Los Laicos en La Iglesia

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una visión positiva del laico

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IntroduccinEl concilio Vaticano II, los documentos eclesiales, las conferencias episcopales, y las reflexiones de un sin numero de telogos, invitan a la Iglesia a tomar conciencia de su misin en este mundo.

La labor de los laicos es un tema que la Iglesia debe estar al tanto. Se sabe que los laicos tienen una misin muy cercana a la esencia de la Iglesia. Sin embargo hoy en da los laicos han cobrado una relevante importancia en la tarea evangelizadora.

El mundo moderno inmerso en un sin fin de dificultades donde los caminos cada da se alejan ms de la presencia divina, refleja una necesaria revaloracin de las tareas de todos los fieles en cuestin evangelizadora por la santificacin del mundo, mundo en donde los laicos desempean sus labores da con da.

Por eso la Iglesia necesita dar testimonio de Cristo, centro y gua de la vida humana, en todos los mbitos: familiares, sociales, polticos, econmicos, culturales, eclesiales, etc. En cualquier lugar debe estar presente siempre la intencin de santificar la vida misma, y los laicos son los indicados para poder realizar esta importante tarea en medio del mundo.

Despus de haber participado directamente en el Centro Vocacional descubr esta misma necesidad, no slo por la escases de vocaciones sacerdotales y religiosas, sino porque los laicos tienen un alcance mayor en los estratos donde se desarrollan los hombres.

A lo largo de este trabajo trataremos de especificar las caractersticas principales que tiene la figura laical, en s misma y para con la Iglesia. Esto en cuatro secciones que gua hacia una labor y participacin local.I. Iglesia, misin y naturaleza: huella en la esencia los fieles cristianos

Queda en claro que la misin de la Iglesia es anunciar y establecer el Reino de Cristo y de Dios, en medio de todas las gentes, y constituye en la tierra el germen y el principio de este Reino. Ella, en tanto, mientras va creciendo poco a poco anhela el Reino consumado, espera con todas sus fuerzas, y desea ardientemente unirse con su Rey en la gloria (LG 5). Para llevar a cabo esta misin es necesaria la participacin de todos los miembros del cuerpo de Cristo. Pues a la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros y todos los miembros no tienen la misma funcin, as nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo y todos miembros los unos de los otros (Rom. 12, 4-5).

Tomar conciencia de esta incansable labor del cuerpo mstico desde nuestro ser de bautizados que configurados con Cristo sacerdote, profeta y pastor, sentirse corresponsable en la edificacin de la sociedad segn los criterios del Evangelio, con entusiasmo y audacia[footnoteRef:1], es compromiso de todos los fieles cristianos. [1: Benedicto XVI, Discurso de inicio de Aparecida, No.5 ]

La naturaleza de la Iglesia es el conjunto de mysterium communionis, y que supone una realidad compleja, invisible y visible (cf. LG 8). La Iglesia va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios anunciando la cruz y la muerte del Seor, hasta que El venga (cf. 1 Cor., 11, 26). (LG 8). La Iglesia no es un conjunto de personas que piensan igual, con la misma ideologa, es una congregacin para entregarse a ella, siendo participes de su misin y naturaleza. Es una comunidad fraterna signo que se percibe en la vivencia de la alegra de ser discpulos y misioneros. Estamos llamados a ser Iglesia de brazos abiertos, que sabe acoger y valorar a cada uno de sus miembros. [footnoteRef:2] [2: Benedicto XVI, Mensaje final de Aparecida, No. 3]

Quienes conforman la comunidad de la Iglesia son los cristianos, los discpulos de Cristo. Con la palabra cristianos se designa el fundamento comn de todos los miembros de la Iglesia. Todos son fieles cristianos[footnoteRef:3]. Llamados a cumplir la misin. [3: Cfr. Voz: Iglesia, Izquierdo, C. Diccionario de Teologa, EUNSA, Pamplona, 2007]

La misin salvfica de Cristo, dada a todos los fieles cristianos por su bautismo, esta en estrecha relacin a su triple potestad y funcin de sacerdote, profeta y rey, y ha visto la estructura de la Iglesia cono una realidad consagrada en la que Cristo, por su Espritu, le otorga su triple munus en orden a hacer actual en el mundo la misin salvfica del Seor.[footnoteRef:4] El bautismo no slo otorga esta triple cualidad, sino que por l, se despliegan una variedad de vocaciones en la Iglesia, que tipolgicamente se han reducido a una triple modalidad: Laicos, religiosos y sacerdotes [footnoteRef:5]. [4: Voz: Iglesia, Izquierdo, C. Diccionario de Teologa, EUNSA, Pamplona, 2007] [5: BUENO, E., Sapientia Fidei, Serie de manuales de teologa, Formas de Existencia Eclesial, BAC, Madrid, 1998, p. 163]

Dado que el laico es una figura eclesial que recientemente se ha reflexionado teolgicamente, y en la actualidad es una figura participativa dentro de la Iglesia, se tratar de especificar precisamente el triple ministerio que debe desarrollar para cumplir con su misin y santificacin.

II. Fieles laicos

Era ordinario a ver a la Iglesia se vea como una pirmide: papa, obispos, sacerdotes, que presiden, ensean, santifican, gobiernan, con autoridad y poder; y que en la base de esta estructura esta el pueblo cristiano, pasivo y receptivo, como en un lugar inferior y secundario[footnoteRef:6]. A partir del Concilio se tuvo un gran cambio en esta perspectiva, ya desde la primera el Obispo de Brugge observaba: [6: Cfr. KLOPPENBURG, B. Eclesiologa del Vaticano II, Paulinas, Bogot, 1974, p. 223]

Se debe notar que la potestad jerrquica es apenas algo transitorio. Pertenece al tiempo de la peregrinacin terrestre. En la otra vida, en el estado definitivo, ya no tendr objeto, pues los elegidos habrn llegado ya a la perfecta unidad en Cristo. Lo que permanece es el pueblo de Dios, lo transitorio es el ministerio de la jerarqua. [footnoteRef:7] [7: KLOPPENBURG, B. Eclesiologa del Vaticano II, Paulinas, Bogota, 1974, p. 223]

El laico como parte del pueblo de Dios y como miembro de la Iglesia tiene en s mismo una misin concreta a la que tiene que responder. Antes de describir esta misin en su triple ministerio, veamos quienes son los laicos en la Iglesia.

El Concilio Vaticano II dice en el no. 31 de Lumen Gentium que: Por el nombre de laicos se entiende aqu todos los fieles cristianos, a excepcin de los miembros que han recibido un orden sagrado y los que viven en estado religioso reconocido por la Iglesia, es decir, los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, constituidos en Pueblo de Dios y hechos partcipes a su manera de la funcin sacerdotal, proftica y real de Jesucristo, ejercen, segn sus posibilidades, la misin de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo

Partimos aqu que la definicin que nos ofrece el concilio es una descripcin tipolgica. Es decir lo que es distintivo o especfico en cuanto est asociado en la misin salvfica de la Iglesia. El obispo Kloppenburg, que particip como perito en el concilio, menciona tres elementos caractersticos que tiene esta definicin[footnoteRef:8]. [8: Cfr. Kloppenberg, Eclesiologa del Vaticano II, Paulinas, Bogota, 1974, pp. 224-226]

a) Elemento genrico pasivo: se dirige al laico por igual como miembro del Pueblo de Dios, lo ubica en una accin activa dentro de la Iglesia y lo hace participe de los tres poderes, de ensear, de santificar y de regir, es decir la misin general de la Iglesia.b) Elemento Negativo: Se describe como el que no es clrigo y el que no es religioso o que tampoco es religioso-clerical.c) Elemento especfico y fundamental: despus de que el concilio lo caracteriza por su carcter secular, lo distingue con su vocacin concreta, tambin ubicada en el no. 31 de Lumen Gentium A los laicos les pertenece por propia vocacin buscar el reino de Dios tratando y ordenando, segn Dios, los asuntos temporales. Ah estn llamados por Dios a cumplir su propio cometido, guindose por el espritu evanglico, contribuyan desde dentro a la santificacin del mundo A ellos muy especial, corresponde iluminar y organizar todos los asuntos temporales a los que estn estrechamente vinculados, de tal manera, que se realicen continuamente segn el espritu de Jesucristo y se desarrollen y sean para la gloria del Creador y Redentor.

III. Triple ministerio, dos funciones

Despus de identificar cual es la definicin y descripcin que se tiene de laico a lo largo de los documentos de la Iglesia, sobre todo en la Lumen Gentium es importante determinar cual es el ministerio del laico, su funcin, su misin concreta y su labor pastoral para con el mundo y con la Iglesia.

Nos hemos encontrado que el bautismo nos da a todos los cristianos nuestra misin. El bautismo es la base para una alternativa de vida cristiana: a) como vida nueva que los hijos de Dios consagran al Padre; b) como el acto por el que son revestidos de Cristo; c) como uncin del Espritu Santo d) como participacin del triple oficio de Cristo.[footnoteRef:9] Es de remarcar una advertencia, que cuanto laicos, esta participacin se manifiesta de modo propio, segn sus dones y carismas y su condicin de vida[footnoteRef:10], en el mundo, el lugar teolgico que ahondaremos ms adelante. [9: Rovira, J. Vaticano II: Concilio para el tercer milenio, BAC, Madrid, 1997, p.136] [10: Voz: Laicos, Izquierdo, C. Diccionario de Teologa, EUNSA, Pamplona, 2007]

Los laicos se ofrecen ellos y sus actividades a Dios (oficio sacerdotal), son testigos de la Resurreccin (oficio proftico) y vencen el pecado del mundo mediante el amor fraterno (oficio real)[footnoteRef:11]. De modo concreto se ven en los nmeros 34, 35 y 36 de la Lumen Genitum. [11: Cf. Rovira, J. Vaticano II: Concilio para el tercer milenio, BAC, Madrid, 1997, p.136]

a) Oficio sacerdotal: Todas sus obras si son hechas en el Espritu se convierten en sacrificios espirituales aceptables a Dios por Jesucristo (cf. 1Pe, 2, 5). Que en la celebracin de la eucarista se ofrecen al padre junto con la oblacin del Cuerpo del Seor. De este modo as tambin los laicos, en cuanto adoradores, obrando santamente en todo lugar, consagran a Dios el mundo mismo (cf. LG 34).

b) Oficio proftico: estn llamados a hacer que resplandezca la novedad y la fuerza del Evangelio en su vida cotidiana, familiar y social, a expresar, con paciencia y valenta, en medio de las contradicciones de la poca presente, su esperanza en la gloria tambin a travs de las estructuras de la vida secular. (cf. LG 35)

c) Oficio real: de modo particular estn llamados para dar de nuevo a la entera creacin todo su valor originario. Cuando mediante una actividad sostenida por la vida de la gracia, ordenan lo creado al verdadero bien del hombre. (cf. LG 36)

J.M.R. Tillard nos sintetiza esta reflexin en dos funciones[footnoteRef:12]. La primera tiene como objetivo la realizacin progresiva del misterio de la creacin, al ritmo de un compromiso sincero en las estructuras del mundo en que vive y en el proceso del desarrollo humano. Tiene la tarea de salvar el progreso de la humanidad, purificndola de los males, egosmo, y explotacin de los dems conducindola a la superacin que brote del amor y de la donacin. Esta es una doble accin temporal y escatolgica, dinamismo inseparable hacia el acontecimiento del Reino de Dios que lo es todo en todas las cosas (1Cor 15, 28). [12: Tillard, J.M.R., Centro dinmico de la Iglesia: los laicos, Revista Selecciones Teologa, Enero-Marzo, No. 25, 1968]

La otra funcin que marca la esencia eclesial del laico es el testimonio. Acto honesto de pobreza que manifiesta el descubrimiento de un ms all de s mismo, inspiracin y energa de toda su actividad. El evangelio mismo es acontecimiento, accin de Dios, antes de ser doctrina. La accin de los laicos tiene un sentido de manifestacin epifana, de la comunin ntima que une a Cristo con cada uno de los bautizados.

IV. El Apostolado laical

El apostolado es el tiempo para desempear estas tareas, el mundo es el lugar concreto. Es una diferencia especfica positiva, puesto que el bautizado est dedicado a los fines temporales. Segn Christifideles laici, es el lugar, el mbito, el medio y la ocasin de la santidad. El mundo no es slo un lugar sociolgico sino lugar teolgico. Condicin propio de la vida bautismal (ChL 17). Esta dedicacin la debemos ordenar como consagracin del mundo, equiparable a la participacin en el oficio sacerdotal de Cristo[footnoteRef:13]. Muy claramente lo dice el Concilio Vaticano II, son conceptos equivalentes y se entienden como oblacin espiritual: [13: Cf. Rovira, J. Vaticano II: Concilio para el tercer milenio, BAC, Madrid, 1997, p.136]

Pues todas sus obras, plegarias y proyectos apostlicos, la vida conyugal y familiar, el trabajo cotidiano, el descanso del alma y del cuerpo, si se realizan en el Espritu, incluso las molestias de la vida si se sufren pacientemente, se convierten en "hostias espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo", que en la celebracin de la Eucarista, con la oblacin del cuerpo del Seor, se ofrecen piadossimamente al Padre. As tambin los laicos, en cuanto adoradores, obrando santamente en todo lugar, consagran a Dios el mundo mismo. (LG 34)

Podemos ver dos caractersticas principales que ayudan a desempear mejor los ministerios y las funciones de los laicos. Primero es la santificacin de la vida conyugal y familiar y segundo la santificacin de sus propias actividades profesionales el trabajo cotidiano, el descanso del alma y del cuerpo.

Esto quiere decir que los casados han de explotar las gracias que les confiri el sacramento del matrimonio para desempear dignamente sus obligaciones como esposos y esposas y, como padres y madres. Hay que recalcar que es la primera nota caracterstica de la vida de los laicos. En el segundo caso cabe mencionar que el simple hecho de cumplir con nuestra profesin temporal por lo mismo que es una labor terrena y natural no es santificante, sino que es necesario santificarla, cristianizarla, elevarla al orden sobre natural. Para esto podemos observar tres cosas: 1) debe tratarse de una profesin honrada y legtima en s misma, 2) que se viva la profesin en estado de gracia, 3) Que la caridad sobrenatural ejerza su influjo en el desempeo de la propia profesin de una manera cada vez mas intensa y actual. Cuando se tienen estas tres condiciones el ejercicio del ministerio laical se convierte en instrumento de salvacin[footnoteRef:14], personal y comunitaria. [14: Royo, A. Teologa de la perfeccin cristiana, BAC, Madrid, 2002, p. 868]

ConclusinLa eclesiologa actual nos brinda la oportunidad de que todo el pueblo de Dios tenga un participacin concreta y especifica. La reflexin de la Iglesia ha llevado a que todos los bautizados se sientan responsable en esta participacin, puesto que es una labor comunitaria, y es obligacin de todos los bautizados asumirla.

Esto ha dado pie a que los sacerdotes, religiosos y laicos vayan tomando su lugar, y sobre todo a realizar lo que les corresponda a cada uno. El laico, digmoslo de esta manera, es el ltimo agregado a esta cadena de acontecimientos. No haba estado fuera, sino que estaba de espectador, sin participacin, opinin y mucho menos sin decisin.

Gracias a que el Vaticano II nos present una eclesiologa comunitaria, de participacin y abierta, el laico ha sabido entrar a la dinmica de la Iglesia, de la evangelizacin, y de la santificacin del mundo. Ha tomado fuerza, se ha reflexionado en torno a su figura, y la importancia de su presencia, ya no es espectador, ahora se ha convertido en el centro dinmico de la Iglesia, en un elemento activo del movimiento evangelizador. Su presencia ahora es necesaria.

Pudimos ver a lo largo del trabajo las notas caractersticas para que esto pudiera suceder. Las cualidades que se tuvieron a bien reflexionar para que rescatramos su esencia. El Concilio nos brindo los elementos que a lo largo del postconcilio se ha hecho una labor titnica y se sigue haciendo para que la figura laical tome el lugar que le corresponda, no como ayuda para los pastores y religiosos, sino al mismo nivel pastoral que el resto de la Iglesia.