*nunca más guardaremos silencio*

un FILM DE OSCAR RUIZ NAVIA

WWW.LOSHONGOS.COM

Estreno

25SEPT2 0 1 4

*nunca más guardaremos silencio*

Los Hongos tiene que ver con mi vida en Cali, una ciudad intermedia del suroccidente colombiano donde nací, fui criado, estudié y me enamoré del cine. Durante un tiempo estuve lejos, pero tras la enfermedad y posterior muerte de mi

abuela, decidí regresar. Quise hacer un film que mezclara mis recuerdos con mis nuevas vivencias, los lugares que he transitado con los que desconocía, las

personas que me han acompañado durante toda la vida con aquellas que llegaron con esta experiencia. Trabajar en el limbo entre algo que puedo controlar y algo que se sale de mi total control -con la enorme dificultad que todo eso implica- me llena de profunda fascinación. Esta no es una película hedonista. Es por el contrario un proyecto que surge de un dolor. La mayoría de personas al escuchar el título Los Hongos sitúan de inmediato su imagi-nario en una idea sicodélica, de drogas y placer. Pues bien, la metáfora en el título remite a los hongos explorando su sentido literal: seres vivos que aparecen en contextos de tremenda podredumbre y descomposición. Los hongos son la vida que surge en la muerte. Y es ahí donde podría radicar el espíritu de este film: LA VIDA. Todas las personas que aparecen aportaron parte de su propia historia y existencia, creando un mundo que se aleja del realismo ortodoxo y se acerca mejor a una ensoñación; un tipo de mundo en el que huir en bicicleta a gran velocidad en medio del tráfico, mientras el viento roza la piel, puede devenir en una epifanía. Y con sueño no me refiero a una nebulosa, pienso en un “sueño documental”.

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Somos esos que andamos impávidos por autopistas a 120 kilómetros por hora. Todos esos rebeldes que no conocemos bien el mundo pero lo transitamos sin recelo, sin pudor, con hambre y euforia por conocerlo. Somos esos que no sentimos miedo, esos que disfrutamos del vértigo, de la adrenalina de jugar con nuestra propia extinción. Vivimos en ese momento determinado por la contradicción, la esquizofrenia adolescente de felicidad y tristeza, de desdicha y fortuna; vivimos todos los opuestos a la misma vez.

Somos esos encasillados por los adultos, esos que no saben muy bien para dónde van pero tienen mucha prisa. Somos la materialización de la rebeldía, de la revolución; esa sensación que sale desde la médula y en una vorágine llena de calambres nos sentimos capaces de todo, invencibles. Somos todos esos que siempre tenemos la razón aunque a veces carezcamos de justificaciones, no sabemos muy bien qué va a pasar con nosotros, hasta

dónde vamos a llegar y qué giros va a tomar el camino, pero tenemos la ingenua certeza de que podemos pilotear todos los giros, las subidas y las pendientes. Tenemos la razón porque sí, porque somos jóvenes, porque tenemos un hambre insaciable de libertad, porque al final, y aunque la calle y los vicios permean el crisol, seguimos teniendo la mirada de un niño, porque aun falta todo por descubrir, porque son más días lo que nos faltan por vivir, porque el espíritu y el cuerpo son incansables y porque estamos llenos de por qués, porque no nos tragamos nada entero, porque todo está mediado por el afán de descubrimiento, la conciencia por el infinito y las posibilidades eternas, porque podemos vivir sin remordimientos, sin pensar en el tiempo perdido porque el tiempo apenas comienza.

Bailamos Billy Idol hasta vomitar; con los ojos cerrados como si muriéramos de júbilo, como si muriéramos de felicidad, porque no nos cabe tanta vida en el cuerpo. Somos

esos que transformamos todo en creación, esos que no sabemos muy bien qué hacer con todo lo que tenemos, todo lo que sentimos, todo lo que

no podemos explicar. Somos esos que transformamos la ira en arte, que plasmamos el desarraigo en muros; somos esos

que pintamos nuestro nombre en una pared; esos que transformamos los gritos en canciones,

canciones desesperadas y angustiadas,

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*Queridos pobres diablos* ///////////////////////Atentamente: Los Hongos.

Cosmic rebel music urban en la Kalicalentura

*Plano de ConjuntoEl Trópico Kaleño es, que nadie lo dude, un lisérgico arcoíris sonoro gracias al sabor embrujador que brota de sus calles, la brisa del trópico rebelde, el ecosistema de la alegría en Pance, la dulce dama de los cabellos ardientes, y los destellos solares del Litoral Pacífico. Dentro de ese aquelarre sensorial y ecléctico, del palenque citadino caleño sobresale el performance músico visual de Zalama Crew, banda sonora de las nuevas sensibilidades aletosas de las barriadas, que representan con style y sabrosura la patria urbana de Andrés Caicedo, convertida en este Siglo XXI en un territorio fragmentado por comunas, laderas, colegios, universidades, estratos, computadores, redes sociales, tribus urbanas, cultos religiosos, pandillas, y televisores plasma a color con DirecTV.*Zoom inDesde las mismísimas entrañas de la República Afrolatina Salsera, y con el espíritu corrinchero del jamm sesión empezaron a encontrarse los brothers de Zalama Crew, hace ya más de dos mil días, con la idea primigenia de volcar su energía creativa en un

tsunami de ondas visuales y cinéticas con el beat y los scratches del hip hop, la percusión milenaria de los ancestros, las poderosas gargantas de los raperos, arengando a la gente, rimando por la calle, sumando la rabia rocker de la guitarra y el bajo, la sensualidad embriagadora de los vientos de nuestra América nativa, y la sabrosura con conciencia social de la batería, ofrece como resultado: un delicioso y explosivo chontaduro sonoro en medio del caos citadino, algo así como una versión tropikal rebel de los Asian Dub Foundation.*Primer planoComo propuesta musical multicultural, Zalama Crew exhibe un potente ensamble afro zudaca y mestizo de cuatro Mcs (Maikcel, Bing, Osound, y Dr. Rata), un DJ(Kronic), un bajista (Billy Shears), un guitarrista (Frank), un baterista (Álvaro), un VJ (Paul Dub), dos vientos (Anita y el Águila), quienes conspiran sin prejuicios, una telaraña de ritmos, géneros y sonidos como funk, rap, drum and bass, soul, reggae, folklore Pacífico y sonidos electrónicos, hipnotizando en la escena, por su honestidad, talento y versatilidad musical en permanente evolución en la escala pentaprismática del sonido.*Travelling sonoroCon su mixtape “Ecos del Ghetto”, (2010) la combinación de samples salseros, riffs de rock clásico, con alegres coros pegadizos no tardaron en brillar como diamante sónico y recibir el reconocimiento por parte de la crítica musical, que se potencia con el triunfo de la banda en los premios de la revista Shock en la categoría de bandas emergentes. Su propuesta superó a otras 400 bandas en competencia, visibilizando a la ciudad dentro de la geografía sonora de Lokombia, con canciones ciento por ciento fiesteras que hablan con orgullo de la ciudad, o de las ganas de seguir luchando por la vida sin irse del país, de las agresivas dificultades para sobrevivir en los ghettos de Cali, las creativas críticas a la corrupción estatal por las ayudas que nunca llegan a los damnificados del invierno en la costa Pacífica.

Protegidos entonces por el espíritu guerrero y ancestral de “Duber Zalama“ como ícono global del hip hop neoyorquino, la familia empieza a crecer con el lenguaje sound system, y presenta en sociedad su primera placa sonora Zalamalekum (2011). El pregón underground de la Cali outsider y combatiente del Babylon System,

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***Voz en off// Bonus Track

La vida diaria es el

cuadrilátero donde

luchamos fuertemente por

lograr nuestros sueños y

objetivos; todos seleccionamos

nuestro “estilo de combate“ y cada

cual desde su entorno rutinario ejerce su propia

lucha. Músicos, Deportistas, Comunicadores,

Abogados, Prostitutas. Médicos. Amas de Casa,

Estudiantes, Padres, Madres, Hijos, Indigentes,

Vendedores Ambulantes, y en general todos

los que luchan por sus ideales. No desistan.

EVERYDAY FIGTH. (Zalama Crew)

¿Existe una identidad Caleña? ¿Qué significado tiene ser caleño? ¿El mestizaje étnico y cultural con el cual hemos crecido los que nacemos en Cali es un símbolo de identidad? ¿Ser caleño es sólo bailar salsa, tener un cuerpazo 90-60-90, fumar marihuana y ser muy alegre y abierto?¿Estamos condenados los caleños a tener como único referente de identidad cultural (¿caleña?) a Andrés Caicedo y su ¡Qué viva la música!?

Estas y otras preguntas alrededor del tema de la identidad me rondan la cabeza desde hace mucho tiempo y no solamente cuando pienso en las personas que nacemos en Cali, sino también en Colombia; hace ya bastante tiempo es un tema sociológico, histórico, sociocultural, antropológico y hasta económico, saber si tenemos una identidad, la estamos construyendo o la copiamos de otras culturas.

Muchos teóricos anunciaron el fin de los nacionalismos – y de las identidades nacionales y hasta locales- cuando la globalización neoliberal empezó a homogeneizar algunos aspectos de la cultura de masas: los formatos de programas de televisión como las telenovelas y los realitis, las cadenas de comida rápida, el cine, la música pop y la ropa; pero, por otro lado, esa misma globa- lización ha permitido el resurgimiento de identidades locales que pretenden resistir a la homogeneización de la globalización con características propias y casi únicas de una región, ciudad y/o ciudad-región especifica, a través del idioma, la comida, música y bailes folclóricos y hasta la misma geografía.

Ahora, la cuestión es poder diferenciar todo lo que nos venden por televisión, cine y radio y que a veces creemos propio, de lo verdaderamente autóctono que puede ayudar en algún momento a construir y afirmar una identidad que nos haga sentir únicos y orgullosos. No es fácil para ninguno, pero sobre todo no lo es para las nuevas generaciones que están más expuestas a todo el bombardeo de información generado por y a través de

Por:

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en que etapa esta. Si el discurso de Patria emitido hasta la saciedad los últimos 12 años en Colombia no logró afianzar una identidad colombiana, qué se puede esperar cuando se piensa en una identidad caleña, que ni siquiera es incentivada por las instituciones públicas de la ciudad y lo peor, cuando intentan hacerlo solo caen en estereotipos construidos muchas veces con retazos de visiones subjetivas que solo profundizan en aspectos negativos. En fin, creo que la construcción de una identidad caleña no se le debe

dejar a esas instituciones, ni públicas ni privadas con animo de lucro, creo que debe surgir de las entrañas de la gente, sin importar su raza o condición social, pero sobre todo, debe

estar apoyada en la cultura, provenga ésta de lo popular, lo burgués o lo elitista.

Aunque la cultura en Cali ya ha generado algunos productos que pueden ser señalados como identitarios, como bailar salsa, el grupo Niche, Guayacán, Asilo 38, Zona Marginal, Andrés

Caicedo y su obra, es necesario crear más para consolidar una identidad propia y diferenciada de la vallecaucana y de la colombiana – si es que la hay. Para esto es prioritario incentivar desde

la escuela, el hogar, la universidad, los parches y los entes culturales la generación de productos que hablen de Cali, de su gente, de su día y de su noche, de sus problemas, de su historia buena y mala, de sus barrios y sus historias, de sus personajes típicos pasados y presentes, de su patrimonio material e inmaterial, de Pance y lo que significa para los caleños. Para que todo esto suceda hay que emocionar a los niños y a las niñas, a los adolescentes y los jóvenes con el cine, la literatura, la poesía, la crónica, el periodismo, la música, el graffiti, la política, los libros, los fanzines... La

cultura y sus productos son la única forma de crear una historia propia, contarla y preservarla. El día que tengamos en nuestras manos libros de diversos autores hablando de Cali,

varias películas en los teatros mostrando la diversidad y el mestizaje tanto étnico como cultural de la ciudad, cuando todos los parches que recorren la urbe

se atrevan a contar lo que hacen por medio de fanzines o de documentales proyectados en las esquinas de sus barrios y cuando los y las caleñas se crean

el cuento de que son una cultura y una ciudad únicas, extraordinarias y que lo que sucede en ella es igual o más importante de lo que pasa en New York, Barcelona o Buenos Aires, ese día habrá nacido definitivamente una

identidad caleña.

Pienso que ya estamos comenzando a lograr algo de eso. Existen varios grupos de música contemporáneos que son identificados con la ciudad; en Colombia se habla otra vez del cine hecho en Cali; en Bogotá, Medellín, Manizales

las nuevas tecnologías, para ellos, el construir una identidad caleña será mucho más complicado y en algún momento puede que no lo crean necesario. Efectos de la globalización y la vida online donde se pueden sentir seguros pero extraviados.

Siendo realista, existen muchas cosas en contra a la hora de poder iniciar o continuar la construcción de una identidad caleña, -que no sé

y Barranquilla los fanzines y publicaciones hechos en Cali tienen un sello y unas características

particulares que los diferencia y en Latinoamérica y el resto del mundo muchas personas viajan hacia la ciudad en busca de una fiesta

que tiene sus raíces en el Pacífico, pero que se celebra en Cali (Festival de música del Pacífico Petronio Álvarez).

No hay que bajar la guardia, hay que meter el acelerador y aprovechar esta ola que recorre la ciudad, el país y el continente para terminar de afianzar la construcción de una identidad netamente caleña, si aprovechamos esto, dentro de poco podremos decir con mucho más orgullo y alegría: yo soy de Cali ve!

En busca de la identidad extraviada

Cualquier explorador de la conciencia se ha permitido comer los hongos de corona violeta que crecen en la boñiga. Una sopa de esporas y psilocibila mueve el torbellino de conexiones biológicas y eléctricas que doblan el cerrojo de la conciencia tridimensional. A pesar de lo evidente, se experi-menta con profunda claridad que todo está conectado y que la realidad física es apenas una capa del sustrato y no la totalidad de la percepción.

Motivados por la prohibición, la almas jóvenes abrimos el primer cerrojo de la conciencia ordinaria fumando flores de Ganja. La secuencia milimétrica del tiempo se deshizo en favor de un abandono contemplativo del momento, empatía hipersensorial y disposición para estallar en risa. Con suerte experimentamos calma y el cese de toda lucha interna, y sin el ruido excesivo de la mente el fluir de la manifestación creativa.

Con la misma magia y belleza que emerge la percepción, el consumo de la ganja conduce al extravío y la dependencia. Cierto autismo y desapego por el transito de la vida también se instala como témpano donde encaya la personalidad. La ansiedad se canaliza entonces con dosis crecientes de estimulan-tes y la ebriedad canábica suplanta la expansión de la conciencia.

Estereotipados como viciosos, delincuentes o enfermos mentales algunos psiconautas cavamos trincheras para confrontar a los fabricantes de mentiras... y también a nuestra madre. En la calle como escenario de batalla y armados con aerosoles, calcas y fanzines, emitiendo ondas de radio o bits de información por la internet, decidimos autogestionar la vida, burlar la ignorancia masificada con sabiduría ancestral y aprender a cultivar.

La farmacología natural es un bello misterio. En hojas, flores, tallos y raíces hay sustancias nitrogenadas llamadas alcaloides que empatan perfectamente con algunos neurotransmisores para permitir que un torrente de hormonas estimule el sistema nervioso central. De sobra es conocido que los efectos psicoactivos dependen de la pureza del alcaloide, el contexto de consumo y el estado emocional del buscador. La vibración única de cada planta restaura por resonancia armónica aspectos específicos de nuestra biología humana o del campo aural como lo demostró el dr. Edward Bach con las esencias florales.

Maestras adiestradoras de la conciencia como la planta de Jayo (Erythroxylum coca) detienen el diálogo interno modulando la

frecuecia beta del cerebro donde percibimos la linealidad del espacio tiempo hacia frecuencias alpha de lucidez

y relajación. La vulgar campaña histórica en contra de la hoja de coca no ha podido erradicar su encantadora presencia

en materas y antejardines de esta ciudad ni su consumo ancestral en territorio indígena ni su depuración química como clorhidrato de cocaína para la exportación.

Pero los activismos autonomistas y el fundamentalismo pachamámico trazan una frontera que toda persona buscadora debe cruzar: la creencia que las plantas prohibidas son el único vehículo para cabalgar sobre las olas del vasto océano de la conciencia.

La gratitud y reverencia que nos cabe por la generosa asistencia de las plantas en la apertura de la percepción sútil no puede usurpar el deber personal de adiestrar los vehículos internos para fluir sin estímulantes por tonos más altos en escala fractal que es la conciencia unificada.

La percepción del campo energético de luz, sonido y forma que rodea toda manifestación física de la vida está codificado en el adn. El portal a cualquier dimensión inmaterial de la existencia está en la cámara cristalina del corazón. El canal que conduce la

conciencia hacia nuevas fronteras de la experiencia es la respiración.

Quienes fuimos empujados por efecto de enteógenos como los hongos o la ayahuasca hacia experiencias de irrealidad

nunca más volvemos a conformarnos con la apariencia sólida del mundo. Quienes buscan en sí mismos nuevos umbrales

de percepción nunca más vuelven a habitar las trincheras de la realidad. Respiran, se enfocan en el portal del corazón y viajan en

su vehículo de luz donde su imaginación pueda conducirles.

fuera de las trincheras///////////////////////////

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Fernando Cardona Hansen.Tinchera Ganja, 2014

PD:

El cine me ha llevado a lugares alejados de mi familia y de la ciudad donde crecí. Irónicamente fue una película la que me trajo de vuelta a Cali, el lugar donde conocí

el amor (¿o la obsesión?) por las imágenes. Filmar Los Hongos me permitió reconstruir un universo que estaba relegado a los recuerdos y además me dio la liber-

tad de hacer cosas que “no se deben hacer”, que son “fotográficamente incorrectas”. Para mi fue como pintar con brocha gorda, atajando la perfección que siempre me ha

acosado; todo esto contribuyó a crear la atmósfera de una ciudad, donde nada es como debe ser, y donde los personajes de esta historia pudieron vivir – respirar – sudar. En el ocaso de los procesos fílmicos, hacer una película en cine de alguna manera implica un milagro. Contrario a la lógica del mundo moderno y la conveniencia de los formatos digitales, Los Hongos se rodó en 35mm; una decisión arriesgada de un director valiente. Rodar en un formato en vía de extinción fue una decisión casi tan anarquista como la misma historia; solo había una oportunidad para hacer cada escena pues simplemente era imposible conseguir mas negativo. Todo debía lograrse con la película que teníamos. Esperar cada transfer del laboratorio era como esperar las noticias del médico cuando está naciendo un niño. Sin embargo todas las limitaciones y dificultades contribuyeron a darle fuerza a ésta película. A nivel personal, volver a Cali y reconectarme con este universo de chicos nocturnos me hizo pensar en cómo terminé siendo fotógrafa. La fascinación que he tenido desde niña por los lugares prohibidos e inalcanzables me llevó a dejar la foto fija y aventurarme con las cámaras de cine y video. Sabía que las chicas no se “echaban la cámara al hombro” pues estos aparatos los manejaban hombres fortachones. Sin embargo ser mujer nunca fue una limitación para hacerlo y desde entonces trabajo hombro a hombro con todo el equipo de fotografía. Nunca me sentí discriminada, siempre he sido una obrera igual que todos; sin embargo debo aceptar que en el cine hay un problema de género, pues tradicionalmente ha sido un oficio de hombres (especial-mente directores y fotógrafos). Me imagino que por este motivo algunas personas dudan un poco que una chica pueda con el peso y las responsabilidades de un set. Por el contrario, también se piensa que al ser mujer-fotógrafa o mujer- directora,

se desatan una suerte de poderes especiales; algunas personas dicen que las mujeres tenemos “una visión particular” que produce imágenes “de una

gran sensibilidad”. En mi opinión la sensibilidad no tiene que ver con el género, pero sí tiene que ver con el pasado, con la historia personal y con esas cosas de la genética que producen personas con la

capacidad de ser abogados, ingenieros, médicos o artistas. Ganarse un puesto como fotógrafo en este medio es

tan difícil para un hombre como para una mujer y es cuestión de suerte que un director y su

fotógrafo se encuentren en el mundo para contar una historia.

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Por: Sofía Oggioni

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Entre Babylon y Zion

Por:

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lonia te consume, te rechaza, te aleja de tus sueños, de tu vida, TE HACE MIERDA, te envuelve y te tira a la basura como un papel más sin uso.Todas y cada una de estas cosas han marcado mi camino, mi sentir, mi razonamiento. Tuve una infancia un poco difícil; maltrato, burlas, ahogado en mis penas. Odié mi infancia, no me agrado mucho haber vivido lo que viví, tener que aguantar hambre en el trascurso de los días, discusiones, desentendimientos, escasés de amor, obstáculos, risas y de más. Pero todo eso ya ha pasado, me ha vuelto un mejor hombre.Nací en Bogotá en 1993. No recuerdo muy bien mi juventud, pero aun así recuerdo cosas que han marcado mi vida y por las que lucho hoy en día. Después de estar en una fundación por la falta de recursos de mi madre, me mudé con mi abuela a Brabacoas y después a Tumaco. Sorteando todo tipo de dificultades llegué a Cali, La sucursal del cielo como dice la canción de salsa, y la vida parecía mejorar y empeorar constante-mente. A eso de los 16 años tuve mi primera tabla (skate) y aquí em-pezó mi vida. Empecé a escuchar reggae music, empecé a ver la vida de una manera distinta, a ser una persona más tranquila. Escuchando reggae music me adentré en la vida del Rasta, en seguir su ideología. El estilo de vida rasta forma gran parte de mi personalidad, me sentí identificado con este movimiento cultural, me sentí en casa; por primer vez sentía que podía ser libre, ser yo, expresar mis ideas; logré abrir los ojos Y MI CORAZON ESTABA CONTENTO.Frecuentemente me he encontrado en el mismo lugar a la misma hora haciéndome la misma pregunta mientras sostengo un porro en la mano. Me cuestiono a mí mismo y luego me digo que quiero vivir, que quiero ser eso, un ser más, perderme en mi mundo, poder un día lograr llegar lejos. YO ME DECLARO UN PENSADOR INDEPENDIENTE. No busco tener mucho dinero ni poder, quiero lograr conectarme con mi ser, con el ser de

los demás, basar mi vida en lo que me gusta, en el arte, en plasmar ideas en paredes tristes y grises, amargas, destruidas por el tiempo. Quiero

ayudar a cada una de las personas que lo necesita, dedicar mi vida a cuidar la madre tierra, los animales, poder vivir y morir en la montaña. SIMPLEMENTE QUIERO QUE SE ME RECUERDE COMO ALGUIEN QUE APOSTÓ POR UNA MEJOR FORMA DE VIDA.Babilonia, la que destruye mi alma, llena de asco repugnante, llena de mugre, sin vida, apestada por las luces de la ciudad. La gran Babilonia donde tus sueños se pudren, se vuelve pe-sadillas, las noches son tristes, tan desoladas las calle,

tan llenas de poca vida, de abismos y trampas, todo tan tenue y tan gris, tan deprimente, tan vuelto

mierda, donde te pierdes en aromas a deseo, a odio, a amor, a envidia, a muerte. La gran

Babilonia que te aleja del camino, aquel camino en el que yo quedé perdido,

ENTRE BABYLON Y ZION.

Todo

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//////////////////

Desde hace más de dos décadas César Salazar captura los sonidos y el silencio. Hace lo que pocos hacemos: pensar de forma sonora

y aislar el sonido del resto de sentidos. Desde urbes tan distintas como lo son Cali y Bogotá, hasta ambientes tan disímiles como el

de la urbe y el campo, César es un experto capturando las diferentes bandas sonoras del mundo.

Amante de la salsa, de Richie Ray y Bobby Cruz; Héctor Lavoe; Rubén Blades; Bobby Valentín; La Fania All Stars; el Gran Combo

de Puerto Rico, entre muchos otros, podría decirse que este caleño conoce el género más que nadie, un género tan particular de Cali como el chontaduro, como un domingo en el Río Pance y como una noche de viernes en Juanchito. César compartió con nosotros un poco de su conocimiento y su forma particular de percibir el mundo y sobre todo, su ciudad natal.

Los Hongos: ¿Cómo suena Cali? César Salazar: Cali suena a una ciudad de clima caliente; el ruido de las chicharras que se activan con el sol y ciertos pájaros típicos como el vichofué. Ahora Cali está sonando como una ciudad con mucho tráfico donde sobresale el ruido de las motos y la presencia de la música en las casas y carros. Hay barrios populares donde la música tienen una pres-encia permanente en las casas y comercios.

L.H.: ¿Cómo ha cambiado con el tiempo la forma como suena la ciudad? C.S.: El ruido ambiente y la presencia del tráfico enmascaran los sonidos de los pájaros. Me parece que los grillos ya casi no suenan debido a la disminución de zonas verdes y que la gente ya no vive en casas con patios sino en apartamentos. Lo más novedoso son las ranas coquí que existen hace poco tiempo y que la música salsa ya no suena en los buses o busetas y es totalmente ausente en el transporte masivo MIO.

L.H.: ¿Crees que existe un sonido que sea propio de Cali y no se repita en otras ciu-dades? ¿Cuál o cuáles?

C.S.: El pájaro vichofué y la música salsa en los taxis. Las promociones radiales de Olímpica estéreo y las intervenciones hilarantes del locutor radial Pepesón

(El único niche que sabe cómo se le mete el agua al coco).

L.H.: ¿Cómo podríamos conocer a Cali a través del sonido? C.S.: Cali o cualquier lugar. Cierren los ojos y disfruten.

L.H.: ¿Cómo suena Cali en el cine?

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Entrevista con el DJ de la urbe César Salazar

Por: Los Hongos

Por semanas buscamos, entre barrios adinerados de Cali, cañadas en donde se

encontraran gigantes plantas trepadoras. A cada cañada que llegábamos, vista desde

arriba, perdíamos su dimensión. Adentro, tanta maleza, hojas traslúcidas y basura de todo tipo,

la tierra firme se escondía como un lago o río tan marrón que se vuelve difícil

adivinar su fondo.

Recorríamos con la vista todo lo que había a nues-tro alrededor. Mucha vida y muchas plantas tan largas, tan reluci-entes que mostraban su gusto por ese lugar, aún así nos llevaríamos varias

de ellas. El terreno era tan húmedo y la entrada de luz tan sutil que, por ejemplo, si uno arrancaba una y luego se botaba de nuevo por ahí, al cabo de unos días volvía a echar raíz continuando su expansión. Ninguna planta muere fácilmente ahí, era algo fantástico de ver.

Los filodendros, que principalmente quería-mos, crecían aferrándose a los árboles de los alrededores, subían a la copa y bajaban tam-bién a ese hoyo profundo lleno de actividad en donde cientos y cientos de hormigas rojas, negras, combinadas y, sobretodo, agresivas, dominaban el territorio ante seguramente cualquier otro insecto.

Nos lanzábamos camino abajo en busca de entradas accesibles al barranco. Muchas veces pisábamos con nues-tros tenis vidrios, bachas, porros de aluminio, envases de sopa maruchan (o similares). En alguna ocasión unos troncos tirados nos sirvieron como puentes para cruzar y caminar en medio de la cañada. Un mal paso significaba caer a el agujero. Con fuerza y a la vez con extremo cuidado a las raíces, despegábamos

del suelo y de los árboles cada una de esas gigantes plantas

trepadoras, muchas veces sus pequeños tentáculos pegados al árbol eran tan fuertes que se hacía un tra-bajo de cuatro horas o más. Después, en espiral, todas se metían a grandes costales y así nos las llevábamos a la terraza en la que habíamos montado un espacio para

cuidado y experimentación en el sistema de riego.

Cuatros sema-

nas después,

hormigas y lianas

como tentáculos de calamares

gigantes más otras plantas de hojas

múltiples y bellísi-mas se extendían

por toda esa “casa de abuela” tan

particular.

Casa Abuela

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Por El ZudacaA la memoria de Joe Strummer

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La comunicación alternativa es la que se dirige contra el abuso del poder comunicacional. La definición es válida si partimos de un diagnóstico inicial que nos indica que las posibilidades de emisión están desigualmente repartidas. La democratización de las posibilidades de constituirse en emisor

atacan la concentración de poder comunicacional. En un segundo momento la definición es conflictiva: ¿qué pasa con los receptores ? Allí está el visaje, en las

mediaciones.

En las radios libres se trata de acumular otro capital, el de inteligencias colectivas que atacan los simulacros de la sociedad del espectáculo y sus habituales amplificadores,

los mass media, que buscan domesticar a los transeúntes y a los habitantes del espacio urbano, con la misma carreta de siempre. La Ciudad placebo, gentrificada, donde

el orgasmo metálico del dinero, te conduce al hedonista destino individualista de renunciar a las utopías colectivas. La Radio libre es una escritura plural donde se

conocen muchas escrituras de mujeres y hombres que adoran viajar por el paisaje radial de la esfera sónica.

Para conspirar y montar una radio alternativa, urbana, comunitaria, callejera,

pirata, ecléctica, insurgente, libre, contestataria, creativa, lúdica, piquetera, sin formato y fanzinera, solamente recomiendo la defensa radical de

la imaginación, y buscar la articulación con otros medios impresos, digitales, audiovisuales o plataformas comunicativas, que ayudan

a extender y participar en la construcción de marcos simbólicos diferentes a los que propone el pensamiento único.

De esos sentires hechos radio, radio, RAAAADIIIIIOOOO, trata este texto: delirio, sueño, performance, sound system, human

beat box, chisme de barrio, internet... Nos pillamos en el aire, en el éter, porque a lo mejor está en la calle, y es el viento, a

lo mejor es una fiebre que no cura, a lo mejor es rebelión, y se está transmitiendo por las ondas rizomáticas de las

radios libres. DESTROY BABYLON SYSTEM.

Por:

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Colores preparados, aerosol, tarros perforados, todo en orden y a la calle. Barrio El Vergel, apenas empezando el trazo, va por la primera letra y – Quiubo, pará…EH – “¡Mierda!”, pensé, y los tombos se tiran del camión con el bloque de búsqueda atrás de un caño. – Ve este marica de subversivo, subite -. Una vez arriba ocho tombos todos cabreados conmigo, el peor maleante, se empiezan a encapuchar…”¡Ay jueputa! Esto no es lo normal”, pensé por dentro. Un tártaro gigante ya capucho me invita a sentarme con una patada estilo Tino Asprilla, los otros cagados de la risa pero también tensos conmigo echaban

madrasos y burlas mientras yo seguía en la juega con las manos de ellos a ver dónde caía un puño o algo.

Un primer ardor en la espalda que confundí con el estrés del momento se convirtió en un segundo cimbronazo de un aparato tasser que otro tombo divertidamente

descarcaba en mi. - Ah sí, ¿muy verraco el marica? – “Este man es muy cagada”, le respondí, y recibí un cocazo por la osadía, pero el man paró de joder con eso. Los tombos del diamante tienen forma de torturar a los pelados con electricidad y otros métodos, y aquí estaba yo mientras el camión seguía recorriendo las calles a ver qué afortunado caía. Pasamos por el barrio Antonio Nariño y justo en una oficina, un par de maleantes les muestran dos fierros a los tombos con burla, ellos como si nada siguen su camino. “Ahí sí se cagan”, pensé; luego llegamos al Diamante y me bajan a la estación. Firme aquí, requisa allá, - ¿por qué lo traen? –. Un tombo quería meterme a una pieza dizque para ablandarme, pero el cabo de guardia dice que no, entonces el otro pide que me pongan a lavar inodoros y el cabo dice que tampoco, y el man se emputa y se va. Luego el cabo me dice –Andate que no pasa nada, yo siempre te veo que pasas con tu hijo por aquí -.Entonces lo reconocí como el policía que lleva a una niña con Síndrome de Dawn a la misma fundación donde yo llevo a mi niño autista.

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Estreno

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