverahablardeltema.Davidestudiómuchodurante

cincoañosysacóunacarreraadistancia.Seguíaconciertoreceloasalirfuera,noqueríarelacionarseconlagente.Eracomosilamultitudleangustiara.Lefacilitamosenmayoromenormedidatodoloqueestabaennuestrasmanos.Sededicóporenteroasuprofesiónytodosiguiósucursocomosiaquellosañosdesilenciojamáshubiesenexistido.

—¿Dóndeestáahora?—Aquí.Aloírladecireso,lostressemiraron.—Seríamaravillosopoderverle.¿Estáahoraencasa?

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Lisethnegóconlacabeza.—Salióhaceunashorasyaúnnohavuelto.Claudioseinclinóhaciadelanteydijo:—Liseth,¿porquéhacompradosuesposolacasaCamelle?Esmeracuriosidad.Pasamosporallíy

vimosqueestabaenobras.Nosdijeronquesuconstructoracomprólapropiedad.¿Vanarestaurarla?Lamujerdejóescaparunhondosuspiroylomiróconfundida.—Meolvidodequepasaeltiempoylleváismuchosañosfueradelpueblo.Miesposo,Alan,falleció

hacecincoañosdecáncer,Claudio.Fuemihijoelquecompróesacasay,sitedigolaverdad,notengonilamenorideadeloquepretendehacerconella.

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Alfinaldelamañana,laagenteAnabelCosetyahabíapasadoavisitaralascuatrofamiliasdelosniños que se metían con Kevin Costa. Al observar a aquellos muchachos de rostros compungidos,asustadospor lapresenciadeunaagentedela ley,sediocuentadeque,enelfondo,noeranmásquecríos. Sí, pequeños tiranos, como ella solía llamarlos. Niños que se convertirían en adultos y cuyospadresnosabíanloquehacíanconniñosmásdébilescuandosalíandeclase.Peroelproblemanoeraese,aunqueparaAnabellaeducaciónencasaeraprimordial.Elcolegiosedesentendíadeloqueocurríafueradesuslímites,losprofesoreshacíanlavistagordafrenteaciertasactitudesdespectivasqueyaseveíanenlasaulas,ytodos,inclusoella,alimentabanaquelcaldodecultivoenlasnuevasgeneraciones,cuandoapartabanlavista,mirabanparaotroladoysedecían:«Selespasará.Sonniños.»

Pese a todo, no logró sacar nada en claro; los chicos no habían tenido ningún contacto conKevindesdelasemanaanterior.Nolohabíanvistoymuchomenossehabíanmetidoconél.Cuandosaliódelaúltima casa, se preguntó si los padres tomarían algún tipo de represalia con sus hijos después deenterarsedeloquehacían,sitrataríandemodificaresasconductasabusivasositansololesllamaríanlaatenciónparaluegoolvidarseporcompletodeellos.

Mientraspensabaentodoaquello,llegóalparqueinfantildondehabíanvistoporúltimavezaKevin.«Sentadoen laaceraconel teléfono»,habíadichounode lospequeñosa sumadre.Asíque, sinmáspreámbulo,sesituóallí,mirandoentodaslasdirecciones,examinandoelsuelo,laspapelerascercanas.Nadadelotromundo.Elparque,loscolumpios,laheladeríayelbanco.Doscomerciosmásalláypocomás.

Anabel fuehasta la heladería, caminópor la acerahasta llegar al bancoy sequedóobservando elparquedesdeaquellaposición.Segiróhacia lacalleyavanzóhastael callejón,dondeaparcaban loscamionesblindadosdecaudales.Tanteólaúnicapuertadeaccesoalbanco,queerapordondesacabanlassacasylasintroducíanenlosvehículos.Mirólafachada.Habíaunapequeñacámarabajounadelasventanasdelprimerpisoy,unpocomásalaizquierda,uncontenedor.Abriólatapayojeóelinterior.Cartón,muchopapeltrituradoenbolsasdeplástico,posiblementedocumentosprivadosycajasvacías.Cuandosedisponíaabajarlatapaparacerrarlo,pisóalgojustodebajodelcontenedor,casienelborde.Seagachóyvioun teléfonomóvil situadoentre las ruedasdelcontenedor,prácticamentea lavistadecualquiera.Sepusounguanteylocogió.Teníalapantallarotaynoseencendía,lohabíanpisoteado,yaquehabíaunafranjadeporqueríaqueloatravesabayporlasranurasdelafundadeprotecciónseveíanrestosdetierraybarro.Sinperdertiempo,saliódelcallejón,fuedirectaasucocheysacóunabolsitadeplásticodelmaletero.Metióelteléfono,losellóyloetiquetó.Nosabíasiteníaalgoqueverdaderamentemerecieralapena,perohabíarestosorgánicosenaquelaparato.Debíadarseprisaenhacerlollevarallaboratorio,asíquesubióasucoche,arrancóelmotorysedirigióalacomisaríasinmásdilación.

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NadamásentrarporlapuertasetopódefrenteconRamiroAmort,sujefe.—Dimequetienesalgo,Coset—dijo,haciendoungestoparaqueentraraeneldespacho.Luegocerró

lapuerta,girólacuerdaqueplegabalascortinasverticalesysesentóensuescritorioacariciándoseelbigotecondosdedos.

—LosniñosqueacosabanaKevinno tienennadaqueverconesteasunto.Todos tienencoartadayaseguranquehacemásdeunasemanaquenovenalniño.Hepasadoporelparquedondelovieronporúltimavezyhe encontrado sumóvil al pie deunode los contenedores del banco.Tienenuna cámarainstalada.Voyapedirahoramismolasimágenesyamandaranalizarlatierradelafundaprotectorayelcristaldelapantalla.

—¿QuémedicesdeLeoValverde?—Los nuestros han estado recogiendo pruebas de la habitación del niño desde primera hora de la

mañana. El luminol no ha detectado sangre, solo hemos encontrado una mancha húmeda dentro delarmariodondeseocultóelniño.Sileparecebien,yomismallevarélaspruebashastaSantiago.Estoyaunahoraypocodellaboratorioynopuedoesperardosotresdíasporlosresultados.

Elcomisarioasintiómuydespacio,seencendióunpuroyseinclinóhaciadelante.—Señor,hayalgodeestecasoquemellamamucholaatención.Laspuertasdelarmarioestabanrotas,

perolapresiónvinodedentro.Creoquepodríatratarsededossecuestradoresyqueunodeellosestabadentrodelarmariocuandoelpequeñoseescondió.Noencuentrootraexplicación.Escomosielchicosehubieseasustadoporalgoyhubieratratadodehuir.Teniendoencuentaquefueraestabaelotrosujeto,nomecabeotrateoríaenlacabeza.Nohaypruebasclaras,unahuellaparcialenlahabitaciónyrestosdeloqueparece tierra.Sicoincidecon laqueestáenelmóvildeKevinCosta, sabremosqueeselmismosujeto.

—¿Algunamuestrabiológica?¿Orina,sangre,pelo?Anabelnególentamente.—Soloellíquidodelquelehehabladoyqueaúnnosabemosquées.—¿Huellasdactilares?¿Nohaynada?—No,señor.LoquetengopretendollevármeloaSantiagojuntoconlamuestradehumedadencuanto

ustedmedéautorización.—Anabel,tengoalalcaldeencima;dosniñosenundíarompelasestadísticasdeestemalditopuebloy

túvienesdetrabajarenMadridconlosmejores.¿Necesitasqueteayuden?Tengoa lamayoríadelosagentesrastreandounperímetrodeveintekilómetrosconlaunidadcanina,perosiprecisasayuda,sacaréadosdelosmejoresparaqueteechenuncable.

—Demomentono,señor.Elcomisariovolviólosojoshacialaventanaysequedópensativomientraselhumodelpuroformaba

pequeñostirabuzones.Luegosegiróylamiró.—SalyaparaSantiagoytenmeinformadodetodoloquevayasdescubriendo.Sinecesitasefectivos,

llamas.Sinecesitasapoyodesdelaoficina,llamas,peronoseteocurratomardecisionesprecipitadas,ymenossola.¿Entendido?

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—Entendido,señor.

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—Lossanatoriosparatuberculosostuvieronmuymalafama—dijoCedric—.Algunossolíantrataraenfermosmentalesyaniñosenelmismoedificio.Losrecursoserannefastos,pornohablardelaformadetrataralosenfermos.Nohabíaavancesysetemíamuchoelcontagioporpurodesconocimientodelaenfermedad.Noséquédecir.Todoestomepareceungalimatías.PrimerolodeDavidBarrosoyahoraesto.

Enma, que recogía la mesa junto a Dani, lo miró con cierta tristeza. Depositó los platos en elfregaderoydijo:

—Siesosniñosestánahíabajoyaúnviven,creoquedeberíamosirestamismanoche.Nopodemoscorrer el riesgo de que nos vean. Tampoco sabemos dónde está David y si accedería a bajar connosotros.

—¿CreéisqueDavidtienealgoquevercontodoloqueestápasando?LisamiróaClaudioysacudiólacabeza.—¿Porqué ibaahaceralgoasí?No tendríamuchosentido.Él en todocasodesearáque todoesto

termine.Enterraralserqueledestrozólavidaymandarloalmismoinfierno.Quizáporesocomprólacasaylasobrasnoseanmásqueunengañoprovisionalparasellarelpozo.

—Había una hormigonera en el sótano,muy cerca del pozo—intervinoEnma—.Puede que quierasellarloconcemento.Elproblemaesque,silohaceynosehaenteradodeladesaparicióndeesoscríos,tenemosungraveproblema.

Cedricsepasólosdedosporelpelo,despeinándose,comoerahabitualenél,ysedesperdigóalgunosmechonesdelantedelosojos.

—Señor,perohayalgoquenoentiendo.SegúnDani,esposibleque loshundimientosconvíctimas,juntocon laaberturadelpozo,sea loqueprovocaqueesacriaturapuedamatar.Pero¿porquésoloaniños?¿Yporquécuatro?

—Losniñostienenunaconexióndirectaconelmásallá.Notemenloquenoentienden,cosaquesísucedeconlosadultos—respondióLisa—.Fijaosentodosloscasosdeamigosimaginariosoentodosesosniñosquedicenverunfantasmacuandoapenastienendosotresaños.AlomejorBunnysolopuedehacerlesdañoaellos...

—¿YClaus?—interrumpióClaudio—.Hablabaconél.Yeraunpobreviejodecrépito.—Peroestabaloco—apostillóDani—.ComobiendiceLisa, losniñossoninocentes,conectancon

algoquelosadultosnopodemosver;encambio,nosotrossítememosloquenoentendemosyactuamos.Unlocoeslomásparecidoaunniño,encuantopierdeelsentidodeloreal,locorrectoyloquedeberíaser.YClaustampocotemíaaquelloconloquehablabaenelpozo.Quizáporesoélsípodíainteractuar

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conél,comolohicimosnosotros.Lodequeseancuatro...notengoniidea.—Sedejócaerenlasillayguardósilencio.

—Cuandosomospequeños—murmuróLisa—,nuestrospadresnosenseñanqueexisteunDiosbuenoquecuidadenosotros.Nosdicenquetenemosquerezar,iralaiglesiayhacerbuenasobras.¿Cómoesposiblequenocreanaunhijocuandolesdicequehavistounfantasma?¿Acasonoeslamismafe?¿Noprovienedelmismolugar?

Enmasevolvióhacialamesaylamiróperpleja.—Eslaestupidezdelosadultos,Lisa—dijoCedric—.Creoquedeberíamosdescansar.Nosespera

unanochemuylargaytenemosqueestardespejadosparaloqueseavecina.—Me parece una gran idea. Yo no he dormido nada, con todo el lío de los dibujos de los

Supersónicos,ytengolacabezacargada—añadióLisa—.¿Puedoayudarteenalgomás,Enma?—Ni se te ocurra. Yo sí que necesito tener la mente ocupada. Así que, si os vais a dormir,

aprovecharé para hacer alguna tarta.Después, simi cuerpo aún responde,me tumbaré a descansar unpoco.

Cuando todos se retiraron,Lisa salió del aseo.Dudóunos segundos simeterse en la habitacióndeEnmaoenladeDani.Lociertoeraquesuamiganoibaatardarmuchoensubiry,sivolvíaaroncardeaquelmodo, no iba a pegar ojo en toda la tarde. Enfiló el pasillo y abrió la puerta con cuidado. Lahabitación estaba en penumbra,Dani había bajado la persiana.Dormía plácidamente en la cama y sehabíaquitado lacamisa,paranoarrugarla,y loszapatos.Sonriócon tristezay loobservódormir,conaquelrostroangelicallaxoyrelajado.Luegosequitóloszapatos,lospantalonesylacamisa,ysemetióenlacamaconelcamisónquehabíausadolanocheanterior.Lacalefaccióndabauncalorreconfortanteatodalacasaynoteníafrío.Nadamásacurrucarse,alargóelbrazohaciaDaniyleacariciólamejilla.Esteapenassemovió.Erasorprendentelarapidezconlaquesedormía.Lisaenvidiabaalagentequeeracapazdemeterseenlacamaydormirseenminutos.Ellasiempredabaveintevueltas.Cuantomásseconcentrabaenconciliarelsueño,másdifícilleresultaba.

«Aquíestoy,treintaañosdespués,enelmismolugar.Metidaenunacamajuntoamiprimeramoryapuntodedescenderalmismoinfiernoquetiempoatrásnosunióynosseparó.»

Queparadójicaydisparatadapodíaserlavida,¿verdad?Se quedó dormida pensando en todas aquellas cosas, tratando de comprender si en el fondo era

consciente de dónde se iban a meter, si serían capaces de enfrentarse a todo aquello con la mismaenterezaoinconscienciaquecuandoeranniños.

Cuandodespertó,Claudiohabíaentradoenlahabitacióncargadoconunasmochilas.Laslanzósobrelacamayempezóadistribuirunaseriedeobjetosquehabíancomprado.Danihabíasalidoaducharse.Entróenlahabitaciónysepusoatoqueteartodoloquesuhermanoibaenumerando.

—Iremosenmicoche,nopodemossalirconestaspintasporelpueblo.—Yaveo—dijoDani,conunadelaslinternasfrontalesenlamano—.Conestopareceríamosesos

humanoidesverdesquehacíanconstruccionestransparentesenFraggleRock.

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—LosCurris—afirmóLisa.Claudiomiróaunoyalotro,ypusolosojosenblanco.—Vamosadejarnosdetonteríasyaponernosconelasunto.Osdecíaquevamosairencochehastala

casaCamelle.Estamañanalocalizamosuncaminoquesedesvíahacialaderechadoscientosmetrosmásarribayquequedatapadoporunaespeciedebosquejoquesobresaledelcamino.Elcochenoseveamenosquevayasallídirectamente,asíqueaparcaremoseneselugary,si tenemosquesalircorriendo,tendremosvehículo.—Miróelrelojyluegoasuhermano—.Sonlasochodelatarde.Tenemosunahoraparaprepararnosysalirpitando.

Nadamásdeciresto,abandonólahabitación.Cuandotodossehabíanvestidoparaelgranmomento,sereunieronenelsalón.

—Metedunabotelladeaguaencadamochila—dijoEnma.ALisaletemblabanlasmanos.Sacóeltirachinasylasbolasdeacero,ytodoslamiraronasustados.—¿Dedóndecoñohassacado...?—Demicasa,Cedric.Nosenseñódóndeestabaguardado.—¿Quién?¿Bunny?Nomehagasreír—mascullóClaudio.—Nolosabemos,peroalguiennosllevóhastaél.—Osaseguroquellevaresohacequemesientamuchomássegura,aunqueresulteridículo—alegó

Enma.—Meteeste cuchillo en tumochila,Enma—dijoClaudio—.Y tú,Cedric, llevaeste. Iremos todos

juntos,pero,siporalgunarazóntenemosquesepararnos,siempreharemosparejasdehombreymujer.Ningunadevosotrasdeberáirsola.

—¿Lleváislosmóviles?—preguntóDani.—Nocreoquehayacoberturaalláabajo,perosonnecesarios.Almenosporsisalimosyperdemosa

alguien—murmuróCedric.—Siemprepodemosusarelsilbato—bromeóEnmamirandoaClaudio.—Entoncesvamos.Todossemiraron.Había llegadoelmomento.Fuecomosiunaoleadademiedo lesdominara justo

antesdesubiralcoche,mientrasguardaban lasmochilasyseacomodabanenel interiordelvehículo.Enmamirósucasa,pensóensuesposoyensuhija,yenaquelmalditoviajeaItalia,queyanoteníalamenor importancia. Lisa no pensaba en nada, igual que Dani y Claudio, que estaban demasiadoaceleradoscomoparameditar.Encambio,Cedricevocóasumadre.Aquellaspalabrasquedeniñoledecía,algoque teníaqueverconquesi tehacíandañode joven teconvertíasenunhombremalo.Enaquellasituación,Cedric teníaquereconocerquesumadreno teníademasiadarazón.Dentrodeaquelcocheestaba lapruebavivientedeque,aundañados, losniñospueden llegaraserhombresymujeresextraordinarios. Intentó mantener la calma mientras miraba a través de la ventana y se alejaban endirección a la casa Camelle. Sintió la mano de Lisa sobre su rodilla y aquella sonrisa suya tanalentadora,yélseladevolvió.

—¿Preparados?—Claudio parecía preguntárselo a sí mismo, pero les miraba a través del espejo

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retrovisor,comosiaquellofueraunaexcursiónescolaryélsupadre.Todosrespondieronquesí.Lagenteavecesmiente.

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Anabel permaneció frente a la ventana contemplando las luces de la ciudad en medio de aquellainmensaoscuridad.Aderechaeizquierda,habíagenteentodoslosrinconesdelacalle,coches,lucesdesemáforos,letrerosluminososderestaurantesyelresplandoramarillentodelasfarolasquealumbrabanlascarreteras.Antesdesalirparaellaboratoriohabíapedidoaunodesuscompañerosdemásconfianzaquesehicieracon lagrabacióndelbanco; todas las imágenes ibanaundiscoduroyeldirectorde lasucursalnohabíapuestoningúnproblema.Mientrasesperabasentadaenunode losbancosde lasala,habíallamadoCésar,sucompañero,parainformarladequenohabíanada.

—¿Nada?—No,Anabel.Elcontenedornoestádentrodelángulodevisióndelacámara.Herepasadodosveces

lasimágenesdesdelasochoymediahastalasdiezyloúnicoquesaleesungato,niunasombrasiquiera.Anabelmeditó en torno a aquella conversación durante largo rato. Si el sujeto no salía en aquella

cámara, no cabía duda de que había tenido que lanzar el móvil del niño de una patada debajo delcontenedor,yaqueesteestabaalotroladodelacalleyparallegaraélteníaquecruzarelcallejón.

«Viste la cámara—pensó— y te cuidastemucho de no salir en ella. No eres tonto. Almenos demomento...»

—Anabel—oyó tras ella. Era Samuel, el responsable del instituto forense, un hombre demedianaedadrepletodearrugas,conlosparpadoscaídosyelpelomásblancoquejamáshabíavisto—.Vamosamidespacho.Tengonoticiasparati.

EchóaandarporelpasilloyAnabellesiguió.HastaentresocasioneshabíacontactadoconSamuel,siempre por asuntos sin demasiada importancia, o comomucho algún robo. Samuel era un hombre demiradaamable,siempredispuestoatrabajar,aunquefuerademadrugada.

—Siéntate—ledijoentrandoeneldespacho.Abrióunadelassubcarpetasquellevabaenlamanoysepusounasgafas—.Lamuestradellíquidoquemehastraídoesmuycompleta.Nocabedudadequées: cloruro de sodio, cloruro de magnesio, sulfato neutro de sodio, cloruro de calcio, ácido bórico,clorurodeestroncio,fluorurodesodioyaguadestilada.

—Muchoscloruros.¿Podríassermásclaro?—Aguademar,Anabel.Loquehabíaentuescenaerauncharcodeaguademar.—¿Aguademar?PerosienSanPetrinohaymar.Samuelletendióelinforme,locogióysequedóunosminutosleyéndolo.—Pueslapersonaqueestuvoenesahabitaciónsedebiódedarunchapuzón.Eslaúnicaexplicación

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quesemeocurre.—¿Ylasmuestrasdetierra?—Veamos —dijo. Abrió la otra carpeta y leyó—. Agua, polvo y arcilla, silicato hidratado de

aluminio,dióxidodesilicio,restosdeyesoycarbonoorgánico.Lasdospruebasquememandaste,tantolos restosde lahuella como loqueencontramosenel teléfono, coinciden,vienendelmismositio.Almenoslacomposiciónesidéntica.¿Hayalgúnedificioenconstruccióncercadelascasasdelosniños?

Anabelfruncióelceño.—¿Enconstrucción?¿Porquélopreguntas?—Todosloscomponentesquehemosanalizadoestánpresentesenunaobra.Restosdeladrillorojo,

cemento y arcilla. Todomezclado. Puede ser que venga de un edificio medio derruido también. Loscomponentes del cemento, mezclados con arcilla y yeso, se pueden encontrar también en lugaresabandonadosconelsuelollenodeescombros.Avecesloscríosjueganensitiosmediodemolidosdondesoloquedaunaparedodosymuchaporqueríaporelsuelo.Loquetratodedecirteesquelapersonaquepisóese teléfonoyentró en la casadelotro crío es lamisma; esoo sondos individuosdistintosqueestuvieronenelmismolugar.

—Casaoedificioenobras...Anabelseincorporó,tomólasdoscarpetillasqueSamuelleentregabaylediolasgracias.—Hedeirme.Yasonlasochodelatardeytengoqueregresar.Teagradezcomucholarapidezconla

que has tratado el tema. Cada minuto corre en nuestra contra y no quiero imaginar por lo que estánpasandoesasmadresenestosmomentos.

—Yasabesqueestamosparaeso—respondió.Selevantó,letendiólamanoysonrió—.Cuandohaycríosdepormediosiempredoyprioridad.Conrespectoalaguademar,esbastantedesconcertante.Noséquédecirte.

—Gracias,Samuel.Muchasgracias.—¡Esperoquesirvadealgo!—exclamóantesdequeellacerraralapuerta.

Subióalcocheconlacabezaembotellada.Aguademar...¿Quésentidoteníatodoaquello?SanPetrieraunpueblode interiory laplayamáscercanaestabaadiezkilómetros.Nadiedejabauncharcodeaguadeesetamaño,aunquetuvieralaropamojadayledieraporsalirdeunaplayaeircaminandoenplenooctubreadiezkilómetros,totalmenteempapado.Además,nohabíanencontradomarcasdevehículoenningunodelosdosescenarios.¿Cómoseloshabíanllevado?¿Porquéaguademarytierrade...?

De pronto tuvo una terrible sensación de miedo. Un recuerdo. Algo que llevaba enquistado en sucabezamuchosañosyquedepequeñahabíaoídoenlatelevisiónmientrassuspadresveíanlasnoticiasyellaaguardabaacurrucadaentrelosbrazosdesumadre,haciéndoseladormida.

«Elniñohabíasidoencontradoconpiedrasyalgasenelestómago.»«JuntoalcementeriodeSanPetri.»«Algas.»«Mar.»

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«Elpescadorjurabaqueloconfundióconunatún.»«Estabaenlasredes.»«Losacarondelmar.»Aceleróhastaalcanzarloscientosesentakilómetrosporhorayalasnueveydiezminutosentrabaen

SanPetricomouncohete.Frenóen laentrada,puso lascortasycirculócondiscreciónporelpueblo,observandocadaedificio,cadacomercioycadacasaqueencontrabaasupaso.Trasunaprimeravueltasin encontrar nadaque le llamara la atención, giró en la calle real y enfiló la avenidade laGuardia.Subióporlacarretera,pasólaurbanizaciónLosRosalesy,cuandollegóalfinal,frenó.

—Pero...¿quécoño...?¿Aquelloeraunjeep?

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TERCERAPARTE

LAMADRIGUERA

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Esdepiedraydenoche,ydefuegoydelágrimas.Ensusaguasdudosasreposadesdesiempreloquenoestádormido,unremotolugardondesefraguanlasabominacionesylossueños,latraiciónyloscrímenes.Eselpozodeloqueerescapazyenélduermenreptiles,yunfulgoryunaprofundaespera.Esunrostrotambién,ytúeresesepozo.

CarlosMarzal

CuandoLeodespertó,estabamojadoyteníafrío.Nisiquieratratódeponerseenpie.Estabatumbadobocaabajo,elsueloestabahúmedoyledolíaterriblementelacabeza.Norecordabanadamásdespuésdemeterseenelarmario.Teníauna ligera ideadehaberestadoallí sentadoobservandoaunhombre,luegoaunniñoquegritabaydespuéslanada.Moviólosdedosdelamanoderecha,eraloúnicoqueveíaconciertaclaridad.Cuandorespirabaledolíaelpechoypensóquetalvezestabaheridoo,peoraún,quese estaba muriendo. Percibió un sonido sibilante detrás de él. Intentó volver la cabeza en la otradirección,perofueincapaz,apenasteníafuerza.Cadavezquemovíalomásmínimounmúsculo,eldolorenelpechoaumentabaylacabezalelatíaconmásfuerza.

No sabía cuánto tiempo llevaba tirado en aquella oscuridad. Tampoco estaba seguro de si lo quesentíaerarealmentemiedooabandono.Noqueríamorirallí.Nisiquierasabíadóndeestaba,ysiélnolosabía,nadielosabría.

Pensóensumadre,entodaslascosasqueleestaríanpasandoporlacabeza,ensuvoz,elolordesuperfumeyqueestabaencasasolasinsaberquéhabíasidodesuhijo.Quizáfueesepensamientoloqueledio fuerzas.Movió lamanoy luego el brazoy, cuando se sintiópreparado, aguantó la respiración,levantólacabezayladejócaersobreelsueloenlaotradirección.

Barrotes,pensó.Barrotesennegrecidosencajadosenlaroca.Moviólosojosconlasensacióndequeaquelestúpidoesfuerzoleharíavomitaryloúnicoquellegóaverfueronlasparedeshúmedas,delcolorde lanoche,yuna filade travesañoscerrando suparticular celda. ¿Dóndeestaba?¿Porqué lehacíaneso?¿Quéquerían?

Pasaronminutos,quizáshoras.Habíaperdidolanocióndeltiempo.Elaireerafrescoylerecordabaalaplaya.Aquellono teníaningún sentido, amenosqueyanoestuviera enSanPetri.Cuando se sintiópreparado, volvió a tomar aire y desplazó las manos hasta la altura de su cintura. Debía hacer loimposibleporincorporarse,versiestabaherido,calcularlagravedaddelaheridasilateníaytratardesalirdeallí.Demasiadascosas.Sentíaquesemoría.

Flexionóligeramentelaspiernascomosifueraunsapoysepropulsóconambasmanoshaciaatrás.Unapunzadaleatravesóuncostadoylefaltóelaire.Tosió, lloróyvolvióaintentarlo.Nuncahubiera

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imaginadoquelevantarsedelsuelosetornaríatandifícilydoloroso.Estabaapuntodeconseguirlo.Susmanostemblabanbajoelpesodesucuerpo,perolaspiernasseledoblaban,lasrodillasseleclavabanenelsueloyahíestaba,acuatropatas,tosiendocomounalcohólicodecincuentaañosapuntodeecharla bilis. Alzó la cabeza y gateó hasta los barrotes. Cuando pegó la cara a ellos le dio un vuelco elcorazón:frenteasuextrañaprisiónhabíaotradeuntamañomuysimilarconalguientendidoenelsuelo.

—Hola... ¿Puedesoírme?—susurró.Teníamiedo,noqueríaalzar lavoz—.Chico,¿puedesoírme?MellamoLeoValverde.¿Meoyes?

Nada.Se tanteó lacintura,buscandocon lamiradacualquierheridao restode sangre.Sucamisetaestabasuciayeraprácticamenteimposibleveralgo.Lalevantóyadvirtiódedóndeveníaaqueldolor.Todosucostadoerauncardenalnegroydantescoqueseextendíadesdeelpechohastacasilapelvis.Sequedó pasmadomirándose elmoratón.Cuando reaccionó, bajó la camiseta, se palpó las piernas y lacabeza,ysolodetectóunpequeñoabultamientoenelladoizquierdo.

—Tearrastróhastaahí—oyóalotroladodelacueva.Lajaulaestabaseparadadelasuyaporunpasillodetierra.Volvióamirarallugardedondeprovenía

aquellavozinfantilysintióunligeroalivio.—Hola.Diosmío...Me...mellamoLeoValverde.¿Quiéneres?¿Cómotellamas?ElchicoseincorporóconmenosdificultadqueLeoysesentójuntoalosbarrotes.Eraotroniñocomo

él,algogorditoyconelpelonegro.—KevinCosta.VivoeneltreintaycincodelacalleUri.EnSanPetri.—Yovivoeneldoce.CalleDoctorBeltrán—lerespondió—.¿Quiénnoshatraídoaquí?¿Sabesqué

quieren?ParecíamásasustadodeloqueLeohabíacreído.Sacudiólacabezaviolentamenteyluegoseencogió

dehombros,abrazándoseasímismo.—Kevin, ¿quiénme trajo aquí?Estaba...Estabaenmi casay entró alguien.Unhombre,y luegoun

niño.Norecuerdonadamás.—Mequeríaenseñarsumoto—respondióKevin—.Yoestabaenelparqueymedijoqueeramuy

bonita.Yosoloqueríaverlamoto.Ynadamásdeciraquello,rompióallorar.—¿Quiénmetrajo?Dijistequemearrastró,Kevin.¿Quiénmemetióaquí?Elniñoafirmó,sesorbiólosmocosyluegosepasólamangaporlanariz.—Por ahí—dijo señalando el pasillo—. Te agarró por un tobillo y te metió en la jaula. Estabas

inconscienteytedabasconlaspiedras.Luegoteencerróysefue.Leo aplastó la cara contra los barrotes y comprobó que había una especie de galería hacia la

izquierda.Alotrolado,elpasilloseibaoscureciendohastadesvanecerse.¿Dedóndeproveníalaluz?Miróhaciaarribayviosobrelaceldadesucompañerounaantorchaancladaaunsoportemetálicoenlaroca,asíquesupusoqueporencimadesucabezahabríaunaigual.

—Kevin...,¿quiénnoshametidoaquí?¿Pudisteverlo?Kevinasintiómuydespacioyluegocerrólosojoscontemor.

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—Elconejo.—¿El...?¿Elconejo?Elchicovolvióasacudirlacabeza.Luegoseñalóelpasilloydijo:—Tetrajoelconejo.Elhombreconejo.Telanzódentrodelajaulaycuandocerrólapuertamemiróy

sefue.Damuchomiedo,¿sabes?—sollozó.Leonosalíadesuestupor,nocomprendíaloqueleestabadiciendo.¿Lehabríandadoalgúntipode

drogaalucinógenaaesechico?¿Unhombreconejo?¿Acasotodoaquelloeraunamalditabroma?Pero entonces algo hizo que se volvieran hacia la izquierda: el sonido de lo que parecía alguien

correteandomuycercadeellosyunasrisasinfantiles.LeosintióqueseledesbocabaelcorazónyKevinreculóhastachocarconlaparedderoca.

—Vienen...—susurróKevin—.Vienenotravez...Vienenapornosotros.—Seechóallorar.Unniño.Leoestabasegurodequeloquehabíadepiealfinaldelagaleríaizquierdaeraunniño.Pero¿qué

llevabaen la cabeza?Avanzócomoun soldadito, con lasmanospegadas a los costadosy laspiernasadelantadas,rectasymarcandoelpasocomosiestuvieradesfilando.Parecíajugar.

—Un,dos,tres...Un,dos,tres...Esolesonaba,peronorecordabadequé.Cuandoelmuchacho se aproximóunpocomása la luz, sedio cuentadeque llevabaunabolsade

papelmarrónenlacabeza.Enellahabíandibujadounosojosconunrotuladornegro,unanarizconformadezanahoriayunabocasonriente.Erasiniestro.Elniñoeratandiminutoqueparecíaquelabolsaseloibaacomer.Avanzósindejardedesfilaryalllegaralaalturadesujaulasegiró,juntólospies,sepusomuyfirme,levantólamanoalaalturadelafrente,secuadróehizounsaludomilitar.

Unospantalonesdealgodón,cortosycorroídos,yunmandilóneransusúnicasprendas.Esteúltimoeragrisoscuro,estabasucioyllenodeagujeros.

—Hola,marinero.¿Listoparaelabordaje?—¿Qué?Rompióareírbajolabolsadepapelyseacercóunpocomásalosbarrotes.—Yaviene—susurró.SeñalólaotrajaulayvolvióacolocarsefrenteaLeo—.Primeroél...—¿Quiénviene?Elniñocomenzóadarsaltitosporelpasillocomosiestuvierajugandoalarayuela.Dejóescaparuna

risavivarachayluegofrenóenseco,miróatrásysaliócorriendoenabsolutosilencio.—¿Quiénviene?—gritóLeo,aferrándosealosbarrotesmientrasKevinlloraba.«BunnyelCruel.»Looyóalolejos.Unsusurroflotandoenelaire.—¡Nosvaamatar!—gritópresadelpánicoKevin.Estabaacurrucadoenelsueloysebalanceabade

atrásadelante,apuntodeperderlacordura.—Nodigaseso.Nadienosvaamatar.Pediránunrescate.Esoesloquehacencuandosecuestranalos

niños.Nosestánbuscando,Kevin.

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—No...Noescierto.Nosvaamatar.—¡Calla!Una extraña sensación de peligro se apoderó de Leo. «Nos van a matar.» Se quedó inmóvil,

escuchando,sintiendo.Tratabadecomprenderquéeraaquelloquesonabaalolejos,perocontodo,ladesagradable realidad no le consoló. Estaba aterrado y alguien iba hacia ellos. Por puro instinto, seapartó de los barrotes,mientrasKevin no dejaba de llorar. La sombra que se proyectó sobre toda lagaleríaleespantó.Erandosorejas.¡Dosorejasdeconejo!¿Quédemonioseraeso?Sediolavueltaysetapólacara,creyendoquedeesemododesapareceríatodoyregresaríaacasa.¡Quéestúpidoera!

«Noeresreal.Noeresreal.»Apartólentamentelasmanosdelacarayvolviólavistahaciaelexterior.Delantedelasdosjaulas

habíaunseralto,vestidoconropaoscura,quizádemasiadonormalparaelextrañocontrasteconaquellaespeluznantemáscarade conejo.Leopudoverque en sumanoderecha llevabaenroscadauna cadenaplateada que colgaba y se extendía por el piso. Pero lo que daba pavor no era solo la imagenfantasmagórica de aquella criatura, hombre, ser o lo que demonios fuera, sino los bultos que seaproximabanhaciaél.AlprincipioLeocreyóqueerananimales,peroestabaequivocado.¡Eranniños!Niños con los rostros amoratados, los ojos hundidos y algunos desprovistos de dientes y con la ropadesgarradaysucia.Niñosdetodaslasedades,dedistintasépocas.Unosllevabanunossimplesvaquerosycamisetasderayas;otrosvestíancomolohabíanhechosusabuelos,conpantalonescortosytirantes;algunoinclusollevabaunagorritadelanayunacamisadealgodónabombadahechajironesconbotinesdecordones.¿Cuántoseran?¿Diez?Elterrorseapoderódeambosniñosnadamásveraquellosrostrosdemacradosymacilentos.Suslabioserandecolorpúrpura,y teníanheridasylaceracionesenlacara.Pero lopeor estabapor llegar.Cuandodosdeellos comenzarona treparpor lapared,Kevin, elotromuchacho,chillópresadelpánicoyLeoreculó.«Nogrites—decíasumente—.Nodejesquetecoja,nodejes que te oiga.» Miró hacia arriba, donde los bultos se desplazaban como arañas por el techoabovedado, y creyó perder el conocimiento. El hombre de lamáscara había ladeado la cabeza haciaKevinyseaproximabaasujaula.

—Nomehagadaño—suplicóKevinyvolvióachillarcomounarata.Elhombreconlamáscarasesacóunallavedeunbolsillodelpantalónyabriólapuertecillametálica.

Lasrisashistéricasdelosniñosestallaroncomouncorodedementesaltiempoqueelhombrecogíaporelpeloalchicoyloarrastrabafueradelajaula.Kevinnodejabadepatalear.Elpobremuchachoestabatangorditoqueapenaspodíadefenderse.Lecostabarespirarysusllorossemezclabanconlastétricasrisasdelosotrosmuchachos.Elhombrearqueósucuerposobreél.Seinclinódeunmodofantasmal,sinsepararlospiesdelsuelo,doblándosedeunaformaantinaturalhastaquelamáscaraquedóadospalmosdelaregordetacaradelpobrechico,quehipabaylloraballamandoasumadre.

—¿Vaaasaserobediente?—lepreguntóelextraño.Leoestabaparalizado.Nopodíamoverse.Suvozteníaunaresonanciaburlonayalavezsuave.Estabajugandoconél—.Dime,Keeevin.

Kevin apenas podía hablar. Su camiseta se había enroscado como un rollito sobre su barriga ypresentabaunaspectolamentable.

ElhombrelepalmoteólabarrigaconunamanoyKevingritó:

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—¡Sí!¡Seréobediente!¡Quieroirconmimadre!—Esoeeesimposiiible.Entoncesunodelosdiabólicosniñosdecamisetaderayashizounmovimientocompulsivo,cayóde

rodillas y comenzó a toser. Leo no entendía qué pasaba. El chico se estaba poniendo morado. Algoabultadocomenzóadesplazarseporsugargantahastaqueunaarcadalehizoescupirunapiedra.

—Oh,Diosmío...—dijoconapenasunhilodevoz.«Noesunhombre,esunmonstruo,yesosniñosestánmuertos.»«Jesús,ayúdame.»El ser cogió la piedra llena de babas y algas con una mano enguantada y, sin abandonar aquella

inclinaciónantinatural,miróaKevin.Labocadesumáscarasecurvóenunasonrisa.—Aaabrelaboca,Keeevin—canturreó.—¡Quieroirconmima...!Antesdequeelpobredesgraciadopudiera terminar la frase,elhombre le introdujo lapiedraen la

bocay,conungolpeseco,selaencajóenlagarganta.Leosepusoatemblar.Elaireapenasleentrabaenlos pulmones y Kevin pataleaba, se ahogaba, casi se convulsionaba hasta que la piedra pasó por lagargantayvolvióarespirar.

—¡Diosmío!—gritóllorando,respirandodesesperadamente.—Señor...,¿quéestodoesto?—murmuróLeoparasí—.¿Porquéhaceeso?Otra piedra rodó desde un rincón de la galería. El hombre ladeó la cabeza, movió los dedos

enguantadoscomositocaraelpianoylacogióconelegancia.—Aaabrelaboca,Keeevin.—Porfavor...—suplicóél—.¡Porfavor,otravezno!—Tengomuuuchaspiedras.Alargó laotramano,apretó lasmandíbulasdelniñoy, cuandoesteabrió laboca, leencajó laotra

piedra.—¡No!—chillóLeo.Kevinempezóapatalear.Lapiedraestabaenelconductodesugarganta,peronosemovíanihacia

dentronihaciafuera.Subarrigasecontorsionó.Elperversoservolvióasuposiciónoriginalcomosifueraun resortemientras elmuchacho luchabapor respirar.Seolvidódelniñoquepugnabaporvivirmientraselcorodemencialsusurrabayreíacomounamanadadehienas.SeaproximóalajauladeLeo,acercólacaraalosbarrotesyaquellabocaplásticavolvióacurvarseenunasonrisa.

—¿Saaabes,Leo?Tengomáspiedras.Muuuchaspiedrasoquizás...algomejorreservadoparati...Detrásdeél,losmovimientosdeKevinsevolvieronmáslentos.Resultabadantescocomprobarque

subocaestabaligeramenteabiertayempezabaatornarsedeuncolorpurpúreoyazulado.Luegosequedóinmóvil, a excepción de su pierna, que seguía convulsionándose. El ser estaba a punto de decir algocuandounsonidolodistrajoysevolvióhaciasuderecha.

—Visita...—susurró.Seapartódelajaula,olvidándosedeLeoydelpobrechicotiradoenelsuelo,ysaliódelagaleríaconsucortedeespectrosdetrás.

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—¿Kevin?Laslágrimasyelimpactoemocionalapenasledejabanvisualizarlaescenaconclaridad.Elchicono

semovíayteníalagargantahinchada.—Kevin...Leoseagachóentrelasbarrasmetálicas,metióelbrazoeintentóllegarabsurdamentehastaelcuerpo

delotroniño.—¡Kevin!¡Despierta!—gritó.PeroKevinnosemovió,porqueestabamuerto.

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El ochenta y siete, cuando descendieron a la galería bajo el pozo, fue el año en queU2 tocó porprimeravez lacanciónWhere the streetshavenoname en la azotea de una tienda de licores deLosÁngeles.YesemismoañoETAmatóaveintiunapersonasenelatentadodelHipercordeBarcelona.EsoeraloquepensabaLisamientrasesperabaqueelrestobajaralasescalerasmetálicasdelpozoparanosufrir un ataque de ansiedad. Había pasado muchos meses buscando todo tipo de acontecimientosocurridosaquelañoyesosdoseranlosúnicosqueseleocurríanenaquelmomento,depiedelantedelentramadodelpasillo,aunquerecordababombardeosenIrán,algúndesastreaéreoyterremotos.

Seajustó la linterna frontalque lehabíacompradoClaudioyesperóaque todosestuvieran juntoaella.Olíaamar.Siempreolíaamar.Eraelmismoaromaquepercibiólaprimeravez,elmismoolorquelaacompañódurantemuchosaños.Yallívolvíanaencontrarse.

—No recordaba este sitio con estas proporciones —dijo Dani—. Se supone que cuando uno espequeñolovetodomásgrande,peroestosiguesiendoenormeysonvariospasillos.

—Noimporta—respondiósuhermano—.Niyorecuerdoquérumbotomécuandofuiabuscarte,peronopodemossepararnos.Sinoencontramosnada,daremoslavueltayseguiremosotrocamino.Vamos.

ClaudiomiróaEnma,quenosemovía.Presentabaunaspectodesvalidoyasustado.Seaproximóaellaylarodeóconunbrazo.

—Vamos,Enma—ledijoconcariño—.Todosaldrábien.—Prométemelo.—Teloprometo.Labesóenlafrenteyavanzarontodosporelpasillodelaizquierda.Laluzqueproyectabanlascinco

bombillaseramásquesuficienteparaverperfectamentevariosmetrospordelante.Lahumedadenlasparedes, las raícessalientesenambos ladosyel levechapoteodelsuelomedio inundado les impedíacaminarconciertoaplomo.Cedriccomprobóqueyanoteníacobertura;guardósumóvilenunlateraldesumochilaysiguiólaprocesión.Durantemásdequinceminutoscaminaronsinrumbofijo.Lagaleríaseibaestrechandoyeltechobajabalevemente.Eracomounacatacumbasubterránea.Noparecíaqueallíhubieranadamásquetúnelesyporquería.

—¿Oísalgo?—Danisegiróymiróalresto.—Yono—respondióEnma.—Yotampoco.—Niyo.Claudio,queibaelprimero,giróenlaprimeracurvaquetrazabaeltúnel.Trascincominutosmásde

reloj,elcorredorcomenzóaensancharse.

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—Creoqueentoncestomamoslaotradirección—dijomirandoeltecho—.LlegamosantesalasalallenademetaldondeestabaDani.Hemosidoenelotrosentido.

Cedricavanzópordelantedeellos,caminóvariosmetrosmásyfrenóenseco.—Chicos,venidaveresto.Nadamásllegarasuposición,observaronquelasparedeseranmáscompactasyquealolargodel

túnel se extendían cables conpequeñospuntosde luz.Sobre el techo abovedadohabíamás focosqueparpadeaban con una luz amarillenta y débil. Avanzaron por el túnel hasta que se dividió en dos ytomaronelprimerodeladerecha.Variosminutosdespués,unaverjametálicaconunapuertalesseparabade una especie de laboratorio en ruinas. Había cables colgando, mesas llenas de carpetas ydocumentacióndesperdigadaportodoslosrincones,maquinariaantigua,monitores,camillasyunaseriedeinstrumentosrudimentariossobremesassupletoriasdemetalymicroscopios.

—¿Quécoñoeseso?—preguntóLisa.—MerecuerdaalosbúnkersrusosbajolosUrales.—Cedriclosmiróysediocuentadequenotenían

ni idea de a qué se refería—. Un estúpido programa inglés que vi. Hablaban de laboratorios paraexperimentosnucleares,amilesdemetrosbajotierra,detectadosporsatélite.Estoesunlaboratorio.

—¿Podemospasar?—preguntóEnma.—Nolosé—dijoDaniforcejeandoconlapuerta.Variosempujonesfueronsuficientesparaquecediera.Todosehallabaenmuymalascondiciones,y

losanclajesestabanoxidadosyllenosdetelarañas.Mientrastoqueteabantodoloqueencontrabanasupaso, Lisa descubrió algo que le llamó la atención: había una carpeta en la que ponía:«PREVENTORIO.»

HizounaseñalaDaniyabrióelinforme.—Sonfichasmédicas,Dani.Mira.Cadafichallevabaunafotografíagrapada.Todaserandeniñosdeunosdiezuonceaños.—«PacienteUno:presentapérdidadememoriasignificativadespuésdelelectroshock.»—Lisapasó

la página y leyó—: «Paciente dos: no demuestramejoría tras el tratamiento.Alucinaciones, paranoia,histeria.Serecomiendaaislamientoyprivacióndelsueño.»

—SantoDios...¡Perosieranniños!—¡Miradesto!—exclamóEnma.Estabaenotramesayteníaalgoenlamano.—¿Quécoño...?Extendiólasimágenessepiasobrelamesaypasólosdedosparaquitarleselpolvoacumulado.—Fijaosenestasfotografías.Erantresimágenes.Enunadeellasaparecíantresmédicosconsusbatasblancassituadosjuntoauna

máquinarudimentariallenadecablesybrazostelescópicosarticulados.Dosdeelloseranancianos,yelterceropresentabaunaspectomásjovial,conunfinobigoterecortado.Lasegundaimageneradelmismomédico jovenconcuatroniñospequeños.En laparte inferiorde la fotografía, grabadaencursivaunafrase:«DoctorExpósitojuntoapacientes.Preventorio.1921.»

Lasiguienteimageneratodavíamásdesconcertante.Habíavariosniñosdedistintasedades.Vestían

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todos con ropade algodóny vestidos largos, y sobre sus cabezas llevabanunas bolsas de cartón concarasdibujadasllenasdesonrisasyojosgrandes.Detrás,unhombremuchomásaltocontrajedechalecoycorbatínteníaunamáscaradeconejoenlacabeza.Todossemiraronalmismotiempo.

—Joder—bramóClaudio.—¿Quéponedebajo?—«FiestadedisfracesPreventoriodeSanPetri.1920-1921»—Tiene que ser él—murmuróDani. Cerró los ojos y recordó sus visiones. Los niños y aquellas

bolsasdepapel—.Yoviaesosniños,peronoeranlosmismosquenosatacaron.No...Noteníanesasbolsasenlacabeza.

—Notieneporquéserelmismo—repusoLisa.—Miradestafotografía—señalóEnma.Enlasiguienteimagenaparecíaeldoctorconunaniñapequeñasobrelasrodillas.Teníaelpelolleno

de caracoles sujeto con una horquilla en la parte superior y llevaba un vestido abombado de lo queparecía terciopelo.Lapequeñasonreíahaciaelmédico.Elhombrejovendefinobigote lamirabaconternura,estabarodeándolaconsusmanosytambiénsonreía.

«JacobExpósitoyLíaExpósito.Retratodefamilia.1921.»—Vale. No entiendo nada —dijo Cedric—. Se supone que esto era un centro para enfermos de

tuberculosis,y sin embargoestasmalditas catacumbas seusaroncomo laboratoriodeexperimentaciónparalademencia...¿infantil?¿Eseso?Porqueesloqueparece.

—Puedeser—respondióDanimientrasrevolvíaenotracarpeta—.Yoviaesoscríosmuchasveces,alosdelafotodecarnaval,peroeranmenosynoeranlosniñosquenosatacaron.Deesoestoyseguro.

—Esetipollevalamismamáscaradeconejo.¡Tienequeserél!—dijoClaudioconciertoenfado.—Bajalavoz,Claudio.Solotedigoloquevi.Nosénadamás.«Nosdijoquenoscuraría.»Danimirólafotodecarnavalyacontinuaciónlaguardójuntoconlasotrasensumochila.—«Nosdijoquenoscuraría»—repitió—.Esomedijounodelosniños.Ahoralorecuerdo.—Tenemos que seguir—contestó Lisa tras cerciorarse de que no habíamás documentación sobre

aquel médico o los experimentos—. No podemos perder más tiempo, y todo esto son informes detuberculososofichasdedefuncióndepacientes.Nohaynadamássobreesetipoolosniños.

Atravesaron el laboratorio y deshicieron el camino tomando el túnel contrario cuando se dividióvariosmetrosatrás.Elolorasalitreeracadavezmás fuerte.De repenteoyeronunsonidoy todossequedaron inmóviles.Algohabía crujido al fondodel túnel.Lisa cogióunade las linternas demanoyapuntóhacialaoscuridad.Habíaunniño.

—Diosmío...—murmuróEnma.Elniñolosmirabafijamenteconelpequeñorostropálidoysujetabaconunadesusmanitaslabolsa

depapel.Deprontosegiróysaliócorriendo.—¿Quécojones...?

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—Síguelo,Claudio—ordenóDani.Corrieron por el túnel al compás delmandilón que ondeaba a lo lejos. Otra vez los conductos se

abríanendos.Elpequeñoseparóycuandovolvióaverloscontinuóvelozporelladoizquierdo.Unasrisasespectrales flotaronporencimadesuscabezas.Enmaestabaaterraday tratabadecorrer todo lomáximoquelepermitíanlaspiernas,peroeldichosocríoerarápidoy,amedidaqueavanzaban,eramásdifícilcaminar,dadoqueibasubiendoelniveldelagua.

—Vamos,másrápido,Enma—ladróCedric,detrás—.Sino,vamosaperderlo.—Esointento—resollóella—.Tengocuarentaañoscasi.PorDios,nopuedoirmásrápido.Al llegar al final del túnel, el espectro del niño estaba inmóvil, situado de perfil; tenía el brazo

levantado y apuntaba con el índice algo que no veían desde allí. Súbitamente el niño los miró y sedesvaneció.

—¡Corred!—gritóLisa.Giraron en la dirección que les habían marcado y se encontraron con una habitación llena de

estanteríasmetálicasy cajas de cartón etiquetadas. ¿Qué era aquello?Noentendíanporqué les habíallevadohastaallíelniño.Claudioentróenelhabitáculoy,cuandosedisponíaaatravesarelpasillodeestanterías,algosearrastróenalgúnlugardelamarañadecajas.UnadeellascayóyestuvoapuntodegolpearaClaudioenlacabeza.Delsusto,setambaleóhaciaatrásysedesplomópatasarribasobreelsuelopolvoriento.Lacajaserompióenvariospedazosylospapelesseesparcieronportodaspartes.

—¡Claudio!¿Estásbien?—gritóEnma.—Creoquesí.Mehaparadoelgolpelamochila.«BunnyelCruel.»La voz susurrante e infantil retumbó sobre ellos mientras los papeles flotaban por el denso aire

polvoriento.—Hayunalibretaentreesospapeles—dijoDani.Seagachóylacogióconcuidado.Sacudióelpolvo

ylimpiólaetiquetaconlamano—.«Expediente45.»Estabaapuntodeabrirlacuandooyeronunestruendoqueleserizóelvellodetodalapiel.—Joder.Esohasonadoaderrumbamiento—dijoCedric,queseasomóalpasillo—.Cogeesamaldita

libretaysalgamosdeaquí.Nohaysalidaporelotrolado.Siestosederrumbaestamosperdidos.—¿Ylosniños?—preguntóLisaagarrandoaCedricporelbrazo.—Salgamosdeestetúnel.Iremosalotrolado.Lisa,eseruidonoesbueno,¿loentiendes?Estamosen

unaratonera.Tenemosquevolveralaentradayseguireltúnelenelotrosentido.Estoseterminaaquí.Tienenqueestarenelotrolado.

Dichoesto,todossiguieronaCedricensentidocontrario.Losminutossehicieroneternosdenuevo,ycadavezhabíamáspolvo.Volvióasonarelestruendoyempezóacaerdeltechounagrancantidaddeporqueríaydetierra.Aquellaseccióndelsubterráneoestabaenmuymalascondiciones.Sinosedabanprisa,lascosasseibanacomplicar.Aceleraronelpaso.Unacorrientedeairelesgolpeórepentinamenteyseprodujootroestruendo,unpocomáscercaestavez,quelessorprendiójustocuandollegabanalabifurcaciónquehabíatomadoelespectrodelniño.Enelinstanteenquesedisponíanagirarensentido

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contrario,Claudioseapartóhacialapared,gritóalgoyunmontóndetierracayósobreellos.

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Anabelapoyólamanosobreeljeepypercibióelcalordelmotor.Estabasemiocultoporunoscuantosarbustosquesalíandeunladodelacarreteraydosenormesroblescombadoshaciaelcaminocubríaneltechoamododetoldo.Apuntóconlalinternahacialamatrícula,laanotóenunapequeñalibretillaquesesacódelbolsillodelacamisayvolvióasuvehículo.Nousólaradio,noqueríaquetodalaoficinaseenterarahastaquetuvieraalgo.Ensulugarcogióelmóvil.Marcóunteléfonoy,trasvariostonos,alotroladodelalínearespondióunavozjuvenilyacelerada.

—Mayra,tienesquehacermeunfavor.¿Estásentráficoaún?Lavozfemeninarespondióafirmativamente.—Claro,reina.¿Enquépuedoayudarte?—Necesitosaberaquiénpertenecelamatrículaquetevoyadar.Tengounaligeraidea,peroquiero

asegurarme.Mayra no preguntó absolutamente nada, algo que nunca hacía y que Anabel agradecía. Oyó el

repiqueteode las teclasy luegounsilencioquesealargóenel tiempohastaque lamujercarraspeóydijo:

—EstáanombredeunaempresaeólicaconsedeenBarcelona.Conductorhabitual:Claudio...—DeMateoVargas—interrumpió ella. Estaba convencida de que había visto aquel vehículo a un

ladodelacasadeEnma,pero,contodo,debíaconfirmarlo.—Exacto,Anabel.¿Algomás?—No,gracias,Mayra.Tedebounacopa.—Queseandos,porfavor.Llevounasemanademierda.Colgó,seguardóelmóvilenelbolsillodelpantalón,bajódelcocheyenfilóelcaminohaciaabajo,

tratandodeaveriguarquéhacíaelvehículoallíaesashorasdelanoche.Miraradondemirara,nohabíamás que camino, bosque y oscuridad.Trató de ordenar sus ideas, toda la información que tenía en lacabezayquenoeranmásquepequeñaspiezasdeunrompecabezassinningúnsentidoparaella.

Dosniñossinnadamásencomúnquelafaltadeunpadreencasa.Habíaestadoconlasmadres.ElpequeñoKevin,conunproblemadesobrepesoyautoestima,eraunniñotranquiloquenosemetíaenlíosy que respetaba a su madre por encima de todo; y el otro, Leo Valverde, un muchacho responsable,maduroymuyinteligente,quejamáshabíadadounproblema,estudiababienyteníaungrupodeamigosfijos.Pocomás.

—Aguademar—susurróapuntandoconlalinternaalcaminodegravilla.PeroAnabelnopodíanegar loevidente.Loscincoantiguosamigosquehabíaconocidocuandoera

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muy pequeña habían vuelto a San Petri y las desapariciones sucedían casi al mismo tiempo. ¿Acasotenían algoquever?Eramuypocoprobable.Ella los conoció, perodeniños. ¿Qué sentido teníaqueestuvieraninvolucradosenalgoasí?

—Pasaronporalgomuyparecidoylamentenoolvida—murmuró—.Noséquéfuenidequéforma,pero esos hombres ymujeres experimentaron en estemismo lugar algo traumático con aquel locoquesalióde...

Se sobresaltó y ladeó todo el cuerpohacia la derecha.La linterna enfocó los arbustos y las ramasfantasmales,quesebalanceabansuavementeporelairefríodelanoche.

—Deaquí.Aqueltiposaliódeaquí.El corazón le dio unvuelco al pensar que se hallaba amuypocadistancia del lugar dondehabían

encontradoalosniñoshacíacasitreintaaños.Aunquenorecordabaconclaridadsuhistoria,síteníaenmenteloquehabíasucedidoconloschicosdelSanGregoriodespuésdereleervariasveceselinformedelcasoenlaoficina.

—¿DóndedesaparecieronBillyyLuisGoyanes?Bajó un poco más la calle y se encontró de golpe con la verja metálica que delimitaba la casa

Camelle, que estaba abierta de par en par. En la parte inferior habían hecho un agujero de grandesproporcionesyunarampadescendíahacialoqueparecíaelsótano,dedondecolgabaunpequeñopuntodeluzquebrillabaalolejoscomounadiminutaluciérnaga.

«Algunaobraoedificioenconstrucción.»Anabel apagó la linterna, palpó con lamano la funda de su pistola y soltó el botón de seguridad.

Cuando llegó al boquete, se deslizó sigilosamente por la rampa y se encontró de frente con un pozoabierto.Seinclinóparamirarelinterioryunasuaveylejanavozinfantillapusoenalerta.No.Nohabíaningúnerror.Estabaseguradequehabíaoídoaunniñoallíabajo.Sinmáspreámbulossubióalbordeempedradodelpozo,sesituóenelprimeranclajedemetaly,apoyandolamanoenlafundadelarma,descendió ayudada de la otra mano las escaleras con agilidad. Al llegar al fondo, saltó a un sueloembarrado. Habría jurado que alguien se había reído al otro lado del túnel de la derecha. Tomó lalinterna, la encendióy, sin soltar la empuñadurade la pistola, avanzópor el conducto asombradaporaquellasgaleríasysuamplitud.Unextrañocrujidoqueproveníadelfondodeltúnelhizoquesepegaraala pared y que pulsara la tecla de la radio.Al soltar la tecla, comenzó a sonar un chisporroteo en elpequeñoaparatoyalguien,unniño,sepusoacantar.

«Elconejonoestáaquí...Sehamarchadoestamañana...»—Pero...¿quéestápasandoaquí,joder?Sesecólasgotitasdesudorqueempezabanadeslizarseporsufrenteyavanzóhaciaelfondodeltúnel

sindespegar laespaldadelapared.Unestallidolejano,queparecíaprovenirdelotrotúnelquehabíadejado a su izquierda, volvió a frenar su caminata. «¡Dios! —rezó en silencio—, que esto no sedesplome.Déjamesacaraesosniñossiestánaquíyayúdame.»

Avanzóunpocomás.Cadavezeramásdifícilmantenerlalinternarecta.Letemblabalamanoynoerapormiedo,erainseguridad.Repentinamentepisóelfangoysehundióenunpequeñoboquete.Mientrascaía,soltó la linterna,queseprecipitóhaciadelante.Sehizo laoscuridad.Anabel tratóde llegara la

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linterna.Supiernaestabaenganchadaconalgo,pero trasvarios tirones logró liberarse.Cuandocogiónuevamente el punto de luz y lo dirigió al túnel, se quedó fría: allí había una niña. Era una pequeñacriaturaconelpelo rubio recogidoendoscoletasyunmandilóna rayasconelbolsillo lateral rotoycolgandodelatela.Teníalacaritamanchadadetierraylosojosllorosos.Lamirabaynosemovía.

—Hola,bonita.Vengoasacartedeaquí.Soypolicía,notienesquetenermemiedo.Avanzó un paso y la pequeña retrocedió dos. Durante un instante, Anabel se sintió desconcertada.

¿Quéhacíaunaniñatanpequeñaallíabajo?—Bonita,¿cuálestunombre?—lepreguntó,avanzandounpocomás.Laniñanorespondió.Teníaalgoenlamano,untrozodepapelmarrónounabolsa,aunqueAnabelno

estabaseguraytampocoleimportabalomásmínimoenaquelmomento.Soloqueríallegaralaniña,quebajoningúnconceptoseasustaradeella.Cuandoestabaapuntodelograrlo,lapequeñaabriólosojos,sonrióysaliódisparadacorriendoporunlateralhaciaotrotúnelquesebifurcabahacialaderecha.

—¡Espera!—exclamó,perolapequeñacorríademasiadorápido.Parecíaconoceraquelentramadodetúnelesalaperfección.

Siguió avanzando en la misma dirección que la cría y llegó a una sala llena de restos metálicosapiladosenunextremo.Oteó toda la sala abovedaday, cuando se cercioródequenohabíanadie, seaproximóalosrestos.Pudocomprobarqueeranbarrasmetálicasytrozosdesmontadosdeestructuras.

—Hola—dijosuavementepulsandolapequeñaradioquellevaba—.¿Alguienmeoye?Esperóunratoy,trasunnuevochasquidoyunpitidoensordecedor,quedóclaroquelaradionoibaa

funcionarbienaaquellaprofundidad.Sacóelteléfonomóvilytampocoteníacobertura.Aquelloeraundesastrey,silacosasecomplicada,estabasola.Mientraspensabaentodoaquello,algobrillantellamósu atención: desde suposiciónpodía ver una especie debola demetal. Se agachó, la cogió entre losdedosylaexaminóminuciosamente.Luegoselevantó,laguardó,volvióaecharunaúltimaojeadaalasala,salióalpasilloycontinuósucaminata.

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—¿Estáistodosbien?Claudiosesacudióelpolvoy la tierraquecubrían todosucuerpo, se incorporóapartandopalosy

restosdeescombros,selimpiólospantalonesymiróhaciael túnel.Habíaunagrancantidadderestosque formaban unamontaña.La sección de uno de los pasadizos se había derrumbado y no veía a suscompañerosporningúnlado.

—¡Dani!¡Cedric!—gritó.Una tos repentina leobligóadarse lavuelta.Enma tratabadesalirdeunbarrizalde tierrayagua.

Parecíaelmonstruodelpantano.Claudiocorrióasocorrerlay,tirandodesusbrazos,logródejarlasobresuelofirme.Susgrandesojosazulescontrastabancontodaaquellaporqueríaqueteníaadheridaalapiel.En otromomento, habría estallado en risas, pero la situación era desesperante y estabamás cerca desufrirunodesus«parraques»poransiedadquedereírcomounlocohastamorir.

—¿Estásbien,Enma?—Creoquesí.¿Losdemás?Claudioapartóvariasvigasycaminóunpocomáshaciaelfondo.—Claudio,¿dóndeestánlosdemás?—Nolosé.Tedigoquenoloshevisto.¡Señor!Estoesundesastre.¡Dani!¡Lisa!¡Cedric!—Aquí,Claudio.—SaltaronasustadosalescucharlavozdeCedric.Salíadeunmontóndeporquería

casiconelmismoaspectoqueEnma,llenodebarrohastalacabezayconlamochilacolgandoaúndelaespalda,aplastadaymojada—.TuhermanoibadetrásdemíconLisa.

—¿Yesoquéquieredecir?Cedricsequitóuntrozodeastillaqueteníaclavadoeneldorsodelamanoyconungestodedolorse

giróhaciaatrásyseñalóelaccesobloqueado.—Esoquieredecirquehanquedadoenelotrolado.—¡Maldita sea!—gritó. Se llevó lasmanos a la cabeza y comenzó amurmurar haciendo círculos,

comosihubieseperdidoel juicio.Luegosaltósobre losescombrosyseacercóalmurode tierraquecerrabalosdostúneles—.¡Dani!¿Meescuchas?¡Lisa!¿Podéisoírme?

AloírunaespeciedepitidoagudoconunsoniditodeburbujassegiraronhaciaCedric.Teníametidoenlabocaunodeaquellossilbatosquehabíancompradoenlatiendadel«hombrepájaro»eintentabahacer sonar aquello, aunque lo único que era capaz de sacar eran gorgoritos agudos bastanteslamentables.

—Estonovaleparanada.

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—¡Sabíaqueestonopodíasalirbien!—exclamóEnma.—Intentemosmantenerlacalma.—ClaudiomirabadesoslayoaCedric.Nisiquieraélsecreíacapaz

demanteneresacalmaysucorazóncadavezlatíaconmásfuerza.Apoyólaspalmasdelasmanossobrelatierraderrumbadaycerrólosojos.

—Claudio.—SevolvióotravezaloírlavozsuavedeCedric—.Tranquilo,novamosairnosdeaquíhastaquesepamosqueestánbien,perotienesquemantenerlacalmaotedaráunataque.

Élledirigióunamiradadedesesperación.Volviólavistaalmuroysiguióllamandoasuhermano.

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Yavolvíaaveralosniños,quecorríandeunladoaotroconsusdiminutosmandilonesderayas.LociertoesqueDanisentíasualegría.Eltúnelnoeraenaquelmomentouncampodeescombrosllenodeagua,barroytierra;estabalimpio.Simirabaencualquierdirección,veíalasfilasdefocosancladosalapared.Losniñosentrabanysalíandeunadelashabitacionesdelfondo,yhabíaunhombre,unhombrealto,moreno,conunabatablancayunacarpetillaenunamanoqueapoyabaen lacaderamientras losobservaba.NovioaLisaporningunaparte.Estabadepiedelantedel túnelyrecordabaconprecisiónque el techo había cedido. Trató de buscarla, de averiguar dónde se encontraba. Era cierto que elderrumbamientoleshabíadejadoalotroladodeltúnel,peroconélseabríandosenormesboquetesquecomunicabanconotropasilloquenohabíanvisto laotravez.Losniñosrieron.DaniseolvidóporunmomentodeLisaylosmiróconcuriosidad.Unodelospequeñosseestabaaproximandoaél.

—Nosvamosairdentrodepoco—ledijoelniño.Teníaelcabellotannegrocomolanocheyunosgrandesojosverdes—.Eldoctordicequenospondremosbien.

Daniseagachó,apoyólarodillaenelsueloymiróalpequeñoconatención.—¿Adóndevais?Elniñoseñalóelpasadizoquesehabíaabiertoydijo:—Albarco.Porallí.Quététricoparecíatodoensumente.Yelhombrederostroamablequesujetabalacarpeta,eldoctor

quedesdeelfinaldelpasillolosobservabaconciertamelancolíaytristeza,yluegoaquelsilencio...—¿Cómotellamas?—Damián—respondióelpequeño.—Damián.¿Esbueno?¿Esemédicoesbuenoconvosotros?El niño asintió. Poco a pocoDani fue distinguiendo la silueta delmédico conmás nitidez. Era el

hombredelasfotografías,eldoctorquesosteníaalapequeñaderizosysalíaconlosotrosdosdoctoresjuntoaaquelaparatoantiguo.

—Noscura losmalesde lamente.Aunque,desdequesecontagióLía,estámuy tristeyavecesseenfadaconnosotros.

—Líaessuhija,¿verdad?Elniñovolvióaasentir.Miróhaciaatrás,comosituvieraprisaporirse,yluegocontinuó:—Subióalaplantadearriba,laqueestabaprohibida,ylosenfermoslecontagiaronlatuberculosis.

Eldoctorgritómuchoyluegolloró.UnavozlejanaenvolvióaDanirepentinamenteysuvisiónsevolviómenosnítida,másborrosa.Era

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como si la imagen del niño estuviera formada por pequeños puntos que se iban diseminando. La luzatravesabaesosespaciosvacíos;luegovolvieronajuntarseyelpequeñosehizomáscompacto.

—¿QuiénesBunny?Damián,dimequiénes.¿Eseldoctor?Damiánmiróalmédico,quepermanecíadepieenelfondodelpasillo,ydespuéssegiróhaciaDaniy

cerrólosojos.—Damián,tienesqueayudarnos.—¿Tieneseltirachinas?Lapreguntaledejófueradejuego.—¿Eltirachinas?—Sí.—Fuisteisvosotros...Vosotrosnosllevasteisaél,¿noesasí?—Tengoquemarcharme.—Damián,por favor,dimequiénesBunny.Ahoraséquenosois losmismosniñosquevanconél.

Vosotrosestáisaquíporalgunarazón,peronosoisesosniñosquelosiguen.¿Porquénosayudasteis?Eldoctoravanzóvariospasosy,deslizandolacarpetillaaunladodesucostado,llamóalmuchacho.—Tenemosqueirnos,hijo.Nosesperan.¿Acasoelmédiconoloveía?Elpequeñoalargó lamanoconceleridadyabrió lachaquetadeDaniconsuspequeñosydelgados

dedos.Metiólamanoentrelosplieguesdesucamisayapoyólapalmasobresucicatriz.—Recuerdaeltirachinas.Bunnyesunresultado.Nadamásdeciresoysentirelcontactodesupielfríaymortecinasobrelaherida,Danicayóhacia

atrás y todo se oscureció. Una intensa ráfaga de aire salado le golpeó la cara. Oyó el crujido y elbalanceodeunenormebarcoenalgún lugar,yelgritodealgunoshombres.Peronoeranniños loqueveía,eranfragmentossinsentidodeunenormebuquemecidoporlasolasyluegoporelmar.Lavisiónsefuedifuminando,transformándoseenpequeñasmotasluminosasquesedesintegraronenelaire,yvolvióa ver un pasillo. Era la casa Camelle. Estaba repleta de camillas diseminadas por los pasillos conpacientestapadosconsábanasysillasderuedasapostadasaambosladosconpersonasadormecidas.Vioalaniña,lapequeñaderizosyvestidodeterciopelo,caminandoporentretodaaquellagente.Unancianolallevabadeunamanitaylegritabaquenodebíaestarallí.

—¡Vuelveabajo,niña!Aquítecontagiaránlostuberculosos.Laniñacorrióporelpasillo,perotropezóconunasilladeruedasysedesplomósobreunamujerque

reíaenloquecida.—Québonitaprincesa—ledijoyal instantecomenzóa tosercomosiestuvieraapuntodevomitar

sobrelaniña.Laimagendelpreventoriosedesvaneció.Danisearrodilló.Sentíauncalorimpropioenelpechoyel

sueloquemabacomosiestuvieraapuntodeincendiarse.Enaquelmomento,allevantarlacabeza,vioaldoctorsentadoenunacamayalaniñaagonizando.Luegounasábanasobresurostroenjutoyenfermizo,alhombrellorandosobreelcuerposinvidadesuhijayaotrodoctormayorasulado.

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—Nopuedeshacernadaporella,Jacob.Derepenteaquellaimagenparecióestallar.Elsonidodeunaolacontraalgoduroleprovocónáuseas

ycerrólosojos.—Esunresultado...—lesusurróunavozinfantil.«Soyunresultado.»EranlasmismaspalabrasquehabíaoídoDanilaprimeravezquebajóalpozo.Lorecordó.Lohabía

dichoBunnyenlagalería.Larisadeunaniñaretumbóensucabezaycuandoabriólosojoslavioasulado.Teníaelpelomuy

rubio recogidoendoscoletasyapoyaba lamanita sobre suhombro.Se inclinóhaciadelantecomosifueraacontarleunsecretoinconfesableyvolvióareír.

—Eldoctornosquería.Dijoque,sisubíamosalbarco,iríamosaunlugarmejordondenoscurarían,pero estaba muy triste.—Lomiró con sus bonitos ojos azules y luego dijo—: A veces hablaba conalguien...

LaniñaseapartóligeramenteyDanitratódeacercarseaella.Susojoseranmásazulesybrillantes.Peroamedidaqueseaproximabaalavisión,empezóatambalearseyadesaparecer.

—¿QuiénesBunny?—gritó.«Dani.»Inesperadamentelaniñasevioabsorbidaporalgo.Danitratódealcanzarla,peroloquetirabadeella

eramuchomásrápidoyfuerte,ydesapareció.«Dani.»Eraunavoz,unasuaveydulcevozquelollamaba.«Dani,despierta.»LavozdeLisasonólejana,tantoqueDanideseóalargarlamanoyrozaralmenossuresonancia;pero

nolaveía,nosabíadóndeestaba.Deloúnicoqueestabaseguroeradequeeneseinstanteestabaallí,casicienañosatráseneltiempo,contemplandounaatmósferaquenoeralasuyayviendoaunosniñosquenodeberíanestarallí,porquenoerasulugar.

«Peroellosnosonlosquenosatacaron.Ellosnosguiaronhaciaeltirachinas.Deseanlibrarsedeél.»Alzó los ojos y contempló el rostro infantil y sereno que tenía delante. Los grandes ojos de color

índigo,ylasmejillassonrosadasylabocadelaniña.Unpocomásalláestabanlosotrostrespequeñosque él recordaba. Todos con sus mandilones de cuellos redondos, de pie, frente al túnel, con unospequeñosmacutosmarronesypolvorientosdisfracesdecarnaval.

«Élerabueno,peroundíaempezóahablarextraño.»«Sí,eraunbuendoctor.Cuidabadenosotroscuandolosdemásnoshacíandaño.»«Ytenemosqueirconélalbarco.Dicequehayunlugardespuésdelmardondenospuedencurar.»Lasvocesdeaquellosniñossemezclaronunasconotrasyunpitidoagudoleobligóainclinarsehacia

delante.Comenzaronafallarle laspiernas,hastaquecayóderodillas.Abrió losojosyseencontróalfinaldeunodelos túneles,albordedeunacantilado,ybajoél,unainmensaplayallenadebarcosdeotrostiempos.Daniseapartólasmanosdelacabezamuydespacio:estabaenunagujeroexcavadoenla

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roca.Unodelostúnelesrompíaenaquellugar.Laplayaqueteníadelantenoteníaningúnsentidoparaél,nopodíaexistiry,sifuerareal,sialgunavezhabíasidoreal,nadiepodíaconoceraquellacalarodeadadepeñascos,rocasybosque.Violosrestosdeunaviónflotandosobrelasaguas,barcosmediohundidoscon sus inmensas chimeneas asomando desesperadamente sobre cientos de hombres y mujeres quegritaban desde todos los rincones de aquel espectáculo dantesco. Un galeón cruzó las aguas y chocócontraunbarcodevaporencalladoenunasrocas,yunpocomásalláloqueparecíaunsubmarinoflotabasinrumbofijo,deunladoaotro.

Miró hacia abajo, hacia la playa, y vio la pequeña procesión de niños en fila detrás del doctor yvariosmarineros.Unabarcalesesperabaenlaorilla.

«Unlugarmejor...»Lasvocesinfantilesvolvieronasucabeza.Perdióelequilibrioycayódeespaldassobrelarocadel

túnel.«Enelbarco...»«Dicequevolveremosaveranuestrospadres.»—¿QuiénesBunny...?—susurró.Alzó la cabeza y contempló la pequeña playa atestada de cuerpos macilentos sobre las arenas

cristalinas.Unodelospequeñossediolavueltacuandoestabaapuntodesubiralabarcaylomiró.«Fueél»,dijoseñalandoaunmarineroqueaúnestabaenloaltodelpuestodemandodeunodelos

barcos.«Yél.»Laniñadelascoletasylosojosazulesseñalóaunhombrequesalíadelsubmarinotambaleándose.«Yluego,fueél.»Damián,queencabezabalaprocesióndecuatro,apuntóconeldedoaldoctor.«Y ellos...» El último pequeño alzó lamano y rozó los cuerpos diseminados por la playa con los

dedos.«Contodosudolor,todasurabiaytodasufrustración.»—Esunresultado—intervinoDani—.Dijoqueeraunresultado...—¿Dani?AbriólosojosyvioelrostropálidoysuciodeLisasobresucara.Estaballorando,teníalasmanos

apoyadasensusmejillasytemblaba.Danisequedóinmóvilduranteunosinstantes,volvíaasentirelfríodelacueva,eltemoraBunnyylaincertidumbreporlaqueestabanpasando.

—Lis...—¡Me has dado un susto terrible! ¡Creí que estabas muerto! —gritó y rompió a llorar

desconsoladamente.Danilerodeólacabezaconambasmanos.Teníalacaraenterradaensucinturayestabaderodillas

comounabeataapuntodesufriruninfarto.—Nollores.Estoybien.Hevistoalosniños...Hevistomuchascosas,Lis.Lisalevantólacabezaconlosojosmuyabiertosypareciócrisparse.—¡Meimportanunamierdatusviajespsicodélicos!¡Penséquehabíasmuerto!

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—Tontodelcoño.Lisanodabacrédito.—¿Qué?—Hacetreintaañosmehubierasllamadotontodelcoño.—Seincorporó.Laestrechóentresusbrazos

y semantuvomuyquieto con los labios apoyados en su frentedeunmodo fraternal.Al cabodeunossegundos, miró a su alrededor—. Tranquila, Lis. Estamos separados por unas cuantas toneladas deescombros,algoquenoesperábamos,perosiseguimosporelboquetequeseabrió,creoquellegaremosaalgúnlugar.

—Hablécontuhermanohaceunrato.Cuandosupoqueestábamosaquí,ledijequesiguieraneltúnel,que nosotros iríamos por otro y nos encontraríamos. ¡No podía decirle que estabas inconsciente! ¡Sehabríamuerto!

Daniseapartódeella,sesacudióelpolvoylatierradelospantalones,ysecolocólamochilaylalinterna.

—Hiciste bien. Ahora tenemos que darnos prisa. No sé cuánto tiempo hemos perdido con elderrumbamiento.—Miróelrelojyluegosuspiró—.Nofunciona.

—Elmíotampoco.¡Québonitaytristeseveíaenaquelmomento!Peroélnuncahabíatenidoagallasparadecirletodolo

quelahabíaquerido,todoloquesignificóparaéldeniñoytodoloquesufriócuandosefuedeSanPetri.Ella levantó la bolsa, se la puso a la espalda y lomiró con curiosidad. Tenía los ojos cubiertos dechorretonesderímelquehacíansurcos,comounadeesasmuñequitasdeporcelanagóticas.Sepasólamangadelachaquetaporlasmejillasylaslágrimas.

—¿Quépasa?—Simepasaraalgo...—¡No!—leinterrumpió—.Noquieroescucharesastonteríasque...—Escucha, Lis...—repitió con calma. Estaba nerviosa y Dani no deseaba alterarlamás—. Si me

pasara algo, me gustaría que supieras que jamás superé el dolor cuando te fuiste.Me volví un niñoretraído,peronoporloquenoshizoeseser,fueelvacío...Túocupabasesevacío.Creo...—continuó,riendo—creoqueduranteuntiempoteodié.Pensabaquemehabíasabandonadoymepasabalosdíascompadeciéndome.Mesentíasolo,desamparado.Luegocrecíycomprendíquehabíashecholocorrectoyqueparaalejartedelatragediateníasquealejartedemí.Porqueyoerapartedeesatragedia.

Lisarespiróhondoconlosojosllenosdelágrimasyseapartóelpelohaciaatrás.—Está bien—respondió con dignidad—. Sime pasa algo, quiero que sepas que seme rompió el

corazóncuandomemarché.Peroyofuiaúnmásegoístaquetú,Dani.Porquecadavezquemesucedíaalgomalo,cadavezquealguienmetratabamalosentíadolor,teodiaba.Ylohicedurantemuchosaños,muchosmásquetú,porque...porquemehabíasprometidoqueibasamataralmonstruopormí.Ycadavezqueunmonstruomedestrozabalavidanoestabasparacumplirtupromesa.Noestabasparasalvarmedeellos.

Conunmovimientorápido,Danilecogiólacaraylabesóenlamejillaconternura.Estabademasiado

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impresionadoparadecirnada.Lamiróalosojos,labesóenloslabios,alargandoaquelmomentoytodosucalor,hastaquelarealidadlegolpeódenuevo.Apoyólafrenteenlasuya,cerrólosojosydijo:

—Nodejaréquetehagadaño,Lis.Nopermitiréquetelleveconél.Lojuro.Lisacerrólosojosyrememoróaquellaspalabrasquesehabíandichosiendounosniñosenlapuerta

delacasetadelosSupersónicos.—Yotampocodejaréquetehagadañoytampocopermitiréquetelleve.Lojurotambién.

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—SoylaagenteAnabelCoset.Sialguienpuedeoírme,necesitoefectivosenlacasaCamelle.Repito:estoyenlacasaCamelle,hebajadoalsótanoymeencuentroenunagaleríasubterránea.Sialguienpuedeoírme,necesitoefectivos.

Soltóelbotóndelaradioysepegóaúnmáscontralapared.Alotroladohabíaluzyestabaseguradequehabíavistomoverseaalguien,peronoteníaángulodevisiónyestabapreocupadaporlaposibilidaddequenofueranlosniñosloquehabíaenaquellasala.Seagachósigilosamenteyasomólacabezaconmuchocuidado.Viounpasillo.Habíaalguientendidoenelsueloyunajaula,oloqueparecíaunajaula,abiertajuntoalcuerpo.

—PorDios,esunodelosniños—murmuró.Salióconrapidezconlapistolaenlamanoyavanzóhaciaelpequeño.Teníalosbrazosylaspiernas

separadas, la boca abierta y su piel estaba amoratada. Antes de agacharse a su lado, tanteó todo elespacio.Otrajaulayunbultoenelfondo.Eraotroniño.

—Hijo,¿estásbien?—preguntósinapartarlosojosdelaentrada,apoyandolosdedosenelcuellodelpequeño caído y desviandode vez en cuando la vista al niño que estaba en la jaula—.Acércate a lapuerta.Nopuedoverte.

Elniñogateóhacialosbarrotes.Teníaelpelonegroylacarasuciayllenadelágrimas.—¿EresLeoValverde?—Sí.—¿Quéhapasado?¿Quiénhahechoesto,hijo?Soypolicía,Leo.Notienesquetenermiedo.Elniñoasintió.Moviólosojosdeunladoaotro.Luegolamiróydijo:—Elhombredelamáscaradeconejo.—Estábien.Quieroqueteapartesdelapuertayquetecubraslacabezaconlasmanos,tesoro.Voya

sacartedeahí.—Seincorporó,volvióa lapuertaparacomprobarambospasillosy luegoconrapidezapuntóhacialacerradura.Hizoungestoalpequeñoparaqueseretiraraydisparó.Lajaulaseabrióyelniñoquedóenlibertad.

Cuandosedisponíaasalirdellugar,elpequeñolafrenóconlosojos,aterrados.—¿Quépasa?—Volverán...—¿Quiénvolverá?—Elhombreysusespectros.Gateanporlasparedesyvomitanpiedras.Anabelnodabacréditoaloquedecíaelniño.Estabacasiseguradequeteníanquehaberlodrogado

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paratrasladarloallí.LoquenoentendíaeraporquénosehabíatopadoaúnconningunodeloscincodeSanPetri,siesqueestaban todosallíabajo.Cogióde lamanoalniñoysalióa lagalería.Teníamuyclaropordónderegresar,laorientaciónsiemprehabíasidounadesusmejorescualidades.Elplaneraelsiguiente:pondríaalniñoa salvoyvolveríaalpozoaporaquellos individuos,que sin lugaradudasestabanallíabajo,enalgúnlugar.Cuandosedisponíaaavanzarendirecciónalasalida,detectóalgoqueleerizó todoelvellode lapiel:habíaunbultoal finaldel túnel,unbultooscuro,con la formadeunanimal,yestabaenmitaddelcamino,bloqueándoleselpaso.

—Esunodeellos...ElpequeñoLeoseaferróasubrazocondesesperaciónyAnabelsecolocódelantedeél.Apuntócon

elarmalafigurainformeygritó:—¡Policía!Levantelasmanosdondepuedaverlasynosemueva.Elbultoparecióvacilar.AvanzóunosmetrosmuydespacioyAnabelempujóalpequeñohaciaatrás.—¡Lerepitoquelevantelasmanosdondepuedaverlasynosemueva!Dio un paso al frente para verlomejor.Aquella cosa semantenía estática, inerte.Anabel cogió la

linterna y apuntó hacia él sin bajar el arma y en esemismomomento lo que fuera aquello que teníandelantecomenzóagatearendirecciónaellos.

—¡Diosmío!¿Quécoñoeseso?Disparódosvecescontraelbultogibosoquerectabachillandocomounanimal.Elprimerproyectillo

alcanzódellenoycayóhaciaatrás,perovolvióalevantarsey,parasorpresadelaagente,trepóporunlateralysiguiógateandoporlapareddeltúnel.

—¡Ledijequeeranespectros!—gritóelniño.Anabeldisparódosvecesmás.Elbultocayóal suelo soltandogruñidosygemidos lastimeros.Fue

cuandosediocuentadequeloqueestabatiradodelantedeellaeraunniño.¡Unniño!—SantoDios...¡Esunniño!Pero¿quécojones...?—¡Noesunniño!MiróaLeoyluegovolviólavistahaciaelchicodecamisetaderayasqueseretorcíaenelsuelocon

los ojos hundidos, negros y vacíos. Anabel estaba paralizada, su mente no comprendía lo que teníadelanteniloquehabíavisto.Unniñogateandoporunapared,unniñochillandocomounarataheridaconlas cuencas de los ojos vacías y la boca abierta sin apenas dientes. Todos aquellos pensamientos sedispersaronenelmomentoenqueLeotiródelamangadesuchaquetayseñalóeltúnel.

—¡Vienenmás!—gritó.Anabel se dio la vuelta, disparó varias veces mientras corría en dirección contraria y giró a la

izquierdaenelprimer túnel.Loschillidosygemidossepropagaronpor todos los recovecosdeaquelsubterráneo.Corrieronporelpasadizosinsabermuybienadóndeiban,alejándosedeaquellaalgarabíadecuerposquecorreteabanhistéricosdetrásdeellos.Unamanadadeseresinformesquesedistribuíanporeltecho,elsueloylasparedes,yquecadavezestabanmáscercadeellos.

—¡Corre,Leo!—legritótirandodeél.Elniñoapenasteníafuerzaspararespiraryestabaaterrado.

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—¡Sigue,cielo!¡Allíhayunapuerta!Lefaltabaelaire,elsuelosehundíabajosuspiesyelaguahacíaunsonidodesagradable,mezclada

conelbarroyel lodo.Siguieroncorriendohastaalcanzarunapuertadehierroconunventanucoenelcentro.Empujóconfuerzasindejardemirarhacialosextrañosseresqueseaproximabancadavezmásaellos.Erahorribleobservarcómolahisteriadeaquellascosasibacreciendoamedidaqueseacercaban.Deungolpe,yayudadaporelniño,lograronabrirlapesadapuerta.Entraronyempujaroncontodassusfuerzashastaquesecerróconunimpactoseco.Porlapequeñaventanitaaparecióunacaradeformedeotroniño,quelamióelcristalyactoseguidodesapareció.

—¡Diosmío!¿Quécoñoeraeso?¿Quécojonesnosperseguía?¡Disparémediocargador!Leosehabíasentadoenelsuelo,contralapared,conlasrodillaspegadasalpecho,ymirabaalvacío.

Lahabitaciónestabatotalmentedespejada,aexcepcióndeunviejocolchóndemuellesconunassábanassuciasyarrugadasencima.

—ElhombreconejomatóaKevin...Lehizotragarlaspiedras...Anabelestabafueradesí.—¿Quéestásdiciendo?—Primeroleobligóatragarunayrespiró,perolasegundaeramásgrandeynopudo...nopudo...—

Nofuecapazdeacabarlafrase.Leoseechóallorar.Anabelsesentóasuladotrasasegurarlacerradurayloabrazó.

—Vamosasalirdeaquí,¿vale?—¡No!¡Nonosdejará!—Vamosasalirdeaquíytellevaréatucasa,Leo.Todosaldrábien,tienesqueconfiarenmí.Elniñolamiróconlosojosanegadosenlágrimasysacudiólacabeza.—Nuncanosdejará.

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—Lisadijoquesiguiéramosel túnelsiemprea laderecha,queellosharíanlomismo,ynoveoqueestejodidotúneltermine—gruñóClaudio.Sesecóelsudordelafrentelevantandolacintadelalinternayluegovolvióacolocarlaconcuidado—.¿Veis?Nada.¡Mástúnel!

Enmasegiró.Habíaoídoalgo,peronoestabaseguradequé.—¿Habéisoídoeso?—No—respondióCedric—.¿Qué?—Nosé.Eracomounapiaradecerdosenestampida.Creoquemeestoyvolviendoloca.Alsacudir

lacabeza,unmontóndetrocitosdebarrosalierondisparadosentodaslasdirecciones.Claudiolamiróynopudoreprimirunasonrisa.—Enma..., eres como unamomia. Te juro que si no supiera que eres tú y te encuentro en el túnel

chillaríacomounloco.—Noeresgracioso,Claudio.—Nopretendíaserlo.Intentonocaerenunacrisis.Avanzaron un poco más y giraron nuevamente a la derecha. Cedric, que iba en primera posición,

atentoacualquiersonidodedesprendimiento,preguntó:—¿YsiBunnynoestáaquí?¿Ysirealmentesoloqueríaquebajáramosparamoriraplastadosporuno

deestosderrumbamientosylosniñosnisiquierasabenqueestacasaexisteyestánescondidosen...?Sevolvióhaciasusamigos.Estabaninmóviles,pendientesdealgoqueestabadetrásdeél.Cedricse

giróbruscamenteyvioaunhombre.¿Unhombre?Alzólavistavelozmentehaciasucara.Teníaelpeloalgorizado,losojosfijosenellosyvestíavaquerosnegrosyunacazadoraajustadadecolorburdeos,oesoparecía.Avanzóy los tres trastabillaronhacia atrás.Claudio sedeslizó lamanopor la espaldaypalpóel cuchillo.Locogió, se lometióenel cinturónpordetrásy, cuandoelhombreestabaapocosmetrosdeellos,frenóensecoyseencogiódehombros.

—¿Mepuedendecirquécoñohacenenmipropiedad?Teníaunamiradadura,fría,ynoparecíamostrarunápicedemiedo.Enmadetectóunllaverometálico

enunadesusmanos,quetintineabasuavementeentresusdedos.Eltipoteníaelpeloligeramentecobrizo.CuandoseaproximóunpocomásvieronenélaLiseth.

—¿David?—Enmaestabaseguradequeeraél.Elhombrearrugóelceñoydesvió lavistahaciaClaudioydespuéshaciaCedric.Volvióamirara

Enmaypareciódesconcertado.—EresDavidBarroso.¿Noteacuerdasdenosotros?SoyEnmaLago.YellossonCedricConrady

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ClaudiodeMateo.LosSupersónicos.Davidpareciólevementedesconcertado.Cambióelpesodepiernaymiróhaciaelpasadizodelque

venían. Tenía un rostro juvenil, aunque ya debía de tener cuarenta años. Sus ojos expresaban ciertaamarguradisfrazadadedureza.

—Estoy poniendo cargas en el lado norte de la galería. No deberíais estar aquí. ¿A qué habéisbajado?

—Han secuestrado a dos niños, David. Dos niños, como la otra vez. Y...—Cedric tragó saliva—todoshemostenidovisionesconeltipodelamáscaradeconejo.Teníamosqueveniraquíyterminarloqueempezamos.¿Acasotúnolashastenido?

Davidcontrajoelrostroyseaproximómásaellos.—Tenéisquesalirdeaquí.Voyavolartodoestepasadizo.—¡Nopuedes!—gritóClaudio—.¡Haydosniñosaquíabajo!—Me importaunamierda si tengouncorode ángeles aquímetido tocandoel arpa,Claudio.Voya

volarlascargasunaporuna.Enmalevantóelbrazoconlaintencióndeapoyarlelamanoenelhombro,peroDavidBarrososegiró

bruscamente y la agarró de lamuñeca.Sus ojos brillaban enmedio de aquella oscuridad.Apretó confirmezalasmandíbulasysonrió.

—Suéltala—ordenóClaudio,dandounpasohaciaél.—Hazlopor tuhermano—dijoEnma—.Solo tepedimos seguir el túnelunpocomás.LisayDani

estánalotroladodeltúnelquesehundió,debemosdarconellos.David,tienesqueayudarnos.Conocesmejorquenadieestostúneles.Si loshasabiertoesporunarazón,nocreoquetepaseesporellosporentretenimiento.

—Por destruirlo todo, Enma Lago. Porque llevomedia vida oyendo sumaldita voz enmi cabeza.Mediavidaencerradosinpoderhablarconnadie,paranodarlelasatisfaccióndesentirme.Sinmiedo,sin dolor. Ignorándole una y otra vez.Y ahora venís vosotros y queréis salvar elmundo.—Ladeó lacabezahaciasuhombroderechoysonrió—.Nomejodas...Quéaltruistas.

—Queremosdestruirlecomotú,David.Perosihayunosniñosenalgúnlugardeestemalditoinfierno,tenemosquesacarlosdeaquí.

DavidsoltóaEnmaymiróaClaudio.—¿Yquiénnossalvóanosotros?¿Quiénsalvoamihermano,Claudio?—Puedescambiarlo—alegóCedric—.Nodetones losexplosivosaún.Dejaque lleguemosal final

deltúnelqueestáalotrolado.Nosreuniremosconlosdemásy,sinohaynada,dejaremosquehundasestepozocontodoloquehaydentro.

David no respondió, se quedó pensativo.Era imposible descifrar la expresión de su semblante.ElniñoasustadoalquehabíanvistoporúltimavezaquellatardeencasadelosBarrososehabíaconvertidoenunhombrellenoderencor,atormentadoporsupasado.Peroerajustoentenderlo.

—Abríelpozoyasumílasconsecuenciasdeloquepodíasucederpordestruirlo—dijoalfin—.Ymehepasadomediavidatratandodecomprenderlanaturalezadeeseser,escuchandoensilenciotodolo

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quedecía,queeramucho.Porlovisto,aunqueyoloignoraba,podíahacermuchomal.Muchomásqueelquenosprovocóanosotros.

—¿Porquédiceseso?—preguntóCedric,sorprendido—.¿Quéquieresdecir?—Noesunhombre,nolofuenunca.Eseeselproblema,elverdaderoproblema.Simueresyregresas,

teconviertesenunseratormentadoconunacapacidad limitadaparahacerdaño.Sinembargo,cuandonuncahasexistidocomohombre,poseesunanaturalezamuchomásretorcida,máscorrompida,porquenofuistehumanoy,porlotanto,notienesrecuerdoalgunodeunahumanidad.

Davidsonrió.Segiróhaciaeltúneldeladerechaehizotintinearelllavero.—Pero¿quiénesBunny?—preguntóClaudio.—Seguidme.Osllevaréhastalaotragaleríaysaldréisdeaquícuandoosreunáisconelresto.—Miró

aClaudioyluegocontinuócaminando—.Sivuestrapreguntaesquéhaydetrásdelamáscaraquecubreel rostro de ese ser,mi respuesta es nada y todo. Bunny es el resultado de todas las catástrofes queacontecieronenestascostas,esundemonioquesealimentódurantesiglosdelosmuertos,lamiseriaylas injusticias. No todos los barcos se hundieron por un error o un accidente.Muchos transportabancargasdeoro, tesorosyarmas,dependiendode laépoca.Concadamuerte, concadacatástrofe, él sehacíamásfuerte,yconeltiempocomprobéqueeltúneleraunsimpleaccesoalarealidadhumana.Sialguien le escuchaba, si alguien podía oírle, era capaz dematar.Y los niños éramos su alimentomásnutritivo.Mihermanoloescuchabaypensóquesehabíavueltoloco.Soloqueríadormir,pero,pormáspastillasquetomara,lasvocesylosgritosnoseiban...Hastaquelasapagó...

—Peroteimportaunamierdalavidadeunosniños—dijoClaudio.—Noseasgrosero—lereprendióEnma.—Noimporta,Enma.No.Nomeimportalavidadedosinocentessiconellosdestruyoaeseser.¿Eso

meconvierteenunmonstruo?Puesloseré.—Segiróhaciaellosylosmirócondesdén—.Entodaguerraexistenmártires,ymihermanofueunodeellos.Claudio,unniñoinocente,comolosotrosdoschicosquemurieronyquenodescansaránenpazmientraseseserviva.Sonsusmarionetasyporesolosveíamos.Yél...eselputotitiriterodeesteinfierno.

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LisacaminabadetrásdeDani,sujetandosumanoconfirmeza.Eltúnelenelqueseencontraban,elquehabíandescubiertolaexplosiónyelconsiguientederrumbamiento,parecíamásconsistente,másseguroque el resto. Durante largo rato sintió temor y se dejó llevar por los pasos de Dani y aquel olfato«mágico» que poseía. La sensibilidad de aquella cicatriz, había pensado ella. Una marca que, sinquererlo,lehabíaunidoaeseser,alosniños,atodassusvisiones.Unaseñalensupielporculpadelacual,cuandocerrabalosojosenbuscadeunaluz,loúnicoquehallabaeraoscuridad.

—Hayunapuertaallíalfondo,Lis—susurróDani.Sequedóinmóvil,miróenambasdireccionesycomprobóquelasparedesteníanmarcasdearañazosyalgomás.Pasólosdedosporlasuperficieysurostroadquirióunairedesorpresa—.Sonagujerosdebala.¿Nosotroshemosbajadoalgunaarma?

—Solocuchillos,eltirachinasymigaspimienta—lerespondióella.Dani lamiró, de lamismamanera que la habíamiradominutos antes en el corredor derrumbado,

cuandoestabaapuntodebesarla:conunamezcladeamor, tristezaymelancolía.Tiródesumanoylacolocódetrásdeél,situándosedelantedelapuerta.Girólamanetametálica,peronoseabrió:alguienlahabía cerrado con llave o, peor aún, por dentro.Dani no necesitó ponerse de puntillas para echar unvistazo a través de la ventanita de cristal que había en el centro. Examinó el interior, pero estabademasiadooscuro,noveíanada.Volvióaprobar suerteygolpeó lapuerta conelpuñoal tiempoquegirabaelpomotratandodequecediera.

—Nosoycapazdevernadadentro,ylapuertaestáatascada...Cuandosedisponíaadecirlealgomás,Lisasintióunterrorrepentino.Daniestabadelantedeella.La

puerta,trasél,comenzóaabrirsemuylentamente.CuandoLisaestabaapuntodegritar,Danisegiróyseencontróconelcañóndeunapistolaapuntándoleenlacara.

—Lamadrequemeparió—farfulló.—¿Anabel?—LisasaliódedetrásdeDaniyvioalaagentey,trasella,aunniñodeunoscatorceaños

—.Anabel,somosnosotros.—Ya sé que sois vosotros—dijo con firmeza—. Daniel de Mateo, no muevas un músculo de tu

cuerpo.Entradaquíantesdequeesosmalditosbichososhuelanaleguas.—¿Qué?—¡Quemuevaselculoyentres!—exclamó,colérica.Les hizo pasar al interior de la habitación y cerró la puerta con cierta urgencia, bajando el seguro

metálico y girando el pomo. Lisa vio que el chico estaba acurrucado en el rincónmás alejado de lapuerta. Apenas podía adivinar cómo se encontraba, porque tenía la cabeza metida entre las rodillasflexionadasyparecíamuertodemiedo.

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—Levantalasmanos—ordenóAnabelaDani—.Ytútambién,Lisa.—¿Metomaselpelo?—Levantalasjodidasmanosyquítatelamochiladelaespaldamuydespacio.—Anabel,teestásequivocando—dijoLisa—.Estamosenlamismasituaciónque...—¿Que yo? ¡Oh, vaya! ¿También os ha perseguido una especie de niños salvajes deformes por el

techoylasparedes?Porqueesoesloquenoshapasadohaceveinteminutosy,laverdad,noentiendoquécoñosonesascosasyquédemonioshacéistodosaquíabajo¡alasdiezdelanoche!

—Buscar a los niños—respondió Dani, que dejó la mochila en el suelo. Luego se situó frente aAnabelylevantólosbrazos—.Seríaundetallesidejarasdeapuntarmeconlapistolaalacara.

—¿Quécoñohacéisaquí,Daniel?—Yatelohedicho.Anabelsonrió.—Ya,claro,buscaralosniños.¿Ycómosesuponequesabíaisqueestabanaquí?¿Aesovinisteis?

¿Quedasteistanjodidosdelacabezaqueteníaisquerecrearelputoinfiernoquepasasteisvosotroso...?—Agente—elpequeñoselevantódelsuelo,seaproximóaellosymiróaDaniyluegoaLisa—,ellos

nomehanhechonada.Noleshevistoenmivida.Daniibaadeciralgo,peroLisaseadelantóhaciaAnabelysepusodelantedelapistola.—Hacecasitreintaaños,cuandoteníamoslaedaddeesteniño,Anabel,abrimoselpozo,ysalióalgo

de él. ¿Recuerdas las muertes? No era un loco. Era la cosa que liberamos y que nos ha estadoatormentandoconpesadillasyvisionestodoestetiempo.Yaesohemosvenido,aterminarconél.

Anabellosmirócomosisesintieraofendida.—¿Dequévatodoesto?—Bajaelarma,porfavor.—¡Primerodecidmedequévatodoesto!Lisasintióundeseoirrefrenabledeabofetearlelacaraaaquellamujer,peroestabaasustadayestaba

claroquenocomprendíanadadeloquehabíavisto.—Esunhombreconunamáscaradeconejo—prosiguióLisa—.Cuandoéramosniños,nosprovocaba

pesadillas.Teníamosterriblesvisionescuandonosquedábamossolosenlahabitación.—¿Un hombre con una máscara de conejo?—Anabel bajó el arma, dejó caer los hombros hacia

delanteymiróalpequeñoLeo—.Esoesloqueviste,¿verdad,hijo?Elniñoasintió.—EselhombrequematóaKevin.Danisoltóunjadeoysellevólasmanosalacabeza.—¿Elotroniñoestámuerto?—Sí—respondióLeo.—Ylomatóhaciéndoletragarpiedras,¿verdad?—añadióLisa—.¿Nofueasícomolohizo?

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Leoseechóalloraryasintió.—¿Quéestápasandoaquí?—Anabelempezabaadesesperarse—.LlevotodamividaenlaPolicía,

tratandocondelincuentes,chifladosydrogadictos.Volvíamicasaparanotenerqueenfrentarmeaesetipodechusma,paratenerunajodidavidatranquilayalomejorformarunafamilia,yestoyenunputotúnelcon...¿conunmonstruoinfantil?

—Esmáscomplicadoquetodoeso—contestóDani—.Perotelocontaré.Comenzóahablary,amedidaqueavanzaba,elrostrodeAnabelibapasandodelaincredulidadmás

absolutaaltemoryladuda.Describióconbrevedadtodoslosacontecimientosquesehabíanproducidodesde su infancia, lo quehabía ocurridoy, sobre todo, lo quehabía creído todo elmundo.Luego lossueños, las pesadillas y el reencuentro con Bunny que les hizo volver a todos. Los naufragios, lasvisionesdelosniñosylaescenadehacíaunashorasconlospequeñosdelosmandilonesenlaplaya.

Cuandoterminósuperorata,Anabelteníalosojosmuyabiertosylapistolaapoyadaenelregazo.Lisapensóque,siesamujernosepegabauntiroallímismo,quizálesayudara.

—Poresohabíaaguasaladaenelarmario...Señor,estoesdelocos.—Pero sigo sin saber por qué siempre han sido cuatro niños—añadió Dani—. Cuando nos pasó

aquello, mató a dos y todos hemos dado por hecho que le faltaba completar ese patrón y, porconsiguiente,se llevóadosmás.Losniñosmedijeronqueeldoctorsevolvióloco, lohicierondeunmodovelado,peroenresumidascuentasfueloquetratarondedecirme.Cedric,porsuparte,averiguóque hubomásmuertesmal documentadas cerca de aquí, y también tenía que ver con la aparición decuatroniñosmutiladosoasfixiados.YClaus,elantiguodueñodelacasaCamelle,teníacuatronietos.

AnabelsesentóenelsuelojuntoalpequeñoLeoylobesóenlafrenteconcariño.—Puedequeseaunasesinoritualista;teniendoencuentasunaturaleza,seríalomáslógico.—Miróa

Dani, luego a Lisa y sonrió—. Pasé muchos años en la Unidad de Criminología de Madrid. Nosocupábamos de trazar perfiles de asesinos en serie. A veces nos topábamos con asesinos itinerantes;otrasveceseransimplesasesinosalazar,sociópatas,ególatrasyritualistas.

—Pero¿quésentidotieneelnúmerocuatro?Anabelsuspiró.—Pueden ser muchas cosas. Los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos. En los antiguos

grimoriosqueusabanlosnigromantes, lospuntoscardinaleseranimportantes, trazabanunsímboloconellosenelsueloyluegosereferíanaloscuatroelementosantesderealizarelsacrificio;peroesosonleyendas que nunca se han podido demostrar. Los libros están plagados de simbología cabalística,expresionesininteligiblesymuchastonterías.Aunquesínossirvieron,poraquelentonces,paraentenderlamentedelosasesinosritualistas.Ellostambiénsiguenunpatróncontodaesasimbología.

—PeroBunnynoeshumano—replicóLisa.—Puedequenolosea—dijoAnabel—,peroesunasesino.—Eseserexistedesdeantesdequetodoestosucediera.—Daniteníalavistaperdidaenunpuntode

lapared.Sehabíasentadojuntoalapuertayseacariciabaelpelo—.Sealimentadelasdesgracias.Poralgunarazón,losniños,nosotros,éramosloúnicoquelepermitíaactuar.

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—Teolvidasdeundetalle,Daniel—interrumpióAnabelconseriedad—.AKevinCostaselollevóunhombredeunparquealasnuevedelanoche,yaesteniño,LeoValverde,selollevóotrohombredesucasa,nounacriaturasalidadelasprofundidadesdelmarconunamáscaradeconejo.

—Peroelconejoestabaaquí—dijoLeo—.FueélquienmatóaKevin.Se...SeinclinódeunmodoantinaturalsobreKevinysumáscarasemovía,comosifuerasucara.

—¿Pudisteversieralamismapersonacuandoentróentucuarto,Leo?ElniñodesviólavistahaciaLisaynegóconlacabeza.—Nolosé.Ibaocultoporunagorraoalgoquellevabaenlacabeza.Cuandoibaamirar,semetiró

encimaelniñodelarmario,elqueescupíaalgas.De pronto, un sonido agudo en el pasillo les puso en alerta. Provenía de la galería y era comoun

chillidoseguidoderisasygruñidosguturalesqueseaproximaban.—¡Sonellos!—gritóLeo,aterrado—.¡Vienenotravez!Anabelseapuróaabrazarlo.—Tranquilo.Aquínopuedenentrar.Lapuertaestásellada.Nolohicieronantesynoloharánahora.Daniseasomóalaventanilla,peroapenasteníaánguloparavernada.Oyólossilbidosyeltraqueteo

deunamultitudcorreteandomuycerca,perodelmismomodoqueapareciósedesvaneció.—Tenemosquesalirdeaquí.Mihermanoylosdemásestánahífueraynosestánbuscando—dijo.—Aúnno,Dani.Esascosassiguenahí.Tenemosqueesperarunpocomás.¿Recuerdaslalibretaque

sacastedelaotrahabitación?—preguntóLisa,sintiéndosesuperadaporelagotamiento.Sedejócaerenelsueloycruzólaspiernascomounindio—.Elexpedientecuarentaycinco.

Daniasintió,cogiósumochila,sacólalibretaysesentófrenteaLisa.—No sé qué podemos sacar de todo esto —murmuró pasando páginas—. Son todo anotaciones

médicas, tratamientos para los delirios, terapias de... Señor... Escuchad esto: «Hemos procedido aintroducir al paciente ocho en la cuna Utica. El niño presenta delirios que le llevan a sufrir ataquesviolentos.LajauladebarrotesUticaesunsistemanovedosoparacalmardichosaccesospsicóticos.Elpacienteessedadoypermanecedurantedíasensuinteriorhastaquevuelveasuestadonatural.»

Pasó varias páginas más y levantó la libreta para que pudieran verla. Todas las hojas estabangarabateadasconunnombre:Lía.

—Estehombreperdiólacabezacuandomuriósuhija—dijo—.Creoquecuidabadeesoscríoshastaqueeljuicioleabandonóydealgúnmodolopagóconellos.

—ComoClaus—respondióLisaenvozbaja.Anabel se incorporó para acercarse a la puerta, apoyó la oreja en ella y se quedó unos segundos

escuchando el exterior, intentando percibir cualquier sonido lejano que pudiera avisarla de que lascriaturasestabanallí.

—Noseoyenada—dijo—.Creoqueeselmomentodesalir.

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Enmaseinclinóycontuvounaarcada.Laimageneraespantosa.Habíavariasjaulasaambosladosdelagalería.Estabantodascerradasaexcepcióndedos.Elcuerpodelmuchachoseencontrabapostradoenmediodelpasillo.Teníalosojosmuyabiertosyunabultamientoenlagargantayestabamorado.

—Diosmío...—gimióEnma—.¿Cómopuedehaceresto?¿Cómopuedematarasíaunniñoinocente?—Todavíaestácaliente—murmuróCedric,queseinclinósobreelchicoparatocarleelcuello—.Ha

tenidoquepasarhacepoco.Noveoalotroniño.ClaudiosegiróhaciaDavid,queacariciabaunode losbarrotescon losdedos.Seaproximóaéla

pasoligero.—¿Quéteprometió?Davidsediolavueltaylomiróconciertaironía.—¿Disculpa?—Nometomesporimbécil,Barroso.Bajasalagaleríacomosifueratucasa,noveoquesientasla

máslevepreocupaciónporqueaparezcanesosbichosyahora,conesteespectáculoquetenemosdelante,nitehasinmutado.¿Quéteprometió?

DavidtensólasmandíbulasyseacercóunpocomásaClaudio.—Nosédequécoñomeestáshablando.Enma y Cedric se pusieron en alerta. Cedric metió la mano en su mochila y, tras comprobar que

Claudio llevaba el cuchillo en el bolsillo trasero de su pantalón, ejecutó el mismomovimiento y loescondió.

—Llevoescuchándotedesdequetehadadoporhablar,David.Noshasexplicadoconmuchaclaridadeltiempoquellevasaprendiendodeeseser,lashorasensoledadytodaesaparafernaliaqueviviste;sinembargo,hayalgoquenomecuadraentodaestahistoriayerestú.¿Esperaradestruirestelugarahora?¿Yporquénoantes?¿PorquécoñonoveoaBunnyyatodoeseséquitodeengendrosqueloacompañan?

—Yaosdijequemedabaniguallosniños,siconelloterminabaconesacriatura...Claudio le asestó un puñetazo en la cara yDavid cayó hacia atrás. Se llevó lamano a la boca y

escupiólasangrequemanabadelaheridadellabio.—¡Claudio!—gritóEnma.—¿Qué, Enma? ¿Qué? ¿No es obvio? ¿O soy yo el único que lo está viendo? A estas alturas

deberíamosteneraunamanadadeniñoszombisencimaylasjodidasorejasenpuntadetrásdenuestroculo,perovaya...¡noestán!¡Quécosas!

—Claudio—intervinoCedric—,puedequetengasrazón,peroestenoeselmododehacerlascosas.

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David permanecía en el suelo, aferrado a uno de los barrotes demetal. Se incorporó lentamente yvolvióaescupirsangre.

—Gilipollas—susurró.Claudiopusolosojosenblanco,agarróaDavidporelcuellodelacazadorayloestampócontrauna

delasjaulascerradas.—Vamosaempezarotravez—dijo—.¿Quéteprometió?—Estáslocode...Otrogolpeleestrellólacabezacontraelmetal.Claudioabriólabocaenungestodedolorycerróel

puño.—¿Quéteprometió?—¡Nada!—Claudio,porfavor.Bastaya.Lavozdesuhermanolehizogirarse.EstabaenlapuertadelagaleríajuntoaLisayhabíaunniñoy

unamujerconél.SediocuentadequeeraAnabel,laagentedepolicía.Teníaunapistolaenlamanoyleestabaapuntando.

—¡Noes amí aquien tienesque apuntar!—gruñó, soltandoaDavidBarroso,que cayóal suelo acuatropatasyempezóatoser—.Esaesteimbécil.

Nadamásdecireso,sintióunmareorepentinoyviolento,comosifueraaperderlaconciencia.Menosmalqueseagarróaunodelosbarrotes.Sinohubierasidoporesegestoestabaconvencidodequesehabría desplomado allímismo. Pero no era su cuerpo, era su cabeza, otra vez su cabeza, y aquellosataquesdeansiedadqueledabandesdeniño.Seinclinóhaciadelanteycerrólosojos.Sintiólasmanosdesuhermanorodeándoleloshombrosycómolosujetabaparaquenocayera.

—Tranquilo—oyóalolejos.Contuvoelaliento,intentandovolveraestabilizarse.Surespiraciónsehabíaaceleradocomoladeun

caballodesbocadoysiseguíaasíibaaperderelcontrol.VioaDavidBarrososentadoenelsuelocontralajaula,conlacaraensangrentadaylosojosfijosenél,mientrasAnabelseaproximabayledecíaalgo.Luegotodocomenzóagirar.Unavoz.¿Eraaél?

—Necesitamosunabolsadepapel—dijoalguien.Estabaenelsuelo.Veíalacavidaddepiedraabovedadaylahumedadrodeándolotodo.¿Aquelloera

unbulto?¿Oerandos?Aqueltechoeratanaltoqueapenaspodíadistinguirentrelasmotasbrillantesqueflotabanenelaire,todaaquellaoscuridadylasformas.Yluegoestabaaquelniño.Noelniñoquehabíallegadoconsuhermano,elotro.Unpequeñoydiminutoniñoconunmandilónquellevabaaquellabolsaenlacabeza.Claudiotosióymiróalpequeño.Sequitabalabolsadelacabezayselaentregabaconunasonrisavelada.

—Algovamal,Dani...Daniestabasobreélytratabadeentenderloquedecía.—Claudio,tienesquerespirar,aquí.—Dani...

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Losbultoscomenzaronadesplazarsesigilosamentesobresuscabezas.Claudiointentabaavisarasuhermano,peroapenasteníafuerzasparamantenerseconsciente.

—Tranquilo...—Erestú...—LavozdeLisaleshizomirarhaciasuposición.EstabadelantedeDavidBarrosoylo

examinabaconciertacuriosidadyduda—.TúfuisteeltipoquemebloqueóelpasoenlosaseosdelaestaciónymedijoquenoviniéramosalacasaCamelle.

Davidlelanzóunamiradadedesprecio.Selimpióellabioconeldorsodelamanoyasintió.—Sí, bonita. Era yo.Venía de viaje y te reconocí en aquel restaurante. Si no te hubiera dado por

soltarmedosbolsazos,tepodríahaberexplicadoloqueteníaenmente—dijo.LisasegiróhaciaDani,peroderepenteadvirtiólaexpresiónenlosojosdeClaudio,queaúnteníala

bolsaenlacarayrespirabapausadamente.Miróhaciaarribayvioquesemovíanvariosbultosporeltecho.Empujó al niño, que cayó hacia atrás. Sacó de lamochila el tirachinas que llevaba escondido,cogióunadelasbolasmetálicasydisparóelproyectil,justocuandoelprimerbultoseprecipitabasobreDani.

—¡Anabel,sacaelarma!—gritó.Lacriaturacayóaunladoaullandoyprofiriendosonidosguturales.Nisiquierateníaformadeniño,a

Lisalerecordabaalasgárgolasdelascatedrales;pero,adiferenciadeestas,noteníaalasyeramuchomásgrotesca.

—¡Enma!—chillóCedric—.¡Cogelaantorchaquetienesencima!Enmasoltóungritocuandounadelascriaturaspasóadospalmosdeellayunabalaladerribócasia

mediometrodesucara.Trepóporlossalientesdelapiedray,sosteniendolaantorcha,miróaCedric,queyaprendíafuegoaunodelosbultosqueyacíaenelsuelo,ehizolomismoconlacriaturaqueteníaasulado.

Eloloraquemadoylosgritosagudosmientrasaquelserseretorcíadedolorfueronlomásterriblequeescucharon.Leo,queestabaenunrincón,setapabalosoídosyllorabamuybajo.Daniseencontrabajuntoalapuerta.Claudiosehabíaincorporadoyarrojóelcuchillocontraotracriatura,quecayóalsuelojuntoaCedric.Esteestuvoapuntodeperderelequilibrioyprendersefuego.

—¡Tienesotraencima,Lisa!—chillóEnma.Teníaunade lasnavajassuizasen lamanoysesentíaridículaconaquelcuchillito,anteriormentetenedoryanteriormenteunatijeritadecosturaquenohubieraservidoparanada—.¡Malditasea!¿Paraquécoñoquieroesto?¿Paraquémesirveestamierda?—Miróaunadelascriaturasyactoseguidolelanzólanavajitasuizaacompañadadeungrito.Lanavajasiseó,saliódisparadaformandounalínearectaygolpeóenlacabezaaaquellacosa,quesetambaleóycayódesmadejadacontraunadelasparedes—.¡Ja!

Lisaapuntóconlabolademetalylanzólaprimeradescarga,perofalló.Lacriaturasedesplazóhaciaunaespeciedeconcavidadenlarocay,cuandoestabalistaparasaltar,disparólabolaylediodellenoenlacabeza.AquelsercayódelantedeDavid,quereculómientrasCedricsedabaprisaporprenderlefuego.

—¿Veismás?—inquirióAnabel,dirigiendoelarmahaciaarriba.

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—¡No!¿Ytú,Dani?¿Vesmásafuera?Un silencio insondable invadió la estancia. Lisa miró a los demás y luego al niño, que estaba

temblandojuntoalaagente.Estatratabadeconsolarlo,yvolvióamirarlapuerta.—¡Dani!¿Hayalgofuera?Nada.Corriócomoensuvidahacialaentradadelagalería,peroallínohabíanadie.Sellevólasmanosala

cabezaysevolvióhaciaelresto.—¡Noestá!¡Hadesaparecido!—¡No...!—sollozóLeonegandoconlacabezaunayotravez—.No...—Tranquilo,cielo,yanohaymáscosasdeesas.PeroLeonomirabahacianingunadelascriaturas.Levantóelbrazoyseñalóalgo.Anabelsequedó

pálida.ElpequeñoKevinsehabíasentadoconsuenormebarrigaalaireymirabaalvacíoconlabocalevemente abierta y los ojos hundidos y amoratados. Enma soltó un alarido de estupor y Cedric diovariospasosatrás.Elniñomoviólacabezaysuvientrehizounmovimientoespasmódico.Jadeó,sellevólasmanosalcuellotrassufrirunaarcadayescupiólapiedraqueteníaatascadaenlagarganta.

—Tengo...piedras...Muchaspiedras.¿Quémepasa?—Lis—murmuróClaudioconunhilodevoz—,dispara.—¡Nopuedo!—sollozóella.—Lisa, por el amor de Dios. Ni siquiera es un niño ya, tienes que dispararle. Si no lo haces se

transformaráenunadeesascosas.Eseniñoyanoesloqueera.Kevinintentabalevantarsedelsuelo,peroelcuerponolerespondía.Profirióungritoycayódeculo

enlamismaposición,conlacamisetaenrolladasobresuorondabarrigaylasmanosaambosladosdelacadera.Eracomoveraunpequeñoborrachomanteniendoelequilibrio.Lisapensóqueaquelloera lomásparecidoaunzombiqueveríaensuvida.(Esosisalíavivadeallíypodíacontarlo.Alpsiquiatra.)

—Losiento...Losientomucho...—seoyódeciraCedric.Acercólaantorchaa laropadelchicoyestaseencendióaunavelocidaddevértigo—.¡Oh,Diosmío!

Cuandoelfuegocomenzabaaascenderyelchicoibaagritar,Anabeldisparóyelpequeñocayóhaciaatrásmientrasloconsumíanlasllamas.

—¿Cómovoya explicar esto...?—sollozóella—.¿Cómocoñovoya explicar loqueestápasandoaquí?¡Joder!¡Acabodepegaruntiroenlafrenteaunniño!¡Joder!

—¡Dani!—volvióagritarLisa.—AlgolepasaaClaudio—chillóCedric,quesaliócorriendohaciaél.

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Danisedetuvoyentornólosojos.Habíasalidoalpasillo,esoerainnegable,peroporalgunarazónlaimagen había cambiado profundamente. El techo estaba totalmente iluminado y un gran número demédicos con susbatasblancas ibanyveníandeun ladoaotro.El suelonoeradebarro; estaba liso,pulido,ypresentabaunaspectomáslustrosoyarreglado.Erangalerías,quédudacabía,perolaactividadera frenética. Si avanzaba un pocomás, podía ver a enfermeras con sus cofias, sillas de ruedas conenfermosqueerandesplazadosdeunladoaotroyaungrupodeniñosenfilaindia,siguiendoaundoctorconbigotey congafasdiminutasy redondas.Pero aquellono teníaningún sentido, él ya sabía loquehabía sucedidoenaquel lugargraciasa lospequeñosde losmandilones.Segiróyvolvióadirigir lavista a la sala abovedada. Se quedó de piedra. Todos estaban allí, pero la imagen estaba congelada.PodíaveraLisa,inmóvil,consusbonitasmejillashinchadasporlatensiónyaquellatrágicamiradaquesiempre la acompañaba; aCedric un pocomás allá, junto aEnma y su hermano, tendido en el suelo,ambosconlasantorchasencendidas,unfuegoimpávidoquenoseagitaba;alaagenteAnabel,conlacaradesfigurada por elmiedo. ¿Qué estaría diciendo? Era una buenamujer. Dani podía sentirlo, percibíamuchascosasenaquellasituacióntanextraordinaria.

Miró fugazmente al muchacho, agazapado en el rincón, muy cerca de David Barroso. No detectóninguna amenaza, como tampoco vio a las criaturas, aunque sabía que en la situación real estabanesparcidasporcadarincóndelasala,unascarbonizadasyotrasposiblementeaullandodedolor,oquizátrepando por alguna pared y acechando. Pero ¿qué hacía allí? ¿Por qué nadie se movía y sentía esacalma?

Percibió el sonido rasposo de unas zapatillas arrastrándose en el suelo: un anciano con un goterocaminaba con una bata azul y blanca acompañado de una enfermera joven de labios rojos ymejillasarreboladas.

—No se preocupe, señor Peter —decía ella con voz risueña—. Irá en el barco con todas lascomodidades y, cuando lleguemos a destino, el hospital que se ocupará de usted le dará nuevosmedicamentos.Sepondrábien.

Se giró, subyugado por todos aquellos sonidos y aromas que provenían de todos los rincones deaquellospasillos,yvolvióafijarlavistaenLisa.Estabajuntoalapuertayteníalamanoapoyadaenlapared.Seleocurrióqueposiblementelebuscabaaél.Pero¿dóndeestaba?

—Dani.Una voz familiar procedente del pasillo de la izquierda le hizo dar un paso atrás.Creyómorir de

dolor.—¿Claudio?

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Su hermano estaba de pie delante de la galería, con los pantalones de traje, que siempre llevabaperfectamenteplanchados,y la camisablanca ligeramente abiertapor elúltimobotón.Avanzócon lasmanosenlosbolsillosysesituóasulado.Nolemirabaaél,contemplabalasfigurasinertesdelasala;sinembargo,Daninopodíaapartarsuatencióndeél,porqueelrostrobrillabadeunmodoantinaturalysusojosexpresabanunaserenidadqueenotromomentonohabríaexperimentadojamás.

—Claudio,¿quéhacesaquí?¿Quéestápasando,hermano?Claudiosonrióeinclinólacabezahaciaelsuelo.—Tedijequepasabaalgo,Dani.—¿Laansiedad?Claudionegóconlacabeza.—No,Dani.Noeralaansiedad.Estabasufriendouninfarto.—¡No!—exclamóconunjadeo.Sellevólamanoalpechoytuvoqueaferrarsealbordedelapared

paranocaersealsuelo—.Esonopuedeserverdad.¿Esunatrampa?¿EsBunnyquienhaceesto?Esél,¿verdad?¡Tienequeserél!

—No tepreocupes,manito. Sabía que tenía un problema congénito en el corazón, no creo que lostecnicismosenestemomentoseanimportantes.Melodetectaronhaceunpardeaños.Yasabesquenuncamegustólaconsultadelmédicoynocreíquearreglaranadadiciéndotelo.—Lomiróysonrió—.CuidadeBrenda,Dani.Esloúnicoquetepidoquehagaspormí.Vaaserduroparaella,peroconeltiemposuperarálascosasytodovolveráasucurso.

—¡No,Claudio!¡Nopuedesestarmuerto!¡Noeraasícomolohabíamosplaneadotodo!¡Estonoteníaquesuceder!

—Dani—apoyólamanoensuhombroylehizomirarelinteriordelasalapetrificada—,escúchameconatención.Nadadeloquetienesdelanteeraloqueteníaquesuceder,perodebesfijarteenlosdetallesmásinsignificantesyactuarrápido.

—Claudio...—Dani, por favor—le imploró—.Te aseguroque estoymejor quenuncay este encuentro debería

llenartedeseguridadyfe.Tenecesitoentero,porquesinoloestás,sinohacesloquetevoyaindicar,solocabendosposibilidadesenestemomento:quenosalgáisvivosdeaquío,algoqueaúnesperábamosmenos,quepaséiselrestodevuestravidaentrerejas,porquenadiesevaacreernadadeloquecontéishabiendomuertesdeinocentesdepormedio.

Danisegiróhaciasuhermanoyloaferróporloshombros.—¡NopuedodestruiraBunnysinoloveo,Claudio!—Nopuedesdestruirlo,Dani.Esoes loquetienesqueentender.Esalgoquenoesperábamos,algo

quenopodíamosasimilar,hermano.Poresoestoyaquí.Novengoaexplicartecómolibrartedeél,vengoasacarosdeestemarrónqueosllevaráalacárcelsinoactúasrápido.

Danitratódedespejarsumentedetodoaqueldolor,centrólavistaenlaescenaqueteníadelantey,cuandosintiólamanodesuhermanoenlaespalda,creyómorirdedesesperación.PeroClaudiomanteníalaserenidadquejamáshabíatenidoy,conungestodelacabeza,hizomiraraDaniyprosiguió:

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—Bunnyhajugadoconnosotrosdesdeelprimerdíaquenosvio,Dani.Nopuedesdeshacertedeélporquesiemprehaestadoaquí.Enunbarcohundido,enlamentedeundoctorenfermoporlapérdidadesuhijaoenladeunpobremarineroenloquecidoquematóasusnietoshacemásdecincuentaaños.Daigualenquiénocómo,perosiempreestaráaquí,porquesomosnosotrosquienesloalimentamos.Cuandounpequeñoniñokurdoapareceflotandoenlaorilladelmar,élestáahí;cuandounamujeresvioladayasesinada,Bunnyestáahí.Encualquiercatástrofe,accidenteogenocidio,élestaráahí.Lamáscara,todaesaparafernalia,esunatrezoqueeseserusaparaprovocarmiedo;tupropiamentetediolaexplicaciónatravésdetusdibujos,hermano.Siemprehabráunmonstruoenunarmario,unasombrabajolacamaounterrornocturnoalastresdelamañana.Vivimosconesodesdequesomoshumanosynocambiará.¿Locomprendes,Dani?

—No,Claudio.Noentiendonada—sollozó.—Dani,túmismolodijiste.Solopuedecomunicarseconlosniñosoconunhombrequehayaperdido

eljuicio.Nosotrossomosadultos,jamáslovolveríamosaverensuestadomáspurosinoeraatravésdevisiones,pesadillasosueñoslúcidos.Peronovaisaacabarconél,esoesimposible.Sunaturalezaesmuchomásantiguayprimitivadeloquenosotrospodríamosllegaracomprendernunca.Aunquepuedeslibrartedeéloinclusopuedesdificultarsuexistencia,llegadoelmomento.

—¿Y por qué nos hizo venir? ¿Por qué tantos años de esclavitud frente a unas pesadillas que nosignificabannada?

Claudiosonrió.—Porque tienedemasiado tiempopordelanteyeldíaqueabrimoselpozonosconvertimosensus

fetiches.Teníamosunafunciónparaél,Dani.Escuchaconatención.¿Recuerdasaquelcasotansonadodela mujer que regresó de la muerte? Tenía un cáncer incurable con metástasis y, una mañana, no sedespertó.

Daniseestremeció,miróasuhermanoynegótaxativamente.—Lo cierto es que lamujer despertó del coma.Y cuando lo hizo confesó que donde había estado

habíacomprendidomuchascosasdelavidaquenadiepodríaasimilarjamás.Habíaprofundizadoensuenfermedadysabíacómocurarse,ycréeme,unlinfomadeHodgkinnoesunagripeestomacal.Elladijo:«Sivuelvo,loharéconunaenergíamáspuraquemepermitirásuperarlaenfermedad.»

—¿Porquémecuentasestoahora?—Loquetratodedecirteesqueloqueyoveovamásalládeloquetúpodrásverjamás,hermano.Y

mifunción,miúnicafunción,noeslibrartedeBunny,essacarteconvidadeaquíyquenoosculpenporunasmuertesenlasquenohabéistenidonadaquever.Bunnyesunresultado,¿recuerdaseso?Éltelodijo. Un resultado de los desastres que nosotros creamos. Y eso jamás dejará de suceder. Puedesenterrarlebajounatoneladadeescombrosadosmilkilómetrosdelpolo,quevolveráporqueespartedelamaldaddelmundo,ynosotrossomoslosúnicosresponsablesdequeélexista.

—Quévoyahacersinti,Claudio...¿Cómovoyaseguirsinti,hermano?—Conella—dijorozandoconlosdedoselrostrodeLisa—.Dejadepintarlayconstruyeunavida,

Dani. Pero no te alejes otra vez de ella. No lo hagas, porque esta vez sí lo lamentarás hasta que temueras.Yahoramiraatualrededor.Observacadadetallequeves.Esimportante,Dani,detidependelo

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quepasedeaquíenadelante.Danisacudiólacabezayojeócadaunodelosrostrosparalizadosqueteníadelante.—Eldiabloesunmentiroso,hermanito.Ylegustajugar.Claudio se situó enmedio de la sala.Observó su propio cuerpo tendido en el suelo y los rostros

congestionadosdeCedricyEnmajuntoaélysonrió.—Solotienesquedecirunacosaparacambiartudestinoyesalgomuysencillo:«Vamosasalirdel

túnelahora.»—Noloentiendo.PeroBunny...—¡Dani!Olvídate de la raíz delmal.Aveces esmejor llevarle ventaja queperderle la pista para

siempre.Daninohabíaentendidonada.—¡Dani!Suhermanodesprendíaunasuaveluz.Diovariospasosatrásyseñalóconambasmanoslaescena.—Recuerda,Dani: «Vamos a salir del túnel ahora.»Y que no te importe fracasar.Detrás de cada

fracasohayunalecciónquehacequeavancesenladireccióncorrecta.—Claudio,notevayas.Noentiendoque...—Te quiero, Dani, y te querré hasta que vuelva a verte. Díselo también a los demás y diles que,

cuandotodoeraoscuridad...,yoestuveaquí.

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12deoctubrede2016SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)

—¡Dani,porelamordeDios!—volvióagritarLisa.—Lisa...Lisasediolavuelta.Enmaestabadesencajada,derodillas,juntoaClaudio,ysusojossemovíande

unladoaotrocomosiacabaradeperderlarazónyestuvieraapuntodegritar.—Lisa,Claudiohamuerto...—¡Nodigastonterías!Anabeldejócaerlapistolayseaproximóaellosconcautela.—Dijoquealgoibamal—balbuceóCedric—.Se...Setocabaelpecho...Se...—¡Nopuedeestarmuerto!—gritóLisa—.¡Esoesimposible!Eraunataquedeansiedad.Unmaldito

ataquedeansiedad.¿Verdad,Claudio?¡Claudio!¡Claudio!GritóylogolpeóhastaqueCedricyAnabellograronapartarladelcuerpo.Lisaestabafueradesí.El

dolorerademasiadocortante,demasiadoprofundocomoparaignorarlo.SearrastróllorandohaciaunadelasparedesycuandovolvióamirarhacialapuertadeentradaviolafiguradeDani.Todosupeloeraunamarañade rizos sinorden alguno.Tenía lasmejillas sonrosadasy losojos anegados en lágrimas,peronoparecíasorprendido,másbienexhausto,casipodríadecirsedesesperado.Bajolaatentamiradadetodos,Danisesecólaslágrimas,respiróprofundamenteylosmiró.Laspalabrasseleatascaronenlagargantamuchoantesdeempezarahablar.

—Tenemos...Tenemosquesalirdeltúnel.Ahora.—¿Qué?—Cedricnocomprendíanada.—Digoquetenemosqueirnos,ya.Nohaymáscriaturas,yestamosapocadistancia.«Hayquesaliryadeaquí»,oyóensumente.—Hayquesaliryadeaquí—repitióenalto—.Tenemosquevolveracasa.Quizá Dani se hubiera vuelto loco. Lisa estaba prácticamente segura de que no era totalmente

conscientedeloqueestabadiciendo.¿Salirdeltúnel?¿Conaquelpequeñocadáverenelsuelo?—Confíaenmí...—lesusurróalzándolaenbrazosparaponerlaenpie.—¿Dóndeestabas?Nosabíadóndeestabas.Éllabesóenlamejillaylerozóellóbulodelaorejaconlanariz.—Conmihermano...

—Vamos,hijo.—Anabelsevolvióhaciaelpequeñoysequedóparalizada.DavidBarrosohabíacogidoelarmadelsueloyteníaelcañóndelapistolasobrelafrentedeLeo.

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—No...Nopodemossalirdeaquí.¡Nopuedesalirdeaquí!—¿Quéestáshaciendo?—inquirióEnma,desesperada.DanireculóconLisaasuespaldayechóunamiradarápidaalahabitación.Estabanjodidos,oesoera

loqueparecía.—Dosniños.Soloteníamosquedejaradosputosniñoseneste infiernoyvolarlotodo—bramó—.

Noeratancomplicado.¡Noeratandifícil!—Telosllevastetú...—¡Sí,agente!¡Yomelosllevé!Eralaúnicamaneradequemedejaraenpaz.¡Dequenosdejaraen

paz,realmente!¡Peroteníaisquevenirajoderlotodo!¡LosSupersónicos!—¿Creesquetedejaríaenpaz?—Danilomiróconreceloysuspiró—.No,David.Temienteyteha

estadoutilizando.Nuncatevaadejarenpaz.Nolohizoenquinceaños.¡Nolovaahacerahora,porqueerescomounacobayaparaél!

—¿Quéestásdiciendo?—exclamó, indignado—. ¡Me loprometió!Medijoque, si ledaba lasdosalmasquelefaltabanparacompletarsujuego,novolveríaamolestarmeyseacabaríanlaspesadillas.Yyo,tampocosoyimbécil.Poresopuselascargasentodalagalería.Saldríadeaquíylodestruiríatodo.¡Todo!

—¡Suéltame!—gritóderepenteelniño,desesperado.—¡Calla, imbécil! ¡Loque no entiendo es por qué coño sigues vivito y coleando!Tenías que estar

comotuotroamigo.¡Muerto!—David...—Anabeldiovariospasosal frentey,cuandosedisponíaahablar,David laapuntó.El

disparoleatravesóunhombro.—¡Diosmío!—gritóEnma.Soltóunjadeoysetapólabocaconambasmanos.—David,nolohagas...—No pienso pasar otros quince años en ese infierno, Dani. No quieromás voces ni visiones. No

quierodormiramedias.¡Noquieroiraunputopsiquiátrico!¡Tengoquematarla!¿Noloentendéis?Espolicía.

—Ynoirás...Perodejaelarma,porquesimatasaalguienirásalacárcel.Davidempujóalniñoysedesplazópegadoalaparedhastalapuerta.EstabaapocosmetrosdeDani

yLisa.—Ah,teaseguroqueprefierovivirentrerejassinvocesaserlibreyesclavoalmismotiempodeesa

criatura.Eseserquiereaestecríoyyoseloentregaré.¡Esmiobligación!—David,esunniño...—Anabelestabaenelsuelo,conlamanocubriendolaherida,quenodejabade

sangrar—.Essolounniño.—Noséquépartede«Meimportaunamierda»noacabasdeentender.Estecrío tienequeirsecon

Bunny. Cuando se ocupe de él, cuando eso haya pasado, volaré todo este maldito lugar como habíaplaneado.

Daniavanzóunpocomásysintióunligerotiróndetrásdeél.Lisaempujabalaespaldacontralasuyayparecía rotarmuydespacio.CuandoDavid llegó a su altura, le empujó.Fue en esepreciso instante

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cuandoLisasegiródeltodo,levantólamanohaciaBarrosoygritó:—¡David!Elhombrelamiródesconcertadoyunaráfagadegassalióapresióndeunpequeñobotequeteníaen

lamano.Alinstanteynadamásrecibirladescargadelíquido,seinclinóhaciadelante,soltóunalaridoaterradorysellevólasmanosalacara,tosiendoybabeandocomosifueraamorirseallímismo.Lisabuscó a toda prisa la bolsa de bolas de acero, pero estaba vacía.Oyó un siseo a su derecha y vio aAnabelconunabolaenlamano.

—Laencontréenunasala—jadeó.Lisalacogióatodavelocidad,lacolocóeneltirachinasyapuntóalacabezadeDavid,quegruñía

comounanimalheridoconlapistolaaúnenlamano,apoyadaenlasien.—Porfavor,quenofalle—susurróantesdedisparar.ElproyectilsaliódirectoalacabezadeDavid,peroprimeroarrojólapistolaporlosaires;después

ledioaél.CayóhaciaatrásyCedricselanzóalsueloparaalcanzarelarma,queresbalabaporelsuelo.Yaconellaenlamano,apuntóaDavid,peroestehabíadejadodebabearymoquear,estabainconsciente.Teníalosbrazosylaspiernasextendidosdeunmodocaricaturesco,parecíaunamarionetaasípostrado.

Leocorrióhacialaagenteyseabrazóaella.—¿Esgrave?—preguntóDanimirandosuherida.—Creoqueno.Mepasórozando.Nollegóaentrar.Cogemisesposasypónselas,Daniel.Estánenel

cinturón.Yonopuedomovermebien.

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Observaron la casa, plagada de luces de sirenas, coches de policía, ambulancias y personas quesubíanybajabanalpozo.Supozo...Porqueerasupozo,sucasa,supueblo.Yapesardelaspérdidasnopodían dejar de amarlo. Qué absurdo e inverosímil, ¿verdad?Ya con todo, esa era la sensación quetenían,loscuatrodepiedelantedesueternafachadafantasmal.Yanollevabanpantalonesdealgodónnipichis abombados. Tenían el aspecto de haber combatido con toda una legión infernal, y no era paramenos.Danihabíaperdidoasuhermano,peroinclusoconaqueldoloradheridoenlomásprofundodesualma, sentía paz. Así fue como se lo contó a los demás, observando la verja de hierro plagada detelarañas, repitiendo cada palabra y cada gesto queClaudio había hecho antes de partir.Quizás ellosnuncacomprenderíanloquesintióenaquelmomento,peroalmenoslesdaríaesesoplodeesperanzaylaquietudquelasituaciónleshabíaarrancadodecuajoconsumuerte.

Enma lloraba desconsoladamente y Cedric mantenía el rostro tenso, carente de expresión, quizásausente.LisaapenaslehabíasoltadolamanodesdequesalióyenaquelmomentoDanipensóquejamásdejaríaquelasoltara.

—¿Yahoraquévaapasar?LisamiróaCedric.Eraelúnicoqueapenassehabíapronunciadoyparecíatrastornado.—Tedijoquenopodíamosacabarconél—alegó—,porlotanto,caímosenunatrampa.Sieselmal,

sipodemosllamarloasí,volveráencualquierlugaryjamáslosabremos.—Haymucho que no entendí de todo lo quemi hermanome dijo allí abajo,Cedric, pero tengo la

esperanzadequeconlosdíasloveatodomásclaroypuedaasimilarlo.Segiróhacialaambulancia,quepermanecíaabierta,yvioaAnabelconelbrazoencabestrilloyuna

enorme venda cubriendo parte de su hombro y su pecho. Ella le sonrió de unmodo circunspecto. ElpequeñoLeoestabaapocosmetrosdeella,conunamantaporencimadeloshombros,ysumadrellorabadesconsoladamentemientrasunpolicíatomabanotasenunalibreta.

—Mevoyaquedaraquí,chicos—dijoCedric.Todossevolvieron.—Llevo todami vida trabajando en absoluta soledad. Llego ami casa y no tengo a nadie queme

reciba.Nopuedovivirenestamuerteprematura,nodespuésdetodoloquehevistoahíabajo.Meniego.—¿Lohacesporella?—lepreguntóEnma—.¿PorAnabel?Cedricmoviólacabezaconungestodereprobaciónyluegoseruborizó.—Por ella, pormí... Esamujerme gusta y si no lo intentó seguiré siendo elmismo niño cobarde

aterradoporlosprontosdesumadreysuautoridad.Nopuedoseguirasí.Noquiero.—Yovolveréconmifamilia.Añoroamihijayamimarido,pero...—Enmatragósalivaysuspiró—

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novoyavenderlacasa.—¿Porqué?—Porque no quiero perderos otra vez, Lisa. No quiero pasarme otros treinta años demi vida sin

vosotros.Quieroconservarla,pasar...Igualesunaestupidez,peromegustaríapasaraquílasNavidades,lospuentes,lasfiestasde...¡Coño!¿Esunatontería?¿Loes?

—No—respondióDani—.Noloes.Meparecelomássensatoqueheoídoestaúltimasemana,sitedigolaverdad.

—¿Ytúquéharás,Dani?—Regresaracasa.Tengounacuñadadestrozadaamásdemilkilómetrosydeboexplicarlemuchas

cosas.Vaaserduro.Ymispadres...Diosmío,meenfrentaríaaesesermilvecesantesque tenerqueafrontarestoahora.

—Vamos a casa—murmuró Lisa—. Ya les hemos repetido mil veces las cosas a esos agentes ymañanatendremosquepasarporlacomisaría.

Cuandosedisponíanamarcharseendirecciónalcoche,Anabelaparecióporunladodelcaminoconlamanoapoyadaenelhombro.

—Gracias por todo lo que habéis hecho, chicos —dijo—. Me ocuparé personalmente de quedestruyan esos túneles.Mi pistola tiene las huellas de David Barroso, así que al final creo que noslibraremosdeexplicaralgoquenosllevaríadirectosauncentrodesaludmental.

—Sí.Nocreoquelahistoriarealnosbeneficiaraaninguno.Lisacontemplóalpequeño,rodeadoporlosbrazosdesumadre.Cuandoestelamiróysonrió,ellale

devolvióelsaludoylovioalejarsehaciaelcoche.—Esunniñofuerte.Serecuperará—dijoAnabel.—¿YDavid?—Nocreoquesalgadeesta,Lisa.Labolademetallehaprovocadountraumatismocraneoencefálico,

según el médico que lo trasladó al hospital, y si despertara dudo que lo hiciera con las funcionesneurológicasintactas.Lahemorragiaesgrave,aunquesabréunpocomásmañana,silogranestabilizarlo.Heenviadoadosguardiasparaquenodejenlahabitación...Nomefíodenadaaestasalturas.

Sediolavueltaconlaintencióndeirse,peroalgolafrenóyvolvió.—Cedric, sé que es abusar de tu confianza, pero ¿podrías conducir mi coche a casa? No puedo

hacerloynomeapetecequemelleveningúncompañero.Cedricmeneólacabezacomounodeesosperrosquesepegabanenlossalpicaderosdeloscochesy

tartamudeó.—Cla...Claro.Porsupuesto.Noesningunamolestia.

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Todossehabíanacostado,peroLisaseguíaallí,sentadaenlapenumbra,frentealamesadelacocina,con un pequeño papel entre los dedos y las hojas de los naufragios apiladas, como las había dejadoCedricantesdepartir.Empezóasollozarenvozalta.Nopretendíadisimularlacongojaquesentía.Ledolíalacabeza,yelcorazónestabaahí,dealgunamaneraseguíaahí,rotoperointactoaún.

PensóenDani,queapenashabíasidocapazdellegaralacamaporsísolo.Guardarlascosasdesuhermanoquizáshabíasidolapartemásdolorosadetodo:suscamisas,lacarteraconlasfotografías,lasllaves de su casa y algo tan insignificante comoaquel paquetito de chicles que llevaba siempre en elbolsillodelpantalóndesdequeerapequeño.Ypasaría.Enalgúnmomento teníaquepasar.Alfinaleltiemposeguiríasucursoyeldolorsetransformaríaenunpequeñopesoplagadoderecuerdos,ytodosviviríanunpocomáshastaelfinal...

Tratóderecordarlanocheconfrialdad:elmomentoenqueDaniapareció,laexpresióndepánicodeDavidBarrosoylosojoslevementeentrecerradosdelpequeñoLeocuandoesteloatrapóyleencañonó.Pero¿porquéteníalasensacióndequefaltabaalgo?RepasómentalmentetodoloquelehabíacontadoDanicuandolapolicíaentrabaenelpozoylosartificierosquitabanlascargasdelostúneles.CogióunodelosbolígrafosqueEnmahabíadejadoencimadelamesayanotóvariasfrasesenelpapel:

Bunnynuncapodráserdestruido.Jugóconnosotrosdesdeelprincipio.Eldiabloesmentiroso.Notemasfracasar.

—¡Oh,Claudio!—sollozó—.¿Porqué?—Deberíassubiralacama.—LavozdeDanilasorprendió.Estabadepieconelpantalóndelpijama

y se apoyaba en el canto de la puerta—. Mañana todavía nos espera un día duro, Lis. Tienes quedescansar.

Se limpió la cara con el dorso de lamano y le sonrió. Sintió lamisma tristeza que había sentidocuandoperdióasumadre,peroaquellaeraunaaflicciónquesucorazónesperaba.Enesosmomentos,sinembargo...

—Hubovariosrestosdenaufragiosentre1921y1922quenuncase identificaron—murmuró—.Locomprobéhaceunrato,¿sabes?Algunollevabaa todosesosenfermos,a todosesosniños.Yjamássesabrá...

Danisesentófrenteaellayacariciólashojasdepapelconlasyemasdelosdedos.—Haymuchascosasquenuncasesabrán,perosomosexpertosenocultarsituacionesdeesetipo—

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dijoquedamente.Sepasólasmanosporlacaraysuspiró—.Siemprelohemossido.¿Quéimportaunamás?Loimportanteahoraesqueesetúnelsedestruyayesaspobresalmaspuedansalirdeahíyavanzar.

—OjaláyohubierapodidoveramimadrecomotúaClaudio.Saberqueestábien,quedondeestánoexisteeldoloryquealgúndíapodrévolveraverla.

—Sabesque es así,Lis.Mihermanonos regaló algomuyvaliosoquemuypocaspersonaspuedensaber.Vamosaalgúnlugar,yesoes...asombroso.

—Y seremosmás felices allí.—Balbuceó y rompió a llorar—.Me pregunto por qué tenemos quesufrir tanto en estavida, si todo esunamalditapruebaouna etapapara alcanzar algoquepodríamoslograrsaltandodeunedificiodeveintepisos.

—Nolosabremoshastaquellegueesemomento—susurró.Selevantó,seacuclillódelantedeellayla cogió de las manos—. Lisa, hay algo que mi hermano me dijo que no os conté. Me pidió queconstruyera una vida y que...—al decir esto sonrió con tristeza— que dejara de pintarte. Lisa, venconmigo.Entiendoqueloqueteestoypidiendoesunalocuraegoísta,pretenderqueabandonestutrabajoytodoloquetienes,peronopuedodejartemarcharporsegundavez.Noquierodejarteir...Llevotodamividaaferradoalrecuerdodeaquellaniñadepelonegroydiadema,lamentándomeporloquenotedijeeimaginándomelavidaquenotuveatulado.Nopuedodejarteirotravez...Nolosoportaría...

—Dani...—Mihermano lo sabía.Siempre lo supo.Y teaseguroqueno te estoydiciendoestoporqueme lo

hayapedidoél.Lohagoporqueporprimeravezenmividaloescuchéenalto.Meoíamímismoenél.¿Puedesentenderlo?

Lisanoparabadellorar.—Dejarmivida—lloriqueó.—Losé,quizáseaunalocura,peroloveotanclaroque...—¿Mividademierda?—¿Qué?—¿Aesaterefieres?¿Dejarmividademierda?—Lisaserioylloró—.Creoquepodría.Sí.Creo

quesípodría.Danibesósusmanosylamiró.—Oh,Diosmío.¿Lodicesenserio?Lisaasintiómientraséllaabrazaba.—¿Matarásmonstruospormí?—lepreguntóaferrándoseconfuerzaalcalordesupecho.—No,tesoro.Túhassidolaheroínadeestahistoria.Túysolotúhasmatadomonstruospormí...

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13deoctubrede2016SanPetri-CostadelaMuerte(Galicia)14:00h.Comisaríadepolicía

—Vanadetonarlascargascontroladascuandoterminenderecogertodaslaspruebas.Consideranqueestasgaleríassonunpeligro.AhoraqueBarrosoestáencoma,sumadreautorizóquesederribelacasa.Esamujernosuperarátodoesto.Estabaconvencidadequesuhijohabíalogradorecuperarsedespuésdetodo.

AnabelestabasentadaenunadelasbancadasdemaderadelpasilloydabapequeñossorbosalcaféquelehabíasubidoCedricdelacafetería.

—¿Ytúcómoteencuentras?—preguntóLisa.—Sobreviviré. —Levantó la mirada hacia Dani—. Me ha dicho Cedric que vas a enterrar a tu

hermanoaquíenSanPetri.—Aquínacimosyseguiremosviniendo—respondiómirandoaEnma—.SobretodoahoraqueCedric

ha decidido quedarse y que Enma conservará la casa. Creo que por mucho que a veces nos cuesteaceptarloestepuebloesnuestroúnicohogar.

—Mealegromucho—dijoAnabelconciertorubor.—¿CómoestáLeo?¿Haspodidoverlo?—Sí,llegóhaceunahoraconsumadredelhospital.Esincreíblelorápidoqueserecuperanlosniños

deciertassituacionestraumáticas.Estádeclarandosinpestañear,ycreoquesiDavidBarrosodespiertaalgúndíaleesperanmuchosañosdecárcel.Todolodemáscreoquelovoyaintentarborrardemimente.—Cerró los ojos y se inclinó con cierto dolor—. Le había prometido a la madre de Kevin querecuperaríaasuhijo...Esloúnicoquemeatormentadetodoesto.

—Nopuedesculparteporeso—dijoEnma.—Peroesinevitableenmiprofesión.Daniselevantóyseacercóalamáquinaexpendedora,queestabaaunmetrodedistancia.Seabrió

unadelaspuertasdelpasilloyLeoValverdesalióseguidodeunpolicía.Elhombrelediolamanoconamabilidadyluegosealejó.Elniñoteníaelsemblantealgodemacrado,perosusojosbrillabanysonreíamientrasavanzabaporelpasilloconciertaseguridad.

—¿Cómoestás,Leo?—Bien,agente.Losmédicosmehandichoquenotengonadaroto.—Esoestámuybien.Ahoratienesquedescansarypasarmuchotiempocontumadre—dijoAnabel.—Sí,meesperaenelcoche.Graciasporsalvarme.Atodos.Segiróconeleganciaysedirigióalapuerta.Daniacababadepulsarlateclayunpaquetedechicles

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seprecipitóconunruidosordocontraelmetal.Cuandoalzólavista,vioalpequeñoavanzandohaciaél.Sus ojos se cerraron con cierta felicidad.Cuando estaba a punto de acercarse a él para saludarle, elchicolesonrió,giróasuderechaysalióporlapuerta.

Miró hacia el exterior. Bajaba los peldaños con las manos metidas en los bolsillos del pantalónvaquero con soltura. Sacudió la cabeza y se volvió hacia el grupo, pero cuando se disponía avanzar,vaciló.Lisaloobservócomosiellatambiénhubiesepercibidoalgoyélabriólosojoscomosiacabaradetenerunarevelación.

«Detrásdecadafracasohayunalecciónquehacequeavancesenladireccióncorrecta.»Laspalabrasdesuhermanocobraronsentidoenmilésimasdesegundo.Sumentecomenzóafuncionar

amilrevolucionesporminuto.«Eldiabloesunmentiroso,hermanito.Ylegustajugar.»«Recuerda,Dani:“Vamosasalirdeltúnel,ahora”,yquenoteimportefracasar.»«TeníamosunafunciónparaBunny.»—¿Dani?¿Estásbien?Todoslomirabandesdelasbancadasmientrasélpermanecíainmóvilapocospasos,conelpaquete

dechiclesenlamano.—¿Daniel?—Anabelsegiró.—Por eso no podíamos matarle... —explicó—. No porque hubiese otro muerto, David hubiese

cargadoconesotambién,no...—Dani,¿dequéestáshablando?—Cedricselevantóalarmado.—Claudiomedijoquefracasaríamos.YyopenséquesereferíaaquenolograríamosmataraBunny,

peronoeraesoloquequeríadecir.¡Fracasaríamosporquelodejaríamoslibre!Eseniñoes...él.—¿Qué?—Enmanoentendíanada.MiróaLisa—.Noséquédice.¿Sehavueltoloco?—Daniel,notesigo—respondióAnabel.—Noscompadeceríamosdelniño.¡Malditasea!DavidBarrosonoqueríamatarloporquecreíaque

asíselibraríadeBunny.Dosalmasmás.Peroesacriaturaconocíasusplanes,eraimposiblequenolohicieraporquepodíaentrarensumente.¡Podíaporqueestabatrastornada!¡ComoClaus!¡ComoeldoctorJacob!¡YporquefueDavidquienlosmató!

—¡Dani,porelamordeDios!—gritóEnma.Seencogiódehombrosylomiró—.Meestásasustando.—¡Oh,Señor...!¿Cómohepodidoestar tanciego?Queríareírsedenosotrosyesoes loqueestuvo

haciendodurantetodaslashorasquepasamosallíabajo.Serecreócontodoloquesucedió,loobservótododesdesurincónenaquellagalería,ycuandoloconsideróoportuno,sedeshizodeDavidBarroso.MihermanosoloqueríaqueDavidcogieraesapistola...¡Quetuvierasushuellasylapólvoraenlamano!

—Oh,Diosmío...No.Nopuedeser.Yoliberéalniñode...—¿Sí?¿Dejóalchicovivoparaperseguirratonesporunlaberinto?¿Ylaurgencia?Esosniñosdel

preventorionosguiaronportodoeljodidoentramadodepasillosdándonoslaspistasquenecesitábamos.Bunnyentróenlamenteenfermadeldoctor,comohizoconClaus,peromientrassiguieraenelpozoesospobres infelices estarían condenados a vagar por las galerías. ¿Y qué mente enferma nos queda por

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descartar?—Bunnydentrodeunniño...—Sí,Cedric.PoresoClaudiodijoquedespuésdeunfracasounoavanzabaporelcaminocorrecto.

¡Yasabemosdóndeestáeseser!—exclamóconsarcasmo.—Peronopodemosmataraunniño—murmuróLisa.—Ylosabe...—Pero¿porqué?—inquiriócondesesperaciónCedric.Danilomiró,ahogóunjadeoyalzólasmanoscomosisedispusieraarezar.—Porquenuncafuehumano.NoslodijoDavid.—Ylosmuertosquierenloquelosvivostienen—murmuróLisa.—Lavida—sentencióDani.

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23dediciembrede2016Enalgúnlugar

EstimadosSupersónicos:¿TodosjuntitosenSanPetriparacelebrarlaNavidad?¡Esenternecedor!Comohabéispodidocomprobar, no he tardado mucho en emprender mi maravilloso viaje alrededor del mundo.Despuésdetantotiemporecreándomecontodaslasdesgraciasque«vosotros»causáis,tomarmeunas vacaciones era algo que llevaba meditando largo tiempo. Es increíble la de cosas quetenéisavuestradisposición.Ahoracomprendoelamordesmedidoporlasbotellasderonylasfaldas;aunquetengacatorceaños,estecuerpoestámuydesarrollado,ymicarabonitaymidondepalabrameabrenmuchaspuertas.(Ahorameestoyriendo.)(Ahorameríomuchomás.)La señora «mamá» sufrió un ataque de pánico el día de mi marcha. Ya sabéis cuál es miproceder,ylasviejascostumbresnuncasepierden.Fuemuydivertidoveralaseñora«mamá»corriendocomouna loca,con labataabiertapor lacalle.Se leolvidóabrocharla,asíqueelespectáculoestuvoservidohastaquelapolicíalaalcanzóenunparqueinfantilcolgandodeunodelostoboganescomosifueseunmurciélago.Benditalocura.Meencantaestemundo.La señora «mamá»me preparaba unos alimentos un tanto insípidos (comer es un acto nuevoparamíyalgoqueactualmentemeproduceunplacerinimaginable);yteníaesesextosentidodeseñora«mamá»que ledecíaquealgono ibabien.Avecesmemirabaunpocoraroy,aunquesabía perfectamente lo que estaba pensando, creí adecuado no dejarla muy equilibrada. Noquiero cabos sueltos, pero podéis hacerle una visita. Está un poco catatónica, aunque no ledeseoningúnmal.Desgraciadamenteparati,Anabel—agentedepolicíaintrépida—,laseñora«mamá»dejóunanotaenviándomeconmistíasalextranjeroparasuperarmitraumalejosdeSanPetri, así que, si estáspensandoen emprenderuna cruzadaenbuscade labalaperdida,cometerásunerror.¡Nomeechéisdemenos!¡Volveremosavernos!Despuésdeestapequeñaintroducciónpararomperelhielo,deboconfesarosquemesientoendeuda con todos vosotros. Lo pasamos bien, ¿verdad? Yo, interpretando mi papel de niñodesvalido,y todosvosotros...En fin.¡Quédramático todo!Pero¿sabéisunacosa?Yo tambiéntengomicorazoncito(ahorameestoyriendo)ytenéisquereconocerque,sinollegaaserpormí, nunca habríais vuelto a ver a vuestros amiguitos de la infancia, ymuchomenos, viviríasfelicescomoperdices,convuestrasnuevasrelacionessentimentales.Peromesientoendeuda...Afindecuentas,sinvuestraintercesiónjamáshubiesesalidodemiestadoprimordial.Aunquetenía unas bonitas almas descarnadas a mi disposición, cuando uno lleva tanto tiempodedicándosealomismo,observándoos,manipulándoosyviéndoloyoyéndolotodo,sepregunta:¿porquénodisfrutaruntiempodeesteterrariotaninmenso?Sientocomunicarosqueelhechodequemeencuentredisfrutandodemiagraciadajuventudno

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haráquetodoslosmillonesymillonesdeniñosduermantranquilitos.Desgraciadamenteparavosotros,nosoyelúnicodemiespecie,aunquesíelmásantiguo.Asíque,Dani,estovaporti:meditasideseastenerdescendencia,porque,llegadoelmomento,teaseguroqueelarmariodetusvástagosserácomounparquetemático,meocuparépersonalmentedequeasísea.(Ahorameestoy riendo mucho más.) Las viejas costumbres, ya sabéis. Uno no puede desprenderse deciertasactitudesdespuésdemilenioshaciendolomismo.Miroamialrededoryveoapersonas,cientosdepersonas,consusajetreadasvidas,deunladopara el otro, absortas en su propio egoísmo y lamentándose de lo que no poseen. Es lanaturalezahumana, la insatisfacción.Undíaos regalanunpedacitode tierra y la colonizáiscomo alimañas, perdéis la razón por amor y matáis por diversión. Estas son las cosas queentiendomuchomejordesdequeestoyenestebonitocuerpo.Puedocomprenderqueosdejéisllevarporlaspasiones,peroseamossinceros,chicos...,¿quiéneselasesinodeestahistoria?Antiguamentelagentenostemía,rezabaensustemplosparaquelatierradierafrutoy,cuandoalgomalosucedía,rezabamásparaaplacarasusdioses.Yahora,¿quéhacéis?Nada.Soislaespeciemásevolucionada,nomecabeningunaduda,peroenvezdeusarloporelbiencomún,destruístodoloquetenéisenvuestrasmanos.Matáisanimalesporentretenimiento,esclavizáisespecies por diversión, los padres violan a sus hijos, y si no fuera suficiente con todo eso,construísarmasquepodríandestruirvuestromundo.¿Porquérazón?Porsiacaso.Eseeselverdaderomal,chicos.Yconvivísconélcadadía.Perounonopuedeesperarnadabuenodeunmundogobernadoporlíderescorruptos,conunaIglesiapedófilayunacivilizaciónqueestaríadispuestaamatarpordinero...YluegoBunnyesmalo...(Ahoramerío.)¿YquiénesBunny?Hetenidotantosnombresquenisiquieralosrecuerdo;noobstante,tenedencuentaquenuestrafunciónenestatierraesperturbaros,perosolovosotros,humanos,matáis.Sí...Eseesnuestroúnico impedimento, elúnico límite establecidopara losque soncomoyo:trastornar,manipular, engañar, observar... ¡Ah!Me permití el lujo de acariciar ami pequeñoDani.A vecesalgunamarcano es constitutivodedelito y siempre esagradableque te llevencercadelcorazón(ahoramevuelvoareír).Pero disiparé alguna de vuestras dudas. Y la primera es que no soy un asesino.Para que yopuedaejercerciertopoder,unotienequeposeeresegendestructivo,esadeliciosalocura,yyo...solopulsoelinterruptor.AntesdeClausexistieronmuchosmás,inclusocuandodetectélarabiay lademenciadeldoctorJacob.Apenasnecesitédarleun leve empujoncitoparaque él solitotomaralasriendasdesusactos.LosniñoslellamabandoctorBunny.Siempresedisfrazabaparaanimaraaquellospobrescondenados,ybueno,cuandoejecutóalosangelitosenelbarco,fue...en fin...Meresultómuydivertido«cogerprestada»su idea,y lomismopasóconaquelpobrechiflado quemerodeaba por el bosque cuando erais tan pequeños. Bien es cierto que elmuyimbécilencontróelpozoyloabrió,aunquellevabatalsobredosisdepastillasenaquelmomentoque,cuandocayódecabeza,creíqueperdíamioportunidadytendríaquecargarconunalmanosolodañada,tambiéntrastornada.¡Sinembargo!,elidiotasobrevivió,asíquetodolodemásyaera parte de un ritual ancestral: arañas un poco su mente, encuentras la falla tectónica y,

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¡tachán!, ¡el caos! Ah... Y no puedo olvidarme de vuestro pequeño y débil David... ¡Quémaleducado! Con las horas que dediqué a esemuchacho, con sus días y sus noches. El muycabritoseresistía...Hastaciertopunto.Creoqueduranteunlapsodetiempocreíquetendríaque cambiar de títere, hasta que descubrí su plan con respecto a volar el túnel y blablablá...Bueno, el chiconoera idiota, solo teníaquedejarquebajaraalpozo, explicarlemisbuenasintenciones y cuando estuviera despistado... pulsar el botón. Lamáscara de conejo le quedarealmentebien.ElgorditoestabaaterradoyLeo...Bueno,Leoposeíaunabellezainsultanteysucabezamefascinó.Asíque...pensé:«¿Yporquéno?¿Uncuerpojoven,enunaépocallenadecomodidades.¿Probaré?»Y...¡aquíestoy!¡Haytantodondeescoger!¡Tantainiquidaddentrodevosotros!¿Todavíanoosdisteiscuenta?Soyenergía,unaenergíatanprimigeniaque,cuandoexisteunalevefisuraenvuestrasmenteslimitadas,quedáisexpuestosacualquierenteaburridoconunpocode imaginación.¡Yeseesvuestromundo,chicos!Elquepensáisqueesvuestro,claro,yelquecreéiscontrolarcontodoese fanatismo y todas esas armas que algún día os destruirán. Pero, para vuestra desgracia,tenéisuncerebroquecodificalainformaciónyloqueveis...noeslatotalidad.IgualdeberíavisitaraesedoctortanamablealqueibaLisa.Aunquecreoquerevelarleciertainformaciónseríaprecipitarleaunalocurairremediable.Quizáseadivertido,¡perotengotantoquever!Os adjunto una bonita postal de uno de los sitios por los que he pasado. ¿Cómo lo habéisadivinado? Sí, me compré esa máscara de conejo para salir en la foto adjunta, en honor anuestros viejos recuerdos. ¿Mequedabien?La tiréal ríodespuésde tomarme la foto. Sientocierto agotamiento con esa ornamentación tan poco sofisticada, pero en aquellos tiempos osdabapánicoyfuemuydivertido.Ynoosvoyadeciralosmarinerosborrachosalolargodelascostas.¡Secagabanencima!Bien...Vayamosalasuntoquenosconcierne.¿Veis mi imagen? Estoy creciendo, ¿eh? Pero la foto no tiene mucho que ver con miegocentrismorecientementedescubierto.Miradunpocomásallá...¿Loveis?¿Esbonitoelpuente?Alolargodeldíapasanalrededordediezmilvehículosllenosdefamilias.Hombres, mujeres y niños que cruzan sobre la autopista para llegar a sus bonitos hogaresdespuésdesustrabajosagotadoresosusclases.Imaginovuestrascarasenestosmomentosyahorasíquemeestoyriendo.Quizá seaestemipreciadoregalo.Oquizámeaburraunpocoyosbrinde laoportunidaddesalvaralgunavidainsignificante.¡Opuedequenomecansedejugar!¿Quiénsabe?YalodijoClaudio.Soyungranmentiroso...

Firmado:Bunny

(quéperezamedaestenombre)

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Agradecimientos

Amisdosvíctimasmáshabituales:MiguelB.Muñiz,quemeescuchóhablardelconejodíaynoche.GabrielAlonsoFerrao,queseagotóconmisideas,idasdecabezaysiemprehaestadoahíhastaen

losmomentosmásdifíciles.Joan Bruna Ros, porque siempre me lee, siempre me da sus grandes consejos y por las horas de

charlas.SandraBruna,portodoeltrabajoquedesempeña.Miagente.Unaguerrera.Amieditor,PabloÁlvarez.Escuchardeélloqueopinabadellibrofuecomounasacudidadeenergía

paramí.Y,cómono,amiabueloJulioRamosBarreñada(queenpazdescanse).Sinsustirachinascaserosmi

infancianohubiesesidolamisma.

Atodos,GRACIAS