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Robin Benway 1

Los Extraordinarios Secretos de April, May & June

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Robin Benway

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Robin Benway

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Capitulo 1

“Ya se demasiado”. April

Odio ser la mayor.

Lo odio porque soy la que experimenta todo primero. E incluso si no lo he hecho, mis hermanas

igual piensan que yo lo sé todo. Lo cual es casi cierto, pero ese no es el punto. Al menos, no ahora.

Es como cuando mi hermana más joven, June, la noche antes de nuestro primer día en la escuela

nueva, me sentó en el borde de mi cama (lo cual me hizo arrugar el edredón) y me interrogó

acerca de la preparatoria como si fuera una categoría en Jeopardy! (N.T. : Jeopardy! es un

concurso de televisión, emitido en los Estados Unidos, con preguntas sobre historia, literatura,

arte, cultura popular, ciencia, deportes, geografía, juegos de palabras, y mucho más.)

— ¿En donde comen los chicos cool? —Me preguntó, soplando el flequillo de sus ojos para que

volvieran a colocar por su frente—. ¿Está bien si no puedo conducir todavía? ¿Me van a hacer

novatadas sólo porque soy estudiante de primer año?

—June —tuve que decirle—. No lo sé, no lo sé, y no lo sé. Nunca he estado en esta escuela

tampoco, ¿recuerdas?

— ¿Pero qué pasa si estoy usando la ropa equivocada? ¿O si está nublado y mis cabellos se

erizan? ¿Crees que ellos serán quisquillosos?

Nuestra hermana del medio, May, metió su cabeza en mi cuarto desde el pasillo. Su cabello

estaba desordenado en el tope de la cabeza en lo que June hubiese llamado “un completo

desastre”. Sin embargo, no culpé a May. Hacía mucho calor afuera para preocuparse de cosas

como el cabello.

—Si, —le dice a June—. Olvídate de tener una cita por los próximos cuatros años. Vamos a

llamarte Perdedora, para abreviar.

—Solo porque tú nunca hayas tenido una cita, —June la miró— perdedora al cuadrado.

May volteó los ojos y agitó su iPod negro hacia mí—. Necesito mis auriculares de vuelta para

poder ahogar las quejas.

—En mi escritorio, —le dije—. ¿Y June, de verdad? Al menos que una manada de perros salvajes

estén sueltas en los pasillos mañana…

— Esperamos, oramos, —murmuró May mientras escarbaba alrededor de mi escritorio en busca

de sus auriculares y golpeando un montón de libros de tapa dura en el proceso.

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—…entonces estarás bien. ¿Y te importa, May? ―enderece mis libros y la miré—. Un poco de

respeto por la palabra escrita, por favor.

―Solamente tú, ―dijo May con un suspiro—, actualmente lees los libros en la lista de lectura de

verano.

— ¿Hay perros salvajes aquí? —preguntó June—. Sé que hay coyotes.

—Puede haber una araña, —le dije.

—O siete, —añadió May.

Suspiré—. ¿Pueden irse de mi cuarto para seguir pretendiendo que soy hija única?

Sin embargo, las extrañé después que se fueron. Era raro en la manera en que como las quería

allí, y cuando estaban allí, quería que se fueran. Apenas nos hemos mudado a nuestra nueva casa

dos semanas atrás, viendo de Orange County a el Valley (N.T.: San Fernando Valley, es un valle

urbanizado situado en la zona metropolitana de Los Ángeles del sur de California, Estados Unidos)

porque nuestros padres se divorciaron y nuestra mamá consiguió un trabajo aquí y porque mi

papa tomó un nuevo trabajo en Houston y se iba a mudar para allá en pocas semanas.

Al menos, por eso mi mamá decía que nos estábamos mudando. Yo, por otra parte, estaba segura

de que algo tenía que ver con el hecho de que May se desmadró la noche en que nuestros padres

anunciaron que se estaban separando.

Nadie habla sobre eso, menos que nadie May, e incluso si hablamos de eso, no estoy segura de lo

que le diría. ¿Es tu manera de ser un cliché? ¿Entonces que se siente protagonizar tu propia serie

de televisión dramática? June, siendo la más joven a los catorce, no tenía ni idea acerca de

su noche de libertinaje. Todo lo que sabía era que un montón de estrellas de Disney Channel

vivían en The Valley, así que estaba emocionada acerca de la mudanza. Todo lo que sabía era que

nadie nos preguntó a mi ni a mis hermanas lo que queríamos, así que seguimos con la corriente.

Sin embargo, les diré esto. Si hubiese sabido que íbamos a terminar aquí, hubiese levantado mi

voz mucho tiempo atrás.

The Valley al comienzo de Septiembre es absurdamente caluroso.

Así que teníamos esta nueva casa ahora, con este árbol de jacarandá, cuyas flores púrpuras

permanentemente manchaban la acera, y arboles de eucaliptos en el patio trasero. Era hermosa,

pero no se sentía como un hogar. Solo era una casa en la que vivíamos, y si escuchábamos con

atención en la noche, se podía escuchar el tráfico en la avenida 101—. Será como una aventura,

—había dicho mi mamá cuando nos mudamos, y había sonreído tanto que

mis hermanas y yo solo sonreímos igual, como si no hubiésemos pasado anteriormente tres

meses antes en una aventura, viendo a nuestra familia reformarse. Quizás fui la única que me

estremecía por dentro; no lo sé. Ni siquiera quiero saberlo. Ya se demasiado. Pero las cosas se

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calmaron, y estabab bien como fuese. Comenzamos la escuela, y en nuestro primer día, me perdí

cuatro veces porque el campus era más grande que nuestra vieja escuela, con postes de cemento

gigantes cada diez pies más o menos y caminos sinuosos que me hicieron andar dos veces. Yo

sabía que muy pronto, la vida sería normal y olvidaría lo que solía ser, pero eso no me hizo sentir

mejor cuando acabé en la clase de geografía de primer año, en lugar de la anatomía de tercer año

por accidente. Me digo mucho eso ahora. Te olvidarás de lo que solía ser.

June, al igual que el 99,9 por ciento de la clase de primer año, no hizo absolutamente ninguna

impresión en nadie. May se mantuvo en su rutina normal de estudiante de segundo año

arrastrando los pies alrededor con sus Converse negros e ignorando a todo el mundo, en tanto yo

seguía la corriente con la multitud de tercer año. Después de todo, ¿por qué nadar contra la ella?

Todo lo que pasa es que te cansas más rápido y mueres. Ir con la corriente, digo yo. O solía decir.

Eso fue antes de que me despertara viendo rojo. Eso pasó en el segundo lunes de mi año escolar.

Desearía que eso fuese lo único que recuerdo, pero recuerdo todo de ese día. Era el día en que

nuestro papá se mudaba a Houston, el casi ya se había mudado allí, pero él iba a venir después de

la escuela para decir adiós oficialmente. Él nos había mostrado imágenes de su nuevo piso, se veía

como cualquier otro condominio en los Estados Unidos y May, June y yo al ver las fotos dijimos, —

Genial, —porque de verdad, ¿Qué podíamos decir?

Recuerdo que estaba nublado ese lunes en la mañana y que olía a té de menta debajo de la casa.

Incluso podría decirte que estaba usando un par de medias de May porque todas las mías estaban

en la lavadora pero ese no es un detalle importante. Y por favor no le digan a May. Ella tiene esa

cuestión acerca de compartir las medias. No lo sé, ella es así de rara. Me desperté temprano,

incluso antes de que la alarma de June sonara al cuarto de al lado. Al principio pensé que todavía

estaba solando porque había visto un rojo brillante nadando por delante de mis ojos. Y luego

pensé que solo era el sol detrás de mis párpados, recordándome que me levantara. Tú sabes,

como si pudiera tener algún modo de hacer eso.

Cuando finalmente abrí mis ojos, el cuarto todavía estaba oscuro. No hay ninguna luz solar, solo el

tranquilo cielo rosado y neblina gris por delante de la ventana de mi habitación, y sentí un raro

aumento del miedo y la adrenalina, como cuando vas a la montaña rusa y de repente te das

cuenta de que fue muy mala decisión amarrarte con correa a un coche destartalado y caer por el

carril sin preguntar acerca de los registros de inspección de seguridad o por lo menos usar un

casco.

Sin embargo, pensé que no era nada en el momento—. Solo estas nerviosa, —me dije en voz alta,

viendo la neblina comenzando a disiparse—. Eso es todo. Solo esta nerviosa. —Lo dije hasta que

me lo creí, aunque no había nada de lo que tuviera que estar nerviosa, y luego la alarma de June

sonó. Escuché el grito soñoliento de de May cuando la apagó, y el día comenzó, como si nada y

todo ya hubiese pasado. —Voy a ser popular, —anunció June camino a la escuela esa mañana.

Ella estaba en el asiento de atrás de la vieja minivan de mi mamá, conocido también como mi

nuevo carro. June se negó a ir en el asiento delantero del “mama-móvil” en cualquier momento

que fuéramos a la escuela, y May dice que ella no le importa donde se sentara porque iba a la

escuela, así que no era como si algo iba a hacerlo mejor. (Ella no es una optimista, mi hermana

May.)

May y yo ni siquiera nos volteamos con el anuncio de June—. ¡Qué maravilloso! —dije, mirando

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en mi retrovisor por policías. Estoy muy orgulloso de mi récord sin ninguna infracción, y yo no

quería que se arruinara. —April, es el pedal de la derecha, — se quejó May desde el asiento del

pasajero. Ella estaba desparramada con su capucha negra sobre su pelo rubio sucio—. Tal vez

podrías presionar el pedal e ir más rápido." —Discúlpame, pero no tengo ninguna infracci… —Yo

digo, —interrumpió June desde el asiento de atrás, —que yo voy a ser popular. Esa es mi meta

por este año. Nuevo año escolar, nueva vida escolar. —Eres como, el cliché de la niña novata

cruzada con Oprah, — se burló May , y no tenía que ver su cara para saber que estaba arrugando

la nariz. Es muy molesto cuando hace eso—. ¿Por qué no tratas de ser única para variar?

—Oh, sí, —dijo June—, porque ser única ha funcionado tan bien para ti. ¿Y qué hay de malo en

ser popular? Gandhi era popular.

—Gandhi estuvo en huelga de hambre por la paz mundial y finalmente fue asesinado por su rival,

—le informó ella—. ¿Es eso lo que quiere emular? —Vi el tráfico por delante del mini-centro

comercial mientras nos paraba la luz roja, vi cómo las personas se alineaban en el Starbucks de

enfrente. Si yo fuera un bloque en cualquier dirección, el punto de vista seguiría siendo el mismo.

May llamaba a nuestro nuevo vecindario “la tierra que la diversidad olvidó” — ¿Siquiera sabes

cómo era Gandhi? —preguntó May ahora, finalmente girando para verla cuando la luz se volvió

verde. Podía ver a June en el retrovisor, luciendo frustrada mientras pasaba sus manos sobre su

cabello oscuro, tratando de mantener el frizz controlado. Ella tenía este largo cabello castaño y

una perfecta franja de flequillo sobre la frente que siempre pasaba enderezando. Ella también

tenía grandes ojos azules, pero por favor no le digan eso a ella porque iria por todos lados con

ojos de cierva, y comenzaría a batir sus pestañas y eso sería muy embarazoso. Pero si, mi

hermana pequeña es realmente linda. Eso apesta. —Sí, eso fue lo pensé, —dijo May,

volteándose—. April, te lo juro por Dios, vas tan lento que creo que vamos en retroceso.

May, por el otro lado, no es lo que llamaría linda. Los animales de Woodland son lindos. June es

linda. May es algo completamente diferente. Es tan delgada que todo es exagerado en ella.

Incluso sus codos lucen como si se fuesen a desprender por lo delgado de sus brazos. Cual no te

esta frunciendo el ceño, es realmente bonita. Puede incluso ser hermosa, si los pómulos no

lucieran como si fuesen hechos de hojas de cuchillo.

En términos generales, May tiene ese tipo de apariencia que dice: “No me hagas tener que

golpear a una zorra. — Eso podría explicar porque su lista de amigos es igual a cero.

— ¿Crees que puedes hacer un mejor trabajo manejando? —le dije, poniendo la luz de cruce a

pesar de que todavía estábamos a una cuadra y media de distancia de la siguiente intersección. —

Miren, — resopló finalmente June, sin prestar atención a mi conversación con May—. Se esto. En

el reino animal, si no te adaptas, mueres. Se llama Darwinismo, búsquenlo. May solo resopló—.

Esta lección de ciencia ha sido traída a usted por cortesía de la frase ‘Mierda, no me digas’

Baje la velocidad un poco mientras nos acercábamos a la intersección, a pesar de que la luz estaba

verde—. ¿Qué estás haciendo? —Chilló May—. ¡La luz esta en verde! ¿Cómo es que eso te va a

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confundir?

—Hay una chica en mi clase de inglés, —continuó June. Cuando ella tiene una idea, nadie la puede

detener para que no hable. Si hubiese estado a bordo del Titanic, habría balbuceado acerca de

cómo el chaleco salvavidas naranja no era muy halagador para su tono de piel, mientras que los

demás se aferraban a los icebergs.

—Estoy desacelerando porque es lo más seguro por hacer cuando se aproxima una intersección,

May poco a poco puso la cabeza contra el reposacabezas. Junio ni siquiera toma un respiro—. De

todos modos, ¿ella está en mi clase de inglés? ¿Y su nombre es Mariah? ¿Ella es una estudiante de

segundo año por lo que ella debería estar en tu año May? Y ella es realmente genial y…

— ¿Y por qué? —interrumpió May--. ¿Todo? ¿Suena como una pregunta? ¿Cuando estás

hablando?

— De todos modos, —June no le hizo caso, pero yo podía verla enrojeciéndose en el asiento

trasero—. Su nombre es Mariah y…

—Mariah, —dice May—. Solo dos letras para decir paria. Piensa en ello.

—Bueno, ¡sabes mucho sobre pari…! —comenzó a gritar June, pero en cuanto cruzamos la

intersección, su cara se arrugó como si ella había probado algo malo. Vi su mirada por la ventana

en el vagabundo de la esquina, y tembló.

—Eso no está bien, —June, —le dije—. Solo porque es un indigente no significa que no es un ser

humano.

—Yyyyyyy aquí viene el sermón—murmuró May.

—No dije nada, —murmuró June, pero su voz era más callada y ella no mencionó más a Mariah.

—Bueno, no tenías que hacerlo, —dije—. Lo vi en tu cara y de verdad, pienso… hey, espera un

minuto. ¿De verdad no estás usando tu cinturón de seguridad?

—Oops. —June tiró de la correa a su alrededor—. Mi culpa.

—-Más bien mi muerta, —le dije—. ¿No sabes que los accidentes ocurren cerca de casa? ¿Qué

podemos…

Y de repente sabía que tenía que cambiar de carril. Había una imagen de luces de freno justo

detrás de mis ojos, como un recuerdo de algo que no había pasado todavía, y agarré del volante y

moví el coche al carril izquierdo, por lo que mis hermanas gritaron y se aferraron a sus

(afortunadamente fijos) cinturones de seguridad. Dos segundos más tarde, las luces de freno

brillaron, y pasamos por el accidente tal como sucedió, al igual como lo había visto.

June fue la primera en recuperarse—. Si tengo que usar un collarín, te mataré, —murmuró ella

desde el puesto trasero.

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May solo me veía con ojos gigantes—. ¿Qué demonios fue eso? — dijo sin aliento.

—No… No lo sé, —admití. Si no hubiera sido agarrado el volante con tantas fuerzas, mis manos se

hubiesen puesto a temblar—. Acabo de cambiar de carril. Eso es todo.

—Bueno, lo que sea que haya sido, me gusto, —May sonrió y se acomodó en su asiento—. Al

menos. Un poco de emoción por aquí.

Capítulo 2

"He pasado toda mi vida preparándome para esto." May

April siempre hace que todo suene tan dramático en un principio. "Oooh, vi todo rojo y yo sabía

que era una señal, y los cielos se abrieron y la niebla se esparció en...." Etc, etc.

Ese día no fue tan dramática.

No fue hasta que yo me implique, por lo menos.

Tan pronto como mis hermanas y yo ingresamos por la puerta principal de la escuela, fuimos a

nuestra rutina diaria de los días de semana, que básicamente significa que nos negábamos a

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reconocer la existencia de cada una durante las próximas seis horas y treinta y siete minutos. Tal

vez, si fuera el cumpleaños de alguien o algo, vamos a levantar una ceja en reconocimiento, pero

por lo demás, yo no las conozco y ellas no me conocen.

No es que ellas me conozcan después de la escuela, tampoco.

Yo supongo que estas son las cosas que suceden cuando estás en el medio. Cuando éramos más

niñas, mi madre solía utilizar la vieja metáfora del emparedado para explicar por qué ser la hija

del medio era tan importante. —¡Tú eres la mortadela del emparedado!", —decía, y yo tenía que

recordarle que no, que a June era a quien le gustaba la mortadela, no a mí, la clase de soplo que

hacía volar su metáfora sobre el agua.

No estoy tratando de ser todo "Marsha, Marsha, Marsha!"1 Al respecto. Quiero decir, amo a mis

hermanas, supongo. Creo que estoy biológicamente obligada a amarlas. Yo sólo desearía que no

fueran tan... ellas. Especialmente en la escuela, con June con una de sus metamorfosis de

mariposa social y April que se prepara para una vida de coleccionista de libros, resplandor y de

doctorados, era muy fácil obviarlas.

Y ahora que mis padres se divorciaron, me siento como si fuera más mediocre que nunca. No es

que mi autoestima se vea afectada, pero antes, era la única cosa que me hacía diferente, el que

mis padres estuvieran casados. ¿Pero ahora? Sólo somos como todos los demás. Nada que ver

aquí.

Supongo que en cierto modo, he pasado toda mi vida preparándome para esto.

Casi sería gracioso si todo esto no hubiera sucedido realmente.

Ese lunes por la mañana, cuando todo empezó, April nos condujo hacia la escuela en un movil

defectuoso. Utilicé mi compas en el primer periodo de la clase de geometría para hacer un

muñeco de nieve familiar.

El segundo periodo fue Educación Física, y de inmediato me retire con la excusa de tener

calambres, haciendo muecas de dolor a cada minuto, así mientras todos los demás corrían dando

vueltas, todos sudorosos y asquerosos. Sinceramente creo que tener que usar pantalones cortos

debe ser considerado un crimen contra la humanidad. (Una vez se lo comente a April, y todo lo

que ella hizo fue rodar los ojos y decir: —Hay personas que realmente están sufriendo los

crímenes de la humanidad, May. No es una broma. —Ella tiene el sentido del humor de una pulga.

Una pulga sin humor.)

El tercer período fue historia Europea. No me gusta historia. Sé que esa cita antigua sobre cómo

quienes no aprenden sobre la historia están condenados a repetirla, ¿pero de verdad? La gente ha

estado estudiando la historia cientos de años, y todavía hay guerras, hambrunas, dictadores y

enfermedades. La historia va a repetirse tenga o no que pasar los 56 minutos al día aprendiendo

al respecto.

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Y sobre todo odio la historia europea. Me gusta Europa muy bien, y algún día me voy ir a vivir en

París, voy a ver la Torre Eiffel y a vivir con un artista. Así que estoy abajo con los europeos. Pero su

historia es ridícula. ¿Los habría matado nombrar a un rey con otro nombre que no fuera James,

Edward, o George? ¿Qué pasa con Héctor? ¿O Archibald? Una vez que estaban en James el Quinto

o algo así, era hora de ejercer algunas otras opciones.

Y ni siquiera me dejen comenzar con Prusia.

Pero la cosa que más odio sobre la historia Europea es que me está haciendo recurrir a un tutor.

Al parecer, cuando tú no apruebas el primer examen escolar, esto no se refleja muy bien en tu

expediente escolar. Traté de indicar que la falta de creatividad en los nombres reales no estaba

ayudando, pero en vez de estar de acuerdo, tengo una cita con el subdirector para discutir las

posibles opciones de los estudiantes de tutoría. Supongo, sin embargo, que no será sometido a

discusión.

Así que ahora tengo que mantener esto en secreto de mi padre. Estoy segura que April te lo contó

(porque, como saben, ella dice todo a todo el mundo) que nuestro padre está en Houston. Y no es

que a mi papá realmente se preocupa por mi clase de historia europea, pero ha prometido que

puedo volar y él me llevará a Austin. Prometió viajes especiales para mí y para mis hermanas, sólo

una cada una un tiempo con él, pero todo lo que quiero hacer es ver Austin. Quiero decir, su lema

de la ciudad es "Deja que Austin Siga Siendo Rara," y yo soy bastante rara. Así que siento que esta

ciudad y yo vamos a ser BFFFs.2 (Estoy bastante segura de que sabes que significa F extra,

también.)

Y sí, creo que será divertido ver a mi padre. Paso mucho tiempo tratando de no pensar en él. Paso

mucho tiempo tratando de no pensar en un montón de cosas.

El resto del día continuó con su patrón habitual de aburrimiento. El almuerzo era siempre un

punto bajo en el día, sobre todo porque yo no conocía a nadie y no me gustaba sentarme sola. Yo

sabía que April probablemente estaba en la biblioteca de la escuela, aprendiendo sobre los

hábitos de apareamiento de las larvas o algo igualmente inútil, y June estaba siempre en otra

parte.

Sin embargo, no es que yo las buscara.

Pasé el almuerzo como lo hice todos los dos días, como un fantasma por los pasillos y tratando de

ver como si fuera a algún lugar. Traté de decirme que nadie me notaria, pero a veces eso me hacía

sentir peor. No lo sé. Como dije, que soy rara.

Después de la campana final, caminé hacia el aparcamiento asoleado, April estaba apoyada en el

coche, haciendo sonar las llaves en sus manos, sus mejillas normalmente sonrosadas se veían más

pálidas de lo normal. Incluso su pelo rubio, que ya era bastante ligero, se veían con algunas

tonalidades más claras.

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— Whoa, —dije. —Parece como si las vas a lanzar.

—Aquí—dijo, dándome las llaves. —tu puedes conducirnos a casa.

Solamente la mire. —¿Por qué?

—Sólo porque si.

—Preguntaré nuevamente: ¿Por qué?

—Simplemente no tengo ganas de conducir. Yo... me duele la cabeza.

—Pareces como si vas a vomitar —, le dije otra vez, tomando las llaves mientras hablaba.— Por

favor, no votimes tus galletas sobre mí, ¿bien?

June vino caminando hasta nosotros antes de que April pudiera responder. —Ya—dijo. —Vamos a

casa.

—Ahora, ahora—dije— ¿esta es una actitud apropiada para la pequeña señorita popular?

Ella sólo me miró. — ¿tu vas a conducir?

Sacudí las llaves en su cara.

—Genial— murmuró, al subir en el asiento trasero. —Bien, al menos seré hermosa y joven

cuando muera.

Después de que subiéramos en el coche, April comprobó su cinturón de seguridad en tres

ocasiones. — Oh, gracias por el voto de confianza, April, — murmuré, pero me di cuenta de que

incluso June estaba haciendo lo mismo. —Wow, gracias, familia.

—Sólo tienes que ir lento— respondió April. Ella siguió corriendo la mano sobre su cabello como

si estuviera buscando algo escondido allí. —Y no choques contra nadie ni con nada.

Los primeros cinco minutos estuvieron muy bien, sobre todo porque nosotras estábamos en una

zona residencial. —Ya sabes, si lo piensas bien— dijo June, después de un breve momento

silencioso y feliz —está es la zona más peligrosa para ti realmente, May. Todos los niños pequeños

y las animales domésticos que podrían correr por la calle en cualquier momento....

—June— le espeté. —No ayudes.

— Solo estoy haciendo una hipótesis— ella sonrió abiertamente. —Sabes que es parte del

proceso científico, tu sabes.

Tan pronto como llegamos a la intersección principal, golpeé el acelerador un poco más rápido, y

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April casi se salió de su chaqueta. —May, lo juro por Dios... —murmuró.

Me reí. —Déjame enseñarte cómo se hace, hermana mayor.

April de repente se puso rígida y dijo: —¡No, no ella! ¡No ella, no, May!

—Que quieres…— Empecé a decir, pero cuando miré hacia abajo, no podía ver mis manos en el

volante.

Esto no es divertido.

Sucedió tan rápido que al principio pensé que parpadeé durante demasiado tiempo o tuve, como,

esta brecha mental o algo así. Empecé a sentir mareos. —whoa— dije en voz baja antes de que

pudiera detenerme. Y de repente el coche se desvía hacia la acera, y April estaba gritando, — ¡No

es ella! ¡No esta chica!

— ¿No es quién? — Grité de vuelta, pero cuando lo dije, vi a una chica en la esquina con el pelo

negro revuelto, y April estaba actuando como si ni siquiera pudiera oírme.

April tomó el volante y, tirando el coche atrás en la vereda mientras la muchacha jadeó y se

congeló sobre la acera. June estaba gritando en la parte posterior, — ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! — Y yo

no tenía idea de qué demonios estaba hablando, ni me importa. Apenas note el hecho de que

habíamos estado a punto de chocar con ESTOS transeúntes inocentes.

Estaba demasiado ocupada tratando de averiguar hacia donde mis manos se habían ido.

Cuando volvió a parpadear, mis manos estaban de vuelta en el volante, como si nunca lo hubiera

soltado. April se aferraba al volante, también, con los ojos enormes en su rostro.

— ¿Qué de...? —Susurró.

— ¿Qué? — Le dije con voz trémula.

— ¿Qué? — Repitió. — ¿tu... acabas de...?

— ¿Yo qué?

June hablo desde el asiento trasero, su voz era algo inestable. — ¿Eh, chicas? —

la ignoramos como siempre.

—May— April susurró, —tú estabas aquí, y luego ya no.

— ¿Chicas?

—En serio, June, cierra la boca por un minuto— le dije sobre mi hombro, pero yo podía oír mi

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propia voz temblorosa. Y esta sonaba como hueca, como si no estuviera realmente aquí en

absoluto. Como si fuera invisible.

—Esto no es posible— le dije a April. — ¡Mírame! ¡Yo soy quien está manejando esta maquinaria

pesada! ¡Yo no podría haber desaparecido!

—Oh, mí Dios, ¡estás conduciendo! — Abril de repente jadeó. — ¡Detente, detente! ¡Tú no

puedes conducir ahora!

— ¡Estoy bien! — Grité en respuesta. —Y no puedo parar, ¡estamos en el medio del camino!

— ¡Chicas! — Ahora June estaba gritando junto con nosotras. —Yo creo...

— ¡June, CÁLLATE! — Gritamos los dos por encima del hombro.

—Mira, estás alucinando o algo así— le dije a April. —Estás mentalmente agotada, y estás

alucinando. Necesitas más horas de sueño. No es sano…

—Estas siendo incoherente— me interrumpió. —Y tú lo viste. Tus ojos están súper dilatados

ahora.

Hubo un breve silencio antes de June se inclinara sobre los asientos delanteros. —Creo que sé por

qué...

—Bien, tal vez alucinamos juntas— le dije. Si ignorar a June fuese deporte olímpico, yo sería

Michael Phelps.

— ¿Estábamos alucinando juntas? — April se burlaba. —Sí, eso suena muy lógico.

—Oh, lo siento, ¿qué es más lógico para ti? ¿La teoría que desaparecí? —Estaba agarrando el

volante con tanta fuerza que parecía que mis nudillos iba a estallar de mis manos. Empujé cada

dedo contra el volante a la vez, contando una y otra vez en mi cabeza, llegando hasta diez y

volviendo hasta a uno.

— ¿Te detendrás ya? — April chilló. — ¡No se puede manejar así!

— ¡Y sin embargo lo estoy haciendo! — repliqué.

— ¡¿EY CHICAS?! PUEDEN ESCUCHARME POR UN MINUTO! — June tiene una forma de gritar que

te hace lamentar no estar sorda.

— ¡NO! — nosotras gritamos hacia atrás.

— ¡MUY BIEN! — Gritó ella, y luego se lanzó contra el asiento de atrás y se cruzó de brazos. —es

estúpido, ¡para que me preocupo!

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El silencio reinó durante unos quince segundos cuando di vuelta en nuestra calle. Cada casa se

parecía a la anterior y la que venía despues. La primera semana que vivimos aquí, nuestra madre

tuvo que abrir el garaje para encontrar cual era la nuestra. Pero apenas me di cuenta de las casas

ahora. Estaba demasiado ocupada haciendo promesas en silencio. Lo juro, no voy a saltarme la

escuela nunca más, me dije a mí misma. Voy a ser más amable con mis hermanas. Voy a dejar de

odiar historia europea y a estudiar en realidad.

Incluso haré trabajos como voluntaria con pacientes de cáncer para compensar el tiempo que

fume aquel cigarrillo en…

La voz de June llegó alta y clara desde el asiento trasero. — ¿Tú fumas?

Casi conduje directamente en los botes de basura en frente de nuestra casa, pero logré reducir la

velocidad y aparcar antes de girar para mirarla. April estaba haciendo lo mismo. — ¿Qué? — Dijo

a June. — ¿De qué estás hablando?

No hay ningún modo de que ella supiera lo que, pensé. No es Posible. No hay forma.

June se recostó en su asiento. — ¿Quieres hacer una apuesta?

April se cubrió la boca con la mano. — ¿Acabas de leer su...?

—Sip — Ahora June sonaba petulante. —Eso es lo que he estado tratando de decirles. Y no te

preocupes, May —añadió— no es que vaya a decirle a mamá sobre el cigarrillo. Aún.

— ¡Es mejor que reces para que mis manos vuelven a desaparecer antes de envolverlas alrededor

de tú cuello! — Grité, ya había ha comenzado a zambullirme en el asiento por ella.

— ¡Espera, espera, detente! — Gritó April, tirando de mí de nuevo mientras June se encogia en el

asiento trasero.

—May, ¡detente! Mamá y Papá, ellos están allí mismo; ellos van a…

Nos congelamos justo a tiempo para ver a mis padres salir por la puerta principal juntos. Papá

llevaba sus gafas de sol y mamá todavía tenía su ropa de trabajo sobre ella. En tanto sus bocas se

establecían en líneas rectas y delgadas. Estaban hablando, hablando de algo que nosotras no

podíamos escuchar. No se veía bien, pero luego de nuevo, durante los últimos dieciocho meses,

ninguna de sus conversaciones se habían visto bien. Ni siquiera voy a decirles cómo habian

sonado.

Nos sentamos allí y los vimos durante casi un minuto completo. Yo no podía decir si estaban

discutiendo o si...

—No, ellos están discutiendo —dijo June.

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—Deja de leer mi mente— le dije aturdida, justo cuando April le dijo: —Deja de leer sus mentes.

Me quedé sentada en el asiento delantero, mis piernas pegajosas contra el tapizado de cuero. Me

dolió cuando me trate de despegar, lo cual fue un alivio extraño. El dolor era bueno. El dolor

significaba que estaba todavía aquí.

— ¡Hey, muñecas! — Mi papá de repente gritó desde el porche, viéndonos a nosotras por primera

vez y deteniendo el debate a mitad de la frase. —Vengan, vengan a decir adiós a su viejo padre

antes de que él se convierte en un vaquero!

Casi tuve ganas de vomitar cuando dijo eso. Solamente con pensar en vomitar hizo que mi

garganta quemara con memorias de tequila, que me hicieron querer vomitar una vez más. — Es

extraño— dijo June en voz baja desde el asiento trasero, pero apenas la oí. Solo me pregunté

sobre la próxima vez que volvería a ver a mi papá, si sería extraño tener que volar en un avión

cada vez que quisiera verlo. Me preguntaba si él aún podría verme ahora, si yo estaba loca, o si

había algo extraño en mí que ni siquiera mi cuerpo no quería estar presente para decir adiós a mi

propio padre.

Recompuse el gesto y lo saludé con la mano. En el espejo lateral, pude ver los labios de June

temblando un poco antes de que lo mordiera y parpadeara muy rápido. Ella lo hacía,

normalmente, cuando ella estaba tratando ser buscar coqueta, aun cuando esto solamente

parecía que estuviera usando lentes de contacto inapropiadas, pero yo sabía que ella no estaba

tratando de ser linda ahora.

Tan pronto como la cara de June se suavizaba, abrí la puerta del coche y con cautela puse mi pie

sobre el pavimento. Cuando toque la tierra, yo no estaba segura de si sentirme aliviada o no.

1- Mash, Mash, Mash!: La línea fue utilizada originalmente en el exitoso programa de televisión The Brady

Bunch. El carácter de Jan se quejaba de queMarsha, su hermana, estaba recibiendo toda la atención en una

fiesta y se alteró tanto que ella se quejó "Marsha, Marsha, Marsha!" 2.- BFFF: Best Fuck Friends Forever (Mejores amigas de joda por siempre) 3.- Michael Phelps: Es un nadador estadounidense. Ha ganado un total de 14 medallas olímpicas de oro

Capítulo 3

“Lo recordé . Oh cielos, lo recordé”. June

Lo sabía –Oh, Dios mío, lo sabía.

Lo supe cuando pasamos por delante del indigente esta mañana. April pensó que estaba siendo

insensible. Pero te diré lo que realmente estaba sucediendo. ¿Cuando lo pasamos? Yo no estaba

siendo egoísta.

Podía leer su mente.

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¿CUÁN LOCO ES ESO?

Bien, no es tan loco como su mente lo era, te lo aseguro.

A April le gusta contar la historia, como si todo hubiese sido una sorpresa increíblemente grande,

y May siempre dice que no se pone interesante hasta que ella entraba en la escena y arriesgaba

nuestras vidas, en medio del tráfico de la tarde.

Lo que sea.

He estado diciendo a mis hermanas durante años, la forma en que realmente comenzó todo, pero

nadie me creyó. Todo el mundo pensó que era una linda historia que inventé.

Ya no es así. Ahora ellas me escuchan.

Verás, cuando eres la última en nacer, todas las cosas consiguen su explicación en el hecho de que

eres la bebé. Digamos que tu le tienes miedo a las arañas y tal vez – SOLO TAL VEZ – una vez, viste

una viuda negra en la esquina de tu nueva habitación, y tal vez estabas ya cansado, y tal vez

llorando solamente un poquito, y entonces tus estúpidas hermanas deciden, que el miedo a las

arañas sólo se debe a que tú eres el bebé de la familia.

Método del estereotipo, lo sé.

Pero también tengo un recuerdo de jugar al aire libre con mis hermanas. Yo tenía cuatro años,

May cinco años y April seis. Era verano, y mis hermanas mayores estaban siendo malas no

dejando que jugara con ellas, así que no lloraba porque era el bebé, sino porque May había

arrancado ya la cabeza a dos de mis barbies, y también porque yo resulto ser muy sensible al

rechazo.

Escuché la voz de April tan claramente. —¡Que bebé!—

—No soy un bebé— grité.

—Yo no he dicho que lo seas— ella respondió a gritos.

—Si, tú lo hiciste; ¡yo te escuché!

—¡Yo no dije nada!

Tomé aliento, limpié mis ojos, y utilicé mi última arma, que no fallaba. —¡Se lo diré a Mamá!

Y luego May se interpuso entre nosotras. Su cabello estaba más claro en ese entonces – tan rubio

como el de April – y recuerdo que parecía casi transparente en la luz del sol.

—Hey, — dijo May con una amplia sonrisa,— mira esto.

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April y yo apenas la miramos. April frunció el ceño y dijo, — ¿A dónde vas? —poco antes de que

May desapareciera.

Las hojas se agitaron sobre nuestras cabezas como si May se hubiese elevado a través de ellas, y

vi mi rostro reflejado en la puerta del patío. Había parado de llorar totalmente, eso era seguro.

Junto a mí, April tenía el mismo aspecto.

Cuando finalmente pestañeé, May estaba de regreso, luciendo orgullosa de si misma.

—Estupendo—dijo. Era una palabra que había tomado de nuestro vecino quien surfeaba tres

veces a la semana arriba de la cuña, en la playa de Newport. —Estupendo— ella dijo de nuevo,

como si hubiese capturado la ola más grande de la mañana.

Ella no está jugando limpio. Quiero desaparecer, también.

—Tú no puedes desaparecer como May, —le dije a April. —Tú no puedes—. Y entonces me di la

vuelta hacía May, quien era mi nueva hermana favorita. — ¡De nuevo! —demandé— ¡Hazlo de

nuevo! —.

— ¡No lo hagas! —April se apresuró a decir— ¡Mamá se está acercando!

—No, ¡No lo está! —protestó May— ¡Ella está arriba hablando con papá!

—Hazlo otra vez—clamé. —Una vez más.

— ¿Hacer qué otra vez? —mi madre preguntó de pronto, abriendo la puerta de atrás y mirando

hacía nosotras. — ¿Qué están haciendo aquí las niñas?

Pasé mis manos por la parte delantera de mi vestido de verano, y miré hacía arriba, a mi madre

con alegría. Ella iba a estar tan inquieta por averiguar esto, ¡yo lo sabía!

—May desapareció— anuncié, a continuación le di mi mejor sonrisa. — ¿Puedo tener un helado

de paleta?

Mi mamá todavía cuenta la historia de vez en cuando, riendo a veces, cuando llega al final. —June

tiene tanta imaginación, — dice siempre.

¡Yo lo inventé! Como si nunca hubiese sucedido nada! Incluso ahora, mis hermanas, no

recuerdan. Ellas no me creen. Piensan que sólo porque soy el bebé, no tienen que escucharme.

Ellas piensan que no recuerdo las cosas lo suficientemente bien.

Pero lo recordé. Oh, cielos, lo recordé.

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Ellas fueron las que olvidaron.

--------------------------------------------------------------------------------------------

Diez años más tarde de esa fecha, ese lunes por la tarde, nos despedimos de papá y agitamos las

manos, cuando conducía su coche de alquiler al aeropuerto. Después de que convencimos a

nuestra madre de que no, nosotras no estábamos permanentemente dañadas y no, yo sólo

estaba parpadeando un poco porque mis ojos estaban secos a causa de los vientos de Santa Ana,

y si, la pizza era totalmente estupenda para la cena, y si, la escuela era tan

buena/ridícula/asombrosa como siempre había sido, mis hermanas y yo nos retiramos a nuestras

habitaciones. Fuimos hasta la de April, puesto que ella tenía las más grande. (¿Podemos hablar

sobre el factor injusto de eso?, ella tiene como, dos pares de pantalones y tres camisas.

¿Para qué necesita ella todo aquel espacio? ¿Sus libros? ¡Por favor!)

April cerró la puerta, y las tres nos quedamos allí en silencio durante casi treinta segundos. Bien,

quiero decir que fue silencioso para ellas, mi cerebro estaba siendo asaltado a viva voz por sus

pensamientos, en especial los de April. Ella estaba tomando respiraciones muy profundas, como si

estuviera hiperventilando, y yo podía oír su voz en alguna parte, dentro de su cabeza, un revoltijo

de pensamientos y palabras que no pude resolver. —April, reduce la velocidad de tus líos—dije—

me estás ocasionando una esquizofrenia—.

Eso fue un error.

April lentamente se giró hacia mí, sus ojos comenzaron a salir fuera de su cabeza — ¿Puedes leer

mi mente enserio? —susurró.

Puse mis manos en mis caderas, y me enfrenté a ella. Tengo que admitir, que era agradable ser la

primera en saber algo para variar. — ¿Cuántas veces te lo tengo que decir? — la fulminé con la

mirada, sonando justo como nuestra madre siempre que no poníamos los calcetines en la ropa

sucia. —Nosotras éramos pequeñas.— Yo podía oír sus pensamientos, —¿Te acuerdas? Tú viste lo

que mamá iba a hacer, antes de que ella lo hiciera, May desapareció no una, sino dos veces—, y

seguí leyendo su mente y diciendo sus pensamientos en voz alta.

April abrió la boca, la cerró, entonces la abrió de nuevo. —Pensé que estabas haciendo de tonta

—dijo ella. —Pensé que estabas haciendo esa cosa anormal de la pequeña hermana.

—¿Aún piensas eso? ¿Después de esta tarde? ¿De verdad quieres decirme que crees que lo estoy

inventando?

—Whoa, whoa, espera un minuto, —May agitaba las manos delante de ella como si quisiera

borrar algo. —April, ¿puedes ver el futuro?

—Yo creo que si —dijo— ¡Pero solamente ocurrió esta mañana!, ¡Yo no hice nada!

Mayo se volvió a mirarme. — Y Junio ¿enserio puedes leer la mente? ¿Qué número estoy

pensando?—

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—332.941. —Era tan claro como si ella lo hubiese dicho en voz alta.

Mayo miró hacía April. —Si ella puede leer la mente, tú y yo estamos completamente jodidas.

— ¡Escuché la mente de Avery, cuando casi la golpeas hoy con el coche! —Resoplé—. Bien hecho

May, a propósito, gracias por casi matarnos a nosotras, y a un completo extraño.

— ¿Que dijo ella? —preguntó April . Ella bien podía haber estado llevando una boina y una lupa, y

luciria como una detective.

— ¿Tú podías oírla?

—Por supuesto que podía oírla— le espeté— ¡May casi la golpea con el carro! Su nombre es

Avery! Y no lo sé, ella estaba toda... ¡ella se asustó!

Estaba pensando en todo y en nada. Pensó en su madre y en algún tipo. ¿Qué pensarías tú si

parece que vas a morir en el capó de una minivan?

Pero April estaba demasiado ocupada dándose la vuelta y mirando enojada a May . —¿Y tú

fumas? —exigió.

May solamente frotó su frente y suspiró. —Miiierda—.

April se puso las manos en las caderas. — ¿Sabes el daño que un cigarrillo puede ocasionar a tú

estructura molecular? ¿Lo sabes?

—April—, dijo May. —En caso de que no lo hayas notado, mi estructura molecular ya está un

poco dañada. Permítanme refrescar su memoria. Me desaparecí en el centro de la intersección!

Mientras yo estaba manejando! ¡Casi golpeé a alguien! Vamos a centrarnos en la situación más

grande aquí, como el hecho de tú puedes ver el futuro y June - June! ¡Puede leer nuestras

mentes!

— ¡Hey! —Contesté bruscamente. —Por lo menos yo no soy Casper el fantasma amistoso ni voy a

desaparecer-e mientras estoy conduciendo un coche repleto. —A propósito, asustaste

completamente al chico de al lado! Él pensó que estaba teniendo un ácido retroceso al pasado.

—Yo no te aconsejaría leer mi mente ahora, —dijo May con los dientes apretados—, puede ser

emocionalmente perjudicial para ti.

—Está bien, ¡deténganse!— April gritó de repente. — ¡Alto! No tenemos tiempo para discutir

acerca de... sobre lo que está sucediendo ahora mismo. Tenemos que... tenemos que hacer algo.

May comenzó a reír. Estaba tan molesta, que ni siquiera podía enfocar un pensamiento coherente

en su mente. Grandioso, ahora mis dos hermanas serán confinadas en un instituto de salud

mental, y yo me vería obligada a vagar por la tierra sola, aislada por la misma cosa que me hace

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especial. Entonces me pregunté si harían una película sobre mi vida. Sobre cuál era mi naturaleza,

impresionante tuve que admitir.

Mientras tanto, sin embargo, May se fue tranquilizando.

—¿Hacer qué April? —jadeó May entre risas. — ¿Qué debemos hacer? ¿Comenzar a trabajar en

nuestro vestuario? ¿Buscar un lugar que realmente se llame Ciudad Gótica y mudarnos allí? ¿Cuál

es exactamente tú plan, señorita, lee–destinos?

April se puso las manos en las caderas— ¡Oh, lo siento! —se burló ella—. Debo haber extraviado

mi manual “qué hacer cuando adquieres alocados superpoderes”

— Tal vez esté debajo del folleto “Cómo matar a tus hermanas y desechar los cuerpos” iré a

revisarlo dos veces.

—Oh, lo que sea, estás volviéndote loca también— dije a medida que me dejaba caer en su cama

y le decía como fracasaría. —Y no nos puedes matar, yo sabría tu plan y seré capaz de ocultarme,

y May solo podría desaparecer.

— ¡Dios! June ¿cómo puedes estar tan tranquila? —exigió April— Tú eres completamente Zen1,

en lo que a esto respecta.

— ¡Hey!, —me encogí de hombros, —Tal vez si alguien me hubiese escuchado en los diez años

que pasaron, esto no sería una gran sorpresa.

Podría decir el pensamiento de May después de que dije eso, pero no me encuentro a gusto

repitiendo esa clase de palabras.

—Así que vamos a ver si lo entiendo, —dijo April, después de unos segundos. — ¿Están... están de

vuelta?

Asentí con la cabeza.

April tragó saliva, agarró la espalda de su silla de escritorio, y no dijo nada.

—Tú sabes—, dije finalmente empujando el flequillo de mi cara, —se podría pensar que una de

nosotras hubiese sido capaz de volar .

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Capitulo 4

"Escuché el crujido y vi la chispa". April

Me levanté la otra mañana después de no dormir nada la noche anterior. He estado teniendo

sueño extraños, pero luego me daría cuenta de que no eran sueños, eran fotos de cosas que iban

a suceder, que era más o menos la cosa más espantosa, aparte de cuando May desapareció de

detrás del volante de un coche en movimiento. (Y por cierto, todavía no ha pedido disculpas por

ello. ¿Qué grosera no? Dios.)

No vi nada que pareciera demasiado grande. Yo sabía que el gato del vecino iba a ser merienda de

la noche de un coyote en dos semanas, y que June se molestará y querrá darle al gato un funeral,

a pesar de que no era suyo. Sólo ese tipo de cosas, nada terrible. Por lo menos, suponiendo que

tú no eres el gato.

Pero luego me pregunté si tenía que revisar mi cerebro por algún catastrófico evento que pueda

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estas ocurriendo. ¿Esa era mi nueva responsabilidad? ¿El destino del planeta tierra descansa

conmigo?

No podría lastimar estar seguro.

¿Hongos de nubes? No. ¿Apocalipsis Nuclear? Todavía no. ¿Ladrones armados asaltando nuestra

casa en veinte minutos? No es probable. Era como las anti-noticias en mi cabeza: ¡Las cosas que

probablemente no pasen hoy! ¡Historia a las once!

Para las siete y media me las arreglé para ir al baño porque sabía que June no lo necesitaría hasta

las siete y treinta y dos cuando viniera a tocar y pedir que la dejara entrar. Y, efectivamente, ella

estaba allí justo a tiempo.

Eso me asustaba, no voy a mentir.

—¡ APRIIIIILLLLLL! —gritó—. ¡Necesito hablar contigo!

Yo estaba cepillándome los dientes cuando abrí la puerta—. ¿Qué?

—¡Bien! —anunció ella, con sus ojos redondos ocupando casi la totalidad de su cara mientras ella

puso una mano en la puerta y la empujó hacia adentro—. ¡Te necesito!

Escupí, me enjuague, y me volví hacia ella—. ¿Qué? ¿Qué has visto?

—¿Qué?

—¡Te ves toda sobresaltada y en pánico! ¿Ha pasado algo? ¿Has visto un tumor en el cerebro de

la mamá o algo así? ¿May aún fumar? ¿O esta ella…?

June solo me miraba—. Whoa. ¿Luciendo como el Capitán Morbid ?2

—¿Qué esperas? Estoy un poco hasta el borde aquí. No he dormido mucho.

—Si, únete al club. Como sea. Necesito saber algo. —Ella aclaró su garganta y levantó una falda

rosada corta que lucía hecha de nubes—. ¿La gente va a reírse de mi si uso esta falda hoy?

Parpadeé dos veces—. No puedes hablar en serio.

—Estoy totalmente hablando en serio.

Suspiré—. Por supuesto que sí.

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—Mira, me di cuenta que tu y May están la campaña para ser Las Menos Populares, —resopló

June, —y hey, eso es genial. Sigan adelante. Pero alguno de nosotros le gustaría ser apreciada por

nuestros compañeros. —Ella volvió a levantar la falda otra vez—. ¿Si o no? ¿La gente se va a

burlar de mí?

—Honestamente dudo que haya obtenido la habilidad de predecir el futuro solo para hacerte

popular, —hice una pausa—. Y no puedo creer que esa oración acabe de salir de mi boca.

June sacudió la falda—. Si. O. No.

—¿June, podrías solo irte…?

—¡April! —protestó.

May salió de su habitación y paso junto a nosotras simplemente, todavía con sus pantalones de

pijama. Se detuvo cuando vio la falda suave y esponjosa de June—. ¿Vas a usar eso hoy? — le

preguntó.

—Tal vez. ¿Por qué?

—May resopló de risa.

—Y allí lo tienes, —anuncié yo—. Si, June, la gente se reirá de ti si usas esa falda. De nada. ¿Ahora

podrías dejarme sola? —Llegué a mi cuarto y comencé a cerrar la puerta.

—¡De que ayuda eres! —gritó—. ¡No cuenta si es May quien se ríe!

—¿Qué significa eso? —demandó May—. ¿Qué, puedo desaparecer así que no cuento ya?

—¡Mamá estaba abajo! —les susurré—. ¿Puedes pretender ser normales por una sola vez en sus

vidas?

May se estremeció de ira y luego se fue, literalmente, en un abrir y cerrar de ojos. Yo la había

visto hacerlo ayer, pero había sido sólo por un segundo o dos. Esta vez, sin embargo, me dejó sin

aliento. Creo que ella podría desaparecer cada veinte minutos para el resto de su vida, y nunca

me acostumbraría a verla irse.

Junto a mí, June quedó sin aliento. Incluso dio un paso hacia donde había estado May, lo que

pensé que era algo dulce—. Whoa, —susurró.

Y en un abrir y cerrar de ojos May estaba de regreso, un poco despeinada y agravada—. Maldita

sea, me molesté,—dijo—. Estaba tratando de detenerlo, pero no funcionó.

—Entonces… entonces ¿a dónde vas cuando… te vas? —preguntó June.

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—No voy a ningún lado, —dijo May—. Necesito vestirme—. Ella se fue a su cuarto otra vez, pero

esta vez June y yo la seguimos por el pasillo—. Espacio para respirar, por favor. El gran Houdini1

sigue necesitando oxígeno.

—¿A qué te refieres, no vas a ningún lado? —presioné—. No estabas allí.

—He estado allí todo el tiempo, —dijo May—. Lo mismo ayer. Estaba allí, pero nadie podía verme.

Podría gritar y gritar, y eso no importaría.

—Entonces no es que desapareces, —dije lentamente—, es que la gente no te ve. Puedes hacer

que la gente no te vea.

—Oh no. — May abrió la puerta del dormitorio para mirarme—. Yo no hago que la gente haga

nada. No es mi culpa, y June, ¿por qué me miras así?

June seguía mirándola, con los ojos muy abiertos—. Fue como magia, —dijo—. Estabas aquí y,

luego ¡vamoose!

—¡Vamoosee! —repitió May, pero había una sonrisa retozando en el borde de su boca.

—Estas saliéndose del punto, —las interrumpí—. May, puedes controlar a las personas con tu

cerebro. Controlas lo que ven.

—Genial. Me pregunto si puedo convertirlos en zombis la próxima vez. Grandes zombis

carnívoros.

—Guácala. — June arrugó la nariz—. Eres tan masoquista.

—Una gran palabra, Junie, —dijo May—. ¿Esa va a ser tu próxima hazaña mental? ¿Adquirir un

vocabulario de polisílabas?

—No, esto va a tomar el mundo, —dijo June. May se limitó a sonreír, sólo porque creo que en

secreto le gusta ver a June valerse por sí misma.

Decidí aprovechar su breve tregua por unos minutos más—. Bueno, nuestros cerebros están

trabajando horas extras ahora, —empecé a decir, pero June interrumpió.

—No, no lo están, —insistió ella—. Es como lo que dijo ese tipo Einstein. La mayoría de las

personas solo usan el 10 por ciento de su cerebro ¿no es cierto? Tal vez solo nosotras usamos

más.

—No creo que Einstein dijera eso, —la interrumpí.

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Junio se encogió de hombros—. Insertar un tipo científico famoso aquí, entonces.

—Tal vez uno de los laboratorios de química del Sr. Dwyer salió mal, —dijo May— y nuestro

cerebro se expusieron.

—¿Entonces por qué no le está pasando a toda la escuela? —señale.

—¡Tal vez si! —chilló June—. ¡Tal deberíamos, como, hacer un grupo secreto de Facebook o algo

así!

May volteó los ojos. Un día van a estar permanentemente pegados en la parte posterior de la

cabeza, lo juro por Dios—. Haz un plan real y nos informas June, —murmuró.

June abrió la boca para responder, pero oí los pies de nuestra madre traqueteando por las

escaleras antes de que pudiera decir nada—. Mierda, —susurré.

—Buena predicción del futuro, —me susurró May—. -Que manera de darnos las pistas de mamá.

—Cállate, no es una ciencia exacta. Buena suerte con no desaparecer frente a mamá, por cierto.

May me saco el dedo medio.

—Oh, ¿ya tus otro cuatro dedos desaparecieron? — me burlé, pero June me cortó con un

alegre— ¡Hola, mamá!, —mientras nos daba un codazo para que nos comportáramos.

Mi madre llevaba su taza de té de menta, al igual que lo ha hecho todas las mañanas de mi vida.

Es bueno saber que algunas cosas no cambian. Estoy bastante segura de que por eso Batman

mantiene su mayordomo Alfred alrededor. A veces sólo quieres estar con alguien que es normal—

. ¿April, cariño? —me dijo.

—¿Si?

—Si quieres, puedes tomar mi carro y manejar hasta la escuela hoy. Voy a trabajar desde casa, así

que no lo necesito hoy.

Me detuve y me apoyé contra la puerta. Yo sabía lo que el coche era: otra ofrenda de lástima,

algo para que mi mamá se sienta mejor acerca de todos los trastornos en nuestras vidas, pero

sólo me hizo sentir rara. Cuando las cosas estaban cambiando tan rápido alrededor mío, quería

que todo siguiera igual. Yo no quería el coche. Yo quería nuestra vieja casa, nuestros vecinos,

nuestra vieja escuela y nuestros viejos amigos.

—Di algo, —suspiró June por debajo de su aliento.

La empujé de modo que se veía accidental. He tenido años de práctica de ese movimiento.

—Bien, —le dije a mamá mientras June me frunció el ceño y se frotó el brazo—. ¡Gracias!

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—Por supuesto. Y chicas, tienen quince minutes antes de… —comenzó a añadir, pero se paró

cuando nos vio—. ¿Qué paso?

Vi la mano de June en el pomo de la puerta—. ¿Qué? —dijo ella—. Estamos bien, nada pasó, nada

raro pasó.

Por Dios. Alguien tenía que enseñarle como ser una mentirosa eficiente y rápida.

Afortunadamente, si hay una persona que sabe ser como ser indiferente, esa es May—. Estamos

bien, mamá, —dijo ella, tamborillando sus dedos ( todos ellos siguen presentes y contando) en el

marco de la puerta—. Es que Junie sólo está conmocionada todavía porque vio una araña. Ya

sabes cómo se pone sobre los bichos.

Nuestra mamá parecía estar poco convencida, sin embargo—. Todos sus ojos están muuuy

grandes, dijo, entrecerrando los ojos en nosotras—. ¿Han estado consumiendo drogas en su

habitación?

—Maaaaaamá. Vamos a dragarnos en las casas de otras personas, — May dijo sin expresión, y

luego sonrió cuando nuestra madre se echó a reír un poco. Es algo afortunado para May que

nuestros padres todavía aprecien su sentido del humor. Ella y mi papá son similares en eso.

Cuando los dos de ellos están juntos, pueden pasar un día entero sin hacer un solo comentario

sincero.

—Relax, Mamacita, —continuó May—. Estamos bien.

Sin embargo June parecía que estaba a punto de vomitar, y me di cuenta de que estaba

intentando probablemente lo que más podía de dejar de leer la mente de nuestra madre--. Sí,

estamos bien, —hizo eco de May y ladeó la cabeza cuando nuestra madre le besó la frente en el

camino a su dormitorio.

—Oh, súper, —dijo May con cansancio mientras se montaba en el carro treinta minutos

después—. Otro viaje en carro con mis hermanas. ¿Qué aventura traerá esta vez?

—Eso es gracioso viniendo de ti, —dijo June mientras cerraba la puerta del pasajero.

Miré su atuendo—. ¿Así que estas usando esa falda?

—Sep. Es importante que no debe importarte lo que otras personas piensen, después de todo.

—Así lo asegura la lectora de mentes, — se burló May.

—Es una decisión audaz en una nueva dirección, June, — le dije.

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Ella me miró. ¡Gracias!

En el retrovisor, May subió las cejas y no dijo nada. Podía ver sus manos donde se volvían blancos

sus nudillos puestos en la correa de su mochila, la misma que había tenido durante tres años—.

Por lo tanto, —dijo con su voz casual pero-no-real —¿Cuáles crees que son los chances de que

desaparezca en medio de la clase hoy?

—Hay indicios de que sí,—murmuró June—. Un sí muy grande.

—Cinturón de seguridad, —le dije.

—Si, jefa, —entonó.

—Y tienes que controlarlo, —le dije a May mientras salíamos de la calzada—. Presta atención, no

pierdas el foco, mantén los ojos en la bola, todos los consejos de los deportes.

—Bueno, eso sería genial si realmente jugara algún deporte, — murmuró—. ¿Y si me llaman

cuando ni siquiera este levantando mi mano?"

—Oh, eso, —dijo June con desdén—. Solo responde bastante cuando realmente sepas las

respuestas. Entonces no te llamaran cuando no sepas las respuestas. —Se acomodó en el

asiento—. Pan comido.

Pero sabía cuál era el problema real: May siempre sabía las respuestas. Ella simplemente no les

gustaba decirlas en voz alta. Cuando teníamos cinco, cuatro y tres años, May tuvo una especie de

crisis emocional cuando tenía que ser un ángel en el desfile de vacaciones en nuestro preescolar.

(June, por otro lado, habría usado cada una de las aureolas en esa habitación si hubiera podido, y

yo estaba ansiosa por todo el asunto terminara porque había oído que habría galletas después.)

Una vez que estuvimos en el estacionamiento, salimos del carro con el resto de los chicos con

cara de sueño hacia nuestra escuela. Lucíamos como zombis, ninguno de nosotros queríamos

estar allí, todos en varias etapas de privación del sueño. (Bueno, todos excepto June quien estoy

bastante segura de que estaba en un subidón emocional por la falda rosa.) Quien sea que tuviera

que dar clases en el primer período de nuestra escuela debe haber sacado la paja corta porque no

somos un grupo agradable con que estar.

—Muy cierto, —susurró June cerca de mi—. Somos pérfidos.

Suspiré—. June. Vamos. Tienes que dejar de hacer eso.

—Estoy tratando, —protestó ella-. Lo juro, April, trato. Pero algunas veces es como si pudiera

abrirle una puerta a tu mente.

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May sacudió su pelo sobre su hombro—. June, si abres mi puerta, por así decirlo, te mutilaré y

disfrutaré de ello.

—Ha. No, no lo harás. Eso es ilegal y además, mamá y papá te castigaran por ello, como, por un

trillón de años

No podía manejar escucharlas discutir otra vez, así que lo ignore. Estaba muy ocupada tratando

de mantener la pista en que estaba pasando ahora y que iba a pasar. Las escenas se

intercambiaban muy rápido, y casi me caí sobre un bloque de aparcamiento en mi prisa por llegar

a la escuela.

—¿April?

Ambas de mis hermanas me estaban viendo con curiosidad—. Tierra llamándote, —dijo May—.

¿Qué pasa?

—Oh, te refieres aparte del hecho que puedo predecir el futuro de millones de extraños?

—May sacudió la cabeza—. Oh, no no no no. No. No puedes jugar la carta del mártir. Todas la

estamos pasando de mierda ahora mismo.

Suspiré—. Mi cerebro ya está cansado.

—¡Vamos a escaparnos! —los ojos de June se iluminaron. Desde que ella vio a Ferris Bueller

saltarse un día de clase cuando tenía ocho, ella esperaba por el día que pudiese escaparse de

clase. Supongo que ella cree que eso incluye paseos en el centro de la ciudad mientras cantas

canciones de los Beatles, pero de lo de May me ha dicho, es sobre todo pasar el rato en Denny's y

ver películas de terror de mierda en las casas de otras personas. No es que le diría esto a June, sin

embargo . Cada uno tiene sus sueños.

—May, ¿puedo escaparme contigo? —preguntó ella.

—JUNE, —estalló May—. ¡Es suficiente con las intrusiones mentales!

—¡Lo siento! — Tenía los ojos vidriosos, sin embargo—. ¡Pero tú te escapaste el año pasado! Yo lo

vi! ¿Puedo ir la próxima vez? Ni siquiera voy a hablar o leer tu mente ni nada, lo juro.

Miré a May, que con esmero apartó la mirada, y me di cuenta por la arruga de preocupación

entre sus ojos que estaba haciendo todo en su poder para mantener a June lejos de leer su

mente.

La verdad es, May solía escaparse más que todos nosotros, incluyendo la mitad del cuerpo

estudiantil. Digamos que ha tenido una gran cantidad de citas ortodoncistas para alguien que ni

siquiera usa frenos.

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—Escaparse está mal, —traté de decirle a June.

—Lo que sea.

—Mira, —dije—. Vamos a tratar de pasar este día sin atraer la atención los medios de

comunicación nacionales o convertirnos en experimentos de laboratorio, ¿bien?

—Si, como ranas de laboratorio, —dijo June—. O los gatos de anatomía.

—¿Debemos sincronizar nuestros relojes también? —May puso los ojos en blanco—. ¿Nombres

código? ¿Acordar un lugar de encuentro en caso de que el mundo se termine?

—No bromees con eso.

—Quiero que mi nombre código tiene que ser algo esencial, —respondió June—. Como un

nombre de una celebridad.

Apreté los dedos en mis sienes, deseando que mi dolor de cabeza se alejara—. Nuestros padres

no podían parar en uno, — suspiré—. Tenían que tener dos más. —Pero en realidad, estaba

nerviosa. Mis hermanas y yo éramos cañones sueltos más o menos, y seguía buscando a ver si

May desaparecería para salir de un examen de historia o si June leería la mente de nuestro sub-

director y causar a todos los mayores de treinta un colapso nervioso.

—Anímense, —me dijo June mientras May caminaba trabajosamente hacia la escuela—. Y paren

de asustarse. Algún día estarán felices de tenernos.

—No distingo esa visión venir por mucho tiempo, — le fruncí el ceño, pero me quedé en la fila y

seguí a mis hermanas hacia la escuela. A mitad de camino a la puerta, agarré a May por el codo

mientras June se pavoneaba delante de nosotros—. Oye, —le susurré—. No te escapes hoy.

—Si, lo sé, —me susurró en respuesta, y cuando me vio, lo sentí, lo que sea esa cosa cuando

hablas con tu hermana sin decir una palabra.

Supongo que siempre es especial cuando puedes hacer eso. No importa lo especial que seas.

Para mi inmensa alegría, mi día no fue desastroso. Mantuve la cabeza baja, sin mirar a nadie, y me

esforcé para no ver nada. Y funcionó.

Al menos hasta el almuerzo.

Estaba en mi casillero, sacando los libros y poniendo otros cuando un chico se paró encima de mí,

tratando de llegar a su casillero—. Uh, discúlpame, —susurré mientras me golpeó en la cabeza

con su codo. No colaboro en nada que yo fuese como pequeña, y él es equivalente humano a un

árbol de secoya.

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Probablemente podrías ahuecarlo y conducir un coche a través de él, al igual que las secoyas en el

bosque nacional.

Pero el nunca dijo “Lo siento” o “Discúlpame” o “Perdóname por ser la persona viviente más

ruda”. Nunca dijo nada. Ni siquiera sabía su nombre.

No es que me importara como se llamara. Yo lo acababa de ver en su casillero antes.

Lo que sea.

Así que allí estábamos, haciendo nuestro diario bailoteo en los casilleros, cuando vi algo. Al

principio pensé que era un recuerdo, pero cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, sorbí

aire y agarré la puerta del casillero, como si mi poder pudiera tirarme inmediatamente a tierra.

Yo no podía ver nada delante de mí, ni siquiera el estúpido codo del Chico Secoya pulgadas de mi

cara. Era como si alguien bajara una pantalla de cine frente a mí y pulsara el botón Reproducir.

Vi gente corriendo, esquivándose en cada salida. Algunas personas incluso salían corriendo, los

imbéciles. Vi a la derecha el fajo de tierra debajo de mis pies, venía hacia mí como una ola. Vi una

lámpara caída, una fluorescente que estaba justo encima de mi cabeza, y la vi yendo justo donde

estábamos Julian y yo.

¿Cómo supe su nombre de repente?

—… en mi camino.

Sacudí mi cabeza y miré hacia arriba—. ¿Qué?

—En mi camino, —el chico, Julian, estaba diciendo, señalando que en mi mano estaba agarrando

la parte inferior de su casillero. No podía cerrar la puerta sin golpearme los dedos.

—Oh, —comencé a decir, pero por alguna razón seguía guindando, y es una cosa buena que hice,

ya que la sacudida inicial en el edificio se sintió como si alguien hubiera conducido un camión

dentro de la escuela.

Hubo una oleada de pequeños gritos, y entonces alguien gritó—: ¡Terremoto! — Y lo volví a ver, la

gente yendo a las puertas o corriendo hacia afuera.

Justo como en mi…

¿En mi qué? ¿En mi visión? ¿En mi sueño vespertino? ¿Cómo demonios se supone que iba a

llamar a estas cosas?

El suelo de linóleo parecía levantarse como una ola pequeña, se encrespaba hacia arriba y abajo

mientras el terremoto nos sacudió. Yo todavía estaba de pie junto a mi casillero, aún me aferraba

a su estructura metálica, mientras que todo el mundo que nos rodeaba se pusieron a cubierto.

Es allí cuando escuche el crujido y vi la chispa.

Empujé a Julian con tanta fuerza que se tambaleó hacia atrás—. ¿Qué demonios? —me gritó,

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pero yo estaba demasiado ocupado esquivando la luz rota. Y luego lo escuché gritando, ¡Oh,

demonios! Mientras el vidrio volaba por todos lados y el pasillo se puso oscuro.

El terremoto, lo sabía, solo había durado diez segundos o algo así: 5.2 en la escala de Richter, lo

cual era muy loco en los estándares de California del Sur. La luz solamente cayó porque no la

habían sujetado correctamente. Vi las conferencias de prensa y a los funcionarios de la escuela en

busca de daños, aunque nada de eso había ocurrido aún. Yo sabía que el profesor de química

tendría tres puntos de sutura en la mano porque se había cortado por un tubo de ensayo de vidrio

roto.

Las visiones venían tan rápido que sentí que el terremoto todavía estaba pasando, y cuando

finalmente podía ver normalmente otra vez, vi mis dedos todavía agarrando el borde del casillero

de Julian.

—Whoa, —me dijo alguien—. Estas como pálida.

—Si, —respondí, aunque no tenía ni idea de cómo lucia. A través del pasillo, Julian me estaba

viendo, pero no tenía tiempo para verlo porque estábamos siendo arreados por el vice-director,

quien finalmente tuvo la oportunidad de usar el silbato que siempre carga alrededor de su cuello.

—¡PHWEET! ¡PHWEET!” —El sonido era peor que el terremoto. Todo el mundo lucia o aturdido,

asustado o excitado, y alcancé a ver a Avery, la chica con el pelo negro que May estuvo a punto de

atropellar con el carro ayer. Ella definitivamente lucia asustada y no podía culparla.

¿Casi golpeada por una minivan un día, y enfrentar un terremoto al otro? —Casi podía escuchar la

voz de May en mi oído diciendo—. Apesta ser ella.

—Hey, —me dijo Julian, pero cuando volteé para verlo, no pude verlo más. Estaba viendo otra

cosa más. Algo peor que la premonición del terremoto.

Podía verme besando a Julian. El estaba tomando mi cara, y sus ojos eran realmente marrones,

como mármoles hundidos.

Y su piel era más suave de cerca de lo que parecía desde lejos. Olía muy bien, también, como ropa

lavada a pesar de que su camisa lucía como de un día de sucio. Y sus labios y sus manos estaban,

y, ¡Ay Caramba!....

Cerré mis ojos fuertemente, luego los abrí nuevamente, pero era la misma cosa. Estábamos

besándonos, lo estaba viendo como si fuera televisión en alta definición, y no podía parar.

¿Qué?

¿QUE?

SANTO INFIERNO ¿COMO ERA ESO POSIBLE?

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—Hey, —dijo Julian otra vez, y en este momento me las arreglé para verlo—. Hey, que… —pero

puse delante de él y salí por la puerta con todos los demás, tratando de encontrar una manera de

apagar mi cerebro. Las imágenes estaban golpeándome, flashes y destellos de la vida de todos. Yo

no sabía si estaba viendo el pasado o el futuro o qué, pero de repente recordé tener seis años

más, de pie sobre el cemento caliente con mis hermanas.

Recordé ver a May desaparecer.

Mis hermanas.

—Oh Dios mío, —susurré.

Era como si pudiera ver todo detrás de mí y delante de mí, y sin embargo no tenía idea de dónde

estaba. Lo único que sabía era que se sentía como que algo malo estaba en camino ... y yo era el

único que podía verlo viniendo…

Capítulo 5

No tienes idea de cuán rápido pueden cambiar las cosas. May

Fui arrastrada a la oficina esa tarde después del terremoto. No porque lo causé o algo así,

obviamente (aunque ese sería un poder grandioso, tengo que admitirlo), pero tenía que ir a

tutoría.

Francamente, volvería a vivir el terremoto otra vez.

Por suerte, estaba fuera cuando ocurrió, a punto de sentarme bajo un árbol y comer sola como la

perdedora que soy. Cuando la primera sacudida golpeó el suelo, desaparecí sin siquiera pensar en

ello, pero después de que todo había terminado, no me molesté en volver.

Me refiero, ¿por qué lo iba a hacer? Estaba sentada sola. Debajo de un árbol. ¿A quién le importa

si estaba allí o no?

Tengo que decir, desaparecer sin que nadie lo notara era realmente fantástico.

¿Pero saben que no es fantástico? Tutoría en Historia Europea.

Habría sido útil que mi hermana mayor psíquica hubiera mencionado este desarrollo de la trama.

Pero ella nunca dijo una palabra y me sacaron de geometría y me enviaron a la oficina del

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subdirector para hablar de mi "curso de acción."

No puedo decir que estaba muy decepcionada de perderme geometría, pero sentarse en esa

oficina no era mi idea de diversión tampoco.

― Maaaaaaaay, ―dijo el Sr. Corday en su mejor voz de “Puedo estar en una posición de

autoridad no del todo merecida, pero vamos a ser amigos de todos modos”. —Vamos a hablar. He

escuchado que quizás necesites ayuda con una de tus clases.

—¿Tiene una fuente confiable? —le pregunté—. ¿Declaraciones juradas firmadas? ¿Relatos de

testigos presenciales?

—La calificación de la prueba inicial. —Levantó las espesas cejas. Es asqueroso como las cejas de

los hombres viejos se vuelven todas grises y largas.

―Oh, ―dije―. La calificación de la prueba. Tal vez estoy siendo fichada.

—Vamos a enfocarnos en el asunto que tenemos a la mano, —replicó el Sr. Corday, ajustando sus

lentes mientras sacaba mi expediente de mi última escuela—. Tus calificaciones en la clase de

historia de primer año en la vieja escuela son excelentes. A y B. —Bajó el papel y cruzó las manos

sobre el—. ¿Qué es diferente este año?

Comencé a reírme. No podía evitarlo―. ¿Qué es diferente? ―dije en medio de mi risita. Bueno,

para comenzar, me imagine diciendo, mis padres se divorciaron, nos mudamos aquí, mi mamá

esta estresada, mi papa se está convirtiendo en una especie de híbrido entre hippie/vaquero, tuve

una noche de tequila que todavía hace que mi hígado se encoja, y oh si, ¡Casi se me olvida!

¡Puedo controlar tu mente y hacer que pienses que puedo desaparecer!

Aparte de eso, sin embargo, no mucho es nuevo.

A pesar de eso, mordí mi lengua, y traté de pararme de reír—. Lo siento, —dije—. Mire, aquí está

la cuestión. ¿Mi profesora de historia de mi vieja escuela? Ella era vieja y medio ciega. Todos la

engañábamos como si estuviéramos repartiendo cartas en las Vegas. Todo el mundo obtenía Aes.

Si obtuve una B en mi final es porque era demasiado floja para incluso hacer trampa. Eso era

mitad verdad, pero al menos que este tipo fuese lector de mentes como June, no me importaba.

Las cejas del Sr. Corday se amontonaron como ciempiés enojados—. Sabe que tenemos una

política de de tolerancia cero a la trampa en esta escuela, señorita Stephenson.

Traté de poner mis ojos muy abiertos e inocentes, como Bambi—. Bueno, como usted

probablemente puede referir de mis resultados de la prueba, Sr. Corday, no estoy haciendo

trampa.

El no podía discutir ese punto, eso era seguro.

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—He enmendado mis caminos, —seguí—. Considere mi cadena perpetua redimida.

—Sí, bien, May, el punto se ha dejado claro. —El se volvió a sentar en su silla y puso sus lentes en

la frente. No un buen aspecto de él.

—Sabes, —dijo él—, He llegado a pensar que eres una chica muy lista.

—No es el único que lo piensa, —respondí—. Pero podría ser demasiado inteligente para su

propio bien.

Sólo parpadeé—. Con todo su respeto, Sr. Corday, ―dije―, Creo que más personas deberían ser

demasiado inteligentes para su propio bien.

Tuvimos un poco de miradas-fijas durante unos segundos, y pensé que podría haberlo llevado

demasiado lejos y ahora tendría que lidiar con un mes de detención o algo así. Pero en lugar de

eso él sólo se puso las gafas de nuevo y dijo: —Actualmente son las dos cincuenta y tres. A las tres

de la tarde, usted se reunirá con Henry en la biblioteca.

—¿Quién?

—Tu tutor.

Solo podía parpadear—. ¿El hombre de mi tutor de Historia Europea se llama Henry? —dije—.

¿No le parece irónico? ¿Henry el Noveno? ¿Henry el Benevolente?

—Elija uno. De cualquier manera, usted se va a encontrar con él en la biblioteca a las tres.

Tú debes en cierta manera respetar a un hombre que usa el truco mental Jedi—. No hay

problema, le dije—. ¿Ya hemos acabado?

Tengo que ir a explorar otras opciones para mi angustia adolescente, ahora que no puedo fallar

con Historia Europea.

—May….

―Bromeo, bromeo, ―dije rápidamente. Mis dedos estaban comenzando a sentir un hormigueo, y

yo estaba empezando a aprender que no era una buena señal. Todas las bromas ingeniosas

estaban pasando factura. Yo estaba bastante segura de que si estaba demasiado cansada,

demasiado furiosa, demasiado de cualquier cosa, de pronto me convertiría en nada—. Nos vemos

luego, cocodrilo, —le dije al Sr. Corday antes de largarme fuera de la oficina e ir al pasillo.

Henry el Tutor estaba esperando por mí en la biblioteca cuando llegue allí a las 3:03. Odiaba la

bilbioteca de la escuela. Olía a papel amarillo viejo, virutas de lápiz y nerds. April siempre dice—,

Eso es sólo el olor de la historia y el conocimiento. —Es ridícula a veces.

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La cabeza de Henry el Tutor estaba enterrada en un libro que no se veía ni interesante ni frívolo.

Lo sorprendente de Henry, sin embargo, era que casi todos los artículos de ropa a excepción de

los vaqueros eran de Stanford, la camisa, la camiseta, el pin en su mochila, la mochila en si.

Y estaba dispuesta a apostar dinero de que él era uno de esos necios que tenían una lamentable

licencia-placa enmarcada, también, como “ FUTURO EX-ALUMNO DE STANFORD” o algo así.

En resumen, Henry era un folleto con piernas.

Fantabuloso. Esos tipos son mis favoritos.

—¿Qué tal, capullito? , ―dije tan pronto como estuve lo suficientemente cerca―. Aparentemente

tu, hombre afortunado, vas a ser el salvador de mi educación de Historia Europea. Buena suerte

con eso.

El solo miró hacia arriba, perplejo. Sus ojos eran grandes y azules, y tenía un permanente ceño

fruncido por la frente, como si estuviera esperando que algo le defraudará. ¿Tú eres May?,

preguntó.

―¿Estás esperando a alguien más? ¿ ¿O simplemente pasas el rato en las bibliotecas por

diversión ?

Yo no diría que me miró, pero no era exactamente su cara feliz, tampoco—. De acuerdo. —dijo

lentamente—. Vamos a empezar.

Me escabullí en la silla a su lado—. ¿Así que no te parece irónico? —le pregunté.

—¿Encontrar que irónico? — Ya estaba sacando un bolígrafo y un lápiz que ambos tenían,

esperen un minuto— Stanford escrito en ellos.

—Que te llamas Henry y me estas tutorando en Historia Europea, —le dije—. ¿Como si no hubiese

suficientes Henrys corriendo ya en este tema?

Henry suspiró—. Eres una de esas chicas, supongo.

Me erizó—. Bueno, si por ‘esas chicas’, quieres decir una de esas chicas impresionantes y

sorprendentes que están a años luz más allá de sus pares, pero lamentablemente atadas en la

escuela secundaria debido a circunstancias ajenas a su voluntad, entonces sí. Sí, yo soy una de 'las

chicas'. ¿Quieres unirte?

Él acababa de comenzar a hojear su libro de texto, y cuando no lo seguí, me miró—. ¿Has traído el

libro?

—Excelente pregunta. ―Abrí mi bolsa y saqué un libro de texto de geometría, algunos envoltorios

plateados de chicle, cuatro Jolly Ranchers1 sabor a sandía, unos papeles arrugados, up, seis

bolígrafos, un lápiz roto, y luego estudió la pila—. ¿Qué piensa usted? ¿Usted lo ve en algún

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lugar?

Henry suspiró otra vez—. Sí, eso fue lo que pensé. Aquí, usa el mío.

―Súper, —le dije.

—¿Y que de tu tarea? —suspiró—. ¿Por lo menos trajiste eso?

Dos minutos y medio más tarde, me las arreglé para sacar la hoja arrugada del fondo de mi

bolso—. Deberían inventar una plancha de papel, —murmuré mientras trataba de alisarla en el

borde del escritorio.

—Si la inventaron, —respondió Henry—. Se llama carpeta.

—He escuchado de ellas, —disparé de vuelta—. Yo no creo en todo eso de la tecnología de última

moda. —Pero yo hice una nota para ordenar algunas carpetas online. Desde el almacén de la

Universidad de Berkeley.

—Entonces, —dijo Henry con un suspiro—. Prussia.

Henry habló conmigo por un rato, pero para ser honesta, no escuche ni una palabra de lo que

estaba diciendo. Solo se veía imposible enfocarse en algo que pasó antes cuando tantas cosas

estaban pasando en el presente. Estaba segura de lo que nos había pasado a mi y a mis hermanas

no le había pasado a nadie antes. Y si asi fue, entonces, esos libros de historia no están cubriendo

esa parte tan importante.

Henry, sin embargo, estaba sumergido en la historia de la vieja escuela. En realidad el se puso

poco enrojecido al hablar de ello. Ese es el tipo de cosa que April encontraría encantador, un tipo

apasionado por lograr todos los planes de la escuela, la universidad y la vida, pero no me causa

nada a mí. Planea todo lo que quieras, amigo, me dije a mí misma. No tienes idea de lo rápido que

puede cambiar.

—¿Podemos tomar un descanso? —dije después de quince minutos o algo así—. Toda esta

emoción histórica está comenzando a pasar factura a mi delicada sensibilidad.

—Hey, déjame adivinar, —dijo Henry—. Estas siendo sarcástica. Wow, que original.

—Bueno, simplemente no vayas por allí diciéndole a todos o mi secreto realmente se descubrirá,

—le devolví. Así que Henry y yo no vamos a usar encantadores collares de “Mejores Amigos”, creo

que es muy obvio decirlo.

—Como dije. Una de esas chicas.

Era como agitar una bandera roja delante de un toro furioso, y de repente me encontré deseando

un tipo de poder en el que pudiera disparar bolas de fuego de mis ojos y deshacer a este tipo—,

¿Cuál es su problema? —exigí finalmente—. Dios, si no quieres tutorarme, entonces no lo hagas.

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No me va a hacer daño, confía en mí. Es probable que hayas estado ocupado con tu cabeza

oliendo tu trasero que no hayas oído hablar de esto todavía, pero hay una serie de otros idiotas

llamados Henry en el Espectáculo. Voy a ver eso en lugar de ti.

Henry sólo agitó su mano sobre el lío que había sobre la mesa al vaciar el bolso—. ¿Te importa

limpiar esto?

—Vaya, señor Tipo A, eso lo está haciendo sentir incómodo? ¿Necesita medicamentos para hacer

frente a la vida cotidiana?

―Mira, solo estoy hacienda esto porque voluntariado luce bien en mi expediente, —estalló

Henry—. Créeme, no quiero estar aquí, tampoco, pero Stanford…

―¿Quién es Stanford?

—¿Quién es Stanford? —Sí, estaba jugando con él. Tenía que hacerlo. Era demasiado fácil.

―¿QUI… QUIEN ES Stanf… ? ..comenzó a jadear.

—Es posible que desee tomar algunas respiraciones profundas, amigo —le dije, cruzando los

brazos sobre el pecho—. Yo estaba bromeando. ¿Y qué diablos quiere decir, ‘una de esas chicas’?

¿Qué tipo de daño psicológico se supone que haga?

―Me refiero, ― farfulló Henry—, que eres una de esas chicas que nunca estudia porque cree es

tan genial y por encima de todo. Piensas que tu vida es tan dura todo el tiempo cuando es

probable que tengas esta vida de, sabes, de fotografía. En serio, ¿Por lo menos tienes, algo como,

planes futuros? ¿O metas?

—Seguro que si, — espeté—. Como no causarle ningún daño físico, por ejemplo…

En ese momento, sentí que mi pie cosquilleo. Por mucho que quería cachetearlo verbalmente, no

pude. No cuando eso significaba que podía desaparecer en cualquier momento.

—Tengo que irme, —dije, luchando con mis, uh, pies.

El cuarto de baño estaba a menos de cien metros fuera de la puerta de la biblioteca, y yo no tenía

idea de si yo podría hacerlo a tiempo—. Yo, yo... te veré más tarde.

Henry se quedó atrás mientras salté de mi silla, agarré la bolsa y caminé hacia la puerta de atrás

de la biblioteca—. May, espera…

—¡Ha sido estupendo! —rechiflé por encima del hombro, y luego cerré la puerta y corrí por el

pasillo, en busca de un lugar donde ir, donde podría estar en ninguna parte en absoluto.

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Capítulo 6

“Resulta que ser una lectora de mentes si tiene sus aspectos

positivos”. June

Tengo que admitirlo, yo no estaba en mi mañana más alegre. Estuve despierta desde las dos y

cuarenta y siete hasta las 4 treinta y tres anoche, escuchando a quien sea que estuviese despierto

conmigo. Supongo que mientras más sereno este, más puedo escuchar. Como, en el pasillo de la

escuela o por allí, suena como si un montón de gente me estuviese gritando. Pero en la noche,

cuando pareciera que nadie en el mundo está levantado, puedo escuchar a los despiertos como si

estuviesen susurrando a mis oídos.

Algunas son cosas estúpidas, nuestros vecinos de al lado preocupados acerca de su hipoteca y si

deberían o no refinanciar, pero otras voces son terribles.

Esta ese indigente en la esquina a unas pocas cuadras, y todo lo que oigo de él en las noches es

gritos, locuras sin sentido que son tan violentas que tengo que poner una almohada encima de mi

cabeza. No detiene el ruido, pero al menos me siento más segura.

La única cosa buena acerca de ese jueves en la mañana cuando me desperté fue la idea de mi

falda rosa. Bien, aquí está el asunto con la falda rosa. No la usé porque era mi falda favorita de

todos los tiempos o algo así. Me refiero, es linda, no puedo mentir, pero la usé porque quería

impresionar a Mariah, Daphne y Jessica. ¿Y ahora que podía ser una lectora de mentes? Podía

obtener una opinión honesta acerca de todo mi guardarropa.

Resulta que ser una lectora de mentes si tiene sus aspectos positivos.

April odia a Mariah y esas chicas. Ella las llama las Angelas porque supongo que había alguna chica

odiosa llamada Angela en cuarto grado que acostumbraba fastidiar a April acerca de lo lista que

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era. Trate de hablar con ella antes de que toda esta locura pasara. Trate de decirle que esas chicas

no eran como esa y que por favor no pusiera sus problemas de la infancia en mí—. ¡Ellas son

encantadoras! —finalmente le dije a April—. Hacen trabajo voluntario.

—Tienen que hacerlo, —respondió ella—. Es un requisito para graduarse.

Ni siquiera me moleste en hablarle a May acerca de eso. No se necesita una habilidad como leer

la mente para saber lo que piensa al respecto. Ella en esa manera es en cierta parte transparente.

Pero en fin. April y May están muy viejas para recordarse lo que es ser una novata. Ellas no

recuerdan lo que es pasar de octavo grado a noveno, que se siente como ir de las Ligas Menores a

las Grandes Ligas. Y después de esos cuatro años, tenía que ir a la universidad. Y si no aprendía

como ser popular ahora, simplemente puedo unirme a un convento y aprender a hacer sopa para

los huérfanos, o lo que sea que las monjas hagan, porque yo estoy condenada.

(Incluso, no le digo a nadie esto, pero cada vez que pienso en ir a la universidad, me pongo

nerviosa. Nervios de mariposas en el estómago. ¿Tengo que irme de casa? ¿De mi cuarto? ¿Dejar

mis amigos? ¿A mi mamá? ¿Tengo que pagar miles de dólares por vivir en la escuela?

April y May tampoco saben que el primer día de escuela, comí sola en el almuerzo. Realmente

moriría si algún día se enteran, o si cualquier se entera. Estaba realmente muy lejos, saliendo por

el campo de softbol y detrás de un árbol. Pero un árbol no es un amigo, y sentarse en el suelo y

mirar a todos a hablar con alguien más no era como yo quería pasar los próximos cuatro años de

los períodos de almuerzo. No, muchas gracias.

Por supuesto, todo esto era antes de que pudiera leer mentes. Era otro nuevo juego ahora, hasta

donde yo sabía, era la capitana del equipo.

¡Al bate!

Solo había una cosa que se interponía entre yo y la intensa popularidad: mi falda rosa. Algo

gracioso pasa cuando caminas a través de las puertas frontales del instituto. Tal vez te pasa a ti

también. No sé cómo es tu vida, pero lo que sea que luzca bien en el espejo en casa o en el

estacionamiento de repente parece la peor idea que has tenido. Sé que todas las revistas te dicen

que seas individual, pero cuando no eres una modelo cubierta de aerografía en revistas de moda,

es difícil ser individual. Prefiero ser una discípula cualquier día que usar calentadoras de piernas

en la escuela otra vez. (Esa simplemente fue una mala idea, pero fue en octavo grado y no conocía

nada mejor.)

Pero juzgando lo que la estaba pasando mientras caminaba por el pasillo en mi nueva falda rosa el

martes, esto iba a ser justo como el incidente de los calentadores. Estaba muy emocionada en

escuchar los pensamientos de los demás que se me olvido que realmente podía leer los

pensamientos de la gente.

Esa falda debería ser más corta y así poder verle el trasero.

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¿Quién usa esas faldas ya?

¿Ella pegó algodón de azúcar alrededor de su cintura?

Ya captaste la idea. Yo ya lo hice.

Necesitaba recordar que tenía que comenzar a traer un repuesto de ropa para la escuela. Algo

normal, como jeans y una sudadera. A veces May me da celos porque ella simplemente se mezcla

con todos los demás. No puedo hacer eso, y de vez en cuando, me gustaría hacerlo.

Para el cuarto período en Inglés, estaba a punto de perseguir a April e implorarle que cambiara de

ropa conmigo. Tal vez ella vería todo esto pasando y me vendría a rescatar. Tal vez ella me lleve a

casa para ponerme una nueva falda. Algo de jean, quizás.

Ninguna suerte. El estúpido cerebro vidente de mi hermana no estaba viendo nada importante,

obviamente. Pasé el resto del martes trabajando extra tiempo tratando de no escuchar los

pensamientos de nadie más. Sin embargo Toma mucho esfuerzo. Mis hermanas se molestan

conmigo por leer sus mentes, pero no tienen idea. Imagina persona tras persona viniendo a

gritarte y decirte sus secretos, justo uno detrás de otro, y algunos de los secretos son las cosas

más jugosas que he escuchado en su vida. Y algunos de los secretos te mantendrán despierto

durante las próximas tres noches. Trata de hacer eso por un día y luego me dices que tal. Dime si

todavía tienes amigos, si todavía amas a tus padres, si incluso conoces a alguien de la forma en la

que creías. Dime eso.

De verdad no te culparía por usar una potencialmente cursi falda rosa si esta fuese tu suerte en la

vida, déjame decirte.

Y luego, por supuesto, paso el terremoto. Una vez más, muchas gracias, April. ¿De qué servía ser

capaz de ver el futuro, cuando ni siquiera se puede predecir un loco terremoto? Estaba bastante

segura de que iba a ser el eslabón débil de la cadena.

Odio los terremotos. Odio el suelo moviéndose, y odio cuando la manera en que los edificios

hacen todos esos locos ruidos chillones durante todo el proceso. Ni siquiera fue uno fuerte, pero

entonces tuve que escuchar los pensamientos de todo el mundo después.

Genial.

Mi perro debe estar enloqueciendo.

Ella no está usando sostén. Amo los terremotos.

(Ese última era de Jeremy Stestos. El es un molesto pervertido.)

Pero podía escuchar a todo el mundo en mi cerebro por minutos, y sacudí mi cabeza como si

estuviera llena de agua, tratando de sacarlos.

Espero que mi papá este bien—que si mi mamá —me pregunto—Me pregunto si todavía tenemos

que ir a la escuela maña… —mierda, que demonios fue—

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No podía pararlo, no importa cuánto me esforzara. Incluso comencé a cantar

“Supercalifragilisticoespialidoso” en mi cabeza, pero eso solo se añadió a todo el ruido y no podía

recordar el segundo verso.

Comencé a sentirme un poco loca. No mentiré.

Estaba tan molesta, en realidad, que cuando la última campana sonó, no me importa que tuviera

grasa en la zona T, o que mi flequillo estuviese hecho un desastre, de la manera en que siempre lo

hace, no importa cuántas veces trate de aplanarlo. Me las arreglé para juntar mis libros e irme

afuera a esperar a April porque ella era mi aventón a casa. Si había algo que odiara más que las

arañas y los terremotos, era sentarme afuera a esperar para que mi hermana me llevara. Todos

los chicos cool los llevan sus amigos, y todos los novatos de primer año nos quedamos atrás,

luciendo como perdedores. April siempre llega tarde también, hablando con algún profesor o

entregando sus tareas nerd de extra crédito, por lo que tengo que sentarme sola a esperar por

ella y comenzar a desarrollar un complejo por el hecho de que no tengo amigos.

Cuando pasaron veinte minutos y April no apareció, saqué mi pequeña antena y comencé a

escuchar buscando a mis hermanas. (Aquí entre tú y yo, me gusta imaginarme con antenas. Sería

una adorable abeja de verdad.) Camine por las afueras del edificio un par de veces, tratando de

captarlas, pero no hubo suerte. Nadie estaba alrededor así que no podía ni siquiera leer el

pensamiento de los demás para pasar el tiempo. Es en cierta forma agradable hacer eso, escuchar

a la gente cuando ellos solo están pensando al azar. Es como flotar sobre tu espalda en el océano,

meciéndose en las palabras. No se requiere ningún esfuerzo.

Estaba dando vueltas de nuevo por tercera vez, cuando vi a alguien salir de la oficina, llevando

sólo un libro de texto en su brazo de porcelana.

Lo que sea, ella estaba pensando lo que sea. No es que vaya a ir a México pronto…

Era Mariah. Conocía esa voz, me refiero, esos pensamientos, donde fuera. Rápidamente me

apresure hacia ella y trató de acercarme sin parecer una de esas personas jadeantes y exaltadas.

Yo no soy así, por supuesto, pero la semana pasada no era lectora de mentes tampoco. Nunca se

sabe lo que puede pasar.

—Oh, —dije tan pronto como me acerqué a Mariah. Ella era la única chica que alguna vez había

conocido que podía usar tanto delineador sin parecer un panda triste.

Su cabello marrón tenía un tinte de color rojo frambuesa , y era muy liso también, como si el frizz

no existiera en el mundo de Mariah. Tomé un largo respiro y recé por no sonar como una idiota—.

Um, hola.

Mariah me vio, evaluándome de la cabeza a los pies en un pensamiento que vino tan rápido que

no pude agarrarlo—. Oh hey, —dijo ella—. ¿Qué paso?

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—No mucho, —digo—. Esperaba que mi falda rosa todavía estuviese esponjosa y no pareciera tan

desinflada como me había sentido durante todo el día. Detrás de Mariah, Jessica y Daphne, dos

chicas que había visto a su alrededor antes, se le acercaron a su lado de la nada, al igual que

guardias de la reina o algo así. Juzgando por sus pensamientos, ellas no eran mis fans. Jessica

estaba mirándome con la boca torcida debajo de su nariz tipo-pista-de-esquí, y las pecas de

Daphne parecían poner más oscuras mientras más me miraba.

Si, definitivamente no era el grupo más amistoso.

¿Qué quiere ella? Pensó Mariah mientras me inspeccionaba, y me moví rápido antes de que la

oportunidad pasara.

—Yo… yo solo quería decir que realmente me encanta tu cabello, —le dije.

Oh, Dios, pensó Jessica, aunque haya sonreído un poco, pero los pensamientos de Mariah se

sacudieron—. Oh, —dijo ella—. Gracias.

Hubo una especie de extraña pausa, lo cual fue suficiente tiempo para que Daphne

pensara ¿Podemos irnos ahora? Antes de que añadiera—, ¿Te lo planchas? Porque luce muy lindo

y liso.

¡Abortar! Pensé. ¡Abortar! ¡Peligro! ¡Estas esforzándote demasiado!

Pero Mariah ni siquiera pensó en ello—. Si. Gracias. No puedo ponérmelo así de liso solo con

secador—. Ella sacudió su pelo sobre su hombro y lucía tan cool haciéndolo que me hizo sentir

como un globo lleno de margarina junto a ella.

Eso no hizo sentir a Jessica y Daphne muy bien tampoco. Tuvieron un pequeño murmuro de celos

alrededor de ellas, y no tenía nada que ver conmigo. Ellas solo me odiaban, pero estaban celosas

de Mariah.

Muy iiiiiiiinteresante.

—Entonces, —me dijo Mariah—. ¿Quién eres tú?

—Soy June, —digo yo—. Solo estoy esperando por mi hermana April.

Ella sonríe—. ¿April y June?

—También tengo una hermana del medio llamada May, —ofrecí.

Ella solo se rió—. Déjame adivinar. ¿Padres hippies?

Comencé a responder, pero luego habló antes de que pudiera decir nada—. Sí, —dijo ella—, sólo

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tenía que arreglar esto en mi horario. De lo contrario, ya habría salido de aquí.

Ella estaba mintiendo. Estaba allí porque estaba reprobando Español y tenía que hablar con el

vice director. Se supone que iba a hacer un encuentro de padres-profesor, pero su mamaá no

había aparecido. Perra, Mariah había pensado acerca de ella, y la palabra sonó helada en su

cabeza.

De manera extraña, su mentira me empoderó*. (Mi mamá grababa Oprah, así que sé todo acerca

de ser empoderada.) Mariah me estaba mintiendo, una estúpida novata. Ella estaba tratando de

lucir mejor frente a mi.

Estaba segura de que así debían lucir Las Puertas del Cielo.

—Eso es genial, —fue todo lo que dije sin embargo—. Si, lo sé, la estoy pasando muy mal tratando

de sacarme las horas de Español. Es como… —recordé lo que ella había pensado antes— No voy a

ir a México pronto, ¿sabes? ¿Qué importa?

Mariah sonrió después, una verdadera sonrisa—. Si, —dijo ella—. Y sabes que todos en Europa

hablan inglés, de todos modos, así que ni siquiera necesitamos el español para ir a Morocco o

donde sea.

Morocco está en África del Norte en realidad, pero eso no era importante. Morocco podía estar

en los suburbios de Ohio para lo que me importaba—. ¡Lo sé! —dije—. ¿Y a quien le importa

donde esta una vez que estas allí, de todas maneras?

Maria se rio, y vi un borrón de imágenes a través de su cerebro. Estaba pensando en fiestas,

fiestas a las que había ido antes. La pequeña casa llena de gente, vasos rojos de plástico en todos

lados, la música tan alta que hacía que mi pecho se sintiera apretado, una verdadera fiesta de

estudiantes. La gente riendo. Chicas bailando. Un chico estaba allí con Mariah, su brazo alrededor

de su hombro.

Quería ir a una fiesta como esa. Lo quería más que cualquier cosa en mi vida. Bueno, excepto por

el cachorro golden retriever cuando tenía cuatro años. O esos Mary Janes** rojos cuando tenía

ocho. O esos boletos para ver… okey, bien. Había querido un montón de cosas en mi vida, pero

esta de repente era la más importante. Por mucho tiempo hasta ahora solo había esperado que

mi verdadera vida comenzara. Y ahora lucia como que iba a pasar.

Si, apestaba que tuvimos que dejar a nuestros viejos amigos y vecindario, pero tal vez ese era el

punto. Tal vez sacudirse las cosas tristes y abrazar una nueva vida, la vida que se supone que iba a

vivir. No más almuerzos solos. No más molestias en los pasillos. Mi corazón se aceleraba, y sonreí

de repente, sorprendiéndome incluso a mí misma.

Mariah hizo un gesto sobre su hombro—. Entonces, ¿quieres un aventón? Mi novio Blake va a

recogerme en pocos minutos. Es genial.

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Iba a abrir mi boca y decir ¡SI! Pero entonces escuche una voz en mi cabeza.

Estúpido anormal acto de desaparición Historia Europea Henry CABRON MÁS QUE…

Adivina quién.

—Um, gracias, pero no puedo, —suspiré—. Tengo que ir, um, encontrarme con mi hermana—.

Maldije a May en mi cabeza.

—Bien, cool. — Mariah asintió con la cabeza hacia Jessica y Daphne—. ¿Qué con ustedes chicas?

—No, vamos a estudiar, —dijo Jessica—. Tenemos que hacerlo o reprobaremos química.

Pero ellas no iban a estudiar. Iban a pasar el rato en cada de Daphne y ver patéticos DVDs y tomar

Red Bull. Podía ver en plan en sus dos mentes, y sabia que estaban mintiendo.

Y en algún lado de atrás de mi cerebro mi plan comenzó a formarse.

—Bien, lo que sea, —dijo Mariah a sus amigas, luego me miró mientras comenzaba a caminar por

el pasillo—. Nos vemos luego.

—¡Chao! —dije, sonando tan idiota como no había querido sonar, pero su último pensamiento

me dejó en frío.

Esa es una linda falda.

Sonreí y toqué el borde de mí ahora, maravillosa falda. Dios mío, April y May nunca creeri…

May.

Mierda.

El reloj en el pasillo decía las tres y veintidós mientras iba al baño de las chicas, donde los

pensamientos de May iban y venían como una bombilla parpadeante. Me preguntaba quién era

Henry, sin embargo, tenía que admitir que estaba impresionaba por la habilidad de mi hermana

para manejar tantas maldiciones en una sola oración.

Me fui al baño y pasé la cerradura de la puerta principal detrás de mí. May no estaba por ningún

lado, y empecé a buscar en los puestos por ella.

—Vamos, May, —susurré—. Realmente no me gustan los baños públicos. Es asqueroso.

—¿June? —Era la voz de May. Su voz real, no su voz mental, y fui al final del corredor y abrí

cuidadosamente el último puesto.

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Ella estaba contra la pared, sus manos sobre su cara, y ella se asomó para verme a través de sus

largos dedos—. Oh, fantástico, —murmuró, luego cubrió su cara otra vez—. ¿Qué demonios estás

haciendo aquí?

—Oh, sabes, simplemente amo quedarme después de la escuela—. Puse los ojos en blanco—. De

verdad, ¿Qué pasa contigo? ¿Henry es tu tutor de Historia?

May movió sus manos se alejó de la pared, viéndome—. No digas su nombre alrededor de mí. En

realidad, mejor todavía, no leas mi mente.

—¿Qué estás haciendo aquí?

La observé mientas se iba al lavabo y comenzó a lavar sus manos. No era la peor idea, eso era

seguro—. Te escuché, —dije—. Eras, como, todo gritos en tu mente, así que vine a salvarte.

Lástima que mi capa está en la tintorería; hubiese llegado aquí antes.

Humor de superhéroe: nunca pasa de moda.

—¿Oh si? — May salpicó agua fría en su cara. Ella ni siquiera me escuchaba, me di cuenta, y lucia

un poco como este ciervo que vimos una vez en nuestro patio trasero, todas las rodillas nudosas,

miembros temblorosos y los ojos grandes.

—Si, —respondí—. ¿Entonces quien es Henry?

—Uno de los muchos reyes de Inglaterra, ¿no lo sabías?

—No, me refiero, el Henry de hoy en día. ¿Quién es? ¿Qué dijo?

May sacó un papel del dispensador con más fuerza de la necesaria antes de voltear y mirarme—.

Luces feliz, —murmuró—. ¿Por qué luces tan feliz?

Suspire y examiné mi manicure. Estaba necesitando una nueva. Tal vez me pondré la francesa

como Mariah—. Oh, nada. —pretendía actuar ocasional—. Es sólo que creo que Mariah y yo

realmente vamos a ser amigas, ella es impresionante y sus amigas la odian.

May se rio—. Tres razones para estar extasiado.

—Lo que sea. —No tenía tiempo para la rutina del vaso medio vacío de May—. ¿Entonces

mañana? ¿Crees que debería hablar con Mariah otra vez o solo debería…?

—Jesus, June, ¡No lo sé! ¡Estoy muy ocupada lidiando con el hecho de que me moleste con Henry

y cuando comenzamos a discutir mi pie desapareció y tuve que huir como un maldito refugiado!

—Sí, porque no estábamos hablando de mí en este momento ni nada. —rabié. Nadie siquiera me

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escucha, y de verdad me aburre. La mente de May era un revoltijo de palabras, adrenalina y la

cara de Henry. No podía obtener un pensamiento coherente del desastre, y una nueva ola de

comprensión me golpeó—. Oh Dios mío, —dije de repente, tratando de no reírme—. ¿Te gusta

Henry?

May se dio la vuelta tan rápido que su cabello casi me golpea la cara—. Bien, June, ahora estas

delirante.

—No, soy una portavoz de la verdad, —respondí, y luego me agaché cuando me tiró la toalla de

papel arrugado.

—Eres una psicópata.

—Reveladora de luz.

—Una representación de locura trastornada.

Trate de pensar en algo más astuto que eso, pero no pude—. Alcanza uno para estar al corriente

de uno, —dije finalmente.

-Ha. Gané. —May puso su cabello detrás de las orejas y añadió—. La única razón por la que me

gustaría Henry es si lo usan como un maniquí en la práctica de fútbol. —Luego agregó: —Esto va a

ser mucho más difícil de lo que pensaba.

—¿Qué cosa?

Duh, pensó ella, claramente para mí.

—Oh, —dije—. Esto. Lo entiendo.

—Me refiero, ¿no estás harta de leerle la mente a la gente?

Me encogí de hombros—. No realmente. Es solo como tener un montón de estaciones de radio

prendidas al mismo tiempo. Pero pude leer la mente de Mariah hoy. Eso fue genial.

May solo me miró—. ¿Eso es todo?

—¡Es bastante! —protesté—. ¡A ella le gusta mi falda!

May solo sacudió su cabeza y comenzó a recoger su bolso otra vez—. Es bueno saber que algunas

cosas no han cambiado, —murmuró—. Todavía esta pendiente de las pequeñas cosas radiantes.

No puedes hacer que tu pequeña cabecita se preocupe de nada más.

—Oh, dame un respiro, —dije, sacando mi flequillo de mis ojos—. ¡Mírate! Puedes espiar a

escondidas tan fácilmente como lo hago yo, ¿Y qué haces? ¡Todavía sigues evitando a todo el

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mundo! ¡Qué estupidez!

—Bueno, ¡discúlpame si no quiero causar una histeria masiva desapareciendo en el aire en frente

de todo el cuerpo estudiantil!

— ¡Bueno, discúlpame si estoy poniendo estas cosas en buen uso! —Disparé de vuelta—. Lo

siento si estoy tratando de ganar amigas e influyendo a la gente como ninguna otra persona

normal haría!

—¿Piensas que somos normales? —me gritó May. Estamos en guardia ahora, y obviamente April

no había visto esto pasar o ella hubiese arrastrado su trasero aquí hace tiempo…

Hubo un golpe repentino a la puerta.

Oh. Tal vez ella lo había visto después de todo.

—Chicas, ¡se que están allí! —llamó April, y luego en una voz más suave, —¿Podrían abrir la

puerta? Me siento ridícula hablando con la puerta.

Camine y abrí la puerta—. Justo a tiempo.

—Gracias. —Ella miró por encima de mí—. ¿Dónde está May?

Vi por encima de mi hombro y me di cuenta que May había desaparecido otra vez—. Esto se está

haciendo aburrido, —murmuré—. ¡Y sé que puedes escucharme, May!

Ella volvió tan rápido que apenas vi cuando pasó. Un segundo se había ido, y en el segundo

siguiente, estaba de vuelta—.Tu, — dijo—. ¿Qué paso?

April hizo rodar sus ojos—. ¿Cuánto me perdí?

—Tú dinos, —replicó May—. Tu eres la que sabias que estábamos aquí. Y gracias por advertirnos

acerca del terremoto, por cierto. Eso fue genial.

—Si, —concordé—. Podía haber muerto, nunca se sabe.

—En realidad, si lo sé. Y no estás muerta. ¿Así que podemos irnos, por favor? Dios, ¿de todos los

lugares para discutir ustedes eligen un baño público? ¿De verdad?

Tomé mi bolso, y May enganchó su mochila en los hombros mientras seguíamos a April fuera del

baño—. Saben, —comenzó a decir May, pero luego tuve un pensamiento de April que fue tan

intenso que no pude ignorarlo.

¿Voy a perder mi virginidad con él? Su cerebro chillaba—. ¿Con él? ¿¿¿Julian??? ¡Eso no puede

estar bien! ¡Algo debe estar mal! ¡Ni siquiera me gusta… como puedo!

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—¡Oh Dios mío! —chillé, y las dos se voltearon a mirarme—. Oh Dioooooooos mío, —dije

nuevamente, luego me lleve una mano a mi boca.

—¿Qué? —dijo April, tratando de lucir inocente.

¡ Tu sabes que! —golpeé su brazo. ¡Te vi! ¡Con él! ¡En tus pensamientos!

—¿Viste qué? —dijo ella es una especie de un gritó en susurro que fue más aterrador que si

hubiese gritado.

—¿Con quién? —dijo May, luciendo confusa—. ¿Quién es él? ¿Qué pasó?

—June, juro por Dios que no es…

—Su nombre es Julian, —le dije a April, solo para probar lo que había visto—. Sabes que no

puedes mentirme; ¡puedo leer tu mente! ¡Oh Dios mío, Oh Dios mío, Oh Dios mío!

—¡Solo porque puedes hacer algo no significa que debas hacerlo! April se estaba poniendo

púrpura ahora.

—¿Qué? —dijo May—. ¿De verdad, que está pasando?

Yo solo le sonreí a April—. ¡No sabía que te gustaban los rebeldes! —dije alegremente.

April suspiró y abrazó su libro fuertemente a su pecho—. Estoy total, completa y metafóricamente

jodida.

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Capítulo 7

“¡Eso es como, Superhéroe 101!!”. April

Manejar con mis hermanas no era la manera en la quería pasar los próximos diez minutos. June

seguía balbuceando acerca de su falda, Mariah y Dios sabe que más, y luego me vio en el

retrovisor y dio una risilla. Mientras tanto, May estaba molesta porque no le dijimos nada, y

cuando llegamos a casa, se fue furiosa a su cuarto—. Estúpido juego mental entre hermanas, —la

escuché murmurar.

—¡Escuche eso! —dijo June detrás de ella.

—¡Quería que lo escucharas! —gritó de vuelta May.

Sin embargo, no me importó si estaban discutiendo. Tenía problemas más grandes en mi bandeja,

como el hecho de que aparentemente iba a acostarme con Julian.

Eso trajo un nuevo significado a la palabra “mindfuck”*, eso era seguro.

Sin embargo, ya estaba ideando mi plan, el de Como Evitar a Julian Siempre y para Siempre. Fui a

la escuela temprano asique no tendría que verlo en nuestros casilleros, cargando con todos mis

libros para no tener que verlo entre clases, y luego quedarme hasta tarde para que el ya se

hubiese ido cuando fuera a guardar mis libros.

Los planes son buenos. Me gusta tener un plan.

—¿Entonces qué piensas?

Vi hacia arriba y vi a June parada en la cocina con sus manos en las caderas, esperando mi

respuesta por algo—. ¿Qué?

―Oh, como si nunca escucharas lo que digo, ―arrojó—. Por favor. Está bien, pienso.

Probablemente estas muy ocupada con tus pensamientos de Julian. Lo entiendo.

—¡No lo estoy…! —Empecé a gritar, pero lo pensé mejor—. Voy a estar muy calmada, —le dije—.

Extremadamente calmada. Estoy irradiando la calma de un yogui en este momento.

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—Lo que sea Dalai Lama.

—¿No puedes hablar como una persona normal?

June solo se rio—. ¿Por qué? Las noticias son a las 11, April. No somos normales.

―Bueno, tu nunca has sido normal, ―retorné

Ella se dirigió hacia la cocina, y yo subí, ansiosa por llegar a mi habitación y lejos de la lectura de

mente de mi hermana pequeña—. Le doy un tres de de diez en la escala de regreso, —gritó detrás

de mí, pero yo estaba demasiado lejos para replicar.

May estaba costada en su cama mientras pasaba por su cuarto, escuchando su iPod y trabajando

en su foto álbum online. Lo he visto unas pocas veces, pero todo lo que tiene son fotos de Paris

lloviendo, cantantes franceses y cosas como esas—. Oh, hey, es la mitad del clan paranormal,

―dijo ella mientras me veía―. Aléjate.

Abrí mi boca para hablar, pero June comenzó a gritar desde abajo—. ¡HEMOS SIDO ROBADAS!

¡¡OH DIOS MIO LLAMEN A LA POLICÍA!! ¡¡¡VAYAN Y VEAN SI TOMARON ALGO DE MI CUARTO!!!

Inmediatamente me giré y fui a mi cuarto para asegurarme de que nadie había robado mis libros

de Harry Potter. Mi papá y yo leímos toda la serie juntos, y no podía imaginarme que algo les

pasara. Todavía estaban allí, sin embargo, arreglados secuencialmente en mi repisa, incluso

mientras June seguía gritando abajo.

May y yo corrimos hacia ella, con mi corazón en la garganta. ¡Yo no había visto nada acerca de un

robo! ¡No podía ser verdad! Junto a mí, May se había ido, pero todavía estaba allí. Casi podía

sentir su pulso en un punto, y supuse que me había dirigido directamente a a través de ella en mi

prisa por llegar a la sala de estar.

June estaba allí, con el control remoto del televisor en un mano y la otra mano señalando

acusatoriamente al espacio en blanco en donde nuestro televisor había estado. Estaba ausente,

haciendo lucir a toda la sala como un niño de seis años sin un diente.

—¡MIREN! ―jadeó June―. ¡Se lo llevaron!

May estaba de repente allí, con nosotras, y luego se volteó hacia mi y cruzó los brazos—.

Felicidades, April, —dijo arrastrando las palabras—. Desde que te convertiste en una profeta,

nosotras casi hemos atropellado a esa chica Avery con el carro.

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—¡No hay “nosotras” en esa oración! —protesté.

―… tuvimos un terremoto, y hemos sido robadas. ¿Puedes ver el futuro, o solo estas inventando?

―Oh, si puede verlo, bien, ―me defendió June. Me hubiese sentido mejor acerca de su

declaración si ella no hubiese estado pensando acerca de Julian y yo.

Ella seguía apuntando el hueco de nuestro centro de entretenimiento, y me alargó la mano y tire

su brazo hacia abajo.

—No deberías señalar, —dije automáticamente.

—Si, debo hacerlo, porque ¡NUESTRO TELEVISOR NO ESTA!

—Bien, esperen un minuto… —comencé a decir, pero May interrumpió otra vez.

—¿Por qué, April? ¿Por qué debemos esperar? ¿El techo está a punto de estrellarse? ella lo

miró—. No es que puedas predecirlo, por supuesto.

—No, —exploté—. Solo pienso que debemos llamar a mamá antes de que nos volvamos locas.

Diez minutos después, las cosas se calmaron considerablemente—. Oh, eso, —mi mamá había

suspirado cuando June le explico frenéticamente acerca de la ausencia de nuestro televisor a

través del teléfono—. Si, tu papa quería el televisor de vuelta.

—¿Papa? —dijo May—. ¿No venden televisión en Houston? ¿El quiso tener el nuestro?

—Bueno, tu papa dijo que era de el, —respondió mi mamá—. Allí estaba otra vez, la palabra “tu”,

de la misma manera en que la gente dice “tus juanetes” o “gastroenteritis”.

— Dijo que iba a enviar a algunas personas a recogerlo hoy mismo para que se lo envíen de

vuelta. Lo siento, chicas, pensé que lo había mencionado.

May seguía viendo al teléfono, pero June tenía grandes preocupaciones ¡Pero Survivor es esta

noche! —se lamentó. Me fascinaba que ella sonaba tan traumatizada por perderse Survivor como

lo hizo cuando pensaba que habíamos sido robadas. La amo, pero wow, June tiene una estrecha

capacidad emocional.

—Oh, párale, —dijo observándome.

—¡No dije nada! —le dije de vuelva—. ¡Y para de leer…!

—Mama, en serio, necesitamos un televisor, —dijo May mientras no daba a June y a mí un

empujón—. No somos luditas.

—Ew, no ¿Qué es eso? —arrugando su nariz—. No soy eso.

Mi mama se rió en el teléfono, y obtuve una visión de ella metiéndose en su carro después del

trabajo, bajando la ventana, sin lucir ni feliz ni infeliz. Solo luciendo como ella misma.

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—Relájense, —dijo ella—. Soy la madre de tres chicas adolescentes; ¿Creen que las quiero en mi

casa sin televisor? Nos volveremos todas locas. April, cariño, ¿todavía tienes esa tarjeta de

crédito?

—Si, está en mi cartera, —digo. Mi mama me la dio cuando comencé a manejar—, solo para

emergencias, —había enfatizado ella. Ella probablemente no se había dado cuenta que la palabra

“emergencia” había tomado un nuevo significado en los días pasados.

—Bien, entonces tienes oficialmente permiso para ir a ese centro comercial en Topanga y

comprarnos un Televisor.

June abrió paso a codazos en frente de mí—. ¿Podemos comprar un sonido envolvente, también?

—No presiones, corazón.

Una hora después, mis hermanas y yo estábamos paradas en Best Buy, rodeadas de equipos

eléctricos y gente usando camisas de polo azul.

—¿Por qué las tiendas siempre hacen que sus empleados usen pantalones? —June hizo una

mueca—. Eso no está bien. No me dan ganas de comprar aquí más.

¿Por qué las tiendas de siempre que sus empleados usen pantalones? —June hizo una mueca—.

Eso no es correcto. No me dan ganas de comprar aquí más .

—¿Puedo por favor esperar en el carro? —suspiró May.

—De ninguna manera, vamos a sufrir juntas. Además necesitamos hablar acerca de lo que vamos

a hacer. Necesitamos un plan…

—¡Ni siquiera veo televisión! —protestó Mat, ignorándome completamente—. Y además, voy a ir

a Houston par a ver a papá el próximo mes.

—Me puedo unir con nuestro viejo televisor entonces. Les diré que las dos le mandaron saludos.

—Crees que volverás usando un sombrero de vaquero y diciendo, ¿Quiubo? —le pregunté.

Burlarse de May nunca deja de ser divertido.

Ella torció la mano y sacudió la cabeza—. Eres tan extraña.

—Sí, — June se burlaba cuando ella pasó junto a nosotros—. No ando bromeando.

Nos encontramos en frente de lo que parecía ser cientos de televisores, todos mostrando el

mismo episodio de Oprah—. Whoa, —dijo June mientras doscientas Oprahs de diferentes

tamaños y pulgadas se reían al mismo tiempo—. ¿Alguien más se está mareando?

May suspiró y se acercó a un televisor que amenazaba con achicarla—. ¿Qué tal esta?

¿Suficientemente sutil?

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Los ojos de June se pusieron enormes, pero sacudí mi cabeza—. Conseguiremos la misma cosa

exacta que nosotros teníamos en nuestra vieja casa, —declaré—. Nada loco, nada esto es más

grande que la sala de estar o…

—Jesus, April, —dijo May—.

—Me importa un demonio nuestro televisor. Relájate.

June nos vio—. Ella dijo esta tarde que esta irradiando la calma de un Oso Yogi, May. Dale un

respiro.

¡La calma de un yogui! —chillé—. ¡No el oso Yogi! ¡Esta tarde dije que estaba irradiando la calma

de un yogui!

May simplemente rió y se volvió hacia el televisor—. Sí, —bufó ella—. Es obvio. Eres fría como el

hielo.

—Hielo frió, —añadió June.

—Lo estaba antes de empezar a hablar con ustedes dos, —las fulmine con la mirada—. Miren,

¿podemos comprar el televisor e irnos, por favor? Necesitamos entender algunas cosas antes de

que esto realmente este fuera de control. Y tengo tareas que hacer, también. A diferencia de

ustedes, no puedo desaparecer de una prueba o leer la mente para conocer la respuesta correcta.

May dudo antes de reírse para sí—. Gracias por la idea, April.

—Oh Dios mío, quizás no tenga estudiar nunca más, —dijo June soñadora

Presione mis manos contra mi cabeza y comencé a contar hasta diez. No había pasado de tres

cuando vi a May comenzó a pasear un poco demasiado cerca de los equipos de música, y me fui

justo detrás de sus espaldas.

—April, —dijo ella—, déjame.

—Horrible, —frunció el ceño June—. Y April no puede evitarlo. Ella estaba realmente estresada

acerca…de esa cosa.

May inclinó la cabeza para mirarme. Doscientos Oprahs estaban viéndome también, haciéndome

sentir como la persona con vida más juzgada—. ¿Estresada por qué? —demandó May—. ¿O esto

va a ser un secreto especial entre ustedes dos? ¿Me volví metafóricamente invisible esta vez?

Tome un profundo respiro—. No es nada.

—oh, es mucho. —Sonrió May—. ¿Que es? ¿Reto al Conocimiento? Voy primero. ¿Es un chico?

—¡Si! —chilló June.

—¡June!

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—Buen trabajo, hermana pequeña, —dijo May—. Bien, segunda pregunta…

—Um, discúlpame, —la interrumpí—. No pueden jugar Reto al Conocimiento con alguien que no

esta jugando. —Comencé a buscar por televisores que lucieran como el viejo nuestro, el cual

estaba a punto de ser oficialmente texano, pero me di cuenta de que casi no podía recordar como

lucia. Por el segundo más breve, me pregunte si sería lo mismo con papá. Olvidar pequeñas cosas

por aquí y por allá acerca de cómo era vivir con el… Pero realmente no podía pensar en eso ahora,

no cuando June podía estar escuchando.

—Bien. —Suspiró May—. Solo estaba tratando de se toda fraternal y comprensiva, pero si no

puedes aceptar mi amor, lo entiendo, Oso Yogi.

—Esta bien,¡ bien bien, bien! —chillé—. Pero no le puedes decir a nadie, ¿está bien?

May miró a June—. Ya sabes el gran secreto ¿no?

June pretendió lucir confundida—. Lo siento, ¿Cuál de tus hermanas es una lectora de mentes?

¿Dime otra vez?

May le dió una patada en la pantorrilla, y June se deslizó fuera del camino—. Maltrato infantil, —

dijo—. Se lo diré a mamá.

—Bueno, supongo que no estás interesada en lo que tengo que decir, —les dije, yendo hacia un

televisor que lucía vagamente familiar, pero May me empujó y pateó a June unas veces más.

—Suéltalo, —me dijo May—. O la adivinadora de pensamientos lo hará.

Suspíre y mire el techo. Lucia muy lejos—. El caso es que hoy, tuve una visión de Julian y yo.

—¿Quién es Julian?

—¡Shhhh! —siseé, mirando alrededor para asegurarme de que nadie estaba escuchando—. Es

solo Julian.¿El chico que tiene su casillero encima del mío? ¿Sabes…? —Como describir a alguien

que ni siquiera conocía.

June no tuvo el mismo problema—. El mecánico alto, —dijo ella en lo que se supone que ella

pensaba era útil—. Merodea por la escuela. Tú sabes, ese chico.

May lucia todavía confusa—. ¿Lo conozco?

—¿Conoces a alguien en la escuela? —le pregunté.

—Bueno, no, pero eso es porque hago una decisión consciente de evitar a la gente.

—Ugh, esto esta tomando demasiado tiempo, —dijo June—. April tuvo una visión de ella y Julian

haciendo suciedades. Allí esta, de nada.

Cubrí mi cara con mis manos—. Gracias June, —dije dentro de mis palmas—. Gracias por

anunciarlo con tanta dignidad y gracia que merecía. Esta en Best Buy. *

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—Vale y vale, —dijo ella.

May comenzó con una risa disimulada, luego, una risita tonta, y finalmente se reía a carcajadas. —

Eso es ... jod…

—El lenguaje, —la interrumpí.

— jocoso… ¡hilarante! —jadeó ella—. ¡Oh Dios mío, eso es increíble! April, ganas el premio por el

Más Horrible de los Sentidos.

Gemí y deje mi cara cubierta—. Obviamente no es posible morir de vergüenza porque si asi fuera,

ya lo estuviera.

May me dio en el hombro—. Oh, vamos, —dijo ella—. Al menos no eres yo. Me refiero, piensa en

ello. Un hombre quizas me bese algún día y yo ¡POOF!. —May juntó sus palmas—. ¿Adivina quien

desaparece en el aire? ¡Imagínate cuando tenga sexo con alguien!

—Estoy tratando de no hacerlo, —dije.

—Voya estar acostada allí, y la próxima cosa que sepas, ¡POOF! —se rió otra vez—. Eso va a ser

una interesante historia para todos los involucrados.

—Estoy celosa, —dijo June—. Desearía que mi superpoder tenga algún efecto como el de May.

—Deja de llamarlos así, —le dije—. No son súper.

—Ellos son anti-súper, —concordó May.

—Bueno, ¿saben que mas no es súper? —dijo June—. Ser capaz de leer la mente de un hombre

cuando te esta besando o haciendo… otras cosas.

—¿Cómo cosas sucias? —le pregunté—. ¿Para usar tu delicada terminología?.

—Bueno, si. ¿Qué pasa si piensa que soy una mala besadora? Que si… ¿que si piensa que soy

gorda? —June se estremeció—. Ya lo odio, y ni siquiera lo conozco.

May hizo rodar sus ojos y se volteó hacia mí—. ¿Entonces tu futuro novio es sexy?

—¿No lo sé? —respondí—. ¿Tal vez? ¿Algo así? ¿Sutilmente? ¿ En una cierta luz?

—Y con eso, ¿te refieres a las tinieblas?

—Él es uno de esos chicos que no crees que es sexy hasta que sabes que otras chicas les gusta, —

anunció June ( con, lo que tengo que decir, una cantidad sorprendente de autoridad)—. Luego el

es sexy.

Miré a May—. El tiene sucia las uñas.

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Ella lo pensó por un Segundo—. Eso es un poco sexy. ¿Era un buen besador?

—No lo sé; ¡No lo he besado todavía!

—¿Pero en la visión?

—No funciona asi, —dije—. Es como si estuviera viendo dos personas besándose en una película.

No puedo decir si es bueno, solo como luce.

—Charlatán . —May se dio la vuelta sobre sus talones—. June, ¿tus habilidades estelares de

adivinadora te dicen si él es un buen besador?

—¡Oh Dios mio! —chille antes de que June pudiera responder—. ¡No lo seeee! No sé nada más

que las tres estamos genéticamente locas y que en algún momento en el futuro… podría ser la

próxima semana, en quince años… voy a salir con Julian. Eso es todo lo que se.

—Tienes el papel de honor, —dijo June—. Sabes más que esas dos cosas.

—June, tenerte alrededor es como tener al coro Griego de Oedipus Rex siguiéndome todo el

tiempo.

Ella solo se encogió de hombros—. No sé qué significa eso, pero estoy segura que no es un

halago.

—Lo entendiste.

Una vendedora llegó errante a nosotras, luciendo como si ella prefería que le disparan en vez de

pasar la tarde vendiendo electrónicos. Pero mientras se acercaba, mi hermana y yo nos

congelamos.

Era Avery, su cabello negro peinado hacia atrás de una manera un tanto de aspecto profesional.

—¿Necesitan ayuda con algo? —nos preguntó.

May, June y yo congeladas—. Um, —comenzó a decir June.

—Bueno… —dije yo, luego aclare mi garganta. Avery solo nos veía, como si no la habíamos casi

acribillado con nuestro coche el otro día.

May, por supuesto, respondió por nosotras—. ¿Necesitamos ayuda? —repitió ella— Oh, cariño,

¿por dónde comenzar?

Aprete con fuerza su brazo—. Um, no estamos bien, solo… ¿vas a nuestra escuela verdad?

Avery asintió—. Um, si, supongo. Creo que las he visto.

—Conducimos hasta la escuela, —agregó June amablemente.

—Bien, si, —dijo ella—. Eso es genial. Creo que te he visto con Mariah antes, ¿cierto?

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June irradio como una estrella—. Somos amigas.

May susurró algo que no pude escuchar bien, pero June le dio una mirada agria y luego se volteó

hacia Avery—. Esos son unos pantalones fabulosos, —ofreció ella.

—¡Bien! —dije, interviniendo—. Creo que vamos a necesitar unos minutos más, pero gracias.

—Genial, —dijo Avery, alejándose de nosotras.

—¿Solo soy yo, —preguntó May tan pronto como ella estuvo lo suficientemente lejos para no

escuchar, o esa chica usa algún tipo de tranquilizante para animales?

¡Ella cree que Mariah y yo somos amigas! —dijo June alegremente—. Ella sabe totalmente quien

es Mariah, oh Dios mío es genial! — Ella saltó hacia arriba y abajo, haciéndole rebotar pelo

May simplemente la miró—. ¡June, esa chica es una idiota! Ella ni siquiera sabe que la casi la

atropellamos con el carro! ¡Ni siquiera nos reconoció!

—Tal vez estaba en shock, —ofreció June—. No juzgues.

—Estoy bastante segura que si alguien casi me atropella con un carro, —dije—, recordaría como

lucen.

—Asi que escucha esto, —dijo May sin ningún propósito, mientras que June se acercaba a un

televisor que parecía casi perfecto—.Adivina que estamos leyendo en nuestra clase de inglés

ahora.

—Un libro, —dijo June—. Yo gano.

—Oh, no es solo un libro, —le dijo May—. Adivina cual es.

Pense en mi lista de lectura de segundo año y comencé a reírme—. ¡Oh no! —me reí—. Oh, eso es

terrible.

—¿Cierto? —suspiró May—. Gracias.

—¿Que libro? ¿Que libro? —June volvió y nos golpeó a las dos—. Díganme, quiero… ¡oh! —Sus

ojos se iluminaron, y podia decir que estaba leyendo nuestras mentes simultáneamente—. ¿El

Hombre Invisible? —jadeó—. ¿De verdad?

May solo asintió—. Nada de esto suena a verdad. Esta mal logrado. La ropa del tipo ni siquiera

desaparece por lo que esta invisible y desnudo. —May se estremeció—. En serio, yo podría

escribir una nueva versión."

—Es un buen libro, —le dije.

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May me dio una mirada matadora—. No optimices esto. Soy una chica invisible leyendo acerca del

hombre invisible. No hay manera de endulzar eso.

Ella tenía un punto.

—¡También tengo algo irónico! —June me anunció—. Escucha esto. Todo el mundo en la escuela

odiaba mi falda…

—Sorpréndeme, —dije

—¡Pero a Mariah le gusto!

Estaba sorprendida. (Si pudieras ver su falda, también te sorprenderías.) ¿De verdad?

June asintió—. De verdad. A nadie le gustó, pero a ella si.

—¿De verdad? —No estaba intentando alejar la sorpresa de mi voz.

—Si, —se regodeó June—. Apuesto a que no podías predecir eso.

—Creo que nadie lo hubiese hecho. —Miré a su falda—. De verdad, nadie hubiese visto que eso

podría suceder.

May arrugó su nariz y se inclino contra un pila de cajas de altavoces—. ¿Es siquiera algo bueno?

—Oh Dios mío, ¿Cómo han sobrevivido a la pecera de pirañas que es la secundaria? —June lucia

tan perpleja que casi era tierno—. Ella es la más popular de las chicas de segundo año. Si son

amigas de ella, es como si obtuvieras un E-Z pass** a las puertas doradas de la popularidad.

—¿Por cuánto tiempo te habías muerto por decir esa oración? —le pregunté.

—Desde hace una semana.

—¿Mariah? —preguntó May—. ¿Es la rubia?

—¡No! —dijo June—. La chica de pelo oscuro con reflejos. Y la que tiene un perfecto sentido de la

moda, obviamente. — Ella encrespó su falda rosa como si se tratara de plumas de pavo real—. A

ella le gusta mi falda, así que yo también.

—¿Mariah? —dijo May otra vez—.¿Es la que siempre luce como si estuviera atrapada en las luces

delanteras de alguien?

June ni siquiera captó o ignoró el comentario de las luces—. ¡Esa es ella!

May dejó escapar una corta risa y se inclino contra una pila de cajas. He escaneado

frenéticamente a ver si se iba a volcar sobre ella, pero nada parecía peligroso.

—Niña, ¿estas broemando? —sonrió May—. Conozco a esa chica. Ella luce como una farmacia

ambulante. Cada vez que abre la voca, creo que un Aderall*** va a salir de alli. Ella es un

dispensador de pastillas.

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—Ella no es un dispensador de pastillas, —resopló June—. Solo escuchaste algunos rumores

estúpidos probablemente, y estas celosa porque no es tu amiga.

—Tampoco la tuya.

—No todavía. Pero lo será. ¿Verdad April?

—Oigan, siento interrumpir esta guerra verbal, —les dije—, ¿ pero podemos volver al tema en

cuestión?

—Para ser honesta, —dijo May, —prefiero no discutir tu futura pareja sexual. Estoy segura que

entiendes. —Ella alzó su mano y pretendió darme los cinco—. Que te vaya bien hermana mayor.

La ignoré—. Chicas necesitamos hablar. Esto se nos saldrá de las manos si no hacemos algo.

Necesitamos un plan.

—¿Un plan? —preguntó May—. ¿Como puedes hacer planes de esta…esta locura?

June simplemente rebosó—. ¡Están de suerte! ¡Tengo un plan! Lo escribí en el quinto periodo

porque estábamos viendo una película acerca de las lombrices de tierra, guácala.

—¿Ningún pensamiento de lombriz que leer? —le pregunté, pero ella solo sacó la lengua y buscó

en su bolso hasta que encontró una pieza arrugada de papel en tinta rosada.

—Nuestro plan es escribir en rosado, —May sonrió con lo que he aprendido a reconocer como

falsa sinceridad—. Genial. ¿Qué podría salir mal ahora?

Agarre el papel de June y lo alise en mis manos—. Déjame verlo, dije—. Tal vez sera la cosa genial

que nos salvará de la maldición eterna… —lei el primer tema y pare—. Oh, tienes que estar

bromeándome June.

—¿Qué? ¿Qué? —May me jaló del brazo—. No puedo leerlo; la tinta rosada me quema las

corneas. Dime lo que dice.

—Hay un montón de Dvds, —dije después de un minuto—. Y algo acerca de vestirnos como

hechiceras para Halloween.

May miró a June. —¿Es en serio?

June hizo un mohín—.Ustedes las clasifico como Lamentables.

—Pon eso en la lista, —le dije.

—¡Podríamos ir a comprar esas películas ahora! —protestó June—. ¡Probablemente están por allí!

—ella apuntó a la sección de DVD’s, donde habían más empleados de pantalones.

—Este “plan” tuyo, —le dijo May—, es una lista de deseos de Amazon.

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Esto se estaba poniendo fuera de control. Ya sabía que esta conversación iba a terminar en una

discusión, asi que solo seguí adelante—. Bien, —dije—. Necesitamos usar estas cosas para bien,

no para mal.

May y June solo me miraron pestañeando.

—Estoy hablando en serio, —dije—. Es como, hoy, ¿durante el terremoto? Antes de que pasara, vi

a Julian siendo golpeado por una lámpara caída, así que cuando paso, lo quite fuera del camino.

—Por supuesto que lo hiciste, —susurró May—. Es el es tu hombre sexy, tienes que preservar eso

para que puedas aprovecharlo.

—¡Ese no es el punto! —protesté—. Sólo quiero decir que tal vez debamos tener cuidado de las

cosas malas y tal vez podamos hacer algo bueno. May fue la primera en comenzar a reír—. Está

bien —se rió tontamente—. Claro, April. ¿Qué clase de mal estas pensando? ¿Godzilla? ¿King

Kong? ¿ el Guasón? ¿Qué? Tengo curiosidad.

—Me refiero a la clase de mal, donde puedes leer la mente de las personas para convertirse en su

amigo. —Miré a June esta vez, levantando la ceja.

—¿Viste eso? —chilló ella

Asentí. Lo habia visto algunas cosas más, pero no estaba lista para profundizarlas con ella. El dia

ya había sido suficientemente largo.

—¡No puedes decirme que hacer! —dijo June—. Y además, ¡funcionó! ¡Escuchaste lo que Mariah

dijo!

—Creo que ni siquiera ella escucha lo que dice, —le dijo May—. Pero si, April. ¿Quién te hace la

líder? Solo porque puedes ver el futuro no significa que nos puedes decir cómo actuar—. No eres

mi mama.

—No les estoy diciendo que hacer. Solo estoy…

—Diciéndonos que hacer, —interrumpió June—. No voy a lamentarme por usar mis talentos

especiales para hacer amigos.

Solté un bufido. No pude evitarlo—. ¿Así que crees que Mariah necesita un buen amigo? ¿Alguien

como tú?

—¡Exacto! Soy honesta… Estoy…

—…tratando de ser su amiga leyendo su mente, —completé.

—bueno… si, pero no estoy mintiendo.

—Estas usando ropa que ni siquiera te gusta, solo s para congraciarse con ella. "

—Pero no estoy mintiendo.

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—Te estás mintiendo a ti misma. Eso es incluso peor.

May parecía molesta—. Bueno, gracias, April, por querer enviar a tus hermanas al peligroso

mundo para que podamos arreglarlo , —resopló ella—. Dios, la prepa es lo suficientemente mala

sin tener que buscarlo.

—Eso es lo que estoy diciendo, —chillé—. No le pongamos más dificultades, ¿bien? ¡No

comiencen a usar esas cosas por todo el lugar y no lo usen para hacer cosas malas!

—¡Eso es como, Superhéroe 101! ****

Hubo una pausa después de que June dijo eso, —Entonces supongo que no quieres saber que lei

la mente de mama y tiene una cita este Jueves en la noche.

—¿Qué? —chillé antes de poder detenerme. Junto a mi, los ojos de May se ensancharon, y su

boca se abrió. Y ella se había ido un instante después.

—Oh, genial, —dijo June—. Esto va a ser una locura infernal. ¡ Y se que puedes escucharme May!

Tienes suerte de que somos las únicas clientes aquí atrás.

Cubrí mi cara con las manos—. Esto no debería estar pasando. Mamá tiene una cita.

June asintió—. Si. Al menos que su cerebro este mintiendo.

—¡….Solamente cuatro meses! —May volvió en un milisegundo, pero no me preocupe por verla—

.

Bienvenida a nuestro programa, ya estamos en vivo, —le dijo June—. Qué bueno que viniste.

—¡Como si fuese mi idea de convertirme de repente en un loco fenomenoide! —gritó May—. Y

deberías estar leyendo mal su cerebro o algo así porque…

June simplemente la observó—. ¿Por qué que? ¿Por qué no te gusta? ¿Entonces dices que lo

estoy haciendo mal?

No nos gusta, —clarificó May—. Bueno, todo lo que puedo ver es que estoy feliz de que soy la

única que puede desaparecer porque no quiero estar por allí para ver quién es este tipo.

—June, ¡no puedes leer la mente de mama! —le dije—. Te lo acabo de decir, ¡no podemos usar

esto para mal!

—¿Dejarías de referirte a mí como si fuese una loca psicópata? —chillo June—. No puedo evitarlo.

¡No es como si fuese una lectora de mentes experta! ¡No viene con una guía de usuario!

—Bueno, hasta ahora nuestro plan apesta, —dijo May—. Culpo a la tinta rosada.

Avery círculo hacia nosotros de nuevo, esta vez luciendo aún más aprensiva—. Entonceees … —

dijo, mirando con recelo a May —, ¿Tienen alguna pregunta…

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—Nope, —interrumpió June, luego señaló un televisor. Nuestro televisor—. Tomaremos ese.

—¿Como sabias cual era? —le pregunté cuando fuimos a la caja registradora, con May liderando

el camino.

June me miró—. Duh, —dijo ella—. Lo vi en tu mente.

Oh. Que tal eso.

* Mindfuck: La traducción sería como "joder a la mente". Se trata de un concepto o idea que te derrumba toda creencia anterior o

aquellas imágenes que suelen ser fotos donde parece todo normal pero hay algo que no lo es.

*Best Buy es una compañía que forma parte del Fortune 500 especializada en venta de productos electrónicos dentro de los Estados

Unidos, Canadá, México y China teniendo 21% del mercado

** E-ZPass® es un sistema de cobro de peaje electrónico (ETC) que le permite pagar por anticipado los peajes, eliminando así la

necesidad de detenerse en la estación de peaje.

*** Adderall es un estimulante y supresor del apetito. Éste estimula el sistema nervioso central (los nervios y el cerebro) al aumentar

la cantidad de ciertos químicos en el cuerpo. Esto aumenta el ritmo cardiaco y la presión arterial y reduce el apetito, entre otros efecto

**** Superhoreo 101: Una especie de comunidad en un foro donde cada persona supuestamente tenia superpoderes .

Capitulo 8

"Incluso cuando puedes desaprecer, el dolor de no se va". May

Después del más largo viaje en la vida a una tienda de electrónicos, me quedé atorada en el

asiento trasero con nuestro televisor nuevo. Traté de discutirlo, pero June solo dijo—, ¡Me pido el

copiloto! — Y si tienes un hermano, entonces sabes que es una regla inquebrantable. La caja se

clavaba en mi hombro, y fusilé con la mirada a April, cuando me miró en el espejo retrovisor.

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—Oh, vamos May, —dijo ella—. Quita ese ceño fruncido.

—Puedes poner tus valiosas declaraciones donde el sol no te da.

Eso la callaría.

Pero para cuando llegamos a casa, el carro de nuestra mamá estaba ya en la entrada—. ¡Buenas

noticias! —chilló June mientras ella y April salían del asiento delantero y yo me quedé en la parte

posterior, peleando con mi cinturón de seguridad y con el televisor que era del tamaño de New

Hampshite*—. ¡Tenemos un TV! ¡Es como el otro! ¡Es como el gemelo diabólico!

—¡Genial! —dijo mamá mientras salía del garaje—. ¡Bien hecho!

—Un poco de ayuda, —susurré—. Estoy siendo consumida por un aparato electrónico.

Mi mamá vino hacia mi lado del carro para ayudarme—. Hola, —sonrió ella—. ¿Te divertiste?

—Oh, absolutamente, —dije mientras me ayudaba a salir del carro—. La próxima vez podemos ir

a comprar perros rabiosos—. He escuchado que es más divertido.

—Jaja, tu, —dijo ella, agarrándome del brazo. Me tropecé en el camino de entrada, y luego miré

al televisor. En realidad, sin embargo, quería mirar a mi mamá. ¿Una cita?

Es decir, ¿en serio? ¡Ella no tiene dieciséis! ¿No se supone que los adultos deberían, como, dejar

de tener citas cuando tienen treinta?

June aclaró su garganta y susurró algo acerca de que yo era una discriminativa.

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—¿Puedo subir, por favor? —le pregunté a mi mamá—. Tengo dolor de cabeza y tengo como

ganas de morir.

Pensé que iba a decir que no, que tenía que ayudar a cargar el televisor, pero en vez de eso se

inclinó y me besó la frente—. Seguro, —dijo ella—. Ve a llamar a tu papá. El llamó para hablar

contigo mientras estabas afuera.

April de repente alzó la vista, herida—.¿Qué? —dije mientras caminaba junto a ella, pero ella se

se mordió los labios y negó con la cabeza, como si no decir nada lo hiciera mejor, por alguna

razón—. Bien, compórtate así, —le dije, luego subí a la oficina para poder utilizar el teléfono.

Lo divertido del asunto es que tengo celular. Supongo que esa no es la parte divertida de la

historia. La parte divertida es que nadie llama allí, no en la manera como cuando estábamos en

nuestra vieja casa. Ahora es como si estuviera allí puesto en el bolsillo de mi bolso, lo cual es un

fastidio porque me gusta mi tono de llamada.

No estoy tratando de conseguir un montón de simpatía o algo así, pero tener un teléfono celular

que nadie llama es bastante deprimente. Es un recordatorio de alta tecnología de que tienes cero

amigos.

Me pregunto porque mi papá no llamo allí, por qué llamo a nuestra casa en su lugar. Nos

escribimos mensajes de texto bastante seguido, así que no es como si no conociera mi número.

(La única cosa peor que no tener nadie a quien escribirle es que solo les escribas a tus padres.)

—Yo, —dije cuando levantó el teléfono en el segundo repique—. Es tu hija favorita llamando.

—¡Hola June! —dijo él, y sonreí aunque sabía que la broma tenía como diez años de antigüedad

entre nosotros. Algunas veces las viejas bromas son las mejores, sin embargo.

—Trata otra vez, —dije.

—¡April!

Tuve que reírme otra vez—. Strike dos.

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—Ah, una metáfora deportiva—. Tiene que ser May.

Me sonreí tontamente (no le digan a nadie) y me postré en la gran silla del escritorio donde mi

mamá hacia todas sus casas del trabajo—. Buena conjetura.

—Tienes suerte que no sean cuatro.

—Bueno, después tres pierdes la cuenta, de todos modos. Podríamos haber sido ocho por lo que

sé. —Mi papá se rió y de repente estaba tan cerca que yo podría prácticamente oler su colonia.

—Hola, papá —le dije-, envolviendo el cable de teléfono alrededor de mis dedos—. ¿ Has estado

haciendo el ridículo ahora?

—Tal vez. Vamos a ver cómo va. ¿Cómo estas tu, kiddo**? ¿Cómo va la escuela?

—Tan maravillosa como te puedas imaginas que es la prepa.

—¿Así de mal?

—¿Por qué los padres siempre piensan que la escuela es maravillosa? —le pregunté—. ¿O que

algo maravilloso pasa todos los días?

—Porque disfrutamos recordando nuestra juventud desperdiciada, —dijo mi papá.

—Lo que sea.

—Me atrapaste. Es una pregunta estúpida de padres que estamos obligados a hacer. —Mi papá

se aclaró la garganta luego. Eso nunca era una buena señal—. Hey, kiddo. Tengo que hablar

contigo por un segundo.

—¿Un segundo? —dije, aunque los latidos de mi corazón se aceleraron un poco—. ¿O es que

quieres utilizar un minuto? Puedo hacerlo también

—En serio, kiddo.

—Bien, adulto.

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—Escucha, Mayday***, sabes que no hay nada que quiera más que vengas hasta acá.

Me congelé el cable telefónico de repente se apretó demasiado alrededor de mi mano—. ¿Pero?

—dije, y no me gustaba cómo sonaba mi voz tensa, como si el cable del teléfono estuviera

envuelto alrededor de mi garganta en su lugar—. Hay un “pero” por allí, ¿no?

Mi papá tomó un profundo respiro—. Pero desafortunadamente con este nuevo trabajo tengo

que…

—Puedo ir el fin de semana, —dije—. Está bien. Puedo partir el viernes después de clases y

venirme a casa el domingo.

—No, cariño, son los fines de semana. Necesito viajar en la mayoría de ellos el próximo mes. Y la

casa. No está arreglada. Esta…

—No me importa, —dije. Odiaba como sonaba mi voz, toda débil y ansiosa como las chicas listas

que hacen el tonto—. Puedo dormir en el sofá. Genial. Está bien.

Cariño—. Mi papá tomó un largo respiro—. Lo siento mucho, pero soy nuevo en este trabajo, y

necesito pagar la novatada. Ellos me van a tener viajando veintiséis de los treinta días que vienen.

Sabes que no hay nada que prefiera más que vinieras hasta acá, sabes eso…

—No soy la que sabe esas cosas, —dije, aunque supiera que él nunca entendería de lo que estaba

hablando.

—¿Qué?

—¿Qué qué?

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Mi papá suspiró otra vez—. ¿Noviembre, bien? Lo podemos hacer en Noviembre. Incluso puedes

venir en Acción de Gracias, y podemos ir a Austin.

Estaba apretando los dientes con tanta fuerza que sentí que me empezada a doler la mandíbula—

. Claro, —dije—. Al igual que me dijiste en Agosto, que podría ir en Octubre.

—Corazón, no es…

—Está bien, —le dije—. Lo que sea. Está bien. Me refiero, entiendo completamente por qué

necesitabas nuestro televisor si ibas a estar viajando todo la vida, pero sería una mala idea que tu

hija te visitara por tres días. Eso es muy lógico.

Hubo silencio después, y ahora mis ojos estaban llenos de lágrimas. Parpadeé mucho, como había

visto que June lo había hecho antes—. ¿Algo más?

—May, corazón, por favor entiende…

—Okey, genial, —dije—. Te hablo después.

El comenzó a decir algo, pero colgué antes de que pudiera escuchar más su voz. Solo que no era

porque no quisiera escuchar su voz; era porque no quería llorar. Nunca lloro. Es como la cosa más

estúpida que una chica puede hacer, pero algunas veces tratar de reprimirlo toma más esfuerzo

que otras veces.

Pude a escuchar a April, June ya mi mamá abajo riendo acerca de algo y descargando el televisor.

Esa maldita televisión. Mi mamá probablemente sabía que mi papa había llamado para cancelar el

viaje (tal vez habían discutido por eso), y ahora sabia porque April me había dado esa mirada

cuando entré. La profeta se había saltado el terremoto pero había visto esto. June quizás incluso

lo sabía, considerando que puede leer la mente de April tan fácil como esos periodicuchos de

chismes estúpidos.

Una vez más, la chica invisible era la última en saber.

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Cuando por fin me compuse, fui a mi cuarto y me acosté en mi cama. Estaba tan cansada de todo

de repente, cansada de los cambios, de las cosas nuevas, de las cosas viejas, y de todo, y comencé

a ver la ventana mientras el sol se ponía desde amarillo, a rosado y luego púrpura, como un

moretón en reversa.

Cuando ya casi estaba oscuro, April tocó mi puerta—. Hey, —dijo quedadamente—. Soy yo. —

Cuando no respondí, ella entró, lo cual anula el propósito de tener una puerta—. Hola, —dijo

ella—. ¿Estas aquí?

Miré a mi mano y me di cuenta que había desaparecido. Me pregunté por cuánto tiempo me

había ido—. Aquí, —dije, ajusté mi cuerpo de nuevo en mi piel. Es como ponerse los pantalones

apretados por un segundo, como si tuviera que cambiar la forma de mi cuerpo para que se

ajustara.

—La puerta está cerrada por una razón, —dije, pero no me importaba mucho. April sabía eso

porque vino y se acostó en la cama conmigo extendiéndose de modo que estábamos cara a cara.

Ella es mayor, pero yo soy más alta.

—Siento que papá haya sido un patán, —dijo ella después de unos minutos—. Eso apesta.

—Es Texas, —respondí—. No va a ninguna parte. ¿No has visto las pegatinas, "No te metas con

Texas"? Estoy bastante seguro de que es en serio.

—May. —April alcanzó mi mano y la cubrió con la suya—. Está bien estar decepcionada.

Algunas veces ella suena tanto a mi mamá que me descontrola—. Lo que sea, —dije, pero era

muy difícil hablar y me rendí. Incluso traté de desaparecer otra vez, pero April solo se quedo allí a

mi lado, lo cual fue bueno porque resulta que incluso cuando puedes desaparecer, el dolor no se

va.

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* New Hampshire : Es uno de los estados que conforma los Estados Unidos de América

**Kiddo: Manera informal e referirse a una persona joven.

***Mayday: El autor hace un juego de palabras entre el nombre del personaje, y Day (Dia) para referirse a Dia de Mayo, aunque

Mayday, también es una llamada de auxilio.

Capitulo 9

"Tomaría la emoción por encima del facilismo en cualquier

momento." June

Abril intentó hablarme a la mañana siguiente. Digo “intentó” porque la encontré en la cocina y la

interrumpí antes de que pudiera decir una palabra. Había practicado este discurso en el espejo

durante diez minutos esa mañana. Estaba lista.

“Mira,” dije. "No me gusta que me digas lo que tengo que hacer o que insinúes que en cierto

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modo estoy haciendo maldades porque hay verdadera maldad en este mundo y no soy parte de

ella." (Estaba particularmente orgullosa de esa línea, tengo que admitirlo.)

"Y," continué, "Sólo quiero recordarte que soy, de hecho, una lectora de mentes, y sé lo que estás

pensando. Por lo tanto, no—"

"¿Quieres una rosquilla?" me interrumpió April. "Mamá trajo algunas a casa antes de irse hoy a su

reunión temprano en la mañana." Ella hizo un gesto hacia la bolsa de papel marrón que estaba

apoyada sobre el mostrador. "Come a gusto."

"¿Sabes cuántas calorías no nutritivas hay en una rosquilla?" Le dije. Mi estúpido flequillo estaba

en mis ojos otra vez, y lo empujé detrás de las orejas.

Estoy tratando de dejarlo crecer, y me está volviendo loca.

“No, pero sé cuántas calorías deliciosas hay." April dio un buen mordisco de su rosquilla (la cual,

bien, se veía bastante buena) y levantó una ceja. "Mmm, rosquillamente nutritivo."

"¡Deja de distraerme!" dije. "Como iba diciendo, soy una lectora de mentes, en caso de que hayas

tenido algún tipo de cerebro—"

Enormes globos grandes de grasientos y sucios intestinos de ardilla...

"¡Basta!" dije. "¡Odio esa canción y lo sabes! Además, ¡No deberías estar promoviendo la violencia

hacia tu hermana pequeña, de todos modos! ¡Está mal!"

April se encogió de hombros y se alejó. "Toma lo que puedas," dijo.

"¡Eres un terrible modelo a seguir!" Grité mientras ella caminaba hacia la puerta del garaje, con

las llaves del coche en la mano.

"Eso es lindo. ¿Quieres un aventón a la escuela?"

"Caminaré, gracias," la fulminé con la mirada.

April bajó la mirada hacia mis apiladas botas hasta la rodilla, que no eran más cómodas que las

zapatillas de ballet del día anterior. "¿Vas a caminar en ellas?"

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"Disculpa, pero las supermodelos caminan por pasarelas resbaladizas todo el tiempo en tacones

de aguja de quince centímetros. Estoy bastante segura de que voy a sobrevivir a la experiencia."

Sacudí el cabellosobre mi hombro, tratando de adquirir el hábito de verme como Mariah, quien

probablemente no había tenido nunca que dejarse crecer el flequillo. Ella probablemente

simplemente deseaba que su cabello luciera fabuloso.

"¿Tienes un tic o algo así?" Preguntó May mientras bajaba las escaleras, viéndose 500 por ciento

más miserable de lo que se veía antes. No había pensado que eso fuera siquiera posible. Su sucio

pelo rubio no tenía ni cuerpo ni volumen en absoluto, y su piel se veía realmente pálida, en cierto

modo como si "Tal vez deberías leer este folleto acerca de la anemia". Si no fuera tan caro, me

hubiera ofrecido totalmente a dejarla usar mi crema hidratante de color.

Pero todo lo que dije fue, "¿Qué tic?"

"Tu tic. Sigues haciendo esa cosa con tu cabello."

"Estoy lanzando mi cabello," le dije.

May simplemente se quejó. "Lanzar es para la ensalada, no para el cabello."

April tintineó las llaves de su coche de nuevo. "Bueno, última vez. ¿Alguien más quiere un aventón

a la escuela?"

"¿Por qué vas tan temprano de todos modos?," le preguntó May, hurgueteando en la bolsa de

rosquillas. Ella frunció un poco el ceño, luego se asomó en la bolsa. "Oh, asqueroso, ¿quién puso

la rosquilla decebolla aquí dentro? Si hay una rosquilla de cebolla, entonces todas son rosquillas

de cebolla.”

April se distrajo lo suficiente como para bajar la guardia, y volé dentro de su cerebro como una

abeja. Una abeja enojada. Una abeja enojada con rencor.

"Ohhhh," sonreí ampliamente después de unos segundos. "Yo sé por qué April quiere ir a la

escuela tan temprano."

"Cállate, June."

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May miró de mí hacia ella, y después de regreso. "¿Por qué?"

"Porque ella quiere llegar temprano para no tener que ver a Joooooooolian." Le solté una risita y

luego me escabullí antes de que pudiera empujarme.

May hundió los dientes en la rosquilla y le arrancó un pedazo enorme. "Locoura,” dijo con la boca

llena de pan. "Pensie que estrabamos enamuoradas de él."

"No estamos enamoradas de él," dijo April acaloradamente. "Voy a la escuela en coche, y ambas

están bienvenidos a unirse a mí. A pesar de que estoy empezando a cuestionar

esa última parte."

"Si tu cerebro pudiera ruborizarse en este momento, lo haría," le dije. "Eres tan transparente que

es estúpido."

May tragó saliva. "¿De dónde estás sacando estas palabras?" me preguntó. "En serio, la semana

pasada era ‘cállate’ y ‘no-oh’ y ahora ya ahora eres totalmente polisilábica y mierda."

Simplemente me encogí de hombros. No tenía sentido decirle que había terminado sentada junto

a este chico en mi clase de bio que estaba tratando de llegar al Campeonato Nacional de

Ortografía. Michael sabía miles de palabras y sus definiciones y se mantenía canturreándolas una

y otra vez en su cabeza. Al ritmo que iba, yo también iba probablemente a terminar en el

campeonato de ortografía.

Simplemente seguí mirando a April, quien me devolvía una mirada fija. "Supongo que todas

tenemos nuestros secretos," dije.

"Supongo que sí," retrucó April.

Enormes globos grandes de grasa...

Le di una última mirada sucia antes de ir a buscar mi iPod y mi bolso. Era demasiado pequeño

para contener todos mis libros, lo que significaba que tenía que cargar un

par de textos adicionales. "Sabes," dijo May mientras me miraba recogerlos, "hacen estas cosas

llamadas mochilas ahora. Deberías probarlas."

"¿Y lucir como la señorita tonta por allí?" dije, asintiendo hacia April. "No, gracias. Prefiero

tambalearme."

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"Por supuesto que lo haces,” se rió April. "May, ¿quieres un aventón?"

Los pensamientos de May revolotearon hacia mí. Probablemente debería caminar con June,

pero...

"¡Tengo catorce no cuatro!," espeté. "¡no tienes que cuidarme!"

"Deja de leer mi mente," respondió May con calma. "Hay cosas terribles acechando allí dentro.

Algunas personas no logran salir con vida."

"Eres tan rara."

"Gracias."

April se aclaró la garganta. "¿El autobús? Se está yendo."

"Adiós," dije enfáticamente.

"Vaya con Dios, (*)" me dijo May, luego agarró su bolso.

April se encogió de hombros. "Haz lo que quieras, June. Diviértete cojeando a la escuela."

Odio cuando tiene razón.

Unos dolorosos veinte minutos más tarde, cojeé dentro de mi primer período de clases de bio

con toda la gracia de un alce herido. Las supermodelos hacen esto todo el tiempo, pensé para mí

misma mientras me acomodaba en una silla. Tienes que sonreír a través del dolor. Hacerlo que

funcione.

Si había una cosa que podía hacer, era hacerlo funcionar. No había sufrido a través de dos

hermanas estúpidas para nada, después de todo.

La clase completa estaba aburrida, incluso para alguien con dones especiales como yo. Leer la

mente de los maestros estaba empezando a ser repetitivo, especialmente cuando lo único que

pensaban eran cosas mundanas como las compras o recoger a sus propios hijos de la escuela o la

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forma de dividir dos líneas paralelas. A veces los pensamientos de las personas se sentían como

una sala polvorienta, especialmente a las ocho de la mañana, y bostecé y me enderecé en mi

silla, escribiendo los apuntes un minuto por delante de la lección y, probablemente, violando

todas y cada una de las estúpidas reglas de April de ‘no hagas daño’. Lo que sea.

Eso estaba bien. Por una vez en mi vida, la escuela era fácil. Un atemorizante y gordo acuerdo, sin

embargo. Tomaría la emoción sobre el facilismo en cualquier momento.

Para el descanso de quince minutos, ya estaba lista para que el día terminara. Quizás May me

llevaría fuera del campus con ella, o por lo menos forjaría una nota diciendo que me iba a

casa con dolor de estómago o algo así. Siempre podría leer su mente y obtener algún material de

chantaje. Sería—

—aquí afuera.

Me di la vuelta, casi golpeando en la cara con mi cabello a una estudiante de segundo año. "Uy, lo

siento," le dije, luego me di cuenta que era Avery, la empleada de Best Buy

que había sido casi empalada en el capó de nuestra camioneta. La de cabello negro que

seriamente podría utilizar un poco de acondicionamiento profundo.

Ella pareció un poco sorprendida de que siquiera le estuviera hablando, pero supongo que no

podía culparla. "Uh, todo eso fue culpa de mi hermana," dije rápidamente, pero luego vi a Mariah

desaparecer por la puerta y corrí para alcanzarla.

Me apresuré por el pasillo y doblé la esquina hacia donde ella, Jessica y Daphne se encontraban

fuera y debajo de un árbol de eucalipto, pasándose una botella de agua entre las tres. El cabello

de Jessica estaba en una cola de caballo tan alta que parecía doloroso, y Daphne se había

depilado demasiado las cejas, lo que la hacía parecer como si estuviera en un constante estado de

sorpresa.

Era un aspecto lamentable para ambas, sólo voy a decir eso.

Estaba tratando de decidir si debía ir a ellas o no cuando capté los pensamientos de Mariah de

nuevo.Hey, es la chica del calendario.

Ella me reconoció.

Comienza el juego.

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“Hey,” dije, acercándome a ellas y sin ni siquiera mirar a Jessica y a Daphne. Sus pensamientos ya

estaban en mi cerebro y, para ser honesta, no se justificaba repetirlos. "¿Qué hay de nuevo?"

“Nada,” respondió Mariah. "¿Cómo está tu hermana calendario?” Ella miró a Jessica y a Daphne.

"Sus hermanas se llaman April y May. ¿Qué tan estúpido es eso?"

Dejé que se deslizara ese comentario, sólo porque era bastante estúpido. Mis padres tenían

mucho que responder, en lo que a mí respecta.

"¿Quién eres tú? ¿Marzo? preguntó Jessica. Era una broma bastante estúpida, teniendo en cuenta

que ella ya sabía mi nombre. Pero, de nuevo, ella siempre tenía un sonido nasal en su voz que

hacía que todo lo que dijera sonara sarcásticos. Incluso sus pensamientos tenían el mismo tono,

que era tan molesto como el infierno.

“No,” dije, entonces levanté un poco la frente. "Soy June." La miré con frialdad, de la manera que

May mira a la gente cuando quiere asustar. "Lo siento, ¿me recuerdas quién eres tú de nuevo?"

Daphne soltó una carcajada y Jessica se sonrojó un poco antes de recuperarse. Ella tiró de la

manga ranglan de su camiseta, la que Alexander McQueen había diseñado para Target. La

reconocí porque tenía la misma. "Soy la amiga de Mariah," me dijo, y añadió en sus

pensamientos, incluso si ella es una perra total.

Me tuve que reír. "De seguro que eres su amiga. Si tú lo dices." Luego me di la vuelta hacia Mariah

antes de que Jessica pudiera decir—o pensar—cualquier otra cosa. “Entonces, ¿qué estaban

haciendo?"

Mariah hizo un gesto por encima del hombro hacia colina abajo, donde coexistían las carreteras,

los coches y la libertad. "Estábamos simplemente hablando de quizás marcharnos temprano. Ya

sabes, ¿tomar un día personal?"

Yo había conseguido sintonizar la ira de Daphne y Jessica lo suficientemente bajo como para que

sonaran como insolentes abejitas en mi oído. Sin palabras reales, sino abundantes

sentimientos. (Había adaptado esta habilidad en las últimas tres noches seguidas con el hombre

sin hogar por la calle de nuestra casa. Tenía que hacer algo si quería conseguir un poco de sueño

alguna vez), pero Daphne se abrió paso en primer lugar. "Estábamos hablando al respecto,"

interrumpió Daphne. "Nosotras lo estábamos haciendo. Nosotras tres."

"Cuatro son multitud," agregó Jessica.

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"En realidad, tres son multitud," la corregí. "Además... Jessica, ¿verdad? Pensé que odiabas a

Mariah."

Los ojos de Jessica se abrieron amplios, y Mariah la miró. "¿Qué?"

Me encogí de hombros. "Sólo es algo que he oído. No sé, tal vez no es verdad. Los rumores

pueden ser tan desagradables, lo sé." Traté de verme compasiva. "Las mentiras pueden hacer

cosas terribles."

Oh mi Dios, ¡nunca había tenido este tipo de poder en mi vida! Entendía completamente porqué

a veces los superhéroes se volvían malos y conseguían los ojos de locos. Las mentes de Jessica y

Daphne ya estaban deschavetadas, y no podía separar sus pensamientos con la suficiente rapidez

como para averiguar quién me odiaba más.

Pero como dije, tomaría la emoción sobre el facilismo en cualquier momento.

"¿Así que estás salteándote clases?" le pregunté a Mariah mientras las otras dos chicas movían

sus bolsos de bandolera con incomodidad. "Genial.”

“Sí, supongo que sí." Ella bajó la mirada hacia mis botas, y juro por Dios, hubiera caminado

cincuenta millas más en esas botas si significaba que ella las notaría. "¿Quieres venir?"

“Sí, claro,” dije. Mantén la calma, June, me dije. No eres un cachorro en una tienda de mascotas.

No te muestres ansiosa. “Supongo que sí."

Mariah sonrió. "Genial."

Mi corazón se hinchó cuando ella dijo eso, casi como si estuviera empujando contra mis costillas.

Aquí está—este era el comienzo de mi nueva vida sin mis padres o locas hermanas tratando de

decirme qué hacer. Era la libertad como nunca la había tenido antes, y ya quería más.

"Espera, ¿ella viene con nosotras?" Daphne miró hacia mí. "¿Quién demonios es ella? Ella es sólo

una estúpida novata."

Tengo que decirte que después de leer la mente de Daphne por los últimos tres minutos, esa era

la cosa mas amable que había dicho acerca de mí hasta ahora. Y, además, ella y Jessica eran sólo

estudiantes de segundo año, al igual que Mariah. No eran ni siquiera un año entero mayores que

yo. Ppppor favorrr.

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"Lo que sea," me encogí de hombros y luego me volví hacia mi nuevísima amiga. "Pero ¿Mariah?

Deberías saber que Daphne le dijo a todo el mundo que tú rellenaste tu sostén el año pasado."

Dar en el clavo.

Las tres chicas se veían como si se hubieran tragado un pájaro o algo así, pues sus ojos estaban en

pánico.Mariah fue la primera en recuperarse. "¿Tú hiciste qué?" le espetó a Daphne.

Daphne levantó las manos al igual que lo hacen las personas cuando están siendo robadas a punta

de pistola. "¡Yo no he dicho nada!" exclamó. "Te lo juro, ¡pregúntale a Jessica!"

Jessica se veía como si quisiera vomitar, y comenzó a apretar su vacía botella de agua, de manera

que hacía este fuertísimo crujido, como triturando huesos. No era una agradable banda sonora

para la conversación.

"Bien, ¿cómo lo habría sabido yo, entonces?," le pregunté inocentemente. "Soy nueva aquí. Lo

único que sé es lo que he oído."

Mariah miró a ambas de sus ahora ex-amigas. Si hay una cosa que he aprendido de ser una chica

de catorce años, es que las estructuras sociales pueden ser desmanteladas y reconstruidas por

completo en menos de treinta segundos. Es un poco como jugar al Jenga todos los días, sólo que

con la vida de la gente en vez de clavijas de madera.

"Las dos se pueden ir al infierno," les dijo Mariah. Ella parecía más alta y más fuerte ahora, y me

sentí un poco mareada, como si me hubiera subido a una montaña rusa en la que no tenía la

intención de montar. Su cerebro sonaba en cierto modo como el interior de May cuando estaba

furiosa, maldiciendo para todos lados y la ira girando envuelta en

estridencias.

Hice una nota mental de nunca cabrear a Mariah... y de nunca leerle la mente si alguna vez lo

hacía.

"Entonces, ¿todavía fugándonos de las clases?" pregunté, ansiosa por salir del campus para que

Jessica y Daphne no decidieran apuñalarme con las plumas de sus bolígrafos en el medio del

cuarto período.Tendría que encontrar una manera de preguntarle a April si me veía sangrando, en

algún modo, en el piso, en un futuro próximo, y tendría que encontrar la manera de hacer esa

pregunta con delicadeza. "Creo que la campana va a sonar pronto,” continué. "Probablemente

deberíamos marcharnos."

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Mariah no apartaba la mirada de Daphne. “Sí,” dijo prietamente. "Nos vamos."

"¡June!" se oyó una voz, y ni siquiera tuve que darme vuelta para saber que se trataba de April.

"Oh, fantástico," murmuré, luego me volví y miré a mi hermana. Ella estaba caminando

majestuosamente furiosa hacia mí, con su mochila colgada sobre un hombro y su amorfa

chaqueta de punto aleteando a su alrededor como alas.

"Es mi hermana," le dije a Mariah. "Dame un minuto, regreso en un momento."

En el momento en que estuve lo suficientemente cerca, April me agarró del codo y me arrastró

lejos de las tres chicas. "Discúlpame un minuto," murmuró entre dientes. "Necesito tomar

prestada a mi pequeña e inocente hermana de aquí."

"¿Qué estás haciendo?" Siseé tan pronto como estuve lo suficientemente lejos de todo el mundo.

"¿Cuál es tu problema?"

"¡Esas son dos excelentes preguntas!" dijo April, dejando caer mi brazo y poniendo sus manos en

las caderas. "De hecho, son tan excelentes que iba preguntarte exactamente las mismas dos."

"Bien, ¡te pregunté primero!"

"June. Ni siquiera”.

"¿Qué?" dije. "¡No hice nada malo!"

"¡Volviste a esas chicas completamente una contra la otra! ¡Te vi hacerlo!"

"¿Me estabas espiando?"

"Mira," April resopló. "Esta tampoco es mi situación ideal, ¿de acuerdo? Pero es lo que es y ¡no

puedes—absolutamente no puedes— jugar con las vidas de las personas de esta manera!

¡Hemos hablado al respecto!"

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"¡Pero ellas en verdad dijeron esas cosas—!" empecé a protestar.

"¡No, no lo hicieron!," dijo April. “¡Tú las oíste pensar esas cosas! ¡Hay una diferencia abismal!

Estás mintiendo para conseguir lo que quieres, y eso es tan malo ¡que el día no tiene suficientes

minutospara decirte lo mal que está!"

"No, dije la verdad," repliqué. "Dije que lo oí por allí. ¡No es mi culpa si lo oí de las mentes de

Jessica y Daphne! ¡Y Mariah no debería ser amiga de chicas así!"

"Y, por cierto,” continuó April como si yo no hubiera dicho nada, “definitivamente no vas a

fugarte de clases con Mariah."

"¿Qué eres, mi segunda madre? ¡Ni siquiera iba a hacerlo!"

April se golpeteó en la cabeza. "¿June? No me mientas a mí también."

Era todo tan injusto que me sentía como si pudiera explotar. "Oh, lo que sea," le respondí. "¡Tú y

tus espeluznantes visiones de las que no me hablarás! Bien, también sé un montón de cosas, ¡más

que tú! Además sé que May se fuga de clases todo el tiempo, y ¡nunca intentaste detenerla

a ella antes! ¡No es mi culpa que tengas que ser la hermana santurrona! Si quiero ser amiga de

Mariah, si quiero fugarme de clases con Mariah, voy a hacerlo, y no puedes detenerme."

April entrecerró sus ojos azules. "Pruébame."

Me acerqué un paso a mi hermana mayor. "Pruébame a mí,” dije en voz baja, "y le diré a mamá

que vas a dormir con ese tipo."

Eso lo logró. April parpadeó dos veces, y me miró. "Tú también lo harías"

“Tal vez." La montaña rusa en la que me había subido todavía estaba ascendiendo hacia el cielo,

haciéndome sentir un poco de náuseas, pero no había vuelta atrás ahora.

"Mira, June," dijo April. "Te lo estoy diciendo, por favor no te fugues con Mariah. Por favor."

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"Dime por qué."

"Yo-Yo simplemente no creo que sea una buena idea."

"¿Sabes qué, April? Ese es mi trabajo ahora. Soy yo la que escucha las ideas, no tú."

Y giré en mis hermosas botas y regresé con Mariah. Jessica y Daphne se habían escabullido donde

sea que iban las ex comunicativas amigas (Probablemente dentro de la biblioteca como todos los

otros perdedores), y sacudí el cabello y le sonreí. “Lo siento,” dije. "Mi hermana se pone

totalmente rara a veces."

"Al igual que mi hermano," coincidió Mariah. "¿Así que estás lista para ello?"

Pude sentir a April mirándome directamente, pensando, no lo hagas, no lo hagas, no lo hagas.

"Por supuesto que lo estoy,” dije. "Pongámonos en marcha."

Junie, no lo hagas, no—”

La saqué de sintonía. "Vamos," le dije a Mariah. "Salgamos de aquí."

(*) en castellano en el original.

Capítulo 10

"Debería estar usando cinta amarilla de PRECAUCIÓN, estoy así

de chiflada." April

La noche después de que June se fugara de la escuela, dormí terriblemente. Ni siquiera podría

decir si estaba viendo el futuro de un grupo de desconocidos o simplemente soñando. La luz roja

volvía una y otra vez, centellando discretamente en la parte trasera de mi cerebro, y esperé que

no fuera un tumor cerebral. No estaba segura de poder ir a un médico y explicarle el problema sin

ser enviada a un manicomio. "Hola, doctor, sí, he estado viendo el futuro y por alguna razón tengo

una sensación inminente de miedo siguiéndome a todas partes, y no es sólo porque soy una

adolescente de dieciséis y me preocupo por las aplicaciones de la universidad. ¿Debo tomar un

poco de Tylenol?"

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Sip. No.

A veces me preguntaba si June pasaba por lo mismo, si se acostaba en la cama y escuchaba un

millón de voces a su alrededor. A veces deseaba ser yo la lectora de mentes para poder saber lo

que infiernos fuera que estaban pensando mis hermanas y todos los demás durante todo el

tiempo así no tendría que adivinarlo.

Supongo que tenía envidia de poder.

Estaba aún más molesta porque había estado tan ocupada preocupándome por mis hermanas

que me encontraba demasiado distraída para escribir mi artículo para inglés. Estamos leyendo El

Mito de la Caverna, la cosa que escribió Platón, y que había leído la noche anterior, pero de la que

no podía recordar nada además de que había algunas sombras y que las personas estaban

encadenadas juntas.

Aquí está el asunto: sé que tengo que ser la inteligente. Y es verdad, me gusta la escuela y todo

eso, pero a veces deseo simplemente poder fallar. Desearía poder pararme y gritar, "¡¿Por qué

siquiera estamos leyendo esto? ¿Por qué Platón siempre utiliza metáforas? ¿Por qué no puede

alguien sólo decir lo que significan?!"

Me doy cuenta de que podría estar dejando que mis asuntos personales llenen la situación, pero

aun así. June tiene tanta suerte a veces. Nadie espera que sea brillante, y por supuesto, ¿qué

puede hacer ella? Leer mentes y ser brillante. La ironía me mata.

(Por supuesto que sabía que iba a conseguir un 94 por ciento en el artículo que todavía tenía que

escribir, pero eso era irrelevante.)

Mi mamá ya estaba levantada y tomando su té junto a la ventana de la cocina cuando bajé a

puntillas temprano esa mañana. Ella siempre se levanta mucho antes que nosotras tres—dice que

es su "tiempo para mí"—pero eso sólo comenzó después de que mi padre se mudara. Creo que

después que se marchara ella tuvo mucho más tiempo, y tuvo que organizarlo de alguna manera.

De lo contrario el día simplemente se haría demasiado largo.

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Cuando la vi, hice lo que había hecho cada día desde que había comenzado a ver el futuro: Revisé

el día de mi madre, esperando que algo terrible apareciera de repente. Busqué aneurismas,

derrames cerebrales, objetos afilados, empleados despedidos que regresaban a la oficina para

una última oportunidad de venganza. Buscaba cualquier cosa que pudiera encontrar y una vez

más, no surgió nada.

También lo hago todos los días con mis hermanas. Sé que no puedo ver todo lo que sucede, pero

maldita sea, lo estoy intentando. Lo único que no sé es qué ocurrirá cuando sí vea algo terrible.

Estoy tratando de no imaginarlo.

Pero el día mi madre era mundano, al igual que los demás días. Trabajo, tienda de comestibles,

facturas, y cuando ella me vio y me sonrió, le devolví la sonrisa, aliviada de tener algo por lo que

sonreír.

“Hola,” dijo ella. "Te levantaste temprano. ¿Quieres un poco de té?"

"¿Es con cafeína?"

“No. Es a base de hierbas y completamente natural y saludable para ti."

"Paso. Su sabor es como el alimento de peces de colores."

"Ya me lo imaginaba." Ella tomó un sorbo de nuevo antes de bajar la taza. "¿April? ¿Puedo

hablarte acerca de algo?"

Mierda. ¿Por qué no apareció esto cuando escaneé en busca de posibles problemas? No estaba

de humor para tener esta conversación, de la clase ¿están-bien-niñas? Ya la había tenido un par

de veces con mi mamá y una vez con mi papá en el teléfono. Él se había aclarado la garganta un

montón de veces, y me recuerdo deseando poder saber lo que él iba a decir porque era tan

embarazoso esperar a través de las pausas.

Ten cuidado con lo que deseas. Eso es lo que yo aconsejaría.

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"Estoy bien, mamá," le dije mientras comenzaba a pelar una naranja. "Te lo juro. Yo, May, y June,

todas estamos bien."

“No, ya lo sé," dijo. "Ustedes niñas, son maravillosos. Es sólo que... he estado notando que May

parece estar desapareciendo más y más a menudo."

Se me cayó la naranja mientras me daba la vuelta, sorprendida. "¿Qué?” dije con la voz apenas

más que un susurro. "¿Notaste qué?"

Bueno, eso lo resuelve. Soy la peor vaticinadora del futuro que el mundo haya conocido alguna

vez. Apuesto a que ese gato psíquico en el paseo de la calle Tres tiene más éxito que yo.

"Sólo quiero decir,” continuó mi madre, luciendo con la calma que yo no sentía, "ella parece estar

pasando mucho más tiempo en su habitación últimamente."

Oh.

"Oh," dije. "Um, sí, no lo sabía. Conoces a May. Ella es simplemente extraña a veces. Le gusta su

espacio."

"No, ella siempre lo ha sido,” estuvo de acuerdo mi mamá. "Y lo entiendo. Es sólo que... Sé que

está muy decepcionada por tener que retrasar su viaje a Houston para

ver a su papá."

“Sí, lo está."

"¿Crees sin embargo que está todo está bien con ella? ¿Además de eso? Sé que ha estado

pasando un mal momento en adaptarse a que tu papá y yo estemos separados."

Sabía que mi mamá estaba pensando en el incidente del tequila, cuando May se emborrachó y

creó una cadena de eventos que nos llevó a mudarnos aquí. Pero ¿estaba bien ella? ¿Cómo

diablos se suponía que respondiera a esto? Ninguna de nosotras está bien, quise decirle a mi

mamá. Ni en lo más mínimo.

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Pero en lugar de eso, sólo dije, "estoy segura de que ella está muy bien, mamá. June y yo lo

sabríamos." Si eso no era verdad, no sé lo que era. "Ella no es una gran mariposa social. Ni

siquiera es una oruga social."

Mi mamá se echó a reír y luego envolvió un brazo alrededor de mi cintura y me dio un abrazo.

"Bueno, está bien," dijo. "Sé que es injusto decir que eres la mayor, pero... eres la mayor. Mantén

un ojo en tus hermanas, ¿de acuerdo?"

"Mamá, créeme," le dije, devolviéndole el abrazo antes de apartarla. "Las estoy vigilando todo el

tiempo."

* * *

Me las arreglé para terminar mi trabajo de Platón durante el cuarto período, ya que sabía que el

profesor estaría demasiado ocupado hablando de la ecuación cuadrática como para notarme, y en

la hora del almuerzo, corrí hacia el laboratorio de computación para imprimirlo tan pronto como

comenzó el almuerzo. No era mi mejor trabajo, eso era seguro, pero tendría que lograrlo con

esto.

Los corredores estaban bastante vacíos mientras caminaba hacia mi casillero, ya que la mayoría

habían ido a almorzar. Me pregunté si estaría haciendo eso con mis viejos amigos de mi antigua

escuela, salir de la escuela y comer papas fritas o arroz frito o sándwiches. No había hablado

realmente con nadie desde que nos habíamos mudado lejos. No podía ni siquiera imaginar la

conversación. "Sí, mi verano fue impresionante. Por cierto, ahora tengo locas capacidades en mi

cerebro. ¿Y tú?"

Sólo había dos personas en el corredor mientras me acercaba a mi casillero, una niña y un chico.

Grandioso. En lugar de un fugaz momento de paz y tranquilidad, me encuentro presenciando

unos desagradables besuqueos en el pasillo. Sólo cuando me acerqué, me di cuenta que no era

cualquier chica. Era Avery, la chica de pelo negro que May casi había golpeado con el coche.

"Grandioso," murmuré para mí misma, tirando mi pelo en frente de mi cara para que no me viera.

Me seguía preguntando si debía disculparme con ella o algo así, pero ¿qué podía decir? ¿Perdón

que mi invisible hermana casi te golpea con el coche?

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Pero no parecía que Avery tuviera ningún interés en mí en absoluto. Ella estaba atrapada contra la

pared por un tipo que estaba respirando en su cuello. No soy una vigilante del corredor, pero no

se veía cómoda. Si embargo, ella sonreía, por lo que tal vez ¿lo estaba? No sé, tenía problemas

más grandes con los que lidiar que la habilidad de Avery para encontrar chicos de calidad.

Apenas había doblado por la esquina cuando vi algo detrás de mis ojos, un destello de líquido

marrón volando hacia el techo, un jadeo y un grito antes de que hubiera desaparecido otra vez.

"¿Qué diablos era—?" Comencé a murmurar para mí misma, pero justo entonces doblé la esquina

y me estrellé contra alguien mucho más grande que yo. Ese alguien estaba llevando café y al

encontrarnos, salió volando de su mano y el café subió en un arco suave, casi como si fuera en

cámara lenta.

Grité y aferré mi trabajo contra el pecho.

La persona jadeó y maldijo.

Oh. Ahora lo entiendo. A veces las visiones no tienen sentido hasta que realmente suceden, lo

que es un desafortunado efecto secundario.

"¡Oh, Dios mío, lo siento!" grité, dándome cuenta de que el café se había disparado hacia todos

lados menos en mi mochila, gracias a Dios. (Tenía libros de la biblioteca allí adentro y odio pagar

multas.) "¿Estás bien?" pregunté. "¿Estaba caliente? ¿Te quemaste?" di vueltas por mi cerebro

como si fuera una baraja de cartas, buscando salas de emergencia, unidades de quemados,

injertos de piel.

"Wow, estás muy nerviosa," dijo la persona, arreglándose la gorra de béisbol de aspecto sucio, y

yo levanté la mirada y me di cuenta que era Julian.

Oh, gracias, Cerebro, pensé con amargura. Muchas gracias.

Julian simplemente se quedó parado allí, limpiándose el café de la manga de su chaqueta. Yo

apenas podía verle la cara, su gorra estaba demasiado baja, pero cuando finalmente hice contacto

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visual, me di cuenta de que no estaba muy emocionado. Sus ojos se pasaron rápidamente de mí

hacia el charco de café en el suelo, después de nuevo a mí, y vi como utilizaba su mano libre para

meterse el pelo detrás de las orejas. Parecía de alguna manera suave y lacio, como si tal vez lo

acabara de lavar. Me pregunté el tipo de champú que usaba, cómo olía—

Enfócate, April.

"¡Lo siento muchísimo!" dije otra vez. "¡Realmente lo lamento!"

"¿Te relajarías? Ni siquiera estaba caliente. Era sólo café de la estación de servicio.” Julian se

limpió la sudadera negra y luego sacudió las gotas de café de su mano. "¿Qué eres, ADD (*) o algo

así? Pareces como si estuvieras a punto de salirte de los carriles."

Sólo podía pararme allí en estado de shock, abriendo y cerrando la boca. Nunca había oído a este

chico hacer nada más que gruñir, ¿y ahora me estaba hablando? Por supuesto, no es como si

estuviera diciendo cosas dulces o algo, pero aún así.

"No, no lo soy, de hecho," dije finalmente cuando recuperé mi voz de nuevo. "No tengo ADD, sólo

soy una persona considerada. A diferencia de algunas personas que todavía

usan vasos de poliestireno."

Whoa. La perra April estaba aquí y lista para jugar.

Él simplemente esperó unos segundos antes de hacer un sonido de "lo que sea" y alejarse,

dejando el vaso en el suelo de baldosas grises donde rodó en un charco de café. "Sí, está bien, no

importa," dijo. "Nos vemos."

Espera un minuto. ¿Él ensuciaba?

No me importaba lo que mi cerebro me había dicho: No había ni una maldita manera que alguna

vez fuera a dormir con un tirador de basura.

Ni. Una. Maldita. Manera.

"¡Hey!" grité tras él. "Vas a recoger eso, ¿maldito arrojador de basura?"

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"Asombroso,” repitió con una sonrisa. "Wow. Eres una rebelde."

“Sí, igual que tú," le respondí. "Dejar basura en el suelo de una preparatoria. Oooh, qué manera

de ser un individuo." Gesticulé hacia la A de su gorra, ese símbolo demasiado usado de anarquía.

"¿Qué, primero arrojas basura por ahí y luego tomas el gobierno? Suena como un plan

fantástico.” Moví los dedos hacia él, lo que, sí, se veía tan estúpido colmo sonaba, pero era

demasiado tarde para deshacerlo.

Julian empezó a decir algo, pero yo estaba en ascenso y ya era demasiado tarde para detenerme.

"¿Y sabes qué más?" dije. "¡Necesitas salir de mi camino cuando estoy en mi casillero, porque

siempre estás atestándome con todas tus estúpidas cosas! ¡Todo el tiempo! ¡Siempre estás

alrededor! Sólo déjame sola, ¿de acuerdo? Dios, tú, Platón y todos los demás son tan

espeluznantes—sí, he dicho "espeluznantes," dicho sea de paso, supéralo— ¡molesto!"

Los ojos de Julian se abrieron amplios mientras me miraba despotricar, y muy pronto me di

cuenta que mi pulso se aceleraba y me costaba respirar. "¿Qué?" dije, devolviéndole la mirada.

"¿Quieres una repetición?"

Julián se quedó en silencio por un minuto y luego dijo, "Mito de la Caverna, ¿verdad?"

"¿Qué?"

"El asunto de Platón."

Mi corazón seguía moviendo la enojada sangre por mis venas. "Sí, ¿qué pasa con eso?" dije.

“Es ridículo."

Julián asintió con la cabeza. "Eres una junior."

"Sí."

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“Sí. He leído eso el año pasado." Se frotó la cabeza por encima de la gorra. "Esta es la gorra de un

ex-amigo, por cierto."

"Oh." No estaba segura de qué decir ante eso. "Así que ¿no eres un anarquista?"

"No soy tan motivado." Él sonrió con suficiencia, y me di cuenta que tenía una especie de sonrisa

adorable, si una sonrisa de suficiencia puede considerarse adorable. "Pero sí se la robé a mi amigo

cuando lo fui a visitar el año pasado."

"Oh." Suspiré y señalé el suelo. "¿Vas a recoger eso o tengo que hacerlo yo?"

Julian bajó la mirada hacia eso, luego la regresó a mí. "Tienes algunos problemas, ¿lo sabes?"

"De hecho, Julian,” dije, “Sí se eso, pero gracias por notarlo."

"¿Sabes mi nombre?"

Me quedé inmóvil a medio camino de recoger el vaso. Piensa rápido, piensa rápido, piensa rápido.

"Yo, uh, oí a tu amigo llamarte—"

"No tengo ningún amigo."

Maldita sea.

“Mira,” dije, lanzando el vaso a la basura mientras me daba la vuelta, "¿de verdad quieres saber

por qué sé tu nombre? ¡Te diré por qué! ¡Porque soy una psíquica! ¡Ahí está!"

El aire se congeló entre nosotros mientras las palabras salían de mi boca. Nunca había dicho la

palabra "psíquica" en voz alta antes, ni siquiera a May o June. Me quedé

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quieta y esperé por la reacción de Julian. Esperé por la camisa de fuerza, las cámaras de

reporteros, por lo que fuera que estuviera a punto de suceder. Esperaba no llorar.

Pero no vi nada viniendo hacia mí, y luego Julian simplemente se echó a reír. "Wow," dijo, "estás

más loca que yo."

Él no me creyó. Pensó que estaba bromeando. Tuve un repentino destello de él sentado en su

escritorio en matemáticas dos períodos más tarde y riéndose para sí mismo,

recordando nuestra conversación.

Al parecer, él nunca había oído hablar de todo eso acerca de cómo hay algo de verdad en el

humor.

“Sí, bueno,” dije. "No tienes ni idea de lo loca que estoy. Debería estar usando cinta amarilla de

PRECAUCIÓN, estoy así de chiflada."

Se echó a reí de nuevo. Tenía una muy profunda y desbordante carcajada. "Entonces, ¿cuál es tu

nombre?"

"April."

Julián asintió. "Bueno, lamento haber ensuciado, April."

"Bien, lamento haberte gritado."

Cambié mi mochila de un hombro al otro. En este punto, se estaba poniendo incómodo que

ambos estuviéramos parados allí en el corredor mientras que todos los demás estaban

almorzando. O tal vez era simplemente incómoda la manera en que él miraba con total

curiosidad.

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"Y también lamento que nunca te di las gracias,” prosiguió. "Cuando me empujaste durante el

terremoto. No dije… mierda, esto es vergonzoso."

Yo sólo lo miraba, tratando de leer lo que estaba pasando detrás de sus oscuros ojos marrones,

aterrorizada de que supiera lo que yo era. ¿Por qué tenía que ser June la lectora de mentes? ¡No

sabía ni Lo Primero sobre tratar de averiguar lo que estaban pensando los chicos!

“Gracias,” resopló finalmente. "Gracias por no dejar que una luz de quinientas libras de peso

cayera sobre mí, incluso cuando podría haber demandado a la escuela y ganado un millón de

dólares."

"Eso es el agradecimiento más raro que he recibido alguna vez."

“Sí, bueno."

“De nada,” añadí rápidamente. "No hay problema."

Nos quedamos allí parados por un minuto, un retrato perfecto de torpeza. Busqué

desesperadamente por una distracción, por algo que pusiera fin al incómodo silencio.

Estaba sentada en la hierba con Julian, almorzando. Y yo estaba sonriendo.

"¿Qué demonios?" Empecé a decir antes de poder detenerme, al mismo tiempo que Julian decía,

"Entoncesss... ¿vas a almorzar?"

Sólo le devolví la mirada. "¿Me estás invitando a almorzar contigo?"

"Um, ya sabes, no a menos que quieras sentarte con tus amigos o—"

Hice una pausa por un segundo, luego admití la verdad. "No tengo ningún amigo."

Julian sonrió. “Sí, como dije, yo tampoco." Él miró a los estudiantes pululando a nuestro

alrededor. "No hay mucha gente de la que valga la pena ser amigo."

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"Sí, está bien, almuerzo. Pero eso es todo," agregué, recordando rápidamente la visión que había

tenido. "Sólo el almuerzo. Nada de cosas raras."

Julian alzó una ceja. "Entonces cancelaré el desfile y los fuegos artificiales."

Me reí a pesar de mí misma. "Bien. Odio las grandes escenas."

* * *

Si me hubieras dicho que Julian traía su almuerzo en una bolsa marrón, no lo hubiera creído.

Pero allí estaba él, sentado en el césped en frente de nuestra escuela, abriendo una vieja bolsa de

compras y sacando un sándwich. "¿Traes tu almuerzo?" dije. "¿En serio?"

"Al igual que tú,” señaló, gesticulando hacia mi Tupperware lleno de zanahorias y puré de

garbanzos. "Por lo menos, creo que es un almuerzo," añadió. "¿Qué es eso?"

"Puré de garbanzos,” dije. "Es muy saludable y lleno de proteínas."

"¿Alguien lo ha pre masticado por ti?"

"¡Eso es asqueroso!" dije. "Oh, Dios mío, eso es vil. ¿Y quién eres tú para hablar? Estás comiendo

un sándwich en pan blanco."

"Es delicioso,” dijo antes de tomar un buen mordisco. "Deeeeelicioso.”

"El pan blanco puede matarte."

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Julián esperó tragar para contestar. "April," dijo, "la preparatoria podría matarme. Así como

conducir en la autopista, cruzar la calle, o volar en un avión. Voy a tomar mis riesgos con el pan

blanco." Dio otro bocado y luego agregó, "Déjame adivinar. Eres la mayor."

“Sí. ¿Cómo lo sabes?"

"Porque eres tan mandona."

"Bueno, tú también serías mandón,” murmuré. Mi puré de garbanzos ahora se veía totalmente

poco apetitoso, así que me quedé con las zanahorias. "Si tuvieras que hacer un seguimiento de

todo, todo el tiempo."

"¿Qué?"

"Nada."

"Lo digo en serio. Empujarme fuera del camino—"

"Ya me agradeciste por eso,” argumenté.

"¿Y ahora me dices qué pan debo comer?" Julian sonrió por la comisura de la boca. “Mandona

Srta. Líder.”

Le tiré una zanahoria. Lo golpeó en el hombro, pero él no se inmutó ni se apartó. "Bien, tú debes

ser hijo único," le dije. "Viendo cómo tienes la capacidad emocional de una ardilla."

Julian sonrió con suficiencia. "Culpable del cargo, salvo por la parte de la ardilla.”

"Bueno, entonces no lo entenderías. Toda la responsabilidad que implica, sobre todo cuando—"

me detuve antes de decir, Especialmente cuando puedes ver lo que va a pasar con ellas.

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"Sobre todo, ¿qué?”

"Nada."

"No, tú ibas a decir algo."

"No era nada," insistí. "Ya sabes, tú y mi hermana May se llevarían realmente bien. A ambos les

gustan los aromatizantes artificiales y ser groseros."

"Ella suena como mi tipo de chica."

Lo fulminé con la mirada. "Ni siquiera."

“Bien. Así que supongo que somos sólo tú y yo entonces."

Me atraganté con mi zanahoria, y Julian tuvo que darme palmadas en la espalda mientras

expectoraba trozos de zanahoria. "Jesús, ¿estás bien?," dijo. "No te ahogues hasta morir. Me

culparan por ello, sabes que lo harán."

Mis ojos lagrimeaban mientras asentía. "Mmm bien," dije. Pero incluso mientras hablaba, estaba

recibiendo destellos del futuro de Julian: él sentado en su casa, dibujando en un cuaderno de

redacción, con auriculares pegados sobre sus orejas, dándole a su madre el beso de las buenas

noches mientras ella dormía en el sofá con los zapatos de trabajo todavía en sus pies; Julian

sentado junto a mi en el cine, riéndose acerca—

Esperaunminutodenuevo. ¡¿Estaba viéndonos en una cita?!

Dios mío, todo este asunto de "ver el futuro" era el peor suceso de mi vida entera.

Miré de nuevo hacia él, y debo haber lucido atemorizada porque él en realidad se apartó un poco.

"¿Qué?," dijo. "¿Necesita la Heimlich? (*)"

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"No, yo..." Sacudí la cabeza, haciendo rodar las visiones en mi cerebro. Intenté volver a centrarme

en donde estábamos, mirando las hojas de hierba y luego el estacionamiento que estaba justo

sobre la colina, pero no pude mantener el enfoque. Las visiones eran tan claras, algunas de las

más claras que había tenido alguna vez, y me di cuenta que cuanto más me acercara a Julian, más

vería de él.

Qué maravilla, pensé. Simplemente maravilloso.

"Estoy bien," le dije. "En serio. Un pedazo de zanahoria simplemente se fue por el camino

equivocado."

"Bueno, no te mueras encima mío, ni nada."

Le sonreí a mi pesar, pero luego me aseguré de mantener una sana distancia entre nosotros.

Estaba bastante segura de que mi última visión no iba a ocurrir allí mismo en el almuerzo, pero no

estaba dispuesta a correr ningún riesgo.

En cambio, obtuve una visión diferente esta vez.

El rojo volvía lentamente, hacinándose en mi línea de visión, poco a poco hasta que fue todo lo

que pude ver. Ahora podía oír sirenas, y tardé unos segundos antes de darme cuenta de que

estaban en mi cabeza y en ninguna otra parte. La luz roja estaba centellando en vueltas y vueltas,

y ahora Julian estaba allí de pie, con las manos en los bolsillos, y la luz roja reflejando los rasgos de

su cara. Un oficial de policía se acercaba a él mientras las sirenas se hacían tan fuertes que me

lastimaban los oídos.

Oh, Dios mío. Oh, Dios mío.

"¿April?" estaba diciendo Julian. "April, ¿qué? ¿Estás bien? ¿Te estás ahogando con otra

zanahoria?"

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"Yo, uh, me tengo que ir,” dije rápidamente, luchando para ponerme de pie. Mis músculos

temblaban por completo, y supe que tenía que escapar. Julian no era seguro, no estaba bien, no

era lo correcto.

Debería haberlo sabido en el momento que lo vi con un vaso de café de poliestireno.

"Espera, ¿qué—?"

"Tengo que entregar mi trabajo," dije, mientras metía mi Tupperware en la mochila. Mi estómago

estaba gruñendo, pero lo ignoré. Aquí estaba pasando algo malo, y quería alejarme lo más rápido

posible. Podría comer mis estúpidas zanahorias y puré de garbanzos más tarde.

"Te veré más tarde."

"Bueno... está bien," dijo, luciendo un poco deprimido mientras yo me alejaba a toda prisa, pero

no me di la vuelta para despedirme de nuevo.

Recién pude dejar de temblar para el final del sexto período. Me di cuenta que las visiones eran

cada vez peores. Primero el rojo, a continuación las sirenas, ahora Julian. Traté de dejar de verlas,

pero seguían reproduciéndose una y otra vez, como una película mala, recordándome que algo

terrible estaba en camino, y que yo no podía hacer nada para detenerlo.

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Capitulo 11-

¿Cual es el objetivo de llorar si ni siquiera puedes ver las

lágrimas? May.

La escuela siempre ha apestado para mí. Me refiero, incluso en primer grado, era la niña que era

como―, ¿Vamos a estar aquí todo el día? ¿Todos los días? ¿Por los próximos doce años? Debes

estar bromeando.

¿Pero ahora? ¿Ahora que literalmente puedo desaparecer en el aire e ir a donde quiera en el

mundo entero? La escuela se ha convertido en el infierno en la tierra.

¿Qué tan bueno es un poder si no puedes controlarlo?

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Tuve que hacerlo soportable de alguna manera, así que empecé a averiguar dónde podría

desaparecer sin que nadie lo note. Durante el almuerzo, mientras todos los demás trataban de

lucir bien comiendo sus sándwiches de mermelada y mantequilla de maní que sus madres habían

hecho para ellos, tuve que salir de la escuela, caminar tres cuadras hasta el local de 7-Eleven y

obtener un delicioso refrigerio que consistía enteramente de conservantes. (Ya estoy anticipando

el día cuando April ve lo que estoy haciendo y tiene una crisis basada en la salud al respecto.

‘¿Sabes lo que los preservativos pueden hacer al cuerpo humano?’ Siempre dice, y yo soy como,

‘Si ellos pueden conservar los alimentos, es probable que me puedan conservar también.’)

También me di cuenta de que justo antes de que sonara la campana, podría desaparecer y

obtener una ventaja inicial hacia la puerta. No era siquiera por llegar a mi siguiente clase a

tiempo, era solo por salir de la última lo más rápido que fuera posible.

No podía escaparme de la escuela, sobretodo porque mi mandona hermana mayor

probablemente me estaba viendo como un halcón, pero podía hacer otras cosas.

Y las hice todas.

April vino a mi cuarto el jueves después de la escuela mientras estaba costada en mi cama,

editando mi álbum online en mi laptop. Sabía que mis hermanas pensaban que tenía, como,

problemas de realización de deseos o algo así, pero me gusta mirar las fotos. Después de estar en

la escuela todo el día, el escapismo es necesario, y Francia parece un buen lugar para comenzar.

—Hey, —dijo April.

—Hey Hey, —respondí, quitandome uno de los audifonos de mis oídos—. ¿Qué paso, capullito?

—¿Quién es el chico?

—¿Qué chico?

—El que va a venir esta noche.

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Fruncí el ceño—. No tengo idea. ¿Por qué no me lo dices tú, Madame Aprilini? Tu eres la psíquica.

Ella puso los ojos en blanco—. El está usando mucha ropa de Stanford. ¿Eso ayuda?

Sentí que mi corazón reboto en mi caja torácica—. ¿Henry? —dije antes de que pudiera

detenerme—. ¿Qué quieres decir?, no estamos ... yo no ...

―¿Aparentemente viene a tutorarte?

―¡Pero no lo planeamos! ―escupí—. ¿Qué tipo de espelunozoide acosador hace eso?

April me sonrió maliciosamente—. Te estás ruborizando.

—No, solo me estoy poniendo roja de furia porque detesto el suelo que pisa. Hay una diferencia.

—Me puse mi audífono otra vez en el oído, pero ella se acercó y lo sacó de nuevo —. Discúlpame,

—dije—, estas violando la zona de seguridad. Física y emocionalmente.

No has visto nada todavía, —dijo ella, luego se dejó caer a mi lado, estirando las piernas en mi

colcha de color morado oscuro. (La había teñido yo misma en la lavadora, lo cual había causado

estragos a la ropa de todas los demás en la semana siguiente. Vivir y aprender.)— ¿Y? ―incitó

April—. ¿El chico?

―¿No puedes solo predecir y dejarme sola? ―pregunté—. Vamos, April, este es mi lugar feliz. Lo

estas arruinando.

—Su nombre es Henry, —June le dijo mientras pasaba por la ahora abierta puerta de mi

dormitorio—. El es su tutor de historia.

—¡Se llama derecho a la privacidad June! —grité después de ella—. ¡Investígalo!

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April puso los ojos en blanco ante June. No sabía que había pasado entre ellas, pero algo fue. Ha

habido un montón de caras raras entre ellas dos, y cuando una entraba a un sitio, la otra se iba—.

Entonces, —dijo ella—. Henry. Es lindo.

―Si, si te gusta el look de un cocker spaniel.

—¿Es agradable?

Ni siquiera alcé la vista de mi computadora—. Oh, es el mejor, ―entoné―. Después de que

estudiemos juntos, vamos a ir a una fuente de soda y compartir una malteada. ¡Será soñado!

¿Qué tal tu? ¿Todavía no has golpeado a Julian?

Junio asomó la cabeza otra vez en el cuarto—. No, ella está usando sus poderes psíquicos para

evitarlo, —anunció.

Asentí—. Bien. Así se hace, April. Eso no va a terminar mal ni nada.

—Mira, esta manera es diferente, —ella dice mientras fusila con la mirada a June—. Tienes un

chico que viene a tutorarte. Yo tengo una visión psíquica sin base en la actualidad. No hay

pretendiente potencialmente legítimo.

—Deja de leer Jane Austen. Suenas como una liga entre Emma con Star Trek.

April batió su cabello rubio en un movimiento que casi se asemejaba al de June, excepto que Abril

no lo hace a propósito—. Como sea, no, no lo hago.

Necesitaba un cambio de tema, desde que pensar en Henry me estaba llenando de Stanford-

rabia.

—Hey, —le pregunté a April—. ¿Voy a ir a Paris?

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—¿Qué?

—¿Voy. a.ir.a Paris?

―¿De que estás hablando?

―Eso es lo que te estoy preguntando. Puedes ver el futuro, dime en donde estaré en cinco o diez

años.

—Sabes que no funciona asi, —dijo April—. No elijo que ver.

―¿Y Londres, entonces? ¿Al menos ves Londres?

—¡Veo Londres, veo Francia! — June comenzó a canturrear en el baño—. ¡Veo…!

—¡Veo a alguien que se ahoga con su cepillo de dientes! —le gritó April. June dejó de cantar

inmediatamente.

—Vamos a volver a lo importante, —dije—. ¿Todavía no lo has golpeado?

—De verdad May, eso es mala educación.

Sonreí—. Tomaré eso como un no, entonces.

—Mira, probablemente estoy equivocada de todas maneras.

Me rei—. Si, porque has estado equivocada antes. Deseas estar equivocada.

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June volvió a mi cuarto, ahora colocándome delicadamente un polvo en su cara—. ¿Entonces tu

tutor viene? ¿A nuestra casa? ¿Esta noche?

Me giré y la penetré con mi mirada mortal—. Si te atreves a leer su mente…

June simplemente se encogió de hombros—. No puedo controlar el funcionamiento interno de mi

gran cerebro glorioso.

—Espera, —interrumpió April antes de que pudiese ahorcar a June—. Oh, maldición, ¿por qué no

había visto esto?

—¿Qué? —pregunté—. De repente me sentí un poco enferma. Cada vez que April tenia una visión

parecía inclinarse hacia el desastre, y no quería ni imaginar la clase de desastre qe podría pasar

cuando Henry y yo estuviésemos cerca el uno del otro.

Probablemente implicaría a una persona perdiendo una extremidad—. ¿Una de nosotras

terminará en la sala de emergencia o algo así?

—No, no es eso, —dijo April. De repente lució incomoda—. Es jueves. Mamá tiene su cita esta

noche.

Se sentía como si todo el aire se saliera del cuarto cuando dijo eso, pero me di cuenta que solo

fue que yo desaparecí otra vez—. Vamos, May, —dijo June, —ya luciendo cautelosa—. No

juegues.

April había puesto un rostro frenético, con los ojos como dardos hacia la puerta—. ¡May! —

siseó—. Es mamá, ¡está por venir! ¡Vuelve aquí!

Cinco segundos después, estaba sentada en la cama junto a April, con June al lado de nosotras,

clenching her puff in her finger―. ¡Oh! ―dijo mi mama cuando nos vio―. Mirense chicas, es

como si me estuviesen esperando.

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—Hola, —estamos bien, —dijo April. Solo que ella no lucia como que estaba bien en absoluto. Ella

lucia como un Chihuahua nervioso. Cerca de mí, June se reía tontamente y le di un codazo en el

hombro, diciéndole silenciosamente que se quedara tranquila.

—Um, chicas, —dijo mi mamá otra vez, y luego se sentó en la silla negra de lunares que mantenía

en la esquina de mi cuarto—. Quería decirles, y perdonen por tomarte tanto tiempo. Pero he

tratado de ver cuál era la mejor manera de decirles esto…

Oh, Dios, esto era una agonía. No podía ver otra versión del discurso “Chicas, tenemos algo que

decirles”, así que fui directo al grano—. ¿Vas a tener una cita o algo asi? —le pregntpe.

April hizo unos pequeños gruñidos que, otra vez, sonaban muy Chihuahua.

Mi mamá lució, bueno, petrificada—. Um, si, —dijo ella—. Si, la tengo. Esta noche. Su nombre es

Chad…

Por supuesto que su nombre era Chad. Claro que sí. Nada suena más guacho que Chad.

― … y el trabaja en la oficina conmigo y es muy agradable. Pero quiero que sepan chicas que es

solo una cita. Eso es todo.

Las tres la miramos en silencio, y de repente June se estremeció.

—Y el va a venir a las 6 a llevarme a cenar, —añadió mi mamá.

—¿Va a pagar él?

―Um, no lo se, Junie Bee*. Tal vez, yo…

―El debería pagar, ―dijo June―. Si él no lo hace… —ella hizo una mímica de dar patadas, y

nuestra madre se rio.

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—Así que June le parece bien, —dijo ella—. ¿Qué te parece a ti, May?

Me costó fuerzas no desaparecer. Podía sentir mi corazón apretando firmemente, las costillas con

, my ribs shimmering with energy, the roots of my hair

quivering in anticipation, but I held on tight and tried not to ache with the effort.

Está bien, ―mentí―. Como sea. Eres una mujer soltera. Ve por él.

Mi mamá sonrió y miró a April, quien solo asintió—. Totalmente de acuerdo, —dijo ella—. ¿Le

dijiste a papa?

A veces tenía que otorgarle el crédito a mi hermana, ella sabia como hacer las buenas preguntas.

Pero luego se apresuro antes de que mi mamá pudiera responder—. Porque realmente creo que

el estaría de acuerdo con ello, —continuó April—. Es decir, de verdad, mamá. El lo estaría. Estoy

segura.

Las tres le sonreímos a mi mamá—. Hablaré con su padre, —dijo ella—. No es el trabajo de

ustedes preocuparse por eso—. Ella hizo una pausa—. ¿Entonces está bien esto?

Todas asentimos de una vez.

—¿Entonces por qué lucen como unos robots de repente? —preguntó ella.

Alguien tenía que pensar rápido y afrontémoslo, yo era la candidata perfecta—. Hey, ¿adivinen

qué? —dije—.

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Hay un chico que viene esta noche. Él es mi preparador educativo.

April resopló—. Tutor.

…y va a venir a mejorar mis habilidades en Historia Europea esta noche a las siete usando nuestra

mesa de cocina y probablemente también una Snapple . Si me siento generosa.

—Creo que le gusta más un Sprite, —dijo April en voz baja—.Es sólo una corazonada

Mi mamá simplemente pestaño—. ¿Traes a un chico?

—A ella no le gusta, —dijo June rápidamente, evadiendo mi mirada—. No te preocupes mama.

Mi mama sonrió un poco―. ¿Y sabes esto porque…?

Porque yo se lo dije, ―digo, cortando a June antes de que pudiera abrir su boca otra vez―. Fue

en un momento de debilidad. Creo que alguien alteró mi bebida con un suero de la verdad

Mi mamá sonrió y me dio un beso en la cabeza. Todavía me gusta cuando hace eso, incluso

aunque no se lo diga—. Bien, —dijo ella—, pero April está a cargo.

—Debe ser un día que termina en Y, —murmuró June.

—Y estaré en casa a las nueve y media a más tardar, —continuó ella antes de besar a April y June

también—. Las llamare si me atasco en el tráfico o algo así.

Esperamos a que mama se fuera a su cuarto antes de colapsar en varios estados alrededor del

cuarto—. Eso casi me mata, —murmuré—. Pensé que iba a desaparecer justo en frente de ella.

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—Me encanta que voy a supervisar tu cita para mejorar tu educación, —se burla April—. Esto va a

ser la cosa más fácil que haya hecho en mi vida. Respirar va a ser más difícil que esto.

June estaba todavía tranquila, sin embargo, mirando hacia el espacio—. Ya basta, le dije—. Estas

espiando en el cerebro de alguien. Ya basta.

―No, no lo hago, ―dijo automáticamente.

—Lo que sea. Mentirosa, —dije, pero ni siquiera se preocupo por defenderse, así que la deje en

paz. No es gracioso cuando June no reacciona.

April estaba acostaba en el piso ahora, con sus manos en frente de sus ojos. —Lo sabía, —dijo

ella, luego se sentó y nos miró—. Vamos a investigar a este Chad como nunca lo han investigado

en su vida.

— Seguridad Nacional no es nada comparada con nosotras, acordó June, luego me dio un

empujón cuando ella pasó por delante.—Me voy, —dijo ella—. La lectora de mentes necesita una

siesta.

A las cinco y cincuenta y nueve, las tres estábamos cuidadosamente dispuestas alrededor de la

sala de estar. April tenía el control remoto, y las piernas de June colgaban de la silla.

Pero no creo que ninguna de nosotras podía decir que estábamos viendo televisión. Solo

estábamos esperando por Chad.

Diez segundos antes el timbre sonó, April de repente se sentó y dijo, “Momento del Show”, y

estábamos en frente de la puerta antes de mi mamá pudiese bajar las escaleras.

―Chicas, no necesitan conocerlo como en la armada, ―dijo ella, alejándonos —. El no nos va a

atacar.

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June y yo miramos a April para confirmar la última parte, y ella solo asintió y nos llevó hacia atrás

para que mi mamá pudiese abrir la puerta.

Chad, siento decirles, lucia totalmente normal. No sé que estaba esperando, colmillos, un cuerpo

peludo o una terrible colonia —pero el lucia como cualquier tipo que ves en Starbucks—. Hola, —

dijo el—. Deben ser las hijas de Carolyn.

―No, ―dije yo―. Solo somos extras. Nos contrato de una agencia.

—Oh Dios Mío, —murmuró April, justo cuando mi mamá me empujó hacia atrás y me bloqueó

desde la puerta. Trabajan como un equipo a veces, mi mamá y April.

Mi madre sonrió y lo llevó al vestíbulo, donde mis hermanas y yo lo miramos con recelo—. Las

reconozco de las imágenes en el escritorio en el trabajo de su madre, —dijo Chad—. Ella siempre

está hablando de lo orgullosa que está de ustedes.

June, que era una amante de los halagos, no importa cuán cliché sea, brilló como el sol ¿De quién

habla más? —le preguntó—. ¿De April, de May, o de mí?

―Yo soy April, ―interrumpió April, poniéndose en frente de June—, Hola. Un placer conocerte.

¿Por qué siempre tiene que ser una maldita mosca muerta? Esto hace que sea mucho más difícil

para mí ser ... bueno, yo.

Mi mama nos presentó a las tres, y cuando me tocó mi turno, estreché su mano y dijo—, Un

placer conocerte, — y luego sentí el dedo meñique de mi mano izquierda empezar a vibrar.

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Le lancé una mirada a June y me imaginé desapareciendo. June arqueó las cejas y luego asintió

lentamente—. Lo tengo, —susurró, luego se aclaró la garganta—. Oye, mamá, ¿podemos ir a ver

la televisión? Están dando un maratón de America’s Next Top Model, y quiero ver donde la chica

se vierte cerveza en el traje de otra chica. Es un clásico.

April tosió para cubrir su risa.

Mi madre nos vió, luego vio a Chad—. Esas son mis hijas, —le dijo a el—. Siéntete libre de correr

gritando.

No hay mejor momento que ahora, quería decir, pero sabía que mi mamá iba a castigarme por un

millón de años. Y además, estaba muy ocupada preocupándome por mi mano izquierda, la cual

estaba comenzando a desaparecer no importa cuando concentrada estuviese manteniéndola en

mi bolsillo.

Pero Chad solo sonrió y dijo—, No, no, a mis chicos les gusta ese show también. Un placer

conocerlas chicas—. June literalmente saltó al sonido de los gritos en los pensamientos de April y

míos, y no tenía que ser como June para saber que April estaba pensando lo mismo que yo.

¿Chicos? ¡Chad tiene hijos! ¿Podríamos tener hermanastras o hermanastros?

―Fue realmente un placer conocerte también, ―dijo April mientras nos estampamos una encima

de la otra en nuestra prisa por salir del vestíbulo. Diviértanse esta noche.

—Besa-traseros, susurré tan pronto como estábamos fuera del alcance del oído—. ¿Quieres un

montón de niños mocosos deambulando por aquí y hacer compartir las habitaciones, las listas de

tarea y tiempo dedicado a la familia?

—Es una primera cita, no una boda, —susurró April—. Tu y June son unas reinas del drama.

—Hey, prácticamente quedé sorda por el sonido de sus pensamiento, —resopló June—. Fue como

un silbato de tren. Ahora, ¿quién es la reina del drama, ¿eh? "

―Yo no soy una reina del drama; solo soy la mayor. Ya es difícil vigilarla a las dos, mucho menos…

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—¿Piensas que tenga algún hijo? —preguntó June—. Así, como ¿alguno guapo?

April y yo la vimos con horror.

—¿Qué? —demandó ella—. No me juzguen, ¡solo pregunto! Sería bueno tener un hermano, ¡asi

no tengo que lidiar con ustedes todo el tiempo!

Estiré mis manos, bueno, -la mano en este punto- en el aire y enfrenté a mis hermanas—.

¿Podemos investigar ya a este tipo? —exigí—. ¿Antes de que él agarre a nuestra madre y vuelque

su cuerpo en un río o algo igualmente terrible?

April simplemente suspiró—. El es un buen tipo, —nos dijo—. Lo vi. EL tiene una hija que luce de

unos trece años y un chico un poco más joven, y los llevara a comer pizza mañana en la noche. Es

un buen papá.

—Que bueno por ellos, —susurré, pero había un dolor punzante en el estómago cuando lo dije, y

sentí el ruido del aire y vi a mi hermanas parpadeando y buscándome.

—Bien, May, haz lo que tengas que hacer, —suspiró June—. April y yo tenemos trabajo que hacer.

Tu solo flota como loca e invisible. Tenemos esto.

Ardía de furia, pero me mantuve oculta. Es un buen padre. Las palabras sonaron casi como si se

burlaba de mí, como si Abril lo había dicho a propósito, a pesar de que sabía que no era así. Chad,

probablemente no habría cancelado un viaje a Houston. Odiaba a Chad ahora. Qué se jodan él,

sus hijos y su pizza. Si mi mamá era tan tonta para salir con él, era su estúpido problema. Ellos no

necesitaban una chapero…

Oh Dios mio, era un genio.

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—¡Los puedo seguir! ―chillé, volviendo de nuevo a la tierra tan rápido que tropecé

accidentalmente en April—. Ouch, lo siento. ¡Pero puedo seguirlos! ¡Puedo estar invisible y ver

qué pasa!

—Ahora eso es ser acosador y a la décima potencia , —dijo June— ¿ Quieres seguir a nuestra

madre y al Chico-Cita? ¿Qué pasa si se besan? Oh Dios mio. ―Ella tembló otra vez―. Esa es como

mi peor pesadilla. ¿Que pasa si hacen ruidos raros? Oh, iu, iu, iu―. Ella saltó hacia arriba y hacia

abajo y agitó las manos delante de ella, arrugando la nariz como si olíera algo terrible.

—Ellos no se besan, —dijo April definitivamente—. Ellos… uh oh.

—¿Uh Oh qué? —pregunté—.¿Uh Oh qué?

—Van a salir a comer mexicano. Sabes que mi mamá es alérgica a los aguacates—. April subió una

ceja.—Oh, maldición.

Puse los ojos en blanco—. April, por favor, tu lenguaje. Mis delicados oídos

—Oh, espera, no, ella esta bien—. Se le quitó el ceño y lucia aliviada—. No hay guacamole ni

nada. Fiuu, bien, como sea. Ella solo va a comer enchiladas, una copa de vino y…

—Si Chad toma y maneja, tengo que seguirlos, —interrumpí yo—. Es mi deber familiar.

—…y Chad toma Coca-Cola, —continuó April—. No va a beber y manejar, y no veo que estés en el

asiento de atrás, May. Eso es todo.

Pensé rápidamente—. Bueno, si soy invisible, no me podrías ver, de cualquier forma. Así que eso

es todo. —Le saqué mi lengua.

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―Oh, que madura…

―¿Pueden callarse las dos un minuto? ―dijo June―. Estoy tratando de ver si Chad es un violador.

Dios. —Sus ojos se movieron rápido, sus dedos distraídamente daban golpes rítmicamente en sus

jeans.

—Bien, —dijo ella lentamente—. No es un violador. El piensa que su tintorería lo está estafando.

Él sigue teniendo la intención de llevar su coche para un cambio del aceite.

—Bueno, eso lo arregla , —le dije—. Nuestra madre no se puede montar en un coche así. Es una

trampa mortal.

June solo suspiró—. Siento decirte esto, pero es completamente honorable. Un poco tonto, pero

igual es mama.

April se encogió de hombros y empujó su cabello sobre los hombros—. Bueno, eso es todo , —

dijo—. La temporada de citas ha comenzado.

―Espera, ¿entonces las dos están bien con esto? ―dije, mirando boquiabierta a mis hermanas—.

¡Ni siquiera han pasado seis meses desde que nos mudamos aquí! Ella ni siquiera nos pregunto si

estaba bien sino hasta hace dos horas, ¿ y ustedes solo se van a descansar?!

June me miró—. Tu, —dijo ella, —necesitas tomarte una pastilla.

―¿Tu mejor amiga Mariah no tiene una que me pueda prestarme? —le disparé de vuelta.

June fingía escuchar algo—. ¿Qué? ¿Alguien escuchó eso? ¿Alguien habla? Deben ser invisibles

porque ni siquiera puedo verlas, ¡Asi de insignificantes son!

—Maldición, ¡no soy un referí de lucha libre! —chilló April, poniéndose entre las dos—. ¡Paren de

hacer esto! Ustedes dos son tan molestas.

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June me miró sorprendida—. ¿Por qué acabas de pensar en Julian?

April se sonrojó en realidad—. No lo hice.

—Si, lo hiciste. Acabas de pensar en el. ― June sonrió con picardía—. Te guuuusta.

Mire a April—. Sientete libre de herirla. No dire una palabra a nadie.

Nuestra mamá de repente asomó su cabeza al cuarto—. Chicas, nos vamos, —dijo ela—. Y May,

hablaremos luego acerca de lugares apropiados para el sarcasmo—. Ella me miró

significativamente.

Suspiré―. No puedo

—No puedo hacer nada si mis talentos no son apreciados en este lugar en particular.

—Diviertete, mamá, —dijo April.

—Si le gusta, debería ponerle un anillo, —añadió June—. Piensa como Beyoncé.

Mi mamá se rió y le pasó la mano por el pelo de June antes de agarrar el bolso—. Está bien,

chicas, tengan una buena noche. No me llamen a menos que la casa se incendie, o uno de ustedes

se rompa un hueso.

—¿Qué pasa si es una conmoción cerebral? —Le dije—. En caso de que sólo el texto que en ese

caso?

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Otra mirada significativa de mi mamá y luego se había ido.

Cinco minutos después, estaba arriba, acostada en mi cama y mirando unas fotos de Paris. Habia

comenzado a coleccionarlas realmente después que nos mudamos aquí, cuando todo lo que

quería hacer era irme a algún otro lugar, donde sea. Estaba a punto de regresar al principio y

verlas de nuevo cuando April dio traspiés en mi habitación—. ¡Henry está aquí, May!

—Mire hacia el reloj al lado de mi cama—. Espera, no, no ha llegado. Son las seis y cuarenta y

cinco.

La campana sono.

—¡Te lo dije! — Resonó la voz de April mientras ella se retiraba a su habitación y a su amada

tarea—. Me encanta que siempre piensas que estoy equivocada.

—Adivina que más estoy pensando, —murmuré, pero luego penosamente bajé las escaleras y fui

a reunirme con Henry.

Estaba de pie en el vestíbulo, donde Chad había estado sólo momentos antes, llevando una gran

mochila de Stanford que estaba tan llena que sus costuras se extendía—. Oh, wow, qué sorpresa,

—le dije—. ¿Qué, vienes a difundir tu propaganda de la universidad a los vecinos?

―Te dije que te sorprendería, ―respondió el. El intentó sonreírme, pero le fue de su cara cuando

no respondí. Su pelo estaba todo alborotado, también, como que había conducido con las

ventanillas bajadas. Que rebelde.

―Sabes, ―continuó el― ya que la forma en que... discutimos, y luego echó a correr y nunca

regresó."

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—Creo que también se te olvidó la parte en la que insultaste a mi propia existencia. Ese fue un

punto alto para mí. "

Henry, al menos parecía un poco culpable—. Sí, bueno, yo también estoy obligado a tutorarte por

lo menos cinco sesiones más.

—Mi corazón dio un vuelco ,— murmuré—. Y sabes, no tienes que traer todos los libros de tu

propiedad. Tenemos libros aquí, también. Mi hermana April los colecciona. Estoy segura de que

podríamos haberlo complementado

—Tu hermana dijo que podia ir a la cocina, asi que…

—¿Cuál?

—Um, creo que a tu cocina…

Puse los ojos en blanco—. No seas tan literal. Me refiero ¿cual hermana? Hay dos de ellas

flotando por allí.

Henry se rio un poco―. Oh. Oh si, um, la del cabello más oscuro, más pequeña que tu.

—Esa es June, —dije—. April es la otra. Ella esta arriba. Otra forma de distinguirlas es que June es

una latosa y April es aburrida.

—¡Escuché eso! —chilló June desde la sala.

Mire a Henry—. ¿Ves a lo que me refiero.

—Sí, también tengo una hermana, —dijo el—. Lo entiendo.

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Miré hacia la cocina. De repente no estaba de humor para pensar en la historia o de Henry, de mis

hermanas, de mi madre o Chad. Mi cerebro estaba demasiado lleno ya—. Sígueme, le dije—. Las

maravillas de la historia le esperan.

Despues de que nos sentamos en la mase con el agua para mi y un Sprite para el —Vi lo que

hiciste allí April —miré el libro del tamaño de un mamut y suspiré—. ¿Entonces cuanto se va a

tardar esto?

—¿Una hora? ¿Una hora y media? No lo sé. Nunca he tutorado a nadie antes.

—Eso es muy obvio, —dije—. Supongo que ahora los dos estamos jodidos. —Miré a mis pies para

asegurarme de que estaban donde correspondía, pero luego vi los zapatos de Henry—. Tu, —dije,

inclinándome más—. Oh Dios Mio, tu .

―¿Que? ―Henry siguió mi Mirada―. ¿Qué, ensucié el piso?

Ya estaba riéndome tan fuerte que apenas podía hablar—. ¿Tus cordones dicen STANFORD?

Henry se enrizó—. Solo son cordones, —trató de denfenderse.

—¡JAJAJAJAJAJA! —Tuve que poner mi cabeza en la mesa mientras me centraba―. Mira, Henry,

—dije mientras podía respirar otra vez—, si necesitas a alguien que te tutore alguna vez es como

ser cool, siéntete libre de preguntar. Te puedo ayudar.

Henry sólo murmuró algo acerca de la educación universitaria es la base de una sólida vida adulta,

entonces abrió su libro de texto—. Entonces, —dijo— ¿Qué sabes acerca de Robespierre?

—Pobre , —le contesté, todavía limpiándome los ojos—. ¿Qué clase de nombre es Robespierre,

de todos modos? Él estaba instigando a ser decapitado con un nombre así.

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Henry sólo se mostró complacido—. ¿Así que ya sabes que fue decapitado?

—Soy buena en las cosas sangrientas.

—Así que también sabes que María Antonieta fue ...? —Henry esperó pacientemente a que yo

terminara la frase.

Solo le parpadée―. … interpretada por Kristen Dunst en la película?

Henry suspiró.

Me sonrió y se acomodó en la silla—. Bueno, no estoy equivocada , —insistí—.Dame la mitad del

crédito.

Pasamos diez minutos sentados allí, Henry tratando de hacerme emocionar por la Revolución

Francesa y yo sin emocionarme por la Revolución Francesa. Era tan aburrido que hasta pensé en

desaparecer, solo para hacer las cosas más interesantes, pero borré el pensamiento antes de que

June lo escuchara o que April viera que estaba pasando. Era aburrido, no un suicidio.

―Entonces cuando Robespierre… ―continuó Henry, pero lo interrumí con otro fuerte suspiro.

—¿Podemos tomarnos un descanso?

—Solo han pasado diez minutos, y todavía no has contestado una pregunta bien, —señaló Henry.

A su favor, él ni siquiera lucia molesto conmigo, lo que significa que no me estaba esforzando lo

suficiente.

―Con más razón para tomar un descanso, ―le dije―. Estoy estresada. Ese no es buen estado de

ánimo para estudiar productivamente.

—Suenas como mi hermana, —dijo Henry.

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April se apresuró a la cocina en ese momento—. Hola, no me presten atención, solo voy a tomar

agua, —dijo ella, lanzándome una mirada tipo mamá antes de añadir—. Soy April hermana de

May.

—Hola, —le saludó Henry.

—Uh, April, estas matando mi entusiasmo por aprender. ¿Viste lo que acaba de pasar? —le dije a

a Henry—. Ella entro, y olvide todo lo que había aprendido.

—No puedes olvidar lo que no sabes, —dijo Henry.

April sonrió mientras se servía un poco de jugo de manzana—. Henry , —se rió—, No sé cuanto te

pagan para hacer esto, pero sé que no es suficiente.

Henry se encogió de hombros, sonrojándose un poco—. Es trabajo voluntario por mi aplicación

para la universidad.

April lo miró, tomando nota de tu vestimenta, mochila, y ridículos cordones de zapatos—. Déjame

adivinar dónde estás aplicando.

—Es una de las mejores universidades del país, —dijo Henry—. Y tienen un equipo de golf que…

—Apri, —interrumpí, sin querer entrar ni siquiera en una discusión de golf—, ya tienes tu jugo.

Misión cumplida. ¿Ahora puedes irte?

Ella comenzó a salir, pero luego se dobló hacia atrás y cogió el rollo de servilleta del mostrador y

los puso entre Henry y yo.

―Aqui, ―dijo ella, luego me guiño un ojo―. Confia en mi.

—No tenias que hacer eso, —le dije—. En serio.

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April sonrio—. No es nada. Solo espera.

Henry miró entre nosotras, fruciendo un poco el ceño―. Gracias, —dijo finalmente—. Pues, uh,

nunca hace daño tener servilletas.

―Si, van a ser buenas para absorber el baño de sangre, ―susurré—. ¿Ahora si te vas, April?

―Ta, ta, ―se despidió―. ¡Diviertanse!

La fulminé con la mirada y me volví hacia Henry, quitando el pelo de mi cara mientras el estaba

levantando su lata de Sprite.

Odio cuando mi hermana tiene razón. Lo odio demasiado.

Mi brazo golpeó el de Henry, y el Sprite salió volando sobre nosotros—. ¡Oh, mierda! —chillé

mientras cayó sobre mi pantalón, el piso y la mesa—. ¡Oh, lo siento!

—Es bueno que tu hermana trajo las servilletas, —dijo Henry—. Que desastre.

―No te preocupes, tenemos más Sprites en el garage. —Ya estaba sonrojándome de la

mortificación.

— Aquí, dame algunas.

Empezó a limpiar la mesa, mientras atacaba el suelo pegajoso—. Bueno, al menos no aterrizó en

el libro de texto, —dijo Henry—. Eso es bueno.

—Que grandioso, —respondi. Tal vez pueda derramarlo otra vez.

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Henry sonrió, y cuando fue a tomar la servilleta de mí, nuestras manos se encontraron y nos

tocamos los dedos—. ¡Lo siento!, —dije, alejándome rápidamente, al igual que Henry, dijo—, ¡Lo

siento! —y tiró de su mano hacia atrás.

¿Adivinen que desapareció poco despues?

Asi es.

Puse mi ahora desaparecida mano en el bolsillo de mi sudadera, metiéndola en lo más profundo a

fin de que Henry no se diera cuenta que era ahora como un gancho de un pirata. Luego me reí

nerviosamente—. Wow, —dije—. Eso fue..

―Si, ―dijo Henry, luego aclaró su garganta otra vez―. Entonces. Robespierre.

―Decapitado, ―dije automaticamente―. Perder una parte del cuerpo. Lo siento por el. ― Me

senté en mi silla y en silencio le ordené a mis pies que se quedaran donde estaban.

Yo podía sentirlos en los próximos diez minutos, cada vez más cerca de desaparecer cada vez que

Henry se inclinaba hacia adelante para enfatizar un punto o recoger el marcador. Era

probablemente la sesión de tutoría menos productiva de la historia. Él podría haberme estado

enseñando matemáticas básica para todo lo bien que estaba haciendo. Todo mi esfuerzo para no

desaparecer , además de mi mano y mis pies, estaba haciendo un gran trabajo. Es una lástima que

no den notas por el control de mente-cuerpo, porque estaría meciendo una A + en el tema.

―¿Estas entendiendo esto? ―Preguntó Henry despues de un momento.

—Si, ¿por qué?

—No estás siendo sarcástica o haciendo comentarios.

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Sonrei—. No, esto es fascinante. Es solo fascinante. Esta soy yo estando fascinada.

—Ah, allí vamos, —dijo Henry—. Eso me gusta más

—¿Sueno como ‘esas chicas’ ahora?

Y poff, mis pies se habían ido.

Lo juro por Dios, nunca he sido consciente de la parte de atrás de mi cuello antes, pero estaba

bastante segura de que estaba empezando a irse también. Estaba tratando de no entrar en

pánico, y me obligué a pensar rápido—. Wow, hace frío aquí,— le dije—. ¿Crees que pudieras

tomar la manta de la parte trasera del sofá para mí?

Henry me miró. Llevaba vaqueros y una camiseta—. Hacen, como, ochenta grados allá fuera.

—Sí, pero... soy muy sensible a las temperaturas. —Yo estaba muy lejos de frío, y la idea de tener

una manta encima de mí era miserable. June estaba en lo cierto, ¿por qué ninguna de nosotras

(es decir, yo) había sido capaz de volar en vez de esto?

―BUeno, bien, ―dijo Henry y vino un minute despues con la cobija―. Aquí. No estás tratando de

provocarte un sofocón para desmayarte y perder clases, ¿verdad?

Tomé la manta con mi única mano y rápidamente la extendí sobre mis piernas—. Me gustaría que

fuera un golpe de calor, —dije, mientras sentía que mi tobillo se desvanecía.

¿Quién necesita un tobillo, de todos modos?

—Así que después de ... —Henry empezó a decir, inclinándose hacia adelante para empujar la

parte de atrás del libro en frente de mí, y yo automáticamente hacia atrás, por si acaso lleguaba a

agobiarme y desaparecía e mi nariz. En realidad el olía bien, como a hojas de otoño o…

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—Ew.

Henry y yo subimos la mirada mientras June entraba, arrugando la nariz.

La mocosa había estado leyendo mi mente.

—¡June! —dije, tan alto que Henry se sorprendió un poco—. ¿Puedo hacer algo por ti? ¿Una

lobotomía, quizas?

—Relajate. Solo tengo sed. Hola, Henry, ―añadió June, saludándolo—. ¿Cómo vas?

—¡June! —casi grité—. No es tu sesión personal de tutoría. Sacia tu sed y sal.

—Hola, June, —dijo Henry.

¿Por qué el era más agradable con mis hermanas que conmigo? ¡Ni siquiera me dijo hola el primer

día que nos conocimos!

—No hay necesidad de estar celosa, —murmuró June, sacudiendo su cabello oscuro tan

dramáticamente al llegar a la nevera. Ni siquiera puede servirse agua sin asegurarse de que la

gente la note.

—No alimentes a los animales, — le dije a Henry, dándole a mi hermana una mirada diabólica—.

Sólo les anima.

Junio ignoró mi comentario por el momento—. ¿No estás un poco caliente? , —dijo, mirando la

manta—. ¿O simplemente te gusta usar poliéster y lana juntos?

—Estoy bien, —le dije secamente, enviándole la imagen mental de todas las partes que me

faltaban.

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June abrió mucho los ojos, y luego rió para sus adentros y fingió mirar un vaso en el lavavajillas.

Henry la tenía a sus espaldas, así que no podía verla. Pero yo podía. Por desgracia.

―¡Le gustas! ―me articulo con la boca, luego pretendió hacer caras de besos antes de apuntar a

el y sonreir.

—Y luego, cuando la Revolución comenzó ... —Henry hablaba monótonamente. No tenía idea de

que mi hermana estaba leyendo su mente.

Amplié mis ojos hacia June y apreté los dientes mientras que el pulgar de mi mano buena

comenzó a sentir un hormigueo.

June debió haberlo visto pasar en mi mente—. Oops, — dijo―. Mal momento, ¿eh?

―¿Qué?, —preguntó Henry, mirando hacia arriba.

―nada, ―dije con una mueca—. June, ¿puedes irte? ¿Por favor? —Antes de que mi cabeza

desaparezca completamente?

―Solo estoy tomando agua, ―insistió June―. Relájate.

Henry se rió—. Mi hermana dice eso todo el tiempo.

June solo asintió hacia Henru, luego me dio una señal de pulgar arriba y me guiño.

No tengo pies, un tobillo, y una mano, pensé, pero encontraré una manera de patear tu trasero.

Pruébame.

June fingió lucir asustada mientras se servía su agua, y luego hizo una gran maroma lavando el

vaso y poniéndolo en el lavaplatos. Ahora, me ruborizaba tanto que pensé que los vasos

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sanguíneos en mis mejillas iban a estallar, y me quedé con los ojos fijos en el libro de texto, ni

siquiera me atrevía a mirar a Henry.

Estafue fácilmente la experiencia más humillante de mi vida.

—Entonces, —dije tan pronto como June desapareció yéndose arriba—, esas son mis hermanas.

Siento mucho que tuvieras que presenciar eso. Deben haber escapado de su jaula. No volverá a

suceder.

Henry solo sonrió―. Es genial, ―dijo―. Mi hermana es muy loca. Estoy acostumbrado.

―De verdad, puedo aventajarte en la categoría de locura.

—Si, bueno ¿alguna de tus hermanas tiene un novio perdedor como la mía?

—No lo creo, pero estaría muy feliz con uno si las mantiene alejadas de mí. —. Empujé el libro de

texto lejos de mí—. ¿Dónde puedo conseguir un novio perdedor? ¿eBay? ¿O tengo que pasar el

rato en el estacionamiento de McDonald?

Henry hizo una mueca cuando empujé el libro—. Te voy a pagar para que agarres el de ella, —

dijo—. No, estoy bromeando. No quiero hacerle eso a ninguna de tus hermanas.

—¿Tan mal, huh?

—Si, — Henry me miró con atención—. ¿Seguro que no estás demasiado caliente con ese manto y

la capucha? Pareces un poco ... acalorada.

—No, estoy bien, —dije. Estana sudando―. Muy bien. ―Sonreí con mi boca cerrada, solo en caso

de que mis dientes frontales hayan desaparecido―. Entonces… ¿novio perdedor?

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—Oh, si. Es un patán. El se supone que tiene que ser un estudiante de último año, pero reprobó el

tercer año. Y ahora creo que él se retiró. Ni siquiera se preocupa por ella.

—Wow, —dije—. Eso apesta.

—Sí . —Henry comenzó a limpiar la condensación del lado de la lata vacía de Sprite—. Tus

hermanas parecen bastante normal, comparada con la mía. He intentado hablar con ella, pero…

—Henry se encogió de hombros—. Tu sabes.

Tenía la esperanza de que June no estuviese escuchando o April no lo hubiese visto venir. Nunca

dejaría nde hablar sobre cómo la historia de mi tutor me hizo que ellas eran lo mejor—. Creo que

mis hermanas no son tan malas, —admití—. Pero tampoco es que somos muy normales.

Y como para probar mi punto, mi rodilla derecha se fue. Estaba tan ocupada hablando sobre la

estúpida hermana de Henry que no estaba concentrada en mantener todo donde debe estar—.

¡Oh, mierda!,—chillé antes de poder detenerme, lo que casi le dio a Henry un infarto.

—¿Qué, que pasa? —preguntó.

—Yo ... ¡no puedo creer que haya tanto de historia europea que no sé! —Mentí. Me llevé la mano

sobre mi rodilla izquierda, tratando de mantenerla en su lugar a través de la pura fuerza de

voluntad. Temblaba bajo mi piel, como las ondas sobre el agua—. ¿Los linajes reales alguna vez

terminaran ? ¡Siguen, hay mucho que aprender!

Me quedé allí durante diez minutos, agarrando con fuerza mis brazos alrededor de mi pecho, en

el caso de que mis senos decidieran hacer un acto de desaparición, también. (No es que nadie se

diera cuenta si desaparecieran. Apenas estaban presentes incluso antes de que toda esta mierda

empezara a suceder.) Vi el reloj en el microondas mientras marcada los minutes, asintiendo y

articulando un “un-huh” a los comentarios de Henry mientras trataba de pasar el resto de la

sesión.

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El reloj marcó las ocho, y dejé escapar un gran suspiro de alivio—. Wow,¿ ocho ya? —Le dije,

interrumpiendo a Henry justo cuando empezamos a hablar de algún tratado—. Dios, estoy

agotada, ¿ tu no?

Henry miró por encima del hombro al reloj—. ¿Seguro que no quieres hasta las ocho y media?

—Mi cerebro esta frito, —le dije. Me pregunte si me paraba luciría como el queso suizo, ¿con

huecos en donde todas las partes importantes debían estar— No se puede aprender con un

cerebro frito. Probablemente no es nada ético.

La puerta de entrada comenzó a hacer clic para abrir—. ¡Hola!, —gritó mi mamá—. ¡Estoy en

casa!

—Oh, Dios, —dije, cubriendo los ojos con mi única mano.

―Hola, tú debes ser Henry, ―dijo mi mamá, sus tacones repicando en el suelo mientras venia a la

cocina—. Soy la mama de May; es un placer conocerte.

―Oh, hola, Sra. Stephenson, es un placer conocerla. Yo debería haber sabido que Henry sabría

cómo hacer la danza de mamá.

Pudo haber sido mi imaginación, pero me pareció ver a mi mamá erizarse al llamarla señora

Tephenson. Ella había regresado a su nombre de soltera después del divorcio, lo que había medio

herido mis sentimientos. No sé por qué. Supongo que era extraño una madre con un apellido

diferente. No es que no me esté convirtiendo en experta en el manejo de rarezas.

—Henry acaba de terminar, —le dije a mamá—. Y yéndose.

—Eres un soldado, Henry, —le dijo mi mamá , sonriéndole—. A May no se lleva bien con historia.

—Simplemente encuentro la realidad lo suficientemente difícil, —me defendí, sin darme cuenta

de que era verdad las palabras hasta que salieron de mi boca.

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—Esta bien, —dijo el—. ¿Te veo mañana en la escuela May?

Asentí―. Seguro.

Mi madre me miró—. May, —dijo lentamente: ¿No sería agradable si acompañas a tu amigo a la

puerta? —Ella levantó una ceja.

Oh, Dios. Oh, Dios. Nunca he tenido un ataque de pánico antes, pero hay una primera vez para

todo. Henry alzó las cejas hacia mí de tal manera que la frente se le arrugó, y luego sacudió su

cabeza y suspiró antes de agarrar su bolsa—. Soy capaz de salir, señora Stephenson.

En el momento en que se había ido y la puerta se cerró detrás de él, mi madre me miró—. ¿Por

qué, —me dijo— llevas toda esa ropa y mantas? ¿Tienes frío? ¿Estás enferma?

Alargó la mano para tocar mi frente, pero me distancié—. No, estoy bien. Acabo de recibir un

poco de frío aquí sentada.

Necesitábamos un cambio de tema. Rápido.

―¿Entonces qué tal Chad? ―pregunté— ¿Es de ensueño?

Mi mamá encogió los hobros—. Bien. EL pago la cena, así que June estará feliz por eso.

—April se emocionara, también.

—Sí, tienes razón. ¿Y qué hay de ti? —Mi mamá me miró— ¿Qué pasa contigo y Henry?

—Maaaaamá, —dije—. El solo es un tutor.

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—Claro, —dijo ella—. Pero mantenme al tanto, ¿de acuerdo? A tu mama le gusta estar en la onda.

—¿Entonces Chad solo estuvo bien?

Mi mamá hizo una pausa, y cuando ella me miró, estaba sonriendo la misma sonrisa que a veces

uso—. Él tenía un pedazo de espinaca aquí, —dijo, señalando a su incisivo superior—, y habló

tanto que ni siquiera podía decir una palabra para señalarle.

Comencé a reir―. ¿En serio?

Mi mama rió tambien―. Desafortunadamente.

Esa fácilmente era la mejor noticia que había tenido en días.

—Voy arriba a hablar con tus hermanas y cambiartme, —dijo mi mamá—. ¿Estás bien aquí abajo?

—De perlas. —Prácticamente estaba temblando por mantenerme de una sola pieza, y apreté los

dientes. Espera, me dije a mí misma.

Mi mamá hizo una pausa—. ¿Estas segura que estas bien? ¿Luces un poco…?

—¿Sonrojada?

—Tensa.

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—Bueno, estudiar te haría eso.

Ella se sonrió y subió las escaleras. Me senté allí, escuchando sus pasos mientras iba de camino al

cuarto de June, luego al de April, luego el de ella.

La segunda puerta se cerró, y corrí hacia las escaleras. Fue realmente extraño correr y mirar hacia

abajo y no ver los pies, y corrí hacia el cuarto de baño, cerrando la puerta detrás de mí.

Cuando me di la vuelta, no pude verme en el espejo en absoluto.

No estoy segura cuánto tiempo estuve allí, pero fue algo. Traté de hablar para volver, pero no iba

a funcionar. Me puse en el suelo, llena de frustración más que nada. Probablemente habría

llorado, excepto que yo nunca lloro. Es que no es lo mío.

Y además, ¿ ¿Cual es el objetivo de llorar si ni siquiera puedes ver las lágrimas?

Luego de un largo rato, June comenzó a golpear la puerta—. May, — ella se quejó del otro lado de

la puerta—. Tengo que ir a la cama.

La ignoré.

—Vamooos, — se quejó—. En serio. ¡Tengo que limpiarme e hidratarme!

Y de repente estaba de vuelta en mi piel, enojada por haber sido interrumpida, enojada porque

no podía controlarlo, enfadada de que todavía fuese asi.

—¡Oh, bueno, Dios no permita que no pueda limpiarte e hidratarte! —Le disparé, tirando de

puerta . June me paso enfadada.

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—Es importante tener una rutina diaria, —me dijo, luego me observó—. No te matará. Sin animos

de ofender.

―Si, bueno, creo que cualquier persona que pasa mucho con crema hidratante es un imbécil. Sin

ánimos de ofender.

―Espero que disfrutes teniendo patas de gallina cuando estés vieja, ―replicó—. ¿Entonces te

divertiste acostada aquí y sintiéndote toda miserable?

—¡Hey! ―dije! ―¡Puedes dejar de espiarme! Estaba…

—¡No espié! —protestó June—. No es que sea difícil darse cuenta de que estarías toda abatida

aquí. —Ella recogió el cabello en un moño desordenado y luego sacó todos sus artículos de aseo

personal y los alineó arriba del lavadero.

Algunas veces creo que la mayor meta de June en su vida es estar en un comercial de Neutrogena.

—¿Sabes que mas? —dijo June, pero no espero a que le respondiera—. ¿Sabes temprano?

¿Cuándo mamá nos estaba diciendo acerca de su cita?

—Si claro. Fue hace como tres horas.

―Y recuerdas cuando dijiste, ‘¿Vas a una cita o algo asi?’ ¿ y te miró?

—Te estremeciste, —le dije—. Me acuerdo de eso.

June me miró, y había algo en sus ojos color avellana que yo no había visto en meses. Tenía

miedo, me di cuenta.

—¿Que, June? —dije otra vez—. ¿Qué es?

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Probablemente nos hubiéramos quedado así por unos segundos más, si April no se huibiese

despertado gritando.

Capitulo 12

“No puedo ver nada”. June

Mi limpiador líquido resonó en el suelo mientras May y yo volamos fuera del baño al mismo

tiempo por el pasillo. Creo que May desapareció por unos segundos, no estoy segura, pero las

dos llegamos al cuarto de Aprilal mismo tiempo. Parecía que se había quedado dormida mientras

estudiaba en la cama, sus libros esparcidos por todas partes, y ahora sus ojos eran blancos y

amplios, con los hombros sacudiéndose mientras respiraba.

—¿Qué? —jadeé—. ¿Qué es? ¿Que viste?

April meneo la cabeza—. Suee-ño, —pudo decir—. Solo un sueño. Lo siento.

Yo ya estaba subiendo a la cama junto a ella—.Es rojo, —le dije—. Tu cerebro, tus pensamientos,

todo es rojo. Creo que mi voz temblaba un poco, y no podía ver más allá de todos los colores en

la mente de April—. ¿Qué es rojo? ¿Qué es? ¿Qué es ese ruido? "

May trató de retroceder, pero nuestra madre llegó a la puerta antes de que pudiera moverse—.

¿April? —dijo—.Cariño, ¿qué es? ¿Qué pasa?

—Estoy bien, —dijo April—. De verdad, lo estoy, solo fue un sueño loco.

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Sacudí mi cabeza. Me estaba rechazando, pensando en todo bajo el sol para que me mantuviera

fuera. Casilastimándome físicamente, así de fuertes eran los pensamientos—. Ya basta, —le

susurré—. No puedo ver nada. Deja de hacer eso.

—June. —Mi mamá entro al cuarto y se puso entre April y yo, agarrando a April hasta que le puso

una mano en la mejilla—. June, cariño, dale un poco de espacio.

Me quede allí y miré a April, que sólo me miró con esos mismos temerosos ojos miedo azul

hielo. Había visto algo, y ella me estaba sacando de allí.

Creo que hasta May lo sabia, también.

—April, —dije conurgencia—. Vamos. Dime.

May vino a la cama y se sentó cerca de mi, alejándome de April—. Esta bien, June, —dijo ella—.

Dejala en paz. No es nada.

Simplemente me alejé de ella y me deslicé hasta el final de la cama. Yo no sé cómo explicar cuan

alterada etsaba April, pero yo podía sentirlo. Era como escuchar música de terror en una

película, pero no ser capaz de ver la pantalla, y yo no podía creer que mi hermana no me dijera lo

que estaba mal.

¡Ella era mi hermana! ¿ ¿No era ese el acuerdo entre los hermanos? ¿Especialmente nosotras?

April estaba todavía un poco jadeante, y nuestra madre frotó su brazo y la miró—. ¿Estás

bien?, —murmuró.

—Bien, —dijo April—. De verdad, solo fue estupido.

—Mentirosa, —susurré, lo suficientemente suave para que solo yo pudiera escucharlo. May puso

su brazo por encima de mis hombros, y me dio un apretujón, lo cual es algo que ella no hace

normalmente.

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No quería que nadie me tocara, por lo menos, no cuando ellas solo iban a mentirme. Me sacudí el

brazo de May y me salí de la cama

—Lo que sea, —escupí—. Me voy a dormir. Diviertete arreglando tus problemas, April.

—June… —comenzó a decir mi mamá, pero April se sentó y se desenredó de los brazos de mi

mamá—. Estoy bien, —dijo ella—. De verdad mamá,estoy bien. June solo está molesta por otra

cosa.

Mi madre la miró con recelo—. ¿Estás segura?

April asintió—. Estoy bien, —dijo ella con lo que pareció ser la millonésima vez—. Me tomé una

Coca Cola antes de ir a la cama. Estúpida idea.

Ella estaba mintiendo. Lo sabía.

Me estaba mintiendo.

Pero lo que April no sabía era que yo también tenía secretos, también.

Cuando comencéa leermentes, obtuve muchas señales mezcladas. Todavía pasa algunas veces,

como cuando creí que este chico llamado Travis estaba pensando acerca de comprar sostenes,

pero realmente era la chica a su lado. (Eso fue un momento raro claro.) Incluso cuando escucho

las cosas que Jessica y Daphne estaban pensando acerca de Mariah durante el dia, pienso que

vienen de alguien más.

Que perra.

Ella cree que es genial. Todo el mundo sabe que ella le metia relleno a su sostén el año pasado.

Que locura.

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Pero cuando escuche los pensamientos de mi mamá en cuanto anunció que tenía una cita, sabía

que lo que estaba escuchando no era un error.

Ella estaba sorprendida de que May supiera que tenia una cita. Pensó que era raro. Y luego ella

pensó en cuanto le recordaba May a su mamá, nuestra abuela.

Y pensó en lo mucho que se parecía a su madre que siempre fue capaz de leer su mente.

Yo no pude ir a dormir por un tiempo, incluso después de que April se calmara y todo el mundo

se fuera a la cama. Mi cerebro se sentía como si estuviera conectado a un attery o algo así, estaba

tan nerviosa.

Así que esperé hasta que mis dos hermanas estuvieran profundamente dormidas, sus mentes

vagando y con sueños extraños ( May sueña con rinoceronte a veces, así de extraña es), y

entonces me levanté de la camay caminé de puntillas por el pasillo hasta la habitación de mi

madre.

La luz todavía estaba encendida debajo de su puerta—. ¿Mamá? —susurré, tocando una sola vez

a la puerta—. ¿Estas allí?

—¿June? —dijo ella, y yo empujé la puerta. Ella estaba leyendo en la cama, y la cama lucia grande

y vacia cuando solo ella estaba allí.

Ella todavía dormía del mismo lado en que lo solia hacer, y me pregunto si mi papá hace lo mismo

en Houston.

El pensamiento hizo que mi corazón se sintiera solo, como cuando ves una película pero no

puedes llorar en frente de tus amigos o algo asi. Duele un poco.

—Hola, —le digo, parada en la puerta.

Ella se quitó sus lentes y bajó el libro—. Hola, bebe. ¿Qué pasa?

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—El techo, —dije automaticamente, una completa frase de May—. No podia dormer.

Suspiró y me hizo señas de que fuera, y me subí a la cama junto a ella y puse mi cabeza en su

regazo, al igual que solía hacer cuando era una niña pequeña—. ¿Te asustó April? —me preguntó

en voz baja.

—No. —Un monton de cosas me han asustado, pero no es como si se lo fuera a decir.

—¿Estas segura? Las cosas están bastante raras ahora, Junie Bee, ¿no te parece?

Asentí—. Muy raras. ¿Te puedo hacer una pregunta?

Ella me apartaba el flequillo de la cara—. Por supuesto. Dispara.

—¿Cómo era la abuela?

Sus manos se congelaron en mi cabello, y miré hacia arriba. Había confusión, tristeza y genuina

curiosidad. ¿Por qué me está preguntando esto?

—Solo estoy curiosa, —dije—. Nunca hablamos de ella, y hoy estábamos hablando acerca del

árbol genealógico en la escuela—. Una total mentira, pero como sea. Eran tiempos desesperados.

Mi mama tomó un profundo respiro—. Ella murió cuando tenia quince, —me dijo—. Fue muy

difícil. No tenia hermanos, o ni siquiera hermanas como tu, y tu abuela era… ¿Cómo es que

ustedes siempre dice? ¿Chapado a la antigua?

Sonreí—. Chapado a la antigua, si.

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—Bueno ese era el. El no era un hombre que hablara mucho sobre sus sentimientos. O mis

sentimientos.

—¿Por eso es que siempre quieres que hablamos y compartamos?

—En parte es eso, si.

—Entonces, bien, ¿pero cómo era la abuela?

Mi mamá hizo una pausa incluso más larga esta vez, y vi a tres personas, tres caras de mujeres—.

¿Tenia hermabas? —pregunté, luego añadí, —¿O hermanos? —antes de que pareciera muy

sospechoso.

—Si, las tenia, en realidad. Dos hermanas, como ustedes.

—¿Y como eran ellas? — Estaba empezando a tener picor en la piel. Me preguntaba si esto era lo

May sentía cuando desaparecía, como si la línea divisoria entre dos mundos se estuviera

borrando.

—Yo… realmente no se. No conocí nunca a una de ellas. Mamá decía que ella era una ermitaña,

pero no creo que fuese en serio. De cualquier manera, ella vivía en la costa de Maine en alguna

parte. Y la otra hermana,ella era realmente mandona. Una sabionda. A la abuela no le

gustaba mucho, pero ella siempre estaba de visita, de todos modos.

— La sensación punzante se tornó caliente—. ¿Y la abuela era ...?

—Bastante parecida a ti, en realidad. La más joven. Graciosa. Siempre inventado algo. A ella le

gusta estar donde sea que estuviese la acción.—Mi mamá descanso su mano arriba de mi cabeza,

y pude saber que ella estaba pensando otra vez—. Ella era muy intuitiva, —dijo ella—. Ella fue una

maravillosa madre en ese sentido. Ella siempre parecía saber justo como me sentía que hacer

acerca de ello. Ella sabia que decir para hacer a alguien sentirse mejor, o ayudar de alguna

manera.

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Pensé en como delaté a Jessica y Daphne, y se volca mi estómago—. Oh, —dije. Y entonces, a

pesar de mi estomago revuelto, le pregunté—, ¿Cómo murió?

Mi mama ni siquiera notó lo alta que fue mi voz—. Un ataque al corazón. Ella era muy joven para

eso, pero fue lo que paso.

Lo pensé por un minuto—. Tal vez su corazón era mu grande, ¿sabes? Como, si ella tuviese toda

esa intuición, tal vez ella no podía manejar el sentimiento de lo que todos sentían todo el tiempo.

Oops, la asusté, pensaba mi mamá, y rápidamente me rodé y le sonreí, aunque en mis adentros

estaba temblando—. ¿Fue bonita como yo? —Sonreí.

—No tan espectacular como tu, —río mi mamá—. Pero si, ella era hermosa.

—¿Mamá?

—¿Hmm?

—¿Por que nos llamaste April, May y June?

—Sabes porque. Esos son los meses en que nacieron.

—Si, pero todos se burlan de nosotras. ¿No podías ser más creativa?

—Ten un bebe cada trece meses por tres años y dime cuan creativa te sientes, —respondió ella,

pero luego se detuvo—. En realidad, me retracto. No tengas tres bebes en tres años, no hasta que

tengas treinta.

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—Podias haberme llamado como la abuela, —ofrecí.

Mi mamá hizo una pausa—. ¿Querias llamarte Gladys?

Arrugé la nariz—.Iuu. No. ¿Mamá?

—¿Si?

—Te quiero.

—Yo también te quiero, Junie Bee. —Mi mamá beso mi frente—. Ve a la cama.

Y lo hice.

La siguiente mañana, lo habia superado. Ni siquiera me preocupe por esperar a mis hermanas o

suplicarle a April por un aventón a la escuela. Caminé en su lugar, feliz de hacer las cosas por mi

misma y rodearme de pensamientos al azar. ( Te sorprenderías de cuántas personas yendo cada

mañana a su trabajo lo odian.)

Ni siquiera vi a mis hermanas luego del receso para la merienda, e incluso después, fue por

accidente. Estaba buscando a Mariah, pero en su lugar vi a April y May en el locker de May, sus

cabezas juntas mientras hablaban. May lucia preocupada y desconcertada, y April solo lucia tan

tensa como normalmente lo hacía. Pero en cuanto las vi, tanto April y May de repente se pararon

derechas y me vieron.

April me había visto acercarme, obviamente. Sus pensamientos eran confusos hasta ahora, ya

que se me quedó mirando, pensando en la tarea, Stanford y almuerzos en la hierba, nada

que tuviera sentido real—. Lo que sea , —dije mientras pasé rápidamente por delante de ellas—

. Tienes problemas

—¿No vas a desertar otra vez hoy, no? —preguntó April.

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—Lo sabrías, —respondí.

—Déjame reformularlo, —interrumpió May—. No vas a desertar hoy otra vez.

Solo la miré—. Tu camino de la moral no es tan alto, lo sabes.

—Estamos hablando de ti, no de mi, —dijo May, tirando de su camisa negra—. Y y o no estoy

desertando.

Esta era una de las partes donde era feliz de ser la lectora de mentes, no mis hermanas. Porque,

¿honestamente? Desertar no era realmente genial. Me fiero, era Maria, yo y su novio, Blake,

quien no era exactamente el novio cool rebelled que ves en las películas. El era como… no lo sé.

Era diferente. El sinceramente no hablaba mucho, o usaba su cinturónd e seguridad o respetaba

el espacio personal de Mariah. Y todo lo que hicimos fue ir a Del Tacto y luego a la casa de Mariah,

donde vimos Scary Movie mientras Blake y Mariah se besaban en el sofá. Mariah reia tontamente

y trataba de alejarlo al principio, pero Blake era lo que April podia llamar “orientado al objetivo”.

“Vamos,” se mantenía diciendo, riendo al principio y luego insistiendo, y finalmente Mariah

sonreía y decía—, “Bien.” Luego subieron a su cuarto mientras yo me senté en el sofá y vi la

película desde el principio asi que no tenía que pensar acerca de los pensamientos que flotaban

arriba.

Porque… iuuu.

Pero al menos era mejor que ir al gym.

—June, —dijo April otra vez, sacándome de mis pensamientos—. Mejor es que no desertes.

Me encogí de hombres—. Si lo hago lo hago. No puedes detenerme.

Abril hervía de furia, pero lo único que dijo fue:— Prométeme que vas a decir no.

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—¿Qué? —dije, pero luego vi a Mariah parada hacia el borde del campus. Ella estaba en el lugar

donde habíamos desertado antes, lo suficientemente lejos que era fácil escapar, y tan cerca

que no parecíaevidente—. Adiós, —le dije a mis hermanas, y luego corrió hacia ella.

—¡Hey! —dije—. ¿Vas a escaparte otra vez?

Mariah se rió un poco—. Tal vez. ¿Te anotas?

—Duh, —dije, tirando el pelo sobre mi hombro—. Voy si tu vas.

Dios, necesito un cigarro, pensó Mariah, pero todo lo que dijo fue—, Bien tengo una fiesta el

próximo viernes.

Traté de mantenerme calma, ¿pero por dentro? Estaba muriéndome. Esta era la fiesta que habia

estado planeando en su cabeza el otro dia—. Genial, —dije—. ¿Quien va?

—Todo el mundo, —se encogió de hombres—. Mi mama va a la ciudad con mi padrastro. No lo

se… alguna escapada romantica o una mierda asi. Asi que la casa es nuestra.

Lo de la escapada romántica mantuvo alrededor en su cerebro como un pinball, algo así como

la manera en que April seguía pensando en las luces rojas, o May pensaba en carmesí y Stanf…

Espera. No me importaban más los pensamientos de mis hermanas. Estaba siendo invitada a una

fiesta. Habían cosas más grandes y mejores pasándome que mis hermanas cabezas de chorlito.

—¿Entonces qué clase de fiesta es esta? —pregunté.

Mariah alzo una ceja—. Es la clase de fiesta donde la gente se vuelve nada. —¿Ha estado una

fiesta antes?

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Empecé a arrepentirme furiosamente—. Bien, — dije yo—. Porque las fiestas de donde solía

vivir eran muy estúpidas. Realmente jugaban hasta juegos de mesa. —Decidí dejar de lado el

detalle en el que fui yo la quelleve Scattergories*.

—¿Juegos de mesa? —toció Mariah—. Qué bueno que te mudaste.

¡Iba a ir a una fiesta! ¡Como en las películas!

Mi vida real finalmente estaba comenzando, todo por unas habilidades locas de leer las mentes.

Ya era tiempo.

—Si, — estuve de acuerdo—. Que bueno.

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Capítulo 13

Esta era una misión al estilo MacGyver. April.

He visto cosas que no quiero ver el resto de mi vida.

May lo sabe, también. Me refiero, tenía que decirle a alguien acerca de la visión que tuve esa

noche, y mi cerebro estaba muy confuso y extraño para mantener todo el secreto. Además. No es

como si pudiera decirle a June lo que había visto.

Sé que no estaba soñando cuando tuve la visión. Los sueños nunca tienen sentido; ellos siempre

tienen cosas extrañas como un banco de peces nadando por una sala o algo así. Cada vez que

veía el futuro pasando, siempre tenía sentido. Nunca había nada raro o subreal.

Deseo que hubiese sido un sueño lo de esa noche.

Vi las luces rojas otra vez. Esta vez sabía que eran luces de emergencia, ambulancias o carros de

policías o algo así. Las sirenas están allí también, más escandalosas que nunca, y vi a Julian parado

allí justo como antes.

¿La única diferencia?

Esta vez vi a June allí, también.

Le dije a May sobre mi visión de June en el pasillo al siguiente día. Pero no le dije acerca de Julian.

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Después de la escuela en los días siguientes, traté de obtener más información. Me senté en mi

escritorio y observé una vela con esencia de limón y rosa que terminó por darme jaqueca,

tratando de inducirme a una especie de hipnosis. June le pareció trastornado.

—La cena esta lista, Dalai Lama —anunció June una noche, pero ella no entendió, y ¿Cómo

podría? Ni siquiera sabía que decirle—. Si, June, malas noticias, parece que vas a tener un

incidente que envuelve muchas ambulancias y sirenas. —O sea, no. No puedo hacer eso. No

hasta que sepa más.

He contemplado esa visión unas cien veces desde ese momento, pero no había nada nuevo.

Siempre se paraba cuando veía la cara de June, así que ni siquiera podía decir si estaba herida,

lesionada o…

No. Ni siquiera pensaré en lo último.

Así que cuando finalmente vi a Julian el próximo lunes, parado en nuestros casilleros repasando

la combinación de la cerradura como si no le importara en que número se detenía, lo asalté, con

mis ojos en llamas.

— ¿Conoces a mi hermana? —demandé.

— ¿Qué? —El bajo la mirada para verme, su cabello cayendo sobre sus ojos mientras seguía

haciendo girar la cerradura.

— ¿Conoces? ¿a mí? ¿hermana?

— ¿Quien es tu hermana?

—Tú dime.

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Julian simplemente me miró como si tuviera dos cabezas.

—De verdad —dijo el —. Estas demente. Eres la chica más loca que he conocido, y eso es decir

mucho.

—No lo dudo por un segundo —respondí—. Pero eso es todo lo que necesitas saber. Mantente

lejos de ella.

— ¿De quién?

— ¡Mi hermana!

Julian finalmente abrió su casillero y prácticamente golpeó al chico que tenía detrás en la cabeza

mientras la abría de un golpe.

—Lo siento amigo, —digo él, luego se volteó a verme y se inclino hacia nuestros casilleros—. Feliz

y alegremente me mantendré lejos de tu hermana. Me mantendré lejos de toda tu maldita familia

si son como tú. El único problema, Genio, es que no sé de quién demonios me estás hablando.

Miré alrededor y vi a June pasando las puertas frontales, brazo-con-brazo con Mariah.

—Bien, basura, —murmuré, apuntando a las chicas.

—Esa es ella. Ella.

Julian siguió mi Mirada y luego comenzó a reír.

— ¿Esa chica es tu hermana? ¿Eres familiar de Mariah? ¿Cuál de las dos es adoptada?

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—No. La otra. La que no tiene ninguna enfermedad de transmisión sexual y no parece como si

fuera a terminar en Judge Judy[1]

—Amo Judge Judy —dijo Julian—. Ella es asombrosa.

— ¡Hey, amigo! ¡Enfócate! —Chasqueé mis dedos en su cara—. No hables con June, no la mires,

ni la determines. ¿Lo entendiste?

June pasó al lado de nosotras cuando hablé, dándome una mirada malévola sin romper su

conversación con Mariah. Hice contacto visual con ella y lo mantuve por unos pocos segundos,

tratando de ser amenazadora y siendo la hermana mayor, pero una visión se vino de repente en

el camino, e instintivamente me agarré de mi casillero, tratando de no caerme.

June y Mariah estaban en una fiesta. June estaba usando su falda rosa y un par de zapatos rojos

que nunca había visto antes. Ella lucia tierna, sonrojada, feliz, y Mariah lucia demacrada. Todo

estaba la rebasar y caliente, y una boleta de calificaciones de puras A estaba pegada al

refrigerador. Viernes en la noche. Alguien estaba gritando al fondo acerca de una chica borracha

en el baño.

—Claro que voy —me susurró June mientras caminaba, dándome una triunfal sonrisa mientras yo

volvía al presente. La miré, pero ella ya estaba flotando por el pasillo. Lo hizo a propósito, leyendo

mi mente de esa manera. Que mocosa.

Julian, bendecido con la ignorancia, solo cerró su casillero sin sacar nada, riéndose.

— ¿Así que me estás dando el discurso de mantente lejos de mi hermana, y al mismo

está caminando por los pasillos con Mariah Bradden? Eso es bastante clásico.

Vacilé un poco.

— ¿Conoces a Mariah?

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Julian sacudió la cabeza.

—Estaba equivocado antes. La única persona más loca que tú es Mariah.

—Oh, bueno, eso es genial —susurré—. ¿Qué, sales con ella? ¿Saliste con ella?

Julián levantó las manos. —No soy culpable de ninguno los cargos, juez Judy. Yo sólo sé... cosas.

— ¿Cosas?

—Si. Cosas. Como que ella no está en la lista de honor.

—Sospecho que hasta mi abuela puede adivinar eso —escupí—. ¿Qué más?

Julian puso los ojos en blanco. —Ella tiene un novio, ¿bien? Y él es una especie de imbécil.

—Nadie es una “especie de imbécil” —señalé—. Es una descripción de todo o nada.

—Entonces es oficialmente un imbécil. El solía asistir aquí, pero desertó. —Julián pausó por un

minuto antes de añadir— Blake y yo solíamos ser amigos. Pasábamos tiempo juntos, pero…

— ¿Pero…? —solicité.

Julian de repente paró de caminar y se giró hacia mí.

—El es poco fiable, ¿bien? Simplemente no confió en el.

Esto era peor de lo que temía.

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—Define poco fiable —dije, y cuando Julian dudó, añadí— Mi hermana está saliendo con su

novia. ¿Cuán poco fiable es, Julian?

Julian tomó un profundo respiro y corrió su mano por su cabello.

—Poco fiable como que disfruta del placer de dormir con las otras chicas, incluso mientras está

con Mariah.

Casi me caigo otra vez.

—Eso no es poco fiable. Eso es engañar.

—Sí, lo sé. Pero él sabe lo que está haciendo, y sabe cómo hacerlo. Se jacta de ello. El me reveló

toda la cosa una noche cuando estábamos borrachos, y así fue deje de salir con él. ¿Así que toda

la energía que gastaste gritándome? Es mejor que lo hagas con él. Es todo lo que digo.

—No conozco a Blake —admití—. Pero mi hermana se escapó de la escuela con Mariah el otro

día.

Julian silbó entre dientes.

—Una idea estúpida. Blake probablemente las llevó.

—Lo sé ¿verdad? —Abracé mis libros más cerca de mi pecho—. Debí haberla detenido. Debía

haberla arrastrado…

—Bueno, no lo sabías —dijo Julian, y me mordí mi lengua antes de decirle que si,

definitivamente lo había sabido.

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Sabía un montón de cosas ahora.

Mi mente comenzó a trabajar con rapidez, colocando las pequeñas piezas juntas. Algo malo iba a

pasar con June y Julian. June era amiga de Mariah ahora, no importa cuánto traté de detener que

eso pasara. Mariah aparentemente tenía a Blake, el novio idiota. Había una fiesta en viernes en la

noche. Cosas malas tienden a pasar en las fiestas. Tal vez Julian iba a estar en esa fiesta esa

noche.

Tal vez las cosas malas iban a pasar esa noche.

Antes de que pudiera entrar realmente en pánico, tuve otro flash de Julian y yo en el cine.

Estabamos compartiendo cotufas y estaba oscuro, y la gente detrás de nosotros estaba hablando.

De repente tuve un plan.

—Hey —le dije—. ¿Vas a invitarme a salir?

La boca de Julian se abrió, luego se cerró, luego se abrió de nuevo.

—Yo, uh… —el tosió—. ¿No eres de las que van sutilmente no?

—Si no lo vas a hacer, está bien —continué—. Pero solo necesito saber. — No tenía tiempo para

sutilezas nimatices.

Julian se rió un poco y corrió su mano por el cabello.

—Eres de esas chicas que se hacen cargo de todo, ¿no?

—Amigo, no tienes idea.

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—Bueno, yo, uh, te iba a preguntar si querías hacer algo estúpido y cliché, como el cine, pero

ahora temo que vayas a golpearme.

Supongo que estaba un poco tensa. Traté de relajarme, pero mi cerebro todavía iba a toda

velocidad. Los destellos diminutos de Julian fueron apareciendo por todas partes: comer, dormir,

gritar alguien cuando le interrumpían el tráfico, su cara una vez más iluminada con luces rojas.

—No voy a golpearte —le dije—. No al menos que mires a mi hermana.

— ¿Entonces quieres ir al cine?

—El viernes está bien para mí.

— ¿De verdad? —el sonó sorprendido—. Eso es, uh, está bien, genial. Viernes en la noche.

Le eché una ojeada.

—Si vamos al cine, deberías saber que no me gusta perderme los tráileres.

—Imagina mi sorpresa.

—Y no películas basura con explosiones y diálogos estúpidos. Me gustan las películas con tramas.

Y subtítulos.

El se detuvo, luego sonrió.

—Entonces te gusta ir al cine a leer. Por supuesto.

—No, sólo me gusta mejorar mi conciencia cultural.

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Julian se rió en voz alta, esa profunda risa otra vez.

—Que montón de pretensiones de mierda.

— ¿Discúlpame? — me eché hacia atrás, poniendo mis manos en mis caderas—. ¿Alguna vez has

invitado a una chica a salir? Porque yo no soy precisamente una experta en ser invitada por

chicos, pero tengo la sensación de que lo estás haciendo todo mal.

Julian se pauso solo por un segundo, pero fue suficiente.

—Oh, —dije yo—. Nunca has invitado a salir a una chica antes.

— ¿Fue una mala idea sacarte tus pretensiones de mierda?

—Si. No se aconseja.

—Anotado. Pero —añadió— no has sido agradable conmigo acerca de invitarte a salir todavía.

—Dije que si —protesté—. Es tan agradable como pueda ser.

Julian se detuvo, luego sonrió.

—Ibas en serio con lo de la sutileza, ¿no?

—Muy en serio —digo—. Mírame. Esta es mi Cara Seria.

Julián entrecerró sus ojos oscuros hacia mí y luego asintió con la cabeza.

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—Cara Seria en la memoria. No es que no haya visto más que una Cara Seria, sin embargo.

Me inquieté un poco. Mi mamá no lo había conocido. Mis hermanas se iban a poner en

órbita en el momento en que se dieran cuenta de esto, y yo estaba empezando a darme

cuenta de que estaba a punto de salir a mi primera cita. El desayuno no estaba asentado bien en

mi estómago.

Pero todo lo que dije fue —Entonces. ¿Cómo funciona?

Julian se encogió de hombros.

—Creo que tengo que recogerte y pagar todo.

Suspiré.

— ¿Incluso tengo q usar tacones y lucir encantadora? Porque realmente no tengo tiempo para

hacer todo eso.

—Cielos, a mi no me importa —el señaló a mis jeans y zapatillas deportivas— no es como que

tengas que impresionarme.

Eso no era exactamente lo que estaba esperando escuchar, pero al menos no tuve que

preocuparme en tambalearme por allí en tacones en frente de él mientras se suponía que debía

estar salvando la vida de mi hermanita. Solo soy una persona, después de todo—. Probablemente

conocerás a mi mama cuando me vayas a recoger —dije.

— ¿Ella también me va a poner la Cara Seria también?

—Junto con la Charla Seria y la Seria Amenaza de Vida si no me llevas a casa de una sola pieza.

—Increíble.

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Tuve que reírme de eso.

—Entonces el viernes. Este viernes ¿cierto?

— ¿Cuál es tu obsesión con el viernes?

—Los viernes son mis favoritos. —No lo eran. Me gustaba más los jueves porque todavía tienes la

anticipación del viernes, pero eso no era importante en el momento—. ¿Tu más yo más película

es igual a una cita?

—Multiplicado por la Seria Charla de tu mamá.

—Exponencialmente —añadí, luego alcé la vista hacia él. El estaba viéndome algo extraño, y me

hizo sentir incómoda, como cuando me daba cuenta de que June había leído mi mente—. ¿Vas

a pedir mi número? —le die—. Tú sabes, ¿para qué te pueda decir el lugar donde vivo?

El sacó su teléfono de su bolsillo, y le di mi número de celular, asegurándome que él lo anotara

correctamente antes de que lo guardara.

—Guao —dijo él cuando terminé de comprobarlo—. Eres la chica más loca del control que he

conocido.

—También soy la segunda más loca —le dije, luego recogí mi bolso—. Considérate advertido.

No sé cómo alguien puede salir con otra persona sin tener el poder de la premonición. (Así es

como lo llamaba en mi cabeza. El Poder de la Premonición. Sonaba más impresionante que “La

Chica Que Puede Ver El Futuro” o incluso peor, “La Chica Con Superpoderes.”)

Pero si yo no me hubiese visto saliendo con Julian en una cita desde el principio al

final, hubiera sido un manojo de nervios en los días previos a viernes. Como estaban las

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cosas, todavía me parecía lo suficientemente difícil mantener a raya a mis

hermanas, especialmente a June. Afortunadamente para mi, ella estaba muy ocupada

correteando con Mariah, yendo a comprar con ella o hablando con ella por mensajes o por

celular. No quería que mi hermana se la pasara con Mariah, la chica a la cual Julian apodaba “la

chica más loca”, pero no sabía cómo detenerla tampoco.

Seguí la pista de June, sin embargo, observaba a través del día para ver qué iba a hacer. Comió un

montón en Del Taco y se la pasó en la casa de Mariah, hasta donde yo podía ver, y Blake no

estaba en la imagen en los próximos días. Yo ni siquiera quería saber dónde estaba. Yo esperaba

que él se encontrara en un campo de trabajo ruso o en la costa de la Antártida, pero no era tan

afortunada.

¿Pero hablando en serio? La vida de June lucía algo aburrida.

Y estaba determinada a asegurarme que se mantuviera de esa manera. Ya había visto flashes de

June en la fiesta, y hasta donde yo podía decir, ella estaba bien. Incluso la vi yendo al baño para

ayudar a alguien que estaba enfermo, así que eso eran buenas noticias.

June podía ser Florence Nightingale[2] si ella quería.

Simplemente mientras estuviera a salvo.

El viernes en la tarde antes de mi cita con Julian, llegué a casa desde la cuela y lavé mi cabello y

afeité mis piernas, yendo súper lento para no cortarme. No es que haya visto a Julian tocar mis

piernas (oh dios mío moriría), y no es que nos haya visto en ninguna situación que incluyera una

sala de emergencia, o una piscina tampoco, pero afeitar mis piernas simplemente se sentía como

la clase de cosa que debería hacer en mi primera cita. Estaba bastante segura de que esa era una

del as reglas implicadas.

Yo sabía que Julian me iba a recoger a las siete y tres (los tres minutos tarde fue porque se quedó

atascado detrás de un bus en una luz roja en camino a mi casa. Las luces en el vecindario duraban

una eternidad algunas veces.) Íbamos a ver la nueva película francesa al cine independiente que

estaba a veinte minutos. También sabía que a eso de los cuarenta y tres minutos, Julian iba a

tratar de agarrar mi mano, por lo que ya había planeado derribar las palomitas de maíz y crear

una distracción. Me hizo sentir mejor tener un plan de juego. Tenía que comenzar a ver más el

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futuro de Julian, tratando de ver a June en el. No tenía tiempo para sorpresas ahora. Las

sorpresas solo me recordaban todo lo que no podía ver.

Pero lo más importante, tenía que mantener a Julian lejos de la fiesta. Después de que salí de la

ducha, me puse mis jeans y mi mejor sweater, el gris de cuello en V que era suave y no se había

apolillado mucho por los lados. Incluso limpie la tierra de mis zapatillas y usé una de las cosas para

el cabello de June para asegurarme de que mi mechón se mantuviera quieto. Incluso usé un poco

de brillo de labios que sabía a sandía. Lucia bien, tengo que admitir.

Respetable. La clase de chica que no lucía tener el Poder de la Premonición.

Y luego cerca de las seis y media esa tarde, puse la próxima parte de mi plan en acción.

Me fui arriba a la habitación de May. Ella estaba usando un sweater de capucha negro y jeans,

acostada en su edredón purpura con su libro de Historia Europea abierto, girando su lápiz entre

sus dedos.

— El infortunio será de los que entran —dijo ella sin alzar la mirada.

—Tomaré el riesgo —le dije.

—Es tu funeral.

La ignoré y me senté en el borde de su cama.

—May —comencé—. Mi hermana favorita por siempre.

—No. —Ni siquiera me miró—. Lo que sea, no.

—¿Simplemente no puedo admirar…

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—No.

Suspiré. —Bien, necesito el mayor favor en el mundo.

—No lo habría imaginado.

—Tiene que ver con June.

—Se pone cada vez mejor. —May pasó calmadamente una hoja en su libro.

—Ella va a tener una fiesta esta noche con Mariah y… —me pausé nerviosamente—. Necesito que

la sigas.

May solo me miró con sus ojos azules verdosos. Ella y nuestro papa tenían el mismo color de

ojos. Es como extraño ahora.

—¿Y cómo exactamente voy a? … oh no.

—May, vamos…

—No. De ninguna manera. Quieres que me vuelva invisible y siga a nuestra hermanita? Eso no

está bien. La policía de la ética te va a encarcelar.

—No existe tal cosa.

—El arresto de un ciudadano sí.

—¡May! ¡Es nuestra hermana pequeña de la que estamos hablando! ¡Ella podría estar en peligro!

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—Sí, pero April, ¡No sabes eso! —exclamó, apartando su libro mientras se sentaba—. ¡Quizás ella

le hayan dado una multa por exceso de velocidad cuando tuviste esa visión!

— ¡Ella ni siquiera puede conducir! May, vamos. No puedo ir yo. Eres la única que puede vigilarla.

May simplemente se rio.

—¿Disculpame? ¿Quién aquí es la que predice el futuro? ¿Alce la mano?

Ella miró alrededor del cuarto y me miró de nuevo. —Oh, es cierto. Tu. Eres tú. ¿Puedes conjurar

una pequeña visión, un Adelanto?

— ¿Crees que no he tratado? Todo lo que sé es que June utiliza esa estúpida falda rosa y tacones

rojos, y Mariah esta deshecha.

May resopló.

—Yo podría haber predicho eso.

—Bueno, eso es todo lo que obtengo.

—Entonces ella probablemente esté bien.

—¿Pero qué pasa si no? ¿Qué pasa si esta noche hay un accidente o algo pasa y….?

— ¿Y qué es exactamente yo, May Stephenson, una chica de quince años quien vive en los

benditos suburbios va a hacer para detener el destino? —May puso sus manos en sus caderas—.

Dime eso. ¿Si quiera ves eso suceder?

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Hice una pausa.

—No.

—Por supuesto que no. Esto está mal, April. — Se dejó caer de nuevo en la almohada—. Estoy

bastante segura que esto viola cada regla de moral y ética en el libro.

Saqué mi as en la manga.

—¿Y qué cuando mamá y Chad fueron a su cita? —le pregunté—. Prácticamente tuve que

prohibirte que los siguieras. ¿Qué es tan diferente ahora?—. Es solo June, no mamá.

May lo pensó antes de preguntar — ¿Y que se supone que le diré a mamá de a dónde voy?

Lo pensé rápido. —No lo sé. ¿Tutorías con Henry. Eres muy inteligente. Pensarás en algo.

—Ni siquiera me halagues. —Ella suspiró y volvió a su libro, pero luego me volvió a ver,

mirándome de arriba abajo—. ¿A dónde vas?

Mierda.

—Um, al cine.

—¿Con quién?

— ¿Cómo sabes que voy con alguien?

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—Porque es viernes por la noche. —May habló como si estuviera hablando con alguien

especialmente lento—. Y tú nunca, nunca vas al cine. —Y luego sus ojos se agrandaron—. No

inventes, esta noche es la noche, ¿no?

— ¿Qué? ¿De qué estas…?

— ¿Vas a salir con Julian no es así?

Podía sentirme ruborizándome. —Sí, pero eso…

— ¿Esta noche es el gran besuqueo?

Tomé un profundo respiro. —No, en realidad, no. Él va a ser muy educado y cortés.

—Bien, eso no es divertido.

Esperé un minuto antes de decirle.

—Mira, —dije—. Esta es la parte que no sabes. ¿Cuando tengo ese sueño, esa visión, cuando veo

a June y las luces? También veo a Julian. El estaba allí.

May se sentó de nuevo en su cama. — ¿En serio?

—Sí.

Podía ver a May atando todo en su cabeza, con sus ojos ampliándose mientras todas las piezas

se juntaban.

—¿Asi qué vas a salir con el mero propósito de asegurarte que él se aleje de June?

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—Ya le hice jurar que él ni siquiera la miraría, pero esto es solo un seguro adicional.

May simplemente negó con la cabeza.

—April, eso es tan bajo. Esto es mucho más bajo que yo esté siguiendo a June secretamente.

—Hey, ¡no es como si estuviese opción! —me defendí—. Estoy tratando de proteger a nuestra

hermana, y si es así como lo tengo que hacer…

—Entonces vas a mentirle a un chico y pretender que te gusta y salir con el…

—¡El ya iba a invitarme a salir! —protesté—. Nos vi en el cine. Solo… lo adelanté.

—Lo estás usando. ¡Y ahora me estás usando también!

—¡No estoy usando a ninguno! —chillé—. No es que yo no… solo…

May alzó su ceja.

— ¿Entonces te gusta?

Oh Dios. No May también. Ya la mente premonitora y casamentera de June era suficiente

sufrimiento.

—En la lista de Cosas Complicadas —le dije— esto está justo por debajo de física quántica y la

teoría de la relatividad. Solo estoy asegurándome de que todo esté bien.

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—Y entonces haciendo esto, tú vas a hacerle ojitos romanticones a Juan mientras yo estoy en la

fiesta, siendo literalmente invisible y viendo a nuestra hermanita vomitar el contenido del

gabinete de licor de alguien. ¿No será romántico? — Ella agitó las pestañas antes

de pretender atragantarse.

—June no va a vomitar —digo—. Ella no se va a sentir mal. Confía en mi. He visto eso lo

suficiente. ¿Entonces lo harás? ¿Por June?

May dudó antes de decir:

—Me debes mucho. —May podía lucir realmente atemorizante, casi peligrosa, cuando quería.

Sonreí de cualquier manera y la abracé, aunque ella se alejó.

—Demasiado —repitió.

—Puedes tener lo que quieras —te lo prometo, aliviada que hubiese encontrado una manera de

que todo iba a estar bien—. Hasta mi primer hijo.

—¿Qué clase de patético trato es ese? —frunció el ceño—. ¿Qué voy a hacer con un bebé? “Oh,

aquí tienes, May, estoy muy complacida de darte algo que grita, llora y se hace pupú”. Guácala.

Solo dame dinero. O un boleto a primera clase a Paris. No tu teorético bebé.

June vino saltando por las escaleras.

— ¿Qué bebé? —dijo ella—. ¿De quién?

— ¿Estabas leyendo nuestras mentes otra vez? —pregunté—.¿Dónde estabas?

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Ella blanqueó los ojos.

—Lo que sea, Señorita Paranoia. Y no, no lo estaba, estaba hablando con Mariah por el teléfono

de abajo, y francamente, estoy más interesa en escuchar en lo que ella piensa que lo que ustedes

piensan. —June unió sus manos en un adorable sello—. Entonces escuchen esto. ¡Mariah está

preocupada porque yo vaya a la fiesta esta noche porque ella piensa que yo soy más guapa que

ella! ¡Ja! ¿Entonces del bebé de quien estaban hablando?

May solo se rió y abrió su laptop. Podía decir que ella estaba pensando forzudamente,

manteniendo a June lejos de su mente.

—Solo fue una metáfora acerca de cuando tenga niños —le dije a June.

Los ojos de June se iluminaron.

— ¿Entonces Julian y tú ya lo hicieron?

¿No crees que ya lo sabrías si así hubiese sido? —pregunté—. ¿Cuántos coros de “Greasy Grimy

Gopher Guts”[3] crees que puedo cantar que me distraigan de esa clase de pensamientos?

Juna asintió pensativamente.

—Buen punto. Yo, por otro lado, necesito planchar mi falta.

May despidió con la mano a June, pero la detuve camino a la puerta.

—¿Así que vas a esa fiesta esta noche?

—Duh. Mariah me va a venir a buscar en veinte minutos.

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—¿Mariah va a venirte a buscar para ir a una fiesta en su casa?

June me sonrió.

—Sip. ¿No crees que es adorable que haga eso?

—Creo que es un desperdicio de los recursos naturales. ¿Y tú le dijiste a mamá…?

—Que Mariah y yo vamos al cine y luego a comer.

—Sabes que tienes que estar en casa a las once.

— ¿Quién dice que no lo estaré? —sonrió June—. Y sabes que mamá siempre se duerme a las

diez, de todas formas.

Miré a May para buscar ayuda, pero ella me ignoró.

—Ella está cantando “Frere Jacques” —me informó June—. Ella está muy ocupada bloqueándome

para poder hablar ahora.

May solo se rió para sí misma y presionó las teclas de su computadora con una fuerza innecesaria

mientras las dos salíamos de su cuarto de poca luz.

Quince minutos después June vino saltando de vuelta de su propia habitación, vestida con la

falda de color rosa , medias negras y brillantes zapatos rojos.

— ¿Qué piensas? —dijo ella, dando vueltas en la puerta de mi habitación.

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Me congelé. Había estado pensando acerca de Julian, preguntándome si quizás debía ponerme

un collar o algo, preguntándome si eso es lo que las chicas deberían hacer en las citas, y no podía

parar de pensar lo suficientemente rápido.

—No.me.digas —chilló June—. ¿Tienes una cita con un chico? —Ella sonrió tontamente y cubrió

su boca.

—¡No me digas, no me digas, no me digas! Cuéntame todo.

—No puedo hacer las dos cosas —señalé.

— ¡Deja de ser tan literal! —Luego me miró de arriba abajo—. ¿Vas a usar jeans en tu cita?

—Siempre uso jeans. —Miré en el espejo de la pared a mi vestimenta. Al lado de June, parecía

que iba adesenterrar patatas en un campo —. Me gustan mis jeans. No todos podemos usar

faldas rosadas. No es para todo el mundo.

— ¡Amo esta falda! —dijo ella, quitándome del camino para poderse ver ella en el espejo—. Le

pone un poco de picante a mi tazón, si entiendes lo que quiero decir.

—También es perfecta para que la vomiten los idiotas. —Añadió May, paseándose. Podía decir

que ella todavía estaba molesta acerca de lo que le estaba obligando que hiciera.

June sólo suspiró.

—April, ¿alguien va a vomitarme?

—No. Pero sólo… —dudé y mis dos hermanas me vieron—. Solo ten cuidado ¿bien? No seas

estúpida.

June blanqueó los ojos.

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—Gracias mamá, lo sé. ¿Dónde está tu cita esta noche? ¿Qué van a hacer? ¿No se han besado?

—Vamos a ver la nueva película de Jeunet[i]…

—Nerd —dijo June.

— ¿Vas a ver la nueva película de Jeunet? —chilló May, y yo parpadee. Eso era como ponerla sal a

la herida, considerando que ella eran tan Francófila como yo forzándola a pasar la noche viendo

gente que odia poniéndose borracha—. Maldita sea mi vida —suspiró.

—¿Y que más van a hacer? —dijo June—. ¿Vas a hacer senderismo o algo así? Estás

usando zapatos con suela de goma.

—Son prácticos.

June meneó la cabeza.

—No tienes remedio

—Dile eso a la chica que está usando algodón de azúcar por una falda —espeté—. Mira, solo

promete que llamarás a mamá o a mí si necesitas un aventón…

—Duh otra vez —suspiró—. Dios, ¿por qué todo el mundo piensa que no soy capaz de cuidar de

mi misma?

—Sin comentarios —murmuró May.

—Aja, los pensamientos de mamá se acercan —dijo June de repente, y diez segundos después

podíamos escuchar a mi mamá en las escaleras.

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—Hola chicas —dijo ella, luego me vio a mí y a June usando ropas más bonitas de lo usual—. Hey,

¿Dónde es la fiesta? —sonrió-. ¡Lucen muy bien!

May ahogó una sonrisa a través de su nariz.

—¡No hay ninguna fiesta! —dijo June rápidamente—. Voy con Mariah al cine y luego quizás a

comer. Y a la casa a las once, lo sé, lo sé.

Mamá lució sorprendida de que June trajera a colación lo del toque de queda antes que ella, pero

ella solo me miró—. ¿Y tú qué?

Suspiré hacia mis adentros.

—Está este chico, ¿Julian? Y él va a la escuela con nosotros, su casillero esta encima del mío y me

invitó al cine esta noche ¿Si eso te parece bien?

Había algo danzando en los ojos de mi mamá que no podía entender bien.

— ¿Un chico te invitó a salir? —dijo ella—. ¿Y me estás diciendo ahora?

Ahora los ojos de mi hermana estaban encima de mí. Genial.

—Bueno —dije—. ¿Yo como que lo invité primero?

— ¿Lo hiciste? —chilló June, luego me manoteó el brazo—.¡Tigresa!

La miré, luego miré a mi mamá, quien ahora estaba reprimiendo una sonrisa.

—Y este chico, Julian ¿es agradable?

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—No, él es un asesino —intervino May—. April va a rehabilitarlo. Es su proyecto de

voluntariado para la escuela.

Todas menos May rodamos los ojos.

—El es agradable —le aseguré a mi mamá—. Confía en mí.

Mi mamá asintió.

— ¿Entonces asumo que el va a venirte a buscar para que lo pueda conocer? —realmente no era

una pregunta por la forma que lo dijo, y estaba feliz de que ya hubiese resuelto esta parte antes.

—El estará aquí como a las siete, más o menos tres minutos —dije, luego aclaré mi garganta y

recé porque May no me matara por lo que iba a decir—. Y May también tiene planes.

May casi se cae a la cama, pero ella se recuperó lo suficiente para decir robóticamente:

—Sí, voy a hacer tarea con Henry. Será encantador y exactamente como imaginé pasar otro

viernes en la noche. Oh, estoy tan feliz. Que felicidad, que éxtasis.

Mi mama simplemente sonrió.

—Bueno, es bueno que finalmente le tomes interés a la tarea.

June tosió para esconder una risita.

—No puedo creer que mis tres chicas van a salir y hacer sus propias cosas. —Ahora la coz de mi

mamá era un poco inestable—. Están creciendo tan rápido, ¡me hace tan feliz!

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Las tres corrimos hacia ella.

— ¡Mamá no llores! —dijo June—. Si tu lloras, lloraré y estoy usando rímel DiorShow. No puedo

arruinarlo, es muy caro. Cada lágrima costará como, cinco dólares.

—Oh, por amor de Dios —murmuró May, luego se abrió paso a codazos para abrazar a nuestra

madre—. Mamá, ¿no quieres que nos quedemos en casa? ¿Vas a estar sola?

¡Sí! Pensé de repente. May era un genio. Podíamos parar toda esta cosa si solo todas nos

quedábamos en casa y …

—No, no, eso es ridículo —dijo mi mamá—. No se preocupen por mí. Solo estoy feliz que ustedes

chicas se estén ajustando, siguiendo adelante y haciendo amigos. Ya verán, un día ustedes serán

madres y entenderán.

Dudaba eso, pero solo le di una sonrisa. Ella me dió un beso y acarició mi pelo.

—Luces adorable —dijo ella—. Estoy segura que Julian lo apreciará.

—Bueno, ya veremos —digo—. ¿Quién sabe que podría pasar?

Nuestra mamá se fue a su habitación poco después, se cambió su ropa de trabajo, y May y June

volvieron a sus habitaciones. Miré de nuevo mi espejo, asegurándome de que me veía bien. No

es que importara, sin embargo. Esta era una misión al estilo MacGyver, me recordé, no una cita.

—¿April? —llamó June desde su cuarto—. ¿Puedes venir un minuto?

— ¿Qué pasa? —dije, siguiendo su voz.

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Ella estaba parada en frente de su vestidor cavando a través de uno de los cajones, pero se

detuvo el tiempo suficiente para darme una mirada fulminante.

—Todavía estoy molesta contigo —dijo ella— pero no puedo dejar que esto pase.

— ¿Dejar que qué pase?

Ella suspiró.

— ¿De verdad, April? ¿Tu primera cita y estas usando un sostén deportivo?

Miré hacia mi pecho.

— ¿Qué? —dije—. ¡No tengo nada más!

June meneó la cabeza.

—Lo juro por Dios —murmuró, luego sacó algo rosa, con encaje y pomposo. Había pequeños lazos

rosas en la parte inferior de las tiras y había encajes esbozando en las copas—. Toma —

dijo ella, arrojándolo a mí—. Ponte esto y me das las gracias después.

— ¿Dónde conseguiste esto? —dije—. Esto es, como, la cosa más cursi que he visto.

—Bueno, es un sostén, o eso espero. Lo siento. No dejaré que vayas a una cita con el look de “un

solo seno”

Agarré el sostén.

—Gracias —dije.

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—No hay problema. —Me sonrió—. Recuerda cada detalle para mi, ¿bien? Quiero

vivir indirectamente la vida de otros.

Tomé un profundo respiro y lo dejé salir silenciosamente.

—Lo que sea —dije— por ti.

[1] Judge Judy : es un programa de corte judicial estadounidense con la juez del tribunal de familia JudithSheindlin

quien arbitra en casos de reclamos menores.

[2]Florence Nightingale: Fue una célebre enfermera, escritora y estadística británica, considerada una de las pioneras

de la enfermería moderna, y creadora del primer modelo conceptual de enfermería.

[3] Canción del folklore popular en Estados Unidos.

[i] Jean-Pierre Jeunet es un guionista y director de cine francé

Capítulo 14

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“Hay algunas cosas peores que estar sólo en una multitud”. May

Iba a matar a mis hermanas.

Sé que tengo una mala noche por delante de mí cuando en su lugar debería estar estudiando

Historia Europea con Henry.

Maldición, hubiese preferido sentarme frente a una presentación de PowerPoint acerca de

Stanford que seguir a June a una estúpida fiesta del instituto. Conozco a mi pequeña hermana,

después de todo. Ella ha visto todas las películas, escuchado todas las historias, y probablemente

estaba convencida de que una verdadera fiesta del instituto cambiaria su vida.

Ja.

También pensaba que April estaba siendo demasiado cautelosa y maniática, ella ni siquiera podía

predecir un terremoto. ¿Cómo siquiera sabe que lo que vio iba a pasar? No tenía sentido, y peor,

no sabía cómo discutir con ella. Así que dije que si, iré, espiaré a nuestra hermanita.

Que ridículo error.

El primer indicio que tuve que me dijo que había tomado la decisión equivocada fue cuando el

novio de Mariah se detuvo en la acera. Yo había pretendido salir para casa de Henry cinco

minutos antes, pero en lugar de eso desaparecí y esperé en los arbustos por mí aventón secreto.

Me pincharon unas pocas ramas espinosas para cuando el carro finalmente llegó, y cuando June

apareció corriendo por la puerta principal, corrí detrás de ella como una total acosadora y me

deslicé dentro del carro antes de que la puerta se cerrara.

¿Cómo siquiera era esta mi vida?

El carro aparentemente estaba coleccionando óxido y ruidos de motor.

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— ¡Hola! —chilló June a su amiga, abrazándola sobre el asiento delantero, mientras que me

acurrucaba en un rincón y en silencio maldecía a April. Ya sabía que June no podía leer mi mente

cuando era invisible, lo cual era una suerte para las dos en este punto.

—Hola, Blake —añadió June, pero Blake simplemente asintió hacia ella y continuó fumando su

cigarro mientras salía de nuestra entrada y se deslizaba hacia la calle.

Estaba 97 por ciento segura de que Blake había estado drogado cuando tomó su examen de

conducir. Eso es sólo una conjetura.

Mariah y June cuchicheaban algo. Bueno, June parloteaba por un tiempo. Mariah no era

exactamente una charlatana, pero era evidente que le gustaba tener a alguien alrededor como

June, alguien que pensaba que ella no podía hacer nada mal.

—Si —decía Mariah a cada cierto tiempo pero tan pronto llegamos a la primera luz roja. Blake se

inclinó y la besó, interrumpiendo las habladurías maníacas de June. Bueno, en realidad no era

tanto besarla como intentar de darle una amigdalectomía con su lengua. No he besado a un chico,

así que no soy una virtuosa romántica o algo así, pero eso no se veía sexy. O incluso cómodo.

Miré a June, casi sin querer ver su cara. Se veía un poco incómoda y muy joven, a pesar de que

teníamos sólo trece meses de diferencia. ¿Por qué no podía haber sido una nerd como April, o

una solitaria perdedora como yo? ¿Por qué quería ser como esas personas? Yo sé que no estoy

bien, pero al menos yo no tengo amigos idiotas.

Mariah se dio la vuelta para mirar a June.

— ¿Quieres parar y comprar comida primero? —preguntó—. Vamos a ir a Del Taco.

—Genial, si —dijo June, feliz de ser incluida una vez más—. Hey, Blake ¿Tomaste el GED ?

—Nope.

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Estaba bastante segura de que habíamos alcanzado la cima creativa del vocabulario de Blake.

Mariah puso su mano en el brazo de él, pero la ignoró.

—Lo aprobaron esta mañana —dijo cariñosamente.

Para este momento, estaba convencida de que a Blake lo dejaron caer cuando niños, y eso fue

posiblemente lo mejor que jamás le iba a ocurrir.

—Oh —dijo June—. ¿Entonces cuando vas a tomar el examen?

Blake se encogió de hombros y se metió en la gasolinera cuando la luz se puso en amarillo.

—Cuando sea. Nada está grabado en piedra.

—Sí, ni lo digas Blake —respondió ella—. Ni de broma.

Tenía que decir, estaba realmente asombrada de que Blake no dejara la escuela antes de cuando

lo hizo. Cuando llegamos al autoservicio de Del Taco, trató de contar el cambio exacto, y

prácticamente me dio una migraña de escucharlo murmurar. Podía decir que June estaba irritada

también, y no podía imaginarme como sería tener que escuchar los pensamientos de Blake.

Probablemente era como estar bajo una fuerte sedación o ser golpeado en la cabeza con una

cachiporra.

—Toma —dijo June finalmente, pasando un billete de cinco dólares al asiento delantero—. Va por

mí. Quédate con el cambio.

Blake ni siquiera dijo gracias.

Bajé mi cabeza invisible contra el asiento delantero y la pegué contra el cuero sintético roto.

Había un montón de revistas de Road & Track debajo de mi pie invisible, junto con otra revista

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que tenía un bikini rojo en la portada. No estaba esperando Mecánica Popular o el Wall Street

Journal , pero esto era ridículo.

Tan pronto llegamos a la fiesta y June abrió la puerta, avancé por la puerta más allá de ella,

agradecida de estar fuera del coche. El alivio sólo duró como unos diez segundos sin embargo,

mientras me daba cuenta que estaba en realidad en la fiesta en donde no conocía a nadie.

Era invisible, por supuesto, pero había algunas pocas cosas peores que estar solo en una multitud

de personas.

No solamente eso, pero por lo que podía ver de la fiesta, lucía como los bebedores de cervezas en

vasos rojos que estaban en mis pesadillas.

Cerca de mí, sin embargo, June rebosó de alegría.

—Increíble —escuché que susurró.

Mátenme ahora, pensé miserablemente.

Estaba atestado dentro de la pequeña casa y olía a cerveza, sudor y productos de peluquería

femeninos. La música estaba sonando realmente fuerte, algunas de las canciones de las 40

canciones de moda que odiaba y que probablemente nunca salgan de mi cabeza, mientras veía

mientras June y Mariah alzaban sus manos e iban a la cocina. Las seguí porque literalmente no

tenía nada mejor que hacer en esta fiesta.

La casa era bonita, tenía que admitir. No era como MTV Cribs, pero tenía escaleras hacia arriba y

hacia abajo y una gran cocina lo suficientemente grande para que entraran todos mis estúpidos

compañeros de clase. La mayoría de ellos estaban allí ahora, pero no sabía ninguno de sus

nombres. Me parecían familiares, pero no de una manera amistosa, más parecido a lo que un

actor de comerciales me parecería familiar. Solo porque reconozcas a la gente no significa que las

conozcas.

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Había un gabinete chino, cerca de la sala de estar, con un montón de figurines Hummel y algunas

esculturas de cisne hechas de cristal. Era seguro aquí, tanto como una persona invisible podría, y

estaba distraída masticando una cutícula cuando vi a June dirigirse afuera, pisándole los talones a

Mariah. Esto no es tan malo, me dije a mí misma. Es sólo una fiesta. ¿A quién le importa estas

personas, de todos modos?

Treinta minutos después, estaba dispuesto a ir a ahogarme en el barril.

June estaba bien, por supuesto, como sabía que lo estaría. Había bebido una cerveza, y observé si

iba a vomitar o quizás treparse en el techo y proclamar que ella podía volar.

Pero estaba risueña en el sofá, hablando con un chico que no conocía. Cuando ella se levantó para

irse, tomó su vaso con ella, y yo estaba bastante segura de que April le había instruido de nunca

dejar su bebida desatendida. April me había dado la misma conferencia el año pasado, pero no

era como que alguien me estuviese invitando a fiestas en ese entonces.

O ahora.

Lo que parecía especialmente atractivo era la cerveza que June tenía. No soy una persona que le

encante al cerveza, pero estaba cansada de ver a las demás personas divertirse y quería un poco

para mí. Alguien había puesto la música en repetición así que la misma molesta canción seguía

resonando, y finalmente hice mi decisión inmediata de que June iba a estar bien.

Luego fui a buscar mi cerveza.

Me las arreglé para agarrar un vaso antes de que nadie se diera cuenta, entonces me arrastré

escaleras arriba hasta la parte superior de la casa, donde nadie podía verme beber. Era mucho

más tranquilo y frío allá arriba, y tomé unos sorbos de mi cerveza caliente y dejé escapar un

suspiro mientras mi cuerpo volvía a la tierra.

Así era mejor.

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Vagué por allí, me lavé las manos en el baño antes de ir a través del pasillo a una habitación vacía.

Estaba oscuro y busqué las luces antes de darme cuenta de que había gente en el cuarto. Dos

personas, de hecho.

Dos personas. En un cuarto. Con las luces apagadas. Ustedes saquen las cuentas.

Casi empiezo a balbucear excusas antes de darme cuenta que me había vuelto invisible, una vez

más, sorpresivamente. Sonó una voz masculina, persuasiva y peligrosa al mismo tiempo, un lobo

con piel de oveja.

—Vamos —estaba diciendo—. Vamos, está bien. Ella está abajo.

Era Blake.

Me paré en la puerta, mis ojos probablemente listos a salirse de sus cuencas.

—No, espera, no puedo —decía la chica. Y la chica definitivamente no era Mariah. Quien fuese,

ella ya sonaba borracha. Y no sabía que estaba pasando, pero algo me decía que no era bueno. En

lo absoluto.

Golpeé el interruptor antes de desaparecer nuevamente, tanto literal como figurativamente.

Sabía que no había manera de que alguien pudiese verme, pero sin embargo me salí de nuevo al

pasillo, escuchando las confusas voces en el cuarto.

— ¿Qué demonios? —murmuró Blake, y unos pocos segundos después, Avery salió del cuarto,

subiéndose las tiras de su camisa a los hombros y con todo el pelo enredado. Sus ojos eran

grandes y desorbitados, y Blake irrumpió fuera de la habitación pasando a su lado, bajando las

escaleras, infeliz de que alguien había descubierto su pequeño juego.

Imbécil.

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Entré en otra habitación, todavía con mi vaso de plástico. Esto era mucho mejor, me di cuenta. No

había nadie aquí así que simplemente deje las luces apagadas, y pude ver a June a través de la

ventana, ella estaba sentada fuera en la grama con Mariah y otra chica, hablando rápido acerca

de algo. O de alguien, en realidad. June lucia feliz, pero no era la cara feliz de cuando ve gatitos o

nuevos zapatos. Esta era la cara feliz que pone cuando nuestro papá dijo que se iba a a mudar a

Houston, cuando June dice “Oh Dios mío, ¿podemos tener un caballo?”, una gran sonrisa en su

cara, una sonrisa lo suficientemente grande para ofrécesela a todo el mundo.

Era algo extraño como su feliz expresión me ponía triste.

Antes de poder sentirme mal por mi hermana, sin embargo, las luces de repente se prendieron y

me di la vuelta.

Era Henry.

— ¿Qué demonios? —gritamos al mismo tiempo.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó el.

— ¿Yo? —chillé—¿ Que estás haciendo tu aquí? ¿Es este tu clase de escenario?

—Bueno, si —dijo el— considerando que este es mi cuarto.

Guao.

Miré alrededor y vi numerosos banderines de Stanford sobre la pared y un edredón de color

carmesí en la cama. Había un escritorio muy bien organizado con unos lápices en una taza de

Stanford y todos sus libros de texto apilados en un montón.

—Espera un minuto —dije—. ¿Esta es tu casa?

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El asintió lacónicamente.

—Oh dios santo, ¿Mariah es tu hermana? —puse la mano encima de mi boca—. ¿Cómo es eso

posible? ¿Están biológicamente emparentados o es una cosa política?

Henry dejo salir un gran suspiro y entró en el cuarto.

—Sabes, creo que tengo más preguntas que tu —dijo él—. Como, ¿porqué estas en mi cuarto?

—Oh, eso. Bueno, eso, um, eso es muy gracioso. —Había comenzado a alejarme de la ventana en

caso de que June me viera, pero tropecé con un zapato y derramé algo de cerveza en el piso y en

una pila de…

—¡Mis National Geographics! —chilló Henry—. Oh Dios mío, ¿qué estas haciendo?

—Oops, lo siento —dije, luego me reí tontamente. Nunca me río de esa manera, sin embargo.

Debía ser la cerveza. Había tantas revistas amarillas en la pila en el suelo contra la pared que

parecía un pequeño horizonte.

—Sí, nunca puedes tener demasiadas de esas, ¿verdad?

—Es una suscripción —dijo Henry, flexionándose para secar la cerveza de ellas con un pañuelo—.

¿Ahora puedes salirte?

En vez de eso, me senté en la cama. De nuevo, debía ser la cerveza.

—No —digo—. Lo siento, seguí a mi hermana a esta fiesta porque nuestra hermana mayor me

hizo hacerlo y eso apesta. Sin ofensas, por supuesto. Entonces ¡guao! ¿El hermano de Mariah no?

¿Cómo es?

—Como estar en el infierno con alguien que odias —respondió Henry.

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—¡Henry! —jadeé—. ¿Hiciste una broma que no fuese de Stanford? —pretendí estar sorprendida

mientras tomaba lo último de mi cerveza. Gracias a Dios que al menos uno de estos payasos sabía

cómo surtir un barril—. ¡Eso fue un gran esfuerzo!

Vi una pequeña sonrisa juguetona en el borde de la boca de Henry.

—¿Quieres otra? —preguntó.

—¿Otra broma?

—No, otra cerveza.

Supongo que debe haber inclinado demasiado el vaso en mi boca, tratando de llegar hasta la

última gota.

—Si quiero —dije— pero no puedo bajar. Mi hermana no sabe que estoy aquí. La estoy espiando.

Sshh —puse mi dedo encima de mi labio—. Es un secreto.

Esta vez, Henry sonrió de verdad, y volvió un minuto después con dos vasos rojos.

—Guao, ¿dos de ellos? —dije—. ¡Henry, me corrompes!

—Una es para mi —me dice—. No te emociones.

—Solo estoy agradecida —dije, luego tomé un largo sorbo. Esta estaba helada, lo cual era bueno

considerando que el cuarto se estaba comenzando a sentir un poco caliente. Me di cuenta que

nunca había estado con un chico en un cuarto antes—. Entonces. Tu y Mariah son hermano y

hermana. Ni siquiera dijiste nada.

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Henry se sentó en la silla de su escritorio y se encogió de hombros.

—No preguntaste.

—Bueno, no era una pregunta acerca de Historia Europea, así que no estaba segura de si estaba

permitida.

—Puedes preguntarme acerca de Stanford también —dijo, y esta vez nos reimos juntos.

Me pregunto si April había visto esto suceder, Henry y yo bebiendo cerveza y compartiendo

juntos.

—Bien —dije—. Aquí va una pregunta. ¿Qué es tan genial de Stanford?

—Es un lugar nuevo —respondió él—. Es un lugar que no está aquí.

—Bueno, me refiero, no soy la mayor fan de tu hermana, las palabras no podían describir lo

mucho que odiaba a Mariah, pero ¿son tus padres de poco carácter o algo así?

Y el milagro de milagros, Henry comenzó a hablar. El me contó sobre sus padres, como su papá se

volvió a casar y se mudó a San Francisco y tiene dos gemelos con su nueva esposa.

—Mariah los odia —dijo él—. Ella no va a visitarlos. Ella solo se la pasa con Blake.

—Es duro cuando es tu hermana —coincidí— me refiero, mi hermana me vuelve loca y todo… —

me tomó unos segundos extras encontrar las palabras— pero son mis hermanas.

—Si —dijo Henry con un suspiro en acuerdo.

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Y en un lugar en mi corazón, extrañaba a mi papá.

Hubo una conmoción abajo de repente, la gente riendo y gritando algo, y me acordé de lo que se

supone que debería hacer.

—Oh, um, hey, no es por rechazarte, pero yo probablemente debería ir a ver a mi hermana. Pero

¿estarás… por aquí? ¿Luego?

Henry metió las manos en los bolsillos y asintió con la cabeza.

—Probablemente. Teniendo en cuenta que vivo aquí.

Le sonreí a mi pesar y corrió escaleras abajo para chequear a June, asegurándome de que Henry

no me seguía cuando llegué a la escalera. Para el momento en que llegué a la cocina, era invisible

de nuevo. Gracias a Dios que había aprendido a controlar esto. No es que importara en una fiesta

llena de gente borracha sin embargo. Ellos probablemente pensarían que era un entretenimiento

que fue contratado cuando apareciera y desapareciera al azar.

Había un montón de personas en la cocina, y me di cuenta muy rápido que era un juego de

bebidas de Verdad o Reto, con Blake y Mariah en medio de la multitud. Sí, porque esa relación iba

a terminar bien. Me sentía un poco mareada, pero estaba sin duda lo suficientemente sobria para

mantenerse alejada de ese juego. Sólo conduciría a problemas.

En vez de ello fui en busca de June, pero no la vi. Tal vez estaba afuera. Estaba a punto de ir a

buscarla cuando escuché a Mariah gritar:

—¡Henryyyyyyy! —y comenzó a reír histéricamente—. ¡Henry! ¡Es mi hermano! ¡Henry, verdad o

reto!

Me di la vuelta y vi a Henry tratando de tirar nuestros vasos rojos de arriba. Por supuesto que los

estaba reciclando. Dios no lo quiera que ningún tipo de basura se quede en su habitación en

medio de la noche. Parecía medio molesto y medio dolido por el grito de su hermana, y arrojó los

vasos en la bolsa con tanta fuerza que pensé que iban a rebotar.

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— ¿Verdad o reto? —chilló Mariah de nuevo.

— ¡Elegiré por ti! ¡Verdad! —ella tomó un trago de lo que definitivamente no era cerveza, luego

hipó y se secó la boca con su mano.

Ella realmente era todo un acto de clase.

— ¡Verdad! —dijo de nuevo—. Esa chica que siempre estas tutorando. ¿Quieres follártela? —

sonrió histéricamente a su pregunta, y de repente todos miraban a Henry.

Yo incluida.

Sentí que mi corazón comenzaba a dar brinquitos, y yo no estaba segura si era la cerveza o la

adrenalina que me hizo querer vomitar. Casi deseaba no estar allí, pero al mismo tiempo, no

quería irme. Estaba parada justo al lado de Henry ahora, tan cerca que prácticamente podía

contar sus pestañas, y él no tenía idea de que yo estaba allí.

Nadie.

— ¡Di la verdad! —gritó Mariah.

Henry tragó fuerte, y sus ojos se volvieron agudos y de acero.

— Por supuesto que no —dijo él—. No a ella. —Y luego desapareció subiendo por las escaleras.

De repente estuve feliz de ser invisible. Si no fuese así, entonces probablemente hubiese

comenzado a llorar. Otra vez, si Henry hubiese sido capaz de verme, no hubiese sabido el

verdadero idiota que era. Pero ahora lo sabía.

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Después de todo, el me lo había dicho directo en mi cara.

Me refiero, no es que estuviese planeando hacer bebes con el tipo, pero ¿tenía que decirlo así?

¿Cómo si la mera idea lo enfermara?

Había un par de chicos en el comedor preparando chutes de vodka, y fui hasta esa dirección. June

paso a mi lado rápido, sin tener idea que estaba justo allí, gritando:

— ¿Qué me perdí? —a Mariah.

Simplemente le seguí los pasos y me hice visible mientras caminaba a la puerta. Justo como

pensé: ¿la gente estaba tan borracha y la casa estaba tan llena que ni siquiera podían verme?

Nadie me vio en lo absoluto.

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Capítulo 15

“Tienes que estar bromeando”. June.

―Saben, tengo que decir, no es que la fiesta no estuviese emocionante, pero seguía esperando

que fuese diferente.

No me malinterpreten, sin embargo. Fue definitivamente genial, solo que no era lo que estaba

esperando. Supongo que cada vez una escena de una fiesta en una película, siempre hay algo que

pasa, como un baile improvisado o alguien tan borracho que se compromete a afeitarse la

cabeza. Siempre se puede decir que es una fiesta la que ¡va a cambiar! ¡tu! ¡vida! y yo quería eso.

Por otra parte, aquellas personas en las películas no eran lectores de mente. Supongo que eso es

una especie de fastidio para mí.

― ¿Fumas? ―me preguntó Lillian. Ella era una de las amigas de Mariah, pero ella no iba a

nuestra escuela. Podría decir que la mitad de las personas no iba a nuestra escuela, lo sabía

porque soy observadora. Lillian tenía la piel pálida y unas facciones duras, como si su hobby

incluyera boxear y lucir amenazante, y yo negué con la cabeza a los Camel Lights que me ofreció.

—No gracias —dije. Sé que fumar mata y todo eso, pero además, obtienes esas líneas fruncidas

alrededor de tu boca y no he estado utilizando crema hidratante todas las noches desde que tenía

diez años por nada.

—Pero adelante — añadí—. No me importa.

Era algo estresante mantener una conversación con alguien a quien no conocía. Si no estabas

hablando con nadie, estuvieses allí de pie mirando como un idiota, así que trate de mantener la

conversación. De algún modo terminé parada cerca de este chico con dientes de ciervo llamado

Derek el cual reconocí de la sala. Había oído hablar ahora sobre los conejos ganador por la

madre de Derek durante veinte minutos, a pesar de que odio los conejos y tipos como Derek que

escupen cuando hablan.

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En las películas, ellos nunca hablan sobre ganar conejos como premios en las fiestas. Sin embargo,

no estaba por allí caminando sola como esta chica llamada Avery. Ella seguía flotando por allí de

grupo en grupo, pero no es como si fuese una parlanchina.

Medio quería azuzar a Dereck contra ella, pero él era una especie de buen chico y eso habría sido

vil. (¿Y además? El medio lucia como un conejo. Que gracioso.)

Sin embargo, la música era horriblemente fuerte, tan fuerte que casi pude sentir que se movían

mis tímpanos, y me aseguré de tener mi cerveza conmigo en todo momento.

Los vasos rojos plásticos eran ubicuos (mi más nueva palabra del señor de ortografía). Y de vez en

cuando, alguien derramaba un poco o goteaba, y todo el mundo que estaba cerca gritaría.

Mariah, en particular, pensaba que era graciosísimo, recostándose sobre mis hombres y riendo

tontamente de manera incontrolable. Ella ya olía a cerveza, pero estaba bien porque ella era mi

amiga. Y eso es lo que los amigos hacen, divertirse en las fiestas, tomar y ver a todo el mundo

hacer lo mismo.

Al menos, eso es lo que hacen en las películas.

—Heeeeeey —Mariah se arrastraba hacia mí mientras avanzaba la noche. Su mirada era vaga, y

yo puse mi mano sobre el codo para atraparla antes de que ella cayera al suelo.

—¡Oops! —sonrió—. Párate derecha.

―Si ―sonreí― todavía agarrándola. Yo todavía estaba bebiendo de mi cerveza de vez en cuando,

sin perderla de vista. (April me dio una lección sobre el peligro de las drogas el año pasado que

se grabó en mi cerebro—. ¿Te diviertes?

Mariah sonrió somnolienta.

—Me encanta mi casa. Y mis amigos. Y mi chico. ¿Dónde está mi chico?"

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Miré alrededor.

—No lo sé. No lo he visto desde hace un rato.

—Eso es genial —dijo ella. Ella estaba colgando sobre mí de nuevo, aferrándose mientras

algunas personas salieron en estampida. Reconocí a este chico Mateo, de mi clase de geometría,

y Arthur de historia. Quería decir hola, pero yo no los conocía. En realidad no, no como cuando

conoces a alguien lo suficientemente bien como para decir hola.

—Entonces sabes —dijo Mariah mientras tropezábamos juntas en la hierba—. Mi papá tiene una

casa de playa.

—¿De verdad? —dije, casi dejándola caer en el suelo—. ¿Dónde?

—Cabo.

—¿Una casa de playa en Cabo? —¡Una casa de playa en Cabo! De verdad es mi sueño ir a una

casa de playa en Cabo. Solo no me di cuenta hasta que Mariah lo dijo. ¿Pero ahora que lo sabía?

Era totalmente mi nueva meta.

—Deberías venir —dijo Mariah, cayendo cerca de mi—. Tú, Blake y yo. Será genial.

— ¿A tu papá no le importa que lleves a tu novio a México? —pregunte.

—Lo que sea. El no está por allí. Ni siquiera va para allá. —Mariah frunció el ceño y sacudió su

mano, desechando la idea. Pero su cerebro decía, Que se joda, que se joda, que se joda,

realmente rápido, como si ni ella misma supiera que lo estaba diciendo, y me incline un poco

hacia atrás un poco, solo en caso de que sus pensamientos se volvieran contagiosos. Yo no estaba

muy segura de quien estábamos hablando, si de Blake o desu padre, y realmente, no me

importaba.

Sólo ponme en un bikini y llévame a Cabo.

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—Eso sería fantástico —le dije, dándole mi cerveza para que pudiera terminarla. (La cerveza sabe

asquerosa. ¿Cuál es el punto de tener dos hermanas mayores si no me dicen esa clase de cosas?)

—Faaaantastico —repitió Mariah, mientras Blake salía por la puerta de atrás, sus ojos eran como

salvajes y extraños.

—¡Blake! —gritó Mariah, y el parecía medio avergonzado de que supiera su nombre, pero vino de

todos modos, dejándose caer junto a nosotras. Su cerebro estaba copado acerca de una luz, luces

que se prendían, luces tan brillantes que no podía ver nada más en el cuarto, y decidí que Blake o

estaba súper borracho o súper drogado y tal vez ahora era un buen momento para comenzar a

sociabilizar otra vez. Era eso o verlos besarse y escuchar sus pensamientos. Guácala.

Lamentablemente, sin embargo, Derek me arrinconó otra vez. "

—¡Hey! —sonrió cuando me vio entrar—. ¿Me extrañaste? —sus dientes brillaban en la

penumbra.

Casi retrocedí, pero me mordí la lengua porque me di cuenta por sus pensamientos que lo ponía

muy nervioso, el tipo de nervioso cuando estás hablando con alguien que te gusta y se te seca la

boca y dices cosas más estúpidas en tu cabeza. No era la manera en que Blake pensaba sobre

Mariah. De hecho, Blake no piensa realmente en Mariah en absoluto.

Asi que pasé otra media hora en el sofá con Derek, tan lejos como podía y escuchaba los

pensamientos alrededor. Es algo gracioso escuchar el cerebro de las personas cuando se

emborrachan más y más, como si alguien le diera al botón de cámara lenta. Incluso me reí

tontamente cuando Julie Hincks comenzó a fantasear de meter la lengua en la garganta de Derek.

Esa chica tenía que ser totalmente una perdida. No había una explicación lógica.

En el momento en que fui capaz de deshacerme de Derek, había sucedido algo en la cocina.

Corrí tan pronto como oí gritos de risas, yendo derecho a Mariah.

— ¿Qué me perdí, a qué me perdí? —grité. Pero ella se reía muy fuerte, y su cerebro era una

papilla. En su lugar, ella me agarró de los hombros y se reía, y muy pronto me reía con ella,

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también. ¿Es esto lo que querían decir con un “emocionalmente elevado [1]”? Yo no estaba

segura.

—¡Cabo! —chilló en mi oído, y de repente todo parecía increíble. Esto era lo que quería.Yo

quería amigos, quería fiestas, quería música y gente, y quería ser yo misma.

Y finalmente lo tenía.

Desafortunadamente, también tenía que orinar.

Me las arreglé para aguantarlo hasta que no pudiera más, y luego encontré el baño del primer

piso. La puerta estaba cerrada y la golpeé impacientemente.

—¡Apúrate! —chillé—. ¡Hay una cola!

No habia, pero lo que sea. De verdad tenía que ir.

Avery pasó a mi lado, sosteniendo un vaso rojo de plástico y luciendo los ojos hinchados.

—Oh, hola —dijo ella.

—Hola —respondí, tratando de no dar brinquitos como un niño de cuatro años.

— ¿Cómo estás? ¿Cómo está el trabajo? —cuando parecía confundida, añadí— mis hermanas y yo

te vimos en Best Buy, ¿recuerdas?

—Oh si —dijo ella—. Todo bien, como sea. Hey ¿has visto a Mariah por ahí? ¿Está con Blake?

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La visión de Mariah y Blake parpadeó por su mente, los dos besándose como si el mundo se fuera

a acabar. Me estremecí un poco por la visión.

—Uh, creo que ellos… ella está afuera —dije—. No estoy segura.

—Genial —dijo ella—. Quizás quieras buscar un baño diferente, por cierto. Va a estar ocupado

por un rato.

Golpeé la puerta otra vez y pregunté—: ¿Cómo sabes?

Una voz dentro del baño gritó—: ¡Vete! Y me congelé mientras Avery se iba.

Conocía esa voz.

Ignorando a Avery, abrí la puerta y entré. Alguien se inclinó sobre el inodoro, gimiendo

suavemente para sí misma, y cuando ella me miró, mis ojos casi se caen de mi cabeza.

—Oh Dios mío — me quejé—. Tienes que estar bromeando.

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Capítulo 16

¡Esto no es ficción! ¡Esto es lo que tenemos! April.

Bien, no es por sonar egoísta, pero hay una cosa buena sobre tener padres divorciados quienes

viven separados. Cuando un chico viene a buscarte para una cita, él solo tiene que conocer a uno

de ellos. No había pensado acerca de ese aspecto antes, mayormente porque no había una

oportunidad en la vida para que un chico conociera a mis padres para ninguna cosa que tuviera

que ver con citas, pero ahora que la oportunidad estaba aquí, me di cuenta que era una ventaja.

Pero de nuevo, esto no era una cita. Esto era una experiencia de investigación. Operación: Salvar

a June y Todos Los Otros Bárbaros Que Estuviesen en la Fiesta.

Tengo que decir, mi mamá operaba muy suavemente. Mis hermana se habían acabo de ir cuando

Julian llegó, y mi mamá sacudió la mano de Julian y no actuó extraño ni dijo cosas como, “Tengo

un arma y se cómo usarla, Pilluelo” o lo que sea que otros padres le dijeran a las citas de sus hijas.

( Y para que lo sepan, ella no tiene un arma. Ni siquiera podemos lanzarnos bandas elásticas entre

nosotras.)

Afortunadamente, Julian se dejo llevar por la corriente. Ni siquiera estaba usando su sombrero y

su oscuro cabello lucia revuelto y lindo. Sacudió de vuelta la mano de mi madre, se presentó, y la

llamó "señora" que me pareció muy gracioso. Ya había visto que esta pequeña reunión iba a ir

bien, pero nunca estaba seguro de lo que mis visiones no mostraban. Mi cerebro no podía ver

todo, lo que hacía que los agujeros en mis visiones lucieran mucho más grandes. Nunca sabía lo

que caería en el olvido.

—¿Asi que van al cine? —le preguntó mi mamá—. Eso será genial. April nunca va al cine.

¿Ven a lo que me refiero? Cosas como esas. No había visto ese comentario venir. Ahora Julian

pensaría que era una especie de tortuga hermética.

Le di a mi mama una Mirada mortal detrás de la espalda de Julian mientras me ponía mi

chaqueta. Ella solo sonrío y dijo:

—Bien diviértanse, los dos. April, ¿en casa a media noche bien?

—Bien —dije.

—Llama si necesitas algo. ¿Tienes tu celular.

La despedí con la mano, y Julian muy gentilmente sostuvo mi chaqueta para que pudiese meterla

en mi otro brazo. Me sentí un poco enredada, y rápidamente se convirtió en un momento de los

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Tres Chiflados. Pero aún así era un gesto considerado.

Y mi mamá se sonrió tanto que pensé que la parte baja de su cara se le caería.

—Adiós —dije mientras Julian me abría la puerta. Le di a mi mamá un abrazo y le susurré en su

oído—: ¿ April nunca va al cine? ¿¿De verdad??

—Oh, relájate —susurró—. Hay un chico sosteniendo la puerta para ti. Ve.

Me despedí agitando la mano mientras salíamos por la puerta, y cuando ella agitó su mano en

respuesta, vi la noche que tenemos por delante de ella. Comía queso y galletas, de pie en el

gabinete porque no había nadie con quien sentarse con ella en la mesa. Luego vería MTV, ya que

le hacía pensar en nosotras, sus hijas, todas las cuales estaban creciendo e iban a desaparecer.

Ella iba a ir a la cama a las diez y dormir en el lado izquierdo, justo como hacía siempre.

—Llamando al planeta tierra —dijo Julian mientras sostenía la puerta del carro abierta para m—.

¿A dónde estabas? Tus ojos estaban extraños por un momento.

—Solo tratando de recordar si desenchufe la plancha arriba —dije, y me tragué el sentimiento de

tristeza que ardía en mi garganta—. ¿Entonces quien te enseño acerca de abrir puertas?

—Mi mamá —dijo—. Ella me amenazó de quitarme el carro si no te trataba bien.

— ¿De verdad?

—Oh sí. Dijo que si no era un caballero, ella tomaría el carro y tendría que manejar mi bicicleta y

ver cuántas citas iba a tener. —El se rio para si mismo y encendió el carro—. Por supuesto, he

tenido el carro por un año y eres la primera chica en estar en el.

—Oh —dije. No sabía si sentirme honrada o perturbada. Estábamos en una cita, una verdadera

cita. Finalmente estaba sucediendo. Miré alrededor.

El carro de Julian no estaba sucio, pero era obviamente un carro de hombre. Ni siquiera tenía un

aromatizados o una bolsa de basura.

—Bueno, si es de ayuda, puedo llamar a tu mama y decirle que me trataste muy bien.

Julian se rio y comenzó a manejar por la entrada.

—La noche no ha terminado todavía.

Solo sonreí y me puse el cinturón de seguridad.

—No te preocupes —dije—. Tengo un presentimiento acerca de ello.

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La película estaba mitad llena, y encontramos asientos hacia la parte posterior en el lugar justo

donde las luces comenzaban a apagarse.

—Supongo que eres una de esas personas que no les gusta cuando la gente habla durante los

tráileres —susurró mientras acomodaba las palomitas de maíz entre nosotros.

—Ssshh —respondí, lo que lo hizo reír. El realmente tenía una gran sonrisa, y tuve que

recordarme que Julian era igual a problemas.

No importa cuando genial fuese su sonrisa.

Después, caminamos para comprar café, y el pago eso, también, incluso comprándome un

inyección extra de expreso.

—Tú sí que no vas a dormir esta noche —dijo mientras el barista me entregó mi bebida. Me

sonrió y no me molesté en explicar que ese era el punto, que la última cosa que quería hacer era

dormir y tener ese sueño y ver su cara y la de June de nuevo. Yo tomaría café para inducir el

insomnio por un día.

—Entonces —dije una vez que nos sentamos en una mesa cerca de la ventana—. ¿Qué te pareció

la película?

—Julian tomó un sorbo de su café.

—Creo que solo tengo una pregunta.

—¿Mmmm?

— ¿Qué demonios fue eso?

Practicamente escupí mi capuccino encima de el.

—¡ESO fue el realismo mágico Francés —chillé—. ¿Realmente vimos la misma película? ¿Te

dormiste?

—No, porque estaba muy ocupado leyendo la película. —El me miró—. Uh-oh. Te gusto, ¿no es

asi?

—La amé —dije, y era la verdad. Me sentía incluso peor por hacer que May siguiera a June a la

fiesta, ya que ella la amaría también—. ¿A ti no?

—April, era completamente irreal.

— ¡Era una metáfora!

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—La próxima vez veremos una de las películas de Saw.

—Oh si —espeté—. Tu mamá te amenazó de quitarte el carro si no abrías la puerta para mí, y tu

quieres llevarme a ver una película donde la gente se desentraña la una a la otra? Ja. Eres

chistoso.

Julian sonrió, y de repente me di cuenta de que estábamos hablando de una segunda cita. El iba a

invitarme a salir otra vez, y no estaba segura si sabía eso por la visión que estaba teniendo o por

la manera que la cara de Julian lucia cuando me sonreía.

—Entonces —dijo el—. Si prometo que no vemos películas de desentrañadores, ¿quieres

repetirlo?

Empecé a romper en pedazos la servilleta.

—Uh —le dije, sonando como una tonta—.Sí, es solo…

Julian se recostó de su silla y corrió la mano por su cabello.

—Oh.

—No, no, no es eso —dije rápidamente—. Es solo… —tomé un profundo respiro y traté de

encontrar la manera de decirle algo sin decirle nada.

—Las cosas están un poco extrañas. En mi casa.

—¿Si?

Asentí.

—Sí, mis padres, ellos, uh, se divorciaron un par de meses atrás. Por eso nos mudamos aquí. Y

todo está muy extraño. Realmente extraño. Me refiero, ni siquiera puedo explicar cuando

extrañas están siendo las cosas, así que confía en mí.

—¿Extrañas como la película que vimos?

—Ni de cerca. Extrañas como…

Quería tanto decírselo. Quería decirle todo, que mis hermanas estábamos bendecidas,

condenadas o embrujadas o lo que sea, que estábamos algo.

Necesitaba a alguien más para llevar la carga antes de que me derrumbara y todo se viniera abajo.

Tomé un profundo respiro.

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—Mis hermanas y yo… tenemos este…

Crema por todas partes, goteando por el lado de la barra de especies en gruesas gotas,

escurriéndose en los zapatos de las personas.

—¡Oh no! —dije sin pensar, y dos segundos después, un tipo tiró el recipiente de la crema y y por

supuesto, crema por todas partes.

Julian me miró cuando dije eso, luego se volteó para seguir mi mirada justo a tiempo para ver el

accidente.

—Oh, eso apesta —suspiró—. Lo bueno es que ya la había usado.

Pero la visión me recordó que no había visto a May o a June en casi una hora. Julian estaba

inclinándose para ofrecerle al tipo nuestras servilletas, y mire hacia abajo y cerré los ojos y miré

forzadamente. Pero todo lo que podía ver era a June parada en la cocina, riéndose cerca de

Mariah, luciendo feliz. Era la misma cosa que habia visto toda la semana, la misma estúpida visión

que rehusaba a confirmar mis peores miedos, y tomé un profundo respiro y lo deje ir. June estaba

bien. May estaba bien. No podía verla a ninguna de las dos en peligro. Todo tenia que estar bien.

—¿Estas bien? —dijo Julian, inclinandose para verme.

—Estoy bien —dije automáticamente.

—Sabes, a veces tienes un gesto muy extraño en tu cara —dijo el—. Como si estuviese viendo

televisión.

—¿De verdad? —dije antes de que pudiera evitarlo—. ¿Asi es como luzco? —Me sonrojé. No

podía creer que el estuviese estudiando mi cara tan de cerca.

—Sip. —Julian se recostó de su silla y alcanzó su café—. Entonces tus padres se divorciaron y

ahora las cosas están extrañas. ¿Por qué significa eso que no puedes ir al cine otra vez?

Me retorcí un poco en mi asiento.

—Sabes, eres muy directo — le dije, tratando de ganar tiempo.

El alzó una ceja.

—¿Conoces una mejor manera, Señorita Mandona?

Le sonreí a mi pesar, y Julian me devolvió la sonrisa.

—Puedo ir al cine —le dije. —Sólo... sólo que es tan complicado. La vida es tan loca en este

momento. Ni siquiera sé quién soy.

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Julian solo se rio.

—April, nadie sabe quiénes son. La vida de todo el mundo s loca. Mírame, estoy totalmente

jodido.

—Qué manera de vender la segunda cita —dije.

—Sabes a lo que me refiero. El tenía razón, si sabía. Busqué desesperadamente viendo si tenía

una segunda cita con Julian, pero antes de que pudiera llegar muy lejos, Julian empezó a hablar

otra vez.

—Me gustas —dijo él—. ¿Cuan directo es eso? Eres la primera chica que me dice las cosas como

son y la primera que no está asustada de mi, o no me acusa de ser algún loco gótico solo porque

uso negro o lo que sea. Y no se cuál es tu problema, pero no me importa un demonio que tus

padres estén divorciados o que tu vida sea extraña. No me importa.

—Dices eso ahora.

—Lo hago. Lo estoy diciendo ahora. Incluso leeré otra película contigo.

Yo quería decirle muchísimo ahora, pero como dices “Buenas noticias, veo el futuro, y tu y yo

tenemos sexo. No sé cuando, y no sé cómo. Pero lo tendremos, solo se paciente. —No podía decir

eso, y no sabía que decir. Asi que solo miré a Julian, y él me miró a mí.

—Bien —dijo el—. ¿Quieres decidir esto teniendo un concurso de miradas? Eso es genial.

Me reí, pero no parpadee. El tampoco, y sostuvimos la mirada por tanto tiempo que mis ojos

comenzaron a llenarse de agua.

—Ja, estás perdiendo —dijo él—. Segunda cita, aquí voy.

Era tan relajante verlo a los ojos, como si no tuviera que preocuparme de nada más, como si todo

se arreglara por si solo y…

Julian arrugó la nariz, un estornudo repentino.

—Eres un peleón —me reí—. Y vas a perder, amigo mío.

—No, no voy a…oh, maldi… ¡AAAACHUUU!

Grité triunfante, alzando mis brazos por encima de mi cabeza.

—¡La victoria es mía! —chillé, y algunas personas voltearon para ver—. ¡Si! ¡Bombos y platillos

por favor!

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Julian se echó a reír, pero no sonaba casi tan feliz como yo.

—Guao —dijo—. No creo que una chica haya celebrado no tener una segunda cita conmigo.

Oops.

Dejé caer mis brazos en mi regazo. Habia olvidado que en realidad estábamos compitiendo acerca

de algo, y miré a Julian mientras el apartaba la mirada.

—Lo siento —dije—. Solo odio perder. No pense…

—Está bien. —El tragó el resto de su café—. De verdad es…

—Espera —dije—. Solo espera un minute. —Deje caer mi cabeza en mis manos, esperando por

algo, lo que sea. Pero todo lo que obtenía era mi visión de los dos, reproduciéndose una y otra vez

como si fuese una mofa, y luego lo volví a mirar, Julian estaba viéndome, esperando una

respuesta.

—No se como me siento —dije lentamente—. Pero creo que hay algo entre nosotros. —¿Pero era

algo malo? ¿Por qué el era parte de la visión con June y las luces rojas y mi terrible sensación de

miedo?

—Hay muchos algos entre muchas personas —me dijo.

—Créeme, lo sé. Pero tienes que entender que estoy pasando muchas cosas en este momento.

Julian asintió seriamente.

—Bien.

Tomé otro profundo respiro.

—Y mis hermanas significan más que cualquier cosa en el mundo para mi.

—Esa es una de las cosas que más me gusta de ti.

Hice una pausa más o menos sorprendida por eso.

—¿En serio?

—Si. El otro día, ¿cuando me gritaste que me mantuviera lejos de tu hermana? Lucias como uno

de esos ojos que ves en Discovery Channel. —El hizo una pausa—. Fue algo sexy. No voy a

mentirte.

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—Bueno, si, está bien, me pase un poco de la raya al gritar —dije—. Pero si podemos ir lento,

como super-super “oh mira, soy una tortuga, entonces…”

—¿Entonces?

—Entonces bien, podemos salir de nuevo. ¡Pero no películas de terror! —añadí rápidamente.

Julian sonrió tan ampliamente que hasta mi corazón podía verlo.

—Bien —dijo el—. Mi mamá sí que me va a dejar el carro.

—Hey—dije—. La cita no ha terminado. —Pero entonces hice volar mi argumento bostezando.

—Si, ha terminado —dijo Julian, y el se levantó y extendió su mano hacia mi—. Vamos. El toque

de queda termina en dos horas.

—Vivo a quince minutos de aquí.

—Podría haber tráfico.

—No hay —dije automanticamente.

—¿Y lo sabes porque…?

—Solo lo sé. — Saqué la lengua para disminuir el efecto de la verdad de lo que había dicho.

—¿Puedo preguntarte algo más difícil?

—Bien.

El sostuvo la puerta para mi para cuando fuimos afuera, y la niebla del otoño desde el océano me

hizo temblar.

—¿Por qué tengo que alejarme de tu hermana, pero no de ti? —me preguntó.

Me congelé. Este era otro momento que no había visto venir.

—Ummm…

—¿Es esa una de esas cosas extrañas que no puedes explicar?

Podía decir que el estaba siendo sarcástico, pero asentí y me aferré a la oportunidad.

—Bueno —dije— la verdad es que, June es un robot. Lo sé —me apresuré mientras el comenzaba

a reir—. No le decimos a mucha gente por todos los prejuicios alrededor de los robots en nuestra

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sociedad, pero es verdad. Y algunas veces su microchip se afloja, y ella se vuelve una asesina

multiple. Es incómodo, pero ahora lo sabes.

Julian bajo la mirada para verme, todavía riendo.

— ¿Recuerdas cuando dije que eras la segunda chica más loca que había conocido?

Es difícil olvidar algo así.

—Bueno, lentamente estas llegando al primer lugar.

—Bien —sonreí—. Odio perder.

Cuando me llevó a casa, abrió la puerta del coche para mí y hasta me acompañó a la puerta del

frente, las manos metidas en los bolsillos profundos de su sudadera con capucha.

—Entonces —dijo.

—Entonces —repetí, mirando a las puertas frontales—. Gracias por todo, realmente la pasé bien.

Él llegaría a su casa muy bien y luego vería a su madre, que dormía en el sofá porque le dio a él la

única habitación que tenía el apartamento tipo estudio. Comería algo de cereal y luego pondría su

plato en el fregadero e iría a su habitación y cerraría la puerta. El sonreiría para sí mismo, y lucía

tan feliz que me hizo preguntar por qué no lo había besado esta noche.

—Si, yo también —dijo el—. Hasta me gusto la película.

—Eres un gran mentiroso.

El hizo una pausa antes de decir:

— Si, lo soy —y ambos reímos—. ¿Quizás pueda llamarte este fin de semana?

El llamaría mañana a la una y treinta y cuatro p.m.

—Seguro —dije—. Eso sería genial.

—Genial, bien, —El sonrió y comenzó a caminar hacia la entrada antes de darse cuenta de algo—.

¡Oh! —dijo el—. ¡Una cosa!

Ya tenia mi llave en la cerradura, pero me volteé.

—¿Si?

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Mi mamá patearía mi trasero si no te digo esto.

Sonreí.

—Bien. ¿Qué cosa?

—Luces muy tú esta noche.

—¿Disculpa? —dije—. ¿Eso es un halago?

—Solo quise decir… —Julian arrastró la punta del pie a lo largo de las escaleras del cemento, y

pude ver la más mínima insinuación de un sonrojo en sus mejillas.

—Te veías muy feliz esta noche. Nunca has actuado así antes. Es que siempre luces en guardia y

esta noche… —el alzó la mirada, y nuestros ojos se miraron fijamente en otra competencia de

miradas—. Me gusto estar con la verdadera tu.

Las palabras golpearon con tanta fuerza que todo lo que podía hacer era seguir mirándolo, y antes

de que pudiera responder, se apresuró. Me quedé allí hasta que su carro arrancó, viéndolo irse. Y

cuando entré, la luz sobre la cocina era la única cosa en la cocina, y todo lo que podía oír era mi

corazón latiendo con fuerza en mi pecho.

Sabia que mamá estaba arriba durmiendo, asi que me asomé por la puerta.

—¿Mamá? —susurré.

—¿Hmmf?

Ella se dio la vuelta y me miró. Estaba tan oscuro que apenas podía verla.

—¿Te divertiste? —masculló entre dientes.

Mi corazón todavía era un ruido sordo.

—Si —dije—. Fue genial. —Pero no pude encontrar la palabra para describir como me sentía

realmente. Creo que la palabra no se ha inventado todavía.

—Bien —bostezó mi mamá.

—Vuelve a dormir —le dije, pero ella ya se estaba volteando otra vez. Estaba cansada, lo sabía.

Y también sabía que el petardeo del coche de nuestro vecino iba a despertarla a las cinco y media

de la mañana, y ella no sería capaz de volver a dormir. Así que cerré la puerta y fui a mi cuarto.

Julian dijo que le gustaba estar con mi verdadera yo.

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Y el mundo todavía giraba.

Me senté en la cama por un largo momento, tratando de encontrar donde iban todas las piezas, y

no fue hasta que mi celular sonó que me moví, escarbando en mi bolso. Me vi en el espejo

mientras hacia eso, y me di cuenta que tenía la más tonta y ridícula sonrisa en la cara. Me

pregunté cuanto tiempo tenía con ella y por cuánto tiempo duraría, pero se desvaneció cuando vi

el identificador de llamadas. Era June.

—¿Hola? —dije, abriendo el teléfono—. ¿Junie?

—Hola —dijo ella, y su voz era helada.

—June, ¿estás bien? ¿Dónde estás?

—En la fiesta. —Lo estaba. Podía escuchar el ruido en el fondo, la música retumbando y la gente

siendo odiosa. May probablemente sintiéndose miserable.

—¿Estás bien? —le pregunté de nuevo, mi vértigo aniquilado por los nervios una vez más—.

¿Todo esta bien?

—Oh, estoy bien —dijo ella, pero su voz todavía era cortante y arrogante, y podía sentir su furia

transmitiéndose por la línea.

—¿Entonces que…?

—Estoy totalmente bien —interrumpió June—. Es May la que esta borracha.

Fui a casa de Mariah en menos de seis minutos, saltándome una luz amarilla por primera vez en

mi vida. Deje una nota a mamá debajo de la puerta de su cuarto en caso de que se despertara.

Pero ella estaba roncando cuando me fui, y no la habia visto levantarse hasta el petardeo del

carro.

June me estaba dando la dirección de Mariah y dijo:

—No te saltes el giro a mano izquierda —antes de colgar, y tenía ese miedo en el estómago, el

mismo cuando mis padres nos sentaron el verano pasado, el mismo que tuve cuando el terremoto

golpeó y quité a Julian del camino sin saber lo que estaba haciendo.

Las cosas iban a cambiar esta noche. No tenía que ver el futuro para saber lo que venía.

Cuando llegue a la casa de Mariah, May estaba sentada en la acera, y June estaba parada detrás

de ella, con los brazos cruzados y una mirada de furia en su cara que casi me hace temerle. Henry

estaba sentado cerca de May, palmeando su hombro con torpeza mientras ella bajaba la cabeza y

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su cabello cayendo hacia la cuneta. La puerta de entrada a la casa de Mariah estaba abierta, y

podía ver lo suficiente de la parte interior para saber que estaban todos borrachos. Ya habían

algunas botellas de cerveza vacías en el pequeño trozo de hierba que llevaba a la puerta principal.

No era una buena escena, permítanme decirlo así.

—¿Que paso? —dije despues de estacionar y salir del carro—. ¿Estas bien?

June simplemente se rio.

—Si —dijo ella—. Tenias razón en una cosa. No me vomitaron esta noche.

Ya basta, pensé. No queremos que Henry sepa…

—Oh, como sea —dijo June en voz alta—. Esa no sería la peor cosa que pasara esta noche.

Me puse en cuclillas frente a May, que llevaba una botella de agua.

—Hola —le dije a Henry, haciendo caso omiso a June, por el momento—. ¿Qué estás haciendo

aquí?

—Aquí es donde vive —interrumpió June antes de que Henry siquiera pudiese hablar—. Es el

hermano de Mariah. Otro interesante pedazo de información.

—¿Podemos irnos a casa, por favor? gimió May y subió su cabeza—. June, por favor, simplemente

cállate.

—Quisieras tu.

—¿Vas a vomitar de nuevo? —le pregunté a May.

—No tengo nada que vomitar —murmuró. Ella todavía estaba algo lerda, pero podía decir que no

estaba tan borrachada como probablemente había estado antes. Nunca he tomado ni siquiera, y

no soy una rumbera (nuevas noticias, lo sé). Pero he visto suficientes películas y series para saber

como es—. ¿Le dijiste a mamá?

Negué con la cabeza.

—No, ella esta dormida. —Alcé la mirada hacia June—. ¿Y qué hay de ti? ¿Estas…?

—No me hables —estalló June—. Te llame para un aventón y eso es todo.

Henry seguía palmeando incómodamente el hombro de May.

—¿Quieres algo de agua? —le preguntó.

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—No, gracias —dijo ella, luego volvió a gemir y puso la cabeza en sus manos—. ¿Alguien me

cuelga boca abajo? Se siente como si estuviese boca abajo.

—Maravillosas noticias —dije, mientras que June blanqueaba los ojos mirándome de nuevo.

—April, vamonos.

Mire a June nuevamente, preparada para contestarle bruscamente, pero me cortó en seco.

—No —dijo ella—. No me digas nada.

Henry estaba viéndonos a las tres con cautela.

—Creo que ella esta bien, April —me dijo—. Ella pasó mucho tiempo vomitando.

May gruñó en el interior de sus manos.

—Si, fue espectacular —dijo June, con su voz cargada de sarcarmo—. De verdad, una de las

mejores cosas que me ha pasado en la vida. —Ella hizo una pausa antes de añadir—. Y que

maravillosa sorpresa ver a mi hermana May aquí.

May alzó la mirada, y por un segundo, compartimos una mirada de culpabilidad. June sabia lo que

habíamos hecho.

—Lo siento —me dijo May.

—Mejor es que no te disculpes con April —soltó June—. La única disculpa que quiero escuchar es

mejor que sea a…

—Vamos de aquí —dije, cortandola antes de que comenzaron a resongar delante de Henry y

quien sea que estuviese en la puerta—. Vamos, vayamos a casa.

June comenzó a caminar hacia el carro.

—Espero que vomite en todo el asiento delantero —dijo ella mientras se alejaba.

Henry y yo ayudamos cautelosamente a May a ponerse de pie.

—Oh, guao —dijo ella—. Guao.

—Bien, quizás siga un poco borracha —susurró Henry.

—Guaaaaoooo.

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—Si —acordé—. Bien. Gracias por cuidar de ella.

—June hizo la mayoría del trabajo —admitió Henry—. Solo la la traje aquí afuera.

Mire a mi hermana menor, quien estaba sentada en la parte trasera del carro con sus brazos

cruzados, sin vernos a ninguno de nosotros—. Bueno, gracias de todas maneras —dijo.

May lo miró y tiró de su brazo para apartarlo de su mano.

—No me toques —soltó—. Eres un cabrón —Henry lució un poco sorprendido. Pero la dejo ir, y

May medio colapsó, medió se deslizó en el asiento del copiloto—. Un total cabrón.

—Oh, bien —dijo June desde el asiento trasero—. Ella es una borracha molesta.

—Ese cabrón tiene el nombre de un rey, ¿sabías eso? —May me miró mientras le ponía el

cinturón de seguridad—. Estúpidos reyes.

—Oh dios mío —susurré—. Vas a morir de vergüenza mañana, lo sé muy bien.

—Sip —estuvo de acuerdo ella, luego pasó treinta segundos tratando de remover su cabello de su

cara antes de rendirse—. Llévame a casa, estoy deshecha.

Me incliné y dije—: Si vomitas mi carro, te mataré —antes de cerrar la puerta y dirigirme a mi

asiento.

No habíamos pasado una cuadra antes de que June dijera—: ¿Qué demonios, April?

Su voz era plana y fría, y habría sido aterrador si no hubiera sido mi hermanita.

— Oh, que —espeté, mirando en el espejo retrovisor—. ¿Qué? Sí, está bien, May te siguió porque

estaba preocupada.

—¿Estas bromeando? —gritó ella—. La semana pasada me estabas dando el gran discurso

“¡tenemos que ser éticos y no mentir”! ¿Qué pasó con eso? Ahora, ¿quién es la mentirosa?

—¡Pensé que algo podría pasarte! —grité en respuesta.

—¿Pensaste? ¿O lo sabías?

—Chicas, por favor cállense —dijo May, mientras se frotaba la frente y hacia una mueca de dolor.

—¡Aguantatelo! —soltó June—. Esto es tu culpa. ¡Tambien estoy molesta contigo!

—Nunca lo habría adivinado —dijo entre dientes May.

—¿Qué pasó? —les pregunté, mirando a May mientras hablaba.

Ella se encogió de hombros y descanso su cabeza contra la ventana—. Solo me tomé dos cervezas.

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Y la cosa clara.

—¿Vodka? —dije—. ¿Estas borracha por el vodka?

—Por favor nunca digas esa palabra otra vez.

—¿Sabes cuantas terribles historias incluyen vodka? —grité, haciendo una mueca de dolor otra

vez.

—Te diré lo que pasó —dijo June, colocándose entre los dos asientos—. Te diré como tu brillante

plan funcionó, April. May aquí decidió ayudarse con algunas “felices bebidas bebibles”, como creo

que las llamaba mientras vomitaba.

—En realidad eran tristes bebidas bebibles —interrumpió May.

—… y luego de unas pocas horas de eso, fui al baño, ¿y aidivina a quien encontré en el piso?

—Oh dios mío, May —murmuré, sacudiendo la cabeza. Eso explicaba porque habia pensado

porque todo estaba bien. No podía verla cuando era invisible. El único fallo en mi plan

supuestamente excelente.

—¡Entonces si le pediste que me siguiera! —June estaba tan molesta, que podía escuchar su voz

temblar—. ¿Siquiera te das cuenta como ustedes dos me arruinaron esta noche? Mariah

probablmente nunca me invitara a compartir con ella otra vez, y estábamos comenzando a ser

amigas. Verdaderas amigas. ¿Pueden creerlo? Supongo que probablemente no desde ninguna de

las dos parece tener ninguna amiga. Y ahora puedo ver por qué. Debido a que son unas hipócritas

totales.

—May —comenzó a decir May, agarrando su cabeza en sus manos, pero June la cortó.

—No te atrevas —dijo ella, y estaba un poco asustada de la voz de June—. Lo se May, lo sé.

May hizo una mueca mientras trataba de voltearse.

—¿Sabes que?

Oh no, de repente me di cuenta. Oh no.

—Se de ti y el tequila. ¡Se que eres la razón de que nos mudáramos porque te metiste en tu modo

“pobre de mí” y te emborrachaste! Estabas recordando todo eso mientras te sentías mal en el

baño de Mariah. ¿Pero que pasa si mamá sabe lo de esta noche, ah? ¿Vamos a mudarnos luego,

May? ¿Qué más me arruinaran ustedes dos?

—¡June! —chillé—. Estabamos simplemente preocupadas. Pensamos…

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—Jodanse.

Era como si me hubiese abofeteado, sus palabras eran rapidas y Fuertes. Incluso May also la vista

en sorpresa, primero a mí y luego se volteó para mirar a June.

Eso era todo. Ahora yo también estaba molesta.

Precipité el auto por el lado del parqueque estaba cerca de nuestra casa. Estaba completamente

vacío, salvo por las luces fluorescentes que iluminaban la zona de juegos, y desabroché el cinturón

de seguridad y me volvi para hacer frente a June.

—No tienes absolutamente ninguna idea de lo que estás haciendo —le dije, mi voz baja y

molesta—. No tienes idea.

—Lo se mejor que nadie —espetó—. Nadie puede mentirme. Simplemente no pensé que mis

propias hermanas lo harían. Yo sé mucho más que cualquiera de las dos.

—¿Oh, si? —me mofé—. ¿Cómo qué? Por favor, ¡ilumíname! ¿Qué sabes que es tan increible?

June sonrió con aire de suficiencia.

—Sé que la mamá de mamá era una lectora de mentes.

May yo yo la vimos fijamente.

—Y ella tenia dos hermanas también —continuó June—. Una de ellas se volvió una hermitaña en

Maine y la otra, allí me miró a mi— era muy mandona todo el tiempo. Mamá la llamo “la

sabelotodo”.

—¿Mamá te dijo esto? —dije, con mi voz en apenas un susurro—. ¿Le ... le has dicho? ¿Acerca de

nosotras?

—No, no soy estúpida. Solo le pregunte acerca de la abuela —dijo ella—. Y dijo que la abuela

siempre sabían todo lo que ella estaba pensando. Y si creen que es una coincidencia —dijo ella—

interrumpiendo mis pensamientos antes de que estuviesen totalmente formados— son unas

idiotas.

May miraba de una a la otra antes de decir:

—Pero yo no quiero ir a Maine.

Estaba muy sorprendida de responder. ¿Esto podría ser verdad?

—¡Te lo dije! —gritó June—. ¡Nadie puede mentirme! ¡Puedo ver todo lo que están pensando!

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¡Solo deseo no haberme ido con cautela con ustedes dos! Debí leer sus mentes también, ¡porque

asi habría sabido cuan traidoras eran mis hermanas!

May se hundió en el asiento del auto y suspiró.

—¿Y ni siquiera lo sientes no? —continuó June—. Créeme, estoy tratando de encontrar una

disculpa, y ni siquiera puedo escuchar…

—¡No vas a recibir ninguna disculpa! —le grité, dejándola impactada en silencio. Yo había tenido

razón. La carga era demasiado pesada y ahora se caía a pedazos—. ¡No tienes idea de lo que he

visto!"

—Lo acabo de hacer.

—¿Y eso no te importa? —pregunté—. ¿Tú, las sirenas y las luces rojas? ¿Eso no te asusta en lo

más mínimo?

Junio se encogió de hombros, su bravata firmemente en su lugar.

—Eso no significa nada. Ni siquiera sabes que significa. Lo puedo decir. Y si eso era tan importante

para ti —añadió— ¿para que mandaste a May que fuese invisible y me siguiera? ¿Por qué no

hiciste tu propio trabajo sucio?

May suspiró fuertemente.

—Porque ella estaba alejando a Julian de ti.

—¡May! —grité.

—Bueno, ¿Qué? —soltó May—. Es verdad. No pretendas ser toda una inocentona. —Ella se volvió

hacia June—. Ella vio a Julian en la visión donde estabas, ella está tratando de mantenerlo alejado

para que nada pase.

La boca de June se abrió mientras me miraba, y y me sentí casi tan grande como una brizna de

hierba.

—¿Usaste a un chico? —jadeó.

—Oh, ni te atrevas —le dije-.Pero sabía que tenía razón, estaba comenzando a sentirme miserable

y confundida acerca de toda esta noche—. Eres tú la que está usando los pensamientos de la

gente en contra de ellos, ¡arruinando su amistad! —insistí—. Te dije que era peligroso. Te dije que

necesitamos mantenernos unidas y no…

—¡Eres la que nos dividió! —gritó June.

—Dios, estamos tan jodidas —susurró May, cubriendo la cara con sus manos.

—¡Esto podía haber sido genial! —gritó June—. ¡Esto podía haber sido increíble! Y en vez de

manejarlo, ¡lo arruinan todo!

—¿Increíble? —repetí bajando mientras la rabia viajaba de mi estomago a mi garganta y boca—.

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¿Qué exactamente pensaste que iba a pasar? ¡Esto no es la televisión June! ¡Esto no es una

película! Giles y Buffy no van a aparecer y mostrarnos cómo manejar nuestros maravillosos

nuevos poderes!

—April… —comenzó May, descubriendo sus ojos con una mano para agarrar mi brazo, pero me la

sacudí.

—¡No va a venir una loca lechuza a la ventana de tu cuarto con una carta de Hogwarts! ¡Los

Cullens no van a aparecer e invitarte a vivir con ellos en Forks! ¡No habrá nada! ¡Esto no es

ficción! ¡Esto es lo que tenemos! ¡Somos nosotras y solamente nosotras!

Los ojos de June estaban llenos de lagrimas, pero su voz ni siquiera tembló cuando habló.

—Siempre hemos sido nosotras —susurró ella—. Y no está funcionando ya.

Me recosté de mi asiento y traté de recuperar el aliento. Las palabras de June fueron un puño en

mi estomago, golpeando tan fuerte que ardía. Tal vez ella tenía razón. Mis hermanas y yo

habíamos pasado todas las noches mintiendo a personas inocentes, y traté de no pensar en la risa

de Julian, como sostenía mi mirada con la suya, como había confiado en mí.

May miró por el parabrisas mientras la realidad de las palabras de June se establecieron alrededor

de nosotras. Me dolía el estómago, me dolía la garganta, todo. Y a mi lado, May se mordía el labio

inferior.

—Ella tiene razón, April —dijo después de un minuto—. Estamos cayéndonos a pedazos.

Miré un auto que pasó por nuestro lado, incapaz de hablar.

—Quiero ir a casa —dijo June—. Quiero que este día termine.

Giré la llave en el encendido con los dedos entumecidos, y luego lo puse a andar. El silencio en el

auto de camino a casa era tan malo como el silencio después de que nuestros padres anunciaron

su divorcio, tan pesado y melancólico como nubes oscuras.

Nuestra madre todavía estaba dormida mientras subíamos las escaleras, y una a una, cerramos las

puertas de nuestros cuartos detrás de nosotras. Una casa dividida, pensé mientras me miraba en

el espejo. La última vez que me había visto, Julian me acababa de decir que a él le gustaba la

verdadera yo.

Pero el no me había visto de verdad.

Envié pensamiento tras pensamiento hacia June, mientras estaba acostada en la cama esa noche.

Lo siento, lo siento lo siento lo siento. Pero ella nunca abrió la puerta, nunca salió de su

habitación, y cuando me puse a llorar, no sabía si estaba escuchando o no.

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Capítulo 17

"Un mentiroso es un mentiroso, un mentiroso." May

El dolor. Oh, el dolor.

Me desperté con el sol de la mañana (por la tarde, en realidad) golpeándome en la cara. Así es

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como me sentía, también, como si me estuvieran golpeando, golpeando directamente a través de

mi cráneo, justo en el lugar suave y sensible de mi cerebro.

"Uuuuuuuggggggghhhhhh", murmuré. Sonando como no-humano, como el ruido que haría un

animal al morir en la orilla de la carretera, y me doy la vuelta y miró el reloj de mi cama: 1:37 pm,

el sábado casi terminando, lo que parece apropiado. Quería que este día terminara tan pronto

como sea posible.

Me quedé allí por un tiempo, tratando de respirar sin mover ninguna parte de mi cuerpo que

dolían, y cuando eso no funcionó, traté de ser invisible por un tiempo.

Miré a mi cama desordenada, sin ver mi cuerpo en ningún lugar, pero todavía me dolía. Y

finalmente, volví a aparecer y suspiré.

Si ser invisible ni siquiera podía salvarme de una resaca, ¿que tenía de bueno?

Yo escuchaba a mis hermanas, ya que subían y bajaban las escaleras, golpeando las puertas y

luego abriéndolas con un ¡zas! Yo no era la "Lectora de Mentes" o la que "Predice el futuro", pero

conocía a mis hermanas lo suficientemente bien como para saber que estaban molestas la una

con la otra y conmigo. Ellas no estaban hablando, y la casa estaba extrañamente tranquila. Y no

había oído sonar la alarma en forma de gallina de June (que, no voy a mentir, fue de lejos lo mejor

que me había ocurrido esta mañana).

En el momento en que bajé las escaleras, estaba dispuesta a mutilar a alguien si hacía un ruido

fuerte o me mirara durante mucho tiempo. "Oh, hola, cariño", me dijo mamá a mí mientras se

movía por la cocina. "Cara de sueño, hoy, ¿eh?"

"Algo así, sí", le dije, haciendo una mueca mientras besaba la parte de atrás de mi cabeza. La

culpa que sentía era tan mala como la resaca. Yo había pensado tal vez una de mis hermanas me

delataría, pero eso significaría delatarse a sí mismas, también. Supongo que un mentiroso es un

mentiroso, un mentiroso.

"Bueno, ¡en movimiento!", continuó mi madre, sin darse cuenta de que me estaba aferrando a la

mesa de la cocina con las dos manos. Me hubiese aferrado más tiempo, pero luego me di cuenta

que mi pie izquierdo se iba otra vez. (¿Y por qué siempre el pie izquierdo? ¿Por qué no mi lóbulo

de la oreja derecha o las rótulas? Qué no daría yo por un manual o un FAQ* o algo así.)

"Voy al piso de arriba y, uh, ordenar mi cuarto", le dije a mi mamá. "Es un desastre". Ella me miró.

"¿Tú enserio vas a limpiar tu habitación un sábado?"

"Um, ¿no?"

Mi madre se limitó a sonreír. "Bueno. Intenta poner un poco de tu buena influencia en tus

hermanas, mientras estás en ello"

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"Sí, tal vez no", dije cuando fui al piso de arriba.

April estaba de pie junto a mi cama cuando llegué al piso de arriba, los brazos cruzados y tocando

con el pie. "Y un feliz hola a ti también", dije, arrastrándome de vuelta hacia mi cama. "Ahora

vete."

"Sólo para que quede claro", April me miró "No estoy hablando contigo"

"¿En serio? Dada la evidencia actual demuestra lo contrario"

"Sólo estoy hablando contigo ahora mismo, porque quiero saber lo que pasó anoche y June no me

habla"

"Debemos seguirla con más frecuencia, entonces," dije, y fue recompensado con el sonido de la

puerta del dormitorio de June cerrándose de golpe.

"Ella nos está leyendo la mente como si fuera una enciclopedia en este momento," me informó

April.

"¿Y tú sabes eso porque...?”

"¿De verdad crees que ella no lo está haciendo?"

April tenía su punto. "Bueno, eso es maravilloso", dije, y luego me cubrí con las mantas sobre mi

cabeza. "¿Cuándo vas a empezar a no hablar conmigo? Por favor, di ahora"

"Dime lo que pasó anoche".

Me saqué las mantas lo suficientemente lejos para fruncirle el ceño. "¿Por qué? Tú eres la única

que ve el futuro. ¿No viste nada de eso? "

"Empieza a hablar."

"Fuera de aquí." La última cosa que quería hacer era volver a vivir mi vergüenza frente a April, la

hija perfecta.

"May"

"¿Qué?" Le grité de vuelta, y luego hizo una mueca. "En serio, April, solo vete. Todo lo que quiero

hacer es desaparecer”

"Sí, un truco muy útil para ti" replicó ella "Tal vez si te hubieses pegado a ese plan, ¡no estaríamos

en esta situación ahora mismo!"

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"¿Qué? ¿El de no hablarnos la una con la otra? Suena ideal para mí" me revolví en mi almohada.

"Se suponía que tenias que ver a June, ¡y en su lugar podrías haber salido lastimada también!"

"¡Estoy lastimada!" Susurré hacia ella. "Mi cerebro es tres tallas más grande que mi cráneo en

estos momentos. Y June estaba bien. O lo estaba, hasta que me hiciste seguirla y todo se fue al

infierno. La culpa es tuya, no mía."

Sabía que no era cierto, pero yo no estaba de humor para un juego limpio.

"¿Así que fui yo la que te hizo beber y vomitar en el jardín de alguien?"

Señalé hacia la puerta de mi dormitorio. "¿Puedes solo IRTE DE UNA VEZ?" Me estremecí de

nuevo cuando mi voz hizo que mi cabeza doliera.

"Bien", dijo y giró sobre sus talones. "Con mucho gusto. Felizmente"

Tan pronto se fue (dejando la puerta abierta, muy infantil), me deje derretir y me quedé allí

durante unos minutos, mirando a la grieta en el techo. Pensé en levantarme y seguir a mis

hermanas por allí, sin ellas saberlo, pero después de anoche, la idea no sonaba divertida.

Mi teléfono comenzó a sonar en mi mesita de noche, y me volví lo suficientemente largo para

estirar un brazo fuera de la manta y ver el identificador de llamadas.

Mierda.

Esperé hasta el tercer sonido para responder. "¿Qué?" dije con voz ronca.

"Uh, hola," dijo Henry.

"Dios, ¿todo el mundo son personas mañaneras?" Gemí.

Henry se rió con su risa nerviosa. "Llamaba para saber cómo te sentías"

"Adivina".

"¿No muy bien?"

Me destapé los ojos y miré hacia la puerta del dormitorio, tratando de ver si mi mamá iba a venir.

Estaba tan acostumbrada a April o June dándome dolores de cabeza que sentí como si me

estuviera perdiendo algo importante.

"¿May?", Dijo Henry. "¿Estás ahí?"

"Sí"

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"Entonces, ¿cómo te sientes?"

"Como si un camión con un montón de pollos enojados me hubiese pasado por encima"

"¿En serio?"

"Dos veces"

"Oh, guao. Eso no es bueno"

"Eres muy astuto, Henry" Me di la vuelta a mi lado y tiré de la manta sobre mi cabeza. Realmente

tuve ganas de atropellar a Henry con un camión en aquel punto, después de la manera que él

había dicho: " Por supuesto que no, no a ella" en la fiesta de anoche. Las palabras habían estado

en mi cerebro durante toda la noche, mezclado con vapores de alcohol y mareos. Por supuesto

que no, no a ella. Fue suficiente para que me den ganas de vomitar de nuevo.

"Así que tú no quieres estudiar hoy?"

"Henry, déjame hacerte una pregunta. ¿Tu siempre eres un idiota con las chicas, o es por mi?

¿Atraigo ese lado especial de ti?"

Sonó como si Henry estuviese tragando saliva o lo que sea que el estuviese bebiendo.

"Porque si es sólo a mí" continué "Te puedes ir a arrastrar al agujero del que vienes"

Hubo una pausa antes de decir: "¿A diferencia de vomitar en una cuneta?"

"Eso es lo que pensé" dije "Ciao ciao, mon ami." Empecé a colgar el teléfono, pero la voz de Henry

zumbaba a través del receptor.

"¡Espera, May, no cuelgues! ¡Lo siento, pero no cuelgues! "

Mi pulgar se cernía sobre el botón Colgar. "¿Lo sientes?"

"Yo... me siento muy mal. Debería haber ido a fuera para ver como estabas ayer por la noche. En

las fiestas de Mariah, la gente no son siempre de lo mejor”

"Sí, lo sé. De hecho, estoy hablando con uno de ellos en este momento" espeté. Fue una especie

de agradable saber que aun cuando se sentía como si mi cerebro estaba a punto de la ruptura de

la cabeza, todavía funcionaba.

Yo casi podía ver a Henry en el otro extremo de la línea. Probablemente estaba vestido con su

sudadera con capucha de Stanford, jugando con los cordones de la forma en que siempre hacía

cuando me da tutoría. "¿Eso es todo por lo que te disculpas?" pregunté en voz baja.

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"Dios, May, ¡sí!" Dijo finalmente. "Te llamo para disculparme. ¿Qué más quieres?¿ Quieres que

vaya a tu casa y lo haga en persona? "

"¡No!" Susurré. "Quiero que saques tu cabezota de tu trasero revestido de Stanford y tal vez darte

cuenta de que sólo porque no veas a la gente no quiere decir que no estén allí!"

Hubo una pausa. "¿De qué estás hablando?"

"Nada. Mira, estoy segura de que tienes una tarde ocupada de subrayar los catálogos

universitarios y haciendo las tarjetas del vocabulario español, por lo que puedes cancelar la

tutoría. De hecho, cancela el resto de las sesiones. Olvida que me conoces. Estoy segura de que

no va a ser difícil"

Por supuesto que no, no a ella

"¿Entonces qué?" se lamentó Henry. "¿Te llamo para disculparme por el hecho de que bebiste

vodka en exceso, y tu respuesta es simplemente... desaparecer?"

"A veces se siente de esa manera", murmuré.

"Bueno, si tanto quieres desaparecer, tal vez deberías hacerlo" Él estaba enojado, mucho más

molesto que cuando había derramado la cerveza en las National Geographics. (Oops, me olvidé de

eso. Bueno, se lo merecía.)

Yo no podía dejar de reír. "Henry, creo que por fin has encontrado la única cosa en la que

podemos estar de acuerdo." Y luego presioné "colgar" y vi mi brazo desvanecerse mientras

lanzaba el teléfono en la esquina de mi habitación.

Henry estaba en lo cierto. ¿Por qué no desaparezco? Después de todo, soy invisible. Podría subir a

un avión para Fiyi, y nadie lo sabría. Podría entrar en el Ritz Carlton y pedir al servicio de

habitaciones cosas para cargarlas a las tarjetas de crédito de otras personas. Yo podría volar a

París y comer en los cafés e ir a los museos y entrar en las casas que eran demasiado grandes para

la gente que vivía allí.

Yo podría ir a Houston y ver a mi papá.

Me quedé en la cama por el resto de la tarde, ni una sola vez molestándome en reaparecer.

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Capitulo 18

"Los locos controlarían el manicomio" - June

Nunca he sido tan feliz de que llegara el lunes a mi vida.

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Estaba lloviznando un poco fuera, así que me puse un extra de Frizz-Ease (*) y esperaba lo mejor

antes de entrar en el coche de April por la mañana. May estaba acurrucada en el asiento trasero,

su sudadera con capucha tapando hasta los ojos y su iPod bastante ALTO. Ella no me había dicho

nada desde la fiesta del viernes, pero no me importó porque yo tampoco estaba hablando con

ella.

April lo había intentado un par de veces el domingo, pero de plano no le hice caso y cerré la

puerta o bajé las escaleras o incluso me di una ducha. Creo que me lavé el pelo tres veces durante

el fin de semana, dejando que el agua ahogara lo traicionada me sentía. Había tratado de dejar de

leer las mentes de mis hermanas sólo para ser respetuosa, ¿sabes? Pero ahora, ya ni siquiera me

importaba lo que piensan.

May desaparece y me sigue como una espía? Súper-escalofriante.

¿April tiene una cita con algún tipo para mantenerlo alejado de mí? ¿Demasiado celosa? Siempre

estaba tratando de asustarme, siempre diciendo lo que tal vez podría suceder, lo que no debía

hacer. Por lo que sabía, sus "visiones" de mí y Julian y las luces rojas se crearon totalmente en

su mente.

Si necesitas una porción de un chiflado reprimido, definitivamente se podría pasar por nuestra

casa y coger un trozo, es lo que estoy diciendo. Es como si, mis hermanas pensaran que no podría

cuidar de mí misma, cuando en realidad, ellas son las que no lo tienen. ¿Vomitando en una fiesta?

¿Salir con un bicho raro, como parte de un gran plan maestro? Los locos controlarían el

manicomio. Pero yo estaba tan cerca de ser invitada a Cabo con Mariah, y no iba a dejar que mis

hermanas también arruinaran esto para mí.

El viaje a la escuela el lunes fue muy largo, gracias a la conducción de April. Yo sabía que May

estaba enoja porque ni siquiera hizo un comentario al respecto, sólo se quedó acurrucada en el

asiento trasero, y cuando finalmente encontré en la radio una canción que me gustaba, un

pensamiento se le escapó y llegó hasta mí.

Salir de aquí.

Ni siquiera la determiné, simplemente traté de suavizar mi cabello hacia abajo y asegurarme de

que el vapor no saliera de mis oídos. No puedo ni siquiera escaparme sin tener la histeria de April,

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¿y ahora May se va a escapar de la escuela? No-oh. De ninguna manera. Dejemos que April salve

el mundo por su cuenta, pensé. Hay una casa de playa en Cabo esperando por mí.

Mariah y yo nos habíamos enviado algunos mensajes de texto el domingo. "¡Cabo todavía suena

Increíble!" Le escribí a ella, y para el momento en que me escribió una respuesta, dos horas más

tarde, yo era un manojo de nervios pensando que se había olvidado, que había estado borracha y

nunca tuvo la intención de invitarme.

Pero entonces las palabras salpicaron a través de mi teléfono. "No tienes idea, es increíble", dijo,

he hice un pequeño baile allí en el medio de la cocina, justo donde mis hermanas podían ver lo

feliz que estaba.

No como en este coche donde la fatalidad y tristeza está siempre presente.

Tan pronto como April aparcó, me bajé y empecé a alejarme, golpeando la puerta bastante fuerte

porque sabía que iba a molestar a April.

—¡Espera, June! —me llamó ella, pero la ignoré y subí las escaleras.

Tan pronto como entré, la gente que había estado en la fiesta, me saludo. Derek, por supuesto,

saludó y sonrió con sus dientes de ciervo, y dije hola a un par de chicas que yo sabía que querían

desesperadamente ser amigas de Mariah. La palabra "Cabo" estaba rebotando en sus cerebros,

también, y miles sonreí con benevolencia y dije—: ¿Qué pasa?" me deslicé a mi casillero antes de

encontrar a Mariah.

Ella estaba sentada afuera, cerca del auditorio, con un aspecto de resaca, parecido al de May el

sábado. Gafas de sol enormes ocultaban su rostro, y me di cuenta de que necesitaba un par igual

a esas.

—Hey—dijo con voz ronca cuando me vio—.Estoy destrozada.

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Ella no estaba mintiendo. Sus —pensamientos se movían a media velocidad—. ¿Acabas de

despertar? —pregunté, sentándome a su lado.

—Veinte minutos —sonrió ella—. Blake me condujo hasta aquí.

— ¿El se levantó temprano?

Ella sonrió con malicia—. El nunca fue a la cama.

Sabía lo que quería decir, pero no era cierto. Blake había estado despierto fumando y jugando a la

PS3 toda la noche mientras Mariah dormía en su cama en su casa. Pude ver su mensajes de texto

de ida y vuelta con él, tratando de llegar a hurtadillas, pero con el tiempo el dejó de responder.

—Wow, eso es impresionante —fue todo lo que dije, sin embargo, guardando la información para

su posterior uso—. Entonces, ¿Qué hay para hoy?

Mariah suspiró y le dio a su celular vueltas y vueltas—. Ya estoy renovada. Estoy lista para esta

noche.

—¿Ah, sí? ¿Qué hay esta noche?

Ella contuvo la lengua entre los dientes y me sonrió—. Hay otra fiesta

—¿Vas a hacer otra fiesta? —jadeé. Estaba tan celosa que hizo que mis ojos casi se volvieran

verdes. Con una madre que se sentía culpable por dejar la casa, una hermana que podía ver el

futuro, y otra hermana que era un fenómeno fantasma, nunca habría sido capaz de hacer una

fiesta en nuestra casa

Algunas personas simplemente tenían más suerte que yo.

—¿Tu mama y tu padrastro aun no vuelven a casa?

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—No, ya han vuelto a casa. No soy la anfitriona en esta ocasión, sólo soy una asistente. Es en el

apartamento de un amigo de Blake. Va a ser genial.

Ir a una fiesta en el apartamento de alguien sonaba tan de mayor que apenas podía soportarlo.

—Voy —le dije—¿Cuándo?

—Esta noche. Duh, te acabo de decir —Ella me dio unas palmaditas en la mejilla un poco

demasiado duro—. Sígueme el ritmo.

—Lo hago —dije, alejándome un poco—. Pero cuando, ¿a qué hora? ¿Y cómo llego hasta allí?

Mariah se encogió de hombros—. No lo sé. Dile a tu mamá que vas al cine. ¿No es eso lo que

hacen en las noches los estudiantes de primer año de la escuela? "

—No sé —le dije—. Yo no ando con estudiantes de primer año.

Mariah se quitó sus gafas de sol y miró por encima del hombro a mí antes de ponérselas de

nuevo y sonriendo dijo—: Ya no.

—Blake y yo te recogeremos a las siete y media. Te jodes si llegas tarde.

—Voy a estar ahí —le dije. Y no importa el loco plan que April esté tramando en este momento.

Capitulo 20

“Las Luces Rojas atacaron cada parte de mi.” April

Julian estaba esperando en mi casillero cuando llegué a la escuela el lunes.

—Entonces —dijo el— llámame loco, pero creo que me estas ignorando.

—Estás loco —dije automáticamente. Había visto venir este pequeño intercambio desde el primer

mensaje de texto que me envió el sábado en la mañana. Envió cuatro más en el transcurso del fin

de semana, pero solo respondí el que decía “¿Podemos hacerlo de nuevo pronto?” —dije que si

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porque sabía que íbamos a hacer algo pronto. Era una pregunta fácil de responder.

—No, no estoy loco —insistió—. ¿Por qué te quedaste como muerta todo el fin de semana? Eso

no es agradable. Pensé que eran los chicos que se suponían que eran extraños y distantes.

—¿Crees que estoy extraña y distante? —pregunté, poniendo mis manos en mis caderas.

—Bueno, si, algo así —dijo enfrentándome—. Mira, me sacaste en cara todas las verdad

¿recuerdas? Lo justo es lo justo.

Suspiré y abrí mi casillero, sin importarme si tenía los libros correctos o no. Era apenas octubre, y

ya yo estaba harta de este año escolar.

—Lo siento. Solo he estado peleando con mis hermanas. Las cosas están realmente raras ahora.

—¿Quieres hablar de ello?

Quería hablar tanto de ello que casi podía saborear las palabras en mi lengua.

—No.

—¿Quieres… tomar café de nuevo? ¿Ir a una librería? ¿Tiras piedras a personas mayores?

—¿Qué si quiero que?

—Solo comprobando. —El bajo la mirada sonriéndome, y de repente me sentí pequeña. Me

pregunto si era así como May sentía cuando desaparecía, como si pudiera ser aplastada por la

gente que estaba mirando a través de ella, pero luego recordé que no me importa más como se

sintiera, no después de que fuese tan estúpida el viernes en la noche.

—Me han dado toneladas de tareas —protesté—. Tengo que pensar en mis calificaciones para la

universidad.

—Suenas como ese chico que usa todo ese atavío de Stanford —se rió Julian—. Y también tengo

tarea.

—¿Bien, entonces…?

Luces rojas, sirenas, la cara de Julian, la cara de June, alguien llorando…

—April.

—¿Si? —Las luces centelleantes era todo lo que podía ver, y quemaban.

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—¿A dónde fuiste?

—Estoy aquí. —. Cerré de un golpe mi casillero sin cambiar los libros y lo miré—. Me divertí —le

dije—. Me divertí mucho, pero las cosas están locas ahora. —Locas como que mientras más

tiempo paso con él, más intensas se hacen las visiones. Estaba comenzando a sentirlas en mi

estómago, como alguien estuviese agarrándolo y apretándolo.

Julian solo me miró por un largo minuto antes de decir—: ¿Esto es porque fui honesto contigo y

realmente te dije como me sentía, y ahora está todo extraño entre nosotros?

Miré a todo el mundo menos a él.

—Porque en ese caso, entonces necesitas superarlo. —El se inclinó un poco más cerca e hizo

contacto visual—. Tú te divertiste. Yo me divertí. Quiero salir contigo de nuevo. Si no lo sientes,

genial. Pero no soy un mentiroso, y no creo que lo seas tampoco.

Ni siquiera podía comenzar como decirle a Julian todas las maneras en que le había mentido.

—También me divertí —admití, lo cual era verdad—. Probablemente es lo más divertido que he

hecho desde que me mudé aquí.

—¿Entonces cual es el problema?

—¿Yo? —ofrecí—. ¿Estoy un poco loca?

Julian levantó una ceja—. Si esto es estar loca, puedo manejarlo.

No dije nada porque no podía decir nada, y luego Julian dijo—: Mira, si quieres, podemos hacer la

tarea en la librería esta noche en Commons. El café es una mierda, pero te prometo que la

compañía será mejor.

Miré hacia adelante y nos vi sentados juntos, con dos libros de texto gigantes que fueron

ignorados la mayoría del tiempo.

—Bien —dije—. Eso sería bueno. —Y lo sería.

Y una pequeña voz dentro de mi cabeza me recordó, lo sería una vez que mantenga alejados a

Julian y June.

Alistarme para mi segunda cita era mucho más silencioso que vestirme en la primera. Mis

hermanas no estaban chillándome ni burlándose de mí, y mi mamá estaba trabajando hasta tarde

y no lloriqueando por la idea de que estábamos creciendo. En el momento, era un poco

fastidioso, pero era más solitario ahora.

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No había visto eso venir.

Me había asegurado de que June no estuviese haciendo algo estúpido esta noche, pero todo lo

que vi fue a mi mamá viniendo de trabajar, tocando corneta dos veces en nuestro camino de

entrada, y luego June salió corriendo para ir al cine. Mi mamá estaba teniendo otra segunda cita

con Chad, también, aunque sabía que ella no estaba tan emocionada como la primera.

Peiné mi cabello, me puse el sostén que June me había prestado, y bajé las escaleras para esperar

por Julian.

May estaba rondando por allí, pero donde, no lo sé. Ella se estaba volviendo invisible por más y

más tiempo, especialmente cuando mamá no estaba en casa. Quizás estuviese viviendo en otra

ciudad para lo que la veo ahora.

Me encontré con Julian en la puerta.

—Bueno, para ser una persona loca, luces genial —me saludó.

Peleé contra las sirenas y las luces otra vez, deseando que se fueran.

— Gracias —dije—. Usé mis mejores ropas para estudiar.

El café dentro de la librería estaba mitad vació. Usualmente en la tarde, está atestado con niños

de la escuela, pero ahora estaba tranquilo, salvo por la máquina de expreso que rugía y silbaba de

vez en cuando. Capturé a Julian mirándome unas pocas veces por encima de su tarea de cálculo,

pero solo lo sabía porque yo lo estaba viendo.

—Estoy realmente disfrutando de esta tensión romántica —dijo finalmente sin levantar la mirada

de sus notas—. Es casi tan relajante como la máquina de expreso y el tipo que no deja de

aclararse la garganta.

Me eché a reír. No podía evitarlo.

— Me parece que un poco de tensión romántica puede aumentar tu promedio de calificaciones

por lo menos dos décimas de puntos.

— Valedictorian, allí voy. —El alejó su libro y se echo hacia atrás en su silla, estirándose—

.¿Estudias así todo el tiempo?

—¿Cómo?

—Como si estuviese haciendo una cirugía de cerebro.

Supuse que estaba agarrando mi bolígrafo un poco fuerte—. Oh, um…

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—¿Tus hermanas? —adivinó.

Bueno, eso y tratando de pelear con las visiones de ti y mi hermana en un traumático accidente,

pensé para mí misma. Era agradable pensar cosas sin que June se entrometería. Pero luego Julian

tomó mi mano debajo de la mesa, y paré de pensar acerca de mis hermanas. O la tarea. O en

como respirar.

—¡ATENCIÓN CLIENTES! ¡NUESTRA TIENDA SERÁ CERRADA EN CINCO MINUTOS! ¡SI TIENEN

ARTÍCULOS SIN COMPRAR, POR FAVOR DIGIRANSE A UNA CAJA!

El parlante difundió eso, muy fuerte, y nos alejamos de un brinco. Mi dedo se sentía algo solo una

vez que la mano de Julian se alejó, lo cual nunca imaginé describir así a mis dedos hasta ese

momento.

—Son muy sutiles aquí —dijo Julian.

—Y una porquería de café —convine— Lo tienen todo.

Julian se rio—. Hey, te advertí acerca del café.

—La próxima vez traemos el nuestro.

El asintió y cerró su libro—. ¿Quieres salir de aquí antes de que nos hagan comprar un calendario

de gatitos o algo así?

—Me encantaría —dije.

Así fue como terminé sentada en su carro en un estacionamiento vació. Con Julian.

Las farolas de color naranja sólo acrecentaban las luces rojas en mi mente, y las he alentado a que

se mantenga alejadas. ¿Cómo podía Julian ser tan agradable en algo tan malo? ¿No estaba viendo

algo? ¿Por qué no podía ver más allá de eso? ¿Por qué no podía descubrir quién era él?

—April —dijo él, y mi cerebro se aclaró mientras lo miraba—. ¿Qué es?

—Interrogatorio de inglés mañana —dije automáticamente—. Estoy un poco estresada.

—Probablemente ya tengas una A en la clase, lo apostaría.

Así era, y el interrogatorio de mañana solo lo confirmaría.

—Si —dije, pero todavía nos estábamos viendo el uno al otro. Y se inclinó hacia adelante, las

sirenas en mi cabeza sonaban más y más alto hasta que nuestros labios estaban casi tocándose y

no me podía sentir ni respirando.

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Sólo a mitad de camino me di cuenta de que estaba a punto de tener mi primer beso, y yo sé que

no soy la Señorita Experiencia. Pero me di cuenta que iba a ser bueno.

Muuuucho mejor que bueno. Julian olía bien. Y cuando puso su mano en mi hombre, las luces se

atenuaron un poco, y todo lo que podía ver era a él, con sus manos en mi cara, y la manera en

como su chaqueta se sentía bajo mis dedos.

—¿April? —el susurró contra mi boca, y juro que me tomó unos pocos segundos darme cuenta

que el me estaba hablando.

—¿Mmmm? —cállate y comienza a besarme, pensé vagamente. ¿Por qué estaba hablando?

—April, tu teléfono.

Parpadeé y bajé la mirada hacia mi teléfono, el cual estaba vibrando en mi bolso.

—Oh —dije—. Eso.. si.

—¿Quieres responder?

No.

—Bien, si, espera, solo no… —apreté mi mano en su camisa, como si él se fuese a escapar o algo,

y agarré mi teléfono. Habían tres llamadas perdidas de May, todas con un minuto de diferencia.

Y luego las visiones abarrotaron mi cerebro, las luces atacaron cada parte de mí, brillando por

todos lados y parpadeando tan rápido como mi corazón latía.

CAPITULO 20

"Tenemos que irnos ya" May.

Felicidad. Dulce dulce felicidad. Todas las demás personas en la casa salieron a tener una vida, y

yo me quede en casa.

Excepto que estaba molesta.

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Me refiero, ¿Qué demonios? Finalmente decidí abandonar a nuestra familia e ir algún otro lado y

¿qué hicieron mis hermanas? Nada. June, la ruidosa lectora de mentes ni siquiera trató de

conseguir más información. April, la molesta pronosticadora del futuro ni siquiera trato de ser

sarcástica y decirme algo acerca del clima en Texas. Sabía que podían ver algo, lo que sea, pero

supongo que no importaba. Tal vez haya estado invisible por demasiado tiempo. Tal vez no

estaban interesadas ya.

Lo que sea. Ahora tenía planes.

Arrastré una bolsa de lona de la parte trasera de mi armario y la tiré sobre la cama, y ??luego

comencé a empacar para ir a Houston. Mi padre simplemente iba a tener que hacerle frente, y

aprendería a convivir con vaqueros, la humedad y la gente que dice "y'all[1]" sin ironía alguna. Tal

vez en realidad encaje allá; tal vez pararé de desaparecer todo el tiempo.

Al menos no apestaría tanto como en este lugar.

Me abrí paso a través de una bolsa de cheetos para llevar, obteniendo polvo de color naranja en

la ropa y ni siquiera preocupandome. Cuanto más empacaba, más enojada me sentía, creo, y tiré

unos calcetines en la bolsa con tal fuerza que prácticamente rebotó. "Whoa, Turbo" me dije a mí

misma, entonces me dio cuenta de que en June habría dicho lo mismo.

Yo estaba imitando a June ahora. Definitivamente es hora de irse.

Yo planeaba irme a la mañana siguiente, tal vez pretender que se me habia olvidado algo en casa

y regresar después de que todos los demás ya se hayan ido a la escuela o al trabajo. Tenía dinero

en efectivo porque (seamos honestos aquí) no era como si yo fuese al cine con amigos y gastara.

Podría tomar un taxi para llegar al aeropuerto, tomar un avión, y estar en Houston en el momento

en que April y June llegaran a casa desde la escuela. Tenía la dirección de mi padre y un teléfono

celular. Y, oh sí, yo puedo volverme invisible. ¿Qué más necesito?

Como bono adicional, también me perderé el concurso de Historia de Europa a las diez de la

mañana al dia siguiente, pero pensar en eso me hizo pensar en Henry, que me hizo pensar en

vomitar, que me dieron ganas de alejarme de los Cheetos, y me encantan demasiado los Cheetos

para renunciar a ellos.

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Los llevé junto a mi bolso hacia el cuarto de lavado, cuando el timbre sonó. Las ocho y media de la

noche. Yo había visto suficientes películas para saber que probablemente sería el asesino de

"Scream" que viene de cortarme en trocitos, pero todo lo que el tenia era una estúpida máscara

de Halloween. Tengo la invisibilidad de mi parte. Le dejaré intentar matarme. ¿A quién no le gusta

un giro en la trama, después de todo?

Pero cuando abrí la puerta, era peor que el chico de Scream. Era Henry.

"Oh" dije, alejando el bolso, para que no pudiera verlo "Pensé que eras un asesino"

"Uh, no" dice el "Se que tu me odias, pero no soy un asesino"

Me apoyé en la puerta. "¿Asi que...? ¿Has parado aqui para vender galletas de las chicas scout?

¿Estás recaudando fondos para los sin techo?"

"Hay un examen mañana. Pensé que tal vez necesitaras ayuda"

Los Cheetos crujieron en mi estómago. "Yo no necesito ayuda" le dije.

"¿Esos son Cheetos?"

Le eché un vistazo a la bolsa. "Tal vez"

"May"

"Henry"

"Estás siendo rara" dijo el.

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"¿A diferencia de mi ser cheerleader normal, quieres decir?"

"Tu estas, como, sonrojada"

El tenia razon. Tenia calor, mucho calor, como estar bajo la luz de un interrogador. "Mira, Henry"

le dije "Has venido aqui para verme y..."

"Esa es una bolsa de lona"

La miré, y luego lo miré a el "Tal vez"

Henry entrecerró sus ojos hacia mí. "¿Vas a alguna parte?"

"Viaje de Lacrosse," le dije. "Me gusta golpear a la mierda a personas con un mazo." Henry respiró

profundamente y se pasó la mano por el pelo. Estaba más corto de lo que debía estar, lo que me

molestaba de una manera que no puedo describir. Yo podía ver las puntas de sus orejas, asi de

corto estaba. "Tu no juegas lacrosse" dijo. "Y por favor, puedo entrar?" Di un paso atrás de la

puerta y le hice entrar. "Mi casa es su casa"(*).

La última vez que hablamos, yo estaba con resaca, pero ahora la resaca habia desaparecido,

reemplazada por enfado y fuego, algo mucho peor. "Una hora" le dije. "Y eso es todo. Espero que

esto sea suficiente crédito voluntario para ti, asi tu puedes graduarte antes que yo y asi nunca he

de volver a verte"

"Bueno, si te hace sentir mejor-", Henry empezó a decir, pero lo interrumpí.

"Me siento muy bien, Henry", le espeté a él. "De verdad"

No tenía que mirarlo para saber que él estaba mirandome curiosamente. Yo podía sentirlo en mi

piel, haciendome sentir más visible que nunca. Quería que todo el mundo sientiese lo que yo

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sentía en ese momento, frustrada y estúpida e inclinada, como si el mundo se fuera de su eje,

pero yo era la única que volaba hacia lo desconocido.

"En serio", le dije con un suspiro. "¿Podemos simplemente estudiar?"

Henry me miró, y nivelé mi mirada con la suya, devolviendole la mirada. "¿Qué?" Dije. "¿Quieres

que pida permiso primero?" Si yo iba a conseguir que se fuera, tenia que hacerlo rápido. De lo

contrario, nunca terminaría de empacar. Y luego mis hermanas volverían a casa y se darían cuenta

de todo, y estaría atrapada aquí. Esa idea se sentía como si alguien estubiese sentado en mi

pecho, atrapandome aquí sin ningún lugar a donde ir.

Así que decidí averiguar cuan lejos podría empujar a Henry.

Al principio, fingió que no pasaba nada. Señaló las alianzas y tratados como si importaran. Habló

de Prusia y los reyes y los golpes violentos y decapitaciones. Empujé mi lápiz alrededor,

accidentalmente derramé el agua de mi en mis notas (que eran ilegibles para empezar), bostezé

dos veces, y dije que sí a todo lo que Henry me preguntó, aunque estas no eran preguntas de

responder con un si o no.

Me llevó hasta las nueve antes de estar bastante segura de que estaba empezando a alcanzar el

límite de Henry. Yo quería que se saliera de control. Yo quería a alguien supiera como se sentia al

ser yo. Pero todo lo que el hizo fue simplemente suspirar o empujar los dedos por el pelo mal

cortado con una velocidad cada vez mayor, hasta que finalmente puso su marcador en la mesa y

se volvió para mirarme.

"¿Por qué estás de empacando", me preguntó en voz baja. "Quiero decir, la verdad. ¿Por qué?"

Me sorprendió. "¿Qué tiene eso que ver con la historia de Europa?"

"Nada"

"Entonces tal vez no deberías preocuparte por ello"

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"¿Te vas a perder el examen de mañana?"

Me eché a reír. "¿Hablas en serio?" dije. "Eso es todo lo que te preocupa, que falte o no al

examen? No lo entiendes? Nada de esto importa. Nada de eso. En cinco años, a nadie le

importará una mierda sobre algunos test estúpidos, y sin embargo tu actúas como si fuera la cosa

más importante! Pero hay más que esto, Henry"

Cogí el marcador y lo tiró sobre la mesa, donde rebotó con rabia en el suelo. "Te comportas como

si lo supieras todo y eres tan inteligente. Pero tu no sabes nada"

"Sé que estás huyendo", me desafía.

"Voy a ver a mi papá en Houston", me burlo "No es exactamente la misma cosa"

"¿Te vas a vivir allí, entonces? Como, ¿de forma permanente?" Henry se agachó y recogió el

marcador, dejandolo de nuevo sobre la mesa.

"¿Por qué? ¿Podría eso mejorar tu día?"

Me miró fijamente, con los ojos como los de un cachorro herido, profundo y doloroso. "No" dijo

en voz baja. "En realidad no"

"Sí, claro" resoplé, comenzando a cerrar los libros con un golpe. "Sí, estoy segura de que te

encantaría que me quedé. Estoy segura que darme estas tutorías te hace sentir más inteligente

que nunca"

"No, eso no es así!" dijo, y me sentí aliviada de escuchar a Henry finalmente responder. "No es así

en absoluto! Nunca me escuchas. Tu nunca..." hice girar mi silla para mirarlo. "He oído todo lo que

has dicho!" le grité "Sé lo que piensa de mí!" Sólo de pensar en esa noche en la fiesta hice una

mueca de dolor. Emborracharse no era ni siquiera la peor parte de eso, no después de escuchar a

Henry decir: "No ella," no después de escuchar a todos los demás reirse de la idea de mí.

Agarré el marcador de nuevo y lo lanzcé através de la habitación una vez más, y luego moví mis

ojos para encontrarme con los suyos. "Mira" le dije. "Eres un idiota. Eres un completo idiota, y si

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piensas que me estoy pegando alrededor sólo para que puedas seguir burlándote de mí a mis

espaldas, estás más loco que yo. Yo no sé dónde se supone que debo estar, Henry, pero

definitivamente no es aqui contigo!" Henry me miró como si le hubiera abofeteado, que en cierto

modo es lo que quería hacer. "¿Por qué" finalmente me preguntó: "¿Estas tan enojada conmigo

solo porque quiero que te quedes?" Me senté en mi silla como un globo desinflado, las palabras

golpeando mi cerebro y mi corazón al mismo tiempo. Yo quería que el se enojara, al igual que yo,

pero lo unico que había hecho fue hacer que se sienta herido.

Al igual que yo.

"Yo-Yo iré fuera por un poco de aire fresco", le dije, luchando por salir de mi asiento antes de que

la desaparición empezara, y me puse de pie y abrí la puerta corrediza de vidrio, tropezando en el

patio trasero. Estaba cubierto de maleza porque mi padre era quien hacía siempre las cosas con la

cortadora de césped.

Tomé algunas respiraciones profundas y traté de mantenerme a la sombra de los árboles, solo en

caso de que Henry estubiese mirando. Yo podía sentir mis pie hormiguear, y presioné a través de

las suelas de mis zapatos abajo en la tierra, tratando de detenerlo. De pronto, tuve un vago

recuerdo, de pie en el patio trasero con April y June, brincando sobre ladrillos calientes. Yo y mis

hermanas. Feliz.

Las lágrimas golpean mis ojos, y no puedo hacerlas desaparecer, sin importar cuánto lo intentara.

Después de unos minutos, la puerta trasera se abrió, y oí a alguien salir al exterior. "Vete", le dije,

ni siquiera mirando sobre mi hombro.

Henry dio otro paso afuera. "¿Estás bien? ¿Quieres que llame a April? ¿O June? Puedo ahcerlo, si

quieres" el sonaba nervioso e inseguro, y yo no podía culparle.

Negué con la cabeza y me apresurá a limpiar los ojos. "No"

Mi dedo meñique derecho se estremeció, lo empujé mientras lo metia en mi bolsillo mientras me

ponia mi sudadera con capucha a lo largo de mi cabello, tratando de ocultar lo más posible.

Estaba oscureciendo más temprano y más frío, también. "Estoy realmente bien" Ahora mis pies

estaban enviando señales de advertencia.

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"¿Está segura?" Oí a Henry cerrar la puerta detrás de él. "Porque yo sé que no eres, como, la

persona mas amistosa, pero tu ..." Él se fue apagando.

Respiré hondo y me giré para mirarlo. Parecía pequeño y cauteloso, como si fuera un huracán a

punto de recoger y llevarselo lejos de las cosas familiares.

Sabía como se sentía, también.

"Todo es tan jodidamente confuso todo el tiempo" solté a cabo. "Y no es cada vez más fácil,

tampoco. Quiero decir, mis padres se divorciaron, y tuvimos que mudarnos aquí. Y ahora estoy

luchando con mis hermanas, y ya ni siquiera reconozco a mi familia. Yo ni siquiera me reconozco.

Y..." añadí, tomando una respiración profunda " tu realmente heriste mis sentimientos"

"¿Qué? ¿Cuándo?"

"En la fiesta!" Grité, y ahora sentí como realmente estaba llorando. "Mariah te preguntó si querías

dormir conmigo y tu dijiste "No mierda, no ella" Como si yo fuera esta... esta cosa en la suela de

tu zapato"

Henry parecía herido. "¿Escuchaste eso?"

"Obviamente" dije.

"Pero yo no siquiera te vi-"

"¿Importa eso? ¿Está bien decirlo cuando no estoy allí?"

Henry dio un paso cauteloso hacia adelante, y yo di uno hacia atrás, tratando de permanecer lejos

antes de que mi cabeza desapareciera por el estres. "May" dijo cuidadosamente ¿Realmente

pensaste que le diría a Mariah que tu me gustas? Quiero decir, vamos. ¿Mariah?"

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"Podrías haberte acogido a la Quinta(*)" le dije, sollozando. "Igual como hacen lo ejecutivos del

tabaco cada vez que está en juicio."

"Bueno, sí" admitió. "Yo podría haber hecho un montón de cosas. Sin embargo, Mariah, me tomó

totalmente por sorpresa.

Y todos sus estupidos amigos estaban allí, y yo no queria que ella... "

"No querias que ella qué?"

"Yo no quiero que ella sepa lo mucho que me gustas"

Bueno, noqueada con un cheeto.

"¿Qué?" Noté que las lágrimas corrian por mi cara, e intenté sin gracia limpiarlas con la manga de

mi sudadera con capucha.

Henry tomó una respiración profunda. "Eres divertida y no te importa y siempre estás haciendo

tus cosas. Eres un poco de todo lo que Mariah quiere ser, sólo que ella sólo lo hace todo mal "

"Espera, espera, espera," le dije. "Vuelve atrás. ¿Te gusto?"

"Um, sí. ¿Está bien?"

Yo no sabía lo que era. En mis mejores recuerdos, nadie nunca me había gustado antes, aparte de

la gente que estaba biológicamente obligada.

Fue de un modo mejor que estar en Houston, no voy a mentir.

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"Sí, está bien", le dije. "Claro, sí"

Henry metió las manos en sus bolsillos y miró hacia la casa. "Tu padre no va a volar aquí y

golpearme ni nada, ¿verdad?" Sacudí mi cabeza. "No. Mi mamá puede, pero está en una cita esta

noche. Ella está saliendo con un tipo llamado Chad. Chad."

"Oh." Henry empujó las manos en los bolsillos. "Entonces, ¿cuándo se divorciaron?"

"Hace cuatro meses. Nos trasladamos aquí en agosto"

"Sí" dijo. "Lo entiendo. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía diez años y Mariah tenía nueve

años. Es duro" Abrí la boca para decirle que él no sabía lo difícil que era, no real, pero empecé a

decirle otras cosas.

Le hablé de nuestro último día de clases, sobre cómo mis padres nos sentaron esa noche y se

miraban el uno al otro por un minuto entero hasta que June finalmente espetó: "¿Se van a

divorciar?"

Le conté sobre como April lloró y como June habia estado entre triste y emocionada ya que la

mayoria de los padres de sus amigos estaban divorciados y ahora podía "relacionar totalmente"

con ellos. Henry se echó a reír cuando dije eso, y me reí también, a pesar de que me dolía la

garganta.

Incluso le conté cómo me había perdido en la casa de un amigo, como todo el mundo estaba tan

preocupado que no sabían qué hacer, cómo mis padres me miraban como si tuviesen miedo de

en lo que me estaba convirtiendo cuando ni siquiera sabian quién era yo. Los detalles eran tan

punzantes que cortaron a través de mí. Ellos nunca serán aburridos.

Nunca desapareceran.

"Sin embargo, June, June ni siquiera lloró hasta que se enteró de que vendríamos a vivir aquí" le

dije a Henry. Estábamos sentados en el césped ahora, uno al lado del otro hasta que el rocío

empapó a través de nuestros jeans. "A ella le gustaban sus amigos. Ella no quería irse"

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"Sí" coincidió Henry. "Sabes, Mariah? Se puso mal cuando mis padres se separaron, también. No

ayuda que mi papá sea un idota. Ni siquiera nos llama mucho, no desde que él se volvió a casar.

Mariah sigue pensando que ella va a ir a su casa de la playa en Cabo. Ella siempre está invitando a

sus amigos allí, pero no hemos ido allí en años. Yo ni siquiera sé si él aún la conserva"

"June no se puso mal" le dije, moviendo la cabeza. "No como yo"

Él sonrió. "Tu no estás mal"

"Henry" le dije. "No tienes ni idea"

"¿Y tú?" Dijo. "¿Lloraste cuando tuviste que mudarte?"

Negué con la cabeza. "Yo nunca lloro. Bueno, excepto por ahora" Di una risa temblorosa y me

limpié los ojos de nuevo.

"Dios, estoy siendo una niña ahora mismo, lo siento. Esto no es parte de tus responsabilidades

como tutor, lo sé"

Henry puso sus brazos alrededor de sus rodillas. "¿Has llegado a ver a tu padre mucho en

Houston?"

"No realmente" le dije. "Yo iba a ir supuestamente el próximo mes, pero él estaba ocupado con el

trabajo. Yo sé que él nos echa de menos, creo" Trage fuerte y traté de no pensar en ese día, tener

que escoger entre dos padres y romper uno de sus corazones, tres veces. Esa fue lo mas dificil de

todo.

"May" Henry se acercó más a mí. "Está bien"

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"Oh, sí, es fantástico" sollocé. "Es genial. En serio, estas han sido las mejores veinticuatro horas de

mi vida"

"No, quiero decir... no, no está bien. Pero está bien el no estar bien"

Yo lo miraba a él. El me miraba por debajo de su pelo, que se había risado por el aire de la tarde.

"Todo el mundo está mal" continuó. "Mi hermana está fallando en español, y está saliendo con

Blake. Pero ella no es una mala persona, ¿sabes?" Henry sonaba como si estuviera intentando

convencerse a sí mismo, no a mi. "Es sólo la forma en que es a veces. Las cosas duelen, y duelen

mucho tiempo. Tienes que luchar, o esto ganará. Mariah no lucha. Pero tu lo haces. Por eso me

gustas" Vi como Henry tiraba metódicamente con su mano montones de hierba de la tierra y los

dejaba caer de nuevo en el suelo. "Yo entiendo un poco cómo se siente tu hermana" dije. "Para

mi gran sorpresa"

Henry sonrió. "Sí, tal vez lo haces"

"Como, ¿que se dice? "En tiempos desesperados, medidas desesperadas" La gente hace cosas

desesperadas todo el tiempo"

"Sí" dijo Henry en voz baja. "Creo que ella está desesperada"

"Realmente lo siento" dije, secándome los ojos con el puño de mi sudadera. "Yo habitualmente no

me deshaogo con las personas de este modo"

"Esta bien" dijo, en voz baja. "Es bueno. Tú siempre tan sarcástica. Es como que siempre estás

mintiendo acerca de cómo te sientes realmente" El levantó los ojos de la hierba y se encontró con

los mios "Me gusta cuando eres honesta. Es como si te viera de verdad"

"A veces se siente como si fuera invisible" murmuré sin pensar, y entonces me di cuenta.

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"Oh, Dios mío!" Jadeé, de inmediato mirando hacia abajo, preguntándose qué partes de mí,

habían desaparecido. Pero yo estaba allí, todos los dedos, los dos pies, y Henry me estaba

mirando con una extraña expresión en su rostro.

"¿Qué?" Preguntó.

"N-nada", balbuceé, sintiendo mi corazón empezar a acelerarse. "Yo solo, me pareció ver un

bicho" Henry solo sonríó.

"Mariah odia a los insectos, también"

"Yo no odio a los insectos" dije de inmediato. "Simplemente no me gusta nada que tenga mas de

ocho patas"

"Así que eres anti-ciempiés?"

"Sí. Y que Dios ayude al ciempies que se cruce en mi camino"

La sonrisa de Henry apareció en su rostro. Sus dientes estaban un poco torcidos, pero era

encantador y no grite por un ortodoncista. "Sé a que te refieres" dijo después de un tiempo.

"Acerca de querer desaparecer a alguna parte"

"¿Stanford?" Susurré.

"Si" admitio. Y luego empezó a contarme sobre sus padres, cómo su mamá no sabe qué hacer con

Mariah. "Ellos siempre están peleando" dijo. "Y Mariah sólo sigue saliendo con Blake"

"Sí" estuve de acuerdo. "Sabes, a veces tener una hermana es peor que un estúpido novio o novia

o lo que sea, porque al menos puedes romper con él o ella. Con tu hermana, ¿no?"

"Es una sentencia de cadena perpetua" Henry terminó mi pensamiento con un suspiro, y yo me

reí. "Pero por lo menos Mariah va a salir con tu hermana esta noche" Dejé de reír. "¿Qué?"

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Henry se encogió de hombros. "No lo sé, a alguna fiesta. Oí a Mariah hablando por teléfono con

Blake que tenian que recoger a June del cine. "Nunca me había sentido más presente en mi

cuerpo como lo hice en ese segundo. "June va a ir a una fiesta con tu hermana?"

"Supongo que sí."

"Oh", dije, pero yo estaba empezando a tener una extraña sensación de hormigueo desagradable

en mis huesos. Mariah y June salieron con Blake, y nadie estaba observando. Yo estaba un 99,9

por ciento segura de que April no sabía nada de June llendo esa fiesta, ya que ella no había

organizado otra misión de espionaje, y también sabía acerca de sus visiones del accidente, las

luces rojas y sirenas en la noche.

!Pero también sabía que June es una lectora de mentes! Ella siempre estaba diciendonos como

nadie puede mentirle, que era-

Y de repente me di cuenta de la unica cosa que June no lo sabía.

Cualquier persona podría mentirle a June. Todo lo que ella escucha es lo que la gente piensa. Ella

no sabe si es la verdad o no.

Si Mariah y yo (y no podía creer que estaba admitiendo esto) esta cosa parecida, ella debe tener

un montón de negación en su cerebro. (Es decir, cualquiera que piense que Blake es un gran chico

probablemente no es experto en ver el panorama completo) Pero, ¿podría June verlo? Ella no se

había dado cuenta de lo que yo había estado haciendo, empacando para irme a Houston y

queriendo irme. ¿Qué se estaba perdiendo con Mariah?

Me levanté y empecé a buscar mi teléfono. "Mierda" murmuré. "Mierda mierda mierda"

"Espera, que...?" Henry intentó preguntar.

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Pero yo estaba demasiado ocupada escarbando mi teléfono de mi bolsillo para responder.

"Estúpido skinny jeans" murmuré. Mi corazón estaba empezando a golpear las costillas de nuevo,

y me sentí un poco enferma, como cuando estuve a punto de golpear Avery con el coche.

"¿Estás bien?" Henry me preguntó. "Se supone que June estaba castigada o algo así?" Sacudí la

cabeza y le di la espalda. "Contesta! le dije al teléfono. "Contesta ahora, June!" Pero sólo fue al

buzón de voz.

"¡Maldita sea!", Dije, entonces llamé a April. Lo mismo, cuatro tonos me llevaron al buzon de voz.

"April siempre pone su jodido teléfono en vibracion cuando ella estudia" me volví a mirar a Henry.

"¿Sabes dónde están Mariah y June?"

"Probablemente en el apartamento del amigo de Blake" Henry frunció el ceño "Ahí es hacia

donde ella va con él"

"Está bien, pero ¿sabes dónde está?" Yo podía escuchar mi voz cada vez más alta, con pánico.

"Sí, he ido a buscar a Mariah unas cuantas veces. Espera, May, ¿por qué, que...?"

Pero yo ya estaba agarrando su mano y lo arrastrando hacia la casa. "Vamos" le dije. "¡Tenemos

que ir, Henry. ¡Tenemos que irnos ahora mismo"

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Capítulo 21

Esta era una muy,muy mala idea. June.

Habiamos estado en esta fiesta por dos horas, y ya estaba lista para irme.

Primero que todo, olía raro, como a cerveza vieja, marihuana y no se que más, tal vez comida

descompuesta en el refrigerador. Ni siquiera habia ni un cuadro en las paredes, y estaba bastante

segura de que el sofá lo habían traido de los contenedores de afuera. La alfombra no lucia mejor,

así que estaba recostada tratando de asegurarme de no tocarla de verdad.

Me iba a zambullir en detergente cuando llegara a casa, eso era seguro.

Supongo que hubiese sido mayor si pudiera haber compartido con Mariah, pero ella y Blake han

estado peleando sin parar desde que llegamos a la fiesta Y Blake comenzó a responder un montón

de mensajes a alguien más. Al principio, Mariah bromeó con el, diciendo:

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—Ooh, ¿tienes un nuevo interés amoroso? Pero luego se tomaron un par de cervezas, y bueno, se

desenvolvió—. ¿A quién le hablas? —comenzó a gritarle Mariah, y no importaba quien dijera que

fuera, Mariah pensaba que estaba mintiendo.

Podía escuchar el griterío desde el pasillo incluso cuando pretendía estar interesada en un

episodio de Project Runway que estaba en la televisión.

Los altavoces del iPod de alguien estaban sonando fuertemente, tan fuertes que distorsionaban el

bajo y casi que hería en no un buen sentido, pero todavía podía escuchar a Mariah. Tengo que

decir, estaba un poco asombrada de sus habilidades para gritar. Es un don de Dios; no puedes

enseñar esa clase de destreza.

—Es una chica, ¿no? —ella estaba gritando—. Estas hablando con alguna sucia, alguna maldita

zorra quien probablmente…!

—¡Estoy hablando con Mike! —gritó Blake.

Estaban a punto de traer a las modelos para el juicio final cuando Blake y Mariah discutieron en el

camino hacia la sala. Mariah tenía los ojos llorosos y estaba furiosa, su botella vacía de cerveza a

su lado, su cerebro todavía un poco sobrio pero completamente golpeado. Ella estaba repasando

a chicas en su mente como una pila de tarjetas, tratando de averiguar quién era la que tenía

ahora la atención de Blake.

La mente de Blake, por otro lado, solamente estaba pensandoen una chica, y no era Mariah.

Era Avery, la chica que May casi golpea con el carro. Podía verlo pensando en ella, besándola en la

parte de arriba de la fiesta de Mariah antes de que alguien los interrumpiera. Era algo asqueroso

ver la manera en como el pensaba de ella, como si ella solo fuese partes de cuerpo y nada más.

—¡Déjame ver el teléfono entonces! —dijo Mariah, estirando su mano hacia Blake—. ¡Si es solo

Mike, ¡Déjame verlo!

— ¡¿Me dejarías en paz, maldita sea?! —gritó Blake en respuesta.

—¡Es el juicio final, callense! —gritó un tipo desde el sofá, con su pipa de marihuana

balanceándose en sus rodillas—. ¡Muestren un poco de respeto!

Me voltee hacia Mariah.

—Mmm, Mariah, quizás deberíamos..

Ni siquiera me miró.

¡Déjame ver tu teléfono! —dijo otra vez—. ¡Lo digo en serio! Me estas mintiendo. ¡Se que me

estas mintiendo! ¡June! —de repente se giró, mirándome—. ¿No piensas que este mintiendo?

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—Oh, —dije tratando de evadir—. No pienso que esté mintiendo, per se —no era técnicamente

una mentira, yo sabía que Blake estaba mintiendo. No tenía que pensarlo.

El teléfono de Blake de repente sonó otra vez, y él lo abrió mientras se terminaba lo último de su

cerveza. Gran error.

Mariah montó en cólera, yendo tras el con sus puños.

—¡Déjame ver! —gritó mientras empezó a golpear lo, y unos cuantos chicos y yo tratamos de

apartarla de él. Bueno, a medias tiré de su hombro, ya que yo personalmente no me hubiera

importado ver que a Blake le dieran un puño o dos.

—¿Cuál es tu problema? —gritó Blake, lanzando el teléfono enla mesa, donde aterrizó cerca del

mio y el de Mariah—. Allí tienes, Dios, ¡míralo! ¡no me importa!

—¡Controlense carajo! —espeté. No sabía quien estaba más sorprendida por eso, Mariah, Blake o

yo, pero ya no me importaba. Toda esta situación era ridícula, y deseaba haberme quedado en el

cine, donde por lo menos hubiese podido comer cotufas con mi drama.

Blake me miró salió rabiando hacia afuera, dejando a Mariah hecha un lío de lágrimas.

—Pensé que me amaba —dijo ella—. ¡Íbamos a ir a Cabo para las vacaciones de invierno!

La idea de Blake cruzando la frontera era dudosa en el mejor de los casos, pero no dije nada

porque ya Mariah estaba lo suficientemente histérica. Miré a mi alrededor, esperando a ver si

alguien más iba a tratar de cuidar de ella, pero al parecer el juicio final de Project Runway era

mucho más fascinante que la locura de la vida real que sucedía en su sala de estar.

—Oh, Jesús —dije en un susurro, luego puse mi brazo alrededor de los hombros temblorosos de

Mariah y me incliné contra la mesa con ella. Ella se acurrucó en mi, todavía llorando, y vi a Blake

relampagueando en su cerebro, junto con imágenes de su papá.

Ni siquiera quería saber el porqué la conexión estaba allí.

—Mira —le dije a Mariah, sobando su hombro en la manera en que April siempre sobaba el mío

cuando estaba molesta—. Piénsalo de esta manera, ¿por qué quisieras salir con un tipo que te

miente?

—¡Pero el dijo que me amaba!

El probablemente dice un monton de cosas —le digo.

—Probablemente se las dice a esa zorra —sollozó Mariah.

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—Exactamente —empecé a decir, pero en ese momento escuché un motor encenderse afuera, un

sonido gututal bajo que reconocí.

Igual que Mariah.

—¿Blake se esta yendo? —gritó ella, saltando de la mesa y corriendo a la puerta principal, donde

las luces traseras de Blake estaban desapareciendo rápidamente del estacionamiento—. ¡Ese

cabrón! —gritó ella.

Vi justo encima de su hombro. No es que yo era la presidente del club de fans de Blake, ni nada,

pero yo no quería quedarme sin un aventón a casa en la fiesta. Y, obviamente, no podía llamar a

mi madre o mis hermanas, ya que nadie sabía que estoy aquí. Y si llamamos a Henry, entonces

probablemente llamaría a May.

Una pequeña espiral de pánico empezó a dar vueltas en mi estómago.

Mariah, como fuese, estaba muy molesta para pensar acerca de otra cosa que no fuese Blake.

—¡Bien! —espetó ella, tirando la puerta tan fuerte que hizo vibrar las ventanas—. ¡Muy bien,

bastardo!

Alcancé mi telefono en la mesa y lo abrí, lista para llamar a un taxi y que nos sacara de este

manicomio. Pero cuando miré a la pantalla, todo lo que vi fueron textos misteriosos, textos

misteriosos, textos dirigidos a Blake.

Blake habia tomado mi teléfono en vez de el de él.

Santas pelotas de mierda.

—¿Es ese el telefono de Blake? —de repente demandó Mariah. Ella tenia una especie de aspecto

triunfal en su cara, como un villano en una película de Disney, de esa especie que me solía dar

pesadillas cuando era niña. Ella lo arrancó de mis manos y lo abrió, navegando a travez del

teléfono de Blake como si lo hubiese hecho un millón de veces antes. Y juzgando por sus

pensamientos, lo había hecho.

—Mariah, vamos, solo llamemos a un taxi —dije. Tenía siete dólares y gomitas de gusanos, y no

estaba segura si nos llevaría muy lejos. Pero podíamos preocuparnos por eso luego. El chico en el

rincón estaba tratando de averiguar si o Mariah o yo nos íbamos a acostar conel, y mi espiral de

pánico se volvió un poco más intensa.

La música seguía explotando, pero no necesitaba oír para saber que Mariah había encontrado su

prueba. Estaba escrito en su rostro.

—Se va a encontrar con ella —dijo finalmente, sonando medio molesta y medio herida—. Se van a

encontrar en el parque en Mulholland y Old Topanga. ¿Quién demonios se encuentra en el

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parqie? ¿Qué es, una cita para jugar?

—¿Quien es? —le pregunte, tratando de darle un vistazo al telefono.

—Alguna chica llamada Avery —dijo Mariah—. ¿La conoces? ¿Es fea?

Sacudí la cabeza de una manera vaga.

—Ella no luce exactamente muy bien en pantalones —le dije—. Vamos, vamos a conseguir un

taxi. Podemos ir a mi casa o en su lugar, pasar el rato, ver una película.

—¿Qué, y juegos de mesa como lo hacías con tus viejos amigos? ¡Esto no es el kinder, June! —

observó Mariah, alejandose de mí y sujetando el teléfono en la mano.

—¡Hey, Nick!

Un chico en el sofá alzó la mirada—. ¿Qué?

Mariah le tendió la mano.

—Llaves —dijo ella—. Te has quedado sin cerveza.

Los pensamientos de Nick estaban tan fumados que apenas podía verlos, pero cuando el

simplemente extendió las llaves de su carro, supe que no importaba. No importaba que pensaran

los demás, sabía la verdad: Esta era una muy, muy mala idea.

—¡Mariah! —susurré a sus espaldas—. ¡Esto es una locura! ¡Ni siquiera tienes una licencia! ¡Y sólo

tienes quince! ¡No puedes comprar cerveza!

—¡Tengo un permiso! —dijo—. Y como sea, ¡sólo vamos al parque! Y no es que a Nick le importe

una mierda a donde vamos. —Ella entrecerró los ojos en mí—. Entonces, ¿vas a venir o no?

Dudé en la puerta, tratando de ganar tiempo. La fiesta se había disperso al estacionamiento a este

punto, la gente fumaba, bebía y se amontonaba en todo el pequeño camino de entrada.

El coche de alguien estaba tocando música rap, que se desafiaba la música que venía desde el

interior de la casa. Nadie parecía pensar que era extraño que Mariah saliera en automóvil de otra

persona. Tal vez esto era sólo un lunes normal para ellos, yo no tenía ni idea.

Un pensamiento era más fuerte que todos los demás. Era mío.

Deseaba que mis hermanas estuviesen aquí.

—¿Bueno? —preguntó Mariah, su mano en la puerta del carro de Nick, un golpeado Corolla—. ¡Si

vas a venir conmigo, ¡hazlo ahora!

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—¿A dónde vamos? —pregunté.

—¡El parquet! —dijo ella—. Duh, ¿donde más? ¡Vamos a confrontarlos! Si el piensa que solo

puede mentirme…

Mi cerebro estaba trabajando, eso era seguro. Ella no estaba borracha, no estaba drograda, y al

menos tenía un permiso.

—Bien —le digo—. Pero luego me llevas a casa.

—Lo que sea —dijo ella—. Solo móntate en el carro.

—La ventana de atrás esta abajo —dije mientras me metía en el asiento del copiloto—. Eso no es

muy seguro, alguien solo podría…

—Solo móntate —me interrumpió Mariah.

Ella estaba comenzando a encender el motor cuando otro carro se metió en el estacionamiento.

—¡Mariah! —gritó alguien mientras una puerta se abrió, y me volteé para ver a Henry

comenzando a correr detrás de nosotras—. ¡Henry, Mariaj, espera!

—¿No quieres esperar? —dije, con mi mano ya en la manilla de la puerta.

—¿Por Henry? —se burló Mariah mientras cambiaba el coche a “drive" y comenzó a acelerar—.

Por favor.

Miré por encima de mi hombro otra vez. Henry estaba lo suficientemente cerca para poder lo

molesto que lucía. Si el carro no se estuviese moviendo ya, probablemente hubiese salido y

pedido que me llevara a casa.

Tal vez podía ser sobornado para que no le dijera a May con siete dólares y algunos gusanos de

gomita.

Mariah apretó el acelerador más duro y el coche se apresuró hacia adelante, el viento frío se

colaba a través de las ventanas del coche.

—¡Cuidado, Blake! —se mofó ella—. Las cosas estaban punto de ponerse feas. —Hice una mueca

y tomé el cinturón de seguridad, finalmente, recordando las advertencias de mis hermanas por

primera vez en mi vida.

Pero cuando miré hacia abajo, vi que él cinturón ya estaba sujetado fuertemente alrededor de mí.

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Capitulo 22

"Ha habido un accidente" April

La visión me golpeó con tal fuerza que casi me aplasté en el asiento delantero del coche de Julián.

June siguiendo a Mariah fuera de un apartamento. Luces rojas y azules, las sirenas, la cara

asustada de June en el asiento delantero de un coche. Viene una y otra vez, implacable.

"Oh, Dios. Oh, Dios. Oh, Dios" Las palabras ni siquiera suenan como mias, pero yo las seguía

diciendo.

Veía a Julian observarme, mirandome como si estuviera listo para comenzar a recoger los

pedazos. "¿April?" dijo, su voz un poco insegura. "¿Qué...?" Yo podía ver los signos de la calle en

mi cabeza, Mulholland y Old Topanga. Los rincones oscuros, las farolas tenues. Las luces rojas,

brillantes luces blancas casi me ciegan...

"Es mi hermana" le dije a Julián, y apenas reconocí mi voz. "Tenemos que ir. Ahora mismo. Es

June, es... "Otros coches, luces, Avery-

¿Avery?

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"Es todo el mundo!" Le dije a Julián llorando y, sin saber de qué otra manera explicarlo.

"!Tenemos que ir!"

"April, estás temblando!"

"¡Vamos!" Lloré, tratando de agarrar y girar las llaves, ya que nos habiamos sentado sin encender

el coche. La visión fue golpeando mi cerebro una y otra vez, y me llevé las manos a las sienes y me

tapé los ojos, tratando de encontrar espacio para pensar.

"April, ¿qué...?" Julian toma mi mano, pero la alejo y me empizo a poner el cinturón de seguridad.

"¡Vamos!" Le dije "Conduce, conduce, vamos!"

"Bueno, está bien, ¿dónde estamos-hey!" Me agarró por el hombro primero y me miró. Tenía

miedo de mí, lo podía decir. "April, habla conmigo, ¿qué...?"

Levanté la vista hacia él. "Es mi hermana" le dije, y yo podía oír todo en mi voz que no había dicho

antes. "Ella está con Mariah! No es... no está bien! Se supone que estaba en el cine!"

"Pero, ¿cómo lo sabes?"

Me desabrocho el cinturón de seguridad y empiezo a salir del coche. El parque está

probablemente a media milla de distancia. Podría correr allí, pero Julián me volteó antes de que

pudiera abrir la puerta. "Está bien, está bien, sólo dime a dónde vamos" dijo, encendiendo el

coche.

"El parque en Old Topanga por la escuela" dije cuando la visión se repitió. No me dolió, ni el más

mínimo dolor de cabeza o dolor, pero mi cuerpo se sentía como que estaba siendo destrozado.

"Yo no lo vi", gemí.

"¿Qué no viste?" Exigió Julian. Él estaba conduciendo con una mano y la otra mano hacia atrás en

mi hombro. Ni siquiera podía sentir su tacto.

"Yo-Yo tenia que vigilarla" le dije en contra de mis manos. "No la vi venir aquí. Yo no sabía que ella

estaba... estaba... yo estaba contigo"

"No me digas que esto es porque casi nos besamos"

Me di cuenta de Julian estaba tratando de hacerme reír, relajarme, hacer algo más que asustarle,

pero me quedé rígida en mi asiento, sintiendo el cinturón de seguridad cortar en mi piel. Estaba

muy apretado. Todo se sentía muy apretado. "Yo no la vi porque casi te beso" le susurré. "Yo no

estaba pensando"

"April, de que demonios estás hablando?"

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"Gira a la derecha" le contesté mientras mi corazón se movió en mi garganta. Pero yo sabía que

no llegaría a tiempo. Las sirenas, las luces, el ruido, estaban en mi cabeza y no me dejaban en paz.

No iban a ninguna parte hasta que todo hubiese terminado. "Oh Dios mío" le dije otra vez. "La he

perdido"

"No" dijo Julian, y soltó mi hombro mientras conducía y me agarró la mano en su lugar, alejandola

de mi cara. " Llegaremos; la encontrarás"

"No, no lo haremos" le dije. "No lo haremos." Busqué mi teléfono, y lo abrí de un tirón y vi las tres

llamadas perdidas de May. Ella no había dejado un mensaje.

Pero sólo ver el número tres hizo que mi estómago se apretara, y tuve que luchar para no

vomitar. Traté de llamarlas a ambas, a May y June, pero sus teléfonos sólo sonaron y sonaron, el

sonido mas frustrante del mundo.

Julian y yo fuimos en silencio durante el minuto siguiente. Tenía la mandíbula apretada mientras

agarraba el volante, y puse mi cabeza en mi mano libre y traté de ver todo lo que habia pasado,

traté de conseguir algo nuevo, algo que me dijera que June estaba bien. Nos sentamos en una luz

roja durante tanto tiempo que pensé que era parte de mi visión al principio, pero cuando Julián

hizo un sonido impaciente y tamborileó con los dedos contra el volante, me di cuenta de que era

la vida real.

Y no había tiempo que esperar.

Antes de que Julián pudiera hacer nada, me quité el cinturón de seguridad y salí corriendo del

coche, dejando la puerta del copiloto abierta mientras corría por la calle oscura, más allá de

nuestra escuela secundaria, más allá de la tintorería de la esquina. "April, espera!" escuché Julian

gritar, pero quedó atrapado por el tráfico.

Seguia con el teléfono en mi mano, y marqué el 911 mientras corría.

"911, ¿cuál es su emergencia?"

"Old Topanga y Mulholland" dije, respirando con tanta fuerza que apenas podía entenderme a mi

misma. "Ha habido un accidente." Corrí más rápido, el frío aire de eucalipto se filtraba en mis

pulmones empujándome hacia adelante, los grillos cantando en algún lugar con un ritmo que

coincidia con mi ritmo vertiginoso. Vamos, vamos, vamos, yo cantaba en mi cabeza, tratando de

ver hacia adelante incluso cuando las visiones cubrian mis ojos. Llegar, llegar, llegar hasta allí.

June, June, June.

Yo estaba sin aliento en el momento en que llegué qu mi caja torácica se sentía como un

acordeón roto. El parque estaba oscuro, y me detuve en la entrada, sin aliento y tratando de

averiguar lo que estaba sucediendo. No había nada, ningún sonido que no sean grillos y ranas del

estanque y los sonidos muy alejados del tráfico.

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"¿Dónde está?", Exclamé en voz alta. "¿Qué está pasando?" ¿Era esto lo unico que había? ¿Yo lo

ahbia malentendido? Tal vez June había estado aquí y habia ido a la fiesta, y mi cerebro se había

equivocado con la visión. No me di cuenta que estaba llorando hasta que probé la sal en mis

labios, y giré en un círculo frenético, tratando de averiguar lo que había ido mal.

Fue entonces cuando vi a Blake y Avery.

Estaban de pie junto a la valla, ni siquiera a cien pasos de mí. Se estaba besando un poco, la

pequeña voz de Avery murmuraba por encima de todo. Su cabello era del color de la noche. En la

distancia, pude oír las sirenas hacia nosotros, las que yo había llamado.

"¡No!" Le grité a Blake y Avery. "No, no pueden!"

Miraron hacia arriba con la confusión, con los rostros de repente iluminados con la luz blanca, y

cuando miré por encima de mi hombro, vi el coche que venía hacia nosotros, sus luces ardiendo

en mis ojos. Podía ver las luces rojas, también, las luces de freno de los otros coches para dejar

pasar al coche, todas las luces perfectamente como yo las había visto en mis visiones, y de

repente lo entendí.

Yo estaba en el accidente. No June. Era yo.

Me levanté y vi que las luces se acercaban, demasiado paralizada para moverme.

Supongo que aun cuando tu puedes verlo todo, algunas cosas siempre serán una sorpresa.

Capítulo 23

De repente era invisible y corría. June

Si June y yo no moríamos durante toda esta aventura, entonces yo iba a matarla.

Mucho.

Ni siquiera se porque me metí en la parte trasera del carro. Todo lo que sabía es que Henry se

detuvo en el apartamento, y vi a June meterse en el carro.

De repente era invisible y corría, escabulléndome en el carro de Mariah a través de la ventana

abierta antes de que Henry siquiera notara que me había ido. El probablmente estaba

preocupado ahora, preguntándose a donde me habia ido. Genial, otro problema que añadirle a la

lista. (Además estaba super cabreada de ser invisible en el momento en que me deslicé en el

carro porque estoy segura que esa era una cosa épica estilo los Dukes de Hazzard.)

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Al menos pude ponerle el cinturón de seguridad a June, poniéndolo en su lugar mientras Mariah

se quejaba sobre algo. June lucía tan nerviosa como una ardilla, ojos grandes y nerviosos, y yo

sabía que algo andaba mal.

__¡El juró que no estaba engañándome! —sollozó Mariah mientras conducía—. ¡El me lo

prometió!

—Si Blake va a mentirte, entonces no vale la pena —dijo June, tratando de calmarla—. No lo

necesitas.

¿Todo esto era por Blake? Oh Dios mío, tienes que estar bromeando.

Pero Mariah estaba tan molesta que ni siquiera escuchaba, y tomó un profundo, tembloroso

suspiro y siguió llorando—. ¡De todas maneras, el lo pro-prometió!

¿Se estaba arrastrando Mariah ahora? ¿Había estado tomando? ¿Se podía volver peor?

June lucía afligida.

—Mariah —jadeó ella— ¿no estás embarazada, o si?

Entonces sí, se podía poner peor.

—¡No! —gritó Mariah, y tanto June como yo nos lanzamos contra nuestros asientos en alivio—.

¿Estas loca? ¡No, no estoy embarazada! Es solo... ¡él dijo que no se iría! No puedo… simplemente

no puedo. ¿Por qué los hombres se mantienen yendose?

La chica estaba llorando a lágrima viva, y a pesar de mi frío, frío corazón y el hecho de que

posiblemente ella estaba conduciéndonos a mí ya mi hermana pequeña directamente a nuestra

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muerte, no pude evitar sentirme un poco aturdida, al oír su pánico, al oír la voz de esos

sentimientos que estaban tan cerca de lo que yo también había pasado.

En realidad, mientras más pensaba en ello, más estaba segura de que esto no era acerca de Blake

ya. June estaba comenzando a darse cuenta de la misma cosa, podía decirlo. Ella siempre lucia

como si estuviese viendo una película cuando lee los pensamientos de la gente, y ahora ella veía a

Mariah, su perfil solo lucía triste.

—¿No hay ninguna casa en Cabo, cierto? —dijo June en un murmuro.

Mariah resopló y emitió un asqueroso sonido ruidoso, pero no respondió.

El auto se aceleró, pasando a través de una luz amarilla, y rogué hubiese un policía por ahí que

nos detuviera y parara este tren loco.

—Hey —dijo June—. Sabes, Mariah, esta bein. Todavía tienes a tu mamá. ¿cierto? Y Henry, el

todavía esta. El se apareció en la fiesta esta noche; eso debe significar que le importas.

—Que se jodan.

—Biiiiiieeeen —dijo June lentamente—. Tal vez eso no cuenta. Pero le gustas a un montón de

gente, Mariah. Les gustas, real, realmente les gustas, y lo sabes ¿verdad? —Cuando Mariah le

lanzó una mirada incrédula , June agregó—: yo lo hago, y por favor no me preguntes cómo ni por

qué.

Las palabras no funcionaron, y Mariah fue a toda velocidad hacia Mulholland, todavía llorando.

Ella había estado bebiendo mucho, me di cuenta. Me agarré a la parte trasera del asiento,

sintiendo el viento de la ventana abierta dejando que mi cabello se volviera una maraña, y me

eché a reír de los puros nervios. Solo yo podía escucharlo, sin embargo. Sonaba alocado y algo

histérico, y en ese momento es cuanto supe que estaba asustada también.

—Bien —dijo June, y ahora estaba balbuceando. Si yo me reia cuando estaba nerviosa, June

entraba en modo parlanchín—. Esta es la cosa, ¿conoces a mi hermana May? ¿La más flaca que

siempre luce enojada?

Mariah no respondió.

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Bueno, cuando nuestros padres anunciaron que se estaban divorciando, ella se lo tomó muy mal.

Ella se emborrachó con tequila, nuestros padres estaban muy preocupados, y luego mi papá se

mudó a Houston y le rompió una promesa, y realmente eso le dolió. Y algunas veces ella es

malvada porque es más fácil para ella mantener alejada a la gente que dejarlas entrar. ¿Eso tiene

sentido?

Mariah tragó saliva y asintió con la cabeza. Yo también

—Y ahora —la boca de June estaba temblando un poco, podía decir que estaba asustada y

tratando de ser valiente—. Bueno, me refiero, aunque ella es grosera, me vuelve loca, no tiene

algún sentido de la moda y se burla de mí por cada pequeña cosa, yo todavía la quiero. Ella es mi

hermana. Y yo sé que ella siente lo mismo por mí.

Algunas personas nos dejan, si —continuó June—. Y eso apesta. Pero algunas personas no se van,

y nunca lo harán. Y algunas veces están allí, pero simplemente tú no puedes verlas. Pero siguen

estando allí.

No podía creer cuan sincera y fuerte sonaba June. No. Podía. Creerlo. Ella tenía razón, ella tenía

tanta razón. Y de repente me sentí terrible por siquiera pensar en huir, por dejar a mi mamá y a

mis hermanas. El dolor era tan feroz que dolía, y tragué fuertemente y decidí que no iba a matar a

June después de todo.

En realidad, probablemente la iba a abrazar hasta aplastarla.

Y en ese momento vi que June y Mariah se habian volteado de sus asientos y me estaban viendo.

Los ojos de June eran enormes, absolutamente enormes en su cara. Y yo miré hacia abajo y vi mi

cuerpo.

—Oh —dije—. Hola.

—Hola —dijo June—. ¿Cómo… como te?

—¿Qué demonios? —jadeó Mariah.

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—¿April también esta aquí? —dijo June, luciendo confundida.

Miré alrededor.

—¿Parece que estuviese aquí?

Junio ladeó la cabeza hacia un lado, con el ceño fruncido.

—Pero yo puedo oírla. —Y entonces sus ojos se desviaron de golpe hacia adelante, mirando por el

parabrisas—. ¡No! —gritó ella, y yo seguí su mirada y vio a Abril de pie en las luces de nuestras

luces, con el cuerpo congelado, Avery y Blake a unos pocos metros, todos mirandose el uno al

otro en horror. Mariah gritó, tratando de pisar el freno, pero ya era demasiado tarde.

—No —susurró June—. April.

—¡No esta chica! —había gritado a April el día en que casi golpeé a Avery con el carro. Podía

escuchar las palabras en mi cerebro, como si todavía estuviese diciéndolas.

No esta chica.

Probablemente me tomó menos de un segundo arrojarme en el asiento del conductor y agarrar el

volante, pero se sintió como horas, incluso días. Todo lo que podía escuchar era a Mariah gritando

en mi oído, y presioné el freno con fuerza, pisando su pie con ello. Tiré el volante a la derecha, y

luego hubo chillidos y gritos, y oí tanto a Abril y a June gritar— ¡May! -- —antes de que todo se

detuviera.

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Capitulo 24

"No podía imaginar dejarlas ir nunca" June

Por un momento, pensé que estabamos muertos. Todos nosotros.

Y entonces mi cabeza empezó a doler, y me di cuenta de que si yo estuviera muerta,

probablemente no tendría la madre de los dolores de cabeza.

El aire olía como a frenos, el sonido de arrastre seguia tan fuerte en mis oídos que les hacia daño,

también. Cuando abrí los ojos, vi el tablero y mi hermana May inclinada sobre mí, su aliento

caliente en mi cara. Ella se había visto como un guerrero maldito cuando cogió el volante, faros

iluminando su cara mientras ella condujo el coche lejos de April y Blake y Avery. May seguia

mirando de esa manera, los ojos salvajes y determinado.

"¿Junie?" ella estaba preguntando "¿June? ¿Estás bien?"

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"Sí" dije lentamente, porque yo lo estaba. Me dolía un poco la cabeza, pero no me había

golpeado. Mis piernas seguian moviendose, y lo que sea que habíamos golpeado, no lo habíamos

golpeado tan fuerte.

Yo estaba bien.

"¿Donde está April?" Pregunte de repente. "¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Dónde está Mariah?"

Pero Mariah se había tambaleado ya fuera del coche en estado de shock, mirando la escena del

accidente, en el faro derecho arrugado a causa de May cuando condujo el coche en el

estacionamiento de grava y se deslizó en la valla de madera. Mariah se veía bien, también, sólo

sorprendida.

"April está bien", me May. "Estoy bien, también. Mira, ella está allí. Ella está bien. Ella se ve nerd

como siempre. Vamos, June, está bien ahora, no llores"

"No estoy llorando", le dije automáticamente, pero lo estaba. No me había dado cuenta hasta que

May lo dijo.

Subí con cautela por el asiento del pasajero, abriendo la puerta del coche y sosteniendolo

mientras May salia detrás de mí. En el momento en que ella estaba fuera, me lancé hacia ella,

lanzando mis brazos alrededor de su cuello, apretandola tan fuerte que temí romperle las

costillas. Yo pensaba que me alejaria o que haría algún comentario sarcástico que involucra mi

elección de excursiones locales nocturnas, pero en su lugar lo unico que hizo fue abrazarme, y ahí

fue cuando me di cuenta de que May estaba llorando, también.

Podía oír unos fuertes pasos hacia nosotras, haciendo crujir la grava, y di un paso atrás el tiempo

suficiente para que nosotros pudiéramos agarrar a April y atraerla hacia nosotras. Ella estaba

llorando, con lágrimas irregulares y entrando en pánico mientras se aferraba a nosotras. Abracé a

mis hermanas, y ellas se ajustaron a mis costados como dos piezas de un rompecabezas que

nunca encajarían en ningun otro lugar. No me podía imaginar nunca dejarlas ir otra vez, como el

dejarlas ir sería como perder una de las mejores partes de mí misma.

Nos quedamos allí por unos minutos, llorando entre nosotras como las sirenas haciendose mas

fuerte a la distancia, y finalmente miré hacia arriba lo suficiente como para decir: "¿Hay alguien...

?"

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"No" dijo April, hipando un poco "No, todos están bien. No atropellaste a nadie. Hasta el coche

está bien. Solo se rompió uno de los faros"

"May agarró la rueda" le dijo cuando May asintió con la cabeza. "Ella no estaba allí y entonces ella

estaba" Yo estaba llorando otra vez, unas enormes lágrimas que estaban probablemente creando

ríos de rimel en mis mejillas. "¡Lo siento!"

Lloré. "Nunca debí haber salido con Mariah! Yo- yo no sabía, pensé que estaríamos bien!"

"No, no" dijo April, y hasta May empezó a sacudir la cabeza. Nos miramos entre nosotras, y todas

nos empezamos a dar cuenta de lo que había sucedido, lo que estaba pasando en este momento.

"Junie Bee" May dijo finalmente "Yo no habría estado en el coche si tu no hubieras estado en él"

Resopló y me di cuenta de lo que May estaba hablando. "Así que Mariah podria haber

golpeado..."

May asintió con la cabeza y se secó la cara con la manga de su camisa.

"Si te hubiera detenido de salir esta noche" dijo April, con voz temblando por la idea "Blake y

Avery y Mariah, ellos podrían..." Asentí con la cabeza a través de mis lágrimas, abrumada por todo

lo que había sucedido. "Y si a May no le fuera tan mal en historia de Europa, entonces no habría

conocido a Henry y él no la habría llevado a la fiesta y... y..." May se rió un poco a través de sus

lágrimas. "Gracias, June??" dijo. "Pero estoy aprobando historia ahora. Una razón más para que

me guste Henry" Miré sobre el hombro de April y vi a Blake y Mariah juntos, no hablando pero

tampoco llendose. Mariah seguia llorando.

Pero como sea, ellos estan vivos.

Me agaché y utilize la manga de April para limpiar mis ojos. Ella me dejó. "Pensé que habias visto

que iría a la fiesta" sollocñe "Quiero decir, no me hubiese gustado, pero creo..."

"Besé a Julian" dijo de April, y las dos May y yo la miramos "No las estaba viendo a ustedes dos

porque le estaba besando. Bueno, casi lo besé. Estaba cerca"

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Sollocé un poco "¿Qué tan cerca?"

April me dio una sonrisa temblorosa, llorosa. "Digamos que todo ocurrió exactamente como se

suponía que sería"

Las sirenas estaban a sólo unas cuadras de distancia ahora. April había llamado al 911, podría

decir "Lo juro" le dije a mis hermanas, "a partir de ahora, no voy a pretender que lo sé todo solo

porque puedo leer las mentes. Esos días han terminado"

"Y yo no voy ser una loca protectora" agregó April, aunque seguia temblando un poco.

"Sí, en serio" le dijo May a ella "Eso no funcionó muy bien"

"Y tú" le dije a May "Tu no te puedes ir"

Ella asintió con la cabeza, pero no habia terminado. "Lo digo en serio" le dije. "Tienes que

quedarte con nosotras" Sólo la idea de que May no esté a mi alrededor es nauseabundo, y me

aferré a su codo. "En serio. Nosotras te necesitamos"

"Está bien" dijo en voz baja. "Lo sé. Lo entiendo"

"¿Te ibas a ir?" preguntó April, mirando me a mi y luego a May "¿Estás bromeando?"

"Yo no me voy" suspiró May "Fue una idea estúpida. Lo unico que voy a dejar es el tipo

superfreaky sobrenatural. Pero ¿sabes qué?" Dijo. "Nadie puede decir nada malo sobre mi forma

de conducir nunca más"

"Hecho" le dije, y luego vi las luces rojas venir por la calle, justo como April había dicho que

harían.

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Capítulo 25

“Corriste como alma que lleva el diablo”. April.

Llevó tres policial y dos paramédicos determinar que la la valla que rodeaba al parque se había

llevado la peor parte del accidente. May había sacado del camino el Corolla tan bien que si no

hubiera sido por el faro roto, se podría pensar que ella había tenido la intención de aparcar el

auto así. El impacto fue tan bajo que los airbags ni siquiera se habían desplegado del coche. ( ¿Es

que esa hojalata podía tener airbags? —me susurró May, y tuve que admitir que no lo sabía.)

Blake lucia muy nervioso siendo interrogado por la policía, pero la verdad era, que había estado

de pie en una cerco cuando un coche casi le golpeó. Ser un idiota y engañar a su novia no era

ilegal.

Desafortunadamente.

Mariah todavía era un desastre, temblando y llorando mientras uno de los oficiales trataba de

hablar con ella. El no lucia muy feliz con ella y estaba muy segura que tenía que ver con el hecho

que ella estaba semi-tomada y tenia quince años.

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—Oh, jesus —dijo June en voz baja—. Debería … ¿ella va a estar bien?

Asentí. Hasta donde podia decir, Mariah iria al instituto la próxima semana, lucienco cansada y

cabizbaja pero todavía estaba allí. Habría una audiencia, multas y desde luego no ví su licencia de

conducir en un corto plazo en el futuro de Mariah.

—Creo que ella va a estar bien —le dije a June—. No de inmediato, pero lo estará.

June caminó hacia Mariah, puso un brazo alrededor de su hombre y comenzó a hablar con ella.

Mariah escuchó y asintió, y podía medio escuchar su conversación.

—Confia en mi —dijo June en algún punto— la verdad es el mejor camino a seguir. No me refiero

a esta noche.

May estaba parada cerca del carro, hablando con otro oficial.

—No lo sé —estaba diciendo ella—. Me refiero, vi Rápido y Furioso un par de años atrás. Eso

probablemente ayudo un poco.

—¡April! —gritó alguien de repente, y cuando miré alrededor, vi a Julian corriendo hacia mí, con

su carro parqueado al azar en el camino. El lucia asustado y confuso mientras las luces rojas

rebotaban en su rostro, al igual como yo lo había visto. Las luces estaban encima de June,

también, el resplandor rojo iluminándola mientras lucia preocupada por Mariah.

Era mi visión, solo ahora lo entendí. Julian estaba aquí por mí, no porque quisiera herir a June sino

porque se preocupada por mí.

El estaba tratando de protegerme. Camine hacia él con mis piernas sintiéndose como gelatina, y

cuando estuve lo suficientemente cerca, el se estiró y agarró mis brazos.

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— ¿Estás bien? —dijo con voz entrecortada—.¡No estaba seguro por cual camino te habías ido!

¿Están todas bien?

Asentí con la cabeza y luego me colgué de sus antebrazos, estabilizándome.

—Corriste como alma que lleva el diablo —le dije—. Gracias.

Le di un rápido resumen, omitiendo las partes en que May había sido invisible en el asiento

trasero de un auto, que June había usado sus habilidades de lectora de mente para calmar a

Mariah, y yo había predicho (por lo menos un poco) toda la cosa. Me imaginé que lo que él no

supiera no le haría daño.

—¿Entonces todo el mundo esta bien? —preguntó el.

—El foco derecho no lo logró —dije—. Pero además de eso, si. Estamos bien.

—Espero que sepas que me espantaste.

—A ambos —respondí, y luego envolví mis brazos alrededor de su cintura y lo apreté—. Estoy feliz

de que estés aquí —dije dentro de su camisa—. Incluso si te estoy estrangulando como una boa

constrictor.

—Estrangulame —dijo el, acariciando mi espalda—. No voy a ningun lado.

Despues de un minuto o dos, un policía vino hacia nosotros. Ya habia hablado con otro oficial,

pero la historia no era tan complicada. Todo lo que realmente habia hecho era pararme allí. May y

June habían tenido la carga pesada.

Me separé de Julian y me apoyé a su lado, mis rodillas estaban todavía un poco inestable, cuando

el policía habló.

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—¿Está bien, joven? — su tarjeta de identificación decía Sargento Beauford. Que sonaba a

francés. Estaba segura de que a May le gustaba ya.

—Estoy bien —dije—. Solo estaba parade alli. ¿Alguien salió herido? —ya sabia que mis hermanas

estaban bien, pero esperaba que tal vez una pieza del foco le hubiese caído a Blake y le hubiese

provocado una cicatriz tipo el Fantasma de la Opera.

— No, no lo parece. Los otros testigos… —señaló a May, June, Mariah y Blake —dijo que el

conductor se desvió para evitar al joven y a una chica.

—Si, Avery —dije.

—¿Puedes describírmela?

—Si, ella esta justo… —miré alrededor pero no la vi—. Juro, Oficial, que no me golpee la cabeza.

Ella estaba allí. La vi. Ella tiene cabello negro y sus ojos estan un poco … — abrí mis ojos, tratando

de imitar como Avery lucía cuando estaba en medio del camino de un vehículo en sentido

contrario, una mirada que yo conocía muy bien.

El simplemente hizo una nota y asintió.

—Quizás ella huyó. No se preocupe, contactaremos al instituto, obtendremos alguna información

de ella.

—¿Estan todos los demás bien? —Pero la verdad era, que solo quería ser política. Sabía ya que

todo iba a estar bien. No habría salas de emergencia debido a que nadie siquiera había golpeado

en la cabeza. La gente solo estaba conmocionada, y Mariah estaría detenida por manejar ebria y

tendría que cumplir con ayuda sobre el alcohol y trabajo voluntario. (Ninguna molesta cicatriz

para Blake tampoco, lo que era patético.) La jerga jurídica era muy enredada para hablar de ello, y

honestamente, no me importaba ya. Mis hermanas estaban a salvo. Eso era todo lo que

importaba.

Despues de que el policía se alejó, me volteé hacia Julian.

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—Hey —dije.

—Hey —respondió el, poniendo mi cabello detrás de mis oídos.

—Nos interrumpieron anteriormente esta noche.

Julian quizás podía estar sonrojado, pero era difícil decirlo debajo de las luces rojas.

—¿Oh, de verdad ¿En cual parte? Recuerdame.

Me coloqué un poco más erguida y puse mis brazos alrededor de su cuello, conduciendo mi cara

hacia la de él.

—En esta parte —dije—. ¿Te parece conocido?

—Mmm, casi —bromeó—. ¿Tal vez un poco más cerca?

Sonreí contra él, con nuestros labios finalmente tocándose. No soy la Señorita Experiencia, pero

fue bueno. Muuuucho mejor que bueno. Julian olía bien, y cuando puso su mano en mi hombro,

él llenó toda mi visión mientras las luces rojas finalmente se desvanecieron.

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Capítulo 26

Prometeme que no enloquecerás. May.

No llegamos a casa hasta casi medianoche , y en el momento en que lo hicimos, todo lo que

quería era acurrucarme en la cama y dormir hasta navidad.

Mi mamá no había parado de abrazarnos desde e minuto en que ella llegó a la escena del casi-

accidente. Incluso ahora mientras caminábamos a la casa desde el garaje, ella estaba abrazando a

April y agarrando a June con ella, su cara hinchada de llorar.

—Mamá, estamos bien —dije, pero todo lo que hizo fue agarrarme de nuevo. Era difícil pasar por

la puerta así, pero las cuatro nos las arreglamos para escurrirnos a través de ella.

Sabia que June estaba recibiendo lo peor de los miedos de mamá, y finalmente tuve que apartar a

June de ella y decir:

—Ve y lávate la cara, esa cosa Dios te hace ver como una araña —y me dio una gran mirada

agradecida mientras se desenlazaba de mamá y subía por las escaleras.

—Mamá, realmente estamos bien —estaba diciendo April por millonésima vez—. De verdad.

Estamos bien.

—Quiero estrangular a ese Blake —murmuró mamá. Estaba comenzando a pensar que Blake

quizás estuviese más seguro en la cárcel que en la calle donde mi mamá pudiese encontrarlo—.

Cuando pienso como dejó a June en esta fiesta…

—Si te hace sentir mejor —le dije— puedo golpearlo en las pelotas por ti.

Mi mamá se pausó y me miró. Espere por el inevitable discurso “la violencia nunca es la

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respuesta”, pero todo lo que dijo fue—: ¿Cuan fuerte?

Sonreí.

—Muy fuerte. Puedo incluso golpearlo en…

—Lo que importa ahora —dijo April, cortándome antes de que pudiera decirle exactamente a

mamá que quería hacerle a Blake— es que estamos bien. June está bien, todos están bien, y

probablemente todas deberíamos ir a dormir.

Mi mama abrazó a April extra-fuerte antes de besarla en la cabeza y dejarla subir. Comencé a

seguirla, pero mi mamá me agarró de nuevo y me sostuvo por la parte arriba de mis hombros,

dejándome con los brazos extendidos.

—May —dijo mientras sus ojos se le llenaban de lágrimas— ¿por qué hay un bolso de viaje medio

empacado en la puerta del frente?

Parecía hace cien años atrás, pero cuando miré alrededor, el bolso estaba todavía allí, con su viaje

a Houston de repente cancelado.

—Yo solo… —comencé a decir. Pero luego mis propios ojos comenzaron a llenarse de lágrimas

también, y casi dolía hablar—. Solo era una mala idea —me las arreglé para decirle a mi mamá—.

Solo quería estar en algún lugar, pero ahora quiero estar aquí. Voy a estar bien, mamá. Esta

mejorando. Estoy mejorando.

Ella todavía estaba apretando mis brazos, casi haciendome daño, pero no me importó. Se sentía

real. Me recordó que yo estaba allí.

—Eres muy, muy importante para mi —dijo mi mamá finalmente—. Y eres muy, muy importante

para tu papá y tus hermanas, también. Sé que han pasado muchas cosas últimamente…

—Para decirlo suavemente.

—…pero eso no cambia cuanto nos importas y cuanto te amamos. Nada cambiará eso. —Ella me

agarró más fuerte y sostuvo mi mirada—. ¿Está claro?

La garganta me dolía.

—Sé eso —dije—. Simplemente se me olvidó por un momento.

Ella me abrazó entonces, besando mi cabello muchas veces.

—Bien —dijo—. No lo hagas de nuevo.

—No lo haré.

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Nos paramos allí por unos minutos, abrazándonos. Toda esta lloradera me estaba comenzando

hacer sentir anegada, y si el timbre no hubiese sonado, probablemente hubiese tenido que

exprimirme como una toalla mojada.

—¿Quién esta tocando el timbre a esta hora? —preguntó mi mamá, soltándome lo suficiente para

secar sus ojos.

—¡Es Henry! —dijeron April y June en un coro desde arriba. Por supuesto que sabían quién era.

—Probablemente debería abrir —dije—. El me llevó a la fiesta esta noche. Debería ver si está

bien.

Mi mamá asintió, y fui a la puerta principal, abriéndola para ver a Henry parado en el porche.

—Hola —dijo él, cuando me vio—. Sé que es tarde. Solo quería asegurarme de que estabas bien.

—Sí, estamos bien —dije, mientras June bajaba, con su cara limpia de lo que probablemente sería

un rímel de cien dólares—. Mi mamá está muy alterada, sin embargo.

—Si, se a lo que te refieres —dijo el—. Creo que Mariah va a estar encerrada en su cuarto hasta

que cumpla treinta. Hola June.

—¿Qué pasó amigo? —dijo ella—. Gracias por llevar a la fiesta a mi hermana esta noche. Eres

como un superhéroe indirectamente.

Henry sonrió y se sonrojó.

—No lo sé —dijo el—. Probablmente luciría terrible en una malla. ¿Cómo estas?

June se encogió de hombros y se recostó en mi hombro.

—Estoy bien —dijo ella—. Pero estoy castigada como por dos meses por escabullirme a la fiesta.

—¿Qué? —dije—. Mamá nunca dijo…

—Créeme—interrumpió June—. Estoy castigada. April lo confirmó.

—Entiendo.

—Y no te preocupes mucho por Mariah —le dijo June a Henry—. Ella esta superando a Blake

ahora.

—¿De verdad?

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—Ella preferiria tomar agua estancada que verlo de nuevo —aclaró June, y sabia que no estaba

inventando nada—. Si se me permite en algún momento usar el teléfono o la computadora otra

vez, dile que le hablaré luego. Oh, y…. —de repente paró de hablar, lo cuando era muy

equivalente a ser testigo de un milagro, y ella solo sonrió y se despidió con la mano—. Nos vemos

luego Henry —dijo ella—. Gracias por ser tan genial.

Solo suspiré mientras subía de nuevo.

—Normalmente, quisiera ahorcarla —le dije a Henry, saliendo al porche conel—. Pero hoy tiene

pase libre.

—¿Solo por esta noche?

—Bueno, probablemente por el resto de su vida —admití, luego miré a mis pies—. Uh, todavía no

te he dicho gracias todavía, sabes, por llevarme a la fiesta y…

—¿Estas bromeando? —dijo Henry, riéndose un poco—. May, vine hasta acá para decirte gracias.

Mariah me dijo lo que pasó.

—Um, si, acerca de eso. ¿Qué te dijo exactamente?

—Que tu habías estado en el asiento trasero todo el tiempo. Ella debió haber estado muy

borracha porque ni siquiera te vio, pero June dijo que tú estabas allí. May, te metiste en el carro

tan rápido que nunca te vi moviéndote, y si no hubieses estado allí… —la voz de Henry se apagó,

pero entendía. Ahora que la adrenalina había desaparecido y la vida real cobraba vida, era difícil

pensar lo que hubiese pasado.

—Lo sé —le dije, y me miró y sostuvo mi mirada por un minuto. Su cabello no lucia tan estúpido

ya, no cuando estaba tan cerca de mi. Y sus labios eran agradables también. Me refiero, no es que

estuviese viendo a su boca o algo asi, pero ellos eran agradables, de la manera en como unos

labios podían lucir.

Al principio pensé que la sensación de mariposas revoloteando era porque estaba desapareciendo

de nuevo, pero cuando miré hacia abajo para comprobarlo, todavía estaba aquí por completo. Ni

un dedo se había desaparecido. Y luego miré de nuevo a Henry y me di cuenta que las mariposas

eran por algo completamente diferente.

La boca de Henry estaba más y más cerca de la mía, y justo cuando estaba a punto de besarme,

susurré:

—Henry, si algo raro pasa, prométeme que no enloquecerás.

—May —susurró de vuelta— si todavía no me he enloquecido esta noche, probablemente no lo

haga.

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—Buen punto —dije, y luego su boca estaba con la mía, y sentía que estaba desapareciendo de

nuevo, volviéndome una persona completamente distinta, y al mismo tiempo manteniéndome

aquí donde pertenecía.

Cuando retrocedió, sonreí como una imbécil.

—Lo siento —dije—. Eso fue… um… si.

—¿Estuvo bien? —preguntó Henry, con un ligero rubor formando sedebajo de sus pecas. Me

sorprendí al descubrir que tal vez estaba nervioso también.

—Mejor que bien —admití—. No te preocupes, las clases particulares de historia europea y la

promoción de Stanford, son como, la menor de tus habilidades.

—¿De verdad?

—Oh, si.

Henry sonrió y luego me besó de nuevo antes de alejarse. Toqué mi boca rápidamente, para

segurarme de que mis labios estaban todavía allí, y luego hizo sornar las llaves de su coche—.

Probablemente debería volver a casa —admitió—. Tenía que hacer eso primero.

—Buena idea —acordé—. Ambas partes.

—Bien. ¿Te veo mañana?

—Seguro, si. —No era muy capaz de decir grandes palabras en ese punto, pero espero que la

estúpida sonrisa en mi cara le dijera cuan feliz estaba. Juzgando por la estúpida sonrisa en su cara,

así era.

Mi mamá estaba en su baño, cepillándose los dientes y preparándose para ir a la cama. April

estaba en cuarto, escribiendo algo en su computadora, y luego alzó la mirada cuando me asomé.

—¿Sabias que…? ¿Qué Henry iba, uh…? —le pregunté.

—Solo hace unos treinta minutos o algo así.

—Oh. —Pero todavía estaba sonriendo, y desde su cuarto, podia escuchar a June riendo

felizmente a sí misma.

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Capítulo 27

¡Entonces yo os desafío, estrellas! June.

Para el martes, se había corrido el rumor que había estado en una situación muy emocionante. No

sé cómo la gente se enteró, pero lo hicieron, y me pasé la mayor parte de la mañana del martes

explicándole a la gente de que sí, que eraaterrador, y no, nadie murió, y que sí, que Blake estaba

totalmente engañando a Mariah, y que no, no podía ir por café a darle los gloriosos detalles

porque estaba castigada y casi me iban a encerrar en una torre por el resto de mi vida

adolescente.

—Dos meses —habia dicho mi mamá—. Nada de teléfono, ni computadora al menos que sea para

la escuela, nada de correos, nada de chat, nada de iPod, nada de comprar —mi mamá pensó por

un minuto—. ¿Qué más? ¿Quité toda la tecnología? ¡Oh, espera! Tampoco mensajes de texto.

Creo que es todo.

Los padres podían ser tan tiernos a veces.

Otra cosa era nueva: Realmente podía escuchar a April y May ahora, incluso a través de los

pasillos o los salones de clase. Era como si estuviéramos sincronizadas en la misma frecuencia, y

podía prenderlo y apagarlo cuando quisiera. (Se supone que no debo, y es como, totalmente fuera

de toda ética. Pero quería seguir metiéndome en sus pensamientos todo el martes. Supongo que

solo quería asegurarme que ellas estaban allí.) Podía escuchar a todo el mundo también, por

supuesto, pero podía bajar el volumen hasta que solo fuese un silencioso sonido. Y entonces era

agradable. Me di cuenta que controlar mi poder era en cierta medida fácil, solo tenía que

enfocarme en mis propios pensamientos, y todo el mundo se bajaba de decibeles, como una

música de fondo cuando están en el dentista.

Avery no regreso a la escuela ese día tampoco. Circulaban rumores acerca de donde estaba, y se

volvió ridículo en todo el cuarto período, cuando alguien lanzó la idea de que había sido

secuestrada por extraterrestres. Quiero decir, no inventes. ¿Muy original? Tampoco volvió el

miercoles, y para el viernes, estaba segura que había abandonado permanentemente la escuela o

habia sido enviada a un internado. Traté un par de veces encontrar sus pensamientos, pero ella se

había ido para siempre. No podía escuchar nada.

Hablé con mis hermanas acerca de ello una noche. Hablábamos mucho más, mayormente porque

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estaba encerrada y no tenia con quien más hablar.

Todavia eramos unas frikies, no puedo mentir, pero era agradable. May incluso me dejó pintar sus

uñas, y cuando se las arregló para elegir el peor de los colores (un negro metálico llamado

“Telaraña”, iuu) no dije nada. Es bueno que ella no sea una lectora de mentes.

—Entonces —le dije a April una noche cuando May estaba tendida en su cama leyendo “El

Hombre Invisible” y April estaba inclinada sobre un proyecto de matemática en su escritorio—.

¿Sabes que es extraño?

—¿Las dos semanas pasadas? —ofreció ella.

—No —dije—. Bueno, si, eso. Ha sido loco. Pero ahora estaba pensando acerca de ayer, ¿cuando

mamá estaba llevándome al ortodoncista? ¿Qué si May nunca hubiese casi-atropellado a Avery

con su carro?

May bajó su libro lo suficiente para mirarme.

—¿No acordamos que nadie se burlaría nunca más de mis destrezas para conducir?

—No me estoy burlando —le dije—. ¿Pero qué pasa si nunca la hubiésemos visto? ¿Crees que

hubiesemos sido todo un desastre?

April se rio.

—Probablemente.

—Pero no lo sabemos —dije—. ¿Qué pasa si no la hubiesemos visto y todo hubiese sido normal?

Ni siquiera puedo recordar como lucia.

—Esa es tu mente siendo gentil —dijo May sin bajar el libro esta vez—. Ella era un bestia

psicópata. Déjalo ir.

—Creo que ya lo hice —murmuré, pero nadie me escuchó.

En el momento en que llegué a clase de Inglés el siguiente martes por la tarde, estaba devastada.

También estaba algo triste porque Mariah no estaba allí, ya que había sido mi amiga. Y ahora me

sentía como una isla solitaria sentada sola en el medio del salón de clases. April había jurado que

Mariah estaría de vuelta la próxima semana, pero eso no era de mucho consuelo un martes.

—Muy bien cuerpos —dijo la Sra. Ames. (Ella siempre nos llama “cuerpos”, lo cual pienso que es

extraño y probablemente demuestra que tiene problemas y necesita trabajar en ellos en terapia.)

¿Todos tienen su copia de Romeo y Julieta asumo?. —Ella ondeó su copia del libro—. ¿Y todos

han hecho sus tareas de lectura?

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Lo habia hecho en realidad. Ahora que estaba prácticamente encerrada en mi cuarto excepto para

ir a la escuela, tenia un montón de tiempo para ir a la escuela. Un montón. Romey y Julieta es

genial, pero ayuda que haya visto la película, la genial donde Mercucio tiene un vestido de

travesti. En realidad, creo que Julieta debió salir con él porque Romeo era un absoluto idiota por

no comprobar si ella estaba muerta antes de matarse. Mi novio ideal al menos trataría de buscar

el pulso. (¡Pon un espejo debajo de su nariz! —había gritado en esa parte del libro.)

Estaba sacando mi cuaderno de espiral con la cubierta brillante color púrpura (no se pongan

celosas) cuando Caitlin, la chica sentada a mi lado, susurró a través del pasillo.

—¡Psst! —dijo—. ¡Hey! ¿Eres June, ¿verdad?

Alcé una ceja, esperando lucir como una de esas estrellas misteriosas del cine mudo en esas

películas aburridas que mi papá solía ver en el cable.

—Si —dije—. Soy yo.

Ni siquiera tuve el chance de poder leer su mentes antes de que Caitlin continuara hablando.

—Bien —dijo ella—. ¿Mira, puedo preguntarte algo?

Estaba totalmente preparada para decirle donde compré mi libreta, o mis zapatos, o mi volso,

cuando ella agarró su copia de Romeo y Julieta y preguntó—: ¿Entendiste algo de esto?

Pasé por su mente rápidamente, sólo para asegurarse de que no estaba actuando como tonta a

propósito. Pero no, ella estaba completamente confundida. Casi me confunde mirar sus

pensamientos.

—Mmm, sí — dije—. Me gustó. Es bueno. Especialmente la parte donde Mercucio muere

porque…

—¿El muere? —Caitlin hojeó el libro—. ¡Ni siquiera entendí la parte donde se muere!

Dudé por un segundo y luego dije—: Bueno, si quieres podemos ponernos juntas , estudiar,

compartir o algo…

—¡June! —chilló la Sra. Ames desde el frente de la clase—. ¡Quizás quieras responder mi

pregunta! —Cas-pitas.

—¿Mmm, podría repetirme la pregunta, por favor? —pregunté.

La Sra. Ames suspiró pesadamente.

—Dije, ¿qué dijo Romeo cuando escuchó que Julieta había muerto?

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¡June quiere estudiar conmigo!

Los pensamientos de Caitlin eran tan felices que era como ser atacada por escarcha, pero eso no

importaba porque mis pensamientos eran bastante entusiastas también. ¡Ella pensaba que yo era

lista! ¡Ella quería estudiar! ¡Conmigo! April se iba a morir completamente cuando le dijera acerca

de esto, y me pregunté si ya lo había visto venir.

—¿June? —pidió la Sra. Ames—. Estamos esperando. ¿Qué dijo Romeo?

Sonreí a mi misma y me senté derecha en mi silla.

—El dijo “”Entonces yo os desafío, estrellas!”

¡Ya lo creo!

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Capítulo 28

“Realmente voy a extrañarte”. April.

Un mes despues…

—¿Alguien sabe donde puse mi bolso? —se apresuró a través de la cocina y hacia el comedor,

mirando por encima de cada superficie disponible—. Lo tenía esta mañana y ahora… —revolvió

un montón de ropa en las escaleras, luego dio vuelta en círculo—. June, cariño, ¿lo has visto?

—Mamá, no es como si pudiera leer la mente del bolso o algo así. —June sonó divertida y solo me

sacó la lengua cuando le disparé una mirada de advertencia. Ella se jactaba con todos esas frases

de doble sentido acerca de su habilidad de leer mentes. June solo habla ahora de los poderes

especiales, convencida de que cada persona que conoce tiene una rara habilidad. Por un

momento, incluso pensó que Avery era como nosotras.

—La semana pasada, pensaste que el chico en el supermercado era un enciendefuegos —le

recordé cuando sacó a flote esa idea—. Y es mejor que no le digas a May tu ridícula idea o se

volverá hecha una furia. —No mencionó la parte en donde habia visto a Avery viviendo a veinte

minutos lejos de nosotras. Personalmente no quería hablar más de ella.

Pero supongo que esas teorías eran más interesantes para June que hacer su tarea de algebra en

la mesa de la cocina. Esa era casi el único lugar al que se le había permitido ir por el mes pasado.

Algunas veces Henry traia a Mariah y ella y May hacían la tarea juntas. Supongo que Mariahse

había puesto en los carriles y terminó con Blake la noche del accidente. Ella todavía no era mi

persona favorita, pero June solo decía—: Ella tiene defectos como el resto de nosotros —y ese era

un punto difícil de debatir.

Además de eso, ya sabía que Mariah se iba a graduar en tres años e iba a ir a la UCLA, asi que

realmente, no podía odiarla tanto.

—No, se que no puedes leer la mente del bolso cariño —le decía mi mamá a June—pero juro que

estaba… ¿Dónde esta May? ¿Tal vez ella lo ha visto? ¡May!

—¡Estoy arriba, mama! —escuché a May gritar desde su cuarto. Ella realmente era muy buena en

no caminar por la casa invisible y darle a todo el mundo un ataque al corazón, pero algunas veces

se le escapaba. La última vez fue cuando las tres tuvimos noche de películas. June y yo estábamos

sentadas en el sofá, y de repente May estaba allí, también.

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Todavía estamos encontrando las palomitas de maíz en los cojines cuando June gritó de sorpresa

y volcó las palomitas de maíz en el aire. Pero May cada vez mejoraba en no desaparecer delante

de todo el mundo, literal y metafóricamente hablando. Ella también está tratando de formar un

equipo de lacrosse, lo cual, bueno, seguro. Lo que sea que funcione para ella. No hago muchas

preguntas porque ella parece mucho más feliz ahora. Cuando la Gran Búsqueda del Bolso

continuó, corrí hacia mi cuarto, alistándome para salir con Julian. Ya sabía que iba a retrasarse

ocho minutos, asi que tenía unos pocos minutos de sobra. Es difícil salir con alguien que le pone el

“punk” a la punctualidad, pero estaba mejorando en manejarlo.

—¡No te preocupes, mamá! —grité—. ¡Probablemente lo encontraras luego esta noche! Siempre

lo haces.

Su cara de repente apareció al final de la escalera.

—¿Lo has visto?

—No, pero nunca lo has perdido antes. —Ella y Chad tenían su tercera cita en el camino, y ya

había colado toallitas en el bolsillo lateral del bolso antes de que desapareciera. (Digamos que

habría un incidente con un poco de sopa caliente y amarga.)

—¿Asi que a donde tu y tu Amado iran hoy? —preguntó May desde su cuarto, donde estaba

ocupada añadiendo fotos de Paris a su scrapbook. Ella debía tener cientos ahora, lo cual hacia la

visión que tuve esa mañana más difícil.

—Solo al cine y a cenar —dije—. O quizás vayamos a las Vegas y nos casaremos. No lo sé … las

visiones están muy confusas.

—J aja —dijo May, mirándome por encima de su laptop—. Asegurate de que Elvis te case si es el

caso. Ve a lo grande o vuelve a casa. Eso es lo que dicen en Texas.

May tenia un monton de conocimiento acerca de Texas, ahora que ella había pasado una larga

semana con nuestro papá yendo hacia Austin y comiendo barbacoa.

—Hey, asi es en Texas —convine, luego me hundí en la cama al lado de ella, mirando mientras

copiaba y pegaba por unos pocos minutos.

—¿Que pasa con la cercania de hermanas? —preguntó ella.

—Nada —dije y suspire—. Solo que realmente voy a extrañarte.

May rodó los ojos.

—Tierra llamando, acabo de volver. Y ya te va a ir por cinco horas con tu juguete. Estoy segura

que lo superaras.

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—No ahora. Me refiero después. Cuando estemos más viejas.

Ella frunció el ceño—. ¿A que te refieres?

—Me refiero a cuando vivas en Paris.

May me miró y luego sonrió con la mayor sonrisa que he visto en ella.

—¿De verdad? —dijo ella—. ¿Realmente en serio?

Asentí, y se me hizo un nudo en la garganta cuando fui a abrazarla.

—Es realmente lejos —susurré.

—Es solo un océano —susurró de vuelta—. Es solo agua salada. Tenemos la sangre de nuestro

lado ¿no?

—Por supuesto —la abracé mas fuerte, sin embargo.

—¡AAAAAAPRIL! —gritó June—. ES JUUUUUUUUULIAN.

—¡Lo sé! —grité de vuelta, dejando ir a May para que no ensordecerla—. No se por qué June no

entiende que se cuando el va a estar aquí antes de que ella lo haga.

—Creo que es solo es el lado molesto de June, no su lado lector de mentes.

—Suertudas.

—¡MAAAAAAAY! ¡HEEEEEEENRY TAAAAAMBIEN ESTAAAAAA AQUIIIIIIII!

—June, no eres un intercomunicador —escuché que dijo mi mamá—. Cortalo ya.

Fui abajo justo cuando mamá estaba sacando su bolso debajo de un cojin del sofá (¡de nuevo

acerté! Y June estaba abriéndole la puerta a todo el mundo.

—Hola, tu —escuché decir a Julian.

—¿Qué paso, compañero? —dijo saludando, y se dieron su saludo típico de puños—. Despeja el

camino amigo. No eres el único novio visitando hoy.

—Oh, hola —dijo Henry y llego a la puerta de entrada, con Mariah cerca de el. Ella lucia mejor que

nunca, aunque seguía usando toneladas de delineador. (Le había mencionado a June que quizás

Mariah podía inventir en un removedor de maquillaje para ojos, y ella solo había hecho rodar sus

ojos y dijo—: Lo que sea, April, eso no es el Club de los Cinco. ) Todavía no tenía idea de lo que

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estaba hablando.

—Estas retrasado —le dije a Julian, incluso aunque no podía evitar sonreírle.

—Siempre estoy retrasado —se encogió de hombros—. Por eso es que te gusto.

—¿Oh, de verdad? —miré hacia Henry y Mariah—. Hey, chicos —dije—. Qué bueno que llegan a

tiempo.

Julian suspiró y me abrazó a su lado—. Eres difícil.

—Lo sé —dije. Teníamos planes para ir a una librería en Burbank y luego al cine. Me gustan los

libros utilizados porque están llenos de historias que ya han sido leídos. A veces, incluso puedo

encontrar un libro que tiene una inscripción en el interior . Como “Para Jo, con amor, Alex," ese

tipo de cosas. Por mucho que pueda ver el futuro, me gusta descubrir el pasado, también.

—Me están asqueando —dijo June, pretendiendo atragantarse mientras Julian se inclinaba para

darme un rápido beso—. Vamos Mariah, vamos a hacer cosas emocionantes como despejar una

X. Deja que se pongan celosos.

May rebotó en la planta baja, sonriendo cuando vió a Henry.

—Hey, nerd —dijo.

—Hola, tonta —respondió él.

Realmente eran perfectos el uno para el otro.

—¿Quieres ir a estudiar sobre incestuosas familias reales y asesinatos sangrientos? —le

preguntó—. ¿O quieres estudiar Historia Europea en su lugar?

Henry sonrió y siguió a May a la cocina en el momento en que mi mamá vino.

—Oh, hola Henry —dijo ella—. Hay Sprite en el refrigerador para ti. Hola Julian.

—Hola, Sra Stephenson —dijeron los dos. (Bien, todavía estamos trabajando en la cosa del

apellido.)

—April, cariño, probablemente no voy a estar aquí cuando vuelvas —se acercó y me dio un

abrazo—. Diviértete, ve con cuidado, todas las cosas de mamá.

—No te preocupes —dije.

—Diviértanse ustedes dos.

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Julian me llevó al carro. El siempre lo laba los sabados, y estaba brillante en el sol de otoño.

Mantuvo la puerta abierta para mi, y me deslicé. El ambientador de pino que yo había colgado en

el retrovisor se balanceaba de un lado a otro, e hice una nota mental para reemplazarlo la

próxima vez que me pasara a buscar.

—Entonces —dijo mientras entraba y encendía el carro—. Asumo que buscaste en el reporte del

trafico en internet, como siempre.

—No tomes la 101 —respondí. Julian pensaba que era adicta a los sitios del tráfico. El no tenía

idea de cuantas veces lo había salvado el mes pasado.

—Ja. Dime algo que no sepa. —El comenzó a manejar en la calle, y puse mi mano en la de él,

entrelazando nuestros dedos juntos.

El solo sonrió.

Si —dije—. Hay algo que no sabes. Sabia que iba a besarte la primera vez que te vi. Bueno, la

primera vez que te reconocí.

El solo sonrió.

—Si, claro. Por supuesto.

—¡Asi es! —protesté—. Bien ¡no me creas!

—¿Sabes que se? —dijo Julian—. Que eres extraordinaria.

—Ya sabía eso —sonreí, y el apretó su mano más fuerte y me sonreí para mis adentros,

emocionada por ver que pasaría después.