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LOS MALOS HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN
Si bien los genes determinan gran parte de los procesos que ocurren en nuestro organismo, hoy en día sabemos que el componente genético es sólo más que un favorecedor de la acción de los factores ambientales que llevan al sobrepeso y a la obesidad. Ningún individuo debe conformarse con decir que porque en su familia hay muchos gordos, él también invariablemente lo será por herencia.
HÁBITOS Y EMOCIONES
Desde el nacimiento de los hijos se da inicio a un proceso de enseñanza
y aprendizaje, involuntario e inconsciente, centrado en la
alimentación familiar. Así, la mesa familiar y el acto de comer se convierten en el centro de una
sucesión de ejemplos que los padres y otros adultos le dan a los niños,
llevándolos a definir sus preferencias y rechazos, su
favoritismo ante determinadas formas de preparar los alimentos y, muy especialmente, a conocer el tamaño adecuado de las raciones.
EMOCIONESAdemás, en muchas familias se
establece una relación muy estrecha entre el afecto y el
cariño de los padres, especialmente de las madres, y la forma de servir la mesa como expresión de ese cariño. Muchas
personas llegan a relacionar tanto el afecto con la comida que cuando sienten alguna
emoción fuerte (rabia, miedo, tristeza) comen sin control, e incluso algunas llegan a hacer
de esto un hábito y comen cuando se sienten solas,
frustradas o están frente a alguna situación que les genera ansiedad, como el nacimiento
de un nuevo hijo, un cambio de trabajo o la mudanza a otra
ciudad.
SALTEAR EL DESAYUNO
No podemos olvidarnos de la comida más
importante del día: el desayuno. Si no
desayunas, te sentirás con menos energía y
mucha hambre durante todo el día, lo cual
inevitablemente hará que comas de todo y por tanto, que aumenten tus posibilidades de subir de
peso.
NO TOMARSE TIEMPO PARA COMER ADECUADAMENTE
Una de las claves para no engordar es comer
despacio y tranquilos. Cuando nos tomamos tiempo para saborear cada bocado, nuestro organismo se siente satisfecho con más
facilidad y por lo tanto, reduces la cantidad de
porciones que ingieres. En cambio, si lo haces rápido
acabarás por comer de más pensando que no
estabas lleno cuando en realidad sí lo estabas.
COMER HASTA REVENTAR Cuando éramos niños,
nuestros padres solían decirnos que hasta que no
quedara un solo bocado en el plato no nos dejarían ir a
jugar. Sin embargo, tenemos que olvidarnos de este típico mandamiento en la niñez: no debemos comer por comer.
Lo mejor que podemos hacer es, justamente, hacerle caso a nuestra panza y si notamos
que ya nos damos por satisfechos, parar de comer.
“PICOTEAR”
La típica costumbre de abrir la heladera o el cajón de las golosinas cada vez que estamos aburridos es algo que debemos evitar. Una galletita dulce no nos
hace mal, pero si comes quince todos los días
estarás sumando calorías totalmente innecesarias.
Debes controlar tu apetito y no comer por
comer
NO BEBER AGUA O ABUSAR DE LAS BEBIDAS GASEOSAS
Si quieres llevar una vida sana, el agua debe ser
tu mejor amiga. El cuerpo humano se
compone en un 70% de agua y es fundamental
ingerir al menos 8 vasos diarios para
mantenernos hidratados. El agua purifica nuestro
organismo.
ABUSAR DE LOS ALIMENTOS RICOS EN AZÚCAR Y GRASAS
Pueden ser muy ricos, pero el exceso de azúcar
y grasas trans en nuestro organismo nos
lleva directo a la obesidad, diabetes,
afecciones al corazón, entre otras
enfermedades. En su lugar, trata de comer más frutas y verduras.
SOLUCIONES MÁGICAS
Dado que muchas personas tiene exceso de peso, las dietas han
venido a constituir una industria multimillonaria de dólares que incluye alimentos especiales,
formulaciones de complementos, píldoras, libros, clubes, aparatos
para adelgazar e incluso procedimientos quirúrgicos como el engrapado del estómago y la
inserción dentro de éste de burbujas de plástico. Por
desgracia, la obesidad no tiene una cura mágica
SOLUCIÓN REAL La única forma segura y sana, de
perder peso es restringir la ingestión de alimento energía, de modo que sea menor que la salida
de energía. Esto obliga a organismo a tomar de sus
depósitos de grasa las calorías faltantes, y dado que la grasa se
moviliza y quema, el peso corporal disminuye. Esto puede lograrse
mejor mediante una combinación de aumento en el ejercicio y disminución de la ingestión
calórica para personas moderadamente obesas se
recomienda una dieta de con 1000 a 1500 Kcal. La mayoría de los
nutricionistas, concuerdan en que la mejor dieta reeducativa es una
bien balanceada que aporte calorías, principalmente en la
forma de carbohidratos complejos.