STEFANY ALEXANDRA 6 D PRIMARIA IEN 00474 GTVLOS TRES AMIGOS DEL PUEBLONos hacamos llamar los tres aventureros de Ciradel; Pancho, Mariano y yo; habamos crecido juntos en el pueblo, aquellos viejos tiempos en las que las travesuras y las curiosidades nos delataban a vista y paciencia de nuestros vecinos.Ciradel, era un pequeo poblado en las afueras de lo que llambamos La boca del Len, llamado as porque para nosotros era como un mundo totalmente desconocido y, como decan, es mucho mejor y cmodo quedarse en casa que salir de aventura.De nios hacemos muchas cosas, pero no hablar de ello; ya que lo que ahora contar es lo que realmente necesitan saber: Fue una tarde, de esas en la que haca mucho fro y nos adentramos a las montaas, con el nico fin de conseguir nuevas aventuras junto a mis dos mejores amigos; hicimos nuestra carpa al costado de una roca gigante y nos repartimos las actividades que realizaramos para esos das:Pancho fue con direccin al oriente a cazar un venado para degustar de su carne, veamos como se alejaba ms y ms de la carpa que instalamos, mientras l segua adentrndose en la selva con su escopeta, dijo que vio a un CHUYACHAQUI que miraba malvolamente a un venado, lleno de terror corri asustado con direccin a la carpa que habamos instalado, casi sin aliento nos contaba lo sucedido. Mariano, en cambio, se fue a buscar lea para la fogata con la que prepararamos al venado; en su caminar nos cont que encontr un ro, uno de esos que pareca ser mgico o tener poderes que le otorga la naturaleza. Al levantar la vista, vio a alguien salir de un rbol, l se acord que le haban contado una leyenda acerca del YAKURUNA en la que este demonio llevaba a la gente hipnotizndola. Felizmente ese diablo, no se percat de la presencia de Mariano por lo que le dio la oportunidad para salir corriendo y pudo llegar a la carpa para contarnos. Llegaron casi al mismo tiempo yo estaba haciendo los ltimos arreglos de nuestra nueva morada. Estaban temerosos por lo que le haba sucedido, entonces decidimos que era mejor estar unidos en esa noche y no preocuparse de lo que sucediera en el exterior de la carpa, claro que el miedo a veces es creado por nosotros pero esta vez fue real. Lleg la noche, no aguantbamos las ganas de ir a orinar. Pancho no resisti y fue el primero en salir a eliminar lo que ya sabemos, pero lo hizo cerca de la carpa; Mariano tampoco aguant las ganas y sali e hizo sus necesidades cerca del lugar.Yo tambin quise salir hacer lo mismo, pero mi miedo fue mayor y no sal. Ya haba pasado muchas horas y ninguno de los dos regresaban; entonces decid salir a ver porqu se demoraban tanto; en ese momento me dio muchas ganas y orin en la piedra gigante. Los llam hasta el cansancio, cuando de pronto vi que de lejos venan sonriendo y me tranquilic; ellos me dijeron que tenamos que volver a casa, yo obedec moviendo la cabeza. Esa misma noche juntamos todo y nos enrumbamos de regreso al pueblo. Horas y horas caminamos hasta que empec a cansarme, no recordaba que estuviera tan lejos deca en mi mente. Tena una sensacin rara con los que yo deca que eran mis amigos; no entenda como podan ver en la oscuridad, en el caminar me tropec y ca muchas veces. Con el reflejo de las rocas y con un poco de suerte pude ver sus pies, mi sorpresa fue de espanto, ambos tenan una pata rara, y la otra era de persona. Me asust mucho, pero fing no saber nada; pues pensaba que si se los deca me iban a matar, por lo que seguimos caminando. Ya de maana me despert; no recuerdo a qu hora me qued dormido. Ellos ya no estn. Estaba perplejo, no saba qu hacer, tampoco saba dnde estaba, todo lo que vea eran montaas tras montaas. Mi mente divagaba sobre lo que estaba pasando no puede ser! Esto no me puede estar pasando saqu un lpiz y una hoja y empec a escribir detalladamente todo lo que me haba sucedido y luego me dije, solo espero la muerte, en cualquier momento ser atacado y devorado por bestias salvajes.De pancho y mariano, hasta hoy no se sabe nada, bien se perdieron en la montaa o en lo peor de los casos fueron muertos y tragados por los CHUYACHAQUIS. Ya era muy tarde, otra vez ellos y con el mismo disfraz! A caso tena alguna opcin? Slo me quedaba seguirlos, pero como el taita Dios nos deja sufrir pero no nos abandona. En ese momento vi unos hombres que venan hacia m, por sus caractersticas de vestidura y por las armas que traan, eran cazadores. Corr hacia ellos gritando. Auxilio! Auxilio! Estos demonios me quieren llevar. Ellos se voltearon y me miraron, pero no vieron nada; yo tampoco los vi, por lo que no pude explicar lo que me haba sucedido, solo les pude decir a modo de consejo que dejen en paz a los animales y a todo lo que no es nuestro, ellos tienen sus guardianes de todo lo que ah existe y si desafas su autoridad pueda ser que jams regreses a casa.