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Los jesuitas en Santa Cruz de la Sierra hasta los inicios de las reducciones de Moxos y Chiquitos. Posibilidades y limitaciones de la tarea misional (*) José María GARCÍA RECIO Universidad de Sevilla Al abordar el estudio de la actuación de los jesuitas en Santa Cruz de la Sierra como complemento de los trabajos realizados sobre el obispado del mismo nombre durante el siglo xvii, llamó mi atención de manera particular el peculiar comportamiento de los miembros de la Compañía desde su llegada a Santa Cruz hasta la constitución de los conjuntos mi- sionales de Moxos y Chiquitos y, más concretamente, la medida en que el influjo de las circunstancias y las características de la sociedad en la que vivían pudo condicionar la actividad misional entre los indígenas, que era la principal finalidad de su asentamiento en el área. El marco es- pacial de nuestro estudio es, pues, el de la gobernación de Santa Cruz de la Sierra, el cronológico el que va desde la llegada a la provincia de los primeros jesuitas hasta el momento en que las reducciones de Moxos y Chiquitos comenzaron a establecerse. 1. Los jesuitas en Santa Cruz de 1587 a 1667 Los presupuestos filosóficos, legales y prácticos en qué se basó el de- sempeño por los jesuitas de su labor misional en América tienen sus raí- ces en las experiencias desarrolladas por los eclesiásticos durante todo el período que precedió al arribo de los religiosos de la Compañía a este con- tinente. Para entonces ya se había consolidado la idea de que la cercanía <) El contenido de este artículo se contempla con el de la ponencia presentada por mi al Simposio sobre Misiones jesuitas en Bolivia celebrado en Trinidad (Bolivia) del II al 13 de octubre de ¡987 y que se publicará en las Actas de dicho Simposio. En la referida ponencia se aborda el estudio de la relación jesuitas-cruceños en la eta- pa de creación y primera expansión de las reducciones de Moxos y Chiquitos. Quinto centenario, núm. 14. Edit. Univ. Complutense. Madrid, 1988

Los jesuitas en Santa Cruz de la Sierra hasta los inicios

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Losjesuitasen Santa Cruz dela Sierrahasta los inicios delas reduccionesdeMoxosy Chiquitos. Posibilidadesylimitaciones dela tarea misional (*)

JoséMaría GARCÍA RECIOUniversidadde Sevilla

Al abordarel estudiode la actuaciónde los jesuitasen SantaCruz dela Sierracomo complementode los trabajosrealizadossobreel obispadodel mismo nombreduranteel siglo xvii, llamó mi atenciónde maneraparticularel peculiarcomportamientode los miembrosde la Compañíadesdesu llegadaa SantaCruz hastala constituciónde los conjuntosmi-sionalesde Moxos y Chiquitosy, másconcretamente,la medidaen queel influjo de las circunstanciasy las característicasde la sociedaden laque vivían pudo condicionarla actividadmisional entrelos indígenas,que erala principal finalidadde suasentamientoen el área.El marcoes-pacial de nuestroestudioes,pues,el de la gobernaciónde SantaCruz dela Sierra, el cronológicoel que va desdela llegadaa la provincia de losprimerosjesuitashastael momentoen que las reduccionesde Moxos yChiquitoscomenzarona establecerse.

1. LosjesuitasenSantaCruz de 1587 a 1667

Los presupuestosfilosóficos, legalesy prácticosen quésebasóel de-sempeñopor los jesuitasde su labormisional en Américatienensusraí-cesen las experienciasdesarrolladaspor los eclesiásticosdurantetodo elperíodoqueprecedióal arribode los religiososdela Compañíaaestecon-tinente.Paraentoncesya sehabíaconsolidadola ideade que lacercanía

<) El contenidode este artículose contemplacon el de la ponenciapresentadapor mi al Simposio sobre Misionesjesuitasen Boliviacelebrado en Trinidad (Bolivia)del II al 13 de octubrede ¡987 y que se publicará en las Actas de dicho Simposio.En la referida ponencia se aborda el estudio de la relación jesuitas-cruceños en la eta-pa de creación y primera expansión de las reducciones de Moxos y Chiquitos.

Quinto centenario,núm. 14. Edit. Univ. Complutense. Madrid, 1988

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de los españolesa los indígenasno convertidosdificultabasu cristianza-ción y, de la misma forma, se habíanido promulgadounaseriede leyesque, en parteparafavorecerla laborde los misioneros,establecíanla se-paraciónresidencialde los indígenasrespectoa los españoles,mestizosynegros’.Más aún, como el PadrePabloHernándezponede manifiesto,laspropiasOrdenanzasde Felipe II paralos nuevosdescubrimientos,con-quistasy pacificacionesde 1573marcabanla pautadelo queseríael com-portamientode losjesuitasal abordarla reduccióny cristianizaciónde in-dígenasaúnno sometidos2 Sin embargo,la elaboraciónde unoscriteriosconcretosde actuaciónparael desarrollode sustareasmisionalesfuealgoquelos jesuitashubieronde abordary establecerpor sí mismos. La rápi-da forja de estoscriterios se produjoen el Perúa travésde las experien-cias acumuladasen las laboresreligiosasa ellosencomendadasporTole-do en El Cercadode Lima, en Huarochiriy, sobretodo,en ladoctrinadeJuli, dondelos religiososfueron dandoformaa los rasgosfundamentalesque luegocaracterizaríanal sistemareduccional~.

El primercampomisionalextensoe inédito en el quelos jesuitasapli-caron con éxito los conocimientosadquiridosanteriormentey constitu-yeron lo quehabíade serel modelo máscaracterísticode reduccióndeindígenascon vistas tanto a su progresomaterialcomo a su transforma-ción espiritual,fue el del Paraguay.Con respectoa la importanciade laexperienciade Juli parael establecimientode los nuevosnúcleosmisio-nales,bastarácon reiterarel hechode queel primerprovincialjesuitadelParaguayfuerael P. Diego TorresBollo, quienhabíasido tambiénsupe-rior de la residenciade Juli. Anteriormente,sin embargo,los jesuitaspe-ruanoshabíanfundadoen SantaCruz de la Sierra(158?) unaresidenciaque,en principio podíahabersido basede unaexpansiónmisionalseme-jante a la del Paraguayporhallarse,como esteterritorio, en tierra fron-terizay en contactocon gruposindígenasrelativamentenumerososy aúnno sometidos.Porotro lado, los rasgosde la sociedadcolonial cruceñaysusactividadesenestaépocaeranbastantesimilaresa las del áreapara-guaya~. Quizáel únicoproblemaañadidoque presentabala provinciade

A esterespectovid. Magnus MORNER:La corona españolay losforáneosen lospueblosde indios de América. Instituto de EstudiosIbero-Americanos,Estocolmo,1970. Mñrner recogelas disposicionesreferentesala separaciónresidencial,conteni-das en la Recopilaciónde ¡680, Pp. 125-126.

2 PabloHERNANDEZ: Organizaciónsocialdelas doctrinasguaraníesdela Com-pañíadeJesús.Gustavo GUi Ed., Barcelona, 1913, vol. 1, Pp. 420-423.

Así lo afirma Alfonso ECHANOX’E: «Origen y evolución de la idea jesuítica de(Reducciones) en las misiones del Virreinato del Perú», en Missionalia Hispanica,XII, núm. 34, Madrid, 1955, pp. 101-126y Alfonso ECHANOVE: «La residenciadeJuli, patrón y esquema de reducciones», en Ibídem, XIII, núm. 39, Madrid, 1956,Pp. 497-540.

A este respecto puede verse mi tesis doctoral sobre Santa Cruz de la Sierra en

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SantaCruz, en cuantoa la evangelizaciónde su población,fuerala exis-tenciade gruposindígenasque hablabanuna gran variedadde lenguas:chiriguana(guaraní),gorgotoqul,chané~, alas quehabríaqueañadirlasnumerosisimasde los grupostantodel áreade Moxos comode la Chiqui-tos.

La presenciade los jesuitasenSantaCruzrespondetantoal incremen-to del númerode religiososde la provincia del Perúcomo a la orienta-ción misioneraque quiso darleel provincial Atienza, así como a las ne-cesidadesde la gobernacióny las solicitudesde sus colonosy autorida-des.No obstante,teniendoen cuentaqueestascircunstanciassecumplíantambiénen otrasmuchasáreas,habríaqueconsiderarun elementomás,en estecasopeculiarde la zonacruceña6 Se trataríade la atracciónquesobrealgunosreligiososejercíala posibilidadde hallar un campomisio-naltanrico desdeel puntodevistamaterialcomodesdeel humanoal nor-te de la ciudadde SantaCruz, el fabuloso Paititi perseguidopor los cru-ceñosy paracuyo hallazgose habíacreadoel propio núcleode coloniza-ción ‘.

La actividadde losjesuitasde la residenciade SantaCruz se orientó,pues,en tres sentidosdistintos; en primerlugara la atenciónde los pro-pios españoles,en segundoal adoctrinamientode los indígenastantoso-metidos(atenciónordinariay misionescortas)como sólo amistados(mi-sioneslargasa los itatinese intentosde convertira los chiriguanos)y, porúltimo, a acompañar(al menosen algunasocasiones)a los expediciona-nosespañolesen su búsquedadel Paititi ~.

Durantelos primerosañosel númerode religiososfueescaso,peroen-seguidaalcanzólos nueve (sietepadresy dos hermanos)que se mantu-vieron prácticamentedurantetodala décadade los añosnoventa.Conposterioridad,y al menoshasta1640, la cifra parecehaberosciladoentre

los siglos xvi y XVII, en fasede publicación,editadapor la DiputaciónProvincial deSevilla con el título: Análisis de una sociedaddefrontera: SantaCruzde la Sierra enlos siglosxviy XVII?

José María GARCíA RECIO: «La Iglesia en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia),1560-1605», enMissionaliaHispanica, XL, núm. 118, Madrid, 1983, p. 283.

6 Ibídem,Pp. 272-274.Ibídem, p. 273. El Padre Samaniego, el jesuita más entusiasmado por la posi-

bilidad de hallar el Paititi, escribía al generaljesuitaPadreAquavivaque«losindiosdescubiertos pasan de ciento y cinqilenta mill almas.. Fuera de esto están muy cercade descubrirse los reinos del Paititi, que si es como se dize, havrá quehazer para mu-chos buenos obreros que y. p. nos imbie de Europa.>. Potosí, 28-XH-1585, en Anto-nio de EGAÑA:MonumentaPeruana.Roma, Instituto Histórico de la Compañía deJesús, vol. III, p. 729; Relación del jesuita Gerónimo de Villarnao. 5. Lorenzo,30-XI-1635. Traslado de Potosí,23-111-1636.AGI, Charcas21; Respectoa la finali-daddela fundaciónde SantaCruz,véaseGARCíA RECIO: Análisis..., cap. 1.

8 GARCíA RECIO: «La Iglesia...»,pp. 285-290.

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sietey nueve,de los cualestressolíanserhermanos% En principio la can-tidadde religiososparecehabríapermitidoel intentode fundaralgunare-ducción,sin embargoes precisoteneren cuentala existenciade dos nú-cleos de población españoladesde 1590 y de tres desde 1605a 1620. A ello hay que añadirel que la escasezo inactividaddel res-to del clero de la zona, haciaprecisaunaconstantepresenciade los je-suitasydificultabaunadetracciónde fuerzasdestinadasa unalabórper-manenteen núcleosindígenas.Porotro ladoy al menóshastael fracasode la expediciónde Mate de Lunade 1603 hacia los moxos, los jesuitaspudieronpensarque las armasespañolaspodíanabrirlescaminohaciamoxosantela imposibilidadde hacerloellos de formaindependienteporla «fierezae inhumanidadde estasnacionesde poracá...»lO, sin embar-go, unavez transcurridaestaetapa,otrogranproblemaparalos religiososen el casode intentarestablecerreduccionesde indígenasno sometidosdebióserde carácterlogístico. En 1604Franciscode Alfaro indicabaquela actividadguerreray maloqueadorade los cruceños(y la venta de losindígenasporpartede éstos)habíaocasionado«queen cinquentaleguasa la rredondadestaciudad[SantaCruz de la Sierra] no ay indio ningunoestandoantiguamentelas poblacionesmuy juntas»“. Algo semejantede-bía habersucedidocon anterioridaden torno al lugardondeen 1590 seasentó5. Lorenzode la Frontera,puesal elaborarlascapitulacionesparasu fundación,SolísHolguín pedíase les concedieraa los pobladoresdela nuevaciudadautorizaciónpara«quedesdela ciudadde SantaCruzpuedanhazertresjornadasy correduríasa las partesy lugaresde la dichagobernaciónquepareciereal capitáno personasqueparaello senombra-ren,pararreduzirgentede servigioquerepartira los pobladoresde la di-chavibdad de San Loren9o»12 La despoblaciónde la zonaesexplicableteniendoen cuentala multitud de campañasllevadasa cabocontraloschiriguanosy susaliados,sobretodo las encabezadashasta1590porD.

Ibídem,p. 276; Relación de las provincias, conventos, doctrinas, frailes, rentas...,de los religiosos del Perú, 1612. AGI, Lima 36, libroS; Anuas de la Compañía de Je-sús de la provincia del Perú de 1618 (Biblioteca de la Real Academia de la Historia.Madrid, en adelante RAH, Col. Papeles de Jesuitas, vol. 129, fol. 401), 1621 (Lima,8-V-1622, en Ibídem, fol. 87, núm. 90), 1639-1640 (Lima, 26-V-1641, en Ibídem,vol. 90, fol. 579 y.); Anua del Perú de 1620. Lima, 24-IV-1621, en RevistadeArchivosy BibliotecasNacionales.Lima, 1900, vol, Y, p. 79.

‘9 Carta del P. Gerónimo de Audión al provincial del Perú. Camino de Moxos,17-VII-1593 [por 1595], inserta en [Carta del P. Pablo Joseph de Arriaga] al P. Clau-dio Aquaviva. Lima, 3-IV-1596, en EGAÑA: Op. cit., vol. VI, p. 31.

Ordenanzas de Alfaro. 5. Lorenzo de la Sierra [por Santa Cruz de la Sierra],5-X-1604, en ActascapitularesdeSantaCruz de la Sierra. Publicaciones de la Uni-versidad Boliviana Gabriel René Moreno. La Paz, 1977, p. 119.

12 Provisión del Marqués de Cañete. Los Reyes, 2-X-l 592, en Información de Ser-vicios de Solís Holguín. AGI, Charcas 82.

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Lorenzo Suárezde Figueroa~ En estascircunstancias,si exceptuamosaquellosgruposindígenasmáscercanoscomolos chiriguanos(respectoa5. Lorenzo)o algunoschiquitos(respectoa 5. Franciscode Alfaro), seríagrandeladificultadparalosjesuitasde establecermisionesentreinfieles,porque,como indicabael P. Diego Martínezparael casode los pareties(o parechies),no podrían«tenerlos de la Compañíasocorroni comuni-cacióncon sussuperiorespor la grandedistanciay despoblados»‘~.

Sin embargo,el mayorproblemacon el quelos misioneroschocaronpara poderafrontarla evangelizaciónde los indígenasinsumisosfue eldel propio comportamientode los cruceños,y de los españolesen gene-ral, con respectoa dichosindios. La actuaciónde aquéllos,realizandoex-pedicionesparala capturade indios, aprovechandoparaello las organi-zadascon finesteóricamentedescubridoreso instigandoguerrasentrelospropiosnaturalesa fin de poderrescatarluego los cautivosde ellos,mo-víana estosaun rechazofrontal y a un temorjustificadode todo lo quese relacionaracon los colonos.A ello hay que añadirel propiomaltrata-miento y explotaciónde los indígenassometidosal poderespañol,de loquetampocofaltan testimoniosparael áreacruceñaa fines del siglo XVIy para,todo el xvíi ‘~. Era lógico que, tanto por estasrazonescomo porsu tradicional independencia,distintosgrupos,entrelos quedestacamosa los chiriguanos,rechazarana los religiosos.Cuandoel PadreSamanie-go penetróen tierrasde estosindígenasen 1594,ellos,en palabrasdelje-suita,temían«quejo avíade traerconmigoa los niñoshuérfanosparaen-señarlosen estaQiudad [5. Lorenzode la Frontera],y quea los otros losavíade ahogarquandolos baptisase,y aun de los grandes,que en bapti-sándoselos avíande repartirentresilos españoles,y queparaesoquan-do los baptisaselos escriviría» ‘~.

13 A este respecto véanse los documentos contenidosen AOl, Patronato235, ra-mos9 y ¡0; NombramientodeSolís Holguíncomo alferezmayory regidorperpetuodeS.Lorenzohechopor Suárezde Figueroa.5. Lorenzodela Frontera,20-IX-1590.AOl, Charcas 82; Carta del licenciado Lépezde Cepedaal rey. La Plata, l0-II-1590.AOl, Charcas 17, en Roberto LEVILLIER: La AudienciadeCharcas. Madrid, 1918,vol. III, Pp. 3-4; Cartadel cabildo de SantaCruz al rey. Santa Cruz de la Sierra,4-X-1590. AOl, Charcas43.

‘~ Cartadel P. Diego Martínez al P. Juan Sebastián. Chuquisaca, 24-IV-1601, enHistoria generalde la CompañíadeJesúsen laprovincia del Perú. (Crónicaanónimade 1600...). Ed. Preparada por F. Mateos.CSIC. Instituto O. Fernándezde Oviedo.Madrid, 1944, vol. II, Pp. 505-506.

15 Ibídem; Carta del P. Diego de Samaniego. 5. Lorenzo de la Frontera,26-XII-1600, en Ibídem, Pp. 483-485, 493; Ordenanzasde D. Franciscode Alfaro.5. Lorenzo de la Sierra [porSanta Cruz de la Sierra], S-X-l 604, en Actascapitulares...,Pp. 118-122. Respecto a las malocas y hechos a ellas conexos puede verse GARCíARECIO: Análisis..., cap. III.

16 Cartadel P. Diego de Samaniego. 5. Lorenzo, 26-XII-1600, en Historia gene-raL.., vol. 2, p. 483.

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El resultadode todo ello fue que, al contrariode lo que sucedióen elParaguay,transcurrieronlos añosy no surgió en SantaCruz ningún nú-cleo misional entreindios no sometidosa los españolesa pesarde quetampocofaltaronaquímisionerosexperimentadosy hombresde induda-blevalía entrelos quepodemosdestacaral P. Diego Martínez,misioneroy superiorde Juli, que, llegadoa SantaCruz en 1587con el P. Diego deSamaniego,permanecióen dicharesidenciahasta1600 ‘~.

Coincidiendocon los obstáculosreseñadosparaunaactuacióneficazde los jesuitasentre los indígenasno sometidoshallamosen los iniciosdel siglo xvíí un nuevohechocuyosefectosacumuladosa los de los an-terioresse dejaránsentir a lo largo de toda la centuria.Las transforma-cionesexperimentadaspor la sociedadperuanahabíanllevadoparaestasfechasa una multiplicación de las ciudades,una complejizacióny asen-tamientode la vida urbana,unaestabilizaciónde la actividadeconómica...,y exigían, por supuesto,la acomodacióna las nuevascircunstanciasdelos distintoselementossociales.Dentro del mundojesuíticodel Perú elprimeroen llamar la atenciónsobrela necesidadde reconsiderarlas li-neasde actuaciónde la Compañíafue el P. Alvarez de Paz.Susopinio-nesindicabanque la dedicaciónpreferentementemisionerade la provin-ciaperuanadificultabaen algunamedidala serenidadespiritualy laexac-taobservanciareligiosade susmiembros,al tiempoquefacilitabaunade-cadenciaintelectualpor falta de dedicaciónsuficienteal estudio.Consi-derabaque, a la larga, estoseríaóbiceparala conservaciónen buenes-tadode la institucióny susintegrantes.La conclusiónlógica eraque, sindejarde ladolas preocupacionesmisionales,los jesuitasdeberíanprestarmayor atencióny empeñoa la preparaciónintelectual‘~. Al tiempoquese lanzabanestasideasteníalugar otro hechoimportanteparael futurode la provinciajesuitadel Perú:el desmembramientode ella de las vice-provinciasde Quito, NuevoReinode Granaday Paraguay,con lo quelaprovincia matrizsevió privadade las zonasmásidóneasparael desarro-lío de laboresmisionalesentreinfieles ~. En estascircunstanciasera ló-gico quela actividaddelos jesuitasperuanossevolcarafundamentalmen-te hacialos gruposcolonizadores.Sólo quedaroncomoavanzadasmisio-nalesalgunosterritorios marginales,entreellos lazonacruceña.

En SantaCruz, los veinticincoprimerosañosdel siglo ofrecierondoshechosdeindudablestrascendencia:enprimerlugarel replieguede los nú-cleosespañolesde poblaciónhaciael oeste,haciaCharcas,en segundolu-

‘~ Respectoa los jesuitasdela residenciadeSantaCruzen estaépocavéaseGAR-CIA RECIO: «La Iglesia...», pp. 273-282. En cuanto a la actividad en Juli del P. Die-go Martínez: ECHANOVE: «Origeny evolución...», p. 129.

‘~ ECHANOVE:«La idea jesuítica...», Pp. 140 y ss.‘~ F. MATEOSen la introducción a la Historia Generaldela Compañía...,vol. 1,

Pp. 45-46.

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gar el fracasode las últimasexpedicionesemprendidaspara el hallazgode los moxos (la de D. Juande Mendozade comienzosde siglo y las deSolís Holguín de 1617 y 1624)20,

Desdeel puntodevistadelaactuaciónmisionalde losjesuitasenSan-ta Cruz amboshechostuvieronampliasrepercusiones.Hastael abando-no de SantaCruz la Vieja en 1604 los religiososno hablandejadode rea-lizar misiones,de forma intermitente,a los gruposindígenasaccesiblesdesdeallí, como los itatines(situadosa unas30 leguasde dichaciudaden direccióneste)y, con posterioridada dichafecha,desde5. Franciscode Alfaro, evangelizaronsobretodo a gruposde indígenaschiquitos,aun-que ocasionalmentepudierantambiénllegar a otros másalejadoscomolos tapacuras21 La permanenciade las circunstanciasque ya indicamosparafinalesdel siglo xvi y la reducciónde los núcleoscolonizadorescru-ceñosa la ciudadde 5. Lorenzo de la Frontera,en las cercaníasdel rioPiray,privarona los jesuitasdel contactocori los gruposmencionadosenúltimo lugar abocándolesa dedicarsede forma casi exclusivaa los indí-genassometidosa los españolesy ubicadosen la propiaciudado en laschácaras,estanciaso haciendasde los colonos,situadashasta6 y 8 leguasde aquélla.La laborde los jesuitasen estesentidoeratantomáseficazynecesariaporsu conocimientode laslenguasindígenasy la escasezo inac-tividad de los mercedariosy el clerosecular22, La actuaciónde los jesui-tastuvo unaimportanciaañadidaen el campomisionalporcuantola ins-truccióny administraciónde los sacramentosa los indígenasreciénatraí-doso cautivadosen las repetidasmalocasde los cruceñosllegó aestarex-clusivamentea su cargo23 El númerode los naturalessometidossehabía

20 La denominaciónde «Moxos» para referirse a la «noticia rica»del norte ter-minó por substituir a la antes usada de «Paititi». Tanto para un análisis del mito comopara el desarrollo de las expedicionesdescubridorasvéaseOARCIA RECIO: Análi-sis..., cap. 1.

21 Relación del jesuita Gerónimo de Villarnao. 5. Lorenzo, 30-XI-1635; Relaciónde Lorenzo Caballero.5. Lorenzode la Frontera,22-XI-1635;Relaciónde FranciscoSánchez Gregorio. 5. Lorenzo de la Frontera, 24-XI-1635. Las tres en AOL, Charcas21, en un traslado en Potosí, 23-III-1636.

22 Carta de D. Antonio Calderón, obispo de Santa Cruz, al rey. [Mizque],1-lII-1619. AOL, Charcas 139; Información hecha a petición del procurador generaldeS. Lorenzo de la Frontera, 12-1-1640. AOl, Charcas 32; Relación del obispo de San-ta Cruz, fray Juan de Arguinao. Villa de Salinas, 15-XI-1650. Aol, Charcas 139. Qui-zá el testimonio más rotundo respecto a lo que afirmamos proceda del obispo D. Pe-dro de Cárdenas quien, en carta al rey <Mizque, 9-VIII-1684, AOl, Charcas 338), in-formaba de que los jesuitas de Santa Cruz «como coadjutores de los clérigosles aiu-dana catetisar[sic] los infieles y a confesarlosy predicarlesen susidiomas quesonmuchos,por serlas nasionesvarias,y las másvesesno poderlos clérigosacudira loqueacudenlos padres,por no estartan peritosen las lenguascomo los misioneros».

23 Informaciónsobreel trasladodela catedralde SantaCruz a Mizque. 5. Loren-zo, 4-XI-1724.AOl, Charcas388.

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reducido,sin embargo,de maneráespectaculardesdelos 11.000de 1585hastalos 3.000en los primerosañosdel siglo xvíí, los 416 dc 1639 y losmenosde 200 en 1650, cifra queparecese mantuvoa lo largo de la se-gundamitad del siglo 24 Estehecho,unido a la prácticahabitualen loscruceñosde asentara los indígenasde susencomiendasen las tierrasdesupropiedado tenerlosconsigoen suscasasen calidadde criadoshacíanporcompletoinviable la constituciónde un núcleopoblacionalqueunie-ra a todos los indios sometidosa los cruceños25

Los jesuitasdebieronáctuar también en muchasocasionescomopárrocosde los españolesatendiendotanto al culto como a la adminis-tración de los sacramentos26 A estadedicaciónes precisounir la labordesempañadáporellos en la educaciónde los cruceñosy su profundaim-bricacióncmi aquellasociedadque les habíallevadoacumplir un papelde mediacióny amortiguaciónde las tensionesdesatadasen el grupo decolónos21

Los reiteradosfracasosexperimentadosasípor los jesuitascomoporreligiososde otrasórdenesquetantodesdeSantaCruz comodesdeel áreaandinatrataronde adoctrinary convertira los chiriguanos(el grupo in-dígenaño cristianomásaccesibledesde5. Lorenzo) 28 impulsarona losjesuitasaapoyar,endiversasocasiones6los esfuerzosdelos cruceñosparallegar hastalos moxosy establecerseentreellos.

Los jesuitasde la residenciade SantaCruz no sóloparticiparonen las

24 OARCIA RECIO: Análisis..., cap. IV. Las últimas cifras al menos hacen refe-rencia á indios varones adultos exclusivamente.

25 Ibídem. Ya con anterioridad a la llegada de los jesuitas a Santa Cruz el merce-

dario fray Diego de Porres debía haber fracasado en su intento de reducir a los indiosque serviañ a los cruceños a único lugar por oposicióndeéstos,pesea háberobtenidode O. Francisco de toledo una provisión en la que éste apoyaba específicamente di-cha reducción. ProVisión de 13. Francisco de Toledo. Los Reyes, 18-XI-1577. AOL,Charcas 142.

26 Información hecha a petición de O. Juan de Alava y O. Lucas Rodríguez Na~vainuel. La Plata, 2’IX-1643. AOl, Charcas 152; Relación del obispo de Santa Cruz,fray Juan de Arguinao. Villa de Salinas, 15-XI-1650. Aol, Charcas 139; Pablo PAS-TELLS: Historia de la Compañíade Jesúsen la provincia del Paraguay.Libreríage-neral de Victoriano Suárez, Madrid, vol. 1, Pp. 242-243, notá 1.

27 José María GARCíA RECIO: El obispadodeSantaCruzde la Sierra en el si-glo tvñ¿ Tesis de licenciatúrápresentadaen la Universidadde Sevilla en 1984,cap. IV, 3.Z

28 Respecto al fracaso en la conversión de los chiriguanos véanse los trabajos deThierry SAJONES: «Jésuitas et franciscains face aux Chiriguano: les ambigílités de laréductionmisionaire»,en Eglise et politique en Amen4uehispanique (¡dé - ¡Sésié-clés). Elemeñtspour un débat. Presses Universitaires de Bourdeaúx. Burdeos, 1984,Pp. 133-159; «La guerra «salvaje» en los confines de los Andes y del Chaco; la resis-tencia chiriguana a la colonización europea», en Quinto Centenario,8, Madrid, 1985,PP. 103-126. También GARCíA RECtO: «La Iglesia...», Pp. 296 ~ ss.

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expedicionesde 1595,1617y 1624sino que, fracasadaséstas,llegaronaobtenerfinanciacióny a estimulara los cruceñosparaorganizarotro in-tentoen la décadade 1630,y a apoyaren la de los 50 unanuevaentradaque pretendíaencabezarel gobernadorDávila Padilla 29 En alguname—dida, la imbricaciónde los jesuitasde la residenciacruceñaen el gruposocial en el que se hallabaninmersosllevó a aquéllosa participarde lacreenciade susconciudadanosde quela expansióneuropeahaciaMoxossólo eraposiblemediantela utilizacióno al menosbajo la amenazade lafuerza,no habríaotra explicaciónparael hechode quelos jesuitasno lle-varana cabointentosseriosde extendersu actuaciónaMoxos de formaautónomaa lo largo de los primerossesentaañosdel siglo XVII. A reafir-mamosen estahipótesiscontribuyetambiénotrohechoqueprecisaalme-nosde algúncomentario:los jesuitasteníanencargadode forma explícitael evitar las entradasentreindios no cristianosen compañíade soldadosparaevitarverseinmiscuidos,frentea talesindígenasen lastropelíasquecon frecuenciasolíancometercon ellos los españoles~ A pesardel co-nocimientode ello y de la conscienciadel problemaquepodríagenerarseparala evangelizaciónde un comportamientocontrarioaestanorma,losjesuitasde SantaCruz,como hemosindicado,no vacilaronen participaren variasde las expedicionesa Moxos y, apesarde que trataronde des-vincularsede las crueldadesde los soldados,esprobableque no siemprelo consiguieran.Es cierto, no obstante,queraraveznosquedaconstanciade su participaciónen expedicionesde estricto carácterbélico o malo-queadoren las quesí participaronmercedarioso clérigosseculares,a pe-sarde que tambiénlo teníanvedado~‘.

Muestraasimismode un cierto conformismode los jesuitascon los

29 GARCIA RECIO: Análisisde una sociedad...,cap. 1. Aunque ya hicimos refe-rencia a ello, quizá no sea superfluo el hacer constar aquí el testimonio de un cruce-ño, Gregorio Jiménez, solicitado precisamente por los jesuitas en apoyo de su proyec-to expedicionario de 1635: «tuvo esta provincia tres padres santos de la Compañíade Jesús que desearon... [el descubrimiento de los moxos] notablemente, y a todas lasfac9iones que no seguían este rumbo las abominaban y tengo por muy cierto les haconcedido Nuestro Señor después de muertos lo que les negó en vida, que fueron elP. Diego de Samaniego y el P. Andrés Ortiz y el P. Angelo [Monitolal». AOl, Charcas

~ Carta del P. Claudio Aquaviva al provincial de Perú. Roma, 8-IV-1584, enEGAÑA: Op. cit., vol. III, Pp. 382-383; InstrucciónGeneral, P. Mercuriano, junio1593, en Ibídem, vol. 1, p. 536.

~‘ GARCíA RECIO: «La Iglesia...», Pp. 289-290. Para la participación del clerosecular en las malocas véanse: R. C. al virrey del Perú. Madrid, 18-XI-1660. AOl,Charcas 416, libro 5, fols. 285v-260; Titulo de capellán de entradas otorgado por13. Francisco Alvarez de Toledo a 13. Joséde los Reyes. Santa Cruz de la Sierra,24-V-1669. AOl, Charcas 98; Información de méritos y servicios de D. Bernabé Váz-quez de Molina. Santa Cruz de la Siena, 4-VII-1678. AOl, Charcas 98.

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comportamientosde los cruceñosy de toleranciahaciaellos es el hechode que falten a lo largode casi un siglo denunciasy condenasde la acti-vidad maloqueadoray de los abusosen el serviciopersonalde los indí-genas.Demostrabala persistenciade ambosaspectosen SantaCruz a lolargo de todo el siglo XVII 32, un par de botonesde muestranospermitenapreciarla veracidadde dichaafirmación. Las ordenanzasque Alfarohizo en 1604 pararegularo eliminarambascontravencionesde la legali-dad,precedentede las que más tardeél mismo promulgaríapara Para-guay y Tucumán,no tuvieronaquí ningún efecto,ni nos constaque losjesuitascruceñosapoyaran,comolo hicieronen aquellasdosprovincias,el cumplimientode talesnormas~ En 1640 el jesuitaJuanBlanco,su-periorde la residenciade SantaCruz,justificabaen cierta medidala rea-lización de maloca~para capturarindios, justificación que eraapoyadaporun mercedarioy otrosdosjesuitas~ Más aún,el contactoinicial delque derivaríala constituciónde la misión de los moxos se produjo en1667 cuando,rompiendode planocon todaslas reglasde lapropiaCom-pañíaasí como con las disposicionesciviles, el hermanoJuande Sotoacompañóa la expedicióncruceñacontralos «cañacuré»y «mazareonó».Aunqueéstase hizo bajo el pretexto de ayudara los caciquesaravacosdel alto Mamoréen-contrade los dosgruposcitados,enemigossuyos,p~-receclaro que la finalidad primordial no era sino la capturade indios,como lo eratambiénla de la mayorpartede las entradashechasso pre-texto de reducirindígenasde serviciohuidos~

Taleshechosindicabanen los jesuitasde SantaCruz unoscomporta-mientosque contrastancon la decididadefensade los indígenasque sus«correligionarios»llevarona caboen otrasáreaso conlos queadoptaríanmástardeen estamjsmazona.Sin embargoes-probablequela actituddelos jesuitasde la residenciadel orientebolivianono seasinootramuestramásdel procesadorglobal de los miembrosde la Compañíade laprovin-ciaperuanaduranteel siglo XVII. Nos referimosa suincardinacióny pe-netraciónen la sociedadde los colonizadores.La diferenciasehallaríaenel hechode que la sociedadcruceñadel siglo XVII eramuchomássimilara la peruanadel siglo anteriorque a la coetánea.En estesentidohabríaqueentendertambiénquela actitudde los jesuitasde SantaCruzobede-cíamásalas limitaelonesimpuestasporlas circunstanciasque aunade-

32 GARCIA RECIO: Análisis deuna sociedad...,caps. III y IV.

~ Las ordenanzas de Alfaro para Santa Cruz pueden verse en Actascapitulares...~ Parecer del P. Juan Blanco. 5. Lorenzo, 17-I-1640. AOl, Charcas 32. Véase el

análisis de este documento en GARCíA RECIO: Análisisde una sociedad...,cap.hL2.2.2.

~ David BLOCK: In search of El Dorado: Spanishentry into Moxos, a tropicalfrontier, 1550-1767. Tesis doctoral presentada en la Universidad de Texas en Austin,1980, Pp. 178-179; GARCIA RECIO: Elobispado...,cap. IV, 3.3.

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terminaciónautónoma.El aislamientodel núcleocruceñorespectoal res-to de los territorioscolonizados,la relativaindependenciaen la actividadde suscomponentesrespectoa las autoridadessuperioresy la incapaci-dadde éstasparaimponersea aquéllosdebieronllevar a los jesuitasa laconvicciónde quetodaoposiciónpor su parteal sistemaderelacionesen-tre cruceñose indígenas(tantolos sometidoscomolos insumisos)hubie-ra sido, apartede infructuosa,obstáculoparael desempeñode sus fun-ciones,así respectoa los indígenassumisos(encomendadosy yanaconas)comoen relacióna los propios colonos.

2. La creaciónde las reducciones.Planteamientosyproblemas

Conexocon lo anterior,llama la atención<le forma destacadael queel hermanoJuande Soto, al dar cuentade lo acaecidoen su entradaaMoxos de 1667 propusiera,parallevar a buen término el sometimientoy evangelizaciónde los indígenas,«escogerparaMaesede Campode estaempresaa un hombreprácticoen la milicia y quelos indiosconquistadosse encomiendenperpetuamente,obligándoselos encomenderosa pagarlas tasasquedebansusencomendados»~ Es evidentelo anómalode laspropuestasquedanporsupuestola utilizaciónde las armasparacumplirel objetivoapuntadoy quepretendenunaencoinendaciónperpetuade losindígenas,siendotal pretensiónalgo totalmenteolvidadoya porlos co-lonosparael conjuntodel ámbitoamericanodesdeel sigo XVI. Por otrapartela indicaciónde que fueranlos encomenderoslos que pagaranlastasasde los indios no tendríasentidosi la encomiendaala quese refiereel jesuitano fuesesino la conversiónde los indígenasen yanaconas,loque, en el fondo, no hacesino remitir a la aplicaciónde la encomiendade serviciosqueexistíaen SantaCruz desdehaciamásde un sigo ~

La primerade las propuestasdel hermanoJuande Sotocontrastaporcompletotanto con las lineas generalesde actuaciónde los jesuitasenAméricacomo con la legalidadvigenteque, al menosdesdelas Ordenan-zasde nuevosdescubrimientosde 1573,establecíaquela expansiónterri-torial del imperio se hiciera sin empleode las armas,usandosólo de lapredicaciónevangélica.Por supuestoque las autoridadesy los colonosamericanoshabíanignoradoen muchasocasionesestasdisposiciones,sinembargolos escasosresultadosdel uso de la fuerzallevabanparaestasmismasfechasa la Audienciade Charcasa insistir en quela penetraciónpacíficade los religiososeraun medio másadecuadoparala expansióncolonialque lasentradasarmadas.Estassuponíanun considerableesfuer-zo económicoy pérdidashumanasparaobtenerpocosfrutos. En el caso

36 Relación del hermano Juan de Soto. La Plata, 30-1-1668, en Rubén VARGASUGARTE:Historia delaCompañíadeJesúsen elPeni,vol. III, Burgos, 1965, p. 172.

~ GARCíA RECIO: Análisisde una sociedad...,cap. IV.

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del Paititi, por ejemplo,se podíaapreciarque tras 16 entradasa lo largode másde un siglo no sehabíafundadoni únasolapoblación,conlo queel escasoterritorio descubiertopermanecíaaúnlibre del controlhispano.Porotro ladode ella sederivabael quelos indígenas,continuamentehos-tilizados,sehabituarana la guerra,haciendomásdifícil el control totalsobreellosy propiciandoalzamientos38, En cuantoala segundapropues-ta del hermanoSoto,chocade lleno, porejemplo,con los enormesesfuer-zos hechospor los jesuitasparaguayosparaexonerara los indígenasporellos reducidosde la encomienday con la posibilidadqueparaello ofre-cían las leyes, al menosde forma temporal.Claro que estasexencionessólo eranaplicablessi la reducciónde los indígenaserapacífica~ En estecontextose muestraincongruentela justificaciónquede suspretensioneshaceel hermanoSoto: «quecon estamerced,5. M. no perderásusRealesintereses,y los indios seránbien tratados,y premiadoslos conquistado-res,y habrámuchosqúe vayany gastensushaciendasen estasjornadasy no seatemorizaránlos indios de la servidumbrequetemenahoradees-tas entradas,puesahoralos prendenparahaceresclavosy entonceslosmiraráncomo bienhechoresy les serviránen susmismastierrasy natu-raleza»~0. Creoque no esnecesariocomentartalesideas.

La opinión de Soto seríaprobablementela predominanteen SantaCruz,así al año siguiente,con ocasiónde unanuevaentradaarmadadelos cruceñospenetrótambiénhaciaMoxos,junto condichojesuita,el Pa-dre JoséBermudo.No espuesextrañoque cuandoel año 1669 el PadreJuliánAller, reciénllegadodel Perú,se adentróen Moxos observaraen-tre los indígenas«unahablilla, que nosotrosíbamosa engañary a descui-dar las gentesparaque después,con el seguro,entrasenlos españolesyse apoderasende ellos» “ y menospuedeextrañarnosque cuandoestos

38 Cartade la AudienciadeCharcasal rey. La Plata,21-VIII-1682. AOl, Charcas

25. Los últimos intentos de penetración militar hacia moxos se debieron a 13. Benitode Rivera y Quiroga, quien tras diversas tentativas desde la zona andina, obtuvo tam-bién, en apoyo de su esfuerzo, el gobierno de Santa Cruz. Carta de D. Antonio Lópezde Quiroga y 13. Benito de Rivera al rey. Potosí,16-III-1670. AOl, Charcas23.

~ Las Ordenanzas...de 1573 indicaban que si para pacificar a los indios convi-niese eximirlos de tributospor un tiempoo darlesotros privilegiosy exenciones,seles concediera. En 1607 una R. C. encargaba al virrey del Perú se eximiera de tribu-tos por diez años a los indios que se redujesen «a nuestra Santa Fe Catholica y obe-diencia mía por sola la predicación del evanjelio». Madrid, 30-1-1607. AOl, Charcas1. Diversas provisiones y cédulas obtenidas por los jesuitas paraguayos libraron defi-nitivamente de la encomienda a particulares a los indígenas de sus reducciones. HER-NANDEZ: Op. cit., vol. 1, Pp. 130-143, vol. II, Pp. 681-685.

40 En Leandro TORMO:«Historia demográfica de las misiones de Moxos. (Con-tinuación)», en Missionalia Hispanica. XXXVIII, núm. 114, Madrid, 1981, p. 284.

~‘ VARGAS UGARTE: Op. cit.. vol. III, p. 172; Relación del P. Julián Aller, su-perior de la misión de los mojos, al P. Luis Jacinto Contreras, provincial del Perú. Mo-

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religiosos pretendieronreducirlosa fin de poderevangelizarloscon másfacilidad, el rechazode los naturalesllegara hastael punto de pensarenmatara losjesuitas42, No obstante,esprecisohacernotarqueen contras-te, al menosaparente,con laactitudde losjesuitascruceñosel PadreAllerno ocultabasu satisfacciónporel hechode poderevitar,en suentradade1669, el llevar con ellos «cuatrosoldadosy un caboque el Gobernadorde SanLorenzo,DonSebastiánde Solabarrietay Arancibia,noshabíadis-puestoparael seguroy paralo queallá en laProvinciaseofreciere,todopordisposicióndel señorVirrey» ~

Los esfuerzosde los jesuitascruceñosdesdela expulsiónde los PadresBermudoy MIer y el hermanoSoto hasta 1674 resultaroninfructuososy quizátuvo parteen ello tanto la probablecontinuidaden las accionesmaloqueadorasde los cruceñoscomola propiaformade pensary actuarde los jesuitas.Ello incluida, por ejemplo,coznopareceindicar el PadreOrellana, el hechode que hubieranaceptadola protecciónde soldadosqueel virrey habíadispuestoy con la que los indígenassenegabanaem-barcara los misioneroscon destinoa sustierras ‘~. En estesentidopuedesernosreveladorel hechode que el PadreAller fuera nombradosuperiorde la misión, en lugarde concedersedichocaz-goa un jesuitacruceño,loque, sin duda,hubierasido lo lógico desdeun puntode vistameramenteabstracto.Tambiénnos lleva a conclusiónsemejanteel hecho de quecuandoen 1674 el visitadorPadreCaverodecidióexaminaren profun-didadla posibilidadde crearunamisiónen Moxos y nombróparaello atreshombres,ningunodeéstospertenecieraala residenciade SantaCruz.Más aún, al PadreMarbán,que iba en calidad de superior,se le dabanatribucionesparaque(de forma expresa)pudieraactuar«independiente-mentedel Superiorde SantaCruz»,y seinstníiaa los tresreligiososparaque«no lleven soldadosconsigo»~

Teniendoen cuentatodolo anterior,no noscabedudade quelos su-perioresjesuitasdel Perúhablanllegadoa la conclusiónde quela mayordificultadparaestablecerlas reduccionessehallaba,desdeluego,en el te-morde los indígenasa su capturaporlos cruceñosy quelos religiososdela residenciade SantaCruz se hallabandemasiadoimbuidosde la men-

jos, 9-IX-l 669, en Leandro TORMO: «El P. JuliánAller y su relacióndelosMoxos»,en MissionaliaHispanica,núm. 38, Madrid, 1956, p. 375.

42 Diego de EGUILUZ: Historia de laMisión deMojosen la RepúblicadeBolivia

escrita en 1696por elP. DiegodeEguiluz, publicadacon varios documentosreferentesa esamisión, biograftasy notaspor Enrique Torres Saldamando.Imprenta del Uni-verso. Lima, ¡884, p. 3.

~ Relación del P. Julián Aher, cit.. en TORMO:«El P. Julián de MIer...», p. 375.“ Carta del P. Orellana al provincial Martin de Jáuregui.Nra. Sra. de Loreto,

18-X-1687, publicada por V. M. MAURTUA:Juicio delímites entrePerú y Bolivia.Pruebaperuana,vol. X, Barcelona,1906.

~ VARGASUGARTE: Op. cit., vol. III, p. 23.

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talidadde susconciudadanos(y quizásdemasiadoasociadosa ellos enlamentede los indígenasinfieles) paralevantaruna nuevacristiandada laque se pudieradesligaren granmedidadel contactocon los colonos.Porotro lado, en nuestraopinión, los cruceñosno sólo no se opusieronini-cialmentea la actividadevangelizadorade los jesuitasentre los indíge-nas,sino quela habríanfavorecidopensandoque podíafacilitar su apro-piación de éstosparatomarloscomo manode obrabaratay porcomple-to dependiente.Más tarde,tantoen el casode Moxos comoen el de Chi-quitos, cuandolos jesuitasllegadosdel Perúo de Tarija respectivamentedecidieronacometerde forma másdecididala evangelizacióny reduc-ción, con la intención(expresao tácita)de constituir núcleoshumanosdesvinculadosde las actividadesde los colonos,surgió la resistenciadeéstos.La diferenciaen el comportamientode los españolesentreamboscasosfue sólo de caráctercuantitativo.Suoposicióna lasintencionesdelPadreArce fue tenaz e intensaen 1692 mientrasque la experimentadapor los PadresMarbán y Baracey el hermanoCastillo en 1674 fue máslarvada46, La razón de estadiferenciase hallan’~en quepara 1692, fun-dadasya variasde las reduccionesde Moxos, los cruceñoshabríanpodi-do experimentarlas desventajasqueparaellossuponíala creaciónde losfrentesmisionalesen las zonasque les surtíande manode obraodein-dígenasparavender.

No porque los jesuitasde Moxos prescindierandel apoyo de las ar-masespañolasy tratarande desvincularsede las accionesde los colonospodíanevitar el recelo de los indígenashaciaellos. El hermanoJoséCas-tillo dabacuentahacia 1680 de la persistenciade estesentimientoa pc-sarde que los españoleshabfanpasadode paz por sustierrasvariasve-ces ~ Claro esque probablementesu objetivo eracapturarhombresper-tenecientesa otros gruposcon los que los sacerdotesaúnno habíanto-madocontacto.El PadreAltamirano,porejemplo,mencionaunamalocade los cruceñosen 1681 48 y el propio Castillo en el mismo documentoque utilizamos másarriba indicabaque los españolesmaltratabany ro-

46 Respectoa la primera:Juan Patricio FERNANDEZ: Relaciónhistorial delas

misionesde los indiosChiquitosqueen el Paraguaytiene la CompañíadeJesús.Ma-drid, 1895, vol. 1, pp. 79-83; Relación breve del estado de la misión de los Cbiquiyos,en Jaime CORTESAO:Antecedentesdo tratado de Madrí, Jesuitase bandeirantesno Paraguai (1703-1751).Manuscritosda Colecdode Angelis,vol. VI. Biblioteca Na-cional. Divis&o de obras raras e publica~ées, 1955, Pp. 93-96; Estado de las misionesjesuíticas del Paraguay entre los Chiquitos..., en Ibídem, p. 236. Con respecto aMoxos: EGUILUZ: Op. cit., PP. 4-5.

~ Relación de la provincia de Mojos, s. d., en Manuel V. BALLIVIAN: Documen-tospara la Historia GeograficadeBolivia. Serieprimera. EpocaColonial,tomo 1. LasProvinciasde Mojos y Chiquitos. Ministerio de Colonización y Agricultura, Secciónde Estudios Geográficos.La Paz, ¡906, p. 343.

~ Citado por BLOCK: Op. cit.. p. 203.

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babana vecesa los indios, lo que suponíaparaéstosun escándalo,difi-cultandola evangelización.Comola justiciacruceñano sedistinguíapre-cisamenteporsu rigor en la aplicaciónde la legislaciónqueprotegíaa losindígenas,el jesuitahubode solicitarla ayudadelarcedianoquien «pro-nuncióun autode excomunióncontra los que desdey [sic] en adelantehicierena dichosindios algúnagravio»~. Lo dudosoesque, como Cas-tillo esperaba,tal disposiciónsurtieraalgúnefecto~

Sin embargo,la propiaactividadmaloqueadorade los cruceñostantoen el áreade Moxos comoen la de Chiquitosy en estaúltima, además,la presenciade otro grupocolonizadorcon intencionessimilares,el pau-lista,obraronala largaenbeneficiode la constituciónde los primerosnú-cleosreduccionales.El PadreBaraceya habíapercibidopara 1680,dosañosantesde la constituciónde la primerareducciónde Moxos, quelosindígenas,amenazadospor los misioneroscon su abandonosi no acce-dían a concentarseen pobladosmayores,fueron poco a poco cediendoanteel temorde que«los aviamosde dexar,que avíande perdersuscon-venienciasy queel españolavíade daren ellos,y reconociendoalgúnam-paroen nosotros,sevan con el tiempodesengañandoque no los recoge-mosparallevarlos cautivosy así van perdiendoel miedo, aunquesiem-pre con recelo»~‘. Si los indios de Moxos sólo percibierona posteriori laventajade aceptara los misionerosen relaciónconla protecciónfrentealos colonos,los de Chiquitos,por el contrario,pareceque solicitaronlapresenciade los jesuitasprecisamenteparaobtenerunosbeneficiospre-viamenteconocidosy entrelos cualeserael principalel liberarsedel aco-so de los colonoscruceñosasícomode la máslejanaamenazade los ban-deirantes52~ Ahorabien,si los indígenasutilizaronen su beneficioel am-

~ Relación de la provincia de Mojos, cit., Pp. 345-346.

50 A la ineficacia de este tipo de censuras eclesiásticas se refiere el propio obispode Santa Cruz, fray Hernando de Ocanipo, en carta al rey. 5. Lorenzo, í-XII-1626.AOl, Charcas139.

~‘ Relación del P. Cipriano Barace al provincial de Mojos, 7-V-1680, en VAR-GASUGARTE: Op. cii.. vol. III, p. 165: EGUILUZ: Op. cit., p. 54.

52 Eulalia MaríaLAHMEYER LOBO: CaminhodeChiquitosasMissóesGuaranísde ¡690a 1718. Cole9Ao da Revista de Historia. SAo Paulo, 1960, Pp. 22-24. No obs-tante, parece que los Chiquitos también mostraron una cierta resistencia a reducirsehasta que la cercanía de los bandeirantes facilitó el «que se juntasen unas parcialida-des con otras en pueblos grandes para poderse defender del enemigo». Anua jesuitade la provincia del Paraguay de 1698 a 1700, escrita por el provincialIgnaciodeFrías,en Leandro TORMO:«El canario Joséde Arce y los orígenes dc las misiones de Chi-quitos», en IV ColoquiodeHistoria Canario-Americana.Cabildo Insular de Gran Ca-naria. Las Palmas, 1982, vol. 1, p. 391. Es aún más claro al respecto el caso de los chi-riguanos que, tras un período de evangelización por los jesuitas en la década de 1680,se negaron a reducirse indicando que sólo pretendían servirse de los religiosos «comoescudo contra los españoles», en VARGASUGARTE: Op. cii., vol. II, p. 184.

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parootorgadopor los jesuitasrespectoa los colonos,los religiosos,segúnelobispo Mimbela tambiénse sirvieron en ocasionesdel temorque las mar-cascausabanen los naturalesparalograr su reduccióna cambio de dichaprotección53.Al contrariotampocofaltan testimoniosqueindican cómoenChiquitos, en algunaocasión,los españolesinteresadosen evitar la reduc-ción de los indios esparcieronentre ellos la ideade que los religiosos noeransinoportuguesesdisfrazadosquelos reuníanparafacilitar su captura54.

El propio Jaimede Mimbela afirmabaque la importanciadel temorde los indígenasa los colonoseratal que«aquellosindiosaqueno an en-tradoaúnlos españolesdificilimamente[sic]seatraen,y esto, segúnlas no-ticias que e adquirido, lo tengopor cierto» ~. Por el contrario, los testi-moniosdejadospor los jesuitasa esterespectoparecenindicar algo total-mentedistinto, asegurandoqueal menosalgunosdelos gruposindígenasqueno hablanvisto jamása los españolesse reducíancon granfacilidad,siguiendoa los misioneros«comova el ganadotrassu pastor».A ello ha-bríacontribuidoel impactoy la fascinaciónporlo desconocidoque mos-trabanlos naturalesantehombresde distinto color, con atuendosy ani-malesnuncavistos...56,

Conociendolos criteriosy la formade pensarde los jesuitasy tenien-do encuentaquelos cruceñosno estaban,lógicamente,dispuestosaaban-donarsushabitualesmalocas,el choqueentreunosy otros fue inevitabley los teligiosos,parasalvaguardade las reduccionesya creadasy el man-tenimientode susexpectativasde expansión,solicitaronla ayuday el apo-yo de las autoridadessuperiores,asíen 1700obtuvieronde la Audienciade Charcasuña provisiónque, referidatantoa la zonade Moxos comoala de Chiquitos,prohibía el gobernadorla entradade los habitantesdeSantaCruz,bajo ningún pretextoy de formaespecialpara«debelaro cas-tigarnacioneso gentealgunade lasregistradasporlos padresmisioneros,amistadoso vecinasde las misiones...»,salvo «en casode serllamadooavisadopor el padresuperiorparaello» ~‘.

~ Cartadel obispode SantaCruz al rey. Mizque, 28-11-1719.AGI, Charcas375.~ Variosyuntosde un jesuitamisionerode Chiquitospararesponder...,C. 1730,

en CORTESAO:Antecedentes....p. ¡47; FERNANDEZ: Op. cit.. vol. 1, pp. 238-329;R. C. ala Audiencia de Charcas. Madrid, 13-111-1720. A persuadirles de la certeza deeste extremo contribuía al hecho de que ¡os bandeirantespaulistashubiesenutilizadoen más de una ocasión este método para atraer y cautivar a los indígenas. IvaniceFRAZAODE LIMA E COSTA: Las reduccionesde los chiquitosenel siglo xviii. Te-sis doctoral inédita presentada en la Universidad de Sevilla en 1981, fol. 33.

~ Carta al rey. Mizque, 28-11-1719.AGI, Charcas 375.56 Carta del P. Estanislao Arlet al general de la Compañía. Misiones de Moxos,

1 -IX-l 698, en Cartas edificantesy curiosasescritasdelas misionesextrangeraspor al-gunosmisionerosde la Compañíade Jesús. Imp. viuda de Manuel Fernández. Ma-drid, 1753-1757, vol. 1, Pp. 157-158.

~‘ R. P. de la Audiencia de Charcas. La Plata, 9-XI-1700, en RAH, col. Mata Li-

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Decualquiermanera,ni los cruceñoscesaronen susexpedicionesma-loqueadoras,ni los religiosospudierondejarde ver perjudicadasu acti-vidadevangelizadoraa causade ellas.Los maloqueadoresno sólo despo-blaronampliosespaciosal capturar,poneren fuga o matara los indíge-nassinoque, en muchasocasiones,arremetieroncontragruposde indiosyaen contactocon los jesuitasy, a veces,dispuestosparareducirse58, En1719 el obispoMimbela, al dar cuentade nuevaspeticionesde los jesui-tas a las autoridadesparatratarde erradicarlas malocasy de la reitera-ción de los mandamientosde lasautoridadesparasu prohibición asegu-rabaque«los españolesdesdequehan pobladoal principio en SantaCruzde la Sierra, han hechocasitodos los añosentradasalas vecindadesin-fieles, en queapresangenteparael serviciode suscasasy cultibo de sushaciendas»~ Enconsecuencia,el nivel de rechazode los indígenashacialos cruceñoseratal que el PadreBurgespodíaafirmar para1702, en loreferentea Chiquitos,que«no aborrecenmenosa los españolesquea losmamelucosdel Brasil» 60 Lo que eralógico teniendoen cuentala simili-tud en las actuacionesde ambosgruposde colonos.Estoshechosy otrascoincidenciaspuntualesllevarona vecesa los indígenasa reafirmarseensustemoresdequelos jesuitaseranen realidadespíaso agentesde los cru-ceñosy que el reducirlosno era sino asegurarlosparaque fuerancaptu-radoscon másfacilidad6!, lo queagravabala dificultad parala recepcióndel mensajeevangélico,ya que los indígenasno aceptabansiquieraescu-

nares,tomo 56, fols. 138-152. Esta provisión establecíapenade 4.000 pesospara elgobernador que contraviniere lo dispuesto en ella y fue confirmada por el virrey obis-po de Quito, quien elevó la pena a 5.000 pesos. R. C. a la Audiencia de Charcas. Ma-drid, 13-111-1720, en MAURTUA: Op. cit.. vol. X, Pp. 47-48. Según un documentoponerior de origen jesuita, con anterioridad a estas disposiciones, y probablemente apetición de los misioneros de Moxos, el virrey Conde de Castellardespaché«provi-sión en que manda que quando los vezinos de Santa Cruz entren a sus corredurías,no pasen por 30 leguas de distanciade dichasmisionespor evitardichosdaños».Va-rios puntosde un P. misionerode chiquitos...,en CORTESAO:Antecendentes....p.145.

58 Las malocas afectaron tanto a la zona de moxos como a la de chiquitos a lolargo de los primeros veinte años del siglo XVIII. Pueden verse testimonios al respectoen Lucas CABALLERO: Relaciónde lascostumbresy religión de los indios Manasi-cas. Librería general de Victoriano Suárez. Madrid, (933; FERNANDEZ:Op. cit.,vol. 1, Pp. 236-240, vol. II, Pp. 73-74; Varios puntos de un P. misionero de Chiqui-tos..., C. 1730, en CORTESÁO:Antecedentes...,p. 143; R. C. a la Audiencia de Char-cas. Madrid, 13-111-1720, cit.

~ Cartadel obispode SantaCruz al rey. Mizque, 28-11-1719. AGI, Charcas 375.60 Estado de las misiones jesuitas del Paraguay entre los Chiquitos, por el P. Bur-

ges, 1702, en CORTESÁO:Antecedentes...,p. 243. Este rechazo suponía sin duda, unpeligro para los religiosos que se aventuraban entre ellos a fin de evangelizarlos.

61 Varios puntos de un jesuita de Chiquitos para responder...,C. 1730, cit.,Pp. 143-144 y 151; R. C. a la Audiencia de Charcas. Madrid, 13-III-1720.

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chara los misioneros.Aún más,ya que los cruceños,como españoles,erancristianosy el evangelioque los misionerospredicabana los indíge-nasmandabaamaral prójimo y no hacermal anadie,catecúmenosy neó-fitos no podíanpor menosquepreguntarseporqué aquéllosactuabanencontrade los mandatosdel cristianismo62 Nos encontramos,pues,antela cuestióndel mal ejemplode los españolesparalos indígenasqueseha-llaba planteadodesdemediadosdel siglo XVI.

El problemade las accionesarmadasde los cruceñosen las cercaníasdelas áreasmisionalespudoverseacentuadopor la propiaactitudde losjesuitasen algunoscasosconcretos.Si volvemosa examinarel texto dela cédulade la Audienciade Charcasde 1700 aque nos referimosante-riormente,podremosobservarque se dejaabiertala posibilidadde quelosjesuitaspuedanrecurrir,en casode creerlopreciso,a lasarmasde loscolonos.Enprincipio podríapensarsequeéstaerasólounaprevisióncau-telar con escasasposibilidadesde serusada,sin embargosi esto fue asíenChiquitosno sucediólo mismo en Moxos. Block nosindicaqueen lafasede creacióny expansióndel segundoconjuntomisionallos misione-rosrecibieronayudade SantaCruz en al menoscuatroocasiones.Nos re-feriremosbrevementea dos de ellas. En 1697, tras el alzamientode losmoysutis,entre los que se encontrabanmisionerosdominicos,la altera-ción de los indígenasse extendióa la reducciónjesuitade 5. Borja, cuyosintegrantesexpulsarona los misioneros.El fracasode los esfuerzosde losreligiosos desdela reducciónde 5. Ignacioparaapaciguara los rebeldescondujo,finalmente, a la intervenciónde una huestede 5. Lorenzoquepermitióde nuevoa los misionerosvolver a la reduccióny restaurarla63,

En 1702, tras la muertedel PadreBaracea manosde los baure,penetróen sustierras,paracatigarlos,un «campo»de cruceñosacompañadoporun fuertecontingentede auxiliares indígenascristianos.Aunque,segunVargasUgarte,dosjesuitasse unierona los expedicionariosparaasegu-rarsede que «no se cometiesenexcesosy fueseel escarmientomodera-do»,el resultadofue que«setomaroncomounosdoscientoscincuentaencalidadde rehenesy se ahorcóa uno de los principalesautoresdel deli-to» ~.

Taleshechos,aprobadospor los jesuitas,no dejande mostrarunaac-titud peculiarde éstosque contrastaclaramentecon suspretensionesdeevitar cualquierintromisiónde los colonos,másaún, si se tratabade ex-pedicionesarmadas.Desdeluego en el marcoteórico del sistemajesuitaparala evangelizaciónno encajala utilización de estetipo de recursosenlascircunstanciasen queseemplearon.Porotro ladoeslógico quelos cru-

62 CABALLERO: Op. cii., p. 19; R. C. a la Audiencia de Charcas. Madrid,

13-III-1720, en MAURTUA: Op. cit., vol. X, Pp. 46-47.63 BLOCK: In search...,Pp. 217-218y 208.64 VARGAS UGARTE: Op. cit., vol. III, p. 59; BLOCK: Op. cit., Pp. 212-213.

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LosjesuitasenSantaCruzdela Sierra hastalos iniciosdelas reducciones... 91

ceños,al observarestaactitud de los jesuitas,concluyeranquesi éstosso-licitaban su ayudaarmadacontralos indígenascuandoa ellos les conve-nía, bienpodíanorganizartambiénentradasarmadasporsu propiacon-venienciasiemprequeéstasno se dirigierandirectamentecontralos in-dígenasya cristianos.En estesentidoel procederde los misionerosten-deríaa estimularel intervencionismode los colonos.

Al problemade la actividadmaloqueadorade los cruceñossevino asumar,como indicábamosanteriormente,la presenciade los bandeiran-tes. Estoshabíanhechosu apariciónen el distrito de la gobernaciónporvez primerahacia1637, cuando,atravesandoel Paraguay,llegaronhastala zonadondeestuvoubicadaSantaCruz la Vieja 65 Desdeentoncessusexpedicionesal áreaserepitieronen diversasocasionesy los jesuitase in-dígenasde las reducciones,contandoen algunaocasióncon la ayudadelos cruceños,hubieronde defendersede ellas.

Los documentosrespectoa las expedicionesde los bandeirantesen lazonano son suficientementeclarosni congruentesparaindicar el núme-rode las bandeirasquealcanzaronel áreaen la décadade 1690 ni las fe-chasy resultadosde cadauna de ellas.Sí estácomprobadoel hechodeque unade ellas,la de FerraezAraujo, llegó a lazonade Chiquitoscuan-do la primerareducciónestabacasireciénfundaday quelos indígenasre-ducidos,apoyadosporunahuestecruceña,la causaronunaderrotaaplas-tante66 Conposterioridadseprodujeronnuevasexpedicionesde los pau-listashacia 1717 y 1724 al metxos67 Si el dañocausadopor los portugue-sesno llegó a alcanzarlas cotasde las malocashechaspor los cruceños,no dejó de teneren permanenteinquietuda las reduccionesy los trasla-dosque originaronperjudicaronlas perspectivasde reducira otros indí-genascercanos,al menosdurantealgúntiempo 68 Tambiénen Moxoshi-cieronlos paulistasactode presencia,navegandopor el río Maderay lue-go porel Mamoréhastallegar a la reducciónde Exaltación(la mássep-tentrionalde estasmisiones),en 1723. Esteprimercontactofue de carác-terpacífico69 Las repercusionesmásimportantesdel acercamientode los

65 GARCíA RECIO: Análisis de una sociedad...,cap. II, 4.66 Estado de las reducciones jesuíticas del Paraguay entre los Chiquitos, por el

P. Burges, 1702, en CORTESÁO:Antecedentes...,Pp. 236-244; LAHMEYER:Op. cit.,Pp. 3 1-34; Cap. V, epígrafes 8 y 9 de las anuas jesuitas del Paraguay de 1698 a 1700escritas por el provincial Ignacio de Frías, en TORMo: «El canario José de Arce...»,Pp. 392-393; R. C. al obispo del Paraguay. Madrid, 26-XI-1706. RAH, col. Mata Li-nares, tomo 101, fols. 236-238.

67 LAHMEYER: Op. cit., p. 62; Carta de D. Francisco Antonio de Argomosa, go-bernador de Santa Cruz, al rey.S. Lorenzo de la Barranca, 6-X-1724. AGI, Charcas 159.

68 FERNANDEZ: Op. cit., vol. 1, p. 105.69 Carta de D. Francisco Antonio de Argomosa al rey. 5. Lorenzo de la Barranca,

6-X- 1724. AGI, Charcas 159. VARGASUGARTEda para este hecho la fecha de1722. Op. cit., vol. III, PP. 77-79.

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portuguesesal áreade los Llanosde Moxos serán’muyposterioresy caenfuerade nuestroámbito cronológico.

Creoquedasuficientementeaclaradoel hechode quelos jesuitasvie-ron fuertementemediatizadasu actuaciónen SantaCruz por los condi-cionamientosquea su laborsupusola actitudde los cruceños,perotam-bién que, apanede lo anterior, se dejaroninfluir de forma importanteporel ambienteen el que vivían bastaconvivir y consentircon actitudesquehubieranresultadoinadmisiblesparalos jesuitasde otrasáreas.Elloexplicael hechode quela expansiónmisionaljesuitaen Moxos y Chiqui-tos sehalle relacionadacon la labordesarrolladaen dichasáreaspormi-sionerosdirectamenteprocedentesdelexterior,biendel Perú,biendeTa-rija. Porotra parte,al tatar de comprenderestoshechoshemosde teneren cuentaque los cruceñosactuarondurantetoto el siglo xvii de formabastantelibre respectoa lo dispuestopor la legislaciónvigente y porlasautoridadesy que éstas,igual que los jesuitas,se vieron impotentes,enmuchoscasos,paracombatirtalesactitudes.