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Los cuentos de Beedle el Bardo - Weebly · diferencia. En los cuentos de hadas de los muggles, la magia suele ser la causa de los problemas del héroe o la heroína: la bruja malvada

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Los cuentos de Beedle el Bardocontienen cinco cuentos de hadasmuy diferentes, cada uno con supropio carácter mágico, quedeleitarán al lector con su humor yla emoción del peligro de muerte.Muggles y magos por igualdisfrutarán de los comentariosañadidos al final de cada relato,escritos por el profesor AlbusDumbledore, que cavila en ellossobre las enseñanzas que nos dejanlos cuentos, revelando al mismotiempo pizcas de información sobrela vida en Hogwarts.

Con ilustraciones realizadas por suautora, J.K. Rowling, este libroúnico y mágico perdurará como unpequeño tesoro en los añosvenideros.

J.K. Rowling

Los cuentos deBeedle el Bardo

ePUB v1.0Elvys 09.03.11

Título original: The Tales of Beedle theBardTraducción: Gemma Rovira OrtegaTexto e ilustraciones interiores J. K.Rowling 2007/2008ISBN: 978-84-9838-195-5

INTRODUCCIÓN

Cuentos de Beedle el Bardo es unacolección de relatos infantiles paramagos y brujas. Se trata de historias muypopulares desde hace siglos; paramuchos alumnos de Hogwarts, «El cazosaltarín» y «La fuente de la buena

fortuna» son tan familiares como «LaCenicienta» y «La Bella Durmiente»para los niños muggles (no mágicos).

Las historias de Beedle se parecen anuestros cuentos de hadas en muchosaspectos. Por ejemplo, la virtud amenudo tiene recompensa; y la maldad,castigo. Sin embargo, hay una marcadadiferencia. En los cuentos de hadas delos muggles, la magia suele ser la causade los problemas del héroe o la heroína:la bruja malvada ha envenenado lamanzana, ha sumido a la princesa en unsueño de cien años o ha convertido alpríncipe en una bestia espantosa. En losCuentos de Beedle el Bardo, en cambio,

los héroes y heroínas saben hacer magia,pero aun así les resulta tan difícil comoa nosotros resolver sus problemas. Lashistorias de Beedle han ayudado amuchas generaciones de padres magos aexplicar a sus hijos esta dolorosarealidad: que la magia, además desolucionar problemas, también losocasiona.

Otra diferencia destacada entre esasfábulas y sus equivalentes muggles esque, a la hora de buscar la fortuna, lasbrujas de Beedle son mucho másdiligentes que las heroínas de nuestroscuentos de hadas. Asha, Altheda, Amatay Babbitty Rabbitty son brujas que se

encargan personalmente de perseguir sudestino, en lugar de echarse una largasiesta o esperar a que alguien lesdevuelva el zapato que han perdido. Laexcepción a esta regla —la doncella sinnombre de «El corazón peludo delbrujo»— observa un comportamientomás parecido al de las princesas denuestros cuentos infantiles, pero elrelato no concluye con ningún «ycomieron perdices».

Beedle el Bardo vivió en el siglo XVy gran parte de su vida está rodeada demisterio. Sabemos que nació enYorkshire, y el único grabado suyo quese conserva revela que lucía una barba

hermosa y abundante. Si sus historiasreflejan fielmente sus opiniones,simpatizaba bastante con los muggles, alos que no consideraba malvados sinosólo ignorantes. Desconfiaba de lamagia oscura, y creía que los peoresexcesos de la raza mágica provenían derasgos tan humanos como la crueldad, laapatía o el uso arrogante de sushabilidades. Los héroes y heroínas quetriunfan en sus historias no son los queposeen la magia más poderosa, sino losque demuestran mayor bondad, mayorsentido común y mayor ingenio.

Un mago de nuestro tiempo que teníaunas opiniones muy parecidas a las

suyas era, por supuesto, el profesorAlbus Percival Wulfric BrianDumbledore, Orden de Merlín (PrimeraClase), director del Colegio Hogwartsde Magia y Hechicería, Jefe Supremo dela Confederación Internacional deMagos y Jefe de Magos del Wizengamot.Pese a esa similitud de puntos de vista,supuso una sorpresa descubrir una seriede notas sobre los Cuentos de Beedle elBardo entre los numerosos papeles queDumbledore legó en su testamento a losArchivos de Hogwarts. Nunca sabremossi esos comentarios los escribió para supropia satisfacción o con intención depublicarlos; con todo, la profesora

Minerva McGonagall, actual directorade Hogwarts, ha tenido la deferencia depermitirnos imprimir las notas delprofesor Dumbledore junto a la nuevatraducción de los cuentos, obra deHermione Granger. Esperamos que loscomentarios del profesor Dumbledore,que incluyen observaciones sobre lahistoria del mundo mágico, recuerdospersonales e información esclarecedoraacerca de los elementos clave de cadahistoria, contribuyan a que una nuevageneración de lectores, tanto magoscomo muggles, entienda mejor losCuentos de Beedle el Bardo. Todoscuantos lo conocimos personalmente

creemos que al profesor Dumbledore lehabría encantado prestar su apoyo a esteproyecto, dado que todos los royaltiesserán donados a la organizaciónChildren's High Level Group, quetrabaja en favor de los niños desvalidos.

Permitidme un pequeño comentarioadicional sobre las notas del profesor.Según nuestros cálculos, Dumbledorelas terminó un año y medio antes de lostrágicos sucesos acaecidos en lo alto dela torre de Astronomía de Hogwarts.Quienes estén familiarizados con lahistoria de la guerra mágica másreciente (entre ellos, los lectores de lossiete volúmenes de la vida de Harry

Potter) repararán en que el profesorDumbledore no revela todo cuanto sabe—o sospecha— acerca de la últimahistoria de este libro. La razón de esasomisiones quizá se encuentre en lo que,hace muchos años, le dijo sobre laverdad a su alumno favorito y másfamoso:

Es una cosa terrible y hermosa,y por lo tanto debe ser tratadacon gran cuidado.

Tanto si estamos de acuerdo con élcomo si no, quizá podamos disculpar aDumbledore por querer proteger a los

futuros lectores de las tentaciones a queél mismo había sucumbido, y por las quepagó tan alto precio.

J. K. Rowling, 2008

ACERCA DE LAS NOTAS A PIE DEPÁGINA

Dado que el profesor Dumbledoreescribía para un público mágico, heincluido algunas notas aclaratoriaspensando en los lectores muggles.

JKR

1

El Mago y el CazoSaltarín

Había una vez un anciano y bondadosomago que empleaba la magia congenerosidad y sabiduría en beneficio desus vecinos. Como no quería revelar la

verdadera fuente de su poder, fingía quesus pociones, encantamientos y antídotossalían ya preparados del pequeñocaldero que él llamaba su «cazo de lasuerte». Llegaba gente desde muy lejospara exponerle sus problemas, y el magonunca tenía inconveniente en remover unpoco su cazo y arreglar las cosas.

Ese mago tan querido por todosalcanzó una edad considerable, y almorir le dejó todas sus pertenencias a suúnico hijo. Éste no tenía el mismocarácter que su magnánimo progenitor.En su opinión, quienes no podíanemplear la magia eran seresdespreciables, y muchas veces había

discutido con su padre por la costumbrede éste de proporcionar ayuda mágica asus vecinos.

Tras la muerte del padre, el hijoencontró un paquetito con su nombreescondido en el viejo cazo. Lo abrió conla esperanza de encontrar oro, pero loque encontró fue una blanda zapatilla desuela gruesa, demasiado pequeña paraél. Dentro de esa única zapatilla habíaun trozo de pergamino con este mensaje:«Con la sincera esperanza, hijo mío, deque nunca la necesites.»

El hijo maldijo la debilitada mentede su anciano padre. Luego metió lazapatilla en el caldero y decidió que, a

partir de ese momento, lo utilizaríacomo cubo de basura.

Esa misma noche, una campesinallamó a la puerta.

—A mi nieta le han salido unasverrugas, señor —dijo la mujer—. Supadre preparaba una cataplasmaespecial en ese viejo cazo…

—¡Largo de aquí! —gritó él—. ¡Meimportan un rábano las verrugas de tunieta!

Y le cerró la puerta en las narices.Al instante se oyeron unos fuertes

ruidos metálicos provenientes de lacocina. El mago encendió su varitamágica, se dirigió hacia allí, abrió la

puerta y se llevó una gran sorpresa: alviejo cazo de su padre le había salido unsolo pie de latón, y daba saltos en mediode la habitación produciendo un ruidoespantoso al chocar con las losas delsuelo. El mago se le acercó atónito, peroretrocedió precipitadamente al ver quela superficie del cazo se había cubiertode verrugas.

—¡Repugnante cacharro! —gritó, eintentó lanzarle un hechizodesvanecedor; luego trató de limpiarlomediante magia y, por último, obligarloa salir de la casa.

Sin embargo, ninguno de sushechizos funcionó y el mago no pudo

impedir que el cazo saliera de la cocinadando saltos tras él, ni que lo siguierahasta su dormitorio, golpeteando ycencerreando por la escalera de madera.

No consiguió dormir en toda lanoche por culpa del ruido que hacía elviejo y verrugoso cazo, que permaneciójunto a su cama. A la mañana siguiente,el cazo se empeñó en saltar tras él hastala mesa del desayuno. ¡Cataplum,cataplum, cataplum! No paraba debrincar con su pie de latón, y el mago nisiquiera había empezado a comerse lasgachas de avena cuando volvieron allamar a la puerta.

En el umbral había un anciano.

—Se trata de mi vieja burra, señor—explicó—. Se ha perdido, o me la hanrobado, y como sin ella no puedo llevarmis mercancías al mercado, esta nochemi familia pasará hambre.

—¡Pues yo tengo hambre ahora! —bramó el mago, y le cerró la puerta enlas narices.

¡Cataplum, cataplum, cataplum! Elcazo seguía dando saltos con su únicopie de latón, pero a los ruidos metálicosse añadieron rebuznos de burro ygemidos humanos de hambre que salíande sus profundidades.

—¡Silencio! ¡Silencio! —chillaba elmago, pero ni con todos sus poderes

mágicos consiguió hacer callar alverrugoso cazo, que se pasó todo el díabrincando tras él, rebuznando, gimiendoy cencerreando, fuera a donde fuese ehiciera lo que hiciese su dueño.

Esa noche llamaron a la puerta portercera vez. Era una joven que sollozabacomo si fuera a partírsele el corazón.

—Mi hijo está gravemente enfermo—declaró—. ¿Podría usted ayudarnos?Su padre me dijo que viniera si teníaalgún problema…

Pero el mago le cerró la puerta enlas narices.

Entonces el cazo torturador se llenóhasta el borde de agua salada, y empezó

a derramar lágrimas por toda la casamientras saltaba, rebuznaba, gemía y lesalían más verrugas.

Aunque el resto de la semana ningúnotro vecino fue a pedir ayuda a la casadel mago, el cazo lo mantuvo informadode las numerosas dolencias de losaldeanos.

Pasados unos días, ya no sólorebuznaba, gemía, lagrimeaba, saltaba yle salían verrugas, sino que también seatragantaba y tenía arcadas, llorabacomo un bebé, aullaba como un perro yvomitaba queso enmohecido, leche agriay una plaga de babosas hambrientas.

El mago no podía dormir ni comercon el cazo a su lado, pero éste senegaba a separarse, y él no podíahacerlo callar ni obligarlo a estarsequieto.

Llegó un momento en que el mago yano pudo soportarlo más.

—¡Traedme todos vuestros

problemas, todas vuestras tribulacionesy todos vuestros males! —gritó, y saliócorriendo de la casa en plena noche, conel cazo saltando tras él por el caminoque conducía al pueblo—. ¡Venid!¡Dejad que os cure, os alivie y osconsuele! ¡Tengo el cazo de mi padre ysolucionaré todos vuestros problemas!

Y así, perseguido por el repugnantecazo, recorrió la calle principal de puntaa punta, lanzando hechizos en todasdirecciones.

En una casa, las verrugas de la niñadesaparecieron mientras ella dormía; laburra, que se había perdido en un lejanobrezal, apareció mediante un

encantamiento convocador y se posósuavemente en su establo; el bebéenfermo se empapó de díctamo ydespertó curado y con buen color. Elmago hizo cuanto pudo en cada una delas casas donde alguien padecía algunadolencia o aflicción; y poco a poco, elcazo, que no se había separado de él niun solo momento, dejó de gemir y tenerarcadas y, limpio y reluciente, se quedóquieto por fin.

—Y ahora qué, Cazo —preguntó elmago, tembloroso, cuando empezaba adespuntar el sol.

El cazo escupió la zapatilla que elmago le había metido dentro y dejó que

se la pusiera en el pie de latón. Luego seencaminaron hacia la casa del mago, y elcazo ya no hacía ruido al andar. Pero, apartir de ese día, el mago ayudó a losvecinos como había hecho su padre, portemor a que el cazo se quitara lazapatilla y empezase a saltar otra vez.

Notas de AlbusDumbledore sobre«El mago y el cazosaltarín»

Un anciano y bondadoso mago decidedarle una lección a su despiadado hijohaciéndole probar las miserias humanasde su vecindario. Al joven mago se ledespierta la conciencia y accede aemplear la magia en beneficio de susvecinos muggles. Una fábula sencilla yreconfortante, o eso podría parecer —encuyo caso, uno demostraría ser uninocente papanatas—. ¿Una historia pro-

muggles en que un padre que respeta alos muggles supera en magia a un hijoque los desprecia? Resulta asombrosoque sobreviviera alguna copia de laversión original de este cuento, que nolas arrojaran todas a las llamas.

Beedle no sintonizaba mucho con suscontemporáneos al predicar un mensajede amor fraternal hacia los muggles. Aprincipios del siglo XV, la persecuciónde magos y brujas se estaba agudizandoen toda Europa. Muchos miembros de lacomunidad mágica creían, y no sinmotivos, que ofrecerse para lanzar unhechizo al enfermizo cerdo del vecinomuggle equivalía a recoger

voluntariamente la leña de su propiapira funeraria.1 «¡Que los muggles se lasarreglen sin nosotros!», era el lema deentonces, y los magos fuerondistanciándose cada vez más de sushermanos no mágicos, tendencia queculminó con la creación del EstatutoInternacional del Secreto de los Brujosen 1689, año en que la raza mágicadecidió pasar a la clandestinidad.

Pero los niños son niños, y elgrotesco cazo saltarín había subyugadosu imaginación. La solución consistía enconservar el caldero verrugoso yeliminar el contenido pro-muggles, porlo que hacia mediados del siglo XVI

circulaba otra versión entre las familiasde magos. En la historia revisada, elcazo saltarín protege a un inocente magode sus vecinos, que lo amenazanprovistos de antorchas y horquetas; lospersigue, los aleja de la casa del mago,los atrapa y se los traga enteros. Al finalde la historia, para cuando el cazo se hacomido a todos sus vecinos, el magoobtiene de los pocos aldeanossupervivientes la promesa de dejarlo enpaz para que practique su magia. Acambio, el mago ordena al cazo queentregue a sus víctimas; éste obedece ylas regurgita, y los aldeanos salen sóloligeramente magullados. Incluso hoy en

día, a algunos niños magos sus padres(generalmente anti-muggles) sólo lescuentan la versión revisada de lahistoria; y cuando leen la original, si esque algún día llegan a leerla, se llevanuna gran sorpresa.

Pero como ya he insinuado, elsentimiento pro-muggles no era la únicarazón por la que «El mago y el cazosaltarín» despertaba tanta ira. A medidaque las cazas de brujas se ibanvolviendo más violentas, las familias demagos empezaron a llevar una doblevida y utilizaban encantamientos deocultación para protegerse. En el sigloXVII, todo mago o bruja que

confraternizara con los muggles seconvertía en sospechoso, e incluso en unmarginado dentro de su propiacomunidad. Entre los muchos insultosque recibían las brujas y los magos pro-muggles (jugosos epítetos como«comefango», «chupaboñigas» y«lamemugre» datan de este período)estaba la acusación de poseer una magiadébil o de inferior calidad.

Algunos magos influyentes de laépoca, como Brutus Malfoy, director deEl Brujo en Guerra, un periódico anti-muggles, contribuyeron a perpetuar elestereotipo de que quienes respetaban alos muggles eran tan poco mágicos como

los squibs.2 En 1675, Brutus escribió:

Podemos afirmar con certezaque todo mago que simpaticecon la sociedad de los mugglestiene una inteligencia pobre yuna magia tan débil ylamentable que sólo puedesentirse superior cuando seencuentra rodeado deporqueros muggles.

No existe una señal másindudable de magia débil quetener debilidad por los seres nomágicos y codearse con ellos.

Ese prejuicio acabó desapareciendoante la abrumadora evidencia de quealgunos de los magos más destacadosdel mundo3 eran pro-muggles.

Hay otra objeción a «El mago y elcazo saltarín» aún vigente en ciertossectores. Quizá sea Beatrix Bloxam(1794-1910), autora de los infamesCuentos para leer bajo una seta, quienmejor la haya resumido. La señoraBloxam creía que los Cuentos de Beedleel Bardo eran perjudiciales para losniños por lo que ella llamaba «sumorboso interés por los temas másescabrosos, como la muerte, laenfermedad, el crimen, la magia

siniestra, los personajes desagradables ylas más repugnantes efusiones yerupciones corporales». La señoraBloxam tomó una serie de antiguashistorias, entre ellas algunas de Beedle,y las reescribió de acuerdo con susideales, los cuales, según su parecer,«llenaban las mentes puras de nuestrosangelitos con pensamientos saludables yfelices, manteniendo su dulce sueñolibre de pesadillas y protegiendo lapreciosa flor de su inocencia».

El último párrafo de la pura ypreciosa adaptación de «El mago y elcazo saltarín» de la señora Bloxam reza:

Entonces el cacito dorado sepuso a bailar, feliz —¡yupi,yupi, yupi!—, con sus rosadospiececillos. El pequeñoWillykins había curado el dolorde tripita a todas lasmuñequitas, y el cacito estabatan contento que se llenó decaramelos para el pequeñoWillykins y las muñequitas.

—¡Pero no olvidéis lavaroslos dientecitos! —gritó el cazo.

Y el pequeño Willykinscubrió de besos al cazo saltaríny le prometió que siempreayudaría a las muñequitas y que

nunca volvería a ser tangruñón.

Desde hace varias generaciones, losniños magos siempre reaccionan igualcuando leen el cuento de la señoraBloxam: sufren violentas arcadas yexigen que aparten el libro de ellos y lohagan papilla.

2

La Fuente de a la BuenaFortuna

En lo alto de una colina que se alzaba en

un jardín encantado, rodeado por altosmuros y protegido por poderososhechizos, manaba la fuente de la buenafortuna.

El día más largo del año, durante lashoras comprendidas entre el amanecer yel ocaso, se permitía que un solodesdichado intentara llegar hasta lafuente, bañarse en sus aguas y gozar debuena fortuna por siempre jamás.

El día señalado, antes del alba,centenares de personas venidas de todoslos rincones del reino se congregaronante los muros del jardín. Hombres ymujeres, ricos y pobres, jóvenes yancianos, con poderes mágicos y sin

ellos, se reunieron allí de madrugada,todos confiados en ser el afortunado quelograra entrar en el jardín.

Tres brujas, cada una con su cargade aflicción, se encontraron entre lamultitud y se contaron sus penasmientras aguardaban el amanecer.

La primera, que se llamaba Asha,padecía una enfermedad que ningúnsanador había logrado curar. Confiabaen que la fuente remediara su dolencia yle concediera una vida larga y feliz.

A la segunda, Altheda, un hechiceroperverso le había robado la casa, el oroy la varita mágica. Confiaba en que lafuente reparara su impotencia y su

pobreza.La tercera, Amata, había sido

abandonada por un joven del que estabamuy enamorada, y creía que su corazónnunca se repondría. Confiaba en que lafuente aliviara su dolor y su añoranza.

Tras compadecerse unas de otraspor sus respectivos padecimientos, lastres mujeres decidieron que, si sepresentaba la oportunidad, unirían susesfuerzos y tratarían de llegar juntas a lafuente.

Cuando los primeros rayos de soldesgarraron el cielo, se abrió una grietaen el muro. La multitud se abalanzóhacia allí; todos reivindicaban a gritos

su derecho a recibir la bendición de lafuente. Unas enredaderas que crecían enel jardín, al otro lado del muro,serpentearon entre la muchedumbre y seenroscaron alrededor de la primerabruja, Asha. Ésta agarró por la muñeca ala segunda bruja, Altheda, quien a su vezse aferró a la túnica de la tercera,Amata.

Y Amata se enganchó en la armadurade un caballero de semblante triste queestaba allí montado en un flaco rocín.

La enredadera tiró de las tres brujasy las hizo pasar por la grieta del muro, yel caballero cayó de su montura y se vioarrastrado también.

Los furiosos gritos de la defraudadamuchedumbre inundaron la mañana, peroal cerrarse la grieta todos guardaronsilencio.

Asha y Altheda se enfadaron conAmata, porque sin querer habíaarrastrado a aquel caballero.

—¡En la fuente sólo puede bañarseuna persona! ¡Como si no fuera bastantedifícil decidir cuál de las tres se bañará!¡Sólo falta que añadamos uno más!

Sir Desventura, como era conocidoel caballero en aquel reino, se percatóde que las tres mujeres eran brujas. Portanto, como él no sabía hacer magia nitenía ninguna habilidad especial que lo

hiciera destacar en las justas o losduelos con espada, ni nada por lo quepudieran distinguirse los hombres nomágicos, se convenció de que noconseguiría llegar antes que ellas a lafuente. Así pues, declaró sus intencionesde retirarse al otro lado del muro.

Al oír eso, Amata también se enfadó.—¡Hombre de poca fe! —lo

reprendió—. ¡Desenvaina tu espada,caballero, y ayúdanos a lograr nuestroobjetivo!

Y así fue como las tres brujas y eltaciturno caballero empezaron aadentrarse en el jardín encantado,donde, a ambos lados de los soleados

senderos, crecían en abundanciaextrañas hierbas, frutas y flores. Noencontraron ningún obstáculo hasta quellegaron al pie de la colina en cuya cimase encontraba la fuente.

Pero allí, enroscado alrededor delpie de la colina, había un monstruosogusano blanco, abotagado y ciego. Alacercarse las brujas y el caballero, el

gusano volvió su asquerosa cara haciaellos y pronunció estas palabras:

Entregadme la prueba devuestro dolor.

Sir Desventura desenvainó la espadae intentó acabar con la bestia, pero lahoja se partió. Entonces Altheda le tirópiedras al gusano, mientras Asha yAmata le lanzaban todos los hechizosque conocían para inmovilizarlo odormirlo, pero el poder de sus varitasmágicas no surtía más efecto que laspiedras de su amiga o la espada delcaballero, y el gusano no los dejaba

pasar.El sol estaba cada vez más alto y

Asha, desesperada, rompió a llorar.Entonces el enorme gusano acercó su

cara a la de Asha y se bebió laslágrimas que resbalaban por susmejillas. Cuando hubo saciado su sed,se apartó deslizándose suavemente y seescondió en un agujero del suelo.

Las tres brujas y el caballero,alegres porque el gusano habíadesaparecido, empezaron a escalar lacolina, convencidos de que llegarían ala fuente antes del mediodía.

Pero cuando se encontraban hacia lamitad de la empinada ladera, vieron

unas palabras escritas en el suelo:

Entregadme el fruto de vuestrosesfuerzos.

Sir Desventura sacó la única monedaque tenía y la puso sobre la ladera,cubierta de hierba; pero la moneda echóa rodar y se perdió. Los cuatro siguieronascendiendo, pero, aunque caminaronvarias horas, no avanzaban ni un solometro: la cumbre no estaba más cerca yseguían teniendo delante aquellainscripción en el suelo.

Estaban muy desanimados, porque elsol ya había pasado por encima de sus

cabezas y empezaba a descender haciael lejano horizonte. No obstante, Althedaandaba más deprisa y con paso másdecidido que los demás, y los instó aque siguieran su ejemplo, aunque noparecía que con ello fueran a alcanzar lacumbre de la colina encantada.

—¡Ánimo, amigos! ¡No os rindáis!—los exhortó secándose el sudor de lafrente.

Cuando las relucientes gotas desudor cayeron al suelo, la inscripciónque les cerraba el paso se esfumó ycomprobaron que ya podían continuarsubiendo.

Alentados por la superación de ese

segundo obstáculo, siguieron hacia lacima tan deprisa como les era posible,hasta que por fin vislumbraron la fuente,que destellaba como un cristal en mediode una enramada de árboles y flores.

Sin embargo, antes de llegarencontraron un arroyo que discurríaalrededor de la cumbre cerrándoles elpaso. En el fondo del arroyo, de aguastransparentes, había una piedra lisa conesta inscripción:

Entregadme el tesoro de vuestropasado.

Sir Desventura intentó cruzar el

arroyo tumbado sobre su escudo, peroéste se hundió. Las tres brujas loayudaron a salir del agua y luegointentaron saltar a la otra orilla, pero elarroyo no se dejaba cruzar, y mientrastanto el sol seguía descendiendo más ymás.

Así que se pusieron a reflexionarsobre el significado del mensaje escritoen la piedra, y Amata fue la primera enentenderlo. Agarró su varita, extrajo desu mente todos los recuerdos demomentos felices compartidos con eljoven del que estaba enamorada y que lahabía abandonado, y los vertió en elagua. La corriente se llevó sus recuerdos

y en el arroyo aparecieron unas piedrasque formaban un sendero. De ese modo,las tres brujas y el caballero pudieroncruzar por fin al otro lado y alcanzar lacima de la colina.

La fuente brillaba ante ellos, entrehierbas y flores de una belleza y unarareza extraordinarias. El cielo se habíateñido de rojo rubí. Había llegado elmomento de decidir quién de ellos sebañaría en la fuente.

Pero, antes de que tomaran esadecisión, la frágil Asha cayó al suelo.Extenuada por la agotadora escalada,estaba a punto de morir.

Sus tres amigos la habríanconducido hasta la fuente, pero Asha,agonizante, les suplicó que no la

tocaran.Entonces Altheda se apresuró a

recoger todas las hierbas que leparecieron útiles, las mezcló en lacalabaza donde sir Desventura llevabael agua y le dio a beber la poción aAsha.

Entonces Asha se incorporó y alcabo de un instante ya se tenía en pie.Más aún, todos los síntomas de suterrible enfermedad habíandesaparecido.

—¡Estoy curada! —exclamó—. ¡Yano necesito bañarme en la fuente! ¡Quese bañe Altheda!

Pero ésta se encontraba muy

entretenida recogiendo más hierbas ensu delantal.

—¡Si puedo curar esa enfermedad,ganaré muchísimo oro! —exclamó—.¡Que se bañe Amata!

Sir Desventura hizo una reverenciainvitando a Amata a acercarse a lafuente, pero ella negó con la cabeza. Elarroyo había hecho desaparecer toda laañoranza que sentía por su amado, y depronto comprendió que aquel jovenhabía sido cruel y desleal y que enrealidad debía alegrarse de haberselibrado de él.

—Buen señor, sois vos quien debebañarse, como recompensa por vuestra

caballerosidad —dijo entonces.Haciendo sonar su armadura, el

caballero avanzó bajo los últimos rayosdel sol poniente y se bañó en la fuentede la buena fortuna, asombrado de ser elelegido entre centenares de personas ysin dar crédito a su gran suerte.

Cuando el sol se ocultaba tras elhorizonte, sir Desventura emergió de lasaguas luciendo todo el esplendor de sutriunfo y se arrojó con su herrumbrosaarmadura a los pies de Amata, que era lamujer más buena y más hermosa quejamás había conocido. Exaltado por eléxito, le suplicó que le entregara sucorazón, y Amata, tan embelesada como

él, comprendió que por fin habíaencontrado a un hombre digno de ella.

Las tres brujas y el caballerobajaron juntos de la colina, agarradosdel brazo, y los cuatro tuvieron una vidalarga y feliz, y ninguno de ellos supo nisospechó jamás que en las aguas deaquella fuente no había ningúnsortilegio.

Notas de AlbusDumbledore sobre«La fuente de labuena fortuna»

«La fuente de la buena fortuna» es unode los relatos preferidos de todos lostiempos, a tal punto que fue objeto delúnico intento de incluir una comediamusical en las celebraciones navideñas

de Hogwarts.Nuestro entonces maestro de

Herbología, el profesor Herbert Beery,4

gran aficionado al teatro amateur,propuso deleitar a profesores y alumnoscon una adaptación navideña de estecuento infantil tan entrañable. En aquellaépoca yo era un joven maestro deTransformaciones, y Herbert me encargólos «efectos especiales», que incluíanuna fuente de la buena fortuna de la quemanaría agua de verdad y una herbosacolina en miniatura por la que pareceríaque caminaran nuestros cuatro héroes, yque iría hundiéndose lentamente en elescenario hasta perderse de vista.

Creo poder afirmar, sin pecar devanidoso, que tanto mi fuente como micolina desempeñaron dignamente elpapel asignado. Es una lástima que no sepudiera decir lo mismo del resto delelenco. Dejando aparte, de momento, lastrastadas del gigantesco «gusano» quenos proporcionó el profesor SilvanusKettleburn, maestro de Cuidado deCriaturas Mágicas, el elemento humanoresultó desastroso para la obra. Elprofesor Beery, que dirigía la función,había cometido el error de ignorar losenredos emocionales que sedesarrollaban ante sus propias narices.No sabía que los alumnos que

interpretaban a Amata y el caballerohabían sido novios hasta una hora antesde alzarse el telón, momento en el cual«sir Desventura» decidió declararle suafecto a «Asha».

Basta con decir que nuestrosbuscadores de buena fortuna nuncaalcanzaron la cumbre de la colina. Nadamás alzarse el telón, el «gusano» delprofesor Kettleburn —que resultó seruna ashwinder5 a la que habían hecho unencantamiento aumentador— explotócon una lluvia de chispas y polvo y llenóel Gran Comedor de humo y fragmentosdel escenario. Mientras los enormes yabrasadores huevos que la ashwinder

había puesto al pie de mi colinaprendían fuego a las tablas del suelo,«Amata» y «Asha» se volvieron unacontra la otra y empezaron a batirse enduelo, con tal fiereza que el profesorBeery quedó atrapado en el fuegocruzado, y los maestros tuvieron queevacuar el Gran Comedor, pues elincendio declarado en el escenarioamenazaba con extenderse y envolverlotodo en llamas. El espectáculo de esanoche terminó con una enfermeríaatestada de gente. Pasaron meses hastaque el Gran Comedor dejó de oler ahumo, pero la cabeza del profesor Beerytardó aún más en recuperar sus

proporciones normales, y al profesorKettleburn lo relevaron del período deprueba.6 El director Armando Dippetprohibió cualquier tipo de comediamusical navideña, y hasta hoy Hogwartssiempre ha mantenido esa prohibición,que se ha convertido en toda unatradición.

Pese a nuestro fracaso teatral,probablemente «La fuente de la buenafortuna» sea el cuento de Beedle másfamoso, si bien tiene sus detractores, aligual que «El mago y el cazo saltarín».Más de un padre ha exigido que se retireese cuento en particular de la bibliotecade Hogwarts, entre ellos —¡qué

coincidencia!— un descendiente deBrutus Malfoy y en su día miembro delConsejo Escolar de Hogwarts, el señorLucius Malfoy. Éste me propuso laproscripción de la historia en una misivaque rezaba:

Toda obra de ficción o de no-ficción que mencione el cruceentre magos y muggles deberíaser retirada de las estanteríasde Hogwarts. No quiero que mihijo reciba influencias quepuedan llevarlo a mancillar lapureza de su linaje, y por esemotivo impediré que lea

historias que fomenten losmatrimonios entre magos ymuggles.

Mi negativa a retirar el libro de labiblioteca fue respaldada por la mayoríadel Consejo Escolar. Escribí al señorMalfoy explicándole los motivos de midecisión:

Las llamadas familias «desangre limpia» mantienen supresunta pureza repudiando,desterrando o mintiendo acercade los muggles y los hijos demuggles que aparecen en sus

árboles genealógicos. Y despuéspretenden endilgarnos suhipocresía a los demás,pidiéndonos que proscribamosobras que tratan de lasverdades que ellos niegan. Noexisten un solo mago ni unasola bruja cuya sangre no estémezclada con la de los muggles,y por tanto considero ilógico einmoral retirar del acervo deconocimiento de nuestrosalumnos obras que versan sobreese asunto.7

Este intercambio marcó el inicio de

la larga campaña del señor Malfoy paraque me apartaran del cargo de directorde Hogwarts, y el de la mía paraapartarlo a él de su posición deMortífago Favorito de lord Voldemort.

3

El Corazón Peludo delBrujo

Érase una vez un joven brujo atractivo,rico y con talento que observó cómo susamigos se comportaban como idiotascuando se enamoraban: retozaban comocríos, se acicalaban y perdían el apetitoy la dignidad. Así pues, decidió no caernunca en esa debilidad y empleó lasartes oscuras para evitarlo.

La familia del brujo, que ignoraba susecreto, se sonreía al verlo tan frío ydistante.

—Todo cambiará el día que quedeprendado de una doncella —profetizaban.

Pero el joven brujo no quedabaprendado de nadie. Pese a que más de

una doncella sentía intriga por su altivosemblante y utilizaba sus encantos mássutiles para complacerlo, ningunaconsiguió cautivar su corazón. El brujose vanagloriaba de su propiaindiferencia y de la sagacidad que lahabía producido.

Transcurridos los primeros años dela juventud, los amigos del brujoempezaron a casarse y, más adelante, atener hijos.

«Sus corazones deben de estarresecos como cáscaras por culpa de loslloriqueos de esos crios», se burlaba elbrujo para sus adentros mientrasobservaba las payasadas de aquellos

jóvenes padres.Y, una vez más, se felicitaba por la

sabia decisión que tomara en su día.A su debido tiempo, los ancianos

padres del brujo fallecieron. Pero ésteno lloró su muerte; al contrario, sealegró de ella, porque ahora reinaríasolo en el castillo. Había guardado sumayor tesoro en la mazmorra másrecóndita, y así pudo entregarse a unavida de lujo y desahogo, en la que sucomodidad era el único objetivo de losnumerosos sirvientes que lo rodeaban.

El brujo estaba seguro de queprovocaba una inmensa envidia a todoscuantos contemplaban su espléndida y

apacible soledad; por eso sintió una iray un disgusto tremendos cuando, un día,oyó a dos de sus lacayos hablando de suamo.

El primer criado expresó la penaque sentía por él, pues pese a toda suriqueza y poder seguía sin tener a nadieque lo amara.

Pero su compañero, riendo conburla, le preguntó por qué creía que unhombre con tanto oro y dueño de tangrandioso castillo no había conseguidouna esposa.

Esas palabras asestaron un durogolpe al orgullo del brujo.

Así pues, decidió esposarse de

inmediato con una mujer que fuerasuperior a todas las demás. Tenía queposeer una belleza deslumbrante, paradespertar la envidia y el deseo de todohombre que la contemplara; descenderde un linaje mágico, para que sus hijosheredaran dones extraordinarios; yposeer una riqueza como mínimoequiparable a la suya, para así continuarcon su cómoda existencia pese alaumento de los gastos domésticos.

El brujo podría haber tardadocincuenta años en encontrar a una mujerasí, pero resultó que el día después detomar la decisión de buscarla, unadoncella que cumplía todos los

requisitos llegó a la región para visitar aunos parientes.

Era una bruja de una habilidadprodigiosa y poseía una gran fortuna enoro. Su belleza era tal que cautivaba elcorazón de todos los hombres que lamiraban; es decir, de todos los hombresexcepto uno: el corazón del brujo nosentía absolutamente nada. Aun así, ellaera el premio que él buscaba, de modoque empezó a cortejarla.

Quienes se percataron de su cambiode actitud se asombraron, y le dijeron ala doncella que había logrado aquello enlo que centenares de mujeres habíanfracasado.

La joven también se sentía fascinaday, al mismo tiempo, repelida por lasatenciones que le dedicaba el brujo.Jamás había conocido a un hombre tanraro y distante, y percibía la frialdadque yacía bajo la ternura de sus lisonjas.Sin embargo, sus parientes opinaban queesa unión era muy conveniente y,deseosos de fomentarla, aceptaron lainvitación del brujo al gran banquete queorganizó en honor de la doncella.

La mesa, repleta de plata y oro, fueservida con los mejores vinos y losmanjares más deliciosos. Unostrovadores tocaban laúdes con cordajede seda y cantaban canciones sobre un

amor que su amo nunca había sentido. Ladoncella estaba sentada en un trono juntoal brujo, quien, en voz baja, le dedicabatiernas palabras que había escamoteadoa los poetas sin tener la menor idea desu verdadero significado.

La doncella escuchabadesconcertada, y al final replicó:

—Hablas muy bien, Brujo, y meencantarían tus halagos si pensara quetienes corazón.

El anfitrión sonrió y le aseguró queno debía preocuparse por eso. Le pidióque lo acompañara. Ambos salieron delsalón donde se celebraba el banquete yél la condujo hasta la mazmorra donde

guardaba su mayor tesoro.Allí, en un cofre encantado de

cristal, reposaba el corazón del brujo.Como llevaba mucho tiempodesconectado de los ojos, los oídos ylos dedos, nunca lo había estremecido labelleza, una voz cantarina o el tacto deuna piel tersa. Al verlo, la doncella sehorrorizó, pues el corazón estabamarchito y cubierto de largo pelo negro.

—Pero ¿qué has hecho? —selamentó—. ¡Devuélvelo a su sitio, te losuplico!

El brujo comprendió que debíacomplacer a la joven. Así que sacó suvarita mágica, abrió el cofre de cristal,

se hizo untajo en elpecho ydevolvió elpeludocorazón a lavacíacavidadoriginal.

—¡Yaestás curadoy ahora conocerás el amor verdadero!—exclamó la doncella, radiante, y loabrazó.

La caricia de sus suaves y blancosbrazos, el susurro de su aliento y la

fragancia de su espesa cabellera rubiatraspasaron como lanzas el corazónrecién despertado del brujo. Pero en laoscuridad del largo exilio a que lohabían condenado se había vueltoextraño, ciego y salvaje, y le surgieronunos apetitos poderosos y perversos.

Los invitados al banquete se habíanpercatado de la ausencia de su anfitrióny la doncella. Al principio no sepreocuparon, pero al pasar las horasempezaron a inquietarse, y al finaldecidieron ir en su busca.

Recorrieron todo el castillo yencontraron la mazmorra, donde losaguardaba una escena espantosa.

La doncella yacía muerta en el suelo,con el pecho abierto; agachado a su ladoestaba el brujo, desquiciado ysosteniendo en una mano un grancorazón rojo, reluciente, liso yensangrentado. Lamía y acariciaba esecorazón mientras juraba que locambiaría por el suyo.

En la otra mano sostenía su varitamágica, con la que intentaba extraerse elcorazón marchito y peludo. Pero elcorazón peludo era más fuerte que elbrujo, y se negaba a desconectarse desus sentidos y volver al cofre dondehabía pasado tanto tiempo encerrado.

Ante las horrorizadas miradas de sus

invitados, el brujo dejó la varita y asióuna daga de plata. Y tras jurar que nuncase dejaría gobernar por su corazón, se losacó del pecho a cuchilladas.

Entonces se quedó un momentoarrodillado, triunfante, con un corazónen cada mano, y a continuación sedesplomó sobre el cadáver de ladoncella y murió.

Notas de AlbusDumbledore sobre«El corazón peludodel brujo»

Como ya hemos visto, los dos primeroscuentos de Beedle recibieron críticaspor tratar de la generosidad, latolerancia y el amor. En cambio, «Elcorazón peludo del brujo» no parece

haber sido modificado ni objeto demuchas críticas desde su primerapublicación, hace centenares de años; lahistoria que yo leí en las runasoriginales era casi exacta a la que mehabía contado mi madre. Dicho esto, «Elcorazón peludo del brujo» es, condiferencia, el relato más truculento deBeedle, y muchos padres no locomparten con sus hijos hasta que creenque éstos son lo bastante mayores parano tener pesadillas.8

¿A qué se debe, pues, que esteespeluznante cuento se hayaconservado? Podríamos argumentar queha sobrevivido intacto a lo largo de los

siglos porque habla de lo más oscuroque todos albergamos en lo másprofundo de nuestro ser. Trata de una delas mayores y menos reconocidastentaciones de la magia: la búsqueda dela invulnerabilidad.

Esa búsqueda no es más que unaabsurda fantasía, desde luego. Jamás haexistido hombre o mujer, mágico o no,que nunca haya sufrido ninguna clase deherida, ya sea física, mental oemocional. Sufrir es tan humano comorespirar. Sin embargo, los magosparecemos especialmente propensos acreer que podemos modelar laexistencia a nuestro antojo. El joven

brujo9 de esta historia, por ejemplo,decide que enamorarse perjudicaría sucomodidad y su seguridad. Concibe elamor como una humillación, unadebilidad, un despilfarro de los recursosemocionales y materiales de la persona.

El arraigado comercio de filtros deamor demuestra que nuestro mago deficción no es el único que pretendecontrolar el impredecible curso delamor. La búsqueda de una poción deamor verdadero10 continúa hoy en día,pero nadie ha conseguido todavíaelaborar semejante elixir, y losfabricantes de pociones másreconocidos dudan que tal cosa sea

posible.Sin embargo, al héroe de este cuento

ni siquiera le interesa un simulacro deamor que él pueda crear o destruir a suantojo. Quiere permanecer siempreinmune a lo que considera una especiede enfermedad, y por eso realiza unamagia oscura que resultaría imposiblefuera de un libro de cuentos: encierra supropio corazón bajo llave.

Muchos autores han señalado lasemejanza de este acto con la creaciónde un Horrocrux. Pese a que el héroe deBeedle no pretende evitar la muerte, esobvio que lo que hace es dividir algoque no debe dividirse —en este caso, el

cuerpo y el corazón, en lugar del alma—, y al hacerlo infringe la primera delas Leyes Fundamentales de la Magia deAdalbert Waffling:

Sólo debe tantear los másprofundos misterios —el origende la vida, la esencia del yo—quien esté preparado para lasconsecuencias más extremas ypeligrosas.

Y en efecto, al intentar convertirseen sobrehumano, ese joven insensato seconvierte en inhumano. El corazón queha encerrado se marchita lentamente y le

crece pelo, lo que simboliza su propiodescenso a la animalidad. Al final quedareducido a una bestia violenta queobtiene lo que quiere por la fuerza, ymuere en un vano intento de recuperar loque ya está fuera de su alcance parasiempre: un corazón humano.

Aunque un tanto anticuada, laexpresión «tener el corazón peludo» seha conservado en el lenguaje coloquialmágico para describir a un mago o unabruja frío e insensible. Mi tía soltera,Honoria, siempre alegaba que habíaanulado su compromiso con un mago dela Oficina Contra el Uso Indebido de laMagia porque descubrió a tiempo que

«tenía el corazón peludo». (Sinembargo, se rumoreaba que habíadescubierto al mago acariciando unoshorklumps,11 lo que le pareció horrible eintolerable.) Más recientemente, el librode autoayuda El corazón peludo: guíapara los magos incapaces decomprometerse12 se ha situado en losprimeros puestos de las listas debestsellers.

4

Babbitty Rabbitty y suCepa Carcajeante

Hace mucho tiempo, en una región muylejana vivía un rey idiota que decidióque sólo él debía ejercer el poder de lamagia.

Así pues, ordenó al comandante desu ejército que formara una Brigada deCazadores de Brujas y le proporcionóuna jauría de feroces sabuesos negros.Al mismo tiempo, hizo leer estaproclama en todos los pueblos yciudades de su reino: «El rey busca uninstructor de magia.»

No hubo ningún mago ni ningunabruja que osara ofrecerse voluntariopara ocupar ese puesto, porque todos sehabían escondido para evitar ser

capturados por la Brigada de Cazadoresde Brujas.

Pero un astuto charlatán sin poderesmágicos vio una oportunidad paraenriquecerse; se presentó en el palacio ydeclaró ser un mago de portentosahabilidad. Para demostrarlo, realizóunos sencillos trucos con los queconvenció al rey idiota de sus poderesmágicos. De inmediato fue nombradoHechicero Mayor y Profesor Particularde Magia del Rey.

Entonces el charlatán pidió al reyque le diera un gran saco lleno de oropara comprar varitas y otros artículosmágicos indispensables. También le

pidió unos rubíes, grandes a ser posible,que utilizaría para realizarencantamientos curativos, y un par decálices de plata donde guardar ymadurar sus pociones. El rey idiota se loproporcionó todo.

El charlatán escondió el tesoro en sucasa y regresó al palacio.

No sabía que una anciana que vivíaen una casucha aledaña a los jardinesreales estaba observándolo. Se llamabaBabbitty, y era la lavandera encargadade que la ropa de cama del palacioestuviera siempre suave, blanca yperfumada. Asomándose por detrás deunas sábanas tendidas, Babbitty vio

cómo el charlatán partía dos ramitas deun árbol antes de entrar en el palacio.

El charlatán entregó una de lasramitas al rey y le aseguró que era unavarita mágica de formidable poder.

—Pero sólo funcionará cuando seáisdigno de ella —añadió.

Todas las mañanas, el charlatán y elrey idiota salían a los jardines delpalacio, donde agitaban sus varitas ygritaban tonterías al cielo. El charlatánrealizó unos trucos más, para que elmonarca siguiera convencido de la grandestreza de su Hechicero Mayor y delpoder de aquellas varitas que tanto orole habían costado.

Una mañana, mientras ambosagitaban las ramitas, brincabandescribiendo círculos y gritaban versossin sentido, llegaron a oídos del rey unasfuertes risotadas. Babbitty, la lavandera,estaba observándolos desde la ventanade su casucha, y reía tan fuerte que notardó en desaparecer de la vista, porquelas piernas no la sostenían.

—¡Debo de ofrecer un aspectoridículo para que una vieja lavandera ríade esa forma! —dijo el rey. Dejó de darbrincos y agitar la varita y frunció elentrecejo—. ¡Estoy cansado de tantopracticar! ¿Cuándo podré realizarhechizos ante mis súbditos, Hechicero

Mayor?El charlatán trató de tranquilizar a su

pupilo asegurándole que pronto podríaexhibir un sinfín de asombrososencantamientos, pero no comprendió quelas risotadas de Babbitty habían heridoal rey en lo más profundo.

—¡Mañana invitaremos a nuestracorte a ver cómo su rey realiza magia!—dispuso el monarca.

El charlatán comprendió que habíallegado el momento de recoger su tesoroy marcharse lejos de allí.

—¡Ay, majestad! ¡Eso es imposible!¡Había olvidado deciros que mañanadebo emprender un largo viaje!

—¡Si abandonas este palacio sin mipermiso, Hechicero Mayor, mi Brigadade Cazadores de Brujas te perseguirácon sus sabuesos! ¡Mañana por lamañana me ayudarás a realizar magiaante mis cortesanos, y si alguien se ríede mí, ordenaré que te corten la cabeza!

Y, furioso, el rey se dirigió alcastillo. El charlatán se quedó solo yasustado. Su astucia ya no lograríasalvarlo, porque no podía huir, y aunmenos ayudar al rey a hacer una magiaque ninguno de los dos tenía capacidadde realizar.

Con intención de desahogar su temory su ira, el charlatán se acercó a la

ventana de Babbitty, la lavandera. Seasomó al interior y vio a la ancianasentada a la mesa, sacándole brillo a unavarita mágica. Detrás de ella, en unrincón, las sábanas del rey se lavabansolas en una tina de madera.

El charlatán se percató de inmediatode que Babbitty era una bruja auténtica,y de que ella, que era la causante de sugrave problema, también podríasolucionarlo.

—¡Bruja miserable! —bramó—.¡Tus carcajadas me van a costar muycaras! ¡Si no me ayudas, te denunciarépor bruja y será a ti a quien despedacenlos sabuesos del rey!

La anciana Babbitty sonrió y leaseguró que haría cuanto pudiera paraayudarlo.

El charlatán le ordenó que seescondiera en un arbusto mientras el reyhacía su exhibición de magia, y querealizara los hechizos en su lugar sin queél se enterara. Babbitty accedió acumplir esa petición, pero le hizo unapregunta:

—¿Qué pasará, señor, si el reyintenta realizar un hechizo que Babbittyno pueda ejecutar?

El charlatán rió con burla yrespondió:

—Es imposible que la imaginación

de ese idiota supere tu magia —latranquilizó, y se retiró al castillo,satisfecho de su agudo ingenio.

A la mañana siguiente, todos loscortesanos y cortesanas del reino secongregaron en los jardines del palacio.El rey subió con el charlatán a unatarima que habían instalado allí para laocasión.

—¡Primero haré desaparecer elsombrero de esa dama! —exclamó elmonarca, y apuntó con su ramita a unacortesana.

Desde un arbusto cercano, Babbittyapuntó con su varita mágica al sombreroy lo hizo desaparecer. El público quedó

sumamente asombrado y admirado, yaplaudió con entusiasmo al jubiloso rey.

—¡Y ahora haré que mi caballovuele! —gritó éste, y apuntó a su corcelcon la ramita.

Desde el arbusto, Babbitty apuntócon su varita al caballo, que se elevópor los aires.

El público, entusiasmado ymaravillado con las habilidades mágicasde su rey, profirió exclamaciones de

admiración.—Y ahora… —anunció el rey

mirando alrededor en busca de algo.Entonces el capitán de su Brigada de

Cazadores de Brujas se acercó a él.—¡Majestad —dijo—, esta misma

mañana Sabre ha muerto tras comerseuna seta venenosa! ¡Devolvedle la vida,majestad, con vuestra varita mágica!

Y a continuación, el capitán subió ala tarima el cuerpo sin vida del mayorsabueso cazabrujas.

El rey idiota enarboló su ramita yapuntó al perro muerto. Pero en elarbusto, Babbitty sonrió y no se molestóen levantar su varita, porque no existe

magia capaz de resucitar a los muertos.Al ver que el perro no se movía, el

público empezó a susurrar, y luego areír. Todos sospecharon que las dosprimeras hazañas del rey no habían sidomás que trucos.

—¿Por qué no funciona? —le gritóel rey al charlatán, y éste tuvo querecurrir a la única artimaña que lequedaba.

—¡Allí, majestad, allí! —gritóseñalando el arbusto donde estabaescondida Babbitty—. ¡La veoperfectamente! ¡Una bruja perversa estábloqueando vuestra magia con suspropios hechizos! ¡Apresadla! ¡Que no

escape!Babbitty salió corriendo del arbusto

y la Brigada de Cazadores de Brujas fueen su persecución, soltando a sussabuesos, que ladraban enloquecidos.Pero la bruja se esfumó tras un seto, ycuando el rey, el charlatán y loscortesanos llegaron al otro lado del seto,encontraron a la jauría de sabuesosladrando y escarbando alrededor de unárbol viejo y retorcido.

—¡Se ha convertido en árbol! —gritó el charlatán, y temiendo queBabbitty recobrara su forma humana y lodelatara, añadió—: ¡Cortadlo, majestad,eso es lo que hay que hacer con las

brujas perversas!Llevaron sin tardanza un hacha y

cortaron el viejo árbol en medio de lasovaciones de los cortesanos y elcharlatán.

Sin embargo, cuando se disponían avolver al palacio, oyeron unas fuertescarcajadas. Se pararon y se dieron lavuelta.

—¡Necios! —gritó la voz deBabbitty, que salía de la cepa quehabían dejado atrás—. ¡A un mago no selo puede matar cortándolo por la mitad!¡Si no me creéis, agarrad ese hacha ycortad en dos al Hechicero Mayor!

El capitán de los Cazadores deBrujas se dispuso a realizar el

experimento sin más, pero en cuantoalzó el hacha, el charlatán cayó derodillas pidiendo clemencia y confesótoda su perfidia. Se lo llevaron a rastrasa las mazmorras, y la cepa rió aún másfuerte que antes.

—¡Al partir a una bruja por la mitad,habéis hecho caer una terrible maldiciónsobre vuestro reino! —le dijo la cepa alpetrificado rey—. ¡A partir de ahora,cada vez que inflijáis un castigo o lecauséis una penalidad a un mago o unabruja, notaréis como si os asestaran unhachazo en el costado, y sentiréis undolor tan terrible que sólo desearéismorir!

Al oír eso, el rey se arrodillótambién, y le dijo a la cepa que emitiríade inmediato una proclama paraproteger a todos los magos y brujas delreino, de modo que pudieran practicarsu magia en paz.

—Eso está muy bien —repuso lacepa—, pero todavía no habéis reparadoel daño que le habéis causado aBabbitty.

—¡Pídeme lo que quieras! ¡Harécualquier cosa! —gritó el rey idiotaretorciéndose las manos ante la cepa.

—Levantaréis una estatua deBabbitty y la pondréis encima de mí, enmemoria de vuestra pobre lavandera y

para que siempre recordéis vuestraestupidez —dijo la cepa.

El rey accedió sin vacilar, yprometió contratar al escultor másimportante del reino para que erigierauna estatua de oro macizo. Acontinuación, el avergonzado rey y todoslos cortesanos volvieron al palacio, ydejaron a la cepa riendo a carcajadas.

Cuando los jardines quedarondesiertos, de un agujero que había entrelas raíces de la cepa salió un robusto ybigotudo conejo con una varita mágicaentre los dientes. Babbitty abandonó losjardines dando brincos y se marchó muylejos; y allí, sobre la cepa, fue colocada

una estatua de oro de una lavandera, y enese reino nunca volvieron a perseguir aningún mago ni a ninguna bruja.

Notas de AlbusDumbledore sobre«Babbitty Rabbittyy su cepa carcajeante»

La historia de «Babbitty Rabbitty y sucepa carcajeante» es, en muchosaspectos, el más «verídico» de loscuentos de Beedle, porque la magiadescrita en ella se ajusta casi por

completo a las leyes mágicas conocidas.Gracias a esta historia, muchos de

nosotros descubrimos que la magia nopodía revivir a los muertos. Eso nosprodujo un gran disgusto y una granconmoción, pues de pequeños estábamosconvencidos de que nuestros padrespodrían resucitar a nuestras ratas ynuestros gatos muertos con una sacudidade sus varitas. Pese a que hantranscurrido seis siglos desde queBeedle escribiera este cuento, y aunquehemos ideado innumerables maneras demantener la ilusión de la permanencia denuestros seres queridos,13 los magostodavía no han encontrado la forma de

volver a unir el cuerpo y el almadespués de la muerte. Como escribe eleminente filósofo mágico Bertrand dePensées-Profondes en su famosa obraAnálisis de la posibilidad de invertirlos efectos físicos y metafísicos de lamuerte natural, con especial atención ala reintegración de la esencia y lamateria: «Olvidémoslo. Nunca loconseguiremos.»

En el cuento de Babbitty Rabbitty,sin embargo, encontramos una de lasmás tempranas referencias literarias a unanimago, ya que Babbitty posee lainusual habilidad mágica detransformarse en animal a su antojo.

Los animagos constituyen unapequeña parte de la población mágica.Conseguir una transformación perfecta yespontánea de humano a animal requieremucho estudio y mucha paciencia, y lamayoría de los magos y brujas consideraque hay cosas mejores en que emplear eltiempo. Por supuesto que la aplicaciónde ese talento está limitada acircunstancias en que uno tenga una grannecesidad de disfrazarse u ocultarse.Por ese motivo, el Ministerio de Magiaha insistido en crear un registro deanimagos, pues no cabe duda de que estaclase de magia resulta de mucha másutilidad para las personas que se

dedican a actividades subrepticias,clandestinas o incluso criminales.14

Podemos poner en duda queexistiera alguna vez una lavandera quese transformara en conejo; sin embargo,algunos historiadores mágicos hansugerido que Beedle modeló a Babbittyinspirándose en la famosa hechiceraLisette de Lapin, condenada por brujeríaen París en 1422. Para gran perplejidadde sus guardianes muggles, que mástarde fueron juzgados por ayudarla aescapar, Lisette desapareció de su celdala noche antes de su ejecución. Pese aque nunca se ha demostrado que fuerauna animaga ni que consiguiera

escurrirse entre los barrotes de laventana de su celda, posteriormentevieron a un conejo blanco cruzando elcanal de la Mancha en un caldero al quele habían puesto una vela, y más tarde unconejo parecido se convirtió en lealconsejero de la corte del rey EnriqueVI.15

El rey del cuento de Beedle es unmuggle estúpido que codicia y teme lamagia. Cree que podrá convertirse enmago simplemente aprendiendo conjurosy agitando una varita mágica.16 Ignorapor completo la verdadera naturaleza dela magia y los magos, y por eso se tragalas ridiculas sugerencias del charlatán y

de Babbitty. Eso es típico, desde luego,de una particular forma de pensar de losmuggles: en su ignorancia, estándispuestos a aceptar toda clase deimposibles acerca de la magia, incluidala proposición de que Babbitty se haconvertido en un árbol capaz de pensar yhablar. (Con todo, llegados a este puntoconviene señalar que si bien Beedleutiliza el truco del árbol parlante paramostrarnos la ignorancia del rey muggle,también nos pide que creamos queBabbitty puede hablar cuando adoptaforma de conejo. Podría tratarse de unalicencia poética, pero creo que lo másprobable es que Beedle sólo hubiera

oído hablar de los animagos, sin haberconocido a ninguno, pues ésa es la únicalibertad que se toma con las leyesmágicas en su historia. Los animagos noconservan la capacidad del hablahumana mientras tienen forma animal,aunque sí todo su pensamiento humano ysu capacidad de razonar. Ésa, comosaben todos los colegiales, es ladiferencia fundamental entre ser unanimago y transformarse en animal. Enel caso de la Transformación, uno seconvierte por completo en animal y, porconsiguiente, no sabe magia alguna, notiene conciencia de haber sido mago enotro momento y necesita que otra

persona vuelva a transformarlo paradevolverle su forma original.)

Es posible que cuando hizo que suheroína fingiera convertirse en árbol yamenazara al rey con infligirle un dolorcomparable al de un hachazo en elcostado, Beedle se inspirara entradiciones y prácticas mágicas reales.Los árboles que producen madera parafabricar varitas mágicas siempre hanestado celosamente protegidos por losfabricantes de varitas que los cultivan, yal talar uno de esos árboles para robarsu madera uno se arriesgaría no sólo aprovocar a los bowtruckles17 que suelenvivir en ellos, sino también a sufrir los

efectos de las maldiciones protectorascolocadas alrededor por suspropietarios. En la época de Beedle, elMinisterio de Magia todavía no habíailegalizado la maldición Cruciatus,18

que habría podido producirprecisamente los efectos con queBabbitty amenaza al rey.

5

La Fábula de los TresHermanos

Había una vez tres hermanos queviajaban a la hora del crepúsculo poruna solitaria y sinuosa carretera. Loshermanos llegaron a un río demasiadoprofundo para vadearlo y demasiadopeligroso para cruzarlo a nado. Perocomo los tres hombres eran muy diestrosen las artes mágicas, no tuvieron másque agitar sus varitas e hicieronaparecer un puente para salvar lastraicioneras aguas. Cuando se hallabanhacia la mitad del puente, una figuraencapuchada les cerró el paso.

Y la Muerte les habló. Estabacontrariada porque acababa de perder atres posibles víctimas, ya que

normalmente los viajeros se ahogabanen el río. Pero ella fue muy astuta y,fingiendo felicitar a los tres hermanospor sus poderes mágicos, les dijo quecada uno tenía opción a un premio porhaber sido lo bastante listo paraeludirla.

Así pues, el hermano mayor, que eraun hombre muy combativo, pidió lavarita mágica más poderosa queexistiera, una varita capaz de hacerleganar todos los duelos a su propietario;en definitiva, ¡una varita digna de un

mago que había vencido a la Muerte!Ésta se encaminó hacia un saúco quehabía en la orilla del río, hizo una varitacon una rama y se la entregó.

A continuación, el hermano mediano,que era muy arrogante, quiso humillaraún más a la Muerte, y pidió que leconcediera el poder de devolver la vidaa los muertos. La Muerte sacó unapiedra de la orilla del río y se laentregó, diciéndole que la piedra tendríael poder de resucitar a los difuntos.

Por último, la Muerte le preguntó alhermano menor qué deseaba. Éste era elmás humilde y también el más sensato delos tres, y no se fiaba un pelo. Así que le

pidió algo que le permitiera marcharsede aquel lugar sin que ella pudieraseguirlo. Y la Muerte, de mala gana, leentregó su propia capa invisible.

Entonces la Muerte se apartó y dejóque los tres hermanos siguieran sucamino. Y así lo hicieron ellos mientrascomentaban, maravillados, la aventuraque acababan de vivir y admiraban losregalos que les había dado la Muerte.

A su debido tiempo, se separaron ycada uno se dirigió hacia su propiodestino.

El hermano mayor siguió viajandoalgo más de una semana, y al llegar auna lejana aldea buscó a un mago con el

que mantenía una grave disputa.Naturalmente, armado con la Varita deSaúco, era inevitable que ganara elduelo que se produjo. Tras matar a suenemigo y dejarlo tendido en el suelo, sedirigió a una posada, donde se jactó portodo lo alto de la poderosa varitamágica que le había arrebatado a lapropia Muerte, y de lo invencible que sehabía vuelto gracias a ella.

Esa misma noche, otro mago seacercó con sigilo mientras el hermanomayor yacía, borracho como una cuba,en su cama, le robó la varita y, por siacaso, le cortó el cuello.

Y así fue como la Muerte se llevó al

hermano mayor.Entretanto, el hermano mediano

llegó a su casa, donde vivía solo. Unavez allí, tomó la piedra que tenía elpoder de revivir a los muertos y la hizogirar tres veces en la mano. Para suasombro y placer, vio aparecer ante élla figura de la muchacha con quien sehabría casado si ella no hubiera muertoprematuramente.

Pero la muchacha estaba triste ydistante, separada de él por una especiede velo. Pese a que había regresado almundo de los mortales, no pertenecía aél y por eso sufría. Al fin, el hombreenloqueció a causa de su desesperada

nostalgia y se suicidó para reunirse deuna vez por todas con su amada.

Y así fue como la Muerte se llevó alhermano mediano.

Después buscó al hermano menordurante años, pero nunca logróencontrarlo. Cuando éste tuvo una edadmuy avanzada, se quitó por fin la capainvisible y se la regaló a su hijo. Yentonces recibió a la Muerte como sifuera una vieja amiga, y se marchó conella de buen grado. Y así, como iguales,ambos se alejaron de la vida.

Notas de AlbusDumbledore sobre«La fábula de lostres hermanos»

Esta historia me causó una profundaimpresión en mi niñez. La oí porprimera vez de boca de mi madre y notardó en convertirse en el cuento quemás a menudo pedía a la hora de

acostarme. Eso solía provocardiscusiones con mi hermano pequeño,Aberforth, cuya historia favorita era«Gruñona, la Cabra Mugrienta».

La moraleja de «La fábula de lostres hermanos» no podría estar másclara: cualquier esfuerzo humano poreludir o vencer la muerte está destinadoal fracaso. El hermano menor («el máshumilde y también el más sensato de lostres») es el único que entiende que,habiendo escapado por los pelos de laMuerte una vez, lo mejor que puedeesperar es que su siguiente encuentro seposponga el mayor tiempo posible. Elhermano menor sabe que provocar a la

Muerte —empleando la violencia, comoel hermano mayor, o jugueteando con elmisterioso arte de la nigromancia,19

como el hermano mediano— significaenfrentarse a un astuto enemigo quenunca pierde.

La ironía consiste en que alrededorde esta historia ha surgido una extrañaleyenda que contradice precisamente elmensaje del relato original. Esa leyendasostiene que los regalos que la Muerteda a los hermanos —una varitainvencible, una piedra que puederesucitar a los muertos y una CapaInvisible que perdura eternamente— sonobjetos tangibles que existen en el

mundo real. La leyenda va aún máslejos: quien consiga hacerselegítimamente con esos tres objetos seconvertirá en «señor de la muerte», loque viene a significar que se volveráinvulnerable e incluso inmortal.

Podríamos sonreír, quizá con ciertatristeza, pensando en lo que eso revelasobre la naturaleza humana. Lainterpretación más amable sería: «Laesperanza siempre resurge.»20 Pese aque, según Beedle, dos de esos objetosson sumamente peligrosos, y a pesar delclaro mensaje de que la Muerte vendrá abuscarnos a todos tarde o temprano, unapequeña minoría de la comunidad

mágica insiste en creer que Beedleplasmó un mensaje cifrado queexpresaba exactamente lo contrario delo que se lee en el papel, y que sóloellos son lo bastante inteligentes paraentender.

Existen muy pocas pruebas querespalden esa teoría (o quizá debieradecir esa «desesperada esperanza»). Lascapas invisibles, aunque raras, existenen nuestro mundo; sin embargo, lahistoria deja claro que esa CapaInvisible es única por su carácterperdurable.21 En todos los siglostranscurridos entre la época de Beedle ynuestros días, nadie ha encontrado la

Capa de la Muerte. Los verdaderoscreyentes lo explican así: o losdescendientes del hermano pequeño nosaben de dónde procede su Capa, o losaben y están decididos a hacer gala dela sabiduría de sus antepasados nopregonándolo a los cuatro vientos.

Como es lógico, la piedra tampocoha aparecido nunca. Como ya heobservado en el comentario sobre«Babbitty Rabbitty y su cepacarcajeante», no podemos resucitar a losmuertos, y hay muchas razones parasuponer que eso seguirá siendo así. Porsupuesto, los magos tenebrosos hanintentado repugnantes sustituciones y han

creado los inferi,22 pero éstos son sólotíteres horrendos, no verdaderoshumanos resucitados. Es más, la historiade Beedle es muy explícita respecto alhecho de que la enamorada del hermanomediano no regresa realmente del mundode los muertos. La Muerte la envía paraatraer al hermano mediano hacia susgarras, y por eso es fría, distante,atormentadoramente presente y ausente ala vez.23

Ya sólo nos queda la varita, y aquílos obstinados creyentes en el mensajeoculto de Beedle tienen, por fin, algunaprueba histórica que respalde susdescabelladas afirmaciones. Porque

resulta —ya sea porque les gustabaensalzarse, o para intimidar a posiblesagresores, o porque de verdad creían enlo que decían— que a lo largo de lostiempos diversos magos han aseguradoposeer una varita más poderosa quecualquier otra, incluso una varita«invencible». Algunos de éstos hanllegado a afirmar que su varita estabahecha de saúco, como la quepresuntamente hizo la Muerte. Esasvaritas han recibido distintos nombres,entre ellos «Varita del Destino» y «VaraLetal».

No debería sorprendernos quenuestras varitas, que al fin y al cabo son

nuestra herramienta y nuestra arma másimportante, hayan inspiradosupersticiones. Se supone que ciertasvaritas (y por tanto sus dueños) sonincompatibles:

Si la de él es de roble y la deella de acebo, el que los caseserá un majadero.

O que denotan defectos del carácterde su propietario:

Serbal, chismoso; castaño,zángano; fresno, tozudo;avellano, quejica.

Y por supuesto, dentro de estacategoría de dichos infundadosencontramos éste:

Varita de saúco, mala sombra ypoco truco.

Ya sea porque en el cuento deBeedle la Muerte hace la varita con unarama de saúco, o porque ha habidomagos violentos o ansiosos de poderque han insistido en que su varita era desaúco, los fabricantes de varitas nomuestran predilección por esa madera.

La primera mención biendocumentada de una varita de saúco

dotada de poderes particularmentepeligrosos es la de Emeric, llamado «elMalo», un mago extraordinariamenteagresivo que vivió pocos años peroaterrorizó el sur de Inglaterra en la EdadMedia. Murió como había vivido, en unferoz duelo con otro mago llamadoEgbert. No se sabe qué fue de éste, perola esperanza de vida de los duelistasmedievales no era muy grande. Antes deque se creara un Ministerio de Magiapara regular el uso de la magia oscura,los duelos a menudo resultabanmortales.

Un siglo más tarde, otrodesagradable personaje llamado

Godelot hizo avanzar el estudio de lamagia oscura redactando una colecciónde peligrosos hechizos con ayuda de unavarita que él mismo describía en susnotas como «mi más perversa y sutilamiga, con cuerpo de sayugo,24 expertaen la magia más maléfica». (Godelottituló su obra maestra Historia del mal.)

Como vemos, Godelot considera quesu varita es una ayudanta, casi unainstructora. Las personas entendidas envaritas25 coincidirán conmigo en que lasvaritas mágicas absorben, en efecto, lapericia de quienes las utilizan, aunque setrata de un efecto impredecible eimperfecto; hay que tener en cuenta

muchos factores adicionales, como larelación entre la varita y el usuario, parasaber qué resultados puede esperar deella determinado individuo. Con todo, esprobable que una hipotética varita quehaya pasado por las manos de muchosmagos tenebrosos tenga, como mínimo,una marcada afinidad con los tipos demagia más peligrosos.

La mayoría de los magos y brujasprefieren una varita que los «elija» aellos antes que una de segunda mano,precisamente porque éstas pueden haberadquirido costumbres de su anteriordueño incompatibles con el estilo demagia del nuevo usuario. La extendida

costumbre de enterrar (o quemar) lavarita junto con su dueño tras la muertede éste, también tiende a impedir queuna varita determinada aprenda dedemasiados dueños. Sin embargo,quienes creen en la Varita de Saúcosostienen que debido a lascircunstancias en que siempre se hatransmitido de un propietario a otro —elnuevo propietario vence al anterior,generalmente matándolo—, nunca hasido destruida ni enterrada, sino que hasobrevivido y seguido acumulando unasabiduría, una fuerza y un poderextraordinarios.

Sabemos que Godelot murió en su

propio sótano, donde lo había encerradosu hijo loco Hereward. Debemossuponer que Hereward le quitó la varitaa su padre, pues de otro modo éstehabría podido escapar; pero no estamosseguros de qué hizo después Herewardcon la varita. Lo único que sabemos esque a principios del siglo XVIII aparecióuna varita que su propietario, BarnabasDeverill, llamaba «Varita de Sabuco», 26

y que Deverill la utilizó para forjarse lareputación de mago temible hasta queotro poderoso mago, Loxias, puso fin asu reino de terror. Loxias se hizo con lavarita, la llamó «Vara Letal» y la utilizópara deshacerse de cuantos lo

contrariaban.Es difícil seguir el rastro de la

posterior historia de Loxias y su varita,ya que son muchos quienes aseguranhaberle dado muerte, incluida su propiamadre.

Lo que debe sorprender a cualquiermago o bruja inteligente al estudiar lapresunta historia de la Varita de Saúcoes que todos los magos que hanasegurado haberla poseído27 haninsistido en que era «invencible»,cuando el hecho de que haya pasado porlas manos de muchos propietariosdemuestra que no sólo la han vencidocentenares de veces, sino que además

atrae los problemas como Gruñona laCabra Mugrienta atrae las moscas. Endefinitiva, la búsqueda de la Varita deSaúco confirma una observación que hetenido ocasión de hacer en muchasocasiones a lo largo de la vida: que loshumanos tienen la manía de escogerprecisamente las cosas que menos lesconvienen.

Pero ¿quién de nosotros habríademostrado poseer la sabiduría delhermano pequeño si le hubieran dado aelegir entre los tres regalos de laMuerte? Tanto los magos como losmuggles están imbuidos de ansias depoder; ¿cuántos rechazarían la Varita del

Destino? ¿Qué ser humano, tras perder aun ser querido, resistiría la tentación dela Piedra de la Resurrección? Hasta amí, Albus Dumbledore, me resultaríamás fácil rechazar la Capa Invisible; yeso sólo demuestra que, pese a miinteligencia, sigo siendo tan necio comoel que más.

Notas

1 Es cierto, por supuesto, que losmagos y las brujas verdaderos eranexpertos en huir de la hoguera, del tajo yla horca (véanse mis observacionessobre Lisette de Lapin en el comentariosobre «Babbitty Rabbitty y su cepacarcajeante»). Aun así, se produjeronalgunas muertes: a sir Nicholas deMimsy-Porpington (un mago que fuemiembro de la corte y que, al morir, se

convirtió en el fantasma de la Torre deGryffindor) lo despojaron de su varitaantes de encerrarlo en una mazmorra, yni siquiera mediante magia consiguióevitar su ejecución; muchas familias demagos perdieron a sus miembros másjóvenes, cuya incapacidad de controlarsus poderes mágicos los convertía enpresas fáciles para los cazadores debrujas muggles.

2 [Un squib es una persona nacida depadres magos pero carente de poderesmágicos. No se dan demasiados casosde squibs; abundan mucho más losmagos y las brujas hijos de muggles.JKR]

3 Como yo.4 El profesor Beery se marchó de

Hogwarts para enseñar en la AMAD(Academia Mágica de Arte Dramático),donde, como me confesó una vez,siempre se mostró reacio a montarrepresentaciones de esa historia enparticular, pues estaba convencido deque traía mala suerte.

5 Véase Animales fantásticos ydónde encontrarlos, donde aparece unaexcelente descripción de estas extrañascriaturas. Nunca se las debe meter enuna habitación con paredes revestidasde madera, ni hacerles encantamientosaumentadores.

6 El profesor Kettleburn soportónada menos que sesenta y dos períodosde prueba durante el tiempo que ocupóel puesto de maestro de Cuidado deCriaturas Mágicas. Sus relaciones conmi predecesor en Hogwarts, el profesorDippet, siempre fueron tensas, puesDippet lo consideraba un tantoimprudente. Para cuando ocupé el cargode director, sin embargo, el profesorKettleburn se había moderadonotablemente, aunque había quienessostenían la cínica opinión de que, comoya sólo le quedaba la mitad de lasextremidades, no tenía más remedio quetomarse la vida con más calma.

7 Mi respuesta dio lugar a variascartas más del señor Malfoy, pero dadoque consistían básicamente encomentarios ignominiosos acerca de micordura, mis orígenes y mi higiene,considero que no guardan más que unaremota relación con este comentario.

8 Según consta en su propio diario,Beatrix Bloxam nunca se recuperó deltrauma que sufrió tras oír a su tíacontarles esta historia a sus primos,mayores que ella. «Por accidente,podríamos decir, mi orejita se pegó alojo de la cerradura. Imagino que debí dequedarme paralizada de horror, pues sinquerer oí toda la repugnante historia, por

no mencionar los espantosos detalles deun horrendo y sucio asunto de mi tíoNobby, la arpía del pueblo y un saco debulbos botadores. Casi me muero de laimpresión; pasé una semana en cama, yquedé tan profundamente traumatizadaque, sonámbula, regresaba todas lasnoches a aquella cerradura. Mi queridopadre, pensando únicamente en lo queera mejor para mí, tenía que hacerle unencantamiento sellador a la puerta de micuarto a la hora de acostarme.» Por lovisto, Beatrix no consideraba que «Elcorazón peludo del brujo» fueraadecuado para los sensibles oídos delos niños, porque no lo reescribió para

incluirlo en sus Cuentos para leer bajouna seta.

9 [El término «brujo» es muyantiguo. Aunque suele emplearse comosinónimo de «mago», originariamentedesignaba a los expertos en duelos yotras disciplinas marciales mágicas.También lo recibían como título losmagos que hubieran protagonizadoalguna hazaña; en ese sentido,equivaldría al título de «sir» que aveces reciben los muggles por sus actosde valor. Al llamar «brujo» al jovenmago de esta historia, Beedle indica queya se le había reconocido una habilidadespecial en magia ofensiva. En la

actualidad, los magos emplean eltérmino «brujo» con uno de estos dossignificados: para describir a un magode aspecto exageradamente feroz, ocomo título que denota un talento y unadestreza excepcionales. JKR]

10 Héctor Dagworth-Granger,fundador de la Rimbombante Sociedadde Amigos de las Pociones, explica:«Un experto fabricante de pocionespuede generar un poderosoenamoramiento, pero nadie haconseguido todavía crear el únicosentimiento verdaderamenteindestructible, eterno e incondicionalque merece ser llamado amor.»

11 Los horklumps son unas criaturasde color rosa, pinchudas y con forma deseta. Resulta muy difícil imaginar porqué se le ocurriría a alguienacariciarlos. Para más información,véase Animales fantásticos y dóndeencontrarlos.

12 No hay que confundir esta obracon Hocico peludo, corazón humano, unconmovedor relato de la lucha de unhombre contra la licantropía.

13 [En las fotografías y los retratosmágicos, las imágenes se mueven y lossujetos hablan como si tuvieran vida.Otros objetos más raros, como el Espejode Oesed, también pueden mostrar algo

más que una imagen estática de un serquerido. Los fantasmas son versionestransparentes de magos y brujas que handecidido, por la razón que sea,permanecer en la tierra, y también semueven, hablan y piensan. JKR]

14 [La profesora McGonagall,directora de Hogwarts, me ha pedidoque aclare que ella se convirtió enanimaga únicamente como resultado desus intensos estudios sobre la disciplinade la Transformación, y que nunca hautilizado esa habilidad para convertirseen una gata atigrada con ningúnpropósito subrepticio, salvo loslegítimos asuntos relacionados con la

Orden del Fénix, donde la ocultación yel secreto eran imperativos. JKR]

15 Quizá eso contribuyera a que eserey muggle tuviera fama de perturbadomental.

16 Como demostraron unos intensivosestudios del Departamento de Misteriosen el año 1672, los magos y las brujasnacen, no se hacen. Así como lacapacidad «natural» de realizar magiaaparece a veces en personas de orígenesaparentemente no mágicos (aunquevarios estudios posteriores insinúan quesiempre ha habido un mago o una brujaen alguna rama del árbol genealógico),los muggles no pueden realizar magia.

Lo mejor —o lo peor— a que puedenaspirar es a obtener resultadosincontrolados y aleatorios generados poruna varita mágica auténtica, pues uninstrumento a través del que se canalizala magia conserva en ocasiones poderesresiduales y puede descargarlos enmomentos inesperados. Véanse tambiénmis notas sobre varitas mágicas en elcomentario de «La fábula de los treshermanos».

17 Para una descripción de estosextraños habitantes de los árboles, véaseAnimales fantásticos y dóndeencontrarlos.

18 Las maldiciones Cruciatus,

Imperius y Avada Kedavra fueronclasificadas como imperdonables en1717, y se las penalizó con los castigosmás severos.

19 [La nigromancia es el arte oscurode hacer regresar a los muertos. Es unarama de la magia que nunca hafuncionado, como pone en evidenciaesta historia. JKR]

20 [Esta cita demuestra que AlbusDumbledore, además de serexcepcionalmente culto en términosmágicos, conocía las obras del poetamuggle Alexander Pope. JKR]

21 [Las capas invisibles no son, engeneral, infalibles. Con el tiempo,

pueden rasgarse o volverse opacas, ylos encantamientos que llevan puedendejar de actuar o quedar anulados porencantamientos reveladores. Por eso,para camuflarse u ocultarse, los magos ylas brujas suelen recurrir en primerlugar a los encantamientosdesilusionadores. Albus Dumbledoreera famoso por realizar unencantamiento desilusionador tanpoderoso que le permitía volverseinvisible sin necesidad de una capa.JKR]

22 [Los inferi son cadáveresreanimados mediante magia oscura. JKR]

23 Muchos críticos creen que, para

crear esa piedra capaz de resucitar a losdifuntos, Beedle se inspiró en la PiedraFilosofal, la cual produce el Elixir de laVida que proporciona la inmortalidad.

24 Antiguamente, saúco.25 Como yo.26 También antiguamente, saúco.27 Ninguna bruja ha afirmado nunca

poseer la Varita de Saúco. Podéisinterpretar este dato como queráis.