Lo Que La Madre Transmite

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"El papel de la madre es el deseo de la madre. Esto es capital. El deseo de la madre no es algo que pueda soportarse tal cual, que pueda resultarles indiferente. Siempre produce estragos. Es estar dentro de la boca de un cocodrilo, eso es la madre. No se sabe qué mosca puede llegar a picarle de repente va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre.""Entonces traté de explicar que había algo tranquilizador. Les digo cosas simples, improvisó, debo decirlo. Hay un palo, de piedra por supuesto, que está ahí, en potencia, en la boca, y eso la contiene, la traba. Es lo que se llama el falo. Es el palo que te protege si, de repente, eso se cierra". (2)

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  • A partir de este recorrido intentaremos aprehender el efecto de transmisin por parte de una mujer que se subjetiviza en el nio en su inclusin en una estructura clnica. 1. La madre insaciable Lacan presenta en el Seminario 4 un tringulo indito hasta entonces. Rompe la pretendida armona de la relacin madre-hijo y afirma que la madre nunca est a solas con el hijo: entre uno y otro siempre est el falo. El nio cobra un valor flico al identificarse con el objeto de deseo materno. El cuarto trmino de esta relacin es el padre. El falo aqu es definido como un significado, tiene un valor imaginario que se introduce en la metonimia del deseo de la madre. A partir de la distincin entre castracin, frustracin y privacin, Lacan ubica a la frustracin como centro de la relacin madre-hijo. Pero, aade Miller ("El falo barrado", Elucidacin de Lacan, 1998), aqu lo ms importante es la frustracin de la madre como mujer. Lacan establece una secuencia que se inicia en la frustracin imaginaria de un objeto real, el seno de la madre, cuyo agente es la madre simblica. En este punto se establece cierta torsin a travs de la cual la madre simblica se vuelve real. La madre simblica, que mediatiza la simbolizacin primordial a travs del Fort-Da, frustra al nio de objetos reales. Cuando no responde a la llamada del nio aparece como una potencia real, fuera del juego simblico, el objeto pierde su materialidad y la respuesta de la madre se vuelve un signo de amor. La frustracin de amor polariza la situacin. Lacan distingue as la frustracin de goce (ligado al seno materno, objeto real) de la de amor (cuyo objeto es la presencia materna). Detrs de la madre simblica, aade Lacan, est el padre simblico. La segunda operacin planteada por Lacan es la privacin real de un objeto simblico, el falo, por accin del padre imaginario. El final de este recorrido es la operacin simblica de castracin de un objeto imaginario por el padre real. Lacan modifica ligeramente este planteo en el Seminario 5. En la frustracin no solo se frustra al nio del seno materno sino tambin de la madre como objeto. El nio es frustrado de su objeto-madre y la madre es privada de su objeto, todo esto a travs del padre, lo que opera a modo de castracin. Esta privacin deber ser aceptada o rechazada por el nio, y esto determinar su posicin en la estructura. La madre atravesada por la falta no tiene como funcin primaria el cuidado o la atencin del nio sino su devoracin. La versin lacaniana de la madre no es que sea "suficientemente buena" como se podra esperar, sino, por el contrario, que es una fiera, esencialmente insaciable, amenazadora en su omnipotencia sin ley. Lo insaciable de la madre remite a su posicin como mujer, a su tratamiento particular de la falta. Despus de todo, la sustitucin nio-falo no colma la falta y subsiste un resto de insatisfaccin. Lo insaciable del Seminario 4 aparece como voracidad en el Seminario 5. Dice: "La madre es una mujer a la que suponemos ya en la plenitud de sus capacidades de voracidad femenina..." (p. 212). A travs del examen clnico de la doble madre en Hans, en Leonardo da Vinci, y en Andr Gide, Lacan introduce en el Seminario 4 la problemtica acerca de qu transmite una mujer a travs de su modalidad de ser madre. La madre del deber, la de Gide, toda madre, toda amor sin relacin con la falta y el deseo, confronta al nio a un desdoblamiento de la figura de la madre (la del amor y la del deseo su ta) que se subjetiviza en su estructura perversa. La madre de Hans, figura devoradora que toma a su nio como fetiche, se desdobla con la abuela paterna que suple la deficiencia paterna.

  • La fobia de Hans lidia con la falla simblica hasta que logra una elaboracin fantasmtica que aloja su angustia. En el Seminario 5 Lacan se ocupa de la madre del futuro obsesivo. Pero aqu interviene ya el cuarto trmino, el padre, y lo que se juega es la articulacin entre el padre y la madre en su relacin como hombre y mujer. El excesivo amor de un hombre por su mujer, afirma Lacan, puede conducir a una posicin de destructividad del deseo por parte de su mujer. El resultado se encuentra en la anulacin del deseo del nio obsesivo y en su participacin activa en esta destructividad. "Qu fue para ese nio su madre...?, se pregunta Lacan en relacin a Gide, y aade las distintas modalidades de amar sobremanera al hijo. El nio-falo Andr se incluye en la perversin. El nio-fetiche Hans recurre a su fobia para producir la mediacin que falta. El nio-cmplice en la destruccin del deseo construye su obsesin. En cada uno de estos casos la posicin de una mujer respecto a la falta determina su modo de amar y su transmisin de la castracin. As, la "coyuntura dramtica" en la que se incluye la maternidad en cada mujer, las particularidades de su historia, intervienen en su transmisin de la falta y en su incidencia en la subjetividad del nio. 2. El enigmtico deseo de la madre Lacan presenta la primera versin de la metfora paterna en el Seminario 5: el padre sustituye a la madre en la medida en que ambos son tomados como significantes. El resultado de esta sustitucin es atribuirle al falo el significado enigmtico de las idas y vueltas de la madre. Lacan dice: "Qu es lo que quiere, sa? Me encantara ser yo lo que quiere, pero est claro que no slo me quiere a m" (p. 179). Introduce as de entrada una distancia entre el objeto de deseo, el falo, y el nio, que llevar a que el nio se identifique con el falo. Esta distancia traduce el no recubrimiento total entre el falo imaginario y el nio. La madre como mujer guarda un deseo que excede a su hijo; esto retorna en la subjetividad del nio como el enigma del deseo del Otro. La madre opera de distintas maneras en los tres tiempos del Edipo. En el primer tiempo, como una ley incontrolada y omnipotente que a la vez mediatiza la simbolizacin primordial. El nio se identifica con el objeto de deseo de la madre. Pero este deseo guarda la ambigedad de que, por un lado, est fuera de la ley de padre, pero, por otro lado, acta bajo la gida de la castracin de la madre que antecede a su maternidad. En el segundo tiempo, el padre priva a la madre de su objeto: se instaura as la prohibicin del incesto dirigida al nio y la de reintegrar su producto (devorarlo) dirigida a la madre. Vale decir, no basta con la subjetividad previa de la madre, es necesario que consienta a ser privada de su objeto por el padre y que este consentimiento sea subjetivado por el nio. En el tercer tiempo el padre debe sostener su promesa flica para la asuncin de la posicin sexuada del nio. Esto reinstaura al falo como objeto deseado por la madre y no solo un objeto que el padre puede privar (p. 199). En la "Cuestin preliminar..." Lacan presenta una nueva versin de la metfora paterna en la que la madre funciona en un primer tiempo a travs de su deseo sin ley que se escribe como DM en mayscula, diferencindolo as del deseo, pero que luego se articula al significante del Nombre del Padre. Lacan enfatiza la importancia de visualizar cmo la madre hace caso de la palabra del padre, de su autoridad, "...del lugar que ella reserva al Nombre-del-Padre en la promocin de la ley" (p. 560). Miller, en su comentario del Seminario 5, seala que el tercer tiempo del Edipo femenino Lacan lo distingue totalmente de la maternidad y all sita el surgimiento de la "verdadera mujer". Desde la

  • perspectiva de la nia, se instaura en este tiempo su direccin al hombre y su particular posicin femenina. La maternidad queda articulada a la privacin del segundo tiempo en tanto que involucra la subjetivacin de la castracin ms que a su identificacin sexuada. Madre y mujer quedan as diferenciadas, a la vez que se articulan al final del recorrido. A partir de la segunda mitad del Seminario 5 el falo deja de ser un significado y se vuelve el significante del deseo, acentundose as su valor simblico. Lacan utiliza entonces la dialctica flica de ser y tener el falo en el tratamiento de la relacin entre los sexos. Hombres y mujeres, al confrontarse con la falta en ser el falo deseado por la madre, encuentran su solucin en su atravesamiento por los tres tiempos del Edipo. Por otra parte, dice Lacan, las mujeres encuentran su satisfaccin por va sustitutiva: en primer lugar el pene (involucra la relacin al hombre) y luego a travs del nio en donde obtiene la satisfaccin "instintiva" de la maternidad. Como lo hemos indicado ya, la sustitucin implica una operacin simblica que hace caer el poder del instinto. En "Ideas directivas..." Lacan retoma sus preguntas relativas a las consecuencias sobre el nio del amor de la madre y se pregunta si la mediacin flica drena todo lo pulsional de la mujer, en particular, el instinto materno. El concepto de frustracin sufre una transformacin: como demanda se distingue de la necesidad y del deseo. La demanda de un hijo toma as el relevo pero no como una reivindicacin flica aunque podra llegar a serlo sino articulada a la castracin y a la falta. En realidad, la teorizacin de la dialctica flica permite entender las peripecias de la vida amorosa, pero deja abierta la pregunta acerca de la incidencia de la posicin femenina en la maternidad en tanto que queda reducida a una respuesta a la demanda flica. Un paso ms se vuelve necesario, y Lacan lo lleva cabo a partir de su introduccin del objeto a. 3. El objeto de la madre En "Ideas directivas..." Lacan comienza a presentar un goce fuera del dominio flico en las mujeres aunque an no est formalizado como tal. Aos despus, especifica que el deseo de la mujer est dirigido por su pregunta acerca de su goce y que, a diferencia del hombre, posee un lazo ms laxo con la castracin y el deseo. Sita una disimetra: la mujer ocupa para un hombre el lugar del objeto a en la medida que consiente a su fantasma para producir su deseo; pero la mujer como madre encuentra su objeto a en sus hijos. Se abre as la clnica que concierne a la relacin de las mujeres como madres ya no con el falo sino con el nio tomado como objeto causa del deseo. El fantasma de la madre como sujeto antecede lgicamente a la posicin del nio en la estructura. El nio puede encontrarse en distintas posiciones en tanto objeto a de la madre y situarse en la neurosis o en la psicosis. Puede ser mediatizado por el objeto transicional, fuente de las equivalencias; quedar expuesto a todas las capturas fantasmticas maternas por falta de mediacin paterna; o volverse un objeto real como para la madre del esquizofrnico durante el embarazo, condensador de goce, que realiza la presencia del objeto a en el fantasma materno, y al hacerlo, obtura la castracin materna y sutura su falta como mujer aportndole un complemento de ser. Cuando interviene la articulacin de la pareja conyugal el nio ocupa el lugar del sntoma solidario de la neurosis, que implica la presencia de una madre atravesada por la falta que d lugar al significante del Nombre del Padre, y de un padre que vectorice la transmisin de un deseo que no sea annimo.

  • En "R.S.I." Lacan establece que la posicin disimtrica entre la mujer y el hombre en tanto padres determina la posicin reservada al nio. El hombre debe hacer de la mujer la causa de su deseo para asegurar una versin del padre (padre-versin), que no se limite a la transmisin del falo en la metfora paterna a partir del Nombre del Padre sino que d una versin de lo que es el objeto a. La mujer, por el contrario, se ocupa de otros objetos a que son los nios, sin por ello cristalizarlos en su fantasma como objetos de goce sino desde una estrecha relacin con la falta. La temtica de la madre se desplaza as del amor qu efectos tiene su amor sobre el hijo a la del deseo y el goce qu lugar tiene en su deseo y cmo se articula a su goce. 4. La Mujer no existe, las madres s La teorizacin de las frmulas de la sexuacin introduce nuevas consideraciones relativas a la maternidad. Lacan indica que es imposible construir un universal femenino, por lo que "La Mujer" no existe. Esta formulacin es solidaria a la de "no hay relacin sexual". En cambio, existe una relacin particular de las mujeres con su goce que va ms all del falo. Las mujeres en tanto madres se inscriben de distintas maneras en la reparticin sexuada. El primer aspecto concierne a la madre que el hombre ve en la mujer. El hombre, como significante, entra en la relacin sexual como castrado, es decir, relacionado al goce flico. En cambio, Lacan afirma en el Seminario 20 que la mujer entra en la relacin sexual como madre (p. 47), que en las mujeres predominan los caracteres secundarios de la madre (p. 15), que para el hombre la madre contamina a la mujer ("Televisin"). Acenta as que desde donde la ve el hombre la mujer no existe ms que como madre por la incidencia edpica (p. 119) prototipo del objeto primordial que la vuelve causa de deseo. En segundo lugar, en la medida en que la maternidad est relacionada con la castracin, la mujer como madre queda situada, paradjicamente, del lado masculino de las frmulas en tanto igualmente sujeta a la funcin flica. La salida femenina de la maternidad se entrecruza as con la posicin masculina, y desde el falo y como sujeto se dirige al objeto a que es el nio. La tercera cuestin concierne al goce suplementario. Un mujer "no-toda" presenta la duplicidad entre el goce flico y el goce suplementario que se sita del lado del S(A) barrado. Al mismo tiempo que se dirige al hombre en busca del falo aorado encuentra un tapn a su no-toda en el objeto a que constituye su hijo. Dice Lacan: "... el goce de la mujer se apoya en un suplir ese no-toda. Para este goce de ser no-toda, es decir, que la hace en alguna parte ausente de s misma, ausente en tanto sujeto, la mujer encontrar el tapn de ese a que ser su hijo" (p. 47).. De esta manera, la maternidad se vuelve una forma de suplencia a La Mujer que no existe, funciona como tapn del no-toda. Desde la posicin de no-toda la mujer vehiculiza en la maternidad algo de su goce suplementario. Freud abord esta cuestin en trminos del "odio de la madre", con la ambigedad que comporta el genitivo: hacia la madre y de la madre al hijo, fuente del sentimiento de persecucin en la nia. Lacan encara primero este resto de "pasin mala" en trminos de "insaciabilidad", "voracidad materna", "Deseo Materno" (voluntad sin ley), y finalmente, junto a la teorizacin acerca del goce, en trminos de "estrago": ya sea con la imagen acuciante del cocodrilo dispuesto a cerrar sus fauces

  • (Seminario 17, p. 18) o del estrago particular en la relacin madre-nia. Cada uno de estos trminos implica un ms indeterminado hacia lo mejor o lo peor. Pero el estrago no se sita solo del lado del odio sino tambin del lado del amor, puesto que en la medida que una mujer ama desde su posicin de no toda, la dialctica amorosa con su hijo queda matizada por su posicin ms all del orden flico. En cada oportunidad, la mediacin flica y la direccin al hombre se impone para acotar el exceso y limitar los desvaros. J.-A. Miller, en El hueso de un anlisis, indica que la demanda de amor de una mujer se dirige a la falta del Otro, y lo hace desde lo ilimitado de su goce, desde su no toda que comporta un carcter absoluto y una tendencia al infinito. Esta demanda de amor as estructurada retorna con la forma del estrago por parte de la pareja. De esta manera, el estrago es la otra cara del amor que vuelve como un sntoma de ndice infinito, y no como la localizacin que caracteriza a la mujer como sntoma para un hombre. Estas consideraciones son tambin pertinentes a la relacin madre-hijo, y a cmo se sita el nio en la relacin de una mujer con su pareja, en la medida en que hace intervenir la parte mujer de la madre y lo que interviene del goce suplementario en el amor. Para concluir As como no es posible construir un universal de las mujeres, tampoco es posible determinar cmo ser madre. Una por una, cada mujer se sita frente a la maternidad por la aceptacin o por el rechazo; como madre del deber o del deseo dentro del rgimen flico; por su amor o por su odio; desde una posicin masculina o femenina; como en empuje al toda madre o por su no-toda como mujer que repercute en su ser madre. Las posibilidades se multiplican e inciden en la inclusin del nio en la estructura de acuerdo a su particular posicin frente a la falta. Una divisin del deseo se impone (J.-A. Miller, "El nio, entre la mujer y la madre"): el objeto nio no debe ser todo para el sujeto madre, sino que debe encontrar el significante de su deseo en el cuerpo del hombre para situar al nio frente a la castracin. La maternidad como versin de la feminidad, como suplencia, no obtura el ser mujer, y su direccin al hombre asegura que no se produzca este recubrimiento. De esta manera, madre y mujer se entrecruzan dejando abierto un espacio cuyos lmites se irradian hacia lo que resta an de enigmtico de la sexualidad femenina. * Psicoanalista en Buenos Aires, analista miembro de la Escuela (AME) de la Orientacin Lacaniana (EOL), de lcole de la Cause Freudienne, (ECF), y de la Asociacin Mundial de Psicoanlisis (AMP).