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Dr. Justus Fenner
Proimmse-IIA-UNAM
Los enganchados y las deudas en las fincas cafetaleras del
Soconusco. Un análisis parcial de la situación laboral, 1919-1936
[Versión preliminar, no citar]
Si había algo seguro en la historiografía del estado de Chiapas, era que su producción
agrícola estaba caracterizado por sistemas laborales esclavistas hasta bien entrado el
siglo XX. De ser esclavos, pasando por las mandamientos y el peonaje llegando en las
últimas décadas del siglo XIX al sistema de enganche para las nuevas fincas cafetaleras,
siempre la situación de los mozos, de los baldíos, de las tamemes – los cargadores de
mercancía – igual que de los enganchados indígenas fue señalado como gobernada por
la violencia y el engaño a tal grado que el termino enganche hoy es sinónimo de todo un
sistema de vicisitudes, de reclutamientos forzosos de parte de maestros, secretarios
municipales en estrecha colaboración con las autoridades superiores y con un grupo de
enganchadores productores de aguardiente asentados en las ciudades y fincas; de
encierres en casas particulares antes de iniciar la marcha a la finca; de ventas ficticias,
de muerte en el camino o en la finca, de maltratos en todo el trayecto y durante la
estancia en la finca, de huidas y recapturas violentas, de engaños en el pago de su
trabajo y de un sin fin de cobros injustos que no les permitía a los trabajadores
indígenas nunca salir de un círculo de endeudamiento, amarrándolos así con una deuda
cada vez mayor a la finca para el resto de su vida, heredando incluso sus deudas no
cubiertas durante su vida a su hijos. Y con todo ello formó la base económica del
estado.
Esta apreciación especialmente del sistema de enganche esta sostenida por una larga
serie de estudiosos antropólogos y historiadores, que comprueban lo que la política
postrevolucionaria ya había incluido en su discurso público: el sistema de enganche y en
general las formas de trabajo en las fincas y haciendas del estado de Chiapas rayan en la
esclavitud. Esta convicción ha alcanzado – como dije arriba – el estatus de una verdad
histórica ya no cuestionada. Pero la aparente uniformidad presenta – al leer y revisarla
de cerca – ciertas rupturas donde autores de repente y muy cuidadosamente
entremezclan con sus resultados, primeras dudas y externan posiciones respecto al
carácter del enganche que no concuerdan con el cuadro general. Robert Wasserstrom,
Thomas Benjamin, Alfonso Bauer y Fredericke Baumann son solo algunos. Ellos
externan sus dudas respecto a la posibilidad de haberse mantenido un sistema tan
generalizado y permanente tal y como lo mantienen sus colegas y apuntan hacia
explicaciones que resaltan otros factores que resultaron en espontáneas disposiciones
de participar en el trabajo migratorio de finca: como el crecimiento demográfico,
hambrunas, el ciclo agrícola, explican el trabaja en las fincas como aventura o rito de
paso y introducen la idea de una disposición en general de tomar el trabajo de finca
como una oportunidad de alcanzar de entrada o al final un recurso pecuniario para la
adquisición de animales, herramientas o de de cubrir los altos gastos de puestos
honrosas en sus pueblos de origen, a parte de poder pagar los impuestos.
Yo tuve la posibilidad de revisar en la Finca cafetalera Perú-Paris el archivo de los años
veinte y treinta (y aún no termina) donde encontré entre los diversos libros de control,
dos libros y un fichero de los “Deudas de mozos” que abarcan los años de 1919 hasta
1923 y de 1928 hasta 1936, faltando el tomo 2 de la serie correspondiente a los años de
1924 hasta 1928.
La finca data en sus orígenes de los años 90’s del siglo XIX; Río Salitre hoy Perú, y
“Los dos hermanos” hoy Paris; desde sus inicios ha sido finca cafetalera, con una
variedad de dueños, hasta quedarse en ….? como propiedad de la Hidalgo Plantation
Comercial Co empresa particular asentada en San Francisco y Tapachula, encabezada
por el inglés Oliver H. Harrison y el norteamericano Carlos A. Lesher. Desde
aproximadamente 1910 la finca fue administrada por Manuel Gris, hijo de Carlos Gris,
e empleado de Harrison quien se vuelve co-dueño con Carlos Lesher en la empresa
Lesher & Gris, para en 1928 quedar en manos exclusivas de la familia Gris. Durante
1921 hasta 1935 la finca fue administrada por el tapachulteco Segundo Marín empleado
de Manuel Gris. En 1936 se encarga el alemán Juan Luethje, yerno de Manuel Gris, de
la administración y la retiene durante todo el tiempo de la intervención hasta 1947.
Es decir contamos con una notoria continuidad en el manejo de la finca en manos de un
solo administrador durante por lo menos 14 años (1921-1935) y una continuidad en la
forma de cómo manejar los controles internos de la finca. El cambio de administración
en 1936 posiblemente explica el fin repentino de los registros minuciosos de deudores
de la finca.
Sus 259 ha y su producción de entre 911 qq en 1920/21 y los 3.761 qq en la cosecha de
1933/34 lo demuestran como una propiedad mediana y con ello representativa para la
mayor parte de las fincas cafetaleras. Sus dueños residían en Tapachula y mantuvieron
administradores en la finca. En las temporadas bajas la finca empleaba entre 35-40
hombres y en las temporadas de limpia y cosecha el número de trabajadores contratados
fácilmente rebasaba las 500 personas entre colonos, enganchados y ganadores de los
cuales varios vinieron a la finca con toda su familia. .
La información faltante del libro 2 es parcialmente recuperable –especialmente la
referente a los que no solventaron su deuda – por que los datos de los moroso fueron
escrupulosamente transcritos a los siguientes controles, de tal manera, que el control de
1931-16 aun incluye las deudas pendientes de todos los años anteriores desde 1919.
Hasta los deudores de apenas 10 o 15 centavos están anotados al lado de los deudores
de cantidades mayores de $ 100.
La temporada de los años 20’s aquí investigada tiene la fama de ser una de las peores
para los enganchados: Un mercado laboral fuera de control, gobiernos corruptos,
trabajadores expuestos a un sin fin de arbitrariedades de parte de los enganchadores y
administradores de finca, defraudados, emborrachados, amarrados, vigilados,
maltratados, mal pagados y encerrados
Procedimiento
- se formó un banco de datos con nombre, procedencia, empleo (cosechero, trabajador
de patio, beneficio, cocina, contratista, albañil, colono, nombre de la pareja o de algún
pariente, su fiador, su habilitador, su deuda y sus respectivos abonos y las respectivas
fechas de registro.
De los nombres y de la procedencia se pudo establecer la existencia de ciertos grupos de
una misma procedencia, principalmente de las comunidades pegadas a ambos lados de
la línea fronteriza con Guatemala, y de Oxchuc, Huistán y Chamula en Los Altos. Para
la zona fronteriza se registran cuatro enganchadores y para la zona Altos solo dos
Arturo Aguilar y Moctezuma Pedrero. Lo que analicé con mayor precisión fue el
manejo de la deuda, con que cantidad inicial fueron contratados, en cuantos abonos
pequeños o grandes repagaron su deuda, cuanto tardaron en pagar la totalidad, cuantos
no pagaron o solo parte de su adeudo, cuantos hasta abonaron dinero en su cuenta.
De este analices obtuvo los siguientes resultados preliminares que quisiera presentarles:
Datos generales
Los libros registran
Para
1919-1923 - 376 trabajadores deudores/abonadores
1928-1931 - 451 menos 41 deudores de 1919-23
1931-1936 -
Conclusiones:
En general para la temporada
- no hay evidencia de enormes cantidades de anticipos no repagados.
- Las deudas pendientes (finales), aun no recuperados, por año varían entre un
mínimo de $ 79 en 1921 y un máximo de $ 1037.89, dando un promedio anual
de $ 341 pesos de “pérdida”.
- Las deudas de los que mueren son cancelados
- No hay evidencia de que las deudas son cobrados a la fuerza
- Tampoco hay evidencia que las deudas pendientes fueran cobradas a los
fiadores, o las familiares o a los enganchadores. Simplemente quedan pendientes
acumulando en los 12 años entre 1919 y 1930 una suma de apenas $ 3851
- Hay pruebas de
o que muchos trabajadores vuelven año con año a la misma finca y que una
absoluta mayoría de ellos cumple con las obligaciones adquiridas.
o Que igual cantidad considerable de trabajadores solo viene por una
temporada.
o Que hay enganchados en “pueblo” igual que hay enganchados “en
finca”.
o Enganchados que repagan en pequeñísimas sumas semanales como otros
que repagan casi el total de lo semanalmente ganado
Igual hay
o Enganchados/as que tardan años en repagar
o Enganchados/as que no pagan su adeudo, fugos pero no hay prueba que
fugos fueron regresados a la finca
o morosos
o Transferencias de deudas entre fincas, cuando un trabajador quiere
cambiar
Los enganchados y las deudas en las fincas cafetaleras del
Soconusco. Un análisis parcial de la situación laboral, 1919-1936
El enganche; la finca Perú-Paris; 250 ha; hasta 500 trabajadores diferentes a lo largo del
año;
Temporalidad: 1919-1936
Inicia: postguerra, fase de lenta recuperación económica; Ley de trabajo, PSCH:
huelga 1922, gobierno vidalista 1925-27
Pasa por 1929 con crisis económica mundial y sus consecuencias en el mercado laboral
guatemalteco; inmigración a México; fundación en 1930 de la Agencia Gratuita de
identificaciones, cuyas actividades cesan en 1936 con la fundación del Sindicato de
Trabajadores Indígenas.
Imagen 2 Las fuentes: los libros “Deudas de mozos” y el “fichero de
deudores”
la información –muestra del libro y fichero; su lectura y el vaciado
- no es la información sobre todos los/las trabajadores – solo los deudores; los
ganadores aquí no aparecen; incompleto: faltan 4 años
- la intención era someter el material a una revisión para corroborar o contradecir
la historiografía al respecto.
No. de registros en los libros "Deuda de Mozos" 1919-23, 1928-36
0
50
100
150
200
250
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
años
No
de
tra
ba
jad
ore
s
ins
cri
tos
Imagen 3 Tarjeta de Deuda de Mozo
Imagen 4 ¿altas deudas?
Una de las clásicas quejas de los finqueros ha sido que el incumplimiento de los
contratos de parte de los trabajadores les causaba decenas de miles de pesos de pérdidas.
Hablan las fuentes de hasta $ 60.000 pesos por finca.
Aquí tenemos la posibilidad de ver el desarrollo de las supuestas pérdidas a lo largo de
11 años.
1919-1923 visto desde el momento de corte a finales de 1923 y presenta altas deudas
pendientes
1919-1930 visto desde 193 las deudas de estas mismos años se redujeron a un mínimo.
¿Cómo es posible? y ¿Qué significa?
- El cumplimiento de los anticipos se alarga a través de varias años, pero la
mayoría cumple y las deudas de una temporada si son recuperadas.
- Solo una absoluta minoría no pagó sus deudas
- Lo anterior nos obliga a tomar la información de corto plazo con muchísimo
cuidado por que distorsiona el monto real de deudas por que estas son cubiertos
en los años posteriores.
- Corroborando los datos a lo largo de los 17 años resulta que en esta finca que
ocupa más de 500 trabajadores al año, los números que defraudan a la finca es
decir no se presentan y no pagan nada, se mueve finalmente entre 5 trabajadores
en 1921 y 30 en 1929 dando un promedio de 14 trabajadores al año que toman
anticipos sin pagar con su trabajo. Esto equivale al 2.8% del total de la fuerza
laboral en esta finca.
Imagen 5 Manejo de la deuda
Cuidado con los números corte para 1928-31 en 1931 resultan 147 deudores, corte
en 1936 resultan 70 con solo la mitad de los adeudos
En la muestra de 1928-1930, repartida la cantidad de deudores en los tres principales
grupos conforme al monto de su anticipo, resulta:
- que los anticipos bajos (1-50) no solo son cumplidos en el menor tiempo (1 a 2
meses) lo que era de esperarse, sino igual son los que inducen a un mayor
incumplimiento. Da la impresión que los deudores “menores” esperen no ser
perseguidos o que no sientan tanta presión a cumplir a corto plazo. (Muchos a la
larga si cumplen…)
- el incumplimiento en el primero grupo es el 22.84 %
- en el segundo grupo es el 8.54 %
- en el tercer grupo es el 13.63 %
Los dos grupos de anticipos entre 50 y 150 pesos cumplen en mayor grado que los que
tienen anticipos bajos
Lo cual esta en cierta contradicción con el argumento tantas veces esgrimidos por los
finqueros que deben limitarse los anticipos a un equivalente de dos meses de salario ($
60) máximo, para reducir las pérdidas.
Esto es interesante por que los anticipos de los enganchados en Los Altos de Chiapas
están en las categorías dos y tres, lo que los califica como más cumplidos que a otros
Tiempo de cumplimiento de los tres principales grupos de
deudores, 1928-30
0
10
20
30
40
50
60
70
80
No c
umpliero
n
parcialm
ente
1 m
es
2 m
eses
3 m
eses
4 m
eses
5 m
eses
6 m
eses
7 m
eses
8 m
eses
9 m
eses
10 m
eses
más
mes
es
meses
No
. d
e t
rab
aja
do
res
Deuda de $ 1- 50
" " $ 51-101
" " $ 101- 150
Imagen 6 Los que abonan – los Ganadores
Un resultado interesante fue que, entre la mayoría de los que cumplieron con repagar su
anticipo, casi cada quinto trabajador logró abonar dinero en la caja (18.63 %)
alcanzando varios entre ellos abonos entre 50 y más de 100 pesos.
Algunos cobraron la suma al terminar su tiempo, otros dejaron parte de sus alcances en
la caja para cobrarlos el siguiente año al regresar para la nueva temporada. Lo que aquí
se demuestra es parte de una estrategia y actitud previsora que contempla el regreso
anual a la finca y se opone a una imagen de un trabajado casi forzado.
Enganchados utilizan a la finca como un banco donde recibir crédito durante varios
meses (por lo regular entre enero y agosto), para repagarlo en los meses de la cosecha.
(agosto- enero)
trabajadores que abonaron dinero en la caja de la finca, 1928-19305
3
9 6
166
94
29
27
22
4
18
16.2
23.4
13.8
0
0
50
100
150
200
$ 5 --50 $ 51-100 $ 101-150 sin enganche
cantidad de anticipo
No
. d
e t
rab
aja
do
res
no cumplieron
Total que cumplieron
# trabajadores que abonaron
% del total
Imagen 7 Ganadores en Finca Perú-Paris
Cuando se habla de los trabajadores en las fincas, la asociación automática es pensar en
enganchados. Aunque hay tempranas menciones de gente que iba a las fincas como
ganadores (Romero 1873), es decir trabajadores libres, su presencia no encontró mayor
eco en la literatura. No hay investigación sobre este tipo de trabajadores que
temporalmente conformaron el grupo más numeroso en las fincas.
Su existencia no esta en duda. Pero ha sido un enigma la respuesta a la pregunta
¿cuantos de los trabajadores eran ganadores?
Quisiera presentarles una muestra de las cosechas de 1924-1930 donde podemos
apreciar que por lo menos durante tres cosechas había más ganadores que enganchados,
lo que nos obliga a reconsiderar no solo nuestra tan popular visión de las fincas como
centros de pura represión, sino a la vez nuestras especulaciones sobre la conformación
de un mercado de trabajo libre.
No existen estadísticas regulares que registran igual que a los enganchados a los
ganadores, es decir los que vienen a la finca ofreciendo su mano de obra sin haber
recibido anticipo alguno.
La localización de la información es más difícil y tiene que basarse
– en primera línea en los precios pagados por caja. A los ganadores se
pagaron por caja 1.40 y a los deudores 1.20 (ver libro Control de
cosecha)
– En las relativamente esporádicas menciones en informes y
correspondencia interna.
Jornales cubiertos por ganadores y deudores, cosechas 1924-30
0
2000
4000
6000
8000
10000
12000
1924-25 1926-27 1927-28 1928-29 1929-30
año cosecha
# jo
rna
les
Ganadores
Deudores
Cajas cosechadas
Imagen 8 Procedencia
Un análisis de la procedencia de los trabajadores deudores de la finca Perú-Paris para
los años 1928 – 1936 contribuye interesantes datos que enriquecerán la futura
reconstrucción del trabajo migratorio de Los Altos hacía el Soconusco.
Contrario a lo generalmente sugerido, el inicio del enganche para las fincas en los años
90s del siglo XIX no significó una predominancia permanente del elemento Tzotzil-
Tzeltal en las fincas del Soconusco.
Para nuestro caso no contamos con muchos datos de procedencia de los años 1919-
1928, pero los apellidos anotados permiten suponer que no había mayor presencia de
enganchados de Los Altos sino principalmente de la zona fronteriza, esto en marcado
contraste con los apellidos e informaciones sobre procedencia que aparecen a partir de
1928 y que nos comprueban una significativa presencia de enganchados de Oxchuc,
Huistán, Tenejapa y Chamula.
Pero aun así la presencia de gente local seguía siendo mayor y aún más se observamos
los años 1931-36 cuando el número de trabajadores procedentes de Los Altos se reduce
a una quinta parte de los años anteriores.
Este fenómeno explica la inusitada actividad anti-guatemalteca durante los años 30s y
especialmente durante los años cardenistas. Las denuncias del empleado de Migración
Erasto Urbina quien luchaba contra la inmigración guatemalteca que veía como peligro
para el empleo de los trabajadores de los Altos quien reclamaba que las fincas
sistemáticamente estaban dando preferencia a los guatemaltecos por ser más baratos que
los trabajadores mexicanos.
Fueron estas demandas que finalmente en 1936 llevaron a la creación del Sindicato de
Trabajadores Indígenas.
[Con todas las limitantes que merece el caso (es el registro de los deudores no de todos
los trabajadores) se pueden anotar las siguientes observaciones:
Hay cambios muy marcados en el número de trabajadores registrados según localidad y
cambios igual marcados en lo que respecta a zonas de reclutamiento
- la importancia de Oxchuc parece más bien temporal (Moctezuma Pedrero) se
retiran del negocio? y aun cuando el números absolutos de trabajadores de
Oxchuc ocupa el 1° lugar, en conjunto la región Altos sigue en 2° lugar.
especulamos: La infraestructura de la Agencia de Identificaciones de los Finqueros ya
se volvió demasiado caro?]
Procedencia de los trabajadores deudores, 1928-30, 1931-36
0
50
100
150
200
250
300
1928-31 1931-36
años
# d
e t
rab
aja
do
res Zona fronteriza y Guatemala
zona Altos
Zona Comitán
Zona Fincas
otros
no registran
Imagen 9 La cuestión del Género
Que igual mujeres y niños se fueron a las fincas acompañando a sus parejas no es
novedad. Incluso para la cosecha los finqueros buscaban abiertamente la llegada de
mujeres y niños por ser más hábiles en el cuidado durante la recolección del fruto. La
literatura al respecto sugiere que estas mujeres vinieron como “anexos” de sus esposos y
compañeros que recibían y disponían de su pago.
El análisis de la documentación de la Finca Perú-Paris nos permite una apreciación algo
diferente. La mujeres están igual anotadas como deudoras y solo en muy contados casos
como esposas de algún trabajador. Ellos recibían y quitaron anticipos tal cual como los
hombres incluso varias de ellas alcanzaron considerables abonos en su cuenta en la
finca.
Podemos diferenciar dos categorías:
- mujeres que son empleadas en las cocinas y de la casa grande (personal
doméstico)
- mujeres cosecheras
En ambos casos hay mujeres enganchadas y ganadoras y ambas actúan por su cuenta.
Igual aparecen las mujeres entre los que definitivamente no cumplan con su
compromiso.
La información respecto a los lugares de origen de ellas, permite especular que vinieron
siempre juntos con grupos de trabajadores de la misma comunidad que podrían ser
parientes (bastante probable por contar las fincas solo con espacios para solteros pero no
para solteras)
Esto nos permite reconocer no solo una actuación independiente de parte de las mujeres
sino igual la aceptación de las mismas por parte de la finca como capaces de
comprometer su fuerza laboral y responder por ellas mismas.
Presencia de mujeres entre los mozos deudores. 1919-1936
20
14
8
0
5
10
15
20
25
1919-23 1928-31 1931-36
años
# d
e m
uje
res
mujeres
Imagen 10 Género II
Para poder apreciar la cuestión de la participación de las mujeres y niños en los trabajos,
principalmente de las cosechas quisiera presentarles como botón de muestra el análisis
de la cantidad de jornales realizados conforme a género.
Lo que vemos es de los 20.553 jornales que requirió la cosecha 1933-34, el 65.5 %
fueron llevados a cabo por hombres (deudores y ganadores); pero más del 22 % fueron
llevados a cabo por mujeres y si unamos a estos los jornales realizados por “chamacos”
estamos hablando de más de 34 % del total de jornales.
Durante los meses principales de la cosecha (noviembre-Diciembre) había más de 50
mujeres trabajando como cosecheras.
Jornales cubiertos según género y edad, cosecha 1933-34
13474
4561
2518
0
5000
10000
15000
20000
25000
Sep
tiem
bre (2
3 dí
as)
Octubr
e (2
6 día
s)
Novi
embr
e (2
6 dí
as)
Diciem
bre (2
3 días)
Ene
ro (2
6 dí
as)
Febre
ro (1
2 dí
as)
Total jo
rnale
s
meses
# j
orn
ale
s
jornales chamacos
jornales mujeres
jornales hombres
Conclusiones:
En esta primera revisión de la documentación de control de una finca cafetalera inmersa
en la lógica del mercado internacional, los resultados obtenidos respecto a su fuerza
laboral, su constelación con respecto a su origen y género, su manejo de las deudas, del
respectivo tiempo comprometido, y actitudes generales frente a este trabajo de
jornalero, igual que actitudes y prácticas de las administraciones, difieren en puntos
importantes de la imagen generalmente dibujada en la historiografía.
Frente a una imagen uniforme de enganchados por engaños, llevados a la fuerza para
producir el café del finquero, tenemos aquí una imagen mucho más diversificada que no
niega la presencia del enganche y de abusos, pero donde a la par juegan un papel
importante los ganadores y con ellos el inicio de la conformación de un mercado de
trabajo libre, tenemos un manejo de los anticipos o deudas de parte de los deudores y
tolerado por la finca bastante flexible que permite repagarlos a través de varios años
aunque – y esto es otro resultado sorprendente – la mayoría cubrió sus adeudos en el
menor tiempo posible, incluso un 12 % (global para 1919-1936) abonó temporalmente
dinero y (especialmente) durante las cosechas enganchados se volvieron ganadores una
vez cubierto su adeudo.
Hay constancia respecto a la procedencia de los trabajadores, pero no en el sentido
siempre insinuado. Por lo menos para los años veinte y treinta, los que son más
constantes en esta finca son los trabajadores procedentes de la zona fronteriza y de
Guatemala, aunque hay igual variaciones. Los que sufren bruscos cambios son los
trabajadores procedentes de Los Altos que aparecen y desaparecen.
Siempre olvidadas las mujeres aquí aparecen no solo como compañeras o hijas sino se
revelan a la vez como actores con capacidad propia de pedir anticipos y hacerse
responsable de su liquidación.