Los limites de Europa.pdf

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  • AcAdemiA europeA de cienciAs y ArtesespAA

    9 78 8 4 6 1 2 5 5 1 8 4

    ISBN 978-84-612-5518-4

    Los Lmites dee U R o P A

    Antonio RemiRo BRotns (ed.)

    PAz AndRs senz de sAntA mARA LUis PRez-PRAt dURBAn RosA RiqUeLme CoRtAdo

    AcAdemiA europeA de cienciAs y Artes

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    La Academia Europea de Ciencias y Artes se constituy en 1990 en Viena, con el objetivo de contar con una institazucin que contribuyese al xito del proceso de creacin de la Unin Europea, que planteaba y plantea complejos problemas que surgen en la construccin de esta nueva Europa.

    La Delegacin Espaola naci en 1997 para co-laborar con la Academia de Viena investigando, estudiando y debatiendo, desde la perspectiva de nuestro pas y sus Comunidades Autno-mas, los aspectos de la integracin europea cuyo inters aparece ms cercano a nuestras preocupaciones culturales, sociales y polticas.

    Desde este propsito el libro Los Lmites de Europa, representa un corpus slido resultante de la refundicin actualizada de los trabajos ya publicados por nuestra Academia dentro de un Proyecto dirigido por Antonio Remiro Brotns, en el que se incluye un anlisis de la idea de Eu-ropa a lo largo de la Historia, la reconstruccin y estudio de los factores externos de identidad europea, el estudio de los factores internos de identidad europea y la relacin de vecindad con terceros Estados

    Esperamos que esta nueva aportacin, testimo-nio de la inquietud permanente de nuestra Aca-demia por descubrir y debatir, desde la atalaya espaola, nuevos horizontes de integracin europea, pueda ser til a los lectores especial-mente interesados en estos temas.

    El debate sobre los lmites de la Unin Europea y los parme-tros en los que deben apoyarse las decisiones futuras, ha to-mado carta de naturaleza en los crculos acadmicos, polticos e intelectuales de Europa. En este contexto de oportunidad, se enmarca la publicacin del presente libro Los Lmites de Euro-pa, con el que la Delegacin Espaola de Academia Europea de Ciencias y Artes quiere contribuir en la formacin de criterios con los que evaluar con rigor, y desde la perspectiva de nuestro pas y sus Comunidades Autnomas, los problemas que plan-tea la nueva construccin de Europa.Dnde termina Europa? es una pregunta que requiere una res-puesta cuyos perfiles trascienden con mucho a la interpretacin de la promisoria oferta contenida en el artculo 49 del Tratado de la Unin Europea y a la que han pretendido aferrarse casi todos los pases que se asientan en la frontera natural de los Urales y algunos otros que, como Marruecos, slo pueden invocar proxi-midad ms all del Estrecho.En Los Lmites de Europa, Antonio Remiro Brotns y sus cola-boradores, nos ofrecen un corpus slido y sugerente capaz de ayudar con autoridad en este debate alrededor de la gran inte-rrogacin sobre dnde y cundo terminar previsiblemente el proceso de integracin consistente de una nueva Europa.

    Antonio RemiRo BRotns, director del Proyecto de Investigacin que da nombre al presente libro, es Catedrtico de Derecho Internacional Pblico y Relaciones Internacionales en la Uni-versidad Autnoma de Madrid. Director del Pro-grama de Doctorado en Derecho Internacional Pblico y Relaciones Internacionales del Insti-tuto Universitario Ortega y Gasset de Madrid. Asociado de lInstitut de Droit International. Ha participado en importantes publicaciones es-pecializadas entre las que cabe citar: Derecho Internacional Pblico. 1. Principios Fundamenta-les, Madrid, 1982; La Accin Exterior del Estado, Madrid, 1984; Derecho Internacional Pblico. 2. Derecho de los Tratados, Madrid, 1987; Pol-tica exterior de defensa y control parlamentario, Madrid, 1988; Civilizados, Brbaros y Salvajes en el Nuevo Orden Internacional, Madrid, 1996; Derecho Internacional (autor principal), Madrid, 1997 (nueva edicin, Valencia, 2007); El caso Pinochet. Los lmites de la impunidad, Madrid, 1999; La Organizacin Mundial de Comercio y el Regionalismo Europeo (ed. con C. Espsito), Madrid, 2001; El futuro de la accin exterior de la Unin Europea (ed. con I. Blzquez), Valen-cia, 2007.

  • LOS LMITES DE EUROPA

  • LOS LMITES DE EUROPA

    Antonio Remiro Brotns (editor)Paz Andrs Senz de Santa Mara

    Luis Prez-Prat DurbanRosa Riquelme Cortado

    ACADEMIA EUROPEADE CIENCIAS Y ARTES

    ESPAA

  • La decisin de la Delegacin Espaola de la ACADEMIA EUROPEA DE CIENCIAS Y ARTES de pu-blicar los resultados de esta investigacin no implica responsabilidad alguna sobre su conteni-do ni sobre la inclusin, dentro del mismo, de documentos o informacin complementaria fa-cilitada por los autores.

    Ttulo: Los lmites de EuropaAutores: Antonio Remiro Brotns (editor)Autores: Paz Andrs Senz de Santa MaraAutores: Luis Prez-Prat DurbanAutores: Rosa Riquelme Cortado

    LOS LMITES DE EUROPA

    Cubierta: EUROPA POLYGLOTTA, LINGUARUM GENEALOGIAM EXHIBENS, UNA CUMLITERIS, SCRIBENDIQUE MODIS, OMNIUM GENTIU..., mapa realizado en 1730 por Gott-fried Hensel.Para ilustrar los idiomas hablados en Europa en aquellos tiempos se escriben losprimeros versculos del PATER NOSTER en cada uno de ellos.

    Imagen de cubierta: Iana Zabiaka

    edita: Academia Europea de Ciencias y Artes

    isbn: 978-84-612-5518-4depsito legal: M-36364-2008

    preimpresin, impresin y encuadernacin: Sociedad Annima de Fotocomposicin

    Talisio, 9. 28027 Madrid

  • PRESENTACIN

    La Academia Europea de Ciencias y Artes inici sus acti-vidades en Espaa en 1997. Siguiendo las pautas de su CasaMatriz, actualmente en Salzburgo, aspira a convertirse enun punto de referencia en la formacin de criterios con losque evaluar con rigor, y desde la perspectiva de nuestro pasy sus Comunidades Autnomas, los problemas que planteala nueva construccin de Europa.

    A lo largo de diez aos largos de actividad hemos pro-movido 58 informes sobre problemas europeos, debatidospreviamente por los actores polticos, expertos y profesio-nales vinculados a cada uno de ellos y publicados posterior-mente como documentos de trabajo o libros de consulta.

    Los ejes principales sobre los que giran nuestros trabajosson: la educacin formal y cvica, la sanidad, la evolucinen los procesos de integracin institucional, la importanciay caractersticas de la movilidad, incluyendo los movimien-tos migratorios hacia y desde fuera del entorno de la Unin,las convergencias y divergencias en la cultura empresarialdentro de los estados miembros y la evaluacin de los efec-tos culturales, sociales y polticos resultantes de la presentey la futura incorporacin de nuevos pases al proceso inte-grador

    Dentro de este ltimo segmento, el debate sobre los lmi-tes de la Unin y los parmetros en los que deben apoyarselas decisiones futuras, ha tomado carta de naturaleza en loscrculos acadmicos, polticos e intelectuales de Europa. En

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  • este contexto de oportunidad, se enmarca la publicacindel libro LOS LMITES DE EUROPA, refundicin actualizadade los trabajos ya publicados por nuestra Academia comoresultado de una Investigacin construida desde la refor-mulacin de cinco objetivos bsicos, que se correspondencon otros tantos captulos del Proyecto, en el que se inclu-yeron un anlisis de la idea de Europa a lo largo de la Histo-ria y mapa de Europa, la reconstruccin y estudio de losfactores externos de identidad europea, el estudio de losfactores internos de identidad europea, la relacin de vecin-dad con terceros Estados y una sntesis y prognosis final

    El captulo del Proyecto dedicado a La adhesin de Tur-qua a la Unin Europea, fue editado como Documento deTrabajo, por entender que pudiera aportar criterios en lareflexin sobre la ampliacin de la Unin. En l se analiza-ron las interrogantes que plantea su posible incorporacin.En formato proceeding se difundieron tambin los resul-tados de la investigacin referente a otro captulo de esteProyecto: La Unin Europea, Rusia y los Nuevos Estadosindependientes occidentales (Belars, Moldova y Ucra-nia). Con la publicacin del documento El Cucaso Sur,la Investigacin qued finalizada.

    Como se indica en la Introduccin, LOS LMITES DEEUROPA no es una mera yuxtaposicin de los documentosde trabajo ya publicados y oportunamente debatidos y ac-tualizados. Sus autores han reordenado y coordinado suscontenidos bajo la direccin y supervisin, de competenciareconocida y rigor acadmico, de Antonio Remiro Brotons,redactando de nuevo muchos de sus contenidos hasta con-seguir un corpus slido y sugerente capaz de ayudar con au-toridad en el debate alrededor de la gran interrogacin so-bre dnde y cundo terminar previsiblemente el procesode integracin consistente de una nueva Europa.

    A ellos y a nuestros lectores queremos agradecer, una vezms, su colaboracin y su apoyo a nuestra preocupacin

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    P R E S E N T A C I N

  • permanente por descubrir y debatir nuevos horizontes deintegracin europea desde nuestra atalaya espaola.

    Madrid, julio de 2008

    LA DELEGACIN ESPAOLA DE LAACADEMIA EUROPEA DE CIENCIAS Y ARTES

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

  • PRLOGO

    Cules son los lmites del proceso expansivo de la UninEuropea? Queda camino por recorrer y debe ser la geografa,y slo ella, la que marque el encuentro de las tradiciones euro-pestas que se fueron bifurcando con el paso del tiempo? Pero,cul es la geografa europea? Y cunta geografa europea seha de disfrutar para pasar la prueba? Cualquier pas con(algo de) suelo europeo tiene un derecho (natural, positivo...)ejercitable en tiempo y forma pausada, a devenir miembro dela Casa comn?

    Dnde termina Europa? es una pregunta que requiere unarespuesta cuyos perfiles trascienden con mucho a la interpre-tacin de la promisoria oferta contenida en el artculo 49 delTratado de la Unin Europea y a la que han pretendido afe-rrarse casi todos los pases que se asientan ms ac de los Ura-les y algunos otros que, como Marruecos, slo pueden invocareso, proximidad ms all del Estrecho Europa transfreta-ta que ya es bastante. El debate est abierto y necesitado decontribuciones.

    Este lmite exterior que tanto preocupa ahora, y con razn,por los deseos sentidos por nuestro hinterland de ingresar enuna zona de estabilidad, seguridad y, aparentemente, progre-so, se sita como una suerte de espejo del proyecto europeo yde su devenir. Se pueden trazar crculos de diversa afinidad:pases candidatos a la membresa, con negociaciones en cursoo en lista de espera, pases vecinos hoy o maana por o a pesarde su voluntad... La discusin, no poda ser de otro modo, co-

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  • existe y est motivada por el proceso de reforma en que se en-cuentra inmersa la integracin europea despus de que lasampliaciones de 2004 y 2007 hayan casi duplicado el nmerode los miembros de la Unin.

    La candidatura de Turqua suscitaba la cuestin de la sa-tisfaccin de la virtud poltica que reclama el Tratado de laUnin Europea, la consideracin de cmo y en qu medida lamembresa de Turqua puede afectar al proceso de construc-cin europea, teniendo en cuenta la dificultad de identificar,con o sin Turqua, el rumbo de tal proceso y la discrecionali-dad de los miembros de la Unin para aceptar o no la candi-datura turca. El hecho de que la membresa de la Unin noest cerrada otorgaba a esta consideracin un evidente intersprctico. En el pasado esta cuestin no se haba planteadoporque la geografa sustancialmente europea de los candidatosno ofreca duda. Ahora, cuando se alcanza la periferia de Eu-ropa en su contacto con Asia y frica cabe preguntarse si aca-so puede inducirse la existencia para la Unin Europea deuna Europa ontolgica determinada por la geografa y/o porla cultura y la historia que marcara los lmites de un procesoan inacabado. En todo caso cmo establecer la europeidadde quienes no son Europa de la Unin y quieren serlo? En de-finitiva, el problema de la adhesin de Turqua no es ms queuna atalaya a la que asomarnos para intuir qu Unin Euro-pea queremos, qu papel deseamos que juegue en el escenariomundial, que mensaje enviamos al resto del mundo, qu ca-pacidad estabilizadora deseamos alcanzar e, inclusive, cualesdeben ser nuestras relaciones con los Estados Unidos. Todoello se juega aqu.

    En un documento de estrategia para la ampliacin, de 9 denoviembre de 2005, la Comisin recordaba que el ritmo de laampliacin debe tener en cuenta la capacidad de absorcin dela Unin Europea, ya que la ampliacin consiste en compartirun proyecto basado en principios, polticas e instituciones co-munes. Pronuncindose sobre este documento, el Informe

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    P R L O G O

  • Brok, de 3 de febrero de 2006, del Parlamento Europeo obser-vaba que la definicin de la naturaleza de la Unin, inclui-dos sus lmites geogrficos, es fundamental para comprenderel concepto de la capacidad de absorcin, un concepto protei-co, que permite mltiples lecturas. Una de ellas, la institucio-nal, apunta a la mera eficiencia del proceso decisorio de laUnin. Otra, material, convoca a posibilitar el cumplimientode los objetivos de la Unin, tal y como ahora se encuentranestablecidos en los Tratados, lo que incluye el respeto del acer-vo comn. Una tercera lectura, finalista, ms ambiciosa,apunta a hacer posible la profundizacin del proceso de inte-gracin, la unin poltica como estacin trmino. Cabe tam-bin una lectura banalizadora, para servir el ingreso en laUnin de todos los Estados que se prediquen de Europa, seacual sea este concepto. Cabe incluso, en direccin contraria,que el criterio de absorcin se pese, simplemente, en la balan-za de las opiniones pblicas de los Estados miembros. En sucomunicacin de 10 de mayo de 2006 titulada Una agendade los ciudadanos la Comisin postula la necesidad de undebate informado sobre las futuras ampliaciones y lo que sig-nifican para el conjunto de la Unin.

    Si en otro tiempo la capacidad de absorcin de la Unin sedaba por supuesta, ahora ya no; pero la evaluacin de esa ca-pacidad depende siempre del objetivo que se persigue: capaci-dad de absorcin, s; pero para qu? As, definir la capacidadde absorcin de la Unin Europea implica pronunciarse porun modelo de integracin europea sobre el que no hay acuer-do, como ha evidenciado la crisis en el proceso de ratificacinde la Constitucin para Europa.

    Todo ello tiene que ver con los lmites de Europa, un debateque se ha ido agudizando a medida que la Unin se extendahacia el Este. Algunos Estados geogrficamente europeos hansido excluidos al menos, por el momento de la Europa dela Unin para pasar a formar parte, pero ahora en el marcode la poltica de vecindad, de una Europa ms amplia, segn

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

  • la expresin acuada por la Comisin Europea en marzo de2003. En concreto, es la situacin en la que se encuentranMoldavia, Bielorrusia y Ucrania una vez que se ha ido perfi-lando esa poltica de vecindad, y lo fue inicialmente el de laFederacin de Rusia, cuyas especiales caractersticas determi-nan que no participe de una comunidad de destino con losanteriores; de ah su consideracin diferenciada.

    En el Cucaso Sur, una regin en la remota lontananza deEuropa, tres pases, antiguas repblicas de la Unin Sovitica(Georgia, Armenia y Azerbaiyn) an escasas de virt polti-ca y mal avenidas, incluso consigo mismas, pueden constituir-se en uno de los puntos de inters de la expansin de la UninEuropea, bien a travs de acuerdos que articulen una relacinde vecindad cualificada, bien mediante la directa y msque dudosa incorporacin a las prietas filas de la Unin.Necesidad de suministro de petrleo y gas, de crear un entor-no seguro, vocacin de estabilizar regiones en conflicto y, msretricamente, de expandir y consolidar la democracia, deafirmar presencia internacional, animan la poltica de laUnin en la regin.

    En particular, este asunto del petrleo, del gas y de las redesde suministro a una Europa cada vez ms inquieta por la ne-cesidad de asegurar su aprovisionamiento energtico, explicaque la mirada de la Unin a la regin se haya ido haciendoms dulce y algo codiciosa. Obviamente, ni la Federacin deRusia, ni Estados Unidos, van a consentir una prdida de pro-tagonismo. La primera, que fue soberana all hasta hace me-nos de veinte aos, sigue considerando lo que denomina elextranjero prximo, su patio trasero; los segundos, ofuscadospor su lucha contra el terrorismo internacional de corte isla-mista, ven all una buena atalaya desde la que otear sus preo-cupantes horizontes iraques, iranes, o de Asia central, a lavez que plataforma para asegurar que fluyan los combustiblesfsiles del Mar Caspio hacia Occidente sin necesidad de queoleoductos y gaseoductos discurran por territorio ruso. Tampo-

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    P R L O G O

  • co cabe descuidar la aparicin de China. Por su parte, los pa-ses caucsicos pueden encontrar en la aproximacin a laUnin Europea un cierto contrapeso a las influencias e in-gerencias de Rusia y de los Estados Unidos.

    Los lmites de Europa es el fruto de un proyecto de investi-gacin bajo mi direccin auspiciado y sostenido muy eficaz-mente por la Delegacin Espaola de la Academia Europea deCiencias y Artes. En el curso de la investigacin se redactarony publicaron tres documentos de trabajo. El primero (La ad-hesin de Turqua a la Unin Europea) fue redactado por mmismo, con la colaboracin de Luis Prez-Prat, Rosa Riquel-me y ngeles Mazuelos, circulndose a comienzos de 2005. Elsegundo (La UE, Rusia y los Nuevos Estados Independien-tes occidentales) fue redactado por Paz Andrs Senz deSantamara, Javier Gonzlez Vega y Bernardo Fernndez P-rez, con la asistencia de Ignacio Rodrguez lvarez, siendo su-pervisado por m en julio del mismo ao. El tercero (El Cu-caso Sur) fue redactado, bajo mi supervisin, por Luis P-rez-Prat, Rosa Riquelme y ngeles Mazuelos, y se circul en elverano de 2006. El libro actual no es, sin embargo, una merayuxtaposicin de los documentos de trabajo oportunamenteactualizados hasta el 31 de diciembre de 2007. Respetando sufbrica bsica, sus contenidos se han reordenado y, en muchoscasos, redactado de nuevo. Se trata de una tarea que he asu-mido personalmente, a partir, en su caso, de textos elaboradospor Paz Andrs, Luis Prez-Prat y Rosa Riquelme. As, LuisPrez-Prat centr su colaboracin en esta fase en el captulo I;en el Captulo II las referencias fueron de Paz Andrs y RosaRiquelme; los Captulos III y IV reposaron sobre escritos dePaz Andrs y los Captulos V y VI lo hicieron sobre los de RosaRiquelme.

    Madrid, marzo de 2008

    Antonio Remiro Brotons

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

  • NDICE

    INTRODUCCIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    Captulo I: EUROPEIDAD Y MEMBRESA DE LA UNINEUROPEA: EL CASO DE TURQUA . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

    1. Es Turqua un Estado Europeo?: El criterio geogrfico . . 322. Es Turqua un Estado Europeo?: El criterio cultural, hist-

    rico o civilizatorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423. Las races cristianas de Europa en el proyecto Europa de la

    Unin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 494 Es extemporneo el debate sobre la europeidad de Tur-

    qua? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 615. Es Turqua un Estado polticamente virtuoso?. . . . . . . . . 726. Entra Turqua en el Proyecto Europa de la Unin? . . . . . 89

    6.1. Cul es el proyecto Europa de la Unin? . . . . . . . . . . 956.2. Cmo y en qu medida influir la membresa de Tur-

    qua en el rumbo del proyecto? . . . . . . . . . . . . . . . . . 1266.3. Las razones de la seguridad y la defensa. . . . . . . . . . . 133

    7. Una posible alternativa: La vecindad . . . . . . . . . . . . . . . . 146

    Captulo II: UNA EUROPA MS AMPLIA . . . . . . . . . . . . . 151

    1. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1512. La Poltica Europea de Vecindad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153

    2.1. Su origen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1532.2. Objetivos de la nueva estrategia . . . . . . . . . . . . . . . . 1562.3. Una nueva visin y una nueva oferta: los principios . 1582.4. Pases incluidos, pases excluidos. Nuevos vecinos en

    Europa y fuera de ella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1612.5. Retos y desafos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1712.6. Una aplicacin diferenciada, gradual y cumulativa, ba-

    sada en un modelo de referencia . . . . . . . . . . . . . . . . 181

    [ 17 ]

  • 2.7. Los Planes de Accin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185

    2.8. Una primera auto-evaluacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190

    2.9. Es necesario crear nuevos instrumentos (financieros)?El Instrumento Europeo de Vecindad y Asociacin(IEVA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192

    3. La problemtica relacin entre membresa y vecindad . . . 195

    Captulo III: LOS VECINOS EUROPEOS . . . . . . . . . . . . . . . . 207

    1. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2072. La Europa ms amplia a su pesar. Ucrania . . . . . . . . . . . . 2093. La Europa ms amplia a su pesar: Moldavia . . . . . . . . . . . 2274. El caso de Bielorrusia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238

    Captulo IV: RUSIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251

    1. Una Europa con Rusia?: La identidad europea de Rusia. . 2512. Rusia y la Unin Europea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2753. Las perspectivas de futuro: una relacin por definir . . . . . 296

    Captulo V: LOS OTROS VECINOS EUROPEOS: ELCUCASO SUR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307

    1. El inters en el Cucaso Sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3072. Los rasgos de la regin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3143. Sinergias regionales, tendencias centrfugas, problemas co-

    munes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3174. Una aproximacin a las repblicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336

    4.1. Armenia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336

    4.2. Azerbaiyn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347

    4.3. Georgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357

    5. Los conflictos etnoterritoriales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371

    5.1. Desafos a la integridad territorial de Azerbaiyn . . . . 371

    5.2. Desafos a la integridad territorial de Georgia . . . . . . 380

    6. Europeidad more Unin Europea? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3977. El Cucaso Sur y la poltica europea de vecindad . . . . . . . 405

    7.1. Los primeros pasos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 405

    7.2. La concertacin de planes de accin . . . . . . . . . . . . . . 410

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    ND ICE

  • Captulo VI: UNA DIMENSIN REGIONAL: DEL MARNEGRO AL MAR CASPIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415

    1. La Sinergia del Mar Negro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4152. La seguridad energtica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421

    Eplogo: ES LA VECINDAD ALTERNATIVA, FRENO OPRIMER PASO PARA LA MEMBRESA? . . . . . . . . . . . . . . 447

    NDICE DE CUADROS Y MAPAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 457

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    LOS L MITES DE EUROPA

  • INTRODUCCIN

    Segn el artculo 49 del Tratado de la Unin Europeacualquier Estado europeo que observe los principios de li-bertad, democracia, respeto de los derechos humanos y delas libertades fundamentales y el Estado de Derecho podrsolicitar el ingreso como miembro de la Unin 1. La Euro-pa de la Unin es, pues, una Europa de: 1) Estados 2) euro-peos 3) observantes de los derechos humanos bajo un rgi-men democrtico 2.

    Estas tres condiciones son sucesivas y la satisfaccin deuna es llave de paso a la siguiente. Que la Unin Europea esuna Unin de Estados resulta indiscutible en trminos deDerecho positivo. La Europa de los Pueblos o la Europa delas Regiones pueden ser un paradigma para construccionespolticas alternativas, pero su limitada proyeccin en laUnin viene determinada por la voluntad de los Estadossoberanos que la han creado y desarrollado. En la prcticade las sucesivas ampliaciones la condicin de Estados sobe-ranos de los candidatos se ha dado siempre por satisfecha.Los problemas de Chipre no han tenido que ver con su cali-

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    1 Artculos 49.1, primer inciso, y 6.1 del TUE. El Tratado por el quese establece una Constitucin para Europa (en adelante, Constitucinpara Europa) reiteraba (arts. I.1.2 y I.58.1) con ligeras modificacionesformales lo que dispone el artculo 49 del TUE en vigor. La exigencia deeuropeidad ha estado presente desde los orgenes (Tratado CECA 1951,artculo 98; TCEEA 1957, artculo 205; TCEE, 1957, artculo 237).

    2 Estas condiciones son similares a las que impone la membresa delConsejo de Europa (artculos 3 y 4 de su Estatuto).

  • dad, sino con la divisin de facto de su territorio por la exis-tencia de la autoproclamada Repblica Turca del Norte deChipre, slo reconocida y guardada militarmente porTurqua.

    En cuanto a la segunda condicin, la europeidad, tam-bin se dio por supuesta en todos los candidatos habidos enlas sucesivas ampliaciones de la Unin hasta que en la lti-ma dcada del siglo XX la progresin de la candidatura deTurqua hizo que sus adversarios abrieran el debate sobre laeuropeidad de este pas. Turqua es, desde luego, un Estadoreconocido por todos los miembros de la Unin. Desde1963 cuenta con un acuerdo de asociacin con la Comuni-dad (Econmica) Europea. Pero, a efectos de membresapuede considerarse un Estado europeo?

    Durante ms de treinta aos este debate polticamente in-correcto haba sido obviado gracias al manifiesto incumpli-miento por Turqua de la tercera de las condiciones: el serun estado democrtico y de derecho. Ser europeo es, en tr-minos lgicos, un prius respecto de la apreciacin de la vir-tud poltica del Estado para acceder a la Unin. La europei-dad es condicin necesaria, aunque no suficiente, de mem-bresa. Pero en trminos polticos saltar sobre el priusconcentrndose en el posterius ahorraba costes.

    En junio de 1993 el Consejo Europeo de Copenhague, enla perspectiva de la ampliacin de la Unin a los pases aso-ciados de la Europa central y del este, haba mencionadojunto a la virtud poltica 3, la virtud econmica 4 y crite-rio del acervo la capacidad del candidato de asumir las

    [ 22 ]

    I N T R O D U C C I N

    3 Conclusiones de la Presidencia: estabilidad de instituciones quegarantice la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos yel respeto y proteccin de las minoras.

    4 Conclusiones de la Presidencia: existencia de una economa demercado en funcionamiento, as como la capacidad de hacer frente a lapresin competitiva y las fuerzas del mercado dentro de la Unin.

  • obligaciones de adhesin, incluida la observancia de los fi-nes de la Unin Poltica, Econmica y Monetaria 5, insis-tindose luego, en Consejos posteriores (como el de Ma-drid, 1995) en la necesidad, no slo de incorporar la legisla-cin, sino de aplicarla y hacerla cumplir 6.

    El Consejo Europeo de Copenhague (1993) aadi quela capacidad de la Unin de absorber nuevos miembros sindejar de mantener el impulso de la integracin europea eratambin una consideracin importante en el inters generaltanto de la Unin como de los pases candidatos. Esta ob-servacin, que poda parecer retrica, una concesin de es-tilo al emparejamiento esttico de la ampliacin de laUnin con la cortsmente irrenunciable profundizacin delproceso de integracin, gan momentum en los aos si-guientes. Poco relevante en las ampliaciones de la Uninhasta la entrada masiva de diez nuevos miembros en 2004,el criterio de absorcin se ha convertido al filo de 2007 enuna formidable barrera para los candidatos a la membresa.De esta manera, el debate sobre los lmites de Europa ha re-virado hacia su dimensin interior, hacia la preparacin dela casa europea para alojar nuevos miembros, si es que estoes posible.

    Las dificultades habidas en determinados pases euro-peos, como Francia y Holanda, con la ratificacin de la se-dicente Constitucin para Europa a lo largo de 2005 y suposterior naufragio han volteado la estrategia de la amplia-cin seguida hasta entonces, al vislumbrarse con mayor cla-ridad la compleja relacin entre lmites internos (profundi-zacin) y lmites externos (ampliacin) del proceso de inte-gracin. Se ha constatado, entre otros factores que hanperjudicado el xito de las reformas, que el objetivo polticode incorporar a los pases del Este no era fervorosamente

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    5 Conclusiones de la Presidencia.6 Conclusiones de la Presidencia.

  • aceptado por los ciudadanos europeos. A una escala de ma-yor gravedad, el debate se ha trasladado a la reflexin acercade si la Unin Europea, ya con 27 Estados miembros tras laadhesin de Rumania y Bulgaria el 1 de enero de 2007, con-taba con suficiente capacidad para absorber nuevos miem-bros, circunstancia que ha dado protagonismo al criterio deabsorcin, que se encontraba emboscado en los criterios deCopenhague desde 1993. Los miembros de la Unin hantratado de enviar una seal de rigor a quienes estn en listade espera cuando en diciembre de 2007, al adoptar en Lis-boa el Tratado de Reforma han dispuesto expresamente enel TUE que, al apreciar las candidaturas, se tendrn encuenta los criterios de elegibilidad acordados por el Conse-jo Europeo 7, lo que remite al criterio de absorcin por laUnin de nuevos miembros y no slo a la capacidad de s-tos para asumir su acervo y cumplir las otras condicioneseconmicas.

    La virtud econmica, la capacidad de los candidatos paradigerir el acervo de la Unin y la de la Unin para digerir alos candidatos son de la mayor importancia y su insatisfac-cin puede dar al traste con las expectativas de quienes as-piran a la membresa, pero son condiciones que presupo-nen la aptitud para promoverse como tal en los trminosdel TUE y se sustancian en un largo, complejo y engorrosoproceso de negociaciones que escapa, desde luego, al objetode esta obra. No escapa, en cambio, la reintroduccin de laeuropeidad en el debate sobre los objetivos del proyecto po-ltico.

    Europa constituye una idea constantemente invocadapero, pese a la recurrencia de la invocacin, la idea de Euro-pa no es unvoca y refiere a una realidad de extensin im-precisa que, paradjicamente, justifica una amplia variedad

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    7 Artculo 49, ltimo inciso, del TUE.

  • de proyectos de articulacin del espacio que se dice europeo.El concepto de Europa sugiere la idea de un cuerpo o espa-cio (poltico) sin permetro, sin fronteras precisas o confronteras inciertas y mudables. Ms que una realidad dada,Europa se presenta histricamente como una realidad enpotencia, una realidad a la que se presume dotada de uni-dad interna pero cuya realizacin efectiva se halla tan sloincoada o in fieri.

    En definitiva, Europa se configura como el resultado fi-nal del despliegue histrico de una idea fuerza preexistente.sta y no otra es la tesis sobre la que descansa la creacin dela Unin Europea segn el artculo 1 del Tratado de laUnin vigente: la UE es la organizacin que por antonoma-sia reclama para s la encarnacin del proyecto de unidadeuropea, una organizacin concebida hoy como proceso,como sucesin de etapas de variada denominacin (Co-munidades, Unin Europea), una organizacin que, sinembargo, no es la nica que articula el espacio europeo,aunque sea la ms acabada.

    En efecto, la idea de Europa desencadena y acelera pro-yectos diversos de integracin cuyos criterios de identidad yde unidad interna con frecuencia se presuponen o se danpor indiscutibles. No es ste el momento de reconstruir loselementos que definen esta Europa esencial o Europa espiri-tual, pues lo que interesa es subrayar que el despliegue deesta, digmoslo as, sustancia o entidad poltica preexis-tente ha cristalizado histricamente en realidades muy di-versas y descansa adems sobre una pluralidad de Estadosque, resulta obvio, sostienen concepciones diferentes acercadel proceso mismo e incluso mantienen entre s relacionesbasadas en la defensa de intereses no siempre coincidentes,sino contrapuestos. De ah que estemos hoy analizando enconcreto los lmites de la Europa de la Unin Europea.

    Europa se postula, pues, ms bien como una idea que hayque conformar, como un todo ideal que se construye sobre

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  • un territorio cuyas partes, los Estados, habr que integrarpara hacer realidad el proyecto. Desde esta perspectiva cabeincluso aadir que la idea de lmite o frontera, aplicada aEuropa, no es (o no ha sido) exclusivamente externa, sinotambin interna, en la medida en que sus realizaciones con-cretas cuentan con un contorno y con un dintorno muyprecisos. La Unin Europea, por ejemplo, es territorialmen-te discontinua, puesto que no todos los Estados del conti-nente, ni en el pasado ni en el presente, comparten sus cri-terios de pertenencia o de identidad. O al menos no loscomparten a juicio de quienes han de valorarlos, es decir,los Estados que integran en cada momento histrico las di-versas representaciones de una determinada Europa.

    Por ello, preguntarse por los lmites de Europa es hacerlopor los factores que conforman su unidad interna en unmomento histrico preciso. Estos factores, lo que en el m-bito de la Unin Europea se conoce habitualmente comobases comunitarias (elementos econmicos, culturales,religiosos, histricos, una concepcin de las libertades p-blicas y de los principios fundamentales de la democracia ydel Estado de Derecho, una idea comn sobre la seguridadcolectiva del conjunto, por ejemplo) despliegan un efectopositivo y exgeno, es decir, delimitan y por tanto diferen-cian Europa respecto del exterior, constituyen sus fronterasexteriores, pero despliegan tambin un efecto negativo oendgeno, en cuanto se erigen en obstculos objetivos a laintegracin y a la profundizacin de los sucesivos proyectosde realizacin efectiva de la Europa de la Unin, de modoque estos factores de integracin y de unidad, estos criteriosde identidad, son asimismo lmites o fronteras interiores, alvariar su concepcin de un Estado a otro.

    El factor bsico que conforma la unidad interna de Euro-pa no es slo ni principalmente de ndole geogrfica, no loes aun suponiendo que fuera posible fijar convencional-mente de un modo pacfico y unnime la delimitacin geo-

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  • grfica del espacio europeo. Este espacio nunca fue exclusi-vamente geogrfico, sino geopoltico, hasta el punto que laltima frontera es un concepto cambiante, que dependede acontecimientos histricos, de proyectos y estrategiasconcretos, inscritos en el tiempo. Es ms, an suponiendoque Europa fuera una entidad geogrfica de lmites preci-sos, ningn proyecto articulador del espacio europeo se de-finir en trminos exclusivamente geogrficos, ya que recu-rre de hecho a otros criterios para delimitar los elementosque constituyen su unidad interna. En consecuencia, Euro-pa es en la prctica un concepto funcional, cuyo resultadoen un momento histrico depende de los valores que se uti-licen. Es decir, la definicin de Europa como espacio polti-co claro y distinto de otros se concreta por la aplicacin, su-cesiva o simultnea, a un territorio de proyectos polticosdiversos, de origen y escala fundamentalmente estatal (aun-que hay hiptesis que operan a escala regional).

    Europa se conforma as, segn el proyecto de que se trate,por la suma de los Estados que participan en l o, en el lmi-te ideal, por la superacin de todos ellos. En definitiva, serla conjugacin de parmetros polticos (que pueden invo-car como fundamento previo otros de naturaleza distinta)y de parmetros territoriales lo que dar como resultanteun espacio institucionalizado de permetro o de geometravariables.

    Europa, por tanto, ms que un espacio geogrfico a la es-pera de su constitucin poltica, constituye un conjunto derasgos de identidad, variables en el tiempo, que conformandiversas resultantes histricas en un mismo espacio geogrfi-co. En otras palabras, frente a la existencia de una Europaeterna o de una Europa esencial o ideal, aunque ambas se in-voquen con frecuencia para ejercer, es decir, para hacer ope-rativos diversos proyectos de unidad europea, en cada pero-do histrico hay un conjunto de rasgos clave que los Estadosinvocan y movilizan para argumentar las condiciones de po-

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  • sibilidad de una Europa unida. La Unin Europea afirma assu propia idea de identidad europea, y lo hace excluyendo alos Estados que no considera Europa verdadera.

    El concepto de Europa que pareca construir la Constitu-cin para Europa, al menos en el plano formal, es un con-cepto basado en una especie de suprapatriotismo constitu-cional. Se es europeo por el mero hecho de compartir unaserie de valores o principios comunes: el respeto de la dig-nidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, elEstado de Derecho y el respeto de los derechos humanos,incluidos los derechos de las personas pertenecientes a mi-noras. Estos valores son comunes a los Estados miembrosen una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no dis-criminacin, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y laigualdad entre mujeres y hombres 8. Pese al fracaso de laConstitucin, estos valores son confirmados por el Tratadode Reforma adoptado en Lisboa en diciembre de 2007 9.

    En una lnea similar se haba pronunciado la Comisin enel Informe especial sobre la capacidad de la UE para integrar anuevos miembros, que forma parte del Documento de estrate-gia para la ampliacin (2006), pues en l se puede leer: Estosltimos aos se ha planteado la cuestin de las fronteras fi-nales de la Unin Europea. Esto ha permitido a la Comisinsacar varias conclusiones. El trmino europeo combinaelementos geogrficos, histricos y culturales que contribu-yen todos ellos a la identidad europea. La experiencia com-partida de ideas, valores, e interaccin histrica no puedecondensarse en una sencilla frmula intemporal, y est sujetaa su estudio por las sucesivas generaciones... La Unin Euro-pea se define ante todo por sus valores. 10

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    I N T R O D U C C I N

    8 Artculo I.2 de la Constitucin para Europa.9 Artculo 2 del TUE.10 Comunicacin de la Comisin al Parlamento Europeo y al Consejo.

    Estrategia de ampliacin y principales retos 2006-2007, COM (2006) 649

  • Ante esta declaracin cabe preguntarse si es operativocomo lmite geopoltico un conjunto de principios cuyo va-lor se presume universal. Ante una organizacin interna-cional de carcter regional hay que concluir que, en ltimainstancia, la Unin Europea deber tener siempre un ancla-je territorial, geogrfico, salvo que el proyecto acabe meta-morfosendose por la dilucin progresiva de una Uninque se abre a pases sin continuidad territorial con el conti-nente, hasta el punto de cambiar de escala y de nombre. Enel lmite, esta hiptesis implica una utopa: que la sociedadinternacional se europeiza. Si la enunciamos es porque cree-mos que en la idea de europeizacin radica el factor quepermite delimitar la Europa de la Unin Europea.

    En efecto, el proyecto de integracin de la Unin Euro-pea consiste, valga la paradoja, en europeizar Europa 11, enextender, aunque sea con diversos grados de intensidad, un

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    final, Bruselas 8 noviembre 2006, Anexo 1, p. 17. Estas ideas ya habansido expresadas por la Comisin en su Informe de 24 de junio de 1992sobre Europa y el desafo de su ampliacin. Sin embargo, por aquelentonces la Comisin estimaba que no era posible ni pertinente fijar lasfronteras de la Unin, cuyos lmites seran trazados en el curso de in pe-riodo de varios aos. Una dcada despus, en 2003, la Comisin seala-ba en una Comunicacin sobre la poltica de vecindad que cualquierdecisin que se adopte sobre la futura expansin de la UE ir acompa-ada de un debate sobre los lmites geogrficos mximos de la UE. Lospases candidatos actuales debern poder participar plenamente en esedebate, Comunicacin de la Comisin al Consejo y al Parlamento Euro-peo. Una Europa ms amplia. Relaciones con los pases vecinos: un nuevomarco para las relaciones con nuestros vecinos del Este y el Sur de Europa,COM (2003) 104 final.

    11 Para una revisin sinttica del concepto de europeizacin, vaseK. E. Howwel, Developing Conceptualisations of Europeanitazion:Synthesising Methodological Approaches, Queens Papers on europea-nization, n. 3/2004. Tambin, M. Emerson y G. Noutcheva, Europea-nisation as a Gravity Model of Democratisation, CEPS Working Docu-ment, n. 214/November 2004. La funcin del concepto en la estabiliza-cin de la periferia europea se analiza en el nmero monogrfico deJEMIE, 2004, n. 1, dedicado a Europeanization and Conflict Resolu-tion: Case Studies from the European Periphery.

  • determinado modelo de articulacin del espacio europeo,lo que exige en primer trmino definir la europeidad de losEstados llamados a realizar y perfeccionar su potencial eu-ropeo, aunque slo algunos lo culminen mediante su adhe-sin a la Europa de la Unin, permaneciendo otros comovecinos europeizados por proximidad.

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  • CAPTULO I

    Europeidad y membresa de la UninEuropea: El caso de Turqua

    En las pginas que siguen trataremos, en primer lugar, decontestar a la cuestin de la europeidad de Turqua a partirde una reflexin sobre Europa y sus lmites desde un doblepunto de vista, geogrfico y cultural, histrico o civilizato-rio. En este ltimo plano ha de plantearse en particular silas races cristianas de Europa influyen de una u otra mane-ra en el proyecto Europa de la Unin.

    A continuacin abordaremos si Turqua satisfizo las exi-gencias de virtud poltica que reclama el Tratado de UninEuropea. La decisin del Consejo Europeo en diciembre de2004 de endosar la candidatura turca y abrir las negociacio-nes para la adhesin, rodeada de mil cautelas, lejos de hacersuperfluo el debate, le ha aadido trascendencia. Analizare-mos, por ello, el devenir de la virtud poltica turca, debida-mente vigilada por la Comisin en sus anuales Informes deprogreso del propio proceso negociador, que no ha gozadode una boyante salud. Todo ello en el nuevo contexto estra-tgico que sobre la ampliacin ha elaborado la Unin Euro-pea, incierto para las aspiraciones de Turqua.

    Por ltimo, consideraremos cmo y en qu medida lamembresa de Turqua puede afectar al proceso de cons-truccin europea, teniendo en cuenta la dificultad de iden-tificar, con o sin Turqua, el rumbo de tal proceso y la dis-crecionalidad que disfrutan los miembros de la Unin paraaceptar o no la membresa turca. De ah unas observacionesfinales sobre la alternativa de una relacin de (buena) ve-cindad, estrecha y cooperativa.

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  • 1. Es Turqua un Estado europeo?: El criteriogeogrfico

    Para despejar la cuestin de si es Turqua un Estado euro-peo lo primero que ha de hacerse es definir qu es Europapara la Unin Europea. La primera opcin que se brinda esla geogrfica.

    Un sujeto corriente al que se pregunte qu es Europa dirque Europa es como todo el mundo sabe el viejo continente ysi, adems de corriente, el sujeto es bachiller precisar queEuropa es la masa de tierra que se extiende como un puodesde los Urales y el Cucaso en el este hasta al Atlntico enel extremo occidental del gran continente eurasitico. Perobasta esto para identificar Europa como proyecto poltico?

    Nada impide, desde luego, que la acepcin (geogrfica) co-rriente de Europa o, si se prefiere, la acepcin (geogrfica) deEuropa para el sujeto corriente (y bachiller) inspire un con-cepto poltico de Europa al servicio de un proyecto determi-nado. De hecho el general De Gaulle parta de esta acepcincuando propona una Europa del Atlntico a los Urales 12.

    La historia revela, sin embargo, el dinamismo geogrficode Europa en el proceso poltico, es decir que los lmites deEuropa se codeterminan histricamente por contraposi-cin entre unidades polticas. La primera idea de Europa,como recuerda Ignacio Sotelo, se configura a partir delcontraste del mundo griego con el persa 13. Desde unaperspectiva histrica lo relevante en cada momento es de-

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    12 Vase, por ejemplo, A. Szeptycki, La conception gaullienne delordre europen, Annuaire Franais de Relations Internationales, 2002,pp. 392-403. En Espaa, A. Chueca, Francia ante la Unin Poltica deEuropa, Bosch, Barcelona, 1979, pp. 108 ss. Para los gegrafos de laEdad Media la frontera entre Europa y Asia era el ro Tanais, el Don,que desemboca en el mar de Azov (J. Le Goff, Naci Europa en la EdadMedia?, Crtica, Barcelona, 2003, pp. 7-8). Vase infra Cap. IV.1.

    13 nfasis en el original, I. Sotelo, La invencin de Europa: la realidadhistrico-cultural de Europa, en La Formacin de Europeos. Actas del

  • terminar donde se ubicaba polticamente un territorio en latensin entre opuestos. Y as la pennsula anatolia fue casien su totalidad romana primero, bizantina ms tarde, oto-mana despus... Y lo mismo cabra decir de los Balcanes.

    Ahora mismo, en nuestro tiempo, Europa se predica deuna multiplicidad de acciones (del Consejo de Europa a laOrganizacin de Seguridad y Cooperacin en Europa,OSCE) con geografas dispares. Europa no es, en este sentido,un mapa; es un conjunto de ellos, un atlas, histrico y actual.

    Esta constatacin permite proponer que Europa comoterritorio determinado por la geografa al servicio de unproyecto poltico vara en el tiempo y conforme al proyecto,de manera que la Europa de la Unin Europea puede diferirde la Europa de otras Organizaciones, interestatales o no,sin que una tenga legitimidad mayor que otra, a menos quesea posible identificar una Europea ontolgica determinadapor la geografa 14.

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    Simposio de Barcelona, Academia Europea de Ciencias y Artes, 2003,pp. 23-59, pp. 39-40. La misma raz etimolgica de la palabra Europa,que los griegos toman, se dice, de los asirios, avisa: Ereb (Europa) es la os-curidad, el ocaso del sol, el occidente, que se contrapone a Ac (Asia), elamanecer, la salida del sol, la tierra de oriente (L. Dez del Corral, El raptode Europa, nueva edicin, Alianza Editorial, Madrid, 1974, pp. 152 ss).

    14 As, Turqua es miembro del Consejo de Europa casi desde susorgenes, al ser efectiva su adhesin el 13 de abril de 1950. Los pasescaucsicos fueron admitidos recientemente (Georgia, 27 de abril de1999; Armenia y Azerbaijn, 25 de enero de 2001). A propsito de loscriterios que definen la europeidad puede ser de inters mencionar lostrabajos desarrollados a mediados de los aos 90 por la Asamblea Parla-mentaria del Consejo de Europa. As, en la Recomendacin 1247 (1994)relativa a la ampliacin del Consejo de Europa se aborda el tema de lasfronteras de Europa mediante una combinacin de dos tipos de crite-rios: geogrficos y culturales. En ella, tras sealar que las fronteras deEuropa no han sido hasta el presente fijadas con precisin en Derechointernacional plantea la Asamblea seguir los lmites geogrficos deEuropa generalmente aceptados y asume con naturalidad la europei-dad de todos sus miembros en la poca inclusive Turqua, de sus

  • El proceso de unificacin puesto en marcha en 1951 porlos seis Estados europeos que instituyeron la ComunidadEuropea del Carbn y del Acero 15 cuenta hoy, desde el 1 deenero de 2007, con veintisiete miembros bajo el palio de laUnin Europea 16. Este proceso se ha asociado tan estrecha-mente con Europa que ha acabado apoderndose de ella yde sus gentilicios 17, lo que es particularmente explcito enel ttulo mismo del desafortunado Tratado por el que se

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    entonces invitados especiales (entre otros, Rusia y Bielorrusia) yde la entonces maldita RF de Yugoslavia (Serbia-Montenegro), admi-tiendo que en razn de sus vnculos culturales con Europa, Armenia,Azerbaijn y Georgia podran integrarse en el Consejo de Europa acondicin de que indicaren claramente su voluntad de ser consideradoscomo formando parte de Europa. En suma, late aqu una caracteriza-cin meramente voluntarista de la europeidad, articulada con arreglo acriterios generosos y subjetivos, potencialmente inestables al abrir la vapara la adscripcin de cualquier Estado que descubra repentinamentesu vocacin europea (vase P. Andrs Senz de Santa Mara, Consejode Europa y derechos humanos: Desarrollos recientes, en Andorra en elmbito jurdico europeo, (XVI Jornadas de la Asociacin Espaola deProfesores de Derecho internacional y Relaciones internacionales) (A.Borrs, ed.), Marcial Pons, Madrid, 1996, pp. 217-218).

    15 Blgica, Francia, Italia, Luxemburgo, Pases Bajos y Repblica Fe-deral de Alemania.

    16 De la Europa de los Seis se pas a la Europa de los Nueve en 1973, aladherirse Dinamarca, Gran Bretaa y la Repblica de Irlanda. En 1981,con la adhesin de Grecia, la Europa fue de los Diez y se convirti en laEuropa de los Doce en 1986 al incorporarse Espaa y Portugal. Se lleg ala Europa de los Quince en 1995, con Austria, Finlandia y Suecia. Laquinta y ms numerosa ampliacin de la Unin ha supuesto la adhe-sin en 2004 de los tres pases blticos (Estonia, Letonia y Lituania),cinco de la Europa Central y del Este (Eslovaquia, Eslovenia, Hungra,Polonia y Repblica Checa) y dos Estados insulares del Mediterrneo(Chipre y Malta). A ellos se han agregado en 2007 Bulgaria y Rumania.Conviene sealar que en 1991 la absorcin de la Repblica Democrti-ca Alemana por la Repblica Federal de Alemania permiti la extensinterritorial de la Unin sin ampliar la nmina de Estados miembros.

    17 Vase N. Schumacher, Les Metaphores du Discours Europen,Revue du March Commun, n. 314, febrero de 1988, pp. 81-86; id., LesTermes Polmiques du Discours Europen, ib., n. 324, febrero de1989, pp. 110-118.

  • establece una Constitucin para Europa 18, expresivo de lavoluntad inequvoca de sus Estados partes de hacer de laUnin la organizacin articuladora del espacio europeo.Desde esta perspectiva puede hablarse, simblicamente, deun rapto de Europa por la Unin Europea.

    Sin embargo, lo nico que, desde un punto de vista geo-grfico, nos deca de Europa la sedicente Constitucin es queEuropa es un continente 19. Nada ms. La Constitucin,aunque la membresa de la Unin no est cerrada, era tam-bin consciente de sus lmites, pues dedicaba un ttulo, elVIII, de la Parte I a lo que llamaba su entorno prximo,es decir, los Estados vecinos con los que se propona desa-rrollar relaciones estrechas, preferentes, de buena vecin-dad 20. Pero no precisando quienes son esos Estados vecinosla categora era fluida, al ser posible un salto de calidad delentorno prximo a Europa, salto que en unos casos (cuandoel vecino es un Estado geogrficamente europeo automar-ginado del proyecto poltico) depende sobre todo de su vo-luntad y en otros, cuando no es as, de su capacidad paraganar la voluntad de los miembros de la Unin 21.

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    18 Y an lo es ms, si cabe, en el doble prembulo del texto: hay, enefecto, referencias a Europa (a los pueblos y Estados de Europa) en casitodos los prrafos preambulares del tratado y en el primero y tercerodel prembulo introductorio de la parte II (sobre la Carta de DerechosFundamentales de la Unin). Luego, en el texto articulado, las referen-cias a los Estados o a los pueblos de Europa siguen siendo numerosas.Europa, en cuanto tal, aparece en el artculo I-3.3, donde se afirma queLa Unin obrar en pro del desarrollo sostenible de Europa... (nfasisaadido) y en el artculo. III-282.1, en relacin con la Educacin, Ju-ventud, Deportes y Formacin profesional, donde la accin de la Unintendr por objetivo ... favorecer el desarrollo de los intercambios de j-venes y animadores socioeducativos y fomentar la participacin de losjvenes en la vida democrtica de Europa (nfasis aadido).

    19 Prrafo segundo del prembulo de la Constitucin para Europa.20 Vase artculo I-57 de la Constitucin para Europa.21 El Tratado de reforma de Lisboa (diciembre de 2007) ha suprimi-

    do el Ttulo, pero ha conservado la disposicin (artculo 8 del TUE).

  • La fluidez de la vecindad viene favorecida por el hecho deque Europa, aunque viejo, es un falso continente al que nollamamos pennsula porque, al parecer, este concepto no re-siste diez millones de kilmetros cuadrados 22. Sus lmitesterrestres con Asia en los Urales y en el Cucaso no se con-dicen siempre con lmites polticos. Sus lmites martimos,tanto con Asia como con frica apenas los separan unasmillas en el estrecho de Gibraltar o en el mar de Mrmara,entre el Bsforo y los Dardanelos 23. Las islas griegas delDodecaneso, adems, acosan Anatolia. Si uno analiza losmapas advierte que, a menudo, Rusia, Turqua y los pasesdel Cucaso aparecen tanto en los de Europa como en losde Asia 24.

    El hecho de que la membresa de la Unin no est cerra-da otorga a esta consideracin un evidente inters prctico.En el pasado esta cuestin no se haba planteado porque lageografa sustancialmente europea de los candidatos noofreca duda. Ahora, cuando se alcanza la periferia de Euro-pa en su contacto con Asia y frica cabe preguntarse si aca-so puede inducirse la existencia para la Unin Europea deuna Europa ontolgica determinada por la geografa que

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    22 Desde el punto de vista geogrfico Europa, dice I. Sotelo, no esms que una gran pennsula de Asia; tanto es as, que ms que de Euro-pa habra que hablar de Eurasia, y el que Europa haya adquirido ran-go de continente denota tan slo que fuimos los europeos los que pro-pusimos este tipo de divisin del planeta, primero en tres, luego en cua-tro, por fin, en cinco continentes (I. Sotelo, La invencin de Europa:la realidad histrico-cultural de Europa, cit., pp. 23-24).

    23 Refirindose al Bsforo, dice el prestigioso historiador martimoM. Mollat de Jourdain (Europa y el Mar, Crtica, Barcelona, 1992, p. 26):Aqu Europa termina en uno de los paisajes marinos ms bellos delmundo. Final? Las dos orillas del Bsforo se parecen como las vertien-tes de un valle, algo que una vez fue... El lmite martimo de Europa se-ra all casi imperceptible, sin la grandeza salvaje de la naturaleza y lasobras de los hombres.

    24 Vase, por ejemplo, Atlas General Santillana, Madrid, 1995,pp. 72-73 y 82-83.

  • marcara los lmites de un proceso an inacabado. En todocaso cmo establecer la europeidad de quienes no son Eu-ropa de la Unin y quieren serlo?

    La observacin emprica confirma el asentamiento sus-tancial de todos los Estados miembros de la Unin en el so-lar territorial del continente Europa, al menos hasta la lti-ma ampliacin, efectiva desde el 1 de enero de 2007 25. LosEstados miembros de la Unin forman parte, en efecto, delncleo incontestado de la Europa geogrfica. Cuando ha-blamos del continente europeo incluimos, desde luego, susislas adyacentes, sean Estados insulares (Gran Bretaa y laRepblica de Irlanda) o pertenencias de Estados asentadosen el continente tout court.

    Hablamos, sin embargo, de un asentamiento sustancial,pero no integral, en el solar europeo porque si bien, desdeun punto de vista geogrfico, todos los Estados miembrosde la Unin son bsicamente europeos, algunos no son sloeuropeos y los tratados de la Unin se aplican en principioa todo su territorio, europeo o no 26. La Europa de la Uninincluye, pues, pertenencias de Estados miembros asentadasen o adyacentes a otros continentes, sin perjuicio deque en algunos casos se establezca para ellas un rgimen es-pecial. Pinsese por ejemplo en los Departamentos (Guya-na, Martinica, Guadalupe, Reunin) y colectividades terri-toriales (San Bartolom y San Martn) francesas de ultra-mar, en las regiones insulares ultraperifricas portuguesas(Azores, Madeira) y espaolas (Canarias) 27, o en las ciuda-

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    25 Con la salvedad de Chipre.26 Vase artculo 52.1 del TUE (segn el tratado de reforma de Lis-

    boa, 2007).27 Vanse artculos 355.1 y 349 del TFUE. Adems, los pases y terri-

    torios de ultramar que mantienen relaciones particulares con Dina-marca, Francia, Gran Bretaa y Pases Bajos mencionados en el Ane-xo II cuentan con un rgimen especial de asociacin a la Unin Europea(artculos 355.2 y 198-204 del TFUE). Vase tambin artculo 355.6 del

  • des autnomas de Espaa en el norte de frica (Ceuta yMelilla). Partiendo de la Europa geogrfica la Europa de laUnin se extiende a otros continentes. La misma Argeliaform parte del proceso en su condicin de Departamentofrancs hasta su independencia en 1962.

    Cabe, por otro lado, advertir que: 1) hay territorios insu-lares adyacentes al continente europeo bajo la jurisdiccinde Estados miembros de la Unin que quedan fuera de Eu-ropa por propia decisin 28; y 2) hay Estados indiscutible-mente situados en el continente europeo que se mantienenal margen de Europa porque as lo quieren (Islandia, No-ruega, Suiza 29) o tienen un carcter muy particular 30.

    Hay Estados indiscutiblemente situados en el continenteeuropeo, como los balcnicos, llamados a la Europa de laUnin cuando las circunstancias lo permitan, habindose

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    TFUE sobre el procedimiento aplicable, por iniciativa del Estadomiembro de que se trate, a una modificacin del estatuto de alguno delos pases o territorios daneses, franceses y neerlandeses a los que se re-fieren los numerales 1 y 2 del artculo 355. A tal efecto el Consejo Euro-peo se pronunciar por unanimidad, previa consulta a la Comisin.

    28 Vase artculo 355.3, 4 y 5 del TFUE. En principio, el tratado seaplica a los territorios europeos cuyas relaciones exteriores asuma unEstado Miembro (numeral 3), pero no se aplicar en ningn caso a lasislas Feroe (numeral 5 a), se aplicar con excepciones a las islas Aaland(numeral 4) y slo de manera muy limitada a las islas del Canal y la islade Man (numeral 5 c) y a las llamadas zonas de soberana (Akrotiri yDekhelia) de Gran Bretaa en Chipre (numeral 5 b). No deja de llamarla atencin tanto esfuerzo, finalmente baldo, para lograr el ingreso dela Repblica de Chipre en la Unin con la zona turco-chipriota inclui-da, mientras perdura dentro de la misma isla y, ahora dentro de laUnin uno de los monumentos del colonialismo britnico en el Me-diterrneo.

    29 Sin aspirar a ella, Suiza y Noruega satisfacan sin embargo los cri-terios para la adhesin en 1999, Comisin Europea, Documento de sn-tesis. Informes sobre los progresos de cada uno de los pases candidatos enel camino de la adhesin, COM (1999) 500 final, p. 5.

    30 Caso especial es el de los tradicionalmente llamados por la doctri-na Estados exiguos (Andorra, Liechtenstein, Mnaco y San Marino) y elde la Ciudad del Vaticano.

  • elaborado para ellos programas de preadhesin que no tie-nen fecha de culminacin por ahora (Croacia, MacedoniaAlbania, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Montenegro), m-xime cuando el Consejo Europeo de Bruselas (14 y 15 dediciembre de 2006) decidi, en su estrategia de ampliacin,que la Unin se abstendr de establecer cualquier previsinal respecto hasta que las negociaciones con un candidatoestn cercanas a su fin 31.

    Hay, sin embargo, otros Estados geogrficamente euro-peos (Moldavia, Ucrania y Bielorrusia) excluidos del pro-yecto poltico de la Unin y calificados, al margen de su vo-luntad, como entorno prximo de la Unin 32. Esta actitudvendra a confirmar la exclusin de una Europa ontolgicaen la Unin al menos a partir de una dimensin geogrfica,pues en otro caso, la impuesta marginacin de algunosEstados europeos del proceso de unificacin supondra lanegacin de un derecho fundamental reconocido por lospropios tratados y sobre el que los Estados miembros nopodran pronunciarse arbitrariamente al ejercer la facultadde apreciar las condiciones de admisin dispuestas por esosmismos tratados.

    Esta actitud est fuertemente motivada por la vecindad delos pases mencionados respecto de la Federacin de Rusia.Esta vecindad tambin sofoca las eventuales pretensiones demembresa, ya de por s problemtica, de los Estados cauc-sicos (Georgia, Armenia, Azerbaijn), emparedados entreRusia y Turqua 33. De la antigua Unin Sovitica la Unin

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    31 Vase infra Cap. II.2.4.32 Vase infra Cap. II.2.4 y Cap. III.33 Georgia y Azerbaijn son vecinos de Rusia y los tres lo son de Tur-

    qua (aunque la vecindad de Azerbaijn apenas es apreciable en mapasa gran escala). En 2003 la Comisin Europea entenda que la situacinen el Cucaso del Sur era tan complicada que decidi excluir esta re-gin por el momento del mbito geogrfico de la Poltica Europea deVecindad (Comunicacin de la Comisin al Consejo y al Parlamento Eu-

  • Europea ha incorporado a su proyecto slo a los tres pasesblticos (Estonia, Letonia y Lituania). Este minimalismo pre-tende no aislar excesivamente a Rusia, facilitando la cobertu-ra de la llamada Comunidad de Estados Independientes com-puesta, bajo liderazgo ruso, por las restantes Repblicas fede-radas de la Unin Sovitica, europeas y asiticas, salvoGeorgia. A diferencia de los pases blticos e, incluso, de Po-lonia, Moldavia no es limtrofe con Rusia, ni siquiera es to-talmente eslava; pero si se sacrifica a Ucrania 34, Moldavia hade seguir su destino, no el de Rumana 35.

    Tanto Rusia como Turqua (incluso Kazajstn) son par-cialmente europeas desde el punto de vista geogrfico. Real-mente, desde este punto de vista, la Rusia eslava es, de losUrales al Oeste, el Estado europeo de mayor extensin.Incluso cuenta con un enclave muy particular (Kaliningra-do) en territorio de la Unin, a orillas del Bltico, entre Po-lonia y Lituania 36. Pero la digestin de un Estado como Ru-sia que suma ms de diecisiete millones de kilmetros cua-drados (cuando la Europa geogrfica apenas rebasa los diezmillones y medio) podra ser mortal para un proceso pol-tico empujado hasta el Extremo Oriente de Asia. No obs-

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    ropeo. Una Europa ms amplia, Relaciones con los pases vecinos: un nue-vo marco para las relaciones con nuestros vecinos del Este y el Sur de Euro-pa, Comisin Europea, COM (2003) 104 final). En 2004 la Comisinconsider que ese momento ya haba pasado y recomend la inclu-sin de estos tres pases en la Poltica Europea de Vecindad, lo que as de-cidi el Consejo (Asuntos Generales y Relaciones Exteriores) el 14 dejunio de 2004 (Comunicacin de la Comisin, Poltica Europea de Vecin-dad. Documento de Estrategia, Comisin Europea, COM (2004) 373 fi-nal, p. 7, y Comunicado de Prensa, 10189/04 (Presse 195). Vase infraCap. V.

    34 La Estrategia Comn del Consejo Europeo sobre Ucrania(DO [1999] L 331/1) reconoce las aspiraciones europeas de Ucrania yse congratula de su opcin a favor de Europa, pero no parece dispuestapor ahora a considerar su candidatura. Vase infra Cap. III.2.

    35 Vase infra Cap. III.3.36 Vase infra Cap. IV.2.

  • tante, el Presidente Putin ha dejado bien claro que desea re-laciones de cooperacin con la Unin, pero no tiene intersen hacer de Rusia uno de sus miembros 37.

    A diferencia de la Federacin de Rusia, Turqua reclama,incluso apasionadamente, su ingreso en la Unin Europea yse presenta a s misma como un pas europeo situado en laprolongacin de Asia 38. El espoln europeo de Turquahace de la Repblica un Estado europeo a los efectos de laUnin?

    La respuesta sera probablemente no, si todo dependierade la geografa 39; sin embargo, en nuestro caso, de acuerdocon los precedentes, que un Estado sea europeo slo por al-guna de sus extremidades geogrficas no debera obstar aque lo sea a los efectos de formar parte de la Unin. UnEstado slo parcial, incluso marginalmente, europeo desdeun punto de vista geogrfico, puede ser Europa de laUnin 40. La negacin de la Europa ontolgica vinculada ala geografa facilita la respuesta. La voluntad de los miem-bros de la Unin puede convertir en Europa Estados que no

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    37 The Russian Federation Middle Term Strategy Towards the Euro-pean Union (2000-2010). La cumbre Unin Europea-Rusia de San Pe-tersburgo (2003) sent las bases para desarrollar la asociacin estratgi-ca de las partes mediante la creacin de cuatro reas comunes de inters(Communication from the Commission, European Neighbourhood Policy.Strategy Paper, Comisin Europea, COM (2004) 373 final, mayo de2004, p. 7). Vase infra Cap. IV.3.

    38 Vase documento de Naciones Unidas A/48/264, p. 95, par. 13.39 Es hecho generalmente aceptado que la posesin por un Estado

    de pequeas porciones de territorio en un continente distinto no lehace parte de l. Espaa posee tres comunidades en frica (Ceuta, Meli-lla y Canarias) sin que nadie piense, por tal razn, que Espaa tiene de-recho a ingresar en la Unin Africana (UA). Holanda, Francia y GranBretaa mantienen colonias en Amrica, sin que ello baste para inte-grarse en la Organizacin de Estados Americanos (OEA), A. Zamora,Turqua no es Europa.

    40 El territorio deca J. Fontana en 1994 (Europa ante el espejo,Crtica, Barcelona, 1994, p. 9) no puede servir de elemento caracteri-zador, porque nunca ha tenido unos lmites fsicos claros.

  • son geogrficamente europeos y excluir de la misma Esta-dos que geogrficamente s lo son.

    La penltima ampliacin de la Unin, que ha hecho de laRepblica de Chipre uno de sus miembros demuestra la fle-xibilidad con la que se maneja la relacin entre la geografa yel proyecto poltico. La Repblica de Chipre se asienta terri-torialmente en una isla localizada en el Mediterrneo orien-tal, al sur de Anatolia, que conforme al principio de mayorproximidad respecto de costas continentales es geogrfica-mente asitica (y as aparece habitualmente en los mapas) 41.A menos que imitando al Imperio Romano la Unin Euro-pea considere Mare Nostrum al Mediterrneo o se hagan pre-valecer sobre los territoriales elementos demogrficos (el ori-gen griego de la poblacin mayoritaria) o histricos (el papelrepresentado en Chipre por potencias europeas a lo largo delos siglos) para definir la europeidad, Chipre sera el primereuropeo puramente dogmtico, esto es, europeo por la un-nime voluntad soberana de los miembros de la Unin.

    2. Es Turqua un Estado europeo?: El criteriocultural, histrico o civilizatorio 42

    Cabe plantearse si ms all de la pura especulacin geo-grfica o del quantum de geografa europea que ha de te-ner, si ha de tener alguna, un Estado que quiere participar

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    41 Vase, por ejemplo, Atlas General Santillana, cit., p. 73.42 Jai parl de culture advierte E. Morin (Penser lEurope, Galli-

    mard, Pars, 1990, p. 82) en voquant le substrat judo-christia-no-grco-latin et de civilisation en voquant lhumanisme, la rationali-t, la science, la libert. Ces deux termes, qui en franais, se recouvrentsouvent, se distinguent nettement dans la pensee allemande, o la Cul-ture dsigne ce qui est singulier et spcifique dans une socit, tandisque la Civilisation concerne ce qui peut tre acquis et transmis dunesocit lautre. A los efectos de este trabajo no pretendemos estable-cer una distincin conceptual entre lo cultural y lo civilizatorio.

  • en la Europa de la Unin la cualidad europea del candida-to ha de ser apreciada por los Estados miembros atendien-do a criterios civilizatorios, religiosos, culturales o histri-cos susceptibles de asentar una identidad europea. Se pasa-ra as de la identificacin del Estado europeo a la identidadeuropea del Estado o, si se prefiere, a la concrecin de laidentificacin a travs de la identidad 43. La candidatura tur-ca, se ha dicho, interpela a la identidad europea 44.

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    43 La cuestin de la identificacin del Estado europeo a travs de laidentidad europea del Estado fue muy debatida en el seno de la Conven-cin europea, y en otros foros, durante la gestacin de la Constitucinpara Europa. Podra proponerse que tal identidad europea no es sino elmodelo europeo, el modelo de europeizacin concretado en el actual ar-tculo 49 del TUE respeto y promocin en comn de los valores derespeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado dederecho y respeto de los derechos humanos, a los que se aadira el libremercado, en cuyo caso la referencia en ese mismo precepto a los Esta-dos europeos que cumplan con ese modelo, no sera sino un pleonasmoy el debate relativo a la europeidad necesaria para ser candidato esto es,la determinacin desde esa perspectiva de los lmites de la Europa de laUnin, un ejercicio intelectual estril. Es cierto, no obstante, que la ideade identidad europea est teniendo una cierta revalorizacin con los tra-bajos recientes de la Comisin. Tambin lo es el hecho de que las referen-cias a una identidad europea proliferan en los actos de otras institucionesque no hacen sino aumentar el estado de confusin respecto al valor detal identidad, de ser posible definirla de una manera satisfactoria. As,respecto de la Federacin de Rusia que, como se ha sealado, prefieremantenerse fuera del debate, y su relacin con la Unin Europea, se hallegado a afirmar: La Unin Europea se congratula por el regreso de Rusiaal lugar que le corresponde dentro de la familia europea, con un nimo deamistad, cooperacin y acercamiento de intereses, fundamentado en losvalores comunes inscritos en el patrimonio comn de la civilizacin euro-pea; vase, Estrategia Comn 1999/414/PESC, de 4 de junio, sobre Rusia(DO L 157, de 26 de junio de 1999), parte primera (nfasis aadido). Parauna reflexin sobre la idea y la identidad de Europa en el decurso histricoy doctrinal vase, entre las publicaciones ms recientes, P. Garca Picazo, Laidea de Europa: historia, cultura, poltica, Tecnos, Madrid, 2008.

    44 S. Vaner, La Unin Europea y Turqua: ambigedades y omisio-nes, La Vanguardia Dossier, n. 6, abril-junio de 2003, p. 80. Una de lasinstituciones que se ha distinguido en hacer frente a la interpelacin hasido la Real Academia de Ciencias Morales y Polticas que someti la

  • La tarea no es fcil. Desde que son europeos los euro-peos, seala R. I. Moore, han alimentado la creencia de serlos herederos [...] de las civilizaciones clsicas del mundomediterrneo, y de que son el producto de la fusin de la ci-vilizacin racional y humanstica de Grecia y de Roma, ydel componente espiritual y la fortaleza moral de la tradi-cin religiosa judeocristiana 45.

    Indudablemente el Cristianismo forma parte de las ra-ces de Europa 46, hasta el punto de afirmarse que [e]l fen-meno ms notable de la historia de Europa entre los si-glos V y X, el que va a darle con relacin al resto del mundosu carcter especfico, es el cristianismo 47. En la Edad Me-dia, la condicin de europeo, la pertenencia a Europa, exigala adhesin a la religin catlica romana 48.

    En los siglos centrales de la Edad Media se produce la eu-ropeizacin de una cierta Europa, esto es, un proceso dehomogeneizacin cultural, una expansin de una culturaparticular mediante conquistas e influencias cuyo ncleoestaba en Francia, Alemania y el norte de Italia 49.

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    cuestin al debate de sus miembros en enero-febrero de 2003 a partirde ponencias de Olegario Gonzlez de Cardedal (Europa en la Alter-nativa: Reflexiones sobre su destino y el ingreso de Turqua en la UninEuropea), y de Marcelino Oreja Aguirre (Identidad Europea. ValoresEuropeos. Turqua), con contribuciones de Jos Barea, Helio Carpinte-ro, Pedro Cerezo, Sabino Fernndez Campo, Miguel Herrero de Min,C. Lisn, Rafael Termes y Juan Velarde Fuertes.

    45 R. I. Moore, La primera revolucin europea c.970-1215, Barcelona,Crtica, 2003, p. 17.

    46 Sobre la cristianizacin de los pueblos de Europa, J. Orlandis, Eu-ropa y sus races cristianas, Madrid, Rialp, 2004.

    47 J. Carpentier y F. Lebrun, Breve historia de Europa, Madrid, Alian-za, 1994, p. 146.

    48 A. Besanon, Les frontires de lEurope, Commentaire, 2004(105), pp. 5-16.

    49 R. Bartlett, La formacin de Europa. Conquista, civilizacin y cam-bio cultural, 950-1350, Valencia, Universitat de Valncia/Universidad deGranada, 2003, pp. 353 ss.

  • Me parece, dice J. Le Goff, que en las relaciones entreEuropa e historia hay dos aspectos fundamentales. El pri-mero es el del territorio. La historia se crea siempre dentrode un espacio, y una civilizacin se elabora siempre, y se di-funde, sobre un territorio. El siglo XV culmina en lo esen-cial la creacin medieval de un espacio europeo iniciadocon las grandes invasiones de la Alta Edad Media. En el si-glo XV ya no hay paganos, y no habran ms musulmanes,si no hubiese empezado la conquista turca 50.

    Si entonces poda concebirse Europa como un espacioesencialmente cristiano, lo era tambin antimusulmn?Aunque las identidades colectivas se construyen sobre con-vergencias internas a partir de elementos religiosos, histri-cos o culturales, no son fciles de determinar sin establecerun opuesto. La identidad se forma por oposicin al otro:Una identidad religiosa o nacional se forma tambin, o entodo caso se consolida, en el seno de un conflicto, de unaoposicin. El otro, y con mayor motivo el adversario o elenemigo, crea la identidad 51.

    J. Fontana (de)muestra cmo la identidad europea se haido realizando histricamente contra terceros, que, segnlas circunstancias podan ser los brbaros, los infieles,los salvajes...; se trata de espejos en cierta medida de-formantes, que atrapan nuestra cultura 52. Durante siglos elIslam estuvo en la historia de Europa, identificada con laCristiandad, como su opuesto. Europa se uni frente a laamenaza de los musulmanes (mongoles y trtaros, rabes yturcos) 53.

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    50 J. Le Goff, Naci Europa en la Edad Media?, cit., p. 173.51 J. Le Goff, Naci Europa en la Edad Media?, cit., p. 25.52 J. Fontana, Europa ante el espejo, cit.53 K. Kumar, El estado-nacin, la Unin Europea y las identidades

    transnacionales, en N. al Sayyad y M. Castells (eds.), Europa musul-mana o euro-islam?, Madrid, Alianza, 2003, pp. 81-99, p. 84.

  • Los musulmanes acceden al espacio europeo desde elNorte de frica en el siglo VIII (ocupando una gran partede la pennsula Ibrica en 711 y siendo detenidos en la bata-lla de Poitiers en el 732). Contada la historia por los vence-dores, los musulmanes eran enemigos cuyas tierras habaque reconquistar en nombre de la Cristiandad. El primernombre de Europa, dice A. Besanon, rememorando lavictoria de Poitiers sobre los sarracenos, ha sido la Cris-tiandad 54. El trmino europeenses, recordemos, habaaparecido por primera vez en una Crnica mozrabe demediados del siglo VIII para designar a las huestes de Car-los Martel que combatieron en la batalla de Poitiers y detu-vieron el avance islmico hacia el corazn del Continen-te 55. En la pennsula Ibrica se procede a la Reconquistaque salv a Europa... En 1492 abandona Espaa el ltimorey moro de Granada...

    Por el este se conforma la amenaza turca a partir dels. XI 56. La amenaza turca ser uno de los cimientos de Eu-ropa, dice Le Goff 57. El Imperio Otomano naci hacia1300 en el noroeste de Anatolia 58 y se extendi territorial-mente por los Balcanes hasta las mismas puertas de Vie-na 59. A mediados del s. XVI Cristbal De Villaln relata alcatlico y cristiansimo seor don Felipe, rey de Espaa,Inglaterra y Npoles, su Viaje de Turqua, y advierte que enla defensa de la santa fe catlica el mayor contrario y capital

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    54 A. Besanon, Les frontires de lEurope, cit., p. 6.55 J. Orlandis, Europa y sus races cristianas, cit., p. 13.56 J. Carpentier y F. Lebrun, Breve Historia de Europa, cit., p. 212.57 J. le Goff, Naci Europa en la Edad Media?, cit., p. 173.58 Acerca del Imperio Otomano, C. Imber, El Imperio otomano

    1300-1650, Ediciones B, Barcelona, 2004; L. Tokatli lu, Introduccin ala historia del Imperio Otomano, Ankara, 1999; R. Mantran (dir.), His-toire de lEmpire Ottoman, Fayard, Pars, 1989.

    59 Vase, por todos, J. Brenger, Histoire de lEmpire des Habsbourg1273-1918, Fayard, Pars, 1990 (traduccin espaola El Imperio de losHabsburgo 1273-1918, Crtica, Barcelona, 1993, pp. 181-189 y 300-317).

    G

  • enemigo es el Gran Turco 60. Por lo que hace a su ley, desde elsiglo XV, y probablemente antes, la mayor parte de losasuntos del Imperio Otomano se regulaban por la ley sa-grada (sharia) si bien en algunos mbitos imperaba la leylaica otomana 61.

    Histricamente la oposicin Europa v. Imperio Otomanose presentaba como una oposicin Cristianismo v. Islam 62,presentacin que interesaba tanto a los Habsburgo como alRomano Pontfice, a pesar del ments que supona la alian-za de algunos reyes cristiansimos, como el de Francia, conel Gran Turco, de las luchas que ste mantena con otrosmusulmanes 63 y de las que los prncipes cristianos mante-nan entre s 64.

    Con todo, de Europa se destaca su diversidad. El raciona-lista Carlantonio Pilati lo pone de manifiesto en un pasajeen la dcada de 1770 65. Francisco Rodrguez Adrados ha

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    60 C. de Villaln, Viaje de Turqua, 1557. La obra permaneci inditahasta que la public don Manuel Serrano Sanz (1905), en el tomo II dela Nueva Biblioteca de Autores Espaoles. La cita corresponde a laedicin de Clsicos espaoles, Editions Ferni, Ginebra, 1973, p. 20.

    61 C. Imber, El Imperio otomano 1300-1650, cit., pp. 229-264.62 Como indica T. Asad (Muslims and European Identity: Can Eu-

    rope Represent Islam?, en A. Padgen (ed.), The Idea of Europe, Cam-bridge, 2002, pp. 209-227, p. 212): Historically, it was not Europe thatthe Turks threatened but Christendom. Europe was not then distinctfrom Christendom.

    63 Vase C. Imber, El Imperio otomano 1300-1650, cit., pp. 133-5.64 Vase A. Remiro Brotns, Civilizados, brbaros y salvajes en el

    nuevo orden internacional, McGraw-Hill, Madrid, 1996.65 A aquellos que se limitan a pasar apresuradamente de un pas a

    otro les resulta harto difcil hallar diferencias significativas entre las dis-tintas regiones de Europa. Creen percibir una gran uniformidad en to-das partes, y se figuran poder convencer de ello a sus lectores. Pero locierto es que se equivocan de medio a medio. Si bien existen aspectosque acercan a los distintos pases de Europa, como, por ejemplo, la mo-ral, los principios religiosos bsicos y los principios legislativos, tam-bin lo es que en un mismo pas existen importantes diferencias de ca-rcter, pasiones, gustos, modo de vida y costumbres entre las distintas

  • observado que el uso del trmino Europa se inicia a finesdel siglo XVII, cuando el de Cristiandad se hace insuficien-te 66. Se destaca tambin la capacidad de Europa de progre-sar 67, su constante puesta en cuestin de sistemas imperan-tes y el hecho de su excepcional, nica, aportacin a unauniversalidad no religiosa 68. El Renacimiento, la Ilustra-cin, se desarrollan en Europa occidental 69. En esta lnea lalaicidad de la Revolucin Francesa la hace aceptable a pue-blos confesionales 70. Conflictos de toda laya se han sucedi-

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    regiones. Se trata de rasgos como el clima, la comida, la bebida, el tipode tierra, determinados principios religiosos, ciertas mximas de go-bierno y, por ltimo, una legislacin ms o menos completa, adecuadapara una nacin, pero no para otra, citado por U. IM HOF, La Europade la Ilustracin, Barcelona, Crtica, 1993, p. 79.

    66 F. Rodrguez Adrados, Qu es Europa? Qu es Espaa?, dis-curso de ingreso en la Real Academia de la Historia, 22 de febrero de2004, Real Academia de la Historia, Madrid, 2004, p. 14. Tambinpp. 55-60: Fue el movimiento ilustrado el que introdujo, desde finesdel siglo XVII, la palabra europen en sus sentidos ms que geogrfi-cos.

    67 J. Le Goff, Naci Europa en la Edad Media?, cit., p. 174. Esta ca-racterstica contrastara con el encerramiento de China en s misma, ycon el mundo musulmn (a excepcin de Turqua).

    68 Bien entendu, lEurope nest pas la seule source duniversalit:comme le christianisme, le bouddhisme et lIslam sont des religionsuniverselles destines tous les hommes quels quils soient. MaislEurope est la seule avoir apport une universalit non-religieuse, et ily a une religion universelle latente dans lHumanisme que ni les Inter-nationales ni le mondialisme nont pu encore catalyser, E. Morin, Pen-ser lEurope, cit., p. 145.

    69 Si bien otras culturas con las que coexista e interactuaba, princi-palmente Bizancio y el Islam, tuvieron tambin sus propios renaci-mientos de la Antigedad griega y romana, P. Burke, El renacimientoeuropeo, Barcelona, Crtica, 2000, pp. 12-13.

    70 B. Lewis (The emergence of Modern Turkey, New York/Oxford,Oxford University Press, 3. ed. 2002, p. 54) indica que The French Re-volution is the first great social upheaval in Europe to find intellectualexpression in purely non-religious terms. Secularism as such has nogreat attraction for Muslims, but in a Western movement that wasnon-Christian, even anti-Christian, and whose divorce from Christia-nity was stressed by its leading exponents, the Muslim world might

  • do en este espacio, pero cabra preguntarse si tambin elloshan contribuido a la unidad de Europa por ser algo igual-mente caracterstico 71.

    3. Las races cristianas de Europa en elProyecto Europa de la Unin

    Europa, es hoy cristiana?, y si lo es, cul es el papel de lareligin en su configuracin poltica? Implica acaso la ex-clusin de los no cristianos? Estn las confesiones religio-sas fatalmente abocadas a ser exclusivas (y excluyentes) enun espacio comn?

    Las constituciones actuales de los pases europeos seaproximan al fenmeno religioso de manera muy diver-sa 72, encontrndose en algunas Leyes fundamentales refe-rencias preambulares explcitas a Dios 73 o a Jesucristo 74,mientras que en otras se indican expresamente las iglesiasnacionales (luterana en Dinamarca) 75 o predominantes(Iglesia oriental ortodoxa en Grecia) 76, se proclama la Reli-gin del Estado (la Religin Catlica Apostlica en Mal-ta 77), o incluso, partiendo de la libertad religiosa, se hace

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    hope to find the elusive secret of Western power without compromisingits own religious beliefs and traditions.

    71 A. Besanon, Les frontires de lEurope, cit., p. 8.72 Vase una clasificacin de Estados europeos desde el punto de

    vista de su actitud constitucional frente a la religin en J. B. DOnorio,Pouvoir spirituel et pouvoir temporel dans lEurope contemporaine,Communio, 1990, 3-4, pp. 145-167.

    73 Constitucin alemana (prembulo).74 Referencia a nuestro Divino Seor, Jesucristo en la Constitu-

    cin Irlandesa (prembulo).75 Artculo 4 de la Constitucin danesa.76 Artculo 3.1 de la Constitucin griega.77 Al punto de que su enseanza se imparte en todas las escuelas es-

    tatales como parte de la instruccin obligatoria (Artculo 2(1) de laConstitucin de Malta).

  • una mencin privilegiada a una determinada confesin(como a la Iglesia Catlica en Espaa) 78. Como contrapun-to, el excepcional enfoque laico francs plasmado de formalacnica pero clara en su Constitucin 79.

    Es o ha de ser la Unin un Club cristiano? Su banderatiene una clara inspiracin mariana, uno de los padres fun-dadores (Robert Schuman) est en vas de beatificacin ylas grandes mayoras de los Estados miembros son cristia-nas.

    A la hora de intentar un primer acercamiento a la ideade Europa, es forzoso partir de la evidencia advierteIgnacio Sotelo que Europa, en los orgenes y durante si-glos, se confunde con el Cristianismo [...] la cristianizacinde los pueblos germnicos y eslavos hace emerger a Europa.Hacia el fin del primer milenio Europa, entendida comounidad cultural que impone el Cristianismo, coincide mso menos con el espacio que geogrficamente llamamos Eu-ropa. Pero, como muy pertinentemente aade el autor, hade tenerse en cuenta que el Cristianismo es el punto departida, no el de llegada, y desde luego, no el actual. El quecristiano y europeo hayan coincidido en el origen, no quie-re decir que lo sigan haciendo hoy, o que haya que recupe-rar esta identidad para ser cabalmente europeos, comoquiere un fundamentalismo cristiano, otra vez renaciente,que se niega a asimilar el proceso de secularizacin que, so-bre una cristiandad hace siglos fenecida, ha erigido a la Eu-ropa que tratamos de captar 80.

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    E U R O P E I D A D Y M E M B R E S A D E L A U N I N E U R O P E A

    78 Artculo 16 de la Constitucin espaola de 1978.79 Artculo 1 de la Constitucin de 1958: La France est une Rpu-

    blique indivisible, laque, dmocratique et sociale. Elle assure lgalitdevant la loi des tous les citoyens sans distinction dorigine, de race oude religion. Elle respecte toutes les croyances.

    80 I. Sotelo, La invencin de Europa: la realidad histrico-culturalde Europa, en, La Formacin de Europeos, cit., pp. 47-48.

  • Debe llamarse la atencin sobre el hecho de que los tra-tados que han venido articulando el proceso de integracineuropea no han evocado ni invocado una o la identidad eu-ropea en los trminos en que ahora la estamos consideran-do. La identidad europea que hace su aparicin preambularen el Tratado de Unin Europea (Maastricht, 1992) tieneque ver con la Poltica Exterior y de Seguridad Comn(PESC), relacionada con la seguridad y la defensa 81, y supropsito es asegurar que la identidad del actor internacio-nal 82 no compite con la identidad nacional de sus Estadosmiembros, que la Unin respeta 83. Nada que ver, pues, conuna identidad comn de pueblos o de ciudadanos euro-peos. La Constitucin para Europa no iba a cambiar lascosas 84.

    La elaboracin de la Constitucin para Europa suscit lacuestin de la posible referencia expresa, especialmente enel prembulo, a la herencia judeo-cristiana, a los valorescristianos universales, al Cristianismo, a las races cristianasde Europa o a la creencia en Dios 85.

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    L O S L M I T E S D E E U R O P A

    81 RESUELTOS a desarrollar una poltica exterior y de seguridadcomn que incluya la definicin progresiva de una poltica de defensacomn que podra conducir a una defensa comn de acuerdo con lasdisposiciones del artculo 17, reforzando as la identidad y la indepen-dencia europeas con el fin de fomentar la paz, la seguridad y el progresoen Europa y en el mundo (versin consolidada) (nfasis aadido).

    82 Artculo 2 segundo guin y artculo 27.A TUE.83 Artculo 6.3 TUE.84 La Constitucin para Europa contiene una referencia a la identi-

    dad de los pueblos en el prembulo (CONVENCIDOS de que los pue-blos de Europa, sin dejar de sentirse orgullosos de su identidad y de suhistoria nacional, estn decididos a superar sus antiguas divisiones y,cada vez ms estrechamente unidos, a forjar un destino comn,), y a laidentidad nacional en el texto articulado (artculo I-5.1, y en el prem-bulo de la Carta de Derechos fundamentales, Parte II de la Constitucinpara Europa).

    85 Acerca del debate en la Constitucin para Europa, J. J. H. Weiler,Una Europa cristiana. Ensayo exploratorio, Madrid, Encuentro, 2003.

  • As, una propuesta de Wuermeling, miembro de la Con-vencin Europea, secundada por otros veinticinco miem-bros, sugera la insercin de una clusula inspirada en laCarta de Derechos Fundamentales y en la Constitucin po-laca, segn la cual: Los valores de la Unin incluyen los va-lores de quienes creen en Dios como fuente verdad, justicia,bien y belleza, as como los de quienes no comparten estacreencia pero respetan estos valores universales a partir deotras fuentes 86. Se tratara de no practicar la neutrali-dad en el sentido de excluir las dos opciones, sino el plura-lismo tolerante que consiste en incluir ambas, sin ofenderni la sensibilidad constitucional laica ni la sensibilidadconstitucional religiosa 87. Una formulacin de este tipo,descartada finalmente por la Convencin y, luego, porla Conferencia Intergubernamental, sera perfectamentecompatible con la confesin islmica de una porcin deeuropeos.

    Otros miembros de la Convencin, as como los gobier-nos de algunos pases en la Conferencia Intergubernamen-tal (Polonia, Espaa...) hubiesen deseado una mencin ex-plcita de las races cristianas de Europa. La Santa Sede instuna referencia al patrimonio religioso, especialmente cris-tiano razonando, en palabras del cardenal Paul Poupard,que en la medida en que (el prembulo de la Constitucin)

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    EUROPE IDAD Y MEMBRES A DE LA UN IN EUROPEA

    86 The Union values include the values of those who believe in Godas the sources of truth, justice, g