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LA CIENCIA FICCIÓN Para Isaac Asimov “la ciencia ficción es esa rama de la literatura que trata de la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”. Conviene recordar aquí que gran parte de la mejor ciencia ficción intenta responder a la pregunta ¿Qué sucedería si…? en la que se analizan las consecuencias de una hipótesis que se considera extraordinaria o todavía demasiado prematura para que pueda presentarse en el mundo real. ¿Qué sucedería si hubiera clones de humanos? ¿Qué ocurriría si construyéramos verdaderas inteligencias artificiales? ¿Qué sucedería si nos encontráramos con extraterrestres? ¿Qué ocurriría si pudiéramos viajar al pasado? etc. Ése es el aspecto especulativo de la ciencia ficción, el que nos prepara para enfrentarnos a un futuro distinto. Se trata de lo que algunos denominan el “condicional contrafáctico”, una hipótesis que rompe con los hechos conocidos para especular con opciones alternativas. La ciencia ficción es, en este sentido, una narrativa eminentemente ESPECULATIVA que, junto a nuevas alternativas en el mundo de las ideas, incorpora, además, el llamado “sentido de la maravilla”, la inevitable sorpresa del lector ante los nuevos mundos, personajes y sociedades que la ciencia ficción propone. Temas: 1. El viaje por el espacio: el viaje espacial hace posible el encuentro con alienígenas inteligentes, la descripción de nuevas sociedades alienígenas, la colonización de otros planetas, los nuevos sistemas para viajar “con rapidez” a través de las inmensas distancias espaciales pese a la limitación de la teoría de la relatividad que establece que la velocidad máxima en nuestro universo es la de la luz (desde el hiperespacio, a las naves generacionales, la criogenia o el uso de agujeros de gusano…) y un largo etcétera. 2. El viaje por el tiempo: la ciencia ficción ha imaginado la posibilidad de moverse en los dos sentidos posibles en el tiempo (hacia adelante y hacia atrás) a “velocidades” superiores. Esto abre nuevas posibilidades de exploración y nuevos territorios desconocidos por explorar. Si bien el viaje al futuro permite imaginar y mostrar las posibles consecuencias de nuestro presente, el viaje al pasado abre un mundo nuevo de especulaciones lógicas en torno a las paradojas que ese viaje al pasado podría provocar. A este tipo de hipótesis se la denomina “paradoja temporal ”, es decir, si alguien modificara algún hecho 5 en nuestro pasado, es de esperar que esa modificación pudiera trasmitirse y amplificarse hasta hoy en forma de un presente distinto del que ya existía, originando un caos (de líneas temporales alternativas o paralelas) que deberá ser evitado. 3. La reflexión crítica sobre la tecnología: este tema se centra en el miedo del ser humano a perder el control de algún avance tecnológico o de la sociedad sumamente tecnificada y tal vez “deshumanizada”. Por ejemplo: Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley. 4. Las nuevas sociedades: tema centrado en los aspectos sociales, culturales y económicos que el futuro puede depararnos. Lo que resulta sumamente interesante y sugerente en la ciencia ficción no es precisamente la predicción correcta o no de un artefacto tecnológico en particular, sino, especular sobre “la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”. De la misma manera que algunos autores han escrito utopías sobre futuros o sociedades perfectas, la ciencia ficción también se ha entretenido en imaginar “utopías negativas” (distopías, en la denominación habitual). 5 Ese momento o acontecimiento común que separa a la realidad histórica conocida de la realidad ucrónica (ver cuadro de la teoría de la narración), se llama punto “Jonbar” en tanto supone un acontecimiento singular y relevante que determina la historia futura. Robot Masa Sebastián Szabó 6 omos unos pocos los que conservamos nuestro aspecto humano. Los que somos de carne y hueso. Todos los demás se plegaron a la moda, todos son de metal. Todos son robots-humanos. Desde que el Rectorado aprobó la robotización, hace ya 300 años, todos se fueron operando y adoptaron el cuerpo de metal. De humanos sólo conservan el cerebro y el corazón que ahora bombea un líquido neutro. Es fácil, es una operación de rutina, no duele nada, me dicen los robots. —Tenés que probarlo. Unite al mundo. Desde que la robotización apareció, se modificó el mundo. Todo se rige por ella. Nadie puede ser dirigente si no es robot. Los líderes, los artistas… todos son robots. Somos unos pocos los que no nos robotizamos. Nos miran raro, nos ridiculizan. Hace tres días que no veo a Urla. La extraño. Es la primera vez que desaparece. Cuando salgo a la calle siento que se clavan en mí las miradas de las viejas robots. Viejas conventilleras que no perdieron su “capacidad de chisme y odio”, a pesar de su operación. No entiendo cómo se enamoran, si no se distinguen los hombres de las mujeres. Cómo pueden obtener satisfacción de sus cuerpos de metal. La presión de los medios, de la sociedad, del Rectorado del planeta, para que nos roboticemos es terrible. No nos dejan en paz. Nos apedrean en la calle. Nos arrestan por subversivos. Nos condenan por el solo hecho de no querer cambiar. Con Urla, mi novia, juramos que no cambiaríamos, que seríamos humanos, de carne y hueso, hasta la muerte. Hace tres meses que no veo a Urla. Ya comienzo a olvidarla. La ciudad sigue igual. Todos son robots. Hace mucho que no veo a un humano. Tal vez sea el último de los de carne y hueso. Tengo que vivir escondido, sólo salgo de noche. Recorro los bares humanos, donde solíamos reunirnos los últimos, y no encuentro a nadie. Todos han desaparecido. Alguien golpea la puerta de mi casa. Alguien entra. Viene hacia mí. —Hola -me dice- Soy yo, Urla ¿te acordás de mí? No le contesto, la miro. No puedo creer que sea un robot. Ella se ha operado, es una máquina más. Hace horas que corro. Trato de alejarme de la ciudad, de esa horrible imagen de Urla. Ella me traicionó. No la odio. No le guardo rencor. Pobre, la presión era muy fuerte. No la pudo soportar. Yo tampoco puedo hacerlo. Me detengo y giro. Vuelvo a la ciudad. Estoy acostado en la camilla. Dos robots me conducen al quirófano. —¡¡¡Extra, extra!!! El último de los humanos ya es robot— pregonan los robots canillitas en toda la ciudad. 6 Robot-Masa es un cuento perteneciente al escritor argentino Sebastián Szabó publicado en la antología Veinte Jóvenes Cuentistas Argentinos II por la Editorial Colihue en 1987. S

Los cuentos de ciencia ficción

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Page 1: Los cuentos de ciencia ficción

LA CIENCIA FICCIÓN

Para Isaac Asimov “la ciencia ficción es esa rama de la literatura que trata de la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”. Conviene recordar aquí que gran parte de la mejor ciencia ficción intenta responder a la pregunta ¿Qué sucedería si…? en la que se analizan las consecuencias de una hipótesis que se considera extraordinaria o todavía demasiado prematura para que pueda presentarse en el mundo real. ¿Qué sucedería si hubiera clones de humanos? ¿Qué ocurriría si construyéramos verdaderas inteligencias artificiales? ¿Qué sucedería si nos encontráramos con extraterrestres? ¿Qué ocurriría si pudiéramos viajar al pasado? etc. Ése es el aspecto especulativo de la ciencia ficción, el que nos prepara para enfrentarnos a un futuro distinto. Se trata de lo que algunos denominan el “condicional contrafáctico”, una hipótesis que rompe con los hechos conocidos para especular con opciones alternativas. La ciencia ficción es, en este sentido, una narrativa eminentemente ESPECULATIVA que, junto a nuevas alternativas en el mundo de las ideas, incorpora, además, el llamado “sentido de la maravilla”, la inevitable sorpresa del lector ante los nuevos mundos, personajes y sociedades que la ciencia ficción propone. Temas:

1. El viaje por el espacio: el viaje espacial hace posible el encuentro con alienígenas inteligentes, la descripción de nuevas sociedades alienígenas, la colonización de otros planetas, los nuevos sistemas para viajar “con rapidez” a través de las inmensas distancias espaciales pese a la limitación de la teoría de la relatividad que establece que la velocidad máxima en nuestro universo es la de la luz (desde el hiperespacio, a las naves generacionales, la criogenia o el uso de agujeros de gusano…) y un largo etcétera.

2. El viaje por el tiempo: la ciencia ficción ha imaginado la posibilidad de moverse en los dos sentidos posibles en el tiempo (hacia adelante y hacia atrás) a “velocidades” superiores. Esto abre nuevas posibilidades de exploración y nuevos territorios desconocidos por explorar. Si bien el viaje al futuro permite imaginar y mostrar las posibles consecuencias de nuestro presente, el viaje al pasado abre un mundo nuevo de especulaciones lógicas en torno a las paradojas que ese viaje al pasado podría provocar. A este tipo de hipótesis se la denomina “paradoja temporal”, es decir, si alguien modificara algún hecho

5 en nuestro pasado, es de esperar que esa modificación pudiera

trasmitirse y amplificarse hasta hoy en forma de un presente distinto del que ya existía, originando un caos (de líneas temporales alternativas o paralelas) que deberá ser evitado.

3. La reflexión crítica sobre la tecnología: este tema se centra en el miedo del ser humano a perder el control de algún avance tecnológico o de la sociedad sumamente tecnificada y tal vez “deshumanizada”. Por ejemplo: Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley.

4. Las nuevas sociedades: tema centrado en los aspectos sociales, culturales y económicos que el futuro puede depararnos. Lo que resulta sumamente interesante y sugerente en la ciencia ficción no es precisamente la predicción correcta o no de un artefacto tecnológico en particular, sino, especular sobre “la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”. De la misma manera que algunos autores han escrito utopías sobre futuros o sociedades perfectas, la ciencia ficción también se ha entretenido en imaginar “utopías negativas” (distopías, en la denominación habitual).

5 Ese momento o acontecimiento común que separa a la realidad histórica conocida de la realidad ucrónica (ver cuadro de la teoría de la narración), se llama punto “Jonbar” en tanto supone un acontecimiento singular y relevante que determina la

historia futura.

Robot Masa

Sebastián Szabó6

omos unos pocos los que conservamos nuestro aspecto humano. Los que somos de carne y hueso. Todos los demás se plegaron a la moda, todos son de metal. Todos son robots-humanos. Desde que el Rectorado aprobó la robotización, hace ya 300

años, todos se fueron operando y adoptaron el cuerpo de metal. De humanos sólo conservan el cerebro y el corazón que ahora bombea un líquido neutro.

Es fácil, es una operación de rutina, no duele nada, me dicen los robots. —Tenés que probarlo. Unite al mundo.

Desde que la robotización apareció, se modificó el mundo. Todo se rige por ella. Nadie puede ser dirigente si no es robot. Los líderes, los artistas… todos son robots.

Somos unos pocos los que no nos robotizamos. Nos miran raro, nos ridiculizan. Hace tres días que no veo a Urla. La extraño. Es la primera vez que desaparece. Cuando salgo a la calle siento que se clavan en mí las miradas de las viejas robots.

Viejas conventilleras que no perdieron su “capacidad de chisme y odio”, a pesar de su operación. No entiendo cómo se enamoran, si no se distinguen los hombres de las mujeres. Cómo pueden obtener satisfacción de sus cuerpos de metal.

La presión de los medios, de la sociedad, del Rectorado del planeta, para que nos roboticemos es terrible. No nos dejan en paz. Nos apedrean en la calle. Nos arrestan por subversivos. Nos condenan por el solo hecho de no querer cambiar. Con Urla, mi novia, juramos que no cambiaríamos, que seríamos humanos, de carne y hueso, hasta la muerte. Hace tres meses que no veo a Urla. Ya comienzo a olvidarla. La ciudad sigue igual. Todos son robots. Hace mucho que no veo a un humano. Tal vez sea el último de los de carne y hueso.

Tengo que vivir escondido, sólo salgo de noche. Recorro los bares humanos, donde solíamos reunirnos los últimos, y no encuentro a nadie. Todos han desaparecido.

Alguien golpea la puerta de mi casa. Alguien entra. Viene hacia mí. —Hola -me dice- Soy yo, Urla ¿te acordás de mí?

No le contesto, la miro. No puedo creer que sea un robot. Ella se ha operado, es una máquina más.

Hace horas que corro. Trato de alejarme de la ciudad, de esa horrible imagen de Urla. Ella me traicionó. No la odio. No le guardo rencor.

Pobre, la presión era muy fuerte. No la pudo soportar. Yo tampoco puedo hacerlo. Me detengo y giro. Vuelvo a la ciudad.

Estoy acostado en la camilla. Dos robots me conducen al quirófano. —¡¡¡Extra, extra!!! El último de los humanos ya es robot— pregonan los robots canillitas en toda la ciudad.

6 Robot-Masa es un cuento perteneciente al escritor argentino Sebastián Szabó publicado en la antología Veinte Jóvenes

Cuentistas Argentinos II por la Editorial Colihue en 1987.

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